Fichaje de Literatura Argentina II
Fichaje de Literatura Argentina II
Fichaje de Literatura Argentina II
Buenos
Aires: Catálogos editora.
La imaginación en el exilio
““Fantástico” proviene del latín, phantasticus, que deriva del griego, ψανταστικός, y significa
aquello que se hace visible, quimérico, irreal. Dado un ámbito infinito como ése, resultó difícil
desarrollar una definición adecuada del fantasy como especie literaria.” (pág. 11)
“Un fantasy es un relato basado en y controlado por una franca violación de lo que
generalmente se acepta como posibilidad (…)” (Irwin, en Jackson, pág. 12)
“Esta violación de los supuestos dominantes amenaza con subvertir (derrocar, trastornar,
socavar) las reglas y convenciones que se consideran normativas. En sí misma, no es una
actividad socialmente subversiva: sería ingenuo comparar el fantasy con la política anárquica o
revolucionaria. Sí perturba, sin embargo, las “leyes” de la representación artística (…)” (pág.
12)
“El examen de algunas de las raíces del fantasy literario revela que esta función subversiva
le es característica. El estudio de Mikhail Bakhtin, La Poética de Dostoievsky coloca a
fantasistas modernos (…) como descendientes directos de un género literario tradicional:
la menipea.” (pág. 12)
“Era un género que no pretendía ser culto o definitivo. Carente de finalidad, cuestionaba las
verdades autoritarias y las reemplazaba por algo menos cierto.” (pág. 13)
“(…) Bakhtin (…) señala la hostilidad del fantasy hacia las unidades discretas, estáticas (…)
Se disuelven todos los sistemas de orden temporal, espacial y filosófico; se quiebran las
nociones unificadas del personaje; el lenguaje y la sintaxis se vuelven incoherentes. A través de
este “desgobierno” permite un “cuestionamiento fundamental” al orden social, y urde acertijos
metafísicos con respecto al sentido de la vida.” (pág. 13)
“Muchos fantasy modernos continúan con esta función violentamente transgresiva, pero
existen diferencias cruciales entre el regodeo en el desastre de la tradición menipea, y los
desórdenes menos sanguíneos, menos celebratorios que aparecen en Dostoievsky y otros
fantasistas posteriores (…)” (pág. 13)
“La menipea, para Bakhtin, estaba conceptualmente ligada a la noción del carnaval, una
actividad pública, un evento ritualizado y festivo (…) La vida carnavalesca (…) es, hasta cierto
punto, ‘la vida vuelta del revés’, ‘el lado malo de la vida’. El carnaval era (…) una suspensión
ritual de la ley y el orden de todos los días. Con estos medios, el carnaval disolvía las
diferencias, permitía el contacto abierto entre clases diferentes, rompía tabúes sexuales (…)”
(pág. 13 y 14)
“Los textos fantásticos de Dostoievsky anticipan uno de los rasgos centrales de la literatura
moderna: la pluralidad de lenguajes (…)” (pág. 14)
“Sartre escribió una defensa del fantasy como una forma perenne que se hace valer en el
mundo secularizado y materialista del capitalismo moderno. Mientras prevalecía la fe religiosa,
dice Sartre, el fantasy hablaba de saltos hacia otros territorios (…) En una cultura secular el
fantasy tiene una función diferente. No inventa regiones sobrenaturales, pero presenta el
mundo natural transformado en una cosa rara, en “otra” cosa. Cuando se pasa de las
exploraciones trascendentales a las transcripciones de la condición humana (…) según Sartre,
el fantasy asume la función que le es propia: transformar este mundo (…) se convierte en una
expresión de las fuerzas humanas.” (pág. 15 y 16)
“Pero lo fantástico se convirtió en una forma narrativa particularmente desencantada (…)”
(pág. 16)
“El fantasy revela una insatisfacción con lo que “es”, pero sus frustrados intentos de realizar
un ideal lo convierten en una versión negativa del mito religioso (…) Sin una cosmología de
cielo e infierno, la mente se enfrenta con el exceso puro: el cosmos se convierte en un espacio
cargado de amenaza, percibida e internalizada cada vez más como un área sin-sentido.” (pág.
16)
“En una cultura secularizada, el deseo de lo otro (…) se dirige hacia las zonas ausentes de
este mundo, transformándolas en “otra” cosa, diferente de la familiar (…) crea la “otredad”, este
mundo re-emplazado y dis-locado. Un término útil para comprender y expresar este proceso de
transformación y deformación es “paraxis”. Esto significa par -axis, lo que está situado a cada
lado del axis (eje) principal (…) Paraxis es una noción eficaz para referirse al lugar o el espacio
de lo fantástico, porque implica un vínculo inextricable con el cuerpo central de lo “real”, al que
ensombrece y amenaza.” (pág. 17)
“Paraxis es también un término técnico que se emplea en óptica. Una región paraxial es un
área en la que (…) no reside nada.” (pág. 17)
“Esta zona paraxial sirve para representar la región espectral de lo fantástico, cuyo mundo
imaginario no es enteramente “real” (objeto), ni enteramente “irreal” (imagen), pero se localiza
en alguna parte indeterminada entre ambos. Este posicionamiento paraxial determina muchos
de los rasgos semánticos y estructurales de la narrativa fantástica: los medios de que se vale
para establecer su “realidad” son inicialmente miméticos (“realistas”, que presentan
“objetivamente” un mundo de “objetos”), pero luego cambian a otro modo que parecería ser
maravilloso (“no-realista”, que representa aparentes imposibilidades), si no fuera por su base
inicial establecida en lo “real”.” (pág. 17)
“El fantasy es esa clase de narración prolongada que establece y desarrolla un antihecho, es
decir, juega al juego de lo imposible... un fantasy es un relato basado en y controlado por una
franca violación de lo que habitualmente se acepta como posibilidad” (Irwin, en Jackson, pág.
19).
“Marcel Brion entiende lo fantástico como ese tipo de percepción “qui ouvre sur les plus
vastes espaces” (que se abre a los espacios más extensos) (cit. Hellens). Es esta acción
de apertura lo que molesta, por negar la solidez de lo que se tomó por real. Bataille se refirió a
esta clase de infracción como “une déchirure”, un desgarramiento, o herida, que yace abierta a
un lado de lo real.” (pág. 20)
“Muchos títulos del modo fantasy indican esta acción de “apertura”, frecuentemente
vinculados con nociones de (1) invisibilidad, (2) imposibilidad, (3) transformación, (4) ilusión
desafiante.” (pág. 20)
“En otros trabajos, el mundo “real” es re-emplazado, sus ejes se disuelven y distorsionan de
tal manera que las estructuras temporales y espaciales sufren un colapso (…)” (pág. 20)
“Lo fantástico, tal como lo entiende Bessiere, no puede estar clausurado. (…) Al romper
“verdades” simples y reduccionistas, lo fantástico traza un espacio dentro del marco
cognoscitivo de una sociedad. Introduce verdades múltiples y contradictorias: se vuelve
polisémico.” (Pág. 21)
“Al presentar lo que no puede ser, pero es, el fantasy expone las definiciones de una cultura
sobre lo que, puede ser: traza los límites de su marco ontológico y epistemológico.”(Pág. 21)
“Las sociedades no secularizadas difieren de las culturas seculares en sus creencias acerca
de lo que constituye la “realidad”. (…) En lo que podríamos llamar una economía [3]
sobrenatural, la otredad es trascendente, maravillosamente distinta de lo humano: los
resultados son fantasy religiosos de ángeles, demonios, cielos, infiernos, tierras prometidas, y
fantasy paganos de elfos, enanos, hadas y mundos de hadas.” (Pág. 21)
“Durante el siglo diecinueve los cuentos fantásticos proliferaron como la versión opuesta de
la narrativa realista: la literatura de lo fantástico es “nada más que la consciencia
desasosegada del positivismo del siglo diecinueve” (Todorov). Es todo lo que no se dice, todo lo
que no se puede decir a través de formas realistas.” (Pág. 23)
“Lo fantástico requiere el cumplimiento de tres condiciones. En primer lugar, el texto debe
obligar al lector a considerar el mundo de los personajes como un mundo de personas reales y
a vacilar entre una explicación natural y una explicación sobrenatural de los acontecimientos
evocados. En segundo lugar, esta vacilación puede también ser sentida por un personaje; de
este modo, el papel del lector está confiado a un personaje ... la vacilación está representada,
se convierte en uno de los temas de la obra. Finalmente, el lector debe adoptar determinada
actitud frente al texto: deberá rechazar tanto la interpretación alegórica como la interpretación
“poética”.” (Todorov en Jackson, Rosemary; Pág. 25)
“Esta confusión entre un “yo” y un “él” a través de la voz narrativa, tiene como su causa y
efecto la incertidumbre en la visión, la resistencia o incapacidad de fijar las cosas como
explicables y conocidas. Lo fantástico problematiza la visión (¿es posible confiar en el ojo que
ve?) y el lenguaje (¿es posible confiar en el “yo” que habla y registra?).” (Pág. 28)
“(…) Todorov apunta a su contextualización histórica: lo fantástico puro, afirma, existe entre
lo maravilloso puro (con hechos sobrenaturales, sobrehumanos, mágicos) y lo extraño puro
(con hechos que se consideran extraños a causa de la mente engañosa del protagonista). Esto
corresponde a un cambio en las ideas, que parte del sobrenaturalismo y se dirige hacia una
visión del mundo cada vez más científica y racionalista.” (Pág. 29)
“El área de lo maravilloso puro comprende narraciones tales como los cuentos de hadas,
romances medievales y muchos textos de ciencia ficción. A su lado, lo fantástico-maravilloso
incluye obras como La muerta enamorada, de Théophile Gautier, y Vera de Villiers de l’Isle
Adam. Estos trabajos presentan efectos inexplicables que eventualmente se atribuyen a causas
sobrenaturales. Dentro de lo fantástico-extraño está el Manuscrito encontrado en Zaragoza
(1804), de Jan Potocki, donde los acontecimientos extraños parecen tener algún origen
subjetivo. Todorov ubica los cuentos de Poe en lo extraño puro. Lo más cercano a su línea
mediana e indeterminada de lo puramente fantástico son El diablo enamorado, de Cazotte y
Otra vuelta de tuerca, de Henry James, donde lo fantástico registra la duración de la
incertidumbre, y el lector se queda en la duda acerca de los orígenes de los “fantasmas”: no
sabe si son presencias naturales o sobrenaturales. Lo fantástico puro “se puede representar
por la línea media que separa lo fantástico-extraño de lo fantástico-maravilloso. Esta línea se
corresponde perfectamente con la naturaleza de lo fantástico: una frontera entre dos ámbitos
adyacentes”.” (Pág. 29)
Lo maravilloso
La narrativa maravillosa está formada por el mundo de los cuentos de hadas, el romance, la
magia y el sobrenaturalismo. (…)Si tomamos el comienzo de un cuento de Grimm, llamado
“Hans the Hedgehog” (Hans el Erizo), vemos que la voz es impersonal y que los hechos están
bien distanciados en el pasado: “Había una vez un campesino que poseía tierras y dinero en
cantidad...” (…)
(…) Lo maravilloso se caracteriza por una narración funcional mínima, cuyo narrador es
omnisciente y tiene una autoridad absoluta. Es una forma que desalienta la participación del
lector; representa acontecimientos ubicados en un pasado muy distante, contenidos y fijados
por una larga perspectiva temporal, con la implicación de que sus efectos dejaron de perturbar
hace mucho tiempo. De ahí su final también formular, “y entonces vivieron felices para siempre”
o alguna variante por el estilo. Las narraciones de este tipo producen una relación pasiva con la
historia. El lector, igual que el protagonista, es apenas un receptor de acontecimientos que
ponen en marcha una pauta preconcebida. Pág. 30-31
Lo mimético
Las narraciones que pretenden imitar una realidad externa, las miméticas (imitadoras), también
establecen una distancia con la experiencia, moldeándola conforme a pautas y secuencias
significativas. La ficción narrativa clásica, ejemplificada por tantas novelas “realistas” del siglo
diecinueve, representa los sucesos contados como “reales” usando como portavoz una tercera
persona sapiente. (…). Pág. 31
Lo fantástico
En su Prefacio a Silvia y Bruno (1893), Lewis Carroll señalaba esta ubicación de lo fantástico
entre lo realista y lo maravilloso. Carroll distinguía tres tipos de estados mentales, que podrían
vincularse con los tres modos (mimético, fantástico y maravilloso) (…) Lo fantástico existe en
una zona interna entre lo “real” y lo “imaginario”, movilizando las relaciones entre ellos a través
de su indeterminación. pág. 32-33
Aquí es preciso hacer una observación con respecto a la relación entre las obras denominadas
fantásticas y las que se consideran surrealistas Obviamente, sobre-esquematizar tal distinción
sería hilar demasiado fino, ya que el surrealismo y el fantasy tienen mucho en común,
especialmente en el uso de temas similares, tales como la desintegración de los objetos y la
fluidez de las formas discretas. Pero existen diferencias fundamentales (…) La literatura
surrealista está mucho más cerca de un modo maravilloso, porque el narrador raramente está
en una posición de incertidumbre. Los sucesos extraordinarios que se cuentan no lo
sorprenden; por cierto los espera y los registra con afable indiferencia, con cierta neutralidad
pág. 33
La significación
(…) Como dice Bessière: “La narrativa fantástica es quizás el modo más artificial y deliberado
de la narrativa literaria... está construida sobre la afirmación del vacío... la incertidumbre surge
de esta mezcla de nada y demasiado”. Pág. 35
En los fantasy post-románticos resulta fundamental la imposibilidad de verificar los hechos, tal
como sucede en los cuentos de Hoffmann y en lasConfesiones de Hogg. La percepción se
vuelve cada vez más confusa, los signos son vulnerables a interpretaciones múltiples y
contradictorias, de modo tal que los “significados” retroceden indefinidamente, y la “verdad” es
un mero punto evanescente del texto. pág. 35
El ensayo de Sartre (al que nos referimos previamente) sobre Aminadab, un fantasy kafkiano
de Maurice Blanchot, define el fantástico moderno como un lenguaje de expresiones
peculiarmente vacías, de signos no-significantes. Estos signos, según Sartre, ya no llevan a
ninguna parte. No representan nada, imponen su reconocimiento sólo a través de su propia
densidad. Son medios sin fines, signos, señales, significantes superficialmente llenos, pero que
llevan a un vacío terrible (…). Pág. 38
Cuando se lo “naturaliza” como símbolo o alegoría, el fantasy pierde su propia naturaleza no-
significante. Parte de su poder subversivo radica en esta resistencia a la alegoría y a la
metáfora. Porque toma las construcciones metafóricas en forma literal. (…) pág. 39
Cuando se lo “naturaliza” como símbolo o alegoría, el fantasy pierde su propia naturaleza no-
significante. Parte de su poder subversivo radica en esta resistencia a la alegoría y a la
metáfora. Porque toma las construcciones metafóricas en forma literal (…). pág. 39
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