Unidad 4 Derecho de Familia Parcial

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UNIDAD 4

RÉGIMEN PATRIMONIAL MATRIMONIAL


El régimen patrimonial del matrimonio es el conjunto de reglas que regula las relaciones de carácter
patrimonial de los esposos, tanto entre ellos como con terceros, que comprende la propiedad y la gestión
de los bienes llevados al matrimonio, como los adquiridos con posterioridad, la forma en que responderán
los cónyuges por las deudas frente a terceros y entre sí y las reglas para la disolución. Básicamente el
régimen de bienes del matrimonio trata de la propiedad de los bienes de los cónyuges, la forma como estos
serán gestionados, la responsabilidad por deudas y la regulación de la disolución.
En el Código de Vélez había una sociedad conyugal, se concebía a ambos cónyuges como socios. Era un
régimen único, legal y forzoso.
En el Código actual el régimen tiene como características ser elegible, la pluralidad cerrada (solo hay dos
modalidades) y la mutabilidad abierta (no hay un límite de veces para cambiar el régimen de bienes, solo
que hay que esperar un año para volver a cambiar).
En la época en la que se dictó el Código Civil existía un solo modelo de familia, impuesto de manera
imperativa para que fuera adoptado por todos los ciudadanos. En esa época en la cual el matrimonio se
concebía sólo entre personas de diferente sexo, donde no había divorcio vincular y la mujer, incapaz
relativa, no trabajaba fuera del hogar conyugal, se justificaba que se estableciera que todos los bienes
adquiridos después del matrimonio por cualquier causa que no tuviera título gratuito se presumiera que
eran bienes gananciales, como una forma de proteger a la mujer. 146 años después, la existencia
obligatoria de un solo régimen patrimonial matrimonial no se justifica, ya que existen diferentes modelos
de familia matrimoniales que requieren diferentes formas de organización económica de su faz patrimonial.
DISPOSICIONES GENERALES
Se aplica a todos los cónyuges sin importar si eligen régimen de comunidad de ganancias o de separación
de bienes.
Convenciones matrimoniales
Las convenciones matrimoniales son acuerdos entre los cónyuges sobre cuestiones vinculadas a su régimen
patrimonial matrimonial.
Hay dos tipos de convenciones:
PRENUPCIALES:
ARTICULO 446.- Objeto. Antes de la celebración del matrimonio los futuros cónyuges pueden hacer
convenciones que tengan únicamente los objetos siguientes:
a) la designación y avalúo de los bienes que cada uno lleva al matrimonio (es un inventario de los bienes
quee cada uno lleva al matrimonio, es importante en miras a la disolución del matrimonio, más que nada
para el caso de los bienes muebles);
b) la enunciación de las deudas (detalle de las deudas que cada uno lleva al matrimonio);
c) las donaciones que se hagan entre ellos (no es muy frecuente);
d) la opción que hagan por alguno de los regímenes patrimoniales previstos en este Código. (si no se opta
por ninguno, es el régimen de comunidad de ganancias)
Es de orden público porque no solo tiene en cuenta las relaciones entre ellos, sino que también con
terceros.
ARTICULO 450.- Personas menores de edad. Las personas menores de edad autorizadas judicialmente para
casarse no pueden hacer donaciones en la convención matrimonial ni ejercer la opción prevista en el
artículo 446 inciso d).
ARTICULO 447.- Nulidad de otros acuerdos. Toda convención entre los futuros cónyuges sobre cualquier
otro objeto relativo a su patrimonio es de ningún valor.
ARTICULO 448.- Forma. Las convenciones matrimoniales deben ser hechas por escritura pública antes de la
celebración del matrimonio, y sólo producen efectos a partir de esa celebración y en tanto el matrimonio no
sea anulado. Pueden ser modificadas antes del matrimonio, mediante un acto otorgado también por

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escritura pública. Para que la opción del artículo 446 inciso d), produzca efectos respecto de terceros, debe
anotarse marginalmente en el acta de matrimonio. (esto último es para publicidad para terceros, por ej
para los acreedores)
POSTNUPCIALES: ARTICULO 449.- Modificación de régimen. Después de la celebración del matrimonio, el
régimen patrimonial puede modificarse por convención de los cónyuges. Esta convención puede ser
otorgada después de un año de aplicación del régimen patrimonial, convencional o legal, mediante
escritura pública. Para que el cambio de régimen produzca efectos respecto de terceros, debe anotarse
marginalmente en el acta de matrimonio.
Los acreedores anteriores al cambio de régimen que sufran perjuicios por tal motivo pueden hacerlo
declarar inoponible a ellos en el término de un año a contar desde que lo conocieron.
- Esta convención debe ser realizada por escritura pública.
- El objeto debe ser únicamente el cambio o modificación del régimen de bienes.
- Publicidad frente a terceros: hay que inscribirla marginalmente en el acta de matrimonio.
Donaciones
Se pueden hacer en un acuerdo prenupcial o por un contrato común de donación.
ARTICULO 451.- Normas aplicables. Las donaciones hechas en las convenciones matrimoniales se rigen por
las disposiciones relativas al contrato de donación. Sólo tienen efecto si el matrimonio se celebra.
ARTICULO 452.- Condición implícita. Las donaciones hechas por terceros a uno de los novios, o a ambos, o
por uno de los novios al otro, en consideración al matrimonio futuro, llevan implícita la condición de que se
celebre matrimonio válido.
ARTICULO 453.- Oferta de donación. La oferta de donación hecha por terceros a uno de los novios, o a
ambos queda sin efecto si el matrimonio no se contrae en el plazo de un año. Se presume aceptada desde
que el matrimonio se celebra, si antes no ha sido revocada.
Disposiciones comunes a los dos regímenes o régimen primario
Es un piso mínimo aplicable a todos los casados y que tiene por finalidad pensar en este nuevo proyecto de
vida que llevan adelante los cónyuges. Esto se debe al principio de solidaridad familiar, del cual surgen
deberes. En aras de proteger la comunidad de vida familiar se establecen efectos patrimoniales, básicos,
directos e ineludibles que se cimientan en la idea de solidaridad.
Estas disposiciones comunes son: imperativas (no pueden ser derogadas ni modificadas por los cónyuges),
permanentes (su vigencia se extiende a todo el tiempo de duración del régimen, cualquiera sea éste) y de
orden público. Han sido incorporadas en interés público basado en la solidaridad familiar).
ARTICULO 454.- Aplicación. Inderogabilidad. Las disposiciones de esta Sección se aplican, cualquiera sea el
régimen matrimonial, y excepto que se disponga otra cosa en las normas referentes a un régimen
específico.
Son inderogables por convención de los cónyuges, anterior o posterior al matrimonio, excepto disposición
expresa en contrario.
DEBER DE CONTRIBUCIÓN
ARTICULO 455.- Deber de contribución. Los cónyuges deben contribuir a su propio sostenimiento, el del
hogar y el de los hijos comunes, en proporción a sus recursos. Esta obligación se extiende a las necesidades
de los hijos menores de edad, con capacidad restringida, o con discapacidad de uno de los cónyuges que
conviven con ellos. Solo en estos últimos casos el cónyuge tiene que contribuir con los hijos que son del
otro cónyuge pero no comunes.
NO se contribuye en partes iguales, sino en proporción a los recursos. Por eso se debe acompañar la
constancia de recursos de cada uno.
El cónyuge que no da cumplimiento a esta obligación puede ser demandado judicialmente por el otro para
que lo haga, debiéndose considerar que el trabajo en el hogar es computable como contribución a las
cargas.

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- Regla general de manutención de hijos es hasta los 21 años. En caso de que el hijo tenga entre 18 y 21 y
se compruebe que tiene ingresos estables podrá exceptuarse la mantención.
- Si el hijo mayor de edad se capacita y estos estudios le impiden llevar a cabo un trabajo estable, se
extenderá hasta los 25.
- Si el hijo es de ambos, hay que sostenerlo económicamente sin excepciones. En caso de que yo me case
con una persona que posee un hijo, estoy obligado a contribuir a sus gastos si el hijo:
o Es menor o incapaz o con capacidad restringida
o El hijo conviva con ellos
- El gasto debe ser proporcional al ingreso de los cónyuges. Cada uno de los cónyuges está obligado a
contribuir con las necesidades primarias de la familia en proporción a sus recursos, con todo su
patrimonio, en caso que uno de ellos realice exclusivamente trabajo en el hogar, ellas se considerarán
como forma de cumplimiento de su obligación de contribución. En definitiva los esposos deben
contribuir con las necesidades primarias de la familia en proporción a sus capacidades económicas con
todos sus bienes, cualquiera haya sido el origen de la deuda o el cónyuge contratante.
ASENTIMIENTO CONYUGAL
La diferencia con el consentimiento es que el consentimiento lo da el que es parte del contrato, el
asentimiento es para el otro cónyuge que non es parte. Es un dispositivo de control, una suerte de
autorización que da el cónyuge que no es parte del acto ni dueño de la cosa. En este caso el fin es la
protección de la vivienda.
ARTICULO 456.- Actos que requieren asentimiento. Ninguno de los cónyuges puede, sin el asentimiento del
otro, disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta, ni
transportarlos fuera de ella. El que no ha dado su asentimiento puede demandar la nulidad del acto o la
restitución de los muebles dentro del plazo de caducidad de seis meses de haberlo conocido, pero no más
allá de 6 meses de la extinción del régimen matrimonial.
La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas después de la celebración del
matrimonio, excepto que lo hayan sido por ambos cónyuges conjuntamente o por uno de ellos con el
asentimiento del otro.
Función preventiva: porque exige el asentamiento para realizar bien el acto.
Función sancionatoria: nulidad o restitución si se realizó sin asentimiento.
Una de las cuestiones de mayor trascendencia en todo matrimonio es la relativa a la vivienda habitual de la
familia. En efecto, la vivienda habitual, como base física del hogar, así como los muebles de uso ordinario
de la familia, son elementos esenciales para la satisfacción de sus necesidades más elementales; y ello con
independencia de que su titularidad corresponda a ambos cónyuges, a uno sólo de ellos e incluso a un
tercero. Es por ello que el CCyCN contiene reglas imperativas, que rigen cualquiera que sea el régimen
económico matrimonial o convivencial pactado y que de una parte, tienen por objeto evitar que uno de los
cónyuges lleve a cabo unilateralmente actos dispositivos sobre los derechos de la vivienda habitual y por
otra parte impiden que se disponga unilateralmente de los bienes muebles de uso ordinario de la familia,
en cuanto pudiera afectar a la estabilidad de la sede familiar.
Críticas de la doctrina a la parte de la protección de la vivienda: critican la seguridad jurídica, porque en el
caso de protección del régimen de vivienda general hay que hacer todo un trámite, una inscripción
registral, y en cambio esto es automático. Además en este artículo no se hace ninguna excepción, como en
el régimen general si.
ARTICULO 457.- Requisitos del asentimiento. En todos los casos en que se requiere el asentimiento del
cónyuge para el otorgamiento de un acto jurídico, aquél debe versar sobre el acto en sí y sus elementos
constitutivos.
Es importante destacar que quien presta el asentimiento no se obliga, ni responde por las deudas que origine el acto,
ni tampoco responde por vicios redhibitorios, ni por garantía de evicción, ya que no es parte del acto, ni es el dueño
del bien

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ARTICULO 458.- Autorización judicial. Uno de los cónyuges puede ser autorizado judicialmente a otorgar un
acto que requiera el asentimiento del otro, si éste está ausente, es persona incapaz, está transitoriamente
impedido de expresar su voluntad, o si su negativa no está justificada por el interés de la familia. El acto
otorgado con autorización judicial es oponible al cónyuge sin cuyo asentimiento se lo otorgó, pero de él no
deriva ninguna obligación personal a su cargo.
ARTICULO 459.- Mandato entre cónyuges. Uno de los cónyuges puede dar poder al otro para representarlo
en el ejercicio de las facultades que el régimen matrimonial le atribuye, pero no para darse a sí mismo el
asentimiento en los casos en que se aplica el artículo 456. La facultad de revocar el poder no puede ser
objeto de limitaciones.
Excepto convención en contrario, el apoderado no está obligado a rendir cuentas de los frutos y rentas
percibidos.
Es uno de los contratos permitidos entre cónyuges.
ARTICULO 460.- Ausencia o impedimento. Si uno de los cónyuges está ausente o impedido transitoriamente
de expresar su voluntad, el otro puede ser judicialmente autorizado para representarlo, sea de modo
general o para ciertos actos en particular, en el ejercicio de las facultades resultantes del régimen
matrimonial, en la extensión fijada por el juez.
A falta de mandato expreso o de autorización judicial, a los actos otorgados por uno en representación del
otro se les aplican las normas del mandato tácito o de la gestión de negocios, según sea el caso.
RESPONSABILIDAD SOLIDARIA
ARTICULO 461.- Responsabilidad solidaria. Los cónyuges responden solidariamente por las obligaciones
contraídas por uno de ellos para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la
educación de los hijos de conformidad con lo dispuesto en el artículo 455.
Fuera de esos casos, y excepto disposición en contrario del régimen matrimonial, ninguno de los cónyuges
responde por las obligaciones del otro.
La regla es la responsabilidad separada o irresponsabilidad. Excepciones: art 461 que se aplica a todos y el
467 sólo para el régimen de comunidad.
La responsabilidad solidaria busca que no se abuse del matrimonio, en contra de los acreedores. Por
ejemplo si uno tiene mucho dinero y el otro es insolvente, y que el insolvente tenga muchas deudas. Se
justifica por el gasto común y necesario y por la solidaridad familiar.
COSAS MUEBLES NO REGISTRABLES
ARTICULO 462.- Cosas muebles no registrables. Los actos de administración y disposición a título oneroso
de cosas muebles no registrables cuya tenencia ejerce individualmente uno de los cónyuges, celebrados por
éste con terceros de buena fe, son válidos, excepto que se trate de los muebles indispensables del hogar o
de los objetos destinados al uso personal del otro cónyuge o al ejercicio de su trabajo o profesión.
En tales casos, el otro cónyuge puede demandar la nulidad dentro del plazo de caducidad de seis meses de
haber conocido el acto y no más allá de 6 meses de la extinción del régimen matrimonial. Esto tiene que ver
con evitar la violencia económica. Ej la ropa del otro cónyuge o sus herramientas de trabajo. La crítica es
que es contra la seguridad jurídica.

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