Hernan Corral Solidaridad PDF
Hernan Corral Solidaridad PDF
Hernan Corral Solidaridad PDF
Revista Chilena
iciembre
iciembre 2018 2015 A
de Derecho
2015 E Privado,
Nuevas spectos
tendencias
xtensión f5ndamentales
Nº 31, pp.
en
de la155-193
lascomprensión
obligaciones Demanadas
[diciembre
de y 2018] alemán
erecho de lasde
funcionamiento de la
la responsabilidad
instrucciones
obligación ... ...
médica
notariales
solidaria
NUEVAS TENDENCIAS
Artículos de doctrina
EN LA COMPRENSIÓN Y FUNCIONAMIENTO
DE LA OBLIGACIÓN SOLIDARIA.
UN ANÁLISIS DESDE LOS INSTRUMENTOS
DE ARMONIZACIÓN DEL DERECHO
DE CONTRATOS Y SU POSIBLE RECEPCIÓN
EN EL DERECHO CIVIL CHILENO
Resumen
Abstract
156 I. Introducción
espacio, pero también porque sus contenidos han sido tenidos en cuenta
Artículos de doctrina
por los juristas expertos que han forjado los instrumentos de armonización
del derecho de los contratos.
Comenzamos con una breve indagación histórica que nos permita
conocer la forma en que ha sido recibida la solidaridad en los actuales
ordenamientos jurídicos de tradición codificada y, en particular, en la del
Código Civil chileno, y que constituyen la base sobre la cual se han elabora-
do los diferentes instrumentos de armonización contractual (II). Enseguida,
expondremos cómo se ha regulado la solidaridad pasiva en los referidos
instrumentos (III) y analizaremos la estructura y el funcionamiento de la
deuda solidaria, tanto en lo referido a la obligación a la deuda como a la
contribución (IV, V y VI). Finalmente, concluimos el trabajo reseñando
los aspectos que nos parecen útiles para iniciar una recomprensión de las
normas de solidaridad del Código Civil chileno (VII).
1. Origen
157
La obligación solidaria hunde sus raíces, como tantas de nuestras insti-
tuciones de derecho de los contratos, en el sistema jurídico romano. Su
origen radica en la admisibilidad de que la estipulatio pueda ser realizada
por una pluralidad de personas, ya sea estipulantes, promisores o ambos,
de modo que los promisores (deudores) prometían pagar cada uno el
total de la deuda (in solidum) o el deudor se obligaba a pagar dicho total
a cualquiera de los estipulantes1.
La obligación solidaria era, entonces, admitida únicamente como
resultado de negocios jurídicos formales y no de cualquier acto jurídico
o contrato2. La solidaridad pasiva (de deudores) consentía al acreedor
demandar el pago del total de la deuda a cualquiera de los deudores
solidarios, pero una vez establecida la litis contestatio se entendía que la
acción estaba consumida y si el acreedor no conseguía el pago efectivo
de la deuda o lo conseguía solo en parte, ya no podía demandar otra vez
a los demás codeudores3.
Se agrega como otro caso que origina solidaridad el legado damnatorio por el cual
2
se grava indistintamente a dos herederos siempre que haya unidad formal: cfr. D’Ors
(1991,) p. 498.
3
Guzmán (2013), p. 84; D’Ors (1991), p. 498.
Por otro lado, si uno de los deudores pagaba, no existía ninguna ac
Artículos de doctrina
ción especial para que pudiera recobrar de sus compañeros deudores lo
pagado más allá de su propia cuota. Ese resultado dependía de las ac
ciones que derivaban de la relación de fondo que había llevado a asumir
solidariamente la deuda: así, si había sociedad, procedía la actio pro socio;
si había comunidad, la actio communi dividundo o familiae erciscundae; si
había mandato, la actio mandati; si gestión de negocios ajenos, la actio
negotiorum gestorum4.
Con esta configuración la obligación solidaria no desempeña, al me-
nos por sí misma, una función de garantía. Para esta última, los romanos
idearon dos instituciones: una, aplicable a los ciudadanos, la sponsio, y
otra general, que podía aplicarse tanto a ciudadanos como a extranjeros,
la fidepromisio. Se trataba también de negocios formales por los cuales una
persona asumía la responsabilidad de pagar por el deudor principal. El
funcionamiento de esta garantía personal era parecido a la del codeudor
solidario, ya que el adpromisor podía ser demandado por el total sin
necesidad de que se constatara la insolvencia del principal, y también
aquí la litis contestatio entre el acreedor y el deudor principal o el garante
consumía la acción y liberaba al no demandado5. En la época de la Re-
pública, aparece una nueva figura que permite responder por una deuda
158 ajena con mucha mayor amplitud, en cuanto al origen y naturaleza de
la obligación principal: es la fideiussio, que terminaría por desplazar a las
dos garantías personales clásicas6.
Todo este panorama sufriría fuertes cambios en el periodo posclásico,
que culmina en la compilación justinianea del siglo vi d. C., que más tarde
se conocerá como Corpus Iuris Civilis. En el caso de la obligación solidaria,
desaparecida la stipulatio como negocio formal, se admitió que podía ser
pactada en cualquier contrato con efectos jurídicos. También desapareció
el efecto consuntivo de la litis contestatio por lo que los deudores quedaban
liberados solo en la medida en que uno de ellos hiciera el pago. En tercer
término, se concedió al deudor que pagaba el beneficio de una cesión
forzosa de acciones que debía hacerle el acreedor y también una acción
autónoma o típica de reembolso7.
4
Guzmán (2013), p. 87, quien apunta que también es posible que un codeudor solidario
se obligue donandi causa, con lo que admite desde ya su intención de no pedir reembolso,
o credendi causa, de modo que si paga se entiende que ha prestado esa cantidad al deudor
beneficiado.
5
Cfr. Guzmán (2013), pp. 91-100; D’Ors (1991), p. 499 señala que en estos casos “se
produce una solidaridad pasiva entre deudor principal y el fiador: el acreedor tiene dos
deudores alternativos a su elección y puede dirigirse sin más contra el fiador”.
6
Guzmán (2013), pp. 100-104.
7
Op. cit., pp. 84 y 87-88
Artículos de doctrina
declaración oral o escrita de asumir la responsabilidad por el pago del deudor
principal. Igualmente, concedió al fiador demandado el beneficio de excu-
sión, que le permite exigir al acreedor que primero se dirija contra el deudor
principal. Tampoco se le aplicaba ya el efecto consuntivo de la litis contestatio8.
Guzmán (2013), pp. 104-106. Anota que la excusión proviene del verbo excutere
8
que significa literalmente ‘sacudir’ o ‘agitar’, de donde pareciera que el acreedor debe
primero sacudir al deudor hasta sacarle el dinero que posee. Andrés Bello ocupa, incluso,
conjugaciones del verbo ‘excutir’, como sucede en los arts. 2362 y 2364 del Código Civil.
9
Al parecer el término de ‘correal’ proviene de la expresión “conreus” que aparece
en un texto de Ulpiano recogido en el Digesto: D. 34. 3. 3. 3: cfr. Kaser (1982), p. 247.
Artículos de doctrina
conservandam vel perpetuandam obligationem, non ad augendam15. Estas teorías
se usan para explicar algunas de las normas del Código Civil francés (arts.
1205, 1206 y 1207), pero también para extender los efectos de actos de
uno de los deudores a los demás en casos no contemplados en la regula-
ción codificada. Uno de los más importantes es el de la cosa juzgada de la
sentencia dictada contra uno de los deudores, ya que, sobre la base de la
teoría del mandato o representación recíprocos, la jurisprudencia llegará
a la conclusión de que los efectos de la sentencia se extienden también
en contra de los deudores que no fueron judicialmente emplazados16. No
obstante, en el último tiempo la teoría del mandato o de la representación,
incluso suavizada por la regla ad conservandam, ha sido muy cuestionada,
al punto de ser calificada de “ficticia, peligrosa, inútil, artificial, de alcan-
ce limitado, muy abstracta y carente de un fundamento histórico”17. Se
proponen fórmulas alternativas para explicar la propagación de efectos
consagrados por el Código18.
Esta mayor gravosidad de la solidaridad justifica, entonces, que se re
quiera expresión de voluntad, y que la regla general, salvo estipulación con-
traria, sea que toda obligación con pluralidad de sujetos es mancomunada
o simplemente conjunta, de modo que cada acreedor puede solo cobrar su
parte en el crédito y cada deudor solo está obligado a pagar su cuota en la 161
deuda. El Código Civil francés lo afirmará de modo enfático: “La solidaridad
no se presume; es necesario que sea expresamente estipulada” (art. 1202)19.
Esto comienza a cambiar con la recepción de la solidaridad obli-
gacional en el Código Civil alemán de 1900, el que junto con atenuar la
propagación de efectos de un deudor a otro, cambia la regla general en
materia de solidaridad contractual, y esta se entiende asumida si se duda
sobre su carácter (§ 427 del BGB)20. Este modelo fue acogido también por
el Código Civil italiano de 1942 (arts. 1292-1311)21.
15
Cfr. Mignot (2002), pp. 137-140.
16
Por todos, véase Sériaux (1992), p. 526.
17
Mignot (2002), p. 141.
18
Por ejemplo, Malaurie, Aynès y Stoffell-Munck (2009), pp. 725-726, proponen
que ellos se fundamentan en el deseo del legislador de simplificar al acreedor el cobro
del crédito solidario.
19
La reforma de 2016 mantuvo este criterio en el nuevo art. 1310: “la solidaridad es
legal o convencional; ella no se presume”.
20
Enneccerus y Lehman (1954), p. 440 y ss., hacen referencia a cómo en el derecho
alemán común se distinguía entre la obligación correal y la obligación solidaria, diferencia
que ya no subsiste en el Código, cuyos preceptos demuestran que se trata de una pluralidad
de obligaciones, aunque conectadas entre sí por un fin en común.
21
Cfr. Gazzoni (2016), pp. 612-617; Trabucchi (2012), p. 667, señala que la regla
fundamental de la normativa italiana es que normalmente no se comunican a los otros
cointeresados los efectos perjudiciales, sino solo los ventajosos. Maggi (2008), p. 1413,
siguiendo a Domenico Rubino, refiere que la propagación de la interrupción de la pres
cripción al resto de los deudores solidarios del art. 1310 del Código, es la única derogación
al principio, ya que extiende un efecto perjudicial.
22
Caffarena (2002), p. 61 y ss., quien observa que dicho fenómeno también es reco
nocible en el sistema jurídico español, manifestado en la derogación del art. 1252 del Código
Civil por parte de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. El referido precepto disponía la
extensión de la cosa juzgada a los obligados por vínculo de solidaridad.
23
Curiosamente, la reforma francesa al régimen de obligaciones y contratos del Código
Civil, realizada por la ordenanza n.º 2016-131, de 10 de febrero de 2016, que en otras
materias se mostró receptiva de los criterios de los instrumentos europeos de armonización,
en materia de solidaridad mantuvo lo sustancial del régimen anterior, si bien varió la
numeración de los preceptos y sintetizó su contenido (arts. 1310 a 1319).
24
Una síntesis de las grandes líneas de este movimiento puede encontrarse en Morales
(2012), pp. 316-428; publicado también en Morales, De la Maza y Vidal (2014), pp.
15-124. Desde el punto de vista histórico, es útil también el estudio de Redondo (2010),
pp. 1643-1681.
Artículos de doctrina
los Contratos26.
Con los diversos instrumentos que han ido conformando las nuevas
tendencias en materia de contratación se ha ido enriqueciendo la idea
de contrato, dejando atrás su concepción fundada en la mera autonomía
privada y como fuente de obligaciones para las partes. Se propone hoy
una concepción más compleja y orgánica que no enfatiza tanto el acto
genético, sino la relación que se articula entre los contratantes y los inte-
reses de éstos que se ven involucrados.
De manera paralela la noción de obligación también se enriquece:
ya no es el mero vínculo jurídico por el cual una persona tiene derecho
a que otra de, haga o no haga alguna cosa, que es el prototipo extraído
de la stipulatio romana, en que el deber del deudor se corresponde per-
fectamente al derecho subjetivo (crédito) del acreedor. No es que este
modelo desaparezca, sino que es superado por un concepto más global
que se denomina “relación obligatoria”, en la que, junto con el deber de
prestación del deudor y el derecho de crédito del acreedor, coexisten
deberes secundarios o complementarios diversos (deberes de protección,
de colaboración, cargas, etc.), todo ello intentando recoger el plexo de
intereses que esta estructura jurídica está llamada a expresar27.
Como veremos, esta concepción se ve reflejada en la regulación que 163
varios instrumentos de armonización del derecho de los contratos, han
hecho de las obligaciones con pluralidad de deudores y, especialmente
de las obligaciones solidarias.
Revisaremos al efecto, la parte iii de los Principios de Derecho Con-
tractual Europeo, elaborados por la llamada Comisión Lando28, y que
25
OHADAC es el acrónimo de la Organización para la Armonización del Derecho Co
mercial en el Caribe, en ella participan Estados como: Colombia, Costa Rica, Guatemala,
Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Venezuela, Surinam, Guyana, Belice, Cuba,
República Dominicana, Haití, Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Cristóbal y
Nieves, San Vicente y Granadinas, Santa Lucía, Bahamas, Barbados, Jamaica y Trinidad-
Tobago, más otros territorios con estatutos de autonomía, pero sujetos a soberanía francesa,
inglesa u holandesa. Puerto Rico, como Estado libre asociado de Estados Unidos, también
forma parte de la organización.
26
Sobre este esfuerzo, puede verse a San Miguel (2016), pp. 991-1011 y Momberg y
Vog enauer (eds.) (2017), passim. Una versión actualizada a agosto de 2016, puede verse
en De la Maza, Pizarro y Vidal (eds.) (2018), texto en castellano, francés e inglés, se
puede ver entre las pp. 79-176.
27
En este sentido, puede verse a Díez-Picazo (1996), pp. 55-57.
28
Lando, Clive, Prüm y Zimmermann (eds.) (2003). Por regla general, usamos la
edición española: Barres, Embid y Martínez (2007). También es esta la edición que se
cita para las notas o comentarios explicativos, usando la abreviatura Comentarios PECL,
seguido de la o las páginas pertinentes.
29
Cfr. International Institute for the Unification of Private Law (2016). Existe
una traducción al español de la edición 2010 (en esta materia idéntica a la de 2016): Garro,
Rodríguez y Perales (dirs.) (2012) disponible en www.unidroit.org/unidroit-principles-
2010-official-languages/spanish-integral [fecha de consulta: 23 de mayo de 2018]. Las
explicaciones a los artículos se toman de esta traducción y se citan con la abreviatura
Comentarios PICC, seguido de la o las páginas respectivas.
30
Cfr. OHADAC (2015), Principios OHADAC para los contratos comerciales internacionales
disponible en www.ohadac.com/textes/2/principios-ohadac-sobre-los-contratos-
comerciales-internacionales.html [fecha de consulta 23 de mayo de 2018].
31
Von Bar, Clive, Schulte-Nölke y otros (eds.) (2009). Para la traducción de las
normas nos aprovechamos de la versión en castellano coordinada por Jerez (2015).
32
Usamos la traducción castellana de García (2004).
Artículos de doctrina
ralidad de deudores:
1º) Las obligaciones solidarias;
2º) Las obligaciones separadas y
3º Las obligaciones en común (art. 10:101).
La terminología del documento original en inglés es: Solidary, Separate
and Communal Obligations, y no hay consenso sobre su mejor traducción
al español33. Tampoco en inglés existe uniformidad: así el DCFR las de-
nomina Solidary, Divided and Joint obligations (iii.-4:102)34. Por su parte, los
Principios UNIDROIT hacen solo una bipartición entre joint and several
y separate obligations (art. 11.1.1); en los comentarios se explica la exclusión
de las llamadas communal obligations diciendo que se trata de casos que
raramente se presentan en la práctica35.
Las obligaciones solidarias son definidas como aquellas en las que
33
En la traducción española de los Principios, se opta por la expresión ‘parciarias’
para traducir el término original de ‘separate’ y por ‘colectivas’ para traducir el término
de ‘communal’: cfr. Barres, Embid y Martínez (trads.) (2007), p. 93. En el mismo sentido
Orejudo (2016), pp. 322-325 y Gómez (2017), p. 82. Con anterioridad, Malo (2009), p. 1425
había propuesto la denominación de “en mano común” para las “communal obligations”.
34
La traducción española insiste en denominar como ‘parciarias’ a las “divided obli
gations”, pero a las joint obligations se les da el nombre de “obligaciones mancomunadas”:
Jerez (2015), p. 151. Se opone al término ‘mancomunada’ o en mano común, Orejudo
(2016), pp. 324-325, por ser equívoco el primero y por la semejanza del segundo con el
primero.
35
Comentarios PICC, p. 396. Sin embargo, para las obligaciones con pluralidad de
acreedores se acoge la división tripartita incluyendo las obligaciones en común, que
necesitan la actuación conjunta de todos los acreedores, PICC, art. 11.2.1.
36
Esta categoría procede del derecho alemán: cfr. Enneccerus y Lehmann (1954),
pp. 436-440. El típico ejemplo que se da es el de un contrato en el que varios músicos o
cantantes se comprometen a una actuación conjunta.
166 En la misma línea, los Principios OHADAC disponen que “La obligación
contraída por una pluralidad de deudores se considera solidaria, salvo
pacto expreso en contrario” (PO art. 4.4.2.)39.
También aceptan esta presunción los Principios UNIDROIT, pero
son más abiertos para excluirla y no exigen pacto o disposición expresa
en contrario. Disponen:
37
Sobre la materia, puede verse a Mendoza-Alonso y Parra-Sepúlveda (2015), p. 103
y ss. y, específicamente para los PECL, Malo (2009), pp. 1434-1440.
38
Nos apartamos aquí de la traducción española dirigida por Barres, Embid y
Mart ínez (2007), p. 100, que versiona el texto con la frase “a cumplir con una misma
prestación”. Nos parece más fiel, aunque quizá menos elegante, la traducción que se da
en lo principal, ya que el texto en inglés es “one and the same performance” y el texto en
francés es “une seule et même prestation”.
39
En parecido sentido, el Código Europeo de Contratos señala: “cuando el contrato obligue
a dos o más deudores a cumplir la misma prestación, el acreedor tiene derecho a exigir
el cumplimiento íntegro a cualquiera de los deudores, a su elección, y el cumplimiento
efectuado por un codeudor extingue la obligación” (art. 88).
Artículos de doctrina
una obligación sea solidaria, separada o conjunta, “depende de los términos
[terms] que regulen la obligación” (DCFR art. iii.- 4:103.1), y agrega: “Si los
términos no establecen otra cosa, la responsabilidad de dos o más deudores
para cumplir la misma obligación es solidaria...” (DCFR art. iii.- 4:103.2).
Hay que aclarar, igualmente, que tanto los Principios UNIDROIT
como los Principios OHADAC están pensados para los contratos comer-
ciales internacionales, mientras que los Principios Europeos y el DCFR
pretenden imponer la presunción para todo tipo de contrato40.
los derechos del acreedor en las obligaciones mercantiles por medio de una presunción
de solidaridad. Se menciona el art. 101 del Código de Comercio Portugués y la jurisprudencia
francesa y española. Las últimas propuestas de Código de Comercio español de 2006 (art.
80) y de 2013 (art. 415-1) disponen que en las obligaciones mercantiles se presume que los
codeudores están obligados solidariamente, salvo pacto en contrario. Sobre la propuesta
de 2006 puede verse a Alcalde (2011), pp. 83-84.
41
Díez-Picazo (1996), pp. 176-177.
42
Op. cit., p. 206.
43
Malo (2009), p. 1431, sostiene que los PECL se decantarían por la tesis de la unidad
de objeto y pluralidad de vínculos.
44
El texto en inglés reza así: “An obligation is solidary when each debtor is bound
to perform the obligation in full and the creditor may require performance from any of
them until full performance has been received”.
Artículos de doctrina
se obligan frente a “un acreedor” por la “misma obligación” de manera
que cada uno de ellos es obligado por el total (PICC11.1.1)45.
Se mantiene, sin embargo, el criterio de que los varios deudores, si
bien obligándose a la misma prestación, pueden hacerlo bajo modalidades
(terms) distintas: PECL 10:102, 3; DFCR IV-4:103, 346.
La insistencia en que debe tratarse de una misma prestación, aunque
sea bajo modalidades diversas, parece responder a la idea que afirma la
unidad de la relación obligatoria solidaria y su composición por vínculos
plurales entre acreedor y deudores47.
45
La versión en inglés habla de la entera “obligación”: “When several obligors are
bound by the same obligation towards an obligee: (a) the obligations are joint and several
when each obligor is bound for the whole obligation; ...”. Según Meier (2015), p. 1197 la
expresión debe entenderse equivalente a la “one and same performance” de los PECL,
art. 10:101, 1.
46
El DCFR apunta que pueden ser distintos los “términos o fundamentos” (terms or
grounds). Por los ejemplos que proporcionan los comentarios se trataría de casos en los
que uno de los deudores está respaldado por alguna garantía y no los otros, y también
el caso en que uno de ellos se hace responsable solidario como security provider, esto es,
como garante personal (fiador).
47
No comparte esta idea Gnani (2015), pp. 5-6, señala que es dudoso que la “ter
minología” de los Principios Europeos, así como la de los Principios UNIDROIT o el
DCFR, exprese en este punto un concepto fuerte de modo que no haya solidaridad si no
estamos frente a una única prestación, común a todos los deudores. Piensa que la mención a
la misma prestación de los Principios Europeos se explica por la presunción de solidaridad,
que es una de las formas de solidaridad (la del interés común de los deudores). Alega
igualmente que los comentarios a los Principios UNIDROIT manifiestan que la obligación
solidaria puede provenir de diversos contratos y contener una obligación principal y
otra de garantía. Por nuestra parte, pensamos que una posición como esta desatiende el
tenor literal de los instrumentos, y confunde la prestación con la causa. La causa puede
ser distinta (por ejemplo, si hay solidaridad por garantía), pero la prestación debe ser la
misma (el garante se obliga a satisfacer la misma prestación que el deudor principal).
48
Curiosamente los comentarios de los Principios no dicen nada al respecto: solo se
señala que la doctrina italiana se pronuncia en favor del efecto completo de la prescripción
sobre los codeudores sobre la base de que el art. 1310 del Código Civil dispone que la
interrupción de la prescripción de un deudor tiene efectos sobre los demás: Comentarios
PECL, p. 117. (aunque se cita el art. 1319.1, es evidente que se alude al 1310.1; el error se
encuentra en el original en inglés: p. 75).
49
Los artículos mencionados se refieren al inicio de un procedimiento judicial o
arbitral o de un procedimiento de resolución alternativa de controversias.
Artículos de doctrina
un retorno inesperado
Sin embargo, se constata que “puede ocurrir que la técnica de las obligacio-
nes solidarias se utilice para obtener el beneficio económico de la fianza”,
50
Véase supra i, 1.
51
Para el derecho italiano, Trabucchi (2012), p. 668, ha señalado que conceptualmente
se puede distinguir entre obligaciones solidarias dependientes, en las cuales la deuda de un
sujeto surge porque debe cumplir la deuda de otro sujeto (fianza) y obligaciones solidarias
paritarias, en las cuales las obligaciones de cada sujeto no dependen de la existencia de
otra obligación. También se les da otras denominaciones como obligaciones en interés
común y obligaciones en interés unisubjetivo: cfr. Maggi (2008), pp. 1367-1368.
52
Comentarios PICC, p. 398.
53
Comentarios PICC, p. 398.
54
Op. cit., p. 410.
IV.G- 1: 108). Pero más aún: este instrumento regula lo que denomina como
Artículos de doctrina
“co-debtorship for security purposes”, expresión que ha sido traducida al
español como “deuda conjunta en función de garantía”. Se la define como
una obligación de dos o más deudores, en la que uno de ellos, el garante,
asume la obligación con el objeto de otorgar una garantía al acreedor
(DCFR, IV.G-1:101, letra e). Por la misma definición, ya podemos ver que
se trata de lo que en el derecho chileno se conoce como una obligación
solidaria en que hay un deudor no interesado en el negocio y que solo
concurre con fines de conceder seguridad al acreedor. Por ello, el DCFR
señala que esta concurrencia de las calidades de deudor y garante se rige por
las reglas comunes de las garantías personales, pero en subsidio por las que
se dan en el libro iii, cap. 4 sobre obligaciones de pluralidad de deudores,
las cuales como sabemos se presumen solidarias (DCFR, IV.G- 1: 104).
V. Funcionamiento de la solidaridad:
Obligación a la deuda
55
Cfr. Orejudo (2016), p. 333.
56
En este sentido, ante la falta de norma expresa de los instrumentos, Orejudo (2016),
pp. 331-332. Solo los Principios OHADAC se refieren a la renuncia de la solidaridad en
el sentido expuesto (art. 4.4.7, 3).
57
Comentarios PECL, p. 95, lo que se entiende sin perjuicio de que otro deudor solidario
pueda cumplir para evitar la resolución o la suspensión de la prestación
Artículos de doctrina
nal distinción entre excepciones derivadas de la naturaleza de la deuda
y excepciones personales de cada deudor58. Se agrega que la utilización
de las excepciones personales “no tendrá efectos con respecto al resto
de los deudores solidarios” (PECL, art. 10:111). En el mismo sentido, los
Principios UNIDROIT disponen:
58
Comentarios PECL, p. 118. Los comentarios se explayan diciendo que las excepciones
inherentes a la deuda “son aquellas que nacen del contrato mismo, como la ineficacia
como consecuencia de la ilegalidad o la falta de un requisito de forma. Las excepciones
personales son aquellas que se refieren solamente a la situación particular de uno de los
deudores, tales como la falta de consentimiento libremente emitido o la incapacidad”.
59
“El deudor solidario demandado puede oponer a la demanda todas las excepciones
comunes y todas las personales propias, pero no las que sean personales de otros
codeudores” (art. 4.4.6). Una formulación más enrevesada encontramos en el DCFR:
“Un deudor solidario puede invocar frente al acreedor cualquier excepción que otro
deudor solidario pueda invocar, distinta de una excepción personal de ese otro deudor.
La invocación de la excepción no tiene efecto respecto a los otros deudores solidarios”
(iii.- 4:112.1).
60
Por todos, Peñailillo (2003), pp. 292-293; Orejudo (2016), p. 336, habla de “ex
cepciones intermedias” o “simplemente personales” en contraposición a “puramente
personales”.
61
Los instrumentos asimilan, y regulan de manera conjunta, la compensación al pago
o cumplimiento.
62
Curiosamente, los Principios UNIDROIT no contienen normas sobre la confusión
de obligaciones.
63
Los Comentarios PECL, p. 111, señalan, en este sentido, que la compensación se
traduce en un efecto liberatorio frente al acreedor, “sometido, por supuesto, al derecho
de recurso del deudor que hubiere cumplido [por compensación]”.
64
La traducción española de los Principios Europeos traduce settlement como “mutuo
disenso”; en cambio, la traducción española oficial de los Principios UNIDROIT vierte
la misma palabra como ‘transacción’. Nos inclinamos por esta segunda opción, porque
es la que la doctrina chilena considera excepción personal.
65
Por cierto, la deuda solidaria se extingue totalmente si así lo dispone la condonación
o la transacción (PECL art. 10:108.2) o si las circunstancias así lo indican (PICC art.
11.1.6.1). Aunque el DCFR nada señala al respecto, se considera que se aplicará igual
regla: Orejudo (2016), p. 340.
será que en tales casos solo responderá por el precio y los perjuicios el
Artículos de doctrina
deudor por cuyo dolo o culpa se perdió la cosa o se hizo imposible de cum-
plir la obligación. Para el resto de los deudores se extinguirá la obligación,
porque para ellos la pérdida o imposibilidad habrá sido fortuita o sin culpa.
66
En cuanto a la propagación de los efectos de la constitución en mora, los instrumentos
no pueden dar reglas especiales en materia de solidaridad, ya que en ellos ha desaparecido
la institución de la mora.
67
Comentarios PECL, p. 115.
68
Meier (2015), p. 1222 señala que la carga de la prueba de que la decisión es favorable
corresponde al nuevo deudor demandado; en cambio, será el acreedor el llamado a probar
que la sentencia fue fundada en una excepción personal del primer deudor.
69
Comentarios PICC, p. 406. Se agrega: “Sin embargo, el acreedor debe tener en
mente la regla del Artículo 11.1.8, relativa al efecto de las sentencias”. Se refiere a que, a
pesar de los costos, al acreedor podrá convenirle iniciar el procedimiento contra todos
los deudores, dado que en caso contrario la sentencia no producirá efectos respecto de
los deudores no demandados.
Artículos de doctrina
ción, los Principios OHADAC, ya que disponen: “Las acciones ejercitadas
contra uno de los deudores solidarios suspenden la prescripción frente a
todos” (PO, art. 4.4.5).
Por otra parte, se señala, las circunstancias pueden indicar que uno o más
Artículos de doctrina
deudores tengan que soportar el total de la deuda, mientras otro u otros
no, como sucede cuando
En cuanto a las acciones que se otorgan al deudor que pagó más allá de
lo que le correspondía soportar en la deuda (solvens), la mayoría de estos
instrumentos conceden dos vías que son optativas para el deudor: el dere-
cho de regreso o recurso personal (personal right of recourse) y el derecho a
180 subrogarse en la acción del acreedor al que se pagó, al que suele llamarse
“recurso subrogatorio” (subrogatory recourse). Los Principios Europeos, se-
guidos por el DCFR, disponen que si un deudor ha pagado al acreedor
más de lo que le correspondía tiene derecho a reclamar ese exceso a sus
codeudores hasta lo que lo que les corresponda a estos, pero que, además,
este deudor puede ejercitar los derechos y acciones del acreedor, incluidas
sus garantías, para reclamar su parte a los codeudores (PECL, art. 10:106;
DCFR iii.- 4: 107, 1). Los comentarios precisan que el deudor que pagó
tiene derecho a escoger la acción que le resulte más ventajosa71.
En este sentido, el deudor deberá tener en cuenta que el recurso
personal incluye la porción de gastos en que haya incurrido de manera
razonable (PECL ,art. 10:106, 1; DCFR art. iii.- 4: 107, 1), mientras que
el recurso subrogatorio, si bien le permite gozar de las garantías y prefe-
rencias del acreedor, tiene la limitación de que no puede perjudicar los
derechos e intereses que corresponden al acreedor (PECL, art. 10:106,
2; DCFR iii.– 4:107, 2), por lo que si se ha tratado de un pago parcial y
concurren el acreedor solidario que reclama el saldo con el deudor que
pagó una parte frente a un codeudor solidario, deberá darse preferencia,
en caso de insolvencia, al acreedor.
70
Comentarios PICC, p. 410.
71
Op. cit., p. 109.
Artículos de doctrina
ciones de regreso, aunque las tratan en preceptos diferentes: el art. 10.1.10
dispone sobre la acción personal, mientras que el art. 10.1.11 lo hace sobre
la acción subrogatoria. Se advierten algunas leves diferencias con la nor-
mativa de los PECL y el DCFR: en primer lugar, no se explicita que en la
acción personal puedan incluirse los gastos en que incurrió el deudor que
pagó; en segundo término hay una mayor precisión sobre la concurrencia
entre el acreedor original y el deudor que ejerce la acción de subrogación:
3. Efectos de la insolvencia
En los Comentarios PICC, p. 412, se señala que la preferencia del acreedor original
72
puede realizarse aplazando el derecho del codeudor que pagó hasta tanto el acreedor
reciba el cumplimiento total.
73
Comentarios PECL, p. 109; Comentarios DFCR, p. 1001. Orejudo (2016), p. 346 señala
que se trata de una “obligación de mutua cobertura del riesgo en caso de insolvencia”.
74
Comentarios PECL, p. 119.
75
Op. cit., p. 117.
76
Op. cit., p. 74. Debemos dejar constancia que la traducción castellana (p. 111) es
defectuosa e impide entender el sentido de la regla.
Artículos de doctrina
cia judicial no afectan al derecho de repetición (arts. 11.1.7, 1, b; 11.1.8,
1, b), pero son más generosos en lo que se refiere a las excepciones que
puede oponer el deudor demandado por su contribución a la deuda y
disponen que el deudor solidario demandado, además de sus excepciones
personales,
Los comentarios, sin embargo, no se pronuncian sobre este problema. Meier (2005)
77
p. 1217 señala que si solvens ocupa la acción de subrogación en los derechos del acreedor
sí podrá oponerse la excepción de prescripción.
(modificando el art. 1511 del Código78), así como una regulación mejor de
la solidaridad en función de garantía, lo que permitiría delimitar la fianza
solidaria y la cláusula se obliga como fiador y codeudor solidario (lo que
implicaría alterar, aunque levemente, las reglas de los arts. 1512, 1522 y
2358 Nº 1 del Código Civil). También debería haber modificación legal
para que la prescripción de la acción del acreedor en contra de uno de
los codeudores no libere a los demás. Para evitar la propagación de la
interrupción de la prescripción habría que modificar el art. 2519 en un
sentido similar a lo que dispone el art. 100 de la ley n.º 18092 para la
solidaridad en la letra de cambio79. Si se quisiera eliminar la solidaridad
sobre el precio en caso de pérdida de la cosa culpable o en mora debería
corregirse el art. 1521.
Nos parece, sin embargo, que la presunción de solidaridad debería
aplicarse solo a las obligaciones comerciales, siempre que no se trate
184 de contratos regulados por la ley de protección al consumidor (actos de
consumo). Debe considerarse que varios instrumentos de armonización la
propician únicamente en este ámbito (Principios UNIDROIT, Principios
OHADAC), y que la adopción de una presunción tan fuerte no se condice
con la solidaridad, ni aún con la reducción de la propagación de efectos
secundarios. Con más razón, habría que descartar la presunción cuando
se trata de una solidaridad en función de garantía, ya que las garantías
debieran ser siempre expresas80.
Asimismo,cabe dudar si debiera suprimirse la subsistencia de la
solidaridad sobre el valor de prestación en el caso de pérdida culpable
de la cosa del art. 1521, ya que tal consecuencia disminuye la eficacia de
garantía de la solidaridad. Hay que considerar que la reforma francesa
al Código Civil en materia de contratos cambió la norma por el estableci-
78
Con todo, habría que tener en cuenta las razones por las que Andrés Bello estableció
la regla de la no presunción. Al respecto, puede verse a Domínguez (2014), p. 473 y ss.
79
Lo que además permitiría eliminar la controversia sobre si, para obligados al pago
de una letra de cambio o pagaré, rige la norma del art. 100 de la ley n.º 18092 o el art. 2519
del Código Civil. Un examen de esta controversia y una razonable solución considerando
el principio de especialidad, puede verse en Domínguez (2018), p. 207 y ss,
80
Por estas razones, no sorprende, a diferencia de lo que opina Orejudo (2016), p. 330,
que la reciente reforma al Código Civil francés haya mantenido la exigencia de voluntad
expresa para la solidaridad al establecer que ésta no se presume (art. 1310).
Artículos de doctrina
la indemnización de los perjuicios (art. 1319).
81
La forma precisa en que se articula la unidad prestacional con la pluralidad de
vínculos debiera sí ser objeto de un estudio más profundo, sobre todo respecto de pres
taciones que son divisibles como las de dinero.
82
Stitchkin (1948), p. 304; Somarriva (1943), p. 55; Vodanovic (2004), p. 138;
Larraín (2002), p. 166; Barcia (2008), p. 29. Se opone Abeliuk (2014), p. 518, n. 557.
Claro (1992), pp. 420-421, parece pensar que solo si no se ha obtenido el pago en el
primer juicio puede después demandarse a otro codeudor.
83
Se manifiestan partidarios de la teoría del mandato o de la representación: Stitchkin
(1948), p. 300; Abeliuk (2014), p. 519. Hay que hacer excepción de Luis Claro Solar que
desde temprano rechazó la teoría del mandato: Claro (1992), pp. 413 y 424, así como
a Antonio Vodanovic, quien parece estar por la “doctrina moderna” de la unicidad de
objeto: Vodanovic (2004), p. 137. En verdad, la tesis del mandato o de la representación
genera muchas complicaciones en la solidaridad pasiva, de modo que lo que explica no
se compensa con lo que oscurece.
84
Alessandri (1939), p. 236; Somarriva (1943), pp. 56 y 66; Abeliuk (2014), p. 517;
Vodanovic (2004), p. 145; Troncoso (2011), p. 77; Larraín (2002), p. 170; Barcia (2008),
p. 30. Stitchkin (1948), p. 319 considera la cuestión discutible.
85
Somarriva (1943), pp. 56 y 66.
subroga en los derechos y acciones del acreedor (art. 1522 y 1610 n.º 3), sino
Artículos de doctrina
que tiene, además, una acción personal de reembolso93 a la que bien podría
aplicarse por analogía el art. 2370, que determina que el fiador tiene acción
personal de reembolso que incluye intereses y gastos, siempre que estos no
sean inconsiderados, lo que coincide con el criterio de razonabilidad de los
gastos incluidos en la acción de regreso que prevén los Principios Europeos
y el DCFR.
La solidaridad en función de garantía puede quedar acogida por una
lectura más amplia del inc. 2º del art. 1522, si entendemos que serán deu-
dores a los que no concernía el negocio para el cual ha sido contraída la
obligación solidaria, todos aquellos que, conforme a lo expresado o a las
circunstancias, asumen la deuda solidaria con la única causa de garantizar
al acreedor el pago del crédito de quien o quienes son los deudores. Su
equiparación a los fiadores, en el sentido de que en caso de haber pagado
pueden recuperar el total de los demás deudores o en caso contrario de
quedar inmunes frente a las acciones de regreso de un auténtico deudor
que haya cumplido la obligación, es perfectamente ajustable a la figura de
la solidaridad en función de garantía. La preferencia que se da al acreedor,
cuando se trata de pago parcial, prevista en los instrumentos señalados,
está asegurada por la disposición del art. 1612.
187
En lo referido a la ampliación de las cuotas para cubrir la del insolvente,
no parece haber dificultades en entender que ella procederá conforme
a lo previsto en el art. 1522 inc. 3º, en la medida en que el solvens haya
desplegado los esfuerzos razonables para cobrar en forma oportuna la
cuota de quien ahora se encuentra en insolvencia94. Se incluirá no solo a
los exonerados de la solidaridad, sino, también, a quienes se haya remitido
su parte en la deuda, aunque estos últimos no sean mencionados por el
art. 1522 inc. 3º95.
Es claro que los codeudores demandados por el solvens pueden opo-
nerle sus excepciones personales, ¿pero podrían oponerle las excepciones
reales o comunes que el solvens no quiso deducir en contra del acreedor?
93
Somarriva (1943), pp. 78-80. Peñailillo (2003), p. 294, señala que si se postula la
existencia de un mandato entre los deudores, procedería también la acción de reembolso
del mandatario prevista en el art. 2158 n.º 2; en igual sentido Troncoso (2011), p. 83.
94
Somarriva (1943), pp. 82-83 señala que por ello la insolvencia no debe ser posterior
al pago, ya que ello revelaría negligencia del solvens en haber repetido oportunamente en
su contra. Peñailillo (2003), p. 299, indica, con razón, que para que haya negligencia
debe haber transcurrido un plazo razonable desde que el deudor pagó, porque no puede
pretenderse que el solvens tenga que demandar de inmediato a los demás deudores.
95
En este sentido, Alessandri (1939), p. 242; Stitchkin (1948), pp. 343-344; Vod a
novic (2004), p. 154; Larraín (2002), p. 174; Peñailillo (2003), p. 298; Court y Wegner
(2013), p. 84, n 173. En contra, Somarriva (1943), p. 83.
VIII. Conclusiones
Díez-Picazo (1996), pp. 215-216, llega a la misma conclusión para el Derecho español
96
Artículos de doctrina
no representar un gravamen excesivo para los codeudores.
No obstante, hay algunas discrepancias entre los instrumentos que son
importantes. Una de las más relevantes es la mantención de la propagación
para ciertos efectos. Los Principios UNIDROIT mantienen el efecto exten-
sivo de la interrupción de la prescripción, así como el efecto expansivo de
la sentencia judicial anterior en cuanto sea favorable al deudor actualmente
demandado. Por su parte, los Principios OHADAC conservan la extensión
de la interrupción de la prescripción operada por la demanda del acreedor
en contra de uno de los deudores solidarios.
En materia de contribución a la deuda mientras algunos (PECL,
DCFR) excluyen la posibilidad de que el codeudor demandado por el
solvens pueda oponerle una excepción común, esto es permitido por otros
instrumentos (Principios UNIDROIT, Principios OHADAC). Del mismo
modo, la presunción de contribución por partes iguales, regla general en
la que existe unanimidad, puede ser dejada sin efecto más o menos res-
trictivamente: por una disposición legal o contractual expresa en contrario
(PECL, Principios OHADAC) o conforme a una disposición contractual o
legal implícita (DCFR) e, incluso, por una deducción de las circunstancias
que indiquen una distribución diferente (Principios UNIDROIT).
Muchos de estos criterios normativos, incluso algunos en los que no 189
hay completo consenso, podrían ser útiles para modernizar el régimen
de las obligaciones con pluralidad de sujetos pasivos en el Código Civil
chileno, aunque habría que distinguir aquellos aspectos que pueden in-
troducirse por vía de interpretación de las normas vigentes y otros que
exigen reforma legal. Estos últimos tienen relación con la posibilidad de
cambiar la regla de la no presunción de solidaridad por la contraria que
la presume, lo que pensamos solo se justificaría para las obligaciones
derivadas de actos mercantiles.
En cuanto a las innovaciones que pueden incorporarse sin necesidad
de reforma legal y recurriendo solo a una reinterpretación de las normas
vigentes, está la restricción a la propagación de los efectos secundarios de la
solidaridad que la doctrina nacional, siguiendo irreflexivamente a autores
franceses, ha derivado de la teoría del mandato tácito entre codeudores,
como la extensión de la mora o de la cosa juzgada. Rechazada esta teoría,
no cabe sostener dicha propagación más que en aquello que de modo
expreso establece la ley, como la interrupción de la prescripción (art. 2519
del CC). En lo referido a la contribución a la deuda, se deberá entender
que el deudor que pagó no solo se subroga contra sus codeudores, sino
que goza, también, de una acción de reembolso, que si la solidaridad fue
en función de garantía puede repetir por el total sin soportar nada de la
deuda y que los codeudores pueden oponer a la demanda del que pagó
Bibliografía citada
Abeliuk Manasevich, René (2014). Las obligaciones. 6ª ed. Santiago: Thomson
Reuters. Tomo i.
Alcalde Silva, Jaime (2011). “Comentario sobre la ‘Propuesta de anteproyecto
de ley de modificación del Código de Comercio español’ en la parte general
sobre contratos mercantiles y sobre prescripción y caducidad”. Revista de
Derecho. n.º 37, Valparaíso.
Alessandri Rodríguez, Arturo (1939). Derecho Civil. Segundo Año. Primera Parte.
Teoría de las obligaciones [versiones taquigráficas de la cátedra por Ramón
Latorre Zúñiga]. 3ª ed. Santiago: Zamorano y Caperán.
Barcia Lehmann, Rodrigo (2008). Lecciones de Derecho Civil chileno III: De la teoría
de las obligaciones. Santiago: Editorial Jurídica de Chile.
Barres, Pilar, José Embid y Fernando Martínez (trads.) (2007). Principios de
Derecho Contractual Europeo. Parte iii. Madrid: Colegios Notariales de España.
Caffaerna Laporta, Jorge (2002). “La extensión de la solidaridad y la dulcifica-
ción de su régimen”, en Jorge Caffarena y Joaquín Ataz (coords.), Las obliga-
190 ciones solidarias. Jornadas de Derecho Civil en Murcia, Valencia: Tirant lo Blanch.
Claro Solar, Luis (1992). Explicaciones de Derecho Civil chileno y comparado, reimp.
Santiago: Editorial Jurídica de Chile. Tomo x, vol. i.
Court M., Eduardo y Veronika Wegner (2013). Derecho de las obligaciones. Las
obligaciones en general y sus clases. Santiago: Thomson Reuters.
D’Ors, Álvaro (1991). Derecho privado romano. 8ª ed. Pamplona: Ediciones Uni-
versidad de Navarra.
De la Maza, Íñigo, Carlos Pizarro y Álvaro Vidal (eds.) (2018). Los principios
latinoamericanos de Derecho de los contratos. Madrid: Boletín Oficial del Estado.
Delvincourt, Claude (1834). Cours de Code Civil. Paris: Videcoq libraire. Tomo ii.
Díez-Picazo, Luis (1996). Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial: Las relaciones
obligatorias. 5ª ed. Madrid: Civitas.
Domínguez Águila, Ramón (2014). “Notas sobre la regla de que la solidaridad
debe pactarse expresamente”, en Álvaro. Vidal, Gonzalo Severin, Claudia
Mejías (eds.), Estudios de Derecho Civil X. Santiago: Thomson Reuters.
Domínguez Hidalgo, Carmen (2018). “El principio de la especialidad y la inte
rrupción de la prescripción en relación con las obligaciones cambiarias
solidarias”, en Claudia Bahamondes, Leonor Etcheberry y Carlos Pizarro
(eds.), Estudios de Derecho Civil XIII. Santiago: Thomson Reuters.
Enneccerus, Ludwig y Henrich Lehmann (1954). Derecho de obligaciones (trad.)
Blas Pérez y José Alguer. Barcelona: Bosch.
García Cantero, Gabriel (trad.) (2004). Parte General del Código Europeo de Con-
Artículos de doctrina
tratos. Bogotá: Ediciones Academia Colombiana de Jurisprudencia.
Garro, Alejandro, Javier Rodríguez y Pilar Perales (trads.) (2012). Principios
UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales Internacionales 2010. Madrid: La ley.
Gazzoni, Francesco (2016). Obbligazioni e contratti. Napoli: Edizioni Scientifique
Italiane.
Gnani, Alessandro (2015). “L’obbligazione soggettivamente complessa nel qua-
dro del Diritto Privato Europeo”, en Umberto Breccia y Francesco Donato
Busnelli (dirs.), Le “nuove” obbligazioni solidali. Principi europei, orientamenti
giurisprudenziali, interventi legislativi. Padova: Cedam, pp. 1-30.
Gómez Calle, Esther (2017). “La pluralidad de deudores: análisis de Derecho
comparado”. Anuario de Derecho Civil Vol. 70. n.º 1. Madrid.
Guzmán Brito, Alejandro (2013). Derecho privado romano. 2ª ed. Santiago: Thom-
son Reuters. Tomo ii.
International Institute for the Unification of Private Law (2016). UNIDROIT
Principles of International Commercial Contracts, Roma, disponible en www.uni-
droit.org/instruments/commercial-contracts/unidroit-principles-2016 [Fecha
de consulta: 23 de mayo de 2018].
Jerez Delgado, Carmen y otros (trads.) (2015). Principios, definiciones y reglas de un
Derecho Civil europeo: el Marco Común de Referencia (DCFR). Madrid: Boletín
Oficial del Estado. 191
Kaser, Max (1982). Derecho romano privado. (trad.) José San Cruz Teijeiro. 2ª ed.
Madrid: Edersa.
Lafaille, Héctor (1950). Derecho Civil VII: Tratado de las Obligaciones. Buenos
Aires: Ediar. Tomo ii.
Lando, Ole, Eric Clive, André Prüm y Reinhard Zimmermann (eds.) (2003). Prin-
ciples of European Contract Law. Parts III. La Haya: Kluwer Law International.
Larraín Ríos, Hernán (2002). Teoría general de las obligaciones. Santiago: LexisNexis.
Maggi, Paolo (2008). “Le obligazioni solidali”, en Fava Pasquela (ed.), Le obli-
gazioni. Diritto sostanziale e processuale. Milano: Giuffrè editore.
Malaurie, Philippe, Laurent Aynès et Philippe Stoffel-Munck (2009). Les obli-
gations. 4ª ed. Paris: Defrénois.
Malo Valenzuela, Miguel Ángel (2009). “Pluralidad de deudores y acreedores
en los Principios de Derecho Contractual Europeo”. Revista Crítica de Derecho
Inmobiliario Vol. 85, n.º 713. Madrid.
Meier, Sonja (2015). “Chapter 11: Plurality of obligors and of obligees”, in Stefan
Vogenauer (ed.), Commentary on the UNIDROIT Principles of International
Commercial Contracts (PICC). 2ª ed. Oxford: Oxford University Press.
Mendoza Alonzo, Pamela (2017). “El reforzamiento de la responsabilidad colec-
tiva en la regulación de la pluralidad de deudores en el Soft Law europeo”, en
Carlos Céspedes Muñoz (dir.), Estudios en homenaje a los 40 años de la Facultad de
Derecho de la U. Católica de la Santísima Concepción. Santiago: Thomson Reuters.
Artículos de doctrina
cimento.
Stitchkin Branover, David (1948). Derecho Civil: Las obligaciones. Santiago: Edi-
torial Universitaria. Tomo i.
Trabucchi, Alberto (2012). Istituzioni di Diritto Civile, a cura di Giuseppe Trabuc-
chi. 45ª ed. Milano, Cedam.
Troncoso Larronde, Hernán (2011). De las obligaciones. 7ª ed. Santiago: Thom-
son Reuters.
Vial del Río, Víctor (2003). Manual de Derecho de las Obligaciones en el Código Civil
chileno. Santiago: Universidad Andrés Bello, Editorial Biblioteca Americana.
Vodanovic H., Antonio (2004). Tratado de las obligaciones [basado en las explicaciones
de los profesores Arturo Alessandri Rodríguez y Manuel Somarriva Undurraga]. De
las obligaciones en general y sus diversas clases. 2ª ed. Santiago: Editorial Jurídica
de Chile.
Von Bar, Christian, Eric Clive, Hans Schulte-Nölke y otros (eds.) (2009). Prin-
ciples, Definitions and Model Rules of European Private Law. Draft Common Frame
of Reference (DCFR), Munich: Sellier Europan Law Publishers.
193