Proyecto - Madrid Rio
Proyecto - Madrid Rio
Proyecto - Madrid Rio
Tras siete años de obras, el proyecto Madrid río se da por concluido. Donde antes
circulaban 200.000 vehículos diarios por la m-30, ahora hay un enorme parque lineal,
un corredor verde que se extiende desde el pardo hasta getafe y que sigue el curso
del río manzanares. Madrid río cuenta con itinerarios de 42 kilómetros e incluyen 11
nuevas áreas de juego infantil, 6 espacios para mayores, 30 kilómetros de carril bici y
253.601 m2 de uso deportivo. Además, hay más de 33.000 árboles plantados y 429
hectáreas de zonas verdes (así eran las maquetas de la zona)
Entre las actividades, es posible jugar al fútbol, baloncesto, balonmano, pádel y tenis.
También se ha acondicionado un circuito de bmx, pistas de patinaje y skate. Hay un
rocódromo y en verano se podrá hacer piragüismo. Los mayores podrán disfrutar de la
petanca y de un circuito biosaludable para realizar ejercicios físicos. Mientras que los
niños podrán usar una tirolina, una zona de toboganes y un barco pirata de tamaño
natural
ElProyectoMadridRío–UnaaproximaciónalarealidaddeSantiago.
En Madrid autoridades, planificadores y la sociedad se han propuesto lograr una
ciudad sustentable a pesar del alto costo económico que esto puede representar.
La operatividad, construcción y mantenimiento de un proyecto de la envergadura de
Madrid Río resulta ser muy costoso, debido principalmente a que éste tuvo como
punto de partida el soterramiento (construcción bajo tierra) de la antigua autopista que
presionaba y asfixiaba ambos lados del Río Manzanares. Esto permitió liberar una
superficie de alrededor de 50 ha más casi 100 ha de suelo infrautilizado adyacente a la
autopista para la implementación de un corredor verde urbano multifuncional. Con la
implementación del mismo se empieza a gestionar de manera integral el Río
Manzanares, es decir, se conecta a la sociedad con el río, aspectos culturales e
históricos se convierten en hitos del paisaje ribereño y del paisaje urbano.
magen del Proyecto Madrid Río: a la izquierda el sitio de intervención antes del
proyecto y a la derecha una proyección de como lucirá al final.
Desde los orígenes de la ciudad, los madrileños han acudido a las riberas del
Manzanares en los días festivos. El máximo exponente de ello es la Pradera de San
Isidro, que se llena cada año con motivo de las fiestas patronales.
Sin embargo, en las últimas décadas, el intenso tráfico en la zona había hecho que
poco a poco la ciudad fuera dando la espalda al río. Ya nadie acudía a sus orillas a
pasear. Recientemente, el cabildo ha acometido la faraónica tarea de invertir esa
tendencia: soterrar la carretera (en un proyecto no exento de polémica, tanto por su
coste económico como ambiental) para dejar que la vegetación tomara su lugar.