Vicente Guerrero

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“UNIDAD

EDUCATIVA
MARISTA PIERA
GRAZIA
BRUCCOLERI”
VICENTE
GUERRERO
M at e ri a : Le nguaj e

Nom bre :

Prof e sor a :

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VICENTE
GUERRERO
(Vicente Ramón Guerrero Saldaña; Tixtla, actual Guerrero, 1782 - Cuilapan,
1831) Militar y político mexicano. Entre los valerosos patriotas que se
adhirieron al levantamiento independentista del cura Hidalgo (1810), la
figura de Vicente Guerrero sobresale tanto por su firme lealtad y compromiso
como por su incansable tenacidad: cuando José María Morelos fue capturado
y ejecutado en 1815, Guerrero le sucedió como líder del movimiento y
continuó luchando por una causa que ya todo el mundo daba por perdida.

La decidida resistencia de Guerrero y circunstancias históricas favorables


motivaron que en 1821 se sumase al movimiento independentista Agustín de
Iturbide, antiguo realista que, con el apoyo de Guerrero, lanzó el programa
político conocido como Plan de Iguala, reunió un victorioso ejército y dio
finalmente la independencia a México. Fiel a su ideario liberal y republicano,
Guerrero rechazó la posterior coronación de Iturbide como emperador y, tras
su caída en 1823, apoyó al primer presidente de la nueva república,
Guadalupe Victoria, al que sucedió en 1829.

La abolición de la esclavitud fue lo más destacado de un mandato que,


desgraciadamente, apenas duró nueve meses. Le esperaba el triste destino
que padecieron otros próceres de la independencia en aquellos años
convulsos: víctima de las intrigas de Santa Anna y de su propio
vicepresidente, Vicente Guerrero fue derrocado aquel mismo año y
mezquinamente traicionado cuando intentaba recuperar el poder.

Biografía
Procedente de una familia de campesinos y arrieros de origen mestizo,
Vicente Guerrero trabajó desde su juventud como arriero, labor que lo
llevaría a recorrer continuamente su región natal. Allí se hallaba cuando, el
16 de septiembre de 1810, se inició el levantamiento independentista del
cura Miguel Hidalgo. Un mes después, el cura Hidalgo encargó a José María
Morelos llevar la insurrección al sur del país. A lo largo de la primera
campaña de Morelos en el sur de México, que se prolongó hasta agosto de
1811, fueron muchos los que se unieron a él; entre ellos se
hallaba Hermenegildo Galeana, que había sido enviado por José María Morelos
para tomar Taxco, y que convenció a Vicente Guerrero para que se sumara al
movimiento independentista.

Vicente Guerrero

Morelos reconoció los méritos de Guerrero y le otorgó el grado de capitán,


ordenándole instruirse en el manejo de las armas, la fabricación de pólvora y
las estrategias de guerra. Cuando el cura Hidalgo fue detenido y ejecutado
en julio de 1811, el liderazgo de la revuelta pasó a manos de Ignacio López
Rayón y José María Morelos. Siempre al servicio de Morelos, en 1812 tomó parte
en la conquista de Oaxaca, y de nuevo por su demostración continua de valor
fue ascendido a teniente coronel.

Comisionado por Morelos para que reforzara la zona costera del sur, Vicente
Guerrero conquistó Puerto Escondido y Santa Cruz de Huatulco y participó en
la toma de Acapulco. En 1814, Guerrero y su ejército escoltaron a los
miembros del Congreso a Tlacotepec para darles seguridad, y después fue
enviado a la mixteca como apoyo a las fuerzas insurgentes de Juan N.
Rosáins y Ramón Sesma. Su táctica consistía en ataques sorpresivos y
rápidos, lo cual le dio gran fama por su efectividad.

En 1815, tras la aprehensión y fusilamiento de Morelos, Guerrero se replegó


a la sierra del Sur. Al relevar a Morelos en el liderazgo de la causa
emancipadora, Guerrero se convirtió en la última cabeza visible de un
levantamiento que parecía ya definitivamente sofocado: los jefes insurgentes
Rosáins y Sesma aceptaron el indulto del gobierno; las tropas realistas
controlaban ya casi todo el territorio mexicano. El virrey español Juan Ruiz
de Apodaca intentó coaccionar a Guerrero, valiéndose de su padre, para que
también él aceptara el indulto, pero se negó. En 1818 Guerrero, reconocido
como general en jefe del ejército del Sur, mantenía contacto con Pedro
Ascencio, en la zona de Iguala y Taxco.

La independencia
Cuando aquella primera intentona independentista parecía agonizante, el
inicio en España del trienio liberal (1820-1823) dio un giro a la situación.
Entre las élites coloniales empezaron a gestarse conspiraciones para impedir
la implantación de un régimen liberal. A finales de 1820 el coronel Agustín de
Iturbide fue designado por el virrey Apodaca para que pusiera fin a la
insurgencia. Viendo que no podía derrotar fácilmente a Guerrero y consciente
de que las autoridades virreinales podían aceptar la independencia como
modo de preservar el régimen absolutista, Iturbide se pasó al bando
insurgente y redactó el llamado Plan de Iguala (1821), programa político
integrado por una proclama de independencia y un plan para el
establecimiento de un Gobierno mexicano.
Con el apoyo de Guerrero, Iturbide avanzó al frente de su Ejército Trigarante
hacia Ciudad de México, ganando adhesiones en todas partes. En septiembre
de 1821, Iturbide entró triunfalmente en la capital, proclamó la
independencia y se puso al frente de un gobierno provisional. Pero cuando,
un año después, Iturbide se coronó emperador de México, Guerrero tomó las
armas para apoyar la sublevación republicana del general Antonio López de Santa
Anna. Iturbide cayó en 1823, y, tras un periodo constituyente, el Congreso
eligió como primer presidente de la República de México a Guadalupe Victoria
(1824-1829), quien incluyó en su primer gabinete a Vicente Guerrero como
ministro de Guerra.
Vicente Guerrero

Guerrero apoyó incondicionalmente al presidente Guadalupe Victoria y se afilió a


la logia masónica yorkina. A las numerosas dificultades políticas y
económicas que hubo de encarar el presidente Victoria hubo que sumar, en
efecto, el enfrentamiento subterráneo entre las sociedades secretas que
pugnaban por el poder político. Las dos más importantes, la logia yorkina y
la escocesa, tenían idearios antagónicos. La escocesa, conservadora y
centralista, contaba con muchos españoles entre sus miembros. La yorkina,
demócrata y liberal, reunía a federalistas y antiespañolistas.
En la presidencia
El desmantelamiento en 1827 de una conspiración españolista supuso un
triunfo para la logia yorkina, pero pronto surgieron divisiones en el seno de la
misma. Para la elección presidencial de septiembre de 1928, una parte de
sus miembros apoyaba la candidatura de Vicente Guerrero, mientras otra
facción prefería la del moderado Manuel Gómez Pedraza. Éste último resultó
elegido, pero las irregularidades detectadas en el proceso electoral y las
rivalidades internas desencadenaron el levantamiento llamado de La
Acordada, dirigido en la capital por el propio Guerrero y apoyado por el
general Santa Anna, que exigía la anulación de las elecciones. Sometido a
una fuerte presión, el Congreso acabó por destituir a Gómez Pedraza y
proclamó presidente constitucional a Guerrero.

El mandato de Vicente Guerrero sería muy breve: desde abril hasta


diciembre de 1829. El nuevo presidente quiso llevar a la práctica un
programa de reformas radicales; la primera de ellas fue el tercer decreto
para la abolición de la esclavitud, que tendría efectos definitivos. Sin
embargo, la gran mayoría de sus iniciativas legislativas, ya fueran de tipo
económico o de reforma social, resultaron inefectivas a causa de la grave
penuria en que se hallaban las arcas públicas.

En septiembre de 1829, para complicar más la situación, un ejército


comandado por general Isidro Barradas protagonizó el último intento de la
monarquía española de recuperar su antigua colonia. El general Antonio
López de Santa Anna logró derrotar a los españoles, incrementando así
todavía más su prestigio, y se unió al vicepresidente Anastasio Bustamante
para derrocar a Guerrero. De nuevo bajo presión, el Congreso declaró a
Guerrero incapacitado para el gobierno y nombró presidente a Anastasio
Bustamante (1830-1832).
En un denodado intento de recuperar el poder, Vicente Guerrero emprendió
una rebelión armada que obtuvo resonantes éxitos, especialmente tras la
derrota del ejército de Armijo en Texca. Para conjurar el peligro que suponía
Guerrero, Bustamante y su ministro de Guerra, José Antonio Facio, fraguaron
una traición. Éste último contrató los servicios de un mercenario genovés
llamado Francisco Picaluga; en Acapulco, Picaluga invitó a Guerrero a subir a
bordo del bergantín El Colombo. Allí fue hecho preso y, tras ser llevado a
Oaxaca, se le sometió a un juicio sumarísimo y fue fusilado en Cuilapan el 14
de febrero de 1831.

Por su traición, Picaluga recibió del ministro de Guerra cincuenta mil pesos;
en tal cantidad se tasó la valía de un patriota que había dedicado veinte años
de su vida a edificar una nación libre y justa. Sólo póstumamente se
reconocieron sus méritos y su papel trascendental en la emancipación del
país y en la fundación de la República: en 1833 fue declarado benemérito de
la patria, y, en 1849, el recién creado Estado de Guerrero recibió su nombre
en su honor.

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