Parameshwar Maharaj Hundiendome en Mi Mismo
Parameshwar Maharaj Hundiendome en Mi Mismo
Parameshwar Maharaj Hundiendome en Mi Mismo
mismo y reconociendo mi
Existencia
Vosotros ya «sois», lo sepáis o no, solo que no sabéis qué hacer con
esa percepción de ser; sin embargo, la certeza más inequívoca que
tenéis es vuestra existencia, sabéis —y no dudáis un instante— que
estáis vivos, que existís. Pues bien, se trata de mantener
continuadamente la percepción de «yo existo» y aislarla de todos los
demás mensajes que recibe la consciencia. Tal percepción debe ser
sostenida con la mirada interna y nunca perdida de vista. Debéis
saltar por encima de cualquier duda que aparezca en la mente y no
romper la percepción o consciencia de la propia existencia.
Mantenerse en tal estado es denominado «Auto-consciencia», esta
debe ser mantenida tanto en estado de meditación como durante la
vida cotidiana, ocupando el primer plano de entre todas las
impresiones que se reciben; ya sean estas externas o internas, la
percepción de «YO existo, Yo soy» no debe ser barrida por ellas.
Pronto se comprende que el que testifica el continuo cambio de las
impresiones es el «existente» sin forma capaz de comprender, la
Consciencia. Eso es lo que vosotros sois: el Testigo de todo cuanto
ocurre a vuestro alrededor, el Observador de la propia existencia y el
que sabe que ES. No hay ningún tipo de profundidad en ello, es
simple, ¿quién se da cuenta de las cosas? ¡YO! Esa es la respuesta.
Pero ese YO, el que existe, debe ser desvinculado del cuerpo, pues
permanece solo sin él. Solamente por la acción de la ignorancia
sobre nuestra propia naturaleza es por lo que nos identificamos con
el cuerpo, incluyéndolo dentro de nuestro sentido de Individualidad.
Un poco de práctica romperá esta falsa noción de entidad; al igual
que la mente, que es un fluctuar de pensamientos casi
ininterrumpidos, quedará silenciosa dejando paso a un estado de
Silencio, quietud y Paz. Es así como todos los grandes maestros de
todas las tradiciones han actuado y han encontrado el Silencio en
ellos mismos. No, no hay que visualizar nada, solo hay que asirse al
sentido de existencia que siempre está ahí acompañándonos, ni
siquiera hay que entender algo tan simple, tanto que hasta parece
una broma pesada que se hayan levantado filosofías y tradiciones
entorno suyo. No hay nada sagrado en ese acto, todo es demasiado
natural para concederle una gota de devoción, pero es la misma
naturaleza humana la que crea la ilusión y la confusión de las
diferentes metodologías y senderos. Lo único terrible es que nos
olvidamos de esta simplicidad, y sobre este olvido construimos
nuestras vidas, buscando sin cesar el bienestar que hemos perdido
fuera de nosotros mismos.
Nada hay que buscar y nada hay para encontrar, vosotros sabéis
que sois y no dudáis cuando se os habla de vuestra existencia, lo
único que debéis hacer es mantener la sensación de ser. Conoceréis
de primera mano por qué la habéis perdido y tomaréis muy en serio
esa cosa de la que tanto nos gusta hablar y filosofar: Maya.
«Yo soy y sé que "Yo Soy"», hasta ahí debéis llegar para luego
abandonarlo y entrar en el sueño profundo-despierto, estado que
también pasó al olvido.
I.: ¡Yo!
P.: ¿Esa persona (tú) sabe que está viva y percibe la sensación del
cuerpo, oye y ve?
P.: ¡Reíd, reíd! Y... ¿acaso no eres tú la que percibe? ¿No eres tú la
testigo de todo cuanto te rodea? ¡Tú eres la consciencia que
observa y se da cuenta! Sin cuerpo y sentidos... ¿cómo sabes que
eres tú?
I.: ...
[Risas.]
Muchas gracias.
P.: Bueno, ¿qué más quieres saber, qué necesitas más? ¿Ha
desaparecido? Consíguelo de nuevo, ¡tú ya sabes qué hacer!
¿Que qué tienes que hacer? ¡Ser! Sé y verás como los pensamientos
dejan de fluir y mucho más. Esta es tu sadhana ahora, permanecer
siendo YO en todo momento, y si pierdes tu presencia vuelve
tranquilamente en ti. El Conocimiento que has adquirido se debe a la
toma de consciencia de una realidad vivida, pues tú misma eres la
Inteligencia que habita en este cuerpo, a medida que tu propia
presencia se mantenga se irán abriendo los ojos del Conocimiento,
pero eso ya vendrá solo.
I.: Ejercer cualquier tipo de acción sobre los dos puntos que has
referido: volver la atención hacia adentro y desidentificarnos de los
objetos.
I-a.: Esto está claro por las enseñanzas que nos has dado, pero es
que no «me» encuentro cuando vuelvo la atención sobre mí mismo.
I.: Esto no deja de ser un poco terrible. Es duro darse cuenta de que
el resultado final de la búsqueda es «no-existencia».
I.: Ya veo lo que dices. Todo gira alrededor del sentido de existencia.
El valor que le damos o no a la vida depende solo del sentido de ser.
P.: Ese valor es más mental que visceral. Toda tu vida es un concepto
que defiendes a capa y a espada; el sentido de ser no lo tienes,
quizás solo cuando se hace referencia a él, lo cual es bueno, pero lo
olvidas en cuanto tu atención es raptada por otro asunto. La Ilusión
es muy poderosa, tanto que potencia tu olvido.
P.: Así es, pero esta manera de obrar únicamente la pueden hacer
aquellos que ya conocen Turya, de otro modo, al intentar realizar
esto sin haber alcanzado el no-estado se acaba siendo atrapado en
un estado onírico intermedio, cuando no se acaba completamente
dormido, por lo tanto, es inútil seguir por este camino para quien no
sabe disolverse. No se puede ir en contra de la naturaleza de la
mente sin haber alcanzado el conocimiento de la autodisolución.
Cuando uno se disuelve en la práctica, se atraviesan los estados
mentales oníricos, apareciendo el no-estado por sí mismo. El Centro
del Ser va atrayendo hacia Sí, a medida que uno va desapareciendo
como «Yo Soy», y es el Corazón (o Centro del Ser) el que impide que
se caiga en los estados ilusorios alcanzando el Sahaja Samadhi.
I.: Después de leer a uno y otro Maestro, no me queda muy claro lo
que es la Realización del Sí Mismo. ¿Podrías explicarlo un poco?
I.: Por lo tanto, esa frase no apunta hacia una realidad, ¿no?
P.: No juega papel alguno. Todo lo que ocurre sucede en Él. Por
decirlo de alguna manera. El es el contenedor de todo este Juego. La
Iluminación nadie puede experimentarla, porque lo Absoluto no es
una entidad. Cuando sucede la Iluminación, el que sabe qué ha
sucedido es el Atman y lo sabe por su «desaparición». En este asunto
la mente nada tiene que ver, excepto que ella se hace cargo de lo
sucedido objetivando y conceptualizando. Pero siempre es «Yo Soy»
el que usa la mente como una herramienta para traducir en
Conocimiento lo que acaba de suceder. Cualquiera que haya
«desaparecido» reconoce todo lo que aquí comento.
P.: ¡Sí, claro que sí! El que haya consolidado la Conciencia «Yo Soy»
como su estado natural, vive sin mente. Este tipo de hombre está
libre del ego. El es un Gurú que señala con el dedo el Sí Mismo, y el
que ha trascendido el «Yo Soy» es un Satguru, que señala con el
dedo el Absoluto.
[Risas.]
I.: Entiendo.
P.: Estamos acostumbrados a hacer las cosas por algo, con intención.
Si se quiere alcanzar el estado «Yo Soy» no entendemos la acción sin
esfuerzo, por eso el resultado nunca llega. Hacemos el esfuerzo por
comprender, organizar y encasillarlo todo, pero no comprendernos
que las cosas llegan por sí solas. En tu mente planificas la
consecución de un proyecto, cuidas al máximo los detalles, pero a la
hora de llevarlo a la práctica te encuentras que tienes que luchar,
para lograr tu objetivo, contra los imprevistos. Al final, todo es como
lanzar una moneda al aire: cara, el proyecto es un éxito y has
conseguido lo que te propusiste, eres un gran hacedor de tu vida;
cruz, maldices tu mala suerte. Uno es un poseedor, un hacedor, etc.,
pero maldice su mala suerte porque es incapaz de alcanzar el estado
de «Yo Soy», y es que las cosas «divinas» no están relacionadas con
las «humanas», y eso es lo que uno no entiende, por lo tanto, uno
debe cambiar su óptica sobre las cosas «divinas». El problema está
en cómo hacerlo, ¿verdad? Todas las preguntas que uno pueda
realizar al respecto se resuelven en una sola respuesta: «¡Sé! y
cómete el pastel sin esfuerzo».
[Risas.]
P.: Lo que quiero que comprendas es que aplicando tu intelecto
sobre lo que oyes estás forzando el fracaso. Cuando se entra en el
laberinto de los conceptos, uno corre el riesgo de eclipsar la
realidad. Mira, todo este tema que nos envuelve es extremadamente
sencillo, pero cuando se comienza a dar nombres es cuando se crean
las diferencias entre enseñanzas. Para los budistas todo es Mente;
para los advaitines, todo es Consciencia, así pues, más de una
discusión se daría entre eruditos y, sin embargo, los Maestros
guardarían silencio.
I.: Quieres decir que la conciencia «Yo Soy» tiene una mirada
incolora, por aquella frase de que «todo es del color con que se
mira» y la mente mira según el color de sus conceptos. Eso es lo que
he entendido.
P.: La Gracia está siempre actuando, solo hay que estar alerta a ella.
Desde el punto de vista del Absoluto nada es real, todo es ilusorio,
pero dentro de la ilusión hay gradaciones, niveles de conocimiento,
de ahí la vieja imagen de la Escalera y que cada uno ocupa un
peldaño. Para el Realizado que sabe que todo es el Absoluto nada de
esto tiene valor, ni siquiera las cuatro cualidades que un individuo
debe reunir para alcanzar la Iluminación. Cuando un Sabio le dice al
ignorante «Tú ya eres el Absoluto», le está creando la tensión más
fuerte que un buscador puede sufrir, el ignorante tiene solo dos
opciones: resolver o abandonar. El Sabio le enfrenta al núcleo de la
ignorancia, porque es evidente que él no ve la verdad del Sabio
reflejada en sí mismo, por lo tanto, la búsqueda es una obligación.
Esta búsqueda en sí misma es la llamada del Absoluto. La Búsqueda
es real para el ignorante que está de lleno en el juego Conocimiento-
Ignorancia: «¡No sé, entonces debo aprender!». Este pensamiento
hace que su corazón esté en un puño. La búsqueda es una gran
tensión en la vida del individuo que continuamente está enfrentado a
la ignorancia. Empieza a resolverse en cuanto se da cuenta de que él
es conciencia.
P.: La imaginación puede decir que sí, pero la práctica dice que no.
Para disolver hay que saber qué disolver. La fuerza de la Ilusión
mantiene al ego en su estatus, mientras no se vea la irrealidad del
ego no existe salto alguno. Tal irrealidad se pone de manifiesto
cuando la individualidad se conoce como «Yo Soy». Cada nivel de
conciencia tiene su nivel de comprensión y con ello el nivel de
percepción de la irrealidad. Lo que sí ocurre, y muy a menudo, es
que el ego pueda tener un atisbo de lo real, y esto marca para
siempre al ego, quien inicia una búsqueda para repetir la experiencia
que ha sufrido, pero eso no es un salto ego Absoluto, es más un
calvario.
[Risas.]
I.: ¿Por qué dices que la Joya del Conocimiento es saber que debes
disolverte? Comprender el Absoluto, ¿no sería esta la Joya?
Creo que las preguntas se hacen por hacer, es tarde ya, debemos
dejarlo aquí. Así pues, hasta mañana.
El abandono al Sí Mismo
P.: Uno de los temas que más traen de cabeza a los occidentales es el
asunto del Bhakti Marga o Vía Devocional dentro del Advaita. Esta
devoción al Sí Mismo es comprendida como la devoción a lo Supremo
y no como la devoción de un adorador de dioses, a los cuales toma
como seres supremos, y nace de la comprensión viva del buscador
que sabe hacia dónde se dirige, hacia Sí Mismo.
P.: Digamos que ellos han elegido una vez han disuelto sus mentes.
El mayor acto de devoción es el abandono final de la Individualidad
en el Sí Mismo, es la última Comprensión que se puede alcanzar,
todo lo que venga detrás es solo la interpretación de los ajnanis.
¿Hay algo superior al Sí Mismo digno de adoración? Si un jnani
entona cánticos de alabanza a Ishwara o adora a una colina [risas] es
porque ellos así lo desean, pero la cuestión es: ¿hay alguien ahí que
adora? Comprende esto, para el ajnani sí hay alguien, para el jnani
todo es el Sí Mismo.
agrade. [Risas.]
P.: El Abandono del que estamos tratando, sin duda alguna, versa
sobre el «abandono del yo». Este «yo» o «ego», que no es más que
una idealización mental de la Individualidad o conciencia íntima,
interna, de la certeza de que «Yo Soy» debe ser sacrificada para
mantener Aquí y Ahora la Conciencia Pura de YO, y esta, a su vez,
llegado el sagrado momento, debe ser abandonada en la Quietud del
Sí Mismo, carente Este de toda noción de yoidad o individualidad.
Veo por las risas que muchos os identificáis con todo esto.
[Risas.]
Todo esto que tú crees ser tiene que ser abandonado a un «sí-
mismo» superior. La idea es recuperar el conocimiento prístino de
que tú eres sin cualidades personales. El camino de la Liberación
comienza ahí. Tú me preguntarás: ¿cómo hago eso?
[Risas.]
I.: ¡No, en absoluto! Entiendo que todo esto son «imágenes» que
asumo en la vida cotidiana. ¿Es esto verdad?
P.: ¡Así es! ¡No necesitas jugar con imágenes contigo misma! Sin
embargo, la «tú» que siempre permanece en el trasfondo y engañada
con sus propias imágenes, ahí, en esos momentos, está libre del «yo-
ego-personalidad». ¡Sé y mantente ahí! Cuanto más tiempo, mejor.
Lleva esa percepción de ti misma a tu vida cotidiana. Sacrifica y
abandona las imágenes en aras del Yo Interior y te librarás de la
ilusión en la cual estás atrapada. Esta es la Conciencia «Yo Soy», que
también es mente, pero gozarás, con la práctica, del Silencio que
emana la Quietud del Sí Mismo. Obrando así te pones directamente
bajo el influjo de la Gracia del Absoluto. Más tarde tendrás que
abandonarte al Sí Mismo en cuanto a Individualidad. Hago
diferencia, para que me entiendas, entre Individualidad y
Personalidad, pese a que ambas son la Mente.
I.: ¿Cuál?
[ Risas.]
P.: ...
[Carcajadas.]
El principio de identidad «Yo Soy»
I.: Parameshwar, ¿es esta percepción de ser que tengo de mí, ahora,
el Testigo, el «Yo Soy»?
I.: Pero yo tengo la certeza de que «yo soy». Yo puedo ser testigo de
todo el movimiento, tanto externo como interno.
I.: ¡No!
P.: No dudes más, ahora ya sabes. En el momento de hacer la
pregunta no sabías, pero ahora ya sabes. Aférrate a la percepción de
yo que asoma intermitentemente en ti.
I.: ¿Por qué es tan difícil darse cuenta de nuestro Ser verdadero?
P.: Eso que dices no es cierto. Lo único que tenéis es lo que ellos
siempre os están señalando: la individualidad, «Yo Soy» y «El
Absoluto». Lo que ocurre es que en vez de buscar dentro os aferráis
a sus conceptos, a las palabras que ellos pronunciaron un día y que
estáis buscando comprender, pero no acabáis de asimilar que la
única alternativa es lo que ellos hicieron: «ser». Os movéis en el
plano intelectual pese a que ellos ya os dijeron que no hay salida
para este laberinto; sin embargo, os empeñáis una y otra vez. En
realidad no sois buscadores sinceros, soñáis que lo sois, pero no lo
sois. Tenéis hambre de conocimiento y al final escribís libros, porque
comprendéis a los Maestros, asumiendo que sois Jnanis. Esta sí que
es una buena trampa en la que muchos han caído, sobre todo en
Occidente, donde existe una gran simpatía por escribir libros. El tipo
de preguntas que hacéis está indicando vuestro grado de «ser». El
Advaita es tan fácil de comprender que para muchos se convierte en
una trampa mortal. Muchos de vosotros, si tuvierais que aprender
sánscrito para entender la esencia del Advaita Vedanta,
abandonaríais porque esto requiere esfuerzo; de la misma manera
requiere esfuerzo hacer reales los consejos de estos venerables y
sublimes maestros: «¡Sé!». Debéis comprender que mientras estáis
sujetos a cualquier enseñanza estáis encadenados a la mente, a los
conceptos. El YO seguirá atrapado en la Ilusión arquetípica del ego.
P.: Así es, todo es el Absoluto. No existe como hecho real nada a lo
que pueda llamarse «yo» o «individualidad». Por un proceso de
alejamiento o caída, el Absoluto queda atrapado en Maya cuando
adquiere una identidad y es a través de ella que se divorcia de Sí
Mismo al caer en la dualidad. En este caso, dualidad significa «tú» y
«yo». La identificación con el cuerpo es el punto de máximo
alejamiento.
P.: Así es. Pero son solo dignas de confianza aquellas que muestran
el camino para la eliminación de la identidad. El resto son un
conjuntos de ritos y dogmas que sostienen a la ignorancia.
I.: Uno debe irse quitando las capas que ha ido adquiriendo durante
la vida. ¿Es así?
P.: Digamos que sí, así es. Mientras uno no tenga como característica
personal la habilidad de la Auto-consciencia, la forma de ir
adquiriéndola es «neti-neti», la negación por parte del observador de
todo lo que no es él mismo, hasta que advierte que él es la
Consciencia. A partir de este punto todo cambia y se abre la
posibilidad de la Realización. Cuando el ego se da cuenta de que la
Consciencia es su naturaleza real todo el edificio arquetípico que
conforma su vida se derrumba ante él. Este es el primer «despertar»
y es la toma de consciencia más fuerte de que todo es ilusión. Es muy
raro encontrar personas de tal calibre, el ego se desintegra, y son
personas que ya moran en la Consciencia «Yo Soy» en diferentes
grados. Una vez ocurre este evento, la Consciencia debe ser
consolidada, ya que ella es la verdadera Llave Maestra de la
Realización.
I.: ¡Sí!
P.: Date cuenta de que puedes vivir sin elia tranquilamente durante
la vida cotidiana de la misma manera que cuando lees. Pero no es ahí
donde quiero llegar. Cuando lees el libro, ¿quién eres tú?
[Risas.]
[Risas.]
P.: Es fácil, cuando sabes qué terrenos pisar. Estáis buscando lo que
ya conocéis. Todos sabéis que sois, seguid esta línea, no hay otra.
Manteneos en ese conocimiento de SER y alcanzad el origen de la
Individualidad y luego aprended a «no estar ahí». No hay más.
Todo recae sobre la inteligencia
O sea, que el Ser surge en el Uno como afirmación, pero solo está
contenido como semilla en Lo Absoluto.
P.: No conozco esa Tradición de la que hablas, pero sí, ese Primer
Remolino es la imagen de lo Absoluto en Maya. Cuando la sed de
Existencia crea en lo Absoluto los reflejos de las formas en El,
aparece, como un reflejo suyo, el SER.
Sobre esto que está escrito en el Evangelio, que no había leído
hasta que otra persona me lo señaló hace ya tiempo, se puede decir
que es una forma clara y muy parecida a los principios del Vedanta.
Me interesó mucho este escrito y me llamó la atención porque todos
los principios del Vedanta están contenidos en estos versos.
¡Un momento!
P.: ¡Un momento que lo busco!... Dice.: «En el principio era el Verbo,
y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Ahora, cambiad Dios por Parabrahman, Verbo por Atman, vida por
existencia, luz por consciencia y tinieblas por ilusión, ignorancia, y
tendréis una verdad la cual ni el mismo Shankara pudo intuir,
aunque no pasó desapercibida para Dattatreya.
[Risas.]
P.: ¡Quizás!
Gracias.
favor.
[Más risas...]
I.: Llevo una buena temporada con fuerza interior para realizar mi
sadhana durante la vida cotidiana, donde apenas pierdo la
consciencia de YO, pero hay momentos de identificación fuerte en los
que sí la pierdo, momentos del día en que mi actividad laboral me
reclama mucha atención.
I.: ¡Sí, estar sin estar, abandonarme! Realmente hay que hilar muy
fino. [Se ríe.]
P.: ¡Sí, hay que hilar muy fino! ¡Tanto que muchos creen haber
alcanzado algún tipo de meta cuando se tornan conscientes de YO!
La línea que separa la Consciencia «Yo Soy» del Ser Puro o
Existencia sin entidad es tan delgada que prácticamente se le podría
llamar Atman, pero....
P.: Los métodos que aquí se emplean son extraídos de los procesos
naturales. ¡Sí hay una manera práctica de dar el salto de uno a otro
estado! Pero para poder realizarlo el «Yo Soy» debe estar
debidamente consolidado. El tránsito entre estados se da de una
forma natural, la técnica solo ayuda a acelerar el proceso. Cuando se
comienza a dar el paso ocurren cosas que no pasan desapercibidas,
esas alteraciones serán la técnica.
P.: Si tu mente tiene claro que eso es lo que busca, y actúa con
fuerza de propósito, claro que es posible. Si cuando la mente se
acalla por un momento gracias a estas prácticas te reencuentras a ti
misma, entonces son útiles. En realidad no es lo que usas como
medio de práctica lo que te lleva a un resultado correcto, sino lo que
tu mente conoce. Puedes estar practicando, usando como objeto tu
propia existencia, y tu mente estar pensando en sanaciones, cuarzos,
etc., y no reencontrarte a ti misma jamás.
Es la hora de practicar.
Las etapas en la práctica
Solo hay una manera de conocer lo que los maestros de todos los
tiempos han experimentado por sí mismos y en sí mismos y han
enseñado a sus discípulos, y es que volcándose dentro de Sí
Mismos han encontrado la Paz y el Silencio de los que tanto se
habla en las Escrituras.
P.: ¿Alguien que esté practicando? Veo que muchos estáis con los
ojos cerrados. Ya que no contestáis, o bien estáis practicando o
haciendo ver que practicáis. ¿Es en vosotros un hábito eso de cerrar
los ojos cuando alguien habla?
[Risas.]
P.: ¡Tú, que estás ahora con los ojos bien abiertos! Dime. ¿Qué
practicas? ¿Qué y cómo haces? Perdona, tu nombre es...
I.: Irene.
P.: ¡No! Este estado solo es una etapa, la inicial. Aún tiene que
aparecer el YO autoconsciente y quedarse SOLO en medio del
Océano de Silencio. Eso es Samadhi. La Presencia, que para ser
mantenida debe estar retornando constantemente mediante la
atención vuelta hacia sí misma, es la misma mente o consciencia
atrapada en la ignorancia mirándose en el espejo de la existencia.
Necesita «verse», «reconocerse», «saberse» a sí misma para
permanecer. Este es el primer paso, el segundo es «Yo Soy», donde
no es necesario el continuo mirarse, pero sí el retorno constante a sí
mismo.
I.: Esteban.
P.: Bien, Esteban. Nada de esto tiene sentido, pero solo para dos
tipos de personas. Para los que no buscan nada y para los que ya no
buscan nada porque ya nada tienen que encontrar. Este último,
Esteban, ¿es tu caso?
P.: Mira. Solo puedes decir «Tú ya eres» aquel que ES, el que
todavía no ha despejado las nubes de la ignorancia tiene al Sí Mismo
como un tópico más en la estructura mental en la que vive. El Sí
Mismo es una irrealidad para él y para todos aquellos que no tienen
su vivencia directa. Esteban, si no eres consciente de que ya eres,
¿cómo juzgas lo que no conoces como necesario o no?
I.: Está bien, entiendo lo que dices, Parameshwar, pero es otro punto
de vista. Detrás de todo esto está el hacedor.
«Yo Soy», por sí mismo, solo puede elevarse hasta Turya, pero para
Turyatita se requiere una energía adicional, la Shakti, que despierta
en Turya. La Consciencia Pura y Shakti son la misma cosa, Shiva y
Shakti son indiferenciados; llamar a la Consciencia Pura Shiva o
Shakti es lo mismo. Shakti es la Consciencia-Energía en la
manifestación. Sin ella, la estructura mental de los tres estados no
puede ser eliminada y es el último «trabajo» que debe realizarse;
Turya, que está más allá de ellos, debe ocupar el primer plano en
Vigilia, Sueño con ensueños y Sueño profundo. La Consciencia más
Existencia (VIDA) no se pierde nunca, Turya elimina los tres estados
de la mente.
Jnana: Conocimiento.
Prólogo
¿Quién es Parameshwar?
Sumergiéndome en mí mismo y reconociendo mi
Existencia Sobre la práctica inicial de «Presencia de Yo»
Alguien se redescubre
Cuando la percepción de «ser» desaparece
La joya del conocimiento
El abandono al Sí Mismo
El principio de identidad «Yo
Soy» Todo recae sobre la
inteligencia Tópicos comunes
Los tres estados de la mente
La práctica en la vida cotidiana
Más allá de Mí
Más sobre la práctica
El Sí Mismo
El vacío absoluto
Las etapas en la práctica
Glosario