RESUMEN
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RESUMEN
Las cuatro divisas mas usadas hoy día en el mundo para efectuar
transacciones internacionales son: el dólar estadounidense, el euro, el yen y la
libra esterlina, que pueden flotar libremente una respecto a la otra. De esta
manera, las fuerzas del mercado establecen los tipos de cambio, que fluctúan día
a día, si no es que minuto a minuto.
Otros países que no desean adoptar un tipo de cambio fijo formal tratan de
conservar el valor de su divisa dentro de algún rango respecto de una moneda
importante de referencia, como el dólar, o una canasta de monedas, lo que se
conoce como flotación controlada o sucia. La divisa flota debido a que, en teoría,
su valor es determinado por las fuerzas del mercado, pero es una flotación
controlada porque el banco central del país interviene en el mercado de divisas
para mantener el valor de su moneda si esta se deprecia muy rápido contra la
divisa referencia.
Para entender como funciona el sistema, debemos revisar su evolución.
Iniciaremos con un análisis sobre el patrón oro y su disolución durante la década
de 1930, luego analizaremos la conferencia Bretton Woods de 1944, donde se
crearon dos importantes instituciones que participan en el sistema monetario
internacional: El FMI y el BM. El FMI asumió la función de mantener el orden
dentro del sistema monetario internacional, y el Banco Mundial la de promover el
desarrollo económico.
2. Patrón Oro
Este patrón tiene su origen en el uso de monedas de oro como medio de
intercambio, unidad de cuenta y reserva de valor, una práctica muy antigua.
Cuando el volumen del comercio internacional era limitado, el pago por los bienes
adquiridos a otros países, por lo general, se hacia de oro o plata; sin embargo,
conforme el volumen del comercio internacional se expandió tras la Revolución
Industrial, se necesitó un medio más conveniente para financiarlo, pues era muy
poco practico transportar enormes cantidades de oro y plata alrededor del mundo.
La solución consistió en acordar el pago en papel moneda y que los gobiernos
accedieran a convertirlo en oro, en le momento de la transacción, con un tipo de
cambio fijo. La practica de fijar una moneda al oro y garantizar su
convertibilidad se conoce como patrón oro.
Disciplina monetaria:
Al analizar el sistema de Bretton Woods se examino la naturaleza de la disciplina
monetaria inherente a los tipos de cambios fijo. La necesidad de conservar una
paridad cambiaria fija garantizar que los gobiernos no expandan sus ofertas
monetarias con tasas inflacionarias. Mientras los partidarios de los tipos de cambio
flotantes arguyen que cada país debe tener libertad para elegir su propia tasa de
inflación, los partidarios de los tipos de cambios fijos aseveran que, a menudo, los
gobiernos ceden ante las presiones políticas y expanden la oferta monetaria
demasiado rápido, lo que ocasiona una inflación inaceptable alta. Un régimen de
tipos de cambio fijos garantiza que ello no ocurra.
Especulación:
Los críticos de los tipos de cambio flotantes también sostienen que la
especulación ocasiona fluctuaciones en los tipos de cambio. Apelan al auge
vertiginoso y a la subsecuente caída del dólar frente a otras monedas durante la
década de 1980, fenómeno que, según su visión, no tenia nada que ver con las
tasas comparativas de inflación y el déficit comercial de Estados Unidos, pero si
con la especulación. Aseguran que, cuando las casas de cambio observan el
encarecimiento de una moneda frente a otras divisas, ante la expectativa de una
depreciación futura, tiende a venderla sin considerar las consecuencias a largo
plazo en la moneda en cuestión.
Incertidumbre:
las especulaciones también contribuyen a generar incertidumbres sobre los
movimientos monetarios futuros que caracterizan a los tipos de cambio flotantes.
Lo imprevisible de los movimientos cambiarios luego de la era Bretton Woods
dificulto la planeación de los negocios e hizo de la exportación, la importación y la
inversión extranjera actividades riesgosas. Con un tipo de cambio volátil, los
negocios internacionales no saben como reaccionar ante los cambios y, por lo
regular, no lo hacen.