Roberto Koch
Roberto Koch
Roberto Koch
Roberto Koch
La lucha contra la muerte
Mientras Luis Pasteur se encontraba sumergido en sus experimentos sobre los pequeños animales
que se encargan de producir el alcohol, un chico alemán, pobre y humilde, se dedicaba a tomar
clases de medicina en la universidad de Gotinga en Alemania. Su nombre era Roberto Koch.
Habían pasado casi 200 años desde los descubrimientos de Leeuwenhoek;a pesar de todo lo que
ya se había encontrado aún no se daba con la causa de las enfermedades que tanto aquejaban a la
sociedad en esos tiempos. La gente seguía enfrascada en supersticiones. Aún no se llegaba a
descubrir que los microbios eran la causa de millones de muertos en el mundo por enfermedades
como el cólera.
Koch era un soñador. Soñaba con viajar a lugares exóticos alrededor del mundo. Pero todo eso
quedó de lado cuando contrajo matrimonio con Emma Frantz. Nunca le había pasado por la
cabeza ser un investigador como pocos ha habido en el mundo y mucho menos que sus
descubrimientos cambiarían el rumbo de la humanidad. Se limitaba únicamente a recorrer los
pueblos tratando de ayudar a los ciudadanos que tuvieron alguna dolencia.
Para ocasión de su cumpleaños recibió de su esposa un microscopio. Este regalo hizo conocer a su
esposo paisajes nunca imaginados por él. Impulsado más por curiosidad que por otra cosa,
comenzó a observar las cosas pequeñas que existían, las cuales nunca había imaginado.
Por aquel entonces ni siquiera los médicos más estudiados y reconocidos podían dar respuesta a
las causas de las enfermedades. Mucho menos él, que había tomado cursos incompletos para
realizar la práctica médica.
En ese tiempo la enfermedad del carbunco, dejaba miles de animales, como ovejas y vacas
muertos con la sangre convertida en un montón de líquido espeso y negro. Se podía observar en la
mañana a una oveja comiendo felizmente y en la tarde ya estaba triste, al día siguiente aquella
misma oveja era encontrada sin vida. Todo esto causaba muchas pérdidas para los ganaderos que
miraban como poco sus animales morían sin poder hacer nada.
Robert observó con su microscopio muestras de sangre de animales muertos por carbunco. En
ellos encontró pequeños animales en forma de bastón. Se preguntaba si estaban vivos y si ellos
eran los causantes de las muertes de los animales. Incluso pensó si esos animalitos eran el
resultado de dicha enfermedad.
Para resolver sus dudas comenzó a experimentar en ratones. Inyectaba esos pequeños bastoncitos
a los pobres ratones, para ver si contraían la enfermedad.
Después de realizarlo con el primer ratón al día siguiente que entró en su laboratorio, miró al
pobre animal con las patas hacia arriba y los pelos de punta, completamente inerte. Observó
después los órganos del animal muerto y notó que estaban plagados de bastoncitos y así afirmó la
idea de que estos pequeños seres eran la causa del carbunco.
Para ese entonces Koch no había oído hablar del trabajo realizado por Pasteur. También
desconocía la manera en que este hacía cultivos donde se multiplicaban esos pequeños
organismo. Así que ideó un medio para poder hacer que estos microbios se desarrollaran y
multiplicaran.