1) La copropiedad ocurre cuando una cosa o derecho pertenece de forma indivisa a dos o más personas, quienes tienen un derecho de propiedad sobre todas las partes de la cosa en cierta proporción, pero no sobre partes determinadas.
2) Cada copropietario tiene un dominio absoluto sobre su cuota o parte alícuota, que representa su participación proporcional ideal sobre cada parte de la cosa, aunque no de forma material.
3) Existen copropiedades voluntarias, que pueden terminar mediante división o venta con consentimiento de todos
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1) La copropiedad ocurre cuando una cosa o derecho pertenece de forma indivisa a dos o más personas, quienes tienen un derecho de propiedad sobre todas las partes de la cosa en cierta proporción, pero no sobre partes determinadas.
2) Cada copropietario tiene un dominio absoluto sobre su cuota o parte alícuota, que representa su participación proporcional ideal sobre cada parte de la cosa, aunque no de forma material.
3) Existen copropiedades voluntarias, que pueden terminar mediante división o venta con consentimiento de todos
1) La copropiedad ocurre cuando una cosa o derecho pertenece de forma indivisa a dos o más personas, quienes tienen un derecho de propiedad sobre todas las partes de la cosa en cierta proporción, pero no sobre partes determinadas.
2) Cada copropietario tiene un dominio absoluto sobre su cuota o parte alícuota, que representa su participación proporcional ideal sobre cada parte de la cosa, aunque no de forma material.
3) Existen copropiedades voluntarias, que pueden terminar mediante división o venta con consentimiento de todos
1) La copropiedad ocurre cuando una cosa o derecho pertenece de forma indivisa a dos o más personas, quienes tienen un derecho de propiedad sobre todas las partes de la cosa en cierta proporción, pero no sobre partes determinadas.
2) Cada copropietario tiene un dominio absoluto sobre su cuota o parte alícuota, que representa su participación proporcional ideal sobre cada parte de la cosa, aunque no de forma material.
3) Existen copropiedades voluntarias, que pueden terminar mediante división o venta con consentimiento de todos
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LA COPROPIEDAD
7.-Concepto General- Hay copropiedad cuando una cosa o un derecho
patrimonial pertenecen, pro indiviso, a dos o más personas. Los copropietarios no tienen dominio sobre partes determinadas de la cosa, sino un derecho de propiedad sobre todas y cada una de las partes de la cosa en cierta proporción, es decir, sobre parte alícuota. "ARTICULO 485.- (Cuando hay copropiedad).- Hay copropiedad cuando un bien o un derecho pertenece pro indiviso a varias personas. 2. Parte alícuota.- Parte alícuota es una parte ideal determinada desde el punto de vista mental aritmético, en función de una idea de proporción. Podría decirse que es una parte que sólo se representa mentalmente, que se expresa por un quebrado y que permite establecer sobre cada molécula de la cosa una participación de todos y cada uno de los copropietarios, cuya participación variará según los derechos de éstos. Por ejemplo, dos personas tienen copropiedad sobre una cosa por partes iguales. La parte alícuota representa la mitad; pero no desde el punto de vista material, pues esto haría cesar la copropiedad y daría lugar a que la cosa quedase dividida perteneciendo exclusivamente, en cada una de sus mitades, a los copropietarios. La naturaleza de la parte alícuota es fundamental para entender los derechos de los copropietarios. Cada uno tiene un dominio absoluto sobre su cuota. La porción de cada comunero es un bien que está en el comercio, que puede enajenarse, cederse, arrendarse, ser objeto de contratación, etc. Sobre esta parte alícuota cada propietario es dueño absoluto, sufriendo sólo las restricciones o modalidades de que toda forma de propiedad puede ser objeto. Después veremos una limitación para vender la parte alícuota, que exige al copropietario notificar a los otros para darles preferencia. Es lo que se llama el derecho del tanto. Fuera de esta limitación, el copropietario puede contratar, ejecutar actos de dominio o de administración sobre su parte alícuota. Sobre la cosa físicamente considerada como una entidad, ya no hay derecho absoluto de disposición ni de administración; pues todos los copropietarios tienen un interés, una participación y, por lo tanto, tendrán que intervenir en los actos de dominio y de administración que se ejecuten. 3.-Principios que rigen en materia de copropiedad -Los fundamentales son: 1º -Todo acto de dominio, es decir, de disposición tanto jurídica como material, sólo es válido si se lleva a cabo con el consentimiento unánime de todos los copropietarios. Ningún copropietario puede enajenar la cosa común sin el consentimiento de todos. Esta prohibición no sólo se refiere a la disposición jurídica, sino también a la disposición material. 2º -Los actos de administración de la cosa objeto de copropiedad se llevarán a cabo por la mayoría de personas y de intereses, y comprenden todos aquellos actos de conservación y uso de la cosa sin alterar su forma, substancia o destino. Existe un acto de administración que no cae bajo esta regla, y consiste en el arrendamiento de las cosas. El contrato de arrendamiento no puede ejecutarse como acto de administración por la simple mayoría, la ley exige el consentimiento de todos los copropietarios, aunque no sea acto de dominio. De acuerdo con estos dos principios, para usar la cosa o ejecutar actos de dominio se dispone que cada copropietario pueda servirse de ello siempre y cuando no impida a los demás que usen la misma conforme a su derecho. La ley determina que cuando no se ha fijado la participación de los copropietarios. se reputa que cada uno tiene iguales derechos, salvo prueba en contrario, es decir, es una presunción juris tantum. 4.-Formas de la copropiedad -Las formas de la copropiedad pueden clasificarse desde los siguientes puntos de vista: 1º. -Voluntarias y forzosas. 2º. -Temporales y permanentes. 3º. -Reglamentadas y no reglamentadas. 4º. -Sobre bienes determinados y sobre un patrimonio o universalidad. 5º. -Por acto entre vivos y por causa de muerte. 6º. -Por virtud de un hecho jurídico y por virtud de un acto jurídico.
1º -Copropiedades voluntarias y forzosas. -Existe un principio
fundamental en esta materia: nadie está obligado a permanecer en la indivisión, y en consecuencia no es válido el pacto por el cual los condueños se obligan permanentemente a permanecer en dicho estado. Se reconoce en cada condueño el derecho de pedir la división cuando le plazca, a no ser que exista un pacto estableciendo copropiedad temporal; en este caso debe respetarse el término señalado. Hay bienes que por su naturaleza no pueden dividirse o no admiten cómoda división en virtud de que perderían valor al dividirse. En estos casos el modo de terminar el estado de copropiedad consiste en la venta que de común acuerdo pueda llevarse a cabo y a falta de acuerdo será necesaria la intervención judicial. Las copropiedades forzosas son aquellas en que, por la naturaleza de las cosas, existe una imposibilidad para llegar a la división o a la venta, de manera que la ley se ve obligada a reconocer este estado que impone la propia naturaleza. Esto ocurre cuando los diferentes pisos de una casa pertenecen a distintas personas en plena propiedad. Se crea una copropiedad con respecto a las cosas comunes: entrada, patios, escaleras, cimientos, azoteas, servicios del inmueble (agua, drenaje, etc.). Cada propietario es dueño de un piso y no hay, por consiguiente, en cuanto a cada piso, copropiedad; pero necesariamente hay ciertas cosas comunes al edificio que tienen que ser objeto de una copropiedad forzosa. Este caso es raro, pero puede darse en una herencia cuando el testador deja a cada legatario la propiedad sobre un piso determinado en un edificio. No hay manera de terminar esta indivisión respecto de las cosas comunes, porque no podrían venderse independientemente del edificio. Tampoco puede obligarse a los distintos dueños de los pisos a que vendan a una persona determinada, pues no hay ley que lo estatuya ni razón para consolidar el dominio en una sola persona, obligando a los demás a vender, de manera que por la naturaleza de las cosas la copropiedad se impone en forma forzosa y no hay manera de salir de ella, como no sea con el consentimiento unánime de todos los dueños de los pisos, para vender a un tercero o a alguno de ellos la totalidad. Otro caso es el de la pared medianera. Esta crea una copropiedad forzosa porque no puede ser ni objeto de división material, ni hay procedimiento alguno para obligar a uno de los dueños a vender al otro. 2°-Copropiedades temporales y permanentes. -Toda copropiedad ordinariamente es temporal, como consecuencia de que es voluntaria. Excepcionalmente puede ser permanente, cuando sea forzosa. 3°-Copropiedades reglamentadas y no reglamentadas. -Las reglamentadas son aquellas formas especiales que han merecido una organización del legislador, tomando en cuenta ciertas características y conflictos que pueden presentarse, dada SU naturaleza. Tenemos, por ejemplo, la copropiedad que nace de la herencia. Otras copropiedades reglamentadas son las forzosas, como la medianería, la copropiedad sobre los bienes comunes cuando los distintos pisos de una casa pertenecen a diferentes personas. 4°- Copropiedades sobre bienes determinados y sobre un patrimonio o universalidad. -Generalmente la copropiedad recae sobre un bien o bienes determinados; pero existe un caso de copropiedad sobre un patrimonio integrado con su activo y pasivo; es el caso de la copropiedad hereditaria. Los herederos tienen una parte alícuota, con valor positivo y negativo, porque tienen una parte proporcional en el haber hereditario. Esta copropiedad sobre un patrimonio tiene la característica especial de comprender bienes, derechos y obligaciones. En cuanto a la copropiedad sobre un bien o bienes determinados, que recae sobre una cosa o un derecho, la parte alícuota se refiere siempre a un valor positivo y estimable en dinero para incluirse en el activo del copropietario. En cambio, la parte alícuota del heredero puede llegar a tener un valor nulo sí el pasivo es igual o superior al activo. 5º.- Copropiedades por acto entre vivos y por causa de muerte. -La copropiedad que se crea por acto entre vivos puede tener como fuente un contrato, un acto jurídico unilateral, un hecho jurídico o la misma prescripción. Ordinariamente la copropiedad se origina por contrato, es decir, por un acto jurídico; pero también puede establecerse por un hecho jurídico en la accesión, cuando se mezclan o confunden diferentes cosas. Puede también nacer de la prescripción, que tiene características de hecho y de acto jurídico. De hecho, en cuanto a la detentación de la cosa, al poder físico que se ejerce sobre un bien; y de acto jurídico en cuanto a la intención de poseer con ánimo de dominio. También la copropiedad puede originarse por causa de muerte, que es el caso que ocurre en el intestado o sucesión legítima y en el de la copropiedad nacida por testamento. 6° -Atendiendo a la fuente, también indicábamos que la copropiedad puede reconocer como causa un hecho jurídico o un acto jurídico. Las que reconocen como causa un hecho jurídico son las que se originan por ocupación, accesión o prescripción. Las que nacen de un acto jurídico son las que se crean por contrato, por testamento, o por acto unilateral. 5º. -Copropiedades forzosas. -Ya indicamos que las copropiedades forzosas son las que por la naturaleza misma de las cosas implican un condominio permanente, del cual no puede salir por no existir procedimiento ni posibilidad física o jurídica de terminar con la indivisión. Citábamos como formas de copropiedad forzosa la medianería y el hecho de que diferentes pisos de una casa pertenezcan a distintos dueños, lo que originaría un condominio del conjunto de cosas comunes al edificio. a) Medianería. -Hay medianería cuando una pared, zanja o seto dividen dos predios y no puede establecerse a quién pertenecen, de tal suerte que se presume que son comunes y pertenecen proindiviso a los dueños de ambos predios. Tres hipótesis pueden presentarse: o hay constancia de quién fabricó la pared, de quién hizo la zanja o seto, en cuyo caso no existe la medianería; o bien, hay pruebas de que ambas partes construyeron la pared o hicieron la zanja o seto en el terreno limítrofe de los predios, en cuyo caso existe la medianería; o, finalmente, no hay prueba ni en uno ni en otro sentido, de tal manera que es necesario presumir, ante la duda, un estado de copropiedad; pero esta presunción Se rige por ciertos signos exteriores que pueden establecerse y que determinan la copropiedad, según veremos después, o una situación contraria, si los signos exteriores, aun en el caso de duda, permiten inferir que la pared, zanja o seto pertenecen sólo a uno de los propietarios. En el Código Civil vigente la medianería constituye una forma de copropiedad. Bajo el anterior la medianería se estimaba como una forma de servidumbre. La clasificación correcta es la del código actual. No puede existir servidumbre en el caso de la medianería, porque toda servidumbre supone dos predios, uno dominante y otro sirviente; además, el predio sirviente reporta ciertas cargas o gravámenes en favor del dominante, de manera que hay utilidad exclusiva para un predio, y gravamen para el otro. En la medianería, el muro, la zanja o el seto no constituyen dos predios. Podría decirse que los propietarios de los predios colindantes establecen la servidumbre con relación a la medianería; pero no encontramos el otro aspecto, o sea el provecho de un predio y el gravamen para el otro. Justamente la medianería se caracteriza por conferir derechos iguales a los propietarios de los predios colindantes, y no hay provecho exclusivo en favor de uno y gravámenes a cargo del otro, sino obligaciones correlativas y bajo un plano de estricta reciprocidad. Los copropietarios tienen los mismos derechos, para aprovechar el muro divisorio, la zanja o la cerca, derechos que se refieren tanto al uso para apoyar sus construcciones, o para ejecutar toda clase de obras que no impliquen una alteración en la cosa objeto de copropiedad. Así como en la copropiedad ordinaria se prohíbe a los copropietarios ejecutar actos de dominio tanto desde el punto de vista jurídico por la enajenación, como material, por la alteración o transformación de la cosa, para la medianería también se prohíbe a los copropietarios ejecutar actos materiales que puedan o afectar la estabilidad del muro medianero, o bien alterarlo violando los derechos del otro copropietario. Por tanto, no pueden abrirse huecos o ventanas en las paredes medianeras, ni ejecutarse obras que alteren o pongan en peligro la estabilidad de la pared divisoria. En la medianería existe otra modalidad que da un derecho especial a los copropietarios para elevar el muro medianero a efecto de adquirir la propiedad privada sobre la parte que se haya elevado. Cada copropietario puede elevar la pared medianera, pues no hay restricción en el ejercicio de este derecho. El primero que lo ejecute tendrá el derecho preferente; pero si el ejercicio de esta facultad se hace única y exclusivamente para perjudicar al otro copropietario, ya sea restándole luz o sol, por ejemplo, y no hay utilidad que justifique la elevación del muro medianero, se considerará este uso como ilícito y estará obligado entonces el copropietario a reponer las cosas a su estado primitivo. El copropietario perjudicado con la elevación del muro tendrá dos acciones: tanto la acción general para impedir el uso abusivo de un derecho, que se confiere a todo perjudicado, como la acción especial que le otorga la posesión, para recurrir al interdicto de obra nueva y evitar el daño que pueda causársele simplemente en su carácter de poseedor y no como propietario. Este derecho de elevar el muro medianero queda compensado respecto al otro copropietario con la facultad que tiene en cualquier momento de adquirir la copropiedad, indemnizando al que levantó la pared la parte correspondiente. En el caso de copropiedad establecida mediante presunción, la ley toma en cuenta signos exteriores que hacen presumir la copropiedad, o bien que puedan destruir esa presunción. (Véase los Arts. 505 y 506). La medianería constituye una copropiedad forzosa, en virtud de que no existe procedimiento alguno para dar fin a la misma, como en la copropiedad voluntaria. Sólo un caso fortuito o de fuerza mayor que destruyera la pared medianera podrá dar término a ella. No podría hacerse la venta, porque el muro divisorio independiente de los predios colindantes, no tiene valor ni podría ser adquirido por un tercero. Podría un copropietario vender su parte alícuota al otro, para que consolidara la propiedad sobre el muro; pero no es una venta forzosa; en cambio, en la copropiedad ordinaria cualquiera de los copropietarios puede pedir, si no es posible que se haga la división, que se haga la venta, y el juez la acordará si no hay otro medio de extinguir la copropiedad. Esta venta se impone a todos los copropietarios, y es posible porque la cosa en su totalidad puede pasar a tercero. b) Copropiedad forzosa cuando los diferentes pisos de una casa pertenecen a distintas personas. -Es necesario distinguir esta situación, de la copropiedad que se tenga sobre un edificio. En el primer caso, o sea cuando hay copropiedad forzosa, cada uno de los pisos pertenece en pleno dominio a los distintos interesados. Respecto de ellos no hay copropiedad; pero existen ciertos bienes comunes indispensables para el uso de los mismos, que sí engendran una copropiedad forzosa. En cambio, cuando todo el edificio en su totalidad es materia de copropiedad, cada uno de los copropietarios tiene una parte alícuota sobre todas y cada una de las cosas que integran la construcción. En la copropiedad forzosa, aun cuando existe el dominio exclusivo en favor de distintas personas, sobre diferentes pisos, hay un conjunto de bienes que son comunes. Desde luego, el terreno sobre el cual se ha construido el edificio. Esto se aprecia fácilmente si el edificio es demolido, o si por caso fortuito o fuerza mayor ocurre la destrucción del mismo; los copropietarios de las cosas comunes tendrán desde luego derecho a una participación sobre el terreno. En el caso de expropiación, se tendrá que indemnizar no sólo en proporción al valor de cada piso, sino en proporción al valor del terreno; habrá que hacer dos avalúos: uno del terreno y otro de la construcción. También ocurre en el caso de incendio, cuando la finca se encuentra asegurada: el precio o importe del seguro, tendrá que repartirse en la misma forma que el de la expropiación, a no ser que la compañía aseguradora únicamente cubra el valor del edificio y entonces se establezca una copropiedad sobre el terreno. Además del terreno, los cimientos, las paredes maestras, los tejados, los patios, las entradas, las escaleras y todos los servicios comunes del edificio (agua, drenaje, etc.), son de propiedad común y en cuanto a los cimientos, no podrán ejecutarse obras por ninguno de los propietarios de los pisos, que afecten la estabilidad del edificio. El propietario del piso bajo, por ejemplo, no podrá construir sótanos, ni el del último piso podrá construir un piso más, porque podría afectar la estabilidad de la construcción. No podrán arrendarse los patios, las entradas, por un copropietario. Este acto de administración debe consentirse por todos. Ninguno de los copropietarios podrá usar exclusivamente estos bienes comunes, por ejemplo, posesionándose de los patios o entradas. El Código Civil reglamenta esta forma de copropiedad refiriéndose principalmente a las obligaciones que engendra para la conservación y mantenimiento de las cosas comunes. En esta forma de copropiedad tampoco hay manera de terminar la indivisión de las cosas comunes, como no sea por un caso fortuito que implique la demolición del edificio, o por la expropiación del mismo. Puede llegarse, mediante el acuerdo de todos, a la venta del edificio; pero éste es un procedimiento voluntario que no puede exigirse. No podrán venderse las cosas comunes, porque no tienen valor independientemente consideradas, ni hay posibilidad física de desligarse del edificio; tampoco podría obligarse a los distintos copropietarios que vendieren en favor de uno de ellos para consolidar la propiedad, pues esto sería romper con el principio de equidad. USUFRUCTO, USO y HABITACIÓN l.-Definición del usufructo. -El usufructo es un derecho real, temporal, por naturaleza vitalicio, para usar y disfrutar de los bienes ajenos sin alterar su forma ni substancia. "El usufructo es el derecho de usar de las cosas de otro, y de percibir sus frutos sin alterar la sustancia de ellas; porque es un derecho sobre una cosa, y si la cosa se destruye, queda necesariamente destruido el derecho. El usufructo, que es la más importante de todas las servidumbres personales, se trata con mucha extensión en el Digesto. Los comentadores de Cayo, las reglas de Ulpiano y las sentencias de Paulo, nos presentan también pasajes relativos a él: por último, los fragmentos del Derecho Romano descubiertos por M. Mai en la biblioteca del Vaticano contienen un título relativo a esta materia. Son notables en la definición que da nuestro texto las palabras utendi y fruendi, que indican todos los derechos que comprende el usufructo (el uso y los frutos); las palabras rebus alienis, porque el usufructo no puede existir sino sobre las cosas de otro (nemini res sua servit); y en fin, las expresiones salva renum substantia, que están tomadas en dos diferentes sentidos. En efecto, algunos jurisconsultos las consideran como relativas a la duración del usufructo, y las traducen de este modo: El derecho de usar y de disfrutar mientras dura la sustancia; otros, como relativas a los derechos del usufructuario, y las traducen así: El derecho de usar y de disfrutar... sin alterar la sustancia. Esta última interpretación me parece la preferible y que debemos adoptar; las palabras de texto. Son casi equivalentes a éstas: Jus utendi, fruendi, sed non abutendi. El dominio, en oposición al usufructo que ha sido separado de él, se llama con frecuencia entre los romanos nuda propietas, y en francés nue propriété. En el usufructo encontramos que las relaciones jurídicas que se originan son de dos órdenes: l.-Relaciones jurídicas entre el usufructuario, titular del derecho real, y un sujeto pasivo indeterminado -todo el mundo- que tiene una obligación de no hacer, de abstenerse de ejecutar actos que perturben o que impidan el ejercicio del derecho real de usufructo; y II.- Relaciones jurídicas entre el usufructuario y el dueño de la cosa o nudo propietario, como sujeto pasivo determinado. Ya veremos al hacer el estudio de los derechos y obligaciones del usufructuario y del nudo propietario, cuáles son estas relaciones jurídicas concretas: basta por el momento indicar que en el usufructo, como derecho real, la situación se complica por cuanto que ya existen dos sujetos pasivos, uno determinado y otro indeterminado. Por virtud de este derecho real, temporal y vitalicio, se usa y disfruta de los bienes ajenos sin alterar su forma ni substancia. Aquí ya se determina el contenido de este derecho real, como un elemento específico de la definición, para distinguirlo de los demás, fijando como contenido del mismo, el poder de usar y disfrutar de las cosas ajenas, sin alterar su forma ni substancia. El Código vigente en su artículo 705 precisa la naturaleza real y temporal del derecho, pero olvida una parte esencial al no decir que por virtud del usufructo no puede alterarse ni la forma ni la substancia de los bienes. . 2.-Cosas susceptibles de usufructo. -El usufructo puede recaer sobre toda clase de bienes, tanto muebles como inmuebles, corporales e incorporales. Por consiguiente, el usufructo se constituye no sólo sobre las cosas sino sobre los derechos también, o sea, bienes incorporales. El usufructo recae sobre derechos tanto reales como personales. Cuando el usufructo se constituye sobre cosas materiales, se ejerce por la apropiación que hace el usufructuario de los frutos o productos de la cosa. Cuando el usufructo recae sobre derechos, se ejerce por la apropiación que hace el usufructuario de los beneficios económicos que el mismo derecho traiga consigo. Distinción de los usufructos según la extensión de su objeto. -Los usufructos pueden ser de dos clases: A título particular y a título universal. Se llama usufructo a título particular cuando se constituye sobre cosa determinada, mueble o inmueble, corporal o incorporal. Se llama usufructo a título universal cuando Se constituye sobre una universalidad de hecho o de derecho o sobre una parte alícuota de la misma. Esto ocurre generalmente cuando se confiere por testamento el usufructo a favor de todos los bienes de la sucesión. Entonces tenemos un usufructo constituido a título universal; comprende todo el patrimonio del autor de la sucesión. La nuda propiedad, o sea el dominio en cuanto a jus abutendi, se reserva a los demás herederos. También puede suceder que se aplique a parte alícuota, cuando a dos o más personas se les deja todo el usufructo de un patrimonio por virtud de la herencia. No es necesario que comprenda la totalidad del patrimonio, basta con que sea una parte alícuota. 3.-Modos de crear o constituir el usufructo.- Son cinco las formas constitutivas del usufructo: l.- Por contrato; II.- Por testamento; III.- Por acto unilateral; IV.- Por ley y V.- Por prescripción. a) Contrato. -La forma más habitual de constituir el usufructo es por contrato; en el contrato se presentan dos aspectos: por constitución directa o por retención. Por constitución directa cuando se enajena a una persona el usufructo; por retención cuando el dueño de la cosa simplemente dispone de ésta, es decir, transmite el dominio, pero se reserva el usufructo. Art. 704. b) Testamento.- Por el testamento puede constituirse el usufructo, bien sea por transmisión del mismo por legado o por reserva del usufructo universal a los herederos. Art. 995. c) Por acto unilateral.- Por una declaración unilateral de voluntad también se puede constituir o transmitir el usufructo, ya que el código civil de manera general se refiere a la "voluntad del hombre". Art. 707 d) Prescripción.- El usufructo puede adquirirse en la misma forma en que se adquieren los bienes muebles o los inmuebles, por prescripción; pero es necesario tener una posesión a título de usufructuario, de buena fe, pacífica, continua y pública o bien, cuando falta el requisito de la buena fe, tener una posesión por mayor tiempo; en uno y en otro caso se adquiere el derecho real de usufructo. Parece difícil suponer la hipótesis en la cual se adquiera por prescripción el derecho real de usufructo, toda vez que, si se está en posesión de la cosa misma, es lógico que se adquiera la propiedad sobre el bien y no simplemente el usufructo; sería absurdo que si el poseedor está en condiciones de adquirir la totalidad de la cosa se conformara con adquirir simplemente el usufructo. Sin embargo, la hipótesis se presenta cuando aquel que entra en posesión de la cosa no lo hace a título de dueño, sino simplemente a título de usufructuario, pero su título no es suficiente, o bien se le transmitió el usufructo por persona que no tenía capacidad por no ser propietaria de la cosa, en cuyo caso interesa al poseedor de aquel derecho real de usufructo convalidar su título. e) La ley.- La última forma de constitución del usufructo la tenemos en la ley. Esta forma se reconoce para aquellos en que el usufructo se constituye sobre capitales puestos a rédito. Art. 714. 4.-Formalidades de publicidad del usufructo.-El usufructo sobre bienes raíces, como todo derecho real sobre inmuebles, debe inscribirse en el Registro de la Propiedad para que sea oponible a tercero. Si nace de testamento, los herederos son continuadores del testador y a ellos los afecta el usufructo aun cuando no esté inscrito, es decir, si el favorecido por el usufructo en el testamento no inscribe su derecho real, no surtirá efectos contra tercero, pero sí contra los herederos, que son los continuadores de la persona del autor de la sucesión. Cuando se constituye por contrato, surtirá efectos en contra del contratante, o sea del que tiene la nuda propiedad, pero no contra los demás, si no se inscribe este derecho. El artículo 1125 del Código Civil vigente estatuye… 5.- Modalidades de la constitución del usufructo. -EI usufructo puede constituirse pura y simplemente; es decir, sin sujetarlo a ninguna condición, carga o término. Otra de las modalidades que puede revestir el usufructo se presenta cuando es constituido en favor de varias personas en forma sucesiva o simultánea. Cuando se constituye a favor de varias personas sucesivamente, quiere decir que a la muerte de cada uno de los usufructuarios en el orden establecido, entrará el otro en el goce del derecho. Cuando el usufructo se constituye a favor de varias personas conjuntamente, quiere decir que todas entran a disfrutar en una parte alícuota del usufructo. La muerte de un usufructuario no acrece (no aumenta) la porción de los demás si no se ha establecido expresamente. La parte alícuota del usufructuario muerto pasa a favor del dueño. 6.-Límite de la duración del usufructo constituido en favor de personas morales.- El usufructo a favor de una persona física dura el tiempo que ésta viva, es decir, es por naturaleza vitalicio, a no ser que se haya fijado en el título constitutivo, un término inferior. Tratándose de personas jurídicas se fija por nuestra ley un término máximo de duración de veinte años y si la persona jurídica se extingue antes de este término, el usufructo también se extinguirá.