3º - Historia de Las Provincias Unidas Del Río de La Plata de 1810-1820
3º - Historia de Las Provincias Unidas Del Río de La Plata de 1810-1820
3º - Historia de Las Provincias Unidas Del Río de La Plata de 1810-1820
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En 1809, llegó el nuevo Virrey que había sido designado por la Junta Central
de Sevilla, Cisneros. Él aplastó las rebeliones que se produjeron en Chuquisaca y La
Paz debido a la situación de crisis. Por otra parte, un grupo de hacendados le presentó
un proyecto conocido como la Representación de los Hacendados. En este texto se
señalaban las ventajas del libre comercio. Cisneros, frete a la situación de acefalía por la
que no llegaban barcos españoles a comerciar al Puerto de Buenos Aires, decidió liberar
el comercio del puerto.
La Semana de Mayo en Buenos Aires
Pero el 14 de mayo de 1810, llegó a Buenos Aires la noticia de que la Junta
Central de Sevilla había caído. El día 18, Cisneros lanzó una proclama en la que
informaba al pueblo de la ciudad la noticia de la caída, y le pedía calma. Proponía
además consultar al Interior sobre las medidas a tomar frente a la situación de acefalía.
Al día siguiente, Saavedra y Belgrano solicitaron que se realizara un Cabildo
Abierto. El Cabildo era una institución municipal en la que podía participa los criollos;
el Cabildo Abierto consistía en una reunión de notables convocada por las autoridades
municipales en las emergencias más graves.
Frente a esta situación, Cisneros pide apoyo militar para defenderse de aquellos
que lo presionaban, pero no lo consigue. El día 21, entonces se enviaron 450
invitaciones a los vecinos notables de la ciudad, para la realización de un Cabildo
Abierto para el día 22.
A la reunión del día 22, sólo asistieron 250 vecinos. El tema que se planteó fue
la destitución del Virrey, debido a que éste ya no era representante de la autoridad de la
metrópolis, ya que esa autoridad era inexistente. Entre los oradores, el Obispo Lué
sostuvo que: “América pertenece a los españoles, por lo que si queda un solo español
en América, éste deberá ser reconocido como la soberanía”. Castelli señaló que:
“América no le pertenece a los españoles, sino al rey. Si éste está cautivo, el poder que
el pueblo le había delegado debía volver al pueblo”. Otro de los presentes, Villota
sostuvo que antes de tomar cualquier decisión debía consultarse al Interior. Juan José
Paso, por su parte, sostuvo que como Buenos Aires era la capital del Virreinato, debía
actuar como la hermana mayor y tomar la decisión.
El día 23 se realizó una votación para definir que se haría con el Virrey. Ganó el
grupo que quería la destitución, y se decidió formar una Junta que estaría presidida por
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Cisneros, acompañado por 2 criollos y 2 españoles. Pero, al día siguiente, la Junta fue
disuelta.
El día 25 se formó una Junta Provisional Gubernativa (la llamada Primera
Junta) que juró fidelidad a Fernando VII. Existen distintas interpretaciones frente a esta
jura de lealtad al Rey: algunos historiadores consideran que la lealtad era verdadera;
otros historiadores consideran que, en realidad, se juró lealtad para encubrir la intención
de independencia, por lo que llaman a esta jura: La Máscara de Fernando VII. La
Junta estaba integrada por: el presidente, Cornelio Saavedra (militar); los secretarios
Juan José Paso y Mariano Moreno (abogados), y seis vocales: Manuel Belgrano
(abogado), Juan José Castelli (abogado), Azcuénaga (militar), Alberti (representante del
clero), Larrea y Matheu (ambos, comerciantes).
El día 27 de mayo, la Primera Junta envió una circular a las ciudades del
Interior, en la que se informaba acerca de lo que había ocurrido, e invitaba a éstas a
enviar representantes que se irían uniendo a la Junta a medida que fuesen llegando.
América y la acefalía
Frente a la acefalía española, las colonias no reaccionaron del mismo modo.
Hubo una América leal al Rey (por lo que fueron llamados “realistas” o “godos”), que
estaba integrada por Lima, Alto Perú y Montevideo, y también hubo una América
insurgente. Las ciudades que iniciaron los levantamientos fueron Quito (en abril de
1810), Buenos Aires (en mayo de 1810), Caracas, Bogotá, Asunción, México y
Santiago de Chile.
Entre las regiones leales al Rey y las regiones revolucionarias, se desató la
guerra.
Repercusiones de la Revolución de Mayo en el Interior
Al igual que entre las colonias, entre las provincias del Interior hubo una
división entre las que adherían al proceso revolucionario y aquellas que estaban en
contra. La mayoría de las ciudades acataron la decisión de la formación de la Primera
Junta. Los centros contrarrevolucionarios, que no le reconocieron la autoridad a la
Junta de Buenos Aires, fueron: Córdoba (que estaba bajo el mando de Liniers), Alto
Perú, Asunción y Montevideo.
La Primera Junta envió expediciones militares a las regiones
contrarrevolucionarias, para expandir su autoridad. La expedición al Alto Perú fue
dirigida por J. J. Castelli, que al llegar a Córdoba recibió la orden de Moreno de ejecutar
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a Liniers. En 1810, en la batalla de Suipacha, las fuerzas revolucionarias vencieron;
pero en 1811, en la batalla de Huaqui, fueron derrotadas por las fuerzas realistas, por lo
que el Alto Perú quedó en manos pro-españolas.
En 1810, también se envió una expedición, dirigida por M. Belgrano, al actual
territorio paraguayo, pero fracasó. Paraguay, así, inició su camino a la independencia sin
estar bajo las órdenes de Buenos Aires.
En 1810, también, el jefe de las tropas de los Blandengues, Gervasio Artigas,
sitió la ciudad de Montevideo.
Las acciones y tendencias de la Primera Junta
Durante 1810, además de las campañas militares, la Primera Junta fundó la
Gaceta de Buenos Aires, que fue un órgano creado para difundir la gran cantidad de
información que circulaba esos días, y que difundió obras de ilustrados europeos que
hasta ese momento eran conocidas sólo por un reducido círculo de intelectuales criollos.
Cabe señalar, que dentro de la Junta se dio una división entre dos tendencias;
una más conservadora, representada por Saavedra, y otra más revolucionaria, dirigida
por Moreno.
El secretario Moreno fue el encargado de escribir, por orden de la Junta, un Plan
Revolucionario de Operaciones. En este plan, Moreno planteaba la necesidad de
independizarse de España, para lo cual sostenía que debían hacerse alianzas con
caudillos regionales, que serían controlados por Buenos Aires. Planteaba, además, que
los enemigos debían ser ajusticiados, debido a que una verdadera revolución sólo se
conseguiría eliminando a quienes se opusieran a ella. Este plan no fue llevado a cabo
por la Primera Junta, y Moreno fue tildado de jacobino. Durante años no se supo de su
existencia. Recién en la década de 1910, un historiador lo encontró y difundió, lo cual
levantó un gran revuelo. Hasta el día de hoy las opiniones entre los historiadores se
encuentran divididas entre aquellos que consideran que el plan realmente fue escrito por
Moreno, y otros que lo consideran falso.
Moreno contaba con el apoyo de Belgrano y Castelli. Pero, Belgrano había sido
enviado a Asunción y Castelli al Alto Perú, por lo que Moreno quedó como único
representante de la tendencia más revolucionaria en Buenos Aires.
El fin de la Primera Junta
En diciembre de 1810 se produjo la disolución de la Primera Junta, tras que
llegaron a Buenos Aires los representantes del Interior. Al llegar ellos, Moreno
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consideró que no debían formar parte de la Junta original, mientras que, Saavedra, se
abstuvo a lo que decía la circular que había sido enviada al las distintas ciudades el 27
de mayo. Se realizó una votación y la tendencia saavedrista salió ganadora, por lo que la
Primera Junta dejó de existir, y en su lugar se formó la Junta Grande. Ésta tenía 22
miembros, Saavedra era el presidente y Deán Funes, el secretario.
La duración de la Junta Grande fue corta. La oposición de los seguidores de
Moreno (que falleció a fines del 1810 en un barco a Europa, y aun se discute si fue
asesinado por orden de Saavedra o murió naturalmente) hizo que en septiembre de
1811, la Junta Grande fuera disuelta y se creara el Primer Triunvirato.
Triunviratos
Al asumir el Primer Triunvirato, los diputados del Interior fueron expulsados.
Durante su gobierno, se envió la segunda expedición al Alto Perú, liderada por
Belgrano. Con respecto a la Banda Oriental, se pactó una tregua con el Gobernador de
Montevideo, Elío. Esta medida produjo el enojo de Artigas.
Los objetivos más importantes del Triunvirato eran: declarar la independencia
y sancionar una constitución, pero no llegó a concretarlos.
Para 1812, llegan a Buenos Aires Alvear, Zapiola y San Martín, los cuales
fundan una sociedad secreta llamada Logia Lautaro. Esta logia se unió a otra sociedad
secreta, la Sociedad Patriótica, que estaba dirigida por Monteagudo (un abogado
recibido en la Universidad de Charcas que había sido compañero de Castelli durante su
expedición en Alto Perú) y tenía un lema que decía: “Mártir o libre”.
La Logia Lautaro y la Sociedad Patriótica exigieron al Primer Triunvirato
que convocase a una Asamblea, pero su pedido no fue escuchado. Entonces las logias
organizaron la Revolución del 8 de octubre de 1812, que provocó la caída del Primer
Triunvirato, y la formación del Segundo Triunvirato.
Este nuevo Triunvirato, inspirado en los ideales de la Logia, efectuó la
convocatoria a Asamblea General, que fue conocida como la Asamblea del Año XIII.
Mientras tanto, Belgrano, en camino hacia el Alto Perú, lograba dos victorias
contra los realistas, la de Tucumán y la de Salta. Pero luego fue derrotado en Vilcapugio
y Ayohuma. Sin embargo, las ideas revolucionarias cobraron adeptos en la región del
Norte; bajo el liderazgo de Güemes se formaron guerrillas en el actual territorio de
Salta, que combatieron contra los realistas del Alto Perú.
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La Soberana Asamblea Nacional Constituyente (1813-1815) y el
Directorio
La Asamblea del Año XIII, funcionó en Buenos Aires. No sólo era una
asamblea constituyente, es decir que debía sancionar una constitución, sino que también
era legislativa, es decir que creaba leyes. Tuvo como objetivos principales: declarar la
independencia y sancionar una constitución, pero no pudo cumplirlos.
Para 1813 Napoleón fue derrotado en España, y en 1814, Fernando VII volvió al
trono.
Al interior de la Asamblea se plantearon distintas tendencias. San Martín
consideraba que era necesario declarar la independencia rápidamente y sancionar la
constitución. Alvear, que temía por la restauración de Fernando VII, sugirió formar un
poder ejecutivo personal, que estuviera en manos de un Director. Artigas pidió
instrucciones a sus diputados y planteó, no sólo que era necesario declarar la
independencia y sancionar la constitución, sino que agregaba que debían respetarse las
autonomías provinciales.
Finalmente, la propuesta de Alvear triunfó, y se creó el Directorio en 1814,
Posadas fue nombrado Director Supremo. Las propuestas de Artigas fueron rechazadas
por la Asamblea, lo que produjo una ruptura entre Artigas y el Directorio. El bloque
artiguista (o federal), integrado por la Banda Oriental, Entre Ríos, Corrientes y Santa
Fe, entró en guerra con el Directorio.
Mientras tanto, San Martín fue enviado por Posadas a auxiliar a Belgrano. Fue
nombrado Gobernador de Cuyo y desde allí inició el Plan Continental, que comenzó
con el cruce a Chile, que estaba en manos realistas desde que los españoles, en la batalla
de Rancagua, habían tomado Santiago de Chile.
En Salta, Güemes y sus gauchos iniciaban la Guerra Gaucha contra las fuerzas
realistas. En Montevideo, Alvear y Brown vencieron a Elío, por lo que la ciudad fue
recuperada.
Como ya se mencionó antes, la Asamblea no consiguió proclamar la
independencia ni sancionar la constitución, pero creó leyes de gran importancia, entre
ellas:
Abolición de los títulos de nobleza
Fin del uso de tormentos para los presos
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Aceptó el Escudo, el Himno y la Escarapela como símbolos patrios, así
como reconoció al 25 de Mayo como fiesta cívica
Abolición del trabajo forzado para los indígenas
Libertad de vientres: los hijos de los esclavos nacidos a partir del 31 de
enero de 1813, eran libres.
En 1815, Posadas renuncia como Director Supremo, y el cargo fue tomado por
Alvear. Sin embargo, poco duró en el cargo, ya que fue derrocado por la Revolución
del 15, que disolvió la Asamblea y nombró como nuevo Director Supremo a Álvarez
Thomas, el cual convocó a la reunión de un Congreso en Tucumán.
Consecuencias económicas de los primeros años revolucionarios
La declaración del comercio libre por el Virrey Cisneros, en 1809, permitió la
apertura del comercio del Puerto de Buenos Aires. Al iniciarse la Revolución, esta
medida continuó vigente. El fin del monopolio permitió a las Provincias del Río de la
Plata comerciar con barcos de distinta bandera, principalmente con flotas inglesas.
Buenos Aires vendía cueros y tasajo (carne seca) y compraba productos manufacturados
tales como ropas. La Aduana del Puerto recaudaba, de este modo, impuestos a las
importaciones que beneficiaban a Buenos Aires.
Pero este cambio en el circuito económico perjudicó al Interior. En primer lugar,
los productos artesanales que se fabricaban en el Interior no podían competir con los
productos manufacturados que llegaban por el Puerto de Buenos Aires. Por otra parte, la
pérdida del Alto Perú produjo un quiebre en las provincias del Norte (Salta, Tucumán),
que tenían su economía orientada hacia Potosí. En tercer lugar, la Guerra de
Independencia, significó recaudaciones forzosas de dinero, productos y animales, que
afectaron principalmente a las provincias cercanas a las regiones en que se desarrollaba
la guerra. Por otro parte, las levas de hombres para el ejército dejaban a algunas
regiones sin mano de obra masculina para trabajar los campos. Por todo esto, es que el
enfrentamiento entre las provincias del Interior y Buenos Aires no se hizo esperar.
El Congreso de Tucumán (1816-1820)
El Congreso designó a Pueyrredón, Director Supremo, y el día 9 de Julio de
1816, declaró la independencia respecto de España. El 19 de julio se agregó una
declaración adicional: “independencia respecto de cualquier potencia extranjera”.
Al Congreso no concurrieron los representantes del bloque federal, que se
nucleaban en la Liga de los Pueblos Libres, de los que Artigas era el Protector. Los
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motivos de su ausencia eran que ellos querían una república federal que no era aceptada
por el resto de los representantes, y que el territorio de la Banda Oriental se encontraba
amenazado por fuerzas portuguesas.
Durante el Congreso se produjeron debates acerca de la forma de gobiernos que
debían adoptar las Provincias Unidas del Río de la Plata. Una minoría de los
representantes planteaba la creación república, pero la mayoría adhería a la idea de una
monarquía constitucional.
A partir de 1816 y hasta 1819, se tramitó el intento de conseguir un Rey para que
gobernase estos territorios. Se pensó en la posibilidad de un príncipe portugués o de uno
francés, Belgrano planteó la idea de un monarca inca, pero fue rechazada. Sin embargo
las tramitaciones fracasaron.
En 1817, el Congreso y el Directorio se trasladaron a Buenos Aires, hechos que
reafirmó el centralismo presente durante todo el proceso revolucionario.
En ese mismo año, San Martín inició la campaña a los Andes para liberar el
territorio chileno. Mientras tanto, los portugueses invadieron la Banda Oriental, por lo
que Artigas le exigió al Directorio que le declarase la guerra a los portugueses, pero no
fue oído. Santa Fe y Entre Ríos quedaron en manos de otros líderes: Estanislao López
como Gobernador de la primera, y Pancho Ramírez como Lugarteniente de la
segunda.
En 1819, el Congreso sancionó una Constitución con visos centralistas y
aristocratizantes que fue rechazada por las provincias. Tras ello, Pueyrredón renunció, y
asumió Rondeau como Director Supremo, el cual no contaba con el apoyo de los
militares.
En 1819, el Directorio fue disuelto. Las causas de ello fueron varias. Entre las
causas políticas cabe mencionar: las divisiones internas al interior de él, la falta de
recursos económicos, y como detonante, la sanción de la Constitución de 1819. Entre
las causas militares: la adquisición de poder de las milicias locales, la ofensiva
entrerriana y santafesina, y la sublevación del ejército que antes respondía al
Directorio.
La batalla de Cepeda (1 de febrero de 1820) fue la que puso fin al Directorio,
cuando Ramírez y López derrotaron a Rondeau.
Pocos días antes de Cepeda, Artigas fue derrotado por los portugueses, lo cual
implicó el comienzo de la decadencia de líder.
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La batalla de Cepeda significó, no sólo el fin del Directorio y la disolución del
Congreso, sino la caída de las autoridades nacionales. Esto produjo una desintegración
que condujo a que cada provincia pasara a ser autónoma y se manejase con sus propias
instituciones (Gobernador, Legislatura y Reglamento). En medio de esta crisis, nació
la Provincia de Buenos Aires como unidad política. Se convocó a un Cabildo Abierto
para el 16 de febrero de 1820, que designó una Junta de 16 representantes, que eligió
como Gobernador de Buenos Aires a Sarratea.
La desintegración política
El 23 de febrero de ese año, Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, por medio de
sus representantes (Sarratea, López y Ramírez), firmaron el Tratado del Pilar. En este
tratado se declaraba: la paz entre las tres provincias, el federalismo como forma de
gobierno, que no se iniciaría la guerra contra los portugueses y se preveía la reunión de
un Congreso en San Lorenzo.
Artigas consideró la firma del Tratado como una traición de Ramírez, por lo
que se inició una guerra entre los ejércitos de ambos. Artigas fue derrotado y se exilió
en Paraguay.
Formación de Estados provincia
Tras la dislocación del poder nacional, las provincias quedaron libradas a su
suerte, y cada una de ellas funcionaba como un estado independiente. El poder ejecutivo
estaba en manos del Gobernador, un caudillo que poseía el poder militar económico y
político. Cada caudillo defendía los intereses de su provincia, efectuaba pactos con otras
provincias y guerreaban junto a sus ejércitos.
Cada provincia tuvo su caudillo: en Santa Fe estaba López; en Entre Ríos,
Pancho Ramírez; en Córdoba, Bustos; en Tucumán, Araoz; en Salta, Güemes; en La
Rioja, Facundo Quiroga, y en Santiago del Estero, Ibarra.