La Asamblea en Su Aspecto Local Por H. A. Ironside

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"La asamblea en su aspecto local" por Henry A. Ironside Junto a la verdad de la Asamblea como cuerpo de Cristo, esta la contra verdad de la asamblea local, la compajiia de creyentes en una localidad determinada, actuando sobre la base del cuerpo unico. Tal vez podria decirse que, estrictamente hablando, no hay una doctrina declarada de la asamblea local, pero tanto los Hechos como las Epistolas nos dan muchos incidentes ilustrativos y notas historicas que nos permiten ver claramente el método divino de ordenar estas compaiiias de creyentes reunidos al nombre sin par del Sefior Jesucristo. Por Sus propias palabras: "Donde estan dos o tres congregados en [o, a] Mi Nombre, alli estoy yo en medio de ellos" (Mateo 18:20), se aplican claramente a todas las asambleas biblicas de Su pueblo. El siempre sera el Centro y la Cabeza reconocida, quien dirigira las alabanzas y la adoracién de Sus santos, como también esta escrito: "En medio de la iglesia [asamblea] te cantaré alabanzas" (Hebreos 2:12). En el principio, la asamblea local de Jerusalén y la Asamblea, el cuerpo de Cristo, eran una sola cosa. Cada miembro de ese cuerpo era, al menos por un breve tiempo, parte de la asamblea local de esa ciudad. Luego, a medida que estos creyentes se dispersaban, a medida que los visitantes de Pentecostés regresaban a sus hogares, u otros eran expulsados de Jerusalén por la persecucién -a medida que el evangelio también era llevado a Samaria, y luego a los gentiles- dondequiera que se encontrara una compaiiia de miembros del cuerpo de Cristo habia otra asamblea local. Esta era la Unica manera en que se formaban reuniones separadas. "Dos 0 tres" en cualquier localidad eran atraidos por el Espiritu al Nombre del Sefior Jesus, y asi surgia una asamblea local. A esta pequefia compaiiia se afiadian otros, a medida que la gracia revelaba a Cristo asus almas, y ellos a su vez se hacian participes de las bendiciones del bautismo del Espiritu, poseyendo al rechazado Jess como Sefior. Todo era sencillo. No habia organizacién humana, ni engorrosas maquinarias eclesidsticas, ni membresia seccional. El que era reconocido como miembro del cuerpo de Cristo en Jerusalén, viajando o yendo a otra parte, al darse a conocer alli como uno sujeto a Cristo la Cabeza, era considerado inmediatamente como uno de ellos. Habia encontrado su propia compaiiia. Desde un periodo temprano se daban cartas de recomendacion a tales hermanos para que fueran, de inmediato, acreditados en lugares donde eran personalmente desconocidos (Romanos 16:1,2; 2 Corintios 3:1; Hechos 18:27). Pero esto era todo. No habia que despedir aun "miembro" de la iglesia de Efeso que pudiera "unirse" a la iglesia de Filipos. Si alguien era un miembro conocido del cuerpo de Cristo en Efeso, se le reconocia gustosamente como tal en Filipos cuando su afirmacién era debidamente atestiguada. Al repasar todo esto, jcOmo se impone en el alma la conviccidn de que la cristiandad se ha alejado mucho de la simplicidad de los primeros dias! Y ese mismo hecho nos lleva a preguntarnos: es posible actuar ahora como lo hacian entonces, cuando el amor era calido y antes de que las doctrinas perniciosas y malvadas hubieran cubierto de miel lo que siempre debi haber sido de manera externa "La iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad" (1 Timoteo 3:15)? La respuesta es que toda esta decadencia y fracaso fueron previstos por el Espiritu Santo, y se han dado claramente instrucciones de como proceder cuando tal desdichada ruina hubiera sobrevenido. En Hechos 20, donde Pablo pronuncié su discurso de despedida a los hermanos mayores de la asamblea de Efeso, les advirtié de las mismas cosas que hemos estado considerando; pero al final simplemente dice: "Os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia" (versiculo 32). La Palabra de Dios, por lo tanto, es todo suficiente, cualquiera que sea la frialdad de corazon y la recaida que pueda prevalecer. éQué curso, entonces, se nos indica que tomemos cuando han llegado dias tan malos? gConstruir sectas y sistemas, amurallados con credos férreos y apuntalados por reglamentos humanos? En absoluto. ¢Qué hacer entonces? Volver a "lo que era desde el principio". Averiguar como eran las cosas al principio, y actuar seguin lo que la Palabra de Dios da a conocer. Pero, {no nos veremos entonces literalmente inundados por impios erroristas de todo tipo? Esto no se deduce necesariamente; porque la misma Palabra nos dice claramente quiénes deben ser aceptados a la comunion, y quiénes rechazaron la comunion cristiana. Se nos llama a recibir a todos cuyas doctrinas y maneras den evidencia de que son miembros de Cristo y estan sujetos a El como Sefior y Cabeza. Si un hombre no es sano en su ensefianza, puede ser miembro de Cristo, pero no esta sujeto a El, y no debe ser recibido hasta que el mal sea juzgado. Y lo mismo se aplica a las cuestiones morales. Uno que ha caido en caminos impios, puede, después de todo, ser un creyente cuya falla es solo temporal; atin asi, no nos atrevemos a recibirlo en ese estado. Debemos esperar hasta que veamos la evidencia de su sujecion a Cristo en el juicio de su pecado. Esto se ignora mucho en la cristiandad en general, que ha llegado a ser como una gran casa en la que los vasos valiosos y comunes estan todos mezclados. Si un hombre quiere ser "vaso para honra, santificado, y util al Sefior", se le llama a purificarse de esta mezcla, separandose de ella. Entonces debe encontrar comunion entre otros separados similares, y "seguir la justicia, la fe, la caridad [o, el amor], la paz, con los que de corazon puro invocan al Sefior" (2 Timoteo 2:19-22); y asi, caminando juntos, se mantiene el fundamento del cuerpo unico. Si las compafifas en diferentes lugares se reunen de manera similar, ocupan la misma posicion, y asi, en principio, vuelven a “lo que era desde el principio." Hacer esto no implica ninguna pretension. No es "reconstruir la Iglesia". Es reconocer la ruina de la Iglesia y, con sencillez, "procurar mantener la unidad del Espiritu en el vinculo de la paz" (Efesios 4:3). Pueden surgir y surgiran dificultades. Surgiran problemas. Habra que afrontar las penas. Pero si uno se aferra a Cristo y a su verdad, la Palabra de Dios sera suficiente para resolver todos los casos que se presenten. Debido a las condiciones quebrantadas y corrompidas de la cristiandad, habra que tener mas cuidado en cuanto a quién se ha de extender la comunion. Pero el corazon debe estar siempre abierto a todos aquellos cuyos caminos y doctrina den buena evidencia de que pertenecen al Unico cuerpo y estan sujetos al Unico Sefior. Se necesitara un discernimiento especial, no sea que por asociacidn con los impios, los tales lleguen a ser participes de los pecados de otros hombres; porque seguir con uno que esta en un curso malvado, incluso hasta el punto de saludarlo fraternalmente, es hacerse "participe de sus malas obras" (2 Juan 7-11). Pero sise permite que las Escrituras sean juez, toda dificultad se desvanecera. En el principio, lo que se aplicaba a una asamblea se aplicaba a todas, ya que todas eran una; y si el mismo principio es reconocido por los creyentes que se reunen de la manera sencilla indicada anteriormente, resolvera muchas perplejidades y evitard el aislamiento y la independencia, que son los enemigos gemelos de la comuni6n practica entre las compaiifas locales. enemigos de la comunion practica entre las compafias locales de creyentes.

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