BOOKLET. Modernismo y La Vida de Rubén Darío

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MODERNISMO

Nombre:

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Contexto geográfico e histórico: la crisis de fin de siglo

Debido a diversos factores derivados de las trasformaciones sociales, políticas,


filosóficas e incluso científicas, la sociedad occidental desde finales del siglo XIX hasta
los primeros años del siglo XX sufre un período de crisis durante el que se cuestionan
principios y valores que hasta ese momento habían permanecido intactos. De esta crisis
nace un sentimiento de malestar, heredero del movimiento romántico.
En Europa occidental entran en crisis los valores de la sociedad burguesa
decimonónica. Por una parte se quiebra la fe en el progreso al comprobar los
desequilibrios sociales, por ejemplo en el hacinamiento del proletariado industrial en
zonas urbanas o el urbanismo descontrolado. Surgen conflictos entre el poder
establecido y movimientos marxistas o anarquistas. Por otra, se cuestionan los principios
filosóficos, morales y religiosos por la sensación de que el mundo es un caos regido por
una voluntad ciega que deja indefenso al ser humano. Se desarrollan corrientes de
pensamiento como el existencialismo o el irracionalismo de Nietzsche.

Contexto artístico

Ante esta conciencia de crisis, los artistas en general adoptan algunos rasgos
comunes, entre los que sobresalen la misma actitud de insatisfacción ante la realidad y
una misma actitud ante el arte literario: rechazo del prosaísmo y renovación del lenguaje
de tendencia simbolista.
Los jóvenes artistas de toda Europa se rebelan contra los valores que han sustentado
esta situación, como el positivismo o el utilitarismo, los valores más representativos de la
burguesía; así como contra el arte que lo había reflejado, el Realismo. Frente a estos
valores tan materialistas y a esta estética tan ramplona, se buscan otros caminos en una
actitud de rebeldía de clara raíz romántica, que se caracteriza por su exaltación del
irracionalismo o del esoterismo; la preferencia por formas de vida antisocial: la vida
bohemia, las drogas, el alcohol, etc.; y la defensa de la creación artística como una
actividad despreocupada y sin sentido utilitario, que persigue la belleza en sí misma.
En este contexto surgen o se desarrollan una serie de movimientos artísticos que
conectan con esta actitud de rechazo y que influirán de una u otra manera en la literatura
española de principios de siglo:
a. Parnasianismo: Los parnasianos buscarán por encima de todas las cosas la
perfección formal de la obra literaria. Representa un intento de alejarse de la realidad
de su época por medio de la creación de otra realidad artificial en la que sólo importa
la belleza. El esteticismo y el deseo de evasión o escapismo serán las notas
distintivas del Parnasianismo. Los parnasianos seleccionan y describe obras de arte,
objetos, personajes o escenas históricas... por su belleza externa sin entrar en la
intimidad. Se trata del «arte por el arte».
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b. El Decadentismo, que exalta lo que hay en la sociedad de perverso e irracional de
manera que el artista adopta una aristocrática actitud de desdén al mismo tiempo que
bucea en los placeres socialmente prohibidos como la sexualidad depravada o las
drogas.
c. El Simbolismo, la corriente literaria más importante. Para los simbolistas las palabras
encierran una serie de connotaciones y sugerencias que van más allá de su
significado lógico. Estas resonancias permiten establecer asociaciones irracionales
(esto es, correspondencias) entre los distintos campos de la realidad. El poema no
vale por lo que dice sino por lo que sugiere. Los simbolistas también reaccionan
contra un arte que se limita a representar la realidad. Ellos se proponen ir más allá de
lo que se puede percibir por los sentidos. La misión del artista será la de descubrir
esas “otras realidades” que existen tras la realidad aparente y luchar con el lenguaje
para intentar sugerirlas al lector.
d. El Impresionismo: en este caso se trata de una técnica pictórica que consiste en la
eliminación de las líneas, en sustentar la pintura en manchas de colores y en la
influencia de la luz. Estas manchas, al tomar distancia, van conformando una imagen
(es decir, producen una determinada impresión) en el ojo del que mira la pintura. Del
impresionismo la literatura toma la tendencia a no ofrecer un retrato completo y
detallado de la realidad sino a presentar elementos inconexos con los que la mente
del lector conforma una imagen o una escena.

El
modernismo

Orígenes

En sus orígenes el término modernista fue usado para llamar despectivamente a los
jóvenes artistas que con su actitud rebelde y su tipo de vida bohemio se mostraban
inconformistas con el tipo de vida burgués (al que, por cierto, pertenecían). Con el
tiempo el término Modernismo se empleará para designar un movimiento de renovación
estética y del lenguaje poético que busca la belleza absoluta y la perfección de las
formas. El modernismo literario surge en Latinoamérica hacia 1880, encabezado por el
cubano José Martí y el nicaragüense Rubén Darío, como réplica de América Latina a la
tradición literaria española: es una afirmación de sus raíces americanas. Será Darío, con
sus viajes, el que introduzca el modernismo en España. Sin embargo, en España el
modernismo fue menos brillante, exótico y atrevido que en América. Su gusto por lo
sensual y por lo sensitivo dio lugar a una corriente más intimista e introspectiva.

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Características

El movimiento modernista supone el rechazo de la realidad cotidiana e inmediata. Ante


esta situación, el escritor tiene dos alternativas: crear un mundo imaginario o buscar una
respuesta en su interior. La primera opción da lugar al modernismo más externo, visual,
ornamental y exótico; la segunda, al modernismo más intimista.
El modernismo exótico sitúa la acción en espacios irreales y puebla los poemas de
hadas, ninfas, centauros, caballeros y princesas. Los modernistas se sienten atraídos
por lo raro, lo extravagante y lo novedoso; y en general por todo aquello que pueda
aportar preciosismo y sensualidad: la India de las mil y una noches, los imperios
asiáticos, la cultura y mitología griega, la historia antigua, el mundo caballeresco, etc.
El modernismo intimista es la respuesta del poeta a su melancolía, sus
preocupaciones internas y su angustia, que, en ocasiones, es casi existencial. El
pesimismo, el desencanto y la fala de una creencia religiosa firme afloran en numerosos
poemas. Es la expresión de un descontento ante la vida, un interés por la muerte, la
soledad, la melancolía, la nocturnidad y el crepúsculo, etc.

Temas fundamentales:
Ø Una desazón “romántica: la influencia de Bécquer es evidente en sus textos:
rechazo de una sociedad vulgar (“Yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó
nacer”, decía Darío); parecida sensación de desarraigo, de soledad… La defensa de
las pasiones y de lo irracional volverá a dar paso al misterio, a lo fantástico, a los
sueños… Pero lo más importante son las manifestaciones de hastío y de profunda
tristeza; por ello, la melancolía y la angustia son sentimientos centrales (ejemplo:
“Sonatina” de Prosas profanas o “Lo fatal” de Cantos de vida y esperanza). Reflejo de
estos sentimientos es la presencia de lo otoñal, de lo crepuscular, de la noche, etc.
Ø Escapismo: huye de la mediocridad evadiéndose en el tiempo y en el espacio. En el
tiempo se retrocede al pasado nacional, fuente de evocaciones históricas y
legendarias, o al mundo sensual de la mitología clásica. En el espacio es relevante el
gusto por lo oriental y lo exótico. Descontento con la realidad que se le ofrece, el
poeta se refugia en otra, creada por él a su gusto, en escenarios lejanos o inventados.
Ø El cosmopolitismo: el deseo de evadirse, de buscar algo distinto determina el interés
por viajar que sintió no sólo Rubén Darío sino todos los modernistas (“Tuvimos que
ser políglotas y cosmopolitas”, decía el poeta). El cosmopolitismo desembocó en la
devoción por París, ciudad que representa el mundo al que aspiraban, su vida
nocturna, los cabarets, la bohemia, etc.
Ø El amor y el erotismo: el tratamiento de ambos apunta en dos direcciones: una, la
idealización del amor y de la mujer, mundo inalcanzable que sume al poeta en la más
profunda insatisfacción y tristeza; otra, el erotismo desenfrenado, encarnado en la
mujer fatal, lasciva y dominadora. Ejemplo de estos temas son textos como “Que el
amor no admite cuerdas reflexiones” de Prosas profanas, o “Venus” de Azul.

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Ø El cultivo de temas indígenas e hispánicos convive con el afán cosmopolita. En un
primer momento cultiva esta temática –mitos y leyendas de las culturas
precolombinas y española- como forma de evasión de la realidad circundante,
posteriormente como exaltación de lo hispano frente al poder dominante de los
Estados Unidos. Con sus Cantos de vida y esperanza, Rubén Darío exalta lo español
como un conjunto de valores humanos y culturales frente a la civilización yanqui.

Renovación estética:
Es precisamente en el culto a la belleza de la palabra donde muestra su ruptura con la
tradición anterior. Enriqueció enormemente el lenguaje poético mediante la utilización
de variados recursos:
ü Recursos que aportan musicalidad: los recursos de repetición, pero sobre todo
aliteraciones y juegos fónicos variados. Con esta finalidad emplea de forma
abundante palabras esdrújulas.
ü Recursos que aluden a lo sensorial: la poesía se dirige directamente a los sentidos,
de ahí la utilización copiosa de sinestesias (“verso azul”) y la adjetivación referida al
color, al sonido, al tacto,… a través de la cual se intenta captar un mundo lleno de
goce y belleza.
ü Riqueza verbal y capacidad de sugestión: las metáforas deslumbrantes y el adjetivo
se convierten en recursos decisivos; además de la utilización de un léxico extraño,
poco habitual: cultismos, neologismos, arcaísmos, palabras exóticas…

Renovación métrica:
La obra de Rubén Darío es, desde el punto de vista métrico, la más variada y rica en
lengua castellana. A la vez que cultiva con acierto composiciones clásicas, introduce en
ellas audaces novedades, como el soneto de versos alejandrinos. Además de emplear
versos hasta entonces prácticamente inexplorados como los de 15 y 17, Darío recupera
el eneasílabo y el alejandrino, versos que habían caído en desuso.

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La vida de Rubén Darío

El poeta que hoy se conoce como Rubén Darío,


padre del modernismo, nació con el nombre Félix
Rubén García Sarmiento en Metapa (hoy Ciudad
Darío), Nicaragua en 1867. De niño, sus padres se
separaron y su madre fue a vivir con otro hombre en
Honduras, dejando a Darío al cuidado de sus tíos
abuelos. El poeta eventualmente decidió usar el
antiguo apellido familiar Darío.

Educado por los jesuitas, Darío fue un lector precoz


y comenzó a escribir sus primeros versos a
temprana edad.

De hecho, publicó su primer poema a los 13 años en


un periódico local.

En 1887, después de haberse trasladado a Chile,


logró publicar su primer libro de poemas Abrojos. El
año siguiente salió Azul . . . , uno de sus libros más
importantes, marcando el comienzo del modernismo. Además de poeta, fue
corresponsal para el diario La Nación, de Buenos Aires, y luego director del diario La
Unión, en El Salvador. Fue en este país, donde contrajo matrimonio con Rafaela
Contreras en 1890. Un año después, nació su primer hijo, Rubén Darío Contreras.

En 1892, el poeta viajó por primera vez a Madrid, dando comienzo a una vida de
trotamundos, alternando entre París, Madrid y países latinoamericanos. Colaboró con
periódicos importantes y desempeñó varios cargos diplomáticos, entre ellos: cónsul
honorífico de Colombia, en Buenos Aires, ciudad en la que publicó Prosas profanas y
otros poemas; y embajador de Nicaragua en Madrid, donde publicó Cantos de vida y
esperanza (1905).

A nivel personal, tampoco había mucha estabilidad. Su esposa falleció en 1893 y ese
mismo año el poeta se casó con Rosario Murillo. En Madrid comenzó una relación con
Francisca Sánchez del Pozo, estando aún casada con Rosario. Con Francisca tuvo
cuatro hijos, pero sólo uno, Rubén Darío Sánchez, sobrevivió más allá de la infancia.

Llevó una vida de embriaguez, mujeres y desenfreno. Por varios años luchó contra el
alcoholismo, perjudicando su salud, y en 1916 cayó enfermo y falleció a los 49 años de
edad en su Nicaragua natal.

A pesar de su muerte prematura, fue un escritor prolífico y considerado uno de los


mejores poetas de la lengua española. Sus obras más importantes son Azul, Prosas
profanas y otros poemas, y Cantos de vida y esperanza.

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Azul:

Azul . . . (1888) es el primer libro modernista de Darío. Consiste en prosa y poesía,


pero la renovación modernista aparece más en la prosa. Azul . . . representa el inicio
del cambio y el comienzo de su experimentación.

En la poesía, emplea una gran variedad de estrofas y de metros, pero da prioridad


al alejandrino. Como en otros libros, es evidente el culturalismo, con abundantes
referencias a la mitología griega. Las descripciones son muy suntuosas y el uso
abundante de adjetivos resalta la belleza, el decorativismo y la naturaleza domesticada
(flores en floreros, jardines, etc.). Es evidente la influencia del parnasianismo francés,
evadiendo la sociedad de su tiempo y refugiándose en lo antiguo, exótico, bello y
aristocrático, como los mitos griegos, los jardines franceses y los cisnes.

Buen ejemplo de esta influencia es el cuento "El rey burgués", una crítica de la
sociedad burguesa en el que aparecen muchas de estas imágenes.

Prosas profanas y otros poemas:

Prosas profanas y otros poemas (1896) representa la culminación y plenitud del


modernismo. Darío ejerce control absoluto sobre la forma y emplea el simbolismo. El
título del libro es subversivo dado que quiere unir lo sagrado con lo profano: “prosa” es
una palabra arcaica que se refiere a misas cantadas y “profano” es todo lo opuesto a lo
religioso. Como en Azul . . . , la naturaleza aparece domesticada y es un libro muy
sensual con alusiones a todos los sentidos como en el poema "Era un aire suave".
Aparece el exotisimo, la mitología greco-latina, como en "Coloquio de los centauros", e
imagénes modernistas como cisnes, perlas, encaje y flores.

En "Sonatina", uno de sus poemas más conocidos que comienza con el verso: "La
princesa está triste . . . ¿qué tendrá la princesa?", resalta lo precioso y extranjero (tules,
marmól, cisnes, y los jazmines del Oriente).

Cantos de vida y esperanza:

Después de Prosas profanas, Darío comienza a usar un tono más conversacional y


verso libre en Cantos de vida y esperanza: Los cisnes y otros poemas (1905), que
muchos consideran ser su obra más importante. Es un libro menos experimental y más
profundo, existencialista e intimista, sin abandonar las imágenes modernistas de sus
libros anteriores. También aparecen en este poemario el tema de la hispanidad y una
crítica al imperialismo estadounidense. A pesar del título optimista y las exaltaciones
gozosas de la vida, hay un trasfondo de angustia y pesimismo.

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1. Este poema es muy representativo de la estética modernista, perteneciente a Prosas profanas, Darío
condensa la sensualidad, el exotismo, los tópicos y los efectos rítmicos y sonoros de la nueva poesía.

La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
Los suspiros se escapan de su boca de fresa, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color. ni los cisnes unánimes en el lago de azur3.
La princesa está pálida en su silla de oro, Y están tristes las flores por la flor de la corte;
está mudo el teclado de su clave sonoro; los jazmines de Oriente, los nelumbos4 del Norte,
y en un vaso olvidada se desmaya una flor. de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Parlanchina, la dueña dice cosas banales, Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón. en la jaula de mármol del palacio real,
La princesa no ríe, la princesa no siente; el palacio soberbio que vigilan los guardas,
la princesa persigue por el cielo de Oriente que custodian cien negros con sus cien alabardas,
la libélula vaga de una vaga ilusión. un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda1 o de China, ¡Oh, quién fuera hipsipila5 que dejó la crisálida!
o en el que ha detenido su carroza argentina (La princesa está triste. La princesa está pálida.)
para ver de sus ojos la dulzura de luz, ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
o en el rey de las Islas de las rosas fragantes, ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
o en el que es soberano de los claros diamantes, (La princesa está pálida. La princesa está triste.),
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz2? más brillante que el alba, más hermoso que abril!

¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa “¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, en caballo con alas, hacia acá se encamina,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar, en el cinto la espada y en la mano el azor,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo, el feliz caballero que te adora sin verte,
saludar a los lirios con los versos de mayo, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar. a encenderte los labios con su beso de amor!”

1. Golconda: Imperio de la India, famoso por sus minas de diamantes.


2. Ormuz: ciudad del Golfo Pérsico, importante para el comercio con la India,
hoy en ruinas.
3. azur: color azul oscuro, que aquí se traslada de la heráldica a las aguas del
lago.
4. nelumblos: plantas acuáticas de gran tamaño, con flores blancas o amarillas y
hojas ovaladas.
5. hipsipila: mariposa que ha abandonado el estado de larva.

a) Analiza métricamente las dos primeras estrofas.


b) Busca ejemplos de metáforas, paralelismos,
anáforas, personificaciones y aliteraciones.
c) Extrae del texto términos que expresen sensaciones
cromáticas, luminosas y auditivas.
d) Busca en el texto referencias temporales y
espaciales de carácter legendario y exótico, que
reflejen el gusto modernista por esos temas.
e) Comenta qué motivos propios de la estética
modernista contribuyen a crear un mundo irreal de
belleza, lujo y ostentación.
f) Relaciona el estado de ánimo de la princesa, lo que
quiere y no quiere, y el consuelo que le propone el
hada madrina con la mentalidad modernista.

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2. Este poema, titulado “Lo fatal”, cierra el libro Cantos de vida y esperanza. Nos ofrece un Rubén íntimo,
despojado de los ropajes modernistas y preocupado por cuestiones vitales profundas.

LO  FATAL  

Dichoso  el  árbol,  que  es  apenas  sensitivo,  


y  más  la  piedra  dura  porque  esa  ya  no  siente,  
pues  no  hay  dolor  más  grande  que  el  dolor  de  ser  vivo,  
ni  mayor  pesadumbre  que  la  vida  consciente.  

Ser  y  no  saber  nada,  y  ser  sin  rumbo  cierto,  


y  el  temor  de  haber  sido  y  un  futuro  terror...  
Y  el  espanto  seguro  de  estar  mañana  muerto,  
y  sufrir  por  la  vida  y  por  la  sombra  y  por  

lo  que  no  conocemos  y  apenas  sospechamos,  


y  la  carne  que  tienta  con  sus  frescos  racimos,  
y  la  tumba  que  aguarda  con  sus  fúnebres  ramos,  

¡y  no  saber  adónde  vamos,  


ni  de  dónde  venimos!...  

Rubén  Dario,  Cantos  de  Vida  y  Esperanza  (1905)  

a) Comenta cómo se resalta la angustia y el dolor de la existencia humana en los primeros


versos.
b) Explica cómo se insiste en la desorientación de la persona y el sinsentido de la vida
humana. Indica qué recurso se emplea para ello.
c) Señala los versos que contrastan lo bueno de la vida frente a la muerte, y explica qué
recurso se usa para ello.
d) Explica el contenido sentimental del poema como expresión de la temática y de la estética
intimista, tan distinta de la del modernismo exótico.
e) Menciona y explica el tópico literario más representativo en este poema.

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