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La RAE
Por:
Cristian Camilo Córdoba
José Manuel Ríos
Real Academia Española. Fundada en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pa-
checo y Zúñiga, marqués de Villena. Su función más importante es velar para que los cambios
constantes surgidos en nuestro idioma, de acuerdo con las necesidades y evolución de la socie-
dad hispanohablante, sean efectivos.
La RAE también se encarga de cuidar que dicha evolución conserve el estilo que el
idioma ha tenido desde sus inicios. Dicho de otra manera, que se acomode a la actualidad, pero
que no pierda su origen. Todo esto con un profundo estudio y la continua relación con las acade-
mias de los países hispanohablantes.
Son 46 la cantidad de académicos que se encargan de velar por lo antes mencionado. Son
elegidos por medio de una votación de la junta de gobierno, donde se buscan los académicos más
dignos para este cargo.
Por mucho que cambie el mundo, por más que lleguen nuevas tecnologías, instituciones
tan tradicionales como la RAE, no perderán importancia en la sociedad, pues, aunque técnicas
como escribir a mano o la misma imprenta hayan perdido protagonismo, porque ya se escribe en
forma digital. Así se escriba de esta manera u otra, las normas de la RAE seguirán presentes para
nuestra forma de expresar y de escribir.
La RAE es importante, desde su fundación hasta la actualidad. Sus lexicógrafos “tienen
procederes y siempre responden a intenciones o prácticas institucionales y socioculturales”
(Cueva, M. A. L. 2018). A este respecto, los lexicógrafos han adaptado el lenguaje de manera
que sea más cómodo y conocido para el común de las personas. Esto se ve reflejado en la forma
como se escribía y se hablaba hace más o menos unos 100 años, por ejemplo, comparado con la
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forma actual; es muy diferente. Hoy en día no es tan difícil entablar una conversación sin impor-
tar estrato social o los conocimientos adquiridos de parte y parte. La explicación a esto es que
como el lenguaje (y las campañas educativas) se ha esparcido más por el mundo, no es complejo
comunicarse. Ocurre también que hay personas que tienen mucha academia y su forma de escri-
bir o hablar es difícil para las demás personas, pues si no están al mismo nivel académico difícil-
mente se entiendan. El punto al cual quiero llegar es que antes solo se entendían de acuerdo con
la clase social en la que la persona estuviese; lo contrario, ahora, que el leguaje es un poco más
global, gracias a la gran labor de los lexicógrafos.
Así como la mayoría de las normas redactadas por la RAE son muy buenas, hay otras po-
cas normas que a mi parecer aún están indefinidas y que los lexicógrafos se equivocan. Se sabe
que ellos buscan evolucionar el lenguaje, pero tampoco hasta el punto de admitir normas que dan
la sensación de acomodarse a malas formas de escribir. Por ejemplo, la norma sobre tildar algu-
nas palabras: “Se debe tildar o no el adverbio solo, los pronombres demostrativos este, ese y
aquel y sus correspondientes femeninos”. (Vicente G. Olaya 2023).
En 2010 estos acentos fueron retirados por norma de la RAE. Pero actualmente la misma
RAE los dejó a criterio de quien escriba. Pienso que estos acentos son importantes para evitar
confusiones. Para conocer un poco el propósito de la RAE es importante conocer un poco del
origen del lenguaje como tal para poder fundamentar una estructura que rige en la actualidad en
nuestro idioma, es importante abordar como se han constituido una serie de normas y reglas que
benefician en gran medida la comunicación oral y escrita y por lo tanto fortalece el conocimiento
como tal, es pertinente aclarar que desde sus inicios la RAE fue una construcción colectiva que
cada día sigue evolucionando y perdura en el tiempo.
Según (Echavarría, 2005) manifiesta que los seres humanos, en tanto individuos, son
seres lingüísticos, seres que viven en el lenguaje. normalmente comprendemos el lenguaje como
una capacidad individual, como la propiedad de una persona. Decimos así, que los individuos
tienen una capacidad para el lenguaje, esto como podemos ver, le otorga precedencia al indivi-
duo con respecto al lenguaje. Implica que es el individuo el que habla y escucha. Asume al indi-
viduo como precondición del lenguaje.
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Por otra parte (Montenegro Guevara, 2016) expresa que el diccionario de la Real Aca-
demia de la Lengua Española (2010), define a la norma como la regla que se debe seguir o que se
debe ajustar a las conductas, tareas, actividades, entre otras; por lo tanto, estas señalan el modo
de obrar de una persona. Existen normas que son autoimpuestas por los propios individuos, este
tipo de normas están basadas en las escalas de valores de los sujetos, existen, además, otro tipo
de normas que son establecidas por la sociedad y tienen como propósito principal alcanzar el
bien común.
Por otra parte en la ontología del lenguaje se definen algunos aspectos biológicos del ser
humano que son la base para que pueda existir la comunicación y las normas y reglas de la co-
municación, el español también tiene su estructura en este caso la RAE. (Posada Ramírez,
2014)La ontología es la rama de la filosofía que se dedica a reflexionar sobre los modos esencia-
les de existencia de las cosas. Por ejemplo, le es esencial a un triángulo para su existencia el estar
conformado por tres ángulos. Su identidad depende de esta característica, que es tal, que sin ella
simplemente no podría existir. Sólo existen los triángulos en tanto existan tres ángulos que deli-
mitan entre sí un área. Es contingente para la existencia ontológica de lo que es triángulo si está
hecho de madera, de bronce, de oro o si es un área del océano Atlántico delimitada por tres islas,
pues no es un asunto de la ontología reparar en estas características específicas de los triángulos.
El lenguaje nace de la interacción social entre los seres humanos. En consecuencia, el
lenguaje es un fenómeno social, no biológico. Es en la interacción entre diferentes seres humanos
particulares —antes incluso de que podamos hablar de un proceso de individualización en el que
nos constituimos como personas— donde aparece una precondición fundamental del lenguaje: la
constitución de un dominio consensual. Hablamos de consensualidad dondequiera que los parti-
cipantes de una interacción social comparten el mismo sistema de signos (gestos, sonidos, etcé-
tera) para designar objetos, acciones o acontecimientos en orden a coordinar sus acciones comu-
nes. Sin un dominio consensual no hay lenguaje. Una vez que aceptamos lo anterior, no podemos
seguir considerando al lenguaje como una propiedad individual. El dominio consensual se cons-
tituye en la interacción con otros en un espacio social (Montenegro Guevara, 2016).
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Bibliografía
Cueva, M. A. L. (2018). Análisis crítico del discurso lexicográfico (ACDL): un examen a
la historia de las lenguas andinas en los diccionarios de la RAE. Boletín de la Academia Peruana
de la Lengua, (64), 141-172.
https://revistas.apl.org.pe/index.php/boletinapl/article/view/310
Vicente G. Olaya (2023). Redactor del periódico EL PAÍS (España).
https://elpais.com/cultura/2023-03-03/la-real-academia-espanola-niega-haber-modificado-la-
norma-sobre-el-uso-de-la-tilde-en-solo.htm
Echavarría, R. (2005). El lenguaje. En R. Echavarría, Ontología del Lenguaje (pág. 30).
Chile: Lom Ediciones S.A.
Montenegro Guevara, E. (2016). El uso del lenguaje, más allá de las normas. 247-266:
Sophia, Colección de Filosofía de la Educación.
Posada Ramírez, J. (2014). Ontología y Lenguaje de la Realidad Social. Cinta moebio,
70-79.
