OK - Urbanismo Impactante-Lectura
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Colombia
Distrito Capital de Bogotá
México
Área Metropolitana de Monterrey
Área Metropolitana de Guadalajara
Área Metropolitana de la Ciudad de México
Perú
Lima-Callao
Trujillo
Arequipa
Chiclayo
Venezuela
Distrito Metropolitano de la Gran Caracas
Conurbaciones en Europa:
Alemania
Ruhr
España
Elda-Petrer
El Aljarafe
Finlandia
Helsinki
Francia
Lille
Países Bajos
Randstad
Polonia
Silesia Superior
Reino Unido
Gran Manchester
Nottingham
Otras conurbaciones:
Bahía de San Francisco
Bombay
Osaka-Kobe-Kyoto , Hong Kong
Gran Toronto
Área metropolitana:
Una área metropolitana es una región urbana que engloba una ciudad central
que da nombre al área y una serie de ciudades satélites que pueden funcionar
como ciudades dormitorio, industriales, comerciales y servicios debido a un
proceso de conurbación. Basado en el paisaje natural se construye el paisaje
ordenado, que tiene una identidad propia, como "el espíritu de América" en
Massachusetts o "el alma castellana" en la literatura de Azorín. Es similar al
arraigo urbano de los vecinos en el barrio.
Más moderno es el concepto de megalópolis, que puede ser un conjunto de
ciudades con sus regiones intermedias y que están unidas por razones
comerciales con suficientes medios de transporte y comunicaciones. El término
fue creado por Jean Gottmann para el noroeste de Estados Unidos y Amos
Hawley desarrolló la estructura de los sistemas sociales o ecología humana. Es
similar el concepto a áreas metropolitanas.
Es fácil encontrar ejemplos, pues cualquier ciudad grande se amplia con
ciudades satélites que pueden ser a su vez satélites de otras ciudades grandes
creando una megalópolis. Por ejemplo el área que va desde las ciudades
españolas de Segovia, de Guadalajara y de Toledo con Madrid como ciudad
central puede considerarse como una megalópolis o la suma de muchas
micrópolis para ciertos propósitos: marketing, televisión, radio, periódicos,
trenes, turismo, seguridad, agua, centros comerciales, hospitales y
universidades, etc. y como un área metropolitana más restringida : El Escorial,
Alcalá de Henares y Aranjuez. Estas demarcaciones son útiles para
planificación regional en transportes y comunicaciones.
Una visión real de una de estas área se percibe en un viaje por avión de noche
por las luces de las ciudades y del tráfico y la figura más típica es un rombo a lo
lago de la carretera o calle mayor con un eje en el centro de la ciudad; sobre
todo en el medio oeste de Estados Unidos.
Hay numerosos ejemplos en América Latina de áreas metropolitanas: Ciudad
de México, Río de Janeiro, Sao Paulo, Buenos Aires, Bogotá, Lima-Callao,
Santiago de Chile y Caracas. En Norteamérica hay Nueva York y Los Ángeles
El concepto capital pudiera ser en términos de planificación o desarrollo
regional, cual enfoque es más útil, la idea de un sistema radial con una ciudad
central –área metropolitana– o la consideración de la ciudad como la suma de
las ciudades satélites junto con la ciudad más grande –megalópolis–.
Finalmente el desarrollo de muchas áreas rurales con miles de casas
unifamiliares, carreteras en vez de calles, numerosas urbanizaciones, espacios
verdes por todos los sitios en vez de parques y una extensión de decenas de
kilómetros cuadrados ha construido un nuevo concepto de ciudad que no tiene
mucho que ver con la típica ciudad, pues presenta unas infraestructuras muy
caras debido a su baja densidad y gran extensión, pero una calidad de vida
superior; existe entonces una gran preocupación por parte del municipio por la
definición de prioridades y por su dotación presupuestaria. El estudio de
prioridades sociales como índices o indicadores sociales de desarrollo, que es
el objetivo final de estos planes regionales, merece un tratamiento
independiente. Hay proyectos en marcha bien documentados de esta nueva
condición humana para las preguntas y las respuestas nuevas.
Hay una crítica a las estimaciones en dimensiones de algunas megalópolis de
lo que parece excesivo: 800 kilómetros cuadrados o más pero con grandes
extensiones vacías. También la gobernabilidad de las megalópolis con
asentamientos en varios estados o provincias. En el proceso de urbanización
básicamente al unirse dos o más metrópolis se forma una megalópolis que es
un concepto diferente de ciudad con nuevas soluciones y nuevos problemas;
quizás ello pida redefinir los limites geográficos de megalópolis.
Los conceptos de área metropolitana, conurbación, megalópolis y otros más
generales, pueden estarse refiriendo a lo mismo, pero fijandoles previamente
las cualidades o variables que deseamos incluir en el espacio geográfico,
siendo típico la proximidad, pero no es definitivamente definitoria.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81rea_metropolitana"
Suburbio:
Un suburbio es un barrio, sector o comuna alejado del centro de la ciudad,
específicamente, ubicado en la periferia de ésta. Un suburbio, para que sea tal,
debe contar con la suficiente disponibilidad de industrias y servicios (hospitales,
clínicas, escuelas, colegios, universidades, centros comerciales, transporte
interno, etc) que hagan que el habitante suburbano no tenga que viajar hasta el
centro de la ciudad para obtener las mismas prestaciones.
Las características son de gente joven de clase media trabajadora, que se
establecen en multinúcleos menores dispersos cercanos a la ciudad y
comunicados con buenos sistemas de carreteras hacia las periferias. El modelo
de convivencia de la vida social es por amistades en espacios publicos,
escuelas, plazas, fiestas, etc., que da uniformidad a los servicios e instituciones
y a una calidad de vida de habitabilidad superior a la ciudad: espacios verdes,
paisaje abierto, etc., pero trasladando los mismos problemas sino se cuida la
planificación y se evitan los factores que han hecho declinar a las ciudades,
algunas veces por cuestiones de justicia social con relación a instituciones
educativas, sanitarias y de ocio, entre otras. Estos ciudadanos buscan la
libertad personal como autonomía, mayores espacios entre las unidades
familiares, sobre todo en América del Norte, que convierte las carreteras
vecinales en calles orientadas hacia autopistas regionales y en mayor o menor
grado es el modelo en Europa. Estas conurbaciones alcanzan su identidad
como ciudades de un nuevo tipo: viviendas dispersas que disponen de centros
comerciales, educativos, sanitarios y tecnologicos, que sirven a cada una de
las porciones o núcleos de la nueva área metropolitana, magnificando en el
mismo sentido la función clásica de la ciudad principal con el clásico cometido
de centro administrativo y de servicios con menos habitantes fijos que han sido
desplazados a los suburbios de viviendas mas económicas o a los nucleos de
expansión a una distancia razonable del lugar de trabajo, y que ahora son los
nuevos 'suburbios distantes'.
Centro comercial:
Centro comercial es un edificio, por lo general de gran tamaño, que alberga
locales y oficinas comerciales, cuyo fin es aglutinarlos en un espacio
determinado, para así reducir espacio. En ello radica la diferencia fundamental
que posee con los mercados, ya que estos últimos no se sitúan en un sitio
techado. A su vez se diferencia de los hipermercados o tiendas por
departamentos, porque el centro comercial está pensado como un espacio
público con distintas tiendas, además de incluir lugares de esparcimiento y
diversión, como cines o ferias de comidas dentro del recinto. Aunque esté en
manos privadas, por lo general los locales comerciales se alquilan y venden de
forma independiente, por lo que existen varios dueños de dichos locales, los
que deben pagarle servicios de mantenimientos al constructor o o entidad
administradora del centro comercial.
En los centro comercial suelen ser de varios pisos y se utilizan las escaleras
mecánicas y ascensores para facilitar la circulación de personas. Aunque
existen centro comerciales de una sola planta.
Los centro comerciales poseen un orden determinado para disponer las
tiendas, por ejemplo una planta o sector es solo para ropa, otro para el
expendio de comida y restaurantes; otro para cines y centro de diversión y ocio.
Es casi imprescindible que el centro comercial tenga un supermercado o
hipermercado.
Los centro comerciales son más habituales en las grandes ciudades para así
evitar el congestionamiento que produciría un mercado público, aunque los
centro comerciales en ocasiones no evitan esta situación. La implantación de
los centro comerciales está más arraigada en los países occidentales (América
y Europa) y el sureste asiático.
El CC además de tener una entidad comercial o económica, también tiene una
gran connotación sociológica o antropológica, pues es un espacio de
intercambio social y humano. Cumple las mismas funciones que el antiguo
concepto de Plaza del Pueblo : lugar de encuentro, manifestación de los
intereses de las personas hacia los otros vecinos, que al final de la jornada en
un fin de semana han pasado por allí, que es como la calle mayor que va a la
plaza mayor en los pueblos o su equivalente en los barrios. Tiene un horario
para los diferentes grupos de personas : familias, adolescentes, jóvenes,
mayores, etc. Además los gestores del Centro y los comerciantes lo saben y
organizan sus ofertas, promociones, exposiciones, para todos estos grupos.
Banlieue:
Banlieue es un término propio de la lengua francesa con el cual se denominan
los suburbios de las grandes ciudades. A partir de los años 60, se construyeron
en las periferias de las más importantes capitales de provincia francesas zonas
residenciales en las que se empezó a concentrar en un primer tiempo la
población obrera, principalmente. Dicha población estaba ya en los años 60
compuesta de numerosos immigrantes africanos, principalmente
argelinos,tunecinos y senegaleses, así cómo de gran número de descendientes
de immigrantes europeos que se sumaban a las poblaciones procedentes del
propio exodo rural francés. Estas barriadas se asentaron en lo que antes eran
pueblos o ciudades pequeñas próximas a las capitales, y así pasaron a convivir
dichos obreros con una población de orígen burgués que se había asentado
residencialmente en esas zonas por elección, para escapar del bullicio de la
gran urbe. Eso provoca que hoy día, en muchas de estas "banlieues" se vea
una frontera arquitectónica clara entre una zona de chalets y casas
monofamiliares y otra de grupos masivos de edificios de 20 plantas y a veces
más de 50 apartamentos por planta, reunidos en zonas llamadas cité. Este
contraste visual plasma obviamente un contraste social de gran magnitud, y es
una de las claves para entender lo que se ha denominado muchas veces, y
sobre todo en clave informativa, el malestar del extrarradio (malaise des
banlieues).
La estructuración urbanística de estas barriadas es a menudo pobre en cuanto
a comercios, centros de ocio, y aunque algunas contengan parques de especial
magnitud e incluso partes de bosque, las zonas verdes suelen ser puramente
utilitarias y muchas veces determinan fronteras entre barrios de la misma
barriada. Pero el elemento principal de esta estructura es la cité. El término ha
dado nacimiento por otra parte al de cultura de las cités, que refleja unas
características socioculturales propias de estas zonas.
El hecho urbano tiene una larga historia que puede rastrearse en Mesopotamia,
China, India o Mesoamérica 4.000 ó 5.000 años a. C. Y sin embargo, la
humanidad habitó predominantemente, hasta mediados del siglo XVIII, en
pequeños asentamientos, cuya economía dependía directamente de las
actividades primarias. En esta fecha los avances médicos y la mejora de las
condiciones de vida aceleraron bruscamente el ritmo del crecimiento
poblacional que se había mantenido muy lento hasta entonces. El proceso de
urbanización no puede separarse de estas coordenadas demográficas.Si
aceptamos que los seres humanos han existido en la Tierra desde hace por lo
menos un millón de años, durante los primeros 990.000, el tamaño de la
población mundial crecía tan lentamente, que se calcula que 8.000 años a. C.
había unos ocho millones de habitantes, es decir un incremento natural de 15
personas anuales por millón de habitantes. Como consecuencia de la
revolución agrícola acaecida en el Neolítico, el crecimiento se aceleró, y la
población se duplicaba cada 1.530 años: en el año cero de nuestra era había
unos 300 millones de personas. Desde la época romana, hasta el comienzo de
la Revolución Industrial la tasa de crecimiento se incrementó algo y la
población mundial alcanzó un tamaño de 800 millones.Desde entonces, la tasa
de crecimiento demográfico mundial ha aumentado peligrosamente. Entre 1750
y 1950, el descenso de las tasas de mortalidad, la mayor higiene, y la mejora
en la alimentación permitieron que la humanidad se triplicara, pasando de 800
a 2.500 millones; veinticinco años más tarde se añaden al cómputo
demográfico mundial más de 1.500 millones de personas, haciendo un total de
4.000 millones, lo que implica un tiempo de duplicación de apenas 37 años. La
barrera de los 5.000 millones se ha saltado en 1990, y la ONU calculó que al
remontar el siglo habría unos 6.000 millones de seres humanos.El crecimiento
de la población mundial ha sido acompañado por procesos migratorios hacia
las regiones que tenían un crecimiento más lento. Y estos procesos migratorios
implicaron también el trasvase de población desde zonas rurales hacia zonas
urbanas. A finales del siglo XVIII, sólo tres de cada 10 personas vivían en
ciudades, y menos del 1 por 100 de la población mundial lo hacía en ciudades
de más de 100.000 habitantes. En la década de 1970, sin embargo, casi la
cuarta parte de la humanidad vivía en ciudades de ese tamaño.La
redistribución de la población desde las zonas rurales a las urbanas fue más
acentuado en los países industrializados. En realidad, el proceso actual de
urbanización comenzó en el Reino Unido, cuna de la Revolución Industrial, en
1900, cuando su población urbana superó en número a la rural, y el proceso se
extendió a Europa. De forma lenta al principio, y bruscamente después
ampliándose al resto del mundo tras la I Guerra Mundial. Al finalizar el siglo uno
de cada dos habitantes mundiales vivirá en ciudades, y en el año 2025, más
del 60 por 10% de la población estará clasificada como urbana.Pero estudiar la
ciudad y el proceso de urbanización supone la dificultad inicial de hallar una
definición coherente, amplia y aceptada. En realidad, el intento de buscar una
definición de carácter universal refleja un cierto eurocentrismo conceptual que
asume implícitamente la existencia de un único patrón de ciudad, el europeo, al
que se han de ajustar las restantes ciudades originadas y desarrolladas en
diferentes contextos culturales y espaciales.Por otra parte, en la realidad no es
posible señalar de forma clara y rotunda la frontera que separa lo urbano de lo
rural; por ello toda división que se establezca entre estos dos hechos es en sí
misma arbitraria. Así se explica la gran variación que existe entre los diferentes
umbrales adoptados por los países a la hora de delimitar los asentamientos
urbanos. Por ejemplo, Dinamarca lo sitúa en 200 habitantes, Estados Unidos
en 2.500, España en 10.000 y Japón en 30.000. Esta enorme oscilación hace
difícil establecer comparaciones entre las regiones del mundo.Tampoco las
definiciones cualitativas resuelven el problema, ya que la definición congela
una realidad múltiple y diversa, cambiante en el tiempo y en el espacio. En casi
todas las definiciones se incluye la noción de tamaño, densidad, morfología del
asentamiento y predominio claro de las actividades agrarias de sus habitantes.
Otros autores identifican lo urbano con un modo de vida específico, aunque en
el momento presente en los países avanzados, las características del modo de
vida urbano que algunos identifican con las de la modernidad no se constriñen
a un nicho ecológico particular (rural o urbano), sino que dependen más de la
clase social, estilo de vida y fase en el ciclo vital.De tal modo que son muchas
las personas que viven en marcos rurales y tienen sin embargo pautas de
comportamiento urbano, en tanto que algunos grupos de inmigrantes rurales
conservan incluso en grandes metrópolis modos de vida claramente rurales.Por
consiguiente, el estudio del proceso de urbanización depende de las fuentes
estadísticas, y los organismos internacionales no han resuelto el problema de
encontrar una definición satisfactoria de la ciudad que permita hacer estudios
comparativos entre países diferentes. En general, se considera urbano lo que
los diferentes Estados definen como tal según criterios muy variados: tamaño
de la población, naturaleza de las actividades económicas, función
administrativa, infraestructuras, tradición histórica, etcétera.El proceso de
urbanización puede definirse como un conjunto de mecanismos que hacen
aparecer un mundo dominado por la ciudad y por sus valores. Se acostumbra a
diferenciar en el proceso de urbanización dos hechos: crecimiento "urbano" y
"urbanización". El primero es un proceso espacial y demográfico y hace
referencia a la importancia creciente de las ciudades como concentraciones de
población y recursos en un sistema económico y social determinado. El término
"urbanización" es un proceso espacial y se refiere tan sólo a los cambios en el
comportamiento y en las relaciones sociales que se producen en la sociedad
como resultado de vivir un número creciente de población en las ciudades. Se
trata fundamentalmente de los complejos cambios de estilo de vida que surgen
como consecuencia del impacto de las ciudades en la sociedad. Durante
mucho tiempo, crecimiento urbano y urbanización eran interdependientes y se
producían en el mismo espacio geográfico. Es decir, aparecía un modo de vida
específico conforme la población emigraba del campo y se dirigía a la
ciudad.Por ello, el término urbanización se empleó y se sigue utilizando para
expresar a la vez el crecimiento de las ciudades y el impacto de las mismas en
el conjunto de la sociedad. Desde la II Guerra Mundial, y especialmente en los
países desarrollados, ambos procesos pueden darse por separado en el
espacio ya que se piensa que la llamada urbanización supone la adopción de
valores ligados a los de la modernidad que dependen más de las
características personales (clase social, estilo de vida, ciclo vital) que del lugar
en el que viva una persona. Y así pueden aparecer personas y grupos en la
ciudad que son realmente campesinos, por seguir enraizados a los valores
tradicionales, y por otra parte, personas que habitan en el medio rural, pero que
por sus comportamientos y actividades se identifican con la cultura
urbana.Cuando comparamos el mapa del mundo de 1900 con el mapa actual,
aparecen dos cambios importantes: la proliferación de las naciones y el
aumento en número y tamaño de las ciudades. En efecto, a una división
geopolítica simple del mundo en 1900 e incluso hasta finalizada la II Guerra
Mundial, entre países industrializados e independientes y países coloniales,
sucedió un mosaico de más de 160 naciones independientes y variables en
tamaño y grado de desarrollo. Asimismo, a un modelo de organización espacial
sobre la base de un sistema de ciudades simple y con escaso número de
grandes ciudades casi todas ellas en los países desarrollados, sucedieron un
mundo organizado por un número creciente de ciudades, algunas de ellas muy
grandes, con una fuerte representación en los países subdesarrollados. Es
decir, se pasó de una organización del espacio elemental, respondiendo a las
necesidades de una sociedad predominantemente agraria y rural a una
organización más compleja en la que la ciudad alberga en 1993 al 42 por 100
de la población mundial.Lo más llamativo de este proceso de urbanización es la
vigorosa incorporación de los países del Tercer Mundo, y el hecho de que la
urbanización sólo parcialmente se relacione en este ámbito con la
industrialización y esté más ligada a la emigración rural (huida de los
campesinos de la miseria) y al fuerte crecimiento demográfico. Este
comportamiento diferente en el proceso de urbanización de los países menos
desarrollados y los desarrollados, hace que mientras en los segundos se puede
asociar alto grado de urbanización con grado de desarrollo económico, en los
países primeros no puede establecerse esta correlación, ya que las tasas de
crecimiento urbano aumentan más rápidamente que las del desarrollo
económico, produciéndose lo que algunos llaman una "sobreurbanización".Al
analizar el proceso de urbanización en el mundo, llama la atención el rápido
crecimiento de las ciudades en los países desarrollados. Aunque
históricamente la urbanización dominante fue reciente, su influencia fue tal que
existen muy pocas regiones que no acusen directa o indirectamente los
impactos de la ciudad. El proceso de urbanización es parte aquí del fenómeno
global de cambio social y traduce el modo de organizarse social y
económicamente una sociedad.Con la expansión del capitalismo desde el siglo
XVI, los países del Tercer Mundo entran en contacto directo e indirecto con
este modo de producción y sus estructuras socioespaciales se ven modificadas
de tal modo que no puede entenderse el desarrollo y la situación actual de las
ciudades de estos países sin referirlas a la evolución económica de los países
desarrollados desde el siglo XVI hasta nuestros días. En el momento presente,
la ciudad del Tercer Mundo forma parte de la economía mundial, pero no todas
las ciudades disponen de igual acceso a los recursos, ni tienen asignadas las
mismas funciones, lo que explica la diversidad urbana en los diferentes países
subdesarrollados.Es preciso señalar, por otra parte, que la irrupción europea en
los países del Tercer Mundo no operó en un mapa vacío, pues los procesos
económicos, sociales, políticos y culturales del colonialismo y neocolonialismo
operaron en estructuras socioespaciales claramente diferenciadas. Así, por
ejemplo, no es comparable la situación socioespacial del Africa subsahariana
con la de China o India, ni tampoco la realidad norteamericana con la de los
Imperios inca y azteca.En unos casos el proceso urbano se sobrepuso a una
organización rural, con escaso desarrollo urbano, en tanto que en aquellos
ámbitos en los que el desarrollo urbano era importante, el sistema de ciudades
se alteró profundamente en beneficio de los intereses de las potencias
metropolitanas (por ejemplo, el desarrollo de las ciudades portuarias en
detrimento de los núcleos rectores tradicionales).El impacto de la expansión
europea desde el siglo XVI transformó las estructuras y formas urbanas,
apareciendo funciones ligadas a la división del trabajo autóctono y a los efectos
originados por su integración en la economía mundial.Tampoco los modelos
coloniales fueron uniformes, y por consiguiente el proceso de urbanización ha
de verse, al menos desde el siglo XVI, como un fenómeno global en el que los
países desarrollados alteraron profundamente la organización socioespacial de
los colonizados.Es cierto que el proceso de urbanización sólo se entiende si se
trata de un modo global y ligado a la expansión del capitalismo; sin embargo,
en los últimos doscientos años, y especialmente tras la II Guerra Mundial, la
urbanización ha sido tan acelerada que algunos autores hablan de una
"explosión urbana", simultánea al incremento de las unidades de producción, la
división del trabajo y un espectacular crecimiento de la productividad que alteró
profundamente la estructura de la sociedad. El crecimiento de las ciudades se
hizo en estos dos últimos siglos con tasas nunca vistas en la historia de la
humanidad, y los modos de vida rurales van siendo progresivamente
sustituidos por las actividades y concepciones urbanas, hasta el punto que en
los países de mayor desarrollo económico diferenciar el modo de vida rural del
urbano es un ejercicio carente de sentido. Las tendencias en el crecimiento de
la población manifiestan claramente que la población urbana aumentará muy
rápidamente en los países menos desarrollados. Los países desarrollados
desde 1950 conocen un crecimiento lento de la población urbana y son los
países subdesarrollados los que tienen tasas de crecimiento muy elevadas,
hasta tal punto que en 1980 la población urbana de los países menos
desarrollados supera en número a la de los países desarrollados y en el año
2000 la excederá en 1.000 millones de habitantes. En el momento presente los
países subdesarrollados conocen tasas de crecimiento tres veces mayores que
las de los desarrollados, de tal modo que se estima que el 85 por 100 del
crecimiento de la población urbana entre 1980 y 2000 se producirá en los
países menos desarrollados. No obstante, los valores promedios ocultan
variaciones no sólo entre los países más y menos desarrollados, sino también
entre las diferentes regiones de estos dos ámbitos socioespaciales.En 1960 los
países subdesarrollados eran predominantemente rurales. Una de cada cinco
personas vivía en áreas urbanas y existían 30 países con menos del 10 por
100 de su población viviendo en ciudades. A finales de la década de los años
80 sólo diez países tenían esta característica y al finalizar el siglo XX
solamente Bután y Cabo Verde contarán con porcentajes de población urbana
tan bajos. Por otra parte y dentro de la misma área, entre 1960 y 1980, el
número de países con mayoría de población viviendo en ciudades pasó de 45 a
82 y son 90 en 1993 los que reúnen esta condición. Se supone asimismo que
al finalizar el siglo XX el 39 por 100 de la población de los países
subdesarrollados vive en áreas urbanas. Todas las regiones del mundo, salvo
los continentes africano y asiático, tienen una población predominantemente
urbana, pero las diferentes regiones muestran contrastes acusados en sus
niveles de urbanización. No obstante los porcentajes de los países
desarrollados y subdesarrollados se acercan y de continuar las tendencias
actuales se igualarán en el año 2020, pues al igual que ocurre con la tasa de
crecimiento de la población, los países más pobres conocen crecimientos
urbanos más rápidos que los países desarrollados en los últimos 25 años.En
general, el proceso de urbanización se ajusta a una serie de fases. En la
primera, la más larga en el tiempo, la curva es suave, lo que refleja una
sociedad de economía agraria dominante con escaso poder de crear grandes
excedentes; en la segunda fase, la curva se dispara y, por último en la tercera,
el crecimiento vuelve a ser moderado. Otro rasgo de capital importancia en el
proceso de urbanización reciente es el explosivo crecimiento demográfico
experimentado por las grandes ciudades, especialmente en los países
subdesarrollados. En 1960, había 114 ciudades con más de un millón de
habitantes, de las que 62 se localizaban en los países menos desarrollados.
Entre 1960 y 1980, las ciudades millonarias alcanzaron la cifra de 222, de las
que 103 se daban en los países menos desarrollados. Si el tamaño de las
ciudades fue considerado durante mucho tiempo como un índice de desarrollo
económico, en la actualidad, muchas de las mayores ciudades aparecen
ubicadas en el mundo subdesarrollado. Menos de la mitad de las mayores
aglomeraciones del mundo se daba en los países subdesarrollados en 1960, y
tan sólo cuatro en los países de rentas muy bajas (inferiores a los 400 dólares).
Pero en el año 2000 se estima que 20 de las mayores aglomeraciones urbanas
aparecerán en los países menos desarrollados y ocho de ellas en países de
rentas muy bajas. Muchas de estas ciudades se expandieron absorbiendo los
núcleos rurales próximos e incluso pequeños centros mercantiles,
constituyéndose en áreas metropolitanas. En 1990 hay 280 áreas
metropolitanas que superan el millón de habitantes y de ellas dieciocho
(Beijing, Bombay, Buenos Aires, El Cairo, Calcuta, Londres, Los Angeles,
México, Moscú, Nuevo York, Osaka-Kobe, París, Rin-Ruhr, Río de Janeiro, Sao
Paulo, Seúl, Shanghai y Tokio-Yokohama) tenían más de diez millones de
habitantes. Por lo tanto, el proceso de urbanización afecta especialmente a las
grandes ciudades, cuyos crecimientos demográficos superan ampliamente las
tasas medias de crecimiento de sus países respectivos. Sin embargo, la tasa
de crecimiento de población urbana varía sustancialmente en las diferentes
regiones del mundo, pero en todas ellas se mantienen dos características en
común: todas conocen un incremento de población urbana superior a la tasa
media y en todos los países sus ciudades de tipo medio y grande experimentan
crecimientos demográficos de cierta consideración. En general, los países más
industrializados de Norteamérica, Europa occidental y Asia oriental conocen un
mayor grado de urbanización. Por el contrario, Africa y los restantes países
asiáticos tienen proporciones de población urbana muy bajas. Lo que pone de
manifiesto que el proceso de industrialización llevó consigo un proceso de
urbanización. Aunque las grandes ciudades aparecen en todos los continentes,
su distribución manifiesta formas de concentración y dispersión claras. En
efecto, a escala mundial cabe diferenciar cuatro grandes espacios que
albergan a la casi totalidad de las grandes ciudades. La primera región se
extiende desde las islas Británicas, y avanzando por Europa occidental y
central, continúa por la cuenca del Mediterráneo y Oriente Medio incorporando
países con niveles de desarrollo desiguales. La segunda área de concentración
de las grandes ciudades se extiende por el Asia meridional desde Pakistán a
través de la India y Bangladesh. Se trata de países poco urbanizados y de
población agraria y rural dominante. El tercer agrupamiento de mega ciudades
combina países industrializados con fuerte presión demográfica. Se extiende
por el Asia oriental, desde Manchuria y Corea hasta Japón, China oriental e
Indochina. Por último, el cuarto espacio está constituido por Norteamérica,
donde cabe diferenciar dos grandes fachadas. La fachada occidental desde
Vancouver y Columbia Británica, se extiende por el sur hasta San Diego-
Tijuana y aquí penetra por el interior por Phoenix, Arizona. La segunda se
extiende por el Nordeste de los Estados Unidos desde Boston a Washington.
En algunos espacios de estas regiones, las áreas metropolitanas se extienden
y entran en contacto con las vecinas hasta formar regiones urbanizadas sobre
amplias extensiones, con varios centros urbanos rectores. Estos espacios
fueron descritos y reconocidos por primera vez por el geógrafo J. Gottmann en
la fachada oriental de los Estados Unidos y les aplicó el nombre de
megalópolis, fenómeno al que nos referiremos adelante. En resumen, el
crecimiento de la población urbana superará ampliamente al de la población
total. La población urbana de los países menos desarrollados aumentará un 66
por 100 entre 1985 y el 2000. Por otra parte, como la población de las grandes
ciudades está creciendo a un nivel superior al del conjunto de la población
urbana total, especialmente en los países subdesarrollados, de continuar las
actuales tendencias demográficas, casi la mitad de la población urbana de los
países subdesarrollados vivirá en ciudades millonarias en el año 2025. En las
tres próximas décadas aparecerán mega ciudades en estos países de tamaño
desconocido en toda la historia urbana. Ello supondrá un fuerte reto para
resolver los problemas de vivienda, infraestructuras y servicios. Una de las
características más distintiva de los países desarrollados desde la II Guerra
Mundial, es el alto grado de urbanización. El proceso de urbanización de los
países desarrollados ha ido acompañado de algunos cambios demográficos
tales como el descenso de la tasa de crecimiento de la población y el fuerte
incremento de la población mayor de 65 años que se cifra en torno al 20 por
100 al finalizar el siglo XX. Asimismo, se está produciendo un descenso del
tamaño medio de la familia, siendo de destacar que el 50 por 100 de los
núcleos familiares será de uno o de dos miembros. Además, y desde un punto
de vista exclusivamente urbano, en los países desarrollados se han producido
importantes transformaciones recientes entre las que cabe señalar la
concentración de la población en grandes áreas metropolitanas primero, y más
tarde el abandono de la ciudad central de las mismas en beneficio de las
periferias metropolitanas, lo que se conoce con el nombre de su urbanización.
Metropolización Y Suburbanización
AÑO 1973-2000
El desarrollo económico posterior a la II Guerra Mundial supuso un modelo
territorial concentrado de hombres y recursos en espacios reducidos. La ciudad
se transforma y se hace mucho más compleja y difusa. Se forman extensas
áreas metropolitanas en las que se destaca un núcleo central -centro
decisional-, y un área periférica en la que existe un espacio residencia
indiferenciado y una serie de núcleos urbanos satélites y dependientes del
centro metropolitano. De este modo se forma un amplio espacio de intercambio
de flujos, de bienes, servicios, trabajo y residencia. Cuando se produce este
crecimiento, impulsado por la ciudad central y transmitido a los núcleos
dependientes y se hace a un ritmo superior al crecimiento natural de la
población, el núcleo central se convierte en la madre de otras ciudades y se
genera así un área metropolitana. Por lo tanto, cuando un centro rector se
convierte en centro metropolitano, los núcleos dependientes o tributarios,
procedentes del esquema urbano tradicional pasan a incorporarse a la nueva
centralidad que actúa con características difusas en el área de influencia de la
metrópoli. A este espacio de actuación se le denomina área metropolitana.
Estados Unidos fue el primer país que sintió la necesidad de recoger en sus
estadísticas demográficas y económicas este nuevo modelo de ciudad. Y así,
introduce el concepto de "área metropolitana" en sus censos desde el año
1910, aunque variando los criterios de delimitación. En general los criterios que
se utilizan para definir una ciudad y su área metropolitana son: presencia de
una ciudad central con un tamaño determinado y una gran complejidad
funcional; existencia de movimientos pendulares de trabajadores entre el lugar
de residencia y la ciudad central y un sistema de transporte y de
comunicaciones muy desarrollado. Las áreas metropolitanas con el desarrollo
del transporte y de las comunicaciones fueron extendiéndose hasta entrar en
contacto con las áreas metropolitanas vecinas, formándose así espacios
urbanos muy amplios, tal y como observó el geógrafo Cottmann en la fachada
costera del Atlántico estadounidense. En poco más de 20 años se fueron
consolidando en el mundo cinco grandes conurbaciones, denominadas
megalópolis, formadas por varias áreas metropolitanas contiguas que en su
conjunto reúnen un mínimo de 20 millones de habitantes.1. Megalópolis de
Boswash. Extendida desde New Hampshire a Virginia, incluyendo las áreas
metropolitanas de Nueva York, Filadelfia, Baltimore y Washington. Alberga en
un 2 por 100 del territorio nacional el 20 por 100 de la población y Gottmann la
define como "la calle mayor de las finanzas y empresas del mundo moderno".2.
Megalópolis Chippitts. Se extiende desde Chicago a Pittsburg, incluyendo las
ciudades de Cleveland y Detroit. Tiene unos 25 millones de habitantes.3.
Megalópolis de Tokio. Constituida por la unión de las áreas metropolitanas de
Yokohama, Nagoya, Osaka. Tiene 45 millones de habitantes.4. Megalópolis
renana. Incluye las áreas metropolitanas de Amsterdam, Dusseldorf,Frankfurt,
Mainz-Manheim y Stuttgart, con más de 33 millones de habitantes.5.
Megalópolis londinense en la que se incluyen las áreas metropolitanas de
Birmingham, Manchester, Liverpool, Leeds, Bradford, Nottingham y Leicester,
con más de 34 millones de habitantes. Por otra parte, desde la II Guerra
Mundial asistimos a una etapa en la que la economía pasa de estar orientada
hacia la industria a centrarse paulatinamente en el sector de los servicios. El
proceso más significativo desde el punto de vista de la forma y estructuras
urbanas, lo constituye la "su urbanización", que puede definirse como un
conjunto de procesos que hacen que la tasa de crecimiento de la periferia
metropolitana domine claramente sobre el crecimiento de la ciudad central del
área. De tal modo que el área central comienza perdiendo población y más
tarde una parte de las actividades industriales y de servicios en beneficio de la
periferia. Este movimiento centrífugo origina una transformación importante en
el paisaje urbano de las ciudades grandes y de tipo medio en los países
avanzados. Las ciudades centrales se ven envueltas por un cinturón de
viviendas de características muy variadas, pero que comienzan siendo
mayoritariamente de carácter unifamiliar y exentas, aunque más tarde se
entremezclan con otros tipos de viviendas: chalets adosados, bloques de
apartamentos y el tejido edificado de antiguos núcleos rurales preexistentes y
englobados en el proceso. Además de la transformación de la ciudad, el
suburbio originó el deterioro del centro, y la formación en él de un espacio físico
y socialmente deteriorado. La su urbanización produjo el despoblamiento de las
clases medias y causó un fuerte quebranto económico y financiero en el centro
de las áreas metropolitanas. Acentuó también la segregación social y política
entre el centro y la periferia y, de este modo, el centro de las áreas
metropolitanas alberga cada vez más una población marginal (ancianos,
minorías étnicas, mujeres con hijos), es decir, una población insolvente con
dificultades de colocación e incapaz de costear los servicios e infraestructuras
urbanas del centro. Por otra parte, el centro pierde cada vez más dinamismo
económico, ya que va perdiendo a través de la descentralización productiva
gran número de empresas industriales, comerciales y de servicios que se
instalan en la periferia metropolitana, pero al mismo tiempo en él se localizan
actividades terciarias que exigen un elevado grado de cualificación socio
profesional. La su urbanización no es realmente un fenómeno nuevo, ya que
como señala Mumford, ésta se produce sincrónica a la formación de la ciudad,
pero durante muchos siglos, estas áreas residenciales eran sólo patrimonio de
una minoría privilegiada. Los suburbios responden al deseo de las clases
sociales más acomodadas de diferenciarse, de aislarse de los problemas
sociales, así como de disfrutar de una cierta imagen del medio rural. Sin
embargo, la su urbanización en gran escala sólo aparece a mediados del siglo
XIX, como imagen que encarna un modo de vida deseado y alternativo a los
males de la ciudad industrial. Pero el proceso alcanza su máxima expansión
con la difusión del automóvil que permitió a un número creciente de personas
librarse de las limitaciones del transporte colectivo y separar el lugar de
residencia del espacio del trabajo. La su urbanización más intensa y extensa se
produce en los Estados Unidos al finalizar la II Guerra Mundial, mediante una
política de créditos a la vivienda, y una fuerte inversión en carreteras y la
reducción del horario laboral a 40 horas semanales, que hizo posible los
desplazamientos de 50-65 kilómetros entre el lugar de residencia y el del
trabajo. Los primeros suburbios eran física y socialmente muy uniformes:
vivienda unifamiliar exenta y jardín, sobre la base de unos pocos prototipos de
edificios, jóvenes matrimonios con hijos y un alto nivel de educación del cabeza
de familia, con una marcada separación del trabajo en la familia (hombre
trabajo remunerado; mujer cuidado de la casa y de los niños). Una primera
consecuencia de la su urbanización fue el cambio en la distribución de la
población, la localización del empleo y la distribución del espacio social por
clases, etnias y estilos de vida. Al comienzo de la década de los años 70, la
mayor parte de la población urbana norteamericana residía en los suburbios de
las periferias metropolitanas. Las ciudades metropolitanas aumentaban su
población en conjunto, sin embargo el nivel de crecimiento de la periferia
suburbana entre 1950 y 1970 fue cuatro veces superior al de los espacios
centrales metropolitanos. Si en 1950 el 67 por 100 de la población urbana vivía
en los espacios centrales de las áreas metropolitanas de los Estados Unidos,
en 1970 sólo lo hacía 23 por 100, y en la década de los años 80 el 25 por 100.
También en Europa se produce esta huida del centro por parte de la población
y de las actividades económicas. Esta descentralización demográfica fue
acompañada posteriormente por una descentralización de los empleos: si en
1960 el 65 por 100 de puestos de trabajo se localizan en el centro, en 1970
descendió al 56 por 100 y en 1980 al 30 por 100.El suburbio, que comenzó
siendo residencial y dependía del centro para el trabajo y el abastecimiento de
bienes y servicios, se hace cada vez más autónomo. Y así por ejemplo, en
1990 en una encuesta del New York Times, se pone de manifiesto que el 80
por 100 de las familias residentes en el suburbio neoyorquino no obtienen su
saldo en la City. Los desplazamientos del trabajo se realizan fundamentalmente
entre las diferentes partes de los suburbios y no con la City. También se hacen
cada vez más autónomos en el abastecimiento de bienes y servicios, y así el
suburbio, perdida su primera condición de dormitorio, y convertido
paulatinamente en un espacio independiente, se divorcia cada vez más del
centro metropolitano. En este espacio se ha formado, en palabras de Brian
Berry, "una civilización urbana sin ciudades".El nuevo modelo de ciudad
metropolitana estadounidense se hizo muy complejo y combina núcleos muy
especializados en usos del suelo (industrial y comercial), con una segregación
social en forma de sectores o cuñas formando espacios contiguos y relegando
los grupos de menor poder adquisitivo al centro o a las proximidades de las
fábricas. En el momento presente aparece un nuevo paisaje urbano en la
periferia metropolitana: el suburbio ya no depende del centro, sino que forma
espacios autosuficientes con centros comerciales, industrias, parques de
oficinas y una proliferación de viviendas colectivas. Globalmente los nuevos
centros que aparecen en los suburbios metropolitanos compiten con los
antiguos de las ciudades centrales y de este modo las metrópolis dejan de
poseer una estructura momonudear a polinuclear; las regiones urbanas
actuales adoptan una estructura galáctica, es decir, se convierten en galaxias
de modos de actividad económica organizadas en torno a los grandes ejes de
carreteras. Los movimientos migratorios intragalácticos son más frecuentes que
el tradicional commuting entre el suburbio y el centro metropolitano tradicional.
La su urbanización en Europa fue más tardía y de menor alcance que en
Norteamérica, y las causas de esta diferencia deben buscarse en:- El valor
artístico y simbólico de los centros históricos que originan una preocupación
mayor por su conservación y rehabilitación.- La ideología anti urbana y el mito
del retorno a la aldea están menos desarrollados en Europa que en los Estados
Unidos.- Menor movilidad en el trabajo que en Estados Unidos, donde una
persona de cada cinco cambia anualmente de ocupación.- Unas normas de
planificación urbana más estrictas y un mayor control del mercado inmobiliario
por el Estado que impide el crecimiento descontrolado del suburbio.- Menor
difusión del automóvil. Sin embargo, desde la década de los años sesenta,
aparece una clara tendencia a la su urbanización con unas características
semejantes a las descritas en Norteamérica. En los países mediterráneos la su
urbanización se produce en forma de viviendas colectivas formando bloques
exentos. La vivienda unifamiliar está menos generalizada y sólo aparece en
algunos sectores prestigiosos de las áreas metropolitanas. En resumen, el
suburbio constituye un espacio de gran importancia y ha transformado el
paisaje y el espacio social en las ciudades grandes y medias en los países
desarrollados. Se inició en Estados Unidos y se extiende más tarde a los
restantes países avanzados; comienza con unas características formales y
sociales homogéneas, y se convierte más tarde en un espacio complejo y
heterogéneo. La su urbanización está acompañada de la formación del "slum"
en las áreas centrales de las ciudades metropolitanas. Es decir, la su
urbanización es responsable de la formación de barrios centrales en los que la
mayoría de los edificios están deteriorados, existe un alto grado de
hacinamiento, y socialmente se caracterizan por la presencia de grupos
sociales marginales en donde es frecuente la presencia de toda clase de
patologías sociales. En el momento presente la dicotomía entre el centro
ocupado por una población marginal y las periferias suburbiales de clases
medias es, sin duda, la característica más destacada y la fuente de conflictos
más importante en las medias y grandes ciudades de los países desarrollados.
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