Dengue
Dengue
Dengue
El dengue se transmite a través de la picadura de un mosquito infectado. Es una enfermedad que afecta personas de
todas las edades, con síntomas que varían entre una fiebre leve a una fiebre incapacitante, acompañado de dolor intenso
de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolor en músculos y articulaciones, y eritema. La enfermedad puede progresar a
formas graves, caracterizada principalmente por choque, dificultad respiratoria y/o daño grave de órganos. El dengue
tiene un comportamiento estacionario, es decir, en el hemisferio Sur la mayoría de los casos ocurren durante la primera
mitad del año, en cambio, en el hemisferio Norte, los casos ocurren mayormente en la segunda mitad. Este patrón de
comportamiento corresponde a los meses más cálidos y lluviosos.
En las Américas, el vector principal responsable de la trasmisión del dengue es el mosquito Aedes aegypti.
Datos clave
Cerca de 500 millones de personas en las Américas están actualmente en riesgo de contraer dengue.
El número de caso de dengue en las Américas se ha incrementado en las últimas cuatro décadas, en tanto pasó
de 1.5 millones de casos acumulados en la década del 80, a 16.2 millones en la década del 2010-2019
En 2013, un año epidémico para la región, se registraron por primera vez más de 2 millones de casos, y una
incidencia de 430.8 cada 100 mil habitantes. Se registraron también 37.692 casos de dengue grave y 1.280
muertes en el continente. En 2019 se registraron un poco más de 3.1 millones de casos, 28 mil graves y, 1.534
muertes
Los cuatro serotipos de dengue (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DEN-V 4) circulan a lo largo de las Américas y en
algunos casos circulan simultáneamente.
La infección por un serotipo, seguida por otra infección con un serotipo diferente aumenta el riesgo de una
persona de padecer dengue grave y hasta morir.
En las Américas, el Aedes aegypti es el mosquito vector para el dengue, y está ampliamente distribuido en todo
el territorio, sólo Canadá y Chile continental están libres de dengue y del vector. Uruguay no tiene casos de
dengue, pero tiene el mosquito Ae. aegypti.
Sobre el Dengue...
Se transmite por la picadura de un mosquito infectado con uno de los cuatro serotipos del virus del dengue.
Es una enfermedad febril que afecta a lactantes, niños y adultos. La infección puede ser asintomática, o cursar
con síntomas que van desde una fiebre moderada a una fiebre alta incapacitante, con dolor de cabeza intenso,
dolor detrás de los ojos, dolor muscular y en las articulaciones, y sarpullidos. La enfermedad puede evolucionar a
un dengue grave, caracterizado por choque, dificultad para respirar, sangrado grave y/o complicaciones graves de
los órganos.
No hay medicina específica para tratar el dengue.
La enfermedad tiene un patrón acorde con las estaciones: la mayoría de los casos en el hemisferio sur ocurren en
la primera parte del año, y la mayoría de los casos en el hemisferio norte ocurren en la segunda mitad.
La prevención y el control del dengue debe ser intersectorial e involucrar a la familia y la comunidad.
El Aedes aegypti prefiere poner sus huevos en recipientes artificiales que contengan agua (tambores, barriles y llantas,
principalmente) dentro y alrededor de las casas, escuelas y lugares de trabajo. Los huevos de Aedes aegypti pueden
resistir las condiciones ambientales secas durante más de un año: de hecho, esta es una de las estrategias más
importantes que la especie emplea para sobrevivir y propagarse.
Para eliminar los mosquitos, se recomiendan las siguientes acciones: evitar la recolección de agua en recipientes al aire
libre (macetas, botellas u otros recipientes que puedan recolectar agua) para que no se conviertan en lugares de
reproducción de mosquitos; cubrir adecuadamente los tanques y depósitos de agua para mantener alejados a los
mosquitos; evitar acumular basura, tirar la basura en bolsas de plástico cerradas.
Fases de la enfermedad:
Fase febril
Los pacientes desarrollan fiebre alta y repentina. Esta fase febril aguda dura de 2 a 7 días y suele acompañarse de
enrojecimiento facial, eritema, dolor corporal generalizado, mialgias, artralgias, cefalea y dolor retro-ocular. Pueden
presentarse manifestaciones hemorrágicas menores, como petequias y equimosis en la piel. Los pacientes que mejoran
después de que baja la fiebre, se consideran casos de dengue sin signos de alarma.
Problemas que pueden presentarse en la fase febril: deshidratación; la fiebre alta puede asociarse a trastornos
neurológicos, y convulsiones en los niños pequeños.
Fase crítica
Cerca de la desaparición de la fiebre, cuando la temperatura desciende a 37,5 grados centígrados o menos y se mantiene
por debajo de este nivel, por lo general, en los primeros 3 a 7 días de la enfermedad, puede aumentar la permeabilidad
capilar paralelamente con los niveles del hematocrito. Esto marca el comienzo de la fase crítica. Los pacientes que
empeoran con la caída de la fiebre y presentan signos de alarma, son casos de dengue con signos de alarma.
Problemas que pueden presentarse en la fase crítica: choque por la extravasación de plasma; hemorragias graves,
compromiso serio de órganos.
Fase de recuperación
Cuando el paciente sobrevive a la fase crítica (la cual no excede las 48 a 72 horas), pasa a la fase de recuperación. Hay
una mejoría del estado general, se recupera el apetito, mejoran los síntomas gastrointestinales se estabiliza el estado
hemodinámico, y se incrementa la diuresis.
Problemas que pueden presentarse en la fase de recuperación: hipervolemia (si la terapia intravenosa de fluidos ha sido
excesiva o se ha extendido en este período).
La clasificación recomendada por la Organización Mundial de la Salud en el 2009, es la llamada clasificación revisada, la
cual surgió a partir de los resultados DENCO, que incluyo casi 2.000 casos confirmados de dengue de ocho países y dos
continentes y establece dos formas de la enfermedad dengue y dengue grave.
Diagrama de clasificación revisada del dengue. El llamado dengue con signos de alarma es parte de la forma dengue
pero, se le describe aparte por ser de extrema importancia su conocimiento para decidir conductas terapéuticas y hacer
prevención -en lo posible- del dengue grave.
Dengue sin signos de alarma: La enfermedad puede manifestarse como un "síndrome febril inespecífico". La
presencia de otros casos confirmados en el medio al cual pertenece el paciente, es determinante para sospechar
el diagnóstico clínico de dengue.
Dengue con signos de alarma: El paciente puede presentar: dolor abdominal intenso y continuo, vómito
persistente, acumulación de líquidos, sangrado de mucosas, alteración del estado de conciencia, hepatomegalia
y aumento progresivo del hematocrito.
Dengue grave: Las formas graves de dengue se definen por uno o más de los siguientes: (i) choque por
extravasación del plasma, acumulación de líquido con dificultad respiratoria, o ambas; (ii) sangrado profuso que
sea considerado clínicamente importante por los médicos tratantes, o (iii) compromiso grave de órganos. hígado:
AST o ALT ≥ 1000; SNC: alteración de la conciencia, y que incluye el corazón y otros órganos.
Los síntomas del dengue clásico, son: fiebre alta, dolor de cabeza, de ojos, en los huesos y, cuando la enfermedad es
grave, puede haber moretones y sangrado. En el caso del nuevo tipo de dengue, conocido como asiático americano el
cual produce cuadros de shock luego de presentar dolor abdominal.