Gijón: Ayuntamiento de

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Muséu dd Pueblu

d'Asruries

Ayuntamiento de
Gijón
FOTOGRAFíA DE CUBIERTAo Frente de Oviedo. Oe guardia, 10-3-1937
Constantino Suárez, fotógrafo
(I920-I9J7)
Constantino Suárez, fot_ógrafo
(1920-1937)
Edición de
FRANCISCO CRABIFFOSS E CUESTA

FUNDACION MUNICIPAL DE CULTURA,


EDUCACION Y UNIVERSIDAD POPULAR
\nmt .unu:mo clt· (;¡¡on
La Fundación Municipal de Cultura,
Educación y Universidad Popular
del Ayuntamiento de Gijón quiere dejar
constancia de su agradecimiento
a las siguientes personas, entidades
e instituciones, sin cuya colaboración
no hubiese sido posible llevar a buen término
este estudio y exposición: Antonio Alonso de la Torre García José Antonio 1\lartínez González
Ramón Alvargonzález Rodríguez Enrique M ijares Roces
1\Ianuel Bartolomé Vega i\1arcos Morilla ~esada
José Luis Calvo Pérez Eduardo Núñez Fernández
Vicente Calvo Vega José María Patac de las Traviesas, S.].
Carlos Díaz Fuentes Lucía Peláez Trémols
Alberto Díaz Gutiérrez Elena Pérez Morán
Fernando Fernández Redruello María José Priesca Balbín
Sonia Gallo Arias Carmen Prieto
Marta Gárate Arranz Manuel Ramón Rodríguez Rodríguez
Teresa Gárate Arranz Alfredo Suárez Pico
Rufino González García
Pilar González Lafira Antigüedades «De 6 a 8•
Raquel Huergo Rodríguez Archivo Municipal de Gijón
Alicia de la Iglesia Ji meno Archivo del Padre Patac
Juan Jiménez Mancha Biblioteca de Asturias
Alejandro Lena Ceñal Biblioteca Jovellanos de Gijón
Carmen Lombardía Fernández Hemeroteca de la Cámara de Comercio,
Juaco López Álvarez Industria y Navegación de Gijón
María Llaneza Pidal Museo de Bellas Arres de Asturias
Emilio Marcos Vallaure Museo del Pueblo de Asturias
Antonio Martín García · Real Instituto de Estudios Asturianos
Índice

9 Presentación PAZ FERNÁNDEZ FELGUEROSO


11 Justificación FRANCISCO CRABIFFOSSE CUESTA

14 Constantino Suárez, fotógrafo (r920-1937)


FRANCISCO CRABIFFOSSE CUESTA

84 El espacio urbano y la arquitectura del Gijón fotografiado por Constantino Suárez


HÉCTOR BLANCO

96 La cultura popular en el Gijón de Constantino Suárez


LUIS MIGUEL PIÑERA

109 Álbum fotográfico


Presentación

\\tlllt.~micn.ltl (le
Gijó n

El Ayuntamiento de Gijón adquirió hace diez años el archivo de Constantino Suárez


Fernández, un fotógrafo gijonés nacido en 1899 y muerto en 1983 sobre el que había caído
un total olvido. Ello permitió descubrir la obra y el periplo vital de un destacadísimo
profesional, comprometido políticamente con la causa republicana, cuyos testimonios
gráficos sobre los años veinte y treinta en Gijón tienen un valor artístico y documental
extraordinario.
Con esta compra, se iniciaba una labor pionera en la recuperación del patrimonio fo-
tográfico asturiano que llevó, poco después, a la creación de un servicio y un fondo hasta
entonces inexistente en nuestra región: la Fototeca del Museo del Pueblo de Asturias. El
trabajo desarrollado desde ella en su corta vida ha conseguido reunir -y salvar definiti-
vamente de la destrucción o la pérdida- un importante volumen de obras y archivos muy
valiosos, que crece además de forma coherente y sistemática. Las muestras y publicaciones
realizadas a partir de esos archivos, como las que se dedicaron a Modesto Montoto, Fritz
K.rüger, Valentín Vega o a los Asturianos en América, han divulgado ampliamente entre la
sociedad gijonesa y asturiana ese trabajo de acopio, custodia y catalogación de unos docu-
mentos que son herramientas esenciales para los estudios históricos, en todas sus posibles
vertientes, y para hacer más nítido el recuerdo personal y colectivo. Y que representan, tam-
bién, el producto de un canal de expresión plástica - la fotografía- cuyo aprecio como tal
se ha visto dificultado por su novedad, por los aspectos mecánicos que intervienen en él y,
paradójicamente, por su capacidad para ser popular y llegar a millones de personas.
Prosiguiendo esa fértil línea de actuación, nuestro Ayuntamiento presenta ahora otra
obra de equivalente importancia artística a las anteriormente expuestas, pero que tiene
para Gijón un valor sentimental y testimonial mucho mayor. Porque con los materiales
que integran el amplio archivo de Suárez -unos 9.ooo negativos- es fácil reconstruir la
vida cotidiana de la villa gijonesa entre 1920 y 1937· Todos los acontecimientos de tras-
cendencia están aquí recogidos, y también el paisaje de una ciudad vivísima cuyo latido
histórico se acompasaba perfectamente con el de su tiempo.
La visita a las dos exposiciones, organizadas simultáneamente en el Centro de Cultura
Antiguo Instituto y en el Museo del Pueblo de Asturias, y la contemplación más detenida
del catálogo que las acompaña, nos desvelan la mirada y la sensibilidad de uno de los más
importantes fotógrafos nacidos en nuestra región, que alcanza además, con su trabajo du-
rante la contienda civil, un puesto de honor entre los reporteros de guerra de la pasada
centuria.
Sentimos, en consecuencia, una especial satisfacción al rendir este digno, aunque tar-
dío, homenaje a Constantino Suárez mostrando globalmente su labor creativa. El en-
cuentro con ella va a causar, sin duda, sorpresa a muchos. Y será emocionante para todos.

PAZ FER Á DEZ FELGUEROSO


Alcaldesa de Gijón
Justificación

He pasado y sufrido mucho, y ahora en la vejez me duele ver como


publican mis fotografías sin contar para nada con el que las hizo.
o es por vanidad, pues me importa muy poco, pero es el amor propio
y mi bolsillo lo que está en juego.

Qyien escribió ésto en 1970 había sido uno de los fotógrafos gijoneses de mayor proyección
antes de la guerra gracias a su especialización como reportero gráfico, llegando a alcanzar
un protagonismo exclusivo durante la contienda en las filas del bando republicano.
Constantino Suárez Fernández se había iniciado en la fotografía siendo adolescente,
cubriendo las etapas de aprendiz y fotógrafo de galería al lado de un profesional local. En
1920 comienza su andadura como autónomo, que le lleva a ser uno de los pocos informadores
gráficos de la ciudad, actuando como corresponsal de las más importantes empresas editoras
de la prensa española.
Con el comienzo de la Guerra Civil, y puesto al servicio de la causa republicana, su ac-
tividad se multiplica, captando todos los acontecimientos que se suceden tanto en el frente
como en la retaguardia, imprimiendo a su obra un fuerte carácter personal en el que se
perciben los ecos de lo que fueron las vanguardias fotográficas de los años veinte y treinta.
Finalizada la guerra, Suárez engrosa las filas de los vencidos. No quiso o no pudo
sumarse a los que marcharon hacia el exilio. Detenido y juzgado, entre 1937 a 1957 permanece
largos periodos en la cárcel, a lo que se añade en los intervalos de libertad la imposibilidad
de ejercer su profesión por la negativa a concederle el carnet que faculta para ello. Lejos de
Gijón, debe buscarse la vida en ferias y fiestas de diversos concejos del centro y oriente de
la región.
Al mismo tiempo que se jubila en 1969 con una pensión mísera, se intensifica la re-
producción indiscriminada de sus fotografías anteriores a 1936 por periódicos y revistas,
silenciando su autoría y sin satisfacer ningún pago. Suárez se afana entonces en ordenar
su archivo, organizando los positivos en distintos álbumes, que son a la vez autobiografía
en imágenes y retablo visual de lo que fue el Gijón y la Asturias de su época.
Es ése su único patrimonio y así lo entiende, no sólo desde una perspectiva personal
sino como un tesoro documental que contribuirá a mantener viva la memoria colectiva de
una etapa tan trascendental de nuestra historia.
Consciente de su valor, el miedo no le llevó a destruir una obra «comprometedora>>
ante las nuevas autoridades, tal como les sucedió desgraciadamente a otros artistas as-
turianos. Al contrario, la custodia celosamente y reivindicará en el futuro su valor sin que
nadie atienda sus peticiones.
A su fallecimiento en 1983, en su domicilio de la calle Instituto queda el archivo y los
documentos que lo complementan, junto al resto de sus escasas pertenencias.
La casualidad hizo que sus herederos, al levantar lo que había sido su hogar y poner en
venta muebles y otros enseres, llamasen al anticuario Simón Albuerne para su adquisición.
El lote incluía el archivo del fotógrafo.
Conocedor de que el Museo de Bellas Artes de Asturias contaba con algunas obras
fotográficas, Albuerne lo ofreció a dicha institución, pero la escasez de fondos para
adquisiciones y la necesidad de invertirlos en necesidades más perentorias hizo que se dese-
chase finalmente la compra. Se pensó entonces que tal vez la Consejería de Cultura del
Principado de Asturias pudiera estar interesada en conservarlo, máxime cuando la fotografía
carecía prácticamente de presencia en los archivos y colecciones públicas. Fue inútil. No se
cosecharon más que frases dilatorias y el silencio final, pues el fotográfico no era un patri-
monio a recuperar y proteger. Pasaron los años, y la obra de Constantino Suárez dormía el
sueño del olvido bajo la custodia de su entonces propietario, en un local de la calle Garcilaso
de la Vega, número 8.
Debió esperarse a que la Fundación de Cultura del Ayuntamiento de Gijón contem-
plase, dentro del plan de actuaciones y línea de trabajo que se proyectaban desarrollar
en el Museo del Pueblo de Asturias bajo la dirección de Juaco López, iniciar el estudio
de la fotografía asturiana desde presupuestos científicos, poniendo en marcha una
política de adquisiciones y donaciones con el fin de formar una colección que diese a
conocer el protagonismo que tuvo el medio en nuestra región y su importancia como
fuente para el conocimiento de la creación artística, así como documento insustituible
para las investigaciones sobre la vida tradicional.
Así fue como en 1992 el Ayuntamiento de Gijón salvó para la ciudad y la memoria
histórica de Asturias un caudal de imágenes que mantenían viva la realidad perdida de un
periodo en el que los cambios serían radicales en tantos aspectos . El fondo Suárez fue de-
positado en el Archivo Municipal, donde se procedió a su catalogación y puesta a dis-
posición de los investigadores, siendo digitalizados todos y cada uno de los cerca de nueve
mil negativos que lo componen.
En 1993 la Fundación Alvargonzález, en colaboración con el Ayuntamiento, daba a
conocer parte de sus contenidos por vez primera a través de una exposición y la edición
del correspondiente catálogo, bajo el título Gijón I920-I9J5, en las fotografías de Suárez.
Cuando hace un año se nos propuso realizar una muestra sobre Constantino Suárez,
pensamos que, tras aquella iniciativa, se cerraba un ciclo de ignominia y de injusticia ha-
cia quien había hecho de la fotografía su argumento vital, prestando un servicio impagable
con su obra y conservándola a pesar de todas las vicisitudes. Al fin, aunque fuera póstu-
mamente, Constantino Suárez vería satisfecho su amor propio y recompensadas en parte
las amarguras por las que pasó en vida.
Nuestra intención ha sido rescatarlo del olvido como un fotógrafo al que la dedicación
al reporterismo gráfico no cercenó el interés por cultivar sus inquietudes artísticas, em-
pleando lenguajes con los que la fotografía de su tiempo hacía avanzar su identidad como

12
medio comunicativo y creador, y a la vez destacar esa faceta documental de su trabajo, que
en el periodo trágico de la Guerra Civil y en sus prolegómenos-alcanzó un interés único,
tanto por su excepcionalidad en el contexto asturiano de fidelidad a la República como
por su singular sensibilidad al aproximarse como observador parcial y comprometido a
unos temas que sin su mirada nunca habrían existido para nosotros. Por ello, creemos que
Constantino Suárez debe ser considerado, junto a los ya reconocidos, como uno de los
más importantes reporteros gráficos de la guerra española.
Hemos seleccionado la obra a exponer según dos criterios fundamentales: el valor fo-
.tográfico y el interés documental, dividiendo en dos bloques equilibrados el contenido de
la exposición para facilitar al público la comprensión del contexto histórico. Inevitable-
mente, y más en un conjunto de cerca de nueve mil negativos, nuestra interpretación es
subjetiva, pero creemos haber realizado una selección en la que la calidad de la obra, pese
a sus deficiencias técnicas y estado de conservación, permita captar en todos sus matices
el sentido creativo de su autor.
uestro deseo ha sido compartido por todos aquéllos que de una u otra manera han
colaborado desinteresadamente a que el sueño de Constantino Suárez de alcanzar el
reconocimiento que en justicia le correspondía se haga realidad . uestro homenaje a
este fotógrafo es, en definitiva, un homenaje a la fotografía y a quienes hicieron de ella
expresión de su manera de entender la vida.

FRA CISCO CRABIFFOSSE CUESTA


Constantino Suárez, fotógrafo (rgzo-1937)
Francico Crabiffosse Cuesta

El perfil biográfico de Constantino Suárez se encuadra perfectamente den-


tro de esa denominación genérica con la que Pachín de Melás quiso definir
a los protagonistas de la revitalización cultural del Gijón de su época. Todos
aquéllos que desde diversos orígenes contribuyeron a crear un ambiente de
abierta inquietud, heterogéneo y rico en matices, en el que la conciencia de
clase y la toma de posiciones político-ideológicas eran componentes esencia-
les que irían marcando la convivencia, fueron englobados por aquel observa-
dor impenitente y agitador generoso de todas las herencias culturales en la
generación de los «artistas obreros>>.
Emilio Robles había acertado al encontrar una definición exacta y a la vez
Yo, 11 -9-1 933 [NúM. 154 7)
lo suficientemente amplia como para incluir en ella a todos los gijoneses que
sentían la trascendencia de la cultura en una sociedad abocada a experimen-
tar cambios radicales. Desde las generaciones que en décadas finales del si-
glo xrx lograron organizarse y levantar una institución como el Ateneo
Obrero, capaz de acoger todas las iniciativas en los más diversos campos, hasta
aquéllos que se vieron forzados a vivir la desaparición en dramáticas circuns-
tancias de una armonía tenazmente alcanzada, la acción que entre otros pro-
tagonizó el propio Pachín de Melás adquiere un carácter ejemplificador en los
frutos alcanzados, en esos obreros que supieron superar los obstáculos de una
realidad difícil y muchas veces carente de motivaciones, realizando una obra
que reflejase la realidad de su tiempo y que, libre de prejuicios, constituyera
una aportación inestimable a la cultura gijonesa y asturiana.
La peripecia vital de Constantino Suárez es paradigma de esos <<artistas
obreros>>, y no por tardía es menos válida a la hora de comprender que encerraba
una definición aparentemente simple o con la amplitud suficiente para servir por
igual tanto a los primeros componentes del Ateneo como a aquellos que se
beneficiaron de los frutos sembrados y que, como el propio fotógrafo, fueron
testigos de la desaparición de aquel mundo con todo lo que eso significaba.
Suárez, por su origen, formación y trayectoria, resume el esquema básico
del <<artista obrero>> que aparece en escena en la década ~e los Veinte y deja su
huella personal hasta que en 1936 un ambiente enrarecido y cargado de ma-
los presagios haga realidad las más oscuras predicciones. adie como él re-
presenta, desde el concreto mundo de la imagen fotográfica, el proceso que
sintetiza ese período de la historia local desde la óptica privilegiada del que
hace de la recreación del vivir cotidiano, del acontecimiento preciso, su razón
de ser. Preservar la memoria de esta etapa sería su único objetivo, su única ac-
tividad, y esta dedicación profesional exclusiva fue el resultado de una in-
quietud que se había despertado y alimentado en esa institución ejemplar que
fue el Ateneo Obrero.

14 !CONSTANTINO SUÁREZ FOTÓGRAFO (1920·1937)


De izquierda a derecha: Genoveva
(madre del fotógrafo), Amparo , Constantino,
Félix, Constantino padre y Maria de
los Ángeles. Fotografía del Álbum familiar
de Constantino Suárez

En el que para todos fue el último año de la centuria, el que venía a clau-
surar formalmente un siglo XIX especialmente convulso de la vida española,
nacía en Gijón, el 24 de febrero de 1899, Constantino Suárez Fernández. Su
padre, de igual nombre y apellidos, era natural de la parroquia de SanAn-
drés de La Pedrera, en el mismo concejo de Gijón, donde vió la luz en 1869;
mientras que su madre, Genoveva Fernández González, lo era de la de los
Santos Justo y Pastor, en La Riera, concejo de Cangas de Onís, aventajando
en edad a su esposo, pues había nacido en r867.
Para entonces el matrimonio ya contaba con otro vástago, Félix, el pri-
mogénito, nacido en 1897. A ellos se sumarían Mar{a de los Ángeles, en 1900,
y, tres años después, Amparo.
Cuando Constantino Suárez llega al mundo, su padre es un asalariado que
engrosa las ya nutridas filas del proletariado local, al que, junto a los de ori-
gen gijonés, se van incorporando los de diversas procedencias que caracteri-
zan los periódicos contingentes migratorios. En ese Gijón emblema de la in-
dustrialización asturiana es un obrero sin cualificación específica de los que
en el lenguaje administrativo se denomina <~ornalero>>, término impreciso que
lo mismo sirve para designar al trabajador del campo que al obrero de la in-
dustria y que en el escalafón social encabezado por el <<propietario>>ocupa el
último puesto.
Los años de esfuerzo permiten al cabeza de familia independizarse a media-
dos de la primera década del siglo, convirtiéndose en un modesto comerciante
de comestibles y ultramarinos que abre su local en un bajo del número 7 de la
calle Langreo, instalando el domicilio en la primera planta.
El discurrir familiar en ese periodo debe seguir un curso normal, sin ape-
nas sobresaltos. Como es común en prácticamente todas las familias asturia-
nas, uno de sus miembros elige el camino de la emigración: el primogénito
partirá para Cuba en busca de otros horizontes, pero su ilusión de reunir
un capital y regresar para llevar. una vida holgada se trunca pronto. Volverá
enfermo, tal vez de tuberculosis, en 1920. El 26 de agosto de ese año Félix
Constantino con su hermano Félix.
Fotografía del Álbum familiar de muere en Busdongo (León), y Constante, tal como será conocido en Gijón,
Constantino Suárez se convierte en el único hijo varón.
Paralelamente al fallecimiento de su hermano, dará comienzo su carrera
como fotógrafo profesional autónomo, tras un largo periodo de aprendizaje
que había iniciado a los trece años.
El origen de esa dedicación laboral probablemente haya que buscarlo en
el ambiente creado en torno al Ateneo Obrero, una institución fundamental
para entender el desarrollo cultural que alcanza la ciudad, entre cuyas activida-
des la fotografía cumpliría una función estelar, superando su labor el ámbito
meramente local. Constantino Suárez estuvo vinculado a él, y su condición de
socio sería uno de los argu111entos esgrimidos por la Comisaría de Policía de
1. Asunción Garcia- Prendes: •Los Gijón cuando, en 1942, realice un informe ante su petición de autorización para
fotógrafos ambulantes en Asturias (1942-
ejercer como ambulante, permiso que a la postre le sería denegado. Textual-
1959)», en Valentín Vega, fotógrafo de calle
(1941-1951), Xixón: Muséu del Pueblu mente el informe señalaba: <<Hace diez años pertenecía al Ateneo Obrero de
d'Asturies, 2001, p. 51. esta villa». 1

El A teneo Obrero de Gijón en la etapa de Suárez

Ninguna entidad representó mejor los deseos de apertura cultural de la socie-


dad gijonesa y su implicación en todos los sectores de la vida local como el
Ateneo Obrero. Su origen está íntimamente ligado al protagonismo de una
burguesía liberal surgida al amparo del desarrollo industrial finisecular de la
villa, y en su evolución se percibe un progresivo alineamiento ideológico con
las corrientes obreristas, que desembocará en su cierre como consecuencia de
los sucesos revolucionarios de octubre de I934· Sin embargo, su sólida trayec-
toria y el mantenimiento y adaptación de su espíritu fundacional hizo que
fuese una caja de resonancia de las inquietudes sociales en el campo cultural,
convirtiéndose en un referente inexcusable de la difusión de todas las ideas y
creaciones de la vanguardia asturiana, mostrando especial interés por la foto-
grafía, de la que fue constante valedora y dinamizadora a través de la creación
del Grupo de Excursionismo y Fotografía, y de las diversas convocatorias de
expos1c10nes.
Fundado en r88r, programaría tempranamente actividades como confe-
rencias en las que la técnica fotográfica desempeñaba un papel auxiliar me-
diante la proyección de diapositivas, para, ya a principios del siglo xx, organi-
zar ciclos y cursos dirigidos por J. de la Torre y José Rojido imo, miembro
de la Junta Directiva en 1914.
No será hasta 1921 cuando se convoque un frustrado primer concurso-ex-
posición de fotografía, que no llega a celebrarse por falta de apoyo oficial, pero
que servirá para preparar de forma adecuada el correspondiente a 1922, anun-
ciado como I Exposición de Arte Fotográfico. A ella seguirían sucesivas con-
vocatorias anuales, organizadas en dos secciones: la <<General>>, que acogía a
fotógrafos españoles, y la <<Regional>>, dedicada a los asturianos, adquiriendo
en 1927 carácter internacional con la participación de autores europeos, nor-
teamericanos y canadienses. Con esta V Exposición se cerraba una primera
etapa de la muestras fotográficas del Ateneo, que seguían el modelo formal
de otros certámenes programados por similares instituciones españolas.
El Ateneo Obrero de Gijón había iniciado en esa década la que con se-
Gijón Antiguo (Cimadevilla). Callejón
Oscuro, 26-1 0-1932 [NúM. 9741
guridad fue su etapa de mayor brillantez y proyección. En diciembre de 1923
•Callejón Oscuro• (Asturias Verano celebró con una conferencia de Ramón Pérez de Ayala el ingreso del volu-
1934, Gijón, 1934) men cinco mil de su Biblioteca Circulante. Habían precedido en la tribuna

16 1 CONSTANTINO SUÁREZ . FOTÓGRAFO ( 1920·1937)


Gijón. Desfile de tropas [del Regimiento de al escritor ovetense otros oradores como el ex capitán Osear Pérez Solís, que
Tarragona a su vuelta de Marruecos], 1924 disertó sobre «La verdad del comunismo>> con asistencia de numeroso pú-
[NÚM. 878]
«Gijón: Los repatriados del Tarragona.
blico, <<especialmente del elemento obrero>>, según reflejó la prensa. En marzo
Desfile por la calle de Menéndez Valdés» Miguel de Unamuno abordaría un tema de palpitante actualidad como eran
(Región, Oviedo, 5 de junio de 1924) las responsabilidades políticas y militares por el desastre de Marruecos, im-
partiendo también otra conferencia, ésta organizada por la Federación de
Sociedades Obreras, con el título <<Apoliticismo y en derredor de él>>.
Le seguiría al mes siguiente Margarita elken, quien resaltaría la labor
llevada a cabo por la entidad en un artículo publicado en la revista madrileña
Nuevo Mundo bajo el significativo título «Una institución admirable: El Ate-
neo Obrero de Gijón>>, siendo reproducido por los periódicos locales. Ven-
drían después otros conferenciantes como Eugenio Noel (<<Los valores espi-
rituales de la raza española>>), Ramón Gómez de la Serna («Los faroles>>) o el
catedrático Antonio Camacho (<<Con, de, en, por, sin, sobre, tras el futuro .
Una exploración del futuro ante la decadencia de Occidente>>).
Paralelamente la atención a otras artes se había centrado en la pintura,
especialmente en lo !fUevos valores que daban sus primeros pasos mos-
trando su obra al público. Entre 1921 y 1924, el Ateneo presentaría en sus sa-
las a Paulino Vicente, José Prida Solares, Mariano Moré, Alfredo Truan y
Lorenzo Lladó.
Pero además de esa intensa labor de difusión cultural, el interés surgido en
el seno del Ateneo por la fotografía no sólo se plasmó en esas exposiciones an-
teriormente citadas sino en una nueva organización nacida en su seno al so-
caire del éxito de su primera edición. Me refiero al ya citado Grupo de Ex-
cursionismo y Fotografía, que se funda formalmente el 4 de abril de 1923 con
el nombramiento de su directiva, encabezada por Joaquín Gómez de Llerena,
aprobándose el 15 de mayo su reglamento. Desde ese mismo momento el
Grupo realiza reuniones semanales encaminadas a la organización de excur-
siones por toda la provincia en domingo y días festivos. De este modo la acti-
vidad fotográfica se vinculaba a una función pedagógica en la que primaba la
contemplación y el conocimiento científico de la naturaleza, la historia y el
arte de Asturias. El primer presidente del Grupo sería el odontólogo y afi-
cionado a la fotografía Gaspar Citoler, que a fines de 1923 pasaría también a
desempeñar interinamente la presidencia del Ateneo, sucediéndole en este
cargo otro entusiasta aficionado: José Amérigo.
En febrero del año siguiente se inaugura el laboratorio fotográfico y dos
años después, el más significado de sus integrantes y verdadero impulsor de
las actividades del Grupo, Joaquín García Cuesta, imparte un cursillo para
los asociados.
García Cuesta (Cangas de Onís, c. 1885-Gijón, 1958) es una figura capital
para entender la expansión que alcanza la fotografía artística en Gijón y su
gran labor queda patente en el nutrido grupo de practicantes que se vincula-
ron al Ateneo y cuya producción alcanzó altas cotas de calidad. Sería él quien
estableciese, ya en 1926, los concursos que premiaban con quince y diez pese-
tas los dos mejores clichés realizados durante cada excursión. El destino de
las fotografías premiadas era engrosar la colección de la entidad, empleándose
algunas de ellas en la propaganda turística.
A partir de 1930, cuando ya se programen viajes de mayor duración a regio-
nes limítrofes como Galicia y Cantabria, se instituye el galardón a la <<mejor o
más artística>> fotografía que se obtenga en cada excursión, que consistía en
reintegrar al autor el importe de la misma. También se acordó organizar a final
de temporada una exposición con todas las fotografías presentadas, seleccio-
nando entre ellas las merecedoras, a criterio de un jurado especial designado al
efecto, de tres premios extraordinarios.
Las bases establecían la exclusividad de la convocatoria para los socios del
Grupo y del Ateneo, que podían presentar fotografías tomadas mediante cual-
quier procedimiento que abordasen temáticas diversas («paisaje, retrato, com-
posición, naturaleza muerta, humorística, etc.>>). El formato se fijaba entre un
mínimo de ro x 15 centímetros y un máximo de so x 6o, y para otorgar las
distinciones -medallas de plata, bronce y diplomas honoríficos- el jurado
debía atender «al valor artístico y de belleza de las obras presentadas con pre-
ferencia a cualquier otro mérito que puedan tener por razón de la técnica
empleada para la obtención de las mismas>>. Por último, las fotografías premia-
das pasaban a ser propiedad del Grupo, conservando sus autores la propiedad
"Los nuevos servicios del Ateneo recién intelectual, con la salvedad de que la organización podría reproducirlas o
inaugurados. Sala del Grupo Ajedrecista• emplearlas para ilustrar diversas publicaciones.
[NÚM. 4168]
La afición a la fotografía pronto se extendió a la cinematografía y en 1929
Reproducida en el Boletín de la
Biblioteca Circulante del Ateneo Obrero nacía del seno del Grupo de Excursionismo y Fotografía el Cine Club del
de Gijón, año 111, n. 0 14, agosto de 1935 Ateneo de Gijón. A partir de entonces las excursiones del Grupo no sólo

18 !CONSTANTINO SUAREZ FOTÓGRAFO (1920-1937)


Biblioteca Circulante del Ateneo Obrero
de Gijón, 1936 INÚM. 1775]

serán fotografiadas sino también filmadas, siendo proyectadas las <<pequeñas


películas>> con ocasión de la celebración anual de su Junta General.
El modelo de organización del Grupo y su éxito sirvió para que colecti-
vos locales como las propias sucursales gijonesas del Ateneo formasen
secciones excursionistas y fotográficas, o que la Asociación de Dependientes
de la Industria y el Comercio de Gijón crease hacia 1932 otro grupo excur-
sionista y fotográfico. Por otro lado, la estrecha vinculación existente en nues-
tro país entre montañismo y fotografía quedará patente en el caso gijonés en
el I Salón de Fotografía de Montaña, organizado en 1934 por la Sociedad
Española de Alpinismo <<Peña Castih>.
Esta labor eminentemente fotográfica llevada a cabo por el Ateneo Obrero
a lo largo de la década de los veinte, había logrado crear en la ciudad un am-
biente proclive al reconocimiento de la fotografía como una de las artes con-
temporáneas más populares. En 1931, cuando el modelo de las exposiciones
nacidas en 1922 estaba ya agotado y el Ateneo estimulaba a sus socios con los
concursos antes citados, el periódico La Prensa, en uno de sus sustanciosos ar-
tículos de la sección <<Temas del momentO>>, y bajo el título <<Una labor hon-
rosa>>, venía a destacar la valiosa aportación de la entidad para conformar un
gusto popular que apreciase la fotografía como un arte de su tiempo:

La fotografía es un arte de los más sugestivos, con la que el verdadero ar-


tista sabe llegar a nuestro espíritu y conmovernos, igual que nos ocurre ante un
cuadro debido a uno de los maestros sublimes del pincel. Ha sido la fotografía
dur¡mte mucho tiempo algo mecánico y frío, que reproducía seres y objetos sin
infundirles el soplo maravilloso que anima toda obra de arte, pero desde que
espíritus selectos empezaron por cultivar este invento de Daguerre, las foto-
grafías que se exhiben en estas exposiciones artísticas han venido a formar una
escuela que muchos admiramos.
Y esta es una de las cosas que el Ateneo, con noble empeño, ha venido a divul-
gar entre sus socios, dándoles a conocer la fotografía artística en sus diversas for-
mas y variantes, para que no solamente vayan refinando su espíritu y se extasíen en
la contemplación de estas obras, sino que vayan creando un gusto, con arreglo
a la inteligencia de cada uno, para expresar preferencias y saber hallar bellezas
según el modo de ver que el espectador tenga.
2. La Prensa, Gijón, 21 de octubre de 1931 . En resumen, función artística y extensión de la cultura. 2

Dicha labor seguiría siendo efectiva a lo largo de la crucial década de los


treinta, años convulsos y militantes en los que el Ateneo no podía mantenerse
al margen de las inquietudes sociales y políticas de una sociedad preparada
para abrirse a una nueva época.
Dispuesto a participar de esas esperanzas, en I929 inicia las gestiones y
búsqueda de apoyos para construir una nueva sede social, un edificio para
cuya financiación los artistas asturianos donan un total de noventa y tres
obras. Un año después la institución promoverá un concurso de proyectos
para la reforma viaria de la ciudad.
En 1931, al proclamarse la República, el Ateneo Obrero de Gijón cuenta
con unos mil novecientos socios y bajo la presidencia del médico José María
Gutiérrez Barreal toma una decidida postura en pro del nuevo régimen. Gu-
tiérrez Barreal será, entre otros, uno de los que fume en el mes de marzo la
solicitud de permiso para la reunión constitutiva de la Agrupación al Servi-
cio de la República. Es el año de las bodas de oro de la entidad, y a la cele-
bración de ese medio siglo de sólida trayectoria le pondrá pensamiento y voz
José Ortega y Gasset con una multitudinaria conferencia celebrada el do-
mingo 23 de agosto. En junio le había precedido en la tribuna Andreu in
con un ciclo de tres charlas sobre la Revolución Rusa. Cerrará este año con-
memorativo una conferencia de María de Maeztu en el Teatro Dindurra.
En 1932, con presencias como las de Pío Baroja o Américo Castro, ve la
luz en junio el primer número de la revista Ateneo, boletín del centro, que
inicia así su segunda época.
La actividad artística prosigue: la pintura de Piñole en septiembre de 1930;
unos jóvenes Luis Pardo y Aurelio Suárez Ibaseta al año siguiente, también
en su vertiente fotográfica.
Para 1931 la programación fotográfica se reduce al concurso convocado por
el Grupo, siendo inaugurada la exposición el 21 de octubre. Tres días después,
un jurado compuesto por Gutiérrez Barreal, Nicanor Piñole y el también pin-
tor y fotógrafo Arturo Truan da a conocer los premios concedidos. La meda-
lla de oro será para Alfonso Pardo, hermano de Luis Pardo, que en su futura
trayectoria profesional fumará como «Parsán>>; Julio Casielles obtendrá la de
plata, y José M. Álvarez Acebal y Alfredo Cuesta de la Villa las de bronce.
Al año siguiente la actividad expositiva combinará la ya tradicional mues-
tra de Fotografía y Excursionismo, con la participación de ciento veintisiete
obras, entre las que se encuentran dieciséis de Arturo Truan que destacan
por su renovación formal, y la inauguración, en junio, del Salón Circulante de
Fotografía de la Agrupación Fotográfica de Cataluña, en el que se muestran
3. Entre ellos, Claudia Carbonell, Pla Janini, trabajos de diecinueve fotógrafos. 3
Ponti, Borrell Vidal, José Marimón, Joaquín Esta fórmula que compagina la presencia foránea con la producción pro-
Gasea, Martinez Roller, José Pascual,
Juan Porqueros, Francisco Foch, Salvador pia se mantiene en 1933 con la exposición de la Federación Checoslovaca de
Baguña, Antonio Campaña, José Fotógrafos Aficionados, con sede en Praga, en la que se muestran cincuenta
Escayola, Pablo Cavestany, José María obras que abarcan desde un paisajismo de corte clásico hasta la más moderna
Lladó y Teodoro Ripio.
concepción vanguardista. A ella se suma, un año más, el certamen para los

20 !CONSTANTINO SUÁRE Z . FOTÓGRAFO (1920·1937)


Gijón. [Representación de la obra] "La
conquista de la Prensa• [por la Compañia
de] Teatro Proletario, 27-12-1933 INllM. 2683]

aficionados del Grupo, que en este año alcanza su VII edición. El jurado,
integrado por Julio Gavito, Arturo Truan y el reconocido profesional Julio
Peinado, distinguirá a José María Acebal y J ulián Gumiel, que comparten el
primer premio; Julio Fernández Casielles y Felipe Martínez, a quienes se les
otorga conjuntamente el segundo, y a José Ramón Bolthon, Francisco Alonso
y Ruperto Torquemada, en los que recae el tercero.
En diciembre, y en la sucursal del Ateneo de La Calzada, actúa la Compa-
ñía de Teatro Proletario, dirigida por el escritor y periodista César Falcón, quien
también da una conferencia con el título «Arte burgués y arte proletariO>>.
Los síntomas de radicalización política de la vida española tendrían en
Asturias su manifestación más extrema. La Revolución de Octubre de 1934
iba a ser sangrienta muestra de los deseos de ruptura del orden republicano
burgués desde la utopía proletaria, y su fracaso y la represión que le siguió an-
ticipaban el fin de una convivencia que anunciaba el trágico conflicto civil,
teniendo también su reflejo en el propio Ateneo.
Con su trayectoria y su implicación política y social, en un momento en el
que la exigencia de toma de partido era inevitable, la entidad fue una caja de
resonancia desde el orden cultural, más allá de esa efervescencia ideológica.
Como si fuese anticipo del fin de una etapa, en agosto de 1934 fallecía a los
85 años el comerciante e industrial Manuel Menéndez Menéndez, fundador y
socio número 1 del Ateneo, en cuyas salas colgaba en ese momento una expo-
sición fotográfica sobre la vida del obrero soviético, organizada por la sección
local de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, a la que seguiría la
muestra de pintura del <<artista revolucionario» Alberto Hernández. Con pos-
terioridad se inauguraría, a mediados de septiembre, el II Salón Internacional
de Fotografía con veintiún participantes, once de ellos extranjeros -nortea-
mericanos, ingleses, franceses-, a los que se sumaban diez españoles, cuatro
de ellos asturianos. Esta representación regional estaba integrada por el vete-
rano Arturo Truan y el joven y ya ampliamente reconocido Julián Gumiel, que
había obtenido el primer premio en el concurso anual del Grupo, junto a Ru-
perto Torquemada y Julio F. Casielles, a quien se había otorgado el tercero.
Gijón. Barricada en Cimadevilla, 9·1 0·1 934
(NÚM. 1959]

Este li Salón Internacional probaba el mantenimiento del interés por la


fotografía y su apertura hacia las corrientes de vanguardia, que también ha-
bían sido asimiladas por Truan y Gumiel dentro de las propuestas formales
de la Nueva Objetividad. La programación de ese año se cerraba con la aper-
tura el4 de octubre de la exposición dedicada a Gutiérrez Solana, acto en el
que hizo la presentación del artista montañés el pintor Evaristo Valle, con
quien siempre se encontraron concomitancias. Una de las obras mostradas
era Procesión en Pancorbo, enviada por el pintor al XIII Salón de Otoño de
1933 y adquirida por el notario y coleccionista gijonés Antonio G. Vigil.
Completaban la serie, entre otras, La reunión de la botica, El.fin del mundo, La
casa del arrabal, Maniquí de peinadora y El Cristo de las Promesas.
Cuando estalle la Revolución de Octubre los cuadros seguirán colgados
en la sala del Ateneo Obrero y, pese a los efectos de la lucha en el edificio,
las obras salen incólumes del violento trance. El periodista Antonio Otero
4. Año VIl , n. 0 356 , Madrid, 1 O de noviembre Seco publica una entrevista con el pintor en la revista Estampa4 bajo el tí-
de 1934. tulo <<Solana bombardeado en Gijón>>, en la que describe los episodios de la
revolución con

[ ... ] la sublevación del barrio de Cimadevilla, el bombardeo de aquella parte de la


ciudad, las trincheras rojas con colchones proletarios y las noches de angustia y
anhelo, con estrellas fugaces de mausers y dinamita.

Para Solana la salvación de sus obras es providencial y hubiese preferido un


tiro en una de ellas a la inutilidad de su brazo derecho por efecto de un reuma,
que descubre desasosegadamente cuando trabaja en uno de sus aguafuertes:

Ha sido cosa de milagro eso de los cuadros. Una bala de cañón hizo harina un
piano de cola que había en la misma sala, pero a los cuadros no les ha pasado nada.
Un tiro no tiene importancia. Uno hubiera preferido un tiro a esta parálisis del
reuma [ ... ].

22 !CONSTANTINO SUAREZ. FOTÓGRAFO (1920·1937)


Gijón. Ateneo Obrero bombardeado
por el "Libertad•, 9-1 0-1 934 [NÚM. 1964)

Pero el Ateneo recibirá algo más que tiros, sería otra víctima posterior de
los acontecimientos.
La crisis se abre con la detención de Rufino García González, secretario
de la entidad al estallar la revolución, acusado de colaborar con el movimiento
insurgente «al haber autorizado la celebración de reuniones clandestinas de
elementos extremistas en dicho centro».
A lo largo de 1935 las tensiones internas y la presión del Gobernador Ci-
vil de Asturias, que exigía la expulsión de Rufino García para evitar la clau-
sura del Ateneo Obrero, agudizarán la crisis por la que pasa la institución. En
agosto, cuando contaba con unos mil ochocientos socios, una Junta General
Extraordinaria rechaza por doscientos treinta y tres votos en contra y setenta
y nueve a favor, más dos en blanco, esa medida. Como consecuencia de este
resultado la directiva presidida por Manuel Heredero presenta su dimisión
irrevocable, dejando un vacío en la gestión y facilitando las intenciones del
gobernador, que decreta el cierre del centro.
Se sucede entonces una intensa campaña en la prensa solicitando la re-
habilitación y reapertura del Ateneo, y tras una reunión de siete ex presi-
dentes, entre ellos el dimisionario, se crea una nueva junta directiva com-
puesta por ellos mismos, reanudando la actividad. En noviembre el filósofo
Manuel García Morente impartirá un cursillo, y en diciembre será José Ber-
gamín quien ofrezca una conferencia con el título <<Laberinto de la novela
y mon;;truo de la novelería>>. Con el nuevo y fatídico año de 1936 la institu-
ción caminará con la normalidad que es posible en esa coyuntura de abierto
enfrentamiento hacia su desaparición.
Ese Ateneo en constante y fructífera trayectoria de dos décadas es el que
conoce Constantino Suárez y en el que previsiblemente se involucra con una
intensidad mayor que la de un simple socio, sobre todo en estos tensos mo-
mentos finales, dada su amistad con Rufino García, pero desde luego no te-
nemos noticia de esa afinidad fotográfica ni el importante papel que cumpli-
ría en el descubrimiento de su inquietud por la fotografía y en la formación
de una manera de entender su práctica en la que la función documental e in-
formativa podía conllevar una actitud creativa que formulase la imagen como
otra forma de visión de la realidad.
Es difícil saber hasta que extremo el Ateneo forjó fotográficamente a
Constantino Suárez, pero su condición de socio y su convivencia con los ar-
tistas locales que iniciaban en aquellos años una trayectoria que como la suya
culminaría paradójicamente con todo su potencial creativo durante la Gue-
rra Civil, tal como se puede comprobar con la caricatura que ya en 1922 le
hace Germán Horacio Robles, hijo de Pachín de Melás y entonces artística-
mente <<Pachín>>, antes de ser.conocido en su madurez creativa simplemente
como <<Germán Horacio>>, certifican que el Suárez fotógrafo nació del Ate-
neo Obrero, aunque su desarrollo como profesional estuvo ligado antes de in-
dependizarse a alguno de los acreditados estudios locales. Pero, que sepamos,
no participó en ninguno de los certámenes convocados por la entidad, ni en
las Exposiciones de Arte Fotográfico ni tampoco en los concursos organiza-
eer-H'n
• 4 '\. ... dos por el Grupo de Excursionismo y Fotografía, y si previsiblemente lo hizo,
al menos no tenemos datos de su selección y, desde luego, de que obtuviese
algún premio o reconocimiento.
De todos modos, es lógico plantearse la posibilidad de que concurriese
«Pachín• (Germán Horacio Robles
Sánchez). Caricatura de Constantino a las convocatorias gijonesas, sobre todo si tenemos presente que en 1926
Suárez, 1922. Del Álbum familiar del envió dos series al concurso organizado por la revista Blanco y Negro, de
fotógrafo Prensa Gráfica Española, de la que ya era corresponsal gráfico en la ciudad.
No despertaron interés alguno por parte del jurado, y ni siquiera fueron se-
leccionadas. Suárez debió depositar en ellas cierta esperanza, pero no fue
así, confesando su frustración: <<Me he llevado un buen planchazo>>.
Si consideramos que ese tipo de concursos estaban aún cerrados a los len-
guajes innovadores y que lo que satisfacía la mirada del público y se reflejaba
en ellos era el paisajismo tradicional y ese casticismo que hacía del costum-
brismo patrio el emblema de la identidad española, no es extraño que las obras
de Suárez fuesen consideradas como una modernidad absurda o la provoca-
ción de un joven airado frente a los convencionalismos artísticos imperantes,
pues ambas series eran ciertamente rupturistas en ese contexto y venían a
significar una vertiente inédita en el conjunto de su obra como reportero
gráfico, a la vez que manifestaba su asimilación de una vanguardia que, aun-
que de forma balbucean te, había sido asumida como propia, y a través de la
que podía representar la realidad desde sus elementos menos frecuentes o
desconocidos.
De este modo la serie que titula con resonancias dadá <<Fantasía Trascen-
dental. Hipótesis Mecánica Celeste>> parte de un concepto posible para el fo-
tógrafo: el realizar un vuelo que circundase la tierra; algo que estaba en el am-
biente y se había hecho factible con las epopeyas del <<Plus Ultra>> y de Loriga
y Gallarza en su vuelo a Manila. Sin duda, la hazaña de Ruiz de Alda y Ra-
món Franco en su vuelo del <<Plus Ultra>>, realizado en enero de rgz6, influyó
para que Suárez concibiese esta serie, pero también el deseo hecho realidad
por el propio fotógrafo ese mismo año, cuando sobrevuela su ciudad y saca
vistas aéreas, algunas de ellas reproducidas en el porfolio D eporte y Turismo
Astur. Verano 1927, una experiencia que repetiría en 193r.
Desde principios de la década de los veinte fue frecuente durante la tem-
porada estival y comienzos del otoño la estancia de pilotos que efectuaban

24 1 CONSTANTINO SUAREZ. FOTÓGRAFO ( 1920-1 937)


Distintos momentos del movimiento
rotatorio de la tierra con relación a un
aeroplano fijo en el espacio, 1 926 INUM. 347]
Este cliché forma parte de la serie
titulada • Fantasía Trascendental Hipótesis
Mecánica Celeste•, que envió al concurso
de Blanco y Negro, siendo rechazada

vuelos sobre la ciudad admitiendo pasajeros, tal como ocurre en r923 con una
pareja de hidroaviones en la que multitud de gijoneses tuvieron su bautismo
de aire, no pudiendo descartarse que el propio fotógrafo estuviera entre ellos,
ya que en su archivo se conservan negativos tanto del retrato de uno de sus
tripulantes como del aparato.
Lo trascendente de esta fantasía plasmada en quince placas es sobrepasar
su contexto a través de la idealización, de un sueño que la fotografía mate-
rializa y hace real. Suárez se valió de un pequeño globo terráqueo que con-
densa la identidad física y humana de un mundo abarcable por ese aeroplano
de hoja de lata que el fotógrafo rescata de los juegos infantiles para conver-
tirlo en objeto a escala real; y es así como el deseo del que fue niño, ese vuelo
a través de océanos y continentes, se cumple a los ojos del espectador, gra-
cias a una técnica que, como la fotografía, consolida la fe en el hombre y da
sen ti do a la idea de progreso.
o hay en esta serie una búsqueda de la perfección formal, al menos en
las imágenes no manipuladas y positivadas para esta exposición, que el fotó-
grafo retocaría convenientemente para los originales enviados al concurso.
Tampoco trasmite un extremo cuidado la otra serie, también de r926, titu-
lada <<La vida de las flores», en la que Constantino Suárez, frente al progreso
científico y técnico, opta por detenerse en la contemplación de la magia de
la aturaleza, de la creación en su estado elemental y supremo. Como un
botánico, observa y documenta el nacimiento y desarrollo de una planta de
cineraria. Son retratos de estudio en los que artesanalmente va colocando pe-
riódicamente el tiesto sobre una superficie cubierta por un paño blanco, te-
niendo siempre un fondo neutro y con la ayuda de la luz natural que imprime
al motivo una sensación de extraña soledad.
Cineraria, 1926 [NUM. 3701 Trasunto de ese crecimiento que también experimenta el hombre, Suárez
Forma parte de la serie de 16 placas
realiza en esta serie de dieciséis placas una tentativa parcialmente lograda so-
denominada • La vida de las flores•.
Presentada al concurso de Blanco y Negro, bre el sentido de la Naturaleza, que deviene en esta obra en una curiosa dua-
no fue admitida lidad entre la realidad reflejada -una planta a la que sigue en todas las fases
de su desarrollo hasta la floración- y la lectura fotográfica -una vertiente
moderna del bodegón o las naturalezas muertas. Es posible que su reflexión
no llegara a articularse hasta estos extremos, pero que ambas series sean es-
trictamente contemporáneas nos hace pensar que no nos hallamos ante un
simple juego o capricho fotográfico sino que ambas entroncan con los deseos
de su autor por hacerse con un lenguaje propio y decididamente acorde con
los presupuestos de la vanguardia fotográfica.
Ese mismo año Constantino Suárez concurre a otro concurso, en sintonía
ahora con su labor como reportero gráfico deportivo. Con ocasión de la I
Vuelta Ciclista a Asturias, la entidad organizadora -el Club Ciclista Gijo-
nés- convocó un certamen de carácter regional cuyos fines expresos eran <<de-
jar registrada gráficamente y de manera artística la Vuelta Ciclista a Asturias
y el poner de relieve una vez más los incomparables bellezas de la región». Los
dos objetivos compaginaban de nuevo la faceta documental y en lo posible
artística, con la función publicitaria y turística de la fotografía que reprodu-
cía el paisaje regional. Este argumento se reforzaba en la primera de las ba-
ses al señalar que las obras debían <<ofrecer un aspecto cualquiera de la carrera,
enmarcado en un fondo de paisaje de ambiente típicamente asturiano>>.
Abierto a profesionales y aficionados, cada concursante podía presentar
hasta diez fotografías de formato zo x 30 cm, eligiendo el recorrido de la ca-
rrera que más oportuno le pareciese y premiándose los lotes para lo que se es-
tablecían tres premios: r. 0 , de 300 pesetas, 2 . 0 (rso ptas.) y 3. 0 (so ptas.). Las
obras galardonadas pasaban a ser propiedad de la organización <<para ser des-
tinadas a la publicidad>>, estando el jurado compuesto por Joaquín García, en
su calidad de fotógrafo del Instituto Asturiano de Turismo, Rodrigo F. Car-
vajal, también fotógrafo aficionado y miembro del Comité organizador de la
I Vuelta Ciclista a Asturias, José Amérigo, en representación del Ateneo
Obrero, y, por último,] osé Mendoza Ussía.
Las obras presentadas fueron expuestas en el stand de la Feria de Mues-
tras Asturiana de ese año dedicado al turismo en la región. En su fallo el ju-
rado optó por declarar desiertos los dos primeros premios, sumando la dota-
ción del segundo y el tercero a fin de que, dividiéndolo en partes iguales, se
concedieran dos premios de mayor importe al Sr. Rivero y a Constantino
Suárez, <<que presentaron magníficas fotografías de la carrera>>.
La serie de Suárez dedicada a esta I Vuelta es amplia y contiene diversas
muestras del género, tanto retratos de grupos de deportistas como algunos
aspectos de la carrera en los que el fotógrafo se ajusta a las condiciones fija-
das en las ba es en cuanto a resaltar los valores paisajísticos, aunque las más
interesantes formalmente son las que obtiene desde un automóvil, siguiendo
la marcha de los ciclistas.
La última exposición a la que sabemos concurrió Suárez es el V Certa-
men Provincial del Trabajo, celebrado en La Felguera en 1930. A estas con-
vocatorias concurrían toda clase de artistas y artesanos, sobre todo jóvenes
deseosos de darse a conocer, y la participación de fotógrafos profesionales,
Ciclismo. 1.• Vuelta [a] Asturias, 1926 sin ser relevante, era significativa. Así, por ejemplo, la tercera edición, de
[NÚM. 2082) 1926, contó con la presencia del riosellano Jesús Delgado, que también pre-
• Nutrido pelotón de routieri en Peña Flor,
sentaba caricaturas; Laureano Vinck, con una instalación de veintidós foto-
uno de los trozos más bellos de la carrera»
(Deporte y Turismo Astur. Verano 1927, grafías en un biombo; Celestino Collada, de Oviedo, con quince obras, y,
Gijón, 1927) por último, el felguerino Lorenzo Cabeza, con otras siete.

26 j CONSTANTINO SUAREZ. FOTÓGRAFO (1920·1937)


Ciclismo. 1. • Vuelta [a] Asturias, 1926
[NUM 2074]

Qye sepamos, al certamen de 1930 el único fotógrafo que acudió fue Cons-
tantino Suárez, a quien se le otorgó uno de los premios de mérito, dotado
con 75 pesetas.

Suárez y la fotografía gijonesa de su época

Cuando hacia r968 Suárez comience una tenaz campaña en pro de la salva-
guarda de los derechos de propiedad intelectual sobre sus fotografías, espe-
cialmente las deportivas, que eran reproducidas indiscriminadamente por la
prensa local, regional y nacional sin la preceptiva autorización de su autor, no
dejará de recordar a sus corresponsales los años que llevaba ejerciendo la foto-
grafía, indicando cuándo se había iniciado en la profesión a la que dedicaría
prácticamente toda su vida.
Gracias a las copias manuscritas de esas cartas conservadas en lo que fue
su archivo, sabemos que comenzó a trabajar en un estudio a la edad de trece-
catorce años. En 1968 señalaba a Vicente de Lucas Linacero, presidente de la
Agrupación Sindical de Periodistas Gráficos:
<<Llevo trabajando entre Galería, Diarios y ahora calle 55 años>>, y un año
después, en otra misiva dirigida al presidente del Grupo Profesional de Fo-
tografía de Oviedo, afirmaba, para dar cuenta de su falta de medios de vida y
de apoyo en su vejez, que <<Desde el año 1914 ejerzo la fotografía (en Galería,
Reportajes y ahora calle)>>.
En aquel entonces el ingreso en un estudio únicamente se contemplaba
en condición de aprendiz o como mozo para recados y limpieza. En el pri-
mer caso la adquisición de conocimientos se ofrecía a cambio de los traba-
jos menores realizados, hasta que, demostrada la pericia y el dominio de la
técnica, se ascendía a una posición conforme a la preparación recibida y
acompañada de la consiguiente renumeración económica. Podía ocurrir tam-
bién, siguiendo el antiguo modelo gremial, que para acceder a ese aprendi-
zaje fuese necesario pagar cierta cantidad al maestro, en este caso al fo tógrafo
profesional de reconocido prestigio y afamado estudio, pero no era lo habi-
tual y lo más lógico es pensar que Suárez siguió este proceso con una pequeña
retribución por los servicios prestados.
¿Qüén fue ese profesional al lado del cual Suárez dio sus primeros pasos
en una técnica que para bien y para mal habría de condicionar su vida? La
respuesta a este interrogante no es fácil, máxime si tenemos en cuenta el gran
número de estudios activos en la ciudad en ese momento.
Porque estamos ante un periodo de transición en el que asistimos a la desa-
parición de algunos de los fotógrafos que habían protagonizado el espectacu-
lar desarrollo finisecular como Enrique Marquerie, fallecido en r9r3; mien-
tras que para otros de los artífices de esa generación esta etapa significa el
mantenimiento de su prestigio y su proyección exterior como ocurre con Ju-
lio Peinado (r869-r94o) o, coh un carácter más local, con otro contemporá-
neo suyo, el gijonés Ricardo del Río (c. r8s7-r92r). Pero también es el mo-
mento en el que Laureano Vinck (Gijón, r886-r965), que se había iniciado en
el mundo de la fotografía a la misma edad que Suárez, tras haberse dado a
conocer captando los sucesos de actualidad y procurar salida comercial a sus
trabajos en tarjetas fotográficas que se vendían en diversos establecimientos
de la ciudad, da el salto a la profesionalización definitiva con la apertura, en
r9r3, de un local en el número 30 del Paseo de Begoña, entonces denominado
de Alfonso XII.
Vinck personifica un nuevo tipo de profesional muy activo y preocupado
por todas las formas de publicidad, que supo además combinar los modelos
más populares con la realización de una fotografía creativa estrechamente
vinculada al marinismo, con la que obtuvo premios en concursos naciona-
les, siendo asimismo un constante editor de tarjetas postales a la vez que
aportaba materiales gráficos a las diversas revistas y porfolios locales. Pero
no fue en su estudio donde Suárez adquirió esos conocimientos básicos de
la técnica, sino con un fotógrafo madrileño que se instala en Gijón a fines
de r9r4 o en los primeros meses de r9r5. Me refiero a Fernando Villanueva-
Peñacarrillo.
acido hacia r89o, Villanueva llega a la ciudad acompañado de su esposa,
la sevillana Clara de la Guerra y Ortiz, abriendo estudio en un bajo del nú-
mero 72 de la calle Corrida. Pese a lo que es habitual cuando un fotógrafo
proveniente de fuera de la región da comienzo a una nueva etapa profesio-
nal, no inserta publicidad anunciando la apertura, ni presenta una abultada
experiencia anterior que avale su hipotético prestigio. ada de eso ocurre con
Villanueva, que únicamente ofrece al público la exclusiva de un «Sistema pa-
tentado>> que permite al cliente obtener por una peseta un total de doce re-
tratos en cinco posturas, para después hacer hincapié en la realización de las
tópicas ampliaciones con cuidados retoques.
La trayectoria gijonesa de Fernando Villanueva no se prolongará mucho,
pues con apenas veintinueve años, el zr de marzo de r9r9, fallece a conse-
cuencia de una bronconeumonía en el domicilio familiar de la calle de la
Libertad, n. 0 49· No por ello se cerrará su estudio, cuya dirección asumiría
<<un antiguo dependiente de la casa>>, que no era otro que el también madri-
leño Francisco del Cura Esteban, que en r924 lo toma en arriendo, a la vez
Gijón. Vendedoras de pescado, c. 1925 que continúa firmando los trabajos como <<Foto Villanueva>> o <<Villanueva
[NU M. 3082] Fotógrafo>>, indistintamente.

28 !CONSTANTINO SUAREZ FOTÓGRAFO (1920-1937)


Desnudo amiga, c. 1923 (NÚM. 4159] Pues bien, tenemos la intuición de que Suárez estuvo vinculado hasta r920
a ese establecimiento, y que fue allí donde dio a conocer sus primeras foto-
grafías. En la serie de álbumes en los que Constantino Suárez fue agrupando
por series temáticas su producción hasta r936, combinando positivos de época
con los que va haciendo a partir de los negativos conservados en su archivo,
incluye cuatro tarjetas con vistas de Aboño y del puerto del Musel firmadas
al dorso con sello en tinta <<Villanueva 1 Corrida 62 bajo 1 Gijón». Si no hu-
biesen sido de su autoría y dada su meticulosidad y extrema honradez profe-
sional, sin duda no figurarían en esa colección que reunía toda su obra, con
la que pensaba editar hacia r970 diversos porfolios o un libro que viniese asa-
near su maltrecha economía. Además, el año con el que Suárez abre el catá-
logo de 'su archivo es precisamente el de r920, coincidiendo con el cierre de
esa primera etapa del estudio de Villanueva.
Ese aprendizaje está también presente en lo que son algunas muestras de sus
primeras obras, esos retratos de estudio con los fondos clásicos que simulan en su
decoración pintada el interior de un salón burgués y el clásico banco de cartón-
piedra, atrezw básico de aquellas ambientaciones decimonónicas cuyo formalismo
estético aún pervive en esas dos primeras décadas del siglo xx. La licencia juve-
nil de un desnudo descontextualizado y en dos posturas <<poco artísticas>>, con-
trasta con la fidelidad a los esquemas formales y compositivos propios del clá-
sico retrato de cuerpo entero, según la concepción del momento, perceptible en
el del sereno ataviado con su impecable traje, su gorra y su bastón.
Estos negativos que Suárez conservó en su archivo revelan los resultados
del aprendizaje y la fiel asunción de unos modelos compositivos tradicio-
nales que respondían a la exigencia de un público mayoritario. Sin embargo,
no quiso seguir ese camino, no quiso ser un fotógrafo de estudio más en una
ciudad saturada por la abundancia de oferta. Tal vez siguiendo el consejo
de Francisco del Cura optó por hacerse reportero gráfico y documentar esa
realidad cotidiana que se demandaba desde la prensa.
Francisco del Cura Esteban (Madrid, r88o-Gijón, 1958) se abrió, ya en la
etapa en la que todavía firmaba como <<Villanueva. Fotógrafo>>, a otras temá-
ticas. Fue, que sepamos, el primer fotógrafo oficial del Real Sporting. Ya a
principios de los años treinta, cuando inaugura su estudio en la calle Innerá-
rity, 40, se especializa en lo que denomina <<Fotografías modernas de arte>> y
en las de motivos industriales, así como en filmaciones cinematográficas.
A la recomendación de Del Cura para que buscara otra salida profesional
en el campo de la fotografía, debió sumarse la desaparición del único reportero
gráfico a quien en Gijón se podía calificar como tal.
Francisco Buznego Otero, Paco Buznego, como le conocían sus compa-
ñeros de prensa, fallecía el trece de julio de 1922 a los 33 años de edad. Re-
dactor a la sazón del diario El Noroeste, que recordaba en su necrológica que
se había aficionado muy joven a la fotografía, recibió el apodo de <<el petit
Campúa>> por haberse especializado en la obra de carácter periodísticl!> y pu-
blicitario, al tiempo que se convertía en uno de los mejores reporteros gráficos
de la región, pues reunía las cualidades esenciales para ello: <<Amor al oficio,
que era en él verdadera vocación, y hábito de trabajo>>.
La Prensa por su parte recordaba sus inicios periodísticos cuando <<le veía-
mos realizar con su cámara un verdadero reportaje que más tarde constituía
una brillante aportación para algunos periódicos ilustrados>> de los que era
corresponsal, entre ellos Mundo Grcifico.
Pero entonces El Noroeste no prodigaba mucho la información gráfica y el
primer reportaje amplio con gran número de fotograbados lo había publicado
el domingo 20 de septiembre de 1914 para publicitar las fiestas de San Mateo
en Oviedo. A su vez, El Comercio no contará hasta en febrero de 1922 con un
taller de fotograbado dotado con los últimos adelantos técnicos; mientras que
La Prensa renovaría cinco años después sus instalaciones para mejorar la ca-
lidad de sus ilustraciones, que no habían aparecido hasta 1923, reproduciendo
imágenes de los componentes de las fuerzas expedicionarias de la guarnición
local destinadas en Marruecos.
A lo largo de esta década La Prensa publicó reportajes del estudio de Vi-
llanueva, y sobre todo las de carácter deportivo realizadas por Armando Fer-
nández Buelta, quien como su hermano José María, conocido periodista, ha-
bía heredado de su padre Rafael Fernández Cuétara, activo en Oviedo a fines
del siglo xrx, la dedicación a la fotografía. Fernández Buelta firmaría en su pri-
mera etapa de reportero gráfico como <<Armando>>, para más adelante utilizar
su apellido materno <<Buelta>>. No obstante, el más importante proveedor de
material gráfico para La Prensa fue <<Foto Film>>, una moderna empresa foto-
gráfica nacida gracias a la perspicacia y voluntad de Marcelino Lena Dacuba.
Marcelino Lena Dacuba nació en Gijón el 13 de enero de 1900 en el seno
Gijón. Medianera con publicidad, c. 1925 de una humilde familia. Su madre, María Dacuba Solar, era una de las popu-
[NÚM. 2656] lares operarias de la Fábrica de Tabacos. A los once años ya trabajaba como

30 !CONSTANTINO SUAREZ FOTÚGRAFO (1920·1937)


Bango [medio derecha del Sporting] de
soldado, c. 1923 INúM. 141

recadero en un comercio, para después desempeñar la misma labor en unas ofi-


cinas y en una naviera. Buscando un medio de vida más lucrativo se convirtió
en importador de tocino de Chicago y de patatas, e incluso e dedicó durante
una temporada al juego -póquer y «faraón>>- en la sociedad «El Canalón>>.
Aficionado a la fotografía, muy joven contrae matrimonio con Adelina
Ceñal y buscando una ocupación estable que garantice el sustento familiar,
decide aprender a fondo el oficio con uno de los profesionales de prestigio,
con el que está seis meses. Estricto contemporáneo de Suárez -apenas unos
meses separan sus nacimientos-, también lo será para iniciar el ejercicio de
. la profesión, pues, como aquél, Lena se establece autónomamente en 1920 .
En estos primeros años ya muestra esa capacidad organizativa y empre-
sarial que caracterizó su trayectoria, capaz de estructurar una empresa fo-
tográfica ambiciosa que modernizase el concepto de la profesión y ampliase
la oferta a campos hasta entonces abandonados, atendiendo de manera es-
pecial a la información gráfica para la prensa. Para ello funda junto a su cu-
ñado Alberto Ceñal Vallina y Manuel García Tuero Foto Film . Bajo esta
denominación comercial comienzan hacia 1923 a firmar sus trabajos en los
periódicos locales, para convertirse Marcelino Lena en 1925 en redactor
gráfico de La Prensa y, ese mismo año, en fotógrafo oficial de la Junta Local
de Menores.
En ese 1925 Foto Film inauguraba sus nuevas instalaciones en la calle Jo-
vellanos n. 0 27, a las que se calificaba de <<soberbia galería fotográfica y ta-
lleres independientes para trabajos de aficionados>>, dando comienzo a una
intensa campaña de publicidad en la que se informaba de la actividad desa-
5. •Órdenes recibidas-1.385 1 Rollos rrollada durante los meses de junio y julio, 5 que tendría continuidad en la
revelados-1863/ Placas reveladas-324/ constante inserción de anuncios para los que utilizaba modernos diseños.
Filmpacks revelados-63 1 C opias
entregadas-19.532/ Ampl iaciones-324•.
Extenderían también su oferta a la fotografía industrial y publicitaria, un gé-
(La Prensa, G ijón, 5 de agosto de 1 925). nero no muy atendido hasta entonces, ampliando los servicios a público y
aficionados con la <<fotografía al minuto>>, la venta del material marca <<Ga-
rriga», del que eran únicos depositarios, y la mejora en la atención al cliente,
comprometiéndose a la entrega en el día de los encargos realizados.
Procesión [del Corpus] en Gijón, 1924 En 1926 se acercan a la cinematografía, exponiendo en su escaparate foto-
lNÚM.1016)
grafías y publicidad de la película Cuento de Lobos, al tiempo que solicitaba la
•La festividad del Corpus en Gijón. Aspecto
de la procesión al pasar por la Colegiata•
«cooperación de jóvenes agraciadas>> para participar en el rodaje. El éxito del
(Región, Oviedo, 21 de junio de 1924) anuncio llevará a Joaquín Alonso Bonet a jugosas reflexiones en un artículo ti-
tulado <<Escuela de Fotogénicas>>.6 Es entonces cuando editan en postal foto-
6. La Prensa , Gijón, 24 de marzo de 1926. gráfica la primera serie de vistas de Gijón, al precio de o'25 pesetas unidad.
Esta línea expansiva se rompe en diciembre de ese año, cuando Lena
abandone la empresa por él fJndada <<a la que con mi entusiasmo y atención
he dado vida>>. A partir de ese momento y hasta la Guerra Civil será Ceñal
quien firme como <<Foto Film>>.
Marcelino Lena creará entonces Foto Klark, inaugurando su estudio en
febrero de 1927 en un bajo del número 56 de la calle Begoña. Con esa de-
nominación se convierte en el único reportero gráfico de La Prensa, aunque
sin tener la exclusividad, abarcando prácticamente todos los aspectos de la
actualidad desde el campo gráfico.
Es tan estrecha esa relación profesional que en la propaganda de su es-
tudio resalta los vínculos existentes con el periódico. Así, con ocasión de un
festival infantil en el Carnaval de 1927 anima a los niños a ir a retratarse a
su establecimiento <<donde, por cuenta de La Prensa, se les hará una foto-
grafía que será publicada en este diario>>, y un año después empleará en otro
anuncio: <<Klark revela las fotos que publica La Prensa>>. Este reclamo estaba

32 1CONSTANTINO SUAREZ. FOTOGRAFO (' 920-19371


Gijón. Quema de imágenes y enseres relacionado con el nuevo <<servicio express>>, mediante el que se comprometía
de la Iglesia del Sagrado Corazón a facilitar al cliente las pruebas de revelado en hora y media.
el 15 de diciembre de 1 g30 [NÚM. 11021
Foto Klark inicia la década de los treinta ampliando sus locales con el fin
de ofertar trabajos en color y la venta de productos Pathé Baby, a los que
suma el alquiler y revelado de películas. Dado el volumen de trabajo Maree ..
lino Lena aumenta la plantilla de colaboradores en su estudio y laboratorios,
donde figuran, entre otros, José Zamora Solana, que en abril de 1935 fallecerá
a los veintitrés años; Arsenio Fernández Llera, que tras la Guerra Civil se es-
tableció por su cuenta en la calle Begoña, utilizando el nombre comercial de
<<Arfe>>, y José Chamorro Asensio, especializado como <<fotógrafo de galería>>
en retratos de todo tipo.
Ese paralelismo vital y profesional entre Marcelino Lena y Constantino
Suárez hace que en su producción se reiteren los motivos, que inciden casi en
exclusiva en la realidad gijonesa: visitas del presidente del Directorio Primo
de Rivera, del Príncipe de Asturias y otros miembros de la familia real, ferias
de muestras, sucesos, inauguraciones, vida municipal, festividades religiosas
y profanas ...
Pero Klark mantiene la primacía. Sus fotografías son reproducidas masi-
vamente en La Prensa y El Noroeste, y en menor medida en El Comercio, com-
partiendo con Suárez la presencia en medios nacionales cuando lo acaecido en
Gijón tenga mayor relevancia, tal como ocurre con los sucesos del lunes rs de
G ijón. Jugada de un partido (Real Sporting
de G ijón-R.C.D. Español de Barcelona.
Ricardo Zamora despejando un balón) ,
C. 1925 INÚM. 1270]

diciembre de 1930, cuando las turbas asalten la Iglesia del Sagrado Corazón,
reproduciendo ABC y El Sol fotos suyas. También participa Lena de la fo-
tografía publicitaria e industrial, considerando las de interiores de fábricas,
talleres y establecimientos comerciales como las que mayores retos técnicos
planteaban al profesional. Así, recordará la ocasión en la que, habiéndosele
encargado una serie de interiores de las bodegas de Industrial Zarracina,
para una sola placa debió hacer con la cámara fija uso del disparo de diez
magnesws.
Sin duda es el deporte, especialmente el rutbol, donde la confluencia de
intereses es plena, siendo ambos partícipes de la misma interpretación fo-
tográfica de un motivo de gran popularidad, en el que caben los retratos in-
dividuales de los jugadores, los de grupos con los equipos en formación, las
jugadas claves y el ambiente de las gradas con un público que gusta ser fo-
tografiado. De ahí que sea este último uno de los subgéneros a los que se
preste mayor atención, siendo puestas a la venta series de tarjetas foto -
gráficas con ocasión de los encuentros más destacados. Así, Klark anunciará
en los periódicos la venta de «postales>> del partido entre las selecciones de
España e Italia disputado en E l Molinón en abril de 1928, con un especial
llamamiento a los asistentes al mismo.
Lena-Klark, convertido en el reportero gráfico de Ecos D eportivos, hará
de la fotografía futbolística una de sus especialidades, señalando que su pro-
cedimiento para obtener imágenes de calidad, sobre todo de los goles, es ob-
servar bien el desarrollo de las jugadas, desinteresándose de la evolución del
encuentro para centrarse en los instantes cruciales con el empleo del visor
iconométrico.
El estallido de la contienda provocará que ambos profesionales sigan tra-
yectorias diferentes, continuando Lena en la posguerra como uno de los
profesionales más reputados y eficientes, siguiéndole en el oficio tres de sus
hijos. Marcelino Lena Dacuba falleció en Gijón en 1992.

34 1CONSTANTINO SUÁREZ, FOTÓGRAFO ( 1920-1937)


Don Miguel Primo de Rivera en Gijón
(en El Musel), 1924 INÚM. 689]

La pérdida de su archivo anterior a 1937 y los de otros fotógrafos contem-


poráneos de los que conocemos una mínima parte de su producción a través
de los positivos conservados, convierte la obra de Constantino Suárez en el
único conjunto capaz de permitir reconstruir el Gijón de ese período que
abarca desde 1920 hasta su práctica desaparición con el estallido hélice,.
El proceso de ese Suárez <<fotógrafo de reportajes», como se autodenomina,
se abre aquel año después de abandonar la etapa de <<fotógrafo de galería>>, tal
como define su ejercicio profesional de aprendizaje previo a la década fulgu-
rante de una ciudad que se benefició de la óptima coyuntura económica que
había propiciado el conflicto europeo. Después, en una etapa de madurez en
la que las expectativas sociales tendrán reflejo en la evolución de su trabajo, la
guerra truncará dramáticamente esa trayectoria.
Con Marcelino Lena, Suárez va a ser el único reportero gráfico que di-
funda en la prensa española la realidad de una ciudad convertida en emblema
de la Asturias que despega en su economía. Pero, además, en esos felices veinte
condicionados por la Dictadura de Primo de Rivera y una Monarquía aliada
en sus designios, y en los que la oposición obrerista ralentiza su acción, Gijón
es un centro de veraneo que despliega sus encantos naturales y culturales para
atraer al turismo nacional.
uestro fotógrafo comienza su nueva etapa respondiendo al esquema tra-
dicional de reportero: plasmar lo cotidiano y lo excepcional para atraer y sa-
tisfacer el interés de los lectores de periódicos y revistas, según los cánones de
la prensa ilustrada de entonces.
La fotografía, como antes los grabados, complementa la información es-
crita, y a la vez adquiere una autonomía que le hará alcanzar un creciente
protagonismo. La identidad de la imagen fotográfica es directa, mientras el
texto no sólo es reflexivo e interpretativo, sino que también busca el apoyo
insustituible de lo <<verídico>> que solamente puede ofrecer esa imagen; de ahí
que el reportaje sea una conjunción de escenas cuando el acontecimiento a
Gijón. El Príncipe de Asturias pasa revista referenciar tenga importancia excepcional o responda a una sección fija en la
a las tropas de exploradores, 29-8-1924 que el lector exige amplitud gráfica, caso de los deportes o los toros. Otro
[NÚM. 3807]
apartado clave en la prensa gráfica de la época es el de <<Actualidades>>, un
mosaico en el que se combina la información regional con la de la capital del
Reino, a modo de realidad en la que lo festivo se hermana con lo conflictivo,
intentando ofrecer ese retablo vivo de la realidad española.
En el Suárez reportero de provincias, o mejor, corresponsal prácticamente
exclusivo en Gijón, cabe diferenciar entre sus colaboraciones para periódicos
y revistas gijonesas u ovetenses, y las fotografías reproducidas en la prensa
madrileña. Para ésta, su trabajo será selectivo, reduciéndose generalmente su
aportación a una imagen, aunque de manera excepcional, como ocurre con
las estancias del Príncipe de Asturias en 1924 y 1925, la información recoja más
instantáneas de los diversos actos que protagoniza.
Los fondos que se conservan de su archivo permiten conocer la estruc-
tura secuencial de estos reportajes, en los que su amplitud hace posible una
selección de lo más útil o interesante. En otros casos el fotógrafo se adelanta
al encargo y capta una única fotografía que responde escuetamente a la in-
tención del periodista de divagar sobre algún aspecto de la vida cotidiana
de la ciudad. En ese Gijón que Suárez interpreta, la realidad física adquiere
una pretensión totalizadora en las series de panorámicas aéreas o en las

36 !CONSTANTINO SUÁREZ FOTÓGRAFO (1920-1937)


perspectivas urbanas, pero el discurrir de la actividad de la calle no captará su
interés hasta la Guerra Civil.
Hasta entonces se percibe cierta atención hacia el ambiente humano vin-
culado al puerto, en gran medida heredera de una tradición pictórica y foto-
gráfica que también entronca con la visión de pintores como Piñole y más
tardíamente Moré o escultores como Sebastián Miranda, que en los prime-
ros treinta plasmará en el Retablo del Mar su interpretación de ese espacio
esencial que ve fructificar elementos básicos del carácter local. Sin embargo,
es raro que ponga su mirada a nivel de calle, a la altura del ciudadano quepa-
sea. Ejemplo de una excepción en el conjunto de su obra es esa fotografía del
ángulo recto que forma el edificio en cuyos bajos se encuentra el bazar de Ca-
simiro Cervero. La confluencia de dos calles en ese punto lo convierte en un
lugar de encuentro por el que desfilan gijoneses de diversa edad y condición,
que chocan, se saludan, se detienen y conversan. Es un punto graciosamente
conflictivo en el tránsito peatonal de la ciudad, tal como lo retiene Suárez en
una fotografía que deja constancia de esa curiosa aglomeración que el azar y
la estructura urbana hacen posible.
Esa obra servirá para que el anónimo periodista de L a Prensa se ocupe
en la sección fija <<Viñetas locales>> de ese espacio, para el que exige una au-
toridad que imponga orden y organice el caudal humano. El argumento lo
da una imagen manipulada para su reproducción, pero respetuosa con el ori-
ginal según la convención de las labores periodísticas, en la que se concen-
tran en las figuras que se acumulan en la superficie minúscula de la acera,
desechando el primer plano del asfalto. En los laterales se pierden a la izquierda
una figura que avanza y, a la derecha, la perspectiva en fuga de la calle. En la
parte superior se rebajan las paredes y se refuerza el rótulo pintado: << o fijar
carteles>>.
El texto, bajo el título <<Una esquina>>, es una escueta llamada de atención
a un fenómeno que la mayoría de los lectores ha percibido pero al que no le

Gijón. Barcos de vela, c. 1928 [NÚM. 1420)


Gijón. Esquina Moros-Jovellanos (Casa
Cervero), 25-8-1932 [NúM. 26721
Reproducida en La Prensa, Gijón,
11 de septiembre de 1932

da mayor importancia o no ha tenido el cauce de expresión privilegiado del


periódico, y para el que tanto fotógrafo como redactor sirven de portavoces
de su inquietud o perplejidad, con ciertas dosis de humorismo:

Es esa, la de Jovellanos y Pi y Margall. Gran circulación, enorme circulación.


¿Qyién no ha chocado allí con otro o con otros transeúntes? La gente va mal en-
cauzada, porque no tiene más remedio que ir por ese cauce. Unos se detienen,
otros se acercan a la pared, para dejar paso, otros se salen de la acera, para poder
seguir un camino. Es un lugar clásico, una esquina que podríamos denominar la
esquina de las indecisiones, por esa pugna que allí se establece entre los viandan-
tes, al encontrarse frente a frente. Si fuera posible hacer intervenir la <<porra», di-
ciendo: <<circulen>>, se acabarían las incertidumbres, aunque esa esquina perdiera
mucho carácter.

Es difícil entender la obra de Suárez y su razón de ser sin su condición de


reportero gráfico. Los intentos llevados a cabo en Asturias para implantar
revistas ilustradas fueron baldíos, porque, aún contando con la colaboración
de reputadas firmas y alcanzando altas cotas de calidad en las imágenes re-
producidas, tanto su campo de influencia como su potencial mercado eran
escasos. El voluntarismo de unos pocos entusiastas acababa siempre en el
desánimo que provoca la falta de respuesta a los proyectos llevados a cabo,
y el fracaso fue a la postre el único rendimiento obtenido. Si el modelo a se-
guir era la prensa ilustrada madrileña era fácil suponer que aconteciese lo
que sucedió: su prestigio entre los lectores era tal que no dejaban espacio para
nuevas empresas que iniciaban su andadura con pocos medios y menos re-
cursos. Solamente existe una excepción, y es la que representa Norte, la revista
fundada en 1929 por el periodista y escritor Alfonso Camín.
Editada en Madrid, su supervivencia en esa primera etapa hasta 1936 se ex-
plica por su línea abierta y la búsqueda de prestigio y financiación a través de
la publicidad, en el que se conjugaban el halago más sonrojante y el chantaje

38 1 CONSTANTINO SUÁREZ. FOTÓGRAFO ( 1920· 1937)


Alfonso Camín recorre comercialmente
Asturias. Quintana , 1928 [NÚM. 962]
"En La Abad ía. La molinera• (Norte,
n. 0 3, Madrid, enero de 1930)

más burdo; pero Camín sabía alimentar la vanidad de algunos prohombres


de Asturias, tanto como hacerles saber los vitriólicos ataques que sufrirían en
forma de andanadas y denuncias nada sutiles caso de no colaborar económi-
camente. Entre esas figuras regionales, el escritor gijonés supo adular espe-
cialmente a algunos indianos, cuya mentalidad y peculiar carácter conocía
bien por haber sido él mismo un emigrante.
Suárez colaboró con abundante material gráfico en Norte. Sus fo tografías
recogían diversos aspectos de la actualidad gijonesa, pero su aportación más
singular la constituye la serie dedicada a los americanos. De composición si-
milar, generalmente mostraban al personaje en el exterior de su casa natal,
acompañado de su familia y del propio Camín. Ese escenario de los orígenes
permitía al escritor desarrollar la aventura vital del emigrante, culminada en
un retorno que él verificaba en su condición de documentalista, en un am-
biente campesino que venía a demostrar de dónde había partido y qué posi-
ción había alcanzado. La relación de fotógrafo y editor fue muy estrecha y
se mantuvo a través de los años, tal como se comprueba en la colaboración
que Suárez sigue prestando cuando la revista se publique en México y en el
amplio reportaje que realiza en El Musel, en r967, cuando Alfonso Camín
regrese de su exilio en ese país.
Con anterioridad la labor de Constantino Suárez había tenido eco en la
prensa nacional y, fundamentalmente, la regional, no sólo en la gijonesa, sino
también en la ovetense. De hecho será en el diario conservador Región, fun-
dado en r923, donde mayor número de fotografías suyas sean reproducidas,
en una estrecha relación con dicho periódico que tendrá continuidad hasta el
inicio de la Guerra Civil.
Tanto en esta década como en la siguiente la presencia de las obras de Suá-
rez también será habitual en las revistas y porfolios anuales gijoneses editados
durante la temporada veraniega. Herederas de los antiguos programas festivos,
estas publicaciones reunían todo tipo de textos con el común denominador
de resaltar las virtudes climáticas y paisajísticas de la ciudad, a fin de contri-
buir a aquel proyecto largamente acariciado de convertirla en uno de los
principales centros balnearios de la cornisa cantábrica, en competencia con
Santander y San Sebastián. Esa intención de situar a Gijón en el circuito
aristocrático del estío había ido perdiendo fuerza conforme la monarquía al-
fonsina avanzaba hacia su crisis definitiva, al tiempo que su carácter indus-
trial le había otorgado unos rasgos inequívocamente populares, entre ellos
un interclasismo que propiciaba la condición de verano ideal para las clases
medias, aunque no faltaba la fidelidad de viejas familias nobles o de altos
cargos de la administración que pasaban el verano en sus fincas de Somió y
otras parroquias rurales del concejo.
En A sturias Verano, Gijón Veraniego, y D eporte y Turismo Astur, entre otras,
Suárez publicó numerosa información gráfica. Por una parte, aportaría imá-
genes que desde el paisajismo urbano y cierta asimilación de lo que entonces
se conocía como <<fotografía turística>> daban una visión atractiva de la ciu-
dad, con rincones de sabor tradicional u oportunas composiciones como la
obtenida desde el Pabellón del Real Club Astur de Regatas, que se abre a
Gijón. La Iglesia [de] San Pedro vista desde una panorámica en cuyo centro destaca la torre de la Iglesia de San Pedro.
el Pabellón [del Club de Regatas], 1927
[NÚM. 1382]
o faltaban tampoco vistas y escenas de la playa, motivos muy frecuentados
«Artística fotografía tomada desde el por los fotógrafos locales, ni las tópicas composiciones portuaria'S, en las que
pabellón del Club de Regatas. Al fondo , la daba muestras de intentar romper con la visión más estereotipada, avanzando
Iglesia de San Pedro, primera parroquial del
viejo Gijón• (Deporte y Turismo Astur.
hacia una fotografía más creativa que consolidaría posteriormente.
Verano 1927, Gijón, 1927) Una segunda vertiente de la obra destinada a esa clase de publicaciones es
la de asunto deportivo, sobre todo la referida a fi.ítbol, ciclismo y natación. In-
cipiente fenómeno de masas, el deporte convertía en personajes populares a
todos aquellos que lo practicaban con éxito y la idealización del triunfo fijaba
sobre ellos todas las miradas, convirtiéndolos en modelo de esfuerzo y supe-
ración. La progresiva difusión de su práctica hizo que fuesen despertando cada
vez mayor interés, solicitando las empresas editoras sugestivas imágenes de

Gijón. Jugada de un partido [en el campo de


La Electra, en El Llano], c. 1925 [NÚM. 13031

40 !CONSTANTINO SUAREZ. FOTÓGRAFO (1920·1937)


Gijón. Pescando oricios, c. 1928 [NúM 473)
«La pesca de los oricios" (Norte , n.0 24 ,
Madrid , octubre de 1931 )

una actividad devenida en espectáculo. Suárez suministrará a las revistas el


material preciso, extraído de los numerosos reportajes realizados a lo largo del
año, entre los que selecciona aquellas fotografías más interesantes.
Por último, adquiere suma importancia la vertiente publicitaria de sus
imágenes, en consonancia con una de las especialidades a las que el fotógrafo
hará mención en uno de los escasísimos anuncios que inserta de su trabajo:
<<Se hacen toda clase de informaciones y propagandas gráficas. Fotografías
industriales y comerciales a domicilio».
Gran parte de esas obras de encargo tenían su origen en las páginas espe-
ciales que aparecían en la prensa con motivo de las festividades locales, en el
caso gijonés las de Nuestra Señora de Begoña, patrona de la ciudad, o la ce-
lebración de determinados eventos, especialmente la Feria de Muestras As-
turiana. Industrias, comercios y representantes de firmas ilustraban los anun-
cios con imágenes de sus productos o establecimientos. En las revistas gráficas
veraniegas, dado su diseño, esas fotografías cumplían un papel estelar, apor-
tando Suárez los materiales que se distribuían según los deseos del cliente
y en función de los formatos y tarifas establecidos. Buen ejemplo de los
significados publicitarios que adquiere la fotografía en ese momento es el
porfolio Gijón Verano 1932.
El propio Suárez se anunciará en él a toda página con escueta tipografía
décó, indicando únicamente su condición de <<fotógrafo de los principales
Diarios y Semanarios de España y Extranjero>>, para lo que emplea una fo-
tografía cargada de simbolismo, la que reproduce la alegoría de la República
pintada por Mariano Moré, que el artista gijonés regaló al Ayuntamiento,
siendo colocada en su salón de sesiones el 30 de julio de 1931.
Dicha revista también incluía doce vistas aéreas de Gijón tomadas el año
anterior con ocasión de la visita realizada por el aviador Augusto Puga, algún
detalle del paisaje urbano, una escena titulada <<La pesca de los oricios>>, y va-
rias fotografías estrictamente publicitarias: las dedicadas al Hotel Salomé, a
Gijón. Gumersindo y Alfonso García ,
1 8-1 0-1 935 (NÚM. 1685)

la tienda de calzados Casa Rodríguez y a los camiones <<Internacional>>. Para


las dos primeras el fotógrafo sigue los cánones tradicionales en esta clase de
trabajos según el modelo decimonónico, reproduciéndose el edificio y la fa-
chada del comercio; en cambio, en el tercer anuncio incluye dos imágenes de
los vehículos de esa marca adquiridos por el distribuidor local de CAMPSA y
el municipio gijonés, respectivamente.
Estos encargos generaron un importante volumen de trabajo para Cons-
tantino Suárez, con numerosas series sobre todo tipo de negocios, entre las
que cabe citar las dedicadas a las fábricas de Moreda y Gijón, y de sidra
champanada de Industrial Zarracina.
Especial singularidad tienen las fotografías realizadas en r933 para la
Gimnástica Gijonesa, en algunas de las cuales capta la simulación de com-
bates de boxeo y ejercicios gimnásticos carentes de naturalidad. Por el con-
trario, otras son tomadas en la calle, contribuyendo los viandantes a impri-
mir autenticidad a la escena, tal como ocurre con la <<estatua viviente>> que
en r934 publicita en el Muro de San Lorenzo la famosa <<Fabada Campa-
na!>>, en las que numeroso público rodea al <<hombre anuncio>> que con una
mano ofrece una cazuela con el producto, mientras sostiene en la otra un
cartel anunciador.
o obstante, el ejemplo más curioso, que se remonta a la década anterior,
es el del carbonero Luis Polledo, plasmando una versión directa y esceno-
gráficamente artesanal de dicho oficio. Su almacén es un espacio reducido,
cerrado con una empalizada de madera; en el centro, el carro para el trans-
porte sirve de fondo a la figura del modesto industrial, que en postura de
cierta naturalidad apoya una pierna sobre el paxu lleno de carbón. El retra-
tado evita el objetivo como si quisiera salvaguardar su identidad, que se tras-
lada a los dos rótulos pintados que sirven de anuncio de su empresa; mien-
Gijón. Fotografía publicitaria de Carbones tras fotógrafo y acompañante forman parte de la composición al proyectarse
Luis Polledo, c. 1925 (NÚM. 38371 su sombra en el suelo.

42 !CONSTANTINO SUo\REZ. FOTÓGRAFO (1920-1937)


Un último e importante conjunto de la producción de Constantino Suárez
adscrito a esta línea plenamente publicitaria es el referido a la Feria de Mues-
tras Asturiana, cuya primera edición se celebra en 1924. Siguiendo el modelo
de la organizada en San Sebastián dos años antes, la Asociación Patronal gijo-
nesa proyectó su realización como un lugar de encuentro y de promoción de
la industria regional que diese a conocer la pujanza del sector, facilitando al
mismo tiempo los intercambios comerciales de carácter internacional, con es-
pecial atención al mercado hispanoamericano. Los objetivos propuestos se al-
canzaron con creces y las sucesivas convocatorias hicieron que el certamen se
convirtiese en uno de los eventos centrales del programa veraniego.
Suárez realizó exhaustivos reportajes de todos los stands y pabellones, así
como de la Exposición Agro-Pecuaria que se celebraba simultáneamente. En
ellos el fotógrafo raramente rompe el binomio interior-exterior, poniendo de
manifiesto su voluntad de documentar con rigor las empresas participantes y
los productos presentados, sobresaliendo por su interés el diseño arquitectó-
nico de diversos pabellones, que a su carácter efímero añadían una pintoresca
resolución de los materiales empleados. Por el contrario las fotografías rela-
tivas a la Exposición constituyen una sucesión de ejemplares vacunos, porci-
nos, caballares, una suerte de lo que podíamos calificar como «galería de ani-
males>>, en la que los motivo son abordados con igual complacencia e interés
que si se tratase de personas.
Dentro de este apartado de fotografía publicitaria o de reclamo también
pueden inscribirse las escenas de la playa de San Lorenzo o los retratos indi-
viduales o de grupo de los bañistas que la frecuentan, por tener muchas de
ellas el objeto de difundir su atractivo y ambiente distendido. Gijón seguía
considerando la playa como su máximo patrimonio natural de cara a los po-
tenciales visitantes. Reproducidas en revistas y porfolios veraniegos, cabe des-
tacar entre ellas Asturias Verano 1934, por el gran número de imágenes de este
género que incluye.

i1

Gijón. Verano 1935 [NÚM. 24021


Gijón. Los ciegos (su orquesta [•La Nueva
LuZ"] en la playa), 1932 [NÚM. so¡
Reproducida en La Prensa, Gijón,
21 de agosto de 1932

Efectivamente, la producción de Constantino Suárez en ese campo es tan


amplia que podríamos imaginar que era una de esas figuras que, cámara en
mano, ofrecían cotidianamente a los bañistas sus servicios fotográficos; es de-
cir, uno de esos profesionales que hacían su temporada en la playa, siguiendo
una especialidad que se había iniciado en la primera década de siglo y cuyo
ejercicio se prolongará hasta bien entrados los años setenta. Sin embargo,
Suárez no fue uno de ellos. A su interés por los motivos playeros sumaba su
atracción por el paisaje y el mar, el paseo, las tertulias y el ambiente, las case-
tas y los toldos, las actividades ocasionales que en ella se desarrollaban y todo
aquello que hacía del arenal y su horizonte marino el principal patrimonio de
la ciudad. Sirva como ejemplo la fotografía que capta una actuación de la or-
questina de ciegos <<La ueva Luz>>, de 1932, publicada en el diario La Prensa
ilustrando un artículo de la sección <<Viñetas locales>>, al igual que sucedió con
otras imágenes suyas, alguna tomada asimismo en la playa.
Pero, además, allí también había cuerpos, sobre todo cuerpos femenino s
a los que el maillot resaltaba las formas, convirtiéndolos en objeto de deseo.
Los aires de libertad que los años veinte habían anunciado y hecho realidad
· en gran medida, se prolongaron en los treinta. El culto al cuerpo y las mo-
das que, gracias a la prensa ilustrada, introducían estrellas de cine y vedettes
europeas y americanas con sus trajes de baño y poses insinuantes, fueron se-
guidos con mayor o menor fortuna por la juventud gijonesa, y Suárez dejará
constancia de esa liberalización de las costumbres en un amplio conjunto de
retratos que muestran la complicidad entre modelo y fotógrafo, y la inten-
ción de éste de cautivar la belleza de lo apetecido, como un <<voyeur>> que
busca apasionadamente imágenes del ideal de la posesión. Cautivo él mismo
de esa atracción, erotizado y sin inocencia, hace uso de un instrumento pri-
vilegiado como la fotografía para conservar el deseo de lo que sabe fugaz.
Estos retratos constituyen al mismo tiempo un testimonio de la evolución
que experimenta su obra desde lo s años veinte hasta la Guerra Civil y su

44 !CONSTANTINO SUÁREZ. FOTÓGRAFO (1920·1937)


Gij ón. Veran o 1935 [NúM. 25 20]

permeabilidad hacia las innovaciones de la estética fotográfica, permitiéndose


ejercicios de modernidad o seudo vanguardismo que evidencian su afán por
asimilar las nuevas corrientes.
Su afición por ese tipo de trabajos hizo que Suárez, traspasado por la nos-
talgia, dedicara muchas hojas de sus álbumes personales a esta galería deba-
ñistas, algunas de cuyas figuras silueteó con sumo cuidado, realzando su im-
pronta y decorando el fondo con dibujos a tinta. Ese interés por el cuerpo
femenino se mantendrá con el paso del tiempo, tal como se comprueba en
las numerosas fotografías de jóvenes en bikini que realizó a fines de los años
sesenta y durante la década siguiente.
Todas esas imágenes referenciadas, las Üneas de trabajo que Constantino
Suárez sigue como las vías por las que debe discurrir su personal lenguaje y
aportación, tienen un destino local o, como mucho, regional. Solamente vis-
tas de la playa, de la Feria de Muestras, o tal vez una imagen de un aconte-
cimiento deportivo o una visita ilustre, pudieran interesar a publicaciones
periódicas de ámbito nacional. El fotógrafo gijonés sabe que su mayor pa-
trimonio profesional es precisamente el de ser corresponsal gráfico, tal como
destaca en sus escasos anuncios. Con ello venía a significar que su mayor
interés se centraba en potenciar esa ventana al exterior que le ofrecía la prensa
madrileña, y por ende española, proyectando de ese modo la actualidad
local y regional.
Qlé fue lo que le hizo especializarse como reportero o quién lo apoyó para
conseguir esas corresponsalías es algo que ignoramos, pues el fotógrafo no
hace mención alguna a esos extremos en sus notas. Lo cierto es que desde al
menos 1924 sus fotografías serán frecuentemente reproducidas por las revistas
ilustradas. Las primeras que hemos documentado recogen diversos aspectos
de la estancia, en 1925, del Príncipe de Asturias, en cuyo transcurso desarro-
llará una intensa actividad que Suárez seguirá puntualmente. Don Alfonso de
Borbón visitará numerosas industrias de la región, de las que se harán eco esas
Gijón. Vista general de la Fábrica
de Moreda, c. 1 925 (NúM. 535)

publicaciones. Serán precisamente dos fotografías obtenidas por Suárez du-


rante su visita a la Fábrica de Sidra El Gaitero, propiedad de Valle, Ballina y
Fernández, las primeras de las que tenemos constancia de su reproducción,
concretamente en el Blanco y Negro de 30 de agosto de 1925.
En números sucesivos otros semanarios incluirán imágenes del fotógrafo
gijonés. Así, en Nuevo Mundo (Madrid, 28 de agosto de 1925) aparecen dos
momentos de la visita del heredero de la Corona a Duro Felguera y a la Fá-
brica de Sombreros de Gijón, con la particularidad de que están firmadas
<<Ürtiz.-Suárez>>, sin duda porque a través de ese conocido profesional madri-
leño se había gestionado su adquisición, añadiendo improcedentemente su
apellido, tal como se hará posteriormente con ocasión de las fotografías re-
mitidas por Suárez sobre la Revolución de Octubre de 1934, en algunas de las
cuales se omite toda referencia a él.
Algo similar ocurrirá con la que reproduce Blanco y Negro de 13 de sep-
tiembre con motivo de la fiesta organizada en su posesión de Granda por los
señores García Sol en honor del Príncipe, en la que éste aparece acompañado
de los anfitriones, y que siendo obra de Constantino Suárez lleva la firma de
Peinado, probablemente autor de las vistas del palacete y jardín que también
se incluyen en el reportaje.
Por último, la también revista madrileña Mundo Gr4fico, en su número 721, de
fecha 16 de septiembre, publica otras dos fotografías suyas que informan de la
presencia del Príncipe de Asturias en las fábricas de Moreda y Gijón, y Laviada.
Suárez inició de ese modo su relación profesional con los dos principales
grupos editoriales de la prensa madrileña: Prensa Española, propietaria del
diario ABC y del semanario Blanco y Negro, y Prensa Gráfica, editora, entre
otras, de las revistas Mundo Gr4fico, Nuevo Mundo y La Esfera, de las que será
corresponsal gráfico.
A fines de esa década asumirá también la corresponsalía de la Editorial
Estampa, propietaria de la publicación del mismo nombre aparecida en 1928,

46 !CONSTANTINO SUAREZ. FOTÓGRAFO (1920·1937)


y de Ahora, del que fue único reportero gráfico en la región y que se con-
virtió en el periódico más popular de la capital durante la etapa republicana.
A ello añadirá la colaboración con la agencia Keystone, que propiciaría su
presencia esporádica en algunos medios extranjeros.
La especialización como reportero y su identificación con ese trabajo se
verá reforzada con su ingreso en la Sociedad de Fotógrafos de Prensa, cons-
tituida hacia 1926 bajo la presidencia de José Campúa (hijo), que había su-
cedido a su padre cuando aquel abandonó el ejercicio de la profesión para
dedicarse a otras actividades. El objeto de esa asociación era defender los in-
tereses de los reporteros gráficos, que muy raramente formaban parte de la
plantilla, estando expuestos a los vaivenes económicos de la aceptación o no
de sus trabajos. Al recapitular décadas después sobre este período, Suárez se-
ñalaría la inexistencia de sueldo fijo, oscilando el precio por fotografía pu-
blicada entre las cinco y las diez peset~s, según su interés y calidad, cantidad
estipulada para aquéllas que no fuesen reproducidas en exclusiva.
Paralelamente prosigue con el laboratorio instalado en el domicilio fami-
liar de la calle Langreo, n. 0 7, empleando para la firma de sus fotografías un
sello circular en tinta con la inscripción
<<FOTO 'SUÁREZ' 1 PARTICULAR 1 LANGREO 7 1 GIJÓN»;
y otro de formato rectangular, más indicado para sus trabajos como reportero:

<<Qyeda prohibido en absoluto reproducir o publi 1 car esta fotografía sin


permiso./ Foto 'Suárez' (Particular 1 Langreo, 7. Gijón)».

Contaba entonces con el teléfono número 63r.


Al tiempo que España cambia de régimen, la familia Suárez González
traslada su domicilio a una calle más céntrica, la tradicionalmente llamada de
San Antonio, denominación que la primera corporación republicana de Gi-
jón ha decidido sustituir por la de García Hernández, uno de los protagonis-
tas de la sublevación de Jaca. A partir de ese momento firmará sus obras en
el número 29, 2. 0 piso de dicha calle.

Melquíades Álvarez llega a Gijón, c. 1 924


[NÚM. 872]
Gijón. Caseta Proletaria (Grupo de parados
en su caseta del Pi/es), 7-9-1934 [NÚM. 2444]

Una ciudad con un alto componente obrero e importante tradición repu-


blicana de corte burgués, representada por el reformismo de Melquíades
Álvarez, festejó la nueva situación con el mismo entusiasmo que toda la na-
ción, y Constantino Suárez fue uno más de los gijoneses que participó de la
alegría y las esperanzas que despertaría lo que se anunciaba como único medio
para modernizar la nación. Su identificación con ese tiempo nuevo, inédito
en sus posibilidades pero cargado de anhelos de progreso, se pone de mani-
fiesto en el trabajo que desarrollará hasta el inicio de la guerra. Es curioso
que no sepamos de alguna fotografía suya que documente la proclamación
de la República en la ciudad; en cambio, son numerosas las que recogen los
principales acontecimientos de aquellos turbulentos años en los que aquel
régimen que había despertado tantas ilusiones sobrevivió a duras penas a los
ataques de las dos Españas.
Como informador gráfico Suárez estuvo en primera línea de aquellos
hechos cruciales, legándonos unas fotografías en las que se refleja la óptica
militante del que simpatiza con la facción de la izquierda obrera por afinidad
o por amistad con algunos de sus protagonistas. Sin embargo, no estamos ante
una visión sectaria que manipule interesadamente la realidad, como tampoco
lo hará durante la próxima contienda, sino ante una imágenes que denotan su-
tilmente la identificación de su autor con aquéllos que en su radicalización van
camino de la Revolución de Octubre.
El asalto e incendio en 1930 de la popularmente conocida como «la Igle-
siona>> será el primer eslabón de una cadena de sucesos violentos y convul-
siones sociales. La imagen de tres guardias civiles en un Musel desierto du-
rante los conflictos laborales de noviembre de 1931, el detalle escueto de un
sabotaje durante la huelga general del año siguiente o la bomba preparada en
1933 contra los esquiroles de otra huelga portuaria, que en una fotografía sin
Gijón. Bomba puesta a los esquiroles
de la Patronal en el Muse!, no estallando, anotación del autor sería imposible imaginar que una cesta de mimbre de los
9-1 2-1 933 [N ÚM . 153 9 ] almuerzos proletarios de la que surge un reloj despertador tuviera ese fin, son

48 1 CONSTANTINO SUÁREZ. FOTÓGRAFO ( 1920-1937)


imágenes fragmentarias y por sí solas descontextualizadas, entre las que úni-
camente la primera traslada al observador el suceso en una versión pacífica
de lo que se fragua tras las figuras armadas y el vacío humano de ese paisaje
portuario.
La ciudad militante, la que ve ocupar sus calles con masas de manifes-
tantes, convive con la distendida conversación de sobremesa de Manuel
Azaña en septiembre de 1932 en la terraza de un Club de Regatas que había
perdido el título de Real.
Todo este orden, ese difícil equilibrio de convivencia política y social,
se romperá en 1934. El grupo de parados que conforman en la playa de
San Lorenzo lo que el fotógrafo denomina <<Caseta Proletaria>> con sus
alegres semblantes y sus puños en alto, no anuncian lo que un mes des-
pués sucederá.
La información gráfica de Suárez.da una visión completa de lo aconte-
cido en Gijón esos días cruciales y su trabajo será reproducido en los pe-
riódicos asturianos y madrileños. Su campo de acción no se reduce en este
caso a Gijón, donde la revolución no tuvo la misma trascendencia que en
otros lugares de la región. 1o son fotos del instante que se vive en la ca-
lle, salvo en esa escena de «La Escalerona» donde los guardias de Asalto
apuntan con sus fusiles, sino en las huellas inmediatas de los sucesos: des-
Azaña en G1jón [en la terraza del Club de trozos causados por el cañoneo, barricadas en Cimadevilla con «colchones
Regatas], 22-9-1932 [NúM . 3904] proletarios» y, más sólidamente levantadas, en El Llano, centro neurálgico
de la sublevación, con esas sombras de vecinos que la contemplan proyec-
tadas sobre los adoquines, que son reproducidas en el diario El Comercio
del día q. A ello se suman lo que serán las dramáticas consecuencias de una
utopía fracasada: cuerdas de detenidos y, sobre todo, la fría atmósfera que
se desprende de esos cadáveres en la sala de autopsias de la morgue, depo-
sitados sobre <<la piedrona>>, con un cuerpo mutilado lleno de vendajes en
primer término_
Suárez completó su reportaje sobre unos hechos que tuvieron repercusión
internacional con series dedicadas a Oviedo y Sama de Langreo_ Algunas fo-
tografías fueron reproducidas por El Noroeste y en la revista bonaerense Caras
y Caretas; en ésta última <<COn el fin de ridiculizar la represión de aquel movi-
miento con injurias para nuestro Glorioso Ejército y fuerzas del Orden Pú-
blico>>, según se le imputa en uno de los informes elaborados sobre su activi-
dad durante la posguerra; mientras que Mundo Grcifico daría información de
los desfiles de las fuerzas encargadas de reprimir el movimiento revoluciona-
rio, la detención de los participantes y su proceso judicial, y los edificios da-
ñados, que ilustraron páginas de los números 1.199 a 1.203, correspondientes a
Homenaje a la víctimas de la Revolución
los meses de octubre y noviembre_
de Octubre de 1934, organizado por la La represión generó una dinámica inédita que extremó los planteamien-
Agrupación Femenina del Llano, asistiendo tos ideológicos y las actitudes, contaminando de violencia un clima de por sí
15 autocares con mujeres y pioneros.
muy enrarecido_ El posterior desarrollo de los acontecimientos trajo mayores
La manifestación dirígese al cementerio
de Sama de Langreo (Milicias comunistas), dosis de enfrentamiento, y la permanencia del significado del octubre del
31-5-1936 [NÚM. 4565) treinta y cuatro se prolongaría en la lucha por la amnistía y los homenajes a

50 !CONSTANTINO SUAREZ FOTÓGRAFO (1920-1937)


Gijón. Muertos en el Llano, 11-1 0-1934
[NÚM. 19 70)

los combatientes. Primeros de Mayo multitudinarios, entierros de presos, con-


centraciones de milicias y pioneros, son ahora los temas que engrosan la do-
cumentación gráfica que Suárez va acumulando sobre ese periodo inmediato
al estallido de la Guerra Civil.

La guerra

La ciudad politizada y militante había devenido en ciudad del enfrentamiento


abierto, una situación consustancial al pueblo español que José Ortega y
Gasset había mencionado al reflexionar en 1915 sobre el viejo puerto gijonés
durante una de sus estancias veraniegas en Gijón, teniendo presente lo que
vino en llamarse la Gran Guerra: <<A los buenos españoles les es el mundo un
buen pretexto para querellarse los unos con los otros». Camín se asombra en
1931 de que los niños que participan en el concurso de figuras de arena en la
<<playa demócrata, la playa de la República>> hayan representado a <<Miss Te-
lefónica>> con un estentóreo <<¡Viva la huelga!>>, o reproduzcan <<Un cuadro la-
mentable para las imaginaciones de diez años: «La Ley de fugas>>S, un sol-
dado ha disparado por la espalda a un muchacho civil que cae crispando el
puño, maldiciendo a sus verdugos>>; y termina premonitorio: <<Estos niños lle-
garán a veinte, a treinta, a los cuarenta años, con ese recuerdo clavado en la
frente. En esta escuela de rencores no debe educarse una raza>>.
Apenas cinco años después, aquellos niños conocerían el amargo desajuste
de una vida cuyos efectos arrastraron hasta el final de sus días , aunque la sana
inconsciencia los llevase a emular en juegos el fragor de la lucha de sus ma-
yores. Suárez, tan atento a su mirada, no dejará escapar la ocasión, al igual
que otros reporteros de la guerra, de fijar esas batallas infantiles reflejo de las
reales. El 28 de marzo de 1937 sacará diversas fotografías de lo que titula
<<Muchachos jugando a la 'guerrilla' con los escombros de las casas tiradas en
Begoña>>, una de las cuales reproduce el periódico A v ance.
Gijón. 1. o de mayo, Fiesta del Trabajo.
Manifestación, 1-5-1936 [NÚM. 4548]

Uno de esos hechos en los que la ficción coincide simbólicamente con la


realidad se va a producir en un Gijón que, un año más, comienza la tempo-
rada veraniega con la tónica del conflicto social y laboral siempre presente,
como se había hecho habitual en los años republicanos: reivindicaciones de los
dependientes de comercio, huelga de tranvías y problemas en el servicio de
suministro de la CAMPSA, y la anunciada huelga de enfermeros del hospital que
se aplaza ocho días_
Pese a todo la actividad sigue y la oferta de ocio va cumpliendo su programa.
Para el r8 de julio la empresa del Teatro Dindurra tiene anunciado el estreno
de una obra que despierta doble expectación: el autor es asturiano y su trabajo
viene avalado por el éxito y la polémica tras su presentación en Madrid_ Ale-
jandro Casona ha hecho con Nuestra Natacha una obra de tesis con la que
quiere llevar a escena una metáfora de la necesidad de caminar hacia radicales
cambios sociales y económicos de la mano de una joven que evoluciona ideo-
lógicamente, enfrentándose a un ambiente familiar opresivo y anclado en el pa-
sado e incapaz de entender la ruptura que ella asume y pretende materializar_
Trasunto de una España que se debate entre el mantenimiento del orden
reformista republicano burgués y la ansiedad de la izquierda obrera por traer
una revolución efectiva, Nuestra Natacha es representada por la misma com-
pañía - la de J osefina D íaz de Artigas y Manuel Collado- que la estrenó
-en el Teatro Victoria de la capital. Durante uno de los entreactos comienzan
a circular rumores acerca de la sublevación militar, y el público abandona la
sala antes de concluir la función_ Dos días después, el 20 de julio de 1936, es
declarado el <<estado de guerra» en toda la región. Nuestra Natacha sería pu-
blicada como folletón por El Comercio a partir de septiembre de 1936, siendo
representada por toda la Asturias republicana hasta el final de la contienda_
Suárez, que el día anterior había realizado uno de sus reportajes en la playa
(<<Verano-asuntos de playa-niños-jóvenes amigas en el agua>>), no saca nin-
guna fotografía el r8, ni tampoco el 19 . Probablemente la incertidumbre y
tensión de esos momentos dejan en segundo plano las obligaciones profe -
sionales_ Pero el día 20 ya se lanza a la calle para llevar a cabo lo que será
una completa información gráfica desde la óptica republicana del Gijón y

52 1 CONSTANTINO SUAREZ. FOTOGRAFO (1 920·1 937)


G ijón. Muertos en •la píedrona•, 20-7-1936
(NUM. 4755]

la Asturias en guerra hasta la caída de la ciudad. Bajo el escueto epígrafe


<<Guerra Civil en Asturias>>, reseña las fotos que hace esa jornada y que resu-
men lo que fue la tónica de lucha y muerte de los meses posteriores, con imá-
genes de obreros dirigiéndose al Cuartel de Asalto, localizado en el antiguo
Instituto de la calle Jovellanos, el primer herido atendido en la Casa de So-
corro, los primeros muertos en <<la piedrona>> y los hombres armados vigilando
y repeliendo los disparos de los <<pacos>>.
La encrucijada que se abre para Constantino Suárez será vital y profesio-
nalmente trascendentaL Alineado ideológicamente con los defensores del
Gobierno, es testigo privilegiado de lo que va aconteciendo en los meses si-
guientes tanto en el frente como en una ciudad convertida en capital leal al
régimen. Decimos privilegiada porque sería prácticamente el único fotógrafo
asturiano que documentó con precisión tanto el desarrollo de las operaciones
militares como el vivir cotidiano en la retaguardia, a la vez que su especiali-
zación como reportero gráfico propició que se manifestara como un profe-
sional preocupado por poner en práctica lenguajes innovadores, aún con las
limitaciones que imponían las circunstancias.
Tal como ocurrirá con pintores, escultores y cartelistas de su generación,
Suárez encuentra entonces la libertad suficiente para experimentar e incorpo-
rar a su trabajo los presupuestos estéticos de la vanguardia europea y ameri-
cana. Si a mediados de los años veinte había intentado una fotografía creativa
y arriesgada para el contexto gijonés de la época, que abandonaría por la falta
de reconocimiento, en 1933 volverá fugazmente a abordar una expresión
nueva con la serie de piezas de papiroflexia, cuyas formas angulares adquirían
animación mediante rotundos contrastes de luz y sombra. Pero será ahora
cuando pueda adscribirse sin cortapisas a esos lenguajes aprendidos en las
últimas exposiciones del Ateneo Obrero con presencia internacional, y en
la obra de los introductores locales de la Nueva Objetividad: el ya maestro
Arturo Truan y Julián Gumiel, uno de sus discípulos más aventajados.
Asumida su condición de fotógrafo moderno que compagina la faceta co-
mercial con la creativa, que se vincula a los medios de prensa y estrecha lazos
Barco de papel, 1933 (NÚM. 1784] con la fotografía publicitaria más avanzada, empleará una expresión objetiva
y pura para escapar de ese realismo impuesto por las circunstancias. Un rea-
lismo que reclama la propaganda bélica, pero que él somete a una meta-
morfosis que implica audacia y convicción en lo selectivo de la mirada y
en lo espontáneo e innovador de su propia experiencia estética. Resuelta
la inmediatez con el riesgo que conlleva todo sentimiento de libertad, es
posible seguir a un Suárez desbocado en su ansiedad creativa a lo largo de
toda la obra de este período.
Están aquí los encuadres, los planos cortos, los escorzos y las perspectivas
de esa vanguardia que ha impreso un nuevo dinamismo a la fotografía, colo-
cándola en un territorio inédito y ya conquistado para los artistas. A su lado
convive la reacción a esta propuesta agresiva que ha dejado perplejos a los que
demandan que la realidad debe ser ensalzada con propósito pedagógico e ins-
trumental, como arma de propaganda que multiplique la consigna y arrastre
a una sola dirección el pensamiento, en pos de una victoria política que aplas-
tará cualquier disidencia. Es esa retórica del héroe que soviéticos y alemanes
difunden como emblema de un orden sólido y eterno.
Suárez tampoco podrá sustraerse a esa fotografía que enfatiza la figura
como una escultura monumental. El soldado, la miliciana y la niña procla-
Sector de Agüera. Silueta de miliciana de
man la fuerza de las ideas y el triunfo seguro de los que luchan por ellas, como
puesto, 5· 1 2-1936 [NÚM. 5663]
esa tripulación que saluda con un mar de puños en alto sobre la cubierta de
un barco de guerra.
Pero nos interesa realzar ahora esa preocupación por hacer del lenguaje
vanguardista e innovador un vehículo que recorra en mayor o menor medida
toda su producción de ese momento a través de la atracción por los objetos,
que Suárez compone de acuerdo a una necesidad de subrayar tanto su cuali-
dad formal como su función última. Montones de cascos, de proyectiles o de
bombas aéreas adquieren una belleza formal objetiva, a la que se añade su va-
lor aleccionador como muestra de la capacidad productiva de la industria de
guerra, a la vez que el cañón sobre un fondo de paisaje nevado, la carrocería
de un coche o el buque en construcción acomodan el prodigio del maqui-
nismo a una escueta forma que sugestiona como alma de lo moderno. Esa
belleza no es incompatible con el contenido documental; al contrario, delata

Cascos de acero, 5-1-1937 [NÚM. 59 141

54 [CONSTANTINO SUÁR EZ. FOTÓG RAFO (1920-1937)


Gijón. Los santos de los Jesuitas
depositados en [la Fábrica de] Moreda,
5-1-1937 [NÚM. 59341

Gijón. Foto desde casa, 30-9-1937 [NÚM. 80221

el absurdo de un presupuesto ya invalidado de que lo utilitario raramente


podrá ser observado como sublime.
Colchones alineados en una galería, platos y tanques esmaltados ordenados
en largas mesas, las manos de los soldados en fila que esperan el rancho con toda
clase de recipientes o los dos bustos barbados son imágenes con autonomía pro-
pia dentro de los cánones estéticos por los que apuesta la vanguardia, y a la vez
están transmitiendo un hecho preciso: falta de alojamientos en la ciudad mien-
tras el plan de reforma urbana destruye gran número de viviendas habitables,
comedores comunitarios, la dureza de la vida en el frente o el desmantelamiento
de símbolos religiosos -en este caso mediante las efigies de dos apóstoles-- en
la Iglesia del Sagrado Corazón, convertida en cárcel por las autoridades repu-
blicanas. Especial interés tiene una corta serie centrada en una mano abierta
que se va cerrando progresivamente hasta acabar convertida en un puño.
Diversas escenas de calle con perspectivas a «vista de pájaro» nos traen los
ecos de Rodchenko, El Lissitzky y de otros fotógrafos de los años veinte y
•A la yerba•, 5-8-1936 [NÚM. 48461

treinta que utilizaron con frecuencia este recurso. Muchas de ellas están saca-
das desde la redacción del periódico Avance y desde la casa del propio fotó-
grafo, que en ellas toma el pulso de la normalidad posible a una retaguardia
aturdida y expectante. Estas miradas a la calle, casi furtivas, se completan con
las fotografías sacadas desde el portal del edificio en el que tiene instalado su
domicilio, enmarcando la puerta abierta el paso de anónimos viandantes.
Desde los lugares más idóneos, Suárez volvería a emplear este recurso para
documentar desfiles militares, manifestaciones o mítines, realizando algunas
fotografías en las que los juegos infantiles le sirven como argumento para fijar
el movimiento y el instante. Este gusto por la plasmación de la acción del
juego y las formas que crea lo aplica también a las marchas o a escenas toma-
das desde el coche en el que viaja con los redactores de Avance para cubrir re-
portajes del frente, tal como ocurre, por ejemplo, en esa recogida de hierba en
la que la velocidad del vehículo difumina la concreción de la imagen.
Qyeda una última manifestación de esos rasgos vanguardistas del fotó-
grafo. Son los fotomontajes que efectúa sobre todo para A v ance, pero tam-
bién para Milicias, cuyo destino habitual es la propaganda y, sobre todo, la
denuncia de determinados hábitos de la retaguardia considerados peligrosos
para la seguridad y el normal funcionamiento de la organización administra-
tiva. De composición básica, elaborados a partir de dos o, raramente, tres ne-
gativos, algunos intentan comunicar con un lenguaje de acumulación gestual
u objetual actitudes que delatan las estrategias del enemigo como son los
abrazos o el darse la mano como método de transmisión de informaciones o

,_ ____ signos de alegría y felicidad por la caída de ciudades en sus manos. Otros de-
nuncian la acumulación de moneda o ensalzan el trabajo de los talleres po-
pulares de costura. Son composiciones rudimentarias a las que la escasez de
papel y la falta de materiales para la realización de los fotograbados hacen que
sean reproducidas a pequeño tamaño y con deficiente calidad, perdiendo la
fuerza y el impacto pretendido.
Suárez no hubiera dejado una obra de estas características si no contase
Imagen reproducida por Constantino Suárez con los medios adecuados. Como reportero gráfico sabía que la técnica fo-
para ser utilizada en un fotomontaje tográfica había avanzado mucho, procurando a los profesionales máquinas

56 ¡co~STANT NO SUAREZ ~OTÓGRAFO 1920·193-)


De izquierda a derecha:
Fotomontaje que ilustra el artículo "Ayuda
a los frentes. Los metalúrgicos, pulso y
músculo de las trincheras» , reproducido en
Avance, Gijón, 7 de enero de 1937.
Fotomontaje que ilustra el artículo de
Juan Antonio Cabezas «Una forma cómoda
e inocente de sabotear el régimen: guardar
la plata y decir 'no tengo cambio'",
reproducido en Avance, Gijón , 1 O enero
de 1937.
Ilustración para un artículo sobre la
•quinta columna .. , reproducido en Avance,
Gijón, 7 de enero de 1937, en composición
con las fotografías registro núms. 5949
y 5960.
• Hablan, hablan, hablan, mientras la
Quinta Columna escucha, escucha,
escu cha .. , reproducido en Avance, Gijón,
14 de enero de 1 937, en composición con
la fotografía registro núm. 6052

especialmente diseñadas para facilitar su labor, que los liberaba de las pesa-
das cámaras y de las frágiles placas, al tiempo que permitía agilidad y rapidez
en la captación del instante deseado sin pérdida de calidad. En una situación
bélica esto suponía un obstáculo menos y sin duda clave para cumplir con la
misión que tenía encomendada de aportar imágenes para varios medios de
prensa, aunque en algún caso, con probabilidad debido a la falta de material,
debió volver a hacer uso de su vieja cámara de placas para algunos trabajos.
En 1934 Constantino Suárez había adquirido una cámara Contax, lanzada
al mercado en 1930 y pronto reconocida como el instrumento ideal para los
periodistas gráficos, que, con película de 36 mm, utilizó durante toda la gue-
rra. En los últimos meses de la contienda también empleó una Leica, má-
quina comercializada a partir de 1924, que desapareció después de su deten-
ción, perdiéndose con ella las últimas fotografías realizadas en Gijón el 18 y
19 de octubre de 1937.
Gijón. Mitin comunista en el Teatro
Robledo, 15-6-1 937 [NúM. 7672)

La dificultad para hacerse con material fotográfico de calidad y cierta im-


pericia en el manejo de la cámara provocaron en determinados rollos resul-
tados deficientes, bien con imágenes desenfocadas y planos perdidos o con
poca luz, caso de las fotos de mítines y representaciones celebrados en tea-
tros o locales cerrados, en las que Suárez gustaba emplear con cierto abuso el
recurso del escorzo.
Hemos señalado que fue el fotógrafo en exclusiva de la prensa republicana
en Asturias, circunstancia que se debió a una serie de factores que se resu-
men en dos: era, junto a Marcelino Lena, el único profesional al que se con-
sideraba reportero e informador gráfico; pero tan importante como esto, y
tal vez más en aquellos momentos, era su clara afinidad ideológica con las
fuerzas leales al gobierno, estando muy cercano, aunque sin militancia, al
Partido Socialista y al Partido Comunista.
Por otra parte, Asturias, situada en la periferia bélica, solamente atrajo la
atención de uno de los míticos reporteros de guerra extranjeros: David Sey-
mour, <<Chim». Se ha especulado sobre la posibilidad de que su amigo Ro-
bert Capa también estuviera en nuestra región, al encontrarse cuadernos de
positivos sin autoría explícita que podían serle atribuidos. Lo cierto es que
no hemos hallado ninguna referencia a la estancia de Capa y sí, por el con-
tmrio, de la de <<Chim», que realizó diversas series de fotografías, entre ellas
varios retratos del director del diario Avance Javier Bueno.
7. Carta a Luciano Castañón, México D. F., Ovidio Gondi evocaría muchos años después desde su exilio mejicano 7 la
1 de diciembre de 1980. Reproducida como visita de Seymour, en cuyo transcurso le acompañó. Gondi escribió un texto
prólogo a la obra de Juan Carlos Garcia
Miranda: Asturias 1936-1937. Prensa
que junto a fotos de <<Chim>>sirvió para un reportaje publicado por la revista
Republicana de Guerra, Oviedo: Biblioteca parisina R egards, que el periodista pudo leer en 1939, cuando estaba internado
Popular Asturiana, 1982, pp. 9-14. en un campo de concentración del sur de Francia.
De esa etapa es una curiosa fotografía de Chim fechada en 1936, pero
8. AA.W .: Da vid Seymour, Chim, 1911 -
1956, New York : Grossman Publishers, mal documentada, al identificar a los retratados como miembros de las Bri-
1974, p. 39. gadas Internacionales.8 En ella se observa a unos milicianos en el interior
de un tonel de sidra que les sirve de cobijo. La escena ocurre en una de las

58 1CONSTANTINO SUÁREZ. FOTÓGRAFO (1920-1937)


De izquierda a derecha:
Dibujo realizado por Goico Aguirre para
el periódico Avance.
• No saben quien fue Diógenes, pero la
guerra les obligó a resolver el problema de
la vivienda» (Avance, Gijón, 20 de enero
de 1937).
Fotografía de David Seymour, «Chim».
Periodista entrevistando a unos milicianos
en San Esteban de las Cruces, 1936

posiciones republicanas durante el asedio de Oviedo, concretamente en el


sector de San Esteban de las Cruces, procediendo el recipiente de un acredi-
tado establecimiento de las proximidades, el/lagar del <<Morrudu>>.
Suárez reprodujo ese mismo motivo el 15 de agosto de dicho año, titulán-
dolo <<haciendo guardia en un tonel>> . Debió ser ésa imagen la que sirvió a
Goico Aguirre para el dibujo que ilustra el reportaje de Juan Antonio Cabe-
zas <<Un camino nuevo hacia Villafría y muchas casas que naufragaron en el
fuego>>, publicado en el Avance de 20 de enero de 1937·
Gondi volvió a coincidir en el <<Sinaia>>, el barco en el que una expedición
de exiliados españoles abandonó Francia rumbo a Méjico, con Seymour, que
hizo la travesía acompañado del periodista Georges Soria, publicando Lije
'un reportaje con las fotos que tomó a bordo.
Aquel fotógrafo al que Gondi recordaba como <<Un hombre pequeñito y
amable, con una inmensa cabeza y gafas de gruesos cristales>>, fue uno de
sus conocidos cuando residió en Nueva York, y siempre que se encontraban
Seymour le hablaba de su <<fantástico>> viaje a Asturias.
Tras el 18 de julio, el ejercicio profesional debió ir decayendo por la merma
de clientela y la confusión generada, que produjo temor y miedo entre aque-
llos fotógrafos identificados con los sublevados. No tenemos datos de que a
lo largo de esos meses finales de 1936 se produjese un control de su actividad,
ni sobre aquellos particulares que poseyeran cámaras. Sin embargo, un de-
creto del Ministerio de la Gobernación de ro de diciembre obligará a todos
los ciudadanos que tuvieran una máquina fotográfica a declararla, presentán-
dola a la autoridad competente. La disposición fue publicada en el Boletín
Oficial de la Provincia de 6 de enero de 1937, así como en los periódicos de
ese día, que insertarían con posterioridad las notas oficiales dictadas por el
Alcalde de Gijón y el jefe de Policía dando a conocer a los ciudadanos el
contenido para su cumplimiento.
Según la norma los propietarios de máquinas deberían comunicar en las
comisarías -en el caso concreto de Gijón en la de Investigación y Vigilancia
sita en la calle Cabrales, 7 / el número y marca de los aparatos de su perte-
nencia, así como la cantidad y tamaño de las placas o películas apropiadas
para las mismas, teniendo que mostrarlas. A los ocho días de prestada la de-
claración, se entregaría a los interesados una tarjeta de licencia para poder
utilizar las cámaras.
Por otro lado, y según rezaba el decreto en su artículo 5. 0 , las casas ven-
dedoras de cámaras y material fotográfico estarían obligadas a exigir a los
clientes sus documentos de identidad y a llevar un libro de registro en el
que constase el modelo adquirido, su número y precio, y el nombre, apelli-
dos y domicilio del comprador, entregando copias de estos datos en la Co-
9. Avance, G ijón, 1 O de enero de 1937. misaría todas las semanas. 9 A su vez, el Alcalde llamaba la atención de <<los
poseedores de los referidos aparatos fotográficos, a fin de evitarles los per-
juicios y responsabilidades en que podrían incurrir con el desconocimiento
1 O. Avance, Gijón, 8 de enero de 1937. de la repetida disposición>>. 1o
A fines de febrero la aplicación del decreto presentaba algunos inconve-
nientes de poca importancia en cuanto a su cumplimiento, resultado del olvido
o desinterés de los propietarios, a buen seguro ocupados en cuestiones más pe-
rentorias. Por ello, el Comisario Jefe hizo llegar a los periódicos sendas notas
11 Avance, Gijón, 27 de febrero de 1937. en las que urgía a la retirada de las licencias de tenencia y uso. En la primera, 11
daba un plazo de seis días a partir de su publicación para que fuesen recogidas,
pasados los cuales <<se considerarán anuladas y se procederá a la incautación de
Gijón. Viandantes, 24·1 0·1936 (NÚM. 5485] los aparatos cuyos dueños carezcan de la referida licencia».

60 !CONSTANTINO SUAREZ FOTÓGRAFO ¡1920·1937)


No debió surtir mucho efecto este primer aviso, pues con fecha de 3 de abril
otra nota conminaba de nuevo a retirarlas en cincuenta y ocho horas a partir
del día 5, siendo anuladas en caso contrario las concedidas y procediéndose a
la incautación de las cámaras. 12
Al margen de este decreto, dirigido tanto a profesionales como aficiona-
dos, el trabajo de galería había quedado reducido a retratos para carnets, cé-
dulas personales, pasaportes, licencias, etc., ya que no existían otros encar-
gos. Además, como no podía ser de otra manera en aquellas circunstancias,
la suerte que corrieron los fotógrafos fue variada. Los menos pasaron des-
G 1jón. Hombres detenidos y encarcelados
apercibidos, otros perdieron su vida en el campo de batalla o en la retaguar-
en El Coto, 20-5-1 937 [NúM. 7360]
dia fruto de la persecución, y los más debieron padecer angustias y miedo
12. Avance, Gijón, 5 de abril de 1937. por denuncias y detenciones.
Entre los fallecidos se encuentran Leopoldo Gutiérrez Mori, nacido en
Luanco en 1903, que se estableció en la ciudad en 1928, casi al mismo tiempo
que abría otro estudio en su villa natal. Militante de izquierdas, falleció en
1936 combatiendo en el frente de Grado.
En cambio, otros profesionales serán víctimas de la represión desatada en
la retaguardia republicana. Enrique Álvarez Menéndez, natural de Infiesto,
localidad en la que desarrollaba su actividad, fue fusilado en Gijón el 27 de
agosto de 1936, a los 55 años, tras haber estado preso en <<la Iglesiona». Simi-
lar trayectoria siguió el fotógrafo ambulante radicado en PraviaJosé Silva Ce-
drón, también asesinado tras su paso por el templo de los Jesuitas. Igual
suerte que ellos parece que corrieron, según testimonios orales, Juan B~squets
y Francisco Amer.
Busquets, de origen catalán, había llegado a la ciudad hacia 1932, insta-
lándose en un bajo del n. 0 15 de la calle de Tomás Zarracina. El r6 de sep-
tiembre de 1934 se declaró un incendio en el local que destruyó toda su ma-
quinaria y archivo, calculándose las pérdidas en diez mil pesetas. También
desapareció la colección de dibujos que el artista y diseñador Julio Gajardo
había realizado durante su estancia en Italia y que iba a exponer en las salas
del Ateneo Obrero. Cuando ocurrió el suceso Busquets se hallaba en Oviedo.
donde al año siguiente se trasladó, inaugurando galería. El r8 de julio de 1936
salió para Gijón, con el fin de contraer matrimonio. unca más se volvió a
saber de él, suponiéndose que fue asesinado en aquellos días.
Otra de las víctimas fue Francisco Amer, miembro de una extensa fami-
lia dedicada al ejercicio de la fotografía . Amer abrió su establecimiento en
1935, en el n. 0 47 de la calle Corrida, a cuyo frente estaba una hija suya. Aquel
año también tenía estudios en Madrid (Fuencarral, 9), Barcelona, Sevilla
y Lisboa. Debía hacer la campaña veraniega en Gijón, y aquí le sorprendió
el estallido de la guerra. Detenido y enviado a cavar trincheras al frente de
Oviedo, fue posteriormente asesinado.
Por último, cabe citar al riosellano José Delgado, muerto en San Esteban
de las Cruces, y a Sixto Vaz, natural de Rio Tinto (Huelva) y establecido en
Mieres, que fue sorprendido cuando intentaba pasarse a los nacionales, siendo
también fusilado.
Diversos grados de persecución sufrieron otros fotógrafos . Marcelino
Lena sería obligado a retratar a todos aquellos que iban a ser ejecutados en
Gijón. Conservaba los negativos ocultos, siendo accidentalmente descu-
biertos por una persona que no era de su confianza, por lo que procedió a su
Gijón. Viejo miliciano, 8-8-1 936 (NÚM. 4869]

destrucción. Condenado a realizar trabajos de fortificación en el frente, poco


antes del fin de la guerra en Asturias logró huir escondido en un carro de
hierba junto a su amigo y colega José Acuña.
Laureano Vinck, cuyo padre Luis Vinck Huart había fallecido a los no-
venta años en marzo de 1937, pasó por el trago de ser detenido y juzgado
por el Tribunal Popular a resultas de una fatal casualidad. Su vivienda y es-
tudio del Paseo de Begoña fueron destruidos a consecuencia de los bom-
bardeos sobre la ciudad, perdiéndose su archivo. Los bomberos que traba-
jaban en las labores de desescombro hallaron un frasco, una bolsa y una caja
conteniendo diversas cantidades de monedas de plata que le pertenecían,
13. •Hallazgo de atesoramiento de plata en siendo procesado. 13
una casa destruida por la aviación» (Avance,
No acabaron ahí los sinsabores para la familia Vinck. Con posterioridad,
Gijón, 3 de octubre de 1937).
su esposa y un hijo se acercaron a la vivienda en ruinas y rescataron entre
otros objetos un visor estereoscópico, en cuyo interior estaban ocultas «53'20
pesetas en calderilla>>. Cuando se ocupaban en extraer el dinero en un portal
14. "Seguían retirando calderilla de entre los de la calle Menén Pérez fueron sorprendidos por agentes. 14
escombros» (Avance, Gijón, 5 de octubre
Otra noticia delata la importancia que se daba en los meses finales de la
de 1937).
guerra a la posesión de cámaras fotográficas. El periódico Avance, de 15 de
septiembre de 1937, informaba bajo el titular «Continúan las detenciones de
enemigos del régimen>> del registro realizado en el domicilio de Amalia
Crespo, sito en la calle García Hernández. En su transcurso, se hallaron di-
~ersas cantidades de metálico, más <<una moneda de dos pesos cubanos, una
m áquina fotográfica y varias alhajas>>.
Otro caso a reseñar, por haber sufrido represalias de los dos bandos con-
tendientes, es el del catalán Francisco Segura Fuster, teniente fotógrafo de la
Sección Segunda de Estado Mayor, a quien la guerra probablemente sor-
prendió en Gijón. Sólo hemos hallado una obra firmada por él como <<Segura>>,
que tiene por motivo el Batallón Alpino de Asturias, apareciendo reproducida
en el periódico CNT, en su edición de 22 de enero de 1937-
No debía ser Segura Fuster un convencido defensor de la República, o
al menos así lo consideraron sus superiores que lo tildaron de <<dudoso>>.
Por ello fue propuesto al Jefe del Primer Cuerpo del Ejército del Norte para

62 !CONSTANTINO SUAREZ FOTÓGRAFO (1920-1937)


ser destinado a un batallón de Infantería de primera línea en agosto de
15. Avance, Gijón, 1O de agosto de 1937. r937. 15 Pero cuando la ciudad sea tomada por los nacionales también será
para ellos un <<dudoso>>, siendo detenido por las nuevas autoridades. Juzgado,
1 6. Marcelino Laruelo Roa: La libertad es fue finalmente absuelto. 16
un bien muy preciado, Gijón, 1g99. Por parecidas vicisitudes pasaría Francisco Couso Villamil, profesional
ambulante de origen portugués residente al inicio de la contienda en el con-
cejo de Pravia, que debió sufrir algún tipo de persecución por parte de las fuer-
zas republicanas. Singular personaje, Couso fue autor de curiosos opúsculos
y propietario de la fonda <<La Vegadense», sita en Prahúa, pueblo en el que
residía. Una vez finalizada la guerra en Asturias, será detenido y procesado,
aunque también resultaría absuelto.
Ante esos ejemplos, la libertad de movimientos de la que goza Constan-
tino Suárez denota su afinidad ideológica y colaboración con las fuerzas gu-
bernamentales. No obstante, su actividad profesional no se hace expresa hasta
agosto de r936, cuando se encuadre en calidad de fotógrafo en la Sección
de Prensa del Sindicato Único del Ramo de las Artes Gráficas, controlado
G ijón. Asalto al Simancas. Cuartel por la CNT. Esta afiliación le abrirá la puerta de los periódicos locales -El
ardiendo, 21-8-1936 [NÚM. 50251
• El principio del fin. Un obús ha provocado
Comercio, El Noroeste, La Prensa- que seguían saliendo a la calle con sus
el incendio que pocas horas después iba a tradicionales cabeceras.
dejar reducido a escombros el cuartel de Uno de sus primeros reportajes, y desde luego el de mayor proyección, es
Simancas y todas sus dependencias. Son las
el realizado sobre la toma del Cuartel de Simancas. Bastión ejemplar para
once de la mañana y el fuego ha destruido
gran parte del mismo• (La Prensa, Gijón, los sublevados, su conquista fue también un símbolo para el Ejército Po-
23 de agosto de 1936) pular. El zr de agosto, tras un mes de asedio, cae en manos republicanas.
Gijón. Asalto al Simancas. Miliciano Los acontecimientos de ese día son relatados en una crónica ilustrada con
cruzando la calle para tomar posiciones imágenes de Suárez que firman José Riera y Celestino Valdés, testigos de ex-
en la verja exterior del cuartel , 21-8-1936
[NÚM. 5047]
cepción de lo que allí ha ocurrido. El fotógrafo adquiere un singular prota-
«El primero. Vedle. Es el primer heroico gonismo activo, documentando gráficamente paso a paso la toma del cuartel,
miliciano que, en una mano el fusil y en la y así lo relatan los periodistas:
otra la bomba, se va a parapetar tras la verja
del edificio, en el frente de la calle Cabrales,
a escasos metros de los facciosos para
Las ametralladoras rebeldes baten el solitario Paseo de Begoña. En las boca-
batirlos con más eficacia" (La Prensa, Gijón, calles, hay apostados grupos de curiosos que miran tímidamente la humareda del
23 de agosto de 1936) cuartel ardiendo. Suárez ha descubierto un puesto de observación magníico para
utilizar el teleobjetivo flamante de que dispone. Es en los altos del Círculo Mer-
cantil. Desde allí tira varias fotos en tanto nosotros contemplamos el espectáculo.
Simancas en llamas ofrece un aspecto imponente [ ... ].
Suárez, que no descansa, entiende que el interés de las fotos está ahora donde
los dinamiteros.<<¿ Vamos hasta allí?» -nos dice. <<Vamos» ... henos ya con los di-
17. José Riera y Celestino Valdés, «El drama
namiteros. Al principio impone un poco a los reporteros la familiaridad con que
vivido de la toma de Simancas", en El estos hombres que llevan la muerte en cada mano. Pero son afables y simpáticos
Comercio, Gijón, 22 de agosto de 1936. y gozan del ingenuo placer de las fotografías [ ... ]Y

Constantino Suárez será la tercera persona, después de dos milicianos, que


penetre en el Simancas por el sótano del edificio.
Sus fotografías permiten reconstruir la acción bélica con precisión, pero
entre todas ellas ninguna provocará tanta emoción ni fijará lo estéril de la lu-
cha fraticida con su cosecha de cadáveres que la imagen del cementerio del

64 !CONSTANTINO SUÁREZ FOTÓGRAFO (1920·1937)


Gijón. Asalto al Simancas. Miliciano
disparando desde la verja exterior del
cuartel, 21 -8-1936 [NÚM. 50421
Gijón. Asalto al Simancas. Milicianos
entrando por un boquete abierto en el muro
del cuartel, 21-8-1936 [NÚM. 50571
Gijón. Asalto al Simancas. Cementerio cuartel con sus cruces anónimas y ese vacío que retrata el silencio, apenas roto
dentro del cuartel [de Simancas], 21-8-1936 por el amasijo de caballetes. De tal modo impactó a Joaquín Alonso Bonet
[NÚM. 5059]
•Sic transit... En uno de los patios del
que la reprodujo en su obra ¡Simancas! Epopeya de los cuarteles de Gijón, de
cuartel de Simancas unas cruces y unos I939· Por su parte, Joaquín Arrarás, en su Historia de la Cruzada Española, pu-
nombres, como resumen de una aventura blicada por entregas en 1942, incluye tres momentos del asalto final captados
que no volverá a repetirse• (La Prensa,
Gijón, 23 de agosto de 1936)
por Suárez; mientras que en España en Llamas1936, verdadero álbum foto-
gráfico de la contienda debido a Bernardo Gil Mugarza (Barcelona, 1968) ,
aparece el instante en que un primer miliciano corre en medio del tiroteo
hacia el edificio.
La fotografía admite una lectura alternativa de sus contenidos que so-
brepasa la argumentación que la hizo nacer. En este caso, ese concepto
originario que era el de exaltar la victoria de las fuerzas populares se rompe
con una interpretación ideologizada radicalmente contraria, un homenaje a
los heroicos defensores fallecidos que hicieron del mismo cuartel su tumba, tal
como señalaría el propio Indalecio Prieto en un conocido artículo publicado
en El Liberal de Bilbao.
Lo que el autor nunca se propuso desde su subjetividad fue de ese modo
objetivado por las miradas que tenía enfrente.
Además de la labor desarrollada en Gijón, Suárez realiza la información
gráfica del frente. Sirva como ejemplo el reportaje efectuado en el sector de
Grado, que reproduce en el periódico El Noroeste en su número de 22 de sep-
tiembre de 1936. El argumento central es el aniquilamiento de una columna
del ejército nacional, retratando al grupo de combatientes republicanos

66 !CONSTANTINO SUAREZ. FOTÓGRAFO (1920-1937)


-«Suárez ha tirado unas fotos con el grupo de milicianos que logró apo-
derarse de ellas y que además se comportaron tan valerosamente»-, y de-
teniéndose en los cadáveres del enemigo. No es frecuente en su obra de
guerra hallar este tipo de imágenes, y menos en un plano tan cercano como
el de uno de los muertos, que quizás le debe interesar por indicación de los
periodistas que lo acompañan, pues se refieren a él en el texto:

Caminamos prado abajo y pasamos a otro. Más cadáveres, muchos más . Éste
es un sargento. Tiene unas manos muy cuidadas. Debe ser un paisano, un falan-
Milicianos del frente de Lugones leyendo e/
gista destacado. Sobre el pecho lleva cosida una medallita, un escapulario y la ban-
1 o número de •Avance•, 1-1-1937 [NÚM. 5807] dera bicolor. También llevaba un rosario de cuentas negras, que le han colocado
• Leyendo AVANCE en el frente de batalla• sobre el pecho. Aliado del matorral, tres cadáveres de soldados[ ... ].
(Avance, Gijón, 2 de enero de 1937)

Tras esa etapa inicial, alguna dificultad que se nos escapa debió surgir
pues en octubre de 1936, el fotógrafo, que no había recibido ninguna renu-
meración por su trabajo desde julio a pesar de las muchas fotos firmadas por
él que ilustraron los tres periódicos editados en la ciudad, queda, paradóji-
camente, en paro hasta fin de año, datos que conocemos por el certificado
que expide iceto de la Iglesia, secretario general del Control de Prensa,
para que le suministren víveres en las cooperativas.
Detrás de esa situación estaba muy probablemente la lucha desencade-
nada por el dominio de los medios de comunicación emprendida por el resto
de las fuerzas contra los anarquistas, que se saldaría con una suerte de re-
parto. Así, reaparecerá el diario A vance, en una nueva etapa lejos de su lugar
de origen, un Oviedo que desde el r8 de julio deja de ser republicano.
El r de enero de 1937 se ponían en marcha sus talleres con la maquinaria
18. Para una información exhaustiva sobre del incautado El Comercio.18 Nuevamente dirigido por Javier Bueno, cuenta
los periódicos republicanos en el período con una redacción de jóvenes y brillantes periodistas y escritores como Ovi-
bélico, véase Juan Carlos García Miranda:
Asturias 1936-1937. Prensa republicana
dio Gondi, Vega Pico, y Juan Antonio Cabezas, a los que ·e suman un con-
de guerra, Oviedo: Biblioteca Popular tundente y versátil dibujante Goico Aguirre, en su plenitud creadora, y un ya
Asturiana, 1982. acreditado reportero de guerra como Suárez.

Sargento requeté de las Columnas


Gallegas muerto en combate en Bayo
(Grado), 21-9·1936 [NÚM. 5228)
·'

Frente de Oviedo. Avanzadilla de Col/oto, García Miranda señala certeramente al hablar de la información gráfica
7 al1 0-1 0-' 936 INUM. 54111 en A vance, que el periódico la «escatima y reduce a lo estrictamente indis-
pensable, a no ser en los momentos de grandes solemnidades», como ocurre,
por ejemplo, con la ofensiva de febrero sobre la ciudad sitiada. Esa margina-
ción de la fotografía llegaría a su práctica desaparición, bien es cierto que en
momentos de escasez de papel o de problemas técnicos, y cuando alguna era
publicada se trasladaban los recortes al mismo formato, reproduciendo las
más de las veces parcialmente los originales, mutilándolos sin criterio, amén
de no seleccionar siempre los encuadres más acertados, pese a que Bueno se
preocupaba en sus instrucciones de subrayar que «Cada texto debe llegar a la
mesa del director, con sus fotografías; éstas con sus <<pies», y a ser posible con
pies y cabeza». Sin embargo, será la primera vez desde el inicio de la guerra
que Constantino Suárez cobre un sueldo, similar al de los redactores: ocho-
cientas pesetas mensuales en la moneda emitida por el Consejo de Asturias
1 9. Juan Anton io Cabezas: Morir en Oviedo, y León, los popularmente denominados <<belarminos>>. 19
Madrid: Ed. San Martín, 1984, pp. 196·197. Suárez se debió encontrar a gusto en su nuevo trabajo, pues el ambiente era
distendido, y con algún miembro de la redacción como Vega Pico le unía una
amistad anterior. A ello se añadía que aquellos periodistas eran más recepti-
vos al papel que debía jugar la fotografía en la prensa y compartían un interés
común por el mundo de la imagen. Ovidio Gondi, por ejemplo, llevaba siem-
pre, según señala Cabezas, colgada del hombro una cámara de cine <<dándo-
selas de cameraman>>; pero aunque sus palabras tienen cierto tono jocoso, lo

68 1CONSTANTINO SUÁREZ. FOTOGRAFO !1920·1937)


Oviedo. Milicianos disparando en el barrio cierto es que Gondi mostró un conocimiento mayor de las posibilidades
del Fresno, 22-2-1937 [NúM. 6741]
creadoras de sentimientos de las fotografías y de su efectividad como medio
propagandístico. Sería él quien a partir de un retrato desarrollase una de-
nuncia de la represión indiscriminada de los nacionales en Castropol en un
artículo titulado «Terror en la zona occidental. Apuntes al margen de una
fotografía histórica y dramática>>.
La imagen de grupo de once presos republicanos internados en la cárcel
de Castropol, obtenida de manera clandestina, era un <<documento gráfico de
hondo dramatismo>> por el trágico destino que habían tenido la mayor parte
de los retratados. Gondi se refería a ellos uno por uno, señalando

[ .. .] los medios informativos que nos proporciona la fotografía que ilustra este
20. Avance, Gijón, 25 de abril de 1937. reportaje. Esta fotografia ha atravesado montes, cmzado fronteras y surcado mares. 20

Ese poder de denuncia, de inquietar las conciencias, estaba en relación con


el uso propagandístico del documento gráfico e incluso en su utilización
como prueba de la acusación en un proceso.
También se emplearía para poner en evidencia al enemigo, como ocurre
con las fotografías de soldados, guardias civiles y voluntarios que ilustran el re-
portaje <<Una entrevista nocturna con un falangista de Oviedo, en uno de los
21. Avance, Gijón, 8 de enero de 1937. sectores de la ciudad sitiada», 21 o el pie de foto de una crónica de la ofensiva
sobre ella, en el que la imagen constituye un botín de guerra:
Oviedo. Milicianos del Batallón •Henri
Barbusse• (Asturias n. 0 15) pisotean una
bandera capturada a los defensores de la
ciudad , 24-2-1 937 [NÚM. 67981
• El capitán Luis Díaz Blanco y otros
milicianos del batallón Asturias núm. 15
muestran la bandera monárquica tomada al
enemigo en el avance. Con la merecida
desconsideración, algunos se limpian el
barro de las botas en la enseña bicolor•
(Avance, Gijón, 25 de febrero de 1937)

Facciosos retratados por facciosos. Esta foto se encontró ayer en una de las po-
siciones tomadas al enemigo en Villar. Recuerdo de días tranquilos, en que al seño-
22. Avance, Gijón, 22 de febrero de 1937. rito fascista le era permitido retratarse en un parapeto para asombro de la tertulia; 22

23. Avance, Gijón, 5 de enero de 1937. o dar cuenta con ironía de la noticia de la creación por el gobierno de Burgos
de una Junta de Cultura Artística <<encargada de sacar fotografías de las joyas
24 . • ¿conoces a José Díaz? ¿conoces a
de arte que puedan ser destruidas a consecuencias de la guerra», para lo que se
Pasionaria ?•.
La Editorial AGIPRO pondrá a la venta, a saca a colación el tesoro del Pilar, de Zaragoza, <<malvendido por los subleva-
partir del próximo domingo, día 30, unas dos>>, titulando la noticia «Van a guardar el tesoro artístico .. . en fotografías>>. 2 3
tarjetas postales con fotografías de José Lo cierto es que la fotografía solamente cumpliría una labor informativa
Díaz (Secretario General del Partido
Comunista) y • Pasionaria• (Miembro del
complementaria. La única fuerza política que valoraba su potencial propa-
Comité Central del Partido). gandístico era el Partido Comunista, que promovió el culto a la personalidad
Estas tarjetas, al precio de cincuenta de sus dirigentes con ediciones de tarjetas postales 24 y ampliaciones de sus
céntimos, llevarán pegados los sellos
imágenes, 25 tiradas por la Editorial Agipro, cuya sede en Gijón estaba situada
necesarios para su utilización. Pedidos a
Editorial AGIPRO-Corrida, 10 y 12- Gijón- en la calle Corrida, ro y 12.
Teléfono 2416. Los retratos de sus líderes eran <<fotografía proletaria», y tal vez la inexis-
ii Antifascistas!l Por comodidad vuestra,
tencia de un archivo útil para esos fines sea lo que lleve a la Secretaría de
adquirid las tarjetas postales que ya tienen
los sellos necesarios• (Avance, Gijón, 27 de Agitación y Propaganda de su Comité Provincial a convocar un concurso
mayo de 1937). de fotografías <<para su publicación en la prensa del partido>>. En las bases
se estipulaba que podían participar profesionales y aficionados, debiendo ir
25. «Para adornar la Secretaría. Para
decorar vuestra habitación.
acompañadas las obras del lugar, fecha y otros datos relativos a su realización.
Adquirid las fotografías, cuidadosamente o habrá limitación de número, aunque se exigía que fuesen rigurosamente
editadas, que pondrá a la venta la Editorial Ínéditas, pasando las premiadas a propiedad de dicha Secretaría.
•AGIPRO•, a partir del próximo domingo.
Más interés tiene el apartado e, que viene a poner de manifiesto la escasez
Una fotografía de Pasionaria, de 15 x 20
centímet ros, en cartulina de lujo, una peseta. de material gráfico disponible. En él se señalaba, teniendo en cuenta que el
Una fotografía de José Díaz, de 15 x 20 certamen no se había concebido para premiar a «artistas ni técnicos>>, que
centímetros, en cartulina de lujo, una peseta.
podían presentarse las que
Las cartulinas de varios tonos y de 25 x 35
centímetros, son propias para colocar en
[... ] aún teniendo escaso valor por sí mismas sean de algún interés informativo
marcos o colgar con cordones .
Las organizaciones y Rad ios que pidan
(lugares famosos en el transcurso de la guerra, escenas de campaña, grupos de
más de diez, tendrán un sensible descuento. milicianos, etc.).
iAnt ifascistasl Adornad vuestra casa con
fotografías proletarias• (Avance, Gijón, 27 Asimismo, se indicaba que podían ser objeto de premio las técnicamente
de mayo de 1937). deficientes, para que

70 !CONSTANTINO SUÁREZ. FOTÓGRAFO (1920-1937)


[ ...] no tengan reparo en concursar camaradas que casualmente tengan en supo-
der fotografías de interés, incluyendo aquellas que recojan escenas del 19 de julio,
aun cuando sean reaccionarias.

La pretensión era, pues, hacerse con un fondo lo más nutrido y variado po-
sible, que surtiera de imágenes a los medios del Partido. De ahi que en el ju-
rado estuviese, junto al secretario de Agipro y al presidente del Grupo de Fo-
tografías del Ateneo, el director de Asturias, uno de sus órganos de expresión.
El plazo de entrega de los originales finalizaba el 5 de julio, y se estable-
cían premios de 150, 125, roo, 75, y so pesetas, así como otros seis de 25 pese-
tas, cantidad en la que la Secretaría también podría adquirir otras obras no
galardonadas.
Finalmente, la <<nota importante>> que cerraba las bases significaba que
<<aunque los premios pueden quedar desiertos, es criterio del jurado adjudi-
car todos teniendo en cuenta el apartado e>>, a tal extremo llegaban los deseos
de hacerse con imágenes de la guerra, lo que resulta extraño dado que Cons-
tantino Suárez colaboró con Milicias, órgano del Partido Comunista, en su
primera etapa.
Q¡e sepamos, A vance nunca dio noticia de los fotógrafos premiados.
Teniendo en cuenta que Suárez realizó, entre 1934 y el 19 de octubre de
1937, 336 rollos con sus cámaras Contax y Leica (el primer año cinco, y en
1935 a partir del mes de octubre), de los que 42 desaparecieron, podemos
Gijón. Mujeres y hombres de las J.S.U.
haciendo la instrucción para ir al frente, suponer que su visión de la guerra en Asturias en la zona republicana fue,
29-3-1937 (NÚM. 70 69) si no completa, si capaz de abordar todos los aspectos inherentes a aquella
Gijón. Juicio en el Juzgado de Urgencia
para la Represión del Fascismo contra
Joaquín A. Bonet (director de La Prensa)
y su sobrino Benigno Piquero, 5-6-1937
[NÚM. 7559]

situación y que, pese a las cortapisas existentes, conservó cierta autonomía


e independencia de criterio para hacer una obra que sería aceptada por las
publicaciones que actuaban como portavoces de partidos y sindicatos.
Pero su periódico fue un Avance que reducía sus páginas conforme el abas-
tecimiento de papel iba disminuyendo. Como sus compañeros de plantilla,
en mayo contribuye con wo pesetas a la suscripción abierta para adquirir un
edificio en Gijón para nueva sede, en un momento en el que la persecución
a profesionales no afines alcanza su momento álgido, con procesos como el
de Joaquín Alonso Bonet, último director de La Prensa antes de declararse la
guerra, a quien Suárez retrata meditabundo junto a su sobrino Benigno Pi-
quero en la sala en la que los juzga el Tribunal de Urgencia para la Represión
del Fascismo. En sentencia de 5 de junio, Bonet es condenado a cuatro años
y once meses de internamiento en un campo de trabajo y al pago de una
multa de cincuenta mil pesetas, mientras que su sobrino será sentenciado a
dos años.
También alcanza la detención a un sexagenario y conocido periodista,
amante de la fotografía y editor de numerosas series de tarjetas postales. José
Valdés Prida también será condenado a cuatro años en un campo de trabajo,
aunque dada su edad se le conmuta esa pena por la de dos años de cárcel.
Cárceles ocupadas por hombres y mujeres <<desafectos» a la revolución que
Suárez documenta en retratos de grupo.
· Si los recorridos por el frente reducen los temas a lo estrictamente mili-
tar, la retaguardia en la capital republicana permite un horizonte más amplio
y rico en matices. La vida en la ciudad es un contraste de distensión, con los
baños en la playa, las representaciones teatrales o las tertulias de café, frente
a la actividad urbanística que transforma su identidad con derribos que se
confunden con las huellas de los bombardeos. Impactos que abren las entra-
ñas de los edificios descubriendo las líneas de su estructura o llamas incen-
diando el interior del Teatro Dindurra, que en su cartelera anuncia, como una
paradoja más del absurdo de la guerra, <<Hoy a las 5 112 y 7 112 La Comedia».
Bombardeo sobre G1jón (Casa Vinck y
Fábrica [de] Tabacos, Cuesta Begoña- Un Gijón de colas y escasez, de la desolación y el desánimo de quienes van
Padil/a), 30-9-1937 [NÚM. 80261 viendo cada vez más lejana la victoria.

72 !CONSTANTINO SUAREZ. FOT0GRAFO fl920-1937)


GIJón. Bañistas en el Pabellón del Club
[de] Regatas, 20-8-1936 [NÚM. 5016]

Bombardeo sobre Gijón. Teatro Dindurra


ardiendo, 1 4-1 0-1937 [NÚM. 8074]

Gijón. Cola en la Plaza del Pescado,


14 O 1 5-2-1 937 [NÚM. 6566]
Avión local volando sobre Gijón, 1-5-1937 La sensibilidad del fotógrafo emerge desde la consciencia de que el drama
(NÚM. 7258)
que está viviendo es estéril. En las notas manuscritas conservadas en su ar-
chivo hay una serie de <<recuerdos» en los que rememora aquellos días de I937-
En uno de ellos localiza la escena en un <<cementerio viejo» desde donde dis-
para el enemigo. La conquista de esa posición se convierte en un reto para
sucesivos voluntarios que perecen en el intento; Suárez finaliza la recreación
de aquel episodio con un lapidario <<¡No más muertes inútiles!».

Gijón. Refugio del Colegio Santo Ángel.


Comiendo los refugiados, 2-1 -1 937
(NÚM. 5841)

74 !CONSTANTINO SUAREZ. FOTÚGRAFO (1920-1937)


Orfanato «Rosario de Acuña• (A. T.E.A) en Otro de esos recuerdos lo titula <<Las fiestas de agosto de 1937 en Gijón>>
Somió, quinta de Figaredo. La profesora con y en él resume las impresiones que conservaba de los efectos de aquellos
uno [niño] en el cuello, 2-1-1937 [NÚM. 58681
bombardeos que reflejó en sus fotografías:

Días hermosos, todo tranquilo, hasta que las sirenas con su limpio y temible so-
nido, avisan la presencia de los famosos <<}unkers» metiendo el pánico en la ciudad,
dejando caer la metralla, que va regando, matando e inundando de sangre inocente
las calles de Gijón. A falta de agua nos traen para las Fiestas de Begoña, Cabezas,
Brazos y Piernas separadas de sus cuerpos. Aquello es un río de roja sangre en la
calle Jovellanos, donde estos miembros humanos se iban recogiendo antes que las
alcantarillas los tragaran.
Las víctimas sólo eran jóvenes sirvientas que llevaban la comida a los señoritos
falangistas detenidos en <<la Iglesiona>>.

Sobre otras víctimas inocentes de esta guerra, los niños, depositará Suárez
su visión más complaciente y comprensiva. Las fotografías en los albergues
habilitados para su acogida, de la entrega de juguetes por parte de una co-
misión de solidaridad vasca, en comedores o jugando, tienen la huella in-
deleble de quien se estremece al encontrar una mirada limpia, que brilla
como una luz inagotable en medio de la oscuridad del absurdo. Son series
conmovedoras que confirman el valor que su autor como otros fotógrafos
de la época daba al poder de la imagen como testimonio de una realidad
cada vez más ausente, cuyos aspectos más puros solamente ellos podían
conservar y transmitir.
Años finales

<<Cuando la guerra termine, el triunfo no podrá devolvernos todo lo que aque-


lla nos arrebató. Habrá pérdidas irreparables, habrá señales que no se borrarán
jamás>>, escribe Juan Manuel Vega Pico en un clarividente artículo a propósito
26. J. M. Vega Pico: •La Guerra y el Arte. El de Evaristo Valle, apenas un mes antes de la derrota. 26
color y el paisaje son también beligerantes», Constantino Suárez, como otros compañeros del periódico, podía suscri-
Avance, Gijón, 8 de agosto de 1937.
bir esas palabras premonitorias de lo que habría de ser su suerte y de todo
aquello que la guerra había enterrado con una victoria que no cerraba casi
nada, prolongando para ellos sufrimientos y frustraciones. Su biografía desde
ese 21 de octubre de 1937 hasta su fallecimiento es un ejemplo más de vida
truncada por la contienda. Nada volverá a ser como antes, ni el trabaj o, esa
ventana que la fotografía le había abierto para ver y comunicar su contem-
plación del exterior. Como les ocurriría a los artistas que sobrevivieron al con-
flicto -Goico Aguirre, Moré, Marola-, la derrota y la represión le secaría el
alma, esfumándose su potencia creadora, en lo que tenía de sólido espíritu
de renovación. Su obra nunca volverá a tener esa fuerza, esa consistencia y
frescura que revelaban una mirada auténtica y nueva.
Suárez fue de los que no quiso o no pudo marchar de Gijón ante el rápido
avance de las Brigadas avarras, que conquistan la ciudad el 21 de octubre
de I937-
Los días r8 y 19 realiza sus últimas fotografías, entre ellas las de los bom-
bardeos e incendio de los depósitos de CAMPSA, que junto a las riadas huma-
nas que se dirigen al puerto del Musel en busca de un barco que les facilite
la huida, provocarán una atmósfera apocalíptica. Testigo y protagonista de
aquellas jornadas históricas, guardará indeleble recuerdo de ellas:

El Pueblo como en la bajamar, se retira abandonándolo todo, en masa, camino


del Puerto, su salvación, sólo lo imprescindible llevaba. Aquella bajamar no mi-
raba, ni se despedía, ni hablaba, todos cabizbajos caminaban, sólo pensaban en
salvarse. Ya no había mandos a quien obedecer; todos eran de la misma categoría.
Todo se disuelve. Nadie piensa en la rendición, ya estamos rendidos, en salvarse
se pensaba solamente, no se discutía, había tiempo después para la discusión. Se
perdió todo, hasta la moral.

Las tornas cambian, y el ejército vencedor también tiene sus fotógrafos.


A los que entran en Gijón los acompaña Campúa, que documenta a las tro-
pas avanzando por sus calles, las ruinas del cuartel de Simancas, los depósi-
tos de petróleo todavía ardiendo, etc. De todas ellas habrá una que se con-
vierte en uno de los iconos más clásicos de la fotografía de guerra en España:
dos soldados se afanan en arrancar el rótulo de la calle 14 de abril, todo un
símbolo de la desaparición del régimen republicano proclamado en aquella
fecha, tan cercana en el tiempo pero, sin embargo, tan alejada.
Las fotos de Campúa, hijo, fueron muy difundidas, reproduciéndose en
Fotos (n .0 36, de 30 de octubre de r937) y Vértice (n. 0 6, noviembre de r937), al
tiempo que se editaba una colección de tarjetas postales de gran calidad. Si
en el Oviedo sitiado el cronista gráfico por excelencia fue Cristóbal M endía,
no faltaron otros reporteros de guerra como Celestino Collada, Floro, Ar-
mán, o Segundo Pire, hijo del también fotógrafo Julio Pire, que trabaj ó como
Evaristo Valle (busto) , 12·5·1937 [NúM. 731 3] reportero para diversas revistas alemanas.

76 jCONSTANTINO SUÁR EZ. FOTOGRAFO (1920·1937)


Gijón. La Escalerona cubierta de nieve, Un caso más curioso es el de Agripino Camín, hijo del poeta y escritor
febrero 1944 [NÚM. 82421 Alfonso Camín, de quien divergía ideológicamente, pues aunque colaboró
con él en la revista Norte, bajo la firma de «AgripinO>>, pronto se identificó
con Falange, publicando Arriba fotografías suyas en 1935. Superviviente de la
defensa del Cuartel de la Montaña, logró traspasar las líneas y siguió reali-
zando reportajes con su Leica, pese a la falta de un brazo desde su infancia,
dedicándole una portada el semanario Fotos.
La represión alcanza ahora a los adeptos a la República. Laruelo Roa do-
cumenta en su estudio sobre los consejos de guerra celebrados en Gijón y
Camposancos en 1937 las detenciones y condenas de Eugenio de la Fuente
Zapater, natural de Valladolid y vecino de la villa, de cincuenta y un años,
fotógrafo y vendedor ambulante, habiendo estado afiliado a la UGT, a quien
se condena a reclusión perpetua. No tenemos constancia de su trabajo en la
ciudad ni antes ni durante la contienda.
También cita el avilesino Francisco Fernández González, sentenciado a
veinte años, y a José de Diego Amieva, nacido en Onís hacia 1919 y residente
en Llanes, afiliado a UGT, cuya causa fue provisionalmente sobreseída.
A ellos debe sumarse Leuman (Manuel García González), activo en Gijón
desde al menos 1935, con estudio en la calle Covadonga, 24. Laruelo repro-
duce un fragmento de las memorias del barítono Antonio Medio en las que
relata su detención en 1938 y las torturas que sufrió. En el cuartel de la
Guardia de Asalto coincidió con el fotógrafo, al que no reconoció al tener
el rostro desfigurado por las palizas recibidas. Medio recordaba cómo fue
sacado de la celda arrastrado por un guardián, que lo devolvió habiendo
perdido el conocimiento.
Además de ese testimonio, no cabe confusión con otro Leuman (M anuel
Menéndez), el dibujante y escultor al que Suárez retrató trabajando en un
busto de José Stalin. Según el pintor Luis Pardo, éste murió combatiendo en
27. Antonio Alonso de la Torre Garcia: El Granda en octubre de I937· 27
pintor y dibujante Luis Pardo Díaz, tesis El Leuman fotógrafo estará de nuevo activo en su estudio de la calle Co-
doctoral inédita, Universidad de Oviedo.
vadonga en 1944, donde aún continuaba en 1961, si bien en el número 7-1. 0 •
Es también el momento en el que la fotografía adquiere carácter de docu-
mento esencial para la identificación de detenidos o como prueba en los pro-
cesos. Como antecedente de esta utilización es dramáticamente significativo
el juicio al rector de la Universidad de Oviedo Leopoldo Alas, llevado a cabo
en Oviedo a fines de enero de 1937. El fiscal empleará como prueba de la
acusación una imagen del mitin celebrado el3 de mayo de 1936 en el Teatro
Jovellanos, en el que el encausado <<aparece sentado entre los elementos de
los partidos subversivos>>. Los <<elementos>> que lo acompañaban en la mesa
presidencial eran, entre otros, <<Pasionaria>> y María Teresa León. El docu-
mento y la información aportada procedían de La Voz de Asturias, y ambas,
según el fiscal, <<resultaban en extremo comprometedoras>>. El rector Alas fue
condenado a muerte y fusilado.
Acabada la guerra en Asturias, en los centros de detención gallegos era
relativamente fácil conservar en un primer momento el anonimato , recu-
rriéndose a la fotografía para identificar a los internos. Fue lo que le ocurrió
a Juan Antonio Cabezas en Cedeira, donde, junto a Vega Pico, se hacía pa-
sar por madrileño. <<Un chivato>> descubrió su procedencia y una <<mujer fo-
tógrafo>> le hizo un retrato, que había sido solicitado desde Oviedo. Este vino
a confirmar su personalidad, facilitando de ese modo las tareas represivas.
Constantino Suárez tampoco pudo escapar a la detención y condena;
pero antes pudo comprobar como sus fotografías eran empleadas por los ven-
cedores. El diario Región, de Oviedo, en su edición de 22 de octubre de 1937,
abría su portada con la noticia <<Gijón y Avilés, ocupados>>. En su última
página ampliaba esa información bajo los titulares

Todos los presos de Gijón han sido salvados. Los cabecillas rojos huyeron en
la noche de ayer. Desde las primeras horas de la mañana volaron sobre Gijón los
aviones nacionales,

reproduciendo una de las vistas aéreas sacadas en 1931 desde el aparato del
aviador Puga, concretamente la que capta la desembocadura del río Piles, el
puente y una perspectiva de la playa de San Lorenzo. El pie de foto se ini-
ciaba con un <<Gijón vuelve a ser de España>>.
Extraída del archivo del periódico, esa panorámica ya había sido publicada
en El Noroeste y en el porfolio Verano 1932 Gijón. Con ella daba inicio un pe-
ríodo de indiscriminada utilización de sus fotografías, sin que él se atreviera
a denunciarlo o a defender sus derechos. Solamente a fines de los años se-
senta, ante la penuria económica y la vejez, reclamaría su autoría sin ningún
resultado.
Gijón. Leuman trabajando en el estudio de
Escultura que tiene en el Cuartel Máximo No sabemos cuando fue detenido Suárez, pero su ingreso en la prisión del
Gorki, en Begoña, 2-2-1937 [NÚM. 63761 Coto debió ser inmediato. Allí se encuentra en 1938 y 1939, cuando firma

7 8 ! CONS TA NTI N O SUÁ REZ . FOTÓG RAFO (1920 · 1937)


Vista aérea de Gijón, 1931 [NÚM. 2960) alguno de sus dibujos , pero hasta el II de octubre de 1940 no tiene lugar el
•Interesante fotografía tomada desde la consejo de guerra, que se celebra en Oviedo. El fiscal lo calificará como «fo-
avioneta del Sr. Puga. En primer término, el
canal del Piles; en un segundo plano, la tógrafo de ideología marxista, pero sin que conste el partido político a que
población, el muro de San Lorenzo y la pertenecía>>, acusándolo de que
playa, y al fondo el cerro de Santa Catalina•
{El Noroeste, Gijón, 31 de julio de 1 931). [...] en el actual Movimiento prestó servicios a favor del Frente Popular como re-
•Vista de la playa San Lorenzo y río Piles• dactor o corresponsal gráfico en los frentes de combate, sacando fotografías de posi-
{Gijón Verano 1932, Gijón, 1932). ciones y acciones de guerra, que después eran publicadas en el periódico rojo A vance.
•Gijón vuelve a ser de España. He aquí
una vista parcial de la ciudad y de la su
Tales hechos son considerados en la sentencia como un delito de auxilio para
magnifica playa, que ha servido de patíbulo
a tantos buenos españoles por el delito de la rebelión militar, por lo que se le condena a la pena de seis meses y un dia de
haber manifestado su amor a la patria• prisión menor, decretando su libertad definitiva, teniendo en cuenta el tiempo
{Región, Oviedo, 22 de octubre de 1937) transcurrido desde su detención. El 28 de octubre de 1940 sale de la cárcel.
Hasta 1942 no tenemos noticias suyas. Ese año vivía, según las investiga-
ciones de Asunción Carda-Prendes, bien en Torazo, Cabranes, o en Toraño,
concejo de Panes, donde tenía establecido «un taller de confección de tra-
bajos fotográficos», solicitando la autorización preceptiva para ejercer como
fotógrafo ambulante. El informe del comandante de puesto de la Guardia
Civil de Arriondas es inmejorable:
De buena conducta y antecedentes político-sociales, no conociéndosele haya
cometido ningún acto delictivo y mucho menos en contra del Glorioso Movimiento
acional.
Pero la Comisaría de Policía de Gijón estaba más al tanto de su biografía
y pese a reconocerle <<buena conducta moral tanto pública como privada»,
haría hincapié en su labor de reportero durante la guerra, retrocediendo a
octubre de 1934 para destacar, como ya hemos reseñado, el fin que tuvieron
algunas de sus fotografías: <<ridiculizar la represión de aquel movimiento
con injurias para nuestro Glorioso Ejército y Fuerzas de Orden Público>>.
La solicitud será, pues, denegada.
o por eso dejó Suárez de trabajar, aunque con dificultades:

Al salir de la cárcel tuve que ejercer la profesión andando de feria y fiesta,


escondiéndome, como si fuera un vulgar ladrón, para poder comer algo y pagar
el alquiler donde vivo.

Entre 1942 y 1943 se halla activo en los concejos de Llanes, Ribadesella,


Piloña, Cangas de Onís, Nava, Laviana, Villaviciosa y, por supuesto, Parres,
coincidiendo siempre con fiestas patronales o mercados de ganado.
Además estaba en contacto con los opositores al nuevo régimen, pues en
octubre de 1944 realiza una curioso reportaje en un monte del concejo de
Laviana en el que se esconden unos conocidos <<maquis» apodados <<Los
Caxigales». Es una serie interesante, a la que la naturalidad del encuentro
y la merienda con familiares y amigos contribuye a dar un aire festivo, que
En Laviana. En el monte con «Los deja paso al artificio de la pose de los guerrilleros empuñando sus armas y
Caxigales•, octubre 1944 [NÚM. 8224] simulando una acción.

80 !CONSTANTINO SUÁREZ, FOTÓGRAFO (1920·1937)


...1 ~f..o?>W>'a..úm 3' ~.;,_ -IH~ "~'t"'
~

De izquierda a derecha: ~izás debido a esas actividades, en 1945 es detenido otra vez, ingresando
Retrato de Constantino Suárez como en la prisión de Oviedo, donde al menos permanece hasta el año siguiente,
fotógrafo de calle, 1943. Fotografía incluida
en uno de sus álbumes recopilatorios .
cuando es trasladado al penal del Dueso, en San toña, para en 1947 estar nue-
•Aglomeración 3.' galería- 1939 = Gijón•, vamente en El Coto. Para entonces Suárez no podía usar la cámara en la cár-
dibujo realizado a lápiz y tinta por cel y sustituía las fotografías por unos dibujos que reflejan las duras condi-
Constantino Suárez. De su Álbum familiar
ciones de vida de los internos, hacinados en recintos sucios y mal ventilados.
Son dibujos torpes, pero muy expresivos de su estado de ánimo y ansias de
Lbertad, que complementan perfectamente sus recuerdos de aquella época,
en particular los titulados Terror y hambre en El Coto.
Durante la estancia entre al menos marzo y noviembre de 1947 en ese re-
cinto continuará practicando la fotografía, retratando a compañeros de pri-
sión y funcionarios, no así las instalaciones. Siempre lo hace en el patio, lo
que da uniformidad a todas las imágenes, que complementan las caricaturas
que realiza de algunos de ellos.
El 26 de noviembre de 1945 fallece su madre a los 78 años. Constantino
figura en la esquela como <<ausente>>, un eufemismo entonces muy usual para
referirse a aquellos que se encontraban en el exiLo o en la cárcel. Un año an-
tes, un 16 de noviembre, había muerto su padre. El hogar familiar estaba si-
tuado en el segundo piso del número 18 de la calle Instituto, domicilio que
Constantino Suárez ocuparía hasta el fin de sus días.
A estos ingresos en prisión le sucederán otros en 1950 y 1951, en cuyo mes
de septiembre tenía dos causas abiertas, siendo reclamado por el Juzgado de
Instrucción n.0 7 de Madrid para asistir a la vista que se celebró el 29 de octu-
bre y en la que el ministerio fiscal soLcitaba para él seis meses de cárcel. Hasta
1956 esas estancias se localizan en Yeserías y Burgos, y todavía al año siguiente
se haya recluido en San Marcos (León).
A partir de entonces parece que se termina definitivamente el calvario
sufrido por Constantino Suárez como preso político, pero ya es un hombre
agotado y profundamente marcado por una experiencia que le arrebató lo
mejor de sí mismo. La calidad de su producción va declinando y se ocupa
De izquierda a derecha:
G ijón. Recluso de la Prisión del Coto
[de] San Nicolás, 1947 (NÚM. 83511
•Cardona (contrabandista) de La
Línea-1947•, caricatura realizada con tinta
y acuarela en la cárcel de El Coto (Gijón)
por Constantino Suárez. De su Álbum
familiar

en ordenar su archivo, un patrimonio frágil y valioso; su único patrimonio.


Reúne en álbumes positivos de época y copias nuevas, material que organiza
temáticamente con la idea de editar un libro con fotografías de los años 1920
a 1936, pero va comprobando que los periódicos las reproducen de forma in-
discriminada sin su permiso. Este asunto se acabará convirtiendo en una ob-
sesión, iniciando una tenaz lucha agudizada por la perspectiva de un próximo
retiro cuya pensión sólo va a permitirle malvivir.
En 1969 se jubila como autónomo, cobrando unas mil ochocientas pesetas
mensuales que no le alcanzan para cubrir sus necesidades:

Si desde que salí de la prisión de Burgos por social, no me hubiesen puesto


tantos obstáculos, seguro que cobraría hoy unas cinco o siete mil pesetas y con
esto podría vivir, pero no con lo que cobro [... ].
Su resentimiento se dirigía tanto a las autoridades franquistas como a los
compañeros que se aprovechaban de una situación desigual: <<entre cuatro y
seis se repartían todas las patentes y el negocio>>. Tuvo que esperar cinco años
para poder examinarse para la obtención del carnet profesional, y habiendo
aprobado, todavía tardaron en expedir el documento que le permitiría ejercer
como <<fotógrafo de calle (sin galería)>>, debiendo afiliarse a ese grupo sindi-
cal. De nuevo en Gijón, en su domicilio del entonces número ro de la calle
Instituto, se ofrece como fotógrafo a domicilio, resaltando su condición de
<< Ex redactor gráfico de los principales diarios y semanarios de España y
Extranjero>>. adie en los medios de prensa se había acordado de él tras la
guerra, salvo Luis de Galinsoga, director de La Vanguardia de Barcelona, que
le comunicó por telegrama su nombramiento como corresponsal gráfico del
periódico en la ciudad, rogándole el envío de material.
Su campo de actuación es ilimitado, abordando géneros que nunca había fre-
cuentado como los retratos en parques, fotografías escolares, <<bodas, bautizos,
cumpleaños ... >>, o realizando ampliaciones en blanco y negro y color a partir de
viejas fotograBas. En su trabajo apenas queda rastro de aquel fotógrafo interesado
en crear una obra personal que pusiera de maniiiesto su identidad con su tiempo.

821 CONSTANTINO SUAREZ FOTÓGRAFO (1920-1937)


lnfiesto. Ne vando, 24-1 2-1962 )NúM. 8508)

Anclado en el pasado, retoma sus viejos negativos y los organiza, impul-


sado por la ilusión de publicar ese libro que recoja la visión de su Gijón, el
que descubrió en 1920 como profesional de la fotografía y el que desapareció
en muchos aspectos en 1936; pero periódicos asturianos y madrileños, arras-
trados por el revival y cierta nostalgia, siguen utilizando sus materiales sin
autorización. La Voz Deportiva, suplemento de La Voz de Asturias, qu-: lo hace
bajo la firma <<Foto Archivo>>; As, El Comercio y Voluntad eluden cualquier
referencia a su autor.
La reivindicación de sus derechos centra casi toda su actividad. Escribe a
Vega Pico a Madrid para que le facilite las direcciones de Campúa, de Alfonso,
de Kaulak... , gestión que cumple el amigo, quien le señala que «el viejo Kau-
lak ha muerto hace algunos añoS>>. Establece correspondencia con los dos pri-
meros, mientras los directores de medios contestan con el silencio. Se mueve
también en los sindicatos provinciales y nacionales en busca de amparo legal,
pero los periódicos continúan llenando páginas con sus fotografías deportivas
o de acontecimientos públicos.
Patricio Adúriz también empleará el archivo para ilustrar colaboraciones
en las páginas dominicales de El Comercio, y en sus manos caerán los álbu-
mes que Suárez había confeccionado aquellos años, actualmente conservados
en la Hemeroteca de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gi-
jón. Tan obsesionado por el tema lo encuentran sus antiguos amigos, que
Marola le aconsejará que lo olvide todo, lo que no le gusta nada.
La vida se le escapa, pero después de la muerte de Franco retoma el in-
terés por la eclosión política y partidaria, como si volviese a revivir aquella
época de esperanzas pronto frustradas . Reúne planfetos electorales y pasqui-
nes, que le harán ver que nada es igual a lo que fue. Mientras tanto, el peso
de los años y la enfermedad van haciendo mella.
El 25 de febrero de 1983 Constantino Suárez fallecía en su casa de la calle
Instituto, olvidado como fotógrafo y desconocido para la mayoría de sus ve-
cinos, que ignoraban lo que significó para la memoria colectiva del Gijón y
la Asturias de su tiempo.
El espacio urbano y la arquitectura del Gijón
fotografiado por Constantino Suárez
Héctor Blanco

Constantino Suárez, en multitud de negativos de su vasta colección, capturó


espacios, detalles, peculiaridades, generalidades y acontecimientos acaecidos
en Gijón. Por ello su legado, amplio, complejo y sugerente, constituye una re-
ferencia capital para conocer detalladamente -aunque el término m ás pro-
pio es ver-, tanto el devenir extraordinario como el cotidiano de la Villa de
Jovellanos entre 1920 y 1937.
Este fotógrafo p arece tener presente, de manera consciente, el valor testi-
monial de esas instantáneas ante la inevitable mutabilidad y evolución de es-
pacios y lugares que no, por próximos y cotidianos o incluso propios, están
libres de transformarse o desaparecer.
Por ello, cuando hoy las calles, la playa, los edificios, el paisaje y el paisa-
naje de hace más de seis décadas nos resultan difícilmente reconocibles, o
simplemente ya no existen, es cuando esas imágenes, capturadas sobre una
placa de vidrio o una tira de celuloide, cobran su verdadera dimensión y se
convierten tanto en arte como en documento histórico.
Esta aproximación a los espacios y a la arquitectura del Gijón contenido
en las fotografías de Constantino Suárez, pretende facilitar la compren-
sión de cómo era, y porqué era así, la ciudad que aparece en el patrimonio
fotográfico aquí recogido.

l. El espacio urbano

a. Los ecos de la Be/le Époque


En los albores de la década de 1920, momento en el que Constantino Suá-
rez consolida su actividad profesional, Gijón, en cuanto a su aspecto, mues-
tra aun un grueso cordón umbilical con el, cronológicamente, ya finiquitado
· siglo XIX.
Esto se comprende fácilmente si tenemos en cuenta que surge, durante
el último cuarto de este siglo, gran parte de la ciudad que hoy conocemos
fruto de una de las escasas experiencias peninsulares ligadas a la Revolu-
ción Industrial. Y ésa será la causa del desarrollo del ensanche puesto en
marcha por el Plan de Mejoras de Jovellanos, del trazado del de La Arena,
de la materialización de la serie de parcelaciones que van a originar los ba-
rrios de El Coto, Ceares, El Llano y Pumarín, de la co nsolidación de la
franja emplazada al oeste del núcleo histórico como zona industrial, y, final-
Plaza del Seis de Agosto y Cuesta de
Begoña, con el solar para la construcción mente, de la construcción al abrigo del espolón del cabo de Torres del
del edificio de Correos, c. 1926 !NÚM. 281 puerto de El Musel.

84 1 EL ESPACIO URBANO Y LA ARQUITECTURA DEL GIJÓN FOTOGRAFIADO POR CONSTANTINO SUÁREZ


Gijón. Calle )avellanos, c. 1925 [NúM. 694 ] Esta creación y reorganización del espacio urbano, será simultánea con la
transformación del aspecto de la villa, deseosa de mudar su imagen de aldea
pesquera por la de una ciudad de aspecto moderno, elegante y cosmopolita;
un pequeño Londres según una letra musical de la época.
El ensanche jovellanista pasa así a constituirse en centro físico y funcio-
nal, debido a su posición estratégica, trazado viario relativamente correcto y
escasa densidad constructiva, transformándose en el núcleo y corazón de la
ciudad industrial; mientras el solar primigenio de la población, Cimadevi-
lla, adquiere un progresivo carácter marginal y secundario convirtiéndose en
reducto de portuarios, pescadores y cigarreras.
Este nuevo Gijón, siguiendo los preceptos de la nueva ciudad burguesa,
ve asfaltadas sus calles, es paso obligado para unos tranvías que constituyen
un evidente símbolo de modernidad, ilumina sus noches con elaboradas co-
lumnas de alumbrado público e instala arbolado en los espacios más señala-
dos. Vías como las de San Bernardo, Jovellanos, Cabrales, Instituto, Moros
y, sobre manera, Corrida se convierten así en los puntos neurálgicos de ese
centro y en la imagen representativa de la urbe.
Pero la falta de una correcta planificación y la creciente especulación del
suelo harán que los espacios abiertos escaseen y en modo alguno cubran las
Gijón. Casas de Cimadevil/a (Prado de Don
Gaspar) , 1934 [NÚM. 16151

necesidades de la población. El paseo y jardines de Begoña, convertidos en el


parque central, y la franja sudoccidental del antiguo trazado de la muralla de-
cimonónica, progresivamente adecentada y habilitada como zona de espar-
cimiento -parques Infantil y de Juan Alvargonzález y paseo de San José-,
serán los que cuenten con mayor amplitud; mientras el resto se reduce a los
jardines de la Reina, las plazas del Seis de Agosto, Carmen, Capua -las
tres con casi la mitad de su superficie actual-, San Miguel, Mayor, y del
Marqués, más el Campo Valdés.
En casi la totalidad de las instantáneas, aparece este centro urbano como
objeto específico o como telón de fondo, ya que en él es donde ocurren los
acontecimientos ordinarios y extraordinarios, se encuentran los principales re-
ferentes arquitectónicos y están las sedes económicas, administrativas, políticas
y culturales de la ciudad.
Complementado este conjunto con una arquitectura ecléctica, sin faltar
ejemplos de un modernismo de afán novedoso, la imagen de las primeras
fotografías que Suárez nos presenta de Gijón son, si exceptuamos el ves-
tuario de los transeúntes y la presencia de vehículos a motor, de una ciudad
de marcado corte decimonónico.
· Este carácter se ve además acentuado por las diferencias existentes en-
tre el núcleo de la población y sus barrios perimetrales. La Arena, El Coto,
Ceares, El Fumeru, los Llanos, Pumarín, atahoyo y La Calzada -de este
a oeste- presentan en este momento una ocupación mayoritariamente
compuesta por clases obreras, cuyo hábitat cotidiano se ve determinado por
una escasez crónica de equipamientos e infraestructuras; incidiendo en unas
difíciles condiciones de habitabilidad que representaban la parte más dura
e injustificable de un progreso limitado a concretos y escasos estamentos
sociales.
Estos espacios siempre obviados como testimonio gráfico, no pasaron
desapercibidos para Constantino Suárez, dejando ya clara constancia de su

86 1 EL ESPACIO URBANO Y LA ARQUITECTURA DEL GIJÓN FOTOGRAFIADO POR CONSTANTINO SUÁREZ


voluntad de compromiso. Y esto lo efectúa bien de forma general, como en
la serie de imágenes aéreas realizadas durante el verano de 1931 en las que apa-
recen nítidamente las baterías de viviendas del prado de don Gaspar, en Ci-
madevilla, y alguna de las ciudadelas de La Arena; o bien buscando reflejar
esa otra realidad, como en las fotos que recogen con detalle la citada serie de
viviendas del Barrio Alto, o las más impactan tes de los grupos de chabolas, y
de sus habitantes, existentes en El Llano.
En todo caso el trabajo de Constantino Suárez deja una impresión clara en
nuestra retina de este Gijón dual, decimonónico aún bien entrado el siglo xx,
con una marcada dicotomía entre el centro urbano, burgués y pujante, y su
periferia, proletaria y marginal.

b. Sobre el manto canela de la playa


Sepultada la playa de Pando, durante la última década del siglo XIX, bajo la
ampliación del puerto local a través de los terrenos ganados al mar por la so-
ciedad Fomento de Gijón, el arenal de San Lorenzo devino en punto obligado
de la creciente actividad estival.
Realizado en r867 el plan de ensanche que buscaba transformar en urba-
nos los esteros existentes entre la playa y el pie de la colina de San Nicolás,
la delimitación del borde marítimo de este nuevo espacio tendrá que esperar
hasta 1907 para que comience la construcción del Muro de San Lorenzo. La
finalización del tramo comprendido entre el arranque de la calle Ezcurdia y
la desembocadura del río Piles se dilatará hasta 1914, tras lo que se adecuó la
avenida de Rufo Rendueles como paseo marítimo.
Pero la playa, al menos la zona entre la pescadería municipal y Ezcur-
dia, ya se había convertido en epicentro de la actividad estival mediante la
erección de una serie de instalaciones balnearias -Las Carolinas, La Favorita,
La Sultana- que constituían punto obligado de reunión para las primeras
generaciones de veraneantes.

Gijón. Natación en el Club de Regatas,


8-8-1932 (NÚM. 2259)
Fue utilizada para una composición
fotográfica reproducida en La Prensa, Gijón,
30 de agosto de 1932; y Gijón Veraniego
1933, G ijón, 1933
Próximo a estos, sobre la antigua batería costera de San Pedro en Santa
Catalina, pero con voluntad elitista y exclusivo fin lúdico -social, se levantó
el pabellón del Club de Regatas en 1915; una de las escasas obras arquitectó-
nicas realizadas en la ciudad por un ingeniero, en este caso el también coman-
dante Ricardo Echevarría.
Por ello, si bien el paseo del Muro sirvió hasta la Guerra Civil como punto
de expansión para las caminatas vespertinas, el centro de actividad playera no
rebasó en este tiempo la altura de la escalera 7·
Mayor número de espectadores que de bañistas, coloristas casetas, sillas
bajo protectores toldos, paseos por la arena durante la bajamar, maromas,
abundantes grupos familiares o de excursionistas y puntos de animación oca-
sional-desde músicos ambulantes hasta la presencia de aeronaves- fueron
parte de las imágenes veraniegas más típicas hasta 1936.
En este tramo de playa -en ocasiones, como el resto del Muro, víctima
de la ira de Neptuno- trabajó asiduamente Constantino Suárez apareciendo
él mismo, en uno de sus escasos retratos, al pie de Las Carolinas en los últi-
mos días del verano de 1933, apenas dos meses después de la inauguración de
La Escalerona.

c. Hacia la ciudad eficiente


Las servidumbres derivadas del incontrolado crecimiento urbano de Gi-
jón a finales del siglo XIX, resultaron evidentes desde muy pronto. Barrios
con infraestructuras inexistentes o muy precarias, definidos por trazados
viarios inconexos, y carentes de equipamientos mínimos fue la heren cia
dejada por el grupo de especuladores que materializó la corona periurbana
de parcelaciones.
Si a esto sumamos el estado de gran parte de los barrios históricos, su-
midos en un proceso de degradación y abandono considerables, el resultado
hacía que muy poca superficie del casco urbano mereciese plenamente tal
consideración.
Frente a un concepto de ciudad esencialmente preocupado por la ima-
gen externa de sus espacios más centrales y representativos y con el ornato
público como máxima, surge un urbanismo que tiene en la eficiencia y la
racionalidad sus mayores aspiraciones. Tazados viarios consecuentes, desa-
rrollo de las infraestructuras precisas, espacios públicos suficientes, dota-
ción de servicios acordes con el número de población .. . son parte de un
concepto orgánico de ciudad que atiende al justo desarrollo y equilibrio de
todas sus partes.
· Puede decirse sin ambages que, durante casi la primera mitad del siglo,
Gijón contó con la fortuna de disponer de dos Arquitectos Municipales más
que capaces: Miguel García de la Cruz y José Avelino Díaz Omaña.
Si al primero le tocó bregar durante tres décadas con las deficiencias he-
redadas, lo que facilitará su visión del lastre que supuso la interesada organi-
zación del espacio urbano durante el cambio de siglo, el segundo conoció la
oportunidad de transformar Gijón en una ciudad moderna.
Así García de la Cruz, autor de un importante volumen de obra pública
municipal, acometerá la frustrante tarea de abordar no pocos proyectos que,
Autoridades visitando las obras de la traída en su mayor parte, nunca llegarán a ejecutar e debido tanto a intereses par-
de aguas a Gijón, 1924 INÚM. 9351 ticulares como a su complejidad económica. El único de cierta envergadura

88 EL ESPACIO URBANO Y LA ARQUITECTURA DEL GIJÓN FOTOGRAF•AOO POR CONSTANTINO SUÁREZ


Gijón. Fachada del Ateneo por donde
derribaron las casas, 26 o 27-1-1937
[NUM. 6286]

que prosperó -además del citado Muro de San Lorenzo- fue la amplia-
ción de la plaza del Carmen que, no sin dificultad y tras más de un lustro de
tramitación administrativa, finalizará en r928.
Pero será Díaz Omaña, sucesor de García de la Cruz en el cargo, quien
tendrá la excepcional oportunidad de, tras analizar la ciudad y sus necesi-
dades, formular un ambicioso proyecto que se conocerá como el Plan de
Reformas Urbanas de Gijón.
El mismo fue consecuencia de las excepcionales circunstancias auspicia-
das por el estallido de la Guerra Civil que permitieron al poder local, cons-
tituido en una Gestora Municipal, poner en práctica un auténtico urbanismo
revolucionario_
Su muestra más evidente fue la serie de derribos, realizados entre el
otoño de r936 y la primavera de I9J7, destinados a la ampliación o apertura
de nuevos espacios públicos y mejoras viarias en el congestionado núcleo
de la ciudad . Conocemos las diferencias entre el antes y el después, gracias
a que Constantino Suárez retrató los distintos inmuebles sentenciados a
desaparecer para la ampliación de la plaza del Seis de Agosto, la calle Fer-
nández Vallín, el entronque de las avenidas de Schulz y de Oviedo, la ave-
nida de Rufo Rendueles, o la creación de las plazas de Italia, Javellanos y
del áutico.
Las obras siempre son obras y éstas no dejaron de ser contestadas en el
momento, ya que se comprendía difícilmente cómo se podía fomentar la des-
aparición de las viviendas con que contaba el centenar largo de edificios de-
molidos, cuando el aumento de población -bien por la llegada de refugiados
bien por las necesidades derivadas de la constitución de la ciudad en capital
de la Asturias republicana- había disparado la demanda de alojamientos, y
toda vez que los ataques bélicos también reducían progresivamente el número
de inmuebles habitables_
Pero con el Plan de Reformas de I937 Díaz Omaña ambicionó más que
un simple reajuste de la trama viaria, aproximándose a la génesis de un pri-
mer plan de ordenación urbana. Así se planteó una articulación funcional
básica de la ciudad y se buscó solución para algunas de las necesidades más
perentorias, como la mejora de las vías de acceso, la creación de una ronda de
circunvalación, nuevos espacios verdes, y la reordenación de las instalaciones
ferroviarias; proyectos inicialmente frustrados por el desenlace del conflicto,
pero que serán importantes referentes para el posterior Plan de Ordenación
formulado en la década de 1940 por Germán Valentín Gamazo.

d_ La ciudad herida
La leyenda, o realidad, de la secular ralentización de España con respecto a
su entorno tuvo una triste excepción con la Guerra Civil. Años antes de que
Londres, Berlín, Milán o Varsovia conozcan los efectos de los ataques aéreos,
Gijón verá llenarse sus calles de escombros, los sótanos se convertirán en
refugios y las sirenas serán un referente habitual en la vida cotidiana.
El concepto de guerra total, puesto en práctica durante el conflicto bélico
español de 1936-1939, hizo que no sólo el frente fuese el centro de los com-
bates sino que implicó que todo el territorio sufriese los efectos directos de
la lucha.
Gijón, como núcleo industrial, como sede de las instituciones constituidas
en favor del mantenimiento de la legalidad republicana en la región que ori -
ginaron la constitución del Consejo Soberano de Asturias, y como capital ma-
rítima de estratégica situación, se convirtió simultáneamente en retaguardia y
en objetivo bélico.
En un primer momento la lucha dentro del casco urbano tuvo causas di-
rectas: la sublevación protagonizada en los cuarteles de la Guardia Civil en
Los Campos, y del Ejército instalados en El Coto y en el antiguo colegio de
La Inmaculada, en la subida a Ceares. Este último punto de rebelión, sede
del Regimiento Simancas, no será controlado hasta finales de agosto de 1936
y propiciará los primeros ataques sobre la villa.
Pero si los cañoneas de apoyo a los sitiados, efectuados principalmente
por el destructor Almirante Cervera entre mediados de julio y mediados de
agosto de ese verano, respondían a razones de estrategia militar; los ataques
aéreos sobre la población siguieron una táctica que, en no pocas ocasiones,
simplemente buscaba el asedio, la desmoralización y el sufrimiento de una
ciudadanía indefensa.
El primero tendrá lugar el 14 de agosto de 1936, víspera de la festivid ad
de Begoña. Distintas incursiones repartidas entre la mañana y la tarde sem-
braron el horror y dejaron un impactante balance de 54 muertos y 78 heri -
dos. Muchos de ellos se encontraban a la espera de un tren, ocupaban las
caJ!laS del Hospital de Caridad o simplemente se habían detenido en las
calles observando la evolución de las aeronaves sin sospechar que eran su
objetivo.
Y las imágenes de Suárez son la única constancia de esta sobrecogedora
parte de la vida local, transcurrida entre julio de 1936 y octubre de 1937· E sa
ciudad herida, de edificios sin fachada o de fachadas sin edificios, que in-
voluntariamente exhibe lo que hasta entonces eran espacios privados, en la
que por igual vemos los interiores de los inmuebles de vecindad que los sa-
lones del palacio de Revillagigedo, constituye la parte más dolorosa y espe-
Bombardeo sobre Gijón. Daños producidos luznante de un conflicto tras el que la ciudad tardará décadas en recuperar
en un edificio, 7-1 0-1937 [NúM. 8044) su pulso.

90 1 EL ESPACIO URBANO Y LA ARQUITECTURA OEL GIJÓN FOTOGRAFIADO POR CONS TAN TINO S UÁREZ
Bombardeo sobre Gijón. Público auxiliando
a los heridos, 14-1 0-1 937 [NÚM. 80791

En último extremo es testimonio del impacto físico y psicológico que su-


puso la contienda, y da idea de cómo fue el comienzo de una época sombría
y oscura, en ocasiones definida como posguerra incivil, bajo la que muchos,
incluido el propio Suárez, verán sepultadas sus ilusiones, sus derechos y sus
esperanzas.

2. El espacio industrial y portuario

a. La industria
Sin evitar que casi en cada barrio se afincasen diversas industrias, el trazado
de la red ferroviaria y la proximidad del puerto hizo que una heterogénea se-
rie de instalaciones fabriles se concentrase al oeste del casco urbano, ocu-
pando gran parte de los territorios de las parroquias de Tremañes y ]ove; es-
tablecimientos que constituyeron, junto a la actividad portuaria, el motor
económico del Concejo.
Se asientan en esta zona desde la industria pesada, representada por los
altos hornos de la fábrica de Moreda o la refinería de petróleo de CAMPSA en
La Braña, a la textil, como La Algodonera en La Calzada, o la naval, repre-
sentada por los Astilleros de Gijón -posteriormente Astilleros del Cantá-
brico- en el atahoyo y los de Riera sobre la playa del Arbeyal; haciendo
que esta franja adquiera el aspecto de un alfiletero debido a la pléyade de
chimeneas de ladrillo que indican la ubicación de los corazones de vapor de
estas factorías.
De desarrollo vertical u horizontal, extensas o limitadas a una sola nave,
unidas a los ramales ferroviarios o colindantes con el Cantábrico, no pocas de
ellas serán fotografiadas por Suárez muy probablemente, como en el caso de
los citados Astilleros, con fines publicitarios.
Las Ferias de Muestras celebradas entre 1924 y 1930, con la Exposición
Regional de 1899 como referente, venían a mostrar orgullosamente esa p~­
janza, convirtiéndola además en acontecimiento festivo y obligada actividad
veraniega para vecinos y turistas.
~--~~~~----~-~~~~----~------------- ., .
.....

Gijón. Vista del puerto local, b. Los puertos


C. 1926 [NÚM. 646] También serán sistemáticamente retratados por este fotógrafo los dos puertos
gijoneses: el viejo o local, asentado a poniente del núcleo histórico, y el nuevo,
levantado a partir de r893, de El Musel; ambos con el tráfico carbonero como
actividad primordial.
De las imágenes del puerto local destaca su aspecto heterogéneo, su ca-
rácter semi-urbano y semi-industrial, la convivencia entre veleros y vapores,
entre carros del país y grúas, entre los desembarcos de sardina y la estiba de
C<!rbón. También resultan evidentes sus limitaciones, el hacinamiento de los
buques, la falta de calado y la obsolescencia de sus instalaciones.
Podemos decir que, como comentábamos en lo referente al espacio ur-
bano, en las imágenes captadas por Suárez en el puerto local la conviven-
cia entre dos siglos es muy evidente entretejiendo una singular maraña que,
a primer golpe de vista, puede hacernos creer que estamos contemplando
instantáneas cronológicamente mucho más antiguas.
El Musel, aún sin ser más que el embrión del puerto actual, presenta sin
embargo un aspecto moderno y funcional. La presencia de grandes cargue-
ros, trasatlánticos, buques de la Armada, clippers ... dejan constancia de su
actividad e importancia.

92 1 EL ESPACIO URBANO Y LA ARQUITECTURA DEL GIJÓN FOTOGRAFIADO POR CONSTANTINO SUAREZ


El reflejo de la misma es evidente en tierra mediante las imponentes es-
tructuras de los cargaderos, grúas, la estación marítima y otras instalaciones
resguardadas por un mítico dique Norte cuya génesis y culminación podrían
servir de argumento novelesco.

3. Arquitectura fotografiada (y vivida)

Los inmuebles de una ciudad no dejan de ser parte de los habitantes de la


misma. Venerables unos, molestos otros, convecinos todos; constituyen lama-
nifestación artística más visible y próxima a toda la sociedad y, quizás por ello,
más participativa. Disfrutándolos o sufriéndolos como propietarios, inquili-
nos, trabajadores o espectadores, nuestro patrimonio inmueble posee además
la singularidad de identificarnos, de vihcularnos a una imagen concreta de un
tipo de ciudad que, seamos conscientes o no de ello, nos representa.
Arquitectos como Manuel y Juan Manuel del Busto, Mariano Marín Ma-
gallón, Miguel García de la Cruz, Luis Bellido, Manuel García Rodríguez,
Mariano Marín de la Viña, Pedro Cabello Maíz y José Avelino Díaz Omaña,
por citar a los más asiduos, junto a Pedro Cuesta, Pedro Cabal, Ulpiano Mu-
ñoz Zapata y Benigno Rodríguez, nómina de los últimos maestros de obras
en activo, fueron quienes trazaron la mayor parte del patrimonio arquitec-
tónico más representativo realizado con anterioridad a la Guerra Civil y
presente en las imágenes captadas por nuestro fotógrafo.
Este conjunto edilicio retratado por Constantino Suárez resulta co~plejo
y multiforme, ya que, levantado mayoritariamente a partir del último tercio
del siglo xrx participa de las distintas y variadas corrientes estéticas propias
de la arquitectura española contemporánea. Así podemos observar que acom-
pañando a los escasos ejemplos de arquitecturas de corte monumental con
que cuenta Gijón -palacios de Revillagigedo y Valdés, torre de los Jove-He-
via y el Instituto de Jovellanos junto con el antiguo templo parroquial de San
Pedro-, aparece un parque inmobiliario dominado por casas de vecindad de
entre tres y cuatro plantas, también por ello apodadas como casas altas, que
contrastan vivamente con las construcciones vernáculas y con los austeros
inmuebles del periodo isabelino.
En uno de estos últimos, ubicado en la calle Langreo, levantado en r86z
bajo proyecto del arquitecto Lucas María Palacios, nació y tuvo su primer
estudio nuestro fotógrafo.
Pero la funcionalidad y claridad compositiva de este tipo de construccio-
nes no era compatibles con la avidez de la nueva burguesía por demostrar su
solvencia económica; por ello cobra un desmesurado auge el empleo de una
corriente estética, el eclecticismo, que destacaba por su monumentalidad,
grandilocuencia y vocación escenográfica.
Con París como referencia, el perfil urbano se puebla de cúpulas que com-
piten con las agujas neogóticas de los templos, levantadas a un tiempo; mien-
Banco de Gijón.
Reproducida en El Noroeste, Gijón, 25
tras las fachadas acumulan referencias clasicistas, miradores de hierro y cris-
de agosto de 1926, 14 de agosto de 1927, tal, balcones con complejos recercados y rejerías de diseño minucioso, uno de
15 y 24 de agosto de 1928, 15 de agosto cuyos mejores ejemplos es la sede del antiguo Banco de Gijón.
de 1929, 15 de agosto de 1930, 14 de
Constantino Suárez instaló su domicilio, a finales de la década de r9zo, en
agosto de 1932 y 15 de agosto de 1933;
y en La Prensa, Gijón, 5 de septiembre uno de estos inmuebles, en el r8 de la calle Instituto; una casa de vecindad de
de 1926 y 23 de agosto de 1929 [NÚM. 8241 impecable factura trazada por el maestro de obras ovetense Pedro Cabal en
Gijón. Verano 1933 [NÚM. 2466] r895. De esa vivienda nos restan algunas imágenes caseras e íntimas: la co-
cina, el gato en el mirador, .. . y en ella vivirá -y conservará su archivo- el
fotógrafo hasta su fallecimiento a comienzos de 1983.
Alternativa al eclecticismo fue la corriente modernista. Antiacademicista,
irreverente, compleja y colorista, invadió progresivamente la ciudad a partir
de 1900, tanto en versiones exuberantes vinculadas alArt-Nouveau como en
aproximaciones afines al más simplificado movimiento de la Secession cen-
troeuropea. En uno de estos edificios, la cárcel de El Coto, -obra de Miguel
García de la Cruz de 1905- vivirá Suárez algunas de las peores horas de su
vida como víctima de la represión franquista.
Agotadas las posibilidades tanto del Eclecticismo como del Modernismo,
y con una Europa colapsada por una brutal guerra, las referencias regene-
racionistas trajeron de la mano, como alternativa a la influencia exterior, la
síntesis de los vocablos arquitectónicos considerados como de indiscutible
raigambre hispana.
Desde r9r5, y con especial intensidad durante la década de 1920, elementos
herrerianos, barrocos y regionalistas dominan el panorama arquitectónico lo-
cal; siendo la Gota de Leche, la casa Paquet, o las sedes de La Mutua, la So-
ciedad de Fomento, los almacenes La Sirena o la Ferretería Vasco-Asturiana,
entre otras, las realizaciones más representativas.

94 1 EL ESPACIO URBANO Y LA ARQUITECTURA DEL GIJÚN FOTOGRAFIADO POR CONSTANTINO SUÁREZ


Qyien duda que Constantino Suárez no utilizó las instalaciones del edifi-
cio de Correos y Telégrafos, obra de los arquitectos Joaquín Otamendi y Luis
Lozano de 1928, o de la flamante sede de la Compañía Telefónica, trazada
por el arquitecto José Manuel de la Vega en 1930; ambos, por tratarse de edifi-
cios públicos, partícipes de esta línea estética tan representativa del periodo
de la dictadura primorriverista.
Los años treinta aportan la singularidad de un Art-Decó vanguardista, lineal
y sofisticado, y la introducción del Racionalismo, movimiento rupturista y des-
vinculado de toda dependencia de ornamentaciones y complejidades decorativas.
Acompañado de su cámara Suárez tuvo que tomarse, en más de una oca-
sión, un café en el expresionista interior Decó del Café Dindurra, obra del
arquitecto Manuel del Busto, en colaboración con el escultor y decorador Pe-
pín Morán, realizada en 1930. Tampoco resulta difícil imaginar al fotógrafo
asomado desde la terraza de La Escalerona, trazada en 1933 por el arquitecto
José Avelino Díaz Omaña y una de las obras racionalistas más singulares de
entre las existentes en la ciudad, contemplando, bajo la luz variable del orte,
la inmutable evolución de las mareas.
Hasta aquí esta aproximación, que ha intentado no ser excesivamente
aséptica, al Gijón que pasea y disfruta del muro y la playa de San Lorenzo,
que comienza a peregrinar hacia un mínimo campo de El Molinón, que baja
por las empinadas callejas de Cimadevilla hasta las lanchas amarradas en el
muelle, que combina estío y esnobismo en el pabellón del Club de Regatas o
en el balneario Las Carolinas, que crece entre un orbayu de hollín y el bra-
mido de la maquinaria, que se aprieta en los chirriantes tranvías amarillos
cuya catenaria arranca chispazos azulados los días de lluvia, o que corre tras
escuchar el aullido de las sirenas, envuelto por la vorágine de una guerra que
nunca pensó, ni siquiera en pesadilla, vivir.
Constantino Suárez fue parte de ese Gijón y no cabe duda de que vivió
intensamente su ciudad -con ímpetu, con ilusión, con terror o con desen-
canto- y quizás, por ello, sea quien la ha retratado de manera más multi-
forme, heterodoxa, completa y fascinante.

G ijón. Bañistas en la playa, c. 1926 INúM. 2309]


La cultura popular en el Gijón
de Constantino Suárez
Luis Miguel Piñera

En el pasado Gijón tuvo una virtud - que en cierto modo conserva- que lo
diferenció de otros núcleos urbanos con sus características: fue una ciudad
eminentemente asociativa, en la que cualquier excusa era válida para reunirse,
para asociarse con otros hombres y mujeres, para compartir. El fotógrafo
Constantino Suárez entendió bien esta particularidad de la que los gijoneses
nos sentimos tan orgullosos. Constantino Suárez retrató con su cámara múl-
tiples actos repletos de gijoneses y gijonesas que entendían que compartir con
los demás es de beneficio mutuo. El Gijón de los años veinte y treinta del si-
glo xx plasmado por Suárez muestra que no fuimos Robinsones aislados, que
en la playa· gijonesa hay muchas más huellas que las de Crusoe y Viernes, y
que poco hay más grato que compartir espacios de asociacionismo en liber-
tad con otros seres libres. Todo interesó a Suárez. Desde deportes como el
fi.ítbol, el boxeo o el atletismo hasta bailes y fiestas; desde los momentos de
compromiso político hasta los trágicos de la guerra civil; desde el banquete
de un grupo familiar o de amigos hasta la solemne despedida postrera.
Esta potencia cultural tuvo su primer apogeo entre los años noventa del
siglo XIX y la primera guerra europea. De 1914 a los años veinte se produjo
una crisis, entre otras causas porque los obreros gijoneses -como los del resto
de España- se preocuparon de asuntos más urgentes, tan candentes como
los que motivaron la huelga general de 1917- En los años veinte, bajo la Dic-
tadura de Primo de Rivera, el movimiento cultural gijonés se reconstruyó, y
en los años coincidentes con la República vivió una fase de auge seguida por
otra de radicalización cada vez mayor, muy incrementada a partir de octubre
de 1934, coincidiendo con lo que en Asturias fue una verdadera revolución.
En 1937 se cortaron dramáticamente todas estas manifestaciones cultura-
les - con muchas luces, pero también con muchas sombras- con la entrada
de las tropas <<nacionales>> en la ciudad. En ese momento se expurgó la bi-
blioteca del Ateneo-Casino Obrero de Gijón; las nuevas autoridades que-
maron algunos de sus libros, y se inventó el «infierno>> en las bibliotecas: un
lóbrego cuarto o un perdido armario donde se encerraban los libros prohibi-
dos, aquellos que se suponían peligrosos e indeseables. Suárez nos legó al-
guna foto de la majestuosa biblioteca del Ateneo y también de la Biblioteca
Circulante de la Casa del Pueblo, con ese lema tan atemporal referido a los
libros: Alimenta tu espíritu. El artista entendió bien el valor de la lectura y su
interés básico para la cultura popular.
Este largo proceso que nos lleva desde los años veinte a la guerra civil
Retrato, c. 1923 [NÚM. 18) fue objetivo de la cámara de Suárez, quien reflejó con arte y compromiso

961 LA CULTURA POPULAR E N EL GoJÓN DE CONSTANT'NO SUÁREZ


Gijón. Bar>da [de] Música tocando
[en la] calle Corrida, 1924 [NÚM. 430]

momentos duros y trágicos, y otros donde los gijoneses y gijonesas hacían uso
de sus horas de ocio tras el trabajo. Tiempos bélicos, pero también de paseos,
de cafés, de ateneos, de bailes, de toros, de carnaval, de rutbol, de coros y de so-
ciedades culturales de todo tipo. Gijoneses y gijonesas siempre asociándose,
uniéndose con otros ciudadanos, y utilizando muchas veces la calle como lugar
de encuentro, como aún sucede en el Gijón actual.

Asociaciones y Ateneos

En 1920 Gijón tenía 57.ooo habitantes; So.ooo, en 1930, y roo.ooo al comienzo


de la década de los cuarenta. Con la expansión demográfica se amplió el es-
pacio urbano, aparecieron nuevas formas de sociabilidad y proliferaron los
círculos culturales y ateneos, con el consiguiente impulso de la educación
popular. La Asociación Popular de Cultura e Higiene y el Ateneo-Casino
Obrero son dos ejemplos significativos.
En 1903, año en que nace Constantino Suárez, Paco Suárez Acebal - co-
nocido como obrero ilustrado- y otros gijoneses como Santiago ájera Ale-
són fundaron la Asociación Popular de Cultura e Higiene, que, con el tiempo,
abrió más de una docena de sedes en diversos barrios gijoneses. Cultura e Hi-
giene educaba en higienismo, con campañas sobre vacunaciones y limpieza,
pero también mantenía nutridas bibliotecas y organizaba actividades musi-
cales, teatrales y de excursionismo. La asociación llevó a cabo, además, cam-
pañas a favor de los pájaros y los árboles, y contra el tabaco, el alcohol y los
toros, muy difundidas desde la revista que editó a partir de r9r2: Cultura e Hi-
giene (Revista semanal de divulgación popular). En sus campañas -por ejem-
plo, en las antitaurinas- podían coincidir, siguiendo los ideales neutralistas
y las proclamas interclasistas y pacificadoras de Cultura e Higiene, desde
anarquistas hasta ciudadanos más conservadores que no coincidían en nada
más, salvo, quizás, en clase de esperanto o en un entierro civil. Entierros que
eran verdaderas manifestaciones, con cientos de personas de variada ideolo-
gía política, oradores incluidos, y con retadora parada frente al Colegio de los
Jesuitas, en el camino al cementerio de Ceares.
Eran tiempos de anticlericalismo en los que también se celebraban bodas
civiles y fiestas callejeras sin ninguna referencia católica, como la noche de San
Juan, celebrada meramente como culto al fuego y a la primavera. La denomi-
nada secularización de la vida pública tuvo en las romerías anticlericales un buen
exponente, aunque éstas ya tenían una cierta tradición local desde los prime-
ros años del siglo XX. En época republicana se incrementaron estos actos lai-
cos, y nacieron niñas y niños gijoneses a quienes su padres <<bautizaban>> con
los nombres de Florea!, Armonía, Acracio, Libertad, Amor o Fraternidad
Hoy en día se conserva aún algún edificio que sirvió como sede a esta po-
pular sociedad cultural, aunque, evidentemente, con alguna modificación. Por
ejemplo, la fachada del local de Cultura e Higiene de El Natahoyo (en la ca-
lle Coroña, número 22) se puede ver actualmente casi igual que hace sesenta
y cinco años, y con el interior muy similar, con partes reformadas, pero con
otras originales. Ésta fue la primera sucursal de Cultura e Higiene abierta en
un barrio. Contaba con biblioteca y banda infantil, editaba una revista llamada
Ecos, y tenía un cuadro artístico dirigido por Modesto Clemente.
En 1934 todas las sedes de Cultura e Higiene se cerraron, y no volvieron
a abrirse hasta 1936, con la reapertura de sus bibliotecas, con nuevas activida-
des teatrales y musicales e, incluso, con audiciones de radio y lectura en común
de la prensa. La clausura definitiva tuvo lugar, como sucedió con el Ateneo
Obrero y con todo el mundo cultural local, en octubre de 1937.
El Ateneo Obrero de Gijón fue durante medio siglo la más potente enti-
dad cultural asturiana tras la Universidad de Oviedo. La iniciativa partió de
un grupo de gijoneses encabezados por Eladio Carreño, médico y alcalde du-
rante la Primera República. El 15 de agosto de 188r inauguraron la entidad
con la asistencia, entre otros, de Leopoldo Alas, Clarín. Desde su tribuna ha-
blaron las más importantes figuras de la época, y en sus aulas se explicaban,
en horario nocturno, historia, lengua, dibujo o física, además de celebrarse
variadas conferencias, cine, bailes, exposiciones y conciertos. Hay que desta-
car la potencia de su orfeón, de sus tertulias y de la sección más notable, que
era la biblioteca. Esta emblemática biblioteca contaba con dos partes: una fij a,
llamada Biblioteca Magnus Blik.stad, y otra circulante, con la novedad de que
el lector podía llevarse los libros a su domicilio. La biblioteca llegó a contar
nada menos que con 15.000 volúmenes leídos con interés por los 2.400 socios
que tuvo. Constantino Suárez nos legó fotografías del interior de la biblio-
teca y del exterior del edificio que ésta utilizaba como sede, en la calle de E z-
curdia, en las llamadas Casas de la Viuda de Veronda. El Ateneo Obrero abrió,
además, sedes en varios barrios de Gijón, con una sucursal muy activa en L a
Calzada, el barrio más claramente obrero de la ciudad.
La importancia de esta asociación en el tejido cultural de Gijón fue evi -
dente en esos años veinte y treinta, pero conviene recordar que no estaba solo,
y que fueron muchas las agrupaciones que dinamizaron la cultura local de ese
Ateneo Obrero de Gijón. tiempo, siempre con varones a la cabeza. Sirva como dato el hecho de que en
Vista parcial de la Biblioteca Circulante.
el año 1927, entre los r.6oo socios del Ateneo, sólo había 65 mujeres. Es obli-
Reproducida en el Boletín de la Biblioteca
Circulante del Ateneo Obrero de Gijón, gado citar el caso excepcional de quien había fallecido cuatro años antes: el
julio-agosto de 1934, Gijón, 1934 [NÚM. 1648! de la escritora y feminista Rosario Acuña.

98 ILA CULTURA POPULAR EN El GIJÓN DE CONSTANTINO SUAREZ


Procesión [del Corpus] en Gijón, c. 1923 A partir de 1930 el Ateneo Obrero entró en una fase de radicalización que
[N ÚM. 999]
motivó no pocos ataques de distinta procedencia, desde los sectores de la de-
recha gijonesa hasta los sectores en teoría más progresistas. Clausurado por
orden gubernativa en 1934, abrió de nuevo al año siguiente con la dirección
de una junta formada por antiguos presidentes. En 1936 el fomento de la lec-
tura de los autores más radicales, y las exposiciones y conferencias organiza-
das, muy definidas políticamente, llegaron a motivar el boicot al Ateneo
Obrero del diario El Noroeste, que no anunciaba sus actos, entre otras causas
por figurar en la directiva miembros del Partido Comunista.
Ejemplo de la crispación de aquel momento es la carta en la que el enton-
ces alcalde de Gijón, el anarquista Avelino González Mallada, critica dura-
mente a la directiva del Ateneo Obrero por no aceptar como sede social el edifi-
cio que se les ofrecía, el actual Colegio de Santo Ángel, al ir a ser derribadas las
Casas de Veronda.

Gijón, 3 de marzo de 1937


A !aJunta Directiva del Ateneo de Gijón.
Compañeros Salud.
Esta Alcaldía ve con desagrado la actitud despectiva que estáis observando con
el Ayuntamiento de Gijón. Parece que tenéis marcado interés en obstaculizar una
obra que sólo en estas circunstancias podía llevarse a cabo; se os ha dado toda clase
de facilidades y las habéis despreciado.
En el tiempo que durasen las obras de adaptación del edificio que se os destina
para Ateneo, puede estar instalado dignamente en el chalet que se os entregaba, el
que va a ser ahora el Tribunal Popular. Francamente, aunque la expresión os resulte
dura, os portáis como verdaderos reaccionarios no merecedores de estar al frente de
una Institución como la que tan poco acertadamente regís en estos momentos. Se os
conmina, por última vez, advirtiendo que, sin ninguna consideración y en el plazo de
ocho días, caso de no llegar a un acuerdo con esta Alcaldía, serán llevados un par de
camiones y desalojado el edificio transportando los libros y muebles a un almacén.
Vuestro y de la causa.
1. Fuente: Archivo Municipal de Gijón: Expe- El Alcalde. Avelino González Mallada. 1
diente 165/1 936)

En octubre de 1937 se clausuró este centro de cultura popular y se instru-


yeron expedientes depurativos - por rojos y por masones- a no pocos socios
y miembros de la junta directiva, además de purgarse su biblioteca.

Del deporte a las misses, pasando por los toros y los salones de baile

El fenómeno del fútbol, que Suárez refleja bien en múltiples fotografías, co-
menzó a ser imparable a partir de los años veinte, aunque ya en 1917 se había
inaugurado El Molinón, un estadio fijo con gradas de madera. A partir de
esos años el fútbol, además, aporta en sus alineaciones, no ya a los señoritos,
que eran quienes jugaban habitualmente, sino a miembros de la clase obrera
que pronto se convertían en héroes populares, en legendarios deportistas au-
pados por un nuevo concepto de crítica y de fotografía deportiva. Se aban-
dona la deportividad -<<que gane el mejor>>, <<lo importante es participan>-
y se pasa a negar cualquier razón al contrario y a justificar cualquier error pro-
Jugadores del Sporting (Amadeo y pio. Comienza, así, la transformación de un deporte jugado por gijoneses que
Armando, porteros), c. 1925 INÚM. 1130] se asociaban para divertirse, en un espectáculo de masas competitivo, muy
popular en toda Asturias, pero muy especialmente en Gijón, pues aquí exis-
tía una playa para practicarlo. No es casual que a partir de esos años veinte se
entienda, como hoy entendemos también, que existan partidos amistosos, y,

Gijón. [Partido] Lisboa-Asturias, 1932


[NÚM. 2884]
• Los portugueses en Gijón. El sorteo
en el campo, antes de comenzar
la lucha de Asturias y Portugal» (Norte,
n. 0 33, Madrid, julio de 1932)

100 1 LA CULTURA POPULAR EN EL GIJÓN DE CONSTANTINO SUÁREZ


El Mejicano nadando, 3-7-1936 [NÚM. 46231

Boxeadores [de la Gimnástica G ijonesa].


8-11- 1933 [NÚM. 1675]

por tanto, otros que no lo son, donde destacaban jóvenes atletas locales que
fueron popularísimos agrupados en el Sporting (Pin, Sión, Nani, Ramón He-
rrera el Sabio ... ), pero también otros jugando en modestos equipos de barrio,
como el Atlético del Llano, el Cimadevilla, el Cantábrico o el Reconquista
de Ceares.
o era el futbol el único deporte que se practicaba en aquel Gijón. El ci-
clismo fue centro del objetivo de Constantino Suárez en no pocas ocasiones,
al igual que lo fueron el cross, el hockey o la natación, con figuras locales como
Anita Bruey, ganadora de la travesía Musel-Gijón en 1934 al nadar la distan-
cia en 58 minutos. Alfonso García, Elías Cobián y Ramiro Fernández fueron
gijoneses que hicieron del boxeo un deporte popular en la ciudad, durante la
década de 1930, y que también fueron retratados por Suárez.
Gijón. Capilla, Coloma y Varelito,
6-8-1 933 [NÚM. 1877!

También el espectáculo taurino vivió buenos momentos, y visitaron la


plaza de El Bibio figuras de la talla de Marcial Lalanda, Antonio Bienve-
nida y Domingo Ortega, en 1931, y de Rafael el Gallo, Juan Belmonte y Al-
fredo Corrochano, en 1934· No por ello deben olvidarse los toreros de aquí,
como Ángel Monasterio el Segundo Be/monte, que debutó en El Bibio en
1931; Julio Noval Montes, que unas veces actuaba como matador y otras de
banderillero con otros diestros; Enrique Rodríguez el Asturiano; Avelino
Fernández Morenito de Gijón, o el conocido como El Niño de Gigia. Todos
ellos herederos de leyendas urbanas gijonesas anteriores, como Rufo el Bar-
bián, Severino Díaz Busto Praderito, Emilio Mayor Mayorito o Saturnino
Suárez Bisagra.
Y después de los toros, al baile. Además del Somió Park, centro de fiestas
al aire libre, anunciadas a veces como Carden Party, el Ideal Rosales, el J ai-
Alai, El Recreo de La Guía y el Palermo, todos ellos en La Guía, eran bailes
muy frecuentados en esos años treinta, como lo eran también, enJove, La Fi-
gar, el frontónJai-Alai -luego, El Frontón- y el Salón Bombay, además del
Venecia Park Casa Nicasia en Veriña.
En El Llano de Abajo estaba el Gijón Park, y el Licio Gran Salón Terp-
sicore, en El Llano de Arriba. Este último anunciaba, en las Navidades de
1934, bailes con la Orquesta Galvestón, cumpliendo un acuerdo del Ministe-
rio Republicano de la Gobernación de 1932 que obligaba <<a tener orquesta de
profesores en determinados locales, entre ellos los de espectáculos, puesto que
el empleo de música mecánica redunda en perjuicio de los profesionales y,
además, la falta de empleo resta estímulo para el estudio de la música>>.
Otros bailes de barrio muy frecuentados en el Gijón del primer tercio del
siglo xx eran Casa Benigna, en la carretera Vizcaína, y el Salón Popular, en La
Calzada, donde además de bailes se celebraban mítines políticos y reuniones.
Entre los bailes del centro de la población destacaban el Teatro Jovellanos,
que hasta 1934 estuvo en la calle J avellanos; el Teatro Dindurra, en Begoña; el

102 1 LA CULTURA POPULAR EN EL GIJÓN DE CONSTANTINO SUÁREZ


Gijón. Banquete ofrecido a Romualdo
Alvargonzález, 1924 [NÚM. 10391
"G ijón. Un aspecto del banquete íntimo
ofrecido a don Romualdo Alvargonzález
Lanquine en Veriña, festejando el éxito
alcanzado por la Feria de Muestras•
(Región, Oviedo, 9 de septiembre de 1924)

Gijón. Orquesta del Cabaret "La Gloria• ,


c. 1926 [NÚM. 815]

Salón Parisiana, en Garcilaso de la Vega; el Salón Alkázar, en la calle Co-


rrida; el Círculo Mercantil; el Centro Asturiano de La Habana; el Casino de
Gijón; el Club Astur de Regatas y la Sociedad La Unión. Todos estos loca-
les se llenaban de jóvenes deseosos de diversión y de bailar en honor a Terp-
sicore, una de las nueve musas que presidía las danzas -la expresión fiesta
terpsicoriana era muy usual en el Gijón de esos años cuando se hacía mención
a bailes juveniles.
o eran, sin embargo, las salas de baile los únicos lugares en los que la
danza tenía lugar. Durante el verano era habitual la organización de bailes
callejeros, con orquesta o gramola, que se celebraban en El Humedal, en la
calle Jacobo Olañeta, en el barrio de El Carmen, en Cimadevilla - en el Prau
de Don Gaspar-, en Ceares -en la zona cercana al Patronato San José--,
y en La Arena.
Los concursos de misses en el Gijón republicano, que convocaban gran-
des concentraciones populares, también fueron centro de atención de la cá-
mara de Suárez. Eran bailes multitudinarios donde se elegía lajoven más
guapa del barrio, que luego podía ser Miss Gijón, e incluso Miss Asturias,
pero dentro de un concepto de concurso de belleza muy diferente al que te-
nemos hoy. Las gijonesas que optaban a Miss Coto, Miss Cimadevilla o
Miss Calzada eran jóvenes procedentes de la clase trabajadora local; incluso
se dio el caso de que Miss Calzada r936 tenía la mano vendada debido a un
accidente en la fábrica La Algodonera, donde trabajaba, y para ser elegida
Miss Modistilla era obligado ser operaria en los no pocos talleres de costura
que había en la ciudad.
En octubre de I9JI Constantino Suárez plasmó bellas imágenes de Amé-
rica Fernández, Miss Gijón r93r. Fue en los jardines del Parque de Atraccio-
nes -futuro Parque Continental- donde América, que luego fue Dama de
Miss Gijón 1931 (América B. Fernández) Honor de Miss República en Madrid, cautivó a miles de ciudadanos que bai-
[NÚM 25 0]
laron al son de la Orquesta Rossi y la Banda de Música de Gijón. Igualmente
populares fueron Olivia Ceñal, que fue Miss Prensa r933 y luego Miss A stu-
rias r934, y Carmen Bohúa, elegida Miss Modistilla r933 en el Salón Parisiana.
Ambas fueron fotografiadas por Suárez.

Pervivencia de una inquietud

En el Gijón republicano, protagonista de muchas instantáneas de Suárez, tu-


vieron mucha repercusión una buena cantidad de ateneos y sociedades cul-
turales de todo tipo que se unieron a las existentes en cuanto a la defensa de
una cultura popular. Ya existían en Gijón, desde r904, las sucursales del A te-
neo Obrero en El Llano y en La Calzada, pero a partir de I933 se fund an el
Ateneo Libertario de El Llano, el de Ceares, el de Cimadevilla, el de Veriña,
el de La Calzada y otros ateneos populares y centros de divulgación social en
prácticamente todos los barrios de la ciudad.
Eran centros populares, en tiempos en que todo era popular, pero habían
sido fundados, en su inmensa mayoría, por la clase media, y aunque muchos
dependían de sus socios, siempre contaban con subvenciones privadas, mu-
nicipales o de empresas. Entre otras, hubo aportaciones de mecenas tan,
teóricamente, distantes como el empresario noruego Magnus Blikstad y el
conde de Revillagigedo. Las actividades meramente educativas se comple-
mentaban con toda clase de eventos culturales que pretendían fomentar la
preparación de la clase obrera gijonesa. Aunque no podemos decir que fue-
sen apolíticos -ya que su opción general era, claramente, la republicana
frente a la monárquica-, sí es cierto que sus actividades fueron radicalizán-
dose a medida que a las juntas directivas llegaban socialistas, anarquistas y
comunistas.
En principio eran centros de cultura y educación popular con activida-
des realmente novedosas. En general estaban compuestos por secciones que
iban desde las bibliotecas hasta grupos de esperanto, de excursionismo, de
actividades relacionadas con la ecología, el ajedrez y la fotografía, e incluso

10 4 1 LA CULTURA POPULAR EN EL GIJÓN DE CONSTANTINO SUÁREZ


de naturismo, con actividades de culto al cuerpo, gimnasio incluido. Éste era
el caso del Ateneo-Casino Obrero de Gijón, que contaba con una <<sala de
cultura física>> en su privilegiada sede en la calle de Ezcurdia.
Basaban su concepto de popular en el hecho de potenciar la formación de
las clases más modestas y de educar en el raciocinio, el espíritu crítico y en
la curiosidad. El cultivo de la salud y de lo bello, y la lucha contra la explo-
tación humana eran los objetivos de los ateneos libertarios, con charlas ha-
bituales a cargo de líderes anarquistas locales, como Segundo Blanco o José
María Martínez.
Siguiendo la prensa local puede comprobarse la gran cantidad de actos
de todo tipo que organizaban los ateneos y sociedades culturales cerca ya de
julio de 1936. Reuniones relacionadas con la literatura y la música, recitales
poéticos y veladas literarias, representaciones a cargo de la Compañía de Te-
atro Proletario o charlas sobre feminismo, religión y temas de medicina na-
turista, como la impartida en el Ateneo Obrero de Gijón por el médico e
historiador Carlos Martínez Baños de sol. Es sólo un ejemplo de los cente-
nares de charlas dadas por obreros anónimos o por reconocidas figuras como
Andreu Nin, Ernesto Winter, Miguel de Unamuno, Hildegart Rodríguez,
Pío Baroja, Isidoro Acevedo, César Falcón, María Zambrano o el poeta Luis
Álvarez Piñer, entre muchas otras.
Incluso la Asociación Popular de Cultura e Higiene, una entidad social-
mente avanzada pero teóricamente no política, organizaba en esos meses
previos a la guerra civil actos decididamente políticos, aunque con ci::rta pá-
tina cultural. Cultura e Higiene de La Calzada Alta, con sede en El Ceri-
llero, organizaba en marzo de 1936 recitales sobre la obra que Rafael Alberti
había dedicado a los sucesos revolucionarios de octubre de 1934: Alerta del
Minero. Asturias 5 de Octubre, una lectura poética terminada con el <<mag-
nífico himno proletario de La Internacional». Mientras tanto, en Cultura e

Paisaje de Asturias, c. 1928 [NúM. 1372)


Gijón. Entierro de Avelino Alonso Oíaz
(CNT), muerto en el penal del Dueso a
causa de una descarga hecha sobre los
presos comunes que se habían sublevado,
matando a este e hiriendo a otros reclusos.
Coronas, 21-2-1936 [NÚM. 43681

Higiene de Tremañes hablaba el comunista Gonzalo López sobre Cómo vi-


ven los trabajadores en Rusia, y Avelino González Mallada, alcalde de Gijón,
sobre Estado comunista y comunismo libertario.

Después de una guerra

Del desierto cultural posterior a octubre de 1937 no se empezó a salir hasta


1959, con las innovadoras ideas de la Academia de José Luis García Rúa, en
la calle de Cura Sama, y del grupo de teatro Gesto, que sirvieron de deto-
nante y ejemplo para todos los colectivos culturales democráticos que nacie-
ron acogidos a la Ley de Asociaciones de 1964. Pero también es obligado ci-
tar la labor, muy valiosa, en los duros años cincuenta, del Centro Artístico
Gijonés y de la Agrupación Artística Gijonesa, cercana a cumplir el medio
siglo. El espíritu asociativo local tuvo su centro en esos años en las sedes de
Educación y Descanso, en los centros conocidos como Hogar del Productor.
Tuvieron Hogar del Productor, con actividades muy numerosas y muchas
veces alejadas de la función adormecedora para la que habían sido creados,
barrios como Pumarín, Ceares y El Llano, con concurridas representaciones
teatrales, de canto, de baile y recitales de poesía.
La Academia de Rúa se gestó en 1958, y se consolidó al año siguiente, de
la mano de José Luis García Rúa, que heredó de su maestro Eleuterio Qyin-
ta,nilla el espíritu de cultura comprometida, apegada a la realidad y a la pe-
dagogía de los hechos que había practicado la Escuela Neutra Graduada de
Gijón.
En aquel Gijón de inicios de los sesenta la academia acogió pronto un
buen número de alumnos, a los que tan sólo se pedía que cumplieran dos
condiciones: saber leer y escribir, y aportar 25 pesetas al mes para el alquiler
del local. Se pretendía fomentar el espíritu crítico y que los alumnos no fue-
ran receptores únicamente, sino partícipes de una enseñanza <<desacademi-
zada>>, con un concepto de la lengua como propiedad de todos, de la histo-
ria como reflejo del pasado y de la que hay que sacar consecuencias, y de las
matemáticas como una manera de avivar el pensamiento. La academia fue

106 1 LA CULTURA POPULAR EN EL GIJÓN OE CONSTANTINO SUÁREZ


coaccionada en numerosas ocasiones por las autoridades educativas, y cerrada
el Día de los Inocentes de r965. Al poco tiempo, Gesto Grupo de Teatro de
Cámara se reconvirtió en sociedad cultural acogida a la ley de asociaciones, y
allí se integraron, como socios activos, parte de los profesores y alumnos de
la academia.
La estela cultural de José Luis García Rúa fue seguida por la Sociedad
Cultural Natahoyo, la Sociedad Cultural Pumarín y la Sociedad Cultural
Gijonesa. Estas asociaciones, junto a la fiesta popular del Día de la Cultura,
conformaron, en esos años de transición a la democracia, un nuevo resurgi-
miento cultural donde se integraron numerosos gijoneses y gijonesas agru-
pados en torno a colectivos ecologistas, antimilitaristas, feministas y de so-
lidaridad con otros países. Estamos en el año r983, el mismo año en que
muere en Gijón Constantino Suárez sin que ni siquiera una esquela en la
prensa local lo recuerde.

Homenaje

La historia de Gijón destaca por un espíritu asociativo muy notable, y éste


puede verse al mirar las fotografías de Constantino Suárez, de la propia ciu-
dad y de los hombres y mujeres que dan la cara inmersos en ella. Pero al ob-
servarlas, también notamos la necesidad de recuperar esa identidad cultural
ciudadana. Porque, a pesar de vivir en la era de la información, a veces la me-
moria se ofusca, aunque se trate de hechos relativamente recientes, y si se
pierden esos recuerdos, perderemos nuestro sentido como gijoneses.
Honor, por tanto, a aquellos hombres y mujeres del Gijón pasado que tra-
taron de hacer de él una ciudad más culta, una ciudad más plural, con ciuda-
danos más reflexivos, estudiosos de su pasado y consecuentes con él. Honor
a quienes, en ese tiempo que tan emocionadamente fotografió Suárez, fo-
mentaron la cultura no a pesar de que somos diferentes, sino, precisamente,
porque somos diferentes.

ano misteriosa, 16-2-1937 [NÚM. 6644]


Vicente se va a África; familia, amigos, c. 1 923 !NÚM. 74]

110
Ángel Castro, 1924 INÚM. 20571
•El ciclista Ángel Castro, vencedor de la carrera entre Oviedo y Gijón• (La Prensa , Gijón, 15 de julio de 1924)
\
'\.

Real Sporting de Gijón, 1924 !NÚM. 3059!


• El Real Sporting de Gijón, vencedor en la primera semifinal del
campeonato español, vence por dos a cero al equipo favorito y
mimado de la afición catalana• (Deporte y Turismo Astur. Verano
1924, Gijón, 1924; Gijón Veraniego 1924, Gijón, 1924)

112
Retrato, c. 1 924 [NUM. 43]
Enfermo de la piel que vino de Cuba y estuvo curando D. Francisco A. del Busto, c. 1924 [NÚM. 426[

1,.
Julio Calvo y familia en [la romería de] Granda, c . 1 924 INUM. 9321
•'

Romería de Granda , c. 1925 [NúM. 500]

116
Nubes, para fondos, c. 1925 (NúM. 530(
Alto horno de la Fábrica de Moreda, c. 1925 [NúM. 540[

118
Gijón. Vista de la calle de Santa Lucia desde un ático, c. 1 925 (NÚM. 5441
Derrumbamiento de la cantera del Muse!, 1925 [NUM. 5571

12C
Gijón. Club de Regatas, c. 1925 [NUM 580]
Paisaje de Asturias (El puente de Viñao), c. 1925 INÚM 9131

122
Gijón. En la Fábrica [de] Moreda, c. 1925 [NúM. 1386)
G ijón. Equipo de fútbol en el cam po de La Electra, c. 1925 [NúM. 3027]

124
G ijón. Praderito después de matar, c. 1 925 [NÚM. 3909)
G ijón. Escena del Muelle a la llegada de la sardina, c. 1926 [NÚM. 6591

126
Gijón. Los boniteras haciendo la comida, c. 1926 (NÚM. 6681
G ijón. Feria en El Humedal, c. 1926 [NúM. 723]

128
Gijón. Avioneta en la playa, c. 1926 [NÚM. 73Bl
Gijón. Autoridades en el Ayuntamiento, c. 1926 [NÚM. 8551

130
Gijón. Tratantes gitanos en la Feria de San Miguel, 1926 [NÚM. 8941
Retrato de Ramón Herrera, jugador del Sporting, c. 1926 INÚM. 28491

132
Gijón. Grupo de ancianos en el patio del Instituto, 1927 [NÚM. 865]
• Grupo de ancianos pensionados por la Caja Asturiana de
Previsión Social, el año 1925, entre los que se encuentra don José
Manuel Oves Garcia (x), de cuyo fallecimiento en su casa de Luanco
dábamos cuenta en nuestro número de ayer• (Región , Oviedo,
9 de abril de 1927)
G ijón. Vista de la playa desde avión, 1927 [NÚM. 934]

134
Gijón. Obras en El Molinón, 1927 [NÚM. 10971
Gijón. Personal del Restaurant Mercedes, 1928 [NÚM. 252]
«Del Restaurant Mercedes. El personal del restaurant de moda
posa ante nuestro fotógrafo. Identificados en absoluto con su
principal , contribuyeron grandemente a colocar el establecimiento
a la envidiable altura en que hoy se encuentra" (Región , Oviedo,
5 de agosto de 1928)

136
Gijón. Temporal en el muro [de] Liquerica, destrozos causados, 1928 [NÚM. 5531
Campeonato Nacional de Cross celebrado en Gijón e124-2-1929 [NúM. 2155]

138
Abe/ardo, el Marino, chantanger al título Welter y vencido por K. O. al 2. o asalto, septiembre 1931 , por José de la Peña !NúM. 254]
La Guardia Civil en el Muse/ para intervenir en los conflictos del Sindicato [de] Transportes, noviembre 1931 [NúM. 1431]

140
Gijón. Golpes de mar en Liquerica, 9-11-1931 [NÚM. 1461]
Momento del incendio de la tribuna de El Molinón el domingo
27 septiembre. 1931 , después del partido R. Santander y Sporting
de Gijón [NÚM . 14731

142
Gijón. Droguería Central. Máquinas Krup, 1931 [NÚM . 1492)
Travesía a nado Muse!- Gijón, 2.800 m, año 1931. 1. o y 2. 0 :
[Gumersindo) Ruiz y Corsino [Prendes) INUM. 21901
•Gumersindo Ruiz [izquierda). campeón asturiano de pruebas
de fondo• (La Prensa, Gijón , 1O de agosto de 1932) •Corsino
Prendes [derecha). notable nadador gijonés• (La Prensa, G ijón,
1 2 de agosto de 1932)

144
Gijón. Saltos [de] Ferrerons, septiembre 1931 [NUM. 2184]
Gijón. Amanecer en el puente [del) Pites, 1 932 INúM. 545]

146
Gijón. [Partido) Lisboa-Asturias, 1932 [NúM. 13281
Gijón. Colonia Escolar Madrileña, 23 -8-1932 [NUM. 1515]
«La colonia escolar del Fomento de las Artes, que hoy regresa
a Madrid, después de pasar una temporada en nuestra playa•
(La Prensa, Gijón , 4 de septiembre de 1932)

148
Gijón. Mitin S ocialista, 18-9-1932 [NÚM. 1498]
Gijón. Prueba de Atletismo, 28-8-1 932 [NÚM. 2163]

150
G ijón. De la Hu elga General, 10 -12-1932 [NÚM. 2694]
Manolín Argüe/les (interviú), 4-6-1933 INUM. 15841

152
y -__.-.

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1
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--
---
-

Gijón. Botadura del [Don] Quijote y Sancho [Panza], 18-7-1934 !NúM. 1731]
Gijón. Subasta en el Pósito, 1-8-1 934 [NÚM. 1624]

154
Gijón. Huelga Revolucionaria, 6-10-1934 [NÚM. 19751
Gijón. La barricada principal del Llano, 11·1 0·1934 (NúM. 1972]

156
Gijón. Traslado de Presos a los Jesuitas; entre estos iba Miguel A. Valdés, 4-11 -1934 [NúM. 19281
Pedro Alonso, e/ relojero, 27-1 2-1935 [NÚM. 1409)

158
Gijón. Verano 1935 [NúM. 25541
G oteros, 24-12-1935 [NÚM. 4260]

160
Gijón. Plaza de Galán, 10·2·1936 [NUM. 4179l
La Felguera. Fábrica Duro Felguera. Trabajando el tren de laminado, 1 0-2-1 936 JNUM. 4327]

162
Gijón. Panadería Zarracina, 6-3-1936 [NÚM. 2044)
Lourdes Artime, jugadora de la Agrupación Deportiva Femenina "Hockey•, 17-3- 1936 [NúM. 4438)

16<
Pionero levantando el puño en el balcón del Ayuntamiento de Gijón , 26-3-1936 [NUM. 4464)
Gijón. El público, sentado en el muro, presencia un partido sin pagar, 6-4-1936 [NÚM. 44881

166
Gijón. Trinchera en la calle Cabra/es, 24-7-1936 [NÚM. 4764)
Milicianos comiendo en Luarca, julio 1936 INÚM. 47701

168
Gijón. Comedores en el interior de la Iglesia de San José, 4-8-1 936 (NUM. 48091
Gijón. Edificio [de la) Fundación Revillagigedo (hoy Hospital),
bombardeado por e/ •Almirante Cervera•, 5-8-1936 (NÚM. 4851)
•Efectos del bombardeo en el Hospitalillo del Natahoyo•
(El Noroeste, Gijón, 7 de agosto de 1936)

170
Luarca. Autobús con milicianos, 8-8-1936 INÚM. 4669]
Llegada a Trevias de 400 hombres (Militares y Asalto) , 11-8-1 936 [NUM. 49371
Frente de Luarca, monte Villagermonde. Miliciana con su fusil en el monte, 13-8-1936 [NÚM. 4964]
Publicada por El Noroeste, Gijón, 18 de agosto de 1936
Frente de Luarca, monte de Villagermonde. Un enlace a caballo, 13-8-1936 [NÚM. 49671

174
Gijón. Caballos muertos en el Cuartel de Zapadores, 17-8-1936 [NúM. 4984)
Los marinos del •Libertad•, 25-9-1 936 [NUM. 52541

176
El Escamplero. Soldado pasado en este frente, 25 al 26-9-1936 INÚM. 52801
Gijón. Parada de milicianos, ya militarizados, en la Plaza Galán, que salen para el frente, 2-1 0-1936 (NúM. 5315]

178
Gijón. Salida de milicianos para el frente , 2-1 0-1936 INUM. 5316]
Bombardeo de la Artillería sobre Oviedo, 4-1 0-1936 [NÚM. 5332]

180
lnfiesto. Milicianos de la Compañia Somoza forman una estrella con la hoz y el martillo, 14-10-1936 INÚM. 54211
Radio Electra Gijón, 20-1 0-1936 [NÚM. 5458]

182
El Escamplero. Milicianos del Batallón de las M.A.O.C. de Rentería (Guipúzcoa). 20-1 0-1936 [NÚM. 54721
Batallón M.A.O.C. de Rentería que manda Larrañaga, que ayudados por los de aquí tomaron San Claudia, 21-10-1936 [NÚM. 54761

184
La Felguera. Talleres de guerra en la Duro Felguera, 30-1 0-1 936 INÚM. 55051
Oviedo. [Convento de] Las Adoratrices, 1 al 5-11-1936 JNÚM. 5527)

186
Gijón. Niños del Orfanato de la calle Ezcurdia (A. T.E.A .) jugando, 1 6-11-1936 (NÚM. 55671
1•

Milicianos en el monte Peña flor (Grullos), 24· 11 -1936 [N UM. 559 4)


•Los días de calma son aprovechados por nuestros bravos
milicianos para entrenarse con vistas a futuras acciones .. (Milicias ,
Gijón, 29 de noviembre de 1936)

188
Monte Los Pinos en Grado. Tanques para el próximo ataque, 1 al 3-1 2-1936 !NÚM. 5617]
Frente de Oviedo. Artilleros al mando de Campa en La Manjoya, 1 al 3-1 2-1936 [NÚM . 5633]

190
Sector de Agü era. Milicianos del Batallón •Joven Guardia Roja•, 5-12-1936 INÚM. 56581
Gijón. Curando en el Hospital de Granda, 14-12-1936 [NúM. 5718)

192
Prácticas en el sector de Lugones. Milicianos con sus fusiles, 1-1-1937 [NÚM . 58231
G ijón. Refugio del Colegio Santo Ángel. Jergones en el suelo, 2- 1-1937 (NUM. 58391

194
Orfanato «Rosario de Acuña» (A. T.E.A.) en Somió, quinta de Figaredo. Niño jugando, 2-1-1937 [NÚM. 58601
Gijón. Bombas de cañón fabricadas en Moreda, 5-1-1937 (NÚM. 59421

196
Gijón. Bombas para aviación fabricadas en Moreda, 5-1-1937 [NÚM. 59471
Gijón. Taller de costura de la C .N .T. en el Círculo Mercantil, 6-1-1937 INUM. 59671

198
Gijón. Grupo de espalda conversando, 1 2-1-1937 [NúM. 604 7)
• Hablan, hablan, hablan, mientras la Qu inta Columna escucha,
escucha, escucha" (Avance, Gijón, 14 de enero de 1937, en
composición con otra fotografía)
Los dementes del asilo de Valdediós, Villa viciosa, bailando, cantando, etc., 1 2-1-1937 [NÚM. 6065]

200
Coche de frente, 15-1-1937 [NÚM. 611 Bl
Gijón. Golpe de mar en el Muro , 26 y 27-1-1937 [NÚM . 6291}

202
Gijón. Cuartel •Máximo Gorki•. Comedores, 2-2-1937 [NÚM. 6388)
Escoba barriendo cuartillas, 10-2-193 [NÚM . 6487]

20 4
Gijón. Comiendo en Asistencia Social, en el Refugio de la calle del Convento, 10-2-1937 [NUM. 6494!
• En el comedor. Refugiados comiendo con apetito• (Avance, Gijón,12 de febrero de 1937)
Gijón. Reparto de juguetes a los niños del Refugio Santo Ángel,
y a los del Orfanato de la calle Ezcurdia, traídos de Francia por
suscripción popular y entregados al Socorro Rojo para repartirlos,
1 2-2-1 937 [NÚM. 6518)
• Huérfanos de milicianos. Sus padres murieron en el frente en
defensa de la República y de las libertades democráticas. Son la
España próxima que surgirá férrea a martillazos de dolor y heroicidad.
Los niños de Francia tienen este recuerdo para nuestros niños. La
Comisión de Solidaridad francesa y el Socorro Popular de aquel país,
fueron los encargados de hacer llegar hasta nosotros el infantil
cargamento• (Avance, Gijón, 14 de febrero de 1937)

206
Gijón. Trabajando en el Muro, 16-2-1937 (NÚM. 6606]
• Picos y palas, cemento armado, trabajo febril; elementos
precisos para realizar obras de fortificación• (Avance , G ijón,
22 de febrero de 1937)
Gijón. Tropas formadas en el Muelle durante la celebración del
aniversario del triunfo del Frente Popular en las elecciones de 1936,
16-2-1937 [NÚM. 66 13]

208
Gijón. Asilo Pala. Niñas jugando a la pelota, 18-2-1937 [NUM. ·66651
«Con la guerra, las niñas han cambiado su repertorio de cantares de pelota" (Avance, Gijón, 29 de marzo de 1937)
Frente de Oviedo. Posición en el sector de Villar-Pando, 21-2-1937 INÚM. 67171

210
Frente de Oviedo. Traslado de heridos en el sector de Villar·Pando, 21·2·1937 (NÚM. 6722]
Oviedo. Preparados para el ataque a la casa que hostiliza la toma del Convento [de Santo Domingo], 23-2-1937 (NúM. 6786]

212
Frente de Oviedo. Carros destruidos en una quintana durante la ofensiva de febrero, 23-2-1937 (NÚM. 6797]
Frente de Oviedo. Aprendiendo la instrucción en Col/oto, 25-2-1937 [NúM. 6822)

214
Oviedo. Frente de Rubín. Disparando torpedos, 25-2-1 937 [NÚ M. 68291
Frente de Oviedo. San Esteban de las Cruces. Cañón del 15 112, 1-3-1937 [NÚM 6864]

216
Comiendo en el frente [de Oviedo]. Cada uno con su plato
para el rancho, 3-3-1937 [NúM. 68971
• El plato, la pieza más importante del ajuar del soldado en
operaciones ... después del fusil, las cartucheras, las bombas ...
Esperando la ración• (Avance, Gijón, 4 de marzo de 1 937)
Ov1edo. La nueva qwnta can)lno del frente de Olivares, 5·3·1 937 INUM 69~31
Milicianos en el frente de Oviedo, 9-3-1937 INÚM. 69711
Frente de Oviedo. Miliciano en el sector de La Manjoya, 9-3-1937 [NUM. 6985]

220
Frente de Oviedo, Milicianos del Batallón Matteoti (Asturias n. 0 28), en el sector de La Manjoya, 10-3-1937 [NUM. 69891
Oviedo. Vista del sector de Adoratrices desde San Lázaro, 12-3-1937 INUM. 70 2 21

222
~ -.

Oviedo. Casas [del] barrio de Santo Domingo, 1 4-3-1937 [NÚM. 70371


Gijón. Manifestación de adhesión al Frente Popular, 14-3-1937 [NÚM. 7042]

224
Gijón. Manifestación de adhesión al Frente Popular. El Gobernador [Belarmino Tomás] hablando, 14-3-1937 (NúM. 7044)
• El Delegado del Gobierno dingiendo la palabra a los minifestantes• (Avance, Gijón, 15 de marzo de 1937)
Lugones. Brigadas de choque de las J.S.U. en la Fábrica de Metales, 29-3-1937 !NúM. 7072]

226
G ijón. Alfonso Argüe/les y directivos del Partido Comunista, 1-4-1937 [NÚM. 7091]
G ijón. Asamblea [del Sindicato] de la Alimentación [de] U.G.T. en el [Teatro] Robledo, 4-4- 1937 INUM. 7116]

228
Gijón. Niños y mujeres sentados en los camastros de Asistencia
Social, 19-4-1937 [NUM. 7207]
•Centenares de personas viven hacinadas mientras, en nombre
de un esteticismo urbano, muchos edificios se vienen al suelo• (Avance,
Gijón, 30 de abril de 1937, en composición con otra fotografía)
[Baldomero Fernández] Ladreda, jefe de sector, 23-4-1937 INúM. 72291
«Seriedad . Reciedumbre. Por su grandeza de alma, padre unas
veces y hermano otras de sus soldados. Así es Ladreda" (Boletín del
Norte , Gijón, 21 de septiembre de 1937) *Se trata de Baldomero
Fernández Ladreda, comandante de la a.• Brigada del Ejército del Norte

230
Gijón. Vapor botado al agua para ser artillado en Santander, después de la reparación hecha en el Dique, 13-5-1937 [NÚM . 73151
Gijón. Hombres detenidos y encarcelados en el Coto, 20-5-1937 [NúM. 7359]
"La hora del sol en los patios de la Cárcel del Coto» (Avance , Gijón,
6 de junio de 1937)

232
G ijón. Desfile con uniforme del Ejército por la calle Corrida, 1. • Compañía, 1-6-1937 [NÚM. 7521)
Niña del Orfanato para Milicianos "Félix Bárcena•, en Sebares, 13-6-1937 [NÚM. 7616]

234
Carteles murales pegados en todas las fachadas de comercios
y muros de Gijón como propaganda del Frente Popular, 1 4-6-1 937
[NÚM. 7635]
Gijón. Mitin comunista en el Teatro Robledo. Público, 1 5-6-1937 [NUM. 76661

236
Ofensiva en Asturias sobre el monte Cimero [Somiedo] para
contrarrestar el avance faccioso sobre la costa. Soldados preparados
para el ataque, 1-8-1937 [NUM. 78381
Ofensiva en Asturias sobre el monte Cimero [Somiedo] para
contrarrestar el avance faccioso sobre la costa. Camillas con heridos
esperando la ambulancia, 1-8-1 937 [NÚM. 7842]

238
Gijón. Reclusos de la Prisión del Coto [de] San Nicolás, 5-4-1947 [NúM. 8291)
Este ejemplar de «CONSTANTINO SUÁREZ, FOTÓGRAFO (1920-1937)»
se terminó de imprimir en los talleres de Gráficas Summa
en agosto de 2002 emple-ándose para su composición
las tipografías Caslon de Carol Twombly para Adobe
y Akzidenz Grotesk de la fundición Berthold

::·xp s:::c! r:
PROYECTO Coruño, S. L.
coMISARIADO Francisco Crabiffosse Cuesta
PROoucciON Francisco Crabiffosse Cuesta
Juan Pablo Crabiffosse Cuesta
Manuel Crabiffosse Cuesta
Amonio Cuesta Caballero de las Olivas
COORDINACION Fundación Mtmicipal de Cultura, Educación y Universidad Popular.
Ayuntamiento de Gijón
SELECCióN DE cONTENIDOS Coruña, S. L.
LABORATORIO FOTOGRAFICO Carlos Cánovas
DISENO y DIRECCióN DE MONTAJE Coruña, S. L.
MONTAJE Juan S tové
ENMARCACióN Taller de En marcación
SEGUROS Aon Gil y Carvajal

EDITA Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular.


Ayuntamiento de Gijón
oocuMENTACION Coruña, S. L.
TEXTOS Héctor Blanco González
Francisco Crabiffosse Cuesta
Luis Miguel Piñera Entrialgo
cORRECCióN DE TEXTO l\laría Fernanda Poblet
SELECCióN DE ILUSTRACIONES Coruña, S. L.
CATALOGACióN Coruño, S. L.
FOTOGRAFIA Carlos Acuña
Kike Llamas
Valentín JaviÚ Rodrígue-L
DISENOYCOMPAGINACióN Impreso Estudio (Victoria Ocio + Helios Pandiella)
FOTOMECANICA EIMPRESióN Gráficas Summa, S. A.

< DE LOS TEXTOS SUS au tareS


e DE LAS IMÁGENES SUS autores O propietarios

o L As-2.959-02
ISBN 84-89466-31-9

Qyeda prohibida la reproducción total o parcial


de esta obra en cualquier soporte
Pese a ser un fotógrafo vinculado a lo local, el trabajo de Constantino Suárez
Modesto Moniato Jna viSlor. lotográr.ca Je Astu.oas. 1900-1925
trasciende los límites de su Gijón natal para convertirse en un documento Fritz Krüger Foto¡¡¡al!ll oc ~ bab:in ~ C31TljlO en Aslimas. 1927
excepcional del devenir de la vida asturiana y española de su época. Asturianos en Aménca 1840· 1940 Fotografía y emi!JraClÓ!r
Valentin Vega fotjgrafo de cale 19411951
La adquisición de su archivo por el Ayuntamiento de Gijón fue un
primer hito en la recuperación del patrimonio fotográfico asturiano, y con
esta exposición y catálogo se quiere dar a conocer ese fondo de cerca de
nueve mil negativos, que permite definir a Suárez como uno de los profe-
sionales más singulares y comprometidos con el sentido que tiene la foto-
grafía como medio de conocimiento e interpretación de la realidad, así como
vehículo de creación artística.
Nacido en 1899, con catorce años ingresa como aprendiz en un repu-
tado estudio. En 1920 se independiza, y tras un breve periodo como «fo-
tógrafo de galería» se especializa en la información gráfica para la prensa
gijonesa y madrileña. Su labor como reportero alcanza mayor protagonis-
mo durante la Guerra Civil, al ser el único fotógrafo de prensa en Asturias
identificado con la causa republicana.
Desde octubre de 1937, su trayectoria personal y profesional está mar-
cada por la cárcel y la represión, viviendo en el ostracismo y luchando con-
tra la reprodución indiscriminada de sus fotografías . Olvidado, fallece en
Gijón en 1983.

I SBN 84- 89 466-3 1-9

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FUNDACION MUNICIPAL Dt CUllURA,
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