Informe de Metafisica 1

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METAFISICA

Randall Rodriguez
LICDA. Anabella
Psicología Clínica A
INTRODUCCION

Se llama meta-física, porque va más allá de lo físico o sensible en


cuanto tal, hacia el interior del orden puramente inteligible de la
realidad ("meta", significa más allá). "Ciencia" es conocimiento
por causas y, por lo tanto, cierto, universal innecesario. Es un
conocimiento en el cual conocemos el porqué, porque hemos
conocido la causa, no una causa accidental o fortuita, sino una causa
necesaria.
Etimológicamente, la palabra proviene del griego tardío μετὰφυσικά
(metafísica), que significa ‘más allá de la física’.

El origen de este vocablo se atribuye a Andrónico de Rodas (siglo I),


quien, al ordenar los libros de Aristóteles, no consiguió clasificar los
que componen la Metafísica dentro de la lógica, la moral o la física,
de modo que resolvió ponerlos después de aquellos que trataban de
física.

No obstante, la metafísica como tal es anterior a Aristóteles, y ya


aparece en filósofos presocráticos o en el mismo Platón.
¿Qué es la metafísica? ¿Y cuál es su estudio? ….

Metafísica:
La Ciencia Del Ente En Cuanto Ente: Si la metafísica es ciencia del
ente, lo que hemos de estudiar en la metafísica, es la causa del ente.
Para ser más precisa la definición de la metafísica, podemos decir
que es la ciencia de los principios de la causa del ente en cuanto
ente. Pero, si los principios y la causa del ente en cuanto ente han de
ser, por ello, los más universales, podemos decir que, en metafísica,
estudiamos los más actos, últimos y universales principios o causas
de todas las cosas. Es por esto que la metafísica es llamada
"filosofía primera": el conjunto de la realidad cae bajo su mira. La
metafísica estudia tanto la totalidad
como la unidad de todas las cosas.
¿Por qué la totalidad?, porque "el
hecho de ser" afecta absolutamente a
todas las cosas. ¿Por qué la única cosa
que se encuentra fuera del ser? "el no-
ser!: nada está fuera del alcance de la
metafísica. ¿Y por qué la unidad?
Porque todas las cosas tienen en
común, lo que hace de todas ellas una, es el ser. Las cosas diferentes
en muchos aspectos, una cosa son exactamente la misma: en que
son, existen. Puesto que el Ser es lo que todas las cosas son, y la hace
a todas ella una, estudiamos la unidad de todos los seres. Esta es la
visión metafísica: por ello es el más alto saber natural. Esto lo
convierte en el más difícil de los conocimientos naturales, no por ser
complicados, sino por ser el más comprensivo y el más profundo.
3. Objeto De La Metafísica Conviene hacer aquí una distinción, que
nos será de utilidad, entre el objeto formal y el objeto material de la
metafísica. El segundo es un sujeto-materia (todas las cosas), y el
primero es el aspecto de este objeto material, considerado por la
metafísica; a saber, el aspecto del ser; tal es el punto de vista
metafísico, como distinto del de cualquier otra ciencia. La metafísica
es la ciencia que estudia la totalidad de las cosas bajo el aspecto y
desde el punto de vista del ser: ¿Qué es esto?, ¿De qué está hecho?,
¿Para qué es?, ¿Qué es lo que lo ha hecho llegar a hacer? Es útil tener
presente cuando los niños alcanzan el uso de razón, siempre
muestran una inclinación metafísica, porque formulan preguntas
sobre el Ser de las cosas: ¿Qué es esto, para qué es?…La primera
tendencia del Ser Humano es la de buscar el Ser de las cosas, porque
el objeto natural de la
inteligencia es el Ser. Esta es la
razón por la cual la metafísica es
la ciencia natural del hombre, la
ciencia humana, la más
congénita a la inteligencia.
También es ésta la razón por la
cual, si la metafísica es
rechazada, olvidada o
despreciada, algo
necesariamente debe fallar en
alguna parte: en la moral, en las costumbres, en el acercamiento a
la vida…El Catecismo de la doctrina está repleto de metafísica desde
el principio hasta el fin. Nuestra religión cristiana nos da la
explicación última de cualquier cosa que concierna al propósito de la
vida humana, a Dios y a la moralidad. Todo ello se halla
exhaustivamente explicado por ella, ya que es eminentemente
metafísica. La simplicidad y profundidad de la fe cristiana
(sobrenatural) es acompañada por la simplicidad y profundidad de la
metafísica (natural).
El Ente Es Analógico El término "ente" es aplicado a todas las
realidades, pero en el mismo sentido y en parte en un sentido
diferente. Este niño es un ente, esta mesa es un ente, Dios es un
ente. ¿Quiere esto decir que el niño, la mesa y Dios son exactamente
lo mismo? Evidentemente no: son muy diferentes el uno del otro;
pero es cierto que cada uno de ellos es un ente. Esto es muy
revelador. El "ser" conviene a numerosas realidades parcialmente en
un mismo sentido, porque todas ellas son entes y, parcialmente, en
un sentido diferente, porque el ser de la mesa es completamente
distinto del ser del niño, el ser de una buena acción es
completamente diferente del ser de una mala acción. Esta
característica del ente es llamada la analogía del ente. Cuando una
palabra es aplicada a muchas cosas siempre con el mismo sentido,
se llama unívoca. Por ejemplo, cuando decimos que Pedro es un
hombre y Juan es un hombre, estamos usando la palabra "hombre"
exactamente en el mismo sentido: la "humanidad" de Pedro es la
misma que la "humanidad" de Juan; difieren éstos en sus
características individuales, pero en lo que concierne a su
humanidad son idénticos. Si un término, por otra parte, tiene a veces
un significado y otras veces uno completamente distinto, se
denomina equívoco:: así, por ejemplo, "tabla" puede significar una
pieza de madera o la tabla de materias de un libro. Ahora
bien, existen palabras que no son ni unívocas ni equívocas, porque,
cuando son aplicadas, lo son parcialmente en el mismo sentido, y
parcialmente, en sentido diferente. No pueden ser llamadas
equívocas, pues su significado es similar. Pero tampoco pueden
llamarse unívocas, ya que su sentido cambia en cierto modo. Por
ejemplo, el término "alegre" puede convenir a una sonrisa,
aun pensamiento, a un paisaje, a un color, pero, en parte, en el
mismo sentido y, en parte, en sentidos distintos. Este tipo de
términos es llamado "analógico", a partir del término griego que
significa "proporción": los sujetos a los cuales conviene son iguales
entre sí, pero sólo de forma proporcionada: La "alegría" del paisaje
es al paisaje lo que la
"alegría"" de la sonrisa es a la sonrisa; pero no son idénticas. Y el
"ente" es el más analógico de todos los términos. En particular,
predicamos el ser de dos tipos de ente, dos tipos de realidades en los
cuales podemos clasificar a los entes ¿Cuáles son, entonces, las
clasificaciones últimas o categorías de los entes? Como ya hemos
observado, lo primero que advertimos cuando contemplamos la
realidad es el cambio; y después que no hay cambio sin algo que
cambie. El cambio no puede existir solo y
por sí mismo: es algo que no cambia,
inherente y perteneciente a la cosa.
Denominamos a lo que cambia el
accidente y a lo que permanece a través
del cambio sustancia. Los accidentes no
existen en sí mismos: aquello que
soporta los accidentes es la sustancia. Es
ésta, así, la clasificación última del ente:
podemos decir que el ente es o sustancia
o accidente. Y cuando predicamos el "ser" de ambos, ¿lo hacemos
acaso en idéntico sentido en los dos casos? No, porque el ser de
sustancia es un ser en sí y por sí, mientras que el ser del accidente es
un ser de la sustancia o en la sustancia. Es en parte el mismo y en
parte distinto, pues la sustancia es "en sí" y el accidente es
"en la sustancia". Ambos existen, pero de modo diferente. Es aquí
donde mejor se percibe la analogía del ente.
4. El Principio De No-Contradicción El principio supremo de la
metafísica es el principio de no-contradicción. Recordemos: es
imposible que algo sea y no sea en el mismo sentido y en el mismo
sujeto. Recordemos también las dos operaciones del intelecto: 1) la
operación de forjar un concepto; 2) la operación de afirmar o negar:
juzgar o ajustar la propia mente a la realidad. En la primera
operación, la mente forma la noción del ente, sin la cual ninguna otra
cosa puede ser concebida (todos nuestros conceptos implican el
concepto de ente). Es ésta la primera moción que nos viene a la
mente, y, ya que la metafísica es la ciencia del ente, es, por ello, la
tendencia más natural de la inteligencia. No es que, en realidad,
podamos recordar cuándo formamos nuestro primer concepto. Pero
somos capaces de reconstruir este proceso: podemos descubrir que
la primera idea era el "ente"
contemplando todos
nuestros conceptos, y
reconociendo que todos
hemos accedido a ellos
después de haber accedido a
la noción de ente; ella es
parte de nuestra
humanidad. No hay aquí
diferencia alguna de educación, cultura, talento o sexo: un ser
humano se dirige natural y espontáneamente hacia la noción de ente
desde el momento mismo en que empieza a conocer. Es éste, pues,
en núcleo más profundo del ser humano: la búsqueda del sentido de
la existencia. Si la primera noción es el "ser", la segunda debe ser el
"no-ser". No es tampoco que podamos recordarla sino, de nuevo,
que podamos reconstruirla: diciendo "ser", nada es excluido, lo cual
significa que la segunda idea, después del ser, debe ser la "nada" o
no ser". Y la tercera idea debe ser la división, pues confrontando ser
y no ser; los dividimos: ser no es no-ser. Nos elevamos aquí a la
segunda operación de la mente juntamente con la noción de
división, realizamos el primer juicio, que es el principio de no
contradicción (ser no es no-ser). "Noción" es "operación primera", y
"juicio" es "operación segunda". En este punto, hemos de hacer
la capital observación de que la contradicción es imposible porque
la realidad es así, no porque ésta sea nuestra manera de pensar: la
contradicción es imposible, no por ser impensable, sino porque no
puede tener lugar en la realidad (la filosofía moderna, sin embargo,
sitúa a menudo el pensamiento por encima del ser). El principio de
no-contradicción es un juicio evidente, basado en la noción misma
de ser. No es un mero axioma de pensamiento sino arraigado y
fundamentado en el ser. Este principio es auto evidente para todos.
Se eleva en la inteligencia de modo natural como un efecto de la
verdad misma, de la verdad de las cosas mismas, a partir del
conocimiento experimental de los términos del juicio. Estos términos
son "ser" y "no-ser", y tenemos un
conocimiento experimental o empírico (sensible) de ellos. Y
partiendo de esta experiencia inmediata, vemos la verdad de las
cosas, y el efecto de ello es el principio de no-contradicción. Este
principio es auto evidente para todos, porque estos dos términos
(ser y no-ser) son naturalmente conocidos por todo el mundo. Es el
primer de toda demostración o prueba, porque surge de las
primerísimas nociones que llegan a nuestra mente, y, por lo tanto,
no puede ser demostrado por otro principio que sea más evidente.
No es nada parecido a una hipótesis, porque una hipótesis es sólo
un tipo de tentativa de principio necesitada de comprobación; pero
este éste principio es la primera certeza natural de la mente humana.
Y como tal es asumido por todas las ciencias. El
marxismo, siguiendo la dialéctica hegeliana , ha negado el principio
de no-contradicción, pero no es la única
filosofía que lo ha hecho: Aristóteles, ya en su época, cuatro siglos
antes de Cristo, refutó a aquellos que lo atacaban. ¿Podemos
nosotros probar la verdad de este principio contra esas filosofías?
Acabamos de decir que no puede ser probado, pues es precisamente
el principio de toda prueba, de toda demostración. Lo que sí se
puede hacer es mostrar el absurdo de negarlo, sencillamente
afirmando su opuesto: "una cosa puede ser ella misma y ser otra en
el mismo sentido"; "yo puedo ser yo
mismo y otro al mismo tiempo"…El
marxismo dice que no hay ser: sólo
hay un proceso de devenir. Esto se
debe al ateísmo intrínseco de esta
filosofía que empieza por negar a
Dios, porque Dios es "el ser que no
puede cambiar".
5. Importancia de la metafísica para la teología
Como hemos visto, la metafísica es indispensable no sólo para la
teología natural, sino también para la teología sobrenatural, porque
sólo una filosofía de la realidad, del ser, es capaz de admitir
científicamente la verdad de la fe tal como es, es decir, como una
realidad sobrenatural. En otras palabras, la fe es una realidad
sobrenatural: por tanto, solamente una filosofía que se ocupa de la
realidad puede aceptar científicamente la fe y hacerse teología. Es
en realidad de ser, del acto de ser, del ser de las cosas, donde, en
cierto modo, hallamos un suelo común, un punto de encuentro en
todas las cosas como una participación. Dios es la plenitud de ser; las
cosas toman parte del ser. La filosofía recibe la fe e, iluminada por la
fe, se desarrolla convirtiéndose en teología, la cual es la más
profunda comprensión de la revelación. ¿Qué es la fe?, dos cosas: lo
que Dios revela, y nuestro acto de creer en ello. Y, ¿Qué es la
teología?, la mejor comprensión por nuestra parte de lo que Dios nos
ha revelado. ¿Cómo podemos comprender mejor las cosas que Dios
nos ha revelado? Entre otros medios, con la ayuda de la metafísica.
¿Por qué? Porque la metafísica se dirige de forma ultimísima a lo
divino como tal: es la base común de los hombres con lo divino. Esta
es la razón común de los hombres con lo divino. Esta es la razón
común de los hombres con lo divino.
Esta es la razón por la cual, como
dijimos, el catecismo de la doctrina
cristiana está repleto de metafísica: la
mayor parte de las cuestiones tratadas
por éste poseen implicaciones
metafísicas. El proceso de la teología
arranca de la fe, pero la filosofía es el
instrumento de la teología, y, muy
particularmente lo es la metafísica del
ser, que no es una metafísica del
"pensamiento " o de la "idea". La metafísica del ser abastece a la
teología de las nociones básicas necesarias para comprender el
contenido de la revelación en la medida en que esto es posible para
la mente humana: nociones como sustancia, accidente, causalidad,
subsistencia, naturaleza, persona, etc.
Conclusión

¿Qué es la metafísica?
La metafísica es una rama de la filosofía que estudia los problemas
centrales del pensamiento filosófico: el ser en cuanto tal, el
absoluto, Dios, el mundo, el alma. En esa línea, intenta describir las
propiedades, fundamentos, condiciones y causas primeras de la
realidad, así como su sentido y finalidad

No obstante, la metafísica como tal es anterior a Aristóteles, y ya


aparece en filósofos presocráticos o en el mismo Platón.

Para Aristóteles, la metafísica es la filosofía primera, la que trata de


las causas primeras, del ser en cuanto tal, de lo cual se desprende la
vertiente que va a dar en la ontología.

¿Qué estudia la metafísica?

Su objeto de estudio es lo inmaterial, de allí su pugna con los


positivistas, quienes consideran que sus fundamentos escapan a la
objetividad empírica.
En su obra Metafísica, Aristóteles intentó definir el "ser". Quizá sea
ésta su principal aportación a la historia de la filosofía griega y
occidental en general. En el texto siguiente, Emile Breiner profundiza
en la concepción aristotélica de tal aspecto, establecido.
BIBLIOGRAFIA
Fuente: Breiner, Emile. Historia de la filosofía (2 vols.). Traducción de Juan Antonio Pérez
Millán y M.ª Dolores Morán. Madrid. Editorial Tecnos, 1988.

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