Quinto Domingo de Pascua

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QUINTO DOMINGO DE PASCUA.

MONICION DE ENTRADA.

Buenos días querido pueblo de Dios, bienvenidos a la casa de Dios Padre.


La Liturgia de este domingo, nos trae como siempre un mensaje de paz y de amor.
Nos recuerda que Jesús, es el camino hacia Dios, hacia los hermanos, hacia
nosotros mismos. No perdamos el camino porque Cristo, también hoy nos dice
que nos tiene preparada muchas habitaciones donde moraremos con él cuando el
regrese.
Hermanas y hermanos: Como comunidad cristiana elegidos por el Señor,
entonemos gozosamente el canto de entrada y recibamos a nuestro celebrante
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MONICION A LA PRIMERA LECTURA


El texto tomado del Libro de los Hechos de Los Apóstoles nos narra cómo se fue
organizando la primera comunidad cristiana, la que cree en Jesucristo. Ésta se
reúne, para ofrecer alabanzas y sacrificios agradables a Dios y crean nuevos
ministerios de servicios para proclamar la Buena Nueva de Cristo Resucitado.
ESCUCHEMOS.

SEGUNDA LECTURA
El pasaje de la carta del Apóstol San Pedro nos habla de un pueblo sacerdotal.
Cristo, nuestro sumo sacerdote, nos ha hecho un pueblo santo de sacerdotes;
nuestra tarea es continuar la misión de Cristo, dando a conocer a todos el mensaje
de salvación y amor de Dios. Escuchemos.

SANTO EVANGELIO
Cristo, nuestro camino, verdad y vida.
Los que creen en Cristo, pueden hacer lo que Cristo hizo, e ir donde él los
conduzca. Nos ponemos en pie, para escuchar la Buena Noticia.
ORACIÓN UNIVERSAL

Jesús, camino, verdad y vida, escúchanos.

Por el Papa Francisco, los Obispos y Sacerdotes, para que, conscientes de que
quien cree en Cristo, hará las obras que Él hizo, dispersan por el mundo la semilla
del amor y la fe en Cristo y así mostrando al Hijo revelen también el rostro del
Padre. OREMOS

Por la Santa Iglesia, extendida por el Mundo, para que, Cristo su esposo, llene de
alegría pascual a todos cuanto en ella se reúne contribuyan a la extensión del
reino de Dios en todo el mundo.

Por quienes rigen los destinos de las naciones, para que Cristo, camino, verdad y
vida, ilumine sus actos en la construcción de un mundo donde prevalezca el
respeto mutuo entre los pueblos y se practique la justicia. Oremos.

Por la salvación del mundo, para que Cristo Resucitado, testigo fidedigno y veraz,
nos conceda ser con nuestra alegría evangélica la conversión de otros.

Por nosotros, para que sintiéndonos elegidos por Dios, proclamemos sus
maravillas en cada acto de nuestra vida motivando a otros a caminar por las
sendas de Cristo.

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