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¿Qué es la fe?
¿Puedo tener gozo en mi vida?
¿Qué puedo hacer con mi culpa?
¿Puedo estar seguro de que soy salvo?
¿Qué es el bautismo?
¿Controla Dios todas las cosas?
¿Cómo debo vivir en este mundo?
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PREGUNTASCRUCIALES.COM
¿Qué es la Cena del Señor?
Ligonier.org
© 2013 por R.C. Sproul
Impreso en China
RR Donnelley
0000223
Primera edición
ISBN 978-1-64289-516-2 (Tapa rústica)
ISBN 978-1-64289-517-9 (ePub)
ISBN 978-1-64289-518-6 (Kindle)
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en reseñas publicadas.
Diseño de portada: Ligonier Creative
La importancia de la Pascua
El símbolo de este ritual realmente era una señal de liberación. Era una
señal de redención porque significaba que estas personas escaparían de la
ira de Dios.
La calamidad última es estar expuesto a la ira de Dios. Cristo salva a Su
pueblo de la ira del Padre. No solo somos salvados por Dios, sino que
somos salvados de Dios, y esa idea se expone de manera dramática en la
Pascua según está registrada en el libro de Éxodo. La señal en el poste de la
puerta, la señal marcada por la sangre del cordero, significaba que los
israelitas serían rescatados de una exposición calamitosa a la ira de Dios.
Así que aquella noche vino el ángel de la muerte y mató a los
primogénitos de los egipcios, pero el pueblo de Dios fue dejado con vida.
Después de eso, Moisés los sacó de la esclavitud, a través del mar Rojo y
los guio hacia la Tierra Prometida, donde se convirtieron en el pueblo de
Dios bajo el pacto de Moisés, recibiendo la ley en el monte Sinaí. Ellos
efectivamente salieron y adoraron a Dios en Su santo monte, pero como un
recordatorio perpetuo de esta redención, cada año a partir de entonces, el
pueblo de Israel obedeció la institución de la Pascua. Se reunían en sus
casas y comían el alimento con las hierbas amargas y bebían el vino, todo lo
cual hacían para recordar la salvación que Dios había obrado a su favor en
la tierra de Egipto. Ellos participaban de esta celebración original con sus
cayados en la mano, como personas que están listas para salir, preparados
para marcharse en cualquier momento porque el Señor dijo que debían estar
listos para salir de Egipto, de la esclavitud a la Tierra Prometida, tan pronto
como el Faraón y sus fuerzas fueran destruidas.
Cuando Jesús celebró Su última Pascua con Sus discípulos, se alejó de
la liturgia estándar en medio de la celebración. Él le agregó un nuevo
sentido a la celebración de la Pascua cuando tomó el pan sin levadura,
añadiéndole un nuevo significado cuando dijo: «Esto es mi cuerpo, que por
vosotros es dado». Luego, después de terminada la cena, tomó el vino y
dijo, en efecto: «Yo le añado un nuevo significado a este elemento mientras
ustedes celebran la Pascua, porque este vino es mi sangre. No la sangre del
cordero en el Antiguo Testamento, cuya sangre se marcaba en la puerta,
sino que ahora esta copa es mi sangre». En esencia, Jesús estaba diciendo:
«Yo soy la Pascua; yo soy el Cordero Pascual; yo soy el que será
sacrificado por ustedes. Es por mi sangre marcada en la puerta de sus vidas
que escaparán de la ira de Dios». Así que Él dijo: «Desde ahora en adelante,
esta es mi sangre, derramada para el perdón de los pecados. Esta es la
sangre de un nuevo pacto». Este nuevo pacto que Él instituyó esa misma
noche cumple el antiguo pacto, dándole su expresión máxima y más
significativa.
Capítulo dos
La institución de la Cena
del Señor
En Lucas 22 leemos:
El SEÑOR es mi pastor,
nada me faltará.
En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce.
Él restaura mi alma;
me guía por senderos de justicia
por amor de su nombre.
Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento (vv. 1-4).
¡Aleluya!
EL HUMO DE ELLA SUBE POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.
¡Amén! ¡Aleluya!
¡Aleluya!
Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina.
Regocijémonos y alegrémonos,
y démosle a Él la gloria,
porque las bodas del Cordero han llegado
y su esposa se ha preparado.
Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino,
resplandeciente y limpio,
porque las acciones justas de los santos
son el lino fino.
La presencia de Cristo
Bendición y juicio
Una vez más, vemos que los protestantes reaccionaron muy firmemente
a la teología de la misa, siguiendo las advertencias de 1 Corintios 10. Pero
1 Corintios 10 no es el único lugar donde Pablo hace advertencias. En
1 Corintios 11 hace advertencias aun más serias con relación al abuso de la
Cena del Señor. Pablo escribe:
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