Tema 2 - Al Andalus
Tema 2 - Al Andalus
Tema 2 - Al Andalus
1. INTRODUCCIÓN
El islam, religión monoteísta creada por Mahoma en 622 en Arabia, se encuentra presente en la
península de 711 a 1492. Primero de forma hegemónica y luego de modo secundario (Reino de
Granada). La civilización islámica en la península fue trascendental, ya que no fue una mera
conquista militar, sino un proceso de asimilación cultural, al adoptarse la lengua, la religión y los
sistemas socio-económicos de los invasores. La conquista convertirá a la península en zona de
contacto entre las dos grandes civilizaciones del momento: la islámica y la cristiana.
2. CONQUISTA
En 710, comenzó en el reino visigodo una guerra civil por la sucesión al trono. Witiza pidió ayuda
a los musulmanes del norte de África, que vencieron a Rodrigo en la batalla de Guadalete en 711
liderados por Muza ibn Nusayr y Tariq ben Ziyad, comenzando una campaña de conquista. El
rápido dominio se debió a la imposición de capitulaciones, como el Tratado de Teodomiro (713).
3.1. Emirato dependiente del Califato de Oriente dirigido por la dinastía omeya (711-755)
En el año 714 se proclamó el emirato de Al-Ándalus con Abd-al-Aziz como emir, administrándose
el territorio como una provincia del Califato musulmán controlado por los Omeyas. En este
período, en Occidente, la expansión musulmana llegó a su fin con dos derrotas. En la península,
en el 722, la batalla de Covadonga fijó la frontera con el nuevo reino cristiano de Asturias. En
Europa, en el 732, la derrota en Poitiers ante los francos impidió su avance por el continente.
Tras la conquista, árabes y sirios, con mayor poder político, acapararon los cargos políticos y las
tierras más fértiles de los valles del Guadalquivir y Ebro y la zona levantina, relegando a los
bereberes al interior, lo que provocó una revuelta de los mismos en el 740. La administración
territorial se realizó a través de los walíes, encargados del gobierno local. Se crearon impuestos,
como la limosna o ‘zakat’ para los musulmanes y muladíes (conversos al islam) y el ‘chizya’ (de
carácter personal) y el ‘jarach’ (tributo sobre las tierras) sobre mozárabes (cristianos) y judíos.
3.2. Emirato independiente del Califato de Oriente dirigido por la dinastía abasida (756-929)
En el 750, en el Califato de Oriente, la dinastía omeya fue depuesta por la abasida. Abd al-
Rahman (756-788), último superviviente omeya, logró escapar y refugiarse en el norte de África,
donde reunió apoyos para saltar a la península y hacerse con el poder en Al-Ándalus. En el año
756, tomó el poder de Córdoba y proclamó un emirato independiente en lo político del Califato
de Oriente abasida, aunque Abd al-Rahman reconoció la autoridad religiosa del califa de Bagdad.
Posteriormente, Abd al-Rahman III (912-961) sofocó dicho levantamiento y se proclamó en 929
califa (sucesor de Mahoma), desafiando la autoridad religiosa de los califas rivales abasida
(Bagdad) y fatimita (El Cairo). Con Abd al-Rahman III dio comienzo el Califato peninsular, una
etapa de esplendor para Al-Ándalus. Su capital Córdoba se convirtió en una de las ciudades más
importantes de Europa con 250.000 habitantes, numerosas mezquitas, madrazas y bibliotecas.
Su poder político le permitió imponer tributos a los reinos cristianos del norte. El final del califato
tuvo lugar con Hisam II (976-1013), relegado por su primer ministro Almanzor, que se hizo con
el poder político, instaurando un gobierno caracterizado por las razzias o aceifas contra los
reinos cristianos, saqueando ciudades, como Barcelona, León, Salamanca e incluso Santiago de
Compostela. La muerte de Hisam II en 1013 llevó a una crisis sucesoria y una guerra civil o fitna.
La fitna acabó con la desintegración del Califato en 26 taifas o pequeños reinos, que se
caracterizaron por el dominio de diferentes etnias. Distinguimos las taifas bereberes
(Extremadura, Granada…), las taifas árabes (Córdoba, Sevilla…) y eslavas (zona de Levante). La
desunión llevó a la debilidad, que fue aprovechada por los reinos cristianos para imponer parias
o tributos a cambio de treguas. En 1085, Alfonso VI tomó Toledo. Entonces, las taifas de Sevilla,
Córdoba y Zaragoza pidieron ayuda al nuevo poder norteafricano: los almorávides.
Los almorávides llegaron a Al-Ándalus y con la batalla de Zalaca (Sagrajas) en 1086 los
musulmanes volvieron a tomar Toledo y unificaron el territorio. Sin embargo, la oposición
interior debido a los elevados impuestos y a la intransigencia religiosa, además de la presión
exterior de los cristianos por el norte y de los almohades por el norte de África llevó a la
desintegración del estado almorávide en los segundos reinos de taifas.
Sin embargo, las segundas taifas surgidas en 1140 sucumbieron pronto al poder de los
almohades, que en 1147 habían invadido la península y unificado el territorio poco después.
Vencieron a los cristianos en la batalla de Alarcos (1195), pero la unión de los reinos cristianos
(Castilla, Aragón, Navarra, León y Portugal) bajo un espíritu de cruzada contra el infiel condujo
a la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, donde acabaron con los almohades y provocando
un retroceso musulmán en el sur y la aparición de nuevas taifas.
Los terceros reinos de taifas fueron conquistados progresivamente. Fernando III de Castilla
conquistó Córdoba (1236), Murcia (1243) y Sevilla (1248). Por su parte, Jaime I de Aragón tomó
Valencia (1245) y las Baleares. Solo resistió una taifa musulmana, el reino de Granada, que
sobrevivió hasta 1492, cuando los Reyes Católicos lo tomaron definitivamente.
4. CONCLUSIÓN
La invasión musulmana iniciada en el año 711 dividió la península en dos zonas con fronteras
cambiantes: la cristiana en el norte y la andalusí en el resto. Al-Ándalus fue una sociedad diversa
tanto desde el punto de vista étnico como cultural, que alcanzó su máximo esplendor en el siglo
X con el califato de la sociedad urbana más adelantada de Europa. El legado andalusí en España
no tiene comparación en toda Europa occidental y es muy notable en la agricultura (naranja,
limón, melocotón, algodón… y los sistemas de regadío -acequias, norias…-), pensamiento (el
filósofo Averroes), lengua (hay más de 4000 palabras árabes en el castellano), la introducción de
la numeración indo-arábiga o el arte (mezquita de Córdoba, Alhambra de Granada o la Aljafería
de Zaragoza).