La Lectura en El Futuro - Gutiérrez, Santiago

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“La Lectura en el Futuro”

Santiago Manuel Gutiérrez Alzáibar

Instituto de Profesorado “Sedes Sapientae”

Profesorado de Educación Secundaria en Economía

Taller de Oralidad, Lectura, Escritura y Tics.

Flavia Ruiz Díaz y Victoria Bohl

21 de junio del 2022


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En el siguiente desarrollo se informará acerca del texto de Virginia Collera: “El futuro de

la Lectura” del año 2012, en el cual se habla de las variaciones que efectúa el avance de la

tecnología en los libros, y, a su vez, los cambios en el accionar de los lectores, las nuevas

oportunidades que se presentan y las adaptaciones que en estos se componen.

La autora dice que “el libro en papel es una tecnología y para muchos, inmejorable. Por

eso precisamente ha tardado tanto en iniciar su tránsito hacia lo digital” (Collera, 2012, párr. 3).

Anteriormente, se decía que un libro era un conjunto de muchas hojas u otro material que

encuadernado formaba un volumen. Hoy en día este concepto cambió; se define al libro como un

argumento o narrativa de larga extensión, sin importar su forma. Este cambio de definición

informa que un libro ya no es necesariamente un conjunto de hojas, sino que su concepto hace

referencia a su contenido y estructura, sin importar la forma física de este.

Estas “nuevas formas” de libro (haciendo referencia a los libros digitales) permitirán al

autor o editor modificar fallas o nutrir la información una vez publicado el escrito, a través de

actualizaciones, pudiendo agregar imágenes, videos, enlaces, etc.

Al igual que los libros, la lectura también cambia. Con los nuevos horizontes que

permiten las nuevas tecnologías, el ejercicio de leer se ha hecho más complejo. Las proyecciones

que acompañan a “la página con letras”, como pueden ser las fotos, videos, enlaces y

documentos, hacen que se tenga que relacionar todo entre sí para encontrar un significado.

También se ha simplificado el hecho de adquirir información complementaria, como

puede ser buscar en internet el significado de una palabra, ver la traducción de un texto entero o

ver incluso fragmentos importantes resaltados por otros lectores. Con esto último, la lectura

permite una nueva forma de sociabilización entre lectores, cambian las posibilidades de
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interacción. Al leer, se podrá anotar y exportar notas, subrayar, añadir marcadores, compartir

fragmentos y ver qué han subrayado otros usuarios. La lectura ya no será una actividad solitaria y

no habrá que “cerrar el libro” para poder charlar y debatir sobre lo leído. “Varios estudios han

demostrado que la lectura tiende a hacernos más empáticos, más alerta con las vidas interiores de

los demás. El lector se abstrae para así ser capaz de conectar más profundamente” (Carr, 2011,

como se citó en Collera, 2012, párr. 15).

Otro punto importante que enriquece la lectura y la expansión del conocimiento es que se

ha facilitado la posibilidad de adquirir y leer libros desde cualquier parte del mundo, impulsando

al lector a salir de su zona de confort y a comprender nuevas palabras y distintas formas de

escritura.

Un gran porcentaje de la población lee libros en soporte digital y esta cifra no para de

aumentar, por lo que no es descabellado pensar que en un futuro la lectura será

fundamentalmente en medios digitales y, por más de que la aparición de los libros digitales no

suponga una amenaza para los libros físicos, estos últimos perderán relevancia, dice la autora.

También se teme el hecho de que los dispositivos de lectura digitales pongan al usuario en

el aprieto de tomar decisiones constantemente: ¿hago clic en el enlace? ¿Abro el vídeo? ¿Leo los

comentarios de otros lectores? ¿Recomiendo el libro en Facebook? Y, a la vez, estas

distracciones podrían afectar la lectura profunda, la cual nos permite reflexionar crítica y

analíticamente sobre lo que está escrito. Wolf (2008, como se citó en Collera, 2012) señala, “a mí

me preocupa que todos queramos lecturas más breves y sencillas. Hemos perdido la paciencia

para esa lectura que favorece pensamientos pausados y nos transporta a niveles de significado

más profundos” (párr. 12).


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En cuanto a las bibliotecas, estas cambiarán su forma; donde antes había estanterías, habrá

hileras de ordenadores, cafeterías y zona wifi. Por otro lado, el trabajo del bibliotecario estará

volcado a la atención y formación del usuario, lo que se llama “alfabetización informacional”.

Este ya no deberá preocuparse por ordenar y catalogar los libros, esta información ya será dada

por internet.

En síntesis, la evolución de la tecnología de la lectura, y su traslado hacia lo digital, es

algo inminente en la actualidad. Se modifican las formas de leer, los enfoques, los intereses, las

interacciones entre los usuarios, los lugares de lectura, las experiencias y un sinfín de sucesos

relacionados a los libros. Se expanden las posibilidades y se alteran los medios.


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Referencias

Collera, V (2012). El futuro de la lectura. El País de España.

https://elpais.com/cultura/2012/09/12/actualidad/1347445405_451371.html

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