Ecologia B2

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BLOQUE 2

PRINCIPALES PROBLEMAS ECOLÓGICOS PARA ACTUAR CON


PROPUESTAS DE SOLUCIÓN.

UNIDAD DE COMPETENCIA

Desarrolla una actitud crítica, propositiva y activa que le posibilita un replanteamiento de las
relaciones sociedad-naturaleza, en un marco holístico para favorecer, a través de la
educación la formación de una nueva concepción de racionalidad y practica ambiental.

2.1 CONCEPTO DE IMPACTO AMBIENTAL


La Ley General del Equilibrio Ecológico y la
Protección al Ambiente, en su Artículo 30 del
Capítulo 1, define al impacto ambiental como la
modificación del ambiente ocasionada por la
acción del hombre o de la naturaleza.

Esta misma ley previene que cualquier obra o


actividad pública o privada que pueda causar des-
equilibrios ecológicos o rebasar aquellos límites y
condiciones señaladas en los reglamentos y
normas técnicas ecológicas para proteger el
ambiente debe ir precedida por un estudio de
Impacto ambiental, que es el documento mediante
el cual se da a conocer el impacto ambiental
significativo y potencial que generaría tal obra o la
actividad en el medio, así como una propuesta
para evitarlo o atenuarlo.

Por otra parte, diversos artículos de las legislaciones estatales sobre el Equilibrio ecológico y
la protección al ambiente indican que el estudio de Impacto ambiental deberá contener, como
mínimo, la siguiente información:

a) Datos generales de quien pretenda llevar a cabo la obra o actividad.


b) Descripción, naturaleza y ubicación de la obra o actividad proyectada.
c) Aspectos generales del medio natural y socioeconómico del área donde se pretende
desarrollar la obra o actividad.
d) Identificación, descripción y evaluación de los impactos ambientales que ocasionaría
la ejecución del proyecto o actividad en sus distintas etapas.
e) Medidas de prevención y mitigación de los impactos ambientales identificados en cada
una de las etapas.

Es decir, el Gobierno federal y las entidades federativas han instrumentado leyes y


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reglamentos que en correspondencia con su función trazan las directrices de la política
ambiental nacional, estatal y municipal, dentro de un marco de desarrollo planeado, acorde
con las condiciones medioambientales de cada lugar.

La anterior es la definición técnica, oficial, de impacto ambiental, pero con frecuencia


utilizamos este término para explicar los eventos, generalmente originados por el hombre,
que provocan algún tipo de alteración negativa al ambiente, como es el caso de la
contaminación, la de forestación, los incendios no naturales, etcétera.

2.2 CAUSAS Y EFECTOS DEL DETERIORO AMBIENTAL

La afectación del ambiente no es un fenómeno propio de la época moderna, sino que se


remonta al momento de la aparición del hombre sobre el planeta.

El hombre no es el único que ha afectado y modificado de manera significativa al ambiente.


Lo han hecho los reptiles, otros mamíferos e incluso los insectos. Aún más, los grandes
cambios climáticos, el vulcanismo y otros fenómenos naturales han arrasado con el
ambiente.

De un momento a otro, el ambiente puede ser modificado radicalmente por fenómenos


naturales como un incendio forestal espontáneo, un tsunami, huracanes, sequías, heladas,
granizadas, vulcanismo, derrumbes, aluviones, marca roja, etc. Estas contingencias, no
atribuibles a la intervención directa del hombre, pueden afectar decenas de especies y
grandes extensiones del suelo. Una buena parte de las veces la recuperación natural
sobreviene, pero en ocasiones las zonas afectadas quedan incultivables, por lo que
necesitan periodos de recuperación muy largos.

Los desastres naturales del planeta pueden ser: hidrológicos (oleajes tempestuosos, tsuna-
mis); meteorológicos (huracanes, calor, frío); geofísicos (vulcanismo) y biológicos (marca
roja, que mata a otros organismos).

Sin embargo, en la actualidad el hombre es la especie animal que más estragos ha


provocado al ambiente.

En un principio el hombre vivió y se desarrolló de una manera bastante armónica con la


naturaleza. Sin embargo, al pasar el tiempo su población aumentó en número y pasó a ser
más eficiente en las acciones tendentes a aprovechar los recursos naturales, momento en el
que empezó a provocar deterioros ambientales. Después tuvo progresos culturales,
científicos, tecnológicos, industriales, demográficos y urbanos. Creó ciudades, y sus
necesidades de alimentos y energía crecieron. Surgió la industrialización: utilizó carbón,
petróleo, electricidad y, recientemente, la energía nuclear. Al final apareció el gran problema
de la contaminación y degradación del ambiente.

México, al igual que todos los demás países del mundo, ha tenido la misma historia de
alteración de los ecosistemas: ha generado contaminación, ha arrasado selvas y bosques,
erosión, persiste la sobrepoblación en las ciudades, faltan alimentos, se derrocha la energía,

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muchas de Las actividades extractivas se realizan sin control ni planeación, y las medidas de
conservación, regeneración y rehabilitación de ecosistemas alterados son prácticamente
nulas comparadas con la magnitud de los daños.

Aunque la naturaleza fácilmente puede recuperarse de perturbaciones pequeñas y no


consistentes, derivadas del avance de la civilización o de eventos naturales, algunas de
éstas llevadas a cabo por el hombre han resultado casi catastróficas e irreversibles. Estas
perturbaciones han provocado desequilibrio y empobrecimiento (regresión) de los
ecosistemas sometidos a una explotación irracional o a la exposición con sustancias
contaminantes que alteran su funcionamiento.

Calentamiento global

Se define como el aumento en la


temperatura en el ambiente y se
presenta tanto en la corteza
terrestre como en los océanos. Este
incremento de calor es provocado
principalmente por las actividades
humanas.

Cuando los rayos solares llegan a


la tropósfera, éstos son atrapados
por los gases de invernadero como
dióxido de carbono, vapor de agua,
metano, ozono, clorofluorocarburos y
óxido nitroso. Se supone que cuantos
más gases de invernadero hay, la
temperatura media de la superficie
terrestre aumenta; a menor cantidad de
estos gases, menor será dicha
temperatura.

De los gases de invernadero antes


mencionados, el CO2 y el vapor de
agua son los que más influyen sobre la
temperatura terrestre. En este sentido,
cabe señalar que la concentración de
vapor de agua no ha cambiado en más
de 150 000 años, mientras que la
presencia de CO2 lo ha hecho de
manera drástica. Antes de la Revolución
industrial, la presencia del CO2
atmosférico era regulada por el ciclo del carbono de la naturaleza, pero después de dicha
revolución, iniciada en 1764, este gas ha aumentado tanto su concentración debido a la
quema de combustibles fósiles, la quema de leña, los incendios forestales, las actividades
agrícolas y la deforestación, que empieza a no ser regulado por los ciclos naturales.
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Los países que más gases de invernadero emitieron a fines de la década de 1980 fueron
Estados Unidos, Australia, Canadá, Alemania y la antigua URSS. Desde 1950, estos países
han emitido a la atmósfera de nuestro planeta tal cantidad de CO2 que a principios de 1960
la

concentración de CO atmosférico era de 300 ppm y en la actualidad es de 350 ppm.

La presencia de clorofluorocarburos (CFC), metano (CH4) y óxido nitroso (N20) en la


atmósfera superior es menor que el CO2; sin embargo, estos gases tienen un efecto mayor
sobre el calentamiento del globo terrestre. Además, los CFC disminuyen el ozono de la
atmósfera permitiendo el ingreso de la radiación solar nociva, y el N20 también ataca al
ozono atmosférico.

En teoría, el aumento en la concentración de


los gases de invernadero está provocando y
seguirá provocando un incremento en la
temperatura del planeta. Por otra parte, los
hechos indican que las mediciones científicas
de las temperaturas medias globales
empezaron en 1880 y los registros indican un
incremento de 03-0.7 °C a la fecha; se calcula
que al final del presente siglo la variación hacia
arriba podría ser de entre 1 y 3 grados
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centígrados. ¿Esto es mucho o es poco?

Si se analizan los procesos de la concurrencia y desaparición de los glaciares, se tiene que


éstos han ocurrido cada 100 000 años, en el último millón de años de vida de la Tierra. Cada
glaciación cubrió de hielo todo el norte de América y Europa. También cada glaciación tuvo
periodos interglaciales cálidos.

La última glaciación tuvo su máximo esplendor hace 20 000 años, cuando el nivel de los
mares y océanos estaba 120 metros más abajo que el actual, y Asia y América estaban
conectados a través del Estrecho de Bering. Asimismo, hace 10 000 años comenzó el
periodo interglaciar más cálido. El último glaciar empezó hace 6000 años aproximadamente,
con temperaturas muy parecidas a las actuales.

En ningún momento de la historia de la Tierra el clima ha sido estable. Cada 5000 o l0 000
años ha habido oscilaciones bruscas del clima de hasta 100 de aumento, seguidas de un
enfriamiento progresivo. Cada oscilación de calentamiento-enfriamiento ha durado entre 500
y 2000 años. Estos cambios climáticos globales se conocen como «Acontecimientos de
Donsgaard Deschger», y se sabe que se han repetido 20 veces a lo largo del último periodo
glaciar que ocurrió en el lapso de los últimos 75 000-15 000 años, teniendo su punto
culminante hace 20 000 años.

La información hasta ahora existente no puede confirmar la interrelación sólida entre el


aumento de los gases de invernadero y un verdadero calentamiento global porque el
aumento de la temperatura media del planeta registrado hasta ahora es de tan sólo 05-0.7°C.
Esta temperatura promedio del globo
terrestre enmascara la concurrencia de
años muy fríos o muy calientes (como fue
el caso del año 1990).

Se ha calculado y modelado que si los


gases de invernadero siguen
acumulándose, para el año 2050 la
temperatura media del planeta se elevará
de 1.5 a 5.5°C. En contraste, la realidad
demostró que en los últimos 113 años la
temperatura global aumentó tan sólo entre
0.5 y 0.7°C, a pesar de la aparición de la
Revolución industrial y la industrialización
actual. En suma, aún no hay acuerdos
sólidos, respecto a si el planeta se está
calentando o no por efecto de los gases de invernadero.

El punto central del tema no radica en saber si realmente las actividades humanas
aumentarán o no la temperatura global. La realidad es que la concentración de los gases de
invernadero ha aumentado de manera desproporcionada en los últimos años como
consecuencia del desarrollo industrial, la deforestación, la quema irracional de combustibles
y la ampliación de la frontera agropecuaria. Esto desde luego tendrá consecuencias
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ambientales negativas que parecen estar asociadas con el calentamiento global y sus
efectos sobre el clima, la distribución vegetal, la biodiversidad, el aumento de lluvias
torrenciales, los cambios en las corrientes marinas y de vientos, la desertización, la sequía,
etc. Sería mejor no arriesgar y prevenir, más que, en el futuro, lamentar.

Lluvia ácida

Se debe a la oxidación de gases emitidos por las industrias (como óxidos de carbono, azufre,
nitrógeno) que se combinan con el agua, ya sea de lluvia o de la humedad de la atmósfera, y
que con la luz solar (reacción fotoquímica) producen pequeñas gotas de ácido: carbónico,
sulfúrico y nítrico, mismos que se precipitan con la lluvia.

La acidez de las lluvias sobre los animales y las plantas causa graves daños; incluso afecta a
la fauna acuática que habita en corrientes y cuerpos de agua a donde llega el agua
acidulada.

La lluvia ácida afecta a las construcciones haciendo una gradual desintegración de sus
componentes, por ejemplo, monumentos de mármol, metales, etc. En las zonas industriales
es común la lluvia ácida; si esta lluvia en su camino atrapa otras partículas ácidas, su
peligrosidad se incrementa.

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El ácido sulfúrico es uno de los ácidos más fuertes y corrosivos que existen. Como su
presencia en la atmosfera es en forma de niebla compuesta por gotas muy pequeñas,
cuando ésta entra en contacto con el hombre le irrita los ojos, la garganta, los pulmones, la
nariz y, en ocasiones, la piel.

Adelgazamiento de la capa de ozono

El agujero en la capa de ozono fue descubierto sobre la Antártida en 1979. El


adelgazamiento de esta capa se atribuye a los clorofluorocarburos (CFC) que se utilizan en
la fabricación de aerosoles, equipos de refrigeración (Ilustración 2.4) y aire acondicionado.
Los CFC y el dióxido de azufre proveniente de las grandes erupciones volcánicas son
compuestos que afectan la capa de ozono que cubre las partes superiores de la atmósfera
terrestre, la cual impide la entrada excesiva de radiación ultravioleta del sol que podría
afectar gravemente a los organismos del globo terrestre, pues provoca quemaduras, ceguera
y cáncer; además, elimina microorganismos, altera el ADN, etcétera.

Los CFC, al entrar en contacto con la luz


ultravioleta, se descomponen y el cloro
reacciona con el ozono, por lo que la capa se
va «corroyendo» poco a poco, permitiendo la
entrada directa de los rayos ultravioleta. A
manera de ejemplo, en la Antártida ya se ha
detectado una gran pérdida de la capa de
ozono, a tal grado que el agujero ha llegado a
ser enorme (casi tan grande como toda
América del Norte), y se sitúa a una altura de
15 a 25 kilómetros.

La disminución del ozono en la alta atmósfera


permite el libre paso de las radiaciones
ultravioleta, que producen reacciones positivas y negativas en el ser humano. Le ayuda en la
síntesis de la vitamina D, que es un antibacteriano, y además previene el raquitismo. Pero los
daños y prejuicios son mayores, pues provoca resequedad y disminución de la elasticidad de
la piel, favorece la aparición de cáncer cutáneo y daña los ojos, produciendo cataratas y
alteraciones en la retina y córnea del ojo. En las plantas disminuye la capacidad de
crecimiento.

De seguir el actual ritmo de producción y el uso de CFC, la capa de ozono se verá muy
afectada, a niveles mortales, en un plazo no mayor a 50 años. Sin embargo,
afortunadamente, dado que el problema ya fue detectado con exactitud y muchas de las
naciones del mundo han puesto empeño en resolverlo, los CFC dejarán de producirse
masivamente en un lapso de cinco años. Aun así, el efecto tardará 10 años después de su
emisión. Es decir, la capa de ozono quedará libre de la «corrosión» por parte de los CFC
hasta 10 años después de que se emitan a la atmósfera las últimas descargas de este
contaminante, pues su efecto es a largo plazo.

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Desertificación

Es la transformación parcial o permanente de un terreno a condiciones tipo desierto con poca


agua, pocos organismos vegetales y animales, muy poca productividad y condiciones
extremas de supervivencia, con lo cual se pierde la diversidad biológica y la capacidad para
sustentar la vida del hombre. El origen de la desertización está en la interacción gradual o
global de procesos erosivos, debidos al agua y al aire, a la salinización, a la degradación
química del suelo y a la alteración de las propiedades físicas, químicas y biológicas del
mismo.

Aunque haya medidas para proteger el suelo, una vez que se ha llegado a la etapa de
desertificación es muy caro y laborioso recuperar este tipo de suelos.

En resumen, la falta de vegetación promueve la erosión, la pérdida de suelo, el descenso


brusco del agua de las montañas a las costas, la poca retención de agua en el suelo y el
subsuelo, la disminución de los niveles freáticos, la pérdida de los recursos forestales locales
y regionales debido a la falta de suelo y humedad y, al final, poco a poco, la aridez y la
desertificación progresiva y extensiva de los ecosistemas.

Para comprender el término desertificación debemos entender el concepto de erosión.

La erosión es el desgaste provocado a la superficie terrestre por efecto de los agentes


erosivos, como el agua, el viento y las actividades agrícolas que modifican la estructura,
composición y estabilidad de los suelos.

La erosión es uno de los fenómenos que atacan al suelo y a la que el hombre debería
temerle más, pues provoca que se pierdan las capas superficiales del suelo en donde existe
la materia orgánica y los nutrimentos necesarios para llevar a cabo una buena y exitosa
agricultura.

Los principales agentes que propician la erosión son el viento y la lluvia, ayudados por
actividades humanas como la deforestación y la agricultura. Es indudable que la vegetación
es la principal protectora del suelo. Cuando llueve, las gotas de lluvia son detenidas por
hojas, ramas y tallos de los vegetales, de tal manera que cuando caen al suelo llegan con
poca fuerza. Aún más, las raíces de las plantas impiden que cuando las gotas de lluvia caen
al suelo, éste se pierda por erosión, pues la red de raíces detiene eficazmente las partículas
de suelo.

Por otra parte, los vegetales o partes de ellos se mueren y caen al suelo formando humus,
que le dan mejor estructura al suelo favoreciendo la permeabilidad del mismo, con lo que
disminuyen drásticamente los efectos de la erosión.

Así pues, en un bosque, selva o simplemente en un predio con vegetación secundaria, el


agua de lluvia llega gradualmente al suelo y se filtra sin formar escurrimientos bruscos y
agresivos. Como resultado de lo anterior, se forman reservas de agua en el suelo y en el
subsuelo —que los vegetales podrán aprovechar posteriormente—, que formarán parte de
escurrimientos subterráneos que, en su momento, conformarán ríos, arroyos y lagos, a partir
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de los cuales el hombre se aprovisionará de agua para uso doméstico, agrícola, industrial,
pecuario, etcétera.

En cambio, cuando el hombre destruye los bosques para usar la madera o para emplear la
tierra con fines agrícolas, trae como consecuencia que la lluvia caiga directamente al suelo,
disgregue los conglomerados de tierra y los arrastre con ella. Así, ocurre la erosión del suelo
y éste es transportado por el agua (y el viento) a través de lechos de ríos, barrancas,
cañadas y laderas, hasta terrenos localizados en las partes bajas. Hay casos en que algunos
lechos de ríos, lagunas o represas quedan tan azolvados que prácticamente pierden su
capacidad de almacenar y conducir agua. Asimismo, la caída del agua, desde las montañas
hasta las partes bajas, es tan brusca (pues no hay vegetación ni suelo que la detenga) que el
hombre no tiene tiempo de captarla y la pierde. Esto tendrá como consecuencia la falta de
agua para las personas y épocas más prolongadas de sequía. Como consecuencia, las
aguas subterráneas disminuirán su nivel freático.

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Dentro de los aspectos que se deben cuidar para evitar la erosión y la desertización están los
siguientes: hacer un ordenamiento adecuado del uso del suelo; en las tierras con vocación
agrícola, arar y cultivar el suelo de manera que éste nunca se erosione (nunca a favor de la
pendiente); en los terrenos de vocación forestal, no incluir actividades agrícolas intensivas ni
extensivas con plantas cultivables de ciclo corto; tomar medidas permanentes de
conservación del suelo; llevar a cabo programas permanentes de reforestación; hacer obras
hidráulicas para impedir la erosión de origen hídrico, y controlar el pastoreo en zonas
forestales.

Entre las medidas que se pueden adoptar para combatir la erosión y la desertificación están
los siguientes:

1. Hacer un ordenamiento adecuado de las regiones del país o del mundo, según sea el
caso, para detectar las zonas que tienen la mejor vocación para los cultivos agrícolas
existentes o extensivos.

2. Evitar la ampliación de la frontera agrícola y ganadera mediante la destrucción de las


selvas y los bosques del país.

3. Intercalar zonas agrícolas con zonas de conservación de especies vegetales y


animales.

4. Mejorar y hacer eficientes los sistemas de riego y las obras de captación e infiltración
del agua de lluvia.

5. Evitar la agricultura en pendientes demasiado pronunciadas.

6. Promover obras para hacer eficiente el uso del suelo y evitar su pérdida.

7. Promover la utilización de prácticas agrícolas y el uso del agua y suelo no


convencionales o adaptados a nuestro medio, sobre todo en las zonas en que no se
pueden hacer cultivos extensivos, por ejemplo, camellones, terrazas, chinampas,
bardas, jagüeyes, riego por goteo, etcétera.

8. Promover la agricultura orgánica en donde pueda ser utilizada, y así disminuir el uso
de pesticidas y fertilizantes inorgánicos que dañan al suelo.

9. Recurrir a la utilización de especies vegetales útiles, aunque no convencionales, que


son utilizadas como alimento para las diferentes áreas de la industria.

10. Mejorar el desarrollo científico y tecnológico en materia agrícola para obtener


variedades cultivables más productivas y nutritivas.

11. En general, mejorar la productividad del campo mexicano, la situación económica,


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cultural y de servicios de los campesinos de nuestro país. Entre más capacitados y
cultos sean nuestros campesinos, que son los productores de alimentos del país,
mejor utilizarán los recursos naturales de la nación.

12. Evitar el gasto excesivo de energía, de agua, del suelo, de la flora y la fauna. Es
necesario que produzcamos los alimentos que nos hacen falta. No vale la pena
producir sólo con la finalidad de vender internamente o para exportar con el único fin
de enriquecernos, si ello conlleva un mal uso o un uso excesivo de los recursos. Hay
límites en la utilización de recursos y debemos actuar eficazmente y con mesura
dentro de esos límites.

Se conoce como extinción masiva a la desaparición de grandes grupos de organismos


vivos, en un lapso corto.

A lo largo de los 3500 millones de años en que han evolucionado los seres vivos, los
procesos de selección natural y de adaptación han desembocado en la aparición y
desaparición de organismos que han estado presentes en el planeta, según las condiciones
medioambientales prevalecientes en cada momento evolutivo de la Tierra. Después de la
monótona presencia de los primeros organismos unicelulares, heterótrofos y procarióticos
que al principio invadieron el planeta, la diversidad de condiciones que se fueron dando
provocó que los organismos sufrieran variaciones adaptativas que, con el tiempo,
constituyeron la característica biodiversidad que se dio en el planeta Tierra. Hubo plantas y
animales que se desarrollaron en el agua; otros organismos se diversificaron e invadieron la
tierra firme y otros más se adaptaron para desplazarse por el aire.

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En diferentes etapas de la evolución biológica y del ambiente también hubo grandes
extinciones que afectaron la biodiversidad del momento; sin embargo, la vida no se extinguió.
Algunos organismos desaparecieron, pero se presentaron nuevas oportunidades para otros
que evolucionaron y dieron lugar a la diversidad actual, que no es estática ni la última del
planeta, sino que también está y estará en constante evolución.

En épocas recientes, en un periodo no mayor a 350 000 años —que es la fecha a la que se
remontan los antecedentes más cercanos del hombre moderno— la pérdida de la
biodiversidad es preocupante. Con la desaparición paulatina de las selvas y bosques, que
son los depositarios naturales de la mayor parte de la diversidad de organismos del planeta,
el número de especies diferentes ha disminuido. Aún más, a partir del origen de la
agricultura, hace 10 000 años, el problema se agudizó.

Existen evidencias de que la biodiversidad está disminuyendo debido a la tala y quema de


bosques, a la sobreexplotación de vegetales y animales, al uso de tierras silvestres para
manejo pecuario y agrícola; en general, a la destrucción de los diversos hábitats. Como es de
suponerse, esto ha provocado la reducción del número de especies y, junto con ello, la
reducción de la diversidad genética de las mismas. Como no hay un inventario mundial ni
nacional de biodiversidad, desgraciadamente, ni siquiera sabemos los alcances de este
proceso.

También se prevé que para el año 2050 el número de plantas extintas o en alto riesgo de
extinción puede alcanzar entre 60000 a un millón de especies, aproximadamente. Aunque
esta lista de plantas en extinción no se puede considerar exacta, es indiscutible que indica
que la pérdida de biodiversidad se está dando como consecuencia de la acelerada alteración
de los ecosistemas.

Al ritmo actual de destrucción de selvas y bosques que existe en el planeta, es muy probable
que en muy pocos años el número de especies que se hallan en el mundo se vea
fuertemente reducido. En su lugar, habrá muchos organismos representados en muy pocas
especies. Es decir, se habrá perdido la biodiversidad.

Por lo dicho anteriormente, se puede


deducir que a partir de la aparición del
hombre sobre la Tierra, éste ha actuado
sobre el medio ambiente para explotar sus
recursos con el fin de poder subsistir. A lo
largo de su, existencia el hombre ha
transformado los ecosistemas para extraer
de ellos materia (para alimentarse, vestirse
y mantenerse) y energía. Asimismo, ha
creado ecosistemas artificiales para vivir
(ciudades) y alimentarse (granjas, cultivos
artificiales). Con ello ha afectado a la
biodiversidad del planeta.

En la actualidad y después de haber logrado


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una extraordinaria capacidad de adaptación, el hombre prácticamente ya ha ocupado todos
los ecosistemas del mundo. Hay seres humanos viviendo en los polos helados del planeta,
en los desiertos, en las selvas y los bosques, en las montañas, en los valles, etc. Aunque,
como cualquier otro organismo, ha estado sometido a los mecanismos reguladores naturales
de las poblaciones, su éxito como especie ha sido rotundo, devastador e inquietante.
También es probable que, en su momento, el declive de la especie humana también sea
rotundo y devastador.

Es evidente que los ecosistemas


artificiales no son cíclicos ni
autosuficientes, como lo son los
naturales. Es necesario importarles
materia y energía para que puedan
sobrevivir, es decir, en la ciudad es
imposible cultivar los alimentos que
sostienen a los humanos que
habitan en ella, por lo que es
necesario traerlos de las zonas
productivas aledañas y lejanas. Así,
pues, las grandes ciudades
contribuyen mayormente a la
degradación del ambiente ya que
sus habitantes son consumidores
insaciables de alimento y energía.
Las grandes ciudades son
generadoras de basura, aguas residuales, gases atmosféricos contaminantes y desechos
industriales, todo ello sin que produzcan materias primas alimenticias o energéticas. Los
ecosistemas artificiales son altamente deficitarios.

Aunque en menor medida, los ecosistemas naturales transformados también son deficitarios.
Por ejemplo, al eliminar un bosque para introducir un cultivo de maíz, ocurre que los
nutrientes son sacados del ecosistema en la madera que es extraída y utilizada en Otros
lugares. Con este hecho se crea un desbalance de nutrientes en el suelo. Para poder
compensar dicho desequilibrio y para que el cultivo de maíz prospere adecuadamente, será
necesario importar fertilizantes y agregárselos al suelo.

Bajo este esquema de análisis, es un hecho que los ecosistemas son frágiles, pero nobles,
pues de ellos depende el hombre de manera total e indisoluble. En reciprocidad, el hombre
debe mantener la filosofía de subsistir mediante la explotación racional, planeada y sostenida
de los recursos naturales, para lo cual se deben establecer nuevas directrices y políticas de
corresponsabilidad con el ambiente físico y biológico.

Dado que los ecosistemas artificiales no se auto sustentan, los humanos necesitamos, cons-
tantemente, incursionar en los ambientes naturales para poder sobrevivir. Esta acción afecta
en general a la biodiversidad mundial. Nuestras incursiones a este tipo de ecosistemas
deben ser racionales y planeadas.

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Erosión de suelos por deforestación

El suelo no es un material inerte, es un cuerpo natural y dinámico constituido por varias


capas (horizontes) superpuestas. En él hay bacterias, materia orgánica, gusanos, insectos,
gases, minerales, agua, entre otros componentes, es decir, el suelo es una mezcla de
compuestos y seres vivos sobre la que viven los organismos y de la que se sostienen las
plantas. El suelo es uno de los recursos naturales más importantes.

La capa de suelo fértil y cultivable no rebasa los 20 m de profundidad (en tierras fértiles), por
lo que la acción del hombre a través de sus actividades de uso de la tierra produce más
efectos perjudiciales que benéficos. Además, convierte las zonas de vegetación natural en
tierras de cultivo y a menos que realice un uso adecuado de éstas, la interferencia humana
acelera la erosión a través de actividades como la roza, tumba y quema. También influyen el
empleo de abono y fertilizantes, y el
sobrepastoreo.

La deforestación es una de las


actividades humanas más preocupantes
de la actualidad.

Desde su aparición en el planeta, el


hombre ha utilizado a los vegetales para
obtener energía, alimento, protección,
vivienda, resinas, colorantes, etc.; por ello
desde hace cientos de miles de años, el
ser humano ha practicado la
deforestación, que es la acción de derribar
árboles y quitar la capa vegetal presente
sobre el suelo.

Desde que se inició la agricultura (hace 10


000 años, aproximadamente), el ser humano no ha cesado de deforestar las regiones del
planeta donde vive para ampliar la frontera agrícola. Aun en nuestros días, la superficie de
suelo para agricultura y ganadería ha ido en aumento, mientras que las áreas arboladas del
mundo se han ido reduciendo de manera alarmante.

Aunque los bosques y selvas son recursos


renovables y deberían ser la base del
desarrollo y manutención de nuestra
población, no hemos tenido el tino y la
inteligencia necesarios para desarrollar una
cultura universal suficiente que nos lleve a
proteger estos recursos. Nos los estamos
acabando debido al uso irracional de los
mismos. Así, la deforestación es una
actividad muy peligrosa que afectará
negativamente el desarrollo de la
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humanidad. Esta nociva acción se lleva a cabo diariamente. Cada mañana que despertamos,
cientos de hectáreas boscosas y selváticas ya fueron destruidas en el planeta, y esto tendrá
consecuencias.

Al eliminar las áreas arboladas naturales se afecta a la biodiversidad del planeta, al


ciclo del agua, del oxígeno y del CO2, al clima, etc. Por lo mismo, no debe extrañarnos
que frecuentemente padezcamos inundaciones, tormentas de polvo, derrumbes, variaciones
climáticas abruptas, desertización, degradación del paisaje, pérdida de especies, disminución
de la productividad natural, escasez de alimentos, etcétera.

La deforestación no es un problema local o regional, es decir, no es un asunto de un país o


un continente; es un problema global de la población humana. Las comunidades que aún
tienen zonas arboladas tienen el problema de administrar racionalmente sus recursos; por el
contrario, las comunidades deforestadas ya no tienen recursos forestales, pero los necesitan.
No es posible quedarse con la premisa de que si la deforestación es una actividad negativa,
entonces las comunidades que ya no tienen vegetación no tienen ese problema.

Las regiones deforestadas y desertizadas son un problema mundial creado que puede y
debe revertirse con acciones de reforestación y prevención.

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Como se puede entender, el suelo es uno de los recursos más valiosos ya que de él
dependemos la mayor parte de los seres vivos terrestres. Por lo mismo es importante que
mantengamos una visión permanente en la conservación de los suelos. La deforestación, el
flujo del agua y el viento son las principales causas de la erosión y pérdida del suelo, lo cual,
con el tiempo, puede llevar a la desertificación.

2.3 PRINCIPALES ÁREAS PROTEGIDAS DEL PAÍS

La conservación y protección de los recursos naturales constituye una prioridad en la política


ambiental de México; con estos principios fue creado el Sistema Nacional de Áreas
Protegidas (SINAP) sustentado en la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección
del Ambiente.

El SINAP tiene como objetivos:

1. Preservar los ambientes naturales representativos de las diferentes regiones


biogeográficas y ecológicas de los ecosistemas más frágiles.
2. Salvaguardar la diversidad genética de las especies silvestres, en particular las
endémicas, amenazadas o en peligro de extinción.
3. Asegurar el aprovechamiento racional de los ecosistemas.
4. Proporcionar un campo propicio para la investigación científica y el estudio de los
ecosistemas.
5. Generar conocimiento y tecnologías que permitan aprovechar racional Y
sostenidamente los recursos naturales.
6. Proteger los entornos naturales de zonas, monumentos y vestigios arqueológicos,
históricos y artísticos de importancia para la cultura e identidad nacional.

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El Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas se compone de nueve categorías que se
diferencian entre sí por sus objetivos de manejo y por el tipo de usos permitidos.

Áreas naturales protegidas

Parques nacionales. Son áreas representativas de uno o más ecosistemas que han sido
alterados por el hombre; su belleza natural los hace ideales para las actividades recreativas y
su flora y fauna tienen un valor histórico, científico y educativo.

Ejemplos: Pico de Orizaba (Veracruz y Puebla), Cofre de Perote (Veracruz), Desierto de los
Leones (D.F.), Palenque (Chiapas), Grutas de Cacahuamilpa (Guerrero).

Reservas de la biósfera. Son zonas con una extensión superior a 10 000 hectáreas
integradas por áreas biogeográficas representativas y relevantes de ecosistemas naturales,
modificados o degradados por la acción del hombre y al menos una zona no alterada en la
que habitan especies endémicas amenazadas o en peligro de extinción; combinan la
conservación, investigación, enseñanza y capacitación, así como su función integradora con
las poblaciones locales.

Ejemplos: Montes Azules (Chiapas), Pantanos de Centla (Tabasco), Sierra Gorda


(Querétaro), El Vizcaíno (Baja California).

Reservas especiales de la biósfera. Son zonas representativas de uno o más ecosistemas


que prácticamente no han sido alterados por el hombre en las que habitan especies que se
consideran endémicas, amenazadas o en peligro de extinción; otra diferencia con las
reservas de la biodiversidad es que éstas tienen menos superficie y número de ecosistemas.

Ejemplos: Sierras de Santa Martha y Volcán de San Martín (Veracruz), Cascadas de Agua
Azul (Chiapas), Mariposa Monarca (Michoacán-Estado de México).

Áreas de protección de flora y fauna silvestres y acuáticas. Son zonas que contienen los
hábitats de cuyo equilibrio y preservación dependen la existencia, transformación y desarrollo
de las especies de flora y fauna silvestres y acuáticas. Actividades permitidas: investigación,
protección y conservación de ecosistemas.

Ejemplos: Laguna de Términos (Campeche), Ajusco (que abarca los estados de Morelos,
Estado de México y DF), Chan Km (Chiapas), la Primavera (Jalisco).

Monumentos naturales, Son áreas que contienen uno o varios elementos naturales de
carácter único para la ciencia y de gran valor estético. En las zonas incluidas en esta
categoría se prohíbe alterar el lugar; las visitas educativas y turísticas tienen un carácter
restringido con el fin de conservar mejor la zona.

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Ejemplo: Cerro de la Silla (Nuevo León), Bonampak (Chiapas), Yagul (Oaxaca).

Parques nacionales marinos. Son zonas marinas, playas y áreas federales marítimo-
terrestres donde sólo se autorizan actividades de conservación, investigación y educación
ambiental orientadas a racionalizar el uso de los recursos.

Ejemplos: Sistema Arrecifal Veracruzano y Arrecife Alacranes

Áreas de protección de recursos naturales. Son aquellas destinadas a la preservación y


restauración de zonas forestales y a la conservación del suelo y agua. Se consideran dentro
de esta categoría de manejo las siguientes áreas:

I. Reservas forestales
II. Reservas forestales nacionales
III. Zonas protectoras forestales
IV. Zonas de restauración y propagación forestal
V. Zonas de protección de ríos, manantiales, depósitos y, en general, fuentes de
abastecimiento de agua para el servicio de las poblaciones.

Parques urbanos. Áreas de uso público, con ecosistemas naturales, artificiales o elementos
de la naturaleza dedicados a proteger un ambiente sano para el esparcimiento de la
población y proteger valores artísticos, históricos y de belleza natural de importancia regional
o local.

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Ejemplos: Cerro de Macuiltépeti, Los Tecajetes (Xalapa, Veracruz).

Zonas sujetas a conservación ecológica. Áreas con uno o más ecosistemas en buen
estado de conservación destinadas a preservar los elementos naturales indispensables al
equilibrio ecológico y bienestar general.

Ejemplos: Cerro El Potosí (Nuevo León), Parque Nacional Cerro de la Estrella (DF,
delegación Iztapalapa), Xochimilco (DF).

Es claro que los gobiernos federal, estatal y municipal de nuestro país desean que el SINAP
sea el instrumento que permita asegurar la preservación y el uso racional de nuestros
recursos naturales, incluyendo en él áreas representativas de los ecosistemas de todo el
país.

Es necesario lograr que la sociedad se involucre y participe conscientemente en la protección


de su patrimonio natural. Asimismo, resulta indispensable la colaboración del sector privado y
de las instituciones académicas para multiplicar las alternativas y recursos destinados a la
conservación de dicho patrimonio.

El financiamiento para la conservación es uno de los procesos críticos de los cuales depende
esta política a largo plazo de creación y manejo sustentable de áreas naturales protegidas.

El ecoturismo (turismo ecológico) en áreas naturales protegidas podría ser una de estas
opciones. Un turismo responsable y bien organizado podría tener dos objetivos:

Obtener los recursos que tanta falta hacen para financiar los programas de protección y
manejo de áreas naturales protegidas.

Acrecentar el conocimiento de nuestro territorio entre la población, con efectos favorables de


nuevas preferencias sociales y de actitudes individuales a las prioridades ambientales.

Ejemplo: Estero Palo Verde (Colima), Puerto Peñasco (Sonora), Roca Partida (Veracruz).

2.4 LEGISLACIÓN AMBIENTAL MEXICANA

La protección del medio ambiente es primordial para mejorar la calidad de vida de las
actuales y futuras generaciones. En nuestro país, la educación ambiental es una opción para
contribuir al cuidado del ambiente y al desarrollo sustentable.

Prácticamente, las acciones legales en materia ambiental para proteger los recursos
naturales de nuestro país se iniciaron en 1876, con la declaratoria de expropiación del
«Desierto de los Leones», en el Estado de México; las leyes, decretos, normas y
reglamentos que se han emitido sobre el tema se empezaron a generar a partir de 1935.

A nivel federal, estatal y municipal se han creado varias dependencias gubernamentales


cuya función es administrar y hacer cumplir las leyes ambientales. Es a partir de 1988 y

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tomando como base la Ley General del Equilibrio Ecológico y la de Protección al Ambiente
que varios estados han venido emitiendo sus propias leyes, tal es el caso de Yucatán (1988),
Aguascalientes, Querétaro (1989), Veracruz (1990), entre otras entidades.

Algunos municipios como Puebla, Querétaro, Xalapa. Veracruz y Tlaxcala también han
emitido sus propios reglamentos en materia ambiental.

Existen regulaciones para poner en práctica cada ley como resoluciones, ordenes, decretos,
etc., y estándares conocidos como normas oficiales mexicanas.

A partir de 1993 y con la finalidad de ordenar y normalizar muchas de las actividades de


medición y control de perímetros ambientales, se han emitido Normas Oficiales Mexicanas
(NOM), algunas de las cuales se describen a continuación:

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En 1996 se publica el decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones a la Ley
General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.

En 1996, nuevamente se emiten normas oficiales mexicanas para garantizar la susten-


tabilidad de las actividades económicas. Estas normas mexicanas se refieren a emisiones a
la atmósfera, aguas residuales y residuos peligrosos, entre otras cosas; son de carácter
obligatorio y tienen como objetivos:

I. Establecer los requisitos, especificaciones, condiciones, procedimientos, metas,


parámetros y límites permisibles que deberán observarse en regiones, zonas, cuencas
o ecosistemas, en aprovechamiento de recursos naturales, en el desarrollo de
actividades económicas, en el uso y destino de bienes, en insumos y en procesos.

II. Considerar las condiciones necesarias para el bienestar de la población y la


preservación o restauración de los recursos naturales y la protección al ambiente.

III. Estimular o inducir a los agentes económicos para reorientar sus procesos y
tecnologías a la protección del ambiente y al desarrollo sustentable.

IV. Otorgar certidumbre a largo plazo a la inversión e inducir a los agentes económicos a
asumir los costos de la afectación ambiental que ocasionen.

V. Fomentar actividades productivas en un marco de eficiencia y sustentabilidad.

La expedición y modificación de las normas oficiales mexicanas en materia ambiental se


sujetarán al procedimiento establecido en la Ley Federal sobre Metrología y Normalización.

Ley General del Equilibrio Ecológico

A partir de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente se han con-
formado toda una serie de leyes, decretos, normas y reglamentos (Ilustración 2.10) de índole
federal, estatal y municipal que protegen debidamente nuestros recursos naturales. A
manera de ejemplo, se tiene que la ley antes mencionada tiene por objeto establecer las
bases para:

21
I. Definir los principios de la política ecológica general y regular los instrumentos para su
aplicación.

II. El ordenamiento ecológico.

III. La preservación, la restauración y el


mejoramiento del ambiente.

IV. La protección de las áreas naturales, la


flora y la fauna silvestres y acuáticas.

V. El aprovechamiento racional de los


elementos naturales de manera que sea
compatible la obtención de beneficios
económicos con el equilibrio de los
ecosistemas

VI. La prevención y el control de la


contaminación del aire, agua y suelo.

VII. La concurrencia del gobierno federal, de las entidades federativas y de los


municipios, en la materia.

VIII. La coordinación entre las diversas dependencias y entidades de la


Administración Pública Federal, así como la participación corresponsable de la
sociedad, en las materias de este ordenamiento.

En síntesis, el esquema legal de nuestro país en materia ambiental tiene un constante grado
de mejora y definición y se está avanzando bastante en los mecanismos para la aplicación y
el seguimiento de las disposiciones legales, en los tres niveles de gobierno, es decir, en la
federación, en los gobiernos de los estados de la República y en los gobiernos municipales.

A continuación se citan dependencias relacionadas con la protección del medio


ambiente:

Semarnat: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.


Profepa: Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente.
Sedesma: Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente.
Protección Civil: Secretaría de Protección Civil.
Conagua: Comisión Nacional del Agua

Concepto de Desarrollo sustentable

El concepto de Desarrollo sustentable se dio a conocer mundialmente a partir del Informe


Bruntland publicado en 1987 (Conferencia mundial de las Naciones Unidas sobre el medio
ambiente y el desarrollo) y lo define como “el desarrollo que satisface las necesidades del
presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones para satisfacer sus
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propias necesidades”.

Existen muchas definiciones de Desarrollo sustentable, pero más allá de dar o entender una
definición, lo que se necesita es comprender los mecanismos requeridos para el uso
racionado de los recursos naturales, así como la protección de la biodiversidad, por lo que es
necesario impulsar y participar con mayor entusiasmo en los programas de educación
ambiental para el desarrollo sustentable y proyectos de enseñanza-aprendizaje que
contribuyan a mejorar las condiciones del ambiente y, por lo tanto, de los seres que vivimos
en la Tierra.

Por otra parte, conviene aclarar los conceptos sostenido y sostenible, que con cierta
frecuencia son utilizados como sinónimos de sustentable:

Sustentable: es el proceso de conservar algo en su ser o estado; sostener algo para que no
caiga; que tiene basamento de apoyo, asegurando su permanencia en el tiempo.

Sostenible: proceso que puede mantenerse por sí mismo, por un tiempo indefinido, sin la
pérdida de los recursos existentes.

Sostenido: hecho que se mantiene invariable en el transcurso del tiempo.

Aunado a los términos anteriores, desarrollo significa acción y efecto de desarrollar o


desarrollarse, que implica acrecentar o dar incremento a algo de orden físico, intelectual o
moral; es decir, progresar y crecer económica, social, cultural y políticamente.

Objetivos críticos para el medio ambiente y el desarrollo de las políticas que encuadran
el concepto de desarrollo sustentable, propuestos por el Informe Brundtland.

1. Reactivar el crecimiento, sobre todo en los países pobres.

2. Modificar la calidad del crecimiento entendiendo por esto que sea menos
intensivo en el uso de materias primas y energía, por. lo que se debe mantener
una reserva de capital natural, así como mejorar la distribución de la renta y reducir
la vulnerabilidad a las crisis económicas, prestando especial atención a variables
socioambientales como educación, salud, agua, aire limpio y conservación de
áreas naturales.

3. Atender a las necesidades humanas básicas. Partiendo del supuesto de que los
países ricos las tienen cubiertas, el objetivo se dirige sobre todo a los países pobres.
Entre las más relevantes se encuentran: empleo alimentación energía y
saneamiento ambiental

4. Asegurar niveles sustentables de población. Se debe considerar la relación entre


las personas y la disponibilidad de recursos.

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5. Conservar y mejorar la base de recursos lo que conlleva al mantenimiento de la
biodiversidad como factor necesario para el funcionamiento, de los ecosistemas y la
biosfera, por lo que las políticas deben considerar la mejora en el nivel de vida, sobre
todo en aquellas zonas bajo disturbio y pobreza de recursos.

6. Reorientar la tecnología y gerenciar el riesgo, siendo ésta el elemento clave para la


solución de los principales problemas; por lo que se requerirá que se oriente a, la
atención de los aspectos ambientales del desarrollo por ser hasta ahora prioritarios.

7. Incorporar el ambiente y la economía en los procesos de decisión; para esto se


necesitara cambiar actitudes y objetivos, por lo que la comunidad y el Gobierno
deberán participar de manera conjunta en este proceso de cambio.

Los objetivos centrales que persigue el Desarrollo sustentable pueden sintetizarse en seis
grandes líneas.

1. Satisfacer las necesidades


humanas básicas; esto se enfoca
directamente hacia lo alimentario, para
evitar el hambre y la desnutrición.

2. Lograr un crecimiento
económico de manera constante, lo
dual se considera una condición
necesaria, pero no suficiente. Se busca
que las economías produzcan bienes y
servicios para atender a la población.

3. Mejorar la calidad del crecimiento económico, en particular las posibilidades de


tener acceso equitativo a los recursos naturales y a los beneficios del desarrolló.

4. Atenderlos aspectos demográficos; en especial reducir los altos índices de


desarrollo poblacional.

5. Seleccionar opciones tecnológicas adecuadas; se pretende estimular la


investigación y la capacitación técnica para reducir las transferencias tecnológicas,
particularmente en los países en desarrollo.

6. Aprovechar, conservar y restaurar los recursos naturales; se debe evitar la


degradación de los recursos, proteger la capacidad de la naturaleza, favorecer su
restauración y evitar ante todo los efectos adversos que dañan a la sociedad y a los
ecosistemas.

Miguel A. Desarrollo sostenible


Una propuesta ante la disolución del progreso.

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La tendencia actual aparente, la prospectiva y los buenos deseos indican que el ser humano
deberá establecer bases más claras y eficaces para lograr la administración de los recursos
naturales, con la finalidad de que, hacia el año 2050, el uso de los mismos se haga de
manera más equitativa. De igual manera se tiene la idea y el interés de que el ambiente sea
más sano y amigable para las generaciones del futuro. Para lograrlo, las organizaciones de
incumbencia internacional (ONU, PNUMA, FAO y otras) siguen proponiendo acuerdos y
tratados que deben respetar los países firmantes, dentro del ámbito de la preservación del
ambiente y la utilización racional de los recursos naturales.

Estas organizaciones, además, impulsan que los países generen sus propias leyes,
reglamentos y normas, con los mismos fines.

Sin embargo, cabe hacerse las preguntas siguientes: ¿hasta cuándo alcanzarán los recursos
naturales? ¿Para cuántos alcanzarán dichos recursos? ¿Se puede lograr la sustentabilidad?

Independientemente de contestar las preguntas anteriores, la idea del desarrollo


sustentable implica que el hombre lleve a cabo un manejo racional (con inteligencia, con uso
de la razón) de los recursos naturales renovables y no renovables para existir y subsistir. Los
recursos naturales, transformados o no, sólo alcanzan para sostener a una determinada
cantidad de seres humanos; más allá de esos límites de recursos, los humanos no podrán
crecer en número, so pena de sufrir bajas, cambios drásticos en el ambiente o desequilibrios
ecológicos adversos. También podrán diezmar a la población humana. A futuro, el
crecimiento poblacional de la humanidad se mantendrá en los límites que los recursos
naturales y el ambiente les impongan, permaneciendo dicha población estable o casi estable.

Ahora bien, tal y como ya se mencionó, el desarrollo sustentable implica asegurar la


estancia de los humanos en la Tierra por muchos miles de años más utilizando
racionalmente los recursos naturales.

¿Cómo se puede lograr Desarrollo sustentable? Son muchas y variadas las formas mediante
las que el hombre puede asegurar su supervivencia en la Tierra a largo plazo. Sin embargo,
todo tipo de actividad antropogénica debe estar enmarcada bajo el concepto del
aprovechamiento racional. Es imposible evitar la expansión de las ciudades, la agricultura
extensiva, la ganadería extensiva, el uso de las maderas, el desarrollo industrial y todas y
cada una de aquellas actividades que proporcionan satisfactores para cubrir las necesidades
básicas y no básicas del hombre. Pero lo que sí puede hacerse es evitar la explosión
demográfica, el consumismo, la explotación irracional de los recursos, la contaminación
agresiva y las prácticas agropecuarias que dañan a los ecosistemas y comprometen su
equilibrio. Para lograrlo, todos los sistemas productivos inadecuados, anacrónicos y dañinos
al medio ambiente deberán ir desapareciendo de la cultura humana. En cambio, se debe dar
paso a las ecotecnologías, que son técnicas de todo tipo que están adaptadas para
aprovechar al máximo los recursos energéticos y biomásicos de los ecosistemas, para
producir alimentos y otros artículos necesarios para la humanidad.

Dentro de las ecotecnologías se tienen aquellas que permiten el aprovechamiento racional


de los recursos vegetales y animales, tanto terrestres como acuáticos, como es el caso de
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algunas tecnologías tradicionales de agricultura (chinampas, bordos, terrazas), la agricultura
intensiva (hortalizas, cultivos hidropónicos, estanques de algas y viveros, entre otros), la
acuicultura (para producir camarón, peces, crustáceos, algas, etc.), la silvicultura (para
producir maderas preciosas o con fines energéticos), entre otras.

Hasta ahora, el concepto del Desarrollo sustentable ha tenido poco efecto en las economías
de mercado y en la mayor parte de los países del mundo. Casi todos los gobiernos del
planeta están enfrascados en una loca carrera por mejorar las condiciones de vida de los
gobernados. Así, los países desarrollados (20% de la población mundial) consumen más de
80% de los recursos naturales de la Tierra, y los países subdesarrollados (80% de la
población mundial) tratan de obtener mejores ingresos y elevar sus niveles de vida. Bajo este
esquema, el crecimiento poblacional está seriamente enfrentado con la disposición y buen
uso de los recursos.

Las economías de mercado viven del comercio y del intercambio de materias primas y
productos de un país a otro. En general, los países desarrollados procuran obtener recursos
naturales y mano de obra baratos, y venden productos elaborados caros. En cambio, los
países en desarrollo carecen de la tecnología necesaria para dar valor agregado a las
materias primas. Son ávidos consumidores de productos elaborados.

En la práctica ningún país es independiente y autosuficiente desde el punto de vista de la


utilización de los recursos naturales para mantener en óptimas condiciones el crecimiento de
su población.

Algunos países requieren petróleo; otros, granos; algunos más, carne, leche, huevos, etc.,
que otros países poseen en excedentes y que pueden intercambiar mediante el comercio.

Los países desarrollados son los que más consumen recursos naturales y los que más
contaminan.

Los países en desarrollo consumen menos recursos, contaminan menos, pero viven
empobrecidos debido a su excesivo crecimiento poblacional y al poco desarrollo científico y
tecnológico para aprovechar óptimamente sus recursos naturales.

El Desarrollo sustentable no puede ser concebido como la acción propositiva de un país o un


grupo de ellos; es una propuesta global donde las actividades comerciales tienen que ser
más racionales y donde el precio de los recursos naturales tiene que ser justo. Todo ello
dentro de un esquema productivo menos contaminante y más eficiente.

Esto necesariamente redundará en la mejora de vida global, una mejor planeación del uso
racional de los recursos, equidad social, desarrollo económico, progreso, mayores
oportunidades, menos acumulaciones de riqueza excesiva en pocos países y personal,
menos pobreza, más educación, etcétera.

La globalización y el Desarrollo sustentable deben obrar juntos, pues el mejoramiento


social y económico ya no se puede desligar de las políticas ambientales encaminadas hacia
el buen uso de los recursos naturales del planeta. Es necesario que seamos más sobrios y
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humildes al reconocer que somos consumidores de los ecosistemas y estamos sujetos a la
disponibilidad de los recursos naturales para asegurar nuestra supervivencia. Nos urge un
nuevo estilo de vida, de desarrollo social y de perspectiva ambiental. El modelo de
desarrollo actual ya está caduco, y la economía de mercado globalizadora es demasiado
sobre explotadora de los recursos naturales y humanos como para seguir manteniéndola en
las próximas décadas.

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