Arquitectura Quattrocento
Arquitectura Quattrocento
Arquitectura Quattrocento
La arquitectura del Quattrocento se caracteriza por la aplicación de órdenes clásicos en columnas, pilastras y
entablamentos, un uso del arco de medio punto, bóvedas de cañón y cúpulas y uso de motivos decorativos
clásicos (medallones, candelieri, …). Busca la proporción y el espacio único, luz racional e inspiración en la
teoría de Vitruvio. Construcción de iglesias basilicales o centralizadas y palacios urbanos y villas de recreo.
Aunque la cúpula de Sta. Mª del Fiore se convirtió en símbolo de Florencia y sus contundentes y esbeltas formas
se erigieron en modelo de amplia difusión por toda Italia, fueron otras obras florentinas del mismo arquitecto las
que crearon el nuevo lenguaje renacentista.
Capilla Pazzi
La Capilla de los Pazzi es una pequeña
capilla a la que se accede desde el
claustro de la iglesia de Santa Croce.
Encargada por Andrea de Pazzi, miembro
de una de las más ilustres familias
florentinas, Brunelleschi hubo de
adaptarse a un espacio muy pequeño.
Tiene planta de cruz griega con una
cúpula central y pórtico exterior,
suponiendo una de las soluciones más
avanzadas del arquitecto. En el interior
combina un eje longitudinal que marca el camino del altar, con una tendencia a la
centralización espacial mediante la cúpula. Sorprende la euritmia de las líneas
arquitectónicas, realzadas con la combinación de la piedra al descubierto de los elementos
constructivos y la superficie blanca de los muros estucados, a la vez que la policromía de la
cerámica invetriata presta su belleza en frisos y pechinas. El sistema de módulos y la
correspondencia entre las partes también se aprecia en el pórtico, con un arco central adintelado sobre columnas.
A la muerte de Brunelleschi intervinieron en la obra Michelozzo y Giuliano da Maiano. Los tondos de cerámica
blanca sobre fondo azul son de Luca della Robbia.
Santo Espíritu
La actual iglesia fue construida sobre las ruinas de un
convento agustino del siglo XIII y que en 1371 fue
destruido por un incendio. Filippo Brunelleschi comenzó
los diseños del nuevo edificio a principios de 1444.
Después de su muerte en 1446, el trabajo fue continuado
por sus seguidores Antonio Manetti, Giovanni da Gaiole,
y Salvi d'Andrea; el último fue también responsable de la
construcción de la cúpula.
Utilización de la columna de fuste liso cuando construye pórticos y basílicas, al modo clásico. A la vez que se
respetan sus proporciones, su altura resulta aumentada mediante la inclusión de un fragmento de entablamento
sobre el capitel, a modo de cimacio. Utilización también de pilastras estriadas cuando edifica capillas de planta
central; en ambos casos utiliza capiteles corintios de ocho volutas. Utilización exclusiva del arco de medio
punto, es decir, de trazado exactamente semicircular; el único que es totalmente "racional", ya que su forma y
sus dimensiones dependen de un único elemento, el radio, que se puede ligar fácilmente mediante relaciones
geométricas con el resto de la construcción. Utilización exclusiva del arco de medio punto, es decir, de trazado
exactamente semicircular; el único que es totalmente "racional", ya que su forma y sus dimensiones dependen
de un único elemento, el radio, que se puede ligar fácilmente mediante relaciones geométricas con el resto de la
construcción.
Las obras de Brunelleschi son auténticos manifiestos de ese sistema de construir basado en módulos, pues unas
pequeñas ménsulas recuerdan a quien las contempla la medida del módulo empleado para conseguir la
correspondencia armónica entre todas las partes del edificio. Estas correspondencias y relaciones entre longitud,
altura y profundidad serán siempre simples y fácilmente determinables.
Deja de utilizar las bóvedas de crucería, prefiriendo las de cañón y vaídas. Más aún, siempre que pueda
renunciará a la bóveda, sustituyéndola por cubiertas de madera, que llevan consigo muros de soporte mucho más
ligeros, económicos y fáciles de manejar.
La yuxtaposición de volúmenes elementales -cubo y esfera-, especialmente en el diseño de plantas centralizadas,
cuyas dimensiones se regulan todas según un mismo módulo, comunica la sensación de armonía necesaria que
su nuevo ideal de belleza perseguía.
La luz en la arquitectura religiosa del Quattrocento ya no será un factor que genere percepciones espaciales
ajenas a la realidad terrena del hombre -tal como ocurría con las luces coloreadas de las vidrieras de las
catedrales- sino todo lo contrario: la luz ahora permite al ojo del hombre medir el edificio, esa arquitectura
hecha a su medida.
—-----------Palazzo
—--Médici-Ricardi
—------Michelozzo
Interior.
Como Alberti aconsejaba en su tratado, una amplia bóveda de cañón cubre la nave única, mientras que las
capillas laterales también se cubren con bóvedas de cañón transversales a la principal. El alzado se estructura
mediante dos órdenes: el mayor, correspondiente a las pilastras que sostienen el entablamento del que arranca la
bóveda principal; el menor, compuesto por las pilastras y el entablamento que sirve de imposta para los arcos y
las bóvedas de las capillas. Otra iglesia proyectada por Alberti, ya en los últimos años de su vida para Mantua,
pretendía ser, ante todo, un modelo tipológico ideal: San Sebastiano (proyecto 1460): Estructura de planta de
cruz griega con un espacio central cuadrado y cuatro capillas a cada lado, tres de las cuales se cierran con ábside
y la cuarta sirve de acceso conectando con un amplio pórtico que hace las funciones de fachada y que quedó
inacabado. La inspiración arqueológica provenía esta vez de los martyria paleocristianos.