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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS

MERCANTILES REGULADOS POR EL CÓDIGO


DE COMERCIO NICARAGÜENSE

BETSY BALTODANO SÁNCHEZ


Abogado y Notario Público de Nicaragua
Asociada, Molina & Asociados Central Law

SUMARIO: INTRODUCCIÓN. 1. EL NOTARIO COMO GARANTE DE LA SEGURIDAD


JURÍDICA PREVENTIVA. 1.1. Conceptos y fundamento en el sistema jurídico nica-
ragüense. 1.2. De la seguridad jurídica. 1.2.1. Seguridad jurídica sustancial.
1.2.2. Seguridad jurídica formal. 2. CONTRATOS MERCANTILES FORMALES EN EL
CONTEXTO NICARAGÜENSE. INSCRIPCIÓN REGISTRAL OBLIGATORIA. 2.1. Los sujetos
intervinientes. 2.1.1. La representación orgánica. 2.1.2. La representación
voluntaria. 2.2. Contratos mercantiles notariados. 2.2.1. El Contrato social.
2.2.1.1. El objeto social. 2.2.1.2. Órganos societarios. 2.2.1.2.1. Órgano de
gobierno. 2.2.1.2.2. Órgano de administración. 2.2.2. Constitución como
comerciante. 2.2.3. Establecimiento de sucursal de sociedad extranjera. 2.2.4.
Transmisión de buque mercante. 2.2.5. Hipoteca naval. 2.2.6. De la inscrip-
ción en el Registro Público Mercantil. 3. FALSEDAD DOCUMENTAL Y CAUSAS DE
NULIDAD EN EL SISTEMA LEGAL NICARAGÜENSE. 3.1. De la falsedad. 3.2. De la nuli-
dad. 3.3. Modos de subsanar los errores del notario. 4. DE LAS FALTAS MÁS FRE-
CUENTES EN EL EJERCICIO DEL NOTARIADO. RESPONSABILIDADES Y SANCIONES. 4.1.
Errores más frecuentes en el ámbito mercantil. 4.2. De las responsabilidades
del notario público. 4.2.1. De la responsabilidad penal. 4.2.2. De la responsa-
bilidad civil. 4.2.3. De la responsabilidad disciplinaria. 4.2.4. De la responsa-
bilidad fiscal. 5. CONCLUSIONES. BIBLIOGRAFÍA.

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Introducción

Las relaciones contractuales mercantiles en Nicaragua constituyen


una realidad normativa y socioeconómica. En este entorno se visuali-
zan contratos ad solemnitatem o formales que exigen, para su perfec-
cionamiento, el otorgamiento de escritura pública. Este suceso jurídico
común y propio en cualquier contexto jurídico, adquiere particulares
dimensiones en el nuestro, por el hecho de que pertenecemos a un sis-
tema notarial numerus apertus –con los peligros y fragilidades que para
la seguridad jurídica este tipo de sistema propicia– unido a una sedi-
mentación de malas prácticas e importantes vacíos normativos. Estos
factores han generado que en la práctica notarial el fedatario público
nicaragüense se encuentre en encrucijadas legales que no puede des-
entrañar o que desentraña a su leal saber y entender, no siempre con
debido acierto.
Dada la situación anterior, es necesario –al rato urgente– identifi-
car, desde la academia, esas malas prácticas y en su caso las limita-
ciones u omisiones normativas que no abonan a un sano ejercicio del
notariado y a la par formular propuestas de mejoras con fundamento
dogmático; es este justo el nudo que pretende deshilar el presente tra-
bajo.

1. El notario como garante dela seguridad jurídica preventiva

1.1. Concepto y fundamentos en el sistema jurídico


nicaragüense

De gran importancia consideré iniciar mi trabajo de investigación


destacando la seguridad jurídica que imprime el notario en los actos
que autoriza, lo cual tiene una gran incidencia en el aspecto jurídico
económico del país y por ende en su desarrollo, puesto que dota de
mayor valor legal los documentos notariales, preparándolos para el trá-
fico jurídico con un documento legitimador con mayores garantías
para las partes y para terceros. Esta seguridad jurídica es preventiva
ya que protege los derechos de los ciudadanos desde el momento en
que nace el documento y durante su desarrollo extrajudicial.
Este sistema de seguridad jurídica preventiva es propio de los paí-
ses latinos, en los que se integra al notario como fedatario público,
constituyendo un mecanismo al servicio de la seguridad jurídica pre-
ventiva de litigios. Nicaragua se inserta en este sistema.

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En la XIV Jornada de Derecho Notarial (1), se definió la seguridad


jurídica como “la certeza, por parte del sujeto, de las normas vigentes,
el conocimiento de las mismas y las consecuencias que de ellas se deri-
ven”.Consideran que, “el notario juega un papel fundamental en la
construcción de esa seguridad jurídica en el tráfico de bienes y dere-
chos al redactar documentos con el debido control de legalidad”.Y defi-
nen la seguridad jurídica preventiva como “aquella que evita los
procedimientos judiciales, se cierra y culmina con la actuación y auto-
rización notarial, de tal forma que el control de legalidad se efectúa
por el notario en el mismo momento de la celebración del negocio jurí-
dico”(párr. I y VI).
En el sistema jurídico nicaragüense, el principio de legalidad está
expresado en la Constitución Política, la que en su art. 183 establece
que “ningún poder del Estado, organismo de gobierno o funcionario
tendrá otra autoridad, facultad o jurisdicción que las que le confiere la
Constitución Política y las leyes de la República”.
De ahí, que nadie puede actuar al margen de la Ley y corresponde
al notario público realizar el control de legalidad cuando redacta en
documento notarial la manifestación de voluntad de las partes en un
negocio jurídico, ejerciendo de esta forma su rol asesor como profe-
sional del derecho. Así lo acoge en Nicaragua la Ley del Notariadovi-
gente, al imponer a los notarios públicos la obligación de redactar los
instrumentos que ante ellos se otorgaren, previa verificación de los
aspectos de capacidad, legitimación, así como asesorar a las partes en
los aspectos legales del mismo. (2)
En un rápido recorrido por el Código de Comercio de la República
de Nicaragua encontramos que prima la libertad de forma en los con-
tratos mercantiles; sin embargo, se nominan algunos contratos en los
que taxativamente la norma exige la forma notarial, entre los que pode-
mos mencionar:la constitución de sociedades o compañías mercanti-
les, la apertura de sucursal de sociedad extranjera, la transmisión de
propiedad del buque naval y la hipoteca naval.
La mayoría de figuras contractuales reguladas por el Código de
Comercio no requieren de la forma notarial para su validez, provocan-
do que en el negocio jurídico no se estructure bajo reglas claras, lo que
genera incertidumbre entre las partes, referente al alcance del negocio,
las responsabilidades, derechos y obligaciones de las partes. Situacio-

(1) CASTRO GIRONA, Juan Ignacio, “Notarios Latinos” Recuperado el 05 de marzo


de 2012, de Notarios Latinos: http://www.notarioslatinos.com/nota.php?id=253.
(2) Arts. 10, 15, numerales 10, 23, numerales 2 y 28 LN.

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nes e incertidumbres que no acontecen con los contratos mercantiles


formales, tal como veremos más adelante.
Es importante destacar que el legislador en la redacción del Código
de Comercio ha reconocido la escritura pública como medio deprueba
de las obligaciones mercantiles (3), con lo cual nos deja ver claramente
la importancia de pasar las obligaciones mercantiles por el filtro nota-
rial, si se desea dotarlas de seguridad jurídica.

1.2. De la seguridad jurídica

El otorgamiento y autorización de la escritura pública notarial es


la forma por la cual el negocio jurídico mercantil (formal) se legitima
y perfecciona, requiriendo además de la voluntad de los sujetos de la
relación mercantil, la intervención del notario como profesional del
Derecho para que redacte el documento apegado a la ley, sin inclina-
ción a ninguna de las partes, sino únicamente dirigido por la ley, quien
al autorizarlo le imprima la fe pública, con la que ha sido envestido.
El acuerdo de voluntades, contenido en una escritura pública e
impregnada de fe pública, constituye un documento dotado de seguri-
dad jurídica sustancial y formal.
La seguridad jurídica sustancial del documento público notarial
estriba en la certeza que produce para el acto que contiene, de tal
manera que en regla de principios, se espera que la relación jurídica
material, contentiva en el instrumento público, cumple con los requi-
sitos de ley, luego de la asesoría y autorización notarial.La seguridad
jurídica sustancial exige del notario alta solvencia intelectual respecto
de las diferentes relaciones jurídicas materiales que su actuación mol-
deará formalmente.
La seguridad formal no es más quela confianza que le imprime el
revestimiento formal de la relaciónmaterial en un instrumento público.
En el sistema jurídico nicaragüense, conforme con la Ley del Notariado
anexa al Código de Procedimiento Civil de primero de enero de 1906,
en adelante LN, la redacción de las escrituras públicas deben seguir
las formalidades que en la ley se establecen para ser válidas, siendo por
consiguiente absolutamente nulos los instrumentos públicos que no
reunieren las solemnidades que previene la Ley, salvo excepciones (4).
En las líneas que siguen veremos lo que implica la seguridad jurí-
dica sustancial en la escritura pública y los aspectos que forman parte

(3) Art. 111 CC.


(4) Art. 67 LN, arts. 2365, 2368, 2371 y 2372 C.

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de la seguridad jurídica formal, así como los efectos que produce en el


otorgamiento del documento público, la intervención notarial.

1.2.1. Seguridad jurídica sustancial

Como quedó dicho en líneas anteriores, la seguridad sustancial tie-


ne su fundamento en actos ajustados a Derecho que expresen la volun-
tad e intereses reales de los otorgantes. En este sentido, es importante
resaltar que sin la intervención del notario como un profesional del
Derecho, conocedor de las leyes, no sería posible lograr la seguridad
sustancial en un negocio entre partes.
En Nicaragua, la Ley del Notariado delega en el notario la respon-
sabilidad de redactar, autorizar y guardar los instrumentos que ante él
se otorguen,así como el deber de asesoramiento a las partes, respecto
al acto que están otorgando y las advertencias del caso. Los documen-
tos notariales deben ser redactados con la profesionalidad de un gra-
duado de Derecho, conformecon el art. 23 del Decreto Núm. 63-99 (5).
En cuanto a las relaciones mercantiles, el Código de Comercio esta-
blece la obligación de constituir en escritura pública, entre otros, las
sociedades mercantiles,señalando los requisitos de rigor que debe
tener la escritura pública so pena de nulidad si no se cumplen; sin
embargo, en la redacción de este tipo de escrituras, la función asesora
del notario es de gran trascendencia para orientar a los otorgantes res-
pecto a las particularidades que sobre la sociedad a constituir deben
tener en consideración las partes y no sólo dejar normado las genera-
lidades.Sobre esto hay mucha deficiencia en el notariado nicaragüense,
lo cual queda evidenciado al momento de la inscripción dela escritura
constitutiva del contrato social, deficiencias que percibe el registrador
público en el ejercicio de su función calificadora, conllevándolo a la
inadmisibilidad de su asiento registral. En entrevista que sostuvimos
con el personal de ventanilla del Registro Público Mercantilde Mana-
gua, que recepciona documentos, se dice que el 40 % de las escrituras
que se presentan al año para su inscripción son retenidas por falta de
requisitos de Ley, tanto de forma (del instrumento) como de fondo (de
la relación jurídico material).
Uno de los aspectos de la seguridad sustancial es el control de lega-
lidad que el notario realiza en la elaboración del documento notarial.

(5) Reglamento de la Ley Núm. 260, Ley Orgánica del Poder Judicial de la
República de Nicaragua”, publicado en La Gaceta, Diario Oficial, Núm. 104, de 2
de junio de 1999.

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El notario da fe de los actos jurídicos que ocurren en su presencia y lo


hace conforme con las leyes, por lo que es deber del notario calificar
la legalidad del acto jurídico, así como de los hechos, actos o circuns-
tancias contenidos en el documento notarial, cerciorándose de que
éstos se ajusten a los requisitos establecidos para su autorización. Esto
es el control de legalidad que hace el notario del acto que se contiene
en la escritura pública.
La Ley del Notariado impone al notario nicaragüense el deber de
aplicar el control de legalidad, no sólo sobre la capacidad de los otor-
gantes, sino también sobre el negocio mismo, debiendo el notario veri-
ficar aspectos de legitimación y autorizar únicamente actos lícitos (6).
Cuando el notario ajusta la voluntad de las partes al ordenamiento jurí-
dico, estamos en presencia de un acto válido.
Sólo el documento notarial produce unos efectos específicos sobre
el negocio que contiene. Es la llamada autenticidad de fondo, en cuya
virtud no solamente se presume que el negocio existe, sino que es válido
y eficaz. La autenticidad del documento se presume por su calificación
de fedatario público, y así lo reconoce el sistema jurídico nicaragüense,
el que establece que las escrituras públicas son un medio de prueba, de
manera que los “documentos públicos”–categoría en la que se encuen-
tran las escrituras públicas– “hacen prueba, aún contra terceros, del
hecho que motiva su otorgamiento y de la fecha de éste” (7).

1.2.2. Seguridad jurídica formal

Siendo la escritura pública el elemento que da forma al contrato,


la seguridad jurídica formal descansa en el documento mismo. Interesa
saber cuáles son los efectos que produce este documento y que deviene
del reconocimiento que las leyes le dan.
En Nicaragua, los efectos ligados al otorgamiento de documento
público –de gran trascendencia para la seguridad jurídica de los ciuda-
danos– se encuentran en su utilización como: título de legitima-
ción, como medio de prueba y como título ejecutivo.
Veamos a continuación esos efectos que produce el documento
notarial que le da seguridad jurídica formal al mismo.
El documento notarial como un título de legitimación.Esto signifi-
ca que el documento público elaborado por el notario como fedatario

(6) Arts.15, 11; 23, 2,3 LN.


(7) Art. 2374 C, y art. 1125 Pr.

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público y redactado con arreglo a la ley, es un título de legitimación


que tiene una doble eficacia; una, en cuanto a que se presume cierto lo
contenido en el mismo y la otra, que es legal en cuanto a su validez. Es
un instrumento de derecho que sólo puede ser destruido por falsedad
o nulidad, ambas declaradas judicialmente.
Según NÚÑEZ LAGOS (8) “por esa situación jurídica en cuanto a la
verdad y a la legalidad y porque debido a la intervención del notario el
documento hace fe, incluso contra terceros, el instrumento notarial es
título de tráfico y a consecuencia de ello nace la presunción de su inte-
gridad respecto de esos terceros”.
El Código Civil de Nicaragua (9), recoge la eficacia legitimadora al
exponer que, “el documento otorgado por las partes ante cartulario
hace fe, no sólo de la existencia de la convención o disposición para
prueba de la cual ha sido otorgado, sino aún de los hechos o actos jurí-
dicos anteriores que se relatan en él en los términos simplemente enun-
ciativos, con tal que la enunciación se enlace directamente con la
convención o disposición principal”.
Otra característica de la eficacia legitimadora de las escrituras
públicas es que son inscribibles en los registros públicos, toda vez que
la escritura pública cumpla con los requisitos de forma, que los otor-
gantes tengan capacidad para el otorgamiento del acto contenido y la
validez de los actos dispositivos contenidos en ellos.
En Nicaragua, para que puedan inscribirse, anotarse o cancelarse
los documentos en el Registro Público Mercantil, deberán constar en
escritura pública, ejecutoria firme, documento administrativo o cual-
quier otro instrumento público o documento auténtico, expresamente
autorizado por la Ley para ese efecto, tal como lo establece el artículo
35 de la Ley Núm. 698 “Ley General de los Registros Públicos”, publicada
en La Gaceta Núm. 239 del 17 de diciembre de 2009, en adelante LGRP.
El documento notarial como medio de prueba.La escritura pública
es un medio de prueba preconstituida, no sólo en el sentido de que se
ha formado antes del proceso, sino también para que produzca los
efectos de prueba; esto en los casos de actos que la ley no exige la forma
escrita. También podemos referirnos a la eficacia constitutiva del docu-
mento público cuando se trata de negocios que para su validez deben
constar en escritura pública, como es el caso de la constitución de
sociedades y el testamento, entre otros.

(8) NÚÑEZ LAGOS, Rafael “El valor jurídico del documento notarial”, Madrid,
1945, p. 72
(9) Art. 2384 C.

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Para Josefina CHINEA la eficacia probatoria de la escritura pública


es mayormente extra procesal, puesto que dentro del proceso es un
medio más de prueba a ser valorado por el judicial; sin embargo, extra-
judicialmente es la única prueba utilizable para demostrar la existencia
de un acto jurídico.La dimensión procesal y extraprocesal del docu-
mento notarial en función probatoria integra el fin último de toda
escritura pública, un fin preventivo, consecuencia de una justicia cau-
telar que es anti litigiosa por excelencia.
El documento público, por su propia naturaleza, goza de una pre-
sunción de autenticidad que traslada la carga de la prueba a la parte
que lo impugna, y si ésta no propone prueba al respecto el documento
se considera auténtico y le será perjudicial.
El Código Civil de Nicaragua (10) acoge la eficacia probatoria de la
escritura pública, al establecer: “Los documentos públicos hacen prue-
ba, aún contra terceros, del hecho que motiva su otorgamiento y de la
fecha de éste. También harán prueba contra los contratantes y sus cau-
sahabientes, en cuanto a las declaraciones que en ellos hubieren hecho
los primeros” (11).
El Código de Comercio, por su parte establece que las obligacio-
nes mercantiles y su extinción se prueban mediante las escrituras
públicas (12).
El valor legal del documento público abarca el hecho, acto o estado
de cosas documentado, la fecha en que se realizó y la identidad del
fedatario público y del resto de los intervinientes, debiendo extender
también la regla legal al lugar en que se produjo esa documentación.
Ello será así mientras no se demuestre su falsedad material.
El documento notarial como título ejecutivo. El que una escritura
pública sea documento suficiente para fundamentar un derecho en la
vía procesal, deviene de los efectos que la ley le otorga como un docu-
mento suficiente para exigir el cumplimiento forzado de una obliga-
ción que en él consta.
En Nicaragua, el Código de Procedimiento Civil, artículo 1685,
determina que “los instrumentos que traen aparejada ejecución, per-
tenecen a cinco categorías: 1.º Los instrumentos públicos…”; y conti-
núa en el art. 1686 que, a esta clase pertenecen…“las escritura públicas
originales o de primera saca, otorgadas según las leyes, y las copias
posteriormente sacadas del protocolo con las formalidades legales”.

(10) Art. 2374.


(11) Arts. 1117 y 1127 Pr., arts. 2357 y 2364 C.
(12) Art. 111 CC.

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Según el artículo citado, todas las escrituras públicas prestan méri-


to ejecutivo, sin embargo la fuerza ejecutiva –procesalmente– despliega
sus efectos cuando el negocio jurídico contenido en la misma genera
créditos líquidos, vencidos y exigibles o tratándose de contratos con
prestaciones específicas conforme las obligaciones contraídas por sus
otorgantes.

2. Contratos mercantiles formales en el contexto nicaragüense.


Inscripción registral obligatoria

Habiendo abordado las generalidades que a este trabajo de inves-


tigación interesa, referidas al valor del documento elaborado y autori-
zado por notario público y el cómo y porqué está calificado como un
elemento esencial para el tráfico jurídico, considero oportuno entrar
en materia mercantil y exponer sobre los actos mercantiles en los que
el sistema jurídico nicaragüense demanda como requisito formal que
conste enescritura pública.
Empezaré delimitando el ámbito mercantil y su fundamento legal.
Según el Código de Comercio vigente, para calificar un acto como mer-
cantil se vale de dos criterios, el subjetivo, que atiende al sujeto que
interviene en el acto, tal como lo establece el art.1, al regular que los
contratos entre comerciantes se presumen siempre actos de comercio;
y el criterioobjetivo, que reputa como actos y contratos de comercio
los que en él se determinan, aunque no sean comerciantes las personas
que lo ejecuten.
Dicho lo anterior, las relaciones jurídicas de naturaleza mercantil,
son las que se derivan de la realización de los actos mercantiles, o del
ejercicio del comercio. Con lo dicho, dejo delimitado el ámbito espa-
cial sobre el que analizaré la labor del notario público.

2.1. Los sujetos intervinientes

En un primer aspecto de las relaciones mercantiles realizadas ante


notario, me referiré a los sujetos intervinientes, situación fundamental
para el notario que debe calificar la capacidad y legitimación de los
comparecientes, quienes pueden ser personas naturales en nombre
propio, o bien como representantes de una persona jurídica.
Las personas naturales pueden hacerse representar por otra perso-
na natural, ya sea por un mandato –representación voluntaria– o por-
disposición de la ley –representación legal, me refiero a los inhábiles–

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sin embargo, no abordaré la naturaleza jurídica ni los elementos esen-


ciales de la representación de personas naturales, por ser objeto del
Derecho Civil, el cual no interesa a los propósitos de este estudio con
enfoque mercantil.
Cuando una persona jurídica es parte en un negocio que se con-
sentirá ante notario público, ésta debe hacerse representar por una per-
sona natural, quien deberá comparecer ante el notario, legalmente
acreditada, haciendo uso de los medios que la Ley establece para
hablar en nombre de su mandante y que el acto volitivo manifestado
en el documento notarial obligue a su representado.
El notario debe calificar el documento acreditante en sus dos
aspectos fundamentales: el aspecto externo o parte formal; es decir,
que cumpla con los requisitos de forma establecidos en la legislación
que lo ampara. El sistema jurídico nicaragüense determina que son
absolutamente nulos los instrumentos públicos en los que no concu-
rren las solemnidades que previene la Ley del Notariado (13); también
corresponde al notario calificar el instrumento y el aspecto interno o
sustantivo contenido en el documento acreditante, sobre el cual el
notario debe verificar que el compareciente tenga las facultades para
realizar el negocio pretendido, de manera que el negocio consentido
surta sus efectos, es decir, sea eficaz.
Hasta aquí, es evidente que en nada se distingue la labor califica-
dora del notario sobre el documento acreditante por tratarse de perso-
na jurídica, pues igual sería la misma calificación sobre el documento,
si los otorgantes fuesen personas naturales.
La nota distintiva, la vamos a encontrar en la manera en que estas
personas concurren al acto notarial, en cuyo caso aparece la idea de la
representación y el juicio que sobre ella debe hacer el notario, así como
las formalidades de cada una. Siendo así,es de obligada mención los
temas de representación orgánica y representación voluntaria, en el
marco del derecho societario.

2.1.1. La representación orgánica

Las personas jurídicas ejercitan su capacidad de obrar por medio


de sus órganos de dirección legalmente designados, sin embargo, nece-
sitan de personas físicas que actúen en su nombre. La representación
orgánica es la que ostenta la persona física que está directamente vin-

(13) Art. 67 LN, arts. 2368, 2371 y 2372 C.

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culada a un cargo en el órgano de gobierno o en el órgano de adminis-


tración de la sociedad, que le permite esa representación. El mandato
o designación de facultades puede recibirse en la escritura de consti-
tución social o en sus estatutos.
Cuando ante notario público comparece un representante orgánico,
el notario debe exigir la presentación de documentos en los que cons-
ten: a) la existencia de la persona jurídica, la cual conforme con el sis-
tema legal nicaragüense nace con la inscripción en el registro público
mercantil, sobre la cual deberá, además, verificar y transcribir –si fuere
necesario– las facultades que le fueron asignadas al compareciente; b)
el cargo que ostenta el compareciente, verificando que se encuentre
vigente e inscrito y a la par cerciorarse sobre el objeto social, pues éste
será la medida de los actos que podrá realizar el otorgante, persona
jurídica colectiva.
Al tenor del art. 23, 3 LN, se establece que si el compareciente lo
hace en nombre de otro, cuando se trate de sociedades mercantiles,
bastará con que el notario cite el número de la escritura donde conste
la constitución social y sus estatutos, lugar del otorgamiento, su hora
y fecha, notario autorizante y los datos de su inscripción; lo mismo que
de las certificaciones de las actas de sus sesiones, de las cuales deberá
indicarhora y fecha de las sesiones, folios del libro de actas y el nombre
del funcionario que las libró y su fecha. Las certificaciones las agregará
el notario a su protocolo, citándose en el cuerpo de la escritura el folio
o folios que ocupará en él, y no será necesaria su inserción en el testi-
monio que libre.
El notario, adicionalmente deberá dar fe de que conforme con los
documentos acreditantes el compareciente tiene las facultades sufi-
cientes para otorgar el acto o contrato de que se trate.
En resumen, la representación orgánica de una sociedad debe acre-
ditarse ante notario con el testimonio de la escritura de constitución
social y estatutos que contenga la razón de inscripción en el Registro
Público Mercantil, la certificación de acta de asamblea general de accio-
nistas donde se da el nombramiento de director del compareciente. En
Nicaragua, el uso más frecuente es la designación en los estatutos socia-
les del presidente de junta directiva como representante legal de la socie-
dad, con facultades de mandatario generalísimo, en este caso al notario
deberá presentársele la certificación de elección de junta directiva, en la
que consta el nombramiento del presidente. También es frecuente que
la junta directiva, designe a uno de los directores para ejecutar determi-
nado acto ante notario público, en cuyo caso, será la certificación del
acta donde se le designa la que debe acreditar el notario.

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El notario debe valorar, mediante juicio de legitimación, los docu-


mentos que acrediten la vinculación del sujeto con el acto o contrato,
lo cual deberá ser advertido en el documento notarial, mediante aque-
lla fórmula de “el suscrito notario da fe que los documentos otorgan al
compareciente las facultades suficientes para el otorgamiento del pre-
sente acto” (14).
Debo señalar que, puede ser que conforme con los estatutos, las
facultades de representación legal del Presidente se encuentren limi-
tadas para ciertos actos específicos o los que sin ser específicos, se
refieran a un límite de suma; en cuyo caso, si el acto a otorgar supera
los límites, el notario deberá exigir que se le presente además del nom-
bramiento del cargo, la autorización especial para ejecutar dicho acto.
El sistema legal nicaragüense exige como requisito que en la escri-
tura de constitución de las sociedades anónimas y en comandita por
acciones, se exprese quién representará a la sociedad, judicial o extra-
judicialmente (15). Debo anotar que, según la Ley General de Registros
Públicos (16), es obligatorio inscribir los acuerdos de Asamblea Gene-
ral de Socios o de Junta General de Accionistas relativos a los cambios
de órganos de administración, por lo que el notario público deberá
verificar los datos de inscripción del acuerdo de asamblea de accionis-
tas, mediante el cual han elegido la junta directiva vigente, para califi-
car el documento acreditante del representante orgánico.

2.1.2. La representación voluntaria

Una forma de concurrir a los actos jurídicos materiales en nombre


e interés de otro, es cuando esas facultades (las de concurrir) se delegan
mediante contrato de mandato, que consta en escritura pública de
poder. Siendo el poder el instrumento notarial contentivo del contrato
de mandato ostensible o representativo, en virtud del cual el apoderado
deberá actuar según las facultades del mandato conferido por el poder-
dante.Al trasuntar estas ideas al ámbito de las sociedades mercantiles
–quienes realizan actos de comercio que, las más de las veces, autoriza
un notario público-hemos de destacar que en el sistema legal nicara-
güense, corresponde al órgano de administración– junta directiva –de
la persona jurídica, la facultad de decidir respecto al otorgamiento de

(14) Art. 23,3.º LN.


(15) Art.124 CC.
(16) Ley Núm. 698, de 17 de diciembre de 2009, publicada en La Gaceta, Diario
Oficial, Núm.. 239.

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 273

poderes, a menos que en los estatutos se haya dispuesto algo diferente.


Podemos entender esto como una delegación de funciones que el órga-
no de administración hace a una persona ajena a la sociedad mercantil,
para que cumpla con el mandato social sobre temas administrativos,
propios del giro social.
Según el Código de Comercio de la República de Nicaragua, en los
estatutos sociales se detallarán las atribuciones de la Junta Directiva
(17). Es típico en Nicaragua, que en las escrituras de constitución
social, a la Junta Directiva se le deleguen las más amplias facultades
de administración y aún de disposición que corresponden a un man-
datario generalísimo.
Cuando de representación voluntaria se trata, el compareciente
debe acreditarse ante el notario público con el poder otorgado en escri-
tura pública. Elsistema legal nicaragüense exige la inscripción en el
Registro Público Mercantil del poder general de administración o
poder generalísimo, no así la de los poderes especiales y el general judi-
cial (18).
El notario, al momento de redactar la escritura pública, en la que
el compareciente lo hace por representación voluntaria, tiene tres for-
mas de acreditar la representación: 1. Insertar los comprobantes de la
capacidad, es decir transcribiendo literalmente el contenido de la copia
de la escritura pública de poder en la escritura pública que autoriza;
2. Hacer referencia a la copia de la escritura pública de poder, dando
fe de haberla tenido a la vista, según lo disponga la ley, expresando la
fecha en que fue autorizada la matriz, nombre del notario autorizante;
y 3. Agregar la copia de la escritura pública de poder al protocolo para
insertarla en el testimonio correspondiente de la escritura donde se
instrumente el negocio representativo. En caso de que el poder o docu-
mento que acredita la capacidad del compareciente estuviere inscrito,
no será necesario insertarlo en el testimonio, bastará con que el notario
indique el número de la escritura donde consta el poder, lugar del otor-
gamiento, su hora y fecha, el notario autorizante y los datos de su ins-
cripción (19).
Al notario actuante, para tener legitimada la representación volun-
taria, no debe bastarle tener debidamente acreditado la existencia del
poder conferido por el órgano social competente, sino que además cali-
ficará ese poder para cerciorarse que el objeto social permita la reali-

(17) Art. 203 CC.


(18) Art. 156, 8 LGRP.
(19) Art.23, 3 LN.

ANUARIO IBEROAMERICANO DE DERECHO NOTARIAL. NÚMEROS 2-3, AÑOS 2013-2014


274 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

zación de los actos encomendados al apoderado y que por escritura,


ese notario autoriza.

2.2. Contratos mercantiles notariados

Habiendo abordado lo pertinente a los sujetos intervinientes y las


distintas formas de representación en los contratos mercantiles, me
referiré ahora a los contratos mercantiles que la ley exige la forma
notarial y la labor del notario en ellos. Debo acotar ante todo, que en
las relaciones mercantiles en general prima la libertad de forma, excep-
to en algunos actos jurídicos en los que el legislador ha exigido la forma
notarial como requisito esencial para la validez y eficacia. Es a estos
últimos a los que me referiré en adelante y sobre los cuales desentra-
ñaré la labor notarial.
En un breve recorrido por los artículos del Código de Comercio, se
observa que entre los contratos mercantiles regulados, se exige la for-
ma notarial en los siguientes: contrato social, constitución como
comerciante de persona natural, el establecimiento de sucursal de
sociedades extranjeras, la transmisión de propiedad del buque naval o
embarcación que tenga más de seis toneladas y el contrato de hipoteca
naval. El Código regula otros contratos mercantiles en los que no exige
la forma notarial, pero que tampoco la prohíbe, por lo que si las partes
decidieran dotar de mayor seguridad jurídica sus acuerdos o contratos,
convendría que los otorgaran ante notario público o bien protocolizar-
los; entre éstos podemos mencionar: los contratos de transporte; los
contratos mercantiles de: comisión, préstamo y prenda.
Debo mencionar que las relaciones mercantiles en Nicaragua van
mucho más allá de los tipos contractuales mencionados en el Código
de Comercio. Existe una amplia gama de contratos atípicos muy comu-
nes en el mundo del comercio, me refiero a los contratos de franquicia,
contratos de distribución, la agencia comercial, entre otros.
A continuación, un breve recorrido por aquellos contratos a los que
la ley impone la obligación de ser otorgados en escritura pública y los
aspectos más relevantes sobre los que el notario debe prestar especial
atención.

2.2.1. El contrato social

Como primer elemento anotaremos que, según el sistema legal


nicaragüense, éste debe constar en escritura pública, so pena de no
surtir ningún efecto legal ni ser inscribible, si se estipula bajo otra for-

ANUARIO IBEROAMERICANO DE DERECHO NOTARIAL. NÚMEROS 2-3, AÑOS 2013-2014


ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 275

ma (art.121 CC); además deberá contener, para su validez, los requisi-


tos que en numerus clausus se establecen en el art. 123 CC, por lo que
hace a las sociedades en nombre colectivo y en comandita simple, y
los del art. 124 CC, por lo que hace a las sociedades anónimas y en
comandita por acciones.
La existencia de una sociedad mercantil, como persona jurídica,
está condicionada al elemento formal de constituirse mediante escri-
tura pública y al registro público de ella. Esto nos lleva a la conclusión
que la escritura pública, en este caso no es sólo el elemento formal del
negocio societario mercantil, sino además requisito sine qua non para
el nacimiento de la personalidad jurídica que se adquiere –en nuestro
contexto patrio– con la inscripción en el Registro Público Mercantil,
teniendo en este caso la inscripción registral efectos obligatorios y
constitutivos. La escritura pública da nacimiento al contrato de socie-
dad y el registro la dota de personalidad jurídica, es decir, la convierte
en un ente capaz de contraer derechos y obligaciones como ente social
ajeno a los sujetos que la conforman.
No obstante, es importante señalar que el contrato social podría
ser anterior a la escritura que lo formaliza, es el caso de las sociedades
de hecho, que son aquellas en las que el contrato social no se materia-
liza en escritura pública ni se registra, el que no por eso deja de ser un
negocio o contrato y surtir sus efectos entre partes. Las sociedades de
hecho son reconocidas tímidamente por nuestro Código de Comercio
en el art. 126 al establecer que “la falta de escritura pública o de los
requisitos que debe contener para su validez no podrá alegarse como
excepción contra un tercero que hubiese contratado con la sociedad”;
pero en estos casos, los socios que hubieren contratado en nombre de
la sociedad, responden solidariamente frente al tercero. Situación
coherente con el sistema legal, porque si la sociedad no se constituye
mediante escritura pública, ni se inscribe en el Registro, no tienen per-
sonalidad jurídica y por ende no es un ente autónomo, capaz de con-
traer obligaciones.
Tan importante y esencial es el contrato constitutivo, como lo es la
aprobación de los estatutos de la sociedad. Para HALPERÍN citado por
Guillermo CABANELLAS (20), “el acto de creación y los estatutos consti-
tuyen una unidad. El estatuto es el conjunto de normas que regla el
funcionamiento, disolución y liquidación de las sociedades, e integra

(20) CABANELLAS, GUILLERMO, El Contrato de Sociedad, vol. 2, Heliasta, Buenos


Aires, 1994, p. 510.

ANUARIO IBEROAMERICANO DE DERECHO NOTARIAL. NÚMEROS 2-3, AÑOS 2013-2014


276 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

el acto constitutivo en cuanto han debido aprobarse en ese momen-


to…” (p. 510).
En la escritura constitutiva, a la vez que se hace constar la voluntad
de los sujetos en querer conformar una sociedad mercantil, se suelen
aprobar los estatutos sociales, al celebrarse, en el propio acto consti-
tutivo, la primera junta general de accionistas.
En los estatutos se regula la vida social, el funcionamiento de la
sociedad como ente autónomo; en ellos se establece lo que yo llamo
las reglas del juego de la sociedad. El primer acuerdo de la junta de
accionistas es la aprobación de los estatutos de la sociedad, el cual
generalmente se aprueba en la misma escritura de constitución social.
Sin embargo, podría darse que los estatutos no se aprobaran en el mis-
mo acto del otorgamiento del contrato social, en cuyo caso, levantada
el acta de asamblea general, tendría que hacerse constar en el libro de
actas legalizado, esta primera sesión, ser certificada por notario públi-
co, protocolizada e inscrita para que surta sus efectos legales frente a
terceros. Sin embargo, reitero, la práctica más usual es el otorgamiento
de contrato social y estatutos en un mismo acto, contenido en una mis-
ma escritura pública.
Josefina CHINEA GUEVARA (21), afirma en su estudio sobre La Fe
Pública Notarial en el Ámbito Mercantilque, “formalmente escritura y
estatutos forman una unidad, un único instrumento público, pues los
estatutos son parte esencial dela escritura fundacional”.
El notario tiene la obligación de asesorar a los otorgantes, ser su
consejero legal e instruirles sobre las variantes legales, los requisitos
de ley y las consecuencias de sus actos. Expresada la voluntad de los
otorgantes, el notario está obligado a adecuarla al ordenamiento jurí-
dico en materia societaria y autorizar un documento que cumpla con
los requisitos de ley para que despliegue sus efectos, íntimamente liga-
do en este aspecto con el principio de control de legalidad.
Según Josefina CHINEA GUEVARA:

“Dentro de esa labor legitimadora el principio de calificación


notarial se imbrica de manera notable con tres aristas diferentes:
admite el acto dándose por requerido, lo dota de un nombre reco-
nocido en derecho y redacta el instrumento público luego de ade-

(21) CHINEA GUEVARA, Josefina, “La fe pública notarial en el ambito mercantil”,


en Derecho Notarial, tomo III, Leonardo B. PÉREZ GALLARDO e Isidoro LORA-TAMAYO
RODRÍGUEZ, Editorial Felix Varela, La Habana, 2008, pp. 449-487.

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 277

cuar y ajustar la voluntad de las partes a las exigencias del ordena-


miento legal vigente”.

En sede de constitución de sociedades anónimas la labor asesora


del notario tiene una marcada influencia, tanto para los socios, como
para los terceros que entrarán en un futuro en relación con el ente
social. Es preciso que el notario asesore a las partes sobre los distintos
intereses en juego; de un lado, los intereses individuales de los socios
fundadores; y del otro, el de los acreedores u otros terceros; también
deben informar a las partes los límites de la autotomía privada.
Un contrato social y estatutos bien fundados legalmente estarán
listos para desplegar su eficacia, en lo que CABANELLAS llama la vida
ulterior de la sociedad. Garantizarían un desarrollo armónico de la vida
de la misma y se evitarían atascos peligrosos en la expresión de la
voluntad societaria o de su administración eficaz.
Es importante entender, al momento de la redacción de los estatu-
tos, que éstos no son un acto, ni una actividad, ni una categoría de
actos, sino un elemento normativo que fija los límites dentro de los
cuales deben desenvolverse los órganos societarios (22). Los aspectos
más relevantes sobre los que el notario debe desplegar su conocimiento
legal y experiencia al momento de redactar el contrato social y sus esta-
tutos, en mi opinión, son los siguientes:

2.2.1.1. El objeto social

El objeto constituye uno de los conceptos esenciales aplicables a la


sociedad, que nuestro ordenamiento jurídico define como el objeto de
la empresa. Según COLOMBRES citado por Guillermo CABANELLAS:

“El objeto social es el dato de la normativa de la sociedad que


estatuye la actividad, o el complejo de actividades que los socios se
proponen cumplir bajo el nombre social, por actuación de los órga-
nos sociales y en las condiciones de responsabilidad que determine
cada tipo social”.

Siendo el objeto social el límite dentro del cual puede actuar el ente
social, es muy importante que el notario público le dedique especial
atención a su redacción, ya que sobre las actividades que despliegan el

(22) CABANELLAS, G., El contrato de…, vol. 2, cit., p. 253.

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278 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

objeto social, es que la sociedad invertirá su capital. Un objeto social


mal expresado o escrito con limitaciones puede constituir verdaderas
camisas de fuerza para los administradores. Los problemas que puede
ofrecer el otorgamiento de un acto se minimizan cuando sus facultades
representativas se enumeran con todo detalle en los estatutos.

2.2.1.2. Órganos societarios

El derecho societario contemporáneo se encuentra construido sobre


la base del concepto de que la sociedad actúa por medio de sus órganos,
por lo que las dificultades surgen cuando deben determinarse sus límites
y funciones. El sistema legal nicaragüense reconoce como órganos de la
sociedad: la asamblea general de accionistas y la junta directiva, única-
mente para las sociedades anónimas y las de responsabilidad limitada.
En los estatutos se detallarán las atribuciones de la junta directiva
y de las juntas generales ordinarias y extraordinarias. Algunas de las
facultades de estos órganos las encontramos en la ley, sin embargo, no
todo cuanto están facultados a hacer, por lo que siempre es de mucha
importancia detallar en los estatutos sus atribuciones para no enfrentar
limitaciones en el desarrollo de sus actividades.
El Código de Comercio impone al notario público la obligación de
incluir en la escritura constitutiva el modo de elegir a las personas que
habrán de ejercer la administración y cuál de ellas representará a la
sociedad, judicial o extrajudicialmente, período y manera de cubrir
vacantes, el modo de elegir al vigilante, plazo y formas de convocación
y celebración de las juntas generales ordinarias y los casos y el modo
de convocar y celebrar las extraordinarias. Es decir, deja al acuerdo de
las partes, situaciones por decidir, sobre las cuales el rol asesor del
notario público juega un papel preponderante, ya que como profesio-
nal del Derecho conoce la ley y los límites dentro de los cuales las par-
tes pueden tomar sus decisiones; entre ellas podemos mencionar que
la Junta Directiva no puede ser nombrada para un período superior a
diez años, o el hecho que para ser miembro de Junta Directiva se tiene
que ser socio (art. 244 CC); asimismo, se pueden establecer límites a
las facultades, tanto para actos específicos –venta e hipoteca de bienes
de la sociedad –como límites de suma– cualquiera que sea el acto.

2.2.1.2.1. Órgano de gobierno

El órgano de gobierno lo constituye la asamblea general de accio-


nistas como órgano supremo de la sociedad. Para SOLÓRZANO, en sus

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 279

comentarios al Código de Comercio de Nicaraguala asamblea general-


constituye el poder deliberador, el alma de la persona moral de la socie-
dad, que la misma ostenta las más amplias facultades dentro de los
estatutos y le atribuye facultades, según diferentes momentos de la mis-
ma. Corresponde a la asamblea constitutiva la aprobación de los apor-
tes y la designación de la primera junta directiva, etc., que corresponde
a la asamblea general ordinaria recibir las cuentas, aprobar el balance,
votar los dividendos etc., y a las asambleas extraordinarias la facultad
de cambiar los estatutos. (Glosas al Código de Comercio de Nicaragua
Concordancias y Jurisprudencia, p. 167)
Para CABANELLAS los órganos de gobierno de las distintas socieda-
des no actúan dentro de una esfera de absoluta libertad; “sus atribu-
ciones deben ejercerse respetando las limitaciones que surgen del
orden jurídico” (23).
En el ámbito legal nicaragüense las limitaciones de las que habla
Cabanellas, pueden ser el quórum para constituirse en junta (no
podrán reunirse si no estuvieren representados más de la mitad de las
acciones, en primera convocatoria), el quórum para la toma de resolu-
ciones, según sea el caso mayoría simple o mayoría calificada. Y lo más
esencial, sólo pueden actuar dentro del marco de su objeto social, de
lo contrario, puede comprometer la actuación de sus órganos, pudién-
dolos llevar incluso a la comisión de actos tipificados como delitos
societarios, al tenor de los arts. 278 y 279 del Código Penal.

2.2.1.2.2. Órgano de administración

El órgano de administración, según el sistema legal nicaragüense,


lo constituye la Junta Directiva, son los mandatarios de la sociedad y
tienen por misión representarla y ejecutar sus operaciones en su nom-
bre. Son responsables por los actos practicados en contra de la ley, de
los estatutos o de las disposiciones de las juntas generales. Para que la
junta directiva obligue a la sociedad, deben obrar –sus miembros– den-
tro de las facultades de sus poderes. Para establecer los poderes de ésta
es necesario atenerse a los estatutos o a la escritura constitutiva. Para
que puedan ejecutar actos fuera de sus facultades generales, deben de
estar autorizados por laasamblea general de accionistas.

(23) CABANELLAS, G., Los órganos societarios, vol. 4, Heliasta, Buenos Aires,
1996, p. 167.

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280 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

Es importante que el notario asesore a las partes respecto a todas


las variantes que puedan acordarse en cuanto al número de directores
(durante la vida de la sociedad sólo puede conformarse la junta direc-
tiva con el número de directores acordados en el acta constitutiva, no
más ni menos), período de vigencia de las juntas (no pueden ser auto-
rizadas para una vigencia mayor a diez años), si será admitida la ree-
lección y cómo debe procederse, cuando vencido el plazo de vigencia
de la junta directiva, no se haya elegido nueva junta, etcétera.
Para CABANELLAS, “en la sociedad anónima, como regla general la
administración está a cargo de un directorio compuesto de uno o más
directores designados por la asamblea de accionistas o por el consejo
de vigilancia, según resulte del estatuto” (idem. p. 219).

2.2.2. Constitución como comerciante

Otro de los actos mercantiles que la legislación exige la forma nota-


rial, es la constitución como comerciante de persona natural. Este acto,
antes de 1992, sólo podía ser autorizado por el judicial, sin embargo,
la Ley Núm. 139 (24) otorgó esta facultad al notario de más de diez
años de haberse incorporado, de manera que toda persona que se dedi-
care al comercio, como actividad profesional, podrá declararse y cons-
tituirse como comerciante, en escritura pública ante notario, de
acuerdo con las indicaciones del art.15 del Código de Comercio. El tes-
timonio se inscribirá en el Registro Mercantil, un aviso circunstanciado
se publicará en La Gaceta o en un diario de la capital (25).
Es importante mencionar que el arto. 15 del Código de Comercio
fue derogado por la Ley General de Registros Públicos; sin embargo,
las indicaciones contenidas en dicho artículo las encontramos en el art.
157 de la LGRP, que contiene en numerus clausus los datos que inscri-
be el Registro, cuando de empresarios individuales se trata; por lo que
se colige, que son los datos que deben aportarse en la escritura pública
cuando la persona natural se constituya en comerciante. Estos datos
son: identificación y generales de ley del comerciante (si es extranjero,
debe ser residente), la actividad empresarial a que se dedique o haya
de dedicarse, la fecha en que deba empezar a operar, el nombre comer-
cial del establecimiento si lo hubiere, y afirmación bajo su responsabi-

(24) “Ley que da mayor utilidad a la institución del notariado”, publicada en


La Gaceta, Diario Oficial, Núm. 36, de 24 de febrero de 1992.
(25) Art. 4 de la Ley Núm. 139.

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 281

lidad de que no se halla sujeto a la patria potestad o de que si lo está,


tiene su peculio profesional o industrial, indicando cuál es, y los bienes
inmuebles que posea y que, por lo demás, no está comprendido en nin-
guna de las incapacidades generales para contratar, ni en las especiales
señaladas en el Código de Comercio sobre las prohibiciones para ejer-
cer el comercio.

2.2.3. Establecimiento de sucursales de sociedad extranjera

El Código de Comercio establece que las sociedades legalmente


constituidas en el extranjero que se establezcan en la República o ten-
gan en ella alguna agencia o sucursal, podrán ejercer el comercio, suje-
tándose a las prescripciones especiales del Código en todo cuanto
concierna a la creación de sus establecimientos dentro del territorio
nacional, a sus operaciones mercantiles y a la jurisdicción de los tri-
bunales de la nación (art. 10 CC).
Para poder ejercer el comercio, deberán inscribirse en el Registro
Público Mercantil, según lo dispone el Código de Comercio y la Ley
General de Registro Públicos (art. 10 CC y art. 156.3 LGRP); sin embar-
go, no existe normativa que regule la forma como debe presentarse al
registro, ni los requisitos que deba contener la solicitud de inscripción,
por lo que me referiré a la práctica legalmente aceptada al ojo califica-
dor del registrador público mercantil. Recordemos que al Registro
Público solo acceden los documentos públicos al tenor del art. 35
LGRP, por lo que se hace necesario que la solicitud se revista de la for-
ma notarial.
Para que una sociedad extranjera opere en Nicaragua bastará con
que el órgano societario correspondiente lo autorice y que junto con el
contrato social se inscriba en el Registro Público Mercantil. También
se exige que se nombre un representante legal en el país, cuyo Poder
General debe inscribirse en el registro.
Para inscribir la sociedad extranjera y su apertura de sucursal en
Nicaragua, el notario público, actuando a rogación de parte, protoco-
lizará los documentos siguientes: a) documentos constitutivos y esta-
tutos de la sociedad extranjera, con todos sus atestados de ley
(auténticas), datos de inscripción y traducciones si fuere el caso; y b)
resolución de junta de accionistas o de junta directiva, según lo ordene
su pacto social, en la que se decida formar, constituir y registrar una
sucursal de la sociedad y el domicilio donde se registrará. La protoco-
lización se hará en la forma establecida en la Ley del Notariado
(arts. 61 al 66 LN).

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282 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

2.2.4. Transmisión de buque mercante

Este es otro de los negocios mercantiles sobre el cual el Código de


Comercio exige la forma notarial. No obstante, la transmisión del
buque mercante como tal no sea un contrato mercantil, he decidido
incluirlo en el estudio, debido a que se encuentra regulada en el Código
de Comercio y bajo la comprensión que todos los actos determinados
en el Código de Comercio se reputan como actos de comercio, consi-
deré oportuno hacer una breve alusión al elemento formal de la trans-
misión del buque mercante.
Los buques mercantes constituyen una propiedad mueble que se
puede adquirir y transmitir por cualquiera de los medios reconocidos
en el derecho. La adquisición de un buque deberá constar por escrito
y no producirá efecto respecto a terceros si no se inscribe. Según el
art. 745 CC, la propiedad de un buque o embarcación que tenga más
de seis toneladas, sólo puede transmitirse por escritura pública que se
inscribirá en un registro especialmente destinado al efecto.
El registro de matrícula de todo buque o artefacto naval está inmer-
so en el registro público de la propiedad marítima, que formaba parte
del Registro Público de la Navegación Nacional a cargo de la Dirección
General de Transporte Acuático (DGTA) del Ministerio de Transporte
e Infraestructura, ahora a cargo del sistema nacional de registros públi-
cos adscrito a la Corte Suprema de Justicia, el cual ha habilitado como
puertos de matrícula los siguientes: San Juan del Sur, Granada, Puerto
Sandino, Corinto, San Carlos, Arlen Siu, Bluefields y Puerto Cabezas.
En todos estos puertos, la DGTA posee oficinas donde los interesados
pueden acudir a tramitar la matrícula de sus buques, pero los registros
de matrícula están centralizados en Managua. (26)
El Código de Comercio no es muy explícito en cuanto a los requi-
sitos que debe contener la escritura pública en la que se enajene el
buque mercante, sin embargo, el art. 739 tímidamente hace referencia
a algunos de ellos, tal como el hecho de hacerse constar si el vendedor
recibe en todo o en parte su precio, o si en parte o en todo conserva
algún crédito sobre el mismo buque; si la venta se hace a nicaragüense
se deberá consignar tal hecho en la patente de navegación.
Se recomienda resolver los requisitos contractuales mediante la
aplicación de las regulaciones de una figura típica o contrato regulado,

(26) LÓPEZ SÁNCHEZ, H., Seminario: Derecho de la Navegación (texto auto


formativo), Maestría en Derecho de Empresa con especialización en asesoría
Jurídica, UCA, Managua, 2011, p. 39.

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 283

siendo la figura que más se ajusta la compra venta regulada por el


Código Civil. Esta recomendación cabe bajo los términos del art. 2 CC,
que permite aplicar las disposiciones del Código Civil como norma
supletoria.

2.2.5. Hipoteca naval

Este es otro de los contratos regulados por el Código de Comercio,


en el que se exige la forma notarial. No se establece en los articulados
del Código los requisitos que debe tener la escritura pública, pero sí
establece un mandato para el notario y es que debe advertir a los con-
tratantes que la hipoteca sobre buque se extinguirá pasados cuatro
años desde la fecha de su inscripción, lo que debe hacer constar en la
escritura pública.
El art. 1025 CC establece como norma supletoria para la hipoteca
naval, las prescripciones del Código Civil sobre hipotecas, lo cual cobra
sentido desde la comprensión del régimen jurídico excepcional que le
confiere la legislación especialal buquenaval, cual es la de someterse a
las disposiciones de los inmuebles cuando sean gravados con hipoteca.
(27)
El contrato de hipoteca naval debe inscribirse en el Registro Público
Mercantil. Esta es otra cualidad del contrato que obliga al mismo a con-
tenerse en escritura pública, ya que al Registro Público Mercantil sólo
podrá ingresar contenido en documento público.Una vez registrado,
puede transferirse el derecho hipotecario por endoso, y este endoso
deberá ser autenticado con firma y sello de notario público (art.1029
CC).
Me detengo un momento sobre la auténtica notarial, con la cual se
legitima el traspaso del derecho hipotecario sobre buque naval, respec-
to ala cual me interesa sentar con claridad el cómo se efectúa y los
alcances de la misma.
La auténtica notarial se debe realizar al pie del documento median-
te el levantado de un acta, en la que a petición de parte interesada
(principio de rogación) el notario dará fe que la firma ha sido puesta
en su presencia, debiendo identificar al firmante y expresar su propia
identidad y quinquenio autorizado por la Corte Suprema de Justicia,
firmar y sellar la razón de auténtica. Con tal auténtica será suficiente
para tener por cierto el endoso del derecho hipotecario.

(27) Art. 70 de la Ley Núm. 339, Ley de Transporte Acuático, publicada en La


Gaceta, Núm. 166, de 3 de septiembre de 2001.

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284 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

El art. 3 LN determina los alcances de la fe pública notarial, la que


no se limitará por la importancia del acto, acta, convención o contrato,
ni por las personas ni por el lugar, día y hora. Esto quiere decir que el
notario público puede cartular en todo aquello que pertenezca a la esfe-
ra del derecho privado y sólo estará limitado en aquellos actos que
taxativamente sean excluidos por ley, me refiero a los señalados en el
art. 43 LN.
Se ha generado una enorme confusión a raíz de la circular emitida
por la Corte Suprema de Justicia, el 8 de octubre de 2007, dirigida a
todos los abogados y notarios públicos y ciudadanos en general, en la
que instruyó que los notarios no podían autenticar firmas de particu-
lares por ser una atribución del Supremo Tribunal, y abundan en el
argumento haciendo uso –incorrectamente– del rigor del art. 41 LN
que prohíbe a los notarios intervenir en la autorización de documen-
tos privados, pero lo que no dice la circular es que el mismo artículo
limita la prohibición a aquellos actos en los que no intervengan por
razón de su oficio. Importa señalar que su oficio lo ejerce el notario
a petición de parte: “principio de rogación” que rige la función nota-
rial y cuyas excepciones las encontramos taxativamente enumeradas
en el art 43, Inco 4 párrafo infine. Debo agregar que, tampoco es cierto
que la Corte Suprema de Justicia autentique firma de particulares,
pues las firmas que autentica son las de los notarios y jueces que regis-
tra.
Dicho lo anterior, concluyo con absoluta convicción que es facultad
del notario público nicaragüense autenticar la firma del endosante del
contrato de hipoteca naval, bajo el principio de fe pública notarial.

2.2.6. De la inscripción en el Registro Público Mercantil

“Los registros públicos cumplen un papel importante en la organi-


zación y desarrollo económico de una sociedad, con trascendencia en
la seguridad jurídica que brinda a los agentes económicos” (Conside-
rando II, LGRP).
De ahí que el documento público notarial no sea suficiente para
que el negocio jurídico mercantil entre al tráfico jurídico, requiere un
segundo paso que es su inscripción en el Registro Público Mercantil
para publicidad de los actos y contratos.
Según el art. 153 LGRP, el Registro PúblicoMercantil tiene por obje-
to la inscripción de los comerciantes o empresarios, la inscripción de
los actos y contratos de comercio, y la legalización de los libros de los
comerciantes y empresarios.

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 285

Los actos y contratos mercantiles de inscripción obligatoria los


encontramos en numerus clausus en el art. 156 de la LGRP. Para que
puedan inscribirse, anotarse o cancelarse serán calificados previamen-
te por el registrador en sus elementos extrínseco e intrínseco; en prin-
cipio, deberán constar en escritura pública, y sobre ésta calificará que
la fecha de la escritura no sea anterior a la emisión de la serie y número
del papel sellado de protocolo. Por lo que hace al notario autorizante,
verificará su nombre, apellidos, residencia, así como el señalamiento
de estar autorizado en el quinquenio correspondiente. Por lo que hace
a las personas que intervienen en el acto o contrato: sus nombres y ape-
llidos, identificando a las personas naturales o jurídicas con la docu-
mentación que la ley especial establece, su capacidad y en caso de que
uno de los contrayentes haya comparecido en representación de otro
si está debidamente acreditado; y que la escritura esté concurrida con
todas las solemnidades que establece la ley del notariado y que se cum-
plan los requisitos de validez de acto o negocio jurídico exigidos por la
ley de la materia.
La Ley General de los Registros Públicos, aprobada el 27 de agos-
to de 2009 y en vigor desde el 16 de junio de 2010, impone la obliga-
ción de registrar actos y contratos mercantiles, que antes no se
exigían, sobre los cuales me referiré brevemente con el propósito de
llamar la atención del lector sobre los mismos. El art. 156 de la pre-
citada ley, establece la obligación de inscribir los siguientes actos y
contratos:

— Las escrituras en que se constituya, transforma, o disuelva socie-


dad mercantil en que de cualquier manera se modifiquen dichas escri-
turas;
— Los nombramientos de gerentes y liquidadores de dichas com-
pañías o sociedades;
— Los contratos sociales y estatutos de sociedades anónimas
extranjeras que establezcan sucursales o agencias en Nicaragua, los
nombramientos de gerentes o agentes y la inscripción que se hubiere
hecho de dichos contratos o documentos en el domicilio de dichas
sociedades;
— La apertura, cierre y demás actos y circunstancias relativas a las
sucursales en los términos previstos en la ley de la materia;
— La designación de la entidad encargada de llevar el registro con-
table en los casos de los valores que se hallen representados por medio
de anotación en cuenta;
— La sentencia que declare la nulidad de un contrato social;

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286 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

— El acta de la aprobación final de las cuentas de liquidación y


partición o la sentencia judicial dictada sobre las sociedades mercan-
tiles;
— Los poderes que los comerciantes o empresarios otorguen a sus
factores dependientes para la administración de sus negocios mercan-
tiles y sus revocaciones o sustituciones;
— Las escrituras de capitulaciones matrimoniales de los cónyuges
cuando uno de ellos fuere comerciante o empresario y las que de cual-
quier manera las modifiquen;
— Las declaraciones judiciales que modifiquen la capacidad jurí-
dica del comerciante o empresario individual;
— El nombramiento para suplir, por causa de incapacidad o incom-
patibilidad, quien ostente la guarda o representación legal del comer-
ciante o empresario individual;
— Las resoluciones judiciales inscribibles relativas al concurso,
voluntario necesario del comerciante o empresario social o individual;
— La inscripción primera del comerciante o empresario individual
así como la apertura y cierre de sucursales;
— La inscripción de las modificaciones de cualquiera de las cir-
cunstancias de las hojas del comerciante o empresario individual se
practicará en documento de igual clase que el requerido por el acto
modificado;
— La escritura en donde se protocolice la sociedad de suscripción
pública;
— El nombramiento y cese de administradores, liquidadores y
auditores;
— La escritura de creación de títulos debentures;
— Los acuerdos de Asamblea General de Socios o de Junta Gene-
ral de Accionista relativos a los cambios de órganos de administra-
ción.

La no inscripción de estos documentos en un plazo de treinta días


a partir de su otorgamiento o de su auténtica en Nicaragua, si hubiere
sido otorgado en otra parte, queda sujeta a las siguientes sanciones: no
podrán inscribir ningún documento en el registro, ni aprovecharse de
sus efectos legales; las sociedades mercantiles no tendrán personería
jurídica; el juez no dará curso a demanda presentada por sujetos que
debiendo estar inscritos en el registro, no adjuntan a la demanda la
certificación correspondiente. (art. 155 LGRP).
En la lista de los actos sujetos a inscripción obligatoria, quisiera
referirme a los nombramientos de gerentes y liquidadores de dichas

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 287

compañías o sociedades, al acta de la aprobación final de las cuentas


de liquidación, al nombramiento y cese de administradores, liquida-
dores y auditores, y los acuerdos de asamblea general de socios o de
junta general de accionista relativos a los cambios de órganos de admi-
nistración. Estos son decisiones de los órganos societarios, los que con-
forme con nuestro sistema legal, deberán constar para que sean válidos
en el acta de la junta correspondiente, las que se consignarán a la letra
en el libro de actas de la sociedad, según lo disponen los arts. 36 y 256
del Código de Comercio.
Los acuerdos antes enunciados deberán ser certificados por el
secretario de junta directiva o por notario público para extraerlos del
libro de actas; sin embargo, la certificación notarial no tiene carácter
de documento público, según la clasificación que hace el Código de
Procedimiento Civil (art. 1125), y bajo el principio registral de legalidad
en su aspecto formal, para que puedan inscribirse, anotarse o cance-
larse los documentos en el registro público, deberán constar en escri-
tura pública (art. 35 LGRP).
En consecuencia, deberá protocolizarsela certificación notarial de
los actos y acuerdos que constan en el libro de actas, para lograr cum-
plir con el requisito formal que lo califica para el acceso al registro
público mercantil. Siempre deberá tenerse presente que el acuerdo o
acto protocolizado no es elevado a documento público, simplemente
se le reviste de la forma o el valor extrínseco para su acceso al Registro
Público.
Para finalizar el tema de la inscripción registral, es importante
mencionar que la inscripción de los documentos a que me he referido,
no es opcional, sino obligatoria para comerciantes o empresarios indi-
viduales, sociedades mercantiles, agrupaciones de interés económico
y las sucursales de los anteriormente señalados; tambièn para las
sucursales de sociedades extranjeras, las sociedades extranjeras que
trasladan su domicilio a Nicaragua y las demás personas que establez-
can las leyes especiales (art. 159 LGRP).

3. Falsedad documental y causas de nulidad en el sistema legal


nicaragüense

Existen circunstancias que pueden provocar que el documento


público notarial, no produzca los efectos jurídicos para el que fue cre-
ado. Me refiero a las “patologías jurídicas del instrumento público”,
estas son: la falsedad documental y la nulidad del instrumento público.

ANUARIO IBEROAMERICANO DE DERECHO NOTARIAL. NÚMEROS 2-3, AÑOS 2013-2014


288 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

3.1. De la falsedad

La falsedad ataca la autenticidad del documento público notarial,


anula el valor probatorio del mismo; por lo que si un documento es fal-
so, nunca se constituyó el documento notarial y por lo tanto nunca
nació el negocio jurídico.
La falsedad es una patología cuya responsabilidad es atribuible al
notario público, quien puede incurrir en falsedad material e ideológica.
Falsificar un documento público constituye un delito sancionable con-
forme la tipificación del Código Penal vigente (28). Según el art. 284
existe falsificación material cuando se haga en todo o en parte un docu-
mento falso o se altere uno verdadero, si se trata de un instrumento
público, categoría en la que se ubica la escritura pública. Al tenor del
art. 285 del mismo Código, existe falsedad ideológica, si se inserta o se
hace insertar en un documento o instrumento público declaraciones
falsas, concernientes a un hecho que el documento deba probar.
En el contexto de las premisas establecidas en el precitado artículo,
el notario público que autorice escritura pública no estando habilitado
para ejercer el notariado o bien emitiere testimonio de escritura públi-
ca que no constare en el protocolo, o altere el testimonio, distorsionan-
do lo convenido por los otorgantes, estaría incurriendo en el delito de
falsificación material.
Cuando el notario revista de fe pública declaraciones falsas, tal
como la suficiencia de los documentos que acrediten la representación
del compareciente, o consienta como hechos probados la legitimidad
de un derecho que no le consta, estaría incurriendo en el delito de fal-
sificación ideológica.

3.2. De la nulidad

La nulidad es una de las patologías más graves y constituye la inep-


titud del documento notarial para causar las consecuencias jurídicas
que está destinado a procurar.
En el documento notarial confluyen dos planos: el negocial, que es
el acto jurídico contenido en el instrumento público, es el fondo del
asunto que recoge la voluntad de las partes, moldeadas por el notario
público y ajustada conforme con la ley; y el plano instrumental, formal
o continente del negocio jurídico, cuyo principal artífice es el notario

(28) Ley Núm. 641, publicada en La Gaceta, Núms. 83, 84, 85, 86 y 87 del 5, 6,
7, 8 y 9 de mayo de 2008.

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 289

público actuando conforme las formalidades establecidas en la Ley del


Notariado y leyes especiales.
La nulidad sustancial que se produce en el plano negocial, responde
a la autorización de negocios contra ley. Para determinar las causas de
nulidad en este plano, es preciso ir a la legislación propia del negocio
de que se trate: Códigos: Civil y de Comercio y leyes especiales. Con-
forme el sistema legal nicaragüense, la regla general es que los contra-
tantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan
por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, la moral
ni al orden público (art. 2437 C). La nulidad en el plano negocial, puede
ser absoluta y relativa.
Hay nulidad absoluta si todo el negocio es ineficazy lo es cuando
falta alguna de las condiciones esenciales para su formación o para su
existencia; cuando falta algún requisito o formalidad que la ley exige
para el valor de ciertos actos o contratos, en consideración a la natu-
raleza del acto o contrato y no a la calidad o estado de la persona que
en ellos interviene y cuando se ejecutan o celebran por personas abso-
lutamente incapaces (art. 2201 C).
La nulidad es relativa, si únicamente algunas de sus cláusulas fue-
ren nulas, sin afectar la esencia del negocio. Para el legislador civilista
nicaragüense, la nulidad relativa da acción para rescindir los actos o
contratos cuando alguna de las condiciones esenciales para su forma-
ción es imperfecta o irregular; cuando falta alguno de los requisitos o
formalidades que la ley exige, teniendo en mira el exclusivo y particular
interés de las partes; y cuando se ejecutan o celebran por personas rela-
tivamente incapaces. Las nulidades relativas admiten la subsanación
mediante la confirmación o ratificación del interesado y en un lapso
que no sea menor de cuatro años.La ratificación necesaria para subsa-
nar la nulidad relativa, puede ser expresa o tácita. La expresa debe
hacerse con las solemnidades a las que por la ley está sujeto el acto o
contrato que se ratifica.La tácita resulta de la ejecución de la obligación
contraída. (arts. 2202, 2205 y 2206 C)
Las nulidades formales, consecuencia delos errores por quebran-
tamiento a la formalidad, constituyenla vulneración de las regulaciones
o principios que informan la constitución del instrumento notarial. La
declaración judicial de la nulidad por errores en la forma, acaba con
la vida del documento público.
La Ley del Notariado en su art. 67 establece como causa de nulidad
absoluta el que los instrumentos públicos no estuvieren concurridos en
las solemnidades que previene la misma ley, salvo las excepciones con-
tenidas en el mismo artículo y las establecidas en los arts. 68 y 69. La

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290 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

Ley en este sentido es muy extensiva al referirse a “todas” las solemni-


dades contenidas en la ley, debiendo el notario público estar muy atento
a ellas.
Sin embargo, de la generalidad se sustraen las excepciones señala-
das en los arts. 67 al 69 LN, los que establecen las formalidades cuyo
quebrantamiento no es causa de nulidad. Entre éstos: no haberse
expresado que el otorgante procede por sí, cuando no lo hace a nombre
de otro; no haberse agregado al protocolo, ni copiar íntegro los poderes
u otros documentos habilitantes, con tal que se copien las designacio-
nes que deben tener la introducción y conclusión según los artículos
23 y 29 de la Ley del Notariado, y las cláusulas pertinentes; haberse
omitido la instrucción a que se refiere el número 1 del art. 29 de la Ley
del Notariado; haberse alterado el orden prescrito en los artículos 23 y
29 de la Ley del Notariado.
Tampoco es motivo de nulidad, el haberse dejado de usar en los
instrumentos, el papel sellado correspondiente; pero el notario será
condenado a la multa que la Ley del Papel Sellado y Timbres establece
y la parte a quien corresponda deberá reponerlo.La citada ley no existe,
la multa que se aplica es la contenida en el Decreto Núm. 1618.
Efectos de la nulidad sustancial: la nulidad del negocio no implica
la nulidad de la escritura, que incluso puede producir efectos históricos
en cuanto al ser y al tiempo. Implicará sólo que la escritura perfecta y
válida habrá quedado vacía, no servirá para mucho; como afirma GON-
ZÁLEZ PALOMINO, citado por PÉREZ GALLARDO (29).
Efectos de la nulidad formal. Si la nulidad es formal, el negocio
jurídico sobreviviría como un acto privado; sin embargo, si el negocio
contenido fuese de aquellos que la ley exige la solemnidad de la escri-
tura pública –como el caso de la constitución de sociedades anónimas
o el testamento abierto– nula la forma, es nulo también el negocio. Es
decir que, cuando hablamos de documento notarial cuya eficacia es
constitutiva, si se mata la forma, se mata el negocio jurídico. En cam-
bio, si la eficacia del documento notarial es probatoria, si se mata la
forma, sobrevive el negocio como un documento privado. Este último
criterio lo recoge el Código Civil en su art. 2380, en el que se establece
que, “la escritura defectuosa, por incompetencia del cartulario, tendrá

(29) PÉREZ GALLARDO, Leonardo B., “Apuntes sobre la nulidad documental en


el Derecho Notarial Nicaragüense (A propósito del centenario de la Ley del
Notariado)”, en Lecciones de Derecho Notarial, Leonardo B. PÉREZ GALLARDO, et al.,
Facultad de Ciencias Jurídicas, Universidad Centroamericana, Managua, 2009,
p. 612.

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 291

el concepto de documento privado, si estuviere firmada por los otor-


gantes”; y el art. 2381, que reza: “cuando la escritura es defectuosa por
falta en la forma y no por incompetencia del cartulario, tendrá fuerza
de documento privado reconocido”.

3.3. Modo de subsanar los errores del notario

Los notarios públicos pueden errar en la redacción de la escritura


pública, así como los comparecientes errar en la expresión de su
voluntad; en cuyos casos la ley establece mecanismos para subsanar
los errores u omisión en una escritura pública. Los mecanismos esta-
blecidos para subsanar los errores u omisiones, los encontramos tanto
en la Ley del Notariado como en el Código Civil y Código de Procedi-
miento Civil.
La Ley de Notariado permite al notario suspender una escritura
pública no terminada o no firmada por falta de acuerdo de los compa-
recientes, debiendo anotar al pie de la misma escritura la circunstancia
que impidió su terminación. Es importante mencionar que la escritura
pública no se anula ni se tacha y al autorizar la siguiente escritura
pública, el notario debe continuar con la numeración respetando el
orden cronológico y numérico de la escritura suspendida. Cuando el
notario público reporte a la Corte Suprema de Justicia el índice de su
protocolo, debe reportar la escritura como suspendida, jamás omitirla
(art. 32 LN).
Si en la escritura pública se anotaren datos erróneos o insuficien-
tes, la Ley permite que se puedan corregir, mediante instrumento sepa-
rado y de ninguna manera al margen, pero debiendo hacer referencia
en el documento primitivo, por medio de nota, de que hay nuevo ins-
trumento que lo adiciona, aclara o varía, expresando la fecha de su
otorgamiento y el folio del Protocolo en que se encuentra la corrección
(art. 34 LN y arts. 2375, 2376 C).
Los errores menores que no necesiten de otro instrumento para ser
aclarados o enmendados, podrán corregirse y salvarse haciendo uso
de los mecanismos que la misma Ley del Notariado establece, a saber:
mediante entrerrenglonaduras, que deberán transcribirse literalmente
antes de las firmas, so pena de ser consideradas como no puestas si no
se transcriben; mediante testaduras, las que para que no se consideren
una suplantación, se tirará una línea sobre ellas, de modo que quede
legible el contenido. Al final de la escritura se hará la mención de que
las palabras testadas no valen. También se le permite al notario salvar
vacíos en los instrumentos, los que se llenarán a presencia o con noticia

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292 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

de partes, con una línea doble que no permita intercalar ninguna pala-
bra (art. 35, 36, 37 LN).
Después de conocer los múltiples mecanismos que la ley ofrece
para enmendar errores u omisiones en los documentos notariales, no
hay excusa para que el notario actúe adecuada y reponsablemente.
Los errores causados por el notario público que vician el documen-
to notarial de falsedad o de nulidad son sancionados por las Leyes, con-
forme abordaré en el capítulo siguiente.

4. De las faltas más frecuentes en el ejercicio del notariado.


Responsabilidades y sanciones

El notario investido de fe pública tiene una gran responsabilidad


frente a la sociedad que le confía sus asuntos y frente al Estado que
deposita en él la labor de certificar como ciertos los actos que ante él
se otorgan. Como ya he dejado dicho en los capítulos anteriores el nota-
rio público es un profesional del Derecho que ajusta la voluntad de las
partes a la ley, verifica la legalidad de los títulos y capacidad de las par-
tes, redacta el instrumento, lo autoriza y reproduce mediante el testi-
monio, debiendo conservar la matriz en el protocolo.

4.1. Errores más frecuentes en el ámbito mercantil

Entre las razones más comunes de retención de inscripción de


escrituras públicas, conteniendo actos mercantiles, se conocen las
siguientes
Escritura de constitución de sociedades con razón social ya exis-
tente e inscrita con anterioridad. No obstante que el nombre de la
sociedad sea del ámbito privado de las partes, es responsabilidad del
notario público, en cumplimiento al principio de asesoramiento, veri-
ficar con carácter previo el índice mercantil parasaber si el nombre o
razón social que pretenden, no se encuentra ya inscrito, a fin de evitar
hacer uso de una razón social ya existente.

— Se han retenido escrituras de constitución de sociedad colec-


tiva y de responsabilidad limitada por no cumplir con el requisito
del que habla el art. 134 CC que mandata que la razón social es la
fórmula enunciativa de los nombres de todos los socios o algunos
de ellos, con agregación de las palabras “y compañía”. Es decir, que
se han constituidos sociedades colectivas que no incluyen en la

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 293

razón social el nombre de los socios. En esto falla el deber del nota-
rio de asesorar a las partes respecto a las obligaciones de ley.

— Se han presentado escrituras públicas conteniendo reformas


de pacto social o de los estatutos sin haber sometido la reforma a
aprobación judicial, conforme lo dispone el art. 213 CC. Nueva-
mente falla el deber de asesoramiento del notario público.

— Se presentan escrituras públicas de otorgamiento de poderes


que presentan errores en la acreditación del compareciente, tanto en
la inserción de la certificación de acta –no relacionan firmas del acta,
fechas de libramiento de la certificación anterior a la fecha de la
sesión de junta que certifica, entre otros– datos registrales errónea-
mente anotados. Todo esto se percibe que sucede por el uso de
“machotes”.

El notario público incurre en muchos errores de redacción, algunos


no escriben con claridad, lo cual sumado a la inexistencia de manuales
o reglamentos que establezcan los requisitos de los actos mercantiles,
generan retención o negativa de inscripción.
Entre estos actos mercantiles que no se encuentran reglamentados
en cuanto a los requsitos que deben contener, encontramos:

— Inscripción de sucursales de sociedades extranjeras


— Escritura Pública de reformas del pacto social y estatutos.
En este caso se procede procolizando la sentencia judicial que auto-
riza la reforma, contenida primariamente en el acuerdo tomado en
asamblea de accionistas.
— Solicitud de sellado de libros de la sociedad.

Los errores más frecuentes en el ámbito mercantil a que me he refe-


rido, encuentran el freno en la calificación que hace el registro público
del documento, pero no hay sanción al error, pues basta con que se
subsanen los errores y se presente el documento nuevamente para su
inscripción. Sin embargo, cuando el error por negligencia o ilicitud
traspasa las barreras de la negativa en la inscripción, éstas son genera-
doras de responsabilidades.

4.2. De las responsabilidades del notario público

La negligencia o ilicitud puede ser causa de responsabilidad civil,

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294 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

administrativa, fiscal y penal, imputable al notario por la falta de cum-


plimiento de un deber jurídico al que esté obligado.
Una misma conducta del notario puede dar lugar a distintas clases
de responsabilidades; por ejemplo el notario que en un instrumento
público contrahace la firma del supuesto otorgante, incurre en respo-
nabilidad penal, sujeto al castigo corporal impuesto en el Código Penal;
a la responsabilidad civil que lo obliga a indemnizar los daños y per-
juicios causados en ocasión de la falsedad; y a la responsabilidad admi-
nistrativa, que lo sujeta a la aplicación de medidas disciplinarias por
el órgano competente de la Corte Suprema de Justicia.

4.2.1. De la responsabilidad penal

En cuanto a la responsabilidad penal en la que se pueda ver inmer-


so el notario público, ésta es consecuencia del cometimiento de actos
que se subsumen en la tipificación del Código Penal y que están sujetos
a la aplicación de una pena corporal.
Podemos citar agunas conductas que se subsumen en hechos delic-
tivos, entre ellas: cartular sin estar autorizado o estando suspendido
en el ejercicio del notariado; la supresión, destrucción, ocultamiento
de documento matrices; la revelación de secretos de las partes o com-
parecientes, la apertura de testamento cerrado bajo su custodia; la sus-
tracción o destrucción de documentos que le han sido confiados para
su estudio y calificación; apropiación o uso indebido de sumas dinero
recibido de los interesados para pagos y gestiones ante oficinas públi-
cas o privadas.Estas las encontramos en los arts. 284 al 287, 290, 196,
278, 298, 238, 229 Pn.
El art. 34 CP establece que “toda persona responsable criminalmente
de un delito o falta, lo es tambien civilmente”.
Los delitos oficiales que comentan los notarios en el ejercicio de
sus funciones, serán juzgados por la sala de lo criminal de los Tribu-
nales de Apelación que ejerzan jurisdicción en el lugar en que se come-
tió el delito. Las sentencias condenatorias llevarán consigo la
suspensión en la profesión de abogado y notario público, y no podrán
volver a ejercer hasta que cumplan su condena y hayan sido rehabili-
tados por la Corte Suprema de Justicia.

4.2.2. De la responsabilidad civil

El notario, al igual que cualquier persona no envestida de fe públi-


ca, es responsable civilmente si actuare con dolo, culpa o negligencia,

ANUARIO IBEROAMERICANO DE DERECHO NOTARIAL. NÚMEROS 2-3, AÑOS 2013-2014


ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 295

en la autorización de documentos notariales. La responsabilidad civil


consiste en la obligación de resarcir los daños y abonar los perjuicios
derivados de un acto ilícito, que se impone a quien lo comete, o del no
cumplimiento de un deber legal que corresponde a una persona por
uno mismo o por un tercero, por el que debe responderse.
RUIZ ARMIJO (30) señala que:

“… para que pueda imputarse responsabilidad civil al notario,


se requiere la comprobación de cuatro extremos: a) que por acción
u omisión el notario ha infringido un deber legal durante el ejerci-
cio de la función notarial; b) que esta infracción ha sido cometida
mediando culpa o negligencia inexcusable del notario; c) que con
motivo de la infracción de sus deberes, el notario ha ocasionado
daños o perjuicios a los otorgantes; d) que se acredite el monto del
daño o perjuicio ocasionado por el notario a los otorgantes”.

La legislación civil nicaragüense establece casos particulares de res-


ponsabilidad civil del notario; entre estos: cuando es declarado nulo
un testamento por la inobservancia de solemnidades legales; por la no
presentación del testamento cerrado en los diez días siguientes al falle-
cimiento del testador; si un instrumento no puede inscribirse por ado-
lecer de omisiones, el notario deberá extender una nueva escritura a
su costa y además indemnizar a los perjudicados por los retrasos; las
omisiones en un título inscribible en el Registro Público; por la no
inserción de certificado de gravamen en escritura pública de constitu-
ción de hipoteca, genera responsabilidad civil a cargo del notario. Por
señalar algunos de los casos.

4.2.3. De la responsabilidad disciplinaria

La responsabilidad disciplinaria se genera por la infracción de los


preceptos legales o reglamentarios que regulan el ejercicio del notaria-
do y que no constituyen delito.
Corresponde al Consejo de Administración de la Corte Suprema de
Justicia seguir proceso sumario e imponer las sanciones administrati-
vas, más no le compete declarar la nulidad o falsedad de documento

(30) RUIZ ARMIJO, Aníbal A., “Régimen de responsabilidad notarial en Nicaragua”,


en Lecciones de Derecho Notarial, Autores varios, 2.ª ed., Facultad de Ciencias
Jurídicas, Universidad Centroamericana, Managua, 2010, p. 374.

ANUARIO IBEROAMERICANO DE DERECHO NOTARIAL. NÚMEROS 2-3, AÑOS 2013-2014


296 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

público notarial, las que son competencia privativa de los Tribunales


de Justicia.
Las sanciones por responsabilidad administrativa puede ser amo-
nestación privada, multa de doscientos a mil córdobas y en caso de
reincidencia, suspensión del ejercicio de la profesiónhasta por dos
años. La suspensión comprenderá la profesión de abogado y notario,
al tenor del art. 5 del Decreto Núm. 1618.
Para determinar las infracciones constitutivas de falta, debemos
recurrir a lo establecido en la Ley de Notariado, referidos como actos
sujetos a sanciones administrativas; entre estos encontramos:

a) Cuando se ejerce el notariado en actos que le son prohibidos,


me refiero a los establecidos en el art. 43 LN,
b) Cuando no cumple con las obligaciones que le ordena el art. 15
LN.
c) Por no cumplir con la obligación de entregar el procolo al regis-
tro, en los casos establecidos en los artos.48 y 49 LN.
d) Infracción del deber de mostrar el Protocolo a los otorgantes.
Esta infracción puede conllevar como sanción, multa, suspensión y
hasta el apremio corporal, por reincidencia en la negativa del notario.
Art. 72 LN
e) Por la negativa de libramiento de testimonio.

En los suspuestos arriba enunciados, la sanción es multa pecunia-


ria que va de doscientos a un mil córdobas.
Entre las faltas menores, sujetas a amonestación privada no se
encuentra la legislación que determine los supuestos, sin embargo, la
Corte Suprema de Justicia la aplica a discreción cuando considera que
la falta no es muy grave, tomando en cuenta los antecedentes del nota-
rio.
La suspensión es una sanción que puede ser aplicada por reinci-
dencia en los actos ya sancionados con amonestación privada y multa;
y tambièn podrá ser aplicada como accesoria a la pena criminal o de
responsabilidad civil.
Las sanciones administrativas se aplicarán sin perjuicio de las otras
responsabilidades civiles o criminales a que pueda quedar sujeto el
notario público.
Según datos que me proporcionaran en entrevista realizada el día
viernes 24 de febrero de 2012 en Dirección de Inspectoría Judicial de
la Corte Suprema de Justicia, los errores más graves por los que se han
sancionado a notarios públicos son los siguientes:

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 297

— Cartular sin estar autorizados. Se inventan quinquenios.


— Impresión manuscrita de escritura pública en papel de testimo-
nio, haciendo uso de papel carbón para dejar impresa la misma en el
protocolo. Esto es inaudito.
— Dar fe de que compareció tal persona sin que realmente lo haya
hecho.
— Alteración de la escritura pública después de haber sido autori-
zada y firmada por los comparecientes.
— La realización de actos reservados por ley para el notario de más
de 10 años de haberse incorporado, especialmente escrituras de tra-
ducción, rectificación de certificados de nacimiento, realización de
matrimonios.
— Préstamo de Protocolo y del libro de matrimonios.
— De los errores o faltas menos graves, se reportan:
— Emisión de testimonio sin que los comparecientes hayan firma-
do el protocolo.
— Hay notarios que suspenden escritura pública y la reportan en
su índice como válidamente autorizada.
— No se respetan las reglas de impresión de la escritura pública,
dejando espacios en blanco y no enmendando adecuadamente los
errores en la escrituración. Es decir salvan erróneamente los enmen-
dados.
— Notarios que abren y cierran protocolo por quinquenio y no
anual, como manda la ley.
— Presentación tardía de índices.
— No siguen la secuencia cronológica en la numeración de las
escrituras.
— Alteración de fechas en las escrituras públicas.
— No se registra en el protocolo el haber estampado timbres fisca-
les en el testimonio, en los casos que manda la Ley de Equidad Fiscal.
— No se razona en el protocolo el haberse librado testimonio de la
escritura pública.
— En los libros de matrimonio se numeran las actas de corrido, sin
interrupción anual cada vez que se cierra y se abre cada año, como
manda la ley.

4.2.4. De la responsabilidad fiscal

Este es el tipo de responsabilidad en la que incurre el notario que


se deriva de la obligación de cartular en papel sellado, que sólo es ofer-
tado por el Estado y tiene un valor fiscal; así como el deber del uso de

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298 BETSY BALTODANO SÁNCHEZ

timbres fiscales para los actos que ordena la Ley de Equidad Fiscal (31)
y la inserción de solvencia municipal, para los actos en los que se cons-
tituyan o traspasen derechos reales, al tenor de la Ley de Solvencia
Municipal (32) . El notario es solidariamente responsable por el cum-
plimiento de las obligaciones fiscales a que me he referido.

Bibliografía

I. Fuentes doctrinales
CABANELLAS, Guillermo, El Contrato de Sociedad, vol. 2, Heliasta, Buenos Aires,
1994.
— Los órganos societarios, vol. 4, Heliasta, Buenos Aires, 1996.
CASTRO GIRONA, Juan Ignacio, “Notarios Latinos”, Recuperado el 05 de marzo
de 2012, de Notarios Latinos: http://www.notarioslatinos.com/nota.php
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en Lecciones de Derecho Notarial, Autores varios, 2.ª ed., Facultad de Cien-
cias Jurídicas, Universidad Centroamericana, Managua, 2010.

(31) Ley Núm. 453, publicada en La Gaceta, Diario Oficial, Núm. 82, de 6 de
mayo de 2003.
(32) Ley Núm. 452, publicada en La Gaceta, Diario Oficial, Núm. 90, de 16 de
mayo de 2003.

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ROL DEL NOTARIO EN LOS CONTRATOS MERCANTILES REGULADOS... 299

II. Fuentes legales


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Poder Judicial de la República de Nicaragua, en La Gaceta, Diario Oficial
(104).
Ley Núm. 139 (24 de febrero de 1992), Ley que da mayor utilidad a la institu-
ción del notariado, en La Gaceta, Diario Oficial (36).
Ley Núm. 452 (16 de mayo de 2003), Ley de Solvencia Municipal, en La Gace-
ta, Diario Oficial (90).
Ley Núm. 641. (5, 6, 7, 8 y 9 de mayo de 2008), Código Penal, en La Gaceta,
Diario Oficial (83, 84, 85, 86 y 87).
Ley Núm. 698 (17 de diciembre de 2009), Ley General de los Registros Públi-
cos, en La Gaceta, Diario Oficial (239).
Ley Núm. 16 (23 de junio de 1986), Ley que Reforma la Ley de Copias, Foto-
copias y Certificaciones, en La Gaceta, Diario Oficial (130).
Ley Núm. 453 (6 de mayo de 2003), Ley de Equidad Fiscal, en La Gaceta, Dia-
rio Oficial (82).
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