Las Inundaciones en La Cuenca Del Segura en Las Dos Últimas Décadas Del Siglo Xx. Actuaciones de Prevención
Las Inundaciones en La Cuenca Del Segura en Las Dos Últimas Décadas Del Siglo Xx. Actuaciones de Prevención
Las Inundaciones en La Cuenca Del Segura en Las Dos Últimas Décadas Del Siglo Xx. Actuaciones de Prevención
Se analizan sus características, causas e impactos, así como las conclusiones que se deri-
van de ellas. Se describen todas las actuaciones realizadas en la cuenca para prevenir o minimi-
zar el riesgo de las avenidas, prestando especial atención a las obras estmcturales y al actual
sistema de infonnación hidrológica.
Por último, se discuten las actuaciones realizadas y se proponen otras actuaciones no es-
tructurales para minimizar en lo posible el riesgo de inundaciones.
Se concluye, con la convicción de que en'adicar las inundaciones por completo de la cuen-
ca del Segura, es casi imposible. De ahí la necesidad de convivir con un riesgo, pero "asegurado
en pérdidas", y la necesidad de contar con un plan integrado, siendo necesario desarrollar una
política eficaz de prevención de inundaciones.
ABSTRACT
In this work are tried the floods that have had place in the períod 1980 - 2000 in the
Segura basin, being cited the authors that with different approaches the h£»/e studied..
They are analysed their characterístic, causes and impacts, as well as the conclusions
that are deríved from they. They are described all the proceedings executed in the basin to pre-
vent or minimise the risk of the flooding, paying special attention to the structural works and to the
present hydrological Information system.
Finally, they are discussed the proceedings executed and are proposed other not struc-
tural proceeding to minimise, in what is possible, the floods risk.
It is concluded, with the conviction of the fact that to eradicate the fkKXis completely of the
Segura basin, it is almost impossible. From there the need of living together with a risk, but
"assured intosses",and the need of to have an integrated plan, being necessary to develop an
effective prevention policy of floods.
Número 9 93
2000
1. INTRODUCCIÓN. FRECUENCIA DE LAS nido que soportar innumerables inundaciones.
INUNDACIONES Y ANTECEDENTES Según López Bermúdez etal. (1978) las creci-
das más significativas entre el periodo com-
Las inundaciones constituyen un desas- prendido entre 1256 y 1974 en el Segura fue-
tre natural que se sucede con relativa frecuen- ron 111. Por otra parte, la Dirección de Obras
cia en España en general, y en la vertiente Hidráulicas y Milla Riera (1988) para el perío-
mediterránea en particular, en la que se locali- do 1482-1982 contabilizan 214. Sin entrar en
za la cuenca del Segura. Es, sin duda, la ca- la discusión de que todos las noticias o regis-
tástrofe natural más importante producida por tros pudieran ser consideradas como aveni-
cuantiosas e intensas lluvias que amenazan, y das, por la fiabilidad de las fuentes (Calvo
en ocasiones destruyen, tanto a vidas huma- García-Tomel, 1989), lo cierto es que el nú-
nas, como a propiedades e infraestructuras a mero de sucesos extraordinarios de tipo hidro-
lo largo de ríos y ramblas. lógico es muy elevado para la cuenca que nos
ocupa.
De manera global en España desde
1957, la pérdida de vidas humanas se ha ci- Por elk), son numerosos los trabajos que,
frado en 1439 muertos y los daños se elevan sobre inundaciones y con diferentes enfoques,
a cientos de miles de millones de pesetas en la cuenca del Segura se han escrito. Sin
(Berga Casafont, 1987). Y según estimacio- haber establecido ningún orden, a nuestro juicio,
nes de ITGE, las pérdidas por inundaciones, merecen destacarse los siguientes: Bentabol y
que represent£vi en nuestro país el primer Ureta (1995), Couchoud Sebastián y Sánchez
riesgo potencial de pérdidas por catástrofes Feríosio (1984), López Bermúdez (1973), López
naturales, se estiman en 2,8 billones de pe- Bermúdez etal., (1978), Albacete (1944), Areva-
setas entre 1986 y el año 2016 (Recuero to et al., (1965), Calvo García-Tomel (1968 ,
1992). 1986, 1989), Couchoud Sebastián (1963), Gar-
cía y Gaztelu (1887), Gil Olcina (1968), Gil Oleí-
Pese a ser un fenómeno frecuente, y no na y Morales Gil (1989), Herin y Trízpt (1975),
de Etparición reciente, cuando se produce, las Museros y Revira (1885), Pérez Gómez (1958,
pérdidsis siguen siendo cuantiosas. De lo cual 1962), Torres Fontes y Calvo García-Tomel
se deduce que el hombre en este medio, aún (1975), Hemández Franco etal., 1989, Gil Oleí-
tiene mucho por hacer para tratar de minimi- na (1968), Juárez etal., (1989), etc.
zar al máximo, los riesgos de inundación y sus
consecuencias. Sorprende ta escasa atención Parece converÑente mendonEU' que, en
que se le presta a estos fenómenos de tal los trabajos arrít)a indicados y en otros tsintos
magnitud. Y aunque, si bien, inmediatamente referidos al tema inundaciones, se habla indistin-
de producirse la avenida y la inundación, la tamente de: crecidas, avenidas, inundaciones o
atención es grande, esta suele decaer a los riadas, etc. No vamos a entrar aquí en discutir
pocos años de producirse el desastre, hasta cada uno de los términos, pero si diremos que
que nuevamente ocurre la siguiente. no son sinónimos. Siguiendo a Calvo García-
Tomel (1989) las "crecidas" en sentido estricto
Según el informe de "Las inundaciones se producen sólo a partir de un cierto caudal cu-
en la España Peninsular" (Dirección General yos efectos ya no pueden ser fácilmente contro-
de Obras Hidráulicas, 1988), en los últimos lados por el hombre; mientras que una
cinco siglos se tiene constancia documentada "inundación" sería cuando se supera el caudal
de que se hayan producido hasta 2.438 inun- regulable por el sistema humano de defensa
daciones en todo el territorio peninsular, lo establecido y comienzan a producirse daños no
que EU'roja un promedio de cinco inundaciones previstos.
importantes de cierta gravedad al año. Y casi
todas las inundaciones han tenido lugar siem-
pre en las mismas zonas, de manera que se
han podido localizar 1.036 puntos negros o 2. LAS INUNDACIONES PRODUCIDAS EN
zonas se riesgo. La mayoría de esos puntos EL PERIODO 1980-2000 Y ESTUDIOS DERI-
se encuentran en los valles medios y finales VADOS
de los ríos del Norte y Levante (Recuero,
1992). En las dos últimas décadas del siglo XX,
en la cuenca del Segura se han registrado 8
La cuenca del Segura, desde la primera inundaciones. En la década de los 80 las tierras
avenida histórica fechada en el año 738 antes del Segura fueron muy castigadas por ellas, pro-
de J.C, hasta la más reciente de 1997, ha te- duciéndose 7 episodios lluviosos de tal intensi-
94 Serte Geográfica
Laa Inundaciones en España en los últimos veinte años. Una perspectiva geogránca.
dad que provocaron avenidas e inundaciones De las inundaciones de 1989, son de
tanto en el cauce principal del río Segura, como destacar los trabajos de Capel Molina
en sus principales afluentes y ramblas que vier- (1989b), que trata de la convección profunda
ten directamente al mar. Octubre de 1982, julio y que dio lugar a estas intensas precipitaciones
octubre de 1986, noviembre de 1987, noviembre en toda la vertiente mediterránea española y
de 1988 y septiembre de 1989, fueron las fe- el estudio geomorfológico del tramo final de la
chas en las que se produjeron inundaciones. rambla de Las Moreras (DRRH de la Comuni-
Por el contrario, en la década de los 90, sólo ha dad Autónoma de Murcia, 1991; Rodríguez
tenido lugar una aveNda en octubre de 1997. Estrella et al., 1992; y Rodríguez Estrella,
1993), una de las áreas más castigada por
Todas estas avenidas han despertado esta inundación.
desigual interés por parte de los investigado-
res, de distintas reúnas de la ciencia, que han Por lo que respecta a la última avenida
tratado de analizar sus causas, características de 1997, tampoco hemos encontrado ningún
y consecuencias. A continuación se citan los trabajo relacionado con ella.
trabajos que tratan de algún aspecto de las
inundaciones en este período. Pedimos discul- Otros trabajos en relación con las inun-
pas si no se ven reflejados algunos autores, daciones en la Cuenca del Segura en estas
que en nuestra búsqueda bibliográfica no dos décadas, pero que no se ciñen a ninguna
hayamos podido localizar. inundación en concreto, son los de Conesa
García (1985, 1987 y 1995), López Bermúdez
La avenida de octubre de 1982, ha sido (1987), Juárez Sánchez-Rubio etal., (1989) y
descrita tanto en su génesis, como en sus ca- García Tomel (1984 y 1989). De destacar son
racterísticas hidrológicas y geomorfológicas también los trabajos referidos a planes de de-
por López Bermúdez y Gutiérrez Escudero fensa o gestión como los de Bautista Marín
(1983). También pueden consultarse las ca- (1989), San Miguel (1991), Botía Pantpja'
racterísticas de esta avenida en el infonne pu- (1992) y Maurandi Guirado (1995); los de le-
blicado de la C.H.S. (1988a) y su incidencia gislación de avenidas como los de Pérez Pé-
en la fertilidad de los suelos (Gaseo Montes, rez (1989) y Solchaga Catalán (1989); el tra-
1983). bajo de Calvo García-Tomel (1997) respecto a
la transformación de los espacios urtianos de
La avenida de 1986, pese a haberse la Cuenca del Segura y su relación con las
repetido el suceso en tres ocasiones sólo inundaciones; y el del ITGE (1995) sobre peli-
hemos podido obtener las referencias del in- grosidad yriesgosde inundaciones.
forme de la C.H.S (1988b), un trabajo de Mo-
rales Gil (publicado en 1987 y 1988) para el
municipio de Jumilla, y algunos datos climáti-
cos de las inundaciones de julio en el trabajo 3. SÍNTESIS DE LAS PRINCIPALES
de Capel Molina y Olcina Cantos (1993). AVENIDAS
Números 95
2000
Estación Oet-82 Ju»-86 Oct-86 2* Oct-86 2* Nov-87 Nov-88 Sep-89 Oct-S7
Millar 68 41 51 10 38 18 76 121
Cabecera rio Fuensanta 84 56 30 36 76 24 114 215
Segura Taiblila 69 42 99 113
Cénalo 103 109 48 137 108 84 145 130
Uetor 23 73 93 244
Rfo Mundo Taiave 135 66 27 148 69 65 123 156
Camarillas 94 128 42 80 102 63 150 106
Yeda 68 94 37 59
Altiplano
Jumllla 127 143 43 51 50 48 71 45
Moratalla 99 70 51 17 64 40 96
Argos 106 7 90 84 174 79 179 152
Alfonso XIII 103 13 61 54 138 73 136 106
Vega Alta Almadenes 95 10 63 43 147 80 143 104
Azud Ojos 65 4 69 51 128 68 177 81
Mayes 74 5 71 73 160 98 83 69
La Cierva 60 0 106 194 305 110 97 120
Valdeinflemo 87 1 82 110 41 16 134 133
Puentes 60 24 78 56 22 6 129 94
Guadalentln
Ijorca 51 14 81 2 38 26 81 137
Totana 76 8 153 6 33 46 143 120
El Palmar 78 2 165 46 199 15 123 146
Guadalupe 134 11 96 83
Vega Media
Murda 62 3 137 37 136 11 106 88
Santomera 59 5 115 16 181 17 150 97
Orihueia 67 1 87 30 311 15 176 30
Vega Baja La Pedrera 53 1 111 81 242 12 207 124
AlmoradI 50 0 108 74 27 121 83
Campo de San Javier 59 1 207 10 304 3 130 97
Cartagena Cartagena 75 2 1 92 4 1 27 3 42 122
96 Seri» Geográfica
Las Inundadonos en España en los Mimos veinte años. Una perspectiva geográfica.
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Figura2.- Avenida de octubre de 19B2 en La Contraparada. Obsérvese ia torrenclatidad de los caudales y la elevada con-
centración de sedimentos.
Judfo. Las precipitaciones máximas (tanto de rambla del Judío, sin ninguna obra de regula-
lluvia como de granizo) se registraron en Ju- ción, aportaron todos sus caudales al río Se-
milla donde cayeron 143 l/m^ en 5 horas. gura y con poco intervalo de tiempo, Los cau-
dales máximos en la confluencia del río Bena-
El caudal generado por la rambla de mor con el Segura fueron de 280 m^/s y los de
Minateda, con un máximo de 250 m^/s fue re- la rambla del Judío de 250 m^/s, lo que hizo
tenido totalmente en el embalse de Camari- que en Cieza el Segura discurriera con 500
llas, el cual se encontraba al 50% de su capa- m^/s.
cidad. Por el contrario, el río Benamor y la
Número 9 97
2000
En algunos sectores de la rambla del En esta ocasión las mayores dificulta-
Judío, se calcula que circuló un caudal de des se produjeron aguas abstjo de Murcia, ya
450 m^/s, lo que ocasionó desbordamientos que la aportación del canal del Reguerón, es-
del cauce y la colmatación de la cuenca éndo- timado en 80 m^/s, entorpeció el desagüe del
rreica de la laguna de El Ardal. Esta laguna río Segura, quedando remansado en el tramo
llegó a tener unas dimensiones máximas de canalizado, al igual que en Oríhuela, donde el
3.500 m de larga, 300 m de ancha y una altu- riesgo de inundaciones se acrecentó.
ra media de agua de 1,20 metros (Morales Gil,
1989) y el agua permaneció en ella casi 30 Con motivo de esta inundación se pu-
días, tiempo que tardó en infiltrarse y evapo- sieron de manifiesto la importancia de otro ti-
rarse. po de actuaciones en otros sectores de la
cuenca. Al igual que la necesidad de mante-
Aguas abajo, el único punto de control ner limpio los cauces de cañas y malezas de
era el Azud de Ojos, a partir de donde se deri- forma permanente todo el año.
varon 22 m% por el canal de margen izquier-
da del Trasvase, hacia el embalse de La Pe- 3.4. Avenida dei 11-13 de Octubre de 1986
drera, y 11 m^/s por el canal de la margen de-
recha hacia el embalse del Mayes. Estas deri- Las precipitaciones se dieron un breve
vaciones redujeron considerablemente los descanso, pero nuevamente durante los días
caudales, de tal manera que ya en la Contra- 11, 12y13la cuenca del Segura se vio afec-
parada el caudal se había reducido a 210 m^/ tada por intensas precipitaciones. En esta
s. En Murcia, al existir un tramo del río encau- ocasión afectaron principalmente, a la cuenca
zado, y en esta ocasión limpio de cañas, se del río Muía (194 l/m^ en 10 horas), cabecera
produjo una laminación, disminuyendo el cau- del Guadalentín (110 Mxv? en 8 horas) y cabe-
dal a su paso por la ciudad a 150 m%. No cera del río Mundo (93 Mrr? en 18 horas).
ot)stante, en el tramo Murcia - Beniel se pro-
dujeron diversas roturas de motas, descen- L^ característica principal de esta creci-
diendo los caudales, pero al mismo tiempo da fue la sucesión de ondas de avenidas por
produciendo inundaciones. distintos cauces y en diferentes días, al suce-
derse las precipitaciones (figura 3). En esta
El resumen de caudales de esta aveni- ocasión fueron los afluentes de la margen de-
da se cifró en 16 hm^ retenidos en embalses, recha, río Benamor, río Muía, Rambla Salada
17 hm^ que circularon por los cauces, 12 hm^ y río Guadalentín, tos que registraron un im-
que se derivaron y 5 hm^ que desembocaron portante aumento de caudal. Destacan los
en el mar. caudales que circularon por el río Muía
(det}ido a las aportaciones, en exclusiva, de
En esta ocasión el área más perjudicada su principal afluente, el río Pliego), con máxi-
por las inundaciones fue el altiplano Jumilla - mos de 130 y 200 m^/s en diferentes días y
Yeda y, sin cfcida, se hubieran podido evitar, en los de rambla Salada, con caudales de 130
gran medida, con una buena política de ordena- m^/s.
ción del temtorío. Al mismo tiempo, se confirmó
una vez más, la necesidad de controlar la ram- En esta inundación es de destacar la
bla del Judío antes de su confluencia con el Se- función ejercida por los embalses de La Cier-
gura va, Puentes, Camarillas y Alfonso XIII, que a
pesar de su poca capacidad, evitaron que la
3.3. Avenida del 4-5 de Octubre de 1986 avenida tuviera proporciones catastróficas.
Nuevamente el Azud de Ojos desempeñó un
Tres meses después de las inundacio- papel fundamental, evitando una autentica ca-
nes de julio, en octubre, la cuenca del Segura tástrofe aguas abajo de la Contraparada, ya
se vio nuevamente afectada por otras inunda- que la situación del río era bastante precaria
ciones, y en dos sucesos climáticos espacia- después de haber soportado las avenidas de
dos escasamente una semana. los días anteriores.
L^s lluvias que tuvieron lugar los días 4 Otra de las conclusiones que se despren-
y 5, a diferencia de las de julio, fueron prácti- den de esta avenida es la necesidad de acondi-
camente generalizadas en toda la cuenca y cionar el cauce del río Segura entre Molina y
muy superiores a aquellas, registrándose un Guardamar, para poder absorber los caudales
máximo de 270 \lrr? en San Javier, caídos en que sean imposibles de regular.
21 horas.
98 Serio Geográfica
Las Inundadonea en España en los úWmos veinte años. Una perspectiva geográfica.
h{m)
1 \ \—\ 1 \ — I — \ 1 — \\ r
8 12 16 20 24 4 8 12 16 20 24 4 9
Tiempo en horas
•e-Octubre 1982 -»Julio 1986 •«•r11-13/Oct/1986
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Tiempo en horas
-•-Noviembre 1987 ^^Noviembre1988 -—Septiembre 1989
Wtnmro9 99
de las inundaciones, ya que la confluencia 3.6. Avenida del 11 de noviembre de 1988
con el Guadalentín no presentaba demasia-
dos problemas, al haberse derivado la mayo- El 11 de noviembre se registraron llu-
ría de los caudales generados por este río a vias importantes en toda la cuenca, siendo
través del canal del Paretón, y además, en- especialmente intensas en el área de Sien-a
contrarse el cauce del Segura en buen estado Espuña y Cieza. Consecuencia de ellas fue-
hasta su desembocadura, pero no fue así. ron las crecidas de tos ríos: Guadalentín, Mu-
la, cabeceras del Quipar y Argos, y Segura.
El día 4 se produjeron en la Vega Baja
precipitaciones muy intentas que ocasionaron La crecida del río Guadalentín es des-
el desbordamiento de numerosas ramblas y viada por los "sangradores" hacia la rambla de
ramblizos, tanto por la margen derecha, ram- Tiata, utilizándose para riego. Aguas abajo
blas del Gan-uchal y de Tabala (Gil Mese- otra crecida se incorpora al Segura por el Re-
guer, 1988); como por la margen izquierda, guerón pero discurre sin dificultad.
ramblas de Santomera y Abanilla. Las ram-
blas de la margen derecha, aunque de peque- La avenida del río Muía queda almace-
ña extensión, en su camino hada el río Segu- nada en el embalse de La Cierva y la del río
ra inundaron amplias extensiones de huerta y Pliego produce desbordamientos en Baños de
zonas urtjanas. La rambla de Santomera aflu- Muía y Albudeite al registrarse caudales punta
yó directamente al embalse del mismo nom- superiores a 300 m^/s, y posteriormente en la
bre, que en ese momento se encontrat» casi confluencia con el río Segura por insuficiencia
vacío, pero la de At)anílla desbordó la capaci- de capacidad del cauce.
dad del canal (250 m%) que la conduce al
mismo emt>alse, provocando inundaciones. Las crecidas de los ríos Quipar y Argos
En la Vega Baja de Alicante se produjeron son retenidas en tos embalses de Alfonso XIII
igualmente importantes crecidas en ramblas y y Argos, que se incrementan en 3 y 1 hm^ res-
ramblizos con las mismas consecuencias ca- pectivamente.
tastróficas (Juárez Sanchez-Rubio et al.,
1989). Es de destacar los 8 hm^ de agua que Respecto a las crecidas de IEIS ramblas
acumuló el embalse de La Pedrera en tan só- de Agua Amarga, Judío, Cárcavo y Moro se
lo un día y con una cuenca de 40 km^. vierten directamente al río Segura. En el Azud
de Ojos la avenida se lamina y se retrsisa con
Los daños fueron también cuantiosos respecto a la del río Muía. A pesar de ello, es
en el Campo de Cartagena - Mar Menor, y se inevitable pequeños desbordamientos e inun-
vio afectada la práctica totalidad de la infraes- daciones en la Vega media y baja.
tructura del trasvase Tajo-Segura.
Es de destacar la velocidad a la que
Una vez más se comprobó la insuficien- discurrieron los caudales debido a la reciente
cia de la capacidad de desagüe del río Segura limpieza del cauce lo que evitó mayores inun-
desde la Contraparada hasta la desemboca- daciones. El volumen retenido en los etribal-
dura, y la necesidad urgente de acometer las ses fue de 16 hm^ y el evacuado al mar se es-
obras de adecuación del cauce en su totali- timó en 10 hm^.
dad.
3.7. Avenida del 5-7 de Septiembre de 1989
Estas inundaciones también dejaron
constancia de la torrencialidad que pueden La década de los ochenta se despidió
llegar a presentar pequeñas ramblas, como la tristemente con una nueva inundación, en la
del Ganuchal con solo 43 km^ de cuenca (Gil que se produjeron, como consecuencia de
Meseguer, 1988) y el poder devastador que ella, numerosas víctimas humanas.
ejercen cuando varias de estas ramblas se
suman. En esta ocasión las precipitaciones se
produjeron durante k)S dí£is 5 y 7, dando como
Por otro lado, las inundaciones produci- resultado en toda la cuenca dos ondas de aveni-
das en el Campo de Cartagena - Mar Menor, da. En esta ocasión se dio la particularidad de
también pusieron de manifiesto la importancia que se produjeron lluvias de gran intensidad en
de respetar tos drenajes, cuando se realizan algunas zonas y de alta intensidad en el resto,
aterrazamientos o acondicionamientos de tie- por to que salieron multitud de ramblas que
rras para el cultivo, o cualquier otro tipo de aport£iban caudales a las ya crecidas aportacio-
obra de infraestructura vial o urbana. nes del Segura. Por elb, el tiempo de duración
de máximos caudales en todos los tramos fue 3 Bolnuevo (Rodríguez Estrella eí al., 1993). Hay
o 4 veces superior al de otras ocasiones. que decir que todos estos usos del suelo se en-
contraban ubicados en el lecho de inundación
Afortunadamente, debido a las inunda- de la rambla y en el delta de desembocadura.
ciones de los años anteriores, se habían reali- Además, otro factor de incidencia en esta inun-
zado numerosos trabajos y las motas entre la dación fue la existencia de un puente, aguas
Contraparada y Guardamar estaban recreci- arriba de la carretera Mazarrón - Águilas, inca-
das y consolidadas. Ei cauce también se en- paz de evacuar tal cantidad de agua (se sobre-
contraba limpio, por lo que hubo mayor capa- pasó en dos metros) y que actuó como presa. El
cidad de evacuación y velocidad. nuevo puente, construido un año después, se
hizo con la sección suficiente para poder eva-
Se realizaron retenciones, laminaciones cuar caudales de avenida de hasta 1.500 rri^/s y
y desvíos de aguas, pero a pesar de ello en el se acondicionó el cauce de la rambla.
puente viejo de Murcia se midieron alturas de
5,20 m (figura 4), 7,25 en Beniel, y 7,27 en Las consecuencias catastróficas en este
Rojales, las cuales produjeron inundaciones tipo de ramblas se acrecienta por la velocidad
en distintos tramos de las cuencas media y de las aguas circulantes y por la gran cantidad
baja del Segura. de arrastres sólidos, en ocasiones de gran volu-
men, que llevan consigo. La instalación de un
Las lluvias torrenciales, con las conse- camping en el lecho fluvial de una rambla y la
cuentes avenidas, se produjeron en diferentes catástrofe que se ocasionó no sirvió de expe-
puntos de la cuenca del Segura, pero son de riencia, y años más tarde (agosto de 1996) se
destacar los caudales que circularon por la ram- producía, otra catástrofe humana en el camping
bla de Las Moreras. Según cálculos realizados aragonés de Biescas.
por la C.H.S. por dicha rambla llegó a circular un
caudal punta de 1.300 m^/s. La onda de avenida 3.8. Avenida del 26 de septiembre al 10 de
de varios metros de altura, al estrecharse la Octubre de 1997
rambla a 1,5 km. en dirección al poblado de
Bolnuevo, desbordó su lecho de inundación es- En la década de los 90, afortunadamen-
tacional y arrasó Infraestructuras urbanísticas, te, sólo son de mencionar dos episodios llu-
invernaderos agrícolas y el propio camping de viosos de alta intensidad. El primero de ellos
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2000
tuvo lugar entre tos días 26 de septiembre al 1 producir caudales máximos instantáneos
de octubre, y el segundo del 4 al 6 de octu- espectaculares, como lo fueron los del Gua-
bre. En eügunas estaciones la precipitación dalentín en 1973 (3.000 m%), o los 1.300
acumulada sobrepasó el 50% de la media de las Rambla de Las Moreras en 1989.
anual, y como precipitaciones puntuales máxi-
mas se pueden citar los 244 l/m^ recogidos en
Lietor o los 215 en el embalse de Fuensanta.
4.- CAUSAS DE LAS AVENIDAS E INUN-
Las lluvias más importantes se concen- DACIONES
traron en la cabecera del río Segura, Vega
AKa y Guadalentín. En esta ocasión, los cau- Las causas de las avenidas en la Cuen-
dales circulante no fueron excesivamente ele- ca del Mediterráneo y en la del Segura, son
vados, produciéndose picos de crecida en el principalmente climáticas. No obstante, exis-
río Moratalla, Pliego, y rambla Salada del or- ten otros factores secundarios (características
den de 70-90 m^/s y mas de 120 en Lorca. morfoestructurales de las cuencas y sistemas
Circularon caudales de 160 m% en Murcia y de sus redes de drenaje) que, al combinarse
mas de 200 m% en Orihuela, tras la confluen- con unas precipitaciones intensas, producidas
cia del Guadalentín. en un período muy corto de tiempo, dan lugar
a inundaciones más o menos importantes, en
Las distintas obras de infraestructura distintas áreas de la cuenca.
proyectas y terminadas, entraron en esta oca-
sión en funcionamiento y cumplieron el papel 4.1. Causas climáticas
aperado, por lo que en esta ocasión no hubo
que lamentar pérdidas notables. Numerosos han sido los autores que
han tratado de explicar los fenómenos por los
3.9.Caracteríaticas comunes de las inunda- cuales se llegan a producir las precipitaciones
ciones. intensas, que originan las inundaciones en la
cuenca del Mediterráneo y en la del Segura, a
Las inundaciones acaecidas en las dos los que remitimos y entre los que pueden ci-
últimas décadas del siglo XX, presentan prác- tarse: Capel Molina (1980, 1987, 1989a,
ticamente las mismas características que el 1989b), Capel Molina y Oleína Cantos (1993),
resto de inundaciones sufridas en la cuenca Font Tullot (1983), García de Pedraza (1983),
del Segura (ITGE, 1988) entre las que podrían Gil Oleína (1988, 1989), López Gómez (1983),
citarse las siguientes: Martín Vide (1987), Miró Granada (1983),
Peinado Sema (1983), Pérez Cueva y Armen-
- Se presentan como consecuencia de tem- got (1983), Quereda (1985,1989), etc.
porales de lluvias intensas, generalmente
en otoño. De una forma muy sucinta, se podría
decir que, las lluvias intensas en la vertiente
- La duración media suele ser de 3-4 días; mediterránea suelen estar estrechamente liga-
das al fenómeno climático de la "gota fría". Se
- Los daños materiales son principalmente en trata de una anomalía meteorológica que tie-
agricultura (aunque en las inundaciones de ne lugar generalmente a finales del verano y
1987 fueron muy importantes los daños en comienzos del otoño, al producirse bruscos
infraestructuras); procesos de evaporación y condensación at-
mosférica que empujan grandes masas nubo-
- Las inundaciones más graves se han produ- S£is contra las cordilleras montañosas que
cido por la confluencia de las ondas de cre- bordean la costa.
cida del Segura con alguno o algunos de los
tributarios. Históricamente era muy temida No obstante, la fuerte inestabilidad ter-
la confluencia del Segura con el Guadalen- modinámica generadora de grandes precipita-
tín, pero en las inundaciones de la década ciones puede darse también en primavera, e
de los ochenta han sido determinantes las incluso en verano, aunque en menor medida,
ramblas de Minateda, Judío y Rio Muía. como se puede comprobar en los registros
recientes e históricos. De l£is siete inundacio-
- Los caudales son generalmente de carácter nes producidas en estas dos últimas décadas,
repentino, como lo reflejan la mayoría de los siete de ellas han tenido lugar en otoño y una
hidrogramas de crecidas del Segura, Gua- en verano.
dalentín o rambla de Minateda, y suelen
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2000
do. Respecto a los usos del suelo, la interven- afluentes de la marigen derecha son más nu-
ción humana ha supuesto la modificación artifi- merosos y con una superficie de cuenca ma-
cial de la respuesta del ll£ino de inundación me- yor (tabla 2); mientras que los afluentes de la
diante cultivos (que cambian la rugosidad natu- margen izquierda a excepción del río Mundo
ral), construcción de viviendas y vías de comuni- son ramblas, pero con longitudes y superficies
cación, que son capaces de desviar los flujos nada despreciables.
hídricos, e incluso, de producir importantes ca-
tástrofes. 4.4. Otras causas
nes de octubre de 1982 en la rainbla de Minate- fuegos con anterioridad a las lluvias torrencia-
da, donde midieron pérdidas de suelo de Inasta les, de tal manera que estas arrastraran ias
80cm (figuras). sustancias más fértiles de los horizontes su-
perficiales y al ser posteriormente depositados
En los cauces, se suelen producir soca- en las vegas, contribuyeran a enriquecerlas
vamientos en los márgenes, modificaciones en en sustancias orgánicas.
el trazado y en lecho fluvial. Junto a esto, los
arrastres sólidos transportados se depositan a En la actualidad, bien por el uso de fer-
modo de lodos cubriendo amplias superficies, tilizantes artificiales en las áreas de cultivo in-
formando barras y otras formas de depósito en tensivo, bien por la erosión que ya soportan
el fondo de los cauces, o conos de deyección los suelos que tras las lluvias torrenciales son
donde la topografía y la disminución de la ener- arrastrados, los sedimentos que se depositan
gía de transporte lo permiten. en una inundación, no sólo no son beneficio-
sos, sino que en la mayoría de los casos, son
En definitiva una avenida tiene implicacio- perjudiciales para los suelos agrícolas.
nes hidrológicas, geomorfológicas y sedimento-
lógicas en la respuesta del sistema fluvial Estudios realizados tras las Inundacio-
(Mateu Bellos, 1990). nes de 1982 (Gaseo Montes, 1983), han
puesto de manifiesto como en estos sedimen-
5.2. Empobrecimiento de ios suelos por tos arrastrados, los elementos fertilizantes nu-
sedimentación tritivos son más bajos que los de los suelos
que los han recibido, además de presentar
Uno de los impactos de las inundacio- elevados contenidos en caliza activa, suficien-
nes es el anegamiento de cultivos por los se- tes para producir clorosis férrica. Por otra par-
dimentos dejados tras la inundación (figura 6). te, en áreas donde la fertilización artificial es
Desde antiguo se tiene la creencia de que las intensa desde hace mucho tiempo, los niveles
Inundaciones fertilizan los suelos, que se ven de fósforo y particularmente los de potasio re-
agotados por el cultivo. La creencia estaba sultan perjudiciales para el mantenimiento de
tan arraigada que en ocasiones se practicaba las productividades que se venían obteniendo.
el "entarquinado", que consistía en provocar la Sólo en el caso de cultivos tradicionales poco
erosión de los suelos, por ejemplo mediante intensivos, sin fertilización artificia!, un aumen-
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2000
to en fósforo y potasio podría ser beneficioso. Las Inundaciones, aunque como se ha visto,
Además, como la materia orgánica presenta son un fenómeno natural, físico e hidrológico,
valores muy bajos (inferiores al 1%), y al no cuando se producen sobre zonas donde hay
existir estructura en la fracción mineral, se fa- actividades humanas se convierten en un im-
vorece la formación de una costra superficial portante problema territorial con grandes im-
que cuando el suelo se seca, favorece la es- plicaciones socioeconómicas. La actividad
correntía superficial e impide la infiltración. humana ha tendido a localizarse tradicional-
mente en los ten-enos aluviales cercanos a los
Respecto al aumento de la salinidad no ríos, donde la topografía llana y la fertilidad de
hay resultados concluyentes, pero sin duda, el los suelos, favorecen su cultivo y rendimiento.
lavado de los suelos de la cuenca del Segura,
con rocas de alto contenido en sales, junto Las áreas inundables de primer orden
con los suelos que ya soportan una Importan- según han sido Identificadas en el Plan Hidro-
te salinidad, lleva a pensar que tras una inun- lógico de la Cuenca del Segura (CHS, 1992),
dación, el aumento de esta en los suelos férti- y que suelen sufrir los mayores impactos so-
les, también puede ser importante. cioeconómicos son: el tramo del valle del río
Segura, comprendido desde Cieza hasta el
5.3. Impactos socioeconómicos mar; el tramo medio - bajo del río Guadalen-
tín; las ramblas principales del Campo de Car-
Las consecuencias más visibles de una tagena - Mar Menor; y las ciudades de f^ur-
inundación son, sin duda, las que sufre la po- cia, Lorca, Cartagena y Orihuela.
blación y su economía. Pérdidas de vidas
humanas y de animales, daños en los cultivos,
en las viviendas y en las infraestructuras en
general, son los impactos más destacados. 6." ACTUACIONES REALIZADAS EN LA
CUENCA DEL SEGURA PARA PREVENIR O
MINIMIZAR LAS CONSECUENCIAS DE LAS
AVENIDAS
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2000
Guadalentín), y de otras ramblas de la grosos los ríos Guadalentín y Muía, y las ram-
cuenca baja del Guadalentín. blas del Cárcavo, Judío y Moro.
- Las obras complementarias de este plan
no se llegaron e ejecutar. En el plan de defensa de 1977, según
su autor (Bautista Marín, 1989) se han segui-
6.1.3. El Plan Nacional de Obras hidráuli- do las mismas directrices del plan de 1886, no
cas de 1933. obstante se han distinguido defensa de ciuda-
des y defensa de vegas. El conjunto de obras,
En 1926 al crearse la Confederación se agrupan en encauzamientos, trasvases,
Hidrográfica del Segura (C.H.S.), se inicia una presas exclusivamente de laminación de ave-
campaftei sistemática de aforos y mediciones nidas, conBCdón de cauces y repoblaciones
pluviométricas, se analiza la situación de la forestales.
cuenca y se redacta el Plan Nacional de obras
Hidráulicas de 1933. Proponiéndose la cons- Defensa de ciudades:
trucción de las embalses del Cenajo, Camari- - Cartagena: Encauzamiento de la rambla
llas, Santomera, Moro y Los Luises. del Hondón.
- Lorca: Acondicionamiento del río Guada-
Los embalses del Cenajo y Camarillas lentín y reunbla de Tiata.
se concibieron tanto para defensa de aveni- - Orihuela: Variante del río Segura a su paso
das, como para regulación de regadíos. Con por la ciudad.
la puesta en explotación de ambos en 1953
se Eunpliaron los regadíos de la cuenca del Defensa de vegas:
Segura en 20.000 Has. - Acondicionamiento del canal del Reguerón.
- Presa del Romeral.
Con la construcción embalse del Cena- - Presa del río Pliego.
jo, de 470 hm^ (el mayor de la cuenca), junto - Presa de Los Rodeos.
con el ya construido de Fuensanta hizo que la - Acondicionamiento del canal del Paretón
cabecera del Segura quedara completamente - Encauzamiento del río Segura desde Mur-
regulada. cia hasta Guardamar.
- Presa del Moro
El embalse de Santomera con sólo 26 - Presa del Cárcavo
hm^de capacidad, tiene la función de defensa
- Presa del Judío
de avenidas de la rambla de Santomera, y
mediante un canal de trasvase de la rambla - Recrecimiento del embalse de Puentes
de Abanilla. Desde la entrada en funciona- - Encauzamiento del río Guadalentín aguas
miento del trasvase Tsyo-Segura, también arriba y abajo de Lorca.
puede recibir aguas del Segura en épocas de - Trasvase del río Argos al río Quipar.
avenida, a partir de la derivación del Azud de El presupuesto total de las obras de de-
Ojos. fensa era de 5.415.492.000 pts., y el de las
acciones correctoras sobre la erosión de la
La construcción del embalse de Los cuenca, proyectado para una segunda fase,
Luises en el río Mundo se desestimó poste- se estimaba en 11.827.030.000 pts. Es decir
riormente. La presa en la rambla del Moro es más del doble de las obras de defensa.
de muy reciente construcción.
Las obras de este plan proponen actua-
No obstante, pese a todas estas impor- ciones en todos los puntos problemáticos de
tantes obras, la regulación del río Segura es- la cuenca, diferenciando cuatro sectores:
taba aún muy lejana y tras otras importantes
avenidas e inundaciones en la cuenca, espe- 1. Cuenca del Segura hasta Almadenes. En
cialmente la avenida de 1973, se redactó otro este tramo por la regularización del Segura
plan de defensa contra avenidas en 1977. que ya existe, sólo se propone el canal de
trasvase del Argos al Quipar para evitar
inundaciones en las vegas de Calasparra
6.1.4. El Plan de Defensa de Avenidas en la y conseguir que los caudales aportados por
Cuenca del Segura de 1977. el río Argos al Segura en avenidas sean
moderados.
Del estudio realizado con posterioridad
a la construcción de los emt>alses del Cenajo 2. Cuenca del Segura desde Almadenes has-
y Camarillas, se determinaron como muy peli- ta Murcia. Este tramo presenta una gran
Tabla 3.- Presas de la Cuenca del Segura. Las superficies y las capacidades se encuentran en proceso de actualización
por parte de ia CHS.
* R T-S = Regulación Trasvase Tajo-Segura.
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1977, pero otras eran nuevas. Los trece nue- - Algeciras, se sitúa en la rambla de Algeci-
vos embalses con una capacidad de 178 hm^, ras, afluente del río Guadalentín. Esta presa
aseguran que para un período de retomo de está concebida como defensa y regulación
50 años, por el cauce del río Segura no circu- de las aguas del trasvase.
larán caudales superiores a 400 m^/s. Para
aumentar el período de retomo sería necesa- El plan ha supuesto una inversión supe-
río constnjir embalses de mucha más capaci- ríor a 50.000 millones de pts. y una vez que
dad, que por otra parte la topografía no pemni- estén en explotación, la cuenca del Segura
te. (Botía Pantoja, 1992). contará con 27 presas, incluidas las de regula-
ción del postrasvase Tajo-Segura (tabla 3). La
En la actualidad, los encauzamientos capacidad de embalse existente se habrá in-
previstos están todos realizados. Para acome- crementado en 146 hm^, que sumados a los
ter el encauzamiento del río Segura 1.070 anteríores da un total para toda la cuen-
(terminado en 1994), este se dividió en 5 tra- ca de 1.216 hm^
mos, desde la Contraparada hasta Guarda-
mar, en una longitud de 88 kilómetros. El cau- Los expertos han hecho una valoración
dal proyectado ha sido de 400 m^/s (el ante- de los daños que se evitarán a partir de ahora
ríor era de 120 m^/s), para lo que ha sido ne- con el plan. Para ello han tenido en cuenta,
cesario aumentar la sección y realizar nume- por una parte, los daños directos que se pro-
rosas cortas de meandros, aumentado la pen- ducirían sobre cultivos hert)áceos, arbóreos e
diente y reduciendo su longitud total en un infraestructuras hidráulicas, agrarias y urba-
30% (Botía Pantoja, 1992). La capacidad pro- nas, en caso de no haber adoptado ningún
yectada coincide con el caudal de avenida pa- tipo de medidas; y por otra, los daños indirec-
ra un período de retomo de 50 años, una vez tos, que hacen referencia sobre todo al pro-
que estén en funcionamiento todos los embal- blema del paro de la actividad laboral que se
ses previstos. origina cuando se produce una avenida. A ello
han aftodido el valor que van a generar los
Los restantes encauzamientos con-es- recursos hidráulicos regulados adecuadEunen-
ponden a la rambla de Minateda en Albacete, te y el número de puestos de trabajo que su-
desvío del Guadalentín en el Paretón, rambla pone la construcción de las obras y su futura
del Hondón en Cartagena, Reguerón y canal conservación. Todo ello implica unos benefi-
aliviadero Argos-Quipar. cios de alrededor de 998.000 millones de pe-
setas a lo largo de la vida útil de estas obras,
Las presas son las siguientes: una cifra que es cinco veces superior a la in-
- La del Boquerón, situada en la rambla que versión que se pretendía realizar (San Miguel,
le da nombre, pretende laminar las aguas 1991).
de su cuenca y las de la rambla de Mullidar
y deferKler áreas de Tobara y Hellín. El plan tiene previsto en una segunda
- Las del Bayco y Los Charcos, se sitúan fase, un conjunto de trabajos hidrológico-
igualmente en estas dos r8unblas. forestales (repoblaciones, obras de corrección
- El Romeral, está situada en el río Guadalen- de ramblas y barrancos, tratamientos de ma-
tín, próximo a Librílla y se proyectó para de- sas de vegetación degradadas e infraestructu-
fender el tramo de la cuenca del Guadalen- ra viaria) y de consen^adón de suelos. Con
tín comprendido entre el Paretón y Murcia. las obras de con-ección hidrológica (diques de
- Puentes, constituye un nueva presa mampostería o gaviones, altiarradas y cade-
(desestimándose el recrecimiento contem- nas), se pretende disminuir las ondas de ave-
plado en el Ran de Defensa de 1977), y se nida y amortiguar sus efectos, tales como re-
ha construido inmediatamente aguas aniba ducir los arrastres y el aterramiento de los em-
de la presa anteríor. Esta presa sentirá tam- balses. Con la repoblación forestal de las
bién como reguladora de regadíos. cuencas se propicia una cutxerta vegetal que
- La Cíenla, en el río Muía se ha recrecido 6,5 reduzca la escorrentía y frene la erosión.
m la antigua.
- Los Rodeos, en río Muía, pero ya cerca de La repoblación aún no ha sido aborda-
su confluencia con el Segura. da, y en lo referente a la corrección de ram-
. - Pliego y Dofta Ana, situadas en el río Plie- blas y barrancos en la actualidad se han reali-
go, el afluente más peligroso del río Muía. zado 7 proyectos, para las cuencas de: Puen-
- Moro, Judío y Cárcavo, situadas en cada tes, Paretón, Argos, Alfonso XIII, La Cierva,
una de estas ramblas defienden el tramo del Pliego, Los Rodeos, Moro y Judío; y la mar-
Segura entre Almadenes y Murcia. gen izquierda del río Mundo desde el Talave
Entre los problemas que lleva consigo Respecto al primer objetivo menciona-
una inundación está el escaso tiempo de re- do, ante una inundación es imprescindible el
acción de que se dispone, desde que empieza disponer, de forma rápida y segura, de infor-
a producirse una situación de peligro, hasta mación pluviométrica y foronómica de los ríos
que tiene lugar una catástrofe (Camarasa, y ramblas principales, orientada a sentir de
1988). ayuda para la predicción de avenidas y la anti-
cipación de medidas para la protección contra
La necesidad de prever con suficiente antela- sus efectos dañinos (Cabezas Calvo-Rubio,
ción la formación de avenidas exige la implan- 1989). Además, a partir de la puesta en fun-
tación de técnicas que permitan conocer, en cionamiento del SAIH en la cuenca del Segu-
tiempo real, los valores de precipitaciones y ra en 1986, se dispone de datos completos y
caudales, así como una modelización, que fiables que, sin duda, serán muy beneficiosos
permita predecir los hidrogramas en determi- para el conocimiento y la mejor explotación de
nados tramos del río, para adoptar las medi- los recursos hidráulicos.
das más oportunas de protección civil, al mis-
mo tiempo que utilizar con la máxima eficacia Para dar una idea de la magnitud del
las infraestructuras de regulación que existan SAIH de la cuenca del Segura, se resumen
en la cuenca. los distintos elementos que lo integran
(Cabezas Calvo-Rubio, 1992):
Sistemas de predicción en tiempo real
se han ido desarrollando en diversos países - 296 sensores, distribuidos entre pluvióme-
(USA, Japón, Francia, etc.) y con posteriori- tros (64), pluvionivómetros (3), niveles de
dad a las inundaciones de 1982 que sufrió to- embalse (15), caudalímetros en tubería
da la vertiente mediterránea y cantábrica se (14), medidores en posición de compuerta
empezaron a diseñar en España. La cuenca (38), alarmas de nivel (48), medidores de
del río Júcar (en agosto de 1985), seguida de nivel piezométricos (35), medidores de ni-
la del Segura (en febrero de 1986), fueron las vel ultrasónico (55), medidores de nivel y
dos cuencas pioneras en implantar este siste- velocidad en cauce abierto (4), detectores
ma, debido a la importancia de las inundacio- de apertura de compuerta (16) y detectores
nes que en ellas se registran. de circulación en bomt>eo (4).
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2000
- 92 puntos de control, situados en embalses et al., 1995 y 1998) y contribuye a ampliar la
(15), pluviómetros y pluvionivómetros aisla- vida útil de los embalses, al impedir su aten-a-
dos (25), aforos de ríos (23), aforos en ca- miento (López Bennúdez y Gutiérrez Escude-
nales (17), aforos en ramblas (6) y control ro, 1982; Romero Díaz et al., 1992).
de impulsiones (6).
- 7 puntos de concentración, localizados en: Se calcula que, tras una tromba de
Murcia, Ojos, Camarillas, Cenajo, Puentes, agua, una hectárea de bosque mediterráneo
Cartagena y La Pedrera. puede retener hasta 400 m^ de agua. Las raí-
- 16 estaciones repetidoras de radio. ces y la cubierta vegetal ayudan asimismo a
- 175 equipos de radio. retrasar su evaporación. Según algunos estu-
- 123 enlaces radioeléctrícos. dios de ICONA, los efectos devastadores de
la mayor parte de las inundaciones en las
En situaciones de avenida, con poste- cuencas de Levante podrían disminuirse con-
rioridad a su puesta en funcionamiento (julio y siderablemente si en las riberas existiera un
octubre de 1986, noviembre de 1987 y 1988, bosque denso capaz de reducir la escon-entía
septiembre de 1989 y septiembre de 1997), el en un 50% (Recuero, 1992).
SAIH ha funcionado con buenos resultados,
en la cuenca del Segura. No obstante, hay No obstante, existen discrepancias en-
que decir, que un buen sistema de infomna- tre los especialistas sobre los efectos cuantita-
ción Ndrológica debe de actuar conjuntamen- tivos producidos por las repoblaciones y por
te con las necesarias obras de infraestructura, las diversas actuaciones de conservación de
sin las cuales no se pueden regular los cauda- suelos. El papel de la vegetación parece ser
les circulantes (Herreras Espino, 1996). Ade- escaso en grandes avenidas, con importantes
más, no se deberían de olvidar otros proyec- volúmenes de lluvias y de elevada intensidad,
tos, o medidas a realizar, de tanta o más im- ya que se produce rá|}idamente la saturación
portancia que aquél (Palancar Penella, 1990), del suelo. Por el contrario, se ha demostrado
sin las cuales no se logrará erradicar las inun- su eficacia en pequefias avenidas, retrasando
daciones. avenidas mayores, dando tiempo a los meca-
nismos de previsión y alarma, y disminuyendo
la erosión (Ruiz de la Ton-e, 1987).
6.3. RESTAURACIÓN HIDROLÓGICO
FORESTAL La ley de aguas hace de la conserva-
ción del medio ambiente hidráulico y de la re-
La restauración hidrológico forestal es forestación una de [as prioridades de la planifi-
una actuación fundamental, pero desgraciada- cación hidrológica. Todos los planes hidrológi-
mente a largo plazo, por lo que no siempre cos de la cuenca tienen ya realizados inventa-
suele tener la atención necesaria de los Pode- rios de los puntos donde la acción erosiva se
res Públicos. Valga como ejemplo nuestra manifiesta con mayor violencia en los tramos
cuenca, en la que se han realizado casi total- fluviales y contemplan actuaciones de refores-
mente las obras estructurales proyectadas, tación para atajarla.
habiéndose dejado para una segunda fase los
trabajos de restauración forestal. Cuando, en Esperamos que ios trabajos de repobla-
nuestra opinión tendrían que haberse iniciado ción y restauración vegetal, tanto por parte de
mucho antes, por el hecho de que la creación la Comunidad Autónoma, como por parte del
de una masa forestal necesita bastante tiem- Ministerio de Medio Ambiente se realicen con
po para formarse. la mayor prontitud posible.
Número 9 113
2000
otras entidades privadas aseguradoras. El se- 7. CONCLUSIONES
guro de inurKiaciones podría incluirse dentro
del sistema de seguros agrarios. El problema De todo lo escrito anteriomiente se des-
ahora radica en concienciar a los agricultores prende que, las inundaciones en la cuenca del
de la importancia de la contratación de pólizas Segura a finales del siglo XX, se han seguido
de seguros, con el fin de poder paliar los da- produdendo cada vez que se han presentado
ños que se pudieran producir ante una posible lluvias de carácter torrendal. No otjstante, hay
inundación. que mendonar el gran esfuerzo que la admi-
nistradón está realizando, en espedal en es-
6.4.3. Planes de emergencia y de acttiacio- tos últimos años, mediante la construcdón de
nee de defensa. numerosas obras de infraestructura para su
control.
A este aspecto apenas se le suele pres-
tar atención, sin embargo, el éxito de cual- La década de los 80 pasará a los ana-
quier actuación depende del equipo humano les de la historia del Segura, como una de las
responsable y de su t>uena organización décadas en la que se han registrado mayor
(Palancar Penella, 1990). número de inundadones, destacando las de
noviembre de 1987 y las de septiembre de
En ocasiones, las distintas competen- 1989, como las más catastróficas de este pe-
cias de las administraciones públicas, hacen ríodo.
que en el momento de producirse hechos ca-
tastróficos, no se sepa muy bien que hacer o Las causas de las creddas analizadas
quién debe de dirigir las operaciones. Es im- aquí, como en otras ocasiones, han sido siem-
prescindible una actuación conjunta coordina- pre climáticas, favoreddas por las característi-
da de las distintas admiNstradones pút>licas, cas particulares de la cuenca del Segura y su
con delimitación dará de ot)jetivos y cometi- red de drenaje. Las predpitadones intensas,
dos. hoy por hoy, no se pueden detener en su caí-
da; pero queda aún mucho por hacer para tra-
A rwei nacional, pero para apücar en las tar de corregir, en lo posible, la generadón de
distintas comunidades autónomas, respecto a escon^ntías súbitas y veloces, que lo arrasan
planes de emergenda el Consejo de Ministros todo a su paso.
de 9 de didembre de 1994 aprobó la Directriz
Básica de Planificación de Protección Civil ante Las catástrofes se suelen produdr por la
el Riesgo de Inundaciones, que establece los ocupación indet)ida de los lechos fluviEües, así
requisitos mínimos sobre fundamentos, estruc- como por malas actuadones humanas, tanto
turas, organizadón y criterios operativos y de desde el punto de vista de acondidonamientos
respuesta que debían cumplir los distintos pla- de terrenos para usos agrícolas o urbanos, co-
nes espádales que se redactaran sobre emer- mo por la construcdón de obras de infraestruc-
gencias por inundadones. turas sin los dreneyes o dimensiones adecua-
NúmmroS 115
2000
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