Civilización Incaica
Civilización Incaica
Civilización Incaica
Índice
1 Organización política
1.1 La jerarquía
1.2 La jerarquía imperial
2 Organización administrativa
2.1 División territorial: Suyos o regiones
2.2 La base decimal de la administración
2.3 El sistema vial y el transporte
2.3.1 Qhapaq Ñan o camino real
2.3.2 Los puentes
2.3.3 Los tambos
2.3.4 Los chasquis
3 Organización militar
3.1 Instrucción premilitar
3.2 El ejército
3.3 La jerarquía
3.4 Armas ofensivas y defensivas
3.5 Fortalezas
3.6 Métodos de lucha
4 Organización social
4.1 El Aillu
4.2 Clases sociales
5 Economía
5.1 El trabajo
5.2 Agricultura
5.3 Ganadería
5.4 Pesca
5.5 Comercio y navegación
6 Artes
6.1 Arquitectura y urbanismo
6.2 Escultura
6.3 Cerámica
6.4 Pintura
6.5 Orfebrería y platería
6.6 Textilería
6.7 Música y danza
6.8 Momificación
7 Literatura
7.1 Literatura cortesana
7.2 Literatura popular
8 Ciencia y tecnología
8.1 Medicina
8.2 Matemáticas
8.3 Astronomía
8.4 Geografía
8.5 Historia
8.6 Metalurgia
8.7 Tecnología agrícola
8.8 Tecnología de la conservación de alimentos
8.9 Trabajo de la piedra
8.10 Los quipus y otras formas de comunicación
9 Religión
9.1 Divinidades
9.2 Festividades
10 Véase también
11 Referencias
12 Bibliografía
13 Enlaces externos
Organización política
Detalle de una galería de retratos de los soberanos incas que fue publicada en 1744
en la obra Relación del Viaje a a la América Meridional en la que Jorge Juan y
Antonio de Ulloa fueron sus autores.
La organización política incaica fue una de las más avanzadas de América
precolombina. A decir de Luis E. Valcárcel, el propósito del Estado inca era
garantizar el bienestar de todos sus súbditos, a diferencia de otras monarquías
históricas que buscaban solo defender los privilegios de grupos reducidos. El
imperio incaico «garantizó a la totalidad de seres humanos, bajo su jurisdicción,
el derecho a la vida mediante la satisfacción plena de las necesidades físicas
primordiales de alimentación, vestido, vivienda, salud y sexo.» Ello se logró
organizando de manera meticulosa a los pobladores, considerados ante todo como
actores del proceso de la producción económica, de modo que pudieran evitar las
hambrunas y estar siempre prevenidos ante los embates destructivos de la
naturaleza. El Estado inca tuvo, pues, un alto sentido de previsión social.1
La jerarquía
Los cronistas españoles, cuyos escritos constituyen la fuente primaria de la
historia inca, interpretaron al sistema político de los incas según su concepción
europeísta y occidental. Es por eso que describieron al gobierno inca como una
monarquía absolutista, a la cabeza del cual se hallaba un solo soberano absoluto,
el Inca. Sin embargo, los modernos estudios nos dejan entrever que existieron dos
gobernantes que ostentaron al mismo tiempo el mando.23 Uno pertenecía a la
parcialidad del Hanan Cuzco (Cuzco alto) y el otro a la del Hurin Cuzco (Cuzco
bajo). Esta dualidad del Hanan y del Hurin se daba también en los curacazgos, y se
remonta a la época preincaica; es pues, típica de la cosmovisión andina.4 Según
Waldemar Espinoza Soriano, si bien en el Imperio había dos administradores o jefes
máximos, ello no significa que existiesen dos monarquías paralelas, sino que solo
había una, debidamente unificada. Los dos gobernantes tenían sus bienes y
posesiones de manera equivalente, aunque era el de Hanan el que reunía más rango
por ser el que manejaba la vida cívica, política, económica, social y militar; por
eso se le llamaba el Sapa Inca. El otro gobernante, el de Hurin, concentraba en su
persona el poder sacerdotal: era el Willaq Umu, y aunque era de menos rango, no por
ello dejaba de tener enorme influencia en las decisiones imperiales.5
La jerarquía imperial
El Sapa Inca o, simplemente, el Inca era el máximo gobernante, que compartía el
poder con el sumo sacerdote o Willaq Umu. Todos sus súbditos debían acatar con
sumisión sus órdenes. El símbolo de su poder era la mascapaicha, una especie de
borla de lana roja que ceñía en la cabeza. Ejercía las funciones de su gobierno
desde el palacio particular que cada uno se hacía construir en el Cuzco. Allí
concedía audiencia todo el día y administraba justicia. Pero también viajaba con
frecuencia por todo el territorio de su imperio, llevado en andas sobre hombros de
cargadores, para atender personalmente las necesidades de su pueblo.6
Mapa del imperio incaico: Chinchaysuyo (en rojo), Collasuyo (en azul), Antisuyo (en
verde) y Contisuyo (en amarillo).
Los cronistas afirmaron que el imperio incaico estuvo dividido en cuatro grandes
distritos conocidos como suyos (del quechua suyu, que significa surco):
Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo. El centro de esta división era el
propio Cuzco. Debido a ello, el imperio adoptó el nombre de Tahuantinsuyo, es
decir, los cuatro suyos o regiones, concordantes con los cuatro puntos cardinales.
El concepto del suyo era más que nada demarcativo. No equivalía a una denominación
política ni étnica, tan así que nunca los pobladores del imperio se autodenominaron
tahuantinsuyanos. Los suyos se dividían a la vez en huamanis o grandes provincias,
los cuales solían coincidir con las fronteras de los territorios de los pueblos o
etnias sometidas al imperio. Los huamanis se dividían a su vez en sayas o sectores,
que eran dos: Hanansaya o parte alta, y Hurinsaya o parte baja. En cada saya vivía
un número variable de ayllus o grupos familiares.11
Los puentes
Los puentes de piedra o puentes fijos, que se construían en medio de ríos de poco
caudal o quebradas angostas.
Los puentes colgantes, fabricados de resistentes fibras de maguey, que soportaban
el peso de hombres y animales de carga.
Los puentes flotantes o de oroyas, constituidos por grandes cestos o balsas sujetas
con gruesas sogas, que se extendían de una orilla a otra, donde los cabos se
sujetaban a peñascos o pilares. Para cruzar el río el viajante se subía a la balsa
y tiraba de la soga, hasta llegar a la otra orilla.
Los tambos
Un tambo era una construcción que servía de depósito de alimentos, vestidos,
herramientas y armas, que los incas hicieron construir a lo largo de los caminos
que cruzaban el imperio, a fin de que allí pudiesen descansar y reparar sus fuerzas
los funcionarios, los ejércitos en campaña y aun el mismo Inca con su séquito. Los
viajeros particulares no podían participar de estos beneficios pues estos estaban
obligados a llevar alimentos de su propia tierra. Había tambos aún en los lugares
desiertos y cuando estaban cerca de algún pueblo tenían por objeto evitar que el
paso del ejército y los funcionarios no aumentara la carga tributaria al mismo. Los
españoles admiraron este sistema y lo aprovecharon.1920
Los chasquis
Para llevar las órdenes y disposiciones del Inca a todos los confines del Imperio
en la menor brevedad posible, existió un sistema de correo de postas denominado de
los chasquis. Estos eran jóvenes corredores apostados en los caminos y que se
cobijaban en chozas. Cada puesto estaba a una distancia prudencial del otro,
aproximadamente de 1.5 km, pues decían que aquello era lo que un joven podía correr
con ligereza, sin cansarse. Cuando el encargado de llevar el mensaje llegaba al
puesto en donde terminaba, anunciaba su llegada por medio de un pututo (trompeta
hecha de concha marina), saliendo a su encuentro otro mozo, que escuchaba el
mensaje dos y tres veces, hasta memorizarlo exactamente y, a su turno, salía a la
carrera para transmitirlo al próximo puesto. Por ello el mensaje debía ser corto,
concreto y muy simple para evitar que se olvidasen. Otras noticias se transmitían
por quipus o hilos con nudos, sistema mnemotécnico cuyo significado solo lo podían
descifrar las personas entendidas. De ese modo, se llevaba a cabo una gigantesca
carrera de postas que permitía que las órdenes, noticias, mercaderías, etc.,
llegara a su destino con bastante rapidez. Se asegura que así se conocían en Cuzco
las noticias de Chile o Quito solo en el término de 15 días y aún menos; y que el
Inca recibía en su palacio cuzqueño pescado fresco desde la costa.1920
Organización militar
Véase también: Ejército inca
Manco Inca fue el primer guerrero inca en adoptar la técnica militar de los
hispanos (espadas, corazas de hierro y caballos de guerra).
Los incas formaron un ejército fuerte acorde con las necesidades de su Estado
expansionista. Se dividía en grupos de guerreros profesionales y soldados
reclutados especialmente para cada campaña, y basaba su poder en la cantidad de
hombres, la eficiente logística, la férrea disciplina y moral de combate, y la
construcción de fortalezas militares. Las acciones bélicas guardaban un carácter
religioso.
El Estado Incaico planificó tanto las conquistas de pueblos vecinos como la defensa
del territorio propio. Su base fue un ejército bien dotado, una red de caminos que
facilitaban su desplazamiento y la construcción de grandes fortalezas que cumplían
como principal función la disuasión de posibles ataques y su contención, si se
producían.
Instrucción premilitar
Todos los hombres eran preparados para la guerra desde muy jóvenes. Entre los 10 y
18 años eran entrenados en el manejo de las armas y la lucha cuerpo a cuerpo. Todo
ello se complementaba con otras actividades físicas, como trepar cerros y cruzar
ríos. Aprendían también a espiar al enemigo, a imitar el grito de los animales y
enviar mensajes con señales de humo y el sonido de un tambor.21
El ejército
Todos los hombres entre los 25 y los 50 años estaban obligados a servir en el
ejército. Cada provincia del imperio debía aportar una cuota de reclutas según su
población, los que servían por riguroso turno e iban comandados por sus respectivos
jefes, no siendo mezclados, sino que permanecían bajo el mismo comando.
La mayor parte de los soldados eran campesinos (solo la guardia del Inca reinante
estaba compuesta por combatientes de oficio, casi todos de origen noble).
La jerarquía
Las tropas estaban divididos en grupos de 10, 100 y 1000 soldados o aucarunas, cada
una de las cuales estaban mandada por el chuncacamayoc, el pachacacamayoc y el
huarangacamayoc, respectivamente. El jefe supremo del ejército era el Inca, pero el
jefe ejecutivo era un pariente más cercano de su entera confianza, su príncipe
heredero o cualquier otro príncipe; era llamado el Apuquispay, cuyo nombre sugiere
el modo de impartir órdenes mediante una trompeta. También eran altos jefes los
hermanos, tíos y otros parientes cercanos del Inca que tuviesen grandes condiciones
guerreras, incluidas la valentía y la habilidad.22
Métodos de lucha
Pese a contar con un ejército formidable, los incas intentaban primeramente el
sometimiento voluntario y pacífico del pueblo que querían conquistar. Previamente
enviaban embajadas con ricos presentes, con lo que buscaban demostrar a dicho
pueblo todas las ventajas que sacarían si aceptaban la dominación inca. Si este
ofrecimiento era rechazado, entonces entraba en acción el ejército. Para tal
efecto, aislaban al enemigo y luego procedían al ataque. Lo iniciaban lanzando
proyectiles con sus hondas, estólicas y arcos; luego venía el combate cuerpo a
cuerpo, en el cual los incas eran expertos. Estos entraban en batalla dando
terribles alaridos y usaban con destreza sus mazas, hachas, lanzas y porras.26
Organización social
El Aillu
Artículo principal: Aillu
La base de la organización social del Tahuantinsuyo estuvo en el Aillu, palabra de
origen quechua y aimara que significa, entre otras cosas: comunidad, linaje,
genealogía, casta, género, parentesco. Puede definirse al aillu como el conjunto de
descendientes de un antepasado común, real o supuesto que trabajan la tierra en
forma colectiva y con un espíritu solidario.
En el Imperio todo se hacía por ayllus: el trabajo comunal de las tierras (tanto
las del pueblo mismo como las del Estado); las grandes obras públicas (caminos,
puentes, templos); el servicio militar y otras actividades.
El jefe del aillu o curaca era el anciano más recto y sabio, asesorado por un grupo
de ancianos. Sin embargo, cuando el peligro amenazaba, el mando militar lo ejercía
un sinchi, guerrero aguerrido y prudente, elegido entre los más fuertes del aillu.
Clases sociales
Nobleza:
La realeza o la corte imperial, conformada por el Inca (el monarca o rey), la Coya
(esposa principal del Inca) y los príncipes legítimos o auquis.28
Nobleza de Sangre, conformada por los descendientes de cada Inca, quienes
integraban los ayllus reales o panacas. Ejercían las más altas funciones, como
funcionarios imperiales, gobernadores, generales, sumos sacerdotes, etc.29
Nobleza de Privilegio, cuyos miembros no pertenecían a la familia real, sino que
eran nacidos del pueblo, pero que por sus grandes servicios prestados al Estado (en
las guerras, en el culto religioso, en las obras públicas, etc.) habían alcanzado
tal jerarquía. Tal era el caso de los jefes militares, los sacerdotes y las acllas
o escogidas.29
Nobleza de las nacionalidades derrotadas, es decir, los curacas y sus parentelas
que conformaban la aristocracia regional y local.30
Pueblo:
Los artesanos, es decir, los que hacían trabajos artesanales: los orfebres,
plateros, tejedores, olleros, chicheros, carpinteros, ojoteros. Los más reputados
eran los orfebres y plateros de la costa (como los chimúes), así como los tejedores
de tejidos finos de la región del Collao (cumbicamayocs).31
Los mercaderes, que era una clase muy especial dentro las poblaciones costeras, que
se ocupaban del trueque y del intercambio. Tal es el caso de los tratantes o
comerciantes chinchanos y los del extremo norte del imperio (costa del actual
Ecuador), donde eran conocidos como mindalás. Fueron los españoles quienes le
dieron el nombre de “mercaderes”, concepto ajeno a la mentalidad indígena, que
desconocía el uso de la moneda.32 Controlaban el comercio del spondylus, estaban
exonerados de los trabajos comunales y públicos, aunque tributaban en especie tanto
a su curaca como al Estado imperial.33
Los hatunrunas, que quiere decir hombres grandes, conformaban la gran masa del
pueblo que se dedicaba a las labores agrícolas y pastoriles, aunque también
prestaban su trabajo en las obras públicas. Vivían agrupados formando parte de los
ayllus. De entre ellos se elegían a los soldados, a los mitmas y a los yanas. Eran
los verdaderos sustentadores del imperio.34
Los pescadores, vivían a lo largo del litoral, en pueblos separados de las aldeas
campesinas y sin poseer tierras de cultivo, formando una clase social distinta. No
solo pescaban, sino que cazaban aves y cosechaban eneas que usaban como materia
prima para sus embarcaciones y chozas. Salaban los pescados y los intercambiaban
con otros productos.35
Los mitmas o mitmaqkunas, llamados también mitimaes, eran aquellos pobladores
quechuas enviados a colonizar los nuevos territorios conquistados y formar así una
barrera contra las poblaciones fronterizas todavía no dominadas por los Incas.
Había otro tipo de mitmas, los de las etnias sometidas, que como castigo a su
rebeldía, eran enviados a zonas distantes de su lugar de origen, para ser sometidos
a vigilancia. Este último tipo de mitimaes aumentó en los años inmediatamente
anteriores a la conquista española.3637
Los yanas, eran prisioneros de guerra o bien solo simples individuos desarraigados
de sus ayllus por capricho del Inca o del curaca para ejercer como siervos, en
tareas domésticas, agrarias y pastoriles. El Inca solía donar yanacunas a los altos
dignatarios, a los jefes guerreros y a los curacas. El estatus del yanacuna era de
por vida y lo transmitía a sus descendientes. De acuerdo a quien sirviera recibía
diversos nombres. Cuando lo hacían en beneficio de personas o familias, se los
llamaba yanas o yanacunas; cuando estaban al servicio del Inca y del Estados, se
los denominaba yanayacos o yanayacocunas.38
Las mamaconas o acllas, mujeres que desde temprana edad eran reclutadas de todo el
imperio para ser internadas en los acllahuasis. Allí se dedicaban a la fabricación
de textiles, la preparación de bebidas para los ritos, y otras labores; algunas
eran seleccionadas para convertirse en las esposas secundarias del Inca o para ser
entregadas como premio a los curacas y jefes principales.39
Las pampayrunas o mitahuarmis eran mujeres que por mandato del Estado estaban
obligadas a ejercer la prostitución, pero fuera de las poblaciones, en el campo. Se
trataba de mujeres prisioneras, capturadas en las guerras. Así se pretendía evitar
que hubieran violaciones u otro tipo de acoso de parte de los jóvenes solteros
hacia las muchachas o las mujeres casadas.40
Los piñas o pinas, eran prisioneros de guerra, que estaban en el último escalón de
la pirámide social del Imperio. De acuerdo a Waldemar Espinoza, estaban sometidos a
la esclavitud, pero solo al servicio del Inca y del Estado imperial; no había piñas
al servicio de particulares. Se los destinaba a las plantaciones de coca (cocales)
en la ceja de selva, donde el trabajo era muy extenuante.33 Sin embargo, no se
puede considerar esclavista al Estado inca, pues el número de esos piñas era ínfimo
en comparación con el número total de la población.
Economía
La economía incaica estaba basada en la previsión y planificación de todas las
etapas del proceso productivo. En el Tahuantinsuyo, nada estaba fuera del control
permanente y directo del Estado, que, haciendo suyas las experiencias tecnológicas
y culturales desarrolladas por las culturas preincas, organizó un aparato
productivo, fundamentalmente agrícola, que dio solución a los problemas de
alimentación, vestido, vivienda y seguridad social de una población cada vez más
numerosa.1
El trabajo
El trabajo era colectivo, pues siempre lo hacían con la intervención de todos los
miembros de la comunidad o aillu, los mismos que se ayudaban mutuamente unos a
otros. Modalidades de trabajo comunitario eran la mita, el ayni y la minca.43
El ayni.- Consistía en la ayuda mutua o recíproca que se prestaban las familias que
componían el aillu, principalmente en las labores del campo. Cuando un miembro del
aillu no podía labrar su parcela, venía otro a ayudarle en esa labor; luego aquel
devolvía el favor de similar manera.
La minca.- Consistía en el trabajo en masa que realizaban los ayllus para cultivar
las tierras del Inca y del Sol o cuidar sus rebaños. El Inca y los sacerdotes les
proporcionaban todo lo necesario: herramientas, vestidos, bebidas, etc.
La mita.- Era el trabajo obligatorio y por turno que debían prestar por tres meses
al año los varones de 25 a 50 años de edad en las grandes obras públicas: caminos,
puentes, templos, palacios, fortalezas, el laboreo de las minas, el cultivo de la
coca, el servicio militar, y también servicios como el de los chasquis y el de la
guardianía de los puentes.
Agricultura
Artículo principal: Agricultura incaica
Fueron más de 200 las variedades de papas cultivadas, que constituyen el mayor
aporte de los pueblos andinos a la alimentación mundial.
Los incas se valieron de varias técnicas para ganar terrenos de cultivo (andenes,
camellones, hoyas, pozas secas), así como usaron y ampliaron los sistemas de riego
heredados de las culturas preincaicas (acueductos y canales). Todo ello se amplía
en la sección de Tecnología agrícola.
Se estima que los incas cultivaron más de ochenta especies vegetales, entre ellas
especies alimenticias como la papa, el camote, el maíz, el olluco, la oca, la
quinua, el ají, el tomate, el maní, el pallar, la palta, la yuca y el frijol. Es de
destacar la papa, cuya domesticación ha sido el gran aporte de la civilización
andina para la alimentación mundial. Cultivaron más de 200 variedades de papa. Se
las consumía sancochadas, con cáscara y todo, y también se las sometía a procesos
de conservación, obteniendo la papaseca y el chuño.44
De acuerdo a los cronistas, las tierras del Imperio se dividían en tres sectores:46
Tierras del Sol, destinadas a la obtención del alimento necesario para la ofrenda
de los dioses y para el sustento de la clase sacerdotal encargada del culto.
Tierras del Inca o del Estado, destinadas a proporcionar alimento al Inca, su
familia, la nobleza y los funcionarios. De estas tierras se sacaba también alimento
para la gente que trabajaba al servicio del Inca, para los ejércitos en campaña y
para ayudar a los pueblos que por alguna catástrofe perdían sus cosechas. Estos
alimentos se guardaban en los graneros. Tanto las tierras del Sol como las del Inca
eran trabajadas en comunidad por el pueblo.
Tierras de las comunidades, eran de mayor extensión destinadas a los ayllus para
que obtuvieran su sustento. Cada año se hacía el reparto de estas tierras entre los
hombres y mujeres aptos para realizar las labores agrícolas. Cada hombre casado
recibía un tupu (o topo), otro por cada hijo varón y medio tupu por cada hija
mujer. De acuerdo a las informaciones del Inca Garcilaso, un tupu era igual a una
fanegada y media (2880 m²) y representaba una extensión de tierra donde se podía
sembrar un quintal de maíz (46 kg).47 En realidad, según la opinión de Baudin, un
tupu era el lote de terreno necesario para cultivar lo suficiente para una familia
sin niños. Su extensión debía variar según la clase de tierra.
Sin embargo, el sistema de propiedad de la tierra era mucho más complejo. Había
también tierras que eran de propiedad de los ayllus reales y de las panacas; otras
que eran destinadas para sustentar a las huacas en el mantenimiento de su culto;
otras que estaban en posesión de los curacas regionales o locales.4849
Ganadería
Artículo principal: Ganadería incaica
Criaron también el cuy, roedor andino que hasta hoy es la base de muchos potajes de
la gastronomía andina. Se los alimentaba con las hojas de las mazorcas de maíz
(panca) y hierbas. Se aprovechaba también una especie de cuy silvestre, llamado
cari.51 En la costa se criaba una especie de pato, hoy ya extinguido; también se
consumía la carne de perro, especialmente entre los huancas.52
Pesca
Los habitantes de las costas del Pacífico y de las riberas del lago Titicaca se
dedicaban a la pesca. De ella obtenían alimento, material para fabricar objetos
como peines, agujas y abono para la tierra. Para pescar usaban anzuelos, redes,
canastas y arpones. En la costa usaban desde remotos tiempos el famoso caballito de
totora, que era un haz de juncos dispuestos en forma de cigarro, sobre el cual
montaba el pescador, que para impulsarse usaba un pequeño remo. Se dice que esta
peculiar embarcación fue trasplantada por orden del inca Pachacútec a las orillas
del lago Titicaca, donde a partir de entonces se usan las ya tradicionales balsas
de totora.
Para la pesca más prolongada usaban balsas de madera impulsadas por una vela de
fibra de algodón, con las que se atrevían a incursionar más adentro del mar.
Comercio y navegación
Artes
Arquitectura y urbanismo
Artículo principal: Arquitectura incaica
Tres fueron las grandes características de la arquitectura inca: solidez, sencillez
y simetría.56 Las construcciones del pueblo fueron rústicas; en cambio, las
realizadas por el Estado inca para las funciones de la administración, la defensa y
el culto fueron complejas y monumentales. Esta arquitectura pública tiene un estilo
altamente funcional que se distingue principalmente por sus técnicas avanzadas de
planificación territorial, y el refinado uso de la piedra. En la costa el material
preferente era el adobe. Se mencionan tres momentos en esta arquitectura: el
ciclópeo o el de las grandes piedras; el poligonal o de las piedras de muchos
ángulos; y el imperial, con sus piedras en forma de sillares rectangulares o
cuadrados. Hasta hoy causa asombro el tamaño de las piedras en algunos edificios, y
el ensamblado de piedras de diferente forma y tamaño (alguna de hasta de doce
ángulos), sin usar argamasa y que encajan tan perfectamente que entre sus junturas
no pasa ni una hoja de papel.57 En cuanto al plano, los edificios son de base
rectangular y de un solo piso; característica netamente inca son los vanos de forma
trapezoidal.58
Los ejemplos más típicos de esta arquitectura se encuentran en la ciudad que fue la
capital de los incas, Cuzco, donde destacan Sacsayhuamán y el Coricancha. Otros
complejos importantes fueron las de Písac, Ollantaytambo y Machu Picchu.
El Coricancha, que significa recinto de oro, era el principal templo del Sol
situado en el Cuzco, que está construida con mampostería de piedra encajada
cuidadosamente sin argamasa (simulando una mazorca de maíz). Interiormente se
dividía en varias habitaciones con hornacinas destinadas a las ofrendas o las
imágenes: la principal estaba dedicada al Sol, con paredes recubiertas con planchas
de oro; y la segunda, dedicada a la Luna, cubierta con planchas de plata; y otras
había para Huiracocha, el trueno y el relámpago, y los dioses de las provincias
sometidas por los incas, aparte de las habitaciones de los sacerdotes y las
mamaconas.62 Sobre sus muros se eleva actualmente el Convento de Santo Domingo.63
Entre otros templos importantes que se conservan, cabe citar la de la Casa del Sol
en la isla del lago Titicaca; y el templo de las Tres Ventanas en Machu Picchu. En
cuanto a los palacios, se destaca el de las Ñustas, también localizado en Machu
Picchu; el Amarucancha y el Colcampata, en el Cuzco.
Es de destacar el sentido urbanista que dieron los incas a sus obras públicas. El
plano de sus ciudades estaba basado en un sistema de avenidas que convergían en una
plaza abierta rodeada de edificios administrativos y religiosos. Además, supieron
convertir en habitables terrenos naturalmente inhóspitos, cuando en Europa no
existía nada que se le equiparara, pues la geografía europea es benigna para la
habitabilidad del hombre (ni las montañas, ni los bosques, ni la altitud de los
terrenos alcanzan las dimensiones que el antiguo hombre peruano tuvo que vencer
para realizar sus proezas de arquitectura y urbanismo). El ordenamiento territorial
y urbano obedecían a una planificación y a un razonamiento lógico que hasta el día
de hoy puede observarse en los restos arqueológicos. Mientras tanto en la España de
su apogeo mundial (siglo xvi) no era posible ver el final de una calle, sin que se
atravesaran otras. El ordenamiento urbano llamado "moderno" no llegaría a Europa
sino varios siglos después.
Piedra de Saywite.
Especial mención requiere el quero o vaso ceremonial, que si bien los había de
cerámica, por lo general eran de madera de chonta. Se distinguen dos formas de
quero: el de forma campanular (como la de un vaso típico, con la boca más ancha que
la base) y el de forma escultórica (que por lo general adopta la forma de una
cabeza humana o la de un felino).70 Existen queros que tienen decoraciones
labradas, como aquel que representa una serpiente enroscada. Otros queros están
decorados con dibujos y diseños pintados con variedad de colores, pero por su
estilo se considera que son de la época colonial. Los propiamente de la época inca
serían los queros escultóricos o labrados.71
El prestigio alcanzado por la cerámica inca hizo que en muchos lugares conquistados
se copiara sus formas y decoraciones. Generalmente se producía una mezcla de los
estilos locales con el estilo inca, y se encuentran piezas chimú-inca, chancay-
inca, etc. Cuando llegaron los españoles, la alfarería inca perdió su función
mágica y ceremonial y se volvió utilitaria.
Pintura
Artículo principal: Pintura incaica
La pintura como arte fue ampliamente practicada por los incas, aunque sin alcanzar
los niveles de las culturas preincaicas, como la nasca y la moche.
Otro renglón dentro del arte pictórico fue la realización de una suerte de mapas
pintados que representaban un lugar o una región. El cronista Juan de Betanzos
cuenta que después de la victoria sobre los chancas obtenida por el príncipe Cusi
Yupanqui, los dignatarios cusqueños fueron al encuentro de este para ofrecerle la
borla y lo encontraron pintando los cambios que pensaba introducir en el Cuzco.
Esta práctica estaría confirmada por una afirmación en un juicio sostenido por las
etnias de Canta y de Chaclla en 1558-1570. Uno de los litigantes presentó ante la
Real Audiencia de Lima los dibujos de su valle indicando sus reclamos
territoriales, mientras los segundos exhibieron una maqueta de barro de todo el
valle. Pedro Sarmiento de Gamboa decía que al conquistar un valle se hacía una
maqueta y se le presentaba al Inca.
Orfebrería y platería
Los orfebres y plateros formaban una casta especial y tenían ciertos privilegios.
El orfebre era llamado cori camayoc; el platero, collque camayoc.76
Textilería
Artículo principal: Textilería incaica
Los incas conocieron los telares verticales y horizontales con los que crearon
variados tejidos de lana y algodón. Los tejidos finos que se han conservado son
motivo de admiración por su colorido y finura en la confección. Este tejido,
llamado cumbi o cumpi, estaba hecho de lana de vicuña, y cuando se le quería dar
calidad especial o aspecto vistoso, se le mezclaba con hilos de oro, pelos de lana
y murciélago, o se le recubría con plumas multicolores, o se adornaban con cuentas.
Estaba decorado con hermosos dibujos geométricos y naturales (tocapus). Los
elementos decorativos y el color realzaban la fineza y suavidad del tejido.
También crearon tejidos decorados con plumas de colores vivos, de los que se
conservan bastantes muestras en el ajuar de sus momias.
Música y danza
Los incas conocieron solo los instrumentos musicales de viento. Usaron flautas en
diversas variedades, como las quenas, antaras y otras, así como los pututos
(trompetas hechas de conchas marinas). También instrumentos de percusión como las
tinyas o tambores. La música incaica era de cinco notas fundamentales, es decir,
era pentatónica, en vez de la música de siete notas que hoy usamos.
Momificación
Según Del Busto, se considera a la momificación como un arte porque buscó la
belleza de los reyes incas y de los nobles fallecidos, ya que los incas
consideraban necesaria la conservación de sus cuerpos para asegurar la buena
fortuna a su linaje.77
Cuando llegaron los españoles, todas esas momias reales fueron escondidas. Según el
Inca Garcilaso, Juan Polo de Ondegardo descubrió cinco de ellas, “tres de reyes y
dos de reinas.” Algunas se hallaban en buen estado de conservación.79
Literatura
Artículo principal: Literatura incaica
Véase también: Poesía incaica
Los cronistas de la conquista y de la colonia han dado fe de la existencia de una
literatura quechua o incaica, que se transmitió de manera oral, siendo su principal
vehículo de transmisión el idioma quechua o runa simi, que los incas impusieron
como lengua oficial en todo el imperio. Se suele dividir en literatura cortesana y
literatura popular.
Literatura cortesana
Llamada así por haberse realizado en la corte de los Incas, era la literatura
oficial y su ejecución estaba encargada a los amautas o profesores y a los
quipucamayocs o bibliotecarios, que usaban el sistema mnemotécnico de los quipus o
cordones anudados. Tres fueron los géneros principales que cultivaron: el épico, el
didáctico y el dramático.
El género épico está representada por los poemas que expresaban la cosmología del
mundo andino (mitos de la creación, el diluvio, etc.), así como las que relataban
el origen de los incas (leyendas de los hermanos Ayar, de Manco Cápac y Mama Ocllo,
etc.).
El género didáctico abarcaba fábulas, apólogos, proverbios y cuentos, ejemplares de
los cuales han sido recogidos modernamente por diversos estudiosos.
El género dramático, que a decir del Inca Garcilaso, abarcaba comedias y tragedias,
buscando similes con la cultura occidental.80 En realidad, se trataban de
representaciones teatrales en donde se mezclaban danza, canto y liturgia. Se afirma
que el famoso drama Ollantay, cuya versión escrita data de la época colonial,
tendría un núcleo fundamental de origen incaico y una serie de interpolaciones
posteriores enderezadas a amoldarla al teatro hispano.
Literatura popular
Es la que surgió espontáneamente en el pueblo y en el campo. Abarca masivamente el
género lírico, es decir, composiciones poéticas que estaban unidas a la música y la
danza, y que por lo general eran entonadas en grandes masas corales, alternándose
hombres y mujeres. Estas manifestaciones formaban parte del quehacer cotidiano.
Funerales, fiestas, nupcias, peleas, guerras, etc. estaban enmarcados en una
ritualización expresada a través del arte. Son dos sus manifestaciones principales:
Ciencia y tecnología
La etnia inca, al igual que otras culturas andinas contemporáneas, no hicieron
grandes aportes a las ciencias y tecnologías. Lo que hicieron fue recoger y
aprovechar todo el legado cultural de civilización andina, que se remonta a Caral,
es decir al 3000 a. C. Al momento de fundarse el imperio inca, las diversas ramas
de las ciencias como la astronomía, las matemáticas y la medicina, así como las
variadas tecnologías aplicadas en la agricultura, la hidráulica y la arquitectura,
ya estaban inventadas, experimentadas y desarrolladas hasta su máxima perfección.
El mérito de los incas fue aprovechar costumbres, conocimientos y técnicas
milenarias, haciendo alguna que otra contribución, y luego, con ese sustento, crear
un Estado imperial cuyo fin era la unificación del mundo andino, pero cuya
consolidación definitiva se vio truncada por la invasión española.82
Hay que señalar además que lo que llamamos conocimientos científicos en el Perú
antiguo corresponden en realidad a una etapa precientífica, por la que también
pasaron otras grandes civilizaciones del mundo. Se trataba de saberes empíricos,
que se consolidaron a través de milenios de experiencia, y que tuvieron un carácter
eminentemente práctico. No hay evidencia que alguna vez el hombre del Perú
prehispánico haya hecho reflexiones teóricas ni formulaciones matemáticas. Es de
destacar también que en todos los dominios de la ciencia y técnica se inmiscuía la
magia y la religión. Es solo con la revolución científica ocurrida en Europa a
partir del siglo xvii que se puede hablar con propiedad de un desarrollo científico
en el mundo.83
Medicina
El Inca Garcilaso de la Vega asegura que efectuaban la sangría para curar diversas
dolencias, así como que usaban purgantes y vomitivos para la expulsión de parásitos
y otros humores.85
En muchos lugares del Perú todavía existe la figura del curandero y el hierbero,
que siguen utilizando los tratamientos heredados de la época prehispánica, a base
de hierbas y otros productos, lo que constituye la llamada medicina folklórica.
Lamentablemente, en la mayoría de los casos se trata de una herencia ya borrosa y
lejana de los grandes conocimientos del pasado, atenuados y mermados por la
Conquista española, la llamada "extirpación de idolatrías" católica. Las épocas
colonial y republicana continuaron este desarrollo de la destrucción cultural y
progresiva eliminación de los conocimientos ancestrales.
Matemáticas
Conocieron el sistema decimal, que lo aplicaron a la estadística de los quipus y a
la organización. También tuvieron grandes conocimientos de agrimensura, es decir,
la medición de tierras. En el arte de construir debieron también aplicarse
conocimientos científicos, si se tiene en cuenta los imponentes y bien ensamblados
que son algunos edificios, como Sacsayhuamán y Machu Picchu, que indudablemente
requirieron de una cuidadosa programación y cálculos físicos y matemáticos.
Astronomía
El año estaba dividido en 12 lunas de 30 días cada una, más una serie de días
complementarios. A cada luna o mes le correspondían festividades religiosas
acompañadas de ceremonias específicas. Según Guaman Poma de Ayala, el calendario de
ceremonias y festividades se dividía de la siguiente manera:
Historia
El que hacía de historiador entre los incas era el amauta, un funcionario adscrito
a la corte del Inca, cuyo papel era equivalente al de un maestro y cronista. Este
amauta conservaba la memoria de los hechos gloriosos del Inca y de sus antepasados
(que figuraban en la lista del Cápac cuna). Todo lo registraba, tanto las
ordenanzas y prohibiciones imperiales, como las guerras y victorias de los reyes
incas. Al no contar los incas con escritura, estas tradiciones se trasmitían de
manera oral. Pero algunos cronistas afirman que esta memoria se guardaba también a
través del sistema de los quipus, cuerdas de algodón de colores diversos y con
nudos desplegados a intervalos, de los que si se tiene certeza que se usaban en la
contabilidad. El experto en estos quipus se llamaba quipucamayoc.88
Metalurgia
Los metales los obtenían de los botines de las conquistas y de las explotaciones
mineras organizadas, que pertenecían tanto al Inca como a las comunidades,
obteniéndolas sin cavar muy profundamente la tierra. El oro lo sacaban mayormente
de las arenas de los ríos.
Los minerales los fundían en huayras o crisoles de tierra cocida, que colocaban en
las altas cumbres y cuyo fuego se avivaba con los vientos, o bien lo atizaban
soplando con canutos de cobre.
Tecnología agrícola
Andenes o terrazas, para evitar la erosión y aprovechar las laderas de los cerros.
Estaban constituidos por plataformas con superficies cultivables, reforzadas con
muros de contención de piedras, que iban escalando las laderas, adaptándose a las
sinuosidades del terreno. Viéndolas de lejos simulan enormes escalinatas.90
Acueductos o canales, en los valles costeños, herencia de las culturas preincaicas,
aunque otros fueron ejecutados bajo administración inca. También en la sierra se
construyeron canales.91
Waru waru o camellones, técnica heredada de las poblaciones del altiplano. Se
trataba de montículos artificiales de tierra, hechos para elevar las zonas de
cultivo por encima de la superficie natural del terreno; en torno a ellos
circulaban canales de agua. La idea era permitir un mejor drenaje en lugares donde
la tierra era poco permeable y estaba sujeta a frecuentes inundaciones, como en la
región del lago Titicaca. Los camellones hacían posible aprovechar mejor el agua,
evitando su rápida circulación.92
Huachaques u hoyas, realizadas en la costa, que consistían en excavaciones hondas y
muy anchas en zonas totalmente áridas, hasta alcanzar las capas húmedas del
subsuelo, donde se sembraba.93
Cochas o pozas secas que se llenaban en época de lluvias y que luego se usaban en
el riego. Eran muy empleadas en las tierras altas vecinas al lago Titicaca.94
También utilizaron abonos o fertilizantes, que consistían en excrementos de
camélidos y de cuyes, el pescado y, especialmente, el afamado guano de islas. Como
instrumentos agrícolas se usaron la chaquitaclla o arado de pie, y las azadas.93
Trabajo de la piedra
Quipu incaico
Los incas contaron con un ingenioso registro numérico a base de cuerdas y nudos
llamado quipus. Los nudos indicaban los números, del uno al diez, y el color del
cordón u otros detalles indicarían el tipo de bienes registrados, aunque hay que
destacar que esto último no era una regla común sino que tendía a variar. El
encargado de elaborar e interpretar el quipu era el quipucamayoc. El quipu es una
herencia cultural milenaria, pues en Caral se descubrieron quipus de 5000 años de
antigüedad.99
Dos probables formas de comunicación ideográfica fueron los tocapus y los quillcas:
Los tocapus o tocapos son recuadros en sucesión, cada uno de los cuales tienen un
diseño particular, a manera de figuras heráldicas. Suelen aparecer pintados en los
vasos o queros y en los tejidos incas. Se ha postulado que se traten de signos de
una escritura fonética, aunque otros consideran que son de la época colonial, y por
tanto, serían solo diseños artísticos influenciados por la cultura occidental.100
Quillca es una palabra quechua que indicaría un diseño pintado. Los españoles lo
tradujeron como escritura, aunque en realidad se tratarían de diseños pictográficos
realizados sobre peñas (petroglifos), pero no de símbolos fonéticos.100
Religión
Artículos principales: Religión incaica y Mitología incaica.
Los incas adoraban al dios sol al que llamaban Inti, así como a la luna y a los
fenómenos naturales.
El culto quechua, era presidido por el Inca, considerado hijo del sol y asistido
por los siguientes personajes: