Cuidado Con La Indiferencia para Con Dios

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TEMA: CUIDADO CON LA INDIFERENCIA PARA CON DIOS

TEXTO: SALMO 103:2-6

No podemos negar que una de las actitudes que más causan heridas y dolor en una
relación es la indiferencia.

La indiferencia se manifiesta en la falta de sensibilidad, en la ausencia de motivación y


de entusiasmo para hacer algo, es una frialdad afectiva. Muchas veces la indiferencia
está asociada a la arrogancia, al orgullo y a la soberbia.

Nosotros como cristianos tenemos que tener claro que nuestro Dios siempre busca de
nosotros una relación con cada uno de sus hijos.

Tenemos que saber que al Señor no le molesta la indiferencia de los inconversos, no le


duelen las actitudes de soberbia o de altanería de los que no son sus hijos, pero a él le
duelen las actitudes de indiferencia y de soberbia de nosotros sus hijos, que nos
llamamos hijos de Dios, pero no lo honramos como nuestro Padre ​(Malaquías 1:6)

En el texto que leímos para comenzar se nos dice que no debemos olvidar todo lo que
Dios ha hecho por nosotros y por nuestra familia: ​(Salmo 103:2-6)

● Nuestro Dios nos ha perdonado todos nuestros pecados ​(vs 3a)

● Nos ha sanado de nuestras enfermedades, hemos experimentado su poder


sanador en nosotros y en nuestra familia. ​(Vs 3b)

● Nos ha rescatado cuando pensábamos que ya no teníamos salida, su mano de


amor y poder se extendió para rescatarnos de las situaciones más difíciles de
nuestra vida.​ (Vs 4a)

● No ha llenado de favores y de misericordia aun cuando nadie quería o nadie


podía ayudarnos. ​(Vs 4b)

● Nos ha dado provisión aun mas de lo que necesitamos, nos ha saciado, nada
nos ha hecho falta. ​(Vs 5)

● Ha sido nuestro defensor, ha sido nuestro abogado, él ha sido quien nos ha


dado la victoria aun ante los enemigos más fuertes ​(vs 6)

Pero lastimosamente lo primero que nos dice la palabra en el ​Salmo 103​, es lo primero
que muchos de nosotros hemos hecho ​(vs 2) nos hemos olvidado de todo lo que
nuestro Dios ha hecho por nosotros, y ahora tenemos actitudes de indiferencia para
con el Señor.
¿Cuáles son algunas de esas actitudes indiferentes que muchos cristianos tenemos
para con nuestro Dios a pesar de todas las bendiciones y maravillas que él ha hecho
en nuestra vida? Veamos lo que nos enseña la palabra de Dios:

I) CUANDO COMENZAMOS A MENOSPRECIAR LA MESA DE DIOS (MALAQUIAS


1:6-7)

Cada día en nuestras iglesias cristianas se sirve el pan espiritual que da vida, y ese
pan es la palabra de Dios, pero lastimosamente muchas personas que han
experimentado en sus vidas las maravillas de Dios, que han sido sanadas por su poder,
que han sido protegidas por su mano, que han sido perdonados por su misericordia,
simplemente tienen cosas “mejores” que hacer.

Algunos están muy ocupados como para ir a sentarse a la mesa de Dios, están llenos
de afanes de este mundo y no tienen tiempo para el Señor

II) CUANDO NOS OLVIDAMOS DE LAS PROMESAS QUE HICIMOS EN TIEMPOS


DE AFLICCIÓN (ECLESIASTÉS 5:4-5)

Mucho de nosotros en tiempos de aflicción hacemos promesas al Señor, pero


lastimosamente cuando el Señor nos saca de la prueba “Nos olvidamos” de nuestras
promesas,

Aunque en realidad no es que nos olvidemos, sino que nos volvemos indiferentes en
nuestro corazón, no tenemos agradecimiento para nuestro Dios que rescato del hoyo
nuestra vida, que nos sanó de nuestras dolencias.

Este dia el Señor nos hace un llamado a no ser indiferente a las promesas que le
hemos hecho, tenemos que cumplir lo que le prometimos ​(Salmo 66:13-14)

III) CUANDO SIEMPRE TENEMOS UNA EXCUSA PARA LAS COSAS DE DIOS
(LUCAS 14:16:20)

Cuando estamos pasando por los tiempos de aflicción, de enfermedad, de escasez,


buscamos insistentemente al Señor, en la iglesia, en oración, en ayunos, le servimos,
etc. nuestra boca en esos tiempos está llena de alabanza y adoración.

Pero lastimosamente cuando pasa la aflicción, nuestra boca se llena ya no de


alabanzas sino de excusas para no buscar al Señor.

CONCLUSIÓN​: Reflexionemos cada uno de nosotros y reconozcamos la indiferencia


que hay en nuestra vida, nos nos olvidemos del Señor, ni de todas sus bendiciones
para nuestra vida, tengamos un corazón agradecido para nuestro Dios.

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