Agua Subterránea

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Agua subterránea

El agua subterránea representa una fracción importante de la masa de agua presente en


cada momento en los continentes, con un volumen mucho más importante que la masa
de agua retenida en lagos o circulante, y aunque menor al de los mayores glaciares, las
masas más extensas pueden alcanzar millones de km (como el acuífero guaraní). El
agua del subsuelo es un recurso importante, pero de difícil gestión, por su sensibilidad a
la contaminación y a la sobreexplotación.

Contenido
 1 Acuífero cautivo o confinado
 2 Acuíferos y niveles de presión
 3 Estructura
 4 Tipos de acuíferos
 5 Recarga
 6 Descarga
o 6.1 Sobreexplotación

 7 Contaminación del agua subterránea


 8 Véase también

 9 Bibliografía

Acuífero cautivo o confinado


El agua se encuentra encerrada entre dos capas impermeables y sometido a una presión
distinta a la atmosférica (superior). Sólo recibe el agua de lluvia por una zona en la que
existen materiales permeables, recarga alóctona donde el área de recarga se encuentra
alejada del punto de medición, y puede ser directa o indirecta dependiendo de si es agua
de lluvia que entra en contacto directo con un afloramiento del agua subterranea, o las
precipitaciones deben atravesar las diferentes capas de suelo antes de ser integrada al
agua subterránea. A las zonas de recarga se les puede llamar zonas de alimentación.
Debido a las capas impermeables que encierran al acuífero, nunca se evidenciarán
recargas autóctonas (situación en la que el agua proviene de un área de recarga situada
sobre el acuifero), caso típico de los acuíferos semiconfinados y los no confinados o
libres (freáticos).

Es una creencia común que el agua subterránea llena cavidades y circula por galerías.
Sin embargo, no siempre es así, pues puede encontrarse ocupando los intersticios (poros
y grietas) del suelo, del sustrato rocoso o del sedimento sin consolidar, los cuales la
contienen como una esponja. La única excepción significativa, la ofrecen las rocas
solubles como las calizas y los yesos, susceptibles de sufrir el proceso llamado
karstificación, en el que el agua excava simas, cavernas y otras vías de circulación,
modelo que más se ajusta a la creencia popular.

Acuíferos y niveles de presión


El agua subterránea se encuentra normalmente empapando materiales geológicos
permeables que constituyen capas o formaciones a los que se le denominan acuíferos.

Un acuífero es aquella área bajo la superficie de la tierra donde el agua de la superficie


(p. ej. lluvia) percola y se almacena. A veces se mueve lentamente al océano por flujos
subterráneos. Una formación acuífera viene definida por una base estanca (muro) y por
un techo, que puede ser libre, semipermeable o impermeable; por lo que son los
continentes de las masas de agua subterránea.

Si se excava o perfora la tierra para conectar con un acuífero, a través de pozos y/o
galerías filtrantes se puede explotar esta masa de agua para consumo humano, agrícola o
industrial. La capa freática es el acuífero subterráneo que se encuentra a poca
profundidad relativa y que tradicionalmente abastece los pozos de agua potable. Es,
obviamente, la capa más expuesta a la contaminación procedente de la superficie.

En lugares alejados de ríos, lagos o mares, estos acuíferos son a menudo la única fuente
de agua disponible, especialmente en extensas áreas como los desiertos de Atacama,
Kalahari y Sahara. A veces esta agua sale a la superficie por sí sola a través de
encharcamientos, manantiales, (oasis, en los desiertos), surgencias manantiales,
rezumes, aguas termales, o géiseres. La zona del subsuelo en la que los huecos están
llenos de agua se llama zona saturada. El nivel superior de la zona freática a presión
atmosférica, se conoce como nivel freático. El nivel freático puede encontrarse a muy
diferentes profundidades, dependiendo de las circunstancias geológicas y climáticas,
desde sólo unos centímetros hasta decenas de metros por debajo de la superficie. En la
mayoría de los casos la profundidad varía con las circunstancias meteorológicas de las
que depende la recarga de los acuíferos. El nivel freático no es horizontal, a diferencia
del nivel superior de los mares o lagos, sino que es irregular, con pendiente
monótonamente decreciente desde el nivel fijo superior al nivel fijo inferior. Por encima
de la zona saturada, desde el nivel freático hasta la superficie, se encuentra la zona no
saturada o zona vadosa, en la que la circulación es principalmente vertical, representada
por la percolación, que es la circulación movida por la gravedad, del agua de
infiltración.

Cuando el nivel freático no se encuentra a la presión atmosférica, sino que la supera, se


dice que el acuífero no es libre, sino cautivo o confinado; en este caso, cuando
realizamos un pozo o sondeo, el agua tiende a ascender traspasando el techo
(semipermeable o impermeable) del acuífero. En estas únicas condiciones, el nivel
freático pasa a denominarse entonces nivel piezométrico; el cual podría llegar hasta la
superficie del terreno o incluso superarla, provocando excepcionalmente lo que se
conoce como surgencia o pozo artesianos. Pero por lo general, la mayoría de los pozos
de acuíferos cautivos no son artesianos, sino que el agua asciende por el pozo, sin llegar
a la superficie; pero que es ésta la explicación física a este fenómeno. Muy raras veces,
los niveles piezométricos pueden incluso descender dentro del pozo, fenómeno que se
explica, por la existencia de dos acuíferos: un acuífero superior (confinado o no) pero a
mayor presión, que recarga el existente inferior, proceso singular que habríamos
provocado nosotros mismos, a través de la conexión hidráulica por el pozo.

De este modo, la principal diferencia entre un nivel freático y otro piezométrico, es que,
mientras el primero es "real" y prácticamente invariable (en función, principalmente, de
la pequeña variación barométrica del lugar), el piezométrico es "virtual" y es función de
la profundidad que alcancemos con la perforación o excavación de un pozo o sondeo;
ascendiendo, en un sector de descarga (flujos subterráneos ascendentes); o
descendiendo, en un sector de recarga (flujos subterráneos descendentes). También el
nivel piezométrico puede ser independiente de la profundidad, en ciertas áreas
denominadas "de tránsito" (flujos subterráneos horizontales).

Estructura
Un acuífero es un terreno rocoso permeable dispuesto bajo la superficie, en donde se
acumula y por donde circula el agua subterránea. En un acuífero "libre" se distinguen:

 Una zona de saturación, que es la situada encima de la capa impermeable,


donde el agua rellena completamente los poros de las rocas. El límite superior de
esta zona, que lo separa de la zona vadosa o de aireación, es el nivel freático y
varía según las circunstancias: descendiendo en épocas secas, cuando el acuífero
no se recarga o lo hace a un ritmo más lento que su descarga; y ascendiendo, en
épocas húmedas.

 Una zona de aireación o vadosa, es el espacio comprendido entre el nivel


freático y la superficie, donde no todos los poros están llenos de agua.

Cuando la roca permeable donde se acumula el agua se localiza entre dos capas
impermeables, que puede tener forma de U o no, vimos que era un acuífero cautivo o
confinado. En este caso, el agua se encuentra sometida a una presión mayor que la
atmosférica, y si se perfora la capa superior, fluye como un surtidor, tipo pozo artesiano.

Perforando el terreno hasta la zona de saturación es como se obtiene un pozo ordinario,


mientras que, como vimos, la formación de un manantial surgente o pozo artesiano se
produce en un acuífero cautivo, cuando el nivel piezométrico "virtual" aflora en la
superficie y las aguas surgen al exterior.

Tipos de acuíferos
Tipos de acuíferos

Desde el punto de vista de su conformación se pueden distinguir los acuíferos libres, y


los acuíferos confinados.

En la figura de al lado se ilustran los dos tipos de acuíferos:

 río o lago (a), en este caso es la fuente de recarga de ambos acuíferos.


 suelo poroso no saturado (b).
 suelo poroso saturado (c), en el cual existe una camada de terreno impermeable
(d), formado, por ejemplo por arcilla, este estrato impermeable confina el
acuífero a cotas inferiores.
 suelo impermeable (d).
 acuífero no confinado (e).
 manantial (f);
 pozo que capta agua del acuífero no confinado (g).
 pozo que alcanza el acuífero confinado, frecuentemente el agua brota como en
un surtidor o fuente, llamado pozo artesiano (h).

Recarga
El agua del suelo se renueva en general por procesos activos de recarga desde la
superficie. La renovación se produce lentamente cuando la comparamos con la de los
depósitos superficiales, como los lagos, y los cursos de agua. El tiempo de residencia (el
periodo necesario para renovar por completo un depósito a su tasa de renovación
normal) es muy largo. En algunos casos la renovación está interrumpida por la
impermeabilidad de las formaciones geológicas superiores (acuitardos), o por
circunstancias climáticas sobrevenidas de aridez.

En ciertos casos se habla de acuíferos fósiles, estos son bolsones de agua subterránea,
formados en épocas geológicas pasadas, y que, a causa de variaciones climáticas ya no
tienen actualmente recarga.

El agua de las precipitaciones (lluvia, nieve,...) puede tener distintos destinos una vez
alcanza el suelo. Se reparte en tres fracciones. Se llama escorrentía a la parte que se
desliza por la superficie del terreno, primero como arroyada difusa y luego como agua
encauzada, formando arroyos y ríos. Otra parte del agua se evapora desde las capas
superficiales del suelo o pasa a la atmósfera con la transpiración de los organismos,
especialmente las plantas; nos referimos a esta parte como evapotranspiración. Por
último, otra parte se infiltra en el terreno y pasa a ser agua subterránea.

La proporción de infiltración respecto al total de las precipitaciones depende de varios


factores:
 La litología (la naturaleza del material geológico que aflora e la superficie)
influye a través de su permeabilidad, la cual depende de la porosidad, del
diaclasamiento (agrietamiento) y de la mineralogía del sustrato. Por ejemplo, los
minerales arcillosos se hidratan fácilmente, hinchándose siempre en algún grado,
lo que da lugar a una reducción de la porosidad que termina por hacer al sustrato
impermeable.
 Otro factor desfavorable para la infiltración es una pendiente marcada.
 La presencia de vegetación densa influye de forma compleja, porque reduce el
agua que llega al suelo (interceptación), pero extiende en el tiempo el efecto de
las precipitaciones, desprendiendo poco a poco el agua que moja el follaje,
reduciendo así la fracción de escorrentía y aumentando la de infiltración. Otro
efecto favorable de la vegetación tiene que ver con las raíces, especialmente las
raíces densas y superficiales de muchas plantas herbáceas, y con la formación de
suelo, generalmente más permeable que la mayoría de las rocas frescas.

La velocidad a la que el agua se mueve depende del volumen de los intersticios


(porosidad) y del grado de intercomunicación entre ellos. los dos principales parámetros
de que depende la permeabilidad. Los acuíferos suelen ser materiales sedimentarios de
grano relativamente grueso (gravas, arenas, limos, …). Si los poros son suficientemente
amplios, una parte del agua circula libremente a través de ellos impulsada por la
gravedad, pero otra queda fijada por las fuerzas de la capilaridad y otras motivadas por
interacciones entre ella y las moléculas minerales.

En algunas situaciones especiales se ha logrado la recarga artificial de los acuíferos,


pero este no es un procedimiento generalizado, y no siempre es posible. Antes de poder
plantearse la conveniencia de proponer la recarga artificial de un acuífero es necesario
tener un conocimiento muy profundo y detallado de la hidrogeología de la región donde
se encuentra el acuífero en cuestión por un lado y por otro disponer del volumen de
agua necesario para tal operación.

Descarga
El agua subterránea mana (brota) de forma natural en distintas clases de surgencias en
las laderas (manantiales) y a veces en fondos del relieve, siempre allí donde el nivel
freático intercepta la superficie. Cuando no hay surgencias naturales, al agua
subterránea se puede acceder a través de pozos, perforaciones que llegan hasta el
acuífero y se llenan parcialmente con el agua subterránea, siempre por debajo del nivel
freático, en el que provoca además una depresión local. El agua se puede extraer por
medio de bombas. El agua también se desplaza a través del suelo, normalmente
siguiendo una dirección paralela a la del drenaje superficial, y esto resulta en una
descarga subterránea al mar que no es observada en la superficie, pero que puede tener
importancia en el mantenimiento de los ecosistemas marinos.

El flujo hipodérmico o "interflujo" es aquel que circula de modo somero y rápido por
ciertas formaciones permeables de escasa profundidad, por lo general, ligada a alveos
fluviales (acuíferos subálveos); que proceden de una rápida infiltración, alta velocidad
de transmisión (conductividad). Estos flujos suelen ir ligados al propio flujo en el río,
dándose a veces al río el nombre de cauce intermitente, ya que lo que se observa en el
río es que este tiene tramos con agua y tramos secos.

Sobreexplotación

Los pozos se pueden secar si el nivel freático cae por debajo de su profundidad inicial,
lo que ocurre ocasionalmente en años de sequía, y por las mismas razones pueden secar
los manantiales. El régimen de recarga puede alterarse por otras causas, como la
repoblación forestal, que favorece la infiltración frente a la escorrentía, pero aún más
favorece la evapotranspiración, o por la extensión de pavimentos impermeables, como
ocurre en zonas urbanas e industriales.

El descenso del nivel freático medio se produce siempre que hay una extracción
continuada de agua en el acuífero. Sin embargo este descenso no significa que el
acuífero esté sobreexplotado. Normalmente lo que sucede es que el nivel freático busca
una nueva cota de equilibrio en que se estabiliza. La sobreexplotación se produce
cuando las extracciones totales de agua superan a la recarga.

En algunas partes del mundo la ampliación de los regadíos y de otras actividades que
consumen agua se ha hecho a costa de acuíferos cuya recarga es lenta o casi nula. Esto
ha tenido algunas consecuencias negativas como el secado de manantiales y zonas
húmedas o la intrusión salina en acuíferos costeros. En algunos casos la
sobreexplotación ha favorecido la intrusión de agua salina por la proximidad de la costa,
provocando la salinización del agua e indirectamente la de los suelos agrícolas.

Contaminación del agua subterránea


El agua subterránea tiende a ser dulce y potable, pues la circulación subterránea tiende a
depurar el agua de partículas y microorganismos contaminantes. Sin embargo, en
ocasiones éstos llegan al acuífero por la actividad humana, como la construcción de
fosas sépticas o la agricultura. Por otro lado la contaminación puede deberse a factores
naturales si las capas freáticas son demasiado ricas en sales disueltas o por la erosión
natural de ciertas formaciones rocosas.

La contaminación del agua subterránea puede permanecer por largos períodos. Esto se
debe a la baja tasa de renovación y largo tiempo de residencia, ya que al agua
subterránea no pueden aplicarse procesos artificiales de depuración como los que se
pueden aplicar a los depósitos superficiales, por su difícil acceso.

Entre las causas antropogénicas (debidas a los seres humanos) de la contaminación


están la infiltración de nitratos y otros abonos químicos muy solubles usados en la
agricultura. Estos suelen ser una causa grave de contaminación de los suministros en
llanuras de elevada productividad agrícola y densa población. Otras fuentes de
contaminantes son las descargas de fábricas, los productos agrícolas y los químicos
utilizados por las personas en sus hogares y patios. Los contaminantes también pueden
provenir de tanques de almacenamiento de agua, pozos sépticos, lugares con
desperdicios peligrosos y vertederos. Actualmente, los contaminantes del agua
subterránea que más preocupan (?) son los compuestos orgánicos industriales, como
disolventes, pesticidas, pinturas, barnices, o los combustibles como la gasolina.

En cuanto a los abonos químicos minerales, los nitratos son los que generan mayor
preocupación. Estos se originan de diferentes fuentes: la aplicación de fertilizantes, los
pozos sépticos que no están funcionando bien, las lagunas de retención de desperdicios
sólidos no impermeabilizadas por debajo y la infiltración de aguas residuales o tratadas.
El envenenamiento con nitrato es peligroso en los niños. En altos niveles pueden limitar
la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, causando asfixia en bebés. En el
tubo digestivo el nitrato se reduce produciendo nitritos, que son cancerígenos.

El agua subterránea en áreas costeras puede contaminarse por intrusiones de agua de


mar cuando la tasa de extracción es muy alta. Esto provoca que el agua del mar penetre
en los acuíferos de agua dulce. Este problema puede ser tratado con cambios en la
ubicación de los pozos o excavando otros que mantengan el agua salada lejos del
acuífero de agua dulce. En todo caso, mientras la extracción supere a la recarga por
agua dulce, la contaminación con agua salada sigue siendo una posibilidad.

Un ejemplo de la contaminación de aguas subterráneas, es el que se presenta en el bajo


valle del Ganges. Allí se da un caso grave de contaminación por arsénico que está
causando la intoxicación crónica a decenas de millones de personas, irremediable hasta
ahora. La causa de esta contaminación, es la combinación de un factor antropogénico, la
contaminación orgánica ligada a la intensificación del regadío y de un factor natural.
Una cepa bacteriana del suelo libera el arsénico que antes permanecía retenido en la
roca debido a las nuevas condiciones.
El agua subterránea que se utiliza como agua de irrigación puede producir los siguientes
problemas:

a) Las sales disueltas disminuye la capacidad de absorción de agua por las plantas y
hace bajar el rendimiento de las cosechas.

b) Algunos elementos tóxicos para las plantas como el boro.

c) Ciertos aniones y cationes que pueden hacer que el terreno pierda porosidad y llegar a
ser inadecuado para el cultivo.

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