El Infierno
El Infierno
El Infierno
In this essay I will refer to the European underworld and its inhabitants,
compared to the subsurface according to the Andean, and their beliefs about
the role of volcanoes.
1 Dirección del Proyecto “Estudio de las miniaturas de las capacochacuna procedentes del
volcán Llullaillaco (provincia de Salta, República Argentina)”, Museo de Arqueología de Alta
Montaña, Salta.
570 MARGARITA E. GENTILE LAFAILLE
Sumario:
I. El tema y su interés.
II. Antecedentes.
III. Pachacamac.
V. Comentarios.
VI. Bibliografía.
II. ANTECEDENTES
en el Viejo y el Nuevo Mundo. Una visión del Demonio Totonaco”, en Indiana (Berlín), 25
(2008) 195-221. Disponible en http://www.iai.spk-berlin.de/fileadmin/dokumentenbibliothek/
Indiana/Indiana_25/Indiana_25_195-221_Vacas.pdf.
3 SEYFFERT, O., Dictionary of classical antiquities, W. Glaisher, London 1894.
A partir del siglo XVI se difundieron estas imágenes en los Andes como
respaldo de los sermones de los párrocos; aunque en ellas los condenados se
veían indiferenciados en su desnudez, en su larga carta al rey Guaman Poma
los señaló acentuando los fenotipos: un negro, un fraile español5 y un jefe
indígena (curaca) cuyo rostro semejaba alguno de los rostros en las vasijas
de alfarería prehispánica (huaco)6.
El cronista Pedro Cieza de León daba por sentado que el subsuelo andino
era el mismo Infierno europeo con sus habitantes, pero que aqui al demonio
se lo conocía con el nombre de Sopay7. Esta simple afirmación no prosperó
del todo en el tiempo; en 1560, fray Domingo de Santo Tomás la matizó en su
diccionario de lengua quechua diciendo: “Çupay ..... angel, bueno, o malo. /
Çupay ..... demonio, o trasgo de casa”8; y en el diccionario Anónimo de
1586 todavía estaban “Zupay, demonio. / Zupay, fantasma. / Zupay, la sombra
de la persona.”9 y, más precisamente, “Hapiñuñu, fantasma o trasgo”10. A ésta
última voz Guaman Poma la tradujo como “duendes”, pero en la Relación de
Santa Cruz Pachacuti se llamaba hapiñuños a los diablos locales11.
4
Podría haber alguna traslación literaria y gráfica desde Leviatán.
5
El mercedario Martín de Murúa.
6 GUAMAN POMA DE AYALA, F., El Primer Nueva Coronica y Buen Gobierno, Siglo
del Perú llamada quichua y en la lengua española, Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, Lima [1586] 1951, p. 32.
10 ANÓNIMO, o.c., p. 42.
11 “Que en esta tierra primero uiuían ... ; duendes, hapi nuno; ... (Guaman Poma, o.c., p. 48).
“... los enemigos antigos del género humano, que son los dimonios y diablos, en la lengua
general <se llaman> hapiñuñu, achacalla”, SANTA CRUZ PACHACUTI YAMQUI
SALCAMAYGUA, J. de, Relación de antiguedades deste reyno del Piru, Instituto Francés de
Estudios Andinos y Centro de Estudios Regionales Andinos “Bartolomé de Las Casas”, Lima-
Cusco [1613?] 1993, p. 183.
12 Entre otros, WACHTEL, N., Le retour des ancêtres - Les indiens urus de Bolivie -
agustinos. Editorial, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima [c.1560] 1992, p. 26.
14 Urteaga y Romero (1918, p. 17) agregaron la puntuación al original. Castro de Trelles,
“... que fuese a el cerro y puna quellos llaman que se llama Guacat
(36), encima de Sancta, ques donde agora está fundada la Villa de la
Parrilla, entre Trujillo y Lima, en el cual cerro yo [el fraile redactor] he
estado porque allí avía munchas ofrendas de chicha y ropa y otras
cosas que a él ofrecían los yndios en memoria de su criador; y que
fuesen a el dicho cerro y cabasen con taquillas o açadas de plata y oro y
de allí sacaría los yndios, y de allí se multiplicarían y se multiplicaron
todos y asi se hizo y de allí salió su principio ...”15.
Este dato acerca de vida humana subterránea, o por lo menos de sus gérmenes,
salió de escena en los dos concilios siguientes. Recién terminado el segundo, en
1568, el jesuita Cristóbal de Albornoz afirmaba que todas las divinidades andinas
(huacas) estaban en la superficie16, y el diccionario Anónimo de 1586 ya decía
que había tres mundos posibles en sintonía con la prédica cristiana: el Cielo, la
Tierra y el Infierno: “Hanacpacha, hananpacha, el Cielo. / “Cielo, hananpacha,
hanacpacha.” / “Caycanpacha, este mundo malo”. / “Mundo orbe, caypacha”.
Pero ya vimos que en 1586 aún había rezagos en: “Zupay, demonio. / Zupay,
fantasma. / Zupay, la sombra de la persona.”; “Demonio, zupay” e “Infierno,
vcupacha zupaypahuacin”17.
Según estos antecedentes, tenemos que a lo largo del siglo XVI se trató
de establecer paralelismos coherentes entre el Infierno europeo y sus entradas
por algunos puntos del paisaje andino; y entre sus habitantes, también europeos,
y las huacas. Además, tanto cronistas como funcionarios y evangelizadores
no podían dudar –Inquisición mediante- que todo el subsuelo era un solo
espacio conteniendo lo que ya se sabía desde antes de 149220.
discrepcion de las Yndias que Su Magestad manda hacer. Indios de la Corona real de Su
Magestad”, en Relaciones Geográficas de Indias (Madrid), II, pp. 38-50 ([1583] 1889), p 40.
19 Al igual que el Anónimo de 1586, que decía “Infierno, vcupacha zupaypahuacin.”.
20 Don J. Caro Baroja (1993) reflexionó agudamente sobre estas creencias del siglo XVII.
CARO BAROJA, J., “Las islas afortunadas en la geografía antigua y en la ficción novelesca”,
en Jardín de flores raras (Barcelona), 1993, pp. 53-63.
21 CIEZA DE LEÓN, o.c., p.187.
Figura 2. Desarrollo del dibujo de una vasija mochica de asa estribo; seres
esqueléticos del subsuelo bailan en ronda rodeados de cántaros y platos; una
cenefa de dibujos escalonados los separa otro espacio donde hay una pareja
de difuntos abrazados, el hombre llevando un siku (siringa o flauta de Pan).
Según Alfred Baessler, Ancient Peruvian Art, Berlin-New York, 1902-1903.
La gráfica más clara y antigua sobre lo que podría haber sido la vida
prehispánica en el subsuelo la hallé en las alfarerías Mochica (huacos); sus
dibujos muestran que estaba habitado por seres que vivían una vida de sencillos
placeres, sin preocupaciones agropecuarias.
22 LUQUE TALAVÁN, M., “Los libros de huacas en el virreinato peruano: fiscalidad y control
regio en torno a los tesoros prehispánicos enterrados”, en La Moneda, Madrid (2012) 293-311.
III. PACHACAMAC
“Pachacamac empezó a hablar, enseguida: “Inca, casi Sol: yo, por ser
quien soy, no hablé; yo, a ti, y al mundo entero puedo sacudirlos; no sólo,
sí, pudo aniquilar a esos pueblos enemigos de quienes hablas. Tengo poder
para acabar con el mundo entero y contigo. Por esa razón, me quedé muy
callado”“26.
Pachacamac seguía vigente a fines del siglo XX (M. Rostworowski y A.M. Soldi, com. pers.).
GENTILE, M. E., “La pichca: oráculo y juego de fortuna (su persistencia en el espacio y
tiempo andinos”, en Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos (Lima), 27 (1) (1998)
75-131. Disponible en http://almacen2.ifeanet.org/publicaciones/boletines/27(1)/75.pdf.
24 ÁVILA, F. de, Dioses y hombres de Huarochirí. Narración quechua recogida por Francisco
de Avila, Museo Nacional de Historia e Instituto de Estudios Peruanos, Lima [1598] 1966,
cap. 20; TAYLOR, G., Ritos y Tradiciones de Huarochirí. Manuscrito quechua de comienzos
del siglo XVII, Instituto de Estudios Peruanos – IFEA, Lima 1987, cap. 20.
25 “Lloclla, auenida de agua, diluuio.” (Anónimo, o.c., p. 55).
26 ÁVILA, o.c., cap.23; TAYLOR, cap. 23.
bien pintada, en una sala muy escura, hidionda muy cerrada; tienen un ídolo
hecho de palo muy sucio y aquel dicen que es su dios el que los cría y sostiene y
cria los mantenimientos”27. Ninguna mención a terremotos, vulcanismo ni
inundaciones.
“Pacha camak. El templo que el Inca dedico a Dios criador junto a lima,
para hazer alto sus exercitos, y el Demonio de embidia se entro y se hizo
poner vn idolo que porque hablaua en el mucho le llamaron rimak, que
dize hablador y es ya el nombre de Lima corrompido de rimak”30.
*
27 ESTETE, M. de, “La relación del viaje que hizo el señor capitán Hernando Pizarro por
Ideología religiosa y política, Instituto de Estudios Peruanos, Lima 1983, pp. 42 y stes.
29 ROSTWOROWSKI DE DÍEZ CANSECO, M., Pachacamac y el Señor de los
Milagros. Una trayectoria milenaria, Instituto de Estudios Peruanos, Lima 1992, pp. 43, 47.
30 GONÇALEZ HOLGUÍN, D., Vocabulario de la lengua general de todo el Perú llamada
lengua qquichua o del inca. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima 1952 [1608], p.
270. Disponible en http://www.illa-a.org/cd/diccionarios/VocabvlarioQqichuaDeHolguin.pdf.
31 Entre otros, BOUYSSE-CASSAGNE, T., “De Empédocles a Tunupa: evangelización,
hagiografía y mitos”, en Saberes y Memorias de los Andes, Lima [1994] 1997, pp. 157-212.
GENTILE, M. E., “Un poco más acerca de la apachita andina”, en Revista Espéculo (Madrid),
29 (2005) 1-24. Disponible en http://www.ucm.es/info/especulo/numero29/apachita.html.
Sin embargo, aunque no viviera en el subsuelo, hay una relación para nada
abstracta entre Pachacamac, terremotos y vulcanismo, y por eso esta divinidad
fue tan considerada. Los informes coloniales aportan datos suficientes; por un
lado estaba la costumbre de disponer en una terraza frente a la casa del ídolo
cantidad de pescados para que bajen a comerlos las aves costeras32, y por otra
criar peces en lagunas artificiales con agua salada en los patios del santuario33.
de sardinas, pequeñas como anchouetas frescas, en una plaça que estaua delante de la casa
del ydolo. Echauan estas sardinas para que comiesen estas gallinazas y estos cóndores,
porque dezían se lo mandaua así su ydolo”, PIZARRO, P., Relación del descubrimiento y
conquista de los reinos del Perú, Fondo Editorial PUC, Lima [1571] 1978, p. 246.
33 ESPINOZA SORIANO, W., “El templo solar de Paramonga y los acuarios de Pachacamac”,
en Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos (Lima), III (3) (1974) 1-22.
34 ROSTWOROWSKI DE DÍEZ CANSECO, o.c., 1983, p. 44.
35 T. Bouysse-Cassagne y P.Bouysse propusieron que los indios del sur de Perú
interpretaron el evento como la lucha entre el volcán cristiano (Misti o San Francisco) y el
indígena (Huaynaputina). “Putina est le mot utilisé en quechua pour désigner le volcan et les
sources chaudes”. BOUYSSE-CASSAGNE, T. & BOUYSSE, P., “Volcan indien, volcan chrétien.
À propos de l´éruption du Huaynaputina en l´an 1600 (Pérou méridional)”, en Journal de la
Société des Américanistes (París), 70 (1984) 43-68: 43. Esta afirmación tampoco está respaldada
por documentos de época, hasta donde pude saber. GUAMAN POMA DE AYALA, o.c., f.
1053, p.1137; VÁZQUEZ DE ESPINOZA, A., Compendio y descripción de las Indias
Occidentales..., Editorial Atlas, Madrid [1628] 1969, pp. 1397-1409; COBO, B., Historia
del Nuevo Mundo, Ediciones Atlas, Madrid [1653] 1964, pp. 95-101. Disponible en
http://fondosdigitales.us.es/fondos/libros/2423/19/historia-del-nuevo-mundo-por-el-padre-bernabe-
cobo-de-la-compania-de-jesus/.
Lo que me interesa destacar aquí son dos datos acerca de las procesiones36,
una de ellas dedicada a Santa Marta. Y que todas las imágenes religiosas las
pusieron en la torre de la iglesia “por ser fortísima de cal y canto, por temor
que no se cayese la iglesia por los grandes temblores”37.
V. COMENTARIOS
Por otra parte, la falta de estudios específicos acerca de un culto a los volcanes
andinos como sí los hay respecto de las montañas podría deberse tanto a la
inexistencia de dicho culto -ya que los diccionarios en lenguas indígenas
derivados de los concilios limenses no recogieron la equivalente a esa voz-
36 A. de la Calancha le dedicó un buen espacio al relato sobre la “sandalia del santo”
hallada entre la ceniza, Coronica moralizada del orden de San Agustin en el Perú, con sucesos
egenplares en esta monarquia, Ignacio Prado Pastor, Lima [1638] 1974-1981.
37 VÁZQUEZ DE ESPINOZA, o.c., p. 1403.
38 “Por debajo de las nubes y por encima de las zarzas” decían las brujas navarras antes
Para los andinos, estos últimos eran la materialización de una historia que
incluía la metamorfosis del cerro en una persona con quien dialogar sin que
dicho apu y huaca resignara sus poderes. Tanto vulcanismo como terremotos
e inundaciones eran manifestaciones y consecuencias de las luchas entre
divinidades regionales que vivían en las formas del paisaje, y cuya inmovilidad
era aparente y transitoria.
En cambio, para los españoles cristianos los mismos eventos eran castigos
por algún pecado (que cada quien sabría cuál era); y al ser instrumentos de
Dios no quedaba otra que soportar su furia entre rogativas, arrepentimientos
públicos y procesiones.
40 Este volcán estuvo particularmente activo durante el verano 2016-2017 (obs. pers.).
Los dos casos repasados aquí muestran la adaptación de los relatos prehispánicos
a la nueva coyutura histórica de la Colonia, ajuste que continuó en el registro
etnográfico con la consiguiente proyección retrospectiva.
“... llaman Paqari a las cuevas, a las cavernas donde moran las illas.
De estos lugares sale un viento frio, si nos acercamos mucho a ellos pueden
tragarnos por la fuerza del viento. El paqari es wak´a, es decir, sagrado,
tabú. La palabra wak´a designa a los objetos como las illas, o las piedras,
los paqari; una laguna, un cerro o una peña. También se designa asi a
los lugares salvajes”43.
Pocos años después, otros etnógrafos decían que “El mundo de los de la
otra vida está ubicado geográficamente en el Qorpuna (volcán situado en el
departamento de Arequipa). Se lo considera como un pueblo al interior del
cerro, al igual que en otros mitos”45. Es decir, de otros mitos coloniales surgidos
en el marco de la persistente didáctica colonial. Atrás y lejos habían quedado
43
ROEL PINEDA, J., “Creencias y prácticas religiosas en la Provincia de Chumbivilcas”,
en Historia y Cultura, tres estudios, Museo Nacional de Historia, Lima [1959] 1966, pp. 25,
27, 30.
44 FUENZALIDA VOLLMAR, F., “Santiago y el Wamani: aspectos de un culto pagano
en Moya”, en Debates en Sociología (Lima), 5 ([1964] 1980) 155-187, pp. 155, 161. Disponible
en http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/debatesensociologia/article/view/6824/6957.
45 VALDERRAMA FERNÁNDEZ, R., Y ESCALANTE GUTIÉRREZ, C., “Apu
los condenados al Infierno y los diablos que salían a nuestro mundo por los
cráteres de los volcanes.
V. BIBLIOGRAFÍA
- ALBORNOZ, C. de, “Instrucción para descubrir todas las guacas del Pirú
y sus camayos y haciendas”, en Journal de la Société des Américanistes
(París), LVI-1[1568?] 1967, pp. 17-39. Disponible en http://www.persee.fr/
web/revues/home/prescript/article/jsa_0037-9174_1967_num_56_1_2269.
- CIEZA DE LEÓN, P. de, La crónica del Perú, Espasa Calpe, Madrid [1553]
1962.
- COBO, B., Historia del Nuevo Mundo, Ediciones Atlas, Madrid [1653]
1964. Disponible en http://fondosdigitales.us.es/fondos/libros/2423/19/historia-
del-nuevo-mundo-por-el-padre-bernabe-cobo-de-la-compania-de-jesus/.
- ESTETE, M. de, “La relación del viaje que hizo el señor capitán Hernando
Pizarro por mandado del señor Gobernador, su hermano, desde el pueblo
de Caxamalca a Parcama y de allí a Jauja”, en Verdadera relación de la
conquista del Perú, Madrid ([1535?] 1988) 130-148.
- GENTILE, M. E., “El amaru como emblema de los Incas del Cusco (siglos
XVI-XVII)”, en prensa en El Futuro del Pasado (Salamanca), 8 (2017).
Disponible en DOI prefix: http://dx.doi.org/10.14516/fdp.
- WACHTEL, N., Le retour des ancêtres - Les indiens urus de Bolivie - XXe.-
XVIe. siècle - Essai d´Histoire régressive, Éditions Gallimard, París 1990.
* * *
Agradecimientos institucionales