Conceptos Espaciales
Conceptos Espaciales
Conceptos Espaciales
andina
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
Espacio, cultura prehispánica, Pacha, espacio – tiempo, límites, cosmovisión
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textiles as revealing documents of cultures. Finally, a contrast between the visions
and construction concept of space between the pre-Hispanic and Western culture is
performed.
INTRODUCCION
Los trabajos que se enfocan sobre este espacio americano, arrojan resultados de
complejidad en la cosmovisión de civilizaciones con respeto a la organización de su
territorio, resultando ser un aporte al estudio de nuestra cultura con búsqueda a
enriquecer la identidad americana. Los conceptos espaciales de las civilizaciones
prehispánicas dentro de la cultura Andina que investigaremos, serán la incaica y las
extendidas en el desarrollo regional.
Justificación
Antecedentes
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Dentro de los estudios sobre el concepto de espacio prehispánico, la concepción
mesoamericana presentan varios autores estableciendo relaciones de espacio con la
cosmología; el mundo antiguo estaría dividido en regiones habitadas y gobernadas
por dioses, siendo el centro el ombligo del mundo gobernado por el dios del fuego.
(Ibarra García 1999)
Visión similar ocurre en los estudios centroandinos, sin embargo y para los fines del
presente artículo, se han apelado a estudios históricos y antropológicos cercanos, los
cuales aportan con acercamientos hacia la visión del espacio y su manejo dentro de
la prehispanidad contextual a nuestra ciudad.
OBJETIVO GENERAL
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- Identificar conceptos de espacio habitable, que las civilizaciones prehispánicas
emplazadas en nuestro contexto regional, hayan tenido en su cosmovisión y
manera de organización.
Objetivos Específicos
DISEÑO METODOLOGICO
MÉTODOS TEÓRICOS
RESULTADOS Y DISCUSION
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Hablar sobre el espacio en el mundo andino prehispánico, es adentrarse a un terreno
vasto de concepciones, interrelaciones e implicancias que van más allá de una
entidad a priori de tres dimensiones.
Nivel regional
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punto central con alguna jurisdicción; he aquí un primer concepto reconocido sobre el
espacio: líneas emanando de un punto central como relaciones topológicas (Tristán
Platt et al. 2011). El beneficio de contar con un mapa es del establecer un escenario
sobre el cual indagar, pero también pueden tener el defecto de coartar, puesto que
son productos de un tiempo y lugar. A propósito de ello Olivia Harris dice:
“En general podemos afirmar que la investigación histórica requiere que nos
situemos en un espacio específico, y que mucho de lo que los historiadores
estudian tiene que ver precisamente con el manejo del espacio: el desarrollo
de poblamientos y asentamientos, de diferentes regímenes productivos, de
rutas comerciales y de intercambios, sin hablar de invasiones y guerras sobre
territorios y recursos”…”(Los mapas) Insinúan un mundo objetivo y
permanente, pero en los hechos son siempre provisionales, aproximaciones a
alguna realidad, y productos de un momento histórico concreto.” (Harris, Olivia
1997)
Determinamos con las consideraciones indicadas, que las culturas de estudio, serán
las que se ubican en el contexto inmediato de nuestro medio actual; la ciudad de
Sucre, estableciendo provincias precolombinas como escenario de estudio,
instituidas bajo el mandato el Inca Wayna Qhapaq: Qaraqara y Charka1, sin descartar
aproximaciones aimaras e incaicas, ya que las influencias y el intercambio entre
culturas ha sido ponderante e inevitable.
1 Bajo el Inca Wayna Qhapaq, se establecieron estas provincias entre otras, en la región al sur del Collao: Charcas. Ver Tristán Platt, Thérèse Bouysse-
Cassagne, Olivia Harris, Qaraqara – Charka, Mallku, Inca y Rey en la provincial de Charcas (siglos XV-XVII) Historia antropológica de una confederación
aymara, Plural editores, IFEA, University of St Andrews, University of London, 2011 (2006)
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Fig. 1 Mapa de las Provincias de Charcas bajo el Inka Wayna Qhapaq
Las regiones denotadas, se han ido ubicando en su espacio ayudados por diversos
motivos, uno de ellos son los limites naturales, como ríos que son compartidos y
tomados como vías de comunicación nacidos en los cerros Asanaqi y Tangatanga,
estos ríos como el rio Grande o Jatun Mayu, sus afluentes, el Pilcomayo y el Caine
se constituyen en limites, en cuyo largo se establecen fortalezas fronterizas que los
separan de los indios de arco y flecha, Yaparas y Churuatas. Cabe destacar que los
investigadores se refieren a estos límites, como límites permeables, lo cual implica
una apertura de intercambio entre nuestros pueblos a pesar de haber existido etapas
de guerra donde las fortalezas (pucaras) eran un escenario primordial, así como
también hacen notar que la organización del espacio se daba en franjas verticales
según una gama de pisos ecológicos, muy común en Charcas, asemejado a los
espacios textiles que se subdivide en franjas. (Tristán Platt et al. 2011)
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Estas franjas respondían a un patrón de ocupación vertical, que se desplazaba
desde las tierras altas a los valles. Se repartían estas jurisdicciones entre ayllus que
aún permanecen en algunos casos, las parcelas de cada ayllu colindaban con las del
otro, generándose un sistema de parcialidades, donde las interrelaciones se daban a
través del desplazamiento o incorporación de campesinos, generándose situaciones
de cuidado e intercambio colectivo de productos; en estación seca bajaban las
llamas cargadas de sal, cerámicas, objetos de metal, quínoa, chuño y tejidos para
ser intercambiados de maíz, ají, miel, algodón, plumas, entre otros. Estas
interrelaciones se daban a través de vías y caminos jerarquizados según el ancho.
(Tristán Platt et al. 2011)
Nivel cosmológico
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contemporánea de la arquitectura aunque de una manera distinta. Las divisiones
temporales en la mitología andina, conllevan una vinculación con un espacio
particular y se desarrollan como se explica en el siguiente cuadro:
El cuadro resume ideas centrales de las edades en la mitología andina las cuales
son explicadas por Thérèse Bouysse-Cassagne y Olivia Harris de tal manera que no
se suceden linealmente una después de la otra; la edad puruma se caracteriza por
su situación liminal ubicándose al centro la edad taypi; el mundo en que vivimos es
un espacio de fuerzas centrifugas que pasa del centro concentrado a difuminarse en
los bordes, de la vida a la muerte, de lo social a lo salvaje. Tunupa y la leyenda de su
encuentro con las mujeres peces explica estos bordes y trastocaciones con el
encuentro de lo masculino y volcánico (Tunupa) con lo femenino y acuático (mujeres
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peces), esto en el taypi. En la edad puruma se producen los dobleces, las divisiones
y formaciones de pares simétricos. Las autoras plantean la siguiente pregunta:
Con respecto a la edad awqa pacha o pacha kuti, se indica y se explica que esta se
refiere a los contrarios, los que se rechazan y se contraponen. Se vincularía de cierto
modo a un cambio, la vuelta del mundo; una inversión de tiempo y espacio. Con esta
ilustración de las relaciones de las edades, esclarecemos que las ideas de espacio
vinculadas con el tiempo son de carácter centrífugo y mutable, carente de
definiciones y límites precisos, todo esto concordante con el primer esbozo de las
líneas emanando de un punto central. Se trataría de una “concepción circular-espiral
del pacha es concebida como un proceso cíclico de cambios generativos que ocurren
en ese cosmos.” (Castillo Vacano n.d.).
…“En el quechua del XVI pacha ya tenía este sentido de ‘suelo’ o ‘ligar’ de
acuerdo al vocabulario de Gonzales Holguín; en el aymara antiguo, a
diferencia del actual, esta aceptación no se encuentra, pero la orientación
temporal y espacial estaban estrechamente relacionadas y ya en el XVI los
evangelizadores utilizaron el concepto del pacha para expresar su propia
orientación espacial: el cielo arriba y el infierno debajo de la tierra.”…
(Bouysse-Cassagne, Thérèse et al. 1987)
Tal es la dinámica del sentido de este vocablo ligado a cuestiones de espacio/tiempo,
que confirmaría la compleja cosmovisión que la prehispanidad tenía sobre tales
temáticas como ya lo hemos explicado. Las mismas autoras clasifican a pacha
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dentro del pensamiento andino de la actualidad en tres conceptos que difieren de lo
anterior al basarse en mayor proporción por una diferenciación espacial y no en un
contraste mayor en lo temporal como ya hemos expuesto en la mitología andina. El
arriba y el abajo para determinar los pacha, se clasifica tras las concepciones
cristianas arribadas con los españoles, los cuales no se establecen necesariamente
bajo los mismos conceptos que clasifican la moralidad cristiana, pero si conllevan
motivos cristianos: Manqha pacha; mundo de abajo, fuerza salvaje no
plenamente socializada, diablos (relacionada con puruma), Alax pacha; mundo de
arriba, morada de santos y Aka pacha; mundo de los humanos, donde se ejercen las
fuerzas de “arriba” y de “abajo” (relacionada con taypi). La dicotomía de manqha
pacha y alax pacha como mundos que no se pueden tocar, se acercan y se igualan
en la tierra de vivientes; en el taypi.
Toda esta formación compleja detallada más arriba también estaría dividida por
ayuda de los ceques2. Además de los límites naturales y consideraciones expuestas.
Los ceques como líneas imaginarias que organizan, cumplían la función de delimitar
ayllus cusqueños y unir el centro Cusco con varios centenares de huacas, los cuales
estaban a cargo de un grupo social y quienes además, el culto que debía realizarse
según un calendario solar. Estas huacas fueron observatorios astronómicos
orientados según puntos precisos en el horizonte y desde donde se registraban
salidas y puestas del sol. (Rostorowsky, María 2004)
2 Es una palabra quechua que significa raya, rumbo, línea. Los ceques servían para organizar las huacas alrededor del Cusco. Partían desde el centro de
este, constituyendo un complejo sistema espacial religioso.
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Cuando Alfredo Lozano Castro describe con detalle la conformación de la ciudad de
Cusco como modelo de simbólico de la ciudad andina, (Lozano Castro 1994)
establece previamente un orden vertical y otro horizontal cosmológico, además de
estar ligado a planetas conocidos en el mundo andino, atribuidos a distintos dioses
con sus características correspondientes. El orden vertical se basa en la concepción
andina del universo basándose en el Mapa Mundi de Guaman Poma en su citada
Nueva Crónica y Buen Gobierno, donde pacha es el mundo creado dividido en tres
partes tal como la concepción andina actual la establece incluyendo los motivos
cristianos: Hanan pacha; mundo celeste, morada de los dioses, Kay pacha, mundo
terrenal, morada de los seres vivientes y Ucku pacha, mundo subterráneo, bajo el
mar. Este eje formado estaría ligado a la temporalidad que marca dos posiciones;
Hanan saya hacia arriba y Urin saya hacia abajo. Los puntos cardinales son también
indicados en este gráfico, así como los espacios superior, centro e inferior ya
indicados.
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noroeste – suroeste. Cuando estos ejes diagonales se interceptan al nivel del mundo
terreno, se define el centro de creación del cosmos según el mundo andino; dándose
lugar a la noción de espacio sagrado (Lozano Castro 1994). Bajo estas afirmaciones
donde lo sagrado y lo cíclico son elementos estrechamente unificados al
pensamiento de orden del mundo, contextualizamos la conformación urbana y
arquitectónica reconociendo sus componentes organizativos.
Lozada Castro afirma que Cusco fue concebida como morada de los dioses,
reflejada en su construcción la cosmología andina (Lozano Castro 1994) basado en
un testimonio recogido del Libro VII de Garcilaso de la Vega. La ubicación de los 13
barrios que poseía y recintos arquitectónicos responde a órdenes establecidos más
arriba. El núcleo central corresponde al Inka, sacerdotes y elite familiar. Alrededor de
este núcleo se ubica la zona administrativa compuesto por los trece barrios, y donde
vivían representantes de las naciones que forman el Tawantinsuyu. Más hacia la
periferia vivía la gente común. Por otro lado los amautas, determinaron una especie
de calendario luni-solar en el trazado de la ciudad con el fin de establecer periodos
de cosecha y siembra, como la tradición de la Antigüedad consiguió en centros
ceremoniales en diverso puntos del planeta.
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guerras y la vida política. Dentro de estudios acerca de la vivienda prehispánica,
apelamos a autores que la describen físicamente y simbólicamente. Por un lado
Javier Escalante, realiza una exhaustiva descripción de medidas y materiales
empleados en las viviendas de culturas prehispánicas de Bolivia. La forma de los
muros, aparejos, cubiertas, etc. son parte del corpus de su trabajo así como también
la formación de las viviendas entre ellas. (Escalante Moscoso, Javier n.d.)
“La construcción de las casas tiene lugar durante la estación seca, entre la
última cosecha y la próxima siembra: es común que las paredes estén
terminadas en octubre y que la ceremonia del techado se lleve a cabo
alrededor de Día de Difuntos en los primeros días de noviembre. Los Qaqas
recuerdan los varios componentes de sus casas en las fiestas realizadas en
ambas ocasiones, en ambas ocasiones, primeramente cuando se han
levantado las paredes, en la fiesta de taqan pirqa “construir la pared” y luego
en la fiesta colectiva principal que ocurre al final del proceso de construcción
cuando se pone arriba el techo, utachäwi. La recitación de los componentes
de la casa también se recuerda anualmente después de la construcción en el
último día de la Fiesta de Difuntos”…”al compartirla memoria del proceso de
construcción de una casa en cada una de estas ocasiones, los Qaqas
reconstruyen no sólo el espacio sino el tiempo, en la medida en que recuerdan
su pasado, las genealogías ancestrales y sus orígenes míticos es históricos.”
(Arnold, Denise Y., Jiménez A., Domingo, Yapita 2004)
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Ámbitos no territoriales
Hemos llamado a este apartado como tal, ya que encontramos necesaria hacer la
lectura del espacio fuera del ámbito cosmológico, regional, urbano y arquitectónico
los cuales abordan connotaciones espaciales a escala macro. Ya hemos mencionado
la analogía de la formación de franjas verticales en el territorio de Charcas con la de
los textiles, los que además de presentar espacios jerarquizados en su composición,
alojan representaciones de espacio según la cultura al cual pertenecen.
Verónica Cereceda en sus amplios estudios sobre los textiles, presentará una
interesante trayectoria investigativa plasmada en parte en la exposición del proyecto
ASUR, que recupera las técnicas de tejido, así como también las temáticas
abordadas. Es en este último aspecto que nos interesa la inclinación de ciertas
culturas en el área delimitada, hacia ciertos estratos espaciales de la cosmología;
Manqha pacha; mundo de abajo, Alax pacha; mundo de arriba, y Aka pacha; mundo
de los humanos. Por ejemplo la cultura Tinkipaya que proviene de altas punas,
conocidos como “llameros”, se inclina por objetos del mundo de arriba, tejiendo en
sus franjas soles (rombos), aves, entre otros espectros del cielo. Sus colores
matizan iluminándose en segmentos marcados, puesto que son espacios concebidos
como un mundo de necesaria distinción entre partes. Los de Tarabuco se concentran
en el mundo de los humanos, la vida cotidiana, la siembra, la cosecha, el velorio o el
carnaval; un mundo organizado bajo la organización de las franjas y de iluminación a
través de los hilos de colores.
Los Jalq’a en cambio, producen tejidos con alta carga imaginativa y caótica donde
las franjas no figuran como ejes ordenadores, representan el mundo de abajo; “…un
mundo poblado de animales indómitos e imposibles. La estética jalq’a da forma a un
universo continuo, sin ejes, caótico, de percepción difícil, que corresponde a un
mundo sagrado, el mundo del Supay que habita los lugares de penumbra y los
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espacios subterráneos dominando la gestación de las especies y la recreación de la
vida.” (Cereceda 2015)
No fue hasta inicios del siglo XX cuando las investigaciones sobre el espacio se
iniciaron con las propuestas de los cubistas, los cuales se interesaron estar acorde
con los progresos de la ciencia rompiendo con la perspectiva renacentista, lo que
implica la observancia desde varios puntos de vista, y no uno solo como el absoluto
de la caja renacentista requiere. Estas posiciones llegarían después a influir en el
pensamiento de Le Corbusier y el Movimiento Moderno, así como en el Futurismo, el
cual indaga sobre el tiempo. Por una parte Le Corbusier con la pintura purista se
concierne sobre las investigaciones del espacio propuestas por los cubistas,
relaciones de movimiento y transparencia que serán impregnadas más allá en su
arquitectura, afirmando que:
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El Futurismo, tendría una propuesta que concibe los objetos en estado de
movimiento (Gideon 2009), y el movimiento implica el devenir del tiempo, así como
Le Corbusier afirma que la arquitectura (es decir su esencia que es el espacio) se
recorre.
A propósito de esta mirada, Teresa Gisbert nos dice que si comparamos la manera y
el modo de representar entre los europeos acaecidos y sus contemporáneos
indígenas, encontraremos valoraciones distintas puesto que los cánones
establecidos desde occidente, no fueron de interés del artista indígena,
caracterizando su estética por el rechazo al realismo y falta de interés por la
perspectiva, falta de interés por los juegos de luz y sombra; es decir, rechazo a
modos representativos que denotan espacialidad absoluta propia de la estética
clásica. (Gisbert 2008)
¿No será este un indicio de que la observación del espacio desde la mirada
precolombina pasaba por otros lados que aún son difíciles de establecer?
Conclusiones
Nivel territorial
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- Límites territoriales no absolutos
- Limites naturales permeables
- Organización a través de franjas marcadas por pisos ecológicos
- Patrón de ocupación vertical; desde tierras altas a bajas
- Sistema de parcialidades; intercambio y cuidado colectivos según productos
de cada territorio
Nivel cosmológico
Nivel urbano/arquitectónico
Ámbitos no territoriales
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- Inclinaciones hacia distintas representaciones de los pachas en los tejidos
Bibliografía
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Cárdenas García, E., 2008. Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos.
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Gisbert, T., 2008. Iconografía y mitos indígenas en el arte Cuarta edi., La Paz:
Editorial Gisbert y Cía.
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Mallku, Inca y Rey en la provincial de Charcas (siglos XV-XVII) Historia
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St Andrews, University of London.
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