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Efectos

Se puede afirmar que las convenciones hechas en los contratos forman, para las
partes, una regla de la que no pueden sustraerse, es como si fuera una ley particular
que los vincula y a la que se deben someter.

Introducción

Efectos de los contratos entre las partes

Efectos de los contratos respecto de terceros

Referencias
LECCIÓN 1 de 4

Introducción

Todo contrato válidamente celebrado es obligatorio para las partes y su


contenido solo puede ser modificado o extinguido por acuerdo de las partes.
En algunos supuestos, es la ley la que prevé esa extinción o modificación con
prescindencia de la voluntad de los contratantes. 

Es sobre la base de este efecto vinculante de los contratos que se desarrolla


nuestro razonamiento, con lo cual, como ya fue analizado en los temas
precedentes, se marca como principio el de la autonomía de la voluntad, que
concibe la libertad de contratar, se lo entiende como una facultad para
contratar o no, y estipular las cláusulas que las partes consideren necesarias.
Es importante tener en cuenta que esta libertad no es absoluta, ya que se
encuentra restringida por el orden público, la moral y las buenas costumbres.

Abordaremos a continuación dos principios rectores que operan sobre los


efectos de los contratos, el principio de buena fe y el de razonabilidad.

Veamos el caso que se presenta a continuación, se trata de un adquirente


por subasta de un inmueble, que con el conocimiento de que estaba ocupado
en virtud de un contrato de locación, presentó una demanda de desalojo.
Se sabía que el inmueble adquirido en remate estaba ocupado.pdf
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Fuente: Redacción de Comercio y Justicia.  (2018, agosto 28). Se sabía que el inmueble adquirido en remate

estaba ocupado. Publicado en Comercio y Justicia. Recuperado de https://comercioyjusticia.info/blog/justicia/se-

sabia-que-el-inmueble-adquirido-en-remate-estaba-ocupado/

En este caso el adquirente en subasta compró sabiendo que el inmueble


estaba ocupado, por lo que no era posible plantear la demanda de desalojo,
ya que existió buena fe al declarar en edictos que el inmueble se subastaba
en esa condición, ocupado. Y, ¿cómo se define la buena fe?

El principio de la buena fe se encuentra plasmado en el artículo 961 del


Código Civil y Comercial de la Nación, que dispone que: 

Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de


buena fe. Obligan no solo a los que están formalmente
expresados, sino a todas las consecuencias que puedan
considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que
razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y
previsor.1

[1] Artículo 961. Ley 26994. (2014) Código Civil y Comercial de la Nación. Congreso de la

Nación Argentina.
De este principio deriva que los contratos son intangibles, es decir, que
resultan inmodificables por las partes. Solo se podrá variar su contenido
cuando haya acuerdo de las partes o cuando se haya vulnerado el orden
público.

La buena fe es la directiva en la celebración, interpretación y ejecución de los


contratos, es calificada como la primera regla a la que se hallan sometidas
las partes. La buena fe debe estar presente desde la etapa formativa hasta
la extinción del contrato y, por supuesto, adquiere relevancia en la ejecución
de este. Este principio hace referencia a la lealtad y recíproca corrección que
existen en la voluntad de las partes.

El sentido que debe asignarse al artículo 961 del Código Civil y Comercial de
la Nación, al establecerse que el contrato debe interpretarse de buena fe, no
es otro que “como lo exige la buena fe”, aun cuando en la hipótesis a dilucidar
una de las partes o todas, al tiempo de la celebración o en etapa funcional, no
se hubieran inspirado en la referida regla.

“La buena fe constituye un modelo o paradigma de conducta de


ejecución continuada, desde la etapa de tratativas (punto de partida)
hasta la extinción del vínculo (punto de llegada)” (Lorenzetti, 2014, p.
547).
Buena fe

La buena fe constituye un continente que atrapa en su formulación una serie de principios imperativos
como los de previsibilidad y estabilidad contractual, que deben acompañarse con las exigencias de
equidad, de proporcionalidad, de coherencia, de lealtad, de colaboración y de solidaridad (Lorenzetti,
2014, p. 548).
LECCIÓN 2 de 4

Efectos de los contratos entre las partes

El efecto principal que generan es la responsabilidad contractual. La


responsabilidad es una institución fundamental, que escapa a lo previsto
para la presente lectura. Cuando hablamos de este efecto, decimos que los
contratos solo producen efectos frente a las partes y a sus sucesores, que
ocuparán su lugar a la muerte de alguno de ellos, excepto:

Cuando se trate de obligaciones intuito personae, en las que se


tienen en cuenta las cualidades personales de la persona con la
que se obliga, por ejemplo, que me pinte un cuadro Da Vinci; solo él
cumpliría tal obligación.

Cuando las partes así lo hayan establecido en el contrato. Es


importante tener en cuenta que, como principio general, los efectos
de los contratos no alcanzan a los terceros, es decir, aquellas
personas que no son parte del contrato; salvo algunas
excepciones.

Contratos colectivos de trabajo, que producen efectos respecto a


todos los trabajadores de la misma actividad o cuando los
contratos crean derechos a terceros. Cuando nos encontramos
frente a contratos bilaterales, se presentan los siguientes efectos:
Exceptio non adimpleticontractus

Una de las partes no puede exigir el cumplimiento a la otra si no demuestra:

1) haber cumplido;
2) que su obligación era a plazo y que el contrato no esté vencido.

Cláusula resolutoria

Es un remedio legal que le permite a la parte cumplidora exigir el cumplimiento a
la otra parte contrayente que no cumple. Existen dos tipos de cláusulas
resolutorias:
 

Expresa: cuando se estableció en el mismo contrato de forma clara que, en


caso de incumplimiento de una de las partes, dará lugar a la resolución del
contrato. Es importante tener presente que opera de pleno derecho, desde el
mismo momento en el cual se comunica a la parte, la voluntad de resolver de
pleno derecho el contrato, sin necesidad de otorgar plazo alguno.

Tácita: en este, en cambio, una vez operado el incumplimiento, debo otorgar


a la parte un plazo no menor a 15 días para que cumpla. El término de ese
plazo comienza a correr desde la notificación. Ante esto, vemos que la
resolución no opera de pleno derecho como en el caso anterior. Estas
cláusulas, sean expresas o tácitas, permiten exigir a la parte el cumplimiento
más una indemnización por daños y perjuicios o la extinción del contrato
más una indemnización por daños y perjuicios.
LECCIÓN 3 de 4

Efectos de los contratos respecto de terceros

En pocos casos vemos que los contratos celebrados por las partes pueden
afectar a terceros. 

Es importante tener presente que nadie puede contratar a nombre de un


tercero sin estar autorizado por él o sin haber obtenido su representación por
ley. Recordemos que el contrato celebrado a nombre de otro, de quien no se
tenga autorización o representación legal, carece de valor y no obliga ni al
que lo hizo. Cuando se está frente a contratos onerosos, se producen efectos
que ya fueron estudiados en los elementos naturales de los contratos.

EVICCIÓN V I C I O S O C U LT O S

Corresponde alegarla en virtud de sentencia y por causa anterior o


contemporánea a la adquisición. Si el adquiriente por título oneroso fue privado en
todo, o en parte, del derecho que adquirió, o sufriese una turbación de derecho en
la propiedad, goce o posesión de la cosa. Recordemos que se trata de una
garantía de derecho.
EVICCIÓN V I C I O S O C U LT O S

Es una garantía por vicios ocultos en la cual la parte vendedora responde por los
defectos de la cosa, que no hayan podido observarse en el momento de la
adquisición, que torne a la cosa impropia para su destino, o que, en caso de
haberlo advertido, no lo hubiese adquirido. Deben ser defectos graves.
LECCIÓN 4 de 4

Referencias

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm

Lorenzetti, R. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación comentado. Tomo


1. Argentina: Rubinzal-Culzoni.

Redacción de Comercio y Justicia.  (2018, agosto 28). Se sabía que el


inmueble adquirido en remate estaba ocupado. Publicado en Comercio y
Justicia. Recuperado de https://comercioyjusticia.info/blog/justicia/se-sabia-
que-el-inmueble-adquirido-en-remate-estaba-ocupado/

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