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Actividad Ramas Derecho

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Caso 1:

Don Remigio Amorós, con domicilio conocido, adquirió, mediante compraventa, un piso de
segunda mano en una céntrica calle de Elche por 180.000 euros, escriturándolo con fecha 28
de diciembre de 2011 por dicho importe y presentando la autoliquidación del Impuesto sobre
Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados con una base imponible por el
citado importe. Posteriormente, recibe una notiicación con fecha 16 de abril de 2012 en la que
se pone en su conocimiento que, habiéndose comprobado el valor real de la vivienda, este
ascendía a 240.000 euros, si bien no se aportaba justiicación alguna en la que se basara el
nuevo valor, limitándose a describir la inca y señalar los valores declarado y comprobado, con
la irma y sello correspondiente, proponiendo a su vez una nueva liquidación tomando en
cuenta dicho valor comprobado.

Caso 2:

Materia: despido Parte patrocinada: B., G. Fecha de la consulta: 15/09/2011 Comisión


interviniente: 1005 Docente responsable: Eduardo Masci Carátula: “B., G. c/ Sarkis
Kircos S.A. s/Despido” Radicación: Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo
Nº 22 – Sala V CNAT Hechos del caso: se presenta el consultante manifestando haber
sido despedido por su empleador y no haber efectuado reclamo alguno en la inteligencia
que le serían abonados sus créditos conforme le habían asegurado, sin que, pese al
prolongado tiempo transcurrido, le hubieran pagado la correspondiente indemnización.
Estrategia desplegada: si bien el art. 57 de la LCT prescribe un plazo perentorio para
contestar las intimaciones (dos días), entendimos, y así lo sostuvo tanto el Juzgado de
Primera Instancia como la Cámara de Apelaciones, que la falta de contestación a la
sanción por parte del trabajador, no podía volverse en su contra, de conformidad con los
parámetros del art. 58 de la LCT (que excluye la presunción de conformidad por parte
del trabajador). Esa fue la estrategia desplegada por esta Comisión en defensa de los
derechos del consultante. Resolución obtenida: los camaristas de la Sala V de la
CNTRAB, en fecha 30/05/14, aclararon que el trabajador puede incluso no cuestionarla
y reclamar directamente en sede judicial el pago de las indemnizaciones derivadas de
aquel, siendo el único límite temporal el previsto en el artículo 256 LCT ante un planteo
de prescripción, de donde se resolvió que, de conformidad a lo sostenido por el
sentenciante de grado, no existe disposición legal alguna que establezca un plazo
determinado para la impugnación de la causa de despido, resultando estériles los
argumentos vertidos por la quejosa en torno al plazo previsto en el artículo 57 de la
LCT, y al silencio guardado por el trabajador en dicho lapso, pues a ello se erige la
irrenunciabilidad de derechos previstas en el artículo 58 Gu s tavo Fabián Ló p ez Ar iza
242 de LCT, habiendo expresando los camaristas, que el trabajador puede incluso no
cuestionar la causa invocada por el empleador para despedir, y reclamar directamente en
sede judicial el pago de las indemnizaciones derivadas de aquel, siendo el único límite
temporal el previsto en el artículo 256 LCT ante un planteo de prescripción Derechos
reconocidos y/o restituidos: se reconoció al trabajador el derecho de impetrar el reclamo
por el despido incausado y acceder a la indemnización correspondiente. El fallo, como
novedoso, fue publicado en elDial.com- AA88F7.
Caso 3:

D. JUAN MANUEL SANZ BAYOND. RICARDO ENRIQUEZ SANCHOD. JORGE RODRIGUEZ-ZAPATA


PEREZD. PEDRO JOSE YAGÜE GILD. MANUEL VICENTE GARZON HERRERO

SENTENCIA

En la Villa de Madrid, a quince de Octubre de dos mil uno.

Vistos los recursos de casación interpuestos en el rollo nº 3525/96 por el procurador D.


Eduardo Morales Price, en nombre y representación de el Ayuntamiento de Torroella de
Montgri y por la Procuradora Doña Magdalena Cornejo Barranco, en nombre y representación
de Dª Soledad , promovido contra la sentencia dictada el 8 de marzo de 1996, de la Sección
Segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia Cataluña,
en recurso contencioso-administrativo nº 1946/93 sobre concesión licencia de obras para
construcción de un edificio. Es Magistrado Ponente el Excmo. Sr. D. Juan Manuel Sanz Bayón.

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO

Ante la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso- Administrativo del Tribunal Superior de


Justicia de Cataluña, se ha seguido el recurso número 1946/93 interpuesto por Dª Inmaculada ,
contra la desestimación tácita del recurso de reposición interpuesto contra el acuerdo del
Ayuntamiento de Torroella de Montgri, por el que se concedió licencia de obras para la
construcción de un edificio en la c/ Santa Anna del Barrio de L'Estartit. Siendo parte
demandada el Ayuntamiento de Torroella de Montgri, y como Coadyuvante Dª Soledad .

SEGUNDO

Dicho Tribunal dictó sentencia con fecha 8 de marzo de 1996, con la siguiente parte
dispositiva: "FALLO: 1.- Estimar el presente recurso, anulando la licencia de obras impugnada
en cuanto excluya del retranqueo de tres metros a la planta tercera del edificio nº 53 de la
calle Sta. Anna. 2.- Ordenar el derribo de lo construido en cuanto no respeta el retranqueo de
3 metros en relación a la línea de fachada".

TERCERO

Contra dicha sentencia se prepararon sendos recursos de casación por las respectivas
representaciones procesales del Ayuntamiento de Torroella de Montgri y de Dª Soledad , y
elevados los autos a este Tribunal, por los recurrentes se interpusieron los mismos. Por
resolución de 25 de febrero de 1998 se admitieron los recursos, y no personándose parte
recurrida quedó pendiente de señalamiento para votación y fallo, fijado a tal fin el día 10 de
octubre de 2001, en cuya fecha tuvo lugar.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO

La preparación del recurso de casación está sujeta a unos requisitos formales -artículo 96.1 de
la LRJCA- de cuya concurrencia en el caso debe hacerse sucinta exposición en dicho trámite. A
tal efecto basta reiterar lo que esta Sala ya ha dicho en Auto de 6 de octubre de 1997, que "el
escrito de preparación -a salvo el supuesto previsto en el artículo 96.2 de la LRJCA- está
correctamente formulado si se manifiesta en él la intención de interponer recurso de casación
y tal declaración de voluntad va acompañada de una sucinta exposición de los "requisitos
exigidos" -artículo 96.1-, requisitos que no son otros, a la vista del propio artículo 96, que los
relativos a la presentación de dicho escrito -ante el mismo órgano jurisdiccional que ha dictado
la resolución que se pretende recurrir y en el plazo de diez días- y, por transposición del
apartado 3 del artículo 96, a la legitimación de quien prepara el recurso -haber sido parte en el
procedimiento a que se contraiga la sentencia o resolución de que se trate-. No es, por tanto,
necesario hacer en el escrito de preparación mención alguna al motivo o motivos que habrán
de servir de fundamento al recurso, cuya expresión razonada, junto a la cita de las normas o
jurisprudencia que se consideren infringidas, se reserva -artículo 99.1- para el escrito de
interposición del recurso".

En el presente caso el escrito de preparación del recurso, por la representación de Dª Soledad ,


dice que: "Que a través del presente escrito interpongo, en tiempo y forma, RECURSO DE
CASACION, contra la sentencia dictada por esa Sala en fecha 8 de marzo de 1996, notificada a
esta parte el 27 de marzo pasado, por no encontrar la misma -dicho sea con todos los respetos
para la Sala y en términos de defensa-, ajustada a derecho. De conformidad con lo dispuesto
en el art. 93 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa. Fundando
dicho recurso en el art. 95.1 1º, 3º y 4º de la misma Ley reguladora, por haberse producido
abuso, exceso o defecto en el ejercicio de la jurisdicción, quebrantamiento de las formas
esenciales del juicio por infracción de las normas reguladoras de los actos y garantías
procesales, habiéndose producido indefensión para esta parte, y la infracción de las normas
del ordenamiento jurídico y la Jurisprudencia aplicable para resolver las cuestiones objeto de
debate del presente recurso. Habiéndose observado en el presente escrito lo dispuesto en el
art. 96.1 de la Ley Reguladora", pero nada se dice en dicho escrito acerca de la recurribilidad
de la sentencia impugnada, temporaneidad de la preparación y legitimación del recurrente
omitiéndose, en consecuencia, la sucinta expresión de los requisitos mínimos, exigidos en el
referido artículo 96.1 para poder tener por preparado el recurso de casación.
En consecuencia, conforme al artículo 100.2 apartado a) -en relación con lo previsto en el
artículo 96- y apartado c) todos de la LRJCA, procedería haber declarado la inadmisión del
recurso de casación de Dª Soledad por su defectuosa preparación.

SEGUNDO

El recurso de casación interpuesto por el Ayuntamiento de Torroella de Montgri también debió


ser inadmitido a trámite por falta de fundamento. Lo primero que debe consignarse es que el
problema de autos es un problema de interpretación del Plan General de Ordenación Urbana
del municipio de Torroella de Montgri, concretamente su norma 53.2, acerca del retranqueo
de la construcción de los edificios litigiosos. Como se ve, aquí no están en juego normas
estatales, y, en consecuencia, no puede discutirse en casación la interpretación que el Tribunal
de instancia ha hecho de esas normas urbanísticas, ya que, según es sabido, los artículos 93-4 y
96-2 de la Ley Jurisdiccional limitan el recurso de casación al control de la aplicación del
Derecho estatal, con exclusión del Derecho autonómico.

Por esta razón son rechazables los dos únicos motivos de casación del Ayuntamiento, en la
medida en que en esos motivos se alegue (como se alega) infracción de la norma 53 del Plan
General de Ordenación Urbana del municipio de Torroella de Montgri, pues, repetimos, la
interpretación que de estas normas ha hecho el Tribunal de instancia no puede ser revisada en
casación.

Queda sólo la cita que los recurrentes hacen de ciertos preceptos de Derecho estatal. Así, el
Ayuntamiento de Torroella de Montgri los artículos 178 de la Ley del Suelo, art. 3 del
Reglamento de Disciplina Urbanística y el artículo 242 del Real Decreto Legislativo de 1/92.

Pero ninguno de estos preceptos ha sido infringido por el Tribunal de Instancia, porque se trata
de normas instrumentales con cuya cita se encubre el auténtico problema de fondo, que no es
otro que la interpretación que haya de darse a la norma 53 del Plan General de Ordenación
Urbana del municipio de Torroella de Montgri, lo que, según dijimos más arriba, no es propio
del recurso de casación. Así, por ejemplo, se cita como infringido el artículo 242 del Texto
Refundido de la Ley del Suelo de 26 de Junio de 1992 (en realidad, artículo 178 del T.R. de 9 de
Abril de 1976), a cuyo tenor "las licencias se otorgarán de acuerdo con las previsiones de la
legislación y planeamiento urbanísticos", precepto que se considera transgredido al no
haberse interpretado debidamente las normas que sobre retranqueo dan el Plan General de
Ordenación Urbana del municipio de Torroella de Montgri. Pero, como bien se comprenderá,
al fundar así el motivo de casación se está haciendo supuesto de la cuestión, porque es sólo la
interpretación de estas normas urbanísticas particulares la que posibilitará o no el
otorgamiento de la licencia. De lo que se sigue que el problema es un problema de
interpretación del Plan y no de exégesis de ninguna norma estatal.

TERCERO
Por último queda por examinar las infracciones -alegadas tanto en el primer como en el
segundo motivo del recurso del Ayuntamiento de Montgri- al principio de proporcionalidad
citando al efecto jurisprudencia contenida en sentencias comprendidas entre los años 1985 a
1989, que se considera infringido por el segundo pronunciamiento de la sentencia al ordenar
el derribo de lo construido en cuanto no respeta el retranqueo. Frente a esta cita de
sentencias que no se pone en relación con el caso debatido, no cabe olvidar que como ya
dijimos en Sentencia de 28 de abril de 2000, remitiéndonos a otras de esta Sección de 3 de
diciembre de 1991 que recogen la doctrina de otra anterior de 16 de mayo de 1990 y sienta la
doctrina de que el principio de proporcionalidad "opera en dos tipos de supuestos: a) con
carácter ordinario, en aquellos casos en los que el ordenamiento jurídico admite la posibilidad
de elegir uno entre varios medios utilizables; y b), ya con carácter excepcional, y en conexión
con los principios de buena fe y equidad en los supuestos en los que aun existiendo en
principio un único medio éste resulta a todas luces inadecuado y excesivo en relación con las
características del caso contemplado. En los casos de actuaciones que, como la que se enjuicia,
contradicen el planeamiento urbanístico la Administración resulta obligada a restaurar la
realidad física alterada o transformada por medio de la acción ilegal. No tiene posibilidad de
optar entre dos o más medios distintos (así se declara, por ejemplo, en los mismos casos
resueltos en las sentencias de 16 de mayo de 1990 y de 3 de diciembre de 1991) por lo que no
resulta de aplicación el principio de proporcionalidad. La vinculación positiva de la
Administración Pública a la Ley (art. 103.1 CE) obliga a ésta a respetar la Ley: es decir, a
ordenar la demolición" siendo, por tanto, acertado el pronunciamiento del cuarto fundamento
de derecho de la sentencia al ser conforme con esta doctrina expuesta.

CUARTO

Las causas de inadmisión del recurso de casación se convierten en causas de desestimación del
mismo, y en virtud de los establecido en el artículo 102-3 de la Ley Jurisdiccional, procede
condenar a las partes recurrentes en las costas del recurso de casación.

Vistos los artículos que se citan y los demás de general aplicación.

FALLAMOS

Que debemos declarar y declaramos no haber lugar al recurso de casación nº 3525/96


condenando al recurrente en las costas del mismo.

Así por esta nuestra sentencia, , lo pronunciamos, mandamos y firmamos

Caso 4:

JURISPRUDENCIA RELEVANTE: Doctrina: STS 1186/1999, 19 de julio; 1538/2000, 9 de


octubre; 827/2002, 9 de mayo; 537/2005, 25 de abril; 193/2005, 10 de febrero; 537/2005, 25
de abril; 1056/2010, 22 de noviembre. Comisión por omisión: STS 537/2005, 25 de abril; STS
37/2006, 25 de enero.
A vivía sola con su hija de cuatro años de edad, conoció a B, mayor de edad, y decidieron
ambos irse a vivir juntos. B, en ocasiones diversas, causó deliberadamente quemaduras a la
menor en las manos y los brazos con un cigarro. Asimismo propinó varios golpes de gran
intensidad en la cara y cabeza de la menor, presentando ya tan mal aspecto que la abuela
materna instó a la madre a llevarla a un centro hospitalario. La madre le quitó importancia
hasta que varios días después ante el empeoramiento de la niña por in acudió el citado día
19 a un centro de salud. Sospechando el facultativo que atendió

a la menor la existencia de malos tratos, se requirió la presencia del médico forense, quien
apreció lesiones derivadas de los golpes recibidos susceptibles de causar la muerte, lo que
motivó su traslado urgente al hospital, donde fue intervenida quirúrgicamente para salvarle
la vida, falleciendo, no obstante, una semana después. La procesada A, si bien no
protagonizó los hechos descritos, realizados por B, desde que detectó las continuas
lesiones de su hija, quien le manifestó que B le pegaba, no solo mantuvo una actitud pasiva
teniendo que ser impulsada por sus familiares para que fuera al médico con su hija, sino
que no impidió con el alejamiento de la menor que B la agrediera".

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