Pasión - Sanedrín
Pasión - Sanedrín
Pasión - Sanedrín
PROCLAMACIÓN DE LA PASIÓN
18, 1-19,42
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según
San Juan
¿A quién buscan? A Jesús, el Nazareno
S. «No lo soy».
C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero,
porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con
ellos de pie, calentándose.
El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y
de su doctrina.
Jesús le contestó:
2
✠ «Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado
continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen
todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me
preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído de qué les he
hablado. Ellos saben lo que yo he dicho».
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio
una bofetada a Jesús, diciendo:
S. «No lo soy».
C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a
quien Pedro le cortó la oreja, le dijo:
C. Pilato replicó:
4
S. «Entonces, ¿tú eres rey?».
C. Jesús le contestó:
✠ «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he
venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que
es de la verdad escucha mi voz».
C. Pilato le dijo:
5
C. Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto color
púrpura. Pilato les dijo:
S. «¡Crucifícalo, crucifícalo!».
C. Pilato les dijo:
6
C. Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los
judíos gritaban:
7
griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a
Pilato:
8
✠ «Tengo sed».
C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja
empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la
boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:
✠ «Está cumplido».
C. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Todos se arrodillan, y se hace una pausa
C. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para
que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque
aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les
quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados,
le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían
crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había
muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los
soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió
sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es
verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también ustedes
crean. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le
quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice:
«Mirarán al que traspasaron».
Envolvieron el cuerpo de Jesús en los lienzos con los aromas
9
Palabra del Señor.
10