Santa Alianza
Santa Alianza
Santa Alianza
La Santa Alianza fue un tratado celebrado el 26 septiembre de 1815 entre Francisco I de Austria,
Alejandro I de Rusia y Federico Guillermo III de Prusia. Se firmó en París luego de la batalla de
Waterloo, la abdicación de Napoleón Bonaparte y la ocupación de la capital francesa por las tropas
de la Séptima Coalición. Su promotor fue el zar Alejandro I, quien propuso la creación de una
alianza para contener la extensión del liberalismo y restaurar la etapa previa a la Revolución
francesa.
Aunque el pacto tuvo intenciones claramente políticas, sus signatarios adujeron principios de
carácter religioso, como la defensa del cristianismo y de la «indivisible trinidad». De allí que se
tildara de «santa» a esta alianza.
Los tres monarcas se comprometieron a intervenir militarmente donde fuera necesario para
aplastar toda revolución que cuestionara la legitimidad monárquica y los principios del
absolutismo.
A fines de 1815, la Santa Alianza firmó un acuerdo con Gran Bretaña, formándose así la Cuádruple
Alianza. Pese a ser un Estado liberal, el Reino Unido se unió a Rusia, Austria y Prusia para defender
el equilibrio de poderes que se había acordado en el Congreso de Viena. En 1818, Francia también
se sumó a la Santa Alianza, dando lugar a la Quíntuple Alianza.
A partir de entonces se sucedieron varios congresos que tuvieron como objetivo coordinar la
intervención militar de los aliados en aquellos territorios donde el orden absolutista estuviera en
peligro.
La Santa Alianza se desintegró en 1825, tras la muerte de Alejandro I y el apoyo dado a los
revolucionarios griegos por su sucesor, el zar Nicolás I.
La Santa Alianza estaba integrada por tres de los Estados más poderosos de Europa:
El Imperio ruso, regido por la dinastía de los Románov, tenía su capital en la ciudad de Moscú. Era
una monarquía absoluta en la que el zar concentraba en sus manos los poderes ejecutivo y
legislativo.
El Imperio austríaco, gobernado por la dinastía de los Habsburgo, era un Estado multinacional
habitado por diversos pueblos (austríacos, alemanes, checos, húngaros, croatas, polacos, etc.),
que tenía su capital en Viena.
El reino de Prusia, gobernado por la dinastía de los Hohenzollern, era un Estado absolutista con
capital en la ciudad de Berlín. Formaba parte de la Confederación Germánica, una federación
flexible de Estados alemanes.
Establecer la unión fraternal entre los tres monarcas firmantes, que se comprometieron a
prestarse asistencia, ayuda y socorro mutuo para proteger la religión, la paz y la justicia.
Frenar el avance del liberalismo y del secularismo que se habían extendido a partir de la
Revolución francesa.
Crear un sistema de seguridad conjunto para impedir cualquier revolución que intentara modificar
el statu quo, es decir, la situación establecida por el Congreso de Viena en 1815.
Durante 1820 la Quíntuple Alianza se reunió en el Congreso de Troppau para tratar la situación en
Italia. A pesar de las protestas británicas, se acordó que Austria invadiera la península itálica y
sofocara las revueltas liberales que se habían desencadenado en el Reino de Piamonte y en el
Reino de las Dos Sicilias.
En 1821 tuvo lugar el Congreso de Verona, donde se acordó la invasión de España por la Francia de
Luis XVIII, pese a la oposición de Gran Bretaña. El objetivo de esta intervención militar, conocida
como la expedición de Los Cien Mil Hijos de San Luis, era poner fin al trienio liberal (1820-23) y
reponer la monarquía absolutista de Fernando VII.
La postura de Gran Bretaña contraria a las intervenciones en Italia y en España se basó en que sus
intereses comerciales no se habían vistos afectados por las revoluciones liberales, a que la
movilización de sus tropas debía ser autorizada por el Parlamento ya que a diferencia de sus
aliados era una monarquía parlamentaria.
Por estos mismos motivos el gobierno británico también rechazó auxiliar a la Santa Alianza cuando
ésta autorizó una intervención para restablecer el dominio colonial de los Borbones españoles.
Gran Bretaña mantenía un activo comercio con los nuevos Estados americanos y temía que la
restauración del poder español en América trajera consigo la vuelta del monopolio comercial.
Episodio de la intervención de Francia en España en 1823, 1828. Pintura del artista francés
Hippolyte Leconte
Episodio de la intervención de Francia en España en 1823, 1828. Pintura del artista francés
Hippolyte Leconte que hace referencia a la expedición llamada Los Cien Mil Hijos de San Luis,
acordada por la Santa Alianza en el Congreso de Verona.
La Santa Alianza terminó fracasando por las reacciones dispares de sus integrantes frente a la
continuidad de los estallidos revolucionarios. Así, al iniciarse la guerra de independencia de Grecia,
en 1821, Austria y Prusia se pronunciaron contra los rebeldes griegos, pero Francia y Gran Bretaña
los apoyaron para proteger sus propios intereses comerciales y geopolíticos en el Mediterráneo
oriental.
En cuanto a Rusia, tras la muerte del zar Alejandro I, en 1825, su sucesor Nicolás I decidió apoyar a
los griegos para debilitar al Imperio otomano, y extender su influencia en la península de los
Balcanes.
El cambio de política del Imperio ruso generó una fractura irremediable en la Santa Alianza que, en
los hechos, dejó de existir a partir de entonces.
Bibliografía:
Bergeron, L.; Furet, F. y Koselleck, R. La época de las revoluciones europeas (1780-1848). México,
Siglo XXI. 1986.
Rudé, George. La era revolucionaria (1783-1815). Madrid, Siglo XXI Editores. 2018.