Unidad Iv - Contenido - Psicología en Salud - 113425770
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Unidad 4
PSICOLOGÍA DE LA SALUD – UNIDAD 4
Introducción
Todo ser humano al nacer posee una personalidad "potencial", en cuanto a que tiene
los elementos básicos de la misma. Esta potencialidad comenzará a ser realidad cuando
se inicie el desarrollo de ciertas características y capacidades, como trabajo intelectual,
creatividad, conducta intencional y valores éticos, entre otras, que indican que los
diversos elementos de la personalidad están funcionando con cierto nivel de
organización. Se puede hablar de personalidad estructurada cuando el individuo logra
dinamizar de forma integrada y con autonomía estos aspectos básicos, lo que le llevará
a tener una conducta y un pensamiento característicos.
Objetivo
General
• Describir las dimensiones de la personalidad a través de los distintos modelos
teóricos
Específicos
• Reconocer los Modelos dimensionales de personalidad y salud.
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PSICOLOGÍA DE LA SALUD – UNIDAD 4
UNIDAD IV LA PERSONALIDAD
4.1. Personalidad Concepto y Dimensiones estructurales de la
personalidad: psicología de los rasgos.
Concepto
En el siglo III, los teólogos cambian el sentido del vocablo y entienden por persona algo
interior, de matiz sustancial o esencial. Y en el siglo VI, Boecio añade a esta concepción
el atributo de la racionalidad. (Morris, 2000).
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PSICOLOGÍA DE LA SALUD – UNIDAD 4
Personalidad es
la organización
Esta
dinámica, en el
definición
interior del
indica que la
individuo, de los
personalidad
sistemas
es de
psicofísicos que
naturaleza
determinan su
cambiante:
conducta y su
organización
pensamiento
dinámica
característicos.
Puntualmente, estos cinco grandes factores son denominados como Extraversión (E),
Amabilidad (A), Responsabilidad (C), Neurotickismo (N) y Apertura a la Experiencia (O).
Pese a que existe algún acuerdo en la literatura de personalidad acerca de las
características de los factores de orden superior, no existe tal consenso con relación a
un conjunto óptimo de facetas de bajo nivel. (Bouchard y Loehlin, 2001).
Así, por ejemplo, hay 45 dimensiones bipolares en el modelo ABC de los cinco grandes
propuesto por Goldberg (1992), dimensiones bipolares en el modelo homónimo de
Costa y McCrae tal como se ha operacionalizado en su inventario NEO revisado (NEO
PI-R); existen alrededor de 35 facetas incluidas en las escalas del Inventario de
Personalidad de California y el bien conocidos 16 factores primarios de la estructura
postulada por Cattell en su Cuestionario de los 16 Factores de Personalidad (16PF).
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PSICOLOGÍA DE LA SALUD – UNIDAD 4
Esta dimensión no aparece en todos los modelos factoriales de personalidad, tal vez por
su marcado carácter valorativo.
Evalúa la capacidad para actuar de acuerdo a propósitos o metas claras, para poder
organizar y llevar adelante proyectos e ideas.
El polo negativo es propio de personas que andan sin rumbo u objetivo, o resultan
indolentes. Esta dimensión, también ausente en otros modelos, incluye el control de
impulsos tanto como una clara disposición a ser escrupuloso y obediente.
- Competencia: sentimiento de creerse capaz, efectivo y resolutivo para tratar con los
aspectos de la vida. (Benet-Martínez, V. y John, O. 1998).
- Asertividad: tendencia a estar seguro con uno mismo, facilidad para verbalizar lo que
se piensa, aunque se esté en desacuerdo.
- Ideas: apertura de mente a cosas nuevas, a las ideas poco convencionales, interés por
los argumentos intelectuales.
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PSICOLOGÍA DE LA SALUD – UNIDAD 4
- Valores: tendencia a reexaminar los valores sociales, religiosos, políticos, rechazo del
dogmatismo (Widiger, 2005).
Los modelos dimensionales han cobrado aún más importancia gracias a los estudios
acerca del temperamento que evidencian que existirían tres dimensiones innatas
biocomportamentales; dos de ellas se refieren a la estructura afectiva, afectividad
positiva y negativa, y la tercera tendría que ver con la desinhibición o inhibición del
sistema nervioso (Clark, 2005).
La dimensión del afecto negativo hace referencia a un malestar subjetivo compuesto por
varios estados emocionales negativos, como el miedo, tristeza, ira, disgusto y culpa. De
forma similar, la dimensión del afecto positivo refleja la co-ocurrencia de estados
emocionales positivos, llevando a que la persona se sienta entusiasmada, activa y alerta
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PSICOLOGÍA DE LA SALUD – UNIDAD 4
En ese sentido, se ha pensado que las dimensiones del afecto positivo y negativo son
estables y predictivas en el tiempo. Su estabilidad se comprobó en un estudio de
seguimiento por 7.5 años con estudiantes universitarios (Watson y Walker, 1996).
Así, los estados de afecto positivo y negativo están relacionados con rasgos de
afectividad positiva y negativa, que reflejan las diferencias individuales en reactividad
emocional (Clark y Watson, 1988).
Este modelo tiene sus raíces en el paradigma léxico recogiendo lo que es más
significativo cuando se describe a una persona y que queda codificado en el lenguaje.
A partir de esto se habla de cinco factores, o dominios, en tanto se plantea que dentro
de estos existen grados o variaciones que emergen en la medida que las personas
desarrollan más palabras para evidenciar los grados o variaciones de cada uno de los
factores iniciales (Widiger y Crego, 2019).
Este modelo cuenta con amplia validación empírica, incluyendo estudios de replicación
cultural, de genética comportamental, antecedentes en la infancia, estabilidad,
neurociencia, y validaciones en diferentes idiomas (Widiger y Crego, 2019).
Por esta razón, por su correlación con trastornos físicos y emocionales y por el hecho
de que las personas con altas puntuaciones en neuroticismo presentan mayor
frecuencia de uso de los servicios de salud física y mental, este rasgo es altamente
significativo en la salud pública.
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PSICOLOGÍA DE LA SALUD – UNIDAD 4
Las personas con altos niveles de extraversión reportan tener mayores emociones
positivas en el contacto social, así como mayor afecto positivo, lo cual repercute en la
frecuencia, intensidad y duración de las emociones asociadas (Verduyn y Brans, 2012).
Por esto se ha reportado que la apertura se asocia con la capacidad de hacer una
revaloración de situaciones inicialmente percibidas como amenazantes (Schneider, et
al, 2012).
Respecto a la amabilidad, las personas con altas puntuaciones en este factor tienden a
ser altruistas y ayudan en todo lo necesario (Costa y McCrae 2008).
Es importante anotar que una mayor amabilidad se ha asociado con mayor reactividad
en la respuesta de experiencias estresantes, pero, al mismo tiempo, los pacientes con
altas puntuaciones en amabilidad presentan mayores tendencias a efectuar
comportamientos relacionados con la salud, como la notable adherencia a los
tratamientos con antibióticos (Koots-Ausmees et al., 2016).
Con respecto a la estabilidad de los rasgos, encontraron que, aunque se trata de rasgos
estables, estos pueden presentar algunas variaciones con la edad. El estudio indicó que
existen diferencias estadísticamente significativas en el nivel inicial y en la tasa de
cambio de neuroticismo y extraversión en un período de seguimiento de 12 años.
Adicionalmente, se encontró que los eventos vitales afectan principalmente la tasa de
cambio del neuroticismo, por encima de la extraversión y se encontró que el
neuroticismo disminuiría con la edad, mientras que la extraversión aumentaría (Mroczek
y Spiro, 2003)
En un principio, en los estudios observaron que aquellos que tenían una personalidad
tipo A solían tender a experimentar más preocupación alrededor del estatus social y a
conseguir más logros. Además, la conducta de tipo A solía estar relacionada con la
adicción al trabajo, así como con los problemas de autoestima y la impaciencia.
(Pedersen, S. et.al., 2004).
Por otro lado, las personas con personalidad de tipo B reportaban niveles más altos en
su satisfacción de vida, así como tenían más paciencia ante las situaciones estresantes
(Pedersen, S. et.al., 2004).
Esta teoría sobre los tipos de personalidades se desarrolló con el tiempo y se aumentó
a cuatro patrones de la personalidad que nos permiten saber cómo reaccionamos ante
los factores externos. (Pedersen, S. et.al., 2004).
Según esta teoría sobre los diferentes tipos de personalidad en función de la reacción
al estrés o a los eventos externos, existen cuatro patrones de conducta.
Personalidad tipo A
Competitividad
Los individuos con estos patrones de conducta suelen tener tendencia a ser más
competitivos y autocríticos. Las personas con estos tipos de personalidad se esfuerzan
por alcanzar sus metas a pesar de que no se sienten satisfechos por los logros o el
esfuerzo que realizan para conseguirlos. De hecho, esto implica que se alteren
fácilmente y tiendan a reaccionar de manera exagerada. (Ray y Bozek, 1980).
Las personas con una personalidad tipo A suelen estar en constante lucha contra el
reloj. Tanto es así que suelen impacientarse además de estar siempre ante una agenda
muy apretada repleta de compromisos.
Hostilidad:
Aquellas personas que se definen por un patrón de conducta de tipo A suelen tener más
tendencia a experimentar irritabilidad y hostilidad hacia los demás. Esto sucede ya que
no tienen buenas habilidades para expresarse abiertamente ante los demás. (Ray y
Bozek, 1980).
Por otro lado, este patrón de la conducta está más asociado a enfermedades coronarias,
como el colesterol alto, presión arterial alta, diabetes y estrés (Ray y Bozek, 1980).
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Personalidad tipo B
Conducta relajada
La personalidad tipo B suele ser más tolerante con las personas además de tener un
tipo de personalidad más relajada ante los eventos. (Burger, J., 2006).
Buscan el apoyo
Cuando una persona con personalidad tipo B sufre de estrés suele buscar el apoyo de
los demás para poderlo afrontar. (Burger, J., 2006).
Postergación
Estos tipos de personalidad suelen tener más tendencia a postergar sus tareas ya que
suelen no forzarse ante los retos debido a su actitud más calmada.
Aunque aquellos que se definen con el patrón de conducta tipo B no son muy
ambiciosos, la realidad es que afrontan con más calma y confianza las situaciones
estresantes. (Burger, J., 2006).
Personalidad tipo C
Las personas con el patrón de conducta tipo C se definen por las siguientes
características:
Perfeccionismo
Este patrón de comportamiento suele ser muy similar al tipo A. La diferencia clave está
en la tendencia al perfeccionismo que este tipo de personalidad tiene. (McLeod, S.,
2017).
Suelen ser personas a quiénes les cuesta mucho expresar sus propios sentimientos, de
hecho, los suelen ignorar en vez de afrontar.
Según los estudios, debido a estas características este patrón de conducta puede ser
un factor de riesgo del desarrollo del cáncer. De hecho, las investigaciones muestran
cómo la personalidad puede afectar a nuestro sistema inmunológico. (McLeod, S.,
2017).
Personalidad tipo D
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PSICOLOGÍA DE LA SALUD – UNIDAD 4
Afectividad negativa
Inhibición social
Al respecto, los estilos de vida como uno de los determinantes básicos de la salud, junto
con los factores biológicos, medioambientales y los relacionados con los sistemas de
salud. A partir de este planteamiento multifactorial, se han realizado suposiciones acerca
de la importancia relativa de cada uno de estos factores en la determinación de la salud.
(Lalonde, 1974)
A pesar de la utopía de este concepto, se remarca que plantea una perspectiva positiva,
subjetiva y holística de la salud, que ha derivado hacia definiciones más funcionales,
como la de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la que se considera la
salud como una facultad de adaptación humana al medio ambiente, de ajuste del
organismo a su entorno (2007).
De esta forma, se ha pasado de un enfoque previo centrado en los riesgos para la salud
a un enfoque de resiliencia con perspectiva positiva. De la conjunción de ambos
planteamientos, tanto el aspecto perceptivo subjetivo (bienestar) de la salud como su
más reciente conceptualización funcional (capacidad de adaptación) (Moreno, Garrosa
y Gálvez, 2005).
La Salud Mental se define como; “La capacidad de tener relaciones armoniosas con
otros, la participación constructiva en las modificaciones de su ambiente físico y social
y también la capacidad de obtener una satisfacción armoniosa y equilibrada de sus
propios impulsos instintivos” esta definición es más amplia que considerar a la salud
mental como a la ausencia de enfermedad y muestra tres dominios: (Sánchez, M, y
Cardenal, V. 2005).
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1. Autorrealización.
Lo que permite al individuo explotar su potencial.
2. Sentido de Dominio.
Sobre él mismo y su ambiente.
3. Autonomía
La capacidad de identificar, confrontar y resolver sus problemas. Existen varias
definiciones de salud mental desde diferentes perspectivas: Desde la personalidad
saludable; Leightan y Murphy mencionan que es la visión de la dimensión afectiva que
la caracteriza como una sensación subjetiva de bienestar. Desde el abordaje
salutogénico implica la capacidad de responder flexiblemente a los factores estresantes
a partir del optimismo. (Sánchez, M, y Cardenal, V. 2005).
Respecto a la calidad de vida se dice que se define como una percepción individual de
la persona sobre su posición en la vida, en el contexto de la cultura y los sistemas de
valores en los cuales ella vive y en relación con sus metas, expectativas estándares y
preocupaciones. (Sánchez, M, y Cardenal, V. 2005).
1. Esencia o espiritualidad.
2. Trabajo y Ocio.
3. Amistad.
4. Amor.
1. Sentido de valor
2. Sentido de control
3. Sentido realístico
4. Conciencia emocional
8. Nutrición.
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9. Ejercicio.
10.Sentido de autoprotección.
Hay que mencionar que la salud mental no implica necesariamente la salud física,
aunque la primera beneficia en mucho al restablecimiento de la salud física. (Sánchez,
M, y Cardenal, V. 2005).
El individuo normal tiene una actitud armónica provocada por la armonía de su energía
psíquica. (Sánchez, M, y Cardenal, V. 2005).
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1. Es Flexible.
Son personas que pueden reaccionar de diversas formas es decir tienen un repertorio
alto de conductas.
3. Capacidad de tolerancia.
1. Autodominio y autoconocimiento.
2. Responsabilidad de acciones.
6. Cultivo intelectual.
7. Educación de la voluntad.
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2- Bibliografía Complementaria
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