La Massmediación. Barbero

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Universidad Central Del Ecuador

Nombre: Mishel Alexandra Abata Checa Semestre: Octavo Cátedra: Comunicación Política
Facultad: Ciencias Sociales y Humanas Fecha: 12/12/2022 Autor: Jesús Martín Barbero
La massmediación: discurso y puesta en escena. Comunicación masiva: discurso y poder.
La idea principal del texto de Martín Barbero (1978) es que la información y la publicidad son la
materia prima de una prensa que cada día está más dominada por el discurso de la mercancía. Dicho
discurso ha dominado y penetrado en la esfera pública y privada incitando a la sociedad al consumo.
Ahora bien, la obra de Martín Barbero (1978) analiza dos discursos: prensa y televisión. Para analizar
la prensa usa como eje la información, mientras que para analizar la televisión utiliza el eje de la
publicidad, ya que la publicidad hace la televisión. Todo esto para dar cuenta que el discurso fabrica
imaginarios en los individuos haciéndolos creer que necesitan mercancías. En primer lugar, el autor
parte manifestado que gran parte de los diarios están bajo el control de empresarios nacionales e
internacionales y, sobre todo, que los diarios se concentran más en la capital que en las provincias. La
prensa se ha convertido en un negocio privado que al mismo tiempo representa los intereses públicos
de la comunicación interna y externa. Los sectores económicos y políticos administran la
comunicación para obtener ingresos, reforzar la ideología de dominación e incitar a los grupos
sociales al consumismo convirtiéndolos en masas. Para lograr esto la clave se encuentra en la
información que difunda la prensa a través del discurso masivo.
La información se ha presentado como el remedio para todos los males, la información es poder.
Antiguamente, la información era escasa, por ello, las sociedades primitivas lo veían como un bien
preciado. Pero, actualmente hay masiva información, por lo cual para las sociedades modernas la
información es un bien de primera necesidad. La información es tan importante como el capital, ya
que la información se puede vender y comprar. Además, para el capital es fundamental la
información, ya que por medio de esta puede conocer aquellos fenómenos de la vida social que
influyen sobre los flujos del mercado. La información ha dotado de estatuto teórico a la objetividad
periodística. Dicha objetividad es la racionalidad cognitiva de la información frente a la emotiva
literatura. Sin embargo, existe una concepción fetichista de la objetividad que se analiza por medio de
vaciado y de sustitución. Cabe mencionar que es la sociedad la que define que es objetivo y que no lo
es, puesto que toda objetividad pasa por un discurso que impone la prensa. No obstante, la imagen ha
posibilitado la objetividad porque la fotografía es una reproducción mecánica de lo real.
Por otra parte, la prensa con el pasar del tiempo se ha consolidado y se la ve como un elemento clave
de la democracia y de la racionalidad. Pero, la prensa ha ido perdiendo protagonismo, lo cual ha dado
paso a la publicidad. Ahora, muchos diarios dependen de la publicidad para subsistir y seguir
generando discursos que atraviesan el Estado y la familia. En este sentido, la noticia se ha convertido
en un producto y mercancía. En la noticia se combina el acontecimiento y el suceso, dado que para
hacer vendible y consumible el acontecimiento el diario necesita crear en el relato un imaginario de
masa que es la sustancia del suceso. El acontecimiento y el suceso tienen sus diferencias. El
acontecimiento necesita de un contexto, pero el suceso no, para el suceso no se necesita conocer nada
del mundo. Es menester mencionar que en la comunicación hay dos modelos de información: el
horizontal (es el modelo dominante) y el vertical. Por último, el discurso de la prensa debe ser
interpretado por el lector como fe y sumisión, y no debe ser objeto de análisis. Los títulos de la noticia
son puestos de forma estratégica para poder capturar la atención del lector. Hay diarios que presentan
en el título de la noticia el actor, la acción y el acontecimiento, pero hay otros títulos que no permiten
ver a qué acontecimiento se refieren.
Finalmente, en lo que atañe a la crítica se puede decir que si bien los medios de comunicación
imponen una determinada ideología a seguir y los empresarios tienden a ver a la comunicación como
un negocio privado. Es decir, Martín Barbero se centra en destacar los aspectos negativos de la prensa,
pero no hay que olvidar los aspectos positivos. La prensa, los diarios, la televisión, etc., ayudan a que
el público se mantenga informado y no se desconecte de la realidad. Si no existieran los medios de
comunicación las personas vivirían en una especie de neblina, la cual no les permitiría saber qué
ocurre a sus alrededores.
Bibliografía:
Martín Barbero. (1978). Comunicación masiva: Discurso y poder. Quito: CIESPAL, pág. 182-230.

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