¡Qué Olor Espantoso! Eugenia Elizabeth Román
¡Qué Olor Espantoso! Eugenia Elizabeth Román
¡Qué Olor Espantoso! Eugenia Elizabeth Román
El cocodrilo asombrado
no quiso ser descortés
le pidió con rapidez
que fuera para otro lado,
pero el zorrino enojado
levantó su cola gris
tiró un chorro en su nariz
y se alejó victorioso
hasta la cueva del oso
que de lejos dijo <achís>>.
Tenía alergia al zorrino,
su aroma particular
pues lo hacía estornudar,
y por eso cuando vino
le dio un regalo genuino
fue un perfume de París
para evitar los <<achís>>.
Pero, el zorrino ofendido
mostrándose distraído
tiró un chorro en su nariz.
El zorrino en su relato
ocultando la verdad
dijo que, en realidad,
era un acto de arrebato
de ese león mojigato.
<<Si bajás más yo te cuento>>
le dijo el zorrino atento,
la jirafa le hizo caso
hasta que sintió un chorrazo
que le vino como un viento.
La jirafa enfurecida
subió muy alto su cuello
sin embargo, a pesar de ello,
el olor a pesticida
la dejó un tanto aturdida.
Y mientras huía el zorrino
vio en el medio del camino
descansando un escorpión
quien moviendo su aguijón
dijo: <<A ver si adivino…
Entonces el escorpión
viendo su sinceridad
le dio pena de verdad
organizó una reunión
para evitar confusión.
Pues le preguntó al zorrino
a los que vio en el camino
y nombrando uno por uno
sin que faltara ninguno
fue a decir lo que convino.
El día de la reunión
todos dieron el presente.
<<El zorrino es inocente,
ante cada situación
despide por precaución
la defensa que es su olor.
Yo les pido, por favor,
que no falten a su fiesta>>.
Esa reflexión honesta
los hizo entender mejor.