Triduo A San Juan Bosco
Triduo A San Juan Bosco
Triduo A San Juan Bosco
(Del 29 al 31 de enero)
Oración de inicio
Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajasteis por la salvación de las almas, sed
nuestra guía en buscar el bien de la nuestra y la salvación del prójimo, ayudadnos a vencer las pasiones y el
respeto humano, enséñanos a amar a Jesús Sacramentado, a María Santísima Auxiliadora y obtenednos de
Dios una santa muerte, para que podamos un día hallarnos juntos en el Cielo. Así sea.
Oh Don Bosco Santo, cuando estabais en esta tierra no había nadie que acudiendo a Vos, no fuera, por Vos
mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona
¡cuánto debe arder vuestro gran corazón en amor hacia los necesitados! Ved, pues, mis presentes necesidades
y ayudadme obteniéndome del Señor (pídase la gracia).
También Vos habéis experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la
incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabéis qué cosa es
sufrir.
Ea, pues, oh Don Bosco Santo, volved hacia mí vuestra bondadosa mirada y obtenedme del Señor cuánto
pido, si es ventajoso para mí alma; o si no, obtenedme alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una
conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa
muerte. Así sea.
Oración final
Oh Don Bosco Santo, redoblad en nuestros corazones la devoción a la Santísima Eucaristía y a María
Auxiliadora de los Cristianos. Acrecentad en nosotros el celo por la propagación de la fe, un solícito esmero
por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas vocaciones sacerdotales, religiosas
y misioneras. Haced que en cada una de las naciones se fomente y arraigue la guerra contra la blasfemia y el
mal hablar y contra la prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para las diversas
formas de apostolado. Infundid en todos los corazones católicos la llama de vuestro celo, para que, viviendo
en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras buenas practicadas durante
ella.