La Metafísica Y El Estudio Del Ser
La Metafísica Y El Estudio Del Ser
La Metafísica Y El Estudio Del Ser
Etimológicamente, la palabra metafísica, que proviene del griego, significa “más allá de la
física” (como sabemos, la física es el estudio de la naturaleza). Tradicionalmente, se
acepta la historia de que fue Andrónico de Rodas, seguidor de Aristóteles, en el siglo I a.C.
quien acuñó este término. Cuenta la leyenda que Andrónico, al ordenar los libros de
Aristóteles, se encontró con una serie de obras inclasificables, ya que no trataban
cuestiones ni de física, ni de lógica, ni de ética, ni de estética. Decidió colocar estos libros a
continuación de los libros de física. Esta decisión, aunque podría ser casual, coincide con la
temática de estos textos, ya que la metafísica estudia el ser en tanto que es, es decir, en el
sentido más amplio y abstracto posible, más allá del estudio de cada cosa estrictamente
concreta y física. No se dedica, por tanto, como las ciencias, a estudiar las particularidades
de las cosas concretas. La metafísica no estudia las cosas que existen o son, sino el hecho
de que las cosas existan o sean.
Veamos qué dice sobre esto el propio Aristóteles leyendo un fragmento del libro IV de la
Metafísica:
«Hay una ciencia que estudia al “ser en tanto que ser" y lo que le corresponde de suyo.
Esta ciencia no se confunde con ninguna de las llamadas ciencias particulares, pues
ninguna de ellas considera en general el ser en tanto que ser, sino únicamente una parte del
mismo. (...) En cambio, esta ciencia investiga los primeros principios y las primeras causas”.
(...). Merece por ello ser llamada “filosofía primera”.»
(Para entender mejor en qué sentido la Metafísica estudia el ser, nos puede ayudar pensar
en cuestiones como: “¿qué es la nada?”, “¿podemos pensar en la nada absoluta?”, “¿qué
es, por tanto, el ser?”, “¿en qué consiste la existencia?” o “¿qué significa que algo exista?” o
incluso: “¿por qué hay algo en lugar de nada?”).
Aristóteles hace una distinción en cuanto a los usos del ser en el lenguaje:
- Uso predicativo (ser como accidente): Como en “María es ingeniera” o “el lápiz es
amarillo”. Cuando usamos el verbo ser de modo predicativo, atribuimos unas
determinadas cualidades o propiedades (ser ingeniera, ser amarillo) a una realidad
(María, el lápiz). Son “accidentes” porque no son propiedades “necesarias”, son así
pero podrían ser de otra manera, son contingentes (el lápiz podría ser azul en vez de
amarillo).
- Uso existencial (ser por sí mismo o como sustancia): Como en “María es” o “el lápiz
es”. Cuando usamos el verbo de modo existencial, nos referimos a que tiene
existencia por sí mismo, ya que son realidades que existen por sí mismas,
independientemente de sus propiedades, son sustancias.
3. TEORÍAS METAFÍSICAS
Las distintas teorías metafísicas adoptan orientaciones diferentes según el modo cómo se
enfrentan al ser.
PLURALISMO: se considera que los principios de la naturaleza son múltiples. Por ejemplo:
Empédocles (cuatro elementos + amor y odio), Aristóteles (tierra, aire, agua y fuego),
Demócrito (distintos tipos de átomos y vacío).
ESENCIALISMO: Defienden que todos los seres tienen una esencia que los define y por lo
que podemos diferenciar unas cosas de otras. Nuestra esencia determina nuestra
existencia. Por ejemplo: Platón, Aristóteles.
EXISTENCIALISMO: No existen las esencias, las cosas se definen por su uso. Los seres
humanos se definen por sus decisiones, actos, circunstancias y experiencias. La existencia
precede a lo que pudiéramos llamar esencia (definición o características de algo o alguien).
Por ejemplo: Albert Camus, Simone de Beauvoir, J.P. Sartre.
- En el caso del ser humano, no podemos hablar de una esencia común. Los
humanos compartimos una misma condición, pero no una naturaleza esencial.
- En el ser humano, la existencia precede a la esencia. Aquello que seamos se irá
configurando a partir de nuestro modo concreto de vivir.
- Son las acciones que vamos haciendo las que van construyendo nuestra identidad, y
por tanto, van definiendo lo que somos.
- Siempre podemos elegir en cada situación entre varias opciones posibles, valorando
las consecuencias que comportará cada una. Y en cada elección podemos cambiar
el rumbo de nuestras vidas.
- Por tanto, somos el resultado de nuestras decisiones. Si nos comportamos de una
determinada manera en según qué situaciones, estaremos convirtiéndonos en
personas tímidas.
4. CRÍTICAS A LA METAFÍSICA
Muchas de las críticas hechas a la metafísica coinciden con las dirigidas, de manera
general, a la filosofía, pero la mayoría de estas críticas se hacen desde la propia filosofía, es
decir, no por hacer crítica dejan de problematizar la realidad, de filosofar. No dejan de
considerar su importancia:
VIGENCIA DE LA METAFÍSICA
Responder a estas preguntas no es sencillo, pues, aunque los ataques son sólidos, los
intereses y problemas metafísicos (la identidad personal, la relación mente-cuerpo, el
problema del mal…) siguen interesándonos.
Kant tuvo muy en cuenta las críticas hechas por el empirismo, por ello, realizó un
concienzudo análisis de nuestras facultades cognitivas, tras el cual dictaminó que,
efectivamente, la metafísica no ha tenido, ni podrá tener nunca la categoría de ciencia,
puesto que pretende conocer realidades que están más allá de la experiencia: el alma, el
mundo y Dios. De estas ideas que trascienden la experiencia nunca podremos obtener un
conocimiento objetivo y universal, como el que proporcionan las ciencias.
Sin embargo, para Kant, el hecho de que la metafísica no tenga carácter científico no
significa que se la deba rechazar como algo absurdo e inútil. Al contrario, la metafísica
responde a una tendencia inherente e inevitable de la razón humana. Y, aunque haya que
estar siempre vigilantes para evitar que esta vaya más allá de sus posibilidades y caiga en
ambigüedades y contradicciones, no son cuestiones de las que nos podamos desentender.