Depresion

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República de Panamá

Ministerio de Educación
Centro Regional Universitario de Azuero
Facultad de Derecho Y Ciencias políticas

Integrantes
Genesis Castañeda 6-725-1131
Aizmara Madrigales 6-716-1504
Xiomara Ramos 6-719-1613
José Hernández 6-717-1418
Liz Monterrey 6-725-409

Tema
Depresión

Asignatura
Psiquiatría Forense

Profesor
Joshua Pérez

Grupo
3 año nocturno

Año lectivo
2023
Introducción
La depresión es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y
por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta,
así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante
al menos dos semanas.
También podemos decir que es una condición comórbida frecuente que complica
la búsqueda de ayuda y la adherencia al tratamiento y afecta el pronóstico. Existe
evidencia de que la depresión predispone al ataque cardíaco y la diabetes, lo que
a su vez aumenta la probabilidad de padecer depresión. Muchos factores de
riesgo, como el bajo nivel socioeconómico, el consumo de alcohol y el estrés son
comunes a los trastornos mentales y a otras enfermedades no transmisibles
Es importante distinguir estos cambios patológicos de las variaciones normales
del ánimo, que vienen dados por la persistencia de la clínica, su gravedad, la
presencia de otros síntomas y el grado de deterioro en la actividad diaria normal y
social que lo acompaña.
Depresión
¿Qué es la depresión?
La depresión es una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida
diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida.
La depresión es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos,
ambientales y psicológicos.

Algunas investigaciones indican que el riesgo genético para la depresión es el


resultado de la influencia de varios genes que actúan junto con factores
ambientales y otros factores de riesgo.

Algunos tipos de depresión tienden a darse en familias. Sin embargo, la depresión


también puede ocurrir en personas sin antecedentes familiares de depresión. No
todas las personas con enfermedades depresivas experimentan los mismos
síntomas. La gravedad, frecuencia y duración de los síntomas varían dependiendo
de la persona y su enfermedad en particular.

Datos clave

 La depresión  es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza


persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que
normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las
actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.

 Las personas con depresión suelen presentar varios de los siguientes


síntomas: pérdida de energía; cambios en el apetito; necesidad de dormir
más o menos de lo normal; ansiedad; disminución de la concentración;
indecisión; inquietud; sentimiento de inutilidad, culpabilidad o
desesperanza; y pensamientos de autolesión o suicidio.

 La depresión no es un signo de debilidad. Se puede tratar con terapia o


intervención psicológica, con medicación antidepresiva o con una
combinación de ambos métodos.

 Las personas expuestas a violencia frecuentemente experimentan una


variedad de reacciones que incluye: ansiedad, estrés, frustración, temor,
irritabilidad, enojo, dificultad de concentrarse, pérdida del apetito y
pesadillas.

Fases de la depresión 

Podemos clasificar las etapas de la depresión en 4 fases establecidas por orden


cronológico de aparición. De ellas hablaremos en este artículo.
Fase 1: El Origen de la Depresión

El origen de la depresión puede ser ocasionado por una serie de cambios vitales.
Estos pueden ser una enfermedad, separación, muerte de un ser querido,
despido, problemas familiares, conflictos interpersonales, etc.

No existe un momento clave estándar para determinar el origen, sino que depende
de la percepción de la persona. También depende de que la persona interprete el
cambio como una pérdida a la que no puede adaptarse o enfrentarse. Este cambio
en el ambiente se denomina pérdida de reforzadores y coincidiría con el origen de
la depresión.

No todos los acontecimientos desagradables que nos generan malestar o tristeza


originan una depresión. La tristeza es una emoción básica que cumple una función
biológica concreta. Esta función implica disminuir la energía para planificar cómo
la persona puede enfrentarse a esta pérdida.

Cuando esta tristeza se prolonga en el tiempo, se concatenan una serie de


cambios emocionales, cognitivos y conductuales. Estos, a su vez, originan
modificaciones en el funcionamiento bioquímico del sistema nervioso central: El
cerebro segrega menos neurotransmisores y facilita que la depresión se instale.

 En cuanto a la pérdida de reforzadores, se pueden distinguir los siguientes

1. Gran estresor o pérdida de reforzadores positivos

Suceden cuando nos enfrentamos a la pérdida drástica de un reforzador muy


potente. Por ejemplo, enfermedad grave propia, enfermedad o muerte de un ser
querido, divorcio, despido, etc.

2. Acumulación de pequeñas pérdidas o pequeños estresores

Suceden cuando varios ámbitos de la persona se ven afectados a la vez; por


ejemplo, problemas laborales, dificultades en la relación de pareja, discusiones
familiares, etc. Si esta sucesión de hechos se prolonga en el tiempo, un pequeño
suceso sin demasiada importancia podría hacer que la persona se desbordara y
se originara la depresión.
3. Aumento de la aversividad

Sucede cuando la persona, a pesar de experimentar situaciones positivas, estas


se ven invalidadas por las negativas. Las personas  aquí son incapaces de
disfrutar y experimentar placer con cosas con las que antes sí lo hacían.

4. Ruptura de cadenas conductuales

Este inicio de la depresión se produce cuando una persona experimenta uno o


varios cambios en su vida. Esto implica también varias pérdidas. (cambio de
horario, menos tiempo para invertir en la familia y/o amigos, tener que asumir una
mayor responsabilidad, etc).

5. Pérdida simbólica

A veces, el evento negativo sucede al ser testigo de una experiencia


desagradable. Esta pérdida en segunda persona, hace que la persona se
replantee su vida y piense acerca de qué es lo que ha hecho en el mundo, si ha
conseguido sus objetivos, etc. Esto hace que la persona no se sienta satisfecha y
pueda comenzar a deprimirse.

Fase 2: Instauración de la Depresión

Al experimentar cualquiera de estas pérdidas de reforzadores, la persona siente


tristeza y cuando ésta se prolonga y perdura, la persona siente que no es capaz
de hacer frente a la nueva situación y comienza a deprimirse al producirse un gran
impacto psicológico.

Este malestar emocional provoca síntomas cognitivos (pensamientos automáticos


negativos) y emocionales (emociones negativas y sensaciones físicas
desagradables).

Como consecuencia de ello, la persona comienza a desarrollar síntomas


conductuales como la inhibición (cada vez tiene menos ganas de hacer cosas).
Todo ello da lugar también a la apatía y la falta de motivación, que se producen en
la siguiente etapa.
Fase 3: Inhibición conductual de actividades agradables

Es usual que la persona que tiene de forma persistente pensamientos negativos y


estado de ánimo bajo no tenga predisposición a hacer cosas.
Las primeras cosas que se dejan de hacer son las actividades de ocio placenteras
que realizamos de forma voluntaria para disfrutar. (salir con amigos, deporte, leer,
escuchar música, etc.)

Cuando surge la posibilidad de realizar una actividad agradable, los pensamientos


automáticos negativos de una persona con depresión serán del tipo “no me
apetece”, “no quiero que me pregunten”, etc. Estos pensamientos generan
malestar, y finalmente pesan en la balanza y la persona decide quedarse en casa.
A corto plazo, esta evitación genera alivio, ya que la persona ha logrado
escaparse momentáneamente de la situación que le genera malestar, pero a largo
plazo genera una pérdida de reforzadores que se añaden a los iniciales. Así se
cierra el círculo de la depresión.

En esta etapa la persona aún sigue realizando las actividades obligatorias

Fase 4: Inhibición Conductual de actividades obligatorias

Sucede cuando la persona alcanza un en el que se ve incapaz de llevar a cabo las


actividades obligatorias como por ejemplo trabajar, ocuparse de su familia, realizar
las tareas domésticas y las tareas de autocuidado como asearse. Es la etapa más
grave de la depresión y para llegar a ella se tiene que haber pasado
necesariamente por las tres etapas anteriores.

Si sufres depresión o te identificas en alguna de las fases que hemos descrito


anteriormente es que quizás deberías solicitar ayuda de un profesional de la salud
mental. En Psicólogos Depresión Málaga contamos con psicólogos especialistas
en trastornos del Estado de Ánimo con una dilatada experiencia en el tratamiento
a personas con Depresión, distimia, ciclotima, trastorno bipolar, etc. Tras un
tiempo realizando terapia la persona comienza a recuperar poco a poco la
normalidad de su vida cotidiana.
¿Por qué se produce la depresión?
No existe una idea clara y definitiva sobre por qué se produce la depresión. El
origen de la depresión es multifactorial. Es decir, ciertos factores biológicos,
psicológicos y sociales podrían estar originándola.
La vulnerabilidad hace referencia a estos factores; los mismos están presentes de
forma continuada y facilitan el desarrollo de la depresión.
 Factores biológicos:
La causa de la depresión podría estar causada en parte en un desequilibrio de los
neurotransmisores. Cuando estamos deprimidos tenemos ese desequilibrio.
Cuando tomamos la medicación adecuada, los neurotransmisores se equilibran y
nuestro estado de ánimo cambia. Además, la depresión podría tener causas
genéticas. Así, el riesgo de padecer depresión es mayor cuando algún familiar
próximo ha sufrido o sufre depresión. Existen cuadros depresivos que aparecen en
el contexto de enfermedades médicas que aportan evidencias sobre la influencia
de los factores biológicos.
 Factores psicológicos
Por una parte, la teoría conductual explica la depresión como una falta de
refuerzo que hace que la persona no actúe y por tanto se perpetúe la depresión.
Por otro parte, la teoría cognitiva  dice que existe una distorsión cognitiva. Es
decir, la persona que padece depresión distorsiona la realidad. Así  termina
viéndose de forma negativa a él mismo, el mundo y el futuro.
Finalmente, la teoría de la indefensión aprendida encuentra la causa en la
incapacidad para poder resolver algún problema.
 Factores sociales:  
Se refiere a circunstancias externas que potencialmente producen estrés. Es decir,
los acontecimientos vitales que precipitan los trastornos del estado de ánimo. Se
piensa que las personas que padecen depresión experimentan más
acontecimientos vitales en los meses anteriores al comienzo de los síntomas.
Sobre todo aquellos que son indeseados, incontrolables y que suponen una
amenaza o peligro importante. Entre ellos, los acontecimientos que suponen una
pérdida. Como por ejemplo el fallecimiento de alguien cercano, un divorcio, una
separación, perder el trabajo o incluso la pérdida de la propia salud.

¿Qué tiempo dura la depresión?


Para responder a esta pregunta hay que entender que cada depresión se debe a
un factor distinto y que también depende de la manera en que la afronta la
persona que la padece.
La duración de un episodio depresivo puede variar desde semanas, meses o
incluso años. La mayoría de las personas suelen estar completamente bien entre
4 y 6 meses pero sin un tratamiento puede durar meses o hasta años.
Recaídas en La Depresión
Como decíamos, las recaídas son muy comunes en Depresión y dos de cada tres
personas que han tenido un episodio depresivo mayor sufrirán una recaída en los
siguientes 15 años. El riesgo de recaída es mayor en los primeros meses tras la
remisión de los síntomas de la depresión. Por este motivo, se recomienda
mantener la medicación al menos durante 6 meses tras la remisión de los
síntomas depresivos.
El riesgo de recaída también es mayor cuando el episodio anterior fue grave, en
las personas que han tenido múltiples episodios y en los jóvenes. El riesgo de
recaída es mayor en las personas jóvenes, sencillamente porque les quedan más
años de vida por delante y, probabilísticamente, tendrán más riesgo.

Tipos de depresión

Los Trastornos afectivos constituyen un grupo de enfermedades caracterizados


por una sintomatología afectiva básica y común a todos ellos (tristeza,
decaimiento, desilusión, incapacidad para el disfrute…), pero diferenciándose por
la duración, gravedad y evolución. Comúnmente se habla de "Depresión" como
término general para designar a cualquiera de estos trastornos pero desde un
punto de vista psiquiátrico hay que matizar y diferenciar unos de otros. Así
distinguimos los siguientes:

Episodio depresivo mayor/menor


Debemos pensar en él ante la aparición de síntomas como tristeza vital,
pesimismo, ansiedad, irritabilidad, apatía, embotamiento afectivo, empeoramiento
matutino, disminución marcada del interés y de la capacidad de disfrutar,
sentimientos de inutilidad e ideación de culpa, baja autoestima, pensamientos
recurrentes de muerte, pérdida de apetito, disminución de peso, alteraciones del
sueño, etc. Ante esta situación es recomendable consultar con el médico de
Atención Primaria.
Depresión subclínica
Es aquella depresión que puede pasar prácticamente inadvertida porque no se
detecta la presencia de ánimo deprimido, ni la incapacidad para disfrutar de las
cosas, y sí otros síntomas de los descritos (pesimismo, ansiedad, irritabilidad,
apatía, embotamiento afectivo pérdida de apetito, disminución de peso,
alteraciones del sueño, etc.

Depresión enmascarada o "somatizada"


Los síntomas afectivos o emocionales no se expresan espontáneamente, incluso
al preguntar por ellos pueden ser negados. En este caso predominan los síntomas
somáticos o corporales: dolores inespecíficos, alteraciones gastrointestinales
(sequedad de boca, estreñimiento-diarrea, úlcera gástrica etc.), respiratorias
(sensación de ahogo, dificultad respiratoria…), neurológicas y sensoriales (mareo,
cefalea, vértigo, temblores), genitourinarios (molestias al orinar, ausencia de la
menstruación, impotencia, etc.).
Depresión con síntomas psicóticos
Junto a los síntomas del episodio depresivo están presentes ideas delirantes o
alucinaciones. Las ideas delirantes están en consonancia con el estado de ánimo,
e incluyen temas de pecado, culpa, ruina o catástrofes inminentes. Esta forma de
depresión es especialmente complicada por el contenido de las ideas delirantes.
Ante su sospecha debe consultar con un médico de forma inmediata.
Trastorno bipolar
Los Trastornos Bipolares son un grupo de trastornos afectivos caracterizados por
la presencia de episodios reiterados en los que se alterna el ánimo deprimido con
episodios de exaltación (euforia, hiperactividad, etc.)
Trastorno distímico
El Trastorno Distímico o Distimia es un tipo de depresión crónica, en la que los
síntomas se manifiestan de forma permanente durante un periodo de tiempo
prolongado. A veces puede llegar a sentirse bien durante días, incluso semanas,
pero enseguida vuelven a reaparecer los síntomas, estando la mayor parte del
tiempo cansado y deprimido. Suele iniciarse en la edad adulta.
Trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo
Es un trastorno bastante frecuente, se caracteriza por la aparición de síntomas
emocionales, ánimo depresivo, tristeza, llanto, desesperanza, en respuesta a un
acontecimiento estresante ocurrido en los tres meses anteriores al inicio de la
clínica.
Ante la aparición de síntomas sugerentes de un trastorno afectivo, como los
mencionados, que exceden por su intensidad o duración a las oscilaciones
normales del ánimo, en las que la tristeza se encuentra incluida, es recomendable
consultar con su médico de Atención Primaria para descartar la presencia o no de
un trastorno depresivo y en su caso iniciar el tratamiento oportuno.

SÍNTOMAS DE LA DEPRECIÓN

 sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o “vacío”;


 sentimientos de desesperanza o pesimismo;
 sentimientos de irritabilidad, frustración o intranquilidad;
 sentimientos de culpabilidad, inutilidad o impotencia;
 pérdida de interés o placer en las actividades y los pasatiempos;
 fatiga, disminución de energía o sensación de que está más lento;
 dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones;
 dificultad para dormir, despertarse temprano en la mañana o dormir demasiado;
 cambios en el apetito o en el peso sin haberlos planificado;
 dolores y molestias, dolor de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una
causa física aparente, o que no se alivian ni con tratamiento;
 intentos de suicidio o pensamientos sobre la muerte o el suicidio
Tratamiento
El tratamiento ideal de la depresión dependerá de las características específicas
del subtipo de depresión y será, como siempre, personalizado, por lo que es
fundamental una adecuada relación médico-paciente. Básicamente, el tratamiento
se compone de psicoterapia y farmacoterapia.
Psicoterapia: es un término general que se usa para aludir al tratamiento
de la depresión mediante la conversación con un profesional de salud
mental acerca de la enfermedad y de los problemas relacionados. La
psicoterapia también se conoce como «terapia de conversación» o «terapia
psicológica».

Se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional; se


intentan corregir los pensamientos distorsionados; se explica el carácter
temporal y se desdramatiza la situación; se consigue la participación del
paciente en el proceso curativo y, por último, se enseña a prever las
posibles recaídas.

Hay diferentes tipos de psicoterapias que pueden ser efectivas para tratar la
depresión, como la terapia cognitiva conductual o la terapia interpersonal.

La psicoterapia te puede ayudar con lo siguiente:

Adaptarte a una crisis o a otras dificultades actuales

Identificar creencias o comportamientos negativos, y reemplazarlos por otros


positivos y saludables
Explorar tus relaciones y tus experiencias personales, y desarrollar
interacciones positivas con los demás

Encontrar mejores modos de enfrentar y de resolver problemas

Identificar problemas que contribuyen a causar tu depresión y cambiar los


comportamientos que la empeoran

Recuperar el sentimiento de satisfacción y de control de tu vida, así como


aliviar los síntomas de la depresión, como la desesperanza y el enojo

Aprender a fijar metas realistas para tu vida

Desarrollar la capacidad de tolerar y de aceptar la angustia mediante


comportamientos más saludables

Desventajas de la Psicoterapia

La psicoterapia es una modalidad de tratamiento que, en manos inexpertas,


puede ocasionar daño. Un profesional de la salud mental experto va a ser muy
cuidadoso y se va a asegurar que la terapia no dañe a la persona.

Inevitablemente, la psicoterapia implica una inversión de tiempo, de dinero y de


emociones. Un tratamiento psicoterapéutico implica poner en juego recuerdos,
miedos, vergüenzas o culpas, que pueden ser dolorosos. Una terapia muy
intensa puede desbordar emocionalmente al paciente, mientras que una terapia
demasiado superficial no surte efecto. Cada persona tiene su ritmo y el
psicoterapeuta, psiquiatra o psicólogo, tiene que saber adaptarse.

Tratamiento hospitalario y residencial

En algunos casos, la depresión es tan grave que se necesita una estancia


hospitalaria. Esto puede ser necesario si no te puedes cuidar solo adecuadamente
o si estás en peligro inminente de lastimarte a ti mismo o a alguien más. El
tratamiento psiquiátrico en un hospital te puede ayudar a mantenerte tranquilo y
seguro hasta que mejore tu estado de ánimo.

La hospitalización parcial o los programas de tratamiento de día también pueden


ayudar a algunas personas. Estos programas brindan el apoyo ambulatorio y la
terapia necesarios para mantener los síntomas controlados.

Otras opciones de tratamiento


Para algunas personas, se pueden recomendar otros procedimientos conocidos
como «terapias de estimulación cerebral»:

Terapia electroconvulsiva. En la terapia electroconvulsiva, se pasan


corrientes eléctricas a través del cerebro para impactar en la función y el
efecto de los neurotransmisores del cerebro para mitigar la depresión.

La terapia electroconvulsiva se suele usar en los pacientes que no mejoran


con los medicamentos, que no pueden tomar antidepresivos por razones de
salud o que corren alto riesgo de suicidio. Se realiza en algunas
circunstancias (depresión mayor grave del adulto, depresión resistente),
bajo control anestésico y miorrelajación. Es una técnica segura y sus
efectos secundarios sobre la memoria son habitualmente leves y
transitorios. Por razones operativas, económicas y socio-culturales se
reserva a indicaciones muy concretas.

Estimulación magnética transcraneal. La estimulación magnética


transcraneal puede ser una opción para quienes no responden a los
antidepresivos. Durante una estimulación magnética transcraneal, un
dispositivo colocado en el cuero cabelludo transmite pulsos magnéticos
breves para estimular las neuronas cerebrales involucradas en la regulación
del estado de ánimo y en la depresión.

Conclusión
La depresión afecta a las personas de modos muy distintos y puede causar una
gran variedad de síntomas físicos, psicológicos (mentales) y sociales. Si está
deprimido, puede estar irritable y pasar mucho tiempo llorando. Tomar decisiones
puede ser difícil, y puede sentirse despreciable, culpable, abatido e indefenso.
La depresión es una enfermedad grave. Si tiene depresión, puede tener
sentimientos de gran tristeza que duran mucho tiempo. Con frecuencia, estos
sentimientos son lo suficientemente graves como para afectar a su vida cotidiana y
pueden durar semanas o meses, en vez de unos días. La depresión es una
enfermedad común. Aproximadamente el 15 por ciento de las personas tienen un
episodio de depresión grave en algún momento de la vida. La mayoría de los
5.000 suicidios anuales del RU están relacionados con la depresión. La depresión
es más frecuente en las mujeres que los hombres, pero esta estadística puede
deberse a que es más probable que las mujeres se hagan atender para aliviar los
síntomas. La enfermedad puede aparecer a cualquier edad, incluso en los niños.

Las investigaciones han demostrado que existe una relación entre la


depresión y un desequilibrio de las sustancias químicas del cerebro,
denominadas neurotransmisores; además determinados genes parecen
aumentar la probabilidad de tener depresión, y estos genes se transmiten de
padres a hijos. Por lo tanto, si tiene antecedentes familiares de depresión, será
más probable que la padezca. Al resultado que llegamos es que la depresión
puede dar a cualquiera edad, aunque su mayor prevalencia se produce entre
los 15 y 45 años de edad, por lo que tiene un gran impacto en la educación, la
productividad, el funcionamiento Al resultado que llegamos es que la
depresión se puede iniciar a cualquier y las relaciones personales.

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