Conceptos Espaciales

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Una aproximación a los conceptos espaciales prehispánicos de la cultura

andina
RESUMEN

El presente artículo expone de manera organizada cuatro niveles de observación


hacia las aproximaciones del concepto de espacio en la cultura andina, de tal
manera que ayudan a determinar la significación de este mismo. Estos se han
dispuesto de la siguiente manera: regional, cosmológico, urbano/ arquitectónico y
ámbitos no territoriales. El nivel regional aporta ciertas relaciones topológicas y
delimitaciones entre los pueblos identificados, el nivel cosmológico revisa la relación
inherente del espacio y el tiempo con el vocablo pacha y sus estratos, el nivel
urbano/arquitectónico determina las ideas de espacio del Cuzco como centro más
cercano y vinculado al sector de interés y la visión de la casa desde la cultura andina,
el nivel de los ámbitos no territoriales indagan en el concepto de espacio inscritos en
los textiles como documento revelador de las culturas. Finalmente se realiza un
contraste entre las visiones y construcciones de concepto del espacio entre la cultura
prehispánica y occidental.

PALABRAS CLAVE
Espacio, cultura prehispánica, Pacha, espacio – tiempo, límites, cosmovisión

ABSTRACT AND KEYWORDS

This paper presents an organized manner four levels of observation to the


approaches to the concept of space in Andean culture, in order to help determine the
significance of the same. These have been determined as follows: regional,
cosmological, urban / architectural and no territories. The region level provides some
topological relationships and boundaries between the identified cultures, the
cosmological level reviews the inherent relationship between space, time and the
Pacha word, the urban / architectural level determines the Cuzco ideas as the closer
and linked city to the interest center sector and the vision of the house from the
Andean culture, no territorial areas delve into the space concept registered on

1
textiles as revealing documents of cultures. Finally, a contrast between the visions
and construction concept of space between the pre-Hispanic and Western culture is
performed.

Space, pre-Hispanic culture, Pacha, Space - time limits, worldview

INTRODUCCION

El espacio dentro del estudio teórico de la arquitectura, ha merecido mayor interés a


partir del siglo XX, cuando la mirada de los estudiosos se vio enfocada hacia este
mismo y con mayor profundidad de investigación a raíz de las nuevas búsquedas del
arte moderno proyectadas enseguida hacia la arquitectura. Sin embargo, estos
postulados han sido indagados y aplicados desde la concepción de la cultura
occidental, dejando a los conceptos pertenecientes a civilizaciones americanas y
antiguas sin mayor utilización en la actualidad.

Los trabajos que se enfocan sobre este espacio americano, arrojan resultados de
complejidad en la cosmovisión de civilizaciones con respeto a la organización de su
territorio, resultando ser un aporte al estudio de nuestra cultura con búsqueda a
enriquecer la identidad americana. Los conceptos espaciales de las civilizaciones
prehispánicas dentro de la cultura Andina que investigaremos, serán la incaica y las
extendidas en el desarrollo regional.

Justificación

El artículo que se pretende desarrollar, realizará un análisis aproximado sobre el


orden que el hombre del prehispánico tuvo acerca del espacio en su territorio, con el
propósito de conocer en detalle la cosmovisión de nuestras raíces, las cuales
aportarán al proceso de construcción de identidad constante que en los últimos años
ha cobrado más fuerza en nuestro medio.

Antecedentes

2
Dentro de los estudios sobre el concepto de espacio prehispánico, la concepción
mesoamericana presentan varios autores estableciendo relaciones de espacio con la
cosmología; el mundo antiguo estaría dividido en regiones habitadas y gobernadas
por dioses, siendo el centro el ombligo del mundo gobernado por el dios del fuego.
(Ibarra García 1999)

Visión similar ocurre en los estudios centroandinos, sin embargo y para los fines del
presente artículo, se han apelado a estudios históricos y antropológicos cercanos, los
cuales aportan con acercamientos hacia la visión del espacio y su manejo dentro de
la prehispanidad contextual a nuestra ciudad.

Planteamiento del problema

Los estudios enfocados a conocer características de las civilizaciones americanas


son escasos a comparación a las aportaciones de occidente, pero que en los últimos
años están cobrando interés y profundidad más allá una mera descripción de hechos
culturales.

En el ámbito de la arquitectura, el componente espacial tiende a tener una mirada


que no contempla un concepto basado en raíces americanas precolombinas, por lo
que el escaso conocimiento sobre las características de ordenación espacial del
territorio andino, debilitan una fuente de discernimiento que la tarea
urbano/arquitectónica podría sostener a través de conceptos complejos y
enriquecedores además de las occidentales.

Por todo lo mencionado, el problema de investigación radica en la indagación y


determinación aproximada de los conceptos espaciales que el hombre prehispánico
de los Andes ha tenido para organización de su hábitat y territorio.

OBJETIVO GENERAL

3
- Identificar conceptos de espacio habitable, que las civilizaciones prehispánicas
emplazadas en nuestro contexto regional, hayan tenido en su cosmovisión y
manera de organización.

Objetivos Específicos

- Delimitar las culturas a estudiar y sus respectivos espacios dentro de la


investigación.
- Determinar los conceptos de espacio para contextualizar la investigación a
encarar.
- Transverzalizar la cosmovisión de las culturas estudiadas con la concepción
del espacio habitable de su territorio.

DISEÑO METODOLOGICO

MÉTODOS TEÓRICOS

 Método bibliográfico: Se realizará una exploración bibliográfica que permitirá


establecer un balance teórico del tema estudiado y de esta manera se
determinarán los lineamientos y alcances de la investigación.
 Método histórico-lógico: El uso de este método permitirá abordar un estudio
desde una perspectiva histórica donde se podrá establecer los importantes hitos
históricos y culturas a considerar en el estudio.
 Método sistémico: El análisis del objeto de estudio se sustentará desde una
concepción holística para constituir relaciones causales entre cosmovisión y
espacio habitable.

RESULTADOS Y DISCUSION

4
Hablar sobre el espacio en el mundo andino prehispánico, es adentrarse a un terreno
vasto de concepciones, interrelaciones e implicancias que van más allá de una
entidad a priori de tres dimensiones.

Dentro de las investigaciones sobre la concepción mesoamericana sobre el espacio,


se presentan varios autores estableciendo distintos niveles de observación. E.
Cárdenas García realiza una metodología estableciendo los siguientes: Nivel macro
regional, Nivel regional, Nivel de sitio y su estructura espacial o urbano-arquitectónica
y Nivel de los espacios concretos de interacción social (Cárdenas García 2008).
También pueden considerarse otro nivel muy presente, el relacionado con la
cosmología; según el hombre mesoamericano el mundo antiguo estaría dividido en 4
regiones habitadas y gobernadas por dioses, siendo el centro el ombligo del mundo
gobernado por el dios del fuego. Añadimos a esto otras concepciones con respecto a
las cosmológicas, las cuales indican un vínculo adherente entre el espacio / tiempo y
situaciones mitológicas del los pueblos.

Para efectos de nuestra investigación estableceremos niveles de observación del


espacio definiendo los siguientes niveles: regional, cosmológico, urbano/
arquitectónico y ámbitos cotidianos.

Nivel regional

Al delimitar culturas prehispánicas y sus espacios respectivos para enmarcar y


contextualizar nuestra investigación, nos encontramos con una tarea que puede
generar una sensación de imprecisión por el hecho de que el hombre prehispánico
tenía un concepto diferente a los que nosotros estamos acostumbrados y
entendemos por límite espacial. Bien podemos ejemplificar esta diferencia cuando
los autores Tristán Platt, Thérèse Bouysse-Cassagne y Olivia Harris, en su citado
libro; Qaraqara – Charka, mencionan que uno de los problemas metodológicos para
repensar el espacio prehispánico es aquel que precisamente separa la concepción
moderna de límites en los mapas, con las concepciones incas o preincas, que si bien
usaban mojones para delimitar, estos también constituían rutas que vinculaban un

5
punto central con alguna jurisdicción; he aquí un primer concepto reconocido sobre el
espacio: líneas emanando de un punto central como relaciones topológicas (Tristán
Platt et al. 2011). El beneficio de contar con un mapa es del establecer un escenario
sobre el cual indagar, pero también pueden tener el defecto de coartar, puesto que
son productos de un tiempo y lugar. A propósito de ello Olivia Harris dice:

“En general podemos afirmar que la investigación histórica requiere que nos
situemos en un espacio específico, y que mucho de lo que los historiadores
estudian tiene que ver precisamente con el manejo del espacio: el desarrollo
de poblamientos y asentamientos, de diferentes regímenes productivos, de
rutas comerciales y de intercambios, sin hablar de invasiones y guerras sobre
territorios y recursos”…”(Los mapas) Insinúan un mundo objetivo y
permanente, pero en los hechos son siempre provisionales, aproximaciones a
alguna realidad, y productos de un momento histórico concreto.” (Harris, Olivia
1997)

Estando conscientes de que un límite definido y absoluto no es pertinente asentar


por la naturaleza de la cultura prehispánica y por la parcialidad que en la
investigación histórica podemos tener, nos acercaremos a indicar que tanto la
delimitación espacial del contexto como las conceptualizaciones de espacio que
pretendemos identificar, no están cerradas a trastocar ámbitos que puedan estar
necesariamente vinculados a nuestro problema de estudio.

Determinamos con las consideraciones indicadas, que las culturas de estudio, serán
las que se ubican en el contexto inmediato de nuestro medio actual; la ciudad de
Sucre, estableciendo provincias precolombinas como escenario de estudio,
instituidas bajo el mandato el Inca Wayna Qhapaq: Qaraqara y Charka1, sin descartar
aproximaciones aimaras e incaicas, ya que las influencias y el intercambio entre
culturas ha sido ponderante e inevitable.

1 Bajo el Inca Wayna Qhapaq, se establecieron estas provincias entre otras, en la región al sur del Collao: Charcas. Ver Tristán Platt, Thérèse Bouysse-
Cassagne, Olivia Harris, Qaraqara – Charka, Mallku, Inca y Rey en la provincial de Charcas (siglos XV-XVII) Historia antropológica de una confederación
aymara, Plural editores, IFEA, University of St Andrews, University of London, 2011 (2006)

6
Fig. 1 Mapa de las Provincias de Charcas bajo el Inka Wayna Qhapaq

Fuentes: (Tristan Platt, 2011 (2006))

Las regiones denotadas, se han ido ubicando en su espacio ayudados por diversos
motivos, uno de ellos son los limites naturales, como ríos que son compartidos y
tomados como vías de comunicación nacidos en los cerros Asanaqi y Tangatanga,
estos ríos como el rio Grande o Jatun Mayu, sus afluentes, el Pilcomayo y el Caine
se constituyen en limites, en cuyo largo se establecen fortalezas fronterizas que los
separan de los indios de arco y flecha, Yaparas y Churuatas. Cabe destacar que los
investigadores se refieren a estos límites, como límites permeables, lo cual implica
una apertura de intercambio entre nuestros pueblos a pesar de haber existido etapas
de guerra donde las fortalezas (pucaras) eran un escenario primordial, así como
también hacen notar que la organización del espacio se daba en franjas verticales
según una gama de pisos ecológicos, muy común en Charcas, asemejado a los
espacios textiles que se subdivide en franjas. (Tristán Platt et al. 2011)

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Estas franjas respondían a un patrón de ocupación vertical, que se desplazaba
desde las tierras altas a los valles. Se repartían estas jurisdicciones entre ayllus que
aún permanecen en algunos casos, las parcelas de cada ayllu colindaban con las del
otro, generándose un sistema de parcialidades, donde las interrelaciones se daban a
través del desplazamiento o incorporación de campesinos, generándose situaciones
de cuidado e intercambio colectivo de productos; en estación seca bajaban las
llamas cargadas de sal, cerámicas, objetos de metal, quínoa, chuño y tejidos para
ser intercambiados de maíz, ají, miel, algodón, plumas, entre otros. Estas
interrelaciones se daban a través de vías y caminos jerarquizados según el ancho.
(Tristán Platt et al. 2011)

Las permanecías de estas interrelaciones y de sus límites, no sobrevivieron en gran


parte a la conquista, que tomará otras formas de ocupación que parten desde la
encomienda. A propósito de estos, Tristán Platt nos dice:

“Las fronteras internas y externas de estos señoríos, fijadas a lo largo de un


proceso dilatado de guerras y alianzas (que por la escasez de estudios
arqueológicos sigue siendo difícil de evaluar), señalan las zonas más frágiles
del territorio y las más prontas a romperse, sobre todo durante el proceso de
fragmentación que sucedió raíz de la invasión europea.” (Tristán Platt et al.
2011)

Nivel cosmológico

Es ineludible mencionar el vocablo pacha al momento de empezar a hablar de ideas


sobre espacio macro o inclusive de menores dimensiones en el mundo andino.
Entendiendo como pacha a la luz del día donde vuelan los pájaros, o como tierra
como se refiere en la actualidad, su significado abarca nociones espaciales y que
estrechamente estaría vinculado con el tiempo (Castillo Vacano n.d.); es decir, la
noción de espacio/tiempo para el mundo andino prehispánico ya era un idea
vinculada mucho antes de las investigaciones sobre el espacio en la teoría

8
contemporánea de la arquitectura aunque de una manera distinta. Las divisiones
temporales en la mitología andina, conllevan una vinculación con un espacio
particular y se desarrollan como se explica en el siguiente cuadro:

Fig. 2 Cuadro edades Mitología Andina


Indicando la relación de espacio tiempo
EDAD LUGAR IDEA CENTRAL ESPACIOS DEIDAD PERIODO
ESTIMADO
Tiwanaku Centro. Diversidad y Lagos, Tunupa y Anterior
Taypi multiplicidad de los hombres fuentes. mujeres Intermedio
con sus lugares de origen Eje acuático peces tardío
(pacarinas). Unión de partes
antagónicas
Puruma Cumbres Bordes. Luz difusa, Espacio Tunupa y
anochecer. Ausencia del sol oscuro, mujeres
desierto, peces
salvaje
Awqa, Elementos opuestos. Urco Intermedio
Encuentro y alternancia (cerros) tardío
Pacha Kuti (tinku y kati) Uma
Tiempo de guerras, cambios (tierras
(Solsticio de invierno) bajas)
Fuente: elaboración propia

El cuadro resume ideas centrales de las edades en la mitología andina las cuales
son explicadas por Thérèse Bouysse-Cassagne y Olivia Harris de tal manera que no
se suceden linealmente una después de la otra; la edad puruma se caracteriza por
su situación liminal ubicándose al centro la edad taypi; el mundo en que vivimos es
un espacio de fuerzas centrifugas que pasa del centro concentrado a difuminarse en
los bordes, de la vida a la muerte, de lo social a lo salvaje. Tunupa y la leyenda de su
encuentro con las mujeres peces explica estos bordes y trastocaciones con el
encuentro de lo masculino y volcánico (Tunupa) con lo femenino y acuático (mujeres

9
peces), esto en el taypi. En la edad puruma se producen los dobleces, las divisiones
y formaciones de pares simétricos. Las autoras plantean la siguiente pregunta:

¿No será uno de los grandes intentos conceptuales de la cultura aymara


el resguardar linderos movedizos para domar y regular fuerzas
nocturnas venidas de otros espacios-tiempos, y el reunir en el centro
elementos separados para seducirlos? (Bouysse-Cassagne, Thérèse et
al. 1987)

Con respecto a la edad awqa pacha o pacha kuti, se indica y se explica que esta se
refiere a los contrarios, los que se rechazan y se contraponen. Se vincularía de cierto
modo a un cambio, la vuelta del mundo; una inversión de tiempo y espacio. Con esta
ilustración de las relaciones de las edades, esclarecemos que las ideas de espacio
vinculadas con el tiempo son de carácter centrífugo y mutable, carente de
definiciones y límites precisos, todo esto concordante con el primer esbozo de las
líneas emanando de un punto central. Se trataría de una “concepción circular-espiral
del pacha es concebida como un proceso cíclico de cambios generativos que ocurren
en ese cosmos.” (Castillo Vacano n.d.).

El vocablo pacha tuvo un proceso de cambio en su significado, propósito de esto


Bouysse-Cassagne dice:

…“En el quechua del XVI pacha ya tenía este sentido de ‘suelo’ o ‘ligar’ de
acuerdo al vocabulario de Gonzales Holguín; en el aymara antiguo, a
diferencia del actual, esta aceptación no se encuentra, pero la orientación
temporal y espacial estaban estrechamente relacionadas y ya en el XVI los
evangelizadores utilizaron el concepto del pacha para expresar su propia
orientación espacial: el cielo arriba y el infierno debajo de la tierra.”…
(Bouysse-Cassagne, Thérèse et al. 1987)
Tal es la dinámica del sentido de este vocablo ligado a cuestiones de espacio/tiempo,
que confirmaría la compleja cosmovisión que la prehispanidad tenía sobre tales
temáticas como ya lo hemos explicado. Las mismas autoras clasifican a pacha

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dentro del pensamiento andino de la actualidad en tres conceptos que difieren de lo
anterior al basarse en mayor proporción por una diferenciación espacial y no en un
contraste mayor en lo temporal como ya hemos expuesto en la mitología andina. El
arriba y el abajo para determinar los pacha, se clasifica tras las concepciones
cristianas arribadas con los españoles, los cuales no se establecen necesariamente
bajo los mismos conceptos que clasifican la moralidad cristiana, pero si conllevan
motivos cristianos: Manqha pacha; mundo de abajo, fuerza salvaje no
plenamente socializada, diablos (relacionada con puruma), Alax pacha; mundo de
arriba, morada de santos y Aka pacha; mundo de los humanos, donde se ejercen las
fuerzas de “arriba” y de “abajo” (relacionada con taypi). La dicotomía de manqha
pacha y alax pacha como mundos que no se pueden tocar, se acercan y se igualan
en la tierra de vivientes; en el taypi.

Nivel urbano/ arquitectónico

Toda esta formación compleja detallada más arriba también estaría dividida por
ayuda de los ceques2. Además de los límites naturales y consideraciones expuestas.
Los ceques como líneas imaginarias que organizan, cumplían la función de delimitar
ayllus cusqueños y unir el centro Cusco con varios centenares de huacas, los cuales
estaban a cargo de un grupo social y quienes además, el culto que debía realizarse
según un calendario solar. Estas huacas fueron observatorios astronómicos
orientados según puntos precisos en el horizonte y desde donde se registraban
salidas y puestas del sol. (Rostorowsky, María 2004)

Es sabido que lo que entenderíamos como configuración urbana e inclusive la


revisión de los grandes centros ceremoniales de la prehispanidad andina, se
conforman según puntos cardinales, referencias con astros, es decir, bajo la relación
profunda con el cosmos y el mito. Urbanísticamente, la referencia más adecuada en
el mundo andino cercana a nuestro emplazamiento, es la conformación de Cusco.

2 Es una palabra quechua que significa raya, rumbo, línea. Los ceques servían para organizar las huacas alrededor del Cusco. Partían desde el centro de
este, constituyendo un complejo sistema espacial religioso.

11
Cuando Alfredo Lozano Castro describe con detalle la conformación de la ciudad de
Cusco como modelo de simbólico de la ciudad andina, (Lozano Castro 1994)
establece previamente un orden vertical y otro horizontal cosmológico, además de
estar ligado a planetas conocidos en el mundo andino, atribuidos a distintos dioses
con sus características correspondientes. El orden vertical se basa en la concepción
andina del universo basándose en el Mapa Mundi de Guaman Poma en su citada
Nueva Crónica y Buen Gobierno, donde pacha es el mundo creado dividido en tres
partes tal como la concepción andina actual la establece incluyendo los motivos
cristianos: Hanan pacha; mundo celeste, morada de los dioses, Kay pacha, mundo
terrenal, morada de los seres vivientes y Ucku pacha, mundo subterráneo, bajo el
mar. Este eje formado estaría ligado a la temporalidad que marca dos posiciones;
Hanan saya hacia arriba y Urin saya hacia abajo. Los puntos cardinales son también
indicados en este gráfico, así como los espacios superior, centro e inferior ya
indicados.

Fig. 3 Esquema Mapamundi andino según Guamán Poma

Fuente: (Lozano Castro, 1994)

El orden horizontal, indica Lozano, estaría ligado a la espacialidad, cuyos planos se


denominan Suyus dividiéndose en cuatro partes; Anti suyu; sureste – noreste,
Chinchay suyu; noreste – noroeste, Colla suyu; sureste – suroeste y Cunti suyu;

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noroeste – suroeste. Cuando estos ejes diagonales se interceptan al nivel del mundo
terreno, se define el centro de creación del cosmos según el mundo andino; dándose
lugar a la noción de espacio sagrado (Lozano Castro 1994). Bajo estas afirmaciones
donde lo sagrado y lo cíclico son elementos estrechamente unificados al
pensamiento de orden del mundo, contextualizamos la conformación urbana y
arquitectónica reconociendo sus componentes organizativos.

La ciudad de Cusco es el ejemplo representativo urbano, que a pesar de estar fuera


del área delimitada en este articulo, es una referencia que debe tomarse para
entender consideraciones de espacio urbano. Carecemos de información con
respecto a ciudades de equivalente envergadura como Cusco en la región de los
Qaraqara y Charka, pero es notable que el mundo andino ejerció desde sus centros
influencias y vínculos estrechos con las regiones distintas del Tawantinsuyu, propio
de las relaciones topológicas y cíclicas hermanadas con la cosmovisión.

Lozada Castro afirma que Cusco fue concebida como morada de los dioses,
reflejada en su construcción la cosmología andina (Lozano Castro 1994) basado en
un testimonio recogido del Libro VII de Garcilaso de la Vega. La ubicación de los 13
barrios que poseía y recintos arquitectónicos responde a órdenes establecidos más
arriba. El núcleo central corresponde al Inka, sacerdotes y elite familiar. Alrededor de
este núcleo se ubica la zona administrativa compuesto por los trece barrios, y donde
vivían representantes de las naciones que forman el Tawantinsuyu. Más hacia la
periferia vivía la gente común. Por otro lado los amautas, determinaron una especie
de calendario luni-solar en el trazado de la ciudad con el fin de establecer periodos
de cosecha y siembra, como la tradición de la Antigüedad consiguió en centros
ceremoniales en diverso puntos del planeta.

El espacio cotidiano de la vivienda ha sido desde siempre un espacio poco atendido


a lo largo de la historia, desde el actuar de las culturas, y desde la investigación. Sin
embargo la vida cotidiana ha tomado lugares preferenciales desde el segundo tercio
del siglo XX, afirmando que la historia no solo se configura y explica por medio de las

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guerras y la vida política. Dentro de estudios acerca de la vivienda prehispánica,
apelamos a autores que la describen físicamente y simbólicamente. Por un lado
Javier Escalante, realiza una exhaustiva descripción de medidas y materiales
empleados en las viviendas de culturas prehispánicas de Bolivia. La forma de los
muros, aparejos, cubiertas, etc. son parte del corpus de su trabajo así como también
la formación de las viviendas entre ellas. (Escalante Moscoso, Javier n.d.)

Pero otros autores se han enfocado en encontrar el simbolismo plasmado en la


construcción de la casa. Los investigadores D. Arnold, D. Jiménez y J. Yapita,
examinan “la casa como cosmos” en Qaqachaka, contrastando la humildad de sus
materiales constructivos, con la carga simbólica de la misma; la construcción de la
misma acompañada de ch’allas, encarna la visión cosmológica, la casa se convierte
en el cosmos, en metáfora del cerro mundo, y sobre todo “una estructura
organizativa en torno a la cual giran otras estructuras” (Arnold, Denise Y., Jiménez
A., Domingo, Yapita 2004). A propósito de su construcción nos dicen;

“La construcción de las casas tiene lugar durante la estación seca, entre la
última cosecha y la próxima siembra: es común que las paredes estén
terminadas en octubre y que la ceremonia del techado se lleve a cabo
alrededor de Día de Difuntos en los primeros días de noviembre. Los Qaqas
recuerdan los varios componentes de sus casas en las fiestas realizadas en
ambas ocasiones, en ambas ocasiones, primeramente cuando se han
levantado las paredes, en la fiesta de taqan pirqa “construir la pared” y luego
en la fiesta colectiva principal que ocurre al final del proceso de construcción
cuando se pone arriba el techo, utachäwi. La recitación de los componentes
de la casa también se recuerda anualmente después de la construcción en el
último día de la Fiesta de Difuntos”…”al compartirla memoria del proceso de
construcción de una casa en cada una de estas ocasiones, los Qaqas
reconstruyen no sólo el espacio sino el tiempo, en la medida en que recuerdan
su pasado, las genealogías ancestrales y sus orígenes míticos es históricos.”
(Arnold, Denise Y., Jiménez A., Domingo, Yapita 2004)

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Ámbitos no territoriales

Hemos llamado a este apartado como tal, ya que encontramos necesaria hacer la
lectura del espacio fuera del ámbito cosmológico, regional, urbano y arquitectónico
los cuales abordan connotaciones espaciales a escala macro. Ya hemos mencionado
la analogía de la formación de franjas verticales en el territorio de Charcas con la de
los textiles, los que además de presentar espacios jerarquizados en su composición,
alojan representaciones de espacio según la cultura al cual pertenecen.

Verónica Cereceda en sus amplios estudios sobre los textiles, presentará una
interesante trayectoria investigativa plasmada en parte en la exposición del proyecto
ASUR, que recupera las técnicas de tejido, así como también las temáticas
abordadas. Es en este último aspecto que nos interesa la inclinación de ciertas
culturas en el área delimitada, hacia ciertos estratos espaciales de la cosmología;
Manqha pacha; mundo de abajo, Alax pacha; mundo de arriba, y Aka pacha; mundo
de los humanos. Por ejemplo la cultura Tinkipaya que proviene de altas punas,
conocidos como “llameros”, se inclina por objetos del mundo de arriba, tejiendo en
sus franjas soles (rombos), aves, entre otros espectros del cielo. Sus colores
matizan iluminándose en segmentos marcados, puesto que son espacios concebidos
como un mundo de necesaria distinción entre partes. Los de Tarabuco se concentran
en el mundo de los humanos, la vida cotidiana, la siembra, la cosecha, el velorio o el
carnaval; un mundo organizado bajo la organización de las franjas y de iluminación a
través de los hilos de colores.

Los Jalq’a en cambio, producen tejidos con alta carga imaginativa y caótica donde
las franjas no figuran como ejes ordenadores, representan el mundo de abajo; “…un
mundo poblado de animales indómitos e imposibles. La estética jalq’a da forma a un
universo continuo, sin ejes, caótico, de percepción difícil, que corresponde a un
mundo sagrado, el mundo del Supay que habita los lugares de penumbra y los

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espacios subterráneos dominando la gestación de las especies y la recreación de la
vida.” (Cereceda 2015)

El espacio tiempo en el mundo occidental

Una consideración importante para cerras las ideas de este artículo es el de


identificar la mirada del hombre occidental que tuvo sobre el espacio. Dentro de la
teoría de la arquitectura y el estudio de las artes, la espacialidad como tal, es
abordada muy recientemente; afirmamos que el espacio desde la visión occidental,
es un elemento que en el ámbito contemporáneo, mereció interés para el arte y la
arquitectura desde el siglo XX. La razón por la cual el espacio hubiera sido ignorado
durante tanto tiempo, responde a que la invención de la perspectiva supuso para el
hombre, el dominio del espacio bidimensional; conquistado esto, dejo de ser de
interés para su investigación (Zevi 1976).

No fue hasta inicios del siglo XX cuando las investigaciones sobre el espacio se
iniciaron con las propuestas de los cubistas, los cuales se interesaron estar acorde
con los progresos de la ciencia rompiendo con la perspectiva renacentista, lo que
implica la observancia desde varios puntos de vista, y no uno solo como el absoluto
de la caja renacentista requiere. Estas posiciones llegarían después a influir en el
pensamiento de Le Corbusier y el Movimiento Moderno, así como en el Futurismo, el
cual indaga sobre el tiempo. Por una parte Le Corbusier con la pintura purista se
concierne sobre las investigaciones del espacio propuestas por los cubistas,
relaciones de movimiento y transparencia que serán impregnadas más allá en su
arquitectura, afirmando que:

“La arquitectura se camina, se recorre y no es de manera alguna, como ciertas


enseñanzas, esa ilusión totalmente gráfica organizada alrededor de un punto
central abstracto que pretende ser hombre, un hombre quimérico munido de
un ojo de mosca y cuya visión seria simultáneamente circular. Este hombre no
existe, y es por esta confusión que el período clásico estimuló el naufragio de
la arquitectura.” (Le Corbusier 1959)

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El Futurismo, tendría una propuesta que concibe los objetos en estado de
movimiento (Gideon 2009), y el movimiento implica el devenir del tiempo, así como
Le Corbusier afirma que la arquitectura (es decir su esencia que es el espacio) se
recorre.

Para el momento de la conquista, dada en el siglo XVII, el hombre occidental, que no


aun no tenía las consideraciones del espacio y movimiento incorporadas como se ha
explicado en líneas más arriba, trajo consigo en la representación del imaginario a
través de conquistas plásticas que van desde la perspectiva hasta la representación
realista de sombras, claros y color; cánones europeos.

A propósito de esta mirada, Teresa Gisbert nos dice que si comparamos la manera y
el modo de representar entre los europeos acaecidos y sus contemporáneos
indígenas, encontraremos valoraciones distintas puesto que los cánones
establecidos desde occidente, no fueron de interés del artista indígena,
caracterizando su estética por el rechazo al realismo y falta de interés por la
perspectiva, falta de interés por los juegos de luz y sombra; es decir, rechazo a
modos representativos que denotan espacialidad absoluta propia de la estética
clásica. (Gisbert 2008)

¿No será este un indicio de que la observación del espacio desde la mirada
precolombina pasaba por otros lados que aún son difíciles de establecer?

Conclusiones

Con los resultados presentamos, consideramos en primer lugar haber aperturado


nuevo camino de investigación, hacia la temática a la cual nos hemos referido
mediante una aproximación de los conceptos como se ha indicado en la parte
preliminar. Establecidos los niveles de observación concluimos y enumeramos estos
conceptos detectados:

Nivel territorial

- Líneas emanando de un punto central como relaciones topológicas

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- Límites territoriales no absolutos
- Limites naturales permeables
- Organización a través de franjas marcadas por pisos ecológicos
- Patrón de ocupación vertical; desde tierras altas a bajas
- Sistema de parcialidades; intercambio y cuidado colectivos según productos
de cada territorio

Nivel cosmológico

- Pacha; nociones espaciales y temporales


- Espacios-tiempos mitológicos centrífugos y mutables para generar equilibrio
entre vida y muerte
- Significado actual de pacha con mayor proporción a diferenciación temporal:
Manqha pacha; mundo de abajo, fuerza salvaje no plenamente
socializada, diablos (relacionada con puruma), Alax pacha; mundo de arriba,
morada de santos y Aka pacha; mundo de los humanos

Nivel urbano/arquitectónico

- Ceques; líneas imaginarias delimitantes de ayllus y unión con Cusco


- Ceques formados por sucesión de huacas; espacios sagrados y de
observación solar
- Organización urbana según puntos cardinales
- Cusco; orden vertical y orden horizontal
- Orden horizontal vinculado a la espacialidad
- Ejes diagonales organizadores de espacio que se encuentran formando un
espacio sagrado
- Urbanismo como calendario para establecer tiempos de siembra y cosecha
- La casa como representación del cosmos

Ámbitos no territoriales

- Formación espacial en tejido a través de franjas, relacionadas con el territorio

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- Inclinaciones hacia distintas representaciones de los pachas en los tejidos

Creemos que es pertinente realizar en futuras intervenciones, un estudio profundo


antropológico y arqueológico, que delimiten con más precisión los lugares de estudio.
Debemos considerar que nuestra mirada ya configurada con la cultura occidental,
genera limitaciones de interpretación hacia los tópicos que la cultura prehispánica
puede tener, sumando a esto la limitada bibliografía existente con respecto al
espacio como tal, las referencias con las que hemos contado son estudios
etnohistóricos y antropológicos.

Bibliografía

19
Arnold, Denise Y., Jiménez A., Domingo, Yapita, J. de D., 2004. Hacia un orden
Andino de las Cosas 2004th ed. F. X. A. e I. de L. y C. Aymara, ed., La Paz.

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