Codo de Tenista
Codo de Tenista
Codo de Tenista
CODO DE TENISTA
El codo de tenista o epicondilitis lateral es una enfermedad articular que afecta a los
tendones del codo. Estos tendones se inflaman como consecuencia de roturas
microfibrilares en el músculo, provocadas por movimientos repetitivos de extensión de la
muñeca y de supinación del antebrazo -rotación necesaria para voltear hacia arriba la palma
de la mano-.
Normalmente, el sobreesfuerzo que causa estas microrroturas en los músculos extensores
del antebrazo se produce durante la práctica de deportes de raqueta como el tenis, pero
también debido a movimientos reiterados o esfuerzos excesivos de prensión fuerte o
rotación del antebrazo. Por este motivo, puede afectar a toda la población, no solamente a
deportistas, y de hecho, constituye una enfermedad laboral relativamente frecuente en
algunas profesiones.
El dolor puede aparecer a nivel local en el hueso del codo o irradiarse hacia los músculos
del antebrazo y, ocasionalmente, hasta la muñeca. Puede afectar también a la musculatura
extensora de la mano y los dedos, y llegar a originar situaciones muy invalidantes –por
ejemplo, no poder conducir o abrir una puerta- e, incluso, limitar la vida diaria.
Normalmente, afecta al brazo dominante: el derecho en los diestros y el izquierdo en los
zurdos.
¿QUIÉN PADECE CODO DE TENISTA?
Aunque los deportistas presentan una mayor incidencia de esta dolencia, el codo de tenista
puede afectar a un amplio abanico de personas. Se manifiesta tanto en hombres como en
mujeres, aunque parece ser más frecuente en varones de entre 30 y 40 años, y en raras
ocasiones antes de los 20 años.
Dado que cualquiera que haga movimientos repetitivos de extensión de muñeca y
supinación del antebrazo puede sufrir epicondilitis lateral, esta dolencia presenta una
incidencia más elevada en los gremios y profesionales relacionados con la construcción, la
jardinería, la carpintería, la pintura, la cocina o la limpieza doméstica. De hecho, se trata de
una dolencia frecuente entre las amas de casa y también es una lesión común entre
motoristas.
¿CUÁLES SON SUS CAUSAS?
Cuando se usan de manera muy reiterada los músculos del antebrazo fijados al hueso –
llamados tendones- por la parte externa del codo pueden desarrollar pequeños desgarros, lo
que, con el tiempo, produce irritación y dolor en el lugar donde el tendón se fija al hueso.
En concreto, pueden provocar desgarros en el tendón la práctica reiterada de las siguientes
actividades o movimientos:
Jugar con mucha frecuencia al tenis u otros deportes de raqueta. El revés es el golpe
más común que provoca síntomas, pero las causas pueden ser múltiples: desde la
falta de calentamiento previo al uso de una raqueta demasiada pesada.
Cualquier actividad que involucre torsión repetitiva de la muñeca, como usar un
destornillador o, incluso, estrechar manos de manera continuada.
Estrenar una moto -estar acostumbrándose al manejo del freno y el embrague- o
realizar rutas largas en este vehículo.
Uso constante del ratón y/o el teclado del ordenador.
SÍNTOMAS
Entre los síntomas más habituales de la epicondilitis lateral, se encuentran los siguientes:
Dolor local en el codo. Puede empezar de repente o bien desarrollarse de forma
gradual a lo largo del tiempo.
Dolor que se irradia del codo al antebrazo. Puede aumentar al coger cosas, girar
pomos, dar la mano o practicar determinados deportes.
Pérdida de fuerza en el antebrazo.
Rigidez y/o problemas de movilidad en el codo o las manos.
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DIAGNÓSTICO
El diagnóstico del codo de tenista es clínico y se basa en los síntomas previos y en una
exploración física en la que el paciente puede mostrar dolor o sensibilidad al presionar
ligeramente el tendón cerca del sitio en donde se fija al hueso, por encima de la parte
exterior del codo. También puede presentar dolor cerca del codo al flexionar la muñeca
hacia atrás. El médico comprobará, además, la fuerza y el grado de movilidad del codo, la
muñeca y el antebrazo.
Para ello, existen diversas pruebas:
Prueba de Thompson: utilizada para la valoración del dolor.
Prueba de la silla: levantar lateralmente una silla, estando la extremidad superior
totalmente pegada al cuerpo y con el codo en extensión-
Prueba de Bowden: pedir al paciente que haga presión sobre un manguito de un
manómetro mientras lo tenemos inflado a una presión de 30 mmhg.
Prueba de Mills: estando de pie, con el antebrazo mirando hacia abajo, codo en
flexión y mano en extensión, se le pide al paciente que haga un movimiento de
supinación.
Prueba de Cozen: estando el paciente sentado, el codo flexionado y el antebrazo
pronado, se le pide que realice una extensión de la mano a la que nos oponemos.
En ocasiones, es posible que el médico solicite una radiografía, y de igual modo, la
resonancia magnética puede mostrar en ocasiones algunas señales de epicondolitis.
TRATAMIENTO
El tratamiento no quirúrgico del codo de tenista está enfocado en la protección,
disminución de la inflamación y fortalecimiento de los músculos y tendones. Ello se
consigue por las siguientes vías:
Reducir las actividades causantes de dolor, modificar las que lo agravan –
disminuyendo el tiempo y la intensidad – y realizar descansos y estiramientos. Estos
últimos incluyen, además del brazo afectado, el cuello, la espalda, el hombro, la
mano, la muñeca, el antebrazo y el tríceps.
Aplicarse hielo en la inflamación.
El médico puede recetar medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE)
como ibuprofeno, naproxeno o aspirina.
Infiltraciones locales de corticoides.
Fisioterapia. Modalidades como los ultrasonidos, la iontoforesis, masajes o
tratamiento con láser.
Realizar estiramientos y ejercicios de potenciación de los músculos y tendones
afectados, una vez que se ha reducido el dolor.
Si la epicondilitis no responde a las anteriores medidas, puede ser necesario el tratamiento
quirúrgico, que consistiría en una intervención para liberar una parte de la inserción ósea
del tendón. Tras la cirugía, se deben continuar realizando ejercicios de estiramiento y de
potenciación de los músculos.
El codo de tenista se puede prevenir tomando una serie de sencillas precauciones, sobre
todo a la hora de practicar deportes de raqueta:
2. Corrige tu técnica.
5. Aprende a parar.
6. Fortalece tu brazo.
8. Ayúdate de la tecnología.