Poemas
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¡Y mi mamá despierta!
Tu nombre viene lento como las músicas humildes Y su mano adorada, como imagen
y de tus manos vuelan palomas blancas de Dios sobre su tumba,
Mi recuerdo te viste siempre de blanco como débil relámpago, su mano,
como un recreo de niños que los hombres miran desde aquí distante volando de su tumba,
Un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura llega a secar el llanto de mis ojos,
A tu lado el cariño se abre como una flor cuando pienso viene a extender la luz sobre mi vera,
Entre tí y el horizonte viene a poner un pan entre mis manos,
mi palabra está primitiva como la lluvia o como los himnos ¡mi madre, que está muerta!
Porque ante ti callan las rosas y la canción.
Esta carta te llegará retrasada. No he podido escribirte antes: esperaba carta tuya, tenía la certeza de que me llegaría antes de hoy y no ha
sido así. Por eso he querido esperar hasta hoy, segundo domingo de mayo, para envolver, para poner en un papel todo mi corazón
de hijo agradecido, todo mi corazón anhelante de cariño, y enviártelo en este día que está lleno de recuerdos infantiles y hogareños
para mí. En este momento en la radio tocan música de Listz y me invade una melancolía especial. ¡Mi casa, mi familia, todo un
orgullo pasado y futuro!
A las 7 y media las muchachas que cocinan en la casa, mientras tomábamos desayuno, repartieron una rosa roja a todos los muchachos que
tienen madre. ¡Si supieras con qué orgullo recibí la mía y en ese momento leía un editorial de un periódico sobre el día de la madre,
un hermoso editorial, y yo tuve que hacer inmensos esfuerzos para que no se dieran cuenta que lloraba, sí: interna y
externamente! Mamá, ¿qué pasa, por qué no me escriben, por qué no recibo noticias de Uds.? Escríbeme directamente, pon mi dirección
en un sobre y mándamela directamente a Cuba, yo me siento aquí maravillosamente: estoy como en mi patria, ¡aquí todo es tan hermoso!
No sabes cuánto agradezco ser hijo tuyo, ser miembro de una familia como la mía, tener un padre así y tales hermanos, y mi mamama tan
sabia, y todos en general.
Como comprenderás, mi preocupación constante es por Uds.; yo no sé cómo están. ¿Y Gustavito? Si supieras cómo pienso en él, mi
pequeño hermano. Escríbeme a diario y directamente, si te cansas, que me escriban todos mis hermanos, todos los días; que cada
uno me cuente qué hace, a mi papá dile que lo quiero más que nunca, que tengo deseos de escribirle, pero sin carta de Uds.
no sé sobre qué escribirles. Ya sabes, que cada uno de ellos me escriba a diario, hasta el Gustavito. Envíenme sus cartas directamente a
Cuba, que creo que llegan así. Yo estoy maravillosamente. Llevo una vida ordenada: me levanto a las 7, me baño, tiendo mi cama, tomo
desayuno, voy a la Universidad, almuerzo a las 12 y media, descanso una hora, leo, si tengo clases las tardes (casi no tengo) voy a la U., o
al cine, o paseo y tomo un refresco, voy al teatro y me acuesto a las 11 ó 12. Es una vida tranquila. Mis estudios de cine no sé cómo
hacerlos, por el momento estudio literatura, aunque creo que el mes que viene comenzaré a practicar en el Instituto de Cine. Mi salud es
perfecta, los dientes me fastidian un poco pero pronto iré al dentista. La asistencia médica es gratuita, las cartas nos las mandan gratis, nos
dan 30 pesos (dólares) mensuales que más alcanzan de sobra. Madre, mamá, con todo el corazón de hijo agradecido te saludo y beso en
tu día, a ti, a tu madre, mi mamama, y a la madre de mi papá.
Escríbeme, escríbanme todos y pronto. Te besa mil veces Javier.