Tema 4 - La Espiritualidad de La Renovación Carismática
Tema 4 - La Espiritualidad de La Renovación Carismática
Tema 4 - La Espiritualidad de La Renovación Carismática
A. Introducción:
a. Evocación:
¿Qué es lo que más caracteriza tu forma de ser? Identifica cuatro o cinco
elementos puntuales.
1. La espiritualidad cristiana
La espiritualidad es un modo de vivir la vida total, es un talante de vida.
Segundo Galilea la define como «la motivación que impregna los proyectos y
compromisos de vida». Otros la definen como
«la vida conducida por el Espíritu». Es, pues, un proceso de seguimiento de
Cristo bajo el impulso del Espíritu y bajo la guía de la Iglesia, por el camino de
la propia vocación.
La cruz.
El amor a todos.
La fe.
El compromiso.
La espiritualidad cristiana también requiere del creyente el vivir por el Espíritu
Santo y ser conducido por Él. Vivir según el Espíritu es vivir según los criterios
y perspectivas de Dios. Pero es una espiritualidad encarnada, pues la fe, la
esperanza y el amor tienen que encarnarse proyectándose hacia quienes son
el rostro escondido de Dios: nuestros hermanos.
Por eso, el hombre tiene que pasar por el bautismo y optar por Jesucristo. Esta
opción incluye un largo proceso de purificación o sanación que se llama
obediencia de la fe y que se inicia cuando la gracia te lleva a someter tu vida al
señorío de Jesús. De esta forma, el poder del Resucitado y Señor desalojará
de nosotros el dominio de todos los demás señores. Es una acción liberadora,
pero en ella se van a sentir conmovidos los cimientos del propio yo. El
sometimiento de tu vida al poder del señorío de Jesús va a constituir el inicio
del proceso de la santificación de cada persona”.
b. Trinitaria
Reflexión personal
e. Experiencia de liberación
g. La alabanza
La alabanza brota inmediatamente que te das cuenta de quién es el Señor y de
lo que Él hizo y hace en cada uno y en la comunidad. Por otra parte, el Señor
usa la alabanza para hacer al grupo más receptivo a la acción del Espíritu
Santo. No hay nada más bíblico ni eclesial que la alabanza. La Eucaristía está
llena de alabanzas: oración colecta, Gloria, prefacio, Sanctus, plegaria
eucarística, doxología final de la plegaria eucarística, etc.
Dios es un ser muy libre y en Él caben todo tipo de manifestaciones. Por eso,
cuando sientes la oración de alabanza como una liberación, te das cuenta de lo
verdadera que es. Sólo cuando te haces libre, conoces lo inhibido que estabas
antes. Somos nosotros los que recortamos mil libertades, los que nos
cargamos de exigencias y los que nos creamos multitud de tabúes. La
alabanza en la Renovación es liberadora, ensancha el corazón y da rienda
suelta a sentimientos siempre coartados por la estrechez de los ritualismos.
La Palabra de Dios. Por ella conocemos los designios de Dios, aprendemos
los criterios y valores del reino, y nos vamos transformando en Cristo.