Universidad Simón Bolívar Decanato de Estudios Profesionales Coordinación de Ingeniería Geofísica
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Universidad Simón Bolívar Decanato de Estudios Profesionales Coordinación de Ingeniería Geofísica
Por
Luis Alberto Cedeño García
Por
Luis Alberto Cedeño García
iv
ÍNDICE GENERAL
Introducción ......................................................................................................... 1
Capitulo I ............................................................................................................. 2
Capitulo II ........................................................................................................... 5
v
3.2 Evolución tectónica del Caribe ..................................................................... 32
Capitulo IV ........................................................................................................ 51
Capitulo V ......................................................................................................... 56
Capitulo IV ........................................................................................................ 78
Referencias ........................................................................................................ 81
vi
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1 Ubicación del área de estudio. En el mapa se ubica además un transecto NO-
SE, a través de Venezuela y Colombia ......................................................................... 4
Figura 2 Simplificación en capas de la estructura interna de la tierra. Se muestran los
límites de las discontinuidades sísmicas más importantes. ........................................... 6
Figura 3 Relación geoide elipsoide.. ............................................................................. 9
Figura 4 Diferencia entre el elipsoide y el geoide a partir de su diferencia en la
vertical a lo largo de la topografía terrestre. ............................................................... 10
Figura 5 Relación de elipsoide-geoide y topografía en función de sus distancias
verticales H,h,N. .......................................................................................................... 13
Figura 6 Comparación de la gravedad en dos estaciones P y Q.................................. 18
Figura 7 Modelo gravimétrico de un perfil NO-SE a través de noroccidente de
Suramérica................................................................................................................... 20
Figura 8 Modelo presentado por Audemard (1991) para el noroccidente de
Venezuela. ................................................................................................................... 22
Figura 9 Modelo de un transecto NO-SE a través de la subplaca de Maracaibo. ....... 23
Figura 10 Modelado gravimétrico de un transecto NO-SE desde los Andes de Mérida
a las cuenca Barinas Apure. ........................................................................................ 24
Figura 11 Modelo geológico para el noroccidente de Veneszuela. ............................ 25
Figura 12 Contexto tectónico en el que se muestra la placa Caribe al Norte de
Suramérica................................................................................................................... 27
Figura 13 Sismicidad en la zona periférica a la placa Caribe.. ................................... 28
Figura 14 Contexto global de la distribución de placas tectónicas. ............................ 28
Figura 15 Contexto tectónico general de la placa Caribe, donde se muestran las placas
que interaccionan con la placa Caribe y sus movimientos relativos. .......................... 29
Figura 16 Marco tectónico de la región del Caribe. Donde se muestra la conformación
tectónica actual del Caribe. ......................................................................................... 33
vii
Figura 17 Bloque Norandino según las evidencias de colisión en el Mioceno superior-
Plioceno. ...................................................................................................................... 38
Figura 18 Unidades morfoestructurales de las principales provincias del noroccidente
de Suramérica. ............................................................................................................. 39
Figura 19 Mapa geológico de la Sierra Nevada de Santa Marta y Serranía de Perijá 42
Figura 20 Imagen de radar y mapa geológico superficial de la Serranía de Perijá. .... 44
Figura 21 Diagrama simplificado muestra los límites del Bloque Triangular de
Maracaibo .................................................................................................................... 45
Figura 22 Esquema de la disposición de los distintos bloques que rodean el Bloque de
Maracaibo ................................................................................................................... 46
Figura 23 Fallas principales a lo largo del Norte de la placa Suramerica.na .............. 48
Figura 24 Falla de Boconó a lo largo de los Andes venezolanos................................ 49
Figura 25: Mapa del occidente de Suramérica. ........................................................... 50
Figura 26 Localización de perfil con la correspondiente subdivisión en cinco áreas
más pequeñas para realizar la corrección topográfica. ................................................ 53
Figura 27 Tabla de estratificación de la Tierra de varias fuentes. .............................. 54
Figura 28 Mapa de estaciones gravimétricas entorno al perfil en el área de estudio. . 57
Figura 29: Mapa de anomalía simple para un espaciamiento de 1 minuto de arco. ... 58
Figura 30: Mapa de anomalía simple para un espaciamiento de 2 minutos de arco. .. 59
Figura 31: Mapa de anomalía simple para un espaciamiento de 3 minutos de arco. .. 60
Figura 32 Mapa de anomalía simple para un espaciamiento de 1 minutos de arco y
líneas de contorno. ...................................................................................................... 61
Figura 33 Histograma de frecuencias de Anomalía de Bouguer................................. 63
Figura 34 Mapa topográfico con resolución 1 segundo de arco, donde se muestra
perfil NO-SE en el bloque Noroccidental de Suramérica. .......................................... 64
Figura 35 Perfil NO-SE a lo largo de la zona de estudio. Se muestra graficada la
altura en función de la distancia a lo largo del perfil de estudio. ................................ 65
Figura 36 Perfil NO-SE a lo largo de la zona de estudio, donde se muestra la
anomalía de Bouguer corregida por topografía. .......................................................... 66
Figura 37 Mapa con ubicación de sismos en la zona de estudio, con topografía de
resolución 1 segundo de arco. Construido a partir de catálogos sísmicos CMT y
NEIC. .......................................................................................................................... 68
viii
Figura 38 Mapa con ubicación de sismos en la zona de estudio, con topografía de
resolución 1 segundo de arco. ..................................................................................... 69
Figura 39 Composición de mapas con ubicación de sismos en la zona de estudio. ... 70
Figura 40 Mapa con ubicación de sismos en la zona de estudio, con topografía de
resolución 1 segundo de arco. ..................................................................................... 71
Figura 41 Representación de los sismos del área de estudio en una ventana en torno a
5 km a ambos lados del perfil. Se muestra grafico de profundidad contra longitud
sobre el perfil............................................................................................................... 72
Figura 42 Modelo propuesto para noroccidente de Suramérica a través de un transecto
NO-SE. (Modelo 1) ..................................................................................................... 73
Figura 43 Modelo propuesto para noroccidente de Suramérica a través de un transecto
NO-SE (Modelo 2) ...................................................................................................... 74
ix
ÍNDICE DE TABLAS
x
INTRODUCCIÓN
1. Disposiciones generales
1.1 Justificación
Plantear un modelo geofísico de datos potenciales para la zona de subducción del borde
de placa Caribe-Suramérica entre Colombia y Venezuela
El área de estudio está localizada entre las longitudes oeste 70º - 75º y las latitudes norte
7º-12º (Figura 1), comprende desde la Serranía de Santa Marta en la parte nororiental de
Colombia, cruzando los Andes de Mérida y parte de la cuenca del Lago de Maracaibo, hasta
llegar a la cuenca Barinas-Apure. En la imagen se muestra el perfil que define el área de estudio
con dirección noreste-sureste (NO-SE).
El perfil utilizado posee una extensión total de 576,836 Km y atraviesa una topografía
accidentada a través de los Andes venezolanos, la Serranía de Perijá y en parte la Sierra Nevada
de Santa Marta. Este perfil define el contexto del presente estudio entorno a un área de 165.905
km2 aproximadamente.
En la figura sólo se muestra a nivel general la situación del perfil en Suramérica sin
hacer referencia a los límites políticos, pero se desprende las ubicaciones generales de Venezuela,
Colombia y el Mar Caribe.
4
Figura 1 Ubicación del área de estudio. En el mapa se ubica además un transecto NO-SE, a
través de Venezuela y Colombia
CAPITULO II
2. Marco Teórico
Relacionado con el tiempo de los procesos geológicos Lowrie (2007) señala que las
fuerzas tectónicas causan que cadenas montañosas se levanten a tasas de milímetros por año
(mm/a), mientras que efectos de erosión pueden ocurrir en términos de mediano a largo plazo a
escala regional en tasas de centímetros por año (cm/a). Además señala que a una mayor escala un
continente se puede mover con respecto a otro a una velocidad de centímetros por año pero por
intervalos de tiempo que duran millones de años, esto es en término de tiempo geológico.
Señala el mismo autor que el interior de la tierra está en constante movimiento, donde el
manto se muestra sólido para las ondas sísmicas, pero se cree que exhibe un comportamiento
suave y plástico, y fluye a tasas de centímetros por año. Más profundo dentro de la Tierra, el
núcleo líquido probablemente fluye a un ritmo geológicamente rápido de unas pocas décimas de
milímetro por segundo. Esta constante dinámica de la tierra hace suponer entonces que podrían
6
existir masas diferenciadas en el subsuelo, que generen pequeñas variaciones en las fuerzas
ejercidas en la superficie terrestre.
Estas consideraciones dan una idea de la conformación interna de las superficies que se
ven en el exterior y nos hace pensar que existe una interacción entre substratos de diferente
configuración. Según Lowrie (2007) estas diferencias en composición dan lugar a las
discontinuidades símicas más importantes (Figura 2). Particularmente importante para este
estudio, resulta la discontinuidad de Mohorovicic, que representa el límite entre la corteza y el
manto y la discontinuidad de Conrad que representa el límite entre corteza superior en inferior.
La fuerza gravitatoria se evidencia en la interacción que tienen todos los cuerpos sobre
la superficie terrestre. Se muestra en situaciones cotidianas como por ejemplo al ver un cuerpo
que inicialmente se encontraba en reposo cayendo sin que exista nada para interferir en su
trayectoria y disminuir su velocidad, después de un segundo tendrá una velocidad de 9,80 m/s en
dirección vertical. En este ejercicio se nota que el cuerpo irá aumentando su velocidad vertical a
razón de 9,80 m/s cada segundo. Según Lowrie (2007) este fenómeno se puede extrapolar, para
comprender como Newton dedujo que “la fuerza de atracción entre un planeta y el sol varía con
la cantidad de materia sólida que éstos contengan, y con el inverso del cuadrado de la distancia
entre ellos” (p. 45). Aplicando esta ley para dos partículas o masas puntuales m y M separadas
por una distancia r, se obtiene la atracción gravitacional F ejercida por M sobre m. Esta tracción
se describe con la fórmula:
( )
̂
Para el interés que concierne en los estudios geofísicos es más importante la aceleración
que se logra como consecuencia de acción de la fuerza gravitatoria, por lo que es importante
definir la magnitud de ésta, lo cual es representado por la expresión:
( )
̂
Por otra parte Telford. (1990) señala que la magnitud de la gravedad depende de factores
como la latitud, la elevación, la topografía de los terrenos cercanos, las mareas y finalmente las
variaciones en las densidades del subsuelo. La exploración gravimétrica utiliza las anomalías
debidas a las densidades del subsuelo, y estas anomalías generalmente son mucho más pequeñas
que las anomalías de mareas y los efectos topográficos.
En función a la latitud la gravedad puede tener variaciones como en los polos, donde
la distancia al centro de la Tierra es inferior a la correspondiente en el ecuador. Por
una parte, la gravitación newtoniana varía puesto que la distancia entre la masa
considerada en la superficie del globo y la masa de la Tierra supuesta en su centro
varía. Por otra parte, la velocidad de rotación de la Tierra aumenta a medida que la
distancia de los polos es mayor. La influencia de la rotación de la Tierra sobre el
campo de la gravedad será máxima en el ecuador y mínima en los polos. Si tomamos
en cuenta la altitud, se evidencia que conforme la distancia r al centro de la Tierra
aumenta, disminuye la atracción newtoniana y aumenta la velocidad de rotación del
punto considerado. (p.46)
En todos los puntos del globo se pueden determinar las verticales y los valores de
gravedad g. Las superficies ortogonales a las curvas verticales son equipotenciales, g es constante
en cada una de ellas como se muestra en la figura (Figura 3). Por convención, “se denomina
geoide a la superficie equipotencial que más se aproxima al nivel medio de los mares” (Telford
1990).
9
Esta expresión muestra el valor de la gravedad normal para los parámetros del Geodetic
Reference System (GRS) 1980 en función de la latitud (ϕ). Las constantes que aparecen en la
fórmula son refinadas cada vez más con el uso de mediciones satelitales y ésta posee una
exactitud de 1 μm s-1 (Udías 1997, p.56)
Lowrie (2007) señala que a diferencia del elipsoide de referencia, el geoide no tiene una
forma sencilla para ser expresado matemáticamente porque fluctúa debido al efecto de las masas
sobre el nivel del mar en los continentes. Esta aseveración se puede evidenciar en la imagen
mostrada (Figura 4), en la que se señalan las diferencias de altura entre el elipsoide y el geoide en
la vertical. Estas fluctuaciones pueden ser medidas como desplazamientos relativos al elipsoide u
ondulaciones geoidales.
10
Por este nivel de precisión los estudios gravimétricos deben disponer de herramientas
precisas, que estén diseñadas para medir la gravedad absoluta y que sean fácilmente
transportables a diferentes lugares, para poder determinar las variaciones de la gravedad relativa a
11
una o más estaciones base. Para este tipo de estudios el problema fundamental es medir con
precisión la aceleración dada por la gravedad y separar sus componentes. Se pueden utilizar
métodos de carácter dinámico, consistentes en la observación de un cuerpo en caída libre, o bien
en un movimiento pendular.
A =-0,0053024
B =0,0000058
Ct es la corrección por topografía, que tiene en cuenta el efecto de todas las masas que
circundan la estación, correspondiente a las irregularidades del relieve terrestre, tanto de las
cuencas oceánicas como de los relieves continentales. En la figura (Figura 5), se muestra la
relación elipsoide geoide en función de sus distancias verticales.
13
[ (( ) )– (( ) )]
En donde r1, r2 son los radios de los círculos interno y externo respectivamente, que
limitan el comportamiento, G es una constante universal; G = -6,67x10-11 unidades c.g.s y ρ es la
densidad del terreno circundante.
Udías (1997) establece que “La corrección por isostasia se define como C1, (semejante a
la topográfica) y tiene en cuenta los efectos de masa en los relieves y el exceso en los océanos,
aprovechando los mismos datos de la configuración topográfica para lo cual puede combinarse
ambas correcciones, o tratarse por separado”.
Para determinar esta corrección se hace uso de las mismas ecuaciones que se emplean en
la corrección topográfica pero agregando el argumento F´ de la densidad como se muestra:
14
Todas estas correcciones son importantes para las mediciones realizadas en prospección
geofísica, ya que la gravedad se puede calcular con los valores teóricos, pero se debe tener en
cuenta por ejemplo, las diferencias de altitud o la naturaleza de las rocas circundantes, entre otros
factores que podrían influir en percepciones distorsionadas del comportamiento de la gravedad.
En ese orden de ideas Lowrie (2007) señala que se debe de tomar en cuenta, los valores
obtenidos directamente de los gravímetros y los valores calculados en base a la posición de la
estación. Para esto el autor plantea la siguiente expresión para el valor de g expresado sobre el
elipsoide en la vertical de una estación en la que ϕ es la latitud:
Además plantea que se debe tomar en cuenta que la estación de medida se puede instalar
en tierra, por encima del elipsoide o bajo el mar. Por lo que si aplica el primer caso, existirá una
separación de su proyección sobre el elipsoide por una masa de rocas de densidad superior a 1; y
en el segundo caso, sólo una masa de agua salada. Otro aspecto que debe ser considerado es que
los resultados calculados teóricamente y los valores medidos y luego corregidos deberían ser
parecidos. Sin embargo, las correcciones y sobre todo la de Bouguer, incrementan a menudo las
diferencias.
ϕ=1/297
De estas expresiones planteadas por Telford (1990), se puede calcular gt, valor normal
de la fuerza de la gravedad de una Tierra ideal considerada como elipsoide de revolución
ligeramente achatado. En virtud de que en las fórmulas para los valores normales de la fuerza de
gravedad se tiene en cuenta la acción de la fuerza centrífuga, que no depende de la distribución
de las masas en la Tierra sino únicamente de la distancia a su eje de rotación, las anomalías de la
fuerza de gravedad reflejan sólo una distribución homogénea de masas.
Para los fines de estudios geofísicos importan las anomalías causadas por las
heterogeneidades de densidad. Pero la influencia de la variación de los excesos del geoide sobre
el esferoide altera estas anomalías. No obstante, como los excesos varían suavemente y las
alteraciones son prácticamente constantes, por lo que suelen despreciarse en la interpretación.
Cuando se consideran territorios del orden de continentes, es correcto introducir la corrección por
la alteración del geoide con respecto al esferoide, cuyo valor máximo puede alcanzar 40 mGal
(Telford 1990).
Además de las reducciones enumeradas existen otras cuya aplicación se basa en distintas
hipótesis sobre la distribución de las masas y la apreciación de su influencia. El sentido de estas
correcciones consiste en disminuir o eliminar el efecto gravitatorio originado por la supuesta o
conocida distribución de las masas en la Tierra.
gt ≈
Esta limitación equivale a suponer que la Tierra es una esfera. Como la altura h es
pequeña comparada con el radio R del planeta, la magnitud de la corrección puede determinarse
17
diferenciando la expresión anterior respecto de R. Telford (1990) también indica que luego a los
incrementos finitos, se sustituye ΔB por h. Así pues, se obtiene
δg =-2
Suponiendo que para toda la Tierra gt es igual al valor medio (980 gal) y R igual al radio
medio de la Tierra (6371 km), se obtiene
δg = - 2 ( ) =-0,3086h (mGal)
g = gt–0,3086h
Δg = g–gt+ 0,3086h
18
El valor ΔgH obtenido se denomina anomalía de aire libre. Al deducir la fórmula se ha
despreciado la acción de las masas situadas entre el punto de observación y el nivel del mar.
Dichas masas incrementan el valor observado de la fuerza de la gravedad g y como consecuencia
de ello, crece la diferencia g-gt, lo que indica que, aumenta la anomalía. Y este aumento es tanto
mayor, cuanto mayor sea h. Por consiguiente, las anomalías de la fuerza de la gravedad con la
corrección por la altura, dependen de la altura del punto de observación.
Este efecto se hace muy importante en zonas con topografía como en las zonas
montañosas, donde la anomalía de los valles es siempre menor que la de colinas (Figura 6)
(Lowrie, 2007). Esta dependencia de la anomalía de aire libre respecto de la altura, la hace poco
útil para su empleo con fines geológicos, pues el efecto de la altura puede superar
considerablemente la anomalía originada por las heterogeneidades de densidad, que en
topografías accidentadas, puede enmascararla totalmente.
Esta corrección se calcula suponiendo que la acción de las masas equivale a la de una
capa horizontal que se extiende en todas direcciones hasta el infinito, y de espesor igual a la
altura del punto de observación sobre el nivel del mar. Por tanto Lowrie (2007) afirma que “la
corrección de Bouguer compensa los efectos de una capa de roca cuyo espesor corresponde a la
diferencia de cota entre los niveles de medición y de referencia”(p. 79). La magnitud de atracción
de esta capa se puede obtener de la expresión general
( ) ∫
( ) ∫
( ) ∫
{ }
δg = 2πkρh = 0,0419σh
En esta ecuación, se debe tomar a ρ como la densidad de las rocas de la capa intermedia
y dado que la atracción aumenta el valor de la fuerza de la gravedad observada en el punto, se
resta dicha atracción de la anomalía de la fuerza de la gravedad. La combinación de la corrección
de aire libre y Bouguer dan lugar a la corrección combinada de elevación la cual es según
Lowrie (2007):
ΔgB=g–gt + (0,3086-0,0419ρ)h
20
Dado que en la corrección de Bouguer la acción gravitatoria de las masas situadas entre
el punto de observación y el nivel del mar se han eliminado, la dependencia de la anomalía de
Bouguer con respecto a la altura de los puntos de observación es mucho menor que la de la
anomalía de aire libre.
En este trabajo el autor concluye que existe una zona de cizalla con buzamiento sureste
en la litosfera bajo el límite cuenca-montaña y un componente de estrés compresivo
perpendicular a esta zona, ambos resultan en un levantamiento de la corteza bajo los Andes de
Mérida, y un movimiento descendente bajo la cuenca. Además señala que el movimiento relativo
de la placa Caribe con respecto a la placa Suramérica es hacia el este, basándose en varias
consideraciones de tipo isostáticos,
Uno de los modelos que plantearon se muestra en la figura a continuación (Figura 9).
Este modelo muestra la configuración del MSR (Dominio Tectónico de la Subplaca de
Maracaibo) a lo largo de un perfil NO-SE que se extiende desde el cabalgamiento de Santa
Marta, hasta el inicio de la cuenca de Barinas-Apure. Se resalta la ubicación de una zona de
transcurrencia sinestral dextral bajo la Sierra Nevada de Santa Marta a una profundidad
aproximada de 30 km.
En esta publicación los autores proponen diversos modelos estructurales para explicar
cómo la convergencia Paleógeno tardío-Neógeno se acomodó a lo largo de pliegues y fallas en el
subsuelo del frente de montaña. Ellos proponen un estilo de deformación emergente relacionado
a la inversión de las características del rift Jurásico (Figura 11). Estos modelos fueron realizados
a partir la interpretación de mapas geológicos, datos de sísmica de reflexión, y pozos en el área
del frente de montaña. Entre sus principales conclusiones se desprende la profundidad de 2- 10
Km de la cuenca de Maracaibo en una geometría de cuña ubicada entre los Andes de Mérida y la
Serranía de Perijá con sedimentos del Cretácico.
3. Marco Geológico
La placa Caribe se sitúa aproximadamente entre las longitudes de 60º y 90º oeste y entre
las latitudes de 10º y 20º norte (Figura 12). Dentro del grupo de grandes placas litosférica, la
placa Caribe se trata de una de las de menor superficie (4.000.000 Km 2), presenta una forma
aproximadamente rectangular y se extiende desde Centroamérica en su límite oeste hasta las
Antillas Menores en su límite este, desde el sur de Cuba hasta el norte de Sudamérica.
Los principales límites de la placa Caribe están marcados por la alta concentración de
terremotos que se produce esencialmente en su periferia dando lugar a una franja ancha y difusa,
y además por los procesos de vulcanismo activo en el margen este (arco volcánico de las Antillas
Menores) como se muestra en la figura (Figura 13).
28
Figura 15 Contexto tectónico general de la placa Caribe, donde se muestran las placas que
interaccionan con la placa Caribe y sus movimientos relativos. Tomado de DeMets et al
(1994).
Afirman Sisson et al. (2005) que los bordes norte, este y oeste de la placa Caribe se
encuentran razonablemente definidos por la sismicidad activa de la zona. Sin embargo,
Bachmann (2001) menciona que, a pesar de que los límites norte y sur de la placa Caribe no se
encuentran muy bien definidos, se sabe que su borde norte está dominado por desplazamiento
transcurrente, a lo largo de un gran sistema de fallas; este borde se extiende desde el centro de
Guatemala hasta el norte de las Antillas Menores.
30
Las diferencias en las tasas de movimiento son acomodadas principalmente en las zonas
de borde de la placa Caribe. Sus principales límites Granja (2005) en:
-Limite Divergente: Definido por la zona extensional (rift) del Centro de Expansión
de las Islas Caimán (tasa de apertura de 15 mm/año en dirección este-oeste). En el
Paso de Mona también se produce extensión sin embargo está claro que se trata de un
borde principal de la placa Caribe (apertura este-oeste de 5mm/año) (pag. 7).
Según el mismo autor se puede definir claramente que en el límite norte de la placa
Caribe se produce un movimiento transcurrente sinestral alineado este-oeste con una componente
de convergencia oblicua (en la zona noreste de La Española, en la Fosa de Puerto Rico y en la
Fosa de los Muertos), y con una componente de divergencia (rift de Mona y pull-appart de las
Caimán). Esto se puede observar en el gran desarrollo de las estructuras de desgarre dentro de los
regímenes tectónicos transpresivo y transtensivos. De igual forma define el límite sur de la placa
Caribe como más complejo y difuso, no hay un límite transcurrente tan claro como en la zona
norte, aquí se producen movimientos de desgarre dextrales pero con una traza superficial más
sinuosa y con mayor importancia que la componente de convergencia.
También concluye a partir del estudio de los mecanismos focales, que en la zona del
Caribe los grandes terremotos (Ms>4.5) tienen lugar más frecuentemente en contextos tectónicos
de subducción como en las Antillas Menores y Centroamérica, y que son menos frecuentes en
límites transcurrentes como al norte y sur de la placa Caribe. Además indica que, el noroeste de
Suramérica (Bloque de Maracaibo) está siendo desplazado hacia el noreste a lo largo del sistema
de desgarres dextrales dentro de Colombia y Venezuela. Este desplazamiento parece deberse a la
colisión durante el Neógeno del arco de Panamá con el noroeste de Suramérica. Las placas
litosféricas subducidas alcanzan en éstas regiones los 150 Km de profundidad específicamente en
la zona de las Antillas Menores y en Centroamérica.
El interior de la placa Caribe está formado por una Meseta Oceánica (Oceanic Plateau)
con un espesor que va desde 12 km a 15 km y con un carácter intermedio entre continental y
oceánico, debido al emplazamiento rápido y extenso de flujos basálticos y sills, sobre ese
basamento se depositaron unos 2 km de sedimentos. El espesor y geoquímica de la meseta
oceánica caribeña es similar a las del oeste del Pacífico incluyendo las de Manihiki y Otong Java,
indicio que argumentan algunos autores para el origen Pacífico de la placa Caribe (Figura 16)
(Pindell et al (2009).).
Desafortunadamente, en el segmento del sur hay una falta de datos isotópicos que
impide el reconocimiento de la diacronía en la deformación, pero se puede datar porque está
pegado al cinturón de cabalgamientos con tendencia este-oeste del margen norte de Sudamérica.
Debido a que todos los segmentos del arco generados durante el Cretácico tienen similar
composición geoquímica y litológica, varios autores proponen el arco como un cinturón
32
volcánico continuo que rodea la meseta oceánica, denominándolo Gran Arco del Caribe (Mann et
al 2007). Este arco volcánico tiene asociadas imponentes cuencas de trasarco (back-arc basins)
Paleógenas. Las cuales se formaron durante un breve periodo de extensión noreste Paleoceno-
Eoceno, fundamentado en datos de flujo geotérmico y de cálculos de profundidad de basamento
usando perfiles sísmicos.
De igual manera Bachmann (2001) afirma que existen tres provincias corticales mayores
en la placa Caribe. La primera está conformada, fundamentalmente, por rocas metamórficas; es
un bloque cortical con basamento pre-Mesozoico, situado en las partes preexistentes de
Norteamérica y Suramérica y en la parte norte de Centroamérica. La segunda provincia es una
corteza continental de edad Mesozoico y Cenozoico, compuesta de arcos magmáticos primitivos
resultantes de la subducción de la placa Pacífico bajo la placa Caribe, y se localiza en la parte sur
34
de Centroamérica. La tercera provincia, la principal, formada a mediados del Cretácico, es una
gruesa corteza oceánica de una meseta basáltica.
En general el modelo pacífico descrito por Bachmann (2001) asume que esta provincia
geológica debe haberse formado en el punto caliente de Los Galápagos, en el océano Pacífico
Sur, durante el Mesozoico Superior, y después se desplazó, por deriva continental, a lo largo de
América del Sur, hasta ubicarse en su posición actual. Se especula que el espesor anormal de la
placa se relaciona con su formación en el punto caliente.
El estudio de Pindell et al (2009) describe en detalle el modelo pacífico a través de las siguientes
etapas:
Cretácico medio: La placa Caribe se traslada hacia el este dentro de las cuencas
evaporíticas del Golfo y del Protocaribe a lo largo de un sistema de fallas
transcurrentes.
Eoceno: Como resultado del movimiento hacia el este de la placa en relación con las
Américas, se han desarrollado sistemas de fallas transcurrentes tanto en el borde sur
como en el borde norte de la placa, y un proceso de orogénesis que persiste en la
actualidad. Se emplazan las napas de Lara y se inicia la apertura de la Fosa de
Caimán. Se inicia la subducción horizontal de la placa Caribe bajo Suramérica.
Según James et al (2009), las dos visiones sobre la evolución tectónica discrepan en
relación con la ocurrencia de los eventos, el origen de los bloques y la disposición de las placas.
Aun así el entendimiento más aceptado es que la placa del Caribe se formó en el Océano Pacífico
y migran entre la placa Norteamérica y Suramérica. Se constituye, por lo tanto, de rocas
oceánicas e intra-oceánicas del arco volcánico. Alternativamente, se podría haber formado, por
extensión, en la separación entre las placas Norte Suramérica por lo que podría incluir la corteza
continental.
Aun cuando lo anteriormente expuesto es una descripción somera de los eventos que
definieron la configuración geodinámica del bloque Norandino (Figura 17), se pone en evidencia
la complejidad de los procesos que estuvieron y están involucrados, en la zona en contacto con la
placa Caribe.
Pérez et al. (2001) manifiestan que el norte de Suramérica es una de las regiones
tectónicas más activas del continente entero debido a la convergencia entre las placas Caribe,
Suramericana y Nazca, las cuales deforman constantemente la corteza continental. De igual
forma el referido autor nos hace entender que la placa Suramérica se mueve en dirección OSO a
una velocidad aproximada de 31 mm/año; la placa de Nazca se mueve en dirección E a una
velocidad de 38 mm/año; la placa Caribe se desplaza en dirección NE a una velocidad de 19
mm/año.
Los cambios a lo largo del rumbo en los Andes colombianos y ecuatorianos resultaron
de variaciones en la extensión Mesozoica así como por el hecho de que el occidente de Colombia
se situaba en el camino de la placa Caribe. Una pronunciada extensión Mesozoica en Colombia
produce la separación de la Cordillera Central y la Oriental. La colisión durante el Cretácico
Tardío del Terreno de Piñón-Dagua causó la inversión tectónica y el alzamiento de la Cordillera
Central junto a una suave deformación en la Cordillera Oriental de Colombia. Los Andes
ecuatorianos también fueron afectados por la extensión, la acreción del Terreno de Piñón-Dagua
causó acortamiento y “deshojamiento” de corteza oceánica Mesozoica y un subsiguiente
amalgamiento de la Cordillera Oriental en una sola unidad geomorfológica.
Una compleja interacción entre placas, previa a la formación de la placa Caribe, dejó a la
deriva una serie de pequeños terrenos que posteriormente fueron acrecionados en la parte norte
del occidente de Colombia. Este amalgamiento periódico de terrenos, junto a una convergencia
oblicua, causó la ruptura de la deformación y una continua reactivación de antiguas zonas de
cizalla.
Gansser (1973) se refiere a los Andes de Mérida como una cadena montañosa separada
de la Cordillera Oriental, en base a importantes cambios en el rumbo y a la presencia de rocas
cristalinas del Precámbrico. Asimismo Colletta et al. (1997) interpreta los Andes de Mérida como
un cinturón orogénico transpresional intracratónico, desarrollado en respuesta a convergencia
oblicua entre dos bloques litosféricos continentales.
En cuanto a la historia y desarrollo de los Andes de Mérida Lugo (1994), indica que
durante el Ordovícico y Silúrico temprano se desarrolló un arco volcánico, conocido como Arco
de Caparo, en el protomargen de Gondwana. Posteriormente, durante el Devónico, se acreciona el
terreno de Mérida (constituido de facies metamórficas de protolito sedimentario) deformando y
metamorfizando las rocas sedimentarias Paleozoicas del protomargen de Gondwana. Luego se
desarrolla un nuevo arco magmático, al menos hasta comienzos del Cretácico, en el basamento
metamórfico de Mérida. Durante el Jurásico ocurre extensión, formándose grábenes de
41
orientación NE-SW que fueron rellenados con capas rojas y basaltos. Esta extensión fue
contemporánea con la apertura del Océano de Tethys y del Golfo de México. El último episodio
de deformación, que da origen a los Andes de Mérida actuales comenzó en el Oligoceno tardío, y
aunque la mayor parte del acortamiento ocurrió durante el Mioceno, aún ocurre una significante
deformación.
Por otro lado, mientras en la Cordillera Central ocurre una actividad magmática y
volcánica abundante con evidencias de migración y ensanchamiento del arco volcánico, la
Cordillera Oriental carece de volcanismo excepto por un aislado volcanismo básico Cretácico.
La Sierra Nevada de Santa Marta, está definida según Montes et al. (2005) de manera
general, por tres cinturones tectono-estratigráficos alineados con dirección NE-SO. Los dos
cinturones al Noroccidente de la sierra son los más jóvenes y se componen de rocas metamórficas
de grado bajo a medio, afectados por plutones triásicos, jurásicos y cenozoicos. El tercer cinturón
al Sureste incluye rocas metamórficas Precámbricas de grado alto (facies granulita) junto a rocas
vulcano-sedimentarias del Triásico-Jurásico.
Según Mann et al. (2006) la zona de Benioff poco activa, que se identifica bajo la
cuenca de Maracaibo confirma la existencia de la subducción de la placa Caribe bajo los bloques
de Maracaibo y Bonaire. La expulsión de estos bloques se debe a la colisión del Arco de Panamá
contra la cara noroeste de Suramérica (Audemard y Audemard, 2002).
Figura 21 Diagrama simplificado muestra los límites del Bloque Triangular de Maracaibo .
Modificado de Cediel et al. (2003)
46
Estudios de GPS confirman el escape de ambos bloques hacia el noreste, lo cual añade
cierta cantidad de deformación a lo largo del cinturón sur del Caribe. Según Audemard et al.
(2006), los datos de GPS confirman el escape del bloque hacia el norte, corroborando así las
interpretaciones hechas por geólogos acerca del movimiento de la falla de Boconó. Otros
aseveran que los datos de sismología y de GPS son insuficientes (e.g. Mann et al., 2006), pero
aun así, aceptan el desplazamiento de este bloque hacia el norte.
En el pasado, el límite de placas puede haber sido más simple, tomando la forma de una
zona de cizalla dextral, formada en dirección este-oeste en los sistemas de fallas Oca-Ancón, San
Sebastián y El Pilar (Figura 23). Dhont´ et al. (2005) ha estudiado la tectónica de los andes, e
indica que el sistema de fallas Oca-Ancón que una vez fue una de las fallas activas más
importantes, ahora es mucho menos activa, por lo que la mayor parte del movimiento pueden ser
asociados al sistema de fallas de Boconó en los flancos noroeste y sureste de los Andes. Además
establece estos cambios en movimientos de las placas, direcciones de los esfuerzos, y/o efectos
acumulativos como los causantes de la reorganización del límite de placa en el margen noroeste
de Suramérica.
Asimismo el referido autor indica que como resultado de la interacción de estas placas,
se formó una cadena montañosa con un eje que está compuesto (de oeste a este) por la cordillera
de los Andes que va de SO-NE en el occidente de Venezuela, y con una dirección casi de este a
oeste a lo largo de las costas del Caribe, la Cordillera de la Costa y la Serranía del Interior. El eje
principal de la cordillera está formado por secuencias de rocas sedimentarias, ígneas y
metamórficas del Paleozoico-Mesozoico, pero también afloran secuencias sedimentarias falladas
y plegadas de la misma edad (principalmente en la Cordillera de los Andes y en la Serranía del
Interior); las tierras bajas son de edad Terciario y Cuaternario y se componen de sólo rocas
sedimentarias; y el escudo de Guayana comprende rocas cratónicas del Precámbrico (WEC
Venezuela, 1997).
48
Figura 23 Fallas principales a lo largo del Norte de la placa Suramérica. Tomado de:
http://img842.imageshack.us/i/machiquestec.jpg/
Cuando se conformaron los Andes, entre América del Sur y el bloque de Maracaibo el
esfuerzo horizontal máximo volcó en sentido antihorario progresivamente desde una tendencia
NNO-SSE a una orientación más de este a oeste, según Audemard et a. (2000), lo que introdujo
simultáneamente fallas con rumbo dextral y sinestral de norte a sur hacia de Valera y el NE-SO
hacia Boconó (respectivamente) y hacia el norte la extrusión del Bloque de Maracaibo. Los
autores también establecen que el bloque de Maracaibo es obducido del resto de la placa Caribe
costa afuera del norte de Venezuela, junto con otros bloques amalgamados en el noroeste de
Suramérica que se aprietan entre las placas Caribe y Suramérica.
Dentro del marco del sistema de fallas es importante destacar la falla de Boconó (Figura
24), y resumiendo las ideas planteadas por Audemard (1998), se tiene que la tendencia NE-SO de
la falla de Boconó (la más rápida y sismogénica de Venezuela) va un poco oblicua al eje principal
de los Andes venezolanos y los limita al este con la Cordillera de la Costa al norte de Venezuela,
se extiende por cerca de 500 km entre la depresión del Táchira (en la frontera entre Colombia y
Venezuela) y Morón (en la costa de Venezuela). En su extremo norte el sistema de fallas de
Boconó, después de salir de la depresión de Yaracuy y de entrar en el Mar Caribe, se inclina 45 °
hacia el este para conectarse a la tendencia este-oeste de las fallas de El Pilar y San Sebastián,
Según Pérez y Mendoza (1998) el sistema se considera el borde transcurrente de la placa Caribe
49
asimismo al sur, la falla de Boconó se conecta a un sistema de fallas inversas sinestrales formado
por la falla Bramón en Venezuela y en Colombia con las fallas Chinácota y Chucarima.
Después de la falla de Boconó, que es considerado por muchos como el límite principal
dentro del cinturón de deformación en el margen meridional de la placa del Caribe, el sistema de
fallas de Oca-Ancón (Figura 25), según Dewey (1972) es la segunda mayor característica
tectónica de este cinturón transpresivo, estas fallas definen los límites sureste y norte del bloque
triangular de Maracaibo (noroeste de Venezuela y el norte de Colombia), que está limitado en su
lado oeste por la falla de Santa Marta-Bucaramanga. La extrusión del Bloque de Maracaibo al
norte causó que cabalgara sobre la placa del Caribe, según lo sugerido por estudios tomográficos
realizados por Van der Hilst (1990) y por las muchas características submarinas reveladas por los
estudios batimétricos y de perfiles sísmicos. El sistema de la fallas laterales dextrales Oca-Ancón
se extiende alrededor de 650 km desde Santa Marta (en Colombia) a Boca de Aroa (en las costas
del este del Estado Falcón). (Audemard, 2000).
50
Figura 25: Mapa del occidente de Suramérica. Se resalta el sistema de Fallas Oca -Ancón.
Tomado de: http://www.petroleumworldve.com/edito07100801.htm
De igual manera Chacín et al. (2005), indica que dentro de la cuenca Barinas-Apure se
presenta una serie de estructuras tipo graben, evidencia de la apertura del Protocaribe por la
extensión asociada a la separación de las Américas. Dichos grábenes fueron rellenados durante el
Jurásico por sedimentos continentales, calizas marinas, rocas volcánicas y sedimentos clásticos
(Schlumberger Oil Services, 1997).
CAPITULO IV
4. Procesamiento de datos
Una vez conocida la zona de interés, se procedió a delimitar los valores de la base de
datos de la USB, en una ventana con un valor máximo y mínimo de latitud y de longitud en torno
al perfil escogido, con la finalidad de establecer un área para el estudio. Seguidamente se
extrajeron los datos gravimétricos de la base de datos. Con estos valores, se elaboraron mapas de
anomalía de Bouguer simple, mediante el uso de programas en GMT y cumpliendo con las
siguientes funciones:
Seguidamente, se realizó la corrección topográfica a los datos del perfil. Para ello se
utilizó la licencia de programa Oasis Montaj, donada a la sala Víctor Graterol de la Universidad
Simón Bolívar. Cumpliéndose los siguientes pasos:
c Datos sismológicos que afectan la zona del perfil. Obtenidos a partir del
reprocesamiento de los datos obtenidos de catálogos sismológicos como CMT
y NEIC.
Una vez establecido el modelo inicial con base en los datos sismológicos y en los
antecedentes descritos previamente, se procedió a manipular la relación entre la gravedad teórica
y la calculada hasta llegar a ajustar con las estructuras profundas la respuesta de anomalía
gravimétrica con el mínimo error posible. Obteniendo así el modelo a interpretar.
5. Resultados y Análisis
En adelante se presentan los mapas de anomalía de Bouguer simple, obtenidos para los
diferentes espaciamientos 1, 2, y 3 minutos de arco.
58
De los mapas mostrados anteriormente se puede extraer que los más convenientes para
el estudio son los de menos de 2 minutos de arco ya que posee una resolución que permite
apreciar las estructuras involucradas con un detalle adecuado.
La anomalía de Bouguer relacionada con los Andes de Mérida se muestra con una clara
tendencia SO-NE prácticamente describiendo el flanco norandino. Esta respuesta gravimétrica se
ve limitada tanto al este como al oeste por valores comparativamente más bajos de anomalía
gravimétrica que se corresponden con las cuencas Barinas-Apure y Lago de Maracaibo
respectivamente.
A los datos para la construcción de los mapas de anomalía de Bouguer se les aplicaron
controles de calidad para verificar la dispersión en sus valores. Este control fue meramente
estadístico y consistió en la construcción de un histograma de frecuencias de los datos. El
histograma reveló que la población tenía un comportamiento normal con tendencia a ser
unimodal (así como lo confirman las medidas estadísticas que se presenta en la Tabla 1). Se pudo
apreciar la existencia de dos familias menores de datos, que pudieran ser simplemente la
respuesta del complejo sistema geológico localizado dentro de la ventana de estudio.
63
Número de observaciones
mGals
Figura 34 Mapa topográfico con resolución 1 segundo de arco, donde se muestra perfil
NO-SE en el bloque Noroccidental de Suramérica.
65
Un bajo posterior luego de la zona (c) la cual tiene correlación directa con la
cuenca Barinas-Apure
66
Luego de realizar la respectiva corrección topográfica se presentan la siguiente
distribución de los valores.
En la figura (Figura 36) se muestra que los altos gravimétricos implican mayores valores
de corrección, esto porque implica una mayor contribución de la topografía al valor de la
anomalía de Bouguer medida.
67
Si observamos esta tendencia se puede corroborar lo descrito anteriormente del
comportamiento mostrado por la anomalía de Bouguer y apreciar que existen respuestas
gravimétricas de muchas estructuras interrelacionadas. Así en los altos de la curva de topografía
las tendencias regionales nos dan información si se toman en cuenta estructuras conocidas. Con
esto se puede identificar por ejemplo la interesante respuesta de anomalía que se extrae del
análisis de la curva de topografía y anomalía simple en la Sierra Nevada de Santa Marta, que de
manera clara maneja el comportamiento de la anomalía de Bouguer para toda esta zona.
También resulta interesante que los datos gravimétricos altos cercanos geográficamente
a los picos en la topografía en los Andes de Mérida, se encuentran parcialmente desplazados
(Figura 36). Esto indica; que el sistema de compensación no puede ser de tipo isostático local
(Lowrie (2007). En cierta forma, el comportamiento de la anomalía indica entonces la existencia
de compensación regional con un desplazamiento hacia el norte, ocasionada por la cadena
montañosa, y en parte opacado por la presencia de la cuenca de Maracaibo. Aun así se podría
proponer que la respuesta gravimétrica mínima de -130 mGal no se encuentra referida en su
totalidad a la cuenca; por ende, dicho valor podría estar asociado a la suma de los efectos de las
contribuciones gravimétricas de la cuenca y de la raíz de la montaña.
Figura 41 Representación de los sismos del área de estudio en una ventana en torno a 5 km
a ambos lados del perfil. Se muestra gráfico de profundidad contra longitud sobre el perfil
de los sismos con una magnitud mayor a 4.5 Mw.
A continuación se presentan los dos modelos obtenidos, que reflejan propuestas para la
configuración de las estructuras profundas en el área de estudio. Para el desarrollo de las
propuestas se tomaron en cuenta a modo de referencia, los modelos planteados en trabajos
previos y que han sido utilizados como antecedentes de esta investigación.
73
El modelo 2 presenta un error de ajuste para la curva de 4,595 mGals, aunque presenta la
mayor dispersión entorno a la Sierra de Perijá y Sierra de Santa Marta. El mejor ajuste parece
encontrase entorno a los Andes de Mérida y la cuenca de Maracaibo por lo que es posible que la
interrupción abrupta de la subducción planteada en el modelo sea plausible. Esta subducción se
muestra con un ángulo de aproximadamente 20º y es de tipo A, extendiéndose hasta la Sierra de
Perijá a una profundidad de 50 km. Esto contrasta fuertemente con lo planteado por el modelo
utilizado como referencia elaborado por Duerto et al. (2006), en el cual la zona de subducción se
extiende con un ángulo moderado (menor a 45º), para luego descender de manera abrupta bajo
los Andes de Mérida.
6. Conclusiones y Recomendaciones
Luego de analizar los resultados obtenidos en los modelos para la región noroccidental
de Suramérica, se decidió unificarlos para establecer conclusiones, esto debido a que ambos
muestran un ajuste adecuado según la relación entre anomalía de gravedad observada y calculada.
Además ambas propuestas cuentan con el apoyo de estudios previos y la ubicación de los sismos
graficados en profundidad para la zona. En adelante se presentan las conclusiones para el estudio,
basadas en cada uno de los elementos que forman parte de los objetivos establecidos al principio
y con apoyo en los trabajos planteados como antecedentes.
6.1 Conclusiones
El contacto entre las placas Caribe-Suramérica posee características que hacen suponer
que existe un desplazamiento relativo entre ellas, que podría ser una subducción Tipo A. En la
cual la corteza oceánica, con un espesor aproximado de 10 km, subduce bajo la corteza
continental hasta una profundidad de 50 Km bajo la Sierra de Perijá, con un ángulo de 20º con
respecto a la horizontal. Ante estos resultados Duerto et al. (2006) plantea una zona de
subducción tipo A, con una variación fuerte en el ángulo de buzamiento bajo los Andes de
Mérida a una profundidad de 100 Km aproximadamente, conclusión que con los datos del
presente trabajo de investigación no parece posible.
Las evidencias sismológicas no son suficientes para establecer una zona de Benioff-
Wadati que valide un contacto destructivo entre corteza oceánica y continental, esto
conjuntamente con la falta de evidencia de vulcanismo actual hace concluir que existe un
régimen de subducción desde el Cenozoico que no se encuentra totalmente activo en la
actualidad, sino que se podría combinar con una transcurrencia dextral en un límite de placa de
tipo convergente. Otro aspecto que debe considerarse en esta hipotética zona de subducción es la
dirección de este movimiento en la cual los resultados del estudio suponen que es en dirección
noreste, de una profundidad suficiente como para causar un mínimo gravimétrico importante.
80
6.2 Recomendaciones
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