PEDAGOGIA
PEDAGOGIA
PEDAGOGIA
Tradicional:
Según Montessori la niñez es una etapa específica, se debe crear un ambiente acorde a
las características del niño, que se desplacen libremente por la escuela, con autonomía, y
que viva democráticamente en la escuela.
El docente tiene el papel de técnico, es quien enseña los contenidos, no quien los
prepara.
Freire: Introducción:
El ser humano ha evolucionado a través del tiempo; nuestros ancestros fueron nómadas,
posteriormente sedentarios, esto se debe a la capacidad del hombre de razonamiento e
inteligencia para transformar la naturaleza y permanecer de ella. El hombre se ha
adaptado a su entorno mediante transformaciones, para satisfacer las necesidades de
este. Por lo tanto modifica, adapta y se apropia de esos cambios.
Con todos esas modificaciones que han germinado en relación a las necesidades del
mismo, estas han trascendido en varios niveles ya sea económicos, sociales, culturales,
políticos por mencionar algunos. Se podría considerar que una de sus virtudes, es la
adaptabilidad que este tiene ante un presente en constante cambio.
La educación no podría quedarse atrás, ante la demanda de una sociedad en progreso
constante, por la cual la educación se ha tenido que adecuar de acuerdo a las
necesidades una organización social diferente. Toda esta reestructuración dentro de la
educación es con ayuda y aportación de otras ciencias tales como: filosofía, pedagogía,
psicología, arqueología por mencionar algunas, tienen como finalidad el bienestar del
educando. El ser humano es un ser educable, y la educación es un medio eficaz para
formar a un individuo, la axiología ayuda a formar individuos para tener una armonía
entre la sociedad. Por tal motivo en el presente trabajo se analiza la importancia del
papel del educador como generador de conocimientos y sin dejar de lado el compromiso
social tiene.
PRESENTACIÓN
Frente a esta situación ética, Freire (1997) señala que debemos retomar posiciones que
nos lleven a comprometernos a una búsqueda de consecuencias y alternativas de
solución para, de esta forma, ser coherentes en nuestro trabajo personal, como
ciudadanos, como maestros en el aula o en donde quiera que estemos. Freire habla de un
compromiso ético que todo educador debe asumir. Para Freire (1997), cuando hablamos
de ética y de postura esencialmente democrática, porque al no ser neutra la práctica
educativa, la formación humana, implica elecciones, rompimientos y disposiciones.
Estar en favor de un sueño y contra de alguien es imperativo exigir la eticidad del
educador, su necesaria militancia democrática, la obligación a tener una relación
coherente, permanentemente; coherencia entre el discurso y la práctica.
A través de una educación para la libertad "los educandos van desarrollando su poder de
captación y de comprensión del mundo que, en sus relaciones con él, se les presenta, no
ya como una realidad estática, sino como una realidad en transformación, en proceso. ...
La tendencia entonces, tanto del educador-educando como la del educando-educador, es
la de establecer una forma auténtica de pensamiento y acción: pensarse a sí mismo y al
mundo, simultáneamente, sin dicotomizar este pensar de la acción”. (Freire, 2003: 43)
LA EDUCACIÓN COMO IDEOLOGÍA
Por otro lado, los estudiosos del currículo analizan la influencia del gobierno en la
educación donde no existe nada objetivo, sino que la ideología, la lucha por el poder y
las ideas están en constante pugna. Dentro de la teoría curricular se ha establecido el
término curriculum oculto, para designar justamente lo que está detrás de toda
propuesta educativa (Stenhouse: 1998). Por eso la función del maestro es más
importante de lo que se aprecia a primera vista. Es compromiso de cada uno abrir
horizontes y ser conscientes de nuestro entorno, ser autocríticos y no abandonar a las
masas, porque el docente es finalmente también un trabajador, un asalariado que vive
propiamente las injusticias sociales; sino por el contrario, desarrollar conciencia en
ellas, a fin de tomar un posicionamiento frente al mundo. (Stenhouse, 1998).
Por otra parte, para Freire (1997), la actividad de enseñar contenidos es importante, ya
si es enseñada como un testimonio ético de lo enseñado, la práctica, implica un esfuerzo
al reproducir la ideología de lo enseñado, la práctica, implicando un esfuerzo al
reproducir la ideología dominante así como su desenmascaramiento. Esta doble
dualidad que siempre tenemos que trabajar y tener visible en nuestra práctica docente,
porque en la medida que tengamos un objetivo, un por qué y para qué, a quién y en
contra de qué o quién, al intentar implementar el acto educativo, en esa medida es que
el ser humano se desarrolla en nuestra aula. El concepto de ideología, que ya había sido
planteado por Gramsci anteriormente, es vital en el discurso educativo de Freire. Él
estaba convencido que a los ciudadanos se les puede o se les debe enseñar la
democracia cada que hacen la democracia, cuando la ejercen, analizan, o debaten los
problemas y tienen una participación genuina.
La Escuela Nueva como movimiento pedagógico de principios del siglo XX, mediante
instrumentos sencillos y concretos, muestra una gama de actividades donde se
promueve el aprendizaje activo, el aprendizaje colaborativo, y el fortalecimiento con la
relación escuela-comunidad y un mecanismo de promoción flexible adaptado a las
condiciones y necesidades de la niñez (Alcaraz: 2002). La escuela será vista bajo un
modelo centrado en el niño, su contexto, comunidad, incrementando la retención
escolar, reduciendo la deserción y la repetición y ha demostrado mejoramientos en
logros académicos, así como en la formación de comportamientos democráticos y de
convivencia pacífica. Podemos darnos cuenta que la Escuela Nueva transforma a la
escuela convencional y su manera de aprender.
La forma de trabajar del maestro dentro de la Escuela Nueva se transforma, deja de ser
instructor como anteriormente se presentaba en la escuela tradicional, convirtiéndose en
un acompañante auxiliar del libre aprendizaje y desarrollo del alumno. Este es
considerado como un individuo que piensa y actúa en forma libre y espontánea. La
relación que se establece entre maestro-alumno es horizontal, pero con fines específicos.
La participación de los padres de familia dentro de la Escuela Nueva es fundamental, ya
que su vivencia se refleja en la experiencia del niño y ésta servirá de base a la educación
intelectual, mediante el empleo adecuado de trabajos manuales y la educación moral.
Una de las preguntas que hacían los filósofos de la educación era el para qué de la
educación. Siguiendo a Freire, el fin de la educación es mantener y acrecentar el
potencial del niño, salvaguardar su impulso vital, que no necesita que se le provea de
los medios de ejercitarse; de acrecentar sus recursos y capacidades. De ahí que el primer
objetivo de la nueva educación será aumentar la potencia espiritual y la capacidad de
trabajo productivo del estudiante. Para ello, habrá que saber no solo leer textos, sino
fundamentalmente aprender a leer la realidad, donde contexto y texto se funden en uno
solo. (Freire, 1984: 95)
El camino para lograr este objetivo es triple por un lado, conservar y acrecentar la
energía, el impulso vital, corporal y espiritual más importante que cualquier
conocimiento técnico, por otro lado, el aprendizaje de una técnica, sea intelectual o
manual, no se justifica sino como medio para alcanzar ese fin; por último los
conocimientos teóricos están subordinados a la técnica misma, como medios a utilizar
para alcanzar el fin expreso. El propósito esencial de la educación es propiciar la
actividad centrada en el niño, la que parte de la voluntad y de la inteligencia personal
para desembocar en un enriquecimiento intelectual, moral y espiritual del sujeto. No
debemos presionar sobre el alumno, sino estimularle para que a través de la praxis, se
conforme en un ciudadano nuevo.
La metodología utilizada por Freire sigue la misma línea dialéctica: teoría y método. La
metodología surge de la práctica social para volver, después de la reflexión, sobre la
misma práctica y transformarla. De esta manera, la metodología está determinada por el
contexto de lucha en que se ubica la práctica educativa: el marco de referencia está
definido por lo histórico y no puede ser rígido ni universal, sino que tiene que ser
construido por los hombres y las mujeres, en su calidad de sujetos cognoscentes,
capaces de transformar su realidad. En la manera en que Freire concibe la metodología,
queda expresada en principales variables que sirven de coordenadas al proceso
educativo como acto político y como acto de conocimiento; éstas son:
Por ser una pedagogía basada en la práctica, ésta está sometida constantemente al
cambio, a la evolución dinámica a la reformulación. Si el ser humano es un ser
inacabado, y este ser inacabado es el centro y motor de esta pedagogía, es obvio que el
método tendrá que seguir su ritmo de dinamicidad y desarrollo como una constante
reformulación. Según Freire (Blanco, 1992), la educación debe comenzar por superar la
contradicción educador- educando. Debe basarse en una concepción abarcadora de los
dos polos en una línea integradora, de manera que ambos se hagan a la vez educadores y
educandos. Es imprescindible que el educador humanista tenga una profunda fe en el
ser humano, en su poder creador y transformador de la realidad. El educador debe
hacerse un compañero de los educandos, y más que eso, un igual a ellos en el sentido de
que ambos son al final seres humanos.
La idea de que la educación debía ser transformada no es nueva, por ejemplo, el inglés
John Locke (1632-1704) había publicado La educación de los niños en 1693, obra en la
que se critica a la pedagogía libresca y se aconseja a los maestros utilizar métodos que
pongan a los niños en contacto con la vida. Asimismo, Michel de Montaigne (1533-
1592) publica su ensayo sobre la instrucción de los niños, donde impulsan una
educación dulce, aislada, en contacto con la naturaleza y con gran atención al cuerpo.
Por otro lado, Montaigne quiere enseñar a jugar y a vivir a los niños (Rocha, 2013).
Es Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) quien aporta una concepción de conjunto, una
nueva visión del niño y de su educación, Giovanni Enrique Pestalozzi ( 1746-1827), su
discípulo, suizo alemán nacido en Zúrich, es ya un precursor de los métodos nuevos; se
trata de cómo llevar a la práctica, en la escuela, los principios teóricos. Se puede
apreciar que ya existía una nueva manera de pensar la educación, donde lo teórico
aprendido en el aula debía ponerse en práctica en situaciones reales. Pestalozzi corrige
uno de los puntos capitales de Rousseau, al descubrir que la escuela es una verdadera
sociedad en la que los niños aprenden, de la que hay que servirse para educar a los
niños, negando así del individualismo rousseauniano. Friedrich Froebel (1782-1852),
discípulo de Pestalozzi, pone en el centro la idea de actividad, en la importancia del
juego, pues es su máximo teórico y su más ilustre realizador práctico. Pero todos ellos
no dejan de ser precursores.
Para Jean Piaget, (Palacios: 1984) los nuevos métodos solo se han construido
verdaderamente con la elaboración de una psicología sistemática de la infancia; la
aparición de los métodos nuevos data de la aparición de esta última. La psicología
genética moderna está inmersa prácticamente en la Escuela Nueva. Piaget lo sostuvo
siempre en el origen de los nuevos métodos. Para pensadores como él, toda didáctica
no es neutral, sino que está en correspondencia con una nueva manera de pensar la
psicología del niño.
El objetivo de esta Escuela Nueva es que los alumnos desarrollen diferentes habilidades
en las apliquen conocimientos en diferentes situaciones a las que están expuestos, y a
enfrentarse a un mundo cada vez más complejo. Que como maestros le enseñamos a que
aprendan por sí mismos. Podemos desarrollar su habilidad de pensamiento, logrando la
expresión de manera individual, así podremos mejorar su autoestima al hacerlo
participativo en clase. Así mismo, el alumno podrá desarrollar actitudes democráticas,
de cooperación y solidaridad.