Ensayo Economía Del Cuidado - LAIC
Ensayo Economía Del Cuidado - LAIC
Ensayo Economía Del Cuidado - LAIC
FACULTAD DE POSGRADOS
AUTORES
DOCENTE
BOGOTÁ, D.C.
SEPTIEMBRE DE 2022
ECONOMÍA DEL CUIDADO: POLÍTICAS DE IGUALDAD DE GÉNERO A TRAVÉS
En noviembre de 2010 se expidió la Ley 1413, que tuvo como objetivo incluir la economía del
con el objeto de medir la contribución de la mujer al desarrollo económico y social del país y como
también se definió que la “economía del cuidado” hacer referencia al trabajo no remunerado que se
realiza en el hogar, relacionado con mantenimiento de la vivienda, los cuidados a otras personas del
Encuesta de Uso del Tiempo, la cual permite medir el tiempo dedicado por las personas a diferentes
actividades. Esta labor está a cargo del Departamento Nacional de Estadística y a su vez el
Nacionales, mediante una cuenta satélite y por último, la Consejería Presidencial para la Equidad de
Desde entonces la población identificada por el DANE a través de la encuesta Nacional del Uso
Porque la implementación de la ley, solo ha avanzado en los datos de recolección hechos por el
DANE y que sirven para ser incluidos en las cuentas nacionales, pero no como herramienta para
Esto se ve reflejado de manera específica en la capital del país, en dónde recientes estudios
muestran que con base en los resultados de la ENUT, la discriminación fundamentada en la carga
laboral hacia las mujeres de menores ingresos se sigue presentando y no ha sido una tendencia
decreciente en los últimos años (Moreno, 2018). Por esto, es interesante analizar las estrategias que
han adelantado las diferentes administraciones distritales para dar aplicación a la Ley 1413, no sólo
desarrollo territoriales, para afrontar la discriminación en la carga de trabajo hacia las mujeres.
Adicionalmente, se puede señalar que los temas referentes a la economía del cuidado en la
determinación de políticas públicas no cuentan con una gran producción académica o bibliográfica
que sirva como insumo para que los tomadores de decisiones en el ámbito público, generen
hacia la mujer colombiana. De otra parte, se encuentra que la labor de seguimiento adelantada por la
ámbito nacional.
Teniendo en cuenta lo anterior, el presente trabajo investigativo busca indagar sobre la siguiente
pregunta ¿Qué efectos ha tenido la expedición de la Ley 1413 de 2010 en el diseño de políticas
públicas en el Distrito Capital, que tengan en cuenta el concepto de economía del cuidado para
Para esto se adelanta una revisión bibliográfica enfocada en la exploración de la evolución teórico
actualidad normativa de este concepto en el país, analizando los planes de desarrollo de los últimos
distribución de la carga laboral entre hombres y mujeres. Esta revisión buscará diseñar elementos
críticos para evaluar el nivel de desarrollo de estas políticas en las administraciones de Bogotá.
La economía del cuidado es un tema con poco desarrollo en el país, desde su teoría hasta su
práctica, puesto que sus adelantos conceptuales no han tenido continuidad en el tiempo, por
tanto, resulta
interesante generar desde la academia con vista a la ley 1413 de 2010, donde se aborda el tópico
enunciado, una postura que permita aportar a limitados avances en dicha materia hasta la fecha
Desde comienzos del siglo XX, los movimientos sociales feministas han cuestionado sobre la
organización social del cuidado de las personas y su aporte a la producción económica de un país.
Primero se habló del trabajo reproductivo, señalando su relación con la reproducción de la fuerza de
trabajo en los hogares, es decir el cuidado de los hijos y la familia. Posteriormente se pasó a la
definición de economía del cuidado como aquellas labores que incluyen todas las actividades que
propenden por el cuidado de las personas y los espacios, sin importar si reciben remuneración ni el
Esta concepción surge desde la interpretación de autores clásicos de la economía, que sostenían que
el trabajo doméstico contribuía a la generación de valor en los bienes de subsistencia que serían
finalmente consumidos por los trabajadores. Si bien, reconocían la importancia de este tipo de
Los movimientos feministas también han resaltado que históricamente los trabajos que tienen que
ver con el cuidado del hogar han sido asignados de manera preponderante hacia la mujer, por su
condición de gestantes en el ciclo de vida y por las características asignadas al rol femenino. Esto
implicó que el trabajo femenino quedara relegado a un trabajo privado, mientras que el de los
hombres pasó a ser utilizado para le medición de la producción de valor agregado (Padilla, 2017).
De acuerdo con esto, Padilla (2017) resalta la importancia del análisis de esta división social del
trabajo desde una perspectiva interdisciplinaria, ya que esta no puede ser entendida sólo desde la
perspectiva económica.
La idea fundamental detrás de la economía del cuidado es que el trabajo doméstico y de cuidado no
remunerado, además de generar bienestar a las personas, también produce valor, por lo cual este
tipo de trabajo se puede considerar como un bien o servicio económico, pero este valor es invisible
a los cálculos estándar del valor generado por la economía. Se subraya que la economía del cuidado,
además de ser necesaria para sobrevivir genera valor debido a la producción de bienes y servicios,
solo que este valor es comúnmente ignorado en los indicadores macroeconómicos al no reconocer
su valor agregado DNP, 2014). En este estudio se define la economía del cuidado a partir del
significado del cuidado en sí mismo, esto es, lo concerniente a actividades al trabajo doméstico no
remunerado.
De esta forma, el interés por medir y cuantificar la economía del cuidado y el trabajo no
remunerado de las mujeres se inició a escala internacional en 1995 durante la Conferencia de las
Naciones Unidas para la Mujer, celebrada en Beijing. En esta conferencia, se tocaron temas
métodos de medición para poder calcular con precisión el valor del aporte de la economía del
Así mismo, Peña y Uribe (2013) recuerdan que los gobiernos se comprometieron en 2007 en el
América Latina y el Caribe (Cepal), a realizar mediciones periódicas a través de encuestas de uso
del tiempo con el fin de visibilizar el trabajo no remunerado e incorporarlo al sistema de cuentas
nacionales para afinar instrumentos de política pública, puntualizando que el trabajo de cuidado es
todo aquel que nos permite vivir, toda vez que son actividades que nos permiten continuar día a
día.
La Ley 1413 de 2010 y la institucionalización de la economía del cuidado en Colombia.
Hasta antes de la expedición de la Ley 1413 de 2010, la economía del cuidado no se consideraba
como un tema de interés para la determinación de las políticas con enfoque de género. La
Procuraduría General de la Nación (2006) hace una reseña de la normatividad expedida hasta la
fecha en Colombia, que tenía como objetivo la garantía de los derechos desde una perspectiva de
género, con énfasis en mujeres y adolescentes. En esta revisión se enuncian Leyes, decretos,
sentencias, resoluciones y directrices que tienen que ver con igualdad de derechos civiles y
cabeza de hogar, de igualdad de oportunidades, entre otras. Sin embargo, en esta revisión normativo
todavía no se encuentra como concepto la economía del cuidado como un tema que determine
regulación de la inclusión de la economía del cuidado en las cuentas nacionales, con el objetivo de
medir la contribución de la mujer al desarrollo económico del país y que esto sirva como elemento
para la definición de políticas públicas. Así mismo ordena al estado colombiano establecer los
mecanismos y realizar las gestiones necesarias para planear, diseñar, aplicar y actualizar una
Encuesta de Uso del Tiempo, instrumento indispensable para obtener la información sobre Trabajo
de Hogar No Remunerado.
de una Cuenta Satélite adscrita al sector correspondiente o como se estime conveniente para el
objeto de la ley.
A partir de su expedición, la ENUT busca generar información sobre el tiempo dedicado por la
población de 10 años y más a actividades de trabajo y personales. DANE (2018), describe mediante
nacionales a través de una cuenta satélite, e indica que el instrumento se aplica con una periodicidad
trienal.
Sepúlveda (2016), resalta que el principal cambio de acción de la ley 1413 de 2010 es la creación
Uso del Tiempo (enut) entre 2012 y 2013, brindando información que visibiliza el trabajo no
remunerado y sentando las bases para la formulación de la Política Pública Distrital de Mujer y
Géneros. La ley 1413 indica la regulación de la inclusión de la economía del cuidado en las cuentas
nacionales, con el objetivo de medir la contribución de la mujer al desarrollo económico del país y
Ahora bien, con respecto a la implementación de la Ley, es preciso señalar que “El hecho de que la
oferta y demanda de cuidados al interior de los hogares no esté mediada por transacciones de tipo
su valoración. Por tanto, teniendo en cuenta que las actividades de cuidado requieren de
conocimientos, experticia, insumos, esfuerzo, capital y tiempo, y que las tres primeras variables
son de difícil medición al interior de los hogares, es a partir de la medición del tiempo cronológico
En este sentido, Araya (2003) propone la utilidad de la información proveniente de las Encuestas
Nacionales del Tiempo, como un insumo que permita incluir en los indicadores económicos de cada
Como se señaló con anterioridad, en esta investigación se procedió a realizar una revisión de los
planes de desarrollo distritales en el periodo 2012 a 2020, buscando determinar la importancia que
como un factor que determina la igualdad de oportunidades y condiciones de vida entre hombres y
mujeres.
referencias específicas sobre estrategias para visibilizar las economías del cuidado o del uso de
datos de la ENUT. Para este plan de desarrollo, las estrategias formuladas se centran en otros
aspectos de igualdad de oportunidades y equidad de género para las mujeres, enfocándose en temas
como la disminución de las violencias hacia las mujeres y la igualdad en términos de participación y
se indica que “se reconocerá el aporte social y económico de actividades de economía popular
de manera específica programas que tengan relación directa con este objetivo.
De igual forma, la revisión del Informe de Rendición de Cuentas de 2015 muestra que no hay
referencias con respecto al cumplimiento de metas en términos de economía del cuidado, medición
Posteriormente, el Plan de Desarrollo de “Bogotá mejor para todos 2016-2020 plantea de manera
más directa genera una línea de acción denominada “Mujeres protagonistas, activas y empoderadas
domésticos y de cuidado asignados culturalmente a las mujeres ha conllevado a que las mujeres no
accedan a las mismas oportunidades y condiciones para insertarse al mundo del trabajo, disfrutar
de la ciudad y el territorio y construir su propio proyecto de vida. En este sentido la concentración
de labores domésticas y de cuidado para las mujeres se ve profundizada por la falta de espacios
adecuados para el cuidado de niños, niñas, adultas, personas adultas mayores y personas con
discapacidad que permitan a las mujeres vincularse al mercado laboral en condiciones de igualdad
y dignidad. Esto se suma al no reconocimiento del aporte de ellas a la economía de Bogotá, por el
trabajo reproductivo y comunitario que realizan. En este sentido, se menciana que las mediciones
sobre uso del tiempo del DANE (2014) reportaban que las mujeres dedican en promedio 14,8 horas
De acuerdo con esto, este Plan de Desarrollo indica que “se debe propiciar la valoración del trabajo
del cuidado a través del reconocimiento del aporte de las mujeres a la economía. Por lo anterior, se
debe ampliar la oferta institucional para el cuidado (jardines nocturnos y de fin de semana, aumento
de jornada escolar, centros de cuidado para las personas mayores y las personas en condición de
de apoyo para el cuidado, y estrategias pedagógicas que transformen los estereotipos asociados a
mujeres y hombres con respecto al cuidado, logrando que la responsabilidad sea compartida
paritariamente y un compromiso con la eliminación de las violencias contra las mujeres. Para ello es
masculinidad. Se busca que desde el Estado se introduzcan elementos para pensar en la maternidad
De acuerdo con lo anterior, plantea una meta de aumentar en al menos 1 hora el promedio de horas
a la semana dedicadas por los hombres a actividades domésticas no remuneradas (economía del
se encuentra alusión al cumplimiento de dicha meta de resultado, ya que sólo se resaltan que en el
cuatrienio 2016 a 2019, cerca de 135 mil mujeres fueron atendidas en procesos de promoción,
Ahora bien, el Plan de Desarrollo “Un Nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del siglo
XXI”, recientemente aprobado para el cuatrienio 2020 a 2024, entrega un rol mucho más
diferencial como garantía de la igualdad de género, los derechos de las mujeres y el desarrollo de
En este documento de planeación, la alcaldía Distrital señala que el cuidado está presente a lo largo
del ciclo vital de las personas. Desde el inicio hasta el final de la vida requerimos ser cuidados y
cuidamos a otras personas. Sin embargo, pese a que todos y todas requerimos cuidado para
sobrevivir, su provisión se ha dado de forma desequilibrada, configurando una división sexual del
trabajo que ha puesto a las mujeres en una situación desigual frente a los hombres.
En esta misma línea, argumenta que el cuidado hace referencia a las tareas domésticas como
limpiar, cocinar, lavar y planchar ropa y que también contempla el cuidado de los niños y niñas, de
los adultos y adultas mayores, y de las personas enfermas o que tienen alguna discapacidad. Una
gran parte de estas tareas se realizan en los hogares y en las comunidades a través de trabajo no
remunerado. Finalmente indica que, en Bogotá, mientras 9 de cada 10 mujeres realiza trabajo
promedio diario destinado a estas labores, las mujeres destinan 5 horas y 33 minutos, mientras los
De igual forma diagnostica que si se analiza a las personas que realizan trabajo no remunerado y
trabajo remunerado de forma simultánea, se obtiene que la carga total de trabajo para las mujeres es
de 13 horas y 32 minutos en promedio al día, mientras que para los hombres es de 11 horas y 47
minutos en la ciudad. Esa diferencia se debe principalmente a que las mujeres asumen con mayor
De acuerdo con estos planteamientos, el actual Plan de Desarrollo Distrital indica que asumir la
provisión del cuidado de manera desequilibrada limita la igualdad de oportunidades para las
porcentuales menor que la de los hombres (54% versus 67%). En los hogares cuya jefatura es
femenina el nivel de informalidad de dichos empleos es del 51%; el 60% se ocupan en servicios y
comercio, sectores altamente informales y con bajos salarios; el 96% son obreras o empleadas o
trabajadoras por cuenta propia o domésticas; el 44% no cotiza a salud y pensión; el 20% considera
que gana menos de lo que debería; y existe una brecha salarial cercana al 17% (las mujeres ganan
en promedio 300 mil pesos menos al mes respecto a los hombres). Para equilibrar la provisión de
cuidado entre hombres y mujeres y con el Estado, la sociedad civil y el sector privado, se creará un
Para equilibrar la provisión de cuidado entre hombres y mujeres y con el Estado, la sociedad civil y
el sector privado, se creará un sistema Distrital de Cuidado que reconozca y redistribuya el trabajo
de cuidado. Este planteamiento centra su apuesta en que en el análisis de la diferencia de tiempo
entre hombres y mujeres. Por lo tanto, la estrategia para disminuir la cantidad de tiempo de las
que las mujeres de menores recursos puedan tener mayor disponibilidad de tiempo para acceder a
De acuerdo con lo anterior, este instrumento de planeación se plantea una meta transformacional de
distrito capital” llevándola a 48.8% en 2024. Ahora bien, teniendo en cuenta que el periodo de
gobierno en el que se desarrollará esta estrategia recién empezó este año y que el Plan de Desarrollo
fue recientemente aprobado, no se tiene información oficial disponible sobre los resultados de esta
estrategia.
Con respecto a los resultados en términos de la distribución de la carga laboral entre hombres y
mujeres, teniendo en cuenta los resultados de la ENUT realizada por el DANE. En este campo, el
Observatorio de asuntos de género (2013), planteaba como reto que la primera fase de la cuenta
satélite de economía del cuidado ha hecho un gran avance con la aplicación de la ENUT. Sin
embargo, el mayor desafío de la cuenta satélite es la de proporcionar los elementos necesarios para
cuidado. Desde esta perspectiva señalaba que era impostergable que la Comisión de Alto nivel
establecida por la ley 1413, pusiera manos a la obra en el diseño de políticas para la economía del
cuidado.
Tratando de evaluar los esfuerzos realizados en este sentido, DANE (2020) señala que “se puede
concluir que las mujeres son quienes realizan más de tres cuartas partes del trabajo no remunerado
que realizan los hogares colombianos. Que ellas son por lo general adultas jóvenes, en edades de
plena productividad laboral, que sin embargo se encuentran en elevada proporción fuera del
mercado de trabajo, lo que sugiere la existencia de barreras a la participación laboral asociadas a las
que destinan al autocuidado, el ocio o la recreación. Esto, a su vez, puede generar limitaciones al
De otra parte, al analizar resultados de la ENUT para los últimos años en Colombia, se puede
observar que las regiones que presentan división sexual del trabajo son Bogotá, Oriental y Pacífica.
Esto explicado en la operacionalización de las variables y que existe una doble jornada laboral que,
a su vez, indica que, las mujeres han reducido y redistribuido las tareas del cuidado, aunque no en
su totalidad, pues como se evidencia para la Región Bogotá se presenta una disminución en las
tareas de cuidado y la tasa global de participación en el mercado laboral (Ramírez y Vargas, 2019).
estudio de los resultados de la ENUT en Bogotá, la división sexual del trabajo se ha reconfigurado:
tanto hombres como mujeres asumen trabajos remunerados y no remunerados. Sin embargo, esto se
ha dado con grandes limitaciones, pues, aunque el trabajo de mercado se ha ‘democratizado’ y las
mujeres han alcanzado altos niveles de participación, todavía no ocurre lo mismo con el trabajo no
remunerado en los hogares, donde aún es mayoritaria la participación de las mujeres. En este
sentido, ser las principales responsables de este trabajo les representa costos muy altos: dobles
jornadas, trabajos informales, restricción de educación y bajos niveles de ingresos, que se traducen
en pobreza de tiempo y desigual desempeño respecto a los hombres en otros campos de interacción
social.
CONCLUSIONES:
El concepto de economía del cuidado ha venido tomando importancia a nivel internacional con
respecto a su medición en la producción económica de los países. En Colombia este concepto había
tenido muy poco desarrollo hasta la expedición de la Ley 1413 de 2010, en la cual se introduce este
concepto, se ordena la realización de la ENUT y se dispone que se deben tener en cuenta sus
manera adecuada el uso de sus resultados como un insumo para la elaboración y ejecución de
políticas públicas que tengan como fin la disminución de la discriminación de las mujeres a través
de la carga laboral, al tener en cuenta el uso del tiempo en labores de cuidado del hogar y la familia.
Para el caso específico de estudio, en la ciudad de Bogotá, desde el año 2012 ha venido creciendo la
importancia del tema del uso del tiempo en labores de cuidado, como un condicionante del acceso
igualitario de las mujeres a trabajos remunerados. En este sentido, se puede observar que se ha
venido dando un proceso de maduración del concepto en la capital del país, pasando de apenas ser
mencionado en los instrumentos de planeación del comienzo de la década, a ser una de las piedras
Este proceso se puede constatar con los resultados obtenidos de la ENUT en los años recientes en
Bogotá, en el cual se puede observar que han existido avances en la división del trabajo, pero que
todavía persisten condiciones importantes de discriminación hacia las mujeres, que les impiden
tener acceso igualitario a trabajos remunerados y mejores o iguales condiciones de vida que las del
género masculino.
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