Historia Genealogica de Las Familias Mas Antiguas de Mexico Primera Parte Tomo I 1048420

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HISTORIA GENEALÓGICA

DE LAS

Familias más Antiguas de México

Tercera Edición
Corregida y aumentada con profusión de datos y documentos históricos
é ¡lustrada con hermosas cromolitografías, por

D. RICARDO ORTEGA Y PEREZ GALLARDO

La Segunda Edición de esta Obra fue Premiada con Medalla de Oro


en la Exposición Universal de St. Louis Mo.,
Estados Unidos de América.

MEXICO,
A. CARRANZA Y COMPAÑIA, IMPRESORES.
Callejón de 57 Número 7.

■9°5 z
PROSPECTO.

AMOS á hacer la historia de las principales familias que


han brillado en la sociedad de México desde que, consu­
mada la conquista española hace cerca de cuatrocientos
años, empezó á formarse la raza criolla mexicana que tan­
tos hombres ilustres ha producido para la sociedad, para
el Foro, para la Iglesia, para las Ciencias y para el Go-
bierno de nuestro país.
En la reseña histórica de las principales familias mexicanas, guar­
dada en los archivos particulares, se registran muchos episodios de
los acontecimientos patrios é infinidad de sucesos, olvidados ó des­
conocidos hasta hoy por los historiadores y cuyo conocimiento con­
tribuirá en gran parte á ilustrar la Historia de México. En los tiem­
pos del sistema colonial y en los de la Independencia, los hijos de las
más ilustres y antiguas casas mexicanas desempeñaron importantes
puestos públicos, pusieron sus riquezas á disposición de la madre pa­
tria, derramaron por ella su sangre, capitanearon las tropas que las
autoridades coloniales enviaban á Filipinas, á Cuba, Florida, Jamaica
y á todas aquellas tierras en que ondeaba el pabellón español; toma­
ron después participio activo en las guerras de insurrección y en el
gobierno de la ya emancipada colonia, sin romper por ello los víncu­
los de amor que ligaban su historia con la de la gloriosa España, pues­
to que la sangre ázteca de Moctezuma y de Cuauhtemoc, unida á la
hispana de Cortés y los Vélaseos, circula por las venas de muchos
PROSPECTO. o
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patricios europeos y aun de personajes que han ocupado los tronos


del Viejo Mundo.
Estas familias y sus descendientes, animados del espíritu caballe­
resco y emprendedor que caracteriza á la raza española, continua­
ron la obra de la nacionalidad que encontraron empezada, siendo
muchas las poblaciones que fundaron para ensanchar los límites de la
Colonia, muchas las fincas de campo que formaron y que tanto
contribuyeron al desarrollo de la riqueza de la Nueva España, tras-
formándola rápidamente y dotando sus antes desiertas comarcas con
los adelantos de la civilización, explotando sus tesoros mineros y ha­
ciendo que la agricultura, la industria y la minería guarden en sus
anales los nombres de aquellos varones esforzados y activos que die-
ron fama, auge y esplendor á la tierra en que vinieron á establecerse
y en la que nacieron sus hijos.
Los nombres de los Vélaseos, los Obregones, los Terreros, los
Suárez Peredo, los Villapuentes, los Cervantes, los Arellanos y tantos
y tantos otros, perdurarán en lo anales mexicanos y siempre serán I
mencionados con legítimo orgullo por nosotros. Muchos de ellos xa
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prestaron tan notorios servicios á la Corona, que merecieron ser
agraciados con’títulos de Castilla; y otros alcanzaron de la Repúbli­
ca el ser contados en el número de los beneméritos de la Patria.
Relatar, pues, la historia de todas y cada una de esas familias, ha­
i
cer la biografía de aquellos de sus miembros que más se distinguie­
ron y reunir todas las noticias que de ellos se guarda en numerosos
y distintos archivos que algún día pueden desaparecer, en un libro que
merezca ser consultado con fruto por los anticuarios y los historió­
grafos, por los literatos y por los aficionados á la heráldica y á la ge­
nealogía, no es .tarea ociosa ó inútil, sino trabajo meritorio y curioso,
que apreciaran, no sólo actuales descendientes de esas familias, sí
que también los hombres de estudio que saben cuántos afanes, cuán -
tos desvelos y cuanta labor representa una obra de la naturaleza de
la que hoy damos á la estampa.
La “HISTORIA GENEALÓGICA DE LAS FAMILIAS MÁS
ANTIGUAS DE MÉXICO” es la misma que con el título de “ES­
TUDIOS GENEALÓGICOS publicó su autor, primero en las co­
e
lumnas del diario metropolitano “El Nacional” y después en edición í
especial que con ese título vió la luz en 1902, que tan buena aceptación (®

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III

obtuvo y que alcanzó ser premiada CON MEDALLA DE ORO en


la reciente Exposición Universal de San Luis Missouri. Esta tercera
edición va enriquecida con nuevos y curiosos datos recopilados con
mucha paciencia y empleando no poco tiempo, é ilustrada con la co­
pia de los títulos de nobleza y con los diversos escudos y blasones
que fueron concedidos á los titulados ó á sus antecesores.
Con el fin de que la parte material corresponda al objeto, no se ha
omitido esfuerzo alguno, ni se han escatimado los gastos cuantiosos
que demanda la rica edición que hoy presentamos, así en la parte ti­
pográfica como en los escudos y blasones que la ilustran y comple­
mentan.

CONDICIONES.

Esta obra comprenderá cuatro partes.


La primera tratará de las familias que por concesión de los Re­
yes de España tuvieron títulos de nobleza; de cada uno de estos
& títulos se publicará el escudo de armas con los colores heráldicos
3
correspondientes, la copia del respectivo título de nobleza y una no­
ticia genealógica en que figurarán todos los miembros de la familia,
desde el tronco de ella hasta los actuales descendientes; esa noticia
irá adicionada con pequeñas notas biográficas sobre las personas que
por algún motivo se distinguieron en la política, en la Iglesia, en las
armas ó en las letras.
Los títulos comprendidos en la primera parte son, entre otros:

Duques de Regla.

MARQUESES.

Marqués de Altamira. Marqués de Guadalupe Gallardo.


99 del Apartado. 99 de Herrera,
99 de Cadena. 99 del Jaral del Berrio.

de Castañiza. 99 de Monserrate.
del Castillo de Ayza. 99 de Morante,

de Ciria. 99 de Moneada.

------------
PROSPECTO.

Marqués de Ovando, Marqués de San Cristóbal,


de Prado Alegre,
99
de San Juan de Rayas,
99

de Panuco,
99
de Salvatierra,
99

del Real del Mezquital.


99
de Santa Fe de Guardiola.
99

de Rivascacho.
>9
de San Román,
99

de Salinas,
99
de Uluapa.
99

de San Miguel de Aguayo,


99 del Valle de Oaxaca.
99

de San Jorge,
99
de Villahermosa de Alfaro.
99

de San Francisco,
99 dé Vivanco.
99

de Selva Nevada,
99 de la Villa del Villar del
99

de San Clemente.
99 Aguila.

CONDES

Conde de Agreda, Conde de Pérez Gálvez.


99 de Agüero, 99 de San Mateo Valparaíso,
99 de Alcaráz. 99 de San Bartolomé de Jala,
99 de Bassoco. 99 de Sierra Gorda.
99 de Casa Flores, 99 de Santa María de Guadalupe
99 de la Cortina, del Peñasco.
99 de Casa Loja. 99 de San Pedro de Rábago.
99 de Casa de Heras Soto, de San Pedro del Alamo,
99 de Casa Rui. 99 de Santa María de Regla,
99 de Medina Torre, 99 de Santiago.
99 de Moctezuma, 99 de Tepa.
19 de Miraflores. 99 de la Valenciana, G
19 de Miravalle. 99 del Valle de Oploca, y
99 de la Presa de Jalpa. 99 del Valle de Orizaba.
Mariscales de Castilla.—Barones de San Carlos.—Vizconde de San Miguel.

La segunda parte se referirá á las familias mexicanas notables que,


aunque no poseedoras de títulos de Castilla, tenían ejecutorias de no­
bleza ó descendían de nobles no titulados; se publicará también el
escudo de armas á colores, la ejecutoria en la parte conducente y la
genealogía, desde el origen de la familia hasta la actual descenden­
cia, con las pertinentes notas biográficas.
Contendrá la tercera parte una noticia exacta de todos los mexica­
nos que desde el siglo XVI hasta 1821, fueron condecorados por los re­
yes de España, y otra de los condecorados por el Sumo Pontífice y
por los soberanos y gobiernos extranjeros, desde la Independencia
& Nacional hasta la fecha. Asimismo contendrá la historia de las Or­
i denes mexicanas de Guadalupe, Aguila Mexicana y San Carlos, ilus-
(d

PROSPECTO. V

trada con grabados á colores que representan los distintivos de las


diversas categorías de esas Ordenes.
Se compondrá, además, de una noticia completa de todas las Or­
denes militares y de las condecoraciones existentes en todo el mundo,
ilustrada con grabados á colores, de los distintivos de las principales.
Irán después los escudos, también á colores y de tamaño reducido,
referentes á los apellidos más comunes en México, con su correspon­
diente descripción heráldica y, á título de curiosidad histórica, una
breve descripción etimológica de los mismos apellidos.
La última parte estará consagrada á la reseña histórica de los obis­
pados de México, con expresión de los prelados que han ocupado las
sedes episcopales del país, desde su erección canónica hasta la pre­
sente fecha; y una noticia de los gobernantes de las varias entidades
políticas de nuestra Federación, comenzando por una lista cronoló­
gica de los Virreyes de la Nueva España y de los Presidentes de la
& República. Estas noticias serán ilustradas con los escudos de los k
Ú' principales obispados, provincias, Estados, etc.
LV* Esta obra se publicará en cuadernos de 8 páginas, cuyo tamaño,
papel, ilustraciones é impresión serán exactamente iguales á los del
’ presente prospecto; cada cuaderno irá acompañado de un escudo de
armas tirado á colores, igual al modelo adjunto. Si por alguna cir- .<
cunstancia no se publicare escudo, el cuaderno constará de 16 pági­
nas de texto. Por regla general, cada dos cuadernos contendrán la
historia de una familia ó de un título.
El precio de cada cuaderno es de

UN PESO EN TODA LA REPÚBLICA.

Semanariamente se distribuirá un cuaderno á los subscriptores.


A causa del crecido costo de la obra y de la conveniencia de con-
tar con un número fijo de subscripciones, no se venderán entregas
sueltas.
Para facilitar la pronta publicación de la obra no irán foliadas las
páginas de los cuadernos; pero, á la terminación de la obra, se repar-
1» tirá una planilla que indique el orden que deba seguirse para la en-
Historia Genealógica
de las

familias más aqtiquas de |\/|ex¡cd.


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MEX1CÓ
Cincuenta y siete, adinero y.
HISTORIA GENEALOGICA

Familias mas Antiguas de Mexied


'Qon [Ricardo (f)rtega y ¡pérez (gallardo.
Contador de primera clase en la Contaduría mayor de hacienda
de la República mexicana.
SOCIO HONORARIO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGR\FÍA Y ESTADÍSTICA,
DE NÚMERO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA “ANTONIO ALZATE,”
Oficial de instrucción pública de Francia,
SOCIO HONORARIO DEL CONSEJÓ HERÁLDICO DE PARÍS
Y ACTIVO DEL COLEGIO HERÁLDICO DE ITALIA,
Alceo Tirio ENTRE LOS ARCADES DE ROMA.

TERCERA EDICION
CORREGIDA Y AUMENTADA CON PROFUSION DE DATOS Y DOCUMENTOS HISTORICOS
E ILUSTRADA CON HERMOSAS CROMOLITOGRAFIAS.

La segunda edición de esta obra fue premiada con. medalla de oro u


en la Exposición Universal de St. Louis Mo., Estados Unidos de América.

PRIMERA PARTE.
TOMO I.

MEXICO
ZbZLJP’JRETSTT-A. DE CARRANZA "ST COMP.
Damas bajo cuyo patrocinio m ¡>-

Señora Doña María Cañas de Limantos


' K KBGI8TRAUA t:f>'-l <»KMK A LA I.t

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Damas bajo cuyo patrocinio se publica esta obra.

Señora Doña María Cañas de Limantour.


Señora Doña María Teresa Limantour de Iturbe.
Señora Doña María Teresa Limantour de Iturbe.
(íistoria i<as más antiguas de léxico.
/ Señor»® ba|., -se publica esta Obra

1. limo, y Hwmo. -•< Dr Don Eulogio G. Gillow, Arzobispo d»


Don Ramón Aicóza S< Don José M. Gargollo.-4. Sr. Ingeenere O • Av >*
día.—5. Sr. Don Rer”'<»o Escudero y Pérez Gallardo. 6. Sr. Dor. Ra»a« >*•■/
jíisforia genealógica de las familias más antiguas de léxico.
Señores bajo cuya protección se publica esta Obra.

1. limo, y Revmo. Sr. Dr. Don Eulogio G. Gillow, Arzobispo de Oaxaca.—2. Sr. Senador
Don Ramón Alcázar.—3. Sr. Don José M. Gargollo.—4. Sr. Ingeniero Don Guillermo de Here-
dia,—5. Sr. Don Rómulo Escudero y Pérez Gallardo. 6. Sr. Don Rafael Ortiz de la Huerta.
INTRODUCCION.

Es oprobio á cualquiera que pretenda


tener alguna ilustración, ignorar la his­
toria de su país.
Quintana.
Juzgando por las enseñanzas del pasa­
do, es lógico inferir que, sean las que fue­
ren las vicisitudes de los tiempos, wn nom­
bre ilustre jamás dejará de tener alguna
eficacia para el que sepa dignamente lle­
varle.
Alocución del Sumo Pontífice León
XIII al Patriciado Romano, el 21 de Ene­
ro de 1897.

I.

Al hacer esta obra, riie he esforzado por que comprenda la historia


genealógica de las principales familias de la sociedad de México des­
de que, consumada la conquista española hace cerca de cuatrocien­
tos años, empezó á formarse la raza criolla mexicana, hasta nuestros
días; período ya largo en que esa raza ha producido muchos hombres
ilustres para la sociedad, para las ciencias, para el Foro, para el Go­
bierno y para la Iglesia.
En papeles de familia guardados en archivos particulares, regís-
transe muchos episodios é infinidad de sucesos olvidados ó descono­
cidos hasta hoy por los historiadores y cuyo conocimiento contribui­
rá en gran parte á ilustrar la historia de México. En la época colo­
nial y en la de la Independencia, los hijos de las más ilustres y anti-
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'•- fcA-

X INTRODUCCIÓN. •I

guas casas mexicanas desempeñaron importantes puestos públicos,


pusieron sus riquezas á disposición de la madre patria, derramaron
por ella su sangre, capitanearon las tropas que las autoridades colo­
niales enviaban á Filipinas, Cuba, Florida, Jamaica y á todas aque­
llas tierras en que ondeaba el pabellón español, y tomaron parte des­
. I

pués en las guerras de insurrección y en el gobierno de la ya eman­


cipada colonia, sin romper por ello los vínculos que ligaban su historia
con la gloriosa de España, puesto que la sangre azteca de Mocte­
zuma y de Cuauhtemoc, unida á la hispana de Cortés y los Vélaseos,
circula por las venas de muchos patricios europeos y aun de perso- >
najes que han ocupado los tronos del Viejo Mundo.
Estas familias y sus descendientes, animados del espíritu caballe­
resco y emprendedor, característico de la raza española, continuaron
la obra de la nacionalidad que encontraron empezada.
Muchas fueron las poblaciones que fundaron para ensanchar los
límites de la Colonia y muchas también las fincas.de campo que es­
tablecieron y tanto coadyuvaron al desenvolvimiento de la riqueza de
la Nueva España, transformándola rápidamente y llevando á sus an- X5? *
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tes desiertas comarcas los adelantos de la civilización. 1
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La agricultura, la industria y la minería guardan en sus anales los
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nombres de aquellos varones esforzados y activos que dieron fama,
auge y esplendor á la tierra en que vinieron á establecerse y en la
que nacieron sus hijos.
Los nombres de los Vélaseos, los Obregones, los Terreros, los
Suárez Peredo, los Villapuentes, los Cervantes, los Arellanos y tan­
tos y tantos otros, perdurarán en la memoria de los mexicanos y
siempre los mencionaremos con legítimo orgullo. Muchos de los que
llevaron esos nombres prestaron tan notorios servicios á la Corona,
que merecieron ser agraciados con títulos de Castilla; y otros han al­
canzado de la República ser contados en el número de los hombres
ilustres de la Patria.
Relatar, pues, la historia genealógica de todas y cada una de esas
familias, hacer la biografía de aquellos de sus miembros que más se
distinguieron, describir sus armas, decir dónde habitaban, dar cuen­
ta de los diversos enlaces entre estas familias y, por último, publicar <sv
las copias de los títulos; ejecutorias, informaciones, certificaciones de
armas y reunir todas las noticias que de ellos se guardan en num
INTRODUCCIÓN.
6"

rosos y distintos archivos que algún día pueden desaparecer, en un


libro que merezca ser consultado con fruto por anticuarios é historió­
grafos, por literatos y por aficionados á la Heráldica y á la Genealo­
gía, no es tarea ociosa é inútil, sino trabajo meritorio y curioso, que
apreciarán, no sólo los actuales descendientes de esas familias, sino
<
también los hombres de estudio que saben cuántos afanes, cuántos
desvelos y cuánta labor representa una obra de la naturaleza de la
que hoy damos á la estampa.

II.

Nadie menos apto que el autor de este libro para acometer y lle­
var á cima la ardua tarea de su composición. Nacido en República,
de ideas democráticas, entrado desde la primera juventud á rutinarias
l y polvorientas oficinas, si acaso pudo aspirar á ser algo, sólo habría
sido á covachuelista, como se diría en España, pues la mayor parte
de su vida y, sobre todo, lo más florido de ella, ha transcurrido entre
boletas,’glosas de cuentas, innúmeras cifras y abrumadoras sumas;
sin contar las muchas otras operaciones que en oficinas, como las que
ha servido, hay que practicar á diario, sin variación ni reposo.
Guán poco aristocráticas son estas ocupaciones, dígalo quien co­
nozca lo que han sido y son en Europa las familias tituladas y en
América las sencillas costumbres republicanas. Yo no he pisado el
Viejo Mundo; no conozco personalmente los usos ni el- trato de las
aristocracias europeas; carezco de todo contacto con ellas; y así y
quizá por esto mismo, he podido tener menos prejuicios al trazar es­
tas páginas, á la aristocracia consagradas.
No obstante mis personales deficiencias, emprendí la tarea á que
me inclinó la afición que desde niño tuve á esta clase de estudios,
despertada en gran parte por mi parentesco y vínculos sociales con
las familias descendientes de los principales y más antiguos títu­
los de la Nueva España, por mi conocimiento personal de la so­
ciedad mexicana y por el que tuve, desde mis primeros años, de los
antecedentes de las familias que la forman; pudiendo afirmar que en
la diaria conversación tracé á grandes rasgos en mi mente no peque- ^
ña parte de las genealogías que después he escrito sobre el papel^¿
4(o ?
(O 4- o>_
mJSqCí»*

' XII INTRODUCCIÓN.

Pero si esta puede decirse la causa ocasional de este libro, he teni­


do ante los ojos otra consideración de no poco peso; y si hay mérito
en haberla atendido, sin duda que no habrá de negárseme. Dejar per­
der, sin aprovecharlos, los datos que mis aficiones y, más tarde, múl­
tiples circunstancias que no es necesario referir, habían acumulado
en mis manos, habría sido imperdonable pecado de omisión contra
los grandes y santos intereses de la historia, á la que de mucho pue­
den servir los que quedan, y espero que para siempre, reunidos en
esta obra. De mucho pueden servir, en efecto, para la historia de
México; y de no recogerlos, perderíanse en breve, como ya se han
perdido, é irremediablemente, los muchos, muchísimos con que se
habría podido contar, si esta obra, en vez de escribirse en los comien­ I

zos de nuestro siglo vigésimo, se hubiera escrito cien años atrás,


cuando los títulos tenían aún, además de un alto valer social, que no
han perdido del todo, un verdadero valor jurídico, y cuando toda­
vía se levantaban, monumentos de la antigua riqueza, los capitales no
desvinculados y se escuchaban en los salones los tratamientos nobi­
liarios y se respiraba el perfume de la aristocracia antigua, que á la
larga vino á quedar desvanecido del todo por el soplo de la República.
Un siglo atrás, esta obra hubiera podido ser muy completa, porque
se le habrían allegado todos los datos hoy perdidos; y habría sido
también muchísimo más extensa, porque (no hay temeridad en afir­
marlo) la mayor parte de las familias de México, formadas por espa­
ñoles, eran nobles, aunque no tuviesen títulos, pues no cabe duda de
que lo eran la mayor parte de los peninsulares que venían á Améri­
ca en busca de fortuna, no de nobleza los unos; y los otros, con car­
gos que demandaban nobleza para su desempeño; lo cual es tan cier­
to, que muchos de los que, sin títulos nobiliarios, venían, una vez en­
riquecidos aquí, podían aspirar, y obtenían, títulos más ó menos altos
y fundaban familias tituladas, según es de verse en los documentos
publicados en esta obra, títulos de los que tomaron el origen de su
elevación muchas de las familias que llenan estas páginas con los
nombres de sus fundadores y de sus vástagos; pero nobles eran ori­
ginariamente, tanto las que llegaron á tener títulos, como las que no
los tuvieron; porque es de saberse que la nobleza española se dividía
en tres grandes clases: primera, la que descendía de los próceres go­
10
dos, llamados Ricos-Jiomes, que más tarde, como luego veremos, se
INTRODUCCIÓN.

F convirtió en la Grandeza de España; segunda, la de los altos grados


militares y gobernadores de provincia, que después fueron Duques,
Marqueses y Condes, verdaderas instituciones hereditarias; y tercera,
la de los grados inferiores militares y de todos aquellos que concu­
rrieron á la reconquista de España y quedaron hechos fijosdalgo y de
solar conocido.
A todas y cada una de estas tres clases de nobleza, que podemos
llamar de sangre, fuéronse agregando, en el cuiso de los tiempos,
familias que, por concesión real, ingresaban á alguna de esas catego­
rías; pero debemos hacer constar que la precisión y claridad de las
noticias acerca del origen de las grandes familias españolas no arran­
ca sino de los siglos XI y XII.
La nobleza de los fijosdalgo, ó sea, la no titulada, constituía co-
mo el fondo de la entidad social llamada nobleza; y la titulada, que
era la de las familias en que había título nobiliario, se dividía á su
vez en otras dos: la de Títulos con Grandeza y la de Títulos sin ella;
de donde resultó que entre los nobles, unos eran, además de lo que
los hacía su título (Duques, Marqueses, etc.), Grandes de España y
otros no.
Tuvo origen la grandeza de España en las poderosas familias lle­
gadas á ser las primeras durante la época feudal, procedentes de los
Ricos-homes, poseedores de grandes estados con numerosos vasa­
llos y con extensos dominios, que tenían, entre sus prerrogativas, la
de cubrirse delante del Rey, y la de confirmar los privilegios y mer­
cedes que los Reyes daban, firmando ellos y los Prelados al derredor
del Sol Real, por lo cual llamábanse Rodados; y íué en los días del
emperador Carlos V cuando se marcó bien la diferencia entre la Gran­
deza y los Títulos; pues habiendo logrado aquel ilustre emperador y
rey que á las solemnidades de su coronación asistiesen sin cubrirse
los nobles señores españoles, como los grandes feudatarios alema­
nes, flamencos, italianos y hasta los Príncipes del Imperio, estableció
que, para lo de adelante, la prerrogativa de cubrirse ante el Rey no
se tuviese sino por concesión de su poder y como derecho privativo
de la Grandeza. Apareció entonces bien clara y precisa la distinción
entre los Grandes de España y los simples Títulos, marcada por aque­
lla prerrogativa que los primeros tenían de cubrirse ante el Soberano.
O-
Todos los Grandes eran Títulos, mas no todos los Títulos eran Gran-
tfá 4
'---------------
XIV *

des; y actualmente, todos los Duques son Grandes de España, pero


<S no todos los Grandes de España son Duques. '®l

Derívase el título de Duque de la palabra latina Dux que signifi­


ca guía, esto es, capitán ó caudillo que conduce las huestes. Duque
era, según antiguos genealogistas, el Capitán General del ejército que
llevaba el estandarte real como alférez del Soberano, y en ausencia
de ébte le substituía en el mando. Según Mariana, los Duques batían
moneda para el sueldo de sus gentes; y de ahí se originó que el an­
tiguo escudo de oro se llamase ducado. El primer título de Duque,
como institución hereditaria, fué otorgado por Don Enrique II, el de ¿
las Mercedes, á su hijo natural Don Eadrique de Castilla, á quien hi­
zo Duque de Benavente en 1379. En la Nueva España no hubo Du­
ques, pues el primer título de tal, dado á hombre nacido en tierra me­
xicana, lo fué por Doña Isabel II, en 1859, á Don Juan Romero de
Terreros, biznieto de nuestro ilustre Conde de Regla.
El título de Marqués (palabra cuya etimología no está, en mi con­
cepto, bastantemente esclarecida) dábase en lo antiguo al Goberna
dor de una frontera ó marca, fuese límite marítimo ó terrestre; y pa- 3-
réceme muy probable que á esa palabra marca debió su origen.
*5r 1 El primer título de Marqués fué el de Villena, otorgado por el
5? .V
•J mismo Rey Don Enrique II, el de las Mercedes, en 1376, á favor de
Don Alonso de Aragón. Por lo que toca á la Nueva España, no es
posible dejar de hacer mención del Marquesado del Valle de Oaxaca,
concedido al Conquistador Don Hernando Cortés, en 6 de Julio de
1529, por Don Carlos V y la Reina Doña Juana; pero no se debe ol­
vidar que fué título español otorgado á español, cuyos descendien­
tes, herederos de aquel Título, no han vivido entre nosotros. Toca,
pues, el primer lugar, como título de la Nueva España, al Marque­
sado de Salinas de Río Pisuerga creado en 13 de Julio de 1609, Por
el Rey Don Felipe III y concedido á Don Luis de Velasco, el se­
gundo, que á la sazón era Virrey y Capitán General de la Nueva
España y había visto la primera luz bajo nuestro hermoso cielo, en
Atzcapotzalco, la antigua capital del Reino de los Tecpanecas.
El Título de Conde tuvo su origen en el vocablo latino Comes, de
cuyo ablativo comité salió, por virtud de las leyes fonológicas, la pa­
labra Conde, que denotaba el hecho de ser compañero del Rey en la
guerra. Del título de Conde no puede decirse, como dije de los de^j
*
INTRODUCCIÓN.

Marqués y Duque, cuál haya sido el primero concedido como trans­


misible por herencia, ni en los días mismos de Don Enrique II, el de
las Mercedes; porque los Condes, como afirma Béthencourt, maestro
insigne en genealógicas y heráldicas materias, “llenan de su poder,
“de su influencia y de sus hechos el dilatado período que comienza
“en Don Pelayo y termina con San Fernando” y “la Dignidad Con-
“dal se ejerce por los primeros Ricos-hombres con el gobierno vita­
licio de las provincias más importantes de la Monarquía, como ver­
daderos grandes feudatarios, que frecuentemente llegan á hacer
“sombra al mismo poder de los Reyes, y de que son peifecto ejem-
“plo aquellos Condes Laras y Castros cuyas sangrientas luchas lle-
“nan páginas tan interesantes en los anales castellanos.” Conde, pre­
cisamente Conde de Trastamara, fué creado el mismo Don Enrique
por su padre el Rey Don Alfonso XI; y cuando subió él al trono
“multiplicó,, con singular amor, al decir de Béthencourt, los Títulos
“de Conde como mantenedores de la vieja tradición feudal castella­
na, y como homenaje de su parte al honor que él mismo había me-
. “recido y ostentado antes de elevarse á la Realeza.” A su hermano
Don Tello hizo Conde de Vizcaya y Castañeda en 1368; Conde de
Alburquerque, á su hermano Don Sancho en 1373; Conde de Gijón
y Noreña, á su hijo Don Alfonso; Conde de Trastamara en 1371 á su
sobrino Don Pedro, hijo del Maestre de Santiago, Don Fadrique;
Conde de Carrión, á Don Juan Sánchez Manuel; Conde de Niebla, al
nieto de Guzmán el Bueno y Conde de Medinaceli, al Bastardo de
Bearne, marido de la última princesa de la regia línea llamada de la
Cerda (1).
Pero si de España no podemos afirmar quién fué el primer Conde
titulado con título transmisible, de la Nueva España sí lo sabemos
con toda certidumbre: el primer Título de Conde fué otorgado por el

— Rey Don Felipe III, en 6 de Diciembre de 1616, al Caballero de

(1) HISTORIA || GENEALOGICA Y HERALDICA || DE LA || MONARQUIA ESPA­


ÑOLA || CASA REAL || Y || GRANDES DE ESPAÑA || POR || DON FRANCISCO FER­
NANDEZ DE BETHENCOURT || ex-Diputado á Cortes || Gentilhombre dé Cámara con
ejercicio de S. M. el Rey || Gran Cruz de N. S. de la Concepción de Villaviciosa de Portugal ||
individuo correspondiente de la Rsal Academia de la Historia, de la Academia Imperial y

\>
•xíEjACéx*

XVI INTRODUCCIÓN.
o

Santiago, Don Fernando de Altamirano, biznieto de Don Juan Gu­


tiérrez Altamirano, primo, consejero y albacea de Cortés, y el título
fué el de Conde de Santiago Calimaya, por la encomienda que tenía.
Respecto á la graduación de los Títulos en la escala de la nobleza,
aunque en las Guías oficiales y en los Nobiliarios se da la preemi­
nencia al título de Marqués sobre el de Conde, por lo que toca á la
Nueva España, la dignidad del uno y la del otro venían á quedar en
un grado mismo, pues el Rey, por servicios que se le prestaban
ó por solicitud que se le hacía, cuando se trataba de Marquesado ó
Condado, no concedía de una manera expresa determinado título; si­
no que otorgaba cédula de concesión de Título de Castilla; y el
agraciado elegía el que mejor le pluguiese y la denominación con que
habría de acompañarle, como Conde de Oploca, Marqués de Ulua-
pa, etc., etc.
Vizconde es, como el nombre lo indica, el que tiene el lugar del
Conde y en ausencia de éste gobernaba su estado y administraba
justicia. Eran los Vizcondes, los primogénitos de los Condes, á seme­
janza de los mayorazgos; y aun vivos los padres, éstos les asignaban
una porción en su estado para que de ella gozasen hasta que here­
daran, con el título de Conde, el estado de sus padres; á la manera 7?
1i

que, entre los romanos, el que había de ser Emperador era César en
vida de su predecesor. El título de Vizconde era necesario, según
pragmática de Don Felipe IV, para ascender á Conde ó Marqués.
En Nueva España, no hubo más título de esta clase que el del Viz-
condado de San Miguel, concedido por el Rey Felipe IV en 14 de
Febrero de 1627 al primer Conde del Valle, Don Rodrigo de Vivero
y Alberrucia.
No omitiré indicar, á este propósito, que la mencionada pragmática
sanción de Don Felipe IV, que mandaba que nadie fuera Conde ni
Marqués, sin haber sido antes Vizconde, fué, en mi concepto, mal
interpretada. Acostumbróse que en la misma cédula de concesión del
título Condal ó de Marqués se hacía Vizconde á quien se otorgaba
$
aquella gracia; pero en el mismo documento se daba por roto y nulo %
y de ningún valor el título de Vizconde, concedido en él; y así se
creía llenar el requisito exigido por aquella pragmática. En eso se
cometió grave error, porque, conforme á la práctica tradicional aludi­
da, se debería haber dejado subsistente el título de Vizconde, n
fe
INTRODUCCIÓN.

& para la persona á quien se ascendía al Condado, sino para sus inme­
diatos sucesores, según las leyes. Así se habría seguido la tradición
antigua, rota por aquella errónea interpretación, que obligaba á la ex­
traña provisión de un título, para nulificarle en el documento mismo
en que se otorgaba, viniendo así á convertirse aquella provisión en
un requisito pasajero, tan pasajero que sólo consistía en una vana
fórmula, indigna de la seriedad de las leyes y de la majestad de tan
poderosos monarcas como los de España.
El título de Barón (vocablo que “se interpreta por hombre fuerte
y valeroso”) empleábase indistintamente con los de Vizconde, Val-
vesor ó Carlán, equivalentes al de Infanzón en Castilla, que es el de
los Caballeros Hijos-dalgo, Señores de Vasallos ó de Casas Fuer­
tes (i). Actualmente, si nos hemos de atener á las Guías Oficíales,
forman los Barones categoría inferior á la de los Vizcondes y ocupan
el último lugar en la escala de los títulos. En México no hubo otro
de esta clase que el de Barón de Santa Cruz de San Carlos, otorga­
do por el Rey Don Carlos III, en 29 de Junio de t784, al siciliano
Don Guillermo de Caserta Daens Stuart, que ya era Barón de San­
ta Cruz de Caserta y á la sazón había sido en Nueva España, entre
otras cosas, Alcalde de primer voto en la Ciudad de Guadalajara y
Gobernador interino de la Provincia de Tlaxcala. G

El Título de Señor, que durante el feudalismo fué genérico de los


que tenían dominio sobre cualquier feudo y perduró, aún pasado
aquel sistema, hasta los siglos XVI y XVII, no existió en México;
con la sola excepción del Señorío de Tecamachaico, concedido á Don
Rodrigo de Vivero y Alberrucia, primer Conde del Valle, y además,
como ya lo dije antes, primer Vizconde de San Miguel.
El título de Adelantado que se interpreta “hombre antepuesto ó
preferido, según la ley,” tenía anexos oficios de jurisdicción, pues el
que le alcanzaba era cabeza de Gobierno y Capitán General. Húbo-
le en la Nueva España, perpetuo y hereditario, y por tanto, como
verdadero título de nobleza: el de Adelantado de Filipinas ó de las
Islas Ladronas, otorgado á Don Miguel López de Legaspi, cuya nie­
ta Doña Luisa de Legaspi, casó con Don Juan de Altamirano, segun-

(1) Vilar y Pascual. Diccionario Histórico, Genealógico y Heráldico de las familias


^ILUSTRES DE LA MONARQUÍA EbPAÑOLA. Tomo /, pág. 28.

r
1•
INTRODUCCIÓN.

do Conde de Santiago; por lo que á ese Condado quedó unido desde


entonces aquel Título.
El de Mariscal^ como nobiliario, no existió en España, por más que
allí hubiese Mariscales de Campo y otros. Como título nobiliario,
sólo conozco el de Mariscal de Castilla, que en España tuvo Don
Juan Ramírez de Arellano, de la familia real de Navarra y cuarto
Señor de los Cameros. Muerto él, su hijo Don Carlos, casado con
Doña Aldonza de Luna, sobrina del famoso Condestable de Castilla
Don Alvaro de Luna, usó el título en España y allí le usaron tam­
bién sus descendientes hasta el sexto Mariscal, Don Tristán de Luna
y Arellano, que vino á México en 1535 y en cuya'sucesión el titulóse
perpetuó. Venido á la Nueva España un Visitador, al mediar el siglo
decimoséptimo, y no presentada por el entonces Mariscal la cédula
de concesión, aquel funcionario sometió el asunto al Consejo de Cas­
tilla, y la Reina Gobernadora resolvió que era de atenerse á la eos-
tumbre y quedó desde entonces sin contradicción el título como he­
reditario. Paréceme este caso, único en la historia de la nobleza.
En las encomiendas,—institución benéfica y piadosa en el noble
inténto á que debió su ser, pero convertida mil veces, ya que no siem­
pre, en monstruosa explotación,—hay que buscar el origen no sólo
de algunas grandes fortunas, mas también de algunos títulos nobi­
liarios. El Licenciado Don Juan Gutiérrez Altamirano, primo del
conquistador Cortés, obtuvo la encomienda del pueblo de Santiago
de Calimaya, en 19 de Noviembre de 1528. Perpetuada en su fami­
lia, un siglo después, en 6 de Diciembre de 1616, fué instituido el
Condado de Santiago. F'ué el primer Conde el biznieto del primer
encomendero: Don Fernando de Altamirano Ircio Velasco y Men­
doza. Cosa semejante aconteció con el Señorío de Tecamachalco; po­
seyendo Doña Melchora Alberrucia, viuda del Conquistador Don
Alonso Valiente, casada en segundas nupcias con Don Rodrigo de
Vivero y Velasco, la encomienda de Tecamachalco, muerta aquella
señora, la encomienda pasó al hijo de su segundo matrimonio, pri­
mer Conde del Valle de Orizaba, Don Rodrigo de Vivero y Albe­
rrucia Este obtuvo del Rey que fuese convertida la encomienda en
Señorío; y por eso los Condes del Valle de Orizaba fueron
de Tecamachalco.
Transmisibles por herencia los títulos nobiliarios y establei
INTRODUCCIÓN.

sucesión en España no sólo en favor de los varones, sino también dé


las mujeres, en muchas familias se han venido acumulando títulos y
títulos, imponiendo á sus poseedores gravámenes y compromisos pa­
ra sostener el decoro de tanta nobleza; y como con la desvinculación
de los antiguos mayorazgos se quebrantaron mucho las fortunas,
porque los bienes se reparten conforme á las leyes de la sucesión le­
gítima, el legislador español ha tenido necesidad de autorizar á los
poseedores de varios títulos para que los distribuyan libremente en­
tre sus hijos, sin más taxativa que la de dar al primogénito el de más
elevación é importancia.
En México los títulos de nobleza fueron suprimidos, muy poco
tiempo después de consumada la Independencia nacional, por la ley
de 2 de Mayo de 1826; y de tal modo lo fueron que, si no me equi­
voco, hay que llegar hasta la Constitución de 1857, Para encontrar
en la ley fundamental algo relativo á títulos nobiliarios. Esta Consti­
tución en su artículo 12 declaró que no se reconocen en la República.
Fué aquella supresión uno de los muchos actos de la soberanía,
ejercido sobre títulos que, en virtud de la Independencia, se ha­
bían convertido en mexicanos, y eran por lo mismo instituciones so­ w
metidas á las leyes del país. Los mismos nobles entendiéronlo así; y
después de la ley que suprimió sus títulos, cuando por algún motivo
tenían que aludir á ellos, les anteponían la partícula ex y se llamaban
ex-Marqués de Salinas, ex-Conde de Regla, etc., etc. No cabe duda
de que debía ser así: una vez separados de España los distintos paí­
ses, sobre que ejerció su dominación, las instituciones peculiares de
cada uno quedaron sometidas á las respectivas leyes locales y así se
reconoció hasta en la misma España, como aparece en el dictamen
de la Sección de Estado y Gracia y Justicia del Consejo de Estado
que, con motivo de la sucesión en el Principado de Robech, expuso,
en su dictamen de i- de Julio de 1870, entre otras consideraciones,
las siguientes:
“En lo vasto de la Monarquía española, con arreglo á la ley polí­
nica á que obedecía la agregación de los diferentes Estados someti-
“dos al Cetro de Castilla, se conservaba á cada Estado su autonomía
“propia y sus leyes especiales.
“Los Reyes de España en la gobernación de aquellos países, no
“sólo se atemperaban á sus leyes orgánicas, sino que, para crear Tí-
INTRODUCCIÓN.

“tulos de honor, tenían que observar el orden nobiliario peculiar á


“cada país. En Flandes se conocía el título de Príncipe, que no te-
“nía en Castilla igual consideración, pues allí representaba un grado
“inferior al de Duque, al paso que en Castilla era sólo propio del su-
“cesor de la Corona. Según la ley flamenca, el Rey Don Felipe IV,
“como Soberano de los Países Bajos, y especialmente como Conde
“de Artois, pudo legítimamente crear el Principado de Robech, asig­
narle feudos y establecer su dependencia del Soberano. Mas des­
membrado del Cetro de Castilla el territorio en que radicaba el Tí
“tulo, y pasando á poder de una dominación distinta de la española,
“Z¿z nueva nacionalidad á que se sujetó el territorio debió alcanza?
''igualmente al Titulo. Bien fuera en virtud de la agregación del
“Condado de Artois á la Corona de Francia, ó bien por la renuncia
“y cesión al Elector de Baviera, que de todos los derechos que con­
servaba España á la soberanía en los Países Bajos hizo Don Felipe
“V en 1712, lo cierto es que el vínculo que unía al Monarca español
"con sus súbditos de aquellos países, quedó roto; y el Rey de Francia
"en el primer caso, ó el Elector y sus sucesores en el segundo, adqui­
rieron derecho de soberanía sobre los Títulos allí establecidos, tanto
“más, cuanto que la cesión fué hecha con el reconocimiento previo
“de todas las jerarquías.
“Siendo el Principado de Robech un verdadero Señorío, como lo
“demuestra su cédula de creación, y estando establecido en las leyes
“feudales que la preeminencia de honor marcha siempre unida al te­
rreno que le da nombre, resulta probado que, al cambiar la naciona­
lidad de éste, cambió también la de aquella.
“Desde 1659 se venía sosteniendo que el Condado de Artois per­
tenecía y estaba incorporado á la Corona francesa; por lo tanto, el
“Título de Robech se hizo francés, así como la familia que lo lleva-
"ba, cuya nacionalidad es la que conserva en el día. La independen-
"cia de las naciones, unida al respeto que mutuamente se deben, im-
"pide á España conservar acción alguna directa sobre el expresado
“ Título después de la emancipación de los Países Bajos.
“Durante la dominación de la Casa de Austria, la nobleza de Es-
“paña se componía de las de los diferentes países sujetos á su pode-
tío, las cuales, sin embargo, no perdían su carácter peculiar ó de
“origen, ni dejaban de estar instituidas primordialmente para el Go-
e

INTRODUCCIÓN.

4‘bierno de cada uno de aquellos países; y como la facultad de con­


ceder Títulos, honores y condecoraciones es regalía inherente al
“Soberano, los Reyes de España podían otorgar estas mercedes; mas
“en virtud de la ley política referida, tenían que hacerlo sujetándose
“á heráldica diferente, según lo era el Reino ó Estado sometido al
“Imperio español á que pertenecían aquellas distinciones. Mas des­
membrados de España estos territorios, cada uno llevó consigo las
“distinciones sociales de sus habitantes, y de esta manera se explica
“que existan en Italia, Portugal, Flandes y aun en Alemania, Tí­
ntalos creados por Reyes de España, que son y se consideran como
“distintivos nobitiarios de aquellos países.
“Puede oponerse que igualmente hay en España Títulos que for­
maron parte de la nobleza de aquellos Estados; pero esto tiene fácil
“explicación. Siendo libre en cada individuo el elegir nacionalidad,
“aquellos que al separarse de Castilla los territorios de donde proce­
dían, permanecieron fieles y prefirieron su antigua nacionalidad á
“la nueva, tenían derecho de reclamar de la Metrópoli que, como pre-
“mio de lealtad, les conservara el rango en que se hallaban coloca­
dos, nacionalizando las preeminencias y distinciones que cada uno
disfrutaba. Tal sucedió con las familias que no reconocieron al Du-
“que de Braganza cuando se perdió Portugal; pero salva esta limi­
tación; que requiere declaración especial, lo más lógico y procedente
“es que las clases sociales de un Estado sigan la nacionalidad que re­
presenta el Estado.
“Ha indicado la Sección al principio las razones en que pudiera
“apoyarse la aceptación como Título del Reino del Principado de
“Robech, y lo que lleva expuesto demuestra que no es bastante para
“darle este carácter el que fuera otorgado por un Monarca español,
“puesto que este Monarca era á la vez Conde de Elandes y'de Artois,

“Y la Sección concluye manifestando, dice Cazalla del Río, que si,


“á pesar de cuanto va expuesto, se juzgara más prudente conservar
“al Título el carácter español que tuvo cuando fué creado, sería con­
teniente cambiar el dictado de Príncipe por el de Duque.
“En resumen, de la doctrina del Consejo resulta: primero, que no
“basta para que un Título pueda ser considerado con carácter espa­
ñol, el que lo haya concedido un Monarca que lo era á la vez
f

- .. —
XXII I

‘Castilla, de Aragón, de Portugal, de las dos Sicilias, etc., etc.; se­


cundo, que más que la razón de origen, hay que tener en cuenta la $

“regla general de que cuando varía la nacionalidad de un territorio,


“varía también la de las clases sociales del mismo; y tercero, que una
“sola excepción puede hacerse (pero siempre con declaración espe­
cial en cada caso) á favor de los que, al desmembrarse los Reinos
“ó provincias de donde procedían, optaron por la nacionalidad es­
pañola, acogiéndose como súbditos á la Monarquía de la Metró­
poli.” (i)
No obstante estas doctrinas, muchas veces, después de la indepen­
dencia de México, se han revalidado en la que fué nuestra Madre
Patria los títulos que en la Nueva España había y fueron suprimi­
dos por la mencionada ley de 1826, por lo que al relatar las genea­
logías, cuando los títulos han sido revalidados por mexicanos des­
I cendientes del último poseedor, á estos he considerado, y así los men­
ciono en mi obra, como actuales poseedores de aquellos títulos, sobre­
entendiéndose, por supuesto, que sólo los tienen en España. De los
títulos no revalidados, digo siempre quiénes habrían debido poseer- 1
1
los, ó los debían poseer en la actualidad; y si han sido revalidados
por españoles, hágolo constar así en notas al pie del texto.
Entre los ejemplos de revalidaciones hechas en España, cuyas car­ \4

tas de sucesión insertas van en esta obra, citaré aquí sólo tres.
El Ducado de Regla fué creado en España en 1859, en favor de
Don Juan Romero de Terreros que, aunque había nacido en Méxi­
co, se hizo súbdito español. Muerto sin descendencia el primer Du­
que, su sobrina Doña Refugio Romero de Terreros obtuvo carta de
sucesión, y es, por tanto, en la nobleza española, segunda Duquesa
• /

de Regla, con Grandeza de primera clase.


El Condado de Regla fué revalidado por Don Juan Romero de
Terreros, de quien acabamos de hablar, último de los hijos del tercer
Conde de Regla; y á la muerte de aquél, obtuvo carta de sucesión la
misma Señora Doña Refugio Romero de Terreros. Debo advertir
que esta revalidación, suprimidos entre nosotros los títulos nobilia­
rios, no surte en México efecto legal alguno, como lo demuestra el
hecho de que, habiéndose mandado por el fundador del Monte de
(1) Conde Cazalla del Río.-GUIA DE LA NOBLEZA ESPAÑWtA, págs. de la LXVI
A LXVIII.
INTRODUCCIÓN. XXIII ,®

Piedad Don Pedro Romero de Terreros, que formase parte de la


Junta Directiva de aquel establecimiento quien llevara el título de
Conde de Regla, el Gobierno Mexicano no llamó á esa Junta á la
poseedora del Condado en España, aunque residente en México, sino
á Don Miguel Cervantes y Terreros, primogénito de la hija única del
primogénito del tercer Conde de Regla.
De estos dos casos, el primero es de plena procedencia jurídica,
por tratarse de título español; pero el segundo no se conforma con la
doctrina, arriba transcripta, del Ministerio de Gracia y Justicia de
aquella nación, pues el título de Conde de Regla había sido suprimi­
do en México.
Contra la misma doctrina, acaba de ser revalidado en España el
título de Marqués de San Francisco por el Señor Don Manuel Ro­
mero de Terreros y Vinent, último de los cinco hijos del primogénito
del segundo hijo del tercer Conde de Regla, que fué sobrino del pri­
mer Marqués.
Después de haber hablado de los títulos, diré algunas palabras
acerca del Don; tratamiento que, además de haberse vinculado en $
el curso de los tiempos á los títulos, siempre tuvo por sí solo, so­
%
bre todo, desde sus orígenes, especialísima importancia. Primitiva­
mente fué dado á los Reyes y sólo á ellos, pues se le tenía como equi­
valente de Señor; después empezó á darse á las mujeres' de sangre
real; más tarde, á las que, sin proceder de tan alta alcurnia, habían
llegado á ser, sin embargo, muy distinguidas por alguna de las mu­
chas circunstancias por que suelen señalarse en sociedad las personas;
y finalmente, se generalizó entre la nobleza, que le hubo por propio
suyo, como se comprueba con esta cuarteta de nuestro ilustre dra­
maturgo Don Juan Ruiz de Alarcón:
“Luego, si es noble, es bien hecho
“ponerse Don siempre un hombre,
“pues es el Don en el nombre
“lo' que el hábito en el pecho.”
Tanta importancia tuvo que, en distintas épocas, se hizo concesión
de él por el poder Real; de lo que nos ofrece señalado ejemplo el con­
'a quistador de México, á quien Don Carlos V concedió el uso del Don;
y demuéstrala también la costumbre que de usarla como antenom- 4
bre tenían todas las personas de noble estado y condición; de lo que

X*
—f
ve abundan ejemplos en la historia de España y América, y aun hoy
día le usan en esa forma los Prelados de las Iglesias de habla cas­
tellana.
Guerra á muerte declaróse por algún tiempo al tratamiento del
Don, mirándose en el hecho de omitirle flagrante prueba de espíri­
tu democrático é igualitario, hasta el punto de que, y es muy digno
de notarse, por el uso de ese tratamiento ó por su omisión, se puede
juzgar, sin más que las cartas, de las ideas que profesan, no precisa­
mente las personas á quienes se dirigen, sino las que las escriben.
Por otra parte, no estará de más advertir que muchos nobles, aun
siéndolo, no usaban el Don; de lo que tenemos ejemplo en un fun­
dador de mayorazgos, esposo de la noble Señora Doña Ana Carri­
llo de Peralta, que con ser hijo de conquistador y poblador, no ante­
ponía el Don á su nombre: aludo á Gerónimo López el segundo.
Nobles así, sin Título y sin Grandeza, formaban la tercera de las
clases de nobleza, de que antes hice mención. Era esta la de los Hi­
josdalgo y de solar conocido; y consistía, no en la posesión de Gran­
deza, ni de Títulos, sino, capitalmente, en la de cinco cualidades ó
requisitos, donde toda nobleza se enraizaba; de tal suerte, que sin
ellos no había nobleza posible; pero en teniéndolos, podíase aspirar
á los más altos grados de la escala de la aristocracia. Esas cualida­
des formaban la quinta esencia de la nobleza, y consistían en tener
ascendencia goda sin mezcla de ninguna otra sangre, la primera; la
segunda, en ser católico, apostólico, romano, sin mezcla ninguna de
herejía; la tercera, en no desempeñar ejercicios viles, entendidos por
tales los mecánicos ó manuales; la cuarta, en no haber sido condena­
do por tribunal religioso ó civil; y la quinta, en no pagar pechos, lo
que venía á ser el privilegio de esa clase noble; entendiéndose, por su­
puesto, que estas cualidades habrían de ser, no sólo personales, sino
de todo el linaje, y en teniéndolas y acreditándolas, quien tanto podía
hacíase de ejecutoria de nobleza.
Cuando en estas investigaciones se ahonda, hasta tocar en los ele­
mentos primitivos de las instituciones sociales, se ve que no es otra,
á lo menos por lo tocante á España, la idea substancial de la noble­
za. Quien procedía de una familia que hubiese reunido aquellas cin­
co cualidades, sin que se pudiese asegurar jjada en contrario, de que
hubiese memoria, era noble; y sobre esa nobleza se levantaban las
Líe)
•J87
5 INTRODUCCIÓN. XXV

otras dos clases de que ya hablé. Para ascender á ellas era indis­
pensable condición tener la nobleza que consistía en ser hijosdalgo y
de solar conocido, es decir, en comprobar que se venía de linaje ador­
nado por aquellas cinco cualidades, en que hacíase consistir la esencia
de la nobleza.
Cierto que, con ser todo eso así, no dejaron de propagarse y arrai­
garse algunos errores, hasta en personas que de estas cosas escribie­
ron y cayeron en el de confundir la nobleza con la fama, porque olvida­
ron ó desconocieron, por más que parezca increíble, la distinción en­
tre una y otra. Dominados por ese error, llegaron á entender que sin
la fama, la nobleza no existía; y cuando se empeñaban en sacar no­
bles á los que con uno ú otro propósito lo pretendían y aún lo eran,
entregábanse á invenciones, absolutamente innecesarias, de hechos
gloriosos, para atribuirlos á los antepasados de las familias, sin ad­
vertir que para sindicarlas de nobles, no se necesitaba más que la
existencia de los requisitos antes dichos. Confundían así con la no­
bleza la gloria de una familia, cuando son cosas tan distintas, y les
parecía que una nobleza no era tal, si sobre sus escudos no se refle­
jaban los fulgores de la fama.
Achaqué de todos los Reyes de Armas fué ese. No les bastaba la
información de nobleza que cada pretendiente de ejecutoria lograba
hacer con más ó menos trabajo; sino que, por perfecta que fuese tal
comprobación y suficiente, por tanto, para afirmar la nobleza, querían
agregar y agregaban, como si fuera necesaria, hasta sin prueba al­
guna, la noticia más ó menos vaga de algún antepasado ilustre, de
algún capitán victorioso, de algún sabio gobernante, de algún osado
marino; de alguien, en fin, á quien se atribuían verdaderas ó fingidas
hazañas y que hubiera llevado alguno ó algunos de los apellidos dé
la familia á que el pretendiente pertenecía; y cuando no se tenía á la
mano un nombre ilustre, ocurríase á salidas tan curiosas y á la vez
tan significativas, como la de entroncar la familia con algún inme­
diato descendiente de Noé ó de Adán, de quienes procede todo el gé­
nero humano. Esa práctica llegó á degenerar en verdadera manía,
en pos de la cual vino el descrédito, muy merecido, de tan fantásti-
cas genealogías; muestra de cómo es muy cierto que cuanto se le­ (s>

vanta sobre un error tiene que ser también erróneo y que abrir la
puerta á otros más punibles y ridículos desaciertos. De la confusión
® - 7

ci
I INTRODUCCIÓN.

de la nobleza con la fama, que fué un error, se dió fácilmente paso á &

otros innumerables, que manchan con sombra de mentira muchas


ejecutorias, de verdadera nobleza por otra parte.
Si á deshacer tales errores en su variada multitud hubiera consa­
grado su laboriosidad y sus talentos el ilustre genealogista Béthen-
court, en cuyo honor es necesario decir que ha prestado tan vastos é
importantes servicios en los ramos de que ha sido incansable y afor­
tunado cultivador, que podría llamarse “el Menéndez Pelayo de la
Genealogía y de la Heráldica;” habría formado una obra comprensi­
va de las genealogías de todas las familias de hijosdalgo y de solar
*

conocido, que necesariamente hay que encontrar en la base de toda


nobleza; y al darnos la historia de las casas solariegas en toda la ex­
tensión de sus ramas y descendencias, nos habría presentado también
en dilatado y luminoso cuadro la red que enlaza con las familias es­
C!
pañolas á las familias americanas, pues habría hecho pasar delante
de nuestros ojos á todos los españoles que vinieron á América y fun­
daron familias desde la Florida hasta el Estrecho de Magallanes, y
o
desde las riberas bañadas por las aguas del Golfo Mexicano, hasta s?
las que sirven de valladar á las tormentosas olas del Pacífico. Por­ e.
¿7¡(
& que, como antes he dicho, todos los españoles conquistadores y po
•J
bladores de América eran nobles; pero distaban mucho, ¿por qué no
he de decirlo, puesto que de historia escribo? de ser Títulos de aque­
lla Corte, ó Grandes de España que se cubrieran ante el Rey, ó des­
cendientes de sangre real; y de todos éstos, los pocos que vinieron
traían las investiduras más altas, como casi todos los Virreyes, ó los
fines más excelsos como algunos misioneros, de quienes acaso pue­
de decirse que habían nacido en las gradas mismas del trono; y aun­
que no faltan en América familias, cuyo entroncamiento con la Casa
Real de España se puede demostrar con toda evidencia, como las
descendientes de Don Luis de Castilla y otras, cuyo origen no es tan
encumbrado, pero sí procede de la alta nobleza, sin embargo, son
pocas; y la presencia de sus progenitores en estos países se explica,
como muchos otros extraños fenómenos, por los azares de la fortuna
y los vaivenes de la suerte, que muchas veces arrojan individuos y
6Y
hasta grupos enteros de familias á regiones muy lejanas de donde
tuvieron su cuna. Téngase presente tamjjién que en la época de la
onquista de México, solo había en España veinticinco títulos co
l sis
9

INTRODUCCION. XXVII ®

Grandeza, mientras que según la Guía Oficial de 1907, pasan en la


actualiad de 300. Esto explica que muy remoto tenía que ser que al­
guno de aquellos proceres se transladara á las tierras nuevamente
conquistadas.
Pero el ilustre genealogista, seducido sin duda por el brillo de los
escudos y por el prestigio de los títulos y de los nombres, no consa­
gró su pluma á la genealogía de los que sólo fueron hijosdalgo; mas
sí la empeñó en la tarea muy ardua de describir largamente las de
los Títulos de España, y ante todo, de la Casa Real de Castilla y
de todas aquellas otras que con ella, compartieron, en no pequeño
curso de siglos, los dominios de la que después fué la Monarquía
Española.
Gran obra realiza, sin duda, este meritísimo escritor; pero aunque
de menos brillo, no habría sido menor el servicio que hubiese pres­
tado con el catálogo de las casas solariegas y con las genealogías de
familias no tituladas, pero á las que no faltaba ni una sola de las cin­
co condiciones por las que en España está constituida la esencia de
la nobleza.
Tanto más habría sido conveniente la consagración á una labor
así, cuanto que aquella nobleza tuvo en los anales de España impor­
tancia histórica muy alta y aún la tiene hoy día: de ello dan testimo­
nio las instituciones, tan españolas, de las Ordenes Militares y de las
Maestranzas, que no exigían para pertenecer á ellas otra cualidad más
que las cinco arriba apuntadas, bastantes para que quien las reuniese
y comprobase pudiera ser y fuese armado caballero en las Ordenes
y tenido como tal en las Maestranzas; por donde se ve que aquella
nobleza no se reducía pura y simplemente á una estéril limpieza de
sangre, sino que tenía resultados en la vida real, pues daba derecho
de formar en las filas de los caballeros; lo cual era de no escaso valer
en la constitución de aquellas sociedades, de tal suerte que por anto­
nomasia se llamaba á quienes tales cualidades reunían fijos-dalgo,
es decir, hijos de algo, como para indicar que quienes de ellas care­
ciesen eran nada, hijos de nada. Así la comprobación de aquellas cua­
lidades venía á establecer una diferencia entre los que eran y podían
ser algo y hasta podían serlo todo, y los que podría decirse que eran
la nada social.
Estas ideas, que no he de aquilatar ni calificar aquí, porque tal enu
peño me llevaría muy lejos de mi objeto, sirven para explicar por qué
antes, lo mismo los españoles peninsulares que los criollos de Améri­
ca, daban tanta importancia, como los españoles mismos dan hoy, á
las Ordenes Militares y á las Maestranzas. El simple hecho de per­
tenecer á ellas les daba carácter de hidalguía y de nobleza y les abría
las puertas de todos los honores, para que pudieran elevarse á los
más encumbrados puestos y hasta formar parte de la Grandeza de
España, que tenía derecho á cubrirse delante del Rey, á sentarse á
su lado y á recibir de él, con plenitud de satisfacción, el título de Pri­
mo. En las colonias españolas, la cualidad de caballero de una Orden
Militar ó de Caballero Maestrante era muy estimada, porque, estan-
da comprendida en ella no sólo la de nacionalidad española, sino la de
procedencia hidalga, con esto se tenía allanado el camino para todos
los honores, para todos los cargos, para todas las preeminencias, y se
podía tener acceso á los más altos empleos, militares, eclesiásticos y
civiles.
De ahí, de esa importancia especial de las Ordenes Militares y de
las Maestranzas, que en las sociedades virreinales y en la sociedad
peninsular todos, absolutamente todos, se preocuparan de pertenecer á
aquellas, que no tienen importancia alguna para los extranjeros. Mas
no sucede lo mismo con otras Ordenes, como las de San Fernando,
Isabel la Católica, Carlos III y Damas Nobles de la Reina María
Luisa, pues se tienen en muy alta y singular estima las cruces y las
placas y las grandes cruces y los collares, que son otras tantas con­
decoraciones otorgadas como premio al saber, á los grandes hechos
ó á la virtud, que sin duda es el más grande de todos los méritos, é
importan, no sólo una distinción, por parte del Soberano que las otor­
ga, sino que á los agraciados con ellas dan derecho de personal no­
bleza en la nación de donde proceden. De la importancia de la Orden
de Carlos III puede juzgarse por el hecho de que, como lo digo en
oportuno lugar, el escudo de la monarquía española está acolado, á
la vez que en el collar del Toisón de Oro, en el de aquella Orden;
prueba también de esta importancia, es el hecho de que con esta Or­
den se condecore á hombres tan esclarecidos y eminentes como nues­
tro amado Presidente de México, General Don Porfirio Díaz; y la de
la Orden de las Damas Nobles de la Reina María Luisa podrá apre­
ciarse, si se observa que en las grandes ceremonias de la Corte, ocu-
9.

INTRODUCCIÓN. XXIX ®

pan el primer lugar, después de las Infantas de España las damas


agraciadas con esta condecoración; teniendo así preeminencia aun so­
bre la misma Grandeza de primera clase. A Orden tan esclarecida
pertenece desde el año de 1891 nuestra ilustre compatriota, la vir­
tuosísima Señora Doña Carmen Romero Rubio de Díaz
Mas de pertenecer á Ordenes Militares ó Maestranzas, nadie se
preocupa ya hoy, á no ser los naturales de aquella tierra, donde te­
ner un lugar en ellas ofrece, por una parte, seguridad de ser noble,
y abre, por otra, camino á más altas aspiraciones y á la consecución
de más honrosos títulos.
No quiere decir esto que, con ser tan universal esta ley, no hubie­
re tenido excepciones, ni hayan sido afiliados alguna vez á las Orde­
nes Militares quienes no tenían la fortuna de que concurriesen en su
linaje las cinco susodichas cualidades; y de eso tenemos, entre otros,
dos preclaros ejemplos: uno en la historia de la nobleza española, ó
para decirlo mejor, de la nobleza peninsular; otra, en los anales de la á
que fué nuestra nobleza colonial, española también políticamente.
Refiérese, en efecto, que, como un gran pintor hubiese hecho, con
la maestría que leerá peculiar, un cuadro que ha venido á ser monu­
mento de su gloria, el Rey Don Felipe IV, para premiar al artista, to­
?¿
mó un pincel y pintó la cruz de Santiago en el vestido del maestro, pa­ <4

ra significar así que le hacía caballero de aquella Orden. Obligado el


pintor por concesión tan honrosa, tuvo que rendir, para poder disfru­
tarla, información de la nobleza de su linaje; y como no la dejase
comprobada en las diligencias hechas á ese respecto, no en breves
meses, sino durante el espacio de varios años, no podía vestir el
hábito de la Orden. Llegado esto á conocimiento del Rey, le dispen­
só de las probanzas y le concedió la nobleza que le faltaba, para que
así pudiese tener la investidura de caballero de aquella Orden militar.
Algo semejante sucedió con un cristiano y caritativo minero de
Nueva España que, en benéfica institución que dura todavía, tiene
erigido para honra suya glorioso monumento. Aquel hombre era ri­
co, muy rico; pero no un rico—ho me en el sentido de la antigua no­
bleza; al contrario, ni tenía entre sus papeles ejecutoria, ni la procu­
raba tampoco. Pero el Rey Carlos III, menesteroso de recursos pe­ <Sj

cuniarios, solía ocurrir por medio del Virrey á su acaudalado súbdito


¡R xle Nueva España, el que acudía con pronta generosidad á las deman^
r • ■ 8
*050* --------------
XXX INTRODUCCIÓN.

das del Rey. Dióle éste, por gratitud, el hábito de caballero de Ca-
latrava; pero el acaudalado indiano no se le podía vestir, sin compro»-
bar su nobleza. Quiso comprobarla, pero no pudo, ante el Consejo
de la Orden. El indiano ocurrió entonces al Monarca y, como en otra
época el pintor inmortal, fué ennoblecido por el real favor.
Cierto que en esos dos casos, la nobleza se concedió á los que, aún
sin ella, habrían obtenido de la posteridad ejecutoria de inmortales.
El pintor era nada menos que el gran Velázquez: y el cuadro el de
Las Meninas. El rico minero indiano era Don Pedro Romero de Te­
rreros, un poco más tarde primer Conde de Regla, y fundador del¿
Monte de Piedad de México.
En tales excepciones no se puede ver sino elevada justicia; y pa­
rodiando á un filósofo griego, puedo decir que, si hay honores gue
ennoblecen á los hombres, hay hombres que ennoblecen á los honores.
En los dos casos que acabo de referir, más que lo que ganaron Ve­
«)
lázquez y Romero de Terreros con formar parte de la nobleza de Es­
paña, ganó esa nobleza con haber inscripto entre los suyos á hom­
bres tan eminentes. $
Reuniéndose las cinco cualidades fundamentalmente constitutivas ¡
de la nobleza, nada más que comprobarlas era necesario para tener
■9'
«y estado noble (i), el que seguía, en lo general, las reglas mismas del
matrimonio, la paternidad y la filiación. Así, cuando un hidalgo po­
nía sus ojos en una mujer del estado llano y la unía consigo en ma­
trimonio, la pechera quedaba ennoblecida y eran nobles también sus
hijos; pues, por ley general, los descendientes de nobles eran nobles.
Y al contrario, cuando una mujer noble, descendiendo en la escala
social, se casaba con un villano, perdía su nobleza durante el matri­
monio, y por ende, sus hijos eran plebeyos. De tal suerte era tras­
cendental la nobleza, que se dilataba hasta sobre la misma ilegitimi­
dad. Los hijos naturales de un noble eran nobles; y éranlo también
hasta los adulterinos; de lo que sobran ejemplos en las reales des­
cendencias.
Además de la nobleza de sangre, existía también la personal, esto
(1) La comprobación se hacía por información teatimonial de identidad del pretendiente;
presentación de las fes de bautismo del interesado, sus padres y abuelos; y certificación de
los respectivos Ayuntamientos, fundada en los padrones de los Hijosdalgo, de que el solici­
tante, sus padres y sus abuelos estaban inscriptos, como exentos de la obligación de pagar s
©pechos.
INTRODUCCIÓN. XXXI^

es, la que alguna persona adquiría en virtud de su estado. Así, sin


tener nobleza de linaje, ó al menos sin comprobarla, eran tenidos por
nobles los abogados, los individuos del clero secular y regular, las
monjas, y en general todas las personas de estado religioso.
El descubrimiento de América, que abrió tantos horizontes en to­
dos los órdenes de la actividad humana, multiplicó también la no­
bleza, pues nobles fueron declarados, aunque no tuviesen aquellas
cinco cualidades fundamentales, todos los principales pobladores de
las Indias, así como sus hijos y descendientes legítimo^, ora proce­
diesen de línea masculina, ora de línea femenina; pues no sólo eran
nobles los descendientes de los varones, sino que también por las
mujeres se transmitía la nobleza, porque el pensamiento de la ley fué
ennoblecer á todos los que llevaran en sus venas sangre de poblador;
lo cual se comprueba con la carta de amparo en la posesión de no­
bleza de Don Félix de Sandoval y Torres, que íntegra va inserta en
esta obra, en el artículo relativo á la familia de ese apellido. Don Fé­
lix de Sandoval y Torres descendía por línea femenina, de Don Luis
de Cárdenas, poblador de Río Verde; y ese fué el motivo legal por
que le amparó en la posesión de nobleza el Virrey Don Francisco de
Güemes y Horcasitas, Conde de Revillagigedo, en 15 de Junio de
1747-
Así se entendió la ley sexta, título sexto, libro IV de la Recopila­
ción de Indias; la cual literalmente dice:
"Que los pobladores principales, y sus hijos-y descendientes legíti­
lmos sean hijosdalgo en las Indias.
“Por honrar las personas, hijos y descendientes legítimos de los
“que se obligaren á hacer población y la hubieren acabado y cumpli-
“do su asiento, les hacemos hijos-dalgo de solar conocido, para que
“en aquella población y otras cualesquiera partes de las Indias, sean
“hijos-dalgo y personas nobles de linaje y solar conocido y por tales
“sean habidos y tenidos, y les concedemos todas las honras y pree-
“'minehcias, que deben haber y gozar todos los hijos-dalgo y Caba­
lleros de estos Reinos de Castilla, según fueros, leyes y costum-
“bres de España.”
XXXII INTRODUCCIÓN.

III.

Y visto ya lo que constituyó esencialmente la nobleza y lo que por


ella más tarde, sin perderse la primitiva idea, hubo de entenderse en
tierra española, voy á exponer ahora lo que es Genealogía.
Ante todo hay que decir que no significa nobleza; sólo significa en
la realidad de la vida, serie de generaciones; y como toda realidad se
puede estudiar y se estudia científicamente, de ahí que haya una cien­
cia designada con aquel nombre. En esta acepción, es la Genealogía
la ciencia que trata de los linajes, ó, para aproximarnos más á los orí­
genes griegos de la palabra, el tratado de las generaciones. De las
generaciones proceden las familias, y de las familias los linajes; y por
eso, todo hijo de Adán tiene su linaje, porque tiene su familia; por­
que procede de una generación. Así no hay una sola familia que, por
P/
lo que á la realidad toca, no tenga su genealogía; pero más ó menos
conocida, ó escrita, pocas son, relativamente hablando, las qué la tie­
nen. Todas deberían desear tenerla escrita ó formarla para que se a

aumente en la sucesión de los tiempos, procediendo del que sueña


con hacerse progenitor ilustre por su saber, por sus altos hechos, por
su elevada posición social, por sus virtudes y, en fin, por cualquiera
de las muchas causas que circundan el nombre con aureola de gloria.
Y quien ya la tiene formada, esfuérzase por saber lo que sus ante­
pasados fueron, los empleos por ellos obtenidos, los libros por ellos
escritos, las acciones, ó notables ó heroicas, por ellos consumadas; y
no sólo, sino también por averiguar dónde vivieron, qué bienes pose­
yeron, bajo qué cielo se meció su cuna ó cuál es la tierra bajo que
reposan sus huesos; y si el descendiente de antepasados ilustres tie­
ne corazón bastante bien templado y espíritu bastante noble, para no
convertir su genealogía en una vana memoria, procurará sin duda
añadir con su inteligencia, su saber y sus virtudes, nuevo lustre al
heredado de sus padres y continuar honrosamente la serie de su fa­
milia; cuidará de que no vengan á enlazarse con ella sino personas
que tengan igualmente antepasados ilustres, y además de todo eso,
se esforzará por dar á sus hijos á toda costa la mejor educación po-^


INTRODUCCIÓN. XXXIIE

sible para que no desdoren el apellido que les haya tocado llevar. Pa­
ra esto, inculcará en ellos el amor á su nombre y al nombre de su fa­
milia, no por prurito de vanidad, sino como un deber más sobre el
deber moral de consagrarse U trabajo, á la instrucción y á la virtud,
para que lejos de venir á la decadencia la familia, sobrepase, si es po­
sible, á los méritos de sus antepasados. Hasta los que no se pagan
de títulos nobiliarios aspiran, sin embargo, á tener su genealogía,
como si la sola noticia cierta, encajada plenamente dentro de la his­
toria, de quiénes fueron nuestros predecesores, diera en el común
sentir de la humanidad una verdadera ejecutoria de nobleza.
Sin duda alguna que quien quiera que esté en su juicio ó á quien
una necia vanidad no haya perturbado la razón, no creerá valer más
que otro por ser hijo ó nieto de un personaje ilustre; pero, desgra­
ciadamente, hay muchos que, arrastrados en sentido contrario por
preocupaciones engendradas acaso por viciosas tendencias, no sien­
r*
ten el deber que una ascendencia ilustre les impone, de mantener lim­ &
pio el decoro de su familia; deber que, á todas luces y aun prescin­
diendo de orígenes más altos, impone la sociedad, interesada siem­
pre en que sus miembros sean, bajo todos aspectos, pero más todavía
4
bajo el moral, los mejores dentro de las condiciones de nuestra na­
turaleza. Si en las sociedades antiguas, en que las instituciones no­ %G
biliarias tenían tan elevada importancia, para obtener títulos y hono­
res era necesaria información que no estaba completa, si no se com­
probaba en ella que el pretendiente había estado en la cuasi-p osesión
de su nobleza, nuestra sociedad moderna, con ser tan democrática y
republicana, exige todavía, y muy justamente, á todos sus miembros
que se mantengan en la cuasi—posesión de la jerarquía social en que
nacieron, dentro de la que no pueden permanecer, si, más que por
falta de bienes materiales ó de otro género, por conducta inmoral ó
indecorosa desmerecen de su alcurnia.
Por eso, hoy día, en vez de ostentarse en las moradas de las fami­
lias escudos y blasones, se va prefiriendo, y la costumbre está ya bas­
tante generalizada, colocar los retratos de los antepasados, á los cua­
les se suele acompañar las noticias biográficas más notables, trazadas z-x

á lo menos en brevísimos rasgos, y en muchas ocasiones no de otro


•p modo que con la expresión de los títulos que tuvieron ó de los princi-
9

$
XXXIV INTRODUCCIÓN.

pales empleos que desempeñaron; y contribuye así cada labor de fa­


milia á la más amplia de la historia.
Si lo que á este respecto sucede hoy entre nosotros, hubiera suce­
dido desde siglos atrás, la tarea exigida por este libro habría sido
mucho más ligera; pues aunque he tropezado, principalmente por lo
que toca á los dos primeros siglos de la sociedad mexicana, que fue­
ron los de su formación, con dificultades análogas á las de que esta
materia de la Genealogía está erizada en España, son, sin embargo,
en escala mucho menor. Proceden esas dificultades de que los ape­
llidos no correspondían exactamente á las generaciones ni á las fa­
milias.
Después de repetidas observaciones sobre tal hecho por lo tocan­
te á España, dice el eminente genealogista Béthencourt: “El apelli-
“do ó nombre de familia, que empezó á usarse y á transmitirse entre
“nosotros desde el siglo XIII, como necesaria distinción entre las
“gentes, tampoco en nuestras primeras razas ha observado la marcha
“regular y uniforme que siguiera en otros países, y por más de una
“razón, no fué ni es siempre el que se ostenta en primer término, el
“que corresponde á la línea directa varonil desde que de ella se tiene

“conocimiento.
•>
“Las constantes imposiciones de nombre y de armas en las funda­
ciones de los mayorazgos, inspiradas en el nobilísimo sentimiento
“del amor á la gloria y á la perpetuidad de la propia raza, hacen que
“se hayan tenido que preferir en determinados momentos otros ape­
llidos al paterno, lo mismo en la alta Nobleza que en las familias
“hidalgas amayorazgadas de menor importancia, usándose aquellos,
“siglos ha, y manteniendo el recuerdo del nombre preterido única-
“mente por combinaciones heráldicas. Y no era sólo que se usara de
“un apellido, con preferencia á otro más inmediato, por las exigen­
cias inexcusables de la fundación, sino que, considerándose patri-
“monio de los hijos los apellidos de los padres y ascendientes, se di­
sidían entre los primeros las más de las veces, y de aquí nueva
“desesperación de los modernos y mal enterados al encontrarse fre­
cuentemente en lo antiguo con varios hermanos, hijos de los mis-
I “mos padres, designados todos con diferente nombre de familia.
Ejemplo señaladísimo de estas costumbres son aquellos dos claros
varones, tan célebres en nuestra historia, Don Juan Pacheco, Gran
I
INTRODUCCIÓN. XXXV

“Maestre de Santiago y Marqués de Villena, y Don Pedro Girón,


“Señor de Osuna y Gran Maestre de Calatrava, que habiendo nacido
“ambos del mismo matrimonio y siendo los dos Acuña por línea
“masculina, de raza tan calificada, que remonta su origen hasta los
“Reyes de León, se llamaron respectivamente Pacheco y Girón para
“perpetuar estos dos grandes nombres de nuestra Nobleza feudal
“que les correspondían por su madre y por su abuela, y dejaron el
“de Acuña á otros deudos suyos, que éstos conservaron en las no-
“bles líneas de los primeros Condes de Valencia de Don Juan, de los
“Condes de Buendía y de Requena y de los Marqueses de Escalona
“y de Casa-Fuerte.” (i)
Nota, además, el Señor Béthencourt un hecho que agravaba y em­
brollaba más las susodichas dificultades: el de que “los jefes de los más
viejos y los más poderosos linajes consentían sin escrúpulo en que
adoptasen su nombre dependientes, apadrinados y vasallos.” (2)
Aunque en México pasó algo semejante, no trajo confusiones que
se puedan comparar á las habidas en España. Apellidos de conquis­
tadores se dieron á muchos nobles mexicanos. Don Fernando de
Alva Ixtlilxochitl, descendiente por una parte de los reyes acolhuas
y, por otra, de los reyes aztecas, y uno de nuestros historiadores pri­
mitivos, antepuso á su apellido indígena el español de Alva; y antes
que él, Don Fernando de Alvarado Tezozomoc, hijo de Cuitlahuac,
hizo preceder á su apellido indígena el de su padrino, que fué nada
menos que el conquistador Don Pedro de Alvarado. Lo mismo su­
cedió con el real ahijado de Don Fernando Cortés, el último Señor
de Tehuantepec, Cosijopii, que recibió en el bautismo el nombre de
Juan y usó y dejó á su familia el apellido del conquistador, siendo
conocido en la historia por Don Juan Cortés Cosijopii.

semejantes á las que Béthencourt deplora en la española, las imposi­


ciones que de apellido determinado se hacían en las escrituras de
donde tomaban sus orígenes los mayorazgos, así como la costumbre
que perduró durante mucho tiempo en las familias más ó menos nu­
merosas y distinguidas, de distribuir entre sus vástagos el tesoro de

(1) HISTORIA GENEALOGICA Y HERALDICA, ya citada. Tomo I, págs. 33 y 34.


(2) Ob. cit.
é> <*

KXVI INTRODUCCIÓN.

apellidos que las varias generaciones habían venido acumulando con


's lustre de la familia.
Esparcidos por las páginas de este libro encontrará el discreto lec­
tor ejemplos que fundan y esclarecen las precedentes aserciones.
La tercera Condesa del Valle, hija del General Don Vicente Sal-
dívar y de Doña Francisca de Miranda y Escobar, no llevaba nin­
guno de esos apellidos; sino que, prefiriendo el de los Reyes de Cas­
tilla, de quienes descendía, se llamaba solamente, porque en su con­
cepto con eso bastaba para acreditarse de la más alta y esclarecida
nobleza, Doña Isabel Francisca de Castilla. ¿Quién habría adivina­
do, sin tener á la vista el testamento de tan linajuda señora, que tras
apellido tan breve estaba la primera nobleza de la Monarquía Espa­
ñola, ni que era la hija de un General que, aunque descendiente de
los‘mismos reyes, se apellidaba Saldívar?
Y no sólo se cambiaban los apellidos; cambiábase muchas veces,
por exigencia de la escritura de mayorazgo, aun el nombre recibido
fe
en el bautismo. Ofrece de esto marcado ejemplo la tercera Condesa
de Miravalle que se llamaba Magdalena, pero que, por exigencia de
la escritura mayorazgal, al heredar el mayorazgo, á que estaba anexo
y
el titulo, tuvo que adoptar el nombre de Catarina; cambio que habría s

sido causa de revueltas confusiones, si la señora en su testamento no


hubiese declarado el nombre con que fué hecha cristiana y el nom­
bre con que se convirtió en Condesa.
Si el primero de los casos de que acabo de hacer memoria mues­
tra el cambio de apellido y el de nombre el segundo, otro tercero nos
ofrece, juntamente con esos cambios, el de la distribución de apelli­
dos ilustres entre los vástagos de un mismo linaje. Al fundar Geró­
nimo López y Doña Ana Carrillo de Peralta, los tres mayorazgos
que aparecen en el artículo sobre los Marqueses de Salvatierra, de­
claró la fundadora llamarse Ana Carrillo de Peralta, apellido que to­
mó de su madre, habiendo hecho punto omiso del de su padre lla­
mado Pedro Yanguas; y aunque á todos sus hijos correspondían los
apellidos de López Carrillo, ambos fundadores ordenaron, en la ins­
titución de los mayorazgos, que sus hijos se apellidaran López de
Peralta, con excepción de dos de sus hijas, pues á uña se le defirió el
apellido de Velasco (Doña Angela de Velasco), en memoria sin du-
^la de la primera Marquesa de Falces, de quien la fundadora proceJ
e-----------

INTRODUCCION. XXXVII

día; y á otra (Doña Francisca) se le dió el apellido de Carrillo. Orde­


naron, además, prescindiendo de todos sus varios apellidos, que cuan­
tos hubieran por derecho los mayorazgos, aun cuando fuesen de la
línea femenina, llevasen perpetuamente, como nombre, el de Geróni­
mo, y como apellido, el de López de Peralta.
Tales cambios de apellidos y de nombres habrían sido completa­
mente inexplicables, si la solución de la dificultad, que podía ofre­
cer á quienes ignoran los pormenores de los hechos, no se hubiera
hallado en la declaración constante en el testamento auténtico ó en el
mandato impuesto en el instrumento de fundación; y por eso, para
encontrar el nudo *y desatar la dificultad, se necesita
• en todos esos
casos tener ante los ojos los documentos primitivos y escuchar, de
entre las sombras de los siglos, la voz del testador ó del fundador,
recogida para perpetuidad por los reales ministros de la fe pública.
Y no es de extrañarse que en aquellos tiempos, y con fines ó mó­
viles aristocráticos, se hicieran tales cambios. Ocurren entre nosotros
aún hoy día, sobre todo tratándose de apellidos compuestos.
Vivieron casi en nuestros días Don Tomás López Pimentel y Don
Mariano Sánchez Flores. Pariente era el primero, y muy cercano,
del Marques de Guadalupe, é hijo de Don Jacinto López Bravo y
Pimentel y de Doña Victoriana Rincón Gallardo. Los apellidos que
le tocaban eran los de López y Rincón Gallardo; pero á sus hijos só­
lo tocaba el primero. Todos, sin embargo, usaron solamente el ape­
llido Pimentel, de manera que si alguno preguntara por ellos bajo el
apellido López, no alcanzaría noticia.
El cuarto Conde del Peñasco, Don Mariano, y su hermano Don
José María, á quienes correspondían los apellidos Sánchez y Flores,
no usaron ninguno de éstos; sino que tomaron el de Espinosa, que
era de una de sus abuelas, y el mismo llevaron y llevan todos sus
descendientes, que prescindieron del apellido de Sánchez; pero una
hermana de aquellos señores, Doña Manuela, llevó siempre los ape­
llidos de Sánchez y Flores; y habiéndose unido en matrimonio con
el segundo Conde de Agreda, tuvo entre sus hijos al Señor Don
José María, quien usando los apellidos de Agreda y Sánchez, los ha
hecho perpetuamente ilustres en nuestra historia y en nuestra biblio­
grafía.
^Los Señores Don José María y Don Rafael Roa Bárcena, bien
IO
o

XXXVIII INTRODUCCIÓN.

conocidos en el mundo literario y científico, tuvieron por sus padres


á Don J osé María Rodríguez Roa y Doña Concepción Bárcena; pe­
ro prescindiendo del primer apellido paterno y adoptando el segun­
do y el materno, formaron el de Roa Bárcena, destinado á ser ilustre
en nuestra historia literaria; y por eso los hijos del autor de este li­
bro que, por línea materna, descienden del primero de los citados es­
critores, habrán de llevar los apellidos de Ortega y Roa, en vez de
Ortega y Rodríguez, que les corresponderían, si su abuelo no hubie­
ra dejado preterido el apellido primero del autor de sus días.
No cerraré estas noticias y advertencias sobre los apellidos en Mé­
xico, sin notar que aquí, como en España, hecho fué muy común, el de
que los poseedores de los títulos (cuando éstos tenían existencia le­
gal), como hoy los que debieran poseerlos, si aún hubiese todavía
distinciones nobiliarias, han llevado apellidos distintos de los que usa­
I ron los fundadores de esos títulos; hecho que se presentó, después de
<T|
la abolición de los mayorazgos, hasta con aquellos descendientes de
las familias en que, para llevar el título, era necesario llevar también
el apellido; como sucedió con los Marquesados de Salinas y del Apar­
o
K>5¡
tado y los Condados de Santiago, del Valle de Oploca y de Alcaraz. e

Los apellidos de Velasco, Fagoaga, Altamirano, Arce y Paez están


substituidos hoy, en los que debían ser poseedores (y algunos de ellos
lo son en España en virtud de revalidación) por los de Cervantes,
Campero, Cervantes otra vez, Ortega y otra vez Campero; por donde
se ve que, sin más guía que los apellidos, no podría enlazarse á los
descendientes de los nobles de ayer con sus progenitores, y que el
aristocrático pensamiento que aquellos tuvieron, de perpetuar su nom­
bre y hacer linajuda su familia, ha venido, por la inestabilidad de las
cosas humanas, á convertirse, no siempre, porque hay apellidos que
sobreviven, pero si muchas veces, en frustrada esperanza; y si lo hu­
bieran vislumbrado los fundadores de esos títulos, se habría cubierto
su frente de tristeza.
Y más pronto llegaría ese inevitable fin para los nombres, si no se
emprendiesen obras como ésta, destinadas á conservar las memorias
de la nobleza, caras á la aristocracia, y las de la genealogía, caras á
todas las familias que aman los recuerdos de sus antepasados. De «y

obras así, antes de mis trabajos, no se había dado á luz en Méxi-


¡p sino la que bajo el título de “Sumaría relación de las cosas d^
INTRODUCCIÓN. XXXI

la Nueva España, con noticia individual de los descendientes legíti­


mos de los conquistadores y primeros pobladores españoles, por Bal­
tasar Dorantes de Carranza,” publicó el Museo Nacional de México;
y que, escrita hacia 1604, fué tres siglos después paleografiada de su
original por Don José María de Agreda y Sánchez, de quien hice
antes honrosa mención.
Desgraciadamente, obra tan importante no abraza ni siquiera todo
el primer siglo de la dominación española. Por otra parte, sólo com­
prende la descendencia masculina, y casi siempre hácese punto omi­
so de las esposas en las series genealógicas, dejándose así de con­
signar datos preciosos para la historia, pero más especialmente para
la genealogía; pues los nombres y la calidad de las mujeres son im­
portantísimos, porque muestran cómo se enlazan unas familias con
otras y permiten deslindar de una manera concienzuda los parentes-
„ eos en sus diferentes líneas y grados. Casi siempre, he dicho, porque
algunas veces, aunque incidentalmente, se menciona á las mujeres,
ÉV acaso porque tuviesen encomienda ó perteneciesen á la descendencia
de algún conquistador. No obstante tales deficiencias, nadie podrá
disputar á Baltasar Dorantes de Carranza el primer lugar entre los
genealogistas mexicanos.
Muy de sentirse es que nadie hubiese seguido sus huellas durante
tres siglos, ni bajo la dominación colonial, ni en la era de la Indepen­
dencia; y si bien se habrían cometido errores, sobre todo al tratar de
los orígenes de las familias tituladas, como sucedió en España, de lo
cual se queja el genealogista Béthencourt, tendríamos en cambio nu­
merosísimos datos que, si habrían de exigir se los depurara y aqui­
latara, ofrecerían abundante materia para una obra de este género-
y tendríamos muchísimas más noticias que las que he podido acu­
mular.

IV.

Imposible, después de haber hablado de la Nobleza y de la Gi


logia, no decir algunas palabras acerca de la Heráldica que, coi
jndica su nombre etimológicamente considerado, es la ciencia c
f/ ¡y»-

INTRODUCCIÓN.

signos de la nobleza; y abraza, por lo mismo, con el conocimiento de i/)

los escudos ó blasones, el de las causas por que se adoptaron y de las


relaciones de unos con otros entre sí, á fin de fijar y deslindar los dis­
tintos linajes y dentro de los linajes las*familias, y de explicar las di­
visas y armas adoptadas por las distintas naciones, provincias, ciuda­
des y pueblos, que muchas veces tuvieron también sus escudos y bla-
sones.
Considerada así la Heráldica, se muestra por su propia naturaleza,
auxiliar de la historia. Si de ésta se ha dicho que son sus ojos la cro­
nología y la geografía, puédese decir también que sin la genealogía
y la heráldica no podría trazar la historia los anales de la no­
bleza.
La Heráldica, como la Genealogía, no ha estado exenta ni de inven­
ciones fantásticas ni de gratuitas suposiciones. Autores de nobiliarios
se encuentran que, en punto á Heráldica, pretenden describirnos los
escudos de los antiguos egipcios, babilonios y chinos; respecto de to­
do lo cual, si algo es cierto, muchísimos puntos son tan discutibles
que acerca de ellos no se pueden asentar verdaderas tesis en el esta­
do actual de esa clase de estudios. Pero si la razón no se niega, á to­
mar en cuenta tales afirmaciones, hay otras de todo punto inadmisi­
bles, cpmo las relativas al escudo de nuestro padre Adán, del que,
por más que parezca increíble, pretenden darnos noticia ciertos ge-
nealogistas, y que si en algo pudo consistir, sería en las hojas de hi­
guera con que, después de su caída, cubrió su desnudez, ó en la fi­
gura de la serpiente astuta que por medio de la mujer le hizo sabo­
rear el fruto prohibido. Esos mismos genealogistas nos describen el
escudo de Noe, y en él colocan el Arca que, flotando sobre las aguas,
fué asilo de salvación para el género humano, en la catástrofe asola­
dora del diluvio.
Pero nada extraño ha de parecer esto, si se observa la pretensión,
■que otro genealogista tuvo, de enumerar una por una todas las ge­
neraciones que precedieron á la Casa Real de España, y de presen­
tar toda la ascendencia de Doña Isabel II, no sólo hasta los primeros
reyes de Castilla, lo que sí puede tenerse como históricamente com­
probado, sino desde estos hasta los reyes godos, donde ya hay mu­
í®.
chas movibles sombras que .perturban la vista; y desde los reyes go-
—j—

^dos, y aquí sí la obscuridad es ya plena,; hasR Noé, segundo padre


e
——

INTRODUCCIÓN. XLI ®

del género humano; del cual sí se puede ascender, por rigurosa es­
cala, hasta nuestro padre Adán, porque Moisés tejió esa genealogía
en las páginas sublimes del Génesis que, dejando aparte su carácter
de libro divinamente inspirado, tiene como documento histórico va­
lor indiscutible; sobre todo, después de que los descubrimientos asi-
riológicos han venido á traer á un terreno netamente científico más
de un dato confirmativo de las relaciones genesiacas.
Porque en materia de Heráldica, y lo mismo debe decirse de la Ge-
nealogía, hay algo semejante á la prehistoria, como quiera que con
relación á ciertas épocas nada se halla de veras cierto, si bien algo
puede rastrearse penosamente, ora procediendo de algún obscuro da­
to, ora de algún débil vislumbre que se pierde en las sombras de
aquellos tiempos, como el fulgor de una naciente aurora sobre el ho­
rizonte ennegrecido por nubes de impenetrable obscuridad. Para la
Heráldica, hay un larguísimo período en la historia de la humanidad,
en que nada ó casi nada puede encontrarse con relación á familias y á
linajes, y sólo se halla algo más fijo é importante con relación á los
pueblos y naciones, que siempre tuvieron sus divisas, sus banderas,
sus pendones, sus paladiones, y en ellos ó en otros señuelos seme­
jantes pusieron lo que, en el lenguaje convencional del simbolismo,
les pudo recordar ó sus orígenes ó sus glorias; y eso fué lo mismo <9

en el antiguo mundo, donde las águilas romanas eran nuncio de se­


guras victorias, que en el nuevo, donde el águila azteca, reposando
en un nopal y despedazando una culebra, recordaba el origen del pue­
blo, cuyo primer asiento fué el islote de una inmensa laguna en uno
de los valles más hermosos de la tierra.
Pero si las naciones y también las ciudades, como se ve por lo que
toca al nuevo mundo en la célebre Matrícula de los Tributos, (i) te­
nían sus signos heráldicos, las familias no los tuvieron en épocas tan
remotas y puede afirmarse no se proveyeron de ellos al mismo tiem­
po que los pueblos,y naciones, sino más tarde, y cuando determina­
das causas, ya del órden jurídico, ya del puramente social, obligaban
á las familias á distinguirse bien unas de otras y á esforzarse por no

(1) El Libro ó Matrícula de los Tributos, uno de los documentos más importantes de núes-
ira historia antigua, se encuentra original en 14 fojas de papel maguey, en el Museo Nacio­
nal. Es el mismo Libro dé los Tributos, mencionado por Peñafiel en sus “NOMBRES GEO­
GRAFICOS DE MEXICO,” pág. 42, palabra Acoxochitlán.
II
— í'

» XLII

perder el lugar que para ellas habían conquistado ó sus lejanos pro­ Y\
genitores ó sus inmediatos ascendientes. (®l

En Europa, según los datos más fidedignos, no parece que el uso


de las armas y de los escudos se remonte á más allá del siglo X, y
esto en Alemania, bajo el emperador Enrique I de Sajonia, “elpa­
jarero" y debióse tal origen á que (digámoslo con palabras de Bé-
thencourt) “en los torneos memorables á que este Príncipe famo-
“so convocaba á la Nobleza guerrera de aquellos países, para distin-
“guirse y conocerse, trajeron los Caballeros vistosamente adornadas
“las rodelas y los escudos con figuras caprichosas, simbólicas de he-,
“chos, deseos, devociones, amores y batallas.” (i)
Lo que puede tenerse como indiscutible, según dice el mismo his­
toriador, es que “el uso permanente de las armas, divisas, empresas
“y blasones, su establecimiento en las familias nobles sobre todo, y
“su transmisión constante de padres á hijos, provienre solamente en
“Europa desde el principio mismo del siglo XII; desde la vuelta de
“aquellos famosísimos guerreros que habían librado de la dominación
“infiel el sepulcro de Nuestro Redentor, felizmente conseguido el fin ■

“de la primera Cruzada con la toma de Jerusalén (15 de Julio de


1 “1099). Los signos heráldicos que para distinguir unas de otras hues-
£ “tes llevaron los Cruzados á aquella magna empresa pintados en sus
“banderas y en sus escudos, quedaron desde aquella fecha memora-
“ble como el emblema de una familia y el recuerdo del héroe á quien
“ella reconocía por antecesor: los hijos de los conquistadores de Je-
“rusalén, en vez de adoptar nuevo signo, como era hasta entonces la
“costumbre, mantuvieron con legítimo orgullo el escudo paterno: tal
“es el comienzo verdadero del Blasón presente.” (2)
Por lo que toca á España, hay que recorrer todavía no poco tiem­
po para hallar históricamente comprobado el uso de las armas. Del
primero de quien con certidumbre puede afirmarse que las usó, es de
Alfonso VII, Rey de Castilla y de León, que realizó, entre sus mu­
chas proezas, la conquista de parte de la Navarra y de Zaragoza,
después de la cual, las Cortes de León le dieron título de Emperador;
por lo que se hizo coronar tres veces, como para justificar la posesión
de su nueva dignidad. Ni se durmió sobre sus laureles, sino que Sl-
(1) Ob. cit. Tomo I, pág. 92.
*
(2) Ob. y tom. cits., pág. 92.
INTRODUCCIÓN.

guió carrera de nuevas hazañas, dilatando hacia el Sur los límites de


su monarquía. Las armas que este Rey usó consistían en un sólo
cuartel con un león rampante que, andando el tiempo, se convirtió en
león de gules sobre campo de plata. Así fué como Alfonso el Empe­
rador substituyó con verdadero escudo nobiliario los antiguos sellos
consistentes en una cruz que habían usado todos sus predecesores,
y dió sus armas al Reino de León. A la muerte del Emperador, ha­
biéndose dividido entre sus hijos los Reinos de León y de Castilla,
éste adoptó como armas un castillo de oro en campo de gules. Am­
bos escudos, más tarde, y á medida que se fué realizando la unidad
de España, uniéronse con las armas de otros reinos y vinieron á for­
mar el escudo de la Monarquía Española, en que aparece el león ram­
pante puesto en el de León, que fué el más antiguo, por el hazañoso-
Emperador. Vino á ser así el de España un escudo cuartelado: prime­
ro y cuarto, de gules, con castillo de oro, por Castilla; segundo y ter­ í

cero, de plata, con león de gules, por León; entado en punta de plata
y una granada al natural, por Granada; sobre el todo, escusón de azur
con tres flores de lis de oro, por Borbón; y acolado con los collares
del Toisón de Oro y de la Orden de Carlos III. w
Hacia aquellos tiempos de la heráldica, los Señores de Vizcaya, v/*

e) cuyo apellido era de Haro, con alusión á su nombre Lupus (vuelto


en castellano Lope), usaban dos lobos negros en campo de plata, se­
gún refiere Argote de Molina.
El origen de los escudos hay que buscarle unas veces en el real
acuerdo y otras en la libre elección de los señores de categoría infe­
rior que, á imitación de los soberanos, fueron adoptando sucesiva­
mente sus escudos.
De lo primero encontramos ejemplo en el concedido por el Rey
Don Fernando III el Santo, esposo de Doña Beatriz de Alemania,
á su hijo menor el Infante Don Manuel; escudo que se formaba de
cuatro cuarteles; el primero y cuarto, de plata, con el león rampante
del Reino de León; y el segundo y tercero, de gules, con una ala do­
rada y una mano de ángel que sostenía una espada desnuda; alusión,
según parece, al nombre de uno de sus abuelos: Angel Comeno, Em­
perador de Constantinopla. Otro ejemplo tenemos en el concedido
por los Reyes Católicos al descubridor del Nuevo Mundo, Don Cris-
fe (¿óbal Colón: escudo en mantel, primero de Castilla, segundo de León
INTRODUCCIÓN.

y en punta ondas de plata y azur, con cinco islas de oro y un globo


centrado y cruzado también de oro. Un tercer ejemplo nos ofrecen
los escudos concedidos por los Reyes Católicos á los conquistadores
del Nuevo Mundo; entre los que debe mencionarse de toda preferen­
cia el otorgado á Don Hernando Cortés, en derredor de cuya gigan­
tesca figura se agrupan las de todos los otros que le ayudaron y se­
cundaron en su temeraria empresa. Concedióse á Cortés por el Em­
perador Carlos V un escudo, cuya sola descripción trae el recuerdo
de la grandeza histórica y las singulares proezas del héroe á quien se
otorgó. Fué un escudo cuartelado; primero, de oro, con una águila
imperial coronada; segundo, de sable, con tres coronas de oro; ter­
cero, de gules, con león de oro; cuarto, la ciudad de México sobre
ondas de plata y azur; bordura de oro con siete cabezas de indios
atadas con una cadena de sable que tiene un candado en la punta. El.
escudo lleva por timbre un yelmo. Tal agrupación de tan altos sím­
bolos raramente podrá encontrarse en descripciones heráldicas. Acaso

i
f
sólo se le podría sobreponer el concedido á Colón; todo lo cual no es
extraño, porque proezas como las de Cortés son muy raras en la ijas
historia; gloria como la de Colón no tiene par en los anales del mun­
do. A Diego de Ordaz, en memoria de su ascensión al Popocatepetl L»

y de su descenso al cráter no apagado del volcán, de donde extrajo


el azufre para fabricar la pólvora, de primera necesidad para la con­
sumación de la conquista, se concedió pusiera en su escudo la pin­
toresca figura del cerro que Humea; y allí estará, si no para que le
ostenten los descendientes del osado conquistador, sí para recuerdo
de su afortunada audacia. Al conquistador Gerónimo López, padre de
Gerónimo López el segundo que, con su esposa Doña Ana Carrillo
de Peralta, fundó nada menos que tres cuantiosos mayorazgos, se le
concedió el uso del muy complicado escudo, cuya descripción puede
verse en el tomo I de esta obra, págs. 107 y 108 del artículo relativo
al Marquesado de Salvatierra. Digno es también de mención el otor­
gado á Alonso de Villanueva, el primer Alférez Real en Nueva Espa­
ña: escudo cortado, primero en jefe, en camp.o de plata, un águila de
sable; y segundo en punta, en campo de gules tres cabezas de indios;
bordura de azur, ocho cruces de plata y ocho aspas de oro alterna­
das,, y por,cimera, un brazo armado que empuña una espada.
No sólo á los conquistadores ó á sus descendentes concediéron los

•>

INTRODUCCIÓN.

reyes de España escudos de armas, mas porque convenía también á 5


su política, concediéronlos á descendientes de los vencidos que, tras­
ladados á la península, tuvieron allí lugar en medio de la nobleza y
hasta llegaron á ser Grandes de España. El otorgado á una de las
ramas descendientes de Moctezuma, es un tigre de plata, que ve con
ademán fiero á un gavilán de oro que se cierne en el aire, sin atre­
verse á embestirle; y al rededor del gavilán, cinco rosas de plata; to­
do en fondo de sinople; bordura de gules con treinta coronas de oro.
No sólo concedieron los reyes escudos de armas á los que no los
tenían; mas también á los que ya los usaban, frecuentemente conce­
dieron que los aumentaran, ora con parte de las armas reales, ora
con algunos otros blasones, remembranzas de notables hechos y de
hazañas gloriosas; y esos aumentos iban á dar algunas veces á los
escudos mismos y otras á sus orlas. Al escudo del Condestable Mo-
sén Pierres de Peralta, que consistía en un grifo de oro en campo de
gules, se aumentó la mitad de las armas reales por la merced gene­
rosa de Don Juan II de Aragón; y desde entonces el Condestable
tuvo escudo terciado en pal; primero Aragón; segundo Navarra: y J
en abismo un escudete en forma de losange, con un grifo de oro en J
campo de gules; tercero de León, cortado de Castilla, Las armas de
los Velasco fueron también aumentadas por concesión real con una
orla, en que se ven los castillos y los leones de las armas reales, con
sus colores heráldicos; todo lo cual se puede contemplar en la hermosa
lámina, que doy en su lugar respectivo, del escudo de los Marqueses
de Salinas.
No con las armas reales, sino con blasones, símbolo de hazañas
gloriosas, fué aumentado, si hemos de dar crédito á una antigua tra­
dición recogida por la Heráldica desde antes del siglo XV, el escudo
de armas de la numerosa familia que lleva el nobilísimo apellido Té-
llez Girón. El escudo tiene como principales, aparte de otras figuras,
tres jirones, ó sea, triángulos isóseles de color rojo en campo de oro,
y por cimera, un caballo que sale de la parte superior del timbre.
Debióse ese aumento, según antiguos genealogistas, á que un ascen­
diente de la familia llamado Rodrigo González de Cisneros salvó la
vida, á fines del siglo XI, al rey Don Alfonso VI en una batalla ga­
nada por los moros, en que le dió su caballo para que huyera, en tan-
Jo que él se quedó cautivo de los enemigos; mas para atestiguar su
I'®
«A

XLVI INTRODUCCIÓN.

servicio, no se olvidó en los momentos del peligro, de cortar de la


sobrevesta ó cota de armas del rey, tres jirones ó pedazos que, te- ’
ñidos en sangre mora, ocultó dentro del seno; y cuando, ya libre de
su prisión, presentóse al rey y le mostró los fragmentos de su traje,
mandóle el monarca que pidiese merced; lo que él no quiso, solicitan­
do tan sólo se le permitiera poner en su escudo los tres jirones del
real vestido, y por cimera el caballo; á fin de presentar así á las ge­
neraciones pósteras un recuerdo y un ejemplo de fidelidad al rey. No
desconozco que la crítica moderna, apoyada en gravísimas razones,
entre otras, en la de que por entonces, como antes lo he dicho, no se 4
usaban en España los escudos, tiene por simple leyenda la hazaña
referida; pero si ésta no corresponde á la realidad, casos muy seme­
jantes, históricamente comprobados, dieron origen á los aumentos de
blasones en los escudos, en virtud de concesión regia.
Aumentos en los escudos, no los hubo solamente por expresa con­
cesión real en favor de familia determinada. Más de una vez, con oca­
sión de algún gran suceso próspero, permitió el rey á muchos nobles
que aumentaran sus armas, y el monarca mismo aumentó las suyas.
< Así acaeció con motivo de la célebre batalla de las Navas de Tolosa,
que tanta trascendencia tuvo para hacer que descendiera el poder de
la media luna y se ensalzara muy alto el de los príncipes cristianos,
salvadores de la civilización. Cuéntase, aun por los más graves histo­
riadores, que con el fin de salvar al rey moro (usaré aquí de pa­
labras de Mariana), “la parte de los reales en que armaron la tienda
real cerraron con cadenas de hierro, y por guarda los más fuertes
moros y más esclarecidos en linaje y en hazañas; los demás eran en
tan gran número que parecía cubrían los valles y los collados.” Em­
peñada la batalla, fué atacada la tienda del rey, tan resguardada por
hombres y por cadenas. Fueron vencidos los unos y rotas las otras,
hasta llegar á apoderarse de la persona del rey moro, y en conme­
moración de tal episodio en batalla tan gloriosa, el rey de Navarra,
al escudo bermejo que ya usaba, aumentó como blasón las cadenas;
y como á tan gran triunfo concurrieron muchos nobles, también tu­
vieron entre sus trofeos las cadenas, y algún tiempo más tarde las
pusieron como gloriosísimo atributo en sus escudos. Por eso se las
ve en muchas armas de nobles y Grandes de España, descendientes
de los batalladores de aquel día, como los 'Mendoza, los Zúñiga, los
© ° 0


INTRODUCCIÓN. XLVII

Peralta, los Meneses y otros. También como recuerdo de otra, aun­


que no tan alta hazaña militar, los Bazán, Valdivielso, Tapia, Ayala
y algunos otros usan en sus escudos las aspas, por haberse tomado el
Alcázar de Baeza en el día de San Andrés; triunfo al que concurrie­
ron ascendientes de esas familias. Con motivo de la victoria del Sala­
do, el Rey Don Alfonso XI, un poco después de ella, en 1330, ins­
tituyó la Orden de la Banda, de la que armó caballeros á ilustres as­
cendientes de los Tovar, Omaña, Hoyos, Villaquirán, y otros; y por
eso las familias que de esos caballeros descienden, tienen en sus es­
cudos el atributo de la banda engolada en boca de dragantes.
Otras no menos ilustres, como las de Mendoza, ya citada, Gueva­
ra, Salcedo, etc., tienen en sus escudos las panelas; pero el origen de
tal atributo piérdese en la obscuridad de los tiempos; y para expli­
carle, han ocurrido los reyes de armas, tan dados á explicaciones le­
gendarias,. á la Batalla de Clavijo; verdadera fábula del soñador es­
píritu español que, si tiene muchas y grandes hazañas en las realida­
des de la historia, no quiere quedarse sin ellas ni en las épocas á que
no se puede llegar más que sobre las alas de la leyenda.
El atributo de las calderas se encuentra en los escudos de las más
5^9
ilustres familias como las de Lara, Guzmán, etc., y demuestra por sí
solo la esplendidez y poderío de los ascendientes de ellas; á los que
hay que buscar entre los Ricos-homes de pendón y caldera, de hor­
ca y cuchilla, que sin gravamen de los pueblos, ni de los reyes, acu­
dían á éstos, con sus mesnadas, para ayudarlos en las empresas gue­
rreras, pues la caldera demostraba que á sus propias expensas man­
tenían á su gente, como el pendón quería decir que tenían derecho
de convocarla á su alrededor.
Muchos otros ejemplos se podrían citar; pero no escribo un trata­
do de Heráldica; y me limitaré á las indicaciones necesarias para la
fácil inteligencia de mi obra.
Armas parlantes son aquellas en que el simbolismo obedece al fo-
netismo, es decir, en que los nombres de los atributos que aparecen
en el escudo dan la homonimia del apellido. Ejemplos de esto son las
armas de los Luna, que consisten en una luna en creciente; de los
Folch Cardona, en tres cardos; de los Romero, en una orla con seis
matas de romero; de los Flores, en cinco flores de lis; de los Torres,
en cinco torres; de los Solís, en
L
XLVIII INTRODUCCIÓN.

la; de los Acuña, en unas cuñas; de los Padilla, en unas padillas ó


sartenes; de los Figueroa ó Figueras, en unas hojas de higuera. La
familia Osorio tenía en sus armas antiguas dos lobos, sin duda por el
Señorío de Villalobos que era suyo; pero más tarde, según parece,
tomó por osos los lobos mal esculpidos y añadió en punta unas on­
das de río; formando así sus armas parlantes con un oso y un río.
A lo dicho debe agregarse, como punto muy capital en materia de
heráldica, que las familias más poderosas de la Monarquía Española,
cuando llevaban un mismo apellido, pero eran poseedores de diferen­
tes títulos y se dividían en distintas ramas, fueron modificando sus
armas en el curso de los tiempos para distinguirse entre sí unas de
otras. La muy ilustre de los Mendoza nos ofrece en este punto un
clarísimo ejemplo. La familia primitiva, y por decirlo así, troncal, te­
nía por armas una banda de gules, perfilada de oro, en campo verde;
y como los Duques del Infantado heredasen la casa de’‘Garcilaso de
la Vega, agregaron á sus armas el Ave María azul en campo de oro,
flanqueado el escudo; blasón de la casa heredada. La rama mayor de
la misma familia, que era la de los Condes de Almazán, Marqueses
de M.onteagudo, flanquea el escudo, en vez del Ave María, con vein­
te panelas de plata en campo de gules, y agrega brochantes las ca­
denas de oro de Navarra en aspa, mientras los Condes de Castroge-
ris, otra rama de la misma familia, parten las antiguas armas con diez
panelas de plata en campo de gules.
Hasta las familias descendientes de las ramas mayores ó menores
de la casa real de Castilla, ya legítimas ó ya bastardas, nos ofrecen
ejemplos de esos escudos diferenciales, ó sea, de las modificaciones
de un escudo primitivo. El Infante Don Enrique, hermano del In­
fante Don Manuel, usaba por armas un escudo flanqueado de Cas­
tilla y León con sus colores reales. El Conde Don Pedro de Casti­
lla, hijo del hermano bastardo de Don Pedro el Cruel, Don Fadrique,
y sus descendientes, han usado un escudo en mantel, primero y se­
gundo de Castilla y tercero de León. Don Juan de Castilla, hij o de
Don Pedro el Cruel, tenía en su escudo una banda verde engolada
en dos dragantes del mismo color, en jefe las armas de Castilla y en
punta las de León; Don Tello, Señor de Vizcaya, hermano de Don
Enrique de Trastamara, tenía su escudo flanqueado, primero de
Castilla, segundo y tercero de León, /én punta un águila negra em
INTRODUCCIÓN. XLIX @

campo de oro por el Señorío de Aguilar; y finalmente, los hijos de


Don Fernando de la Cerda y Doña Blanca de Francia, nietos por el
lado paterno de Don Alfonso X y Doña Violante de Aragón, y que
fueron desposeídos de la corona por su tío Don Sancho IV, usaron y
aún usan hoy sus descendientes, los Duques de Medina-Sidonia, es­
cudo cuartelado, primero y cuarto, de Castilla, partido de León, y se­
gundo y tercero de Francia.
La costumbre que hay en España, de reunir diferentes cuarteles
en un solo escudo, proviene de que las casas que habían tenido dife­
rentes títulos ó mayorazgos, estaban obligados, en virtud de la insti­
tución de los unos ó de la sucesión en los otros, á usar el apellido y
el escudo del fundador; lo que generalmente no acontece en otras na­
ciones, en que la línea femenina está excluida del heredamiento de
títulos y mayorazgos; pero en España y también en América, suce­
dió que no sólo acostumbraban usar muchos cuarteles los que tenían
esa necesidad por virtud de un estatuto, sino que por imitarlos, otros
muchos, aún no constituidos en el mismo deber, siguieron su ejem­
plo y adoptaron, con la variedad dé apellidos, la multiplicidad de
cuarteles; resultando algunos en número de seis, ocho, diez y más, y
llegando no pocos hasta una cifra sexagesimal, como puede verse,
entre otras, en la lámina del escudo de Sánchez de Tagle, en el artí­
culo correspondiente al Marquesado de Altamira.
Y si se dio el fenómeno de que en un solo escudo, por la variedad
de armas, se multiplicaran los cuarteles, no ha faltado en España, co­
mo en México, el contrario fenómeno de que un solo escudo haya
servido y sirva á innúmeras familias; cinco de las cuales han hecho
entrar uno de esos escudos en la historia de nuestra Heráldica, á sa­
ber: las de los Marqueses de Prado Alegre, Condes de Agreda y fa­
milias Ortiz de la Huerta, (i) Sanz y Alcázar, descendientes de Don
I
Sancho Fernández de Tejada; respecto de quien encuéntranse en los
genealogistas memorias que datan desde muy antiguo hasta perder­
se entre las arreboladas nubes de la leyenda.
Refiérese, en efecto, que en una batalla de las muy numerosas y
í®
• (1) El escudo de Sancho Fernández de Tejada es de verse en el techo de la elegante sala
del palacio en que habita su descendiente Don Rafael Ortiz de la Huerta' en el número 3 de
'•¿a calle de Medinas de esta Capital.

(*

L INTRODUCCIÓN.

sangrientas dadas á los moros por Don Alonso el Casto (sin que se
diga qué batalla fué), habiéndose roto la lanza al caballero Sancho
Fernández, temerario en su arrojo é incontrastable en su valentía, no
cejó, sin embargo, en la lucha; sino- que con el asta, que era de tejo*
siguió propinando golpes y postrando moros; y como lo viese el rey,
exclamó: “Las tejadas que da Sancho!” lo que dió origen áque, des­
pués de aquellas hazañas, el caballero Sancho Fernández no se lla­
mase así á secas, mas tornase su apellido en Fernández de Tejada.
Se le hace asistir también á la batalla de Clavijo, bien sindicada ya
por la crítica moderna, de fabulosa invención. Trece fueron los hijos
de Don Sancho, y para cada uno de ellos mandó edificar una casa en
Valdeoseras, donde tenía la suya solariega, y todas fueron declara­
das solariegas de hidalguía de sangre por el rey Don Ramiro, de
quien se cuenta que le otorgó el privilegio de ostentar las armas de
Tejada; respecto de lo cual no hay más reparo que hacer sino el muy
demostrativo de que en aquel siglo aún no se usaban armas en Es­
paña. Pero si el otorgamiento no puede tenerse como cierto, lo que
sí no admite duda es que las gracias y privilegios de que venían dis­
frutando los descendientes de Don Sancho, fueron confirmados en
1460 por el rey Don Enrique; en 1491 por los reyes Católicos Don
Fernando y Doña Isabel; en 1527 por el emperador Carlos V y más
tarde, en distintas épocas, por Don Fernando VI, Don Carlos III y
Don Carlos IV. De tales confirmaciones se hallarán las tres más an­
tiguas en el artículo relativo á la familia Sanz (páginas de 34 á 37),
do también se encontrarán el privilegio otorgado por Don Enrique,
inserto literalmente, en el concedido por los Reyes Católicos en 1491,
(págs. de 34 á 38); y la confirmación de los mismos por el emperador
Don Carlos V (pág. 38). Aquí debo hacer notar que, otorgados los
privilegios de nobles y el uso del escudo á todos los descendientes
de Fernández de Tejada, ninguna distinción se hizo de varones y
mujeres; y antes, por el contrario, se concedieron de una manera ex­
presa á los hijos y descendientes legítimos, ora varones, ora hembras;
é hízose así desde el más antiguo de los privilegios cuyo texto co­
nozco y es de verse á la pág. 34. Acerca del escudo, cuya descrip­
ción aparece en el primero de los privilegios insertos en las páginas
citadas, de advertirse es que, según tenor del mismo privilegio y sus
confirmaciones, le podían usar, como en efecto le usaban, sin ningu^
INTRODUCCIÓN.

na diferencia, todos los descendientes de Fernández de Tejada; ejem­


plo único, en mi concepto, en los anales de la Heráldica.
Si no tan antiguos como el escudo de los Fernández de Tejada, sí
puedo afirmar de todos los usados en México, que son verdadera­
mente seculares y todos también con un origen de indudable legiti­
midad. Si el de alguno se perdía, por remontarse á tiempos muy an­
tiguos, en la obscuridad de los siglos, otros, y éstos son los más,
procedían de ejecutorias expedidas por Cancillerías ó de certificacio­
nes dadas por reyes de armas, ó de autorización expresa de los sobe­
ranos; pues en la cédula de concesión del título venía, por lo común,
pintado el escudo.
Así venía en el del Condado de Regla, según me ha asegurado
persona digna de todo crédito, y que le tuvo en sus manos, el Sr. Don
Ignacio del Villar Villamil. No teniendo armas el primer Conde, y no
habiéndole concedido el rey, de una manera expresa, un escudo de­
terminado, al firmar el título le autorizó implícitamente para usar el
que aparecía en él y es de verse en la correspondiente lámina de es­
ta obra.
En sentido contrario no faltan ejemplos; pues no traían escudo los
títulos del Marquesado de Rivascacho, ni los de los Condados de
Bassoco y de Heras Soto; lo cual se explica muy bien, respecto de
los dos.primeros, porque aparecía en la información de nobleza, ren­
dida poco antes por los agraciados y certificada por rey de armas; y
I respecto del último, porque separadamente había venido en certifica­
ción de armas también.
En México se han introducido algunas costumbres, no del todo
conformes con la Heráldica Española, como las de usar el escudo
materno, prescindiendo del paterno, y esto por personas tan compe­
tentes en la materia cual lo son Don Fernando de Teresa y Miran­
da y Don Manuel Fernández del Castillo; y la de que los descendien­
tes usen el escudo de su padre ó de algún otro ascendiente, tal como
éste lo haya usado, sin modificación alguna; como se ve en el sepul­
cro de Don Félix Galindo y Sandoval, donde se colocó el escudo de
su abuelo Don Francisco Galindo y Quiñones, (i)

(1) En España se encuentra un caso aún más marcado de la irregularidad á que aludo.
<► El actual Conde de Miravalle, de apellido Serrano, usa el mismo escudo del primer Conde,
cuyo apellido era Dávalos.
5 LII INTRODUCCIÓN.

Otra práctica muy generalizada ya entre nosotros, es el uso de la


s> corona por todos los descendientes de un Título; y éste sí se confor­
ma con las leyes de la Heráldica, puesto que en la actualidad, supri­
midos en México los títulos nobiliarios, cualquiera de los descen­
dientes ó parientes del primer poseedor puede revalidarlos en Espa­
ña; de lo cual tenemos, entre numerosos ejemplos, el del Señor Don
Manuel Romero de Terreros, de quien he hablado ya. Respecto del
uso de la corona en México, he observado, y debo hacerlo constar
así, que antes de la abolición de los títulos nobiliarios, los Generales
timbraban su escudo con corona de Duque; los Oidores y Mariscales
de Campo, con la de Marqués, y los Tenientes Coroneles con la de
Conde.
He observado también que, quizá por el naciente espíritu republi­
cano, quizá por otras causas que serían de difícil apreciación, los no­
bles mexicanos, así durante la dominación española, como después,
en la era de la Independencia, se han Cuidado muy poco de escudos
y blasones. Buena muestra de ese descuido nos ofrece el escudo de
Rivascacho: entre el que aparece en la información, el que se ve en
el retrato del primer Marqués, y finalmente, el que se encuentra en
poder de su descendiente, el Señor Don Rafael Cervantes, y es de
i
verse en la lámina correspondiente al Marquesado de Rivascacho, hay
no pequeñas diferencias.
Felizmente, en materias genealógicas no ha habido igual incuria,
gracias sin duda alguna al amor déla familia, que obliga á conservar
la memoria de los antepasados. Esta ha parecido más importante que
la guarda de los escudos, y con razón, porque, aun bajo el aspecto
de la nobleza, la genealogía es de mayor necesidad que la heráldica.
La nobleza, en efecto, no se acreditaba sino por medio de informa­
ción, generalmente ante las Cancillerías, ó si nó, ante alguna otra au­
toridad competente. En México, lo mismo que en España, para com­
probar el entroncamiento de las familias y de sus individuos, existía
el medio auténtico y del todo fidedigno de las actas parroquiales.
Desde principios del siglo XVI, las fes de bautismo comenzaron á
asentarse en los archivos eclesiásticos, tanto en España como en
América; y esas fes de bautismo, unidas á las de matrimonio que vi­
í®
i
nieron después ó á los testamentos que existieron desde muy anti­
(J&í
S)
guo y á las informaciones testimoniale^ipermitieron ir formando se-
Wí-—
INTRODUCCIÓN.

ríes genealógicas perfectamente comprobadas. Contribuyó también


á la información de esas series y á que fueran más perfectas, la cir­
cunstancia de que la nobleza sólo se tenía ó por nacimiento ó por real
privilegio; y así, quedaba poco que pudiese hacer en esa esfera el al­
bedrío individual; mientras que en la Heráldica, éste tenía decisivo
poder, pues, como ya lo he dicho, los escudos, si bien muchas ve­
ces eran concedidos por los soberanos, en muchísimas otras eran
adoptados por cada uno según su libre voluntad.
De ahí, de esa diferencia, que en los nobiliarios, incluso el de Bé-
thencourt, estén bien comprobadas las genealogías y no siempre lo
esté bien la propiedad de los escudos ó blasones. Cuídase de compro­
bar la genealogía con la mayor evidencia posible; mientras que la
propiedad del blasón, ó se omite por completo ó sólo se ve como de
importancia secundaria. Raro caso es el de que la propiedad de un
escudo quede comprobada. No suele suceder sino con algunos per­

tenecientes á los grandes Títulos, y esto en número escaso. &

La institución misma de los reyes de armas comprueba estas ase­


veraciones. Son éstos funcionarios públicos, con facultad privativa
o para determinar las armas que debe usar cada familia y autorizar su
uso; mas para expedir certificación de nobleza, tienen que apoyarse %
en las informaciones que se presentan, rendidas ante Cancillerías ú
otra autoridad competente, como he dicho antes. Si esas informacio­
nes no demuestran la nobleza, aquella certificación no se puede ex­
pedir; mientras que para determinar las armas, una vez comprobada
la nobleza, no proceden los reyes de armas con el mismo rigor, sino
que guiados por el estudio de los antiguos nobiliarios y armerías, así
como por la similitud de los apellidos, determinan y fijan qué escu­
dos debe usar cada familia; y así, si no los tienen quienes ocurren á
ellos, se los forman, quedando desde ese momento asegurada su pro­
piedad en favor del agraciado y de su descendencia. De esa manera,
además del real privilegio y la libre elección de cada uno, el origen
de los escudos encuéntrase también en la complaciente invención de
los reyes de armas; sin que en esto último se vea inconveniente al­
guno, puesto que viene á reducirse á la libre elección del interesado
que á ellos ocurre, como competentes en Heráldica, para que le for-
- men el escudo más adecuado, con sujeción á los principios de esa
& ^’enc’a-
14

X
Al salir mis trabajos á la pública luz, no puedo menos de tender
una mirada sobre los dilatados años durante los que, primero, sin
intención ninguna de publicidad y sólo arrastrado por mis aficiones,
y después, con el intento de dar cima á la obra que hoy realizo, he
consagrado especial atención á investigaciones sobre nobleza, genea­
logía y heráldica de México, cuyo resumen dejo expuesto, como en 4
cifra, en la presente introducción. Puedo decir, no para abonar mi la­
bor, sino para explicarla, que desde la edad de ocho años me ponía
por mero entretenimiento, en unión de mi primo Don Rómulo Es­
cudero y Pérez Gallardo y guiado muchas veces por él, á formar ár­
boles genealógicos, ya de mi familia, ya de otras á cuyos individuos
conocía y trataba. Lo que fué al principio infantil curiosidad tornóse,,
andando el tiempo, en afición seria y decidida á que me entregaba,
aunque al azar, sin plan ninguno, ni propósito determinado.
Pero no en vano se desarrollan y cultivan las aficiones; la que me
conducía á esta clase de estudios llevóme á hacer, desde los primeros
cimientos, la historia de la Nobleza, la Genealogía y la Heráldica me­
xicanas. Porque en esta materia, nada me encontré hecho; puedo de­
cir, sin vanidad y sin jactancia, que yo lo he hecho todo; contando, es
cierto, algunas veces con los consejos y la cooperación de mis ami­
gos; otras, con los de los descendientes de las familias, cuya genea
logia estudiaba; pero luchando también no pocas ¿por qué no he de
decirlo? con la indiferencia de unos y con la tenaz resistencia de otros,
á proporcionar datos y sobre todo documentos antiguos de inapre­
ciable valor, pero que, substraídos á todas las miradas, eran también
de la más completa inutilidad.
Para que se pueda formar idea de las dificultades con que en esta
clase de investigacicnes se tropieza, referiré el siguiente hecho: hace
quince años, la Junta Colombina de México, encargada de contri­
buir á la celebración del cuarto centenario del descubrimiento de Amé­
rica en 1892, tuvo el pensamiento de formar, no una historia genea­
lógica, no un catálogo de nobleza, pero si una colección heráldica, en
que figurasen los escudos de las antipas familias mexicanas. Perte-
introducción.

necían á aquella Junta personajes, ya de muy alta posición social, ya


de excelsa reputación literaria, circunstancias que parecían colocarlos
en las más favorables condiciones para realizar su pensamiento. En­
tre otras muchas personas, eran de aquella Junta los Sres. Don Joa­
quín García Icazbalceta, Don Casimiro del Collado y el Ilustrísimo
Señor Gillow, Obispo entonces, hoy Arzobispo de Oaxaca; y sin em­
bargo de sus gestiones, sólo pudieron disponer de tres escudos! Con
tan exiguo material no pudieron llevar á cabo su propósito, y regala­
ron al Museo Nacional las tres copias obtenidas. En mi obra publico
yo ahora más de setenta escudos, más de cincuenta títulos
de nobleza, numerosas. ejecutorias, reales cédulas sobre hidalguía,
informaciones, cartas de revalidación y sucesión, nombramientos de
caballeros y otros muchos datos, fechas y documentos que se rela­
cionan con la Nobleza, la Genealogía y la Heráldica.

V
En México nada había escrito acerca de estas materias, con las
muy limitadas excepciones de que antes he hablado: la obra de Bal­
tasar Dorantes de Carranza, las noticias acerca de títulos existentes
en México que se encuentran en la “historia de la real hacien­
da,” en el “México á través de los siglos” y en “los capitula­
vz
res DE LA INSIGNE NACIONAL COLEGIATA PARROQUIAL DE SANTA »/«

María de Guadalupe” del Señor Canónigo Don Vicente de P. An-


drade. No escatimaré á este laborioso y distinguido escritor la decla­
ración, tan sincera como solemne, de que le debo el haberme alentado
para dar á la publicidad los primeros artículos sobre familias mexi­
canas.
Lanzados éstos en el movible mar de la prensa diaria, más tarde
pude salvarlos del naufragio, compilándolos en el modesto volumen
que bajo el título de “Estudios Genealógicos" publiqué, hace seis años;,
por los que obtuve una medalla de oro en la Exposición de San Luis
Missouri. Alentado por el éxito de ese tomo, emprendí esta tercera
edición que con el título de “Historia Genealógica de las familias
más Antiguas de México," hoy sale á luz, y en la que he tratado de
ellas, con mucha mayor extensión que en mis anteriores escritos;
pues á medida que ahondaba y ampliaba mis investigaciones, mi li­
bro ha venido creciendo hasta tomar proporciones verdaderamente
inesperadas para mí.

Xo t ol
[O Y *
LVI INTRODUCCIÓN.

E-norme trabajo de preparación, primero, y de perfeccionamiento


después, he tenido que impender para la publicación de los artículos
en los periódicos diarios, más tarde para su compilación, correcciones
y adiciones en mis ''Estudios Genealógicos” y finalmente, para esta
'"Historia Genealógica.” Habría deseado que todos los artículos so­
bre las distintas familias fueran tan pormenorizados y documentados
como el relativo al Condado de Oploca. Correspondiendo éste á mi
familia, he podido disponer afortunadamente de un copioso archivo,
aumentado en no poco por mi diligencia. He tenido y publico las fes
de bautismo, desde la del primer Conde hasta las de mis hijos, lain-
formación de nobleza con su correspondiente ejecutoria y certificación
de armas, la cédula de concesión del título y el título original del
Condado del Valle de Oploca. Si en los demás artículos no he sido
tan afortunado, he tenido lo bastante para decir con verdad que mi
libro es rigurosamente histórico y todas sus aseveraciones, hasta don­
de cabe en lo humano, corresponden á la realidad. No quieie decir
esto que crea haber podido hacer un libro único, en que no haya error
alguno. Los habrá, sin duda; pero de aquellos á que podrían aplicar­
se las palabras de Horacio: “Humana parum cavit natura.” Libro
de historia, pues, es el mío. Ni gratuitas invenciones ni fantásti­
cas leyendas. Si esto para la historia puede ser de alguna utilidad
y para la sociedad mexicana de algún provecho, no serán otros
que los que se reportan siempre de la verdad; y habré hecho así obra
de patriotismo, porque utilidad y provecho tales, tienen que redundar
en servicio de la Patria, en cuyo amado suelo reposan los huesos de
mis antepasados y en la que espero habrán de vivir mis hijos, gozan­
do de los bienes de la civilización y disfrutando los dones de la feli­
cidad, si, como ardientemente lo deseo, saben ser ciudadanos útiles
y virtuosos y aumentar así el lustre del nombre que heredaron de
sus abuelos. La Verdad y la Patria han sido mis númenes ¡Que dén
á mi libro una estrella propicia!
PLAN DE LA OBRA.

En la ejecución de este trabajo he seguido el plan que me ha pa­


recido más completo, á la par que más ordenado; y he dividido la
obra en dos partes. r*

En la primera,—destinada á las familias que obtuvieron de los re-


i yes de España títulos nobiliarios,—adopté el orden jerárquico de los
’ títulos. Así, en sucesivas series, van los Ducados, los Marquesados
y los Condados; y dentro de cada una observo el orden cronológico.
En el artículo destinado á cada título presento, en primer lugar, el
escudo con los colores heráldicos respectivos, en copia artística la más
fiel, no sólo en cuanto al dibujo, sino también en cuanto al colorido.
Doy, en seguida, el texto literal del título, íntegro, sin supresiones ni
modificaciones, sujetándome al original, si le he tenido á la vista ó
á las copias que, con caractéres de fidelidad, se me han proporciona­
do; y en cada caso, expreso si tomo el título del original ó de copia;
y cuando se me ha presentado original la carta de sucesión, la he
agregado también. Pongo después la lista de las personas que suce­
sivamente fueron poseyendo el título, é indico quién debería poseer­
le en la actualidad, si los títulos nobiliarios no estuviesen suprimidos.
A continuación, y bajo diversos nombres, según las exigencias del
orden y de la claridad, trazo la serie genealógica de los descendien­
tes de cada título hasta los actuales; y siempre que ha sido posible,
ñnserto aunque sea ligeros datos biográficos de los personajes más
» ^notables de cada familia.
Tras todas esas noticias hago la descripción heráldica del escudo
15
PLAN DE LA OBRA.

y refiero cuáles fueron las moradas de los poseedores de aquellos tí­


tulos, verdaderos palacios algunas, que aún hoy día no puede negar­
se ese nombre á la casa de los Azulejos, sita en la i- calle de San
Francisco, ni á los magníficos edificios que ocupan el Banco Nacio­
nal y el Hotel Iturbide, ni al situado en la esquina de las calles de
Jesús y el Parque del Conde, ni á varios otros.
En la segunda parte,—destinada á las familias nobles no titula­
das,— he adoptado el orden alfabético.
En el artículo destinado á cada familia, presento en primer lugar
el escudo de armas con los colores heráldicos respectivos; inserto des- ’
pues la información ó la ejecutoria de nobleza, si he podido haberlas;
y concluyo con los datos genealógicos de la familia, desde su origen
hasta la actualidad.
Debo advertir que, por la naturaleza de mi trabajo y para que no
se perdieran los datos adquiridos, ni se acumulara material copioso
que después me habría sido muy difícil ordenar y aprovechar, he ido
eV- haciendo los artículos á medida que reunía los datos correspondien-
tes; mas, en el período transcurrido entre la redacción de unos artí-
culos y la de otros, ha sucedido que las familias se han aumenta­
do, ó modificado, ya por nacimientos, ya por matrimonios; resultan­
do de ahí que en algunos artículos escritos é impresos antes que
otros, pero que en su colocación material, ya, por el orden cronológi­
co, ya por el alfabético, han venido á quedar después, tratándose de
unas mismas familias, por el enlace que éstas tienen entre sí, apare-
cen genealogías con algunos individuos más que los mencionados en
artículos que en la colocación material vienen después.
Esto no se ha podido evitar, por no haberse podido escribir simul­
táneamente los varios artículos en que, por el eniace de unas fami-
lias con otras, había que comprender á varias. He aquí un ejemplo:
tratándose de la familia Cervantes, aparece en el artículo relativo al
Condado de Santiago, primero que se imprimió, un número de perso­
nas menor que el que aparece, tratándose de la misma descendencia,
en los Marquesados de Salinas y de Salvatierra; pues entre la publi­
cación del artículo relativo á aquel Condado y los correspondientes á
estos Marquesados, medió un año poco más ó menos.
Eso mismo servirá también para explicar por qué la obra no lleva
na paginación corrida, sino que cada artículo lleva la suya especial3
PLAN DE LA OBRA. III

Para facilitar al lector la consulta de esta obra, he juzgado muy


conveniente la formación de tres índices, que van al final de cada to-
mo, á saber:
El analítico, en que puntualizo especialidades de importancia rela­
tivas á cada título.
El alfabético de los apellidos comprendidos en todos los artículos
de cada tomo, con indicación de todos los títulos en que se encuen­
tran, y cita de las páginas relativas.
Paréceme que es mi obra la primera de su género en que se pone
un índice semejante y le tengo por de mucha utilidad é importancia
para la consulta del libro, pues constituye por sí solo una guía, como
que presenta de una manera compendiada todos los enlaces y entron­
ques de las varias familias cuya genealogía se describe en los diver­
sos artículos, bastando conocer cualquiera de los apellidos, para en­
contrar con toda facilidad las referencias á todos los títulos en que i

el mismo aparezca.
El tercero servirá|para la encuadernación de los tomos y la colo­
cación de las láminas.
No concluiré estas advertencias, sin darme la patriótica satisfac­
ción de afirmar que de esta obra todo está hecho en México, con ex­
cepción del papel.
ARMAS DEL PRIMER DUQUE DE REGLA
T ip . y L it . L a E uropea .*
•i
DUQUES DE REGLA
Residencia: Ciudad de México.—Calle de Alfaro N? 15

CAPITULO PRIMERO

REAL DECRETO CREANDO DUQUE DE REGLA Á DON JUAN ROMERO


DE TERREROS

N sello con las Armas Españolas que dice: Ministerio de


t Gracia y Justicia.— Negociado 9?—Excelentísimo Se-
W* o
ñor.—TLa Reina (q. T\
íT _
D. g.) se ha z4dignado
z-w \ r-« z-k 1 /-v z-1 zx
expedir»• con fe­
cha de ayer el Real Decreto siguiente:
“Accediendo á instancia de Don Juan Romero de Te­
G> rreros vengo en concederle merced de Grandeza de Es­

paña de primera clase con el título de Duque de Regla, para sí, sus
hijos y sucesores legítimos habidos en constante matrimonio, supri­
miendo la que unida al título de Conde de Regla le otorgué por mi
Real Decreto de veintiocho de Diciembre de mil ochocientos cincuen­
ta y siete.”
De orden de S. M. lo transcribo á V. E. para su inteligencia, sa­
tisfacción y efectos consiguientes.—Dios guarde á V. E. muchos años.
—Madrid, primero de Enero de mil ochocientos cincuenta y nueve.—
(5
Fernández Negrete.—Rúbrica.—Señor Don Juan Romero de Te­
'• <
•fel
rreros.
(9
-i- * C -4- ••

DUCADO DE REGLA.

II
CARTA DE SUCESIÓN EN FAVOR DE LA 2* DUQUESA DE REGLA
DOÑA REFUGIO ROMERO DE TERREROS Y GORÍBAR

Un sello que dice: 20. Escudos. Año de 1867. Sello 1?


Doña Isabel Segunda, por la gracia de Dios, y la Constitución
de la Monarquía Española, Reina de las Españas. Por cuanto por par­
te de Don Ramón Romero de Terreros, residente en México, por sí
y en nombre de su hija primogénita Doña María del Refugio Rome­
ro de Terreros y Goríbar se me ha representado que por fallecimiento
de Don Juan Romero de Terreros su hermano y tío respectivo, ocu­
rrida en Panamá á veintiocho de Febrero de mil ochocientos sesenta
y dos, sin haber dejado sucesión legítima, quedaron vacantes los títu­
los que disfrutó, entre ellos los de Duque y Conde de Regla, con Gran­
deza de España de primera clase unida al primero: que anunciados
como tales en la Gaceta del Gobierno por primera y segunda vez y
transcurridos con exceso los términos de la ley sin que Don Manuel
Romero de Terreros, hermano é inmediato sucesor de aquél, reclama­
IV
se su derecho, el Don Ramón se creía con el preferente á suceder en §
dichos títulos; en cuya atención me suplicó que en conformidad de los
documentos que acompañaba fuera servida mandar expedir Real Car­
ta de sucesión en los mismos títulos y Grandeza á favor de vos la in­
dicada Doña María del Refugio Romero de Terreros y Goríbar, por
desistir él de su derecho. Instruido el oportuno expediente acerca de
dicha solicitud en mi Ministerio de Gracia y Justicia por mi Real re­
solución de ocho de Marzo último, tuve á bien acceder á ella con pre­
sencia de los datos necesarios, sin perjuicio de tercero de mejor dere­
cho y previo pago del impuesto especial establecido por Real Decreto
de veintiocho de Diciembre de mil ochocientos cuarenta y seis. Por
tanto, mediante estar satisfecho el insinuado impuesto, es mi voluntad
que vos la referida Doña María del Refugio Romero de Terreros y
Goríbar entréis en la posesión y goce de los mencionados títulos con
las denominaciones de Duque y Conde de Regla y Grandeza de Es­
paña de primera clase, unida al primero: que desde ahora en adelante
así os podáis llamar y titular de palabra y por escrito, según lo hi-
í® < ‘
. jQfe 1
- ———— WW

DUCADO DE REGLA. 3¥
cieron vuestros antecesores y gozar de los honores, preeminencias y
prerrogativas declaradas á los demás Grandes y Títulos del Reino. En
consecuencia, encargo á mi muy caro y amado hijo el Príncipe de As­
turias y mando á los Infantes, Prelados, Grandes y Títulos, Presi­
dente y Ministros del Tribunal Supremo de Justicia, Regentes y Ma­
gistrados de las Audiencias, Gobernadores de las Provincias, Jueces
de primera Instancia, Alcaldes y Ayuntamientos y á las demás Au­
toridades, Corporaciones y personas particulares á quienes corres­
ponda que os reciban y tengan por tal Duquesa y Condesa de Regla,
Grande de España de primera clase, os guarden y hagan guardar to­
das las honras, preeminencias y prerrogativas que gozan y deben
disfrutar los demás Grandes y Títulos del Reino, tan cumplidamente
que no os falte cosa alguna; con declaración de que todos vuestros
sucesores en estos quedan obligados á obtener Real Carta de suce­
sión dentro del término y en la forma establecida ó que se estableciere,
sin lo cual no podrán hacer uso de ellos. Y de este mi Real Despa­
cho se ha de tomar razón en la Oficina de Hacienda correspondiente,
la cual expresará haberse satisfecho los derechos que se adeudan por
su expedición, sin cuya formalidad será de ningún valor ni efecto.—
% Dado en Palacio á veintinueve de Abril de mil ochocientos sesenta y
siete.—Yo la Reina.—Rúbrica.—El Ministro de Gracia y Justicia
& C
Lorenzo Arralóla.—Rúbrica.— Registrado.—Luis de Quintana.—
Rúbrica.—Un escudo con las armas españolas.—El Encargado de
la Cancillería del Real Sello.—Luis de Quintana.—Rúbrica.—Dere­
chos diez escudos, cien milésimos.—Una Rúbrica.
S. M. expide Real Carta de sucesión en los Títulos de Duque y
Conde de Regla, con Grandeza de España de primera clase unida al
primero á Doña María del Refugio Romero de Terreros y Goríbar.
Registrado al número 40,480.—Una Rúbrica.
Direiccones Generales de Contribuciones y Rentas Estancadas.
Se tomó razón de este Real Título, habiendo satisfecho cincuenta
escudos, cuatrocientos cincuenta milésimos por derechos de expedi­
ción, Cancillería y toma de razón.—Madrid, cuatro de Mayo de mil
ochocientos sesenta y siete.—Por Delegación de las Direcciones.—
El Administrador de H. P.—José Riwero.—Rúbrica.
e- —wSíter'tK» .«*r*------------- \9

DUCADO DE REGLA.

CAPITULO SEGUNDO
Don Pedro Romero de Terreros (i), primer Conde de Regla, Ca­
ballero de Calatrava y Fundador del Nacional Monte de Piedad, na­
ció en Cortegana, el 29 de Junio de 1710; contrajo matrimonio en
México el 30 de Junio de 1756 con Doña María Antonia Josefa Mi­
caela de Trebuesto y Dávalos (2), hija de la tercera Condesa de Mi-
ravalle; hijo de ambos:
Don Pedro Romero de Terreros, segundo Conde de Regla, gentil­
I
hombre de Cámara del Rey y Alguacil Mayor de la Inquisición, nació
en Pachuca el 6 de Septiembre de 1761 y casó en México el día 30
de Abril de 1785 con Doña María Josefa Rodríguez Saenz de Pedro-
so (3) (5? Marquesa de Villahermosa de Alfaro); fué su hijo:
Don Pedro José María Romero de Terreros {tercer Conde de Re­
gla, Marqués de Villahermosa de Alfaro, 4? Conde de San Barto­
lomé de Jala, 2? Marqués de San Cristóbal, Gentilhombre de Cámara $
del Rey, Maestrante de Sevilla y Capitán de las Guardias de Alabar­ X«

deros del Virrey de México y General de Brigada), nació en México te

el 1” de Noviembre de 1788, contrajo matrimonio con Doña María


Josefa de Villamil (hermana de las Marquesas de Guadalupe y de San
Miguel de Aguayo, según tendremos ocasión de ver más adelante),
y tuvo por hijo, entre otros, al
PRIMER DUQUE DE REGLA, Exmo. Señor Don Juan Nepo-
muceno Romero de Terreros y Villamil, Rodríguez de Pedroso y
————— .
(1) Fué hijo de Don José Felipe Romero (la diferencia de apellido que se observa entre
el padre y este Señor que fué el primero que llevó el apellido Romero, proviene de la cos­
tumbre de Andalucía, de que el ahijado usara el apellido del padrino) González Menguiano
y Vázquez y de Doña Ana Vázquez Terreros y Castilla (nacidos en Cortegana, el primero el
24 de Abril de 1677 y su esposa el 6 de Julio de 1669), nieto de Don Francisco González Men-
■guiano, Doña Isabel Vázquez y Vázquez y Don Juan Vázquez y Vázquez, Doña Catarina Te­
f rreros y Castilla, segundo nieto de Don Francisco González Vázquez, Doña Ana González Men­
guiano; Don Juan Vázquez Esparragoso, Doña María Vázquez y Vázquez; Don Alonso Váz­
quez Martín; Doña Luisa Vázquez y Vázquez: Don Diego de Terreros y Doña Isabel de Cas­
tilla; tercer nieto de D. Bartolomé González, Doña María Vázquez, Don Fernando González
Doña Leonor Vázquez, Don Juan Alonso Esparragoso, Doña Isabel Vázquez; Don Bartolomé
í>
Vázquez, Doña María Vázquez; Don Pedro Vázquez, Doña Catarina Martín, Don Juan Váz­
quez, Doña María Vázquez, Don Juan Ruiz y Doña Elvira Gómez.
(2) Véase el artículo referente á los Condes de Miravalle.
(3) Véase el artículo referente á los Condes de San Bartolomé de Jala.
¿9 DUCADO DE REGLA.

(s>
Rodríguez de Velasco, nació en México el día 3 de Febrero de 1818
y transladó su residencia á España, donde en 10 de Septiembre de
§
1849 obtuvo la llave dorada de Gentilhombre de Cámara de S. M.íla
Reina Doña Isabel II; la misma Señora le concedió en 22 de Octu-
bre, carta de sucesión del Condado de San Bartolomé de Jala; el 27
de Marzo de 1850 la de sucesión en el Marquesado de Villahermosa
de Alfaro; en 21 de Julio fué admitido por la Junta respectiva, como
Caballero Maestrante de Sevilla; en 23 de Diciembre obtuvo merced
de hábito de Santiago y fué armado Caballero el 19 de Diciembre de
1851; en 17 de Junio’de 1854 se le dió cédula de sucesión en los Mar­
quesados de San Cristóbal, San Francisco y Rivascacho y el 13 de
Septiembre del mismo año la obtuvo para el Condado de Regla; el
16 de Noviembre de'1856, le fueron impuestas las insignias de Ca­
ballero Gran Cruz de la Orden de Carlos III por la mencionada Reina
Doña Isabel en la Real Cámara; en 28 de Diciembre de 1857, se le
concedió la Grandeza de España de primera clase por el título de (?
Conde de Regla y se señaló para la ceremonia las tres de la tarde
del jueves 18 de Marzo de 1858; en 31 de Diciembre de 1858, se le
concedió el título de Duque de Regla. Murió sin sucesión en Panamá
ifL el 28 de Febrero de 1862, heredando el Ducado y Condado de Regla
su sobrina la • • 7$
Segunda Duquesa y 5* Condesa, con Grandeza de primera clase,
Excelentísima Señora Doña Refugio Romero de Terreros (hija de
Don Ramón Romero de Terreros y de Doña Refugio Goríbar y nieta
de los terceros Condes de Regla); contrajo matrimonio con el Exce­
lentísimo Señor Don Eduardo Rincón Gallardo, Marqués de Guada­
lupe; hijos:
I. Excelentísimo Señor Don Carlos Rincón Gallardo y Romero de
Terreros (inmediato sucesor), casado con la Excelentísima Señora
Doña Concepción Cortina y Cuevas; (1) hijas:
1. Doña Concepción Rincón Gallardo y Cortina.
2. Doña Carlota Rincón Gallardo y Cortina.
II. Doña Carmen Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casada
con Don Rafael Ortiz de la Huerta (hijo de Don Rafael Ortiz de la
Huerta, Presidente que fué del Banco Nacional, y de Doña Carmen
Flores); hija:
fe

(1) Véanse artículos sobre las familias Cortina, Cuevas é Icaza.


----------------- ------------------------------------------------------------- =

DUCADO DE REGLA.

1. Doña Carmen Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo.


III. Don Alfonso Rincón Gallardo y Romero de Terreros.
IV. Doña María Rincón Gallardo y Romero de Terreros.
Hermana de la primera Duquesa es Doña Guadalupe Romero de
Terreros y Goríbar, 8* Marquesa de Villahermosa de Alfaro, 4* de
San Cristóbal y 6-1 Condesa de San Bartolomé de Jala; viuda de Don
Antonio Algara y Cervantes; nieto del penúltimo Conde de Santiago.
Además, debo advertir que entre la 2? Duquesa y la 8* Marquesa
de Villahermosa de Alfaro, existió un niño llamado Don Manuel Ro- i
mero de Terreros y Goríbar que murió de edad de 18 meses.

CAPITULO TERCERO
El tercer Conde de Santa María de Regla, Don Pedro José María
Romero de Terreros, de su matrimonio con Doña María Josefa Vi­
llamil y Rodríguez, tuvo siete hijos: I. Don Pedro, II. Don Manuel,
III. Donjuán Nepomuceno, IV. Don Ramón, V. Doña Antonia, VI.
Don Ignacio y VII. Doña María Josefa que murió en la infancia.
/

Don Pedro Romero de Terreros y Villamil, nació en México el 18


de Mayo de 1815; fué uno de los miembros de la Junta Directiva del
Nacional Monte de Piedad (1) desde la muerte de su padre hasta su
fallecimiento (rehusó usar el título); casó con Doña Mariana García
Conde, hija del General Don Alejo García Conde y de Doña María
Teresa Vidal de Lorca, y tuvieron por hija única á
Doña Matilde Romero de Terreros y García Conde; contrajo ma­
trimonio con Don Miguel Cervantes Estanillo, nacido el 20 de Junio
de 1821 (hijo del Marqués de Salvatierra); hijos:
. (1) Esta Junta en tiempo del Virreinato estaba formada por seis miembros que eran el
Virrey, el Fundador, el Provisor del Arzobispado, el Oidor decano de la Audiencia, un Ca­
nónigo de la Catedral y el Prior del Consulado. Actualmente forman la Junta el Ministro de ’fcz
Gobernación, el Gobernador del Distrito, el Presidente del Consejo Municipal, un descen­
diente del Fundador y el Director del Nacional Monte de Piedad.
£
-------------------------------- -------------------------------------------------------------------------------

s
DUCADO DE REGLA.

I. Don José Miguel Cervantes y Romero de Terreros, uno de los


actuales miembros de la Junta Directiva del Nacional Monte de Pie­
dad, casado con Doña Leonarda Ríos; hijos:
1. Don Miguel Cervantes y Ríos, y
2. Doña María de las Mercedes Cervantes y Ríos.
II. Don Pedro Cervantes y Romero de Terreros, soltero.
III. Doña Matilde Cervantes y Romero de Terreros, casada en
Abril de 1899 con Don José de la Horga, Agregado á la Legación
de España en México.
IV. Don Alfonso María Cervantes y Romero de Terreros, muerto
sin sucesión, y
V. Doña Ana María Cervantes y Romero de Terreros.

II

Don Manuel Romero de Terreros y Villamil (1), casó con Doña


Guadalupe Gómez de Parada (hija del Capitán Don Manuel Gómez
de Parada y de Doña Dolores Gómez Otero); hijos:
Primera. Doña Paz Romero de Terreros y Gómez Parada, casada
con Don Pedro Rincón Gallardo y Rosso, General de Brigada, Dipu­
tado varias veces al Congreso de la Unión, ex-Presidente de la Junta
Directiva del Desagüe del Valle de México, socio fundador y ex-Pre­
sidente de la Junta Directiva del Jockey Club, ex-Presidente del
Ayuntamiento, ex-Gobernador del Distrito Federal, Enviado Ex­
traordinario y Ministro Plenipotenciario, que fué de México en Rusia
y en Alemania y actualmente en la Gran Bretaña; hijos:
I. Doña Paz Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casada con
Don Alfredo Barron; hijos:
1. Don Alfredo Barron y Rincón Gallardo.
2. Doña Paz Barron y Rincón Gallardo.
3. Don Manuel Barron y Rincón Gallardo, y
(1) Nació en México el 17 de Julio de 1816; profesó siempre ideas liberales y esta fué una
de las razones por la que rehusó dos veces el título de Conde de Regla que le correspondía en
defecto de su hermano mayor; fué Gobernador del Distrito Federal desde el 11 de Noviem­
bre de 1862 al 23 de Enero de 1863, en laépoea de la Invasión Francesa, cuando estaba or-
'ganizándose la resistencia de la plaza de Puebla. Fué además miembro hasta su muerte (acae­
cida en México el día 21 de Abril de 1878) de la Junta Directiva del Nacional Monte de Pie­
dad por fallecimiento de su hermano Don Pedro.

«)--------
I DUCADO DE REGLA.

4. Don Francisco Barron y Rincón Gallardo.


II. Don Pedro Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casado con
Doña Sara Díaz Vivanco; hijos: •
1. Don Manuel Rincón Gallardo y Díaz, y
2. Don Luis Rincón Gallardo y Díaz.
III. Don Manuel Rincón Gallardo y Romero de Terreros, y
IV. Doña Guadalupe Rincón Gallardo y Romero de Terreros, ca­
só con Don Enrique Riva y Cervantes.
Segundo. Don Alberto Romero de Terreros y Gómez de Parada,
casado con Doña Ana Vinent (1); hijos:
I. Don Alberto Romero de Terreros y Vinent.
II. Don Pedro Romero de Terreros y Vinent.
III. Doña Guadalupe Romero de Terreros y Vinent.
IV. Doña Cristina Romero de Terreros y Vinent; murió sin suce­
sión el año de 1901, y

a6% V. Don Manuel Romero de Terreros y Vinent.


Tercera. Doña Josefa Romero de Terreros y Gómez de Parada,
viuda del Licenciado Don Francisco Algara y Cervantes (nieto del
penúltimo Conde de Santiago); hijos:
i I. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con Doña
María Shultze y Rincón Gallardo.
II. Don Manuel Algara y Romero de Terreros.
III. Don Fernando Algara y Romero de Terreros.
IV. Don Angel Algara y Romero de Terreros j(literato).
V. Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con Don
Enrique Algernón J oy; hij os:
1. Enrique Joy y Algara.
2: María Josefa Joy y Algara.
VI. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, fallecida en 1897
sin sucesión.
Cuarto. Don Pedro Romero de Terreros y Gómez de Parada, mu­
rió sin sucesión.
I

(7) Hermana de la Señorita Doña Isabel Vinent y de Doña Bárbara Vinent (esposa del
S'eíó Licenciado Don Pablo Martínez del Río) é hija de Don Santiago Vinent y de Gola (de
la casa de los Marqueses de Palomares del Duero), y de Dona Cristina Kindelan y Grignan;

I nieta de Don Antonio A inent y Gaona y Doña Isabel de Gola, de Don Juan Kindelan y Mo­ G.

zo de fe Torre y Doña Magdalena Grignan; ésta última Señora desciende de la familia de la


famosa escritora Madame de Sevigné.
&

3 & 3
--------------- i '-’irí?' fc-------------- -—

DUCADO DE REGLA.

III

Don Juan Nepomuceno Romero de Terreros y Villamil (de quien


ya se trató en el capítulo primero de este artículo).
Don Ramón Romero de Terreros y Villamil, nació en México el 5
de Febrero de 1819; casó con Doña Refugio Goríbar y Múzquiz (véa­
se el artículo relativo á la familia Múzquiz); habiendo sido también
miembro de la Junta Directiva del Nacional Monte de Piedad desde
el año de 1878 hasta su fallecimiento, ocurrido en México el 22 de
Marzo de 1882. De la descendencia de este Señor ya se habló en el
Capítulo primero de este artículo.
Doña Antonia Romero de Terreros y Villamil, casó con Don Ra­
món Samaniego y tuvo sucesión. (Véase Condado de Regla).
Don Ignacio Romero de Terreros y Villamil, casado y con suce­
sión. (Véase Condado de Regla).

CAPITULO CUARTO
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO
(

Las armas que ostenta y le corresponden por sus cuatro costados


ó abolengos, se componen y organizan en esta forma: Escudo corta­
do en dos y partido de tres, y sobre el todo escusón cuartelado.
En el primer cuartel del escusón, como lugar preeminente, se co­
locan los linajes de Romero y de Terreros: partiéndole; á la derecha,
en campo de gules, dos lobos andantes de plata puestos en pal y bor-
dura de oro con seis matas de romero de sinople, por Romero; á la si­
niestra, sobre campo de plata un sauce de sinople, y á su pie dos lobos
andantes; partido de sinople y cinco panales de oro puestas en sautor,
y bordura de gules con ocho aspas de oro por Terreros. (1)
(1) Consta por las ejecutorias y certificados que obran en poder de S. E., entre ellos la
compulsa de blasón hecha en México, á 9 de Mayo de 1803, por Don Antonio Ramírez de
Arellano, Escribano Real y Público^ y la certificación librada en Madrid á 9 de Mayo de
1729, por Don Juan Alfonso de Guerra y Sandoval, Caballero de la Orden de Santiago, cro­
nista, rey de armas, etc.
♦ "ó"?
DUCADO DE REGLA.

En el segundo cuartel del escusón va el linaje de Rodríguez de


fe
Pedroso: cortándole; en la parte superior, por Rodríguez, en campo ©

azur aspa de oro, y en sus cuatro huecos cuatro flores de lis de plata,
yen la inferior, por Pedroso, en campo de plata, cinco pesas de sable
puestas en sautor. (i)
En el tercer cuartel del escusón se ve el linaje de Soria: cuartelán-
dole; primero y cuarto, en campo de gules, castillo de oro donjonado;
segundo y tercero, en azur, flor de lis de plata. (2)
Y en el cuarto cuartel del escusón se hallan los linajes de Rivas y
Cacho: partiéndole; á la diestra, por Rivas, en campo de oro una
cruz azur floreteada, y bordura azur con ocho flores de lis de oro; y
á la siniestra, por Cacho, partido el primero de sinople una serpiente
de plata con bordura de oro, y en el segundo, cortado, en lo alto de
de oro tres cotizas gules; y en lo bajo, partido, á la derecha en sino­
ple un toro de oro y gules paciendo, y á la siniestra en plata, cuatro ca­
bezas de moros cortadas vertiendo sangre, con turbantes de gules. (3}
En el primer cuartel del escudo general se repiten los linajes de
Romero y Terreros en los mismos términos y forma del escusón por
ser propios de la varonía y línea paterna de la casa de Regla.
En el segundó cuartel se pone por el apellido de Trebuesto, en
campo de oro, cinco corazones de gules, un olmo sinople, y atado á
él con cadena de plata un león de gules. (4)
En el tercer cuartel se halla el linaje de Dávalos, que es en campo

(1) Cuyo blasón corresponde á S. E. como tercer nieto paterno de segundo orden de Don
Manuel Rodríguez de Pedroso, caballero de la orden militar de Santiago, primer Conde de
San Bartolomé de Jala, natural de la Villa de Viguera, Obispado de Calahorra, según consta,
en compulsa de blasón hecha en la Ciudad de México, á 9 de Mayo de 1803 por el Escribano
Real y Público Don Antonio Ramírez de Arellano, y otros documentos que obran en su
Archivo.
(2) Corresponde al expresado Señor Duque, según la compulsa de blasón ya citada, como
tercer nieto paterno de segundo orden de Doña Josefa Petronila de Soria Villarroel, Condesa
de Jala, natural de la Ciudad de Pátzcuaro, provincia y diócesis de Michoacán, por cuya lí­
nea posee Su Excelencia el título de Marqués de Villahermosa de Alfaro.
(3) Como lo expresa Don Francisco Zazo y Rosillo, rey de armas del Rey Don Felipe V
y el más antiguo de Don Fernando VI, en su certificación de 13 de Enero de 1755, á favor
I de Don Manuel de Rivas Cacho, Marqués de Rivas Cacho, brigadier de los reales Ejércitos,
natural de Peña Castillo, de la provincia y diócesis de Santander, en quien se unieron estos
apellidos, que continuó su hija Doña Ana María de Rivas Cacho, Marquesa de este nombre,
natural de México, tercera abuela paterna de cuarto orden de S. E.
(4) Como tercer nieto paterno de tercer orden de Don Pedro Antonio Trebuesto, Alvara-
do y Velasco, Caballero de la orden militar de Alcántara y Conde de Miravalles, natural del
Valle de Arcentales, en las encartaciones de Vizcaya.
'•»

í*
——
DUCADO DE REGLA. 11

azur castillo de oro donjonado y bordura componada de veinte pie­


zas, diez de plata y diez de gules, (i)
I
En el cuarto cuartel se halla el apellido Cotera: á mantel; primero
en campo de sinople torre de plata; segundo en campo de plata árbol
de sinople, y la manteladura azur, con dos losanges de oro cargadas
de una flor de lis azur. (2)
En el quinto cuartel se pinta por el apellido de Villamil, en campo
de gules sobre ondas de mar, un castillo al natural almenado, y en
lo alto de él un guerrero armado con una cruz gules en la mano iz­
quierda y una espada en la derecha; bordura de plata con letras de
sable que dicen: “Villamil avante con esta cruz delante." (3)
En el sexto cuartel está el apellido Alvarado: partiéndole; á la de­
recha, en campo de oro, cinco flores de lis de azur puestas en sautor,
y á la siniestra, en campo de plata, ondas de mar. (4)
En el séptimo cuartel se encuentra el patronímico Rodríguez, re­
petido como el anterior, unido al de Pedroso por ser de la misma
descendencia, á saber: en campo de azur aspa de oro, y en cada uno $
de sus ángulos una flor de lis de plata. (5)
En el octavo cuartel se coloca el patronímico Jiménez, que trae en
campo de plata un león rapante de gules, y bordura de este color con o

e)
ocho aspas de oro. (6)
Én el noveno cuartel está el linaje de Primo: partiéndole; primero

(1) Como tercer nieto por línea paterna de tercer orden de Doña María Catalina Dávalos
y Orozco, Condesa de Miravalle, natural de México, como las describe Don García Alonso de
Torres, cronista rey de armas de los Señores Reyes Católicos y del Emperador Carlos V• y
Don Alonso López de Haro, también cronista del Rey Don Felipe IV y Ministro en su Real
Consejo de las órdenes.
(2) Como nieto paterno de cuarto orden de Don Francisco de la Cotera Salmont, Marqués-,
de Rivas Cacho, natural de Jacano, en las montañas de Burgos; según las describen Don Mi­
guel de Salazar, Capellán del Rey Don Felipe IV, en su tomo 25, fol. 231, y Don Francisco-
Zazo y Rosillo, Rey de armas del Rey Don Felipe V y el más antiguo del Rey Don Fernan­
do VI, en 24 de Diciembre de 1755.
(3) Como tercer nieto materno de primer grado de Don Fernando Villamil López de Peralta..
(4) Certificación librada por Don José Alfonso de Guerra y Villegas, Caballero de la Or­
den de Santiago, Cronista y rey de armas del Rey Don Felipe V, en Madrid, á 19 de Febrero-
de 1719, como tercer nieto materno de primer grado de Doña Clara de Alvarado y Castilla.
(5) Que es el que usa S. E. como tercer nieto materno de segundo grado de Don Miguel
Rodríguez, Gobernador de la Sonora, Alcalde mayor de Córdoba, Superintendente General de­
í®
tabacos en aquella provincia, natural de la villa del Viso.
(6) Por su tercera abuela materna de segundo grado Doña Bárbara Jiménez, natural de
México, según lo describe Don Juan Félix de Rújula, rey de armas del Rey Don Carlos III
«)
i* y Don Juan Flores de Ocáriz, en sus “Genealogías.”
12 DUCADO DE REGLA.

I
(9
en oro león rapante de gules, y segundo, en campo también de oro]
águila de sable explayada, (i)
En el décimo cuartel, por Villanueva, partido; el primero cuartela­
do; primero y cuarto, en campo de azur, estrella de oro; segundo y
tercero, en el mismo campo, un pozo con su brocal de plata; el segun­
do de gules y un castillo de plata. (2)
En el undécimo cuartel se comprende el linaje de Osorio; en cam­
po de oro dos lobos desollados andantes puestos en pal, y bordura de
gules con ocho aspas de oro. (3)
Y en el duodécimo y último cuartel está el linaje de Bello, que es
en campo de azur dos bordones de plata puestos en pal, y borduras de
oro con cinco veneras de gules. (4)
Adorna el expresado escudo general el manto ducal de Grande de
España y la corona del mismo título, timbrada por 'él linaje de Te­
rreros de un lobo saliente al natural con una aspa de oro en la mano
derecha y por el de Villanueva timbrado también el escudo de la di­
visa: MALO MORI QUAM F2EDARI y acolado el mismo de la
cruz de Santiago y circulado del collar de la orden de Carlos III.

(1) Como tercer nieto materno de tercer grado de Don Pedro Primo y Jordán, Oidor de
la Real Audiencia de México.
(2) Como tercer nieto materno de tercer grado de Doña Felipa de Villanueva y Terreros,
según lo tiene probado en los expresados instrumentos justificativos, entre los que se hallala.
referida certificación de Alfonso de Guerra y Sandoval..
(3) Como tercer nieto materno de cuarto grado de Don Gaspar de Ossorio Barba, según lo
tiene acreditado en los insinuados documentos, y entre ellos en el “Memorial genealógico de
la casa de los Marqueses de Mortara,” Grandes de España de primera clase, escrito en 1738
por Don José de los Ríos Casquero, Contador y Archivero de la expresada casa.
(4) Como tercer nieto materno de cuarto grado de Doña María Bello Pereira, según las
describe Don Luis de Salazar y Castro, Caballero procurador general de la Orden de Calatra-
va, Comendador de Zurita, del Consejo de S. M. en el real de las órdenes y cronista mayor
de Castilla é Indias.

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ARMAS DE L.Á PRIMERA DUQUESA DE PRÍM. ?



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. por Villanueyaj partido; el primero cuartela* <


e« campó de azur, estrella jde oro; segundo
•- < ' a<npó, un pozo con su brocal de plata; el según-
. dfe de plata. (2)
¿rielse comprende el linaje de Osorio; en cara*’-
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y último cuartel está él linaje, de Bello, que es:
• bordones de plata puestos en pal, y borduras de ■ I
. «-a* de gules. (4) ■
5presado escudó general el manto ducal dé Grande, dé
^na del mismo título, timbrada por él linaje de Te-.:
saliente al natural con una aspa de oro en la mano ?.
ti.de Villanüeva timbrado también el escudó de la dí-
MMRI QÜÁM FrEDARI y acolado el mismo dé la j
¿C y,, circulado del collar de la orden de Carlos III. . ; í

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de tercer-grado dé Don fédr

Jóreiar grado de Doña F»;li » de. Villaiíueva y Terreros,


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i ,,ii;Vrrá y Sandoval.
' mirto grado dé I *■ >ií ■ raspar de (Issorio Barba, •egún lu
re ellos en él -‘.Memorial geneaiogicá de­
■■ ■ itofiirtós, v entre
fraudes de España dé primera clase, escrito en 1738
;-n.<ador y Archivero de !a expresada, casa.
tigrito grado de Doña, María Bello Pereira, según las •
Caballero procurador general-dé la Orden deCalaíra- .
S, M. en el real de las órdenes y cronista e.iavor
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ARMAS DE LA PRIMERA DUQUESA DE PRIM.


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DUCADO DE PRIM.

PRIMERA PARTE .J •

TÍTULO DE DUQUE DE PRIM CON GRANDEZA DE PRIMERA CLASE,


CONCEDIDO POR EL REY DON AMADEO I
Á DOÑA FRANCISCA DE AGÜERO DE PRIM, EN MADRID
Á 19 DE FEBRERO DE 1 87 I.

e.

E LLO 11? Año 1871—50 céntimos de peseta.—Título de


Duquesa de Prim con Grandeza de España de i* clase
concedido á Doña Francisca de Agüero para sí, su hija
Doña Isabel Prim y Agüero y sucesores legítimos de
ésta. 19 de Febrero de 1871.—Creación.—Don Amadeo
I, por la gracia de Dios y la voluntad nacional, Rey de
España. A vos Doña Francisca de Agüero viuda del Capitán Gene­
ral del Ejército Don Juan Prim. Ya sabéis que el Regente del Rei­
no de acuerdo con el Consejo de Ministros, interpretando el senti­
miento nacional manifestado por voto unánime en la Sesión de las
Cortes Constituyentes de treinta de Diciembre último con motivo de
la muerte de vuestro esposo el referido Don Juan Prim, Presiden­
e>
te del Consejo de Ministros, Ministro de la Guerra, Marqués de los
Castillejos, Grande de España de primera clase y Conde de Reus,
acaecido en el propio día á consecuencia del crimen perpetrado en su

__________ -_____________________________ ___________________________ =________________________


A+jA
“ v <TS

DUCADO DE PRIM.
I
persona la noche del veintisiete del mismo, por decreto de treinta y
uno de dicho mes, refrendado por el Ministro que era de Gracia y
Justicia Don Eugenio Montero Ríos, tuvo á bien concederle libre de
gastos, el título de Duquesa de Prim con grandeza de España de
primera clase para vos, vuestra hija Doña Isabel Prim y Agüero y
los sucesores legítimos de ésta, como recuerdo que perpetúe en su
familia la gratitud de la Patria. En su consecuencia para que esta
gracia pueda tener su debido efecto, he resuelto ahora expedir el pre?
sente Despacho por el cual declaro ser mi expresa voluntad que así
vos la expresada Doña Francisca de Agüero, como vuestra hija Do­
ña Isabel Prim y Agüero y los sucesores legítimos de ésta, varones
y hembras, por el orden de sucesión regular cada uno en su respec­
tivo tiempo y lugar, perpetuamente podáis usar y usen el título de
Duque de Prim con la grandeza de España de primera clase á él
unida y gozar de los honores, tratamientos y prerrogativas declara­
fe das á los demás Duques del Reino. Por tanto mando á los Prelados,
Grandes de España y Títulos, Comendadores de las Ordenes Mili­
tares, Generales y Jefes de los Ejércitos y Armada, Presidente y
Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y de las Audiencias, _
Gobernadores de las Provincias, Jueces, Alcaldes, Ayuntamientos y
demás autoridades, corporaciones y personas particulares á quienes
I
corresponda, os reciban y tengan, llamen y titulen, Duquesa de Prim,
Grande de España de primera clase, como yo desde ahora os nom­
bro y titulo, os guarden y hagan guardar las honras, gracias y pre­
eminencias que se acostumbran y deben guardar á los demás Du­
ques y Grandes de España de primera clase, así por decreto y leyes
de la Nación como por usos y costumbres, tan cumplidamente que
no os falte cosa alguna, sin que para la perpetuidad de esta gracia
sea necesario otro mandato, título ni licencia, con declaración de que
cada uno de vuestros sucesores en el insinuado título y Grandeza
para hacer uso de los mismos queda obligado á obtener carta de su­
cesión dentro del término y en la forma establecida ó que se estable­
ciere. Y de este despacho se ha de tomar razón en las oficinas de
Hacienda correspondiente, la cual tendrá presente que su expedición
es libre de gastos, sin cuya formalidad será de ningún valor ni efecto.
Dado en Palacio á diez y nueve de Febrero de mil ochocientos se­
tenta y uno.—Amadeo.—Rúbrica.—El ministro de Gracia y Justi-

"WZ
------------- t
'TrarTTSw

>r DUCADO DE PRIM.

cía, Augusto Ulloa.—Es copia.—Quintana.—Rúbrica.—Direcciones


9
Generales de Contribuciones y Rentas.—Se tomó razón de este títu­
lo libre de derechos, según se previene en el mismo.—Madrid, 22 de
Febrero de 1871.—El Jefe de la Administración Económica.—Ole­
gario Andrade.—Es copia.— Tiburcio Alonso—Rúbrica.

SEGUNDA PARTE.
GENEALOGÍA DE LOS DUQUES.

Don Manuel González casó con Doña Florencia Echeverría, y tu­


vieron por hija á
Doña Antonia González y Echeverría, Pfimera Condesa de Agüe­
I ro (1), casó con Don Francisco de Agüero, y tuvieron por hija á la
i* Duquesa de Prim, Doña Francisca de Agüero y González,
Grande de España de 1? clase, Dama Noble de la Banda de la Rei­
na María Luisa, nació en México el 2 de Abril de 1830, casó con el
General Español Don Juan Prim, Presidente del Consejo de Minis­
tros, Ministro de la Guerra, Marqués de los Castillejos, Grande de
España de 1? clase y Conde de Reus; y tuvieron por hija á la
2? Duquesa de Prim, Grande de España de laclase, Doña Isabel
Prim y Agüero, nacida el 17 de Noviembre de 1862, casó el 25 de
Marzo de 1882 con Don Fernando de Heredia y Livermoore, Mar­
qués de Heredia.
Hermano de la 2? Duquesa es Don Juan Prim y Agüero, primer
Duque de los Castillejos, 2? Conde de Reus y Vizconde de Bruch,
Grande de España de 1? clase y Comandante graduado^ Capitán de
Artillería, nació el 10 de Enero de 1858.
——
DUCADO DE PRIM.

TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DE DON MANUEL GONZÁLEZ Y
DOÑA FLORENCIA ECHEVERRÍA, ABUELOS DE LA PRIMERA DUQUESA.
t

Don Angel González, casó con Doña María Echeverría, y tuvie­


ron por hijos: I. Don Manuel; II. Doña Carmen; III. Doña Antonia; í
IV. Doña Ana Josefa; V. Doña Francisca; VI. Doña Josefa; VII.
Don Angel, y VIII. Don José, que servirán de tema á los ocho ca­
pítulos siguientes.

CAPITULO I.

Don Manuel González Echeverría, casó con Doña Dolores Esca­


lante; hijos:
Primero.—Don Angel González y Escalante, casó con Doña An­
gela Buch y González; hijos:
I. Doña Francisca González Buch, casó con Don Ignacio Algara
y Cervantes (i); hijos:
% 1. Don Prancisco Algara y González, casó con Doña Gertrudis
Bray; hijos: I

A. Don Francisco Algara y Bray.


B. Don Ignacio Algara y Bray, y
C. D oña María Gertrudis Algara y Bray.
2. Doña María de la Luz Algara y González, casada con el Sr.
Ing. Don Mauricio de María Campos y Elguero.
3. Doña Ana Algara y González, y
4. Don Angel Algara y González.
II. Don Manuel González Buch, casó con Doña Adelaida Kellog;
hijos:
1. Don Manuel González y Kellog, y
2. Doña María González y Kellog.
III. Doña Angela González Buch casó con Don Antonio Ituarte;
hija:

(1) Véanse artículos sobre Marquesado de Salinas, Condado de Santiago, etc.


DUCADO DE PRIM. 5)
i. Doña Matilde Ituarte y González.
IV. Don Miguel González Buch casó con Doña Elena Jens; hijos:
1. Doña Elena González Jens, casada con Don Daniel Reyes Re­
tana; hijos:
A. Doña Guadalupe Reyes Retana y González.
B. Don Tomás Reyes Retana y González, y
C. Doña Luz Reyes Retana y González.
2. Doña Imelda González y Jens.
3. Don Angel González y Jens.
Segundo.—Doña Dolores González y Escalante, casó con Don
Manuel González Nandin; hijos:
I. Don Angel G. Nandin y González, casó con Doña Victoria Gu­
tiérrez, con sucesión, radicada en Sevilla, España.
II. Don Manuel G. Nandin y González, casó con Doña Andrea
Martínez, sin sucesión.
Tercero.—Don Francisco González y Escalante, casó con Doña
María de Jesús Ortega; hijos:
I. Don Manuel González y Ortega, casado y con sucesión.
II. Doña Angela González y Ortega, casó con Don Enrique He­
rrera, con sucesión.
III. Doña Florencia González y Ortega, casó con Don Roberto
Cañas, con sucesión.
IV. Doña Concepción González y Ortega, casó con Don Miguel
Cañas, con sucesión.
V. Doña Francisca González y Ortega, murió en la infancia.
VI. Don José González y Ortega, casó con Doña Guadalupe Par­
do, con sucesión.
VII. Don Alberto González y Ortega, soltero.
VIII. Don Luis González y Ortega, soltero.
IX. Don Tomás González y Ortega, murió en la infancia.

CAPITULO II.

Doña Carmen González Echeverría, casó con el Señor Don Luis


Galinie; hijos:
&
Primero—Doña Ana Galinie 7y González, murió sin sucesión.
PARTE.
--- ——.
TTytTY

DUCADO DE PRIM.

Segundo.—Doña Margarita Galinie y González, murió sin su­


cesión.
Tercero.—Doña Angela Galinie y González, murió sin sucesión-
Cuarto.—Don Francisco Galinie y González, murió sin sucesión.
Quinto.—Don Julio Galinie y González, murió sin sucesión, y
Sexto.—Don Luis Galinie y González, murió sin sucesión.

CAPITULO III. y

Doña Antonia González y Echeverría, i* Condesa de Agüero (i)


casó con el Señor Don Francisco de Agüero; hija:
Primero.—Doña Francisca de Agüero y González (primera Du­
quesa de Prim, Grande de España de Primera claSb, y dama noble
de la Banda de la Reina María Luisa), casó con Don Juan Prim y
Prats, primer Marqués de los Castillejos, Conde de Reus y Vizcon­
i de de Bruch; hijos:
I. Don Juan Prim y Agüero, primer Duque de los Castillejos, se­
gundo Conde de Reus y Vizconde de Bruch.
3
II. Doña Isabel Prim de Agüero, segunda Duquesa de Prim, ca­
sada en Madrid el 25 de Marzo de 1882 con Don Fernando Here-
I
dia y Livermoore, Marqués de Heredia.
*

CAPITULO IV.

Doña Ana Josefa González y Echeverría, casó con Don Francis­


co Gámez; hijos:
Primero.—Don Francisco Gámez y González, casó con Doña So­
fía Buch, su prima hermana; hijos:
I. Doña Angela Gámez y Buch, casó con Don Manuel Bulnes;
hijos:
1. Doña María Bulnes y Gámez.
2. Don Manuel Bulnes y Gámez.
3- Doña Guadalupe Bulnes y Gámez.
4- Don Francisco Bulnes y Gámez.
J
5- Doña Dolores Bulnes y Gámez.
(1) Esté título que puede verse en la 5? parte del presente artículo está vacante; podía ser
evalidado por cualquiera de las personas que figuran en ésta genealogía.

Wj
DUCADO DE PRIM.

6. Doña Carmen Bulnes y Gámez.


7- Doña María Luisa Bulnes y Gámez.
9

8. Doña Concepción Bulnes y Gámez.


9- Don J osé Bulnes y Gámez, y
10. Don Angel Bulnes y Gámez.
11. Doña Dolores Gámez y Buch, murió en la infancia.
III. Don Francisco Gámez y Buch, casó en primeras nupcias con
Doña Guadalupe Ortega y Espinosa (i) y en segundas nupcias con
Doña Carmen Ortega y Espinosa, hermana de la anterior.

HIJOS DEL PRIMER MATRIMONIO:

1. Don Francisco Gámez y Ortega.


2. Don Angel Gámez y Ortega.
3. Doña Guadalupe Gámez y Ortega.

HIJOS DEL SEGUNDO MATRIMONIO:

1. Don Manuel Gámez y Ortega.


2. Don José Ignacio Gámez y Ortega, y
3. Doña María Dolores Gámez y Ortega.
Segundo.—Doña Magdalena Gámez y González, casó con el
cenciado Don José Hipólito Ramírez (Ministro que fué de Hacienda)
(2); hijos:
I. Don Fernando Ramírez y Gámez.
II. Doña Ana Ramírez y Gámez, casó con Don José Velázquez;
hijos:
1. Don Javier Velázquez y Ramírez.
2. Doña Sara Velázquez y Ramírez.
III. Doña María Ramírez y Gámez.
IV. Don Francisco Ramírez y Gámez, casado con Doña María
Escandón; hijos:
1. Don Carlos Ramírez y Escandón.
V. Doña Margarita Ramírez y Gámez. casada con Don Guiller­
mo Burchar.

(1) Véanse artículos sobre Condado del Valle de Oploca, del Peñasco, Marquesado de Sa­
linas, etc., etc.
(2) Hijo del eminente é infatigable escriúor Lie. D. José Fernando Ramírez á quien le de-
^be ja historia patria importantísimos servicios.
® 8
DUCADO DE PRIM.

CAPITULO V.

Doña Francisca González y Echeverría, casó con Don Miguel


Bucb; hijos:
Primero.—Doña María Buch y González, murió sin sucesión.
Segundo.—Doña Angela Buch y González, casó con Don Angel
González y Escalante; hijos:
I. Doña Francisca González Buch, casó con Don Ignacio Alga­
ra y Cervantes (i); hijos:
i. Don Francisco Algara y González, casó con Doña Gertrudis
Bray; hijos:
A. Don Francisco Algara y Bray.
B. Don Ignacio Algara y Bray, y
C. Doña María Gertrudis Algara y Bray.
2 Doña María de la Luz Algara y González, casada con el Sr.
Ingeniero Don Mauricio de María Campos y Elguero.
3. Doña Ana Algara y González.
4. Don Angel Algara y González.
II. Don Manuel González Buch, casó con Doña Adelaida Ke­
llog; hij os:
1. Don Manuel González y Kellog, y
2. Doña María González y Kellog.
III. Doña Angela González Buch, casó con Don Antonio Ituar-
te; hija;
1. Doña Matilde Ituarte y González.
IV. Don Miguel González Buch, casó con Doña Elena Jens; hijos:
1. Doña Elena González y Jens, casada con Don Daniel Reyes
Retana; hijos:
A. Doña Guadalupe Reyes Retana y González.
B. Don Tomás Reyes Retana y González, y
C. Doña Luz Reyes Retana y González.
2. Doña Imelda González y Jens, y
3. Don Angel González y Jens.
Tercero.—Don Miguel Buch y González, casó con Doña Javiera
Echeverría; hijos:

(1) Véanse artículos sobre Marquesado de Salinas y Condado de Santiago, etc.


DUCADO DE PRIM.

I. Doña Concepción Buch y Echeverría, casó con Don Jorge Gó-


mez de Parada (i); hijos:
Doña Teresa Gómez de Parada y Buch.
Doña Dolores Gómez de Parada y Buch.
3- Don Jorge Gómez de Parada y Buch.
4- Don Agustín Gómez de Parada y Buch.
5- Doña Javiera Gómez de Parada y Buch.
6. Doña Margarita Gómez de Parada y Buch, y
7- Don Miguel Gómez de Parada y Buch.
II. Doña Javiera Buch y Echeverría, casada con Don Francisco
de Landa y Escandón, Diputado al Congreso de la Unión (2); hijos:
1. Doña Guadalupe de Landa y Buch.
2. Doña Josefina de Landa y Buch, y
3. Don Francisco de Landa y Buch.
III. Don Francisco Buch y Echeverría, casado con Doña María
Gómez de Parada (3); hijos:
1. Don Francisco Buch y Gómez de Parada.
2. Don Carlos Buch y Gómez de Parada, y
3. Don Enrique Buch y Gómez de Parada. e.

IV. Don Pedro Buch y Echeverría, casó con Doña Luisa Stan-
kiewietz'; hijo:
1. Don Pedro Buch y Stankiewietz.
V. Don Manuel Buch y Echeverría, casó con Doña María Es­
candón; hijos:
1. Don Manuel Buch y Escandón.
2. Don José Buch y Escandón.
3. Don Antonio Buch y Escandón.
4. Doña María Buch y Escandón, y
5. Don Javier Buch y Escandón.
Cuarto.—Don Francisco Buch y González, casó con Dona Mar-
garita Echeverría; hijos:
I. Doña Guadalupe Buch y Echeverría.
II. Don Miguel Buch y Echeverría.
(1) Véanse artículos sobre Marquesado de San Miguel de Aguayo, Condado de San Pedro
■del Alamo, etc., etc.
(2) VéaRe artículo sobre la familia Landa de México.
(3) Véanse artículos sobre Marquesado de San Miguel de Aguayo, Condado de San Pedro
del Alamo, etc., etc.
FABTE.
TT* rT“ V*.
IO DUCADO DE PRIM.

Quinto.—Doña Matilde Buch y González, murió en la infancia.


Sexto.—Don José Buch y González, murió en la infancia.
Séptimo.—Doña Emilia Buch y González, casó con el Sr. Sena­
dor Don Eduardo Cañas; hijos:
I. Doña María Cañas y Buch, casada con el Señor Licenciado Don
José Yves Limantour, Secretario de Hacienda y Crédito Público (i);
Comendador de la Legión de Honor, de la de San Mauricio y San
Lázaro, Gran Oficial de la Orden de Leopoldo de Bélgica, Caballero
de laclase de la Corona Prusiana y de la Corona de Hierro, etc.,’
etc..; hijos:
1. Doña María Teresa Limantour y Cañas, casada con Don Mi­
guel Iturbe; hijos:
A. Doña Dolores Iturbe y Limantour.
B. Don Miguel Iturbe y Limantour.
2. Don Luis Limantour y Cañas, murió en la infancia, y
3. Don Guillermo Limantour y Cañas.
II. Doña Josefa Cañas y Buch, murió en la infancia.
III. Don Eduardo Cañas y Buch, murió sin sucesión.
Octavo.—Doña Sofía Buch y González, casó tres veces, la prime­
ra con su primo Don Francisco Gámez y González; la segunda con
el Dr. Don Angel Iglesias, y la tercera con Don Juan Iglesias.

HIJOS DEL PRTMER MATRIMONIO:

I. Doña Angela Gámez y Buch, casada con Don Manuel Bulnes;


hijos:
1. Doña María Bulnes y Gámez.
2. Don Manuel Bulnes y Gámez.
3. Doña Guadalupe Bulnes y Gámez.
4. Don Francisco Bulnes y Gámez.
5. Doña Dolores Bulnes y Gámez.

(1) La magistral gestión de este notable estadista que le ha conquistado la admiración


de propios y extraños, y el dictado de “El Colbert Mexicano,” puede considerarse condensa -
da en las siguientes leyes administrativas de capital importancia. La de abolición de alcaba­
las, promesa contenida en el Plan de Ayutla, que nunca había podido llegar á ser cumplida.
La ley sobre instituciones de crédito, que ha'regulado y encauzado el desenvolvimiento fidu­
ciario del país, y por último, como remate de todas estas sabias disposiciones, la ley sobre re­
forma monetaria, que vino á poner término á un estado de cosas angustioso y precario para
el comercio, la industria nacional y en general para todos los intereses de la República.
DUCADO DE PRTM. II

6. Doña Carmen Bulnes y Gámez.


7. Doña María Luisa Bulnes y Gámez.
8. Doña Concepción Bulnes y Gámez.
9. Don José Bulnes y Gámez, y
10. Don Angel Bulnes y Gámez.
11. Doña Dolores Gámez y Buch, murió en la infancia.
III. Don Francisco Gámez y Buch, casó en-primeras nupcias con
Doña Guadalupe Ortega y Espinosa, y en segundas nupcias con Do­
ña Carmen Ortega y Espinosa.

HIJOS DEL PRIMER MATRIMONIO:

1. Don Francisco Gámez y Ortega.


2. Don Angel Gámez y Ortega.
3. Doña Guadalupe Gámez y Ortega.

HIJOS DEL SEGUNDO¿MATRIMONIO:

1. Don Manuel Gámez y Ortega.


2. Don J osé Gámez y Ortega.
3. Doña María Dolores Gámez y Ortega.

HIJO DE SEGUNDO MATRIMONIO:

I. Don Angel Iglesias y Buch. (Caballero de Isabel la Católica).

HIJO DEL TERCER MATRIMONIO.

I. Don José Iglesias y Buch, murió en la infancia.

CAPITULO VI.

Doña Josefa González Echeverría, casó con Don Manuel del Va­
lle; hijos:
Primero.—Doña Florencia del Valle y González, casó con Don
Carlos Trueba; hijo:
I. Don Carlos Trueba y del Valle, murió sin sucesión.
Segundo.—Don Enrique del Valle y González, casó con Doña
Ansberta Zaldívar; hijos:
—— *

12 DUCADO DE PRIM.
o
I. Don Enrique del Valle y Zaldívar, casó con Doña María Iturbe;
hijos:
1. Doña Guadalupe del Valle é Iturbe.
2. Don Enrique del Valle é Iturbe.

3 Doña María del Valle é Iturbe, murió en la infancia.


4 Doña Ansberta del Valle é Iturbe, murió en la infancia.
5- Doña María del Valle é Iturbe, murió en la infancia, y
6. Doña Rosario del Valle é Iturbe.
II. Don Manuel del Valle y Zaldívar, murió sin sucesión.
III. Don Ricardo del Valle y Zaldívar, casado con Doña Ana Ma­
ría Iturbe; hija:
i. Doña María Enriqueta del Valle é Iturbe.
IV. Don Julio del Valle y Zaldívar, casado con ,Doña Carmen
Olamendi.
V. Don Angel del Valle y Zaldívar, casado con Doña Luz Iturbe;
hijos. •*l

1. Doña Angela del Valle é Iturbe.


2. Doña Luz del Valle é Iturbe.
Tercero.—Doña Julia del Vallle y González, casó con Don José
\p
Julián de Lizardi; hijos:
I. Doña Elena de Lizardi y del Valle.
II. Don Francisco de Lizardi y del Valle.
III. Don José de Lizardi y del Valle.
IV. Don Manuel de Lizardi y del Valle.
V. Doña María de Lizardi y del Valle, y
VI. Doña Julia de Lizardi y del Valle.
Cuarto.—Doña Josefa del Valle y González, casada con Don Jor­
ge Arellano.
Quinto.—Doña Antonia del Valle y González, casado y con suce­
sión.
Sexto.—Don Manuel Máximo Antonio del Valle y González, Co­
mendador de Carlos III, casado con Doña Edmea Devaux; hijos:
I. Doña María del Valle casada con Sr. Aignan; hija*
i. Doña Inés Aignan y Valle.
II. Don Manuel del Valle.
Séptimo.—Doña Dolores del Valle y González, murió sin suce­
sión.
DUCADO DE PRIM.

CAPI TULO VII.

Don Angel González Echeverría, casó con Doña Ana Cubas


tuvo un hijo que murió en la infancia. A su muerte dejó una parte
de su fortuna para la fundación de un Hospital Ginecológico.

CAPITULO VIII.

Don José González Echeverría, Ministro que fué del Sr. Presiden­
te Don Benito Juárez, murió sin sucesión, dejando la cantidad de
$ 50,000 para que se repartieran entre los pobres de la Ciudad de
Fresnillo.

CUARTA PARTE. 3?
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Don Francisco Fernández de Bethencourt, en los anales de la No­


bleza de España (año de 1880, pág. 211) en la parte* relativa á la Du­
quesa de Prim trae por escudo de la 1? Duquesa el del Duque de los
Castillejos cuya descripción es la siguiente:
Escudo cuartelado: el 1” de oro, un castillo de su color del que sale
un'brazo armado con tina bandera que dice: “Acer;" el 2" de gules,
dosjinetes peleando; el 3? de gules, un guerrero que lleva una bande­
ra acometido de otro; el 4® de azur, una mano de carnación, partido
de oro tres granadas: tenates; dos catalanes, lema “Honor, Valor
Lealtad.”
No estoy conforme con la opinión del Sr. Bethencourt, con ser de
que lo respeto como la persona más competente en la materia; pues el
Ducado de Prim fué concedido, como se ve en el título que encabeza
I
este artículo, á la madre del ier. Duque de los Castillejos; mal podría c

usar la Duquesa de Prim el escudo de su hijo.


Paso á describir el escudo que encabeza- este artículo de la 1* Du-
FBIMEHA FABTE,
TTx rT*
14 DUCADO DE PRIM.

quesa de Prim, tomado de los papeles de la familia Echeverría y


guiado también por el Nobiliario Español de Piferrer.
Escudo partido: á la derecha, por Agüero, en campo de oro, león
rapante llevando una bandera y sumado de un sol de gules. A la iz­
quierda, cortado, siendo el primer blasón, por González, en campo de
gules castillo donjonado de oro; y el 2? blasón, por Echeverría, en
campo de sinople un castillo de oro donjonado con su torre del ho­
menaje: la puerta y ventanas de azur y de las aldabas de las puertas
dos perros de plata, manchados de sable, atados y contramirándose.
Adorna el expresado escudo general el manto ducal de Grande de
España, la corona del mismo título y circulado con la gran Cruz y
banda de la Real Orden de las Damas nobles de María Luisa.

QUINTA PARTE. V

3
TÍTULO DE CONDESA DE AGÜERO CONCEDIDO POR DON AMADEO I
Á DOÑA ANTONIA GONZÁLEZ ECHEVERRÍA DE AGÜERO
MADRE DE LA I* DUQUESA
EN MADRID Á 4 DE ABRIL DE 1872 (i).

Don Amadeo I, por la gracia de Dios y la voluntad nacional Rey


de España. A vos Doña Antonia González de Agüero. Ya sabéis
que por Decreto de once de Marzo último, refrendado por el Minis­
tro de Gracia y Justicia Don Eduardo Alonso y Colmenares. Aten­
diendo á las circunstancias que concurren en vos y queriendo daros
una prueba de mi aprecio, de acuerdo con el parecer del Consejo de
Ministros vine en haceros merced de título del Reino con la denomi-
nación de Conde de Agüero para vos, vuestros hijos y sucesores le­
gítimos. En su consecuencia para que esta gracia pueda tener su de­
bido efecto mediante que habéis satisfecho en veinte del propio Mar­ i
zo en la Caja de la Administración económica de esta provincia ocho I
mil pesetas por el impuesto/especial establecido por Real Decreto
de veinte y ocho de Diciembre de mil ochocientos cuarenta y seis, €

(1) Este título está vacante en España, y cualquiera de las personas que figuran en este
rtículo podía revalidarlo, previos los trámites legales.

y
DUCADO DE PRIM. 15

he resuelto expedir el presente Despacho por el cual declaro ser mi


expresa voluntad que así vos la indicada Doña Antonia González de
Agüero como vuestros hijos y sucesores legítimos, varones y hem­
bras por el orden de sucesión regular, cada uno en su respectivo tiem­
po y lugar, perpetuamente podáis usar y uséis el título de Conde de
Agüero y gozar de los honores y prerrogativas declaradas á los de­
más Condes del Reino. Por tanto mando á los Prelados, Grandes y
títulos, Comendadores de las ordenes militares, Generales y Jefes de
los ejércitos y armada, Presidentes y Magistrados del Tribunal Su­
premo y de las Audiencias, Gobernadores de las provincias, Jueces,
Alcaldes, Ayuntamientos, autoridades, corporaciones y personas par­
ticulares á quienes corresponda, que os reciban y tengan, llamen y
titulen Condesa de Agüero como yo desde ahora os nombro y ti­
tulo, os guarden y hagan guardar todas las honras y preeminencias
que se acostumbran y deben guardarse á los demás títulos, así por
derecho y leyes de la Nación como por usos y costumbres tan cum­
plidamente que no os falte cosa alguna, sin que para la perpetuidad
de esta gracia sea necesario otro mandato, título ni licencia: con de­
claración de que cada uno de vuestros sucesores en el expresado tí­
tulo de Conde para hacer uso de él queda obligado á obtener carta
de sucesión dentro del término y en la forma establecida ó que se
estableciere. Y de este despacho se ha de tomar razón en la oficina
de Hacienda correspondiente, la cual expresará haberse satisfecho los
derechos que.se adeudan por su expedición, sin cuya formalidad será
de ningún valor ni efecto. Dado en Palacio á cuatro de Abril de mil
ochocientos setenta y dos.—Amadeo.—Rúbrica.—El Ministro de
Gracia y Justicia.—Eduardo Alonso y Colmenares.—Es copia.—
Quintana.—Rubricado.—(Hay otra rúbrica).—Direcciones genera­
les de Contribuciones y Rentas.—Se tomó razón de este título ha­
biendo satisfecho cuatrocientas veinte y ocho pesetas, sesenta y dos
céntimos por derechos de expedición, Cancillería y toma de razón.
Madrid, seis de Abril del mil ochocientos setenta y dos.—El Jefe de
la Administración Económica.—Olegario Andrade.— Es copia.— Ti-
burcio Alonso.— Rubricado.
•I
i

ARMAS DEL PRIMER MARQUES DEL VALLE DE OAXACA.


MARQUESES DEL VALLE DE OAXACA.
PRIMERA PARTE.
TÍTULO DE MARQUÉS DEL VALLE DE OAXACA,
CONCEDIDO Á DON HERNÁN CORTÉS,
*)
POR EL EMPERADOR Y REY CARLOS V DE ALEMANIA Y I DE ESPAÑA
Y LA REINA DOÑA JUANA,
EN BARCELONA Á 6 DE JULIO DE 1529.

?•


1^1 ON CARLOS por la Divina clemencia Emperador sem-
per augusto, Rey de Alemania: Doña Juana su madre y
el mismo Don Carlos por la gracia de Dios, Reyes de
Castilla, etc. Por cuanto Nos por una carta firmada de mí
el Rey, habernos hecho merced á vos Don Hernando
Cortés nuestro Gobernador y Capitán General de la Nue­
va España, de veintitrés mil vasallos en la Nueva España que vos des­
cubristeis y poblasteis señaladamente en ciertos pueblos del Valle de
Oaxaca que es en la dicha Nueva España, y en otras partes de ella, co­
mo más largo en la provisión que de ello vos mandamos dar se contie­
ne; por ende, acatando los muchos y señalados servicios que habéis
hecho á los Católicos Reyes nuestrós Señores Padres y Abuelos (que
hayan santa gloria), y á Nos, especialmente en el descubrimiento y po­
blación de la dicha Nueva España de que Dios nuestro Señor ha sido
tan servido, y la corona Real de estos nuestros reinos acrecentada, y
b w o

2 MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.


/V

lo que esperamos y tenemos por cierto que nos haréis de aquí ade¿ 1
lante, continuando vuestra fidelidad y lealtad; y teniendo respecto á
vuestra persona y á los dichos vuestros servicios, y por más honra­
ros y sublimaros, y porque de vos y de vuestros servicios quede
más perpetua memoria, y porque vos y vuestros sucesores seáis más
honrados y sublimados tenemos por bien, y es nuestra merced y vo-
luntad, que ahora y de aquí adelante os podáis llamar, firmar é inti-
tular, y os llaméis é intituléis marqués del valle, que ahora se
llama de Oaxaca, como en la dicha merced va nombrado, y por lar
presente os hacemos é intitulamos Marqués del dicho Valle llamado
Oaxaca, y por esta nuestra carta mandamos al Ilustrísimo Príncipe
Don Felipe, nuestro muy caro y muy amado hijo y nieto, y á todos
los Infantes, Duques, Marqueses, Prelados, Condes, Ricos-hombres,
Maestres de las Ordenes, Priores, Comendadores y Sub-comenda-
dores, Alcaides de los Castillos, y Casas fuertes y llanas, y á los del
nuestro Consejo, Presidentes y Oidores, de las nuestras Audiencias
y Cancillerías de estos Reinos y de la dicha Nueva España, Alcal­ <A
des, Alguaciles de la nuestra Casa y Corte, y Cancillerías y á todos
kj
los Consejos, Corregidores, Asistentes, Gobernadores y otras cuales-
quier Justicias y personas de cualquier estado, preeminencia, condi­
d ción ó dignidad que sean, nuestros vasallos, súbditos y naturales que
sean de estos nuestros Reinos y de las Indias, Islas y Tierra Firme
del mar Océano, así á los que ahora son como á los que serán de
aquí adelante, y á cada uno y cualquiera de ellos, que os haya y ten­
gan y llamen Marqués del dicho Valle de Oaxaca y os guarden y
hagan guardar todas las honras, gracias, mercedes, franquezas y li­
bertades, preeminencias, ceremonias y otras cosas que por razón de
ser Marqués debéis haber y gozar y os deben ser guardadas, de todo
bien y cumplidamente, en guisa de que no os mengüe ende cosa al­
guna; y los unos ni los otros no hagais ni hagan ende al por alguna
manera, so pena de la nuestra merced y de diez mil maravedís para
la nuestra Cámara, á cada uno y cualquier de ellos por quien tratare
de lo así hacer y cumplir. Dada en la Ciudad de Barcelona á seis
días del mes de Julio, año del nacimiento de nuestro Salvador Jesu­
fe) cristo de mil quinientos veinte y nueve años.—Yo el Rey.—Rúbri­
ca.—Yo Francisco de los Cobos, Secretario de sus Cesárea y Católi-
as Majestades lo hice escribir por su mandado.—Señalada con un

ZO —
—------------

MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA. 3


rúbrica.—Título de Marqués del Valle á Don Hernando Cortés.—
Duplicada.—En el dorso.—Fr. G. Episcopus Oxomen.—El Doctor
Befaran.—rEl Licenciado de la Corte.—Registrada.—Francisco de
Brtbiesca.

SEGUNDA PARTE.
DESCENDENCIA DEL MARQUÉS.

\er. Marqués Don Fernando ó Hernán Cortés y Monroy, Con­


quistador, Gobernador y Capitán General de México, casó en segun­
das nupcias con Doña Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga (i). Mu­
rió el día 3 de Diciembre de 1547, y tuvieron por hijo al
2? Marqués Don Martín Cortés Ramírez de Arellano (casó en pri­
meras nupcias con su sobrina Doña Ana Ramírez de Arellano, y en
segundas con Doña Magdalena de Guzmán), falleció en Madrid el 13
de Agosto de 1589. Fué su hijo del primer matrimonio el
3^r. Marqués Don Fernando Cortés Ramírez de Arellano, casó
con Doña Mencia Fernández de Cabrera y Mendoza (tuvieron un
hijo que murió niño). Falleció en Madrid á principios del año de 1602.
Sucedióle su hermano el
4? Marqués Don Pedro Cortés Ramírez de Arellano, casó con Do­
ña Ana Pacheco de la Cerda (hermana del 2? Conde de Montalbán).
Murió en México el 30 de Enero de 1629, sin hijos, y le sucedió su
sobrina la
5* Marquesa Doña Estefanía Carrillo de Mendoza y Cortés {2), ca­
só con Don Diego de Aragón (3), 4? Duque de Terranova, Príncipe
(1) Hija de Don Carlos Ramírez de Arellano, 29 Conde de Aguilar, y de Doña Juana de
Zúñiga (hija del Conde de Bañares, primogénito de Don Alvaro de Zúñiga, 1er. Duque de
Béjar). Ambas familias procedían de sangre real. El título de Conde de Aguilar de Inestrillas
fué creado por los Reyes Católicos el año de 1476, y el primero que lo obtuvo fué Don Alonso
Ramírez de Arellano, señor de los Cameros. Los mismos Soberanos crearon el de Duque de
Béjar en 1485 en favor de Don Alvaro de Zúñiga.
(2) Hija de Doña Juana Cortés, Ramíiez de Arellano (hermana del 3? y 49 Marqueses),
y de Don Pedro Carrillo de Mendoza, 99 Conde de Priego, Asistente y Capitán General de Se­
villa, y Mayordomo Mayor de la Reina Doña Margarita de Austria. Falleció en 1628.
(3) El apellido Aragón, de los Duques de Terranova, proviene de los Príncipes de Aragón,
que fueron Reyes de Sicilia y después de Nápoles. El título de Duque lo creó el Rey Feli­
pe II el año 1561, y se le dió á Don Carlos de Aragón, 29 Marqués de Terranova, que fué dos JO

A
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

de Castel Vetrano, y del S. R. I. Marqués de Avola, y de la Táva-


ra, Condestable y Almirante de Sicilia, Comendador de Villafranca,
Virrey de Cerdeña, Caballero de la insigne Orden del Toisón de Oro.
Esta señora murió en 1635. Fué su hija única la
6* Marquesa Doña Juana de Aragón, Carrillo de Mendoza y Cor­
tés, 5? Duquesa de Terranova, Camarera mayor de la Reina Doña
Luisa de Orleans, y después de la Reina Doña Mariana de Austria
(casó con Don Héctor Piñateli, 5? Duque de Monteleone (1), Prínci­
pe de Noya, Marqués de Cerchiara, Conde de Borelo, Virrey de Ca-’
taluña, Grande de España, etc., etc.) Murió en 1653 y fué su hijo
único el
7? Marqués Don Andrés Fabricio Piñateli de Aragón, Carrillo de
Mendoza y Cortés, 6? Duque de Monteleone y de Terranova, Gran­
de de España, Gran Camarlengo de Nápoles, Caballero del Toisón
de Oro, etc., etc. (Casó con Doña Teresa Pimentel y Benavides, hija
de Don Antonio Alfonso Pimentel de Quiñones, 11? Conde de Be-
navente, de Luda, de Mayorga, Grande de España, etc., etc., y de
Doña Isabel Francisca de Benavides, 3* Marquesa de Jabálquinto y
de Villarreal). Falleció en 1691. Fué su hija la
8* Marquesa Doña Juana Piñateli de Aragón, Pimentel, Carrillo
de Mendoza y Cortés, 7? Duquesa de Monteleone, 7* Duquesa de
Terranova, Grande de España, etc. (casó con Don Nicolás Piñateli
de los Príncipes de Noya, y Cerchiara, Príncipe del S. R. I. Virrey
de Cerdeña, y de Sicilia, Caballero del Toisón de Oro, etc.) (2). Fa­
lleció en 1725. Fué su hijo el
veces Virrey de Sicilia, una de Cataluña, Gobernador de Milán, y obtuvo las primeras con­
decoraciones del Reino.
(1) El título de Duque de Monteleone fué creado por los Reyes Católicos; el primero que
lo tuvo fué Don Héctor Piñateli, Conde de Burel, Virrey y Capitán General del Reino de
Sicilia.
(2) De Doña Juana Piñateli y Don Nicolás Piñateli nacieron 4 hijos: Don Diego, Don
Fernando, Don Antonio y Don Fabricio; y 4 hijas: Doña Rosa, Doña María Teresa, Doña
Estefanía y Doña Catalina:
19 Don Diego, fué el heredero del Marquesado del Valle y de los Ducados de Terranova y
Monteleone.
29 Don Fernando, casó con Doña Lucrecia Piñateli, Princesa de Strongoli, y su hijo Don
Salvador con Doña Julia Mastrigli, de los Duques de Marigliano.
39 Don Antonio casó en España con la hija única del Conde de Fuentes, y fué su hijo Don
ín Piñateli de Aragón, Moncayo, etc., Conde de Fuentes, Grande de España, etc.,
jador de España en las Cortes de Inglaterra y Francia y Presidente del Consejo
cuyo hijo, Don Luis, casó con la hija única y heredera de Don Casimiro Pifíate
Egmoht, Tendente General de los ejércitos franceses.
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

9? Marqués Don Diego Piñateli de Aragón, etc., 8? Duque de


F
9
Monteleone, y de Terranova, Gran Almirante, y Condestable de Si­ (»

cilia, Grande de España, etc. (casó con Doña Margarita Piñateli, de


los Duques de Bellosguardo). Murió en 1750; fué su hijo el
10? Marqués Don Andrés Fabricio Piñateli de Aragón, 9- Duque
de Monteleone, y de Terranova, Grande de España, etc. (casó con
Doña Constanza Médici, de los Príncipes de Ortajano). Murió en
1765. Fué su hijo el
11? Marqués Don Héctor María Piñateli de Aragón, etc., 10? Du­
que de Monteleone y de Terranova (casó en Ñapóles con Doña N.
Piccolimini, de los Duques de Amalfi). Murió en 1800 y le sucedió
su hijo el
12? Marqués Don Diego María Piñateli de Aragón, etc., 11? Du­
que de Monteleone y Terranova (casó con Doña María del Carmen
Caracciolo); murió el 14 de Enero de 1818. Tuvo por sucesor á su
hijo segundo el
13? Marqués Don José Piñateli de Aragón, 12? Duque de Terra­
nova y Monteleone, casó con Doña Blanca Luchesi; le sucedió su
hijo el
14? Marqués Don Diego Piñateli de Aragón (casó con Doña Julia
Cablanes); murió sin sucesión el 9 de Marzo de 1880, y heredó el tí­
tulo su hermano el
15? Marqués Don Antonio Piñateli de Aragón; murió el 3 de Ju­
nio de 1881; heredó su hijo el
16? Marqués Don José Piñateli, Aragón y Cortés; murió en 1882
y heredó su sobrino el
17? Marqués Don José Carcano (1), Marqués d’Albola; murió en
Marzo de 1900, y heredó su hijo el
18? Marqués, el Príncipe Don Diego Aragón, Piñateli, actual po­
seedor del título (2).

4? Don Fabricio, casó con Doña Virginia Piñateli (hermana de la Princesa de Strongoli),
cuyo hijo, Don Miguel, fué Marqués de balice y Guagnano.
5* Doña R sa, casó con el Príncipe de Scalea.
6* Doña María Teresa, casó con el Marqués de Westerlo, señor bohemio.
7? Doña Estefanía, casó con el Príncipe de Bisiñano.
8? Doña Catalina, casó con el Conde de Acerra.
(1) La per-'ona que me dió estos datos no tiene certeza del parentesco que tienen los tres
últimos Marqueses, pero supone sea como lo pongo en este árbol.
(2) Los datos para este artículo los he tomado de la “Historia de México,” de Alamán,
completando hasta el actual Marqués con los que me proporcionó un respetable amigo.

-A*
t' ——————---------------------------------

MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

TERCERA PARTE.
DOCUMENTOS CURIOSOS REFERENTES Á HERNÁN CORTÉS
Y SU FAMILIA.

i.

MAYORAZGO FUNDADO POR


HERNÁN CORTÉS EN 9 DE ENERO DE 1535 (i).

En la villa de Madrid á dieciséis días del mes de Noviembre


de mil y seiscientos y veinticuatro años, ante el Señor Don Sebastián
de Carbajal del Consejo de S. M. Alcalde en su casa? y corte se leyó
la petición del tenor siguiente:
Damián de Carrión á nombre de Don Pedro Cortés, Marqués del
Valle digo: que mi parte está y reside en las Indias de Nueva Espa­
ña, donde tiene su estado y mayorazgo, y al tiempo que partió de
y esta Corte dejó en ella el Vínculo y Mayorazgo que hizo y fundó
Hernando Cortés primer Marqués del Valle, abuelo de mi parte, gana­
dor y conquistador que fué de la dicha Nueva España, de las Villas, y
Tierras y Vasallos y Jurisdicción que tiene en las dichas Indias, el cual
dejó original que por ser cosa de tanta consideración le pareció no era
justo ponerlo en el riesgo y aventura de la Mar, y esa sí que ahora se
le ha ofrecido haber menester el dicho Vínculo y Mayorazgo, y por
que tendría muy grande inconveniente el habérsele de enviar origi­
nal, suplico á V. mande que del dicho Vínculo y Mayorazgo, que es
este de que hago demostración se saque un tanto autorizado por el
presente Escribano de Provincia el cual signado y firmado de mane­
ra que haga fe se me entregue para lo remitir y enviar al dicho Mar­
qués á la dicha Nueva España donde reside interponiendo V. á ello
su autoridad para que valga y haga fe, sobre que pido justicia, etc.—
Carrion.—Por el dicho Señor Alcalde visto mando, que el presenté
Escribano de Provincia saque un tanto del dicho Vínculo y Mayo-

(1) Este documento se publica por primera vez, y la copia que me ha servido para ello la
debo á la bondad de mi amigo el señor D. Luis González Obregón. Por indicación suya lo
publico con la ortografía del original no obstante el firme propósito y la regla que sigo en to­

cios los documentos que ven la luz en este libro de seguir la ortografía moderna.
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

razgo que refiere dicha petición, y corregido con su original, se lle­


ve á su merced para lo ver y prover justicia, y lo señaló.—Francisco
de Cisne? os.
En cumplimiento de lo proveído y mandado por el dicho Señor
Alcalde, yo Francisco de Cisneros Jirón, Escribano del Rey Nuestro
Señor y de Provincia en su Casa y Corte del dicho Vínculo y Mayo­
razgo que la dicha Petición refiere que para este efecto ante mi se
exhibió original escrito en pergamino y firmado de una firma que di­
ce el Marqués, y de otras dos que dicen Martín de Castro, y Juan
Martínez de Espinosa Escribanos, que parece se otorgó en la Villa
de Coliman á nueve días del mes de Enero del año pasado de mil y
quinientos y treinta y cinco años, con un sello impreso en cera colo­
rado con las Armas de Corteses y Zúñigas que está pendiente en
una cinta de seda, en una caja de plata correspondiente, de ella hice
sacar y saqué un tanto que es del tenor siguiente:
En el nombre de Dios Padre é Hijo é Espíritu Santo tres Perso­
nas y un solo Dios verdadero, sepan todos los que este Mayorazgo é
mejoría, Vínculo é mayoría vieren como yo Don Hernando Cortés
Marqués del Valle de Oaxaca é Capitán general de la Nueva Espa­
ña digo: que por cuanto por los grandes y señalados servicios que
yo á la Corona Real de Castilla hice especialmente en conquistar y
ganar, y apaciguar y poblar esta Nueva España y sus provincias, El
Emperador y Rey Don Carlos Nuestro Señor me ha hecho merced
del Marquesado del dicho Valle de Oaxaca, y de las Villas y tierras
con su jurisdicción contenidas en el Privilegio que S. M. me dió y
espero que otras más crecidas mercedes me hará, lo cual todo me dió
con título de Marquesado, é aunque el dicho Título de Marquesado
baste para que las dichas Villas, Pueblos, Tierras sean vistos ser
Vinculados con solo el dicho Título; pero para mayor firmeza usan­
do como en esta parte quiero usar así de la licencia y facultad que de
su Majestad tengo para hacer Mayorazgo y Vincularle según que
en la dicha licencia se contiene la cual es esta que se sigue:—Don
Carlos por la Divina Clemencia é Emperador siempre Augusto Rey
de Alemania: Doña Juana su Madre é el mismo Don Carlos por la
gracia de Dios, Reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las dos
Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Va­
lencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, 1
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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.
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de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algecira, de
Gibraltar, de las Islas de Canaria, y de las Islas y Tierra firme del
Mar Océano, Condes de Barcelona, y Señores de Vizcaya, y de Mo­
lina, Duques de Atenas, é Neopatria, Condes de Ruisellon é de Cer-
deña, Marqueses de Oristan y de Gociano, Archiduques de Austria,
Duques de Borgoña y de Brabante, Condes de Flandes y de Tiról.
etc.—Por cuanto por parte de vos Don Fernando Cortés, y Doña
Juana de Zúñiga vuestra mujer Marqués y Marquesa del Valle que
es en las Indias Islas de Tierra firme del Mar Océano, nos fué he­
cha relación que vosotros queriades hacer y instituir Mayorazgo de
las Villas y lugares, Castillos, Casas fuertes del dicho Marquesado,
y de vuestros bienes muebles, y raíces, y semovientes, juros, rentas
é heredamientos que al presente teneis, y tuvieredes,de aquí adelan­
te en uno de vuestros hijos que Dios os diere, que quisieredes y por
bien tuvieredes, nos suplicastes é pedistes por merced vos diésemos
licencia é facultad para hacer el dicho Mayorazgo con las condicio­ re

nes, vínculos, firmezas, sumisiones y otras cosas que quisieredes é ▼v

qjor bien tuvieredes ó como la nuestra merced fuese. E nos acatan­


do los muchos grandes é señalados servicios que vos el dicho Mar­
Sí qués nos habéis hecho é esperamos que nos haréis de aquí adelante
é porque de vuestra persona é casa quede más perpetua memoria tu-
a.

vimoslo por bien é por la presente de nuestro propio motu é cierta


ciencia y poderíos Real absoluto de que en esta parte queremos usar
é usamos como Reyes y Señores Naturales no reconocientes supe­
rior en lo temporal damos licencia y facultad á vos el dicho Marqués
del Valle é Marquesa, para que de las dichas Villas, Villas y lugares
é Castillos, Gasas fuertes, del dicho vuestro Marquesado é bienes
muebles, é raíces é semovientes, Juros, Rentas heredamientos que
ahora teneis ó tuvieredes ambos á dos juntamente ó cada uno de vos
por si apartadamente, podáis hacer é instituir el dicho Mayorazgo en
vuestras vidas, ó al tiempo de vuestros • fallecimientos por vuestros
testamentos ó postrimeras voluntades ó por vía de donación entre vi­
vos, ó por causa de muertos por otra manda ó institución que voso­
tros quisieredes ó por otra cualquier disposición é dejareteis pasar los
dichos bienes de suso declarados por vía de título de Mayorazgo en
uno de vuestros hijos é hijas legítimas que Dios os diere que quisie-
Tedes é por bien tuvieredes é en sus descendientes é sucesores según

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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA. 9


é como por la disposición de vuestros testamentos é mandas orde-
naredes é depusieredes con los vínculos, firmezas, reglas, modosr
sustituciones, restituciones, estatutos, heredamientos, sumisiones é
otras cosas que vosotros pusieredes é quisieredes poner en el dicho
Mayorazgo según por vosotros fuere mandado, ordenado y estable­
cido de cualquier manera é vigor é efecto é misterio que sea ó ser pueda
para de aquí adelante las dichas Villas é lugares, Castillos é Casas fuer­
tes, bienes muebles é raíces, é semovientes, Juros, é rentas, é heredades
de que las hicieredes el dicho Mayorazgo sean habidas por bienes de
Mayorazgo inalterables é indivisibles é para que por causa alguna ne­
cesaria ni voluntaria lucrativa ni honorosa ni pía ni dote ni por otra cau­
sa alguna que sea é ser pueda no se puedan vender, ni dar, ni donar, ni
trocar, ni cambiar, ni enagenar por cualquier de vuestros hijos, ni hijas
legítimos ni por sus descendientes en quien así hicieredes el dicho
Mayorazgo ni por otra persona ni personas que sucedieren en el dicho
Mayorazgo por virtud de esta nuestra Carta de licencia que para ello
vos damos ahora ni de aquí adelante en tiempo alguno para siempre
jamás por manera que el dicho vuestro hijo, hija y sus descendientes j&y

en quien constituiredes el dicho Mayorazgo y sus sucesores los ha­


yan y tengan por bienes de Mayorazgo inalterables é indivisibles su­
jetos á restitución según é de la manera que por vosotros fuére he­
cho, mandado y ordenado, instituido y legado en el dicho Mayoraz­
go con las mismas cláusulas, firmezas, y sumisiones y condiciones que
en el dicho Mayorazgo por vosotros hecho fuere contenido é voso­
tros quisieredes poner é pusieredes á los dichos bienes al tiempo que
por virtud de esta nuestra Carta los metieredes y vincularedes é hi­
cieredes el dicho Mayorazgo ó después en cualquier tiempo que qui­
sieredes é por bien tuvieredes é para que vos los dichos Marqués é
Marquesa ó cada uno de vos por si de la parte de vuestros bienes de
que así hicieredes el dicho Mayorazgo en vuestras vidas ó al tiempo-
de vuestro fin é muerte cada y cuando que quisieredes é por bien tu­
vieredes podráis quitar é acrecentar, corregir é revocar y enmendar
el dicho Mayorazgo é los vínculos y condiciones con que hicieredes
lo hicieredes en todo ó en parte de ello é de el hacer el dicho Mayo­
razgo el ó tornar á hacer é instituir de nuevo cada y cuando que qui­ £
sieredes é por bien tuvieredes, una y muchas veces é cada cosa é
parte de ello á vuestras libres voluntades, que nos de nuestra cierta
PARTE.
---------------------------------------------------- — o

Q?IO MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

ciencia é poderío Real absoluto de que en esta parte queremos usar,


é usamos como dicho es, lo aprobamos é habernos por firme, Rato é
grato estable é valedero para ahora é para siempre jamás é interpo­
nemos á ello é cada cosa é parte de ello nuestra autoridad Real é so­
lemne Decreto para que valga é sea firme para ahora é para siempre
jamás que desde ahora habernos por puesto en esta nuestra Carta el
dicho Mayorazgo, que así hicieredes é ordenaredes, como si de pa­
labra á palabra aquí fuese inserto é incorporado é lo confirmamos é
aprobamos é habernos por firme é valedero para ahora y para siem-’
pre jamás, según é como é con las condiciones, vínculos, firmezas,
cláusulas, posturas, desogaciones en el dicho Mayorazgo por voso­
tros hecho, declarado é otorgado, fueren y serán puestas é conteni­
das é suplimos todos é cualesquiera defectos, obstáculos é impedi­
mentos, y otras cualesquier cosas así de hecho como de derecho, de
sustancia, como de solemnidad que para validación ó corrovoración
de esta nuestra Carta é de lo que por virtud de ella hicieredes é otor-
garedes, é de cada cosa é parte de ello fuere hecho é se requiere y es
necesario é cumplidero é provechoso de se cumplir con tanto que

É seáis obligado de dar á los otros vuestros hijos é hijas legítimos que
Dios os diere alimentos aunque no sean en tanta cantidad cuanto les
9
podía pertenecer de su legítima. Y otro si es nuestra merced que ca­
*1
so que el dicho vuestro hijo ó hija, é sus descendientes en que así
hicieredes é instituyeredes el dicho Mayorazgo ó cualquier de ellos,
é otros cualesquier personas en quien sucediere el dicho Mayorazgo
cometieren cualquier ó cualesquier crímenes ó delitos por que deban
perder sus bienes ó cualquier parte de ellos quier por sentencia ó dis­
posición de derecho ó por otra cualquier causa que los dichos bienes
de que así hicieredes el dicho Mayorazgo conforme á lo susodicho,
no puedan ser perdidos ni se pierdan antes que en tal caso vengan
por ese mismo hecho á aquel á quien por vuestra disposición venían
é pertenecían si el dicho delincuente muriera sin cometer el dicho de­
lito la hora antes que lo cometiera excepto si la tal persona ó perso­
nas cometieren delito de herejía ó crimen lese Maiestatis ó perdue-
lionis, ó el pecado abominable contra natura, que en cualquier de los
dichos casos queremos é mandamos que los haya perdido é pierda
bien así como si no fuesen bienes de Mayorazgo. E otro si con tan­
i» to que los dichos bienes de que hicieredes el dicho Mayorazgo sean

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MÁRQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.
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vuestros propios, que nuestra intención y voluntad no es de perjudi­
car á nos ni á nuestra Corona Real, ni á otro tercero alguno, lo cual
todo queremos y mandamos, y es nuestra merced y voluntad que así
se haga y cumpla, no embargante las leyes que dice que el que tu­
viere hijos ó hijas legítimos solamente pueda mandar por su Anima
el quinto de sus bienes, é mejorar á uno de sus hijos ó nietos en el
tercio de sus bienes, é las otras leyes que dicen que el padre ni la
madre no pueden privar á sus hijos de la legítima parte que les per­
tenece de sus bienes ni se le poner condición ni gravámen alguno
salvo si los del heredaren por las causas en derecho premisas é así
mismo sin embargo de otras cualesquier leyes, fueros, é derechos
Premáticas, Senciones, de los nuestros Reinos y Señoríos generales,
y especiales hechos en Cortes, ó fuera de ellas, que en contrario de
lo susodicho sean ó ser puedan é á nos por la presente del dicho
nuestro propio motuo é cierta ciencia é poderío Real absoluto, ha­
biendo aquí por insertas é incorporadas las dichas leyes á cada una
de ellas las dispensamos, con ellas é cada una de ellas é las abrroga-
mos é derogamos, casamos é anulamos, é damos por ningunas é de
CÁS
-ningún valor é efecto, quedando en su fuerza é vigor para lo de mas
adelante, con tanto que como dicho es seáis obligados á dejar á los
dichos vuestros hijos é hijas legítimos, alimentos aunque no sean en «
tanta cantidad cuanto les podría venir de su legítima, é por ésta nues­
tra Carta encargamos á los Ilustrísimos Príncipe Don Felipe é In­
fanta Doña María, nuestros muy caros é muy amados hijos é nietos
é mandamos á los Infantes, Perlados, Duques, Marqueses, Condes,
Ricos hombres, Maestres de las Ordenes, Priores, Comendadores y
subcomendadores, Alcaides de los Castillos y Casas fuertes é llanas,
é á los de nuestro Consejo, Presidentes é Oidores, de las nuestras
Audiencias é Chancillerías, é á todos los corregidores, .Asistentes,
Gobernadores, Alcaldes, Alguaciles, Merinos, Prebostes, é otras Jus­
ticias é Jueces, cualesquier de todas las Ciudades Villas y Lugares
de los nuestros Reinos y Señoríos, así á los que ahora son, como á
los que serán de aquí adelante, que guarden é cumplan, é hagan
guardar é cumplir á vos los dichos Marqués é Marquesa, y al dicho
vuestro hijo é hija é sus descendientes en quien así hicieredes é ins- JS'

tituyeredes el dicho Mayorazgo é esta gracia, merced, licencia, é fa­


cultad, poder é autoridad que nos vos damos para hacer el dicho Ma-

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fe 12 MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

r[»
yorazgo, é todo lo que en virtud de ella hicieredes é instituyeredes y
ordenaredes en todo ó por todo según que en esta nuestra carta se
contiene é que en ello ni en parte de ello embargo ni contra ello al­
guno vos no pongan ni consientan poner, ó si necesario fuere é vos
los dichos Marqués é Marquesa é el dicho vuestro hijo é hija é sus
descendientes en quien así hicieredes é instituyeredes el dicho Mayo­
(
razgo quisieredes ó quisieren nuestra Carta de Privilegio ó confir­
mación de esta nuestra Carta de licencia é autoridad é del Mayoraz­
go que por virtud de ella hicieredes é instituyeredes; mandamos aí
nuestro Canciller Mayordomos Notarios mayores de los Privilegios
é confirmaciones, é á los otros Oficiales que están á la Tabla de los
nuestros sellos, que vos la den, libren é pasen é sellen la más fuerte,
firme é bastante que les pidieredes, y menester hubieredes. E man­
damos que tomen la razón de esta Carta Juan de Enciso nuestro
Contador de la Cruzada, é los unos é los otros no haga del ni hagan
i en de al por alguna manera sopeña de la nuestra merced, é de diez
mil maravedís, para la nuestra Cámara, á cada uno que lo contrario
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hiciere. Dada en la Ciudad de Barcelona á veintisiete dias del mes
de Julio, año del Nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo de mil
é quinientos é veintinueve años.—Yo el Rey.—Yo Francisco de
los Cobos Secretario de su Cesaría y Católicas Majestades la hice
escribir por su mandado.—Licenciado Don García.—Licenciado Ji­
ménez.—E así por virtud de la otra licencia que de suso va incorpo­
rada como usando del Derecho común, por el cual cada uno puede
mejorar é la tal mejoría vincularla según le pareciere especialmente
en los bienes castrenses ganados por servicios señalados como Yo
los gané é habérseme dado en remuneración y paga de lo que asi yo
he servido así que por virtud de la dicha licencia ó por vía de mejo­
ría, ó por aquella vía que de derecho mejor lugar haya.—Puedo,
quiero, dispongo é nombro por bienes del dicho Marquesado y Ma-
yorazgo mayoría de vínculo los bienes siguientes: — El Valle de
Oaxaca en que son los bienes siguientes:—Cuilapa.—Oaxaca.—Etla.
—Tebquilavacoya con todas sus Aldeas términos é jurisdicción.—
Tecoantepeque y Xalapa, y Utlatepeque con sus Aldeas términos é
® sujetos, Quaonovac con sus Aldeas é términos é jurisdicción.—Guas-
tepeque, Yautepeque, Yacapixtla, Tepustlan con sus Aldeas é térmi­
Jaíí
nos.—Quetaltea, Tuztatepeca, Yxcalpan que por otro nombre espa-

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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA

ñol se dice la Rinconada con sus Aldeas é términos.—Matalcingo,


Toluca, Calimaya con sus Aldeas é términos.—Cuyuacan, Atacuba-
ya, con sus Aldeas y términos según é como Su Majestad me hizo-
merced de los dichos pueblos en el Privilegio que de la dicha mer­
ced me dió se contiene:—Las casas en que yo vivo en la Ciudad de
México con todos los solares que tienen conforme á la merced que
Su Majestad me hizo de las dichas casas é solares, y las casas y tien­
das que yo tengo en la dicha Ciudad de México que tiene por límites
la Plaza mayor é Plaza menor por la delantera, é por la otra parte la
calle de Tacuba, é por la otra parte la calle de San Francisco, é por
la otra cera la de donde viven los Oidores.
Tierras de Macatzintamalco.—E las tierras de que su Majestad me
hizo merced que se dicen Macatzintamalco, que son cerca de esta
Ciudad, entre los dos caminos uno que va á Chepultepeque é otro á
Tacuba conforme á la merced, é á los otros Títulos que de ellas ten­
i
go.—E todos los sitios de molinos que yo tengo conforme á las Tí­
tulos de Cabildo, edificados é por edificar.— E la Isleta é Peñol que
está en la Laguna salada cerca de Etapalapa, que se dice Tepeapul-
co.—E otro Peñol ó Isleta que está en la Laguna dulce cerca de
Chalco que se dice Xico.—E todo lo que yo tengo adquirido é ad­
quiriere en la Mar del Sur por razón de la capitulación é asiento que
con Su Majestad tengo.
1
Vincula el Patronazgo del Hospital.—Y el Patronazgo del Hos­
pital de la Concepción de Nuestra Señora de esta Ciudad é todos é
cualequier Juros acciones é derechos que yo tengo, é pretendo tener,
por cualquier vía desde la Mar del Norte á la Mar del Sur en todas
las estas Islas é tierra de la Mar del Sur, los cuales dichos bienes
por mi de suso declarados, quiero y es mi voluntad que sean ahora «
i

y para siempre jamás del Título del dicho mi Marquesado, é que no


i

se puedan dividir ni enagenar ni ahora ni en ningún tiempo, sino que


siempre estén por libres é indivisibles é enagenables, para que los
haya y tenga el sucesor é heredero que por mi fuere llamado, é por
que los dichos bienes duren é permanezcan para siempre jamás en el
dicho Vínculo, quiero é mando que no se puedan enagenar los dichos
bienes ni parte de ellos por ninguna causa pensada, no pensada, ni
por causa de Dote, ni de Cautiverio, ni por otra razón mas pia que
las susodichas, ni para la tal enagenación ahora sea en poco ó e
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

mucho se pueda pedir licencia, ni facultad á su Majestad ni á los Re­


yes sus succesores para poder dividir ni enagenar, ó por algún título
desmembrar é apartar los dichos bienes, vasallos é tierras que yo así
dexo nombrados por Mayorazgo é Vínculo, é mejoría é mayoría. E
si alguno de los dichos succesores en el dicho Mayorazgo, tentare de
enagenar ó dividir los dichos bienes ó Mayorazgo, ó los dividiere en
alguna parte por pequeña que sea, ó pidiere licencia para los dividir,
ó enagenar como dicho es, que por el mismo caso sea privado é le
privo de la succesión del dicho Mayorazgo é es mi voluntad que n<5
lo haya ni herede, y si lo tuviere como indigno por ir contra mi dis­
posición é voluntad lo privo del derecho, posesión é Señorío, que
así tuviere, é quiero que lo aya herede é tenga el succesor é siguien­
te en grado que fuere llamado al dicho Mayorazgo, é que todos los
succesores en este Mayorazgo é Vínculo sepan que lo han de tener é ii

poseer sin lo poder enagenar en poco ni en mucho, y si lo enagena-


ren han de ser habidos por estraños é no llamados al dicho Mayo­ e

razgo, é quiero que el dicho succesor ó poseedor del dicho Mayoraz­


La go sea obligado de tener é se nombrar de mi apellido de Cortés á a
razón de sobrenombre puesto caso que antes de haber sucedido en el
dicho Mayorazgo tenga otro apellido, ó nombre por que queremos </

que luego como succediere en el dicho Mayorazgo se llame nombre 9

de linaje de Cortés según que yo é mis antepasados hemos tenido, é


si sucediere en el dicho Mayorazgo hembra por dificultad de varón
según el llamamiento de esta Escritura, é ella casare el marido que
así tomare, tome el nombre de nuestro linaje, é de otra manera no
pueda tener ni poseer el dicho Mayorazgo, é mayoría é mejoría.—
Item que el tal succesor en el dicho Mayorazgo vse é tenga mis Ar­
mas é los Cuarteles de ellas en la forma siguiente. Vn Escudo de
cuatro cuartos, el primero cuarto de la mano derecha ha de ser he­
cho otros cuatro que estos: en el uno el Aguila del Imperio de dos
Cabezas negras con campo blanco; en el otro cuartico de la mano
izquierda tres coronas de oro en campo negro: en el otro cuartico
baxo del Aguila un León dorado y colorado en campo colorado: en
el otro cuartico una ciudad asentada sobre agua: con puentes en cam­
po blanco: y en la orla siete prisioneros, en una cadena por los pes- (•J

cuesos, con un letrero por de fuera de los prisioneros que diga: “Ju-
p dicius din apfrehendit eos et fortitudo eius corroboravit brachius

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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

& meus.” E si en el dicho Mayorazgo sucediere hijo, ó hija ó descen­


Ó diente mió, é de la dicha Marquesa Doña Juana de Zúñiga mi mujer,
á la mano izquierda del dicho Escudo han de estar las Armas de Zú­
ñiga, que es una Banda negra en campo blanco atravesada de la es­
quina derecha á la izquierda con una cadena por orla en el cuartel
baxo del Escudo de la mano derecha se han de poner las armas de
los Corteses, que son cuatro barras coloradas en campo dorado, la
orla azul con ocho cruces de San Juan blancas, en el mismo cuartel
partido por medio en la otra mitad han de estar las Armas de los Al-
tamiranos, que son diez robles azules en campo blanco, la orla colo­
rada y en ella ocho aspas de San Andrés: En el otro cuarto del Es­
cudo se pongan las Armas de los Arellanos, que son tres flores de
lis en campo colorado é blanco partido por medio. E si en el dicho
Mayorazgo no sucediere hijo ó hija, ó descendiente de la dicha Mar­
quesa é mió, el que así sucediere tenga las dichas Armas mías y de
los Corteses, y Altamiranos, las cuales dichas Armas así declaradas
las tenga en sus escudos, costas y reposteros, y en las partes que de
ellas debiere de usar sin añadir ni quitar cosa de ellas, é casando los
dichos nuestros sucesores, las Armas de sus mujeres las pongan é
usen de ellas á la mano izquierda del dicho escudo, é lo mismo haga
las Armas del varón que casare con la succesora del Mayorazgo á
falta de varón, de manera que todos los succesores en este Mayoraz­
go usen é tengan las dichas Armas según dicho es, é teniendo é
usando de otras han de ser puestas á la mano derecha del dicho
Escudo, de manera que tengan mas preeminente y honrado lugar é
encima de todo el escudo, ha de estar por timble un almete cerrado
é encima dél un Tigre con alas tendidas.—Otro si quiero y es mi vo­
luntad que el succesor ó succesores del dicho Mayorazgo no sean
obligados ni puedan ser compelidos á que de los frutos, rentas ó pro­
ventos del dicho Marquesado ó Mayorazgo ó mejoría del Vínculo
sean obligados á dotar á sus hermanas, hijas ó nietas, salvo que go­
ce de las rentas frutos é provechos sin premia ni obligación alguna,
que disponga de ellos según bien visto é fuere su voluntad, é porque
los succesores del dicho Marquesado ó Mayorazgo han de ser Católi­
cos é fieles á Dios, y á Su Majestad y á sus succesores, quiero y
mando al tal succesor que lo sea é si alguno, lo que Dios no permi­
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ta, fuere tal que piense de pasar ó pasarse contra Dios, ó contra su
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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.


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Majestad ó succesores que este tal sea habido por extraño y ajeno de
este dicho Mayorazgo mayoría ó mejoría, é no pueda suceder en él,
é habiendo sucedido sea privado, y le haya y suceda el llamado en
el siguiente grado, porque es mi voluntad de no llamar, ni llamo al
tal que así fuere, que antes ó al tiempo que pensare de cometer al­
guna fealdad contra Dios, ó contra los Reyes, ó contra su Majestad
é succesores por pensarlo é de ponerlo en efecto, le declaro por in­
digno, é por no llamado é por extraño de esta sucesión y Mayoraz­
go: lo cual quiero y dispongo por que dure é permanezca para siem­
pre jamás este dicho marquesado ó Mayorazgo, é por ninguna causa
ni razón se pueda perder é deshacer, antes permanezca para siempre
jamás. E por que los dichos succesores de este dicho Mayorazgo ten­
gan toda vigilancia y cuidado en servir á Dios y á su Rey é en nin­
guna cosa le sean ingratos.—Item quiero y mando, y por la presen­
te Escritura de Mayorazgo nombro por primero succesor en el dicho
mi Marquesado, Mayorazgo de mejoría á Don Martín mi hijo é hijo
de la Marquesa Doña Juana de Zúñiga mi legítima mujer para que
y él succeda é lo haya é tenga por Título de Mayorazgo, según é como
x
en esta Escritura se contiene, y si el dicho Don Martín falleciere sin
dejar hijos legítimos de legítimo matrimonio nacidos, que herede y
9 haya este dicho Mayorazgo el hijo segundo que naciere de mi é de
la dicha Marquesa Doña Juana de Zúñiga mi legítima mujer; é si el
tal hijo segundo muriere sin dejar hijps legítimos habidos de legíti­
mo matrimonio é no legitimados, que haya y herede este Mayoraz­
go é sea succesor en él el hijo tercero que yo tuviere en la dicha
Marquesa Doña Juana de Zúñiga mi mujer, é si mas hijos hubiere y
los mayores murieren sin hijos hayan y hereden este dicho Mayo­
razgo el mayor.de los que hubiere para que él y sus hijos é herede­
ros legítimos lo hayan y tengan conforme á esta Escritura de Mayo­
razgo; é á falta de hijos varones, haya y suceda en el dicho Mayo­
razgo la hija mayor que quedare nacida de mi é de la dicha Doña
Juana mi mujer por que la dicha nuestra hija haya y tenga el dicho
Mayorazgo, y si muriere sin hijos le haya y tenga nuestra hija se­
gunda, y así las mas que tuviéremos, prefiriéndose la mayor. Y si
los dichos nuestros hijos é hijas legítimos murieren sin tener hijos é
hija ó nieto ó nieta ó descendientes por la línea derecha, macho ó
^íembra, que sean legítimos ó de legítimo matrimonio, nacidos ó no^

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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.


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legitimados, en este caso é no en otro suceda en el dicho Mayorazgo
é le haya Don Martín mi hijo natural, criado del Príncipe Don Fe-
lipe Nuestro Señor, para que él sea succesor en el dicho Mayorazgo,,
conforme é esta dicha Escritura, é si el dicho Don Martín mi hijo»
natural muriere sin dejar hijos legítimos varones de legítimo matri­
monio nacidos, este Mayorazgo lo haya é herede Don L uis mi hijo-
que está en esta Ciudad de México, é esto se guarde é cumpla cuan­
to á los hijos é hijas por mí nombrados, é si el dicho Don Luis mu­
riere sin hijo é hija legítimos como dicho es, haya y herede, y llamo
á este dicho Mayorazgo á Doña Catalina mi hija la cual tiene la
Marquesa mi mujer en su poder, é si la dicha Doña Catalina murie­
re sin hijo ó hija, suceda en este Mayorazgo Doña María mi hija, y
si muriere la dicha Doña María sin hijo ó hija, suceda mi hija Doña
Leonor. Y por que mi intención y voluntad es que en este dicho
Mayorazgo suceda y le hayan y sean llamados é preferidos los va­
rones á las mujeres, de manera que las dichas mujeres hayan de su-
ceder en defecto de varones. Por ende quiero y mando que el dicho
Don Martín mi hijo legítimo primero llamado á este mi Mayorazgo le
herede y suceda su hijo varón el mayor siendo nacido de legítimo
matrimonio, y el dicho su hijo le suceda é haya este dicho Mayoraz-
§ go su hijo mayor nacido de legítimo matrimonio, y por esta línea
derecha de varón vaya siempre este dicho mi Mayorazgo de varón
en varón, prefiriendo siempre el varón mayor á los otros, é prefirién­ I

dose los hijos é nietos á los otros descendientes poi esta línea dere­
cha á sus tios, ó á otros cualesquier sucesores, por líneas transversa­ I

les así que el nieto ó visnieto del dicho Don Martín aunque no tenga
padres han de preceder, é suceder en el dicho Mayorazgo, excluyen­
do á sus tios*—E si el dicho Don Martín mi hijo legítimo primer
llamado no tuviere hijo legítimo salvo hija, que en tal caso haya é /

herede este dicho Mayorazgo su hermano legítimo nacido de mi é de


la dicha Marquesa Doña Juana de Zúñiga mi mujer, é si el dicho
Don Martín no tuviere nieto como dicho es sino nieta aunque sea
nacida de hijo, que en tal caso el hermano del dicho Don Martín
siendo legítimo y el hijo legítimo de dicho su hermano siendo varón,
y nacido de legítimo matrimonio excluya á la nieta, así que el varón S'

de la línea transversal siendo legítimo ha de excluir á las hijas hem- O


£ 4¿*ras Que fueren é nacieren en la línea derecha, por que como dich(^ ¿
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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.
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es no han de suceder las dichas hembras salvo faltando varones.-f-
E si al tiempo que el dicho Don Martín muriere dejare hija ó nieta ó
visnieta ó otra hembra que descienda por su línea derecha, y así mis­
mo hermano ó hijos de sus hermanos legítimos como está dicho, que
lo haya y herede el dicho Mayorazgo el hermano mayor, ó los hijos
del hermano mayor siendo legítimos é de legítimo matrimonio naci­
dos y sus descendientes varones por línea derecha.—E si el dicho
Don Martín é sus hermanos legítimos nacidos de mi é de la dicha
Doña Juana de Zúñiga mi mujer murieren sin dejar hijos legítimos
ó nietos ó descendientes por línea derecha legítimos é nacidos de le­
gítimo matrimonio porque en este caso á de suceder la hija mayor ó
del, pues de ella las otras hijas por el orden de su mayoría que sean
legítimas é nacidas de la dicha Marquesa mi mujer que en tal caso el
hijo mayor del nieto de la tal hija é los otros varones descendientes
por la línea derecha hayan y hereden y posean este dicho Mayoraz­
go é Vínculo é mayoría.—Pero si el dicho Don Martín é sus herma­ Lf
¡p
nos, ó sus hijos ó nietos legítimos descendientes por la línea mascu­
lina derecha dexaren hija legítima de legítimo matrimonio nacida
que esta tal hija ó nieta excluya á las hijas de mi el dicho Marqués
é de la dicha Doña Juana porque á esta tal hija ó nieta del susodicho
yo la llamo y la prefiero y quiero que sus tias ni otra hembra des­
cendiente por línea transversal no sea admitida ni suceda, ni yo la
llamo á este Mayorazgo é mayoría.—Item quiero y mando que si
mis hijas legítimas casándose hubieren de tal matrimonio hijo ó hija,
nieto ó nietos, ó descendientes varones en cualquier manera que es­
tos tales varones sean excluidos por la hija ó nieta que el dicho Don
Martín ó sus hermanos ó descendientes hubieren ó tuvieren, porque
siendo descendientes de hembra aunque sean varones no han de ex­
cluir á las hembras que descienden ó han de descender del varón que
tuviere si poseyere este dicho Mayorazgo.—Item así mismo declaro
que si á este dicho Mayorazgo concurrieren dos hijas mías, que la
mayor lo herede como está dicho, é si dejare hija la dicha hija mia
que el dicho Mayorazgo poseyere ó nieta ó otro descendiente por la
línea femenina, que estas tales hembras sucedan é hayen este dicho
Mayorazgo, é no las excluyan los hijos ó nietos descendientes por la
línea masculina ó femenina de la otra hija segunda, porque como es-
? tá dicho por descender de hembra no han de excluir á las hembras

a
0
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Vi
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

de la hija que poseyó el dicho Mayorazgo aunque sean varones.


Item declaro é quiero que si á falta de no tener mi hijo mayor como
dicho tengo en quien ha de suceder el dicho Mayorazgo hijo varón
sucediere su hermano ó otro varón por la línea transversal que aun­
que el dicho su hermano ó el tal varón no tengan hijo, ó nieto, ó des­
cendiente varón, que no habiendo varón transversal ni otro que ha­
ya de suceder por la órden que está dicha la hija ó nieta de este tal
que poseyere el dicho Mayorazgo, haya y herede de este dicho Ma­
yorazgo é mayoría, é no vuelva á la hija del varón que primero po­
seyó este dicho Mayorazgo porque como fue primero excluido por
heredar é haberle é poserle el varón transversal así quiero que lo sea
excluida por las hijas ó nietas descendientes del tal varón que en su
vida poseyó é tuvo el dicho Mayorazgo é mayoría é porque no te­
niendo el dicho Don Martín mi hijo legítimo hijos, ó nietos, ó des­
cendientes, han de suceder sus hermanos legítimos é después de
ellos sus hermanas legítimas como está dicho podría acaecer que el ir
dicho Don Martín ó sus hermanos ó hermanas muriesen con algu­
nos hijos ó nietos ó descendientes muriesen sin dejar hijos ó descen­
dientes para que hayan y hereden este dicho Mayorazgo por la ór­
den que esta dicha, que en tal caso quiero é mando que el dicho Don
I
Martín mi hijo natural haya este Mayorazgo é sus descendientes •I

sean llamados á él según é como arriba están llamados los descen­


I dientes de los hijos ó hijas legítimos, é lo mismo se ha de entender
r en Don Luis mi hijo, é en sus hijos é sucesores, faltando el dicho
Don Martín é sus descendientes,, é así mismo á falta del dicho Don
Martín el dicho Don Luis, á falta del dicho Don Luis la dicha Doña
Catalina é sus descendientes.—Otro si quiero é mando é declaro que
en este dicho Mayorazgo é mayoría no suceda ninguno de mis hijos
ó descendientes por cualquier vías si fuere ordenado de órden sacro
ó de las órdenes de San Juan ó Calatrava ó de otro cualquier órden
que impida ser casado, el que así lo tuviere y fuere de la dicha órden
por que este tal que así fuere ordenado de orden sacro, ó fuere de
alguna de las dichas órdenes que le prohíban ser coyugado yo le he
por extraño é no llamado é excluido de este dicho mi Mayorazgo é
mayoría é quiero que suceda el que así había de suceder conforme á
lo que por mi está dicho como si este tal que no puede ser conyuga­ o
do en la manera que dicha es no fuera vivo. E porque puede acon-¿¡
s

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............... ■ ■■ •

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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

T/ tecer algún caso que no esté prohibido por este dicho Mayorazgo
expresamente, quiero é mando que de lo proveído é mandado en las
personas que en este dicho mi Mayorazgo he nombrado aquello se
disponga é cumpla en todas las personas que no van aquí nombra­
das é por lo proveído en las personas en este Mayorazgo declaradas
se proveya é cumpla en todas las que hubieren de suceder en este
Mayorazgo para siempre jamás. E si alguna duda aconteciere cerca
de este Mayorazgo en los casos que en él no van proveídos, que en
tal caso que los que pretendieren ser llamados al dicho Mayorazgo ’
hagan relación de solo el caso á su Majestad é á los Reyes sus su­
cesores que por el tiempo fueren, para que declaren en tal caso ó
duda si por lo que tengo declarado é dicho no se pudiere declarar é
determinar la dicha duda, lo cual mando por excusar pleito entre mis
herederos é succesores é entre las personas que han de haber este
dicho mi mayorazgo, é porque quiero que este dicho mi mayorazgo
é mayoría, valga é finque é quede para ahora é para siempre jamás
de la manera que por mi de suso es dicho, lo otorgué ante Martín de
Castro, é Juan Martínez de Espinosa Escribanos de las Cesáreas é
Católicas Majestades del Emperador é Reyes Nuestros Señores é
ante los testigos de yuso escritos, que aquí firmaron sus hombres
en esta Carta escrita en pergamino que lleva diez fojas escritas por
una parte y otra, y lo sellé con mi sello de mis Armas impreso en
cera colorada dentro de una caja de plata é colgado con una cinta de
seda tejida verde, é fue hecho é otorgado en esta Villa de Coliman
ante los dichos Martín de Castro, é Juan Martínez de Espinosa, Es­
cribanos á los nueve dias del mes de Enero del año de nuestro Sal­
vador Jesucristo de mil é quinientos é treinta y cinco años, siendo
presentes por testigos al dicho otorgamiento llamados y rogados pa­
ra ello los nobles Señores Hernán Darías de Saavedra, y Andrés de
Tapia, y Juan de Salcedo, y Alonso de Mendoza, y Juan de Laso,
y García Ramírez, é Juan de Sandoval, y Bernardino del Castillo, y
Bernardino de Medina, estantes al presente en esta dicha Villa de
Coliman, los cuales dichos testigos lo firmaron así mismo de sus
nombres después de haber otorgado y firmado Su Señoría.—El Mar­
fe)
qués.—Andrés de Tapia.—Juan de Salcedo.—Alonso de Mendoza.
k»,
—Fernando Arias de Saavedra.—Juan de Laso—Bernaldino del
«i Castillo.—Juan de Sandovali—García Ramírez.—Bernaldino de

I
¡1
----------------- -------—

MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA. 2

Medina.—Fué otorgada esta dicha Escritura de Mayoría é Mayo­


razgo por el muy ilustre Señor Don Hernando Cortés, Marqués del
Valle de Oaxaca, é firmado de su nombre, é sellado con el Sello de:
sus Armas en la dicha caxa de plata con cera colorada, ante nos los«
dichos Martín de Castro y Juan Martínez de Espinosa, Escribanos
de su Cesárea é Católicas Majestades, en presencia de los testigos-
que de suso en ella firmaron sus nombres, la cual va escrita en diez
fojas de pergamino, y en otra "plana cinco renglones, é las firmas, é-
nuestros signos.—E va testado que no vale—donde decia cuatro-
años.—E yo Martín de Castro Escribano de su Majestad y su No­
tario Apostólico en su Casa y Corte, y en todos sus Reinos é Seño­
ríos presente fui al otorgamiento de lo susodicho en unión con los
dichos testigos, é de otorgamiento del dicho Señor Marqués lo hice
escribir según que ante mi pasó, y en fe y testimonio de verdad hize
aquí mi signo acostumbrado, que efatal.—Martín de Castro Escri­
e
bano de Su Majestad.
E yo Juan Martínez de Espinosa Escribano de Su Majestad é su
Notario Apostólico en su casa é Corte, y en todos sus reinos y Se­
ñoríos presente fui al otorgamiento de lo suso dicho en uno con los
dichos testigos, é de otorgamiento del dicho Señor Marqués, lo hize
.?
escribir según que ante mi pasó, y en fé y testimonio de verdad hize
aquí mi signo acostumbrado que es tal como este.—Juan Martínez
de Espinosa Escribano de sus Majestades.
El cual dicho traslado concuerda con su origina! El cual por pa­
recer no estar roto ni chancelado ni en parte sospechoso, visto por el
Señor Alcalde mandó se diese signado y firmado en pública forma y
en manera que haga fé, y del dicho pedimento y mandamiento, yo el
dicho Francisco Cisneros Jirón Escribano del Rey Nuestro Señor y
de Provincia en su Casa y Corte le hice sacar en la forma dicha y en
fé de ello lo signé.—En testimonio (aquí un signo) de verdad.—
Francisco Cisneros Jirón.
II.
BULA DEL PAPA CLEMENTE VII.

Clemente obispo, siervo de los siervos de Dios. A los amados (9

hijos Martín Cortés y Luis de Altamirano, estudiantes, y á la amada 9

n Cristo hija Catarina Pizarro, doncella, de la diócesis de México^

— ......■
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA. e.
•19)<

hermanos, hijos del amado hijo Fernando Cortés, gobernador de la


Nueva España, salud y Apostólica bendición. El vicio de la natura­
leza de ninguna manera mancha sus brillos á los ilegítimamente en­
gendrados, á quienes se espera ornar la honestidad, porque la her­
mosura de las virtudes limpia en los hijos la mancha del nacimiento,
y con la limpieza de costumbres se borra la vergüenza del origen.
De aquí es que vos, quienes como se afirma, estáis constituidos en
edad pueril y padecéis defecto de nacimiento, siendo engendrados
por el amado hijo Fernando Cortés, gobernador de la Nueva España»
soltero, y por solteras ó casadas, y recompensareis dichos defectos,
como se advierte por los indicios de vuestra pueril edad, redimiendo
con el favor de las virtudes que son vistas brotar en vosotros, lo que
quitó en vos el odioso nacimiento; en vista de esto, y por quienes
también humildemente nos suplicó sobre esto el”dicho Fernando,
queriendo seguir con especiales favores y gracias: inclinados en esta
parte á las súplicas del mismo Fernando y de vosotros, con la auto­
ridad Apostólica, por el tenor de las presentes de donde especial gra­
cia dispensamos con vosotros y con cualquiera de vosotros, para que
podáis y debáis en todo y por todo, como si fueseis procreados de
legítimo matrimonio suceder así por testamento en cualesquier bie­
nes del mismo Fernando vuestro padre, también adquiridos en las 6

partes de la India Occidental, llamada Nueva España, y de otros pa­


rientes, agnatos y cognatos, y conseguirlos, y tenerlos por título de
donación de cualquiera y por cualquiera otro legítimo, y de venir á
«líos, y excluir de la asecución de ellos á los substituidos en ellos y
.á los otros que excluyereis si fueseis engendrados legítimamente,
empero sin perjuicio de aquellos, que por otra parte sucedieran en
dichos bienes, si los sobredichos padre, agnatos y cognatos, y otros
cualesquiera fallecieren, ab-intestato; y también favoreciendo á voso-
. tros la edad por otra parte legítima ser elegidos, recibidos y tomados por
las dignidades, honores, y cualesquiera oficios seculares, públicos y pri­
vados, y obtenerlos, y ejercitarlos, y en cuanto á los favores, gracias,
concesiones, privilegios, é indultos cualesquiera, ser habidos, tenidos,
tratados, y nombrados por hijos de dicho Fernando legítimamente
engendrados; y limpiamos de vosotros toda mácula de ilegitimidad,
y nacimientos, y plenaria y eficazmente restituimos, ponemos y rein­
tegramos á vosotros, y á cualquiera de vosotros á los antiguos dere-
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA. 23 <
F$ ’

w Ti

-chos de naturaleza, y legítimos natales. Y decretamos que sois legi­


F timados, y restituidos, y reintegrados plenaria y eficacísimamente á
■dichos legítimos natales, no obstante el sobredicho defecto, y cuales-
quier constituciones y ordenaciones Apostólicas, las Leyes también
imperiales, aquellas principalmente en quienes entre otras cosas se
* dice proveerse expresamente, que en estas dispensaciones deben lla­
marse los que vienen ab-intestato, de otra manera las dispensacio­
nes hechas sean de ninguna fuerza ó momento; y los estatutos tam­
bién municipales de las ciudades, tierras, y lugares cualesquiera, aun
roborados con juramento, confirmación Apostólica ó cualquiera otra
firmeza, y las constituciones también las que disponen que los ilegí­
timos no puedan suceder, á todas las cuales, y demas cosas contra­
rias, en cuanto á las sobredichas cosas especial y expresamente de­
rogamos. A ninguno pues totalmente de los hombres sea lícito que­
brantar esta página de nuestra dispensación, abstergición, restitución,
reposición, reintegración, decreto y derogación, ó contravenir á ella
con atrevimiento temerario; mas si alguno presumiere intentar esto,
i haya sabido que él incurrirá en la indignación de Dios omnipotente
¡ y de sus Apóstoles San Pedro y San Pablo. Dado en Roma en San
Pedro, el año de la Encarnación del Señor, de mil quinientos y vein­
te y nueve, el dia diez y seis de Abril, el año sexto de nuestro Ponti­
ficado.—N. Ricbardo.—En lugar del plomo pendiente del perga­
mino mediante la cuerda de seda, y que dice: “clemente papa vii.”

III.
TESTAMENTO DE HERNÁN CORTÉS.

En la muy noble y muy leal Ciudad de Sevilla, miércoles doce dias


del mes de Octubre del año del nacimiento de Nuestro Señor Jesu­
cristo de mil y quinientos y cuarenta y siete años; estando en las ca­
sas donde al presente posa el Ilustrísimo Señor Don Fernando Cor­
tés, Marqués del Valle, que son en la colación de San Marcos, en
presencia de mí, Melchor de Portes, escribano público de Sevilla, y
•) de los testigos y susoescrito, pareció el dicho Señor Marqués, es­
* tando enfermo del cuerpo y en su acuerdo natural, cual Dios nues-
íb ^tro Señor fué servido de darle y presentó ante mí, el dicho escribano
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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.


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público esta escritura cerrada y sellada, que dijo que es su testamen­
to cerrado y sellado; el que dijo que estaba escrito en once fojas de
papel con la en que estaba su firma y del Licenciado Infante y de
Melchor Mojica, Contador del dicho Señor Marqués; y al fin de ca­
da una foja firmado su nombre, las cuales firmadas yo el dicho escri­
bano vi porque yo cerré el dicho testamento, y dijo que este dicho
testamento, lo otorgaba por su testamento cerrado y sellado, y que­
ría se cumpliese como en él se contiene; y dejaba por sus herederos
y albaceas á los en él contenidos; y que revocaba todos cuantos tes- »
tamentos, mandas y codicilos ha hecho hasta hoy, que ninguno val­
ga sino este, y que pedia á mi el dicho escribano público, se lo diese I
por testimonio, y yo di este, que es hecho el día, mes y año susodi­
cho, y el dicho Señor Marqués lo firmó de su nombre: testigos que
fueron presentes, Martín de Ledesma, y Diego de Portes, y Pedro
de Trejo, escribanos de Sevilla, y Antonio de Vergara, y Juan Perezt
i

J Procurador de Causas, y Don Juan de Saavedra, Alguacil Mayor de


J Sevilla, y Juan Gutiérrez Tello, hijo de Francisco de Tello, vecinos de
ésta ciudad de Sevilla, va enmendado-decir-veinte y cuatrb-de Se-
■villa-no-enperca.—El Marqués del Valle.—Juan Gutierres Jeito.—
D. Juan de Saavedia.—Antonio de Pergara.—Diego de Portes, es­
t cribano de Sevilla.—Juan Peres.—Pedro de Trejo, escribano de Se­
villa.—Martín de Ledesma, escribano de Sevilla.—Y yo Melchor de
Portes, Escribano Público de Sevilla, lo hice escribir é hice aquí mi
signo, y soy testigo.—Melchor de Portes.—Escribano Público de
Sevilla.
En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu 1 '
r

Santo, que son tres personas y un solo Dios verdadero, el cual ten­
go creo y confieso por mi verdadero Dios y Redentor, y de la glo­
riosísima y bienaventurada Virgen, su bendita madre, Señora y Abo­
gada nuestra. Sepan cuantos esta carta de testamento vieren, como
yo Don Fernando Cortés, Marqués del Vallle de Oaxaca, Capitán
General de la Nueva España y mar del Sur, por la Majestad Cesa-
rea del Emperador Don Carlos, V de este nombre, Rey de España
mi soberano príncipe y señor. Estando enfermo, y en mi libre y natu­
ral juicio, cual Dios Nuestro Señor fué servido de me lo dar, temién­ $

dome de la muerte, como sea cosa natural á toda criatura, queriendo


tar aparejado para cuando la voluntad de Dios sea de me querer
------ ---------- ~~
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

llevar, y de lo que conviene al bien de mi alma, seguridad y descar­


go de mi conciencia, otorgo y conozco por esta carta, hago y orde­ <a¡
no mi testamento, última y postrimera voluntad en la forma y ma­
nera siguiente.
1. Primeramente mando, que si muriere en estos Reinos de Espa­
ña, mi cuerpo sea puesto y depositado en la Iglesia de la Parroquia
donde estuviere situada la casa donde yo falleciere, y que allí esté en
depósito hasta que sea tiempo á mi sucesor le parezca de llevar mis
huesos á la Nueva España, lo que yo le encargo y mando que así
haga dentro de diez años, y ántes si fuese posible, y que los lleven á
la mi Villa de Cuyoacán, y allí le den tierra en el monasterio de mon­
jas que mando hacer y edificar en la dicha mi villa, intitulado de la
Concepción, del órden de San Francisco, en el enterramiento que en
el dicho monasterio mando hacer para este efecto, el cual señalo y
constituyo por mi enterramiento y de mis sucesores.
9 2. Item mando, que al tiempo de mi fin y muerte, si Dios fuese
servido que sea en estos Reinos de España, se haga mi enterramien­
$
to, como y de la manera que á los señores que yo dejo nombrados
por mis albaceas, ó cualquiera de ellos que se hallare presente les
$ pareciere, con se hagan y cumplan las cosas señaladas en lo tocante
.‘J á ello. •
3. Mando, que ademas hallen de venir á llevar mi cuerpo los curas
beneficiados y capellanes de la iglesia de dicha parroquia, se llamen
y traigan los frailes de todas las órdenes que hubiere en la ciudad,
villa ó lugar donde yo falleciere, para que vayan en acompañamien­
to de la Cruz, y se hallen á las exequias que se me dijeren, á las cua­
les dichas órdenes mando que se les de la limosna acostumbrada, co­
mo á los dichos señores mis albaceas les pareciere.
4. Item mando, que el dicho día de mi fallecimiento se dé de ves­
tir de mi hacienda á cincuenta hombres pobres, ropas largas de pa­
ño pardo, y caperuzas de lo mismo, los cuales dichos cincuenta hom­
bres vayan con hachas encendidas en el dicho mi enterramiento, y
después de hecho se les de un real á cada uno.
5. Item mando, que el dicho día que se hiciere mi enterramiento,
si fuere antes de medio día, y si no el día siguiente, se digan todas
las misas que se pudieren decir en todas las iglesias y monasterios
■ i
uun)* de la dicha ciudad, villa ó lugar donde yo falleciere; y sobre las mi-

e,
I .■ e<

2Ó MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

sas que el dicho día se dijeren, se digan sucesivamente en los dia£


siguientes, cumplimiento á cinco mil misas dotadas de esta manera:
las mil misas por las almas del purgatorio, y dos mil por las ánimas
de aquellas personas que murieron en mi compañía y servicio en las
conquistas y descubrimientos de tierras que yo hice en la Nueva Es­
paña, y las dos mil misas restantes por las ánimas de aquellas per­
sonas á quien yo tengo algunos cargos de que no me acuerde ni ten­
ga noticia; que los sabidos dejo mandados que se cumplan y pague
como en este mi testamento lo dejo mandado. Y por la limosna de
dichas cinco mil misas, mandarán pagar los señores mis albaceas, á
la pitanza acostumbrada, á los cuales pido y suplico que lo demás de
ésto tocante á mi enterramiento ellos ordenaren y mandaren, sea te­
niendo fin á excusar las cosas que suelen hacer para cumplimiento y
pompa del mundo, y se conviertan de las de las almas.
6. Item, que el dicho dia de mi enterramiento, á todos los criados
que estuviesen en servicio mió y de mis hijos, les den un vestido de CT
><»)
luto conveniente, como pareciere á los dichos señores mis albaceas, y.
y á los que son ó fueren mis criados, mando que por tiempo de seis
meses después de yo fallecido, les sea dado el salario que conmigo
ganan ó ganaren, á la sazón, y todo el dicho tiempo les sea dado de
comer y de beber, según y de la manera que se les da en mi vida, y
que al tiempo que se hubieren de ir los que no quedaren en servicio
de Don Martín mi hijo sucesor, se les pague enteramente lo que se
les debiere de sus quitaciones.
7. Item mando, que cuando los dichos mis huesos se llevaren y
trasladaren á la dicha Nueva España, para darles tierra en la iglesia
I

del dicho monasterio de Cuyoacán, que mando hacer y edificar, se


I haga por la manera y órden que á la Marquesa Doña Juana de Zú-
ñiga, mi mujer, le pareciere, y al sucesor que es ó fuere de mi casa,
ó cualquiera de ellos que á la sazón fincare y fuere vivo.
8. Item mando, que los huesos de Doña Catalina Pizarro, mi ser
ñora, y madre de Don Luis mi hijo, qué están enterrados en la igle­
sia del monasterio de San Francisco de Tezcuco, y de Doña Catali­
na mi hija, que está en el monasterio de Cuahuanavac, sean traídos
y puestos en mi enterramiento, en el dicho monasterio que mando
edificar en la dicha villa de Cuyoacán.
9. Item mando, que la obra del hospital de Nuestra Señora de la
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--- -------
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.
a

Concepción, que yo mando hacer en la ciudad de México, en la Nue­ y


va España, se acabe en mi costa, según y de la manera que está tra­
zada; y la capilla mayor de la iglesia de él, se acabe conforme á la
muestra de madera que está hecha é hizo Pedro Vázquez Jumétrico,
y á la traza que dijere el escrito que yo envié á la Nueva España
este presente año de mil quinientos cuarenta y siete: y para los gas­
tos de la obra del dicho hospital señalo especialmente la renta de las
tiendas y casas que yo tengo en la dicha ciudad de México, en la
plaza y calle de Tacuba y San Francisco, y la que atraviesa de la
una á la otra; la cual dicha renta mando que se gaste en la dicha obra
y no en otra cosa hasta tanto que sea acabada, y que el sucesor de
mi casa no la pueda ocupar en otra cosa: pero quiero y es mi volun­
tad, que se gaste á disposición y orden del dicho mi sucesor, como
patrón del dicho hospital, y que después de acabada la obra de él,
conforme á las dichas trazas, se gaste la dicha renta de las dichas
& tiendas y casas en las obras y dotaciones de que yuso será declarado
s y mando que en lo que conviene y toque á la administración y go­
<5
bernación del dicho hospital, se guarden y cumplan la institución que
yo dejare ordenada ante escribano público, y en defecto de ella, por
no quedar declarada ó hecha, mando que se guarden la forma y ma­
nera de administración que se guarda y tiene en el hospital de las
Cinco Plagas de esta ciudad de Sevilla, que fundó la Señora Doña
%
Catalina de Rivero (que haya gloria), para en lo que toca á los ad­
ministradores y capellanes, y los demas oficiales y servidores que
han de servir en el dicho hospital.
io. Item mando, que en la capilla donde está enterrado Martín
Cortés, mi señor y mi padre, en el monasterio de San Francisco de
Medellin, en cada un año perpetuamente se hagan las memorias y sa­
crificios que yo dejo mandados por una institución que de ello dejo,
lo cual cumpla y ejecute para siempre jamás mi sucesor y sucesores,
para lo cual nombro y señalo por patrón de la dicha capilla, á Don
Martín Cortés, mi hijo sucesor, y después de él á los que de él suce­
dieren en mi casa, y estando el cual dicho patrono y los que de él
sucedieren y mi mayorazgo, pueden substituir en su lugar, y come­
ter sus veces en lo tocante al dicho patronazgo á la persona y perso­ es

nas que ellos quisieren, por el tiempo que fuere su voluntad, y pue­
den revocar el dicho nombramiento cada vez que quisieren, y nom-
»•
33Ve:'

MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

brar otra persona y personas cual bien visto les fuere, cuantas ve£es
quisieren, y el que así fuere nombrado, en ausencia del dicho mi su­
cesor de mi casa, tenga el mismo poder y facultad que el dicho pa­
trón, por el tiempo que por él estuviere nombrado.
ii. Item digo: que porque después que Dios Nuestro Señor To­
dopoderoso, tuvo por bien de me caminar y favorecer en el descu­
brimiento y conquista de la Nueva España, y todas las provincias
á ellas sujetas, siempre de su misericordiosa mano yo he recibido
muy grandes favores y mercedes, así en las victorias que contra los
enemigos de su santa fé católica yo tuve y alcancé, como pacificación
y población de todos aquellos reinos, de que ha resultado, y esperó
que ha de resultar gran servicio de Dios Nuestro Señor, en recono­
cimiento de las dichas gracias y mercedes, y para en descargación y
satisfacción de cualquiera culpa y cargo que pudiesTé agraviar mi con­
ciencia, de que no me acuerde, para mandarlo satisfacer particular­
mente, mando que se hagan las obras siguientes. A
12. Ordeno y mando, que además del hospital dicho, que para el
dicho efecto mandé hacer y se hace en la ciudad de México, según
que de suso se contiene, se edifique en la mi villa de Cuyuacán, en la
Nueva España, un monasterio de monjas intitulado de la Concep­
ción, de la órden de San Francisco, en el lugar y de la forma que yo w
dejare señalado por una institución que dejaré hecha, la cual mando
que se guarde y cumpla como en ella se contiene; y si yo no la de­
jare declarado, mando que el sucesor que es ó fuere de mi casa lo
haga y edifique y pueble y dote de la renta que de yuso será decla­
rado, el cual dicho monasterio en la dicha mi villa de Cuyoacán, se­
ñalo para mi enterramiento y de mis sucesores, como está dicho, y
mando que sea en la capilla mayor que se hiciere en la iglesia del
dicho monasterio, y que en ella no se pueda ni consienta enterrar
persona alguna, salvo de mis descendientes legítimos.
13. Item mando, que en la dicha mi villa de Cuyoacán, se edifique
y haga un colegio, para estudiantes qüe estudien teología y derecho
canónico; y que para que haya personas doctas en la dicha Nueva
España que rijan las iglesias é informen é instruyan á los naturales
de ella en los casos tocantes á nuestra fé católica, en el cual colegio
haya el número de estudiantes, y sea con las facultades, y se j
& den las reglas y constituciones que en la institución que yo par¡
:-----------------------------------------------------

fr; MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA. 29 »)


JM»
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dejo, será declarado; y se edifique en el lugar y en la forma que en


la dicha institución se declara, con las condiciones y ordenanzas y
estatutos que en la dicha institución así mismo declaré, y si por caso
no lo dejase declarado, mando que el sucesor que es ó fuere de mi
*
casa lo haga y edifique, y se guarden los estatutos, constituciones, y
ordenamientos que tiene el colegio de Santa María de Jesús, fundado
en esta ciudad de Sevilla; y los gastos y expensas de la edificación
del dicho colegio, se cumplan y paguen de los maravedís y rentas •
h
u que de yuso será declarado.
14. Item, que porque yo señalé para la dotación del dicho hospital
de Nuestra Señora de la Concepción que yo hago en México, dos so­
l)
lares fronteros de las casas de Jorge Alvarado, y del Tesorero Juan
Alonso de Sosa, entre mi casa y la acequia que pasa por ella á las ca­
sas de Don Luis Saavedra, que sea en feria, y me obligué á hacer en
ellas unas casas, según que mas largamente en la dicha dotación á
I que me refiero se contiene; y que en tanto que las dichas casas no
se hiciesen, se diesen de mis bienes para el dicho hospital y obra de
A
él cien mil maravedís de buena moneda; mando que se cumpla la di­
cha dotación, según y de la manera que en ella se contiene, con los
O aditamentos que abajo dirá, y mando que si el sucesor de mi casa en
algún tiempo quisiere dar al dicho hospital en recompensa de las di­
chas casas en otra parte alguna los dichos cien mil maravedís de ren­
ta, que lo pueda hacer, y situárselos en la parte que quisiere de ma­
■ nera que estén seguros.
R
15 Item, porque asi mismo en la dicha donación dije y me obligué
á dar al dicho hospital tierras cerca de la ciudad de México, donde
pudiese cojer hasta trescientas fanegas de trigo, según que en la di­
cha dotación á que me refiero se contiene, mando que así se cumpla,
y señalo para él cumplimiento un pedazo de tierra que yo tengo en
término de Cuyoacán, que está entre el dicho pueblo de Cuyoacán y
el río que atraviesa el camino del dicho pueblo á Chapultepec; y que
si allí no hubiere cumplimiento se lo cumplan en las otras tierras don­
de yo he tenido y tengo mis labranzas, que están de la otra parte del
río hacia Chapultepec, en la parte que al dicho mi sucesor pareciere,
y que si el dicho mi sucesor ó sucesoras en algún tiempo quisieren
dar otras donde se cojan para el dicho hospital trescientas fanegas de
^rigo, conforme á la dicha dotación, lo pueda hacer con tanto que sea
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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.


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tales y tan buenas como las que yo señalo y porque las dichas tierras
que yo tengo señaladas y nombradas para el dicho hospital, no se si
hay parte á quien pertenezcan según derecho de ellas, y á mi no me
pertenezcan como á Señor de dicho lugar, y de otra manera, mando'
que se las restituyan á quienes fueren, y se les pague lo que valieren
como sus dueños mas quisieren, y por que yo he labrado las dichas
tierras y aprovechándome de ellas con pensar que lo podría hacer sin
cargo de conciencia, mando que se paguen á cuyas fueren y pertene^
cieren las dichas tierras, lo que pareciere que yo me he aprovechado
de ellas, por manera que mi conciencia quede descargada; y el dicho
sucesor de mi casa sea obligado pareciendo no ser mias las dichas
tierras, á dar recompensa bastante al dicho hospital, conforme á la
dicha dotación.
16. Item, declaro y digo, que por cuanto como está dicho yo tengo
mandado y ordenado que la obra del dicho hospital de México se
acabe de los maravedís que valieran y rentaren las tierras y casas que
yo tengo en la dicha ciudad, y plaza, y calle de Tacuba, y San Fran­
cisco, como antes de esto está dicho y declarado, y acabada la obra
del dicho hospital, la renta de las dichas tiendas y casas había de que­
dar á disposición de mi sucesor y sucesores de mi casa, mando que
I
lo que valieren y rentaren donde en adelante las dichas tiendas y ca­
sas, se gaste enteramente en cada un año en el edificio y obra del mo­
nasterio de monjas, y del dicho colegio que mando hacer y edificar
en la dicha mi villa de Cuyoacán, en las cuales obras mando que se
gasten y distribuyan los maravedís que se fueren menester para po­
nerlas en posesión.
17. Y por que con mas brevedad las obras del dicho hospital, mo­
nasterio y colegio de suso declarados se acaben, y el servicio que á
Dios Nuestro Señor de ello se espera, mas por esto se recibe y ha­
ga, mando que demas de los cuatro mil ducados de la renta de las
dichas tiendas y casas, que yo dejo señalados para las obras del di­
cho hospital, que se hace en México, y del dicho monasterio y cole­
gio, que mando que se hagan en Cuyoacán, se saquen y den de mi
hacienda, otros seis mil ducados en cada un año después de mi falle­
1< cimiento, por manera que sean diez mil ducados con los cuatro mil
de las dichas casas, los cuales se gasten de esta manera: los cuatro
^mil ducados de las rentas de las dichas tiendas y casas, en la obr

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del dicho hospital hasta que se acabe como está trazado, y los tres
mil ducados en el edificio y obra del dicho monasterio de monjas, y
los otros tres mil ducados restantes en la obra del dicho colegio; y
acabada la obra del dicho hospital, los cuatro mil ducados que se res­
tan, señalados para ella se conviertan y gasten de por mitad en las
obras de dicho monasterio y colegio, por manera que en cada una de
ellas se gasten cinco mil ducados en cada un año, las cuales dichas
obras acabadas, el dicho mi sucesor no sea obligado á dar los seis
•mil ducados, y los cuatro mil ducados de las rentas de las dichas
tiendas, y casas, desde entonces para siempre jamás sean y se adju­
diquen de esta manera: mil ducados para dotación y propios del di­
cho monasterio de monjas, que como está dicho yo mando hacer y
edificar en la mi villa de Cuyoacán; dos mil ducados para la dotación
y expensas del dicho colegio que mando fundar en la dicha villa; y
otros mil ducados señalo y adjudico á dicho hospital de la Concep­
ción, que yo mando hacer en la dicha ciudad de México, con tal pos­
tura ó condición, que con los dichos mil ducados en cada un año se
desistan y aparten de la obligación que yo y mi sucesor y sucesores
tenemos que hacer, para la dotación del dicho hospital, unas casas y
dos solares fronteros de las casas de Jorge de Alvarado, y del Teso­
rero Juan de Sosa, y de la obligación que así mismo tenemos de dar
cien mil maravedís de renta en cada un año al dicho hospital, no
haciendo la dicha casa; y así mismo se desisten y nos dejan libres á
mi y los mi sucesores, de la obligación que así mismo me puse al
tiempo que hice la dotación del dicho hospital, de darle tierras cerca
de la ciudad de México, donde pudieran cojer hasta trescientas fane­
gas de trigo, por cuanto mi intención y voluntad es, que adjudican-
•dose al dicho hospital en cada un año perpetuamente los dichos mil
ducados, se desistan y aparten, y yo y los dichos mis sucesores que­
damos libres del derecho que tienen, á las dichas casas, cien mil ma­
ravedís de juro, no haciéndose, y á las dichas tierras donde se pue­
dan cojer las dichas trescientas fanegas de trigo; lo cual todo, y cada
cosa, y parte de ello, mando vuelva, y goce, y haga de ello á su vo­
luntad el sucesor y sucesores de mi casa; y si el dicho hospital no
se desistiere y apartare de ello, mando que esta manda ó dotación de
los dichos mil ducados en cada un año, sea en si ninguna, y de nin­
gún valor y efecto, y los haya y tenga el sucesor de mi casa y estado.
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> 32 MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA1

18. Item digo: que por cuanto como se ve por experiencia, cada
dia van en crecimiento las rentas de las tierras, y casas, así en estos
reinos de España, como en la Nueva España; y siendo así las dichas
I mis tiendas y casas que yo tengo en la ciudad de México, de suso
declaradas, pueden valer y rentar adelante mas cantidad de marave^
dís de los dichos cuatro mil ducados, que yo señalo y adjudico para
siempre jamás, como está dicho para las dotaciones del dicho monas­
terio de monjas, y del dicho colegio, y del dicho hospital, es mi vo­
luntad el que los que así en algún tiempo mas valieren y rentaren di­
chas tiendas y casas, sean y se adjudiquen para el efecto susodicho,
y ordeno y mando, que lo que mas valieren ó aumentaren de los di­
chos cuatro mil ducados sea y se reparta de esta manera: las dos
partes de la dicha demasía para el dicho colegio; y las otras dos par­
tes de por mitad para el dicho monasterio de monjas y para el dicho
hospital.
19. Item digo y mando, que por cuanto por virtud de la merced
que el Emperador, Rey Nuestro Señor, me hizo en los pueblos en ella
contenidos, me pertenecen de sus patronatos de las iglesias de los
dichos pueblos, conforme á una cláusula de la dicha merced, en que
dice que yo tengo en los dichos pueblos todos aquellos derechos y
contribuciones y usos, y todas las otras cosas que S. M. tiene y tu­
viere en los pueblos, que en la dicha Nueva España quedaren para
su corona Real, excepto mineros y salinas, y de estas dos cosas ex­
ceptuadas en el dicho privilegio, según las tiene el dicho su patrona­
to, por razón de lo cual así mismo á mi me pertenece. Y demás de
la merced por S. M. á mi hecha, tengo el dicho juro patronatus por
concesión de Su Santidad, y la bula de ello está en poder de Su Ma­
jestad y de los de su Consejo de Indias, para que aprueben y hayan
por buena la dicha concesión, quiero y es mi voluntad que el sucesor
y sucesores que es ó fueren de mi casa, hayan y tengan para siem­
pre jamás el dicho juro patronatus; y porque al tiempo que yo pedí
la concesión de Su Santidad, fué mi intención para que los naturales i

de aquellos pueblos fuesen mejor instruidos en las cosas de nuestra


santa fé católica, mando y encargo á Don Martín mi hijo sucesor y
sucesores, que de esto tengan muy especial cuidado, proveyendo los <st

•,
beneficios de los dichos pueblos á personas hábiles, y de buena vida
9)

®v ejemplo, con cargo que se ejerciten muy cotidianamente en la doc-(í


tkl !•

kí.;
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¿9 MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.


©

trina de los dichos naturales, y tengan mucho cuidado de visitar y


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saber muy á menudo como esto se hace y cumple; y mando que por­
que en la dicha concesión de su santidad dice, que yo y mis herede­
ros y sucesores hayamos y llevemos todos los diezmos y primicias
de los dichos pueblos, contenidos en el dicho juro patronatus, dotan­
do las iglesias de ellos, mando, que en las dichas iglesias, y arras, y
ornamentos, y todas las otras cosas necesarias para el culto, y vino
y administración de los Santos Sacramentos, se gaste todo lo nece­
sario de los dichos diezmos y primicias; y que hasta ser esto cumpli­
miento, sin que por falta alguna del dicho mi sucesor ó sucesores de
mi casa y estado no se pueda entretener en cosa alguna de los dichos I

diezmos*y primicias, porque desde ahora para siempre jamás los apli­
co y señalo para las dichas iglesias y para todo lo á ellas anexo, y
concerniente, en tanto cuanto fuere necesario para las cosas susodi­
chas como arriba es dicho, quedando á los dichos mis sucesores la
i libertad y uso del dicho juro patronatus, como á mi es concedida; y
por cuanto mi voluntad es, que lo que quedare de diezmos y primi­
cias de las dichas iglesias, después de cumplidos en ellas los gastos
y cosas declaradas, así como son bienes ofrecidos á Dios Nuestro Se­
ñor y á sus santos templos, se distribuyan y gasten en obras de sus
servicio y no en otra cosa, digo y mando, que los que mas valieren los
i diezmos y primicias, después de cumplidas enteramente en cada un
año las cosas susodichas, y parecer y orden del dicho mi sucesor y
sucesores, y de la persona y personas que señalaren y nombraren,
sea y se adjudique perpetuamente la dicha demasía de esta manera:
mitad de ella á la dotación del dicho colegio, y las otras dos partes
de por mitad al dicho monasterio y al dicho hospital, conforme al re­
partimiento que les está hecho de las rentas de las dichas tiendas y
casas.
20. Item mando, que le sean pagados á la marquesa Doña Juana
de Zúñiga, mi mujer, diez mil ducados que yo hube de dote con ella,
por cuanto yo los recibí y gasté, y son suyos, y mando que se le pa­
guen sin ningún litigio ni contienda de lo primero y mejor parado de
mis bienes.
21. Item digo, que por cuanto entre el Señor Don Pedro Alvarez
Osorio, Marqués de Astorga, y mi está concertado y fuimos conve­
la /&d°s» Que Don Alvaro Perez Osorio, su hijo primogénito sucesor de
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

su casa, case con Doña María Cortés, mi hija legítima y de la dicha


Marquesa Doña Juana de Zúñiga mi mujer, según en la forma y ma­
nera que sobre el dicho casamiento tenemos hecha capitulación, es
mi voluntad que aquello se cumpla y guarde como en la dicha capi­
tulación se contiene y porque yo le tengo mandados y prometidos cien
mil ducados de dote á la dicha Doña María mi hija, de los cuales el
dicho Señor Marqués de Astorga, conforme á los dichos capítulos
tiene recibidos veinte mil ducados, quiero que ante todas cosas, délos
bienes de la dicha Marquesa mi mujer y míos se paguen los ochentá
mil ducados restantes para el cumplimiento del dicho dote, y la parte
que de ellos fincaren de se pagar en el tiempo y manera contenido en
la dicha capitulación, los cuales haya la dicha Doña María, mi hija,
para en cuenta de la legítima que le perteneciere de nuestros bienes.
22. Y porque yo soy obligado á dotar á Doña Catalina y Doña
Juana, mis hijas legítimas y de la dicha Marquesa mi mujer, en cum­
e
plimiento de la dicha obligación, para la mejor manera que puedo y
derecho haya lugar, mando que cada una de ellas haya cincuenta mil
ducados de dote, que son cien mil ducados para ambas, de los cuales
hago donación entre vivos no revocable, á las dichas mis hijas, á Mel­
$3
chor de Mojica, mi Contador y Secretario, y que está presente, el cual
% lo acepta en mi nombre; los cuales dichos cien mil ducados hayan de los
bienes que pertenecieron á la'dicha Marquesa Doña Juana de Zúñiga,
mi mujer, y á mi para en cuenta de sus legítimas que han de haber de
nuestros bienes, los cuales dichos cien mil ducados mando que se pa­
guen de los bienes de la dicha Marquesa, y mios, que quedaren y fin­
caren al tiempo de mi fin y muerte; y en defecto de no haber bienes
para cumplir la dicha cantidad de los dichos cien mil ducados, quiero
que lo que faltare lo cumpla y pague Don Martín Cortés, mi hijo su­
cesor, ó cualquiera otro sucesor de mi estado, sacando cada año de
las rentas del dicho mi estado quince mil ducados, hasta que se cum­
pla enteramente los dichos cien mil ducados como dicho es: y yo el
dicho Melchor de Mojica, digo que acepto y recibo la dicha donación
de los dichos cien mil ducados, en nombre de las dichas Señoras Do­
ña Catalina y Doña Juana, como en este capítulo se contiene, y en
firmeza ó verdad de ello firmé aquí mi nombre.—Melchor de Mojica.
23. Item, mando y pongo gravámen á mi sucesor y rentas de mi-
^casa, que de ellas se den en cada un año á don Martín y Don Lui
... ....

MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA. 35


Cortés, mis hijos naturales, á cada uno mil ducados de oro, que va­
len trescientos setenta y cinco mil maravedís, todos los dias que vi­ <a>l

vieren ó hasta tanto que tengan cada uno de quinientos mil marave­
dís de renta arriba; los cuales mando que les sean librados y pagados
^n las dichas mis rentas en cada un año según dicho es, sin derechos
* de contadurías, ni otros derechos algunos, desde ahora yo los situó
y señalo por suyos en las dichas mis rentas y en lo mejor parado de
ellas; y mandoálos dichos D. Martín y D. Luis mis hijos, que sirvan, y
acaten,yobedezcanaldicho sucesordemi estado en todas las cosas que
lícita y honestamente le deben hacer, como á principal, estirpe y cabeza
donde ellos proceden, y que por ninguna cosa le desobedezcan, ni
desacaten, y le acudan y sirvan, no siendo contra Dios Nuestro Señor,
y contra su santa religión y fé católica, ó contra su rey natural; y mando
que si notoria inobediencia y desacato pareciere en cualquiera de ellos,
^n tal manera que sea notable y averiguada, por tal, que por el mis­
9
mo caso pierdan el beneficio y alimentos que reciben, y yo mando
que se les den ó sean habidos por extraños de mi casa y progenie.
24. Item mando, que habiéndose de casar las dichas Doña Cata­
lina y Doña Juana, mis hijas, y alguna de ellas, que sea con consejo
y parecer de la dicha Marquesa su madre y del dicho sucesor de mi
casa, y que si cualquiera de las dichas mis hijas se casaren fuera de
esta órden, el dicho sucesor de mi casa no sea obligado á dar cosa
alguna de lo que le mando para su dote.
25. Item mando, que á Doña Catalina Pizarro, mi hija, y de Leonor
Pizarro, mujer que fué de Juan de Salcedo, vecino de la ciudad de Mé­
xico, se le de todo lo que pareciere que han rentado y multiplicado
las vacas y yeguas y ovejas de que yo le hice donación, al tiempo
que vine á los Reinos de España, y mas de todas las rentas y tribu­
tos que le ha rentado el pueblo de Chinantla, con todo, lo demas que
yo le señalé para su dote y casamiento, lo cual se entregó todo al di­
cho Juan de Salcedo, marido de la Señora Doña Leonor Pizarro, su
madre; y por que yo he recibido de los esquilmos de los dichos ga­
nados cantidad de caballos, y novillos y carneros, y dineros, mando
que conforme á la cuenta que de ello hubiere dejado el dicho Juan de
•) Salcedo, se le pague á la dicha Doña Catalina, mi hija, de mis bienes
y casa á los precios que valía á la sazón que los recibí, y confieso que
dos obligaciones que Hernando de Saavedra, y Gil González de Be-J^

>
36 MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

navides me hicieron, de cierta cantidad de pesos de oro, por razón de


ciertas vacas que yo les vendí á cuatro plazos, según parecerá por
las dichas obligaciones á que me refiero, declaro, que no obstante
que las dichas obligaciones, se rijan á mi, que son y procedieron de
los bienes y multiplico de los ganados de la dicha Doña Catalina, mi
hija, y mando se las den y entreguen, y todo lo que de ellas se hu­
biere cobrado, porque es suyo y procedió de su hacienda: es la can­
tidad de las dichas obligaciones, la una de dos mil pesos de buen oro,
y la otra de dos mil setecientos y cincuenta pesos. ’
26. Item declaro, que otra obligación que Francisco de Villegas,
vecino de la Ciudad de México, me hizo de dos mil pesos de oro por
razón de ciertas vacas, de las cuales no debe sino los mil según dijo,
el dicho Juan de Salcedo, por una cédula firmada de su nombre, que
no recibió toda la cantidad de vacas que se le vendieron, que tam­
bién le procede de los bienes de la dicha Doña Catalina, mi hija, man­
do que se le den.
27. Item declaro, que otra obligación que me hizo Bernardino del
Castillo, de cuatrocientos pesos de minas, por razón de dos yeguas,
que también son y proceden de los bienes de la dicha Doña Catali­
na, mi hija, mando que se los den.
28. Item declaro, que otra obligación que me hizo Alonso Dáva-
los, de dos mil y cuatrocientos pesos de buen oro, por razón de doce
yeguas y seis potrancas que son y proceden de los bienes y hacien­
da de la dicha Doña Catalina, mi hija, mando que se los den.
29. Item declaro, que todas las vacas y ovejas que están en Ma-
talango, son de la dicha Doña Catalina, mi hija, y de la dicha Leo­
nor Pizarro, y mas todas las yeguas y potros que están en Taltiza-
pan con su señal que es una E grande en la anca.
30. Item declaro, que de la obligación que el dicho Gil González
de Benavides, tiene hecha con Hernando de Saavedra, que como está
dicho pertenece á la dicha Doña Catalina Pizarro, mi hija, tiene pa­
gados al dicho Gil González trescientos y cincuenta castellanos de
oro de minas, y los recibí en cuatro caballos, soy yo cargo de ellos,
y mando que se paguen á la dicha Doña Catalina.
31. Item declaro, que yo di un finiquito al dicho Juan de Salcedo,
vecino de México, marido de la dicha Leonor Pizarro, en que dije le
daba y di por libre de todas las cuentas que tenía con la hacienda y
® $
—---------- ------------------------
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

bienes que le fueron entregados á la dicha Doña Catalina Pizarro,


mi hija, digo que el dicho finiquito, no obstante que yo no fui parte
para se le dar, que sin cuenta ni pago, á instancia y ruego del dicho
Juan de Salcedo, por evadirse de no dar las dichas cuentas en mi
ausencia, con que me prometió con juramento, que vuelto yo de la
jornada en que iba las daría muy cumplidamente y sin fraudes, que
antes le ayudaría de su hacienda que tomar nada de la dicha Doña
Catalina Pizarro, lo cual hizo, que pasó y fué presente Andrés Tapia.
32. Item, mando á la dicha Doña Catalina, mi hija, que cuando
pluguiere á nuestro Señor que haya de casar, se haga con consejo y
parecer del sucesor que es ó fuere de mi estado, al cual ruego tenga
cuidado especial de procurar que la dicha Doña Catalina, su herma­
na, case como convenga á la honra de su casa, al bien y honor de la
dicha Doña Catalina.
33. Item mando, que á Doña Leonor y Doña María, mis hijas na­
turales, les sean dados para sus dotes y casamientos á cada una diez
mil ducados de mi hacienda, á las cuales mando y encargo que se <5
casen con consejo y parecer del dicho mi sucesor, al cual encargo y
mando lo mismo que en el capítulo antecedente, en lo que toca á
o
Doña Catalina su hermana; y si las dichas Doña María y cualquiera
(?’

de ellas muriere antes de casarse, ó quieren seguir el estado de reli­


gión ú otra vía de esta, en tal caso les sean dados para sus gastos y
alimentos á cada una de ellas en cada un año sesenta mil maravedís,
y lo restante vuelva y lo haya el dicho Don Martín, mi hijo, sucesor
de mi estado y los que le sucedieren.
34. Item mando, que porque en mi hacienda de grangerías han
servido algunas personas, y yo no se si les había pagado su servicio,
que probando como fueron recibidos por mi ó por mis mayordomos
y personas que tuvieron cargo de mis haciendas, y lo que sirvieron,
y el partido con que se concertó al tiempo que fueron recibidos, se les
pague lo que se les debiere como pareciere por los libros de mi ha­
cienda, lo cual se haga sin fatigarlos con pleitos, mas de saber la ver­
dad, lo cual quede debajo de las conciencias de mi sucesor y alba-
ceas, sin que tengan necesidad de dar otra cuenta ni descargo por
que lo pagaron. S'

35. Item mando, que por mis libros de contaduría se paguen todas
las quitaciones, y otros partidos de gentes que me han servido así em ¿
parte.

r
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

la Nueva España, como en estos Reinos de España, conforme á los


asientos que con ellos están hechos al tiempo que pareciere haber ser­
vido, lo cual se haga sin ninguna dilación ni litigio, sino conforme
á los dichos asientos, y porque con Bernardino del Castillo se quedó
haciendo cuenta de lo que me había servido, y remitido al Licenciado
Don Juan Altamirano, mando que el asiento que en esto hubiere da­
do el dicho Licenciado se cumpla.
36. Item mando, que todas las deudas que pareciere que yo debo,
por cualquiera escritura así pública como privada, constando ser cier¿
ta deuda mia se pague sin ninguna dilación, ni tela de juicio, sino con

hacer costas, y porque podrá ser que yo debiese alguna deuda de


que no tuviese hecha escritura, mando que lo que así fuere en­
teramente pareciere que yo debo, aunque no sea por escritura, probán­
dose sumariamente, se pague sin tela de juicio, hasta en cantidad de
cien pesos en buena moneda.
® 37. Item digo, que por cuanto yo he gastado mucha suma y can­
ija tidad de dineros en la Nueva España y provincias de ellas, que yo
¡•X conquisté, y pacifiqué, y traje al yugo y servidumbre de la Corona
Real de Castilla, así en la conquista de la Nueva España y provin-
cias, como en armadas que hice para fuera de ella, como son las que
elegí para Amaluco, donde fué por Capitán Alvaro de Saavedra, Je^
rónimo Primo, y la que elegí para Hibueras de que fué por Capitán y
pobladores, y otra para la dicha provincia de Hibueras de que fué por
Capitán Francisco de las Casas, que todas fueron por mandado del
Emperador Nuestro Señor, según parece por sus Reales instruccio­
nes y firmas, y porque S. M. por descargo de su Real conciencia, y
como cristianísimo Príncipe tiene mandado por una su Real Cédula,
que está en las escrituras que quedaron al Licenciado Juan Altami­
rano, y aun por sentencia que se dió en su Real Consejo, que se ha­
ga conmigo cuanto de todo lo que yo he gastado, así en las dichas con­
quistas como en las dichas armadas, mando que se haga la dicha cuen­
ta y se cobre lo que á S. M. alcanzare, pues el fué servido de me lo
mandar pagar, y lo que así se cobrare y alcanzare, quiero y es mi vo­
luntad, que lo haya y herede el dicho Don Martín Cortés, mi hijo,
sucesor de mi casa, y los otros sucesores que sucedieren en ella.
38. Item mando, que porque después que S. M. me hizo la
3 7- —

MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

•ced de las villas, y lugares, y tierras de mi estado que yo te


posteo, y me pertenecen en la Nueva España, con las rentas, p
y derechos, ó tributos y contribuciones pertenecientes á S. M. según
y como los señores de las dichas tierras los solían llevar, antes de
ser la tierra conquistada, y yo puse la diligencia que me fué posible

en averiguar las dichas rentas, y tributos, y pechos, y derechos, y
contribuciones que los señores naturales de la dicha tierra antigua­
mente solían llevar, y puse toda diligencia para haber los padrones
antiguos por donde los dichos tributos y rentas se solian cobrar y
pagar, y conforme aquellos he llevado las dichas rentas y tributos
hasta el día de hoy, mando que si en algún tiempo se averiguare,
que yo en cualquier manera, y cosa, y parte de lo susodicho fui mal
informado, y alguna cosa he llevado que no me perteneciese, de que
yo hasta el día de hoy no he tenido noticia, pero siempre haberlo te­
nido como cosa indebida, y sobre esto encargo la conciencia á dicho
Don Martín mi hijo, y los que fueren sucesores de mi estado. p
39. Item, porque acerca de los esclavos naturales de la Nueva Es-
a paña, así de guerra como de resgate, ha habido muchas dudas y opi-
niones sobre si se han podido tener con buena conciencia, y hasta c
& ahora no está determinado, mando á Don Martín mi hijo sucesor, y
los que después de él sucedieren en mi estado, que para averiguar es­
to hagan todas las diligencias que convengan al descargo de mi con­
ciencia y suyas.
40. Item mando, que porque en algunos lugares de mi estado se
han tomado algunas tierras para huertas, y viñas, y algodonares, y
para otros efectos, que se averigüe y sepa si estas tales tierras eran
propiamente de algunos de los naturales de aquellos pueblos, y sien­
do así, mando que se les restituyan las dichas tierras, con los apro­
vechamientos que los señores de ellas pudieron haber habido, com­
pensando y recibiendo en desquite de todos los tributos y rentas que
ellos eran obligados á pagar por ellas, y lo mismo mando que se ha­
ga y entienda en lo que toca á cierto pedazo de tierra que yo di los
años pasados á Bernardino del Castillo, mi criado, en términos de
Cuyoacán, en el cual hizo un ingenio de azúcar, si pareciere que e¡
e dicho pedazo de tierra pertenece á otro tercero ó terceros.
41. Item mando, que porque demas de los tributos que yo 1
vado de los dichos mis vasallos, he recibido de ellos otros ser
i*. <i • . . . ¡ ’ .5 * 1 ■ 1
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AtZ

40 MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

así personales como reales, y también sobre esto hay opiniones si se


'5 pueden recibir con conciencia ó no, mando que se averigüe así mis­
mo lo que yo he recibido de estos dichos servicios, de mas de lo que
me perteneciere, y se les pague y restituya todo lo que así pareciere
que justamente deben haber. -
42. Item mando, que se vean todos mis libros de cuentas, en es­
pecial un libro grande que está en poder de Francisco de Santa Cruz
que comenzó á hacer Juan de Rivera, mi escribano y secretario, y f

después sucedió en el dicho cargo el dicho Francisco de Santa Cruz


tiene los dichos libros, y vistos, mando que todas las deudas que yo I
debiere por ellos á cualquiera persona, que se paguen, y que así mis­
mo se cobren las que parecieren que me debieren, y mando que se
tome cuenta á dicho Francisco de Santa Cruz deL tiempo que tuvo
cargo de mis haciendas, y se fenezca con él, y se pague lo que la una
á la otra parte alcanzare.
43. Item digo, que por cuanto al tiempo que Bernardino del Cas­
tillo se casó, yo le presté mil castellanos de oro de minas, en oro y ,1

plata, y mas otros seiscientos en una tienda que está junto á la torre
del reloj, como parece por una cédula firmada de su nombre, que es­
tá en poder del Licenciado Juan Altamirano, mando que pagado lo
? que se debiere del tiempo que me ha servido, conforme á una cédu­ u
la firmada de mi nombre, que le dejé al tiempo que partí de Cuyoa­
cán, lo demas lo pague y haya el dicho mi sucesor.
44. Item mando, á Doña Elvira de Hermosa, hija de Luis de Her­
mosa, vecino de Avila, doncella que es de la Marquesa, mi mujer,
que los dias que ella quisiere vivir en servicio de cualquiera de las
dichas mis hijas y de su mujer del dicho Martín, se le de en cada un
año veinte mil maravedís, y que si quiere meterse monja ó vivir en
esta ciudad sin casarse, se le den doscientos mil maravedís, los cua­
les se le den de mi hacienda ó rentas, y dándole los doscientos mil
maravedís en cada un año.
45. Item mando, que todo el tiempo que la Señora Cecilia Váz­
quez Altamirano, mi prima, quisiese entrar en compañía de la Mar­
quesa, mi mujer, como al presente está, y de alguna de las dichas mis
hijas, de su mujer del dicho Don Martín, mi hijo sucesor, le tengan
con aquel respeto que de mi han conocido, siempre que quiero que
e le haga, de mis bienes y hacienda se le den cada un año en cual-^
■í

«
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*

MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.


e)

quiera parte que ella quisiere estar y residir mil maravedís bien
ciertamente pagados.
46. Item, mando á dos hijas del Contador Juan Altamirano, mi
primo, á cada una de ellas doscientos mil maravedís para ayuda á sus
dotes y casamientos, los cuales se le paguen de mi hacienda.
47. Item mando, que todo el tiempo que el dicho Juan Altamirano,
quisiere tener el cargo de la contaduría de mi casa, que yo le dejo
encargado, y con el partido que con una cédula mia yo le señalé, no se
le quite, y se le de así como ahora lo tiene, siendo su voluntad de
tenerlo.
48. Item, mando á Doña Beatriz y Doña Luisa su hermana, hijas
del Licenciado Francisco Nuñez, doncellas que son de la dicha Mar­
quesa, mi mujer, trescientos mil maravedís para ayuda de sus casa­
mientos; á la dicha Doña Luisa doscientos mil maravedís, y á la di­
cha Beatriz cien mil maravedís. ’e
&
49. Item mando, que si María de Torres, dueña que ahora está y
£
reside con la Marquesa, quisiere estar en su servicio ó de algunas de A

9 las dichas mis hijas, y mujer del dicho mi hijo y sucesor, le den en
cada un año quince mil maravedís, y que si quisiere otra cosa de su
persona, le den cien mil maravedís cuando ella quisiere, porque son $c.
por descargo de lo que hasta aquí ha servido, sin descontarles de ellos
nada que haya recibido en el dicho tiempo que sirvió, ni de los quin­
ce mil maravedís que yo le mando dar por el tiempo que sirviere.
50. Item digo, que por cuanto el año pasado de mii quinientos cua­
renta y dos, estando en la ciudad de Barcelona, de ciertos dineros
mios que tenía á cargo de Gonzalo Diez, que al presente es mi caba­
llerizo, le faltaron cuarenta ducados, y yo mandé que se los aumen­
tasen á su cuenta para que se los descontasen en la quitación que se
le da, y aunque en esto él no recibe agravio, tengo respecto á que
dijo y dije habérselos hurtado, se los remito y perdono, y mando que
no se le haga descuento alguno por ellos en su quitación, y si algu­
no le está hecho se le tire á pagar y cumplir enteramente, y demas
de esto en remuneración de lo que me ha servido, le hago gracia y
merced de cien ducados de oro, los cuales mando se le den y paguen
de mis bienes.
51. Item mando, que por cuanto el año pasado de mil y quinientos
cuarenta y cuatro Pedro Hernández, mi repostero de estrado, me
r BIMEBA PARTE.
® 42 MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

hizo una obligación de cuarenta y cuatro mil y quinientos y veinte^


@)
maravedís que le montaron ciertas piezas de plata, que faltaron de su
cargo en el tiempo que fué mi repóstero de plata, las cuales él me era
obligado á pagar, y ahora, teniendo consideración á lo que me ha
servido, le remito y perdono la dicha obligación, la cual mando que
se le entregue, y mas le hago gracia y merced de veinte ducados de
oro, los cuales se le den y paguen de mis bienes.
52. Item mando, que ademas de pagársele á Jerónimo de Andrade,
mi vutrellé, lo que se le debiere de su quitación, se le den y paguen^
de mis bienes treinta ducados de oro, de que yo le hago gracia y
merced por lo que me ha servido.
53. Item digo, que por cuanto por mi parte se tratan pleitos con la
mujer y herederos del Licenciado Nuñez, relator del consejo, mi so­
licitador que fué en corte, por razón de ciertas cuentas que entre él y
mí habían, de que me quedó á deber muchas sumas de maravedís; y
9

aunque yo estoy bien informado, y tengo saneada mi conciencia, de


que por mi parte no se tratan los dichos pleitos con malicia ni caute­ ?V
la, sino por alcanzar justicia; todavía usando de equidad, y por excu­ a
sar gastos y diferencias, digo y mando, que queriendo venir la dicha (y
mujer y herederos del Licenciado Nuñez, en que dos contadores pues­
&
tos por su parte, y otros dos por mis albaceas, vean y determinen 6
amigablemente las dichas diferencias y pleitos, lo pongan en sus ma­
nos, haciendo seguridad y escrituras bastantes ambas las partes, y
por lo que aquellas mandaren y sentenciaren, se pase y concluya sin
otra tela de juicio ni litigio alguno; y no queriendo la otra parte ve­
nir en este concierto, se siga y concluya el negocio ó negocios por
vía ordinaria, como ahora se trata, pues mi intención no es sino que
se sepa la verdad y haga justicia, y los maravedís que se sacaren ó
hubieren de los dichos pleitos, mando que se repartan y distribuyan,
conforme á un memorial que queda en poder de Melchor de Mojica.
mi escribano, y lo mismo que se entienda y haga, de los maravedís
que hubieren y cobraren de Francisco de Arteaga Martínez, por ra­
zón de los pleitos que yo al presente trato con él.
54. Item mando, que á una muchacha que está y se ha criado des­
de niña en mi casa, que dicen que es hija de un tal Francisco Barco,
que tuvo en Tehuantepec, que le den de mis bienes treinta mil ma­
ravedís para ayuda de casarse.
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.
IV

55. Item mando, que á Juan de Quintanilla, que vino á servir á


curar en mi enfermedad desde Valladolid á esta ciudad de Sevilla, el
dicho día de mi fin y muerte, y hallándose presente, se le de un ves­
tido de luto conforme á lo que dejo mandado en lo tocante á mis
criados, y demas de esto se le den de mis bienes cincuenta ducados
de oro, de que yo le hago gracia por lo que me ha servido.
56. Item mando, que á Pedro de Astorga, mi paje de cámara, de­
mas de pagársele lo que se le debiere de su 'quitación, se le den de
mis bienes treinta ducados de oro, de que yo le hago gracia y mer­
ced, por lo que me ha servido en mi enfermedad, y teniendo consi­
deración á esto, encargo y mando al dicho Don Martín, mi hijo su­
cesor, le tenga en su casa y servicio, con el partido que yo le man­
do al presente dar.
57. Item encargo y mando, que tenga el dicho Don Martín, mi
hijo sucesor, en su casa y servicio, como yo lo tengo, á Antonio Gal-
varro, mi camarero, por cuanto confio que él hará bueno y leal ser­
vicio, como lo ha hecho en el tiempo que á mi me ha servido.
58. Item mando, que á Diego González, vecino de Medellin, que
al presente reside en esta ciudad de Sevilla, se le dé un sayo, y una
capa de paño negro veinteseiseno, y unas calzas, y un jubón, y una
gorra, y mas veinte ducados de oro, de todo lo cual yo le hago gra­
cia y merced, por ser buena persona de la afición que á mi casa ha
tenido y tiene.
59. Item, encargo y mando al dicho Don Martín mi hijo sucesor,
«que siempre que tenga en su servicio y compañía á Melchor de Moji-
ca, mi contador, por cuanto de lo bien y fielmente que á mí me ha
servido en el poco tiempo que aquí está en mi casa, tengo entendido y
confio que así lo hará en adelante, y que el dicho Don Martín, mi
•hijo, recibirá buen servicio y advertencia de él en los negocios y co­
sas que conmigo ha entendido y tratado, el cual dicho Melchor de
Mojica encargo y mando que así lo haga, pues yo hago de él esta
confianza, y quiero y mando que esté en el cargo y partido, como y
de la manera que al presente está, el tiempo que pudiere y quisiere
el Marqués.
60. Item mando, que al hospital del Amor de Dios, se le dé y pa­ i

gue la limosna que por las cuentas y relación de Don Juan Galiano
^pareciere que se debe, de lo que se mandó dar cada mes después
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44 MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA. @7 vfc'C/L
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que estoy en esta ciudad de Sevilla, y mas mando que se dé de mi ©I
hacienda otros cien ducados de oro.
61. Item mando, que se vean y averigüen luego las cuentas del
maestro Vicente, de las obras que para mi casa y cámara ha hecho,
y lo que por ellas se montare, descontando lo que ha recibido se le
pague luego.
62. Y por cuanto Don Martín Cortés, mi hijo, y de la dicha Mar­
quesa Doña Juana de Zúñiga, mi mujer, sucesor de mi casa y estado,
es menor de veinticinco años, y mayor de quince, quiero y es mi vo-4
luntad que esté debajo de la administración y cura, que yo aquí nom­
bro por tutores y curadores de mis hijos, hasta tanto que sean de I
edad de veinticinco años cumplidos, y dentro del término no se apar­
te ni acuse de la administración y cura, porque hasta en cumplimien­
to de la dicha edad que yo así .señalo, su hacienda y’estado sea mas
aprovechadamente aumentado y aprovechado, por manera que así
conservado y administrado, mejor y mas brevemente, se pueda cum­ á

plir todo lo que yo mando y dispongo, en este testamento, así para


la cura y administración de los bienes del dicho Don Martín mi hijo,
como para la tutela y cura de las personas y bienes de mis hijas le-
gítimas, Doña María, y Doña Catalina, y Doña Juana, nombro y se­
$
ñalo por tutores y curadores á los muy Ilustres Señores Don Juan c,
Alonso de Guzmán, Duque de Medina Sidonia, y Don Pedro Alvarez
Osorio, Marqués de Astorga, y Don Pedro de Arellano, Conde de
Aguilar: á los cuales suplico tengan por bien de aceptar, y recibir en
sí la dicha tutela y cura, y la reciban y acepten, trayendo á la memo­
ria y teniendo respecto á que se lo pido y suplico, y que los dichos
mis hijos son de su sangre y linaje, y que favoreciéndolos en este
caso, cumplen lo que deben señores y deudos tan propincuos, y pa­
guen en su mismo linaje y estado; y para en reconocimiento de al­
gún servicio y de los derechos que conforme á la ley debían haber y
llevar de mis bienes por la dicha tutela y cura, mando que se les dé
en cada un año de los que estuvieren á cargo de su Señorías cin­
cuenta márcos de plata, y yo le suplico lo acepten y tengan por bien,
teniendo consideración á las causas y razones sobre dichas: y mando
que hasta que sean cumplidos los veinte años de la edad del dicho
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Don Martín mi hijo, sucesor de mi estado, para la sustentación de su
$
persona, casa, y criados de su servicio, se le den en cada un año doce

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MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

mil ducados, porque del residuo ó remanente de mis rentas mas cum­ * *J

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plida y brevemente se cumpla y pague todo lo que dejo ordenado y
mando en este mi testamento; y cumplidos los veinte años puede go­
zar de lo mas: y porque las villas y lugares, ingenios y minas, y to­
das las otras haciendas que están vinculadas y son de mi estado y
casa, en los cuales después de mis dias el dicho Don Martín, mi hi­
jo, ha de suceder, están divididas y repartidas, y sus términos caen
en distintas provincias de la Nueva España, lejos unas de otras, y
como persona que mejor las entienda y tiene sabidas conviene y es
necesario que yo provea las personas convenientes á la administra­
ción de las haciendas, pido y suplico á los dichos Señores tutores y
curadores, sus señorías hayan por bien, y pasen por el nombramien­
to y provisión de personas que para el efecto susodicho yo dejare he­
t

cho y firmado de mi nombre, porque tengo por cierto, que de esta


manera las dichas haciendas serán tratadas y administradas como
mejor les conviene, y sus señorías serán relevados del trabajo y cui­
dado en el proveer las personas que las han de tratar y tener.
!>e>
63. Y otro sí, dejo y nombro por sucesor de mi casa y estado, á
Don Martín Cortés, mi hijo, y de la Marquesa Doña Juana de Zú-
ñiga, mi mujer, á sus descendientes, y á las otras personas llamadas
de la institución de mi mayorazgo, que yo instituí con facultad del Em­
perador y Rey Nuestro Señor, según, y por la forma, y con las con­
diciones y vedamentos con todo lo demas que en la dicha institución
se contiene: y si‘necesario es, de nuevo hago é instituyo el dicho ma­
yorazgo en el dicho Don Martín mi hijo, en la manera susodicha, y
por la dicha autoridad y licencia que para ello tengo, y dejo por mi
universal, heredero al dicho Don Martín mi hijo, sucesor en todos
mis bienes, muebles y raíces, y derechos, cauciones, y quiera que yo
los haya, y me pertenezcan fuera del dicho mayorazgo; y dejo por
herederos á las dichas Doña María, y Doña Catalina, y Doña Juana,
mis hijas legítimas, y de la dicha Marquesa, mi mujer, en aquello que
las dejo mandado que hayan para sus dotes y legítimas, con las cua­
les mando que se contengan sin pretender otro derecho, ni acción
ninguna contra mis bienes por razón de sus legítimas.
64. Y para cumplir y pagar este mi testamento, y las mandas en
el contenido, dejo y nombro por mis albaceas, para en estos Reinos1
de España, á los dichos muy Ilustres Señores Duque de Medina Si-

$
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46 MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

donia, Marqués de Astorga, Conde de Aguilar (marqués), á los cua­


les todos tres juntamente, y cada uno de ellos por sí insolidum, doy
poder cumplido para que por su propia autoridad puedan estar y to­
mar de mis bienes y hacienda toda y cualesquiera cantidad que sea
menester, para cumplimiento de todo lo que en este mi testamento es
dicho y declarado, y las mandas en él contenidas; los cuales dichos
bienes, si fuere menester, puede vender en almoneda ó fuera de ella
como bien visto les fuere, y pagar y cumplir este dicho mi testamen­
to; á los cuales dichos Señores pido y suplico descarguen mi cons­
ciencia, y manden cumplir y pagar con efecto todo lo contenido en
este mi testamento; y para en lo que toca á la Nueva España y en I
aquellas provincias se ha de proveer y hacer, según en la forma y
manera que yo en este mi testamento lo dejo declarado y mandado,
dejo y nombro por mis albaceas á la Marquesa Doña Juana de Zú-
ñiga, mi mujer, y al Señor Obispo de México Fr. Juan de Zumárra-
í re
ga, y al Padre Fr. Domingo de Betanzos, de la Orden de Santo Do­
mingo, y al Licenciado Juan de Altamirano, estantes al presente en la
dicha Nueva España; y revoco otro cualquier testamento ó testamentos
es»; que yo tenga hechos y otorgados, y quiero y es mi voluntad que no
valgan ni se ejecuten, salvo este que al presente hago escrito,-y así mis­
Y
a mo revoco cualquiera codicilo ó codicilos que yo haya hecho y otor­
gado por escrito y por palabra, en los tiempos pasados, y visto y
leído en mi presencia todo según y como en el se contiene, y lo fir­
mo de mi nombre, y va señalado de mi mano en todas las. hojas que
son diez, con esta en que va firmada, y va también, va en todas las
dichas hojas, las cuales firmas puse estando presente el Licenciado
Infante. Fecho en Sevilla á once dias del mes de Octubre, año del
nacimiento del Señor Nuestro Salvador Jesucristo, de mil y quinien­
tos y cuarenta y siete años.
Item digo, que por cuanto en un capítulo de este mi testamento yo
tengo dicho y mando que los cuatro mil ducados que rentan y valen
las casas y tiendas que yo tengo en la ciudad de México, después de
cumplidas y acabadas las obras del dicho hospital, monasterio, y cole­
gio que mande hacer, sean y se adjudiquen enteramente desde adelan­
te para dotación y propios del dicho colegio, y monasterio y hospital,
como en el dicho capítulo á que me refiero se contiene y por cuanto
podría ser que algún tiempo, las dichas tiendas y casas valieran me-
u, I
MARQUESADO DEL VALLE DE OAXACA.

nos cantidad de maravedís de los dichos cuatro mil ducados, y mi


<a
intención y voluntad que enteramente se den, y cumplan para las di­
chas dotaciones, ordeno y mando que lo que así en algún año faltare,
lo de y cumpla el sucesor de mi casa de sus bienes, por manera que
los dichos cuatro mil ducados se cumplan enteramente sin diminución
alguna; y esto va añadido á las diez hojas de esta otra parte conteni­
das; fecho y firmado en el mismo día mes y año.—El Marqués del Va­
lle.—Por mandado de su Señoría, por testigo el Licenciado Infante.
—Por mandado de su Señoría, Melchor Mojica.
De lo cual que dicho es según pasó, di el presente testimonio, que
es hecho en la ciudad de Sevilla, el dicho día, mes y año susodicho;
y de ello fueron presentes por testigos Antón Fernandez de Salazar,
y Martín Ledesma, y Luis de Frías, escribano de Sevilla.—Antón
Fernández de Salazar, Escribano público de Sevilla.—Martín de
Ledesma, Escribano de Sevilla.—Melchor de Portes, Escribano pú­
blico de Sevilla.—Yo Fernando de Paz, Escribano público de Sevi­
lla lo hice escribir y sacar de este registro que fué hecho ante Mel­
chor de Portes, Escribano público que fué de Sevilla, difunto, en cu­
yo oficio yo sucedí, é hice aquí mi signo.—(Un signo).

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MARQUESADO DE SALINAS DE RIO PISUERGA.


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PRIMERA PARTE.
TITULO DE MARQUÉS DE SALINAS DE RIO PISUERGA,
9
CONCEDIDO POR S M. EL REY DON FELIPE III A DON LUIS DE VELASCO,
CABALLERO DE SANTIAGO,
VIRREY GOBERNADOR Y CAPITÁN GENERAL DE NUEVA ESPAÑA,
EN SEGOVIA A 13 DE JULIO DE 1609.
Ái

ON FELIPE por la gracia de Dios Rey de Castilla, de


León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de
Portugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valen­
cia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de
Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Al gar­
óes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas de Canaria,
de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra firme del mar
Océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y

Milán, Conde de Hapsburg, de Flandes, de Tirol y de Barcelona, Se­
ñor de Vizcaya y de Molina, etc., etc. Al Serenísimo Príncipe Don
Felipe nuestro muy caro y muy amado hijo, y á los Infantes, Prela­
dos, Duques, Marqueses, Condes, Ri^os-hombres, Priores de las Or­
e denes, Comendadores y Subcomendadores, Alcaides de los Castillos
y Casas fuertes y llanas, y á los del nuestro Consejo, Presidente y
9
Oidores de las nuestras Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de nuestra

..... ......................................
------------------------------------------------------------------------------------- - —--------
TTx */T“
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Casa, Corte y Cancillerías, y á todos los Consejos, Corregidores,


Asistentes, Gobernadores y otros-jueces y justicias y personas de &

cualquier estado, condición, preeminencia ó dignidad que sean nues­


tros vasallos, súbditos y naturales, así á los que ahora son como á
los que adelante fueren: Sabed que por parte de Don Luis de Ve-
lasco , Marqués de Salinas de Río Pisuerga y presidente del nuestro
Consejo de las Indias, nos ha sido hecha relación que, como sabía­
mos por una nuestra carta y provisión firmada de mi mano, dada en4
la ciudad de Segovia á trece de Julio del año pasado de mil seiscien­
tos nueve, le hicimos merced del dicho título de Marqués; la cual
antes de registrarse y sellarse en el registro y sello de nuestra Cor­
te, se le perdió. Suplicándonos fuésemos servido de mandarle dar
otra tal por perdida y que aquella le valga por original ó como la
nuestra merced fuese. Para cuyo efecto mandamos que las minutas y
papeles que hay en el nuestro escritorio de la Cámara, se sacase la
que de el dicho título se hizo y ordenó; la cual se sacó, cuyo tenor es
el siguiente: Don Felipe, etc. Por cuanto por parte de vos Don
Luis de Velasco, Caballero de la Orden de Santiago, nuestro Virrey,
Gobernador y Capitán General de la Nueva España, nos ha sido he­
cha relación que Don Luis de Velasco vuestro padre, ya difunto, sir­
I vió al Emperador y Rey, mis Señores Padre y Abuelo, que estén en
gloria, en los cargos de veedor y Capitán General de los Guardias de
España, Virrey de Navarra y últimamente en los cargos de Virrey,
Gobernador y Capitán General de la Nueva España donde moderó
los excesivos tributos que los indios pagaban y quitó los servicios
personales y los vejámenes que eran indios que se cargaban y en cu­
yo trabajo morían muchos, y libertó á los esclavos; y envió á prose­
guir el descubrimiento y la conquista de la Florida; y se descubrie­
ron por su orden las Islas Filipinas en aumento de nuestra Real Co­
rona. Y vos á imitación suya servísteis al Rey mi Señor en Flandes,
cuando pasó á visitar aquellos Estados, y en otras cosas que por
S. M. os fueron encargadas. Y habiéndoos proveído en los dichos
cargos de Virrey, Gobernador y Capitán General de la dicha Nueva
España, asentasteis la paz con los indios Chichimecas, hicisteis dili­
gencias para la conquista de Nuevo México, procurando el bien y 9

conservación de los indios y el aumento de nuestra Real Hacienda


otras cosas de mucha importancia para el buen gobierno de las di-

'/TV
s
------------
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

chas provincias. Lo cual continuasteis en el Perú, sirviéndonos á nos


en los mismos cargos, sin embargo de que por vuestra edad y acha­
ques os dimos licencia para venir á descansar á vuestra casa. Y últi­
mamente habiendo tenido por bien de que nos tornaseis á servir á la
dicha Nueva España, en los dichos cargos, que actualmente teneis,
hallasteis que la ciudad de México, que está fundada sobre una lagu­
na, por haber crecido ella mucho, estaba en evidente peligro de aner
garse, porque se navegaba por las calles con canoas, y muchos tem­
plos estaban cerrados sin poderse decir Misa, y con vuestra buena
diligencia y cuidado y sin costa de nuestra Real Hacienda, sino de
aquella República, con mucha suavidad de los naturales, reparasteis
y sacasteis la dicha ciudad del dicho peligro. Suplicándonos que por
todos estos servicios hechos con tanta continuación fuésemos servi­
do de os honrar con título de Marqués de Salinas de Río Pisuerga,
ó como la nuestra merced fuese. Y teniendo consideración á tan bue­
nos, loables y señalados servicios como vos y el dicho vuestro padre
nos habéis hecho, de que tenemos toda satisfacción, y en alguna en­
mienda y remuneración.de ellos, y por más os honrar y sublimar:
Tenemos por bien y es nuestra merced y voluntad, que ahora y de
aquí adelante os podáis llamar é intitular, y os llaméis é intituléis, y
e) os hacemos é intitulamos Marqués de Salinas de Río Pisuerga.
Y por esta nuestra carta encargamos al Serenísimo Príncipe Don Fe­
lipe, mi muy caro y muy amado hijo, y mandamos á los Infantes,
Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres, Priores de
las Ordenes, Comendadores y Subcomendadores, Alcaides de los
Castillos y Casas fuertes y llanas, y á los del nuestro Consejo, Pre­
sidentes y Oidores de las nuestras Audiencias, Alcaldes, Alguaciles
de nuestra Casa y Corte y Cancillerías, y á todos los Consejos, Co­
rregidores, Asistentes, Gobernadores y otros jueces y justicias y per­
sonas de cualquier estado, condición, preeminencia ó dignidad, que
sean nuestros vasallos, súbditos y naturales, así á los que ahora son
como á los que adelante fueren y á cada uno y cualquiera de ellos,
que os hayan y tengan y llamen Marqués de Salinas de Río Pisuer­
ga; y os guarden y hagan guardar todas las honras, gracias, merce­
© des, franquezas, libertades, preeminencias, exenciones, y otras cosas
que por razón de ser Marqués debeis haber y gozar, y os deben ser
guardadas. Todo bien y cumplidamente, sin faltaros cosa alguna.

<
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISÜERGA.

si de ello quisiereis nuestra carta de privilegio, mandamos al nuestro


Canciller, Notarios y Escribanos Mayores de los nuestros Privile­
gios y Confirmaciones y á los otros Oficiales que están á la tabla de
los nuestros sellos que os la den, libren y sellen lo más firme, fuerte
y bastante que les pidiereis y menester hubiereis. Y que por los li­
bros y registros del dicho nuestro Escritorio de la Cámara, parece
estar asentado en ellos la dicha nuestra carta y provisión en relación
. de la forma acostumbrada por donde consta ser así que la dimos y
firmamos en la dicha ciudad de Segovia el dicho trece de Julio del
dicho año de mil seiscientos nueve, y nuestra voluntad es que el I
traslado de ella que de suso va incorporado, valga por original y sé
le dé la misma fe: Os mandamos á todos y á cada uno de vos que
veáis el dicho traslado y le deis y hagais dar tanta fé‘como al ori­
ginal, teniéndole por tal. Dada en Aranjuez á seis de Mayo de mil
seiscientos diez y siete años—Yo el Rey.—Rúbrica—Yo Tomás
de Angulo, Secretario del Rey Nuestro Señor, lo hice escribir por su
mandado.—Registrada.—Jorge de Raoes Adert.—Hay una rúbrica.
—Canciller mar.—Jorge de Raoes Adert.—Hay una rúbrica.— El
Arzobispo de Burgos.—Hay una rúbrica.—Licenciado Don Domin­
go López de Ayala.—l&xy una rúbrica.—El Licenciado Gil Ramí­ &
rez de Arellano.—Hay una rúbrica.—V. M. dió título de Marqués
de Salinas de Río Pisuerga á Don Luis de Velasco, Presidente de
Indias.—Y por haberse perdido el despacho antes de sellarse, le da
V. M. otro tal por perdido.—Hay una rúbrica.

SEGUNDA PARTE.
GENEALOGIA DE LOS MARQUESES.

Don Luis de Velasco, segundo Virrey de Nueva España, se casó


con Doña Ana de Castilla (i), y tuvieron por hijo al

(1) Fundaron un Mayorazgo el 24 de Octubre de 1549, al que se le unieron el fundado


por Don Diego de Ibarra el 11 de Enero de 1578, y el que fundó Don Luis de Velasco, el se-
undo (hijo del primer fundador), el 6 de Marzo de 1614.
cuy**’


MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. MS

ler. Marqués, Don Luis de Velasco, octavo y undécimo Virrey de


Nueva España y del Perú, Presidente del Supremo Consejo de In­
dias, se casó con Doña María de Ircio y Mendoza, y tuvieron por
hijo al
2? Marqués, Don Luis de Velasco, se casó con Doña Ana Osorio
Manrique, y tuvo por hija á la
3* Marquesa, Doña Juana de Velasco, se casó con Don Antonio
Gómez Dávila, y murió sin sucesión, y su hermana fué la
4- Marquesa, Doña Luisa de Velasco, murió sin sucesión, y su
hermana fué la
5? Marquesa, Doña Mariana de Velasco, se casó con Don Balta­
sar Chávez. Falleció el año de 1702 y con ella se extinguió esta lí­
nea, y heredó el Marquesado su sobrino el
6? Marqués, Don Nicolás Velasco Altamirano (1), se casó con Do­
ña María Gorráez, Beaumont y Navarra, y tuvieron por hijo al
7? Marqués, Don Juan Altamirano, se casó con Doña Ana María
Urrutia de Vergara, y tuvieron por hijo al
8? Marqués, Don Juan Lorenzo Velasco Altamirano, se casó con
Doña Bárbara de Ovando y Rivadeneyra, y su hermano fué el
9- Marqués, Don José de Velasco de Vergara, murió sin sucesión,
y heredó el título su sobrina la
io* Marquesa, Doña Ana Velasco Altamirano (2), se casó con Don
Ignacio Gómez de Cervantes, y tuvieron por hijo a¡
11? Marqués, Don José María Cervantes y Velasco, se casó en
primeras nupcias con Doña María Michaus y Oroquieta, y en segun­
das con Doña María Ozta y Cotera, y tuvieron por hijo al
12” Marqués, Don José María Cervantes Ozta, se casó con Doña
Magdalena Ayestarán, y tuvieron por hijo al que debía ser el
13? Marqués, Don Ignacio Cervantes, viudo de Doña Carmen
Cáuz.

(1) Hijo de Don Fernando Altamirano y de Doña Isabel Villegas; nieto de Don Juan Al­
tamirano y de Dofia Luisa Legaspi; segundo nieto de Don Fernando Altamirano y de Doña
María de Velasco; tercer nieto de Don Francisco de Velasco y de Doña María de Ibarra, y
cuarto nieto del primer Marqués.
(2) Hija del octavo Marqués.
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DE LOS DECIMOS MARQUESES DE SALINAS.

Don Ignacio Gómez de Cervantes y Padilla, Gentil-hombre de Cá­


mara y Maestrante de Ronda, casó con Doña Ana María de Velascq
y Ovando, décima Marquesa de Salinas, y tuvieron nueve hijos: I.
Doña Rita Cervantes y Velasco; II. Don José María; III. Don Mi­
guel; IV. Doña María Ignacia; V. Doña Pascuala; VI. Don Fran­
cisco, que murió sin sucesión; VII. Don Rafael; VIII. Doña María
Josefa, sin sucesión, y IX. Doña María Ana. La reseña de la des­
cendencia de cada una de estas personas ocupará un libro, excep­
tuando á Don Francisco y á Doña María Josefa que murieron sin
sucesión.

LIBRO PRIMERO.
Doña Rita Cervantes y Velasco, hija primogénita de los décimos
Marqueses, contrajo matrimonio con el Señor Don Mariano Primo
de Rivera; disputó durante algún tiempo el Mayorazgo del título de
Salvatierra y el Mayorazgo de Urrutia á su tía Doña María Josefa
Velasco de Espinosa. Doña Rita y su esposo sólo tuvieron un hijo
que se llamó Don Joaquín Primo de Rivera y Cervantes, fué aboga­
do y no dejó descendencia, pues siguió la carrera eclesiástica y fa­
lleció siendo Deán de la Catedral de México en 1885.
LIBRO SEGUNDO
Don José María Cervantes y Velasco (hijo segundo de los déci­
mos Marqueses), fué General de la República, undécimo Marqués de
Salinas, duodécimo Conde de Santiago, Adelantado de Filipinas, etc.;
casó dos veces: la primera con Doña María Ana Michaus y Oroquie-
ta (hija de Don Martín Angel de Michaus, Sargento Mayor del Re­
gimiento Urbano de Comercio de México y de Doña Manuela Oro-
quieta); por segunda vez contrajo matrimonio con Doña Ana María
Ozta y Cotera, parienta lejana suya (hija de la tercera Marquesa de
Rivascacho, Doña Josefa de la Cotera y Calvo y de su esposo Don
Juan Casimiro de Ozta y Múzquiz). De estos matrimonios tuvo seis
& hijos (dos del primero y cuatro del segundo): I. Don José Juan Cer­
vantes y Michaus; II. Doña Guadalupe Cervantes y Michaus; III.
Don Ignacio Cervantes y Ozta que falleció en 1838 sin tomar estado;
IV. Don José María; V. Doña Ana María, y VI. Doña María de los
Angeles Cervantes y Ozta, fallecida en 1818 sin haber tomado esta­
do. A cada uno de estos señores, exceptuando el tercero y el sexto,
dedicaremos uno de los cuatro capítulos siguientes.

CAPITULO I

Don José Juan Cervantes y Michaus (hijo primogénito de los un­


décimos Marqueses), fué duodécimo Conde de Santiago y Adelan­
tado de Filipinas, casó en primeras nupcias con Doña Ana Lebrija,
sin sucesión, y en segundas con Doña Amada Pliego y González;
hijos:
I. Licenciado Don Antonio Cervantes y Pliego (fué Administra­
dor Local de Correos de México), casado (25 de Noviembre de 1899)
con Doña Esther Ruiz; hijos:
1. Don José Juan Cervantes y Ruiz.
2. Don Mauricio Cervantes y Ruiz.
3. Don Antonio Cervantes y Ruiz, que murió en la infancia,
............. .................................. .................................. ...............
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

4. Don Antonio Cervantes y Ruiz.


II. Doña Manuela Cervantes y Pliego, murió sin sucesión.
III. Doña Angela Cervantes y Pliego, casada (Enero de 1899)
con el Licenciado Don Joaquín Clausell, Jefe de la Sección de Jus­
ticia en el Ministerio del Ramo; hijos:
1. Doña Dolores Clausell y Cervantes.
2. Doña Estela Clausell y Cervantes.
3. Don Joaquín Clausell y Cervantes, y
4. Don Carlos Clausell y Cervantes.
IV. Doña Josefa Cervantes y Pliego.
V. Don José Juan Cervantes y Pliego, falleció en la infancia.

CAPITULO II.

Doña Guadalupe Cervantes y Michaus, contrajo matrimonio con


Don José Mariano Sánchez Espinosa, Mora y Flores, que debió ser
cuarto Conde de Santa María de Guadalupe del Peñasco (1), y tuvo
los siguientes hijos:
I. Don Antonio Espinosa y Cervantes, que debió ser el quinto
Conde dél Peñasco, casado con Doña Guadalupe Cuevas y Morán (2);
hijos:
1. Ingeniero Don José Mariano Espinosa y Cuevas, que debía ser
el sexto Conde del Peñasco, Gobernador de San Luis Potosí, casado
con Doña Carmen Grande; hijos:
A. Doña Luz Espinosa y Grande, murió en la infancia.
B. Doña Guadalupe Espinosa y Grande.
C. Doña Carmen Espinosa y Grande.
D. Doña María Concepción Espinosa y Grande.
E. Don J osé Mariano Espinosa y Grande.
F. Doña María de las Mercedes Espinosa y Grande, murió en la
infancia.
G. Don Rafael Espinosa y Grande.
H. Doña Guillermina Espinosa y Grande, murió en la infancia.
Francisco Espinosa y Grande.

(1) Véase artículo sobre los Condes de Santa María de Guadalupe del Peñasco,
á® (2) Véanse artículos sobre Marquesado de Vivanco y Familia Cuevas.
—■-........

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.


<9

Ingeniero Don Luis Espinosa y Cuevas, casado con Dona Ro­


sa Casanova; hijos:
A. Don Luis Espinosa y Casanova.
B. D ona Rosa María Espinosa y Casanova.
C. Don Alfonso Espinosa y Casanova.
D. Doña María Esperanza Espinosa y Casanova.
E. Don Enrique Espinosa y Casanova, y
F. Doña Consuelo Espinosa y Casanova.
3. Doña Guadalupe Espinosa y Cuevas, casada con Don Félix
Gutiérrez de Monzón; hijos:
A. Doña Guadalupe Gutiérrez y Espinosa.
B. Doña Concepción Gutiérrez y Espinosa.
C. Doña Virginia Gutiérrez y Espinosa.
D. Don Eduardo Gutiérrez y Espinosa.
E. Doña Rosario Gutiérrez y Espinosa.
F. Doña Elena Gutiérrez y Espinosa.
G. Don Félix Gutiérrez y Espinosa, y
H. Don Luis Gutiérrez y Espinosa.
4. Doña María Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
5. Doña Luz Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
6. Don Javier Espinosa y Cuevas, casado en primeras nupcias
con Doña Juana Montgomery y en segundas con Doña Adelaida
1
Pitman.
Hijos del primer matrimonio:
A. Don Antonio Espinosa y Montgomery, y
B. Don Javier Espinosa y Montgomery.
Hijos del segundo matrimonio:
A. Don Eduardo Espinosa y Pitman.
B. Don Carlos Espinosa y Pitman, y
C. Don Manuel Espinosa y Pitman.
7- Don Eduardo Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
8. Doña Paz Espinosa y Cuevas, casada con el Doctor Don Ani­
ceto Ortega y Espinosa (i), primo suyo; hijos:
A. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
B. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.

(1) Véase artículo sobre los Condes del Valle de Oploca.


r’zaxaxEETa.a. fabte.
— ...... . .............. - ----- —
a.»a

IO MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

C. Doña Paz Ortega y Espinosa, y


D. Don Aniceto Ortega y Espinosa.
9. Don Vicente Espinosa y Cuevas.
10. Doña Elena Espinosa y Cuevas.
11. Doña Virginia Espinosa y Cuevas.
II. Don Manuel Espinosa y Cervantes, casado con Doña Carmen
Parra; hijos:
1. Doña Concepción Espinosa y Parra, que contrajo matrimonio
con Don Tomás Olavarría; hijos:
A. Doña Carmen Olavarría y Espinosa.
B. Doña Concepción Olavarría y Espinosa. <
C. Doña Guadalupe Olavarría y Espinosa.
D. Doña María de las Mercedes Olavarría y Espinosa.
E. Doña María de los Angeles Olavarría y Espinosa.
F. Doña Luisa Olavarría y Espinosa.
% G. Don Manuel Olavarría y Espinosa, y
H. Don Tomás Olavarría y Espinosa.
2. Don Manuel Espinosa y Parra, murió sin sucesión.
3. Don José Espinosa y Parra, casado con Doña María¿Ardila;
hijos:
A. Doña Guadalupe Espinosa y Ardila.
B. Doña Carmen Espinosa y Ardila.
C. Don Manuel Espinosa y Ardila.
D. Doña María de las Mercedes Espinosa y Ardila.
E. Don José Espinosa y Ardila, murió en la infancia.
í
F. Doña María Espinosa y Ardila.
G. Don José Ignacio Espinosa y Ardila, y
H. Doña Enriqueta Espinosa y Ardila.
4. Don José Espinosa y Parra, murió en la infancia.
5. Doña María Guadalupe Espinosa y Parra, murió en la infancia.
6. Doña María de los Angeles Espinosa y Parra, casada con Don
José Valle; hijos:
A. Don José Valle y Espinosa.
B. Don Angel Valle y Espinosa.
C. Don Salvador Valle y Espinosa.
D. Doña Josefa Valle y Espinosa, murió en la infancia.
E. Don Rafael Valle y Espinosa, y
i
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. II G

F. Doña Josefa Valle y Espinosa.


7. Doña María Espinosa y Parra, casada con Don Eusebio Gon­
zález; hijos:
A. Doña María de los Angeles González y Espinosa.
8. Don Francisco Espinosa y Parra, murió sin sucesión.
9. Don José de Jesús Espinosa y Parra.
10. Don Pedro Espinosa y Parra, casado con Doña Beatriz Re­
yes; hijos:
A. Don Francisco Espinosa y Reyes, y
B. Don Angel Espinosa y Reyes.
11. Doña Carmen Espinosa y Parra.
12. Doña Dolores Espinosa y Parra.
13. Don Joaquín Espinosa y Parra.
14. Doña Guadalupe Espinosa y Parra, casada con Don Santiago
Herrán.
15. Don Antonio Espinosa y Parra, y
16. Don Luis Espinosa y Parra.
III. Doña Loreto Espinosa y Cervantes, casada con el Doctor
Don Aniceto Ortega del Villar (1); hijos:
1. Doña Enriqueta Ortega y Espinosa.
2. Licenciado Don Manuel Ortega y Espinosa, Abogado Consul­
tor de la Secretaría de Fomento, viudo de Doña Beatriz Hay; hijos:
A. Doña Beatriz Marta Ortega y Hay.
B. Don Guillermo Ortega y Hay.
C. Don Manuel Ortega y Hay, y
D. Doña Rosa Ortega y Hay.
3. Ingeniero Don José Ortega y Espinosa, casado con Doña Con­
cepción Escudero y Pérez Gallardo.
4. Don Jacobo Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
5. Doña Guadalupe Ortega y Espinosa, que falleció; contrajo ma­
trimonio con Don Francisco Gámez y Buch (2); hijos:
A. Don P'rancisco Gámez y Ortega.
B. Don Angel Gámez y Ortega, y
C. Doña Guadalupe Gámez y Ortega.

(1) Véase artículo sobre Conde del Valle de Oploca.


(2) Véase artículo sobre Ducado de Prim.
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

6. Don Francisco Ortega y Espinosa, casado con Doña Matilde


Casanova; hijos:
A. Doña Matilde Ortega y Casanova, murió en la infancia.
B. Doña Catalina Ortega y Casanova, murió en la infancia.
C. Don Aniceto Ortega y Casanova.
D. Doña Margarita Ortega y Casanova.
E. Don Eduardo Ortega y Casanova.
F. Don Francisco Ortega y Casanova, y ¿
G. Doña María Luisa Ortega y Casanova.
7. Doña Carmen Ortega y Espinosa, casada con Don Francisco
Gámez y Buch (viudo de Doña Guadalupe); hijos:
A. Don Manuel Gámez y Ortega.
B. Don José Ignacio Gámez y Ortega, y
C. Doña Dolores Gámez y Ortega.
8. Doña Loreto Ortega y Espinosa, que contrajo matrimonio con
el Licenciado Don Manuel Escalante, Secretario del Consejo de Go- A
bierno; hijos:

B¿ Don Manuel Escalante y Ortega.


C. Doña Julia Escalante y Ortega.
D. Don Daniel Escalante y Ortega.
E. Doña Eugenia Escalante y Ortega, y
F. Doña Sofía Escalante y Ortega.
9. Doctor Don Aniceto Ortega y Espinosa, casó con su prima
Doña Paz Espinosa y Cuevas; hijos:
A. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
B. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
C. Doña Paz Ortega y Espinosa, y
D. Don Aniceto Ortega y Espinosa.
10. Ingeniero Don Vicente Ortega y Espinosa.
11. Doña Dolores Ortega y Espinosa, y
12. Doña María Ortega y Espinosa.
Esta familia vive en la casa número 3 de la 2? calle del Reloj, que
pertenece á su familia desde mediados del siglo XVI, por ser del Ma­
yorazgo fundado por Don Luis de Castilla.
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

CAPITULO III.

Don J osé María Cervantes y Ozta, casado con Dona Magdalena


Ayestarán y Castro (que falleció en 10 de Diciembre de 1847); es^e
señor, según la ley de desvinculaciones, adquirió la mitad de los ex­
mayorazgos de Gutiérrez Altamirano y Salinas, y debía haber here­
dado también el título de Marqués de Salinas; pero ya en esa época
estaban suprimidos los títulos en México. Falleció en 1867, y tuvo
dos hijos:
I. Don Ignacio Cervantes y Ayestarán, que debería ser hoy déci-
motercero Marqués de Salinas, décimocuarto Conde de Santiago de
Calimaya y Adelantado de las Islas Filipinas; reside en Jalapa y es
viudo de la Señora Doña Carmen Cáuz, de la que no tuvo sucesión;
vendió la Hacienda de Ateneo y los bienes que le correspondieron
de los mayorazgos. £
II. Doña Guadalupe Cervantes Ayestarán (ya fallecida), casada
con Don Francisco Cáuz (hermano de Doña Carmen); hijos:
1. Don José Antonio Cáuz y Cervantes, en quien debieran recaer
los títulos citados á la muerte de su tío Don Ignacio. %
2. Doña Concepción Cáuz y Cervantes.
3. Doña Elena Cáuz y Cervantes.
4 Doña Guadalupe Cáuz y Cervantes, y
5. Doña Ana Cáuz y Cervantes.

CAPITULO IV.

Doña Ana María Cervantes y Ozta (muerta en 1899), casada con


Don Ignacio Algara y Gómez de la Casa (Teniente Alcalde del Ayun­
tamiento Imperial el año de 1867, murió en 1887); tuvo ocho hijos:
I. Don Ignacio Algara y Cervantes (murió en 1890), casó con
Doña Francisca González Buch; hijos:
1. Don Francisco Algara y González, casado con Doña Gertrudis
Bray; hijos:
A. Don Francisco Algara y Bray.
primera parte.
<•
A*A

14 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

B. Don Ignacio Algara y Bray, y


C. Doña María Gertrudis Algara y Bray.
2. Doña María de la Luz Algara y González, casada con el Señor
Ingeniero Don Mauricio de Maria Campos y Elguero; hijos:
A. Don Mauricio de Maria Campos y Algara.
3. Doña Ana Algara y González, casada con Don Manuel Echa-
ve y García Teruel (1), y
4. Don Angel Algara y González.
II. Don Francisco Algara y Cervantes (murió en 1889), casó con
Doña Josefa Romero de Terreros (2); hijos:
1. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con Doña
María Schulze y Rincón Gallardo (3).
2. Don Manuel Algara y Romero de Terreros, murió sin sucesión.
3. Don Fernando Algara y Romero de Terreros.
4. Don Angel Algara y Romero de Terreros (literato).
¡5á 5. Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con Don
Enrique Algernon Joy; hijos:
A. Don Enrique Joy y Algara.
B. Doña María Josefa Joy y Algara.
6. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, que falleció en 1897,
sin sucesión.
III. Doña María de los Angeles Algara y Cervantes, que falleció
en la infancia en 1854.
IV. Licenciado Don José Algara y Cervantes, ex-Profesor de Le­
gislación Comparada y de Derecho Constitucional en la Escuela Na­
cional de Jurisprudencia, ex-Promotor del Juzgado 1? de Distrito y
actualmente Subsecretario de Relaciones Exteriores, y autor de “Los
descendientes de Miguel de Cervantes Saavedra en México, apuntes
genealógicos,” publicados en 1892. Sin tomar estado.
V. Don Antonio Algara y Cervantes, fallecido en 1893, casó con
Doña Guadalupe Romero de Terreros y Goríbar, Marquesa de Vi-
llahermosa de Alfaro y de San Cristóbal, Condesa de Jala (4), sin
hijos.

(1) Véase artículo sobre la familia Icaza.


(2) Véase artículo relativo al Ducado de Regla, etc.
(3) Véase artículo sobre los Marqueses de Guadalupe.
(4) Véanse artículos relativos á estos títulos.

.VEA
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

VI. Doña Ana Algara y Cervantes, viuda de Don José Cuevas y


Rubio (i), sin sucesión.
VII. Don Manuel Algara y Cervantes, casado con Doña Carlota
de Landero; hijos:
1. Doña Carlota Algara y Landero.
2. Doña Ana Elena Algara y Landero, y
3. Don Manuel Algara y Landero.
VIII. Don Javier Algara y Cervantes, casado con Doña Carmen
Sánchez; hijos:
1. Don Delfín Algara y Sánchez.
2. Don Javier Algara y Sánchez.
3. Doña María del Carmen Algara y Sánchez.
4. Don Antonio Algara y Sánchez.
5. Don José Algara y Sánchez, y
6. Doña María de la Concepción Algara y Sánchez.

LIBRO TERCERO.
Don Miguel Cervantes y Velasco, hijo tercero de los décimos Mar­
queses, poseyó el Mayorazgo de Urrutia y el título de Marqués de
Salvatierra desde 1802, que Doña Ana de Velasco fué declarada Con­
desa de Santiago, y fué el último que obtuvo del Rey de España car­
ta de sucesión definitiva de este título. También firmó el Acta de In­
dependencia de México^ tuvo el empleo de Capitán de la Guardia del
Emperador Don Agustín de Iturbide y fué, además, Consejero de
Estado, Gran Cruz de la Orden de Guadalupe, General de la Repú­
blica, Gobernador del Distrito, etc. Falleció en 1865 y sus restos des­
cansan en el Molino de Flores, que fué de su propiedad, al lado de
los de su hermano.
Dos veces contrajo matrimonio; la primera con la Señora Doña
ía de Jesús Michaus, hermana de Doña María Ana, espo:

| Véase artículo sobre la familia Cuevas.


su hermano el Conde de Santiago; de esa misma sólo tuvo una hija
llamada Doña Manuela Cervantes y Michaus, que falleció sin tomar
estado. Casó en segundas nupcias con Doña Joaquina Estanillo y de
ella tuvo siete hijos: I. Don José; II. Don Miguel; III. Don Juan;
IV. Doña María de la Paz, que casó con Don Francisco Schiaffino
y falleció sin sucesión; V. Doña Soledad; VI. Doña Rosario que no
tomó estado, y VII. Don Jesús. Con excepción de Doña María de
la Paz y de Doña Rosario, los restantes nos servirán de tema á los
cinco capítulos siguientes.

CAPITULO I.
•i

Don José Cervantes y Estanillo, que debió heredar el título de


Marqués de Salvatierra, fué casado con Doña Manuela Cortazar y
Ceballos (hija del General Don Luis Cortazar) (i), la que por su fa­
milia debía ser cuarta Condesa de la Presa de Jalpa; hijos:
I. Doña Dolores Cervantes y Cortazar, que debía ser Marquesa
de Salvatierra y quinta Condesa de la Presa de Jalpa, casó con Don
Antonio Riba y Echeverría, Diputado que fué al Congreso de la
Unión (2) (murió en 1902); hijos:
1. Don Antonio Riba y Cervantes.
2. Licenciado Don Luis Riba y Cervantes, casó (26 de Mayo de
1900) con Doña María Concepción de Landa y Lozano (3); hijos:
A. Doña María Luisa Riba y Landa.
B. Don Antonio Riba y Landa, y
C. Don José Riba y Landa.
3. Don Enrique Riba y Cervantes, casó (15 de Julio de 1903) con
Doña Guadalupe Rincón Gallardo (4).
4. Don Guillermo Riba y Cervantes.
5. Doña Guadalupe Riba y Cervantes; casada con Don Alvaro
Fernández del Valle.
6. Doña Ana María Riba y Cervantes, casada con Don Carlos L.
Corcuera; hijo:
(1) Véanse artículos sobre los Condados de la Presa de Jalpa y de Rábago.
(2) Véase artículo sobre la familia Echeverría.
(3) Véase artículo sobre la familia Lanía de México.
¡y (4) Véanse artículos sobre los Marqueses de Guadalupe, sobre el Ducado de Regla, etc., et<^
i
m j
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.
Tf/

A. Don Carlos L. Corcuera y Riba.


*

[e II. Doña Enriqueta Cervantes y Cortazar, casada con Don Mi­


guel Echeverría; hijo:
i. Don José Miguel Echeverría y Cervantes, muerto en la infancia.
III. Doña Manuela Cervantes y Cortazar, contrajo matrimonio
/ con Don Nicolás Campero, Conde de Alcaraz y Marqués del Apar­
tado (i); hijos:
i. Doña María Campero y Cervantes, y
. Don Manuel Campero y Cervantes.

CAPITULO II.

Don Miguel Cervantes y Estanillo, segundo hijo del Marqués de


Salvatierra, falleció el 28 de Enero de 1901 y está enterrado en el
Molino de Flores; vivió muchos años en la casa de la 1? calle del In­
dio Triste número 12; estuvo casado con Doña Matilde Romero de
Terreros, también ya fallecida, hija única del primogénito de los ter­
ceros Condes de Santa María de Regla (2); tuvo los siguientes hijos:
I. Don José Miguel Cervantes y Romero de Terreros, actual
miembro de la Junta Directiva del Nacional Monte de Piedad, como
descendiente del fundador; casado con Doña Leonor Ríos; hijos:
1. Don Miguel Cervantes y Ríos, y
2. Doña María de las Mercedes Cervantes y Ríos.
II. Don Pedro Cervantes y Romero de Terreros.
III. Doña Matilde Cervantes y Romero de Terreros, que contra­
jo matrimonio en Abril de 1899 con Don José de la Horga, Agre­
gado á la Legación de España en México.
IV. Don Alfonso María Cervantes y Romero de Terreros, muer­
to sin sucesión, y
V. Doña Ana‘María Cervantes y Romero de Terreros.

CAPITULO III.

Don Juan Cervantes y Estanillo, que nunca tomó estado, falleció


(1) Véanse artículos sobre los Marqueses del Apartado, Condes de Alcaraz, etc., etc.,
(2) Véanse artículos relativos á los Duques y Condes de Regla, etc.
FBIMESA FAETE.
- ' ... . ........... . .................. -é

r+V
8 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

hace pocos años; poseyó parte del Mayorazgo, desvinculado, de Al­


bornoz, consistente en las casas del callejón de Bilbao y Portal de
Mercaderes, que legó á su sobrina la Señora Cervantes de Riba.

CAPITULO IV.

Doña Soledad Cervantes y Estanillo, casada con Don Francisco


Schiaffino (su hermano político, viudo de Doña Paz); hijos: 4
I. Doña María Schiaffino y Cervantes, casado con Don Manuel
Veraza; hija:
1. Doña María Veraza y Schiaffino.

CAPITULO V.

Don Jesús Cervantes y Estanillo, también fallecido, que tuvo por


hijos á $
I. Don Pedro Cervantes, soltero.
II. Doña Rosario Cervantes, también sin tomar estado.
1

LIBRO CUARTO.
I

Doña María Ignacia Cervantes y Velasco, hija cuarta de los déci­


mos Marqueses, casó con Don José María Ovando y Gómez de Pa­
rada (1), miembro de una antigua y distinguida familia, emparenta­
do desde el siglo XVIII con la de los Condes de Santiago por el ma­
trimonio de Doña Bárbara Ovando y Rivadeneyra con el octavo
Conde Don Juan Lorenzo Altamiramo de Velasco. De esa unión na­
cieron cuatro hijos: I. Don José María; II. Doña Concepción; III. 9

(1) Véase artículo sol re los Marqueses de Ovando.


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. J9


Don Agustín, que murió sin sucesión, y IV. Doña Dolores, El I, II
y IV servirán de tema á los tres capítulos siguientes.

CAPITULO I.

Don José María de Ovando y Cervantes, contrajo matrimonio con


Doña María de la Encarnación Haro y Tamariz (1); hijos:
I. Licenciado Don Eduardo de Ovando y Haro, casó con la Seño­
ra D ona Asunción Enciso y Osorio (2) (que falleció); hijos:
1. Don Eduardo de Ovando y Enciso, casado con Doña Jacoba
Olea; hijos:
A. Don Eduardo de Ovando y Olea.
B. Doña Asunción de Ovando y Olea, y
C. Doña Carmen de Ovando y Olea.
2. Don Joaquín de Ovando y Enciso, casado con Doña Alicia Al-
mendaro y Fenochio; hijo:
A. Don Joaquín de Ovando y Almendaro.
3. Doña Asunción de Ovando y Enciso.
4. Don J osé María de Ovando y Enciso.
5. Doña Encarnación de Ovando y Enciso.
6. Doña Guadalupe de Ovando y Enciso, y
7. Don Ignacio de Ovando y Enciso.
Esta familia reside en Puebla, antes en la calle de Ovando y ac­
tualmente en la de los Infantes.
II. Don José María de Ovando y Haro, casado con Doña Guada­
lupe Fernández é Ibarra; hijos:
(1) Sobrina del Uustrísimo Señor Don Alonso Núñez de Haro y Peralta, Virrey y Arzo­
bispo de México.
(2) Hija del Licenciado Don Joaquín Justo Enciso y Victoria y de Doña Asunción Osa­
rio; nieta del Licenciado Don Joaquín Luis Enciso y Méndez y de Doña Guadalupe Victoria,
de la familia del Marqués de Monserrate; segunda nieta dél Licenciado Don Mariano Enciso
y Tejada y de Doña María Méndez César de la Granda; tercera nieta de Don José Enciso é
Izquierdo y de Doña Josefa Izquierdo; cuarta nieta de Don Juan Enciso y de Doña Josefa Iz.
quierdo Rosas Montenegro; quinta nieta de Don Diego Enciso y de Doña María Martínez de
Tejada; sexta nieta de Don Juan Gerónimo Enciso y de Doña Francisca Izquierdo; sépti­
ma nieta de Don i’edro Enciso y de Doña María López de Mallorca; octava nieta de Don Ce-
§ ledón Enciso, Gentil-hombre de Cámara y Embajador en Roma; novena nieta del Capitán
Ar Don Gerónimo Bernardo Enciso; décima nieta de Don Juan Enciso Cárdenas y undécima
Ü5Q nieta de Don Antonio Enciso, Capitán General en Flandes,ten la época de Don Juan de
Austria.

................................
===^r=
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.
<9
•I

1. Doña Guadalupe de Ovando y Fernández, casó con Don Eduar­


<9
do Martínez de Velasco; hijos: <#)

A. Don Eduardo Martínez y Ovando.


B. Don J osé Martínez y Ovando, y
C. Don Francisco Martínez y Ovando.
2. Doña Rosa Ovando y Fernández, casada con Don Juan Pérez
y Acedo; hij os:
A. Don Luis Pérez y Ovando, y
B. Don Juan Pérez y Ovando.
3- Don Carlos de Ovando y Fernández.
4- Doña María de Ocotlán de Ovando y Fernández.
5- Don Ignacio de Ovando y Fernández.
6. Doña María del Rosario de Ovando y Fernández.
7- Dpña Concepción de Ovando y Fernández, y
8. Don J osé María de Ovando y Fernández.
>

CAPITULO II. &

Doña Concepción de Ovando y Cervantes, casada con el Señor


Don Joaquín de Haro y Tamariz (hermano de Doña Encarnación);
&
hijos:
I. Don Joaquín de Haro y Ovando, fué casado con Doña Paz Ma­
rrón (que falleció); hijos:
1. Doña Paz de Haro y Marrón, casada con Don Joaquín Palomo
y Rincón (i); hijo:
A. Don José Ignacio Palomo y Haro, murió en la infancia.
2. Don Joaquín de Haro y Marrón, casado con Doña Julia Hege-
wisch.
3. Doña Josefina de Haro y Marrón, y
4. Don José María de Haro y Marrón.
II. Doña Concepción de Haro y Ovando, contrajo matrimonio con
D on Antonio S. Miera (ambos difuntos); hijos:
1. D oña María Miera y Haro, casada con Don Tomás Cassou;
hijos:
A. Don Carlos María Cassou y Miera, y
£1) Véase artículo sobre los Marqueses de Guadalupe Gallardo.

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUER(
PISUERGA.
e>
B. Don Luis Cassou y Miera, murió en la infancia.
2. Don Luis Miera y Haro.
3. Doña Carolina Miera y Haro.
4. Doña Josefina Miera y Haro.
5. Doña Rosa Miera y Haro.
6. Don Antonio Miera y Haro, y
7. Don Fernando Miera y Haro.
III. Doña Guadalupe de Haro y Ovando, sin tomar estado.
IV. Don José María de Haro y Ovando, murió sin sucesión.
V. Don Ignacio de Haro y Ovando, viudo de Doña Cristina Gó­
mez; hijos:
1. Doña Concepción de Haro y Gómez.
2. Doña María Luisa de Haro y Gómez, y
3. Doña Guadalupe de Haro y Gómez.
VI. Doña Soledad de Haro y Ovando, sin tomar estado.

CAPITULO III.

Doña Dolores de Ovando y Cervantes, casada con el Señor Don


Antonio de Haro y Tamariz (que figuró mucho en la política del país
en los comedios del pasado siglo XIX, y murió de novicio en la Com­
pañía de Jesús en Roma, con permiso de su esposa que vivía cuan-

I. Doña Asunción de Haro y Ovando, casada con Don Francisco


Pérez Salazar; hijo:
1. Don Francisco Pérez Salazar y Haro. >

LIBRO QUINTO.
¿ * Doña Pascuala Cervantes y Velasco, hija quinta de los décimos &
Marqueses, fué dos veces casada; la segunda con Don Manuel Gó-
Gallo, del que no tuvo sucesión; la primera con Don JoaQuín ¿fe
-------- ——————————
♦SÍ/t '?tS'
*?T\*
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

de Ovando y Parada (tío en séptimo grado de su esposa, como pri­


mo segundo que era de Doña Ana de Velasco y sobrino segundo de
Doña María Bárbara de Ovando, que así como Don Joaquín, descen­
día de Don Bartolomé de Ovando y Vargas, cuyos hijos vinieron á
establecerse en Nueva España; Don Joaquín era hermano menor de
Don José María, de cuya descendencia nos hemos ocupado en el li­
bro anterior). Tuvieron una hija, Doña Dolores.

CAPITULO ÚNICO.

Doña Dolores de Ovando y Cervantes, contrajo matrimonio con


Don Manuel de Haró y Tamariz; hijos:
I. Don Manuel de Haro y Ovando, casó con Doña Angela Ma­
teos (ambos difuntos); hijos:
1. Don Manuel de Haro y xMateos, casado con Doña Luz Bretón;
hijos:
A. Doña Lucila de Haro y Bretón.
B. Doña Carmen de Haro y Bretón.
C. Don Jorge de Haro y Bretón.
D. Doña María Luisa de Haro y Bretón.
E. Doña Julia de Haro y Bretón.
F. Doña María de la Luz de Haro y Bretón, y
G. Doña María de la Paz de Haro y Bretón.
2. Don José María de Haro y Mateos, sin sucesión.
<

3. Don Luis de Haro y Mateos, sin sucesión, y


4. Doña Dolores de Haro y Mateos, casada con Don Ramón Man­
tilla; hijos.
A. Don Ramón Mantilla y Haro.
B. Doña Paz Mantilla y Haro.
C. Doña Carmen Mantilla y Haro, y
D. Doña María Luisa Mantilla y Haro.
II. Doña Paz de Haro y Ovando, Religiosa de Santa Teresa, mu-
rió siendo la Superiora del.Convento.
IIÍ. Don Amado de Haro y Ovando, casado con Doña Carolina
García Teruel; hijos: <
1. Don Enrique de Haro y Ternel.
.V¡|r/2-
VI** VIS*
&
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. 23
2. Doña María de Haro y Teruel, casada con Don Agustín Cas­
tro y Santa-Anna (1); hijo:
A. Don Agustín Castro y Haro.
3. Don Amado de Haro y Teruel, y
4. Doña María de los Angeles de Haro y Teruel, casada con Don
Roberto Graue, hija:
A. Doña María de los Angeles Graue y Haro.

LIBRO SEXTO.
Don Rafael Cervantes y Velasco, hijo séptimo de los décimos Mar­
queses, fué casado con Doña Manuela de Ozta y Cotera, hija de la
'a tercera Marquesa de Rivas Cacho y hermana de la esposa del duo-
’fv* décimo Conde de Santiago; tuvo tres hijos: I. Doña Guadalupe; II.
Doña Carmen, que no tomó estado, y III. Don Juan Javier.

CAPITULO I.

Doña Guadalupe Cervantes y Ozta, contrajo matrimonio con Don


Antonio Morán y Vivanco, que debió ser cuarto Marqués de Vivan-
co (2); hijos:
I. Doña Guadalúpe Morán y Cervantes, casada con Don Pedro
Gorozpe y Echeverría (3), Presidente de la Sociedad Agrícola; hijos:
I. Ingeniero Don Manuel Gorozpe y Morán, casado con Doña
María Luisa Manterola; hijos:
A. Don Manuel Gorozpe y Manterola.
B. Doña María Luisa Gorozpe y Manterola.
C. Doña Guadalupe Gorozpe y Manterola.
D. Don Pedro Gorozpe y Manterola, murió en la infancia, y
(1 j Nieto del General Don Antonio López de Sarita-Anna.
(2) Véase artículo sobre los Marqueses de Vivanco.
■¡i) (3) Véase artículo sobre la familia Echeverría.
24 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

E. Don José Pablo Gorozpe y Manterola.


2. Don Pedro Gorozpe y Morán, casado con
Gorozpe (su prima); hijos:
A. Doña Concepción Gorozpe y Gorozpe.
B. Doña Carmen Gorozpe y Gorozpe, y
C. Doña Dolores Gorozpe y Gorozpe.
3. Doña María Gorozpe y Morán, Religiosa del Sagrado Corazón
4. Doña Guadalupe Gorozpe y Morán, casada con Don Luis de
la Sota; hijos:
A. Doña Guadalupe de la Sota y Morán, murió en la infancia.
B. Don Luis de la Sota y Morán, y
C. Doña Carmen de la Sota y Morán, murió en la infancia.
5. Doña María de los Dolores Gorozpe y Morán.f
6. Ingeniero Don Ignacio Gorozpe y Morán, y
7. Doña María de la Luz Gorozpe y Morán.
II. Doña María de los Angeles Morán y Cervantes, casada con
Don Antonio Rubio (que ya falleció); hijos:
1. Doña Carmen Rubio y Morán, y
2. Don José Rubio y Morán. (Wj
III. Don Rafael Morán y Cervantes, casado con Doña María Gar-
gollo; no han tenido sucesión; este señor debería ser quinto Marqués
de Vivanco.
IV. Doña Dolores Morán y Cervantes, sin tomar estado.
V. Doña María Morán y Cervantes, casada con Don Ramón Por­
tilla.
VI. Doña María de la Luz Morán y Cervantes, sin tomar estado.

CAPITULO II.

Don José Javier Cervantes y Ozta, que por la muerte de s.u tía Do­
ña Guadalupe Ceballos y Padilla, debería haberc sido undécimo Mar­
qués de Santa Fe de Guardiola (1), casado con Doña Soledad Vi-
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

1. Don Jorge Malo y Pérez Palacios, y


2. Don Guillermo Malo y Pérez Palacios.
II. Don Luis Malo y Cacho, murió sin sucesión.
III. Doña Ana Malo y Cacho, casada con Don Antonio Suárez
Lozano; hijos:
1. Don Antonio Suárez y Malo, y
2. Doña Ana Suárez y Malo.
IV. Don Emilio Malo y Cacho, murió sin sucesión. 4
V. Don Luis Malo y Cacho, murió sin sucesión.
VI. Don Manuel Malo y Cacho, murió sin sucesión.
VII. Doña Angela Malo y Cacho, casada con Don José Fernán­
dez Guerra, sin sucesión.
VIII. Doña Trinidad Malo y Cacho, sin tomar estado.
IX. Doña Soledad Malo y Cacho, casó, con Don Fernando An-
drade y Garayalde, murió sin sucesión.
X. Don Agustín Malo y Cacho, soltero.
XI. Doña Concepción Malo y Cacho, casada con Don Luis
deja; hijos:
1. Doña Guadalupe Berdeja y Malo. «
2. Doña María Luisa Berdeja y Malo, y
3. Doña Dolores Berdeja y Malo.
XII. Don Francisco Malo y Cacho, soltero.

CAPITULO II.

Doña Bernarda Cacho y Cervantes, casada con Don Pedro Nava-


rrete; hijos:
I. Don Pedro Navarrete y Cacho, casado con Doña Clementina
nosa Monteros; hijos:
1. Doña Raquel Navarrete y Espinosa de los Monteros.
2. Doña Eva Navarrete y Espinosa de los Monteros.
3. Don Roberto Navarrete y Espinosa de los Monteros, murió sin
sucesión
A Don Pedro Navarrete y Espinosa de los Monteros.
Doña Esperanza Navarrete y Espinosa de los Monteros.
Doña María Luisa Navarrete y Espinosa de los Monterc
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. 27 í
7. Doña Clementina Navarrete y Espinosa de los Monteros.
II. Don José Navarrete y Cacho, casado con Doña Ana Casta-
ñeira, sin sucesión.
III. Doña Dolores Navarrete y Cacho, murió sin sucesión.
IV. Doña Elena Navarrete y Cacho, casada con Don Simón Gon­
zález; hijo:
1. Don Guillermo González y Navarrete.
V. Don Alfredo Navarrete y Cacho, murió sin sucesión.

CUARTA PARTE.
DESCENDENCIA DE DOÑA ISABEL ALTAMIRANO CASTILLA VELASCO
Y MENDOZA, NIETA DEL PRIMER MARQUES DE SALINAS.

Don Juan de Velasco casó con Doña María de Solier, Señora de


Siruela (i), y tuvieron por hijo á
Don Fernando de Velasco, j^eñor de Siruela, casó con Doña Leo­ (®7

nor Carrillo, y tuvieron por hijo á


Don Pedro de Velasco, casó con Doña Isabel Manrique, y tuvie­
ron por hijo á
Don Antonio de Velasco, Señor de Salinas, casó con Doña Ana
de Alarcón, y tuvieron por hijo á
Don Luis de Velasco, Señor de Salinas y segundo Virrey de Nue­
va España, casó con Doña Ana de Castilla, y tuvieron por hijo al
\er. Marqués, Don Luis de Velasco y Castilla, octavo y undécimo
Virrey de Nueva España y del Perú, Presidente del Supremo Con­ 3
sejo de Indias, casó con Doña María de Trcio y Mendoza (2), y tu­
vieron por hija á
Doña María de Ircio Velasco y Mendoza, Condesa por vida de
-------- o
(1) De estos señores descienden en España los Condestables de Castilla, Duques de Frías
Conde de Siruela, siendo el vigésimotercero Conde de Siruela el actual Duque de Alba.
(2) Hija del Conquistador Don Martín de Ircio y de Doña María de Mendoza (hermana
esta señora del primer Virrey de Nueva España Don Antonio de Mendoza) y nieta del Mar­
qués de Mondéjar, Conde de Tendilla, Embajador en Roma y Capitán d el Real Alcázar de¡
ranada, etc.

r
=
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Santiago (i), casó con Don Juan de Altamirano (2), y tuvieron por
hija á
Doña Isabel de Altamirano y Castilla, casó con Don Juan de Zal-
dívar (3), y tuvieron por hijo al
General Don Cristóbal de Zaldívar, casó con Doña Francisca de
Miranda y Escobar, y tuvieron por hija á
Doña Juana de Zaldívar, casó con Don José de Magaña y Casti­
lla, y tuvieron por hija á
Doña María Manuela de Magaña y Zaldívar, casó con el Regidor
y Mayorazgo Don Juan Rodríguez de San Miguel, y tuvieron por I
hija á
Doña Mariana Rodríguez de San Miguel, casó con el Alcalde Don
Martín de Celada, y tuvieron por hija á
Doña Dolores de Celada, casó con Don Félix de Sandoval y Ro­
jas (4), Oficial Mayor de Gobernación y Guerra del Virreynato, y

(1) Véase el título en el artículo sobre los Condes de Santiago.


(2) Hijo de Don Hernán Gutiérrez Altamirano y de Doña Francisca de Castilla; nieto del
Licenciado Don Juan Gutiérrez de Altamirano (Primo Consejero y Albacea de Hernán Cor­
tés, primer Marqués del Valle de Oaxaca, etc., etc.), de Doña Juana Altamirano (prima
también de Hernán Cortés), de Don Luis de Castilla, Caballero de Santiago, y de Doña Jua­
na de So3a y Cabrera; segando nieto de Don Hern^p Gutiérrez Altamirano, de Doña Teresa
&
Carrillo, de Don Pedro de Castilla y de Doña Francisca de Osorio (hermana del Marqués de I
Astorga); tercer nieto de Don Alonso de Castilla el Santo y de Doña Juana de Zúfiiga (hija
del Condestable de Navarra); cuarto nieto de Don Pedro de Castilla, Conde de Peralta, y de
Doña Isabel Drollin; quinto nieto del Príncipe Don Juan de Castilla y de Doña Elvira Esil;
sexto nieto del Rey Don Pedro de Castilla y de Doña Juana de Castro; séptimo nieto del Rey
Don Alfonso XI de Castilla y de Doña María, Princesa de Portugal; octavo nieto del Rey Don
Fernando IV de Castilla y de Doña Constanza, Princesa de Portugal; noveno nieto del Rey
Don Sancho IV de Castilla y de León y de Doña María de Molina; décimo nieto del Rey Don
Alfonso él Sabio, Rey de Castilla, de León y de Romanos, y de Doña Violante, Princesa de
Aragón; y onceavo nieto de San Fernando, Rey de Castilla y de Doña Beatriz de Suavia, Prin­
cesa de Alemania.
(3) Hijo del Conquistador Don Cristóbal de Zaldívar y de Doña Leonor Cortés Moctezu­
C ma; nieto del Conquistador Don Juanes de Tolosa (uno de los cuadro fundadores de Zacate­
cas) y de Doña Leonor Cortés Moctezuma; segundo nieto de Don Hernán Cortés, primer Mar­
qués del Valle y de Doña Isabel Moctezuma; tercer nieto del Emperador Moctezuma.
(4) Hijo de Don Felipe Sandoval y Rojas y de Doña Francisca Javiera de Torres; nieto
de Don Felipe Alfonso de Sandoval y Rojas, de Doña Francisca de Cárdenas y Coronel (so­
brina del Doctor Don Antonio de Cárdenas y Salazar, Canónigo de la Catedral de México),
de Don José Miguel de Tbrres, Secretario de la Univervidad de México y de Doña Inés Ruiz
Lozano y Ramírez (hermana de la Reverenda Madre Sor Juana Inés de la Cruz, conocida
por la décima Musa); segundo nieto de Don Gaspar R. de Sandoval y Rojas (de la familia
de los Duques de Uceda), de Doña María de Sanabria, de Don Sebastián de Torres (de la
casa de los Condes de Miraflores de España y hermano de Don Laureano de Torres, Caballe­
ro de Santiago y Gobernador de la Florida), de Doña María de Osorio, del Capitán Don Die-
0 Ruiz Lozano y de Doña Isabel Ramírez.
(
»■ MARQÚESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.
61
tuvieron, entre otros, tres hijos: I. Don Félix; II. Don José, y III.
Doña María Paula Sandoval y Celada, que servirán de tema á los
tres capítulos siguientes.

CAPITULO I.

Don Félix de Sandoval y Celada, Oficial Mayor de Gobernación


y Guerra, hijo primogénito de Don Félix de Sandoval y de Doña
Dolores Celada, casó con Doña Guadalupe Lasso de la Vega (i), y
tuvo cinco hijos: I. Doña Mariana; II. Doña Josefa; III. Doña Joa­
quina; IV. Doña Catarina, y V. Don Francisco Sandoval y Lasso
de la Vega, que fué Coronel y no tuvo sucesión.
Primero.—Doña Mariana Sandoval y Lasso de la Vega, contrajo
matrimonio con Don Manuel Gamboa, Director que fué del Nacio­
nal Monte de Piedad; hijos:
I. Doña Mariana Gamboa y Sandoval, que fué Religiosa y falle­
ció siendo Abadesa (lo que fué durante 32 años) del Convento de la
Encarnación
II. Doña Guadalupe Gamboa y Sandoval, casada con Don Wen­
ceslao Reyes; hija:
1. Doña Guadalupe Reyes y Gamboa, casada con el Señor Sena­
dor Don Rafael Angel de la Peña, literato muy distinguido y Aca­
démico de la Lengua; hijos:
A. Doña María de la Peña y Reyes.
B. Don Antonio de la Peña y Reyes, Diputado al Congreso de la
Unión, casado con Doña Guadalupe Villada (2); hija:
a. Doña Matilde de la Peña y Villada.
C. Doña Esther de la Peña y Reyes.
D. Don Angel de la Peña y Reyes.
E. Don Alfonso de la Peña y Reyes.
F. Doña Sara de la Peña y Reyes, murió en la infancia.
G. Doña Raquel de la Peña y Reyes, murió en la infancia.

(1) Hija de Don José Lasso de la Vega y de Doña María Nicolasa Sánchez; nieta de Don 6
Manuel Ignacio de la Vega, de Doña Mariana Maldonado, de Don José Sánchez Mora y de
Doña Manuela de León.
(2) Hija' del General Don Vicente Villada, Gobernador que fué del Estado de México.
7]
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ----------------------------------------

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

B. Doña Guadalupe Gutiérrez y Caballero de los Olivos.


C. Don Vicente Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
D. Don Luis Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
i E. Don Carlos Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
jn
10 F. Don Bonifacio Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
G. Doña Trinidad Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
f

i H. Doña María Gutiérrez y Caballero de los Olivos.


I. Don Alfonso Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
7. Doña Guadalupe Caballero de los Olivos y del Moral.
II. Doña Angela Caballero de los Olivos y Sandoval, casó en pri­
meras nupcias con su primo hermano Don Francisco Pérez Gallardo
y en segundas con Don Joaquín S. Heras.
Hijos del primer matrimonio:
1. Doña Josefa Pérez Gallardo y Caballero de los Olivos, casada
con Don Manuel Ramírez.
2. Doña María de Jesús Pérez Gallardo y Caballero de los Olivos.
A' 3. Don Eduardo Pérez Gallardo y Caballero de los Olivos, murió
sin sucesión.
Hijos del segundo matrimonio: \i

1. Don'Félix Heras y Caballero de los Olivos.


t
2. Don Antonio Heras y Caballero de los Olivos, y
3- Don Carlos Heras y Caballero de los Olivos, Agente de la Lo-
tería Nacional en Puebla.
r
III. Doña Dolores Caballero de los Olivos y Sandoval, casó con
i
Don José Doroteo Caminero y murió sin sucesión. <
IV. Doña Ana Caballero de los Olivos y Sandoval, casó con Don
José Romaña, con sucesión.
Tercero.—Doña Joaquina Sandoval y Lasso de la Vega, casó con
el Licenciado Don Ricardo Pérez Gallardo, Escribano Mayor de Go­
bernación y Guerra en tiempo del Gobierno Español, Magistrado de
la Suprema Corte de Justicia después de la Independencia é hijo del
Licenciado Don Ignacio Pérez Gallardo (Oficial Mayor de Gober­
nación y Guerra, Teniente Letrado é Intendente interino de Pue­
bla) y de Doña Mariana Fermina de Vera y Salvatierra; nieto de
<S) Don José Pérez Franco, 'de Doña Teresa Joaquina Gallardo, de
Don José Miguel de Vera y de Doña María Josefa Hernández de
Salvatierra; segundo nieto de Don Juan Pérez Franco, de Doñ

r
■<í

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.


e)

Gertrudis Hermosillo, de Don Juan Gallardo, de Doña Gertrudis Pa­ 1 «J

dilla, de Don Cristóbal de Vera, de'Doña Antonia Userralde, de Don


Francisco Hernández de Salvatierra y de Doña María de Guzmán;
tercer nieto de Don Alonso Pérez Toriello (i), de Doña Luisa Pare­
des, de Don Miguel Hermosillo (sobrino del primer Obispo de Du-
rango), de Doña María Camarena, de Don Juan Gallardo (2), de
Doña Juana Reynoso, de Don Tomás de la Mota Padilla, de Doña
Petronila de Hermosillo, de Don Juan Antonio de Vera (3), de D07
ña María de Rojas, de Don José Userralde, de Doña María Espino­
sa de los Monteros, de Don Francisco Hernández de Salvatierra, de
Doña Gabriela de la Fuente, de Don Juan Antonio de Guzmán y de
Doña Josefa García; hijos:
I. Doña Juana de Dios Pérez Gallardo y Sandoval, Religiosa de
Balvanera.
II. Don Francisco Pérez Gallardo y Sandoval, que casó con Do­
ña Angela Caballero de los Olivos; hijos:
1. Doña Josefa Pérez Gallardo y Caballero de los Olivos, casada
con Don Manuel Ramírez.
2. Doña María de Jesús Pérez Gallardo y Caballero de los Olivos, y
3. Don Eduardo Pérez Gallardo y Caballero de los Olivos, murió
sin sucesión.
III. Don Vicente Pérez Gallardo y Sandoval, casado y con su­
cesión.
IV. Doña Juana Pérez Gallardo y Sandoval, casó con el Licen­
ciado Don Eulalio María Ortega (4), que debió ser quinto Conde del

(1) De la familia de los Marqueses de Guadalupe.


(2) De la familia de los Marque-es de Guadalupe.
(3) , El casamiento y la muerte de Don Juan Antonio de Vera, lo describe Guijo de la si­
guiente manera: “Casó con la hija del Oidor Rojas, á la oración, con 60 carrozas; asistió la
Audiencia de México y la Audiencia que iba á Filipinas; asistieron los dos virreyes y virrei­
nas, nuevos y viejos, que fueron padrinos, casó en casa del Marqués de la Laguna.”—“Mu­
rió el 27 á la 1 de la noche á los 20 días de casado.”—“El 28 lo enterraron en el altar Ma­
yor de San Francisco, asistió el Virrey, Marqués de la Laguna, con el Comisario General de
San Francisco; asimismo asistió el Cabildo y ciudad y 100 acompañantes con mucha caba­
llería.”
(4) Hijo del Senador y Literato Don Francisco Ortega y de Doña Josefa del Villar y Arce
(cuarta Condesa del Valle de Oploca); nieto del Capitán Don Tomás del Villar y de Doña
Francisca de Arce (hermana esta señora del tercer Conde); segundo nieto de Don Vicente de G,
Arce (segundo Conde) y de Doña Juana Campoy y Cervantes (véase la genealogía de esta
Befiora en este mismo artículo, en la parte relativa á la familia Cervantes); tercer nieto del rU
eñor Coronel Don Diego Arce y Chacón (primer Conde del Valle de Oploca) y de Doñ
MARQUESADO DE SALINAS PE RÍO PISUERGA.

Valle de Oploca, Presidente del Ayuntamiento de México en 1858,


defensor del Emperador Maximiliano, Caballero Oficial de la Qrden
de Guadalupe (1), Magistrado del Tribunal Superior y Rector del
Colegio de San Juan de Letrán; hijos:
1. Licenciado Don Fermín Ortega y Pérez Gallardo, que debió ser
sexto Conde del Valle de Oploca, murió sin sucesión.
2. Doña Natalia Ortega y Pérez Gallardo, murió sin sucesión.
3. Doña Gonzala Ortega y Pérez Gallardo.
4. Licenciado Don Rafael Ortega y Pérez Gallardo, que debía ser
el séptimo Conde del Valle de Oploca, y que ha sido Juez Segundo
de lo Civil, Jefe de la Sección Tercera del Ministerio de Hacienda,
Síndico del Ayuntamiento de esta Capital y actualmente Catedrático
de Procedimientos Civiles en la Escuela de Jurisprudencia, casado
en primeras nupcias con Doña Guadalupe Cardona y en segundas
con Doña Luz Cardona.
Hijos del primer matrimonio:
A. Don Eulalio María Ortega y Cardona.
B. Don Rafael Ortega y Cardona, murió en la infancia.
C. Don Rafal Ortega y Cardona.
Hijos del segundo matrimonio:
D. Doña Carlota Ortega y Cardona
E. Doña Juana Ortega y Cardona, murió en la infancia.
F. Don Manuel Ortega y Cardona.
G. Doña Luz Ortega y Cardona.
H. Doña Guadalupe Ortega y Cardona.
I. Don Gonzalo Ortega y Cardona.
5. Doña Angela Ortega y Pérez Gallardo.
6. Don Ricardo Ortega y Pérez Gallardo, Contador de primera
clase de la Contaduría Mayor de Hacienda, Miembro de la Sociedad
de Geografía y Estadística y de la de Antonio Alzate; Socio Hono­
rario del Consejo Heráldico de París y Arcade de Roma, casado con
Doña Carmen Roa y Alcalde (2), que debía ser quinta Marquesa de
Herrera; hijos:
Manuela Palma y Sariñana (sobrina esta señora del Ilustrísimo Señor Don Isidro Sarifiana
y Cuenca, Obispo de Oaxaca).
(1) Véaee la biografía de este señor en el artículo sobre los Condes del Valle de Oploca.
(2) Hija de Don José María Roa Bárcena (Caballero Oficial de la Orden de Guadalupe y
Académico de la Lengua) y de Doña María Remigia Alcalde (hermana de Don Ambrosio,
FRIMEBA FABTE.
a. ■Zi
/TV '/TV

34 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

(fi)
A. Don Diego María Ortega y Roa, y
B. Doña Susana Ortega y Roa.'
V. Doña Catarina Pérez Gallardo y Sandoval, Gran Cruz de la
Orden Imperial de San Carlos, casó con el Licenciado Don Pedro
Escudero y Echanove (i), Comendador de la Orden Imperial del <

Aguila Mexicana y Ministro del Emperador Maximiliano; hijos:


1. Don Pedro Escudero y Pérez Gallardo, casó con Doña Reme­
dios Ontiveros; hijos: | I

A. Don Pedro Escudero y Ontiveros.


B. Don Manuel Escudero y Ontiveros, casado con Doña Marga-
rita Aubert; hija:
a. Doña Guadalupe Escudero y Aubert.
C. Don Rómulo Escudero y Ontiveros, y
D. Don Néstor Escudero y Ontiveros.
2. Don Rómulo Escudero y Pérez Gallardo.
& 3- Don Manuel Escudero y Pérez Gallardo, Caballero del Santo
Sepulcro, y Diputado al Congreso de la Unión, murió sin sucesión.
i) 4. Doña Concepción Escudero y Pérez Gallardo, casada con el
Ingeniero Don José Ortega y Espinosa (2).
IV. Don Antonio Pérez Gallardo y Sandoval, casó con Doña Do­
lores Aldana; hijos:
muerto gloriosamente en defensa de la Patria el año de 1847); nieta de Don José M. Rodrí­
guez Roa (Caballero de Guadalupe), de Doña Concepción Bárcena, del Señor Coronel Don
Diego María Alcalde (Gobernador del Castillo de Perote) y de Doña Ana Herrera (hermana
del Excelentísimo Señor General de División Don José Joaquín de Herrera, Presidente de
la República varias vetes y Caballero Gran Cruz de la Orden de Pío IX); segunda nieta de
Don Nicolás Rodríguez Roa, de Doña Josefa Rodríguez, de Don Juan Antonio de Bárcena,
de Doña Bárbara Alonso y Alvarez de Güitian, de Don Gerónimo Alcalde (Subteniente del
Regimiento de la Reina), de Doña Micaela González de Miranda, de Don José Agustín de
Herrera, Administrador de Correos de Perote y hermano del Padre del primer Marqués de
Herrera y de Doña Gertrudis Rivas Roa. Doña Bárbara Alonso y Alvarez de Güitian, segun­
da abuela de Doña Carmen Roa, era hija de Don Manuel Antonio de Alonso y de Doña Bár­
bara Javiera Alvarez de Güitian; nieta de Don Antonio de Alonso, de Doña Fraucisca Ro­
mero, de Don Alejandro Alvarez de Güitian, Oficial Real de las Caja3 de Veracruz y de Do­
ña Ana de Iglesias; segunda nieta por línea materna de Don Juan Alvarez, de Don Antonio
Díaz de Güitian, de Don Pascual de Iglesias y de Doña Gregoria Vázquez.
(1) Hijo de Don Pedro Escudero de la Rocha, Gobernador que fué de Yucatán, y de Do­
ña Vicenta Echanove, Cruz de la Orden Imperial de San Carlos; nieto de Don Pedro Escu­
dero y Aguirre, Tesorero de las Cajas Reales de Yucatán y Comendador de Isabel la Católica;
e>
de Doña Antonia de la Rocha, de Don Policarpo de Echanove, Caballero de Carlos III, y de
Dona María Antonia de la Rocha.
(2) Véanse artículos sobre los Condes del Valle de Oploca, de Santa María Guadalupe del
Peñasco, de Santiago Calimaya y de los Marqueses de Santa Fe de Guardiola y de Salv Kf
¡Berra, etc , etc.
fe

A
1. Don Ricardo Pérez Gallardo y Aldana, casado y con sucesión.
2. Don Antonio Pérez Gallardo y Aldana.
3. Don José Pérez Gallardo y Aldana.
4. Don Felipe Pérez Gallardo y Aldana.
5. Don Juan Pérez Gallardo y Aldana, y
6. Doña Guadalupe Pérez Gallardo y Aldana.
Cuarto.—Doña Catarina Sandoval y Lasso de la Vega, casó con
el Licenciado Don Pedro Galindo (1), Oficial Mayor de Gobernación
y Guerra, hijo de Don Francisco Galindo y Quiñones (Caballero de
Santiago del Consejo de S. M., Gobernador y Capitán General de
Nueva Galicia y Presidente de la Real Audiencia de México) y de
Doña Ana Rivera y Santa Cruz; hijo:
I. Don Félix Galindo y Sandoval, Caballero de Guadalupe y Jefe
de la Sección de América en el Ministerio de Relaciones, casó con
Doña Dolores Pimentel (2); hijos:
1. Licenciado Don Pedro Galindo y Pimentel.
2. Licenciado Don Juan Galindo y Pimentel, Juez primero de Dis­
trito en 1886, casado en primeras nupcias con Doña María Diez de
Bonilla (3) y en segundas con Doña Concepción Diez de Bonilla.
Hijo del primer matrimonio:
A. Don Juan Galindo y Diez de Bonilla.
Hijos del segundo matrimonio:
B. Don José Félix Galindo y Diez de Bonilla.
C. Doña Concepción Galindo y Diez de Bonilla, y
D. Doña Dolores Galindo y Diez de Bonilla
3. Doña Elvira Galindo y Pimentel, casada con Don Ramiro
Trueba (4); hija:
A. Doña María Trueba y Galindo.

CAPITULO II.

Don José de Sandoval y Celada, segundo hijo de Don Félix San-

(1) Véase artículo sobre la familia Galindo.


(2) Véanse artículos sobre los Condes de Heras Soto y Marqueses de Guadalupe Gallardo.
(3) Véase artículo sobre la familia Diez de Bonilla. ,=
---------- <»■

36 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

doval y de Doña Dolores Celada, casó con Doña Ignacia Salaman­


ca y Andonegui; hijos:
15
Primero.—General Don Manuel María de Sandoval y Salamanca,
Tesorero del Congreso de la Unión y Oficial Mayor del Ministerio
de Guerra (1), casó con Doña Manuela Gual y Cuevas; hijos, entre
otros que murieron sin sucesión:
I. Doña Refugio Sandoval y Gual.
II. Doña Soledad Sandoval y Gual, y
III. Don Pedro Sandoval y Gual, Secretario de la Junta Directi­
va de la Lotería Nacional, casado con Doña Isabel Vallaría (2); hijos:
1. Doña Carmen Sandoval y Vallaría, y
2. Don Manuel María Sandoval y Vallaría.
Segundo.—Doña Joséfa Sandoval y Salamanca, casó con Don Pe­
dro Díaz Gorraez (3); hijos:
I. Doña Luz Díaz y Sandoval, casada con el General Don Igna­
cio Basadre; hija: »¡

I. Doña Elena Basadre y Díaz, casada con Don Gregorio Corti-


■ M ■

na; hijo: A»
A. Don Gregorio Cortina y Basadre, casado con Doña Dolores
Gutiérrez Cortina; hijos:
a. Don Gregorio Cortina y Gutiérrez.
9.

b. Don Antonio Cortina y Gutiérrez.


c. Don Carlos Cortina y Gutiérrez.
d. Don Luis Cortina y Gutiérrez, y
e. Don Ernesto Cortina y Gutiérrez.
II. Doña Guadalupe Díaz y Sandoval, casó con Don Gerónimo
de Villar y Villamil, que debió ser cuarto Marqués de la Cadena (4);
hijo:
1. Don Manuel de Villar Villamil y Díaz, que debió ser quinto
Marqués de la Cadena, casó con Doña Carmen Goríbar; hijos:
A. Don Ignacio de Villar Villamil y Goríbar, que bebía ser sexto

(1) Este empleo equivale actualmente al de Subsecretario.


(2) Hija del Eminente Jurisconsulto Don Ignacio Vallaría, que fué Gobernador de Jalis­
co, Ministro de Relaciones, Presidente de la Suprema Corte de Justicia y Vicepresidente de
la República, etc., etc.
(3) De los Marqueses de Siria y Mariscales de Castilla.
(4) Poseedor de uno de los tres mayorazgos que fundó Jerónimo López y su esposa Doña
Ana Carrillo de Peralta.
MARQUFSADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.
o

Marqués de la Cadena, casó en primeras nupcias con Doña Isabel


Guzmán, hija del conocido capitalista Don Ramón Guzmán, y en se­
gundas con Doña Joaquina Espeleta y Alvarez de Toledo, Marque­
sa de Montehermoso (i); hijos:
a. Don Fernando de Villar Villamil y Espeleta (ahijado de SS.
MM. Doña Isabel II y Don Francisco de Asis).
b. Don Joaquín de Villar Villamil y Espeleta.
B. Doña Paz de Villar Villamil y Goríbar, casada con el Barón
Jean d’Ivry.
C Doña Luz de Villar Villamil y Goríbar, casada con Henri Con­
de Mansigny; hijos:
a. Henriette de Mansigny y Villar Villamil.
b. Emmanuel de Mansigny y Villar Villamil, y
c. Joffroy de Mansigny y Villar Villamil.

CAPITULO III.
ksX
z£j
D ona María Paula Sandoval y Celada, tercera hija de Don Félix
de Sandoval y de Doña Dolores Celada, casó con el Mayorazgo Don
Ildefonso Prieto de Bonilla, Caballero de los Olivos; y tuvieron por
hijos, entre otros:
Primero.—-Don Manuel Caballero de los Olivos y Sandoval, casa­
do con su prima hermana Doña Josefa Sandoval; hijos:
I. Don José Manuel Caballero de los Olivos y Sandoval, que con­
trajo matrimonio en primeras nupcias con Doña Soledad del Moral
á en segundas con Doña Trinidad del Moral.
Hijo del primer matrimonio:
1. Don Manuel Caballero de los Olivos y del Moral.
Hij os del segundo matrimonio:
2. Don Julio Caballero de los Olivos y del Moral, casó con Doña
Inés de la Sota; hijos:
A. Don Manuel Caballero de los Olivos y de la Sota.
^B. Doña Inés Caballero de los Olivos y de la Sota.

(1)
' ' Hija
• de. Don Hortuño de
- Espeleta Jy Samaniego, Duque de Castroterreño, Conde de
kyMUVIVVVl IVllVj VUUUÜ VAÜ

Espeleta de Veire, de Echauz y de Tribiana, y de Doña María Alvarez de Toledo y Caro (hi-
de los decimoctavos Duques de Medina Sidonia).
parte.

A --------------------------------------------- -- -------------------------
A-'fr-**- A. •»-*>.

38 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

c. Doña Elodia Caballero de los Olivos y de la Sota.


¥ D. Doña María Caballero de tos Olivos y de la Sota.
E. Don Julio Caballero de los Olivos y de la Sota.
F. Doña Esther Caballero de los Olivos y de la Sota.
G. Don Joaquín Caballero de los Olivos y de la Sota.
H. Doña Trinidad Caballero de los Olivos y de la Sota.
I. Don Alvaro Caballero de los Olivos y de la Sota.
3. Don Joaquín Caballero de los Olivos y del Moral, murió s^n
sucesión.
4. Don Agustín Caballero de los Olivos y del Moral.
5. Don Estanislao Caballero de los Olivos y del Moral.
6. Doña Soledad Caballero de los Olivos y del Moral, casada con
Don Vicente Gutiérrez Palacios; hijos:
A. Don Manuel Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
B. Doña Guadalupe Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
C. Don Vicente Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
D. Don Luis Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
E. Don Carlos Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
0
F. Don Bonifacio Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
G. Doña Trinidad Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
9)
H. Doña María Gutiérrez y Caballero de los Olivos. 9
I. Don Alfonso Gutiérrez y Caballero de los Olivos.
7. Doña Guadalupe Caballero de los Olivos y del Moral.
II. Doña Angela Caballero de los Olivos y Sandoval, casó en pri­
meras nupcias con su primo hermano Don Francisco Pérez Gallardo
y en segundas con Don Joaquín S. Heras.
Hijos del primer matrimonio:
1. Doña Josefa Pérez Gallardo y Caballero de los Olivos, casada
con Don Manuel Ramírez.
2 Doña María de Jesús Pérez Gallardo y Caballero de los Olivos.
3. Don Eduardo Pérez Gallardo y Caballero de los Olivos, murió
sin sucesión.
Hijos del segundo matrimonio:
1. Don Félix Heras y Caballero de los Olivos.
&
2. Don Antonio Heras y Caballero de los Olivos, y
3- Don Carlos Heras y Caballero de los Olivos, Agente de la Lo-
Nacional en Puebla.

r<
í'

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. 39


III. Doña Dolores Caballero de los Olivos y Sandoval, casó con
Don José Doroteo Caminero y murió sin sucesión.
IV. Doña Ana Caballero de los Olivos y Sandoval, casó con Don
José Romaña, con sucesión.
Segundo.—Doña Dolores Caballero de los Olivos y Sandoval, ca­
só con Don Andrés Hurtado de Mendoza y Suárez de Peredo, oc­
tavo Conde del Valle de Orizaba, Vizconde de San Miguel y Señor
de Tecamachalco; hij os:
I. Don Agustín Hurtado de Mendoza y Caballero de los Olivos,
noveno Conde del Valle, etc., etc., casó con Doña Loreto Paredes
(hermana del General Paredes, que fué Presidente de la República);
hijos:
1. Don Antonio Hurtado de Mendoza y Paredes, (que debió ser
Conde del Valle, etc., etc., y Gran Chambelán de la Emperatriz Car­
lota, á quien acompañó á Europa hasta entregarla á su hermano el
'6
Conde de Flandes), y murió en España sin sucesión.
2. Don José Hurtado de Mendoza y Paredes, que debió ser el un­
décimo Conde del Valle de Orizaba, casado con Doña Guadalupe
Bátiz; hijos:
A. Doña Loreto Hurtado de Mendoza y Bátiz, casada con Don
Manuel Rodríguez y Miranda (i); hijos:
a. Don Manuel Rodríguez y Hurtado de Mendoza.
b. Don Adrián Rodríguez y Hurtado de Mendoza, y
c. Doña Loreto Rodríguez y Hurtado de Mendoza.
B. Doña Angela Hurtado de Mendoza y Bátiz, casada con Don
Anselmo Alfaro; hijos:
a. Don Anselmo Alfaro y Hurtado de Mendoza, y
b. Don Juan Alfaro y Hurtado de Mendoza.
C. Doña Cuadalupe Hurtado de Mendoza y Bátiz, casada con Don
Federico Luna; hijos:
a. Doña María Luisa Luna y Hurtado de Mendoza.
b. Don Federico Luna y Hurtado de Mendoza.
c. Don Gustavo Luna y Hurtado de Mendoza, y
d. Doña María Teresa Luna y Hurtado de Mendoza.
D. Licenciado Don Agustín Hurtado de Mendoza y Bátiz, Juez

(1) Véase aitículo relativo á la familia Miranda.

r
MARQUESADO DE SAILNAS DE RIO PISUERGA.

segundo de Instrucción, que debía ser el duodécimo Conde del Va­


lle de Orizaba, casada con Doña Isaura Rubio; hijos:
Don J osé Hurtado de Mendoza y Rubio.
b Don Diego Hurtado de Mendoza y Rubio, y
Don Andrés Hurtado de Mendoza y Rubio.
E. Don José Hurtado de Mendoza y Bátiz, que debía ser Mar­
ques de Siria y Mariscal de Castilla, casado con Doña Berenice Ma­
gaña; hijos:
Doña Guadalupe Hurtado de Mendoza y Magaña.
b. Don José Hurtado de Mendoza y Magaña.
Doña Angela Hurtado de Mendoza y Magaña.
d. Don Emilio Hurtado de Mendoza y Magaña, y
Don Guillermo Hurtado de Mendoza y Magañas
F. Doña Concepción Hurtado de Mendoza y Bátiz.
G. Don Antonio Hurtado de Mendoza y Bátiz, casado con Doña
Juana Alvarez; hijos:
a. Doña Sara Hurtado de Mendoza y Alvarez.
o. Don Agustín Hurtado de Mendoza y Alvarez.
' c. Don Enrique Hurtado de Mendoza y Alvarez, y
d. Don Rodrigo Hurtado de Mendoza y Alvarez.
H. Doña Ana Hurtado de Mendoza y Bátiz, Religiosa de San
Lorenzo.
I. Don Emilio Hurtado de Mendoza y Bátiz.
J- Don Luis Hurtado de Mendoza y Bátiz, Oficial de Marina, y
L. Don Guillermo Hurtado de Mendoza y Bátiz.
3- Doña Angela Hurtado de Mendoza y Paredes, casó con el Doc­
tor Sobrino, y fué la última de la familia que vivió en la casa de azu­
lejos, y usó el título de Marquesa de Siria en tiempo del Imperio.
II. Doña Josefa Hurtado de Mendoza y Caballero de los Olivos,
que debió ser Marquesa de Siria y Maríscala de Castilla, casada con
Mr. Jhon Davis Bradburn; hijo:
A. Señor Presbítero Don Andrés Davis y Hurtado de Mendo­
za (i), que debió ser Marqués de Siria y Mariscal de Castilla, murió
sin sucesión.

(!') ;Fué el último que gozo del Patronato de la Iglesia y Convento de San Diego de Mé­
xico como descendiente de Don Mateo de Mauleon y Doña Juana de Luna y Arellano, fun­
dadores de dicho Convento (27 de Julio de 1592). Anualmente desde la fundación se ce-
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

III. Doña Ramona Hurtado de Mendoza y Caballero de los Oli­


vos, casó con Don Mariano Pérez; hijo:
i. Don J osé Pérez y Hurtado de Mendoza, que debió ser Mar­
qués de Siria, murió sin sucesión.

QUINTA PARTE.
OTRA DESCENDENCIA DEL PRIMER MARQUÉS DE SALINAS.

Don Francisco Jiménez de Velasco (i) casó con Doña María Jo­
sefa Mancilla, y tuvieron por hija á
i
Doña María Francisca Jiménez de Velasco, casó en 1793 con Don
Tomás Serrano Morquecho y de Vila Puerto, Caballero de Santiago,
y tuvieron, entre otros, por hijo al
Señor Coronel Don Luis Gonzaga Serrano Morquecho y Jiménez
de Velasco, casó con Doña María Clemencia de Canseco y Beléndez;
hijos:
Primero.—Don Francisco Morquecho y Canseco, murió en la in­
fancia.
Segundo.—Señor Licenciado Don Manuel María S. Morquecho y
Canseco casó con Doña Petra Rizo (hija del Capitán de Infantería
Española Don Baltasar de Rizo y Costas, primer Secretario de la pri­
mera Legación de España en México), y de Doña Carlota Silva y
Beléndez (2); hijos:
I. Don Luis G. Morquecho y Rizo, murió en la infancia.
—lebraba una misa cantada á la que asistía el Patrono, y al terminarse la función se presentaban
en el altar mayor el Prior con todos los religiosos y en una bandeja de plata entregaban las
llaves del Convento al Patrono, quien las devolvía al Guardián diciéndole que podía perma­
necer un año más. El año de 1880 tuve el gusto de acompañar á mi pariente el Padre Davis
en tan tierna ceremonia. Este señor vendió los terrenos que pertenecieron al Convento, enaje­
nando además las Villas de Siria y Borobia que pertenecían á su familia desde Doña Elvira
i de Luna, quien las recibió en dote de su padre el Condestable de Castilla Don Alvaro de Luna.
i. (1) Descendía del primer Marqués, pero ignoro la unión entre ellos.
(2) Hija del Señor Don Antonio de Silva y nieta del Coronel Don Agustín de Silva, Ca­
te
ral
ballero de Alcántara y Santiago y comisionado por el Rey de España para venir á recoger la <9
..moneda recortada.
fbiiíeba fabte.

__________________________________________________________
———— ■ -------------------- ———1

yTyVJy
42 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

II. Don Carlos O. Morquecho y Rizo, casado con Doña Mariana


Rivas (hija del Teniente Coronel Don Luis Rivas Gómez y de Do­
ña Mariana Cheswell); hija:
1. Doña Carlota Morquecho y Rivas.
III. Doña Olimpia A. Morquecho y Rizo, casada con Don Guiller­
mo White; hijos:
1. Don Cuillermo White y Morquecho.
2. Don Manuel White y Morquecho. ,
3. Don Juan White y Morquecho'
4. Don Luis White y Morquecho, y
5. Don Pedro White y Morquecho.
Tercero.—Señor Doctor Don José M. Morquecho, de quien no
existe sucesión.

í®

SEXTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL, ESCUDO.

Escudo jaquelado de oro y veros de plata y azur. Bordura com-


ponada de gules con castillos de oro, y oro con leones de gules, que
es de Velasco.
Corona de Marqués con un águila esplayada coronada de oro, por
cimera.

El título está tomado de una copia que existe en mi poder, y el es­


cudo del retrato del primer Marqués que existe en el Museo Na­
cional.
Debo advertir que en España está en posesión de este título Doña
Rosa de Bustos y Riquelme desde 1870.
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

(8

SEPTIMA PARTE.
LIGEROS APUNTES BIOGRAFICOS SOBRE LOS VIRREYES VELASCO

Don Luis de Velasco segundo Virrey de Nueva España, se había


distinguido.en la Corte de Carlos V cuando fué nombrado para su­
ceder al Virrey Mendoza.
El 5 de Diciembre de 1550 desembarcó en Veracruz, uniéndosele
en Cholula el Virrey Mendoza, quien le salió á recibir y tuvo con él
en el mismo lugar Varias conferencias sobre asuntos del Gobierno.
Mendoza marchó al Perú y Velasco á México, habiendo sido éste
recibido por sus habitantes con las mayores demostraciones de júbilo.
La Audiencia y demás autoridades de la Nueva España residen­
tes en la Capital y el Ayuntamiento de ella acompañaron al Virrey
en su entrada que fué magnífica; y habiendo llamado á los Oidores
á su presencia les dirigió un breve pero enérgico discurso recomen­
dándoles se esmeraran en administrar bien la justicia.
Apenas empuñó el bastón y sus primeras providencias fueron para
favorecer á los indios, libertándolos de la esclavitud en que estaban y
favoreciéndolos de cuantas maneras le fueron posibles, lo que le ha me­
recido el renombre de padre de éstos. Formó el Tribunal de la San­
ta Hermandad que había de presidirse por dos Alcaldes de la Mesta,
consiguiendo con esto libertar la ciudad de multitud de ladrones que
la infestaban. Fundó la Universidad de México, cuya cédula de erec­
ción fué expedida el 25 de Septiembre de 1551 y la bula de confir­
mación de Pablo IV, en 1555, dándola los mismos privilegios que á
la de Salamanca en España.
El año de 1553, á consecuencia de un fuerte aguacero que duró
veinticuatro horas se inundó la ciudad, de tal modo, que fué necesario
andar en canoas. Apenas cesó la inundación el Virrey llamó á los ca­
ciques, previniéndoles que reunieran á toda su gente para construir
una albarrada que impidiese otro acontecimiento en lo sucesivo, se­
mejante al que acababa de pasar. Concurrieron á la construcción mi­
les de gentes, que, para evitar confusiones, distribuyó en cuadrill;
a r
—=
<•

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

mandadas por los principales vecinos de la ciudad, siendo el dicho


Virrey uno de los que trabajó todo el-día con su azadón en la mano,
animándolos con su ejemplo.
Durante su gobierno se fundaron las villas de Durango, Chama-
tía y San Miguel el Grande, esta última con el objeto de contener las
irrupciones de los indios bárbaros chichimecas. Envió este Virrey á
la Florida una armada á las órdenes de Don Tristán de Arellano,
cuyo éxito fué desgraciado.
Murió el 31 de Julio de 1564, habiendo durado de Virrey 14 años,
fué sepultado con gran solemnidad en la iglesia de Santo Domingo
que estaba entonces en lo que fué la Inquisición y su cadáver fué
conducido en hombros de cuatro Obispos que se hallaban reunidos
para el segundo Concilio mexicano.

Don Luis de Velasco, segundo de este nombre, octavo y undéci­


mo Virrey y primer Marqués de Salinas, nació en Atzcapotzalco.
Nombrado Virrey de México hizo su entrada á la Capital el 27 de
9
Enero de 1590, y como había sido Alférez Real de ella, el Ayunta­
miento dispuso recibirlo con gran solemnidad, entró montado en un .e
9.

caballo ricamente enjaezado, cuyas riendas llevaban á pie el Corre­


gidor Pablo Torres, el Alcalde Leonel de Cervantes y otros indivi­
duos de la Municipalidad.
Durante su gobierno puso término á las correrías de los chichime-
cas, haciendo la paz con ellos; y para civilizarlos se establecieron co-
ílonias de tlaxcaltecas en San Luis Potosí y otros puntos. Arregló los
derechos de la administración de justicia á los indios, librando á és­
tos de todo gravamen, y haciendo que aquéllos se sacaran del medio
real de ministros que satisfacían con el tributo; restableció los obrajes
por decreto de 1? de Junio de 1590, con lo que dió mucho fomento á
la manufactura de las lanas, y suspendió la ejecución de las órdenes
para la reunión de los indios en congregaciones, viendo la repugnan­
cia con que dejaban sus chozas esparcidas en los campos. En el año
de 1593 se plantó el paseo de la Alameda de México, y en el de 1594
se dispuso la expedición para la conquista de Nuevo México, á las
órdenes de Don Juan de Oñate. En este mismo año, por orden de
------ '-.9 .'¿2'

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

y, para subvenir á los grandes gastos de las guerras en que la Co­


rona se hallaba empeñada, se duplicó el tributo á los indios, hacién­
dose más gravoso por el modo de pago que se estableció. Gobernó
Don Luis de Velasco hasta Noviembre de 1595, que fué promovido
al virreinato del Perú.
Hallábase Don Luis de Velasco, ya anciano, viviendo tranquila­
mente en su encomienda de Atzcapotzalco, cuando recibió el nom­
bramiento de Virrey por la segunda vez, lo que se dice fué anuncia­
do días antes por un meteoro luminoso que se. dejó ver sobre aquel
pueblo. Retiróse por ocho días al convento de Franciscanos de San­
tiago Tlaltelolco, y desde él hizo su entrada pública el 2 de Julio de
1607. Vínole después ti título de Marqués de Salinas.
La terrible inundación acaecida en el mismo año, hizo que se de­
cidiese la ejecución de la obra del desagüe, á que dió principio el Vi­
rrey el día 28 de Diciembre, sacando por su mano tierra con una
azada, después de haberse celebrado en Huehuetoca una misa solem­
ne á que asistieron los Tribunales y el Ayuntamiento.
Para gastos de la obra se cobró una contribución de uno por cien­
to sobre las posesiones y las mercancías que había en la ciudad, que
se valuaron en poco más de veinte millones de pesos, y además se
impuso un derecho de cincuenta reales de á ocho sobre cada pipa de
vino que entrase por las garitas (portazgos). Trazó la obra el padre
Juan Sánchez, de la Compañía de Jesús. Hubo temores de subleva­
ción de los negros esclavos, que efectivamente se inquietaron en la
provincia de Veracruz, pero fueron fácilmente sujetados. El Virrey
arregló el servicio de los indios, lo que le suscitó muchas enemistades.
Don Luis de Velasco fué llamado en 1611 á ejercer la alta digni­
dad de Presidente del Consejo de Indias, conservando el mando has­
ta su embarque en Veracruz.
XT/ a. y-**.

MARQUESA I O DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

OCTAVA PARTE.
ASCENDENCIA ILUSTRE, GLORIOSOS HECHOS Y POSTERIDAD NOBLE
DEL FAMOSO ÑUÑO ALFONSO,
ALCAIDE DE LA IMPERIAL CIUDAD DE TOLEDO Y PRINCIPE DE SU MILICIA,
RICO-HOMBRE DE CASTILLA, POR RODRIGO MÉNDEZ SILVA.

Corría el año de la creación del mundo 5046, del Diluvio Univer­


sal 3390, de la venida del Patriarca Tubal á poblar á España 3248,
de la era de César 1123, del nacimiento de Cristo 1085, de la entra­
da de los Godos en nuestra católica Península Española 669 y de su
pérdida por los moros 371. Siendo Sumo Pontífice en la Iglesia Ro­
mana Gregorio séptimo. Imperando en Alemania Enrique cuarto, en
Constantinopla Alejo primero, llamado Comneno. Reinaba en Fran­
cia Felipe primero, en Inglaterra Guillermo primero, en Escocia Mal-
colmo tercero, en Polonia Valdislao primero, en Aragón y Navarra
Don Sancho Ramírez, sexto del nombre, en Sobrarbe y Ribagorza
su hijo Don Pedro. Era Conde de Barcelona Ramón Berenguer ter­
cero. Señor de Vizcaya Don Lope Díaz de Rubio. Conde de Flan-
des Roberto Fresón. Duque de Pulla Roberto Guiscardo. Duque de
Venecia Ordelafo Faliero. Príncipe y Señor de Milán, Conde de An-
glerio Otón primero. Conde de Moriana, Señor de Saboya, Humber­
to segundo. Y Conde de Hapsburg Otón primero. Cuando en Casti-
lia, León, Galicia y parte de Portugal florecía en victorias, proezas y

triunfos el ínclito Rey Don Alfonso sexto, el cual en veinticinco de
Mayo libertó gloriosamente del bárbaro dominio Mahometano la Ciu­
dad de Toledo, acompañándole en tan memorable empresa Adefonso
Murió, Caballero de Galicia, que por la nobleza de su sangre, califica­
dos servicios y particulares finezas mereció ser en parte premiado de
este magnánimo Príncipe con la Villa de Ajofrin (población de Moros,
puesta en un llano tres leguas distante á Toledo, fértil de pan, vino
y hortalizas; al presente con ochocientos vecinos, una Parroquia y un
Convento de monjas Dominicas, que después entró por donación en
i„ en cuyo Señorío permanece
a Santa Iglesia de Toledo), y
aunque pareció corta remuneración á tantas hazañas
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. 47
Munio, más vale quedar quejoso el mérito en el varón bizarro, que
murmurado el premio en el indigno. Fué hijo del Conde Munio Ade-
fonso, nieto de Adefonso González, segundo nieto de Gonzalo Oue-
quiz, tercero nieto de Cutco Téllez, y cuarto nieto de Tello Murie-
lliz, años 988, como consta del testamento que adelante referiremos,
otorgado por nuestro héroe Ñuño Alfonso, afirmando el Obispo Don
Fray Prudencio de Sandoval, Cronista de Felipe III, en la historia
de los cuatro Reyes de Castilla, en la del Emperador Don Alonso
VIII, á quien llama séptimo, ser todos los ya nombrados Ricos-
hombres confirmadores de Privilegios Reales; de algunos de ellos
hace también mención el Doctor Salazar de Mendoza en las digni­
dades seglares, libro primero, que como en muchas partes tengo ad­
vertido, era lo mismo que hoy Grandes de España. Yacen sepulta­
dos estos venerables varones en el Real Convento de Sahagun, y en
el de Celanova de Galicia, su originaria patria: los cuales eran (según
las eruditas memorias del Conde de Mora) de la Casa de San Ro-
sendo, Obispo de Dume, Iglesia que se vino á la de Braga, y Abad
de Celanova, hijo del Conde de Arminio Don Gutierre Arias Mén­
dez, que fué hijo de Hermenegildo, deudo muy propincuo del Rey
Don Alfonso el Magno, tercero de León, y su Mayordomo mayor,
Conde de las Ciudades de Oporto y Tuy, Señor de Jucha, tierra entre
Duero y Miño, sangre derivada de Eguiza Rey Godo, por línea de
su nieto el Conde Teodo, Gobernador de los cristianos en la Ciudad
de Coimbra, en tiempo que la dominaban moros, años 770, de que
son autores el Doctor Fray Bernardo de Brito, Cronista mayor de
Portugal en la segunda parte de la Monarquía Lucitana, lib. 7, cap.
8 y 24, y Don Mauro en la historia de Santiago, lib. 2, cap. 12.
Tuvo el propuesto Adefonso Munio por hijo al grande Ñuño Al­
fonso, que nació en Galicia, y creo que en Celanova, año de Cristo
1090, para terror de los infieles, gloria de su patria, admiración de
pasados y presentes siglos.
Gozó la educación de la tierra puericia de sus años á la sombra de
sus ajustados preceptos de su prudente padre, de cuya escuela salió
tan bien disciplinado, que parece no tuvo perfección que añadir, ni
to que enmendar, mostrando siempre una natural inclinación al
3 ejercicio de las armas, que daba seguras esperanzas de lo que J®
floreciente juventud había de obrar su invencible brazo.
---------- —
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.
3
Casó primera vez con una noble señora llamada Dona Fronilde, (/*)
dé quien tuvo por hijos á Pela y Munio, y á Doña Fronilde. Pasó
Ñuño Alfonso á segundas bodas en Toledo con Doña Teresa Ba­
rroso, hija de Pedro Gómez Barroso, familia deducida de los Caba-
lleros Godos que en la pérdida de España, año 714, quedaron en
aquella Ciudad avecindados entre los moros con nombre de Muzára­
bes, de quienes descienden grandes Casas en estos Reinos, y aun sus
monarcas por Doña Sancha Barroso, esposa de Dun Pedro López de
Ayala, Señor de la Casa de Ayala, biznieto del Rey Don Alfonso de
León, como dice Salazar de Mendoza en el Cronicón de los Ponces, I
elogio quince, párrafo cuarto, y son Doña Sancha Barroso y Don Pe­
dro López de Ayala, sextos abuelos maternos del Católico Rey Don
Fernando V y oncenos por entreambas partes de Ja Majestad del
Rey Nuestro Señor Don Felipe IV. Procrearon Ñuño Alonso y
Doña Teresa Barroso á Fernando Munio, Pedro Munio, Alfonso
» Munio, Telle Munio y Juan Munio, además de algunas hijas, siendo
una de ellas Doña Jimena Muñiz, consorte del Conde Don Pedro
Gutiérrez de Toledo, progenitores de esta Excelentísima prosapia, y
de ella cuantos Príncipes cristianos hay en la Europa que latamente
y
trata Don Pedro de Rojas, Conde de Mora, en sus discursos ilustres,
históricos y genealógicos. a
Creció Ñuño Alfonso en valor y en animosas demostraciones (cual
otro Alejandro Magno, que de 14 años tuvo inclinaciones á las ar­
mas, á los 16 le dejó su padre por Gobernador del Reino, de 18 fué
contra los Scitas y á los 20 sucedió en la Corona. Y Scipion Africa­
no, según Tito Libio y Plutarco, de 17 años siguió la guerra contra
los cartagineses, á los 20 entró en la batalla de Canas y á los 24 vi­
no á España con el carácter de Capitán General), por cuya causa el
Rey Don Alonso VIII, Emperador de España, encargó á Ñuño Al­
fonso la guarda del Castillo de Mora, Villa situada en una espaciosa
llanura, cinco leguas de Toledo, plaza fuerte de aquel Reino, que tan­
tos afanes costó de conquistar al Rey Don Alonso VI, su abuelo,
año de 1083, y el Rey Don Felipe III el de 1612; dió título de Con­
de de ella á Don Francisco de Rojas, que hoy goza Don Pedro de
Rojas su hijo segundo, tercero Conde, por suceder á su hermano Don
Francisco de Rojas.
Defendióla en varias ocasiones con increíble vigilancia, que los mo-
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.
<9

ros de Andalucía, irritados al ver tantas veces frustrados sus ímpetus,


juntando copioso número vinieron talando los campos de Escalona,
hasta llegar á Mora, donde uniendo la industria con el poder, se hi­
cieron dueños de ella, sin ser posible remediarlo Ñuño Alfonso, que
como su gente era muy desigual en número á la del enemigo, fué
fuerza rendirse á la violencia de mayores impulsos. Sentido el Em­
perador del impensado fracaso, mandó edificar otra fortaleza enfren­
te de la Mora, para impedir las invasiones bárbaras, haciendo Alcai­
de de ella á Martín Fernández Caballero, de conocidas experiencias,
que siempre refrenó el Mahometano orgullo hasta recobrar la perdi­
da placa.
La vergüenza pundonorosa es la que ocasiona la enmienda del des­
cuido y comunmente vence lo que la virtud ni la razón consiguen,
porque al paso que la soberbia obscurece la luz del entendimiento,
la vergüenza le aclara; esta fué tan poderosa en Ñuño Alfonso, que
para desempeño de su crédito, viéndose ultrajado de la poca fortuna,
quiso adelantarla por volver á la gracia del Emperador, que desde
el suceso de Mora no le miraba con aquel acostumbrado cariño que
antes solía; y así juntando los más particulares amigos y otra gente
que su mañosa industria pudo conducir á Toledo, Guadalajara, Ta-
lavera, Avila, Segovia y demás partes posibles á la ocasión, dió so­
bre los moros de tal suerte en varios encuentros, que sólo su nom­
1
bre causaba tanto asombro á los enemigos como admiración á los
suyos. En breve tiempo llegaron sus heroicos hechos á la noticia de
su Príncipe que, viéndose obligado, quiso mostrar lo magnánimo de
su liberalidad con hacerle Rico-hombre de Castilla y Alcaide de To­
ledo. Así lo refiere el Doctor Salazar de Mendoza en las dignidades
seglares, lib. 2, cap. 3 y 5, como también el Obispo Sandoval en el
lugar citado.
Era el cargo de Alcaide de Toledo tan honorífico y preeminente,
que el primero fué el invencible Cid Rui Díaz Campeador, Rico­
hombre. El segundo su primo dos veces, aquel esforzado Conde Al­
var Fañez Minaya, también Rico-hombre. El tercero Goter Suario,
ó Gutierre Suárez, Rico-hombre. El cuarto Miguel Cidiz, Rico­
hombre. El quinto Martín González, hijo de Gonzalo Estevanez, <9

Rico-hombre. El sexto Rodrigo Alvarez, nieto, según dice, del ya


^nombrado Alvar Fañez Minaya. El séptimo Goter Hermegildes. E

------------------ :
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

octavo el celebrado Conde Don Rodrigo González Girón (progenitor


de esta esclarecida familia), Rico-hombre. El nono Rui Fernández
de Castro, cognominado el Calvo, Rico-hombre de quien procede
la generosa estirpe de los Castros, según el Conde Don Pedro, Pe­
dro Gerónimo de Aponte, Salazar de Mendoza y otros muchos no­
biliarios, nieto por varonía (conforme la mejor opinión) del Rey Don
Sancho Ramírez, primero del nombre en Aragón y sexto en Nava­
rra, y por su madre del referido Alvar Fañez Minaya, á quien suce- y
dió en la Alcaldía de Toledo nuestro Ñuño Alfonso, cuyos hechos
gloriosos brevemente referiré, para que sirvan de estímulo á otros de
iguales obligaciones. Constituyóle el Emperador Don Alonso por
Príncipe de su milicia, mandando á todos los Caballeros, Capitanes
y soldados, que como á su persona misma le obedeciesen, los cuales
gustosos le recibieron, conociendo en su pecho tenían incontrastable
muralla, en su valor seguro trofeo y en su prudencia aclamados acier­
tos; pues ésta, como móvil de las demás virtudes morales, hace á un
General cabalmente perfecto, mereciendo tan insigne varón le rotu­
lase la historia antigua de Toledo con el nombre de vir bellico
ffimus.
Como la infelicidad suele abatir los ánimos los levanta el
los Monarcas á mayores empresas; viéronse aventajadas en Ñuño Al
fonso, pues juntando el Rey Texufino de Córdoba (que entiendo es el
que Garbai, lib. 38, llama Albohali Abentefih^ un copioso ejército de
caballería contra el cristiano del Emperador Don Alonso. Al querer
entrar en el Reino de Toledo ufano con las Sarracenas huestes que
le seguían, les salió al encuentro nuestro héroe acompañado solamen­
te de setenta soldados; pero uniformes se dispusieron á morir ó ven­
cer tan innumerable canalla, que llenando los campos de Almodovar,
viéndose superior, antes de la batida blasonaba la victoria. No des­
mayó Ñuño Alfonso con ver poblado el anchuroso sitio de turbantes
Mahometanos; antes lo que podía á muchos servir de asombro á él
le ocasionó nuevos alientos (cual otro Gedeón con los Madianitas),
pues por la Religión Católica se entregaba contento con los suyos al
evidente riesgo; y auxiliado del cielo en quien resignó sus esperan-
zas, habló á los setenta compañeros de esta manera: ¿
'alientes españoles, hoy es el día en que se afianzan en vi
) muchas victorias; pues quien alcanza la más imposible ge
------------ —————
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

una vez todas; que los laureles no se componen de fáciles empresas,


las arduas sólo coronan frentes, ilustran siglos y consiguen memo­
rias, que permaneciendo en profidos robustos, y alumbrando el ejem­
plo, premian con fama eterna gloriosas acciones: aquí las veréis lo­
gradas, si lo que mi voz os advierte escribís en las osadas hojas de
vuestros aceros, que teñidos en aquella infiel sangre quedarán rubri­
cadas tantas hazañas en el sacro volumen de las edades; no ignoro
ser temerario el intento, la resolución más que de humanos y el
arrojo.casi de desesperados, pero quien por la Fe de Cristo se preci­
pita, por la patria se empeña y por el Rey muere, tres trofeos se ase­
gura. Luego ya la temeridad viene á ser acierto, el desempeño for­
tuna y el precipicio gloria; y cuando acontezca morir, harto bien em­
pleamos las vidas, si nos sucede el dichoso cambio de tres coronas.
Setenta somos contra la innumerable copia de enemigos y con todo
les llevamos ventaja; pues cada uno de vosotros, revestidos de católico
celo, monta más que la muchedumbre de esos bárbaros, y espero en
esta sagrada insignia (enarbolando una cruz) que como divino norte
nos guía, no sólo ahora, sino cuantos á nuestro Dios y Rey fueren
contrarios, hemos de vencer en nombre suyo. Ea amigos, seguidme,
que vuestra ha de ser la victoria, pues no acaso el cielo dispuso que
nosotros lográsemos la dicha de defender su causa.”
Animados los soldados con esta elocuente persuasiva, embistieron
de frente con los escuadrones contrarios, que en breve tiempo los
desbarataron, huyendo vergonzosamente el Rey Texufino, con que
quedó por nuestro el campo, sin más pérdida que uno de los seten­
ta, como lo afirma el Obispo Sandoval. Luego se ocupó Ñuño Al­
fonso en labrar el Castillo de Cervatos y poblar el lugar de su nom­
bre á dos leguas de Toledo, de donde tomaron el apellido sus des­
cendientes. Refiérelo Salazar de Mendoza, lib. 2, cap. 3 y 5. Sitio
en que heredó el Rey Don Alfonso VI á nuestro Alcaide, siendo mu­
chacho, por los servicios de Adefonso Munio su padre: así lo decla-
ran en su testamento que se dirá adelante.
Suelen vestirse los esforzados campeones de los colores de los su­
cesos, porque como los infelices acobardan un generoso pecho, los
prósperos adelantan el ánimo de quien los consigue. Estos pudieron
tanto en Ñuño Alfonso, que tratando solamente de adquirir triunfos
#no imaginaba en otra cosa que en batallas contra la Agarena pérfid^^

r
'&
(*

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.


<9

¡ ^3 i
y así juntando de nuevo novecientos Caballeros de Toledo, Avila y
Segovia, con mil infantes entró por la tierra de Córdoba, haciendo
espantosos estragos en toda la comarca, poniendo osadamente sus
tiendas á vista de la Ciudad, donde salía á correr la campaña, reco­
giéndose siempre con innumerales presas de plata, oro y ganados.
En esta ocasión se soltó de nuestro campo un moro cautivo, en
tiempo que Azoer, Rey de Córdoba, trataba con el de Sevilla Aven-
zeta, de juntar sus armas y entrar en tierra de cristianos, principal-
mente en Toledo, aunque les parecía dificultoso por ser plaza casi
inexpugnable, guarnecida de valientes soldados y de su Caudillo
Ñuño Alfonso. Llegó á los Reyes el fugitivo prisionero, dióles cuen­
ta de las disposiciones que traía el imperial ejército y de los daños
que había hecho en aquel Distrito; al punto mandaron juntar sus be­
licosos escuadrones y que los de Sevilla se incorporasen con los de
Córdoba para que con más ventaja saliesen unidos á cortar los pasos
á Ñuño Alfonso, cuya diestra amagaba su fatal ruina. Fué infinito í;
el número que condujeron de Caballería, Infantería, ballesteros con
variedad de instrumentos bélicos, y soberbios le presentaron la bata­
lla. Viendo los católicos la muchedumbre de tanto turbante que por
poblar aquellos campos despoblaron las ciudades de los dos Reinos,
se retiraron, siguiéndolos el enemigo hasta descubrirlos.
Hallábase cuidadoso Ñuño Alfonso en ver la desigualdad, y pro­
curó de más cerca reconocer al contrario, como lo hizo con su natu-
•4

ral bizarría, amparándose de una eminencia llamada Móntelo, fuerte


por naturaleza á orillas dei río Adoro, donde plantó sus reales, y lo
mejor que pudo se fortificó, mandando á toda su gente poner de ro­
dillas, y que con afectuosas deprecaciones, plegarias y rogativas, pi­
diesen al Soberano Dios les infundiese nuevo ánimo, duplicase el va­
lor y les diese victoria contra los blasfemos de su Santo nombre, y
conformes hicieron voto, ofreciendo á la iglesia de Santa María la
Mayor de Toledo, la décima parte de los despojos que ganasen. Con
esto se dispusieron á la pelea, repartiéndose en dos partes, dejando
la montañuela á las espaldas para que los paganos no pudiesen co­
gerlos en medio. Oyó el cielo sus humildes voces y parece les daba
por premio de tan fervoroso afecto un ardiente espíritu para alcanzar
la empresa gloriosa que antes le motivaba asombros. Viendo gusto­
so Ñuño Alfonso la novedad en sus generosos soldados, les dijo:
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.
f
“Eteles, compañeros míos, esta es la ocasión en que para mayores
duraciones os llama la memoria, que conseguida de vuestros inven­ <®„

cibles alientos ha de permanecer á los siglos, tanto para admiración


de ellos como para asombro de bárbaras naciones, que envidiosas de
vuestras felicidades, no sólo pretenden como obscuras nubes eclipsar

sus luces, sino también hacerse dueños de la tierra que ganaron vues­
tros mayores á los infatigables afanes de su cuchilla Acordaos que
sólo setenta de vosotros, siendo yo el caudillo, vencimos al Rey Te-
xufino; la causa era la misma, mismos los pulsos que batallaron; lue­
go como es posible que nos falte el triunfo, si no es que para otro de
mayores quilates nos reserva el cielo con la muerte, que ésta viene á
ser vida cuando la coronan tan gloriosos fines. Yo he de ser el pri­
mero que solicite el riesgo, pues llevando conmigo tan valientes sol­
dados, sería defecto rehusarlo, cuando en vos tengo de suerte asegu­
rados los vencimientos, que si los trofeos de la esperanza no parecie­
jl sen vanidades, los tuviera por firmes conociendo el valor heroico de
vuestros corazones. Ea amigos, dos premios nos esperan, de Dios el
divino, el temporal del Príncipe que nos gobierna, por cuyas razones

i»MK3

nos exponemos á las contingencias de la fortuna, haciendo gala de ¿a

sus variedades por ostentación de mayores finezas, pues el mayoraz­


go más honrado que podemos dejar á la posteridad es sacrificar las
vidas por Dios, por el Rey y por la patria.”
Confesado y comulgado todo el ejército cristiano, esperó constan­
temente la impetuosa furia del enemigo, que con el acostumbrado
alarido le embistió, prorrumpiendo Avenzeta, Rey de Córdoba, estas
razones á los suyos:
“Cuál victoria, soldados míos, fué en algún tiempo más cierta que la
presente; mirad con cuánta arrogancia vienen- estos temerarios á pe­
lear con nosotros; pero hoy seguramente les hará arrepentir de tan­
tas invasiones tiranas como Ñuño ha hecho en nuestra corona; si
consideramos las fuerzas, son sin comparación más que las suyas; si
la causa, la violencia despliega por ellos las banderas y por nosotros
la justicia; el miedo, el asombro y la desigualdad nos los darán ven­
cidos, antes que los venzamos; no valdrán ahora á éste arrojado cau­
dillo sus astucias y engaños, que con ésta victoria vendremos á ase­ <9

gurarnos también de las futuras. Mueran, mueran de una vez todos


b acabemos de coronar estos troncos de célebres trofeos.”
/a

R’ESIRÍETS.A. PARTE.
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Con este menosprecio comenzó el Paganismo la batalla, mas pres­


to se le dió á entender cuántos eran en valor los que tan pocos eran
en número: encendióse de una y otra parte la pelea con tanto estruen-
do, que en todo aquel distrito no se oían más que furiosos golpes, la­
mentables gemidos y horrendas muertes entre polvo y sangre, con
que se trocó los verdores del ameno campo en pavoroso rojo. En es­
te conflicto, dos intrépidos soldados, Pedro Albazilde y Roberto de
Mongomariz acometieron al Rey de Sevilla, que en un caballo co­
rría la campaña, derribáronle tan de improviso que no dieron luga’r
á que los suyos le socorriesen, y velozmente sin temor ninguno le
cortaron la cabeza, poniéndola en parte donde los moros la pudiesen
ver, que fué causa de que el Rey de Córdoba desmayase desampa­
rando su ejército. Siguiéronle los cristianos con notable denuedo, ha­
ciendo que vergonzosamente volvieran todos las espaldas, despeda­
zando los nuestros con rabiosa ira á cuantos alcanzaban.
Llegó Ñuño Alfonso al Rey de Córdoba y conociéndolo por las
armas, le arrojó su robusto brazo una lanza con que cayó del caballo;
pero volviendo sobre sí el ofendido bárbaro, sacó el alfanje con des­
treza, y con mayor Ñuño Alfonso su espada, peleando entre ambos
algún rato sin conocerse ventaja, hasta que de un revés dividió la ca-
beza de los hombros al orgulloso Rey.
Viendo su gente el fatal estrago, desordenadamente huyeron, em­
boscándose por ocultas sendas, intrincados riscos y lóbregas caver­
nas de aquellos montes, quedando por nuestro el campo, y consegui­
da la mayor victoria que en España vieron los siglos. Fueron infi­
nitos los despojos que se hallaron de oro, plata y vestidos, de tal
suerte que para cada soldado hubo diez acémilas cargadas, cogiendo
juntamente todas las banderas, ricas armas y famosos caballos, que
los moros habían conducido. Aconteció tan memorable suceso en el
primer día de Marzo, año 1142, como se halla en las antiguas memo­
rias de Toledo, por estas palabras: “Lidió Ñuño Alfonso con los mo­
ros y mató á dos Reyes de ellos, el uno hubo por nombre Azoer y el
otro Abenzeta, condujo sus cabezas á Toledo, y fué la batalla en el
Río que dicen Adoro al primer día de Marzo, era 1180.” Es el año de
to 1142. Dió Ñuño Alfonso orden que su gente se recogie
, y como buenos soldados estuvieren vigilantes por si acasc
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. 55

el enemigo no los cogiese de manera que la victoria se trocase


<8
en luto.
Es la piedad un movimiento del ánimo inclinado á dolor y lástima
del mal ajeno, según Quintiliano, porque un pecho noble no puede
ser de pasión tan vencido que no acuda á las piadosas demostracio­
nes de la naturaleza. Entre las demás virtudes que campearon en
nuestro victorioso Ñuño fué ésta la principal, que sobresalía en lo
ilustre de sus generosidades, y así mandó envolver los cuerpos de los
Reyes en paños de seda y que con guarda de algunos se pusiesen en
una parte de aquel campo, para que los suyos viniesen por ellos.
Quiso Ñuño Alfonso hacer pública ostentación de estos favores
del cielo, con entrar triunfante en Toledo, para lo cual lo ordenó en
esta manera: En las puntas de los entandartes de los vencidos Reyes
puso sus dos cabezas y en otras lanzas las de muchos caballeros, si­
guiéndolos la gente cautiva, noble y común, cargados de prisiones:
tras ellos la Infantería española, bizarra de plumas, que para tan fes­
tivo día sacaron en competencia las mejores galas, trayendo del dies­
tro los caballos enjaezados con lucidísimas sillas y frenos de diversas
labores de oro y plata. Sucediánle las acémilas de los despojos, pre­
ciosos vasos, .costosas ropas y relucientes armas, á cuyos reflejos
causados de los rayos del Sol, no daban lugar á que se distinguiese
tan pomposo aparato. Remataba este admirable concurso nuestro
victorioso Ñuño, acompañado de todos sus soldados armados de pun­
ta en blanco en orden de guerra, y de esta manera llegó á vista de
las respetadas murallas de la Imperial Toledo, entrando por el puen­
te de Alcántara, guió su triunfo á la Iglesia Mayor de Santa María,
donde la Reina Doña Berenguela, Emperatriz de España, le recibió
ricamente vestida, con sus damas adornadas también de artificiosas
telas y brillantes bordados, viéndose este día Toledo duplicado con
nuevas primaveras. Por otra parte á darle los parabienes el Arzobispo
Don Ramón, vestido de pontifical en medio del clero, cantando el Te
Deum laudamus, hasta conducirlo al altar mayor, dando alegres infi­
nitas gracias á la Divina Omnipotencia por tan singular beneficio co­
mo de su larga y poderosa mano habían recibido. Salieron del Sa­
grado templo y apenas la muchedumbre del pueblo (que en tumul­
tuosas olas vagaba por las calles) vió á Ñuño Alfonso, regocijado n
i^on tantas alegrías, prorrumpió con semejantes alabanzas:

r
¿sjvrífiVe)’ <•

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Muchos años viva


Nuestro Ñuño Alfonso,
Pasmo de valientes,
De infieles asombro.
Cuya ardiente espada
Fué con brazo heroico
Salud de Cristianos,
Peste de los Moros.
Dos caras de Reyes
Cortó de los hombros,
Y es leal vasallo
Con traer dos rostros.
Sin ser arrogante
Es el primer monstruo,
Que con dos cabezas
Queda más hermoso.
A su imitación las damas entonaron también, como las de Jerusa-
lén al triunfante David, cuando cortó la cabeza al soberbio gigante:
Llegue á lograr norabuena
*
De Alfonso, Alfonso los brazos,
Que á quien merece coronas &
fr.
Es corto el mayor halago.
Sin armas parece Ñuño
I
Un Adonis cortesano,
Y cuando esgrime el acero
De Marte es vivo retrato.
La empresa más imposible
Reduce á fácil estrago,
Porque es lisonja el peligro
I
Para un corazón bizarro.
Triunfe, venza, logre, ostente
Siempre inmortales aplausos
5

II
Para afrenta de los griegos
Y envidia de los romanos.
Recibiendo semejantes aplausos Ñuño Alfonso, habló así á la Em­
peratriz:
a
“Señora, las invencibles armas del gran Emperador vuestro espo-
SE

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

so, y mi Señor, han conseguido esta victoria por un instrumento tan


débil como yo; á vuestras plantas pongo estos trofeos, y con ellos la Q)

vida, para emplearla en vuestro Real servicio.”


La cual le respondió con apacible rostro:
“En nombre del Emperador os agradezco estas finezas, dignas de
K -* *
vuestra sangre, y á las remuneraciones quedó por fiadora, sea con­
forme á vuestros grandes merecimientos.”
Con esto besó la mano á la Emperatriz, dióse fin al triunfo, obscu­
reciendo los trescientos veinte más singulares que celebraron los ro­
manos.
»
Estaba en este tiempo el Emperador Don Alonso en la ciudad de
Segovia, á quien despacharon un gentil-hombre, haciéndole saber lo
sucedido, suplicándole tuviese por bien venir á Toledo; hízolo así,
y antes de entrar en la ciudad le salieron á recibir la Emperatriz y
Ñuño alfonso, llevando los pendones Reales, y cabezas de los Re­
J yes moros, con las demás banderas, armas y cautivos, caballos y
despojos en la misma forma referida. Quedó este Príncipe admirado
de ver tanta grandeza vencida, principalmente mirando las cabezas
s. de sus contrarios, y dando los brazos á Ñuño Alfonso, le honró con
particulares demostraciones, mandando que de toda aquella opulenta
presa se diese la décima parte al reverente templo de Santa María,
cumpliendo el voto que prometieron antes de entrar en batalla; y otra
al hospital del Apóstol Santiago de Compostela, como gran patrón
de España, quedando el Emperador con el quinto que de derecho le
li
tocaba, y que lo restante se repartiese entre Ñuño Alfonso y sus sol­
I
dados, ordenando se fijasen las dos cabezas Reales en las más altas
torres del Alcázar, para que las naciones que frecuentaban su Corte
viesen el favor que Dios había concedido á sus católicas armas: per­
manecieron allí algunos días hasta que la Emperatriz Doña Beren-
guela, usando de su benignidad les envió en una caja de plata, en­
vueltos en paños de seda, á las Reinas sus mujeres, imitando al va-
. líente general en la piedad que tuvo con los cuerpos. Todo esto lo
escriben las historias antiguas de Toledo, y otros papeles fidedignos
que guarda la curiosa librería del Conde de Mora, cuyas verdades
aseguran el Padre Doctor Gerónimo Román de la Higuera, de la á
4. Compañía de Jesús, en los libros manuscritos de los linajes de Tole­
k\( I*
do, el Obispo y Cronista Don Fray Prudencio de Sandoval, Salazar

:
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58 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.


. I , •
de Mendoza en los lugares citados, y Luis de Mármol en la historia
de Africa, lib. 2, cap. 33.
Rogó el Emperador encarecidamente á Ñuño Alfonso descansase
en su casa algún tiempo de las continuas fatigas de la guerra, y aun­
que lo rehusaba, le obedeció por darle gusto, que un vigilante atento
y fidelísimo General sólo tiene por regalo las armas, por sosiego la
la milicia y por alivio la campaña, siéndole entonces á todos tan ex­
trañado un descuido, como ahora lo es en algunos un cuidado. i
San Gregorio en los Morales, dice: que cuando la ira acomete el
ánimo, doma el entendimiento, venciéndole para dar lugar al furor:
pues según Aristóteles, es una cierta perturbación con ímpetu vehe­
mente de venganza; con ésta se arrojó Ñuño Alfonso á matar á Do­
ña Fronilde, su hija del primer matrimonio, pór hallarla hablando
con un Caballero; y lo mismo hiciera de él si la industria de escapar­
se no le valiera, pues era tal su pundonor, que los átomos del Sol
'"t

parece le ofendían en llegando á cosa- de la reputación. Afirman los


autores que de este caso tratan, fué injusta su violenta muerte, él mis­
mo reconoció el delito, queriendo ir á Jerusalén en penitencia de estec 6
pecado, y lo pusiera en ejecución si el Emperador Don Alonso, eb
Arzobispo Don Ramón, con otros venerables prelados no se lo estor­
baran, juntando para esto un Concilio, según el Padre Román de la
Higuera, donde salió definido (visto ser el varón más importante que
tenía España para defender la Fe) suspendiese el viaje, y emplease
su vida en la guerra contra moros; y que con ella satisfaría al cielo.
Llegó el año siguiente de 1143, en que el Rey Texufino se hallaba
en Africa, á quien los moros de España reconocían por su Príncipe
Soberano; diéronle cuenta del pasado suceso, muerte de los Reyes
de Córdoba y Sevilla, que sintió en extremo, juntando luego para la
venganza sus Consejeros de Guerra (que en este caso, como la bre­
vedad es madre de los aciertos, lo es la dilación de notables ruinas).
Constituyeron por Rey de España á Aben gama, hombre de grandes
experiencias y valor, el que venció al Rey Don Alonso I de Aragón
y séptimo de Castilla, en la batalla de Fraga, mandándole hiciese
sangriento estrago en los Cristianos. Por otra parte nuestro Empe­
e> rador Don Alonso convocó un grueso ejército, y saliendo con él de (F

Toledo, hizo alto, plantando sus tiendas en las deliciosas márgenes


¡®
del Tajo; llamó allí al gran Ñuño Alfonso, Alcaide de Toledo,

r
Martín Fernández, Alcaide de Hita, esforzado Caballero, Rico-hom-V*?
. , z
bre de Castilla, diciéndoles: que dejando en orden sus tenencias, es- ®
tuviesen de presidio en Peñanegra, por otro nombre llamada Peña-
cristiana, y fortificasen el Castillo de Mora, que habían recobrado,
antes que los moros se apoderasen de él. Prosiguió el Emperador
su jornada marchando sobre Córdoba, y por su fértil campaña iba
talando las fructíferas mieses, fecundas viñas y árboles opimos de
que se compone; corrió de esta manera las comarcas de Córdoba
Carmona y Sevilla, no escapándose del destiozo sino los lugares
abiertos.
MARQUESADO DE SAILNAS DE RÍO PISUERGA.

solvieron de salir y darle la batalla en nombre de Dios y de su


dita Madre.
Puestos en orden de guerra, dejaron guarnecida á Peñanegra, y
marcharon hacia los pozos de Algodor, cerca de la Villa de Mora,
'cerrando unos con otros con tan apresurada furia, que de entre am­
bas partes fué casi igual la ruina; ensangrentóse la pelea, quedó Mar­
tín Fernández de Hita herido, y por grande espacio no se conoció
ventaja en los dos opuestos campos. Visto por nuestro general no
serle en esta ocasión favorable la fortuna, dijo á Martín Fernández’
se retirase con sus soldados á Peñanegra, pues tenían á los ojos tan
evidente peligro, receloso no fuese por interpresa, ganada á aquella
importante plaza, quedando Ñuño Alfonso y su gente expuestos á
todos los riegos que la suerte les ocasionase; con estq,se volvió Mar­
tín Fernández al Castillo y aseguró su defensa.
Propuso Ñuño Alfonso á su sobrino que traía consigo, hijo de una
hermana, á quien había armado Caballero este año, se volviese á To­
ledo á casa de su madre, para que fuese amparo suyo y de sus pri­
mos, hijos del gran Ñuño que ya se juzgaba por vencido, viendo la
desigualdad que había entre su gente y la muchedumbre del enemi­
go; respondióle el bizarro joven: “Tío y Señor mío, no permita el
cielo que yo os desampare en lance tan apretado, ni se diga que ha
degenerado vuestra sangre de sus obligaciones; más quiero morir á
vuestro lado, que morir sin tan gloriosos blasones, pues no hay afren­
ta en el mundo que se iguale al haber dejado un hombre noble la
campaña.” (Oh famoso mancebo, digno de eterna memoria, que en­
tregaste la primavera de tus años á la cobarde segur de la tirana
muerte; feliz tú, que sin reparar en los domésticos regalos, pulidas
galas, lucidos empleos y cortesanos rizos, te sacrificas gustoso en
las aras de la mayor fineza, para renacer, cual otro fénix, á mejor vi­
da). Comenzaban ya los moros á romper nuestros escuadrones, ha­
biendo para cada soldado católico diez bárbaros; encendióse el com­
bate de tal modo que se vieron afligidísimos; con todo sustentaron
por algún tiempo sus puestos á costa de muchas vidas, mas no fué
posible prevalecer tan pocos, aunque sobrase el esfuerzo. Viendo es­
to Ñuño Alfonso, se retiró con buen orden á una montañuela, llama­
da Peña del Ciervo, apretándole los moros ballesteros, tirando sin
cesar inmensa copia de saetas, particularmente á nuestro General

—a
............ ""

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

que como á blanco de sus iras iban todas derechas, considerando que
sólo con su muerte adquirirían la mayor victoria, y así lo hirieron
mortalmente, el cual como embravecido león, cercado de rabiosas fie­
ras, haciendo portentosos estragos, hasta que faltándole los vitales
alientos, cayó en tierra muerto, y con él sus Caballeros y soldados,
sin que tan sólo uno le desamparase. No llevaron de balde los Aga-
renos el vencimiento porque los mejores de ellos quedaron agoni­
zando en el campo. Sucedió tan lamentable tragedia para España, el
primero día de Agosto, año 1143, teniendo este insigne varón 53
i
de edad, empleados los 34 en servicio del Emperador Don Alon­
so VTTI.
Mandó el Adalid Faraz cortar la cabeza á Ñuño Alfonso, con el
brazo, mano y pie derecho, envolviendo su cuerpo en paños de oro
y seda, para que los cristianos lo sepultasen á imitación de lo que él
había hecho con los Reyes de Córdoba y Sevilla, enviando á las Rei­
nas sus mujeres por singulares dones esta cabeza, las cuales le pre­
sentaron al Rey Texufino de Africa, habiéndose primero en Cala-
trava, Córdoba-y Sevilla celebrado grandes festines por triunfo de
tan funesto espectáculo.
Luego que en Toledo se supo el infausto fin de su Alcaide, y de
los demás Caballeros que aquí perecieron, salieron al campo (por
mandado del Emperador, que en Talavera recibió la infeliz nueva)
los vecinos de aquella ciudad, y recogiendo los cadáveres los lleva­
ron con majestuosa pompa á la Iglesia Mayor, llenando el aire de
lastimosos gemidos, penosos llantos, profundo dolor y afectuosos so­
llozos, dándole honorífica sepultura en el sagrado cementerio del mis­
mo templo, donde después fué la Basílica de San Tirso y el hospital
del Rey Viejo; y cuando se pasó adonde ahora está (para ensanchar
la Divina Capilla del Sagrario), fueron transladados los huesos de
Ñuño Alfonso, en una arca de piedra, que allí se colocó con el escu­
do de sus armas, seis róeles dorados en campo rojo y en medio aque­
lla célebre espada, fiel compañera de sus fortunas é instrumento di­
choso de tantas victorias.
, Ordenó el Emperador á los Ricos-hombres y demás milicias se
fuesen á sus tierras, y recobrasen fuerzas para que el año siguiente
vengasen la muerte del querido Ñuño, Príncipe de su milicia, cuya
rdida sintió en extremo. A quien Don Juan de Matos Fregoso.
*
A>A. Jk+A
T+%
MARQUESADO I)E SALINAS DE RÍO PISUERGA.

insigne ingenio de esta Corte, movido de las gloriosas acciones dé


este Héroe, escribió el siguiente epitafio:
Sella encubre está piedra venerada
Otro nuevo Aníbal, Marte Cristiano,
Cuya memoria eterna, al tiempo cano
Dejó en admiraciones vinculada.
Pues armado de cólera sagrada
Contra el bárbaro orgullo del Pagano.
Cuanto fingió su idea, obró su mano, i

Siendo trueno la voz, rayo la espada.


Ofendes su esplendor, si no te espantas,
Del varón que con fe y acero ardiente
Supo á sus pies postrar regias gargantas.
Mira si es grande! pues heroicamente,
Coronas que estuvieron á sus plantas,
Del Monarca Español ciñen su frente.
Cuatro años antes, dice el Obispo Sandoval, tenía Ñuño Alfonso he­
cho su testamento, costumbre en aquel tiempo de los Caballeros que
seguían la guerra, por los peligros que de ordinario trae consigo, el
cual se halló en Arábigo en el Monasterio de San Clemente de To­
ledo, por usarse entonces en las escrituras públicas aquella lengua;
tradújolo en Español un morisco natural de Fez, cuyo traslado con­
servaron las librerías de Pedro de Alcocer y la del Maestro Alvar
Gómez de Castro, que es en esta forma, sacado de los manuscritos
del Padre Doctor Gerónimo Román de la Higuera, de la Compañía
de Jesús, en los linajes de Toledo, y del Obispo Don Fray Pruden­
cio de Sandoval en la historia de los cuatro Reyes de Castilla, en la
del Emperador Don Alonso, á quien llama séptimo, habiendo de ser
en buena razón octavo.
En el nombre de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Criador de
todas las cosas, y de la bienaventurada Santa María Nuestra Señora
Madre de Dios. Yo Munio Adefonso (hijo de Adefonso Munio y nie­
to del Conde Don Munio Adefonso), Alcaide y Príncipe de la Milicia
de Toledo (guárdela Dios y ensálcela), temiéndome de la muerte, que
á toda carne sobreviene, estando en mi entero juicio cual Dios me lo
dió, hago mi testamento y declaro mi última voluntad en la forma
ue se sigue:
s
-------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Primeramente mando mi alma á Dios que la crió y redimió con


su propia sangre; y si mi muerte acaeciere cerca del Monasterio de
Celanova en Galicia, quiero y mando sea mi cuerpo sepultado en el
dicho Monasterio donde yace mi tío el Conde Don Suario. Y si acae­
ciere cerca del Monasterio de Sahagun, do yacen muchos de mis pa­
rientes, quiero que en él me entierren; y si en el Reino de Toledo,
quiero que me entierren en la Iglesia de Ajofrin, mi lugar, ó en la
Iglesia de Santa María de Toledo, ó en San Román, según que mis
cabezaleros lo ordenaren.
Item, mando que pongan sobre mi sepultura la mi bandera y seña
con los seis róeles ó frejos dorados en campo colorado, en forma que
haga cruz, según que yo los traigo en mi seña, y no á la larga, con
mi espada en medio según que los traían mis antepasados, porque la
verdadera defensa y espada es la señal de la cruz. Y por cuanto el
famosísimo Emperador Don Alonso el viejo, de gloriosa memoria,
heredó á mi padre, dándole el lugar de Ajofrin, y á mí siendo mo­
zuelo, en la torre de Cervatos, y heredamientos de Figares, y yo
compré á Villaseca y me hizo muchas honras y bienes. Mando se
instituya una Capellanía en el Monasterio de San Clemente, y que
cada día se cante una misa por su alma.
Item, mando se digan dos misas por mi alma, y de mis parientes
y antepasados.
Item, mando se digan doscientas misas por mi primera mujer Fro-
nilde.
Item, mando se digan otras doscientas misas por la desdichada de
mi hija Fronilde, que yo maté.
Item, por cuanto yo soy casado con mi segunda mujer Doña Te­
resa, hija de Don Pedro Gómez Barroso, por cuanto fué ella casada
antes con otro marido, se le den las tierras y bienes que le cupieren.
Item, dono por principales herencias á mis hijos, las hazañas de
mi padre Adefonso Munio, y de mi abuelo el Conde Munio Adefon-
so, y de su padre Adefonso González, y de su abuelo Gonzalo Ove-
quiz, y de su segundo abuelo Oveco Téllez, y de su tercero abuelo
Tello Murielliz. Y en particular dejo á mis hijos Fernando y Pedro
Munio este lugar de Ajofrin, que yo heredé de mi padre. A Alonso
Munio la torre de Esteban Ambran, y heredad de Cervatos; y á Te-
^lo Munio á Villaseca, que yo compré de Pelagio Vellitez; y á Jua

j
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Munio las Casas que yo poseo y moro en la collación de San Nico­


lás, á la puerta de arriba, que fueron de Morabita Abdala; excepto
quedó á Pelay Munio, y á su mujer Gontroda Pérez, lo que yo he
en Olias. A María Adefonso mi hermana, las cubas y casas que yo
he en Olias, fuera de la parte que yo dejo á mi hermana Teresa Ade­
fonso. Y quiero que Pelay Munio, mi hijo de la primera mujer, en­
tre en cuenta con sus hermanos de lo que hasta ahora ha recibido.
Dejo por mis albaceas y cabezaleros á Don Raymundo, Arzobispo
f
de Toledo, y á Fernando Alfonso, y Pelay Adefonso. Fecha la car-’
ta en Toledo (guárdela Dios) á cuatro días de las calendas de Abril,
era de mil ciento setenta y siete. Reinando el famosísimo Emperador
Don Alfonso Raymundo en Toledo, en Castilla, en León; y habien­
do recibido la primera corona de su Imperio (guárdele Dios), testigos
que vieron y oyeron. — Guter Fernández, Pedro de Mongonarez,
Martín Fernández; Pelayo Silúestro, Subdiácono de San Nicolás, lo
<
escribió por mandado de Pedro Pelaiz, vecino de Toledo.
*r

DESCENDENCIA DE ÑUÑO ALFONSO, ALCAIDE DE TOLEDO,


PRINCIPE DE SU MILICIA Y RICO-HOMBRE DE CASTILLA, CUYAS HAZAÑAS
HEMOS BREVEMENTE REFERIDO. .

Así como es soberana gloria de los hijos tener honrados padres, es


dichosa corona de los padres tener buenos hijos, dice el Espíritu San­
to en los proverbios. Vese en Ñuño Alfonso, pues entre los que en­
gendró en su segunda mujer Doña Teresa Barroso, fué Doña Jime-
na Muñiz, que casó con el Conde Don Pedro Gutiérrez de* Toledo,
de los cuales nació Suer Pérez de Toledo, padre de Gutierre Suárez
de Toledo, Alcalde Mayor de aquella ciudad, y éste de Pedro Gutié­
rrez de Toledo, también Alcalde Mayor, cuyo hijo fué Gutier Pérez
de Toledo, que procreó á Gutier Pérez de Toledo, segundo del nom­
bre, padre de Fernán Pérez Suárez de Toledo, que casó con Doña
Luna Estevanes de Toledo, su deuda, y engendraron á Pedro Juá­
rez de Toledo, Alcalde Mayor. Fué su hijo Gómez Pérez de Toledo,
que en Doña Horabuena Gutiérrez de Toledo su mujer, hija de Gu-
MARQUESADO DE SALINAS DE RIO PISUERGA. 65 ®
re Armildes de Toledo, fundador del antiguo mayorazgo de los
Señores de Carriches, tuvo á Don Fernán Gómez de Toledo, Cama­
rero del Rey Don Fernando IV de Castilla, que casó con Doña Te­
resa Vázquez del Saz, Señora muy principal, y nació de este matri­
monio Pedro Suárez de Toledo, Camarero del Rey Don Pedro, que
en su esposa Doña María Ramírez de Guzmán, hija de Juan Ramírez
de Guzmán y de su mujer Doña María García de Toledo, Señores de
Toral, huboá Diego Gómez de Toledo, Señor de Casarrubios del mon­
te, Notario y Alcalde Mayor de Toledo, el cual casó con Doña Inés
de Ayala, hija de Fernán Pérez de Ayala y de Doña Elvira de Ceballos,
su consorte, de quienes fué hijo Pedro Suárez de Toledo y Ayala, Se­
ñor de Casarrubios, Alcalde Mayor de Toledo, que en su mujer Do­
ña Juana Meléndez de Orozco, Señora de Pinto, engendró á Doña
Inés de Ayala y Toledo, sucesora en sus Estados, esposa de Don
Diego Fernández de Córdoba, Mariscal de Castilla, Señor de Bae-
na, y tuvieron por hija única heredera á Doña Mariana de Córdoba,
Ayala y Toledo, que casó con Don Fadrique Enríquez 26, Almi­
rante de Castilla, biznieto del Rey Don Alonso el XII, y fueron pa­
dres de la Reina Doña Juana Enríquez de Córdoba y Ayala, segun­
da mujer del Rey Don Juan el II de Aragón y Navarra, y de ellos
nació el católico Rey Don Fernando V de Castilla, de quien viene á
ser nuestro Ñuño Alfonso décimosexto abuelo materno, cuyo cuar­
to nieto es la Majestad del Rey Nuestro Señor Don Felipe IV, por
ser hijo del Rey Don Felipe III, nieto de Felipe II, segundo nieto
del Emperador Carlos V, tercer nieto de la Reina Doña Juana y
cuarto nieto del Católico Fernando V. Por línea materna es hijo de
la Reina Doña Margarita de Austria, nieto del Archiduque Carlos,
segundo nieto del Emperador Fernando, primer Infante de Castilla,
tercer nieto de la Reina Doña Juana, y cuarto nieto del propuesto
Rey Católico Fernando V.
Otra línea tiene su Majestad, además de las dos referidas: es nieto
de Felipe II, segundo nieto de la Emperatriz Doña Isabel, tercer nie­
to de Doña María Reina de Portugal, segunda mujer del Rey Don
Manuel, y cuarto nieto del Católico Fernando, con que queda el Rey
Don Felipe IV, por todas tres líneas vigésimoprimer nieto del Gran­
de Ñuño Alfonso.
é De la misma manera la Serenísima Archiduquesa Doña Mariana^
----------------------------------- ———— ■
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MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Reina de España, segunda esposa de nuestro Monarca; también des­


ciende de este esclarecido Héroe por dos partes: pues es hija de la
Emperatriz María, Infanta de España, nieta del Rey Don Felipe III,
segunda nieta de Felipe II, tercera nieta de Carlos V, cuarta nieta
de la Reina Doña Juana y quinta nieta del Católico Fernando V.
Por el padre, es hija del Emperador Ferdinando III, nieta del Em­
perador Ferdinando II, segunda nieta del Archiduque Carlos, terce­
ra nieta del Emperador Fernando I, cuarta nieta de la Reina Doña
Juana, quinta nieta del Rey Don Fernando el Católico; y vigésima-
segunda nieta de Ñuño Alfonso la de más posteridad del Rey Don
Fernando el V por los Príncipes de Europa, tengo delineada en las
Genealogías Reales al fin del libro de la población general de Espa­
ña, adonde me remito.
Por otra parte, Don Fadrique Alvarez de Toledo, segundo Duque
de Alba, décimocuarto nieto de nuestro Ñuño Alfonso, Príncipe de la
milicia Toledana, como consta del libro del Conde de Mora, tuvo en
la Duquesa su mujer, Doña Isabel de Zúñiga Pimentel, hija de Don
Alvaro de Zúñiga y de Doña Leonor Pimentel, Duquesa de Aréva-
lo, Placencia y Béjar,. á Don Pedro de Toledo, segundo Marqués de
Villafranca, que casó con la Marquesa propietaria Doña María Oso-
rio Pimentel, y fueron padres de Doña Leonor de Toledo, consorte
de Cosme de Médicis, Gran Duque de Florencia, de cuyo matrimo­
nio nació el Duque Francisco de Médicis, que en la Archiduquesa
Juana su esposa, hija del Emperador Fernando, Primer Infante de
Castilla, procreó á la cristianísima Madama María de Médicis, Reina
de Francia, décimaoctava nieta de Ñuño Alfonso, y segunda mujer
del Rey Enrique IV de aquella corona, los cuales tuvieron por hijos
A Luis, décimotercio Rey de Francia, padre de Luis décimocuarto
que hoy vive.
A Monsieur Gastón de Borbón, Duque de Orleans.
A la gloriosa Reina de España Doña Isabel de Borbón, décimano-/
na nieta de este ilustre varón y madre de nuestra Serenísima Infan­
te Doña María Teresa de Austria, que es vigésima nieta de Ñuño
Alfonso, y por línea paterna vigésimasegunda nieta.
A Madama Cristina de Borbón, Duquesa de Saboya.
Y á Madama María Enriqueta de Borbón, Reina de la Gran Bre­
taña, quedando también Ñuño Alfonso, progenitor de cuantos

c I
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

ques, Marqueses, Condes, Señores y Caballeros participan de la es­


clarecida sangre de los Toledos, que dejo de referir, pues vale más
callar mucho que decir poco, como ponderó Salustio de Cartago,
Quien quisiere ver todos estos árboles curiosamente escritos, los ha­
llará en los discursos genealógicos del Conde de Mora. Ahora dare­
mos brevemente noticia de las dos familias, Cervatos y Cervantes,
floridos ramos de tan fructífera planta.
Decía el filósofo Pitágoras, según el Obispo Guevara en el Reloj
de Príncipes, que cuando un padre pasa de esta vida y deja en ella
hijos en quien resplandezcan sus generosas acciones, no muere, sino
que renace más vivamente en ellos. Tal fué nuestro Ñuño Alfonso,
pues engendró en su segunda mujer Doña Teresa Barroso, á Alfon­
so Munio, que le imitó en el valor y heroicas virtudes, del cual deri­
van el padre Gerónimo Román de la Higuera, en los linajes antiguos
de Toledo (á quien he de seguir) y Salazar de Mendoza, lib. 2, cap.
5, de las Dignidades Seglares, el linaje de Cervatos.
1. Llamóse Alfonso Munio Cervatos por ser Señor del lugar y to­
rre de este nombre, que como hemos dicho, le dejó su padre en tes­
tamento. Alcanzó los tiempos del Emperador Don Alonso VIII,
Don Sancho III y Don Alonso el IX. Hallóse en la conquista de
Cuenca, año 1177, y población de Placencia el de 1180; tuvo por hijo á
2. Pedro Alonso Cervatos, que en la batalla de las Navas de To­
ledo, año 1212, acompañó al mismo Rey Don Alonso IX, y lle­
gó hasta el Rey Don Fernando el Santo; fué padre del noble Ca­
ballero
3. Alfonso Pérez Cervatos, de García Suárez Cervatos, y de Pe­
dro Alonso Cervatos, de quienes adelante hablaremos. Floreció Al­
fonso Pérez Cervatos en tiempo de los Reyes Don Fernando el San­
to y Don Alonso el Sabio de Castilla. Casó con Doña Urraca Gó­
mez, hermana de Hernán Gómez Pérez (marido de Doña María Pé­
rez, hija de Don Pedro Spiga, hijos de Pedro Ulan, hijo de Esteban
Illan el Famoso, según dice el Padre Román de la Higuera). De es­
te matrimonio fueron hijos: Gonzalo Pérez Cervatos y Don Fernan­
do Alonso Cervatos, Comendador de Azeca en la Orden de Calatra-
va, siendo su maestre Don Rui Pérez Ponce, como escribe Rades en
aquella crónica, cap. 24. Doña Mayor Alfon Cervatos, mujer de Don
Juan García Palomeque, hijo de Don García Yañez Palomeque, Al®
á* ’ * ¿i!
----------- ■ -

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.


<9
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IJ)

calde Mayor de Toledo, la cual estando viuda, año 1301, dió al Ca­
bildo de la Santa Iglesia de esta Ciudad ocho mil maravedís para do­
tación de cierta Capellanía, que fundó por el alma de Don Juan Gar­
cía Palomeque su marido. Doña Teresa Alfon Cervatos, esposa de
Alonso Meléndez el Viejo.
García Suárez Cervatos fué hermano de Don Alonso Pérez Cer­
vatos, como se ha dicho, alcanzó del Rey Don Fernando IV el em­
plazado, que confirmase los privilegios de Toledo, y que pusiese un
Notario Mayor desde los puertos de Buitrago hasta el Muradal, y uní
Portero Mayor en el Rein-o de Toledo; comprólo por seis mil mara­
vedís de cornados (que después valieron doce mil), su mujer Doña
Luna Díaz Cervatos, hija de Diego Lazo Cervatos, Alcalde Mayor
de Toledo, padre también de Alfon Díaz Cervatos. Soltó á la Ciu­
dad estos privilegios, porque le dieron á ella catorce mil, sobre que
hubo pleito, era 1351, que es año de Cristo 1313 Murió Alfonso Pé­
rez Cervatos propuesto en el número 3, y mandóse enterrar en San e

Román, Parroquia de Toledo, donde tienen un pilar y la inscripción


siguiente:
MILES FAMOSVS PROBVS ARMIS GENEROSUS. HIC IACET ORNATUS TI-
TULIS LAUDEM DECORATUS, LARGA DONA DABAT NULLIS, DONADA NE-
GABAT OBIJT ALFONSO PEREZ EN TRES DE ABRIL, ERA M. CCC. XI.
Que en nuestro idioma español suena:
EL CABALLERO FAMOSO, BUENO Y GENEROSO EN ARMAS. YACE AQUI
ADORNADO, DECORADO CON TITULOS DE ALABANZAS, LARGAMENTE DA­
BA DONES, A NADIE NEGABA LO QUE SE SUELE DAR. MURIO ALFONSO PE­
REZ EN TRES DE ABRIL, ERA DE 1311, QUE ES AÑO DE CRISTO 1273.
4. Gonzalo Alfon Pérez Cervatos, sucedió á su padre Alfonso Pé­
rez Cervatos, hallóse siendo mozo en la conquista de Sevilla, con el
Santo Rey Don Fernando III, año 1248, y engendró á Alfon Gon­
zález Cervatos, Canónigo de Toledo, como consta por escritura de
San Clemente del año 1340. "En que Don Pedro Girardo, Canónigo
de Burdeos, Nuncio del Papa Benedicto XII, en Castilla y León, re­
cibe de Juan García de Biana, Maestreescuela de Cartagena en lugar,
y por Alonso González, Receptor y Canónigo de Toledo, treinta flo­
rines en presencia y por Don Gusberto, Arzobispo de Arles, Cama­
rero del Papa; y en presencia de Alfon González Cervatos, antes que
le collase el Papa la Canongía, año 1334, por lo cual estuvo excomul-^^
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. 69
gado, y da facultad á Don Bernardo Sodean y Don Pedro Gutiérrez,
para que le absuelvan, y fué absuelto públicamente en la Santa Igle­
sia de Toledo por el mes de Noviembre del referido año 1340.” Casó
Gonzalo Pérez Cervatos con Doña Sancha Díaz, Señora nobilísima,
y hubo por hijos á Sancha Alfon Cervatos, mujer de Juan González
de Fuente Almejir. A Alonso Cervatos, de quien después daremos
noticia; á Rui Ponce, á Doña Mencia Suárez, á Doña Inés Fernán­
dez y á Gudiel Alfon Cervatos. Rui Ponce tuvo por hijas á Luna
Díaz, á Aragonesa Martínez, á Juana Sánchez y á Teresa Rodríguez,
todo consta del testamento de Rui Ponce Palomeque, hijo de Juan
García Palomeque y de Doña Inés Fernández Cervatos, su mujer,
hija del ya nombrado Gonzalo Alfon Pérez Cervatos, del número 4,
otorgado en la Villa de Victoria, Viernes 19 de Febrero, Era de 1405,
es año de Cristo de 1367, ante Alfon Pérez, de Valladolid, Escribano
público. En él conoce por sus hermanos á García Gómez, á Gómez
Fernández. Y por su tío á
5. Gudiel Alfon Cervatos, el cual sucedió á su padre,, y acompañó
á Don Vasco Fernández de Toledo, Arzobispo de Toledo, en la jor­
nada á Coimbra cuando lo desterró el Rey Don Pedro. Hace este
Prelado mención de él, en su testamento en aquella Ciudad, año 1362.
Casó con Doña Sancha Fernández de Villegas, hija de Sancho Ruiz
de Villegas; así parece de una escritura del Conde de Orgaz. Tuvo
por hijos á Sancho Ruiz Cervatos, que murió mozo; á Doña Inés, Aba­
desa de San Clemente y á Doña Urraca Cervatos. Consta por escri­
tura de San Clemente, Era 1344, que es año de Cristo 1306, en que
deja algunas misas por el alma de su hijo Sancho Ruiz. Y declara
que tenía en San Clemente una hija llamada Sancha Díaz, monja pro­
fesa. Y nombra por sus hijas á Inés y á Urraca Cervatos. Vivía en
la Parroquia de San Vicente en las casas de los Gaitanes. Era de
1412, que es año de Cristo 1374, vende un mesón, casas y tiendas
que tiene en la Plaza de Socodover de Toledo, al Monasterio de San
Clemente, y los derechos de dos celemines de cebaba en cada caiz,
que había comprado á Juan Pantoja, hijo de Gonzalo Fernández
Pantoja. Sucedió á Gudiel Alfon Cervatos, su hija
6. Doña Urraca Cervatos madre, según el Padre Ramón de la Hi­
guera, de
i 7. Gudiel Alfon Cervatos, segundo del nombre, el cual casó con
. feimeba fjlzs'X'e.
------------------------------------------------------------------------------ ------------------------------------------------------------------------------------------------------------
A-Y-A AyA
VTV V7V
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Doña Aldonza de Vargas, sobrina de Doña Mayor de Vargas, Aba­


desa del Convento de Santo Domingo el Antiguo. Así parece por
una escritura de su Archivo del año 1414. Engendraron á
8. Mencia Suárez Cervatos, que les sucedió, y casó con Martín
López de las Roelas, los cuales vendieron á Juan Ramírez de Guz-
mán (hijo de Pedro Suárez de Toledo y de Doña Elvira Alfon, hija
de Juan González Daza, hijo de Gonzalo Ruiz Daza) todos los here­
damientos que tienen en la Villa de Humanes, por precio de nueve
mil maravedís de la moneda blanca. Fué su hija
9. Doña María Cervatos, mujer de Juan de Guzmán, que procrea­
I
ron á
10. Doña Elvira de Guzmán Cervatos, la cual casó con Diego Ló­
pez de Toledo, hijo de Don Juan Manuel de Villena, padres de Die­
go García de Toledo y abuelos de Diego López de Toledo, según
el Padre Román, Señores de la casa que en Toledo llaman de la Ga­
llinería. Por las referidas Genealogías consta, como los Cervatos
hasta aquí, se han juntado con los de Fuentes Almejir, Palomeques, F»

Gudieles, Vargas, Toledos y con las Roelas, linajes muy antiguos y


principales de la Imperial Ciudad de Toledo, de quienes hace men­
ción por extenso el Padre Román de la Higuera, el Conde de Mora
en sus manuscritos y Argote de Molina en la Nobleza de Andalu­
cía, lib. 1, cap. 51 y lib. 2, cap. 36.
Pedro Alonso Cervatos, hijo de Alonso Pérez Cervatos del núme­
ro 3, tuvo por hijo á Garci Pérez Cervatos, padre de Diego García
Cervatos y de otros. Diego García Cervatos casó con Doña Mencia
de Guzmán, hija del Doctor Pedro Suárez de Toledo y de Doña Leo­
nor de Guzmán su mujer, y engendraron á Doña María de Garci Pé­
rez Cervatos, y á Diego Pérez Cervatos, que casó con Doña Elvira
de Fuensalida, hija de Fernán García de Fuensalida, los cuales tu­
vieron por hija á Doña Inés García Cervatos, Abadesa del Conven­
to de San Clemente de Toledo. Y viuda Doña Elvira, pasó á segun­
das bodas con un Caballero del linaje de los Cervatos:
Doña Teresa Alfon Cervatos, hija de Alfonso Pérez Cervatos, pro­
puesto en el número 3, casó con Alfonso Meléndez el Viejo, hijo de
Gonzalo Meléndez, nieto de Melén Suárez y biznieto de Suer Mén­
dez, como consta de escrituras del archivo de Don Luis Méndez Por-
tocarrero, que andan impresas, y del Padre Román de la Higuera
MARQUESADO DE SALINAS DE RIO PISUERGA. 71
Engendraron á Gudiel Alfon Cervatos y á Doña Mencia Cervatos,
que casó con Men Rodríguez de Viedma y Benavides, progenitor
ilustre de los Condes de Santiesteban del Puerto (Caudillos mayores
del Obispado de Jaén), de- los Marqueses de Fromista y de los de Ja-
valquinto, que refiere el Cronista Labaña en las notas del Conde Don
Pedro, pág. 394» y de otros muchos títulos que traen Haro en sus
Nobiliarios y el Maestro Patón en los de Jaén, etc.
Gudiel Alfon Cervatos casó con Doña Constanza González, hija
de González Meléndez, parientes dentro del cuarto grado, porque
Gonzalo Meléndez era padre de Alonso Meléndez, y así casaba con
tía, hermana de su padre, para lo cual pidieron dispensación al Papa
y licencia al Rey Don Pedro. Y como Gudiel Alfon Cervatos era tan
valido suyo, se le concedió y es la que se sigue, cuyo traslado con
otros curiosos tiene el Conde de Mora, sacado del original que está
en el Monasterio de San Clemente de Toledo, donde paró su hacien­
da. “Don Pedro por la gracia de Dios Rey de Castilla, de Toledo, de
León, de Galicia, etc. Sepades que me fué dicho de vuestra parte,
Gudiel Alfon, hijo de Alfon Meléndez y Constanza González, hija de
Gonzalo Meléndez, que era puesto casamiento entre vos los dichos
Gudiel Alfon é Constanza González. E porque me fué dicho, y es así,
que erades y fedes parientes, y cuñados en tal grado que si en una
casasedes, caeriades en las penas que los fueros é derechos ponen
contra aquellos que se casaren, parientes é cuñadía, que fuerades por
ello infames y que por esta orden no fueredes osados de casar en uno
por palabras de presente, porque es defendido según los fueron é se­
gún los derechos que tenedes, é que teniades de caer en las penas
contenidas en las leyes de los fueros, é derechos, é de perder vues­
tras famas, é vuestros estados é vuestros cuerpos, é que los hijos que
nacerán de este casamiento no sean legítimos. Enviastesnos á pedir
que fuese la nuestra merced, que si en uno casasedes, que os quitase
las penas, é calumnias que contra vos, é cada uno de vos podría ha­
ber, é que no fuesedes infames por ello, ni vos embargasen cuanto á
las dichas penas de las leyes é de los fueros é derechos que son con­
tra aquellos que se casan en parentesco, y en cuñadía, nin á los hijos
que en uno hubieredes del dicho casamiento, más que vos pudiese
heredar. Por ende por vos hacer bien y merced, no embargando el
cycho deudo, nin las leyes de los fueros, que podían ser contra vos é(
I —' » -
Vt k.
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

contra cada uno de vos podrían haber por el dicho casamiento, é la


infamia que incurrides sin que en las vuestras famas, é en vuestras
honras, é en vuestros estados, é en vuestros hijos si los tuvieredes,
que vos puedan heredar á vos y á cualquier de vos Gudiel Alfon, é
Constanza González, é todo aquellos é aquellas que en derecho pue­
den heredar, bien así como si fuesen hechos en casamiento, que no
fuesen hechos en parentesco, ni de cuñadía, y de esto vos mande dar
esta carta sellada con mi sello de plomo. Dada en Sevilla, Viernes
_ y
veinte de Octubre, Era de 1388,” año de Cristo 1350.
Procrearon á Francisco Gudiel y á Sancha Gudiel, Monja en San
Clemente de Toledo. Casó Gudiel Alfon Cervatos, segunda vez con
Mencia Téllez, viuda de Rodrigo Ordóñez, de que no hubo sucesión.
Siguió la voz del Rey Don Pedro, y viniendo Don Enrique su her­
mano á Toledo, le confiscó los bienes é hizo merced de ellos á Don
,-í
Francisco García Alvarez de Toledo 28, Maestre de Santiago. Vien­
do el Rey Don Pedro tanta fidelidad, en Gudiel Alfon Cervatos, le
llevó consigo á Sevilla. Después de la batalla de Nájera en que se
halló Garci López de las Roelas, Alguacil Mayor de Toledo, trató A»

f.
casamiento con Francisca Gudiel, hija de Gudiel Alfon Cervatos, y
concertóse en que se enviare por dispensación al Papa, por ser los
contrayentes deudos; este Garci López de las Roelas había defendi­
do el castillo de Montalvan por el Rey Don Enrique II, y cuando vi­
no á Toledo pidióle de merced los bienes de su suegro, concedida, él
con generoso ánimo se los entregó, quedando con la mitad de la Vi­
lla de Cuerva, y la otra mitad á su segunda mujer Mencia Téllez.
Durante el matrimonio de Garci López de las Roelas y Francisca
Gudiel, engendraron á Juan Gudiel de las Roelas, que casó con Do­
ña Elvira de Fuensalida de las Roelas y Toledo (esposa que fué de
Diego García Cervatos), y tuvieron por hijo á García Cervatos, que
heredó de su padre la mitad de Cuerva, el cual había comprado de
Rodrigo Ordoñez (la otra parte le quedó por herencia de su madre)
en veintitrés mil maravedís. Hízose de ella escritura ante Alfonso
González, Notario de Toledo, á 12 de Marzo de 1436 años. García
Cervatos tuvo de legítimo matrimonio sólo una hija, que se llamó
Doña Inés García Cervatos, Abadesa de San Clemente de Toledo.
Y el padre viéndose sin sucesión, hizo renunciación de la Villa de
uerva en su hija, y al mismo Convento. Después el Rey Don Jua
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

II le dió á Juana Carrillo de Toledo su Alcalde Mayor y de su Con­


sejo. Dada en Illesca, á 26 de Mayo de 1449. Ante Juan González
de Oterdesillas, sobre ello hubo gran pleito el año 1458, se concerta­
ron, que por ciertos tributos las monjas desistiesen de la demanda,
t quedando Juan Carrillo con la Villa de Cuerva, que dió á su hija Do­
ña Aldonsa Carnlllo cuando casó con Don Pedro López de Ayala,
segundo Conde de Fuensalida. Todo lo escribe el Padre Román de
la Higuera.

Tiene esta familia de Cervatos por armas, según Argote de Moli­


na, lib. 2, cap. 36, en escudo azul dos ciervos de oro, orlado de ocho
aspas del mismo metal, en campo rojo.
Claro indicio de que Alfonso Pérez Cervatos del número 3, de es­
te árbol, se halló con el Santo Rey Don Fernando III, año de 1227,
en la toma de Baeza, y como fué en 30 de Noviembre día del Após­
tol San Andrés, pusieron (en memoria de su aspa, los Caballeros que
allí concurrieron) por orla de sus armas tan gloriosa insignia. Afír­
malo Argote, lib. 1, cap. 78. Han entrado los Cervatos por casamien­
tos en muchas nobilísimas Casas de Castilla, y así hay pocos que
conserven este apellido. Sólo en Valencia, dice el Cronista Escolano,
part. 2, lib. i ó, cap. 32, que han 340 años gobiernan aquella ciudad
con decorosos esplendores.
También descienden por otra parte del ilustre Ñuño Alfonso, el li­
naje de los Ajofrines, de quien hacen mención el Padre Román de la
Higuera y el Conde de Mora, en sus manuscritos, cuyas armas son,
en escudo azul, una cruz de plata floreteada, como lo trae el mismo
Argote, lib. 1, cap. 48.
Es natural en el segundo tronco que produce frondosos ramos,
desmayarse en unos como se vió en los Cervatos, y dilatarse en otros
como se verá en los Cervantes, pues trasplantados de España al opu­
lento Imperio del Nuevo Mundo, brotaron flores de lealtades y fru­
tos de finezas.
El celebrado Florián de Ocampo, dignísimo Cronista del Empera­
dor Carlos V, en el libro que escribió de linajes y armas, fol. 61 (cu­
yo original guarda con grande estimación la librería de los Condes de 3

Lemos, en su Villa de Monfort en Galicia, de donde he sacado una


y
copia), afirma que la familia de Cervantes desciende de la referida de
■J FKILÍEBA FABTE.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- -------------------- - - ■

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MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

f z»
Cervatos, y así lo siente Rades en la Crónica de Calatrava, cap. 28,
fol. 59. Compruébanlo las armas de que usa, dos ciervas de oro en
campo verde, como aquí van estampadas, diferenciándose sólo ser el
campo de los Cervatos azul y en cejo de los animales. Hacen men­
ción de ellas Lope García de Salazar, fol. 254, Diego Fernández de
Mendoza, fol. 87, y el erudito Don Iñigo Fernández de Velasco, Con­
destable de Castilla, fol. 13, de sus Nobiliarios manuscritos que es-
tán en poder de Diego Barrero, Rey de Armas de Su Majestad.
La primera noticia que hay de los Cervantes, es en el año 1248/
cuando el Santo Rey Don Fernando III de Castilla ganó de los mo­
ros la famosa Ciudad de Sevilla, donde le acompañó.
1. Gonzalo de Cervantes, por cuyos señalados servicios el sabio
Rey Don Alonso, año 1253, en el repartimiento que,hizo de los dos­
cientos Caballeros de linaje, heredó á
2. Juan Alfonso de Cervantes (que por lo Alfonso se muestra más
claramente ser todo un linaje), hijo del propuesto Gonzalo de Cer­
vantes, conforme un manuscrito de esta familia que llegó á mis ma-
i
nos, de Don Pablo de Espinosa, y él en la segunda parte de la his­
toria de Sevilla, lo dice á fol. 19, constando también del mismo re­
partimiento y de Rades, Crónica de Calatrava, cap. 17, que fué Co­
mendador de Malagón, siendo su Maestre Don Martín Fernández de
Quintana. Y según esto, era Gonzalo de Cervantes, hijo de Alfonso
Munio Cervatos, hijo del gran Ñuño Alfonso que por diferenciarse
en armas y apellido de su hermano Pedro Alfonso Cervatos del nú­
mero 2, tomó el de Cervantes en memoria del Castillo de San Cer­
vantes de Toledo, donde fué bisabuelo Adefonso Munio, asistió á la
edificación de aquella fortaleza con el Rey Don Alonso el VI, año
1089, cuatro después de la restauración de esta Ciudad. Engendró
Juan Alfonso de Cervantes á
. 3. Alonso Gómez Tequetiques de Cervantes, así lo trae el ya nom­
brado Don Pablo de Espinosa, cuya descendencia escribió curiosa-
mente Don Alonso Gómez de Cervantes, Protonotario Apostólico,
año 1505, á quien he de seguir (con otras historias, nobiliarios, ins­
trumentos y papeles fidedignos), de que tengo en mi poder un tras­
lado autorizado, el cual cita también Alonso López de Haro en la pri­
mera parte de sus Genealogías, pag. 365. Allí refiere ser el solar de
este linaje la Villa de Cervantes, tierra de Sanabria en Galicia; pero

i
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

el apellido es cierto lo tomaron del Castillo de San Servando, nom­


brado asi del Rey Don Alfonso el VI, su fundador, por San Servan­ <9

do, invictísimo mártir español, en tiempo de los Emperadores Dio-


cleciano y Maximiano, años de Cristo 290, hijo de San Marcelo Cen­
turión, de que hacen mención Morales, Baseo, Lobera, Vargas, Ma­
rieta, Villegas, Padilla, Mariana y otros muchos en sus historias, co­
rrompiéndose la voz de San Servando en San Cervantes.
Y se ha de entender, que algún Caballero Cervantes, pasando al
Reino de Galicia, origen de sus progenitores, como queda probado,
poblaría aquella villa, llamándola de su mombre, á imitación de otro
Cervatos, con el lugar de Cervatos, en tierra de Palencia, patria de
Don Andrés Pérez, Obispo que fué de Ciudad Rodrigo; escríbelo Sa-
lazar de Mendoza en la Crónica del Gran Cardenal de España, lib.
2, cap. 13. Casó el propuesto Alonso Gómez Tequetiques de Cer­
vantes con Doña Berenguela Osorio, rama de la casa de Astorga, y
engendraron á
4. Diego Gómez de Cervantes, el primero que asentó su casa en
A
la Provincia de Andalucía, el cual casó con Doña María García de
Cabrera (hija de Don Pedro de Cabrera y de su mujer Doña Sancha
de Sotomayor, fundadores de la Iglesia de San Jorge y Santa Cons­
tanza en la Villa de Constantina, dotándolo los Donadíos, que llaman
Ruideros, en distrito de la Puebla de los Infantes), están sepultados
en la Capilla Mayor de Santa María, que reedificaron en la Villa de
Lora. Nacieron de este matrimonio Gonzalo Gómez de Cervantes
de quien luego trataremos.
Don Frey Rui Gómez de Cervantes, Gran Prior de la Orden Mi­
litar de San Juan en Castilla y León, Caballero muy valeroso, cuyo
cuerpo yace en la misma capilla de Lora. Dejó por hijos: 1. á Don
Pedro de Cervantes, Protonotario Apostólico, Arcediano de Bribies-
ca y de Ecija, Canónigo de Sevilla; 2. á Don Rodrigo de Cervan­
tes, que casó con Doña María de Oveso, padres de Pedro de Cer­
vantes, de Rodrigo de Cervantes y de Juan de Cervantes, que mu­
rieron en servicio del Rey Don Enrique IV de Castilla; de Doña Ca­
talina de Cervantes, esposa de Don Men Rodríguez de Zúñiga; de
Doña María de Cervantes que casó con Juan de Bocanegra, y de
Doña Violante de Cervantes, consorte de Don Pedro Ponce de León, (
de la casa de los Duques de Arcos; y tuvieron por hijos á Doña Ca-^
talina y Doña Inés Ponce de León Cervantes. Los demás hijos del
gran Prior fueron: 3. Alonso Gómez de Cervantes, que entiendo es
el Comendador del Collado de Berninchez en la Orden de Calatrava,
siendo su Maestre Don Diego García de Padilla, como dice Rades
en aquella crónica, cap. 28, fol. 59; 4. Mencia Gómez de Cervantes
que casó con Hernán Rodríguez de Esquivel, Señor de la Serrezue-
la, Veinticuatro de Sevilla, de los cuales nació Antonioi de Esquivel
Cervantes, que le sucedió y casó con Doña Violante Cabeza de Va­
ca, de cuyo matrimonio hubieron á Doña Violante de Esquivel, ess-
posa de Alonso de Guzmán, Alcalde Mayor de Sevilla, y procrearon á
Don Pedro de Guzmán que casó con Doña N. de León y Olando, á
Don Alonso de Guzmán, á Doña Violante de Guzmán, mujer de
Fernando Ortiz, y á Doña María Dávalos, monja c(n San Clemente
de Sevilla. La última hija fué: 5. Doña María de Cervantes, consor­
te de Don Gonzalo Garrillo de Córdoba, hermano de Don Diego
Fernández de Córdoba, primer Conde de Cabra, según dice Haro
lib. 5, cap. 4, pág. 365. Nacieron de ellos Doña Ana Carrillo de Cer­
vantes, mujer de Juan de Castillejo, Alférez Mayor y Veinticuatro
de la Ciudad de Córdoba, sin sucesión. Doña María de Cervantes,
monja de Santa María de las Dueñas de Córdoba, Doña María Ca­
rrillo de Cervantes que casó con Pedro de Montemayor, y tuvieron
un hijo; Doña Constanza de Cervantes, esposa de Juan de Herre­
ra, Veinticuatro de Córdoba, Alcaide de Aguilar y Priego, de la Ca­
sa de Herrera, cuyos hijos fueron Juan de Herrera, Alcaide de Prie­
go; Pedro Hernández de Herrera, Alcaide de Aguilar; Rodrigo de
Herrera, valiente soldado; Gonzalo de Herrera, Comendador de Vi-
llarrubia en la Orden de Calatrava; Doña María de Herrera Cervan-
• tes, mujer del Jurado Luis de Beñuelos, padres de Luis de Beñuelos,
de Antón Ruiz Beñuelos, de Doña Leonor de Cervantes y de Doña
Constanza de Cervantes. De los varones referidos trata Haro, part. I,
lib. 5, cap. 4, págs. 365, 366 y 367, advirtiendo que Doña María
de Cervantes, según afirma el Protonotario á quien sigo, fué hija de
Don Rui Gómez de Cervantes y no de Gonzalo Gómez de Cervan­
tes, como quiere Haro.
5. Gonzalo Gómez de Cervantes, hijo de Diego Gómez de Cer­
vantes, del número 4 de este árbol, casó con Doña Beatriz López de
Bocanegra, hija de Micer Ambrosio de Bocanegra, Señor de Palma
»*7 ^7 @7
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. / /
%

19, Almirante de Castilla, y de su mujer Doña Beatriz Carrillo, y


nieta de Micer Gil ó Egidio de Bocanegra, también 18 Almirante
de Castilla (y de su esposa Doña María Fiesco), hermano de Simón
de Bocanegra, Duque de Génova, como escribe Alonso López de
Haro en sus Casas Solariegas, en la Bocanegra. Son Micer Egidio
. y Doña María Fiesco, progenitores de los Condes de Palma, de los
de xMonclova, de los Marqueses de Villamayor, del Marqués de
Agropoli, y de otra mucha nobleza. Fundaron Gonzalo Gómez de
Cervantes y Doña Beatriz López de Bocanegra, la Capilla de Jesús
en la* Parroquia de Todos Santos, en la Ciudad de Sevilla, año 1416,
donde están sepultados, así parece por una escritura de institución de
Capellanía que dejó Juan de Cervantes, su nieto, otorgada ante An­
tón de Morales, Notario Apostólico, en 23 de Enero, año 1499, en­
gendraron á Rodrigo de Cervantes el Sordo, que propaga la línea.
A 1. Don Frey Diego Gómez de Cervantes, Gran Prior de San
Juan de Castilla y León, dignidad que también gozó su tío.
A 2. Don Juan de Cervantes, que un autor hace hijo del Gran
Prior Don Frey Rui Gómez de Cervantes, siendo sobrino herma­
no de su padre, como consta de su testamento y de la Genealogía
del Protonotario, equivocándose también Garibay, lib. 16, cap. 32,
que llama á este Prelado Don Pedro; fué Arcediano de Sevilla, Obis­
po de Avila, Segovia, de Ostia en Italia y de Burgos, natural de
Sevilla y no de Galicia, ni de Lora, como pensó otro escritor, Car­
denal de la Iglesia Romana, del Título de San Pedro Advíncula,
creado por el Sumo Pontífice Martino V en 1? de Julio, año 1426, al
cual nombró Eugenio IV para asistir como legado suyo, en el Con­
cilio de Basilea; últimamente fué Arzobispo de Sevilla, varón que
por ilustre sangre, superiores letras y singular virtud mereció justa­
mente ocupar tan. grandes dignidades. Acabó lleno de días y méritos
para alcanzar la gloria eterna, en su patria, á veinticinco de Noviem­
bre, año mil cuatrocientos cincuenta y tres, está sepultado en la ca­
pilla del glorioso mártir español San Hermenegildo, que fundó en la
Iglesia Mayor de Sevilla, con el hospital de su nombre, en un sepul­
cro de alabastro con este epitafio, quien escriben murió virgen.
Postqvam eximio nitore virtutum, Reverendifsimus D. loan de 4.

Cérvantes: Cum titulo S. Petri ad Vincula Galerum optimé meruit, €'

lignifsimofq: per orbe edidit, fructus: Quoniatotius Ec-Ecclefiafticqe


—•

$ 78 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.


I 6*
& hontftati Oftiun fuit indicatus, Oftienfem obtinuit: Tanden, gravefce-
te, iam & tate Hifpalenfem Mctropolin sapienter admimftrans, Eccle-
sian (vt Prelatura decet) reliquit hereden: Túm ínter probatifsimas
operationes, Hofpitale famofum, dotatifsimumque in civitate Hifpa-
lenfi prius & dificavit. Obijt XXV. Novenbris anno Domini M. CCCC.
LUI.
Trataron copiosamente su vida, heroicas acciones y señalados ser­
vicios á esta Corona, Gil González Dávila en los Teatros de Avila,
Segovia y Sevilla, Don Pablo de Espinosa en la segunda parte de’
su Historia, Colmenares, cap. 30, Garibay en el lugar citado, Maria­
na, lib. 22, cap. 14, Zurita, lib. 15, cap 29. Volviendo á sus herma­
nos: 3. Doña Berenguela Osorio Cervantes, que falleció doncella; 4.
Doña Violante Gómez de Cervantes, esposa de Fernando de Medi­
na, Veinticuatro de Sevilla, padres de Jorge de Medina Cervantes,
también Veinticuatro de aquella Ciudad, que casó con Doña Beatriz
Barba, linaje de Ricos-hombres en Castilla, como dice Salazar de
Mendoza en las dignidades Seglares, lib. 2, cap. 5, y en laCró
nica del gran Cardenal Mendoza, lib. 2, cap. 41, procrearon á Fer­
nando de Medina, Veinticuatro de Sevilla, que en su mujer Doña
Constanza Fajardo, hija del Alcaide Juan de Saavedra, tuvo á Ro­
drigo de Cervantes, fraile de San Jerónimo, á Doña Violante de Cer­
vantes, esposa de Sancho Herrera, hijo de Diego García de Herrera
y de su mujer Doña Inés de Peraza, Señores de la Conquista de Ca­
naria, Islas de Lazarote, Fuerteventura, el Hierro y la Gomera, se­
gún dice el Protonotario Francisco Gómez de Gomara, en la prime­
ra parte de la historia de las Indias, fol. 297, y Don José Pellicer en
el Memorial de los Señores de Fuerteventura, folio 4, adonde escri­
be los progenitores de Diego García de Herrera, á Jorge de Medina,
Veinticuatro de-Sevilla, que casó con Doña Catalina de Figueroa, hi­
ja de Luis Méndez Portocarrero y de Doña Aldonsa de Figueroa de
quienes nació Doña Aldonsa de Medina, consorte de Alonso de Jaén,
Veinticuatro de Sevilla; últimamente á Doña Mayor Barba, mujer de
Pedro Hernández de Córdoba, hijo de Gonzalo de Córdoba, Alcaide
de Almodóvar del Río, y nacieron de este matrimonio Jorge de Me­
dina, que casó con Doña Constanza de Córdoba Ponce de León, hi­
ja de Don Martín de Córdoba y de Doña María Ponce de León su
esposa, de las casas de Arcos y Cabra, y Doña Juana de Medina,

í
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. 79
mujer de Don García Hernández, hijo de Don Pedro Ponce de León
4 y de Doña Leonor de Figueroa su consorte, de las Casas de Arcos T

y Feria, de todos los cuales hay dilatadas sucesiones, siendo el lina­


je de Medina en Sevilla tan antiguo y noble, que se deriva de Rui-
martínez de Medina, natural de la Villa de Medina del Pomar, uno
de los doscientos Caballeros conquistadores y pobladores de Sevilla,
año 1248, á quien el Rey Don Alonso el Sabio, el de 1253, heredó en
ella, como lo afirma Salazar de Mendoza en la Crónica del Cardenal
Tabera, cap. 7, y consta del repartimiento que trae Don Pablo de
Espinosa al principio de la segunda parte de la Historia de Sevilla.
Continuando los hijos de Gonzalo Gómez de Cervantes, fué la últi­
ma; 5. Doña María de Cervantes, que casó con Juan de Ayala, Al­
calde Mayor de Toledo, los cuales engendraron los hijos siguientes:
Don García de Ayala, Chantre y Canónigo de Sevilla y de Toledo;
Pedro de Ayala, Comendador de Paracuellos en la Orden de Santiago,
de quien hace mención Rades en aquella crónica, cap. 48, fol. 68, que
casó con Doña Constanza Zapata, hija de Rui Sánchez Zapata, Se­ j
g ñor de las Villas de Barajas y la Alameda, y de su esposa Doña Jua­
na de Ulloa, progenitores de los Condes de Barajas; así lo dice Ha-
ro, part. 2, lib. 9, cap. 5, pág. 222, y tuvieron á Juan de Ayala, á Do­
ña Constanza de Ayala, Dama de la Reina Doña Isabel la Católica
y esposa de Don Antonio de Mendoza, hijo de Don Juan de Mendo­
za y de Doña Francisca de Rivera. El 3 hijo de Doña María de
Cervantes y Juan de Ayala, fué Gonzalo Gómez de Cervantes, que
casó con Doña Juana Melgarejo, padres de Doña María de Ayala
Cervantes, mujer de Martín de Guzmán, hijo de Pedro de Guzmán y
de Doña Isabel Ponce de León su consorte, de las Casas de Nie­
bla y Arcos. De este matrimonio nacieron Don Alfonso y Don Pe­
dro de Guzmán Cervantes.El 4 hijo de los referidos Doña María de
Cervantes y Juan de Ayala, fué Doña María de Ayala, Priora de
Santo Domingo el Real de Toledo. El 5 Doña Teresa de Ayala Cer­
vantes, que casó con Hernando de Eonseca, hermano de Don Al­
fonso de Fonseca, Arzobispo de Sevilla, digno de los elogios que le
hace Hernando del Pulgar, Cronista de los Reyes Católicos, natural
1
dé1 Toledo
• •'o de Coca
en sus claros varones, fundador del Mayorazgo ~
y
j
Alaejos. Engendraron á Doña María de Fonseca, Dama de la Rei-
&í8a Católica; a Don Juan Rodríguez de Fonseca, Obispo de Placen-

-
===^^===
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.
©

cia y primer Presidente del Real Consejo de Indias; á Antonio de


Fonseca, Señor de Coca y Alaejos, Contador Mayor de Castilla,
que casó con Doña Francisca de Alarcón, hija y sucesora de [Pedro
Ruiz de Alarcón, Señor de Valverde, tronco de sus Condes, de quien
nació Pedro Ruiz de Fonseca y Alarcón, que casó con Doña María
de Fonseca, su deuda, hija de Don Alonso de Fonseca, Señor de
Coca y Alaejos. Y de todos los referidos procedieron ilustres des­
cendencias, que reservo para mis libros de las Casas Solariegas de
España.
6. Rodrigo Cervantes el Sordo, hijo de Gonzalo Gómez de Cer­
vantes y de Doña Beatriz López de Bocanegra, del número 5 de es-
árbol, casó con Doña María Gutiérrez Tello, que por los Gutiérrez
es familia derivada de los Godos y de muchos laicos-hombres de
I Castilla, que trae Salazar de Mendoza en las Dignidades Seglares, y
por lo Tello; los de Sevilla, de Gutierre Tello, hijo de Don Suer Té-
Uez de Meneses, hijo del Tel Pérez, Rico-hombre del Rey Don Al­
fonso el nono, de quien vienen los Téllez de Meneses. Hace mención
de él y de su descendencia el Conde Don Pedro con el Cronista Juan
Bautista Lavaña en sus notas, pág. 124 hasta 128, y Argote de Mo­
lina, lib 1, cap. 87; nacieron de Rodrigo de Cervantes y de Doña
María Gutiérrez Tello, Juan de Cervantes que continúa la línea, y
Don Gonzalo Cómez de Cervantes, Arcediano y Canónigo de la San­
ta Iglesia de Sevilla, padre de los hijos siguientes; 1. Diego de Cer­
vantes, fraile de San Francisco; 2. Juan de Cervantes, que casó en
Roma, y tuvo á Gonzalo Gómez de Cervantes y otra hija; 3. Luis de
Cervantes, que casó con una señora viuda de Pedro Suárez; 4. Ro­
drigo de Cervantes, que casó con Leonor Terrin, de quien fueron hi­
jos Pedro de Cervantes y Rodrigo de Cervantes, éste casó con la hi­
ja de Hernando de Vergara, Comendador de Benasusa en la Orden
de Santiago; 5. Pedro de Cervantes que casó con Inés Vélez, de an­
tigua y noble sangre, y engendraron á, Gonzalo Gómez de Cervan­
tes, á Pedro de Cervantes, á Juan de Cervantes y á Leonor de Mon-
salve; 6 Beatriz de Cervantes, consorte de Don Diego de Esquivel,
dé los cuales nacieron Agueda de Cervantes y Pedro de Esquivel,
Alcaide de Paradas. La 7 hija de Don Gonzalo Gómez de Cervantes,
Arcediano de Sevilla, fué Leonor de Cervantes que casó con Diego
Meiía
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. 8l ©
7. Juan de Cervantes, hijo de Rodrigo de Cervantes y de Doña
María Gutiérrez Tello, propuestos en el número 6, fué Veinticuatro
de Sevilla, Guarda Mayor del Rey Don Juan el segundo de Castilla
y gozó el título de vasallo suyo, tan preeminente en los siglos pasa­
dos que muchos Príncipes y Señores lo tuvieron, como se puede ver
en el Padre Fray Gerónimo Román, part. 2, de las Repúblicas del
Mundo, lib. 4, cap. 16, asimismo le sirvió de Capitán de los Ginetes,
casó con Doña aldonsa de Toledo, hija de Alfonso Alvarez de To­
ledo (Caballero de la Banda, Contador Mayor de Castilla y del Con­
sejo de los Reyes Don Juan el II y Don Enrique IV) y de su segun­
da mujer Doña Catalina Núñez de Toledo, fundadora del Monasterio
de Santa Clara de esta coronada Villa de Madrid, progenitores de
Don Alonso Antonio Alvarez de Toledo, primer Marqués de Villa-
maina, y de la demás nobleza que refiere el Licenciado Gerónimo de
Quintana en la Historia de Madrid, lib. 2, cap. 131, 132 y 133, ha­
biendo quien diga que Doña Aldonsa de Toledo fué hija de Doña
Aldonsa Fernández de Valera, primera esposa de su padre Alfonso
Alvarez de Toledo. Por un papel que ha venido á mis manos pare­
ce que Juan de Cervantes renunció la renta que tenía de por vida, en
sus hijos, para lo cual escribió al Rey Don Juan el segundo (en cu­
yo tiempo floreció) la siguiente carta:
“Muy alto, muy poderoso Príncipe, Rey y Señor, vuestro humil­
de servidor Juan de Cervantes, vuestro Veinticuatro de la muy no­
ble y muy leal Ciudad de Sevilla, beso vuestras manos y me enco­
miendo en vuestra merced, á la cual plega saber, que ya tengo de
vuestra Señoría por merced en cada un año para en toda mi vida
15,200 maravedís en ración y quitación cada año. Y por vuestra Guar­
da 9,400 maravedís, que son todos 24,600 maravedís, los cuales muy
alto Señor si á vuestra Señoría pluguiera, yo quería renunciar y tras­
pasar, y por la presente renuncio y traspaso en Alfon Cervantes, é
Gonzalo de Cervantes y Catalina de Cervantes, mis hijos en esta gui­
sa. En el dicho Alfon de Cervantes los dichos 9,400 maravedís, para
que él los haya y tenga de vuestra Señoría en cada año, con el dicho
oficio de vuestra Guarda, según que los yo he y tengo de vuestra Al-
leza, é en el dicho Gonzalo de Cervantes é Catalina de Cervantes los
dichos 15,200 maravedís de merced de por vida en cada uno de ellos,
a mitad que son cada 7,600 maravedís. Por ende, muy alto Señoi;
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MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.
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humildemente, é con debida reverencia, suplico á vuestra Señoría se
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plega proveer y hacer merced á los dichos mis hijos de los dichos
24,600 maravedís, en la forma susodicha, é los mande quitar á mí de
los libros de las mercedes de por vida, y raciones, é quitaciones, y
asentar en ellos á los dichos Alfon de Cervantes, é Gonzalo de Cer­
vantes, é Catalina de Cervantes, mis hijos, é se los mande librar des­
de primero día de Enero que pasó de este año de la fecha de esta
renunciación, é dende en adelante en cada un año, según y cuando
vuestra Señoría mandare librar las semejantes mercedes. Y si á vues­
tra Señoría non pluguiere de lo así mandar y asentar, yo no los re­
I
nuncio, ni traspaso en los dichos mis hijos, ni en alguno de ellos, ni
en otra persona alguna: antes lo retengo todo en mi poder para ser­
vir con ello á vuestra Señoría. E porque vuestra Alteza sea cierto de
lo suso dicho, escribí aquí mi nombre, é por mayor firmeza rogué al
Escribano yuso escrito, que la signase de su signo, que fué fecha y
otorgada en la muy noble y muy leal Ciudad de Sevilla á los doce
días de Marzo, año del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo de
1452 años.—Juan de Cervantes.—Testigos que fueron presentes, y
vieron firmar aquí su nombre al dicho Juan de Cervantes.—Don
Gonzalo de Cervantes, Arcediano de Sevilla, su hermano y Alfonso
Núñez de Toledo, Contador y Escribano de Cámara de vuesta Alte­
za y Andrés de Vergara, Escudero del dicho Arcediano.—Vuestro
humilde ciervo, que vuestras manos besa.—Juan de Cervantes.—E
yo Juan Sánchez de Sevilla, Escribano de Cámara de vuestra Seño­
ría, é vuestro Notario Público en vuestra Corte, é en todos vuestros
Reinos y Señoríos, fui presente á lo suso dicho, en uno con los di­
chos testigos, cuando el dicho Júan de Cervantes aquí firmó su nom­
bre, y de su ruego y otorgamiento aquí esté mi signo á tal. En tes­
timonio de verdad.—Juan Sánchez, etc.”
Acabó su vida y fué sepultado con sus mayores en la Iglesia de
J . .. _ j ■
Todos Santos, Parroquia de Sevilla, dejando tres hijos en Doña Al-
donsa de Toledo, su mujer; á Diego de Cervantes, de quien luego
trataremos; á Don Alonso Gómez de Cervantes, Protonotario Apos­
tólico que escribió la Genealogía arriba citada, y fué padre de Rui
Gómez de Cervantes, últimamente el tercer hijo; á Doña Catalina de
Cervantes, que murió doncella.
8. Diego Cervantes, Comendador de la Orden de Santiago, casó J

í
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

con Doña Juana de Avellaneda (i), hija de Don Juan Arias de Saa­
vedra, llamado el Famoso, segundo Señor del Castellar y del Viso,
y de su mujer Doña Juana de Avellaneda (rama de la ilustre Casa de
los Condes de Castrillo), progenitores de los Condes del Castellar,
Marqués de Rivas y Marquesa de Quirra, como erudita y grave­
mente escribe nuestro Cronista Don •JJosé Pellicer en su memorial y
fol. 58 y en la 59, tratando de sus hijos, dice éstas palabas: “Procrea­
ron Don Juan Arias de Saavedra y Doña Juana de Avellaneda, su
mujer, dos hijos y tres hijas: éstos fueron: Don Fernando Arias de
Saavedra, que sucedió en la Casa; Don Juan que murió sin hijos;
Doña Leonor; Doña Catalina y Doña María, y otra hija que fué mu­
jer de aquel Caballero Ordiales, que murió en la batalla de Valdecar-
tama, de quien ni de su sucesión no se han alcanzado otras noticias,
etc.” No hace allí mención de esta Doña Juana de Avellaneda, es­
posa de Diego de Cervantes, siendo así que consta de su genealogía
escrita por el Protonotario Don Alonso Gómez de Cervantes, año de 5
1506, y de una Ejecutoria de la Real Cancillería de Granada á 8 de
Julio del año 1554, refrendada de Pedro de la Torre, Escribano de @1
Cámara de Sus Majestades, y de los Hijos-dalgo, dada por sus Al-
caldes, para la cual siendo testigo Don Hernán Arias de Saavedra,

de Cervantes que litigaba, y le había tratado por ser su deudo, y á


su padre Francisco de Cervantes, como tío que era suyo, primo her­
mano de su padre, y que el Comendador Diego de Cervantes, abue­
lo del litigante, aunque no lo había conocido, fué casado con Doña
Juana de Avellaneda, hermana de Hernandarias de Saavedra, su
abuelo. Y que su padre el primer Conde de Castellar había conocido
al referido Comendador, y que afirmaba era descendiente de Caba­
lleros Hijos-dalgo, y él también, que si no lo fuera no casara con la
hermana de Hernandarias de Saavedra, su abuelo, por ningún precio
del mundo ni por ningunas haciendas que tuviese. Procrearon el Co­
mendador Diego de Cervantes y Doña Juana de Avellaneda, á Gon­
zalo Gómez de Cervantes, que continúa la sucesión, á 1. Francisco
de Cervantes, que casó con Doña Beatriz de Anaya, hija del Comen­
te- dador Diego de Anaya, Alcaide de la Ciudad de Gibraltar, padre
)e quien descendía Don Angel de Saavedra, Duque de Rivas, autor del Mor
^4 ""1 ——
•o

84 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Diego de Cervantes, de Doña María de Saavedra Cervantes, con­


sorte del Jurado Juan de Puente, y de Doña Juana de Avellaneda
que casó con el Jurado Diego Ramos Martel. El Diego de Cervan­
tes casó con Doña Catalina de Coria Borques, y tuvieron por hijos á
Don Francisco de Cervantes, á Doña Juana de Cervantes, Abadesa
de Santa Paula de Sevilla, y á Doña Beatriz de Saavedra, mujer de I

Antonio de Gibraleon, sin sucesión. Don Francisco de Cervantes ca­


só con Doña Isabel Cervantes, su prima, hija del Jurado Diego Ra­
mos Martel y de Doña Juana de Avellaneda, sin descendencia. Do­
ña María de Saavedra Cervantes y Juan de la Puente engendraron
á Doña Francisca Martel de la Puente, monja; á Fray Gerónimo
Martel de la Orden de la Merced, y á Don Gonzado de la Puente,
que casó con Doña Isabel Martel de Rivera, cuyos hijos fueron Don
Juan de la Puente, Religioso de la Cartuja, y Don Francisco Martel
de la Puente, que casó con Doña Isabel de Pineda Ponce de León,
del cual matrimonio nacieron Doña Isabel de la Puente y Doña Lui-
sa de Avalos, de quienes no tengo ajustada la sucesión. Volviendo á
los hijos del Comendador Diego de Cervantes y Doña Juana de Ave­
llaneda (1); 2. Juan de Cervantes; 3. Diego de Cervantes; 4. Hernan­
do Arias de Saavedra; 5. Doña Luisa de Avellaneda, esposa de Juan
Bernal de Zúñiga. 6

T
9. Gonzalo Gómez de Cervantes, hijo de Diego de Cervantes y
Doña Juana de Avellaneda del número 8, fué Corregidor de la Ciu­
dad de Jerez de la Frontera, Proveedor de las Armadas, año 1501,
así lo escribe el Cronista Antonio de Herrera en la primera parte de
sus Décadas, lib. 4, cap. 12, pág. 149, casó con Doña Francisca de
las casas, voz corrompida en Casaus, hija de Alfonso de las Casas y
de Doña Ana Segarra su mujer. Por lo Segarra vienen éstos de Se­
villa, de un Caballero Borgoñón, que de Francia vino con el Rey
Don Enrique II de Castilla, como dice Argote de Molina, lib. 2, cap.
85, los Casaus de la misma Ciudad, es linaje derivado de Don Gui-
(1) En el árbol genealógico que el Licenciado Algara incluye en su erudita monografía so­
bre “Los descendientes de Miguel de Cervantes Saavedra” (págs. 52 y 53), aparece que Don
Diego Cervantes y Doña Juana Avellaneda fueron padres además de Don Gonzalo (de quien
descienden los Cervantes de México), de Don Juan, quien á su vez lo fué de Don Rodrigo,
quien lo fué de Don Miguel de Cervantes Saavedra “el autor inmortal del Quijote,” el primer
escritor en su género que han visto los pasados siglos y verán los venideros, una de las glo ■
rias más grandes, más puras y más universalmente simpáticas de que se envanece no Espa­
ña sino, como dice Bowle, la humanidad entera.
wf------ =
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

lien de las Casas, Vizconde de Limonjes en Francia, el cual con otro


hermano suyo, viniendo á España en tiempo del Santo Rey Don
Fernando III, cuando conquistó á Sevilla, los heredó en ella, de que
son autores el Doctor Gerónimo Gudiel en la historia de los Girones,
cap. 29, fol. 98, allí escribe las casas ilustres que de él descienden, y
el referido Argote, lib. 2, cap. 85. Nacieron de Gonzalo Gómez de
Cervantes y de Doña Francisca de Casaus los hijos siguientes: Juan
de Cervantes de Casaus, que propaga la línea; 1. Francisco de Cer­
vantes; 2. Diego de Cervantes; 3. Alonso Gómez de Cervantes, sin
sucesión; 4. Doña Aldonsa de Cervantes; 5. Doña Beatriz de Boca-
negra; 6. Doña Juana de Cervantes; 7. Doña Francisca de Casaus
Cervantes; 8. Doña Inés de Cervantes, y 9. Doña Catalina de Cer­
vantes, que todas murieron doncellas, dejando instituidas memorias
grandes y honrosas Capellanías. Hasta aquí llega la Genealogía del
Protonotario Don Alonso Gómez de Cervantes; ahora me valdré de
otros instrumentos auténticos é historias para continuarla.
10. Juan de Cervantes Casaus, hijo de Gonzalo Gómez de Cer­
vantes y de Doña Francisca de Casaus del número 9, antecedente,
como consta de su testamento, otorgado en la Ciudad de México
(á donde pasó, año 1524), á 26 de Marzo de 1564, ante Cristóbal de
la Cerda, Escribano Real de ella, cuyo traslado autorizado tuve en
mi poder. Llevó Juan de Cervantes el cargo de Factor y Veedor
de la Real Hacienda, fundando la Casa Real de la Nueva España,
siendo uno de los primeros pobladores de la Ciudad de México, Ca­
pitán General de las Provincias de Pánuco y Guasteca, año 1529 (por
Ñuño de Guzmán cuando fué promovido Gobernador y Presidente
de la Real Audiencia de México). Conquistólas á su costa eon mu­
cho riesgo, trabajo y grande gasto de su hacienda, hasta pacificarlas;
así parece de una Real Cédula de Felipe III, año 1612, donde refie­
re estos servicios, á quien la Cesárea Majestad de Carlos V escribió
una carta y es la que se sigue:
“El Rey. Juan de Cervantes nuestro Factor, Nos somos infor­
mados de vuestra persona, y de lo mucho que nos habéis servido, y
de la voluntad que teneis para lo continuar, lo cual vos agradecemos
y tenemos en servicio y vos encargamos que de aquí adelante lo con­
tinuéis, teniendo por cierto que en todo lo que hubiere lugar vos man­
daremos honrar y favorecer como á cierto servidor nuestro, y como

r
-------------------------------- —— —————

86 MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

más largo, de nuestra parte, vos dirá el Licenciado Luis Ponce de


León, á quien enviamos por nuestro Juez de residencia de esa tierra,
al cual dando entera fe y creencia, ayudareis por todo lo que así hu­
biere de hacer en servicio de Dios Nuestro Señor, y nuestro, que £n
ello placer é servicio me haréis. De Toledo, á 4 días del mes de No­
viembre de 1525 años. Yo el rey. Por mandado de Su Majestad,
Francisco de los Cobos!'
Palabras al fin de un tan gran Monarca á un vasallo leal ellas mis-,
mas sirven de panegírico á las prendas de Juan Cervantes Casaus.
Tuvo en Encomienda los pueblos de Ilamatlán, Tlahuisian y Tama-
sunchal, merced que le hizo Su Majestad en remuneración de sus mu­
chos y calificados servicios, así lo declara en su testamento. Casó en
México con Doña Luisa de Lara y Andrada, hija del Comendador
Leonel de Cervantes, en la Orden de Santiago, y de Doña Leonor
de Andrada, su esposa (1), de quienes adelante haremos mención.
3
Fueron sus hijos Leonel de Cervantes y Gonzalo Gómez de Cervan­
tes, que reservo para sus lugares. Los demás: 1. Leonardo de Cervan­
í
tes, sin sucesión; 2. Don Juan de Cervantes, Arcediano de la Santa
Iglesia de México, Catedrático de escritura en la Universidad, Go­
bernador de aquel Arzobispado, Juez Ordinario, Calificador del San­
to Oficio de la Inquisición y Obispo de la de Ciudad Antequera,
Valle de Oaxaca; 3. Alonso Gómez de Cervantes, Regidor de Méxi-
1
co, fundador de un Mayorazgo, que casó con Doña Aña de León
Cervantes, su prima, hija de Gaspar Alonso de Aguilar Cervantes y
de Doña Isabel de León, de cuyo matrimonio fueron hijas Doña Lui­
sa de Lara Cervantes, que heredó el Mayorazgo, esposa de Don Leo­
nel de Cervantes, su primo, Regidor de México, padres de Doña
Beatriz de Andrada Cervantes, que está casada, con Don Juan de
Cervantes Casaus, Caballero de la Orden de Santiago, su primo, de

— .
(1) El Licenciado Algara en su monogrofía citada, pág. .
9, dice que poco después de la
Conquista de México había ya venido por segunda vez el Comendador de Santiago Don Leo­
nel de Ctrvantes acompañado de su esposa Doña Leonor de Andrada y de sus siete hijos, uno
varón y seis hembras; el varón Don Alonso casó con Doña Catarina de Zarate, no habiendo
tenido sucesión; las hembras, la primera Doña Isabel de Lara, casó con el Capitán Don Al­
fonso de Aguilar; Doña María de Cervantes casó con el Capitán Don Pedro de Ircio; Doña
Ana de Cervantes casó con Don Alfonso de Villanueva; Doña Catalina de Lara casó en Mi- «
choacán con Don Juan de Villaseñor Orozco; Doña Beatriz de Andrada casó en segundas
nupcias con Don Francisco de Velasco, hermano de Don Luis de Velasco, primero de este
giombre; Doña Luisa de Lara casó con su pariente el Factor Don Juan Cervantes Casaus.

ÍZXV ’/XV
c

------------------------------------------------------------------------- ---------------------------------------------------- --------------------------------------------------------------

••

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.


la

quien después trataremos. La segunda hija de Alonso Gómez de Cer­


¡9 vantes y de Doña Ana de León Cervantes es Doña Isabel de Cer-
vantes mujer de Don Cristóbal de Molina; 4. Francisco de Cervan­
tes; 5. Diego de Cervantes, Religioso de la Orden de San Francisco;
6. Lucas de Lara Cervantes, que casó con Doña Isabel de Sosa Car-
bajal, hija de Antonio de Carbajal, Regidor de México, y de Doña Ma­
ría de Sosa, su mujer, familia de las más esclarecidas de Portugal, pro­
cedida del Rey Don Alonso III de aquella Corona; y nacieron de ellos
el referido Don Leonel de Cervantes, Regidor de México, marido de
su prima Doña Luisa de Lara Cervantes y Doña Beatriz Tomasi­
na, monja de Santa Isabel de las Descalzas; 7. Doña Aldonsa de
Cervantes, consorte de Gaspar Ortiz Magariño; 8. Doña Francisca
de Casaus, que casó dos veces. La primera con Rodrigo de Rivera.
La segunda con Luis Carrillo de Guzmán, y de ambos no tuvo des­
cendencia; 9 Doña Dionisia, y 10. Doña Leonor de Cervantes, mon­
jas de la Concepción de México. Tuvo más Juan de Cervantes Ca­
saus por hija á Doña Inés de Cervantes, que casó en Sevilla con Don
Francisco Murillo de Espinóla, padres de Doña Ana de Cervantes
Espinóla, esposa de Don Fernando Ortiz Martel Ponce de León, de
cuyo matrimonio nació Doña Jacinta Ponce de León, que casó con
Don Antonio Manrique, Caballero de la Orden de Santiago, Teso­
rero de la Contratación de Sevilla, cuya hija es Doña Inés Jacinta
Manrique y Cuadros, mujer de Don Juan de Cárdenas y Saavedra,
con sucesión. Está sepultado Juan de Cervantes Casaus y su mujer
Doña Luisa de Lara y Andrada en el Convento de San Francisco
de la Ciudad de México, en un suntuoso entierro de este linaje.
1. Leonel de Cervantes, hijo mayor de Juan de Cervantes Casaus
y de Doña Luisa de Lara y Andrada, del número 10 de este árbol,
heredó de su padre la Encomienda y casó con Doña María de Car­
bajal, hija de Antonio de Carbajal (Conquistador de la Nueva Espa­
ña y Capitán de uno de los trece Bergantines con que se ganó Mé­
xico, de quien hace mención Antonio de Herrera, tom. 2, década 3,
lib. 1, cap. 12. Asimismo un privilegio del Emperador Carlos V, del
año 1530, y una cédula del Rey Don Felipe III, su fecha en Madrid
á 5 de Junio, año 1612, electo Alcaide de la Fortaleza y Atarazanas
de México y su Procurador General, linaje que desciende del Rey
^Don Bermudo II de León) y de su mujer Doña Catalina de Tapia:
MARQUESA HO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

están sepultados Leonel de Cervantes y su consorte en el referido


entierro; de este matrimonio fueron hijos Don Juan de Cervantes
Carbajal de quien luego hablaremos, i. Don Antonio de Cervantes,
Canónigo y Tesorero de la Santa Iglesia de la Puebla de los Ange­
les, y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición de México, fun­
dador de la insigne Capilla de las Reliquias en el Convento de los
Carmelitas Descalzos de la Puebla que yace en esta Capilla; 2. Don
Pedro de Cervantes; 3. Don Miguel de Cervantes, ambos Religiosos
de San Francisco; 4. Don Bernardino de Cervantes, Fraile de San
Agustín; 5. Don Leonel de Cervantes, Comisario de la Inquisición,
Arcediano de Santa Fe en el Nuevo Reino, Obispo de Santa Marta,
como también de la Habana, de Guadalajara y de Oaxaca, varón á
todas luces grande, pasó de esta vida, año 1638, está sepultado en el
mismo entierro de San Francisco de México; 6. Don Francisco de
Cervantes, que casó dos veces. La primera, con Doña Ana de Mo­
’e
lina y fueron padres del Capitán Don Cristóbal de Cervantes (el cual
casó en la Habana con Doña Juana Maldonado, hija de Don Juan
Maldonado y de Doña María Mercadillo su mujer, cuyo hijo es Don A*

Leonel de Cervantes), de Don Leonel de Cervantes, Religioso de


San Francisco, de Don Diego Gómez de Cervantes, Chantre de la
Santa Iglesia de Oaxaca, de Doña María, monja de la Concepción en
México, y de Don Andrés de Cervantes, que casó primera vez con
Doña Gerónima López de Peralta, hija de Don Francisco López de
Peralta y de Doña Francisca Arindez de Oñate, con sucesión. Y viu­
do Don Andrés de Cervantes, pasó á segundas bodas con Doña Ma­
riana de Hoyos y Asoca, hija de Don Fernando de Hoyos y Asoca,
Caballero del Hábito de Calatrava, y de su mujer Doña N. de Rosa­
les. La segunda esposa de Don Francisco de Cervantes del número
6, fué Doña Elvira de Escobar, de quien es hija Doña Francisca de
Cervantes. Y prosiguiendo los hijos de Leonel de Cervantes y de
Doña María de Carbajal, son el 7, Don Agustín de Cervantes, que
casó con Doña Isabel de Quiñones, padres de Don Nicolás de Cer­ H

vantes; 8. Doña Luisa de Lara Cervantes, mujer de Alonso de Val-


dés, Tallador Mayor de la Casa de la Moneda en México y Regidor
de ella, hijo de Melchor de Valdés y de Doña Francisca de Arellano,
cuyos hijos fueron Don Melchor, Don Alonso, Fraile de San Agus­
tín, Doña María, sin sucesión, y Doña Francisca de Valdés Cervan^

¿i
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. 89 @
tes, que casó con Don Juan Tello de Guzmán, los cuales engendra­
ron á Don Francisco Tello de Guzmán, Caballero de la Orden de Al­
cántara, que casó con Doña Mariana Tello, hermana de Don Gas­
par de Teves, Marqués de la Fuente, hijos de Doña Mariana Tello
y del Licenciado Gaspar de Teves, del Consejo Real, su marido, con
sucesión. Al Capitán Don Alonso Tello de Guzmán, á Doña María,
monja de la Concepción de México, y á Doña Josefa Tello de Guz­
mán, consorte de Don Juan Cortés de Hermosilla, Caballero de la
Orden de Calatrava, de la Casa de los Marqueses del Valle de Oaxa­
ca. Y la última hija de Leonel de Cervantes y de Doña María de
Carbajal, fué 9, Doña María, etc.
2. Don Juan Leonel de Cervantes Carbajal. hijo de Leonel de Cer­
vantes y de Doña María de Carbajal, propuesto en el número 1 de
este ramo, heredó de su padre la Encomienda de los pueblos referi­
dos; es Señor de dos Mayorazgos de este linaje. Casó dos veces; de
la primera no tuvo sucesión; de la segunda, que fué con Doña Isabel
Dávalos, hija de Gonzalo López Dávalos y de Doña Juana de Jerez,
su mujer, nacieron Don Juan Leonel de Cervantes Carbajal, Doña
Luisa de Cervantes, esposa de Don Miguel de Cuevas Dávalos, su
primo, y tienen muchos hijos. Doña María de Cervantes, mujer de
Don Juan Hurtado de Castilla, Caballero de la Orden de Santiago,
que también los tienen.
3. Don Juan Leonel de Cervantes Carbajal, segundo de este nom­
bre, hijo de Don Juan Leonel de Cervantes Carbajal y de Doña Isa­
bel Dávalos, del número 2, casó con Doña Bernardina de Betanzos,
hija de Don Luis de Betanzos y de Doña Ana Leardo, su consorte,
cuyos hijos son: Don Juan Leonel de Cervantes Carbajal y otros
que viven este año de 1648.
1. Gonzalo Gómez de Cervantes, hijo segundo del Factor Juan de
Cervantes Casaus, y de Doña Luisa de Lara y Andrada, del número
10 del árbol, fué Caballero muy estimado, sirviendo á la Majestad de
Felipe II, en la Nueva España, con notable lealtad y vigilancia; casó
con Doña Catalina de Tapia Carbajal, hermana de Doña María de
Carbajal, mujer del referido Leonel de Cervantes, del otro número 1,
hijas del conquistador Antonio de Carbajal y de su esposa Doña Ca­
talina de Tapia, los cuales fundaron el mayorazgo que se propaga
en sus descendientes. De este matrimonio nacieron Don luán Cer-
i® ®
-------------------------------------------------- -r-——

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

vantes Casaus, que sucedió á sus padres, Doña Luisa de Lara Cer­
vantes, i. que casó primera vez con Luis de Borques y procrearon á
Don Luis de Borques, Religioso de San Francisco. La segunda con
Gaspar de Valdés, Regidor de México y de la Puebla de los Ange­
les, hijo de Melchor de Valdés y de Doña Francisca de Arellano, ya
nombrados; nació de ellos Doña Francisca de Valdés Cervantes, mu­
jer de Don Agustín de la Torre Altamirano, con sucesión; 2. Don
Gonzalo Gómez de Cervantes, Doctor en Santa Teología y Rector
del Colegio de Todos Santos en México, electo Canónigo de la Pue­
bla de los Angeles, que murió año de 1617, yace en la Parroquia de
Todos Santos de Sevilla en la Capilla de sus progenitores; 3. Don
Gerónimo de Cervantes Carbajal, que casó con Doña Sebastiana Ce­
rón Saavedra, hija de P'rancisco Palau y de Doña’inés Cerón, su
mujer, y tuvieron los hijos siguientes: á Don Francisco de Cervantes
Carbajal, Regidor de México; á Doña Gerónima de Cervantes, que
casó con Don Gabriel Arias Riquelme; á Doña Inés, á Doña Juana y
á Doña Catalina de Cervantes, monjas en San Juan de la Penitencia
de México; 4. Doña Catalina de Tapia Cervantes, esposa de Don
®X
r
L9
Alonso Bazán Albornoz y Velázquez, su primo, sin sucesión, que era
hermano de Don Francisco Bazán de Albornoz, Inquisidor de Mé­
xico, y de Doña Margarita Bazán de Albornoz, mujer de Don Lope
de Monsalve y Armendáriz, Caballero de la Orden de Santiago, pa­
dres de Don Fernando de Monsalve y Armendáriz, Clérigo. De Don
Francisco de Monsalve, Caballero de la Orden de Alcántara, que vi­
ve casado con Doña Ana Mejía Arindez, y de Doña Magdalena de
Monsalve y Albornoz, esposa de Don Alonso de Monsalve, Caballe­
ro de la Orden de Santiago. Están sepultados, Gonzalo Gómez de
Cervantes y su consorte, en el entierro de San Francisco de México.
2. Don Juan de Cervantes Casaus, hijo de Gonzalo Gómez de Cer­
vantes y de Doña Catalina de Tapia Carbajal, del número 1 de este
ramo, á quien sucedió en el Mayorazgo, fué Caballero de la Orden de
Santiago, Factor, Veedor de la Real Hacienda de México, Procura­
dor General de las Armadas, Visitador de la Caja y Oficiales Reales
de la Nueva Vizcaya, Contador Mayor en el Tribunal de Cuentas de
la Nueva España, Teniente de Capitán General del Virrey Marqués «
de Salinas en la Puebla de los Angeles y del Reino de la Nueva Ga­
licia por el Virrey Marqués de Gelvez, y Maeste de Campo General d

t
MARQUESADO DE SALINAS DE RIO PISUERGA. 91 3
México, como consta de cédulas Reales y algunos papeles que he vis­
to. Asimismo ocupó otros honoríficos puestos merecidos de tan capaz
talento, en quien gloriosamente se emulaban admirables virtudes, sin­
gular prudencia y lustrosa rectitud, administrándolo todo con las aten­
ciones que es notorio. Tuvo en Encomienda el pueblo de Tlanchinol,
por merced del Rey Don Felipe III, año 1612; el cual casó con Doña
Juliana Angela de Velasco y Peralta, hija de Gerónimo López, Te­
sorero de la Real Casa de México, Regidor de aquella Ciudad (hijo
de Gerónimo López, famoso conquistador de la Nueva España como
parece por una Real Cédula del Emperador Carlos V del año de
1530 y de Doña Catalina Alvarez de Cabrera) y de su mujer Doña
Ana Carrillo de Peralta, hija de la casa de los Marqueses de Falces,
fundaron el suntuoso entierro de la Sacristía Mayor del Convento de
San Agustín en México y tres Mayorazgos en que sucedieron los hi­
jos varones Don Gabriel López de Peralta, Don Miguel Gerónimo
y Don Francisco López de Peralta, con sucesiones. Murió Doña Ju­
liana Angela de Velasco y Peralta, año 1638, y Don Juan de Cer­
vantes Casaus, su marido, el de 1645, llenos de años y virtudes. Es­
tán sepultados en el referido entierro de San Francisco de México,
con sus mayores, dejando aumentado el Mayorazgo y por hijos á
Don Gonzalo Gómez de Cervantes, que le sucedió; á 1. Don Juan de
Cervantes Casaus, Caballero de la Orden de Santiago, que imitando
á sus progenitores en el servicio de Su Majestad les continúa con
esperanzas de mayores finezas. Sucedió á su padre en el oficio de
Contador Mayor del Tribunal de Cuentas de la Ciudad de México,
que ejerce con general aprobación. Está casado con Doña Beatriz
de Andrada Cervantes, su prima, sucesora del Mayorazgo, hija de
Don Leonel de Cervantes y de Doña Luisa de Lara Cervantes, de
quien hemos hecho mención en el número 10. Son sus hij os Don
Juan de Cervantes Casaus, Don Diego Gómez de Cervantes y Don
Felipe de Cervantes Casaus; 2. Don Gerónimo Gómez de Cervan­
tes, Presbítero, que este año de 1648 reside en Madrid, esperando
que el Real Consejo de Indias premie sus muchos méritos, hereda­
dos y adquiridos; 3. Doña Ana; 4. Doña Catalina; 5. Doña Francis­
ca, y 6. Doña Gerónima de Cervantes, Religiosas en el Convento de
San Juan de la Penitencia de México; 7. Doña Juliana; 8. Doña Ger-
A*.* . 1
trudis de Cervantes, monjas en el Monasterio de Regina Celi de
aquella ciudad, todos de ejemplar vida.
3. Don Gonzalo Gómez de Cervantes, hijo de Don Juan de Cervan­
tes Casaus y de Doña Juliana Angela de Velasco y Peralta, del nú­
mero 2 de esta rama, á quienes sucedió en el Mayorazgo y Encomien­
da, Caballero de la Orden de Santiago, Gobernador y Capitán General
que fué de la Nueva Vizcaya, así consta de su título á 16 de Mayo
del año 1631 y el de 45 y 46. Teniente de Capitán General de la
Puebla de los Angeles y Capitán de la Guardia del Marqués de Vi-
llena, Duque de Escalona, siendo Virrey de la Nueva España, sujeto
en quien resplandecen modestia, talento y capacidad como lo ha de­
mostrado en estos y otros cargos en servicio de Su Majestad, que
conoce el Real Consejo de las Indias. Vive este año de 1648, casado
con Doña María de Sandoval Castilla y Altamirano, hija del General
Don Francisco Mejía Altamirano y de Doña Sebastiana Osorio de

i Castilla Altamirano, su mujer, que por lo Castilla participa de la san­


gre de su Rey Don Pedro, por lo Altamirano de la nobilísima Casa
de los Condes de Santiago, por lo Osorio de los Marqueses de As-
torga y Baldonquillo, por lo Sandoval de la esclarecida de aquel ce­
lebrado Conde de Castilla el Gran Fernán González; últimamente por
lo Mejía, de la antigua casa de Mejía del Reino de Galicia. Tienen
por hijos á Don Gonzalo Gómez de Cervantes; á Don Juan de Cer­
vantes Casaus; á Doña Sebastiana; á Doña Juliana; á Doña Ana y
á Doña María de Cervantes, que todos viven este año 1648.
Otro ramo se trasplantó en la Extremadura donde floreció Leonel
-de Cervantes, de quien en el número 10 prometimos hacer breve me­
moria. Era hijo de Diego de Cervantes, Caballero de la Orden de
"Santiago y de Doña Guiomar Tello, su mujer. Fué Comendador de
la misma milicia, el cual pasó á la Nueva España con el General Pán-
filo de Narvaez, año 1520, así lo declara una cédula del Rey Don Fe­
lipe III, ya referida, de quien también hacen mención el Cronista An­
tonio de Herrera en la segunda parte, década 3, lib. 4, cap. 8, y Go­
mara en su Historia, part. 2, fol. 236; asentó su casa en la Ciudad de
México, por ser uno de sus famosos conquistadores y pobladores.
Casó con Doña Leonor de Andrada, hija de Gonzalo de Andrada,
Alcaide de Burguillos en Extremadura (familia descendiente como
algunos quieren de uno de los cinco Caballeros que acompañaron al
33}

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Conde Don Mendo Rausona, hermano de Desiderio, último Rey de


Lombardía, cuando vino de Italia á España, reinando Don Alonso II,
llamado el Casto. Pero según la mejor opinión de Alonso López de
Haro en sus Casas Solariegas, viene del mismo Conde Don Mendo
Rausona y de ella procede Doña Teresa Gil de Andrada, en quien el
Rey Don Pedro de Portugal tuvo al Rey Don Juan el I de aquella
Corona, progenitor de los Reyes Lusitanos. Véase el Doctor Juan
Salgado de Araujo en la familia de los Vasconcelos, fol. 22) y de Do­
ña Isabel de Lara, su esposa, sangre derivada de Gonzalo Bustios,
Señor de Salas y Lara, sobrino del memorable Ñuño Rasura, Juez
de Castilla. De este matrimonio tuvieron siete hijos que son: 1. Alon­
so de Cervantes, nació en Tenerife, año 1505, casó en México con
Doña Catalina de Zárate, sin sucesión; 2. Doña Isabel de Lara, na­
ció en Burguillos, año 1500, esposa de Alonso de Aguilar, hijo de
Gonzalo Sanz de Aguilar y de Doña Leonor Fernández de Zúñiga,
su mujer; 3. Doña María de Cervantes, nació en Tenerife, año 1503,
casó con el Capitán Don Pedro de Ircio, sin hijos; 4. Doña Ana de
Cervantes, nació en Burguillos, año 1510, casó en México con Alon­
so de Villanueva, Regidor y Alférez Real de aquella Ciudad; 5. Do­
ña Beatriz de Andrada Cervantes, que nació también en Burguillos,
año 1513, y casó dos veces, primera con el Capitán Juan Jaramillo.
y segunda, con Don Francisco de Velasco, Caballero de la Orden
de Santiago, hermano de Don Luis de Velasco, primero de este nom­
bre, Virrey de Nueva España, no tuvieron sucesión; 6. Doña Cata­
lina de Lara, nació en Sevilla, año 1516, casó en Michoacán con Juan
de Villaseñor y Orozco. La última hija de Don Leonel de Cervantes
y de Doña Leonor de Andrada, fué Doña Luisa de Lara y Andrada,
que nació en Burguillos, año 1519, casó con el Factor Juan de Cer­
vantes Casaus, del número 10 del árbol, cuya descendencia se ha
continuado en los dos ramos; de Doña Isabel de Lara del número 2,
Doña Ana de Cervantes del número 4, y Doña Catalina de Lara del
6, proceden nobilísimas casas en la Nueva España, de quienes te­
niendo ajustadas noticias de sus sucesiones las continuaré en mis li­
bros genealógicos, que mediante Dios saldrán estampados breve­
mente.
El mismo ramo propuesto de la Extremadura, produjo en la Villa
e Cáceres á Don Gaspar dé Cervantes, Inquisidor Apostólico que
---------------------- t

-m-m
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

g por sus muchas letras y heroicas virtudes ascendió dignamente á Ar­


(*>
zobispo de Salerno en Nápoles, de Mecina en Sicilia y de Tarrago­
na en el Principado de Cataluña, donde fundó el Colegio de aquella
Ciudad y el de la Compañía de Jesús. Llamado á Roma por el Su­
mo Pontífice Pío V, para la causa de Don Fray Bartolomé Carranza
de Miranda, Arzobispo de Toledo,'le creó Cardenal, miércoles 5 de
Marzo, año 1570, del título de San Bartolomé in Insula, después de
San Martín y últimamente de Santa Balbina, á quien envió por le­
gado suyo al Rey Don Felipe II. Hallóse en el Santo Concilio de
Trento, murió en Tarragona á 21 de Octubre, año 1575, teniendo se­
senta y cuatro de edad. Allí está sepultado en su Colegio con gran­
des epitafios, de que son autores Chacón, en las vidas de los Pontí­
fices Romanos, tomo 2, pág. 1570, col. 1 y 2. El Concilio de Trento
en el catálogo de los Legados; Gaspar Mosca, en la Historia de los
Arzobispos de Salerno; el Abad Don Roque Pirri, en la Noticia de
5 las Iglesias de Sicilia, tom. 1, y el Maestro Gil González Dávila en i
el Teatro de Coria, impresión moderna del año 1647.
Asimismo procedieron del famoso tronco Ñuño Alfonso, los Cer­
vantes de Villa de Talavera de la Reina, siendo el primero de quien
i L9

halló noticia Don Pedro de Cervantes, Comendador de la Orden de


►•I
Santiago, que en Doña Isabel de Loaiza, su mujer (descendiente de
Alonso Jofre de Loaiza, según lo trae Fray Alonso Fernández en los
Anales de Palencia, lib. 2, cap. 10, pág. 136, sangre derivada de
Francia, como dice Cáscales en la Nobleza de Murcia, fol. 342, y de
su Casa Real, pues lo muestran las lices de sus armas, participando
también de la Real de Inglaterra), engendraron á Gonzalo Gómez
de Cervantes, Comendador de San Juan y Senescal de esta famosa
milicia, y á Garci Jofre de Cervantes y Loaiza, Teniente de Capitán
por el Duque de Alburquerque de la gente de armas de aquella Vi­
lla, el cual casó en la Ciudad de Toledo con Doña Magdalena de Zú-
ñiga, hija de Don Francisco de Oviedo, Comendador en la Orden de //
Calatrava, y de Doña Inés de Sotamayor, su esposa, de quienes na­
ció Alvarez de Cervantes y Loaiza, que en su mujer Doña Elena de
Narvaez y Zayas, natural de la Ciudad de Antequera, hija de Pedro
de Narvaez (Comendador en la misma milicia) y de Doña Catalina «
de Córdoba, su consorte, tuvieron á Don Nicolás de Cervantes y
Loaiza y á Doña Agustina de Cervantes y Zayas. Don Nicolás de^

6
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Cervantes y Loaiza, fué Gentil—hombre de la boca del Archiduque


Alberto, casó con Doña Mariana de Meneses, Duquesa de Estrada, <%
f

hija de Juan Duque de Estrada, Caballero del Hábito de Santiago


y de su mujer Doña Mariana de Meneses, y fueron padres de Doña
Mariana Duque de Estrada y Meneses, esposa de Don García Girón,
de la Orden de Santiago, de cuyo matrimonio nacieron, entre otros,
Don Sancho Girón, Caballero de la misma milicia, que hoy vive ca­
sado con Doña Catalina Chumacera, hija de Don Antonio Chuma­
cera Carrillo y Sotomayor, Caballero del Hábito de Alcántara, del
Consejo Real de Castilla, y de su mujer Doña Beatriz de Gamboa,
hermano del Ilustrísimo Señor Don Juan Chumacera Carrillo y So­
tomayor, dignísimo Presidente de Castilla. Don García Girón, del
Hábito de Alcántara, y Doña Juana Girón, consorte de Don Pedro
Jacinto Muñoz de Otalora, de la Orden de Santiago, Caballerizo de
la Reina. Doña Agustina de Cervantes y Zayas, casó con Don San­
cho de Carranza Girón, del Hábito de Santiago y Regidor de Tala-
vera, descendiente por lo Girón de la ilustre Casa de los Duques de
A
Osuna. Así lo escribe Haro, tom. i, lib. 5, cap. 7, pág. 393, de que
también hace mención Salazar de Mendoza en la Crónica del Gran
Cardenal, lib. 2, pág. 350, y el Doctor Gudiel en el Compendio de los
Girones, árbol 36. Y por lo Carranza de Cayo Carrancio Romano.
De ellos son autores Bernabé Moreno de Vargas en la Nobleza de
España, discurso 14, fol. 82, y Luis López en la Historia de Zarago­
za, pág. 168; cuyo hijo es Don Rodrigo de Carranza Girón, Caba­
llero de la Orden de Santiago, Gentil-hombre de la boca del Rey
Nuestro Señor Don Felipe IV y primer Marqués de Aravaca, que
casó con Doña María de Arellano y Meneses, hermana de Don Fran­
cisco de Arellano y Meneses, cuarto Señor de Bencachón y el Ala-
millo del Hábito de Santiago, hijo de Don Cristóbal de Arellano y
Meneses, tercer Señor de aquel Estado, y de sumujer Doña María
Suárez de Carbajal. Nació de los referidos Don Rodrigo Carranza
Girón y Doña María de Arellano Meneses, Marqueses de Aravaca,
Doña Agustina de Carranza Girón, que hoy vive casada con Don Luis
G^itán de Ayala, primer Conde de Villafranca.
Desciende también de Alvaro de Cervantes y Loaiza mucha no­
bleza en la Ciudad de Guatemala en la Nueva España, como const

<45 "4”
--
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.
96
de un ejecutoria de la Real Cancillería de Granada á 24 de Noviero^
bre, año 1564.
Ultimamente de estos Caballeros Cervantes de Talavera, íué Iñi­
go López de Cervantes, marido de Doña Teresa Carrillo, padres de
Don Fernando de Cervantes, que allí casó con Doña Elvira de Guz­
mán, y tuvieron por hijo, entre otros, á Don Agustín de Cervantes,
que casó con Doña Catalina del Castillo, de cuyo matrimonio nacie­
ron: Don Esteban de Cervantes, Catedrático de Vísperas de Leyes,
y colegial del Arzobispo en la Universidad de Salamanca, que vive’
este año de 1648, Oidor de la Real Cancillería de Granada, merece­
dor de mayores puestos, Doña Catalina de Cervantes, consorte de
Don Francisco de Arellano, de la Orden de Santiago, y Doña Tere­
sa de Cervantes, que está casada con Don Gregorio» t Romano Alta-
mirano, Caballero del Hábito de .Santiago, hijo de Don Diego Ro­
mano Altamirano y de Doña Constanza de Mendoza y Portocarrero,
su mujer.
En la Villa de Lora, bien conocida en la Bética, Bayliage de la mi­
litar Orden de San Juan, hay Caballeros de este apellido. Hernán Gu­
tiérrez de Cervantes floreció en tiempo de la Cesárea Majestad de
Carlos V, el cual casando con Luisa de Vergara, nació de ellos Fran­
cisco de Cervantes, que en Francisca de Cabrera su mujer, engendró
á Don Francisco de Cervantes y á Don Andrés de Cervantes Ca-
brera, Alguacil Mayor y Familiar del Santo Oficio de aquella Villa,
de quien vemos sucesión, todos Caballeros Hijos-dalgo como cons­
ta de su ejecutoria, dada por la Real Cancillería de Granada en 9 de
Noviembre, año 1623, refrendada de Francisco Churron Castillo, Es­
cribano de Cámara y Mayor de los Hijos-dalgo cuyo traslado auto­
rizado tuve en mi poder.
Participó también el Reino de Portugal de esta nobilísima sangre,
pues Gómez Pérez de Cervantes casó en él con Doña Constanza
Méndez de Vasconcelos, y tuvieron sucesión, hija de Men Rodríguez
de Vasconcelos (que gozó título de vasallo del Rey Don Dionis, tan
honorífico en Portugal y Castilla, como lo escribe el padre Román en
el lugar citado del número 7 del ramo, Merino Mayor de entre Due­
ro y Miño, y Señor de Penagate, entre Braga y Ponte de Lima, don­
de hizo Casa fuerte y fundó un Castillo permanente) y de su mujer
Doña María Martínez, así lo dicen el Conde Don Pedro y Juan Bau-
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

tista Lavaña en sus notas, pág. 305, y el Doctor Juan Salgado de


Araujo en el sumario de los Vasconcelos, fol. 20.
Rematan este discurso aquel valeroso Gonzalo de Cervantes, que
en la memorable batalla de Aljubarrota, año 1385, hizo notables he­
chos dignos de su sangre en servicio del Rey Don Juan I de Casti­
lla, hasta morir en ella con otros muchos Caballeros que cuenta su
Crónica, cap. 15, Garibay, lib. 35, cap. 2, de quien también hago
mención en la vida del Gran Condestable, fol. 49.
Fernán Ruiz de Cervantes, Caballero Castellano que, año 1357,
en la guerra entre Aragón y Castilla, gobernando el Reino de Nava­
rra el Infante Don Luis, que favorecía la parte de Aragón, tuvo en
la fortaleza de Bierlas presidio de extranjeros, y por su Capitán á es­
te esforzado Caudillo; así lo trae Garibay, lib 37, cap. 14.
Volviendo segunda vez al Perú Hernando Pizarro, año 1534, le
acompañó entre otros Caballeros Extremeños Melchor de Cervan­
tes, que el siguiente año por orden de Don Francisco Pizarro sirvió
fielmente al Emperador Carlos V, como escribe el Cronista Antonio
de Herrera en la 3^ part. de la Historia de Indias, década 5, lib. 6,
cap. 13, y lib. 8, cap. 3.
Asimismo Gómez de Cervantes, Encomendero del Valle de Lla-
xapallanga, año 1554, que refiere el propio autor, parte 4, década 8,
lib. 10, cap. 15.
Miguel de Cervantes (1), noble Caballero Castellano, estando cau­
tivo en Argel, año 1577, en compañía de otros 14, Jos sustentó á su
costa 7 meses en una obscura cueva, por lo cual y otras cosas que in­
tentó para libertar muchos cristianos corrió gran riesgo 4 veces su
vida, y fué tal su heroico ánimo y singular industria, que si le corres­
pondiera la fortuna entregara al monarca Felipe II la Ciudad de Ar­
gel, á quien temió tanto el Rey Azan Bajá, que decía: “Como tuvie­
se seguro á este Español, lo estaría Argel y sus bajeles.” Rescatóse
al fin por mil escudos, de cuyas proezas se pudiera hacer dilatada his­
toria, así lo dice el M. Fr. Diego de Haedo, Abad de Fromista, en la
Historia de Argel, diálog. 2, fol. 184 y 185.
Siendo Capitán General de la Armada que se juntó en las Filipi­
nas, Don Pedro de Acuña, año 1606, para la restauración de las Ma-

í (1) Véase página 10P.


i’ I FEIMEBA PASTE
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PIS.UERGA,

lucas, entre los Capitanes que le acompañaron fué uno Juan Guerra
de Cervantes, esforzado Caballero que en la gran batalla de Terre-
nate hizo notables hazañas, hasta entrar los españoles la tierra; y
siendo el primero que con intrépido corazón subió á la muralla para
enarbolar en ella el Real estandarte de Felipe III, animando á los
suyos les decía: “Por mi parte no se escapará el toro ó me costará la
vida,” ambas cosas cumplió, pues por ejecutadlo, acabó gloriosamen­
te hecho pedazos en servicio de su Rey. Cuéntalo Bartolomé Leo­
nardo de Argensola en la Conquista de las Malucas, lib. io, desde*
la página 351 hasta la 360.
Muchos insignes varones en letras, que han salido de tan genero­
sa estirpe (como Don Juan de Cervantes, uno de los dos primeros
Inquisidores de México, cuando, año 1572, se puso allí este Santo
Tribunal, y Juan Guillén de Cervantes, natural de Sevilla, Doctor en
Cánones, Catedrático de Vísperas en su Universidad y Procurador
a
de Cortes de ella, que escribió sobre las leyes de Toro, año 1594),
dejo de referir por no tener ajustada noticia de sus ascendencias y _
descendencias, culpa de algunos escritores antiguos y mayor de aque­
llos á quienes tocaba esta obligación, pues siendo la más principal
memoria de sus progenitores para gloria de la posteridad, la olvi­
daron.

NOVENA PARTE.
ANOTACIONES A LA OBRA DE MENDEZ SILVA,
CONTINUANDO LA SUCESION DE LA FAMILIA CERVANTES EN
NUEVA ESPAÑA HASTA EL AÑO DE 1777 (i).

Francisco de Cervantes Salazar (2), escribió obras, glosado y tra­


ducido diálogo de la dignidad del Hombre. Apólogo de la ociosidad

(1) El Licenciado Algara en su citada monografía dice que en su concepto estas anotacio­
nes no se hicieron el año de 1777 sino en diversas fechas, siendo las últimas el citado año.
(2) El Señor Licenciado Algara en su nota número 1, de la página 14, de su citada mo-
aografía, dice: “El Señor García Icazbalceta, que publicó una traducción esmeradísima d^

c _
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

y el Trabajo. Introducción y camino para la sabiduría, impreso en


Alcalá á 18 de Junio, año 1546.
Don Rafael de Cervantes, Maestrescuela de la Santa Iglesia de
México, que fundó una memoria en la Ilustre Cofradía del Santísi­
mo Sacramento de aquella Ciudad en el Real Colegio de Doncellas.
Don Juan de Cervantes, Religioso Dominicano, Obispo de Lugo,
que murió, año 1307, que asistió en el Concilio que se celebró en Sa­
lamanca para conocer de la causa de los Caballeros Templarios, y
con los demás Obispos los dió por libres; trata de él Fray Alonso
Fernández, Dominico, en su Concertación predicatoria, pág. 458, col.
i*, cerca finem.
La casa y mayorazgo noble y antiguo de Cervantes, en Extrema­
dura, en la Ciudad de Trujillo.
Es ponderable en este noble linaje y apellido de Cervantes y lo que
á él se le debe en aquel dilatado y Nuevo Mundo de las Indias de la
Nueva España, en haber sido siempre para todas las cosas uno con
todos los primeros, como se ve que en su conquista fueron de los pri­
meros Leonel y Juan de Cervantes, en su población los mismos. El
primer Hábito militar que tuvo en aquellas partes fué el Comenda­
dor Leonel de Cervantes, del Hábito de Santiago. El primer Factor
de S. M. y fundador de su Real Casa y Hacienda fué Juan de Cer­
vantes. El primer Maestrescuela y dignidad con que se erigió la

los diálogos de Francisco de Cervantes Salazar, la acompañó de su biografía, que repitió y


amplió en la parte l?de la “Bibliografía Mexicana del Siglo XVI.” En ella dice que el maes­
tro de Cervantes, Berlanga, aludió en alguna ocasión á la nobleza de Cervantes, y en otro pá­
rrafo se expresa así el Señor García: “Duda Beristain si Cervantes vino á México invitado
por Cortés á quien había dedicado el diálogo de la “Dignidad del Hombre,” ó llamado por
su pariente Don Rafael de Cervantes, Tesorero de la Iglesia Metropolitana. Lo primero no
parece ni probable, porque Cortés murió en España el año de 1547, y el viaje de Cervantes
no se verificó sino hasta tres años después. Lo segundo no es imposible, aunque del paren­
tesco entre los dos Cervantes no encuentro más dato que el muy débil contenido en el acta
de Cabildo eclesiástico de 18 de Noviembre de 1575; consta en ella que se dió al Racionero
Muñoz la Capellanía del hospital que vacó por muerte del Doctor Cervantes Salazar, la cual
es la que instituyó el Tesorero Rafael Cervantes. El hecho de ser éste el fundador y haberse
dado después á otro eclesiástico del mismo apellido, es todo lo que puede indicar parentesco
entre ambos.”
‘ Puede no ser tan débil el da4,o, tratándose de una Capellanía instituida de preferencia pa­
ra parientes, de las llamadas de sangre; y en apoyo de Beristain agregaremos, que en unos
apuntes exactísimos en todo su contenido, se cita al Doctor Cervantes Salazar como miem­
bro de la misma. De paso repetiremos, con el Señor García, que Cervantes Salazar escribió
una Crónica de Indias que cita Torquemada, no encontrada hasta ahora y que sería de gran-
)>
a

IOO MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Santa Iglesia y Arzobispado de México fué Don Rafael de Cervan-I


tes. El primer Inquisidor que se nombró para fundar este Santo Tri­
bunal fué Don Juan de Cervantes, conque en servicio del Rey y en
el de Dios fué este apellido el primero. Y uno con los primeros, ha­
biéndolo continuado siempre en cuanto se ha ofrecido en servicio de
ambas Majestades. Y asimismo fué el primer Proveedor General de
las Armadas de las Indias Gonzalo Gómez de Cervantes en tiempo
de los descubrimientos de Colón, año de 1501, y el primer Presiden­
te que tuvo el Real Consejo de Indias fué el Obispo Don Juan R0-4
dríguez de Fonseca, que era Cervantes, hijo de Fernando de Fonse-
ca y de Doña Teresa de Cervantes. El gran Miguel Cervantes Saa­ I
vedra, autor del inimitable Quijote y de la Galatea, Peciles y Segis-
munda, Viaje al Parnaso, con otras muchas apreciables producciones
que lo han inmortalizado en la República de las letra's, como lo ha­
bían hecho sus proezas en la de Marte, es el mismo de quien Mén­
dez Silva hace mención en la pág. 97. No se le perdona su silen­
cio en esta parte respecto de un sabio que tanto honor hace á su
familia como á su nación. 5*

9
Don Juan Leonel de Cervantes Carbajal, tercero de este nombre,
hijo de Don Juan Leonel de Cervantes Carbajal y de Doña Bernar­ «:

dina de Betanzos y Quiñones, del número 3 de este libro, 50 vta., se


bautizó en Tlayacapa á 24 de Octubre de 1629, y su testamento en
la Villa de León á 16 de Agosto de 1683 años, casó con Doña Ma­
riana Velázquez de la Cadena, natural del Real de Zacualpa y tuvie­
ron doce hijos: 1° á Don Juan Leonel Gómez de Cervantes Carbajal,
de quien después trataremos; 2” á Don Pedro de Cervantes que mu­
rió sin sucesión; 3? al Bachiller Don José de Cervantes, Presbítero;
4? al R. P. M. Fray Gabriel de Cervantes, Religioso de San Agus­
tín, Jubilado y Maestro por su Orden y Prior que fué de los Con­
ventos de Actopan y Santa Cruz; 5” Don Antonio de Cervantes Car­
bajal, que casó con Doña Francisca Barrientos Lomelín, tuvo dos
hij as, que fueron Doña Juana que murió sin sucesión y Doña Ma­
nuela que casó con el Señor Juan Martínez de Soria, Secretario del
Rey N. S., quienes tuvieron una hija nombrada Doña Juana Martí­
nez de Soria y Cervantes, que en este año de 777 vive casada con el
eñor Don Ignacio Negreiros, Caballero de la Orden de Santiago
MARQUESADO DE SALINAS DE RIO PISUERGA. IOI

Contador Mayor del Real Tribunal y Audiencia de Cuentas, y tie­


nen un hijo llamado Don Ignacio y dos niñas nombrados Doña Ma­
ría, ambas que viven hoy; 6- el Bachiller Don Pablo Gómez de Cer­
vantes, Presbítero; 7? el Ilustrísimo Señor Doctor Don Nicolás Car­
los Gómez de Cervantes, Catedrático Jubilado de Decreto en esta
Real Universidad y Obispo que fué de Guatemala y Guadalajara; 8°
Doña Manuela de Cervantes, que casó con el Corfeo Mayor Don
Francisco de la Barrera, hermano del Señor Obispo Barrera, no tu­
vieron sucesión; 9? Doña Mariana Gómez de Cervantes, que casó con
Andrés Merino de Arévalo, hijo de Don Francisco Merino de Aré
valo, Alcalde Mayor y Veinticuatro de Sevilla, y de Doña Isabel de
Neve y Chávez, no dejaron sucesión; 10? Doña María Rosa Gómez
de Cervantes, que casó con Don Luis de Luyano y Bermeo, Caba­
llero de la Orden de Calatrava, tuvieron por hijos: al P. Agustín; al
P. Juan de la Compañía; al P. Fr. José, Religioso Fernandino; á
Doña Mariana que casó con Don Antonio Flores, no tuvieron suce­
sión, y en este año de 777 es Priora del Convento de Santa Teresa
de la antigua fundación; á Doña Rosa de Luyando que casó con Don
José de Gorraez, Secretario de Gobierno, de quien tuvo tres hijos
que fueron: Doña Rosa, que murió sin sucesión, la R. M. Mariana,
Abadesa del. Convento de Santa Isabel y á Don José de Gorraez,
Regidor de esta N. E., Secretario de Gobierno, quien casó con Do­
ña Rosa Berrio y en este año de 777 viven dos de sus hijos que son
Don José de Gorraez, Capitán del Regimiento de Milicias, y Doña
María Ignacia Gorraez, casada con el Conde del Valle, los que tie­
nen una hija pequeña nombrada Doña María Hurtado de Mendo­
za (1). Y á Don Luis de Luyando que casó con Doña Josefa de
Aguirre, poseedora de un Mayorazgo; tuvieron por hijo á Don Luis
María de Luyando, Regidor de esta N. E. y Teniente Coronel del
Regimiento de Milicias de ella, casado con Doña Claudia Gallo, sin
sucesión; pero en su primera mujer Doña Manuela de Aguirre y
Avendaño, tuvo por hijo á Don Manuel de Luyando y Aguirre,
quien casó con Doña María Francisca Porres Baranda, y en este año
de 77 tienen un hijo pequeño que se llama Don Luis; 11? la R. M.

(1) Véase la descendencia de esta señora en el artículo sobre el Condado del Valle de
Qrizaba.
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tS'irA ^x^l.

MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

Bernardina de Cervantes, Abadesa del Convento de Santa Inés; 12-


<g> el Padre Francisco Cervantes de la Compañía de Jesús.
5. Don Juan Leonel Gómez de Cervantes, cuarto de este nombre,
bautizado en el Real y Minas de Tezicapam á 25 de Enero de 1654
años, testó en San Juan del Río á 6 de Septiembre de 1697, ante el
Teniente de aquel pueblo Don Francisco Ramírez de Prado, fué hijo
legítimo de Don Juan Leonel de Cervantes del número 4 y de Doña
Mariana Velázquez de la Cadena, casó con su prima Doña Leonor
de Rivadeneira, natural de San Salvador el Seco, de quien después’
hablaremos, tuvieron por hijos: 1? á Don Juan Leonel de Cervantes,
quinto de este nombre, bautizado en el Sagrario de Puebla el 28 de
Agosto de 1681 años; su testamento en México á 25 de Junio de
1753, ante Francisco de Rivera Butrón, Escribano #Real, casó con
Doña Francisca Gorraez, natural de'México, tuvo una hija que fué
Doña Juana de Cervantes y Gorraez, se bautizó en el Sagrario de
México á 26 de Septiembre de 1708 años, su testamento en dicha
Ciudad á 28 de Junio de 1746 ante Juan Manuel Hidalgo, Escriba­
no Real y Público, casó con el Señor Don José de Padilla y Estra­
da, Marqués que fué de Santa Fe de Guardiola, natural de México, su
testamento en esta Ciudad á 3 de Julio de 1751 años, ante Juan An­
I
tonio de Arroyo, Escribano Real, fué Caballero de la Orden de Ca-
latrava y Corregidor de México. Dicha Señora Doña Juana murió
antes que su padre, dejando dos hijos que viven este año de 777 y
fueron: 1? á Doña María de la Luz Padilla y Cervantes, que este di­
cho año de 777 vive casada con su tió Don José Leonel Gómez de
Cervantes, de quienes adelante trataremos; 2” Don José de Padilla
y Cervantes, Marqués de Guardiola, Caballero de la Orden de Car­
los III, Coronel del Regimiento de Milicias de Tlaxcala, que casó
con Doña Manuela de la Cotera, de quien le quedó una hija que vi­
%
ve hoy y se llama Doña Mariana de Padilla y Cotera (1). Por muer­
te del 5° Don Juan Leonel, se dividieron los dos Mayorazgos, que
poseía; el de Casas de México que fundó su tió el Ilustrísimo Señor
Don Jan de Cervantes, Obispo de Oaxaca, pasó á su nieto el Mar­
qués de Guardiola, y el de la Hacienda de la Llave que fundó Doña
Beatriz de Andrada, á su sobrino el expresado Don José Leonel, hi-

(1) Véase artículo sobre el Marquesado de Santa Fe de Guardiola.

í
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MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

jo de su hermano Don Fernando por estar ejecutoriado en el Real y


Supremo Consejo de Indias que es de vigorosa agnación. El 2? hijo
de Don Juan Leonel y Doña Leonor de Rivadeneira, fué Don Fer­
nando José Gómez de Cervantes de quien después trataremos; 3? Don
Miguel de Cervantes, Secretario de su tío el Ilustrísimo Señor Don
t
Nicolás, Obispo de Guatemala y Guadalajara, fué Prebendado electo
de dicha Iglesia de Guadalajara; fundó un Mayorazgo con la Hacien­
da de San Nicolás Coatepec para su hermano Don Fernando y sus
descendientes; 4? Doña Leonor Teresa Gómez de Cervantes, que casó
con Diego Barrientos, y tuvieron cuatro hijos que fueron Don Manuel
Barrientos, Arcediano de México; Don Bartolomé Barrientos, Canó­
nigo Penitenciario de la Colegiata de N. S. de Guadalupe; Doña María
Barrientos que casó con el Señor Don Tomás de Rivera y Santa Cruz,
Presidente de Guatemala, Gobernador de Puebla y Corregidor de
México, tuvieron dos hijas, religiosas en la Encarnación, nombradas
l la Madre Josefa y la Madre J aviera; á Don Nicolás, Don Tomás y
Don Andrés; á Doña Francisca y Doña Juana, doncellas; á Doña
María Loreto, casada con Don Antonio Colazo, y á.Doña Josefa,
casada con el Señor Don Francisco Galindo (1), Fiscal de S. M. en
la Real Sala del Crimen y las dos últimas tienen larga sucesión; y á
Doña Francisca Barrientos, que casó con el Mayorazgo Don José /

Villanueva, y tuvieron tres hijos que viven en este año de 777 y fue­
ron Doña Josefa Villanueva, que casó con el Regidor Don José An­
gel de Aguirre y Cuevas. La Madre María Teresa, Religiosa en el
Convento de San Juan, y Don Agustín Villanueva, que casó con
Doña García de Figueroa (2), y tienen en el día varios hijos. El 5?
hijo de dichos Don Juan y Doña Leonor Rivadeneira, fué el Señor
Doctor Don Francisco Gómez de Cervantes, Catedrático Jubilado de
Prima de Cánones en esta Real Universidad, Ordinario y Consultor
del Santo Oficio, Canónigo de esta Santa Iglesia Metropolitana, Go­
bernador de este Arzobispado, Provisor en él 18 años y Obispo elec­
to de Puerto Rico. Y el 6? la R. M. Mariana de San Miguel, Vica­
ria de la Concepción de México.
6. Don Francisco José Gómez de Cervantes, 2? hijo de Don Juan
Leonel de Cervantes Carbajal y de Doña Leonor de Rivadeneira,
(1) Véase la descendencia de este señor en la Cuarta Parte de este artículo. J
® (*2) En el original no existe el nombre de esta señora.

c ----- WB -------------------------------------------------------------------
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

f» Ti
contenidos en el párrafo anterior, se bautizó en el pueblo de San Juan 1
del Río el i? de Mayo de 1686 años, y testó en México á 13 de Ene­
ro de 1744, ante Francisco Somosa' Escribano Real, fué primer po­
seedor del Mayorazgo que fundó su hermano el Licenciado Don Mi­
guel Antonio Gómez de Cervantes, con la Hacienda nombrada de
San Nicolás Coatepec, en los llanos de Apam, casó con Doña Fran­
cisca Niño de Córdoba, bautizada en Tlaxcala á 17 de Mayo de 1707
años, y su testamento en México á 17 de Julio de 1734, ante José
Sánchez, Escribano de S. M. Esta señora fué poseedora del Mayo- 4
razgo que fundaron Francisco Hernández de la Higuera y Doña Ma­
ría González, su mujer, en el Ingenio de la Santa Trinidad en Jala­
pa, y otras fincas que constan en la fundación, y entre los papeles de
su casa están los de su nobleza y la de sus mayores; tuvieron dos hi­
jos: 1” Don José Leonel de quien después trataremos. 2" La Madre
Mariana de San Fernando, Religiosa del Convento de la Concep­
ción, quien dejó por heredero á dicho su hermano, como parece del e

testamento que otorgó en México á 16 de Octubre de 1747 años, an­


te Francisco Dionisio Rodríguez, Escribano Real y Público. A»'
7. Don José Leonel Gómez de Cervantes y la Higuera, hijo de
9
Don Fernando José Gómez de Cervantes y de Doña Ana Niño de
Córdoba y la Higuera, contenidos en el párrafo anterior, es actual
poseedor del Mayorazgo que fundó Doña Beatriz de Andrada con la
Hacienda de la Llave y otras fincas, del que fundó su tío el Licen­
ciado Don Miguel Antonio Gómez de Cervantes, con la Hacienda de
San Nicolás, sita en los llanos de Apam, y por parte materna del
que fundaron Francisco Hernández de la Higuera y Doña María
González, su mujer, con el Ingenio de la Santísima Trinidad de Ja­
lapa y otras fincas; y del que fundó el Licenciado Gaspar Ruiz de
Cabrera con la Hacienda de Santa Fe en Veracruz, en que sucedió
por muerte de su abuela materna Doña Josefa Petronila de la Hi­
guera; se bautizó en Puebla á 13 de Abril de 1727 años, hizo testa^
mentó en México á 28 de Septiembre de 1772, ante Nicolás Fran­
cisco Díaz, Escribano Real; casó con su sobrina Doña María de la
Luz Padilla y Cervantes, bautizada en México á 29 de Septiembre de
1734 años; su testamento en la misma Ciudad á 2 de Febrero de 1776
años, ante Mariano Buenaventura de Arroyo, Escribano Real; tie­
nen en este año de 777 cuatro hijos: 1? Doña María Manuela, casa-
-V
A Ir X JkXrfL
VT%'
IOÓ MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

como único varón descendiente de Leonel de Cervantes, hijo mayor


de Juan de Cervantes y de Doña Luisa de Lara, expresamente lla­
mado en la cláusula 18 de la fundación con la calidad de que en su
línea se siga vigorosamente la agnación.
r
Los hijos de Don Gonzalo Gómez de Cervantes del número 3, fs. 92
y de su mujer Doña María de Sandoval, Castilla y Altamirano, fue­
ron, como se dice á fojas 92; 1? Don Gonzalo Gómez de Cervantes,
de quien después trataremos ¡2? Don Juan Domingo de Cervantes,
que casó el año de 1683 con Doña Gertrudis Cabrera y tuvieron pór
hijos: 1? á Don Antonio de Cervantes, que murió sin sucesión, 2? á
Don Gonzalo de Cervantes, que casó con Doña Luciana Vázquez
Mellado, y tuvieron por hijo á Don Manuel de Cervantes Casaus,
que casó con Doña Nicolasa Yáñez de Vera, quienes en este año de
77 tienen por hijos á Doña Mariana, Don Manuel, Doña Joaquina,
Doña María Antonia y otros cuyos nombres no se saben. El 3er. hijo
de dichos Don Juan y Doña Gertrudis, fué Doña Teresa de Cervan­
tes, que casó con el Doctor Don Raymundo Campoy, y tuvieron tres
hijos: 1? el Bachiller Don Julián Campoy, que en este año de 77 es
Cura de Totolapam; 2? á Doña Antonia Campoy, que casó con Don
Antonio de Cuevas, y tiene cinco hijos que son: 1? Don Agustín, ca­
sado con Doña Lorenza del Valle, y tienen dos hijos; 2? D on José
Eustaquio; 3? Don Tomás de Cuevas, sin estado; 4” Doña María
Josefa de Cuevas, casada con Don Diego Chacón, que hoy tienen
dos hijos, y 5? Doña María Manuela de Cuevas, casada con Don Jo­
sé Martínez Murguía. La 3* hija de Doña Teresa y Don Raymudo
Campoy, fué Doña Juana Campoy y Cervantes, que casó con Don
Vicente de Arce y Palma, Conde de Oploca, dejó cuatro hijos que vi­
ven este año de 77 y son: 1? Don Manuel (1); 2? Don Francisco, (2);
3? Doña María Francisca, sin estado, y 4? Doña María Manuela, ca­
sada con Don Francisco Villanueva, Alférez del Regimiento de Mi­
licias, sin sucesión.
De los cuatro hijos de Doña Juana, Campoy y Cervantes y de Don
Vicente de Arce y Palma, segundo Conde del Valle de Oploca (3),
(1) Debió ser tercer Conde del Valle de Oploca y murió sin sucesión.
(2) Murió sin sucesión.
(3) Descendiendo el que esto escribe de Doña María. Francisca, quien aparece en estos
apuntes sin tomar estado el año 1777, pues casó el 25 de Febrero de 1790, me parece perti­
nente agregar todos los descendientes de esta señora hasta el 20 de Febrero de 1907.
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA. 107

el segundo (1), Don Manuel, que debió ser el tercer Conde del Valle
de Oploca, murió sin sucesión el año de 1828; el tercero Don Fran­
cisco, murió sin sucesión, y la cuarta Doña María Manuela, casó con
Don Francisco Villanueva (2).
Doña María Francisca de Arce y Campoy, primogénita de los se­
gundos Condes del Valle de Oploca, casó con el Capitán Don Tomás
del Villar y Varela (primer Diputado de Minería en Pachuca é hijo
de Don Gregorio del Villar y de Doña Andrea Varela; nieto de Don
Esteban del Villar, de Doña Ana de Pousada, de Don Sebastián de
Varela y de Doña Antonia de Martínez), y tuvieron por hija única á
Doña Josefa del Villar y Arce, cuarta Condesa, que debió ser del
Valle de Oploca, casó con el Senador y Literato Don Francisco Or­
tega y Martínez (hijo de Don José Ortega y de Doña Gertrudis Mar­
tínez Navarro; nieto del Licenciado Don Lucas de Ortega Montañés;
segundo nieto de Don Juan Francisco de Ortega Montañés y de Do­
ña Francisca Gómez; tercer nieto de Don Juan de Ortega Montañés
y de Doña Angela de Esquivel Pérez y Vargas; cuarto nieto de Don
Bernardo Ortega Montañés (hermano del Ilustrísimo Señor Don
Juan de Ortega Montañés, vigésimo Arzobispo de México, trigésimo- jé®
primer y trigésimotercer Virrey y Capitán General de la Nueva Es-
paña) oña Alfonsa de Lizón y Viesma, y quinto nieto de Don
Diego Ortega y Montañés, Presidente del Real y Supremo Consejo
de Castilla, y de Doña María Patiño); y tuvieron seis hij os:
Primero.—Licenciado Don Eulalio María Ortega, que debió ser
quinto Conde del Valle de Oploca, Presidente del Ayuntamiento de
México en 1858, Defensor del Emperador Maximiliano, Caballero
Oficial de la Orden de Guadalupe (3), Magistrado del Tribunal Su­
perior y Rector del Colegio de San Juan de Letrán, casó con Doña
Juana Pérez Gallardo y Sandoval (4); hijos:
I. Licenciado Don Fermín Ortega y Pérez Gallardo, que debió ser
sexto Conde del Valle de Oploca, murió sin sucesión.
(1) Aun cuando en las anotaciones anteriores figura como primogénito Don Manuel, fué
el segundo, nació el 17 de Marzo de 1762, la primogénita fué mi bisabuela Doña María Fran.
cisca, nació en México el 8 de Marzo de 1768.
(2) Nieto de este matrimonio fué Don Francisco Villanueva, Comisario Imperial, Regidor
“ J reces, murió sin sucesión en 1885. extinguiéndose en él esta rama.
'rafia de este señor en el artículo sobre los Condes del Valle de Oploca.
ealogía de esta señora eñ la página 31 de este artículo y en el relativo á
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

IV. Licenciado Don Rafael Ortega y Pérez Gallardo, que debía


ser el séptimo Conde del Valle de Oploca, y que ha sido Juez segun­
dó de lo Civil, Jefe de la Sección tercera del Ministerio de Hacienda,
Síndico del Ayuntamiento de esta Capital y actualmente Catedrático
de Procedimientos Civiles en la Escuela de Jurisprudencia, casó en
primeras nupcias con Doña Guadalupe Cardona (i) y en segundas
con Doña Luz Cardona, hermana de su primera esposa.
Hijos del primer matrimonio:
1. Don Eulalio María Ortega y Cardona.
2. Don Rafael Ortega y Cardona, murió en la infancia.
3. Don Rafael Ortega y Cardona.
Hijos del segundo matrimonio:
4. Doña Carlota Ortega y Cardona.
5. Doña Juana Ortega y Cardona, murió en la infancia.

VI. Don Ricardo Ortega y Pérez Gallardo, Contador de Primera


Clase de la Contaduría Mayor de Hacienda, Miembro de la Socie­
dad de Geografía y Estadística y de la de Antonio Alzate, Socio Ho­
norario del Consejo Heráldico de París y Arcade de Roma, casado
con Doña Carmen Roa y Alcalde (2), que debía ser quinta Marque­
sa de Herrera; hijos:
1. Don Diego María Ortega y Roa, y
2. Doña Susana Ortega y Roa.
Segundo.—Doctor Don Francisco Ortega del Villar, Director de
la Escuela Nacional de Medicina y Caballero de la Orden de Guada­
lupe, casó con Doña Mercedes Fonseca (3); hijos:

(1) Hija del Ingeniero Don Juan Cardona y de Doña Carlota Morales, nieta del General
Don Gerónimo Cardona (Caballero de Guadalupe) y de Doña Guadalupe dé la Barrera.
(2) Véase la genealogía de esta señora en el artículo sobre los Marqueses de Herrera y en
MARQUESADO DE SALINAS DE RIO PISUERGA.

I. Doctor Don Francisco Ortega y Fonseca, casado con Doña


Elena Fuentes (i); hijo:
1. Don Francisco Ortega y Fuentes, y
2. Don José Ignacio Ortega y Fuentes, murió en la infancia.
II. Licenciado Don José Ortega y Fonseca, casado con Doña Cla­
ra Uhink; hijos:
1. Doña María de Lourdes Ortega y Uhink.
2. Doña Guadalupe Ortega y Uhink.
3. Don José Ortega y Uhink.
4. Don Luis Ortega y Uhink, y
5. Doña Clara Ortega y Uhink.
III. Doctor Don Cristóbal Ortega y Fonseca, murió sin sucesión.
IV. Don Miguel Ortega y Fonseca, casado con Doña Ana Lar-
sen; hij os:
1. Don Cristián Ortega y Larsen, y
2. Doña Merced Ortega y Larsen.
V. Don Paulino Ortega y Fonseca, soltero
VI. Doña Mercedes Ortega y Fonseca, sin tomar estado.
VIL Doña María Ortega y Fonseca, sin tomar estado.
VIII. Doña Carmen Ortega y Fonseca, sin tomar estado.
Tercero.—Doctor Don Aniceto Ortega del Villar, Presidente del
Consejo Superior de Salubridad y Director del Hospital de Mater­
nidad, casó con Doña Loreto Espinosa y Cervantes (2); hijos:
I. Doña Enriqueta Ortega y Espinosa, sin tomar estado.
II. Licenciado Don Manuel Ortega y Espinosa, Abogado Consul­
tor de la Secretaría de Fomento, viudo de Doña Beatriz Hay; hijos:
1. Doña Beatriz Marta Ortega y Hay.
2. Don Guillermo Ortega y Hay.
3. Don Manuel Ortega y Hay, y
4. Doña Rosa Ortega y Hay.
III. Ingeniero Don José Ortega y Espinosa, casado con Doña
Concepción Escudero y Pérez Gallardo.
IV. Don Jacobo Ortega y Espinosa, murió en la infancia.

(1) Hija del Licenciado Don Ignacio Fuentes y de Doña Elena Díaz Covarrubias; nieta
por la parte materna del inspirado poeta Don José de Jesús Díaz.
(2) Véase artículos sobre los Marquesas de Santa Fe de Guardiola y de Salvatierra, Con-
.-des de Santiago, eto., etc.
e- ■■ ——----------
.Vn».

o MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

V. Doña Guadalupe Ortega y Espinosa, que falleció; contrajo ma­


trimonio con Don Francisco Gámez y Buch (i); hijos: «a
1. Don Francisco Gámez y Ortega.
2. Don Angel Gámez y Ortega, y
3. Doña Guadalupe Gámez y Ortega.
VI. Don Francisco Ortega y Espinosa, casado con Doña Matilde
Casanova; hijos:
1. Doña Matilde Ortega y Casanova, murió en la infancia. 4
2. Doña Catalina Ortega y Casanova, murió en la infancia.
3 Don Aniceto’Ortega y Casanova.
4. Doña Margarita Ortega y Casanova.
5- Don Eduardo Ortega y Casanova.
6. Don Francisco Ortega y Casanova, y
I Doña María Luisa Ortega y Casanova.
VIL Doña Carmen Ortega y Espinosa, casada con Don Francis­
co Gámez y Buch (viudo de Doña Guadalupe); hijos: c

1. Don Manuel Gámez y Ortega.


2. Don José Ignacio Gámez y Ortega, y
9
3. Doña Dolores Gámez y Ortega.
VIII. Doña Loreto Ortega y Espinosa, que contrajo matrimonio
con el Licenciado Don Manuel Escalante, Secretario del Consejo de
Gobierno; hijos:
1
1. Doña Josefina Escalante y Ortega.
2. Don Manuel Escalante y Ortega.
3 D ona Julia Escalante y Ortega.
4. Don Daniel Escalante y Ortega.
■n

5- Doña Eugenia Escalante y Ortega, y


6. Doña Sofía Escalante y Ortega.
IX. Doctor Don Aniceto Ortega y Espinosa, casó con su prima
Doña Paz Espinosa y Cuevas; hijos:
1. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
//
2. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
3- Doña Paz Ortega y Espinosa, y
4- Don Aniceto Ortega y Espinosa.
X. Ingeniero Don Vicente Ortega y Espinosa, soltero.

(1) Véase artículo sobre Ducado de Prim.


MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

XI. Dona Dolores Ortega y Espinosa, sin tomar estado, y


XII. Doña María Ortega y Espinosa, sin tomar estado.
Cuarto.—Licenciado Don Crescencio Ortega del Villar, murió sin
sucesión.
Quinto. — Doña Isidora Ortega del Villar, casó con el Doctor
Don Rafael Lucio, Subdirector de la Escuela Nacional de Medicina,
Caballero de la Orden de Guadalupe; hijos:
I. Doctor Don Lázaro Lucio y Ortega, murió sin sucesión.
II. Farmacéutico Don Víctor Lucio y Ortega, viudo de Doña
Guadalupe Herrera, con sucesión.
III. Doña Ramona Lucio y Ortega, casó con el Doctor Don Ele-
no Cervantes; hijos:
1. Don Juan Cervantes y Lucio.
2. Doña María Cervantes y Lucio.
3. Don Fausto Cervantes y Lucio, y
4 Doña Raquel Cervantes y Lucio.
IV. Doña Eulalia Lucio y Ortega, casó con Don Agustín Her-
nández, murió sin sucesión. >
Qf V. Don Martín Lucio y Ortega, casado con Doña María Torres,
yfc sin sucesión. 1
VI. Luciano Lucio y Ortega, murió sin sucesión.
VII. Don Vicente Lucio y Ortega, murió sin sucesión.
VIII. Doña María Lucio y Ortega, casada con Don Agustín Her­
nández (viudo de su hermana Eulalia); hijos:
1. Doña María Concepción Hernández y Lucio, y
2. Doña Eulalia Hernández y Lucio.
IX. Don Manuel Lucio y Ortega, murió sin sucesión.
X. Don Alberto Lucio y Ortega, murió sin sucesión.
Sexto.—Doctor Don Lázaro Ortega y Villar, murió sin sucesión.
La cuarta hija de dichos (1) Don Juan Domingo y Doña Gertru­
dis Cabrera, fué Doña Gertrudis de Cervantes Cabrera, que casó con
el Alférez Don Esteban Durán, quienes tuvieron por hijos á Doña
Isabel, Doña Gertrudis, al Bachiller Don Domingo, Presbítero del
Obispado de Puebla, y á Don Cristóbal Durán y Cervantes, sin suce-
C,A" 5 Doña Bárbara Durán y Cervantes, que casó con Don José

® (1) Continúan las anotaciones Méndez Silva.

Wpf
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

celias. El 3er. hijo de Doña Sebastiana Osorio de Cervantes y Don


Fernando de Rivadeneira, fué Don Miguel de Rivadeneira, que casó
con Doña Polonia (1), tuvieron por hija á Doña Ana de Rivadeneira,
que casó con Don Ignacio de Córdoba, y tuvieron tres hijas: i- Do­
ña Josefa, que casó con Don Andrés de Puertas, no dejaron sucesión;
la 2* fué la Madre Agustina, Religiosa en el Convento de Santa Inés,
y 3* Doña Manuela de Córdoba. El 4? hijo de dichos Doña Sebas­
tiana y Don Fernando, fué Doña Antonia de Rivadeneira, que mu­
rió sin sucesión. Don Gonzalo Gómez de Cervantes, hijo de Don
Gonzalo Gómez de Cervantes y de Doña María Sandoval, de quien
arriba prometimos tratar, casó con Doña Isabel Vázquez y tuvieron
por hija única á Doña María Rosa Cervantes Vázquez, que sucedió
en el Mayorazgo de su padre, casó con Don Diego Velázquez de la
Cadena, Caballero de la Orden de Santiago, y tuvieron dos hijos: 1?
á Don Juan Isidro que casó con Doña Ana de Atienzo, y dejo por
hij os: 1? á Don Juan; 2? á Doña María y 3° á Don Diego que viven
este año de 777. El 2? hijo de dichos Don Diego y Doña Rosa, fué
Don Ignacio Velázquez de la Cadena, que casó con Doña María So-
mosa y Calderón, quienes tuvieron cinco hijos que son: Don Igna­
cio, Teniente del Regimiento de Dragones; el Bachiller Don José,
Presbítero; Don Rafael, Depositario del Monte Pío; Don Pedro y kf

Don Francisco, todos sin estado. Doña Antonia, Doña María y Do­
ña Josefa Velázquez de la Cadena, hijas de Don Diego y Doña Ro­
sa, murieron sin sucesión.
8. Don Ignacio María Leonel Gómez de Cervantes y la Higuera,
hijo de José Leonel del número 7, y de Doña María de la Luz Pa­
dilla y Cervantes, se bautizó en el Sagrario de México á 11 de Ene­
ro de 1762, casó con Doña Ana María de Velasco y Ovando, su pri­
ma por ambas líneas, bautizada en el Sagrario de México á 29 de
Julio de 1776, y cuya descendencia forma la Tercera Parte de este
artículo.

(1) En el original no existe el apellido de eBta señora.


--------------------------- --------------------------------------------
'/tV
MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

DECIMA PARTE.
parentesco de los virreyes velasco
CON LOS CONDESTABLES DE CASTILLA Y DUQUES DE FRIAS, ETC.

Los historiadores de México cometen un error al asentar que los


Virreyes Velasco descendían de los Condestables de Castilla, pues
como se ve por los siguientes apuntes, el primer Virrey Velasco era
nieto de un hermano del primer Conde de Haro é hijo de un primo
hermano del primer Condestable de Castilla, y él primo segundo del
primer Duque de Frías.
Don Pedro Fernández de Velasco, Rico-home y Señor de Bri-
biesca y Medina del Pomar, tuvo entre otros hijos á Don Juan de
Velasco, Señor de Bribiesca y de Medina del Pomar, casó con Doña £

María de Solier, Señora de Villalpando, Siruela, Gandul y Marche-


nilla, y tuvieron entre otros, dos hijos: Don Pedro y Don Fernando
ó Hernando de Velasco.
Don Pedro Fernández de Velasco, Camarero Mayor de Donjuán
II, quien en 1429 le dió las Villas de Haro, Belrado, Frías, etc., y en
1430 lo creó primer Conde de Haro, casó con Doña Beatriz Manri­
que, y tuvieron entre otros á Don Francisco de Velasco, segundo
Conde de Haro, y creado en 1472 Condestable de Castilla, casó con
Doña María de Mendoza, y tuvieron por hijo á Don Bernardino de
Velasco, tercer Conde de Haro, segundo Condestable de Castilla y
creado en 1492 Duque de Frías. Sigue la línea española de los Du­
ques de Frías.
Don Hernando ó Fernando de Velasco (hermano de Don Pedro,
primer Conde de Haro) fué Señor de Siruela, casó con Doña Leonor
Lazo Carrillo, Señora de Cervera (hija de Don Alvaro Carrillo,' Se­
ñor de Ocentejo y Cañamares, Alcalde Mayor de los Hijos-dalgo,
Mayordomo Mayor de la Infanta Catarina, etc., etc., y de Doña Te­
resa de la Vega), y tuvieron por hijos, entre otros, á Don Juan de
Velasco, primer Conde de Siruela (1) y á Don Pedro de Velasco, ca- <s

(1) De este señor desciende el actual Duque de Alva.


MARQUESADO DE SALINAS DE RÍO PISUERGA.

só con Doña Isabel Manrique (hija de Don Juan Fernández Manri­


9
que, segundo Conde de Castañeda), y tuvieron por hijo á Don An­
tonio de Velasco, casó con Doña Ana de Alarcón, Señora de Salinas,
y tuvieron por hijo á Don Luis de Velasco, el segundo Virrey de
Nueva España.

-------------------------- ------------------------------- »
¿r /

. *1 SECUNDO MAFtOL«<IS fc t LA VILLA ©* L tfúXAl*



L |T . L a EuROPEa

ARMAS DEL SEGUNDO MARQUÉS DE LA VILLA DEL VILLAR


Y

DEL AGUILA.
T »P.
2 MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA.

queses, Condes, Ricos-hombres, Priores de las Ordenes, Comenda­


dores y Subcomendadores, Alcaides de los Castillos y Casas fuertes
y llanas, y á los de mi Consejo, Presidentes y Oidores de las mis
Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de la mi Casa y Corte y Cancilleres,
y á todos los Corregidores, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes, Al­
guaciles, Merinos, Prebostes y otros cualesquier mis Jueces y Justi­
cias y personas de cualquier estado, condición, preeminencia ó digni­
dad, que sean mis vasallos, súbditos y naturales, así á los que ahora,
son como á los que adelante fueren, y á cada uno y cualquiera de
ellos, que os llamen é intitulen Marqués de la Villa del Villar del
Aguila, y os guarden y hagan guardar todas las honras, gracias,
mercedes, franquicias, libertades, exenciones, preeminencias y cere­
monias que por razón del título debeis haber y gozar conforme á lo
que sobre ello está resuelto, y declaro que de esta merced habéis pa­
gado el derecho de la Media-anata. Dado en Madrid, á seis de Julio

una rúbrica.—Yo Antonio Zuyoide y Aponte, Secretario del Rey


Nuestro Señor, lo hice escribir por su mandado—Hay una rúbrica.
—Marqués de Oropesa.—Hay una rúbrica.—Juan Arcegarllo Bue­
no.—Hay una rúbrica.—Licenciado Don Luis de Salcedo y Arbizu.
—Hay una rúbrica.—Título de Marqués de la Villa del Villar del
Águila á Don Juan de Urrutia Retes.

SEGUNDA PARTE.
GENEALOGIA DE LOS MARQUESES.

Don Gerónimo de Urrutia (falleció el 8 de Agosto de 1690), Al­


guacil Mayor del S. O., casó con Doña María de Retís, y tuvieron
por hijo al
\er. Marqués, Don Juan Urrutia y Retís, murió sin sucesión y he­
redó el título su sobrino el
2? Marqués, Don Juan Urrutia y Arana, Caballero de Calatrava y^
MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL AGUILA. 3
Alcántara, casó con Doña Josefa Paula Guerrero Dávila y Fernán­
dez del Corral, y murió sin sucesión, heredando el título su sobrino el
3er. Marqués, Don Sebastián Jáuregui y Urrutia (i), casó con
Doña María Gerónima López de Peralta Pujada y Cervantes, murió
sin sucesión en Abril de 1725, y heredó el título su hermano el
4? Marqués, Don Juan Antonio de Jáuregui (2), tuvo por hijo (3)
al que debió ser el
Marqués, Coronel Don Juan José Fernández de Jáuregui, tuvo
por hijo (4) al que debió ser el
6® Marqués, Don Timoteo Fernández de Jáuregui (falleció el 5 de
Junio de 1884), casó en primeras nupcias con Doña Dolores Septién,
y tuvo por hijo al que debió ser el
7® Marqués, Don José Fernández de Jáuregui y Septién, casado
con Doña Concepción Barbosa; hijos:
I. Doña Ana María Fernández de Jáuregui y Barbosa.
II. Doña Trinidad Fernández de Jáuregui y Barbosa.
III. Don José Fernández de Jáuregui y Barbosa.
IV. Doña Guadalupe Fernández de Jáuregui y Barbosa.
V. Don David Fernández de Jáuregui y Barbosa.
VI. Doña Concepción Fernández de Jáuregui y Barbosa, murió
sin sucesión.
VII. Doña Dolores Fernández de Jáuregui y Barbosa.
VIII. Doña Carmen Fernández de Jáuregui y Barbosa.
IX. Don Salvador Fernández de Jáuregui y Barbosa, y
X. Doña Loreto Fernández de Jáuregui y Barbosa.

(1) Hijo de Don Sebastián Fernández de Jáuregui y de Doña María Urrutia y Ataña,
hermana del 29 Marqués.
(2) A sus expensas se construyó el Beaterío de Carmelitas de Querétaro.
(3) No sé quién fué la 49 Marquesa.
S) (4) No sé quién fué la que debía haber sido la 59 Marquesa.
TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DEE SEXTO MARQUÉS.

Don Timoteo Fernández de Jáuregui, sexto Marqués, casó en pri­


meras nupcias con Doña Dolores Septién, en segundas con Doña
Jesús Contreras, y en terceras con Doña Guadalupe Orozco.
Hijos del primer matrimonio:
Primero.—Doña Catalina Fernández de Jáuregui y Septién, casó
con el Señor Senador Don Bernabé Loyola; hijos:
I. Don Carlos Loyola y Fernández de Jáuregui, casado con Do­
ña Dolores Pérez Bolde.
II. Don José Loyola y Fernández de Jáuregui, casado con Doña
Angela Rivero; hijos:
1. Doña Consuelo Loyola y Rivero, y
2. Doña María del Carmen Loyola y Rivero.
III. Don Pedro Loyola y Fernández de Jáuregui.
IV. Don Alvaro Loyola y Fernández de Jáuregui.
V. Don Fernando Loyola y Fernández de Jáuregui, y
VI. Doña Luisa Loyola y Fernández de Jáuregui, viuda de Don
Pedro F. Campos; hijos:
1. Don Carlos Campos y Loyola.
2. Doña Luisa Campos y Loyola.
3. .Don José Campos y Loyola.
4. Don Roque Jacinto Campos y Loyola.
5. Don Benito Julio Campos y Loyola.
6. Don Manuel Campos y Loyola, y
7. Don Gonzalo Campos y Loyola.
Segundo.—Don José Fernández de Jáuregui y Septién,
Marqués, casado con Doña Concepción Barbosa; hijos:
I. Doña Ana María Fernández de Jáuregui y Barbosa.
II. Doña Trinidad Fernández de Jáuregui y Barbosa.
III. Don José Fernández de Jáuregui y Barbosa.
IV. Doña Guadalupe Fernández de Jáuregui y Barbosa.
V. Don David Fernández de Jáuregui y Borbosa.
MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA.

VI. Doña Concepción Fernández de Jáuregui y Barbosa,


sin sucesión.
VIL Doña Dolores Fernández de Jáuregui y Barbosa.
VIII. Doña Carmen Fernández de Jáuregui y Barbosa.
IX. Don Salvador Fernández de Jáuregui y Barbosa, y
X. Doña Loreto Fernández de Jáuregui y Barbosa.
Tercero—Don Isidoro Fernández de Jáuregui y Sjptién, casado
con Doña Isabel (i). Vive en la casa de la Verónica núm. 5 en Que-
rétaro, que era la casa Solariega del Marqués; hijos:
I. Don Alfonso Fernández de Jáuregui, y
II. Don Antonio Fernández de Jáuregui.
Cuarto.—Doña Fabiana Fernández de Jáu.egui y Septién, casó
con Don Francisco Contreras; hijos:
I. Ingeniero Don Francisco Contreras y Fernández de Jáuregui,
casado con Doña Francisca Linares; hijos:
1. Don Alfonso Contreras y Linares.
2. Doña Virginia Contreras y Linares.
3. Don Leopoldo Contreras y Linares.
4. Doña María Contreras y Linares.
5. Don Luis Contreras y Linares.
6. Doña Luz Contreras y Linares, y
7. Don Francisco José Contreras y Linares.
II. Don Roberto Contreras y Fernández de Jáuregui, viudo de
Doña Elena Fuentes; hija:
1. Doña Carmen Contreras y Fuentes.
III. Doña María Contreras y Fernández de Jáuregui, murió en la
infancia
IV. Don Raúl Contreras y Fernández de Jáuregui, y
V. Don Leopoldo Contreras y Fernández de Jáuregui, murió en
la infancia.
Quinto.—Doña Dolores Fernández de Jáuregui y Septién, casada
con Don Bernabé Loyola, viudo de su hermana Doña Catalina; hijos:
I. Doña Catalina Loyola y Fernández de Jáuregui.
II. Don Rosendo Loyola y Fernández de Jáuregui, murió en la
o'

MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA.

III. Doña María Loyola y Fernández de Jáurégui.


IV. Doña Guadalupe Loyola y Fernández de Jáurégui.
V. Don Enrique Loyola y Fernández de Jáurégui.
VI. Don Federico Loyola y Fernández de Jáurégui.
VII. Don Arturo Loyola y Fernández de Jáurégui.
VIII. Doña Dolores Loyola y Fernández de Jáurégui.
IX. Doña Herlinda Loyola y Fernández de Jáurégui.
X. Don Jorge Loyola y Fernández de Jáurégui. ¿
XI. Doña Esperanza Loyola y Fernández de Jáurégui.
XII. Doña Carolina Loyola y Fernández de Jáurégui, y
XIII. Doña Sara Loyola y Fernández de Jáurégui.
Hijos del segundo matrimonio:
Sexto.—Doña Sofía Fernández de Jáurégui y Contreras, casada
con Don Manuel Campos; hijos:
I. Don Manuel Campos y Fernández de Jáurégui, murió en la in- p
fancia. $
II. Don Carlos Campos y Fernández de Jáurégui. fe
III. Don Miguel Campos y Fernández de Jáurégui.
IV. Don Luis Campos y Fernández de Jáurégui.
V. Don José Campos y Fernández de Jáurégui. Í
VI. Don Manuel Campos y Fernández de Jáurégui.
VII. Don Fernando Campos y Fernández de Jáurégui, y
VIII. Doña Mercedes Campos y Fernández de Jáurégui.
Séptimo.—Doña Elena Fernández de Jáurégui y Contreras.
Octavo.—Don Carlos Fernández de Jáurégui y Contreras, casado
con Doña Amalia Feliu; hijos:
I. Don José Fernández de Jáurégui y Feliu.
II. Doña Soledad Fernández de Jáurégui y Feliu, y
III. Don Francisco Fernández de Jáurégui y Feliu.
Hija del tercer matrimonio:
Noveno.—Doña Guadalupe Fernández de Jáurégui y Orozco, mu­
rió en la infancia.

La esposa del Señor Doctor Don Eduardo Licéaga pertenece á <


nÁ esta familia.
El segundo Conde de Samaniego del Castillo era hijo del primer «¿fe
MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA. 7 ~

Conde y de Doña Catarina de la Canal y Fernández de Jáuregui,


que también pertenecía á esta familia.

CUARTA PARTE.
BIOGRAFIA DEL SEGUNDO MARQUÉS (1).

Don Juan Urrutia y Arana, nació en el Valle de Llanteno (Espa­


ña), en la Villa de Arceniega, Provincia de Alava, el día 30 de No­
viembre de 1670, según consta en su fe de bautismo.
Sus padres fueron el Señor Don Domingo Urrutia y Retís (her­
mano del primer Marqués) y Doña Antonia de Arana.
Fué bautizado por el P. D. Luis Antonio de Lasarte en el San­
tuario de Nuestra Señora de la Encina, extramuros de la Villa de
Arceniega, siendo sus padrinos el Señor Don Antonio de Lujatea y
Doña Jacinta de Largacha.
Sus piadosos padres lo educaron piadosamente, instruyéndolo en
todo lo concerniente á nuesta santa religión; y aun cuando los escri­
tores no hablan de su niñez y juventud, muy probable es que no ha­
ya desdecido del buen nombre de catolicidad que sus cristianos pa­
dres le legaron.
Fué casado con la queretana Doña Josefa Paula Guerrero Dávila
Fernández del Corral.
Heredó de su tío el Señor Don Juan Urrutia Retís el Marquesa­
do y Señorío, fundando este Señor el Mayorazgo.
Desgraciadamente carezco de datos para formar su biografía com­
pleta, y sólo me limitaré á detallar las obras fruto de su ardiente ca­
ridad para con toda clase de personas.
En primer lugar citaré el grande acueducto de esta ciudad, el cual
fué ideado y ejecutado por él personalmente y para el cual dió de su

(I) Página 188 y siguientes de las “Leyendas y Tradiciones Queretanas,” por Don Va-
ntín F. Fríps. $
-------------------------------- :------------------------------- —------------------------------------- <»

MARQUESADO DE LA VILLA DHL VILLAR DEL ÁGUILA.

propio caudal la cantidad de $ 88,287.00, sin contar muchos picos


ir
sueltos de los cuales no hizo mención.
Careciendo la ciudad de un vado seguro en tiempo de lluvias para
atravesar el río y comunicarse con la otra banda (la cual podríamos
llamar apéndice de la ciudad), fabricó de su propio peculio un elegan­
te puente de cantería llamado el puente grande, que aún existe.
En la huerta del Convento de Santa Cruz fabricó á sus expensas
un grande estanque para beneficio de la comunidad, el cual también,,
se conserva (1).
Dió $ 200.00 para la introducción del agua al Convento de los PP.
Carmelitas.
Salió personalmente con el prior de Santo Domingo á colectar li­
mosnas en las tiendas y plazas para la introducción del agua al mis­
mo Convento.
En el de Capuchinos hizo á sus expensas fuentes y un estanque
i que todavía existe (2).
Cuantos vecinos deseaban meter el agua á sus casas lo solicitaban,
encargándose el Señor Marqués personalmente de la ejecución, ha­
ciéndose los gastos de su cuenta. Terminada la obra el beneficiado
pagaba al Señor Marqués los gastos al contado ó plazo; pues á todo
V
se avenía este benefactor, porque sólo trataba de hacer el bien.
A su muerte dejó los legados siguientes que tomamos de su tes­
tamento:
Regaló $ 2,000.00 á Don Cristóbal de Aldama, de Madrid, por lo
bien que le sirvió siempre en todos sus encargos.
Ordenó á sus albaceas mandasen decir 500 misas con limosna or­
dinaria por las almas de los caballeros difuntos de la orden de Alcán­
tara y Calatrava.
Fuñdó varias obras pías en la Iglesia de San Diego de México y
otra en San Antonio de las Huertas, extramuros de la misma ciudad.

(1) Sólo por beneficiar á este convento hizo Ja arquería; pues para introducir el agua al
Convento de Capuchinas, que fué su primer y principal objeto, no eran necesarios los arcos,
" porque podía tomar por el lado N. de la Ciudad, sin necesidad de darle la elevación que por
beneficiar este convento se le dió.
(2) No obstante que la bondad del limo. Sr. D. Rafael S. Camacho puso á nuestra dispo­
sición los restos del archivo de este convento, habiéndolo casi concluido de revisar, no he­
mos encontrado datos satisfactorios sobre el asunto relativo á introducción del agua á este
Convento.

a
-------------------------------------------------------------------------- -----------------------------------

MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA.

Dejó $ 2,000.00 en favor de su hermana Doña Ana María.


Dejó otros $ 2,000.00 en favor de sus sobrinas y sobrinos.
Dejó $ 1,00000 fincados para el culto de Nuestra Señora
Blanca, que se venera en su Santuario del Valle de Llanteno, lugar
de su nacimiento, y otros $ 1,000.00 para el culto de Nuestra Señora
de la Encina en cuyo Santuario se bautizó.
Dejó $ 1,500 00 fincados para que cada año, el día 4 de Octubre, se
celebrase la función del Seráfico P. San Francisco en el templo de
San José de Gracia de México (1).
Dejó $4 ,000,00 en favor de su sobrino el General Don José An­
tonio Fernández de Jáuregui, ó más bien dicho, en favor de la hija
de este señor, ahijada del Señor Marqués.
Dejó $ 3,000.00 al P. D. Cayetano de Urrutia, de este Arzobispa­
do de México, sin más gravamen que pidiese á Dios por él cada vez
que se acordase y especialmente á la hora de la misa.
Dejó tres legados de $ 5>oo° 00 cada uno para sus tres hijas expó­
sitas, Rita, Micaela y Ana Gertrudis de Urrutia y Guerrero, para el
caso que fueran religiosas, y $3,000.00 si fueren casadas
Dejó otros legados de $ 2,000.00 para Doña María Josefa, niña del
Convento de San Bernardo, para ayuda de gastos, en caso que fue­
ra religiosa; y de no serlo, se le dieran sólo $ 1,000 000.
Dejó otro legado de $500 00 para Doña María Francisca Núñez.
Dejó otro legado de $ 4,000 00 para Don Francisco Manuel de
Aldama, su dependiente, siempre que siguiera portándose con hon­
radez.
Dejó otro legado de $4,000.00 al Señor Don José Antonio de Le­
garía, en gratitud de haberle servido por veinte años en los negocios
que se le ofrecían.
Dejó otro legado de $500.00 á María Nicolasa de Heredia, hija
legítima de Don José Heredia, Administrador de los Molinos que
tenía en San Agustín de las Cuevas, para que se hicieran los gastos
en su entrada de religiosa al Convento de Capuchinas de esta ciudad
ó de México.

(1) En el citado archivo encontramos que Ja octava del Seráfico Padre, con misas canta­ €
das, que se celebraba en este Convento de San José de Gracia, de religiosas pobres capuchi­
nas, se hacía á sus expensas y por el descanso de su alma, para lo cual fundó un capital de
CuyoB réditos se hacía este gasto.
PARTE.

€1 :......*
(f

IO MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA.

Dejó $300.00 á Doña Josefa Macareña en caso que tomase estado.


Mandó se le diesen á Doña Juana Guerrero $ 200.00 para sus ne­
cesidades.
Ordenó se le diesen á Doña María Josefa Gertrudis Enríquez de
Fonseca, ahijada de la Señora Marquesa, $300.00 para sus nece­
sidades.
Por no ser más difuso, paso desapercibidos otros legados más ó
menos minuciosos, así como otros hechos, fruto de su abnegación,
que hizo durante su vida.
Después de una vida laboriosa y ejemplar murió este grande hom­
bre en México en la calle de San Felipe Ncri, el día 29 de Agosto
de 1743, habiendo recibido los Santos Sacramentos y hecho el tes­
tamento, del cual he venido haciendo mención, á la,, edad de setenta
y dos años nueve meses, según consta de la partida de entierro.
Su cuerpo estuvo depositado en la iglesia de Santo Domingo, don­
de recibió sepultura, según la partida citada (1).
En 1744 celebró esta ciudad unas solemnes honras fúnebres á su
%
memoria en el templo grande de San Francisco. Después de éstas
ya no sé que se hayan vuelto á celebrar otras, hasta el año de 1886,
el 26 de Agosto, que el Ilustrísimo Señor Obispo Doctor Don Ra­
fael Sabás Camacho, llevado de su gratitud hacia tan insigne bene­
factor, y á nombre de esta Diócesis, hizo otras solemnes honras en la
catedral de esta ciudad, y desde esa fecha anualmente se siguen ha­
ciendo de igual manera, en sufragio de su alma, por disposición del
mismo Ilustrísimo Señor.
La Sociedad queretana Científico Literaria celebró en 1875 una ve­
lada en honra del Señor Marqués en la casa del Señor Don José M.
Romero, fundador de aquella Sociedad.
También á nuestro Ilustrísimo Señor Obispo debemos muchos da­
tos esclarecidos, de los que llevo mencionados, en relación del Señor
Marqués, y que debido á sus sentimientos gratos y ardiente celo por

(1) Parece probable que esté enterrado su cuerpo en la iglesia de San Diego y no en San­
to Domingo, porque así lo recomendó él en su testamento, y porque todas sus afecciones y
legados fueron al Convento de San Diego y no al de Santo Domingo.
Esta opinión parece fundada, y se cree por los que así opinan, que al pasar la partida de
la original á la copia se tradujo mal la obreviatura que del nombre de esta iglesia trae el ori­
ginal; pues en ésta tal vez se lea: S. Dg?, S. D? ó San Diego, y se tradujo Santo Domingo en
vez de San Diego, que parece ser lo probable.

— /'W f

•>
MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA.

enaltecer dignamente las virtudes de este insigne varón, no sin algu­


nos tropiezos ha logrado sacar del polvo del olvido, procurando in­
fundir con sus escritos y ejemplo en sus diocesanos la debida grati­
tud y respeto al primero de nuestros bienhechores, y cuya obra lo
enaltece sobremanera.
El famoso acueducto, fruto de la abnegación del Marqués de la Vi­
lla del Villar del Águila, se comenzó en la alberca, sita en las afueras
del pueblo de la Cañada, á distancia de 8 kilómetros de esta ciudad,
el día 26 de Diciembre de 1726, y se concluyó en la caja del agua que
está en el muro del Convento del Colegio Apostólico de la Santa
I
Cruz el 15 de Octubre de 1735.
Fr. Francisco Navarrete en su Memoria sobre las fiestas de la in­
troducción del agua á esta ciudad, dice que el costo total del acue­
ducto asciende á $ 124,791.00 y en la inscripción existente en la caja
repartidora citada se dice que fué de $ 112,782 00 (1).
El P. Zelaá en su obra “Glorias de Querétaro,” dice que el costo ¿
total de la obra fué de $ 122,491 00.
El muro que circunda la alberca mide 167 metros 20 centímetros
y 2.50 de altura.
En este recinto hay dos depósitos de agua, de los que el mayor
tiene 4.20 de profundidad y el menor 5.50 metros.
Tiene dos entradas y una compuerta con sus llaves, por la que se
hace el desagüe cada vez que se limpia la alberca.
. El caño de cal y canto que conduce el agua de la alberca á esta
ciudad, tiene siete alcantarillas y mide hasta la caja donde comienzan
los arcos, 4 kilómetros 932.40 metros de longitud, de los cuales 4 ki­
lómetros 180 metros están bajo tierra.
Al hacerse la limpia de la alberca, dura para llenarse y llegar á la
ciudad 24 horas.
La arquería consta de 72 arcos, cuyos pilares tienen en sus cimien-

(1) De los estudios hec hos últimamente, tomados de los instrumentos relativos de aque­
lla época, se viene en que la obra sacó de costo lo siguiente:
Dió el Señor Marqués.................................................................................... $ 88,287.00
El vecindario........ .................................. ..................... 24,104.00
Una donación según el P. Navarrete ........................................................ 2,300.00
Un bienhechor de la Cruz..................................................
........................................ H 3,000.00
Ventas de agua á conventos y vecinos...................................................... , 12,000.00

Total 8 130,091.00

r
—W~—--------- w
MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA.

tos 2006 metros en cuadro y 17.70 de profundidad. Estos son de


piedra de sillería, distantes unos de otros 15.04 metros con 13.17 me­
tros en cuadro y 22.57 de altura; y desde ellos rompen los arcos con
5.85 de curvatura, así es que se elevan sobre el suelo 2842 metros.
La cantidad que produce la alberca, según Zelaá, son doce surcos;
pero la que entra á la ciudad no son más que cinco surcos, ó sean
4,000 pajas, las cuales se distribuyen en toda la ciudad en las fuen­
tes públicas que pasan de treinta, en los conventos, hoteles y casas
particulares (1)
Las tres fuentes públicas que, según el citado P. Navarrete, con­
temporáneo de la época, se estrenaron cuando la introducción del
agua á esta ciudad, fueron: la de la Plaza de la Cruz, la que existía
frente á la alcantarilla del portal quemado, en la Plaza’de Armas, has­
ta 1843 que se hizo la actual del’centro, y la otra en la plaza llamada
entonces del recreo, hoy parte del Jardín Zenea.
3 Sobre la fuente que existió en la Plaza de Armas trae el P. Nava-
rrete una anécdota que corre como verídica, y es que algún vecino
al comenzar la obra del acueducto, juzgándola obra de romanos, ofre­
ció hacer las dos primeras fuentes donde cayese el agua, de plata,
porque juzgó imposible la realización de obra tan colosal.
La obra se concluyó, y cumpliendo éste su promesa, se hicieron
las dos fuentes, aunque de cobre, porque entonces, como ahora, tuvie­
ron por seguro que la plata pronto desaparecería por la codicia (2).
Del metal de la fuente de la Plaza de Armas, cuando se destruyó,
se hizo una estatua del Señor Marqués, y la otra fuente, que fué la
de la Cruz, aún existe, siendo de cobre, como cuenta la tradición del
P. Navarrete (3).
Réstame sólo hablar de los monumentos que la gratitud ha eleva­
do al inmortal Señor Marqués en esta ciudad, los cuales nada son en
comparación del monumento inmarcesible de la Gloria, en donde es-

(1) Los Ingenieros Isla y Alcocer hicieron en 1886 un estudio sobre el reparto de aguas, el
cual es demasiado confuso, y por esta causa sólo tomamos los siguientes: La agua positiva
que llega á la ciudad son 391^ pajas, y desde la alberca hasta la última manzana de la ciu­
dad adonde llega el precioso líquido, se cuentan 63 alcantarillas.
(2) No fué anécdota, sino que fué un hecho este acontecimiento.
(3) Sobre la taza superior de esta fuente dice el P. Navarrete que había una Virgen del
Pilar. Por más investigaciones que hemos hecho, nada hemos obtenido acerca de esta ima­
gen, que nos diera algo de luz.

------- *
MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA. 13

peramos haya recibido con creces la recompensa al inapreciable be­


neficio que su piedad nos
El monumento más antiguo que se conoce del Señor Marqués, es
una estatua de cantera que existe en la Cruz, en la huerta del con- .
vento, la cual fué levantada por los religiosos en memoria del bene­
ficio que aquella comunidad recibió con el estanque que dicho Señor
Marqués hizo á sus expensas, introduciendo á la vez en el convento
una buena cantidad del precioso líquido.
Esta estatua todavía existé, y con la particularidad que la tradi­
ción enseña que es la más parecida de las que se han hecho (i).
Siendo Gobernador de esta ciudad el General Don Julián Juvera,
el I. Ayuntamiento levantó un monumento al Señor Marqués en la
Plaza de Armas, cuya bendición solemne de la primera piedra fué
el 28 de Marzo de 1843.
Este monumento consistía en una grande y hermosa fuente en el
centro de la plaza, y en el mismo lugar donde existió el monumento
de la Constitución, hecho por Don Mariano Arce, discípulo de Tres-
guerras, y levantado el 14 de Octubre de 1820 con motivo de la Ju-
ra de la Constitución el año 12 de Fernando VII.
La fuente tenía en su centro una ancha base sosteniendo una co­
lumna de ocho metros, cuyo remate era una estatua del Señor Mar-
Iqués, que dicen unos era de cantera y otros de bronce, y esto me
parece lo más acertado, la cual fué derribada por una bala de cañón
del campo republicano.
Sobre la base citada estaban en sus cuatro ángulos cuatro perros
de plomo perfectamente modelados, en actitud de arrojarse al agua,
despidiendo ésta por el hocico.
Las inscripciones de la base eran: Sur. “2xZ M. I. Ayuntamiento
en testimonio de pública gratitud."—Oriente. “Le consagra este monu­
mento el año de 1843.”—Norte. “Al Señor Marqués de la Villa del
Villar del Aguila."—“Poniente. Porque costeó y dirigió la introduc­
ción del agua á esta ciudad!'
La estatua, debido á las revoluciones del país, no volvió á ponerse
sobre la columna.

Las balas republicanas le tiraron la extremidad de las nariceB, la cual, según refiere
Acosta en sus MSS., permanece guardada en un cajón de la sacristía del mismo con
——— — <•

MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA.

Antes del memorable sitio, el autor conoció sobre la fuente de la


Alameda otra estatua de bronce, como de un metro de tamaño, de
la cual no se han podido obtener datos.
En 1892 fué quitada la columna del monumento de la Plaza de
Armas (hoy Jardín de la Independencia) y se trasladó á la Calzada
Colón, en donde se erigió un monumento al descubridor de las Amé-
ricas, colocando sobre la citada columna una estatua de bronce del ilus­
tre genovés, descubierta solemnemente el 16 de Septiembre de 1894.
En la fuente de la plaza citada y sobre la base, resto del antigüo
monumento, se colocó otra estatua de cantera, de 2.20 m. de tama­
ño, hecha por el escultor queretano Don Diego Almaraz y Guillén,
el 16 de Septiembre de 1892 y se sustituyeron las inscripciones con
las siguientes:
Lado Sur:
$ 131,091 00 costó la introducción del agua potable á la ciudad, y
la obra fué dirigida personalmente por el Señor Marqués de la Villa
del Villar del Aguila, quien de su propio caudal donó para ella
$ 88,287.00.

Lado Oriente:
El 28 de Marzo de 1843 se colocó la primera piedra para esta fuen­ 9
te, y la estatua del Señor Marqués, que se levantaba sobre la colum­
na central, fué destruida por una bala de cañón en el sitio de esta
ciudad el año de 1867.'

Lado Norte (frente al monumento):


El pueblo queretano á su insigne benefactor Don Juan Antonio de
Urrutia y Arana, Marqués de la Villa del Villar del Aguila, erige
este monumento en testimonio de gratitud. 1892.

Lado Poniente;
El 20 de Diciembre de 1726 se comenzó en la alberca la obra de
introducción del agua potable que surte á la ciudad, y se concluyó en
la caja distribuidora, situada en la Cruz el 15 de Octubre de 1735.
6

En el frente de la peana de la estatua y en los ángulos truncados


se leen las siguientes:

<*
MARQUESADO DE LA VILLA DEL VILLAR DEL ÁGUILA.

Lado Oriente:
Septiembre 16 de 1892.
Lado Poniente:
Diego Almaraz y Guillén é Hijos.
La estatua que sirvió de modelo á ésta, es de madera bronceada y
se colocó en el arco principal del piso superior frente al zagúan del
Palacio Municipal en 1892, trasladándose en 1894 para la alberca,
ocupando el nicho en que el Señor Marqués colocó una imagen de
San Antonio de Padua, santo de su nombre (1).

h,
$
QUINTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Escudo cuartelado: Primero: de gules, castillo de oro. Segundo:


de plata, águila explayada de sable. Tercero: de oro, águila contor­
R. nada al natural. Cuarto: de azur, flor de lis de plata.
Acolado con la cruz de Calatrava y timbrado con Corona de Mar­
qués.

El título está tomado de una copia que me remitió de España el


Conde de Cazalla del Río, y el escudo de la Oración Fúnebre de di­
cho señor pronunciada por el R. P. Fray Antonio Castrellón, publi­
cado en México en 1744, y los colores me fueron indicados por una
persona de la familia, la que no estaba muy segura de recordarlos.

C)

(1) De esta estatua no hemos podido obtener datos, pero conjeturamos que fué destruida
en la devastación del año de 1810 á 1811.
E

t
T h». V L iT . * X a E j ROH i .
MARQUESES DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

PRIMERA PARTE.
TÍTULOS DE MARQUÉS Y VIZCONDE DE SANTA FE DE GUARDIOLA
CONCEDIDOS POR S. M. EL REY DON CARLOS II e
Á DON JUAN DE PADILLA GUARDIOLA Y GUZMÁN,
EN MADRID EL 6 DE MARZO DE 169I.

ON CARLOS, por la gracia de Dios, Rey de Castilla,


de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de
Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Gali­
cia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de
Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Alge-
cira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias
Orientales y Occidentales, Islas y Tierra firme del mar Océano, Ar­
chiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Bravante y Milán, Con­
de de Abspurg, de Flandes, Tiról, Rosellón y Barcelona, Señor de
Vizcaya y de Molina, etc., etc.
Por cuanto teniendo atención á la calidad y méritos de vos Don
Juan de Padilla Guardiola y Guzmán, Caballero de la Orden de Ca­
latrava, Oidor que sois de mi Audiencia Real de la ciudad de Méxi­
co, y á que en una genealogía se refiere que sois hijo legítimo de Don
<s
J uan de Padilla y Pacheco, cuya casa y Mayorazgo de su abuelo Don
Juan de Padilla y Pacheco posée en las ciudades de Granada y Mo-
PARTE.

*
----------------- --

2 MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.


(•I
tril Don Juan de Padilla Altamirano, Caballero de la Orden de Al/-
cántara, como hijo de Gonzalo de Padilla Pacheco, Caballero de la
Orden de Calatrava, hermano mayor de Don Juan de Padilla Pache­
co, vuestro padre, á quien por vuestra varonía tocan estos apellidos
con el lustre que es notorio en aquel reino donde vuestros antepa­
sados y Don Fernando Pacheco, vuestro rebisabuelo, sirvieron álos
Señores Reyes para su conquista, causa de haber fundado en dichas
ciudades sus mayorazgos, y continuando en el Real servicio sus su­
cesores y sido de los primeros que por su calidad han gozado y
tienen en ellas y en otras de Castilla, preeminentes honores.
Y que Doña Antonia de Guardiola y Guzmán, vuestra madre le­
gítima, es hija de Don Jerónimo de Guzmán, Pulgar y Sandoval, y
de Doña Ana de Guzmán, Señores del Estado de Guardia, Condes
de Campo Rey en consideración de su calidad y sefVicios de sus an­
tepasados.
9 I Y que sois biznieto de Don Juan Cristóbal de Guardiola, des­
cendiente legítimo del Conde Don Ramón de Guardiola, como cons­
taba del Nobiliario del Reino de Murcia y de los instrumentos que
paraban en la casa de la guardia que hoy posée Don Luis de Guar­
diola Solís y Guzmán, Conde de Campo Rey, hijo de primo herma­
no vuestro, ambos descendientes del dicho Juan Cristóbal de Guar­
d
diola que fué el primer Señor de dicho Estado y de mi Consejo Real
y Cámara de Castilla, en tiempo del Señor Rey Don Felipe II
quien por su grado, entereza, amor y celo con que le sirvió, le
hizo grandes honras en todas las ocasiones que se ofrecieron en su
tiempo, y que casó con Doña Violante de Pulgar Sandoval y Men­
doza, nieta de Fernán Pérez de Pulgar, el de las hazañas, Marqués
del Salar, sus sucesores, y Doña Elvira de Sandoval y Mendoza, su
segunda mujer, natural de la ciudad de Ceuta, cuyas cualidades en
aquel Reino y en el de Granada son bien sabidas por tocarles mu­
cha de la grandeza de Castilla en deudo conocido. >
Y el que vos teníais con el Conde de Aguilar es ser ambos des­
cendientes del dicho Fernán Pérez del Pulgar, sin otra advencia que
proceder el dicho Fernán Pérez de la primera mujer y vos de la se­
gunda.
Y que asimismo sois biznieto de Don Lope de Guzmán y Ara­
s gón, Caballero de la Orden de Santiago, de mi Consejo de Castilla,
i

sáks

¡xa-
MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA. 3
*¡gT€ cuya casa posée la Marquesa de Osera, Dama de la Reina mi seno- Lj

ra, mi madre, hallándose en grado de vuestra sobrina por ser nieta


de Doña María de Guzmán, hermana de Doña Ana de Guzmán, se­
ñora de la Guardia, vuestra abuela é hija del Marqués de Castañeda,
Gentil-hombre de mi Cámara y Embajador de Alemania, la cual
siendo Dama de la Señora Reina Doña Isabel de Borbón, casó con
Diego Gómez de Sandoval, Duque de Lerma, Comendador mayor
de Calatrava, y que el referido Don Lope de Guzmán fué hijo de
Don Francisco de Guzmán y de Doña Teresa de Acuña y nieto de
Juan Ramírez de Guzmán, Señor del Castañar, hijo mayor de Don
Vasco de Guzmán y biznieto de Juan del Castillo Portocarrero, Se­
ñor de Santa María del Campo y de Doña Luisa de Aragón.
Y que siendo como eran los que referís en vuestra genealogía
vuestros padres y abuelos, y lo ilustre de las casas citadas se verían
mejor los demás vuestros ascendientes y los puestos tan preeminen­
tes que han ocupado en todos tiempos, así militares como políticos:
Embajadas de Alemania, Francia y Venecia hasta mi Consejo de
Estado Real, Cámara de Castilla, Audiencias y Cancillerías de Espa­
ña y de las Indias, y de los honores que han gozado en Palacio
vuestras tías, primas y sobrinas, siendo damas de la Reina y que por
su calidad han hecho grandes casamientos, por cuya parte y conoci­
do origen de los apellidos referidos que os tocaban en las casas de
vuestros padres y abuelos no necesitabais de otra comprobación que
•mejor dijese lo ilustre y calificado de vuestra persona.
Y por la relación auténtica de vuestros servicios que está en mi
Secretaría de mi Consejo Real de las Indias, de la negociación de
las provincias de la Nueva España, consta que vos el dicho Don
Juan de Padilla Guardiola y Guzmán fuisteis colegial muchos años
en el colegio de los Caballeros Manriques de la Universidad de Al­
calá, donde conseguisteis por suficiencia una cátedra de Instituía de
dos que hay, con extipendio en dicho Colegio y substituisteis la de
•Prima de Cánones y tuvisteis diferentes actos literarios.
Y habiéndoos yo hecho merced en primero de Abril de mil seiscien­
tos sesenta y nueve de Plaza de Oidor de mi Audiencia Real de la
ciudad de Santo Domingo, fuisteis á servirla el mismo año y tomas­
teis la posesión de ella y por falta de Fiscal servísteis como Oidor
»j 1
•más moderno la Fiscalía rriás de tres años, sin ningún salario ni ayu-

T>\*-
-------- ----------------------------------------------------------------- «hSg»^Sgffi>r...................... .... ............. ............

»> 4 MARQUESADO DE SANTA FE DE CUARDIOLA.

da de costa, habiendo ahorrado á mi Real Hacienda siete mil y cua­


renta y cuatro pesos que montaba la plaza y en este tiempo asististeis
personalmente á las ventas y remates de los Oficios y á las visitas de
navios en que obrasteis con mucho desinterés. •
Y desde veinticuatro de Agosto de mil seiscientos setenta y dos
ejercisteis por nombramiento del Presidente Don Ignacio de Zayas
Bazán las comisiones del papel sellado y media-anata de aquella Isla
y su jurisdicción, y desde que llegasteis á ser Oidor más antiguo fuis­
teis Juez Asesor del Tribunal de Cruzada. i

Y en treinta de Marzo de mil seiscientos setenta y cinco os nom­


bró el dicho Presidente por Gobernador y Capitán General en ínte­
rin de la Provincia de Venezuela por muerte de Don Francisco Dá-
vila Orejón de que os despachó título, y fuisteis á Caracas y pagas-
teis la media-anata y no habiéndoos admitido los Alcaldes ordina­
rios, os fué preciso volveros á Santo Domingo con muchos gastos y
habiendo fallecido el dicho Don Ignacio de Zayas Bazán, entrasteis i

como Oidor más antiguo en veintiocho de Julio de mil seiscientos o


Z.

setenta y siete á ejercer los cargos de Gobernador y Capitán Gene­


ral de aquella Isla y Presidente de mi Audiencia de ella, y lo ser-
visteis once meses hasta primero de Julio de mil seiscientos setenta
&
y ocho que fué el propietario, en cuyo tiempo reedificasteis la plata­ ?
forma de la puerta principal por la parte de la mar y la fortificasteis
con un estribo de cantería y la añadisteis dos cañones, costeándolo con
medios que buscasteis, sin tocar á mi Real Caja, é hicisteis cincuenta
y siete varas de parapeto, de cantería, entre un cubo y la puerta, pa­
ra cubrir en la ocasión la Infantería, y Almacén para municiones del
fuerte de San Diego, donde montasteis artillería, aderezasteis las
cureñas, reedificasteis y pusisteis casi de nuevo trescientas catorce
varas de muralla de mampostería de dos varas y media de grueso, que
estaba demolida, y sacasteis cimientos para otra; fortificasteis las dos
puertas principales de la marina y empezasteis otra muralla del Fuer­
te para cerrar un camino, aderezasteis la puente levadiza del Castillo
de San Jerónimo y le disteis campaña para jugar la artillería, arra­
sando un bosque; cerrasteis más de cincuenta caminos en el Monte
Grande y para que no se abriesen pusisteis tres soldados de guardia 6
con un cabo, sin costa de mi Real Hacienda, y reparasteis el aloja­
«I miento de los soldados y pusisteis dos fuertes Cadenas de Palmas

i* .oZfWS^C
-9^
*V¿S 4

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA. 5

para seguridad del puerto y doscientas lanzas aceradas, lo cual con


vuestra industria, asistencia y trabajo tuvo la mitad menos de costa
que lo que en otras ocasiones se había ejecutado.
Formasteis junta general con el Arzobispo, Oidores, oficiales real­
es y cabos militares sobre lo mucho que convenía poner en defensa y
seguridad aquella ciudad, y disteis principio á la obra de la muralla y
cerca de ella, y dejasteis hecho de cantería el baluarte de la Concep­
ción hasta el cordón, y empezasteis otro lienzo de muralla, abriendo
diferentes brechas para sacar piedra y para ello buscasteis personas
que hiciesen empréstitos, y en medio de muchas necesidades y no ha­
ber vuestro antecesor hallado quien prestase á mi Casa Real, conse­
guisteis cuarenta mil ciento y sesenta y un pesos que se gastaron, así
en la obra de la cerca, como en diferentes socorros de Ministros y pre­
venciones de guerra, y catorce socorros que disteis en vuestro tiem­
po á la infantería del Presidio.
Formasteis pueblo con la advocación de San Lorenzo á los escla­ 'e

vos fugitivos que de los franceses que habitan la banda del Norte de
la Isla se pasaron á mi dominio, y los más de ellos están en justicia
declarados por libres y les pusisteis quien los gobernase y con la voz
de ser mantenidos en libertad viniesen otros, como se experimentó,
.w

de que os di gracias en Cédula de veinticinco de Noviembre de mil *

seiscientos setenta y nueve, ofreciéndoos tendría cuidado de vuestros


aumentos y que me daba por servido y que me hallaba con toda gra­
titud por este servicio.
Y teniendo vos noticia por declaraciones de prisioneros de que la
Armada Francesa del cargo del Conde de Stre, después de haber to­
mado á Holandeses la Isla del Tabaco, iba sobre la de Santo Domin­
go, á cuya prevención repartisteis diferentes órdenes á los lugares de
la tierra adentro para que se previniesen y alistasen; juntasteis en la
ciudad la gente posible y formasteis ejército y pasasteis muestra de
mil doscientos y seis hombres y en ellos doscientos lanceros y todo
lo mas selecto de la Isla, y os prevenisteis para la defensa repartién­
dola en los lugares por donde podía temerse su entrada, socorriéndo­
los y asistiéndolos con sus pagas, por cuyo desvelo en cédulas de seis
de Julio de mil seiscientos setenta y ocho os mandé dar gracias.
Y habiéndose fundado en la banda del Norte quince poblaciones
por franceses, de que se seguía mucho daño á los naturales, les hi-
EES-A. FAHTE.

f
*SSX8>r'* •

s
i
=

®6 MARQUESADO DE SANTA FE DE CUARDIOLA.

cisteis por Enero del mismo año de mil seiscientos setenta y ochó
dos entradas en que mataron veinte.hombres y pusieron en huida más
de doscientos, y les quemaron tres mil cueros, cuyo suceso y aliento
os obligó á formar un pie de ejército de quinientos cincuenta hom­
bres para quitar á franceses las cuatro más principales poblaciones, '■/<

y habiendo más de ochocientos franceses y doscientos sesenta espa­


ñoles, pelearon todo el día diez de Enero de mil seiscientos setenta y
ocho y quedó el campo por nuestro sin ninguna desgracia, y después
se supo que eran dos mil los franceses.
Y estando vos en intento de continuar estas operaciones en las de­
más poblaciones, crecieron los recelos y noticias de que la Armada
Francesa iba sobre la Isla, con que hicisteis retirar la gente después
de haberla tenido cinco meses en arma y la redujisteis á sus pueblos
con orden de que de treinta en treinta recorriesen la costa cada mes,
y habiéndome dado cuenta de este buen suceso os honré en cédula de
veinte de Octubre de mil seiscientos setenta y ocho, dándoos gracias
y ofreciéndoos tener cuidado de vuestra persona para adelantaros en
las ocasiones que se ofreciesen de vuestros aumentos y al Presiden­
te Don Francisco de Segura que continuase en lo obrado por vos
para la defensa de aquella Isla.
Y por cédula de trece de Julio de mil seiscientos ochenta fui ser­
. hI* vido de haceros merced á vos, el dicho Don Juan de Padilla Guardio-
i
la y Guzmán, de encargaros el puesto de mi Gobernador y Capitán
General de la provincia de la Nueva Andalucía Cumaná y Cumana-
gotos, dándoos comisión para proceder contra el Gobernador vuestro
antecesor, tomar residencia al que lo había sido antes y otras muchas
de mi servicio, para cuyo cumplimiento os embarcasteis en Santo Do­
mingo donde érais Oidor.
Y después os promoví á plaza de mi Audiencia de Guadalajara,
fuisteis á Cumaná y antes de tomar posesión del Gobierno llegasteis
á la fuerza de Araya que se os había encargado reconocer, y hallas­
teis que un baluarte tenía una rafa de alto abajo muchos años había,
y aunque fué común sentir que era necesario fabricarle de nuevo la
reparasteis con las obras que pareció conveniente y con muy poca
costa de mi Real Hacienda y quedó en perfección, y reparasteis vein­ <e,
I
ticuatro cuarteles que estaban descubiertos, y por no estar en servicio
el aljibe que tenía la fuerza y hacer cincuenta y ocho años que no se^

37. Qj. ®l a
—-:...................... ■ ■

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

limpiaba fabricasteis otro nuevo con beneficio de mi Real Hacienda.


<B.
Llegasteis á Cumaná y por haber pasado la cosecha del maíz pa­
ra la provisión de Araya, que por cédula particular se os encargó, le
hicisteis sacar al Pregón y habiéndose puesto á dos pesos la fanega,
conociendo que por fines particulares no se hacía baja, conseguisteis
con algunos vecinos se obligasén á proveerle á doce reales, puesto en
la Fuerza, á costa de los dueños, ahorrándose también el considera­
ble gasto del barco que lo conducía, y aprobé los medios que propu­
sisteis para esta provisión en lo venidero, y en el Castillo de Santa
María hicisteis cureñas, foso y puente levadizo, sin costa de mi Real
Hacienda.
Redujisteis á poblaciones los indios rebeldes de la población de
i
Santa María de los Angeles que se habían levantado y huido, y cas­
tigasteis y redujisteis á mi obediencia los indios palenques que ante­
cedentemente habían muerto dos religiosos de San Francisco, y cor­
e
tasteis la cabeza á los principales agresores, enviando á esto ochenta
hombres, y después juntasteis quinientos para el castigo de los indios
tomusas que ya quedaban sosegados, uno y otro sin costa de mi Real ña
re •<
Hacienda. Y apresasteis un navio extranjero que varó en el bajo de ¿Kg)’
Araya, y disteis por decomiso los negros y otras cosas que llevaba y
i
cincuenta y seis quintales de marfil que enviasteis á España, estando
á este tiempo entendiendo de diferentes obras de que necesitaban los
Castillos de la ciudad con grande ahorro de mi Real Haber, por to­
do lo cual os he dado gracias en diferentes Cédulas, aprobando
todo lo ejecutado en aquel Gobierno, encargándoos continuaseis en
él y prometiéndoos atendería yo mucho á vuestros servicios, calidad
y méritos por los ascensos de vuestra profesión, mereciendo por lo
referido que aprobasen el Presidente Don Francisco de Segura, el
Cabildo Eclesiástico y Oficiales Reales de Santo Domingo, aquella
ciudad, y la de Cumaná diferentes religiones y muchos vecinos, par­
ticulares de ambas partes y el Obispo de Puerto Rico, conviniendo
todos en vuestra limpieza, celo y acierto.
Y asimismo consta por vuestra relación que vuestro padre fué co­
legial del Colegio mayor de Cuenca, en la Universidad de Salamanca,
después Alcalde de Cuadra de la Audiencia de grados de Sevilla y Oi­
dor de ella, y tuvo diferentes comisiones y entre ellas la del consumo
¿el vellón grueso en dicha ciudad y lugares de su Reinado, la del.
MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

empréstito de plata que se pidió el año de seiscientos cuarenta y cua­


tro, la de arbitrios de la ciudad de San Lúcar la Mayor y la de la co­
branza del derecho que franceses pagaban el año de 1653, y que tra­
bajó en la preservación de la salud pública de la ciudad de Sevilla y
en apaciguar el alboroto, poniendo cuerpos de guardia y gente de
guerra en las Parroquias y Fortalezas de ella, y levantó en el partido
de azia Alcázar mil quinientos soldados que remitió el ejército de Ba­
dajoz, y el año de 1657 pasó á plaza de Oidor de la Cancillería de
Granada y la sirvió hasta el seiscientos cincuenta y nueve que falle­
ció, dejándoos á vos por herederos de sus servicios.
Y que sois sobrino de los Maestros del Campo Don Cristóbal de
Guardiola y Guzmán, Señor del Estado de la guardia y de Don Die­
go de Guardiola y Guzmán que me sirvieron en 1^ guerra y con gen­
I
te en las ocasiones que se tuvieron después de la derrota con Francia^
asistiendo y sirviendo hasta que ambos murieron en actual servicio,
& sin dejar hijos; y que sois biznieto de Juan Cristóbal de Guardiola
que fué de mis Consejos de Cámara de Castilla y Cruzada, y por le­
gado del Señor Rey Don Felipe II á Portugal y de Don Lope de
Guzmán y Aragón de jni Consejo de las Ordenes y visitador ge-
general del Reino de Nápoles, y sobrino de Don Pedro de Haro y
Guzmán, Capitán de los guardias de Castilla que fué muerto en el
sitio de Leocata, el cual no dejó hijos.
Y en atención á estos servicios os hice merced en quince de Mar­
zo de mil seiscientos ochenta y tres, á vos, el dicho D. Juan de Pa­
dilla Guardiola y Guzmán, de plaza de Oidor de mi Audiencia Real de
la ciudad de México, y por ser acrecentada y haber vacado después
una del número de aquella Audiencia, mandé entraseis en ella por
despacho de dos de Agosto de mil seiscientos ochenta y cuatro.
I Y en atención y justa remuneración de todos los servicios referi­
dos personales vuestros y heredados de vuestro padre y pasados, y
á vuestra notoria calidad y nobleza y la suya, y para que con más de­
coro y aliento podáis continuarlos como lo espero de vuestra sangre
y obligaciones
He resuelto en consulta de mi Consejo Real de las Indias, de vein­
i® tisiete de Junio del año pasado de mil seiscientos noventa, haceros
merced de Título de Castilla para vos y vuestros herederos y suce­
!•
sores.

— .r» •
e
---------------------------------- 9¿'’JXTL e*—

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

Y porque habéis elegido el de Marqués de Santa Fe de Guardio-


la, mi voluntad es que ahora y de aquí adelante vos, el dicho Don
Juan de Padilla Guardiola y Guzmán, y vuestros herederos y suce­
sores, cada uno en su tiempo, perpetuamente para siempre jamás, os
podáis llamar é intitular y os llaméis é intituléis, llamen é intitulen, y
os hago é intitulo Marqués de Santa Fe de Guardiola, y por esta
mi carta mando á los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Con­
des, Ricos hombres, Priores de las Ordenes, Comendadores y Sub­
comendadores, Alcaides de los Castillos y Casas Fuertes y llanas y
á los del mi Consejó, Presidentes y Oidores de mis Audiencias Rea­
les, Alcaldes, Alguaciles de mi Casa y Corte y Cancillerías y á to­
dos los Corregidores, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes Mayores
y Ordinarios, Alguaciles, Merinos, Prebostes y á otros cualesquier
Jueces y Justicias y personas de cualquier estado, condición ó dig­
nidad que sean, mis vasallos, súbditos y naturales, así á los que aho­
ra son como á los que sean de aquí adelante, perpetuamente para >

siempre jamás, y á cada uno y cualquiera de ellos que os hayan y


tengan, llamen é intitulen así á vos, el dicho Don Juan de Padilla <>5
Guardiola y Guzmán, como á los demás herederos y sucesores,
Marqués de Santa Fe de Guardiola, y os guarden y hagan guardar
á vos y á cada uno de ellos las honras, gracias, mercedes, franque­
zas, libertades, exenciones, preeminencias, ceremonias y todas las
1
otras cosas que se guardan á todos los otros Marqueses que hay en
estos mis dichos Reinos y Señoríos, todo bien y cumplidamente, sin
faltaros cosa alguna.
Y porque según las órdenes dadas por el Rey mi Señor y Padre
(que santa gloria haya) para que á las personas á quienes se diere
título de Marqués ó Conde haya de preceder primero el de Vizconde
y que éste haya de quedar suprimido, por despacho de la data de éste
os he dado título de Fizconde de Santa Fe de Guardiola, el cual con­
forme á lo dispuesto por las dichas órdenes queda roto y cancelado
en mi Secretaría de la Cámara de Indias de la parte de Nueva España,
y notado y prevenido en el asiento del libro lo conveniente para que
no valga ni tenga efecto ni se dé por perdido ni duplicado ni en otra
manera ni ahora ni en ningún tiempo, todo lo cual mando se guar­
de y cumpla por cuanto habéis dado satisfacción á lo que conforme
á reglas debidas al derecho de la media-anata, el cual han de pagar
.«i

I
=,w
conforme á ellas todos los sucesores en este título y de él ha de to­
mar la razón Don Luis Antonio Daza, mi Secretario del Registro
general de Mercedes, dentro de los cuatro meses de la data de él.
Dada en Madrid á seis de Marzo de mil seiscientos noventa y
uno.—YO EL REY.—Rúbrica.—Yo Antonio Ortiz de Otarola, Se­
cretario del Rey N. S. lo hice escribir por su mandato.—Una rúbri­
ca.—En la Secretaría de Mercedes queda ejecutado lo que se pre­
viene en este título, sin embargo de no haber justificado por ella.—
Por mandarlo así S. M. en su Real Decreto de ocho del corriente.—
Madrid, diecinueve de Abril de mil seiscientos noventa y uno.—Don
Antonio Fernández de Somosa.—Rúbrica.—El Marqués de los Fé-
lez.—Rúbrica.—El Conde de Canalejas.—Rúbrica.—A7 Conde de
Fenavente.—Rúbrica.—Registrado. Por el Gran Canciller, Závz
Tomás de Salazar, su Teniente.
Título de Marqués de Santa Fe de Guardiola á Don Juan de Pa­
9'
dilla Guardiola y Guzmán para él y sus herederos y sucesores.

É SEGUNDA PARTE.
GENEALOGÍA DE LOS MARQUESES.

Don Juan de Padilla y Pacheco, natural de Montril (España),


só con Doña María de Castrejón, de la misma Villa, y tuvieron por
hijo á
Don Francisco de Padilla y Castrejón, Oidor de la Real Audien­
cia de Granada, quien contrajo matrimonio con Doña Antonia de
Guardiola y Guzmán (i), y tuvieron por hijo al
\er. Marqués, Don Juan de Padilla y Guardiola (natural de Sevi­
lla, Alcalde de Lima en el Perú, Oidor de la Audiencia de Caracas, y
desde 1686 de la de México; Caballero de la Orden de Calatrava, del
Consejo de S. M., etc.), casó con Doña Gerónima Gómez de Arratia

(1) Hija ele Don Gerónimo de Guardiola, Alcalde Mayor dé Sevilla, y de Doña Antonia
Ana de Guzmán; Señores del Estado de l'a Guardia y Condes de Campo Rey; nieta de Don
Juan Cristóbal de Guardiola, Oidor de Granada, del Consejo de S. M., de Doña Violante de
Pulgar, Sañdoval y Mendoza; de Don Lope de Guzmán y Aragón, Caballero de Santiago y
«del Consejo de S. M., y de ©oña Ana de Guzmán, hija de los Marqueses de Castañeda.
■e)

? JM vx f
y Cisneros (hija de Don Juan Gómez de Arratia y de Doña Ana
María de Cisneros y Neyra), fué su hijo el
2°- Marqués, Don Juan Alfonso de Padilla y Guardiola (natural de
la Isla de Santo Domingo, Caballero de la Orden de Calatrava), casó
con Doña Micaela Gregoria de Estrada y Niño, hija de Don Barto­
lomé de Estrada, Caballero de Santiago, Contador Mayor de Méxi­
co, Gobernador y Capitán General de N. Vizcaya, y de Doña Ana
María Niño de Castro; nieta de Don Antonio de Estrada, de Doña
Isabel Ramírez Jove y Valdés; de Don Fernando Niño de Castro
Romano Altamirano, Justicia Mayor de Puebla y Gobernador de
Tlaxcala, y de Doña Ana de Córdova Bocanegra; segunda nieta del
Licenciado Don Juan de Estrada, Doña Isabel de Nota, Don Alon­
so Ramírez, Doña Catalina Menéndez Valdés, Don Gregorio Roma­
no (i), Doña Brinda Niño de Castro, Don Alonso de Córdova Bo­
canegra, Corregidor de Castatlán (2) y de Doña Ana Márquez de
Reynoso y Lesalde (3), y tuvieron por hijo al
Marqués, Don José Gregorio de Padilla y Estrada (4) (Caba­
llero de la Orden de Calatrava), casó con Doña Juana María de Cer­
vantes y Gorráez (hija de Don Juan Leonel de Cervantes y de Doña
Francisca de Gorráez; nieta de Don Juan Leonel de Cervantes, de
Doña Leonor de Riva de Neyra, de Don Teobaldo de Gorráez y
Beaumont y de Doña Juana de Luna, Maríscala de Castilla; segun­
da nieta de Don Juan Leonel de Cervantes (5), de Doña Mariana

(1) Hijo de Don Gregorio Romano, Regidor de Valladoljd, y de Deña Margarita Altarai-
rano; nieto de Don Gregorio Romano, Doña Isabel de Victoria, Don Fernando Gutiérrez Al­
tamirano y de Doña Luisa de Villalobos.
(2) Hijo de Don Alonso de Córdova Bocanegra y de Doña Isabel de Armenta; nieto de
Don Bernardino de Córdova Bocanegra, de Doña Isabel Carrillo, de Don Cosme de Armen­
la (Caballero de Calatrava) y de Doña María Angulo.
(3) Hija de Don Juan de Ochoa de Lesalde y Reynoso y de Doña Ana Márquez de Ama­
rilla; nieta por línea paterna de Don Baltasar de Lesalde, Regidor de Puebla, y de Doña
Isabel Reynoso y Peñaloza, y segunda nieta de Don Juan de Ochoa y Lesalde Salinas (Con­
tino de la casa del Emperador Carlos V y Conquistador de N. E.), de Doña Catarina Her­
nández, de Don Francisco de Reynoso (Conquistador de N. E.) y de Doña Francisca de
Bonilla.
(4) Fueron sus hermanas Doña Micaela de Padilla, Guardiola y Guzmán, esposa del Con­
de de Santiago y Doña Ana María de Padilla, Guardiola y Guzmán, que casó con Don José
Martín de Gorospe.
(5) Hijo de Don Juan Leonel de Cervantes y de Doña Bernardina de Betanzos; nieto de
^Don Juan Cervantes} Doña Isabel Dávalos, Don Luis de Betanzos y Doña Ana Leardo; se­
gundo nieto de Don Leonel de Cervantes, Doña María de Carbajal, Don Gonzalo López Dá­
valos, Doña Juana Jerez, Don Gerónimo Leardo, Doña Ana Vélez; tercer nieto de Don Juan
----------------------------------------------- --------------------------------------------------------------------------------------------

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

Velázquez de la Cadena (i), de Don Fernando Riva de Neyra (2), 4


Doña Sebastiana Osorio Cervantes (3), Don Francisco de Gorráez
Beaumont, Visitador de las Ordenes Militares, General de Artillería
y Caballero de Calatrava; de Doña Gracia María López de Arazo,
Don Carlos de Luna y Arellano, Mariscal de Castilla, y de Doña
Juana María Altamirano), y tuvieron por hijo al
4? Marqués, Don José Padilla y Cervantes, casó con Doña María
Manuela de la Cotera y Rivas Cacho (hermana del segundo Marqués
de Rivas Cacho), y tuvieron por hija á la
5* Marquesa, Doña Mariana Padilla y Cotera Cervantes y Rivas
Cacho, casó con Don Antonio Fernández de Zevallos y Calderón
(Caballero de la Orden de Carlos III); fué su hijo el
6? Marqués, Don Manuel de Zevallos y Padilla, casó con Doña
Rosalía de Tovar y tuvieron por hijo al
7? Marqués, Don Luis de Zevallos y Tovar, que murió sin suce­
sión, heredando el título su hermana la
8* Marquesa, Dona Guadalupe de Zevallos y Tovar, casada con ,3’
el Capitán Don José María Saravia, con sucesión (4), y debió here­
dar el título, su tía, que debió ser la
9^ Marquesa, Doña Guadalupe de Zevallos y Padilla (hija de la
definitivamen­
te la rama primogénita, debió pasar el título al que debió ser el

de Cervantes Casaus, Doña Luisa de Lara y Andrada, Don Antonio Carbajal y Doña Cata­
lina de Tapia.
(1) Hija de Don Juan Velázquez de León y Doña Catarina Cedeño de la Cadena.
(2) Hijo de Don Gaspar de Riva de Neyra y de Doña Leonor Castilla Riva de Neyra;
nieto de Don Fernando de Riva de Neyra, Doña Francisca Carrillo López de Peralta, Don
Bernardino Vázquez de Tapia y Castilla y de Doña Antonia Ofiate y Riva de Neyra; segundo
nieto de Don Gaspar Riva de Neyra, Doña Constanza Mosquera, del Conquistador Geróni­
mo Lbpez, Doña Ana Carrillo de Peralta, Bernardino Vázquez de Tapia, Doña Luisa Cas­
tilla, Don Fernando de Ofiate (hijo del Conquistador Cristóbal de Oñate) y de Doña
Leonor Riva de Neyra; tercer nieto de Gerónimo López, Doña Catalina Alvarez, Don
Bernardino Vázquez de Tapia y Doña María de Peralta, Don Luis de Castilla (Caballero de
Santiago y cuarto nieto del Rey Don Pedro de Castilla) y Doña Juana de Souza.
(3) Hija de Don Gonzalo Cervantes, Caballero de Santiago, y de Doña María Mejía San­
doval, Castilla y Altamirano; nieta de Don Francisco de Altamirano, Doña Sebastiana de
Castilla Altamirano, segunda nieta de Don Rodrigo de Mejía Altamirano, Doña María <3e
Sandoval Altamirano, Don Fernando Gutiérrez Altamirano y Doña Francisca Osorio de Cas­
tilla (5? nieta esta Señora del Rey Don Pedro de Castilla.)
Fate matrimonio tuvo tres hiios aue murieron sin sucesión v cuvos nombres no he-
-------------------------------------- -- —

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA. x3


ío? Marqttés, Don José Javier Cervantes y Ozta (hijo de Don Ra­
fael Cervantes y Velasco, y de Doña Manuela Ozta y Cotera; nieto
de Don Ignacio Gómez de Cervantes y Padilla y de Doña Ana Ma­
ría Altamirano de Velasco, ii? Condesa de Santiago y Marquesa
de Salinas y de Salvatierra (i), biznieto de Don José Leonel Gó­
mez de Cervantes y de Doña Luz Padilla y Cervantes, hermana del
4? Marqués), casó con Doña Soledad Vivanco y de la Lama (hija de
Don José Ignacio Vivanco y Argüelles y Doña Soledad de la La­
ma), y tuvieron por hijo al que debiera ser el
ir? Marqués, Don Javier Cervantes y Vivanco, casado con Doña
Catalina Anaya; hijos:
Don Javier Cervantes y Anaya.
Don Fernando Cervantes y Anaya.
3 Don José Cervantes y Anaya.
4- Doña Catalina Cervantes y Anaya, y
5- Don Alfonso Cervantes y Anaya. ’e

Son hermanos del que debía ser el n? Marqués:


I. Doña María Manuela Cervantes y Vivanco, Religiosa del Sa­
grado Corazón.
II. Doña María de la Luz Cervantes y Vivanco.
III. Licenciado Don Rafael Cervantes y Vivanco.
IV. Don Ignacio Cervantes y Vivanco, casado con Doña María
Fonseca, y
V. Doña Guadalupe Cervantes y Vivanco, casada con Don Fran­
cisco G. Arce.

TERCERA PARTE.
APUNTES BIOGRÁFICOS É HISTÓRICOS DE LOS MARQUESES.

El ier. Marqués Don Juan de Padilla y Guardiola nació en Sevi­


lla, como queda dicho; en edad competente se dedicó á la carrera del
Foro y él y sus antepasados prestaron importantes servicios que
enumeró cuidadosamente el Rey al concederle el título; casó en pri-

(1) Véanse artículos relativos á dichos títulos.


FsaxMasEajA. parte.
•>$%(

COT

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA. («y.

meras nupcias en la Ciudad de Santo Domingo el 29 de Junio de


1672 con la Señora Gómez de Arratia, y además del primogénito tu­
vo otros tres hijos llamados Don Gaspar Raymundo, Don Tomás
Gonzalo y Don José Antonio; en segundas nupcias casó con Doña
Ana María Niño de Castro, ya en México, y tuvo otros dos hijos,
Don Fernando y Don Antonio Miguel.
Poco antes de fallecer fundó un Mayorazgo de rigurosa agnación
en el que vinculó los bienes que poseía y que radicaba en su totalidad
en España; eran éstos una hacienda de labor, situada en la Vega dé
Granada y en otra finca de campo plantada de extensos olivares, in­
mediata á aquella ciudad llamada el “Pilar de Don Pedro;” ambas
heredades las administraba un hermano político suyo y permanecie­
ron en poder de la familia hasta después de la desvinculación de los
mayorazgos. Falleció el 2 de Diciembre de 1691 y fué enterrado en
San Francisco.
El 2? Marqués, Don Juan Alfonso de Padilla y Guardiola, aun­ (9
que nacido en la Isla de Santo Domingo, vinoá México de muy cor­
ta edad, y por su matrimonio con Doña Micaela de Estrada, fué
Egf propietario de la casa situada frente al Monasterio de San Francis­
co, de esta Ciudad, frente á la cual se dejó una plazoleta para dar vis­
ta á la iglesia de este nombre, la cual casa hacía esquina con laca-
lie que después se llamó de Santa Isabel. El solar donde se constru­
yó la casa fué dado al Conquistador Francisco de Orozco por Her­
nán Cortés cuando la Ciudad se encontraba aún en Coyoacán; muerto
aquel pasó la propiedad á su hermano y después de varias genera­
ciones pasó á Doña Micaela; su esposo reedificó la casa y desde
entonces se llamó de Guardiola, nombre que ha conservado hasta
nuestros días. Ya muy entrado el siglo XIX los descendientes del
Marqués vendieron la casa á Don Manuel Escandón, y el hermano
de éste, Don Vicente, la hizo reedificar dándole el elegante aspecto
que hoy presenta: los planos para ello se deben al famoso Arquitec­
to Don Ramón Rodríguez Arrangoiti.
El 3er. Marqués, Don José Gregorio de Padilla y Estrada, fué
Regidor de México en 1718; sucedió al Marqués del Valle de la Colina
en el cargo de Corregidor en 1729, desempeñándolo hasta 1734.
El 4? Marqués, Don José de Padilla y Cervantes, fué Capitán de
S)
!•
Alabarderos de la Guardia del Virrey; á solicitud suya lo agregó^

d
-

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

al Regimiento de Dragones Provinciales de Puebla con el grado de


Coronel y obtuvo la Cruz de la Orden de Calatrava.
Hijo del 3er. Marqués fué el Padre Don Estanislao Padilla y Es­
trada, virtuoso sacerdote perteneciente á la Compañía de Jesús.
Aunque el mayorazgo de Padilla estaba situado en España por los
sucesivos enlaces de los descendientes del fundador, heredaron di­
versos mayorazgos y propiedades los que dieron motivo á que el 5?
Marqués siguiera y ganara un largo pleito contra los herederos de
su abuela materna por la propiedad de las haciendas de Amaxac,
Hapalolla y Guadalupe, en jurisdicción de Atotonilco el Grande y
Metztitlán.

CUARTA PARTE.
DESCENDENCIA DE DON IGNACIO GÓMEZ DE CERVANTES Y PADILLA.

sS
Don Ignacio Gómez de Cervantes y Padilla (hijo de Don José Leo­
nel Gómez de Cervantes Niño de Córdova y de Doña Luz Padilla y
Cervantes, y nieto del 3? Marqués Don José Gregorio de Padilla y Es­
trada y de Doña Juana Cervantes y Gorráez), (1) Gentil-hombre de la
Cámara del Rey, Caballero de la Real Maestranza de Ronda, casó
con Doña Ana María Altamirano de Velasco y Ovando, n* Con­
desa de Santiago y 10? Marquesa de Salinas.
Este matrimonio tuvo nueve hijos: I. Doña Rita, II. Don José Ma­
ría, III. Don Miguel, IV. Doña María Ignacia, V. Doña Pascuala,
VI. Don Francisco, que murió sin sucesión, VII. Don Rafael, VIII.
Doña María Josefa^ sin sucesión, y IX. Doña María Ana. La reseña
de la descendencia de cada una de estas personas ocupará un libro,

(1) Hija de Don Juan Leonel de Cervantes y de Doña Francisca de Gorráez, nieta de Don
Juan Leonel de Cervantes, Doña Leonor de Riva de Neyra, Don Teobaldo de Gorráez y de
Doña Juana de Luna, Maríscala de Castilla (véase artículo relativo á este título), segunda I
nieta de Don Juan Leonel de Cervantes, de Doña Mariana Velázquez de la Cadena, de Don
Fernando Riva de Neyra, de Doña Sebastiana de Osorio Cervantes, de Don Francisco Go­
rráez Beaumont, General de Artillería y Caballero de Calatrava, de Doña Gracia María Ló­
pez de Arazo, de Don Carlos de Luna y Arellano, Mariscal de Castilla y de Doña Juana Me-
iía Altamirano. o
«■ ------- —------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ —------

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.


(o
exceptuando á Don Francisco y á Doña María Josefa que murieron
sin sucesión.

LIBRO PRIMERO.
Doña Rita Cervantes y Velasco, contrajo matrimonio con el Señor
Don Mariano Primo de Rivera; disputó durante algún tiempo, el
Mayorazgo del título de Salvatierra, y el Mayorazgo de Urrutia, á
su tía Doña María Josefa Velasco de Espinosa. Doña Rita y su es­
poso sólo tuvieron un hijo, abogado, que no dejó descendencia, pues
siguió la carrera eclesiástica y falleció siendo Déan de la Catedral de
México en 1885.

LIBRO SEGUNDO.
Don J osé María Cervantes y Velasco, General de la República,
último Marqués de Salinas, 12? Conde de Santiago, Adelantado de
Filipinas, etc., casó dos veces: la primera con Doña María Ana Mi­
chaus y Oroquieta (hija de Don Martín Angel de Michaus, Sargen­
to Mayor del Regimiento urbano de Comercio de México y de Do­
ña Manuela Oroquieta); por segunda vez contrajo matrimonio con
Doña Ana María Ozta y Cotera, parienta lejana suya, hija de la ter­
cera Marquesa de Rivascacho Doña Josefa de la Cotera y Calvo y
de su esposo Don Juan Casimiro de Ozta y Múzquiz). De estos ma­
trimonios tuvo seis hijos (dos del primero y cuatro del segundo):
I. Don José Juan Cervantes y Michaus, II. Doña Guadalupe Cer­
vantes y Michaus, III. Don Ignacio Cervantes y Ozta que falleció
en 1838 sin tomar estado, IV. Don José María, V. Doña Ana Ma­
ría, y VI. Doña María de los Angeles Cervantes y Ozta, fallecida en
1862 sin haber tomado estado. A cada uno de estos Señores, excep­
tuando el 3? y el 6° dedicaremos uno de los cuatro capítulos si­
guientes.

f
9

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

CAPITULO I.

Don José Juan Cervantes y Michaus, último Conde de Santiago


y Adelantado de Filipinas, fué casado en primeras nupcias con Do­
ña Ana Lebrija, sin sucesión; contrajo segundo matrimonio con Do­
ña Ana Pliego y González; hijos:
I. Licenciado Don Antonio Cervantes y Pliego, que casó (25 de
Noviembre de 1899) con Doña Esther Ruiz; hijos:
1. Don José Juan Cervantes y Ruiz.
2. Don Mauricio Cervantes y Ruiz.
3. Don Antonio Cervantes y Ruiz, que murió en la infancia.
II. Doña Manuela Cervantes y Pliego.
III. Doña Josefa Cervantes y Pliego.
IV. Doña Angela Cervantes y Pliego, casada (Enero de 1899)
con el Licenciado Don Joaquín Chausell; hijos:
íY

1. Doña Dolores Chaúsell y Cervantes. c*


2. Doña Estela Chausell y Cervantes, y
3. Don Joaquín Chausell y Cervantes.
V. Don José Juan Cervantes y Pliego, falleció en la infancia.

CAPITULO II.
I
Doña Guadalupe Cervantes y Michaus, contrajo matrimonio con
Don José Mariano (1) Sánchez Espinosa, Mora y Flores, que debió
ser 4? Conde de Santa María de Guadalupe del Peñasco (2) y tuvo
los siguientes hijos:
I. Don Antonio Espinosa y Cervantes, que debió ser el 5? Conde
del Peñasco, casó con Doña Guadalupe Cuevas y Morán (3); hijos:
1. Ingeniero Don José María Espinosa y Cuevas, que debía ser
el 6° Conde del Peñasco, Gobernador de San Luis Potosí, casó con
Doña Carmen Grande, de la que tiene la siguiente sucesión:
A. Doña Luz Espinosa y Grande, murió en la infancia.
B. Doña Guadalupe Espinosa y Grande.
XD En el artículo sobre los Condes de Santiago puse José María, debiendo ser José Ma­
riano.
(2) Véase artículo sobre los Condes de Santa María de Guadalupe del Peñasco.
(.3) Véase artículo sobre Marquesado de ViVanco y familia Cuevas.
frimeba fabte.
-—-——
MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

C. Doña Carmen Espinosa y Grande.


D. Doña María Concepción Espinosa y Grande.
E. Don José Mariano Espinosa y Grande.
F. Doña María de las Mercedes Espinosa y Grande, murió en la
infancia.
G. Don Rafael Espinosa y Grande.
H. Doña Guillermina Espinosa y Grande, murió en la infancia.
J. Don Francisco Espinosa y Grande.
2. Ingeniero Don Luis Espinosa y Cuevas, casó con Doña Rósa
Casanova; hij os:
A. Don Luis Espinosa y Casanova.
B. Doña Rosa María Espinosa y Casanova.
C. Don Alfonso Espinosa y Casanova.
D. Doña María Esperanza Espinosa y Casanova, y
E. Don Enrique Espinosa y Casanova.
3. Doña Guadalupe Espinosa y Cuevas, casada con Don
érrez de Monzón; hijos:

A. Doña Guadalupe Gutiérrez y Espinosa.
B. Doña Concepción Gutiérrez y Espinosa.
, €. Doña Virginia Gutiérrez y Espinosa.
D. Don Eduardo Gutiérrez y Espinosa.
E. Doña Rosario Gutiérrez y Espinosa.
F. Doña Elena Gutiérrez y Espinosa, y
G. Don Félix Gutiérrez y Espinosa.
4- Doña María Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
5- Doña Luz Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
'6 Don Javier Espinosa y Cuevas, casado en primeras nupcias con
Doña Juana Montgomery y en segundas nupcias con Doña Adelai­
da Pitman.
HIJOS DEL PRIMER MATRIMONIO.

A. Don Antonio Espinosa y Montgomery, y


B. Don Javier Espinosa y Montgomery.
HIJOS DEL SEGUNDO MATRIMONIO.

A. Don Eduardo Espinosa y Pitman.


B. Don Carlos Espinosa y Pitman, y

9
MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

C. Don Manuel Espinosa y Pitman.


7. Don Eduardo Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
8. Doña Paz Espinosa y Cuevas, casó con el Doctor Don Anice­
to Ortega y .Espinosa, primo suyo; hijos:
A. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
B. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
C. Doña Paz Ortega y Espinosa.
9. Don Vicente Espinosa y Cuevas.
10. Doña Elena Espinosa y Cuevas.
11. Doña Virginia Espinosa y Cuevas.
II. Don Manuel Espinosa y Cervantes, casado con Doña Carmen
Parra; hijos:
1. Doña Concepción Espinosa y Parra, que contrajo matrimonio
con Don Tomás Olavarría; hijos:
A. Doña Carmen Olavarría y Espinosa.
J) B. Doña Concepción Olavarría y Espinosa.
C. Doña Guadalupe Olavarría y Espinosa.
D. Doña María de las Mercedes Olavarría y Espinosa.
E. Doña María de los Angeles Olavarría y Espinosa.
F. Doña Luisa Olavarría y Espinosa.
G. Don Manuel Olavarría y Espinosa, y
H. Don Tomás Olavarría y Espinosa.
2. Don Manuel Espinosa y Parra, murió sin sucesión.
3. Don José Espinosa y Parra, casado con Doña María Ardila; hijos:
A. Doña Guadalupe Espinosa y Ardila.
B Doña Carmen Espinosa y Ardila.
C. Don Manuel Espinosa y Ardila.
D. Doña María de las Mercedes Espinosa y Ardila.
E. Don José Espinosa y Ardila, que murió en la infancia.
F. Doña María Espinosa y Ardila, y
G. Don José Ignacio Espinosa y Ardila.
4. Don Jesús Espinosa y Parra, murió en la infancia.
5. Doña María Guadalupe Espinosa y Parra, murió en la infancia.
6 Doña María de los Angeles Espinosa y Parra, casada con Don
José Valle; hijos:
A. Don José Valle y Espinosa.
} B. Don Angel Valle y Espinosa.
MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

c. Don Salvador Valle y Espinosa.


D. Doña Josefa Valle y Espinosa.
E? Don Rafael Valle y Espinosa.
7. Doña María Espinosa y Parra, casada con Don Eusebio
zález.
8. Don Francisco Espinosa y Parra, murió sin sucesión.
9. Don José de Jesús Espinosa y Parra.
10. Don Pedro Espinosa y Parra, casado con Doña Beatriz Re­
yes; hijo: !
A. Don Francisco Espinosa y Reyes.
11. Doña Carmen Espinosa y Parra.
12. Doña Dolores Espinosa y Parra.
J3- Don Joaquín Espinosa y Parra.
14. Doña Guadalupe Espinosa y Parra.
i5- Don Antonio Espinosa y Farra, y
16. Don Luis Espinosa y Parra.
III. Doña Loreto Espinosa y Cervantes, casada con el Doctor
Don Aniceto Ortega del Villar (1); hijos: w
1. Doña Enriqueta Ortega y Espinosa.
2. Lie. Don Manuel Ortega y Espinosa, viudo de Doña Beatriz
Hay; hij os:
A. Doña Beatriz Marta Ortega .y Hay.
B. Don Guillermo Ortega y Hay.
C. Don Manuel Ortega y Hay, y
D. Doña Rosa Ortega y Hay.
3. Ingeniero Don José Ortega y Espinosa, casado con Doña Con­
cepción Escudero y Pérez Gallardo.
4. Don Jacobo Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
5. Doña Guadalupe Ortega y Espinosa, que falleció, contrajo ma­
trimonio con Don Francisco Gámez y Buch; hijos:
A. Don Francisco Gámez y Ortega.
B. Don Angel Gámez y Ortega, y
C. Doña Guadalupe Gámez y Ortega.
6. Don Francisco Ortega y Espinosa, casado con Doña Matilde
Casanova; hijos:
'• I

■W (1) Véase artículo sobre Conde del Valle de Oploca.

c*
MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.
' íi
vj A. Doña Matilde Ortega y Casanova.
re\
B. Doña Catalina Ortega y Casanova, murió en la infancia.
C. Don Aniceto Ortega y Casanova.
D. Doña Margarita Ortega y Casanova.
E. Don Eduardo Ortega y Casanova, y
F. Don Francisco José Ortega y Casanova.
7¡ Doña Carmen Ortega y Espinosa, casada con Don Francisco
Gámez y Buch (viudo de Doña Guadalupe); hijos:
A. Don Manuel Gámez y Ortega, y
B. Don José Ignacio Gámez y Ortega.
8. Doña Loreto Ortega y Espinosa, que contrajo matrimonio con
el Lie. Manuel Escalante; hijos:
A. Doña Josefina Escalante y Ortega.
B. Don Manuel Escalante y Ortega.
C Doña Julia Escalante y Ortega.
D. Don Daniel Escalante y Ortega, y
E. Doña Eugenia Escalante y Ortega.
9. Doctor Don Aniceto Ortega y Espinosa, casó con su prima S>5
9)
Doña Paz Espinosa y Cuevas; hijos:
A. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia. &
B. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia. n.
C. Doña Paz Ortega y Espinosa.
10. Ingeniero Don Vicente Ortega y Espinosa.
11. Doña Dolores Ortega y Espinosa.
12. Doña María Ortega y Espinosa.
Esta familia vive en la casa número 3 de la 2* calle del Reloj, que
pertenece á su familia desde mediados del siglo XVI, por ser del
Mayorazgo formado por D. Luis de Castilla.
/7
CAPITULO III.

Don José María Cervantes y Ozta, casado con Doña Magdalena


Ay estarán y Castro (que falleció en 10 de Diciembre de 1847); este
Señor, según la ley de desvinculaciones, adquirió la mitad de los ex­
mayorazgos de Gutiérrez Altamirano y de Salinas, y debía haber
heredado también el título de Marqués de Salinas (1); pero ya en
•AW*.
(1) El título de Marqués de Salinas fué revalidado en España por el Marqués de Corbera
A
$
rEIMEBA PASTE.
■1
................................. " —w
L®) 22
& MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

& esa época estaban suprimidos los títulos en México. Falleció en 1867
y tuvo dos hijos, que son:
I. Don Ignacio Cervantes Ayestarán, que debería ser hoy Conde
de Santiago de Calimaya, Marqués de Salinas y Adelantado de las
Islas Filipinas; reside en Jalapa y es viudo de la Señora Doña Car­
men Cauz, de la que no tuvo sucesión; vendió la hacienda de Ateneo
y los bienes que le correspondieron de los mayorazgos.
II. Doña Guadalupe Cervantes Ayestarán (ya fallecida), casó con
Don Francisco Cauz (hermano de Doña Carmen); hijos:
1. Don José Antonio Cauz y Cervantes, en quien deberían recaer
los títulos citados, á la muerte de su tío Don Ignacio.
2. Doña Concepción Cauz y Cervantes.
B Doña Elena Cauz y Cervantes.
4- Doña Guadalupe Cauz y Cervantes, y
B Doña Ana Cauz y Cervantes.

CAPITULO IV.

Doña Ana María Cervantes y Ozta (muerta en 1899), casada con


Don Ignacio Algara y Gómez (fallecido en 1867); tuvo ocho hijos:
95,
I. Don Ignacio Algara y Cervantes, casado con Doña Francisca
González Buch; hijos:
1. Don Francisco Algara y González.
2. Doña María de la Luz Algara y González, casada con Don
Mauricio M. Campos y Elguero.
3. Doña Ana María Algara y González.
4. Don Angel Algara y González.
II. Don Francisco Algara y Cervantes, casado con Doña Josefa
Romero de Terreros (1); hijos:
1. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con Doña
María Schultz y Rincón Gallardo (2).
2. Don Manuel Algara y Romero de Terreros.
3. Don Fernando Algara y Romero de Terreros.
4. Don Angel Algara y Romero de Terreros (literato).

(1) Véase artículo relativo al Ducado de Regla, etc.


<(2) Véase artículo sobre Jos Marqueses de Guadalupe.

a
W>
------------------------------------------------ -------------------------------------------------------------------------------------------------

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con


¡ue Algernón Joy; hijos:
A. Don Enrique Joy y Algara.
B. Doña María Josefa Joy y Algara.
6. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, que falleció en 1897
sin sucesión.
III. Doña María de los Angeles Algara y Cervantes, que falleció
en la infancia en 1854.
IV. Licenciado Don José Algara y Cervantes, ex-Profesor de Le­
gislación Comparada y de Derecho Constitucional en la Escuela Na­
cional de Jurisprudencia, ex-Promotor del Juzgado 1? de Distrito, y
actualmente Subsecretario de Relaciones Exteriores, y autor de “Los
descendientes de Miguel de Cervantes Saavedra en México, Apuntes
genealógicos,” publicados en 1892. Sin tomar estado.
V. Don Antonio Algara y Cervantes, fallecido en 1890, casado

con Doña Guadalupe Terreros y Goríbar, Marquesa de Villahermo-


sa de Alfaro y de San Cristóbal, Condesa de Jala (1), sin hijos.
VI. Doña Ana Algara y Cervantes, viuda de Don José Cuevas y
Rubio, sin sucesión.
VIL Don Manuel Algara y Cervantes, Diputado, casado con Do-
ña Carlota'de Landero; hijos:
1. Doña Carlota Algara y Landero.
2. Doña Ana Elena Algara y Landero, y
3. Don Manuel Algara y Landero.
VIII. Don Javier Algara y Cervantes, Diputado, casado con Do­
ña Carmen Sánchez; hijos:
1. Don Delfín Algara y Sánchez.
2. Don Javier Algara y Sánchez.
3. Doña María del Carmen Algara y Sánchez.
4. Don Antonio Algara y Sánchez, y
5. Don José Algara y Sánchez.
--------- -———----- ——————— 4»

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

LIBRO TERCERO.

Don Miguel Cervantes y Velasco, poseyó el mayorazgo de Urru-


tia y el título de Marqués de Salvatierra desde 1802, que Doña Ana
f
de Velasco fué declarada Condesa de Santiago; y fué el último que
obtuvo del Rey de España, carta de sucesión definitiva de este títu­
lo. También firmó el Acta de Independencia de México, tuvo el em­
pleo de Capitán de la Guardia del Emperador Don Agustín Iturbi-
de y fué, además, Consejero de Estado, Gran Cruz de la Orden de
Guadalupe, General de la República, Gobernador del Distrito, etc.
Falleció en 1865 y sus restos descansan en el Molino de Flores,
& que fué de su propiedad, al lado de los de su hermano.
Dos veces contrajo matrimonio; la primera con la Señora Doña
María de Jesús Michaus, hermana de Doña María Ana, esposa de su
hermano el Conde de Santiago; de esa misma sólo tuvo una hija lla­
mada Doña Manuela Cervantes y Michaus, que falleció sin tomar
>
estado. Casó en segundas nupcias con Doña Joaquina Estanillo y
de ella tuvo siete hijos: I. Don José, II. Don Miguel, III. Don Juan,
IV. Doña María de la Paz, que casó con Don Francisco Schiaffino y
falleció sin sucesión, V. Doña Soledad, VI. Doña Rosario que no to­
mó estado, y VII. Don Jesús. <

CAPITULO I.

Don José Cervantes y Estanillo, que debió heredar el título de


Marqués de Salvatierra, fué casado con Doña Manuela Cortazar y
Ceballos (hija del General Don Luis Cortazar) (1), la que por su fa­
milia debía ser 4? Condesa de la Presa de Jalpa; hijos:
I. Doña Dolores Cervantes y Cortazar, que debía ser Marquesa
de Salvatierra y 5^ Condesa de la Presa de Jalpa, casó con Don An­

tonio’Riba y Echeverría (2) (murió en 1902); hijos:

(1) Véanse artículos sobre los Condados de la Presa de Jalpa y de Rábago.


(2) Véase artículo sobre la familia Echeverría.

f
--------------------------------- ---------------------------- =——--------------

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA. 25


•9

1. Don Antonio Riba y Cervantes. 55


2. Licenciado Don Luis Riba y Cervantes, casó (26 de Mayo
de 1900) con Doña María Concepción de Landa y Lozano (1); hijos:
A. Doña María Luisa Riba y Landa.
B. Don Antonio Riba y Landa, y
C. Don José Riba y Landa.
3 Don Enrique Riba y Cervantes, casó (15 de Julio de 1903) con
Doña Guadalupe Rincón Gallardo. (2)
4- Don Guillermo Riba y Cervantes.
5- Doña Guadalupe Riba y Cervantes.
6. Don Jacinto Riva y Cervantes.
7. Doña Ana María Riba y Cervantes, y
8. Don Manuel Riba y Cervantes, murió en la infancia (3).
II. Doña Enriqueta Cervantes y Cortazar, casada con Don José
Miguel Echeverría; hijo:
1. Don José Miguel Echeverría y Cervantes, muerto en la in­
fancia.
III. Doña Manuela Cervantes y Cortazar, contrajo matrimonio
con Don Nicolás Campero, Conde de Alcaraz (4); hijos:
1. Doña María Campero y Cervantes.
2. Don Manuel Campero y Cervantes.
IV. Doña Guadalupe Cervantes y Cortazar, fallecida en París en
Diciembre del año de 1890.

CAPITULO II.

Don Miguel Cervantes y Estapilio, segundo hijo del Marqués de


Salvatierra, falleció el 28 de Enero de 1901 y está enterrado en el
Molino de Flores; vivió muchos años en la casa de la i| calle del
Indio Triste núm. 12; estuvo casado con Doña Matilde Romero de
Terreros, también ya fallecida, hija única del primogénito de los
Condes de Santa María de Regla (5); tuvo los siguientes hijos:
(1) Véase artículo sobre la familia Landa de México.
(2) Véanse artículos sobre los Marqueses de Guadalupe, sobre el Ducado de Regla, etc., etc.
(3) Por un error se suprimieron en el artículo referente á los Condes de Santiago, los nú-
ffi'iros 6 y 8 en los hijos de Doña Dolores Cervantes y Cortázar y de Don Antonio Riba y G

Echeverría, que figuran completos en esta parte.


(4) Véanse artículos sobre los Marqueses del Apartado, Condes de Alcaraz, etc.
(6) Véanse artículos relativos á I03 Duques y Condes de Regla, etc.
MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

I. Don José Miguel Cervantes y Terreros, actual miembro de la


Junta Directiva del Nacional Monte de Piedad, como descendiente
del fundador; casó con Doña Leonarda Ríos; hijos:
1. Don Miguel Cervantes y Ríos.
2. Doña María de las Mercedes Cervantes y Ríos.
II. Don Pedro Cervantes y Terreros, residente en París, y que
no ha tomado estado.
III. Doña Matilde Cervantes y Terreros, que contrajo matrimo­
nio (Abril de 1899) con Don José de la Horga, Agregado á la Le­
gación de España en México.
IV. Don Alfonso María Cervantes y Terreros, muerto sin suce­
sión, y
V. Doña Ana María Cervantes y Terreros, que permanece soltera.

CAPITULO III.

Don Juan Cervantes y Estanillo, que nunca tomó estado, falleció f


hace pocos años; poseyó parte del Mayorazgo, desvinculado, de Al- ¡j
bornoz, consistente en las casas del callejón de Bilbao y Portal de
Mercaderes, que legó á su sobrina la Señora Cervantes de Riba. En
la noche del 21 de Junio de 1872, al salir del Teatro Nacional, fué
plagiado y llevado á una casa del callejón del Zacate, donde los mal­
hechores lo tuvieron debajo del pavimento, vendado y con los oídos
tapados con cera durante seis días; el suceso, como era natural, causó
bastante escándalo en México; la policía demostró mucha actividad
y los bandidos fueron castigados con todo el rigor de la ley.

CAPITULO IV.

Doña Soledad Cervantes y Estanillo, casada con Don Francisco


Schiaffino (su hermano político, viudo de Doña Paz Cervantes y
Estanillo); hija:
1® I. Doña María Schiaffino y Cervantes, casada con Don M™’^1
Veraza; hija:
i
1. Doña María Veraza Jy• Schiaffino.

í
——...... ..........

marquesado de santa fe de guardiola.

2. Don Joaquín de Ovando y Enciso, casó con Doña Alicia Al-


mendaro y Fenochio.
3. Doña Asunción de Ovando y Enciso.
4. Don José María de Ovando y Enciso.
5. Doña Encarnación de Ovando y Enciso.
6. Doña Guadalupe de Ovando y Enciso, y
7. Don Ignacio de Ovando y Enciso.
Esta familia reside en Puebla, antes en la calle de Ovando y ac­
tualmente en la de los Infantes.
II. Don José María de Ovando y Haro, casado con Doña Guada­
lupe Fernández é Ibarra; hijos:
1. Doña Guadalupe de Ovando y Fernández, casada con Don
Eduardo Martínez de Velasco; hijos:
A. Don Eduardo Martínez y Ovando.
B. Don José Martínez y Ovando.
C. Don Francisco Martínez y Ovando.
2. Doña Rosa Ovando y Fernández, casada con Don Juan Pére¿
y Acedo; hijo:
A. Don Luis Pérez y Ovando.
3- Don Carlos de Ovando y Fernández.
4- Doña María de Ocotlán de Ovando y Fernández.
5- Don Ignacio de Ovando y Fernández.
6. Doña María del Rosario de Ovando y Fernández.
7- Doña Concepción de Ovando y Fernández.
8. Don J osé María de Ovando y Fernández.

CAPITULO II.

Doña Concepción de Ovando y Cervantes, casó con el Señor Don-


Joaquín de Haro y Tamariz (hermano de Doña Encarnación); hijos:
I. Don Joaquín de Haro y Ovando; fué casado con Doña Paz Ma­
rrón (que ya falleció); hijos:
1. Doña Paz de Haro y Marrón, casada con Don Joaquín Palomo
y Rincón (1); hijo:
A. Don José Ignacio Palomo y Haro, murió en la infancia.

(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Guadalupe.


MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

2. Don Joaquín de Haro y Marrón.


3. Doña Josefina de Haro y Marrón.
4. Don José María de Haro y Marrón.
II. Doña Concepción de Haro y Ovando, contrajo matrimonio con
Don Antonio S. Miera (ambos difuntos); hijos:
1. Doña María Miera y Haro, casada con Don Tomás Cassou; hijos:
A. Don Carlos María Cassou y Miera.
B. Don Luis Cassou y Miera, murió en la infancia.
2. Don Luis Miera y Haro.
3. Doña Carolina Miera y Haro.
4. Doña Josefina Miera y Haro.
5. Doña Rosa Miera y Haro.
6. Don Antonio Miera y Haro, y
7. Don Fernando Miera y Haro.
III. Doña Guadalupe de Haro y Ovando, sin tomar estado.
IV. Don José María de Haro y Ovando, murió sin sucesión.
V. Don Ignacio de Haro y Ovando, viudo de Doña Cristina Gó­
mez; hij os:
1. Doña Concepción de Haro y Gómez.
2. Doña María Luisa de Haro y Gómez, y
3 Doña Guadalupe de Haro y Gómez.
VI. Doña Soledad de Haro y Ovando, sin tomar estado.

CAPITULO III.

Doña Dolores de Ovando y Cervantes, casó con el Señor


tonio de Haro y Tamariz (que figuró mucho en la política del País
en los comedios del pasado siglo XIX; y murió de novicio en la Com­
pañía de Jesús en Roma, con permiso de su esposa que vivía cuando
él entró de novicio); hija única:
I. Doña Asunción de Haro y Ovando, casada con Don Francisco
Pérez Salazar; hijo:
1. Don Francisco Pérez Salazar y Haro.

FBUÍEBA FABTE.
30 MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

LIBRO QUINTO.

Doña Pascuala Cervantes y Velasco, fué dos veces casada; la se­


gunda con Don Manuel Gómez Gallo, del que no tuvo sucesión; la
primera con Don Joaquín de Ovando y Parada (tío en séptimo gra­
do de su esposa, como primo segundo que era de Doña Ana de Ve- I
lasco y sobrino segundo de Doña María Bárbara de Ovando; así co­
mo Don Joaquín descendía de Don Bartolomé de Ovando y Vargas,
cuyos hijos vinieron á establecerse en Nueva España; Don Joaquín
era hermano menor de Don José María, de cuya descendencia nos
hemos ocupado en el libro anterior). Tuvieron una hija, Dona Do­
lores.

CAPITULO ÚNICO.

Doña Dolores de Ovando y Cervantes, contrajo matrimonio con


Don Manuel de Haro y Tamariz; hijos:
I. Don Manuel de Haro y Ovando, casó con Doña Angela Mateos
(ambos difuntos); hijos:
1. Don Manuel de Haro y Mateos, casó con Doña Luz Bretón;
hijos:
A. Doña Lucila de Haro y Bretón.
B. Doña Carmen de Haro y Bretón.
C. Don Jorge de Haro y Bretón.
D. Doña María Luisa de Haro y Bretón.
E. Doña Julia de Haro y Bretón.
F. Doña María de la Luz de Haro y Bretón, y
G. Doña María de la Paz de Haro y Bretón.
2. Don José María de Haro y Mateos, casó con Doña Guadalupe
Rosales y murió sin sucesión
3. Don Luis de Haro y Mateos, casó con Doña Carmen Rosales

> . ..
murió sin sucesión.

:---------------------------------------
ZOj
MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

4. Doña Dolores de Haro y Mateos, casada con Don Ramón


Mantilla; hijos:
A. Don Ramón ■Mantilla y Haro. II
B. Doña Paz Mantilla y Haro.
C; Doña Carmen Mantilla y Haro.
D. Doña María Luisa Mantilla y Haro.
II. Doña Paz de Haro y Ovando, religiosa de Santa Teresa, mu-
rió siendo la Superiora del convento.
III. Don Amado de Haro y Ovando, casado con Doña Carolina
García Teruel; hijos:
1. Don Enrique de Haro y Teruel.
2. Doña María de Haro y Teruel, casó con Don Agustín Cas-
tro (1); hijo:
A. Don Agustín Castro y Haro.
3. Don Amado de Haro y Teruel.
4. Daña María de los Angeles de Haro y Teruel, casó con Don
Roberto Graue; hija:
A. Doña María de los Angeles Graue y Haro. Ha

LIBRO SEXTO.

Don Rafael Cervantes y Velasco, séptimo hijo del General Cer-


vantes y de la Condesa de Santiago Doña Ana de Velasco, fué ca­
sado con Doña Manuela de Ozta y Cotera, hija de la 3? Marquesa
de Rivascacho y hermana de la esposa del 12? Conde de Santiago;
-tuvo tres hijos: I. Doña Guadalupe, II. Doña Carmen, que no tomó
estado, y III. Don Juan Javier.

CAPITULO I.

Doña Guadalupe Cervantes y Ozta, contrajo matrimonio con Don


Antonio Morán y Vivanco, que debió ser 4? Marqués de Vivan-
■*co (2); hijos:

(1) Nieto del General Don Antonio López de Santa-Anna.


(2) Véase artículo sobre los Marqueses de Vi vaneo.
t
AjRa AjR?.

32 MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

I. Doña Guadalupe Morán y Cervantes, casada con Don Pedro-


Gorozpe y Echeverría (1), Presidente de la Sociedad Agrícola; hijos:
1. Ingeniero Don Manuel Gorozpe y Morán, casó con Doña Ma­
ría Luisa Manterola; hijos:
A. Don Manuel Gorozpe y Manterola.
B. Doña María Luisa Gorozpe y Manterola.
C. Doña Guadalupe Gorozpe y Manterola, y
D. Don Pedro Gorozpe y Manterola.
2. Don Pedro Gorozpe y Morán, casado con Doña Concepción
Gorozpe (su prima); hijos:
A. Doña Concepción Gorozpe y Gorozpe.
B. Doña Carmen Gorozpe y Gorozpe, y
C. Doña Dolores Gorozpe y Gorozpe.
3- Doña María Gorozpe y Morán, religiosa del Sagrado Corazón.
4- Doña Guadalupe Gorozpe y Morán, casada con Don Luis de
la Sota; hijos:
A. Doña Guadalupe de Sota y Morán, murió en la infancia.
B. Don Luis Sota y Morán, y
C. Doña Carmen Sota y Morán, murió en la infancia.
5. Doña María de los Dolores Gorozpe y Morán.
6. Ingeniero Don Ignacio Gorozpe y Morán, y
7. Doña María de la Luz Gorozpe y Morán.
II. Doña María de los Angeles Morán y Cervantes, casada con
Don Antonio Rubio (que ya falleció); hijos:
1. Doña Carmen Rubio y Morán, y
2. Don José Rubio y Morán.
III. Don Rafael Morán y Cervantes, casado con Doña María
Gargollo; no han tenido sucesión; este Señor debería ser 5? Marqués
de Vivanco.
.IV. Doña Dolores Morán y Cervantes, sin tomar estado.
V, Doña María Morán y Cervantes, casada con Don Ramón Por­
tilla, sin sucesión.
VI. Doña María de la Luz Morán y Cervantes, sin tomar estado.

(1) Véase artículo sobre la familia Echeverría.

yxS' vqis*
e

MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

CAPITULO II.

i
Don José Javier Cervantes y Ozta, que por la muerte de su tía Do­
ña Guadalupe Ceballos y Padilla, debería haber sido Marqués de San­
ta Fe de Guardiola, casó con Doña Soledad Vivanco y de la La-
i- ma; hijos:
i. Don Javier Cervantes y Vivanco, casado con Doña Catalina
Anaya; hijos:
1, Don Javier Cervantes y Anaya.
2. Don Fernando Cervantes y Anaya.
3- Don José Cervantes y Anaya.
4- Doña Catalina Cervantes y Anaya, y
5- Don Alfonso Cervantes y Anaya.
II. Doña María Manuela Cervantes y Vivanco, religiosa del Sa­
I

grado Corazón.
III. Doña María de la Luz Cervantes y Vivanco.
IV. Lie. Don Rafael Cervantes y Vivanco.
V. Don Ignacio Cervantes y Vivanco, casado con Doña María
Fonseca.
VI. Doña Guadalupe Cervantes y Vivanco, casó con Don Fran­
cisco G. Arce.
1
I

LIBRO SEPTIMO.
I

Doña María Ana Cervantes y Velasco, última hija del Conde de


Santiago, casó con el Señor Don José María Cacho y tuvo dos hi­
jas: I. Doña María de los Angeles y II. Doña Bernarda.

CAPITULO I.
1

Doña María de los Angeles Cacho y Cervantes casó con Don Mi-

gguel Malo y tuvo doce hijos:


PARTE.
34 MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

I. Don Jesús Malo y Cacho, casó con Doña Guadalupe Pérez


Palacios; hijos:
1. Don Jorge Malo y Pérez Palacios, y
2. Don Guillermo Malo y Pérez Palacios.
II. Don Luis Malo y Cacho, murió sin sucesión.
III. Doña Ana Malo y Cacho, casó con Don Antonio Suárez Lo­
zano; hijos:
1. Don Antonio Suárez y Malo, y
2. Doña Ana Suárez y Malo.
IV. Don Emilio Malo y Cacho, murió sin sucesión. I
V. Don Luis Malo y Cacho, murió sin sucesión.
VI. Don Manuel Malo y Cacho, murió sin sucesión.
VII. Doña Angela Malo y Cacho, casó con Don José Fernández
Guerra, sin sucesión.
VIII. Doña Trinidad Malo y Cacho, sin tomar estado.
IX. Doña Soledad Malo y Cacho, casó con Don Fernando An-
drade y Garayalde, murió sin sucesión. *

X. Don Agustín Malo y Cacho, soltero.


XI. Doña Concepción Malo y Cacho, casó con Don Luis Berde-
ja; hijos:
%
1. Doña Guadalupe Berdeja y Malo.
2. Doña María Luisa Berdeja y Malo, y
3. Doña Dolores Berdeja y Malo.
XII. Don Francisco Malo y Cacho, soltero.

CAPITULO II.

Dona Bernarda Cacho y Cervantes, casó con Don Pedro Nava-


rrete; hijos:
I. Don Pedro Navarrete y Cacho, casó con Doña Clementina Es­
pinosa de los Monteros; hijos:
1. Doña Raquel Navarrete y Espinosa de los Monteros.

2. Doña Eva Navarrete y Espinosa de los Monteros.


3- Don Roberto Navarrete y Espinosa de los-Monteros.
4- Don Pedro Navarrete y Espinosa de los Monteros.
5- Doña Esperanza Navarrete y Espinosa de los Monteros.
6. Doña María Navarrete y Espinosa de los Monteros.
MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

7- Doña Luisa Navarrete y Espinosa de los Monteros.


8. Doña Clementina Navarrete y Espinosa de los Monteros
II. Don José Navarrete y Cacho, casó con Doña Ana Castañeira;
sin sucesión.
III. Doña Dolores Navarrete y Cacho, murió sin sucesión.
IV. Doña Elena Navarrete y Cacho, casó con Don Simón Gon­
zález; sin sucesión.
V. Don Alfredo Navarrete y Cacho, murió sin sucesión.

QUINTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Escudo cuartelado. El primer cuartel á la derecha, por Padilla, en


campo azur tres padillas de plata.
El segundo cuartel á la izquierda, por Guardiola, escudo flanquea­ 9

do, el jefe y la punta de gules con cinco bastones de oro; los flancos
de ese metal y un ojo en cada uno: bordura dividida en cuatro pie­
zas de plata alternadas con cuatro de gules, cargadas éstas de un cas­
tillo de oró y las otras de un león rapante de su color con dos llaves
sobre cada león.
El tercer cuartel, á la derecha, partido: el primer blasón cuartelado,
siendo el i? en campo de gules torre de oro; el 2- y 3? las sangrien­
tas barras de Aragón y el 4? en campo de plata león rapante de sa­
ble, teniendo el jefe y la punta del i- y 2° cuarteles tres fajas de gu­
les, plata y azur. El segundo blasón á la izquierda, por Guzmán, es­ 9

cudo flanqueado, jefe y punta de azur con una caldera de oro jaque­
lada de gules; flancos de plata con cinco armiños en aspa.
El cuarto cuartel á la izquierda, cuartelado; el primer blasón á la
derecha escudo de gules con torres de oro y cortinado de plata con
un león rapante de su color; el segundo blasón á la izquierda, tron­
chado por una banda sable, en la parte superior en campo de gules,
torre de oro, y en la inferior en campo de plata, león rapante de su
Color: el tercer blasón á la derecha, por Sandoval, en campo de oro
banda sable: y el cuarto blasón á la izquierda, por Rojas, en campo
^de oro cinco estrellas sable, de cinco puntas.
MARQUESADO DE SANTA FE DE GUARDIOLA.

Escusón formado de un campo de azur cortinado de plata con un


león rapante de su color, que lleva una bandera de plata en una ma­
no; bordura de gules con once torres de oro.
Timbrado el escudo general con la cruz de Calatrava y corona
de Marqués, llevando encima en una lista de plata un lema que par­
tiendo del centro dice de derecha á izquierda y viceversa: ‘'CONDE
OE BARZELONA Ó LA GUARDA.”

9
ARMAS DIX FRiMER MARQUÉ t># . <»>■'.' í»c AGUI '"*>
.* de un campo de azur cortinado de plata con ún
J i color, que lleva una bandera de plata en una ma-
con once torres de oro.
-s escudo general con la cruz de Calatrava y corona
llevando encima en una lista de plata un lema que par-
c otro dice de derecha á izquierda y viceversa: “CONDE
ZELONA Ó LA GUARDA.”
ARMAS DEL PRIMER MARQUÉS DE SAN MIGUEL DE AGUAYO.
La
T ip. y L it . “
MARQUESADO DE SAN MIGUEL DE AGUAYO.

PRIMERA PARTE.
TITULOS DE MARQUÉS Y VIZCONDE DE LA VILLA DE SAN MIGUEL
DE AGUAYO CONCEDIDOS POR EL REY DON CARLOS II
EN MADRID, EL 23 DE NOVIEMBRE DE 1682, Á DON AGUSTIN DE
ECHEVERZ Y ZUBIZA, CABALLERO DE SANTIAGO.

ON CARLOS por la gracia de Dios Rey de Castilla, de


León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Na­
varra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de
Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córce­
ga, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algecira, de
Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orienta­
les y Occidentales, Islas y Tierra firme del mar Océano, Archidu­
que de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y Milán, Conde de
Hapsburg, de Flandes, de Tiro!, Rosellón y Barcelona, Señ’or de
Vizcaya y de Molina, etc.
Teniendo atención á lo que vos, Don Agustín de Echeverz y Su­
biza, Caballero de la Orden de Santiago, me habéis servido por es­
pacio de diez y siete años en las Indias contra los rebeldes, con los

ái
puestos de Capitán protector, Capitán á guerra y Teniente de Capi­
tán General, consiguiendo vuestro valor, celo y prudencia, muy alen­
dadas operaciones y útiles efectos en el servicio de Dios y mío, per-
PARTE.
ytS’ PJV X<
® 2 MARQUESADO DE LA VILLA DE SAN MIGUEL DE AGUAYO.
*
suadiendo á aquellos gentiles al verdadero conocimiento de nues­
tra santa fe y mi vasallaje, y atendiendo á lo que mereció Don Pe­
dro de Echeverz Espinal y Toro, vuestro padre, muchos años en la
milicia, de soldado, Alférez y Capitán en el ejército que se formó en
Navarra el año de mil y seiscientos treinta y ocho, y en las fortifica­
ciones de Fraga gobernando dos compañías, ejecutando acciones sin­
gulares, y á que Don Pedro de Echeverz vuestro abuelo sirvió á su
costa con su persona y dos soldados en todas las ocasiones que ep
su tiempo se ofrecieron en Navarra, con aprobación de los Virreyes,
y Don Martín y Don Francisco de Toro, vuestros tercero y cuarto
abuelos, sirvieron al Emperador Carlos V, mi rebisabuelo y Señor,
en las guerras de Alemania, Hungría, Transilvania, Italia, Argel,
Florencia y Perpiñán, obteniendo puestos de graduación con tal va­
lor que mereció Don Francisco le armase Caballero su Majestad Ce­
sárea; y otros vuestros ascendientes que han continuado el real ser­
vicio con eficaz y valeroso celo desde el año de mil cuatrocientos
cuarenta y nueve, en cuya consideración por más honrar y sublimar
vuestra persona y antigua calidad, en decreto señalado de mi Real
mano de treinta de Marzo de este año os hice merced de título de
Marqués en Castilla para vos, vuestros herederos y sucesores, y por­
que habéis elegido para nombraros la Villa de San Miguel de Agua­
yo, conformándome con ello es mi voluntad que ahora y de aquí ade­
lante vos el referido Don Agustín de Echeverz y Subiza y vuestros
herederos y sucesores, cada uno en su tiempo, perpetuamente para
siempre jamás, os podáis llamar é intitular, os llaméis é intituléis, lla­
men é intitulen, y os hago é intitulo Marqués de la Villa de San
Miguel de Aguayo. Y por esta mi carta mando á los Infantes, Pre­
lados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres, Priores de las
Ordenes, Comendadores y Subcomendadores, Alcaides de los Casti­
llos y Casas fuertes y llanas, y á los del mi Consejo, Presidentes y
Oidores de las mis Audiencias y Cancillerías, y á todos los Consejos,
Corregidores, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes Mayores y Ordi­
narios, Alguaciles, Merinos, Prebostes, y á otros cualesquier mis
Jueces y Justicias y personas de cualquier estado, calidad, condición,
preeminencia ó dignidad que sean mis vasallos, súbditos y naturales,
así á los que ahora son como á los que adelante fueren, y á cada uno
v cualquiera de ellos, que os hayan y tengan, llamen é intitulen, as|.
MARQUESADO DE LA VILLA DE SAN MIGUEL DE AGUAYO.

á vos el referido Don Agustín de Echeverz y Subiza como á cada


uno de los dichos vuestros herederos y sucesores, en su tiempo Mar­
qués de la Villa de San Miguel de Aguayo, y os guarden y hagan ’
guardar todas las honras, franquezas, libertades, exenciones, preemi­
nencias, prerrogativas, gracias, mercedes y demás ceremonias que se
guardan y deben guardar á todos los otros Marqueses de estos mis
Reinos, todo bien y cumplidamente, sin faltaros cosa alguna, y por­
que según las órdenes dadas por el Rey, mi señor y padre (que san­
ta gloria haya), á las personas á quien se diere título de Marqués ó
Conde ha de preceder primero el de Vizconde y quedar éste suprimi­
do, por despacho de este día os he dado título de Vizconde de San
Miguel de Aguayo, el cual conforme á dichas órdenes queda roto y
cancelado en mi Secretaría de la Cámara y Estado de Castilla, y
prevenido en su registro que no tenga efecto ni se dé por perdido,
duplicado ni en otra forma en tiempo alguno. Y si de este mi despa­
cho y de la gracia y merced en él contenida, vos el dicho Don Agus­
tín de Echeverz y Subiza ó cualquiera de vuestros herederos y su­
cesores, en cualquier tiempo quisiéredes ó quisieren privilegio y con­
firmación, mando á los mis Concertadores y Escribanos Mayores de
los privilegios y confirmaciones y á los mis Mayordomo, Canciller y
Notario Mayor y á los otros Oficiales que están á la tabla de mis se­
llos, que os la den, libren, pasen y sellen lo más fuerte, firme y bas­
tante que les pidiéredes y menester hubiéredes, y se declara que por
el título de Vizconde habéis dado satisfacción al derecho de la media
anata y también de la merced del de Marqués, que ésta importó qui­
nientos sesenta y dos mil quinientos maravedises que han de pagar
conforme á reglas todos los sucesores en este título, del cual ha de
tomar la razón Luis Antonio Daza mi Secretario y del Registro ge­
neral de mercedes dentro de los primeros cuatro meses.
Dada en Madrid á veintitrés de Noviembre de mil seiscientos ochen­
ta y dos años.—Yo el Rey.—Rúbrica.—Yo Don Juan Terán y Mon-
jaraz, Secretario del Rey nuestro señor lo hice escribir por su man­
dado.—Don Fray Juan, Obispó de Jaén.—Doctor Don García de
Medrano,—Don Pedro Gil de Alfaro.—Don José Vélez.—Rúbricas.
I ’
l !

.......

MARQUESADO DE LA VILLA DE SAN MIGUEL DE AGUAYO.

SEGUNDA PARTE. •
GENEALOGIA DE LOS MARQUESES.

\er. Marqués, Don Agustín dé Echeverz Subiza y Espinal, Señor


de la Villa de San Miguel de Aguayo y su barrio de Santa Olalla en
Castilla la Vieja, Montañas de Burgos, Señor de los Palacios de Es­
parza, Gobernador y Capitán General del Nuevo Reino de León en
la Nueva España, Alguacil Mayor perpetuo y hereditario del Reino
de Navarra, casó con Doña Francisca de Valdés Alcega y Urdínola, I
hija mayor de Don Luis de Valdés y Rejano, Caballero profeso de la
Orden de Santiago, Gobernador y Capitán General de las Islas de
San Bartolomé y San Martín y de la Provincia de la Nueva Viz­
caya, del Consejo de la Guerra de los Estados de Flandes y Caste­
llano del Castillo de Gante, y de Doña María de Alcega y Urdínola,
su mujer, poseedora de gruesas Haciendas y Minas de plata del Río
Grande, jurisdicción de las de Sombrerete en la Nueva Galicia, que
ella había heredado de su padre (i), uno de los primeros conquista­
dores de este país. La Marquesa después de la muerte de su espo­
so erigió el Mayorazgo de su casa con imposición de las armas y
nombre de los Echeverz, declarándolo incompatible con ningún otro
mayorazgo ó título Fué su hija la
2^ Marquesa, Doña Ignacia Javiera de Echeverz y Valdés, casó
en primeras nupcias con Don Francisco de Sada y de Garro Nava­
rra Javier Alarcón, Vizconde de Molina y tercer Conde de Javier, y
de quien tuvo una hija llamada Doña María Isabel Aznares de Sada
y de Garro Navarra y Javier (2), casó en segundas nupcias con Don
Pedro Gaspar Enríquez de Lacarra Navarra Alava y Esquivel, se-
í
(1) Este fué el General Francisco de Urdínola, célebre Conquistador, primer Gobernador
y Capitán General de la Nueva Vizcaya, natural del Valle de Oyarzum, hijo de Juan de Ur­
dínola y de Isabel de Larrumbide. Las armas de Urdínola son: de gules el Castillo de oro
superado de una estrella de lo mismo, rodeado de dos ramos de sinople que van desde la
puerta á las almenas; la bordura de sinople con las palabras: Urdínola Antiquissimum So-
lium.—Lema: Virtus in Actu.
(2) Fué por su propio derecho cuarta Condesa de Javier, Vizcondesa de Zolina y de Ma-
ruzával de Andión, Marquesa de Cortes, Maríscala de Navarra; no heredó la Casa de su ma­
dre por la incompatibilidad absoluta á que hicimos referencia en su lugar. Casó con Don
Antonio Francisco de Idiáquez y Garnica, segundo Duque de Granada de Gea, Grande de
spaña de Primera Clase, cuya ilustre descendencia existe en aquella Nación.
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MARQUESADO DE LA VILLA DE SAN MIGUEL DE AGUAYO.

gundo Conde de Ablitas, Vizconde de Valderro, Barón de Ezpele-


ta, Señor de Barriozar, la Peña, Marquínez y Mariscal de Navarra,
que también se tituló Marqués de Castelnau y Barón de Noellan en
Francia, de este segundo matrimonio tuvo dos hijos que murieron
en la infancia; contrajo su tercero y último enlace con Don José Ra­
món de Azlor y Virto de Vera, segundo de la Casa de Guara. En
1712 se trasladaron estos Señores á la Nueva España para estar al
cuidado de las grandes heredades que la Marquesa poseía. El Rey
por Real Cédula de 9 de Octubre de 1727 les había dado facultad
para erigir un nuevo Mayorazgo, así de los pingües dominios que
poseían en la Nueva Galicia y la Nueva Vizcaya como de los bienes
libres que ella había heredado en Navarra. La Marquesa murió el
25 de Noviembre de 1733 y el Marqués el 7 de Marzo de 1734; fue­
ron enterrados en la Capilla de San Francisco Javier de la Iglesia del
Colegio de Jesuítas de Santa María de las Parras. Había tenido esta
señora en su tercer matrimonio cuatro hijos y cuatro hijas, de las
cuales solo sobrevivieron dos. La segunda fué Doña María Ignacia
Azlor y Echeverz, que nació en la Hacienda de San Francisco de
los Patos el 9 de Octubre de 1715, tomó el hábito de monja en el
Convento de la Enseñanza de Tudela de Navarra, y fué la piadosa
fundadora del de la Enseñanza de México, del que fué la primera
Priora y murió en olor de santidad. La fundación se hizo á expensas
de su sobrino el cuarto Marqués. La primogénita del tercer matri­
monio de la segunda Marquesa fué la
3* Marquesa, Doña María Josefa Micaela de Azlor y Echeverz,
nacida en Pamplona el 8 de Mayo de 1707, casó el 2 de Julio de 1735
en el Oratorio de su Hacienda de San Francisco de los Patos, con
Don Francisco de Valdivielso y Mier, primer Conde de San Pedro
del Alamo, Mariscal de Campo de los Reales Ejércitos, etc., etc., na-
cido en la Villa de Santillana (Santander) el 9 de Marzo de 1683 é
hijo de Don Andrés de Valdivielso y Barreda-Yedra, y de Doña Ca­
tarina de Mier Barrera Bracho y Ceballos; y tuvieron por hijo al
4? Marqués, (1), Don Pedro Ignacio de Echeverz Espinal y Val­
divielso, Gentil-hombre de Cámara de S. M., Alguacil Mayor del

(1) Don Francisco Fernández de Béthencourt, en su notable y erudita '‘Historia Genea­
lógica y Heráldica de la Monarquía Española,” tom. III, págs. 559 y 660, dice: que el cuar­
to Marqués fué Don José Francisco de Valdivielso Azlor y Echeverz; en esto sufrió un erre
-———--------------- ------------ ~

6 MARQUESADO DE LA VILLA DE SAN MIGUEL DE AGUAYO.


e)

R. y S. C. de Navarra, casó (i) en terceras nupcias con Doña Ana
9)
Gertrudis Vidal de Lorca y Pinzón (2), y tuvieron por hijo al
5° Marqués, Don José ¿María Echeverz, Espinal Valdivielso y Vi­
dal de Lorca, Caballero Maestrante de la Ronda, etc., etc., (3), casó
en primeras nupcias con Doña Teresa Lagaurrieta, y en segundas
con Doña Antonia Villamil, Primo y Rodríguez de Velasco. Del pri­
mer matrimonio tuvo dos hijas y del segundo tres. La hija del primer
matrimonio fué la que debía ser la
6* Marquesa, Doña Javiera Valdivielso y Lagaurrieta, casó con Don
José Adalid, de cuyo matrimonio tuvo tres hijas. La que debió ser la
7? Marquesa, Doña Josefa Adalid y Valdivielso, murió sin suce­
sión; y su sobrino debió ser el
8? Marqués, Don José Gómez de la Cortina y Adalid (4), Cónsul
de Mazatenango, casó en primeras nupcias con Doña Pilar Calvo y
en segundas con Doña Josefina Estrada.
<1
Hijos del primer matrimonio:
Primero.—Doña Soledad Gómez de la Cortina y Calvo, y
Segundo.—-Don Manuel Gómez de la Cortina y Calvo.
Hijos del segundo matrimonio:
Tercero.—Don Jesús Gómez de la Cortina y Estrada, murió en
£
la infancia, y
Cuarto.—Don Jesús Gómez de la Cortina y Estrada. f

el distinguido genealogista (de quien he tomado la mayor parte de los datos de los tres pri­
meros Marqueses), pues en la Relación de servicios y méritos de Don José Francisco de Val-
divielso, impresa en México en Mayo 24 de 1772, consta que este señor fué Conde de San
Pedro del Alamo y no Marqués de San Miguel de Aguayo, como lo asienta aquel escritor.
(1) Tres veces. En primeras nupcias no sé con quién; en segundas con Doña Gertrudis
Sánchez de Tagle y Gallo de Pardiñas, y en terceras con Doña Aria Vidal de Lorca. De es­
tos matrimonios tuvo treinta hijos, de los que supongo que muchos murieron en la infancia.
(2) Hija de Don Melchor Vidal de Lorca y Villena, y de Doña Francisca Martínez de
Pinzón.
(3) Fueron sus hermanos, entre otros, Don Francisco Valdivielso, casado con la Condesa
de San Pedro del Alamo, Doña Dolores Valdivielso de Valdivielso, Doña Rafaela Valdi­
vielso, Marquesa de la Cadena, y el Excelentísimo Señor Don Ignacio Valdivielso y Vidal de
Lorca, tercer hijo del cuarto Marqués—nació en México el 30 de Julio de 1805, murió en Pa­
rís el 17 de Mayo de 1861—fué Ministro Plenipotenciario de México en España, en 1844,
Caballero Gran Cruz de la Orden de Pío IX, de Francisco I de Nápoles, de la Orden de Cris­
to, etc., y legó todos sus bienes para fundar un hospital en México para los enfermos de los (®

ojos.
(4) Hijo de Doña Soledad Adalid y Valdivielso, hermana de la séptima Marquesa, y de §
Don Manuel Gómez de la Cortina y Rivas (véase artículo sobre los Condes de la Cortina, etc.) F7»
TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DEL QUINTO MARQUÉS.

Don José María de Echeverz Espinal Valdivielso y Vidal de Lor-


ca, Caballero Maestrante de la Ronda, etc., etc., casó en primeras
nupcias con Doña Teresa Lagaurrieta, y en segundas con Doña An­
tonia Villamil (i). Del primer matrimonio tuvo dos hijas, que fueron
Doña Javiera Valdivielso y Lagaurrieta, y que servirá de tema al ca­
pítulo primero de esta parte, y Doña Bibiana Valdivielso y Lagau­
rrieta, que servirá de tema al capítulo segundo de esta parte; de su
segundo matrimonio tuvo tres hijas: la I. Doña María Guadalupe Val­
divielso y Villamil, monja Teresa; la II. Doña Dolores Valdivielso
y Villamil, que servirá de tema al capítulo tercero de esta parte, y la
III. Doña Concepción Valdivielso y Villamil, que ocupará el capítulo
cuarto.

CAPITULO I.

Doña Javiera Valdivielso y Lagaurrieta, que debió ser la sexta


Marquesa, casó con Don José Adalid, y tuvo tres hijas:
Primera.—Doña Josefa Adalid y Valdivielso, que debió ser sépti­
ma Marquesa, murió sin sucesión.
Segunda.—Doña Manuela Adalid y Valdivielso, murió sin su­
cesión.
Tercera.—Doña Soledad Adalid y Valdivielso, casó con Don Ma­
nuel Gómez de la Cortina y Rivas (2); hijos:
I. Doña Paula Gómez de la Cortina y Adalid, casada con Don
Santiago Jimeno; hijos: ,
(1) Hermana de Doña Josefa Villamil, Condesa de Regla; de Doña Paz Villamil, Mar­
quesa de Guadalupe; de Don Gerónino Villamil, Marqués de la Cadena, é hijos todos de Don
José Gerónimo López de Peralta, Villar Villamil y Primo (Caballero de la Orden de Cala-
trava), y de Doña Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio, hermana de Doña Josefa Rodrí­
guez de Velasco, Marquesa de Uluapa; nietos de Don Gerónimo López de Peralta, Villar Vi­
llamil y Alvarado; de Doña Josefa Primo Villanueva; de Don Antonio Rodríguez de Velasco
y de Doña Ignacia Osorio Barba.
(2) Véanse artículos sobre el Condado de la Cortina y Marquesado de Morante. ¿
MARQUESADO DE LA VILLA DE SAN MIGUEL DE AGUAYO.

1. Don Manuel Jimeno y Gómez de la Cortina, murió en la in­


fancia.
2. Doña Agustina Jimeno y Gómez de la Cortina, casada con Don
Reinaldo Galindo; hijos:
A. Don Santiago Galindo y Jimeno, murió en la infancia.
B. Don Reinaldo Galindo y Jimeno.
C. Don Mariano Galindo y Jimeno.
D Don Javier Galindo y Jimeno, y
E. Doña Paula Galindo y Jimeno.
3. Doña Javiera Jimeno y Gómez de la Cortina, casada con el Se­
ñor Licenciado Don Manuel Legorreta.
4. Doña Paula Jimeno y Gómez de la Cortina.
5. Doña Soledad Jimeno y Gómez de la Cortina.
6. Doña María Jimeno y Gómez de la Cortina, viuda de Don Jo­
sé Vera.
7. Doña Mercedes Jimeno y Gómez de la Cortina.
8. Don Santiago Jimeno y Gómez de la Cortina.
9. Doña Carmen Jimeno y Gómez de la Cortina.
s.
10. Doña Paz Jimeno y Gómez de la Cortina.
11. Doña Consuelo Jimeno y Gómez de la Cortina, murió en la
infancia, y
12. Doña Consuelo Jimeno y Gómez de la Cortina.
II. Don José Gómez de la Cortina y Adalid, que debía ser octavo
Marqués de San Miguel de Aguayo, casó en primeras nupcias con
Doña Pilar Calvo y en segundas con Doña Josefina Estrada; actual­
mente Cónsul en Mazatenango.
Hijos del primer matrimonio:
1. Doña Soledad Gómez de la Cortina y Calvo.
2.. Don Manuel Gómez de la Cortina y Calvo.
Hijos del segundo matrimonio:
3. Don Jesús Gómez de la Cortina y Estrada, murió en la infancia.
4. Don Jesús Gómez de la Cortina y Estrada.
III. Doña María de Jesús Gómez de la Cortina y Adalid.
MARQUESADO DE LA VILLA DE SAN MIGUEL DE AGUAYO. 9@

CAPITULO II.

Doña Bibiana Valdivielso y Lagaurrieta (i), (segunda hija del pri­


mer matrimonio del quinto Marqués), casó con Don José Ignacio
Cañedo (2), segundo Gobernador Constitucional de Jalisco; y tuvie­
ron por hijo único á
Don Ignacio Cañedo y Valdivielso, nació el 29 de Marzo de 1823,
casó el 26 de Diciembre de 1844 con su prima Doña Juana Matute
y Cañedo; hij os:
Primero.—Don José Ignacio Cañedo y Matute, murió en la in­
fancia.
Segundo.—Doña María Luciana Cañedo y Matute, murió en la
infancia.
Tercero.—Doña María Eudoxima Cañedo y Matute, murió en la
infancia.
Cuarto.—Don Manuel Calixto Cañedo y Matute, casó con Doña
Elvira Iñiguez, y tuvieron por hijos, entre otros:
I. Don Manuel Cañedo é Iñiguez.
II. Doña Elvira Cañedo é Iñiguez.
III-. Don Ignacio Cañedo é Iñiguez.
IV. Doña Ana Cañedo é Iñeguez.
V. Don Rodolfo Cañedo é Iñiguez.
Quinto.—Don José Ignacio Cañedo y Matute, casó con Doña Jo­
sefa Malo; hijos:
I. Doña Enriqueta Cañedo y Malo, casada con Don José Guiller­
mo Gutiérrez Topete; hijos:
1. Don Guillermo Gutiérrez Topete y Cañedo.
2. Don Alberto Gutiérrez Topete y Cañedo, y

(1) En la edición anterior de et-ta obra decía yo que Doña Bibiana era hija del cuarto Mar­
qués; con mejores datos puedo asegurar que no era sino nieta de este señor. En el artículo
jaobre los Condes de San Pedro del Alamo, procuraré darle mayor extensión á la descenden­
cia del cuarto Marqués.
(2) Hijo de Don José Ignacio Cañedo y de Doña Juana Arronis é Hijar; nieto del Mayo­
razgo Don Manuel Calixto Cañedo y de Doña Antonia Zamorano, de Don Pedro Arroniz y
¿de Doña Juana María de Hijar.
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U> IO MARQUESADO DE LA VILLA DE SAN MIGUEL DE AGUAYO.

Sexto.— Licenciado Don Salvador Cañedo y Matute, que mui


rió sin sucesión, siendo Secretario de la Legación de México en
Italia.
Séptimo.—Licenciado Don Jesús Odilón Cañedo y Matute, casado
con Doña María García, sin sucesión.
3. Don Enrique Gutiérrez Topete y Cañedo.
II. Don Alberto Cañedo y Malo.
III. Doña Luz Cañedo y Malo.
IV. Don José Ignacio Cañedo y Malo.

CAPITULO III.

Doña Dolores Valdivielso y Villamil, casó con Don Agustín Gó­


mez de Parada (1); y tuvieron dos hijos:
Primero.—Don Jorge Gómez de Parada (2), casó con Doña Con­
cepción Buch y Echeverría (3); hijos:
I. Doña Teresa Gómez de Parada y Buch.
II. Doña Dolores Gómez de Parada y Buch.
III. Don Jorge Gómez de Parada y Buch.
IV. Don Agustín Gómez de Parada y Buch.
V. Doña Javiera Gómez de Parada y Buch.
VI. Doña Margarita Gómez de Parada y Buch, y
VII. Don Miguel Gómez de Parada y Buch.

(1) Hijo del Capitán Don Manuel Gómez de Parada y de Doña María Gómez Otero; nie­
to de Don Juan Gómez de Parada y de Doña María Concepción Romay; segundo nieto de
Don Juan Gómez de Parada y de Doña Gertrudis Gallo; tercer nieto de Don Pedro Gómez de
Parada y de Doña Manuela Fonseca; cuarto nieto de Don Tomás Fonseca y de Doña María
Sámano; quinto nieto de Don Juan Fonseca y de Doña Gertrudis Bonilla; sexto nieto de Don
Antonio Fonseca y de Doña Mariana de Castro; séptimo nieto de Don Alonso Fonseca y de
Doña Blanca de Villavicencio; octavo nieto de Don Juan Fonseca y de Doña Ana Enríquez;
noveno nieto de Den Juan Enríquez y de Doña Elvira de Rojas; décimo nieto de Don Fran­
cisco Enríquez y de Doña Isabel de Ulloa; décimoprimero nieto de Don Juan Enríquez y
de Doña Constanza Almanza; décimosegundo nieto de Don Enrique Enríquez y de Doña
María de Guzmán (primeros Condes de Alba de Liste, fundadores en 1480), y décimoterce-
ro nieto del primer Almirante Don Alfonso Enríquez y de Doña Juana de Mendoza (funda­
dores en 1426), de quien descienden en España los Duques de Alba, de Berwick, Liria y
Osuna; Marqueses de Astorga, Malpica, Sotomayor y Gala; Condes de Montijo, Miranda, Al-
tamira y Pufionrcstro, etc., etc.
(2) Véase Condado de San Pedro del Alamo.
_ (3) Véase página 9 del Ducado de Piim.
Me)
12 MARQUESADO DE LA 1

1. Doña Concepción Osio


2. Doña Clementina Osio y _______
3. Don Antonio Osio y Zamora.
4. Doña Carmen Osio y Zamora, y
5. Doña Josefina Osio y Zamora.
IV. Doña María de los Angeles Zamora y Malo.
Segundo.—Doña Luz Malo y Valdivielso, casó con Don Mariano
Fortuño; hijos:
1. Doña Elena Fortuño y Malo, casada con Mr. Robert Noeí-
Morgan; hijos:
A. Mervyn Noel-Morgan y Fortuño.
B. George Noel-Morgan y Fortuño.
C. Helen Noel-Morgan y Fortuño.
D. Muriel Noel-Morgan y Fortuño.
E. Mabel Noel-Morgan y Fortuño, y
F. Robert Noel-Morgan y Fortuño.
2. Doña Amalia Fortuño y Malo.
3. Doña Angelina Fortuño y Malo, monj
4. Doña Berta Fortuño y Malo.
Tercero.—Don Salvador Malo y Valdivielso, casó en primeras
nupcias con Doña Ana Rivas y en segundas con Doña Rosa Zayas.
Hijos del primer matrimonio:
I.| Don Salvador Malo y Rivas, casado con Doña Amalia Bazan-
tas; hijos:
1. Don Salvador Malo y Bazantas.
2. Don Romualdo Malo y Bazantas.
II. Don Pedro Malo y Rivas, murió sin sucesión.
III. Don Javier Malo y Rivas, murió sin sucesión.
Hija del segundo matrimonio:
IV. Doña Concepción Malo y Zayas.
Cuarto.—Don Pedro Malo y Valdivielso, murió sin sucesión.
Quinto.—-Don Javier Malo y Valdivielso, murió sin sucesión.
Sexto.—Doña Paz Malo y Valdivielso, casada con Don José Luis
hijos:
Doña Paz Vidal y Malo.
Don José Vidal y Malo, y
>*

MARQUESADO DE LA VILLA DE SAN MIGUEL DE AGUAYO

III. Doña Luz Vidal y Malo.


Séptimo.—Doña María Malo y Valdivielso, casada con Don
cisco Contro; hij os:
I. Don Francisco Contro y Malo.
II. Don Agustín Contro y Malo.
III. Don Luis Contro y Malo.
IV. Don Javier Contro y Malo, murió en la infancia.
V. Don Guillermo Contro y Malo, y
VI Doña Carmen Contro y Malo.

CUARTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEE ESCUDO.

De oro el sotuer de gules, cargado en el corazón de una estrella


del Campo, que es de Echeverz.—Este escudo está tomado de la
descripción que hace Fernández de Béthencourt, en su historia ya ci­
tada, en la nota relativa al cuarto Marqués.—En Argamacilla Nobi­
liario de Navarra, tomo II, página 15, dice: que las armas del Mar­
qués de San Miguel de Aguayo, son de plata y el roble de sinople
apeado de un lobo rampante de sable. Las armas las he tomado de
Béthencourt y el título de su original.
Para concluir, diré que la casa de los Marqueses de Ayuayo era
el número 9 de la calle del Espíritu Santo El título lo disfruta en
España Don Eduardo Diez de Ulzurrun y Alonso de Cerain, que se
me ha asegurado no ser ni pariente de los antiguos Marqueses.
s*

ARMAS DEL PADRE DEL PRIMER MARQUES DE SAN JORGE.

y •
• »
L í T. / ‘L a E uropea?
MARQUESES DE SAN JORGE.

PRIMERA PARTE.
TITULOS DE MARQUES DE SAN JORGE Y VIZCONDE DE SAN ROMAN,
CONCEDIDOS POR S. M. EL REY DON CARLOS II
A DON DOMINGO DE RETES, CABALLERO DE LA ORDEN DE ALCANTARA,
EN MADRID A 25 DE JUNIO DE 1691.
&

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«A

ITULO de Marqués de San Jorge á Don Domingo


de Retes, para sí y sus herederos y sucesores.—Núme­
ro treinta y siete.—Secretario Maruan. — (Al margen).
Veinticinco de Junio de mil seiscientos noventa y uno.—
Creación.— Don Carlos, etc. Por cuanto teniento aten­
ción á los servicios que concurren en vos Don Domingo
de Retes, Caballero de la Orden de Alcántara, y á los de vuestra ca­
sa, por Decreto señalado de mi Real mano de veintisiete de Mayo os
he hecho merced de Título de Marqués de Castilla para vos y vues­
tros herederos y sucesores. Y porque habéis elegido el de Marqués
de San Jorge, conformándome con ello, es mi voluntad que vos el
dicho Don Domingo de Retes y vuestros herederos y sucesores, ca­
da uno en su tiempo, perpetuamente para siempre jamás, os podáis
llamar é intitular, os llaméis é intituléis y os hago é intitulo Marqués
de San Jorge. Y por esta mi carta mando á los Infantes, Prelados,
Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres, Priores de las Orde-
FRIMEE A. PASTE.
........ ........ .......
ji+j.
t “£V <*+v
v.
®> 2 MARQUESADO DE SAN JORGE.

nes, Comendadores y Subcomendadores, Alcaides de los Castillos y


Casas fuertes y llanas y á los del mi Consejo, Presidentes y Oidores
de las mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de la mi Casa y Corte y
Cancillerías, y á todos los Consejos, Corregidores, Asistentes, Gober­
nadores, Alcaldes Mayores y ordinarios, Alguaciles, Merinos, Pre­
bostes y otros cualesquier mis Jueces y Justicias y personas de cual­
quier estado, calidad, condición, preeminencia ó dignidad, que sean
mis vasallos, súbditos y naturales, así á los que ahora son como á los
que adelante fueren. Y á cada uno y cualquiera de ellos que os ha­
yan y tengan, llamen é intitulen, así á vos el referido Don Domingo
de Retes, como á cada uno de vuestros herederos y sucesores en su
tiempo, Marqueses de San Jorge, y os guarden y hagan guardar to­
das las honras, franquezas, libertades, exenciones, preeminencias, pre­
rrogativas, gracias y demás ceremonias que se guardan y deben guar­
dar á todos los otros Marqueses de estos mis Reinos, todo bien y
cumplidamente, sin que os falte cosa alguna. Y porque según las ór­
denes dadas por el Rey mi Señor y padre (que está en gloria) á las
personas, á quien se diere título de Marqués ó Conde ha de preceder
primero el de Vizconde y quedar éste suprimido, por Despacho de
este día os he dado título de Vizconde de San Román, el cual en con­
formidad de dichas órdenes, queda roto y cancelado en la mi escri­
banía de la Cámara y Estado de Castilla, y notado y prevenido en el
asiento del libro lo conveniente para que no valga ni tenga efecto ni
se le dé por perdido ni duplicado ni en otra forma en tiempo alguno;
y si de este mi despacho y de la gracia y merced en él concedida, vos
el dicho Don Domingo de Retes, ó cualquiera de los dichos vuestros
herederos y sucesores, ahora ó en cualquier tiempo quisiereis ó qui­
sieren mi caita de privilegio y confirmación, mando á los mis Con-
certadores y Escribanos Mayores de los Privilegios y Confirmacio­
nes y á los mis Mayordomo, Canciller y Notario mayores y á los
otros Oficiales que están á la tabla de mis sellos que os la den, libren,
pasen y sellen lo más fuerte firme y bastante que les pidiereis y me­
nester hubiereis, y declaro que por lo que toca al dicho título de Vizcon­
de habéis dado satisfacción al derecho de la media anata y también de
la merced del de Marqués, que ésta importó quinientos sesenta y dos
mil quinientos maravedís, el cual han de pagar conforme á reglas del
mismo Derecho todos los sucesores en este Título. Dado en Madri(|
cuarto: de azur, cinco aves de plata puestas en sotuer; mantelado de
plata, estrella de azur, orla de lo-mismo cargada de ocho leones de
plata, fileteada de trece lilletes de azur. Bordura general de azur car­
gada de trece estrellas de plata.
Casco de Caballero.

El título está tomado de una copia que se me remitió de España, y


el escudo de la Crónica de la Santa Provincia de San Diego de Mé­
xico impresa el año de 1682. Los colores me fueron indicados por
una persona de la familia, advirtiéndome: que no tenía completa se­
guridad de ellos.
ARMAS DEL PRIMER MARQUES DE MOR:« vi fc
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PRIMERA PARTE.
TITULOS DE MARQUÉS DE MONSERRATE Y VIZCONDE DE MANZANILLO,
CONCEDIDOS POR EL REY DON CARLOS II
Á DON FRANCISCO JAVIER DE VASCONCELOS, EN MADRID,
Á 20 DE ABRIL DE 1691.

ON Francisco Javier de Vasconcelos, Marqués de


Monserrate, vecino de la Ciudad de la Puebla de los An­
geles de la Nueva España, elevó instancia al Rey Don
Carlos II el 17 de Abril de 1691, en súplica de que se
sirviera hacerle merced de confirmar el título de Mar­
qués de Monserrate que le despachó el Virrey Conde de
Galbe en 25 de Agosto del año anterior de 1690, declarando que sin
embargo del decreto en que dejó reformadas y vitalicias las merce­
des de Títulos de Castilla que se hubiesen beneficiado en menos can­
tidad que la de treinta mil pesos, se entendiese aquella perpetua para
el suplicante y los herederos y sucesores de su casa, según y en la
conformidad que gozaban la perpetuidad los demás Títulos de Cas­
tilla, y en las mismas calidades, exenciones y preeminencias que por fi'

esta razón se le debían; derogando para ello el referido decreto, y que


en ningún tiempo se le pudiere poner embarazo, dolo, ni mala fe, en
PARTE.
— - ------ .......................................... .... T
kx-z-AJ

MARQUESADO DE MONSERRATE. ■ &

la perpetuidad de aquella gracia, y que aunque expidiese nuevos de­


cretos de reforma generales ó especiales, insistiendo en que hubiesen
de entregar los títulos la cantidad de treinta mil pesos, que no fuesen
de entender con el suplicante, menos que no se hiciese específica
mención de esa merced, porque siempre se había de conservar en la
perpetuidad de esa gracia de Título, como se le había conservado á
los demás Títulos de Castilla beneficiados antes del día primero de
Enero de mil seiscientos ochenta. Y que, además de los méritos que
concurrían en el suplicante, ofrecía por nuevo mérito y servicio para
ocurrir á las necesidades de la guerra de Cataluña, servir al Rey so-
■i»

bre los seis mil pesos que tenía entregados en México, hasta veinti­
dós mil ducados de vellón, cuya cantidad era la que había resuelto el
Rey entregasen los que en Castilla se hubiesen beneficiado ó benefi­
ciasen; declarando que el suplicante había cumplido y cumplía con
ese entrego sin embargo de hallarse en las Indias, y en caso necesa­
•i
rio dando por nulo dicho decreto; y asimismo ofrecía servir al Rey
con tres mil ducados de vellón para que aquella merced quedase re­
levada perpetuamente del servicio de las lanzas que pagaban todos
los Títulos de Castilla, sin que en ningún tiempo se le pudiese obli-

gar á él ni á sus sucesores en aquella contribución con algún pretex­


«1 to ó motivo, cuyas cantidades entregaría luego que fuese publicada
y corriente aquella merced en la Cámara de Indias, dándole para su
cumplimiento los despachos necesarios, y facultad para que los dos
mil doscientos y cincuenta ducados de vellón de media anata que
debía por esta gracia la había de pagar en la Ciudad de México en
la misma conformidad que si lo hubiese entregado en la Corte; y con
aquellas condiciones esperaba Real merced.—(firmado) Don Juan de
Larrea.—(firmado) Don Luis Gerónimo Pastor.—En vista de la re­
ferida instancia el Rey Don Carlos II dictó el decreto siguiente:—
“He venido,en que la merced de Marqués de Monserrate que está
hecha á Don Francisco Javier de Vasconcelos, quede perpetua para
sí, sus herederos y sucesores en su casa, en la forma y con las cali­
dades que contiene el memorial incluso firmado de Don Juan de La­
rrea y Don Luis Gerónimo Pastor, por haber servido en dinero des­
contado con las cantidades expresadas en él. Téngase entendido en
la Cámara y désele en conformidad con su contenido el despacho
.9
necesario á su cumplimiento.—Hay una rúbrica.—En Madrid, á vein^

«> ——— ■ — • ———————


3
•tézde Abril de mil seiscientos noventa y uno.'—Al Gobernador' del
a

SEGUNDA PARTE.
GENEALOGIA DE LOS MARQUESES.

\er. Marqués, Don Francisco Javier Vasconcelos Berruecos y Are-


llano, casó con Doña Nicolasa de Luna, y tuvieron por hijo al
2? Marqués, Don Francisco Javier de Vasconcelos (nació el año
de 1678), Regidor, Alcalde Ordinario, Canónigo y Deán de la Ciu­
dad de Puebla, donde murió el 13 de Enero de 1755 sin sucesión; [*
lo heredó su hermana el
3er- Marqués, Don Juan Gerónimo Vasconcelos (nació en Pue­
bla el 23 de Marzo de 1680, casó con Doña Feliciana de Vallarta y
Palma (1}, y tuvieron por hijo al
4? Marqués, Don Tomás de Vasconcelos y Vallarta (nació en Pue­
bla el 18 de Septiembre de 1716), casó con Doña Inés de Vallarta (2),
y tuvieron por hijo al
5- Marqués, Don Ignacio Mariano Vasconcelos y Vallarta, Canó­
nigo de Oaxaca y de Puebla, murió sin sucesión en 1832, y su so­
brino debió haber sido el
6? Marqués, Don Juan Vasconcelos (3), casó en primeras nupcias
con Doña Ignacia Romero y en segundas con uana Núñez,
y tuvieron por hijo al que debió haber sido el
7? Marqués, Don Joaquín Rómulo Vasconcelos, casó con Do­
ña Guadalupe Fernández, y tuvieron por hijo al que debió haber
sido el

(1) Hija de Don Martín de Vallarta, Caballero de Calatrava, y de Doña Juana de la Palma.
(2) Hija de Don Alonso de Vallarta (hermano de la tercera Marquesa) y de’ Doña Rosa
Septién y Balcárcel.
(3) Hijo 6 nieto del Licenciado Don José Mariano Vasconcelos y Vallarta (hermano del
/«quinto Marqués); nació en Puebla el 13 de Diciembre de 1764 y se recibió de Abogado en 178to
--------------------------------- ---------------------------------------------------------------------

MARQUESADO DE MONSERRATE.

8? Marqués, Don Alfonso Vasconcelos Canónigo de Oxaca (i),


y su sobrino debía ser el
9? Marqués, Don Joaquín Vasconcelos y Castro (2), soltero.

TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DE EOS SÉPTIMOS MARQUESES.

Don Joaquín Rómulo Vasconcelos, séptimo Marqués, casó con


Doña Guadalupe Fernández, y tuvieron por hijos:
Primero.—Doña Josefa Vasconcelos y Fernández, casada con Ana-
cleto Milicua; hijo:
I. Don Juan Milicua y Vasconcelos, Diputado al Congreso de Chi­
huahua, casado y con sucesión.
Segundo.—Don Angel Alfonso Vasconcelos, que debió ser octa­
vo Marqués, Canónigo de Oaxaca, murió sin sucesión.
Tercero.—Doña Rosa Vasconcelos y Fernández, casó con el Li­
cenciado Don Manuel Brioso, Magistrado del Tribunal Superior de
Oaxaca; hij os:
I. Don Angel Brioso y Vasconcelos.
II. Doña María Brioso y Vasconcelos, monja.
Cuarto.—Don Juan Ignacio Vasconcelos, casó con Doña Rosa
Castro; hijos:
I. Don Joaquín Vasconcelos y Castro, que debía ser el noveno
Marqués, soltero.
II. Doña Luz Vasconcelos y Castro, casada con Don Manuel Bus-
tamante, Diputado al Congreso de Oaxaca.
III. Doña María Vasconcelos y Castro.

(1) Hubo en Puebla, en 1808, el Teniente Coronel Don Francisco Javier Vasconcelos; y
en 1826 era Senador el Capitán Don Manuel Vasconcelos; ignoro si serían casados y si ten­
drían sucesión, así como qué rama debería haber heredado el título (si estuviera en uso) á la
muerte del quinto Marqués.
(2) Hijo de Don Juan Ignacio Vasconcelos (hermano del noveno Marqués) y de Doña
Rosa Castro.

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ARMAS DC D. MANUEL ESTEBAN SANCHEZ DE TAGLE.
CAMPA.VALDtVí&SO. DOSAL, PEREZ DE BUSTAMANTE. COS, MIER.
VILLA SEÑOR,? ASA, COS.B ARREDA,CABALLERO, PEREZ DE CASTRO
BARREDA, DAVALOS. RUIZ,FERNANDEZ DE MIJAR,
8RACAMONTE, CERVANTES.
i
L it . zL a Europea.»
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ARMAS DE D. MANUEL ESTEBAN SANCHEZ DE TAGLE,


CAMPA.VALDIVIESO, DOSAL, PEREZ DE BUSTAMANTE, COS, MIER,
VILLA SEÑOR,RASA, COS,BARREDA,CABALLERO, PEREZ DE CASTRO
BARREDA, DAVALOS, RUIZ,FERNANDEZ DE HIJAR,
BRACA MONTE, CERVANTES.

MARQUESES DE ALTAMIRA.

PRIMERA PARTE.
TÍTULOS DE MARQUÉS DE ALTAMIRA Y VIZCONDE DE TAGLE
CONCEDIDOS POR EL REY FELIPE V
AL MAESTRE DE CAMPO DON LUIS SÁNCHEZ DE TAGLE,
EN MADRID Á 23 DE DICIEMBRE DE 1704.

%
ON FELIPE, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de
® Si* León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Na­
varra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de
Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega,
de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algecira, de Gi-
braltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orientales
y Occidentales, Islas y Tierra firme del Mar Océano, Archiduque de
Austria, Duque de Borgoña, de Bramante y Milán, Conde Abspurg,
de Flandes, Tiról, Rosellón y Barcelona, de Vizcaya y de Moli­
na, etc.
Por cuanto teniendo atención á la calidad de vos, el Maestro de
Campo Don Luis Sánchez de Tagle, Caballero de la Orden de Al­
cántara y á los servicios que me habéis hecho, y señaladamente con
motivo de haberse conmovido y sublevado la plebe de la Ciudad de t»

México, el día ocho de Junio de mil seiscientos noventa y dos, ha­


lándose vos Prior del Consulado de aquella Ciudad fuisteis nombra
, . , ... parte.

— —— ———-——
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® 2 MARQUESADO DE ALTAMIRA.
e)

do por Capitán de Infantería de toda la gente del comercio, en que


obrásteis con la atención y firmeza de no haber permitido recibiesen
pagas de mi Real Hacienda los Oficiales y soldados que sirvieron en
ella, supliéndolo de vuestro caudal á los que por sus cortos medios se
hallaban necesitados, y dándoles armas y municiones todo el tiempo
que duró la campaña, en que asististeis con el desvelo y valor corres­
pondiente á vuestras obligaciones, y con la fortuna de conseguir que
la voracidad del fuego, puesto al Palacio, no consumiese los Archi­
vos de todos los principales papeles de aquel Reino que estaban en
él, y habiéndose puesto á vuestro cuidado la seguridad de los de-l
lincuentss, mantuvisteis á vuestra costa estos reos, y pusisteis cobro
en los efectos que disiparon hasta que se restituyeron á sus dueños.
Que por cédula de diez y ocho de Febrero de mil Seiscientos noventa
y tres se mandó formar un tercio miliciano de los vecinos del comer­
cio de la Ciudad de México, para su defensa y custodia en los casos
que sobrevinieren, y en seis de Octubre de mil seiscientos noventa y
cinco fuisteis vos nombrado por Maestro de Campo del referido ter­
cio con cuyo empleo continuásteis mi Real servicio el año de mil se­
tecientos tres, que siendo mi Virrey en ínterin, el Arzobispo de Mé­
’3>
xico, Don Juan Ortega Montañés, ordenó en seis de Marzo de mil
seiscientos noventa y seis se pusieran en cuerpo los oficiales y solda­
dos del referido tercio, cuya resolución os hizo ejecutar como su
maestro de Campo y lo hicisteis con la mayor puntualidad. Y habien­
do estado en continuo servicio hasta treinta y uno de Octubre del
mismo año, se mandaron acuartelar las Banderas, y cesar en el ma­
nejo de las armas; por lo cual el dicho mi Virrey os dió muy especia­
les gracias, y por el punto y entera satisfacción con que cumplisteis
con vuestra obligación, os ofreció representármelo para que experi-
mentáreis los efectos de mi Real beneficencia, que el Conde de Moc­
tezuma, siendo mi Virrey de la Nueva España, ordenó en dos de
Abril de mil seiscientos noventa y siete se pusieran en cuerpo los Ca­
nos, Oficiales, y soldados de nuestro tercio, para acudir á los acciden­
tes que pudiesen sobrevenir con motivo de la falta de granos que ex­
perimentaba el Reino de Nueva España, y habiéndolo ejecutado con
toda puntualidad estuvieron en actual servicio hasta catorce de No­
viembre del referido año de mil seiscientos noventa y siete, que se
cuartelaran las Banderas, y el mi Virrey os dió especiales gracia
"AS r+S <1
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MARQUESADO DE ALTAMIRA.

por la fineza y atención con que obrásteis en aquella ocasión. Que en


catorce de Abril de mil seiscientos noventa y ocho volvisteis á tener or­
den para poner en armas la gente de vuestro tercio, con motivo de las
noticias que se recibieron de Escuadras de Enemigos que se receló in­
tentasen invadir aquellas costas, cuya orden efectuásteis con igual pun­
tualidad permaneciendo en el Real servicio hasta veinticuatro de Mar­
zo de mil setecientos que se mandaron acuartelar las Banderas. Que
en veintinueve de Marzo de mil setecientos uno; se formó el dicho ser­
vicio y acudisteis vos y todos los soldados con gran lucimiento al ju­
ramento que se me hizo en la Ciudad de México; y en diecisiete de
Mayo del referido año de mil setecientos uno se repitió ponerse en
arma el tercio con ocasión del rompimiento de la guerra con el Em­
perador, Ingleses y Holandeses, habiendo pasado una Compañía á
guarnecer el presidio de la Veracruz y frecuentado lo demás al en­
trar de Guarda en Palacio, en que continuaban sin intermisión el día
diez de Noviembre de mil setecientos dos, que previno el Arzobispo
observasen la orden que diese el mi Virrey Duque de Alburquerque,
y expresó lo mucho que acreditásteis vuestro amor y fidelidad, que
mantuvisteis á vuestra Corte, y disteis armas y municiones, todo este
tiempo á los soldados pobres, sin que mi Real Hacienda tuviera gas­ y
to alguno. Que asimismo desde veinte de Julio de mil seiscientos
ochenta y tres hasta treinta de Enero de mil setecientos tres, ejecu-
tásteis el especialísimo servicio de anticipar sin intereses algunos por
diferentes erogaciones que ocurrieron en la Nueva España de apres­
to, de armadas, socorros de presidios y despachos de las Escuadras
-que fueron á aquellas provincias á cargo del Almirante General Don
Pedro Fernández Navarrete y del General Ducasse, un millón tres­
cientos treinta y siete mil cuatrocientos noventa y nueve pesos; los no­
vecientos sesenta y nueve mil cuatrocientos noventa y nueve por hecho
propio vuestro; y los trescientos sesenta y ocho mil restantes, tenien­
do compañía con la casa del Marqués del Villar del Aguila, sin que
por esta razón se os haya dado remuneración alguna. Y atendiendo
asimismo á lo que me han servido y están continuando Don Pedro
Sánchez de Tagle, Caballero de la Orden de Calatrava, y Don Do­
mingo Ruiz de Tagle, de la de Alcántara, ambos vuestros sobrinos, el
primero con el puesto de Sargento de vuestro tercio, y el segundo de
General del Galeón Nuestra Señora del Rosario, San Francisco J^

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5g\ vs ®) 4 MARQUESADO DE ALTz^MIRA.
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vier y Santa Rosa, por decreto señalado de mi Real mano de veinti­


trés de Noviembre próximo pasado, he tenido por bien de haceros
merced de Título de Castilla para vos y vuestros herederos y suceso­
res, y en su conformidad y porque habéis elegido el de Marqués de
Altamira por honraros más, y sublimar vuestra persona y casa, mi
voluntad es que ahora y de aquí adelante vos el dicho Maestro de
Campo Don Luis Sánchez de Tagle, y vuestros herederos y suceso­
res cada uno en su tiempo perpetuamente para siempre jamás os po­
dáis llamar é intitular, llaméis é intituléis, llamen é intitulen, y os ha
go é intitulo Marqués de Altamira. Y por esta mi Carta mando á
los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres,
Priores de las Ordenes, Comendadores, Subcomendadores, Alcaides
de los Castillos y Casas fuertes y llanas: Y á los debmi Consejo, Pre­
sidentes y Oidores de mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de mis
casas y Corte, y Cancillerías y á todos los Consejos, Corregidores, y
Asistentes, Gobernadores, Alcaldes mayores y ordinarios, Alguaci­
les, Merinos, Prebostes, y otros cualesquier mis Jueces y Justicias, y
personas de cualquier estado, calidad, condición, preeminencia y dig­
nidad que sean, mis vasallos, súbditos y naturales, así á los que aho­
ra son como á los que adelante fueren, y á cada uno y cualquiera de
ellos, que os hayan y tengan, llamen é intitulen, así á vos el dicho
Maestro de Campo Don Luis Sánchez de Tagle, como á los dichos
vuestros herederos y sucesores, cada uno en su tiempo, Marqués de
Altamira, y os guarden y os hagan guardar todas las honras, fran-
quezas, libertades, exenciones, preeminencias, prerrogativas, gracias,,
mercedes, y demás ceremonias que se guardan y deben guardar á los
otros Marqueses de estos mis Reinos, todo bien y cumplidamente,
sin que os falte cosa alguna. Y porque según las órdenes dadas por
el Señor Rey Don Felipe IV á las personas á quien se diere tí­
tulo de Conde ó Marqués ha de preceder primero el de Vizconde y
quedar éste suprimido, por despacho de este día os he dado título de
Vizconde de Tagle, el cual en conformidad de las dichas órdenes que­
da roto y cancelado en mi Secretaría de la Cámara, y Estado de Cas­
tilla, y notado y prevenido en su registro para que no valga, ni tenga
efecto, ni se dé por perdido, duplicado, ni en otra forma en tiempo al-
guno. Y si de este mi despacho y de la gracia y mercedes en él con-
sSfc tenida, vos el dicho Don Luis de Sánchez de Tagle ó cualquiera de.
Fw&iAl j
e

MARQUESADO DE ALTAMIRA.

cisco de Valdivielso, Conde de San Pedro del Alamo, Marqués de


San Miguel de Aguayo, hijos ambos de Don Andrés Valdivielso, y
de Doña Catarina Mier, nietos de Don Pedro de Valdivielso, de Do­
ña Juliana de Barreda y Yedra, de Don Bartolomé de Mier y de Do­
ña Josefa de Barreda), y fué su hijo
Don Andrés José Sánchez de Tagle y Valdivielso (i), casó con
De ña María Ildefonsa de la Campa Cos (hija de Don Fernando de
la Campa Cos (2), ier. Conde de San Mateo Valparaíso, Caballero
de la Orden de Alcántara) y de Doña Rosalía Dosal de Lamadrid
(hija esta Señora del Capitán Don Juan Dosal de Lamadrid, Tenien­
te General de la Sierra de Tepeji y Sombrerete, Alcalde Mayor de
Charcas y de Doña Alfonsa Villaseñor y Avalos, nieta de Don Gon­
zalo Villaseñor y Zúñiga (3) y de Doña Alfon-sa Avalos é Hijar),
(4) y tuvieron por hijo á
(1) Fueron sus hermanos Don Pedro Anselmo, Inquisidor Mayor de México, 159 Obis­
po de Durango y después Obispo de Michoacán: Don Francisco Manuel, Teniente Goberna­
dor de las Islas Filipinas, Sargento Mayor, General de sus Galeones y Caballero de la Orden
de Alcántara; y la muy Reverenda Madre Josefa Teresa de Santo Domingo.
(2) Hijo de Don Domingo de la Campa Cos (hermano este Señor de Don Pedro, Go­
bernador Capitán General de Coahuila en Nueva España) y de Doña Juana de Cos, nieto
de Don Sebastián de la Campa y de Doña Ana Sánchez de Cos.
(3) Hijo de Don Gonzalo Villaseñor Cervantes y de Doña María de Zúñiga; nieto de Don
Juan de Villaseñor Cervantes (Encomendero de Guango) y de Doña Catarina Corona; 29 nie­
to de Don Juan de Villaseñor Orozco (Conquistador de Nueva España, Vieitador dos veces de
la Provincia de Michoacán, fundador de la Ciudad de Valladolid y Encomendero de Guan­
go) y Doña Catarina de Cervantes; 3er. nieto.de Don Diego de Villaseñor (conocido por de
Burgos, Alcalde de la Fortaleza de la Villa de Vélez, sirvió á los Reyes Católicos) y de Don
ña Guiomar Orozco (hija ésta Señora del Comendador Don Diego de Orozco) y de Don
Leonel de Cervantes (de la Orden de Santiago, quien vino á esta Nueva España de. Capitán
de la nao “Capitana” con Pánfilo de Narvaez y se agregó á Cortés) y de Doña Leonor de
Andrada; 49 nieto, de Don Diego de Cervantes (Caballero de la Orden de Santiago, y Don­
cel del Rey Don Juan II) y Doña Guiomar de Tello; 59 nieto de Don Juan de Cervantes
(24 de Sevilla y Guarda Mayor del Rey Don Juan II) y de Doña Aldonsa de Toledo; 69
nieto de Don Rodrigo de Cervantes que llamaron “el sordo” y Doña María Gutiérrez Tello; 79
nieto de Don Gonzalo Gómez de Cervantes y de Doña Beatriz dé Bocanegra; 89 nieto de Don
Diego Gómez de Cervantes y de Doña María García de Cabrera; 99 nieto de Don Alonso Gó­
mez Tequetiques de Cervantes y de Doña Berenguela Orozco; 109 nieto de Don Juan Alfon­
so Cervantes, de la Orden de Calatrava; 119 nieto de Don Gonzalo Cervantes, sirvió al Rey
Don Fernando el Santo en la Conquista de Sevilla; 129 nieto de Don Alfonso Ñuño, quien
fué el primero que tomó el apellido de Cervantes; 139 nieto de Ñuño Alfonso y de Doña Te­
resa Barroso: 149 nieto de Alfonso Munio; 159 nieto del Conde Munio Alfonso; 169 nieto de
Alfonso González; 179 niéto de González Obeques; 189 nieto de Obeco Téllez; 199 nieto de
Tello Múñeles (nieto este Señor de uno de los hermanos de San Rosendo); 209 nieto de Gu­
tiérrez Méndez, Conde de Comini, y 219 nieto del Conde Hermenegildo Gutiérrez, Grande
en Galicia.
(4) Hija de Don Diego López de Saavedra y de Doña Francisca Fernández de Hijar; hie- 'i
^ta de Don Alonso Avalos Saavedra y de Doña María Delgadillo, de Don Alfonso de Bracáí

e -------------------- ------ ------ ——————— ■


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----------------------- ------------------------------------------------------

MARQUESADO DE ALTAMIRA.

F Don Andrés Fernando Sánchez de Tagle, que casó con Doña Ma­
ría Petra Picazo Toral (hija de Don Francisco Picazo y de Doña Jo­
sefa Toral), y tuvieron por hijo á
Don Francisco Manuel Sánchez de Tagle y Picazo, que casó con
Doña Gertrudis Varela, y tuvieron por hijo á
Don Francisco Manuel Sánchez de Tagle y Varela (al Poeta), que
casó con Doña Guadalupe Lebrija, y tuvieron ocho hijos: I. Don Fran­
cisco, II. Don Miguel, III. Don Luis, IV. Don Vicente, V. Don
Agustín, VI. Don Ignacio, VII Doña Concepción y VIII. Don Ra­
fael.
El cuarto, Don Vicente, y el sexto Don Ignacio, murieron sin su­
cesión, y los seis restantes ocupan los capítulos siguientes:

CAPITULO I.

Don Francisco Sánchez de Tagle y Lebrija, hijo primogénito de


Don Francisco Manuel Sánchez de Tagle y de Doña Guadalupe
Lebrija, casó con Doña Luisa Villanueva, y tuvieron por hijos á
I. Don Francisco Sánchez de Tagle y Villanueva, murió sin su­ e

cesión.
IJ. Don Javier Sánchez de Tagle y Villanueva, murió sin sucesión.
III. Doña Carolina Sánchez de Tagle y Villanueva, murió sin su­
cesión.
IV. Doña Pilar Sánchez de Tagle y Villanueva, murió sin suce­
sión:
V. Don Ismael Sánchez de Tagle y Villanueva, casado con Doña
María Aguilar y Marocho (hija del Licenciado Don Ignacio Aguí-
lar y Marocho (i) y de Doña María Josefa Aguirre); hijo:
i. Don Eduardo Sánchez de Tagle y Aguilar.
monte y de Doña Beatriz Fernández de Hijar; segunda nieta de Don Diego López de Saave-
dra, y de Doña María Verdugo, de Don Francisco Delgadillo, de Doña Isabel de Avalos, de
Don Alvaro de Bracamonte, de Doña Beatriz de Al varado, de Don Juan Fernández de Hi­
jar (uno de los conquistadores del Reino de la Nueva Galicia) y dé Doña María Carbajal:
tercera nieta de Don Pedro López de Saavedra, de Doña Isabel Alvarez, de Don Juan Del­
gadillo y de Doña Ana del Valle, del Conde de Peñaranda, de Don Baltasar de Contreras
^y de Doña Isabel de Alvarado (sobrina esta Señora del Adelantado Don Pedro Alvarado,
conquistador de Nueva España), de Don Diego Fernández de Hijar (deudo inmediato de la 6
casa de Hijar y descendiente por varonía del Rey Don Jaime de Aragón).
s (1) Fundador del periódico titulado “La Voz dé México,” autor de los versos llamados
É) “La Batalla de Jueves Santo” y uno de los escritores más notables del partido Conserva

.fr-
MARQUESADO DE ALTAMIRA.

VI. Don Alejandro Sánchez de Tagle y Villanueva, murió sin su­


cesión.
VII. Doña Guadalupe Sánchez de Tagle y Villanueva, murió sin
sucesión, y
VIII. Don Luis Sánchez de Tagle y Villanueva, murió en la in­
fancia.

CAPITULO II.

Don Miguel Sánchez de Tagle y Lebrija, hijo segundo de Don


Francisco Manuel Sánchez de Tagle y de Doña Guadalupe Lebrija,
casó con Doña Luisa Ayestarán; hijos:
I. Don Miguel Sánchez de Tagle y Ayestarán, Casado con Doña
Dolores Urbina; hijos:
1. Doña Dolores Sánchez de Tagle y Urbina, casada con Don
»
Miguel Marín; hijos:
A. Doña María Marín y Sánchez de Tagle.
B. Doña Carmen Marín y Sánchez de Tagle.
C. Don Alfonso Marín y Sánchez de Tagle.
D. Doña Sahara Marín y Sánchez de Tagle, y
a, E. Doña Ana María Marín y Sánchez de Tagle. I
2. Doña María Sánchez de Tagle y Urbina, casada con el Doctor
Don Roberto López; hijos:
A. Don Roberto López y Sánchez de Tagle.
B. Don Ernesto López y Sánchez de Tagle, y
C. Don Manuel López y Sánchez de Tagle.
3. Doctor Don Ernesto Sánchez de Tagle y Urbina, murió
sucesión.
4. Licenciado Don Luis Sánchez de Tagle y Urbina, casado con
Doña María Gutiérrez; hijos:
A. Don Luis Sánchez de Tagle y Gutiérrez.
B. Doña Esther Sánchez de Tagle y Gutiérrez, y
c. Doña Elena Sánchez de Tagle y Gutiérrez.
5- Doña Elena Sánchez de Tagle y Urbina.
6. Doña María de los Angeles Sánchez de Tagle y Urbina.
7’ Don Carlos Sánchez de Tagle y Urbina, y
® 3. Doña Sofia Sánchez de Tagle y Urbina.
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4K

MARQUESADO DE ALTAMIRA. 9
II. Don Francisco Sánchez-de Tagle y Ayestarán, casó con Doña
Carmen Naveda; hijos: . (
1. Doña María Luisa Sánchez de Tagle y Naveda, y
2. Don Miguel Sánchez de Tagle y Naveda.
III. Doña Angela Sánchez de Tagle y Ayestarán, casó con Don
Joaquín Cardoso; hijos:
Don Joaquín Cardoso y Sánchez de Tagle.
Don Mariano Cardoso y Sánchez de Tagle.
3- Don Angel Cardoso y Sánchez de Tagle. u
4- Don Luis Cardoso y Sánchez de Tagle.
5- Don Ignacio Cardoso y Sánchez de Tagle.
6. Don Francisco Cardoso y Sánchez de Tagle.
7- Don Juan Cardoso y Sánchez de Tagle.
8. Don José Cardoso y Sánchez de Tagle.
9- Doña Ana Cardoso y Sánchez de Tagle, y
io. Doña Guadalupe Cardoso y Sánchez de Tagle.

-CAPITULO III *

Don José Luis Sánchez de Tagle y Lebrija, hijo tercero de Don


Francisco Manuel Sánchez de Tagle y de Doña Guadalupe Lebrija,
casó con Doña Concepción Ramos; hijos:
I. Doña Ana María Sánchez de Tagle y Ramos, murió sin suce­
sión.
II. Doña María Luisa Sánchez de Tagle y Ramos, casó con Don
Julio Barreda; hijos:
Don Julio Barreda y Sánchez de Tagle.
Doña María Luisa Barreda y Sánchez de Tagle.
3- Don Antonio Barreda y Sánchez de Tagle, y
5- Doña Guadalupe Barreda y Sánchez de Tagle.
III. Doña Amalia Sánchez de Tagle y Ramos, y
IV. Don Benjamín Sánchez de Tagle y Ramos, casado con Doña
Angelina Jáuregui; hijos:
1. Don José Luis Sánchez de Tagle y Jáuregui, y
2. Don Juan Sánchez de Tagle y Jáuregui.
parte.
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'marquesado de altamira.

CAPITULO IV.

Don Agustín Sánchez de Tagle y Lebrija, hijo quinto de Do»


Francisco Manuel Sánchez de Tagle y de Doña Guadalupe Lebrija,
casó con Doña Luisa Bocanegra (hija de Don José María Bocane­
gra, Ministro de Relaciones, Presidente de la República, etc., etc., y
de Doña Jesús Carranco); hijos:
I. Don Francisco Sánchez de Tagle y Bocanegra, murió sin su­
cesión.
II. Don José Sánchez de Tagle y Bocanegra.
III. Don Agustín Sánchez de Tagle y Bocanegra, casó dos veces,,
la primera con Doña María de Jesús Servín y la segunda con Doña
María Ana Reed.
IV. Doña Concepción Sánchez de Tagle y Bocanegra, y
V. Don Ignacio Sánchez de Tagle y Bocanegra.

CAPITULO V.

Doña Concepción Sánchez de Tagle y Lebrija, hija séptima de


Don Francisco Manuel Sánchez de Tagle y de Doña Guadalupe Le­
brija, casó con Don José Adalid; hij os:
I. Doña Paz Adalid y Sánchez de Tagle, casó en primeras nup­
cias con Don Manuel Fernández de Jáuregui, y en segundas nupcias
con Don Esteban Velázquez de León, y murió sin sucesión.
II. Doña Angela Adalid y Sánchez de Tagle, casó con Don Luis
Friech, y murió sin sucesión.
III. Don Joaquín Adalid y Sánchez de Tagle, casó con Doña Re­
fugio Pradel; hijos:
1. Doña Refugio Adalid y Pradel, casada con Don Agustín Lazo;
hijos:
A. Doña María Luisa Lazo y Adalid.
B. Don Agustín Lazo y Adalid, y
C. Doña Guadalupe Lazo y Adalid.
2. Doña Teresa Adalid y Pradel, casada con Don Joaquín Sán­
chez; hijos:
~ A. Don Joaquín Sánchez y Adalid.
*• i

MARQUESADO DE ALTAMIRA. 11

B. Doña Javiera Sánchez y Adalid.


C. Doña Dolores Sánchez y Adalid. 9

D. Doña Olivia Sánchez y Adalid, y


E. Doña Carmen Sánchez y Adalid.
3. Don Antonio Adalid y Pradel.
4 Don José Ignacio Adalid y Pradel.
5. Doña María Adalid y Pradel, casada con el Doctor Vicente
Montes de Oca.
6. Doña Guadalupe Adalid y Pradel.

CAPILULO VI.

Don Rafael Sánchez de Tagle y Lebrija, octavo y último hijo de


Don Francisco Manuel Sánchez de Tagle y de Doña Guadalupe Le­
brija, casó en primeras nupcias con Doña Jesús Carrillo y en segun­
das nupcias con Doña Emilia Vitalba.

HIJOS DEL PRIMER MATRIMONIO:

I. Doña Guadalupe Sánchez de Tagle y Carrillo, casó con el Ge­


neral Don Pedro Yépez, y murió sin sucesión.
II. Don Manuel Sánchez de Tagle y Carrillo, casó con Doña Her-
linda Fernández; hijos:
1. Doña Esther Sánchez de Tagle y Fernández.
2. Don Guillermo Sánchez de Tagle y Fernández.
3 Don Manuel Sánchez de Tagle y Fernández, y
4- Don Alberto Sánchez de Tagle y Fernández.

HIJOS DEL SEGUNDO MATRIMONIO:

I. Doña Isabel Sánchez de Tagle y Vitalba.


II. Don Vicente Sánchez de Tagle y Vitalba, y
III. Don Agustín Sánchez de Tagle y Vitalba.

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V-
MARQUESADO DE ALTAMIRA.

TERCERA PARTE.
LINEA ESPAÑOLA.
;,i(, DESCENDENCIA DE LOS MARQUESES DE ALTAMIRA
TOMADA DE LOS ANALES DE LA NOBLEZA DE ESPAÑA, AÑO DE 1889,
DE P. FERNÁNDEZ DE BÉTHENCOURT.
TOMO 9?, PÁG. I98.

Este título fué creación del Rey Don Felipe V en favor de Don
Luis Sánchez de Tagle, Caballero del hábito de Alcántara, Maestre
de campo del tercio de milicias de México (6 Octubffe 1695), Prior del
Real Consulado de esta Ciudad, en atención á su calidad y buenos
servicios, y expidiéndosele el debido real despacho, creándole previa­
mente Vizconde de Tagle. Era hijo de Don Andrés Sánchez de Ta­
gle y de Doña Juliana de La Rasa Barreda, Señores de la Casa So­
lariega y antiquísima Torre de Tagle en Santillana (Santander), y
V casó con Doña Damiana Dávila y Rojas, hija de Don Gerónimo Dá-
vila, Caballero del hábito de Alcántara, y de Doña María de Rojas (V.
9. Historia del Colegio Viejo de San Bartolomé de Salamanca, por el
Marqués de Alventos, 2^ parte, t. I, pag. 709). Hija única y suceso-
ra fué Doña Luisa Sánchez de Tagle y Dávila, 2* Marquesa de Al-
tamira, casada en México con su primo hermano Don Pedro Sán­
chez de Tagle y Pérez Bustamante, Sargento mayor del tercio de
Milicias de aquella Ciudad y Caballero de la Orden de Alcántara. De
este enlace nacieron Doña Manuela Sánchez de Tagle y Sánchez de
Tagle, 3- Marquesa de Altamira, casada en México con su primo
Don Pedro Pérez de Tagle, y otras dos Señoras, mujeres respectiva­
mente de Don Juan de Argüelles y Miranda y de Don Prancisco
Valdivielso, Conde de San Pedro del Alamo y Mariscal de Campo
de los Reales Ejércitos, ambos sin posteridad. Doña Luisa Pérez de
Tagle y Sánchez de Tagle, 4? Marquesa de Altamira, vivió casada
en México con Don Juan Rodríguez de Albuerne y Miranda, Oidor
de las Reales Audiencias de Guadalajara y México, Auditor general
de Guerra, Superintendente general de Azogues, Caballero del hábi­
to de Santiago; y fueron sus hijos Don Manuel Vicente, 5" Marques
i
9 Jt9z. 81, e.
MARQUESADO DE ALTAMIRA.

«de Altamira, Doña Juana Manuela, t en México soltera, y Doña Ma­


ría Cecilia, mujer de Don Domingo de Tres-Palacios y Escandón, Ca­ iI
ballero profeso del hábito de Santiago, Ministro del Supremo Conse­
jo y Cámara de Indias. Don Manuel Vicente Rodríguez de Albuerne
Pérez de Tagle y Sánchez de Tagle, 5? Marqués de Altamira, Señor i

de la Casa de la Castañera en el Puente de San Miguel y de los mayo­


razgos de Villapresente, jurisdicción de Laredo, nació en México y ten
Madrid el 17 de Junio de 1791; había casado con Doña María Isabel
Girón y Moctezuma, hermana del 3er. Marqués de las Amarillas y tía
carnal del primer Duque de Ahumada, Grande de España de primera
clase. Hija mayor de este matrimonio fué Doña María de la Paz Ro­
dríguez de Albuerne Girón y Moctezuma Pérez de Tagle y Sánchez
de Tagle 6* Marquesa de Altamira desde 1791, casada con Don José
María de Valdivia y Legobien, Corregidor y Capitán de Guerra de las
Islas de Tenerife y la Palma, Corregidor de Granada, Alcalde de las
I ‘
Villas de Osuna y Olvera, Jurado y Regidor de la Osuna por el estado 't

noble, Mayordomo de semana de*S. M. el Rey; tsin sucesión en Gra­


nada el 27 de Febrero de 1846. A esta Señora sucedió su sobrina car­
nal Doña Luisa, Gonzaga, Micaela, María. Isabel, Manuela, Dominga
Alvarez de Abreu y Rodríguez de Albuerne (hija mayor de Don Ma­
nuel José Alvarez de Abreu Marín Moral y Zarzoza, Marqués de la
Regalía, Mayordomo de semana de S. M., y de Doña Luisa Gonza­
ga Rodríguez de Albuerne y Girón, casados en Madrid el 21 de Ju­
nio de 1803); nacida en Madrid el 8 de Mayo de 1804, séptima Mar­
quesa de Altamira, casada con Don Nicolás Tripaldi y Guarino, Ca­
pitán de Caballería retirado del Regimiento del Rey, primero de Co­
raceros, y sin posteridad, t en Granada el 10 de Agosto de 1864 Su
hermana menor Doña María del Mar Alvarez de Abreu y Rodrí­
guez de Albuerne, viuda de Don Carlos Luis O’Donell, hizo cesión
del referido título del reino á su hijo el actual Duque de Tetuán por
escritura que pasó ante el Cónsul de S. M. C. en Bayona el 26 de
Septiembre de 1864.
------- séter*—

MARQUESADO DE ALTAMIRA.

CUARTA PARTE.
APUNTES BIOGRÁFICOS É HISTÓRICOS
DE LOS INDIVIDUOS MÁS NOTABLES DE LA FAMILIA
i
SÁNCHEZ DE TAGLE.

El ier. Marqués Don Luis Sánchez de Tagle, pasó joven de ía?


Península á la Nueva España, donde por su nacimiento y sus rela­
ciones, así como por su trabajo personal, adquirió rápidamente una
buena posición social é hizo una gran fortuna. Tuvo el empleo de
Maestre de Campo, fué Prior del Consulado de México, y cuando el
tumulto de 1692 fué nombrado por Capitán de Infantería de todo el
Comercio, contribuyendo eficazmente á sofocar el motín, á apagar el
fuego que se había puesto al Palacio Virreinal y ayudó á salvar los
archivos y papeles del Virreinato. Negóse á recibir sueldo para sus
soldados, sufragándolo él de su peculio. En 1698 volvió á levantar
gente á su costa con motivo de los temores que había de que los pi­
ratas y enemigos de España hicieran su desembarco y durante cinco
años casi continuamente estuvo mandando las milicias que había
formado. Hasta el 30 de Enero de 1703 prestó al Rey el servicio de
anticipar, sin intereses algunos, la suma de $1.337,499.00; de ellos
$969.499,00 fueron de su peculio y el resto de $368,000.00 teniendo
compañía con la casa del Marqués del Villar del Aguila. Esas sumas
fueron dedicadas al socorro de presidios, aprestos de armadas y des­
pacho de escuadras durante los últimos años del reinado de Don Car­
los II y los primeros de Felipe V.

En 1703 llegó á México procedente del Asia Doña Ignacia Cruzat,


llamada “La China, ’ hija de Don Jaime de Cruzat, Gobernador que
había sido de Filipinas; la huérfana, que era joven, hermosa y rica,
pronto se vió rodeada de pretendientes pertenecientes á las primeras
familias de la Colonia: entre los que se contaban el Oidor Uribe, Don
Domingo Sánchez de Tagle, pariente cercano del ier. Marqués, Don
í®
Lucas de Careaga y Don Nicolás Altamirano y Velasco, Conde de
Santiago. El Arzobispo, el Virrey y la Virreina tomaron cartas en el
asunto: el primero y la última protegían á Sánchez de Tagle, y el> 't

L~
V
I

---------------------------- -----------------------------------------------------------------------------------------------

MARQUESADO DE ALTAMIRA.,

Virrey al Oidor; el Arzobispo consiguió llevarse á “La China" de


una casa del rumbo de la Tlaxpana, donde estaba depositada, al Con­
vento de San Lorenzo, y allí la casó á puerta cerrada con Sánchez
de Tagle, no obstante la oposición del Virrey que envió tropa para
impedir la ceremonia y del impedimento que en nombre de una mu­
jer cualquiera puso á Don Domingo el Abogado Corral. Verificado
el matrimonio, el novio, su padre y su hermano fueron multados,
aquel en $20,000.00 y éstos en $10,000.00 cada uno y desterrados,
Don Domingo á Veracruz para ser remitido á España y su padre á
Acapulco. El escándalo que hubo en la tranquila Ciudad de México
fué mayúsculo y hasta la Audiencia se mezcló en aquel asunto, que
ocasionó un grave disgusto entre los Virreyes, separándose la Vi­
rreina de su marido, y que terminó con la muerte de “La China”
ocurrida á pocos días y causada por un tremendo tifo ó tabardillo,
como se decía entonces; con esto se apaciguaron los ánimos y por
medio de influencias lós desterrados consiguieron ver revocadas las
penas que les habían sido impuestas.
(Villaseñor.—“Z.05 Condes de Santiago."—Págs. 63 y 64).
El Ilustrísimo Señor Licenciado Don Pedro Anselmo Sánchez de
Tagle y Valdevielso, fué originario de la Villa de Santillana, y her­
mano de Don Andrés José; hizo sus estudios en las Universidades
de Valladolid y Salamanca y se graduó de Licenciado de Sagrados
Cánones por la Capilla de Santa Bárbara; siendo Rector de su cole­
gio pasó á Nueva España con el cargo de Inquisidor Fiscal en 1729
y llegó á ser el decano de ese Tribunal. El Rey Felipe V lo presen­
tó para 15? Obispo de Durango y fué preconizado en el Consistorio
del 10 de Abril de 1747» Sede que gobernó durante nueve años, y de
la que fué trasladado á la de Michoacán el 26 de Septiembre de 1757.
Hizo la visita de su Obispado, edificó el templo de Sr. San José, y
puso la primera piedra del magnífico colegio Seminario de Vallado-
lid, hoy Morelia, obra que duró diez años y que tuvo la satisfacción
de ver terminada. Hoy ese edificio está convertido en Palacio del
Gobierno del Estado de Michoacán. Falleció en aquella Ciudad el
año de 1772.
J

(Andrade—“Prelados de Sonora, Sinaloa y Durango"}.


Don Francisco Manuel Sánchez de Tagle, nació en la Ciudad d^¿^

-------------------------------------------------------- -7*
W—

MARQUESADO DE ALTAMIRA.
4X3
é)

Valladolid, hoy Morelia, el n de Enero de 1782; fué educado en


México é hizo sus estudios en el colegio de San Juan de Letrán, con
aprovechamiento, manifestando desde sus más tiernos años decidida
afición á la poesía. En 1801, fué nombrado por el Virrey Catedráti­
co de Filosofía, y en 1805, Miembro honorario de la Academia de
San Carlos, distinción debida á su buen gusto artístico. En 1808,
entró á funcionar como Regidor perpetuo y Regidor del Ayunta­
miento de México. Diputado á las Cortes Españolas en 1814, no lle­
gó á tomar posesión de su empleo y al año siguiente se le nombró
vocal de la Junta de Arbitrios, y de la de Censura al restablecerse la
Constitución de 1820.
Realizada la Independencia de México, tuvo la especial honra de
redactar, como individuo de la Junta Gubernativa, la Acta de Inde­
pendencia, la que también suscribió; perteneció al primer Congreso
Nacional, al Constituyente y á otras cuatro Legislaturas hasta 1846;
9
asimismo fué Senador por el Estado de Michoacán.
Era buen orador, notable por la severidad de su lógicá, por el or­
den de la exposición y sobre todo, por el tino para desenvolver las
cuestiones más difíciles y presentarlas con claridad. También fué
miembro del Supremo Poder Conservador y perteneció á diversas
Asociaciones Filantrópicas.
Como poeta también se distinguió bastante y entre sus mejores
composiciones hay que enumerar su oda, intitulada: “Al Ser Supre­
mo en el día de mis bodas" y la dedicada á “La entrada del Ejérci­
to Trigarante."
Falleció el 7 de Diciembre de 1847, siendo Director del Nacional
Monte de Piedad, y el Estado de Michoacán le dedicó una estatua
en el Paseo de la Reforma de esta Capital.
(Pimentel.—“Historia Crítica de la Literatura y de las Cien­
cias en México."}

9)

í
QUINTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Las Armas que ostenta y corresponden al Capitán Don Manuel


Esteban Sánchez de Tagle, se componen y organizan en esta forma:
Escudo cortado en cinco y partido en cuatro.
El \er. cuartel, cortado; la parte superior partido, por Sánchez, á
la derecha en campo gules castillo de oro donjonado con su torre del
homenaje, de la cual sale un brazo armado con una espada en la ma­
no: á la izquierda en campo de oro un haz de trigo con espigas ver­
des atado con una cinta. En la parte inferior, por Tagle, en campo
de plata un hombre armado al natural á caballo, con una lanza en la
mano, la mitad del hierro metido en la cabeza de un dragón escama­
«
do, retocado de oro, sin alas; de la herida salen gotas de sangre, y
delante del caballo está una dama en postura de pedirle ayuda por­
que libertó á una Infanta á quien iba á acometer la sierpe.
2" cuartel, por Campa, en campo gules tres pinos de oro puestos
en triángulo y más alto el de enmedio; orla azur con cuatro castillos
de plata.
3er- cuartel, por Valdivielso, en campo azur castillo de oro, con
una estrella de este metal de cinco puntas en la parte superior y en
la inferior una hoguera; orla de plata con ocho aspas gules.
4" cuartel, por Dosal, cuartelado el i? en campo azur, nueve estre­
llas sable, 2? en campo azur tres flores de lis de oro, 3? en campo gu­
les castillo de plata donjonado y 4? en campo de plata una encina
verde y á ella un león empinante de su color,
5- cuartel, por Pérez de Bustamante, escudo partido; á la derecha
en campo de oro tres róeles de azur y á la izquierda en campo
gules banda de oro en cabeza de dragantes; orla azur.
cuartel, por Cos, cuartelado; primero y cuarto en campo gules
castillo de oro donjonados, y segundo y tercero en campo de oro
águilas sable explayadas orla de oro, con cuatro ramos de encino.
7? cuartel, por Mier, en campo azur, cruz de plata floreteada y en
torno de ella cuatro veneras gules.
8" cuartel, por Villaseñor, cuartelado, primero y cuarto en campo .1

——

MARQUESADO DE ALTAMIRA.
i
de oro, águilas sable explayadas; segundo y tercero en campo azur
cinco estrellas en sotuer, sables.
9” cuartel, por Rasa, partido, á la derecha en campo de gules dos
veneras de oro y en ellas cruz roja floreteadas; á la izquierda en cam­
po de ese color media luna de plata.
io? cuartel, por Cos, igual al sexto ya descrito.
11? cuartel, por Barreda, en campo de gules castillo real de plata
sobre una peña y debajo ondas de mar azur; á cada lado tres róeles
de este color.
12? cuartel, por Caballero, en campo azur águila de oro explayada.
13? cuartel, por Pérez de Castro, en campo de oro siete róeles de azur.
14? cuartel, por Sánchez, cortado en la parte superior en campo de
gules castillo de oro y del homenaje sale un brazo armado con una
espada en la mano, la inferior en campo de oro un haz de trigo con
espigas verdes atado con una cinta.
15? cuartel, por Barreda, como el 11? ya descrito.
16? cuartel, por Dávalos, en campo azur castillo de oró donjonado
y orla compuesta de veinte piezas alternadas de plata y gules.
17? cuartel, por Ruiz, en campo de plata encina verde y á ella un
león empinante de su color; orla azur.
18? cuartel, por Fernández de Hijar, partido, á la derecha las san­
grientas barras de Aragón y á la izquierda en campo de gules cade­
na de oro en sotuer cerrada al centro por un candado.
19? cuartel, por Bracamonte, en campo de plata un mazo y una es­
cuadra de su color.
20? cuartel y último, por Cervantes, en campo azur dos ciervas de
oro, la superior balando y la inferior paciendo.
El escudo general orlado de oro con la leyenda siguiente: “Tagle
SE LLAMÓ EL QUE Á LA SIERPE MATÓ Y CON LA INFANTA CASÓ.”
Timbrado con la cruz de Santiago y con casco de frente surmonta-
do de una águila de su color explayada.

ADVERTENCIA.

Para concluir diré que este escudo fué del Capitán Don Manuel 9

Esteban Sánchez de Tagle, hermano de Don Andrés Fernando,,


abuelo éste del poeta Don Francisco Manuel. El escudo podría ser

I
OKL ’HtMJZR MARQUES DE SALVATIKftftA

i>. 4U AlV f» DE LUYANOO Y BERMEC-


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1
T ip. v L it . m L á Europea’

ARMAS DEL PRIMER MARQUES DE SALVATIERRA.

D. JUAN B. DE LUYANDO Y BERMEO.


MARQUESADO DE SALVATIERRA.
PRIMERA PARTE.
TITULOS DE MARQUÉS DE SALVATIERRA Y VIZCONDE DE LUYANDO
CONCEDIDOS POR EL REY DON FELIPE V EN MADRID,
Á 18 DE MARZO DE 1708, Á DON JUAN BAUTISTA DE LUYANDO Y BERMEO,
COMO PADRE Y LEGITIMO ADMINISTRADOR
DE LOS BIENES DE DOÑA GERÓNIMA LÓPEZ DE PERALTA,
POSEEDORA DE UNO DE LOS MAYORAZGOS
QUE FUNDÓ EL TESORERO GERÓNIMO LÓPEZ.

ON FELIPE por la gracia de Dios Rey de Castilla, de


León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de
Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Gali­
cia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de
Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Alge-
cira, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias
Orientales y Occidentales, Islas y Tierra firme del Mar Océano; Ar­
chiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y Milán; Con­
de de Hapsburg, de Flandes, Tirol y Barcelona; Señor de Vizcaya
y de Molina, etc., etc.
Por cuanto hallándose en mi Consejo Real de las Indias los autos
hechos y sentencia dada por mi Audiencia Real de México en el plei-
lo que se siguió entre mi Fiscal de ella y los poseedores del Mayo-
------------ ------- ——==

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

razgo que fundó el Tesorero Gerónimo López y Doña Ana Carrillo


de Peralta, vecinos de la misma ciudad de México, sobre las recom­
pensas capituladas por el Conde de Salvatierra, siendo mi Virrey de
aquel Reino, con Don Gabriel López de Peralta, por las tierras que
donó y enajenó á beneficio de mi Corona, como poseedor del mismo
Mayorazgo para la fundación de la ciudad de Salvatierra en la Nue­
va España.
He resuelto por mi Real Decreto de tres de Diciembre del año
próximo pasado de mil setecientos y siete, la transacción de los dere­
chos y capítulos de todo el expresado pleito concediendo á los posee­
dores que son ó fueren del referido Mayorazgo, seis mil pesos en
cada un año; perpetuamente libres de todos cargos en los primeros
Indios vacos, y que primero vacaren, y el Título de Marqués, con
denominación de Salvatierra, libre de lanzas y media anata con la
misma perpetuidad y libertad en todos los sucesores, y con la calidad
de así la renta como el título con las expresadas excepciones las ha­
yáis de gozar vos Don Juan Bautista de Luyando y Bermeo, Caba­
llero de la Orden de Alcántara, padre y legítimo Administrador de
Doña Francisca Gerónima López de Peralta, poseedora que es hoy í

del Mayorazgo por los días de vuestra vida, y después de vos, y de


la dicha Doña Francisca Gerónima, todos los sucesores por su orden,
precediendo á la expedición de los despachos de estas mercedes el
otorgarse por parte de los referidos poseedores desistimiento de todo
el pleito, y sus capítulos, con cláusulas de perpetua seguridad y fir­
meza á mi Real Fisco, como se ha ejecutado, otorgándose escritura
por Don Pedro Foronda en nombre y en virtud de poder del referi­
do Don Juan Bautista de Luyando, á veinte de Febrero de este pre­
sente año, ante Bernardo Lanzero, Oficial Mayor de la Escribanía de
Cámara de mi Consejo de las Indias, que sirve el oficio de Escribano
de ella, en cuya consecuencia se ha expedido despacho aparte con fe­
cha de este día, con inserción de la mencionada escritura para la si­
tuación de los expresados seis mil pesos.
Y para que tenga entero y debido efecto lo resuelto por mí, quiero
y es mi voluntad que ahora y de aquí adelante vos el referido Don
Juan Bautista de Luyando y Bermeo, Caballero de Alcántara, como
padre y legítimo Administrador de Dona Francisca Gerónima López
e Peralta, poseedora que es hoy del Mayorazgo que fundaron el Te-j • 1

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O
MARQUESADO DE SALVATIERRA. 3
sorero Gerónimo López y Doña Ana Carrillo de Peralta, y después
de vos la dicha Doña Francisca Gerónima López de Peralta, todos
los sucesores en el expresado Mayorazgo, cada uno en su tiempo per­
petuamente para siempre jamás os podáis llamar é intitular y os lla­
méis é intituléis, llamen é intitulen y os hago é intitulo marqués de
salvatierra, relevándoos (como os relevo) á vos y á todos los ex­
presados sucesores de la contribución de lanzas y de pagar media
anata en consideración á proceder esta merced de deuda, transacción
y recompensa.
Por tanto, encargo al Serenísimo Príncipe Don Luis mi hijo y
mando á los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-
hombres, Priores de las Ordenes, Comendadores y Subcomendado­
res, Alcaides de los Castillos y Casas fuertes y llanas, y á los del mi
Consejo, Presidentes y Oidores de mis Audiencias Reales, Alcaldes,
Alguaciles de mi Casa y Corte y Cancillerías y á todos los Corregi­
dores, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes Mayores y Ordinarios,
Alguaciles, Merinos, Prebostes y otros cualesquiera Jueces, Justicias
y personas de cualquier estado, condición ó dignidad que sean mis
vasallos, súbditos y naturales, así á los que ahora son, como á los que
sean de aquí adelante perpetuamente para siempre jamás, y á cada
uno y cualquiera de ellos que os hayan y tengan, llamen é intitulen,
así á vos el referido Don J uan Bautista de Luyando y Bermeo, como
á los demás sucesores en el expresado Mayorazgo, por su orden ca­
da uno en su tiempo, Marqueses de Salvatierra, y os guarden y ha­
gan guardar á vos y á cada uno de ellos las honras, gracias, merce­
des, franquezas, libertades, exenciones, preeminencias, ceremonias y
todas las otras cosas que se guardan á los Marqueses que hay en
mis Reinos y Señoríos, todo bien y cumplidamente, sin faltaros cosa
alguna.
Y porque conforme á las órdenes dadas por el Rey mi Señor y
bisabuelo (que santa gloria haya) para que á las personas á quien se
diere título de Marqués ó Conde haya de preceder darles primero el
de Vizconde y que éste haya de quedar suprimido. Por despacho de
la data de éste, os he dado título de Vizconde de Luyando, el cual
queda roto y cancelado en mi Secretaría del Consejo de las Indias y
de la negociación de Nueva España, y notado y prevenido en s^
=^^==
MARQUESADO DE SALVATIERRA.
•l

asiento lo conveniente para que no valga ni tenga efecto, ni se dé por


perdido ni duplicado ahora ni en ningún tiempo.
i
(I

Todo lo cual mando se guarde, cumpla y ejecute, sin que vos ni


los sucesores en el expresado Mayorazgo perpetuamente seáis obli­
gados á contribuir ni pagar cosa alguna por razón de la media anata
y servicios de lanzas que corresponde á esta merced porque mi vo­
luntad es que la gocen todos los poseedores del referido Mayorazgo
con esta excepción y libertad por los motivos que quedan expresados.
Y de la presente se ha de tomar razón en el Registro general de
Mercedes dentro de dos meses de su data, y sin haberlo hecho no
use de ella, ni se dé cumplimiento, quedando nula esta merced.
Dada en Madrid, á dieciocho de Marzo de mil setecientos y ocho.
—Yo el Rey.—Rúbrica.
Yo Don Gaspar de Pinedo, Secretario del Rey Nuestro Señor, lo
hice escribir por su mandado.
Ejecútese lo que S. M. manda en el despacho principal de esta Se­
cretaría de la Real Cámara de Mercedes en 20 de Marzo de este año.
—Madrid, 24 de Julio de 1708.—Don Juan Manuel de Heredia Je-
jeda.—Rúbrica.—El Duque de Atrizco.—Don Alonso Fernández de
A rabel.—Don José Ricalde.—Don José de Pacheco.—Registrado.—
Agustín del Campo.—Por el Gran Canciller.—Don Agustín del Cam­ f

po.— Rúbricas.

SEGUNDA PARTE.
DESCENDENCIA DE LOS MARQUESES.

Don Gabriel López de Peralta, hijo segundo del Tesorero Geró­


nimo López y de Doña Ana Carrillo de Peralta, primer poseedor del
primero de los Mayorazgos que fundaron sus padres (1), casó con
Doña Catalina de Sámano Turcios, y tuvieron á
Don Juan Gerónimo López de Peralta y Sámano Turcios, según-

íD G) Véase la tercera parte de este artículo.

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ARMAS OCk PRIMER MARQUES


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4 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

acento lo conveniente para que no valga ni tenga efecto, ni se dé por


perdido ni duplicado ahora ni en ningún tiempo.
Todo lo cual mando se guarde, cumpla y ejecute, sin que vos ni
los sucesores en el expresado Mayorazgo perpetuamente seáis obli­
gados á contribuir ni pagar cosa alguna por razón de la media anata
f
y servicios de lanzas que corresponde á esta merced porque mi vo­
luntad es que la gocen todos los poseedores del referido Mayorazgo
con esta excejpción y libertad por los motivos que quedan expresados,
Y de la pre sen te se ha de tomar razón en el Registro general de
Mercedes d entro de dos meses de su data, y sin haberlo hecho nj
use de ella ni se dé cumplimiento, quedando nula esta merced.
Dada cr ‘ adrid, á dieciocho de Marzo de mil setecientos y ocho.
-Yo el > Rúbrica. °
Yo Do© *par dé Pinedo, Secretario del Rey Nuestro Señor, lo
hice escrib. or su mandado.
Ejecuté - Ioe S. M, manda.en el despacho principal de esta Se-
cretaría d* &MÍ Cámara de Mercedes en 20 de Marzode este año.
—-Madn ’■ Julio de 1708 —A?» Manuel de Heredia Je-
jeda- Rú 1 Duque de ..Un seo.-—Don Alonso Fernández de
Araba Ricalde.—Don José de Pacheco —Registrado.—
Agitó
o ¿bt —Por el Gran Canciller.—Don Agustín del Caín-
4

ral ta, hijo segundo del Tesorero Geró-


arrillo de Peralta, primer poseedor del
<
Gndaron sus padres (i), casó con
y tuvieron á
•.alta y Sámano Túrcios, segun-

-a
ARMAS DEL PRIMER MARQUES DE SALVATIERRA.
MARQUESADO DE SALVATIERRA.
[•

do poseedor de dicho primer Mayorazgo, casó con Doña Teresa Ma­


ría de Acevedo Carbajal, de la que tuvo á
Don Juan Gerónimo López de Peralta Acevedo y Carbajal, tercer
poseedor del primer Mayorazgo, casó con Doña Catarina de Soto
Ponce de León, y de ella tuvo á
H' Doña Gerónima López de Peralta Sámano Turcios y Soto Ponce
de León, cuarta poseedora del Mayorazgo, casó con Donjuán Bau­
tista de Luyando y Bermeo, Caballero de Alcántara, á quien se con­
cedió, siendo ya viudo en 1708 el título de Marqués de Salvatierra,
que no llegó á gozar por haber llegado éste después de su muerte.
De este matrimonio fué hija la
ira. Marquesa, Doña Francisca Catalina Gerónima López de Pe­
ralta Sámano Turcios Luyando y Bermeo, quinta poseedora del ex­
presado Mayorazgo, casó en primeras nupcias con el Licenciado Don
Pedro de Eguaraz y Fernández de Hijar y en segundas con Don
Diego Urrutia de Vergara Flores de Valdés (1). Hija del primer ma­
trimonio fué la
2? Marquesa, Doña María Josefa Gerónima López de Peralta Sá­
*
mano Turcios y Eguaraz, sexta poseedora del Mayorazgo, murió sin
sucesión y heredó el título su sobrino el
2>er. Marqués, Don Juan Lorenzo Gutiérrez Altamirano Velasco
López de Peralta Legaspe Albornoz Castillo y Urrutia de Vergara,
octavo Conde de Santiago, octavo Marqués de Salinas, séptimo po­
seedor del Mayorazgo (hijo del séptimo Conde de Santiago Don
Juan Javier Altamirano de. Velasco y de Doña Ana María Urrutia
de Vergara y López de Peralta, y nieto por línea materna de Doña
Francisca Catalina Gerónima López de Peralta Sámano Turcios Lu­
yando y Bermeo, primera Marquesa, y de su segundo esposo Don
Diego Urrutia de Vergara Flores de Valdés), casó con Doña María
Bárbara de Ovando y Rivadeneyra, y tuvo de ella, entre otros hi­
jos, á la
4* Marquesa, Doña María Isabel Gerónima Altamirano López de

(l) Hijo de Antonio Flores de Valdés Urrutia de Vergara y de Doña Francisca de Ville­
gas, nieto de Don Alonso Flores de Valdés y Doña Ana Urrutia de Vergara, y segundo nieto
de Don Antonio Urrutia de Vergara, fundador del Mayorazgo Urrutia de Vergara, y de Do-
zjjBa María. Bonilla de Bastida.
PRIMERA
-K-á»A

6 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Peralta y Ovando, décima Condesa de Santiago, y octava poseedora


del primer Mayorazgo, murió sin-sucesión, y su hermana fué la
5? Marquesa, Doña Ana María Gerónima Altamirano Velasco Ló­
pez de Peralta y Ovando, undécima Condesa de Santiago, décima
Marquesa de Salinas, y novena poseedora del dicho Mayorazgo, ca­
só con Don Ignacio Leonel Gómez de Cervantes y Padilla, de quien
tuvo, entre otros hijos, al
6? Marqués, Don Miguel Gerónimo López de Peralta Cervantes y
Velasco, décimo y último poseedor in integrum del primer Mayoraz­
go (fundado por Gerónimo López y Doña Ana Carrillo de Peralta);
poseyó además el Mayorazgo de Urrutia, firmó el acta de Indepen­
dencia de México, tuvo el empleo de Capitán de la Guardia del Em­
perador Iturbide, fué Consejero de Estado, Gran Cruz de la Orden
de Guadalupe, General de la República, Gobernador del Distrito, etc.,
etc., casó dos veces; y de su segunda esposa Doña Joaquina Estani-
11o, tuvo, entre otros, por hijo al que debió ser el
7? Marqués, Don José Cervantes Estanillo, casado con Doña Ma­
I
nuela Cortazar y Ceballos (hija del General Don Luis Cortazar (i),
la que por su familia debía ser cuarta Condesa de la Presa de Jalpa,
y tuvo por hija á la que debía ser la
8* Marquesa, Doña Dolores Cervantes y Cortazar, quinta Conde­
sa de la Presa de Jalpa, casó con Don Antonio Riba y Echeverría,
Diputado al Congreso de la Unión (2), (murió en 1902); hijos:
I. Don Antonio Riba y Cervantes.
II. Licenciado Don Luis Riba y Cervantes, casó (26 de Mayo de
1900) con Doña María Concepción de Landa y Lozano (3); hijos:
1. Doña María Luisa Riba y Landa.
2. Don Antonio Riba y Landa, y
3. Don José Riba y Landa.
III. Don Enrique Riba y Cervantes, casó (15 de Julio de 1903)
con Doña Guadalupe Rincón Gallardo (4).
IV. Don Guillermo Riba y Cervantes.

(1) Véanse artículos sobre los Condes de la Presa de Jalpa y de Rábago.


(2) Véase artículo sobre la familia Echeverría.
(3) Véase artículo sobre la familia Landa de México.
(4) Veanse artículos sobre los Marqueses de Guadalupe, Ducado de Regla, etc., etc.

r
---------- “—
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

V.Doña Guadalupe Riba y Cervantes, casada con Don Alvaro


9 Fernández del Valle.
VI. Doña Ana María Riba y Cervantes, casada con Don Carlos
L. Corcuera; hijo:
i. Don Carlos L. Corcuera y Riba.
Hermanas de la octava Marquesa:
Primera.—Doña Enriqueta Cervantes y Cortazar, casó con Don
Miguel Echeverría; hijo:
I. Don José Miguel Echeverría y Cervantes, muerto en la infancia.
Segunda.— Doña Manuela Cervantes y Cortazar, casada con Don
Nicolás Campero, Conde de Alcaraz y Marqués del Apartado (i);
hijos:
I. Doña María Campero y Cervantes, y
II. Don Manuel Campero y Cervantes.
Tercera.—Doña Guadalupe Cervantes y Cortazar, murió sin suce­
'i sión en París en Diciembre de 1890.

I
TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DEL CONQUISTADOR Y POBLADOR GERÓNIMO LÓPEZ (2),
CON BREVES NOTICIAS BIOGRÁFICAS
ACERCA DE ÉL Y DE SU HIJO GERÓNIMO LÓPEZ EL MOZO.

Era el Conquistador Gerónimo López, natural de Cáceres y per­


tenecía á una familia de hidalgos de Extremadura. Fué hijo de An­
tón López de Viar, que murió en 1489, en la toma de Baza, y de El­
vira Fernández de la Cuesta; nieto de Garci López de Viar y de El­
vira Fernández de la Parra, y tuvo por tercer abuelo al Comendador
Garci López de Viar. Lleváronle de niño sus padres á la Villa de Pe-
droso, y habiendo residido allí algún tiempo, pasó á Sevilla, de don­
I de salió para las Antillas; y en 1511, á las órdenes de Diego Veláz-
9
(1) Véanse artículos sobre Marqueses del Apartado, Condes de Alcaraz, etc., etc. jj
(2) Todos sus descendientes, así como los de todos los pobladores, eran nobles hijos-dalgo
^y de solar conocido, conforme á la ley 6*, tít. VI, cap. IV de las Leyes de los Reinos de Indi

MARQUESADO DE SALVATIERRA.
b'

quez, se embarcó, formando parte de los trescientos voluntarios que


A
en cuatro carabelas fueron á la conquista de Cuba, entre los cuales
se hallaron Panfilo de Narvaez, Hernán Cortés y Fray Bartolomé de
las Casas. Regresó luego á Sevilla, y de allí se embarcó el año de
1520 en la nao “María,” y con los doscientos hombres que venían con
Alderete, llegó á Veracruz el 24 de Febrero de 1521, trayendo, ade­
más del cargo de Comisario de bulas, la merced de Regidor del pri­
mer pueblo que se fundase. Estuvo en la toma de México y en la
conquista del Pánuco y de las Provincias del Sur. Terminada la con­
quista, regresó á España, de donde volvió á la Nueva el 17 de Junio
de 1527. Fué Secretario de la Gobernación, y el 12 de Mayo de 1531
fué recibido Regidor de la ciudad de México (1); y no sólo, sino que
el Cabildo le envió dos veces á España como su Procurador (2): en
una de ellas, en 1544, en compañía de Alonso de Villanueva y Per
Almíndez Chirinos. Escribió diferentes cartas al Emperador por su
mandado, dándole cuenta de los sucesos que en México ocurrían (3).
En 1530, Carlos V le concedió, en recompensa de sus servicios, es­
cudo de armas, en el que están representadas sus hazañas. Obtuvo
en encomienda el pueblo de Ajacuba y tenía casa propia en la calle
de los Oidores, frente á las casas del Marqués del Valle y junto á la
de Martín de Olarte, además de una huerta situada en la calzada de

(1) El Sr. Don Joaquín García Icazbalceta, en la Noticia de las piezas contenidas en el
tomo 29 de su “Colección de Documentos para la Historia de México,” al hablar de la carta
de Gerónimo López al Emperador, inserta en jese tomo, incurre en dos errores que es nece­
sario señalar.
El primero, afirmar que Gerónimo López vino á esta Nueva España con Panfilo de Nar-
vaez; cuando lo cierto es que vino con Julián de Alderete, según consta en fidedignos docu­
mentos manuscritos que he tenido á la vista, y además, en la lista de conquistadores forma­
da por el Sr. Orozco y Berra, agregada á la Sumaria Relación de Ins Cosas de la Nueva España,
de Baltasar Dorantes de Carranza, en la edición hecha por el Museo Nacional, pág. 397.
El otro error es verdaderamente inexplicable en el eminentísimo historiógrafo; pues afir­
ma que Gerónimo López no fué recibido Regidor de la Ciudad de México y llega á asegurar
que, después del 16 de Abril de 1529, no vuelve á figurar su nombre en las actas de Cabildo;
cuando lo cierto es que en 1531 fué recibido Regidor y desde entonces su nombre se encuen­
tra en las actas subsecuentes.
Mi apreciable amigo el Sr. Lie Don Alejandro Villaseñor, en su preciosa monografía acer­
ca de los Condes de Santiago, pág 268, incurre en el mismo error, reproduciendo casi tex­
tualmente lo dicho á este respecto por el Sr. García Icazbalceta.
(2) Probablemente, en uno de esos viajes á España, como Procurador del Cabildo de la
Ciudad de México, presentó al Consejo de Indias el memorial que con fecha del año de 1537
publicó Mr. Ternaux Compans en sus “Relaciones de América,” tomo 16, pág. 114.
(3) De esas cartas, una fué publicada por el Sr. Don Joaquín García Icazbalceta en el ci­
tado tomo 2? de su “Colección de Documentos para la Historia de México.”
1

f
»
MARQUESADO I)E SALVATIERRA.

Tacuba y cuyo frente daba al Norte. El Señor García Icazbalceta


nos dice que fué Escribano de Cámara, enemigo del Virrey Mendo­
za y muy parcial de Cortés. El Señor Licenciado Villaseñor dice que
fué Regidor de Veracruz. Baltasar Dorantes de Carranza en la Su­
maria Relación de las cosas de la Nueva España, Edic. de México,
1902, pág. 194, dice: “Casa de Gerónimo López, Conquistador. Vino
á Tezcuco. Tuvo voto en Cabildo en ausencia de un Regidor de Mé­
xico que fué á Castilla. Sirvió en las conquistas de México y Pánu-
co y toda su tierra, y Tututepec y conquistas de las sierras y provin­
cias de los Yopiltzincos y costa de la Mar del Sur hasta la Villa de
Zacatula, provincias de Motín, y provincias de Alima y Colima y Te-
gumapan. Tuvo muy honrados servicios y atrevimientos en la gue­
rra, de que hubo grandes efectos; vinieron por señoríos y naciones á
rendirse al servicio de Su Majestad. Y entre otros sucesos que tuvo,
fué que pasó un río muy grande él solo, á nado, encima de un caba­
llo, armado, y de la otra parte staban muchos indios de guerra con
los cuales peleó, y con su esfuerzo los desbarató y mató muchos de-
llos: y después se halló en la entrada que se hizo por la costa de la
Mar del Sur en demanda de las Amazonas, en la qual entrada se
conquistaron muchas provincias de diversas partes y lenguas. Tuvo
frecuentes rencuentros con mucho número de indios de guerra, en que
venían en la delantera cuatro ó cinco squadrones de gente bien ade­
rezada con sus banderas; en el qual rencuentro se adelantó de la gen­
te española, solo en su caballo, y dió en un squadrón de los dichos
indios y los rompió, y con su langa derrocó y mató tres capitanes
que iban con sus banderas apellidando la gente. Y demás desto,
en otro rencuentro en que se halló, habiéndose retraído los indios y
hecho fuerte en una poblazón de la tierra que la cercaba un brago
de mar donde los spañoles no podían entrar ni perjudicalles porque
la naturaleza del sitio y del agua los defendía, se entró á nado enci­
ma de su caballo é lo pasó, por lo qual los indios se desbarataron y
comentaron á huir y les hizo poner fuego á la dicha poblazón, y he­
cho se tornó el dicho Gerónimo López á pasar á nado, lo qual fué
causa que los indios se diesen al servicio de Su Majestad; en los
quales sucesos tuvo muchas heridas y muchos trabaxos y peligros.
Hay desto bastantísimas informaciones, y constando dellas en el Real
Consejo de las Indias, otorgó en esta conformidad privilegio de ar-
FABTE.

♦-
----------- ------------ — — ■

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MARQUESADO DE SALVATIERRA.

mas al dicho Conquistador con muy honradas y favorables palabras,


dándole un scudo que lo hace quatro quartos una cruz, la media co­
lorada y la media amarilla; y en el quarto alto de la mano derecha,
en campo azul, el norte; y el quarto debajo del, en campo blanco,
un león coronado levantado en los pies; y en el quarto alto de la ma-
no izquierda, el campo colorado, el dicho Gerónimo López armado,
en un caballo blanco, con la spada en la mano, desnuda, y los di­
chos tres capitanes con sus banderas, muertos; y en el otro quarto
debajo deste una torre sobre un río; y por orla del dicho scudo
ocho cruces, las cinco coloradas en campo amarillo, de la mitad del
scudo arriba, y de la mitad del scudo abajo las otras tres cruces
amarillas en campo colorado; y por timble del dicho scudo una al­
mete con un león encima dél, en señal del sfuer^o .y ánimo y cons­
tancia con que sirvió en las dichas guerras y conquistas.”
Gerónimo López, además de servir al Rey en la conquista, pobla­
ción y pacificación de estas tierras, fué consultado por él en todos los
casos difíciles de la época y emprendió varios viajes á España con el
ánimo de servir mejor á su Soberano; y en la información que rindió
uno de sus descendientes, la que me ha servido de guía para estos
apuntes, leemos que el famoso Conquistador, la primera vez que re­
gresó á España después de la Conquista, traía pintado en el escudo
de su armadura un lagarto, por lo que era conocido en ese Reino
como el Caballero del Lagarto.
En su testamento hecho el 18 de Mayo de 1549, dice que fué ca­
sado en primeras nupcias con Doña Elvira Alvarez de Mendoza, de
cuyo matrimonio tuvo un hijo que murió en la infancia, y dos hijas
llamadas Doña María de la Concepción y Doña Ana de Mendoza.
Casó en segundas nupcias el 4 de Septiembre de 1536 con Doña Ca­
talina Alvarez, natural de Badajoz (hija de Juan de Zapata y de Ca­
talina Núñez); de este matrimonio dice lo siguiente: “Con la cual es­
tuve casado diez meses y once días porque no fué la voluntad de Dios
de dármela por más tiempo, con la cual Dios me dió un hijo que ha
por nombre Gerónimo López quede de mí algunamemona" (1).

(1) Palabras que parecen proféticas, pues este hijo fué con el tiempo el Tesorero Gerónimo
López, que casó con Doña Ana Carrillo de Peralta y fundó tres Mayorazgos en que exigió que
los primogénitos llevasen el nombre y apellido de Gerónimo López de Peralta, perpetuándole
así hasta mediados del siglo XIX, y conservando sus descendientes la fortuna hasta nuestros
■M®)*
{lías.
y
’c) VI** viv
Casó en terceras nupcias con Doña Mencia de Rivera; de este ma­
trimonio tuvo siete hijos, llamados: I. Bernardino; II. Juan; III. Pe­
dro; IV. Luis; V. Gerónimo; VI. Isabel, y VII. Beatriz. Murió este
conquistador á fines del año de 1549. en el mar, yendo para España
con su hijo Gerónimo, que apenas contaba doce anos.

El Tesorero Gerónimo López, llamado el Mozo, nació en la Ciu­


dad de México el año de 1537 Y fué hijo del Conquistador del mismo
nombre y apellido y de su segunda esposa Doña Catalina Alvarez.
En 1549 acompañó á su padre, en el último viaje que aquél hizo á
España, y en donde, como se dice en la biografía anterior, quedó huér-
fmo. Permaneció en España el joven López hasta el año de 1551, en
que regresó á México, donde fué Regidor durante 30 años, desde 12
de Octubre de 1562, y Tesorero de la Real Hacienda desde 1586
hasta 1591- Sucedió á su padre en la encomienda de Ajacuba y en
la Secretaría de la Gobernación de Nueva España que renunció en
favor de Su Majestad. Hizo préstamos muy cuantiosos á la Real
Hacienda. Casó en primeras nupcias con Doña María de Turcios,
de quien no tuvo sucesión, y en segundas, en 1567, con Doña Ana
Carrillo de Peralta (hija de Pedro de Yanguas, noble vecino de Lo­
groño (1), y de Doña Ana Carrillo de Peralta, nieta de Don Anto­
nio de Peralta, segundo Marqués de Falces (2) y de Doña Ana Du

(1) La casa de Yahguas descendía (según Trelles, segunda edición, tomo 29, pág. 218)
de Diego Jiménez, Señor de Yanguas, por los años de 1189, el cual á su vez descendía de
Iñigo Arista, Rey de Navarra. Se cuenta entre los de esta familia á Ruy Díaz de Yanguas,
69 Maestre de Calatrava (electo en 1198).
(2) El Sr. Fernández de Béthencourt, en su admirable “Historia Genealógica y Heráldi­
ca de la Monarquía Española” afirma que Doña Ana Carrillo de Peralta á quien señala en
séptimo lugar entre los hijos del primer Marqués de Falces, colocándola entre los hijos natu­
rales del mismo Marqués, agrega que se casó después de la muerte de su padre con Pedro de
Yanguas, noble vecino de Logroño. Un poco más adelante afirma también que hija de ese
matrimonio fué Doña Ana Carrillo de Peralta que pasó á México con el Virrey Marqués de
Falces, á quien llama su primo hermano, y de la que dice que casó con Gerónimo López; y
en la pág. 274 coloca entre los hijos del 29 Marqués de Falces á otra Doña Ana Carrillo de
Peralta de quien dice que murió sin tomar estado.
Al hacer estas afirmaciones cae en un error el Sr. Béthencourt, pues de la señora, que real­
mente fué esposa de Yanguas, dice que se quedó sin tomar estado y da por marido de la tía
al que lo fué de la sobrina. La verdad en este punto es la siguiente: de Doña Ana Carrillo
da Peralta, hija natural del 1er. Marqués, no tengo noticia fidedigna ni datos suficientes para
afirmar si llegó á tomar estado 6 nó; pero sí puedo asegurar con toda certidumbre que Doña
Ana Carrillo de Peralta, hija del 29 Marqués de Falces, fué la esposa de Don Pedro de Yan-
■*
——
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Bosquet, segunda nieta de Don Alonso Carrillo de Peralta, primer


Marqués de Falces, y de Doña Ana de Velasco). Gerónimo López,
el Mozo, fué hombre de gran energía é inteligencia, logró hacer una
fortuna de más de un millón de pesos; fundó en unión de su esposa
tres ricos Mayorazgos, cuya escritura de fundación publico en la cuar­
ta parte de este artículo; fundó, además, dos entierros para su familia,
uno en la Iglesia de Santa Clara y otro suntuosísimo en la Sacristía
de la Iglesia de San Agustín, la cual compró á los Padres para ese
objeto, tomando posesión de ella ante Notario Público, encerrándose
por dentro después de haber hecho salir de ella á los Padres y cam­
biando los muebles y misales de sus lugares, para indicar así su pro­
piedad. Anualmente, el día de San Gerónimo, se celebraba una misa
solemnísima en dicha Sacristía por los fundadores y sus descendien­
tes, á la que asistían todos los Padres del Convento. Esta misa dejó de
celebrarse hasta la exclaustración de dichos Padres. De su matrimo­
nio con Doña Ana Carrillo de Peralta tuvo trece hijos (i): I. Don
Gerónimo (2); II. Don Gabriel (3); III. Don Francisco; IV. Don Mi­
guel (4); V. Don Pedro; VI. Don Rafael; VII. Don Antonio; VIII.
Doña Catalina; IX. Doña Ana; X. Don Gerónimo; XI. Doña Magda-

guas, noble vecino de Logroño y que tuvo por hija á Doña Ana Carrillo de Peralta, fundado­
ra de los tres Mayorazgos López de Peralta, pues fué esposa de Gerónimo López el Mozo.
Fundo estas rectificaciones en las razones siguientes:
1? Que la fundadora de los Mayorazgos, Doña Ana Carrillo de Peralta, en la escritura en
que los fundó llama tío suyo á Don Gastón de Peralta (3er. Marqués de Falces), en cuya ca­
sa y compañía dice haber venido á la Nueva España; de donde se deduce con toda eviden­
cia que la madre de esta señora fué la Doña Ana Carrillo de Peralta, hermana del Virrey,
por lo que éste era tío de aquélla; pues si la fundadora hubiera sido hija de la Doña Ana Ca­
rrillo de Peralta, hija natural del 1er. Marqués, no habría llamado tío suyo al Virrey con
quien vino, sino su primo; y no le llama así, sino que tanto en la dicha escritura de funda­
ción, que íntegra publico en la cuarta parte de este artículo, como en otros documentos de
familia, llama siempre su tío al Virrey.
2? Que la misma fundadora de los tres Mayorazgos tuvo entre sus hijos á Doña Juliana
Angela de Velásco á. quien le corresponde el décimosegundo lugar. El apellido de Velasco es
una prueba de que la señora que le llevaba descendía de la 1? Marquesa Doña Ana de Velas­
co y no de la hija natural del 1er. Marqués, á cuyos descendientes por ningún motivo les po­
día corresponder aquel apellido, que era el de la esposa legítima del 1er. Marqués.
(1) En la enumeración de los hijos del Tesorero Gerónimo López y de su esposa Doña
Ana Carrillo de Peralta, sigo el orden en que aquél los menciona en su testamento, aunque
no es el que les correspondería por razón de los años en que nacieron, como es de verse ob­
servando que Don Miguel, nombrado en cuarto lugar, nació un año después que Doña Fran­
cisca, mencionada en el último.
(2) Nació en 1570. Casó en 1604. Falleció en 1608.
(3) Nació en 1592.
á® Nació en 1594.

(
lena López de Peralta; XII. Doña Juliana Angela de Velasco, y
XIII. Doña Francisca Carrillo de Peralta (1).
El primero, Don Gerónimo López de Peralta, casó con Doña Cla­
ra de Rivadeneyra; tuvo dos hijos: I. Don Gerónimo López de Pe­
ralta, y II. Don Gaspar de Rivadeneyra, que murieron en la infancia.
El quinto, Don Pedro y el sexto, Don Rafael, fueron frailes Agusti­
nos. El séptimo, Don Antonio, fué fraile Franciscano. La octava,
Doña Catalina de San Gerónimo y la novena, Doña Ana de San Ber­
nardo, fueron monjas en el Convento de Dezcalzas de esta Ciudad.
La décima, Doña Gerónima de los Angeles y la décimaprimera, Do­
ña Magdalena de San José, fueron monjas de Santa Clara.
El segundo, Don Gabriel López de Peraltará quien le asignó su
padre el primer Mayorazgo, y de quien descienden los Marqueses de
Salvatierra, nos servirá de tema á la primera división de esta parte.
El tercero, Don Francisco López de Peralta, poseedor del segun­
do Mayorazgo fundado por sus padres, nos servirá de tema á la se­
gunda división de esta parte.
El cuarto, Don Miguel López de Peralta, á quien le tocó el tercer
Mayorazgo á falta de los hijos de su hermano mayor, servirá de te­
ma á la tercera división de esta parte.
La décimasegunda, Doña Juliana Angela de Velasco, casó con
Don Juan Cervantes Casaus, y servirá de tema á la cuarta división
de esta parte.
La décimatercera, Doñá Francisca Carrillo de Peralta, casó con
Don Francisco de Rivadeneyra, y servirá de tema á la quinta divi­
sión de esta parte.

PRIMERA DIVISION.
SUCESION DEL PRIMER MAYORAZGO.

Don Gabriel López de Peralta, segundo hijo (2) del Tesorero Ge­
rónimo López y de Doña Ana Carrillo de Peralta, fué el primer po-
(1) Nació en 1593.
(2) Véase la nota relativa al orden de los hijos del Tesorero Gerónimo López, en sus apun­
tes biográficos.
JVr.A
«’TS í*T^

e)
*14 MARQUESADO
/«■y DE SALVATIERRA.

seedor del primer Mayorazgo, casó con Doña Catalina de Sámano


Turcios, y tuvieron á «I

Don Juan Gerónimo López de Peralta y Sámano Turcios, segun­


do poseedor del dicho Mayorazgo, casó con Doña Teresa María de
Acevedo Carbajal, de la que tuvo á
Don Juan Gerónimo López de Peralta Acevedo y Carbajal, tercer
poseedor del primer Mayorazgo, casó con Doña Catarina de Soto
Ponce de León, y de ella tuvo á ¿
I Doña Gerónima López de Peralta Sámano Turcios y Soto Ponce
de León, cuarta poseedora del Mayorazgo, casó con Don Juan Bau­
tista de Luyando y Bermeo, Caballero de Alcántara, á quien se con­
cedió, siendo ya viudo en 1708, el título de Marqués de Salvatierra,
que no llegó á gozar por haber llegado éste después de su muerte.
De este matrimonio fué hija la
ira. Marquesa, Doña Francisca Catalina Gerónima López de Pe-
ralta Sámano Turcios Luyando y Bermeo, quinta poseedora del ex­
presado Mayorazgo, casó en primeras nupcias con el Licenciado Don
i
Pedro de Eguaraz y Fernández de Hijar y en segundas con Don
Diego Urrutia de Vergara Flores de Valdés (1). Hija del primer ma­
trimonio fué la
2- Marquesa, Doña María Josefa Gerónima López de Peralta Sá­
1
mano Turcios y Eguaraz, sexta poseedora del Mayorazgo, murió sin
sucesión y heredó el título su sobrino el
^er. Marqués, Don Juan Lorenzo Gutiérrez Altamirano Velasco
López de Peralta Legaspe Albornoz Castillo y Urrutia de Vergara,
octavo Conde de Santiago, octavo Marqués de Salinas, séptimo po­
seedor del Mayorazgo (hijo del séptimo Conde de Santiago Don
Juan Javier Altamirano de Velasco y de Doña Ana María Urrutia
de Vergara y López de Peralta, y nieto por línea materna de Doña
Francisca Catalina Gerónima López de Peralta Sámano Turcios Lu­
yando y Bermeo, primera Marquesa, y de su segundo esposo Don
Diego Urrutia de Vergara Flores de Valdés), casó con Doña María

(1) Hijo de Antonio Flores de Valdés Urrutia de Vergara y de Doña Francisca de Ville­
gas; nieto de Don Alonso Flores de Valdés y de Doña Ana Urrutia de Vergara, y 29 nieto de
jV-L Don Antonio Urrutia de Vergara, fundador del Mayorazgo Urrutia de Vergara, y de Doña
ViC, ¿JMaría Bonilla de Bastida.
Marquesado de salvatierra. 15 «
Bárbara de Ovando y Rivadeneyra, y tuvo de ella, entre otros hi­
jos, á la
4? Marquesa, Doña María Isabel Gerónima Altamirano López de
Peralta y Ovando, décima Condesa de Santiago, y octava poseedora
del primer Mayorazgo, murió sin sucesión, y su hermana fué la
5* Marquesa, Doña Ana María Gerónima Altamirano Velasco
López de Peralta y Ovando, décima Marquesa de Salinas y décima
Condesa de Santiago, casó con Don Ignacio Gómez de Cervantes y
Padilla, Gentil-hombre de Cámara y Maestrante de Ronda, y tuvie­
ron nueve hijos: I. Doña Rita, II. Don José María; III. Don Miguel;
IV. Doña María Ignacia; V. Doña Pascuala; VI. Don Francisco,
que murió sin sucesión; VII. Don Rafael; VIII. Doña María Josefa,
sin sucesión, y IX. Doña María Ana Cervantes y Velasco. La rese­
ña de la descendencia de cada una de estas personas ocupará un li­
bro, exceptuando á Don Francisco y á Doña María Josefa, que mu­
rió sin sucesión.

LIBRO PRIMERO.
Doña Rita Cervantes y Velasco, hija primogénita de los quintos
Marqueses, contrajo matrimonio con el Señor Don Mariano Primo
de Rivera; disputó durante algún tiempo el Mayorazgo de Urrutia á
su tía Doña María Josefa Velasco de Espinosa. Doña Rita y su es­
poso sólo tuvieron un hijo que se llamó Don Joaquín Primo de Ri­
vera y Cervantes, fué abogado y no dejó descendencia,'pues siguió
la carrera eclesiástica y falleció siendo Deán de la Catedral de Méxi­
co en 1885.
—... -
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

%
LIBRO SEGUNDO.
Don José María Cervantes y Velasco, hijo segundo de los quin­
tos Marqueses, fué General de la República, undécimo Marqués de
Salinas, duodécimo Conde de Santiago, Adelantado de Filipinas, etc.,
casó dos veces: la primera con Doña María Ana Michaus y Oroquie-
ta (hija de Don Martín Angel de Michaus, Sargento Mayor del Re­
gimiento Urbano del Comercio de México, y de Doña Manuela Oro-
quieta); por segunda vez contrajo matrimonio con Doña Ana María
Ozta y Cotera, parienta lejana suya (hija de la tercera Marquesa de
Rivascacho, Doña Josefa de la Cotera y Calvo y de su esposo Don
Juan Casimiro de Ozta y Múzquiz). De estos matrimonios tuvo seis
hijos (dos del primero y cuatro del segundo): I. Don José Juan Cer­
vantes y Michaus; II. Doña Guadalupe Cervantes y Michaus; III.
Don Ignacio Cervantes y Ozta, que falleció en 1838, sin tomar esta­
do; IV. Don José María; V. Doña Ana María, y VI. Doña María de
los Angeles Cervantes y Ozta, fallecida en 1818, sin haber tomado
estado. A cada uno de estos señores, exceptuando el tercero y el
sexto, dedicaremos uno de los cuatro capítulos siguientes.

CAPITULO I.

Don José Juan Cervantes y Michaus, fué duodécimo Conde de


Santiago y Adelantado de Filipinas, casó en primeras nupcias con
Doña Ana Lebrija, sin sucesión, y en segundas con Doña Amada
Pliego y González; hijos:
I. Licenciado Don Antonio Cervantes y Pliego (fué Administra­
dor Local de Correos de México), casado (25 de Noviembre de 1899)
con Doña Esther Ruiz; hijos:
Don José Juan Cervantes y Ruiz.
Don Mauricio Cervantes y Ruiz.
Don Antonio Cervantes y Ruiz, murió en la infancia.
I
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

2. Ingeniero Don Luis Espinosa y Cuevas, casado con Doña Ro­


sa Casanova; hijos:
A. Don Luis Espinosa y Casanova.
B. Doña Rosa María Espinosa y Casanova.
C. Don Alfonso Espinosa y Casanova.
D. D oña María Esperanza Espinosa y Casanova.
E. Don Enrique Espinosa y Casanova, y
F. Doña Consuelo Espinosa y Casanova.
3. Doña Guadalupe Espinosa y Cuevas, casada con Don Félix
Gutiérrez de Monzón; hijos:
A. Doña Guadalupe Gutiérrez y Espinosa.
B. Doña Concepción Gutiérrez y Espinosa.
C. Doña Virginia Gutiérrez y Espinosa.
D. Don Eduardo Gutiérrez y Espinosa.
E. Doña Rosario Gutiérrez y Espinosa.
F. Doña Elena Gutiérrez y Espinosa.
G. Don Félix Gutiérrez y Espinosa, y
H. Don Luis Gutiérrez y Espinosa. ¡§S
4. Doña María Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
5. Doña Luz Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
6. Don Javier Espinosa y Cuevas, casado en primeras nupcias
con Doña Juana Montgomery, y en segundas con Doña Adelaida
Pitman.
Hijos del primer matrimonio:
A. Don Antonio Espinosa y Montgomery, y
B. Don Javier Espinosa y Montgomery.
Hijos del segundo matrimonio:
A. Don Eduardo Espinosa y Pitman.
B. Don Carlos Espinosa y Pitman, y
C. Don Manuel Espinosa y Pitman.
7. Don Eduardo Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
8. Doña Paz Espinosa y Cuevas, casada con el Doctor Don Ani­
ceto Ortega y Espinosa (1), primo suyo; hijos:
A. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
B. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
(1) Véase artículo sobre los Condes del Valle de Oploca.
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

C. Doña Paz Ortega y Espinosa.


D. Don Aniceto Ortega y Espinosa, y
E. Doña Dolores Ortega y Espinosa.
9. Don Vicente Espinosa y Cuevas.
10. Doña Elena Espinosa y Cuevas, y
11. Doña Virginia Espinosa y Cuevas.
II. Don Manuel Espinosa y Cervantes, casado con Doña Carmen
Parra; hijos:
1. Doña Concepción Espinosa y Parra, que contrajo matrimonio
con Don Tomás Olavarría; hijos:
A. Doña Carmen Olavarría y Espinosa.
B. Doña Concepción Olavarría y Espinosa.
C. Doña Guadalupe Olavarría y Espinosa.
D. Doña María de las Mercedes Olavarría y Espinosa.
E. Doña María de los Angeles Olavarría y Espinosa.
b' F. D oña Luisa Olavarría y Espinosa.
G. Don Manuel Olavarría y Espinosa, y
H. Don Tomás Olavarría y Espinosa.
2. Don Manuel Espinosa y Parra, murió sin sucesión.
3 Don José Espinosa y Parra, casado con Doña María Ardila;
hijos:
A. Doña Guadalupe Espinosa y Ardila.
B. Doña Carmen Espinosa y Ardila.
C. Don Manuel Espinosa y Ardila.
D. Doña María de las Mercedes Espinosa y Ardila.
E.
F. Doña María Espinosa y Ardila.
G. Don José Ignacio Espinosa y Ardila, y
H. Doña Enriqueta Espinosa y Ardila.
4. Don José Espinosa y Parra, murió en la infancia.
5. Doña María Guadalupe Espinosa y Parra, murió en la infancia.
6. Doña María de los Angeles Espinosa y Parra, casada con Don
José Valle; hijos:
A. Don José Valle y Espinosa.
B. Don Angel Valle y Espinosa.
C. Don Salvador Valle y Espinosa.
D. Doña Josefa Valle y Espinosa, murió en la infancia.
'■■ ■ - ■ --.... ** ' ---------------- — ...
•JTS* PtV
*20 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

E. Don Rafael Valle y Espinosa, y


F. Doña Josefa Valle y Espinosa.
7- Doña María Espinosa y Parra, casada con Don Eusebio Gon-
zález; hija:
A. Doña María de los Angeles González y Espinosa.
8 Don Francisco Espinosa y Parra, murió sin sucesión.
9. Don José de Jesús Espinosa y Parra.
IO; Don Pedro Espinosa y Parra, casado con Doña Beatriz Re­
yes; hijos:
A. Don Francisco Espinosa y Reyes, y
B. Don Angel Espinosa y Reyes.
11. Doña Carmen Espinosa y Parra.
12. Doña Dolores Espinosa y Parra.
13. Don Joaquín Espinosa y Parra.
14. Doña Guadalupe Espinosa y Parra, casada con Don Santia­
go Herrán. I.
15. Don Antonio Espinosa y Parra, y
16. Don Luis Espinosa y Parra.
III. Doña Loreto Espinosa y Cervantes, casada con el Doctor
Don Aniceto Ortega del Villar (1); hijos:
1. Doña Enriqueta Ortega y Espinosa.
2. Licenciado Don Manuel Ortega y Espinosa (2), Abogado Con­
sultor de la Secretaría de Fomento, casó con Doña Beatriz Hay;
hijos:
A. Doña Beatriz Marta Ortega y Hay.
B. Don Guillermo Ortega y Hay.
C. Don Manuel Ortega y Hay, y
D. Doña Rosa Ortega y Hay.
.3 Ingeniero Don José Ortega y Espinosa, casado con Doña Con­
cepción Escudero y Perez Gallardo.
4. Don Jacobo Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
5. Doña Guadalupe Ortega y Espinosa, que falleció, contrajo ma­
trimonio con Don Francisco Gámez y Buch (3); hijos:
A. Don Francisco Gámez y Ortega.
6
(1) Véase artículo sobre Condes del Valle de Oploca.
(2) Murió el 20 de Marzo de 1907.
(3) Véase artículo sobre Ducado de Prim.
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

B. Don Angel Gámez y Ortega, y


C. Doña Guadalupe Gámez y Ortega.
6. Don Francisco Ortega y Espinosa, casado con Doña Matilde
Casanova; hijos:
A. Doña Matilde Ortega y Casanova, murió en la infancia.
B. Doña Catalina Ortega y Casanova, murió en la infancia.
C. Don Aniceto Ortega y Casanova.
D. Dona Margarita Ortega y Casanova.
E. Don Eduardo Ortega y Casanova.
F. Don Francisco Ortega y Casanova, y
G. Doña María Luisa Ortega y Casanova.
7. Doña Carmen Ortega y Espinosa, casada con Don Francisco
Gámez y Buch (viudo de Doña Guadalupe); hijos:
A. Don Manuel Gámez y Ortega.
B. Don José Ignacio Gámez y Ortega, y
C. Doña Dolores Gámez y Ortega. ■<

8. Doña Loreto Ortega y Espinosa, que contrajo matrimonio con


el Licenciado Don Manuel Escalante, Secretario del Consejo de Go­
bierno; hijos:
A. Doña Josefina Escalante y Ortega.
B. Don Manuel Escalante y Ortega.
C. Doña Juliana Escalante y Ortega.
D. Don Daniel Escalante y Ortega.
E. Doña Eugenia Escalante y Ortega, y
F. Doña Sofía Escalante y Ortega.
9. Doctor Don Aniceto Ortega y Espinosa, casado con su prima
Doña Paz Espinosa y Cuevas; hijos:.
A. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
B. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
C. Doña Paz Ortega y Espinosa.
D. Don Aniceto Ortega y Espinosa, y
E. Doña Dolores Ortega y Espinosa.
10. Ingeniero Don Vicente Ortega y Espinosa.
11. Doña Dolores Ortega y Espinosa, y
12. Doña María Ortega y Espinosa.
Pctá familia viw An la roen n/imprn ó rlí* lo oa r'ollp» qUf
-W-H4-
®> 2 2 MAROUESADO DE SALVATIERRA.

pertenece á su familia desde mediados del siglo XVI, por ser del Ma­
yorazgo fundado por Don Luis de Castilla.

CAPITULO III.

Don José María Cervantes y Ozta, casado con Doña Magdalena


Ay estarán y Castro (que falleció en io de Diciembre de 1847); es^e
señor, según la ley de desvinculaciones, adquirió la mitad de los ex-

cimo Marqués de Salinas; pero ya en esa época estaban suprimidos


los títulos en México. Falleció en 1867, y tuvo dos hijos:
I. Don Ignacio Cervantes y Ayestarán, que debería ser hoy déci-
motercero Marqués de Salinas, décimocuarto Conde de Santiago de
Calimaya y Adelantado de las Islas Filipinas; reside en Jalapa y es
viudo de la Señora Doña Carmen Cáuz, de la que no tuvo sucesión;
vendió la Hacienda de Ateneo y los bienes que le correspondieron de
los Mayorazgos.
II. Doña Guadalupe Cervantes y Ayestarán (ya fallecida), casada
con Don Francisco Cáuz (hermano de Doña Carmen); hijos:
1. Don José Antonio Cáuz y Cervantes, en quien debieran recaer
los títulos citados, á la muerte de su tío Don Ignacio.
2. Doña Concepción Cáuz y Cervantes.
3. Doña Elena Cáuz y Cervantes.
4. Doña Guadalupe Cáuz y Cervantes, y
5. Doña Ana Cáuz y Cervantes.

CAPITULO IV.

Doña Ana María Cervantes y Ozta (muerta en 1899), casó con


Don Ignacio Algara y Gómez de la Casa (Teniente Alcalde del
Ayuntamiento Imperial el año de 1867, murió en 1887); tuvo ocho
hijos:
I. Don Ignacio Algara y Cervantes (murió en 1890), casó con
Doña Francisca González Buch; hijos:
----------------------

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

i. Don Francisco Algara y González, casado con Doña Gertrudis


Bray; hij os:
A. Don Francisco Algara y Bray.
B. Don Ignacio Algara y Bray, y
C. Doña María Gertrudis Algara y Bray.
2. Doña María de la Luz Algara y González, casada con el Señor
Ingeniero Don Mauricio de María Campos y Elguero: hijo:
A. Don Mauricio de María Campos y Algara.
3. Doña Ana Algara y González, casada con Don Manuel Echa-
ve y García Teruel (1), y
4. Don Angel Algara y González.
II. Don Francisco Algara y Cervantes (murió en 1889), casó con
Doña Josefa Romero de Terreros (2); hijos:
1. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con Doña
María Schulze y Rincón Gallardo (3).
2. Don Manuel Algara y Romero de Terreros, murió sin sucesión.
3. Don Fernando Algara y Romero de Terreros.
4. Don Angel Algara y Romero de Terreros (literato).
5. Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con Don
Enrique Algernón Joy; hijos:
A. Don Enrique Joy y Algara, y
B. Doña María Josefa Joy y Algara.
6. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, que falleció en 1897,
sin sucesión.
III. Doña María de los Angeles Algara y Cervantes, que falleció
en la infancia en 1854.
IV. Licenciado Don José Algara y Cervantes, ex-Profesor de Le­
gislación Comparada y de Derecho Internacional Privado en la Es­
cuela Nacional de Jurisprudencia, ex-Promotor del Juzgado primero
de Distrito y actualmente Subsecretario de Relaciones Exteriores, y
autor de “Los descendientes de Miguel de Cervantes Saavedra en Mé­
xico, apuntes genealógicos,” publicados en 1892. Sin tomar estado.
V. Don Antonio Algara y Cervantes, fallecido en 1893, casó con
Doña Guadalupe Romero de Terreros y Goríbar, Marquesa de Vi-

(1) Véase artículo sobre la familia Icaza.


(2) Véase artículo relativo al Ducado de Regla, etc.
(3) Véase artículo sobre los Marqueses de Guadalupe.

...........................................—---------
24 MARQUESADO DE SALVATIERRA,

llahermosa de Alfaro y de San Cristóbal, Condesa de Jala (


hijos.
VI. Doña Ana Algara y Cervantes, viuda de Don José Cuevas y
Rubio (2), sin sucesión.
VII. Don Manuel Algara y Cervantes, Diputado al Congreso de
la Unión, casado con Doña Carlota de Landero; hijos:
1. Doña Carlota Algara y Landero.
2. Doña Ana Elena Algara y Landero, y
3. Don Manuel Algara y Landero. ¿
VIII. Don Javier Algara y Cervantes, Diputado al Congreso de
la Unión, casado con Doña Carmen Sánchez y Juárez (3); hijos:
1. Don Delfín Algara y Sánchez.
2. Don Javier Algara y Sánchez.
3. Doña María del Carmen Algara y Sánchez.
4. Don Antonio Algara y Sánchez.
5- Don J osé Algara y Sánchez, y
6. Doña María de la Concepción Algara y Sánchez.

LIBRO TERCERO.
Don Miguel Cervantes y Velasco, hijo tercero de los quintos Mar­
queses, poseyó el Mayorazgo de Urrutia y fué el sexto Marqués de
Salvatierra desde 1802, que Doña Ana de Velasco fué declarada Con­
desa de Santiago, y fué el último que obtuvo del Rey de España
carta de sucesión definitiva de este Título. También firmó el acta de
7/
Independencia de México, tuvo el empleo de Capitán de la Guardia
del Emperador Don Agustín de Iturbide y fué, además, Consejero
de Estado, Gran Cruz de la Orden de Guadalupe, General de la Re-
• (1) Véanse artículos relativos á estos títulos.
(2) Véasd artículo sobre la familia Cuevas.
(3) Hija de Don Delfín Sánchez y Doña Felicitas Juárez, y nieta del Benemérito de Amé-
ica Sr. Presidente Lie. Don Benito Juárez.
•moACíí'

MARQUESADO DE SALVATIERRA. 25
pública, Gobernador del Distrito, etc., etc. Falleció en 1865 y sus
restos descansan en el Molino de Flores, que fué de su propiedad, al
lado de los de su hermano.
Dos veces contrajo matrimonio; la primera con la Señora Doña
María de Jesús Michaus, hermana de Doña María Ana, esposa de
su hermano el Conde de Santiago; de esa misma sólo tuvo una hija
llamada Doña Manuela Cervantes y Michaus, que falleció sin tomar
estado. Casó en segundas nupcias con Doña Joaquina Estanillo y
de ella tuvo siete hijos: I. Don José; II. Don Miguel; III. Donjuán;
IV. Doña María de la Paz, que casó con Don Francisco Schiaffino
y falleció sin sucesión; V. Doña Soledad; VI. Doña Rosario, que no
tomó estado, y VII. Don Jesús. Con excepción de Doña María de
la Paz y de Doña Rosario,-los restantes nos servirán de tema á los
cinco capítulos siguientes.

CAPITULO I.

Don José Cervantes y Estanillo, que debió ser el séptimo Mar­


qués de Salvatierra, fué casado con Doña Manuela Cortazar y Ceba-
llos (hija del General Don Luis Cortazar) (1), la que debía haber si­
do cuarta Condesa de la Presa de Jalpa; hijos:
I. Doña Dolores Cervantes y Cortazar, que debía ser octava Mar­
quesa de Salvatierra y quinta Condesa de la Presa de Jalpa, casó con
Don Antonio Riba y Echeverría, Diputado que fué al Congreso de
la Unión (2), (murió en 1902); hijos:
1. Don Antonio Riba y Cervantes.
2. Licenciado Don Luis Riba y Cervantes, casó (26 de Mayo de
1900) con Doña María Concepción de Landa y Lozano (3); hijos:
A. Doña María Luisa Riba y Landa.
B. Don Antonio Riba y Landa, y
C. Don José Riba y Landa.
3- Don Enrique Riba y Cervantes, casó (15 de Julio de 1903) con
Doña Guadalupe Rincón Gallardo (4).
~~~■
(1) Véanse artículos sobre los Condes de la Presa de Jalpa y de Rábago.
(2) Véase artículo sobre la familia Echeverría.
(3) Véase artículo sobre la familia Landa de México.
®(4) Véanse artículos sobre los Marqueses de Guadalupe, Ducado de Regla, etc., etc.
%

- - 1 1 —" -

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

4. Don Guillermo Riba y Cervantes.


5. Doña Guadalupe Riba y Cervantes, casada con Don Alvaro
Fernández del Valle.
6. Doña Ana María Riba y Cervantes, casada con Don Carlos L.
Corcuera; hijo:
A. Don Carlos L. Corcuera y Riba.
II. Doña Enriqueta Cervantes y Cortazar, casada con Don Mi­
guel Echeverría; hijo:
1. Don José Miguel Echeverría y Cervantes, muerto en la infancia.
III. Doña Manuela Cervantes y Cortazar, contrajo matrimonio
con Don Nicolás Campero, Conde de Alcaraz y Marqués del Apar­
tado (1); hijos:
1. Doña María Campero y Cervantes, y .«
2. Don Manuel Campero y Cervantes.
IV. Doña Guadalupe Cervantes y Cortazar, murió sin sucesión en
París en Diciembre de 1890.

CAPITULO II.
§
Don Miguel Cervantes y Estanillo, segundo hijo del sexto Mar­
qués de Salvatierra, falleció el 28 de Enero de 1901 y está enterrado
en el Molino de Flores; vivió muchos años en la casa de la i* calle
del Indio Triste número 12; estuvo casado con Doña Matilde Rome­
ro de Terreros, también ya fallecida, hija única del primogénito de
los terceros Condes de Santa María de Regla (2); tuvo los siguien­
tes hijos:
L Don J osé Miguel Cervantes y Romero de Terreros, actual
miembro de la Junta Directiva del Nacional Monte de Piedad, como
descendiente del Fundador; casado con Doña Leonor Ríos; hijos:
1. Don Miguel Cervantes y Ríos, y
2. Doña María de las Mercedes Cervantes y Ríos.
II. Don Pedro Cervantes y Romero de Terreros.
III. Doña Matilde Cervantes y Romero de Terreros, que contra-
(1) Véanse artículos sobre los Marqueses del Apartado, Condes de Alcaraz, etc., etc.
(2) Véanse artículos relativos á los Duques y Condes de Regla, etc.
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

jo matrimonio en Abril de 1899 con Don José de la Horga, Agre­


gado á la Legación de España en México.
IV. Don Alfonso María Cervantes y Romero de Terreros, muer­
to sin sucesión, y
V. Doña Ana María Cervantes y Romero de Terreros.

CAPITULO III.

Don Juan Cervantes y Estanillo, que nunca tomó estado, falleció


hace pocos años; poseyó parte del Mayorazgo desvinculado de Al­
bornoz, consistente en las casas del Callejón de Bilbao y Portal de
Mercaderes, que legó á su sobrina la Señora Cervantes de Riba.

CAPITULO IV.

Doña Soledad Cervantes y Estanillo, casada con Don Francisco


Schiaffino (su hermano político, viudo de Doña Paz); hijos:
I. Doña María Schiaffino y Cervantes, casada con Don Manuel
Veraza; hija:
i. Doña María Veraza y Schiaffino.

CAPITULO V.

Don Jesús Cervantes y Estanillo, también fallecido, que tuvo por


hijos á
I. Don Pedro Cervantes, soltero.
II. Doña María Cervantes, también sin tomar estado.

T
a-
------------------------- —

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

LIBRO CUARTO.
Doña María Ignacia Cervantes y Velasco, hija cuarta de los quin­
tos Marqueses, casó con Don José María de Ovando y Gómez de
Parada (1), miembro de una antigua y distinguida familia, emparen- -
tado desde el siglo XVIII con la de los Condes de Santiago por el
matrimonio de Doña Bárbara de Ovando y Rivadeneyra con el oc­
tavo Conde Don Juan Lorenzo Altamirano de Velasco. De esa unión
nacieron cuatro hijos: I. Don José María; II. Doña Concepción; III.
Don Agustín, que murió sin sucesión, y IV. Doña Dolores. El I, II
y IV servirán de tema á los tres capítulos siguientes.

& CAPITULO I.

Don J osé María de Ovando y Cervantes, contrajo matrimonio con


Doña María de la Encarnación Haro y Tamariz (2); hijos:
I. Licenciado Don Eduardo de Ovando y Haro, casó con la Se­
ñora Doña Asunción Enciso y Osorio (3) (que falleció); hijos:
1. Don Eduardo de Ovando y Enciso, casado con Doña Jacoba
Olea; hij os:
A. Don Eduardo de Ovando y Olea.
B. Doña Asunción de Ovando y Olea, y
(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Ovando.
(2) Sobrina del Ilustrísimo Señor Don Alonso Núñez de Haro y Peralta, Virrey y Arzo­
bispo de México.
(3) Hija del Lie. Don Joaquín Justo Enciso y Victoria y de Doña Asunción Osorio; nieta
del Lie. Don Joaquín Luis Enciso y Méndez y de Doña Guadalupe Victoria, de la familia
del Marqués de Monserrate; segunda nieta del Lie. Don Mariano Enciso y Tejada y de Doña
María Méndez César de la Granda; tercera nieta de Don José Enciso é Izquierdo y de Doña
Josefa Izquierdo; cuarta nieta de Don Juan Enciso y de Doña Josefa Izquierdo Rosas Mon­
tenegro; quinta nieta de Don Diego Enciso y de Doña María Martínez y Tejada; sexta nieta
de Don Juan Gerónimo Enciso y de Doña Francisca Izquierdo; séptima nieta de Don Pedro
Enciso y de Doña María López de Mallorca; octava nieta de Don Celedón Enciso, Gentil­
hombre de Cámara y Embajador en Roma; novena nieta del Capitán Don Gerónimo Bernar­
do Euciso; décima nieta de Don Juan Enciso Cárdenas, y undécima nieta de Don Anto­
nio Enciso, Capitán General de Flandes, en la época de Don Juan dé Austria.
MARQUESADO SALVATIERRA. 2
ÍJ

C. Doña Carmen de Ovando y Olea. •I

2. Don Joaquín de Ovando y Enciso, casado con Doña Alicia Al-


9
mendaro y Fenochio; hijo:
A. Don Joaquín de Ovando y Almendaro.
3. Doña Asunción de Ovando y Enciso.
4. Don José María de Ovando y Enciso.
5. Doña Encarnación de Ovando y Enciso.
6. Doña Guadalupe de Ovando y Enciso, y
7. Don Ignacio de Ovando y Enciso.
Esta familia reside en Puebla, antes en la calle de Ovando y ac­
tualmente en la de los Infantes.
II. Don José María de Ovando y Haro, casado con Doña Guada­
lupe Fernández é Ibarra; hijos:
1. Doña Guadalupe de Ovando y Fernández, casó con Don Eduar­
do Martínez de Velasco; hijos:
A. Don Eduardo Martínez y Ovando.
B. Don José Martínez y Ovando, y
C. Don Francisco Martínez y Ovando.
2. Doña Rosa Ovando y Fernández, casada con Don Juan Pérez
y Acedo; hijos:
A. Don Luis Pérez y Ovando, y
B. Don Juan Pérez y Ovando.
3. Don Carlos de Ovando y Fernández.
4. Doña María de Ocotlán de Ovando y Fernández.
5. Don Ignacio de Ovando y Fernández.
6. Doña María del Rosario de Ovando y Fernández.
7. Doña Concepción de Ovando y Fernández, y
8. Don J osé María de Ovando y Fernández.

CAPITULO II.

Doña Concepción de Ovando y Cervantes, casada con el Señor


Don Joaquín de Haro y Tamariz (hermano de Doña Encarnación);
hijos:
*

I. Don Joaquín de Haro y Ovando, fué casado con Doña Paz


Marrón (que falleció); hijos:

L '' • —
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paste.
30 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

1. Doña Paz de Haro y Marrón, casada con Don Joaquín Palo­


mo y Rincón (1); hijo:
A. Don José Ignacio Palomo y Haro, murió en la infancia.
2. Don Joaquín de Haro y Marrón, casado con Doña Julia Hege-
wisch.
3. Doña Josefina de Haro y Marrón, y
4. Don José María de Haro y Marrón.
II. Doña Concepción de Haro y Ovando, contrajo matrimonio con
Don Antonio S. Miera (ambos difuntos); hijos: 1

1. Doña María Miera y Haro, casada con Don Tomás Cassou;


I
hijos:
A. Don Carlos María Cassou y Miera, y
B. Don Luis Cassou y Miera, murió en la infancia.
2. Don Luis Miera y Haro.
3- Doña Carolina Miera y Haro.
4- Doña Josefina Miera y Haro.
I Doña Rosa Miera y Haro.
6. Don Antonio Miera y Haro, y
7- Don Fernando Miera y Haro.
III. Doña Guadalupe de Haro y Ovando, sin tomar estado.
IV. Don José María de Haro y Ovando, murió sin sucesión.
V. Don Ignacio de Haro y Ovando, viudo de Doña Cristina Gó-
mez; hijos:
i. Doña Concepción de Haro y Gómez.
2. Doña María Luisa de Haro y Gómez, y
3. Doña Guadalupe de Haro y Gómez.
VI. Doña Soledad de Haro y Ovando, sin tomar estado.

CAPITULO III.

Doña Dolores de Ovando y Cervantes, casada con el Señor Don


Antonio de Haro y Tamariz (que figuró mucho en la política del país
en los comedios del pasado siglo XIX, y murió de novicio en la Com-

(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Guadalupe Gallardo.


■ ------------------

MARQUESADO DE SALVATIERRA. 31 el
pañía de Jesús en Roma, con permiso de su esposa que vivía cuando
él entró de novicio); hija única:
i. Doña Asunción de Haro y Ovando, casada con Don Francisco
Pérez Salazar; hijo:
i. Don Francisco Pérez Salazar y Haro.

LIBRO QUINTO.
Doña Pascuala Cervantes y Velasco, hija quinta de los quintos
Marqueses, fué dos veces casada; la segunda con Don Manuel Gó­
mez Gallo, del que no tuvo sucesión; la primera con Don Joaquín de
Ovando y Parada (tío en séptimo grado de su esposa, como primo
segundo que era de Doña Ana de Velasco y sobrino segundo de
Doña María Bárbara de Ovando, que así como Don Joaquín, descen­
día de Don Bartolomé de Ovando y Vargas, cuyos hijos vinieron á
establecerse en Nueva España; Don Joaquín era hermano menor de
Don José María, de cuya descendencia nos hemos ocupado en el li­
bro anterior). Tuvieron una hija, Doña Dolores.

CAPITULO ÜNICO.

Doña Dolores de Ovando y Cervantes, contrajo matrimonio con


Don Manuel de Haro y Tamariz; hij os:
I. Don Manuel de Haro y Ovando, casó con Doña Angela Ma­
teos (ambos difuntos); hijos:
i.
Don Manuel de Haro y Mateos, casado con Doña Luz Bretón;
hijos:
A. Doña Lucila de Haro y Bretón.
B. Doña Carmen de Haro y Bretón.
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

£ tercera Marquesa de Rivascacho y hermana de la esposa del duodé­


* cimo Conde de Santiago; tuvo tres hijos: I. Doña Guadalupe; II.
Doña Carmen,que no tomó estado, y III. Don Javier.

CAPITULO I.

Doña Guadalupe Cervantes y Ozta, contrajo matrimonio con Don


Antonino Morán y Vivanco, que debió ser cuarto Marqués de Vivan-
co (i); hijos:
I. Doña Guadalupe Morán y Cervantes, casada con Don Pedro
Gorozpe y Echeverría (2), Presidente de la Sociedad Agrícola; hijos:
1. Ingeniero Don Manuel Gorozpe y Morán, casado con Doña
María Luisa Manterola; hijos:
A. Don Manuel Gorozpe y Manterola.
B. Doña María Luisa Gorozpe y Manterola.
C. Doña Guadalupe Gorozpe y Manterola.
D. Don Pedro Gorozpe y Manterola, murió en la infancia, y
E. Don José Pablo Gorozpe y Manterola.
2. Don Pedro Gorozpe y Morán, casado con Doña Concepción
Gorozpe (su prima): hijos:
A. Doña Concepción Gorozpe y Gorozpe.
B. ’ Doña Carmen Gorozpe y Gorozpe, y
C. Doña Dolores Gorozpe y Gorozpe.
3. Doña María Gorozpe y Morán, religiosa del Sagrado Corazón.
4. Doña Guadalupe Gorozpe y Morán, casada con Don Luis de
la Sota; hijos:
A. Doña Guadalupe de la Sota y Morán, murió en la infancia.
B. Don Luis de la Sota y Morán, y
C. Doña Carmen de la Sota y Morán, murió en la infancia.
5- Doña María de la Dolores Gorozpe y Morán.
6. Ingeniero Don Ignacio Gorozpe y Morán, y
7- Doña María de los Luz Gorozpe y Morán.
II. Doña María de los Angeles Morán y Cervantes, casada con
Don Antonio Rubio (que ya falleció); hijos:
(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Vivanco.
(2) Véase artículo sobre la familia Echeverría.
primera parte.
---------------- ------------------------------ -

34 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

1. Doña Carmen Rubio y Morán, y


2. Don José Rubio y Morán.*
III. Don Rafael Morán y Cervantes, casado con Doña María Gar-
gollo, no han tenido sucesión; este Señor debería ser quinto Marqués
de Vivanco.
IV. Doña Dolores Morán y Cervantes, sin tomar estado.
V. Doña María Morán y Cervantes, casada con Don Ramón Por-
tilla.
VI. Doña María de la Luz Morán y Cervantes, sin tomar estado.
. I

CAPITULO II.

Don José Javier Cervantes y Ozta, que por la muerte de su tía Doña
Guadalupe Ceballos y Padilla, debería haber sido undécimo Marqués &
de Santa Fe de Guardiola (i), casado con Doña Soledad Vivanco y
de la Lama; hijos:
I. Don Javier Cervantes y Vivanco, que debía ser duodécimo Mar­
qués de Santa Fe de Guardiola, casado con Doña Catalina Anaya;
hijos:
1. Don Javier Cervantes y Anaya.
2. Don Fernando Cervantes y Anaya.
3. Don José Cervantes y Anaya.
4. Doña Catalina Cervantes y Anaya.
5. Don Alfonso Cervantes y Anaya.
6. Don Miguel Cervantes y Anaya, y
7. Don Carlos Cervantes y Anaya.
II. Doña María Manuela Cervantes y Vivanco, religiosa del Sa-
grado Corazón.
III. Doña María de la Luz Cervantes y Vivanco.
IV. Licenciado Don Rafael Cervantes y Vivanco.
V. Don Ignacio Cervantes y Vivanco, casado con Doña María
Fonseca; hijo:
1. Don Ignacio Cervantes y Fonseca.

(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Santa Fe de Guardiola.

___________________________
------------------------------- 'Wg
MARQUESADO DE SALVATIERRA. 35 T
VI. Doña Guadalupe Cervantes y Vivanco, casada con Don Fran­
<?
cisco G. Arce; hijo:
1. Don Francisco G. Arce y Cervantes.

LIBRO SEPTIMO.
Doña María Ana Cervantes y Velasco, hija novena y última de los
quintos Marqueses, casó con el Señor Don José María Cacho, y tu­
vo dos hijas: Doña María de los Angeles y Doña Bernarda.
&

CAPITULO I.

Doña Angela Cacho y Cervantes, casó con Don Miguel Malo; <4

hijos:
I. Don Jesús Malo y Cacho, casado con Doña Guadalupe Pérez
Palacios; hijos:
1. Don Jorge Malo y Pérez Palacios, y
2. Don Guillermo Malo y Pérez Palacios.
TI. Don Luis Malo y Cacho, murió sin sucesión.
III. Doña Ana Malo y Cacho, casada con Don Antonio Suárez
Lozano; hijos:
1. Don Antonio Suárez y Malo, y
2. Doña Ana Suárez y Malo.
IV. Don Emilio Malo y Cacho, murió sin sucesión.
V. Don Luis Malo y Cacho, murió sin sucesión.
wVI. Don Manuel Malo y Cacho, murió sin sucesión.
%
VII. Doña Angela Malo y Cacho, casada con Don José Fernán­
dez Guerra, sin sucesión.
VIII. Doña Trinidad Malo y Cacho, sin tomar estado.
JOS—
jgw*
36
-. -
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

IX. Doña Soledad Malo y Cacho, casada con Don Fernando An-
drade y Garayalde, murió sin sucesión.
X. Don Agustín Malo y Cacho, soltero.
XI. Doña Concepción Malo y Cacho, casada con Don Luis Ber-
deja; hijos:
1. Doña Gualupe Berdeja y Malo.
2. Doña María Luisa Berdeja y Malo, y
3. Doña Dolores Berdeja y Malo.
XII. Don Francisco Malo y Cacho, soltero.

CAPITULO II.

Doña Bernarda Cacho y Cervantes, casada con Don Pedro Nava-


rrete; hijos:
I. Don Pedro Navarrete y Cacho, casado con Doña Clementina
Espinosa de los Monteros; hijos:
1. Doña Raquel Navarrete y Espinosa de los Monteros.
2. Doña Eva Navarrete y Espinosa de los Monteros.
3. Don Roberto Navarrete y Espinosa de los Monteros, murió sin
sucesión.
4. Don Pedro Navarrete y Espinosa de los Monteros.
5- Doña Esperanza Navarrete y Espinosa de los Monteros.
6. Doña María Luisa Navarrete y Espinosa de los Monteros.

7- Doña Clementina Navarrete y Espinosa de los Monteros.


IT. Don José Navarrete y Cacho, casado con Doña Ana Casta -
ñeira, sin sucesión.
III. Doña Dolores Navarrete y Cacho, murió sin sucesión.
IV. Doña Elena Navarrete y Cacho, casada con Don Simón Gon­
zález; hijo: 1
1. Don Guillermo González y Navarrete.
V. Don Alfredo Navarrete y Cacho, murió sin sucesión.
’i MARQUESADO DE SALVATIERRA.

SEGUNDA DIVISION.
1
SUCESION DEL SEGUNDO MAYORAZGO.

Don Francisco López de Peralta, tercer hijo del Tesorero Geróni­


mo López y de Doña Ana Carrillo de Peralta (i), fué el primer po­
seedor del segundo Mayorazgo, nació en México en 1593; fué nom­
brado tres veces Alcalde de esta Ciudad, siendo la primera en 1615;
casó en 1612 con Doña Francisca Núñez Morquecho (hija de Don
Diego Núñez Morquecho, Caballero de Santiago, Oidor de la Au­
diencia Real de México, Presidente de la de Guadalajara, Goberna­
dor y Capitán General del Reino de Nueva Galicia, y de Doña Ana
Arindes de Oñate). Murió Don Francisco en 1641 y su esposa en
I 1659. Tuvieron por hija única á
Doña Gerónima López de Peralta, segunda poseedora del segundo
Mayorazgo, nació en 1612 y casó en 1632 con Don Andrés de Cer­
vantes Carbajal, Regidor de la Ciudad de México y Alcalde Mayor de
la Santa Hermandad; era quinto hijo de Don Francisco de Cervan­
tes y de Doña Ana de Molina; nieto de Don Leonel de Cervantes y
de Doña María de Carbajal y Tapia; segundo nieto de Don Juan de
Cervantes y Casaus, Factor y Veedor, Capitán General de Pánuco y
Guasteca, y de Doña Luisa de Lara y Andrade, hija esta señora del
Comendador Don Leonel de Cervantes. Doña Gerónima murió en
1644, dejando dos hijos: I. Doña Francisca Gerónima y II. Doña
Ana, que casó con el Capitán Don Antonio de Carbajal Acevedo.
Doña Francisca Gerónima López de Peralta Cervantes sucedió en
•el segundo Mayorazgo y fué la tercera poseedora de él, casó dos ve­
ces: la primera, con Don Leonel de Cervantes en 1656, enviudó en
1659 sin tener descendencia; la segunda, en 1661, con el General Don
José de Pujadas Zapata, natural de Calatayud en Aragón, el cual pa­
só á México en 1640 con su tío Don Juan de Palafox, Obispo de los
Angeles y Virrey de México; sirvió en la flota mandada por su pri­
mo hermano el General Don Juan de Pujadas; fué Teniente General
y Gobernador de Nejapa. Murió Don José en Tenextepango en 1680, •J

(1) Véase la nota número 1 de la página 12 de este artículo.


friwsea faete.

—- — - —* *
MARQUESADO DE SALVATIERRA.
r I»
x*

y Doña Francisca su esposa en 1681, tuvieron dos hijas: I. Doña Ma­
ría Gerónima, y II. Doña Josefa Antonia.
Doña María Gerónima, nació en 1664 y fué cuarta poseedora del
Mayorazgo, casó dos veces; la primera con Don Juan de Urrutia y
Retes, segundo Marqués del Villar del Aguila, y la segunda con
Don Tomás Terán de los Ríos, Coronel de los Reales Ejércitos, Ca­
ballero de Santiago, Gentil-hombre de S. M. con ejercicio y gajes,
con la Llave Dorada de entrada, Gobernador y Capitán General de
la Nueva Galicia y Presidente de la Audiencia de Guadalajara. Mu­
rió Doña María Gerónima en 1735, sin descendencia.
Doña Josefa Antonia de Pujadas y Cervantes, casó con Don Luis
Miguel de Luyando y Bermeo (1), Caballero de Calatrava, pasó á
México en 1681 con el Marqués de la Laguna y fué Regidor perpe­
tuo y Alcalde de la Ciudad de México, Tesorero del Tribunal de la
Santa Cruzada, hermano del primer Marqués de Salvatierra, ambos
naturales del Puerto de Santa María, hijos de Don Agustín de Lu-
*
yando y Bermeo (2) y de Doña Catalina Camacho. Murió Doña Jo­
sefa Antonia el 8 de Junio de 1697, y no heredó el Mayorazgo por
haber fallecido antes que su hermana Doña María Gerónima; y tu­
vieron por hija única á
Doña Francisca Javiera Gerónima López de Peralta Luyando y
Pujadas, heredó el Mayorazgo en sucesión á su tía en 1735 y fué la
quinta poseedora de él, casó en 23 de Octubre de 1713 con Don Fer­
nando Antonio de Villar Villamil Trelles Omaña y Villademoros (3),

(1) Casó en segundas nupcias con Doña Rosa Gómez de Cervantes y Carbajal y Velázquez
de la Cadena; de este matrimonio descendía Doña María Ignacia Gorráez Berrio Luyando y
Cervantes, séptima Condesa del Valle de Orizaba.
(2) Hijo de Don Juan B. de Luyando y Bermeo, Proveedor de las Galeras, natural de Vi.
toria, y de Doña María Camacho Jaina, natural del Puerto de Santa María; nieto del Conta­
dor de las Galeras Don Miguel de Luyando y de Doña Catalina de Echavarría. La familia
de Luyando era oriunda del lugar de Aperrigui, valle de Zuya, provincia de Alaba. Tenían
capillas de que eran patronos en Vitoria. Las armas pintadas allí eran de un cuartel con dos
lobos y otro con dos lices y dos medias lunas y aspas por orla. Como se ve, estas armas to­
madas de la información rendida por los dos hermanos Don Juan Bautista y Don Luis Mi­
guel de Luyando para las Ordenes de Calatrava y Alcántara son diferentes de las que apare­
cen en el título de Marqués de Salvatierra y que van á colores en el lugar correspondiente de
este artículo. Por un documento que he tenido en mis manos y que existe en el Archivo Na­
i
cional de México, consta que el Emperador Carlos V dió posesión de armas en 1548 á Don c
Juan de Luyando, antecesor de estos señores. Ignoro cuál de las dos armas fué la otorgada
por Carlos V.
(3) Fué hijo de Don Mendo Suárez de Villar y Villamil, Señor del Trigal, y de su segunda
esposa Doña Antonia de Loredo y Castrillón; nieto de Don Fernando Díaz de Villar Villamil
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

el cual nació en 1676 en el Lugar de Cartavio en Asturias. Pertene­ <?


cía por su Varonía á la antigua Casa de los Señores de Villar y de
Omaña (cuyo jefe llevaba el título de Marqués de Santa María del
Villar, el cual poseen hoy los Condes de Maceda, Grandes de Espa­
ña). Siguió la carrera militar y pasó á México en donde fué nombra­
do, en 1719, Teniente de Capitán General y Gobernador de las Cos­
tas del Mar del Sur. Era Señor del Trigal de Mohices, Caballero
profeso de la Orden de Calatrava y Maestrante de Ronda. Murió en
1736 y su esposa en 1745, y tuvieron cinco hijos: I. Don Fernando,
que sucedió en el Mayorazgo; II. Don Juan José, de la Compañía de
Jesús; IIL Don José Antonio, falleció soltero; IV. Don Luis Fer­
nando, Presbítero, y V. Don Antonio José, de la Compañía de Jesús.
Don F'ernando Gerónimo López de Peralta Villar Villamil, sexto
poseedor del Mayorazgo, nació en México en 1715, casó en 1738 con
Doña Clara de Alvarado y Castillo, hermana de la segunda Marque­
sa de Uluapa, é hijas del Capitán Don Gaspar de Alvarado, Caballe­
ro de Santiago, y de Doña Francisca del Castillo y García Cano (1).
En 1739 fué Regidor y Alcalde de la Ciudad de México; en 1754 fué
electo Rector de la Archicofradía de Caballeros hijos-dalgo de la
Santa Veracruz. Este señor habitó, como sus padres, la casa Solar
A
del Mayorazgo, situado en la plaza que desde entonces tomó el nom­
bre de Villamil, murió en 1781 y como los demás poseedores del Ma­
yorazgo fué sepultado en San Agustín. De su matrimonio tuvo tres
hij os: I. Don José Gerónimo; II. Don Gerónimo Miguel, casado con
Doña María de Valencia, sin sucesión, y III. Don Mariano Manuel,
que murió soltero en 1766.
Don José Gerónimo López de Peralta Villar Villamil, séptimo po­

de Doña Leonor de Valdepares Villar y Donlebun; segundo nieto de Don Fernando Díaz de
Villar y de Doña Mayor Alvarez de Trellez Villamil; tercer nieto de Don Fernando Díaz de
Villar y de Doña María Menéndez de Villademoros. Este señor era descendiente de Lope Díaz
de Rivadeo, Señor de la Casa de Villar en 1400, y de Doña María Rodríguez de Omaña, Se­
ñora de Omafia, hija de Lope Díaz de Quiñones y de Sancha Alvarez de Omaña.
(Ver Trelles, Asturias Ilustrada, edición de 1760, tom. III, págs. 208 y 209, y Carballo,
Antigüedades de Asturias).
«. (1) Hija del Teniente Coronel Don Juan del Castillo, Caballero de Santiago, y de Doña
María García Cano; nieta por línea materna de Don Diego García Cano y de Doña Florenti­ <9:

na Guerra Chacón; segunda nieta de Don Juan Cano Moctezuma y de Doña Isabel Mejía Fi-
gueroa; tercera nieta de Don Gonzalo Cano Moctezuma y de Doña Ana Prado Calderón; cuar-
a nieta de Don Juan Cano de Saavedra y de Doña Isabel Moctezuma, y quinta nieta d
mperador Moctezuma II.
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

seedor del Mayorazgo, nació en México en 1742, fué Maestrante de


Ronda, Regidor y Alcalde de México en 1790; casó en 1762 con Do­
ña María Josefa de Primo y Villanueva, hija de Don Pedro Bernar­
dino de Primo y Jordán (1), Oidor de la Audiencia Real de Nueva
España, y de Doña Felipa de Villanueva y Terreros (2). Murió
Don José Gerónimo en 1803, habiendo tenido cuatro hijos: I. Don
José Gerónimo, que sucedió en el Mayorazgo; II. Don Manuel, que
murió muy joven y sin tomar estado; III. Doña María Guadalupe,
que casó con Don Juan Velázquez de la Cadena (3), y IV. Doña Ma­
ría de la Luz, casada con Don Rafael de Lardizábal, sin sucesión.
Don José Gerónimo López de Peralta Villar Villamil, octavo po­
seedor del Mayorazgo, Caballero de Calatrava, Maestrante de Ron­
da, Capitán de Granaderos y Regidor perpetuo de la Ciudad de Mé­
xico, nació en México en 1766 y casó en 7 de Septiembre de 1749
con Doña María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio (4), hija de
Don Antonio Rodríguez de Velasco, del Consejo de S. M., y de Do­
ña María Ignacia Osorio Barba y Bello Pereira. Don José Geróni-
Sü mo murió á la edad de 39 años, en 1805, y fué enterrado en Queré-
taro; dejó cuatro hijos: I. Doña Josefa, Condesa de Reglaren quien
vino á recaer el tercer Mayorazgo López de Peralta, y de quien nos
J ocupamos en el segundo libro de esta división; II. Don Gerónimo

(1) Hijo de Don Juan de Primo y Terán, Alcalde de San Miguel el Grande, y de Doña
María Sánchez Jordán y Valle; nieto de Don Juan de Primo, de Doña Francisca de Terán,
del Capitán Don Pedro Sánchez Jordán y de Doña Francisca del Valle y Monroy, y segun­
do nieto de Don Francisco de Primo, Alcalde de Cabuerniga, de Doña Dominga Díaz, de
Don José de Terán, de Doña Francisca Ortegón, de Don Pedro Sánchez y Azpoliqueta,
de Doña María Jordán y Atocha, de Don Andrés del Valle y de Doña María de Aguilar y
Monroy.
(2) Hija de Don Santiago de Villanueva y Orivay, Regidor de Querétaro, y de Doña Ana
María de Terreros y Sousa; nieta de Don Lorenzo de Villanueva, Alcalde del Vade de San-
dojuela, de Doña María de Olea y Izuzquiza, de Don José Benito de Terreros, Contador Ma­
yor del Real Tribunal de Cuentas, y de Doña Francisca Rosa de Sousa y Castro, Villanueva
Altamirano y Cervantes, y segunda nieta de Don Juan Saenz de Villanueva y Orivay, de Do­
ña Lucía de Zaldaja y Segura, de Don Pedro de Olea, de Doña María de Izuzquiza y Sauz
de Urtraga, del Capitán Don Bartolomé de Terreros Ochoa, de Doña María de Ayala y Avi­
la, del Maestre de Campo Don Manuel de Sousa y Castro y de Doña Francisca de Villanue-
va Cervantes Altamirano.
(3) Tuvieron cuatro hijo3: 19 Don Manuel Velázquez de la Cadena que casó con Doña Ra­
faela Valdivielso, murió sin sucesión; 29 Don Ignacio Velázquez de la Cadena, que debió ser
j 29 Marqués de la Cadena, murió sin sucesión; 39 Doña Manuela Velázquez de la Cade
debió ser 39 Marquesa, murió sin sucesión, y 49 Doña Loreto Velázquez déla Cadena, <
monja Capuchina.
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# de México en 1790; casó en 1762 con Do-
y Villanueva. hija de Don Pedro Bernar-
XlHI) u), Oidor de la Audiencia Real de Nueva
t de Villanueva y Terreros (2). Murió
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1803, habiendo tenido cuatro hijos: I. Don


vdió en el Mayorazgo; IT. Don Manuel, que
m tomar estado; IIJ, Doña María Guadalupe,
Velázquez de la Cadena (3), y IV. Doña Ma-
»on Don Rafael de Lardizábal, sin sucesión.
L^pe>$le Peralta Villar Villamil, octavo po-
A
P, Cabulero de Calatrava, Maestrante de Ron-
fieros y T gidor perpetuo de 11 Ciudad de Mé-
o en 1766 y ¿asó en 7*de Septiembre de 1749
anacía Rodríguez de VelasSo y Osorio (4), hija de
¿v»cz de Velasco, del Consejo de S. M., y de Do-
• ¿ < r i

-rio Barba y Bello Pereira. Don José Geróni-


39 años, en < 005, y fué enterrado en Queré-
Doña Josefa, Condesa de Regla, en quien
>r.»zg .■ López de Peralta, y de quien nos
CI t.

o de esta división; II. Don Gerónimo

AkuííedeSan Miguel el Grande, y de Doña


;<m« de Primo, de Doña Francisca de Terán,
-Aa Francisca del Valle y Monroy, y segun-
* ’‘ül uerniga, de Doña Dominga Díaz, de
i te Don Pedro Sánchez y Azpoliqueta,
del Valle y Je Doña María de Aguilar y

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8 -nito de Tueros, Contador M.v
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MARQUESADO DE SALVATIERRA. 41 G
que heredó el segundo Mayorazgo, y de quien nos ocuparemos en el
9 primer libro de esta división; III. Doña Antonia, esposa del Marqués
de San Miguel de Aguayo, y de quien tratará el tercer libro de esta
división, y IV. Doña María de la Paz, esposa del Marqués de Gua­
<f dalupe, y que servirá de tema al cuarto libro de esta división.

LIBRO PRIMERO.
Don Gerónimo López de Peralta Villar Villamil (segundo hijo y
único varón de Don José Gerónimo López de Peralta Villar Villamil
y de Doña María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio), fué no­
4
veno y último poseedor del segundo Mayorazgo, y debió ser cuarto
Marqués de la Cadena (i), nació en 1798, fué Regidor perpetuo de

F la Ciudad de México, Coronel de Caballería y Caballero de Guada­


lupe, casó en 1826 con Doña María Guadalupe Díaz de Godoy San-
doval Gorráez y Salamanca, hija del Coronel Don*Pedro Díaz Go-
rráez y de Doña María Josefa de Sandoval y Salamanca, nieta de
Don J osé Díaz de Godoy y de Doña Clara de Gorráez; y segunda
i
nieta de Don Nicolás Díaz de Godoy y de Doña Eusebia Rodríguez
Altamirano. Murió Don Gerónimo en 1861, dejando por hijo único á
Don Manuel, que debió ser quinto Marqués de la Cadena, nació el
año de 1829 y casó en México en 1853 con Doña Carmen de Gorí-
bar y Ecay Múzquiz (2). Fué varias veces Regidor de la Ciudad de
México y Diputado al Congreso de la Unión, murió en París en 1905,
y tuvo cuatro hijos: I. Don Ignacio; II. Doña María de la Luz; III.
(1) Véase artículo sobre dicho título.
(2) Hija de Don Juan de Goríbar y Anieta y de Doña María de Ecay Múzquiz y Arrieta*
nieta de Don Julián de Goríbar, nacido en España en la Villa de Vergara, y de Doña Josefa
deArrieta y Santos Coy; segunda nieta de Don Juan de Goríbar y de Doña María Ignacia
de Veístegui; tercera nieta de Don Ignacio de Goríbar y de Doña Isabel de Orobiobasterra;
cuarta nieta de Don Francisco de Goríbar y de Doña Francisca de Mugerza; quinta nieta de
Don Pedro de Goríbar y de Doña Ana de Imaz, y sexta nieta de Don Juan de Goríbar, Se- J.S1
£pr del Solar de su apellido en Oñate y de Doña María de Elorza.
fabte.

B
Doña María de la Paz, y IV. Doña Victoria, que murió joven. El
I, el II y el III nos servirán de tema para cada uno de los tres ca­
pítulos siguientes.

CAPITULO I.

Don Ignacio de Villar Villamil y Goríbar, hijo primogénito de Don


Manuel de Villar Villamil y Díaz de Godoy y de Doña Carmen de
Goríbar y Ecay Múzquiz, que debía ser sexto Marqués de la Cade­
na, casó en primeras nupcias con Doña Isabel Guzmán, hija de Don
Ramón Guzmán y de Doña Rosa de Zayas Bazán, y en segundas
con Doña Joaquina de Ezpeleta y Alvarez de Toledo, Marquesa de
Montehermoso, hija de Don Hortuño de Ezpeleta y Samaniego,
cuarto Duque de Castroterreño, cuarto Conde de Ezpeleta de Veire,
de Echauz y de Tribiana, y de Doña María Alvarez de Toledo y Ca­
ro, Condesa de Ademó, hija esta señora de los decimoctavos Duques
de Medina Sidonia.
Hijos del segundo matrimonio, pues del primero no tuvo:
Primero.—Don Fernando de Villar Villamil y Ezpeleta (ahijado
de SS. MM. Doña Isabel II y Don Francisco de Asís).
Segundo.—Don Joaquín de Villar Villamil y Ezpeleta.

CAPITULO II.

Doña María de la Luz de Villar Villamil y Goríbar, segunda hija


de Don Manuel de Villar Villamil y Díaz y de Doña Carmen de Go­
ríbar y Ecay Múzquiz, casada con Henri Conde de Mansigny; hijos:
Primero.—Henriette de Mansigny y Villar Villamil, casada con el
Conde Adrion Gaudin de Villaines.
Segundo.—Emmanuel de Mansigny y Villar Villamil, y
Tercero.—Geoffroy de Mansigny y Villar Villamil.
MARQUESADO DE SALVATIERRA. 43 e'I

CAPITULO III.

Doña María de la Paz de Villar Villamil y Goríbar, hija tercera de


Don Manuel de Villar Villamil y Díaz y de Doña Carmen de Gorí­
bar y Ecay Múzquiz, casada con el Barón Jean d’Ivry.

LIBRO SEGUNDO.

Doña Josefa de Villar Villamil y Rodríguez de Velasco, hija pri­


mogénita del Mayorazgo Don José Gerónimo López de Peralta Vi­
llar Villamil y de Doña María Ignacia Rodríguez de Velasco y Oso-
rio, heredó el tercer Mayorazgo probablemente por extinción de los
descendientes de Don Miguel (véase la tercera división), casó con
Don Pedro Romero de Terreros, tercer Conde de Regla, y tuvo sie­
te hijos: I. Don Pedro; II. Don Manuel; III. Don Juan Nepomuceno;
IV. Don Ramón; V. Doña Antonia; VI. Don Ignacio, y VIL Doña
María Josefa, que murió en la infancia. El I, II, III, IV y V servi­
rán de tema á los cinco capítulos siguientes, y del VI no trato en es-
te artículo por no tener datos de su descendencia.

CAPITULO I.

Don Pedro Romero de Terreros y Villar Villamil, nació en México


el 18 de Mayo de 1815; fué uno de los miembros de la Junta Directiva <9

del Nacional Monte de Piedad desde la muerte de su padre hasta su


^illecimiento; casó con Doña Mariana García Conde, hija del Genera^
»
e.
— —

MARQUESADO DE SALVATIERRA.


Don Alejo García Conde y de Doña María Teresa Vidal de Lorca,
y tuvieron por hija única á
I@)
Doña Matilde Romero de Terreros y García Conde, contrajo ma­
trimonio con Don Miguel Cervantes y Estanillo; hijos:
I. D on José Miguel Cervantes y Romero de Terreros, uno de los
actuales miembros de la Junta Directiva del Nacional Monte de Pie­
dad, casado con Doña Leonarda Ríos; hijos:
1. Don Miguel Cervantes y Ríos, y.
2. Doña María de las Mercedes Cervantes y Ríos.
II. Don Pedro Cervantes y Romero de Terreros, soltero.
III. Doña Matilde Cervantes y Romero de Terreros, casada en
Abril de 1899 con Don José de la Horga, agregado á la Legación
de España en México.
IV. Don Alfonso María Cervantes y Romero de Terreros, muer­
to sin sucesión, y
V. Doña Ana María Cervantes y Romero de Terreros.

CAPITULO II.

Don Manuel Romero de Terreros y Villar Villamil, casó con Doña


Guadalupe Gómez de Parada (hija del Capitán Don Manuel Gómez
de Parada y de Doña Dolores Gómez Otero); hijos:
Primero.— Doña Paz Romero de Terreros y Gómez de Parada,
casada con Don Pedro Rincón Gallardo y Rosso, General de Briga­
da, Diputado varias veces al Congreso de la Unión, ex-Presidente
de la Junta Directiva del Desagüe del Valle de México, socio funda­
dor y ex-Presidente de la Junta Directiva del Jokey Club, ex-Presi-
dente del Ayuntamiento, ex-Gobernador del Distrito Federal, En­
viado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario que fué de México
en Rusia y en Alemania y actualmente en la Gran Bretaña; hijos:
I. Doña Paz Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casada con
Don Alfredo Barron; hijos:
Don Alfredo Barron y Rincón Gallardo.
Doña Paz Barron y Rincón Gallardo.
Don Manuel Barron y Rincón Gallardo.
— .......
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

4- Doña Guadalupe Barron y Rincón Gallardo, murió en la in­


fancia.
5. Don Eduardo Barron y Rincón Gallardo, murió en la infan­
cia, y
6. Don Francisco Barron y Rincón Gallardo.
II. Don Pedro Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casó con
Doña Sara Díaz Vivanco; hijos:
1. Don Manuel Rincón Gallardo y Díaz, y
2. Don Luis Rincón Gallardo y Díaz.
III. Don Manuel Rincón Gallardo y Romero de Terreros, y
IV. Doña Guadalupe Rincón Gallardo y Romero de Terreros, ca­
sada con Don Enrique Riba y Cervantes.
Segundo.—Don Alberto Romero de Terreros y Gómez de Para­
da, casó con Doña Ana Vinent y Kindelan (1); hijos:
I. Don Alberto Romero de Terreros y Vinent.
II. Don Pedro Romero de Terreros y Vinent.
III. Doña Guadalupe Romero de Terreros y Vinent.
IV. Doña Cristina Romero de Terreros y Vinent, murió sin suce­
sión el año de 1901, y
V. Don Manuel Romero de Terreros y Vinent, sexto Marqués de
San Francisco, Socio del Colegio Heráldico de Italia y del Consejo
Heráldico de Francia.
Tercero.—Doña Josefa Romero de Terreros y Gómez de Parada,
viuda del Licenciado Don Francisco Algara y Cervantes; hijos:
I. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con Doña
María Schultze y Rincón Gallardo.
II. Don Manuel Algara y Romero de Terreros, murió sin suce­
sión.
III. Don Fernando Algara y Romero de Terreros.
IV. Don Angel Algara y Romero de Terreros (literato).

(1) Hermana de la Srita. Doña Isabel Vinent y de Doña Bárbara Vinent (esposa del Sr.
Lie. Don Pablo Martínez del Río, Comendador de Número de la Orden de Isabel la Católica)
é hija del Exmo. Sr. Don Santiago Vinent y de Gola, Gran Cruz de la Orden de Isabel la
Católica, Diputado á las Cortes Españolas y posteriormente Senador del Reino Español (de
la casa de los Marqueses de Palomares de Duero), y de Doña Cristina Kindelan y de Gri-
gnan; nieta de Don Antonio Vinent y Ferrer y de Doña Isabel de Gola y Palacios, de Don • w]

Juan Kindelan y Mozo de la Torre, Coronel de los Reales Ejércitos, Caballero profeso del Há­
bito de Montesa, y de Doña Magdalena de Grignan y Mozo de la Torre, su prima hermana,
^descendiendo esta última señora de la notable escritora Mme. de Sevigné.

jffiSSL 4L
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

V. Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con Don


Enrique Algernón Joy; hijos:
1. Don Enrique Joy y Algara, y
2. Doña María Josefa Joy y Algara.
VI. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, fallecida en 1897
sin sucesión.
Cuarto.—Don Pedro Romero de Terreros y Gómez de Parada,
murió sin sucesión.

CAPITULO III.

Excelentísimo Señor Duque de Regla Don Juan’Nepomuceno Ro­


mero de Terreros y Villar Villamil, Rodríguez de Peroso y Rodrí­
guez de Velasco, nació en México el día 3 de Febrero de 1818, transla-
dó su residencia á España, donde en 10 de Septiembre de 1849 °b-
tuvo la llave dorada de Gentil-hombre de Cámara de S. M. la Reina
Doña Isabel II; la misma Señora le concedió en 22 de Octubre car­
ta de sucesión del Condado de San Bartolomé de Jala; el 27 de Mar­
zo de 1850 la de sucesión en el Marquesado de Villahermosa de Al-
faro; en 21 de Julio fué admitido por la Junta respectiva, como Ca­
ballero Maestrante de Sevilla; en 23 de Diciembre obtuvo merced de
Hábito de Santiago y fué armado Caballero el 19 de Diciembre de
1851; en 17 de Junio de 1854 se. le dió cédula de sucesión en los
Marquesados de San Cristóbal, San Francisco y Rivascacho, y el 13
de Septiembre del mismo año la obtuvo para el Condado de Regla;
el 16 de Noviembre de 1856 le fueron impuestas las insignias de Ca­
ballero Gran Cruz de la Orden de Carlos III por la mencionada Rei­
na Doña Isabel en la Real Cámara; en 28 de Diciembre de 1857 se
le concedió la Grandeza de España de Primera Clase por el título de
Conde de Regla y se señaló para la ceremonia las tres de la tarde del
Jueves 18 de Marzo de 1858; en 31 de Diciembre de 1858 se le con­
cedió el título de Duque de Regla. Murió sin sucesión en Panamá el
28 de Febrero de 1862.
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

CAPITULO IV.

•<
Don Ramón Romero de Terreros y Villar Villamil, nació en Méxi­
co el 5 de Febrero de 1819; casó con Doña Refugio Goríbar y Múz-
quiz; habiendo sido también miembro de la Junta Directiva del Na­
cional Monte de Piedad desde el año de 1878 hasta su fallecimiento,
ocurrido en México el 22 de Marzo de 1882; hij os:
Primero.—Excelentísima Señora Doña Refugio Romero de Te­
rreros y Goríbar, segunda Duquesa y quinta Condesa de Regla, casó
con el Excelentísimo Señor Don Eduardo Rincón Gallardo, tercer
Marqués de Guadalupe; hijos:
I. Excelentísimo Señor Don Carlos Rincón Gallardo y Romero
de Terreros, cuarto Marqués de Guadalupe Gallardo, casado con la
Excelentísima Señora Doña Concepción Cortina y Cuevas; hijos:
1. Doña Concepción Rincón Gallardo y Cortina, y
2. Doña Carlota Rinqón Gallardo y Cortina.
II. Doña Carmen Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casa­
da con Don Rafael Ortiz de la Huerta; hijas: A

1. Doña Carmen Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo, y


2. Doña Refugio Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo.
III. Don Alfonso Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casado
con Doña Leonor de Mier y Cuevas, y
IV. D ona María Rincón Gallardo y Romero de Terreros.
Segundo.—Don Manuel Romero de Terreros y Goríbar, murió en
la infancia.
Tercero.— Doña Guadalupe Romero de Terreros y Goríbar, Mar­
quesa de Villahermosa de Alfaro, de San Cristóbal y Condesa de
San Bartolomé de Jala, viuda de Don Antonio Algara y Cervantes.

CAPITULO V.
<5

Doña Antonia Romero de Terreros y Villar Villamil, casó con Don


á^amón de Samaniego y de la Canal (hijo de Don Manuel Samanieg *•
- -.............

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

del Castillo, Coronel de Dragones, Caballero de la Orden de Calatra-


va, agraciado con el título de Conde de Samaniego del Castillo por
el Rey Don Fernando VII en 26 de Octubre de 1821, y de Doña
Catalina de la Canal y Fernández de Jáuregui, de la casa de los Mar­
queses de la Villa del Villar del Aguila); y tuvieron por hija única á
Doña Carolina de Samaniego y Romero de Terreros, que murió
en la infancia.

LIBRO TERCERO.
Doña Antonia de Villar Villamil y Rodríguez de Velasco, tercera
I hija del Mayorazgo Don José Gerónimo López de Peralta Villar Vi­
llamil y de Doña María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio, fué
segunda Esposa de Don José María Echeverz Valdivielso, quinto
Marqués de San Miguel de Aguayo (1); y tuvo dos hijas: I. Doña
Dolores, y II. Doña Concepción, las que nos servirán de tema á los
dos capítulos siguientes.

CAPITULO I.

Doña Dolores Valdivielso y Villar Villamil, casó con Don Agustín


Gómez de Parada (2); y tuvieron dos hijos:

(1) Véase articulo sobre dicho título.


(2) Hijo del Capitán Don Manuel Gómez de Parada y de Doña María Gómez Otero; nieto
de Don Juan Gómez de Parada y de Doña María Concepción Romay; segundo nieto de Don
Juan Gómez de Parada y de Doña Gertrudis Gallo; tercer nieto de Don Pedro Gómez de Pa­
rada y de Doña Manuela Fonseca; cuarto nieto de Don Tomás Fonseca y de Doña María Sá-
mano; quinto nieto de Don Juan Fonseca y de Doña Gertrudis Bonilla; sexto nieto de Don
s> Antonio Fonseca y de Doña Mariana de Castro; séptimo nieto de Don Alonso Fonseca y de
Doña Blanca de Villavicencio; octavo nieto de Don Juan Fonseca y de Doña Ana Enríquez-
noveno nieto de Don Juan Enríquez y de Doña Elvira de Rojas; décimo nieto de Don Fran;
cisco Enríquez y de Doña Isabel de Ulloa; décimoprimero nieto de Don Juan Enríquez y
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Primero.—Don Jorge Gómez de Parada (i), casó con Doña


cepción Buch y Echeverría (2); hijos:
I. Doña Teresa Gómez de Parada y Buch.
II. Doña Dolores Gómez de Parada y Buch.
III. Don Jorge Gómez de Parada y Buch.
IV. Don Agustín Gómez de Parada y Buch.
V. Doña J aviera Gómez de Parada y Buch.
VI. Doña Margarita Gómez de Parada y Buch, y
VII. Don Miguel Gómez de Parada y Buch.
Segundo.—Doña María Gómez de Parada, casó con Don Fran­
cisco Buch y Echeverría (3); hijos:
I. Don Francisco Buch y Gómez de Parada.
II. Don Carlos Buch y Gómez de Parada, y
III. Don Enrique Buch y Gómez de Parada.

CAPITULO II.

Doña Concepción Valdivielso y Villar Villamil, casó con Don Pe­


dro Malo, y tuvieron siete hijos:
Primero.—Doña Dolores Malo y Valdivielso, casó con Don Ro- |
mualdo de Zamora y Duque; hijos:
L Dona Carlota Zamora y Malo, casada con Don Emilio Salazar;
hijos:
1. Don Romualdo Salazar y Zamora.
2. Doña Carlota Salazar y Zamora.
3. Doña Agustina Salazar y Zamora.
4. Doña Dolores Salazar y Zamora.
5. Doña Guadalupe Salazar y Zamora.

Doña Constanza Almanza; décimosegundo nieto de Don Enrique Enríquez y de Doña María
de Guzmán (primeros Condes de Alba de Liste, fundadores en 1480), y décimotercero nieto
del primer Almirante Don Alfonso Enríquez y de Doña Juana de Mendoza (fundadores en
1426), de quien descienden en España los Duques de Alba, de Berwick, Liria y Ozuna; Mar­
queses de Astorga, Malpica, Sotomayor y Gala; Condes de Montijo, Miranda, Altamira y Pu-
ñonrostro, etc., etc.
5o MARQUESADO DE SALVATIERRA.

6. Don Emilio Salazar y Zamora, y


7- Doña Carmen Salazar y Zamora.
II. Doña Dolores Zamora y Malo, casada con el Licenciado
Ernesto Jiménez de la Cuesta; hijos:
1. Don Oscar Jiménez y Zamora, murió en la infancia.
2. Doña María de Lourdes Jiménez y Zamora.
3. Don Romualdo Jiménez y Zamora.
4. Don Ernesto Jiménez y Zamora.
5- Doña Dolores Jiménez y Zamora, y
6. Doña Luz Jiménez y Zamora.
III. Doña Concepción Zamora y Malo, casada en primeras
cias con Don Antonio Osio y Sanz, y en segundas con Don H. H.
Merhan de Comana.
Hij os del primer matrimonio:
1. Doña Concepción Osio y Zamora.
2. Doña Clementina Osio y Zamora.
3- Don Antonio Osio y Zamora.
4- Doña Carmen Osio y Zamora, y
5- Doña Josefina Osio y Zamora.
IV. Doña María de los Angeles Zamora y Malo.
Segundo.—Doña Luz Malo y Valdivielso, casó con Don Maria­
no Fortuño; hijos:
I. Doña Elena Fortuño y Malo, casada con Mr. Robert Noel-
Morgan; hijos:
1. Mervyn Noel-Morgan y Fortuño.
2. George Noel-Morgan y Fortuño.
3- Helen Noel-Morgan y Fortuño.
4- Muriel Noel-Morgan y Fortuño.
5- Mabel Noel-Morgan y Fortuño, y
ó. Robert Noel-Morgan y Fortuño.
II. Doña Amalia Fortuño y Malo.
III. Doña Angelina Fortuño y Malo, monja, y
IV. Doña Berta Fortuño y Malo.
Tercero.—Don Salvador Malo y Valdivielso, casó en primeras
nupcias con Doña Ana Rivas y en segundas con Doña Rosa Zayas.
Hijos del primer matrimonio:
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

y III. Doña Rosa. El I y III servirán de tema á los dos capítulos


siguientes.

CAPITULO I.

Doña Guadalupe Rincón Gallardo y Villar Villamil, casó con Don


José Tornel; hijos:
Primero.—Doña Carolina Tornel y Rincón Gallardo, casada con
Don Ignacio Barajas; hij os:
I. Doña Dolores Barajas y Tornel, casada con el Señor Don Gui­
llermo Aguirre, con sucesión.
II. Doña Paz Barajas y Tornel, casada con Don 'Juan J. Farías,
con sucesión.
III. Doña Merced Barajas y Tornel (segunda esposa de Don Car­
los Diez Gutiérrez, Gobernador que fué del Estado de San Luis Po­
tosí y Ministro de Gobernación), con sucesión.
IV. Doña María Barajas y Tornel, que murió joven.
V. Doña Rosario Barajas y Tornel.
VI. Doña Ignacia Barajas y Tornel, y
VII. Doña Carlota Barajas y Tornel.
Segundo.—Don Agustín Tornel y Rincón Gallardo, casó con Do­
ña Josefina Gallardo; hija:
I. Doña Josefina Tornel y Gallardo.

CAPITULO II.

Doña Rosa Rincón Gallardo y Villar Villamil, casó con Don José
Ignacio Palomo y Montúfar (i); hijos:
Primero.—Doña Angelina Palomo y Rincón Gallardo, casó con
Don Francisco C. de Moneada, quinto Marqués que debía ser del
Jaral de Berrio y quinto de San Mateo de Valparaíso, etc., murió sin
sucesión.

(1) Descendiente de un hermano del Sr. Montúfar, 1er. Arzobispo de México, pues el Sr.
Zumárraga no fué sino Obispo.
MARQUESADO DE SALVATIERRA. 53
Segundo.—Don Joaquín Palomo y Rincón Gallardo, casado con
*
Doña Paz de Haro y Marrón; hijo:
I. Don Ignacio Palomo y de Haro, murió en la infancia.
Tercero.—Don Camilo Palomo y Rincón Gallardo, jesuíta.

TERCERA DIVISION.
SUCESIÓN DEL TERCER MAYORAZGO.’

Don Miguel López de Peralta, cuarto hijo (i) del Tesorero Geró­
nimo López y de Doña Ana Carrillo de Peralta, fué el primer posee­
dor del tercer Mayorazgo (pues como se ha dicho en la página 13
de este artículo, los hijos del primogénito de los fundadores murieron
A, sin sucesión); casó con Doña María de Sámano, hija de Don Juan de
Sámano y de Doña Inés de Carbajal; y tuvo dos hijos:
I. Don Gerónimo López de Peralta y Sámano, segundo poseedor
del Mayorazgo, casó con Doña Catarina de Sámano y Quiñones (hi­
ja de Don Gabriel de Peralta y de Doña Catalina de Sámano, prime­
ros poseedores del primer Mayorazgo), murió sin sucesión, heredan­
do su hermano.
II. Don Juan Gerónimo López de Peralta y Sámano, tercer po­
seedor del Mayorazgo, casó con Doña María de Aguilar, y tuvieron
por hija única á
Doña Inés Gerónima López de Peralta y Aguilar, cuarta poseedo­
ra del Mayorazgo, casó en 1655 con el Capitán Don Francisco Mu-
rillo; y tuvieron por hijos, entre otros, á Don Gerónimo y á Don
Ventura.
Don Gerónimo Murillo López de Peralta, quinto poseedor del Ma­
yorazgo, casó con Doña María de Avila, y murió sin sucesión en
1731, y heredó su sobrino.
Don Francisco Murillo López de Peralta, sexto poseedor del Ma­
A
yorazgo, fué hijo de Don Ventura Murillo y de Doña Gertrudis Ra-
o
a (1) Véase la nota número 1 de la página 12.
FABTE.
54 MARQUESA
/•w' DÓ+Í5^XlV ATIERRA.
mírez, casó con Doña Teresa de Zárate, murió sin sucesión en 1^35,
y heredó su hermana
Doña María Magdalena Murillo y López de Peralta, séptima po­
seedora del Mayorazgo, casó con Don Felipe Muñoz Naranjo; y tu­
vieron por hijo á
Don Francisco Murillo y López de Peralta, nació en 1732, octavo
poseedor del Mayorazgo desde 1758 hasta 1782.
En 1809 (1) encuentro que era poseedora del Mayorazgo Doña
María Manuela López de Peralta, esposa de Don Domingo Antonio
Hernández, é hija probablemente del octavo poseedor.
En 1810 era dueño de la casa número 5 de la 2? calle de la Mon-
terilla, perteneciente á este Mayorazgo, una prima de la anterior, lla­
mada Doña María Josefa Garfias y Murillo.
Posteriormente, el Mayorazgo estuvo en litigio durante varios
años, probablemente por haberse extinguido esta rama de la familia;
y por fin, fué adjudicado á Doña María Josefa de Villar Villamil, es­
posa del tercer Conde de Regla, é hija primogénita de Don Geróni­
mo López de Peralta Villar Villamil, poseedor del segundo de los
Mayorazgos. Los descendientes de esta señora constan en el libro
segundo de la segunda división de la tercera parte de este artículo.

CUARTA DIVISION.
DESCENDENCIA DE DOÑA JULIANA ANGELA DE VELASCO,
DÉCIMASEGUNDA HIJA DEL TESORERO
GERÓNIMO LÓPEZ Y DE DOÑA ANA CARRILLO DE PERALTA.

Doña Juliana Angela de Velasco casó con Don Juan Cervantes


Casaus (2), Caballero de Santiago, Factor y Veedor de la Real Ha-
(1) No puedo afirmar que estas sucesiones sean exactas; pero en vista de los papeles del
Mayorazgo que, aunque incompletos, existen en el Archivo Nacional, me parecen las más
probables.
(2) Hijo de Don Gonzalo Gómez de Cervantes y de Doña Catarina de Tapia Carbajal;
nieto del Factor Don Juan de Cervantes Casaus y de Doña Luisa de Lara y Andrada; segun­
do nieto de Don Gonzalo Gómez de Cervantes, Corregidor de la Ciudad de Jerez de la Fron-
cienda, Proveedor de la Armada, Contador Mayor en el Tribunal de
Cuentas de la Nueva España, etc., etc., que tuvo la encomienda de $

Tlanchinol por merced hecha en 1612. Murió Doña Juliana en 1638


y su esposo en 1654. Tuvieron ocho hijos (1). El primogénito fué
Don Gonzalo de Cervantes, Caballero de Santiago, Capitán de
Guardias del Marqués de Villena, Gobernador y Capitán General
de Nueva Vizcaya en 1631 y 1645, casó con Doña María de Sando-
val Castilla y Altamirano (2), y tuvieron por hijo (3), entre otros, á
Don Juan Domingo de Cervantes, que casó con Doña Gertrudis
Cabrera; y tuvieron, entre otros, por hija (4), á
Doña Teresa Cervantes, esposa que fué del Doctor Don Raymun-
do Campoy; y tuvieron por hija, entre otros (5), á
Doña Juana Campoy y Cervantes, que casó el 9 de Mayo de 1757
con Don Vicente de Arce y Palma (6), segundo Conde del Valle de
Oploca y Alcalde Mayor del Real de Minas de Zimapán; y tuvieron
por hija á

tera y Proveedor de la Armada, año de 1501, y de Doña Francisca Casaus; tercer nieto de
Don Diego de Cervantes y de Doña Juana Avellaneda. Este Don Diego y Doña Juana fue­
ron segundos abuelos de Don Miguel de Cervantes Saavedra, y por lo mismo, el autor del
“Quijote” era primo segundo del padre de Don Juan Cervantes Casaus. (Véase la nota de
la pág. 84 del Marquesado de Salinas).
(1) Véase pág. 105 del Marquesado de Salinas.
(2) Hija del Gral. Don Francisco Mejía Altamirano y de Doña Sebastiana de Osorio; nie­
ta de Don Hernán Gutiérrez Altamirano y de Doña Francisca Osorio de Castilla; segunda
nieta de Don Luis de Castilla y de Doña Juana de Sousa; tercera nieta de Don Pedro de Cas­
tilla y de Doña Francisca de Osorio (hermana del Marqués de As torga y; cuarta nieta de Don
Alonso de Castilla el Santo y de Doña Juana de Zúñiga (hija del Condestable de Navarra);
quinta nieta de Don Pedro de Castilla, Conde de Peralta, y de Doña Isabel Drollín; sexta
nieta del Príncipe Don Juan de Castilla y Doña Elvira Esil; octava nieta del Rey Don Pedro
de Castilla y de Doña Juana de Castro; novena nieta del Rey Don Alfonso XI de Castilla y
de Doña María, Princesa de Portugal; décima nieta del Rey Don Fernando IV de Castilla y
de Doña Constanza, Princesa de Portugal; décimaprimera nieta del Rey Don Sancho IV de
Castilla y de León, y de Doña María de Molina; décimasegunda nieta del Rey Don Alfonso
el Sabio, Rey de Castilla, de León y de Romanos, y de Doña Violante, Princesa de Aragón;
décimatercera nieta de San Fernando, Rey de Castilla, y de Doña Beatriz de Suabia, Prince
sa de Alemania.
(3) Véase pág. 106 del Marquesado de Salinas.
(4) Véase pág. 106 del Marquesado de Salinas.
(6) Véase pág. 106 del Marquesado de Salinas.
(6) Hijo de Don Diego de Arce y Chacón (1er. Conde del Valle de Oploca, Coronel de los
Reales Ejércitos, Alcalde Mayor del Potosí en el Perú y en 1721 Alcalde Ordinario de Méxi­
co) y de Doña Manuela Palma y Sarifiana; nieto de Don Matías de Arce y Rojas, Gentil­
hombre de Boca de S. M. Don Felipe V, de Doña María de Chacón, de Don Agustín de la
Palma y Mesa y de Doña María de Sarifiana, sobrina esta señora de Don Isidro de Sarifiana
y Cuenca, Obispo de Oaxaca.
t*
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Doña Francisca de Arce y Campoy. Nació en México el 8 de Mari-


zo de 1758, casó el 25 de Febrero de 1790 con el Capitán Don To­
más del Villar y Varela (1), (hijo de Don Gregorio del Villar y de
Doña Andrea Varela, nieto de Don Esteban del Villar, de Doña Ana
de Pousada, de Don Sebastián de Varela y de Doña Antonia Mar­
tínez). Murió el 1? de Septiembre 1799.
Hija de Doña Francisca de Arce y de Don Tomás del Villar:
Doña Josefa del Villar y Arce, cuarta Condesa, que debió ser, del
Valle de Oploca, nació en el Real de Atotonilco el Chico el 6 de Ju-'
lio de 1895 y casó en México el 4 de Abril de 1819 con Don Fran­
cisco Ortega y Martínez (2) (hijo de Don José Ortega y de Doña
Gertrudis Martínez Navarro; nieto del Licenciado Don Lucas de Or­
tega Montañés; segundo nieto de Don Juan Francisco de Ortega
Montañés y de Doña Francisca Gómez; tercer nieto de Don Juan de
Ortega Montañés y de Doña Angela de Esquivel Pérez y Vargas;
cuarto nieto de Don Bernardo Ortega Montañés (hermano del Ilus-
trísimo Señor Donjuán de Ortega Montañés, vigésimo Arzobispo de
México, trigésimo primero y trigésimo tercero Virrey y Capitán Ge­
neral de la Nueva España) y de Doña Alfonsa de Lizón y Viesma,
y quinto nieto de Don Diego Ortega Montañés, Presidente del Real
y Supremo Consejo de Castilla, y de Doña María Patiño); y tuvieron
seis hij os: I. Don Eulalio; II. Don Francisco; III. Don Aniceto; IV.
Don Crescendo; V. Doña Isidora, y VI. Don Lázaro, de quienes
hablaré en los seis libros siguientes.

//
(1) Fué primer Diputado de Minería de Pachuca y dueño de la Mina de Capula.
(2) Nació en México el 13 de Abril de 1793. Murió en México el 11 de Mayo de 1849. De­
sempeñó varios puestos públicos de importancia, entre otros, los de Regidor del Aj
miento, Diputado al Congreso de la Unión y Senador. Fué uno de los literatos y poeta
' distinguidos de su tiempo, y entre sus poesías son notables las intituladas “La Venic
a
V Santo’ ’ y “A Iturbide en su coronación. ’ ’
í
1 *M M---------

& 58
J
dondeJ
MARQUESADO DE SALVATIERRA.


fueron trasladados sus restos á la misma I
capilla en que des ­
cansan los de su esposo. La Señora Pérez Gallardo fué hija del Li­
cenciado Don Ricardo Pérez Gallardo, Escribano Mayor de Gober­
nación y Guerra en tiempo del Gobierno Español y Magistrado de
la Suprema Corte de Justicia después de la Independencia, y de Do­
ña Joaquina Sandoval; nieta del Licenciado Don Ignacio Pérez Ga­
llardo, Oficial Mayor de Gobernación y Guerra, Teniente Letrado é
Intendente interino de Puebla, de Doña Mariana Fermina de Vera,
del Licenciado Don Félix de Sandoval, Oficial Mayor de Goberna­
ción y Guerra, y de Doña Guadalupe Laso de la Vega; segunda nie­
ta de Don José Pérez Franco, de Doña Teresa Joaquina Gallardo,
de Don José Miguel de Vera, de Dóña María Josefa Hernández de
Salvatierra, de Don Félix de Sandoval, Oficial Mayor de Goberna­
ción y Guerra, de Doña Dolores Celada, de Don José Laso de la Ve­
ga, de Doña María Nicolasa Sánchez; tercera nieta de Don Juan Pé­
rez Franco, de Doña Gertrudis de Hermosillo, de Don Juan Gallar­
do, de Doña Gertrudis Padilla, de Don Cristóbal de Vera, de Doña An­
tonia Userralde, de Don Francisco Hernández de Salvatierra, de Doña
María de Guzman, de Don Felipe Sandoval y Rojas, de Doña Fran­
cisca Javiera de Torres, del Alcalde Don Martín de Celada, de Doña
Mariana Rodríguez de San Miguel (i), de Don Manuel Ignacio de la
Vega, de Doña Mariana Maldonado, de Don José Sánchez Mora y

(1) Hija del Regidor y Mayorazgo Don Juan Rodríguez de San Miguel y de Doña María
Manuela de Magaña y Castilla; nieta do Don José de Magaña y Castilla y de Doña Juana de
Saldívar; segunda nieta del Gral. Don Cristóbal de Saldívar y de Doña Francisca de Miran­
da y Escobar; tercera nieta de Don Juan de Saldívar y de Doña Isabel de Altamirano y Cas­
tilla; cuarta nieta del Conquistador Don Cristóbal de Saldívar y de Doña Leonor Cortés Moc­
tezuma; quinta nieta del Conquistador Don Juanes de Tolosa (uno de los cuatro fundadores
de Zacatecas), de Doña Leonor Cortés Moctezuma, de Don Hernando Gutiérrez Altamirano
y de Doña Francisca de Castilla Osorio; sexta nieta de Don Hernán Cortés, 1er. Marqués del
Valle, de Doña Isabel Moctezuma (hija del Emperador Moctezuma), de Don Luis de Castilla,
Caballero de Santiago, y de Doña Juana de Sosa y Cabrera; séptima nieta de Don Pedro de
Castilla y de Doña Francisca de Osorio (hermana del Marqués de Astorga); octava nieta de
Don Alonso de Castilla el Santo, y de Doña Juana de Zúñiga (hija del Condestable de Nava­
rra); novena nieta de Don Pedro de Castilla, Conde de Peralta, y de Doña Isabel Drollín;
décima nieta del Príncipe Don Juan de Castilla y de Doña Elvira Esil; undécima nieta del
Rey Don Pedro de Castilla y de Doña Juana de Castro; duodécima nieta del Rey Don Alfon­
so XI de Castilla y de Doña María, Princesa de Portugal; décimatercera nieta del Rey Don
Ferdando IV de Castilla, y de Doña Constanza, Princesa de Portugal; décimacuarta nieta del
Rey Don Sancho IV de Castilla y de Leóü, y de Doña María de Molina; décimaquinta nie­
ta del Rey Don Alfonso el Sabio, Rey de Castilla, de León y de Romanos, y de Doña Vio­
lante, Princesa de Aragón; décimasexta nieta de San Fernando, Rey de Castilla, y de Doña
Beatriz de Suabia, Princesa de Alemania.
de Doña Manuela de León; cuarta nieta de Don Alonso Pérez To-
riello (i), de Doña Luisa Paredes, de Don Miguel Hermosillo (so­
brino del primer Obispo de Durango, de Doña María Camarena, de
Don Juan Gallardo (2), de Doña Juana Reynoso, de Don Tomás de
la Mota Padilla, de Doña Petronila de Hermosillo (sobrina del pri­
mer Obispo de Durango), de Don Juan Antonio de Vera (3), de Do­
ña María Rojas, de Don José Userralde, de Doña María Espinosa
de los Monteros, de Don Francisco Hernández de Salvatierra, de
Doña Gabriela de la Fuente, de Don Juan Antonio de Guzmán, de
Doña Josefa García, de Don Felipe Alfonso de Sandoval y Rojas (4),
de Doña Francisca de Cárdenas y Coronel (sobrina del Doctor Don
Antonio de Cárdenas y Salazar, Deán de la Catedral de México), de
Don José Miguel de Torres (5), (Secretario de la Universidad de
México), y de Doña Inés Ruiz Lozano y Ramírez (6), hermana de la
Reverenda Madre Sor Juana Inés de la Cruz, llamada “La Décima
Musa ” De este matrimonio tuvieron siete hijos: I. Don Fermín; II.
Doña Natalia; III. Doña Gonzala; IV. Doña Victoria; V. Don Ra­
fael; VI. Doña Angela, y VII. Don Ricardo, que servirán de tema
á los siete capítulos siguientes.

CAPITULO I.

El Licenciado Don Fermín Ortega y Pérez Gallardo, que debió


ser sexto Conde del Valle de Oploca, nació en México en el número
2 de la calle de las Escalerillas el día 7 de Julio de 1848 y fué bauti-

(1) De la familia de los Marqueses de Guadalupe.


(2) De la familia de los Marqueses de Guadalupe.
(3) El casamiento y la muerte de Don Juan Antonio de Vera, lo describe Guijo de la si­
guiente manera: “Casó con la hija del Oidor Rojas, á la oración, con 60 carrozas; asistió la
Audiencia de México y la Audiencia que iba á Filipinas; asistieron los dos Virreyes y Virrei­
nas, nuevos y viejos, que fueron padrinos, casó en casa del Marqués de la Laguna.”—“Murió
el 27 á la 1 de la noche á los 20 días de casado.”—“El 28 lo enterraron en el altar Mayor de
San Francisco; asistió el Virrey, Marqués de la Laguna, con el Comisario General de San
Francisco; asimismo asistió el Cabildo y Ciudad y 100 acompañantes con mucha caballería.”
(4) De la familia de los Duques de Useda y Cea.
(5) Hijo de Don Sebastián de Torres (de la casa de los Condes de Miradores de los Ange­
les, y hermano de Don Laureano de Torres, Caballero de Santiago y Gobernador de la Flori­
da), y de Doña María de Osorio.
8> (6) Hija del Capitán Don Diego Ruiz Lozano y de Doña Isabel Ramírez.
.................................. ■

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

zado el mismo día en el Sagrario Metropolitano por el Padre Prepó­


sito del Oratorio de San Felipe Neri Don Juan B. Tato siendo sus
padrinos el Señor Licenciado Don Pedro Escudero y Echanove y
Doña Josefa del Villar de Ortega. Se recibió de abogado en Cuer-
navaca el 12 de Septiembre de 1872. Fué filarmónico muy distingui­
do; entre las piezas de música que compuso deben mencionarse las
marchas “Moctezuma” y “Washington.” Murió sin sucesión en San
Luis Potosí el 3 de Enero de 1877. Sus restos se transladaron á la
capilla de los Dolores de la iglesia de Santo Domingo de México en
donde reposan los de sus padres.

CAPITULO II.

Doña Natalia Ortega y Pérez Gallardo, nació en México en la ca­


sa número 2 de las Escalerillas el día 1? de Diciembre de 1849 Y
bautizada á otro día en el Sagrario Metropolitano por el M. R. P.
Don José Becerril, Presidente de los Camilos, siendo sus padrinos el
Señor Don Francisco Ortega del Villar y la Señora Doña Isidora
Ortega de Lucio. Murió el 11 de Diciembre de 1905 y fué sepulta­
da en el panteón Español.

CAPITULO III.

Doña Gonzala Ortega y Pérez Gallardo, nació en México en la ca­


sa número 8 de la calle de San Ildefonso el 10 de Enero de 1853 y
fué bautizada el mismo día en el Sagrario Metropolitano por el Se­
ñor Presbítero Don Amador Silva, siendo sus padrinos Don Pedro
Escudero y Echanove y Doña Catarina Pérez Gallardo de Escudero.

CAPITULO IV.

Doña Victoria Ortega y Pérez Gallardo, nació en México en la ca-


a número 8 de la calle de San Ildefonso el 2 de Noviembre de 185
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

y fué bautizada el mismo día en el Sagrario Metropolitano por el Se­


ñor Presbítero Don Amado Herrera; fueron sus padrinos el Licen­
ciado Don Teófilo Robredo y Doña Paula Robredo. Murió en Mé­
xico el 15 de Mayo de 1858 y sus restos descansan en la Capilla de
San Antonio Acolman.

CAPITULO V.

Señor Licenciado Don Rafael Ortega y Pérez Gallardo, que debió


ser el séptimo Conde del Valle de Oploca, nació en México en la ca­
sa número 8 de la calle de San Ildefonso el 22 de Octubre de 1858,
lo bautizó en el Sagrario Metropolitano el mismo día el Señor Pres­
bítero Don Amador Silva, siendo sus padrinos el Doctor Don Ani­
ceto Ortega del Villar y su esposa Doña Loreto Espinosa de Orte­
ga; se recibió de Abogado én México el 22 de Marzo de 1879, Y en
diversas épocas ha sido: Juez segundo de lo Civil, Jefe de la Sección
tercera del Ministerio de Hacienda, Síndico del Ayuntamiento de es­
ta Capital, Profesor de Historia en la Escuela Nacional de Comercio
y en el Colegio Militar, y actualmente Catedrático de Procedimien­
tos Civiles y Director de la Escuela de Jurisprudencia. Casó en pri­
meras nupcias en la iglesia del Carmen el 26 de Noviembre de 1887
con Doña Guadalupe Cardona (1) (hija del Ingeniero Don Juan Car­
dona y de Doña Carlota Morales, y nieta del General Don Geróni­
mo Cardona, Caballero de Guadalupe, de Doña Guadalupe de la Ba­
rrera, de Don Juan B. Morales y de Doña Ana Carbajal). Casó en
segundas nupcias en la Parroquia de la Santa Veracruz el 15 de Ene-
ro de 1897 con Doña Luz Cardona, hermana de su primera esposa.
Hijos del primer matrimonio:
Primero.—Don Eulalio María Ortega y Cardona, nació en Méxi­
co en el entresuelo de la casa número 27 de la calle de Donceles el 6
de Agosto de 1888, fué bautizado á otro día en el Sagrario Metro­
politano por el Señor Canónigo Don Vicente de P. Andrade, siendo
sus padrinos el Señor Ingeniero Don Juan Cardona y Doña Juana
Pérez Gallardo Vda. de Ortega.
A----- 5
) Murió esta señora el 2 de Diciemb
A -ia. ........... - "

02 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Segundo.—Don Rafael Ortega y Cardona, nació en México en el


entresuelo de la casa número 5 de la calle de la Acequia el día 17 de
Septiembre 1889 y lo bautizó en el Sagrario Metropolitano á otro día
el M. R. P. Guardián Fray Refugio Morales,' siendo sus padrinos
Don Ricardo Ortega y Pérez Gallardo y Doña Luz Cardona y Mo­
rales. Murió el 13 de Noviembre del mismo año y fué sepultado en
el panteón del Tepeyac.
Tercero.—Don Rafael Ortega y Cardona, nació en México en el
entresuelo de la casa número 5 de la calle de la Acequia el 28 de Oc­
tubre de 1893 y lo bautizó eí 30 del mismo en el Sagrario Metropo­
litano el M. R. P. Guardián Fray Refugio Morales, siendo sus pa­
drinos el Doctor Don Lázaro Ortega y Doña Refugio Cardona por
poder de Doña Carmen Morales.
Hijos del segundo matrimonio:
Cuarto.—Doña María Carlota Ortega y Cardona, nació en Méxi­
co en la casa número 6 del Montepío Viejo el día 8 de Octubre de
1897 y la bautizó el 10 del mismo el Señor Presbítero Don Jesús ¡ &
Ochoa, siendo sus padrinos el Licenciado Don Pedro Escudero y <
Echanove y Doña Concepción Escudero de Ortega.
? Quinto.—Don Lázaro Ortega y Cardona, nació en México en la (.

casa número 6 de la calle del Montepío Viejo el 17 de Septiembre de


1898, murió el día 18 del mismo mes y año y sus restos descansan
en el panteón del Tepeyac, juntos con los de su hermano Rafael.
Sexto.—Doña Juana de Dios Ortega y Cardona, nació en Méxi­
co en la casa número 6 de la calle del Montepío Viejo el día 12 de
Febrero de 1900 y la bautizó el 14 del mismo su tío el Señor Pres­
bítero Don Jesús Mier y Terán en el Sagrario Metropolitano, siendo
sus padrinos Don Ricardo Ortega y Pérez Gallardo y Doña Carmen
Roa de Ortega. Murió el 22 de Diciembre del mismo año y fué se­
pultada en el panteón del Tepeyac.
Séptimo.—Don Manuel Ortega y Cardona, nació en México en la
casa número 6J4 de la calle de la Cerbatana el día 24 de Febrero de
1901 y lo bautizó el día 28 del mismo en el Sagrario Metropolitano
(® el Señor Presbítero Don Jesús Mier y Terán, siendo sus padrinos *

Don Miguel Saldívar y Flores y Doña Gonzala Ortega y Pérez Ga­ T


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Octavo.—Doña Luz Ortega y Cardona, nació en México en la ca­
sa número 6% de la calle de la Cerbatana el día 28 de Marzo de 1903
y la bautizó el 30 del mismo en el Sagrario Metropolitano, con per­
miso del Cura de la Parroquia de San Sebastián, el Señor Presbíte­
ro Don Jesús Mier y Terán, siendo sus padrinos el Doctor Don Fran­
cisco Ortega y su esposa Doña Elena Fuentes y Ortega.
Noveno.—Doña Guadalupe Ortega y Cardona, nació en México en
la casa número 6y2 de la calle de la Cerbatana el día 14 de Diciem­
bre de 1904 y la bautizó el día 16 del mismo en el Sagrario Metro­
politano el Señor Presbítero Don Jesús Mier y Terán, siendo sus
padrinos Don Gerónimo Cardona y su esposa Doña Guadalupe Co­
rral de Cardona.
Décimo.—Don Gonzalo Ortega y Cardona, nació en México en la
casa número 6% de la calle de la Cerbatana el día 16 de Septiembre
de 1906 y lo bautizó el 21 del mismo el Señor Canónigo Don Vicen­
te de P. Andrade, siendo sus padrinos Don Martín Lucio y Doña
María Torres de Lucio.

CAPITULO VI.

Doña Angela Ortega y Pérez Gallardo, nació en México en la ca­


sa número 8 de la calle de San Ildefonso el día 21 de Agosto de
1860, la bautizó en el Sagrario Metropolitano á otro día el Señor
Presbítero Don José Becerril, Presidente de los Camilos, siendo sus
padrinos Don Francisco Ortega del Villar y Doña María de las
Mercedes Fonseca de Ortega.

CAPITULO VII.

Don Ricardo Ortega y Pérez Gallardo, nació en México en la ca­


sa número 8 de la calle de San Ildefonso el día 8 de Diciembre de
1863 y le bautizó á otro día en el Sagrario Metropolitano el Presbí­
tero Don Amador Silva; fué su padrino el Doctor Don Lázaro Or­
tega del Villar. Fué nombrado Guarda-Almacén de la Aduana de
México el 16 de Octubre de. 1888, Contador de Primera Clase de la
Contaduría Mayor de Hacienda el 27 de Julio de 1906. La Sociedad
de Geografía y Estadística le nombró su socio el 3 de Agosto de
1905, la de “Antonio Alzate” el 12 de Enero de 1906, el Consejo
Heráldico de Francia le nombró su socio honorario el 30 de Mayo
de 1906, la Arcadia Romana le nombró su compastor con el pseudó­
nimo de “Alceo Tirio” el 14 de Septiembre de 1906 y el Ministro de
Instrucción Pública y Bellas Artes de Francia le nombró Oficial de
Instrucción Pública con derecho al uso de las Palmas Académicas el
1? de Marzo de 1907. Fué Socio Suscriptor del Jokey Club de Méxi­
co, i?de Diciembre de 1888; Socio Propietario, 8 de Febrero de 1891.
Regidor del Ayuntamiento de México de 1? de Enero á 30 de Junio
de 1903 y Concejal de 1? de Julio á 30 de Diciembre del mismo año.
El i- de Mayo de 1892 contrajo matrinio civil en la casa número 19
de la calle de Santa Teresa con Doña Carmen Roa (que debía ser
■quinta Marquesa de Herrera), y el 7 del mismo mes y año le casó
el Ilustrísimo Señor Arzobispo de México, Doctor Don Próspero
María Alarcón y Sánchez de la Barquera, en su Capilla particular de
la casa número 8 de la calle de la Perpetua. Doña Carmen Roa
es hija de Don José María Roa Bárcena (Caballero Oficial de la
Orden de Guadalupe y Académico de la Lengua) y de Doña Ma­
ría Remigia Alcalde (hermana de Don Ambrosio, muerto gloriosa­
mente en defensa de la patria el año de 1847); n¡eta de Don José M.
Rodríguez Roa (Caballero de Guadalupe), de Doña Concepción Bár­
cena, del Señor Coronel Don Diego María Alcalde (Gobernador del
Castillo de Perote) y de Doña Ana Herrera (hermana del Excelen­
tísimo Señor General de División Don José Joaquín Herrera, Presi­
dente de la República varias veces y Caballero Grari Cruz de la Or­
den de Pío IX); segunda nieta de Don‘Nicolás Rodríguez Roa, de
Doña Josefa Domínguez, de Don Juan Antonio de Bárcena, de Do­
ña Bárbara Alonso y Alvarez de Güitián, de Don Gerónimo Alcalde
^(Subteniente del Regimiento de la Reina), de Doña Micaela Gonzá­
lez de Miranda, de Don José Agustín de Herrera, Administrador de
í. Correos de Perote y hermano del padre del primer Marqués de He­
rrera, y de Doña Gertrudis Riva Roa.
Hijos de Don Ricardo Ortega y de Doña Carmen Roa:
rimero.—Don Diego María Jrtcga y Roa, nació en Méxi
s ■ - ■ —
la calle de las Moras número 11 el 6 de Febrero de 1902 á las cua­
tro y media de la tarde, le bautizó y confirmó el 9 del mismo el Iíus-
trísimo Señor Arzobispo de México Doctor Don Próspero María
Alarcón y Sánchez de la Barquera en su Oratorio de la 2^ calle de
Santo Domingo número 8, siendo sus padrinos de bautismo su abue­
lo el Señor Don José María Roa Bárcena y su tía abuela Doña Jo­
sefa Alcalde y Herrera, y de confirmación su tío el Licenciado Don
Rafael Ortega y Pérez Gallardo; fué presentado al Juez del Registro
Civil en la casa en que nació el día 16 del mismo mes y año.
Segundo.—Doña Susana Ortega y Roa, nació en México en la
casa número 11de la calle de las Moras el 29 de Marzo de 1905 á
las dos y cuarenta y cinco minutos de la tarde, la bautizó y confirmó
el día 2 de Abril del mismo año el Ilustrísimo Señor Arzobispo de
México, Doctor Don Próspero María Alarcón y Sánchez de la Bar­
quera, en su Oratorio particular de la 2* calle de Santo Domingo nú­
mero 8, siendo sus padrinos de bautismo su abuelo Don José María
Roa Bárcena y su tía Doña Josefa Roa, y de confirmación su tía
Doña Gonzala Ortega y Pérez Gallardo; fué presentada al Juez del
Registro Civil en la casa en que nació el 7 de Abril de 1905.

LIBRO SEGUNDO.
El Doctor Don Francisco Ortega del Villar (1), nació en Mé­
xico en la misma habitación que su hermano Don Eulalio, el 23
de Mayo de 1822; se bautizó en el Sagrario Metropolitano, siendo su
padrino Don Francisco Maniau. Se recibió de Médico el día 28 de
Octubre de 1842 Ganó por oposición la plaza de Ayudante de opera­
ciones, en competencia con los Doctores Lucio y Paz, el 28 de Agos-
(1) Uno de los médicos más notables de su tiempo, cumplido caballero, modelo de espo­
sos y de padres, pasó su vida sembrando el bien. El que esto escribe recordará siempre con
verdadera ternura que á la muerte de su padre se hizo cargo de toda su familia siendo para
£1 un segundo padre siempre bueno y cariñoso. ¡Bendita sea su memoria! ¿
-w-m*
RIAROUESADO DE SALVATIERRA.

to de 1841. En 1843 obtuvo también por oposición la clase de Filo­


sofía en la Universidad Nacional. Al organizarse la Escuela Nacio­
nal de Medicina, el 17 de Octubre de 1845 recibió nombramiento de
Adjunto á dicha Escuela. El año de 1848, mediante oposición que
ganó, fué nombrado profesor propietario de Anatomía descriptiva,
clase que desempeñó hasta su muerte. Posteriormente en Enero de
1874 fué nombrado Director de la Escuela. Perteneció á la Sociedad
Filoiátrica y á la Academia de Medicina, donde varias veces fué Pre­
sidente. Contrajo matrimonio el 23 de Agosto de 1855, con Doña
María de las Mercedes Fonseca, hija del Señor Coronel Don Cristó­
bal Fonseca (1) y de Doña Guadalupe Basurto, y nieta de Don Jo­
sé Fonseca y de Doña Manuela de Martínez. Murió en Coyoacán
el 1? de Abril de 1886 y se sepultó en el panteón del Tepeyac, don­
de descansan sus restos en la actualidad. Don Francisco Ortega, de
su matrimonio con Doña Mercedes Fonseca, tuvo ocho hijos (2): I.
Don Francisco; II. Don José; III. Don Cristóbal; IV. Don Miguel;
V. Don Paulino; VI. Doña María de las Mercedes; VII. Doña Ma­
ría de la Luz, y VIII. Doña María del Carmen, que servirán de te­

i ma á los ocho capítulos siguientes.

CAPITULO I.

El Doctor Don Francisco Ortega y Fonseca, nació en México en la


i? calle del Reloj número 12 el 5 de Agosto de 1856, se bautizó en el
Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Señor Coronel Don
Cristóbal Fonseca y Doña Josefa del Villar de Ortega. Se recibió de
Médico en México el 14 de Octubre de 1879, Y contrajo matrimonio
el día 8 de Julio de 1889 en el Oratorio del Señor Arzobispo con
Doña Elena Fuentes, hija del Señor Licenciado Don Ignacio Fuen­
tes y de Doña Elena Díaz Covarrubias (3), nieta de Don Cristóbal

(1) Hermano de Don Urbano Fonseca, Ministro de Justicia en 1851 y Presidente de la


Sociedad de Geografía y Estadística, y primo hermano del Doctor Don Ladislao de la Pas­
cua y Martínez, Canónigo de la Insigne Colegiata de Santa María de Guadalupe.
(2) Tuvieron otro hijo que se llamó Manuel, que murió en la infancia y del cual no tengo
ningún dato biográfico.
(3) Hermana del eminente Ingeniero Don Francisco Díaz Covarrubias.

6'
’aggg^'
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Fuentes y de Doña María Clavería, de Don José de Jesús D íazt(ins


» jalapeño) y de Doña Guadalupe Covarrubias.
Hijos del Doctor Don Francisco Ortega y Fonseca y de Doña
Elena Fuentes:
Primero. Don Francisco Ortega y Fuentes, nació en México en
la casa número 9 del Puente de San Pedro y San Pablo el día 3 de
Abril de 1891 y se bautizó en el Sagrario Metropolitano el 9 del mis­
mo, siendo sus padrinos el Doctor Don Lázaro Ortega del Villar y
Doña Elena Díaz Covarrubias de Fuentes.
Segundo.—Don José Ignacio Ortega y Fuentes, nació en México
en la calle de Cocheras número 8 el 30 de Julio de 1899, se bautizó
en el Sagrario Metropolitano el 6 de Agosto del mismo año, siendo
sus padrinos Don Paulino Ortega y Fonseca y Doña Guadalupe
Fuentes y Díaz Covarrubias; murió en México en la misma casa en
que nació, el 7 de Agosto de 1899.

CAPITULO II.

El Licenciado Don José Ortega y Fonseca, nació en México en


la i- calle del Reloj número 12 el día 4 de Julio de 1858, le bau­
tizó el mismo día en el Sagrario Metropolitano el Señor Presbítero
Don Felipe Barros, siendo sus padrinos el Señor Licenciado Don
Eulalio María Ortega del Villar y Doña Juana Pérez Gallardo de
Ortega. Se recibió de abogado en México el día 22 de Junio de 1882.
Fué Regidor de Coyoacán en 1901, en 1902 Síndico y en 1903 Pre­
sidente del Ayuntamiento de dicha Villa. Contrajo matrimonio en
Coyoacán el 25 de Septiembre de 1897 con Doña Clara Uhink, hija
del Señor Don Guillermo Uhink y de Doña Clara Stuart Manfred,
nieta de Don Julio Uhink y de Doña Ignacia Gómez Farías; segun­
da nieta del Doctor Don Valentín Gómez Farías, Presidente varias
veces de la República y uno de los hombres más notables del parti­
do liberal, y de Doña Isabel López; tercera nieta de Don Lugardo
Gómez y de Doña Josefa Farías.
Hijos del Licenciado Don José Ortega y Fonseca y de Doña
ra Uhink:
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Primero.—Doña María de Lourdes Clara Ortega y Uhink, nació


en México en la casa número 3 de la calle de Medinas el día 3 de
Julio de 1898 y la bautizó el Ilustrísimo Señor Arzobispo Don Prós­
I
pero María Alarcón y Sánchez de la Barquera en su Oratorio parti­
cular el día 11 del mismo mes y año, siendo sus padrinos el Doctor
Don Francisco Ortega y Fonseca y su abuela Doña Clara Manfred
de Uhink.
Segundo.—Doña Guadalupe Ortega y Uhink, nació en Coyoacán
en la casa número 5 de la calle de San Felipe el día 20 de Julio de
1900, se bautizó en la Parroquia de dicha Villa el día 25 del mismo,
siendo sus padrinos el Señor Licenciado Don Joaquín Araoz, repre­
sentado por su hermano Don Manuel y Doña María B. de Vértiz.
Tercero.—Don José Cristóbal Ortega y Uhink, iració en Coyoa­
cán en la casa número 5 de la calle de San Felipe el 8 de Enero de
1902, se bautizó en la Parroquia de dicha Villa, siendo sus padrinos
Don Paulino Ortega y Fonseca y Doña Mercedes Uhink y Manfred.
Cuarto.—Don Luis Guillermo Ortega y Uhink, nació en México
en la casa número 1,416 de la Prolongación de Tolsa el 27 de Julio
de 1904, le bautizó en la Vicaría fija del Sagrado Corazón el Presbí­ *

tero Don Angel Genda, siendo sus padrinos Don Guillermo Uhink y
Gómez Farías y Doña Carolina Smitlein y García Teruel.
Quinto.—Doña Clara Juana Ortega y Uhink, nació en México en
la casa número 1,416 de la Prolongación de Tolsa el día 11 de Junio
de 1906, le bautizó en la Vicaría fija del Sagrado Corazón el día 16
del mismo el Presbítero Don Angel Genda, siendo sus padrinos Don
Guillermo Uhink y Manfred y Doña Carmen Ortega y Fonseca.

CAPITULO III.

El Doctor Don Cristóbal Ortega y Fonseca, nació en México en


la casa número 12 de la 1? calle del Reloj el día 4 de Julio de 1858
y do bautizó el mismo día en el Sagrario Metropolitano el Presbítero
Don Felipe Barros siendo sus padrinos el Señor Licenciado Don
Urbano Fonseca y Doña María Clarería de Fonseca. Se recibió de
médico en México el 10 de Enero de 1886 y murió sin sucesión en
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

la casa número 3 de la calle de Medinas el 24 de Octubre de 1892 y ®


fué sepultado en el panteón del Tepeyac, donde existen sus restos.
Toda su vida la consagró á hacer el bien y murió víctima de su cari­
dad, habiéndose contagiado de tifo de una familia que asistía sin reci­
bir ninguna remuneración.

CAPITULO IV.

Don Miguel Ortega y Fonseca, nació en México en la casa número


12 de la i* calle del Reloj el día 5 de Julio de 1860, fué bautizado en
el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Doctor Don Lázaro
Ortega del Villar y Doña Josefa del Villar de Ortega. Casó en Co-
yoacán el día 10 de Abril de 1902 en la casa número 1,212 de la Ave­
nida Morelos, con Doña Ana Larsen, viuda de Holléman., Hijos:
Primero.—Don Fredic Cristián Miguel Ortega y Larsen, nació en
Coyoacán en la casa número 1 de la calle Juárez el 22 de Enero de
1903, le bautizó el 13 de Febrero del mismo año Fray Alberto Zamo-
mora, siendo sus padrinos Don Paulino y Doña Carmen Ortega y
Fonseca.
Segundo.—Doña Merced Ortega y Larsen, nació en Coyoacán en
el número 1 de la calle Juárez el día 5 de Junio de 1905,'la bautizó
en la Parroquia de dicha Villa Fray Alberto Zamora, siendo sus pa­
drinos el Licenciado Don José Ortega y Fonseca y Doña Clara
Uhink de Ortega.

CAPITULO V.

Don Paulino Ortega y Fonseca, nació en Tacubaya en la casa nú­


mero 33 de la Calle Real el día 22 de Junio¿de 1862, fué bautizado en
la Parroquia de dicho lugar, siendo sus padrinos el Licenciado Don
Cornelio Prado y Doña Dolores Díaz de Prado.
CAPITULO VI.

Doña María de las Mercedes Ortega y Fonseca, nació en México


en la casa número 4 de la calle de los Donceles el día 16 de Junio de
1864, fué bautizada en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos
el Licenciado Don Pedro Escudero y Echanove y Doña Catarina Pé­
rez Gallardo de Escudero.
1
CAPITULO VIL

Doña María de la Luz Ortega y Fonseca, nació en México en la


casa número 4 de la calle de los Donceles el día 23 de Mayo de 1868,
fué bautizada en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el
Doctor Don Aniceto Ortega del Villar y Doña Loreto Espinosa de
Ortega.

CAPITULO VIII.

Doña María del Carmen Ortega y Fonseca, nació en México en


la casa número 4 de la calle de las Donceles el 6 de Julio de 1871, fué
bautizada en el Sagrario Metrapolitano, siendo su padrino el Doctor
Don Lázaro Ortega.
MARQUESADO DE SALVATIERRA. 71

LIBRO TERCERO.
El Doctor Don Aniceto Ortega del Villar, nació en Tulancingo
el 17 de Abril de 1825, fué bautizado en la Parroquia de dicho lugar,
siendo sus padrinos el Señor Don Pedro Fernández de la Regata
y su esposa. Se recibió de médico en México el día 30 de Di­
ciembre de 1844. El 6 de Junio de 1866 se abrió concurso para la
plaza de médico Subdirector de la Casa de Maternidad á la cual se
opuso, inscribiéndose inmediatamente, no teniendo competidores en
la lucha, el Jurado, que lo compusieron los Doctores Don José
J. Durán, Don Ignacio Erazo, Don J. M. Vértiz, Don Leopoldo
Río de la Loza, Don Luis Muñoz y Don Luis Martínez del Cam­
po le concedieron la plaza por unanimidad, luciendo en este certa­
men su brillante imaginación, su talento claro y observador y sus/20-
nocimientos; con posterioridad fué nombrado Director de dicho Hos­
pital. Presidente del Consejo Superior de Salubridad el día 10 de
Noviembre de 1873. Fué miembro de la Sociedad Filioátrica y de
la Academia de Medicina. Además de ser hábil Médico (1) “fué ins­
pirado filarmónico, autor de la marcha Zaragoza, cuyas marciales no­
tas despertaban tanto entusiasmo durante la guerra contra la inter­
vención francesa.” Murió el día 17 de Noviembre de 1875 en su
casa número 3 de la calle del Reloj y fué sepultado en el panteón
Francés donde existen sus restos en la actualidad. Casó en México
el 19 de Septiembre de 1854 con Doña Loreto Espinosa y Cervan­
tes, hija de Don José Mariano Sánchez Mora y Flores, tercer Conde
del Peñasco, y de Doña Guadalupe Cervantes; nieta de Don Maria­
no de Mora y Luna, segundo Conde del Peñasco, de Doña María
Antonia Flores Alatorre, de Don José María Cervantes y Velasco y
de Doña Mariana Michaus; segunda nieta de Don José María Sán­
chez Espinosa, de Doña Mariana Paula Mora y Luna (hija esta se­
ñora del primer Conde del Peñasco), de Don Nicolás Fernando Fio-

(1) Véase pág. 32 del “Diccionario de las calles de Pachuca” por el Señor Ingeniero Don
^Gabriel Mancera.
——'■—

MARQUESADO DE SALVATIERRA.
>>1

res Alatorre, de Doña Manuela Sandoval, de Don Ignacio Gómefz


de Cervantes y Padilla (Gentil-hombre de Cámara y Maestrante de
Ronda), de Doña Ana María de Velasco y Ovando (décima Marque­
sa de Salinas, quinta de Salvatierra y undécima.Condesa de Santia­
go), de Don Martín Angel de Michaus (Sargento Mayor del Regi­
miento urbano del Comercio de México) y de Doña Manuela Oro-
quieta. El Doctor Don Aniceto Ortega del Villar y Doña Loreto
Espinosa y Cervantes tuvieron doce hijos: I. Doña Enriqueta; II.
Don Manuel; III. Don José; IV. Don Jacobo; V. Doña Guadalupe^
VI. Don Francisco; VIL Doña Carmen; VIII. Doña Loreto; IX.
Don Aniceto; X. Don Vicente; XI. Doña Dolores, y XII. Doña Ma­
ría, cada uno de estos señores, exceptuando el cuarto que murió en
la infancia y del que no he podido adquirir datos, ocupará uno de los
capítulos siguientes.

CAPITULO I.
•«»

Doña Enriqueta Ortega y Espinosa, nació en México en la 2* ca­


lle del Reloj número 3 el 15 de Julio de 1855, fué bautizada en el Sa­
grario Metropolitano, siendo padrinos sus abuelos maternos los Con­
des del Peñasco Don José Mariano Sánchez Mora y Doña Guada­
lupe Cervantes de Sánchez.

CAPITULO II.

El Licenciado Don Manuel Ortega y Espinosa, nació en México


en la 2? calle del Reloj número 3 el 25 de Diciembre de 1856 (1) fué
bautizado en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Licen­
ciado Don Eulalio María Ortega del Villar y Doña Josefa del Villar
de Ortega. Se recibió de Abogado el 4 de Mayo de 1883. Se casó el
28 de Noviembre de 1895 con Doña Beatriz Hay, hija de Don Gui-.
llermo Hay y de Doña Josefa Fortuño. Fué electo Diputado á la

(1) Hubo la coincidencia que el año en que nació cayó una gran nevada en México, no
repitiéndose este fenómeno hasta el año en que murió.
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Legislatura del Estado de México en 1885. Fué nombrado Secreta­


»
rio de la Escuela Nacional Preparatoria de esta Capital en 1? de Ju­
lio de 1898. Murió en México el 20 de Marzo de 1907. Un diario
de la capital dió la noticia de su muerte como sigue: "De manera re­
pentina falleció anteanoche al llegar á su residencia de la calle del
Reloj el Señor Licenciado Don Manuel Ortega y Espinosa, Jefe de
Sección de la Secretaría de Fomento y Abogado Consultor de la
misma. El finado hizo una brillante carrera de abogado; fué Secre­
tario de la Escuela Nacional Preparatoria y estuvo comisionado por
la Secretaría de Fomento para representarla en un Congreso Cientí­
fico celebrado en Suiza.”
Hijos del Señor Licenciado Don Manuel Ortega y Doña Beatriz
Hay:
Primero.—Doña Beatriz Marta Ortega y Hay, nació en México
en los altos de la número 4 de la 1? de Santo Domingo el 29 de Julio
de 1897, la bautizó en el Sagrario Metropolitano el 8 de Agosto el
Al Presbítero Don Juan de la Bandera, Prepósito del Oratorio de San
Felipe Neri, siendo sus padrinos el Ingeniero Don José Ortega y
Espinosa y Doña Carlota Hay y Rübke.

F Segundo. — Don Guillermo Luis Ortega y Hay, nació en Tacuba-


ya en la casa número 4 de la calle de Juárez, ó sea 33 de la calle Real,
el día 19 de Agosto de 1898 y lo bautizó el 28 del mismo en la Pa­
rroquia de dicho lugar el Presbítero Don Juan de la Bandera, siendo
sus padrinos el Doctor Don Francisco Ortega y Fonseca y Doña
L.oreto Espinosa de Ortega.
Tercero.— Don Manuel Francisco Carlos Ortega y Hay, nació en
México en la casa número 13% de la calle de Buenavista el día 25
de Diciembre de 1899, bautizó en la Parroquia de San Cosme el
Señor Canónigo Don Juan de la Bandera, siendo sus padrinos Don
Francisco Rübke y Doña María Hay.
Cuarto.—Doña Rosa Ortega y Hay, nació en México en la casa
número 13% de la calle de Buenavista el día 26 de Agosto de 1901
y se bautizó el 8 de Septiembre en la Parroquia de San Cosme, sien­
do sus padrinos Don Guillermo Hay y Fortuño y Doña Catarina
ji
Méndez y Hay.
--------- --------- ■ — -

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

CAPITULO III.

El Ingeniero Don José Ortega y Espinosa, nació en la Hacienda


del Peñasco (Estado de San Luis Potosí) el 11 de Junio de 1860, se
bautizó en dicha hacienda, siendo sus padrinos Don Manuel Espino­
sa y Cervantes y Doña Carmen Parra de Espinosa. Se recibió de
Ingeniero en la ciudad de Toluca el 4 de Diciembre de 1890. Se ca­
só en la Colegiata de Santa María de Guadalupe el 19 de Noviem­
bre de 1896 con Doña Concepción Escudero y Pérez Gallardo, hija
del Licenciado Don Pedro Escudero y Echanove (Ministro que fué
del Emperador Maximiliano) y de Doña Cataripa Pérez Gallardo
(Gran Cruz de San Carlos); nieta de Don Pedro Escudero de la Ro­
cha (Gobernador que fué de Yucatán), de Doña Vicenta Echanove,
del Licenciado Don Ricardo Pérez Gallardo (Escribano Mayor de £ r
Gobernación y Guerra y Magistrado de la Suprema Corte de Justi­
cia) y dé Doña Joaquina Sandoval; segunda nieta de Don Pedro Es­
cudero y Aguirre (Tesorero de las Cajas Reales de Yucatán y Co­
mendador de Isabel la Católica), de Doña Antonia de la Rocha, de
Don Policarpo de Echanove (Caballero de Carlos III), de Doña Ma­ ?
ría Antonia de la Rocha, de Don Ignacio Pérez Gallardo (Oficial Ma­
yor de Gobernación y Guerra, Teniente letrado é Intendente interi-
no de Puebla), de Doña MarianacFermina de Vera, de Don Félix de
Sandoval y Celada (Oficial Mayor de Gobernación y Guerra) y de
Doña Guadalupe Laso de la Vega.

CAPITULO IV. H
Doña Guadalupe Ortega y Espinosa, nació en la Hacienda del Pe­
ñasco (Estado de San Luis Potosí) el día 10 de Diciembre de 1862,
fué bautizada en dicha hacienda, siendo sus padrinos Don Antonio
Espinosa y Cervantes y Doña Guadalupe Cuevas de Espinosa. Se « b

casó el 10 de Agosto de 1882 con Don Francisco Gámez, hijo de


Don Francisco Gámez y de Doña Sofía Buch. Murió en México el

r
14 de Agosto de 1888 y fué sepultada en el panteón Francés donde
descansan sus restos hasta la actualidad.
Hijos de Doña Guadalupe Ortega y de Don Francisco Gámez:
Primero.—Don Francisco Gámez y Ortega, nació en México en
la casa número 17 de la calle de Santa Clara el 29 de Marzo de 1884,
fué bautizado el 2 de Abril del mismo año, siendo sus padrinos Don
José Ortega y Espinosa y Doña Sofía Buch de Iglesias.
Segundo.—Don Angel Gámez y Ortega, nació en México en la
casa número 17 de la calle de Santa Clara el día i? de Octubre de
1886, fué bautizado el día 3 del mismo, siendo sus padrinos Don Juan
Iglesias y Doña Loreto Espinosa de Ortega.
Tercero.—Doña María Guadalupe Gámez y Ortega, nació en Mé­
xico en la casa número 17 de la calle de Santa Clara el día 3 de
Agosto de 1888, fué bautizada en el Sagrario Metropolitano, siendo
sus padrinos Don Manuel Bulnes y Doña Loreto Espinosa de Ortega.

CAPITULO V.

Don Francisco Ortega y Espinosa, nació en la Hacienda del Pe­


ñasco (Estado de San Luis Potosí) el 1? de Abril de 1864, fué bauti­
zado en dicha Hacienda, siendo sus padrinos sus abuelos maternos
los Condes del Peñasco Don José Sánchez Mora y Doña Guadalu­
pe Cervantes. Lo casó en Santa Brígida, el día 2 de Mayo de 1895,
el Ilustrísimo Señor Arzobispo de México, con Doña Matilde Casa-
nova, hija de Don Francisco Casanova y de Doña Encarnación Cas­
tillo; nieta del General Don Francisco García Casanova, de Doña
Dolores N. de García Casanova, de Don Vicente Castillo y de Doña
Encarnación Cámara. Hijos:
Primero.—Doña Matilde Ortega y Casanova, nació en México en
la 4® calle de Mina número 441 el día 2 de Febrero de 1896, la bau­
tizó el Ilustrísimo Señor Arzobispo de México Don Próspero María
Alarcón y Sánchez de la Barquera el día 8 del mismo mes y año,
siendo sus padrinos Don José Casanova y Doña Encarnación Cas­
tillo de Casanova. Murió el 8 de Septiembre de 1906 y fué sepulta­
ba en el panteón del Tepeyac.

.... ... -gyAgxT?


=-------------
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

'Segundo.—Doña Catarina Ortega y Casanova, nació en Méxito


en el entresuelo de la casa número 3 de la calle de León el día 29 de
Abril de 1897, fué bautizada en el'Sagrario Metropolitano el 8 dé Ma­
yo del mismo, siendo sus padrinos el Doctor Don Aniceto Ortega y
Espinosa y Doña Loreto Espinosa de Ortega. Murió en México en
el número 3 de la 2* calle del Reloj el día 10 de Octubre de 1897 y
fué sepultada en el panteón del Tepeyac.
Tercero.—Don Aniceto Ortega , y Casanova, nació en México en
la casa número 3 de la 2? calle del Reloj el día 1? de Agosto de 1898
y lo bautizó en el Sagrario Metropolitano el 11 del mismo el Señor
Canónigo Honorario de la Santa Casa, Don Felipe Vargas Gallardo,
siendo sus padrinos el Señor Don José Ortega y Espinosa y Doña
Encarnación Casanova de González.
Cuarto.—Doña Margarita Ortega y Casanova, nació en Tacubaya
el 19 de Septiembre de 1900, fué bautizada en la parroquia de dicho
lugar, siendo sus padrinos el Señor Senador Don Miguel Castellanos
Sánchez y su esposa.
Quinto.—Don Eduardo Ortega y Casanova, nació en Tacubaya
el 11 de Septiembre de 1902 y fué bautizado el 28 del mismo en la
Parroquia de dicho lugar, siendo sus padrinos Don Luis Espinosa y
Cuevas y Doña Rosa Casanova de Espinosa.
Sexto.—Don Francisco José Ortega y Casanova, nació en Tacu­
baya el 23 de Octubre de 1904 y fué bautizado el 13 de Noviembre
en la Parroquia de dicho lugar, srendo sus padrinos Don Francisco
Ortega y Fuentes y Doña Matilde Ortega y Casanova.
Séptimo.—Doña María Luisa Ortega y Casanova, nació en Tacu­
baya en la calle Gelati número 8 el día 14 de Octubre de 1906, fué
bautizada en la Parroquia del mismo lugar el 28 del mismo, siendo
sus padrinos Don Juan Illanes Casanova y Doña Adela Casanova
de Noriega.

CAPITULO VI.

£
Doña Carmen Ortega y Espinosa, nació en México en la casa núme-
3 de la 2? del Reloj el día 14 de Julio de 1865, fué bautizada en el
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Doctor Don Lázaro


9 Ortega y Doña Isidora Ortega de Lucio. Casó en la Iglesia de la
Encarnación el 27 de Noviembre de 1891 con Don Francisco Gámez
y Buch (viudo de su hermana Doña Guadalupe). Hijos:
Primero.—Don Manuel Gámez y Ortega, nació en México en el
número 3 de la 2? calle del Reloj el 15 de Diciembre de 1892, fué
bautizado el 22 del mismo en el Sagrario Metropolitano, siendo sus
padrinos Don Francisco Ortega y Espinosa y Doña Sofía Buch de
Iglesias.
Segundo.—Don José Ignacio Gámez y Ortega, nació en México
en el Portal de Santo Domingo número 2 el día 18 de Julio de 1901,
fué bautizado el 21 del mismo mes y año en el Sagrario Metropoli­
tano por el Presbítero Don Francisco Orozco y Jiménez, siendo sus
padrinos Don José Ortega y Espinosa y Doña Loreto Espinosa de
Ortega.
Tercero.—Doña María de los Dolores Sofía Gámez y Ortega, na­
ció en México en el Portal de Santo Domingo número 2 el 30 de Ju-j
nio de 1905, la bautizó el 7 de Julio del mismo año en el Sagrario
Metropolitano el Señor Presbítero Don Manuel Fulcheri, siendo sus
padrinos el Doctor Don Aniceto Ortega y Espinosa y Doña Angela
Gámez y Buch.

CAPITULO VII.

Doña Loreto Ortega y Espinosa, nació en México en la casa nú­


mero 3 de la 2* calle del Reloj el 20 de Octubre de 1869, fué bauti­
zada en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos Don Juan
Pitman y su esposa. Casó en la Iglesia de la Encarnación el día 25
de Noviembre de 1893 con el Licenciado Don Manuel Escalante,
hijo del Licenciado Don Joaquín Escalante y de Doña Julia Gómez
Zozaya; nieto de Don José M. Escalante, de Doña Francisca Fer­
nández, de Don Manuel Valente Gómez y de Doña Dolores Zozaya.
Don Manuel Escalante ha sido Regidor de México de 1? de Enero
de 1899 á 30 de Junio de 1903; Concejal del Ayuntamiento de 1? de
Julio de 1893 á la fecha; Secretario del Consejo de Gobierno desde
U 78 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

>; el i? de Julio de 1903 hasta la actualidad; además, ha sido en diver-


C.» / e
sas épocas Catedrático en la Escuela de Jurisprudencia, de Derecho
Internacional Público (1900) y Derecho Internacional Privado (1902
á 1906).
Hijos de Doña Loreto Ortega y Espinosa y del Licenciado Don
Manuel Escalante:
Primero.—Doña María Josefina Escalante y Ortega, nació en Mé­
xico en los altos de la casa número 19 de la calle de los Donceles el
día 19 de Marzo de 1895, fué bautizada en el Sagrario Metropolita­
no, siendo sus padrinos Don José Ortega y Espinosa y Doña Julia
Gómez de Escalante.
Segundo.—Don Manuel Escalante y Ortega, nació en Tacubaya
en la casa número 140 de la calle de las Animas ej 26 de Diciembre
de 1896, fué bautizado en la Parroquia de dicho lugar el 30 del mis­
mo, siendo sus padrinos Don Salvador Escalante y Doña Loreto Es­
pinosa de Ortega.
Tercero.—Doña Julia Escalante y Ortega, nació en Tacubaya en jS
la casa número 31 de la calle Real el día 29 de Abril de 1899 y fué
bautizada en la Parroquia del mismo lugar el día 7 de Mayo del mis- 'vlf
mo año, siendo sus padrinos el Doctor Don Francisco Ortega y Fon-
I seca y Doña Elena Fuentes de Ortega.
Cuarto.—Don Daniel Escalante y Ortega, nació en México en la
casa número 23 de la calle de Cocheras el día 2 de Febrero de 1901
y fué bautizado el día 5 del mismo en el Sagrario Metropolitano,
siendo sus padrinos Don Joaquín Escalante y Doña Elena Escalan­
te de Obregón.
Quinto.—-Doña Eugenia Escalante y Ortega, nació en Tacubaya
en la casa número 140 de la calle de las Animas el día 31 de Julio de
I9°3 Y fué bautizada en la Parroquia de dicho lugar, siendo sus pa­
drinos Don Carlos Escalante y Doña Enriqueta Ortega.
Sexto.—Doña Sofía Escalante y Ortega, nació en Tacubaya en la
casa número 140 de la calle de las Animas el día 12 de Febrero de
1906, fué bautizada en la Parroquia de dicho lugar, siendo sus padri-
MARQUESADO DE SALVATIERRA. 79

CAPITULO VIII.

El Doctor Don Aniceto Ortega y Espinosa, nació en México en


la casa número 3 de la 2? calle del Reloj el día 2 de Febrero de 1871,
fué bautizado en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos su
tío abuelo el Señor Conde de Santiago Don José Juan Cervantes y
Doña Merced Fonseca de Ortega. Se recibió de médico en México
el 19 de Septiembre de 1896. Contrajo matrimonio en la Catedral de
San Luis Potosí el día 24 de Mayo de 1899 con su prima hermana
Doña Paz Espinosa y Cuevas, hija de Don Antonio Espinosa y Cer­
vantes (que debía haber sido quinto Conde del Peñasco) y de Do­
ña Guadalupe Cuevas y Morán; nieta por línea materna del Licen­
ciado Don Luis Cuevas (Ministro de Relaciones varias veces) y de
Doña Teodosia Morán; segunda nieta de Don José María Cuevas,
de Doña Feliciana Inclán, del General Don José Morán (Ministro
que fué de la Guerra, y Caballero Gran Cruz de Guadalupe) y de
Doña María Loreto Vivanco, tercera Marquesa de su apellido.
Hijos del Doctor Don Aniceto Ortega y de Doña Paz Espinosa y
Cuevas:
Primero.—Don Aniceto Ortega y Espinosa, nació en México en la
casa número 4 de la calle de León el día 15 de Junio de 1900, fué
bautizado el 24 del mismo, siendo sus padrinos el Señor Cura de San­
ta Ana, Presbítero Don Antonio Fonseca y Beltrán, Don Vicente
Ortega y Espinosa y Doña Adela Cuevas y Toranzo. Murió en Mé­
xico en la casa número 6 del Montepío Viejo el día 1? de Diciembre
de 1900.
Segundo.—Don Aniceto Ortega y Espinosa, nació en México en
la casa número 6 de la calle del Montepío Viejo el 16 de Junio de
1901, fué bautizado en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padri­
nos Don Luis Cuevas y Doña Elena Espinosa y Cuevas. Murió en
México en la casa número 3 de la 2? calle del Reloj el 11 de Octubre
de 1904.
Tercero.—Doña María de la Paz Ortega y Espinosa, nació en Mé­
jico en la casa número 3 de la 2? calle del Reloj el 11 de Abril de
-■ 1
-4

MARQUESADO DE SALVATIERRA.
M
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*9°4» fué bautizada en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos
Don Francisco Ortega y Fuentes y Doña Guadalupe Gámez y Ortega.
Cuarto.—Don Aniceto Ortega? y Espinosa, nació en México en la
casa número 3 de la 2* calle del Reloj el 23 de. Febrero de 1906, fué
bautizado en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos Don
Francisco Gámez y Doña Guadalupe Cuevas de Espinosa.
Quinto.—Doña María de los Dolores Ortega y Espinosa, nació en
México en la casa número 3 de la 2? calle del Reloj el día 23 de Mar­
zo de 1907, fué bautizada en el Sagrario Metropolitano, siendo sus
padrinos Don José Ortega y Espinosa y Doña Concepción Escude­
ro de Ortega.

CAPITULO IX.

El Ingeniero Don Vicente Ortega y Espinosa, nació en México


en la 2* calle del Reloj número 3 el día 19 de Junio de 1872, fué bau­ $
tizado en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos sus herma­
nos Don Manuel y Doña Enriqueta Ortega y Espinosa. Se recibió
de Ingeniero en México el 10 de Noviembre de 1897.

CAPITULO X.

Doña Dolores Ortega y Espinosa, nació en México en la casa nú­


mero 3 de la 2* calle del Reloj el día 10 de Septiembre de 1873, fué
bautizada en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Doc­
tor Don Francisco Ortega del Villar y Doña María de las Mercedes
Fonseca de Ortega.

CAPITULO XI.

Doña María Ortega y Espinosa, nació en México en la casa nú­


mero 3 de la 2* calle del Reloj el día 25 de Marzo de 1875, fué bau-
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

9 tizada en el Sagrario Metropolitano, siendo su madrina su abuela


Doña Guadalupe Cervantes de Espinosa.

LIBRO CUARTO.
El Licenciado Don Crescencio Ortega del Villar, nació en Tulan-
cingo el 19 de Abril de 1828, fué bautizado en la Parroquia de dicho lu­
gar, siendo su padrino Don Alonso Fernández. Se recibió de Abogado
el día 16 de Febrero de 1850. Murió en México el día 27 de Julio de

L 1885 en la casa número 3 de la calle de Medinas y lo sepultaron en


el panteón de Dolores donde reposan sus restos. Al hablar de él el
Señor Ingeniero Don Gabriel Mancera en su obra citada, dice: “Fué
notable filántropo aun en medio de la perturbación de sus facultades
intelectuales que sufrió.”
1

t
LIBRO QUINTO.
Doña Isidora Ortega del Villar, nació en Toluca el día 4 de Abril de
1831, fué bautizada en la misma ciudad, siendo su padrino Don Juan
Ceballos, Marqués de Guardiola. Contrajo matrimonio en México el
día 15 de Diciembre de 1846 con el Doctor Don Rafael Lucio, hijo de
Don Vicente Lucio y de Doña Gertrudis Nájera. Murió en México
en su casa número 25 de la calle del Aguila el día 14 de Julio de 1895
y se enterró en el panteón del Tepeyac en un sepulcro al lado del de
a t
*£u esposo. La Señora Ortega de Lucio fuéi una notable pianista
PARTE.
^
•r

MARQUESADO DE SALVATIERRA.
e>
hábil pintora, poseía también á la perfección 5 idiomas. El Doctor
Lucio nació en Jalapa el 2 de Septiembre de 1819, se recibió de mé­
dico el 11 de Octubre de 1842; en 1843 fué nombrado Director del
Hospital de San Lázaro; en 1845 fué nombrado Adjunto de la Es­
cuela de Medicina; en Enero de 1847 fué nombrado profesor de Me­
dicina Legal; el 24 de Diciembre de 1851 obtuvo en oposición y por
unanimidad de votos la clase de Patología Interna, la cual desempe­
ñó hasta su muerte; en 1874 fué nombrado Director de la Escuela de
Medicina, puesto que no admitió. El Emperador Maximiliano lo nom­
bró Caballero Oficial de la Orden de Guadalupe. Murió en su casa
número 25 de la Calle del Aguila el día 30 de Mayo de 1886. El Se­
ñor Mancera en su obra citada, al hablar de la Señora Ortega de Lu­
cio, dice: “Modelo de damas, de madres y de esposas, lo fué del mo­
desto y virtuoso Doctor Don Rafael Lucio, honra de la humanidad
y orgullo de la ciencia, recordado á la posteridad por la estatua que
el Estado de Veracruz le ha levantado en el paseo de la Reforma.’’
Además de la estatua á que se refiere el Señor Mancera, se le han i
levantado al Doctor Lucio otras dos, una en la Escuela de Medici­
na de esta Capital y la otra en Jalapa en el Colegio del Estado; el
Ayuntamiento de dicha Ciudad de Jalapa dió el nombre del citado
Doctor á la calle en que nació. Hijos de Doña Isidora Ortega y del
r
Doctor Don Rafael Lucio: I. Don Lázaro; II. Don Víctor; III. Do­
ña Ramona; IV. Doña Eulalia; V. Don Martín; VI. Don Luciano;
VII. Don Vicente; VIII. Doña María; IX. Don Manuel; X. Don Al­
berto, y XI. Doña Josefa, que servirán de tema á los once capítulos
siguientes.

CAPITULO I.

El Doctor Don Lázaro Lucio y Ortega, nació en México en la 2*


calle de San Lorenzo el 17 de Diciembre de 1847, fué bautizado en
el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos Don Ladislao de la
Pascua y Doña Josefa del Villar de Ortega. Se recibió de médico en
México el año de 1869. Murió en la casa número 25 de la calle del «I
Aguila el día 19 de Abril de 1894 y fué sepultado en el panteón del

Jepeyac- . «J»
í'-
CAPITULO II.

El Farmacéutico Don Víctor Lucio y Ortega, nació en México en


la casa número io de la calle de Medinas el 28 de Diciembre de 1849
fué bautizado en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el
General Don José Salas, Presidente que fué de la República, y su
esposa Doña Josefa Cardeña. Se recibió de Farmacéutico en Méxi­
co el día 27 de Octubre de 1873.

CAPITULO III.

Doña Ramona Lucio y Ortega, nació en México en la casa núme­


$
ro 10 de la calle de Medinas el día 31 de Agosto de 1851, fué bau­
tizada en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos Don Fran­
cisco Ortega y Doña Josefa del Villar. Se casó en México en la Igle­
sia de la Encarnación el 19 de Enero de 1881 con el Doctor Don
Eleno Cervantes, hijo de Don Juan Cervantes y de Doña Josefa
González. Murió en Río Verde el 13 de Enero de 1901 y fué sepul­
tada en el panteón de dicho lugar.
Hijos de Doña Ramona Lucio y Ortega y del Doctor Don Eleno
Cervantes:
Primero.—Don Juan María Cervantes y Lucio, nació en Río Ver­
de en la casa número 1 de la Plazuela de la Independencia el día 26
de Noviembre de 1881, fué bautizado en México el día 8 de Marzo
de 1882, siendo sus padrinos el Doctor Don Rafael Lucio y Doña
Isidora Ortega de Lucio.
Segundo.—Doña María Cervantes y Lucio, nació en Río Verde
en la casa número 1 de la Plazuela de la Independencia el día 1? de
Diciembre de 1883, fué bautizada en México el 8 de Marzo de 1884,
siendo sus padrinos el Doctor Don Rafael Lucio y Doña Isidora Or­
tega de Lucio. <9

Tercero.—Doña Raquel Cervantes y Lucio, nació en Río Verde en


4a casa número 1 de la Plazuela de la Independencia el día 17 de Sep<
“TV “TV
*-------- - —
tiembre de 1885, fué bautizada en la Parroquia de dicho lugar, sien­
do su madrina, por poder del Doctor Don Rafael Lucio y de Do­
ña Isidora Ortega de Lucio, Doña Francisca Cervantes. Murió en
Río Verde el día 9 de Diciembre de 1885 y fué sepultada en el pan­
teón de dicho lugar.
Cuarto.—Don Fausto Cervantes y Lucio, nació en Río Verde en
la casa número 1 de la Plazuela de la Independencia el día 24 de Ju­
nio de 1887, fué bautizado en la Parroquia de dicho lugar el 6 de
Enero de 1888, siendo sus padrinos Don Lázaro Ortega y Doña Isi­
dora Ortega de Lucio.
Quinto.—Doña Raquel Cervantes y Lucio, nació en Río Verde en
la casa número 1 de la Plazuela de la Independencia el día 22 de No­
viembre de 1890, fué bautizada en México en el Sagrario Metropo­
litano el 24 de Enero de 1891, siendo sus padrinos el Doctor Don
Lázaro Ortega y Doña Isidora Ortega de Lucio.

CAPITULO IV.

Doña Eulalia Lucio y Ortega, nació en México en la casa número


10 de la calle de Medinas el día 12 de Febrero de ¡853, fué bautiza­
da en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Licenciado
Don Eulalio Ortega y Doña Juana Pérez Gallardo de Ortega. Se
casó en el Sagrario Metropolitano el día 17 de Junio de 1887 con
Don Agustín Hernández, hijo de Don Pedro Hernández y de Doña
Cleofas Martínez. Murió en la casa número 16 de la calle de San
Agustín el 7 de Agosto de 1900 y fué sepultada en el panteón del
Teyeyac.

CAPITULO V.

Don Martín Lucio y Ortega, nació en México en la casa nú­


mero 10 de la calle de Medinas el día 30 de Enero de 1856, fué
bautizado en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Doc-
tor Don Francisco Ortega y Doña Mercedes Fonseca de Orte¿
—.............................
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

ga. Se casó en la Iglesia de la Encarnación el día 23 de Mayo de


1892 con Doña María Torres, hija del Doctor Don Francisco To­
rres y de Doña Francisca de Ansorena; nieta por línea materna de
Don José Ignacio de Ansorena (Oidor de Puebla, de Guadalajara y
de México, Diputado, Senador y Magistrado de la Suprema Corte
de Justicia, Tesorero de la Archicofradía de Nuestra Señora del Ro-
sruio) y de Doña Guadalupe de Arias y Ulloa, y segunda nieta de
Don José María de Ansorena y Agvirre (Intendente de Michoacán)
y de Doña María Josefa de Foncerrada.

CAPÍTULO VI.

Don Luciano Lucio y Ortega, nació en México en la casa número


io de la calle de Medinas el día 7 de Febrero de 1859, bautizado
en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Doctor Don I
Lázaro Ortega y Doña Josefa del Villar de Ortega. Murió en la ca­
sa número 16 de la calle de San Agustín el 13 de Diciembre de 1898
y fué enterrado en el panteón del Tepeyac.

CAPITULO VII.

Don Vicente Lucio y Ortega, nació en México en la casa número


10 di la calle de Medinas el día 11 de Julio de 1861, fué bautizado
en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Doctor Don
Lázaro Ortega y Doña Josefa del Villar de Ortega. Murió en Méxi-
co el 22 de Septiembre de 1890 y fué sepultado en el panteón del
Tepeyac.

CAPITULO VIII.

Doña María Lucio y Ortega, nació en México en la casa número


10 de la calle de Medinas el día 9 de Diciembre de 1864, se bautizó
en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Doctor Do
FHIMEHA FABTE.
. . —. .. -
86 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Lázaro Ortega y Doña Josefa del Villar de Ortega. Se casó en lé­


xico el día 20 de Septiembre de 1901 con Don Agustín Hernández
(viudo de su hermana Eulalia), fueron sus padrinos Don Martín Lu­
cio y Doña Guadalnpe Hernández y recibieron la bendición nupcial
del Ilustrísimo Señor Arzobispo de México. Su matrimonio civil tu­
vo verificativo el mismo día que el eclesiástico en la casa número 26
de la calle de Tacuba.
Hijos de Doña María Lucio y Ortega y de Don Agustín Her­
nández: 1

Primero.—Doña María de la Concepción Hernández y Lucio, na­


ció en México en los altos de la casa número 20 de la calle de Tacu­
ba el día 8 de Agosto de 1902, se bautizó en el Sagrario Metropoli­
tano el 21 del mismo, siendo sus padrinos Don Alberto Lucio y Do­
ña Guadalupe Hernández.
Segundo.—Doña Eulalia Luisa Hernández y Lucio, nació en Mé­
xico en los altos de la casa número 26 de la calle de Tacuba el 18 de
Noviembre de 1905 y se bautizó en el Sagrario Metropolitano el 25
del mismo, siendo sus padrinos Don Juan Mier y Terán y Doña Luz
Cardona de Mier y Terán.
/

CAPITULO IX.
I

Don Manuel Lucio y Ortega, nació en París en la Plazuela de San


Miguel número 3, frente á la fuente, el día 19 de Junio de 1867,
bautizado en Nuestra Señora el día 21 del mismo, siendo sus padri­
nos el Doctor Don Lázaro Ortega y Doña Ramona Lucio. Murió
en México el día 23 de Febrero de 1903 y le sepultaron en el pan­
teón de Dolores.

CAPITULO X.

Don Alberto Lucio y Ortega, nació en México en la casa número


25 de la calle del Aguila el día 7 de Agosto de 1870, fué bautizado
en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos el Doctor Do
L.

i
--------------------------------------------------------------------------

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

“Fué digno hermano de Don Francisco, de Don Eulalio y de Don


Aniceto, quienes tanto se distinguieron, el primero en las ciencias
médicas, el segundo en el foro* y el último en todos los ramos del
saber hunano.”
“El solo apellido de Ortega en la ciencia mexicana, es una paten­
te de hombre culto, un título de bondad y una ejecutoria de nobleza.
Don Lázaro confirmó plenamente estas verdades.’’
“Su excesiva modestia lo mantuvo alejado del magisterio y de to­
do puesto público; pero su saber, su experiencia y su buen juicio mé­
dico fueron siempre generalmente conocidos y apreciados, merecien­
do, por lo mismo, la confianza de lo más selecto de nuestra sociedad.”
“A su experiencia y saber, adunaba sus finas maneras, su exqui­
sita educación y su honradez intachable. Solicitaban sus cuidados
profesionales lo mismo el banquero que el menestral, porque su gran
corazón estaba fundido en el mismo molde que los de Lucio y Ba­
rragán. Sabía enjugar con cariño las lágrimas de los que sufren; po­
nía su ciencia á la altura de todas las condiciones sociales, y mereció
por ello mil veces las bendiciones de los desheredados de la fortuna.
Ejerció siempre su profesión con el celo, el desinterés y la nobleza
de su sacerdocio; fué, en suma, un médico inteligente y digno, dota­
do de una alma generosa y buena, y por eso al descender á la tumba,
ha sido justamente sentido y visten luto por él la sociedad y la
ciencia.”

QUINTA DIVISION.
DESCENDENCIA DE DOÑA FRANCISCA CARRILLO,
DÉCIMATERCERA HIJA DEL TESORERO GERÓNIMO LÓPEZ Y DE DOÑA
ANA CARRILLO DE PERALTA.

Doña Francisca Carrillo, casó con Don Fernando de Rivade Ney-


ra, y tuvieron por hijo á
Don Gaspar de Riva de Neyra, casó con Doña Leonor de Casti­
lla (hija de Bernardino Vázquez de Tapia y de Doña Antonia Riv
y MARQUESADO DE SALVATIERRA.
V

■de Neyra y Oñate; nieta de Don Bernardino Vázquez de Tapia, de


Doña Luisa de Peralta, de Don Luis de Castilla y de Doña Juana
de Sosa), y tuvieron por hijo á
Don Fernando Ventura de Riva de Neyra, casó con Doña Sebas­
tiana Osorio de Castilla (hija de Don Gonzalo de Cervantes y de
Doña María de Sandoval, nieta de Don Juan de Cervantes Casaus,
de Doña Juliana Angela de Velasco, de Don Francisco de Mejía Al­
tamirano y de Doña Sebastiana Osorio de Castilla); y tuvieron por
hijos á Don Gaspar y á Doña Leonor. De la descendencia de ellos
hablaremos en los dos capítulos siguientes.

CAPITULO I.

Don Gaspar Miguel de Riva de Neyra, casó con Doña Tomasa


de Sámano Salamanca, y tuvieron por bija á
Doña Sebastiana Osorio de Castilla Riva de Neyra y Sámano,
casó con Don Cristóbal de Cásares Ovando, y tuvieron por hija á
Doña Bárbara de Ovando y Riva de Neyra, casó en primeras
nupcias con el primer Marqués de Ovando, y tuvo dos hijos que mu­
rieron sin sucesión y en segundas nupcias con Don Juan Lorenzo 3
Altamirano de Velasco, octavo Marqués de Salinas, tercero de Sal­
vatierra y octavo Conde de Santiago, y tuvieron por hija á
Doña Ana de Velasco Altamirano y Ovando, décima Marquesa de
I
I Salinas, quinta de Salvatierra y undécima Condesa de Santiago, casó
con Don Ignacio de Cervantes y Padilla, Gentil-hombre de Cámara,
Maestrante de Ronda, etc., etc.; véase la descendencia de estos seño­
res en las páginas de la 15 á la 36 de este artículo.

CAPITULO II.

Doña Lenor de Riva de Neyra, casó con Don Juan Leonel Gó­
I» mez de Cervantes, y tuvieron por hija, entre otros, á
Doña Teresa Cervantes y Riva de Neyra, casó con Don Diego
Zarrientos, y tuvieron tres hijos:

I &
I. Don Manuel Barrientos y Cervantes, Arcediano de la Iglesia
Catedral de México.
II. Don Bartolomé Barrientos y Cervantes, canónigo de la Insig­
ne Colegiata de Santa María de Guadalupe, y
III. Doña María Barrientos y Cervantes, casó con Don Tomás
de Rivera y Santa Cruz, Presidente de Guatemala, Gobernador de
Puebla y Corregidor de México, y tuvo por hija, entre otras, á
Doña Josefa de Rivera y Barrientos, casó con Don Francisco Ga­
lindo y Quiñones, Caballero de Santiago del Consejo de S. M.; Go­
bernador y Capitán General de Nueva Galicia y Presidente de la
Real Audiencia de México, y tuvieron por hijo al
Señor Licenciado Don Pedro Galindo (1), Oficial Mayor de Go­
bernación y Guerra, casó con Doña Catalina Sandoval y Laso de la
Vega, y tuvieron por hijo único á
Don Félix Galindo y Sandoval, Caballero de Guadalupe y Jefe de
la Sección de América en el Ministerio de Relaciones, casó con Do-
ña Dolores Pimentel (2); hijos:
1. Licenciado Don Pedro Galindo y Pimentel.
2. Licenciado Don Juan Galindo y Pimentel, Juez primero de Dis­
trito en 1886, casado en primeras nupcias con Doña María Diez de
Bonilla (3) y en segundas con Doña Concepción Diez de Bonilla.
Hijo del primer matrimonio:
A. Don Juan Galindo y Diez de Bonilla.
Hijos del segundo matrimonio:
B. Don José Félix Galindo y Diez de Bonilla.
C. Doña Concepción Galindo y Diez de Bonilla, y
D. Doña Dolores Galindo y Diez de Bonilla.
3- Doña Elvira Galindo y Pimentel, casada con Don Ramiro-
Trueba (4); hija:
A. Doña María Trueba y Galindo.

(1) Véase artículo sobre la familia Galindo.


(2) Véanse artículos sobre los Condes de Heras Soto y Marqueses de Guadalupe Gallardo.
(3) Véase artículo sobre la familia Diez de Bonilla.
(4) Véase artículo sobre los Marqueses de Castañ’za.

>
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

CUARTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DE LOS ESCUDOS.

Descripción del Escudo de Armas del primer Marqués de Salva­


tierra Don Juan B. de Luyando y Bermeo. (La lámina de este escu­
do es copia de la que se encuentra en el título original y debe ir al
frente de este artículo).
De azur cruz floreteada de oro, cantonado de dos medias lunas y
dos estrellas de plata alternadas; partido de gules, banda de oro, en­
golada de dos cabezas de león de lo mismo. Bordura de gules file­
teada de oro, con ocho aspas de lo mismo.
Acolado el escudo con la cruz de Alcántara y timbrado con coro­
na antigua.

La lámina que lleva por título solamente “Armas del primer Mar­
qués de Salvatierra” y que debe ir colocada entre las páginas 4 y 5,
es el escudo que usaron todos los Marqueses, y su descripción se
encontrará en la quinta parte de este artículo. .w

La lámina que corresponde á las armas del Mayorazgo Villar Vi­


llamil López de Peralta, debe colocarse entre las páginas 40 y 41, y
su descripción es como sigue:
Escudo partido.
Primero. Las armas de Gerónimo López, con un escusón de gu­
les cargado con las cadenas de Navarra de oro, y en abismo en lo­
sange un grifo rampante, que es de Peralta.
Segundo. Cuartelado; primero y cuarto: de plata, un fresno de si-
nople y arrimadas á su tronco seis lanzas de sable, que es de Villar;
segundo: cuartelado, primero de oro, espada puesta en banda y bro­
chantes seis fajas de gules; segundo y tercero: de oro una águila ex­
playada de sable; y cuarto: de plata, seis fajas ondeadas de azur; y en
jefe, en el punto de unión del primero y segundo cuartel, una cruz,
^floreteada de gules, que es de Villamil; tercero: de oro, banda de gi^
€ (f
-------- W*---------
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

z4es dragonada de sinople entre cinco puntos de armiño de sable, 3 y


2; bordura de plata, con ocho aspas de gules y ocho puntos de armi­
ños alternados, que es de Omaña.
Corona de Marqués, con medio león rampante por cimera.
Lema: Villamil avante con la cruz delante.

Como curiosidad publico los siguientes versos que describen las


armas de Peralta, de Villar, de Villamil y de Omaña.

ARMAS DE PERALTA (1).

El grifo de oro en campo colorado


Que parece que está en dos pies y salta,
Que á las esquinas tiene á cada lado
Las armas de Navarra divisa alta,
Le trae en sus escudos estampado
El famoso linaje de Peralta
Que en la antigua Navarra entre sus greyes
Son ellos descendientes de los Reyes.

ARMAS DE VILLAR.

De mucho blasón y suma


Es la casa de Villar
Que un fresno suele pintar
Y arrimadas á sus ramas
Sus lanzas de cabalgar
Y otras que suelen llevar
Los de este bando y valía

(1) Florez de Ocádiz y Luis Zapata.


MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Cuando van en compañía


Del Señor de este Solar.

ARMAS DE VILLAMIL.

Villamil muy señalado


Solar en vegas de Bría
Que junto á la mar tenía
Su noble Villa y cercado,
Seis bandas de colorado
Pinta con águilas dos,
Cruz estoque desvainado
Con su concha á cada lado
Y abajo la mar por pos.

ARMAS DE OMANA (i).

Los Caballeros Omañas, noble gente,


Descienden de arrogantes caballeros
Llamados de la banda refulgente,
Que fueron tan valientes y severos
Como es en las crónicas patente.
Y ahora en el Astur suelo y sus oteros
Florece tanto este ilustre Omaña
Que de notoria nobleza el suelo baña.
En el ínclito San Isidro de León,*
Custodia de Monarcas cristianísimos,

(1) Manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid.—Z 85,—Cuad., 60, 20, 21.


- -■ ■ —

W!
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Allí tienen los Omañas su blasón


Y entre ellos sepulcros antiquísimos.
Las armas que les dieron éstas son:
Una banda roja con sierpes les pusieron
Y unos arminios y aspas en orillo,
Con campo blanco, rojo y amarillo.

He creído conveniente, después de publicar en este artículo los da­


tos relativos á mi familia, agregar la descripción de los escudos del
sexto y séptimo Conde del Valle de Oploca y deja quinta Marque­
sa dé Herrera, aun cuando las láminas de dichos escudos no deban
ir agregadas á este artículo, sino al relativo á cada uno de ellos.
Descripción del escudo del sexto y séptimo Conde del Valle de
Oploca:
• y Escudo cuartelado.
Primero. Partido y medio cortado; primero: cuartelado, i? y 4? de
azur, flor de lis de oro; 2” y 3?, de oro rueda de sable, bordura de pla­
ta con ocho armiños de sable, que es de Ortega; segundo: de gules,
cruz llana de oro con cinco lobos de sable, que es de Martínez; ter­
cero: de azur, dos lobos de oro, bordura de gules con ocho aspas de
oro que es de Navarro.
Segundo. Cuartelado. Primero: de sinople, siete peras de oro, pues­
tas 2, 2, 2 y 1, bordura de plata con nueve aspas de sable, que es de
Pérez. Segundo: escudo cortado, 1? cuatro órdenes de veros, plata y
azur, que es de Pera; 2? de oro cruz floreteada y vaciada de gules,,
que es de Uservalde. Tercero: jaquelado, ocho puntos de plata, y
siete verados de azur y gules, que es de Gallardo. Cuarto: medio par­
tido y cortado; 1? de azur, castillo de oro flanqueado de dos leones de
lo mismo y sumado de un brazo armado con una espada, bordura de
gules, que es de Hernández; 2? de plata, cruz llana recortada de gules,
cargada de una venera de plata cantonada de cuatro veneras, que es
de Salvatierra; 3? flanqueado de azur, caldera jaquelada de gules y
oro, y de plata cinco arminios de sable, que es de Guzmán.
Tercero. Cuartelado. Primero: jaquelado, diez puntos de plata,
MARQUESADO DE SALVATIERRA. 95
diez de sinople-, bordura de oro con ocho aspas de gules, que «s de
Pdlar. Segundo: cortado, de gules, siete bastones de sinople, y de
gules cuatro flores de lis de oro, puestas en cruz, bordura de oro, que
es de Parela. Tercero: cuartelado: i? de plata, cinco flores de lis de
azur puestas en sotuer, bordura jaquelada de dos órdenes de gules y
plata, que es de Arce; 2? cuartelado: primero y cuarto, de oro, tres
palos de gules; segundo y tercero, de plata, castillo de oro, que es de
Palma; 3? cuartelado: primero y cuarto, de azur, flor de lis de oro;
segundo y tercero, de plata, lobo de sable, que es de Chacón; 4® cor­
tinado, de azur, creciente de plata; de oro estrella de azur; y de gules
bordura de plata, que es de Mesa Sariñana. Cuarto: partido y medio
cortado; primero de oro, torre de gules, león empinante á ella suma­
do de una estrella de azur, que es de Campoy; segundo, partido y me­
dio cortado, 1® de sinople dos siervos de oro, uno sobre otro, el de
abajo pasiente, que es de Cervantes; 2® partido, de oro banda de sa­
ble, que es de Sandoval; tajado por una banda de oro dragonada de
sinople, de azur, león rampante; y de gules castillo de oro, que es de
Castilla; 3? de oro’ diez róeles de azur, bordura de gules con ocho
aspas de oro, que es de Altamirano; tercero, de gules dos filetes de
oro, puestos en banda, que es de Cabrera.
Cuarto.' Cuartelado. Primero: de oro, banda de sable, que es de
Sandoval. Segundo: partido: 1? flanqueado de sinople, banda de gu­
les cargada con dos filetes de oro, y de oro con la leyenda “Ave Ma­
ría Gratia Plena,” de sable, que es de Laso déla Pega; 2? de oro,
cinco estrellas de azur puestas en sotuer, que es de Rojas. Tercero:
partido: 1® de oro cruz floreteada de gules, bordura componada de
gules y plata, que es de Celada; 2® terciado: primero de sinople, to­
rre de plata, partido de plata león rampante, que es de Rodríguez de
San Miguel; segundo de oro, sotuer de gules, bordura de oro, ban­
da de gules, que es de Magaña; tercero, tajado por una banda de oro,
dragonado de sinople, de azur león rampante y de gules castillo de
oro que es de Castilla. Cuarto: de plata, león de gules coronado de
oro, que es de Sánchez.
Sobre el todo escusón partido. Primero: de plata cinco flores de
de azur puesta en sotuer, bordura jaquelada de dos órdenes de gules
y plata, que es de Arce. Segundo: cuartelado: 1? y 4? de azur, flor de
="------- qgggr- —

MARQUESADO DE SALVATIERRA.
6*
Corona de Conde, teniendo por cimera un casco afrontado, sumar-
do de una mano armada empuñando una espada.

Descripción del escudo de la quinta Marquesa de Herrera.


Escudo cortado y partido de tres, formando ocho cuarteles.
Primero. Ajedrezado de azur y plata, que es de Rodríguez Roa.
Segundo. En campo de sinople dos castillos de oro unidos con una
cadena, y un águila de sable que tiene un pie puesto en las almenas
de cada castillo, que es de Domínguez. *
Tercero. De gules, la figura de San Andrés, bordura cosida de
gules cargada de ocho aspas de oro, que es de Alcalde.
Cuarto De gules, castillo de oro, partido de gules y cinco bustos
de doncella puestos en sotuer, y cinco veneras de oro interpuestas
así: una medalla en el jefe, dos cruces en los flancos, una cruz y una
estrella en la punta; en orla dos serpientes con las cabezas y colas
cruzadas, que es de González Miranda.
Quinto. De plata, sobre ondas de plata y azur un castillo de gules,
entre dos árboles de sinople sumados de una estrella dé azur cada
uno, que es de Bárcena.
Sexto. Cortado: el primero cuartelado; i? y 4? de gules, castillo de
oro; 2? y 3? de azur, flor de lis de plata; el segundo cuartelado tam­
bién; 1? y 4? flanqueado de plata y gules, el jefe cargado de una cruz
llana de gules, escusón de azur con una cruz de plata; 2- y 3? de oro,
castillo al natural, que es de Alonso Alvarez de Güitián.
Séptimo. De gules, dos calderos de oro uno sobre otro, bordura
cosida de gules con doce calderos de oro, que es de Herrera.
Octavo. De oro, cruz floreteada de azur, bordura de azur con siete
flores de lis de oro; partido de azur jaquelado de plata, que es de Ri-
was- Rodríguez Roa.
Escusón sobre el todo con las armas de Herrera.
Puesto el escudo sobre el pecho de un águila explayada con coro­
na cerrada de Marqués.
< e------

MARQUESADO DE SALVATIERRA.
97

QUINTA PARTE.
FUNDACIÓN DE TRES MAYORAZGOS HECHA POR GERÓNIMO LÓPEZ
Y SU ESPOSA DOÑA ANA CARRILLO DE PERALTA,
ANTE EL ESCRIBANO REAL ALONSO BERNAL, EN 19 DE MAYO DE 1608.

En nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu San­


to, tres personas y un solo Dios verdadero, que vive y reina por
siempre sin fin, y en nombre de Jesucristo Nuestro Señor y de la
Virgen Santa María, su gloriosa y bendita madre, Señora y aboga­
da nuestra, y del bienaventurado San José su esposo y de la biena­
venturada Santa Ana y del bienaventurado San Gerónimo, Doctor
de la Santa Iglesia Romana, y de todos los Angeles y Arcángeles
nuestros abogados, manifiesto sea á todos los que la presente vieren:
como yo Gerónimo López, vecino y natural que soy de esta ciudad
de México, de la Nueva España, donde he servido á la Majestad del
Rey Nuestro Señor, de su Tesorero de la Real Hacienda y de Se­
cretario de Gobernación de esta Nueva España y de Regidor de es­
ta ciudad de México; hijo legítimo de Gerónimo López, Conquistador
de esta Nueva España y sus provincias, natural de la Villa de Cáce-
res en Extremadura, de los Reinos de Castilla, donde en su niñez
pasó á la Villa de Pedroso y habiendo residido allí algún tiempo pa­
só á la ciudad de Sevilla, de la cual se embarcó para la Isla de Cuba
y se halló en la Conquista de ella y después vino á la conquista de
esta Nueva España, como dicho es que también sirvió los dichos ofi­
cios de Secretario de Gobernación y Regidor de esta Ciudad, y de
Doña Catalina Alvarez de la Cerda, natural de la Ciudad de Badajoz
de los dichos Reinos de Castilla, su legítima mujer, mis padres ya
difuntos, y como yo Doña Ana Carrillo de Peralta, natural de la ciu­
dad de Logroño de los dichos Reinos de Castilla, hija legítima de
Pedro de Yanyuas, natural de la ciudad de Logroño, y de Doña Ana
Carrillo de Peralta, natural de la villa de Tudela, Reino de Navarra,
ya difuntos, que yo la dicha Doña Ana Carrillo de Peralta, otorgan­
te de esta escritura, pasé á esta Nueva España en la casa y compa­
ñía de los Señores Don Gastón de Peralta, mi tío (i), y Doña Leonor
A8Í dice en la fundación original que he tenido á fe vista. Véase la nota primera de
¡F

FE-T-nt-f-p TXTE;----------- *
———-------
MARQUESADO DE SALVATIERRA.
«'
Mur, su mujer, Marqueses de Falces y Condes de Santiesteban
de Lerin, cuando el dicho Don Gastón vino por Virrey de esta Nue-
va España con licencia, autoridad y expreso consentimimiento, que
yo la dicha Doña Ana pido y demando al dicho Gerónimo López,
mi Señor y marido, para hacer y otorgar esta escritura y todo lo en
ella contenido, la cual licencia y facultad yo el dicho Gerónimo Ló­
pez doy y concedo á la dicha mi mujer, según y como de derecho se
requiere por ende ambos á dos, marido y mujer, de un acuerdo y
conformidad, decimos que por cuanto los bienes temporales divididos
se consumen y menoscaban, con lo cual los linajes y familias ilustres
se vienen á perder y olvidar, y cesa el servicio de Dios Nuestro Se­
ñor y de los Reyes y Señores naturales, por lo cual nosotros pedi­
mos y suplicamos al Rey Nuestro Señor Don Felipe II, que Santa
Gloria haya, nos diese y concediese, como nos dió y concedió, licen­
cia y facultad para hacer fundar é instituir mayorazgo de nuestros
bienes en Don Gerónimo López de Peralta, nuestro hijo legítimo y
natural, y á falta de él en otra persona que quisiésemos, y con facul­
tad que cualquier de nos pudiese revocar y enmendar él dicho ma­
5¿
yorazgo, vínculos y condiciones de él en todo ó en parte, y deshacerlo
y tornarlo á hacer é instituir de nuevo una y muchas veces, según
que consta por la provisión Real firmada de Su Majestad y refren­ 5
dada de Juan de Ibarra su Secretario, sellada con su Real sello y des­
pachada por su Consejo Real de las Indias, su data en Valencia á 9
de Febrero de 1586 años; que su tenor bien y fielmente sacado del
original de que yo el presente Escribano doy fe es éste que sigue:
Cédula Real.— Don Felipe por la gracia de Dios, Rey de Cas­
tilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Por­
tugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia,
de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de
Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algecira, de Gibraltar, de las
Islas de Canaria, de las Islas Orientales y Occidentales, Islas y Tie­
rra firme del Mar Océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgo-
ña, de Brabante y Milán, Conde de Hapsburg, de Flandes y de Ti-
ról y de Barcelona, Señor de Vizcaya y de Molina, etc., etc. Por
cuanto por parte de vos, Gerónimo López, vecino y Regidor de la &

Ciudad de México de la Nueva España y Doña Ana Carrillo de Pe-


lta, vuestra mujer, me ha sido hecha relación que en aquella tierr^\¿5
I Jr ’ I W
MARQUESADO b)E SALVATIERRA.
-I
99
teneis mucha cantidad de bienes y hacienda, y en la dicha Ciudad de
México unas casas principales, y que por tener intención de perpe­
tuaros en la Nueva España y que vuestros hijos y descendientes ha­
gan lo mismo, queriádes hacer mayorazgo de las dichas casas y de
otros cien mil ducados de los dichos vuestros bienes en Don Geró­
nimo López de Peralta, vuestro hijo legítimo, suplicándome os man­
dase dar licencia y facultad para ello, y habiéndose visto por los de
mi Consejo de las Indias, acatando lo sobredicho y lo que me ha­
béis servido en aquellas partes, y porque de vuestras personas y
servicios quede perpetua memoria, lo he habido por bien y así por la
presente de mi propio motu y cierta ciencia y poderío Real absoluto
de que en esta parte quiero usar y uso como Rey y Señor natural,
no reconociendo superior en lo temporal, doy licencia y facultad á
vos los dichos Gerónimo López y Doña Ana Carrillo de Peralta,
vuestra mujer, y á cualquiera de vos, para que de los dichos bienes
y hacienda, muebles y raíces, y rentas y heredamientos, y otros cua-
lesquier bienes que al presente teneis ó adelante tuviéredes en la di­
cha Nueva España y en otras partes de las Indias, Islas y Tiera fir­
me del Mar Océano, y de la parte que de ellos os pareciera podáis
hacer é instituir el dicho mayorazgo en vuestra vida ó al tiempo de
vuestro fallecimiento por vuestro testamento ó postrimera voluntad,
por vía de donación entre vivos ó por causa de muerte ó por otra
manda ó institución que quisiéredes y por bien tuviéredes y por otra
cualquier vía de disposición, y dejar y traspasar los dichos vuestros
bienes por vía de título de mayorazgo en el dicho Don Gerónimo
López de Peralta vuestro hijo y á falta de él en otra persona cual
quisiéredes, según y como lo ordenáredes y dispusiéredes con los
vínculos, reglas é instituciones, vedamientos, sumisiones, penas, fuer­
zas, firmezas, cargas, gravámenes y otras cosas que pusiéredes y
quisiéredes poner en el dicho mayorazgo, según y como por vos fue­
re mandado, ordenado y establecido de cualquier manera, vigor y
efecto ó ministerio que sea ó ser pueda, para que de allí adelante los
dichos bienes de que así hiciéredes el dicho mayorazgo sean habidos,
por bienes de mayorazgo inajenables é indivisibles, sujetos á restitu­
ción y por causa alguna que sea ó ser pueda necesaria, voluntaria,
lucrativa, onerosa obra pía, dote ni donación propter nupcias, no se
«puedan vender, donar, trocar, cambiar, empeñar ni enajenar por el?
dicho vuestro hijo ó persona en quien así hiciéredes el dicho mayo-,
razgo, ni por los otros sus descendientes que sucedieren en él ahora
ni de aquí adelante en tiempo alguno para siempre jamás, por mane­
ra que la persona en quien asi instituyéredes el dicho mayorazgo y
sus descendientes y personas que hubieren de suceder en él los ha­
yan y tengan por bienes de mayorazgo inajenables é indivisibles,
sujetos á restitución según y de la manera que por vos fuere hecho,
mandado, ordenado, establecido é instituido y dejado en el dicho ma-
yorarazgo con las mismas cláusulas, sumisiones, condiciones é insti- ¡
tuciones, cargos y gravámenes que en él pusiéredes y quisiéredes po­
ner a los dichos bienes y á los que a ellos llamaredes y en ellos su­
cedieren, lo cual podáis hacer al tiempo que en virtud de esta mi
carta los metiéredes y vinculáredes, y después en otro cualquier tiem­
po que por bien tuviéredes, y para que vos los dichos'Gerónimo Ló­
pez y Dona A.na Carrillo de Peralta y cualquier de vos podáis revo­
car y enmendar el dicho mayorazgo y los vínculos y condiciones que
le pusiéredes en todo ó en parte de ello, y deshacerlo y tornarlo á
hacer é instituir de nuevo una y muchas veces, que yo del dicho mi
propio motu y poderío Real absoluto de que en esta parte quiero
usar y uso como dicho es, lo apruebo y doy por firme, grato, estable
y valedero ahora y para siempre jamás, y desde ahora he propuesto
en esta mi carta el mayorazgo que así hiciéredes y ordenáredes, y
como si de palabra á palabra fuese aquí inserto é incorporado, lo con­
firmo y apruebo y he por firme y valedero para ahora y siempre ja­
más, según y como, y con las condiciones, vínculos, firmezas, cláu­
sulas, posturas, derogaciones, sumisiones, penas y restituciones que
en el dicho mayorazgo por vos hecho, declarado y ordenado, fueren
y serán puestas y contenidas, y suplo todos y cualquier defectos, obs­
táculos é impedimentos y otras cualesquier cosas, así de hecho como
de derecho, de forma, orden, substancia ó solemnidad que para vali­
dación ó corroboración de esta mi carta y lo que por virtud de ella
hiciéredes es necesario y cumplidero de suplir.
Otrosí es mi merced y voluntad que en caso de que el dicho vues­
tro hijo ó persona en quien así hiciéredes el dicho mayorazgo, y sus
descendientes y personas que sucedieren en él, cometieren cualquier
Ó cualesquier crímenes ó delitos por que deban perder sus haciendas
® cualquier parte de ella por sentencias, deposición de derecho ó por
otra cualquier causa que los dichos bienes de que hiciéredes el dicho
mayorazgo conforme á lo sobredicho, no puedan ser perdidos ni se
pierdan, antes en tal caso vengan por el mismo hecho á aquél ó aque­
llas personas ó á quien por vuestra disposición vinieren y pertene­
cieren, como si el tal. delincuente muriera sin cometer el dicho delito
la hora antes de que lo cometiera, excepto si la tal persona ó perso­
nas cometieren delito de herejía, crimen lesae majestatis ó el pecado
nefando contra natura, que en cualquiera de los dichos casos quiero
y mando que se hayan perdido y se pierdan bien y así como si no
fuesen bienes de mayorazgo, y con tanto que los dichos bienes de
que así hiciéredes el dicho mayarazgo sean vuestros propios, porque
mi intención y voluntad no es de perjudicar en lo suso dicho á mi
Corona Real, ni otra persona alguna, lo cual todo quiero y mando
que así se haga y cumpla, no embargante la ley que dice que el que
tuviere hijos é hijas legítimas solamente pueda mandar por su ánima
el quinto de sus bienes y mejorar á uno de sus hijos ó nietos en el
tercio de ellos, y las otras leyes que dicen que el padre ni la madre
no puedan privar á sus hijos de la legítima parte que le perteneciere
de sus bienes ni poner condición ni gravamen alguno, salvo si le des­
heredaren por las causas en derecho premisas, y asimismo sin em­
bargo de otras cualesquier leyes, fueros y derechos, usos y costum­
bres, exenciones de estos mis reinos especiales y generales, he­
chos en Cortes y fuera de ellas, que en contrario de lo suso dicho sean
ó ser puedan, aunque de ella y cada una de ellas debiese ser hecha
expresa y especial mención, que yo por la presente del dicho mi pro­
pio motu y cierta ciencia y poderío Real absoluto, habiendo aquí por
insertas é incorporadas las dichas leyes y cada una de ellas, dispen­
so con ellas y con cada una de ellas y las abrogo y derogo, caso y
nulo, y doy por ningunas y de ningún valor y efecto en cuanto esto
toca y atañe y atañer puede en cualquier manera, quedando en su
fuerza y vigor para en lo demás adelante, contando que seáis obliga­
do á dejar á los hijos é hijas legítimas que teneis ó tuviéredes, en
quien no hiciéredes el dicho mayorazgo, alimentos, aunque no sea
en tanta cantidad cuanta les podía venir de su legítima.—Y por esta
mi carta encargo al Serenísimo Príncipe Don Felipe, mi muy ca­
ro y amado hijo, y mando á los Infantes, Prelados, Duques, Mar­
queses, Condes, Ricos-hombres, Maestres de las Ordenes, Priores,
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Comendadores y Subcomendadores, Alcaides de los Castillos y


sas fuertes y llanas, y á los del mi Consejo, Presidentes y Oidores de
mis Audiencias Reales, Alcaldes, Alguaciles de mi Casa y Corte y
Chancillerías, y á todos los Corregidores, Gobernadores y otros Jue­
ces y justicias cualesquiera de estos mis Reinos y Señoríos, y de las
dichas Indias, Islas y Tierra firme del Mar Océano, así á los que
ahora son como á los que adelante serán, que guarden y cumplan en
vos los dichos Gerónimo López y Doña Ana Carrillo de Peralta,
vuestra mujer, y á cada uno de vos y al dicho vuestro hijo ó per ser­
na en quien hiciéredes el dicho mayorazgo y sus descendientes, esta
mi licenci facultad para hacer
todo lo que conforme y por virtud de ella hiciéredes y ordenáredes é
instituyéredes en todo y por todo según que en esta mi carta se con­
tiene, y que en ello ni en parte de ello embargo ni contradicción algu­
na no os pongan ni consientan poner, y si vos ó ellos quisiéredes mi
¿ carta de privilegio y confirmación, mando al Presidente y á los del
gC dicho mi Consejo de las Indias que os la den y libren, pasen y sellen
lo más fuerte, firme y bastantemente que les pidiéredes y menester
hubiéredes, y los unos ni los otros no hagais cosa en contrario, pena
de la mi merced y de cien mil maravedís para mi Cámara y Fisco.
Dada en Valencia á nueve de Febrero de mil y quinientos ochenta y
seis años.—Yo El Rey.—El Licenciado Diego Gasea de Salazar.—
El Doctor Pedro Gutiérrez Flores.—El Licenciado Pedro Díaz de
Tudanco.—El Licenciado Benito Rodríguez Baltodano.—Yo Juan
de Ibarra, Secretario del Rey Nuestro Señor, lo hice escribir por su
mandado.— Registrada, Pedro de Ledesma.—Canciller, San Juan de
Sardineta.
Y usando de la dicha licencia y facultad real de suso incorporada,
nosotros los dichos Gerónimo López y Doña Ana Carrillo de Peral­
ta, su mujer, de un acuerdo y conformidad habíamos hecho y otor-
godo escritura de mayorazgo en favor del dicho Don Gerónimo Ló­
pez de Peralta nuestro hijo y de los demás después de él en ella nom­
brados y llamados concierto señalamiento de bienes, condiciones y
gravámenes y otras cosas contenidas en la escritura del dicho mayo­
razgo que otorgamos en esta ciudad de México á veintisiete días del
S* mes de Enero de mil y seiscientos y tres años ante Andrés Gallo
de Escalada, Escribano de Su Majestad y porque Dios Nuestro Se-¿i¿^
MARQUESADO DE SALVATIERRA. I

ñor fué servido de llevar de esta presente vida á el dicho Don Geró­
nimo López de Peralta, nuestro hijo, fuimos de acuerdo en conformi­
dad de la dicha facultad Real que se nos concedió para revocar el
mayorazgo que hiciésemos la vez y veces que nos pareciese, la cual
reservamos expresamente en la dicha escritura de mayorazgo para
usar de ella, y usando de ella revocamos y dimos por ninguno el di­
cho mayorazgo que así habíamos otorgado ante el dicho Andrés Ga­
llo, Escribano de Su Majestad, por escritura de expresa revocación
que hicimos ante el dicho Andrés Gallo, Escribano, en veinte y tres
días del mes de Noviembre del año de seiscientos y siete, y á ma-
yor abundamiento, ahora de nuevo usando de la dicha facultad real
en esta parte, revocamos y damos por ninguno y de ningún valor y
efecto el dicho mayorazgo y escritura que de él habíamos otorgado
ante el dicho Escribano, día, mes y año dichos. Para que no valga
ni tenga efecto en juicio ni fuera de él en todo ni en parte, como si
k

nunca jamás por nosotros fuera hecho ni otorgado, así el registro


como las sacas y traslados que de él parecieren en cualquier manera,
porque todo lo revocamos y damos por ninguno para que ninguna
persona se pueda aprovechar de él en tiempo alguno ni por alguna
manera, y ahora de nuevo con el mismo acuerdo y conformidad,
usando de la dicha Real facultad á nos concedida y aprovechándo­
nos de ella y de la que tenemos por las leyes Reales de poder dispo­
ner como quisiéremos entre nuestros hijos y nietos del tercio y re­
manente del quinto de nuestros bienes en lo que cada una facultad
de estas de yuso se hará mención, otorgamos y conocemos que ha­
cemos, instituimos y fundamos tres mayorazgos con los llamamien­
tos, condiciones, gravámenes, vínculos y firmeza que en cada uno de
por sí, inclusos todos tres, en esta escritura expresaremos, para que
en lo que particular en cada uno de los dichos tres mayorazgos que­
dare por nos dispuesto eso valga y se entienda para con él y no con
los otros dos, y así en cada uno de ellos, sin que el uno tenga entra­
da ni salida con los otros, ni cada uno de los otros con él, ni entre sí,
porque cada uno de los dichos tres mayorazgos se ha de entender
como si en escritura aparte fuera otorgado, porque nuestro intento y
voluntad de ingerirlos todos tres en esta escritura es para sólo efec­
to de que en todo tiempo conste que la posteridad, familias y descen­
dientes y poseedores que fueren sucediendo en ellos, tuvieron y tie-®

r L.
o

104 MARQUESADO DE SALVATIERRA.


(

nen y han de tener su principio y origen de nuestra casa y linaje/y


apellido, y así ante todas cosas ordenamos y mandamos que por la
causa dicha y para que mejor se. guarde, que en ninguna manera se
pueda mandar sacar por ningún juez, ni el presente Escribano, ni otro
en ningún tiempo saque de esta escritura cláusula, ni capítulo, ni ma­
yorazgo, ni parte de ella, si no fuere toda ella junta con los dichos tres
mayorazgos, sin que falte cosa alguna según y como ahora quedare
por nosotros otorgado. Y en la manera suso dicha y en virtud de la
dicha Real facultad á nos concedida, y usando de ella tan solamente
para este primer mayorazgo y reservando para los otros dos mayo­
razgos que asimismo fundamos, y han de ir expresados en esta escri­
tura, el tercio y remanente del quinto de todos nuestros bienes de que
por las dichas leyes Reales podemos disponer á nuestra voluntad en­
tre nuestros hijos y nietos, otorgamos y conocemos por esta carta
que instituimos el dicho primer mayorazgo y perpetuo vínculo de los
bienes siguientes que son parte de los que habernos adquirido y Dios
ha sido servido de darnos.
Primeramente las casas principales de nuestra morada, con sus al­
i
tos y bajos y todo lo á ellas anexo y perteneciente, que son en esta
Ciudad en la calle que del cercado del Monasterio de Santo Domin­
$
go viene á las casas del Marqués del Valle y Casa Profesa de la Com­
pañía de Jesús y Hospital del Espíritu Santo que fundó Alonso Ro­
dríguez del Vado, y están las dichas casas en la esquina de la calle
de los Donceles, por la cual calle lindan con otras casas pequeñas de
nos los dichos instituidores y por la calle principal que va á la dicha
casa Profesa de la Compañía de Jesús con casas asimismo nuestras
que antes lo fueron de Miguel Díaz de Aux, Conquistador, y des­
pués lo fueron de Doña Luisa de Aux, su hija, y las dichas nuestras
casas principales están fronteras de esquina de casas principales que
fueron del Secretario Antonio de Turcios y ahora son de Don Juan
de Sámano y Turcios, su nieto, y esquina con esquina del Colegio
I
de San Angel de la orden de Nuestra Señora del Carmen, que antes
fué casas de Gerónimo de Medina, y la otra esquina que viene á ha­
cer cuadra con las tres dichas son casas de Guillén Perada de Ayala
y antes lo fueron de Juan Velázquez Rodríguez, las cuales dichas
casas principales hubimos y compramos de Juan Juárez de Peralta y
Doña Ana de Cervantes, su mujer, por escritura que en nuestro fa-
MARQUESADO DE SALVATIERRA. IC>5 ~
vor otorgaron en esta ciudad á catorce días de Octubre de mil y qui­
nientos y sesenta años ante Gaspar Huerta, Escribano de S. M.; que
las dichas casas principales por ser nuestras y de nuestra morada no
se pone lo que rentan porque nunca se han arrendado.
(1) (Ademas, varias casas junto á ésta en la calle de Donceles, en
la de Manrique y la de Tacuba).
(Una hacienda grande con sus ganados, junto al pueblo de Acám­
baro).
(Unas tierras junto á Chicabasco, á Temoaya y Ajacuba).
(20,000 ovejas).
(Una huerta con su casa en la calzada que va á Tacuba, junto á
los Frailes de San Cosme, teniendo más de ocho suertes de huerto y
unos 1,000 árboles frutales).
Los cuales dichos bienes así apreciados con la moderación que di­
cha es, suman y valen doscientos noventa y cuatro mil pesos y ren­
tan veinticuatro mil y novecientos y veinte pesos de oro común, y
todos ellos los vinculamos y enajenamos á este dicho primer mayo­
razgo para que siempre estén y permanezcan en él perpetuamente,
sin que puedan ser ni sean en tiempo alguno, ni por ningún caso ni
cosa, vendidos, ni empeñados, ni hipotecados, ni acensuados, ni pres­
critos, ni en otra manera enajenados por ningún poseedor del dicho
mayorazgo, ni por otra ninguna persona ni causa, aunque sea para
dote, ni arras, ni alimentos, ni redención de cautivos, ni otra obra pía
ó no pía, onerosa ni lucrativa, ni por otra razón alguna, porque es
nuestra voluntad que estén siempre enteramente sin disminución al­
guna, y la venta ó enajenación, ó trueque ó cambio, ó censo ó empe­
ño ó hipoteca que de ellos ó cualquiera parte de ellos se hiciere, en
cualquiera manera que sea, la damos por ninguna y de ningún valor
y efecto, y este dicho primer vínculo y mayorazgo que así hacemos
permanezca con las condiciones, gravámenes, llamamientos, sucesio­
nes, instituciones y substituciones y restituciones siguientes.

PRIMERA CONDICION.

Primeramente y por primera condición, nos los dichos Gerónimo


López y Doña Ana Carrillo de Peralta, su mujer, instituidores de

y (1) Lo que está entre paréntesis es extracto del documento.


(>

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

este primer vínculo y mayorazgo, reservamos en mí el dicho Geró­


nimo López la administración de todos los bienes en él inclusos y el
usufructo de ellos, sin que sea obligado á dar ninguna cosa más de
aquello que yo quisiere y fuere mi voluntad, poco ó mucho ó nada á
la persona y personas que serán llamadas á este dicho mayorazgo en
primer lugar ó en otros después de los días de mí el dicho Geróni­
mo López.

2?

Segunda condición, que si Dios fuere servido que yo el dicho Ge­


rónimo López pase de esta presente vida, quedando viva yo la dicha
Doña Ana Carrillo de Peralta, he de ser tenedora y poseedora de
este dicho mayorazgo y de todos los bienes en él incluidos, y los he
de administrar, gozar y llevar por todos los días de mi vida la renta,
frutos y aprovechamiento de ellos, con declaración que tomando es­
tado de casada conforme á la condición sexta de este primer mayo­
razgo, que de esto tratará el que legítimamente fuere llamado en más
£ cercano lugar á este mayorazgo, le he de dar y él ha de recibir de mi
mano la mitad de todas las dichas rentas, frutos y aprovechamientos
de este dicho mayorazgo por todos los días de mi vida, y después de
ellos y no antes lo ha de poseer y gozar por entero, y mientras no
fuere casado lo he de alimentar conforme á nuestra calidad y á su
edad, dándole lo necesario y que á mí bien visto me fuere, sin que
contra esto pueda ir, ni venir, ni reclamar el dicho llamado á este ma­
yorazgo, so pena de ser excluido de él.

3-
Tercera condición, y ordenamos y mandamos que la persona y
personas que después de nosotros sucediere en este mayorazgo se
hayan de nombrar y nombren del nombre de pila de mí el dicho Ge­
rónimo López, y los sobrenombres de ambos nosotros los instituido­
res de este mayorazgo en esta manera, que después del dicho nombre
que ha de tener de Gerónimo ó Gerónima se ha de nombrar López
9. de Peralta, ora sea varón, ora hembra la persona que en este dicho
mayorazgo sucediere y entrare á poseerlo, porque en todo se ha de
verificar y guardar esta dicha condición, excepto el primero que aba^
jo será llamado, al cual permitimos que use de su nombre propio
de pila con que fué bautizado y confirmado, y haya de usar y use de
los dichos apellidos y sobrenombres de López de Peralta. Y esta
dicha condición y obligación de usar de los dichos nombres de Ge­
rónimo, y sobrenombres y apellidos López de Peralta, ha de correr
y entenderse también con cualquier caballero y persona de cualquier
calidad que por casamiento con hembra, sucesora en este dicho ma­
yorazgo, en cualquier tiempo viniere á poseerlo y gozarlo, que para
ello es nuestra voluntad se haya de nombrar de allí adelante Don Ge­
rónimo López de Peralta y dejar su propio nombre de pila y apellido
y apellidos que antes de éste hubiere tenido, y el que de todos los
llamados ó que por casamiento viniere á este dicho mayorazgo, ex­
cepto como dicho es el primero, que no cumplieren esta condición,
ipso facto pierdan este mayorazgo y pase al siguiente que lo cum­
pliere.

Cuarta condición, y ordenamos y mandamos que el poseedor y po­


seedores in infinitum de este dicho mayorazgo hayan de tener y usar,
tengan y usen de las armas y blasones de nos los dichos Gerónimo
López y Doña Ana Carrillo de Peralta, que es en esta manera: un
escudo que lo hace cuatro cuadros una cruz, la media de abajo colo­
rada y la media de arriba amarilla, en el cuarto alto de la mano de­
recha, en campo azul, el Norte; el cuadro de abajo de éste, en cam­
po blanco, un león coronado levantado en los pies; en el cuadro alto
de la mano izquierda, en campo colorado, el dicho Gerónimo López
mi padre, armado, en un caballo blanco, con la espada desnuda en
la mano y tres capitanes que venció, con sus banderas, muertos á sus
pies; en el otro cuadro, bajo de éste, una torre sobre un río y por or­
la del dicho escudo ocho cruces, las cinco de arriba coloradas, en
campo amarillo, y las otras tres amarillas, en campo colorado; de
la mitad del escudo abajo y por timbre del dicho escudo una al­
mete con un león encima de él, en señal del esfuerzo y ánimo y cons­
tancia con que el dicho Gerónimo López mi padre sirvió á la Real
Corona de Castilla en el descubrimiento, guerras y conquista de esta
Nueva España y sus provincias, como todo lo certifica el privilegio
.y merced original que el Emperador Carlos V y la Serenísima Rei-
....... (9

io8 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

na Doña Juana, de gloriosa memoria, su madre, como Reyes de Cas­


tilla y León hicieron al dicho Gerónimo López, mi padre, que está
escrito en pergamino, pendiente el sello Real hecho en Madrid á
veintiséis de Junio, año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesu­
cristo de mil y quinientos y treinta años, que está refrendado del Se­
cretario Juan de Sámano, y el escudo y armas de mí la dicha Doña
Ana Carrillo de Peralta es el de los Peraltas, blasón de los Reyes de
Navarra, de que usa la casa de que yo soy, del estado de los Mar­
queses de Falces (i), que es un grifo blanco de plata en campo dé
oro sobre media luna, y por encima y por debajo las cadenas de Na­
varra, los cuales hemos mezclado y abrazado en medio de los cuatro
que quedan dichos de mí el dicho Gerónimo López como aquí va
figurado.

(Aquí van pintadas las armas).

V Del cual dicho escudo y blasones mezclados en la forma que dicha


es y como lo muestra la estampa de arriba, habernos usado y usamos,
i
y queremos y mandamos que todos los sucesores de este dicho ma­
yorazgo hayan de usar y usen, sin mezcla ni acompañamiento de
otras armas y divisas de ninguna calidad, y esto ha de ser tan pre­
*7
ciso é indispensable que por el propio caso que no se cumpliere des­
de el principio y no se continuare siempre sin variar, quede el tal su­
cesor y persona que lo contraviniere y no lo guardare excluido de
este mayorazgo y pase luego ipso facto al próximamente llamado,
de tal manera como si el transgresor y no observante de esta condi­
ción no hubiera sido llamado á este dicho mayorazgo.

5-

Quinta condición, y ordenamos y mandamos que en caso que al-



guno de los sucesores y llamados á este mayorazgo, varón ó hem­
bra, casare con persona que tenga y posea ó sucediere después de
casado en otro mayorazgo, si el tal mayorazgo no tuviere condición
precisa, con pena de perderlo, de usar de apellido y armas ciertas y

(1) Doña Ana padeció equivocación al blasonar el escudo de los Peralta, pues es en fon­
do de gules un grifo de Oro sobre media luna de plata en medio de las cadenas de Navarra
e oro.
e
—— —

MARQUESADO I)E SALVATIERRA.

determinadas, todavía haya de ser obligado á usar de los dichos nues­


tros nombres y armas como está referido de Gerónimo López de Pe­ @)

ralta, con pena de ser excluido de este mayorazgo según y como


queda dicho en las condiciones antes de ésta, y si el tal mayorazgo
que con este nuestro se juntare por casamiento ó en otra manera tu­
viere precisión de que el poseedor de él use del apellido y armas se­
ñaladas, con pena de perderlo en caso de contravención si la dicha
precisión no fuere para que haya de usar del dicho apellido y armas,
en primer lugar la obligación que por este nuestro mayorazgo ha de
tener sea de que precisamente haya de usar del dicho nuestro nom­
bre, apellidos y armas en primer lugar y al lado derecho y principal
del escudo, y el apellido y armas del otro mayorazgo lo ponga en el
segundo lugar y al lado izquierdo; pero si la dicha precisión del ma­
yorazgo que con este nuestro se juntare fuere de que haya de traer
y usar forzosamente en primer lugar y lado derecho del escudo su
apellido y armas, en tal caso permitimos que lo pueda hacer, como
asimismo en el segundo lugar y al lado izquierdo del escudo haya de
usar y usedel dicho nuestro apellido y armas ó pase este nuestro mayo­
razgo al siguiente en grado, y usando el dicho poseedor de este nuestro
mayorazgo y de otro del apellido y armas en la manera que en este
caso queda referido, que es en el segundo lugar y al lado izquierdo
del escudo, haya de usar de nuestro apellido y armas, queremos y
mandamos que se entienda tan solamente por la vida y tiempo que
el dicho poseedor lo fuere de ambos mayorazgos y lo mismo su su­
cesor, siendo hijo ó hija ú otro descendiente del tal poseedor, siendo
único, porque en caso que quedaren dos hijos ó hijas, ó hijo ó hija, y
de esta manera cualquiera otra posteridad y descendencia por línea
recta suya, sean de desmembrar los dichos dos mayorazgos y el ma­
yor de los dichos descendientes, prefiriendo el varón á la hembra,
pueda optar y elegir cuál de los dos mayorazgos quiere, y elegido el
otro, pase al segundo de los dichos descendientes, á lo cual nos mue­
ve la razón y causa que irá expresada al fin de esta condición en el
párrafo que se sigue, y en él se verá el tiempo dentro del cual pre­
cisamente se haya de hacer la dicha elección de mayorazgo.—Y si
finalmente la precisión de apellido y armas del dicho mayorazgo que
con este nuestro se juntare, fuere de que no se mezclen ni acompa­
ñen con otro apellido y armas, ordenamos y mandamos que el tal
® ®
frimezja fabte. C*

— <’>» 11 «vs —i-------------------------------------------------------------------------------------- -


sucesor de ambos mayorazgos elija con cuál de los dos quiere que­
dar, y el otro pase al siguiente en su llamamiento, como si el tal que
hubiere de elegir no hubiera sido llamado, porque en todo acaeci­
miento queremos que en semejante concurso de dos mayorazgos no
quede olvidado ni sobreseído nuestro apellido y armas, sino que siem­
pre permanezca y se conserve perpetuamente en alguna de las ma­
neras de suso declaradas, y para elegir y optar cuál de los dos ma­
yorazgos quisiere el que conforme al párrafo antecedente tuviere
tiempo de elegir y dejar el otro, le ponemos tres meses de término’ y
no más desde el día que hubiese sucedido en ambos mayorazgos,
y si pasados los dichos tres meses no hubiere elegido luego, por el
mismo caso pase este mayorazgo al siguiente en grado de la mane­
ra que si la tal persona que hubiere de elegir y no,,eligiere no hubie­
re sucedido en este nuestro mayorazgo ni hubiera nacido ó hubiera
elegido el mayorazgo extraño incompatible con este nuestro.

Sexta condición: para que en nuestros sucesores de este nuestro


mayorazgo se conserve siempre nuestra antigua nobleza de linaje y
limpieza de sangre, encargamos afectuosamente ahora y para siem­
pre jamás á los dichos nuestros sucesores, así varones como hem­
bras, que casen todos y cada uno con persona hijo-dalgo y que co­
munmente sea reputado por de limpia y noble generación, y demás
de esto que sea de honesta y loable fama en virtud y cristiandad, y
precisamente mandamos que ninguno ni alguno de los dichos suce­
sores en este dicho mayorazgo, varón ó hembra, case con persona
que por alguna parte ó línea de su linaje sea descendiente de moros,
ni judíos, ni penitenciados por el Santo Oficio de la Inquisición, ni
confesos, ni tornadizos, porque por el mismo caso y hecho, casándo­
se algún sucesor ó sucesora de este nuestro mayorazgo con persona
en quien haya cualquiera de los dichos defectos, queremos que haya
perdido y pierda este dicho mayorazgo y sucesión de él irremisible­
mente, ora después del casamiento pueda verificarse en él la suce­
sión de este dicho mayorazgo, ora haya sucedido en él antes de ca­
sarse, por manera que en ambos casos haya de perder y pierda ipso
Jacto la sucesión y tenencia de este dicho mayorazgo, y pase al si-.
guíente llamado, como si la dicha persona que contrajere ó hubiese
contraído matrimonio contra esta condición no hubiera sido llamado
á esta sucesión ni nacido.—Y la misma prohibición y pena ponemos
al sucesor ó sucesores de este mayorazgo que durante los días de
nuestra vida ó de cualquier de nosotros los instituidores de este ma­
yorazgo se casare en cualquier manera que sea, sin licencia, beneplá­
cito y aprobación nuestra.

7-
Séptima condición: ordenamos y mandamos que cualquiera de los
llamados á este nuestro mayorazgo, que naciere loco ó furioso ó men­
tecato, perpetuo ó simple, ó manco de entrambas manos, ó tullidos
de ambos pies, ó gafo ó leproso á natura, ó le sobreviniere las dichas
enfermedades ó cualquiera de ellas después de nacido, antes que su­
ceda en este mayorazgo, en tal caso el que tuviere estos dichos de­
fectos ó cualquiera de ellos no suceda ni pueda suceder en el dicho
mayorazgo y pase la sucesión al siguiente en grado, y en tal caso
mandamos que se le dé al dicho enfermo lisiado, que había de suce­
der en este dicho mayorazgo, por mano del que por el dicho su de­
fecto sucediere, mil pesos de oro común en cada un año para sus ali­
mentos, de la renta de este dicho mayorazgo, y declaramos que si
las tales enfermedades ó cualquiera de ellas le sobrevinieren cuando
ya legítimamente hubiere entrado en la posesión del dicho mayoraz­
go, no sea excluido de la tenencia y posesión de él.

Octava condición: queremos, establecemos y mandamos que si, lo


que nuestro Señor no quiera ni permita, alguno de los tenedores y
poseedores llamados á este nuestro mayorazgo cometiere ó incurrie­
re en algún delito gravísimo como es el de la pravedad de la herejía,
ó el que el derecho llama crimen lesae majestatis, ó el pecado nefando
ó el nefario, ú otro cualquier delito por donde incurra en confisca­
ción ó perdimiento de bienes, en todo ó en parte de ellos, así per­
diéndolos ipso jure, como por nueva condenación, queremos que éste
tal delincuente sea tenido y se tenga por no llamado á este nuestro
mayorazgo ni á la sucesión de él, sino que suceda el siguiente y lia-®
I 12 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

mado en grado, bien así y de la propia manera como si fuera llami-


do y hubiera sucedido en él tres días naturales antes que el tal tene­
dor imaginara, pensara, deliberara y cometiera cualquiera de los di­
chos delitos, y de esta manera y con esta declaración y condición ha­
cemos este nuestro mayorazgo y llamamiento de él porque no es
nuestro intento, ni queremos, ni imaginamos haber llamado, ni jamás
llamamos á la sucesión de él persona que haya no sólo de cometer,
pero ni aun intentar ni pensar de cometer los tales delitos ó cualquie­
ra de ellos, antes desde luego habernos y tenemos la tal persona por
aborrecida de esta y exclusa de la sucesión, tenencia y posesión, do­
minio vel cuasi de este dicho mayorazgo desde antes que pensara ni
cometiera cualquiera de los dichos delitos, de la propia manera que
si no hubiera nacido ni estuviera llamado, sino antes como si expre­
sa, nombrada y señaladamente fuera excluida la tal'persona de la su­
cesión del dicho mayorazgo.

ffv*
r Novena condición: ordenamos y mandamos que no pueda suceder
en este mayorazgo fraile, ni monja, ni clérigo de orden sacro, ni otro
ningún religioso, salvo si no fuere de orden militar, de las cuales por
su establecimiento pueden ser casados, y si sucediere que alguno ó
alguna de nuestros sucesores llamados á este mayorazgo antes ó des­
pués de haber tomado la posesión de él, tomare el hábito en al­
guna religión de frailes ó monjas, ó se ordenare de Epístola, siendo
clérigo, queremos y ordenamos que en el punto que tal sucediere,
pase el dicho nuestro mayorazgo al siguiente en grado, sin aguardar
á que el que ó la que entrare en religión haga profesión, porque con
sólo tomar el hábito queremos quede excluso ó exclusa de este dicho
mayorazgo porque no le sea tropiezo ni ocasión para volver atrás del
camino de la religión, ni tenga en el siglo á que volver los ojos el
que una vez los hubiere puesto en el servicio de Dios Nuestro Señor
por la puerta de la religión.

io®

cima condición: ordenamos y mandamos, gravamos y obli-ga


l todos los llamados y sucesores que son ó fueren de este ma- 5

—•
yorazgo, desde el primero in infinitum, á que cada uno de ellos en su
tiempo haya de tener y tenga enhiestas y bien paradas y reparadas
todas las casas que en este mayorazgo quedan vinculadas, así las que
están dentro de esta ciudad de México como las de la Huerta de la
Calcada de Tacuba y sus cercas, y asimismo las de todas las estan­
cias y huertas y potrero de Tarimoro y su cerca, para que nunca ja­
más vayan á menos, sino que cuando más no se haga, estén y per­
manezcan, duren y se conserven en el estado que hoy las tenemos,
so pena de que si así no lo hiciere y sucediere caerse alguna de las
dichas casas ó deteriorarse con pérdida considerable, si dentro de un
año el tal poseedor no la reparare y reedificare, pierda el mayorazgo
y pase al siguiente en grado, y debajo de la misma pena ninguno de
los dichos poseedores ni alguno de ellos ha de poder sacar, ven­
der ni tocar vacas de las dichas estancias, en poca ni en mucha
cantidad, ni por ningún caso ni causa, aunque se diga estar viejas,
inútiles ni estériles, y la misma prohibición y pena se ha de entender
y se entienda y corra en las yeguas de las dichas estancias, sino que
precisamente en la de San Lucas haya de haber y haya siempre cua­
tro mil yeguas de vientre para cría de potros con los garañones ne­
cesarios, y muertas ó envejecidas algunas se han de subrograr otras
en su lugar, y por la misma forma y orden se han de conservar siem­
pre doscientas yeguas útiles y diez y seis burros para la cría de mu-
las en la estancia de la Magdalena, y doscientas cabezas de vientre
por lo menos de ganado de cerda con los verracos necesarios en la
estancia de Urireo, y asimismo se han de conservar en las labores de
Tarimoro doscientos bueyes de arado perpetuamente y los gañanes,
rejas y arados y todo el demás apero necesario, y en la dicha estan­
cia de Tarimoro quinientas yeguas mansas, de silla, para, vaquear y
los veinte esclavos que quedan nombrados en este mayorazgo, su­
brogándose siempre otros en lugar de los que fueren muriendo ó hu­
yéndose ó vendiéndose, en caso que necesario sea, pcif malos algu­
nos de ellos, y asimismo ha de estar siempre cabal el número de las
veinte mil ovejas que quedan vinculadas en este moyorazgo, y la
huerta de Tarimoro con los árboles-frutales y cepas que hoy tienen,
quitando lo que se hiciere estéril y plantando y substituyendo otros
tantos en su lugar, de suerte que siempre esté con beneficio y culti­
vo bastante para que vayan á más y no á menos las rentas de este
c

114 MARQUESADO DE SALVATIERRA.

dicho mayorazgo, y el poseedor que así no lo cumpliere caiga como


dicho es de su derecho y éntre el siguiente en grado.

'I
11?
I

Undécima condición: por cuanto nosotros los instituidores de estos


mayorazgos tenemos hecha dotación de una Capellanía y entierro
nuestro en la sacristía mayor con toda la planicie de ella, alto y bajo
del convento del glorioso Doctor San Agustín, de esta ciudad, ¿on
el Prior y frailes de él, por escritura ante Andrés Gallo, Escribano
Real, en 5 de Octubre de Ó02 años de que yo el dicho Gerónimo Ló­
pez tomé la posesión en diez días del dicho mes y año por ante ql di­
cho Escribano, es nuestra voluntad nombrar y nombramos, en con­
formidad de la dicha escritura de entierro y capellanía en el patronaz­
go de ella, al poseedor que por tiempo fuere de este primer mayo­
razgo para que goce de las preeminencias contenidas en la dicha
fundación de Capellanía y contrato hecho con el dicho Convento de
San Agustín, que se ha de juntar con esta escritura de mayorazgo y
andar con él, y gravamos al llamado poseedor y poseedores in infi-
nitum de este dicho primer mayorazgo á que de las rentas de él ha­
yan de dar y pagar, den y paguen al dicho Prior y frailes y Conven­
to del Señor San Agustín, perpetuamente y para siempre jamás, los
setecientos pesos de oro común en cada un año que por el dicho con­
trato, entierro, capellanía y patronazgo nos obligamos á pagarle por
la dicha escritura en que en esto propio está gravado este dicho ma-
mayorazgo.

12?

Duodécima condición. Y porque así fué trato y concierto con el


dicho Convento, ordenamos y mandamos que todos y cada uno de
los poseedores de este dicho primer mayorazgo tengan obligación
de enterrarse en el dicho Convento del Señor San Agustín en el di­
cho nuestro entierro de la Sacristía Mayor, sin que puedan elegir
& otro.

, •sf /• * A
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

J3-

Décimatercia condición: ordenamos y es nuestra voluntad y man­


damos que este nuestro mayorazgo se verifique, y suceda en él y sea
l’amado en primer lugar, como por la presente le nombramos y lla­
mamos, Don Gabriel López de Peralta, nuestro hijo legítimo y na­
tural, que de presente es de edad de quince años, poco más ó menos,
y soltero, que no ha tomado estado, el cual goce y posea con la ben­
dición de Dios y nuestra este dicho mayorazgo, verificándose el tiem­
po en que conforme á las condiciones antecedentes pueda empezar á
poseerle por todos los días de su vida, y después de él su hijo ó hija
mayor, legítimos y naturales, de legítimo matrimonio, prefiriendo el
varón á la hembra, y de esta misma manera sus descendientes legí­
timos y naturales in infinitum, y faltando descendiente legítimo y na­
tural del dicho Don Gabriel López de Peralta, nuestro hijo, suceda
en este dicho mayorazgo nuestro hijo ó hija mayor, con la dicha pre-
fe
lación de varón á hembra y con la representación de la persona de
su padre que el derecho en semejantes casos da á los nietos, hijos
de hijos mayores muertos. Por manera que faltando la dicha descen­
dencia legítima del dicho Don Gabriel López de Peralta, nuestro hi­
A
jo, han de suceder en este mayorazgo los hijos legítimos y naturales
de Don Gerónimo López de Peralta, nuestro hijo legítimo y el ma­
yor, Regidor que fué de esta ciudad, ya difunto, y de la Señora Doña
Clara de Rivadeneyra, su legítima mujer, que son dos, Don Geróni­
mo López de Peralta y Don Gaspar de Rivadeneyra, prefiriendo el
mayor al menor, con la declaración que irá expresada en el tercero
de los mayorazgos que por esta escritura instituimos, en que llama­
mos en primer lugar al dicho Don Gerónimo López de Peralta, nues­
tro nieto, y á falta suya y de su descendencia al dicho Don Gaspar
su hermano.

14-

Décimacuarta condición: en declaración de la cláusula antes des-


ta, de los llamados á este mayorazgo, queremos y ordenamos que «1'

cualquiera de los así llamados in infinitum haya de ser y sea hijo le­
gítimo y natural, de legítimo matrimonio, y siendo tal prefiera á lo

------------------------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------ — (f

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

legitimados por subsecuente matrimonio ó por rescripto del prínci­


pe ó en otra cualquiera manera de las que por derecho se pueden legi­
timar los hijos que no nacen legítimos, salvo que conformándonos con
lo recibido más comúnmente por derecho, queremos que el legítimo
por matrimonio subsecuente prefiera á sus hermanos aunque nazcan
legítimos de legítimo matrimonio, siendo todos hermanos de padre
y madre; pero si fueren de diferentes madres, queremos que prefiera
el que naciera de legítimo matrimonio á los que después fueren legi­
timados por matrimonio subsecuente, y entre los legitimados prefie­
ran los que consiguieren legitimación por matrimonio subsecuente á
los legitimados por rescripto del príncipe ó por otra cualquiera ma­
nera de legitimación admitida en derecho, aunque el dicho legitima­
do por matrimonio sea menor de edad que los legi^mados por otro
modo.

i5-
Décimaquinta condición: queremos y mandamos que cuando su­
cediere que de un parto nacieren dos varones juntos ó dos hembras
que puedan tener derecho y competencia en la sucesión de este ma­
A yorazgo, pudiendo constar con certidumbre cuál de los dos nació pri­
mero, éste tal le haya y herede, siendo capaz conforme á las condi­
ciones de este mayorazgo, y no pudiendo averiguarse con certidum­
bre cuál fué el primero, en tal caso damos poder al padre de los tales
para que pueda elegir y nombrar uno de ellos, el que quisiere y le
pareciere, y el así nombrado lo haya y herede, y si el padre muriere
sin hacer la dicha elección, la pueda hacer y haga la madre de los
susodichos, y la dicha elección de padre ó madre en la forma que di­
cho es, corra y tengan facultad de hacer el dicho padre ó madre has­
ta que los dichos dos hermanos de un parto ó hermanas lleguen á
edad de quince años cumplidos, porque entonces precisamente que­
remos que se haya hecho la dicha elección y así hecha no lo puedan
revocar, y si no la hubieren hecho hasta el tiempo de la edad, cada
uno pueda usar de su derecho.

16”
Décimasexta condición: ordenamos y mandamos que cada y cuán- ¿Z
o que cualquier persona, varón ó hembra, llamado á este dicho ma-
l ¡SXS.
l l l HP
yorazgo, que hubiere de suceder en él conforme á lo que tenemos
ordenado, estuviere ausente de la gobernación de esta Nueva Es­
paña y su Distrito, sea obligado á venir personalmente á esta ciu­
dad de México á tomar la tenencia y posesión actual y corporal
de los bienes en él inclusos dentro de cinco años primeros siguien­
tes que han de comenzar á correr y contarse desde el día que por
falta del último poseedor sucediere en este dicho mayorazgo, y no
viniendo personalmente como dicho es dentro de los dichos cin­
co años, luego que sean pasados inmediatamente suceda en el dicho
mayorazgo, bienes y rentas de él el siguiente en grado, como si el tal
ausente no hubiera nacido ni fuera llamado, lo cual se guarde y cum­
pla perpetuamente y todas las veces que sucediere, sin que sea nece­
sario hacer diligencia, ni notificación, ni apercibimiento al tal ausente
y sin que pueda alegar ignorancia, minoría, impedimento ni otra
causa alguna para excusar lo contenido en esta condición que quere­
mos sea firme en todo tiempo, y hasta tanto que el tal llamado ausen­
te haya venido á tomar y tome posesión del dicho mayorazgo den­
tro de los dichos cinco años que le damos de término, no haya goce,
ni lleve, ni cobre cosa alguna de sus rentas y aprovechamientos, ni
con poder suyo se puedan cobrar hasta tanto que él en persona ven­
ga, y entonces haya y lleve todo lo que hubiere corrido después de
la muerte de su antecesor, y no viniendo como dicho es, haya y lle­
ve la dicha renta y aprovechamientos rezagados el que en tal caso
sucediere en el dicho mayorazgo.

x7-

Décimaséptima condición: debajo de ella habernos llamado y lla­


mamos en primer lugar á la sucesión de este primer mayorazgo al
dicho Don Gabriel López de Peralta, nuestro hijo, que no ha de pe­
dir ni pida cosa alguna de legítima, ni sucesión paterna ni materna,
aunque sea por renunciación expresa que en nuestros días en él han
hecho ó hicieren alguno ó algunos de sus hermanos ó hermanas, en
cualquier estado que hayan tomado ó tomaren, porque siendo de
nuestros bienes y de la sucesión que de nosotros pudieran ó pudie­
ren pretender cada uno de nuestros hijos, queremos desde ahora pa­
ra entonces y desde entonces para ahora quede inclusa en este pri-
_ (•
118 MARQUESADO DE SALVATIERRA.
c

(p
mer mayorazgo conforme á la facultad de Su Majestad con qué lo
instituimos y fundamos, en la cual se nos concede poder quitar de
las legítimas de nuestros hijos en cuyo favor no queda este mayoraz­
go, dejándole los alimentos necesarios, los cuales tienen los hijos é
hijas que hasta el día de hoy hemos puesto en estado, y todo lo de­
más aplicamos como dicho es á la institución que hemos hecho de
este mayorazgo, y si así no lo quisiere el dicho Don Gabriel López
de Peralta, nuestro hijo primero, llamado á este primer mayorazgo,
pase al siguiente en grado por el llamamiento general que quéda
hecho. (

18*

Décimaoctava condición: mandamos que el dich'o Don Gabriel Ló­


pez de Peralta, nuestro hijo primero, llamado y los demás sucesores
de este mayorazgo, al tiempo que hubieren de tomar esta posesión
de los dichos bienes, hagan juramento y pleito homenaje, según ca­
balleros hijos-dalgo, al fuero de España, de no los enajenar ni parte
& alguna de ellos, ni los dejaren perder, antes los tendrán bien repara­
dos, y guardarán y cumplirán todas las condiciones y gravámenes y
vínculos de este mayorazgo, sin que falte cosa alguna, el cual dicho
juramento hagan ante juez ú otro caballero y Escribano que de ello
dé fe.

19-
Décimanona condición: queremos que durante la vida de nos los di­
chos Gerónimo López y Doña Ana Carrillo de Peralta, instituidores
de este dicho primer mayorazgo, podamos, en conformidad de la dicha
Real provisión y Merced de Su Majestad que tenemos, alterar, qui­
tar, poner, añadir, revocar en todo ó en parte como nos pareciere es­
te dicho primer mayorazgo, condiciones, gravámenes, nombramien­
tos de personas y bienes en la forma y manera que quisiéremos y nos
pareciere, revocando, quitando ó poniendo, con que muriendo cual­
quiera de nos los dichos instituidores Gerónimo López y Doña Ana
S)
Carrillo de Peralta, instituidores de este primer mayorazgo, quede con­
firmado é irrevocable para siempre jamás, sin que el que de nosotros
dos quedare vivo pueda alterar en él ni esta dicha escritura, capítul

y
'I

MARQUESADO DE SALVATIERRA. I 19

y condiciones de ella cosa alguna no embargante que por la dicha


Real provisión pretendamos cada uno de nos de por sí tener derecho
á ello, porque en cuanto á esto nos apartamos y renunciamos expre­
sa y especialmente cualquier derecho que por la dicha Real Cédula
nos competa ó pueda competer en cualquier forma y manera que sea.

SEGUNDO MAYORAZCO.
11
Y fundado, hecho é instituido el dicho primer mayorazgo de suso
contenido en la forma que en él se declara, y en virtud de la expresa 1
y particular facultad de S. M. á nosotros concedida y en él inserta
ahora, usando de sola la facultad que por derecho y leyes Reales nos
está asimismo concedida de disponer entre nuestros hijos y descen­
dientes como nos pareciere del tercio y remanente del quinto de nues­
tros bienes, otorgamos y conocemos debajo de la dicha licencia y
mancomunidad y demás requisitos suso referidos, y con el mismo
acuerdo y conformidad que hacemos, instituimos y fundamos los
otros dos mayorazgos, que el uno de ellos es el segundo de los tres
que queda dicho fundamos, el cual sea y ha de ser en los bienes, for­
ma y manera siguiente:

Bienes.

Primeramente unas casas principales y grandes, con su huerta den­


tro de ellas, que fueron de Don Luis de Quesada y antes de Andrés
de Barrios, difuntos, que son en esta ciudad en el barrio del Monas­
terio de Monjas de la Concepción, esquina con esquina, la acequia y
atarjea del agua que va al Monasterio de Santiago, en medio, que
desde la dicha calle de la Concepción (i) ocupa la dicha casa toda la

(1) Esta casa fué habitada por todos los poseedores del mayorazgo; medía 8,500 varas cua­
dradas y la plaza tuvo el nombre de Plazuela de Villamil desde 1735 en que perteneció’á
esta familia; fué vendida al Padre Bolea y Sánchez de Tagle, Prepósito del Oratorio, quien
® fundó allí el colegio de las Bonitas en el principio del siglo XIX.

* _____________________________
-------- 'W**-------- (9

120 MARQUESADO DE SALVATIERRA.


t

cuadra hasta una acequia que viene á dar á las espaldas del Monas­
terio de Santo Domingo y va hacia el Monasterio del Carmen, las ti»
cuales dichas casas yo el dicho Gerónimo López hube y compré por
bienes del dicho Don Luis de Quesada por remate que de ellas se
hizo por los corridos de cierto censo que sobre ellas estaba im­
puesto, el cual pagué con los corridos, y asimismo habernos redimi­
do otros censos que sobre ellos estaban impuestos, pagados los prin­
cipales y corridos de los dichos censos, de suerte que ahora las tene­
mos y poseemos con justo título y libres de toda hipoteca, y por setf
i*
las dichas casas muy grandes y de mucho edificio, de piedra muy
buena y madera, las estimamos y están apreciadas en cuarenta mil
pesos de oro común, y hoy están repartidas en tres moradas y arren­
dadas todas en seiscientos pesos de oro común.
(Además, otras tres casas en la esquina de la calle de Tacuba y de
los Oidores, frente á casas del Marqués del Valle).
r (Otras tres casas en la calle de Tacuba, frente al Monasterio de
«r Santa Clara).
(Una huerta con una casita en la calzada de Tacuba, entre la de
Bartolomé Cano y la de Doña Francisca Mejía). g
(La hacienda del Molino Prieto).
(La hacienda de Bojay. Todavía en poder de la familia).
(El rancho de Tepozotlán de Santiago).
(20,000 ovejas).
Y todos estos dichos bienes, así apreciados con toda moderación,
suman y valen doscientos y treinta y cinco mil pesos de oro común,
y rentan en cada un año catorce mil y novecientos pesos del di­
cho oro.
Y todos ellos los vinculamos y anexamos á este dicho segundo
mayorazgo para que siempre estén y permanezcan en él perpetua­
mente, sin que puedan ser ni sean en tiempo alguno ni por ningún
caso ni causa vendidos, empeñados ni hipotecados, ni acensuados ni
prescriptos, ni en otra manera enajenados por ningún poseedor del
dicho mayorazgo, ni por otra ninguna persona ni causa, aunque sea
para dote, ni arras, ni alimentos, ni redención de cautivos, ni otra
obra pía ó no pía, onerosa ni lucrativa, ni por otra razón alguna, por­
que es nuestra voluntad que estén siempre enteramente sin disminu­
ción alguna, y la venta ó enajenación, ó trueque ó cambio, ó censo ó
<F\

«W
MARQUESADO DE SALVATIERRA. 121

empeño, ó hipoteca que de ellos ó cualquier parte de ellos se hiciere,


en cualquier manera que sea, la damos por ninguna y de ningún va­
lor y efecto, y este dicho segundo mayorazgo que así hacemos per­
manezca con las condiciones y gravámenes, llamamientos, sucesio­
nes y sustituciones, instituciones y restituciones siguientes.

i|

Primeramente y por primera condición nos los dichos Gerónimo


López y Doña Ana Carrillo de Peralta, su mujer, instituidores de es­
te segundo mayorazgo, queremos, ordenamos y mandamos que en
él y por los que serán llamados á él, desde el primero in infinitum,
se guarden y cumplan, como si aquí fueran insertas y repetidas de
verbo ad verbum, las condiciones que tenemos puestas y expresadas
en esta escritura en la fundación del primer mayorazgo, primera, se­
gunda, tercera, cuarta, quinta, sexta, séptima, octava, novena, undé­
cima, décimacuarta, décimaquinta, décimasexta y décimaoctava.

Segunda condición: ordenamos y mandamos y es nuestra voluntad


que este nuestro vínculo y mayorazgo segundo se verifique y suce­
da en él, y sea llamado en primer lugar, como la presente le nom­
bramos y llamamos, Don Francisco López de Peralta, nuestro hijo
legítimo y natural, que de presente es de edad de catorce años poco
más ó menos y soltero que no ha tomado estado, el cual goce y po­
sea con la bendición de Dios y nuestra este dicho vínculo y mayo­
razgo, verificándose el tiempo en que conforme á las condiciones an­
tecedentes pueda empezar á poseerle por todos los días de su vida y
después de él su hijo ó hija mayor, legítimos y naturales, de legíti­
mo matrimonio, prefiriendo el varón á la hembra, y de esta misma
manera sus descendientes legítimos y naturales in infinitum, y fal­
tando descendiente legítimo y natural del dicho Don Francisco Ló­
pez de Peralta, nuestro hijo, suceda en este dicho mayorazgo nues­
tro hijo ó hija mayor con la dicha prelación de varón á hembra y con
la- representación de la persona de su padre que el derecho en seme­
jantes casos da á los nietos hijos de hijos mayores muertos, por ma­
nera que faltando la dicha descendencia legítima del dicho Don Fran-
& - frimeua parte .

5W5
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

cisco López de Peralta, nuestro hijo, han de suceder en este mayo-


(» A'
razgo los hijos legítimos y naturales de Don Gerónimo López de
Peralta, nuestro hijo legítimo y el mayor, Regidor que fué de esta
ciudad, ya difunto, y de la Señora Doña Clara de Rivadeneyra su le­
gítima mujer, que son dos, Don Gerónimo López de Peralta y Don
Gaspar de Rivadeneyra, prefiriendo el mayor al menor, con la decla­
ración que irá expresada en el tercero de los mayorazgos que por
esta escritura instituimos, en que llamamos en primer lugar al dicho
Don Gerónimo López de Peralta, nuestro nieto, y á falta suya y de
su descendencia, al dicho Don Gaspar su hermano.

3-

Tercera condición: en declaración de que como se ha de guardar


la condición tercera del primer mayorazgo que tenemos mandado se
guarde en este segundo, cerca de que todos los poseedores de él pre­
cisamente se hayan de llamar del nombre de pila de mí el dicho Ge­
rónimo López y usar de los sobrenombres de ambos nosotros los
instituidores, conviene á saber López de Peralta, ora sean varones,
ora hembras, queremos y permitimos que dicho Don Francisco Ló­
pez de Peralta, nuestro hijo, primer llamado á este dicho segundo
mayorazgo, pueda usar y use del dicho nombre de Francisco con
que fué bautizado, y después de él todos los que fueren sucediendo
en este dicho segundo mayorazgo han de ser obligados á guardar la
dicha tercera condición del dicho primer mayorazgo, so la pena de
ella.

4-

Cuarta condición: debajo de ella hemos llamado y llamamos en


primer lugar á este dicho segundo vínculo y mayorazgo á el dicho
Don Francisco López de Peralta, nuestro hijo, que no ha de poder
pedir ni pida cosa alguna de legítima, ni sucesión suya paterna ni
materna, aunque sea por renunciación expresa que en nuestros días
en él hayan hecho ó hicieren alguno ó algunos de sus hermanos ó
•) hermanas en cualquier estado que hayan tomado ó tomaren, porque
siendo de nuestros bienes y de la sucesión que de nosotros pudieren
pudieran pretender cada uno de nuestros hijos, queremos desd
MARQUESADO DE SALVATIERRA. 123

ahora para entonces y desde entonces para ahora que quede la dicha
legítima perteneciente á el dicho Don Francisco López de Peralta,
nuestro hijo, y las que cualquiera de sus hermanos hubieren renun­
ciado ó renunciaren en él, todo ello incluso en este mayorazgo, para
que así quede más lugar de poderse verificar en el tercio y remanen­
te del quinto de bienes de ambos nos los dichos instituidores el ter­
cer vínculo y mayorazgo que abajo irá hecho, y si así no lo qui­
siere el dicho Don Francisco López de Peralta, nuestro hijo, primer
llamado á este segundo mayorazgo, pase al siguiente en grado por
el llamamiento general que queda hecho.

5-

Quinta condición: queremos que durante la vida de nos los dichos


Gerónimo López y Doña Ana Carrillo de Peralta, instituidores de
este segundo mayorazgo y vínculo, podamos alterar, quitar, poner,
añadir ó revocar, en todo ó en parte, como nos pareciere este dicho
segundo mayorazgo que así hacemos juntamente con el tercero que
abajo irá hecho del tercio y remanente del quinto de nuestros bienes
de ambos nos los dichos instituidores, condiciones, gravámenes, nom­
bramientos de personas y bienes en la forma y manera que quisiére­
mos y nos pareciere, revocando, quitando ó poniendo, con declara­
ción que muriendo cualquiera de nos los dichos Gerónimo López y
Doña Ana Carrillo de Peralta, su mujer, instituidores de este dicho
segundo mayorazgo, quede confirmado é irrevocable para siempre,
sin que el que de nosotros dos quedare vivo pueda alterar en él ni
esta dicha escritura, capítulos y condiciones de ella, cosa alguna, por­
que así lo queremos y es nuestra voluntad, y renunciamos expresa y
especialmente las leyes que en este caso puedan ser en nuestro favor
y la general del derecho.

6*

Sexta condición, y gravamen que queremos poner y ponemos á es­


te segundo mayorazgo, poseedores y llamados á él desde el primero
en adelante, que por todos los días de la vida de Fray Pedro de Pe­ S)
ralta y Fray Rafael de Peralta, nuestros hijos, frailes profesos en la
eOrden del Glorioso San Agustín, y de Fray Antonio de Peralta,

L
<¡T
MARQUESADO DE SALVATIERRA.

nuestro hijo, profeso en la Orden del Seráfico Padre San Francisco,


y de Gerónima de los Angeles y Magdalena de San José, nuestras <9*

hijas, monjas profesas en el Monasterio de Santa Clara de esta ciu­


dad, y de Catalina de San Gerónimo y Ana de San Bernardo, otras
dos nuestras hijas, monjas asimismo profesas en el dicho Convento
de Santa Clara y trasladadas para la fundación del Convento de Nues­
tra Señora de los Remedios, descalzas de la dicha Orden, que por
todos los dichos nuestros hij os é hijas, frailes y monjas, son siete, y
durante la vida, como dicho es de cada uno y cada una de ellas, que-í
remos y es nuestra voluntad se les acuda de las rentas de este se­
gundo mayorazgo con cien pesos de oro común en cada un año por I
vía de limosna para socorro de sus necesidades, y al dicho Fray An­
tonio de Peralta, porque está en religión incapaz de bienes tempora­
les, no se le dé en dinero cosa alguna, sino en las especies que él pi­
diere hasta en la dicha cantidad de cien pesos en cada un año, sin
que por esta manda y limosna seamos vistos transferir en los con­
ventos y religiones donde los dichos nuestros hijos é hijas han pro­ §
fesado y profesare el dicho Fray Rafael, ni estuviera, ni á los supe­
riores ni prelados de ella, ni á nuestro muy Santo Padre el Sumo
Pontífice que por tiempo fuere derecho ni acción alguna á la propie­
dad ni posesión de los dichos cien pesos que cada uno de los dichos
nuestros hijos é hijas mandamos dar en cada un año, y por el mismo
*
caso y hecho que cuando cualquiera de los dichos superiores y con­
ventos en que los dichos nuestros hijos estuvieren, quisiere y preten-
diere contravenir á esto y apropiarse, así en todo ó en parte, esta di­
cha manda, la revocamos y queremos que no se guarde ni se cum­
pla, porque nuestra voluntad sólo es que lo hayan y usen los dichos
nuestros hijos é hijas en sus necesidades, con declaración asimismo
de que como fueren faltando y falleciendo los dichos nuestros hijos
é hijas, frailes y monjas, los dichos cien pesos que á cada uno de ellos
se ha y han de ir dando, vaquen, vuelvan y se consoliden á este di­
cho segundo mayorazgo.

7-
Séptima condición: ordenamos y mandamos, gravamos y obliga­
mos á todos los llamados y sucesores que son ó fueren de este se­
gundo mayorazgo, desde el primero in infinitum, á cada uno de ellos

i
'i

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

en su tiempo, que hayan de tener y tengan enhiestas y bien paradas j


y reparadas todas las casas y tiendas que en este segundo mayo­
razgo quedan vinculadas, así las que están dentro de esta ciudad de
México como las de la huerta y sus cercas, y las casas y corrales de
las estancias que están pobladas, y de los apriscos de ellas y de los
molinos, batán y labores, y demás ganado, bueyes, yeguas y apero
de ellas, y muías de la recua y arriero de ella, para que nunca jamás
vayan á menos, sino que cuando más no se haga, esté y permanezca
todo, dure y se conserve en el grado que hoy lo tenemos, so pena de
que si así no lo hicieren y sucediere caerse alguna de las dichas ca­
sas ó lo demás, ó deteriorarse con pérdida considerable, si dentro de
un año el tal poseedor no lo reparare y reedificare, pierda este segun­
do mayorazgo y pase al segundo en grado, y debajo de la misma pe­
na ninguno de los dichos poseedores ni alguno de ellos ha de poder
sacar, vender ni trocar las ovejas hembras de las dichas estancias
en poca ni en mucha cantidad, ni por ningún caso ni causa, aunque
se diga estar viejas, inútiles ó estériles, ni tampoco han de poder sacar
á
ni vender los bueyes ni yeguas de las labores, ni las muías de la re- c
cua, ni esclavo arriero de ella, antes sucediendo morirse ó faltar en
cualquiera manera algunas de las dichas 20,000 ovejas ó algunos
bueyes, yeguas, muías ó esclavo arriero, ha de ser obligado el po­
seedor en cuyo tiempo sucediere, y le gravamos á que ponga y sub­
rogue otras tantas ovejas, bueyes, yeguas y muías como faltaren, ó
el esclavo arriero, comprándolo todo á su costa, y poniéndolo en la
parte que faltare, so pena de perder este dicho mayorazgo como di­
cho es y que pase al siguiente en grado.

TERCER MAYORAZGO.

Y fundado é instituido el dicho segundo mayorazgo en la forma


que dicho es, en el remanente del tercio y quinto de los dichos nues­
tros bienes, y usando de sola la facultad que por derecho y leyes
Reales tenemos, según que va dicho y fecho en el dicho segunde;
M FKIMEBA parte.

<»........... ................................... -............................................—


(f

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

mayorazgo, otorgamos y conocemos debajo de la dicha licencia


mancomunidad y demás requisitos suso referidos, y con el mismo
acuerdo y conformidad que hacemos, instituimos y fundamos el ter­
cero y último mayorazgo de los tres que queda dicho fundamos, el
cual sea y haya de ser en los bienes, forma y manera siguiente.

Bienes.

Primeramente unas casas principales que fueron de la morada de


Gerónimo López, padre de mí el dicho Gerónimo López, que son en
I esta ciudad en la calle que dicen de los Oidores, que por la una par­
te lindan con las casas que dejamos vinculadas en el segundo de es­
tos mayorazgos y por la otra con casas que fueron de Martín de Olar-
te y están frontero de casas del Marqués del Valle’/que habiendo si­
do del dicho Gerónimo López, mi padre, se vendieron, y últimamente
tas hube y compré yo el dicho Gerónimo López de Martín López y
Doña Beatriz de Rivera, su mujer, mis hermanos, como consta de
la carta de venta que me otorgaron en esta ciudad á catorce de Agos­
í
to de mil y quinientos y setenta y un años, la mitad de ellas, y la
otra mitad hube y compré de Doña Mencia de Rivera, como consta
de la carta de venta que me otorgó en tres de Agosto de quinientos
y setenta y cuatro ante Pedro Sánchez de la Fuente, Escribano Real;
que tas dichas casas son grandes y buenas y de mucho edificio de
piedra y muy buenas maderas, apreciadas en veinte mil pesos de oro
común, y están arrendadas al presente en seiscientos pesos del dicho
oro con una bodega que sale de tas dichas casas.
(Además, otras casas en la calle de los Donceles, entre tas del Oi­
dor Santiago del Riego y tas de Luis Osorio, Guarda de la Mo­
neda).
(Otra cinco casas y tiendas en la calle de San Agustín de los Mer­
caderes, que de la Plaza Mayor y casas del Cabildo va al Monaste­
rio de San Agustín). (Es hoy la 2? calle de la Monterilla).
(Otras casas en la calle de Santa Catalina, junto á tas de Martín
Guerrero).
•f (30,000 ovejas).
(Las haciendas de Tornacusola y Yetecomac con otras tierras cer-
ca de Ajacuba y de Temoaya).

<5
í

MARQUESADO DE SALVATIERRA. 127


¡
Los cuales dichos bienes, apreciados con moderación, suman y va­
len ciento y treinta y seis mil pesos de oro común y rentan cada un
año once mil y novecientos y cincuenta pesos del dicho oro.
Y todos ellos los vinculamos y enajenamos á este dicho tercer vín­
culo y mayorazgo para que siempre estén y permanezcan en él per­
petuamente, sin que sean ni puedan ser en tiempo alguno ni por nin­
gún caso ni cosa vendidos, empeñados ni hipotecados, ni acensuados
ni prescriptos, ni en otra manera enajenados por ningún poseedor del
dicho mayorazgo, ni por otra ninguna persona ni causa, aunque sea
para dote, ni arras, ni alimentos, ni redención de cautivos, ni otra
obra pía ó no pía, onerosa ni lucrativa, ni por otra razón alguna, por­
que es nuestra voluntad y así lo mandamos, que estén siempre en­
teramente sin disminución alguna, y la venta, enajenación, ó trueque
ó cambio, ó censo ó empeño, ó hipoteca que de ellos ó cualquier par­
te de ellos se hiciere, en cualquiera manera que sea, la damos por
ninguna y de ningún valor ni efecto, y este dicho tercer vínculo y
mayorazgo que así hacemos permanezca con las condiciones, gravá­
yla 3B menes, llamamientos, sucesiones é instituciones, y sustituciones y res­
tituciones siguientes.

i?

Primeramente y por primera condición, nos los dichos Gerónimo


López y Doña Ana Carrillo de Peralta, su mujer, instituidores de es­
te tercer mayorazgo, queremos, ordenamos y mandamos que en él
y por los que serán llamados á él, desde el primero in infinitum, se
guarden y cumplan, como si aquí fueran insertas y repetidas de ver­
bo ad verbum, las condiciones que tenemos puestas y expresadas en
”1
esta escritura en la fundación del primer mayorazgo, primera, terce­
ra, cuarta, quinta, sexta, séptima, octava, novena, duodécima, déci-
macuarta, décimaquinta, décimasexta y décimaoctava.

2*

Segunda condición: ordenamos, y es nuestra voluntad y manda-


mos, que este tercer vínculo y mayorazgo se verifique y suceda en
él y sea llamado en primer lugar, como por la presente le nómbra­
tenos y llamamos, Don Gerónimo López de Peralta, nuestro nieto, hijo
I
n
r
legítimo y natural de Don Gerónimo López de Peralta, Regidor que
fué de esta ciudad, nuestro hijo mayor, difunto, y de la Señora Doña
Clara de Rivadeneyra, su legítima mujer, el cual dicho nuestro nieto
de presente es de edad infantil de tres años poco más, el cual goce y
posea con la bendición de Dios Nuestro Señor y nuestra este dicho
tercer mayorazgo, verificándose el tiempo en que lo ha de empezar á
gozar y poseer conforme á la primera condición del primero de estos
tres mayorazgos, repetida en la segunda del segundo mayorazgo y
primera de este tercero, que después de los días de mí el dicho Geró­
nimo López y después de los días de la vida del dicho Don Geróni­
mo López de Peralta, nuestro nieto, suceda en este dicho tercer ma­
yorazgo su hijo ó hija mayor, legítimos y naturales, de legítimo ma­
trimonio, prefiriendo el varón á la hembra, y de esta misma manera
sus descendientes legítimos y naturales in infinitum, y faltando des­
cendiente legítimo y natural del dicho Don Gerónimo López de Pe­
ralta, nuestro nieto, suceda en este dicho tercer vínculo y mayorazgo
su hermano, otro nuestro nieto, hijo de los dichos Regidor Don Ge­
rónimo López de Peralta y Doña Clara de Rivadeneyra, que al pre­
sente es de edad de un año poco más, y se llama ahora Don Gaspar
de Rivadeneyra, y después de él sus hijos y descendientes, legítimos
y naturales, en la forma que queda dicho han de poder suceder los
del dicho Don Gerónimo López de Peralta, nuestro nieto, y faltando
súc'esor legítimo y natural, varón ó hembra, de ambos los dichos Don
Gerónimo y Don Gaspar, nuestros nietos, suceda en este dicho tercer
vínculo y mayorazgo nuestro hijo ó hija mayor, con la dicha prela-
ción de varón á hembra y con la representación de la persona de su
padre que el derecho en semejantes casos da á los nietos, hijos de hi­
jos mayores muertos.

3-
Tercera condición: o de ella hemos llamado v llamamos en
primer lugar á este dicho tercer vínculo y mayorazgo á el dicho Don
Gerónimo López de Peralta, nuestro nieto, que no ha de poder ni pi­
da cosa alguna de legítima ni herencia del dicho Don Gerónimo Ló­
pez de Peralta su padre, ni por representación suya á nos ni á nin­
guno de los dichos sus abuelos, instituidores de estos mayorazgos,
aunque sea por renunciación expresa que en nuestros días en el dicho
MARQUESADO DE SALVATIERRA. I29

Don Gerónimo López de Peralta, padre del dicho Don Gerónimo,


nuestro nieto, ó en el mismo nuestro nieto, hayan hecho ó hicieren
alguno ó algunos de nuestros hijos ó hijas, en cualquier estado que
hayan tomado ó tomaren, porque siendo de nuestros bienes y de la
sucesión que de nosotros hubieren ó pudieren pretender cada uno de
nuestros hijos ó hijas, ó el dicho Don Gerónimo, nuestro nieto, pri­
mer llamado á este mayorazgo, queremos desde ahora para entonces
y desde entonces para ahora, que quede la dicha legítima ó legítimas
pertenecientes en cualquier manera, ó á que pudiera ó pudiere tener
derecho el dicho Don Gerónimo, nuestro nieto, primer llamado á es­
te tercer mayorazgo, todo ello incluso en este dicho mayorazgo, para
que así quede más lugar de poderse verificar en el tercio y remanen­
te del quinto de bienes de ambos nos los dichos instituidores de este
dicho tercer mayorazgo y el segundo de suso establecido, y si así
no lo quisiere el dicho Don Gerónimo López de Peralta, nuestro nieto,
primer llamado á este dicho tercer mayorazgo, pase al siguiente en
grado por el llamamiento general que queda hecho, porque demás de
lo que dicho está nos mueve á esta disposición, hacemos saber al di­
cho nuestro nieto que el dicho Regidor Don Gerónimo López de
Peralta, su padre, gastó en vida, soltero y casado, en arreos y osten­
tación de su persona y de su mujer, y en sus desposorios y obliga­
ciones y cargas de su oficio de Regidor más cantidad de millares de
pesos de oro que le pudiera pertenecer de nuestra legítima y heren­
cia, fundados é instituidos estos mayorazgos como el dicho Regidor
su padre é hijo nuestro lo declaró en su testamento y se podrá ver en
la cuenta que acerca de esto está en el libro de hacienda de mí el di­
cho Gerónimo López.

Cuarta condición: queremos que durante la vida de nos los dichos


Gerónimo López y Doña Ana Carrillo de Peralta, instituidores de
este tercer mayorazgo y vínculo, podamos alterar, quitar, poner, aña­
dir ó revocar en todo ó en parte como nos pareciere este dicho ter­
cer mayorazgo, condiciones, gravámenes, nombramientos de perso­
nas y bienes en la forma y manera que quisiéremos y nos pareciere,
revocando, quitando ó poniendo, con declaración que muriendo cual­
quiera de nos los dichos Gerónimo López y Doña Ana Carrillo de
' —FABTE. u J
9

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

Peralta, su mujer, instituidores de este dicho tercer mayorazgo, qije-


de confirmado é irrevocable para siempre jamás, sin que el que de
nosotos quedare vivo pueda alterar en él ni esta escritura, capítulos
y condiciones de él cosa alguna, porque así lo queremos y es nuestra
voluntad, y renunciamos expresa y especialmente las leyes que en
este caso puedan ser en nuestro favor y la general del derecho.

5-
Quinta condición: ordenamos y mandamos, gravamos y obligamós
ó todos los llamados y sucesores que son ó fueren de este tercer ma­
yorazgo, desde el primero in infinitum, á que cada uno de ellos en
su tiempo hayan de tener y tengan enhiestas y bien paradas y repa­
radas todas las casas y tiendas que en este dicho tercer mayorazgo
quedan vinculadas, así las que están dentro de la ciudad de México
como las de las estancias que están ppbladas, y sus cercas y corrales
y apriscos, para que nunca jamás vayan á menos, sino que cuando
más no se haga, estén y permanezcan, duren y se conserven en el
f¡ estado que hoy las tenemos, so pena de que si así no lo hicieren y
sucediere caerse alguna de las dichas casas y lo demás, ó deteriorar­
se con pérdida considerable, si dentro de un año el tal poseedor no
lo reparare y reedificare, pierda este dicho tercer mayorazgo y pase
al siguiente en grado, y debajo de la misma pena ninguno de los
dichos poseedores ni alguno de ellos ha de poder sacar, vender ni
trocar las dichas ovejas hembras de las dichas estancias, en poca
ni en mucha cantidad, ni por ningún caso ni causa, aunque se diga
estar viejas, inútiles ó estériles, antes sucediendo morirse ó faltar en
cualquiera manera alguna de las treinta mil ovejas de vientre que
en este tercer mayorazgo quedan vinculadas ha de ser obligado, y
gravamos al poseedor en cuyo tiempo sucediere á que ponga y sub­
rogue otras tantas en su lugar, so pena de perder este dicho mayo­
razgo y pase al siguiente en grado.

6*
I
•) Sexta condición: queremos y mandamos que por cuanto el dicho
Don Gerónimo López de Peralta, nuestro nieto primero, llamado á
«este tercer mayorazgo, queda y es de edad, como dicho está, de tres* J *•

1
-

MARQUESADO DE SALVATIERRA. 131


años, todo lo que fuere el dicho mayorazgo, rentando desde el día
que corriere por él y en su favor, que como dicho es ha de ser des­
pués del fallecimiento de mí el dicho Gerónimo López, hasta que el
dicho Don Gerónimo, nuestro nieto, tenga veinticinco años de edad,
se vaya convirtiendo en posesiones ó censos ú otras haciendas fruc­
tíferas que más parecieren provechosas conforme á los tiempos, los
cuales desde ahora para entonces y desde entonces para ahora anexa­
mos á este dicho mayorazgo y las vinculamos en él para que que­
den de la misma naturaleza, calidades y obligaciones de los demás
bienes expresados y vinculados en este dicho tercer mayorazgo, so­
bre lo cual y el cuidado que en esto se debe tener particularmente
poner y tener, encargamos la conciencia al tutor ó tutores que fue­
ren del dicho Don Gerónimo, nuestro nieto, y lo contenido en esta
cláusula queremos que se guarde, cumpla y ejecute en todo lo que
produjere de renta el dicho mayorazgo, salvo en lo que fuere nece­
b'
sario conforme á la edad y calidad y como fuere creciendo el dicho g
nuestra nieto para sus alimentos y sustento, que esto se le ha de ir
dando, y del residuo hacer y cumplir lo que está dicho, y permitimos
que casándose de edad de veinte años para adelante, aunque no ha­
ya cumplido los veinticinco, goce la dicha renta por entero, sin tener
*
obligación de aumentar más este dicho mayorazgo, y todo lo dispues­
to en esta cláusula del principio al fin queremos y mandamos se en­
tienda también con el dicho Don Gaspar de Rivadeneyra, nuestro
nieto, hermano del dicho Don Gerónimo López de Peralta, llamado
en segundo lugar á este dicho tercer mayorazgo, caso que suceda en
él en edad que pueda tener lugar lo dispuesto en esta condición.

I 7-
Séptima condición: queremos y mandamos que por cuanto al dicho
Don Gaspar de Rivadeneyra, nuestro nieto, llamado en segundo lu­
gar á este tercer mayorazgo, por ahora no le quedan bienes tempo­
rales ni herencia de su padre, porque como arriba queda dicho, gas­
tó en su vida más de lo que le pudiera pertenecerle y no le queda al
dicho Don Gaspar, nuestro nieto, más de la esperanza de la merced
e> que Nuestro Señor fuere servido hacerle, y de lo que sus abuelos y
deudos le quisieren dejar en sus testamentos, ha de ser obligado el
dicho Don Gerónimo López de Peralta, nuestro nieto, llamado en

_____________
W, 6

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

primer lugar á este dicho tercer mayorazgo, y á ello lo gravamos á


dar y que dé de alimentos en cada un año desde que entrare á po­
seer este mayorazgo al dicho Don Gaspar, su hermano, y á quien
por él fuere parte, cuatrocientos pesos de oro común hasta que el di­
cho Don Gaspar tenga catorce años cumplidos, y de allí adelante los
dichos cuatrocientos pesos sean seiscientos pesos cada un año, y es­
tos le haya de dar y dé el dicho Don Gerónimo, su hermanó, ora
herede de sus abuelos ó de otras personas el dicho Don Gaspar mu­
cho, ora poco ó nada, si no fuere que por algún acontecimiento su­
ceda el dicho Don Gaspar en alguno de estos tres mayorazgos ó en
otro alguno que por otra parte le venga, porque lo tal sucediendo no
habrá menester los dichos alimentos, y mandamos cese la obligación
de dárselos y entre tanto que no tuviese mayorazgo el dicho Don
Gaspar se le den por todos los días de su vida, ora posea este mayo­
razgo el dicho Don Gerónimo, su hermano, ora hijos ó nietos suyos.

fe" 8?
Octava condición: queremos y mandamos que sucediendo verifi­ tí

carse por el orden de los llamamientos del primero y segundo de es­


tos nuestros mayorazgos supra establecidos, venir á poseer alguno de
ellos el dicho Don Gerónimo López de Peralta, nuestro nieto, primer
llamado á este tercer mayorazgo, no haya de gozar ni goce el con­
curso de ambos mayorazgos, sino que luego como lo tal suceda, eli­
giendo el dicho Don Gerónimo el mayorazgo de los dos con que qui­
siere quedar, pase el otro al dicho Don Gaspar, su hermano, ó á fal­
ta suya al más próximamente llamado al mayorazgo, que el dicho
Don Gerónimo, nuestro nieto, deliberase dejar y dejase, y si concu­
rriesen en su persona todos los tres mayorazgos, elija quedar con el
uno solo, y la elección y opción de uno de los otros dos pase al di­
cho Don Gaspar, y el que el dicho Don Gaspar dejare al siguiente
en grado, conforme á los llamamientos de cada uno de los dichos
mayorazgos, de manera que nuestra voluntad es que ni tres ni dos
mayorazgos de estos tres que nosotros instituimos haya jamás en
ninguno de los sucesores y llamados á ellos, si no fuere en caso que
quede uno solo de nuestro linaje y llamados á ellos en quien se pue­
dan verificar por falta de otros, y si sucediere quedar toda nuestra
posteridad en solo dos, se verifique en el mayor de ellos el primer
J8&
e

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

de los mayorazgos y en el segundo el segundo mayorazgo, y el ter­


cer mayorazgo se parta por mitad entre ambos la renta de él hasta
que haya tercero en quien se pueda verificar.

9-

Y establecemos, queremos y ordenamos que si permitiéndolo así


la voluntad Divina, sucediere faltar de todo punto descendiente nues­
tro, varón ó hembra, de todos aquellos y aquellas que por las voca­
ciones de estos tres mayorazgos á ellos quedan llamados y llamadas,
de suerte que no haya en quien verificarse entonces de todos estos
dichos tres mayorazgos bienes y rentas de ellos y aumentos que tu­
vieren, se haga y funde en esta dicha ciudad de México un convento
de monjas que profesen y guarden la regla del Glorioso Doctor San
Agustín á que sean recibidas hasta número de cien monjas que pro­
fesen y no más, subrogando y admitiendo por las que fueren faltan­ i

do otras tantas, las cuales sean pobres, prefiriendo siempre las que
más lo fueren y más destituidas se hallaren de otro favor, y no se pi­
da por su ingreso cosa alguna, y el dicho convento se intitule y ten­ a

ga por su advocación al Glorioso Doctor y Cardenal San Gerónimo,


nuestro abogado, y haya de estar y esté el dicho convento y monjas
sujetos al Provincial de la dicha orden del Señor San Agustín y no
al ordinario, al cual dicho provincial que por tiempo fuere dejamos y
nombramos por patrón de esta dicha obra con todo lo que de dere­
cho podemos y debemos otorgar y pudiere pertenecer al dicho pa­
tronazgo, y pedimos humildemente y suplicamos á nuestro muy San­
to Padre el Sumo Pontífice y á la Majestad Católica del Rey Nues­
tro Señor que gobernaren y reinaren al tiempo que esto suceda, se
sirvan de dar licencia y permiso para que en servicio, gloria y honra
de Nuestro Señor Jesucristo y de la virginidad de Nuestra Señora
su Madre se haga, funde é instituya este dicho convento, advocación
y exención del ordinario y sujeción á la dicha orden y Provincial de
de San Agustín, como de suso va dicho y determinado.
Item: declaramos que además de los bienes y haciendas en que ha­
bimos hecho y establecido estos tres vínculos y mayorazgos, que
los de todos tres juntos suman y valen seiscientos y sesenta y cinco
mil pesos de oro común y rentan cada un año cincuenta v un mil se-
PASTE.


.. <
—--------------------------------------------- *>

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

tecientos y setenta pesos del dicho oro, nos quedan de bienes libres <

los siguientes:
De principales de censos, cuarenta y seis mil pesos. $ 46,000
En reales y deudas que se nos deben, todas buenas
y saneadas, cuarenta y cinco mil pesos......................... 99 45,000

En plata labrada hasta mil marcos de ella y alguna


dorada, diez mil pesos....................................................... 99 10,000
En joyas de oro ricas y perlería, quince mil pesos.. 99 15.000
En jaeces y aderezos de caballería, cinco mil pesos. 99 5»oóo
En tapicería y doseles, ocho mil pesos..................... 99 8,000
En alfombras, cojines, sillas de tela y de seda y una
cama de brocado, dos camas de damasco y otra de gra­
na, ocho mil pesos................................. ............................ 99 8,000
En ropas, escritorios y otros muebles de casa, quin­
ce mil pesos......................................................................... 99 15.000
Treinta y una piezas de esclavos y esclavas del ser­
vicio de nuestra casa, que valen quince mil pesos ____ 99
’W
Cincuenta muías de recua con un negro arriero, que
vale todo tres mil pesos.................................................... 99 3,000
Unas casas que tenemos en esta ciudad en la calle
del Colegio de San Ildefonso y casi frontero del linde
con casas de los herederos del Alcalde Bernardino de
Albornoz, y por otra parte con casas que fueron de Pa­
blo de Vargas, que valen cinco mil pesos................... 99 5,000
Otros tres pares de casas en el barrio de San Pablo,
en el barrio de los Curtidores, que una de ellas es tene­
ría, que fueron de Alonso Ortiz, curtidor, que valen tres
mil pesos oro común.......................................................... a 3.000
Con las cuales dichas condiciones y declaraciones de suso referí-
das hacemos, instituimos y fundamos los dichos tres vínculos y ma-
yorazgos en los dichos bienes que así quedan vinculados, declarados
y deslindados en cada uno de ellos para siempre jamás en favor de
los dichos Don Gabriel López de Peralta y Don Francisco López
de Peralta, nuestros hijos legítimos, y de Don Gerónimo López de
Peralta, nuestro nieto legítimo, hijo legítimo de los dichos Regidor
Don Gerónimo López de Peralta, difunto, y Doña Clara de Rivade­
neyra, su legítima mujer, en cada uno de ellos el suyo para que lo
-> A A. r

MARQUESADO DE SALVATIERRA. 135


gocen por todos los días de sus vidas y después de ellos sus hijos y
sucesores, conforme á las vocaciones, llamamientos y sucesiones re­
feridas y declaradas en esta escritura para que en cada uno en su
tiempo gocen los bienes inclusos en su mayorazgo y las rentas, frutos
y aprovechamientos de ellos por todos los días de su vida, conforme
á la naturaleza y leyes de los mayorazgos y mejoras de tercio de
bienes y remanente del quinto, y si alguna ley ó derecho en algo fue­
re ó pareciere ser contraria á lo que en esta escritura tenemos orde­
nado y declarado, usando de la Real Cédula y facultad que por ella
se nos da y concede, lo renunciamos y queremos que los dichos nues­
tros hijos y nieto y los demás sucesores en los dichos mayorazgos,
cada uno en su tiempo, sea habido y tenido por Señor y poseedor
legítimo para haber y llevar, haya y lleve todas las rentas, frutos y
aprovechamientos de los dichos bienes que así le pertenecieren, se­
gún dicho es, en los cuales le damos y traspasamos á los susodichos,
y cada uno y cualquier de ellos, la posesión civil y natural que de los
dichos bienes tenemos, y nos desistimos y apartamos, y desistimos y
apartamos á los demás nuestros hijos é hijas de la posesión y domi­
nio que á ellos tenemos y nos pertenecen, y les damos todo poder y
facultad cumplida como de derecho se requiere para que por su pro­
pia autoridad ó con la de la Real Justicia tomen la posesión de los
dichos bienes que les pertenecieren á cada uno en su tiempo, guar­
dando y cumpliendo lo contenido en esta escritura, condiciones y gra­
vámenes de ella, y nos constituimos por sus inquilinos, tenedores y
poseedores, para que con solo esta escritura que les ha de ser y es tí­
tulo perpetuo á cada uno de este vínculo y mayorazgo, puedan tomar
la dicha posesión y bienes y gozarlos según dicho es, no obstante
que los habernos transferido en el derecho de ellos, pues según leyes
de estos Reinos está dispuesto que falleciendo el poseedor y tenedor
del mayorazgo, sin otra diligencia ni auto pase la posesión civil y na­
tural en el sucesor de él.—Y para cumplir y haber por firme todo lo
que dicho es, nos los dichos Gerónimo López y Doña Ana Carrillo
de Peralta, su mujer, y cada uno de nos por lo que nos toca nos obli­
gamos y obligamos nuestras bienes, muebles y raíces, habidos y por
haber, y damos poder á los jueces y justicias de S. M. de cualquier
partes y especialmente á los de esta ciudad de México, Corte y Canci­
llería Real que en ella reside, á la jurisdicción de las cuales y de cada
Z8f (9

MARQUESADO DE SALVATIERRA.

una de ellas nos sometemos con los dichos nuestros bienes, renun­
ciando como renunciamos nuestro propio fuero y jurisdicción, vecin­
dad y domicilio y la ley si convenerit de jurisdicione obnium judi-
cun^, i Para Que Por todo rigor de derecho nos compelan y apremien
á guardar y cumplir lo que dicho es como si fuese sentencia defini­
tiva de Juez competente por nosotros y cada uno de nos pedida, con­
sentida, aprobada y pasada en cosa juzgada, y renunciamos todas las
demás leyes y derechos de nuestra defensa y la que dice que general
renunciación de leyes fecha non vala.—Y yo la dicha Doña Ana^
Carrillo de Peralta renuncio la ley de velian senatus consultus y
leyes de Toro y las demás favorables á las mujeres, de cuyo efecto
I
fué avisada y apercibida por el presente Escribano Público, y pa­
ra más fuerza de esta escritura hago juramento por Dios Nuestro
Señor y por Santa María, su bendita Madre, y por la señal de la
cruz que tengo hecha con los dedos de mi mano derecha, so car­
i go del cual prometo de no ir ni venir contra esta escritura ni parte
de ella por razón de mi dote y arras y bienes parafernales ó mul­
tiplicados, ni por otra causa que para ello haya ó pueda haber, y
□k
prometo de no la revocar ni contradecir por cuanto la hago y otorgo
de mi libre, espontánea y agradable voluntad, sin haber sido induci­
da, engañada, atraída ni atemorizada por el dicho mi marido ni
1L
por otra persona, siendo como soy cierta y sabedora de mi derecho
y de todo lo que aquí otorgo, cuyo efecto resulta en mi utilidad y pro­
vecho, y declaro no haber hecho protestación ni reclamación en con­
trario de lo que aquí otorgo, y si pareciere alguna ó algunas hechas
antes ó después, las revoco y doy por ningunas para que no se pueda
usar de ellas, y prometo de no pedir absolución ni relajación de este
juramento á nuestro muy Santo Padre ni á otro Juez ni prelado que
me la pueda conceder ad efectum agendi ni en otra manera, y si me
fuere concedida no usare de ella, y tantas cuantas veces me fuere
absuelto ó relajado, tantos juramentos hago y uno más, de suerte
que siempre haya más juramentos que absoluciones y relajaciones,
y en todo y por todo guardaré y cumpliré, so pena de perjuro y caso
de menos valer, en testimonio de lo cual ambos á dos otorgamos es­
ta carta ante el Escribano público y testigos de yuso escritos, que es
fecha en la dicha ciudad de México á diez y nueve días del mes de
0
Mayo de mil y seiscientos y ocho años.—Y yo el dicho Escribano

.QaxSXaxzaS). "
MARQUESADO DE SALVATIERRA.
V L
doy fe conozco á los dichos Gerónimo López y Doña Ana Carrillo
de Peralta, su mujer, otorgantes, y que al tiempo que lo otorgaron
estaban en su seso, juicio natural y cumplida memoria á lo que noto­
riamente parecía, y lo firmaron de sus nombres en el registro de esta
carta, estando presente el Doctor García de Carbajal, Doctor en am­
bos derechos y Catedrático de prima en leyes en la Real Universi­
dad de esta ciudad y Abogado del Fisco Real del Santo Oficio de la
Inquisición de esta Nueva España, con cuyo acuerdo y parecerse hi­
zo, ordenó y otorgó la dicha escritura, y asimismo lo firmó con los di­
chos otorgantes testigos, que fueron presentes á todo lo que dicho es
Don Juan de Cervantes Casaus, marido de Doña Juliana Angela de
Velasco, hija legítima de los dichos otorgantes, y el Padre Fray Pe­
dro de Peralta, sacerdote de la Orden de San Agustín, hijo legítimo
de los dichos otorgantes, y Esteban Gutiérrez de Peralta y Gonzalo
Gutiérrez Gil y Antonio Rodríguez, vecinos y estantes en México, y
de los dichos firmaron los que supieron.—Gerónimo López.—Doña
Ana Carrillo de Peralta.—Don García de Carbajal.—Don Gonzalo
£
de Cervantes Casaus.—Fray Pedro de Peralta.—Esteban Gutiérrez
de Peralta.— Gonzalo Gutiérrez Gil.—Ante mí Alonso Bernal, Es­
cribano público.
Yo Alonso Bernal, Escribano del Rey Nuestro Señor, público del
número de México, en testimonio de verdad hice mi signo.
Alonso Bernal.

e>
KSCUWO DE ARMAS DEL QUINTO MARQUÉS DE ULUAPA.
4
»•

MARQUESES DE ULUAPA.

PRIMERA PARTE.
TÍTULO DE MARQUÉS DE ULUAPA (i)
CONCEDIDO POR DOÑA MARÍA LUISA DE SABOYA,
REINA GOBERNADORADE ESPAÑA,
AL DOCTOR DON DIEGO DE ESTRADA CARBAJAL Y GALINDO,
EN MADRID EL 2Ó DE MAYO DE I7IO.

%
L Rey: la Reina Gobernadora: Por cuanto teniendo con­
sideración de la calidad y méritos del Doctor Don Die­
go de Estrada Galindo, he venido en hacerle merced,
como en virtud de la presente se la hago, de título de
Marqués de Castilla, para su persona, herederos y su­
cesores.
Por tanto, mando que luego que presente está cédula en virtud
de ella se expida la orden conveniente á la parte donde tocare para
que se le dé el despacho necesario y tenga puntual observancia y
cumplimiento esta merced que así es mi voluntad. Dada en Madrid
á veintiséis de Mayo de mil setecientos y diez.—Yo la Reina.—
Don Manuel de ¡ladillo y Velasco.
México Julio tres de mil setecientos catorce: cúmplase lo que
Su Majestad manda, y en su consecuencia se expiden los despachos
6
(1) El Título de Marqués de Uluapa y Vizconde de Estrada no he podido adquirirlo; pu­
blico la copia de-la cédula de concesión de Título dé Castilla que és la que existe en el Ar-
chivo del Ayuntamiento de México. f

PRIMEBA F.&.RTE.
2 MARQUESADO DE ULUAPA.

necesarios para el oficio de Gobierno á que toca, en la forma que se


acostumbra y hubiere practicado en semejantes mercedes.—El Du­
que de Linares.—Por mandado de su excelencia Don Francisco de
Abascal y Zorrilla.
En la Ciudad de México, á cinco días del mes de Julio de mil se­
tecientos y catorce años, estando en el Real acuerdo los Señores Vi­
rrey, Presidente y Oidores de la Audiencia Real de la Nueva Espa­
ña, por presencia de mí José Sánchez, Escribano de Su Majestad y
Teniente de Don José Antonio de Anaya, que lo es de Cámara de
esta Real Audiencia, en nombre del Señor Don Diego de Estrada
Carbajal y Galindo, Canónigo Doctoral Provisor y Vicario en sede
vacante de la Santa Iglesia de Guadalajara y Comisario del Santo
Oficio de la Inquisición de este Reino, presentó escrito diciendo que
Su Majestad (que Dios guarde) se había servido de honrar á su par­
te con el título de Marqués de Uluapa, según constaba de la Real
Cédula que presentaba y paso dado por el Excelentísimo Señor Du­
que de Linares Virrey de esta Nueva España, pidió que habiéndola
por presentada se le diese el paso en la forma ordinaria y que asen­
tada en los libros de este Real Acuerdo se le devolviese original pa­
ra en guarda de su derecho; que vista por dichos Señores, habién­
dola obedecido con la reverencia y acatamiento debido, como á carta
de nuestro Rey y Señor natural que Dios guarde muchos años, man­
daron que asentada en los libros de este Real Acuerdo se le vuelva
original á dicho Señor para guarda de su derecho, y así lo proveye­
ron y rubricaron.—Señalado con seis rúbricas.—Ante mí José Sán­
chez, Escribano.
Concuerda con su original que se volvió á la parte.—GabrielMen-
dieta Rebollo.

SEGUNDA PARTE-
GENEALOGÍA DE LOS MARQUESES.

xer. Marqués, Doctor Don Diego de Estrada Carbajal y Galin­


do (i), murió sin sucesión, dejando por heredero del título á su so­
brino nieto el
(1) Mi ilustrado amigo el Señor Don Alberto Santoscoy me ha remitido, por un respeta­
ble conducto., los siguientes datos sobre el 1er. Marqués: “Fué Canónigo Doctoral de la Ca

$
____

MARQUESADO DE ULUAPA.

? Marqués, Don Alejandro Acevedo de Estrada, Cosío y Gue­


rra (i), casó el 17 de Agosto de 1732 con Doña María Agustina de <a

Alvarado y Castillo (2) y murió el 22 de Septiembre de 1776, y tu­


vieron por hijo al
3^. Marqués, Don Alejandro Manuel José Cosío Acevedo, Es­
trada y Alvarado (3), Capitán de Granaderos y Teniente Coronel de
los Reales Ejércitos, casó con Doña María Francisca de Lugo y Be-
rrio (4), y tuvieron por hijo al
4? Marqués, Don Alejandro Manuel Mariano Cosío, Acevedo, Es­
trada y Lugo, nació el 3 de Septiempre de 1776 y murió sin suce­
sión, heredando el título su hermano el
5? Marqués, Don Antonio Manuel Cosío, Acevedo, Estrada y Lu­
go (5), Caballero de Santiago, Procurador General de la Nueva Es­
paña, Capitán del Regimiento de Milicias y Regidor perpetuo de
México, casó con Doña María Josefa Rodríguez de Velasco y Oso-
rio (6) el 10 de Julio de 1796, y tuvieron por hijo al

•tedral de Guadalajara desde el año de 1700. Eq 24 de Octubre de 1712, Provisor y Vicario


Capitular; el 8 de Diciembre de 1715, Chantre de dicha Iglesia; Arcediano el 31 de Mayo de
1720 y Deán el 27. de Abril de 1722. Y por último, me comunica que el referido Doctor fa­
lleció el 20 de Diciembre de 1726, según consta del libro de defunciones de dicha Ciudad,
registrada por él.” Siendo, en consecuencia, errónea la fecha asentada por el historiador Mo­
ta Padilla al tratar del fallecimiento del personaje que nos ocupa, de quien dice lo que á la
letra copio:
“Originario de Puebla, Doctor en Teología y Licenciado en Cánones; Doctoral y 189 Deán,
desde el 27 de Abril de 1722, de Guadalajara; de índole muy afable y de entrañas muy pia­
dosas, y en la prenda en que más se distinguió fué en la liberalidad, pues por serlo estaba
siempre necesitado aun con las rentas que disfrutaba y mayorazgo que obtuvo, fincado en
las haciendas en que tituló, y en el pleito que siguió por dicho Mayorazgo se le oponía por
excepción la prodigalidad, fundándola en el desperdicio que hacía de su caudal, y alegaban
sus contrarios que dándole noticia de que sus domésticos le habían hurtado porción de plata
labrada, respondió que se tuviese cuidado con lo que quebaba, y no hizo más diligencia. Dé-
fbese á dicho Señor Deán el culto que tiene la Capilla de María de la Soledad, en la Catedral,
pues siendo antes sólo para que estuviese la pila bautismal, hoy tiene costoso adorno de
mecheros 6 arañas de plata, primoroso altar dorado y tapicería costosa de terciopelo carmesí,
como que en ella fabricó su sepulcro. Fué varias veces Provisor y Vicario General del Obis­
pado, con aplauso.’ ’ (Mota Padilla, C. 55, pág. 283).
(1) Hijo de Don Alejandro Cosío y de Doña María Luisa Acevedo y Estrada, nieto de
Don Juan Acevedo y de Doña Luisa Estrada Carbajal y Galindo, hermana del 1er. Marqués.
(2) Hija de Don Gaspar de Alvarado, Caballero de Santiago, y de Doña Francisca Castillo.
(3) Nació en México el 27 de Mayo de 1736 y murió el 8 de Octubre de 1796.
(4) Hija de Don Miguel de Lugo y Terreros y de Doña Gertrudis de Berrio y Zaldívar,
hermana del 1er. Marqués del Jaral del Berrio.
(5) Nació en México el 9 de Octubre de 1780 y murió el 5 de Abril de 1810. .... 4$
(6) Hermana de Doña Ignacia Rodríguez de Velasco, de quien descienden los Marqueses
de Guadalupe, los Condes de Regla, los Marqueses de San Miguel de Aguayo y de la Cadena.
• •
MARQUESADO DE ULUAPA.
¿y
(•
r •.
6? Marqués^ Don Alejandro Mariano Cosío, Acevedo, Estrada y
Rodríguez de Velasco, Caballero Supernumerario de la Orden de
Guadalupe y Mayordomo de la Casa del Emperador Iturbide; murió
soltero el año de 1836 (1).
Los Marqueses descendían del Tesorero Alonso de Estrada, Go­
bernador que fué de la Nueva España, en ausencia de Cortés. La
Hacienda del Mayorazgo anexa al título era la de Uluapa, en el hoy
Estado de Veracruz. La casa solariega la situada en la esquina de
las calles de las Damas y Ortega, y que actualmente se hallan se­
ñaladas con los números 1 de las Damas y 30 de Ortega, donde fué
hospedado el Libertador Bolívar por la 5* Marquesa el año de 1799.

TERCERA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Escudo partido: á la diestra campo sinople y en él tres gallos de


plata en ademán de cantar. A la siniestra partido: á la derecha en
campo de plata diez róeles de sable y á la izquierda en campo de oro
contrabanda de plata; orla del mismo metal con nueve ramos de en­
cina.
Sobre el todo escusón de gules con tres bandas de oro y en ellas
siete ramos de encina y orla de plata.
Adornado el escudo con trofeos militares, brillando tras él la cruz,
de Santiago, y timbrado con celada de frente con corona de Mar­
qués (2).

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s

I
(1^ Ignbro á quién debía pasar este título si estuviera en vigor.
^^y^Jís^é BScudó fué copiado de un tibor que perteneció ál 59^ Marqués de Uluapa y que
é^teré ’eir'jj’eder del Señor Don Manuel Romero de Terreros.

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TV , v L it , * L a E uroma»-

**•**• PRIMER MARQUÉS DE.VILIAHERMOSA DE ALFARO.


< ¡andró Mariano Cosío, Acevedo, Estrada, y
•. Caballero Supernumerario de la Orden de
irtio dé la Casa del Emperador Tturbíde; murió '

descendían J. I Tesorero Alonso de Estrada, Go-


de la Nt. ya España, en ausencia de Cortés. La
♦y-orazgq a- a al tituló era la de Uluapa, en el hoy
cruz. Lá ¿asa solariega la situada en la esquina de
Damas y Ortega, y que actualmente Se hallan sfe-
númerós i de las Damas y 30 dé Ortega, donde fué '
libertador bolívar-por la 5-l Marquesa el año de 1799;

DESCaiPCIÓN DEL ESCUDO.

partido: á la Tcstra campo si.nople y en él tris gallos de


ademán de candar. A la siniestra partido: á la derecha en
data diez; re*les de sable y á lá izquierda en campo de oro
' de plata; oda d.el mismo metal con nueve ramos de en-

:do éscu^ón de guíes con tres bandas de oro y.'en; ellas


■c encina1 y.oda de plata. > ' •"
1 escudo , r trofeos militares, brillando, tras él la cruz
. timbr¿Jt‘.»xn celada de. frente con corona de Mar-

.I
MARQUESES DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.

PRIMERA PARTE.
TITULOS DE MARQUES DE VILLA HERMOSA DE ALFARO
Y DE VIZCONDE DE SORIA CONCEDIDOS
POR ÉL REY DON FELIPE V, AL DOCTOR DON GERONIMO DE SORIA
VELAZQUEZ, EN COREELA A 18 DE OCTUBRE DE 1711.

^¡ON FELIPE, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de


León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Na­
i
varra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de
Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córce­
ga, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de
Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orientales
y Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Océano, Archiduque de
Austria, Duque de Borgoña, de Bramante y Milán; Conde de Abs-
purg, de Flandes, Tiról, Rosellón y Barcelona, Señor de Vizcaya y
de Molina, etc.—Por cuanto el Señor Rey Don Carlos II, mi tío (que
santa gloria haya), por decreto de siete de Noviembre de mil seiscien­
tos ochenta y ocho, hizo merced á la Comendadora y Religiosa del
Convento de Santiago el Mayor de Madrid, en un Título de Castilla,
con calidad que la persona en quien recayese fuese de la aprobación
del mi Consejo de la Cámara.—Habiéndoseme por su parte repre­
sentado que por la escritura que otorgó el dicho Convento en la Vi­
lla de Madrid, á veintisiete de Julio pasado de este año, ante Leonar-
E’-A.ZES'X’OE;.
=^^=“
(9) 2
MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO. kj

do Antonio de Regaldía, mi escribano, ha nombrado á vos el Doctor


Don Gerónimo de Soria Velázquez, Oidor de mi Audiencia, que re­
side en la ciudad de México, para que recaiga en vuestra persona el
expresado título; teniendo consideración á ello, y á que me habéis
hecho relación, sois hijo del capitán Don Luis de Soria Salazar, y
Doña Inés Velázquez Villarroel, vecinos y naturales de la ciudad de
Pátzcuaro en el Obispado de Michoacán; nieto del Contador Melchor
de Soria, natural de la ciudad de Alfaro, y de Doña Luisa de Ama­
ya, vecina y natural que fué de la ciudad de México; y por la línea
materna, del Capitán Gerónimo Alexandre Villarroel, y Doña Isabel
I
Velázquez, su mujer; biznieto por lo paterno de Gaspar de Soria y
de Isabel de Frías, y por lo materno, de Bartolomé de Alexandre y de
Doña Isabel de Villarroel; todos los cuales y otros, vuestros ascen­
dientes, fueron Hijos-dalgo, notorios, y como tales han ocupado
diferentes puestos honoríficos de calificada nobleza, en que se mantu­
vieron siempre, con la decencia y estimación correspondientes á ella,
¿s
habiendo sido pobladores de la Ciudad y Provincia de Pátzcuaro, y
fundadores de la Villa de Salamanca, de que ha constado por los pa­
peles que presentásteis: visto todo lo referido con el dicho Consejo de
la Cámara, por Decreto de 15 de Julio de este año, se aprobó el di­
cho nombramiento y mandó se os diese el despacho del referido Títu­
lo, perpetuo por juro de heredad; y en su conformidad, y porque ha­
béis elegido el de Marqués de Villa Hermosa de Alfaro, para
el cumplimiento de la dicha merced, mi voluntad es, que ahora y de
aquí en adelante, vos el dicho Doctor Don Gerónimo de Soria Ve­
lázquez, y vuestros herederos y sucesores, cada uno en su tiempo,
perpetuamente para siempre jamás, os podáis llamar é intitular, lla­
méis é intituléis, llamen é intitulen, y os hago é intitulo, Marqués
de Villa Hermosa de Alfaro. Y por esta mi carta, encargo al Se­
renísimo Príncipe Don Luis, mi muy caro y muy amado hijo, v man­
do á los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hom­
bres, Priores de las órdenes, Comendadores y Sub-comendadores,
Alcaides de los Castillos, y Casas fuertes y llanas, y á los del mi Con­
sejo, Presidentes y Oidores de mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles
de mi Casa y Corte y Cancillerías, y á todos los Corregidores, Asis­
tentes, Gobernadores, Alcalde mayores y ordinarios, Alguaciles, Me­
rinos, Prebostes, y otros cualesquier mis Jueces y Justicias, y perso- í
MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.

ñas de cualquier estado, condición, preeminencia ó dignidad que sean


mis vasallos, súbditos y naturales, así los que ahora son, como á los
que adelante fueren, y á cada uno y cualquiera de ellos, que os hayan
y tengan, llamen é intitulen, así á vos el dicho Doctor Don Geróni­
mo de Soria Velázquez, como á los dichos vuestros herederos y su­
cesores, á cada uno en su tiempo Marqueses de Villa Hermosa
de Alfaro, y os guarden y hagan guardar todas las honras, fran­
quezas, libertades, exenciones, preeminencias, prerrogativas, merce­
des y demás ceremonias que se guardan y deben guardar á todos
ios otros Marqueses de estos mis Reinos, todo bien y cumplidamen­
te, sin que os falte cosa alguna. Y porque según las órdenes dadas
por el Señor Rey Don Felipe IV (Que esté en gloria) á las personas
á quienes se diere título de Marqués ó Conde, ha de preceder el de
Vizconde, y quedar éste suprimido; por despacho del día de la fecha
de éste os he dado título de Vizconde de Soria, el cual, en confor­
midad de las dichas órdenes, queda roto y cancelado en mi Secreta­
ría de Cámara,- y Estado de Castilla, y notado y prevenido en su re­
gistro para que no valga ni tenga efecto, ni se dé por perdido, du­
plicado ni en otra forma en tiempo alguno. Y si de este mi despa­ c.

cho y de la gracia y merced en él contenida, vos el Dicho Doctor


Don Gerónimo Soria Velázquez, ó cualquiera de los dichos vuestros
herederos y sucesores, quisiéreis ó quisieren mi Carta de Privilegio
y Confirmación, ahora ó en cualquier tiempo, mando á mis Concerta-
dores y Escribanos Mayores de los Privilegios y Confirmaciones, y
al mi Mayordomo, Canciller y Notario Mayores, y á los otros Ofi­
ciales que están á la Tabla de mis Sellos, que os la den, la más fuer­
te, firme y bastante que les pidiéreis y menester hubiéreis. Y declaro
que de la merced de título de Vizconde habéis pagado el derecho de
la Media-anata, y también de la de Marqués, que ésta importó qui­
nientos sesenta y dos mil quinientos maravedís, lo cual han de pagar
conforme á las reglas del dicho Derecho, todos los sucesores de este
título. Dado en Corella á diez y ocho de Octubre de mil setecientos
oncp.— Yo el Rey.— Rúbrica.— Yo Don Francisco Antonio de
Quincozes, Secretario del Rey Nuestro Señor, lo hice escribir por
I
su mandado.—Registrada: Salvador harváez.—El Conde de Gra- 6'

medo.—El Conde de Gondomar.—Lorenzo, Obispo de Gironda —


Rúbricas.

A—
t'

MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.

SEGUNDA PARTE.

* GENEALOGIA DE LOS MARQUESES.

Don Gaspar de Soria casó con Doña Isabel de Frías, y tuvieron


por hijo al
Contador Don Melchor de Soria y Frías, casó con Doña Luisa de
Anaya y Rueda, y tuvieron por hijo al
Capitán Don Luis de Soria Salazar, casó con Doña Inés Veláz­
quez Villarroel (hija del Capitán Don Gerónimo Alexandre Villarroel
y de Doña Isabel Velázquez, nieta de Don Bartolomé de Alexandre
y de Doña Isabel Villarroel), y tuvieron por hijo al
ler. Marqués Doctor Don Gerónimo de Soria Velázquez, Oidor
de la Real Audiencia de México, murió sin sucesión y heredó el títu­
lo su sobrino el
2o- Marqués, Don Luis Inocencio de Soria Verduzco (i) (Coronel
3
del Regimiento de Celaya, Regidor y Alguacil Mayor de dicha ciu­
dad), casó con Doña Ana María de Villaseñqr Cervantes, y tuvieron
por hijo al
Marqués, Don Luis de Soria Villarroel y Villaseñor, murió sin
sucesión y heredó el título su hermano el
4? Marqués, Don José Guadalupe de Soria Villarroel y Villaseñor^
murió sin sucesión en México en Diciembre de 1809, y heredó el tí­
tulo su prima la
59 Marquesa, Doña María Josefa Rodríguez de Pedroso y Rivas
Cacho (2), 39 Condesa de San Bartolomé de Jala, casó con Don Pe­
dro Ramón Romero de Terreros y Trebuesto, (2? Conde de Santa
María de Regla, Gentil-hombre de Cámara de S. M. con entrada, Al­
guacil Mayor de la Inquisición, etc., etc ), y tuvieron por hijo al
69 Marqués, Don Pedro José María Romero de Terreros y Ro-

(1) Hijo del Capitán Don Francisco de Soria Villarroel (hermano del 1er. Marqués) y de
Doña Juana Verduzco Zepeda.
(2) Hija de Don Antonio Rodríguez de Pedroso y Soria, 29 Conde de San Bartolomé de .
Jala, y de Doña Gertrudis Ignacia de la Cotera y Rivas Cacho, y nieta de Manuel Rodríguez
Saenz de Pedroso, 1er. Conde de San Bartolomé de Jala, y de Doña Petronila de Soria, her­
mana del 2? Marqués.

71S1
9-
O af-----------
'TnLrfrSiTJ*

MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.

dríguez de Pedroso (4? Conde de San Bartolomé de Jala, 3? de San­


ta María de Regla, 2? Marqués de San Cristóbal, Gentil-hombre de
Cámara de S. M. con entrada, Maestrante de Sevilla, Comandante
de la Compañía de Alabarderos del Virreinato, Caballero supernu­
merario de Carlos III y General de Brigada), casó con Doña María
Josefa Villamil, y tuvieron por hijo entre otros al
7° Marqués, Don Juan Nepomuceno Romero de Terreros y Villa-
mil, ier. Duque y 4? Conde de Regla, 5? de San Bartolomé de Jala,
etc., etc., murió sin sucesión en Panamá y heredó el título su sobrina la
8-' Marquesa, Doña Guadalupe Romero de t erreros y Goríbar (1)
(69 Condesa de San Bartolomé de Jala y 49 Marquesa de San Cris­
tóbal), (2) Viuda del Señor Don Antonio Algara y Cervantes. (3)
Hermana de la 89 Marquesa es la Excelentísima Señora Doña Re­
fugio Romero de Terreros, 29 Duquesa y 59 Condesa de Santa Ma­
ría de Regla, Viuda del Excelentísimo Señor Don Eduardo Rincón
Gallardo y Rosso, 3er. Marqués de Guadalupe Gallardo; hijos:
Primero.—Excelentísimo Señor Don Carlos Rincón Gallardo y
Romero de Terreros (4? Marqués de Guadalupe), casado con la Ex­
celentísima Señora Doña Concepción Cortina y Cuevas, hijas:
I. Doña Concepción Rincón Gallardo y Cortina.
II. Doña Carlota Rincón Gallardo y Cortina.
Segundo —Doña Carmen Rincón Gallardo y Romero de Terreros,
casada con Don Rafael Ortiz de la Huerta (viudo de Doña Esperan­ *

za de la Torre y Mier); hijos:


I. Doña Carmen Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo.
II. Doña Refugio Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo.
Tercero.—Don Alfonso Rincón Gallardo y Romero de Terreros,
casado en París con Doña Leonor de Mier y Cuevas (4)
Cuarto.—Doña María Rincón Gallardo y Romero de Terreros.

(1) Hija de Don Ramón Romero de Terreros», hermano del 79 Marqués, y de Doña Refu­
gio Goríbar; nieta de Don Juan N. Goríbar y de Doña María N. Ecay Múzquiz, de Don Ju­
lián de Goríbar, de Doña Josefa Arrieta, de Don Blas de Ecay Múzquiz y Garza, y de Doña
Juana Francisca de Arrieta y Santos Coy.
(2) Véanse los artículos sobre dichos títulos y la carta de sucesión de esta señora, unida
al artículo sobre los Marqueses de San Cristóbal.
(3) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salinas, Salvatierra, Santa Fe de Guardiola,
Rivas Cacho, Conde de Santiago, etc., etc.
(4) Hija del Señor Don Sebastián B. de Mier, Ministro de México en Francia, y de Doña
uadalupe Cuevas de Mier.
F.&.RTE.
MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.

TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DE LOS PADRES DEL PRIMER MARQUÉS.

Don Luis de Soria Salazar, casó con Doña Inés Velázquez Villa-
rroel, y tuvieron por hijo, además del ier. Marqués, á
Don Francisco de Soria Villarroel, casó con Doña Juana Verduz-
co Zepeda, y tuvieron por hijo, además del 2? Marqués, á
Doña Josefa Petronila de Soria Villarroel, casó con Don Manuel
Rodríguez Saenz de Pedroso, ier. Conde de San Bartolomé de Jala
y Caballero de Santiago, etc., y tuvieron dos hijos: I. Doña María
Josefa, y II. Don Antonio Rodríguez de Pedroso y Soria, que ser­
virán de téma á los dos libros siguientes. ,t

LIBRO PRIMERO.
Doña María Josefa Rodríguez de Pedroso y Soria, hija primogé­
nita de Doña Josefa Petronila de Soria Villarroel, y de Don Manuel
Rodríguez Saenz de Pedroso, casó con Don Antonio Gómez Bárce-
na, Secretario del Virreinato, y tuvieron tres hijas: I. Doña Antonia:
II. Doña Paz, y III. Doña Josefa Gómez Rodríguez de Pedroso, de
cuya descendencia tratan los tres capítulos siguientes.

CAPITULO PRIMERO.

Doña Antonia Gómez Rodríguez de Pedroso, casó con Don Ma­


nuel Rodríguez Pinillos López Montero y García Cortés, ier. Mar­
qués de Selva Nevada, (1) y tuvieron por hija á
Doña Josefa Rodríguez de Pinillos y Gómez, 2* Marquesa de Sel­
va Nevada, casó con osé Gutiérrez de Rivero; hijos:

* (t) Véase artículo sobre dicho título.

---------------------------------------- :---------------------------------------------
Primero.—Doña Soledad Gutiérrez de Rivero, 3? Marquesa de
Selva Nevada, casó con Don Felipe Zavalza y Aróstegui (Coronel
de Artillería, sobrino y Ayudante del Virrey Iturrigaray); hijos:
I. Doña Josefa Zavalza y Gutiérrez (que debió ser la 4? Marque­
sa de Selva Nevada), á su costa se renovó el Santuario de Ocotlán,
cerca de Tlaxcala, madre del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor
Arzobispo de Antequera, Oaxa.ca, Monseñor Don Eulogio G. Gi-
llow.
II. Don Manuel Zavalza y Gutiérrez, casó con Doña Agustina
Allende, hijos:
1. Doña Victoria Zavalza y Allende, sin tomar estado, y que de­
bió ser la 5? Marquesa de Selva Nevada.
2. Don Felipe Zavalza y Allende, casó con Doña Elisa Moye;
hijos:
A. Doña Dolores Zavalza y Moye.
B. Don Felipe Zavalza y Moye, y
C. Don José Zavalza y Moye.
3. Don Manuel Zavalza y Allende, casó con Doña Matilde García
y Osio; hijos:
A. Doña María Teresa Zavalza, y
B. Doña Ana María Zavalza y García, murió en la infancia.
4. Lie. Don Angel Zavalza y Allende, Presidente del Tribunal Su­
perior, casado con Doña Otilia Pradel; hijos:
A. Doña Guadalupe Zavalza y Pradel.
B. Don Angel Zavalza y Pradel.
C. Doña María Zavalza y Pradel, casada con Don Emilio Segu­
ra; hijos:
a. Don Emilio Segura y Zavalza, y
b. Don Angel Segura y Zavalza.
D. Doña Piedad Zavalza y Pradel.
E. Don Manuel Zavalza y Pradel.
F. Don Juan Zavalza y Pradel.
G. Doña Luz Zavalza y Pradel.
H. Don Luis Zavalza y Pradel, y
I. Don José Antonio Zavalza y Pradel. ' ‘
5 Don Luis Zavalza y Allende, casado con Doña Dolores Echa-
ye y Velázquez de León; hijos:
r ••— -------------- - - —~
,A±jL

MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.

r A)
A. Doña María de la Paz Zavalza y Echave, y
I
B. Don José Zavalza y Echave, murió en la infancia.
6. Doña Josefa Zavalza y Allende, casada con Don Manuel Man-
terola y Echave; hijos:
A. Doña María Luisa Manterola y Zavalza, casada con el Señor
Ingeniero Don Manuel Gorospe; (i) hijos:
a. Don Manuel Gorospe y Manterola.
b. Doña María Gorospe y Manterola.
c. Doña Guadalupe Gorospe y Manterola. ,
d. Don Pedro Gorospe y Manterola, y
e. Don José Pablo Gorospe y Manterola.
B. Don Manuel Manterola y Zavalza.
C. Don Carlos Manterola y Zavalza.
D. Don Rafael Manterola y Zavalza, y
E. Don Francisco Manterola y Zavalza.

I
•«v
III. Doña Soledad Zavalza y Gutiérrez, casó en España con Don
Silvestre Alcalde.
IV. Doña Asunción Zavalza y Gutiérrez, casó en España (donde
3
revalidó el título de Marquesa de Selva Nevada), con Don Francis­
co Javier Alcalde; hijo;
i. Don Donato Alcalde y Zavalza, que actualmente es en España
5? Marqués de Selva Nevada.
Segundo—Don José Gutiérrez de Rivero, Conde de Buenavista,
murió sin sucesión.

CAPITULO SEGUNDO.

I Doña Paz Gómez Rodríguez de Pedroso, casó con Don Servan­


do Gómez de la Cortina, ier. Conde de la Cortina, (2) Caballero de
Santiago y Gran Cruz de Isabel la Católica, etc., etc., y tuvieron por
hija única á
Doña María Ana Gómez de la Cortina, 2® Condesa de la Cortina,
casó con su primo Don Vicente Gómez de la Cortina: hijos:
Primero.— Doña María de Jesús Gómez de la Cortina y Gómez
de la Cortina, casó con Don José Gómez de la Cortina; hijo:
( I) Véase artícúlo ^sobré los Marquesesde Vivanco, Salina®', etc. etc.
(2) Véa-e artículo sobre dicho título.

«y

>
MARQUESADO
/*«✓ DE VILLA HERMOSA DE ALFARO. Q
3¡l 71

I. Don José Gómez de la Cortina, casó con Doña Gumersindaí


Calderón; hija:
i. Doña Cristina Gómez de la Cortina y Calderón, casó con Don
Antonio Alvarez Rui; (i) hijos:
A. Doña Cristina Alvarez Rui y Gómez de la Cortina.
B. Don Antonio Alvarez Rui y Gómez de la Cortina, y
C. Doña Guadalupe Alvarez Rui y Gómez de la Cortina.
Segundo.—Don José Justo Gómez de la Cortina y Gómez de la
Cortina, 3er. Conde de la Cortina, Caballero de la Orden de Monte-
sa, Gran Cruz de Carlos III, Gentil-hombre de Cámara de S. M.
Fernando VII, etc., etc., casó con Doña Paula Rodríguez de Rivas,
y tuvieron por hijos:
I. Don Mariano Gómez de la Cortina y Rivas, que debió ser el 4?
Conde de la Cortina, murió sin sucesión.
II. Doña María Ana Gómez de la Cortina y Rivas, casó con el
General Español Don Felipe Solís Campuzano; hijos:
1. Doña Manuela Solís y Gómez de la Cortina.
2. Doña Josefa Solís y Gómez de la Cortina, y
3. Don Manuel Solís y Gómez de la Cortina.
III. Don.Manuel Gómez de la Cortina y Rivas, casó con Doñáí
Soledad Adalid y Valdivielso; hijos: J
1. Doña Paula Gómez de la Cortina y Adalid, casada con Don
Santiago Jimeno; hijos:
A. Don Manuel Jimeno y Gómez de la Cortina, murió en la in­
fancia.
B. Doña Agustina Jimeno y Gómez de la Cortina, casada con Don ¡
Reinaldo Galindo; hijos:
a. Don Santiago Galindo y Jimeno, murió en la infancia.
b. Don Reinaldo Galindo y Jimeno.
c. Don Mariano Galindo y Jimeno.
d. Don Javier Galindo y Jimeno, y
e. Doña Paula Galindo y Jimeno.
C. Doña Javiera Jimeno y Gómez de la Cortina, casada con el Se­
ñor Lie. Don Manuel Legorreta.
D. Doña Paula Jimeno y Gómez de la Cortina.
I
-------- *
(1) Véase artículo sobre los Condes de la Valenciana.
■kt/,

MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.


ti

E. Doña Soledad Jimeno y Gómez de la Cortina.


F. Doña María Jimeno y Gómez de la Cortina, viuda de Don Jo-
sé Vera.
G. Doña Mercedes Jimeno y Gómez de la Cortina.
H. Don Santiago Jimeno y Gómez de la Cortina.
I Doña Carmen Jimeno y Gómez de la Cortina.
J. Doña Paz Jimeno y Gómez de la Cortina.
K. Doña Consuelo Jimeno y Gómez de la Cortina, murió en la
infancia.
L. Doña Consuelo Jimeno y Gómez de la Cortina.
2. Don José Gómez de la Cortina y Adalid, Cónsul de Mazate-
nango, casó en primeras nupcias con Doña Pilar Calvo y en segun­
das con Doña Josefa Estrada.

HIJOS DEL PRIMER MATRIMONIO:


(

A. Doña Soledad Gómez de la Cortina y Calvo, y


B. Don Manuel Gómez de la Cortina y Calvo.

HIJOS DEL SEGUNDO MATRIMONIO:

C. Don Jesús Gómez de la Cortina y Estrada, murió en la infan-


cia.
D. Don Jesús Gómez de la Cortina y Estrada.
3. Doña María de Jesús Gómez de la Cortina y Adalid.
IV. Doña Joaquina Gómez de la Cortina y Rivas, 5? Condesa de
la Cortina, casó con Don Manuel Alvear; hijos:
1. Doña Candelaria Alvear y Gómez de la Cortina.
2. Doña Joaquina Alvear y Gómez de la Cortina, Religiosa.
3. Doña Josefa Alvear y Gómez de la Cortina, y
4. Don Francisco Alvear y Gómez de la Cortina, 6? Conde de la
Cortina.
I

Tercero.—Don Mariano Gómez de la Cortina y Gómez de la Cor­


tina, murió sin sucesión.
G
Cuarto.—Don Joaquín Gómez de la Cortina y Gómez de la Corti-
ier. Marqués de Morante, murió sin sucesión.

«Y
----------------------------------------------■------------- - ---------- 17 -------------------------------— *

MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO. 1

Quinto.— Doña Loreto Gómez de la Cortina y Gómez de la Cor-


na, casó con Don José María Gutiérrez Estrada; hijos:
I. Doña Loreto Gutiérrez Estrada y Gómez de la Cortina, murió
sin sucesión.
II. Don Fernando Gutiérrez Estrada y Gómez de la Cortina, ca­
só en París con Doña Josefa Balcárcel, sin sucesión.

CAPITULO TERCERO.

Doña Josefa Gómez Rodríguez de Pedroso, casó con Don Ignacio


Adalid, y tuvieron por hijos:
Primero.—Don José Adalid y Gómez Rodríguez de Pedroso, ca­
só en primeras nupcias con Doña'Javiera Valdivielso, y en segundas
con Doña Concepción Sánchez de Tagle.

HIJOS DEL PRIMER MATRIMONIO DE DON JOSÉ ADALID:

I. Doña Josefa Adalid y Valdivielso, que murió sin tomar es­


tado.
II. Doña Manuela Adalid y Valdivielso.
III. Doña Soledad Adalid y Valdivielso, casó con Don Manuel
Gómez de la Cortina y Rivas; hijos:
i. Doña Paula Gómez de la Cortina y Adalid, casada con Don San­
tiago Jimeno; hijos:
A. Don Manuel Jimeno y Gómez de la Cortina, murió en la in­
fancia.
B. Doña Agustina Jimeno y Gómez de la Cortina, casada con Don
Reinaldo Galindo; hij os:
a. Don Santiago Galindo y Jimeno, murió en la infancia.
b. Don Reinaldo Galindo y Jimeno.
c. Don Mariano Galindo y Jimeno.
d. Don Javier Galindo y Jimeno, y
e. Doña Paula Galindo y Jimeno.
C. Doña Javiera Jimeno y Gómez de la Cortina, casada con el Lie.
Don Manuel Legorreta.
D. Doña Paula Jimeno y Gómez de la Cortina.
E. Doña Soledad Jimeno y Gómez de la Cortina.
— v»

3)
12 MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO. (ti

F. Doña María Jimeno y Gómez de la Cortina, viuda de Don Jo-i


sé Vera.
G. Doña Mercedes Jimeno y Gómez de la Cortina.
H. Don Santiago Jimeno y Gómez de la Cortina.
I. Doña Carmen Jimeno y Gómez de la Cortina.
J. Doña Paz Jimeno y Gómez de la Cortina.
K. Doña Consuelo Jimeno y Gómez de la Cortina, murió en la in­
fancia, y
L. Doña Consuelo Jimeno y Gómez de la Cortina.
2. Don José Gómez de la Cortina y Adalid, Cónsul de Mazatenan-
go, casó en primeras nupcias con Doña Pilar Calvo, y en segundas
con Doña Jesefina Estrada.

HIJOS DEL PRIMER MATRIMONIO:

A. Doña Soledad Gómez de la Cortina y Calvo, y


B. Don Manuel Gómez de la Cortina y Calvo.

HIJOS DEL SEGUNDO MATRIMONIO:

C. Don Jesús Gómez de la Cortina y Estrada, murió en la infarté


cia, y
D. Don Jesús Gómez de la Cortina y Estrada.
3. Doña María de Jesús Gómez de la Cortina y Adalid.

HIJOS DEL SEGUNDO MÁTRIMONIO DE D. JOSÉ ADALID (i):

I. Doña Paz Adalid y Sánchez de Tagle, casó en primeras nup­


cias con Don Manuel Fernández de Jáuregui, y en segundas con
Don Esteban Velázquez de León, y murió sin sucesión.
II. Doña Angela Adalid y Sánchez de Tagle, casó con Don Luis
Friech y murió sin sucesión.
III. Don Joaquín Adalid y Sánchez de Tagle, casó con Doña Re­
fugio Pradel; hijos:
1. Doña Refugio Adalid y Pradel, casada con Don Agustín Lazo
hijos:
--------------------- «

(1) En el artículo relativo á los Condes de San Bartolomé de Jala, en la página 16,
un error involuntario se dejó de considerar la descendencia de Don José Adalid en su eefflffiJ
do matrimonio.
i. V
MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.

A. Doña María Luisa Lazo y Adalid.


B. Don Agustín Lazo y Adalid, y
C. Doña Guadalupe Lazo y Adalid.
2. Doña Teresa Adalid y Pradel, casada con Don Joaquín Sán­
chez; hijos:
A. Don Joaquín Sánchez y Adalid
B. Doña Javiera Sánchez y Adalid.
C. Doña Dolores Sánchez y Adalid.
D. Doña Olivia Sánchez y Adalid, y
E. Doña Carmen Sánchez y Adalid.
3. Don Antonio Adalid y Pradel.
4. Don José Ignacio Adalid y Pradel.
5. Doña María Adalid y Pradel, casada con el Dr. Don Vicente
Montes de Oca.
6. Doña Guadalupe Adalid y Pradel.
Segundo—Doña Josefa Adalid y Gómez Rodríguez de Pedroso,
casada con Don Agustín Torres y Guzmán; (1) hijos:
I. Don Javier forres Adalid casó con Doña Leonor Rivas; hijos:
1. Licenciado Don José Torres Rivas, casó con Doña Concepción
Rivas Gómez; hija:
A. Dona Concepción Torres Rivas.
2. Don Javier Torres Rivas, casado con Doña Jorgina Formento
y Uriarte.
3. Don Luis Torres Rivas, ier. Secretario de la Legación de Mé-
r-> . 1 - i Ayuntamiento de México,
Secretario de la Legación en
fué en Rusia para la corona-
>n placa de Isabel la Católica;
rara de Francisco José; Oficial
ballero de la Legión de Honor
de Rusia.
lo con Doña Eva de la Rosa

s y de la Rosa, murió en la in-

PRIMERA. PARTE.
_

14 MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.

B. Don Javier Torres Rivas y de la Rosa.


5x Doña María Torres Rivas, casada con Don Bernabé de la Ba-
rra; hijos:
A. Don Javier de la Barra y Torres Rivas.'
B. Don Agustín de la Barra y Torres Rivas.
C. Don Eduardo de la Barra y Torres Rivas.
D. Doña Leonor de la Barra y Torres Rivas, y
E. Don Juan de la Barra y Torres Rivas.
6. Doña Leonor Torres Rivas, casada en primeras nupcias cón
Don Manuel Sanz, y en segundas con Don Luis de la Rosa y Be-
rriozábal
7. Doña Juana Torres Rivas, casada con Don Manuel Osio;
hijos:
A. Don Javier Osio y Torres Rivas, y
B. Doña María Concepción Osio y Torres Rivas.
8. Doña Teresa Torres Rivas sin tomar estado.
' II. Don Ignacio Torres Adalid, viudo de Doña’J uana Rivas, sin
sucesión.
III. Don J osé Torres Adalid, casado con Doña Pilar Sagaceta y
del Río; hij os:
1. Don Manuel Torres y Sagaceta, casado con¡Doña Margarita
Labadie y Rivas; hija:
A. Doña Pilar Torres y Labadie.
2. Doña Concepción Torres y Sagaceta, Religiosa.
3. Doña María de la Luz Torres y Sagaceta, sin tomar estado.
IV. Don Agustín Torres Adalid.
V. Doña María de los Dolores Torres y Adalid, Monja Capu­
china.

LIBRO SEGUNDO.
Don Antonio Rodríguez de Pedroso y Soria,*2? Conde de San Bar­
tolomé de Jala, etc., etc., hijo segundo de Doña Josefa Petronila de
Soria Villarroel y de Don Manuel Rodríguez Saenz de Pedroso, ca-
IÓ MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.

i. Doña Paz Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casada con


Don Alfredo Barron; hijos:
A. Don Alfredo Barron y Rincón Gallardo.
B. Doña Paz Barron y Rincón Gallardo.
C. Don Manuel Barron y Rincón Gallardo.
D. Doña Guadalupe Barron y Rincón Gallardo, murió en la in­
fancia.
E. Don Eduardo Barron y Rincón Gallardo, murió en lá infan-
cia, y
F. Don Francisco Barron y Rincón Gallardo.
2. Don Pedro Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casó con
Doña Sara Díaz Vivanco; hijos:
A. Don Manuel Rincón Gallardo y Díaz, y
B. Don Luis Rincón Gallardo y Díaz.
3. Don Manuel Rincón Gallardo y Romero de Terreros, y
4. Doña Guadalupe Rincón Gallardo y Romero de Terreros, ca­
sada con Don Enrique Riba y Cervantes. (1)
II. Don Alberto Romero de Terreros y Gómez de Parada, casa­
do con Doña Ana Vinent; hijos:
1. Don Alberto Romero de Terreros y Vinent.
2. Don Pedro Romero de Terreros y Vinent.
2 Doña Guadalupe Romero de Terreros y Vinent.
4- Doña Cristina Romero de Terreros y Vinent, murió sin suce-
sión el año de 1901, y
5. Don Manuel Romero de Terreros y Vinent, socio de la Acade­
mia Heráldica de Italia y del Consejo Heráldico de Francia.
III. Doña Josefa Romero de Terreros y Gómez de Parada, viuda
del Licenciado Don Francisco Algara y Cervantes; (2) hijos:
1. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con Doña
María Schultze y Rincón Gallardo.
2. Don Manuel Algara y Romero de Terreros, murió sin sucesión.
3- Don Fernando Algara y Romero de Terreros.
4- Don Angel Algara y Romero de Terreros (Literato).
5- Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con Don
Enrique Algernon Joy, hijos:

(1) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salinas, Salvatierra y Condes de Santiago.
(2) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salinaj, Salvatierra y Condes de Santiago.
MARQUESADO DE VILLA HERMOSA DE ALFARO.

A. Don Enrique Joy y Algara, y


9
B. Doña María Josefa Joy y Algara.
6. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, fallecida en 1897 sin
sucesión.
IV. Don Pedro Romero de Terreros y Gómez de Parada, murió
sin sucesión.
Tercero.—Excelentísimo Señor Don Juan Nepomuceno Romero
de Terreros y Villamil, 3er. Marqués de San Cristóbal, Conde y Du­
que de Regla, 6? Marqués de Rivascacho, etc., etc., murió sin suce­
sión.
Cuarto.—Don Ramón Romero de Terreros y Villamil, casó con
Doña Refugio Goríbar y Múzquiz; hijos:
I. Excelentísima Señora Doña Refugio Romero de Terreros y
Goríbar, 2? Duquesa y 5* Condesa de Regla, Viuda del Excelentísi­
mo Señor Don Eduardo Rincón Gallardo, 3er. Marqués de Guada­
lupe; hijos:
1. Excelentísimo Señor Don Carlos Rincón Gallardo y Romero
de Terreros, 4? Marqués de Guadalupe Gallardo, casado con la Ex­
celentísima Señora Doña Concepción Cortina y Cuevas; hijos:
A. Doña Concepción Rincón Gallardo y Cortina, y
E B. Doña Carlota Rincón Gallardo y Cortina.
2. Doña Carmen Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casada
con Don Rafael Ortiz de la Huerta; hijos:
A. Doña Carmen Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo, y
B. Doña Refugio Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo.
3 Don Alfonso Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casado
con Doña Leonor de Mier y Cuevas.
4. Doña María Rincón Gallardo y Romero de Terreros.
II. Don Manuel Romero de Terreros y Goríbar, murió en la in­
fancia.
III. Doña Guadalupe Romero de Terreros y Goríbar, 4? Marque­
sa de San Cristóbal, Marquesa de Villa Hermosa de Alfaro, y Con­
desa de San Bartolomé de Jala, Viuda de Don Antonio Algara y
-----ntes.
Quinto.—Doña Antonia Romero de Terreros y Villamil, casó con
on Ramón Samaniego, con sucesión. ©1
AR*Aí Ot< PRIMER NANSUES DE SAN CtíatKH
nació Romero de Terreros y Villamil, casado y con

CUARTA PARTE.
DFSCKIí ion del escudo.

tido: el primer blasón por Soria, cuartelado; i? y 4? en


■es, .castillo dt oro donjonado; 2- y 3? en campo de azur,
plata.
> blasón por Velázquez; en campo de .plata trece róeles
ura de gules con ocho aspas de oro.
el escudo general con corona de Marqués.

lir diré que el t tulo está copiado del que existe en el


Vyuntamiemo d la Capital, y el escudo de armas está
a copia que facilitó el Señor Don Manuel Romero
MARQUESADO DE SAN CLEMENTE.

PRIMERA PARTE.
I
TÍTULOS DE MARQUÉS DE SAN CLEMENTE i

Y VIZCONDE DE DUARTE, CONCEDIDOS POR EL REY DON FELIPE V


AL CAPITÁN DON FRANCISCO MATÍAS BUSTO,
MOYA PÉREZ Y MONROY,
EN SEVILLA Á 20 DE DICIEMBE DE 173O.

ON FELIPE por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de


(
León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Navarra, de Gra­
nada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de
Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia,
de Jaén, de los Algarbes, de Algecira, de Gibraltar, de
las Islas de Canaria, de las Indias Orientales y Occiden­
tales, Islas y Tierra firme del Mar Océano; Archiduque de Austria,
Duque de Borgoña, de Bramante y Milán, Conde de Abspurg, de
Flandes, Tiról, Rosellón y Barcelona, Señor de Vizcaya y de Mo­
lina, etc.
Por cuanto por resolución de dos consultas de mi Consejo de la
Cámara de 24 de Noviembre de 1728 y 18 de Julio de 1729, vine en
conceder al Abad y Monje del Monasterio de San Victoriano en el
X
mi Reino de Aragón cuatro títulos de Castilla, para que beneficiado JV,

cada uno en veintidós mil ducados de vellón, puedan con sus produc-
xj PRIMERA R’.A.IR.'TE..
parte <

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g? 2 MARQUESADO DE SAN CLEMENTE.
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e)
<¡f
tos continuar la obra y reedificación de la Iglesia que está amenazan­
do ruina, y habiéndoseme presentado ahora por parte de los referidos-
§
Abad y Monjes que han beneficiado uno de esos cuatro títulos á vos
el Capitán Don Francisco Matías Busto Moya Pérez y Monroy, Re­
gidor de primera del Real y Villa de Santa Fe de Guanajuato en los
Reinos de Nueva España, en los expresados veintidós mil ducados
de vellón, para vos y vuestros hijos, herederos y sucesores en vues­
tra casa y mayorazgo perpetuamente, cuya cantidad vos habéis entre­
gado como consta de la escritura que han presentado, otorgada á
vuestro favor por Don Francisco González Suárez en virtud de su
poder especial de la Villa de Madrid á 25 de Octubre pasado de este
año, ante Vicente Figueroa mi Escribano; y suplicándome que res­
pecto de ello y de concurrir en vuestra persona todas las circunstan­
cias para obtener y gozar, se ha servido en daros el despacho corres­
pondiente para que tenga efecto la citada merced, y teniendo consi­
r
deración á lo referido, y á que vuestra persona y casa concurren to­
das las calidades que requieren para obtener y mantener con lustre y i
esplendor la dicha dignidad de Título de Castilla, he tenido por bien
2

en su conformidad y porque habéis elegido el de Marqués de San


Clemente, mi voluntad que vos el expresado Capitán Don Francisco
Matías Busto Pérez Monroy y los dichos vuestros hijos, sucesores y ?
herederos en vuestra casa y mayorazgo, cada uno en su tiempo perpe­
tuamente para siempre jamás os podáis llamar é intitular y os hago ó
intitulo Marqués de San Clemente. Y por esta mi carta mando á
los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres,
Priores de las Ordenes, Comendadores, Sub-comendadores, Alcai­
des de los Castillos y Casas fuertes y llanas, á los del mi Consejo,
Presidentes y Oidores de mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de mi
Casa y Corte, y Cancillerías, y á todos los Consejos, Corregidores,
Asistentes, Gobernadores, Alcaldes mayores y ordinarios, Alguaci­
les, Merinos, Prebostes y otros cualesquier mis Jueces y Justicias, y
personas de cualquier estado, calidad, condición, preeminencia y dig­
nidad que sean, mis vasallos, súbditos y naturales, así á los que aho­
ra son como á los que adelante fueren, y á cada uno y cualquiera de
í®
ellos, que os hayan y tengan, llamen é intitulen, así á vos el referido- <s

Capitán Don Francisco Matías Busto Moya Pérez y Monroy, como á


cada uno de los dichos vuestros hijos, herederos y sucesores en vuesr

*<*TS
r, - «q.-z3£¿~»
------------- ”4^*--------------
MARQUESADO DE SAN CLEMENTE.

tra casa y mayorazgo Marqueses de San Clemente y os guarden y


hagan guardar todas las honras, franquezas, libertades, exenciones,
I
preeminencias, prerrogativas, gracias, mercedes y demás ceremonias
que se guardan y deben guardar á los otros Marqueses de estos mis
Reinos, todo bien y cumplidamente sin que os falte cosa alguna.—Y
porque según las órdenes dadas por el Señor Rey Don Felipe IV
(que Santa gloria haya), á las personas á quien se diere título de Con­
de ó de Marqués ha de preceder primero el de Vizconde y quedar éste
suprimido, por despacho de este día os he dado título de Vizconde
de Dliarte, el cual en conformidad de las dichas órdenes queda roto
y cancelado, en mi Secretaría de Cámara y Estado de Castilla y no­
tado y prevenido en su registro para que no valga, ni tenga efecto,
ni se dé por perdido, duplicado ni en otra forma en tiempo algu­
no. Y si de este mi despacho y de la gracia y merced en él conte­
nida vos el dicho Don Francisco Matías Busto Moya Pérez y Mon-
roy, ó cualquiera de los referidos vuestros hijos, herederos y suceso­
res de vuestra casa y mayorazgo, ahora ó en cualquier tiempo que
c\
quisiereis ó quisieren mi carta de Privilegio y Confirmación, mando
á los mis Concertadores y Escribanos Mayores de los Privilegios y
Confirmaciones, y á los mis Mayordomos, Cancilleres y Notario Ma­
yor, y á los otros Oficiales que están á la Tabla de mis Sellos, que
os la den, libren, pasen y sellen lo más fuerte, firme y bastante que
les pidiereis y menester hubiereis.
De este mi despacho se debe tomar razón en la Contaduría Gene­
ral de la Distribución de mi Real Hacienda, á que están agregados
los libros del Registro general de Mercedes, y declaro que á la del Tí­
tulo de Vizconde habéis pagado el derecho de la media-anata. Tam­
bién de la de Marqués, que ésta importó quinientos sesenta y dos
mil quinientos maravedís de vellón, el cual han de satisfacer confor­
me á reglas del dicho todos los sucesores de este Título.—Dada en
Sevilla, á veinte de Diciembre de mil setecientos treinta años.—Yo
el Rey.—Rúbrica.
MARQUESADO DE SAN CLEMENTE.

SEGUNDA PARTE.
ASCENDENCIA Y DESCENDENCIA DE LOS MARQUESES.

Don Pedro Busto (i), casó con Doña Leonor Diez de Noriega, y
tuvieron por hijo á
Don Alonso de Busto, casó con Doña Ana de Jerez (hija de.Don
Rodrigo Muñoz y Jerez y de Doña Catarina López), y tuvieron por
hijo al
Capitán Don Francisco de Busto y Jerez, casó con Doña Francis­
ca de Moya y Monroy (hija de Don Sebastián de Moya y Medina y
de Doña Francisca de Ocampo, nieta de Don Francisco Alvarez de
Moya y de Doña Catalina de Medina, de Don Antonio de Ocampo
y Monroy y de Doña María Fernández), y tuvieron por hijo al
ier. Marqués, Capitán Don Francisco Matías de Busto, Caballero
de Calatrava (2), casó en primeras nupcias con Doña Luisa Marmo-
lejo y Esquivel (en segundas con Doña Lorenza de Reynoso y Man­
so), y tuvieron por hijo, entre otros al
2? Marqués, Don Francisco Cristóbal de Busto y Marmolejo, el
cual murió sin sucesión, y su hermana debió ser la
3* Marquesa, Doña Josefa Antonia de Busto y Marmolejo, casó
con Don Jacinto Diez Madroñero, y tuvieron por hija á la que debió
ser la
4* Marquesa, Doña Antonia Madroñero, casó con el Capitán Don
Francisco de Escalada, y tuvieron por hija á la que debió ser la
5? Marquesa, Doña María Ignacia Escalada, casó en primeras nup-

(1) Descendiente dt-1 famoso Don Pelro de Busto, que en unión de Don Diego de Osorio
(Caballeros ambos de Ocaña), tomaron las armas en 1475 en favor de la Reina Doña Isabel,
y auxiliados por el Maestre de Santiago, Don Rodrigo Manrique y el Conde de Cifuentes,
■que les mandaron algunas Compañías de gentes de á caballo, se apoderaron de una torre y
de la Villa, de lo que recibió gran daño el Marqués de Villena que estaba por Don Enrique.
(Vé ase Zurita, Anales de A’agón. Parte 4?, libro 19, capítulo 36.)
(2) Natural y vecino de Guanajuato, dueño de la mayor parte de las minas de Cata y Me­
llado, fabricó á su costa el Camarín de Nuestra Señora de Guanajuato, para que lo enterra­
ran á él y á sus descendientes y murió el 3 de Junio de 1747. Su hermana Doña Josefa Te­
resa de Busto y Moya, viuda de Don Gonzalo de Aranda, fué la fundadora en Guanajuato de
«)
los jesuítas en 1732, cediendo su casa para colegio y su hacienda de Aguas Buena?, en Silao,
1 murió en opinión de santidad.
er
MARQUESADO DE SAN CLEMENTE. 5
cías con el Brigadier Don Gabriel de Arechederreta y en segundas
con Don Juan Vicente Alamán (i).
i

HIJOS DEL PRIMER MATRIMONIO:

Doctor Don Juan Bautista Arechederreta, Canónigo de México,


que debió ser el 6? Marqués.

HIJOS DEL SEGUNDO MATRIMONIO:

Primero.—El Historiador Don Lucas Alamán y Escalada (que de­


bió ser el 7? Marqués), casó con Doña Narcisa Castrillo (hija de Don
Juan José García Castrillo y de Doña Ana Josefa Portu, nieta de
Don Juan García Rojo, de Doña Concepción Castrillo Baños, de Don
Manuel Fernando de Portu y Bengoechea y de Doña Rosalía Bus-
tamante y Malabear), y tuvieron por hijos á
I. Doña Catalina Alamán y Castrillo, que murió sin tomar estado «

el 29 de Enero de 1892.
II. Don Gil Alamán y Castrillo, Canónigo de México, Preconiza­
do Obispo de Sonora y que debió ser el 8° Marqués.
III. Licenciado Don Juan Alamán y Castrillo (2), (que debió ser
el 9? Marqués) casado con su prima hermana Doña María Josefa Vi­
daurrázaga (hija de Don Plácido María de Vidaurrázaga y de Doña
Ana Josefa Castrillo, hermana de Doña Narcisa; nieta de Don Die­
go de Vidaurrázaga y de Doña María Manuela de Gugazua; biznie­
ta de Don Juan de Vidaurrázaga, Doña Domingo de Goicochea, de
Don Juan de Sugazua y de Doña Josefa de Loroño); hijos:
1. Doña María Alamán y Vidaurrázaga, sin tomar estado.
2. Don Rafael Alamán y Vidaurrázaga, casada con Doña Guada­
lupe Bolado y Pradel; hijos:
A. Don Juan Alamán y Bolado, y
B. Don Manuel Alamán y Bolado, murió en la infancia.
3- Don Juan Alamán y Vidaurrázaga, murió en la infancia.
4- Don Lucas Alamán y Vidaurrázaga, casado con Doña Refugio
Bornéque y Schneider; hijos:

(1) Hijo de Don Juan Vicente Alamán y de Doña Francisca Ochoa.


(2) Se recibió de Abogado el 23 de Noviembre de 1850, fué Catedrático de Griego en la a;
Universidad en 1859, perteneció á la Junta de Notables y fué Regidor de México en 1866.
MARQUESADO DE SAN CLEMENTE.

»*; A. Don Lucas Alamán y Bornéque.


B. Don J osé Luis Alamán y Bornéque, y
C. Doña María del Carmen Alamán y Bornéque.
IV. Doña Antonia Alamán y Castrillo, murió en la infancia
V. Don Pedro Alamán y Castrillo, murió en la infancia en 1835..
VI. Don Carlos Alamán y Castrillo, murió sin sucesión en 3 de
Junio de 1854.
VIL Don Ijucas Alamán y Castrillo, murió en la infancia en 1839.
VIII. Don Justino Alamán y Castrillo, murió en la infancia en 1849/
IX. Don Pascual Alamán y Castrillo, casó con Doña Rita Filo­
mena Guerrero y Mesa, y murió sin sucesión al 9 de Enero de 1893.
X. Licenciado Don Sebastián Alamán y Castrillo (1), casó con su
prima hermana Doña María Encarnación Vidaurrázaga y Castrilla
(media hermana de Doña María Josefa); hijos:
1. Don Ignacio Alamán y Vidaurrázaga, casó con Doña Fausta
, Trejo y Ochoa.
« 2. Doña Elena Alamán y Vidaurrázaga, murió en la infancia.
SV 3. Don Sebastián Alamán y Vidaurrázaga.
>> 4. Doña Narcisa Elena Alamán y Vidaurrázaga.
' 5. Don Gil Alamán y Vidaurrázaga, y
5 6. Don Jesús Alamán y Vidaurrázaga.
Segundo.—Doña María de la Luz Alamán y Escalada, casó con
el Coronel Don Manuel Iturbe; hijos:
I. Doña Guadalupe Iturbe y Alamán, casó con Don Miguel Por-
tu; hijos:
1. Don José Portu é Iturbe, murió sin sucesión.
2. Don Luis Portu é Iturbe, murió sin sucesión, y
3. Doña Guadalupe Portu é Iturbe.
II. Don Manuel Iturbe y Alamán, murió sin sucesión.
III. Don Pedro Iturbe y Alamán, murió sin sucesión.
IV. Don Luis Iturbe y Alamán, casó con Doña Josefa Arteaga;/
hijos:
1. Lie. Don José María Iturbe y Arteaga, Magistrado del Tribu­
nal Superior, casó con Doña María de Jesús Erazo; murió en No­
viembre hijos:

i
------------------------------------------------------ ——

MARQUESADO DE SAN CLEMENTE.

H. Doña Ana Iturbe y Erazo, casada con Don Ricardo Valle;

Doña María Enriqueta Valle é Iturbe.


Dr. Don José María Iturbe y Erazo.
Don Manuel Iturbe y Arteaga, murió sin sucesión.
3- Doña Ana Iturbe y Arteaga, casó con Don Martín Larrea; mu-
rió sin sucesión.
4. Doña Luz Iturbe y Arteaga, casó con Dan Ignacio Panes; hijos:
A. Doña Josefa Panes é Iturbe. ¿
B. Doña Guadalupe Panes é Iturbe, y
C. Don Manuel Panes é Iturbe, casó con Doña Victoria Mateos;
%
murió sin sucesión.
*1

TERCERA PARTE.

Don Lucas Alamán nació en la Ciudad de Guanajuato el 18 de Oc­


tubre de 1792. Su familia que era de las más acomodadas de la po­
blación, dió á su vástago una completa educación, como muy pocos
de los ricos herederos de la Colonia la recibieron entonces; además,
su afición á la lectura, despertada desde muy temprana edad, hizo que
adquiriera una vasta instrucción.
Por causa de la revolución de independencia hubo de trasladarse
su familia á México á fines de 1810 y ya en la Capital estudió quími­
ca, botánica y mineralogía, hasta 1814 en que se le envió á Europa á
recorrerla y á .estudiar en el grande y ameno libro de los viajes: vi­
sitó en los seis años que duró ese viaje las principales naciones, apren­
dió diversos idiomas, hizo estudios más profundos de las materias
aprendidas en México; se detuvo en Treigberg y Gotinga, estudian­
do Minería é Idioma Griego, saludó al Barón de Humboldt, y en fin,
de su viaje sacó mucho provecho para el resto de su vida.
Reveses de fortuna le obligaron á regresar á Nueva España en
1820 y desde luego se vió engolfado en la política, á causa del nom­
bramiento que hizo en él, su Ciudad natal, para que se encargara de
? su Diputación ante las Cortes Españolas; en ellas se distinguió bas-


í

&

MARQUESADO DE SAiN CLEMENTE.

tante en unión de otros diputados, porque proyectó para establecer


i
ií tres Monarquías en América y por otros trabajos encaminados todos
á arraigar la Independencia ya realizada por Iturbide. Segunda vez
regresó á México, después de haber formado la famosa Compañía
Inglesa de Minas que vino á reanimar nue>tros abatidos minerales
4*
pero que nada vino á enseñar á nuestros mineros.
Fundó el Archivo Nacional; preservó las cenizas de Hernán Cor­
tés de la profanación que se les reservaban; arregló los asuntos del
Hospital de Jesús, mediante la representación que desde entonces tie­
ne su familia de los Duques de Terranova y Monteleone; en Cocoloa-
pam estableció una fábrica de hilados que aún subsiste, y en Duran-
go, á inmediaciones del Cerro del Mercado, la primera ferrería que
hubo en la República.
El Plan de Jalapa proclamado á fines de 1829 lo llevó momentá­
neamente al poder y después al Gabinete del Gobierno de Don Anas­
*
% .
tasio Bustamante, del que fué el cerebro; en medio de los azares po­ c

líticos procuró organizar el Ejército y la Hacienda, fomentó la Agri­


íaKr
sfe»» cultura y la Industria, dió garantías á los viajeros y reconstruyó al­
gunos caminos. Una nueva revolución que derribó al Gobierno, en­
volvió á Don Lucas Atamán, en unión de los demás ministros, en una
tremenda acusación de la que salió absuelto y desde entonces perso­
nificó al partido conservador que veía en él á uno de sus hombres
más notables.
En 49 fué Presidente del Ayuntamiento de México, Diputado al
Congreso de la Unión, y dedicaba todas sus energías á apoyar y á
inspirar la política sana que al principio se propuso seguir el General
Santa-Anna en su última administración, cuando le sorprendió la
muerte, en esta capital, el 2 de Junio de 1853, después de haber reci­
bido todos los auxilios que como buen creyente pidió que le impar­
tiera la Iglesia Católica á que pertenecía.
No obstante todos estos trabajos que hizo y puestos que desem­
I
peñó, es más conocido como historiador á causa de su magnífica y
no igualada “Historia de México,” cuyo primer tomo publicó en 1849
y la que terminó el 27 de Noviembre de 1852. A pesar del tiempo I

¡Y transcurrido y de las diversas Historias y otras que en más de medio


siglo se han publicado, la Historia de Alamán es la piedra angular
'• <

¡<5 •en que descansan todas las demás, y la única fuente á que hay que
a
i
F.ARTE.

> -•

I
e- fe

MARQUESADO DE SAN CLEMENTE.

recurrir cuando se quiera conocer á fondo ese interesante período de


nuestra existencia política desde 1808 hasta casi mediados del siglo-
pasado.
Además de esa obra y como complemento de ella dejó tres tomos
de disertaciones sobre la Historia Colonial de México que son otras
tantas monografías que acreditan la laboriosidad, erudición, estudio
y talento del autor.

El Canónigo Don Gil Alamán, nació en México en la calle de los


Bajos de San Agustín número 3, el día primero de Septiembre de mil
ochocientos veinticinco. Después de hacer sus primeros estudios, y
haber aprendido francés, inglés y latín, bajo la dirección de su padre,
estudió Filosofía y Teología bajo la dirección del Doctor Don José
María Diez de Sollano. El 21 de Diciembre de 1850 le ordenó de sa­
cerdote el Ilustrísimo Obispo de Tenagra, en el Sagrario Metropo­
litano. El 6 de Enero de 1851 celebró su primera misa en dicha
Iglesia, é ingresó á la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri
en 1852. Extinguidas las órdenes monásticas y cerrado el templo de
Santo Domingo, el padre Alamán se hizo cargo de él. El 23 de Abril
de 1864 tomó posesión de una prebenda en la Santa Iglesia Cate­
dral de México, ascendió á Canónigo, Maestre-Escuela y Chantre.
En el Consistorio de 28 de Junio de 1868 se le preconizó Obispo
%
de Sonora, cuyo Obispado renunció, habiendo renunciado también
ser Prepósito, cuando sus hermanos quisieron elegirlo.
Nunca quiso dar á luz sus brillantes composiciones; lo único que
publicó debido á la obediencia, fué el Panegírico que pronunció en la
fiesta que se hizo en la Iglesia de la Profesa, á la declaración dog­
mática de la Concepción Inmaculada de María Santísima y publicó
además un método de meditaciones.
Fué gran predicador, siendo notables los sermones que sobre la
Pasión pronunciaba los Viernes de Cuaresma y á los cuales asistía
con verdadero entusiasmo la buena y culta sociedad de México.
í®
Enemigo del fausto y de la ostentación, generoso y caritativo con
i*,

los pobres entre quienes repartía la mayor parte de lo que poseía, su


MARQUESADO DE SAN CLEMENTE. II

único placer era dedicar su tiempo á la oración, al ejercicio de su mi­


nisterio y al estudio. Murió en Tacubaya el 2 de Mayo de 1882.

CUARTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Escudo partido de azur y oro, cargado con una águila explayada,


trocados los esmaltes. Orla de plata y timbrado con corona de Mar­
qués.
Debo advertir que este escudo es reproducción de la copia que
existe en el Museo Nacional, con la sola modificación de que el que
se conserva en el Museo está timbrado con corona ducal, mientras
que el que va al frente de este artículo lleva corona de Marqués, que
indudablemente debe ser la que se encuentre en el original, que por
desgracia no he podido tener á la vista. Temo que esa copia no ha­
ya sido tomada del original, tanto por tener corona de duque, cuan­
to por no constar sino de un cuartel, siendo así que el primer Mar­
qués usaba sus cuatro apellidos (y así aparece en el árbol que he vis­
to), lo que hace suponer que su escudo tendría cuatro cuarteles.
El título fué tomado de la copia que existe en el archivo del Ayun­
tamiento de esta Capital.
L it . "L a EuaoMÁ'ik

ARMAS DIL M<*-‘ •>«'.-


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ARMAS DEL MARQUÉS DE OVANDO.


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______________________________________________
PRIMERA PARTE.
GENEALOGIA DE LOS MARQUESES.

L MARISCAL Don Fernando Alfonso de Ovando,


tuvo entre otros por hijo á
Don Francisco de Ovando (2) Señor de Grijuela,
casó con Doña Juana de Rivera, y tuvieron por hijo
entre otros á
Don Francisco de Ovando y Rivera (3), casó con
Doña Francisca Gómez Mayoralgo, y tuvieron por hijo á
Don Francisco de Ovando Mayoralgo (4), casó con Doña María
de la Cerda, y tuvieron por hijo á

(1) No publico el título de Marqués de Ovando por no haber podido conseguirlo, pero se­
rá incluido en el'apéndice si llego á obtenerlo antes de terminar la obra..
(2) Fueron sus hermanos Doña Teresa Alfonso, que cató con Don Hernán Blas dé Mo-
guellan, sin sucesiÓD, y Don Diego de Cáceres Ovando, de quien hablaré en la segunda par­
te de este artículo.
(3) Fueron sus hermanos Don Pedro de Ovando que casó con Doña Francisca de Paredes
Pereyra y murió sin sucesión; Don Nicolás de Ovando (Comendador de Lares y Gobernador
de Cuba; no sé si tendría sucesión) y Don Rodrigo de Ovando, casó con Doña N. de Solís y
tuvieron á Don Gutiérrez de Ovando Solís, casó con Dona Isabel de Vargas y tuvieron á Don
Pedro de Ovando, casó con Doña Catalina de Mendoza Vera, padres de Don Pedro de Ovan­
do, casó con Doña María de la Cerda (h'ja de Don Pedro Rol de la Cerda Ovando) y fueron
padres de Don Pedro .de Ovando, casó con Doña Lucía Flores Montenegro, y tuvieron á Don
Rodrigo de Ovando Flores Montenegro, casó con Doña Paula de Ulloa (no sé si tendrían
sucesión).
(4) Fué su hermano Don Cristóbal de Ovando Mayoralgo, casó con Doña María de Bece-
PARTE.
f/v

2 MARQUESADO DE OVANDO.

Don Pedro de Ovando y de la Cerda, casó con. Doña Teresa Rol


de la Cerda, y tuvieron por hijo á
Don Francisco de Ovando y Rol de la Cerda (i), casó con Doña
Isabel de Ovando y tuvieron por hijo á
Don Pedro de Ovando y Ovando, casó con Doña Catalina Tope­
te Figuero, y tuvieron por hijo á
Don Pedro Mateo de Ovando y Topete, Caballero de Alcántara,
casó con Doña Lucrecia de Solís, y tuvieron por hijo al
\er. Marqués, Don Francisco José de Ovando, casó con Doña
Bárbara de Ovando, y tuvieron por hijo' al
2? Marqués, Don José Francisco de Ovando y Ovando, Teniente
Coronel del Regimiento de la Princesa, murió sin sucesión, y heredó
el título su hermana la
3* Marquesa, Doña Manuela de Ovando y Ovando, casó con el
Señor Oidor Don Ramón González Becerra, murió sin sucesión, y
el título parece debía de pasar á los descendientes de los terceros
Marqueses de Camarena en España.

SEGUNDA PARTE.
DESCENDENCIA DEL, MARISCAL DON FERNANDO ALFONSO DE OVANDO,
FUNDADOR DE LA FAMILIA OVANDO
Y SÉPTIMO ABUELO DEL PRIMER MARQUÉS.

El Mariscal Don Fernando Alfonso de Ovando, tuvo, además de


Don Francisco y de Doña Teresa Alfonso, de quien hablo en la pri­
mera parte de este artículo, á Don Diego Cáceres de Ovando (del

rra, y tuvieron por hija á Doña Maiía de Ovando Becerra, casó con Don Pedro de Ovando
Pereyra (no sé si tendrían sucesión).
(1) Fué su hermano Don Pedro Rol de Ovando, Caballero de Alcántara, casó con Doña
María de Galarza Leyra, y tuvieron á Don Francisco Rol de Ovando, Alférez Mayor de Cáce­
res, casó con Doña Micaela de Castrejón y tuvieron á Don Pedro de Ovando Castrejón (ter­
cer Marqués <le Camarena), casó con Doña María de Carbajal (los descendientes de esta lí­
nea son Españoles, y á ellos creo les correspondía el título de Marqués de Ovando, al morir
ain sucesión la tercera Marquesa).
MARQUESADO DE OVANDO.

C. de S. M.), casó con Doña Isabel Flores (dama de S. M. la Reina),


tuvieron por hijo á
Don Pedro de Cáceres Ovando (i), casó con Doña María Sánchez
de Solís, y tuvieron por hijo á
Don Diego de Cáceres Ovando, casó con Doña Isabel Fernández,
y fueron padres de
Don Pedro de Cáceres Ovando, casó con Doña Ana Gómez de
Solís, y tuvieron por hijo á
Don Diego de Cáceres Ovando, casó con Doña Elvira Alfón, y
fueron padres de
Don Pedro de Cáceres Ovando, casó con Doña Leonor de Noga­
les, y tuvieron por hijo á
Don Cristóbal de Cáceres Ovando, casó con Doña Isabel de No­
gales, y fueron padres de
Don Pedro de Cáceres Ovando, casó con Doña Isabel Moreno de
Vargas, y tuvieron por hijo á
Don Bartolomé de Cáceres Ovando, casó con Doña María Rodrí­
guez de Ledesma, y tuvieron cinco hijos: I. Don Pedro, Presbítero
y Abogado de la Real Audiencia, murió sin sucesión; II. Don Mar­
cos, murió sin sucesión; III. Don Cristóbal, de quien me ocuparé en
la tercera parte de este artículo; IV. Don Alonso, murió sin sucesión,
y V. Don Agustín de Cáceres Ledesma, casó con Doña María de los
Dolores Núñez de Villavicencio, y tuvieron por hijo á
Don Agustín de Ovando y Núñez de Villavicencio (2), Maestran-
te de la Ronda, casó con Doña Juana Gómez Parada, y tuvieron tres
hij os: I. Doña María del Rosario; II. Don José María, y III. Don
Joaquín de Ovando y Parada, que servirán de tema á los tres libros
siguientes.

:J ------- ■

(1) Fué su hermano Don Diego de Ovando Cáceres, casó con Doña Teresa Rol de la Cer­
da y tuvieron por hija á Doña María de la Cerda que casó con Don Francisco de Ovando
Mayoralgo.
(2) Fueron sus hermanos Doña Josefa y Doña Manuela, Religiosas, el R. P. Fray Juan,
Doña Mariana (casó con el Señor Burgos, sin sucesión), Doña María (casó con Don Francisco
Mendivíl, sin sucesión) y Doña Ignacia, casada con Don José de Villanueva y Santa Cruz,
Abogado de la Real Audiencia, con sucesión. $
4

LIBRO PRIMERO.
Doña Rosario de Ovando, casó con Don José Mariano Fagoaga
y Leizaur (i); hijos:
Primero.—Doña Matilde Fagoaga y Ovando, casada con Don Eu­
logio Villaurrutia; hijos:
I. Don Eulogio Villaurrutia y Fagoaga, casó con Doña Esther
Pesado, murió sin sucesión.
II. Don Ramón Villaurrutia y Fagoaga, casó con Doña Luz Gar­
cía Conde (2); hijos:
1. Don Luis Villaurrutia y García Conde, casó con Doña Dolores
Montero; hijo:
A. Don Luis Villaurrutia y Montero.
2. Doña Matilde Villaurrutia y García Conde, murió siendo mon­
ja del-Sagrado Corazón.
3. Don Manuel Villaurrutia y García Conde, murió en la infancia.
Segundo.—Doña Luz Fagoaga y Ovando, casó con Don Antonio
de Vértiz (3); hijos:
I. Doña María de Vértiz y Fagoaga, casada con Don Rafael Rey­
gadas; hijos:
1. D ona Luz Reygadas y Vértiz, casada con Don Lorenzo Gon-
zálcz Guerra; hijos:
A. Doña María de la Luz González y Reygadas, y
B. Don Antonio González y Reygadas.
2. Señor Doctor Don Rafael Reygadas y Vértiz.
3- D ona Dolores Reygadas y Vértiz, casada con Don Angel Arra-
tia; hijos:
A. Don José Arratia y Reygadas.
B Doña Carmen Arratia y Reygadas.
C. Doña Isabel Arratia y Reygadas, y
D. Doña Dolores Arratia y Reygadas,

(1) Véase artículo sobre los Marqueses del Apartado.


(2) Véase artículo sobre la familia García Conde. (®>
*/A
(3) Véase artículo sobre la familia Vértiz

^2
MARQUESADO DE OVANDO.

4- Don Luis Reygadas y Vértiz.


5- Doña María Reygadas y Vértiz, y
6. Don José Reygadas y Vértiz.
II. Don José de Vértiz y Fagoaga, murió sin sucesión.
III, Licenciado Don Antonio de Vértiz y Fagoaga, casado con
Doña María Roa; hijos:
Doña María de Vértiz y Roa, y
Doña Dolores de Vértiz y Roa.

LIBRO SEGUNDO.
Don José María de Ovando y Parada, casó con Doña María Ig- o
nacia Cervantes y Velasco (cuarta hija de los décimos Marqueses de
Salinas). De esta unión nacieron cuatro hijos: I. Don José María; II.
Doña Concepción; III. Don Agustín, que murió sin sucesión, y IV.
Doña Dolores. El I, II y IV servirán de tema á los tres capítulos 1
siguientes.
.i • i

CAPITULO I.

Don José María de Ovando y Cervantes, contrajo matrimonio con


Doña María de la Encarnación Haro y Tamariz (i); hijos:
I. Licenciado Don Eduardo de Ovando y Haro, casó con la Se­
ñora Doña Asunción Enciso y Osorio (2), (que falleció); hijos:
(1) Sobrina del Ilustrísimo Señor Don Alonso Núñez de Haro y Peralta., Virrey y Arzo­
bispo de México.
(2) Hija del Licenciado Don Joaquín Justo Enciso y Victoria y de Doña Asunción (Lo­
rio; nieta del Licenciado Don Joaquín Luis Enciso y Méndez y de Doña Guadalupe Victo­
ria, de la familia del Marqués de Monserrate; segunda nieta del Licenciado Don Mariano En-
oi«o y Tejada y de Doña María Méndez César de la Gran da; tercera nieta de Don José En­
ciso é Izquierdo y de Doña Josefa Izquierdo; cuarta nieta de Don Juan Enciso y de Doña
Josefa Izquierdo Rosas Montenegro; quinta nieta de Don Diego Enciso y de Doña María Mar-
^nez de Tejada; sexta, nieta de Don Juan Gerónimo Enciso y de Doña Francisca Izquierdo^


MARQUESADO de ovando.

1. Don Eduardo de Ovando y Enciso, casado con Doña Jacoba


Olea; hijos:
A. Don Eduardo de Ovando y Olea.
B. Doña Asunción de Ovando y Olea, y
C. Doña Carmen de Ovando y Olea.
2. Don Joaquín de Ovando y Enciso, casado con Doña Alicia Al-
mendaro y Fenochio; hijo:
A. Don Joaquín de Ovando y Almendaro.
3- Doña Asunción de Ovando y Enciso. ¿
4- Don J osé María de Ovando y Enciso.
5- Doña Encarnación de Ovando y Enciso.
6. Doña Guadalupe de Ovando y Enciso, y
7- Don Ignacio de Ovando y Enciso.
Esta familia reside en Puebla, antes en la calle de Ovando y ac­
tualmente en la de los Infantes.
II. Don José María de Ovando y Haro, casado con Doña Guada­
lupe Fernández é Ibarra; hijos:
1. Doña Guadalupe de Ovando y Fernández, casó con Don Eduar­
&
do Martínez de Velasco; hij os:
A. Don Eduardo Martínez y Ovando.
B. Don José Martínez y Ovando, y
C. Don Francisco Martínez y Ovando.
2. Doña Rosa Ovando y Fernández, casada con Don Juan Pérez
y Acedo; hijos:
A. Don Luis Pérez y Ovando, y
B. Don Juan Pérez y Ovando.
3- Don Carlos de Ovando y Fernández.
4- Doña María de Ocotlán de Ovando y Fernández.
5- Don Ignacio de Ovando y Fernández.
6. Doña María del Rosario de Ovando y Fernández.
7- Doña Concepción de Ovando y Fernández, y
8. Don José María de Ovando y Fernández.

séptima nieta de Don Pedro Enciso y de Doña María López de Mallorca; octava nieta de Don
Celedón Enciso, Gentil-hombre de Cámara y Embajador en Roma; novena nieta del Capitán
Don Gerónimo Bernardo Enciso; décima nieta de Don Juan Enciso Cárdenas, y undécima
nieta de Don Antonio Enciso, Capitán General de Flandes, en la época de Don Juan de
ustria.
MARQUESADO DE OVANDO.

CAPITULO II.

Doña Concepción de Ovando y Cervantes, casó con el Señor


Don Joaquín de Haro y Tamariz (hermano de Doña Encarnación);
hijos:
I. Don Joaquín de Haro y Ovando, fué casado con Doña Paz Ma­
rrón (que falleció); hijos:
1. Doña Paz de Haro y Marrón, casada con Don Joaquín Palomo
y Rincón (1); hijo:
A. Don José Ignacio Palomo y Haro, murió en la infancia.
2. Don Joaquín de Haro y Marrón, casado con Doña Julia Hege-
wisch.
3. Doña Josefina de Haro y Marrón, y
4. Don J osé María de Haro y Marrón.
II. Doña Concepción de Haro y Ovando, contrajo matrimonio con
Don Antonio S. Miera (ambos difuntos); hijos:
1. Doña María Miera y Haro, casada con Don Tomás Cassou; hijos:
A. Don Carlos María Cassou y Miera, y
B. Don Luis Cassou y Miera, murió en la infancia.
2. Don Luis Miera y Haro.
.3- Doña Carolina Miera y Haro.
4- Doña Josefina Miera y Haro.
5- Doña Rosa Miera y Haro.
6. Don Antonio Miera y Haro, y
7- Don Fernando Miera y Haro.
III. Doña Guadalupe de Haro y Ovando, sin tomar estado.
IV. Don José María de Haro y Ovando, murió sin sucesión.
V. Don Ignacio de Haro y Ovando, viudo de Doña Cristina Gó­
mez; hijos:
1. Doña Concepción de Haro y Gómez.
2. Doña María Luisa de Haro y Gómez, y
3- Doña Guadalupe de Haro y Gómez.
VI. Doña Soledad de Haro y Ovando, sin tomar estado.

(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Guadalupe Gallardo.

y4”
. ..................... ■ '
MARQUESADO DE OVANDO.

CAPITULO III.

Doña Dolores de Ovando y Cervantes, casada con el Señor Don


Antonio de Haro y Tamariz (que figuró mucho en la política del país
en los comedios del pasado siglo XIX, y murió de novicio en la
Compañía de Jesús en Roma, con permiso de su esposa que vivía
cuando él entró de novicio); hija única: -
I. Doña Asunción de Haro y Ovando, casada con Don Francisco
Pérez Salazar; hijo:
i. Don Francisco Pérez Salazar y Haro.

LIBRO TERCERO.
Don Joaquín de Ovando y Parada, casó con Doña Pascuala Cer­
vantes y Velasco (quinta hija de los décimos Marqueses de Salinas),
y tuvieron por hija á Doña Dolores, que servirá de tema al capítulo
siguiente.

CAPITULO UNICO.

Doña Dolores de Ovando y Cervantes, contrajo matrimonio con


Don Manuel de Haro y Tamariz; hijos:
I. Don Manuel de Haro y Ovando, casó con Doña Angela Ma­
teos (ambos difuntos);’hijos:
i. Don Manuel de Haro y Mateos, casado con Doña Luz Bretón;
hijos:
A. Doña Lucila de Haro y Bretón.
B. Doña Carmen de Haro y Bretón.
i
I 4
—Wfc*
MARQUESADO DE OVANDO.
9

c. Don Jorge de Haro y Bretón.


i D. Doña María Luisa de Haro y Bretón.
E. Doña Julia de Haro y Bretón.
F. Doña María de la Luz de Haro y Bretón, y
G. Doña María de la Paz de Haro y Bretón.
f
2. Don J osé María de Haro y Mateos, sin sucesión.
3- Don Luis de Haro y Mateos, sin sucesión, y
4 Doña Dolores de Haro y Mateos, casada con Don Ramón Man­
tilla; hijos:
A. Don Ramón Mantilla y Haro.
B. Doña Paz Mantilla v Haro.
C. Doña Carmen Mantilla y Haro, y
D. Doña María Luisa ¿Mantilla y Haro.
TI. Doña Paz de Haro y Ovando, Religiosa de Santa Teresa, mu­
rió siendo la Superiora del Convento.
1
III. Don Amado de Haro y Ovando, casado con Doña Carolina
García Teruel; hijos:
o,
1. Don Enrique de Haro y Teruel.
2. Doña María de Haro y Teruel, casada con Don Agustín Cas­
tro y Santa-Anna (i); hijo:
A. Don Agustín Castro y Haro.
3. Don Amado de Haro y Teruel, y
1.
4. Doña María de los Angeles de Haro y Teruel, casada con Don
Roberto Graue; hija:
i
I
A. Doña María de los Angeles Graue y Haro.

TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DE DON CRISTÓBAL DE OVANDO,
TERCER HIJO DE DON BARTOLOMÉ DE CÁCERES OVANDO Y DE
DOÑA MARIA RODRIGUEZ DE LEDESMA.

Don Cristóbal de Ovando (tercer hijo de Don Bartolomé de Cáce-


res Ovando y de Doña María Rodríguez de Ledesma, de la segunda
(1) Nieto del General Don Antonio López de Santa-Anna.
spxax&csxa.A.
< v A®.-------------------------------------------------------
—** ----- ■

MARQUESADO DE OVANDO.

parte de este artículo), casó con Doña Sebastiana de Rivadeneyra, y


tuvieron cuatro hijos: I. Don Juan, que murió sin sucesión; II. Don
Pedro (i); III. Presbítero Don Manuel, murió sin sucesión, y IV.
Doña Bárbara de Ovando y Rivadeneyra, casó en primeras nupcias
con el primer Marqués de Ovando (y tuvo dos hijos que murieron
sin sucesión, Don Francisco y Duña Manuela), y en segundas nup­
cias con Don Juan Lorenzo Altamirano de Velasco (Marqués de Sa­
linas y de Salvatierra y Conde de Santiago), y tuvieron por hija á
Doña Ana María de Velasco y Ovando, décima Marquesa de Sa-*
linas, quinta de Salvatierra, y undécima Condesa de Santiago, casó
con Ignacio Gómez de Cervantes y Padilla, Gentil-hombre de Cá­
mara y Maestrante de Ronda, y tuvieron nueve hijos: I. Doña Rita
Cervantes y Velasco; II. Don José María; III. Don Miguel; IV. Do­
ña María Ignacia; V. Doña Pascuala; VI. Don Francisco, que murió
sin sucesión; VII. Don Rafael; VIII. Doña María Josefa, sin suce­
sión, y IX. Doña María Ana. La reseña de la descendencia de cada
una de estas personas ocupará un libro, exceptuando á Don Fran­
cisco y á Doña María Josefa, que murieron sin sucesión.

LIBRO PRIMERO.
Doña Rita Cervantes y Velasco, hija primogénita de Don Ignacio
Gómez de Cervantes y Padilla y de Doña Ana María de Velasco y
Ovando, contrajo matrimonio cun el Señor Don Mariano Primo de
Rivera; disputó durante algún tiempo el mayorazgo del título de Sal­
vatierra y el mayorazgo de Urrutia á su tía Doña María Josefa Ve-
lasco de Espinosa. Doña Rita y su esposo sólo tuvieron un hijo que

(1) Casó con Doña Tomasa de Rivadeneyra Mellado, y tuvieron 2 hijos: I. Doña Maria­
& na, murió sin sucesión, y II. Don Joaquín de Ovando y Rivadeneyra, Capitán de la Ronda, G

casó en primeras nupcias con Doña María de Núfiez Bienpica, hijo Fernando, que murió sin
sucesión, y en segundas nupcias con Doña Teresa Gómez de Pedroso, y tuvieron á Don José
(¡María,. Don Pedro y Doña Guadalupe Ovando y Pedroso, sin sucesión.
------------------

MARQUESADO DE OVANDO.

se llamó Don Joaquín Primo de Rivera y Cervantes, fué abogado y


no dejó descendencia, pues siguió la carrera eclesiástica y falleció
siendo Deán de la Catedral de México en 1885.

LIBRO SEGUNDO.
Don J osé María Cervantes y Velasco, hijo segundo de Don Igna-
ció Gómez de Cervantes y Padilla y de Doña Ana María de Velasco
y Ovando, fué General de la República, undécimo Marqués de Sali­
nas, duodécimo Conde de Santiago, Adelantado de Filipinas, etc.}
casó dos veces: la primera, con Doña María Ana Michaus y Oro-
quieta (hija de Don Martín Angel de Michaus, Sargento Mayor del
Regimiento Urbano de Comercio de México y de Doña Manuela
Oroquieta); por segunda vez contrajo matrimonio con Doña Ana
María Ozta y Cotera, parienta lejana suya (hija de la tercera Mar­
quesa de Rivascacho, Doña Josefa de la Cotera y Calvo y de su es­
poso Don Juan Casimiro de Ozta y Múzquiz). De estos matrimo­
nios tuvo seis hijos (dos del primero y cuatro del segundo): I. Don
José Juan Cervantes y Michaus; II. Doña Guadalupe Cervantes y
Michaus; III. Don Ignacio Cervantes y Ozta, que falleció en 1838
sin tomar estado; IV. Don José María; V. Doña Ana María, y VI.
D oña María de los Angeles Cervantes y Ozta, fallecida en 1818 sin
haber tomado estado. A cada uno de estos señores, exceptuando el
tercero y el sexto, dedicaremos uno de los cuatro capítulos siguientes.

CAPITULO I.

Don José Juan Cervantes y Michaus, casó en primeras nupcias


con Doña Ana Lebrija, sin sucesión, y en segundas con Doña Ama­
da Pliego y González; hijos:
I* ■
-<9 rt

I2 MARQUESADO DE OVANDO.
1 «*
I. Licenciado Don Antonio Cervantes y Pliego, casado (25 de No­
viembre de 1899) con Doña Esther Ruiz; hijos:
1. Don José Juan Cervantes y Ruiz.
2. Don Mauricio Cervantes y Ruiz.
3. Don Antonio Cervantes y Ruiz, murió en la infancia, y
4. Don Antonio Cervantes y Ruiz.
Doña Manuela Cervantes y Pliego, murió sin sucesión.
III. Doña Angela Cervantes y Pliego, casada (Enero de 1899) con
el Licenciado Don Joaquín Clausell; hijos:
1. Doña Dolores Clausell y Cervantes. I
2. Doña Estela Clausell y Cervantes.
3. Don Joaquín Clausell y Cervantes, y
4. Don Carlos Clausell y Cervantes.
IV. Doña Josefa Cervantes y Pliego.
V. Don José Juan Cervantes y Pliego, falleció en la infancia.

CAPITULO II.

Doña Guadalupe Cervantes y Michaus, contrajo matrimonio con


Don J osé Mariano Sánchez Espinosa, Mora y Flores (i), y tuvo los 4

siguientes hijos:
I. Don Antonio Espinosa y Cervantes, casado con Doña Guada­
lupe Cuevas y Morán (2); hijos:
1. Ingeniero Don José Mariano Espinosa y Cuevas, casado con
Doña Carmen Grande; hijos:
A. Doña Luz Espinosa y Grande, murió en la infancia.
B. Doña Guadalupe Espinosa y Grande.
C. Doña Carmen Espinosa y Grande.
D. D oña María Concepción Espinosa y Grande.
E. Don J osé Mariano Espinosa y Grande.
F. Doña María de las Mercedes Espinosa y Grande, murió en la
infancia.
G. Don Rafael Espinosa y Grande.
H. Doña Guillermina Espinosa y Grande, murió en la infancia.

(1) Véase artículo sobre los Condes de Santa María de Guadalupe del Peñasco.
(2) Véanse artículos sobre Marquesado de Vivanco y Familia Cuevas.
MARQUESADO DE OVANDO. 13
1. Don Francisco Espinosa y Grande.
2. Ingeniero Don Luis Espinosa y Cuevas, casado con Doña Ro­
sa Casanova; hij os.
A. Don Luis Espinosa y Casanova.
B. Doña Rosa María Espinosa y Casanova.
C. Don Alfonso Espinosa y Casanova.
D. Doña María Esperanza Espinosa y Casanova.
E. Don Enrique Espinosa y Casanova, y
F. Doña Consuelo Espinosa y Casanova.
3. Doña Guadalupe Espinosa y Cuevas, casada con Don Félix
Gutiérrez de Monzón; hijos:
A. Doña Guadalupe Gutiérrez y Espinosa.
B. Doña Concepción Gutiérrez y Espinosa.
C. Doña Virginia Gutiérrez y Espinosa.
D. Don Eduardo Gutiérrez y Espinosa.
E. Doña Rosario Gutiérrez y Espinosa.
F. Doña Elena Gutiérrez y Espinosa.
G. Don Félix Gutiérrez y Espinosa, y
H. Don Luis Gutiérrez y Espinosa.
4. Doña María Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
5. Doña Luz Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
6. Don Javier Espinosa y Cuevas, casado en primeras nupcias con
Doña Juana Montgomery y en segundas con Doña Adelaida Pitman.
Hijos del primer matrimonio:
A. Don Antonio Espinosa y Montgomery, y
B. Don Javier Espinosa y Montgomery.
Hijos del segundo matrimonio:
A. Don Eduardo Espinosa y Pitman.
B. Don Carlos Espinosa y Pitman, y
C. Don Manuel Espinosa y Pitman.
7. Don Eduardo Espinosa y Cuevas, murió en la infancia.
8. Doña Paz Espinosa y Cuevas, casada con el Doctor Don Ani­
ceto Ortega y Espinosa (1), primo suyo; hijos:
A. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
B. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
(1) Véase artículo sobre los Condes del Valle de Oploca, etc., etc.
) paste.
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—------------------ - lluro w[B- — ' ■■" ■-

3
14 .MARQUESADO DE OVANDO. Q

C. Doña Paz Ortega y Espinosa, y


D. Don Aniceto Ortega y Espinosa.
9. Don Vicente Espinosa y Cuevas.
10. Doña Elena Espinosa y Cuevas, y
11. Doña Virginia Espinosa y Cuevas.
II. Don Manuel Espinosa y Cervantes, casado con Doña Carmen
Parra; hijos:
1. Doña Concepción Espinosa y Parra, que contrajo matrimonio
con Don Tomás Olavarría; hijos: ¿
A. Doña Carmen Olavarría y Espinosa.
B. Doña Concepción Olavarría y Espinosa.
C. Doña Guadalupe Olavarría y Espinosa.
D. Doña María de las Mercedes Olavarría y Espinosa.
E. Doña María de los Angeles Olavarría y Espinosa.
F. Doña Luisa Olavarría y Espinosa.
G. Don Manuel Olavarría y Espinosa, y
H. Don Tomás Olavarría y Espinosa.
2. Don Manuel Espinosa y Parra, murió sin sucesión.
3. Don José Espinosa y Parra, casado con Doña María Ardila;
hijos:
A. Doña Guadalupe Espinosa y Ardila.
B. Doña Carmen Espinosa y Ardila.
C. Don Manuel Espinosa y Ardila.
D. Doña María de las Mercedes Espinosa y Ardila.
E. Don José Espinosa y Ardila, murió en la infancia.
F. Doña María Espinosa y Ardila.
G. Don José Ignacio Espinosa y Ardila, y
H. Doña Enriqueta Espinosa y Ardila.
4. Don José Espinosa y Parra, murió enda infancia.
5. Doña María Guadalupe Espinosa y Parra, murió en la infancia.
6. Doña María de los Angeles Espinosa y Parra, casada con Don
José Valle; hij os:
A. Don José Valle y Espinosa.
B. Don Angel Valle y Espinosa.
C. Don Salvador Valle y Espinosa.
D. Doña Josefa Valle y Espinosa, murió en la infancia.
¡® E. Don Rafael Valle y Espinosa, y
id
MARQUESADO DE OVANDO.

F. Doña Josefa Valle y Espinosa.


7. Doña María Espinosa y Parra, casada con Don Eusebio
zález; hija:
A. Doña María de los Angeles González y Espinosa.
8. Don Francisco Espinosa y Parra, murió sin sucesión.
9. Don José de Jesús Espinosa y Parra.
10. Don Pedro Espinosa y Parra, casado con Doña Beatriz Re­
yes; hij os:
A. Don Francisco Espinosa y Reyes, y
B. Don Angel Espinosa y Reyes.
11. Doña Carmen Espinosa y Parra.
12. Doña Dolores Espinosa y Parra.
13. Don Joaquín Espinosa y Parra.
14. Doña Guadalupe Espinosa y Parra, casada con Don Santiago
Herrán.
15. Don Antonio Espinosa y Parra, y
16. Don Luis Espinosa y Parra.
III. Doña Loreto Espinosa y Cervantes, casada con el Doctor
Don Aniceto Ortega del Villar (1); hijos:
1. Doña Enriqueta Ortega y Espinosa.
2. Licenciado Don Manuel Ortega y Espinosa, viudo de Doña
Beatriz Hay; hijos:
A. Doña Beatriz Marta Ortega y Hay.
B. Don Guillermo Ortega y Hay.
C. Don Manuel Ortega y Hay, y
D. Doña Rosa Ortega y Hay.
3- Ingeniero Don José Ortega y Espinosa, casado con Doña Con­
cepción Escudero y Pérez Gallardo.
4. Don Jacobo Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
5. Doña Guadalupe Ortega y Espinosa, que falleció, contrajo ma­
trimonio con Don Francisco Gámez y Buch (2); hijos:
A. Don Francisco Gámez y Ortega.
B. Don Angel Gámez y Ortega, y
C. Doña Guadalupe Gámez y Ortega.

(1) Véase artículo sobre Condes del Valle de Oploca.


(2) Véase artículo sobre Ducado de Prim.
s. • '■
pf J6 MARQUESADO DE OVANDO.
i

6. Don Francisco Ortega y Espinosa, casado con Doña Matilde


Casanova; hij os:
A. Doña Matilde Ortega y Casanova, murió en la infancia.
B. Doña Catalina Ortega y Casanova, murió en la infancia.
C. Don Aniceto Ortega y Casanova.
D. Doña Margarita Ortega y Casanova.
E. Don Eduardo Ortega y Casanova.
F. Don Francisco Ortega y Casanova, y
G. Doña María Luisa Ortega y Casanova.
7* Doña Carmen Ortega y Espinosa, casada con Don Francisco
Gámez y Buch (viudo de Doña Guadalupe); hijos:
A. Don Manuel Gámez y Ortega.
B. Don José Ignacio Gámez y Ortega, y
C. Doña Dolores Gámez y Ortega.
8. Doña Loreto Ortega y Espinosa, que contrajo matrimonio con
el Licenciado Don Manuel Escalante; hijos:
A. Doña Josefina Escalante y Ortega.
B. Don Manuel Escalante y Ortega.
C. Doña Julia Escalante y Ortega.
D. Don Daniel Escalante y Ortega.
E. Doña Eugenia Escalante y Ortega, y
F. Doña Sofía Escalante y Ortega.
9. Doctor Don Aniceto Ortega y Espinosa, casó con su prima Do­
ña Paz Espinosa y Cuevas; hijos:
A. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
B. Don Aniceto Ortega y Espinosa, murió en la infancia.
C. Doña Paz Ortega y Espinosa, y
D. Dn Aniceto Ortega y Espinosa.
10. Ingeniero Don Vicente Ortega y Espinosa.
11. Doña Dolores Ortega y Espinosa, y
12. Doña María Ortega y Espinosa.

CAPITULO III.

Don José María Cervantes y Ozta, casado con Doña Magdalena


Ayestarán y Castro (falleció el 10 de Diciembre de 1847); hijos:
--------------------------------- ..........................................................................................................................................................................................

MARQUESADO DE OVANDO. 17®/


I. Don Ignacio Cervantes y Ayestarán, viudo de Doña Carmen
Cáuz, de la que no tuvo sucesión. <»

II. Doña Guadalupe Cervantes y Ayestarán (ya fallecida), casada


con Don Francisco Cáuz (hermana de Doña Carmen); hijos:
1. Don J osé Antonio Cáuz y Cervantes.
2. Doña Concepción Cáuz y Cervantes.
3. Doña Elena Cáuz y Cervantes.
4. Doña Guadalupe Cáuz y Cervantes, y
5. Doña Ana Cáuz y Cervantes.

CAPITULO IV.

Doña Ana María Cervantes y Ozta (muerta en 1899), casada con


Don Ignacio Algara y Gómez de la Casa (murió en 1887); hijos:
*9
I. Don Ignacio Algara y Cervantes (murió en 1890), casó con Do­
ña Francisca González Buch; hijos:
1. Don Francisco Algara y González, casado con Doña Gertrudis 5*
Bray; hijos:
A. Don. Francisco Algara y Bray.
B. Don Ignacio Algara y Bray, y
C. Doña María Gertrudis Algara y Bray.
2. Doña María de la Luz Algara y González, casada con el Señor
Ingeniero Don Mauricio de María Campos y Elguero; hijo:
A. Don Mauricio de María Campos y Algara.
3. Doña Ana Algara y González, casada con Don Manuel Echa-
ve y García Teruel (1), y
4. Don Angel Algara y González.
II. Don Francisco Algara y Cervantes (murió en 1889), casó con
Doña Josefa Romero de Terreros (2); hijos:
1. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con Doña
María Schulze y Rincón Gallardo (3).
i
2. Don Manuel Algara y Romero de Terreros, murió sin sucesión.
3. Don Francisco Algara y Romero de Terreros.

(1) Véase artículo sobré la familia Icaza.


1 (2) Véase artículo relativo al Ducado de Regla, etc.
(3) Véase artículo sobre los Marqueses de Guadalupe.
MARQUESADO DE OVANDO.

4. Don Angel Algara y Romero de Terreros.


5. Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con Don
Enrique Algernón Joy; hijos:
A. Don Enrique Joy y Algara, y
B. Doña María Josefa Joy y Algara.
6. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, que falleció en 1897,
sin sucesión.
III. Doña María de los Angeles Algara y Cervantes, que falleció
en la infancia en 1854.
IV. Licenciado Don José Algara y Cervantes, sin tomar estado. !l
V. Don Antonio Algara y Cervantes, fallecido en 1893, casó con
Doña Guadalupe Romero de Terreros y Goríbar (1), sin hijos.
VI. Doña Angela Algara y Cervantes, viuda de Don José Cuevas
y Rubio (2), sin sucesión.
VII. Don Manuel Algara y Cervantes, casado con Doña Carlota
á
de Landero; hijos:
1. Doña Carlota Algara y Landero. •••*
$
V\

2. Doña Ana Elena Algara y Landero, y


3. Don Manuel Algara y Landero. N

VIII. Don Javier Algara y Cervantes, casado con Doña Carmen


Sánchez; hij os: T
1. Don Delfín Algara y Sánchez.
2. Don Javier Algara y Sánchez.
3- Doña María del Carmen Algara y Sánchez.
4- Don Antonio Algara y Sánchez.
5- Don José Algara y Sánchez, y
6. Doña María de la Concepción Algara y Sánchez.

(1) Véanse artículos sobre los Marqueses de Villahermosa de Alfaro, de San Cristóbal y
Condes de Jal i.
(2) Véase artículo sobre la familia Cuevas.

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c
MARQUESADO DE OVANDO.

LIBRO TERCERO.
Don Miguel Cervantes y Velasco, hijo tercero de Don Ignacio
Gómez de Cervantes y Padilla y de Doña Ana María de Velasco y
Ovando, contrajo matrimonio dos veces: la primera con Doña María
de Jesús Michaus, hermana de Doña María Ana, esposa de su her­
mano el Conde de Santiago; de esa misma sólo tuvo una hija, llama­
da Doña Manuela Cervantes y Michaus, que falleció sin tomar esta­
do. Casó en segundas nupcias con Doña Joaquina Estanillo y de ella
tuvo siete hijos: I. Don José; II. Don Miguel; III. Don Juan; IV.
Doña María de la Paz, que casó con Don Francisco Schiaffino y fa­
lleció sin sucesión; V. Doña Soledad; VI. Doña Rosario, que no to-
y i tt
mó estado, y VII. Don Jesús Cervantes y Estanillo. Con excepción
de Doña María de la Paz y de Dona Rosario, los restantes nos ser­
virán de tema á los cinco capítulos siguientes

CAPITULO I. 1
Don José Cervantes y Estanillo, fué casado con Dona Manuela
| Cortazar y Ceballos (i); hijos:
I. Doña Dolores Cervantes y Cortazar, casó con Don Antonio Ri­
ba Echeverría (2) (murió en 1902); hijos:
1. Don Antonio Riba y Cervantes.
2. Licenciado Don Luis Riba y Cervantes, casó (26 de Mayo de
1900) con Doña María Concepción de Landa y Lozano (3); hijos:
A. Doña María Luisa Riba y Landa.
B. Don Antonio Riba y Landa, y
C. Don José Riba y Landa.
3. Don Enrique Riba y Cervantes, casó (15 de Julio de 1903) con
Doña Guadalupe Rincón Gallardo (4).
Véanse artículos sobre los Condados de la Presa de Jalpa y de Rábago.
Véase artículo sobre la familia Echeverría.
(3) Véase artículo sobre la familia Landa de México.
1® (4) Véanse artículos sobre los Marqueses de Guadalupe, Ducado de Regla, etc., etc
A.+.A A.^.
/TV "TV
A.------------------------------------------------------------------
20 MARQUESADO DE OVANDO.

4. Don Guillermo Riba y Cervantes.


5. Doña Guadalupe Riba y Cervantes, casada con Don Alvaro
Fernández del Valle.
6. Doña Ana María Riba y Cervantes, casada con Don Carlos L.
Corcuera; hijo:
A. Don Carlos L. Corcuera y Riba. •
II. Doña Enriqueta Cervantes y Cortazar, casó con Don Miguel
Echeverría; hijo:
1. Don José Miguel Echeverría y Cervantes, muerto en la infancia.
III. Doña Manuela Cervantes y Cortazar, contrajo matrimonio con
Don Nicolás Campero (1); hijos:
1. Doña María Campero y Cervantes, y
2. Don Manuel Campero y Cervantes.

CAPITULO II.

Don Miguel Cervantes y Estanillo, falleció el 28 de Enero de 1901,


estuvo casado con Doña Matilde Romero de Terreros, también ya
f
fallecida (2); hijos:
I. Don José Miguel Cervantes y Romero de Terreros, casado con
Doña Leonor Ríos; hijos:
1. Don Miguel Cervantes y Ríos, y
2. Doña María de las Mercedes Cervantes y Ríos.
II. Don Pedro Cervantes y Romero de Terreros.
I'II. Doña Matilde Cervantes y Romero de Terreros, que contra­
jo matrimonio en Abril de 1899 con Don José de la Horga.
IV. Don Alfonso María Cervantes y Romero de Terreros, muer­
to sin sucesión, y
V. Doña Ana María Cervantes y Romero de Terreros.

CAPITULO III.

Don Juan Cervantes y Estanillo, que nunca tomó estado, falleció


hace pocos años.
(1) Véanse artículos sobre los Marqueses del Apartado, Condes de Alcaraz, etc., etc.
(2) Véanse artículos relativos á los Duques y Condes de Regla, etc.

t
c
------------------------------------- ----------------------------------------------------------------

MARQUESADO DE OVANDO.

CAPITULO I.

Don José María de Ovando y Cervantes, contrajo matrimonio con


Doña María de la Encarnación Haro y Tamariz; hijos:
I. Licenciado Don Eduardo de Ovando y Haro, casó con la Se­
ñora Doña Asunción Enciso y Osorio (que falleció); hijos:
1. Don Eduardo de Ovando y Enciso, casado con Doña Jacoba
Olea; hij os:
A. Don Eduardo de Ovando y Olea.
B. Doña Asunción de Ovando y Olea, y
C. Doña Carmen de Ovando y Olea.
2. Don Joaquín de Ovando y Enciso, casado con Doña Alicia Al-
mendaro y Fenochio; hijo:
A. Don Joaquín de Ovando y Almendaro.
3- Doña Asunción de Ovando y Enciso.
4- Don José María de Ovando y Enciso.
5- Doña Encarnación de Ovando y Enciso.
6. Doña Guadalupe de Ovando y Enciso, y
7- Don Ignacio de Ovando y Enciso.
II. Don José María de Ovando y Haro, casado con Doña Guada­
lupe Fernández é Ibarra; hijos:
1. Doña Guadalupe de Ovando y Fernández, casó con Don Eduar­
do Martínez de Velasco; hijos:
A. Don Eduardo Martínez y Ovando.
B. Don José Martínez y Ovando, y
C. Don Francisco Martínez y Ovando.
2. Doña Rosa Ovando y Fernández, casada con Don Juan Pérez
y Acedo; hij os:
A. Don Luis Pérez y Ovando, y
B. Don Juan Pérez y Ovando.
3- Don Carlos de Ovando y Fernández.
& 4- Doña María de Ocotlán de Ovando y Fernández.
5- Don Ignacio de Ovando y Fernández.
6. Doña María del Rosario de Ovando y Fernández.
sm. v-M-
«Xa*

MARQUESADO DE OVANDO. 23
7. Doña Concepción de Ovando y Fernández, y
9
8. Don José María de Ovando y Fernández.

CAPITULO II.

Doña Concepción de Ovando y Cervantes, casada con el Señor


Don Joaquín de Haro y Tamariz; hijos:
I. Don Joaquín de Haro y Ovando, fué casado con Doña Paz Ma­
rrón íque falleció); hijos:
1. Doña Paz de Haro y Marrón, casada con Don Joaquín Palomo
y Rincón (1); hijo:
A. Don José Ignacio Palomo y Haro, murió en la infancia.
2. Don Joaquín de Haro y Marrón, casado con Doña Julia Hege-
wisch.
gr 3. Doña Josefina de Haro y Marrón, y
4. Don J osé María de Haro y Marrón.
II. Doña Concepción de Haro y Ovando, contrajo matrimonio con
Don Antonio S. Miera (ambos difuntos); hijos:
1. D ona María Miera y Haro, casada con Don Tomás Cassou;
hijos:
A. Don Carlos María Cassou y Miera, y
B. Don Luis Cassou y Miera, murió en la infancia.
2. Don Luis Miera y Haro.
3. Doña Carolina Miera y Háro.
4* Doña Josefina Miera y Haro.
5. Doña Rosa Miera y Haro.
6. Don Antonio Miera y Haro, y
7. Doñ Fernando Miera y Haro.
III. Doña Guadalupe de Haro y Ovando, sin tomar estado.
IV. Don José María de Haro y Ovando, murió sin sucesión.
V. Don Ignacio de Haro y Ovando, viudo de Doña Cristina Gó­
mez; hijos:
I I* Doña Concepción de Haro y Gómez.
2. Doña María Luisa de Haro y Gómez, y
r
i f®(l) Véase artículo sobre los Marqueses de Guadalupe Gallardo.
*$$2^---------
MARQUESADO DE OVANDO.

3. Doña Guadalupe de Haro y Gómez.


VI. Doña Soledad de Haro y Ovando, sin tomar estado.

CAPITULO Til.

Doña Dolores de Ovando y Cervantes, casada con el Señor Don


Antonio de Haro y Tamariz; hija única:
I. Doña Asunción de Haro y Ovando, casada con Don Francisco
Pérez Salazar; hijo:
i. Don Francisco Pérez Salazar y Haro.

•f

LIBRO QUINTO.
i

Doña Pascuala Cervantes y Velasco, hija quinta de Don Ignacio


Gómez de Cervantes y Padilla y de Doña Ana María de Velasco y
Ovando, fué dos veces casada; la segunda con Don Manuel Gómez
Gallo, del que no tuvo sucesión; la primera con Don Joaquín de
Ovando y Parada. Tuvieron una hija: Doña Dolores.

CAPITULO UNICO.

Doña Dolores de Ovando y Cervantes, contrajo matrimonio con


Don Manuel de Haro y Tamariz; hijos:
I. Don Manuel de Haro y Ovando, casó con Doña Angela Ma­
teos (ambos difuntos); hijos:
i. Don Manuel de Haro y Mateos, casado con Doña Luz Bretón;1
hijos:
A. Dona Lucila de Haro y Bretón.
B. Doña Carmen de Haro y Bretón.
MARQUESADO DE OVANDO.

€. Don Jorge de Haro y Bretón.


D. Doña María Luisa de Haro y Bretón.
E. Doña Julia de Haro y Bretón.
F. Doña María de la Luz de Haro y Bretón, y
G. Doña María de la Paz de Haro y Bretón.
2. Don José María de Haro y Mateos, sin sucesión.
3- Don Luis de Haro y Mateos, sin sucesión, y
4 Doña Dolores de Haro y Mateos, casada con Don Ramón Man-
tilla; hijos:
A. Don Ramón Mantilla y Haro.
B. Doña Paz Mantilla y Haro.
C. Doña Carmen Mantilla y Haro, y
D. Doña María Luisa Mantilla y Haro.
TI. Doña Paz de Haro y Ovando, Religiosa de Santa Teresa, mu-
rió siendo la Superiora del Convento.
III. Don Amado de Haro y Ovando, casado con Doña Carolina í
García Teruel; hijos:
1. Don Enrique de Haro y Teruel. &
2. Doña María de Haro y Teruel, casada con Don Agustín Cas-’
tro y Santa-Anna; hijo:
A. Don Agustín Castro y Haro. 1
3. Don Amado de Haro y Teruel, y
4. Doña María de los Angeles de Haro y Teruel, casada con Don
Roberto Graue; hija:
A. Doña María de los Angeles Graue y Haro.

LIBRO SEXTO.
» Don Rafael Cervantes y Velasco, hijo séptimo de Don Ignacio 6

Gómez de Cervantes y Padilla y de Doña Ana María de Velasco y


1 j»

Ovando,
™ fué casado con Doña Manuela de Ozta y Gotera; tuvo tres®
FSilMEHA .T.wyj.Br
■4L.

|
e

MARQUESADO DE OVANDO.

hijos: I. Doña Guadalupe;^ I. Doña Carmen, que no tomó estado, y


III. Don Juan Javier Cervantes y-Ozta.

CAPITULO I.

Doña Guadalupe Cervantes y Ozta, contrajo matrimonio con Don


Antonino Moran y Vivanco (i); hijos:
I. Doña Guadalupe Morán y Cervantes, casada con Don Pedro
Gorozpe y Echeverría (2); hijos:
1. Ingeniero Don Manuel Gorozpe y Morán, casado con Doña
María Luisa Manterola; hij os:
A. Don Manuel Gorozpe y Manterola.
B. Doña María Luisa Gorozpe y Manterola.
C. Doña Guadalupe Gorozpe y Manterola.
D. Don Pedro Gorozpe y Manterola, murió en la infancia, y
E. Don José Pablo Gorozpe y Manterola.
x 2. Don Pedro Gorozpe y Morán, casado con Doña Concepción
Gorozpe (su prima); hijos:
A. Doña Concepción Gorozpe y Gorozpe.
B. Doña Carmen Gorozpe y Gorozpe, y
C. Doña Dolores Gorozpe y Gorozpe.
3. Doña María Gorozpe y Morán, Religiosa del Sagrado Corazón.
4 Doña Guadalupe Gorozpe y Morán, casada con Don Luis de
la Sota; hijos:
A. Doña Guadalupe de la Sota y Morán, murió en la infancia.
B. Don Luis de la Sota y Morán, y
C Doña Carmen de la Sota y Morán, murió en la infancia.
5- Doña María de los Dolores Gorozpe y Morán.
6. Ingeniero Don Ignacio Gorozpe y Morán, y
9 Doña María de la Luz Gorozpe y Morán.
II. Doña María de los Angeles Morán y Cervantes, casada con
Don Antonio Rubio (que falleció); hijos:
1. Doña Carmen Rubio y Morán, y
(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Vivanco. En varios de los artículos en que Ago­
ra este señor se le ha puesto indebidamente Antonio, debiendo ser Antonino.
(2) Véase artículo sobre la familia Echeverría.
2. Don José Rubio y Morán.
III. Don Rafael Morán y Cervantes, casado con Doña María Gar-
gollo, no han tenido sucesión.
IV. Doña Dolores Morán y Cervantes, sin tomar estado.
V. Doña María Morán y Cervantes, casada con Don Ramón Por­
tilla.
VI. Doña María de la Luz Morán y Cervantes, sin tomar estado.

CAPITULO II.

Don José Javier Cervantes y Ozta (1), casado con Doña Soledad
Vivanco y de la Lama; hijos:
I. Don Javier Cervantes y Vivanco, casado con Doña Catalina
Anaya; hijos:
1. Don Javier Cervantes y Anaya.
2. Don Fernando Cervantes y Anaya.
3. Don José Cervantes y Anaya.
4. Doña Catalina Cervantes y Anaya.
5. Don Alfonso Cervantes y Anaya.
6. Don Miguel Cervantes y Anaya, y
7. Don Carlos Cervantes y Anaya.
II. Doña María Manuela Cervantes y Vivanco, Religiosa del Sa­
grado Corazón.
III. Doña María de la Luz Cervantes y Vivanco.
IV. Licenciado Don Rafael Cervantes y Vivanco.
V. Don Ignacio Cervantes y Vivanco, casado con Doña María
Fonseca; hijo:
1. Don Ignacio Cervantes y Fonseca.
VI. Doña .Guadalupe Cervantes y Vivanco, casada con Don Fran­
cisco G. Arce; hijo:
1. Don Francisco G. Arce y Cervantes.
LIBRO SEPTIMO.
Doña María Ana Cervantes y Velasco, hija novena y última de
Don Ignacio Gómez de Cervantes y Padilla y de Doña Ana María
de Velasco y Ovando, casó con el Señor Don José María Cacho y
tuvo dos hijas: Doña María de los Angeles y Doña Bernarda Cacho
y Cervantes.

CAPITULO I.

Doña Angela Cacho y Cervantes, casó con Don Miguel Malo; hijos:
I. Don Jesús Malo y Cacho, casado con Doña Guadalupe Pérez
Palacios; hijos:
1. ' Don Jorge Malo y Pérez Palacios, y
2. Don Guillermo Malo y Pérez Palacios.
II. Don Luis Malo y Cacho, murió sin sucesión.
III. Doña Ana Malo y Cacho, casada con Don Antonio Suárez
Lozano; hij os:
1. Don Antonio Suárez y Malo, y
2. Doña Ana Suárez y Malo.
IV. Don Emilio Malo y Cacho, murió sin sucesión.
V. Don Luis Malo y Cacho, murió sin sucesión.
VÍ. Don Manuel Malo y Cacho, murió sin sucesión.
VII. Doña Angela Malo y Cacho, casada con Don José Fernán­
dez Guerra, sin sucesión.
VIII. Doña Trinidad Malo y Cacho, sin tomar estado.
IX. Doña Soledad Malo y Cacho, casó con Don Fernando An-
drade y Garayalde, murió sin sucesión.
X. Don Agustín Malo y Cacho, soltero.
XI. Doña Concepción Malo y Cacho, casada con Don Luis Ber-
deja; hijos:
1. Doña Guadalupe Berdeja y Malo.
2. Doña María Luisa Berdeja y Malo, y
----------
MARQUESADODE OVANDO. 29
3. Doña Dolores Berdeja y Malo.
XII. Don Francisco Malo y Cacho, soltero.

CAPITULO II.

Doña Bernarda Cacho y Cervantes, casada con Don Pedro Na-


varrete; hijos:
I. Don Pedro Navarrete y Cacho, casado con Doña Clementina
Espinosa de los Monteros; hijos:
1. Doña Raquel Navarrete y Espinosa de los Monteros.
2. Doña Eva Navarrete y Espinosa de los Monteros.
3. Don Roberto Navarrete y Espinosa de los Monteros, murió sin
sucesión.
4. Don Pedro Navarrete y Espinosa de los Monteros.
5. Doña Esperanza Navarrete y Espinosa de los Monteros.
6. Doña María Luisa Navarrete y Espinosa de los Monteros, y
7. Doña Clementina Navarrete y Espinosa de los Monteros.
II. Don José Navarrete y Cacho, casado con Doña Ana Casta-
ñeira, sin sucesión.
III. Doña Dolores Navarrete y Cacho, murió sin sucesión.
IV. Doña Elena Navarrete y Cacho, casada con Don Simón Gon­
zález; hijo:
1. Don Guillermo González y Navarrete.
V. Don Alfredo Navarrete y Cacho, murió sin sucesión.

CUARTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Escudo partido y cortado de dos, formando seis cuarteles. Prime­


* ro: de oro, cruz floreteada de gules, cantonada de cuatro veneras de
plata, puestas en sotuer, bordura de gules, ocho aspas de oro. Se­
gundo: de oro, sol figurado de gules, bordura cosida de oro, ocho I
er». r»?

A.*.*
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MARQUESADO DE OVANDO.
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cabezas de lobo de gules. Tercero: de oro, cruz floreteada de gules I


sobrecargada de cinco veneras de plata brochantes. Cziarto: tajado a
en ondas de plata y azur, tres peces en faja, uno sobre otro. Cuarto:
de azur: sobre peñas de su color, copa de oro con siete dardos de lo
mismo. Quinto: de gules, cinco flores de lis de oro puestas en sotuer.
Escusón sobre el todo partido de oro, media águilla de su color, y de
gules, media torre de plata, bordura de gules.
Timbrado con corona de Marqués y adornado con trofeos de
guerra.

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le lobo de gules. Tercero: de oro, cruz floreteada de gulés
cargada de cinco veneras de plata brochantes. Cuarto: tajado
mdas de plata y azur, tres peces en faja, uno sobre otro. Cuarto.
azur: sobre peñas de su color, copa de oro con siete dardos de lo
mismo. Quinto: de gules, cinco flores de lis de oro puestas en sotuer
kscusón sobre el todo partido de oro, media águilla de su color, y de
gules, media turre de plata, bordura de gules.
Timbrado uob corona de Marqués y adornado con trofeos de
guerra. 4
I
MARQUESES DE RIVASCACHO.
PRIMERA PARTE.
TÍTULOS DE MARQUÉS DE RIVASCACHO Y DE VIZCONDE DEL RIO.
CONCEDIDOS POR S. M. EL REY DON CARLOS III,
Á DON MANUEL DE RIVASCACHO,
EN SAN ILDEFONSO Á 14 DE JULIO DE 1764.

ON CARLOS por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de


León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de
Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Gali­
cia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de
Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Alge-
ciras, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias
Orientales y Occidentales, Islas y Tierra firme del Mar Océano, Ar­
chiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Bramante y Milán, Con­
de de Abspurg, de Flandes, Tiról, Rosellón y Barcelona, Señor de
Vizcaya y de Molina, etc.
Por cuanto atendiendo al particular mérito que en la pasada gue­
rra adquiristeis vos Don Manuel de Rivascacho, Coronel del Regi­
miento de Infantería del Comercio de la Ciudad de México, habien­
do hecho varios préstamos de consideración para urgencias de la Co­
rona en aquel Reino de Nueva España, por decreto señalado de mi
C. man0 de ocho de Marzo pasado de este año, he venido en ha-
^2 MARQUESADO DE RIVASCACHO. 1
ceros merced de Título de Castilla, para vos, vuestros herederos y
sucesores.—Por tanto y porque habéis elegido el de Marqués de Ri-
vascacho, por más honraros y sublimar vuestra persona y casa, mi*
voluntad es que ahora y de aquí en adelante vos el dicho Don Ma­
nuel de Rivascacho y vuestros herederos y sucesores, cada uno en
su tiempo, perpetuamente para siempre jamás, os podáis llamar é in­
titular, llaméis é intituléis, llamen é intitulen y os hago é intitulo
Marqués de Rivascacho. Y por esta mi carta encargo al Serení­
simo Príncipe Don Antonio, mi muy caro y muy amado hijo y man­
do á los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-
hombres, Priores de las Ordenes, Comendadores, Subcomendadores,
Alcaides de los Castillos y casas fuertes y llanas, y á los del mi Con­
sejo, Presidentes y Oidores de mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles
de mi Casa y Corte, y Cancillerías, y á todos los Consejos, Corre­
gidores, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes mayores y Ordinarios,
s
Alguaciles, Merinos, Prebostes y otros cualesquier mis Jueces y Jus­
A>
4*
ticias, y personas de cualquier estado, calidad, condición y dignidad
£
que sean, mis vasallos, súbditos y naturales, así á los que ahora son
como á los que adelante fueren, y á cada uno y cualquiera de ellos,
que os hayan y tengan, llamen é intitulen, así á vos el expresado Don-
Manuel de Rivascacho, como á cada uno de los dichos vuestros he­
rederos y sucesores en su respectivo tiempo, Marqueses de Rivasca­
cho y os guarden y hagan guardar todas las honras, franquezas, li­
bertades, exenciones, preeminencias, prerrogativas, gracias, merce­
des y demás ceremonias que se guardan y deben guardar á los otros
Marqueses de estos mis Reinos, todo bien y cumplidamente sin que
os falte cosa alguna. Y porque según las órdenes dadas por el Señor
Rey Don Felipe IV (que esté en gloria), á las personas á quien se
diere Título de Marqués ó Conde ha de preceder primero el de Viz­
conde y quedar éste suprimido, por despacho del día de la fecha de
éste, os he dado Título de Vizconde del Río, el cual en consecuencia
de las dichas órdenes queda roto y cancelado, en mi Secretaría de la
Cámara y estado de Castilla, y notado y prevenido en su Registro-
para que no valga, ni tenga efecto ni se dé por perdido, duplicado ni
I en otra forma en tiempo alguno. Y si de este mi despacho y de la
gracia y merced en él contenida, vos el referido Don Manuel de Ri-
vascacho ó cualquiera de los expresados vuestros herederos y suce-
sores ahora ó en cualquier tiempo quisiereis ó quisieren mi carta de
Privilegio y Confirmación, mando á los mis Concertadores y Escri­
banos Mayores de los Privilegios y Confirmaciones, y á los mis Ma­
yordomos, Cancilleres y Notario Mayor, y á los otros Oficiales que
están á la Tabla de mis Sellos, que os la den, libren, pasen y sellen
lo más fuerte, firme y bastante que les pidiereis y menester hubie­
reis. Y de este mi despacho se ha de tomar razón en la Contaduría
General de Valores y Distribuciones de mi Real Hacienda, á que
están agregados los libros del Registro General de Mercedes y Me­
dia-anata, expresando en la de Valores haber pagado ó quedar ase­
gurado este derecho, con declaración de lo que importare, sin cuya
formalidad mando sea de ningún valor y no se admita ni tenga cum­
plimiento esta merced en los Tribunales, dentro y fuera de la Corte.
-Dado en San Ildefonso á 14 de Julio de 1764.—Yo el Rey.—
Rúbrica.
) * . •»

gF SEGUNDA PARTE.
CARTA DE SUCESIÓN CONCEDIDA POR S. M. DOÑA ISABEL II
Á DON JUAN ROMERO DE TERREROS,
EN MADRID Á 22 DE NOVIEMBRE DE 1858.
Un sello con las Armas Españolas que dice: Isabel 2? P. L. G. D.
Dios y la Const. Reina de las Españas.—Otro sello que dice: Sello
4? Año 1858.—40 Ms.
Don Benito González de Tejada, Secretario de S. M. con ejercicio
y Archivero del Ministerio de Gracia y Justicia.
Certifico: que de un expediente que obra en el Archivo que está
á mi cargo resulta que el Excelentísimo Señor Don Juan Romero de
Terreros, Conde de San Bartolomé de Jala y Marqués de Villaher-
mosa de Alfaro, solicitó en diez de Noviembre de mil ochocientos
cincuenta y tres, de S. M. la Reina (que Dios guarde), se dignase
mandar se le expidiese las Reales Cédulas de sucesión correspondien­
tes á los cuatro Títulos de Conde de Regla, Marqués de San Cristó­
bal, de San Francisco y de Rivascacho, y dada al expediente que $
é instruido al efecto la debida tramitación, fué aprobado por S. M.®

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♦ J —. ~ *í§^—=
MARQUESADO DE RIVASCACHO.
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en despacho de diez y seis de Junio de mil ochocientos cincuenta y cua­
tro; cuya resolución se comunicó al Excelentísimo Señor Ministro de
Hacienda por Real orden que dice así:—“Al Señor Ministro de Ha­
cienda.—Diez y siete de Julio de mil ochocientos cincuenta y cuatro.
—En vista de un expediente promovido en este Ministerio por Don
Juan Romero de Terreros, Conde de San Bartolomé de Jala, S. M.
la Reina (que Dios guarde), ha tenido á bien mandar expedir á fa­
vor del mismo, previo el pago del impuesto especial que correspon­
de, las respectivas Reales Cédulas de sucesión en los Títulos de Con­
de de Regla, Marqués de San Cristóbal, de San Francisco y de Ri-
vascacho, que han recaído en dicho interesado por haberlos recla­
mado dentro del término de la ley en concepto de pariente más próxi­
mo á los últimos poseedores de los referidos títulos.—De Real orden
comunicada, etc., lo digo á Ud. para los efectos consiguientes en ese
Ministerio de su digno cargo.—Dios, etc.—El Subsecretario.”—Y
para que obre los efectos oportunos y por resolución á una instancia
del interesado, doy la presente sellada con el que se usa en esta Se­
cretaría en Madrid á veintidós de Noviembre de mil ochocientos cin­
cuenta y ocho.—Benito González de Jeja da.—Rúbrica.—U n Escu­
do con las Armas Españolas.
7

TERCERA PARTE.
GENEALOGÍA DE LOS MARQUESES.

El ier. Marqués, Señor Brigadier Don Manuel de Rivascacho,


natural de Peña Castillo de Santander, casó con Doña Manuela Pa­
blo Fernández (i) (hija del Marqués de Prado Alegre), y tuvieron
por hija á \
Doña Ana María de Rivascacho, casó con Don Francisco de la
Cotera, y tuvieron por hijo al
2? Marqués, Don José- Mariano de la Cotera, Caballero de Santia­
go, casó con Doña Nicolasa Calvo de la Puerta y Cárdenas (herma-
-*z«>
"P z».(l) Véase artículo sobre los Marqueses de Prado Alegre.

«¿soyc?*.
• " ¿¿2E2Ü.
MARQUESADO DE RIVASGACHO.

na de Doña Ignacia, 2? esposá del 8" Conde de Santiago), y tuvie­


ron por hija á la
3* Marquesa, Doña Josefa de la Cotera, casó con el Coronel Don
Juan Casimiro de Ozta y Múzquiz, Caballero de Santiago, y tuvie­
ron por hijo, entre otros, al
4? Marqués, Don Sebastián de Ozta, casó con Doña Beatriz Mo­
ra (1), y tuvieron por hija á la que debía ser
5* Marqrtesa, Doña María Josefa de Ozta, casó con el General
Don Ignacio Mora y Villamil (hijo del Sr. Mora y de Doña Luisa
Villamil; nieto por línea materna del Teniente Coronel Don Antonio
Fernández Villamil y de Doña Luisa Curiel), y fué el
6- Marqués, el Excmo. Señor Don Juan Nepomuceno Romero de
Terreros y Villamil, ier. Duque y 4? Conde de Regla, Marqués de
San Cristóbal, etc., etc. (2), murió sin sucesión y debió ser el
7? Marqués, Don José Manuel Moray Ozta, hijo de los 50S. Mar­
queses, casó con Doña Joaquina de la Barrera, y tuvieron por hija á c:
la que debió ser
8? Marquesa, Doña Guadalupe Mora y Barrera, casada con Don
Antonio Bassoco (3); hijos:
Primero.—Doña Cármen Bassoco y Mora.
Segundo.—Doña Amalia Bassoco y Mora.
Tercero.—Doña Concepción Bassoco y Mora, y
Cuarto.—Don Antonio Bassoco y Mora.
Hermana de la 8? Marquesa es Doña Josefa Mora y Barrera, ca­
sada con Don Salvador Gutiérrez; hijos:
Primero.—Don José Manuel Gutiérrez y Mora.
Segundo.—Don Guadalupe Gutiérrez y Mora, y
Tercero.—Don Salvador Gutiérrez y Mora.

(1) Hija de Don Antonio de Mora Peyzar, Intendente de Oaxaca, y de Doña María Jose­
fa Fernández de Córdova y Zayas, hermana del 1er. Marqués de San Román y sobrina de
Doña Ana de Zayas, esposa del Virrey Don Bernardo de Gálves.
I
(2) Véase carta de sucesión en la segunda parte de este artículo y los artículos sobre Du­
cado y Condado de Regla, Marquesado de Villahermosa de Alfaro, de San Francisco, de San
•Cristóbal, Condado de Jala y el capítulo II de la cuarta parte de este artículo.
(3) Véase artículo sobre los Condes de Bassoco.
PRIMERA PARTE.

>
MARQUESADO DE RIVASCACHO.
<y

CUARTA' PARTE.
DESCENDENCIA DEL PRIMER MARQUÉS.

El Señor Brigadier Don Manuel de Rivascacho, ier. Marqués de


Rivascacho, casó con Doña Manuela Pablo Fernández (i) (hija del*
ier. Marqués de Prado Alegre), y tuvieron por hija á
Doña Ana María de Rivascacho, casó con Don Francisco de la"
Cotera Salmont; y tuvieron tres hijos, I. Don José Mariano; II. Doña
Gertrudis Ignacia y III. Doña Manuela de la Cotera y Rivascacho;.
Doña Manuela casó con el 4? Marqués de Santa Fe de Guardiola y no
quedan descendientes de ella; de Don José Mariano,y de Doña Ger­
trudis Ignacia nos ocuparemos en los dos capítulos siguientes.

CAPITULO I.

El 2? Marqués Don José Mariano de la Cotera y Rivascacho, hijo


primogénito de Doña Ana María de Rivascacho y de Don Francis­
co de la Cotera Salmont, casó con Doña Nicolasa Calvo de la Puer­
ta y Cárdenas; y tuvieron por hija á
Doña Josefa de la Cotera y Calvo de la Puerta, 3* Marquesa, ca­
só con el Coronel Don Juan Casimiro de Ozta y Múzquiz, Caballe­
ro de Santiago; y tuvieron cuatro hijos:
Primero.—Don Sebastián de Ozta y de la Cotera, 4? Marqués, ca­
só con Doña Beatriz Mora; hija:
I. Doña María de Ozta y Mora, 5? Marquesa, casó con el General
Don Ignacio Mora y Villamil;’hijos:
1. Doña Ignacia Mora y Ozta, casó con Don Miguel Arroyo; Sub­
secretario de Relaciones que fué; y tuvieron por hijos, entre otros
que murieron sin sucesión:
A. Don Alfonso Arroyo y Mora, casado con Doña Sofía Ortiz; hijo:
a. Don Miguel Arroyo y Ortiz.
B. Doña Concepción Artoyo y Mora, casó en primeras nupcias
con Don Aurelio Santín, y en segundas nupcias con Don Ricardo
Cajiga.
(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Prado Alegre.
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Lpd *1
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J- -——-------
MARQUESADO DE RIVASCACHO.

HIJA DEL PRIMER MATRIMONIO:

Doña Concepción Santín y Arroyo.


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*
C. Don Felipe Arroyo y Mora, casó con Doña Refugio Rubio;
hijos:
a. Doña María Luisa Arroyo y Rubio.
lí r ■
b. Doña Refugio Arroyo y Rubio.
i c. Don Felipe Arroyo y Rubio.
I
d. Don Luis Arroyo y Rubio, y
t
i
e. Doña Cármen Arroyo y Rubio, murió en la infancia.
2. Don Manuel Mora y Ozta, que debió ser el 7? Marqués, casó
con Doña Joaquina de la Barrera; hijos:
A. Doña Guadalupe Mora y de la Barrera, que debió ser 8? Mar­
quesa, casada con Don Antonio Bassoco; hij os:
a. Doña Cármen Bassoco y Mora.
b. Doña Amalia Bassoco y Mora.
c. Doña Concepción Bassoco y Mora, y
>n d. Don Antonio Bassoco y Mora.
B. Doña Josefa Mora y de lia Barrera, casada con Don Salvador
Gutiérrez; hijos:
a. Don Manuel Gutiérrez y Mora.
b. Doña Guadalupe Gutiérrez y Mora, y
c. Don Salvador Gutiérrez y Mora.
Don Luis Mora y Ozta, casó con Doña Fanny Macartney; hijos:
A. Don Luis Mora y Macartney, murió en la infancia (i).
B. Don Ignacio Mora y Macartney, murió en la infancia.
Segundo.—Doña Ana María de Ozta y de la Cotera, casó con Don
José María Cervantes y Velasco, 12- Conde de Santiago; hijos:
I. Don José María Cervantes y Ozta (2) (que debió ser Marqués de
Salinas), casado con Doña Magdalena Ayestarán y Castro; hijos:
1. Don Ignacio Cervantes y Ayestarán, que debería de ser hoy
Conde de Santiago de Calimaya, Marqués de Salinas y Adelantado
s.
I)
fe fl) Don Luis y Don Ignacio Mora y Macartney, murieron en la explosión de dinamita «)
que hubo en San Angel hace más de veinte años.
(2) Véanse artículos fcobre los Marqueses de Salinas, Santa Fe de Guardiola, Condado de
^ahtiago, etc., etc.

U.
.........

MARQUESADO DE RIVASCACHO.

de las Islas Filipinas; reside en Jalapa y es viudo de la Señora Doña


Cármen Cauz, de la que no tuvo sucesión.
2. Doña Guadalupe Cervantes y Ayestarán, casó con Don Fran­
cisco Cauz (hermano de Doña Cármen); hijos:
A. Don José Antonio Cauz y Cervantes.
B. Doña Concepción Cauz y Cervantes.
C. Doña Elena Cauz y Cervantes.
D. Doña Guadalupe Cauz y Cervantes, y
E. Doña Ana Cauz y Cervantes.
II. Doña Ana María Cervantes y Ozta (muerta en 1890), casó con
Don Ignacio Algara y Gómez (fallecido en 1867); hijos:
1. Don Ignacio Algara y Cervantes, casó con Doña Francisca
González Buch (1); hijos: ,t
A. Don Francisco Algara y González.
B. Doña María de la Luz Algara y González, casada con Don
Mauricio M. Campos y Elguero.
C. Doña Ana María Algara y González.
D. Don Angel Algara y González.
2. Don Francisco Algara y Cervantes, casado con Doña Josefa
Romero de Terreros (2); hijos:
A. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con Doña
María Schultze y Rincón Gallardo. (3)
B. Don Manuel Algara y Romero de Terreros.
C. Don Fernando Algara y Romero de Terreros.
D. Don Angel Algara y Romero de Terreros (literato).
E. Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con Don
Enrique Algernón Joy; hijos:
a. Don Enrique Joy y Algara.
b. Doña María Josefa Joy y Algara:
F. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, que falleció en 1897
sin sucesión.
3. Doña María de los Angeles Algara y Cervantes, que falleció en
la infancia er 1854.
4. Licenciado Don José Algara y Cervantes, ex-Profesor de Le-

(1) Véase artículo sobre los Duques de Prim.


(2) Véanse artículos sobre Ducado y Condado de Regla, etc., etc.
(3) Véase artículo sobre Marquesado de Guadalupe Gallardo.
-------------------------------------------------

MARQUESADO DE RIVASCACHO. 9@7

gislación Comparada y de Derecho Constitucional en la Escuela Na­


cional de Jurisprudencia, ex—Promotor del Juzgado i-’ de Distrito, y
actualmente Subsecretario de Relaciones Exteriores, y autor de “Los
descendientes de Miguel de Cervantes Saav^dra en México, Apun­
tes genealógicos,” publicados en 1892. Sin tomar estado.
5. Don Antonio Algara y Cervantes, fallecido en 1890, casó con
Doña Guadalupe Romero de Terreros y Goríbar, Marquesa de Villa-
hermosa de Alfaro y de San Cristóbal, Condesa de Jala (1), sin hijos.
6. Doña Ana Algara y Cervantes, viuda de Don José Cuevas y
Rubio, sin sucesión.
7. Don Manuel Algara y Cervantes, Diputado, casado con Doña
'Carlota de Landero; hij os:
A. Doña Carlota Algara y Landero.
B. Doña Ana Elena Algara y Landero, y
C. Don Manuel Algara y Landero.
8. Don Javier Algara y Cervantes, Diputado, casado con Doña
•Cármen Sánchez; hijos: jj
A. Don Delfín Algara y Sánchez.
B. Don Javier Algara y Sánchez. ¿rw
C. Doña María del Cármen Algara y Sánchez.
D. Don Antonio Algara y Sánchez, y
E. Don José Algara y Sánchez.
Tercero.—Doña Manuela de Ozta y de la Cotera, casó con Don
Rafael Cervantes (2); hijos:
I. Doña Guadalupe Cervantes y de Ozta, casó con Don Antonio
Morán y Vi vaneo, que debió ser 4? Marqués de Vi vaneo (3); hijos:
1. Doña Guadalupe Morán y Cervantes, casó con Don Pedro Go­
rozpe y Echeverría, Presidente de la Sociedad Agrícola; hijos:
A. Ingeniero Don Manuel Gorozpe y Morán, casado con Doña
María Luisa Manterola; hijos:
a. Don Manuel Gorozpe y Manterola.
b. Doña María Luisa Gorozpe y Manterola.
c. Doña Guadalupe Gorozpe y Manterola.

(1) Véanse artículos sobre dichos títulos.


(2) Véanse artículos sobre Marquesado de Salinas, Santa Fe de Guardiola, Conde de San­ á
tiago, etc., etc.
(3) Véase artículo sobre dicho título.
fabte.

*-
AtZ
v
MARQUESADO DE RIVASCACHO.
(j>
d. Don Pedro Gorozpe y Manterola, y
e. Don José Pablo Qorozpe y Monterola. (i/

B. Don Pedro Gorozpe y Morán, casado con Doña Concepción.


Gorozpe (su prima); hijos:
a. Doña Concepción Gorozpe y Gorozpe.
b. Doña Cármen Gorozpe y Gorozpe, y
c. Doña Dolores Gorozpe y Gorozpe.
C. Doña María Gorozpe y Morán, Religiosa del Sagrado Cora­
zón.
D. Doña Guadalupe Gorozpe y Morán, casada con Don Luis de
la Sota; hij os:
a. Doña Guadalupe de la Sota y Gorozpe, murió en la infancia.
b. Don Luis de la Sota y Gorozpe, y
c. Doña Cármen de la Sota y Gorozpe, murió enla infancia.
E. Doña María de los Dolores Gorozpe y Morán.
fe F. Ingeniero Don Ignacio Gorozpe y Morán, y
G. Doña María de la Luz Gorozpe y Morán.
2. Doña María de los Angeles Morán y Cervantes, viuda de Don
i, Antonio Rubio; hijos:
A. Doña Cármen Rubio y Morán, y
B. Don José Rubio y Morán.
I
3. Don Rafael Morán y Cervantes, casado con Doña María Gar-
gollo; no han tenido sucesión; este Señor debería ser 5? Marqués de
Vivanco.
4. Doña Dolores Morán y Cervantes, sin tomar estado.
5- Doña María Morán y Cervantes, casada con Don Ramón Por-
tilla. sin sucesión.
6. Doña María de la Luz Morán y Cervantes, sin tomar estado.
II. Doña Cármen Cervantes y de Ozta, murió sin sucesión.
III. Don José Javier Cervantes y de Ozta, que por la muerte de
su tía Doña Guadalupe Ceballos y Padilla, debería haber sido Mar­
qués de Santa Fe de Guardiola, casó con Doña Soledad Vivanco y
de la Lama; hijos:
i. Don Javier Cervantes y Vivanco, casado con Doña Catalina
Anaya; hijos: (f

A. Don Javier Cervantes y Anaya.


B. Don Fernando Cervantes y Anaya.

f
------------------- - é*vft p yz

MARQUESADO DE RIVASCACHO.

c. Don José Cervantes y Anaya.


D. Doña Catalina Cervantes y Anaya, y
E. Don Alfonso Cervantes y Anaya.
2. Doña María Manuela Cervantes y Vivanco, Religiosa del Sa­
grado Corazón.
3. Doña María de la Luz Cervantes y Vivanco.
4. Lie. Don Rafael Cervantes y Vivanco.
5. Don Ignacio Cervantes y Vivanco, casado con Doña María
Fonseca; hijo:
A. Don Ignacio Cervantes y Fonseca.
6. Doña Guadalupe Cervantes y Vivanco, casó con Don Francis­
co G. Arce.
Cuarto.—Doña María Luisa de Ozta y de la Cotera, casó con Don
Manuel Arias, y tuvieron por hija, entre otros que murieron sin su­
cesión, á
I. Doña Dolores Arias y de Ozta, casada con Don Joaquín Fla­
nes; hijos:
■c
1. Don Rafael Illanes y Arias, casó con Doña Teresa Trigueros;
hijos:
A. Doña María Luisa Illanes y Trigueros, casada con el General
Licenciado Don Luis Velasco Rus; hijos:
a. Don Luis Velasco é Illanes.
b. Doña María Matilde Velasco é Illanes.
c. Doña María del Rosario Velasco é Illanes, murió en la infancia.
d. Doña Concepción Velasco é Illanes, murió en la infancia.
e. Don Rafael Velasco é Illanes, y
f. Doña María de la Asunción Velasco é Illanes.
B. Doña Dolores Illanes y Trigueros, casada con Don Francisco
del Collado (hijo de Don José V. del Collado, Director que fué del
Banco Nacional, y de Doña Josefa Beredia); hijos:
a. Doña Dolores del Collado é Illanes.
b. Don José Francisco del Collado é Illanes.
c. Doña María de la Concepción del Collado é Illanes, murió en
la infancia.
d. Don Francisco José del Collado é Illanes.
C. Doña Teresa Illanes y Trigueros, casada con Don Francisco
Cipriani; hija:
(J $
12 MARQUESADO DE RIVASCACHO.

a. Doña María Guadalupe Cipriani é Illanes.


D. Don Joaquín Illanes y Trigueros.
E. Doña Cármen Illanes y Trigueros, casada con César Revilla;
hijos:
a. Don Gerardo Revilla é Illanes.
F. Don Rafael Illanes y Trigueros.
2. Don Manuel María Illanes y Arias, casó con Doña Dolores
Casanova; hij os:
A. Don Manuel Illanes y Casanova, casado con Doña Francisca
Illanes; hijos:
a. Don Manuel María Illanes é Illanes.
B. Don Roberto Illanes é Illanes.
C. Doña Dolores Illanes y Casanova, casó con el Lie. Don Raúl
Lalanne (hijo del Sr. General Don Jesús Lalanne, Gobernador que
| fué del Estado de México); hijos:
n a. Doña María Cristina Lalanne é Illanes.
D. Don Juan Illanes y Casanova, casó con su prima Doña Encar­
nación Casanova; hijos:
a Don Carlos Illanes y Casanova.
b. Doña Dolores Illanes y Casanova.
E. Doña Ana María Illanes y Casanova, casada con Don Enrique
Salceda; hijos:
a. Enrique Salceda é Illanes.
F. Doña Rosa María Illanes y Casanova.
G. Doña Adela Illanes y Casanova.
H. Doña Margarita Illanes y Casanova, casada con Don Juan
Trevilla.
3. Don José Joaquín Illanes y Arias, casó con Doña Mercedes
Blanco; hijos:
A. Don Miguel Illanes y Blanco, casado con Doña Josefa Ramos;
hijos: / d
a. Doña María de las Mercedes Illanes y Ramos.
B. Don Luis Illanes y Blanco.
C. Don Enrique Illanes y Blanco.
D Doña María Illanes y Blanco. 9
Don Ignacio Illanes y Arias, casado con Doña Guadalupe Hi
| hijos:
MARQUESADO DE RIVASCACHO.
¡A
A. Doña Guadalupe Illanes é Hidalgo.
B. Doña Francisca Illanes é Hidalgo, casada con su primo Don
■Manuel Illanes y Casanova; hijos:
a. Don Manuel María Illanes é Illanes.
b. Don Roberto Illanes é Illanes.
C. Don Salvador Illanes é Hidalgo.
D. Doña María Elena Illanes é Hidalgo.

CAPITULO II.

Doña Gertrudis Ignacia de la Cotera y Rivascacho, hija segunda


•de Doña Ana María de Rivascacho y de Don Francisco de la Cote­
ra y Salmónt, casó con Don Antonio Rodríguez de Pedroso, Conde
de San Bartolomé de Jala (i), Caballero de Santiago y de la Real
Maestranza de Sevilla; y tuvieron por hija á
Doña María Josefa Rodríguez de Pedroso y de la Cotera, casó con
Don Pedro Romero de Terreros Trebuesto y Dávalos (2), segundo
Conde de ¿anta María de Regla, Gentil hombre de S. M. con en­
trada, Alguacil Mayor de la Inquisición, etc., etc.; y tuvieron por
hijo á
Don Pedro José María Romero de Terreros y Rodríguez, 3er.
Conde de Regla, etc., etc., casó con Doña María Josefa Villamil y
Rodríguez; hijos:
Primero.—Don Pedro Romero de Terreros y Villamil, casó con
Doña Mariana García Conde (hija del General Don Alejo García
Conde y de Doña María Teresa Vidal de Lorca), y tuvieron por hija:
I. Doña Matilde Romero de Terreros y García Conde, contrajo
matrimonio con Don Miguel Cervantes Estanillo (hijo del Marqués
de Salvatierra) (3); hijos:
1. Don Miguel Cervantes y Romero de Terreros, casado con Do­
ña Leonor Ríos; hijos:
A. Don Miguel Cervantes y Ríos, y
B. Doña María de las Mercedes Cervantes y Ríos.
2. Don Pedro Cervantes y Romero de Terreros, soltero.
(1) Véase artículo sobre dicho Título.
(2) Véanse artículos sobre los Condes de Regla y de Miravalle, etc., etc.
(3) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salvatierra, Salinas, etc., etc.
parte.
e—

14 MARQUESADO de rivascacho.

3. Doña Matilde Cervantes y Romero de Terreros, casada en Abril*


de 1899 con Don José de la Horga,-Agregado á la Legación de Es­
paña en México.
4. Don Alfonso María Cervantes y Romero de Terreros, muerto
sin sucesión, y
5. Doña Ana María Cervantes y Romero de Terreros.
Segundo.—Don Manuel Romero de Terreros y Villamil, casó con
Doña Guadalupe Gómez de Parada (hija del Capitán Don Manuel
Gómez de Parada y Romay y de Doña Dolores Gómez Otero); hijos:
I. Doña Paz Romero de Terreros y Gómez de Parada, casada con
Don Pedro Rincón Gallardo y Rosso (1); hijos:
1. Doña Paz Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casada con
Don Alfredo Barrón: hijos:
A. Don Alfredo Barron y Rincón Gallardo.
B. Doña Paz Barron y Rincón Gallardo.
fe C. Don Manuel Barron y Rincón Gallardo.
D. Doña Guadalupe Barron y Rincón Gallardo, murió en la in-
y fancia.
E. Don Eduardo Barron y Rincón Gallardo, murió en la infan­
cia, y
F. Don Francisco Barron y Rincón Gallardo. w

2. Don Pedro Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casado con-


Doña Sara Díaz Vivanco; hij os:
A. Don Manuel Rincón Gallardo y Díaz, y
B. Don Luis Rincón Gallardo y Díaz.
. 3- Don Manuel Rincón Gallardo y Romero de Terreros, y
4- Doña Guadalupe Rincón Gallardo y Romero de Terreros, ca-
sada con Don Enrique Riba y Cervantes (2).
II. Don Alberto Romero de Terreros y Gómez de Parada, casa­
do con Doña Ana Vinent; hijos:
1. Don Alberto Romero de Terreros y Vinent.
2. Don Pedro Romero de Terreros y Vinent.
3 Doña Guadalupe Romero de Terreros y Vinent.
4- Doña Cristina Romero de Terreros y Vinent, murió sin suce-
sión el año de 1901, y
(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Guadalupe Gallardo.
(2) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salinas, Salvatierra, etc., etc.

í
------------------------- -----------------------------------------------------

MARQUESADO DE RIVASCAQHO.

5. Don Manuel Romero de Terreros y Vinent.


«t
III. Doña Josefa Romero de Terrero! y Gómez de Parada, viuda
del Licenciado Don Francisco Algara y Cervantes (1) (nieto del pe­
núltimo Conde de Santiago); hijos:
1. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con Doña
María Schultze y Rincón Gallardo (2).
2. Don Manuel Algara y Romero de Terreros.
3. Don Fernando Algara y Romero de Terreros.
4. Don Angel Algara y Romero de Terreros (literato).
5. Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con Don
Enrique Algernón Joy; hijos:
A. Don Enrique Joy y Algara.
B. Doña María Josefa Joy y Algara.
6. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, fallecida en 1897, sin
sucesión. %

&
IV. Don Pedro Romero de Terreros y Gómez de Parada, murió
sin sucesión.
Tercero.—Ecxmo. Señor Don Juan Nepomuceno Romero de Te­
rreros y Villamil, Conde y Duque de Regla, 6? Marqués de Rivas-
cacho, etc., etc., murió sin sucesión.
Cuarto.—Don Ramón Romero de Terreros y Villamil, casó con
Doña Refugio Goribar y Múzquiz; hijos:
I. Excma. Señora Doña Refugio Romero de Terreros y Goríbar,
3® Duquesa y 5? Condesa de Regla, casó con el Excmo. Señor Don
Eduardo Rincón Gallardo, 3er. Marqués de Guadalupe (3); y tuvie­
ron por hijos al:
1. Excmo. Señor Don Carlos Rincón Gallardo y Romero de Te-
rreros, 4? Marqués de Guadalupe Gallardo, casado con la Excma.
Señora Doña Concepción Cortina y Cuevas; hijas:
A. Doña Concepción Rincón Gallardo y Cortina, y
B. Doña Carlota Rincón Gallardo y Cortina.
2. Doña Cármen Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casada
con Don Rafael Ortiz de la Huerta;, hijas:
A. Doña Cármen Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo, y

(1) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salinas, Salvatierra, etc.


(2) Véase artículo sobre Marquesado de Guadalupe Gallardo.
(3) . Véase artículo sobre dicho Títulos
~
MARQUESADO DE RIVASCACHO.

® B. Doña Refugio Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo.


3 Don Alfonso Rincón Gallardo y Romero de Terreros.
4. Doña Mana Rincón Gallardo y Romero de Terreros.
TI. Don Manuel Romero de Terreros y Goríbar, murió en la in-
fancia.
III- Doña Guadalupe Romero de Terreros y Goríbar, Marquesa
de Villahermosa de Alfaro, de San Cristóbal y Condesa de San Bar­
tolomé de Jala, casó con Don Antonio Algara y Cervantes (1).
Quinto.—Doña Antonia Romero de Terreros y Villamil, casó con
Don Ramón Samaniego, con sucesión.
Sexto.—Don Ignacio Romero de Terreros y -Villamil, casado y
con sucesión.

J QUINTA PARTE.
7'V DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Escudo partido.—El primer cuartel á la derecha, por Rivas, cor-


tado, siendo el primer blasón en campo de gules, águila de oro ex-
playada, y el segundo blasón en campo de gules, castillo de oro con
un grifo á cada lado y llevando en la torre del homenaje una bande­
ra de plata con la inscripción “ave María.”—Bordura azur con ocho
veneras de oro.
El segundo cuartel, por Cacho, cortado, siendo el primer blasón
sobre campo de oro cruz de Calatrava, y el segundo sobre ondas de
mar azur y plata, tres garzas de este metal.—Bordura de gules con
seis róeles de sable y oro y la divisa “son las armas del vencido.”
Timbrado el escudo general con Corona de Marqués.

Debo advertir que el título original no tiene escudo, y que el antes


descrito está tomado del que existe en poder del Sr. Lie. Don Ra­
fael Cervantes. El que consta agregado á la información que rindió
el ier. Marqués de Rivascacho y el que existe en un retrato que obra
en poder de la Sra. Doña Guadalupe Mora de Bassoco, que debía
ser la 8* Marquesa, difieren entre sí, juntamente con el que se acom­
paña á este artículo, en algunos detalles de poca importancia.
(1) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salinas, Salvatierra, etc., etc.

9 o
ARMAS DEL PRIMER MARQUÉS DE VILLAFONT.
X.» ESADO DE RIVASCACHO.

tiz de la Huerta y Rincón Gallardo;


» .neón Gallardo y Romero de Terreros,
dncón Gallardo y Romero de Terreros.
- < Romero de Terreros y Goríbar, murió en la in-

.dupe Romero de Terreros y Goríbar, Marquesa


ie Alfaro, de San Cristóbal y. Condesa de San Bar-
só con Don .Antonio Algara y Cervantes (i).
■; Antonia Romero de Terreros y Villamil, casó con
naniego, con sucesión.
Ignacio Romero de Terreros y-Villamil, casado y

DES< R i FCIÓN DEL ESCUDO.

/•ido.—El pi i n r cuartel á |a derecha, por Riyas,. cor-


> .primer blasón en campo de gules, águila, de. oro.ex-’
.undo blasón en campo de gules, castillo de oro con
. lado y llevando en la torre del homenaje una bande-
a inscripción “ave María.”—Bordura azur con ocho

artel, pe Cacho, cortado, siendo el primer blasón


; cruz de Calatrava, y el segundo sobre ondas de
.tres garzas de este metal.—Bordura de. gules con
y oro y la divisa “son las armas dél vencido.’
< io general con Corona de Marqués.

d'título original no tiene escudo, y que el antes


del que exi>te en .poder del Sr. Lie. Don Ra-/
consta agregado á la información que rindió
vascacho y el que existe en un retrato que obra
<4 Guadalupe Mora de Bassoco, que debía
en entre sí, juntamente con el que se acom-
atavaos detalles de poca importancia.
. de Salinas, Salvatierra, etc., etc.-
ARMAS DEL PRIMER MARQUÉS DE VILLAFONT.
“XV zzv
2 MARQUESADO DE VILLAFONT.

ría de los Angeles Palomo y Rincón Gallardo (i), y en segundas con


Doña Margarita Raigosa y de Moneada.

SEGUNDA PARTE.
DESCENDENCIA DE EOS PRIMEROS MARQUESES.

Don Pedro de Moneada y Branciforte, primer Marqués, Caballe­


ro de San Juan de Jerusalén, etc., etc., se casó con Doña Mariana
de Berrio y de la Campa, segunda Marquesa del Jaral, y tuvieron
tres hijos: I. Don Juan Nepomuceno; II. Doña María de Guadalupe,
y III. Doña Josefa de Moneada y Berrio, de quienes nos ocuparemos
en los tres capítulos siguientes.

CAPITULO I.

Don Juan Nepomuceno de Moneada y Berrio, segundo Marqués,


de Villafont, tercer Marqués del Jaral de Berrio y tercer Conde de
San Mateo de Valparaíso (hijo primogénito de Don Pedro de Mon­
eada y Branciforte y de Doña Mariana de Berrio y de la Campa),
se casó en primeras nupcias con Doña Antonia Sesma y en según-
das con Doña Teodora Hurtado de Mendoza.
Hijos del primer matrimonio:
Primero.—Doña María de los Dolores de Moneada y Sesma, se
casó con Don José Joaquín Fernández de Córdova y de Moneada,
*

segundo Marqués de San Román; hijos: *


I. Don Agustín Fernández de Córdova y de Moneada, tercer Mar­
qués de San Román, se casó en primeras nupcias con Doña María
de los Dolores Murguía; en segundas con Doña Manuela Aparicio,
y en terceras con Doña Paz Serralde; hijos del primer matrimonio^
m; pues de los otros no tuvo.

(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Guadalupe Gallardo.


I
I
dova, cuarto Marqués de Villafont, quinto Conde de San Mateo Val­
paraíso, y quinto Marqués del Jaral de Berrio, se casó en primeras
nupcias con Doña María de los Angeles Palomo y Rincón Gallardo,
y en segundas nupcias con Doña Margarita Raigosa y de Moneada.
3. Doña María de Jesús de Moneada y Fernández de Córdova,
Religiosa del Sagrado Corazón de Jesús.
4. Don Ciro de Moneada y Fernández de Córdova, murió en la
infancia.
5. Doña María de la Soledad de Moneada y Fernández de Cór- !
dova.
IV. Don Manuel Fernández de Córdova y de Moneada, casado
con Doña María de Jesús de Moneada.
Segundo.—Doña Mariana de Moneada y Sesma, sp casó con Don
Manuel Fernández de Córdova y de Moneada.
Hijos del segundo matrimonio del segundo Marqués:
A Primero.—Doña Juana de Moneada y Hurtado de Mendoza, se
® casó con Don Ramón Pastor; hijos:
I. Dona Francisca Pastor y de Moneada, se casó con el Doctor
on Rafael Domínguez; hijos:
1. Don Ramón Domínguez y Pastor.
2. Don Enrique Domínguez y Pastor, casó con Doña María Ar-
teaga.
3. Doña María de la Aurora Domínguez y Pastor, se casó con
Don Manuel Aragón.
4. Doña Rebeca Domínguez y Pastor, y
5. Doctor Don Rafael Domínguez y Pastor.
II. Doña María de los Angeles Pastor y de Moneada, se casó con
el Doctor Don Juan M. Amador; hijos:
1. Doña Juana Amador y Pastor, casada con el Licenciado Don
Ciro Ochoa; hijas:
A. Doña Juana Ochoa y Amador, y
B Doña María de los Angeles Ochoa y Amador.
2. Don Fernando Amador y Pastor, murió en la infancia.
III. Don Joaquín Pastor y de Moneada, se casó con Doña María

1. Dona María de Guadalupe Pastor y Domínguez, se casó


Don Enrique Ponce.
MARQUESADO DE VILLAFONT.

IV. Doña Teodora Pastor y de Moneada, se casó con el Licen­


ciado Don Miguel Francisco Blanco; hijos:
1. Doña María de la Concepción Blanco y Pastor.
2. Doña Rosa Blanco y Pastor.
3. Doña María de los Angeles Blanco y Pastor, murió en la in­
fancia, y
4. Doña María de las Mercedes Blanco y Pastor.
Segundo.—Don Juan Isidro de Moneada Berrio y Hurtado de
Mendoza, se casó con Doña María de Guadalupe Fernández de Cór-
dova y de Moneada; hijos:
I. Doña María de los Dolores de Moneada y Fernández de Cór-
dova.
II. Don Francisco Cayo de Moneada y Berrio y Fernández de
Córdova, casado en primeras nupcias con Doña María de los Ange­
les Palomo y Rincón Gallardo y en segundas nupcias con Doña
i Margarita Raigosa y de Moneada.
III. Doña María de Jesús de Moneada y Fernández de Córdova,
& Monja del Sagrado Corazón de Jesús.
Gr? IV. Don Ciro de Moneada y Fernández de Córdova, murió en la
infancia.
V. Doña María de la Soledad de Moneada y Fernández de Cór­
dova.
Tercero.—Don Mariano de Moneada y Hurtado de Mendoza, se
casó con Doña Elena Murguía; hija:
I. Doña María de la Concepción de Moneada y Murguía.
Cuarto.—Don José Néstor de Moneada y Hurtado de Men­
i
doza.
Quinto.—Doña Manuela de Moneada y Hurtado de Mendoza.
Sexto.—Doña María de la Concepción de Moneada y Hurtado de
Mendoza.
Séptimo.— Don Francisco María de Moneada y Hurtado de Men­
doza, se casó con Doña María de Jesús de Moneada; hijos:
I. Don Francisco Federico de Moneada y de Moneada, se casó
con Doña María del Refugio de. Moneada.
II. Doña María de la Luz de Moneada y Moneada. «1
III. Don Mauro de Moneada y de Moneada, se casó con Doña
Josefina Miranda; hijos:
faete.
.. ........... 1 :

6 MARQUESADO DE VILLAFONT.

1. Doña María de los Dolores de Moneada y Miranda,


&
con Don Agustín Fernández de Córdova; hijos:
A. Doña María de los Dolores Fernández de Córdova y de Mon­
eada.
B. Doña María de la Luz Fernández de Córdova y de Moneada.
2. Don Jesús de Moneada y Miranda.
Octavo.—Don Antonio de Moneada y Hurtado de Mendoza.
Noveno.—Don Félix de Moneada y Hurtado de Mendoza.
Décimo.—Don Joaquín de Moneada y Hurtado de Mendoza.
Undécimo.—Don Francisco Gerónimo de Moneada y Hurtado de
Mendoza.

CAPITULO IT.

Doña Guadalupe de Moneada y Berrio, primera Marquesa de San


Román (segunda hija de Don Pedro de Moneada y Branciforte y de
Doña Mariana de Berrio y de la Campa), se casó con Don Francis­
i) co Fernández de Córdova; hijos:
Primero.—Don José Fernández de Córdova y de Moneada, casó
con Doña Dolores de Moneada y Sesma; hijos:
1
I. Don Agustín Fernández de Córdova y de Moneada, se casó
T
en primeras nupcias con Doña Dolores Murguía; en segundas con
Doña Manuela Aparicio, y en terceras con Doña Paz Serralde; hijos
del primer matrimonio, pues de los otros no tuvo:
i. Don Fermín Fernández de Córdova y Murguía, casado con
Doña María del Refugio Alba; hijos:
A. Don Agustín Fernández de Córdova y Alba, casado con Doña
María de los Dolores de Moneada y Miranda; hijos:
a. Doña María de los Dolores Fernández de Córdova y de Moneada.
b. Doña María de la Luz Fernández de Córdova y de Moneada.
B. Doña María del Refugio Fernández de Córdova y Alba, casa­
da con el Doctor Don Juan Baigén; hijos:
a. Don Juan Baigén y Fernández de Córdova, murió en la infancia.
b. Doña María de Guadalupe Baigén y Fernández de Córdova.
c. Doña María del Carmen Baigén y Fernández de Córdova. <S

d. Doña María del Refugio Baigén y Fernández de Córdova.


e. Doña Elena Baigén y Fernández de Córdova, y

F -------------------------- ———————————1 —
«■ ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------■

MARQUESADO DE VÍLLAFONT. 7
/•

f. Doña María de los Angeles Baigén y Fernández de Córdova.


C. Doña María de Guadalupe Fernández de Córdova y Alba.
D. Don Fernando Fernández de Córdova y Alba, casado con Do­
ña Cristina García Medina; hijos:
a. D oña María de Guadalupe Fernández de Córdova y García.
b. Don Gonzalo Fernández de Córdova y García, y
c. Doña Cristina Fernández de Córdova y García.
2. Doña Margarita Fernández de Córdova y Murguía, se casó con
Don Rafael Escoto; hijos:
A. Doña María de las Mercedes Escoto y Fernández de Córdova.
B. Don Eduardo Escoto y Fernández de Córdova.
C. Don Rafael Escoto y Fernández de Córdova.
3- Don Joaquín Fernández de Córdova y Murguía, murió soltero.
II. Don José Fernández de Córdova y de Moneada, se casó con
Doña María del Carmen del Hoyo, sin sucesión.
III. Doña María-de Guadalupe Fernández de Córdova y de Mon­
eada, se casó con Don Juan Isidro de Moneada Berrio y Hurtado
de Mendoza; hijos:
1. Doña Dolores de Moneada y Fernández de Córdova.
2. Don Francisco Cayo de Moneada Berrio y Fernández de Cór­
dova, se casó en primeras nupcias con Doña María de los Angeles
Palomo y Rincón Gallardo y en segundas nupcias con Doña Mar­
garita Raigosa y de Moneada.
3. Doña María de Jesús de Moneada y Fernández de Córdova,
Monja del Sagrado Corazón.
4. Don Ciro de Moneada y Fernández de Córdova, murió en la
infancia.
5. Doña María de la Soledad de Moneada y Fernández de Córdova.
IV. Don Manuel Fernández de Córdova y de Moneada, casado
con Doña María de Jesús Moneada.
Segundo.—Don Manuel Fernández de Córdova y de Moneada, se
casó con Doña Mariana de Moneada y Sesma.

CAPITULO III.

Doña Josefa de Moneada y Berrio (tercera y última hija de Don


Pedro de Moneada y Branciforte y de Doña Mariana de Berrio y de
|(5Ja Campa), casó con Don Domingo Antonio de Mendivil; hijos:
xa • ■ gj
8

Primero.—Doña Ignacia de Mendivil y de Moneada, se casó con


Don Agustín de Moneada; hijos: .
I. Doña Manuela de Moneada y de Mendivil, se casó con el Se-
ñor Licenciado Don Felipe Raigosa; hijos:
1. Don José Raigosa y de Moneada, murió en la infancia.
2. Don Felipe Raigosa y de Moneada, y
3. Doña Margarita Raigosa y de Moneada, casada con Don Fran­
cisco Cayo de Moneada Berrio y Fernández de Córdova.
II. Don José Ambrosio de Moneada y de Mendivil.
III. Doña María de los Dolores de Moneada y de Mendivil, se
casó con Don Ricardo de Lasquetty; hijos:
1. Don Ricardo de Lasquetty y de Moneada, casado con Doña
María de la Concepción Pecci; hijo:
A. Doña María de Guadalupe de Lasquetty y Pecci.
2. Doña María de las Victorias de Lasquetty y de Moneada.
IV. Doña Mariana de Moneada y de Mendivil, murió de Herma­
na de la Caridad.
s
V. Doña Francisca de Moneada y de Mendivil, casó con Don
& Luis Linares; hija: y
1. Doña María Luisa Linares y de Moneada. $
VI. Don Manuel de Moneada y de Mendivil.
Segundo.—Doña María de Guadalupe de Mendivil y de Moneada.

TERCERA PARTE.
DESCRIPCION DEL ESCUDO.

Escudo cuartelado. Primero y Cuarto: F'uselado en banda de pla­


ta y azur. Segundo y Tercero: De azur, león de plata. Escusón sobre
el todo, de gules ocho bezantes de oro, puestos uno, dos, dos, dos,
uno; partido de oro, cuatro palos de gules.
Corona de Marqués.

El escudo está tomado de una copia que me proporcionó el Señor


Don Francisco C. de Moneada.
ARMAS 0<L PRlMt* MARQUÉS *• •
SAMO DE VILLAFONT.

, v ia de Mendivil y de Moneada, se casó con


ada; hijos:..
Moneada y de Mendivil, se casó con el Se-
Felipe Raigosa; hijos:.
algosa y de Moneada, murió en la infancia.
Raigosa y de Moneada, y
... trita Raigosa y de Moneada, casada con Don Fran-
Moncada Berrio y Fernández de Córdova.
Ambrosio de Moncaday.de Mendivil.
María de los Dolores de Moneada y de Mendivil, se
• oí Ricardo de Lasquetty; hijos:
cardo de Lasquetty y de Moneada, casado con Doña
a Concepción Peco, hijo:
t María de Guadalupe de Lasquetty y Pecci.
María de. las Vi tonas de Lasquetty y de Moneada,
ña Mariana de Moneada y de Mendivil, murió de Herma-
aridad. w
a Francisca de Moneada y de Mendivil, casó con Don
res; hija: .
l María Luisa Uñares y de Moneada:
Manuel de Moneada y de Mendivil.
Doña Mar?» de Guadalupe de Mendivil y de Moneada

TERCERA PARTE.
DESCRIPCION DEL ESCUDO.

Primero v Cuarto: Fuselado en banda de pía


bercero: De azur, león de plata. Escusón sobr*
> besantes de oro, puestos uno, dos, dos, dc¿
i*r.» palos de gules.

jue me proporcionó el Sefo»


MARQUESES DE PÁNUCO.

PRIMERA PARTE.
MARQUÉS DE PÁNUCO Y VIZCONDE DE CASA VIZCARRA,
CONCEDIDOS POR EL REY DON CARLOS III
A DON FRANCISCO JAVIER DE VIZCARRA, EN EL PARDO,
EN I I DE FEBRERO DE 1772.

jíFU ON Carlos por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León,


de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra,
de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Ma­
llorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega,
de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algecira, de Gi-
braltar, de las Islas de Canarias, de las Indias Orientales
y Occidentales, Islas y tierra Firme del Mar Océano, Archiduque de
Austria, Duque de Borgoña,;de Brabante y de Milán, Conde de
Abspurg, de Flándes, Tiról y Barcelona, Señor de Vizcaya y de
Molina, etc., etc., etc.
Por cuanto por parte de vos Don Francisco Javier de Vizcarra, me
ha sido hecha relación, que sois natural del Real del Rosario, Pro­
vincia de nueva Galicia, en la Nueva España, hijo legítimo de Don
Juan Antonio de Vizcarra, natural de la ciudad de Guadalajara en
esa Provincia, nieto de Don Diego de Vizcarra: Que vuestros ascen­
dientes originarios de Castilla, pasaron á esos Países, y fueron los
Jb) -
PRIMERA PARTE.

!
¡J(crf/ «--------- ■------------------------ - ----------------------------- - • -xíift^•*S84S>r^>------------------------

4H4H
í> 2 MARQUESADO DE PÁNUCO.

primeros pobladores, y Conquistadores de los inmediatos al Rosario;


siendo en todos tiempos tratados y reputados por de notoria hidal­
i
®>

guía, no sólo por haber probado su limpio origen y calidad, sino por
hallarse también entroncada vuestra familia con las mejores de esos,
y de estos reinos, manteniendo siempre el esplendor correspondien­
te á sus personas, usando de Coche y otros distintivos propios de la
calidad, con caudales y casas, y de las principales de esa ciudad, don­
de actualmente os halláis, con más de cuatrocientos mil pesos de cau­
dal y obtenido vuestros causantes los empleos honoríficos y de Re-'
pública propios de su Nobleza: Que sois Minero matriculado de la
misma ciudad de Guadalajara, como dueño de las minas del Real de
I
Panuco, y como tal consta por certificación que habéis presentado,
que de las platas que han producido de quince años á esta parte, ha
enterado en cajas Reales por vos solo de quintos, y valor de los azo­
gues consumidos, más de doscientos cuarenta mil pesos: Que de vues­
&
tro propio caudal hicisteis el servicio de un mil y cien pesos que en­
tregasteis por vía de donativo, para ayuda de los gastos de la última
expedición de la Sonora; y asimismo os constituisteis fiador de la
paga de veinte mil pesos que para el propio efecto prestó la clavería
de la Santa Iglesia Catedral; Y que habéis fabricado y adornado la
9 Iglesia del Pueblo del Rosario, en que habéis gastado cincuenta mil
pesos; Suplicándome sea servido concederos Merced de Título de
Castilla, para vos, vuestros hijos, herederos y sucesores, ó como la
mi merced fuese;
Y habiendo visto en mi Consejo de la Cámara por resolución jnía,
á consulta suya de dos de Diciembre del año próximo pasado, lo he
tenido á bien.
Por tanto y porque habéis elegido la denominación de Marqués de
Pánuco, y por más honraros y sublimar vuestra persona y casa, mi
voluntad es que vos el expresado Dqq Francisco Javier de Vizcarra
y los referidos vuestros hijos, herederos y sucesores, cada uno en sú
tiempo, perpetuamennte para siempre jamás, os podáis llamar é inti­
tular, llaméis é intituléis, llamen é intitulen, y os hago é intitulo Mar­
qués de Pánuco.
Y por esta mi carta encargo al serenísimo Príncipe Don Carlos
Antonio, mi muy caro y muy amado hijo; y mando á los Infantes^
Prelados, Duques^ Marqueses, Conde?, Ricos-hombres, Priores d

^44-^4
------- ---------------
MARQUESADO DE PÁNUCO. 3
las Ordenes, Comendadores y Sub-Comendadores, Alcaldes de los
Castillos y Casas fuertes, y llanas y á los del mi Consejo, Presidentes,
y Oidores de mis Audiencias, Alcaides, Alguaciles de mi casa y Cor­
te, y Cancillerías, y á todos los Consejos, Corregidores, Asistentes,
Gobernadores, Alcaldes Mayores, y Ordinarios, Alguaciles, Merinos,
Prebostes, y otros cualesquier mis Jueces, Justicias, y personas de
cualquier estado, condición, preeminencia, ó dignidad que sean mis
vasallos, súbditos, y naturales, así á los que ahora son, como á los
que adelante fueren, y cada uno, y cualquiera de ellos que os hayan
y tengan, llamen é intitulen, así á vos el expresado Don Francisco
Javier de Vizcarra, como á cada uno de los otros vuestros hijos, he­
rederos y sucesores en su respectivo tiempo, Marqués de Panuco.
Y os guarden y hagan guardar todas las honras, franquezas, liber­
tades, exenciones, preeminencias, prerrogativas, gracias, mercedes,
y demás ceremonias, que se guardan y deben guardar á los otros
Marqueses de estos mis Reinos, todo bien y cumplidamente sin fal­
taros cosa alguna.
Y porque según las órdenes dadas por el Señor Rey Don Felipe
IV (que Santa gloria haya) á las personas á quien se diese Título de
Marqués ó Conde ha de preceder el de Vizconde, y quedar suprimi­
do: por despacho del día de la fecha de éste, os he dado Título de (•
Vizconde de Casa Vizcarra, el cual en consecuencia de las dichas ór­
denes, queda roto y cancelado en mi Secretaría de la Cámara de Gra­
cia y Justicia y Estado de Castilla, y notado y prevenido lo conve­
niente en el asiento del Libro para que ni valga ni tenga efecto, ni se
dé por perdido, duplicado ni en otra forma en tiempo alguno.
Y si de este mi despacho y de la gracia y merced en él contenido,
vos el referido Don Francisco Javier de Vizcarra, ó cualquiera de los
expresados vuestros hijos, herederos y sucesores, ahora ó en cualquier
tiempo quisiereis ó quisieren mi carta de privilegio y confirmación:
Mando á mis Concertadores y Escribanos mayores de los privilegios
y confirmaciones y á mi Mayordomo, Canciller y Notario Mayor y á
los otros oficiales que están á la tabla de mis sellos que os den,:li­
bren, pasen, y sellen la más fuerte, firme y bastante que les pidiereis
y menester hubiereis.
Y de esta mi carta se ha de tomar la razón en las Contadurías Ge­
nerales de Valores, y distribución de mi Real Hacienda á que están
Á • . • * *
K-5 —
fe: MARQUESADO DE PÁNUCO.

F agregados los libros del Registro general de Mercedes, Lanzas y


I Media Anata: Expresando en la de valores haberse pagadó, ó que­
dar asegurado este derecho con declaración de lo que importare; sin
cuya formalidad mando sea de ningún valor, y no se admita, ni ten­
ga cumplimiento esta Merced en los tribunales dentro y fuera de es­
ta corte. Dado en el Pardo á once de Febrero de mil setecientos se­
tenta y dos.—Yo el Rey.—Rúbrica.—Yo Don José Ignacio de Go-
yeneche, Secretario del Rey Nuestro Señor le hice escribir por su
mandato.—Registrado, Nicolás Verdugo.—Derechos, quinientos rea­
I les de vellón.—Teniente de Canciller Mayor, Nicolás Verdugo.—El I
Conde Aranda.—Refrendata y Secretaría: ochenta ducados de ve­
llón.—Don Agustín de Leyza Craso.—Don Pedro Rodríguez Cam-
p omanes. ,t
I
Título de marqués de pánuco á Don Francisco Javier de Viz-
carra, para sí, sus hijos, herederos y sucesores.'
Tomóse razón en las Contadurías de Valores, y Distribución de
la Real Hacienda y en la de valores aps. cinco de la Comisaría de la
Cámara dé este año, haberse pagado él derecho de la media anata
ochocientos cuarenta y tres mil maravedíes de vellón, por la merced
de Título dé Castilla, que se concede por este despacho.—Madrid, ca­
torce de Febrero de mil setecientos setenta y dos.—Por indisposición
del Señor Contador General de la Distribución Don Manuel Anto­
nio de Salazar.—Salvador de Querajazo.—Rúbrica.
Tomóse razón en la Contaduría General de Indias.—Madrid, ca­
torce de Marzo de mil setecientos setenta y dos.— Tomás Ortiz de
Landázmi.—Rúbrica.—Derechos de oficio, ciento y veinte reales de
vellón.—Derechos, sesenta reales de plata.—Derechos, treinta y ocho
reales de vellón:

)í //
CEDULA’ AUXILIATORIA.
r;C' ■1 '■’* r EL REY.
fe > ' f ! ?.* 1 v •P f •* - - e ■ ’- • ’ - * - - r■
11 *
Por cuanto por parte de Don Francisco Javier de Vizcarra, natu­
ral del Real del Rosario y vecino de la ciudad de Guadalajara, en la
Provincia de Nueva Galicia, se me ha representado, que en atención w
fc

MARQUESADO DE PÁNUCO.

ál lustre de su familia, originaria de estos Reinos, á que sus ascen­


>9
dientes fueron los primeros pobladores y Conquistadores de la Pro­
vincia del Rosario; y al mérito personal que el enunciado Don Fran­
cisco Javier ha hecho en beneficio de mi Real Hacienda y causa pú­
blica, me había servido de concederle Título de Castilla, con la de­
nominación de Marqués de Pánuco, para sí, sus herederos y suceso­
res, como lo acreditaba el original que exhibió firmado de mi Real
mano en once de Febrero próximo pasado y refrendado de Don Jo­
sé Ignacio de Goyeneche, mi Secretario, y de la Cámara de Gracia y
Justicia y Estado de Castilla, suplicándome, que respecto de que de
el mismo Título se reconocía estar con todos los requisitos necesa­
rios, y haber satisfecho lo correspondiente al derecho de media ana­
ta, me dignase de mandar expedir cédula auxiliatoria para que en los
Reinos de la América no se le ponga embarazo en el uso del men­
cionado Título de Marqués de Pánuco, y goce de los privilegios y
distinciones que por él se le conceden, devolviéndose original, toma-
£j.da la razón por la Contaduría general de aquellos dominios; y ha-
B Riéndose visto esta instancia en mi Consejo de Cámara de las Indias,
Jie condescendido á ella. Por tanto mando á los Virreyes, Presiden­
£ tes y Oidores, de mis reales Audiencias de ellos, á los Gobernadores, $
? y demás Jueces y Justicias á quienes de cualquier manera toque ó c.
tocar pueda el cumplimiento de ésta mi real cédula, que luego que
sean requeridos con ella, y con el título que queda expresado, le vean,
guarden, y ejecuten y hagan guardar, cumplir y ejecutar en todo, y
por todo como en él se especifica, y desde ahora dando para su ob­
servancia y cumplimiento las órdenes y providencias que convengan
á fin de que el enunciado Don Francisco Javier de Vizcarra se le
tenga por tal título de Castilla, sin permitir ni dar lugar á que en ello
se le ponga duda, embarazo ni impedimento alguno, no obstante que
■el despacho en que le he h$cho esta merced se halla expedido por mi
Consejo de Cámara de Castilla, que así es mi voluntad, y que del
presente se tome la razón por la enunciada Contaduría General de
Indias, y por el Juez de Lanzas y Medias Anatas de las Provincias
de la Nueva España. Fecha en el Pardo á quince de Marzo de mil
k setecientos setenta y dos.—Yo f.l Rey.—Rúbrica.—Por mandado
g¡ael Rey Nuestro Señor, Pedro García Mayoral.—Refrendata y Se-
dias se guarde y cumpla el Título de Castilla con la denominación de
Marqués de Pánuco, concedido á Don Francisco Javier de Vizcarra,
vecino de la ciudad de Guadalajara en la Nueva Galicia.—Acordado.
—Tomóse razón en la Contaduría General de las Indias. Y previe­
ne que habiendo remitido á la parte su apoderado, el título principal,
sin evacuarse esta circunstancia, que sólo se ha verificado en el du­
plicado, se debería anotar en el citado principal por el Escribano de
Cabildo de Guadalajara, para que siempre conste dicha real conce­
sión, y que por ella debe pagar lo correspondiente al derecho de Lah-
zas. Madrid, diez y ocho de Marzo de mil setecientos setenta y dos.
— Tomás Ortiz de Landázuñ.—Rúbrica.—México, 16 de Julio de
T772-—Cúmplase lo que S. M. manda en la precedente real cédula
auxiliatoria, á la en que se ha servido conceder título de Castilla con
la denominación de Marqués de Pánuco á favor de Don Francisco
Javier de Vizcarra, para sí, sus herederos y sucesores, y asentado en
los libros de mi superior Gobierno á que toca, entréguese original
&
todo al interesado para su uso.—Antonio Bucareli y Urzúa.—Rú­
brica.—Queda asentada esta real cédula auxiliatoria, y el real título
que antecede, en uno de los libros del Oficio de Gobierno y Guerra
de este Reino de mi cargo á que corresponde. México, Agosto 14
de 1772.—-José de Gorráez.—Rúbrica.—Derechos, sesenta y ocho
reales de plata.

SEGUNDA PARTE.
GENEALOGÍA DE LOS MARQUESES.

ver. Marqués Don Francisco Javier de Vizcarra (i), hijo de Don


Juan Antonio de Vizcarra y nieto de Don Diego de Vizcarra, casó en

(1) El título de Marqués de Pánuco fué concedido en virtud de los relevantes y notorios
servicios prestados por el Señor Vizcarra y por sus antecesores, los que fueron primeros po­
bladores y fundadores de la ciudad del Rosario, en el hoy Estado de Sinaloa, y descubrieron
y trabajaron el famoso mineral de Pánuco en el mismo Estado.
Después de la Conquista de esas regiones, la familia Vizcarra se estableció en Guadalajara, A
donde ocuparon sus miembros distinguidos puestos públicos y se enlazaron con las principa-
les familias de la nueva Galicia.

<9 I■I
=—W—=

MARQUESADO DE PÁNUCO.

primeras nupcias con Doña Josefa del Castillo y Pesquera (i) y en


segundas con Doña María Ana Arzubialde, y tuvieron dos hijos: el
primogénito que fué el
2” Marqués, Don Francisco de Vizcarra, Canónigo de Pa Catedral
de Guadalajara (2), el cual murió sin sucesión, y heredó el título su
hermano el
Marqués, Don José María de Vizcarra, casó con Doña Igna-
cia Abad y Arreóla (3), (hija de Don Isidro Abad y de Doña Ana
María de Arreóla y Castellón, nieta de Don Juan José de Arreóla y
de la Hoz y de Doña María de Castellón, biznieta de Don Diego de
Arreóla y de Doña Juana de la Hoz y Ponce), y tuvieron por hijo al
4° Marqués, Don José María de Vizcarra, que casó con Doña Gua­
dalupe Portillo y Sánchez Hidalgo, y tuvieron por hijo (entre otros)
al que debió ser el
5° Marqués, Don José María de Vizcarra y Portillo, murió sin su­
cesión; su hermano debería ser el
6-’ Marqués, Don Luis de Vizcarra y Portillo, viudo de Doña Ma­
nuela García Teruel; hija:
1. Doña Luz de Vizcarra y García.

TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DEL 4? MARQUÉS DE PÁNUCO.

Don José María de Vizcarra y Abad, 4? Marqués de Panuco,


casó con Doña Guadalupe Portillo y Sánchez Hidalgo, y tuvieron
seis hijos:
I. Doña Concepción de Vizcarra, casada con Don José Samuel
Knight; hijos:

(1) Fueron sus hijos: Doña Manuela (Monja fundadora de la Iglesia de Zapopan, en Gua­
dalajara); Doña Dolores (que casó con el Señor Corcuera); Doña María (que casó con Don
Juan Caballero) y Doña Eusebia de Vizcarra y Castillo casada con Don Ramón Fernández
de Barrena, con sucesión.
(2) Esta enterrado en una de las Capillas de la Catedral de Guadalajara, la que por ese
motivo ' ’ -por ’la Capilla
' es conocida del Marqués
-................ . és.
(3) Esta señora estuvo casada en segundas nupcias con Don Anastasio Cañedo y de este 05/
ra.

í).
e
(•

MARQUESADO DE PÁNUCO.

1. Don José Knight y Vizcarra, casado con Doña Luz Goríbar,


hijos:
A. Doña Josefina Knight y Goríbar, y
B. Doña Concepción Knight y Goríbar.
2. Don Guillermo Knight y Vizcarra.
3 Doña Concepción Knight y Vizcarra, y
4- Don Francisco Knight y Vizcarra.
II. Don José María de Vizcarra y Portillo (que debió ser el 5?
Marqués) murió sin sucesión.
III. Don Luis de Vizcarra y Portillo (que debía ser el 6” Mar-
qués), viudo de Doña Manuela García Teruel; hija:
1. Doña Luz de Vizcarra y García.
IV. Doña Dolores de Vizcarra, casada con Don Miguel Palomar;
hijos.
1. Don José Palomar y Vizcarra, casado con Doña Margarita Es­
cudero y López Portillo; hijos:
A. Don José Palomar y Escudero.
* B. Don Manuel Palomar y Escudero.
J 2. Lie. Don Miguel Palomar y Vizcarra, casado con Doña Dolores
Silva y González.
3- Doña Enriqueta Palomar y Vizcarra.
4- Doña Luisa Palomar y Vizcarra, y
5- Doña Virginia Palomar y Vizcarra.
V. Doña Guadalupe de Vizcarra, que no ha tomado estado, y
VI. Doña María Ana de Vizcarra, viuda de Don Senén Palomar;
hijos:
1. Don Senén Palomar y Vizcarra.
2. Don Enrique Palomar y Vizcarra.
3. Doña Margarita Palomar y Vizcarra.
4. Doña María Palomar y Vizcarra, y
5. Don Javier Palomar y Vizcarra.

»y-'iSWfr-. O.r'íjSgS r.
1

CUARTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

En campo de plata una banda verde con dragantes del mismo color.
En la parte superior de la banda un corazón gules, y en la parte
inferior una mano derecha, extendida en faja, sangrando de la palma.
Bordura café obscuro y verde y timbrado el escudo con la corona
de Marqués.

-
ARMAS DCk PRIMER MARQUÉS DE CASTAÑ1ZA.
| .j

MARQUESES DE GASTAÑIZA.

PRIMERA PARTE.
TÍTULOS DE MARQUÉS DE CASTAÑIZA

Y DE VIZCONDE DE LA ASUNCIÓN ZOQUIAPA, CONCEDIDOS POR

EL REY DON CARLOS III

DON IGNACIO MARIANO DE CASTAÑIZA GONZÁLEZ DE AGÜERO (i),

EN EL PARDO Á 8 DE MARZO DE 1772.

¿fTB1 ON Carlos por la gracia de Dios Rey de Castilla, de León,


de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra,
de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Ma­
llorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de
Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibral-
tar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orientales, y
Occidentales, Islas y Tierra firme del Mar Océano; Archiduque
de Austria, Duque de Borgoña, dé Bramante y Milán, Conde de
Abspurg, de Flandes, Tiról, Rosellón y Barcelona, Señor de Vizca­
ya y de Molina, etc.
Por cuanto atendiendo á la distinguida calidad y circunstancias de
Don Juan de Castañiza, vecino de México, y al particular celo y fide-
S'
(1) La gracia de Título de Castilla fué concedida por el Rey Don Carlos III al Señor Don
© Juan de Castañiza y Larrea, pero habiendo llegado la cédula cuando ya había fallecido,
viuda solicitó el Título en nombre de su hijo primogénito á quien le fué concedido.
PARTE.
y
>
■mw-
MARQUESADO DE CASTAÑIZA.

lidad que siempre se ha acreditado en mi servicio, ya franqueando


sus caudales para las urgencias de mi Corona, en suplementos y do­
nativos, y ya mirando con constante esmero por el bien del estado
en diferentes comisiones que se le han confiado/ Por decreto señala­
do de mi Real mano de ocho de Agosto del año próximo pasado, le
hice merced de Título de Castilla para sí, sus herederos y sucesores.
En este estado, por parte de Doña Mariana González de Agüero,
viuda del referido Don Juan de Castañiza, me ha sido hecha relación
que cuando hice la citada gracia al dicho Don Juan de Castañiza yá
había fallecido, dejando por su hijo primogénito á vos Don Ignacio
Mariano de Castañiza, como consta de diferentes instrumentos que
ha presentado: Suplicándome que en su conformidad sea servido de
mandar, que la enunciada gracia se entienda con vos, como tal pri­
mogénito del referido Don Juan de Castañiza, ó como la mi merced
fuese.
Y habiendo visto en mi Consejo de la Cámara de diez de Febrero
próximo pasado, se le concedió como lo pide; y.conformándome con
ello lo he tenido por bien. Por tanto y porque habéis elegido la deno­
minación de Marqués de Castañiza, y por más honraros y sublimar
vuestra persona y casa, mi voluntad es que vos el dicho Don Igna­
cio Mariano de Castañiza, y vuestros herederos y sucesores, cada
uno en su tiempo, perpetuamente para siempre jamás os podáis lla­
mar é intitular, llaméis é intituléis, llamen é intitulen y os hago é
intitulo Marqués de Castañiza.
Y por esta mi carta encargo al Serenísimo Príncipe Don Carlos
Antonio, mi muy caro y muy amado hijo, y mando á los Infantes, Pre­
lados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres, Priores de las
Ordenes, Comendadores, Subcomendadores, Alcaides de los castillos
y casas fuertes y llanas, y á los del mi Consejo, Presidentes y Oido­
res de mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de mis casas y Corte, y
Cancillerías, y á todos los Consejos, Corregidores, Asistentes, Gober­
nadores Alcaldes mayores y ordinarios, Alguaciles, Merinos Prebos­
tes, y otros cualesquier mis Jueces y Justicias, y personas de cual­
quier estado, calidad, condición, preeminencia y dignidad que sean,
mis vasallos, súbditos y naturales, así á los que ahora son como á los
que adelante fueren, y á cada uno y cualquiera de ellos que os ha­
yan y tengan, llamen é intitulen, así á vos el expresado Don Ignacio
MARQUESADO DE CASTANIZA. 3 @
Mariano de Castañiza, como á cada uno de los dichos vuestros he­
rederos y sucesores en su tiempo Marqueses de Castañiza.
Y os guarden y hagan guardar todas las honras, franquezas, liber­
tades, exenciones, preeminencias, prerrogativas, gracias, mercedes y
demás ceremonias que se guardan y deben guardar á los otros Mar­
queses de estos mis Reinos, todo bien y cumplidamente, sin que os
falte cosa alguna. Y porque según las órdenes dadas por el Señor
Rey Don Felipe IV (que esté en gloria) á las personas á quien se
diere título de Conde ó de Marqués ha de precéder primero el de Viz­
conde y quedar este suprimido; por despacho de este día os he dado
Título de Vizconde de la Asunción Zoquiapa, el cual en consecuen­
cia de las dichas órdenes queda roto y cancelado, en mi Secretaría de
la Cámara y Estado de Castilla, y notado y prevenido en su Regis­
tro para que no valga, ni tenga efecto, ni se dé por perdido, duplicado
ni en otra forma en tiempo alguno. Y si de este mi despacho y de la
gracia y merced en él contenida, vos el dicho Don Ignacio Mariano
de Castañiza ó cualquiera de los expresados vuestros herederos y su­
cesores, quisiereis ó quisieren mi carta de Privilegio y Confirmación,
mando á los mis Concertadores y Escribanos Mayores de los Privi­
legios y Confirmaciones, y á los mis Mayordomos, Cancilleres y No­
tario Mayor y á los otros oficiales que están á la Tabla de mis Sellos,
que os la den, libren, pasen y sellen lo más fuerte, firme y bastante
que les pidiereis y menester hubiereis.
Y de esta mi carta se ha de tomar razón, por las Contadurías Ge­
nerales de Valores y Distribuciones de mi Real Hacienda, á que es­
tán agregados los libros de Registro general de Mercedes, Lanzas y
media anata.—Expresando en la de Valores haber pagado ó quedar
asegurado este derecho con declaración de lo que importare; sin cu­
ya formalidad mando sea de ningún valor y no se admita ni tenga
cumplimiento esta merced en los Tribunales, dentro y fuera de la Cor­
te.—Dada en el Pardo á ocho de Marzo de mil setecientos setenta y
dos años.—Yo el Rey.—Rúbrica.—Yo Don José Ignacio de Goye-
neche, Secretario del Rey Nuestro Señor, lo hice escribir por su man­
dado.—Registrada.—Don Nicolás Verdugo, Teniente de Canciller
'Mayor.—El Conde Aranda.—Don Agustín de Leiz Erazo—Don.
Pedro Rodríguez Campomanes.

SEGUNDA'PARTE.

Donjuán de Castañiza y Larrea, (i) casó con Doña Mariana


González de Agüero y tuvieron por hijos, entre otros, al
\er: Marqués, Don (Ignacio Mariano de Castañiza González de
Agüero, que casó con Doña María Manuela Fagoaga y Leyzaur;
murió sin sucesión, heredando el título su hermana la
2^ Marquesa, Doña María Teresa de Castañiza y González de
Agüero, casó con Don Antonio de Bassoco, (ier. Conde de este títu­
lo); murió sin sucesión, heredando el título el
Marqués, Ilustrísimo Señor Don Juan Francisco de Castañi­
9 za y González de Agüero, Obispo de Durango, que murió el 28 de Oc­
tubre de 1825; debió sucederle en el título su sobrina la
4? Marquesa, Doña María de Jesús Castañiza y Ayerdi (2), que
murió sin sucesión; su hermana debió ser la
5? Marquesa, Doña Guadalupe de Castañiza, que casó con Don
Rafael María Camargo y tuvieron por hijos, entre otros, al que de­
bió ser el
6- Marqués, Don José María Camargo y Castañiza, que casó con
Doña Guadalupe Arana, y tuvieron por hijos, entre otros, al que de­
bí® ser el
7? Marqués, Don Rafael Camargo y Arana, soltero.

(1) Hijo de Don Domingo de Castañiza y de Doña María Larrea; nieta de Don Francisco
de Castañiza, Doña María de Molinuevo, de Don Francisco Larrea y de Doña María Cruz;
segundo nieto de Don .Juan de Castañiza, Doña Juliana Lararrieta, Don Juan de Molinuevo,
Doña Pascuala de Menoyo, Don Francisco de Larrea, Doña Francisca de Arraisco, Don Juan
Cruz de Adano y Doña Catalina 'de Presa; tercer nieto de Don Juan de Castañiza y Doña
Marina de Layseca.
(2) Hija de Don Domingo Castañiza y Basaldua y de Doñi Juana de Ayerdi, nieta de/
Don Domingo de Castañiza y Lanzagorta y Doña Josefa Basaldua, segunda nieta de Don
Domingo Castañiza y Larrea, (hermano del padre del! primer Marqués) y de Doña María de
Lianzagorta.
TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DE DON DOMINGO DE CASTAÑIZA
Y DOÑA MARÍA DE LARREA

Don Domingo de Castañiza casó con Doña María de Larrea y tu­


vieron, entre otros, tres hijos, Don Juan, Don Domingo y Doña
Francisca de Castañiza y Larrea.

1L
CAPITULO I.
Don Juan de Castañiza y Larrea, hijo primogénito de Don Do­
mingo de Castañiza y de Doña María de Larrea, casó con Doña Ma­
riana González de Agüero y tuvieron cinco hijos:
I. Don Ignacio Mariano de Castañiza y González, primer Mar­
qués, casó con Doña María Manuela Fagoaga Leyzaur y murió sin
sucesión.
II. Don José María de Castañiza y González, nació en México el
24 de Mayo de 1744, entró á la Compañía de Jesús en 1760, salió
desterrado en 1767 cuando la expulsión de los Jesuítas y al restable­
cimiento de la Compañía en México fué nombrado Provincial; murió
el 24 de Noviembre de 1816 á la edad de 72 años y seis meses.
III. Doña María de Castañiza y González, murió en la infancia.
IV. Doña María Teresa de Castañiza y González, 2* Marquesa,
casó con su primo Don Antonio de Bassoco (á costa de ambos fué
construida la Iglesia de Loreto de México, que tuvo un costo de
$300,000 y cuyos planos fueron hechos por el famoso Arquitecto
Tolsa) y murió sin sucesión.
V. Ilustrísimo Señor Don Francisco de Castañiza y González, 3er.
Marqués, Obispo de Durango, nació en México el 4 de Octubre de
1756; en 1807 fué nombrado Rector del Colegio de San Ildefonso,
varias veces lo fué de la Universidad; el 4 de Noviembre de 1816
salió para Durango después de haber sido consagrado Obispo de esa
Diócesis por el Señor Don Pedro Fonte, Arzobispo de México, y de
7'

t* 6 MARQUESADO DE CASTAÑIZA.
•(v5*j
haber consagrado el templo de Nuestra Señora de Loreto; en 1823
fué nombrado Diputado al Congreso Constituyente y murió el 28 de
Octubre de 1825.

CAPITULO II.

Don Domingo de Castañiza y Larrea, hijo segundo de Don Do­


mingo de Castañiza y de Doña María de Larrea, casó con Doña Ma-.
ría de Lanzagorta y tuvieron por hijo á
Don Domingo de Castañiza y Lanzagorta, que casó con Doña
Josefa Basaldua; tuvieron por hijo á
Don Domingo de Castañiza y Basaldua, casado con Doña Juana
de Ayerdi; tuvieron cuatro hijos: I. Doña María de Jesús, II. Doña
Guadalupe, III. Doña María Loreto y IV. Doña Manuela.

I.
i
Doña María de Jesús de Castañiza y Ayerdi (que debió ser la 4*
Marquesa), hija primogénita de Don Domingo de Castañiza y Basal­
dua y de Doña Juana de Ayerdi, murió sin tomar estado. Peleó y
obtuvo el Mayorazgo de Castañiza á la muerte del 3er. Marqués.

II.

Doña Guadalupe de Castañiza y Ayerdi, segunda hija de Don Do­


mingo de Castañiza y Basaldua y de Doña Juana de Ayerdi, casó*
con Don Rafael María Camargo; hijos:
I. Don José María Camargo y Castañiza, casó con Doña Guada­
lupe Arana; hijos:
1. Doña María Camargo y Arana, murió en la infancia.
2. Doña Loreto Camargo y Arana, murió en la infancia, y
3. Don Rafael Camargo y Arana (que debía ser el 7? Marqués),,
soltero.
II. Don Carlos Camargo y Castañiza, murió en la infancia.
III. Doña Sofía Camargo y Castañiza, murió en la infancia,
IV. Don Jacobo Camargo y Castañiza, murió soltero.

MARQUESADO DE CASTAÑIZA.

III.
Doña María Loreto de Castañiza y Ayerdi, hija tercera de Don
Domingo de Castañiza y Basaldua y de Doña Juana de Ayerdi, Mon­
ja Teresa.

IV.
Doña Manuela de Castañiza y Ayerdi, hija cuarta y última de Don
Domingo de Castañiza y Basaldua y de Doña Juana de Ayerdi, ca­
só con Don Juan N. de Pereda (Ministro que fué de México en Gua­
temala, é hijo de Don Venancio de Pereda y de Doña Gertrudis
Sánchez); hijos:
I. Doña Petra de Pereda y Castañiza, casó en primeras nupcias
con Don Joaquín Martínez y en segundas nupcias con Don Andrés
Dardón.
HIJOS DEL PRIMER MATRIMONIO:

i. Doña Luz Martínez y Pereda, casada con Don Narciso de la


Fuente; sin sucesión.
HIJOS DEL SEGUNDO MATRIMONIO:

Doña Leonor Dardón y Pereda.


Doña Carlota Dardón y Pereda.
3- Doña Emilia Dardón y Pereda, y
4- Don Enrique Dardón y Pereda.
II. Doña Loreto de Pereda y Castañiza, casó con Don Rafael de
Trueba; hijos:
1. Don Fernando de Trueba y Pereda, casó con Doña Asunción*
Ruiz; murió sin sucesión.
2. Don Joaquín de Trueba y Pereda, casado con Doña Isabel Bas­
soco; hijos:
A. Doña Isabel de Trueba y Bassoco, murió en la infancia.
B. Doña Guadalupe de Trueba y Bassoco.
C. Don Rafael de Trueba y Bassoco. ts'

D. Doña Teresa de Trueba y Bassoco, y


E. Don Joaquín de Trueba y Bassoco.
MARQUESADO DE CASTAÑIZA.
•I
V

3. Don Ramiro de Trueba y Pereda, viudo de Doña Elvira Ga-


lindo y Pimentel; hija:
A Doña María de Trueba y Galindo.
III. Doña Socorro de Pereda y Castañiza, casada con el Licen­
ciado Don Mariano Contreras; hijos:
1. Doña Loreto Contreras y Pereda, murió sin sucesión.
2. Don Juan Contreras y Pereda, murió sin sucesión.
3. 'Don Samuel Contreras y Pereda, murió sin sucesión, y
4. Doña Elena Contreras y Pereda. *
IV. Doña Daría de Pereda y Castañiza, casó con el que debió ser
el 3er. Conde de Bassoco y tuvieron por hijos:
1. Don Julián de Bassoco y Pereda (que debía ser 4? Conde de
Bassoco), casado con Doña Emilia Suárez y Priani.:
2. Don Antonio de Bassoco y Pereda, casado con Doña Guada­
lupe Mora; hijos:
A. Doña Carmen de Bassoco y Mora.
B. Doña Amalia de Bassoco y Mora, murió en la infancia.
C Doña Concepción de Bassoco y Mora, y
D. Don Antonio de Bassoco y Mora.
3 Doña Isabel de Bassoco y Pereda, casada con Don Joaquín
Trueba; hijos:
A. Doña Isabel Trueba y Bassoco, murió en la infancia.
B. Doña Guadalupe Trueba y Bassoco.
C. Don Rafael Trueba y Bassoco.
D. Doña Teresa Trueba y Bassoco, y
E. Don Joaquín Trueba y Bassoco.
' 4. Doña María de Bassoco y Pereda,casada con Don Dámaso Fe-
rrer; hijos:
A. Doña Carmen Ferrer y Bassoco, y
B. Doña Mercedes Ferrer y Bassoco.
5 Don José de Bassoco y Pereda, soltero.
V. Don José de Pereda y Castañiza, casado con Doña Josefa del
Castillo y Cos; hijos:
1. Dona María de Pereda y Castillo.
Doña Loreto de Pereda y Castillo, viuda de Don Javier
hijos:
Don Javier Vilchis y Pereda.

----------------------------------------------------------------------------------------------------- ---------------------------------------------- --------------


MARQUESADO DE CASTAÑIZA.

B. Don Carlos Vilchis y Pereda, y


C. Doña María Vilchis y Pereda.
3. Doña Josefa de Pereda y Castillo, casada con Don Ignacio Za­
yas; hijos:
A. Doña María Zayas y Pereda.
B. Doña Mercedes Zayas y Pereda.
C. Don Ignacio Zayas y Pereda, y
D. Gonzalo Zayas y Pereda.
4 Don José Mariano de Pereda y Castillo, casado con Doña Lui­
sa González y García Conde; hijo:
A. Don Jorge Pereda y García Conde.

CAPITULO III.
Doña Francisca de Castañiza y Larrea, tercera y última hija de
Don Domingo de Castañiza y de Doña María de Larrea, casó con
Don Domingo de Bassoco, y tuvieron dos hijos: I. Don Antonio,
y II. Don Pedro.

I.

Don Antonio de Bassoco y Castañiza, hijo primogénito de Don>


Domingo de Bassoco y de Doña Francisca de Castañiza, fué Caba­
llero de la Orden de Carlos III y primer Conde de Bassoco (1); casó
con su prima Doña María Teresa de Castañiza y murió sin sucesión.

II.
Don Pedro de Bassoco y Castañiza, segundo hijo de Don Domin­
go de Bassoco y de Doña Francisca de Castañiza, casó con Doña
Antonia Mazcoleta y tuvieron por hijo á Don Vicente Bassoco, casó
con Doña Josefa de las Heras y tuvieron dos hijos (2):
I. Don José María de Bassoco, 2? Conde de Bassoco, que murió
sin sucesión. .

(1) Véase artículos sobre los Condes de Bassoco.


(2) Además de otros varios hijos que se radicaron en España, y cuyos nombres no he po­
dido saber.

A
•; j.« Don; Antonio de Bassoco y Landabouri (que debió ser el 3er.
Conde de Bassoco), casó con Doña Daría Pereda y Castañiza y tu-

B Don Antonio de Bassoco y Pereda, casado con Doña Guada-

c. Doña Concepción de Bassoco y Mora, y


d. Don Antonio de Bassoco y Mora.
C. Doña Isabel de Bassoco y Pereda, casada con Don Joaquín
de Trueba; hijos:

D. Doña María de Bassoco y Pereda, casada con Don Dámaso


Ferrer; hijas:
a. Doña Carmen Ferrer y Bassoco, y
b. Doña Mercedes Ferrer y Bassoco.
E. Don José de Bassoco y Pereda, soltero.
2. Doña Adelaida de Bassoco y Landabouri, casó con Don Javier
Rueda, en primeras nupcias, y en segundas con Don Eduardo An-
tonini.
MARQUESADO DE CASTAÑIZA.

CUARTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Escudo cuartelado: el ier. cuartel á la derecha, cortado; en la par­


te superior campo de oro con dos fajas azur. En la inferior partido:
á la diestra en campo de gules dos hoces en faja, con las cuchillas de
plata y los mangos de oro; y á la siniestra en campo sinople castillo
Real de plata.
2° Cuartel; á la izquierda, partido: á la diestra en campo sinople
cruz de oro de la Orden de Alcántara y á la siniestra en campo de
plata león rampante de gules; orla de este color con ocho aspas de
oro y ocho armiños de plata, alternados.
3er. Cuartel; á la derecha, en la parte inferior, campo de oro y en
él sobre un montecillo de sinople una encina y en la copa un escusón
de plata con cinco veneras de gules puestas en sotuer.
4? Cuartel; á la izquierda, en la parte inferior, en campo azur un
puente y torre de plata sobre ondas azur y plata; á la torre va lle­
gando un caballero montado, y entre las ondas aparece la cabeza de
un pez.
Timbrado el escudo general con la corona de Marqués.

<9
MARQUESES DEL APARTADO.

PRIMERA PARTE.
TÍTULOS DE MARQUES DEL APARTADO Y VIZCONDE DE SAN JOSÉ,
CONCEDIDOS POR EL REY DON CARLOS III, c

AL CORONEL DON FRANCISCO FAGOAGA Y AROSQUETA,


EN SAN ILDEFONSO A 27 DE AGOSTO DE 1772. a

n<51

|*ON CARLOS por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de


León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Na-
varra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de
Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córce-
ll
x ga, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algecira, de
) Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orienta­
les y Occidentales, Islas y Tierra firme del Mar Océano, Archidu­
que de Austria, Duque de Borgoña, de Bramante y Milán, Conde de
Abspurg, de Flandes, Tiról, Rosellón y Barcelona, Señor de Vizca­
ya y de Molina, etc.
Por cuanto atendiendo á las circunstancias, distinguida calidad y
mérito de vos Don Francisco Fagoaga y Arosqueta, vecino de la
Ciudad de México y Coronel de Infantería de aquel Reino y de mis
Reales Ejércitos; por cédula mía de 21 de Noviembre de 1771, re­ o)

l| J 1
frendada de Don Julián de Arriaga, mi Secretario de Estado y del
i/rgk
Despacho Universal de Indias y Marina, he venido en haceros mer-
“TV
[® 2 MARQUESADO DEL APARTADO.

ced de Título de Castilla, para vos, vuestros hijos, herederos y suceso­


res, sirviendo de verificación dicha mi Real cédula, extendida en ella
vuestro nombre por mi Virrey de dicho mi Reino de Nueva Espa­
ña, de su propia mano, y que luego que con ella original se acudiese
por vos ó por vuestros apoderados, á mi Consejo de la Cámara de
Castilla, se os expida el despacho correspondiente para que gocéis el
<

mencionado Título de Castilla, en la conformidad referida y con la


denominación de Marqués ó Conde que eligiereis.—Por tanto y por­
que habéis acudido al referido mi Consejo de la Cámara, presentan­
do la Real cédula original y eligiendo por memorial dado en vuestro
nombre la denominación de Marqués del Apartado, mi voluntad es
que vos el expresado Don Francisco Fagoaga y Arosqueta y los re­
feridos vuestros hijos, herederos y sucesores, cada unQ, en su tiempo,
perpetuamente para siempre jamás, os podáis llamar é intitular, lla­
méis é intituléis, llamen é intitulen, y os hago é intitulo Marqués
del Apartado. Y por esta mi carta encargo al Serenísimo Prínci­
pe Don Carlos Antonio, mi muy caro y muy amado hijo, y mando
i
á los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hom­
bres, Priores de las Ordenes, Comendadores, Sub-comendadores,
Alcaides de los Castillos y Casas fuertes y llanas, y á los del mi Con­
sejo, Presidente y Oidores de mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles-
de mis casas y Corte y Cancillerías, y á todos los Consejos, Corregi­
dores, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes Mayores y ordinarios, Al­
guaciles, Merinos, Prebostes y otros cualesquier mis Jueces y Justi­
cias y personas de cualquier estado, calidad, condición, preeminen­
cia y dignidad que sean mis vasallos, súbditos y naturales, así á los
que ahora son como á los que adelante fueren y á cada uno y cual­
quiera de ellos, que os hayan y tengan, llamen é intitulen, así á vos
el referido Don Francisco Fagoaga y Arosqueta como á cada uno
de los dichos vuestros hijos, herederos y sucesores, en su tiempo,
Marqueses del Apartado, y os guarden y hagan guardar todas las-
honras, franquezas, libertades, exenciones, preeminencias, prerroga­
tivas, gracias, mercedes y demás ceremonias que se guardan y deben
guardar á los otros Marqueses de estos mis Reinos, todo bien y cum­
í®
plidamente sin que os falte cosa alguna.—Y porque según las órde­
nes dadas por el Señor Rey Don Felipe IV (que santa gloria haya)
á las personas á quien se diere título de Conde ó de Marqués, ha de-

r.
•/TV
MARQUESADO DEL APARTADO.

preceder primero el de Vizconde y quedar éste suprimido, por des-


pacho del día de la fecha de éste os título condede
San José, el cual en conformidad de las dichas órdenes queda roto y
cancelado, en mi Secretaría de la Cámara y Estado de Castilla, y no­
tado y prevenido en su registro para que no valga ni tenga efecto ni
se dé por perdido, duplicado ni en otra forma en tiempo alguno.—
Y si de este mi despacho y de la gracia y merced en él contenida,
vos el citado Don Francisco de Fagoaga y Arosqueta ó cualquiera
de los referidos vuestros herederos y sucesores, ahora ó en cualquier
tiempo quisiereis ó quisieren mi Carta de Privilegio y Confirmación,
mando á los mis Concertadares y Escribanos Mayores de los Privi-

tario mayor y á los otros Oficiales que están á la Tabla de mis Se­
llos, que os la den, libren, pasen y sellen lo más fuerte, firme y bas­
tante que les pidiereis y menester hubiereis.—Y de esta mi carta se
hade tomar razón en las Contadurías generales de Valores y Distri­
buciones de mi Real Hacienda á que están agregados los libros de
Registro general de Mercedes, Lanzas y Media-anata, expresando
en la de valores haberse pagado ó quedar asegurado este derecho
con declaración de lo que importare, sin cuya formalidad mando sea
de ningún valor y no se admita ni tenga cumplimiento esta merced
en los Tribunales, dentro y fuera de la Corte.—Dado en San Ildefon­
so á veintisiete de Agosto de mil setecientos setenta y dos.—Yo el
Rey.—Rúbrica.—Yo Don José Ignacio Goyenecite, Secretario del
Rey Nuestro Señor, lo hice escribir por su mandado.—Don Nicolás
Verdugo.—Teniente de Canciller Mayor.—Don Nicolás Verdugo.—
El Conde de Aranda.—Don Andrés Vera—Don Pedro Rodríguez
Campomanes.—Rúbricas.

SEGUNDA PARTE.
ASCENDENCIA DE LOS MARQUESES.
—.................

4 MARQUESADO DEL APARTADO.


e?

Don Antonio de Fagoaga, quien casó con Doña Margarita Rive­


ra, y tuvieron por hijo á
Don Martín de Fagoaga, casó con Doña María Bengoechea (hija
de Don Juan de Bengoechea y de Doña Gracia de Oyarzábal), y tu­
vieron por hijo á
Don Juan de Fagoaga, quien casó con Doña Magdalena de Ira-
gorri (hija de Don Francisco de Iragorri y de Doña Catalina de Oyar­
zábal, nieta de Don Juan de Iragorri Arburu y Doña Catalina de Si-
tiaga, de Don Juan Pérez de Oyarzábal y de Doña Catarina de Por- 1
tu), y tuvieron por hijo
Al Coronel Don Francisco de Fagoaga, Caballero de Santiago,
quien casó con Doña Josefa Arosqueta (hija de Don Juan de Aros-
queta y de Doña María Teresa de las Heras; nieta de Don Juan de
Arosqueta, de Doña María de Ochoa, de Don Alonso de las Heras
y de Doña María Alcocer; segunda nieta de Don Sebastian de Aros­
queta, de Doña María Simona de Noblezucla, de Don Juan de Zati-
ga, de Doña María García, de Don Juan de las Heras, de Doña Ma-
• •
ría del Corral, de Don Pablo Alcocer y de Doña Teresa Sariñana;
tercera nieta, por parte materna, de Don Juan de las Heras, de Doña
Ana Camarón, de Don Juan del Corral, de Doña María Saenz de
Enciso, de Don Diego Alcocer, de Doña María de Arias, de Don
Martín de Sariñana y de Doña Ines de Chávez), y tuvieron por
hijo al
i^. Marqués, Coronel Don Francisco de Fagoaga y Arosqueta,
casó con Doña María Magdalena de Villaurrutia (hija del Señor Oi­
dor Don Antonio de Villaurrutia y de Doña María Antonia López
de Osorio, nieta .del Capitán Don José de Villaurrutia, de Doña An­
tonia Ortiz de Torres, de Don Pedro de Osorio y de Doña Estefanía
de Terrazas; segunda nieta de Don Bernardo de Villaurrutia, de Do­
ña Feliciana de Salcedo, de Don Sebastián Ortiz de Torres, de Doña
María de Mesa, de Don Esteban López Osorio, de Doña María
Alcocer, de Don Tomás de Terrazas y de Doña Antonia Vargas Ma­
chuca; tercera nieta de Don Francisco de Villa y la Cuadra, de Do­
ña Luisa Urrutia, de Don Franciso de Salcedo, de Doña Luisa de
Portu, de Don Esteban Pérez, de Doña María Gómez, de Don Pe­
dro Alcocer y de Doña Catarina Iniesa; cuarta nieta de Don Die-
go de Villa, de Doña María Hurtado de la Cuadra, de Don Pedr

?
*

MARQUESADO DEL APARTADO.

López Osorio (Presidente de la Real Audiencia, Gobernador y Ca­


pitán General de Santo Domingo), de Doña Apolonia Martínez, de
Don Blas Gómez y de Doña Inés López), y tuvieron por hijo al
2? Marqztés, Don José Francisco de Fagoaga y Villaurrutia, mu­
rió sin sucesión, y su hermano debió ser el
3er. Marqués, Don Francisco José Fagoaga y Villaurrutia, quien
murió sin haber contraído matrimonio, y su hermana debió ser la
4? Marquesa, Doña María Josefa Fagoaga y Villaurrutia, quien
casó con Don José Antonio Rengel de Alcaraz, ier. Conde de Alca-
raz (i), Caballero de Santiago y Brigadier de los Reales Ejércitos, y
tuvieron por hija á la que debió ser la
1
5* Marquesa, Doña Rafaela de Rengel y Fagoaga, 2* Condesa de
Alcaraz, casó con Don Felipe N. del Barrio y Larrazábal, Ministro
que fué de Guatemala, y tuvieron por hijo al que debió ser el
6? Marqués, Licenciado Don José María del Barrio y Rengel, Ca­
nónigo de la Insigne Colegiata de Santa María de Guadalupe (debió
ser el 3er. Conde de Alcaraz), murió sin sucesión y debió heredar el
título su hermano el
7? Marqués, Don Felipe N. del Barrio y Rengel (y que debió ser
4? Conde de Alcaraz), quien casó con Doña María Manuela Gutié­
rrez Estrada, y tuvieron por hijo al que debió ser^el
8? Marqués, Don Felipe N. del Barrio y Gutiérrez (que debió ser
5? Conde de Alcaraz), murió sin sucesión hace pocos años, y su pri­
mo debía ser el
o- Marqués, Don Nicolás Campero y del Barrio, 6” Conde de Al-
caraz (hijo de Don Manuel Campero, Ministro que fué de Costa Ri­
ca, y de Doña María Gertrudis del Barrio y Rengel, hermana del 6?
y 7? Marqués), casó con Doña Manuela Cervantes y Cortazar (2), y
tuvieron por hijos á
Primero.—Doña María Campero y Cervantes, y
Segundo.—Don Manuel Campero y Cervantes.
Hermana del 8- Marqués es Doña Francisca Campero, casada en

(1) Véase artículo sobre dicho título.


(2) Véase artículo sobre Marqueses de Salinas, Santa Fe de Guardiola, Salvatierra, Con­ A
os de Santiago, de la Pre?a de Jalpa y de Rábago.
t- ——-
tTyTTT

6 MARQUESADO DEL APARTADO.

primeras nupcias con Don Enrique Alonso y en segundas con Don>


Romualdo Pasquel; hijo:
I. Don Manuel Pasquel y Campero.

i
TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DEL PRIMER MARQUÉS.

El ier. Marqués, Coronel Don Francisco de Fagoaga y Arosque-


queta, casó con Doña María Magdalena de Villaurrutia y López-
Osono, y tuvieron cinco hijos: I. Doña Ignacia; II. Don José Fran­
cisco, 2? Marqués; III. Doña María Josefa; IV. Doña Josefa María
y V. Don Francisco José Fagoaga y Villaurrutia, 3er. Marqués.
Solo casaron Doña María Josefa y Doña Josefa María, que servirán-
de tema á los dos capítulos siguientes.
• . - . ' . - *7 ‘- ■ . - 1 • • • J
O ’ *’

CAPITULO I.

Doña María Josefa Fagoaga y Villaurrutia, 4* Marquesa del Apar­


£ tado, tercera hija de Don Francisco Fagoaga y Arosqueta y de Do­
ña María Magdalena de Villaurrutia, casó con Don Antonio Rengel
y Paez, Conde de Alcaraz, Caballero de Santiago y Mariscal de Cam­
po; hijos:
Primero.— Doña Manuela de Rengel y Fagoaga, casó con Don
Juan Florez (i), Gobernador que fué del Distrito; hijos:
I. Doña Rafaela Florez y Rengel, casó con Don Francisco Cam­
pero y Fernández de la Vega; hijos:
1. Don Luis Campero y Florez, casado con Doña Teresa Bejara-
no; hijos:
A. Don Luis Antonio Campero y Bejarano.
B. Doña María Elena Campero y Bejarano, y
C. Doña María de la Luz Campero y Bejarano.
2. Don Alberto Campero y Florez, casó con Doña Paulina Burg-
hard y Uhink; hijos:

(1) Véase artículo sobre los Condes de Casa Flores.

r.

c
e

MARQUESADO DEL APARTADO.

A. Don Francisco Campero y Burghard.


B. Doña Isabel Campero y Burghard, y
C. Don Alberto Campero y Burghard.
u í
3. Doña Teresa Campero y Florez, casada con Don Alberto Gar­
K*
0
cía Granados y Ramírez; hijos:
A. Don Rafael García Granados y Campero, y
B. Don José Vicente García Granados y Campero.
II. Doña Magdalena Florez y Rengel, casó con el Licenciado Don
I José María Zaldívar; hijos:
1. Don Juan Zaldívar y Florez, Diputado que fué al Congreso de
la Unión, viudo de Doña Beatriz Redo; hija:
A. Doña Beatriz Zaldívar y Redo.
2. Don José María Zaldívar y Florez.
3. Don Miguel Zaldívar y Florez, casado con Doña Sahara Reyes
y Durán.
III. Don Luis Florez y Rengel.
IV. Don Fernando Florez y Rengel, murió sin sucesión.
V. Doña Micaela Florez y Rengel, murió sin sucesión. I
Segundo.—Doña Rafaela de Rengel y Fagoaga, 5? Marquesa del
Apartado y 2? Condesa de Alcaraz, casó con Don Felipe N. del Ba­
rrio y Larrazábal; hijos: c»
I. Licenciado Don José María del Barrio y Rengel, que debió ser
6? Marqués del Apartado y 3er. Conde de Alcaraz, Canónigo de la
Colegiata.
II. Doña María Gertrudis del Barrio y Rengel, casó con Don Ma­
nuel Campero, Ministro que fué de Costa Rica; hijos:
1. Doña Francisca Campero y del Barrio, casada en primeras nup­
cias con Don Enrique Alonso y en segundas con Don Romualdo
Pasquel; hijo:
A. Don Manuel Pasquel y Campero.
2. Don Nicolás Campero y del Barrio, que debió ser 9” Marqués
del Apartado y 6? Conde de Alcaraz, casado con Doña Manuela Cer­
vantes y Cortazar; hijos:
A. Doña María Campero y Cervantes, y
B. Don Manuel Campero y Cervantes.
III. Doña Manuela del Barrio y Rengel, casada con Don Fran­
cisco Osio y Allende; hijos:

MARQUESADO DEL APARTADO.

Don Rafael Osio y del Barrio.


Don Antonio Osio y del Barrio.
3- Doña Guadalupe Osio y del Barrio, murió sin sucesión.
4- Doña Paz Osio y del Barrio, murió sin sucesión.
5- Doña Manuela Osio y del Barrio, casada con Don Manuel Lu- f
na y Menocal; hija:
A. Doña Dolores Luna y Osio.
6. Doña Sofía Osio y del Barrio, casada con Don Guillermo de
Landa y Escandón (1), Gobernador del Distrito Federal, ex—Presi­
dente del Ayuntamiento de México, Enviado Extraordinario que fué
ante el Rey Eduardo VII en su coronación y representante del Fe-
rrocarril Nacional de México; hijos:
A. Doña María de la Luz de Landa y Osio. .»
B. Don Guillermo de Landa y Osio.
C. Don Francisco de Landa y Osio, murió en la infancia.
D. Doña Sofía de Landa y Osio.
E. Don José de Landa y Osio. t
AS
F. Doña Carmen de Landa y Osio, y
G. Don Francisco de Landa y Osio.
7- Doña María Gertrudis Osio y del Barrio, casada con Don Mi-
guel Sefrano; hijos: . . < <
A. Doña María Serrano y Osio.
B. Doña Manuela Serrano y Osio, y
C. Doña Francisca Serrano y Osio.
IV. Don Felipe N. del Barrio y Rengel (que debió ser el 7? Mar-
qués del Apartado y 4? Conde de Alcaraz), casó con Doña Manuela
Gutiérrez Estrada; hijo:
1. Don Felipe N. del Barrio y Gutiérrez (que debió ser el 8? Mar­
qués del Apartado y 5° Conde dé Alcaraz), murió sin sucesión.
Tercero.—Don Pedro Rengel y Fagoaga, murió sin sucesión.
Cuarto.—Don Miguel Rengel y Fagoaga, murió sin sucesión.
%

CAPITULO II.
4
Doña Josefa María de Fagoaga y Villaurrutia, cuarta hija de Don
Francisco Fagoaga y Arosqueta y de Doña María Magdalena de
9
(1) Véase artículo sobre familia Landa.
/

1
j ■
MARQUESADO DEL APARTADO.

Villaurrutia, casó con su primo Don José María Fagoaga y Leizaur;


hijos:
Primero.—Dona Faustina de Fagoaga y Fagoaga, murió sin su­
cesión.
Segundo.—Dona Elena de Fagoaga y Fagoaga, casó con el Ge­
neral Don Cirilo Gómez Anaya: hija:
I. Doña Josefa María Gómez y Fagoaga, casó con Don Francis­
co Pimentel (4? Conde de Heras Soto) (1); hijos:
1. Don Jacinto Pimentel y Fagoaga, que debía ser 5? Conde de
Heras Soto, casado con Doña Elena Azurmendi; hijos:
A. Don Antonio Pimentel y Azurmendi, y
B. Doña María Elena Pimentel y Azurmendi.
2. Don Fernando Pimentel y Fagoaga (Presidente del Ayunta­
miento de México y Director del Banco Central), casado en prime­
ras nupcias con Doña María Bracho y en segundas nupcias con Do­
ña Josefina Martínez Campos.

HIJO DEL PRIMER MATRIMONIO:

A. Don Salvador Pimentel y Bracho.

HIJOS DEL SEGUNDO MATRIMONIO:

B. Don Francisco Pimentel y Martínez Campos.


C. Doña Josefa María Pimentel y Martínez Campos, y
D. Doña María Pimentel y Martínez Campos.
Tercero.—Doña Lina de Fagoaga y Fagoaga, casó con Don Joa­
quín Escandón y Garmendia; murió sin sucesión.
Cuarto.—Doña Julia de Fagoaga y Fagoaga, murió sin sucesión.

CUARTA
DESCENDENCIA DE DON JUAN B. FAGOAGA Y AROSQUETA,
HERMANO DEL PRIMER MARQUÉS.

Don Juan B. Fagoaga y Arosqueta, casó con Doña Manuela de


Leizaur, y tuvieron por hijos:
(1) Véase artículo sobre los Condes de Htras Soto.
PRIMERA E’-AuRSTS.
< e—. —*■ ap "*** ---------------------

IO MARQUESADO DEL APARTADO.


•I
<t>

Primero.—Don José Mariano Fagoaga y Leizaur, casado con Do­
(» ña Rosario Ovando (i); hijos: ®)
I. Doña Matilde Fagoaga y Ovando, casada con Don Eulogio Vi-
llaurrutia; hijos:
1. Don Eulogio Villaurrutia y Fagoaga, casó con Doña Esther
Pesado; murió sin sucesión.
2. Don Ramón Villaurrutia y Fagoaga, casó con Doña Luz Gar­
cía Conde (2); hijos:
A. Don Luis Villaurrutia y García Conde, casó con Doña Dolo­
res Montero; hijo:
a. Don Luis Villaurrutia y Montero.
B. Doña Matilde Villaurrutia y García Conde, monja del Sagrado-
Corazón.
C. Don Manuel Villaurrutia y García Conde, murió en la infancia..
II. Doña Luz Fagoaga y Ovando, casó con Don Antonio de Vér-
tiz (3); hijos:
1. Doña María de Vértiz y Fagoaga, casada con Don Rafael Rey-
gadas; hijos:
A. Doña Luz Reygadas y Vértiz, casada con Don Lorenzo Gon-
zález Guerra; hija:
a. Doña María de la Luz González y Reygadas.
B. Don Rafael Reygadas y Vértiz.
C. Doña Dolores Reygadas y Vértiz, casada con Don Angel Arra-
tia; hijos:
a. ’ Don José Arratia y Reygadas.
b. Doña Carmen Arratia y Reygadas.
c. Doña Isabel Arratia y Reygadas, y
d. Doña Dolores Arratia y Reygadas.
D. Don Luis Reygadas y Vértiz.
E. Doña María Reygadas y Vértiz.
F. Don José Reygadas y Vértiz.
2. Don José de Vértiz y Fagoaga, murió sin sucesión.
3. Licenciado Don Antonio de Vértiz y Fagoaga/casado con Do­
ña María Roa; hijos:

Véase artículo sobre los Marqueses de Ovando.


Véase artículo sobre la familia García Conde.
Véase artículo sobre la familia Vértiz..

. -----------------------------------------
í- -------------------------------------------------------- -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

MARQUESADO DEL APARTADO.

A. Doña María de Vértiz y Roa, y


B. Doña Dolores de Vértiz y Roa.
Segundo.—Don José Juan Fagoaga y Leizaur, casó con Doña
Dolores Cortazar el 2 de Febrero de 1807; hijos:
I. Don Jesús Fagoaga y Cortazar, casado con Doña María de Je­
sús Pérez Gallardo; hijos:
1. Doña Ana Fagoaga y Pérez Gallardo, murió sin sucesión.
2. Doña Trinidad Fagoaga y Pérez Gallardo, y
3. Doña María Fagoaga y Pérez Gallardo.
Tercero.—Doña María Manuela Fagoaga y Leizaur, casó con
Don Ignacio Mariano de Castañiza, 2? Marqués de Castañiza (1); mu­
rió sin sucesión.
Cuarto.—Doña María Josefa Ramona Fagoaga y Leizaur, casó
con Don Joaquín Gutiérrez de los Ríos, y tuvieron por hijos, entre
otros, á
I. Doña María Josefa Gutiérrez y Fagoaga, casada con Don Juan
Tablada, con sucesión. A
II. Doña Ana Joaquina Gutiérrez y Fagoaga, casada con Don
Guillermo Obrien.
III. Doña María Joaquina Gutiérrez y Fagoaga, casada con Don
Manuel de la Lama; hijos:
1. Don Francisco de la Lama, casado con Doña Florentina Moli­
nos del Campo (hija de Don Francisco Molinos del Campo, Gober­
nador que fué del Distrito y de Doña Guadalupe Siurob); hijos:
A Doña María de los Angeles de la Lama, casada con Don Ga-
briel Iilescas.
B. Don Pedro de la Lama, murió sin sucesión.
C. Doña María Concepción de la Lama, murió de Religiosa Te-
resiana en Morelia.
D. Doña Guadalupe de la Lama, casada con Don Agustín Ha-
ghenbeck; hijos:
a. Don Agustín Haghenbeck y de la Lama, murió en la infancia.
b. Doña Guadalupe Haghenbeck y de la Lama.
* c. Doña Dolores Haghenbeck y de la Lama, murió en la infanci a
d. Don Carlos Haghenbeck y de la Lama.

(1) Véase artículo sobre los Marqueses de Castañiza.

_______
=------
12 MARQUESADO DEL APARTADO.
«•)

e. Don Antonio Haghenbeck y de la Lama, y


f. Doña María del Carmen Haghenbeck y de la Lama, murió en
la infancia.
Quinto.—Don José M. Fagoaga y Leizaur, casó con su prima
Doña Josefa María Fagoaga y Villaurrutia; hijos:
I. Doña Faustina de Fagoaga y Fagoaga, murió sin sucesión.
II. Doña Elena de Fagoaga y Fagoaga, casó con el General Don
Cirilo Gómez Anaya; hija:
i. Doña Josefa María Gómez y Fagoaga, casó con Don Francis­
co Pimentel (4? Conde de Heras Soto) (1); hijos: í
A. Don Jacinto Pimentel y Fagoaga, que debía ser 5? Conde de
Heras Soto, casado con Doña Elena Azurmendi; hijos:
a. Don Antonio Pimentel y Azurmendi, y
b. Dona María Elena Pimentel y Arzumendi.
B. Don Fernando Pimentel y Fagoaga (Presidente del Ayunta­
miento de México y Director del Banco Central), casó en primeras
nupcias con Doña María Bracho y en segundas nupcias con Doña
Josefina Martínez Campos.
HIJO DEL PRIMER MATRIMONIO:

a. Don Salvador Pimentel y Bracho. r

HIJOS DEL SEGUNDO MATRIMONIO:

b. Don Francisco Pimentel y Martínez Campos.


c. Doña Josefa María Pimentel y Martínez Campos, y
d. Doña María Pimentel y Martínez Campos.
III. Doña Lina de Fagoaga y Fagoaga, casó con Don Joaquín
Escandón y Garmendia, sin sucesión.
IV. Doña Julia de Fagoaga y Fagoaga, murió sin sucesión.

(1) Véase artículo sobre los Condes de Heras Soto.


/TV

MARQUESADO DEL APARTADO.

QUINTA PARTE.
DATOS HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS.
r

Don Francisco de Fagoaga, 3er. Marqués del Apartado, nació


■en México, en la casa que hace esquina de las calles del Puente de
Leguízamo y Apartado, el día 7 de Febrero de 1788. Hizo sus estu­
dios superiores en el Colegio de San Ildefonso, y al terminarlos via­
jó por toda Europa.
En 1820 encontrándose en España fué electo Diputado suplente
á las Cortes Españolas, y más tarde propietario por la provincia de
México. Unido al célebre Don Miguel Ramos Arizpe y á otros dipu­
tados mexicanos, trabajó activamente por lograr la Independencia de
México en el seno de las Cortes. Habiendo regresado á la Repúbli­
ca en 1823, fué elegido Alcalde primero del Ayuntamiento y demos­
tró su celo tratando de corregir muchos abusos, en el corto tiempo
de su alcaidía; su cuantioso capital lo dedicó á fomentar diversos ra­
mos de riqueza pública; cuando la capitulación de Barradas, celebró
el triunfo con un magnífico baile que hizo época en los anales socia­
les de la Capital.
El año de 1832 el Señor Fagoaga entró á desempeñar el Ministe­
rio de Relaciones, durando poco tiempo en ese elevado puesto en el
•que apenas pudo dictar algunas disposiciones; al siguiente se vió j
perseguido y por estas y otras razones, en 1841 vióse.casi arruinado
y cedió sus bienes, su biblioteca y su magnífica colección de pintu­
ras, á sus acreedores, reduciéndose él á vivir con mucha estrechez y
economía, pero satisfecho por haber quedado sin deudas.
Desempeñó otros puestos, entre ellos él de miembro de la Junta
de Minería; Presidente de la Comisión de acreedores del camino de
Veracruz, figurando su nombre en las actas de inauguración de ese
camino de hierro, el primero que se estableció en el país. La muerte
de su hermano mayor Don José Francisco le devolvió parte de su
fortuna y le hizo albacea de la testamentaría con lo que se dedicó á
hacer obras de beneficencia, como las de reposición de la Casa de Cu­
na y del Convento de Corpus Christi, un donativo de ±20,00000 es.
al Hospital de San Juan de Dios y otro de $24,000 al de Santiago de
®’ e= laiEasa-EiaíA. bte.

3$X------------- ’3¿3¿ ' <
"fV "T%
b 14 MARQUESADO DEL APARTADO.

Querétaro; $10,000 al Hospital de San Hipólito y otras donaciones-


á esos establecimientos y á otros como el Hospicio de Pobres, donde
por ellas se conserva su retrato.
Protegió mucho la instrucción fundando escuelas y dotándolas, y
proyectó crear una de Artes y Oficios y fundó una Academia de di­
bujo; era muy cantitativo y además de las muchísimas limosnas que
hacía privadamente, cuando la Invasión americana y la epidemia del
cólera en 1850 mostró un gran empeño por aliviar la suerte de tanta
familia menesterosa como había.
Tres veces fué senador, y en 1848, que desempeñaba ese cargo,
votó por la paz con los Estados Unidos del Norte.
Una antigua afección del estómago lo llevó al sepulcro el domin­
go 20 de Julio de 1851, á los 63 años de edad. Vivía ’qntonces en la
casa número 16 del Coliseo Viejo. En el libro del Hospicio se lee la
siguiente nota á propósito de su fallecimiento:
-Julio 20 de 1851.—En esta fecha murió de un acceso de hígado,
el Señor fundador, senador D. Francisco Fagoaga, cuya memoria
será eterna en el agradecido corazón de los hospicianos, por el pa­
ternal amor que les tuvo, por los insignes beneficios que les prodigó
y por las cristianas virtudes de que les dió ejemplo. Deseosos Ios-
huérfanos y los ancianos de poseer los venerables restos de quien se
les consagró en vida, obtuvieron que se les sepultase en el sepulcro
del lado del Evangelio, en el presbiterio de la capilla del Hospicio,
donde le sea leve la tierra, mientras goza eternamente su alma en el
cielo la misericordia que alcanzan los misericordiosos.”
Don José María Fagoagay Leizaur, sobrino y yerno del ier. Mar­
qués, nació en la Villa de Rentería (Guipúzcoa) el año de 1764. A los
8 años de edad fué trasladado á México, donde hizo sus estudios y
se recibió de Abogado en 1789. Al año siguiente hizo un viaje á Es­
paña y cuando regresó traía el nombramiento de Alcalde de Corte
honorario de la Audiencia de México. En 1801 contrajo matrimonio
con su prima hermana Doña Josefa María Fagoaga y Villaurrutia.
En 1808 tomó parte en la conspiración que derribó al Virrey Itu-
rrigaray y por los servicios que prestó en aquella época la Regencia
de Cádiz le hizo merced, así como á Don Gabriel Yermo, de Título
91
1» de Castilla, distinción que ambos se apresuraron á rehusar. Tachad^
©

F
MARQUESADO DEL APARTADO.

de liberal, fué mal visto cuando la reacción absolutista de 1814


le redujo á prisión enviándosele á España bajo registro; después de
un arguísimo proceso que se le siguió, fué absuelto y regrésó á Nue­
va España en 1819.
Cuando Don Agustín de Iturbide proclamó la Independencia, el Se­
ñor Fagoaga se adhirió al Plan de Iguala, formó parte de la Sobe­
rana Junta Nacional, firmó el Acta de Independencia y fué electo di­
putado al primer Congreso Mexicano, habiéndole á él tocado insta­
larlo en 24 de Febrero de 1822, como presidente que era^de la Jun­
ta; en este acto pronunció un brillante discurso que nos ha conservado
Don Carlos Bustamente.
Por asuntos de política entró en pugna con Iturbide, aunque se
opuso á que fuera declarado traidor. Al ser disuelto el Congreso fué
encarcelado el Señor Fagoaga, que recobró la libertad á la caída del
Imperio y volvió á ocupar su puesto .en el Congreso donde tuvo el
valor suficiente para votar contra la anulación del Plan de Iguala y
de los tratados de Córdoba; perseguido por los republicanos quedó í*
comprendido en la ley de expulsión de españoles, saliendo de la Re- Rj
pública á principios de 1828 y logrando regresar tres años después.
Desde entonces hasta su muerte, ocurida el 27 de Enero de 1837,
se dedicó á obras piadosas y caritativas, en las que mostró gran ce­
lo, principalmente cuando la epidemia del cólera morbus. En el Co­
legio de San Ildefonso sostuvo durante varios años cuatro cátedras
de Jurisprudencia y prestó otros servicios importantes. Su cadáver
recibió cristiana sepultura en el Panteón de San Fernando.

SEXTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Escudo cuartelado: el 1er. cuartel á la derecha, en campo de oro,


banda de gules y dos cruces de azur; orla de este color, con ocho flo­
res de lis de plata.
r-—*._i z i_ :---- :__ _ — —mpo de
j
un roble sinople, te-
e su color empinante al tronco; or-
• 7
i
ARMA* DEL PRIMER MARQUÉS DE PRADO AtItAí
■..... *

u artel, á la d recha, en campo de oro, banda de gules.


»rtel, cortado, el primer blasón, en campo de oro, tres fajas de
tres estrella le plata cada una: el segundo blasón, en cam*
un rob’e lie sinople á cuyo tronco se ve un lebrel de su

ro y timbrado el escudo general con Corona de Marqués.

tir, que dos escudos que me fueron facilitados por los’


diferían completamente, y en la duda elegí el que en­
rulo, por ser igual al que «ostenta el retrato del padre
s que existe en el Museo Nacional, con la modifica­
ción de qu •• h.j escudo está timbrado con casco dQgCaballero.

El título es copia del que existe en el Archivo del Ayuntamiento


de e>ta i iudad.
ARMAS DEL PRIMER MARQUÉS DE PRADO ALEGRE.
MARQUESES DE PRADO ALEGRE
PRIMERA PARTE.
TITULOS DE MARQUES DE PRADO ALEGRE
Y VIZCONDE DE TEJADA, CONCEDIDOS POR EL REY DON CARLOS III
A DON FRANCISCO MARCELO PABLO FERNANDEZ DE TEJADA,
EN SAN ILDEFONSO A 27 DE AGOSTO DE 1772.

a ON CARLOS, etc. Por cuanto atendiendo á las circuns-


| tancias, distinguida calidad y méritos de vos Don Fran-
_ cisco Marcelo Pablo Fernández de Tejada, caballero de
la Orden de Calatrava, vecino de la ciudad de México,
XT re^no de la Nueva España, y Capitán Comandante del
regimiento de infantería que se halla establecido en la re­
ferida ciudad, por cédula mía de veinte y uno de Noviembre de mil
setecientos setenta y uno, refrendada de Don Julián de Arriaga mi
Secretario de Estado y del despacho universal de Indias y Marina,
he venido en haceros merced de título de Castilla para vos, vuestros
hijos, herederos y sucesores, sirviendo de verificación dicha mi Real
Cédula, extendiendo en ella vuestro nombre por mi Virrey de dicho
mi Reino de Nueva España de su propia mano, y que luego que con
ella original se acudiere por vos ó por vuestros apoderados á mi Con­
sejo de la Cámara de Castilla, se os expida el despacho correspondien­
te para que gocéis el mencionado título de Castilla en la conformidad
^referida y con la denominación de Marqués ó Conde que eligiere^
jP * PRIMERA FABTE. Qj/
a. <4-^.
VTv Vrv
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

gü® Por tanto y porque habéis acudido al referido mi Consejo de la Tgj


Cámara presentando la citada mi Real Cédula original y eligiendo
por memorial dado en vuestro nombre la denominación de Marqués
de Prado Alegre, mi voluntad es que vos el expresado Don Fran­
cisco Marcelo Pablo Fernández de Tejada y los referidos vuestros
hijos, herederos y sucesores, cada uno en su tiempo perpetuamente
para siempre jamás os podáis llamar é intitular, llaméis é intituléis,
llamen é intitulen, y os hago é intitulo Marqués de Prado Alegre.
Y por esta mi carta encargo al Serenísimo Príncipe Don Carlos An*
tonio, mi muy caro y muy amado hijo, y mando á los Infantes, Pre­
lados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres, Priores de las
Ordenes, Comendadores y Subcomendadores, Alcaides de los casti­
llos y Casas fuertes y llanas, y á los del mi Consejo, Presidentes y
Oidores de mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de mi Casa y Cor­
te y Cancillerías, y á todos los Consejos, Corregidores, Asistentes,
¿ Gobernadores, Alcaldes mayores y ordinarios, Alguaciles, Merinos,
£ Prebostes y otros cualesquier mis Jueces, Justicias y personas de
cualquier estado, condición, preeminencia ó dignidad que sean mis
¿j vasallos, súbditos y naturales, así á los que ahora son como adelan-
te fueren, y á cada uno y cualquiera de ellos que os hayan y tengan,
llamen é intitulen, así á vos el referido Francisco Marcelo Pa­
blo Fernández de Tejada como á cada uno de los dichos vuestros
hijos, herederos y sucesores, cada uno en su tiempo, Marqués de Pra­
do Alegre, y os guarden y hagan guardar todas las honras, gracias,
mercedes, franquezas, libertades, exenciones, preeminencias, prerro­
gativas y demás ceremonias que se deben guardar y guardan á los
otros Marqueses de estos mis Reinos, todo bien y cumplidamente,
sin faltaros cosa alguna; y porque según las órdenes dadas por el
Señor Rey Don Felipe IV (que santa gloria haya), á las personas á
quien se diere título de Marqués ó Conde ha de preceder primero el
de Vizconde y quedar suprimido, por despacho del día de la fecha de
éste, os he dado título de Vizconde de Tejada, el cual en conformi­
dad de las dichas órdenes queda roto y cancelado en mi Secretaría de
la Cámara de Gracia y Justicia y Estado de Castilla, y notado y pre­
venido lo conveniente en el asiento del libro para que no valga ni ten­
ga efecto ni se dé por perdido, duplicado ni en otra forma en tiempo
alguno. Y si de este mi despacho y de la gracia y merced en él con-
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

tenida, vos el citado Don Francisco Marcelo Pablo Fernández de


Tejada, ó cualquiera de los referidos vuestros hijos, herederos y su­ es

cesores, ahora ó en cualquier tiempo, quisiereis ó quisieren mi carta


de privilegio y confirmación, mando á mis Concertadores y Escriba­
nos mayores de los privilegios y confirmaciones, y á mi Mayordomo,
Canciller y Notario mayores y á los otros Oficiales que están á la
tabla de mis sellos, que os la den, libren, pasen y sellen lo más fuer­
te, firme y bastante que les pidiereis y menester hubiereis. Y de esta
mi carta se ha de tomar razón en las Contadurías generales de valo­
res y distribución de mi Real Hacienda á que están agregados los
libros del registro general de mercedes, lanzas y media anata, ex­
presando en la de valores haberse pagado ó quedar asegurado este
derecho con declaración de lo que importare, sin cuya formalidad
mando sea de ningún valor y no se admita ni tenga cumplimiento
esta merced en los Tribunales, dentro y fuera de la Corte.
Dada en San Ildefonso á veinte y siete de Agosto de mil setecien­ t

tos setenta dos.—Yo el Rey.—Yo Don José Ignacio de Goyeneche,


Secretario del Rey nuestro Señor, lo hice escribir por su mandado.—
El Conde de A randa.—Don Andrés Maraver y Pera.—Don Pedio
Rodríguez y Campomanes.—Rúbricas.
Tomóse razón en las Contadurías generales de valores y distribu­
ciones de la Real Hacienda, y en la de valores consta á pliegos trein­
ta y ocho de la Comisaría de la Cámara de este año, haberse pagado
al derecho de la media anata 843,750 maravedís de vellón por la
merced de título de Castilla que se concede por este despacho.
Madrid, 31 de Agosto de 1772.—Don Salvador de Querejazu.—
Por indisposición del Señor Contador General de la distribución.—
Don Manuel Antonio Salazai.—Rúbricas.
—- V

MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

SEGUNDA PARTE.
GENEALOGIA DE LOS MARQUESES.

Don Pedro Pablo, casó con Doña Antonia Fernández (natural de


la Villa de Cameros), y tuvieron por hijo á
Don Miguel Pablo Fernández, casó con Doña Paz Fernández, y
tuvieron por hijo á
Don Miguel Pablo Fernández, casó con Doña Catarina Fernán­
dez, y tuvieron por hijo á
Don Francisco Pablo Martínez y Fernández, casó con Doña Jua­
na de Arteaga Mejía de Vera, y tuvieron por hijo al „
ier. Marqués, Don Francisco Marcelo Pablo Fernández de Teja­
da, Caballero de Calatrava, Comandante del Regimiento de Artille­
ría de Nueva España y Familiar del Santo Oficio de la Inquisición,
nació en México el 25 de Enero de 1703, y casó el 4 de Diciembre
de 1729 con Dona Josefa Isabel de Luna Sarmiento y Valladares (1),

»„ y tuvieron por hija, entre otras, á la


2? Marquesa, Doña Ana Cristina Pablo Fernández de Tejada, ca­
só con el Sr. Coronel Don Agustín de Iglesias (2), Caballero de San­
tiago, y tuvieron por hijo al que debió ser el
$er. Marqués, Don Agustín Rafael de Iglesias y Pablo Fernández,
casó con Doña María Quintana y Fernández Rubio, y tuvieron por
hijo al que debió ser el
4? Marqués, Don José Juan de Iglesias, casó con Doña Ana de
Castro y Carrillo, y tuvieron por hijo al que debió ser el
5? Marqués, Don Juan Iglesias Castro (Regidor de México en
1808, compañero del Licenciado Verdad en la empresa de propogar
la idea sobre la Independencia; fué el primero de la familia que supri-

(1) Hija de Don Francisco de Luna y Sarmiento, natural de la Coruña y de Doña Juana
Hidalgo, natural de Madrid.
(2) Hijo de Don Emeterio de Iglesias Solar y de Doña María del Botello y Rivas; nieto
de Don Juan de Iglesias Bolado y Doña Juana del Solar; segundo nieto de Don Vicente de
Iglesias y Doña Toribia Bolado; tercer nieto de Don Jerónimo de Iglesias; cuarto nieto de
Don Juan de Iglesias, y quinto nieto de Don Vicente de Iglesias, descendiente de Don Juan
López de Iglesias y de Doña Clara Prieto y Oviedo, según consta en una ejecutoria certifica­
da por Don Juan Alonso de Guerra y Sandoval, Cronista y Rey de Armas de Felipe V, que
3
original existe en poder de Don Fernando Iglesias Calderón.
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE. 5
mió la partícula de en su apellido, como rasgo de republicanismo),
casó con Doña María Ana Inzaurraga y Carrillo, y tuvieron por hi­
jo al que debió ser
6° Marqués, General Don Ramón Iglesias, casó con Doña Benita
García de Aguirre, y murió sin sucesión, y su hermano debió ser el
7? Marqués, Licenciado Don José María Iglesias (1), casó con Do­
ña Juana Calderón (2), y tuvieron por hijo al que debió ser
8° Marqués, Don José Iglesias y Calderón, que murió sin suce-
sión, y debía ser el
9? Marqués, Don Fernando Iglesias y Calderón (3).

HERMANOS DEL 8? Y 9? MARQUES.

1. Licenciado Don Eduardo Iglesias y Calderón, murió sin suce-


sión en 1893, y
2. Doña Julia Iglesias Calderón.

Este título está revalidado en España, como se puede ver en la


tercera. parte de este artículo donde se da la Rama española de esta
familia.

(1) Uno de los hombres más notables del Partido liberal. Véanse los datos biográficos de
este señor en la Quinta Parte de este artículo.
(2) Hija del Señor General de División Don José María Calderón, Gobernador Constitu­
cional que fué del Estado de Puebla, y hermana del Sr. Coronel Don José Calderón, muerto
gloriosamente en la batalla de Salamanca.
(3) Escritor concienzudo y elegante, cuyas publicaciones más notables son las siguientes:
“Un libro del actual Ministro de la Guerra,” “Errores múltiples y omisiones extrañas,” “La
traición de Maximiliano y la Capilla propiciatoria,” “El egoísmo norte-americano durante
la Intervención francesa,” “Los honores decretados á Don Vicente Riva Palacio,” “Sin ren­
cores por el pasado ni temores por el porvenir,” “El cadáver de Maximiliano,” “La batalla
de Calpulálpam y la conferencia de Tepeji del Río,” “La conferencia de Tepeji y el Gene­
ral Berriozábal,” “Tres grandes errores del Dr. Alberto Hans,” “El General Alatorre,” “Có­
mo se salvó en Zacatecas Don Benito Juárez,” “Un pseudo trofeo histórico en el Museo de
Artillería,” “La patente de patriotismo concedida á Don Antonio López de Santa-Anna, por
el Sr. Lie. Don Justo Sierra, profesor de Historia Patria,” “El Barón Vodo Von Glümer,”
“Un pseudo panegírico del General Escobedo,” “Todavía el pseudo panegírico del General
Escobedo,” “Brindis pronunciado á nombre del Casino Nacional, en honor del General Es­
cobedo, el 15 de Mayo de 1902,” “El Ejército y la toluqueña Gaceta del Gobierno.”
X’ZSXXÉSXa.A. parte.
------------------------------------------ ------------------------------------------------------------------------------------

MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

Segundo.—Licenciado Don José María Iglesias, que debió ser el


séptimo Marqués, casó con Doña Juana Calderón; hijos:
I. Don José Iglesias y Calderón, que debió ser el octavo Marqués,
murió sin sucesión.
II. Doña Julia Iglesias y Calderón, sin tomar estado.
III. Don Fernando Iglesias y Calderón, que debía ser el noveno
Marqués, soltero.
IV. Licenciado Don Eduardo Iglesias Calderón, murió sin suce­
sión.
Tercero.—Doña Lugarda Iglesias, casó con el General Don Ma­
nuel Gamboa; hijos:
I. Doña Virginia Gamboa é Iglesias, casó con el Señor Don Ra­
món Alcalde; hijos:
1. Doña Virginia Alcalde y Gamboa, casada con Don Ricardo Gó­
mez Robelo.
2. Don Guillérmo Alcalde y Gamboa, casado con Doña Isabel Ca-
rrara.
3. Don Rafael Alcalde y Gamboa, y
4. Don Salvador Alcalde y Gamboa.
II. Licenciado Don José María Gamboa é Iglesias, ex-Subsecre-
tario de Relaciones, ex-Ministro de México en las Repúblicas de
Sud América, Diputado al Congreso de la Unión y Caballero de la
Legión de Honor, casó en primeras nupcias con Doña Constanza
Rolante y en segundas con Doña Ursula de la Vega.

HIJOS DEL PRIMER MATRIMONIO:

1. Don José Gamboa, literato.


2. Doña Constanza Gamboa.
3. Don Manuel Gamboa, y
4. Doña María Teresa Gamboa.
III. Doña Soledad Gamboa é Iglesias, viuda del Señor Licencia­
do Sagaceta; hijos:
1. Doña María de las Mercedes Sagaceta y Gamboa.
2. Don Miguel Angel Sagaceta y Gamboa, y
3. Doña Guadalupe Sagaceta y Gamboa.
A.-»A
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

IV. Don Federico Gamboa é Iglesias, Literato, Ministro de Mé­


xico en Guatemala, Académico de la Lengua, Oficial de Instrucción
Pública de Francia, Comendador de Carlos III y uno de los nove­
listas más notables de México, casado con Doña. María Sagaceta;
hijo:
i. Don Miguel Félix Gamboa y Sagaceta.
Cuarto.—Don Agustín Iglesias, casó con Doña Loreto Medina,
hija, entre otros, que murieron sin sucesión.
I. Doña Adela Iglesias y Medina, casada con Don José L. Blasio,
Secretario Particular del Emperador y autor del “Maximiliano In­
timo.”
Quinto.—Don Rafael Iglesias, casó con Doña Lucrecia Andrade
Moctezuma; hijos:
I. Doctor Don Manuel Iglesias y Andrade, casado con Doña Sa­
ra Urrea; hijos:
1. Doña Altagracia Iglesias y Urrea.
2. Doña Lucrecia Iglesias y Urrea.
3- Doña Sara Iglesias y Urrea.
4- Doña Mercedes Iglesias y Urrea.
5- Don Rafael Iglesias y Urrea.
6. Doña Luz Iglesias y Urrea, y
7- Doña Celia Iglesias y Urrea.
II. Don Salvador Iglesias y Andrade, casado con Doña Concep-
ción Cardona; hijos:
1. Don Rafael Iglesias y Cardona.
2. Don Eduardo Iglesias y Cardona.
3- Don Carlos Iglesias y Cardona.
4- Doña Concepción Iglesias y Cardona.
5- Don Agustín Iglesias y Cardona.
6. Doña María Elena Iglesias y Cardona, y
7- Doña Beatriz Iglesias y Cardona.
III. Doña Mariana Iglesias y Andrade.
IV. Doña Guadalupe Iglesias y Andrade.
V. Don Alejandro Iglesias y Andrade, soltero.
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

»'

LIBRO SEGUNDO.
capitulo Unico.
Doña María Francisca Pablo Fernández de Tejada, tercerfcíja
de los primeros Marqueses, casó con Don José Julián Rodríguez de
Pedroso y García, hijo de los primeros Condes de San Bartolomé de
Jala (i), y tuvieron por hija á
Doña María Josefa Rodríguez de Pedroso y Fernández, casó con
Don Francisco Leandro de Viana, primer Conde de Tepa (2), y tu­
vieron por hijas:
Primera.—Doña Juana de Dios de Viana y Rodríguez de Pedro­
so, casó con Don José María de Allende Salazar, Conde de Monte-
fuerte, murió sin sucesión.
Segunda.—Doña Cuadalupe de Viana y Rodríguez de Pedroso,
casó con el Excelentísimo Señor Don Luis de Goyeneche y Múz-

I. Doña Teresa de Goyeneche y de Viana, casó con Don Joaquín


Muñoz de Baen
í. Don Ignacio Muñoz de Baena y Goyeneche, Marqués de Pra­
do Alegre, Gentilhombre de Cámara y Maestrante de Granada, casó
con Doña María Teresa Velluti y Tavira (3); hijas:
A. Doña María Teresa Muñoz de Baena y Velluti, Marquesa de
Prado Alegre y Condesa de Tepa, casó con Don Manuel Fernández
de Villavicencio; hijo:
a. Don Manuel Fernández de Villavicencio y Muñoz de Baena,
Conde de Tepa.
B. Doña Mercedes Muñoz de Baena y Velluti, Marquesa de Bel-
zunce.
La anterior descendencia está radicada en España.

(1) Véase artículo relativo á dicho título.


(2) Véase artículo relativo á dicho título.
I Hija de los Excelentísimos Señores Don Pedro Manuel Vellutti y López de Ay
María de la Cabeza Tavira y Montalvo, Marquesa de Falces, de Torreblanca y
0 la Cabeza.
parte.
(•

IO MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

LIBRO TERCERO.
Doña Manuela Pablo Fernández de Tejada, cuarta hija de los pri­
meros Marqueses, casó con el Brigadier Don Manuel de Rivascacho,
primer Marqués de Rivascacho (i), y tuvieron por hija á
Doña Ana María de Rivascacho, casó con Don Francisco de la
Cotera Salmont, y tuvieron tres hijos: I. Don José Mariano; II. Do­
ña Gertrudis Ignacia, y III. Doña Manuela de la Cotera y Rivasca­
cho; Doña Manuela casó con el cuarto Marqués de Santa Fe de
Guardiola y no quedan descendientes de ella; de Don José Mariano
y de Doña Gertrudis Ignacia nos ocuparemos en los ’dos capítulos
siguientes.

CAPITULO I.

Don José Mariano de la Cotera y Rivascacho, segundo Marqués


de Rivascacho é hijo primogénito de Don Francisco de la Cotera
Salmont y de Doña Ana María de Rivascacho, casó con Doña Ni-
colasa Calvo de la Puerta y Cárdenas, y tuvieron por hija á
Doña Josefa de la Cotera y Calvo de la Puerta, tercera Marquesa
de Rivascacho, casó con el Coronel Don Juan Casimiro de Ozta y
Múzquiz, Caballero de Santiago, y tuvieron cuatro hijos:
Primero.—Don Sebastián de Ozta y de la Cotera, cuarto Marqués
de Rivascacho, casó con Doña Beatriz Mora; hija:
I. Doña María Ozta y Mora, quinta Marquesa de Rivascacho, ca­
só con el General Don Ignacio Mora y Villamil; hijos:
i. Doña Ignacia Mora y Ozta, casó con Don Miguel Arroyo, Sub­
secretario de Relaciones que fué, y tuvieron por hijos, entre otros,
que murieron sin sucesión:
A. Don Alfonso Arroyo y Mora, casó con Doña Sofía Ortiz; hijo:
a. Don Miguel Arroyo y Ortiz.
B. Doña Concepción Arroyo y Mora, casó en primeras nupcias

~

(1) Véase artículo sobre dicho título. <í
Jr
*

2 MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

de de Santiago de Calimaya, Marqués de Salinas y Adelantado de


las Islas Filipinas, reside en Jalapa y es viudo de la Señora Doña
Carmen Cauz, de la que no tuvo sucesión.
2. Doña Guadalupe Cervantes y Ayestarán, casó con Don Fran­
cisco Cauz (hermano de Doña Carmen); hijos:
A. Don Juan Antonio Cauz y Cervantes.
B. Doña Concepción Cauz y Cervantes.
C. Doña Elena Cauz y Cervantes.
D. Doña Guadalupe Cauz y Cervantes, y
E. Doña Ana Cauz y Cervantes.
II. Doña Ana María Cervantes y Ozta (muerta en 1890), casó con
Don Ignacio Algara y Gómez (fallecido en 1867); hijos:
1. Don Ignacio Algara y Cervantes, casó con Doña Francisca
González Buch (1); hijos:
A. Don Francisco Algara y González, casó con Doña Gertrudis
Bray; hijos:
a. Don Francisco Algara y Bray.
b. Don Ignacio Algara y Bray, y
c. Doña María Gertrudis Algara y Bray.
$ B. Doña María de la Luz Algara y González, casada con Don
Mauricio M. Campos y Elguero; hijo:
a. Don Mauricio M. Campos y Algara.
C. Doña Ana María Algara y González, casada con Don Manuel
Echave y García Teruel.
D. Don Angel Algara y González.
2. Don Francisco Algara y Cervantes, casó con Doña Josefa Ro­
mero de Terreros (2); hijos:
A. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con Doña
María Schultze y Rincón Gallardo (3).
B. Don Manuel Algara y Romero de Terreros, murió sin sucesión.
C. Don Fernando Algara y Romero de Terreros.
D. Don Angel Algara y Romero de Terreros (literato).
E. Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con Don
Enrique Algernon Joy; hijos:

(1) Véase artículo sobre los Duques de Prim.


(2) Véase artículo sobre Ducado y Condado de Regla, etc., etc.
(3) Véase artículo sobre Marquesado de Guadalupe Gallardo.
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.
4

a. Don Enrique Joy y Algara.


b. Doña María Josefa Joy y Algara, y
c. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, que falleció en 1897
sin sucesión.
3. Doña María de los Angeles Algara y Cervantes, que falleció
en la infancia en 1854.
4. Licenciado Don José Algara y Cervantes (ex-Profesor de Le­
gislación Comparada y de Derecho Constitucional en la Escuela Na­
cional de Jurisprudencia, ex-Promotor del Juzgado Primero de Dis­
trito, y actualmente Subsecretario de Relaciones Exteriores y autor
de “Los descendientes de Miguel de Cervantes Saavedra en Méxi­
co, Apuntes genealógicos,’’ publicados en 1892), sin tomar estado.
5. Don Antonio Algara y Cervantes, fallecido en 1890, casó con
Doña Guadalupe Romero de Terreros y Goríbar, Marquesa de Vi-
llahermosa de Alfaro y de San Cristóbal, Condesa de Jala (1), sin
hijos.
6. Doña Ana Algara y Cervantes, viuda de Don José Cuevas y
Rubio, sin sucesión.
7. Don Manuel Algara y Cervantes, Diputado, casado con Doña
Carlota de Landero; hijos:
A. Doña Carlota Algara y Landero.
B. Doña Ana Elena Algara y Landero, y
C. Don Manuel Algara y Landero.
8. Don Javier Algara y Cervantes, Diputado, casado con Dona
Carmen Sánchez; hijos:
A. Don Delfín Algara y Sánchez.
B. Don Javier Algara y Sánchez.
C. Doña María del Carmen Algara y Sánchez.
D. Don Antonio Algara y Sánchez.
E. Don José Algara y Sánchez, y
F. Doña María Concepción Algara y Sánchez.
Tercero.—Doña Manuela de Ozta y de la Cotera, casó con Don
Rafael Cervantes (2); hijos:
I. Doña Guadalupe Cervantes y de Ozta, casó con Don Antonio

(1) Véanse artículos sobre dichos títulos.


(2) Véanse artículos sobre Marquesado de Salinas, Santa Fe de Guardiola, Conde de San-
$ago,. etc , etc.
FABTE.
e- ~ ■■■■ ■ .... ■ ...---- . <¡
A. 4-^. A.+J.

MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

Morán y Vivanco, que debió ser cuarto Marqués de Vivanco (i>;


hijos:
1. Doña Guadalupe Morán y Cervantes, casó con Don Pedro Go-
rozpe y Echeverría, Presidente de la Sociedad Agrícola; hijos:
A. Ingeniero Don Manuel Gorozpe y Morán, casado con Doña
María Luisa Manterola; hijos:
a. Don Manuel Gorozpe y Manterola.
b. Doña María Luisa Gorozpe y Manterola.
c. Doña Guadalupe Gorozpe y Manterola.
d. Don Pedro Gorozpe y Manterola, y I
e. Don José Pedro Gorozpe y Manterola.
B. Don Pedro Gorozpe y Morán, casado con Doña Concepción
Gorozpe (su prima); hijos:
a. Doña Concepción Gorozpe y Gorozpe.
b. Doña Carmen Gorozpe y Gorozpe, y
c. Doña Dolores Gorozpe y Gorozpe.
C. Doña María Gorozpe y Morán, Religiosa del Sagrado Corazón.
6
D. Doña Guadalupe Gorozpe y Morán, casada con Don Luis de
la Sota; hijos:
a. Doña Guadalupe de la Sota y Gorozpe, murió en la infancia.
g
b. Don Luis de la Sota y Gorozpe, y 1
c. Doña Carmen de la Sota y Gorozpe, murió en la infancia.
E. Doña María de los Dolores Gorozpe y Morán.
F. Ingeniero Don Ignacio Gorozpe y Morán, y
G. Doña María de la Luz Gorozpe y Morán.
2. Doña María de los Angeles Morán y Cervantes, viuda de Don
Antonio Rubio; hijos:
A. Doña Carmen Rubio y Morán, y
B. Don José Rubio y Morán.
3. Don Rafael Morán y Cervantes, casado con Doña María Gar-
gollo; no han tenido sucesión; este señor debería ser quinto Marqués //
de Vivanco.
4. Doña Dolores Morán y Cervantes, sin tomar estado.
5. Doña María Morán y Cervantes, casada con Don Ramón Por­
© tilla, sin sucesión.

(1) Véase artículo sobre dicho título.


*

MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

e. Don Rafael Velasco é Illanes, y


f. Doña María de la Asunción Velasco é Illanes.
B. Dona Dolores Illanes y Trigueros, casada con Don Francisco
del Collado (hijo de Don José V. del Collado, Director que fué del
Banco Nacional y de Doña Josefa Beredia); hijos:
a. Doña Dolores del Collado é Illanes.
b. Don José Francisco del Collado é Illanes.
c. Doña María de la Concepción del Collado é Illanes, murió en la
infancia.
d. Don Francisco José del Collado é Illanes.
C. Doña Teresa Illanes y Trigueros, casada con Don Francisco
Cipriani; hija:
a. Doña María Guadalupe Cipriani é Illanes.
D. Don Joaquín Illanes y Trigueros.
E. Doña Carmen Illanes y Trigueros, casada con Don César Re-
villa; hijo:
a. Don Gerardo Revilla é Illanes.
•w
F. Don Rafael Illanes y Trigueros.
2. Don Manuel María Illanes y Arias, casó con Doña Dolores
Casanova; hijos:
A. Don Manuel Illanes y Casanova, casado con Doña Francisca
Illanes; hijos:
a. Don Manuel María Illanes é Illanes.
b. Don Roberto Illanes é Illanes.
B. Doña Dolores Illanes y Casanova, casó con el Licenciado Don
Raúl Lalanne (hijo del Señor General Don Jesús Lalanne, Gober-
nador que fué del Estado de México); hija:
a. Doña María Cristina Lalanne é Illanes.
C. Don Juan Illanes y Casanova, casó con su prima Doña Encar­
nación Casanova; hijos:
a. Don Carlos Illanes y Casanova, y
b. Doña Dolores Illanes y Casanova.
D. Doña María Illanes y Casanova, casada con Don Enrique Sal­
ceda; hijo:
a. Don Enrique Salceda é Illanes.
E. Doña Rosa María Illanes y Casanova.
F. Doña Adela Illanes y Casanova.

X
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE. I7

G. Doña Margarita Illanes y Casanova, casada con Don Juan


Trevilla.
3. Don José Joaquín Illanes y Arias, casó con Doña Mercedes
Blanco; hijos:
A. Don Miguel Illanes y Blanco, casado con Doña Josefa Ramos;
hijos:
a. Doña María de las Mercedes Illanes y Ramos.
B. Don Luis Illanes y Blanco.
C. Don Enrique Illanes y Blanco, y
D. Doña María Illanes y Blanco.
4. Don Ignacio Illanes y Arias, casado con Doña GuadaJupe Hi­
dalgo; hijos.
A. Doña Guadalupe Illanes é Hidalgo.
B. Doña Francisca Illanes é Hidalgo, casada con su primo Don
Manuel Illanes y Casanova; hijos:
a. Don Manuel María Illanes é Illanes, y
b. Don Roberto Illanes é Illanes
C. Don Salvador Illanes é Hidalgo, y
D. Doña María Elena Illanes é Hidalgo.

CAPITULO II.

Doña Gertrudis Ignacia de la Cotera y Rivascacho, hija segunda


de Don Francisco de la Cotera y Salmont y de Doña Ana María de
Rivascacho, casó con Don Antonio Rodríguez de Pedroso, Conde
de San Bartolomé de Jala (i), Caballero de Santiago y de la Real
Maestranza de Sevilla; y tuvieron por hija á
Doña María Josefa Rodríguez de Pedroso y de la Cotera, casó con
Don Pedro Romero de Terreros Trebuesto y Dávalos (2), segundo
Conde de Santa María de Regla, Gentilhombre de Cámara de S. M.
con entrada, Alguacil Mayor de la Inquisición, etc., etc., y tuvieron
por hijo á
Don Pedro José María Romero de Terreros y Rodríguez de Pe­
droso, tercer Conde de Regla, etc, etc., casó con Doña María José-

(1) Véase artículo sobre dicho título.


1 (2) Véanse artículos sobre los Condes de Regla y Miravalle, etc., etc.
FEIIÍERA FARTE.
■ —............... .
“TV “TV
i8 MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.
A
fa López de Peralta, de Villar Villamil y Rodríguez de Velasco;
hijos:
Primero.—Don Pedro Romero de Terreros y Villar Villamil, casó
con Doña Mariana García Conde (hija del General Don Alejo Gar­
cía Conde y de Doña María Teresa Vidal de Lorca), y tuvieron por
hija á
I. Doña Matilde Romero de Terreros y García Conde, contrajo
matrimonio con Don Miguel Cervantes Estanillo (hijo del Marqués
de Salvatierra) (1); hijos:
1. Don Miguel Cervantes y Romero de Terreros, casado con Do­
ña Leonor Ríos; hijos:
A. Don Miguel Cervantes y Ríos, y
B. Doña María de las Mercedes Cervantes y Ríos..,
2. Don Pedro Cervantes y Romero de Terreros, soltero.
3’ Doña Matilde Cervantes y Romero de Terreros, casada en
Abril de 1899 con Don José de la Horga, Agregado á la Legación
de España en México.
4. Don Alfonso María Cervantes y Romero de Terreros, muerto
sin sucesión, y
5. Doña Ana María Cervantes y Romero de Terreros.
Segundo.—Don Manuel Romero de Terreros y Villar Villamil, ca­ i
í
só con Doña Guadalupe Gómez de Parada (hija del Capitán Don
Manuel Gómez de Parada y Romay y de Doña Dolores Gómez
Otero y Melgarejo); hijos:
I. Doña Paz Romero de Terreros y Gómez de Parada, casada con
Don Pedro Rincón Gallardo y Rosso (2); hijos:
1. Doña Paz Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casada con
Don Alfredo Barron; hijos:
A. Don Alfredo Barron y Rincón Gallardo.
B. Doña Paz Barron y Rincón Gallardo.
C. Don Manuel Barron y Rincón Gallardo.
D. Doña Guadalupe Barron y Rincón Gallardo, murió en la in-
fancia. I

E. Don Eduardo Barron y Rincón Gallardo, murió en la infancia, y


e> F. Don Francisco Barron y Rincón Gallardo.
(1) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salvatierra, Salinas, etc., etc.
(2) Véase artículo sobre Marquesado de Guadalupe Gallardo.
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE. J9
2. Don Pedro Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casó con
Doña Sara Díaz Vivanco; hijos:
A. Don Manuel Rincón Gallardo y Díaz, y
B. Don Luis Rincón Gallardo y Díaz.
3. Don Manuel Rincón Gallardo y Romero de Terreros, y
4. Doña Guadalupe Rincón Gallardo y Romero de Terreros, ca­
sada con Don Enrique Riba y Cervantes (1).
II. Don Alberto Romero de Terreros y Gómez de Parada, casa­
do con Doña Ana Vinent y Kindelan; hijos:
1. Don Alberto Romero de Terreros y Vinent.
2. Don Pedro Romero de Terreros y Vinent.
3. Doña Guadalupe Romero de Terreros y Vinent.
4. Doña Cristina Romero de Terreros y Vinent, murió sin suce­
sión el año de 1901, y
5. Don Manuel Romero de Terreros y Vinent, socio de la Acade­
mia Heráldica de Italia y del Consejo Heráldico de Francia.
III. Doña Josefa Romero de Terreros y Gómez de Parada, viuda
del Licenciado Don Francisco Algara y Cervantes (2) (nieto del pe­
núltimo Conde de Santiago); hijos:
1. Don Ignacio Algara y Romero de Terreros, casado con^Doña
María Schultze y Rincón Gallardo (3).
2. Don Manuel Algara y Romero de Terreros, muerto sin su­
cesión.
3. Don Fernando Algara y Romero de Terreros.
4. Don Angel Algara y Romero de Terreros (literato).
5. Doña Josefa Algara y Romero de Terreros, casada con Don
Enrique Algernon Joy; hijos:
A. Don Enrique Joy y Algara, y
B. Doña María Josefa Joy y Algara.
6. Doña Paz Algara y Romero de Terreros, fallecida en 1897,
sin sucesión.
IV. Don Pedro Romero de Terreros y Gómez de Parada, murió
sin sucesión.
Tercero.—Excelentísimo Señor Don Juan Nepomuceno Romero

(1) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salinas, Salvatierra, etc., etc.
(2) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salinas, Salvatierra, etc., etc.
(3) Véase artículo sobre Marquesado de Guadalupe Gallardo.
WUX^e’- 4

MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

de Terreros y Villar Villamil, Conde y Duque de Regla, sexto Mar­


qués de Rivascacho, etc., etc., murió, sin sucesión.
Cuarto.—Don Ramón Romero de Terreros y Villar Villamil, casó
■•
con Doña Refugio Goríbar y Múzquiz; hijos:
I. Excelentísima Señora Doña Refugio Romero de Terreros y
Goríbar, tercera Duquesa y quinta Condesa de Regla, casó con el
Excelentísimo Señor Don Eduardo Rincón Gallardo, tercer Marqués
de Guadalupe (i), y tuvieron por hijos al
1. Excelentísimo Señor Don Carlos Rincón Gallardo y Romero
de Terreros, cuarto Marqués de Guadalupe Gallardo, casado con la
Excelentísima Señora Doña Concepción Cortina y Cuevas; hijas:
A. Doña Concepción Rincón Gallardo y Cortina, y
B. Doña Carlota Rincón Gallardo y Cortina.
2. Doña Carmen Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casada
con Don Rafael Ortiz de la Huerta; hijas:
r
A. Doña Carmen Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo, y
B. Doña Refugio Ortiz de la Huerta y Rincón Gallardo.
3. Don Alfonso Rincón Gallardo y Romero de Terreros, casado
con Doña Leonor de Mier y Cuevas, y
4. Doña María Rincón Gallardo y Romero de Terreros.
II. Don Manuel Romero de Terreros y Goríbar, murió en la in­
fancia.
III. Doña Guadalupe Romero de Terreros y Goríbar, Marquesa
de Villahermosa de Alfaro, de San Cristóbal y Condesa de San Bar­
tolomé de Jala, casó con Don Antonio Algara y Cervantes (2).
Quinto.—Doña Antonia Romero de Terreros y Villar Villamil,
casó con Don Ramón Samaniego, con sucesión.
Sexto.—Don Ignacio Romero de Terreros y Villar Villamil, casa­
do y con sucesión.

(1) Véase artículo sobre dicho título.


(2) Véanse artículos sobre los Marqueses de Salinas, Salvatierra, etc., etc.

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MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

CUARTA PARTE.
BIOGRAFIA DEL SR. LIC. DON JOSE MARIA IGLESIAS (1).

Don José María Iglesias nació en la ciudad de México, el 5 de


Enero de 1823, siendo sus padres Don Juan N. Iglesias y Castro y
Doña Mariana Inzaurraga y Carrillo.
Don Juan fué un exaltado yorkino y en un arranque, que podría­
mos llamar de exageración jacobina, suprimió de su apellido la par­
tícula nobiliaria, usado por sus ascendientes. Regidor en 1827 y en
1833, firmó con sus colegas del Ayuntamiento, en el primero de los
años indicados, la enérgica protesta levantada contra el General Bra­
vo por su participación armada en el plan de Montaño; y prestó, co­
mo los otros Ediles, grandes servicios al vecindario de la capital, du­
rante la terrible epidemia de cólera que la asoló, en el segundo de
los años mencionados.
A la temprana edad de doce años tuvo nuestro biografiado la des­
gracia de perder á su padre, quien falleció el 5 de Mayo de 1835.
icción primaria el recién huér-
ie las materias que había cur-
mtró al Colegio de San Gre-
y profesionales, dedicándose á
mes, á pesar de su tierna edad,

e de 1840, fallecía la virtuosa


o de pena aquel hogar entris-
^.efiriéndose á esta circunstan-
lutobiografía:” “Cuando que-
ni tío materno, Don Manuel
go de la familia, á la cual sos-
a. ¡Bendita sea su memoria!”
í intachable conducta, captóse
í haber ingresado al Colegio
:ión del Rector, el distinguido
n Fernando Iglesias Calderón debo esta
«grafía del señor su padre.
parte.
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® 22 MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.
L*

abogado y eminente hombre público Don Juan Rodríguez Puebla.


En San Gregorio, de Octubre de 35 á Agosto de 42, cursó las clases
de latín, lógica, matemáticas, física,* metafísica, ética, derecho natural
de gentes-, canónico, romano y patrio, y además la-de francés. En to­
das ellas ocupó el primer lugar, sostuvo el acto público de fin de año,
y obtuvo el primer premio. Allí fueron sus profesores los Licencia­
dos Don Faustino Galicia Chimalpopoca, Don José M. Romero Díaz,
Don José M. Rojas y Don Luis M. Aguilar y Medina; todos ellos
letrados notables, y el Señor Romero Díaz miembro de la Comisión *
de Constitución en el Congreso de 1842. A fines de este año entró
de pasante con el Licenciado Don Mariano Esteva, que era entonces
uno de los primeros abogados de la capital. En 1843 volvió á San
Gregorio á cursar una cátedra de humanidades establecida para los
pasantes en el plan de estudios del Ministro de Instrucción Pública
Don Manuel Baranda. También asistió de 43 á 45 á la Academia
teórico-práctica de Jurisprudencia, que regenteaba en la Universidad i
i el’Doctor Don José María Aguirre; y antes, en 41 y 42, había estu­
diado ingles en el Colegio de Minería, obteniendo también, en am­
bos años, el primer premio de la cátedra.
Cuando apenas llevaba un año de pasante é iba á cumplir los 21
de su edad, fué nombrado, por el Rector de San Gregorio, catedráti­
co de primer año, que era lo que entonces se llamaba curso de Artes.
Al año siguiente, 1845, fué profesor de Física en el misitio colegio,
y de cuarto año de Derecho en 1846. A su vez, el General Tornel,
por entonces Rector del Colegio de San Ildefonso, nombróle cate­
drático de Francés é Inglés, previos los exámenes correspondientes.
El año de 1845 se recibió de abogado, sustentando de manera bri­
llante los dos exámenes establecidos por la ley: uno en el Colegio de
Abogados y otro ante el Tribunal Superior del Distrito Federal.
Ese mismo año de 45 hizo el Señor Iglesias su primera campaña
periodística, la que fué dirigida contra la opresora Administración del
General Santa-Anna. En 46, triunfante el partido liberal fué electo
Regidor del Ayuntamiento de México, debiendo considerarse esta
elección como el ingreso á la vida pública del joven abogado. En el
Ayuntamiento de 1846 tuvo á su cargo varias comisiones, ordinarias s
y extraordinarias, en cuyo desempeño ocupó la mayor parte de su
tiempo, con detrimento de sus intereses particulares.
k-4-V. A.fA
’^IV !ZTV
------------------------------------------- -------------------------------------------------------------------------------

MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

Durante los años de 46 y 47 tuvo lugar la odiosa invasión norte­


americana, y entonces Don José María volvió á esgrimir la pluma
periodística, sosteniendo por la prensa en ese bienio los derechos de
México en la injusta guerra promovida por la nación vecina, y opi­
nando resueltamente en contra de la paz firmada en Guadalupe Hi­
dalgo, por considerar que, á la larga, el triunfo habría sido nuestro.
Esta opinión encuéntrase sancionada por nuestro triunfo sobre los
invasores franceses.
Poco antes de que entrasen á México las tropas americanas, salió de
la capital el Señor Iglesias, pues no quiso vivir bajo el yugo del ex­
tranjero. Dirigióse primeramente á Pachuca y Real del Monte, pa­
sando después á Querétaro, donde se había instalado el Gobierno
Mexicano. Allí fué nombrado por el Presidente, General Don Pedro
María Anaya, Ministro del Supremo Tribunal de la Guerra, cargo
que desempeñó por algunos meses, renunciando en seguida para de­
I
jar expedita su libertad de acción. Nombrado después Auditor , del
»V
Ejército de Oriente, renunció también por igual motivo este nuevo
empleo apenas regresó á la ciudad de México. Además, durante el
corto período de la Administración del General Anaya, tan patriota

f y ameritado, sirvióle, algunas veces, de secretario particular.


Hallándose en Querétaro, vióle Don Ignacio Cumplido, editor pro­
pietario de “El Siglo XIX,” á fin de que se encargase de la redacción
en jefe de dicho periódico, que era en aquel entonces el de mayor ce­
lebridad, cuando regresara á la capital. Aceptó desde luego tal pues­
to; y, conforme á lo convenido, hízose cargo de él tan pronto como
llegó á México, y lo desempeñó por espacio de tres años, al cabo de
los cuales dejóle para atenderá preferentes ocupaciones de índole dis­
tinta; pero continuando como colaborador por algunos años más.
El 22 de Marzo de 1849, Don José María Iglesias contrajo ma­
trimonio con la bella, distinguida, inteligente y virtuosa Señorita Do­
ña Juana Calderón y Tapia, hija del, entonces ya difunto, Excelen­
tísimo Señor General de División y primer Gobernador Constitucio­
nal del Estado de Puebla, Don José Maiía Calderón y Garcés y de
la Excelentísima Señora Doña Josefa Tapia y Balbuena, dama tan
ilustrada como distinguida, descendiente del conquistador Don An­
drés de Tapia. Dió á los nuevos esposos la bendición nupcial el Se-
gor Canónigo Doctor Don Juan B. Ormaechea, más tarde Obispo d^
...... —- -.... ............
íggjgí.
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

Tulancingo y Regente del Imperio, como substituto del Arzobispo


Doctor Don Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos.
A partir de aquí, la vida del Señor Iglesias, ligada por tantos años
con la cosa pública, es bastante conocida y nos permite reducir nues­
tro relato á una simple enumeración de los distintos puestos que al­
canzara, acompañándola de algunas ligeras reflexiones.
En ese mismo año de 49 acabado de citar, y en virtud de sus es­
tudios especiales en materia de Hacienda, el Señor Iglesias fué nom­
brado Jefe de Sección en la Junta de Crédito Público.
. En 1852 salió electo Diputado suplente, y estuvo en ejercicio de
dicho cargo por unos cuantos meses, hasta que la independencia de
su carácter, que nunca le permitió aceptar consigna alguna, hizo que
llamaran al Diputado propietario los directores del partido dominan­
te en la Cámara.
En los años de 54 y 55 dedicóse exclusivamente ai ejercicio de su
r
profesión, y á fines de este último año, triunfante ya la revolución de
Ayutla, fué nombrado Jefe de la Sección segunda del Ministerio de
Hacienda, depositando en él la mayor confianza sucesivamente los
Ministros Don Guillermo Prieto, Don Manuel Payno y Don Miguel
Lerdo de Tejada, encargándole, los dos primeros, diversos trabajos ■ft

% extraordinarios y disponiendo el último que todo lo concerniente á v*

su famosa ley de desamortización corriese por la Sección del Señor


Iglesias, aunque no correspondía á ella su despacho. '
Hallábase al frente de dicha Sección cuando, en Eneró de 1857,
fué nombrado Ministro de Negocios Eclesiásticos, Justicia é Ins­
trucción Pública por el Presidente Comonfort. Cuatro meses des­
pués, á fines de Mayo, pasó de la citada Secretaría á la de Hacienda,
cuyo puesto desempeñó hasta el 15 de Septiembre de ese mismo año,
en que el Ministerio presentó su dimisión colectiva, para dejar su
plena libertad al Presidente Comonfort, que debía inaugurar al día
siguiente su período constitucional.
En Noviembre de ese mismo año tomó posesión del puesto de
Magistrado de la Suprema Corte, para el que había sido designado
en las recientes elecciones generales.
Durante todo el tiempo en que el Gobierno reaccionario imperó
<11 A
en la capital, Don José M. Iglesias se retiró á la vida privada, sin
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE. 2

ejercer siquiera su profesión de abogado, por no reconocer, ni aun


indirectamente, á autoridades que juzgaba ilegítimas. &

1
En Diciembre de 6o, el General González Ortega le nombró Ad­
¡4»J
ministrador General de Rentas, con cuyo carácter procedió á la reor­
4
¡í 1 ganización de las oficinas de Hacienda. En Enero de 61 fué nom­
brada Administrador de la Aduana de México, puesto que sirvió has­
ta el 31 de Mayo de 63, fecha de la salida del Gobierno hacia el In­
terior, por la aproximación de las fuerzas francesas. Durante ese
tiempo, y por deferencia hacia su íntimo amigo Don Guillermo Prie­
to, desempeñó por unos cuantos meses la Oficialía Mayor del Mi­
nisterio de Hacienda.
A poco tiempo de haber llegado á San Luis Potosí en seguimien­
to del Gobierno Nacional, el Señor Iglesias fué nombrado Visitador
de la Administración de Rentas de la capital del Estado, sujeto en­
tonces á la Federación, por haber sido declarado en sitio. El 11 de
Septiembre, de dicho año de 63, fué nombrado Ministro de Justicia,
i Fomento é Instrucción Pública. Y á mediados de Enero de 64, en el
Saltillo, se hizo cargo además del de Hacienda, desempeñando am­
bos Ministerios hasta el regreso á México del Gobierno Nacional,
en Julio de 1867.
Entonces, es decir, á la hora del triunfo, renunció ambas carteras,
1
¿Al

como de antemano se había propuesto hacerlo; pero, cediendo á las


empeñosas instancias del Presidente, quedó desempeñando tan sólo
la cartera de Hacienda, que renunció de nuevo á causa de enferme­
dad á fines del mencionado año.
Electo Diputado y Magistrado de la Suprema Corte en 1867, y fa­
cultado por la Constitución para elegir entre ambos cargos, optó por
el primero y concurrió á la Cámara el año de 68, donde fué conside­
rado como el jefe del partido gubernamental.
El 18 de Septiembre de este último año volvió al Ministerio, en­
cargándose entonces del departamento de Gobernación; y á media­
dos de 69 pasó á ocupar el de Justicia é Instrucción Pública, más
conforme con sus gustos, estudios é inclinaciones. En este puesto
permaneció hasta principios del 71, en que lo renunció, para poder
conservarse completamente neutral en la lucha que iba á entablarse,
en las próximas elecciones presidenciales, entre los Señores Juárez
y Lerdo, los dos igualmente amigos suyos.
FRIMEEA PARTE.

*
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

Habiendo sido electo por mayoría absoluta de vofos Presidente de


la Suprema Corte de Justicia, prestó ante el Congreso de la Unión
la protesta de ley el ió de Mayo de 1873; y, en seguida, tomó po­
sesión de esa Magistratura que, en aquel entonces, llevaba en sí in-
vívita la Vicepresidencia de la República.
A causa de la ley de 18 de Mayo de 1875, en la que el Congreso
pretendió, sin autoridad para ello, restringir las facultades de la Supre­
ma Corte, el Señor Iglesias remitió á la Secretaría de la Cámara de
Diputados la renuncia de su alta investidura. Con este paso, á la vez
que salvaba su dignidad personal, evitaba también ponerse en abier­
to antagonismo con el Presidente de la República, su amigo de tan­
tos años, cuya arbitrariedad hacíase cada vez más palpable y á cuya
inspiración debíase la ley de referencia. En lugar de que se diera
cuenta con la renuncia del Presidente de la Corte, fué puesto en co­
nocimiento del de la República, quien embarazó su presentación,
mientras conferenciaba con el renunciante, para lograr que la retira­
se. Tras varias conferencias, en las que el Señor Iglesias insistió en
su propósito, recalcando que su continuación en la Corte hacía inmi­
nente el peligro de un rompimiento con su interlocutor; pues entre
sus relaciones amistosas y sus deberes oficiales, la elección no podía
ser dudosa, convino al fin Don José María, cediendo á las instancias
de Don Sebastián, en no insistir en la presentación de su renuncia y
en substituirla con una protesta que dejara á salvo su dignidad per­
sonal. Esta protesta contra la ley de 18 de Mayo, á la que no se re­
conocía validez alguna, fué escrita en los términos enérgicos, reque­
ridos por el decoro del funcionario cuyas facultades constitucionales
pretendíase mermar; presentada á la Corte por su Presidente, quien
la hizo insertar en el acta de aquella sesión; y lanzada á la publicidad
por medio de la prensa. La Suprema Corte, conforme al tenor de la
protesta de su Presidente, siguió concediendo amparos por “incom­
petencia de origen,” y la Cámara de Diputados contempló impasible
este fundado desacato de la ley que acababa de expedir, sin que nin­
guno de sus miembros se atreviese á acusar por ese motivo á los
Magistrados que tal amparo concedían.
$ En 1876, convencido el Presidente de la Corte de que no había ha­
bido elecciones presidenciales y de que, en consecuencia, el decreto
-------------------------------------------------------
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

Don Sebastián Lerdo de Tejada, constituía un golpe de Estado, del


que se hacía cómplice el aludido funcionado al promulgar el men­
cionado decreto; el Presidente de la Corte, repetimos, con su carác­
ter de Vicepresidente de la República, expidió un manifiesto á la Na­
ción, Octubre de 76, en el que protestaba contra el decreto de refe­
rencia, denunciando la acefalía gubernamental y apelaba al fallo del
pueblo, árbitro supremo en aquella cuestión.
El Estado de Guanajuato, previo decreto de su Legislatura, debi­
damente promulgado por el Gobernador Antillón, desconoció la va­
lidez de la fraudulenta reelección presidencial y reconoció la proviso­
ria autoridad constitucional del Vicepresidente, quien, entonces, asu­
mió el poder, tomó el título de Presidente Interino Constitucional,
que de derecho le correspondía, y estableció su Gobierno en la ciu­
dad de Guanajuato, cuya población recibióle á su entrada con gran­
des y entusiastas manifestaciones de regocijo y adhesión.
Secundando el decreto de la Legislatura de Guanajuato reconocie­
ron al Señor Iglesias como Presidente Interino de la República, por
medio de sus autoridades constitucionales, los Estados de Queréta-
ro, Aguascalientes, Zacatecas, Colima y Guerrero; y, después del
abandono de la capital por el Señor Lerdo, reconociéronla también,-
por medio de sus Comandantes Militares, los de San Luis Potosí,
Jalisco, Sinaloa y Sonora, que hallábanse en sitio. Igual reconoci­
1
miento hicieron muchos y principales jefes militares, unos antes y
otros después del mencionado abandono de la capital, encontrándo­
se, entre estos últimos, los Generales en Jefe de la tercera y cuarta
divisiones del Ejército Federal.
Habiéndose rehusado el Señor Iglesias á aceptar el Plan de Tux-
tepec reformado en Palo Blanco—cuyo artículo sexto prevenía que,
á su triunfo, el Poder Ejecutivo sería depositado en el Presidente de
la Corte, siempre que dicho funcionario se adhiriese á él—vióse obli­
gado á retirarse, primero á Guadalajara y después á Manzanillo, em­
barcándose allí para Mazatlán, en donde proponíase establecer su
Gobierno; pero, habiendo encontrado este último puerto en poder de
los revolucionarios, vióse obligado á seguir hasta San Francisco Ca­
i
e) lifornia y á desembarcar en tierra extranjera, donde permaneció por
espacio de diez meses, en voluntario ostracismo.
Al regresar á su Patria, en Octubre de 1877, solicitó la venia c
...

MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

del Gobierno imperante, ni trató siquiera de explorar si sería ó no


perseguido. Vino con la tranquilidad correspondiente á quien siem­
pre ha cumplido con su deber, y resuelto á retirarse á la vida privada.
Lejos de molestársele, se le hicieron por conducto del General Be-
rriozábal—que había sido su Ministro y entonces lo era del General
Díaz —repetidas insinuaciones para saber si aceptaría el cargo de
Magistrado, Senador, Diputado ó la Dirección del Nacional Monte
de Piedad. A todas ellas respondió francamente el Señor Iglesias,
que no aceptaría ningún puesto de un Gobierno que juzgaba ilegíti­
mo. Más tarde el General González, al inaugurar su período presi­
dencial, ofrecióle por conducto del General Lalanne el Ministerio de
Gobernación—por él considerado como el más difícil en aquellas cir­
cunstancias—ó el de Relaciones si así lo prefería. Ofrecióle también,
más tarde, la Presidencia de la Comisión mexicana que, en unión de
otra de los Estados Unidos, que decíase estaría presidida por el Ge­
neral Grant, debía formar un tratado de reciprocidad comercial entre
ambas naciones. Y ofrecióle, por último, otros varios cargos y comi­ $
siones de categoría é importancia. Aunque agradeciéndolas, el Señor A»
Iglesias rechazó todas esas ofertas por creer su aceptación incompa­
V
tible con su dignidad, pues provenían de un Gobierno que abierta­
mente conculcaba la Constitución, y persistió en su propósito de
mantenerse en la vida privada y en el seno de su familia. Antes de
cerrar estos apuntes, mencionaremos las principales disposiciones del
Señor Iglesias, como funcionario público.
Como Ministro de Negocios Eclesiásticos, expidió la ley de 11 de
Abril de 1857 sobre obvenciones parroquiales, conocida generalmen­
te con el nombre de “ley Iglesias,” la cual llevaba por objeto—según
se explicó en la Circular respectiva—“libertar á los pobres del pago
de los derechos parroquiales que se les han cobrado hasta aquí por
sus nacimientos, matrimonios y defunciones;” y agregábase en dicho
documento: “cualquiera que sea el aspecto bajo el que se examine
esta disposición, no se podrá menos de calificarla de humanitaria, ca­
ritativa, religiosa, justa y acertada.” Esta ley que, en unión de las le­
yes Juárez y Lerdo, debe considerarse entre las iniciadoras de la Re­
forma, fué, al igual de las otras dos, mantenida en vigencia por el
Gobierno del Archiduque Maximiliano.
Como Ministro de Justicia expidió, también en la época citada, la *
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

-ey de procedimientos judiciales en los tribunales del Distrito y Te­


rritorios, que vino á llenar un vacío existente hacía tiempo y que sa­
tisfizo por muchos años una de las primeras necesidades de una bue­
na administración de Justicia. Expidió además, entonces, la ley de
sucesiones por testamento y ab-intestato, en la que se mejoró nota­
blemente la condición de la esposa y de los hijos naturales y espu­
rios. Y refrendó, á 13 de Septiembre de 1870, el decreto relativo á
la promulgación del Código Civil, formado por una comisión de res-,
petables Jurisconsultos.
Como Ministro de Instrucción Pública debiósele el decreto del Pre­
sidente Comonfort que establecía una escuela normal á la que debían
concurrir los maestros y maestras de primeras letras, pagados por los
fondos del Distrito ó de la Municipalidad, más cierto número de alum­
nos de ambos sexos. Este decreto no llegó á tener verificativo por
las dificultades pecuniarias de la época.
Como Ministro de Fomento otorgó, durante el período de la inter­
vención francesa, la concesión para colonizar la Baja California, en
la que, á más de respetar la zona de veinte leguas hacia el interior de
la frontera, cuidóse de que los terrenos baldíos que se cedían á uno
y otro lado de una línea determinada, quedasen interpolados, de le­
gua en legua cuadrada, con otros sobre los cuales conservábase la
propiedad nacional; estipulóse también que todos los colonos serían
reputados como mexicanos. Esta concesión caducó por no haber
cumplido sus compromisos los concesionarios, quienes perdieron las
cantidades adelantadas como garantía, las que sirvieron, casi en su
totalidad, para cubrir los sueldos y gastos ordinarios y extraordina­
rios de nuestra Legación en Washington.
Como Ministro de Hacienda, y por medio de una circular expedi­
da en Paso del Norte al emprender el regreso hacia México, cortó
de raíz el inveterado abuso de los Jefes que, como Comandantes Mi­
litares, disponían á su antojo de los fondos de las aduanas marítimas
ó convenían en préstamos ruinosos para el Erario, concediendo gran­
des rebajas á los prestamistas sobre el pago de futuros derechos aran­
celarios. Adoptó como regla general no sacrificar por intereses mo-
mentáneos, una gran parte de las rentas del país, desterrando de esa

I
fe
manera los negocios de agio, lepra hasta entonces de todas las ante­
riores Administraciones. Y dispuso, ya de vuelta en la capital, que
l_ E’iaiXÉEia.A. FAETE.
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74A' r+'í

MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

de la renta del papel sellado se separara una cantidad mensual que


no bajara de 30,000 pesos ni pasara de 50,000, destinada á la amor­
tización en almoneda pública de la deuda interior de la Nación. Dic­
tó otras muchas disposiciones, que sería prolijo enumerar, tendentes
muchas de ellas á consolidar el orden y la moralidad en las oficinas
de Hacienda. ' Como un tributo de justicia, el actual Secretario de Ha­
cienda ha mandado colocar en el salón de honor del Ministerio de su
cargo, el busto en bronce del Señor Iglesias, entre los de otros cuan­
tos antecesores suyos.
Como Ministro de Gobernación presentó á la Cámara, é hizo adop­
tarla con su convincente discurso, la iniciativa de ley, suspendiendo,
por un año, para los plagiarios y salteadores las garantías constitu­
cionales Esta ley, de verdadera necesidad pública, fué, por mucho
tiempo, prorrogada año por año, aun durante las Administraciones
de origen tuxtepecano.
Como Presidente de la Suprema Corte de Justicia, y contando con
el apoyo de Magistrados independientes y dignos, logró mantener
incólume la independencia y respetabilidad del Poder Judicial, teni­
do, antes y después de él, bajo la tutela del Ejecutivo; y á fuerza de
energía, y contando siempre con el mencionado apoyo, logró hacer
f efectivas las garantías individuales, por medio del Amparo, haciendo 1
.. /" así que la Justicia de la Unión protegiera á las víctimas de las arbi­
)
trariedades oficiales, cualesquiera que fuese el rango y el poder de
los atropellantes.
.z A más de haber dirigido por tres años “El Siglo XIX”—como di­
/ „
jimos ya—y de haber seguido por otros varios colaborando en aquel
notable diario, publicó el año de 61, en “El Monitor Republicano”
artículos dedicados en su generalidad á la defensa de los intereses
nacionales y de sus derechos lastimados por la intervención extran­
jera. Más tarde, dirigió en San Luis por un corto tiempo el “Diario
Oficial del Supremo Gobierno de la Nación.”
Entre sus discursos cívicos citaremos el pronunciado en la Alame­
da de México, el 16 de Septiembre de 48, en que la capital volvía á
verse libre de yugo extranjero, tras la ominosa ocupación norte-ame­
ricana; el pronunciado en aquel mismo lugar en el primer aniversa­ <s
rio de nuestra gloriosa victoria del 5 de Mayo; y el pronunciado el
11 de Abril de 68, es decir, á raíz del triunfo nacional, en honor de

'JXV /i*
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

los Mártires de Tacubaya y ante el pequeño monumento alzado á su


memoria; y las oraciones fúnebres pronunciadas á nombre del Go­
bierno Nacional, en las solemnes exequias de los Generales Zarago­
za y La Llave y del Presidente Don Benito Juárez.
Entre los parlamentarios, que fueron numerosísimos, cítanse como
los más famosos, el pronunciado el año de 68, en pro del indulto de
la Compañía del Ferrocarril de Veracruz y de la correspondiente re­
validación de las concesiones que disfrutaba; el pronunciado en Abril
de 69—á que aludimos ya—sobre la supresión de garantías consti­
tucionales á los plagiarios y salteadores; y el pronunciado en Octu­
bre de 70, fundando la resolución del Gobierno de no prestar el auxi­
lio federal pedido por la Legislatura del Estado de Jalisco. Aunque
este asunto era del resorte de la Secretaría de Gobernación, como en­
trañaba una cuestión constitucional, fióse al Señor Iglesias, Ministro
de Justicia, el sostenimiento de aquella decisión, que obedecía á un
profundo respeto, por parte del Ejecutivo Federal, hacia la indepen­
dencia de los Estados en sus cuestiones interiores.
Merece también mención especial, el brindis “Por los pueblos opri-
midos” pronunciado en Chihuahua, el 21 de Marzo de 1865; pues,
apartándose de la banal insustancialidad, tan común en esa clase de
peroraciones, á más de una expresión de simpatía hacia dichos pue­
blos, pregona, justifica y ensalza el gran principio de las nacionali­
dades. Este brindis, en su totalidad ó en sus principales pasajes, ha
sido reproducido muchas veces en libros y periódicos.
Por encargo del Ayuntamiento de 1846, el Señor Iglesias escri­
bió la “Memoria” en que aquella Corporación dió cuenta al público
de su manejo. Sus compañeros de Gabinete le dispensaron la honra
de que fuese él quien redactara el Manifiesto á la Nación de 4 de
Marzo de 1857, con que el Gobierno del Presidente Comonfort, al
publicar el Códico fundamental formado por el Congreso Constitu -
yente, dió cuenta del uso que había hecho de las facultades omnímo­
das de que había estado investido. Y, á la muerte del Señor Juárez,
escribió por encargo de Don Sebastián Lerdo de Tejada, el Mani­
fiesto con que este funcionario inauguró su interinato presidencial.
dicho documento, y como síntesis del programa de Gobierno del ®)
70 Presidente, estampó el Señor Iglesias la conocida frase de “po- fig
olítica y mucha administración.”
— •'SDtjEi**
. ú

MARQUESADO DE PRADO ALEGRE.

Débense también á la pluma del Señor Iglesias el “Estudio cons­ W4)

titucional sobre las facultades de la Suprema Corte de Justicia,” la


mayor parte de la obra titulada “Apuntes para la Historia de la gue­
rra de México con los Estados Unidos,” las “Revistas sobre la In­
tervención francesa,” “La Cuestión presidencial en 1876,” y su “Au­
tobiografía.” Estas dos últimas obras han sido publicadas después de
la muerte del Señor Iglesias, por su familia, la que conserva inédi­
tas, y publicará también “Los prolegómenos de la Historia,” un dic­
cionario histórico-bibliográfico de Francia é Inglaterra, que lleva
este subtítulo: “Selección de obras históricas,” y unos estudios sobre
la literatura francesa é italiana.
Estos últimos trabajos literarios permitieron á Don José María
Iglesias, muerto el 17 de Diciembre de 1891, pasar en plácida tran­
quilidad los últimos años de su vida, conforme á la esperanza que
anunciaba al escribir su Autobiografía, y como él mismo dijera: “sin
la nostalgia del poder, sin el incentivo de la ambición, sin el falaz en­
sueño de la gloria, al lado de una esposa y de unos hijos tiernamen-
te amados.”

QUINTA PARTE.
DESCRIPCION DEL ESCUDO.

Escudo cuartelado por una cruz paté de oro; primero: de sinople


y dos castillos con una bandera de plata en la torre del homenaje,
cargada de una cruz llana de gules; segundo: de azur y dos medias
lunas figuradas de plata encontradas, rodeadas de trece estrellas de
oro; tercero: de plata y un león rampante de gules, armado, lingua-
do y coronado de oro; cuarto: de plata, y un tejo copado y un oso de
su color atado con una cadena á una de sus ramas.
Timbrado con Corona de Marqués, teniendo por cimera un casco
de oro, vestido de azur, surmontado de medio león de gules corona­
do de oro, teniendo en la boca una cinta de azur con el lema “Bea­
tificamos eos qui sostinuerunt;” y adornado con trece bandero-
MARQUESADO DE PRADO ALEGRE. 33
las de azur cargada cada una con un creciente de plata. Estas armas
ÍS>
son de Tejada.

El título está tomado de una copia del Archivo General de Siman­


cas y el escudo de armas de la ejecutoria de nobleza de Don Fran­
cisco Marcelo Pablo Fernández de Tejada, de 8 de Septiembre de
1743, que existe en poder de Don Fernando Iglesias Calderón, con la
sola diferencia de que en dicha ejecutoria no se ostenta la corona de
Marqués sino el casco de Caballero por haber sido expedido con in­
terioridad á la Cédula de concesión del Título.

X.
AMAI DEL PRIMER MARQUES DE SAN JUAN DE RAYAS
L it . *L a Europea.»
T ip. y

ARMAS DEL PRIMER MARQUES DE SAN JUAN DE RAYAS.


MARQUESES DE SAN JUAN DE RAYAS.

PRIMERA PARTE.
TÍTULOS DE MARQUÉS DE SAN JUAN DE RAYAS
Y DE VIZCONDE DE SARDANETA
CONCEDIDOS POR S. M. EL REY CARLOS III,
Á DON VICENTE MANUEL DE SARDANETA Y LEGASPI,
EN MADRID EL 15 DE JULIO DE 1774

ON CARLOS por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de


León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Na-
varra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia,
de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, de Cór­
cega, de Murcia, de Jaén, de los Algárbes, de Algecira,
de Gibraltar, de las Islas de Canarias, de las Indias Orien­
tales y Occidentales, Islas y Tierra firme del Mar Océano, Archidu­
que de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y Milán, Conde de
Abspurg, de Flandes, Tiról y Barcelona, Señor de Vizcaya y de
Molina, etc.
Por cuanto en consideración á los distinguidos méritos y circuns­
tancias de vos Don Vicente Manuel de Sardaneta y Legaspi: Por re­
solución mía, á consulta de mi Consejo de la Cámara, de ocho de
Abril de mil setecientos setenta y dos, he venido en concederos mer-
ced de Título de Castilla para vos y vuestros sucesores.
FRIMEBA. PARTE.
------------------------------------ O

MARQUESADO DE SAN JUAN DE RAYAS.

.€)
Por tanto y porque habéis elegido la denominación de Marqués
de San Juan de Rayas, mi voluntad.es que vos el expresado Don 1
Vicente Manuel de Sardaneta y Legaspi, y vuestros hijos, Herede­
ros y Sucesores, cada uno en su tiempo perpetuamente para siempre
jamás os podáis llamar é intitular, llaméis é intituléis, llamen é inti­
tulen, y os hago é intitulo Marqués de San Juan de Rayas.
Y por esta mi Carta encargo al Serenísimo Príncipe Don Carlos
Antonio, mi muy caro y muy amado Hijo, y mando á los Infantes, 4

¡Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos-hombres, Priores de


lias Ordenes, Comendadores y Subcomendadores, Alcaldes de los
■Castillos y Casas Fuertes y Llanas, y á los de mi Consejo, Presiden­
tes y Oidores de mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de mi Casa y
■Corte, y Cancillerías y á todos los Consejos, Corregidores, Asisten­
tes, Gobernadores, Alcaldes, mayores y ordinarios, Alguaciles, Me­
ninos, Prebostes, y otros cualesquier mis Jueces y personas de cual­
e
quier estado, condición, preeminencia ó dignidad, que sean mis va­
sallos, súbditos y naturales, así á los que ahora son como á los que <5
adelante fueren, y á cada uno y cualquiera de ellos que os hayan y
tengan, llamen é intitulen, así á vos el referido Don Vicente Manuel
de Sardaneta y Legaspi, como á cada uno de los dichos vuestros Hi­
9. jos, Herederos y Sucesores en su tiempo, Marqueses de San Juan
de Rayas. ’
Y os guarden y hagan guardar todas las honras, gracias, merce­
des, franquezas, libertades, exenciones, preeminencias, prerrogativas
y demás ceremonias que se deben guardar, y guardan á los otros
Marqueses de estos mis Reinos, todo bien y cumplidamente, sin fal­
taros cosa alguna.
Y porque según las órdenes dadas por el Señor Rey Don Felipe
IV (que santa gloria haya), á las personas á quien se diere Título de
Marqués ó Conde, ha de preceder el de Vizconde y quedar suprimi­
do, por despacho del día de la fecha de éste, os ha dado título de Viz­
conde de Sardaneta, el cual en conformidad de las dichas Ordenes
queda roto y cancelado en mi Secretaría de la Cámara de Gracia y
Justicia y Estado de Castilla, y notado y prevenido lo conveniente
en el asiento del libro, para que no valga, ni tenga efecto ni se dé
por perdido, duplicado, ni en otra forma en tiempo alguno.
Y si de este mi despacho y de la Gracia, y Merced en él contení^
——
MARQUESADO DE SAN JUAN DE RAYAS.

da, vos el expresado Don Vicente Manuel de Sardaneta y Legaspi,


9
ó cualquiera de los referidos vuestros hijos, herederos y sucesores,
ahora ó en cualquier tiempo quisiereis ó quisieren mi Carta de Pri­
vilegio y Confirmación: Mando á mis Concertadores y Escribanos
mayores de los Privilegios y Confirmaciones, y á mi Mayordomo
Canciller y Notario Mayores, y á los otros Oficiales que están á la
Tabla de mis Sellos, que os la den, libren, pasen y sellen lo más
fuerte, firme y bastante que les pidiereis y menester hubiereis.
Y de este mi Despacho Se ha de tomar la razón en la Contaduría
General de Valores, y Distribución de mi Real Hacienda, á que es­
tán incorporados los libros del Registro general de Mercedes, Lan-^
zas y Media-anata: expresando en la de valores haberse pagado, ó
quedar asegurado este derecho, con declaración de lo que importare,
sin cuya formalidad, mando sea de ningún valor, y no se admita ni
tenga cumplimiento esta Merced en los Tribunales dentro y fuera de
e
la Corte.—Dado en Madrid á quince de Julio de mil setecientos se­
tenta y cuatro.—Yo el Rey.—Rúbrica.

a. SEGUNDA PARTE.
DESCENDENCIA DE LOS MARQUESES.

Don Pedro Pérez de Sardaneta y Legaspi (dueño de la casa solar


é infanzona de Sardaneta, situada en el Valle Real de Leniz en la
Ante-iglesia de Arenaza, Guipúzcoa), casó con Doña María de Ar-
teaga y Lorbizu, y tuvieron por hijo á
Don Pedro de Sardaneta y Legaspi, quien casó con Doña Anto­
nia de Ruteaga (hija de Don Francisco de Ruteaga y de Doña Isa­
bel de Adriansen), y tuvieron por hijo al
Capitán Don Antonio de Sardaneta, Legaspi Ruteaga, casó con
Doña Ana Muñoz del Castillo (i), (hija de Don Clemente Muñoz del
Castillo y de la Vega, y de Doña Juana de Busto y Argüello, nieta
de Don Roque Muñoz del Castillo, de Doña Anade la Vega, de Don

Fueron hermanos de esta Señora Fray Francisco, Religioso de San Francisco


Muñoz del Castillo.
MARQUESADO DE SAN JUAN DE RAYAS.

Alonso de Busto y de Doña Isabel de Argüello y Jasso), tuvieron en­


tre otros por hijo á
Don José de Sardaneta Legaspi y Muñoz del Castillo (i), que na­
ció en la Ciudad de Guanajuato el 18 de Septiembre de 1677, obtu­
vo la vara de Alcalde Ordinario de dicha Villa, y el bastón de Te­
niente General, y fué Alguacil Mayor de la Inquisición; casó con Do­
ña María de Legaspi (descendiente del Adelantado de Filipinas Don
Miguel López de Legaspi) y fueron padres del
ler. Marqués, Don Vicente Manuel de Sardaneta y Legaspi (2),
Caballero de Carlos III, casó con Doña Angela Llórente y tuvieron
por hijo único al
2- Marqués, Don José Mariano Sardaneta y Llórente, Caballero
de Carlos III, casó con Doña Asunción Bustos y tuvieron por hijo
entre otros al
Marqués, Don José María de Sardaneta y Bustos, Caballero
í de la Orden de Guadalupe, casó en primeras nupcias con Doña Ig- I•

nacia Rubio, y en segundas con Doña María de Jesús Mosqueira,


y habiendo tenido en sus dos matrimonios dos hijas que debieron ser
la cuarta y quinta Marquesas respectivamente.

? HIJA DEL PRIMER MATRIMONIO.

4? Marquesa, Doña Isabel de Sardaneta y Rubio, casó con Don


Manuel Llerena y tuvieron dos hijos: i

I. Don José Llerena y Sardaneta, murió en la infancia.


»

(1) Fueron sus hermanos Don Pedro de Sardaneta, Alférez Real, Alcalde Ordinario dos
veces, Regidor Capitular de la Villa de León, Teniente General Tesorero de la Santa Cruza­
da y Síndico de la Provincia de San Francisco; Don Miguel de Sardaneta que casó en Gua­
najuato con la hija del Alguacil Mayor de la Inquisición Don Antonio de Maestre; el Doctor
Don Antonio de Sardaneta, Cura Beneficiado por S. M. del Partido y Ceno de San Pedro de
la Ciudad de San Luis Potosí, Vicario in-capite.y Juez eclesiástico; Doña María de Sarda-
neta casó con Don Francisco Girles, Alcalde Ordinario reelecto de Guanajuato, Alguacil Ma­
yor del Número de la Cruzada y Familiar de la Inquisición; Don Manuel de Sardaneta, Re­
gidor de la Villa de León y Familiar de la Inquisición y el Licenciado Don Francisco Anto­
nio de Sardaneta, Abogado de la Real Audiencia de la Nueva España, casó con la hija de
Don Diego de Sequeira, vecino de las Amilpas.
(2) Fué su hermano Don José Joaquín de Sardaneta y Legaspi, sacerdote de la Compañía,
de Jesús, muy entendido en obras de ingeniería como lo demuestra el magnífico templo de
la Compañía, en Guanajuato, que dirigió en su mayor parte. Gozó fama de virtuoso y dejó-
escrito un opúsculo titulado: “Rasgo breve de la grandeza Guanajuateña, en la solemne de­
dicación del suntuoso templo de la Sagrada Compañía de Jesús, dirigido á expensas de los
vecinos de la Ciudad de Guanajuato.” Impreso en Puebla, después de su muerte, en un to­
mo en 49 el año de 1767. Falleció en su Ciudad natal el 3 de Diciembre de 1763.

r.
MARQUESADO DE SAN JUAN DE RAYAS. 5»
II. Don Manuel Llerena y Sardaneta, murió en la infancia.

HIJA DEL SEGUNDO MATRIMONIO.

5? Marquesa, Doña Guadalupe de Sardaneta y Mosqueira, sin to­


mar estado.

TERCERA PARTE.
DESCENDENCIA DEL PRIMER MARQUÉS.

\er. Marqués, Don Vicente Manuel de Sardaneta y Legaspi, Ca­


ballero de Carlos III, casó con Doña Angela Llórente y tuvieron por
hijo único al
2? Marqués, Don José Mariano de Sardaneta y Llórente, Caballe­
ro de Carlos III, casó con Doña Asunción Bustos en 1804 y tuvie­
ron seis hijos, dos que murieron en la infancia y los cuatro siguien­
tes: I. El 3er. Marqüés de quien se ha tratado en la segunda parte;
II. Don Francisco Sardaneta y Bustos, sin sucesión; III. Doña
Juana de Sardaneta7y Bustos, y IV. Doña Antonia de Sardaneta y
Bustos.
It ’
I

CAPITULO I.

Doña Juana de Sardaneta y Bustos, tercera hija de Don José Ma­


riano de Sardaneta y de Doña Asunción Bustos, 2os. Marqueses,
casó con Don Miguel Alamán y tuvieron cuatro hijos:
I. Doña Concepción Alamán y Sardaneta, casó con Don José Ma­
ría Alamán y tuvieron varios hijos que murieron en la infancia.
II. Doña Josefa Alamán y Sardaneta, murió sin tomar estado.
III. Doña Asunción Alamán y Sardaneta, casó con Don Juan
Castelazo y tuvieron por hijos á
1. Don Juan Castelazo y Alamán, casó con Doña Josefina Glennie,
con sucesión.
2. Doña María Castelazo y Alamán, casada con Don Antonio Ba­
rrios; hijos:
A. Don José Antonio Barrios y Castelazo.
~ ...... —— ~~

MARQUESADO DE SAN JUAN DE RAYAS.

B. Don Luis Barrios y Castelazo.


C. Doña Luz Barrios y Castelazo.
D. Don Manuel Barrios y Castelazo.
E. Don Carlos Barrios y Castelazo.
F. Doña María Barrios y Castelazo, y
G. Doña Asunción Barrios y Castelazo.
3- Don Rodrigo Castelazo y Alamán, casado con Doña Raquel
Andrade; hija:
A. Doña Raquel Castelazo y Andrade.
4. Don Eduardo Castelazo y Alamán, casado con Doña Luz Me­
na; hijos:
A. Don Eduardo Castelazo y Mena.
B. Doña Luz Castelazo y Mena.
C. Don José Castelazo y Mena.
5- Don Ernesto Castelazo y Alamán, viudo de Doña María Cua-
V
dra.
6. Doña Esther Castelazo y Atamán, casada con Don Salvador
A.
Gómez; hija:
A. Doña Esther Gómez y Castelazo.
IV. Doña Juana Alamán y Sardaneta, casada con su primo Don
9,
Mariano Téllez y Sardaneta; hijos:
1. Doña María Téllez y Alamán, sin tomar estado.
2. Don Mariano Téllez y Alamán, soltero.
3- Don Carlos Téllez y Alamán, murió sin sucesión.
4- Doña Dolores Téllez y Alamán, sin tomar estado, y
5- Doña Isabel Téllez y Alamán, sin tomar estado.

CAPITULO II.

Doña Antonia de Sardaneta y Bustos, cuarta y última hija de Don


José Mariano de Sardaneta y de Doña Asunción Bustos, casó con
Don Andrés Téllez de Lara, y tuvieron ocho hijos:
I. Doña Guadalupe Téllez y Sardaneta, murió en la infancia.
II. Don Manuel Téllez y Sardaneta, casado con Doña Dolores
'Gutiérrez, sin sucesión.
III. Don Mariano Téllez y Sardaneta, casado con su prima Doña
bTuana Alamán y Sardaneta; hijos:
MARQUESADO DE SAN JUAN DE RAYAS.

1. Doña María Téllez y Alamán, sin tomar estado.


2. Don Mariano Téllez y Alamán, soltero. r

3. Don Carlos Téllez y Alamán, murió sin sucesión.


4. Doña Dolores Téllez y Alamán, sin tomar estado, y
5. Doña Isabel Téllez y Alamán, sin tomar estado.
IV. Doña Asunción Téllez y Sardaneta, casada con Don Juan Ca­
rrasco (1); hijos:
1. Doña Concepción Carrasco y Téllez, casada con Don Pablo
Philippi (2); hij os:
A. Don Pablo Philippi y Carrasco.
B. Don Juan Federico Philippi y Carrasco.
C. Doña María Carlota Philippi y Carrasco.
2. Don Miguel Carrasco y Téllez, casado con Doña Dolores Ma­
res; hijos:
A. Doña María Carrasco y Mares.
B. Don Juan Carrasco y Mares.
*
C. Doña Carmen Carrasco y Mares.
D. Don José Carrasco y Mares.
E. Don Carlos Carrasco y Mares, y
F. Don Antonio Carrasco y Mares.
r 3- Don Carlos Carrasco y Téllez, murió en la infancia.
4- Doña Guadalupe Carrasco y Téllez, casada con Don Luis de
Silva; hij os:
A. Don José de Silva y Carrasco.
B. Doña Guadalupe de Silva y Casrrasco.
C. Don Luis de Silva y Carrasco.
D. Doña Carmen de Silva y Carrasco.
E. Don Joaquín de Silva y Carrasco.
F. Don Juan de Dios de Silva y Carrasco.
G. Doña Elena de Silva y Carrasco.
H. Doña Magdalena de Silva y Carrasco.
5. Don Carlos Manuel Carrasco y Téllez, murió en la infancia.

(1) Hijo del Coronel Don Juan Carrasco y de Doña María Buendía, nieto del Brigadier
Don José Carrasco (Alcalde del pueblo de Santa Ana en Guanajuato) y descendiente de los
Marqueses de Niebla y de Doña Agustina Fuentes Lasso de la Vega (pariente del Virrey
■Conde de Revillagigedo), de Don Antonio Buendía y de Doña Antonia Morales.
¡A
(2) Hijo de Don Juan Federico Philippi y de Doña María Carlota Von Neuvourg, nacido
en Breinen, Alemania. ¿Y
•1
- ------------------------------- :---- •v«48r-"»‘^SfJí^V

8 MARQUESADO DE SAN JUAN DE RAYAS.

6. Don Joaquín Carrasco y Tellez, murió sin tomar estado.


7- Don Alfonso Carrasco y Téllez, murió sin tomar estado.
8. Doña Luz Carrasco y Téllez, casada con Don Federico O bre­
gón; hijos:
A. Don Federico Obregón y Carrasco.
B. Doña Luz Obregón y Carrasco.
C. Doña María Obregón y Carrasco, y
D. Don Claudio Obregón y Carrasco, murió en la infancia.
9. Don Juan Manuel Carrasco y Téllez, murió en la infancia.
10. Doña Aurora Carrasco y Téllez, murió en la infancia.
11. Don Agustín Carrasco y Téllez, murió en la infancia.
12. Doña Asunción Carrasco y Téllez (Monja reparadora).
13. Doña María Carrasco y Téllez, murió en la infancia.
V. Don Andrés Téllez y Sardaneta, murió en la infancia.
VI. Doña Guadalupe Téllez y Sardaneta, casó con Don Francis­
co Reynoso y tuvieron seis hijos:
'**’ *

1. Don Francisco->Reynoso y Téllez, sin tomar estado.


i ■

2. Doña María dgqa. Luz Reynoso y Téllez, casada con Don Da^

.\i ■ niel Fernández.
■Z‘
?,
3. Doña GuadaliMé Reynoso y Téllez.
4. Doña Angela ‘Reynoso y Téllez.
>« * 5. Doña María Teresa Reynoso y Téllez, murió en la infancia, y
6. Doña Paz Reynoso y Téllez.
VII. Don Pedro Téllez y Sardaneta, murió sin tomar estado.
VIII. Doña María de Jesús Téllez y Sardaneta, casada con Don
Manuel Reynoso; hijos:
1. Doña Sara Reynoso y Téllez, casada con Don Juan Pizarro;
hijos:
A. Doña Sara Pizarro y Reynoso.
B. Don Juan Pizarro y Reynoso.
C. Doña Ana María Pizarro y Reynoso.
D. Don Manuel Pizarro y Reynoso.
2. Doña Victoria Reynoso y Téllez.
3- Doña Carmen Reynoso y Téllez, casada con el Doctor
José Malabehar.
4- Don Manuel Reynoso y Téllez, murió en la infancia.

-------------------------------------------------------------- »ryWS'- ... :--------------------------------------------------------


Don José de Sardaneta y Legaspi, padre del ier. Marqués, adqui­
rió la mina de San Juan de Rayas, de donde le vino la denominación
de su título, descubierta por el arriero Juan de Rayas por los años
de I55°- Bajo la dirección del Señor Sardaneta, la mina adquirió re­
nombre universal á causa de la introducción en ella del sistema de
tiros, invención del Marqués, y que fué de tanta utilidad que rápida­
mente se extendió á todas las minas del país. También introdujo el
uso de la pólvora en las minas para los cohetes ó barrenos, en lugar
del sistema de lumbradas, de tardos y pésimos resultados; construyó ¿a]
los dos caminos que de la mina van á Guanajuato y puso á ésta en *9^1
tan buenas condiciones que solamente por quintos del Rey produjo V '
en cuarenta y cuatro años la enorme suma de $17.400,000. Donó á
la imagen de Nuestra Señora de Guanajuato una rica peana de plata,
de peso de 180 marcos y cuyo valor era de $3,000.00. Hizo además
valiosos donativos á S. M. el Rey de España.
El ier. Marqués, Don Vicente Manuel de Sardaneta, hizo muchos
beneficios á la Ciudad de Guanajuato, y entre los más notables men­
cionaremos la donación que hizo de la mitad del costo de la cortina
de manipostería de la Presa de la Olla y la mitad del costo del tem­
plo de la Compañía, uno de los mejores de Guanajuato. Además, cos­
teó la construcción de la soberbia capilla de Rayas, en la que gastó
$54,000.00. En una inundación que afligió á Guanajuato y que cau­
só graves perjuicios á sus habitantes, socorrió de su peculio á mu­
chos pobres y franqueó un préstamo considerable al Ayuntamiento.
Como minero no fué menos útil á sus conciudadanos é introdujo el
sistema de arrastres y otros inventos. Desempeñó varios, empleos
i como los de Regidor perpetuo de Guanajuato, Alcalde Provincial, Al- >
guacil Mayor del Santo Oficio, Procurador General y Tesorero de .'T¿
MARQUESADO DE SAN JUAN DE RAYAS.

6)
Minería, etc. Además del título de Marqués fué agraciado por el Rey
con la Cruz de Carlos III. Falleció á la edad de 68 años. S. M. el
Rey de España, á fin de corresponder á los presentes que recibió de
Don José de Sardaneta, padre del ier. Marqués, obsequió á la espo­
sa de éste, Doña Angela Llórente, una riquísima mantilla que exis­
te actualmente en poder de la Señora Doña Concepción Carrasco y
Téllez de Philippi, tercera nieta de dicha Señora.
El 2“ Marqués, Don José María de Sardaneta y Llórente, recibió
una educación muy esmerada, fué muy erudito, y se dedicó al estu­
dio de las Ciencias Naturales. A los veinticinco años de edad fué
nombrado Regidor perpetuo de su Ciudad natal, fué Alférez Real,
Administrador general del Ramo de Minería, se declaró partidario de
la Independencia en tiempo del Virrey Iturrigaray y opinaba por la
convocación de un Congreso Nacional en Nueva España; depuesto
9'
el Virrey y enviado á España, nombró su apoderado aquí al Señor
Sardaneta, encargo que rehusaron admitir muchas otras personas y
que desempeñó con integridad y energía, lo que le valió algunas per­
secuciones. Electo Diputado á las Cortes Españolas de 1812, no lle­
gó á ir España porque intencionalmente el Gobierno Colonial le ne­
gó las dietas. Proclamada la Independencia fué franco partidario de
s.
ella, votó en favor de Morelos en las elecciones de Generalísimo, to­
mó parte en la conspiración de Abril de 1811, estuvo, preso en 1810
y fué sentenciado al destierro, pero con pretexto de enfermedad no
llegó á embarcarse y permaneció en Veracruz hasta la amnistía de
1820, entonces sus coterráneos le nombraron diputado provincial y
miembro de la Junta de Censura de Imprenta. Al realizarse la Inde­
pendencia, el Marqués de San Juan de Rayas fué uno de los que tu­
vieron la gloria de firmar el acta respectiva; se le eligió Diputado al
ier. Congreso por lo que no obtuvo la condecoración déla Orden de
Guadalupe que fué conferida á su hijo; en la época de la Federación
fué diputado á la legislatura local y Consejero en 1830. Para termi­
nar diremos que la agricultura en Guanajuato le es deudora de mu­
chos adelantos, pues introdujo el cultivo de muchas plantas nuevas y
exóticas. Nació en aquella Ciudad el 11 de Diciembre de 1761, fa-
leció en la misma el 9 de Enero de 1835, y está enterrado en la Igle­
S) sia de San Diego, en la Capilla de la Purísima.
MARQUESADO DE SAN JUAN DE RAYAS. I I

>5
(®1

QUINTA PARTE.
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO.

Escudo cuartelado: El ier. cuartel, por Sardaneta, partido en fa­


ja, en la parte superior en campo de gules, castillo de plata horpaza-
do de azur, y en la inferior en campo de oro un prado verde y en él
un ciervo de oro; orla azur con doce estrellas de oro.
El 2? cuartel, por Legaspi, en campo de oro, montes de su color y
sobre ellos águila sable explayada.
El 3er. cuartel, por Muñoz, en campo de oro siete jaqueles gules;
orla de plata con una cadena de hierro.
El 4? cuartel, por Castillo, en campo azur, castillo de oro almena­
do con tres torreones sobre peñascos de plata; orla gules con ocho
aspas de oro.
Timbrado el escudo general con corona de Marqués.
CORRIGENDA.

VTÍI.

En las armas del Marqués de Villafont, los cuarteles segundo y


tercero deben ser, león de oro coronado en campo de sable y los ocho
róeles del escusón deben estar colocados 2, 2, 2 y 2.

Como éstos, ha de haber otros errores y además, quizá muchos en


las genealogías, datos, etc , etc., de esta obra. Obligará mi gratitud
quien quiera que me señale alguno ó algunos. Puedo decir que esta
obra no es mía sino de las familias á que está consagrada y que es
suyo el interés en las rectificaciones. Conociendo cada uno de los in­
teresados su propia familia mejor que yo la de todos, podrán hacer­
se á mi obra muchas rectificaciones que aceptaré gustoso y consig­
naré agradecido.

’»1 .
INDICE ANALITICO DEL TOMO I.
Págs.

1- —Ducado de Regla —No pude conseguir el título, pero publico el decreto


del Gobierno Español, que creó el Ducado de Regla. Todo lo relativo á la fa­
milia de este título se publica con mayor extención en el artículo correspon­ ra

diente al Condado de Regla y hay que tener presentes los artículos sobre los Á
WJ

Marquesados de San Francisco, de San Cristóbal, de Villahermosa de Al-


faro, de Rivascacho y de Prado Alegre y Condado de Jala y de Miravalle.—
z
De........................................................................................................................ 1 a 12
2. —Ducado de Prim y Condado de Agüero.—Me pareció que debían tener
lugar en la presente obra estos dos títulos, aunque fueron dados á la esposa
y madre política del General Prim, porque estas dos señoras nacieron en Mé­
xico y eran de la familia González Echeverría, cuyas distintas ramas están
z
radicadas entre nosotros.—De.................. ........................................................ 1 a 15
3. —Marquesado del Valle de Oaxaca —Aunque no hay en México descen­
dencia legítima de los Marqueses del Valle, me pareció natural que este títu­
lo constara en el presente libre como el primero que dió el Rey de España
por méritos adquiridos en México.—De............................................................ 1 á 47
4 —Marquesado de Salinas de Río Pisuerga.—Este título es el segundo de
los que concedió el Rey de España por méritos adquiridos en México y el pri­
mero otorgado á persona nacida en Nueva España (Atzcapotzalco): lo fué al
segundo Virrey Velasco. Es el título sin disputa más honroso de todos los
que figuran en mi obra, por haberse concedido á uno de los Virreyes más vir­
tuosos y persona de gran nobleza. Los descendientes de este título se enlaza­
ron con la familia Cervantes, y hay que tener presentes para el estudio de
esa familia, además de este artículo, otros varios, como los relativos á los
Marquesados de Ovando y Rivascacho y Condados del Valle de Oploca, del
Peñasco y de Agreda, y Mariscalato de Castilla; pero más principalmente, los
de los Marquesados de Santa Fe dé Guardiola y de Salvatierra y Condado de
Santiago. En este artículo incluyo la obra de Rodríguez Méndez Silva sobre
la familia Cervantes. En el del Marquesado de Salvatierra publico los Mayo­
razgos fundados por Gerónimo López. Como de los cuatro artículos en que

«
ÍNDICE.

figura especialmente la familia Cervantes, éste fué el último que se imprimió,


contiene más completa la descendencia de esa familia, pues comprende la no­
ticia de los váetagos nacidos después de impresos aquellos artículos. Se han
subsanado, además, algunos errores que en los mismos se deslizaron.—De...
5. —Marquesado de la Villa del Villar del Aguila.—Hado funesto presidió
á este artítu'o. Ni título, ni et-cudo originales, ni árbol genealógico he teni­
do á la vista. No sé si habrá escapado á mi diligencia el nombre de algún
Marqués; y tengo la penosa certeza de no haber trazado, sino en una cuarta
parte cuando más, la descendencia de esta familia.—-De..............
6. —Marquesado de Santa Fe de Guardiola.—Este artículo contiene una
enumeración completa de los antecedentes genealógicos de la familia. Cer­
vantes.—De......................................... |............................................................
7. —Marquesado de San Miguel de A guayó.—En este artículo, no obstante
mi esforzado empeño, no he podido enumerar, sino en una pequeña parte, á
los descendientes del primer Marqués.—De...................................................
8. —Marquesado de San Jorge.—Hay que tener presente, en el estudio de este
título, el artículo relativo al Marquesado de San Román.—De................... 1 á4
9. —Marquesado de Monserrate.—En este artículo faltan muchos pormenores
que es imposible conseguir. —De............................................... 1 á5
10. —Marquesado de Altamira.—Aunque de este1 artículo no hay descendien­
tes directos en México, pues los aquí residentes descienden de Don Andrés
Sánchez de Tagle, hermano del primer Marqués, me pareció oportuno que
figurara en mi obra, por haber residido muchos años los primeros Marqueses
en esta capital y ser la familia Sánchez de Tagle bastante numerosa y cono­
cida en México.—De ................................................... ,
11. —Marquesado de Salvatierra —Este es uno de los artículos más completos,
gracias en gran parte, á la ayuda de mi pariente y amigo el Señor Don Igna­
cio de Villar Villamil y Goríbar.—De..................................................
12. — Marquesado de Uluapa.—El lector verá en esté artículo, que ni el título
ni el escudo están tomados del original; y como no existe persona alguna de
la familia, son muy pocos los datos que pude adquirir.—De.........................
13. —Marquesado de Villahermosa de Alfaro.—Véase lo que digo al tratar
del Ducado de Regla.—De .............................. ..... I.......................................
14. —Marquesado de San Clemente.—Debo recordar que nuestro notable his­
toriador Alamán debió ser uno de los Marqueses, si no hubieran suprimido
en México los títulos de nobleza.—De.......................................................... I
15. —Marquesado de Ovando.—Como se ve en este artículo, los Ovandos de
México no descienden del primer Marqués; pero pertenecen á una familia
de gran abolengo, enlazada con la de los Condes de Santiago. Desgraciada­
mente, no pude conseguir el título.—De................ .................... ...............
16. —Marquesado de Rivascacho.—Llamo la atención del lector sobre el pá­
rrafo final de la quinta parte de este artículo, relativo á la diferencia de es­
cudos.—De............. ...........................................................................................
17. —Marquesado de Villafont.—No me fué posible conseguir el título. En es­
te artículo deben tenerse presentes los relativos á los Marquesados del Jaral
de Berrio y de San Román y al Condado de San Mateo Valparaíso.—De.....
.i,

ÍNDICE.

18. - Marquesado de Panuco.—Este título tiene la especialidad de haber sido


concedido á persona cuyos antepasados, durante varias generaciones, habían
estado radicados eh Nueva España.—De.........................................................
19. — Marquesado de Oastañiza.—No debe olvidarse que la segunda Marquesa,
en unión de su esposo el Conde de Bassoco, construyó el templo de Loreto.—
De..'..................................................................................................................
20. —Marquesado del Apartado.— Los descendientes de este título se enlaza­
ron con los Condes de Alcaraz, de Casa Flórez y de Casa de Heras Soto; y
hay que tener presentes los artículos relativos á esos títulos, cuando se trate
de estudiar esta familia.—De............................................................................
21. —Marquesado de Prado Alegre.—Debe tenerse presente que el Señor Li­
cenciado Don José María Iglesias, personaje muy prominente del partido li­
beral, debió ser uno de los Marqueses de este título, y que hoy debería serlo
su hijo Don Fernando Iglesias Calderón, si no estuvieran suprimidos en Mé­
xico los títulos de nobleza.—De.......................................................................
22 — Marquesado de San Juan de Rayas.—No creo que falte en la genealo­
gía de este título ninguno de los descendientes del primer Marqués, ni que
se me haya escapado dato notable relativo á esta familia.—De...................

.-VLV/
ÍNDICE.

Alamán y Sardaneta.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 4 y 5).


>> y Vidaurrázaga.—(M. de San Clemente, fol. 5 y 6).
Alarcón.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 27).
Alba.—(M. de Villafont, fols. 3 y 6).
Alcalde.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 8).—(M. de Prado Alegre, fol. 7).
,, y Gamboa.—(M. de Prado Alegre, fol. 7).
,, y Zabalza.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 8).
Aldana.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 34).
Alfaro.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 39).
„ y Hurtado de Mendoza.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 39).
Alfón.—(M. de Ovando, fol. 3).
Algara y Bray.—(D. de Prim, fols. 4 y 8).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 13 y
14).—(M. de Salvatierra, fol. 22).—(M. de Ovando, fol. 17).—(M. de Prado Ale­
gre, fol. 12).
JJ y Cervantes.—(D. de Regla, fols. 6 y 8).—(D. de Prim, fols. 4 y 8).—(M. de
Salinas de Río Pisuerga, fols. 14 y 15) — (M. de Santa Fe da .Guardiola, fols.
22 y 23).—(M. de Salvatierra, fols. 22, 23, 24, 45 y 47).—(M. de Villahermo­
sa de Alfaro, fols. 5, 16 y 17).—(M. de Ovando, fols. 17 y 18).—(M. de Rivas­
cacho, fols. 8, 9, 15 y 16).—(M. de Prado Alegre, fols. 12, 13, 19 y 20).
y Gómez.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 22).—(M. de Rivascacho, fol.
8).—(M. de Prado Alegre, fol. 12).
n ,, de la Casa.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 13).—(M. de Salvatie­
rra, fol. 22).—(M. de Ovando, fol. 17).
s
Algara y González.—(D. 'de Prim, fols. 4 y 8).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 13 y
14).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 22).—(M. de Salvatierra, fol. 23).—
(M. de Ovando, fol. 17).—(M. de Rivascacho, fol. 8).—M. de Prado Alegre,
fol. 12).
y Landero.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 15).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 23).—(M. de Salvatierra, fol. 24).—(M. de Ovando, fol. 18).—(M. de
Rivascacho, fol. 9).—(M. de Prado Alegre, fol. 13).
y Romero de Terreros.—(D. de Regla, fol. 8).—(M. de Salinas de Río Pisuerga,
fol. 14).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fols. 22 y 23).—(M. de Salvatierra, fols.
23, 45 y 46).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 16 y 17).— :M. de Ovando,
fols. 17 y 18).—(M. de Rivascacho, fols. 8 y 15).—(M. de Prado Alegre, fols. 12,
13 y 19).
y Sánchez.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 16 y 17).—(M. de Santa Fe
de Guardiola, fol. 23).—(M. de Salvatierra, fol. 24).—(M. de Ovando, fol. 18).
—(M‘. de Rivascacho, fol. 9).—(M. de Prado Alegre, fol. 13).
Algernon Joy.—(D. de Regla, fol. 8).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 14).—(M. de
Santa Fe de Guardiola, fol. 23).—(M. de Salvatierra, fols. 23 y 46).—(M. de Vi­
llahermosa de Alfaro, fol. 16).—(M. de Ovando, fol. 18).—(M. de Rivascacho,
fols. 8 y 14).—(M. de Prado Alegre, fols. 12 y 19).
Almendaro y Fenochio.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 19).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 28).—(M. de Salvatierra, fol. 29).—(M. de Ovando, fols. 6 y 22).
Alonso.—(M. del Apartado, fols. 6 y 7).
Itamirano.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 5 y 28).
X

ÍNDICE.

Altamirano y Castilla.—(M. de Salinas dé Río Pisuerga, fol. 28).


y Gorraez. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).
y López dé Peralta y Ovando.—(M. de Salvatierra, fols. 6 y 15).
dé Velasco.—(M. de Salvatierra, fol. 89).—(M. dé Ovando, fol. 10).
5• ,, López de Peralta y Ovando.—(M. de Salvatierra, fol. 15).
,, y Ovando.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 15).
Alvarado y Castillo.—(M. de Salvatierra, fol. 39). —(M. de Uluapa, fol. 3).
Alvarez.— (M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 40).
>> y Gómez de la Cortina.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 9).
,, Rui.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 9).
Alvear.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 10).
>, y Gómez de la Cortina. — (M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 10).
Allende.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
,, Sala zar.— (M. de Prado Alegre, fol. 9).
Amador.—(M. de Villafont, fol. 4).
,, y Pastor.—(M. de Villafont, fol. 4).
Anaya.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol, 25).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fols. 13
y 33).—(M. de Salvatierra, fol. 34).—(M. de Ovando, fol. 27).—(M. de Rivas-
cacho, fol. 10).—(M. de Prado Alegre, fol. 15).
,, y Rueda.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 4).
Andrade.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 6).
y Garayalde.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 26).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 34).—(M. de Salvatierra, fol. 36).—(M. de Ovando, fol. 28).
>> Moctezuma.—(M. de Prado Alegre, fol. 8).
Antonini.—(M. de Castañiza, fol. 10).
Aparicio.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 2 y 26).
Aragón.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 3).—(M. de Villafont, fol. 4).
,, y Carrillo de Mendoza.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 4).
,, y Pifiateli.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
Arana.—(M. de Castañiza, fols. 4 y 6).
Arce.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 25).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fols. 13
y 33).—(M. de Salvatierra^ fol. 35). —(M. de Ovando, fol. 27).—(M. de Rivasca-
cho, fol. 11).—(M. de Prado Alegre, fol. 15).
H | Campoy.—(M. de Salvatierra, fol. 56).
y Cervantes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 25).—(M. de Salvatierra, fol.
35).—(M. de Ovando, fol. 27). — (M. de Prado Alegre, fol. 15).
>9 y Palma.—(M. de Salvatierra, fol. 55).
Ardila.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 10). (M, de Santa Fe de Guardiola, fol. 19).
—(M. de Salvatierra, fol. 19).—(M. de Ovando, fol. 14).
Arechederreta.— (M. de San Clemente, fol. 5).
Arellano.—(D. de Prim, fol. 12).
Arias.—(M. de Rivascacho, fol. 11).—(M. de Prado Alegre, fol. 15).
I y de Ozta.—(M. de Rivascacho, fol. 11).—(M. de Prado Alegre, fol. 15).
Arosqueta.—(M. del Apartado, fol. 4).
Arteaga.—(M. de San Clemente, fol. 4).—(M. de Villafont, fol. 4).
y Lorbizu.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 3).

*
ÍNDICE.

Arteaga Mejia de Vera.—(M. de Prado Alegre, fol. 4).


Arzubialde.—(M. de Pánuco, fol. 6).
Arratia.—(M. de Ovando, fol. 4).—(M. del Apartado, fol. 10).
,, y Reygadas. (M. Ovando, fol. 4).—(M. del Apartado, fol. 10).
Arroyo.—(M. de Rivascacho, fol. 6).—(M. de Prado Alegre, fol. 10).
* 4 y Mora.—(M. de Rivascacho, fols. 6 y 7).—(M. de Prado Alegre, fols. 10 y 11).
n .

u y Ortiz.—(M. de Rivascacho, fol. 6).—(M. de Prado Alegre, fol. 10).


y Rubio.—(M. de Rivascacho, fol. 7).—(M. de Prado Alegre, fol. 11).
Aubert.. — (M. de Salinas de Río Pisuerga, fio. 34).
Avila.—(M. de Salvatierra, fol. 53).
Ayerdi.—(M. de Caetafiiza, fol. 6).
Ayestarán.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).—(M. de Altamira, fol. 8).
,, y Castro.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 13).—(M. de Santa Fe de Guar-
diola, fol. 21).—(M. de Salvatierra, fol. 22).—(M. de Ovando, fol. 16).—(M.
de Rivascacho, fol. 7).—(M. de Prado Alegre, fol. 11).
Azlor y Echeverz.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 5).
,, y Vito de Vera.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 5).
Aznares de Sada y de Garro Navarra y Javier.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 4).
Azurmendi.—(M. del Apartado, fols. 9 y 12).

Baigen.—(M. de Villafont, fol. 8).


,, y Fernández de Córdova.—(M. de Villafont, fols. 3, 6 y 7).
Balcárcel.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 11).
Barajas.—(M. de Salvatierra, fol. 52).
,, y Tornel.—(M. de Salvatierra, fol. 52).
Barbosa.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fols. 3 y 4).
Barra, de la.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 14).
,, y Torres Rivas, de la.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 14).
Barreda.—(M. de Altamira, fol. 9).
,, y Sánchez de Tagle.—(M. de Altamira, fol. 9).
Barrera, de la.—(M. de Rivascacho, fols. 5, 7 y 11).
Barrientos.—(M. de Salvatierra, fol. 89).
,, y Cervantes.—(M. de Salvatierra, fol. 90).
Barrio y de la Campa Cos.—(M. de Villafont, fols. 1 y 2).
Barrios.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 5).
,, y Castelazo.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 5).
,, y Gutiérrez.—(M. del Apartado, fols. 5 y 8).
,,’ y Larrazábal.—(M. del Apartado, fols. 5, 7, y 8).
y Rangel.—(M. del Apartado, fols. 5 y 7).
Barron. — (D. de Regla, fols. 7 y 8).—(M. de Salvatierra, fol. 44).—(M. de Villahermosa
de Alfaro, fol. 16).—(M. de Rivascacho, fol. 14).—(M. de Prado Alegre, fol. 18).
5* y Rincón Gallardo.—(D. de Regla, fol. 7).—(M. de Salvatierra, fols. 44 y 45)-
ÍNDICE.

—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 16).—(M. de Rivascacho, fol. 14).—(M.


de Prado Alegre, fol. 18).
Basadre.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
,, y Díaz —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
Basaldúa.—(M. de Castañiza, fol. 6).
Bassoco;—(M. de Rivascacho, fols. 5 y 7).—(M. de Castañiza, fols. 4, 5, 7, 9 y 10).—(M.
de Prado Alegre, fol. 11).
y Castañiza.—(M. de Castañiza, fol. 9).
y Landabouri.—(M. de Castañiza, fol. 10).
D y Mora.—(M. de Rivascacho, fols. 5 y 7).—(M. de Castañiza, fols. 8 y 10).—
(M. de Prado Alegre, fol. 11).
n y Pereda.—(M. de Castañiza, fols. 8 y 10).
Bátiz.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 39).
Bazantas.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 12).—(M. de Salvatierra, fol. 51).
Bejarano.—(M. del Apartado, fol. 6).
Bengoechea.—(M. del Apartado, fol. 4).
Berdeja.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 26).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
34).—(M. de Salvatierra, fol. 36).—(M. de Ovando, fols. 28 y 29).
,, y Malo.—(M. deSalinas de Río Pisuerga, fol. 26).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 34). —(M. de Salvatierra, fol. 36).
Blanco.—(M. de Rivascacho, fol. 12).—(M. de Villafont, fol. 5).—(M. de Prado Alegre,
fol. 17).
,, y Pastor.—(M. de Villafont, fol. 5).
Blasio.—(M. de Prado Alegre, fol. 8).
Bocanegra y Carrasco.—(M. de Altamira, fol. 10).
Bolado y Pradel.—(M. de San Clemente, fol. 5).
o
Bolante. — (M. de Prado Alegre, fol. 7).
Bornéque y Schneider.—(M. de San Clemente, fol. 5).
Bracho.—(M. del Apartado, fos. 9 y 12).
Bray.—D. de Prim, fol. 4 y 8).—M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 13).—(M. de Salvatie­
rra, fol. 23).—(M. de Ovando, fol. 17).—(M. de Prado Alegre, fol. 7).
Bretón.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 21).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 30).
—(M. de Salvatierra, fol. 31).—(M. de Ovando, fols. 8 y 23).
Brioso.—(M. de Monserrate, fol. 4).
,, y Vasconcelos.—(M. de Monserrate, fol. 4).
Buch.—(D. de Prim, fols. 6 y 8).
5, y Echeverría.—(D. de Prim, fol. 9).—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 10 y 11).
—(M. de Salvatierra, fol. 49).
>9 y Escandón.—(D. de Prim, fol. 9).
y Gómez de Parada.—(D. de Prim, fol. 9).—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 11).
—(M. de Salvatierra, fol 49).
y González.—(D. de Prim, fols. 4, 8, 9 y 10).
y Stankiewietz.—(D. de Prim, fol. 9).
Bulnes.—(D. de Prim, fol, 6 y 10).
,, y Gámez.—(D. de Prim, fols. 6, 7, 10 y 11).
Burghard.—(D. de Prim, fol. 7).
9
ÍNDICE.

Burghard y Uhink.—(M. del Apartado, fol. 6).


Bustamante.—(M. de Monserrate, fol. 4). $
Busto.—(M. de San Clemente, fol. 4).
,, y Jerez.—(M. de San Clemente, fol. 4).
,, y Marmolejo.—(M. de San Clemente, fol. 4).
,, y Moya.—(M. de San Clemente, fol. 4).
,, y Noriega.—(M. de San Clemente, fol. 4)*
Bustos. — (M. de San Juan de Rayas, fols. 4 y 5).

Caballero de los Olivos. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 32).


D n >, y del Moral. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols# 30, 31, 37 y 38).
n y de la Sota. — (M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 30, 37 y 38).
n u n y Sandoval.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 30, 31, 37, 38
y 39).
Cablanes.— (M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
Cabrera.—(M. de Salvatierra, fol. 55).
Cáceres de Ovando. — (M. de Ovando, fol. 2.
,, ,, y Alfón.—(M. de Ovando, fol. 3).
,, ,, y Fernández.—(M. de Ovando, fol. 3).
,, ' ,, y Flores.—(M. de Ovando, fol. 3).
,, ,, y Gómez.—(M. de Ovando, fol. 3).
,, ,, y Ledesma.—(M. de Ovando, fol. 3).
,, ,, y Moreno.—(M. de Ovando, fol. 3).
,, ,, y Nogales.—(M. de Ovando, fol. 3).
,, ,, y Sánchez.—(M. de Ovando, fol. 3).
Cacho.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 25).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 33).
—(M. de Salvatierra, fol. 35).—(M. de Ovando, fol. 28).
,, y Cervantes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 25 y 26).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fols. 33 y 34).—(M. de Salvatierra, fols. 35 y 36).—(M. de Ovando,
fols. 28 y 29).
Cajiga.—(M. de Rivascacho, fol. 6).—(M. de Prado Alegre, fol. 11).
Calderón.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 9).—(M. de Prado Alegre, fols. 5 y 7).
Calvo.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 6 y 8).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols.
10 y 12).
,, de la Puerta y Cárdenas.—(M. de Rivascacho, fols. 4 y 6).—(M. de Prado Alegre,
fol. 10).
Caminero.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 31 y 39).
Camargo.—(M. de Castañiza, fols. 4 y 6).
í®
,, y Arana.—(M. de Castañiza, fols. 4 y 6).
,, y Castañiza.—(M. de Castañiza, fols. 4 y 6).
Campa Cos, de la.—(M. de Altamira, fol. 6).

Gampero.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 17).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol^


25).—(M. dé Salvatierra, fols. 7 y 26).—(M. dé Ovando, fol. 29).—(M. de
Apartado, fols. 5 y 7).
Campero y del Barrio.—(M. del Apartado, fols. 5 y 7).
,, y Bejarano.—(M. del Apartado, fol. 6).
,, y Burghard.—(M. del Apartado, fol. 7).
,, y Cervantes.— (M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 17).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 25).—(M. de Salvatierra, fols. 7 y 126).—(M. de Ovando, fol.
20).—(M. del Apartado, fol. 5).
,, y Fernández de la Vega.—(M. del Apartado, fol. 6).
,, y Flores.—(M. del Apartado, fols. 6 y 7).
Campos.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fols. 4 y 6).
,, y Fernández de Jáuregui.—(M. de Salvatierra, fol. 55).
,, y Loyola.— (M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 4).
Campoy.—(M. de Salvatierra, fol. 55).
,, y Cervantes.—(M. de Salvatierra, fol. 55).
Canseco y Beléndez.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 41).
Cañas.—(D. de Prim, fols. 5 y 10).
,, y Buch.—(D. de Prim. fol. 10).
Cañedo.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 9).
,, y Malo.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 9 y 10).
,, y Matute.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 9 y 16).
,, é Iñiguez.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 9).
,, y Valdivielso.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 9).
Caracciolo.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
Carbajal Ácevedo.—(M. de Salvatierra, fol. 37).
Carcano.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
Cardona. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 33).—(M de Salvatierra, fol. 61).—(M. de
Prado Alegre, fol. 8).
Cardoso.—(M. de Altamira, fol. 9).
,, y Sánchez de Tagle.—(M. de Altamira, fol. 9).
Carrara.—(M. de Prado Alegre, fol. 7).
Carrasco.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 5).
,, y Mares. — (M. de San Juan de Rayas, fot 7).
,, y Téllez.—(M. de San Juan de Rayas, fols. 7 y 8).
Carrillo. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 27).—(M. de Altamira, fol. 11). — (M. de
Salvatierra, fol. 88).
,, de Mendoza y Cortés.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 3).
,, de Peralta.—(M. de Salvatierra, fols. 12 y 13).
Casanova.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 9 y 12).—(M. de Santa Fe de Guardiola,
fols. 18 y 20).—(M. de Salvatierra, fols. 18, 21 y 75).—(M. de Ovando, fols. 13
y 16).—(M. de Rivascacho, fol. 12).— (M. de Prado Alegre, fol. 16).
Cazares Ovando.—(M. de Salvatierra, fol. 89).
Cassou.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 20).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
29).- (M. de Salvatierra, 30).—(M. de Ovando, fols. 7 y 23).
,, y Miera.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 20 y 21).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 29).—(M. de Salvatierra, fol. 32).—(M. de Ovando, fols. 9 y 25)®
Castafieira.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 27).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
35).—(M. de Salvatierra, fol. 86).—(M. de Ovando, fol. 29).
Castafiiza.—(M. de Castañiza, fol. 5).—(M. del Apártado, fol. 11).
y Ayerdi.—(M. de Castafiiza, fol. 6).
y Basaldúa.—(M. de Castañiza, fol. 6).
y González de Agüero.—(M. de Castañiza, fols. 4 y 5).
y Lanzagorta.—(M. de Castañiza, fol. 6).
y Larrea.—(M. de Castafiiza, fols. 4. 5, 6 y 9).
Castelazo.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 5).
H y Alamán.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 6).
U y Andrade.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 6).
y Mena.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 6).
Castilla.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 4 y 27). —(M. de Salvatierra, fol. 88).
Castillo y Cos.—(M. de Castañiza, fol. 8).
,, y Pesquera.—(M. de Panuco, fol. 6).
Castrejón.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 10).
Castro.—(M. de Monserrate, fol. 4).
y Carrillo.—(M. de Prado Alegre, fols. 4 y 6).
y Haro. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 23).—(M. de Santa Fe de Guardiola,
fol. 31).—(M. de Salvatierra, fol. 32).—(M. de Ovando, fols. 9 y 25).
y Santa-Anna.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 23). —(M. de Santa Fe de Guar-
diola, fol. 31).—(M. de Salvatierra, fol. 32).—(M. de Ovando, fols. 9 y 25).
Cauz.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 5 y 13).—(M. de Santa, Fe de Guardiola, fol.
22).—(M. de Salvatierra, fol. 22).—(M. de Ovando, fol. 17).—(M. de Rivasca1
cho, fol. 8).—(M. de Prado Alegre, fol. 12).
n y Cervantes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 13).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 22).—(M. de Salvatierra, fol. 22).—(M. de Ovando, fol. 17).—(M.de
Rivascacho, fol. 8).—(M. de Prado Alegre, fol. 11).
Celada.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 28).
,, y Rodríguez de San Miguel.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 28).
Cerda, de la.—(M. de Ovando, fol. 1).
Cervantes.—(M. de Salvatierra, fol. 37).— (M. de Rivascacho, fol. 9).—(M. de Prado Ale­
gre, fol. 13).
5) y Anaya.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 25).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fols. 13 y 33).—(M. de Salvatierra, fol. 34).—(M. de Ovando, fol. 27).—
(M. de Rivascacho, fols. 10 y 11).—(M. de Prado Alegre, fol. 15).
y Ayestarán. — (M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 5 y 13).—(M. de Santa Fe
de Guardiola, fol. 22).—(M. de Salvatierra, fol. 22).—(M. de Ovando, fol. 17).
—(M. de Prado Alegre, fols. 11 y 12).—(M. de Rivascacho, fols.7 y 8).
y Carbajal.—(M. de Salvatierra, fol. 37).
y Casaus.—(M. de Salvatierra, fols. 13 y 45).
y Cortazar.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 16 y 17). -(M. Santa Fe de
Guardiola, fols. 24 y 25).—(M. de Salvatierra, fols. 6, 7, 25 y 26).—(M. de Ovan­
do, fols. 19 y 20).—(M. del Apartado, fols. 5 y 7).
9 y Estanillo.—(D. de Regla, fol. 6).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 16,
17 y 18). — (M. de Santa Fe de Guardiola, fols. 24, 25, 26 y 27).—(M. de Sal-
INDICE.

vatierra, fols. 6, 25, 26, 27 y 44).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 15).—


(M. de Ovando, fols. 19, 20 y 21).—(M. de Rivascacho, fol. 13).—(M. de Pra­
do Alegre, fol. 18).
Cervantes y Fonseca.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 25).—(M. de Salvatierra, fol.
34).—(M. de Ovando, fol. 27).—(M. de Rivascacho, fol. 11).—(M. de Prado Ale­
gre, fol. 15).
9 y González.—(M. de Salvatierra, fol. 53).
9 y Gorraez.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 11)
9 y Lucio.—(M. de Salvatierra, fols. 83 y 84).
9 y Michaus.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 7, 8, y 16).—(M. de Santa Fe
de Guardiola, fols 16, 17 y 24).—(M. de Salvatierra, fols. 16, 17 y 25).—(M. de
Ovando, fols. 11, 12 y 19).
9 y Ozta.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 5, 7, 13, 23 y 24).—(M. de Santa
Fe de Guardiola, fols. 13, 16, 21, 22, 31 y 33).—(M. de Salvatierra, fols. 16, 22,
33 y 34).—(M. de Ovando, fols. 11, 16, 17, 26 y 27).—(M. de Rivascacho, fols.
7, 8, 9 y 10).—(M. de Prado Alegre, fols. 11, 12, 13 y 15).
9 y Padilla.—(M. de Salvatierra, fol. 89).
9 y Pliego.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 7 y 8).—(M. de Santa Fe de
Guarnióla, fol. 17).—(M. de Salvatierra, fols. 16 y 17).—(M. de Ovando, fol. 12).
r*
9 y Ríos.—(D. de Regla, fol. 7)—(M. de Santa Fe de Guardiola, fols. 17 y 26).—
(M. de Salvatierra, fols. 26 y 24).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 15).—
(M. de Ovando, fol. 20).—(M. de Rivascacho, fol. 13).—(M. de Prado Alegre,
fol. 18).
9 y Riva de Neyra.—(M. de Salvatierra, fol. 89).
9 y Romero de Terreros. — (D. de Regla, fol. 7).—(M de Salinas de Río Pisuerga,
fols. 17 y 26).—(M. de Salvatierra, fols. 26, 27 y 44).—(M. de Villahermosa de
Alfaro, fol. 15).—(M. de Ovando, fol. 20).—(M. de Rivascacho, fols. 13 y 14).
—(M. de Prado Alegre, fol. 18).
9 y Ruiz.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 7 y 8). —(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 17).—(M. de Salvatierra, fols. 16 y 17).—(M. de Moneada, fol. 12).
9 y Sandoval.—(M. de Salvatierra, fol. 55).
9 y Velasco.-—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 5, 6, 7, 15, 18, 21, 23 y 25).—
(M. de Santa Fe de Guardiola, fols. 16, 24, 27, 30, 31 y 33).—(M. de Salvatie­
rra, fols. 15, 16, 24, 28, 31, 32, 35 y 55).—(M. de Ovando, fols. 5, 8, 10, 11, 19,
21, 24, 25 y 28).—(M. de Rivascacho, fol. 7).—(M. de Prado Alegre, fol. 11).
9 y Vivanco.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 24 y 25).—(M. de Santa Fe
de Guardiola, fols. 13 y 33).—(M. de Salvatierra, fols. 34 y 35).—(M. de Ovan­
do, fol. 27).—(M. de Rivascacho, fols. 10, 11 y 15).
Cipriani.—(M. de Rivascacho, fol. 11).—(M. de Prado Alegre, fol. 16).
,, é Illanes.—(M. de Rivascacho, fol. 11).—(M. de Prado Alegre, fol. 16).
Clausel.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 8).—(M. de Salvatierra, fol. 17).—(M. de
Ovando, fol. 12).
,, y Cervantes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 8).—(M. de Salvatierra, fol.
17).—(M, de Ovando, fol. 12).
Collado, del.—(M. de Rivascacho, fol. 11).—(M. de Prado Alegre, fol. 16).
é Illanes, del.—(M. de Rivascacho, fol. 11).—(M. de Prado Alegre, fol. 16).
3
ÍNDICE.

Contreras.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fols. 4 y 5).—(M. de Castafiiza, fol. 8).
H y Fernández de Jáuregui.—(M. de la yilla del Villar del Aguila, fol. 5).
y Fuentes.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 5).
y Linares.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 5)?'
y Pereda.—(M. de Castafiiza, fol. 8).
Contro.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 13).—(M. de Salvatierra, fol. 15).
,, y Malo.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 13).—(M. de Salvatierra, fol. 51).
Corcuera.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 15).—(M. de Salvatierra, fols. 7 y 16).—
(M. de Ovando, fol. 20).
I
,, y Riba.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 17). —(M. de Salvatierra, fols. 7 y
i
26).—(M. de Ovando, fol. 20).
Cortazar.—(M. del Apartado, fol. 11).
y Ceballos.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 16).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 24).—(M. de Salvatierra, fols. 6 y 25).—(M. de Ovando, fol. 19).
Cortés y Monroy.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 3).
y Ramírez de Arellano.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 3).
Cortina. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
n y Basadre.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
55 y Cuevas.—(D. de Regla, fol. 5).—(M. de Salvatierra, fol. 47).—(M. de Villaher­
mosa de Alfaro, fols. 5yl7).—(M. de Rivascacho, fol. 15).—(M. de Prado Ale­
gre, fol. 20).
y Gutiérrez.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
Cosío Acevedo Estrada y Alvarado.—(M. de Uluapa, fol. 3).
,, ,, ,, y Lugo.—(M. de Uluapa, fol. 3).
,, ,, ,, y Rodríguez de Velasco.—(M. de Uluapa, fol. 4). •
Cotera, de la.—(M. de RivaEcacho, fol. 4).
>> y Calvo de la Puerta.—(M. de.Rivascacho, fol. 6).—(M. de Prado Alegre, fol. 10).
y Cárdenas.—(M. de Rivaácacho, fol. 6).
H y Rivascacho.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 12).—(M. de Villahermosa de
Alfaro, fol. 15).—(M. de Rivascacho, fols. 4, 6 y 13).—(M. de Prado Alegre, fols.
10 y 17).
Salmón.—(M. de Rivascacho, fol. 6).—(M. de Prado Alegre, fol. 10).
Cuadra.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 16).
Cubas.—(D. de Prim, fol. 13).
Cueto.—(M. de Altamira, fol. 5).
Cuevas y Morán.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 8).—(M. de Santa Fe de Guardiola,
fol. 17).—(M. de Salvatierra, fol. 17).—(M. de Ovando, fol. 12).
,, y Rubio.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 15).—(M. de Salvatierra, fol. 23).
—(M. de Ovando, fol. 18).—(M. de Rivascacho, fol. 9).

CH


Chausell.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 17).
,, y Cervantes.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 17).
hávez.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).
roí
I
Va

ÍNDICE.

D A

Dardón.—(M. de Castafiiza, fol. 7).


,, y Pereda.—(M. de Castafiiza, fol. 7).
Davis Bradburn.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 40).
,, y Hurtado de Mendoza.—(M. de Salinas de RíolPisuerga, fol. 40).
Darvaux.—(D. de Prim, fol. 12).
Díaz de Godoy Sandoval Gorraez y Salamanca.—(M. de Salvatierra, fol. 41).
99 y Gorraez. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 35).

>9
y Sandoval.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
99
y Vivanco.—(D. de Regla, fol. 8).—(M. de Salvatierra, fol. 45).—(M. de Rivascacho,
fol. 14).—(M. de Prado Alegre, fol. 19).
Diez de Bonilla.—(M. de Salinas de Pío Pisuerga, fol. 35). —(M. de Salvatierra, fol. 90).
99
Gutiérrez.—(M. de Salvatierra, fol. 52).
99
Madroñero.—(M. de San Clemente, fol. 4).
V
99
de Noriega.—(M. de San Clemente, fol. 4).
w
Domínguez.—(M. de Villafont, fol. 4).
99
y Pastor.—(M. de Villafont, fol. 4). a

Echave y Velázquez de León.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).


99
y García Teruel.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 14 y 24).—(M. de Salvatie­
rra, fol. 25).—(M. de Ovando, fol. 23).—(M. de Prado Alegre, fol. 12).
Echeverz Espinal y Valdivielso. (M. de San Miguel de Aguayo, fol. 5).
9* 99
Valdivielso y Vidal de Lorca.— (M. de San Miguel de Aguayo, fols. 6 y 7).
99
Subiza y Espinal, (M. de San Miguel de Aguayo, fol. 4).
y Valdés. —(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 4).
99
Valdivielso.—(M. de Altamira, fol. 48).
Echeverría.—(D. de Prim, fols. 3, 4, 8 y 9).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 17).—
(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 25).—(M. de Salvatierra, fols. 7 y 26).
,, y Cervantes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 17).—(M. de’Santa Fe de
Guardiola, fol. 25).—(M. de Salvatierra, fols. 7 y 26).
Eguaraz y Fenández de Híjar.—(M. de Salvatierra, fols. 5 y 14).
Enciso y Osorio.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 19).—(M. de Santa Fe de Guadio-
la, fol. 27).—(M. de Salvatierra, fol. 28).-— (M. de Ovando,"fols. 5 y 2¿).
Enríquez de Lacarra Navarra Alava y Esquivel.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 4).
Erazo. —(M. de San Clemente, fol. 6).
Escalada.—(M. de San Clemente, fol. 4).
^Escalante.—(D. de Prim, fol. 4).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 12) (M. de San*
R>
z-sf*
n> /4°O
Ǥ^=43
—.
12 ÍNDICE.

ta Fe de Guardiola, fol. 21).—(M. de Salvatierra, fols. 21 y 77).—(M. de Ovan- W


do, fol. 16).
• ®
Escalante y Ortega.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 12).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 21).—(M. de Salvatierra, fols. 21 y 78). —(M. de.Ovando, fol. 16).
Escandón.—(D. de Prim, fol. 9).
,, y Garmendia.—(M. del Apartado, fols. 9 y 12).
Escoto. — (M. de Villafont, fols. 3 y 7).
,, y Fernández de Córdova.—(M. de Villafont, fols. 3 y 7).
Escudero y Aubert.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol 34).
,, y Echanove. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 34).
y López Portillo.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
,, y Ontiveros.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 34).
„ y Pérez Gallardo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 11 y 13).—(M. de San­
ta Fe de Guardiola, fol. 20).—(M. de Salvatierra, fols. 20 y 74).—(M. de Ovan­
do, fol. 15).
Espoleta y Alvarez de Toledo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 37).—(M. de Salvatie­
rra, fol. 42).
Espinosa y Ardila.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 26).—(M. de Santa Fe de Guar-
diola, fol. 19).—(M. de Salvatierra, fol. 19).—(M. de Ovando, fol. 29).
y Casanova.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 9).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 18).—(M. de Salvatierra, fol. 18).—(M. de Ovando, fol. 13).
y Cervantes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 8, 10 y 11).—(M. de Santa
Fe de Guardiola, fols. 17 y 20).—(M. de Salvatierra, fols. 17, 19, 20 y 71).—
(M. de Ovando, fols. 12, 14 y 15).
n y Cuevas.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 8, 9, 10 y 12).—(M. de Santa
Fe de Guardiola, fols. 17, 18, 19 y 21).—(M. de Salvatierra, fols. 17, 18, 19, 21
y 79),—(M. de Ovando, fols. 12, 13, 14 y 16).
n y Grande.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 8).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fols. 17 y 18).—(M. de Salvatierra, fol. 17).—(M. de Ovando, fols. 12 y
13).
n de los Monteros.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 26).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 34). — (M. de Salvatierra, fol. 36).—(M. de Ovando, fol. 29).
y Montgomery.—(M. de Silinas de Río Pisuerga, fol. 9).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 18).—(M. de Salvatierra, fol. 18).—(M. de Ovando, fol. 13).
D y Parra.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 11 y 12).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fols. 19 y 20).—(M. de Salvatierra, fols. 19 y 20).—(M. de Ovando,
fols. 14 y 15).
,, y Pitman. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 9).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fols. 18 y 19).—(M. de Salvatierra, fol. 18).—(M. de Ovando, fol. 13).
,, y Reyes. — (M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 11).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 20).—(M. de Salvatierra, fol. 20).—(M. de Ovando, fol 15).
Estanillo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 16).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
24).—(M. de Salvatierra, fols. 6 y 25).—(M. de Ovando, fol. 19).
Estrada.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 6 y 8).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols.
10 y 11).
Carbajal y Galindo.—(M. de Uluapa. fol. 2).
9 y Niño.—(M. de S^nta Fe de Guardiola, fol. 11).

4>
ÍNDICE.

Fagoaga.—(M. del Apartado, fols. 3 y 4). t

99
y Arosqueta. — (M. del Apartado, fol?. 4, 6 y 9).
99
y Cortazar.—(M. del Apartado, fol. 11).
99
y Fagoaga. — (M. del Apartado, fols. 9 y 12).
99
y Lizaur.—(M. de Ovando, fol. 4).—(M. de Castañiza, fols. 4 y 5). —(M. del
Apartado, fols. 10, 11 y 12).
99
y Ovando—(M. de Ovando, fol. 4).—(M. del Apartado, fol. 10).
99
y Pérez Gallardo.—(M. del Apartado, fol 11).
99
y Villaurrutia.—(M. del Apartado, fols. 5, 6, 8 y 12).
Parías.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 4).
Feliu.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 6).
Fernández.—(M. de Monserrate, fols. 3 y 4).—(M. de Altamira, fol. 11).—(M. de Ovando,
fol. 3).—(M. de Prado Alegre, fol. 4).—(M. de San Juan de Rayas, fol. 8).
de Cabrera y Mendoza.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 3). r*
&
y Córdova. — (M. de Villafont, fol. 6)
99
y Alba.—(M. de Villafont, fols. 3, 6 y 7).
99
y García.—(M. de Villafont, fols. 3 y 7).
99
y de Moneada.—(M. de Villafont, fols. 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7).
9?
y Murguía.—(M. de Villafont, fols. 3, 6 y 7).
Güerra. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 26)—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 34).—(M. de Salvatierra, fol. 35).—(M. de Ovando, fol. 28).
é Ibarra.—(M. de Salinas de Río Pkuerga, fol. 19).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 28).—(M. de Salvatierra, fol. 29).—(M. de Ovando, fols. 6 y 22).
de Jáuregui.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fols. 3, 4 y 5).— (M. de Al­
tamira, fol. 10).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 12).
99
y Barbosa.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fols. 3, 4 y 5).

99 y Contreras.— (M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 6).


99 y Feliu.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 6).
99 y Orozco.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 6).
99
y Septién.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fols. 3, 4 y 5).
de Tejada y Luna.—(M. de Prado Alegre, fol. 6).
del Valle—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 16).—(M. de Salvatierra, fols. 7
y 26).—(M. de Ovando, fol. 20).
de Villavicencio. — (M. de Prado Alegre, fol. 9).
,, y Muñoz de Baena.—(M. de Prado Alegre, fol. 9).
de Zeballos y Calderón.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 12).
Ferrer.—(M. de Castañiza, fols. 8 y 10).
,, y Bassoco.—(M. de Castañiza, fols. 8 y 10).
Flores.—(M. de Ovando, fol. 3).
jF16rez.-r-(M. del Apartado, fol. 6).
,, y Rangel.—(M. del Apartado, fos. 6 y 7).
(?/ • A .

$
«
Fonseca.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 25).—(M. deSanta Fe de Guardiola, fols. 13
y 33).—(M. de Salvatierra, fols. 34 y 36).—(M. de Ovando, fol. 27). — (M. de
Rivascacho, fol. 11).—(M. de Prado Alegre, fol. 15).
«
Formento y Uriarte—(M. de Villahermosa de A'faro, fol. 13).
Fortuño.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 12).—(M. de Salvatierra, fol. 50).
,, y Malo.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 12).— (M. de Salvatierra, fol. 60).
Frías.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 4).
Friech.—(M. de Castañiza, fol. 7).
Fuente.—(M. de Castañiza, fol. 7).
Fuentes.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 5). — (M. de Salvatierra, fol. 66).

CSr I

Galindo. —(MJde San Miguel de Aguayo, fol. 8).—(M. de San Jorge, fols. 9 y 11).
n y Diez de Bonilla. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 35).—(M. de Salvatie­
rra, fol. 90).
y Jiménez. —(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 8).—(M. de San Jorge, fols. 9
y n)-
n y Pimentel. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 35).—(M. de Salvatierra, fol.
90).
51 y Quiñones.—(M. de Salvatierra, fol. 90).
>5 y Rivera. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 35).—(M. de Salvatierra, fol.
90).
55 y Sandoval. — (M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 35).—(M. de Salvatierra, fol.
90).
Galinie.—(D. de Prim, fol. 5).
,, y González.—(D. de Prim, fols. 5 y 6).
Gallardo. —(M. de Salvatierra, fol. 52).
Gamboa.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 29).—(M. de Prado Alegre, fol. 7).
n y Bolante. — (M. de Prado Alegre, fol. 7).
é Iglesias.—(M. de Prado Alegre, fols. 7 y 8).
y Sandoval.—(M. de Salinas de Río Pisuega, fols. 29 y 30).
Gámez.—(D. de Frim, fol. 6). — (M. de Salvatierra, fol. 74).
y Buch.—(D. de Prim, fols. 6, 7, 8, 10, 11 y 12).—(M. de Salinas de Río Pisuerga,
fols. 11, 12 y 13).—(M. de Santa Fe de Guardiola,^fols¿20’y 21).—(M. de Salva­
tierra, fols. 20, 21, 22 y 77).—(M. de Ovando, fols. 15 y 16).
y Goñzález.—(D. de Prim, fols. 6, 7 y 10).
y Ortega.—(D. de Prim, fols. 7, 11 y 12).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 11
y 12).— (M. de Santa Fe de Guardiola, fols. 20 y 21).—(M. de Salvatierra, fols.
20, 21, 75 y 77).— (M. de Ovando, fols. 15 y 16).
García.— (M. de San Miguel de Aguayo, fol. 10).
de Aguirre.—(M. de Prado Alegre, fols. 5 y 6).
Conde.—(D. de Regla,,fol. 6).— (M. de Salvatierra, fol. 43).—(M. de Vil’ahermosa
de Alfaro, fol. 15).—(M. de Ovando, fol. 4).—(M. de Rivascacho, fol. 13).—(M.
del Apartado, fol. 10).—(M. de Prado Alegre, fol. 18).
LA fcZ'—'

ÍNDICE.

García Granados y Campero.—(M. del Apartado, fol. 7).


,, y Ramírez.— (M. del Apartado, fol. 7).
n Medina.—(M. de Villafont, fole. 3 y 7).
n y Osio.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
? 9 Teruel.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 22).—(M. de Santa Fe de Guardiola,.
fol. 31).—(M. de Salvatierra, fol. 32).—(M. de Ovando, fols. 9 y 25).—(M. de
Panuco, fol. 8).
Gargollo. — (M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 24).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
32).—(M. de Salvatierra, fol. 34).—(M. de Ovando, fol. 27).—(M. de Rivasca­
cho, fol. 10). — (M. de Prado Alegre, fol. 14).
Glennie.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 5).
Gillow.-\M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
Goyeneche y Múzquiz.—(M. de Prado Alegre, fol. 9).
y de Viana.—(M. de Prado Alegre, fol. 9).
Gómez.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 21). — (M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 29)..
—(M. de Ovando, fols. 7 y 23).—(M. de San Juan de Rayas, fol. 5).
?> Anaya.—(M. del Apartado, fols. 9 y 12).
H de Arratia y Cisnerop.— (M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 11).
n y Bárcena.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 6).
H y Calderón.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 9).
y Castelazo.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 6).
9» y Cervantes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).—(M. de Salvatierra, fol. 89).
,, y Padilla.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 6).—(M. de Santa Fe
de Guardiola, fol. 15).—(M. de Salvatierra, fols. 6 y 15).—(M. de Ovando, fol.
10).
de la Cortina.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 8).
y Adalid. -(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 6, 7 y 8).—(M. de Vi­
llahermosa de Alfaro, fols. 9, 10, 11 y 12).
H 5? y Calvo.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 6 y 8).—(M. de Villa-
hermosa de Alfaro, fols. 10 y 12).
y Estrada.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 6 y 8).—(M. de Vi­
llahermosa de Alfaro, fols. 10 y 12).
1> M y Gómez de la Cortina.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 8, 9, 10
y 11)-
5 >
y Rivas.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 7).—(M. de Villahermo­
sa de Alfaro, fols. 9, 10 y 11).
Dávila.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).
H y Fagoaga.—(M. del Apartado, fols. 9 y 12).
D Gallo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 21).—(M. de Santa Fe de Guardiola,.
fol. 30)—(M. de Salvatierra, fol. 31).—(M. de Ovando, fol. 24).
M de Parada. —(D. de Regla, fol. 7).—(D. de Prim, fol. 9).—(M. de San Miguel de
Aguayo, ful. 10).—(M. de Salvatierra, fol. 48).—(M. de Villahermosa de
Alfaro, fol. 15).—(M. de Ovando, fol. 3).—(M. de Rivascacho, fol. 14).
—(M. de Prado Alegre, fol. 18).
), y Buch.—(D. de Prim, fol. 9).—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 10).
—(M. de Salvatierra, fol. 49).

<&
<F
Gómez de Parada y O;eio.—(D. de Regla, fol. 7). — (M. de Salvatierra, fol. 44).
9) ,, y Valdivielso.— (M. de San Miguel de Aguayo, fols. 11 y 12).- (M. de
Salvatierra, fol. 49).
1l
)> Robelo.—(M. de Prado Alegre, fol. 7).
H Rodríguez de Pedroso.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 6, 8 y 11).
99 de Solía.—(M. de Ovando, fol. 3).
González.— (D. de Prim, fols. 3 y 4)—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 11 y 27).—(M.
de Santa Fe de Guardiola, fols. 20 y 35).—(M. de Salvatierra, fols. 20 y 86).—
(M. de San Clemente, ful. 7).— (M. de Ovando, fols. 15 y 29).
de Agüero.-—(M. de Castañiza, fols. 4 y 5).
Becerra.—(M. de Ovando, ful. 2).
y Buch.—(D. de Prim, fols. 4, 5 y 8).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 13
y 22).—(M. de Ovando, fol. 17).—(M. de Rivascacho, fol. 8).
n y Echeverría.—(D. de Prim, fols. 3, 4, 5, 6, 8, 11 y 13). •
y Escalante.—(D. de Prim, fols. 4, 5 y 8).
n y Espinosa.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 11).—(M. de Salvatierra, fol.
20).—(M. de Ovando, fol. 15).
n y García Conde.—(M. de Castañiza, fol. 9).
y Guerra.—(M. de Ovando, fol. 4).
m y Jens.—(D. de Prim, fols. 5 y 8).
y Kellog.—(D. de Prim, fols. 4 y 8).
H y Nandin.—(D. de Prim, fol. 5).
99 y Navarrete.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 27).—(M. de Salvatierra, fol.
36).—(M. de Ovando, fol. 29).
99 y Ortega.—(D. de Prim, fol. 5).
99 y Reygadas.—(M. de Ovando, fol. 4).
Goríbar.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).—(M. de Pánuco, fol. 8).
99 y Ecay Múzquiz.—(M. de Salvatierra, fol. 41).
99 y Múzquiz.—(D. de Regla, fol. 9).—(M. de Salvatierra, fol. 47).—(M. de Villa
hermosa de Alfaro, fol. 17).—(M. de Rivascacho, fol. 15).— (M de Prado Ale­
gre, fol. 20).
Gorozpe.— (M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 24).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
32).—(M. de Salvatierra, fol. 33). — (M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 8).—(M.
de Ovando, fol. 26).—(M. de Rivascacho, fol. 10).—(M. de Prado Alegre, fol.
14).
99 y Echeverría.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 23).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 32).—(M. de Salvatierra, fol. 33).—(M. de O/ando, fol. 26).—
(M. de Rivascacho, fol. 9).—(M. de Prado Alegre, fol. 14).
99 y Gorozpe.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 24).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 32).—(M. de Salvatierra, fol. 33).—(M. de Ovando, fol. 26).—(M. de
Rivascacho, fol. 10).—(M. de Prado Alegre, fol. 14).
99 y Manterola.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 23 y 24). —(M. de Santa Fe
de Guardiola, fol. 32).—(M. de Salvatierra, fol. 33).—(M. de Villahermosa de
Alfaro, fol. 8).—(M. de Ovando, fol. 26). (M. de Rivascacho, fols. 9 y 10).—
(M. de Prado Alegre, fol. 14).
y Morán.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 23 y 24). (M. de Santa Fe de .
ÍNDICE.

Guardiola, fol. 32).—(M. de Salvatierra, fol. 33).—(M. de Ovando, fol. 26).—


(M. de Rivascacho, fols. 9 y 10).—(M. de Prado Alegre, fol. 14).
Gorraez Beaumont y Navarra.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).
Grande.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 8).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 17).
—(M. de Salvatierra, fol. 17).—(M. de Ovando, fol. 12).
Graue.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 23).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 31).
— (M. de Salvatierra, fol. 32).—(M. de Ovando, fols. 9 y 25).
,, y Haro.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 23).—(M. de Santa Fe de Guardiola,
fol. 31).—(M. de Salvatierra, fol. 32). (M. de Ovando, fols. 9 y 25).
Gual y Cuevas.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
Guardiola y Guzmán.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 10).
Guerrero Dávila y Fernández del Corral. — (M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 3).
,, y Mesa.—(M. de San Clemente, fol. 6).
Gutiérrez.—(D. de Prim, fol. 5).—(M. de Altamira, fol. 8).—(M. de Rivascacho, fols. 5 y
7). —(M. de Prado Alegre, fol. 11).—(M. de San Juan de Rayas, fol. 6).
Altamirano Velasco López de Peralta Legaspe Albornoz Castillo y Urrutia de Ver-
gara.—(M. de Salvatierra, fols. 5 y 14).
5 ? y Caballero de los Olivos —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 30, 31 y 38).
y Cortina.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
y Espinosa.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 9).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 18).—(M. de Salvatierra, fol. 18).—(M. de Ovando, fol. 13).
y Estrada.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 11).—(M. del Apartado, fols.
5 y 8).
Fagoaga.—(M. del Apartado, fol. 11).
y Monzón.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 9).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 18).—(M. de Salvatierra, fol. 18).—(M. de Ovando, fol. 13).
y Mora.—(M. de Rivascacho, fols. 5 y 7).—(M. de Prado Alegre, fol. 11).
>> y Palacios.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 30 y 38).
)) de los Ríos.—(M. del Apartado, fol. 11).
H de Rivero.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 6 y 8).
,, y Rodríguez.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
Topete.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 9).
,, y Cañedo.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 9 y 10).

II

y Bretón.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 22).—(M. de Santa Fe de Guardio­


la, fol. 30).—(M. de Salvatierra, fol. 30). —-(M. de Ovando, fols. 8, 9, 24 y 25).
y Gómez—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 21).—(M. de Santa Fe de Guardiola,
fol. 29).—(M. de Salvatierra, fol. 30).—(M. de Ovando, fols. 7, 23 y 24).
y Marrón.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 20). — (M. de Santa Fe de Guar­
diola, fols. 28 y 29).—(M. de Salvatierra, fols. 30 y 53).—(M. de Ovando, fols.
7 y 23).
y Mateos.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 22).—(M. de Santa Fe de Guardiola^- J

*
ÍNDICE.

fols. 30 y 31).—(M. de Salvatierra, fols. 31 y 32).—(M. de Ovando, fols. 8, 0


24 y 25).
Haro y Ovando.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 20, 21 y 22).—(M. de Santa Fe
de Guardiola, fole. 28, 29, 30 y 31).—(M. de Salvatierra, fols. 29, 30, 31 y 32).—
(M. de Ovando, fols. 7, 8, 9, 23, 24 y 25).
,, y Tamariz.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 19, 20, 21 y 22) —(M. deSanta Fe
de Guardiola, fols. 27, 28, 29 y 30).—(M. de Salvatierra, fols. 28, 29, 30 y 31).
—(M. de Ovando, fols. 5, 7, 8, 22, 23 y 24).
,, y Teruel.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 22 y 23).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol* 31).—(M. de Salvatierra, fol. 32).—(M. de Ovando, fols. 9 y 25).
Hay.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 11).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 20).
— (M. de Salvatierra, fols. 20 y 72).—(M. de Ovando, fol. 15). I
Haghenbeck.—(M. del Apartado, fol. 11).
,, y de la Lama.—(M. del Apartado, fols. 11 y 12).
Hegewisch.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 20).—(M. de Salvatierra, fol. 30).—(M.
de Ovando, fols. 7 y 23).
Heras.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 31 y 38).—(M. de Castañiza, fol. 9).
,, y Caballero de los Olivos.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 31 y 38).
Heredia y Livermore.—(D. de Prim, fol. 3).
Hernández y Lucio.—(M. de Salvatierra, fol. 86).
,, y Martínez.—(M. de Salvatierra, fols. 84 y 86).
Herrán.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 11).—(M. de Salvatierra, fol. 20).—(M. de
Ovando, fol. 15).
a.
Herrera.—(D. de Prim, fol. 15).
í*jt
,, y Livermore.—(D. de Prim, fol. 6).
Hidalgo.—(M. de Rivascacho, fol. 12).—(M. de Prado Alegre, fol. 17).
Hirva.—(M. del Apartado, fol. 3).
Horga, de la.—(D. de Regla, fol. 7).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 17).—(M. de
Santa Fe de Guardiola, fol. 26).—(M. de Salvatierra, fols. 27 y 44).—(M. de Vi­
llahermosa de Alfaro, fol. 15).—(M. de Ovando, fol. 20).—(M. de Rivascacho,
fol. 14).—(M. de Prado Alegre, fol. 18).
Hoyo, del.—(M. de Villafont, fols. 3 y 7).
Hurtado de Mendoza.—(M. de Villafont, fols. 1 y 2).
H y Alvarez.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 40).
y Bátiz.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 39 y 40).
n H y Caballero de los Olivos.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 39,
40 y 41).
y Magaña.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 40).
H y Paredes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 39 y 40).
n n y Rubio.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 40).
H y Suárez de Peredo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 39).

—^/w M/* fy
■írw;;
ÍNDICE.

Iglesias.—(D. de Prim, fol. 10).—(M. de Prado Alegre, fols, 5, 6, 7 y 8).


y Andrade.—(M. de Prado Alegre, fol. 8).
n y Buch.—(D. de Prim, fol. 11).
n y Calderón.—(M. de Prado Alegre, fols. 5 y 7).
n y Cardona.—(M. de Prado Alegre, fol. 8).
y Castro.—(M. de Prado Alegre, fol. 4 y 6).
n y Fernández Rubio.—(M. de Prado Alegre, fol. 4).
y Medina. —(M. de Prado Alegre, fol. 8).
n Pablo Fernández.—(M. de Prado Alegre, fol. 6).
Urrea.—(M. de Prado Alegre, foL 8).
Illanes y Arias.—(M. de Rivascacho, fols. 11 y 12).—(M. de Prado Alegre, fols. 15, 16 y 17).
y Blanco.—(M. de Rivascacho, fol. 12).—(M. de Prado Alegre, fol. 17).
y Casanova.—(M. de Rivascacho, fols. 12 y 13).—(M. de Prado Alegre, fols. 16 y
17).
?J é Hidalgo.—(M. de Rivascacho, fol. 13).—(M. de Prado Alegre, fol. 17).
>> é Illanes.— (M. de Rivascacho, fols. 12 y 13).—(M. de Prado Alegre, fols. 16 y 17).
y Ramos.—(M. de Rivascacho, fol. 12).—(M. de Prado Alegre, fol. 17).
»• y Trigueros.—(M. de Rivascacho, fols. 11 y 12).—(M. de Prado Alegre, fols. 15 y
16).
Illescás.—(M. del Apartado, fol. 11).
Inzaurraga y Carrillo.— (M. del Apartado, fols. 5 y 6).
Iñiguez.— (M. de San Miguel de Aguayo, fol. 9).
Iragorri.—(M. del Apartado, fol. 4).
Ircio y Mendoza.—(M. de Salinas de Río Pisuega, fols. 5 y 27).
,, Velasco y Mendoza.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 27).
Ituarte.—(D. de Prim, fols. 4 y 8).
,, y González.—(D. de Prim, fols. 5 y 8).
Iturbe. — (D. de Prim, fols. 10 y 12).—(M. de San Clemente, fol. 6).
y Alamán. — (M. de San Clemente, fol. 6).
y Arteaga.—(M. de San Clemente, fols. 6 y 8).
n y Erazo.—(M. de San Clemente, fols. 7 y 8).
y González. — (M. de San Clemente, fol. 7 j.
n y Limantour.—(D. de Prim, fol. 10).
y Villegas.—(M. de Sah Clemente, fol. 7).
Ivry, d’.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 37).—(M. de Salvatierra, fol. 43).
ÍNDICE.

Jáuregui.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 3).- (M. de Altamira, fol. 9).
„ y Urrutia.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 3).
Jens.—(D. de Prim, fols. 5 y 8).
Jerez.—(M. de San Clemente, fol. 4).
Jiménez de Velasco.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 41).
,, y Mancilla.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 41).
de la Cuesta.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 11).—(M. de Salvatierra, fol.
50).
H y Zamora. (M. de San Miguel de Aguayo, fol. 11). —(M. de Salvatierra, fol. 50).
Jimeno.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 7).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 9
y 11).
,, y Gómez de la Cortina.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 8).—(M. de Vilaher-
mosa de Alfaro, fols. 9, 10, 11 y 12).
J°y y Algara.—(D. de Prim, fol. 8).—(M. deSalinas de Río Pisuerga, fol. 14).—(M. de
Santa Fe de Guardiola, fol. 23).—(M. de Salvatierra, fols. 23 y 46).—(M. de Vi-
A llahermoea de Alfaro, fol. 17).—(M. de Ovando, fol. 18).—(M. de Rivascacho,
fols. 8 y 15).—(M. de Prado Alegre, fols. 13 y 19).

K
I

Kellog.—(D. de Prim, fols. 4 y 8).


Knight.—(M. de Pánuco, fol. 7).
,, y Goríbar.—(M. de Pánuco, fol. 8).
,, y Vizcarra.—(M. de Pánuco, fol. 8).

Labadie y Rivas.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 14).


Lagaurrieta. —(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 6 y 7).
Lalanne.—(M. de Rivascacho, fol. 12).—(M. de Prado Alegre, fol. 16).
,, é Illanes.—(M. de Rivascacho, fol. 12). — (M. de Prado Alegre, fol. 16).
Lama, de la.—(M. del Apartado, fol. 11).
,, y Gutiérrez, de la.—(M. del Apartado, fol. 11).
Landa y Buch.—(D. de Prim, fol. 9).
y Escandón.—(D. de Prim, fol. 9).—(M. del Apartado, fol. 8).
y Lozano.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 16).—(M. de Santa Fe de Guardio­
la, ful. 25).—(M. de Salvatierra, fols. 6 y 25)—(M. de Ovando, fol. 19).
W
ÍNDICE.

Loyola.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fols. 4 y 5).


,, y Fernández de Jáuregui.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fols. 4, 5 y 6).
,, y Rivero.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 4).
Lucio.—(M. de Salvatierra, fol. 81).
,, y Ortega.—(M. de Salvatierra, fols. 82, 83, 84, 85, 86 y 87).
Luchesi.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
Lugo y Berrio.—(M. de Uluapa, fol. 3).
Luna. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 39).—(M. de Monserrate, fol. 3 ).
n y Hurtado de Mendoza.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 39).
y Menocal.—(M. de Castafiiza, fol. 8).
y Osio.—(M. de Castafiiza, fol. 8).
Sarmiento y Valladares.—(M. de Prado Alegre, fols. 4 y 6).
Luyando y Bermeo.—(M. de Salvatierra, fols. 5, 14 y 38). I
Llerena.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 4).
,, y Sardaneta.—(M. de San Juan de Rayas, fols. 4 y 5). l

Llórente.—(M. de San Juan de Rayas, fols. 4 y 5).

■ f

Macartney. —(M. de Rivascacho, fol. 7).—(M. de San Juan de Rayas, fol. 11).
Madroño.—(M. de San Clemente, fol. 4).
Magaña.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 40).
,, y Castilla.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 28).
,, y Zaldívar.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 28).
Malabear.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 8).
Malo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 25).—(M. deSanta Fe de Guardiola, fol. 33).
—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 9 y 11).—(M. de Salvatierra, fols. 35 y 49).
—(M. de Ovando, fol. 28).
n y Basantas.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 12). (M. de Salvatierra, fol. 51).
y Cacho. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 25 y 26).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fols. 33 y 34).—(M. de Salvatierra, fols. 35 y 36).—(M. de Orando, fols.
28 y 29).
y Pérez Palacios. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 26).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 34).—(M. de Salvatierra, fol. 35).—(M. de Orando, fol. 28).
y Rivas. -(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 12).—(M. de Salvatierra, fol. 51).
h y Valdivielso.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 11, 12 y 13).—(M. de Salvatie­
rra, fols. 49, 50 y 51).
n y Zayas.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 12).—(M. de Salvatierra, fol. 51).
Mancilla.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 41).
Manrique.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 27).
Mansigny.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 37).—(M. de Salvatierra, fol. 42).
,, y Villar Villamil.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 37).—(M. de Salvatie­
rra, fol. 42).
anterola.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 23).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol
ÍNDICE.

32).—(M. de Salvatierra, fol. 33).—(M. de O/ando, fol. 26).—(M. de Rivasca­


cho, fol. 9).—(M. de Prado Alegre, fol. 4)1
Manterola y Echave.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 8).
,, y Zabalza.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 8).
Mantilla.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 22).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
31).—(M. de Salvatierra, fol. 32).—(M. de Ovando, fols. 9 y 25).
,, y Haro.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 22).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 31)—(M. de Salvatierra, fol. 32).—(M. de Ovando, fols. 9 y 25).
Mares.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 7).
María Campos, de. — (D. de Prim, fols. 4 y 8).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 14).
— (M. de Santa Fe de Guardiola, fols. 22).—(M. de Salvatierra, fol. 23).—
(M. de Ovando, fol. 17).—(M. de Rivascacho, fol. 8).
99 ,, de, y Algara.—(M. de Salvatierra, fol. 23).—(M. de Ovando, fol. 17). — (M.
de Prado Alegre, fol. 12).
99 ,, de, y Elguero.—(M. de Prado Alegre, fol. 12).
Marín.—(M. de Altamira, fol. 8).
99 y Sánchez de Tagle.—(M. de Altamira, fol. 8).
Marmolejo y Esquí vel.—(M. de San Clemente, fol. 4).
Márquez.—(M. de Monserrate, fol. 5).
,, y Vasconcelos.—(M. de Monserrate, fol. 5).
Marrón.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 20). (M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
28).—(M. de Salvatierra, fol. 29).—(M. de Orando, fols. 7 y 23).
Martínez.—(D. de Prim, fol. 5).—(M. de Castañiza, fol. 7).
99 y Campos.—(M. del Apartadu, fols. 9 y 12).
H y Ovando.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 20).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 28).—(M. de Salvatierra, fol. 29).—(M. de Ovando, fols. 6 y 22).
99 y Parada.—(M. de Castañiza, fol. 7).
99 de Velasco.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 20).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 28).—(M. de Salvatierra, fol. 29).—(M. de Ovando, fols. 6 y 22).
Mascoleta.—(M. de Castañiza, fol. 9).
Mateos.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 22).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 30).
—(M. de Salvatierra, fol. 31).—(M. de San Clemente, fol. 8).—(M. de Ovando,
fols. 8 y 24).
Matute y Cañedo.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 9).
Mayoralgo.—(M. de Ovando, fol. 1).
Médicis.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
Medina.—(M. de Prado Alegre, fol. 8).
Mena.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 6).
Mendivil. — (M. de San Juan de Rayas, fol. 7).
,, y de Moneada.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 8).
Menocal.—(M. de Prado Alegre, fol. 6).
Merhan de Comana.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 11).—(M. de Ovando, fol. 50).
Michaus.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 15). — (M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
24).—(M. de Salvatierra, fol. 25).—(M. de Ovando, fol. 19).
y Oroquieta.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 5 y 7).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 16). — (M. de Salvatierra, fol. 16).—(M. de Ovando, fol. 11).
ÍNDICE.

Mier y Cuevas.—(M. de Salvatierra, fol. 47).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 5 y 17).


— (M. de Prado Alegre, fol. 20).
Miera.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 20).—(M. deSanta Fe de Guardiola, fol. 29).
— (M. de Salvatierra, fol. 30).—(M. de Ovando, fols. 7 y 23).
„ y Haro.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 22 y 23).—(M de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 29).—(M. de Salvatierra, fol. 30) —(M. de Ovando, fols. 7 y 23).
Milicua.—(M. de Monserrate, fol. 4).
,, y Vasconcelos.—(M. de Monserrate, fol. 4).
Miranda. — (M. de Villafont, fol. 5).
,, y Escobar.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 28).
Molinos del Campo.—(M. del Apartado, fol. 11).
Moneada.—(M. de Salvatierra, fol. 52).—(M. de Villafont, fols. 4, 5, 7 y 8).
)) y Berrio.—(M. de Villafont, fols. 1, 2, 6 y 7).
>> Berrio y Fernández de Córdova,—(M. de Villafont, fols. 1, 3, 4, 5 y 8).
,, y Hurtado de Mendoza.—(M. de Villafont, fols. 1, 3 y 7).
y Branciforte.—(M. de Villafont, fols. 1 y 2).
y Fernández de Córdova.—(M. de Villafont, fol. 7).
y Hurtado de Mendoza.—(M. de Villafont, fols. 4, 5 y 6).
n y de Mendivil.—(M. de Villafont, fol. 8).
i? y Miranda.—(M. de Villafont, fols. 3 y 6).
y de Moneada.—(M. de Villafont, fol. 5).
'W
n y Murguía. (M, de Villafont, fol. 5).
y Sesma.—(M. de Villafont, fols. 2, 4, 6 y 7).
Montero.—(M. de Ovando, fol. 4).—(M. del Apartado, fol. 10).
Montes de Oca.—(M. de Altamira, fol. 11).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 13).
Montgomery. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 9).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
18).—(M. de Salvatierra, fol. 18).—(M. de Ovando, fol. 13).
Mora.—(M. de Rivascacho, fols. 5 y 6).—(M. de Castañiza, fols. 8 y 10)—(M. de Prado
Alegre, fol. 11).
H y de la Barrera.—(M. de Rivascacho, fols. 5 y 7).—(M. de Prado Alegre, fol. 11).
y Macartnev.—(M. de Rivascacho, fol. 7).—(M. de Prado Alegre, fol. 11).
,5 y Ozta.—(M. de Rivascacho, fols. 5, 6 y 7).—(M. dé Prado Alegre, fols. 10 y 11).
y Villamil.—(M. de Rivascacho, fols. 5 y 6).—(M. de Prado Alegre, fol. 10).
Moral, del.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 30 y 37).
Morán. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 30).
y Cervantes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 23 y 24).—(M. de Santa Fe de
Guardiola, fol. 32).—(M. ’ de Salvatierra, fols. 33 y 34).—(M. de Ovando, fols.
26 y 27).—(M. de Rivascacho, fols. 9 y 10).—(M. de Prado Alegre, fols. 4, 14
y 15). . .
•H y Vi vaneo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 23).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 31).—(M. de Salvatierra, fol. 33).—(M. de Ovando, fol. 26).—(M. de
Rivascacho, fol. 9).—(M. de Prado Alegre, fol. 14)
Moreno de Vargas.—(M. de Ovando, fol. 3).
Morquecho y Canseco.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 41 y 42).
y Rivas.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 42).
y Rizo. — (M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 41 y 42).
—í

ÍNDICE.

Olavarría y Espinosa. -(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 10).—(M. deSanta FedeQuar-
diola, fol. 19).—(M. de Salvatierra, fol. 19). —(M. de Ovando, fol. 14).
Olea.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 19).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 27).
—(M. de Salvatierra, fol. 28).—(M. de Ovando, fols. 6 y ?2).
Ontiveros.—(M. de Salinas de Río Pituerga, fol. 34).
Orozco.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 4).
Ortega.—(D. de Prim, fol. 5).
)> y Cardona. (M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 33).—(M. de Salvatierra, fols. 21,
61, 62 y 63).
,, y Casanova.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 12).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 21)—(M. de Salvatierra, fols. 75 y 76).— (M. de Ovando, fol. 16).
,, y Espinosa.—(D. de Prim, fols. 7, 11 y 12).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols.
9, 10, 11, 12 y 34).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fols. 19. 20 y 21)._ (M.
de Salvatierra, fols. 19, 20, 21, 72, 74, 75, 76, 77, 79 y 80).—(M. de Ovando,
fols. 13, 14, 15 y 16).
,, y Fonseca— (M. de Salvatierra, fols. 66, 67, 68, 69 y 70).
,, y Fuentes.—(M. de Salvatierra, fol. 67).
„ y Hay.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 11).—(M. de Santa Fe de Guardiola,
fol. 20).—(M. de Salvatierra, fols. 20 y 73).—(M. de Ovando, fol. 15).
,, y Larsen.—(M. de Salvatierra, fol. 69).
,, y Martínez.—(M. de Salvatierra, fol. 56).
„ y Pérez Gallardo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 33).—(M. de Salvatierra
fols. 59, 60, 61 y 63).
,, y Roa. (M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 34).—(M. de Salvatierra, fols. 64 y
65).
,, y Uhink.—(M. de'Salvatierra, fol. 68).
,, y del Villar.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 11 y 12).—(M. de Santa (Fe de
Guardiola, fol. 20).—(M. de Salvatierra, fols. 20, 57, 65, 71, 81 y 87).—(M. de
Ovando, fol. 15).
Ortiz.—(M. de Rivascacho, fol. 6).—(M. de Prado Alegre, fol. 10).
,, de la Huerta.—(M. de Rivascacho, fol. 15).—(M. de Prado Alegre, fol. 20).
„ „ y Flores.—(D. de Regla, fol. 5).—(M. de Salvatierra, fol. 47).—(M. de
Villahermosa de Alfaro, fols. 5 y 17).
„ » y Rincón Gallardo.—(D. de Regla, fol. 6).—(M. de Salvatierra, fol. 47).
—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 5 y 17).—(M. de Rivascacho, fols. 15 y
16).—(M. de Prado Alegre, fol. 20).
Osio. —(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 14).
,, y Allende.—(M. del Apartado, fol. 7).
,, y del Barrio.—(M. del Apartado, fol. 8).
,, y Sanz.—(M. de San’Miguel de Aguayo, fol. 11).—(M. de Salvatierra, fol. 50).
,, y Torres Rivas.—(M. de*Villahermosa de Alfaro, fol. 14).
,, Zamora.—(M. de SanJMiguel defAguayo, fol. 12).—(M. de Salvatierra¿fol. 50).
Osorio de Castilla.—(M. de Salvatierra, fol. 89).
,, ,, Riva de Neyra y Sámano.—(M. de Salvatierra, fol. 89).
Manrique.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).
Ovando.—(M. de Ovando, fols. 1, 2 y 9).—(M. del Apartado¿fol. 10).
Ovando y Almendaro.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 19).—(M. de Salvatierra, fol.
29).—(M. de Ovando, fol?. 6 y 22).
,, y Cervantes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 19, 20, 21 y 22).—(M. de San­
ta Fe de Guardiola, fols. 27, 28, 29 y 30).—(M. de Salvatierra, fols. 28, 29, 30 y
31).—(M. de Ovando, fols. 5, 7, 8, 22, 23 y 24).
,| y de la Cerda,.—(M. de Ovando, fol. 2).
,, y Enciso.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 19).—(M. de Santa Fe de Guardio­
la, fols. 27 y 28).—(M. de Salvatierra, fols. 28 y 29).—(M. de Ovando, fols. 6 y
22).
,, y Fernández.—(M. de Salinas de Río Pisuerga; fol. 20).—(M. deSanta Fe de Guar­
diola, fol. 28).—(M. de Salvatierra, fol. 29),—(M. de Ovando, fols. 6, 22 y 23).
,, y Gómez de Parada.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 18) —(M. de Salvatierra,
fol. 28).—(M. de Ovando, fol. 21).
,, y Haro.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 19).— (M. de Santa Fe de Guardio­
la, fols. 27 y 28). — (M. de Salvatierra, fols. 28 y 29).—(M. de Ovando, fols. 5,
6 y 22).
,, y Mayoralgo.—(M. de Ovando, fol. 1).
,, y Núñez Villavicencio.—(M. de Ovando, fol. 3).
,, y Olea.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 19). — (M. de Santa Fe dé Guardio­
la, fol. 27).—(M. de Salvatierra, fols. 28 y 29).—(M. de Ovando, fols. 6 y 22).
,, y Ovando.—(M. de Ovando, fol. 2).
,, y Parada.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 22).—(M. dé Santa Fe dé Guar­
diola, fols. 27 y 30).—(M. de Salvatierra, fol. 31).—(M. de Ovando, fols. 3, 4,
5, 8 y 24).
,, y Rivadeneyra.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).—(M. de Salvatierra, fols.
5, 15 y 89).—(M. de Ovando, fol. 10).
,, y Rivera.—(M. de Ovando, fol. 1).
,, y Rol de la Cerda.—(M. de Ovando, fol. 2).
,, y Solis.—(M. de Ovando, fol. 2).
,, y Topete.—(M. de Ovando, fol. 2)1
Ozta y Cotera, de la.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 5, 7 y 23).—(M. de Santa Fe
de Guardiola, fols. 16 y 31).—(M. de Salvatierra, fols. 16 y 32).—(M. de Ovan-
fe fols. 11 y 25).—(M. de Rivascacho, fols. 5, 6, 7, 9 y 11).—(M. de Prado Ale­
gre, fols. 10, 11, 13 y 15).
| y Mora.—(M. de Rivascacho, fols. 5 y 6).—(M. de Prado Alegre, fol. 10).
,, y Múzquiz.—(M. de Rivascacho, fols. 5 y 6).—(M¿de Prado Alegre, fol. 10).

Pablo.—(M. de Prado Alegre, fol1. 4).


,, Fernández.—(M. de Rivascacho, fols. 4 y 5).—(M. de Prado Alegre, fol. 4).
,, | de Tejada.—(M. de Prado Alegre, fols. 4, 6, 9 y 10).
,, Martínez y Fernández.—(M. de Prado Alegre, fol. 4).
Pacheco y Castrejón.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 10).
ÍNDICE.

Pacheco de la Cerda.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 3).


t
>) y Cervantes.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 12).
f) y Cotera.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 12).
y Estrada.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 11).
M y Guardiola.—(M. deSanta Fe de Guardiola, fol. 10).
Guardiola y Gómez de Arratia.—(M. de Santa Fe de Guardiola/fol. 11).
y Pacheco.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 10).
Palomar.—(M. de Pánuco, fol. 8).
,, y Eicudero.—(M. de Pánuco, fol. 8).
,, y Vizcarra. (M. de Pánuco, fol. 8).
Palomo y Ilaro. (M. de Salinas de Rio Pisuerga, fol. 20).—(M. de Santa Fe de Guardio­
la, fol. 28).—(M. de Salvatierra, fols. 30 y 35)—(M. de Ovando, fols. 7 y 23).
y Montúfar.—(M. de Salvatierra, fol. 52).
*) y Rincón.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 20).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 28).—(M. de Salvatierra, fol. 30).—(M. de Ovando, fols. 7 y
23).
„ Gallardo.—(M. de Salvatierra, fols. 52 y 53).—(M. de Villafont, fols. 2,
4, 5, y 7).
Panes.—(M. de San Clemente, fol. 8).
,, é Iturbe.—(M. de San Clemente, fol. 8).
Pardo.—(D. de Prim, fol. 5).
Paredes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 39).
Parra.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 10).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 19).
—(M. de Salvatierra, fol. 19).—(M. de Ovando, fol. 14).
Pasquel.—(M. del Apartado, fols. 6 y 7). A

,, y Campero.—(M. del Apartado, fols. 6 y 7).


Pastor.—(M. de Villafont, fol. 4).
,, y Domínguez.—(M. de Villafont, fol. 4).
,, ,, de Moneada.—(M. de Villafont, fols. 4 y 5).
Pecci.—(M. de Villafont, fol. 8).
Peña, de la.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 29).
,, y Reyes de la.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 29 y 30).
,, y Villada, de la.— (M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 29).
Pereda.—(M. de Castañiza, fol. 7).
9) y Castañiza.—(M. de Castañiza, fols. 7, 8 y 10).
5) y Castillo.—(M. de Castañiza, fols. 8 y 9).
y García Conde.—(M. de Castañiza, fol. 9).
Pérez.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 41).
■n y Acedo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 20).—(M. de Santa Fe de Guardiola,
fol. 28).—(M. de Salvatierra, fol. 29).—(M. de Ovando, fols. 6 y 22).
n y Bolde. — (M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 4).
)> de Bustamante.—(M. de Altamira, fol. 5).
5? Gallardo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 31 y 38).
y Aldana.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 35).
H y Caballero de los Olivos.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 31, 32 y
38).
ÍNDICE. 29
ÑW Pérez^Gallardo y Sandoval.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 32 y 34).—(M. de Sal­
r vatierra, fol. 57).—(M. del Apartado, fol. 11).
y Hurtado de Mendoza.—(M. de Salinas de Río Pisuega, fol. 41).
y Ovando.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 20).—(M. de Santa Fe de Guardio­
la, fol. 28).—(M. de Salvatierra, fol. 29).—(M. de Ovando, fols. 6 y 22).
Palacios.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 25).—(M. de Santa Fe de Guardiola,
fol. 34).—(M. de Salvatierra, fol. 36).—(M. de Ovando, fol.'28).
5 ? Salazar.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 21).—(M. de Santa Fe de Guardiola,
fol. 29).—(M. de Salvatierra, fol. 31).—(M. de Ovando, fols.8 y 24).
n
,, y Haro.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 21).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 29).—(M. de Salvatierra, fol. 31).—(M. de Ovando, fols. 8 y 24).
99 Sandoval y Legaspi.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 3).
Pesado.—(M. de Ovando, fol. 4). — (M. del Apartado, fol. 10).
Philipp.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 7).
,, y Carrasco.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 7).
Picazo Toral.—(M. de Altamira, fol. 17).
Piccolomini.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
Pimentel. — (M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 53).—(M. de Salvatierra, fol. 90).—(M.
del Apartado, fols. 9 y 12).
y Azurmendi.— (M. del Apartado, fols. 9 y 12).
5) y Benavides.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 4).
y Bracho.—(M. del Apartado, fols. 9 y 12).
y Fagoaga.—(M. del Apartado, fols. 9 y 12).
? f y Martínez Campos.—(M. del Apartado, fols. 9 y 12).
Pifiateli.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 14).
H
y de Aragón.—(M. del Valle de Oaxaca, fols. 4 y 5).
),
de Aragón y Caracciolo.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
J5
y Cortés.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
5> 57 y Luchesi.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
»> ) ,
y Médicis.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
)> >> y Piccolomini —(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
J> y Pimentel.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 5).
Pitman.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 9).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 18).
—(M. de Salvatierra, fol. 18).—(M. de Ovando, fol. 13).
Pizarro.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 8).
,, y Reynoso. —(M. de San Juan de Rayas, fol. 8).
Pliego y González.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 7).—(M, de Santa Fe de Guardio­
la, fol. 17). — (M. de Salvatierra, fol. 16).—(M. de Ovando, fol. 11).
Pradel.—(M. de Altamira, fol. 10).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 7 y 12).
Prieto y Agüero;—(D. de Prim, fols. 3 y 6).
,, de Bonilla Caballero de los Olivos.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 37).
> > y Prats.—(D. de Prim, fols. 3 y 6).
Primo de Rivera.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 6).—(M. de Santa Fe de Guardio­
la, fol. 16).—(M. de Salvatierra, fol. 15).—(M. de Ovando, fol. 10).
y Cervantes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 6).—(M. de Salvatierra,
15).—(M. de Ovando, fol. 11). £
8

<•
ÍNDICE.

Primo y Villamil.—(M. de Salvatierra, fol. 40).


Ponce.—(M. de Villafont, fol. 4). $
Portilla.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 32).—(M. de Salvatierra, fol. 34).—(M. de
Ovando, fol. 27).—(M. de Rivascacho, fol. 10).—(M. de Prado Alegre, fol. 14).
Portillo y Sánchez Hidalgo.—(M. de Pánuco, fol. 7).
Portu.—(M. de San Clemente, fol. 6).
,, é Ituabe.—.(M. de San Clemente, fol. 6).
Pujadas y Cervantes.—(M. de Salvatierra, fol. 38).
,, y Zapata.—(M. de Salvatierra, fol. 37).

Quintana Fernández.—(M. de Prado Alegre, fol. 6).


„ ,, y Rubio.—(M. de Prado Alegre, fol. 4).

Raigosa.—(M. de Villafont, fol. 8).


,, y de Moneada.—(M. de Villafont, fols. 1, 3, 5, 7 y 8).
Ramírez.—(D. de Prim, fol. 7).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 31, 32 y 38).
de Arellano y Zúñiga.—(M. del Valle de Oaxaca, fol. 3).
n y Escandón.—(D. de Prim, fol. 7).
y Gámez.—(D. de Prim, fol. 7).
Ramos.—(M. de Monserrate, fol. 5).—(M. de Altamira, fol. 9).—(M. de Villafont, fol. 12).
,, y Vasconcelos.—(M. de Monserrate, fol. 5).
Rengel de Alcaraz.—(M. del Apartado, fol. 6).
,, y Fagoaga.—(M. del Apartado, fols. 5, 6, 7 y 8).
,, y Péí'ez.—(M. del Apartado, fol. 6).
Roza y Barreda, de la.—(M. de Altamira, fol. 5).—;M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 13).
Redo.—(M. del Apartado, fol. 7).
Reed.—(M. de Altamira, fol. 10).
Rendón.— (M. de San Clemente, fol. 7).
Retes.—(M. de San Jorge, fol. 3).
,, y Paz.—(M. de San Jorge, fol. 3).
Retis.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, ful. 2).
Revilla.—(M. de Rivascacho, fol. 12). — (M. de Prado Alegre, fol. 16).
,, é Illanes.—(M. de Rivascacho, fol. 12).—(M. de Prado Alegre, fol. 16).
Reyes.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 11 y 29).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol.
20)—(M. de Salvatierra, fol. 20).—(M. de Ovando, fol. 15).
y Durán.—(M. del Apartado, fol. 7).
y Gamboa.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 29).
Retana.—(D. de Prim, fols. 5 y 8).

T
±

ÍNDICE.

Reyes Retana y González.—"-(D. de Prim, fols. 5 y 8).


Reygadas.—(M. de Ovando, fol. 4).—(M. del Apartado, fol. 10).
,, y Vértiz.—(M. de Ovando, fols. 4 y 5).—(M. del Apartado, fol. 10).
Reynoso.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 8).
,, y Manzo.—(M. de San Clemente, fol. 4).
99 y Téllez.—(M. de San Juan de Rayas, fols. 8 y 9).
Riba y Cervantes. — (D. de Regla, fol. 8).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 16).—(M.
de Santa Fe de Guardiola, fol. 25).—(M. de Salvatierra, fols. 6, 7, 25, 26 y 45).
—(M. de Villaheimosa de Alfaro, fol. 16).—(M. de Ovando, fols. 19 y 20).—
I
(M. de Rivascacho, fol. 14).—(M. de Prado Alegre, fol. 19).
99 y Echeverría.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 16).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 24).—(M. de Salvatierra, folp. 6 y 25).—(M. de Ovando, fol. 19).
79 y Landa.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 16).—(M. de Santa Fe de Guardio­
la, fol. 25).—(M. de Salvatierra, fols. 6 y 25).—(M. de Ovando, fol. 19).
Rincón Gallardo.—(D. de Prim, fol. 5).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 16).—(M.
de Santa Fe [de Guardiola, fol. 25).—(M. de Salvatierra, fols. 6, 25, 47 y
51).— (M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 17).—(M. de Ovando, fol. ly).
—(M. de Rivascacho, fol. 15). — (M. de Prado Alegre, fol. 20).
99 99 y Cortina.—(D. de Regla, fol. 5) —(M. de Salvatierra, fol. 47).—(M. de
Villahermosa de Alfaro, fols. 5 y 17).—(M. de Rivascacho, fol. 15).—(M.
de Prado Alegre, fol. 20).
99 99 y Díaz.—(D. de Regla, fol. 8).—(M. de Salvatierra, fol. 45).—(M. de Vi­
llahermosa de Alfaro, fol. 16).—(M. de Rivascacho, fol. 14).—(M. de Pra­
do Alegre, fol. 19).
’99 99 y Romero de Romero de Terreros.—(D. de Regla, fols. 5, 6, 7 y 8).—(M.
de Salvatierra, fols. 44, 45 y 47).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 5,
16 y 17).—(M. de Rivascacho, fols. 14, 15 y 16).—(M. de Prado Alegre,
fols. 18, 19 y 20).
99 99 y Rosso. — (D. de Regla, fol. 7).—(M. de Salvatierra, fol. 44).—(M. Villa-
hermosa de Alfaro, fols. 5 y 15)—(M. de Rivascacho, fol. 14).—(M. de
Prado Alegre, fol. 18).
99 99 y Villar Villamil.—(M. de Salvatierra, fol. 52).
Ríos.—(D. de Regla, fol. 7).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 17 y 26).—(M. de Sal­
vatierra, fols. 26 y 44),—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 15).—(M. de Ovan­
do, fol. 20).—(M. de Rivascacho, fol. 13).—(M. de Prado Alegre, fol. 18).
Rivadeneyra.—(M. de Salvatierra, fol. 13). — (M. de Ovando, fol. 10).
Riva de Neyra.—(M. de Salvatierra, fol. 88).
99 99 y Castilla. —(M. de Salvatierra, fol. 89).
99 99 y Carrillo.—(M. de Salvatierra, fol. 88).
99 99 y Osorio.—(M. de Salvatierra, fol. 89).
Rivas.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 12).—(M. de Salvatierra, fol. 50).—(M. de Vi.
llahermosa de Alfaro, fols. 13 y 14).
,, y Cheswel.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 42).
Rivascacho.—(M. de Rivascacho, fols. 4 y 6).—(M. de Prado Alegre, fol. 10).
,, y Pablo Fernández.—(M. de Rivascacho, fol. 5).
Rivera.—(M. de Ovando, fol. 1).—(M. del Apartado, fol. 4).

*
k V3
r*
32 ÍNDICE.
*Í>

Rivera y Barrientos.—(M. de Salvatierra, fol. 90).


5) >) y Santa Cruz.—(M. de Salvatierra, fol. 90).
Rivero. —(M. de la Villa del Villar del Aguila, fol. 4).
Rizo y Silva.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 41).
Roa. —(M. de Salvatierra, fol. 5).—(M. del Apartado, fol. 10).
,, y Alcalde.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 33).—(M. de Salvatierra, fol. 64).
Rodríguez y Hurtado de Mendoza.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 39).
M de Ledesma.—(M. de Ovando, fol. 3)>
de Miranda.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 39).
de Pedroso.—(M. de Rivascacho, fol. 13).—(M. de Prado Alegre, fol. 17).
n y de la Cotera.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 15).—(M. de Ri­
vascacho, fol. 13).—(M. de Prado Alegre, fol. 17).
M y Fernández.—(M. de Prado Alegre, fol. 9).
n 15 y García.—(M. de Prado Alegre, fol. 9).
5 j y Rivascacho.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 4).
5? y Soria.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 6 y 14).
>? Pinillos y Gómez.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 6).
5) López Montero y García Cortés.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 6).
de Rivas.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 9).
H Sanz de Pedroso. —(D. de Regla, fol. 4).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 6).
5> de San Miguel.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 28).
,, ,, y Magaña.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 28).

5)

H de Velasco y Osorio.—(M. de Salvatierra, fol. 40).—(M. de Uluapa, fol. 3). i


Rol de la Cerda.—(M. de Ovando, fol. 2).
Romaña.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 31 y 39).
Romero.—(M. de Monserrate, fol. 3).
5> de Terreros. —(D. de Regla, fols. 4 y 6).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 14
y 17). — (M. de Santa Fe de Guardiola, fols. 22 y 25)—(M. de Salva­
tierra, fols. 23, 26 y 43). --(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 5).—(M.
de Ovando, fols. 17 y 20).—(M. de Rivascacho, fol. 8).—(M. de Pra­
do Alegre, fol. 12).
M y García Conde.—(D. de Regla, fol. 6).—(M. de Salvatierra, fol. 44).
—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 15).—(M. de Rivascacho, fol. 13).
—(M. de Prado Alegre, fol. 18).
?> J> y Gómez de Parada.—(D. de Regla, fols. 7 y 8).—(M. de Salvatierra,
fols. 44, 45 y 46).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 15, 16 y 17).
—(M. de Rivascacho, fols. 14 y 15).—(M. de Prado Alegre, fols. 18 y
19).
)5 ?9 y Goríbar.—(D. de Regla, fols. 5 y 6).—(M. de Salinas de Río Pisuer­
ga, fol. 14).—(M. de Salvatierra, fols. 23 y 47).—(M. de Villahermosa
de Alfaro, fols. 5 y 17).—(M. de Ovando, fol. 18).—(M. de Rivasca­
cho, fols. 9, 15 y 16). — (M. de Prado Alegre, fols. 13 y 20).
1, n y Rodríguez. — (M. de Rivascacho, fol. 13).
51 ,, de Pedroso.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 4 y 5).
—(M. de Prado Alegre, fol. 17).

n y Saenz de Pedroso. —(D. de Regla, fol. 4).


te
ÍNDICE.

Romero de Terreros Trebuesto y Dávalos.—(M. de Rivascacho, fol. 13).—(M. de Prado Ale­


gre, fol. 17).
n y de Trebuesto.—(D. de Regla, fol. 4).—(M. de Villahermosa de Alfa­
ro, fols. 4 y 15).
5J y Villamil.—(D. de Regla, fols. 4, 6, 7 y 9).—(M. de Salvatierra, fols.
43, 44, 46 y 47).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 5, 15,17 y 18).
—(M. de Rivascacho, fols. 5, 13, 14, 15 y 16) —(M. de Prado Alegre,
fols. 18, 19 y 20).
15 y Vinent.—(D. de Regla, fol. 8).—(M. de Salvatierra, fol. 45).—(M.
de Villahermosa de Alfaro, fol. 16). —(M. de Rivascacho, fols. 14 y 15).
—(M. de Prado Alegre, fol. 19).
Rosa, de la y Berriozábal.— (M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 14).
Rosales.-—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 30).
Rubio.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 24 y 40).— (M. de Santa Fe de Guardiola,
fol. 32).— (M. de Salvatierra, fol. 33).—(M. de Ovando, fol. 26).—(M. de Ri­
vascacho, fols. 7, 10 y 11).—(M. de.Prado Alegre, fol. 4).
,, y Moran.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 24).—(M. de Santa Fe de Guardiola.
fol. 32).—(M. de Salvatierra, fol. 34).—(M. de Ovando, fols. 26 y 27).—(M. de
Rivascacho, fol. 10).—(M. de Prado Alegre, fol. 14).
Rueda.—(M. de Castafiiza, fol. 10).
,, y Bassoco.—(M. de Castafiiza, fol. 10).
Ruiz.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 7).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 17).—
(M. de Salvatierra, fol. 16).—(M. de Ovando, fol. 12).—(M. de Castafiiza, fol. 7).
,, de Higareda.—(M. de Altamira, fol. 5).
Ruteaga.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 3).

Sada y de Garro Javier Alarcón.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 4).


Sagaceta.—(M. de Prado Alegre, fols. 7 y 8).
55 y Gamboa.—(M. de Prado Alegre, fols. 7 y 8).
j> y del Río. —(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 14).
Salamanca y Andonegui.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
Salazar.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 11).—(M. de Salvatierra, fol. 49).
,, y Zamora—(M. de San Miguel de Aguayo, fol! 11).—(M. de Salvatierra, fols. 49 y
50).
Salceda—(M. de Rivascacho, fol! 12).—(M. de Prado Alegre, fol. 6).
,, -é Illanes.—(M. de Rivascacho, fol. 12).—(M. de Prado Alegre, fol. 16).
Samaniego.—(D. de Regla, fol. 9).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 17).—(M. de Ri­
vascacho, fol. 16).—(M. de Prado Alegre, fol. 20).
y de la Canal.—(M. de Salvatierra, .fol. 47).
>> y Romero de Terreros.—(M. de Salvatierra, fol. 48).
•'Sámano.—(M. de Salvatierra, fol. 53).
y Salamanca.—(M. de Salvatierra, fol. 89).
y Turcios.—(M. de Salvatierra, fols. 4 y 14).

$
ÍNDICE.

Sánchez.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 15).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol


23).—(M. de Altamira, fol. 10).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 13).—(M.
de Ovando, fol. 18).—(M. de Rivascacho, fol. 9).—(M. de Prado Alegre, fol. 13).
99 y Adalid.—(M. de Altamira, fols. 10 y 11).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol.
13).
99 Espinosa Mora y Flores.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 8).—(M. de Santa
Fe de Guardiola, fol. 17). —(M. de Salvatierra, fol. 17).—(M. de Ovando, fol.
12).
99 y Juárez.—(M. de Salvatierra, fol. 24).
99 de Solís.—(M. de Ovando, fol. 13).
Sánchez de Tagle.—(M. de Altamira, fol. 5).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 11).
99 99 y Aguilar.—(M. de Altamira, fol. 7).
99 9» y Ayestarán.—(M. de Altamira, fols. 8 y 9).
99 99 y Bocanegra. — ( M. de Altamira, fol. 10).
99 99 y Carrillo.—(M. de Altamira, fol. 11).
«f
99 99 y Cueto.—(M. de Altamira, fol. 5).
99 99 y de la Campa. —(M. de Altamira, fol. 7).
99 99 y Fernández. —(M. de Altamira, fol. 11).
99 99 y Gutiérrez.—(M. de Altamira, fol. 8).
99 99 y Jáuregui.—(M. de Altamira, fol. 9).
99 99 y Lebrija.—(M. de Altamira, fols. 7, 8,' 9, 10 y 11).
>9 99 y Naveda.—(M. de Altamira, fol. 9).
99 99 y Pérez de Bustamante.—(M. de Altamira, fol. 5).
99 99 y Picazo.—(M. de Altamira, fol. 7).
99 99 y Ramos.—(M. de Altamira, fol. 9).
t«)
99 99 y de la Rasa—(M. de Altamira, fol. 5).
99 99 Ruiz de Higareda.—(M. de Altamira, fol. 5). 9

99 99 y Urbina.—(M. de Altamira, fol. 8).


99 99 y Valdivielso.—(M. de Altamira, fol. 6).
99 99 y Varela.— (M. de Altamira, fol. 7).
99 9> y Villanueva.—(M. de Altamira, fols. 7 y 8).
5, 99 y Vitalba.—(M. de Altamira, fol. 11).
Sandoval.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 37).
99 Castilla y Altamirano.—(M. de Salvatierra, fol. 55).
99 y Celada.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 29, 35 y 37).
99 y Gual.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
99 y Lasso de Ja Vega.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 29, 30, 31 y 35).—
(M. dejSalvatierra, fol. 90).
99 y Rojas.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 28).
99 y Salamanca.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 28).
99 y Vallarta. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
Santín.—(M. de Rivascacho, fol. 6).—(M. de Prado Alegre, fol. 11).
,, y Arroyo.—(M. de Rivascacho, fol. 7).'—(M. de Prado Alegre, fol. 11).

Sanz.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 14).
Saravia.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 12).
rdaneta y Bustos.—(M. de San Juan de Rayas, fols. 4, 5 y 6).

&
Sardaneta y Legaspi.— (M. de San Juan de Rayas, fols. 3, 4 y 5).
,, Legaspi y Muñoz del Castillo. —(M. de San Juan de Rayas, fol. 4).
,, ,, y Ruteaga.—(M. de San Juan de Rayas, fol 3).
,, y Llórente.—(M. de San Juan de Rayas, fols. 4 y 5).
,, Mosqueira.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 5).
,, y Rubio.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 4).
Schiaffino.'—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 16 y 18).—(M. de Santa Fe de Guardio­
la, fol. 26).—(M. de Salvatierra, fols. 25 y 27).—(M. de Ovando, fols. 19 y 21).
,, y Cuevas.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 18).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 26).—(M. de Salvatierra, fol. 27).—(M. de Ovando, fol. 21).
Schulze y Rincón Gallardo.—(D. de Regla, fol. 8).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol.
14).—(M. de Santa Fe de.Guardiola, fol. 22).—(M. de Salvatierra, fols. 23 y 45).
—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 16).—(M. de Ovando, fol. 17).—(M. de
Rivascacho, fols. 8 y 15).—(M. de Prado Alegre, fols. 12 y 19).
Segura.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
,. y Zabalza.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
Septien.—(M. de la Villa del Villar del Aguila, fols. 3 y 4).
Servín.—(M. de Altamira, fol. 4).
Serralde. —( M. de Villafont, fols. 2 y 6).
Serrano. — (M. del Apartado, fol. 8).
,, Morquecho y Jiménez de Velasco.—(M. de Salinaa de Río Pisuerga, fol. 41).
,, ,, y de Vila Puerto.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 41).
,, y Osio.—(M. del Apartado, fol. 8).
Sesma.—(M. de Villafont, fols. 1 y 2).
Silva.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 7).
,, y Casanova.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 7).
,, y González.—(M. de Pánuco, fol. 8).
Sobrino.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 40).
Solier.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 27).
Solía.—(M. de Ovando, fol. 2).
,, Campuzano.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 9).
,, y Gómez de la Cortina.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 9).
Soria.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 4).
,, y Frías.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 4).
,, y Salazar.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 4 y 6).
,, y Velázquez.—(M. di Villahermosa de Alfaro, fol. 4).
,, y Verduzco.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 6).
,, Villarroel.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 6).
,, ,, y Verduzco.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 6).
,, ,, y Villaseñor.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 4).
Sota, de la.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 24, 3 ) y 37).—(M. de Santa Fe de Guar.
diola, fol. 32).—(M. de Salvatierra, fol. 33).—(M. de Ovando, fol. 26).—(M. de
Rivascacho, fol. 10).—(M. de Prado Alegre, fol. 14).
,, ,, y Gorozpe.—(M. de Rivascacho, fol. 10).—(M. de Prado Alegre, fol. 14).
,, ,, y Morán.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 24).—(M. de Santa Fe de Guar
diola, fol. 32).—(M. de Salvatierra, fol. 33).fe(M. de Ovando, fol. 26).
Sjta de la, Ponce de León.—(M. de Salvatierra, fols. 5 y 15).
Stankievvietz. — (D. de Prim, fol. 9).
Suárez Lozano.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol* 26).—(M. de Santa Fe de Guardiola,
fol. 34).—(M. de Salvatierra, fol. 35).—(M. de Ovando, fol .28).
,, y Malo.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 34).—(M. de Salinas de Río Pisuerga,
fol. 26).-(M. de Salvatierra, fol. 35).—(M. de Ovando, fol. 28).
,, y Priani.— (M. de Castañiza, fols. 8 y 10).

Téllez y Alamán.—(M. de San Juan de Rayas, foh. 6 y 7).


,, de Lara.—(M. de San Juan de Rayas, fol. 6).
,, y Sardaneta.—(M. de San Juan de Rayas, fols. 6, 7 y 8).
Terán de loi Ríos.—(M. de Salvatierra, fol. 52).
Teruel.—(M. de Pánuco, fol. 7).
Tornel.—(M. de Salvatierra, fol. 52).
,, Gallardo.—(M. de Salvatierra, fol. 52).
,, y Rincón Gallardo.—(M. de Salvatierra, fol. 52).
Torres y Adalid.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 13 y 14).
,, y Ansorena.—(M. de Salvatierra, fol. 85).
,, y Guzmán.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 13).
,, y Labadie —(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 14).
,, y Rivas —(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 13 y 14).
,, y Rivas de la Rosa.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 13 y 14).
,, y Sagaceta.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 44).
Tovar.—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 12 >.
Trebuesto y Dávalos.—(D. de Regla, fol. 4).
Trejo y Ochoa.—(M. de San Clemente, fol. 6).
Trevilla.—(M. de Rivascacho, fol. 12).—(M. de Prado Alegre, fol. 15).
Trueba.—(D. de Prim, fol. 11).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 35).—(M. de Sal­
vatierra, fol. 90).—(M. de Prado Alegre, fols. 7 y 10).
,, y Bassoco —(M. de Castañiza, fols. 7, 8 y 10).
,, y Galindo.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 35).— (M. de Salvatierra, fol. 90).
—(M. de Castañiza, fol. 8).
,, y Pereda.—(M. de Castañiza, fols. 7 y 8).
„ y del Valle.—(D. de Prim, fol. 11).

Uhink.—(M. de Salvatierra, fol. 67).


Urbina.—(M. de Altamira, fol. 8).
Urrea.—(M. de Prado Alegre, fol. 8).
38 ÍNDICE.

Velasco é Ircio.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).


y Manrique.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 27).
H y Osorio.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).
y Ovando.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 6).—(M. de Ovando, fol. 10).
)) y Rus.—(M. de Rivascacho, fol. 11).—(M. de Prado Alegre, fol. 15).
y Solier.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 27).
de Vergara.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 5).
Velázquez.—(D. de Prim, fol. 7).
de la Cadena.—(M. de Salvatierra, fol. 40).
de León.—(M. de Altamira, fol. 10).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 12).
5? y Ramírez.—(D. de Prim, fol. 7).
y Villarroel.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 4 y 6).
Vellutti y Tavira.—(M. de Prado Alegre, fol. 9).
Vega, de la.—(M. de Prado Alegre, fol. 7).
Vera.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 10 y 12).
Veraza.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 18).—(M. de Santa Fe de Guardiola, fol. 26).
—(M. de Salvatierra, fol. 27).—(M. de Ovando, fol. 21).
,, y Schiaffino.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 18).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fol. 26).—(M. de Salvatierra, fol. 27).—(M. de Ovando, fol. 21).
Verduzco Zepeda.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 6).
Vergara Flores de Valdés.—(M. de Salvatierra, fol. 5).
Vértiz.—(M. de Ovando, fol. 4).—(M. del Apartado, fol. 10).
,, y Fagoaga.—(M. de Ovando, fols. 4 y 5).—(M. del Apartado, fol. 10).
,, y Roa.—(M. de Ovando, fols. 4 y 5).—(M. del Apartado, fol. 11).
tur
Viana, de.—(M. de Prado Alegre, fol. 9).
,, y Rodríguez de Pedroso.—(M. de Prado Alegre, fol. 9).
Vidal.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 12).—(M. de Salvatierra, fol. 51).
,, de Lorca y Pinzón.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 6).
,, y Malo.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 12 y 13).—(M. de Salvatierra, fol. 51).
Vidaurrázaga.—(M. de San Clemente, fol. 5).
,, y Castrillo.—(M. de San Clemente, fol. 6).
Vilchis.—(M. de Castañiza, fol. 8).
,, y Pereda.—(M. de Castañiza, fols. 8 y 9).
Villada.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 29).
Villanueva.—(M. de Altamira, fol. 7).
Villar y Arce.—(M. de Salvatierra, fol. 56).
H
y Varela.—(M. de Salvatierra, fol. 56).
Villamil.—(D. de Regla, fol. 4).—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).—(M. de
Villahermosa de Alfaro, fols. 5 y 15).
y Díaz.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 36).
n y Espeleta.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 37).—(M. de Salvatierra,
fol. 42).
9 '9 99
y Goríbar. —(M. de Salinas de Río Pisuerga, fols. 36 y 37).—(M, de Salva­
tierra, fols. 42 y 43).
99
Primo y Rodríguez de Velasco.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 6 y 7).
y Rodríguez de Velasco.—(D. de Regla, fol. 6)—(M. de Savatierra, fols. 43,
48 y 51). (M. de Rivascacho, fol. 13).
ro!

ÍNDICE.

Villar Villamil Trelles Omaña y Villademoros. — (M. de Salvatierra, fol. 38).


Villaseñor y Cervantes.— (M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 4).
Villaurrutia. — (M. de Ovando, fol. 4).—(M. del Apartado, fols. 4 y 10).
99 y Fagoaga.—(M. de Ovando, fol. 4).— (M. del Apartado, fol. 10).
99 y López Osorio.—(M. del Apartado, fol. 6).
99 y García Conde.—(M. de Ovando, fol. 4).—(M. del Apartado, fol. 10).
99 y Montero.—(M. de Ovando, fol. 4).—(M. del Apartado, fol. 10).
Villegas. (M. de San Clemente, fol. 7).
Vinent.—(D. de Regla, fol. 8).—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 16)—(M. de Rivasca­
cho, fol. 14).
,, y Kindelan.—(M. de Salvatierra, fol. 45) —(M. de Rivascacho, fol. 14).
Vitalba.— (M. de Altamira, fol. 11).
Vivanco.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 16).—(M. de Prado Alegre, fol. 15).
,, y de la Lama.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 24).—(M. de Santa Fe de Guar­
diola, fols. 13 y 33).—(M. de Salvatierra, fol. 34).—(M. de Ovando, fol. 27).—
(M. de Rivascacho, fol. 10).
Vizcarra.—(M. de Pánuco, fols. 6, 7 y 8).
99 y Abad.—(M. de Pánuco, fol. 7).
99 y García.—(M. de Pánuco, fols. 7 y 8).
f
99 y Portillo.—(M. de Pánuco, fols. 7 y 8).

á
VV

White.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 42).


,, y Morquecho.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 42).

Yepes.—(M. de Altamira, fol. 11).

Zabalza. —(M. de Salvatierra, fol. 54).


99
y Allende.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 7 y 8).
99
y Aróstegui.— (M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
99
y Echave.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 8).
>1 y García.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
>1 y Gutiérrez.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fols. 7 y 8).
Zabalza y Moye.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
,, y Pradel.—(M. de Villahermosa de Alfaro, fol. 7).
FuFr
W
ÍNDICE.

Zaldívar.—(D. de Prim, fol. 11).—(M. deSalinas de Río Pisuerga, fol. 28).—(M. del Apar­
$ tado, fol. 7).
y Altamirano.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 28).
H y Flórez.—(M. del Apartado, fol. 7).
H y de Miranda.—(M. de Salinas de Río Pisuerga, fol. 23).
y Redo.—(M. del Apartado, fol. 7).
Zamora y Duque.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 11).—(M. de Salvatierra, fol. 49).
,, y Malo.—(M. de San Miguel de Aguayo, fols. 11 y 12).—(M. de Salvatierra, fols.
49 y 50).
Zayas.—(M. de San Miguel de Aguayo, fol. 12).—(M. de Salvatierra, fol. 50).—(M. de Cas­
tañiza, fol. 9).
,, y Pereda.—(M. de Castañiza, fol. 9). *
Zeballos y Padilla.—(M. deSanta Fe de Guardiola, fol. 12).
,, y Tovar.—(M. deSalinas de Río Pisuerga, fols. 12).

•I

/
ÍNDICE.

Armas del Marquesado de Salvatierra.


Las tres láminas pertenecientes á este artículo deberán colocarse en la forma
siguiente: las armas del primer Marqués Don Juan de Luyando y Bermeo, al
principio; las del primer Marqués de Salvatierra, entre las páginas 4 y 5; y las
del Mayorazgo de Villar Villamil, entre las páginas 40 y 41.
Marquesado de Salvatierra. De................................................................................ 1 á 137
Escudo del quinto Marqués de Uluapa.
Marquesado de Uluapa. De...................................................................................... 1á4
Armas del primer Marqués de Villahermosa de Alfaro.
Marquesado de Villahermosa de Alfaro. De........................................................... á 18
Armas del primer Marqués de San Clemente.,
Marquesado de San Clemente. De.................. ........................................................ 1 á 11
Armas del Marqués de Ovando.
Marquesado de Ovando. De....................................... ......................... ................ 1 á 30
Armas del Marqués de Rivascacho.
Marqueeado de Rivascacho. De............................................................................... 1 á 16
Armas del primer Marqués de Villafont.
Marquesado de Villafont. De............................................ ...................................... 1á8
Armas del primer Marqués de Panuco.
Marquesado de Pánuco. Dé....................................................................................| 1á9
Armas del primer Marqués de Castañiza.
Marquesado de Castañiza. De.......................................................................... ..... 1 á 11
Armas del primer Marqués del Apartado.
Marquesado del Apartado. De......................................................... ;....................... 1 á 16
Armas del primer Marqués de Prado Alegre.
Marquesado de Prado Alegre. De........................................................................... 1 á 33
Armas del primer Marqués de San Juan de Rayas.
Marquesado de San Juan de Rayas. De.......... ....................................................... 1 á 11
Corrigenda. De............................................................................ •............................ 1á3
Indice analítico del tomo I. De................................................................................ 1 á3
Indice Alfabético. De................................................................................................ 1 I 40
Indice para la colocación de los artículos y láminas de este tomo. De.................. 1 á2
I
e

INDICE
PARA LA COLOCACION DE LOS ARTICULOS

Y LAMINAS DE ESTE TOMO.

Págs.. na

Falsa Portada.
Retrato del Autor.
Portada.
Damas bajo cuyo patrocinio se publica esta obra.
Señores bajo cuyo patrocinio se publica esta obra.
Introducción. De.............................................................. IX á LVI
Plan de la obra..;.................................... ............................ I á III
Armas del primer Duque de Regla.
Ducado de Regla. De................................... ..... 1 á 12
Armas del primer Duque de Prim.
Ducado de Prim. De........ ...................... .......................... . 1 á 15
Armas del primer Marqués del Valle de Oaxaca.
Marquesado del Valle de Oaxaca. De................................. 1 á 47
Armas del primer Marqués de Salinas de Rio Pisuerga.
Marquesado de Salinas de Río Pisuerga. De.................... 1 á 115
Armas del segundo Marqués de la Villa del Villar del Aguila.
Marquesado de la Villa del Villar del Aguila. De............ 1 á 15
Armas del primer Marqués de Santa Fe de Guardiola.
Marquesado de Santa Fe de Guardiola. De........................ 1 á 3B
Armas del primer Morques de San Miguel de Aguayo.
Marquesado de San Miguel de Aguayo. De....................... 1 á 13
Armas del primer Marqués de San Jorge.
Marquesado de San Jorge. De............................................. 1 á 4
Armas del primer Marqués de Monserrate.
Marquesado de Monserrate. De.......................................... 1 á5
Armas de Don Manuel Esteban Sánchez de Tagle.
Marquesado de Altamira. De..............................................
r
m-,

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