Guias Incendios Vegetacion

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GUÍAS DE SALUD

PARA
INCENDIOS DE VEGETACIÓN
Documento de orientación

Editado por

Dietrich H. Schwela
Johann G. Goldammer
Lidia H. Morawska
Orman Simpson

Este documento de la OMS sobre Guías de salud para incendios de vegetación es el


resultado de una reunión de expertos de la OMS-PNUMA-OMM, llevada a cabo en Lima,
Perú, en octubre de 1998. Contiene como complemento, las comunicaciones escritas
presentadas y discutidas durante la reunión y usadas para la elaboración de estas guías.
Asimismo, se ha elaborado una Guía para el instructor, que permite presentar los
contenidos esenciales de las guías de salud durante un curso de capacitación de cuatro días.

Nota:
La versión electrónica de este documento se encuentra disponible en el CD-ROM del
Sistema de Información sobre la Gestión de la Calidad del Aire de Ciudades Saludables
(AMIS) y, parcialmente, en el sitio web de la Organización Mundial de la Salud
(http://www.who.int) y el Global Fire Monitoring Center (http://www.unifreiburg.de/fireglobe).

Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Nairobi

Organización Meteorológica Mundial, Ginebra

Organización Mundial de la Salud, Ginebra


Cluster of Sustainable Development and Healthy Environment (SDE)
Department of Emergency and Humanitarian Action (EHA)
Department of Protection of the Human Environment (PHE)
Occupational and Environmental Health Programme (OEH)

Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente


Organización Panamericana de la Salud (OPS/CEPIS)
La versión original de este documento fue publicada, en inglés, por el Institute of
Environmental Epidemiology, Ministry of the Environment, 40 Scotts Road #22-00,
Singapur 228 231, Tel: +65 731 9754, Fax: +65 734 8287, dirección electrónica:
[email protected]. La traducción al español de este documento fue realizada por el Centro
Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (CEPIS), Los Pinos 259,
Urb. Camacho, Lima 12, Perú, Casilla de correo 4337, Lima 100, Perú. Teléfono (51-1)
437-1077, Fax: (51-1) 437-8289, Internet: [email protected],
http://www.cepis.org.pe.

 Organización Mundial de la Salud, 1999

Este documento no es una publicación formal de la Organización Mundial de la Salud y


todos los derechos son propiedad de la Organización. No obstante, puede ser reseñado,
resumido, reproducido o traducido en forma parcial gratuitamente, pero no puede ser usado
para la venta ni con propósitos comerciales.

Las solicitudes de autorización para reproducir o traducir el documento en forma total y


para el uso de entidades comerciales deben remitirse al Department for Protection of the
Human Environment, Organización Mundial de la Salud, Ginebra, Suiza, donde encontrará
información actualizada sobre los cambios realizados al texto, los planes para elaborar
nuevas ediciones y reimpresiones, así como sobre las adaptaciones y traducciones
disponibles.

Las denominaciones usadas y la presentación del material en esta publicación no expresan


la opinión de la Secretaría de la Organización Mundial de la Salud sobre la condición legal
de algún país, territorio, ciudad o área, ni sobre sus autoridades, ni sobre la delimitación de
sus fronteras.

La mención de empresas específicas o productos de ciertos fabricantes no implica la


aprobación o recomendación de la Organización Mundial de la Salud en perjuicio de
productos similares, no mencionados. Salvo error u omisión, los nombres de los productos
se distinguen por su letra inicial en mayúsculas.

Los autores son los únicos responsables de las opiniones expresadas en este documento.
Presentación
Los incendios ocurridos entre 1997 y 1998 en el sudeste asiático afectaron durante varios
meses a decenas de millones de personas en países como Brunei Darussalam, Indonesia,
Malasia, Filipinas y Tailandia. Las autoridades de estos países adoptaron medidas para
mitigar los efectos del humo en la salud de la población y controlar los incendios forestales.
Este fue el caso particular de Indonesia, país que solicitó oficialmente la ayuda de las
Naciones Unidas. Los incendios amenazaron con convertirse en una emergencia más seria
ya que podían causar movimientos de población, voluntarios o planificados (evacuaciones)
y afectar la salud, la economía y la seguridad.

Los incendios de vegetación, especialmente cuando son descontrolados, constituyen una


fuente sustancial de contaminación del aire en zonas urbanas y rurales. Afectan los sistemas
de prestación de servicios de salud y el acceso a la atención médica e incrementan el
deterioro ambiental. Asimismo, agravan la contaminación del aire, tanto urbana como de
interiores (debido a la quema doméstica de madera y carbón para la cocina y la calefacción)
y, de esta manera, elevan el riesgo de infecciones respiratorias agudas en los niños, una de
las principales causas de mortalidad infantil en los países en desarrollo. La contaminación
producida por los incendios forestales afecta especialmente a las mujeres, pues ellas ya
están expuestas a altos niveles de contaminación en sus hogares. Debido a que la salud
depende en gran medida de un ambiente físico saludable, se deben tratar las dimensiones
globales del problema de los incendios forestales. El reto consiste en asegurar el desarrollo
sustentable y condiciones de vida saludables, y la pobreza, que conduce al aprovechamiento
de tierras a travésde la quema (“roza”), está en el centro de este desafío.

Estas guías de salud son el resultado del trabajo de dos departamentos de la OMS: el
Department of Emergency and Humanitarian Action (EHA) y el Department of Protection
of the Human Environment (PHE), ambos parte del Cluster of Sustainable Development
and Healthy Environment (SDE) de la OMS. Estas guías tienen como objetivo:

Ø Desarrollar las capacidades necesarias no sólo en los ámbitos regionales y nacionales


sino en los locales, y apoyar los esfuerzos de planificación de la OMS a favor de la
salud, el ambiente y el desarrollo sustentable;

Ø Brindar la evidencia y orientación necesaria para fortalecer las bases de una acción
intersectorial en las políticas y en la planificación del desarrollo sustentable;

Ø Determinar cuáles son las mejores prácticas en este terreno y propagarlas a escala
mundial, de manera que todos se beneficien y aprendan de ellas;

Ø Fortalecer los vínculos entre salud, ambiente y desarrollo;

Ø Apoyar continuamente el desarrollo e implementación de los planes de acción para


casos de neblina en los ámbitos regional y nacional, que integran planes de acción
ambiental que, a su vez, se aunarán a los esfuerzos nacionales de planificación del
desarrollo sustentable;
Ø Garantizar que se traten adecuadamente los componentes de salud de la Agenda 21 del
Programa de Acción de las Naciones Unidas, en cumplimiento de lo acordado en la
Cumbre de la Tierra, realizada en Río de Janeiro, a fin de que los avances en el campo
de la salud promuevan el crecimiento de las economías emergentes y, por consiguiente,
la disminución de la pobreza.

La Agenda 21 sostiene:

En muchos lugares del mundo, el ambiente global (aire, agua y tierra), los lugares de
trabajo e incluso las viviendas individuales están tan contaminadas que afectan
gravemente la salud de millones de personas. Esto se debe, entre otras razones, a la
evolución tanto de los patrones de consumo y producción como de los estilos de vida, en la
producción y uso de energía, en la industria, en el transporte, etc., con escasa o nula
consideración hacia la protección ambiental. Si bien en algunos países ya se han
producido notables mejoras, el deterioro ambiental continúa. La capacidad de los países
para afrontar los problemas de contaminación y salud se ve en gran medida limitada por
la falta de recursos. Con frecuencia, el control de la contaminación y las medidas de
protección de la salud no han ido de la mano con el desarrollo económico.

En todo el mundo, los bosques se han visto y se ven amenazados por el deterioro
incontrolado y la conversión del terreno debido al incremento de las necesidades humanas,
a la expansión agrícola y a un manejo ambiental deficiente, lo que incluye, por ejemplo, la
falta de control adecuado de los incendios forestales y de medidas contra la caza furtiva, la
tala comercial no sustentable, el sobrepastoreo y el pastoreo ilegal, los efectos dañinos de
los contaminantes transmitidos por el aire y medidas e incentivos económicos adoptados
por otros sectores económicos.

La preocupación por el cambio climático, la contaminación del aire y el agotamiento del


ozono han creado nuevas demandas de información científica, económica y social para
reducir las incertidumbres existentes en estos campos. Se requiere una mayor comprensión
y una mejor predicción de las diversas propiedades atmosféricas y de los ecosistemas
afectados, así como de los efectos de estos problemas en la salud y sus interacciones con
los factores socioeconómicos.

Muchos países, han implementado en alguna medida, políticas, legislaciones y


disposiciones de emergencia para controlar y combatir tanto los incendios de vegetación
como la contaminación del aire, así como para minimizar sus consecuencias. Por ello, el
desarrollo de un conjunto de guías de salud común a todos los países resulta muy oportuno.
Para alcanzar los objetivos de estas guías, se debe ayudar a las naciones a incluirlas en sus
políticas, legislaciones y medidas de respuesta ante emergencias. Ello permitirá identificar
y fortalecer las áreas deficientes.

Estas guías contribuyen a reducir en gran medida la carga de mortalidad y de


discapacidades evitables que afecta a los pobres. Combaten, también, las amenazas
potenciales para la salud derivadas de crisis económicas, ambientes poco saludables y
comportamientos riesgosos. En ese sentido, contribuyen a alcanzar dos de los retos
cruciales que fueron enfatizados en el Informe Mundial de la Salud de 1999 y, de esta
manera, ayudan a hacer de la salud un derecho fundamental.
Dietrich Schwela
Prefacio
La contaminación producida por el humo proveniente de incendios de vegetación es un
aspecto de salud pública importante e implica riesgos significativos para la salud humana y
el ambiente. En Asia, América, África y otras partes del mundo, los incendios de este tipo
son un fenómeno constante que muchas veces tiene efectos como el incremento de la
mortalidad, el aumento de los ingresos a hospitales debido a enfermedades respiratorias y
cardiovasculares, y el mayor número de casos de emergencia y de pacientes externos.
Algunas veces, el humo proveniente de los incendios de vegetación forma una
sobrecubierta que agrava la contaminación del aire urbano, y los niveles de exposición
están comprendidos entre los que ocurren en el aire en exteriores y los del aire en interiores
debido a la cocina y la calefacción doméstica. Un desastre “natural” puede convertirse en
una emergencia más compleja debido a sus efectos de alcance nacional y regional tales
como movimientos de población y consecuencias en la economía y la seguridad de los
países afectados. En una emergencia, como esta, la elaboración de un sistema de alerta
temprana incluiría la colaboración multidisciplinaria de científicos, técnicos y
administradores.

El Department of Emergency and Humanitarian Action (EHA) y el Department of


Protection of Human Environment (PHE), ambos en el Cluster of Sustainable Development
and Healthy Environment (SDE) de la OMS, elaboraron conjuntamente estas guías. Como
resultado de esta fructífera colaboración, la OMS presenta estos documentos a fin de
brindar herramientas operativas a los profesionales médicos y ambientales, a las
autoridades de salud pública, a los fabricantes de productos utilizados en la atención en
salud así como a los responsables de la elaboración de políticas.

Este documento de la OMS, Guías de salud para incendios de vegetación. Documento de


orientación, es un manual integral cuyo objetivo es informar a los gobiernos y a las
autoridades municipales sobre las medidas que se deben tomar en el caso de que se
produzcan incendios de este tipo, durante los cuales gran parte de la población está
expuesta al humo. Este documento resume la experiencia y los conocimientos expuestos en
los documentos presentados durante la reunión de expertos OMS-PNUMA-OMM,
realizada en Lima, Perú, del 3 al 6 de octubre de 1998. Estos materiales, publicados aparte,
se encuentran en el documento “Health guidelines for vegetation fire events - Backgraound
papers” . Otro documento, titulado “Health guidelines for vegetation fire events - Teachers
guide”, incluye material educativo que se puede usar en cursos de capacitación.

Las tres publicaciones forman un conjunto de gran utilidad para el manejo práctico de este
importante aspecto de salud pública. Son las primeras publicaciones de la OMS que brindan
asesoría y orientación en torno al control de incendios de vegetación.

Estos documentos tienen los siguientes objetivos:

Ø Crear conciencia con respecto a la salud pública y al medio ambiente;


Ø Brindar información sobre cómo prevenir los efectos de los incendios de vegetación en
la salud, lo que incluye un sistema de alerta temprana;
Ø Identificar prácticas de prevención efectivas, sustentables y aceptables desde el punto
de vista económico y cultural;

Este documento ha sido preparado como una respuesta práctica a la necesidad de actuar
frente a los constantes incendios de vegetación a escala local y a la urgencia de desarrollar
una legislación, una orientación y un manejo más efectivos en las esferas nacional y
regional. La OMS espera que estas guías sean de gran utilidad. La institución realizará
esfuerzos continuos para mejorar su contenido y estructura. Sería conveniente que los
usuarios de estas guías brinden información a partir del uso que le den y de sus propias
experiencias. Sírvase enviar sus comentarios y sugerencias sobre las Guías de salud para
incendios de vegetación. Documento de orientación de la OMS directamente al Department
of the Protection of the Human Environment, Occupational and Environmental Health,
World Health Organization, Ginebra, Suiza (Fax: +41 22-79 4127, dirección electrónica:
[email protected]).
Agradecimientos

La Organización Mundial de la Salud agradece a todas las personas que de alguna manera
contribuyeron a la preparación del documento Guías de salud para incendios de
vegetación. Documento de orientación. Los nombres de las personas del grupo
internacional y multidisciplinario que colaboraron en la elaboración y revisión de las guías
se presentan en el anexo K. Un reconocimiento especial merecen los presidentes de la
reunión de expertos OMS-PNUMA-OMM, realizada en Lima, Perú, en octubre de 1998: el
presidente de la conferencia, Dr. Johann G. Goldammer, del Max Planck Institut for
Chemistry/Global Fire Monitoring Center, y los presidentes de los dos grupos de trabajo, el
Dr. Michael Brauer, de la University of British Columbia, y el Dr. Joel Levine, del NASA
Langley Research Center. Asimismo, se agradece de manera especial a aquellas personas
que prepararon los documentos base y a quienes contribuyeron con el éxito de la reunión:

Dr. A. Bakar bin Jaafar, ASMA, Kuala Lumpur, Malasia;


Dr. Celso Bambarén, Ministerio de Salud, Lima, Perú;
Dr. Michael Brauer, University of British Columbia, Vancouver, Canadá;
Ing. Harold Cáceres Deza, Lima, Perú;
Ing. Sergio Caporali, Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del
Ambiente, CEPIS, Lima, Perú;
Sr. Hashim Daud, Department of Environment, Kuala Lumpur, Malasia;
Sr. Yudanarso Dawud, Persahabatan Hospital, Jakarta Timur, Indonesia;
Dr. Michael Garstang, University of Virginia, Charlottesville, Virginia, Estados Unidos;
Dr. Goh Kee Tai, Ministerio del Ambiente, Singapur;
Dr. Johann G. Goldammer, catedrático del Max Planck Institute for Chemistry, Friburgo,
Alemania;
Dr. Hiremagalur N. B. Gopalan, Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente, Nairobi, Kenya;
Dr. William B. Grant, NASA Langley Research Center, Hampton, Virginia, Estados
Unidos;
Srta. Angelika Heil, GTY and Ministry of Forestry and Estate Crops, Indonesia;
Dr. Mauricio Ilabaca Marileo, Ministerio de Salud, Santiago de Chile;
Dra. Liisa Jalkanen, Organización Meteorológica Mundial, Ginebra, Suiza;
Sr. Roy A. Johnson, Department of Interior, Boise, Idaho, Estados Unidos;
Dr. Yoram Kaufman, NASA Goddard Space Flight Center, Greenbelt, Maryland, Estados
Unidos;
Dr. Etsuko Kita, Organización Mundial de la Salud, Ginebra, Suiza;
Dr. Marcelo Korc, Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente,
CEPIS, Lima, Perú;
Dr. Osamu Kunii, International Medical Center of Japan, Tokio, Japón;
Dra. Arlene S. Levine, NASA Langley Rersearch Center, Hampton, Virginia, Estados
Unidos;
Dr. Joel S. Levine, NASA Langley Research Center, Hampton, Virginia, Estados Unidos;
Sr. Sze Fook Lim, Malaysian Meteorological Service, Petaling Jaya, Malasia;
Dr. Carlos A. Llerena, catedrático de la Facultad de Ciencias Forestales, Universidad
Nacional Agraria-La Molina, Lima, Perú;
Dra. Josephine Malilay, Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta, Georgia,
Estados Unidos;
Dr. David Mannino, Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta, GA, EEUU;
Dra. Lidia Morawska, profesora asociada de la Queensland University of Technology,
Brisbane, Australia;
Dr. Daniel Murdiyarso, Global Change Impacts Centre, Bogor, Indonesia;
Dr. Ooi Peng Lim, Ministry of the Environment, Singapur;
Dr. Kanchanasak Phonboon, Health Systems Research Institute, Bangkok, Tailandia;
Dr. Joseph P. Pinto, US Environmental Protection Agency, Research Triangle Park,
Carolina del Norte, Estados Unidos;
Dr. Jean Luc Poncelet, Organización Panamericana de la Salud, Quito, Ecuador;
Dr. Robert R. Romano, Organización Panamericana de la Salud, Washington, DC, Estados
Unidos;
Dr. Dietrich H. Schwela, Organización Mundial de la Salud, Ginebra, Suiza;
Dr. Alberto Setzer, INPE-DSR, San José de Campos, Brasil;
Dr. Khalid Shibib, Organización Mundial de la Salud, Ginebra, Suiza;
Dr. Orman Simpson, Georgia Institute of Technology, Atlanta, Georgia, Estados Unidos;
Dr. Nigel J. Tapper, Monash University, Clayton, Australia;
Dr. J. Hernán Ulloa-Pinto, 3M, Bogotá, Colombia
Dr. Claude de Ville de Goyet, Organización Panamericana de la Salud, Washington, DC,
Estados Unidos;
Dr. Darold E. Ward, US Department of Agriculture-Forest Service, Missoula, Montana,
Estados Unidos;
Dr. Paulus Angus Winarso, Meteorological and Geophysical Agency, Yakarta, Indonesia.

Un agradecimiento especial al Ministerio de Salud del Japón, que contribuyó con el


financiamiento de la reunión de expertos OMS-PNUMA-OMM, realizada en Lima, Perú,
en octubre de 1998 para elaborar las Guías de salud para incendios de vegetación, es decir,
el documento de orientación, los documentos base y la guía para el instructor. Además,
estos fondos sirvieron para realizar dos cursos de capacitación sobre las guías, el primero
en Kuala Lumpur, Malasia, en diciembre de 1998, y el segundo en Brasilia, Brasil, en mayo
de 1999.
Asimismo, se agradece al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) y a la Organización Meteorológica Mundial (OMM) por auspiciar, junto con la
OMS, la reunión de expertos sobre guías de salud.
Resumen ejecutivo
Introducción

Los objetivos de las Guías de salud para incendios de vegetación son los siguientes:

Ø Asesorar a las autoridades nacionales e internacionales en el desarrollo e implementación de


un sistema de alerta temprana para proteger la salud de la población expuesta a la
contaminación del aire causada por incendios de vegetación.

Ø Brindar apoyo en el desarrollo e implementación de los planes de acción para casos de


neblina en los ámbitos regional, nacional y local. Estos se integrarán a los planes de acción
ambiental que formarán parte de los esfuerzos nacionales de planificación del desarrollo
sustentable;

Ø Brindar la evidencia y orientación necesaria sobre incendios de vegetación y sus efectos en la


salud para fortalecer las bases de una acción intersectorial en las políticas y la planificación
del desarrollo sustentable;

Ø Determinar las mejores prácticas y propagarlas alrededor del mundo a fin de fortalecer la
comprensión de los vínculos entre salud, medio ambiente y desarrollo;

Las guías de salud brindan recomendaciones decisivas sobre cómo darle el mejor uso a la gran
cantidad de información multidisciplinaria disponible a escala mundial sobre los incendios de
vegetación. Esta información incluye conocimientos sobre el alcance nacional, regional y global
de estos incendios obtenidos mediante sensores remotos y caracteriza las fuentes según su
intensidad y la presencia de sustancias contaminantes. El desarrollo de un sistema de alerta
temprana se basa en el monitoreo en el terreno y en el monitoreo y elaboración de modelos sobre
el espacio y el clima. Asimismo, las guías de salud brindan un mayor conocimiento de los
efectos agudos y crónicos de la contaminación del aire causada por la quema de biomasa, apoyan
en la consejería pública y en torno a las medidas de mitigación y brindan orientación sobre la
metodología de evaluación de los efectos de este tipo de incendios en la salud. Son puntos
importantes la prevención de futuros episodios que pudiesen afectar la salud mediante la
discusión de políticas tanto sobre uso de la tierra como sobre incendios, así como
recomendaciones sobre el trabajo científico que se necesitaría emprender a fin de implementar
un sistema de alerta temprana.

Los incendios en bosques y otras formas de vegetación producen emisiones de gases y partículas
que tienen efectos en la composición de la atmósfera global. Estas emisiones interactúan con las
producidas por combustibles fósiles y por fuentes tecnológicas que son la causa principal de
contaminación del aire urbano. Las emisiones de humo provenientes de incendios en zonas
silvestres causan problemas de visibilidad que pueden conducir a accidentes y pérdidas
económicas. Asimismo, pueden afectar la salud humana e incluso causar muertes. La elaboración
de políticas y guías destinadas a reducir los efectos del humo proveniente de la quema de
vegetación debe estar asociada con políticas que afronten el problema del humo en su fuente. Por
lo tanto, las guías de salud ayudan a reducir en gran medida la carga de mortalidad y
discapacidades evitables, que afectan especialmente a los pobres. Tomando esto en cuenta, las
guías de salud implican beneficios para la salud que, a su vez, promueven el crecimiento de las
economías y, la eliminación de la pobreza.

Los sistemas de alerta temprana de incendios y peligros de contaminación atmosférica son


componentes esenciales del control de incendios y humos. Estos sistemas pueden incluir
indicadores locales como los pronósticos de tiempo e incendios y las evaluaciones de la
sequedad de la vegetación. Sin embargo, las tecnologías avanzadas de detección y monitoreo de
incendios dependen de datos obtenidos a través de sensores remotos, de la evaluación de
información sinóptica sobre el clima, de las capacidades de los modelos de ocurrencia y
comportamiento de incendios y de los sistemas internacionales de comunicación. Estos datos se
integran y procesan con otra información relevante, como la población en riesgo se propagan en
sistemas de información sobre incendios.

ii
Emisión, transporte de contaminantes del aire y exposición

Los incendios destructivos (no controlados) son frecuentes en todas las zonas con vegetación.
Por lo general, se producen debido a negligencias y están asociados con la expansión del fuego
usado para liberar terrenos (“roza”). La quema de biomasa, que ocurre en todo el mundo,
contribuye significativamente a la emisión de contaminantes gaseosos y partículas tóxicas, gases
reactivos y de invernadero, pero a diferencia de algunas fuentes antropógenas, es difícil de
cuantificar. La naturaleza de esta quema impide que la combustión se complete y, como
resultado, se produce un gran número de contaminantes. Entre estos se encuentran algunos muy
conocidos como el material particulado, los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre y el
monóxido de carbono. Luego de su emisión y durante su transporte, los contaminantes del aire
experimentan transformaciones fisicoquímicas.

En general, los enfoques integrales estandarizados para tratar los riesgos potenciales de las
emisiones provenientes de la quema de biomasa para la salud pública incluyen los siguientes
puntos:

Ø caracterización de la magnitud y composición de las emisiones, así como sus


transformaciones durante el transporte;

Ø cuantificación de las concentraciones de contaminantes del aire en áreas pobladas;

Ø evaluación de los posibles escenarios para la exposición de las poblaciones afectadas (tanto
en ambientes interiores como en exteriores), y

Ø evaluación de los riesgos para la salud generados por estas exposiciones.

Cuando se estudia la exposición a las plumas de humo producidas por la quema de biomasa, las
partículas reciben la mayor atención entre todos los contaminantes del aire con potenciales
efectos perjudiciales en la salud. Los contaminantes más significativos desde el punto de vista de
las consecuencias en la salud son las partículas pequeñas transmitidas por el aire (con diámetros
aerodinámicos menores que 2,5 µm). Es muy probable que estas partículas se depositen en las
partes más profundas del tracto respiratorio, donde pueden producir una serie de efectos en la
salud dada su naturaleza física, química, toxicológica o carcinógena.

Monitoreo en el terreno

Las concentraciones de contaminantes del aire provenientes del humo producido por incendios
de vegetación, pueden evaluarse a través del monitoreo de la calidad del aire en el terreno y la
detección a distancia a través de imágenes de satélite. El primero debe brindar información para
efectuar alertas sobre salud pública y tomar decisiones sobre medidas preventivas. Asimismo,
para el ingreso de datos en los modelos de dispersión y para la verificación y desarrollo de éstos,
así como para estudios destinados a evaluar los efectos del humo en la salud humana. El
monitoreo de la calidad del aire se debe realizar sobre una base uniforme y constante en las
principales áreas urbanas y centros poblados que puedan resultar afectados por la quema de
biomasa. Además, deben crear estaciones en áreas rurales para obtener información sobre las

iii
concentraciones de fondo. Se deben revisar las redes existentes e identificar los mejores sitios
para monitorear los episodios de humo y niebla. Se debe estudiar si conviene establecer
estaciones adicionales de monitoreo en áreas no cubiertas por las redes existentes. La
localización de estos puntos se debe determinar de acuerdo con las guías ya existentes. Para
medir la concentración de aerosoles con diámetros menores que 1 ó 2,5 µm se requiere una red
de muestreo del aire en el terreno.

Se deben hacer esfuerzos por separar en componentes medibles la contribución de la quema de


biomasa a la contaminación del aire de aquella proveniente de otra fuente. Es prioritario el
monitoreo de la masa de aerosol, la visibilidad, los parámetros meteorológicos, la profundidad
óptica y la radiación solar. En los sitios seleccionados, se deben medir las cantidades de
productos químicos específicos tales como monóxido de carbono, ozono, óxidos de nitrógeno,
dióxido de azufre, dióxido de carbono, radiación ultravioleta, aldehídos y otros contaminantes
traza.

Se deben elaborar protocolos estandarizados para el muestreo, incluidos procedimientos


temporales de resolución y reporte. La implementación de procedimientos de aseguramiento y
control de calidad para el programa de medición resulta esencial para obtener resultados
confiables y reproducibles. En los ámbitos nacional y regional, se deben establecer bases de
datos para usarlas antes, durante y después de los episodios de humo o neblina. Estos datos se
pueden usar, por ejemplo, en estudios epidemiológicos, en la planificación para episodios futuros
y en estudios de modelos de transporte. Asimismo, se debe promover el intercambio de datos de
medición validados y armonizar los diferentes índices de contaminación del aire que se usan en
los sistemas de alerta de humos y neblinas a escala regional.

Se debe promover la participación en actividades internacionales como el Programa de


Vigilancia Mundial de la Atmósfera de la Organización Meteorológica Mundial y el Sistema de
Información sobre la Gestión de la Calidad del Aire de la Organización Mundial de la Salud, a
fin de maximizar la utilidad de los datos recolectados por las diferentes redes.

Datos obtenidos por satélite

Los datos obtenidos por satélite para el monitoreo de incendios y del aerosol proveniente de
humos se encuentran en el National Aeronautics and Space Administration (NASA) y el
National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de los Estados Unidos. Las
imágenes generadas por vía satélite brindan información sobre la sequedad de la vegetación, la
localización y dimensión de los principales incendios y plumas de humo, la energía liberada por
los incendios y los contaminantes del aire contenidos en el humo. Pronto, los satélites contarán
con sensores adicionales que permitirán acceder a mejores datos sobre incendios de vegetación.
El acceso a estos datos y su evaluación requieren un centro experto en el monitoreo de incendios
y humos, familiarizado con la tecnología y programas disponibles para analizar este tipo de
información. Este centro tendría la responsabilidad de vigilar los estimados regionales sobre
incendios y la de validar los análisis de humos y emisiones provenientes de los datos obtenidos
por vía satélite. Asimismo, deberá elaborar nuevas estrategias para la detección de incendios y
humos, y asesorar a los organismos e instituciones internacionales pertinentes en torno a las
necesidades que plantea esta labor. Deberá integrar la información obtenida en el terreno, por vía

iv
aérea y por satélite, y trabajar conjuntamente con los centros regionales para diseminar
información y nuevas tecnologías, así como coordinar la capacitación de técnicos en el manejo
de nuevos productos y programas informáticos sobre incendios.

También es importante establecer un indicador para medir la gravedad de los incendios. Este
indicador puede combinar los datos obtenidos por satélite sobre el número de incendios activos
por área, el tamaño de las zonas afectadas, la energía liberada, el alcance de las capas de humo y
la concentración de contaminantes. Asimismo, se recomienda desarrollar un sistema espacial de
monitoreo de incendios que incluya satélites de detección de incendios y componentes portátiles
de recepción en tiempo real para brindar información diurna sobre la localización de incendios
activos, humos y gases traza. De ser posible, la información generada por este sistema se debe
brindar a los usuarios locales casi en tiempo real, y de manera simple y poco costosa.

En el nivel regional, se requieren centros para el control de incendios. Estos centros recibirían
datos regionales provenientes del satélite a través de sus propias estaciones receptoras y los
integrarían con información meteorológica e iniciativas de monitoreo ejecutadas en el terreno y
por aire. Los centros usarían los datos para monitorear el desarrollo de incendios y humos, y
predecir la expansión de estos últimos. Estos centros son necesarios porque la quema de biomasa
varía según cada región y porque la recepción directa de datos generados por vía satélite es
esencial para la operación en tiempo real. Ya existen centros o entidades representantes de la
OMM con capacidad satelital o meteorológica, que son candidatos naturales para convertirse en
centros regionales para el control de incendios.

Con respecto a la disponibilidad de datos, se recomienda requerir a la NASA o a NOAA de los


Estados Unidos, y a otras instituciones apropiadas, para que continúen ingresando datos
relevantes (como índices de aerosoles y vegetación) en Internet. Es necesario desarrollar
paquetes de software y material de instrucción en torno al uso de datos provenientes del satélite
para advertir de los efectos del humo y analizar sus concentraciones. En áreas con graves
problemas de salud debido a incendios prolongados e intensos, se debe asegurar la confiabilidad
de los estimados de emisiones de fuego a través de una validación continua, usando mediciones
en el terreno y a distancia. Esta validación mejorará el ingreso de datos obtenidos por vía satélite
en el modelo de simulación. Una vez desarrollados, los paquetes de software contribuirán
también en la identificación de los peligros ambientales para la salud humana.

Modelos de transporte atmosférico

La distribución y concentración de los incendios se deben calcular a través de modelos de


transporte atmosférico. La descripción de la distribución espacial y temporal de estas emisiones
debe considerar la situación antes, durante y después del episodio. En cada una de estas etapas,
se deben alcanzar metas preestablecidas. En ese sentido, se recomienda identificar a la
institución capaz de llevar a cabo el conjunto de tareas asociadas al monitoreo y modelo del
clima en cada área.

v
Medidas de mitigación

Las medidas de mitigación recomendadas para eventos agudos incluyen la permanencia en


ambientes interiores, modificaciones en el estilo de vida, el uso de purificadores de aire,
máscaras y respiradores, medidas preventivas en exteriores, la evacuación a refugios de
emergencia y el cambio en las actividades escolares y comerciales. Para mejorar la protección
ofrecida por la permanencia en ambientes interiores, las personas y los administradores de
edificios deben tomar medidas para reducir la filtración del aire provenientes del exterior. Las
escuelas, los centros de cuidado infantil, las casas de retiro, las clínicas, los hospitales y los
hospicios están obligados a brindar cuartos con aire acondicionado para personas particularmente
sensibles. Asimismo, estos cuartos deben contar con filtros efectivos. Durante episodios graves
de humo, se debe asesorar al público sobre modificaciones necesarias en el estilo de vida como
la reducción de actividades físicas y la restricción del consumo de cigarrillos. Se debe evaluar el
uso de purificadores de aire portátiles y asesorar apropiadamente al público sobre la compra de
modelos adecuados para casas y oficinas. También se debe informar al público sobre los tipos de
máscaras para polvo y respiradores, así como en torno a su utilidad relativa para filtrar partículas
de humo, lo que incluye el uso y la selección adecuada de los productos disponibles en el
mercado. Se deben tomar medidas preventivas para proteger la salud y la seguridad de los
trabajadores que deben continuar efectuando labores en exteriores; por ejemplo, los empleadores
deberían proporcionarles respiradores adecuados durante emergencias graves. Durante estos
episodios, las personas particularmente sensibles, deben tener acceso libre a refugios de
emergencia con aire acondicionado (con una filtración adecuada de partículas). Estos refugios
pueden estar ubicados dentro de grandes edificios comerciales, instituciones educativas o centros
comerciales.

Efectos en la salud

Los estudios epidemiológicos sobre ambientes interiores y la exposición de la comunidad al


humo proveniente de la quema de la biomasa muestran una relación consistente entre exposición
e incremento de síntomas respiratorios, mayor riesgo de enfermedades respiratorias y
disminución de la función pulmonar. Asimismo, un número limitado de estudios indica una
asociación entre la exposición a este tipo de humo y los casos de emergencia en los hospitales.
Las evaluaciones recientes de los efectos de la neblina ocurrida entre 1997 y 1998 en el sudeste
asiático respaldan la relación entre dicha exposición y el incremento de las consultas
hospitalarias. Hasta la fecha, no se han realizado estudios sobre la relación entre contaminación
del aire por la quema de biomasa y la mortalidad aguda. Sin embargo, debido a que este tipo de
contaminación consiste en gran parte en material particulado fino y ultrafino, las nuevas guías de
la OMS sobre calidad del aire para material particulado sugieren la existencia de un impacto
definido en la mortalidad diaria, admisiones a hospitales, casos de emergencia y consultas
externas.

En los países en desarrollo, se han registrado efectos de la inhalación de largo plazo del humo
generado por la quema de biomasa (“humo de la biomasa”) en la salud. En dichas naciones las
mujeres pasan muchas horas en cocinas no ventiladas. Si bien estos estudios muestran que la
exposición al humo de la biomasa está relacionada con la ocurrencia de enfermedades
pulmonares crónicas en adultos, estas exposiciones son mucho más intensas que las de corto

vi
plazo que ocurren durante los incendios de vegetación. Estos estudios muestran con claridad las
graves consecuencias de la exposición a altos niveles de contaminación del aire debido a la
quema de la biomasa. Los limitados datos de que se dispone sobre humo de la biomasa y cáncer
no indican un incremento del riesgo incluso con altos niveles de exposición. Esta evidencia
incluye estudios sobre la exposición de largo plazo a niveles elevados de humo de la biomasa
producido en cocinas domésticas de países en desarrollo. Si bien el humo de la biomasa es
potencialmente carcinógeno, lo es en mucho menor medida que el gas emitido por los tubos de
escape de vehículos motorizados.

La evaluación de los efectos del humo producido por incendios de vegetación no es tarea fácil.
Entre los factores críticos en la identificación de estos efectos están los siguientes: las
características de los contaminantes, la exposición de la población, la exposición personal, la
susceptibilidad de la persona expuesta, los factores potenciales de confusión y la diversidad de
efectos estudiados. La disponibilidad de datos relacionados con estos factores afecta en gran
medida la elección del tipo de estudio. Los tipos de estudio sobre epidemiología de la
contaminación del aire son muy variados e incluyen los siguientes: estudios de exposición
controlada de corto plazo (estudios de cámara), estudios de exposición de corto plazo y estudios
de exposición de largo plazo. Los dos últimos reflejan un enfoque epidemiológico típico del
problema de exposición a la contaminación del aire. Los tres requieren una planificación
cuidadosa en las etapas de diseño, implementación y análisis. Durante una emergencia, se puede
requerir una evaluación epidemiológica rápida, que sobre todo se concentre en aspectos
demográficos y preocupaciones de salud de la población afectada.

El sistema de vigilancia para monitorear enfermedades respiratorias y cardiovasculares es un


componente importante del plan de salud pública destinado a afrontar la exposición relacionada
con la contaminación. Si bien muchos países cuentan con un sistema similar para enfermedades
infecciosas, muy pocos tienen uno para males no infecciosos. Sin embargo, con el número
creciente de bases de datos computarizadas, sobre asuntos clínicos, se puede implementar un
sistema de vigilancia para enfermedades que podrían ser agravadas por contaminantes del aire.
Antes de una emergencia relacionada con incendios, un servicio de salud podría establecer un
sistema de vigilancia para identificar enfermedades cardiorrespiratorias crónicas. De esta
manera, se podrían evaluar los cambios de estas enfermedades durante un incendio. Si no se
cuenta con un sistema de vigilancia, es poco probable que el departamento de salud pública
disponga de información confiable para actuar. Como ya se mencionó, luego de un incendio, las
instituciones de salud disponen de diversos diseños de investigación para determinar los efectos
del episodio en la salud y pueden usar estos datos y resultados para elaborar políticas futuras.

Políticas públicas

Objetivos de las políticas

En cuanto a políticas, la mayoría de países cuenta con leyes y reglamentos sobre el control de
incendios forestales y de la contaminación del aire, así como sobre la protección de la salud
pública y el ambiente de los efectos de la neblina. Las necesidades actuales se centran en la
identificación de áreas deficientes y en la implementación de medios para fortalecer el
cumplimiento de dichas medidas.

vii
Los objetivos de las políticas son:

Ø prevenir y controlar los incendios de vegetación y del terreno;

Ø proteger la salud y la seguridad pública durante estos eventos;

Ø prohibir el fuego abierto;

Ø introducir e implementar guías y normas sobre calidad del aire, y

Ø fortalecer el control de emisiones producidas en fuentes móviles y fijas.

Los elementos de una política de desarrollo son los siguientes:

Ø planificar el uso del terreno a partir del principio de desarrollo sustentable, y

Ø proteger a las comunidades y ecosistemas en riesgo de los efectos de los incendios y


neblinas.

Los elementos de una política de evaluación incluyen:

Ø monitorear la calidad del aire e informar al respecto;

Ø desarrollar un mecanismo efectivo para monitorear incendios de vegetación y del terreno;

Ø desarrollar capacidades de detección y predicción de incendios de vegetación y niebla, y

Ø monitorear los efectos de la niebla en la salud y el ambiente.

Las políticas de control se centran en los siguientes aspectos:

Ø informar al público y a las autoridades sobre la calidad del aire y sobre las medidas que se
deben tomar al respecto;

Ø asesorar al público sobre las medidas que se deben tomar para proteger la salud;

Ø garantizar la existencia de provisiones e instalaciones médicas para mitigar los efectos de


estos episodios en la salud;

Ø apoyar a los países necesitados y promover la cooperación entre naciones;

Ø minimizar la contaminación por neblina derivada de la quema de combustible;

viii
Ø fortalecer las capacidades de los organismos competentes, y

Ø fortalecer la cooperación y el apoyo entre organismos involucrados.

El éxito de una política, plan de acción o mecanismo de respuesta dependerá del intercambio
oportuno de datos, información y experiencia entre las autoridades y los centros especializados
en los ámbitos nacional, regional e internacional, así como de su cooperación constante. A escala
internacional y nacional, se deben realizar acuerdos institucionales. La capacidad de efectuar
una alerta temprana es invalorable para las autoridades nacionales que tratan de asegurar el
cumplimiento de controles estrictos durante la quema –tanto controlada como abierta- de
vegetación, cultivos, bosques y cualquier otra forma de biomasa o residuo. Durante un incendio,
las autoridades nacionales deben consultar con los organismos internacionales competentes.
Estos organismos deben investigar la factibilidad de establecer un panel de expertos en neblina,
cuyos miembros estén comunicados a través de medios electrónicos para el intercambio rápido
de datos e información.

Los componentes críticos de los esfuerzos desarrollados por los gobiernos nacionales para
controlar los incendios de vegetación incluyen la educación de la población respecto a los efectos
potenciales de este tipo de episodios en la salud. Estos esfuerzos educativos deben desarrollarse
antes y durante la ocurrencia de un incendio, a fin de prevenir y mantener informada a la
población.

Planes de acción nacional para casos de neblina

Se debe desarrollar y difundir a través de los medios de comunicación un plan de acción nacional
para casos de neblina a fin de que la población esté totalmente preparada para afrontar los efectos
de los incendios forestales antes de que ocurra un episodio de contaminación del aire. De
acuerdo con este plan de acción, los gobiernos deben desarrollar procedimientos operativos y
asegurar que la población esté al tanto de cualquier cambio realizado en los servicios e
instalaciones públicas durante una situación de emergencia. Los datos de los centros de salud,
hospitales y registros de mortalidad sobre enfermedades relacionadas con la contaminación del
aire deben reportarse periódicamente. Se deben desarrollar esfuerzos educativos especiales para
personas potencialmente sensibles como asmáticos, ancianos y niños a fin de prepararlos
adecuadamente para encarar episodios de contaminación del aire. A través de los medios de
comunicación, las autoridades de salud deben responder activamente a preocupaciones
frecuentes como la seguridad del agua potable y de los alimentos expuestos al humo durante
periodos prolongados.

Lecciones de los incendios de 1997 y 1998

Al revisar los episodios de incendio y humo ocurridos en 1997 y 1998, la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) evaluó las políticas públicas
relacionadas con los incendios forestales. La reunión de expertos determinó la necesidad de
establecer sistemas confiables y actualizados para el reporte, análisis y almacenamiento de datos
sobre incendios en los ámbitos nacional, regional y global. Estos datos así como la información

ix
sobre las causas y los efectos socioeconómicos y ambientales de los incendios, constituyen la
base para la elaboración de políticas. A esto se suma la necesidad de que exista un acuerdo
internacional sobre términos y definiciones como base para compartir y transmitir información.
La información sobre alternativas de manejo de recursos y sus consecuencias resulta esencial
para comprometer a todas las partes interesadas en la elaboración y desarrollo de políticas.

No existe una fórmula única capaz de cubrir la gran variedad de condiciones ecológicas,
socioeconómicas y culturales que pueden darse entre o dentro de las regiones, ni los distintos
objetivos de las diversas sociedades en este campo. Sin embargo, existen algunos principios
generales que son comunes a todas las situaciones y objetivos. Estos principios incluyen los
siguientes:

Ø elaboración de políticas en los ámbitos nacional y regional que traten específicamente los
incendios de vegetación como un componente integral de las políticas de uso de tierras, allí
donde antes no existían.

Ø flexibilidad en la implementación de políticas y capacidad para revisar y analizar las que


estén relacionadas con los incendios.

Ø estrategias y objetivos de implementación claros y mensurables para minimizar los múltiples


efectos adversos de los incendios descontrolados y maximizar los beneficios de la prevención
y el uso controlado del fuego. Estos objetivos y estrategias pueden generar prácticas
sustentables en el uso de las tierras, políticas intersectoriales compatibles, responsabilidades
compartidas en el control de incendios a escala comunitaria y participación del sector
privado y de organizaciones no gubernamentales. Esto supone que los responsables de tomar
decisiones reconozcan que en muchos casos, el manejo sustentable de las tierras sólo puede
lograrse a través de la devolución del control de los recursos forestales y la participación de
las comunidades vecinas a los bosques o residentes en ellos en todos los aspectos del manejo
y la protección frente a los incendios. Asimismo, las políticas de uso de las tierras deben
considerar la necesidad de incentivos y subsidios adecuados para la prevención de incendios.

Ø se debe crear un marco favorable para todos los aspectos del control sistemático de incendios
(prevención, detección, supresión, incendios prescritos, rehabilitación posterior al incendio,
etc.) y para realizar un balance adecuado entre los diferentes componentes del sistema. Este
marco debe intentar cuantificar los valores monetarios y los no comerciales a fin de enfatizar
los costos y beneficios para la sociedad y para los responsables de la toma de decisiones.

Ø las políticas que tiendan a incrementar los incendios de vegetación deben considerar los
efectos que estos tienen en la salud pública. Las políticas relacionadas con el mantenimiento
de la salud de ecosistemas adaptados a incendios deben buscar un equilibrio entre la salud
pública y la salud forestal.

Las diversas organizaciones involucradas en actividades relacionadas con incendios forestales en


el ámbito global y regional requieren una colaboración y coordinación continua y creciente. Se
deben realizar acuerdos transfronterizos o regionales de colaboración en el control de incendios,
con el apoyo técnico y financiero de organizaciones internacionales. Asimismo, estas

x
organizaciones, en estrecha colaboración con la comunidad científica y los usuarios finales,
deben apoyar el diseño e implementación de un sistema global de inventario y reporte de
incendios para incrementar la preparación y la respuesta ante este tipo de eventos en los ámbitos
nacional, regional y global. Las organizaciones internacionales deben cumplir una función
catalizadora en el establecimiento de redes para promover el intercambio de información y la
cooperación técnica entre países en desarrollo y naciones desarrolladas. Se deben asignar
suficientes recursos para estos propósitos.

Se debe aprovechar la experiencia acumulada y el conocimiento y las costumbres de las culturas


indígenas tradicionalmente relacionadas con el fuego como una guía para las prácticas y políticas
de control de incendios. Asimismo, se deben desarrollar sistemas de evaluación para estimar los
daños y los beneficios de los incendios y dirigir la atención hacia los verdaderos costos y
beneficios de estos. En la medida en que las políticas y técnicas destinadas a incrementar la
productividad agrícola restringen la aparición de programas inadecuados, disminuirán la
explotación forestal para la agricultura no sustentable y, de esta manera, reducirán el daño
producido por los incendios forestales.

Necesidades de investigación

La formulación e implementación de políticas en este campo puede estar respaldada por aspectos
técnicos como el control sistemático o integrado de los incendios; la cooperación institucional, la
restauración o rehabilitación y la tecnología, la investigación e información. Las nuevas
tecnologías ofrecen los medios para introducir políticas de uso de tierras modernas y más
aceptables desde el punto de vista ambiental y social. Las técnicas de "quema nula" para despejar
nuevas tierras merecen una atención especial. En los ámbitos nacional y regional, se debe
fortalecer la investigación sobre incendios a fin de apoyar el desarrollo de nuevas políticas y
capacidades para controlarlos, especialmente aquellos estudios relacionados con los aspectos
socioeconómicos y culturales de los incendios. Se requiere investigar una serie de temas que
incluyen los siguientes:

Ø desarrollo de nuevas tecnologías de sensores remotos para mejorar la asesoría en la toma de


decisiones para el control de incendios, lo que incluye tecnologías de detección y de alerta
temprana;

Ø técnicas de recuperación posteriores a los incendios, efectos de los incendios y procesos de


recuperación del ecosistema;

Ø impacto del cambio climático en los regímenes de incendios y su gravedad;

Ø implementación de un inventario global de incendios de vegetación y de un centro dedicado a


monitorear, archivar y diseminar información global, así como a predecir incendios y
peligros relacionados;

Ø atención especial a emisiones radiactivas generadas por incendios;

Ø desarrollo de información básica sobre incendios en diferentes ecosistemas;

xi
Ø factores físicoquímicos que contribuyen a generar cambios temporales y espaciales durante el
transporte;

Ø recopilación de información sobre niveles de exposición y actividad del fuego, en referencia


a episodios anteriores de incendios y humos;

Ø estrategias de mitigación, e

Ø impacto de la contaminación del aire en la salud de la población debido a la quema de


biomasa.

Conclusiones

Los incendios de vegetación, especialmente los no controlados, son una fuente sustancial de
contaminación del aire en áreas urbanas y rurales. Se suman a la contaminación del aire en
ambientes urbanos e interiores (debido a la quema de madera y carbón en las viviendas para la
cocina y la calefacción). La inhalación del humo proveniente de incendios de vegetación eleva el
riesgo de enfermedades respiratorias agudas durante la niñez, la principal causa de mortalidad en
los países en desarrollo. Esta carga adicional afecta especialmente a las mujeres, quienes ya están
expuestas a altos niveles de contaminación en sus hogares. La “roza” –que permite despejar
terrenos para la agricultura mediante la quema- contribuye a generar cambios acelerados en el
ambiente y deterioro ambiental. Esta aplicación de los incendios forestales es consecuencia de la
pobreza. La reducción de la pobreza es el principal reto para asegurar el desarrollo sustentable y
condiciones de vida saludables. Debido a que la salud depende en gran medida del ambiente, se
deben tratar todas las dimensiones del problema de los incendios de vegetación.

Los incendios de vegetación son un aspecto importante de salud pública ya que suponen riesgos
significativos para la salud humana y el ambiente. Pueden pasar de ser desastres “naturales” a
emergencias más complejas debido a sus efectos nacionales y regionales tales como los
movimientos de población y las consecuencias en la economía y la seguridad de los países
afectados. En vista del carácter de emergencia potencialmente compleja de este tipo de
incendios, la elaboración de un sistema de alerta temprana requiere la formación de grupos
multidisciplinarios de científicos, técnicos y administradores. Las guías de salud brindan
información para implementar un sistema de alerta temprana a fin de proteger la salud humana
de los efectos del humo y la neblina producidos por estos incendios y, por lo tanto, ayudan a los
gobiernos a afrontar los episodios continuos.

Estas guías son resultado del trabajo de dos departamentos de la OMS: el Department of
Emergency and Humanitarian Action (EHA) y el Department of Protection of Human
Environment (PHE), ambos parte del Cluster of Sustainable Development and Healthy
Environment (SDE). Las recomendaciones y capítulos se delinearon durante la reunión de
expertos de la OMS/PNUMA/OMM realizada en Lima, Perú, en octubre de 1998.

Los objetivos de las guías de salud son crear las capacidades necesarias no sólo en los niveles
regionales y nacionales, sino también locales y apoyar los esfuerzos de planificación que ha
puesto en marcha la OMS para el desarrollo sustentable desde el punto de vista ambiental y de

xii
salud; brindar la evidencia y orientación requeridas para fortalecer las bases de una acción
intersectorial en las políticas y planificación del desarrollo sustentable; determinar cuáles son las
mejores prácticas y difundirlas a escala mundial; fortalecer los vínculos entre salud, ambiente y
desarrollo; y apoyar continuamente el desarrollo e implementación de los planes de acción para
en casos de neblina a escala regional y nacional como parte de los planes de acción ambiental
que se integrarán a los esfuerzos nacionales de planificación del desarrollo sustentable.

Las guías de salud para incendios de vegetación contribuyen a garantizar que se sigan
adecuadamente los componentes de salud de la Agenda 21 del Programa de Acción de las
Naciones Unidas, resultado de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro.

xiii
1. INTRODUCCIÓN
Cada año, los incendios destructivos y el uso del fuego en sistemas de aprovechamiento del terreno
afectan varios cientos de millones de hectáreas de bosques y otras formas de vegetación en el
mundo. En algunos ecosistemas, los incendios desempeñan una función ecológicamente
significativa en el mantenimiento de los ciclos biogeoquímicos. En otros, conducen a la destrucción
de bosques y al deterioro del sitio en el largo plazo. Los incendios de vegetación producen
emisiones de gases y partículas que afectan la composición y el funcionamiento de la atmósfera
global. Estas emisiones interactúan con las de los combustibles fósiles y otras fuentes tecnológicas,
que son las principales causas del daño climático producido por el hombre. Las emisiones de humo
de los incendios en zonas silvestres también causan problemas de visibilidad que pueden producir
accidentes y pérdidas económicas, afectar la salud humana y conducir a la muerte.

En la mayoría de áreas del mundo, los incendios destructivos bajo condiciones climáticas extremas
tienen efectos perjudiciales en la economía, la salud y la seguridad humana, con consecuencias
graves equivalentes a otros peligros naturales importantes. Sin embargo, a diferencia de la mayoría
de riesgos geológicos e hidrometeorológicos, los incendios de vegetación representan un riesgo
natural y provocado que puede predecirse, controlarse y en muchos casos, prevenirse. La
elaboración de políticas y guías para reducir el efecto del humo generado por la quema de
vegetación en la salud debe estar vinculada a las políticas que tratan el problema del humo en su
fuente.

Los objetivos de las políticas sobre incendios -por ejemplo, las políticas de uso de tierra y las
estrategias de control de incendios-, son reducir los efectos perjudiciales de estos y manejar los
efectos beneficiosos. Deben cubrir una amplia gama de elementos y sectores de la sociedad,
recursos naturales, gestión ambiental y desarrollo de tecnologías. Estas políticas y estrategias no
pueden generalizarse debido a los efectos multidimensionales de los incendios según las diferentes
zonas de vegetación y ecosistemas, y a los diversos factores culturales, sociales y económicos
involucrados. Sin embargo, las características generales de los incendios de gran magnitud pueden
derivarse a través de la combinación de datos climatológicos con el registro histórico de la
ocurrencia de grandes incendios que generaron emisiones amenazantes para la salud y la vida. Los
impactos regionales, incluidos el alcance, la dirección y la concentración de plumas de humo
provenientes de los incendios, brindan un contexto para la planificación de emergencias y el diseño
de redes de monitoreo.

Los sistemas de alerta temprana son componentes esenciales del control de incendios y humos.
Dependen de la evaluación de la sequedad de la vegetación y del clima; de la detección y el
monitoreo de incendios activos; del procesamiento de estos datos en sistemas de información y su
integración con otra información relevante, por ejemplo, la cobertura de vegetación y los valores en
riesgo; la capacidad de representar en modelos la ocurrencia y el comportamiento de incendios; y
finalmente, la diseminación de la información. La alerta temprana de los peligros de incendios y
contaminación atmosférica pueden incluir indicadores locales, como los pronósticos de la
ocurrencia de incendios en relación con el clima y la evaluación de la sequedad de la vegetación. No
obstante, hoy se dispone de tecnologías avanzadas que dependen de datos obtenidos por sensores
remotos, de la evaluación de información sinóptica sobre el clima y de sistemas de comunicación
internacional, también para ubicaciones remotas.

1
Estas Guías de salud para incendios de vegetación se organizan del siguiente modo: en el capítulo
2, la contaminación del aire generada por este tipo de incendios se trata con referencia a episodios
recientes de distintos lugares del mundo. Se presentan las fuentes y sus emisiones y se incluye la
transformación de los contaminantes del aire durante el transporte y los niveles de exposición. Estos
últimos pueden determinarse a través del monitoreo en el terreno y por medio de sensores remotos
con imágenes vía satélite. Se tratan el monitoreo del espacio y del clima, y los modelos de
distribución de productos inflamables antes, durante y después de un incendio de grandes
proporciones. Este capítulo también incluye procedimientos de respuesta para casos de emergencia
y recomendaciones sobre el uso de las guías de salud antes, durante y después de los incendios.

El capítulo 3 trata sobre los efectos agudos y crónicos del humo producido por la quema de biomasa
y sobre los efectos agudos del material particulado en la salud. Se aborda la información al público
sobre la calidad del aire ambiental, las medidas adoptadas a escala nacional y los efectos del
episodio en la salud. Las medidas de mitigación incluyen la permanencia en interiores; la
modificación de estilos de vida; el uso de purificadores de aire, máscaras y respiradores; las medidas
preventivas en exteriores y la evacuación a refugios de emergencia. Las secciones sobre alerta
pública y medidas de mitigación concluyen con claras recomendaciones a las autoridades. También
se brinda orientación sobre la metodología destinada a evaluar los efectos en los incendios de
vegetación en la salud. Asimismo, se discute la aplicación de las guías de la OMS sobre calidad del
aire durante la ocurrencia de incendios.

El capítulo 4 aborda la prevención de incendios capaces de amenazar la salud. El problema de la


prevención puede resolverse a través de prácticas apropiadas de uso de la tierra y por medio de
políticas sobre incendios. Los objetivos de las políticas generales, la existencia de políticas de
desarrollo, evaluación y manejo, y los planes de acción nacional para casos de neblina se consideran
como medios apropiados de prevención y se detallan las lecciones aprendidas de incendios previos.
Finalmente, se señalan las necesidades de investigación científica y técnica.

En el anexo A se compilan las referencias bibliográficas. Las siglas usadas en este documento se
presentan en el anexo B. El anexo C incluye un amplio glosario con los términos usados con
frecuencia para facilitar la comprensión del texto. El anexo D contiene un informe preliminar del
Grupo de Expertos Ad Hoc sobre la Base de Datos de Verificación de Modelos de Transporte y
Dispersión de Largo Alcance. El anexo E reimprime las guías sobre el manejo de incendios en
bosques tropicales de la International Tropical Timber Organization. Los anexos F, G y H se
refieren a seminarios y talleres recientes de la FAO/CEPE/OIT, OMM y OMS, que relacionan los
incendios forestales con el cambio climático, el transporte regional y efectos en la salud. La alerta
temprana de incendios y otros riesgos ambientales fue el tema de un taller internacional convocado
con motivo del Decenio Internacional de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres
Naturales, cuyos resultados se presentan en el anexo I. El anexo J informa sobre el Global Fire
Monitoring Center establecido recientemente en la Universidad de Friburgo, Alemania. Los
miembros del Grupo de Expertos de la OMS sobre Guías de Salud para Incendios de Vegetación se
nombran en el anexo K. Los programas internacionales de la OMM (Vigilancia Mundial de la
Atmósfera) y la OMS (Sistema de Información sobre la Gestión de la Calidad del Aire) se presentan
en el anexo L.

2
2. LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE CAUSADA POR LOS
INCENDIOS DE VEGETACIÓN Y LA SALUD

2.1 INTRODUCCIÓN

2.1.1 OCURRENCIA MUNDIAL DE INCENDIOS: ESTADÍSTICAS,


INCENDIOS RECIENTES DE GRAN MAGNITUD Y PÉRDIDAS
DEBIDAS A ESTOS.

Solo para un número limitado de naciones y regiones se dispone de datos estadísticos confiables
sobre la ocurrencia de incendios en zonas silvestres, áreas devastadas y pérdidas. Dentro del
hemisferio norte, los datos más completos sobre incendios forestales se recopilan y publican
periódicamente para los Estados Miembros de la Comisión Económica de las Naciones Unidas
para Europa (CEPE). Este conjunto de datos incluye a todos los países de Europa occidental y
oriental, de la ex Unión Soviética, Estados Unidos y Canadá. La última serie de datos incluye el
periodo 1994-1996 (CEPE/FAO, 1998). Sin embargo, esta información está restringida a
incendios forestales; por lo tanto, no incluye la quema prescrita en sistemas de agricultura y
pastoreo, que también son una fuente importante de humo.

Algunos países que están fuera de esta región reportan estadísticas de incendios en las páginas de
noticias internacionales sobre incendios forestales. Estos datos estadísticos se actualizan en el
Global Fire Monitoring Center (GFMC), establecido recientemente en Friburgo, Alemania, en el
marco de la primera fase de un inventario mundial de incendios forestales (GFMC, 1999a).

Se ha desarrollado un conjunto global de datos sobre incendios a partir de incendios activos


detectados por el sensor de un radiómetro avanzado de muy alta resolución (RAMAR) de la
National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de los Estados Unidos. Este conjunto
de datos proporciona la distribución temporal y espacial de los incendios forestales a lo largo del
año. Sin embargo, no brinda una base de datos cuantitativa en función del área devastada, la materia
vegetal quemada y las emisiones de gases y partículas generadas. Los sensores espaciales se han
usado en un gran número de estudios de casos para determinar las superficies terrestres afectadas y
las emisiones producidas por incendios. Así, se dispone de herramientas potenciales para efectuar
un inventario cuantitativo de los efectos de los incendios a través de sensores espaciales.

La siguiente información se toma parcialmente de la base de datos del GFMC, el reporte "Fire and
Related Environmental Hazards" del Programa de Alerta Temprana del Decenio Internacional de las
Naciones Unidas para la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN) (Goldammer, 1997) y del
estudio preliminar sobre las "Public Policies Affecting Forest Fires, Europe and Temperate-Boreal
Asia", de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
(Goldammer, 1999).

1
Principales formas de vegetación afectadas por incendios:

Los incendios destructivos (incendios no controlados) son comunes en todas las zonas con
vegetación. Son causados principalmente por la negligencia y a menudo están asociados con la
expansión del fuego usado para el aprovechamiento de terrenos. Los siguientes tipos de quema
de vegetación generan humos, que pueden afectar la salud pública:

• incendios destructivos (no controlados) en los bosques;


• quema de pastos tropicales, matorrales y sabanas con árboles;
• conversión de bosques y matorrales en plantaciones, sistemas agrícolas y de pastoreo;
• quema de residuos agrícolas, control de arbustos y maleza en tierras de cultivo y pastoreo. y
• quema prescrita en silvicultura.

Incendios destructivos (no controlados) en bosques:

En los bosques boreales y templados del norte, se producen regularmente incendios destructivos
durante los veranos secos. En América del Norte y Euroasia, se queman entre 5 y 20 millones de
hectáreas anualmente. En latitudes altas menos pobladas, las fuentes de ignición están dominadas
por los rayos, mientras que en las regiones más pobladas, los seres humanos se convierten en la
causa dominante. En la región del Mediterráneo, se quema un promedio de 0,6 millones de
hectáreas de bosques y otros tipos de terrenos anualmente.

Por lo general, los bosques tropicales ecuatoriales son demasiado húmedos para permitir la
propagación de incendios destructivos. Sin embargo, las sequías extremas asociadas con la
explotación forestal crean periódicamente condiciones de inflamabilidad, disponibilidad de
combustible y propagación de incendios. Estos sucesos ocurren regularmente en bosques del
sudeste asiático tropical. Están relacionados con fluctuaciones climáticas cíclicas causadas por la
oscilación climática del sur asociada con el fenómeno de El Niño (El Niño-Southern Oscillation)
(ENSO). A continuación se presentan algunos ejemplos de incendios de gran escala (catastróficos).
Las mayores áreas afectadas por incendios destructivos en bosques tropicales son los biomas
forestales estacionales (bosques caducos y semicaducos, a veces también denominados bosques del
"monzón"). Aquí, los incendios se producen en intervalos de 1 a 3 años. Los bosques coníferos
tropicales submontañosos (bosques de pino) también están sujetos a incendios regulares.

Quema de pastos tropicales, matorrales y sabanas con árboles:

Las sabanas tropicales cubren un área de cerca de 2.300 a 2.600 millones de hectáreas en el mundo.
Generalmente, constan de una capa más o menos continua de pasto con árboles y arbustos
esparcidos. Existen numerosos tipos de transición entre sabanas y bosques abiertos. Los
combustibles superficiales en estos ecosistemas están dominados por pastos y hojas que caen
durante la estación seca y periódicamente se queman en intervalos que pueden variar de 1 a cuatro
años. La frecuencia de los incendios se ha incrementado en algunas regiones como resultado de una
mayor población y un uso más intensivo de los terrenos de pastoreo. El área de las sabanas
potencialmente sujetas a incendios cada año es de varios cientos de millones de hectáreas. Como
resultado, la quema de sabanas libera cerca de tres veces más emisiones de gas y partículas a la

2
atmósfera que la quema por deforestación. Se calcula que más de 3.000 millones de toneladas
métricas de materia vegetal se queman cada año en las sabanas tropicales.

Conversión de bosques y matorrales a plantaciones, sistemas agrícolas y de pastoreo:

En los trópicos existen dos tipos comunes de tala forestal para uso agrícola: los cultivos rotativos y
la remoción permanente de bosques. En la agricultura con cultivos rotativos, practicada %s de
millones de personas en el mundo, las áreas taladas se usan para la agricultura durante algunos años
hasta que los rendimientos disminuyen y luego son abandonadas y se rozan nuevas áreas. Las áreas
antiguas retornan a la vegetación de bosques. El acortamiento de los ciclos de cultivos rotativos
generalmente observado, está asociado con el deterioro de los lugares. Este hecho hace que esta
técnica tradicional de uso del terreno sea una de las causas principales de la deforestación tropical a
escala global. La remoción permanente de bosques se realiza a fin de convertirlos en tierras de
pastoreo o cultivo. En ambos casos, la roza y la quema siguen inicialmente el mismo patrón: los
árboles son talados al final de la estación húmeda. Después de la extracción de árboles
comercializables y utilizables, se deja que la vegetación se seque durante cierto tiempo para obtener
una quema más eficiente.

La conversión de bosques primarios o secundarios en tierras de cultivo y pastoreo permanentes, e


incluso en plantaciones de árboles, se ve impulsada por poblaciones humanas en expansión que
requieren alimentos y espacios adicionales, pero también por programas de repoblamiento en gran
escala y por la especulación de tierras. La cantidad neta de biomasa de la planta, que se combustiona
durante el proceso de roza, está en el intervalo de 1 a 2 mil millones de toneladas métricas.

Quema de residuos agrícolas, control de arbustos y maleza en tierras de cultivo y pastoreo:

Durante la quema, se elimina una cantidad sustancial de residuos agrícolas, por ejemplo, paja y
tallos. La magnitud de esta práctica es sumamente difícil de cuantificar debido a su naturaleza
dispersa. No existen estadísticas disponibles, principalmente porque esta acción no involucra
material de valor económico directo. Se ha calculado que anualmente se queman entre 800 y 1.200
millones de toneladas métricas de residuos agrícolas, lo que hace que esta práctica sea una fuente
importante de contaminación atmosférica, principalmente en los trópicos. Por tradición, los
incendios también son una práctica común para controlar la intrusión de arbustos y maleza en tierras
de pastoreo y cultivo.

Quema prescrita en silvicultura:

Los incendios prescritos son una herramienta de manejo forestal comúnmente usada, en particular
en América del Norte y Australia. Sirven para reducir la acumulación de plantas secas, que es una
de las causas principales de los incendios destructivos. También se usan para eliminar el exceso de
arbustos en la vegetación, ya que estos compiten con los árboles de los cultivos por los nutrientes.
En América del Norte, cerca de 2 millones de hectáreas se queman anualmente debido a incendios
prescritos. Cifras de Australia indican que entre 40 y 130 millones de hectáreas se queman
anualmente.

3
La quema prescrita para estabilizar las reforestaciones tropicales de pinos y eucaliptos está cobrando
interés. Debido a las cargas más livianas de combustible asociadas con la quema en el subsuelo, la
cantidad de materia vegetal consumida por hectárea es relativamente pequeña.

Estacionalidad en el uso de fuego para liberar terrenos e incendios destructivos:

En la bibliografía, a menudo se menciona la "temporada de quema” y se asume que prácticamente


ninguna combustión ocurre fuera de estos periodos. En verdad, una gran proporción de quema de
bosques y sabanas se realiza durante la estación seca; por consiguiente, esta práctica es sumamente
intensiva en el hemisferio norte de noviembre a marzo y en el hemisferio sur de junio a setiembre.
Sin embargo, la experiencia en países tropicales muestra que la quema puede observarse
dondequiera cuando hay suficiente material vegetal seco. Esto se aplica no solo al fuego utilizado en
la cocina y para la calefacción, sino también a quemas de residuos agrícolas y del jardín y a la de
áreas ubicadas alrededor de las viviendas para controlar insectos, malezas, serpientes, etc. y, a
menudo a quemas realizadas sólo por el placer de observar las llamas y el humo. Al final de la
estación lluviosa, muchos agricultores esperan que las áreas rozadas se sequen lo suficiente para
quemarse. Esto conduce a un brote de incendios a finales de mayo y principios de junio en la parte
del Brasil correspondiente al hemisferio sur. Por lo general, las quemas de roza forestal en gran
escala se inician al final de la estación seca para tener obtener combustible más seco y una mejor
eficiencia de combustión (que se definirá más adelante).

Incendios recientes de gran magnitud y pérdidas relacionadas con ellos

Solo ocasionalmente se dispone de informes detallados con datos finales sobre pérdidas causadas
por los incendios forestales y las otras zonas de vegetación (incendios en zonas silvestres), que
aborden los efectos en la salud humana. La razón principal de la falta de datos confiables es que la
mayoría de beneficios y pérdidas por incendios producidos en zonas silvestres incluyen valores
intangibles que no pueden estimarse por su uso o valor comercial, como la biodiversidad, el
funcionamiento de ecosistemas, la erosión, etc. En algunos casos, se han calculado valores
comerciales como las pérdidas de ingresos por la actividad maderera y turística.

• Los grandes incendios destructivos producidos en Borneo durante la sequía por la oscilación
climática del sur asociada con El Niño de 1982 a 1983 consumieron más de 5 millones de
hectáreas de bosque y tierras agrícolas. La pérdida de valores madereros sumó cerca de 8,3 mil
millones de dólares y el total de valores madereros y no madereros, incluidos los costos de
rehabilitación, fue de $9,075 mil millones.

• La primera evaluación de los daños causados por los incendios de 1997 y 1998 en Indonesia
sobre 4 a 5 millones de ha fue la siguiente: $4,5 mil millones (daños en la salud de corto plazo;
pérdidas en la producción industrial, el turismo, el transporte aéreo, terrestre y marítimo;
disminución de la pesca; costos de control de incendios; pérdidas de productos agrícolas y
madera y de beneficios forestales directos e indirectos; EEPSEA, 1998). La evaluación más
reciente de las imágenes obtenidas por vía satélite revela que en las islas indonesias de Sumatra
y Kalimantan (Borneo) cerca de 9 millones de hectáreas de vegetación se consumieron durante
1997 y 1998.

4
• Los incendios producidos en México durante el episodio de 1998 obligaron al gobierno local a
interrumpir la producción industrial para reducir la contaminación adicional mientras se
mantuvo el smog generado por los episodios. Las pérdidas diarias en la producción se estimaron
en $8 millones.

• El Miércoles de Ceniza de Australia de 1983:


- mortalidad humana: 75;
- viviendas quemadas: 2.539, y
- ganado doméstico devastado: casi 300.000.

• Incendios extensos en bosques y sabanas en Costa de Marfil, 1982 y 1983:


- mortalidad humana: > 100;
- superficie terrestre arrasada: 12 millones de hectáreas;
- plantaciones de café consumidos: 40.000 hectáreas, y
- plantaciones de cacao consumidas: 60.000 hectáreas.

• Incendios forestales en el Nordeste de China durante la sequía de 1987:


- mortalidad humana: 221;
- bosques devastados: 1,3 millones de hectáreas;
- personas que perdieron sus viviendas: 50.000, y
- mortalidad humana total durante 1950 a 1990 (en toda China): 4.123.

• Incendios en la Unión Soviética durante la sequía de 1987:


- bosques devastados: 14,5 millones de hectáreas.

• Incendios en los bosques y las estepas de Mongolia (1996-1997):


- área afectada en 1996: 10,7 millones de hectáreas;
- mortalidad humana: 25;
- animales domésticos devastados: 7.000;
- establos o casas incendiadas: 576/210;
- evaluación de daños: $2 mil millones, y
- área afectada en 1997: 12,4 millones de hectáreas

• Parque Nacional de Yellowstone (Estados Unidos) 1988:


- costos de supresión: $160 millones, y
- pérdidas en ingresos turísticos entre 1988 y 1990: $60 millones.

Impacto del humo generado por los incendios en la salud humana

La contaminación proveniente del humo generado por incendios en zonas silvestres ocasionalmente
crea situaciones que afectan la salud pública y la economía local. En diversos incendios se han
reportado muertes causadas en la población en general por altas concentraciones de monóxido de
carbono solo o en combinación con otros contaminantes; por ejemplo, los incendios forestales en
China en 1987. Los estudios epidemiológicos indican una asociación entre niveles de contaminantes
del aire (especialmente, contaminación del aire con partículas) producidos por incendios en zonas
silvestres y una variedad de efectos adversos en la salud, incluido el incremento de la mortalidad.

5
El uso del fuego en la conversión forestal y otras formas de roza, así como la propagación de
incendios destructivos a partir de estas actividades, son muy comunes en países tropicales. Durante
los años ochenta y noventa, la mayoría de problemas de contaminación se observaron en la cuenca
amazónica y en el sudeste asiático. Los episodios graves de smog recientes en el sudeste asiático
ocurrieron en 1991, 1994 y 1997, cuando los incendios generados por la roza y la expansión de
incendios destructivos en Indonesia y países vecinos crearon una capa de smog en toda la región que
duró varias semanas. En 1994, las plumas de humo generadas por los incendios producidos en
Sumatra (Indonesia) redujeron el promedio diario de visibilidad horizontal mínima en Singapur a
menos de 2 km; a finales de setiembre de 1994, descendió hasta 500 metros. Al mismo tiempo, la
visibilidad en Malasia descendió a 1 km en algunas partes del país. En 1997, el humo proveniente
de los incendios incrementó los niveles de contaminación del aire con partículas durante varios
meses en muchas áreas (proceso que se inició a finales de julio de 1997), con un episodio grave que
ocurrió durante la mayor parte de setiembre. Durante este periodo, los niveles de partículas en
algunas áreas fueron 15 veces superiores a los niveles normales. Por ejemplo, en la ciudad de
Kuching (provincia de Sarawak, Malasia), se registró una concentración promedio de MP10 de 24
horas (masa de partículas con diámetros aerodinámicos menores que 10 micrómetros) de 930 µg/m 3.
El gobierno estuvo a punto de evacuar a 300.000 habitantes de la ciudad (Brauer y Hisham-Hashim,
1998).

En las mismas regiones, el humo producido por incendios causó una interrupción del tránsito aéreo
local e internacional. En 1982 a 1983, 1991, 1994 y 1997 a 1998, los episodios de smog en el
sudeste asiático ocasionaron el cierre de aeropuertos y la interrupción del tránsito marino; por
ejemplo, en el estrecho de Malaca y a lo largo de la costa y los ríos de Borneo. A finales de 1997, se
produjeron diversos accidentes marinos y aéreos relacionados con el humo. La pérdida de una
aeronave y 234 vidas humanas durante setiembre de 1997 en Sumatra se atribuyó parcialmente a
problemas en el tránsito aéreo por episodios de smog.

Los incendios destructivos producidos en vegetación contaminada con elementos radiactivos


conducen a una redistribución no controlada de radionucleidos; por ejemplo, radionucleidos de larga
vida como el cesio (137Cs), el estroncio (90Sr) y el plutonio (239Pu). En las regiones más
contaminadas de Ucrania, Belarús y la Federación Rusa (regiones de Kiev, Zhitomir, Rovmo,
Gomel, Mogilev y Bryansk), los bosques predominantes son de pinos jóvenes, de edad media y de
pino duro, que pueden generar peligro de incendios. En 1992, se produjeron incendios destructivos
graves en la región de Gomel (Belarús) y se propagaron hasta alcanzar los 30 km de radio de la
planta de energía de Chernobyl. Las investigaciones revelan que en 1990, la mayoría de
radionucleidos 137Cs estaban concentrados en la basura de los bosques y la capa mineral superior
del suelo. En los incendios de 1992, los radionucleidos se elevaron hacia la atmósfera. Dentro de la
zona de 30 km, el nivel de cesio radiactivo en aerosoles aumentó 10 veces. Para mayor información
sobre la resuspensión de material radiactivo proveniente de incendios forestales, véase el amplio
análisis de Dusha-Gudym (1996).

Humo generado por la quema doméstica de combustibles biológicos

Se debe mencionar la quema doméstica de combustibles biológicos ya que su contribución a la


contaminación del aire ambiental a menudo se mezcla con las emisiones provenientes de incendios
destructivos y de incendios causados por el uso del terreno, especialmente en países en desarrollo.

6
Los combustibles biológicos -madera, carbón vegetal y residuos agrícolas- son una fuente
importante de energía en el mundo en desarrollo. Por ejemplo, en África occidental, el combustible
de madera representa entre 60 y 90 % de la energía consumida. Los países en desarrollo donde la
proporción de biomasa es menor (alrededor de 60%) son los productores de petróleo, los que tienen
alto potencial hidroeléctrico o estabilidad económica. La producción de carbón vegetal para uso
doméstico e industrial también se ha convertido en una opción atractiva para el uso directo de
madera como combustible. A diferencia de los incendios de vegetación de quema abierta que a
menudo se restringen a varios meses durante la temporada seca, la quema doméstica de
combustibles biológicos se realiza durante todo el año. Un análisis mundial preliminar muestra que
el carbono liberado en la fuente como CO2 y CO mediante la quema de biomasa doméstica es de 1,6
mil millones de toneladas métricas (Ludwig y otros, 1999).

2.1.2 LA EVALUACIÓN DE PELIGROS COMO BASE DEL ANÁLISIS DE


RIESGOS
Los sistemas de alerta temprana para el control de incendios y humos requieren información de
varios niveles para ser aplicados a escala local, regional y mundial. La información sobre las
condiciones actuales del clima y la sequedad de la vegetación es el punto de partida de toda
evaluación predictiva. A partir de esta información, se inicia la evaluación del riesgo de incendios
destructivos y se puede pronosticar el comportamiento de los incendios en curso y sus efectos. Los
pronósticos de incendios de largo y corto alcance permiten evaluar el riesgo y la gravedad de los
incendios dentro del periodo de predicción. Las tecnologías avanzadas que utilizan sensores
remotos permiten pronosticar incendios en relación con el clima y evaluar la sequedad de la
vegetación en áreas amplias (desde el ámbito local hasta el mundial), con una economía y una
exactitud que no pueden lograrse mediante la recolección en el terreno y la difusión de información.
Los sistemas de sensores remotos también tienen la capacidad de detectar nuevos incendios
destructivos, monitorear incendios destructivos activos y, junto con pronósticos del clima
relacionados con los incendios, sirven como herramientas, de alerta temprana para incendios
destructivos extremos (PNUMA, 1999).

Clasificación de peligros de incendios (evaluación de riesgos de incendios)

Las autoridades responsables del control de incendios han creado sistemas de clasificación de los
peligros de incendios para advertir sobre la ocurrencia y desarrollo de incendios destructivos
extremos. Los factores que predisponen a un lugar específico para sufrir la amenaza extrema de un
incendio destructivo cambian con el tiempo medido en décadas, años, meses, días y horas. El
concepto de “peligro de incendio” incluye factores tangibles e intangibles, procesos físicos y
riesgos. Por definición:

"Peligro de incendio" es un término general usado para expresar la evaluación de los


factores constantes y variables que afectan el inicio, propagación, intensidad y
dificultad de control de los incendios y el impacto que estos tienen.

Los sistemas de clasificación de peligros de incendios generan índices cualitativos y/o cuantitativos
sobre el potencial del fuego que se pueden usar como guías en diversas actividades; incluida la

7
alerta temprana de las amenazas de incendio. En todo el mundo se han desarrollado diferentes
sistemas de complejidad variable que reflejan la gravedad del riesgo de incendios y la necesidad de
controlarlos.

Si bien un índice único sobre el peligro de incendios puede ser útil para detectar signos anticipados
de la actividad de incendios destructivos en áreas amplias, es imposible transmitir una imagen
completa del peligro diario de incendio a partir de este único dato. Por ello, es necesario
descomponer la clasificación de peligros de incendio en sus componentes principales para apreciar
dónde encajan los factores individuales. Estos se clasifican en tres categorías de alerta temprana de
precursores de incendios:

• cambios en la carga de combustible;


• cambios en la disponibilidad de combustible, y
• cambios en las variables climáticas que influyen en la propagación e intensidad del fuego.

Los detalles sobre estos sistemas de alerta temprana se presentan en los documentos base de estas
guías.

Uso de datos satélite como ayuda para evaluar el potencial de incendios

La cantidad de vegetación viva y su contenido de humedad tienen un efecto importante en la


propagación y la gravedad de los incendios destructivos. La observación directa del verdor de la
vegetación es esencial para cualquier sistema de alerta temprana. Hoy en día, la evaluación de la
humedad de la vegetación viva depende de diversos métodos de muestreo manual. Si bien estas
mediciones son muy exactas, son difíciles de obtener en áreas amplias. Por ello, no llegan a
representar los cambios en los patrones de verdor y humedad de la vegetación a lo largo de la
región.

Los satélites meteorológicos actuales de órbita polar brindan información sobre el verdor y otros
parámetros necesarios para el control y evaluación del impacto de los incendios, con cobertura
global diaria y resolución espacial. Esto se logra a través de radiómetros de escaneo de ángulos
amplios con imágenes instantáneas de los campos; por ejemplo, el RAMAR de la NOAA, que mide
la radiación reflejada y emitida en canales múltiples como el visible, el casi-infrarrojo, el medio-
infrarrojo y el termal. Debido a su disponibilidad, resolución espacial, características espectrales y
bajo costo, el RAMAR se ha convertido en el conjunto de datos de satélite más ampliamente usado
para la detección y monitoreo regional de incendios. Actualmente, los datos del RAMAR se usan
para el análisis de la vegetación y en la detección y caracterización de incendios de llamas activas,
plumas de humo y huellas de incendio en el terreno.

Desde 1989 se ha investigado la utilidad del índice normalizado de vegetación (INV) para
monitorear los cambios estacionales en la cantidad y humedad de la vegetación viva. Los datos
diarios del RAMAR se combinan en imágenes semanales de las que se borra la mayoría de nubes y
otros efectos similares. El centro de datos de los Sistemas de Observación de Recursos Terrestres
(EROS) de la US Ecological Survey (USGS, 1999a) produce una imagen del INV de los Estados
Unidos. Estas imágenes semanales se procesan más adelante, en relación con el potencial de

8
incendios en nuevas imágenes que son interpretadas con mayor facilidad por los encargados del
control de incendios. Se puede acceder a estas imágenes por Internet.

2.1.3 PRONÓSTICOS DEL CLIMA EN RELACIÓN CON LOS INCENDIOS

Se requieren mejores pronósticos del clima en relación con los incendios en una variedad de escalas
de tiempo y espacio. En escalas amplias, los pronósticos exactos del clima en relación con los
incendios se pueden aprovechar en la planificación de largo plazo para la asignación de recursos
escasos. En escalas pequeñas, estos pronósticos se pueden usar en la alerta, presentación y
planificación del despliegue del equipo de supresión de incendios. En escalas aún más pequeñas, los
pronósticos pueden ser útiles en la lucha contra incendios y para determinar los periodos óptimos
para realizar incendios prescritos en bosques y tierras agrícolas.

Los pronósticos mundiales y regionales del clima en relación con los incendios y la precipitación
actualmente están disponibles en el sitio web del Experimental Climate Prediction Center (ECPC)
del Scripps Institute of Oceanography (ECPC, 1999). También están en proceso pronósticos
experimentales mundiales y regionales para otras regiones. Se están extrayendo variables
adicionales de la superficie terrestre, tales como nieve, suelo y humedad de la vegetación y pronto
se proporcionarán como parte de los pronósticos. Estas variables adicionales se requieren para
transformar los índices del clima en relación con los incendios en índices de peligros de incendios,
que toman en cuenta el estrés de la vegetación.

2.2 CARACTERIZACIÓN DE LAS FUENTES: PROCESOS DE


EMISIÓN Y POSTEMISIÓN

2.2.1 INTRODUCCIÓN
La quema de biomasa contribuye de manera importante a la contaminación del aire con
partículas y gases tóxicos y de invernadero en todo el mundo. En muchos casos, esto resulta en
una exposición humana a altos niveles de diversos contaminantes del aire, pero a diferencia de
algunas fuentes producidas por el hombre, dicha quema está mal cuantificada. La naturaleza de
la quema de biomasa es tal que la combustión no se completa y, como resultado, se emite un
gran número de contaminantes. Los contaminantes del aire (o sus precursores) que a menudo
tienen mayor conexión con las exposiciones de la población en general son el material
particulado (MP), los óxidos de nitrógeno (NOx), el dióxido de azufre (SO2), y el monóxido de
carbono (CO). Por ejemplo, las emisiones de compuestos basados en azufre y nitrógeno
dependen de la eficiencia del proceso de combustión y, la composición química de la vegetación
quemada.

Después de la emisión y durante el transporte, las emisiones de la combustión experimentan


procesos de transformación que generan cambios fisicoquímicos en los compuestos. Si bien la
exposición a la mayoría de contaminantes del aire puede tener efectos potencialmente

9
perjudiciales en la salud, pruebas científicas recientes indican que las partículas transportadas por
el aire, especialmente las muy pequeñas (con diámetros aerodinámicos menores de 2,5 µm),
podrían tener efectos mayores. Estas partículas tienen mayor probabilidad de sedimentarse en las
partes más profundas de las vías respiratorias humanas, donde pueden tener una serie de efectos
debido a su naturaleza física, química, toxicológica o carcinógena. La importancia relativa del
daño que producen estas partículas en la salud humana y su abundancia relativa en las emisiones
son razones por las cuales reciben mayor atención que otros contaminantes cuando se considera
la exposición a plumas de humo provenientes de la quema de biomasa. Estimados razonables de
la exposición a otros compuestos pueden obtenerse de razones de compuestos tóxicos de aire en
relación con CO, CH4 y MP2,5 (masa de partículas con diámetros menores a 2,5 micrómetros) a
partir de la caracterización de uno o dos compuestos. Desde luego, esto presupone que las
emisiones provienen de la quema de biomasa o que la contribución de la quema de biomasa
puede ser desagregada. En general, los enfoques integrales estandarizados para tratar los riesgos
potenciales de las emisiones de incendios de biomasa para la salud pública deben incluir:

(a) caracterización de la magnitud y composición de las emisiones y su transformación durante


el transporte;

(b) cuantificación de las concentraciones resultantes de los contaminantes del aire tóxico en el
aire de áreas pobladas;

(c) evaluación de los posibles escenarios de exposición para las poblaciones afectadas (en
interiores y exteriores), y

(d) Evaluación de los riesgos causados por estas exposiciones para la salud.

2.2.2 FACTORES QUE AFECTAN LA COMBUSTIÓN INCOMPLETA

La eficiencia de combustión se define como la razón de carbono liberado como CO2. Para fines
prácticos, la eficiencia de combustión modificada se define como la razón de carbono liberado
como CO2 dividido entre la suma de CO2 y CO. Al dividir la cantidad de CO liberado entre el
CO2 liberado se obtiene una medida aproximada de la eficiencia de combustión. Las razones del
CO en relación con el CO2 varían de aproximadamente 0,04 para la combustión con llama a más
de 0,25 para la combustión sin llama. La combustión sin llama se limita a situaciones donde el
combustible es consumido por procesos que no generan llama, y por lo general, son de muy baja
intensidad. Produce altas emisiones de material particulado, CO y otros compuestos de la
combustión incompleta. Las propiedades del combustible pueden afectar en gran medida la
cantidad de combustión sin llama y la mezcla global de emisiones. Por ejemplo, en ecosistemas
de sabanas, 90% de la vegetación podría ser consumida por la combustión con llama. Esto sería
muy diferente de un incendio de vegetación como turba, troncos podridos o residuos de madera,
donde 90% se consume a través de la combustión sin llama. Se debe observar que la combustión
de turba puede generar más de 17 toneladas/ha-cm métrico consumido, que se traducen en hasta
1,5 toneladas métricas de CO/ha-cm de profundidad de turba consumida por un incendio (según
la densidad de la biomasa).

10
2.2.3 CONTAMINANTES GENERADOS POR LA COMBUSTIÓN

En el estudio del humo y sus efectos en la salud de los bomberos que actúan contra incendios
destructivos, Ward y sus colaboradores discutieron varias emisiones de la combustión y
establecieron clases de estas emisiones (Ward y otros, 1989). Estas sustancias se clasifican del
siguiente modo:

1. material particulado (MP),


2. hidrocarburos aromáticos polinucleares (HAP),
3. monóxido de carbono (CO),
4. aldehídos,
5. ácidos orgánicos,
6. compuestos orgánicos volátiles (COV)y semivolátiles ,
7. compuestos basados en nitrógeno y azufre,
8. radicales libres,
9. ozono y oxidantes fotoquímicos,
10. fracciones inorgánicas de las partículas.

1) El material particulado de incendios destructivos es altamente visible, afecta la calidad del


aire y tiene un efecto potencialmente considerable en la salud humana. Los incendios
forestales producen gran cantidad de partículas con resistencias en la fuente que, en algunos
incendios de grandes proporciones exceden 0,6 toneladas métricas por segundo (Wade y
Ward, 1973). En función del número, la mayoría de partículas emitidas por la quema de
biomasa son ultrafinas, y solo una pequeña fracción está en el intervalo de tamaño más
grande (figura 2.2.3-1a, 1b; Morawska y otros [1998]; Morawska y Thomas [1999]). Lo
mismo sucede en emisiones de cualquier otra fuente de combustión. Las partículas ultrafinas
se definen como aquellas con un diámetro inferior a 0,1 micrómetro. Las partículas finas son
las más pequeñas que 2,5 micrómetros y las gruesas, las más grandes que 2,5 micrómetros.
Las partículas ultrafinas se aglomeran rápidamente para formar partículas finas.

La masa de partículas de la quema de biomasa puede separarse en dos modalidades:


partículas finas con un diámetro promedio de 0,3 micrómetros que por lo general, se producen
durante la combustión del material orgánico y partículas gruesas con un diámetro medio mayor
de 10 micrómetros. La investigación, tanto a partir de muestras en el terreno (Ward y Hardy,
1989) como del aire, presenta la distribución bimodal con una fracción pequeña de la masa total
(menos de 10 %) entre 2 y 10 micrómetros (Radke y otros, 1990). Los datos disponibles indican
que la mayoría de material particulado producido por la quema de combustibles fósiles o de la
biomasa se encuentra en partículas de menos de 2,5 micrómetros de diámetro aerodinámico
(EPA, 1998a). Las partículas finas representan entre 90 y 100% del material particulado. La
combustión sin llama libera partículas más finas que la combustión con llama.

11
Figura 1a. Distribución de las partículas según su tamaño en el centro de la
ciudad de Brisbane a 20 km a sotavento de un incendio de matorrales y
distribución de partícula típica en Bristone sin influencia de incendios de
matorrales

Figura 1b. Distribución de las partículas según su tamaño en Jabiru a 200 m a


sotavento de un incendio de césped y distribución de partículas de fondo sin
influencia de incendios de césped

Figura 2.2.3.-1a, 1b (Morawska y Thomas (1999))

12
Las partículas finas constan de 60 a 70% de carbono orgánico (Ward y Hardy, 1989).
Generalmente, otro 2 a 15% es carbono grafítico y el resto es material de ceniza inorgánica
(Ward y Core, 1984). Muchos compuestos carcinógenos conocidos están contenidos en la
fracción de carbono orgánico y se sabe que las partículas llevan elementos traza absorbidos,
elementos tóxicos condensados y radicales posiblemente libres.

Para el tema de la exposición pública, las partículas finas son de interés prioritario. La
investigación reciente (resumida en EPA, 1998a; Wilson y Spengler, 1996) ha encontrado
pruebas de incrementos pequeños pero significativos en la mortalidad debido a la exposición a
bajos niveles de MP10. Se ha encontrado una mayor correlación para MP2,5 que para MP10 entre
salud y material particulado transportado por el aire (Dockery y otros, 1993). Debido a que la
mayoría del número y la masa de material particulado generado por la quema de biomasa está en
el intervalo de partículas finas (por debajo de 2,5 micrómetros), se requiere medir la fracción
MP2,5 para poder caracterizar mejor el riesgo para la salud.

Los hidrocarburos aromáticos polinucleares (HAP) son una clase de compuestos contenidos
en la fracción orgánica del material particulado fino. Algunos de los compuestos de HAP
asociados con las partículas son carcinógenos. Recientemente, la OPS (1998a) publicó una
compilación de efectos de HAP no heterocíclicos seleccionados en la salud (1998a). Los HAP
considerados incluyeron acenafteno, acenaftileno, antraceno, benzo[a]pireno, benz[a]antraceno,
dibenz[a,h]antraceno, fluoranteno, naftaleno, fenantreno y pireno. El HAP más estudiado es el
benzo[a]pireno B[a]P, una sustancia fisiológicamente activa que puede contribuir al desarrollo de
cáncer en células humanas. A pesar de la presencia conocida de sustancias carcinógenas en las
partículas producidas por la combustión de la biomasa, los datos disponibles no indican un
mayor riesgo de cáncer incluso con niveles muy altos de exposición. Estas pruebas incluyen
estudios de exposición de largo plazo a altos niveles de humo procedente de la biomasa utilizada
en la cocina doméstica en países en desarrollo. Aún más, si bien el humo de la biomasa es
claramente mutagénico, lo es en un grado mucho menor que los gases emitidos por los escapes
de vehículos automotores, sobre una base de masa equivalente (Brauer, 1998). Los compuestos
de HAP observados en el humo de incendios prescritos para la reducción de troncos (residuos de
madera) y la quema de hojas de pino en laboratorios incluyen las siguientes especies (Ward y
otros, 1989; McMahon y Tsoukalas, 1978; DeAngelis y otros, 1980): antraceno, antantreno-
dibenzopireno, benz[a]antraceno, 1,2-Benzantraceno, benzo(a)fluoranteno, benzo(a)pireno,
benzo(e)pireno, benzo(b/j/k)orantenos, benzofluoranteno, benzo(ghi)fluoranteno,
benzo[ghi]perileno, criseno, metilantracenos, dibenzantracenos-dibenzfenantrenos, fluoranteno,
indenopireno, fenantreno, perileno, pireno.

Para propósitos comparativos, se recogió un conjunto de muestras de aire ambiental en Sumatra,


Indonesia del 4 al 8 de noviembre de 1997 (Pinto y otros, 1998a). Este conjunto de datos
dispersos indica que las concentraciones de HAP podrían ser mayores que las registradas para la
reducción de troncos y humos provenientes de la quema de hojas de pino por un factor de 2 a 5.
No todos los compuestos enumerados tienen igual carcinogenicidad. Se han desarrollado más
datos para B[a]P que para otros compuestos de HAP en el caso del humo proveniente de
incendios en zonas silvestres. Ward y otros (1989) encontraron que los factores de emisión para
B[a]P se incrementaron proporcionalmente a la densidad de vegetación viva que cubre las

13
unidades de incendio prescritas. Esto no se ha comprobado para otros ecosistemas con
vegetación viva afectados por combustiones con llama.

Los compuestos de HAP se sintetizan a partir de fragmentos de carbono en grandes estructuras


moleculares en ambientes con bajo contenido de oxígeno, como ocurre dentro de la llama, en la
región rica en combustible. Si la temperatura no es adecuada para que los compuestos se
descompongan al salir de la llama, se liberan a la atmósfera y se condensan o se adsorben en la
superficie de las partículas. Se sabe que muchos sistemas de combustión producen compuestos
de HAP y la quema de combustibles forestales es considerada como una de estas fuentes. Poco
se conoce acerca de las condiciones de combustión en incendios destructivos, pero experimentos
recientes indican que las emisiones no difieren mucho de los incendios prescritos cuando las
condiciones de quema son similares. Las pruebas indican que en los incendios secundarios de
baja intensidad, la razón de benzo[a]pireno en relación con las partículas es mayor 20 veces que
en los incendios grandes (McMahon y Tsoukalas, 1978). Para estufas de madera, se estableció
una relación entre la tasa de quema y la emisión de HAP. De manera específica, a medida que se
incrementó la tasa de quema, disminuyeron las emisiones orgánicas totales, pero aumentó la
proporción de HAP. De Angelis y otros (1980) encontraron que la tasa de emisión de HAP era
más alta en un intervalo de temperatura de 500 a 800 °C. Esto sería compatible con los resultados
de incendios secundarios de baja intensidad de McMahon y Tsoukalas (1978).

El monóxido de carbono es un gas tóxico incoloro e inodoro producido por la combustión


incompleta de combustibles de la biomasa, y es menos abundante que el CO2 y el vapor de agua.
La carboxihemoglobina se crea en la sangre de los seres humanos en respuesta a la exposición a
CO, que reemplaza la capacidad de los eritrocitos para transportar oxígeno. Por lo general 3 a 4
horas de exposición a concentraciones de CO de 35 ppm generan un nivel de 5% de
carboxihemoglobina, que puede generar signos de desorientación o fatiga en las personas.

El CO se produce en mayor abundancia a partir de la combustión sin llama de los combustibles


forestales. Inmediatamente después de que cesa la combustión con llama, se generan niveles
máximos de CO. Estos fenómenos coinciden con actividades de supresión, especialmente cuando
se usan métodos de ataque directo. A medida que ceden las llamas, se libera CO en la tasa más
alta y por lo general, se mantiene en esta tasa durante los primeros minutos del periodo de cese.
Para incendios en condiciones intensas de sequía, la combustión sin llama puede ser
autosostenida y consumirse en la tierra vegetal, y en algunos casos, en el suelo, cuyo componente
orgánico constituye más de 30% del total. Se pueden producir grandes cantidades de humo en
condiciones graves, que a veces se mantienen durante días y semanas.

Aldehídos. Ciertos aldehídos son compuestos extremadamente irritantes para las mucosas del
cuerpo humano. Algunos, como el formaldehído, son potencialmente carcinógenos y, en
combinación con otras sustancias irritantes, pueden incrementar el riesgo carcinógeno de la
exposición. El formaldehído es uno de los compuestos que se produce en mayor abundancia y es
liberado de manera proporcional a muchos de los demás compuestos de la combustión
incompleta. En el cuerpo humano, el formaldehído se transforma rápidamente en ácido fórmico,
que se elimina muy lentamente. La capacidad de las células segregadoras en los pulmones para
absorber las bacterias extrañas disminuye a través de la exposición a compuestos de aldehídos,
que pueden acentuar las infecciones del aparato respiratorio.

14
La acroleína, otro aldehído, también se emite durante la combustión incompleta de combustibles
forestales. En el humo producido por los cigarrillos, la acroleína es cerca de 10 veces más
abundante que el formaldehído. Según Dost (1986), las concentraciones de acroleína pueden ser
tan altas como 0,23 a 23 mg/m3 cerca de los incendios y pueden incrementar el carácter irritante
del humo cerca de las líneas de incendio. Los niveles umbral de acroleína que causan irritación y
efectos en la salud son 0,07 mg/m3 para la percepción de olor, 0,13 mg/m3 para la irritación de
los ojos, 0,3 mg/m3 para la irritación nasal y ocular y 0,7 mg/m3 para la tasa de respiración
disminuida (OMS, 1991). En estudios realizados con animales, se observó que la función de las
vías respiratorias y los efectos histopatológicos son de 0,5 a 0,8 mg/m3 (exposición continua,
OMS, 1991). Los aldehídos han sido difíciles de cuantificar para incendios forestales y aún
existen muchos temas que deben aclararse. La investigación reciente de Reinhardt (1994) indica
que la acroleína se produce proporcionalmente al formaldehído. Por otro lado, Yokelson y otros
(1996), a través de una técnica analítica muy directa, no fueron capaces de identificar la
acroleína en una concentración tan alta como aquella reportada por Reinhardt (1994) y su
presencia fue mucho menos abundante que el formaldehído.

Los ácidos orgánicos se emiten durante la quema de combustibles de la biomasa. Yokelson y


otros (1997) y McKenzie y otros (1995) han hecho progresos significativos al caracterizar
algunas de las emisiones de ácidos orgánicos entre los que se incluyeron el ácido acético y el
fórmico, y encontraron razones molares de CO de 7,4 ± 6,2 y 1,5 ± 1,5, respectivamente. A partir
de razones molares de diferentes compuestos de aire tóxico en relación con el CO, McKenzie y
otros (1995) reportaron posibles niveles de exposición que estuvieron muy por debajo de los
valores promedio ponderados en el tiempo (TWA) basados en una exposición pico sufrida por
bomberos, de 54 ppm (Reinhardt, 1994). Se debe señalar que no se han determinado los efectos
sinérgicos de estos y otros compuestos.

Compuestos orgánicos volátiles y semivolátiles. Muchos de los compuestos presentes en el


humo contienen presiones de vapor significativas a temperaturas ambiente. Algunos se dividen
entre la fase gaseosa y líquida o sólida a temperatura ambiente; por ejemplo, el benceno, el
naftaleno y el tolueno. Se sabe que los incendios producen una variedad de estos compuestos,
pero no se los ha caracterizado en su totalidad. Los compuestos de fenol son importantes ya que
son irritantes muy fuertes y son producidos en abundancia a partir de la oxidación parcial de
combustibles de la celulosa. Otros compuestos de HAP de bajo peso molecular están contenidos
en la clase de compuestos semivolátiles. Debido a la volatilidad y, en algunos casos, reactividad
de estos compuestos, se requieren protocolos especiales de muestreo, que incluyan la adsorción
de carbono vegetal, de polímeros porosos y el muestreo integral de aire. Estos compuestos
presentan dificultades para el muestreo y se requieren métodos sustitutivos para correlacionar las
exposiciones de los componentes más volátiles con los semivolátiles. A menudo, se producen
gases de metano y monóxido de carbono de manera proporcional a otros compuestos de la
combustión incompleta y pueden servir como indicadores de su abundancia.

Los compuestos basados en nitrógeno y azufre se producen, como su nombre lo indica, a partir
de la combustión de la vegetación que contiene nitrógeno y azufre, respectivamente. La
combustión sin llama produce compuestos reducidos de nitrógeno tales como NH3, mientras que
la combustión con llama produce óxidos de nitrógeno. Si bien es posible que las llamas alcancen
temperaturas donde el nitrógeno molecular se puede disociar en la atmósfera, esto no es muy

15
común y se cree que ocurre solo en la mayoría de incendios destructivos de gran intensidad. Las
investigaciones realizadas por Yokelson y otros (1996) y Lobert y otros (1991) han demostrado
la relación que existe entre la eficiencia de combustión y la descarga de amoniaco (NH3) y
compuestos oxidados de la combustión. Encontraron que a medida que la liberación de CO se
incrementa en relación con el CO2, la emisión de NH3 aumenta en relación con el NOx. Se cree
que la liberación de disulfuro de hidrógeno (H2S2) en relación con el SO2 sigue una relación
similar. Se debe recalcar que los compuestos basados en nitrógeno y azufre se producen
proporcionalmente al contenido de estos elementos en la vegetación afectada por los incendios y
como una función de la eficiencia de combustión para el incendio.

Los radicales libres se producen en abundancia a través de la quema de combustibles forestales.


La pregunta es durante cuánto tiempo persisten estos materiales en la atmósfera y cuál es su
reactividad cuando entran en contacto con los tejidos humanos. La mayoría de grupos de
radicales libres experimentan una condensación durante los pocos segundos que toma la mezcla
de gases en salir de la llama, lo cual debería de reducir la toxicidad global del humo. Sin
embargo, algunos radicales libres persisten hasta 20 minutos después de la formación lo que
puede ser preocupante en el caso de personas expuestas a aerosoles en los alrededores de los
incendios. Aún no se sabe cuánto material orgánico permanece en estado de radical libre
reactivo.

Cerca de los incendios, no se esperarían concentraciones de ozono suficientemente altas para


generar preocupación. El ozono se forma a través de un proceso fotoquímico cerca de la parte
superior de las plumas de humo bajo condiciones elevadas de luz solar. En general, lo hace en
situaciones donde el humo queda atrapado en los valles o bajo inversiones de la temperatura de
la atmósfera, o ambos. El personal que controla incendios y trabaja en zonas elevadas se puede
encontrar ante altos niveles de ozono. Cualquier esfuerzo por caracterizar la exposición de las
personas al humo debe dar cuenta de la exposición potencial al ozono del personal que trabaja en
elevaciones cerca de la parte superior de la capa de mezcla de la atmósfera.

2.2.4 TRANSFORMACIÓN DE LOS PRODUCTOS DE LA COMBUSTIÓN


DURANTE EL TRANSPORTE

Una vez formada, la mezcla altamente dinámica de compuestos de la combustión es transportada


lejos de su punto de emisión. La composición química, las características físicas y la concentración
de estos compuestos en el aire cambian durante el transporte. El tiempo de permanencia de los
compuestos de la combustión en el aire depende de la naturaleza de los procesos experimentados y
varía desde segundos o minutos hasta días o semanas.

Los aerosoles se forman a partir de emisiones primarias (generalmente sólidos) o secundarias


(líquidos). Las partículas más grandes (con un diámetro aerodinámico de un micrómetro o más) son
producidas principalmente a partir de procesos primarios, incluidos los mecánicos, y son removidas
de la atmósfera a través de la sedimentación gravitacional. Por ejemplo, a 20 km de distancia de un
incendio de grandes proporciones, la concentración de partículas inferiores a un micrómetro se
eleva significativamente, pero no se incrementan las partículas más grandes, lo cual indica que las
partículas han sido removidas de la pluma durante su transporte (Morawska y otros, 1998). Las

16
partículas más pequeñas se transforman en partículas más grandes principalmente por coagulación y
condensación, y se eliminan a través de la coagulación o remoción dentro de la nube durante la
precipitación. La distribución del tamaño de las partículas varía durante el transporte: pasan de la
modalidad de nucleación (con un tamaño que varía de nanómetros a décimas de nanómetros) a la
acumulación (con un tamaño generalmente inferior a un micrómetro), mientras que las partículas
más gruesas son eliminadas del aire mediante el proceso de precipitación. Los cambios son más
rápidos inmediatamente después de la generación de partículas y más lentos a medida que
disminuye la concentración de estas, ya sea por dilución o transformación. Los tiempos de
permanencia de las partículas en el aire varían significativamente. Para las partículas muy grandes,
este lapso puede ser cuestión de minutos mientras que las más pequeñas que un micrómetro pueden
permanecer varias semanas, según las condiciones meteorológicas. En la troposfera, estas partículas
pueden permanecer incluso años (Subcommittee on Airborne Particles, 1979). La distribución del
tamaño de las partículas es importante para evaluar el riesgo para la salud, ya que las más pequeñas
tienen mayor probabilidad de sedimentarse en las partes más profundas del sistema respiratorio.

La estabilidad de los compuestos químicos emitidos a la atmósfera por incendios de vegetación es


muy variada. Para muchas especies, el factor principal de control de los cambios ocurridos luego de
su formación es la transformación o destrucción del radical OH (hidroxilo). Si bien los
hidrocarburos que no contienen metano, como los alquenos C2-C4, se pierden luego de unas horas
debido a la reacción con los radicales OH, la pérdida de C2-C4 ocurre durante días o semanas. La
estabilidad del monóxido de carbono en la atmósfera es de aproximadamente 2 a 3 meses mientras
que el CH4 dura 10 años. Luego de varias horas, los óxidos de nitrógeno se convierten en HNO3. La
oxidación fotoquímica de las especies mencionadas (de gran interés para la salud humana) produce
una serie de compuestos (por ejemplo, formaldehídos, HCHO). El HCHO tiene una estabilidad
atmosférica de alrededor de una hora. Los tiempos de residencia de los gases emitidos en las plumas
de humo provenientes de los incendios forestales se pueden calcular a partir de otros estudios. Por lo
general, las tasas de transformación o destrucción se miden en experimentos de laboratorio. DeMore
y otros (1997) presentan algunos ejemplos de estos experimentos. El cuadro 2.2.4-1 muestra los
tiempos típicos de residencia para densidades de 106cm-3 de OH en la troposfera inferior, los cuales
son apropiados para incendios de vegetación. Los tiempos de residencia de los hidrocarburos
pueden variar desde muy cortos -es decir, unos días- hasta muy largos, -por ejemplo, 7,3 años
para el metano-.

Cuadro 2.2.4-1 Tiempos típicos de residencia para especies moleculares emitidas durante
incendios forestales

Especie Tiempo de residencia Referencia


(años)
CH4 7,3 Miller y otros (1998)
C2H2 0,04 Ehhalt y otros (1998)
C2H6 0,19 Colman y otros (1998)
CH3Cl 1,26 Colman y otros (1998)
CO 0,25 Colman y otros (1998)
NO 0,035 Koike y otros (1996)
O3 0,044 Davis y otros (1996)

Aerosoles 0,02 Baker y otros (1979)

17
El ozono se produce a sotavento de los incendios de vegetación durante varias horas a través de la
acción de la fotólisis sobre los hidrocarburos y Nox (NO + NO2), siempre que se cuente con la
radiación ultravioleta necesaria para iniciar las reacciones de oxidación. En plumas densas de humo,
el ozono se produciría de manera más rápida en las capas superiores de la pluma. La formación de
ozono en la troposfera por este tipo de incendios en zonas tropicales ha sido estudiada con gran
detalle durante la primera serie intercontinental de experimentos sobre incendios en el marco de los
componentes del Southern Tropical Atlantic Regional Experiment (STARE). Estos componentes
son el Transport of Atmospheric Chemistry Experiment – África (TRACE-A) y la Southern Africa
Fire-Atmosphere Research Initiative (SAFARI). Esta última forma parte de la investigación sobre
incendios del Biomass Burning Experiment (BIBEX) del International Geosphere-Biosphere
Programme (IGBP), proyecto principal de la International Global Atmospheric Chemistry (IGAC)
(Helas y otros, 1995; Lindesay y otros, 1996; Singh y otros, 1996; van Wilgen y otros, 1997;
GFMC, 1999b).

Las plumas de los incendios de vegetación pueden viajar a 500 y 1.000 kilómetros o más durante
varios días (Browell y otros, 1996). Por ejemplo, con velocidades del viento de 4 ms-1, una pluma
viajaría hasta 480 km durante cinco días. Por supuesto, las plumas pueden viajar más de cinco días.
Durante una misión de la NASA en el Pacífico Sur, a finales de 1996, se encontraron plumas de
aproximadamente 20 días (Blake y otros, 1999). De esta manera, algunas especies moleculares
serían relativamente invariables mientras que otras reducirían significativamente sus
concentraciones.

2.2.5 RAZONES DE EMISIÓN QUE DEBEN USARSE PARA


CONTAMINANTES CRITERIOS
Razones de los contaminantes tóxicos del aire en relación con el CO, CH4 y MP2,5.

Al efectuar una evaluación de riesgos y establecer la importancia relativa de los diferentes


compuestos para la salud humana, se requiere un método para estimar los niveles de exposición
basados en la medición del CO y MP. Muchos de los compuestos tratados son difíciles de medir, lo
que hace que el muestreo del espacio de respiración o del aire sea prácticamente imposible para la
mayoría de compuestos tóxicos. Sin embargo, se ha probado que la correlación de la concentración
de compuestos tóxicos del aire con las de CO, CH4 y MP2,5 es un método efectivo para calcular la
emisión de varios compuestos (Ward y otros, 1993; McKenzie y otros, 1995; Yokelson y otros,
1997). El cuadro 2.2.5-1 presenta algunas razones.

18
Cuadro 2.2.5-1 Razones molares de contaminantes tóxicos del aire en relación con el CO
(x 10-3), promediadas para diversos combustibles

Compuesto Razón Compuesto Razón Compuesto Razón


Metano 104,8 Etano 6,7 1,3 butadieno 1,10
Amoniaco 26,0 HCN 4,0 m-/p-xileno 0,43
Formaldehído 17,3 Benceno 2,13 Fenol 0,32
Ácido fórmico 15,2 Tolueno 1,79 o-xileno 0,24

Si se usa este método, es importante realizar cálculos seguros o usar información muy precisa para
la fase de combustión producida por el humo en cuestión. Por ejemplo, las razones de B[a]P en
relación con el CO o MP para diferentes tipos de combustibles muestran una diferencia significativa
entre la combustión con llama (F), sin llama primaria (S1) y sin llama secundaria (S2) (véase el
cuadro 2.2.5-2). Existe una diferencia de casi un orden de magnitud entre las razones de emisión de
B[a]P en relación con el CO entre las combustiones con y sin llama. Una razón de emisión
ponderada promedio se puede calcular a partir del porcentaje de combustible consumido en la fase
de combustión que genera las emisiones. Esto es posible si se asume, por ejemplo, que las
emisiones a lo largo de la línea de fuego constan de 10% de vegetación consumida durante la fase
con llama, 70% para la primera fase sin llama y 20% para la fase final sin llama. El cuadro 2.2.5-2
ilustra estos resultados.

Cuadro 2.2.5-2 Aplicación de datos para incendios prescritos en el noroeste del Pacífico. Las
razones se pueden multiplicar por la concentración de CO para calcular la exposición a B[a]P
o MP. Si solo la exposición a MP está disponible, se pueden calcular el CO y el B[a]P, junto
con otros contaminantes tóxicos del aire presentados en el cuadro 2.2.5-1

Fase de CO MP B[a]P B[a]P/CO B[a]P/MP MP/CO


combustión [ppm] [µg/m3] [µg/m3] [µg/m3/ppm] [10-6] [µg/m3/ppm]
F 140 15.740 0,1284 0,0009 8,2 112,4
S1 113 8.391 0,1608 0,0038 42,8 74,3
S2 26 1.214 0,1024 0,0067 126,4 46,7
Ponderado 98 7.690 0,1459 0,0040 56,1 78,2

Por otro lado, las emisiones generadas por la combustión con llama por lo general están
acompañadas de una emisión significativa de calor, que transporta las emisiones a alturas mayores
mediante fuerzas de convección que actúan sobre la pluma de humo. La mayoría de emisiones cerca
de la superficie se puede producir por combustión sin llama. Se recomienda usar las razones de
emisión de combustión sin llama para evaluar la exposición, excepto cuando la combustión con
llama consuma entre 75 y 80% o más de combustible.

19
2.2.6 NIVELES DE EXPOSICIÓN DURANTE LA CONTAMINACIÓN DEL
AIRE

Los regímenes de exposición varían considerablemente según los diferentes tipos de incendios de
vegetación. Los documentos base publicados aparte contienen ejemplos de incendios de gran
expansión.

2.2.7 RESUMEN

La quema de biomasa contribuye de manera importante a la presencia de contaminantes tóxicos,


material particulado y gases de invernadero en todo el mundo. En muchos casos, esta quema genera
una exposición humana a altos niveles de diversos contaminantes, pero a diferencia de algunas
fuentes generadas por el hombre, no ha sido cuantificada apropiadamente. Si bien la exposición a la
mayoría de contaminantes del aire puede tener efectos potencialmente negativos en la salud, la
evidencia científica reciente indica que las partículas muy pequeñas pueden tener los efectos más
graves. Debido a que el mayor número y masa del material particulado generado por la quema de
biomasa se encuentra en el intervalo de partículas finas, se debe medir la fracción de MP2,5 para
caracterizar mejor los riesgos para la salud.

Si bien las transformaciones que ocurren durante el transporte del humo a sotavento no son muy
claras, se sabe que tienen un efecto significativo en la composición del humo en los lugares de
exposición. Las razones entre los compuestos tóxicos del aire y el CO, el CH4 y el MP2,5 brindan
cálculos razonables de la exposición para varios compuestos, a partir de la caracterización de uno o
dos de estos.

2.3 MONITOREO EN EL TERRENO

2.3.1 OBJETIVOS

El monitoreo de la calidad del aire en el terreno debe cumplir los siguientes objetivos:
• Brindar información para:
§ alertas de salud pública,
§ toma de decisiones y puesta en marcha de medidas preventivas.

• Brindar datos para:


§ Ingresar datos en los modelos, verificar y desarrollar modelos,
§ estudios en la salud humana a fin de evaluar los efectos de la neblina y humos.

20
2.3.2 ANTECEDENTES

El monitoreo de la calidad del aire en el terreno es importante para pronosticar episodios de neblina
y responder a las emergencias. Se debe medir especialmente el MP2,5 ya que se cree que esta
fracción fina, que predomina en el humo y la neblina es responsable de los efectos observados en la
salud. Sin embargo, si no se puede estimar el MP2,5, se debe medir el MP10 o el total de partículas
suspendidas (TPS). Si no se mide el MP, se puede usar la visibilidad como un indicador de la
concentración de partículas en el ambiente.

Las mediciones realizadas en Singapur y Malasia durante el episodio de humo y neblina de 1997
indicaron que los niveles de MP10 fueron, de lejos, los más elevados de todos los contaminantes (O3,
NOX, SO2, CO, MP10) comparados con los valores de fondo normales. Sin embargo, durante
episodios de neblina, las mediciones de contaminantes adicionales tales como O3, NOX, SO2, CO,
aldehídos y PHA permiten una evaluación más completa de los riesgos para la salud debido a la
exposición a la neblina. Este procedimiento está en conformidad con una publicación previa de la
OMS sobre evaluación de riesgos para la salud durante episodios de smog (OMS, 1992b).

2.3.3 CONSIDERACIONES SOBRE DISEÑO DE REDES


Una red de monitoreo de humos y neblina debería comenzar por estaciones meteorológicas y de
monitoreo de la contaminación del aire a escala local. Cuando estas estaciones se conectan a una
red, se puede determinar el estado de humos y neblina en el ámbito regional. Si ya existe una red
meteorológica o de monitoreo de la contaminación del aire, se deben identificar y designar los
lugares que mejor cumplan las condiciones mencionadas más adelante como puntos especiales de
monitoreo de la neblina. De ser necesario, estas estaciones deben estar equipadas con instrumentos
adicionales de monitoreo. Las especificaciones mínimas deben incluir mediciones continuas de
material particulado, parámetros meteorológicos y radiación solar. Si la pluma se encuentra por
encima de la capa de mezcla y no se pueden detectar niveles de contaminación en el terreno, se
puede usar un radiómetro solar para detectar la pluma mientras avanza por encima, a través de la
reducción de la radiación solar.

Para examinar los efectos de los contaminantes del aire emitidos por fuentes distantes en una
población, se debe localizar uno o más monitores en los lugares que resultarán afectados por las
emisiones, antes de que estas se trasladen a áreas más pobladas. Estos sitios experimentales se
pueden identificar según las rutas de transporte más probables en las áreas propensas a incendios.
De esta manera, las contribuciones de las fuentes urbanas de contaminación del aire podrían, en
principio, separarse de las provenientes de fuentes distantes. Los datos obtenidos en estos sitios se
pueden usar para efectuar estudios en la salud de poblaciones rurales. Además, el monitoreo en
sitios no afectados por el transporte de contaminantes de largo alcance o por altos niveles de
contaminación local puede servir de control.

Los factores adicionales que se deben considerar en el diseño de redes de monitoreo incluyen los
objetivos del programa, la cobertura espacial y temporal, y especificaciones de rendimiento tales
como la precisión y exactitud de los aparatos usados. Otros objetivos incluyen la respuesta

21
temporal, la ubicación de los monitores individuales e información detallada sobre el sitio, el
manejo de los datos y el desarrollo de un plan de aseguramiento y control de calidad.

Antes de elaborar un diseño detallado de redes, se deben tratar los siguientes aspectos:

• revisión de las actividades de monitoreo meteorológico y calidad del aire en áreas propensas a
incendios y neblinas;
• identificación de sitios apropiados para el monitoreo del humos y neblinas, así como su
incorporación en una red especial de monitoreo;
• mejoramiento de las redes de monitoreo existentes para medir las cantidades de humos y
neblina, e
• identificación de las instituciones responsables de la medición y registro de la contaminación del
aire.

Un plan de aseguramiento y control de calidad es esencial para garantizar el uso más confiable
posible de los resultados del monitoreo (PNUMA/OMS, 1994a). Por ejemplo, los elementos de los
planes de aseguramiento de la calidad de la EPA (EPA, 1998b) incluyen la identificación de los
objetivos del programa de monitoreo, la capacitación del personal, métodos de muestreo y manejo
de muestras. Asimismo, se deben considerar los métodos estándar de calibración así como las
calibraciones entre las redes (PNUMA/OMS, 1994b). Los planes de aseguramiento de la calidad de
la EPA también están relacionados con normas de calibración, con la frecuencia de calibración de
los dispositivos de monitoreo, el rendimiento externo y las auditorías del sistema (EPA, 1998b). En
este contexto, los datos importantes incluyen criterios de aceptación, manejo, archivo, revisión y
evaluación, así como la adaptación de los datos reportados a los requerimientos del usuario.

2.3.4 MÉTODOS E INSTRUMENTOS PARA EL MONITOREO DE


AEROSOLES
Los principales métodos para monitorear el MP2,5 y el MP10 incluyen la recolección de depósitos de
aerosoles en sustratos de filtro cada 24 horas. Los filtros se pesan antes y después del muestreo, y
luego se equilibran bajo condiciones definidas de temperatura y humedad relativa (20 y 40 °C,
respectivamente). Debido a la extensión de los tiempos de muestreo y equilibrio, los datos obtenidos
a través de métodos de filtro no pueden reportarse al público o usarse como medidas para proteger
la salud pública. Sin embargo, existen dos métodos automatizados que pueden medir las
concentraciones de MP cada hora y en tiempo casi real. Estos métodos han sido designados por la
Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) como equivalentes, a partir de la
comparación de su rendimiento con los métodos de filtración. Se trata del colector de muestras de
medición beta (beta gauge sampler) (Wedding y Weigand, 1993) y la tappered element oscillating
microbalance (TEOM) (Patashnik y Rupprecht, 1991). Los datos recolectados a través de estos
métodos se usan, por ejemplo, para calcular el índice estándar de contaminación (valores del IEC en
áreas metropolitanas pobladas de Estados Unidos con más de 200.000 habitantes). Estos métodos
automatizados representan técnicas factibles de muestreo para operar un sistema efectivo de alerta
(PNUMA/OMS, 1994c).

22
Ambos métodos automatizados están sujetos a artefactos que resultan del calentamiento de la
entrada a temperaturas que oscilan entre 30 y 50 °C (para evitar interferencias debido a la
condensación de la humedad). El calor tiende a eliminar los compuestos semivolátiles tales como el
nitrato de amonio y algunos compuestos orgánicos. Por lo tanto, la magnitud de error en la medición
de la masa depende de la composición de las partículas que conforman la muestra, lo que, a su vez,
depende de la naturaleza de las fuentes de MP. En estas circunstancias, estos métodos pueden
subestimar la concentración de la masa real de MP en el ambiente, a menos que se realicen
calibraciones específicas del lugar contra mediciones gravimétricas. Por ello, se debe tener cautela
antes de atribuir una exactitud cuantitativa a los valores obtenidos y asociados con el IEC.

Otros compuestos con efectos menos pronunciados en la salud como SO2, NOx, CO y O3, también
deben medirse cuando sea posible. Los métodos de monitoreo pasivo y activo para medir estos
compuestos se describen en PNUMA/OMS (1994d).

Visibilidad, humedad relativa, precipitación, y velocidad y dirección del viento

Debido a que la visibilidad es una función de la concentración de aerosol, se puede usar como
indicador de la concentración de partículas. Sin embargo, la humedad relativa y la precipitación se
deben considerar simultáneamente, ya que influyen en la visibilidad.

La velocidad y la dirección del viento son importantes, ya que determinan el desarrollo temporal y
espacial de los niveles de contaminación con neblina y humos en el ámbito regional. Los
procedimientos de medición de parámetros meteorológicos se presentan en la guía de la OMM
(OMM – N°. 8).

Radiación solar

Los radiómetros solares miden la intensidad de la radiación solar que llega al instrumento. Bajo
condiciones de humo y neblina, la cantidad de radiación disminuye. Además de ser un indicador de
humos y neblina, la cantidad de radiación que llega al terreno es importante para el ecosistema. Por
ejemplo, una reducción de la radiación UV puede conducir al crecimiento excesivo de ciertos
microorganismos, incluidos aquellos que causan enfermedades. Las mediciones de la radiación
solar y UV se deben realizar continuamente en varios sitios.

2.3.5 RECOLECCIÓN, PROCESAMIENTO Y DIVULGACIÓN DE DATOS


La calidad del aire es muy variable durante el día debido a factores meteorológicos. Asimismo,
cuando la neblina es transportada hacia un área urbana, los niveles de MP se acumulan rápidamente.
Por estas razones, la recolección y el procesamiento de datos se deben realizar cada hora. Una vez
que se han recolectado los datos sobre calidad del aire de las estaciones de monitoreo, estos se
deben procesar y convertir a un formato que pueda ser usado por los encargados de tomar
decisiones. Los datos son más útiles cuando están en formato electrónico y existe un programa de
AC y CC para su transmisión, archivo y validación. Luego de su procesamiento, los datos pueden
diseminarse al centro de datos de la institución gubernamental responsable de tomar medidas
preventivas. Finalmente, pueden ser enviados a la prensa o transmitidos al público.

23
2.3.6 RECOMENDACIONES

q El monitoreo de la calidad del aire se debe realizar regularmente en las principales áreas
urbanas y pobladas que puedan resultar afectadas por la quema de biomasa. Además, se
deben instalar estaciones en áreas rurales para obtener información sobre las concentraciones
de fondo.
q Se deben revisar las redes de monitoreo existentes e identificar los mejores sitios para el
monitoreo de episodios de humo y neblina. Se debe considerar el establecimiento de
estaciones adicionales de monitoreo en áreas no cubiertas por las redes. La localización de
los sitios se debe determinar de acuerdo con las guías existentes (por ejemplo, EPA, 1987;
PNUMA/OMS, 1994a).
q Se debe promover la participación en actividades internacionales tales como el Programa de
Vigilancia Global de la Atmósfera (OMM, GAW Report No. 113) y el Sistema de
Información sobre la Gestión de la Calidad del Aire, AMIS (OMS, 1998b) a fin de
maximizar la utilidad de los datos recolectados por las diferentes redes de monitoreo.
q Se debe identificar a la institución -y, específicamente, al personal- responsable de
implementar el programa y manejo de datos.
q Las instituciones locales deben dar prioridad a la continuidad del programa.
q En la medición de compuestos, se deben hacer esfuerzos por separar la contribución de la
quema de la biomasa de otras fuentes.
q El monitoreo de la masa de aerosol (MP2,5, MP10), visibilidad, parámetros meteorológicos,
profundidad óptica y radiación solar tienen prioridad.
q En los sitios seleccionados, se deben medir las cantidades de sustancias químicas clave tales
como CO, O3, Nox, SO2, CO2, aldehídos y otros contaminantes traza.
q Se deben establecer protocolos uniformes de muestreo, incluidos procedimientos de reporte
y resolución temporal. El establecimiento de procedimientos de aseguramiento y control de
calidad (AC y CC) para el programa de medición es esencial para obtener resultados
confiables y reproducibles.
q Se deben establecer bases de datos nacionales y regionales para usar datos antes, durante y
después de los episodios de humo y neblina. Estos datos se pueden usar, por ejemplo, en
estudios epidemiológicos, en la planificación ante episodios futuros y en estudios de modelos
de transporte.
q Se debe promover el intercambio de datos validados.
q Se deben armonizar los distintos índices de contaminación del aire usados en las alertas
regionales de humo y neblina.
q Los datos provenientes de estas iniciativas deben estar disponibles para proyectos colaterales
sobre ambiente urbano, inventarios de emisiones, precipitación ácida, cambio climático y
estudios sobre nubes.

24
2.4 MONITOREO ESPACIAL Y RIESGOS DE INCENDIOS

2.4.1 CAPACIDAD ACTUAL

Susceptibilidad a los incendios:

La susceptibilidad a los incendios se puede derivar de muchas fuentes de información. Entre ellas,
están las imágenes obtenidas diariamente durante la tarde por el sensor del RAMAR a bordo de los
satélites meteorológicos de las series de la NOAA. Estos giran alrededor de la Tierra en órbita, a
una distancia cercana a los 840 km y tienen una resolución de cerca de 1,1 km. Al menos dos de
estos satélites se han mantenido operativos simultáneamente durante los últimos 25 años; esta
misma configuración se prevé en el futuro.

Una cantidad conocida como el "índice normalizado de vegetación" (INV) se deriva a partir de
imágenes del RAMAR; se usan mosaicos compuestos con datos de 15 días para monitorear la
vegetación. Existen diferentes métodos para generar valores del INV, de acuerdo con cuántos
canales del RAMAR se usen y cómo se combinen. Estos valores son útiles principalmente para
regiones con una estación o un ciclo fenológico marcadamente seco y con un fuerte estrés de
vegetación. El índice de riesgo de susceptibilidad a los incendios se obtiene al comparar los
valores del INV de la vegetación estresada y normal. Australia, Brasil, Canadá y Estados Unidos
usan estas técnicas para la evaluación de riesgos de incendios.

La NOAA prepara valores de INV para superficies terrestres del planeta; la NASA también
genera bases de datos de INV. El European Space Agency (ESA), en el monitoreo del grupo de
vegetación tropical, Ispra, Italia (MVT, 1998), y muchas instituciones regionales de pronóstico
del clima a través de sensores remotos también generan valores de INV. Actualmente, las
estaciones receptoras del RAMAR cuestan menos de US$10.000, y se reciben imágenes sin
costo alguno de los satélites, lo cual hace que el uso de esta tecnología resulte atractivo. La
aplicación de INV a regiones tropicales mejoraría en gran medida la capacidad para identificar
regiones y áreas con vegetación propensas a incendios.

En 1998, el National Space Development Agency of Japan (NASDA) lanzó el satélite para la
Tropical Rainfall Measuring Mission (TRMM) (NASDA, 1998). Los datos de este satélite,
combinados con sistemas de medición de la lluvia, pueden usarse para evaluar la densidad de la
precipitación y, a partir de ésta, la sensibilidad a los incendios debido a sequías. Si bien los datos
relativos a las lluvias están disponibles, aún existe la necesidad de desarrollar una estrategia para
determinar la susceptibilidad a los incendios a partir de estos datos.

Monitoreo de incendios:

Actualmente, se usan cuatro tipos de satélites para detectar incendios, aunque ninguno ha sido
diseñado ni está acondicionado para este propósito. No obstante, la información proveniente de
estos satélites es valiosa en regiones donde el monitoreo o control de incendios regionales es
deficiente.

25
Las imágenes del RAMAR en la banda media-infrarroja (3,7 µm) son particularmente sensibles a
temperaturas de incendios en general y han sido usadas con éxito en muchos países (Setzer y
Malingreau, 1996). La validación en el campo de los datos sobre detección de incendios del
RAMAR en África, la Amazonía (Brasil), Australia, Europa y el sudeste asiático, -que ha sido
publicada- corrobora la alta efectividad de esta técnica. Por ejemplo, Brasil tiene un programa
de detección de incendios que ha venido operando en tiempo real durante 15 años, con resultados
asombrosos. La NASA Goddard Space Flight Center (SFC, 1998) y el Joint Research Center
(MVT 1998) realizaron pruebas con emisiones de fuego en distintos lugares del mundo durante
varios meses. Se pueden usar por lo menos cuatro imágenes por día en cualquier lugar, y si bien
la resolución de dichas imágenes es cercana a 1,1 km, se detectarán frentes de incendio de más
de 30 m si no existen nubes de agua en la línea de visión del satélite. Algunas secciones de las
imágenes tomadas durante las captaciones de la tarde presentarán señales falsas debido al
calentamiento de suelo (rocas, arena) para algunas regiones en temporadas específicas.

La aplicación de datos al control de incendios y al monitoreo de riesgos por la quema de biomasa


requiere un procesamiento en tiempo real de las imágenes del RAMAR. Esto se puede hacer o
bien en el campo o bien en puntos ubicados hasta 2.000 km, donde la comunicación con el
personal en el campo sea posible. Como en el caso del índice de vegetación, la recepción de
imágenes del RAMAR es relativamente simple y de bajo costo.

La detección de incendios con satélites meteorológicos geoestacionarios a 36.000 km de


distancia (tales como GOES) aún está en la fase experimental en la Universidad de Wisconsin,
Estados Unidos, y en el National Institute of Space Missions en Brasil (UW, 1999; INPE, 1999;
INPE-CPTEC, 1999); solo se ha reportado un caso de validación. La resolución en el terreno de
la banda media-infrarroja a 4 µm que detecta los incendios es de 4 km y por ello, solo se pueden
detectar los frentes más grandes. Sin embargo, la resolución temporal de 30 minutos hace que
este sea un recurso único y obligatorio para el monitoreo de incendios. Las imágenes
geoestacionarias se reciben en tiempo real por muchos centros climatológicos y universidades de
todo el mundo, con estaciones que requieren decodificadores individuales. Los costos son de
aproximadamente $150.000.

La Agencia Espacial Europea (ESA) opera el radiómetro de escaneo infrarrojo a lo largo de una
trayectoria (REALT) (along track infrared scanning radiometer, ATSR) a bordo del satélite de
radar ERS-2 (satélite de detección a distancia de la ESA), que también ha sido usado para
detectar incendios (ESA, 1999). El sensor es similar al RAMAR, pero su banda media-infrarroja
tiene un límite de saturación inferior que obstaculiza su uso durante el día. Otra limitación
importante es que el mismo sitio se visualiza solo una vez cada tres días, lo cual es demasiado en
muchos episodios de incendio. Las observaciones directas de las señales de satélite requieren
grandes inversiones de dinero y personal técnico capacitado.

Las imágenes de satélites militares del Defense Meteorological Satellite Program (DMSP) de los
Estados Unidos también se han usado para monitorear incendios en todo el mundo (DMSP,
1999). En ese caso, solo se aplican imágenes nocturnas ya que el sensor es sensible a la luz y no
al calor. Las noches con luna excluyen el uso de imágenes. La recepción y procesamiento de
datos está restringido y solo se hace a solicitud especial a través de DMSP. Solo se ha notificado

26
un caso de validación en el campo para incendios de vegetación y la confusión de incendios con
luces aisladas e inconstantes genera aún polémica.

Los sistemas de análisis que combinan datos sobre incendios provenientes de satélites del
RAMAR con bases de datos cartográficos, meteorológicos y de imágenes obtenidas por satélites
de alta resolución (Landsat, SPOT, Radarsat) también se han implementado en sistemas de
información geográfica para su uso en tiempo casi real (USGS, 1999b; Walker, 1996; MIDAS,
1997a; MIDAS, 1997b; CSA/NASA, 1997; CSA 1999a). Un ejemplo importante en este caso es
el esfuerzo de "Proarco" de Brasil para la Amazonía Meridional (IBAMA, 1999). Las decisiones
logísticas, las estrategias de control de incendios y las guías para los encargados de elaborar
políticas han facilitado el acceso a este sistema.

Detección de emisiones:

El sensor del RAMAR no fue diseñado para monitorear aerosoles. Sin embargo, se han
desarrollado -y validaddo- técnicas para medir la carga total de aerosol en la columna a partir
de observaciones del RAMAR para la quema de biomasa en el Brasil (Kaufman y otros, 1990).
A partir del recuento del número de incendios y la carga de aerosol en µg/cm2 realizado por
RAMAR, los autores estimaron la emisión total de partículas de humo de un grupo de incendios
bien identificados y calcularon la tasa de emisión de partículas de humo por incendio.

Este procedimiento no puede aplicarse en todos los casos. Requiere que el humo sea transportado
por el viento en una dirección determinada desde el incendio (lo cual requiere una velocidad del
viento de al menos 3-5 m/s) sobre una superficie oscura como agua o vegetación. Las
concentraciones derivadas son de toda la columna vertical y no en el nivel del terreno. Sin
embargo, en la mayoría de episodios de humos de largo alcance, se desarrolla un sistema
meteorológico de alta presión se desarrolla con una fuerte inversión de la cubierta y humo bien
mezclado debajo de esta. Por ende, la concentración en la superficie debe estar bien relacionada
con la concentración en la columna vertical. La razón entre ambas dependerá de la altura de la
inversión, que puede variar regional y estacionalmente. Se requieren estudios regionales sobre la
razón entre la concentración en la columna y la concentración en la superficie para establecer
dicha razón.

Si bien se ha demostrado la aplicabilidad del método del RAMAR, actualmente no existe


ninguna aplicación operativa de este. El método debe aplicarse manualmente en cada caso. Para
implementarlo, los datos provenientes del satélite tienen que ser recibidos por una estación
receptora local y se debe contar con el software necesario para analizarlos e interpretarlos.
Integrados con información meteorológica, los datos del satélite se pueden usar para generar una
estadística del número de incendios y derivar la concentración de aerosol en la columna y,
conjugados con la velocidad del viento, para inferir la tasa de emisión del humo generado por los
incendios. Debido a que los datos del RAMAR para estudios de aerosol están disponibles solo
una vez al día, se debe estudiar el ciclo diurno de incendios y humo a través de datos procedentes
de satélites geoestacionarios (GOES o METEOSAT). La Universidad de Wisconsin ha hecho
una demostración del uso de GOES (Prins y otros, 1996, 1998). Cresswell (1996) proporciona
información sobre METEOSAT.

27
En algunos casos, quizá no esté claro si el humo proviene de los incendios de vegetación o si se
trata de aerosoles de la contaminación urbana. Para distinguir entre ambos, se puede usar una
combinación de datos del RAMAR y del Tropospheric Ozone Monitoring Satellite (TOMS).
TOMS es sensible a la absorción de aerosol de la radiación solar ultravioleta dispersa en la
atmósfera. Debido a que la dispersión se desarrolla en toda la columna atmosférica, las partículas
de aerosoles absorbentes ubicadas en la parte superior de la atmósfera tendrán una radiación
ultravioleta más dispersa para absorber y su efecto sobre la señal del TOMS será más fuerte. Por
lo tanto, TOMS no es sensible a los aerosoles de la contaminación urbana, incluidas las
partículas de sulfato (en el tramo inferior a 1,5 km), y el valor del índice de aerosoles del TOMS
depende de la altura estimada del aerosol. El RAMAR mide la luz esparcida por las partículas de
aerosol y, por ende, mide el humo y la contaminación urbana. Sin embargo, debido a que las
partículas de sulfato no absorben la radiación solar, los datos del TOMS y del RAMAR permiten
distinguir el humo y la contaminación urbana.

Los datos del RAMAR y del TOMS no pueden usarse para calcular la distribución de tamaños de
aerosoles, si bien ambos son sensibles principalmente a aerosoles submicrómetros.

Los datos del TOMS están diseñados para monitorear el ozono troposférico a través de un
método muy similar al descrito para monitorear aerosoles. Aquí también se debe hacer una
suposición sobre la distribución vertical del ozono. La exactitud de los resultados depende en
gran medida de esta suposición.

2.4.2 PERSPECTIVAS PARA LOS PRÓXIMOS DOS AÑOS


Susceptibilidad a los incendios:

Brasil, Canadá, China, Europa e India están proyectando el lanzamiento de nuevos satélites y
sensores remotos para los próximos dos años en el marco de la cooperación multinacional. Los
datos que aporten estos satélites deben de incrementar la resolución espacial, radiométrica y
temporal de valores que indiquen estrés de vegetación y riesgo de incendios. Por ende, se espera
mejorar la predicción de riesgos de incendios, siguiendo el mismo patrón científico desarrollado
por el trabajo pionero del RAMAR.

A través de los nuevos satélites, el tiempo requerido para recolectar datos suficientes sobre la
cubierta de vegetación de casi todo el planeta puede reducirse de 15 a 10 días (sin considerar la
cubierta de nubes o condiciones de imágenes deficientes) con una resolución en el terreno de
unos pocos cientos de metros. Las instituciones que actualmente proporcionan datos de estrés de
vegetación derivados de satélites están preparando los algoritmos necesarios y procesando datos
futuros. Según los usuarios, solo se debe mejorar la capacidad para recibir nuevos datos por
Internet.

Los nuevos satélites y sensores también proporcionarán cálculos de áreas quemadas e


información para evaluar el impacto de los incendios en ambientes terrestres y atmosféricos.
Actualmente, grupos de Brasil (INPE) y Europa (JRC, Ispra) están realizando algunos esfuerzos,
con datos del RAMAR. La NASA (Goddard SFC) está promoviendo el uso de datos de 250 m de

28
resolución a través del espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (ERIRM)
(moderate resolution imaging spectro-radiometer, MODIS) en el satélite TERRA (anteriormente
EOS-AM1) (SBRS, 1997; NASA, 1999a).

También se espera un cambio significativo en la integración de datos provenientes de sensores


remotos y del monitoreo en el terreno, para que incluyan tipos y estrés de vegetación, variables
meteorológicas y climáticas, topografía, tipos y humedad del suelo, etc. Se están desarrollando
poderosos sistemas de información geográfica (SIG) que deben estar disponibles para la
evaluación, manejo y control de riesgos de incendios. Se requieren técnicos capacitados para
operar y obtener resultados útiles a partir de estos medios complejos.

Monitoreo de incendios:

En los próximos dos años, se planea lanzar dos satélites con sensores apropiados para la
detección de incendios, lo cual abre nuevas posibilidades en este campo.

TERRA/EOS-AM1, programado para agosto de 1999, con una vida esperada de seis años,
producirá imágenes similares a las del RAMAR en términos de cobertura (cerca de 2.200 km) y
de resolución en el terreno (cerca de 1 km). Sin embargo, sus 36 canales tienen un límite de
temperatura de saturación mucho mayor en las bandas termales y mejorarán en gran medida las
capacidades actuales del RAMAR (Kaufman y otros, 1998). Se estimará la energía de radiación,
relacionada con la temperatura, y el tamaño del incendio, y se eliminará la confusión causada por
los rayos del sol o los suelos expuestos, que ocasionalmente deterioran fragmentos de las
imágenes del RAMAR. Sin embargo, se debe considerar una limitación: las captaciones de AM1
ocurrirán cerca de las 10.30 y las 22.30 y, por consiguiente, perderán la mayoría de incendios de
corta duración originados por el hombre, que se inician a principios de la tarde, en el punto
máximo del ciclo diario de temperatura.

El Centro Aeroespacial de Alemania (DLR) está construyendo un satélite piloto denominado


BIRD, diseñado para detectar incendios en tiempo real. Será lanzado en el 2000 y su vida
esperada es de cerca de dos años. Una cámara ancha en el satélite identificará incendios y una
cámara estrecha se concentrará en incendios específicos. El acceso a los datos será libre y
requerirá receptores y estaciones especiales. Los detalles sobre la modalidad de operación de este
satélite están disponibles en el DLR (1999).

Detección de emisiones:

La detección de emisiones será similar a las disponibles actualmente con el RAMAR, pero,
además, será posible usar datos del ERIRM y del espectrorradiómetro de imágenes de ángulos
múltiples (ERIAM) (multi-angle imaging spectro-radiometer, MISR) (SBRS, 1997; LPC, 1999).
La detección de incendios y aerosoles mejorará de diversas maneras:

(a) El ERIRM no solo medirá los incendios con una resolución de 1 km sino que también
indicará el valor de la energía de radiación emitida por estos. La energía es una medida de la
fuerza del incendio o la tasa de consumo de la biomasa por el fuego.

29
(b) El ERIRM y el ERIAM están diseñados específicamente para monitorear el aerosol. Los
datos que arrojen se usarán directamente para derivar la concentración diaria de aerosoles
con una resolución de 10 a 20 km. Los datos de incendios y aerosoles se generarán y
archivarán diariamente en una base global en un plazo de 48 horas desde la adquisición de
los datos. Es posible que durante el primer año después del lanzamiento, solo una fracción
(20 a 40%) de datos esté disponible.

Los datos del ERIRM con imágenes captadas sobre el océano se pueden usar para calcular la
razón entre la concentración bajo la modalidad del tamaño correspondiente al micrómetro y la
modalidad del submicrómetro. La concentración de la masa en cada una de ellos se derivará
habitualmente de datos del ERIRM y se archivará.

El ERIRM tendrá una capacidad directa y de gran alcance. Se recomienda adquirir estaciones
receptoras locales y el software de análisis de la NASA para producir datos locales y en tiempo
real sobre la ocurrencia de incendios y emisión de aerosoles.

Como en el caso del RAMAR y del TOMS, el ERIRM y el TOMS pueden usarse para distinguir
entre humo y contaminación urbana.

EOS-AM1 también incluirá un instrumento canadiense para la medición de la contaminación en


la troposfera (MCT), que servirá para medir la concentración de CO en los tres intervalos de
altitud de la atmósfera, así como la concentración total en la columna de CH4. Los intervalos son
los siguientes: de 0 a 3 km, de 3 a 6 km y de más de 6 km. Como en el caso de los datos sobre
aerosoles, esta información se puede usar para derivar la tasa de emisión de CO y CH4 de los
incendios. La MCT no tendrá una capacidad directa de gran alcance. Los datos sobre CO y CH4
podrán obtenerse de los archivos de la NASA hasta 48 después de la adquisición (CSA, 1999b).

2.4.3 PERSPECTIVAS DE LARGO PLAZO


A finales del 2000 o inicios del 2001, la NASA planea lanzar el segundo satélite de EOS (EOS-
PM1) que tendrá una órbita vespertina con observación a las 13.30, hora local. También tendrá a
bordo el instrumento del ERIRM con la misma capacidad que el instrumento utilizado en AM1.
Ello permitirá una observación diaria adicional y más oportuna del humo y los incendios.

El Centro Aeroespacial de Alemania (DLR) y la Agencia Aeroespacial Europea (ESA) están


trabajando en un segundo satélite de detección de incendios, FOCUS (DLR, 1997), una versión
mejorada del BIRD. El Sistema Innovador de Sensores Infrarrojos (Innovative Infrared Sensor
System) del DLR, FOCUS, será lanzado por la International Space Station (ISS, NASA, 1999b)
y contendrá lo siguiente:

- un sensor infrarrojo prospectivo de imágenes con enlace directo a un procesador a


bordo dedicado a la búsqueda, detección y selección autónoma de “manchas” calientes
en tiempo casi real, y

- una combinación de espectrómetro IR de alta resolución con sensor de imágenes IR

30
para la detección remota de emisiones de gases producidas por eventos de alta
temperatura. Los datos permiten estimar la eficiencia de quema y los factores de
emisión de los incendios ocurridos en áreas con vegetación, así como las emisiones de
gas volcánico. FOCUS ha sido seleccionado por la ESA como uno de cinco “grupos”
europeos que serán lanzados durante el 2003–2005; y ahora está en su fase A.

También existen planes para lanzar un satélite geoestacionario avanzado con una capacidad de
detección de incendios de 1 km de resolución, lo cual permitiría detectar incendios cada 30
minutos durante el día y la noche. Este será el detector máximo de incendios a través de sensores
remotos, pero aún se deben resolver algunas limitaciones técnicas.

En el 2001, la NASA también planea enviar al espacio el primer satélite de órbita polar con un
sistema lidar –el Geoscience Laser Altimeter System, GLAS (NASA, 1998)–. Las unidades lidar
incluyen un rayo láser y un sistema de recepción y detección que puede perfilar la distribución
vertical del humo y la altura de la inversión de la cubierta. Si bien ERIRM y GLAS no estarán en
la misma órbita, sus datos combinados permitirán estimar mejor la concentración del aerosol del
humo en el terreno.

2.4.4 RECOMENDACIONES PARA LA IMPLEMENTACIÓN


Coordinación para monitorear incendios:

Los datos provenientes del satélite están disponibles para monitorear incendios y aerosoles del
humo. Los sensores de satélites adicionales estarán disponibles en un plazo de 1 a 2 años. Se
recomienda establecer un centro experto en el monitoreo de incendios y humos. El centro deberá
conocer la tecnología y el software disponible para analizar datos obtenidos del satélite. Sería
responsable de supervisar los cálculos regionales de incendios y la validación regional de los
análisis de humos y emisiones a partir de los datos de satélite. El centro puede estructurarse de
igual manera que el centro de monitoreo de FIREGLOBE (GFMC, 1999a). Debe desarrollar
nuevas estrategias para la detección de incendios y humos, e informar a los organismos
internacionales de las necesidades de esta labor. También integraría la información obtenida en
el terreno con los datos provenientes de satélites y aeronaves. Trabajaría con centros regionales
(descritos más adelante) para divulgar la información y capacitaría a técnicos en torno al manejo
de incendios y al nuevo software correspondiente.

El desarrollo y establecimiento de una escala para calificar la gravedad de los incendios es otro
paso importante que está pendiente. Un indicador como este podría combinar los datos
provenientes del satélite sobre el número de incendios activos por unidad de área, el tamaño de
las áreas quemadas y la energía liberada por los incendios con la extensión de las nubes de humo
y la concentración de contaminantes en estas. El conocimiento científico y técnico actual permite
definir estos indicadores.

También se recomienda el desarrollo de un sistema espacial de monitoreo de incendios que


incluya satélites de detección y un equipo portátil de recepción en tiempo real para proporcionar
información sobre la ubicación de los incendios activos, el humo y los gases traza emitidos. Las

31
mediciones deben representar el ciclo diurno. La información generada por este sistema debería
proporcionarse a los países y localidades afectadas en tiempo casi real, de una manera sencilla y
de bajo costo; si fuera posible, directamente desde el satélite a los usuarios locales.

Centros regionales de acción contra incendios:

A escala regional, existe la necesidad de crear centros de acción para casos de incendios. Estos
centros recibirán datos regionales provenientes del satélite en sus propias estaciones receptoras y
las integrarán con información meteorológica e información sobre monitoreo aéreo y terrestre.
Los centros usarán los datos para monitorear el desarrollo de incendios y humos, y predecir la
propagación de estos últimos. Estos centros son necesarios ya que la quema de biomasa varía de
acuerdo con la región y la recepción directa de datos entregados por el satélite es esencial para la
operación en tiempo real. Los centros de la OMM o representantes de este organismo con
capacidad meteorológica y satelital, ya existentes, son candidatos naturales para convertirse en
centros regionales de acción para casos de incendios.

Disponibilidad de datos:

Se recomienda requerir a la NASA y a otros organismos apropiados que sigan ingresando datos
relevantes a Internet. Por ejemplo, imágenes de la cobertura global del índice de aerosoles del
TOMS y el INV.

Las estaciones receptoras de datos del ERIRM aún no están bien desarrolladas. Este tema
requiere atención para que las estaciones receptoras sean asequibles.

Desarrollo de software:

Se deben desarrollar paquetes de software y material de capacitación para el uso de datos


provenientes del satélite a fin de pronosticar los efectos de los humos y analizar sus
concentraciones.

Se recomienda desarrollar un modelo de asimilación de humos que use modelos globales de


circulación mejorados con datos meteorológicos locales y ecuaciones sencillas de balance de
masa de humos. El modelo se debe iniciar con la densidad de los incendios o la energía de
radiación de estos y con factores de emisión de fuego. Este modelo se debe actualizar
regularmente a través de datos provenientes del satélite sobre la presencia y la propagación de
humos.

Validación:

Los cálculos de emisiones de incendios efectuados a partir de sensores remotos se deben validar
continuamente a través de mediciones tanto remotas como en el terreno, en áreas con problemas
graves de salud debido a episodios de incendios extensos e intensos. Esta validación mejorará la
utilidad de los datos provenientes del satélite que se ingresen al modelo de simulación.
Asimismo, ayudará a determinar los riesgos ambientales para la salud humana.

32
Se requiere una red en el terreno de instrumentos destinados a obtener muestras de aire (bombas
de aire y sujetadores de filtro) a fin de medir la concentración de aerosoles para tamaños
inferiores a 1 ó 2,5 µm de diámetro.

2.5 MONITOREO DEL CLIMA Y ELABORACIÓN DE MODELOS


SOBRE LA DISTRIBUCIÓN DE INCENDIOS

Las distribuciones y concentraciones de incendios deben describirse mediante el cálculo del


transporte atmosférico a través de modelos diseñados con esta finalidad.

La tarea de describir la distribución espacial y temporal de los incendios está dividida en


determinaciones, que pueden hacerse:

• antes del incendio,


• durante el incendio, y
• después del incendio.

En cada una de estas tres etapas se deben alcanzar metas establecidas con anterioridad.

2.5.1 ANTES DE UN INCENDIO DE GRAN MAGNITUD:


IDENTIFICACIÓN DE RIESGOS DE INCENDIOS
Antes de la ocurrencia de un incendio de gran magnitud, los centros nacionales o regionales
deben realizar estudios preparatorios que servirán de indicadores de alerta temprana y
proporcionarán el marco para monitorear las plumas cuando ocurran incendios importantes.
Estos estudios preparatorios pueden dividirse en componentes espaciales y temporales.

Espacio:

Se debe determinar la distribución histórica en el espacio de los incendios graves para cada
región. Se deben realizar esfuerzos por:

• identificar los incendios graves ocurridos en el pasado en la región;


• definir un incendio grave en función de la magnitud de las emisiones (masa, concentración,
grado); y
• obtener un registro lo más amplio posible de estos incendios.

La distribución espacial de incendios grandes en las regiones deben correlacionarse con controles
climáticos en la región. La información climática sobre la distribución espacial de precipitación,
sequía o índices de incendio debe correlacionarse con el registro de incendios anteriores.

33
Tiempo:

La distribución temporal de los principales incendios en la región debe determinarse en escalas


de tiempo interanuales, anuales y por estaciones. Se debe prestar atención especial a los lapsos
correspondientes a las oscilaciones del clima, provocadas por el fenómeno de la El Niño (ENSO)
(NOAA, 1999).

Los pronósticos estacionales y anuales, así como el monitoreo de fenómenos importantes como
las oscilaciones provocadas por El Niño, deben estar relacionados con las ocurrencias históricas
de los principales incendios en la región.

En las escalas más cortas de tiempo, incluido el monitoreo diario, se deben usar intensamente los
sistemas de pronóstico de incendios existentes. Por lo general, estos sistemas incluyen:

• índice de sequía,
• número de días secos,
• lecturas de la humedad relativa,
• índice de vegetación, e
• índice de calidad del aire.

Algunas de estas mediciones se obtienen a partir de los sensores vinculados al satélite.

Modelos de transporte a gran escala:

Se debe compilar un registro de las condiciones atmosféricas que caracterizaron a los principales
incendios identificados anteriormente. Estas condiciones atmosféricas prototípicas se deben usar
para calcular las trayectorias de largo alcance (hasta 10 días) desde los puntos de ocurrencia.

Estas trayectorias de largo alcance deben calcularse para una serie de niveles en la atmósfera
(por ejemplo, 850, 700, 500 y 200 hectopascales) y usarse para establecer:

• rutas de transporte más probables,


• centros de población en riesgo,
• ubicaciones óptimas para puntos de monitoreo superficial,
• indicadores de tiempos de transporte,
• indicadores de probabilidad y localización de la recirculación y mayores concentraciones, e
• indicadores de la persistencia de condiciones de contaminación .

Los cálculos de transporte en gran escala se pueden realizar con los modelos de trayectoria
existentes en centros nacionales, regionales o en centros meteorológicos de la OMM. Estos
modelos se deben intercambiar entre los centros para resolver cualquier incongruencia y
estandarizar los procedimientos antes de que ocurra un incendio importante en el futuro. La
información también se puede usar para ubicar los puntos de monitoreo en el terreno.

34
2.5.2 DURANTE UN INCENDIO DE GRAN MAGNITUD: PROVISIÓN DE
DATOS DEL MODELO DE TRANSPORTE A LOS ORGANISMOS
ENCARGADOS DE AFRONTAR EMERGENCIAS

Una vez que un incendio ha alcanzado un umbral que provoca una respuesta correspondiente a
emergencias de gran escala, un componente crítico de dicha respuesta será brindar información
sobre las posibles áreas afectadas por emisiones a sotavento del incendio y, si fuese posible,
sobre las concentraciones de contaminantes. El modelo de transporte atmosférico (MTA), basado
en observaciones asimiladas y modelos de predicción numérica del clima (PNC), es el enfoque
más útil para determinar los efectos locales y regionales de los incendios de vegetación. Estas
predicciones deben ser accesibles al organismo encargados de responder ante casos de
emergencia.

Esta actividad sería emprendida por los servicios meteorológicos nacionales o regionales que tienen
capacidad para hacerlo. La OMM tiene una red de centros meteorológicos regionales especializados
(CMRE) que brindan apoyo meteorológico durante emergencias ambientales asociadas con
accidentes nucleares o radiológicos (OMM-TD/No.778). Estos centros están plenamente
capacitados para elaborar modelos de transporte atmosférico (para elaborar modelos en áreas
regionales y globales junto con un MTA totalmente integrado). Cada centro es responsable de
brindar asesoría en su región a través de un conjunto básico de productos, que incluye la predicción
de trayectorias para la liberación del fuego a alturas específicas, la exposición atmosférica y la
precipitación superficial.

Adquisición de datos para MTA:

El organismo meteorológico designado brindará información meteorológica y detallará los


resultados de la PNC para ser usados en MTA en escalas de tiempo y espacio compatibles con
las capacidades del modelo en uso y los requerimientos de respuesta en casos de emergencias.
Para modelar la trayectoria y la concentración relativa, se requiere la mejor información
disponible sobre localizaciones y áreas de incendios, junto con las alturas de liberación de las
emisiones, si fuese posible. Actualmente, esta información se obtiene a través de sensores
remotos por vía satélite. Un modelo detallado de las concentraciones requiere información
adicional sobre las tasas de emisión de las partículas (u otros contaminantes), la distribución del
tamaño de estas y las tasas de precipitación, que aún no están disponibles.

Modelo de la trayectoria y dispersión a través del MTA:

El organismo meteorológico designado proporcionará al organismo encargado de afrontar los


casos de emergencia la mejor información posible sobre las trayectorias de transporte y
dispersión de la contaminación generada por incendios de vegetación. Las trayectorias pueden
precisarse por adelantado para determinar las áreas receptoras o retrotraerse para determinar las
áreas que pueden convertirse en fuentes de contaminación. Un modelo “relativo” de
concentración que requiere limitados datos de entrada, brindará información sobre la distribución
espacial del posible impacto de contaminación.

35
El modelo de transporte que se emplee debe ser consistente dentro de los errores de pronóstico,
lo cual sugiere que los pronósticos de transporte no deben extenderse más allá de 3 a 4 días. El
modelo de transporte también debe actualizarse continuamente durante el episodio a través de
datos de observación comparados (diferentes de los datos del pronóstico).

Validación de los resultados del modelo:

Durante una emergencia por incendio, se debe realizar una continua validación cualitativa y
cuantitativa de los resultados obtenidos del modelo. Se puede hacer una verificación de los
patrones generales del humo y de trayectorias predichas por el MTA a través de datos obtenidos
por vía satélite, a través de aeronaves y en el terreno. Los transportes basados en datos de
observación comparativos pueden cotejarse con transportes pronosticados que sean equivalentes.
Esto es suficiente para un modelo “relativo” (cualitativo). Sin embargo, para aplicaciones
referentes a la salud y cuando se desea elaborar modelos de concentración absoluta, se requerirá
un modelo cuantitativo. En ese caso, se deberá determinar las tasas de emisión como una función
del tamaño de la partícula, el área de emisión, la altura y mediciones de las concentraciones
transportadas por el aire y las precipitaciones superficiales.

2.5.3 DESPUÉS DE UN INCENDIO DE GRAN MAGNITUD: REVISIÓN


DE DATOS DEL MODELO DE TRANSPORTE Y PROVISIÓN DE
ESTOS A LOS ORGANISMOS ENCARGADOS DE AFRONTAR
EMERGENCIAS
Luego del incendio, se debe evaluar los siguientes puntos para mejorar el rendimiento general de
los modelos y su uso:

• El rendimiento del o de los modelos debe validarse con datos provenientes de mediciones y
obtenidos por vía satélite.
• Si se usaron varios modelos, ¿se obtuvieron resultados similares?
• Los resultados del modelo, ¿llegaron a la audiencia adecuada?
• ¿Cómo se usó la información?
• ¿Estuvo satisfecha la audiencia con la información recibida?
• ¿Qué necesidades no han sido satisfechas?

36
2.5.4 RECOMENDACIONES

q Identificar en cada región al organismo responsable de realizar el monitoreo del clima y


de crear modelos sobre la distribución de incendios. Estas capacidades deben incluir:
• uso de datos históricos sobre los incendios y el clima para elaborar distribuciones
espaciales y temporales de los principales episodios de incendio;
• evaluación de las áreas propensas a incendios y los tiempos más probables para que
estos se produzcan en cada región a partir del registro histórico;
• descripción, a partir de registros anteriores de las rutas y los tiempos más probables de
transporte, la población en riesgo de exposición, las localizaciones óptimas para los
puntos de monitoreo superficial, las áreas donde ocurre una recirculación y
concentración de incendios y donde se prevé que persista una alta concentración de
estos;
• desarrollo de una base de datos para la verificación de los modelos de transporte y
dispersión de largo alcance, incluido el acceso a bases de datos mundiales generadas
por el modelo.
• pronósticos del cambio climático, incluido, conocimiento de los cambios periódicos,
de la variabilidad del clima asociada con El Niño y de los cambios, tanto estacionales
como diarios, en variables como el índice de sequía para prever las localizaciones y
los tiempos potenciales de incendio;
• aprovechamiento de la capacidad disponible para elaborar modelos de trayectoria y
dispersión a través de modelos más recientes y aplicables a la región.
q Mejorar e instalar sistemas de monitoreo de emisiones, incluido el acceso a mediciones
realizadas por sensores remotos a través del satélite.
q Realizar estudios de verificación del modelo, lo que incluye:
• estudios de la trayectoria seca;
• comparaciones entre trayectorias secas y observaciones realizadas por satélite y en el
terreno;
• comparaciones con productos desarrollados por diferentes organismos para los
mismos estudios de casos y estandarización con estos;
• pruebas del sistema integral de respuesta ante emergencias en cada región para
determinar que los productos en tiempo real lleguen a los usuarios en una forma
utilizable y oportuna.
q Ultimar las capacidades para producir descripciones generadas por modelos y
predicciones de la distribución de incendios, a través del envío de documentación clara
sobre las capacidades y los productos a todos los organismos involucrados en las regiones
respectivas.
q Realizar una evaluación posterior al episodio, tanto de las capacidades de monitoreo del
clima como del modelo, incluida una comparación con observaciones provenientes del
satélite y generadas en el terreno, así como la satisfacción del usuario con los materiales
provistos. Los sistemas deben actualizarse según se requiera.

37
2.6 PROCEDIMIENTOS DE RESPUESTA EN CASO DE
EMERGENCIA

2.6.1 INTRODUCCIÓN

Un requisito para el manejo y control efectivo de incendios es establecer un programa estricto de


prevención. Este programa requiere un monitoreo regular de las fuentes de incendios y de
neblina, así como de la calidad del aire y la visibilidad, las condiciones meteorológicas y
climáticas. También necesita el desarrollo de pronósticos oportunos y un sistema de alerta
temprana. El manejo debe realizarse a través de una legislación, acuerdos institucionales,
recursos financieros y apoyo técnico. Estas estrategias deben estar respaldadas por objetivos
claros y guiadas por políticas consistentes.

El programa se basa principalmente en diversos planes de acción nacional para casos de neblina
de los países miembros de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) y en el
informe de la ADB-ASEAN Preparatory Meeting on National Haze Action Plans, llevada a cabo
en Manila, Filipinas, del 8 al 9 de junio de 1998. El programa incluye políticas y estrategias de
evaluación y manejo, especialmente aquellas relacionadas con mecanismos de respuesta ante
emergencias y posibles aspectos legales. Asimismo, enfatiza la necesidad de tratar no solo las
causas y efectos de los incendios como fuentes externas de neblina y contaminación, sino
también la contaminación local, particularmente en aquellas zonas con vegetación afectadas por
incendios.

2.6.2 REVISIÓN DE LAS POLÍTICAS


Como se resumió anteriormente, la mayoría de países, especialmente en la región del sudeste
asiático, ha introducido políticas como parte de planes de acción nacional para prevenir y mitigar
incendios en terrenos y en zonas con vegetación.

El objetivo común de las políticas de la región es “prevenir y controlar los incendios y la


neblina”, con variaciones mínimas en los aspectos enfatizados entre siete de los ocho países
miembros de la ASEAN. Sin embargo, solo cuatro países han introducido e implementado
políticas de prohibición estricta de la quema abierta: Malasia, Myanmar, Filipinas y Singapur. En
Brunei Darussalam, la prohibición solo se aplica durante el periodo de sequía. Se recomienda la
implementación de medidas como esta en otros países de la región.

Indonesia se ha fijado objetivos más altos al introducir en su política aspectos concernientes al


desarrollo. Uno de ellos es establecer objetivos de conversión de terrenos dentro de niveles
sustentables. De manera implícita, se dejan a un lado las áreas de gran biodiversidad y las
medidas de mitigación adoptadas para esas comunidades, afectadas por incendios de vegetación
y neblinas, son solo marginales. El manejo de incendios es bastante focalizado: se limita al
manejo efectivo de combustibles a través de la quema controlada. Sin embargo, la
implementación de esta práctica es confidencial, especialmente durante periodos de sequía.

38
Debido a la necesidad de tratar otras fuentes locales de neblina y contaminación, cinco países
-a saber, Brunei Darussalam (Br), Malasia (My), Filipinas (Ph), Singapur (Sg) y Tailandia
(Th)- han establecido e implementado normas de emisión para vehículos motorizados,
industria y sectores domésticos. El control de fuentes locales de contaminación, especialmente
durante episodios de neblina, es importante para proteger la salud y la seguridad pública, así
como otros aspectos ambientales.

En cuanto a la evaluación del marco de las políticas, seis países de la ASEAN, sin incluir a
Indonesia (Id), han enfatizado la necesidad de un monitoreo del aire ambiental y elaborar un
reporte de los resultados obtenidos. El monitoreo y reporte son básicos para la evaluación y el
manejo. Además, Brunei Darussalam se propone “determinar la fuente de neblina”, mientras
Filipinas intenta “determinar los peligros para la salud” como parte de la evaluación de sus
respectivas políticas.

En lo concerniente al manejo, se deben introducir y fortalecer acuerdos legales e institucionales


de escala nacional y regional. Seis países de la ASEAN, sin incluir a Brunei Darussalam, han
enfatizado la importancia de la cooperación regional, especialmente en el despliegue de recursos
para combatir incendios. Brunei Darussalam, Singapur y Tailandia han subrayado la necesidad
de informar al público y a las instituciones relevantes de los distintos episodios y las respuestas a
ellos. Algunos países han introducido especificaciones para el manejo que incluyen los
siguientes puntos:

• Incentivar el uso de la tierra deteriorada (Id);


• Sustituir el método de tala y quema por las técnicas de cultivo sustentables (My);
• Fomentar el uso de residuos agrícolas (Th);
• Brindar infraestructura para recolectar y disponer residuos sólidos (Sg), y
• “Minimizar la contaminación con neblina generada por el manejo de combustibles” a
través de la quema controlada (Id).

Resumen de las políticas nacionales relacionadas con la neblina en el sudeste asiático:

OBJETIVOS DE LAS POLÍTICAS:

A. Prevenir y mitigar incendios forestales y del terreno, así como la contaminación del
aire resultante (Br, Id, Ma, My, Sg);
Prevenir y monitorear la contaminación transfronteriza del aire relacionada con la
neblina (Ph);
Mitigar los efectos de los incendios forestales ocurridos en Indonesia (Th) en la salud
y en el ambiente;
B. Proteger la salud y la seguridad pública (Br);
C. Prohibir la quema abierta (My, Ph, Sg);
D. Controlar las emisiones producidas por fuentes móviles y fijas (Br, My, Ph, Sg, Th);
E. Introducir guías y normas de calidad del aire ambiental (Ph).

39
DESARROLLO DE LAS POLÍTICAS:

A. Fijar objetivos de conversión del terreno dentro de niveles sustentables (Id);


B. Proteger a las comunidades y ecosistemas valiosos que puedan resultar afectados por
los incendios y neblina (Id);

EVALUACIÓN:

A. Obtener información sobre el estado de la calidad del aire (Br);


monitorear la calidad del aire (Br, My, Ph, Sg, Th) y reportar los resultados (My, Ph,
Th);
B. Determinar la fuente de neblina (Br);
C. Monitorear las emisiones de humos y de material particulado proveniente de fuentes
móviles y fijas (Ma);
D. Determinar los peligros para la salud (Ph);
E. Promover medidas de vigilancia (My), y
realizar acciones de vigilancia para prevenir y detectar incendios (Th).

MANEJO:

A. Informar al público y las autoridades de la calidad del aire y de las medidas adoptadas
al respecto (Br);
fomentar la toma de conciencia, la educación y la información pública en torno a este
tema (Sg, Ph, Th);
B. Garantizar instalaciones médicas y de salud (Br);
C. Apoyar a los países vecinos pertenecientes a la ASEAN (Th);
fomentar la cooperación entre los países asiáticos (Ph);
D. Minimizar la contaminación con neblina provocada por el manejo de combustibles
(Id), y fortalecer la cooperación y la ayuda interinstitucional (My, Sg, Ph, Th); y
movilizar recursos para fortalecer la capacidad de los institutos responsables del plan
(My, Sg, Th).

2.6.3 MECANISMOS DE RESPUESTA ANTE EMERGENCIAS

Los diversos aspectos y componentes de los mecanismos de respuesta ante emergencias en los
niveles nacional y subregional en el sudeste asiático sirven de base para elaborar mecanismos de
respuesta en la región. Como se muestra en la figura 2.6.3-1, los mecanismos necesarios, en
orden de prioridad, son los siguientes:

v Detección temprana de conatos de incendios y humos;

Ø monitoreo a través de satélites;


Ø vigilancia aérea;
Ø vigilancia terrestre;

40
Ø pronóstico del clima, y
Ø elaboración de modelos atmosféricos basados en la superficie.

v Lucha contra incendios;


Ø coordinación en la escala nacional;
Ø coordinación y asistencia en la escala subregional, y
Ø medidas en la escala local.

v Vínculos de comunicación;
Ø Internet;
Ø intranet;
Ø teléfono/telefax, y
Ø radio.

v Cumplimiento;
v Campañas de educación y toma de conciencia entre el público;
v Monitoreo de la calidad del aire;
v Estudios de los efectos socioeconómicos y en la salud;
v Clasificación del peligro de incendio, y
v Planificación del uso del terreno.

El plan enfatiza la necesidad de establecer una cooperación internacional y regional a través del
intercambio de datos provenientes del satélite, así como de la vigilancia aérea y terrestre. La
evaluación de estos datos servirá de base para prevenir y controlar incendios forestales. Ello será
posible a través de la asistencia técnica de todos los centros de excelencia, especialmente para el
pronóstico del clima y la elaboración de modelos de transporte de neblina de largo alcance. El
manejo forestal oportuno es importante para asegurar el éxito de todo plan de respuesta ante
emergencias.

41
Figura 2.6.3-1 Mecanismos básicos de respuesta ante emergencias

Monitoreo a través
de satélites
espaciales

Clasificación Vigilancia
Vigilancia en del riesgo de aérea
el terreno incendios

Dirección y
Despacho coordinación
aduanero

Provisiones y
equipo

Lucha contra
incendios

Sistemas de
información
(calidad del
aire y salud)

Estudios de salud,
epidemiología,
Uso del demografía
terreno
Tratamiento
médico

Riesgos de
Alerta y orientación
neblina/
al público
contaminación

Rehabilitación
médica

42
2.6.4 OTROS ASPECTOS LEGALES POSIBLES

Generalmente, se espera que la ejecución del plan de respuesta ante emergencias no genere
problemas legales a escala regional. Ello se relaciona particularmente con el tránsito de las
embarcaciones, aviones, equipo y personal a través de las fronteras nacionales. Para el despacho
aduanero y la inmigración, se aplica un procedimiento normalizado de operación (SOP).

Sin embargo, se prevé que en el ámbito nacional se produzcan algunos problemas legales, ya que
durante un episodio varias autoridades implementan o activan sus planes de acción nacional para
casos de neblina (PANN). Debido a que las fuentes externas de neblina o contaminación están
más allá de su control, las autoridades nacionales deben reducir, controlar e incluso prohibir
ciertas actividades contaminantes durante un episodio. Esta medida tendrá implicancias
financieras y económicas.

La mayoría de países cuenta con leyes y reglamentos generales o específicos tanto para controlar
los incendios de vegetación y la contaminación del aire, como para proteger la salud pública y el
ambiente de los efectos de estas fuentes. A manera de ejemplo, en Malasia las leyes y
reglamentos específicos se enmarcan en el Environmental Quality Act (1974, con enmienda en
1996) e incluyen:

• Environmental Quality (Clean Air) Regulations, 1978: establecimiento de normas


de emisión para fuentes fijas y móviles;

• Environmental Quality Act (enmienda), 1998 (Ley 1030): introducción de


disposiciones que prohíben la quema abierta, y

• Environmental Quality (Prescribed Activities) (Environmental Impact


Assessment) Order, 1987.

En Malasia, existen otras leyes y disposiciones aplicables al control y mitigación de incendios


forestales y de terrenos así como a la contaminación del aire. Estas incluyen prácticas aceptables
en los campos del manejo forestal, el desarrollo de los terrenos, la disposición de residuos
sólidos, etc.

Para complementar las medidas reguladoras, la “autorreglamentación” es una política apropiada


para las responsables de la contaminación del aire, como una respuesta a condiciones
ambientales deficientes, sin necesidad de depender de las directivas de las autoridades.

2.6.5 RESUMEN

Muchos países, si no la mayoría, han establecido en alguna medida, políticas, legislaciones y


disposiciones de respuesta ante emergencias para controlar y combatir los incendios de
vegetación y la contaminación del aire, y para minimizar los efectos de estos episodios. Por esta
razón, es oportuna la elaboración de guías de salud comunes para todos los países. Para asegurar
el cumplimiento de estas, son muy importantes los mecanismos de ayuda a los respectivos

43
países, que deben incluir dichas guías en su política, legislación y sistema de respuesta ante
emergencias. De esta manera, se podrán identificar y fortalecer las áreas deficientes.

En términos de políticas, los elementos esenciales pueden ser extraídos a través de la


combinación de los enfoques desarrollados por los diferentes países. Con respecto a los
objetivos, los elementos identificados son:

• Prevenir y controlar incendios forestales y de terrenos;


• Proteger la salud y la seguridad pública en esos casos;
• Prohibir la quema abierta;
• Introducir e implementar guías y normas de calidad sobre el aire, y
• Fortalecer el control de emisiones de fuentes fijas y móviles.

Los elementos relativos a la política de desarrollo son los siguientes:

• Planificar el uso de terrenos a partir de los principios del desarrollo sustentable, y


• Proteger a las comunidades y ecosistemas que puedan resultar afectados por los
incendios y la neblina.

Los elementos referentes a la política de evaluación incluyen los siguientes:

• Monitorear y reportar los resultados de la calidad del aire;


• Desarrollar un mecanismo efectivo de monitoreo de incendios forestales y de tierras;
• Crear capacidades para detectar y pronosticar incendios forestales y neblina, y
• Monitorear los impactos de la neblina en la salud y el ambiente.

Las políticas de control se centran en los siguientes aspectos:

• Informar al público y las autoridades de la situación de la calidad del aire y las


medidas adoptadas al respecto;
• Asesorar al público sobre las medidas de protección de la salud;
• Asegurar provisiones e instalaciones médicas para mitigar los efectos del episodio en
la salud;
• Brindar apoyo a las naciones necesitadas y fomentar la cooperación entre los países
asiáticos;
• Minimizar la contaminación por la neblina generada por la quema de combustibles;
• Fortalecer las capacidades de las instituciones relevantes, y
• Fortalecer la cooperación y el apoyo entre instituciones.

La mayoría de países tiene en vigencia algún tipo de ley para el control de los incendios
forestales y la contaminación del aire, así como para la protección de la salud pública y el
ambiente de los efectos de la neblina. Las necesidades actuales se centran en la identificación de
áreas deficientes y el establecimiento de mecanismos para fortalecer el cumplimiento de los
reglamentos. El marco para la formulación de mecanismos de respuesta ante emergencias puede
derivarse de la experiencia de cooperación entre los tres países más afectados durante el episodio

44
de neblina ocurrido en 1997, a saber, Indonesia, Malasia y Singapur. Este marco incluye
actividades de coordinación, monitoreo y detección de incendios, lucha contra estos, canales de
comunicación, cumplimiento, monitoreo de la calidad del aire y de sus efectos en la salud,
educación pública y campañas de toma de conciencia, planificación del uso de tierras y
clasificación de los peligros de incendios.

El éxito de las políticas dependerá del intercambio oportuno de datos y experiencias,


posiblemente a través de medios electrónicos y mediante teleconferencias entre las diversas
autoridades o centros de excelencia en los ámbitos nacional, regional e internacional, así como
de la cooperación estrecha y el apoyo continuo entre ellos.

2.6.6 RECOMENDACIONES

q Esta sección de las guías debe actualizarse continuamente y ampliarse de manera que
tome en cuenta las experiencias de regiones distintas, del sudeste asiático.

q A fin de proteger a los grupos de la población particularmente sensible a los riesgos de la


neblina y de los incendios, se debe desarrollar una guía de salud, establecer un sistema de
alerta temprana y adoptar medidas para la movilización de dichos grupos como medida de
salud preventiva.

q Se deben establecer e implementar acuerdos institucionales en los ámbitos


internacionales y regionales, similares al ASEAN Specialized Meteorological Centre,
para desarrollar un sistema de alerta temprana de las condiciones meteorológicas que
generan neblina. La capacidad de efectuar este tipo de alerta es invalorable para las
autoridades nacionales que tratan de aplicar controles estrictos sobre la quema tanto
controlada como abierta de cualquier forma de biomasa o residuos.

q Como un seguimiento de este sistema de alerta temprana, se debe instalar una


infraestructura para el monitoreo del aire similar a las redes privadas de monitoreo en
Malasia, a sotavento de las áreas propensas a incendios y en las comunidades que puedan
resultar afectadas.

q Para las comunidades afectadas por incendios de vegetación y otras fuentes de


contaminación, se debe desarrollar una serie de guías para proteger la salud pública no
solo de los efectos de las partículas sino también de otros contaminantes que dañan la
salud, especialmente el dióxido de azufre, el ozono y el monóxido de carbono.

q Durante un incendio, las autoridades nacionales deben consultar con organismos


internacionales competentes tales como la OMS, la OMM y el PNUMA. Estos
organismos internacionales deben investigar la factibilidad de establecer un panel de
expertos en neblina, cuyos miembros estén comunicados a través de medios electrónicos
para un intercambio rápido de datos.

45
2.7 USO Y APLICACIÓN DE ESTAS GUÍAS
Las siguientes secciones enumeran las medidas que deben tomarse antes, durante y
después de un episodio de incendio

2.7.1 MEDIDAS PREVIAS AL EPISODIO

v Organismos internacionales como la OMS y la OMM deben incentivar a las autoridades


nacionales para que incluyan estas guías dentro de sus planes de emergencia.

v En el ámbito nacional, las autoridades responsables (Ministerio de Salud, Ministerio del


Medio Ambiente) deben identificar un grupo de trabajo para casos de emergencia que
incluya un componente encargado de los incendios de vegetación dentro de sus planes
nacionales de salud o deben crear un plan de emergencia para esos casos.

v Coordinar reuniones multidisciplinarias para elaborar un “plan de respuesta”, que incluyen a


los siguientes componentes:

Ø bomberos (prevención y control);


Ø servicios de salud (centros de salud y hospitales);
Ø unidad de vigilancia epidemiológica;
Ø redes de vigilancia ambiental, y
Ø monitoreo ambiental y servicios meteorológicos.

v Este “plan de respuesta” debe incluir:

Ø identificación de las responsabilidades generales, aptitudes técnicas, experiencias,


recursos humanos de cada sector;

Ø división del plan en tres bloques;


• medidas previas al episodio y alerta temprana;
• medidas por aplicar durante el episodio: respuesta y evaluación de daños y
necesidades;
• medidas posteriores al episodio: evaluación y actualización del plan, incluida la
divulgación de las lecciones aprendidas.

v Definir las fuentes de información:


• vigilancia epidemiológica de la salud pública;
• monitoreo de la calidad del aire;
• vigilancia meteorológica, y
• datos provenientes del satélite.

v Evaluar la disponibilidad y la calidad de la información;

46
v Evaluar los complementos necesarios para las fuentes de información (frecuencia, monitoreo
adicional, otras técnicas, nuevas investigaciones, etc.);

v Evaluar los recursos financieros y de capacitación necesarios;

v Identificar los niveles básicos para la salud y la calidad del aire;

v Describir las responsabilidades y las medidas adoptadas por cada institución durante
emergencias relacionadas con incendios de vegetación;

v Definir la coordinación y el flujo de información entre las diversas instituciones;

v Definir la comunicación de riesgos con los siguientes estamentos:


Ø autoridades;
Ø medios de comunicación, y
Ø público.

v Incentivar a otras instituciones relevantes para que contribuyan con una mejor planificación
de la respuesta;

v Capacitar a los equipos, realizar simulaciones y ejercicios de coordinación;

v Reproducir el plan en los ámbitos regional y local;

v Planificar el presupuesto y la distribución de recursos.

2.7.2 MEDIDAS PARA APLICAR DURANTE EL EPISODIO

Respuestas y evaluación de los daños y las necesidades:

v Evaluación de los sistemas de vigilancia;

v Comparación de la información registrada durante el episodio con la información de base;

v Mitigación;
Ø asesorar al público y crear conciencia en torno al problema, y
Ø evaluar la capacidad del sistema de salud pública para brindar servicios y reforzar sus
recursos humanos, farmacológicos y otras necesidades.

47
2.7.3 MEDIDAS POSTERIORES AL EPISODIO

v Evaluación crítica de las medidas tomadas durante el episodio;

v Evaluación del impacto del incendio en la salud pública y el ambiente;

v Evaluación del impacto socioeconómico;

v Actualización y mejora del plan de emergencia para incendios de vegetación, y

v Divulgación de las lecciones aprendidas.

48
3. GUÍAS SOBRE EMERGENCIAS PRODUCIDAS POR
INCENDIOS DE VEGETACIÓN PARA LA PROTECCIÓN
DE LA SALUD PÚBLICA
3.1 INTRODUCCIÓN

Esta sección se centrará en las responsabilidades de las autoridades (el Ministerio de Salud y el
Ministerio del Medio Ambiente) ya que la prevención de incendios no controlados es el mejor
método para proteger la salud pública de los efectos de la contaminación del aire relacionada con
los incendios de vegetación. Este énfasis presupone que existe la necesidad de guías para casos
de incendio. Otros autores tratan en detalle la protección de la salud de los bomberos (Sharkey,
1997). Las autoridades pueden usar esta información como un medio para incentivar mejores
prácticas de manejo del terreno y de prevención de incendios dentro del gobierno, a través del
señalamiento de los graves efectos que tiene en la salud la contaminación del aire relacionada
con los incendios.

3.2. EFECTOS EN LA SALUD

3.2.1 PANORAMA DE LOS EFECTOS DEL HUMO PRODUCIDO POR


LA QUEMA DE LA BIOMASA EN LA SALUD
Las áreas clave que se toman en cuenta en la evaluación de los efectos en la salud son el nivel y
la duración de la exposición, así como la susceptibilidad de las personas afectadas. Para
comprender los efectos potenciales de este tipo de emergencias en la salud pública, es importante
señalar que mientras más graves sean dichos efectos (por ejemplo, en las tasas de mortalidad y
morbilidad, síntomas y cambios funcionales), menor será el número de personas afectadas. A su
vez, mientras más graves sean dichos efectos, mayor será la disponibilidad de datos. La pirámide
que se presenta a continuación (figura 3.2.1-1) ilustra los principales efectos en la salud
asociados con la contaminación del aire. El tamaño de cada nivel en la pirámide representa la
proporción de población afectada. Efectos graves como la muerte solo se observarán en un grupo
relativamente pequeño, mientras que por lo general, los efectos menos graves, como las
deficiencias pulmonares ocurrirán en un segmento mayor de la población.

1
Figura 3.2.1-1 Pirámide de los efectos en la salud

Efectos adversos en la salud

Muerte
Admisiones hospitalarias
Pacientes externos por emergencias
Síntomas respiratorios

Deficiencia pulmonar
Ningún efecto adverso en la
salud

El humo producido por la biomasa contiene gran cantidad de sustancias químicas, muchas de las
cuales han sido asociadas con efectos adversos en la salud. Estas sustancias incluyen partículas y
compuestos gaseosos. El material particulado es una mezcla compleja, asociada con una amplia
variedad de efectos en la salud. Poco se sabe sobre la toxicología del humo de la biomasa, pero
los resultados epidemiológicos se correlacionan de manera muy consistente con el material
particulado. Las exposiciones a altas concentraciones de monóxido de carbono y otros
contaminantes son muy variables y solo se observan ocasionalmente en personas como los
bomberos que combaten incendios destructivos y personas que cocinan con combustibles de la
biomasa. La bibliografía sobre la exposición y los efectos en la salud, así como la evaluación de
los datos provenientes de las regiones afectadas por la contaminación del aire relacionada con los
incendios, indica que el material particulado es el contaminante principal del humo de la
biomasa. Por consiguiente, esta sección de las guías se centrará en las partículas. Debido a que el
MP10 es la partícula medida con mayor frecuencia, esta sección se referirá al MP10. Sin embargo,
la fracción de MP2,5 puede ser más representativa de las partículas producidas durante los
incendios mientras que la fracción de MP10 incluye partículas adicionales de la resuspensión del
suelo y cenizas. Si la contribución de estas partículas adicionales no es significativa, el MP10 es
un buen indicador del MP2,5 de los incendios de vegetación. El MP2,5 es más relevante para la
evaluación de los efectos en la salud ya que se filtra de manera más fácil a los ambientes
interiores, donde ocurre la mayoría de exposiciones, y es inhalado.

Las concentraciones más altas de material particulado ocurren por la combustión de biomasa en
ambientes interiores en países en desarrollo y por la exposición de los bomberos a incendios
destructivos. En estos casos, los niveles sobrepasan entre 10 y 70 veces los observados en zonas
urbanas (OMS, 1992a). Los niveles de MP10 pueden alcanzar varios miles de µg/m 3. Se han
observado concentraciones más bajas en el aire de las comunidades donde la quema de madera
es común y en plumas asociadas con incendios forestales de gran escala en zonas tropicales.

2
Estos niveles exceden entre 2 y 15 veces los observados en zonas urbanas (Brauer, 1998). En los
países en desarrollo, la quema doméstica de biomasa también ha sido relacionada con niveles
sumamente altos (niveles superiores en 1.000 veces de los del aire urbano) de hidrocarburos
aromáticos policíclicos (PAH) (Brauer, 1998). Se han medido exposiciones a PAH diez veces
menores cerca de los incendios producidos en zonas con vegetación y en comunidades con
grandes emisiones de humo debido a la quema de madera en ambientes interiores. Las
exposiciones a altas concentraciones de monóxido de carbono son sumamente variables y solo se
observan ocasionalmente en bomberos que combaten incendios destructivos y en personas
expuestas al humo de la biomasa doméstica.

Los grupos más susceptibles a los efectos del humo producido por la quema de la biomasa en la
salud incluyen a los muy jóvenes, las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas que
padecen enfermedades cardiacas y respiratorias como el asma y las enfermedad pulmonares
obstructivas crónicas. Otros grupos pueden ser más susceptibles debido a una mayor exposición:
personas que trabajan en ambientes exteriores, bomberos y personal de salas de emergencias. Las
medidas de mitigación deben dar prioridad a los miembros más susceptibles de la población.

A continuación, se describirán estudios que indican una relación entre la exposición al humo de
la biomasa y efectos adversos en la salud. Asimismo, se evaluarán estudios epidemiológicos
sobre el impacto de la contaminación del aire por partículas en la salud. Estos estudios permiten
realizar una evaluación cuantitativa de los efectos asociados a la exposición al humo o a la
neblina generada por incendios de vegetación en la salud de la población en general. Por
analogía con estudios realizados en zonas urbanas que relacionan el incremento de la mortalidad
con la contaminación del aire por partículas, se puede concluir que en áreas rurales donde las
personas están expuestas al humo de la biomasa también se observarán resultados similares. A
partir de la gran cantidad de estudios epidemiológicos sobre material particulado, no existe
evidencia de que las partículas transportadas por el aire y provenientes de diferentes fuentes de
combustión tengan efectos distintos en la salud. Por lo tanto, no se debe esperar que las
partículas del humo de la biomasa sean menos peligrosas que las de otras fuentes de combustión.
Asimismo, se debe considerar que la exposición a este humo también está relacionada con el
incremento de la morbilidad y mortalidad. Los estudios que investigan la asociación entre
morbilidad y mortalidad y material particulado tampoco muestran evidencias de un nivel umbral
de concentración en el que no se observe efecto alguno. Si este nivel existe, es probable que se
encuentre muy por debajo de los que se han medido en la mayoría de áreas urbanas del mundo.

La información disponible indica que los primeros efectos graves en la salud de este tipo de
contaminación son los efectos respiratorios y los cardiovasculares agudos. Existen menos datos
sobre los efectos crónicos en la salud. Los efectos indirectos en la salud como los accidentes de
transporte también pueden estar asociados con la reducción de la visibilidad debido a la
contaminación del aire causada por incendios.

3
3.2.2 EFECTOS AGUDOS DEL HUMO PROVENIENTE DE LA QUEMA
DE LA BIOMASA EN LA SALUD

Los estudios epidemiológicos sobre exposición al humo proveniente de la quema de la biomasa


en interiores y exteriores indican que existe una estrecha relación entre exposición e incremento
de síntomas respiratorios, mayor riesgo de enfermedades respiratorias y deficiencias pulmonares.
Asimismo, algunos estudios indican una asociación entre exposición a este tipo de humo y
visitas a las salas de emergencias. Esta bibliografía ha sido revisada detalladamente por Larson y
Koening, 1994; Brauer, 1998. Evaluaciones recientes de los efectos de la neblina en el sudeste
asiático durante 1997 y 1998 respaldan la asociación con el incremento de ingresos a los
hospitales. Hasta la fecha, no se han realizado estudios sobre la relación entre este tipo de humo
y mortalidad.

El episodio de neblina ocurrido en el sudeste asiático durante 1997 y 1998 brindó gran cantidad
de información sobre los efectos agudos de estas emergencias en la salud de la población en
general. Estos efectos están descritos en los informes nacionales presentados durante el taller
birregional de la OMS sobre efectos de la contaminación del aire relacionada con la neblina en la
salud (OMS, 1998c). El anexo H contiene un resumen de estos informes. Dichos documentos
demostraron que los niveles de contaminación del aire observados en el sudeste asiático durante
los episodios de neblina de 1997 y 1998 fueron significativamente más altos que los estándares y
guías sobre calidad del aire generalmente aceptadas. Las concentraciones de material particulado
en la neblina fueron considerablemente mayores que las de los contaminantes gaseosos del aire y
el aerosol urbano. Esto indica que los contaminantes del aire más peligrosos para la salud
provienen de los incendios de vegetación. Los estudios sobre el impacto en la salud demostraron
un incremento de las visitas hospitalarias relacionadas con problemas respiratorios en las áreas
más afectadas durante los periodos pico del episodio. Asimismo, en Malasia aumentó la
frecuencia de ataques entre niños asmáticos y disminuyeron las funciones pulmonares en un
grupo de niños en edad escolar.

Además de la evaluación inicial de los efectos asociados con este episodio de neblina del sudeste
en la salud, muy pocos estudios han evaluado la exposición de la comunidad al humo
proveniente de la quema de la biomasa. La documentación base contiene estudios de casos sobre
humos y riesgos para la salud en Indonesia (Dawud, 1998; Kunii, 1998) y Tailandia (Phonboon,
1998). En un estudio reciente (Long y otros, 1998), se investigó a 428 personas con una
obstrucción entre moderada y severa de las vías respiratorias a fin de observar sus síntomas
respiratorios durante dos semanas de exposición a emisiones de la combustión agrícola (paja y
rastrojo). Durante la exposición, los niveles promedio de MP10 de 24 horas se elevaron de 15-40
µg/m 3 a 80-110 µg/m 3. Cerca de 37% de las personas no experimentó molestia alguna como
resultado del humo; 42% informó de que los síntomas (tos, respiración sibilante, opresión en el
pecho y falta de aliento) se desarrollaron o empeoraron debido a la contaminación del aire; 20%
reportó que tenía problemas para respirar. Las mujeres y los ex fumadores tenían mayor
tendencia a desarrollar esos síntomas, así como las personas con asma y bronquitis crónica. Los
resultados de este estudio sugieren que las personas que padecen enfermedades respiratorias son
particularmente sensibles.

4
Un análisis del episodio de neblina ocurrido en Singapur en 1994 (Chew y otros, 1995) indicó
una asociación entre el MP10 y el incremento de visitas a las salas de emergencias por casos de
asma infantil. Durante el episodio de neblina, los niveles promedio de MP10 fueron 20% más
elevados que el promedio anual. Si bien no se realizó un análisis de los intervalos de tiempo, los
autores sugieren que la asociación fue significativa para todas las concentraciones superiores a
158 µg/m 3.

Se han realizado dos estudios sobre casos de emergencia por asma y niveles de MP10 asociados
con el humo producido por incendios de maleza en Sidney, Australia (Cooper y otros, 1994;
Smith y otros, 1996). Durante 1994, los niveles de MP10 fueron elevados durante un periodo de
siete días (valores máximos por hora de aproximadamente 250 µg/m 3). Los niveles de ozono no
fueron elevados durante el episodio de humos en Sidney. Durante el episodio no se detectó
ningún incremento de casos de asma en las salas de emergencias.

Un estudio similar evaluó la relación entre una serie de incendios forestales producidos en
California y las visitas a las salas emergencias (Duclos y otros, 1990). Durante casi dos semanas
y media de incendios, las visitas relacionadas con asma y enfermedad pulmonar obstructiva
crónica se incrementaron en 40 y 30%, respectivamente. Se midieron concentraciones de MP10
de hasta 237 µg/m 3.

En países en desarrollo se han documentado efectos de la inhalación del humo producido por la
quema de la biomasa en la salud, ya que las mujeres pasan varias horas al día cocinando en
ambientes interiores sin ventilación. En algunos casos, los niños, y con mayor frecuencia, los
infantes, también están expuestos a la inhalación del humo de estas fuentes. Asimismo, se han
difundido y revisado recientemente efectos potenciales en la salud asociados con la exposición a
emisiones de la combustión de la biomasa (Smith, 1993; Smith, 1996). Los estudios realizados
en países en desarrollo indican que la exposición al humo de la biomasa se relaciona con
infección respiratoria aguda en niños. Es difícil realizar comparaciones directas ya que estas
exposiciones son mayores que las de la exposición de corto plazo al humo de la biomasa
producido por incendios forestales. Estos estudios indican las graves consecuencias de la
exposición a altos niveles de humo producido por la quema de la biomasa. El incremento de la
infección respiratoria aguda en niños asociada con la exposición al humo de la biomasa puede
causar muertes e incrementar la morbilidad.

Los bomberos que combaten incendios destructivos (forestales) conforman un grupo con alta
exposición al humo de la biomasa (Reinhardt y Ottmar, 1997). Estos autores brindan
información sobre los bomberos a fin de sugerir una asociación plausible entre la exposición al
humo y efectos en la salud de la población en general. Los estudios realizados con estos
bomberos señalan claramente una asociación entre exposición y efectos agudos en la salud
respiratoria (Rothman y otros, 1991; Liu y otros, 1992; Harrison y otros, 1995; Serra y otros,
1996; Betchley y otros, 1997). Asimismo, si bien la mayoría de estudios ha observado efectos
estacionales, éstos parecen ser relativamente mínimos y son reversibles. Cabe señalar que los
bomberos se encuentran en mejores condiciones físicas que el resto de la población y por lo
general, no padecen ninguna enfermedad. Por lo tanto, la presencia de efectos en su salud sugiere
que en la población en general se observarán efectos similares a partir de niveles de exposición
equivalentes o menores. Las exposiciones de esta población son estacionales (4 a 5 meses al año)

5
y sumamente variables; dependen del número de incendios por estación de intensidad de los
episodios y las labores específicas de los bomberos.

Otra población expuesta a la contaminación producida por la quema de la biomasa son los
residentes de las comunidades de América del Norte donde prevalece la quema de madera. Los
altos niveles de contaminación del aire debido a esa práctica son estacionales (de 3 a 8 meses
según el clima) y variables, ya que están influidos por las condiciones meteorológicas locales. En
esas comunidades se han medido concentraciones de MP10 de hasta 800 µg/m 3, si bien los
niveles pico (promedios de 24 horas) de 200 a 400 µg/m 3 son más comunes. Casi todos estos
estudios demostraron concentraciones inferiores a las del episodio de neblina ocurrido en el
sudeste asiático durante 1997. De igual manera, los estudios sobre exposición estacional al humo
proveniente de la quema de madera con exposiciones comparables a las experimentadas en el
sudeste asiático sugieren que es razonable esperar que los incendios de vegetación similares al
episodio de dicha región, tengan efectos agudos como mortalidad, efectos subcrónicos
(estacionales) en la función pulmonar, así como enfermedades y síntomas respiratorios. Si bien
actualmente no se puede determinar el efecto de largo plazo a partir de un solo episodio de
contaminación del aire, la exposición anual al humo de la biomasa debe ser motivo de
preocupación. En áreas urbanas, la exposición crónica (de varios años) a la contaminación del
aire por partículas, en niveles mucho menores que los del sudeste asiático en 1997, ha sido
asociada con una reducción en la expectativa de vida y la aparición de nuevos casos de
enfermedades pulmonares crónicas.

3.2.3 EFECTOS AGUDOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE POR


PARTÍCULAS EN LA SALUD
Numerosos estudios han indicado que los niveles actuales de contaminación del aire por
partículas están relacionados con efectos adversos en la salud. El resultado más sorprendente de
estos estudios es la asociación de este tipo de contaminación con el incremento de la mortalidad
diaria (Schwartz, 1991; Dockery y otros, 1992; Pope y otros, 1992; Schwartz y Dockery, 1992a;
Schwartz y Dockery, 1992b; Dockery y otros, 1993; Schwartz, 1993; Spix y otros, 1993; Pope y
otros, 1995). Una característica común de estos estudios es que el material particulado del aire
se produce durante los procesos de combustión. Los estudios de partículas producidas de manera
natural (como aquellas generadas por el polvo o las erupciones volcánicas) muestran efectos
menos graves en la salud para una concentración equivalente de partículas (Hefflin y otros, 1994;
Buist y otros, 1983; Dockery y Pope, 1994). En casi todos los casos, los estudios indicaron una
asociación entre contaminación del aire por partículas e incremento del riesgo de muerte,
especialmente entre ancianos y personas que padecen enfermedades respiratorias o cardiacas
(Schwartz, 1994a; Schwartz, 1994b). Estudios recientes han sugerido una asociación entre las
partículas y la mortalidad infantil (Bobak y León, 1992; Woodruff y otros, 1997) así como con
un peso bajo al nacer (Wang y otros, 1997). El incremento del riesgo de admisiones hospitalarias
y visitas a las salas de emergencias también ha sido relacionado con aumentos de corto plazo en
los niveles de contaminación del aire (Pope, 1989; Pope, 1991; Schwartz y otros, 1993; Dockery
y Pope, 1994; Schwartz, 1994a; Schwartz, 1994b; Schwartz, 1995; Schwartz, 1996).

6
Las guías de la OMS sobre calidad del aire para Europa no recomendaron valores guía
específicos para material particulado, ya que los estudios disponibles no indicaban una
concentración y duración de la exposición que pudieran considerarse como valores umbral
(OMS, 1995). En lugar de ello, los datos disponibles sugieren una continuidad de efectos
paralela a una exposición creciente. El cuadro 3.2.3-1, elaborado en parte a partir de las guías de
la OMS, resume las relaciones cuantitativas entre concentraciones de partículas en el aire y
diversos efectos en la salud.

Cuadro 3.2.3-1 Intervalos y medias aritméticas (con 95% de confiabilidad) de los cambios
porcentuales en la mortalidad y la morbilidad debido al MP10, estimado por 10 µ g/m3
(OMS, 1995; Dockery y Pope, 1994)

Efecto Cambio porcentual

Incremento de la mortalidad diaria


Total de muertes 0,59-0,82
Muertes relacionadas con enfermedades respiratorias 3,4
Muertes relacionadas con enfermedades 1,4
cardiovasculares

Incremento en el uso de hospitales


(enfermedades respiratorias)
Admisiones 0,50-1,17
Visitas a salas de emergencias 1,0

Exacerbación del asma


Ataques de asma 3,0
Uso de broncodilatadores 2,05-4,70
Visitas a salas de emergencias 3,4
Admisiones hospitalarias 1,9

Incremento de síntomas respiratorios


reportados
Síntoma respiratorio inferior 1,84-5,08
Síntoma respiratorio superior 0,7
Tos 2,27-6,87

Deficiencia pulmonar
Volumen de espiración forzada 0,15
Flujo máximo de espiración 0,08

A continuación se ilustra cómo se aplicaron las guías de la OMS para calcular la tasa de
mortalidad en Indonesia:

Número previsto de muertes = r/(1+r) x (tasa actual de mortalidad) x (población expuesta)

donde r equivale al riesgo adicional asociado con el nivel actual de partículas en relación con
un nivel de referencia. r se calculó de la siguiente manera:

r = (porcentaje estimado del efecto de MP10 por µg/m3) x (1/100) x (cambio en MP10)

7
Para calcular r se usaron los siguientes datos: 565 µg/m 3 como concentración promedio mensual
de MP10, y 143 µg/m 3 como concentración de MP10 en el ambiente (es decir, 565 – 143 = 422
µg/m 3 para el cambio en MP10). El efecto estimado del MP10 es 0,0705% µg/m 3. Luego, r es
igual a:

r = (0,0705 x (1/100) x 422) = 0,30

De acuerdo con este valor de r, y 7,5 por 1.000 como un estimado de la tasa actual de mortalidad
(derivada del periodo 1990-1995 en Indonesia) y 12 millones para la población expuesta, el
número previsto de muertes fue de:

Número previsto de muertes = 0,30/1,30 x (7,5/1.000) x 12.000.000 = 20.769

3.2.4 EFECTOS CRÓNICOS DEL HUMO PROVENIENTE DE LA


QUEMA DE BIOMASA RELACIONADOS CON LA SALUD
Enfermedades pulmonares

En los países en desarrollo, se han documentado efectos de la inhalación del humo proveniente
de la quema de la biomasa en la salud, debido a que las mujeres pasan varias horas en cocinas sin
ventilación. Estos estudios indican que la exposición a este tipo de humo está relacionada con el
desarrollo de enfermedad pulmonar crónica en adultos (Sandoval y otros, 1993; Dennis y otros,
1996; Pérez-Padilla y otros, 1996). Es difícil realizar comparaciones directas ya que estas
exposiciones son mayores que las de corto plazo al humo producido por incendios de vegetación.
Estas investigaciones señalan las graves consecuencias de la exposición a altos niveles de humo
producido por la quema de la biomasa. El desarrollo de enfermedades pulmonares crónicas en
adultos está particularmente relacionado con la mortalidad prematura y el incremento de la
morbilidad.

Cáncer

Los estudios sugieren de manera consistente que la contaminación del aire causada por la quema
de combustible fósil está relacionada con el incremento de casos de cáncer al pulmón. Dos
estudios prospectivos de cohorte realizados recientemente reportaron aumentos de 30 a 50% en
la tasa de cáncer al pulmón debido a la exposición a partículas respirables. Estas partículas
constituyen una mezcla compleja de gases proveniente del escape de motores Diesel, carbón,
gasolina y quema de madera. El riesgo excesivo de cáncer al pulmón asociado con la
contaminación del aire (riesgos relativos de 1,0 a 1,6) es mínimo comparado con el que genera
el consumo de cigarrillos (riesgos relativos de 7 a 22). Sin embargo, es comparable con el riesgo
asociado con la exposición de largo plazo al humo del tabaco (riesgo relativo de 1,0 a 1,5)
(Cohen y Pope, 1995; Cohen y otros, 1997).

Los limitados datos disponibles sobre el humo producido por la quema de la biomasa y el cáncer
no indican un riesgo elevado, incluso con niveles altos de exposición. Esta evidencia incluye
estudios sobre la exposición de largo plazo a niveles elevados de este tipo de humo producido en

8
cocinas domésticas de países en desarrollo. Si bien la evidencia disponible sobre la relación entre
contaminación urbana del aire con partículas y cáncer al pulmón también es limitada, sugiere un
ligero incremento del riesgo. No se han realizado suficientes estudios para evaluar la consistencia
de un riesgo elevado para diferentes fuentes de partículas. Sin embargo, si bien el humo de la
biomasa es potencialmente carcinógeno, no lo es tanto como los gases provenientes del escape
de los vehículos motorizados (Lewis y otros, 1988; Lewtas y otros, 1992; Cupitt y otros, 1994).

3.3 ASESORÍA PÚBLICA

3.3.1 INFORMACIÓN AL PÚBLICO

La educación de la ciudadanía sobre los efectos potenciales de la contaminación del aire


relacionada con incendios de vegetación en la salud, es uno de los componentes críticos entre los
esfuerzos de los gobiernos nacionales para manejar este tipo de episodios. Estos esfuerzos deben
realizarse antes y durante la ocurrencia de una emergencia a fin de mantener informada a la
población. Los componentes principales de un programa de información como este incluyen el
monitoreo de la calidad del aire; un sistema de recolección periódica de información sobre
enfermedades relacionadas con la contaminación para propósitos de vigilancia; la divulgación
del plan de acción nacional (que incluya información sobre efectos en la salud y medidas de
mitigación); procedimientos operativos para los planes de acción; esfuerzos educativos
especiales orientados a grupos particularmente sensibles y capacitación para responder a las
preguntas formuladas con mayor frecuencia.

3.3.2 INFORMACIÓN SOBRE CALIDAD DEL AIRE

La implementación de un sistema confiable de manejo y monitoreo de la calidad del aire es uno


de los requerimientos básicos para proteger la salud pública durante los incendios de vegetación.
La información sobre la calidad del aire es muy importante ya que constituirá la base de las
medidas preventivas y correctivas que se adopten para minimizar los daños a la salud. Se debe
implementar un programa de monitoreo de la calidad del aire para proteger a la población de los
episodios que generan contaminación del aire como los incendios de zonas con vegetación. Por
lo general, el programa de monitoreo de la calidad del aire incluye los siguientes objetivos:

• evaluar la naturaleza y magnitud de los problemas de contaminación del aire;


• monitorear las tendencias de la calidad del aire a fin de tomar decisiones que permitan
prevenir episodios de contaminación del aire, y
• evaluar la efectividad de las medidas de control de la contaminación implementadas para
mejorar la calidad del aire.

El establecimiento de un sistema y un programa de monitoreo de la calidad del aire bien


manejados es el primer paso para desarrollar un sistema de información sobre salud pública. En
el caso de que no se puedan obtener datos actualizados sobre la calidad del aire en el terreno, los
cálculos de las concentraciones de humo se pueden basar en las observaciones de la visibilidad,

9
pero se debe validar su correlación con las concentraciones de partículas en el contexto local. El
cuadro 3.3.2-1 presenta un ejemplo de esta relación:

Cuadro 3.3.2-1 Relación aproximada entre concentraciones de humo proveniente de


incendios destructivos y condiciones de visibilidad

Índice estándar MP10 Visibilidad


de contaminantes Material particulado [µg/m3] [km]/[millas]
(IEC)

100 150 6,0/3,7

200 350 3,0/1,8

400 500 1,5/0,9

500 600 1,0/0,6

>500 800 0,7/0,4

Una vez implementado un sistema de manejo y monitoreo de la calidad del aire, las autoridades
deben decidir qué normas y objetivos van a establecer para la población. Se pueden adoptar las
normas y objetivos de otros países u organismos internacionales que han realizado
investigaciones confiables sobre la calidad del aire y sus efectos en la salud. Por ejemplo, el
índice estándar de contaminantes (IEC) de 24 horas desarrollado por la EPA (indicado en el
cuadro para MP10) es útil, ya que es aceptado internacionalmente y se basa en evidencia de los
efectos de diversos contaminantes del aire en la salud de la población (EPA, 1994).

Cabe señalar que en una emergencia producida por un incendio de vegetación, el sistema de
alerta de salud para los niveles de contaminación durante las 24 horas previas (indicado por los
niveles de IEC) puede no ser adecuado para ayudar a la población a reaccionar rápidamente y
modificar sus actividades. Los índices de contaminación no deben ser sobrestimados. Asimismo,
es importante reportar información sobre contaminantes específicos. Esto se aplica
especialmente al MP10, ya que por lo general, los investigadores y las guías de la OMS sobre
calidad del aire no apoyan el concepto de nivel umbral (o de efecto no adverso) para la
exposición a partículas. Las lecturas de índices que estén ligeramente por debajo de los niveles
“no saludables”, cuando se basan en mediciones de MP10 pueden brindar un falso sentido de
seguridad, ya que en esos niveles también se pueden observar efectos en la salud. El gobierno
debe modificar el sistema de reporte de la calidad del aire para asegurar información más
oportuna sobre los niveles de contaminación durante las emergencias graves. La información
sobre niveles de contaminación del aire debe difundirse por los medios de comunicación,
acompañada por consejería apropiada en salud.

10
3.3.3 INFORMACIÓN SOBRE MEDIDAS ADOPTADAS EN EL ÁMBITO
NACIONAL

Se debe desarrollar un plan de acción nacional para casos de neblina (PANN) a fin de asegurar
que la población se encuentre debidamente preparada para afrontar una contaminación producida
por incendios de vegetación. Ello permitirá mitigar el impacto de la neblina en la salud y en el
bienestar del público en general, especialmente en los sectores más vulnerables como los
asmáticos, los ancianos y los niños.

Basados en el PANN, los gobiernos deben elaborar procedimientos de operación para casos de
emergencia por este tipo de contaminación. Estos procedimientos se deben divulgar a través de
medios de comunicación antes de que ocurra una emergencia. De esta manera, el público estará
informado sobre los cambios realizados en los servicios e instalaciones públicas y familiarizado
con las modificaciones que necesitarán hacer en sus actividades para reducir los efectos de la
contaminación en la salud.

3.3.4 INFORMACIÓN ACERCA DE LOS EFECTOS EN LA SALUD Y


MENSAJES DE PREVENCIÓN

Las autoridades deben monitorear la salud de la población durante una emergencia relacionada
con incendios a fin de detectar cualquier incremento del impacto en los diferentes niveles de
contaminación. Los datos sobre enfermedades relacionadas con neblinas que se hayan obtenido
de los centros de atención primaria de salud, hospitales y registros de mortalidad deben
reportarse periódicamente. Para monitorear el impacto de la contaminación, se debe contar con
datos anteriores que permitan realizar una comparación. La información recolectada permitirá a
las autoridades mejorar su plan de acción nacional de largo plazo.

Se debe poner especial énfasis en explicar los efectos de diferentes niveles de contaminación en
la salud de los grupos particularmente sensibles como asmáticos, ancianos y niños. Ello
contribuirá a garantizar una preparación adecuada para manejar el previsible incremento en la
demanda de servicios médicos durante un suceso de contaminación relacionada con incendios de
vegetación.

Las autoridades deben responder a preguntas formuladas con frecuencia, como las relativas a la
seguridad de los alimentos y al agua potable a través de los medios de comunicación. De acuerdo
con la bibliografía médica disponible, no existe una relación entre efectos adversos en la salud y
consumo de alimentos o agua expuestos.

11
3.3.5 RECOMENDACIONES

o Implementar un programa de monitoreo de la calidad del aire como actividad básica para
proteger a la población de la contaminación del aire asociada con la neblina.

o Elaborar un plan de acción nacional para casos de neblina y difundirlos a través de los
medios de comunicación antes de que ocurra un episodio de contaminación del aire. Ello
permitirá preparar debidamente a la población con respecto a los efectos en la salud de la
contaminación producida por incendios de vegetación.

o Los gobiernos deben elaborar procedimientos operativos a partir del plan de acción
nacional para casos de neblina y asegurar que la población esté bien informada sobre los
cambios realizados en los servicios e instalaciones públicas para casos de emergencia.

o Los centros de atención primaria, hospitales y registros de mortalidad deben reportar


periódicamente datos sobre enfermedades relacionadas con la contaminación del aire.

o Desarrollar esfuerzos especiales de educación para grupos particularmente sensibles como


asmáticos, ancianos y niños a fin de prepararlos debidamente para episodios de
contaminación.

o A través de los medios de comunicación, las autoridades de salud deben responder


activamente a las preguntas formuladas con mayor frecuencia (por ejemplo, las relativas a
la seguridad de los alimentos y del agua potable expuestos al humo durante periodos
prolongados).

3.4 MEDIDAS DE MITIGACIÓN

A continuación, se enumeran las medidas de mitigación recomendadas para episodios agudos.


Primero se presentan las medidas más simples y luego aquellas que suponen mayores
alteraciones y demandan mayores requerimientos tecnológicos y financieros.

3.4.1 PERMANENCIA EN INTERIORES


La permanencia en los ambientes interiores de casas o edificios sin aire acondicionado solo
brinda una protección limitada contra la contaminación del aire con partículas finas. La
investigación reciente indica que el impacto de las partículas exteriores en los espacios interiores
está determinado principalmente por la tasa de ventilación y que este impacto se puede calcular
fácilmente a partir de cualquier tasa de intercambio de aire. En las casas norteamericanas típicas,
el aire exterior presenta 75 y 65% de partículas finas y gruesas, respectivamente. Las tasas
geométricas medias de intercambio de aire equivalen a 0,45 a 0,55/h, pero varían según la

12
estación y la localización geográfica. Por lo general, las viviendas con aire acondicionado
muestran tasas de intercambio de aire menores que aquellas con ventanas abiertas. Según un
estudio, las viviendas con aire acondicionado tuvieron tasas de intercambio de aire de 0,8/h,
mientras que aquellas sin aire acondicionado alcanzaron tasas de 1,2/h, lo cual implicó
fracciones de 67 y 75% en interiores del MP2,5 presente en exteriores, respectivamente. Un
método de reducción de la exposición a partículas consiste en disminuir las tasas de intercambio
de aire mediante el aislamiento durante las estaciones frías y la instalación de sistemas de aire
acondicionado durante las estaciones cálidas para evitar abrir las ventanas. La filtración de
partículas exteriores en los edificios comerciales puede ser muy variable ya que depende de la
tasa de intercambio de aire y de las características específicas del sistema de ventilación, incluida
la eficiencia de los filtros de aire.

Para mejorar la protección que brinda la permanencia en ambientes interiores, los ocupantes de
las viviendas y los administradores de edificios deben tomar medidas para reducir la filtración
del aire exterior. Los sistemas de aire acondicionado, especialmente aquellos con filtros
efectivos, disminuyen considerablemente los niveles de partículas en los ambientes interiores.
Las escuelas, los centros de cuidado infantil, las casas de retiro, las clínicas de reposo, los
hospitales y los hospicios deben brindar habitaciones con aire acondicionado para personas
particularmente sensibles. En la medida de lo posible, estos sistemas de aire acondicionado
deben contar con filtros efectivos y las personas deben buscar ambientes protegidos por ellos.

3.4.2 MODIFICACIONES EN EL ESTILO DE VIDA


Además de la permanencia en ambientes interiores, las autoridades también deben asesorar al
público sobre otras medidas que permitan mitigar la exposición a través modificaciones en su
estilo de vida como la reducción de la actividad física y la restricción del consumo de cigarrillos.

3.4.3 USO DE PURIFICADORES DE AIRE

Los purificadores de aire pueden usarse como una medida de mitigación de la contaminación
producida por incendios de vegetación; se debe publicar información sobre su efectividad. Los
purificadores de aire portátiles son aparatos compactos y autónomos, diseñados para reducir los
niveles de material particulado en un ambiente cerrado. En caso de neblina intensa, pueden
disminuir la presencia de partículas finas de una sala o un dormitorio típico hasta un nivel
aceptable; por ejemplo, cuando la lectura del IEC debido a material particulado excede 200. Los
purificadores de aire se clasifican según el Clean Air Delivery Rate (CADR), que describe el
volumen de aire filtrado por un purificador. Si el CADR de un aparato corresponde al espacio
específico en el cual es colocado, se puede lograr una purificación efectiva del aire. Se deben
elaborar recomendaciones sobre el uso de purificadores de aire, especialmente para hogares
cuyos miembros son vulnerables a los efectos del deterioro de la calidad del aire. Se podrían
realizar evaluaciones basadas en los modelos de purificadores de aire disponibles en el mercado
(o establecer un programa de certificación) y asesorar al público sobre la adquisición del modelo
más adecuado para sus casas u oficinas. Lamentablemente, la economía limitará la distribución

13
de esos aparatos entre la población. Como ocurre con los sistemas de aire acondicionado, el uso
creciente de purificadores de aire puede tener un impacto significativo en el consumo de energía.

3.4.4 USO DE MÁSCARAS

Se debe asesorar al público sobre el uso de máscaras, especialmente cuando los individuos
realizan actividades en ambientes exteriores durante los periodos de contaminación del aire.
Asimismo, se debe informar al público sobre la selección adecuada de máscaras y su utilidad
relativa para la filtración de las partículas presentes en la neblina generada por el humo. Si bien
las máscaras provisionales (por ejemplo, los pañuelos) son poco costosas y están al alcance de
gran parte de la población, su efectividad es cuestionable. Al margen de esta reserva, es probable
que los beneficios de usar máscaras compensen los costos fisiológicos y económicos.

Básicamente, existen dos tipos de máscaras en el mercado: las máscaras quirúrgicas y los
respiradores. Se debe advertir al público de la utilidad limitada de las máscaras quirúrgicas para
prevenir la inhalación de emisiones de partículas finas durante los incendios de vegetación.
Generalmente, esas máscaras no pueden filtrar partículas de menos de 10 µm. En contraste, los
respiradores, que son máscaras especiales diseñadas para proteger a los trabajadores expuestos a
peligros relacionados con la salud ocupacional, con frecuencia, pueden filtrar 95% o más de las
partículas finas producidas durante de este tipo incendios.

Si bien los respiradores pueden ser útiles, resultan incómodos e incrementan el esfuerzo
necesario para respirar. Pueden ser usados por personas que padecen enfermedades crónicas
cardiorrespiratorias, pero su empleo debe basarse en una recomendación médica. De acuerdo con
algunas evaluaciones, durante un periodo de uso de ocho horas, un respirador de 95% de
eficiencia puede brindar sin dificultad una filtración satisfactoria para respirar a un adulto
saludable promedio. La resistencia respiratoria y la incomodidad del usuario se incrementan a
medida que se elevan los niveles de eficiencia.

Durante un episodio intenso de neblina, el público debe evitar actividades en ambientes


exteriores, antes que usar una máscara y permanecer en dichos ambientes durante periodos
prolongados. Sin embargo, para aquellas personas que no pueden evitar permanecer en
exteriores, el uso de respiradores brinda cierto alivio. Quienes padecen enfermedades
cardiopulmonares y requieren de máscaras por recomendación médica, deben elegir el respirador
adecuado, es decir, aquel diseñado para remover partículas.

Clasificación y descripción de los respiradores según su modo de operación

v Respiradores que purifican el aire:

Ø Antes de ser inhalado, el aire pasa a través de un filtro, cartucho o envase que remueve
partículas, vapores, gases o una combinación de estos contaminantes. La actividad
respiratoria del usuario opera el respirador que funciona sin electricidad.

v Respiradores que suministran aire:

14
El usuario recibe aire limpio e independiente del aire ambiental.

Ø Respirador autónomo (RA). El usuario lleva un suministro de aire, oxígeno o material


generador de oxígeno;

Ø Respiradores con suministro de aire;

Ø Máscara con manguera: consta de una máscara para el rostro, un tubo de respiración, un
equipo de seguridad resistente y una manguera suministradora de aire, también
resistente, de amplio diámetro y que no se dobla.

Elección del respirador:

Para elegir un respirador, se debe comprender claramente el riesgo que implica para los usuarios.
Los factores que se deben considerar incluyen las emisiones, la concentración de oxígeno, el
tiempo de exposición y la actividad física. También se puede considerar el uso de máscaras para
el rostro con cartuchos o RA. En Estados Unidos, el Occupational Safety and Health
Administration (OSHA) y el National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) han
definido normas para regular el uso y la certificación de respiradores (NIOSH, 1995; OSHA,
1998b). De acuerdo con estos reglamentos (42 CFR parte 48), el NIOSH, por ejemplo, certificará
tres clases de filtros (N, R y P) con tres niveles de eficiencia (95, 99 y 99,97%) para cada clase.
La eficiencia indica el grado de remoción de partículas pequeñas (0,3 µm). Los respiradores de la
serie N (no resistentes a aceites) brindan protección contra partículas libres de aceite u otros
aerosoles de deterioro severo. Estos respiradores no tienen límites de tiempo excepto para la
retención de partículas y son adecuados para el humo generado por los incendios de vegetación.

En Europa, la European Committee for Standardization (CEN) también tiene normas para la
protección y clasificación de respiradores (CEN, 1999). En cuanto a las partículas, existen tres
niveles de eficiencia del filtro: P1 (80%), P2 (94%) y P3 (99,97%). Los respiradores P1 también
son adecuados para este tipo de humo.

La elección de un respirador aprobado por el NIOSH o CEN dependerá de su disponibilidad en


la región o el país. Asimismo, existen otras instituciones que aprueban respiradores en diferentes
países y su elección dependerá de las normas locales vigentes. El cuadro 3.4.4-1 sirve de guía en
la elección de respiradores para el público en general.

15
Cuadro 3.4.4-1 Relación aproximada entre los efectos generales de las concentraciones de
humo producido por incendios destructivos en la salud y los respiradores recomendados

Material Efectos generales en la salud Respirador recomendado


particulado
MP10 [µg/m3]

150 Síntomas ligeros Ninguno

350 Síntomas graves y reducción de la N95 o P1 para personas


tolerancia en grupos particularmente particularmente sensibles que
sensibles realizan actividades en
ambientes exteriores

500 Presentación prematura de algunas N95 o P1 para personas


enfermedades además de síntomas graves saludables que realizan
y reducción de la tolerancia en personas actividades en ambientes
saludables. exteriores

600 Muerte prematura en personas enfermas y N95 o P1 para personas


ancianas. Las personas saludables particularmente sensibles en
experimentarán síntomas adversos que instalaciones interiores sin
afectan sus actividades. control atmosférico.

800 Síntomas agudos y discapacitantes N95 o P1 para personas


experimentados por sectores saludables en instalaciones
significativos de la población. interiores sin control
atmosférico.

3.4.5 MEDIDAS DE PREVENCIÓN EN AMBIENTES EXTERIORES

Es necesario tomar medidas preventivas para proteger la salud y la seguridad de los trabajadores
que deben mantener sus actividades en ambientes exteriores. Los empleadores deben brindar
respiradores adecuados a los trabajadores, quienes deben usarlos en dichos ambientes como parte
de los requerimientos de seguridad para proteger su salud. Quienes no pueden usar respiradores y
trabajan en ambientes exteriores, deben ser trasladados para que realicen tareas en interiores.
Además, se deben minimizar los trabajos en exteriores que impliquen actividad física intensa.
Por razones de seguridad, no se debe permitir labores en exteriores que supongan riesgos de
caída desde altura, a menos que se hayan tomado medidas preventivas para reducirlos.

16
Los trabajadores que padecen enfermedades cardiacas o respiratorias son más sensibles a los
efectos de la neblina y deben consultar con el médico sobre la conveniencia de trabajar en
exteriores y usar respiradores. Si tienen problemas para hacerlo, los empleadores deben
trasladarlos para que realicen labores en interiores, que requieran menos esfuerzo físico.

3.4.6 EVACUACIÓN A REFUGIOS DE EMERGENCIA

Durante episodios graves, la preparación de refugios de emergencia con sistemas efectivos de


aire acondicionado y filtración de partículas constituye otra medida de protección. Las personas
particularmente sensibles que no tienen acceso a otros ambientes con aire acondicionado deben
tener acceso libre a esos refugios. Pueden estar ubicados dentro de grandes instalaciones
comerciales, instituciones educativas o centros comerciales. Sin embargo, también se debe
considerar el riesgo de infección debido al sobrepoblamiento en estos locales.

No se recomienda como medida de mitigación, la evacuación de poblaciones enteras a otras


zonas geográficas en respuesta a un episodio de neblina producida por el humo.

3.4.7 ACTIVIDADES EDUCATIVAS Y COMERCIALES


La decisión de cerrar o restringir las actividades comerciales dependerá de factores de tránsito,
salud, ambientales y socioeconómicos, así como de otras condiciones locales. De acuerdo con el
diseño de los edificios, la exposición dentro de las escuelas puede ser similar a la de las
viviendas o los negocios. Sin embargo, la visibilidad puede ser tan baja durante episodios graves
que el riesgo de accidentes de tránsito puede elevarse. Además, las emisiones industriales se
pueden restringir de acuerdo con la contaminación del aire local y las características de las
emisiones industriales.

17
3.4.8 RECOMENDACIONES

o Para mejorar la protección que brinda la permanencia en ambientes interiores, los ocupantes
de las viviendas y los administradores de edificios deben tomar medidas destinadas a
reducir la filtración del aire exterior.

o Las escuelas, los centros de cuidado infantil, las casas de retiro, las clínicas, los hospitales y
los hospicios están obligados a brindar cuartos con aire acondicionado a las personas
particularmente sensibles. Estos cuartos deben contar con filtros efectivos.

o Durante episodios graves de humo, se debe asesorar al público sobre las modificaciones
que necesitan hacer en sus estilos de vida, como la reducción de las actividades físicas y la
restricción del consumo de cigarrillos.

o Se debe evaluar el uso de purificadores de aire portátiles y asesorar apropiadamente al


público sobre la compra de modelos adecuados de estos implementos para casas y oficinas.

o Se debe informar al público sobre los tipos de máscaras contra el polvo y los respiradores y
su utilidad relativa para la filtración de partículas de humo. Esto incluye el uso y la
selección adecuada de máscaras y respiradores disponibles en el mercado.

o Se deben tomar medidas preventivas como la entrega de respiradores adecuados para


proteger la salud y la seguridad de los trabajadores que deben mantener sus labores en
exteriores.

o Durante episodios graves, las personas particularmente sensibles deben tener acceso libre a
refugios de emergencia con aire acondicionado (que permitan una filtración adecuada de las
partículas). Estos refugios pueden estar ubicados dentro de grandes edificios comerciales,
instituciones educativas o centros comerciales.

3.5 ORIENTACIONES METODOLÓGICAS PARA LA


EVALUACIÓN DE LOS EFECTOS DE LOS INCENDIOS DE
VEGETACIÓN EN LA SALUD

3.5.1 ANTECEDENTES

Los efectos de la exposición a la contaminación del aire en la salud están determinados por
varios factores como las características de los contaminantes, las exposiciones sufridas por la
población, las exposiciones individuales, la susceptibilidad de los individuos expuestos, factores
potenciales de confusión y la gama de efectos en la salud que se han estudiados en este

18
documento. La disponibilidad de datos sobre esos factores afecta en gran medida el tipo de
estudio que pueda realizarse.

Los diseños de estudios sobre la epidemiología de la contaminación del aire son muy variados e
incluyen las siguientes posibilidades: estudios de exposición controlada de corto plazo (estudios
de cámara), estudios de exposición de corto plazo y estudios de exposición de largo plazo. Esta
sección se centrará en los dos últimos diseños, ya que reflejan el enfoque epidemiológico típico
para el problema de la exposición a la contaminación del aire. Sin embargo, durante un periodo
de emergencia, se deben determinar las necesidades inmediatas de la comunidad expuesta al
humo producido por los incendios de vegetación. En esa situación, las autoridades pueden
realizar una rápida evaluación epidemiológica centrada en las preocupaciones demográficas y de
salud de la comunidad afectada.

Un componente importante de un plan de salud pública para tratar las exposiciones relacionadas
con la contaminación es un sistema de vigilancia para monitorear las enfermedades respiratorias
o cardiovasculares. Si bien muchos países cuentan con un sistema de ese tipo para enfermedades
infecciosas, muy pocos tienen uno similar para males no infecciosos. Sin embargo, con el
creciente número de bases computarizadas de datos clínicos, es posible implementar un sistema
de vigilancia para enfermedades relacionadas con la contaminación del aire producida por los
incendios.

3.5.2 FACTORES POTENCIALES DE IMPORTANCIA PARA LOS


ESTUDIOS
Dado el objetivo de proteger la salud pública, se debe conocer la amplia variedad y todo el
potencial de los factores que pueden afectar la salud a fin de tener una comprensión integral de
los efectos de los incendios de vegetación en este campo. Si bien se han documentado emisiones
totales y efectos adversos del material particulado en la salud, no se dispone de información
sobre otros factores que pueden afectar la salud humana. Sin embargo, estos se deben considerar
al momento de evaluar esos efectos para un incendio de vegetación, especialmente en países en
desarrollo. Estos factores adicionales se pueden presentar en futuros incendios. Entre los más
importantes están los siguientes:

v Mediciones de la contaminación del aire en la comunidad

Contar con sistemas de monitoreo establecidos en la población (y no en la fuente) es


importante para obtener mejor información sobre las exposiciones sufridas por la ciudadanía.

Ø Material particulado (MP10, MP2,5)

La tendencia actual consiste en obtener más datos sobre la fracción de material


particulado más fino. Las fracciones más gruesas pueden contener polvo o arena, lo que
puede afectar la visibilidad, pero tienen un efecto mínimo en la salud humana. La
fracción de partículas finas es probablemente el mejor indicador del humo generado por
incendios.

19
Ø Monóxido de carbono y ozono

El monóxido de carbono es un indicador de combustión incompleta y puede ser una


medida muy útil para la exposición al humo. Los niveles de ozono se pueden elevar
debido a un incendio de vegetación, pero estos niveles se incrementan mínimamente en
comparación con los de contaminación con partículas. La medición del nivel de ozono no
debe formar parte de la respuesta de salud pública a una emergencia generada por este
tipo de incendios.

Ø Compuestos orgánicos volátiles (COV)

Los COV pueden servir de marcadores para la exposición a contaminantes relacionados


con incendios. Sin embargo, solo son útiles como una herramienta de investigación; la
medición del nivel de COV no debe formar parte de la respuesta de salud pública a una
emergencia generada por incendios de vegetación.

v Datos sobre la exposición humana a contaminantes (los datos de este tipo son más escasos)

Ø Muestreo del aire en viviendas o individuos

Si bien este tipo de muestreo brinda datos más valiosos, no resulta práctico para estudios
de gran escala. Algunas investigaciones han usado sistemas de monitoreo personal para
validar el uso de monitores establecidos en la población.

Ø Biomarcadores de exposición

Si se identifica un COV apropiado, será posible obtener y analizar muestras de sangre, ya


que este componente constituye un indicador de exposición reciente.

Ø Factores ambientales no contaminantes asociados con la calidad del aire y con efectos en
la salud.

La mayoría de efectos en la salud que se han estudiado (exacerbación de enfermedades


respiratorias y de la hospitalización) están afectados por cambios climáticos, los cuales
pueden, a su vez, influir en la contaminación del aire debido a factores tales como las
inversiones y la velocidad del viento. Las cantidades importantes que deben considerarse
incluyen la temperatura, la velocidad y la dirección del viento, la humedad, la
estacionalidad y la presencia de polen y otros alergenos.

v Factores que afectan la exposición individual a los contaminantes del aire exterior.

Todo estudio epidemiológico debe considerar los siguientes factores:

Ø Patrón de tiempo de las actividades

20
En la mayoría de países desarrollados y en muchos países en desarrollo, más de 90% del
tiempo transcurre en ambientes interiores. Esta proporción puede variar entre los distintos
países.

Ø Características de las viviendas

Las personas que viven en estructuras que permiten un intercambio de aire con el
ambiente exterior (por ejemplo, por medio de ventanas abiertas) pueden experimentar una
mayor susceptibilidad a enfermedades respiratorias que quienes se encuentren en
estructuras cerradas. En muchas regiones tropicales no existe un verdadero ambiente
“interior”.

Ø Intervenciones para reducir la exposición a los contaminantes

Si bien se ha recomendado realizar estas intervenciones, su efectividad aún es incierta.

Ø Máscaras o respiradores; generalmente, incrementan el esfuerzo de respiración

Ø Permanencia en ambientes interiores

v Factores que afectan a consecuencias en la salud y la exposición a los contaminantes entre


los individuos.

Ø Edad, etnia y género

Por lo general, los niños pequeños y los ancianos se encuentran con mayor riesgo de
morbilidad y mortalidad cardiopulmonar.

Ø Enfermedades preexistentes

Las personas que padecen enfermedades respiratorias (asma y enfermedades pulmonares


obstructivas crónicas) o cardiacas son generalmente más particularmente sensibles a los
contaminantes del aire.

Ø Embarazo

Ø Condición socioeconómica

La condición socioeconómica puede influir en la exposición a los contaminantes (debido a


la ubicación o al tipo de vivienda) y en los efectos en la salud (debido al acceso a la
atención en salud y al tratamiento médico). Las personas con mayor acceso a recursos y
servicios tendrían los medios necesarios para adoptar medidas preventivas contra
emisiones relacionadas con incendios, como el uso de purificadores de aire y de filtros y
sistemas de aire acondicionado.

21
Ø Exposiciones ocupacionales

Algunas exposiciones ocupacionales están relacionadas con enfermedades respiratorias


crónicas. Los trabajadores que laboran en ambientes exteriores tienen mayor riesgo de
contraer enfermedades respiratorias que quienes lo hacen en ambientes interiores. La
exposición total debido a la contaminación del aire, interior y ocupacional puede diferir
considerablemente de la exposición ambiental.

Ø Consumo de tabaco

El tabaco es conocido por causar enfermedades respiratorias y pulmonares, incluido el


cáncer al pulmón. Los fumadores tienen mayor riesgo que los no fumadores de sufrir otros
efectos crónicos en la salud respiratoria. Estos efectos se pueden exacerbar cuando se
incrementan las emisiones transportadas por el aire.

Ø Condición nutricional

Una condición nutricional deficiente puede aumentar la susceptibilidad de las personas a la


contaminación del aire.

Ø Prácticas de cocina

Las mujeres, especialmente en los países en desarrollo, tienen riesgo de contraer


enfermedades respiratorias debido a que cocinan con fuego abierto dentro de sus viviendas.

Ø Acceso a la información, atención médica y agua potable

Las personas con acceso a medios de comunicación están alertas ante los episodios de
humos o neblina y disponen de información para responder a ellos. Las personas con
acceso a la atención médica tienen mayor posibilidad de sobrevivir a las enfermedades que
aquellas con un acceso limitado. El acceso al agua potable durante episodios de sequía que
ocurren junto con los incendios representa una condición de salud favorable.

v Efectos en la salud

El tipo de efecto en la salud estudiado depende de los tipos de datos disponibles y del tipo
de análisis planificado.

Ø Mortalidad

Si bien se dispone de datos sobre mortalidad, la calidad de la información específica


sobre sus causas puede variar en cada país.

22
Ø Hospitalizaciones por enfermedades cardiopulmonares

Con frecuencia, esta información se obtiene a partir de datos administrativos o registros.


Asimismo, se puede obtener directamente de los hospitales, pero ello requiere una
búsqueda manual.

Ø Admisiones a las salas de emergencias

Algunas veces, esa información se puede obtener a través de datos administrativos. Se


han realizado muchos estudios con datos extraídos de registros de las salas de
emergencias.

Ø Exacerbación sintomática

Este componente de los estudios de panel o cohorte se puede relacionar con las
admisiones u hospitalizaciones en las salas de emergencias.

Ø Cambios en la función pulmonar

Este factor es parte de un estudio de panel y requiere el uso del flujo máximo o de una
medición espirométrica portátil. Asimismo, puede ser parte de un estudio de exposición y
no exposición.

Ø Síntomas cardiopulmonares

Esta variable también forma parte de un estudio de panel, de un estudio de exposición y


no exposición o una investigación de corte transversal. Los síntomas típicos incluyen tos,
respiración sibilante, falta de aliento y angina.

Ø Enfermedad respiratoria superior

Esta variable también forma parte de un estudio de panel, de un estudio de exposición y


no exposición o de una investigación de corte transversal.

Ø Irritación de la membrana mucosa

Esta variable forma parte de un estudio de panel o de una investigación de corte


transversal. Incluye conjuntivitis e irritación del oído, la nariz o la garganta.

3.5.3 DISEÑOS DE ESTUDIOS PARA DETECTAR EFECTOS


RELACIONADOS CON EXPOSICIONES AGUDAS EN LA SALUD

Los efectos en la salud pueden ser la muerte, la hospitalización, la exacerbación de


enfermedades, el agravamiento de enfermedades preexistentes y el empeoramiento de síntomas y
parámetros fisiológicos como la función pulmonar.

23
v Estudios centrados en la población

Por lo general, estos modelos de estudio se centran en efectos como la mortalidad o la


hospitalización por males específicos o por todas las enfermedades. En esta categoría, el
prototipo es el estudio de muertes relacionadas con el episodio de niebla ocurrido en Londres
en 1952.

v Estudios de series temporales

En los últimos años, se han publicado numerosos estudios de series temporales que se
centran en el efecto de la contaminación del aire por partículas en la mortalidad relacionada
con enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como en las hospitalizaciones por
enfermedades como el asma, la neumonía, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC), la enfermedad de la arteria coronaria y el paro cardiaco congestivo. Estos estudios
pueden ser muy complicados desde un punto de vista analítico.

v Estudios de cohortes

Por lo general, estos estudios se centran en efectos como los síntomas, la exacerbación de
enfermedades o la complicación de la función pulmonar.

v Estudios de panel

Los estudios de panel miden datos (flujos máximos, uso de broncodilatadores, síntomas
asmáticos, posible monitoreo personal) en un grupo reducido de personas (por ejemplo,
asmáticos) durante un lapso relativamente corto. Esos estudios dependen del autorreporte y
pueden presentar dificultades en el análisis.

v Estudios de casos y controles

En esos estudios, se realiza un muestreo en personas con un efecto agudo en la salud como
la exacerbación de un mal preexistente, la hospitalización por una enfermedad pulmonar o la
muerte por enfermedad cardiopulmonar; luego, los individuos se comparan con personas
similares que no presentan los síntomas. Asimismo, se evalúan las exposiciones previas a
contaminantes y otros factores de riesgo. Entre las limitaciones figuran los problemas para
evaluar las exposiciones retrospectivas. Los estudios de casos y controles pueden ser un
modelo útil para examinar los efectos de las intervenciones preventivas.

3.5.4 DISEÑOS DE ESTUDIOS PARA DETECTAR EFECTOS


RELACIONADOS CON EXPOSICIONES CRÓNICAS

Los efectos en la salud de la exposición crónica a los contaminantes del aire pueden incluir
mortalidad, tasas de hospitalización, tasas de enfermedad (como EPOC, enfermedad cardiaca y
cáncer al pulmón) y deficiencia de la función pulmonar. En contraste, los estudios relacionados

24
con la exposición a incendios de vegetación se centran en los efectos agudos en la salud. Así,
todo estudio acerca de exposiciones y efectos crónicos en la salud debe formar parte de un
proyecto de investigación y no de una respuesta de salud pública ante una situación de
emergencia.

v Estudios ecológicos centrados en la población

En estos estudios, no se llega a conocer la exposición específica de una persona, pero sí las
de la comunidad. El objetivo consiste en observar los efectos (tasas de mortalidad o
enfermedad presentada en el largo plazo) en áreas con distintos niveles de contaminación del
aire. El hecho de que tomen en cuenta factores de confusión y el aseguramiento de la calidad
de los datos son aspectos importantes de este tipo de estudios.

v Estudios de cohortes

Los estudios de cohortes recolectan datos de base de distintos grupos de sujetos (según sexo,
edad, condición de fumador/no fumador, ocupación, enfermedad presente o subyacente, etc.).
Los grupos de personas. Estos grupos son estudiados durante un tiempo para observar efectos
como mortalidad prematura, desarrollo de enfermedades cardiopulmonares o la complicación
de la función pulmonar. Si bien estos estudios tienen potencial para generar datos muy
importantes en una población bien definida, son limitados debido a su costo elevado y a su
dificultad de aplicación.

v Estudio de casos y controles

Los estudios de casos y controles realizan un muestreo en personas con un efecto crónico en
la salud (como el desarrollo de EPOC, el cáncer al pulmón o paro cardiaco congestivo) y
personas que no lo presentan. Luego, evalúan las exposiciones previas a contaminantes y
otros factores de riesgo en ambos grupos. Entre las limitaciones de este tipo de estudio, están
los problemas con la evaluación de exposiciones retrospectivas.

3.5.5 EVALUACIÓN DE LOS DATOS


Los datos recolectados en cualquiera de los estudios presentados se deben analizar
cuidadosamente para determinar los factores de confusión y covariantes adecuados. Las técnicas
de análisis estadístico varían según el diseño aplicado y están fuera del alcance de este
documento. Se han desarrollado nuevas rutinas estadísticas para determinar mejor los factores
importantes para estudiar los efectos en la salud relacionados con exposiciones a contaminantes.

3.5.6 PRIORIDADES

Las prioridades de un plan de investigación para evaluar los efectos en la salud dependerán del
tipo de recursos y datos disponibles, así como de la información que se espere obtener. Es poco
probable que la investigación sirva de guía a los encargados de tomar decisiones durante una

25
emergencia excepto cuando ya existe una vigilancia permanente de las enfermedades
cardiorrespiratorias y se brinden datos en tiempo real. Si bien los estudios prospectivos son
valiosos y ofrecen información importante, dependen de exposiciones constantes o predecibles
en la población estudiada. Los incendios de vegetación son episódicos y sus efectos en la salud
pueden ser difíciles de evaluar a través de estudios prospectivos. Para investigaciones realizadas
luego de un incendio forestal, los análisis retrospectivos de los datos existentes brindarían
información más útil para los encargados de tomar decisiones.

3.5.7 CONCLUSIONES

La identificación de los efectos en la salud relacionados con incendios de vegetación es una tarea
difícil. Existe una gama de modelos de estudios según los recursos y los datos disponibles. Sin
embargo, todo modelo requiere una planificación cuidadosa del diseño, implementación y
análisis.

El Ministerio de Salud puede establecer un sistema de vigilancia para enfermedades


cardiorrespiratorias crónicas antes de una emergencia de este tipo que permita monitorear los
cambios en esos males. De lo contrario, es poco probable que una vigilancia permanente brinde
información confiable para tomar las medidas necesarias. Luego de un incendio, los centros de
salud disponen de varios diseños de estudios para determinar los efectos de dichos episodios en
la salud y para elaborar una política basada en los datos y los resultados obtenidos.

3.6 APLICACIÓN DE GUÍAS APROPIADAS PARA LA CALIDAD


DEL AIRE DE CORTO PLAZO

3.6.1 INTRODUCCIÓN

El objetivo principal de estas guías es proteger la salud pública de los efectos del humo generado
por los incendios de vegetación. Las guías para calidad del aire establecen niveles de exposición
que no constituyen un riesgo significativo para la salud y están basadas en la información
científica más reciente. Asimismo, pueden incluir aspectos ecológicos. Para definir las normas de
calidad del aire, las autoridades nacionales y locales deben considerar otros factores al momento
de tomar decisiones relacionadas con la evaluación y manejo de riesgos, incluidos los niveles de
exposición prevalentes, la factibilidad técnica, las medidas de control en la fuente, las estrategias
de mitigación, así como las condiciones sociales, económicas y culturales (OMS, 1987).

3.6.2 LA DOBLE FUNCIÓN DE LAS GUÍAS PARA CALIDAD DEL AIRE


DE CORTO PLAZO COMO UNA HERRAMIENTA PARA EL
MANEJO DE RIESGOS

26
Cuando se deteriora la calidad del aire debido a un incendio de vegetación, se requiere una
acción inmediata para mitigar los efectos adversos en la salud de la población. En esa situación,
las guías para calidad del aire también deben servir como una herramienta de información para
tomar las medidas adecuadas. Estas guías deben relacionar la calidad del aire y los niveles de
exposición con las medidas públicas de prevención y las actividades de comunicación de riesgos
para la salud (véase la sección 3.3). Se deben establecer diferentes niveles de exposición, efectos
en la salud y medidas para operar en el campo (por ejemplo, leve, moderado, grave), incluidos
los factores no relacionados con la salud. Este enfoque se ilustra con dos casos de guías para la
gestión de la calidad del aire adoptadas en Europa y los Estados Unidos.

Primero, diversos países de Europa usan un “sistema de alerta de la contaminación del aire”
como guía para medir las exposiciones máximas a la niebla en zonas urbanas durante invierno o
verano (OMS, 1992). Por lo general, cuando se espera que los efectos sean leves, no se requiere
otra medida que anunciar la alerta y las implicancias para la salud. Cuando se espera que los
efectos sean moderados, se debe asesorar al público sobre la exposición o reducción de la dosis
para personas particularmente sensibles. Cuando se espera que los efectos sean graves, se pueden
considerar medidas voluntarias adicionales y de emergencia en el corto plazo, como el cierre de
escuelas y la restricción del tránsito.

Por otro lado, la EPA y diversas instituciones han desarrollado el IEC, un índice de calidad del
aire urbano, basado en medidas ambientales integradas de contaminantes criterios (EPA, 1994).
La EPA y las autoridades locales usan el IEC como una herramienta de información pública para
asesorar a la población acerca de los efectos generales en la salud asociados con diferentes
niveles de contaminación y para determinar las medidas preventivas necesarias. Como en el caso
de Europa, un ligero incremento en el índice o en el material particulado también aumentará las
prestaciones de salud por parte del Estado y las autoridades locales. El siguiente nivel conducirá
a una etapa de “alerta” cuando la contaminación pueda restringir algunas actividades. Un nivel
superior dará lugar a una etapa de “advertencia”, durante la cual se pueden prohibir algunas
actividades que producen contaminación. El siguiente nivel sería de “emergencia” y requeriría
un cese de la mayoría de actividades contaminantes.

3.6.3 APLICACIÓN DE LAS GUÍAS PARA CALIDAD DEL AIRE DE LA


OMS

El humo de los incendios de vegetación consiste en partículas finas que pueden respirarse. Estas
partículas están sujetas a un transporte transfronterizo y de largo alcance, lo cual incrementa en
el corto plazo los niveles de material particulado en las áreas afectadas. El material particulado se
debe considerar de manera especial al momento de elaborar guías sobre calidad del aire
apropiadas de corto plazo. Nuevos datos epidemiológicos no permitieron identificar un nivel
umbral de exposición a las partículas por debajo del cual no se produce ningún efecto (Wilson y
Spengler, 1996; OMS, 1999). A fin de establecer sus propios niveles, las autoridades nacionales
y locales se basan ahora en las relaciones entre exposición a las partículas y efectos en la salud,
en lugar de hacerlo en los niveles umbrales usuales.Este enfoque de evaluación de riesgos asume
que existen efectos en la salud en todos los niveles de exposición y que se deben elaborar
políticas para minimizar el riesgo de que estos se produzcan.

27
Para fines prácticos, las guías sobre calidad del aire se pueden desarrollar para incendios
forestales de corto plazo a partir del enfoque general de las guías de la OMS (OMS, 1987; 1999),
en combinación con una perspectiva sobre manejo de riesgos como la descrita antes. Pueden
existir interrogantes con respecto al tiempo promedio y a las mediciones que representen mejor
la calidad del aire o los niveles de exposición. El tiempo promedio usado y reportado en las guías
puede ser de 24 horas, lo cual es conforme con la evidencia disponible en los estudios de series
temporales sobre efectos de la exposición diaria en el corto plazo. Debido a que el material
particulado es el contaminante principal de los incendios de vegetación, la medición de las
concentraciones de partículas se debe aplicar en las guías sobre dichos incendios para reflejar
directamente sus efectos en la salud.

En la práctica, las autoridades nacionales y locales pueden establecer algunos niveles para el
material particulado (MP10 o MP2,5) relacionados con efectos en la salud, así como actividades de
asesoría pública y mitigación (véanse las secciones 3.3, 3.4). Por ejemplo, se pueden desarrollar
tres niveles por encima del nivel de fondo normal: la etapa leve (alerta), la moderada
(advertencia) y la grave (emergencia). La información disponible sobre exposición-respuesta en
las guías para calidad del aire de la OMS puede servir de base para elaborar esos intervalos de
manera apropiada para cada país o región. La figura 3.6.3-1 ilustra la idea de las guías para
calidad del aire de corto plazo para humos generados por incendios de vegetación.

Figura 3.6.3-1 Diversos niveles de los sistemas de alerta

28
Etapas propuestas para la asesoría

En las siguientes medidas se recomienda que las personas permanezcan en ambientes interiores
para reducir la exposición al humo. Sin embargo, esa recomendación no se aplica a viviendas
expuestas a corrientes de aire, selladas de manera deficiente y con una alta tasa de intercambio
de aire.

Nivel 1. Alerta

Medida: Todas las personas con enfermedades pulmonares o cardiacas deben permanecer
en interiores con las puertas y las ventanas cerradas, y evitar trabajos excesivos, así como
la exposición al humo del tabaco y otras sustancias irritantes. Las personas que toman
medicamentos regularmente deben disponer por lo menos de una provisión para cinco
días. Las personas con enfermedades crónicas deben solicitar orientación a sus médicos,
sin importar la ocurrencia de síntomas. El resto de la población debe contactar a un centro
de atención de salud cuando surjan algunos de los siguientes síntomas: dolor de cabeza,
tos constante, opresión o dolor en el pecho, respiración sibilante, producción excesiva de
flema, dificultad para respirar y náuseas. Se deben evitar las actividades enérgicas en
ambientes exteriores.

Nivel 2. Advertencia

Medida: Las advertencias del nivel 1 también se aplican a este nivel. Además, se debe
asesorar a las personas con problemas respiratorios y cardiacos crónicos para la eventual
evacuación a ambientes libres de humo, siempre y cuando esto se pueda realizar de
manera segura. Ese ambiente puede estar ubicado lejos de la comunidad o en un lugar
“limpio”, como el refugio de la Cruz Roja o una escuela con ventanas y puertas bien
selladas y con equipos adecuados de filtración de aire. El resto de la población debe tratar
de permanecer en ambientes interiores con las puertas y las ventanas cerradas, evitar
trabajos pesados y la exposición al humo del cigarrillo y a otras sustancias irritantes.

Nivel 3. Emergencia, condiciones graves de humo

Medida: Las personas saludables que elijan permanecer en la comunidad deben


mantenerse en interiores, con las puertas y las ventanas cerradas, reducir sus actividades
físicas, disminuir el consumo de cigarrillos y conservar la energía. Las personas que
sientan molestias deben desplazarse fuera del área o hasta una instalación de “aire
limpio” previamente designada. Asimismo, los encargados de los centros de salud deben
reubicar a las personas con problemas respiratorios o cardiacos, así como a los ancianos,
enfermos y niños pequeños, en una instalación de “aire limpio”. Se debe tratar de
mantener a las familias unidas. Las personas reubicadas deben retornar a sus viviendas
tan pronto como las condiciones lo permitan.

29
Retorno

Medida: Las personas afectadas pueden retornar al área una vez que se haya controlado el
incendio destructivo, se haya declarado el área fuera de peligro y se hayan anulado todas
las alertas de salud pública.

30
4. PREVENCIÓN DE EPISODIOS QUE PUEDEN AFECTAR
LA SALUD

4.1 LA FUENTE: POLÍTICAS SOBRE INCENDIOS Y USO DE TIERRAS

Durante una reunión de expertos donde se evaluaron los incendios y humos de 1997 y 1998, la FAO
revisó las políticas públicas que afectan los incendios forestales. La reunión concluyó lo siguiente
(FAO 1998):

A menudo, el estado actual de las políticas nacionales de respuesta ante los incendios destructivos y
a los generados por características del uso de la tierra, se define por una reacción ad hoc ante una
situación que ya se ha desarrollado, en lugar de una mitigación preventiva antes de que surja la
emergencia. Con frecuencia, la elaboración de políticas no considera las causas fundamentales de la
incidencia y la propagación de incendios, que pueden estar fuera del sector forestal, como la
pobreza rural y el desamparo o los efectos de otras políticas públicas relacionadas con el uso de la
tierra y los incentivos. Algunas veces, la incidencia y la propagación de incendios pueden deberse a
políticas de manejo forestal mal diseñadas; en particular, a políticas de exclusión total de incendios
que han conducido a la acumulación de combustible y, en consecuencia, a liberaciones catastróficas
de fuego.

En general, las políticas de uso de tierras rara vez se basan en información fiable sobre las
implicaciones del grado o las causas de los incendios forestales. Tampoco incluyen procesos de
consulta o participativos con los más interesados y afectados. Incluso cuando se establecen políticas
vinculadas con la reducción de la incidencia y del daño producido por los incendios forestales,
pueden haber áreas institucionales débiles que no permiten su aplicación. Esto puede deberse a una
escasez de fondos públicos producto de la inestabilidad política o a problemas económicos.

Acción preliminar que se requiere para elaborar políticas públicas relacionadas con
el manejo de incendios y prácticas sustentables de uso de tierras:

Existe la necesidad de establecer sistemas fiables y actualizados para el reporte, análisis y


almacenamiento de datos en los niveles nacional, regional y mundial. Este tipo de datos, así como la
información sobre las causas de los incendios y sus efectos socioeconómicos y ambientales, son
indispensables para formular políticas y establecer un acuerdo internacional sobre los términos y
definiciones para el intercambio y diseminación de información.

La información sobre opciones de manejo de recursos y sus consecuencias es esencial para la


participación de todos los directamente interesados en la formulación y el desarrollo de políticas.

1
Conclusiones y recomendaciones a los países miembros sobre principios de políticas
para el uso sustentable de las tierras y los bosques:

Ninguna fórmula puede cubrir la amplia gama de condiciones ecológicas, socioeconómicas y


culturales que existen entre y dentro de las regiones, ni los diferentes objetivos de las diversas
sociedades. Sin embargo, existen ciertos principios generales comunes a todas las situaciones y
objetivos. Estos principios incluyen:

q Formulación de políticas nacionales y regionales que aborden específicamente los incendios


forestales como un componente integral de las políticas de uso de tierras.
q Flexibilidad en la implementación de políticas y capacidad para modificar y revisar las
relacionadas con los incendios.
q Objetivos claros y cuantificables en cuanto a políticas y estrategias de implementación para
minimizar los diversos efectos adversos de los incendios no controlados y maximizar los
beneficios de la prevención de incendios o uso controlado del fuego. Estos objetivos y
estrategias de implementación incluirían prácticas sustentables de uso de tierras, políticas
intersectoriales compatibles, responsabilidades conjuntas en el manejo de incendios en el
nivel comunitario y participación del sector privado y de las ONG.
q Participación de todos los directamente interesados en el desarrollo de políticas,
especialmente a través de la delegación de estrategias de manejo forestal a la comunidad.
Reconocimiento de los encargados de tomar decisiones de que el manejo sustentable de
tierras en muchos casos solo se puede lograr a través de la delegación del control de los
recursos forestales y de la participación de las comunidades en todos los aspectos de manejo y
protección contra incendios. Estas estrategias delegadas requerirán la revisión de las políticas
y leyes existentes, y la introducción de acuerdos apropiados de tenencia de tierras para brindar
incentivos orientados a una participación local equitativa en el manejo forestal y en la
protección y control de incendios.
q Se debe crear un marco político favorable para todos los aspectos del manejo sistemático de
incendios (prevención, detección, supresión, incendios prescritos, rehabilitación posterior a
los episodios, etc.) a fin de lograr un equilibrio apropiado entre prevención, supresión y uso de
incendios prescritos, a partir de las condiciones locales. Este marco debería generar esfuerzos
para cuantificar los valores monetarios y no comerciales relacionados con los costos y
beneficios para la sociedad y los encargados de tomar decisiones.
q Se requieren políticas para otras formas de uso de las tierras; en particular, políticas de crédito
que promuevan opciones no favorables a la deforestación.
q Las políticas que tienden a incrementar los incendios forestales deben considerar los efectos
en la salud pública. Las políticas encargadas de preservar la salud de los ecosistemas
propensos a incendios deben equilibrar la salud pública y la salud forestal.

2
Algunos aspectos técnicos pueden apoyar la formulación e implementación de políticas, tales como
los siguientes:

Manejo sistemático o integrado de incendios:

q Asignar más recursos humanos y financieros a la prevención de incendios para reducir el


gasto que se destinaría en el futuro para suprimirlos;

q Promover y reglamentar el incendio prescrito para diversos propósitos de uso de tierras,


incluida la reducción de combustibles peligrosos, e informar al público sobre las finalidades
de la quema prescrita. Sin embargo, se debe considerar que estos incendios son causados
por seres humanos y, por lo tanto, representan emisiones contra el balance de carbono de
un país, mientras que un incendio destructivo surge naturalmente cuando no se pueden
reducir las cargas de combustible (Protocolo de Kyoto; Naciones Unidas 1997).

q Definir el proceso mediante el cual se elaboran los planes de manejo de incendios para
alcanzar los objetivos del manejo de recursos de las unidades de conservación;

q Elaborar programas de educación, extensión y creación de conciencia pública sobre


incendios en general y en aspectos relacionados con políticas en particular, de acuerdo con
las necesidades de los directamente interesados;

q Implementar programas de capacitación en los diversos aspectos del manejo de incendios y


en todos los niveles, incluidas las brigadas de bomberos voluntarios y la capacitación de
agricultores en el uso seguro del fuego;

q Integrar la planificación del manejo de incendios con la de recursos intersectoriales;

q Promover prácticas de silvicultura para mantener ecosistemas saludables y, a la vez, reducir


los efectos de los incendios;

q Elaborar políticas para una estructura de autoridad sobre incendios que identifique
claramente a los responsables de los diversos organismos involucrados;

q Elaborar un programa especial de manejo de incendios para regiones contaminadas con


elementos radiactivos en Rusia, Ucrania y Belarús, debido a la amenaza de incendios de
vegetación contaminada con elementos radiactivos. Esto también incluiría un registro
cuidadoso de datos y experiencias para emergencias similares en el futuro.

3
Cooperación institucional:

q Promover la distribución de los costos del manejo de incendios entre los directamente
interesados en todos los niveles;

q Desarrollar una cooperación intersectorial en los niveles nacional y local;

q Desarrollar acuerdos internacionales que faciliten el intercambio de experiencias, e

q Incrementar la capacidad de manejo de incendios.

Restauración y rehabilitación:

q Rescatar los recursos utilizables después de los incendios;

q Promover la recuperación natural a través de la protección, siempre que sea posible, para
mantener la integridad genética;

q Comprender un nuevo aprovisionamiento cuando sea necesario, y

q Restaurar la infraestructura y rehabilitar las comunidades locales.

Tecnología, investigación e información:

Las nuevas tecnologías ofrecen los medios para introducir nuevas políticas de manejo y uso de
tierras más aceptables desde el punto de vista ambiental y social. Se debe prestar atención especial a
las técnicas de roza de “quema nula”.

Se debe fortalecer la investigación en los ámbitos nacional y regional para desarrollar políticas sobre
incendios y capacidades de manejo de estos, especialmente en torno a aspectos socioeconómicos y
culturales. Se requiere investigación sobre los incendios en varios temas:

q Desarrollo de nuevas tecnologías de detección a distancia para apoyar las decisiones sobre
manejo de incendios, incluidas las que hacen uso de sensores para la detección y alerta
temprana.

q Técnicas de recuperación posteriores al incendio, efectos de estos y procesos de recuperación


del ecosistema.

q Efecto del cambio climático en los regímenes y gravedad de los incendios.

4
La experiencia acumulada no debe dejarse de lado y se debe recopilar información local sobre las
prácticas tradicionales relacionadas con los incendios como una guía para las políticas orientadas a
manejarlos.

Se deben desarrollar sistemas para evaluar el daño y los beneficios de los incendios y centrarse en
sus costos y beneficios reales.

Las políticas y técnicas destinadas a incrementar la productividad agrícola, a la vez que alientan los
elementos positivos y desalientan los negativos, reducirán la conversión forestal para la agricultura
no sustentable y por lo tanto, disminuirán el daño causado por los incendios forestales.

Conclusiones y recomendaciones para las organizaciones internacionales:

Se requiere una colaboración y coordinación continua entre las diversas organizaciones


internacionales, incluidas la FAO, PNUD, PNUMA, OMS, OMM, otros organismos de las
Naciones Unidas y ONG, interesados en actividades relacionadas con los incendios forestales en los
ámbitos mundial y regional.

Se deben establecer acuerdos transfronterizos o regionales sobre manejo de incendios, con el apoyo
técnico y financiero de organizaciones internacionales.

Se alienta a las organizaciones internacionales a apoyar el diseño e implementación de un inventario


o sistema global de reporte de incendios, en colaboración con la comunidad científica y los usuarios.
Se requiere una terminología internacional sobre manejo de incendios para apoyar los sistemas de
reporte en los ámbitos mundial y regional.

Se requiere un sistema mundial de información sobre incendios que brinde acceso inmediato y en
tiempo real sobre este tipo de emergencias, datos de archivos y otras fuentes requeridas por los
países para elaborar programas de manejo de incendios, incrementar la preparación y responder a
brotes en los ámbitos nacional, regional y mundial.

Todas las organizaciones internacionales interesadas deben desempeñar una función catalítica en el
establecimiento de redes destinadas a promover la distribución de información y los conocimientos,
así como la cooperación técnica con los países en desarrollo en este terreno. Se deben asignar los
recursos necesarios para estos fines.

También se requieren guías y códigos de conducta para la prevención y control de incendios, no


solo en el sector forestal sino en todo sector que pueda tener un efecto en los incendios forestales
(por ejemplo, la de construcción de caminos y establecimiento de líneas de energía).

Aún se requiere asistencia técnica de las organizaciones internacionales, en particular en cuanto a


apoyo institucional y a la creación de capacidades.

5
Formulación de otras guías:

Desde que inició sus actividades en 1986, el International Tropical Timber Council (ITTC)
identificó los incendios forestales como un problema grave. En conformidad con una decisión
del ITTC, la International Tropical Timber Organisation (ITTO) formuló un conjunto de guías
internacionales para la protección de bosques tropicales contra incendios. Esto dio lugar a las
"ITTO Guidelines on Fire Management in Tropical Forests" en 1996 (anexo E). Las guías
contienen 29 principios y recomendaciones: política y legislación, estrategias (planificación del
manejo de incendios, opciones para el manejo de incendios, supresión de incendios, función de
las comunidades en la protección contra los incendios), monitoreo e investigación, marco
institucional y desarrollo de capacidades, aspectos socioeconómicos, manejo y uso de recursos
del terreno, y capacitación y educación pública.

En la consultoría de la FAO sobre "Public policies affecting forest fires”, el grupo de Europa
regional y Asia templada y boreal reconoció claramente que la ITTO había asumido una función
pionera en el diseño de un marco para la formulación de políticas y estrategias nacionales de manejo
de incendios. En consecuencia, el grupo recomendó:

"Siguiendo el ejemplo de las ITTO Guidelines on Fire Management in Tropical


Forests, se insta a la FAO que apoye la formulación de guías similares para
regiones boreales y templadas".

En el anexo E, se adjuntan las ITTO Guidelines on Fire Management in Tropical Forests.

4.2 RECOMENDACIONES

q Se debe implementar el Global Vegetation Fire Inventory (GVFI) para evaluar el potencial de
contaminación por humos e incendios en los ámbitos nacional, regional y global.
q Se debe fortalecer la capacidad de los centros de excelencia para monitorear, archivar y
diseminar información, así como para pronosticar riesgos de incendio y emergencias
similares.
q Se alienta a los organismos de las Naciones Unidas y otras organizaciones y programas
internacionales, en particular a la OMS, OMM, FAO, PNUMA, UNESCO, DIRDN e ITTO,
para que cooperen sinérgicamente en la prevención, manejo y mitigación de desastres
causados por incendios y humos.
q Se debe prestar atención especial a las emisiones radiactivas generadas por incendios en
terrenos contaminados con radionucleidos.
q Se requiere investigación adicional para recopilar información sobre incendios en
diferentes ecosistemas, así como para desarrollar factores de emisión, razones de emisión y
otros datos para la combustión con llama y sin llama (es decir, distribución del tamaño de
la partícula, composición, propiedades toxicológicas, etc.). Se debe determinar la variedad
de factores de emisión y las razones de emisión, así como la variabilidad y estabilidad de
las razones y factores de emisión con el transcurso del tiempo y el tipo de vegetación.

6
q Se requiere investigación adicional sobre los cambios fisicoquímicos y los factores que
contribuyen a las alteraciones que ocurren durante el transporte (meteorología local,
concentración de la pluma, etc.).
q Se debe recopilar información sobre los niveles de exposición y la actividad de los
incendios conjuntamente con episodios anteriores de incendios y humos.
q Se debe realizar una investigación sobre enfoques de mitigación, en particular:
Ø Evaluación de la factibilidad de los diferentes acuerdos para implementar “albergues en
caso de neblina” (en hogares privados, escuelas, hospitales, asilos y edificios públicos)
y se debe brindar protección contra la neblina a través de diferentes enfoques para la
filtración de aire, el sellado de habitaciones, etc.;
Ø Evaluación de los enfoques más efectivos para el control de una futura emergencia
generada por neblina mediante el transporte de grupos vulnerables hasta dichos
albergues; provisión de máscaras a trabajadores clave en ambientes exteriores y otros
métodos de mitigación;
Ø Evaluación de la eficacia de permanecer en ambientes interiores, incluida una
evaluación del efecto de las partículas exteriores en las concentraciones de aire interno
según los diversos tipos de edificios;
Ø Evaluación de la efectividad real del uso de máscaras para polvo por la población en
general, incluido su uso efectivo por los individuos: ajuste de las máscaras, eficacia de
los diversos tipos de máscaras disponibles y capacitación para mejorar la eficacia de las
estas;
Ø Investigación de las diversas máscaras que podrían ser efectivas como equipo de
protección personal para mitigar los efectos en la salud.
q Investigación relacionada con los efectos del humo producido por la quema de la biomasa
en la salud:
Ø Identificación de los mecanismos de efecto en la salud asociados con el humo
proveniente de la quema de la biomasa, y
Ø Evaluación del efecto del humo producido por la quema de la biomasa en la mortalidad
de la población en general.
q El trabajo futuro para identificar los efectos de los incendios de vegetación en la salud
también debe abordar los factores que influyen en dichas consecuencias. La bibliografía
disponible se centra principalmente en emisiones totales y la salud; sin embargo, este es
solo un criterio parcial de la amplia gama de temas incluidos dentro de los mencionados
efectos.
q El trabajo futuro debe incluir factores que afectan la exposición de las poblaciones a las
emisiones de incendios de vegetación. El conocimiento de las características químicas y
físicas de las emisiones que afectan las exposiciones humanas permitirá predecir
enfermedades o la muerte durante futuros incendios. Por ejemplo, las variaciones en la
vegetación y el contenido de humedad influyen en la descarga de monóxido de carbono en
diferentes áreas del mundo.

7
q En la comunidad científica se debe fomentar el trabajo orientado a establecer los
mecanismos biológicos para identificar los efectos de los incendios de vegetación en la
salud humana. Esta base es necesaria para determinar la vinculación entre causa y efecto y
fortalecer los resultados de los estudios ecológicos realizados hasta la fecha. El
conocimiento de la plausibilidad biológica ayudará a identificar los factores pertinentes
que afectan la salud humana en este tipo de incendios.
q Se debe alentar a la comunidad que trabaja en el campo de la salud para que mire más allá
de su esfera inmediata y explique los efectos de los incendios. Estos episodios y las
respuestas a ellos son multisectoriales, y por ello, se requiere un enfoque en la salud
multidisciplinario para las medidas de mitigación y para la pevención de futuras
enfermedades, así como la muerte.
q Al inicio, quizás sea difícil que las autoridades nacionales y locales tomen decisiones sobre
los niveles de material particulado, que afectan a sus jurisdicciones, que brinden asesoría
pública o adopten medidas de mitigación. Un taller especial puede ser necesario para
abordar este tema.
q Se puede establecer un grupo de trabajo que defina niveles apropiados de material
particulado y promueva la atención y la acción internacional para la preparación ante
futuros episodios de este tipo y su control.
q Estas guías de salud para incendios de vegetación deben actualizarse cada cierto tiempo a
fin de reflejar las evidencias científicas más recientes sobre material particulado y sus
efectos en la salud.

8
Anexo A

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13
Anexo B

LISTA DE SIGLAS Y ACRÓNIMOS


AC y CC Aseguramiento de calidad y control de calidad
ACURATE Atlantic Coast Unique Regional Atmospheric Tracer Experiment
AGU American Geophysical Union, Washington DC, Estados Unidos
AIEA Agencia Internacional de Energía Atómica, Viena, Austria
AMIS Sistema de Información sobre la Gestión de la Calidad del Aire (Air Management
Information System) (OMS, Ciudades Saludables)
ANATEX Across North America Tracer Experiment
ASCII American Standard Code for Information Interchange
ASEAN Asociación de Naciones del Asia Sudoriental, Tokio, Japón
ASMA Alam Sekitar Malaysia Sdn Bhd, Kuala Lumpur, Malasia
ASMC ASEAN Specialized Meteorological Center
B[a]P Benzo[a]pireno
BAD Banco Asiático de Desarrollo, Manila, Filipinas
BIBEX Biomass Burning Experiment (IGBP-IGAC)
BIRD Biospectral Infrared Detection Microsatellite Mission (DLR)
BLM US Bureau of Land Management
CADR Clean Air Delivery Rate
CAPTEX Cross Appalachian Tracer Experiment
CAS Commision for Atmospheric Sciencies, OMS
CDAS Climate Data Assimilation System
CDS Comisión para el Desarrollo Sustentable
CE DG Comisión Europea – Dirección General
CEN Comité Europeo de Normalización
CEPE Comunidad Económica para Europa
CEPIS Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente
CFC Clorofluorocarbono
CFR Code of Federal Regulations
CH4 Metano
CIFOR Centro de Investigación Forestal Internacional
CMD Cyclopedic Medical Dictionary
CMRE Centros Meteorológicos Regionales Especializados de la OMM
CNUMAD Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río de
Janeiro, junio de 1992)
CO Monóxido de carbono
CO2 Dióxido de carbono
COV Compuestos orgánicos volátiles
CP Conferencia de las partes
CPI Centro de Procesamiento de Imágenes
CSA Canadian Space Agency

1
CSIRO Commonwealth Scientific & Industrial Research Organization
CSR Centro de Sensoramiento Remoto de IBAMA
CTBT Comprehensive Test Ban Treaty
DAO Data Assimilation Office en el Goddard SFC de la NASA, Maryland, Estados
Unidos
DIRDN Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales
DLR Deutsches Zentrum für Luft- und Raumfahrt (Centro Aerospacial de Alemania)
DMSP Defense Meteorological Satellite Programme
ECMWF European Center for Medium Range Weather Forecasts
ECPC Experimental Climate Prediction Center
EDC EROS Data Center
EEPSEA Economy and Environment Program for SE Asia
EHA Emergencies and Humanitarian Action, OMS, PHE, Ginebra
ENSO El Niño Southern Oscillation (Oscilaciones del clima provocadas por El Niño)
EOS-AM1 Satélite del sistema de observación de la Tierra (Earth Observing System,
actualmente TERRA; con imágenes de órbitas a las 10.00)
EOSDIS Sistema de información y datos de observación de la Tierra (Earth Observing
System Data and Information System)
EOS-PM1 Satélite del sistema de observación de la Tierra (con imágenes de órbitas a las
13.00)
EPA Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos
(United States Environmental Protection Agency)
EPOC Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
ERA ECMWF Re-analysis Archive
ERIAM Espectrorradiómetro de imágenes de ángulos múltiples (Multi-angle Imaging
Spectro-radiometer, MISR)
ERIRM Espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (Moderate Resolution
Imaging Spectro-radiometer, MODIS)
EROS Sistema de observación de los recursos terrestres del USGS (Earth Resources
Observation System of the USGS)
ERS Satélite de detección a distancia de la ESA (ESA Remote Sensing Satellite)
ESA Agencia Espacial Europea (European Space Agency)
ESRIN European Space Research Institute
ETCO Escáner de la temperatura y color del océano
ETEX European Tracer Experiment
FAO Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
FCCC Framework Convention on Climate Change
FGGE First GARP Global Experiment
GEF Global Environmental Facility
GEMINI Global Emergency Management Information Network Initiative
GEMS Sistema Mundial de Vigilancia del Medio Ambiente (PNUMA/OMS) (Global
Environmental Monitoring System)
GFMC Global Fire Monitoring Center
GLAS Geoscience Laser Altimeter System
GOES Geostationary Operational Environmental Satellite
GRIB Gridded Binary format

2
GURME GAW Urban Research Meteorology and Environment
H2S2 Disulfuro de hidrógeno
HAP Hidrocarburos aromáticos policíclicos (polinucleares)
HCHO Formaldehído
HM Trazador de metano pesado
HNO3 Ácido nítrico
HSF Human Space Flight
IBAMA Instituto Brasileiro do Meio Ambientel dos Recursos Naturais Renováveis
(Instituto Brasileño para el Medio Ambiente y los Recursos Naturales
Renovables)
IBFRA Asociación Internacional de Investigación de los Bosques Boreales (International
Boreal Forest Research Association)
ICA Índice de contaminación del aire
IEC Índice estándar de contaminantes de la EPA
IGAC International Global Atmospheric Chemistry (Proyecto)
IGBP International Geosphere Biosphere Programme
INPE-CPTEC Instituto de Pesquisas Especiais (Agencia Aerospacial Civil del Brasil, São José
dos Campos, São Paulo, Brasil)
INV Índice normalizado de vegetación
ISO Organización Internacional de Normalización (International Organization for
Standarization)
ISS Estación Espacial Internacional (International Space Station)
ITTA International Tropical Timber Agreement
ITTC International Tropical Timber Council
ITTO International Tropical Timber Organization
IUFRO Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (International
Union of Forestry Research Organizations)
JRC Joint Research Centre, Ispra
LANDSAT Land (detección a distancia) Satellite (satélite terrestre)
LIDAR Instrumento de detección y medición del alcance de la luz (Light detection and
ranging instrument)
LPC Laboratorio de propulsión a chorro
LST Temperatura de la superficie terrestre (Land-surface temperature)
MAPS Medición de la contaminación atmosférica a través de satélites (Measurement of
atmospheric pollution from satellites)
MCT Medición de la contaminación en la troposfera
METEOSAT Meteorological Satellite (Satélite meteorológico)
MIDAS Manchester Information Datasets and Associated Services
MIR Estación espacial “de paz” rusa
MP Material particulado sin considerar el tamaño de las partículas
MP10 Concentración de partículas con diámetros aerodinámicos inferiores a 10
micrómetros.
MP2,5 Concentración de partículas con diámetros aerodinámicos inferiores a 2,5
micrómetros.
MTA Modelo de Transporte Atmosférico
MVT Monitoreo de la Vegetación Tropical

3
NAAQS Normas nacionales de calidad del aire ambiental (National ambient air quality
standard)
NASA National Aeronautics and Space Administration (Estados Unidos)
NASDA National Space Development Agency (Japón)
NCAR National Center for Atmospheric Research
NCEP National Centers for Environmental Prediction (antes, NMC)
NH3 Amoniaco
NIOSH National Institute for Occupational Safety and Health
NMC National Meteorological Center
NMHS National Meteorological and Hydrological Service
NO Óxido de nitrógeno
NO2 Dióxido de nitrógeno
NOAA National Oceanic and Atmospheric Administration de los Estados Unidos
NOx Óxidos de nitrógeno
O3 Ozono
OEH Occupational and Environmental Health, OMS, PHE, Ginebra
OH Radical hidroxilo
OIAC Organización Internacional de Aviación Civil
OIT Organización Internacional del Trabajo, Ginebra, Suiza
OMM Organización Meteorológica Mundial
OMS Organización Mundial de la Salud
ONG Organización no gubernamental
ONU Organización de las Naciones Unidas
OPS Organización Panamericana de la Salud
OSHA Occupational Safety and Health Administration
PANN Plan de Acción Nacional en caso de Neblina
(National Haze Action Plan, NHAP)
PARN Plan de Acción Regional en caso de Neblina
(Regional Haze Action Plan, RHAP)
PARTS Programme to Address ASEAN Regional Transboundary Smoke
(Programa para Manejar el Humo Transfronterizo en la Región de ASEAN)
PFT Trazador de perfluorocarbono
PHE Department for Protection of the Human Environment, OMS, Ginebra
PMIA Programa Mundial de Investigación Atmosférica (OMM)
PNC Predicción Numérica del Clima
PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
PNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
POLDER Polarization and directionality of the earth's reflectances
PROARCO Programa de Prevenção e Controle de Queimadas e de Combate aos Incêndios
Florestais no ARCO do Desflorestamento da Amazônia
RADARSAT Satélite canadiense de observación de la Tierra (Canadian Space Agency/Canada
Center for Remote Sensing) con equipo SAR.
REALT Radiómetro de escaneo a lo largo de una trayectoria (Along track scanning
radiometer, ATSR)
RAMAR Radiómetro avanzado de muy alta resolución (Advanced very high resolution
radiometer, AVHRR)

4
REM Radioactivity Environmental Monitoring Data Bank en JRC, Ispra
RI Radiación Infrarroja
RISO Riso Research Institute, Roskilde, Dinamarca
RU Reino Unido
SAFARI Southern Africa Fire-Atmosphere Research Initiative
SAG Scientific Advisory Groups in the GAW programme
SAR Synthetic Aperture Radar (radar de apertura sintética)
SBRS Santa Barbara Remote Sensing
SFC Space Flight Center
SIG Sistema de Información Geográfica
SO2 Dióxido de azufre
SOP Procedimiento normalizado de operación (Standard operating procedure)
SPOT Système pour l’Observation de la Terre
STARE Southern Tropical Atlantic Regional Experiment
TEOM Tapered element oscillating microbalance
TOMS Satélite para el monitoreo del ozono en la troposfera (Tropospheric Ozone
Monitoring Satellite, TOMS)
TPS Total de partículas suspendidas
TRACE-A Transport of Atmospheric Chemistry Experiment – África
TRACT Transporte de contaminantes del aire en un terreno complejo
(Transport of air pollutants over complex terrain)
TRANSALP Transalpine atmospheric transport simulation
TRMM Tropical Rainfall Measuring Mission
TU Tiempo universal (antes hora promedio según el observatorio de Greenwich)
TWA Concentración promedio ponderada en relación con el tiempo para determinar el
nivel de exposición a emisiones (Time weighted average)
UE Unión Europea
UNDRO Oficina del Coordinador de las Naciones Unidas para el Socorro en Casos de
Desastres (United Nations Disaster Relief Organization) (no está en operación)
UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
USDA United States Department of Agriculture
USGS United States Geological Survey
UV Radiación ultravioleta
VIS Imágenes visibles
VMA Vigilancia Mundial de la Atmósfera
WWF Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wide Fund for Nature)

5
Anexo C

GLOSARIO

Este glosario contiene términos importantes sobre el control de incendios en zonas silvestres.
Algunos de estos términos han sido extraídos de la United Nations Wildland Fire Management
Terminology (FAO, 1986) y modificados para este documento (véanse también Pyne y otros [1996]
y Goldammer y otros [1998])

Ácido nítrico Líquido gaseoso incoloro o amarillento, cuya fórmula es HNO3. Es


altamente corrosivo y su vapor es muy peligroso. El ácido nítrico y
los nitratos (principalmente, el nitrato de amonio) se presentan en la
atmósfera bajo la forma de aerosoles: el ácido se forma a partir de
óxidos de nitrógeno y luego reacciona con el amoniaco para formar
el nitrato de amonio (OMS, 1997).

Aerosol Suspensión de partículas sólidas, líquidas o de ambos tipos en un


medio gaseoso, con una velocidad de descenso mínima (ISO, 1994).

Análisis del tamaño


de la partícula Análisis de las dimensiones y la determinación de la forma de las
partículas. Comprende las operaciones mediante las cuales se puede
obtener la distribución del tamaño de la partícula (Willeke, 1993).

Áreas no inflamables Franjas de tierra (20 a 300 metros) integradas a la planificación del
control de incendios, donde se conserva la vegetación nativa menos
inflamable o se modifica permanentemente la vegetación para
controlar con mayor facilidad los incendios (a diferencia de los
cortafuegos). Algunas áreas no inflamables contienen cortafuegos
estrechos que pueden ser caminos o franjas estrechas construidas a
mano. Durante los incendios, estos cortafuegos pueden hacerse
rápidamente con herramientas manuales. Estas áreas tienen las
ventajas de que previenen la erosión, proporcionan un lugar seguro
para la labor de los bomberos, suponen bajos costos de
mantenimiento y brindan una apariencia placentera.

Asma Enfermedad producida por una mayor respuesta del tracto


traqueobronquial a diversos estímulos, lo que causa una contracción
paroxismal de las vías bronquiales (CMD, 1997). Véase también
paroxismo.

Biomasa Sustancia orgánica de origen biótico: microorganismos vivos o


sustancias inertes como madera, residuos de cultivos o excremento
animal.

1
Biótico Relativo a la vida (Webster, 1994).

Bosque húmedo tropical Bioma forestal situado en áreas que reciben no menos de 100 mm de
lluvia por mes durante dos de cada tres años, con una temperatura
media anual de 24 oC o más. Generalmente, es de baja cobertura y
cerrado. Se subdivide en bosque lluvioso tropical y bosque caduco
húmedo tropical (ITTO, 1997)

Bosque seco tropical Bosque abierto con una cubierta continua de pasto. Se diferencia de
otros bosques tropicales por su carácter estacional y su bajo nivel de
precipitaciones. Incluye sabanas boscosas y con árboles.

Broncodilatador Medicamento que expande los bronquios a través del relajamiento


muscular (CMD, 1997).

Bronquiolitis Inflamación de los bronquiolos (CMD, 1997).

Bronquiolo Una de las subdivisiones más pequeñas de los bronquios (CMD,


1997).

Bronquios Las dos divisiones principales que van desde la tráquea hasta los
pulmones y permiten el paso del aire (CMD, 1997).

Bronquio terminal Unas de las subdivisiones más pequeñas de los bronquios (CMD,
1997).

Bronquitis Inflamación de la membrana mucosa de las vías bronquiales (CMD,


1997).

Bruma Término aplicado a la suspensión de pequeñas gotas en un gas. En


meteorología, está relacionada con la visibilidad a menos de 2 km,
pero a más de 1 km (ISO, 1994). Véase también niebla.

Calor Energía térmica y transferencia de energía térmica.

Cáncer al pulmón Cáncer que puede aparecer en la tráquea, en las bolsas de aire y en
otras vías pulmonares. Puede aparecer como una úlcera en la
tráquea, como un nódulo o masa aplanada pequeña o en la superficie
que bloquea los tubos de aire. Puede extenderse hacia el sistema
linfático y los vasos sanguíneos (CMD, 1997).

Capa de inversión Capa atmosférica donde la temperatura aumenta o permanece


constante con la altura (OMM, 1992).

2
Capa de mezcla Capa adyacente a la superficie terrestre que se mezcla por
convección, turbulencia inducida por fricción o ambas (OMM,
1992).

Capa de ozono Capa atmosférica que se encuentra aproximadamente entre 10 y 50


km sobre la superficie terrestre, donde el porcentaje de ozono es
relativamente alto. Por lo general, la concentración máxima ocurre a
20 ó 25 km (OMM). Brinda una protección efectiva contra los rayos
solares ultravioletas (OMS, 1980).

Cardiovascular Relativo al corazón y a los vasos sanguíneos (CMD, 1997).

Clasificación
de peligros de incendios Componente del sistema de control de incendios que integra los
efectos de los peligros de incendios seleccionados en uno o más
índices cualitativos o numéricos de las necesidades de protección
(ITTO, 1997).

Clima Síntesis de las condiciones climáticas en un área específica,


caracterizada por estadísticas de largo plazo (valores medios,
variaciones, probabilidades de valores extremos, etc.) de los
elementos meteorológicos (OMM, 1992).

Clorofluorocarbonos Compuestos orgánicos derivados de la sustitución completa de


átomos de hidrógeno en el metano y etano por átomos de flúor y
cloro. Son gases incoloros, inodoros, que contienen carbono, cloro
y flúor; su sigla es CFC. Son muy estables en la troposfera, pero
inestables en la estratosfera. Se sabe que contribuyen al
agotamiento del ozono en la estratosfera (OMS, 1990).

Combustible Todo material orgánico que se puede encender, presente en bosques


y otras formas de vegetación, incluidos los sistemas agrícolas
(ITTO, 1997).

Combustibles aéreos Combustibles forestales fijos que no tienen contacto directo con el
terreno y constan principalmente de hojas, tallos, ramas, troncos,
cortezas, lianas y otras parras. Por lo general, se secan fácilmente y
pueden conducir los incendios superficiales hacia la vegetación
(FAO, 1986; ITTO, 1997).

Combustibles escalonados Combustibles que brindan una continuidad vertical entre los
estratos. El incendio puede transportar con relativa facilidad los
combustibles desde la superficie hasta las copas de los árboles o
arbustos y contribuir con el inicio y propagación de incendios de
copas (FAO, 1986; ITTO, 1997).

3
Combustión Reacción química en la cual un material se combina con el oxígeno
durante la evolución del calor: “quema”. La quema de combustibles
que contienen carbono e hidrógeno se completa cuando ambos
elementos se oxidan totalmente con dióxido de carbono y el agua.
La combustión incompleta puede generar (1) cantidades apreciables
de carbono en la ceniza, (2) emisión de parte del carbono en forma
de monóxido de carbono y (3) reacción de las moléculas
combustibles para producir una variedad de productos más
complejos que las moléculas combustibles en sí (cuando estos
productos no sufren combustión, son emitidos en forma de humo)
(OMS, 1980).

Condensación 1. Transición del estado gaseoso al líquido.


2. Proceso físico mediante el cual el vapor de agua se transforma
en rocío, niebla o pequeñas gotas de nube (OMS, 1992)

Control de humos Véase reducción de humos.

Control de incendio Completar una línea de control alrededor de un incendio y, por ende,
de todo incendio puntual e isla interior que se quiera salvar, y enfriar
todas las “manchas” calientes que representen una amenaza
inmediata para la línea de control hasta que ésta se mantenga bajo
condiciones previsibles (ITTO, 1997).

Convección Movimientos internos organizados dentro de una capa o aire que


conducen al transporte vertical del calor, momentum, etc. (OMM,
1992). En el aire, la convección se produce con mayor frecuencia
debido a la capacidad de flotamiento de una masa de aire en contacto
con una superficie caliente, lo que produce una corriente vertical de
aire sobre la superficie. La convección también puede ocurrir por la
mecánica de corrientes y remolinos de aire, como cuando el aire pasa
sobre un terreno elevado.

Cortafuego Cualquier discontinuidad natural o construida para separar, detener y


controlar la propagación de un incendio o brindar una línea de
control para suprimirlo; se caracteriza por la falta total de
combustibles bajo el suelo mineral (a diferencia del área no
inflamable) (FAO, 1986; ITTO, 1997).

Departamento de
emergencias Término usado en ocasiones, para Sala de Emergencias (CMD,
1997).

Detección a distancia Identificación de sustancias, emisiones o parámetros meteorológicos


en la atmósfera a través de instrumentos que no tienen un contacto
físico directo con la muestra examinada (ISO, 1994). Según la

4
OMM, la detección a distancia se define como la recopilación y
registro de datos desde un punto distante; por ejemplo,
observaciones de la atmósfera basadas en radares y satélites a
diferencia de la detección en el terreno in situ (OMS, 1992).

Diámetro aerodinámico de
las partículas Diámetro de una esfera de 1 g/cm3 de densidad con la misma
velocidad terminal que la partícula debido a la fuerza gravitacional
en el aire en condiciones predominantes de temperatura, presión y
humedad relativa (ISO, 1995).

Diámetro equivalente Diámetro de una partícula esférica de la misma densidad que,


relacionada con un fenómeno o propiedad específica (por ejemplo,
la velocidad en caída libre; el área superficial, el volumen y las
propiedades aerodinámicas), se comportaría como la partícula
investigada (Willeke, 1993).

Dióxido de carbono Gas incoloro, inodoro, no combustible, cuya fórmula es CO2. Es un


componente común del aire y pesa aproximadamente 50% más que
éste. Se forma a partir de ciertos procesos naturales (véase ciclo del
carbono) y por la quema de combustibles que contienen carbono. Se
ha calculado que la cantidad de dióxido de carbono presente en el
aire aumenta 0,27% al año. Si bien las concentraciones locales de
dióxido de carbono en el aire solo alcanzan niveles peligrosos para
la salud en casos excepcionales, cumplen una función significativa
en el deterioro de piedras y la corrosión (OMS, 1980).

Dióxido de nitrógeno Véase óxidos de nitrógeno.

Disnea Fatiga o dificultad para respirar, acompañada a veces de dolor


(CMD, 1997).

Distribución del tamaño


de la partícula Distribución de los diámetros equivalentes de las partículas en una
muestra o proporción de partículas cuyo diámetro equivalente se
encuentra dentro de límites definidos (Willeke, 1993).

Efecto adverso Cambio en la morfología, fisiología, crecimiento, desarrollo o ciclo


de vida de un organismo, que deteriora su capacidad funcional o su
capacidad para compensar el estrés adicional e incrementa su
sensibilidad a los efectos dañinos de otras influencias ambientales
(OMS, 1994).

Elevación de la pluma Altura de la línea central de una pluma por encima del nivel en que
fue emitida a la atmósfera (ISO, 1994).

5
Enfermedad Condición patológica del cuerpo que presenta una serie de signos
clínicos, síntomas y hallazgos de laboratorio pertinentes y que la
identifican como una entidad anormal que difiere de otra condición
normal o patológica (CMD, 1997).

Enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC) Enfermedad que reduce la capacidad de ventilación de los
pulmones. Los criterios diagnósticos incluyen un historial de
disnea persistente, con o sin tos crónica, y menos de la mitad de la
capacidad normal de respiración máxima prevista. Las
enfermedades que causan esta condición son la bronquitis crónica,
el enfisema pulmonar, el asma crónico y la bronquiolitis crónica
(CMD, 1997).

Enfisema Enfermedad pulmonar crónica marcada por un incremento anormal


de los espacios distales del aire (los más distantes del centro) hacia
los bronquiolos terminales, lo que produce cambios destructivos en
sus paredes (CMD, 1997).

Espiración Expulsión de aire de los pulmones al respirar. Normalmente, la


duración de la espiración es menor que la de la inspiración. Por lo
general, si la espiración dura más que la inspiración, ello se debe a la
presencia de una condición patológica tal como enfisema o asma
(CMD, 1997).

Espirometría Medición de la capacidad de aire de los pulmones (CMD, 1997).

Evaluación de la
exposición Evaluación cuantitativa o cualitativa del contacto de una sustancia
química con la parte externa del cuerpo humano que incluye
intensidad, frecuencia y duración del contacto, vía de exposición
(por ejemplo, dérmica, oral o respiratoria), tasas (tasas de ingestión
química), cantidad resultante que excede el límite (dosis) y cantidad
absorbida (dosis interna) (OMS, 1999).

Expansión en abanico Formación de una pluma de contaminación que se expande más


hacia los lados que en dirección vertical. A menudo, la expansión
lateral se produce por un cambio en la dirección del viento debido a
la altura, mientras que la expansión vertical es inhibida por la
estabilidad térmica (OMM, 1992).

Expansión en ascenso Pluma de contaminación de base plana, pero de gran expansión


vertical, lo que indica una atmósfera estáticamente estable hasta la
base de la pluma e inestable por encima de ella (OMM, 1992).

6
Expansión en espiral Formación de una pluma de contaminación distorsionada por
grandes remolinos verticales en una atmósfera inestable (OMM,
1992).

Expansión en forma
de cono Formación de una pluma de contaminación que se expande a
sotavento de una fuente en forma de cono. Por lo general, ocurre en
un ambiente de estabilidad casi neutral (OMM, 1992).

Exposición La exposición a un producto químico consiste en el contacto de éste


con el límite exterior del cuerpo humano, es decir, la piel y las
aberturas del cuerpo tales como la boca, los orificios nasales, cortes
y lesiones (OMS, 1999).

Forzamiento del clima Fuerza que ejerce una perturbación climática.

Fuego de contención Incendio que se produce entre el incendio principal y el contrafuego


para acelerar la propagación de este último. El fuego de contención
a veces se denomina incendio frontal (FAO, 1986; ITTO, 1997).

Función Realización de una actividad especial. La función normal es la


actividad normal de un órgano. El funcionamiento anormal o la
deficiencia de un órgano para realizar su actividad es el inicio de
una enfermedad o de procesos que pueden producir una enfermedad
(CMD, 1997).

Gradiente
adiabático Gradiente vertical de temperatura de una masa de aire (OMM,
1992).

Gradiente adiabático seco Gradiente adiabático de aire seco y aire húmedo no saturado. Su
valor es aproximadamente 10 °C/km (ISO, 1994; OMM, 1992).

Gradiente vertical Tasa de cambio de cualquier elemento meteorológico con la altura


(OMM, 1992).

Hidrocarburo Compuesto orgánico que contiene solo carbono e hidrógeno. Los


átomos de carbono pueden ordenarse en cadenas abiertas, con o sin
ramificaciones, o en anillos cerrados. Existen dos tipos de
hidrocarburos de anillo: compuestos alicíclicos, que consisten en
tres o más átomos de carbono ordenados en un anillo cerrado (cuyas
propiedades son similares a las de los compuestos de cadena abierta,
de igual masa molecular) y compuestos aromáticos. La estructura
molecular de los compuestos aromáticos se basa en la del benceno,
el miembro más simple de la clase, que contiene seis átomos de
carbono unidos por tres enlaces simples y tres enlaces dobles de

7
carbono-carbono. Si contienen dos o más anillos, estos compuestos
se describen como policíclicos; también se usa el término
“polinuclear” (como en “hidrocarburo aromático polinuclear”,
abreviado frecuentemente como HAP). Los hidrocarburos de cadena
abierta son los componentes principales de la gasolina y otros
combustibles de petróleo. Aun en elevadas concentraciones, estos
compuestos no son considerados un riesgo para la salud. Sin
embargo, muchos hidrocarburos aromáticos son altamente tóxicos
(OMS, 1980; OMS, 1997). Los ejemplos de hidrocarburos
aromáticos policíclicos incluyen el antraceno, el naftaleno y el
benzo[a]pireno (OMS, 1980).

Hidrocarburo
aromático policíclico Véase hidrocarburo.

Hidrocarburo
aromático polinuclear Véase hidrocarburo.

Hidrógeno Gas incoloro, inodoro, inflamable, que se combina químicamente


con el oxígeno para formar agua. También se forma en las plumas
de combustión (OMS, 1980).

Hollín Material particulado carbonoso formado al azar y que puede ser


grueso, fino o coloidal, según su origen. El hollín consta de
cantidades variables de sólidos carbonosos e inorgánicos junto con
alquitranes y resinas absorbidas y ocluidas.
Observaciones: subproducto no deseado de la combustión
incompleta o pirólisis. El hollín generado dentro de las llamas
consiste esencialmente en agregados de esferas de carbono. Si bien
el hollín encontrado en las chimeneas domésticas contiene pocos
agregados, puede incluir cantidades sustanciales de fragmentos
particulados de coque o carbón de leña. El hollín de los motores
diesel contiene básicamente agregados, alquitranes y resinas.

Humedad relativa del aire


húmedo respecto al agua Proporción de la fracción molecular de vapor de agua en el aire en
relación con la fracción molecular correspondiente si el aire se
saturara con respecto al agua a una presión y temperatura específica
(OMM, 1992). Véase también humedad.

Humo Aerosol producido por combustión, descomposición térmica o


evaporación térmica. Sus partículas pueden ser sólidas (humo del
óxido de magnesio) o líquidas (humo del tabaco) (IUPAC, 1997).
La definición estándar internacional de humo es: “un aerosol visible
producido generalmente por la combustión” (ISO, 1994). La OMM

8
define el humo como una suspensión atmosférica de partículas
pequeñas producida por la combustión (OMM, 1992).

Humo de la biomasa Término usado para designar el humo generado por la quema de
biomasa.

Incendio de copas Incendio que se expande por árboles o arbustos de copa en copa, de
manera más o menos independiente del incendio superficial (FAO,
1986; ITTO, 1997).

Incendio destructivo Incendio que ocurre en una zona silvestre, a menos que sea prescrito
(FAO, 1986; ITTO, 1997).

Incendio en el terreno Incendio en un terreno orgánico, por ejemplo, pantanos tropicales


secos y capas de turba (ITTO, 1997).

Incendios en
zonas silvestres Según el pensamiento contemporáneo, existen dos categorías de
incendios en zonas silvestres: incendios destructivos e incendios
prescritos. Un incendio destructivo es uno no deseado y para cuyo
control, por lo tanto, se deben adoptar medidas. Un incendio
prescrito es deseado o al menos cumple con los objetivos del manejo
y, por ello, se lo promueve. La propagación de incendios es el estado
transitorio entre un incendio prescrito y un incendio destructivo
(FAO, 1986; ITTO, 1997).

Incendio masivo Incendio producido por varias igniciones simultáneas. Estos


incendios generan altos niveles de energía (FAO, 1986; ITTO,
1997).

Incendio prescrito Incendio incluido en la prescripción. Puede originarse por igniciones


planificadas o no planificadas.

Incendio superficial Incendio que solo quema basura en la superficie, otros residuos del
suelo forestal y pequeñas cantidades de vegetación (FAO, 1986;
ITTO, 1997).

Información sobre
incendios Toda la infraestructura, redes de comunicación, bases de datos y
otros hardware y software que brindan datos a un sistema de
provisión de información para la toma de decisiones sobre el control
de incendios (ITTO, 1997).

Interfaz zona silvestre/


zona residencial Línea, área o zona donde las estructuras y otras obras humanas se
encuentran o confunden con combustibles vegetales o zonas
silvestres no explotadas (ITTO, 1997).

9
Inversión de la temperatura Distribución vertical de la temperatura, de manera que esta aumente
con la altura (OMM, 1992).

Luz infrarroja Rayos invisibles del espectro que se encuentran fuera del extremo
rojo del espectro visible, irradiado por calor.

Lluvia Precipitación de partículas de agua, en forma de gotas de más de 0,5


mm de diámetro u otras más pequeñas ampliamente dispersas
(OMM, 1992).

Manejo de humos Aplicación de los conocimientos sobre el comportamiento de los


incendios y los procesos meteorológicos para minimizar el deterioro
de la calidad del aire durante los incendios prescritos.

Manejo de incendios Todas las actividades requeridas para la protección de los valores
forestales contra los incendios y el uso de estos para cumplir con los
objetivos y metas del manejo de tierras (FAO, 1986; ITTO, 1997).

Marcador biológico Cualquier parámetro usado para medir la interacción entre un


sistema biológico y un agente ambiental, ya sea químico, físico o
biológico (OMS, 1993).

Materia particulada
suspendida Las partículas sólidas y líquidas en el aire que son lo
suficientemente pequeñas para no sedimentarse en la superficie
terrestre debido a la gravedad. También se define como el material
que puede removerse del aire al pasar por un filtro adecuado
(Willeke, 1993). Véase también: aerosol, polvo.

Metano Gas incoloro, inodoro, cuya fórmula es CH4. Es inflamable y con el


aire produce mezclas explosivas. El metano es el componente
principal de la mayoría de los gases naturales y un elemento
importante del gas de carbón. Se forma a partir de la
descomposición de la materia orgánica, por ejemplo, en los
pantanos. El término común usado para denominar a este tipo de gas
es “gas de los pantanos” (OMS, 1980).

Monóxido de carbono Gas incoloro, casi inodoro, insípido, inflamable, cuya fórmula es
CO. Se produce a partir de la combustión incompleta de materiales
orgánicos (por ejemplo, en los motores de los automóviles) y
normalmente se presenta en cantidades traza en la atmósfera. A
concentraciones mayores de 100 cm3/m3 (0,01%), es altamente
tóxico. Su afinidad con la hemoglobina (con la que forma
carboxihemoglobina) es aproximadamente 200 y 300 veces la del
oxígeno y sus efectos incluyen la reducción de la capacidad de
transporte de oxígeno de la hemoglobina y la muerte por asfixia. Al

10
igual que las concentraciones de humo de tabaco en ambientes no
ventilados, las de monóxido de carbono en la ciudad (generadas
principalmente por los tubos de escape de los vehículos) pueden ser
lo suficientemente altas para generar preocupación (OMS, 1980).

Morbilidad Número de personas enfermas o casos de enfermedades en relación


con una población específica (CMD, 1997).

Mortalidad Proporción de muertes; razón entre el número de muertes y una


población (CMD, 1997).

Muestreo Recolección de una porción representativa para someterla a análisis


y pruebas (OMS, 1980). El muestreo continuo es un muestreo
ininterrumpido y se realiza durante una operación o por un periodo
determinado. El muestreo al azar o muestreo puntual se realiza
durante un tiempo muy corto (ISO, 1994).

Neblina Suspensión de partículas sumamente pequeñas (secas) en la


atmósfera. Si bien estas partículas no se pueden observar a simple
vista, son lo suficientemente numerosas para dar a la atmósfera una
apariencia opalescente y una visibilidad reducida (ISO, 1994; OMM
1992).

Niebla Como estándar internacional, la niebla es un término general


referido a la suspensión de gotas pequeñas en un gas. En
meteorología, se refiere a la suspensión de gotas pequeñas de agua
que produce una visibilidad de menos de 1 km (ISO, 1994). La
OMM define la niebla como la suspensión de gotas pequeñas de
agua (con frecuencia, microscópicas) en el aire que también reduce
la visibilidad horizontal en la superficie terrestre a menos de 1 km
(OMM, 1992).

Nitrato Véase ácido nítrico.

Nitrógeno Elemento gaseoso, cuyo número atómico es 7, masa atómica relativa


14,0067 gn y símbolo, N. Es el componente principal del aire (78%
de su volumen).

Núcleo Partícula de cualquier naturaleza en la cual se acumulan moléculas


de agua o hielo debido al cambio a un estado más condensado
(OMM, 1992).

Núcleo de condensación Núcleo donde el vapor de agua se puede condensar (OMS, 1992).

Oxidación Transformación de un sustrato orgánico que se puede dividir


racionalmente en etapas o cambios básicos, estos últimos consisten

11
en la remoción de uno o varios electrones del sustrato, seguida o
precedida por un aumento o pérdida de agua o de iones de hidróxido
o por una sustitución nucleofílica con agua o viceversa o por una
redistribución molecular (intramolecular) (IUPAC, 1997).

Oxidante
(en química atmosférica) Es un término sumamente cualitativo que incluye a todos los gases
traza con mayor potencial de oxidación que el oxígeno (por ejemplo,
el ozono, el nitrato peroxiacetil, el peróxido de hidrógeno, los
peróxidos orgánicos, el NO3, etc.). En la medida de lo posible, se
recomienda usar términos definitivos que determinen el oxidante
específico de interés (IUPAC, 1997).

Óxidos de nitrógeno Serie de siete compuestos, de los cuales solo tres son importantes en
la atmósfera. El óxido dinitrógeno (óxido nitroso), cuya fórmula es
N2O, es un gas incoloro que cumple una función importante dentro
del ciclo del nitrógeno. Es el compuesto de nitrógeno de mayor
abundancia en la atmósfera y un gas invernadero; sin embargo, no es
peligroso como contaminante. El óxido de nitrógeno (óxido nítrico),
cuya fórmula es NO, es un gas tóxico incoloro que reacciona
fácilmente con el oxígeno (y muy rápidamente con el ozono) para
formar dióxido. Se forma a partir de procesos de combustión, por
ejemplo, en calderas y motores de combustión interna. El NO
participa activamente en las reacciones atmosféricas que producen
smog fotoquímico. El dióxido de nitrógeno, cuya fórmula es NO2, es
un gas tóxico pardo rojizo. A temperaturas ordinarias, el vapor es
una mezcla equilibrada de NO2 y el dímero N2O4 (tetróxido de
dinitrógeno); cuando se calienta, este último se disocia y aumenta el
contenido de NO2. A temperaturas mayores de 140 °C, el NO2 se
disocia en NO y oxígeno (OMS, 1997).
En la bibliografía sobre contaminación del aire, se usa el término
“óxidos de nitrógeno” y la fórmula NO2 para la mezcla de NO y
NO2 en el aire (OMS, 1997).

Óxido nítrico Véase óxidos de nitrógeno.

Oxígeno Elemento gaseoso, cuyo número atómico es 8, masa atómica


relativa, 15,9994, y símbolo, O. El oxígeno es un gas incoloro e
inodoro que permite la combustión en el aire. El oxígeno molecular
(O2) constituye 20,95% del volumen de aire seco en la parte inferior
de la atmósfera. El O2 es esencial para la conservación de casi todas
las formas de vida. A una altitud mayor de 20 km, el oxígeno
atómico se presenta en cantidades significativas y a 100 km, se
encuentra en forma predominante. Para la forma triatómica del
oxígeno, véase ozono.

12
Ozono Alótropo triatómico de oxígeno; gas azul pálido con un olor acre
característico, cuya fórmula es O3. Es un oxidante altamente
reactivo, muy tóxico y a concentraciones mayores de 125 µg/m 3, es
considerado un contaminante importante (OMS, 1980). Se presenta
de manera natural en la atmósfera y en altas concentraciones en la
atmósfera superior, donde se forma a partir de la acción de la
radiación solar ultravioleta. En la troposfera, se forma
principalmente debido a reacciones fotoquímicas con hidrocarburos
y óxidos de nitrógeno.

Paciente externo Persona que recibe tratamiento en un hospital, clínica o posta, pero
no es hospitalizada (CMD, 1997).

Paroxismo Ataque o reaparición súbita de los síntomas de una enfermedad;


exacerbación de síntomas (CDM, 1997).

Partícula Masa pequeña discreta de materia sólida o líquida (ISO, 1994).

Partículas finas Partículas con diámetros aerodinámicos inferiores a 2,5


micrómetros.

Partículas ultrafinas Partículas con diámetros aerodinámicos inferiores a 0,1


micrómetros.

Peligro de incendio Complejo de combustibles definido por volumen, tipo, condición,


orden y localización, que determina tanto la facilidad de ignición
como la dificultad de supresión de incendios (FAO, 1986; ITTO,
1997).

Peso bajo al nacer Peso anormalmente bajo (generalmente de menos de 2.000 g) de un


recién nacido (CMD, 1997).

Planificación de la
etapa previa a la supresión Todas las medidas de información y preparación previas a la
ejecución de acciones de supresión de incendios (ITTO, 1997).

Planificación previa al
ataque Planificación de incendios dentro de porciones señaladas del terreno
que incluye los siguientes elementos: ubicación de líneas de fuego,
campamentos, fuentes de agua, lugares para helicópteros, sistemas
de transporte, tasas probables de desplazamiento y limitaciones para
este en diversos tipos de unidades de ataque, construcción de líneas
de fuego específicas, tasa probable de construcción de líneas,
limitaciones topográficas en la construcción de líneas, etc. (ITTO,
1997).

13
Pluma Corriente de aire identificable, con una temperatura o composición
diferente de la de su ambiente. Ejemplos: pluma de humo de una
chimenea y pluma flotante producida por la convección del suelo
caliente (OMM, 1992).

Polvo Partículas sólidas pequeñas. Convencionalmente, son aquellas


partículas con diámetros menores de 75 µm, que se sedimentan por
su propio peso, pero que pueden permanecer suspendidas por algún
tiempo (ISO, 1994). Los estándares nacionales pueden ser más
específicos e incluir diámetros de la partícula o una definición en
términos de un tamiz de abertura específica. El polvo se presenta en
la atmósfera de manera natural y como resultado de las actividades
humanas (Willeke, 1993).

Precipitación 1. Hidrometeoro que comprende la caída de un conjunto de


partículas. Las formas de precipitación son: lluvia, nieve, gránulos
de nieve, bolas de nieve, polvo de diamante, granizo y bolas de hielo
(WMO, 1992).
2. Remoción del contenido de las masas de aire a un sustrato,
generalmente la superficie.

Precipitación Remoción de los contaminantes del aire en un sustrato sin ayuda de


en partículas lluvia, nubes ni niebla.

Precipitación Remoción de contaminantes del aire mediante procesos de


por la lluvia enjuague, lluvia, niebla y rocío.

Prevención de incendios Todas las medidas de control de incendios, manejo y uso forestal,
así como aquellas relacionadas con los usuarios del terreno y el
público en general, que pueden prevenir incendios o reducir su
gravedad y propagación (ITTO, 1997).

Quema controlada Incendio prescrito que ocurre en un área específica y dentro de


límites bien definidos. Se usa para reducir el peligro de combustión,
como un tratamiento en la silvicultura o con ambos fines (FAO,
1986; ITTO, 1997).

Quema prescrita Aplicación controlada de incendios en vegetación en estado natural


o modificado, bajo condiciones ambientales específicas para
restringir el incendio a un área determinada y, a la vez, producir la
intensidad de calor y la tasa de propagación requeridas para alcanzar
los objetivos planificados del manejo de recursos (FAO, 1986;
ITTO, 1997).

Quema temprana Quema prescrita a comienzos de la estación de sequía (antes de que


el pasto, las hojas de árboles y la maleza se sequen completamente o

14
las hojas caigan) para evitar daños más graves causados por
incendios futuros (ITTO, 1997).

Radical hidroxil Radical univalente que contiene hidrógeno y oxígeno, OH, un


oxidante sumamente efectivo en la atmósfera.

Reducción de humos Medidas legales que se pueden adoptar en los ámbitos comunitario,
regional o nacional para controlar la emisión de humos y así reducir
la contaminación producida por estos (FAO, 1986; ITTO, 1997).

Residuos forestales Acumulación de materia viva o inerte (generalmente, árboles) que se


suma a actividades humanas como el cultivo forestal, las actividades
culturales y la roza (FAO, 1986; ITTO, 1997).

Respiración Acción de respirar (es decir, inhalar y exhalar), durante la cual los
pulmones reciben aire a través de la inspiración y eliminan dióxido
de carbono a través de la espiración (CMD, 1997).

Respirador Máscaras especiales diseñadas para proteger a los trabajadores


expuestos a los peligros de la salud ocupacional.

Respiratorio Relativo a la respiración (CMD, 1997).

Retardante de la acción
del fuego Cualquier sustancia -a excepción del agua-, que reduce la
inflamabilidad de los combustibles o desacelera su tasa de
combustión ya sea por una acción química o física. Por ejemplo, un
líquido o pasta aguada aplicada desde el aire o el suelo durante una
operación de supresión de incendios (FAO, 1986; ITTO, 1997).

Sala de emergencias Área de un hospital destinada a la atención de pacientes que


presentan casos de emergencia (CMD, 1997).

Sequía Ausencia prolongada o escasez marcada de precipitación (OMM,


1992).

Síntoma Cualquier cambio perceptible en el cuerpo o en sus funciones que


indica la presencia de una enfermedad o bien la clase o las fases de
esta (CMD, 1997).

Síntoma respiratorio
inferior Síntoma en las vías respiratorias inferiores (es decir, desde la
tráquea hasta los bronquiolos).

Síntoma respiratorio
superior Síntoma en las vías respiratorias superiores (es decir, desde la nariz
hasta la laringe).

15
Smog Neblina con un alto contenido de contaminantes (OMM, 1992).
Véase también smog fotoquímico.

Smog fotoquímico Resultado de las reacciones entre óxidos de nitrógeno, compuestos


orgánicos y oxidantes en la atmósfera bajo la influencia de la luz
solar que produce compuestos oxidantes y suele causar una
visibilidad deficiente, irritación ocular o daño material y vegetal si
está suficientemente concentrado (ISO, 1994).

Tasa Velocidad o frecuencia de ocurrencia de un evento, generalmente


expresada con respecto al tiempo o a algún otro patrón conocido
(CMD, 1997). La tasa de muerte o mortalidad es el número de
muertes en una población específica, con frecuencia expresada por
100.000 habitantes, durante un periodo determinado (por lo general,
1 año). La tasa de morbilidad consiste en el número de casos
anuales de ciertas enfermedades en relación con la población en la
cual ocurren. La tasa de mortalidad infantil es el número de muertes
anuales de infantes menores de un año dividido entre el número de
nacimientos ocurridos en el mismo periodo. La tasa máxima de flujo
de espiración es la tasa máxima de exhalación durante la exhalación
forzada, medida en litros por segundo o litros por minuto.

Tasa máxima de flujo


de espiración Véase tasa.

Tiempo de residencia
(atmosférica) Tiempo promedio de permanencia de una molécula o un aerosol en
la atmósfera luego de ser emitido o generado. Para compuestos con
fuentes y tasas de emisión bien definidas, el tiempo de residencia se
calcula según la razón de la concentración promedio global de la
sustancia en relación con su tasa de producción global. No solo
depende de las tasas de emisión sino también de las de pérdida
debido a procesos de remoción química y física (IUPAC, 1997).

Tormenta convectiva Tormenta con movimientos aéreos masivos, verticales y fuertes


(FAO, 1986).

Tráquea Tubo cilíndrico que comprende desde la laringe hasta los bronquios
primarios (CMD, 1997).

Valores en riesgo Todos los recursos naturales y bienes materiales que pueden verse
amenazados por un incendio (FAO, 1986; ITTO, 1997).

Vapor Aerosol de partículas sólidas, generalmente de procesos


metalúrgicos, producido por la condensación del estado gaseoso, por
lo general después de la volatilización de sustancias derretidas y a

16
menudo acompañado de reacciones químicas tales como la
oxidación (ISO, 1994). También comprende gases cargados con
partículas provenientes de un proceso químico u operación
metalúrgica (OMS, 1980). Con frecuencia, se usa el plural vapores
para referirse a las nubes visibles de gas, vapor o aerosol con un olor
desagradable y hediondo (OMS, 1980; ISO, 1994).

Visibilidad Mayor distancia a la cual se puede identificar un objeto negro de


dimensiones apropiadas contra el cielo del horizonte, ya sea durante
el día o la noche si la iluminación general llega al nivel normal de la
luz del día (OMM, 1992).

Volumen de espiración
forzada (VEF) Volumen de aire que puede espirarse después de una inspiración
completa. La espiración se hace lo más rápido posible y el volumen
se mide en momentos precisos: ½, 1, 2 y 3 segundos. Brinda
información valiosa sobre la capacidad de expulsión de aire de los
pulmones (CMD, 1997).

Zona silvestre Área donde el desarrollo básicamente no existe, a excepción de


caminos, postes de electricidad y medios de transporte. Las
construcciones, si las hay, están muy dispersas y se destinan
principalmente a la recreación (FAO, 1986; ITTO, 1997).

Referencias

CMD (1997) Taber’s Cyclopedic Medical Dictionary. 18ª edición, FA Davis Company, Filadelfia.

FAO (1986) Wildland fire management terminology. FAO Forestry Paper 30. Organización para la
Agricultura y la Alimentación, Roma.

FAO (1999) Draft Update of the FAO Wildland Fire Management Terminology. FAO y Global
Fire Monitoring Center, Organización para la Agricultura y la Alimentación, Roma (en
preparación).

Goldammer JG (1999) The Contribution of the Global Fire Monitoring Center (GFMC) for Early
Warning and Management of Wildfires. Documento presentado en la UNESCO International
Scientific Conference on Fires in the Mediterranean Forests, Atenas, 3 al 6 de febrero de 1999.

ITTO (1997) Guidelines on Fire Management in Tropical Forests. ITTO Policy Development Series
N°. 6. International Tropical Timber Organization, Yokohama, Japón.

IUPAC (1997) Compendium of Chemical Terminology – IUPAC Recommendations, recopilado


por A.D. McNaught y A. Wilson. 2a edición, 1997. International Union of Pure and Applied
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17
OMM (1992) International Meteorological Vocabulary. WMO-N°. 182, Secretaría de la
Organización Meteorológica Mundial, Ginebra, Suiza.

OMS (1980) Glossary on Air Pollution. WHO Regional Publications, European Series N°. 9,
Organización Mundial de la Salud, Oficina Regional para Europa, Copenhague.

OMS (1990) Biomarkers and Risk Assessment: Concepts and Principles. Environmental Health
Criteria 155, Organización Mundial de la Salud, Ginebra.

OMS (1993) Fully Halogenated Chlorofluorocarbons. Environmental Health Criteria 113,


Organización Mundial de la Salud, Ginebra.

OMS (1994) Assessing Human Health Risks of Chemicals: Derivation of Guidance Values for
Health-based Exposure Limits, Environmental Health Criteria 170, Organización Mundial de la
Salud, Ginebra.

OMS (1997) Nitrogen Oxides. Environmental Health Criteria 188, Organización Mundial de la
Salud, Ginebra.

OMS (1998) Selected Non-herocyclic Polycyclic Aromatic Hydrocarbons. Environmental Health


Criteria 202, Organización Mundial de la Salud, Ginebra.

OMS (1999) Principles for the Assessment of Risks to Human Health from Exposure to
Chemicals. Environmental Health Criteria 210, Organización Mundial de la Salud, Ginebra.

Webster (1994) Webster’s New Encyclopedic Dictionary, Könemann, Colonia, Alemania.

Willeke K y Baron PA (1993) Aerosol Measurement: Principles, Techniques and Applications,


Nueva York: Van Nostrand Reinhold.

18
Anexo D

INFORME PRELIMINAR* DEL GRUPO DE EXPERTOS AD


HOC SOBRE LA BASE DE DATOS DE VERIFICACIÓN DE
MODELOS DE TRANSPORTE Y DISPERSIÓN DE LARGO
ALCANCE**
Este reporte será presentado al panel de expertos de la OMM CE,
Grupo de Trabajo de la CAS sobre Contaminación Ambiental y Química Atmosférica

10 de noviembre de 1998

*Advertencia. Este borrador es una versión preliminar de un informe que se está preparando
para el Grupo de Trabajo de la CAS (Commission for Atmospheric Sciences, OMS). Una vez
presentado y aceptado, el reporte final puede incluir cambios respecto de esta versión. Si bien
esta versión es preliminar, la información sobre la disponibilidad potencial de una amplia
variedad de experimentos de campo para la validación de modelos de transporte y dispersión de
largo alcance era lo suficientemente importante para ser remitida, en una etapa inicial, a la
OMM, OMS y organizaciones relacionadas a fin de recibir comentarios e identificar las fuentes
de financiamiento. Para mayor información, contáctese con:

<[email protected]> o [email protected]

1. Antecedentes

En la última reunión de la Commission for Atmospheric Sciences (CAS-XII) de la Organización


Meteorológica Mundial (OMM) se enfatizó la importancia de la función coordinadora de la
OMM en actividades de respuesta ante emergencias, así como el creciente número de modelos
para comprender el transporte de contaminantes de largo alcance. La Comisión decidió que era
necesario crear una base de datos para todos los experimentos de campo y la información
meteorológica correspondiente en un formato común que pudiera usarse para la verificación y
desarrollo de modelos. Estados Unidos y Australia convocaron a un grupo reducido de expertos
para realizar tareas relacionadas y reportar sus resultados al Grupo de Trabajo sobre
Contaminación Ambiental y Química Atmosférica de la CAS.

2. Introducción

Durante los últimos años, el transporte de largo alcance de contaminantes atmosféricos ha


recibido considerable atención, lo que se ha manifestado en un número creciente de modelos
relacionados. Desde Chernobyl, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y la
Organización Meteorológica Mundial (OMM), a través de sus centros meteorológicos regionales
**
Ad Hoc Group of Experts on the Long-range Transport and Dispersion Model Verification Database.

1
Anexo E

GUÍAS DE LA ITTO SOBRE MANEJO DE INCENDIOS EN


BOSQUES TROPICALES

De acuerdo con la Decisión I (XI) del International Tropical Timber Council (ITTC), se
estableció un panel de expertos para elaborar guías destinadas a la protección de bosques
tropicales contra incendios. Estos expertos se reunieron en Yakarta, Indonesia, del 6 al 10 de
marzo de 1995 para preparar las guías preliminares a partir del documento elaborado por
J. Goldammer (Alemania) y S. Manan (Indonesia). Luego de revisar las guías, el documento fue
aprobado por el ITTC en su 21ª sesión realizada en Yokohama, en noviembre de 1996.

Las guías de la ITTO son consideradas como un importante documento de referencia y consulta
sobre los problemas de incendios y humos en la fuente. La ITTO ha publicado el documento
original, que contiene varios anexos:

International Tropical Timber Organization (ITTO) 1997. Guidelines on Fire


Management in Tropical Forests. ITTO Policy Development Series N°. 6. ITTO,
Yokohama, 40 pp.

Las copias están disponibles en la Secretaría de la ITTO:

International Organizations Center


Pacifico Yokohama, 1-1-1, Minato-Mirai, Nishi-Ku
220 Yokohama
JAPÓN

Fax:++81-45-223-1111
Tel:++81-45-223-1110
Dirección electrónica: [email protected]

1
1. INTRODUCCIÓN

Actualmente, la mayoría de incendios forestales son causados por el hombre y ocurren en


zonas tropicales y subtropicales. Estos incendios son resultado de la creciente presión
demográfica sobre áreas donde los incendios se usan en gran medida como una herramienta de
tratamiento del terreno; por ejemplo, para convertir bosques en tierras de cultivo, conservar las
tierras de pastoreo y desalentar el uso de productos que provienen de bosques estacionales y
sabanas.

A lo largo de la evolución de las zonas tropicales estacionales, los incendios producidos por
rayos han contribuido significativamente a la formación de ecosistemas de sabanas y bosques.
Además, la influencia del fuego a través de prácticas tradicionales y milenarias de quema ha
beneficiado considerablemente a comunidades de plantas consideradas como ecosistemas
sustentables y estables en el largo plazo. Sin embargo, el constante cambio contemporáneo de los
regímenes de incendios y la alteración de las relaciones sustentables tiempo-espacio-fuego
debido al cambio en las prácticas de uso de la tierra, con frecuencia están asociados con el
deterioro de bosques y sitios.

Los incendios pueden afectar gravemente los bosques tropicales húmedos. La reducción de
los ciclos de cultivos rotativos y la mayor ocurrencia de incendios provocados por el uso de la
tierra en bosques tropicales húmedos producen daño ecológico, ya que reducen la biodiversidad.
La pérdida de la cubierta del suelo debido a los incendios afecta negativamente los regímenes
hidrológicos y las propiedades del suelo, lo que conduce a una grave erosión y a la pérdida de la
capa vegetal superior. El daño hecho a los recursos madereros y no madereros valiosos, a la
regeneración natural y a los bosques sembrados por el hombre producen grandes pérdidas
económicas.

Además, los efectos de la quema de bosques y otro tipo de vegetación tropical pueden variar
en ambientes locales, regionales y globales. El humo generado por los incendios tropicales de
gran escala también reduce la seguridad del tráfico aéreo, terrestre y marítimo, y puede causar
problemas de salud. Por lo general, los incendios producidos en la interfaz entre la zona silvestre
y las áreas residenciales producen pérdida de vidas humanas, propiedades y ponen en riesgo
otros valores como compañías forestales, aserraderos, líneas de electricidad, infraestructura de
otra clase y medios de vida.

Por otro lado, los incendios cumplen una función central en la conservación de muchos
ecosistemas naturales, así como en la agricultura y el pastoreo. En diversas regiones, sirven para
conservar las sabanas tropicales húmedas, que sin ellos, se convertirían en bosques tropicales
estacionales. Con frecuencia, algunos bosques tropicales estacionales afectados por incendios
generan productos madereros y no madereros valiosos.

Estas Guías de la ITTO sobre control de incendios en bosques tropicales se basan en las
ITTO Guidelines on Sustainable Management of Natural Tropical Forests, the Establishment
and Sustainable Management of Planted Tropical Forests, and the Conservation of Biological
Diversity in Tropical Production Forests.

2
Las guías están diseñadas para servir de base a los encargados de elaborar políticas y a los
administradores en diversos niveles para que preparen programas y proyectos sobre problemas
nacionales, socioeconómicos y naturales específicos, relacionados con los incendios en bosques
tropicales naturales y sembrados por el hombre. El objetivo de estas guías es colaborar con los
países productores y consumidores de la ITTO en la elaboración de programas para reducir el
daño causado por los incendios y ayudar a los encargados del manejo de bosques tropicales y a
los residentes de áreas rurales a usar de manera segura el fuego y beneficiarse de sus efectos
positivos en sistemas de uso de tierras. Las guías están elaboradas en conformidad con la
Resolución 44/236 de las Naciones Unidas, donde se designó a los años noventa. el Decenio
Internacional para la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN). Uno de los objetivos del
DIRDN es reducir los daños, desajustes económicos y muertes causados por los incendios
destructivos a través de la acción conjunta internacional, especialmente, en países en desarrollo.

Las guías reconocen que gran parte de los incendios forestales se originan en sistemas
agrícolas y pastorales, así como en la vegetación deteriorada que se encuentra en las afueras de
los bosques. Por lo tanto, el control de incendios en estos sitios y en terrenos forestales
deteriorados puede ayudar a restablecer los bosques productivos y, salvaguardar el éxito de los
programas de reforestación.

3
2. POLÍTICA Y LEGISLACIÓN

ELABORACIÓN DE POLÍTICAS

Principio 1

La implementación exitosa de una política de protección de bosques tropicales contra los


incendios depende en gran medida del apoyo voluntario de todos los sectores de la sociedad,
especialmente de las organizaciones cívicas y grupos de trabajo junto con las autoridades
responsables del gobierno, así como del respaldo de una legislación adecuada que esté en
armonía con las leyes sobre aspectos relacionados con este tema.

Acción recomendada 1

a. Identificar a comunidades locales, concesionarios, compañías madereras, contratistas,


organizaciones no gubernamentales de conservación (ONG), grupos de mujeres y
otras organizaciones voluntarias para evaluar su interés y capacidad de colaborar con
las autoridades gubernamentales en los programas de control de incendios. Siempre
que sea necesario, las autoridades del gobierno deberán contribuir al desarrollo de
esas organizaciones.

b. Formular una política nacional sobre incendios como parte integral de la política
nacional de uso de la tierra. Esta política debe ser aceptada por todas las partes
relevantes, incluidos el gobierno, las comunidades locales y el sector privado.

c. Establecer un organismo nacional descentralizado que cuente con personal y


financiamiento adecuado o fortalecer una institución ya existente, encargada de
implementar una política efectiva sobre incendios.

d. Promulgar leyes y reglamentos nacionales y locales, y revisar las normas existentes


concernientes al uso apropiado de los incendios, para asegurar la implementación
efectiva de políticas de control de estos.

e. Crear un sistema de incentivos y sanciones que promueva el uso responsable de los


incendios en todos los niveles, incluidos los aserrados y la industria de tala de madera.

Principio 2

Los parques y bosques nacionales, así como las reservas equivalentes, representan muestras
importantes y únicas de ecosistemas de bosques tropicales, que forman parte de la herencia
natural del mundo. Los incendios destructivos, producidos con frecuencia por actividades de la
población local, pueden dañar estas unidades de conservación.

4
Acción recomendada 2

a. Dentro del sistema nacional de control de incendios, otorgar prioridad a la protección


de áreas de conservación.

b. Elaborar planes de protección contra incendios para áreas forestales con altos valores
de conservación.

5
3. ESTRATEGIAS

PLANIFICACIÓN DEL CONTROL DE INCENDIOS

Principio 3

Un plan de control de incendios es un componente esencial de la prevención, supresión y control


de incendios dentro de los bosques y las áreas adyacentes. Estos planes deben formar parte de un
plan mayor de manejo integral de uso de tierras (por ejemplo, silvicultura). La planificación se
debe realizar a partir de la cooperación en los niveles nacional, regional, provincial y local, según
convenga.

Acción recomendada 3

a. Brindar recursos adecuados para la planificación del control de incendios en los


diferentes niveles.

b. Elaborar planes de control de incendios que incluyan objetivos claros e información


sobre tenencia de tierras, bienes en peligro, grado del riesgo de incendios, historia de
estos y medidas para controlarlos.

c. Promover la participación activa de concesionarios, compañías madereras,


contratistas, comunidades locales y otras organizaciones voluntarias, especialmente
organizaciones no gubernamentales y grupos de mujeres. La participación se debe
basar en las capacidades de estas agrupaciones que pueden mejorar a través de la
capacitación en el control de incendios, y la provisión de equipo adecuado e
incentivos, de ser posible.

OPCIONES PARA EL CONTROL DE INCENDIOS

Principio 4

La selección y la aplicación de opciones para el control de incendios dependen de las


condiciones y circunstancias presentes en los ámbitos nacional, provincial y local, que pueden
incluir:

• tipo de bosques y actividades de control;


• riesgo y fuentes de incendio;
• acceso y características del terreno;
• capacidades para el control de incendios;
• condiciones climáticas;
• uso de tierras colindantes, y
• factores socioeconómicos.

6
Acción recomendada 4

a. Seleccionar y desarrollar la opción apropiada para el control de incendios, que considere


las circunstancias y condiciones locales.

b. Elaborar un programa integrado de control de incendios que incluya algunas de las


siguientes medidas de control de incendios, o todas ellas:

• participación de la comunidad en la protección contra los incendios;


• prevención de incendios (por ejemplo, áreas no inflamables, cortafuegos y manejo de
combustibles);
• “presupresión” de incendios (por ejemplo, recolección de información sobre incendios,
pronósticos del clima y del peligro de incendios, sistemas de detección, alerta temprana y
reporte, evaluación del combustible, equipo, comunicaciones, abastecimiento de agua y
capacitación de bomberos, etc.);
• incendios prescritos (por ejemplo, para la reducción de combustible, tala y quema, etc.);
• supresión de incendios;
• cumplimiento de la ley y sistemas de incentivos;
• programas de capacitación, extensión y creación de conciencia pública, y
• una política de procesamiento de compostado para los residuos agrícolas provenientes de
operaciones realizadas cerca de las áreas forestales.

Principio 5

Los sistemas de detección y alerta temprana de incendios son esenciales para el control rápido y
efectivo de los incendios destructivos. Existe gran variedad de opciones para detectar incendios;
entre ellas están las torres de observación, los aviones de vigilancia, las patrullas terrestres, los
satélites y la información brindada por el público en general.

Acción recomendada 5

a. Buscar acceso a todas las fuentes potenciales de información y comunicación para la


detección temprana de incendios.

b. Desarrollar un sistema de detección rápida y oportuna de incendios que incluya la


evaluación de las posibles rutas de desplazamiento para evitar cualquier impedimento.

SUPRESIÓN DE INCENDIOS

Principio 6

Las situaciones típicas de incendios en muchos tipos de vegetación tropical pueden controlarse y
manejarse exitosamente por un grupo de bomberos experimentados. El éxito del personal
depende de la organización local encargada del control de incendios, la disponibilidad de
herramientas manuales diseñadas adecuadamente y la capacitación básica de los bomberos en

7
cuanto a supresión de incendios y seguridad. Los países desarrollados cuentan con equipos
contra incendios, que se pueden adaptar a las condiciones de los bosques tropicales.

Acción recomendada 6

a. Promover la formación de brigadas de bomberos voluntarios entre las comunidades


locales y los usuarios de los bosques.

b. Abastecer a las brigadas locales con herramientas y equipo básico para combatir
incendios.

c. Capacitar a los líderes y miembros de las brigadas en técnicas y tácticas para combatir
incendios; introducir tecnologías para ello. Estas disposiciones pueden concretarse
con el apoyo de las organizaciones de manejo forestal.

Principio 7

Debido a las condiciones cambiantes del clima, las emergencias en el ámbito nacional pueden
incluir incendios grandes, lo que puede exceder la capacidad local y provincial. Para evitar
desastres se deben tomar las medidas necesarias con la debida anticipación.

Acción recomendada 7

a. Establecer un plan nacional de contingencia para combatir incendios que incluya a las
agencias gubernamentales relevantes, así como a las organizaciones y comunidades
locales, a fin de tratar emergencias de gran escala. Este plan debe delimitar las
responsabilidades de las diversas partes involucradas para evitar la duplicación de
esfuerzos y optimizar los recursos humanos y financieros. Cuando sea necesario, se
debe considerar el apoyo internacional. Por otra parte, se deben realizar acuerdos
financieros antes de que surjan emergencias.

FUNCIÓN DE LAS COMUNIDADES EN LA PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS

Principio 8

La mayoría de incendios producidos en bosques tropicales y otros incendios destructivos se


deben a actividades de la población rural. Por lo tanto, una estrategia eficiente de prevención
requiere, en primer lugar, conocer el contexto cultural y socioeconómico relacionado con los
incendios tropicales. El programa de prevención de incendios se basa en gran medida en una
relación positiva entre la comunidad rural y el encargado de controlar los incendios forestales. La
confianza mutua y el apoyo público se pueden crear a través de enfoques participativos.

8
Acción recomendada 8

a. Emplear o promover la participación de los pobladores rurales en trabajos de


prevención de incendios como el establecimiento y conservación de cortafuegos y
otras prácticas con combustibles.

b. Promover la integración del uso de tierras para cultivos y pastoreo en áreas no


inflamables a través de incentivos (por ejemplo, mediante el arrendamiento gratuito
de terrenos para este tipo de áreas). Cuando la quema se use como una práctica
adecuada de manejo de pastizales, es necesario incorporar técnicas para minimizar el
riesgo de incendios.

c. Promover la cooperación de la comunidad en la prevención de incendios a través de


incentivos diversos como iniciativas de financiamiento en favor de poblaciones que
hayan evitado la propagación de incendios destructivos hacia terrenos forestales
colindantes. Por ejemplo, algunas áreas lejanas carecen con frecuencia de sistemas de
abastecimiento de agua potable y, por lo general, las prioridades para que se instale
este servicio en dichas localidades son inciertas. Una comunidad que reduce
considerablemente la ocurrencia de incendios peligrosos puede ser recompensada con
la instalación inmediata de este servicio.

9
4. MONITOREO E INVESTIGACIÓN

MONITOREO

Principio 9

La evaluación, pronóstico y monitoreo del riesgo de incendios, así como la cuantificación de


incendios forestales y otros incendios en zonas rurales, son requisitos para la planificación del
control de incendios. Asimismo, se pueden usar datos estadísticos para llamar la atención de las
autoridades, los responsables de elaborar políticas y el público en general. En zonas tropicales,
resulta difícil recolectar esta información a través de métodos desarrollados en el terreno. Los
sensores aéreos y espaciales permiten monitorear áreas menos accesibles con menor población e
infraestructura inadecuada.

Acción recomendada 9

a. Buscar acceso a información meteorológica de las estaciones en el terreno y de los


sistemas espaciales, y complementarla con información sobre incendios (evaluación
de riesgos de incendios).

b. Usar sistemas de sensores remotos en órbita para detectar y pronosticar incendios y


obtener información en tiempo real sobre su localización geográfica.

c. Los países miembros de la ITTO deben unirse con otros para desarrollar mecanismos
internacionales (sistemas de alerta temprana) a fin de predecir incendios destructivos.
Este sistema no pronosticaría la ocurrencia, sino que reportaría la evolución de las
condiciones que pueden conducir a incendios graves. Asimismo, reuniría e
interpretaría la información de una serie de fuentes, incluidos satélites y estaciones en
el terreno.

INVESTIGACIÓN

Principio 10

La investigación científica básica y aplicada es la fuente principal de información para el control


de incendios en bosques tropicales. La investigación sobre el comportamiento de los incendios y
su impacto en los ecosistemas, los ciclos biogeoquímicos, la calidad atmosférica, el clima local y
global, así como la evaluación de daños y pérdidas, permitirá establecer indicadores de control
de incendios en diversos ecosistemas de bosques tropicales.

Acción recomendada 10

a. Apoyar a las universidades e instituciones de investigación, en cooperación con


socios internacionales, en estudios sobre ecosistemas de bosques tropicales que
incluyan las siguientes áreas de interés:

10
• recopilación y explicación de la información reciente sobre incendios pasados y
presentes (ocurrencia e impacto ecológico);
• inventario y elaboración de modelos de combustibles;
• modelos de comportamiento de incendios;
• indicadores de riesgos de incendios;
• elaboración de mapas de riesgos de incendios;
• pronóstico de peligros de incendios;
• modelos de impacto ambiental;
• impacto de las emisiones gaseosas y particuladas de los incendios en los ciclos
biogeoquímicos, la atmósfera y el clima;
• aspectos socioeconómicos de los incendios forestales, y
• rehabilitación de los bosques afectados por incendios.

b. Estudiar la dinámica de los terrenos de tala y quema, los bosques secundarios, así
como los productos madereros y no madereros usados por las comunidades locales y
que pueden provocar incendios.

c. Establecer módulos de demostración para la cosecha no tradicional de bosques


secundarios a fin de compensar la presión ejercida por las prácticas de quema
agrícola.

d. Desarrollar demostraciones sobre alternativas para la preparación de terrenos


agrícolas, distintas de la quema de árboles talados.

Principio 11

El personal especializado en silvicultura debe intercambiar conocimientos sobre incendios


forestales y su control para promover la coordinación y cooperación en la prevención y supresión
de dichas emergencias a escala mundial.

Acción recomendada 11

a. Seleccionar y llevar a cabo cursos de capacitación en medios de intercambio de


información, como Internet y otros sistemas relevantes de comunicación electrónica.

b. Promover la realización periódica de seminarios internacionales sobre control de


incendios forestales.

11
5. MARCO INSTITUCIONAL Y DESARROLLO DE CAPACIDADES

DESARROLLO INSTITUCIONAL

Principio 12

El desarrollo y el fortalecimiento institucional son sumamente importantes, especialmente el


desarrollo de recursos humanos. El control de incendios se debe implementar bajo la jurisdicción
y responsabilidad de todos los terratenientes involucrados, es decir, en tierras manejadas por
gobiernos nacionales y provinciales, comunidades locales, concesionarios, compañías madereras,
contratistas y empresas privadas dedicadas a la silvicultura. Sin embargo, debe existir un marco
institucional que garantice la implementación de una política de incendios en el ámbito nacional.

Las medidas de control de incendios afectan a diversos sectores de la sociedad y son


responsabilidad de distintas instituciones del gobierno y usuarios de tierras. Por lo tanto, debe
existir un sistema que coordine entre las distintas instituciones nacionales involucradas para
maximizar su eficiencia y distribuir los recursos destinados al control de incendios. Cuando sea
necesario, se debe promover la asistencia a través de programas bilaterales e internacionales que
permitan la transferencia de conocimientos y tecnologías avanzadas.

Acción recomendada 12

a. Establecer o fortalecer las instituciones responsables de la elaboración e


implementación de políticas nacionales contra incendios, así como la infraestructura
del gobierno para desarrollar las capacidades destinadas a controlarlos en los ámbitos
provincial y local.

b. Desarrollar o fortalecer estructuras y mecanismos adecuados en los ámbitos nacional,


provincial y local para establecer y coordinar brigadas contra incendios rurales,
incluidas las de voluntarios.

c. Elaborar planes operativos que definan la función de las organizaciones voluntarias,


especialmente las organizaciones no gubernamentales y los grupos de mujeres. En los
intervalos, se deben realizar ejercicios para fortalecer los procedimientos y mejorar la
preparación.

d. Las instituciones responsables del control de incendios deben promover acuerdos


cooperativos entre comunidades rurales, ONG, compañías forestales e instituciones
públicas y autoridades políticas relevantes.

e. Las naciones y organizaciones con experiencia en el control de incendios deben


asesorar a los países que carecen de infraestructura adecuada en la elaboración de
marcos institucionales y desarrollo de capacidades, a fin de brindarles apoyo técnico,
materiales y asistencia.

12
Principio 13

Los incendios pueden afectar los recursos de países vecinos o tener efectos transfronterizos como
la contaminación con humos. A través de acuerdos cooperativos, los países vecinos pueden
ayudar a resolver problemas causados por incendios transfronterizos y permitir el intercambio de
recursos en el ámbito regional.

Acción recomendada 13

a. Establecer acuerdos bilaterales y multilaterales de cooperación y asistencia mutua en


el control de incendios.

b. Los países miembros de la ITTO deben contar con brigadas móviles contra incendios
en el espacio rural para controlar incendios en situaciones que desborden las
capacidades del país afectado. Estas brigadas ingresarían al país (a solicitud de este) y
unirían esfuerzos para combatir los incendios hasta que pase la crisis.

FINANCIAMIENTO E IMPLEMENTACIÓN

Principio 14

Los grandes incendios producidos en zonas tropicales pueden afectar negativamente las
economías globales, el ambiente y la biodiversidad. La madera destruida o deteriorada disminuye
el abastecimiento de recursos forestales disponibles y afecta los precios en todo el mundo.
Lógicamente, el costo de controlar estos incendios se debe financiar local, nacional y, de ser
necesario, internacionalmente. Para prevenir y combatir estos incendios, se deben apoyar los
mecanismos e infraestructuras institucionales de los recursos nacionales y, en el caso de que sea
necesario, se debe considerar la cooperación internacional.

Acción recomendada 14

a. La implementación de un programa de protección de bosques contra incendios


requiere que las autoridades forestales establezcan unidades especiales que se
responsabilicen de este programa en los ámbitos nacional, provincial y local con
financiamiento, personal, capacidad, equipo y procedimientos operativos adecuados.

b. Promover la cooperación y participación activa de las comunidades locales, el sector


privado, las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación para
garantizar la implementación de un programa efectivo.

c. Organizar regularmente talleres y ejercicios en diversos ámbitos con la participación


de todas las partes afectadas, incluidos los países vecinos, según convenga, para
asegurar la preparación, coordinación, conveniencia y efectividad de los
procedimientos operativos.

13
d. Las organizaciones internacionales y regionales relevantes deben promover esfuerzos
cooperativos para prevenir y combatir los incendios forestales.

e. Los países donantes deben apoyar a las naciones tropicales en desarrollo en la


implementación de programas de protección de bosques contra incendios a través de
sus programas de desarrollo, con ayuda financiera, transmisión de experiencias,
transferencia tecnológica y capacitación.

f. Los bancos de desarrollo deben brindar asistencia a los países tropicales en desarrollo
para proteger sus bosques contra los incendios a través de concesiones o préstamos a
tasas concesionarias.

g. Las instituciones multilaterales como el GEF (Global Environmental Facility), el


PNUD, el Common Fund for Commodities y otros acuerdos relevantes deben crear
“espacios” para apoyar las actividades relacionadas con la protección de bosques
tropicales contra los incendios.

h. Las Organizaciones internacionales como la ITTO, FAO, PNUMA, UNDRO (Oficina


del Coordinador de las Naciones Unidas para el Socorro en Casos de Desastres),
UNESCO y otras organizaciones relevantes, así como las actividades (DIRDN),
iniciativas y convenciones internacionales, deben fortalecer programas relacionados
con la protección de bosques contra incendios. Los países miembros de la ITTO
deben unirse a otros para desarrollar mecanismos internacionales y obtener ayuda
rápida a fin de mitigar las consecuencias de los desastres causados por incendios
destructivos.

i. La CDS (Comisión de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sustentable) debe


garantizar que en la implementación de la Agenda 21 para el caso de los bosques, se
preste la debida atención a los incendios forestales con respecto a posibles acuerdos
de armonización y promoción de esfuerzos internacionales para proteger los bosques
del mundo. La CDS debe considerar la creación de un centro global de investigación
y control de incendios, auspiciado por las Naciones Unidas, que incluya un sistema de
información sobre incendios de vegetación y que tenga las capacidades necesarias
para apoyar el control de incendios cuando alguna nación lo solicite.

j. Los países donantes y las instituciones que otorgan préstamos deben asegurar que sus
procedimientos de evaluación de proyectos incluyan la evaluación de riesgos de
incendios; cuando sea apropiado, se debe incluir los recursos necesarios en los
presupuestos de los proyectos para la protección contra incendios.

k. Buscar la cooperación de las ONG, los grupos de mujeres y otras organizaciones


voluntarias para reunir los fondos que requieren los programas de protección de
bosques tropicales contra incendios.

l. Los proyectos y actividades relacionados con la protección de bosques tropicales


contra incendios deben recibir apoyo del Bali Partnership Fund, que será establecido
en el marco del ITTA (International Tropical Timber Agreement) de 1994.

14
6. ASPECTOS SOCIOECONÓMICOS

IMPLICANCIAS ECONÓMICAS

Principio 15

El daño producido por la cubierta del bosque y la quema de biomasa causan una pérdida
significativa de recursos productivos. Los incendios forestales también afectan el ambiente (por
ejemplo, los recursos agua y suelo) y la calidad atmosférica. Esto tiene implicancias directas e
indirectas en la economía de un país. Asimismo, los programas de protección de bosques contra
incendios destructivos son complejos y costosos. Muchos sectores de la economía, incluidos la
silvicultura, la agricultura, la pesquería, el transporte y el sector salud, se beneficiarían con un
control efectivo de incendios y deben estar preparados para contribuir equitativamente con los
costos.

Acción recomendada 15

a. Estimar los costos potenciales, directos e indirectos de los incendios destructivos


para la economía nacional, asimismo, los costos de diversas opciones de prevención
y control de incendios destructivos para asegurar la viabilidad de las políticas y los
programas relacionados con este tipo de emergencias.

b. La institución responsable debe realizar un análisis de costo/beneficio de los


programas propuestos para el control de incendios en una serie de puntos. En
función de los costos, debe diseñar programas efectivos que estén dentro de su
presupuesto. Los gobiernos nacionales y provinciales deben estar preparados para
brindar apoyo financiero para solventar los costos a las instituciones de silvicultura
en el caso de que estas lo requieran.

Principio 16

Prevenir los incendios destructivos resulta mucho más efectivo en función de los costos que
suprimirlos y cargar con las pérdidas producidas. Antes de elaborar planes de prevención
efectiva, se deben determinar las causas fundamentales de los incendios. El público en general
puede ser una causa importante de incendios forestales. Esto se debe quizás al desconocimiento
de la importancia y el valor de los bosques. En muchos países tropicales, los cultivos rotativos no
controlados (sistemas de tala y quema) son una fuente de incendios destructivos, así como el uso
de incendios para la disposición de los residuos de cultivos y vegetación durante la conversión
del terreno.

Acción recomendada 16

a. Promover mejores sistemas agrícolas y agrosilvopastorales como alternativas para los


cultivos rotativos.

15
b. Establecer áreas de demostración de prácticas agrosilvopastoriles y de cultivo
combinadas con otros componentes del sistema de control de incendios (por ejemplo,
aplicar actividades de cultivo y pastoreo para modificar las cargas de combustibles o
las áreas no inflamables).

c. Elaborar programas de incentivos para recompensar a las comunidades y de las


personas que realicen prácticas apropiadas de uso de tierras, lo que reduciría el daño
causado por los incendios. En el caso de las personas, el reconocimiento formal de un
buen trabajo ante los expertos con frecuencia resulta efectivo.

d. Elaborar y promover un programa de toma de conciencia ambiental sobre la relación


entre los beneficios sociales, económicos y ambientales de los bosques, así como los
efectos negativos de los incendios destructivos.

e. Implementar un programa para investigar las causas fundamentales de los incendios


destructivos. Esto puede servir de base para formular un programa de prevención,
educación y extensión sobre este tipo de incendios.

f. Elaborar e implementar programas acordes con los principios de la agricultura


regenerativa para promover el ciclo de nutrientes a fin de usar la biomasa para
mejorar la fertilidad del suelo. Estos programas deben considerar prácticas de
agricultura sustentable promovidas y diseminadas por organizaciones como el IIRR
(International Institute for Rural Reconstruction), CATIE (Center for Research and
Training in Tropical Agriculture) y diversas ONG de alcance rural.

g. Mostrar diversas prácticas de tratamiento del terreno y preparación del suelo que
apliquen técnicas viables y poco costosas de conservación del suelo y el agua.
Considerar la posibilidad de crear lotes de demostración donde no se use el fuego
como una herramienta para la preparación del sitio o la roza.

COMUNICACIÓN CON LA COMUNIDAD

Principio 17

Es posible que exista competencia o usos conflictivos de la tierra entre los habitantes rurales y
otros actores como las concesiones forestales, las compañías madereras, los contratistas y las
unidades de conservación. Estos conflictos pueden provocar la ocurrencia de incendios
destructivos. La gente se debe beneficiar directamente del uso de áreas forestales para valorar y
proteger esos recursos. La población local usa el fuego por razones económicas, religiosas,
agrícolas y culturales, y continuará haciéndolo. Las experiencias obtenidas de las prácticas
tradicionales de control de incendios pueden ser útiles en un contexto nacional más amplio.
Algunos países tropicales tienen experiencia en el control de incendios en comunidades locales,
con diversos grados de éxito. Las lecciones aprendidas a partir de estas experiencias pueden ser
beneficiosas para otros países.

16
Acción recomendada 17

a. Realizar consultas con miembros de las comunidades de manera abierta y


transparente para resolver conflictos sobre los derechos de uso de áreas forestales y la
protección de bosques contra incendios.

b. Capacitar a la población local en técnicas de manejo y control de incendios para


prevenir la destrucción de la cubierta forestal, tomando en cuenta sus tradiciones y
habilidades.

c. Los gobiernos locales y los ciudadanos deben participar en las decisiones sobre el
control de incendios que atañen a las áreas que están bajo su competencia. Las
comunidades también pueden requerir ayuda financiera para implementar medidas de
prevención en caso de incendios destructivos. La organización y la capacitación de la
comunidad se deben realizar con metodologías participativas para que sean efectivas
y sustentables.

d. Permitir el intercambio de información y de experiencias sobre el control de incendios


en comunidades locales a través de foros respaldados por organizaciones
internacionales tales como la ITTO, FAO, CIFOR (Center for International Forestry
Research) y mecanismos multilaterales.

Principio 18

En muchas sociedades rurales, las mujeres cumplen una función muy importante en la
agricultura, cría de ganado, recolección de madera para combustible y uso del bosque para
producir bienes no madereros. Por lo tanto, las mujeres muestran mayor reconocimiento y
preocupación por el ambiente natural, aunque con frecuencia resulta difícil integrarlas a los
programas educativos y de extensión debido a sus demás funciones y responsabilidades. La
participación activa de las mujeres en los programas de control de incendios puede ser efectiva
para proteger de este tipo de episodios, los recursos de los bosques tropicales. Lo mismo se
puede decir de los demás miembros de la familia, como los adultos, los niños y los ancianos.

Acción recomendada 18

a. Incluir a las mujeres como participantes activas en las actividades comunitarias de


control de incendios y resaltar su conocimiento y experiencia en el uso del fuego en la
agricultura, la producción ganadera y el manejo forestal.

b. Desarrollar un componente efectivo de educación sobre incendios dirigido


especialmente a mujeres en los ámbitos provincial y local. La transferencia de
tecnologías de control de incendios y el intercambio de experiencias puede mejorarse
a través de programas participativos y servicios de extensión en los cuales las mujeres
deben cumplir funciones importantes.

17
7. MANEJO Y USO DE RECURSOS DEL TERRENO

MANEJO FORESTAL

Principio 19

El control de incendios es una parte integral del manejo forestal sustentable, que, se debe basar
en una planificación apropiada del uso del terreno y tomar en cuenta las opiniones de todas las
partes involucradas.

Acción recomendada 19

a. Integrar consideraciones relativas al control de incendios en la planificación del


manejo forestal. Por ejemplo, cuando se realizan inventarios forestales, es importante
incluir información sobre las cantidades de combustible (árboles, ramas, basura) para
evaluar el peligro de que se produzcan incendios.

b. Incorporar medidas de protección contra incendios en los contratos de concesión


forestal.

c. Incluir disposiciones para proteger a los bosques de los incendios en las de prácticas
administrativas de la silvicultura.

Principio 20

El riesgo de incendios se puede reducir si se incrementa la diversidad forestal, en términos de


especie, edad y estructura, particularmente en plantaciones, así como a través de técnicas
preventivas de silvicultura. La reducción de la ocurrencia de incendios disminuye la
vulnerabilidad del bosque a la degradación por insectos y enfermedades.

Acción recomendada 20

a. Considerar la posibilidad de realizar una plantación subyacente o entremezclar la


vegetación principal con especies de baja inflamabilidad, que sean nativas del área y
que ya hayan sido probadas en el campo.

b. Otorgar prioridad a las medidas de rehabilitación de bosques dañados por incendios.

Principio 21

Las sabanas y las tierras de pastoreo son ecosistemas tropicales importantes y, por lo general,
están relacionados con los bosques. Con frecuencia, los incendios cumplen una función también
importante en estos ecosistemas y deben manejarse adecuadamente a fin de conservar estos
últimos y prevenir daños en bosques cercanos.

18
Acción recomendada 21

a. Determinar los regímenes adecuados de incendios en sabanas y tierras de pastoreo


cerca de las áreas forestales y desarrollar planes de control de incendios para afrontar
los requerimientos destinados a mantener estos ecosistemas.

b. Considerar el uso de incendios prescritos y otras técnicas para evitar el daño causado
por la propagación descontrolada de incendios destructivos en estos ecosistemas.

c. Instruir a los residentes que viven dentro o cerca de estos ecosistemas (que requieren
incendios periódicos para sobrevivir) en torno al uso de incendios y sobre las técnicas
adecuadas en caso de que estos se produzcan.

USO DE LOS BOSQUES

Principio 22

Grandes áreas forestales se utilizan para producir madera. Las operaciones de tala comprenden
diversas actividades que incluyen la construcción de infraestructura o instalaciones como
caminos, campamentos, talleres, almacenamiento de combustible, etc., uso de equipos pesados
como tractores, máquinas de remoción de tierra, arrastradores de troncos, camiones, vehículos,
sierras eléctricas, etc. Con frecuencia, los trabajadores tienen acceso a áreas forestales durante
todo el año. Estos factores, combinados con un mantenimiento descuidado y deficiente y el uso
inapropiado del equipo, pueden aumentar los riesgos de incendios.

Acción recomendada 22

a. Las operaciones de tala y el uso del equipo y la maquinaria se deben controlar


estrictamente y especificar claramente en los acuerdos de concesión para reducir los
riesgos de incendios. Se deben usar supresores de chispas para prevenir incendios
causados por sierras de cadena y otras maquinaras. La manipulación, uso y
almacenamiento de gasolina se debe controlar estrictamente con instrucciones claras
y estar a cargo de una persona designada para ello.

b. Incentivar a los concesionarios, a las compañías madereras y a los contratistas para


que realicen campañas regulares sobre el peligro de que se produzcan incendios a
fin de crear conciencia en torno al problema y fomentar actitudes más responsables.

c. Elaborar guías específicas para ser aplicadas durante periodos de clima muy seco o
de alto riesgo de incendios. Estas medidas pueden incluir la restricción total o
parcial de la tala. Puede ser necesario limitar el acceso a áreas forestales sólo para
operaciones de tala de acuerdo con los planes de manejo y las actividades de cultivo,
incluido el transporte de madera a plantas de procesamiento.

19
d. Los acuerdos de concesión deben especificar la función y responsabilidad del
concesionario en caso de incendios e incluir su participación en acciones de
supresión y división de los costos de rehabilitación de bosques afectados por estos
episodios.

e. Los concesionarios, las compañías madereras y los contratistas deben capacitar


adecuadamente a sus empleados y desarrollar procedimientos operativos para la
prevención y supresión de incendios a fin de controlar inmediatamente los brotes
que se produzcan durante las operaciones de tala.

f. Los acuerdos de concesión requieren que el personal y los equipos de los


concesionarios estén disponibles para actividades de control de incendios.

Principio 23

Las operaciones de tala pueden conducir a la acumulación de biomasa, a la invasión de especies


de algas y a la disección de material del suelo orgánico, lo cual incrementa el riesgo de
incendios. El uso descuidado del fuego durante operaciones de recolección de madera ha
provocado grandes incendios destructivos. Estos causan pérdidas económicas significativas a los
gobiernos, que, con frecuencia, reciben toda la responsabilidad de rehabilitar los bosques
dañados.

Acción recomendada 23

a. Planificar operaciones de tala para evitar la creación de grandes grietas, que secan el
suelo forestal y provocan la invasión de especies pioneras en la generación de
incendios. Usar técnicas como el corte con fresadora para minimizar el daño a los
árboles colindantes.

b. Reducir los residuos de la tala a través de un sistema de incentivos y sanciones para


los concesionarios y contratistas. Cuando sea apropiado, promover el uso de estos
residuos en las comunidades locales, siempre y cuando esta actividad no aumente el
riesgo de incendios.

c. Formular e imponer leyes, reglamentos y códigos de operación aplicables a los


trabajadores forestales y, de ser necesario, modificar los acuerdos contractuales para
promover la protección responsable contra incendios por parte de los concesionarios
y contratistas.

d. Imponer sanciones a los concesionarios a fin de recuperar las pérdidas de los valores
forestales y los costos de rehabilitación de los bosques dañados por los incendios.

20
OTROS USOS DE LOS BOSQUES

Principio 24

Las comunidades ubicadas dentro o cerca de las áreas forestales tienen tradiciones ancestrales de
caza, pesca y recolección de alimentos, plantas medicinales y otros productos La conversión de
los bosques para darles otros usos a los terrenos, así como la presión demográfica, han
incrementado la intensidad de esos usos por las comunidades, lo que aumenta el riesgo de
incendios. Asimismo, los riesgos han aumentado en gran medida en áreas forestales debido a
actividades recreativas y deportivas.

Acción recomendada 24

a. Los concesionarios, las compañías madereras y los contratistas deben apoyar la


organización de las comunidades locales y promover su participación activa en
programas de prevención de incendios forestales.

b. Algunas actividades forestales de las comunidades locales incluyen el uso de


incendios. Estas actividades se deben regular a través de medidas que reduzcan el
riesgo de que dichas prácticas desemboquen en incendios destructivos.

c. Los conflictos y malentendidos entre las comunidades locales y los trabajadores de


las concesiones forestales se deben evitar a través del diálogo y el respeto por las
tradiciones y costumbres locales. Los concesionarios, las compañías madereras y los
contratistas siempre deben considerar el bienestar de dichas comunidades para las
oportunidades de trabajo y las instalaciones que estén disponibles.

d. Ayudar a las comunidades a promover el respeto de los valores y costumbres


tradicionales, que históricamente han preservado los recursos naturales.

e. Durante periodos de extremo peligro de incendios, se debe controlar estrictamente el


acceso a bosques para actividades recreativas. Los campamentos se deben restringir
a sitios donde se pueda contar con instalaciones básicas como cocinas. En otros
lugares, se debe prohibir el uso de fuego para cocinar.

f. Patrullar las áreas frecuentadas para asegurar el cumplimiento de las normas y los
reglamentos vigentes. Esta vigilancia debe intensificarse durante periodos de alto
riesgo de incendios o vacaciones.

21
8. CAPACITACIÓN Y EDUCACIÓN PÚBLICA

PROGRAMAS DE CAPACITACIÓN Y EXTENSIÓN

Principio 25

Los administradores de los distintos niveles deben conocer todos los aspectos del manejo de
incendios forestales a fin de conservar la salud y la sustentabilidad de los bosques. Entre estos
encargados se incluye a funcionarios del ministerio de silvicultura y otros sectores relacionados,
así como a operadores de las compañías madereras, contratistas y concesionarios forestales.

Acción recomendada 25

a. Identificar las necesidades de información y capacitación de los administradores y,


cuando sea necesario, distribuir materiales apropiados y realizar seminarios, talleres,
cursos cortos y sesiones de capacitación en el campo sobre los principios y la
aplicación del control de incendios forestales, incluida la prevención y la supresión
de incendios.

Principio 26

Las personas que viven cerca de los bosques con frecuencia desconocen que sus actividades
pueden provocar incendios y, en algunos casos, la destrucción de ecosistemas forestales. Cuando
los miembros de estas comunidades están adecuadamente motivados, capacitados y equipados
pueden ser fuentes importantes de ayuda para la prevención, control y manejo de incendios.

Acción recomendada 26

a. Preparar y realizar cursos dirigidos a autoridades forestales, concesionarios y


personal de las empresas contratistas para la “capacitación de capacitadores”, que
luego podrá extenderse a las comunidades locales.

b. Identificar y reclutar a miembros adecuados de la comunidad para que sean


capacitados en torno a medidas de prevención de incendios y al uso de técnicas y
equipos (incluidas las herramientas tradicionales) para suprimir y controlar
incendios.

c. Preparar y ejecutar programas de educación básica y brindar materiales de extensión


a las comunidades cercanas a los bosques para crear conciencia sobre la importancia
del ambiente forestal y la función de los incendios.

d. Cuando sea necesario, brindar las herramientas básicas para suprimir incendios
(bajo un control estricto de los responsables) que serán usadas en casos de
emergencia por las personas identificadas en el punto 6, previamente capacitados.

22
Principio 27

Las comunidades que viven cerca de los bosques tienen valores tradicionales que determinan su
percepción del bosque como entidad viviente. Los miembros de estas comunidades están
influidos por líderes espirituales que probablemente serán efectivos para difundir información
sobre la protección contra incendios.

Acción recomendada 27

a. Buscar la cooperación de líderes espirituales y comunitarios en los programas de


control de incendios.

Principio 28

La vigilancia e influencia de las ONG y los grupos de mujeres dentro de sus áreas pueden
brindar una ayuda efectiva y oportuna a los programas de control de incendios forestales.

Acción recomendada 28

a. Desarrollar y conducir cursos para líderes de las ONG y grupos de mujeres sobre sus
funciones en los programas de control de incendios forestales, incluida la
divulgación de información sobre los peligros de incendios para los ecosistemas
forestales y los medios para reducir los riesgos de estos episodios cuando se hace
uso recreativo del ambiente forestal.

EDUCACIÓN PÚBLICA

Principio 29

Los incendios destructivos afectan al público y conducen a la pérdida de bienestar y medios de


vida, lo cual influye negativamente en los ecosistemas forestales. La mayoría de personas,
incluidos los turistas, no son conscientes de las causas de los incendios ni de sus impactos
económicos y ecológicos.

El conocimiento y las actitudes del público en torno a la función y el uso de los incendios y las
prácticas de manejo forestal pueden mejorar a través de la educación de niños y jóvenes.

Acción recomendada 29

a. Establecer una cooperación -o mejorarla - entre autoridades forestales y


departamentos de educación para diseñar currículos adecuados y realizar programas
de educación sobre manejo forestal y control de incendios en escuelas de educación
primaria y secundaria. Buscar la forma de incluir aliados no tradicionales en las
campañas de educación contra incendios.

23
b. Usar los medios de comunicación para informar al público en general sobre las
causas, los efectos y el control de los incendios forestales. El éxito de estas
campañas de toma de conciencia pública dependerá de la selección de símbolos y
lemas adecuados, que permitan a la gente identificarse con el mensaje. Promover la
cooperación y participación de organizaciones religiosas, grupos cívicos y ONG en
este tipo de campañas.

c. Informar a los turistas y a los visitantes, mediante panfletos y volantes, sobre los
problemas generados por los incendios y en torno a su responsabilidad en la
prevención de incendios provocados por fogatas de campamentos y otras
actividades recreativas.

d. Educar en aspectos ambientales, manejo de bosques y recursos naturales, y evaluar


los efectos de los incendios destructivos en los niveles escolares primario y
secundario.

24
especializados (CMRE), han dado mayor importancia a los accidentes con reactores nucleares.
Actualmente, existen ocho centros para diseñar modelos (Toulouse, Bracknell, Montreal,
Washington, Melbourne, Tokio, Beijing y Moscú), cada uno con sus propias capacidades para
diseñar modelos. En el simposio del European Tracer Experiment (ETEX) se evaluaron 47
modelos. La reciente ratificación del Comprehensive Test Ban Treaty (CTBT) requerirá el uso de
modelos de dispersión atmosférica para atribuir las concentraciones de aire medidas a una
ubicación específica de la fuente. Existe potencial para desarrollar una nueva clase de modelos
relacionados solo con este aspecto. La introducción de motores de propulsión a chorro más
efectivos en función del combustible (que funcionan a altas temperaturas) ha incrementado la
sensibilidad de los aviones comerciales modernos a la ceniza volcánica producida por las
erupciones. Actualmente, la Organización Internacional de Aviación Civil (OIAC) está
organizando centros para el diseño de modelos de dispersión de ceniza volcánica.

La mayoría, si no la totalidad de modelos de transporte atmosférico (MTA), está relacionada con


uno o más modelos operativos de pronóstico meteorológico o con un archivo meteorológico
específico, que luego es usado por los MTA. Los datos estimados por los modelos
meteorológicos son evaluados y comparados rutinariamente con las normas comunes de
rendimiento. Si bien los MTA tienen normas de verificación similares, existen muy pocos datos
para realizar estas evaluaciones. Esto se debe quizás a que estos datos son difíciles de obtener y
con frecuencia, están limitados a episodios únicos o experimentos controlados (y costosos) en el
terreno que no se encuentran disponibles. Sin embargo, existen muchos experimentos aislados,
algunos de los cuales son emisiones de trazadores controlados y otros provienen del muestreo de
trazas de oportunidad. El problema con muchos de estos datos es que algunos son muy antiguos,
los informes son difíciles de localizar y, en el caso de que existan, éstos se encuentran en
distintos formatos, y no todos los experimentos archivan los datos meteorológicos
correspondientes.

La reciente culminación de proyectos de reanálisis meteorológico en varios centros


meteorológicos internacionales permite relacionar datos meteorológicos modernos de óptima
calidad con datos provenientes de los experimentos de dispersión. La idea sería crear un conjunto
de CD-ROM que contenga datos experimentales, informes relevantes, datos meteorológicos,
análisis estadísticos y software en un formato común sin derechos de autor. Esta nueva base de
datos común permitiría realizar estudios de sensibilidad y verificación con menor preparación y
esfuerzo que los requeridos en la actualidad. Además, cada centro de elaboración de modelos o
grupo de investigación podría generar resultados para cada experimento a fin de compararlos con
los resultados obtenidos por otros grupos en un simposio de verificación de modelos.

Los objetivos de este informe consisten en sugerir algunas normas comunes para el archivo de
datos, revisar qué datos experimentales se deben incluir, elaborar una lista de medidas comunes
de rendimiento de los modelos que podrían incorporarse a la base de datos y estimar su costo,
proponer compañías o laboratorios potenciales de investigación para realizar el trabajo y quizás
identificar posibles fuentes de financiamiento.

2
3. Estándares para los datos

Existen tres fuentes primarias de datos:


1) información sobre la descarga de contaminantes;
2) datos meteorológicos usados para calcular el transporte y la dispersión de contaminantes, y
3) valores de los contaminantes medidos que pueden ser comparados con los resultados del
modelo.

Todas estas fuentes deben estar en un formato común a fin de poder configurar cualquier
simulación experimental y generar resultados de manera rápida. Deben existir ciertos
requerimientos mínimos para la inclusión de experimentos en la base de datos, según el tipo de
experimento, información o medidas adoptadas.

3.1 Datos meteorológicos

Es importante que los datos meteorológicos usados en los experimentos de dispersión no solo
tengan un mismo formato sino que, además, provengan de la misma fuente. La fuente común de
cuadrículas de campos, obtenida con mayor facilidad, provendría de uno de los proyectos de
reanálisis meteorológico. Un reanálisis incluye la recuperación de datos obtenidos de la
superficie, a través de sonda radioviento, pibal, aviones, buques, satélites y otros datos, y supone
el control de calidad y la asimilación de estos datos en un sistema que se mantiene invariable
mientras dure el proceso. Ello elimina omisiones asociadas con los cambios en este sistema y
desarrolla un modelo de pronóstico meteorológico para producir las series de tiempo de las
cuadrículas de campos meteorológicos.

Si un experimento de dispersión hubiera archivado observaciones especiales, estas podrían


incluirse en la base de datos principal. Cada experimento de dispersión debería incluir solo un
subconjunto limitado de datos del reanálisis (suficiente para realizar los cálculos requeridos) a
fin de limitar el volumen de datos y garantizar acuerdos con centros meteorológicos que
requieran datos sin restricción. El conjunto total de datos estaría disponible en el centro original.
Es posible que estas cuadrículas de campos meteorológicos sean solo una versión de la “verdad”
y que por consiguiente, puedan modificarse o procesarse previamente para respaldar diversos
estudios de investigación o elaboración de modelos. Sin embargo, es lo mejor que se puede hacer
con respecto a la exhaustividad de los procedimientos de reanálisis y dentro de las limitaciones
presupuestarias del proyecto.

Una vez identificados los experimentos que se van a incluir, se puede obtener un volumen
estimado de datos. No obstante, para propósitos de planificación, se puede suponer que se usarán
datos del reanálisis de NCEP (NOAA)/NCAR. Los campos están disponibles en una cuadrícula
gausiana (2,5 grados) en 28 niveles sigma. Si las variables (5 en total) se archivan en todos los
niveles del modelo y se comprimen en formato Grib (aproximadamente 2 bytes por punto de
datos) en 4 campos diarios, los requerimientos de espacio serían 12 megabytes por día (o solo 50
días por CD). Debido a que algunos experimentos de dispersión duran varios meses, se requiere
una subcuadrícula correspondiente al dominio experimental para reducir el volumen de datos. El
dominio racional más grande sería un cuarto de hemisferio (90° latitud, 90° longitud), lo que
reduce los requerimientos de datos meteorológicos a aproximadamente 1 megabyte por día. Si

3
los dominios experimentales se restringieran posteriormente a 1.500 km, los volúmenes de datos
se reducirían a 10 kilobytes por día. En todo caso, los datos del reanálisis deben procesarse, es
decir, descomprimirse, y el dominio experimental deberá extraerse y luego recomprimirse. Entre
los aspectos que pueden resolverse durante la preparación de la propuesta final está el formato en
que deberán estar los datos meteorológicos: Grib, NetCDf o quizás otro.

Algunos experimentos (por ejemplo, ETEX, CAPTEX y quizás algunos pocos más) pueden
requerir una resolución mayor que 2,5 deg para capturar adecuadamente los efectos de
mesoescala identificados por los investigadores que trabajan con esos datos. Normalmente, se
esperaría que esas resoluciones fueran de 1 deg. De esta manera, los costos asociados con el
factor adicional del volumen de 6 datos deberían tratarse entre los detalles de la propuesta final.

3.1.1 Proyecto de reanálisis NCEP/NCAR (1958-1997)

El proyecto de reanálisis NCEP/NCAR es una iniciativa conjunta de los National Centers for
Environmental Prediction (NCEP, antes “NMC”) y el National Center for Atmospheric Research
(NCAR). El objetivo de este esfuerzo conjunto era producir nuevos análisis atmosféricos
mediante el uso de datos históricos y el análisis del estado atmosférico vigente (Sistema de
Asimilación de Datos Climáticos, SADC). Si bien el resultado no cuenta con derechos de autor,
se han establecido tarifas nominales para copiar datos de los archivos del NCAR (Boulder Co.
Estados Unidos) y CDC (Boulder Co. Estados Unidos). La asimilación de datos y el modelo
usado son idénticos al sistema global implementado el 11 de enero de 1995 en el NCEP, excepto
que la resolución horizontal es T62 (aproximadamente, 210 km). Varias fuentes de observación
brindadas por diferentes países y organizaciones, y que no están disponibles en tiempo real, han
ampliado la base de datos. Referencia: Kalnay y otros, Bull AMS, 1996, 77, 437-471 y
http://wesley.wwb.noaa.gov/reanlysis.html

3.1.2 Proyecto de reanálisis ECMWF

El archivo de reanálisis ECMWF (ERA) contiene análisis globales y predicciones de corto


alcance sobre todos los parámetros climáticos relevantes desde 1979, año en que se realizó el
primer experimento GARP (FGGE) a escala mundial. Los servicios de datos ECMWF pueden
brindar información sobre qué años están disponibles. El modelo de resolución completa para el
ERA es el Spectral T106, N80 gausiano (equivalente aproximadamente a 1,125 grados de
latitud/longitud) con 31 niveles de modelos híbridos en la vertical. Además, los datos del aire
superior están disponibles en 17 niveles de presión. Todos los datos se encuentran en el formato
estándar internacional GRIB. El proyecto ECMWF tiene limitaciones de derechos de autor y
costos significativos de acceso. Además, aún no está claro si se puede llegar a acuerdos
convenientes sobre la distribución limitada de un subconjunto de estos datos. Referencia:
http://www.ecmwf.int/data/era.html

3.1.3 Otros datos meteorológicos

Actualmente, la oficina de asimilación de datos (DAO) del Goddard Space Flight Center de la
NASA (Maryland, Estados Unidos) está elaborando una cuadrícula de datos atmosféricos
globales de varios años para investigaciones climáticas, lo que incluye aplicaciones químicas en

4
la troposfera. Los datos, que estarán disponibles para la comunidad científica, son adecuados
para investigaciones climáticas ya que son producidos por un sistema de asimilación fija
diseñado para minimizar la rotación del ciclo hidrológico. Esta asimilación produce una
cuadrícula de datos de 2 x 2,5 latitud/longitud por 20 niveles en intervalos de 6 y 3 horas. Los
datos incluyen altura del aire superior, vientos, temperatura y humedad, así como varias
cantidades derivadas tales como calor radiactivo, precipitación, humedad de la tierra, etc.
Referencia: Schubert y otros, 1993, Bull. Amer. Meteor. Soc., 74, 2331-2342. Véase
http://hera.gsfc.nasa.gov/experiments/assim54A.html

3.2 Emisiones de la fuente

Cada experimento debe incluir, por lo menos, la ubicación (grados decimales) y altura de la
descarga, así como la cantidad de contaminantes descargados (kg) en función del tiempo (UTC).
Algunos episodios accidentales (como las erupciones volcánicas) pueden contar con muy poca
información documentada sobre descarga, excepto el tiempo inicial y la localización. Sin
embargo, estos episodios pueden brindar estadísticas valiosas sobre el rendimiento del modelo
con respecto a direcciones de transporte de contaminantes o estimados cuantitativos de las
concentraciones. Otros detalles posibles de la fuente deberían ser la naturaleza y la especie de la
traza o contaminante: si es pasivo, si es soluble, su vida media, así como información sobre los
niveles de fondo en la atmósfera. Si las cantidades de la emisión en función del tiempo, ya se
conocen, esta información se puede guardar en un simple archivo ASCII, con un registro para
cada periodo de emisión, con información sobre el tiempo de inicio, el de finalización, la altura y
lacantidad. Todos los campos deben estar delimitados, de manera que se puedan usar fácilmente
en otros programas o aplicaciones en hoja de cálculo.

3.3 Información sobre el muestreo

El muestreo de contaminantes puede consistir en una foto instantánea como una foto de satélite,
o representar promedios temporales en un lugar fijo, o un promedio espacial como una muestra
tomada desde el aire. La recolección de distintas muestras, sin considerar la plataforma,
comparte algunas de las características de los datos (altura, ubicación, tiempo, duración, etc.)
mientras que las fotos de satélite son un producto único para la verificación de modelos y su
interpretación puede ser subjetiva debido a los diferentes tipos de información que se pueden
obtener de los datos. En esta área pueden surgir problemas.

Si bien la consistencia es muy importante, no está claro si se la puede alcanzar en un 100 %. Las
normas deben establecerse cuando los ceros sean significativos y se incluyan en el archivo.
Algunos experimentos pueden reportar hasta 80-90% de las observaciones como ceros si se
encuentran lejos del centro de la pluma. La falta de información se debe diferenciar de las
lecturas que arrojan cero.

3.3.1 Muestras de plataforma fija o móvil

A pesar de la redundancia, cada muestra debe identificarse en un registro único que contenga
datos sobre la fecha, el tiempo, la ubicación, la altura y la concentración a fin de mantener cierta
consistencia en el formato entre las plataformas de muestreo. De esta manera, las ubicaciones

5
fijas de muestreo en el terreno y las muestras recolectadas desde el aire se pueden combinar en
una sola base de datos.

3.3.2 Fotos de satélite

Existen varios problemas asociados con el uso de fotos de satélite: la posibilidad de recuperarlas
desde los archivos, la existencia de canales múltiples, el gran volumen de datos por fotografía y
la interpretación cuantitativa de las dimensiones de la nube de contaminantes. Todas las
imágenes se deben convertir a una proyección geográfica estándar que pueda correlacionarse
fácilmente con los resultados del modelo. Por lo general, estos datos solo se usan para verificar
erupciones volcánicas y humos de incendios de gran escala. Aún existe mucha incertidumbre con
respecto al uso de estos datos. Por ejemplo, ¿cómo se cuantifican y comparan los resultados del
modelo con las imágenes?, ¿cómo se define el límite de la imagen en los modelos?, ¿se deben
procesar las imágenes de satélite y archivar solo los vectores que definen la pluma? Aún no está
claro si existe consenso para crear una base de datos uniforme a partir de estas imágenes. Si bien
resulta tentador descartar el archivo de satélite por las complicaciones que supondría para las
primeras fases de este proyecto, la totalidad de episodios que se puede simular y la relevancia y
singularidad de los datos para la industria de la aviación sugieren que quizás se deba considerar
el desarrollo de una verificación correspondiente a través de archivos de satélite. Los nuevos
satélites en órbita brindarán medidas más cuantitativas del aerosol y podrían ofrecer suficiente
información complementaria para usar adecuadamente los archivos antiguos.

3.3.3 Datos no convencionales

En algunos experimentos reportados, solo se dispone de datos derivados tales como el ancho de
la pluma en función de la distancia, en lugar de concentraciones de aire. Otros datos pueden ser
la precipitación, que puede derivarse de diversos métodos de medición y durante distintos
periodos de acumulación en cada punto. Estos experimentos deberían evaluarse caso por caso
para determinar su inclusión en el archivo mayor.

4. Bases de datos experimentales potenciales

La base de datos solo debe incluir experimentos donde la distancia de transporte desde la fuente
hasta la mayoría de sitios de muestreo sea mayor que 200 km. Este es el rango donde existe una
transición desde el control de dispersión de las capas límites planetarias hasta la influencia
sinóptica 2-D a gran escala sobre la dispersión. Si bien una base de datos de verificación a
mesoescala sería de gran utilidad en el futuro, ya que muchos modelos de transporte de largo
alance se extienden con éxito a mesoescalas, esta base de datos requeriría sin duda un
considerable trabajo adicional debido al gran número de experimentos desarrollados en esa
escala. Actualmente, H. Olesen está construyendo una base de datos similar para experimentos
de muy corto alcance en RISO (tales como Kincaid, Copenhague, Lillestrom e Indianapolis). A
medida que esta propuesta avanza hacia la etapa de diseño, los dos esquemas deben consultarse a
fin de beneficiarse del desarrollo de ambos en términos de estándares de datos, métodos
estadísticos y bibliografía.

6
Se deben establecer guías para determinar los datos que deben incluirse en este archivo. Por lo
general, existen tres tipos de experimentos:

1) experimentos controlados en los que se conoce la tasa de descarga de contaminantes;


2) experimentos accidentales en lo que se desconoce (y nunca se conocerá) esa información, por
ejemplo, erupciones volcánicas, y
3) experimentos de transporte tales como emisiones de globos aerostáticos.

El grupo controlado incluiría episodios tales como el accidente de Chernobyl, donde la fuente se
reconstruyó luego del hecho. Los experimentos controlados brindan datos cuantitativos sobre
concentración y precipitación. Sin embargo, cada experimento presenta diferentes limitaciones,
generalmente relacionadas con la cantidad de muestras analizables. Con frecuencia, los
experimentos con una resolución espacial y temporal detallada se limitan a unos cuantos casos.
Los que abarcan muchos episodios tienen una baja resolución espacial o temporal de muestreo.
Cada experimento puede servir para un propósito distinto de verificación o elaboración de
modelos. Las emisiones accidentales descontroladas como las erupciones volcánicas, pueden
presentar pocos o ningún dato cuantitativo de muestreo, pero aun así tener un gran historial
temporal de imágenes fotográficas de satélite sobre las posiciones de la pluma.

A continuación, se presenta un resumen de experimentos potenciales, conocidos por los


miembros del grupo de trabajo. Cada experimento contiene referencias y datos disponibles.
Asimismo, existe un considerable número de experimentos, menos conocidos por este grupo, que
debe revisarse. Las etapas iniciales del diseño de la base de datos deben incluir una búsqueda
bibliográfica integral, cuyos resultados se incorporen a la base de datos sin considerar si los
experimentos individuales sean incluidos o no.

4.1 Experimentos controlados en el campo

4.1.1 Estados Unidos, Idaho, Kr-85, 1974

Tres meses de emisiones de Kr-85 y un muestreo de 12 horas continuas en 13 ubicaciones en una


línea de aproximadamente 1.500 km a sotavento. Limitaciones: muchas muestras cercanas al
nivel de fondo y su variabilidad es comparable con la señal. Ventaja: la serie continua de tiempo
muestra pocas plumas distintivas y únicas ya que el transporte se dio a través de las Montañas
Rocosas. Datos disponibles: solo en publicación. Referencia: Atm. Environ., 1982, 16: 2763-
2776.

4.1.2 Estados Unidos, Oklahoma, PFT, 1980

Una sola emisión del trazador de perfluorocarbono (PFT) durante tres horas, con muestras de tres
horas de duración en cerca de 40 sitios en 600 km a sotavento de la emisión. En tres ubicaciones
de hasta 2.000 km a sotavento, se midió un trazador adicional de metano pesado (HM, Heavy
methane: 12CD4 y 13CD4), emitido simultáneamente con el PFC. Limitaciones: episodio único
con emisiones en condiciones predefinidas. Ventaja: historial temporal y espacial detallado a
medida que la pluma pasa el área de muestreo de 600 km, bajo condiciones únicas de corriente

7
de chorro nocturna y concentraciones máximas de trazadores secundarios. Datos disponibles:
solo en publicación. Referencia PFC: Tech. Report EPA-600, con copia en:

ftp://www.arl.noaa.gov/pub/tracer/captex

Referencia HM: M.M. Fowler y S. Barr, 1983, Atm. Environ., 17:1677-1685.

4.1.3 Estados Unidos, CAPTEX, PFT, setiembre y octubre de 1983

El Cross Appalachian Tracer Experiment consistió en seis emisiones de PFT durante tres horas,
independientes una de otra, cuatro de Dayton, Ohio y dos de Sudbury, Ontario, Canadá. Las
muestras fueron recolectadas aproximadamente en 80 sitios, ubicados a 300 y 800 km de la
fuente, generalmente cada seis horas durante 48 horas por cada emisión. Ventajas: disponibilidad
de múltiples muestras tomadas desde el aire para muchas emisiones a distintas distancias a
sotavento. Datos disponibles: ftp://www.arl.noaa.gov/pub/tracer/captex. Referencia: NOAA
Tech Memo ERL ARL-142.

4.1.4 Ucrania, accidente de Chernobyl, abril de 1986

Una emisión de 10 días de duración con mediciones extensas de la concentración y precipitación


del aire. Limitaciones: aún existen controversias con respecto a emisiones reconstruidas y existe
poca información sobre la precipitación diaria con la lluvia de Cs-137. Ventaja: son los únicos
datos que contienen mediciones extensas de las concentraciones del aire y de la precipitación
radiactiva con la lluvia y en partículas acumuladas, con mayor cantidad de datos disponibles
ahora que cuando se publicó la mayoría de los estudios iniciales. Datos disponibles:
concentraciones de Cs-137 e I-131 en el aire, y precipitación diaria y acumulada de Cs-137
disponibles en el banco de datos de REM en JRC Ispra: http://java.ei.jrc.it/. Referencia: Klug y
otros, Evaluation of long-range atmospheric models using environmental radioactivity data from
the Chernobyl accident, EUR 14148 EN, Elsevier, 1992, ISBN 1-85166-766-0.

4.1.5 Estados Unidos, ANATEX, PFT, enero-marzo de 1987

El Across North America Tracer Experiment consistió en el muestreo de 66 emisiones de PFT


(dos grupos de 33, en dos ubicaciones distintas) cada dos días y día y medio, respectivamente. Se
recolectaron muestras de aire durante periodos de 24 horas en cerca de 60 sitios que abarcaban
gran parte del este de los Estados Unidos y el sudeste de Canadá. El muestreo desde el aire se
limitó a unos cuantos cientos de kilómetros de las fuentes. Limitación: la resolución temporal y
espacial es deficiente. Ventaja: varias plumas distintivas de trazadores se mueven a través de la
red de muestreo bajo diferentes condiciones meteorológicas. Datos disponibles:
ftp://www.arl.noaa.gov/pub/tracer/anatex. Referencia: NOAA Tech Memos ERL ARL-165, 167,
175 y 177.

4.1.6 Estados Unidos, Sudoeste de Mohave, PFT, 1992

Emisiones continuas durante dos periodos de un mes (verano e invierno). Muestreo diario en
varias ubicaciones en terrenos complejos dentro de un área de varios cientos de kilómetros.

8
Datos disponibles: ftp://eafs.sage.dri.edu/currproj/mohave. Referencias: contáctese con Mark
Green ([email protected]).

4.1.7 Europa, ETEX, PFT, 1994

Dos emisiones de PFT con un muestreo de tres horas en 167 ubicaciones a 2.000 km de la fuente
durante tres días. Limitación: solo un número limitado de mediciones está disponible para la
segunda emisión, que ocurrió durante un paso frontal. Ventajas: se dispone de mediciones de
trazadores desde el aire, si bien aún no se han evaluado de manera exhaustiva. Datos disponibles:
en http://www.ei.jrc.it/etex/. Referencias: publicaciones EUR en elaboración, presentadas como
edición especial de Atm. Environ.

4.1.8 Estados Unidos, costa del Atlántico central, ACURATE, Kr-85, 1982-1983

El experimento ACURATE consistió en medir las concentraciones de criptón-85 en el aire, dicho


experimento fue producido por las emisiones de la planta del río Savannah, Carolina del Sur. Las
concentraciones promedio en el aire se recolectaron dos veces al día (12 horas), durante 19
meses (marzo de 1982 a setiembre de 1983) en cinco ubicaciones a lo largo de la costa este de
los Estados Unidos a una distancia de 300 y 1.000 km de la planta. Limitación: el experimento
solo se realizó en cinco puntos, de los cuales solo uno o dos mostraban señales por encima del
nivel de fondo. Ventaja: es el único experimento que comprende las cuatro estaciones y donde
750 de 3.858 muestras presentan señales por encima del nivel de fondo. Datos disponibles:
ftp://www.arl.noaa.gov/pub/tracer. Referencia: NOAA Tech Memo. ERL ARL-130.

4.1.9 Australia, Monte Isa, pluma de SO2, 1979-1981

Mediciones realizadas por la Division of Coal and Energy Technology, CSIRO. Datos
disponibles: [email protected]. Referencias: Carras y Williams, 1981, Atm.
Environ., 15:2205-2217 y 1988, Atm. Environ., 22:1061-1069.

4.1.10 Inglaterra, experimento en el Mar del Norte

El transporte de SF6 de una estación de energía del sur de Yorkshire a través del Mar del Norte.
Referencias: A.S. Kallend y J. Crabtree, “The fate of atmospheric emissions along plume
trajectories over the North Sea; Final Report”. Leatherhead: Central Electricity Research
Laboratories TPRD/L 2340/R82, 1983 y J. Crabtree en la 13ª Conferencia OTAN/CCMS (1982)
y J. Crabtree en Air Pollution Modelling and its Applications III, Plenum Press, pp. 129-138.

4.1.11 Inglaterra, accidente de Windscale, 1957

Referencias: J. Crabtree, “The travel and diffusion of the radioactive material emitted during the
Windscale accident”, Q. J. Roy. Met. Soc., 85 (362), 1959; A.C. Chamberlain, “Deposition of
iodine-131 in Northern England in October 1957”, Q. J. Roy. Met. Soc., 85 (350), 1959; J. Gray
y otros, "Discharges to the environment from the Sellafield site 1951-1992", J. Rad. Prot., 15(2),
1995.

9
4.1.12 Europa, experimentos TRACT-TRANSALP, 1989-1992

El experimento TRACT está relacionado con el transporte a mesoescala de contaminantes a


cientos de kilómetros de distancia. El TRANSALP consistió en tres campañas en la parte central
de los Alpes. Solo en el tercer experimento TRANSALP (1991), se liberó el trazador (PFC) del
extremo norte del lago Lucerna y se midió a distancias mayores de 100 km hasta el lago
Maggiore en Italia. En las otras dos campañas (1989, 1990), el intervalo de distancias fue
considerablemente menor (40 km). También se realizaron mediciones desde el aire. Datos: banco
de datos del experimento disponible en JRC Ispra a solicitud del Dr. G. Graziani
([email protected]). Referencia: Special Issue on Transport of Air Pollulants over
Complex Terrain (TRACT), Atm. Environ., Vol. 32, abril de 1988, pp 1141-1352.

4.1.13 Europa, experimento de Oeresund, 15 de mayo al 14 de junio de 1984

Durante la campaña se realizaron nueve experimentos con trazadores. En cada uno de ellos, el
trazador (SF6) se emitió cerca de la costa con el viento en contra y se realizó un muestreo en el
Oeresund, a sotavento de la línea costera y otras tierras interiores. Datos: banco de datos del
experimento disponible en Risoe, Dr. S.E. Gryning, [email protected]. Referencia:
The Oeresund Experiment Data Bank, ISBN 87-550-1592-1.

4.1.14 Océano Antártico, junio y octubre de 1984

Cuatro emisiones (enero, junio y octubre) de metano pesado desde el aire y muestreo de tres días
en ocho ubicaciones en el nivel del terreno hasta 60 días después de la emisión. Durante este
periodo, los muestreos desde el aire fueron limitados. Ventaja: un solo ambiente para el
transporte y dispersión en invierno y verano. Limitación: no se analizaron todas las muestras
para reducir el costo del experimento. Datos: cuadros de datos suplementarios en microficha
disponibles en AGU. Referencia: E.J. Mroz y otros, 1989, J. Geophys. Res., 94(D6), 8577-8583.

4.2 Emisiones no controladas (generalmente, solo se dispone de datos de satélite)

Con respecto a estos episodios, existen quizás más preguntas que respuestas. En efecto, los
incendios de maleza y las erupciones volcánicas se deben tratar por separado. Se debe estimar la
altura de las emisiones a partir de los archivos de satélite. Es importante distinguir entre nube y
ceniza. Los distintos episodios tendrán diferentes ciclos de vida, durante los cuales se puede
diferenciar la pluma del nivel de fondo. La resolución de las imágenes dependerá del momento
en que ocurran los episodios, es decir, durante el día, cuando se cuenta con imágenes VIS de
mayor resolución, o durante la noche, cuando se dispone de rayos infrarrojos. Las imágenes IR
se deben procesar para obtener las temperaturas de brillantez y, de esta manera, la altura
aproximada de las emisiones. La frecuencia de archivo de imágenes (para reducir los requisitos
de almacenamiento) se debe determinar según la evolución temporal de la pluma.

4.2.1 Estados Unidos, erupción del monte St. Helens, 1979

Durante el episodio se realizaron observaciones terrestres y de satélite. Referencias: imágenes de


satélite de la nube del monte St. Helens disponibles en Holasek y Self (1995) “GOES weather

10
satellite observations and measurements of the May 18, 1980, Mt. St. Helens eruption”, Journal
of Geophysical Research 100: 8.469-8.487, http://www.geo.mtu.edu/eos/ppages/self.htm;
además, J. Crabtree y M. Kitchen, Atm. Environ., Vol. 18, N°. 6, 1984.

4.2.2 Filipinas, erupción del monte Pinatubo, 1991

Referencias: Holasek RE, S Self y AW Woods (1996) Satellite observations and interpretation of
the 1991 Mount Pinatubo eruption plumes. J. Geophys. Res. 101: 27635-27655.

4.2.3 Kuwait, pluma de humo originada por incendio petrolero, 1991

Referencia: J.T. McQueen y R.R. Draxler, 1994, Atm. Environ., 28:2159-2174; K.A. Browning
y otros, Nature, mayo de 1991, 351, 363-367.

4.2.4 Episodios recientes

Si bien algunos de los episodios más recientes aún no han sido documentados en la bibliografía,
se pueden obtener imágenes de los archivos de satélite. Estos episodios incluyen la erupción del
Rabual de Papúa Nueva Guinea (1994) y del Ruapehu de Nueva Zelanda (1996), los humos del
incendio de maleza del Kalimantan, Sumatra, Irian Jaya, Papúa Nueva Guinea (1997), y la nube
de polvo de China (abril de 1998).

4.3 Otros datos de experimentos potenciales

Los datos obtenidos a partir de vuelos en globos aerostáticos permiten examinar un modelo solo
en cuanto al componente relativo al transporte, pero no en el componente referido a la
dispersión. Sin embargo, además de la posición del globo, se debe conocer la altitud, que
usualmente se tabula con experimentos controlados con globos aerostáticos para varios proyectos
de investigación tales como el experimento ACE-1 cerca de Tasmania en 1994 (J. Geophys.
Res., 1988, 103:16,297-16,758), los viajes en globo aerostático de Smith/Kavanagh en Australia
en 1993 (Mills y otros, 1994, Aust. Met. Mag., 43:29-39), el vuelo de Fossett sobre el Pacífico en
febrero de 1995 (Weather and Forecasting, 1996, 11:111-114), la carrera europea de globos
aerostáticos (K. Baumann y A. Stohl, 1997, J. Appl. Meteorol., 36:711-720) y algunas emisiones
de tetroon en la parte central de los Estados Unidos (W.A. Hoecker, 1977, J. Appl. Meteorol.,
16:374-383). También podrían sumarse a la lista los vuelos recientes en globo aerostático sobre
el Atlántico norte y sur realizados por Fossett así como el reciente experimento ACE-2, una vez
que los datos estén disponibles. Cabe señalar que no todos los experimentos con globos
aerostáticos cuentan con datos detallados sobre la altura tales como los 190.000 pequeños globos
de helio liberados en mayo de 1986 sobre todo el territorio de Estados Unidos, de los cuales se
encontraron 8.000 y cuya posición final se reportó (R.A. Stocker y otros, 1990, J. Appl.
Meteorol. 29:53-62).

11
5. Requisitos del procesamiento de datos

Por lo general, los requisitos de espacio de los datos de muestreo serán mínimos comparados con
los campos de datos meteorológicos que acompañarán cada experimento. Se requerirá cierto
esfuerzo para digitalizar los datos que no se encuentren en formato digital y reformatear los que
ya lo estén. Los cálculos de espacio para datos meteorológicos (presentados a continuación) son
bastante modestos para campos de baja resolución (2,5 deg) y razonables para datos de alta
resolución (1 deg), ya que por lo menos el conjunto de los principales experimentos realizados
con trazadores deben caber en un CD de 640 megabytes.

Experimento Dominio Periodo Baja resolución Alta resolución


Latitud x longitud días Megabytes Megabytes

Idaho 30 x 40 90 15 60
Oklahoma 20 x 30 5 1 5
CAPTEX 15 x 25 20 1 5
ACURATE 15 x 15 570 15 75
Chernobyl 40 x 60 30 10 40
ANATEX 30 x 60 90 20 80
Mohave 10 x 20 80 2 10
ETEX 30 x 40 5 1 5

Total 65 275

Si bien aún no se sabe qué efecto tendría el incorporar datos de satélite, la adición de un CD o
más no reduciría la aplicación práctica del archivo. El mayor costo que supondrían estos datos
sería el procesamiento requerido para estandarizar las imágenes.

6. Análisis estadístico y software de presentación

El paquete estadístico podría presentarse en dos versiones. La primera, que posiblemente ya esté
disponible para muchos investigadores, consistiría en un software de propiedad común (por
ejemplo, IDL, SAS, gráficos NCAR, etc.) e incluiría algunas rutinas gráficas; en segundo lugar,
una versión sin derechos de autor que permitiría a los encargados de elaborar modelos analizar y
mostrar los resultados en un formato común a fin de facilitar la comparación entre modelos. Esas
versiones pueden ser programas precompilados para computadoras personales con Windows o
para el código de fuente “C” o Fortran, que podrían compilarse en estaciones de trabajo Unix.
Los recientes avances en la comparación de modelos estadísticos, especialmente los datos ETEX,
han demostrado que la evaluación de modelos podría avanzar de los métodos pareados de tiempo
y estación a enfoques que comparen patrones temporales y espaciales.

7. Lineamientos del plan de trabajo

En este momento, no se sabe dónde ni cómo elaborar la base de datos. Es posible estimar los
costos requeridos para completarla. Tal vez, se pueda conseguir apoyo de algún gobierno,
laboratorio de investigación o contratista. Se requiere supervisión científica. A continuación, se

12
sintetizan de manera general las tareas necesarias, con un estimado bruto del esfuerzo hombre-
meses para cada componente, algunos de los cuales podrían realizarse en forma paralela.

7.1 Elaboración del plan de trabajo final por el equipo del proyecto

Esta etapa incluiría resultados de búsqueda bibliográfica integral para experimentos adecuados,
especificaciones técnicas finales y aspectos financieros. Esfuerzo: tres meses.

7.2 Desarrollo de un formato electrónico estándar

Esta tarea supondría encuadrar los diferentes datos experimentales y los programas de aplicación
específicos para cada grupo de ellos a fin de crear un producto con un formato común. Si las
copias digitales de los datos no están disponibles, se deberán transcribir los resultados publicados
en un formato electrónico. Esfuerzo: seis meses.

7.3 Datos meteorológicos

Los datos meteorológicos que corresponden al dominio espacial y al periodo del experimento se
deben obtener de uno de los proyectos de reanálisis y luego, extraerse y recomprimirse en un
formato común para todos los experimentos. Esfuerzo: seis meses.

7.4 Datos de satélite

Los datos de satélite brindarán imágenes principalmente destinadas a la verificación cualitativa


en esta etapa. Dentro de muy poco tiempo, será posible verificar cuantitativamente el transporte
y la dispersión de aerosoles con el lanzamiento de instrumentos de POLDER, TOMS, OCTS,
MODIS y MISR. Sin embargo, deben existir por lo menos tres imágenes por episodio, incluidas
imágenes VIS, para una mayor resolución (cuando ello sea posible), e IR para temperaturas. La
resolución debe ser suficiente para obtener información sobre la posición de la pluma, sin alterar
el volumen de almacenamiento. Esfuerzo: nueve meses.

7.5 Lineamientos

Brindar guías a los encargados de elaborar modelos para que presenten sus resultados en un
formato estándar. Ingresar los análisis estadísticos y usar software de presentación para acceder a
datos de experimentos y modelos. Asimismo, proveer un software ejecutable en una plataforma
común (es decir, computadoras personales con Windows) o un código determinado (“C” o
Fortran), que pueda recopilarse y ejecutarse en los centros de elaboración de modelos. Esfuerzo:
seis meses.

7.6. Copias de CD

Obtener varias copias de CD y distribuirlas a un público numeroso, quizás junto con un artículo
en un importante periódico internacional. La OMM auspiciaría e invitaría, a través de este
artículo a un simposio de verificación de modelos. Esfuerzo: seis meses.

13
8. Fuentes de financiamiento

La OMM debe distribuir este informe con las recomendaciones del grupo de trabajo de la CAS
sobre contaminación ambiental y química atmosférica a la IAEA, ICAO y otras instituciones
nacionales e internacionales interesadas en el transporte de contaminantes de largo alcance. En
cuanto a las fuentes de financiamiento, es necesario identificar quién va a realizar el trabajo, lo
cual puede simplificar este problema. Por ejemplo, el financiamiento sobre Acciones de Costos
Compartidos de EC DG XII (Ambiente y Clima), que se iniciará el próximo año. Si se identifica
una fuente importante de financiamiento, quizás otros estén más dispuestos a contribuir con la
culminación del proyecto.

9. Miembros del grupo de expertos

Roland R. Draxler
Air Resources Laboratory, NOAA, Silver Spring, MD, Estados Unidos
[email protected]

G. Dale Hess
Bureau of Meteorology Research Centre, Melbourne, VIC, Australia
[email protected]

Roy Maryon
Met Office, Bracknell, Reino Unido
[email protected]

Giovanni Graziani
JRC, Environment Institute, Ispra, Italia
[email protected]

Werner Klug
Darmstadt, Alemania
[email protected]

Frank Gifford
Oak Ridge, TN, Estados Unidos

14
Anexo F

SEMINARIO DE LA FAO/CEPE/OIT
SOBRE “BOSQUES, INCENDIOS Y CAMBIO GLOBAL”,
REALIZADO EN SHUSHENSKOE (FEDERACIÓN RUSA),
DEL 4 AL 9 DE AGOSTO DE 1996

El seminario “Bosques, Incendios y Cambio Global” se realizó a solicitud del gobierno de la


Federación Rusa, en Shushenskoe, del 4 al 9 de agosto de 1996, en colaboración con el equipo de
especialistas en incendios forestales de la FAO/CEPE/OIT. Las siguientes organizaciones no
gubernamentales estuvieron presentes: Unión Internacional de Organizaciones de Investigación
Forestal (IUFRO), Asociación Internacional de Investigación de los Bosques Boreales (IBFRA),
Stand Replacement Working Group e International Global Atmospheric Chemistry Project
(IGAC) del International Geosphere-Biosphere Programme (IGBP). El seminario trató los
siguientes temas:

- Evaluación de la extensión de tierras afectadas por incendios (bosques y otros terrenos);


- evaluación de los daños causados por incendios destructivos;
- definición de la función de los incendios forestales en:

(a) el uso de tierras y los cambios en la cubierta del terreno;


(b) las ecosistemas y la conservación de la biodiversidad;
(c) los ciclos del carbono y del agua;
(d) bosques afectados por la contaminación industrial y radionucleidos, y
(e) ecosistemas afectados por el cambio climático.

- control de incendios forestales, información sobre incendios y equipos, y


- nuevos sensores espaciales para detectar incendios.

De acuerdo con esas contribuciones, se formaron grupos de trabajo para hacer un planteamiento
general, con conclusiones y recomendaciones que fueron adoptadas por los participantes del
seminario (fuente: UNECE TIM/EFC/WP.1/SEM.44/2, del 16 de agosto de 1996, también
publicado en International Forest Fire News N°. 15, pp.40-47).

Conclusiones y recomendaciones

1. Planteamiento general: función de los incendios en el ambiente global

1.1 Si bien tanto los incendios causados por el hombre como los naturales son un fenómeno
importante en todas las zonas de vegetación del mundo, sus efectos no siempre son los
mismos. Los incendios pueden dañar temporalmente los ecosistemas forestales, deteriorar
el sitio en el largo plazo y alterar los regímenes hidrológicos. Esto puede ser perjudicial
para la economía, así como para la salud y la seguridad humana.

1
1.2 Debido al crecimiento demográfico, a los cambios en el uso de la tierra, a los efectos
acumulativos de los incendios causados por el hombre y al uso excesivo de los recursos
vegetales, muchos tipos de bosques, que en el pasado se adaptaron a los incendios, se han
vuelto cada vez más vulnerables a ellos.

1.3 Por otro lado, en muchos tipos de vegetación de ecosistemas templados, boreales y
tropicales, los incendios cumplen una función importante en la conservación de la
dinámica natural, la biodiversidad, la capacidad de conducción y la productividad. En
muchas partes del mundo, las prácticas sustentables de silvicultura, agricultura y pastoreo
dependen del uso de incendios.

1.4 Los incendios de vegetación producen emisiones gaseosas y particuladas de gran impacto
sobre la composición y el funcionamiento de la atmósfera global. Estas emisiones
interactúan con las de la quema de combustibles fósiles y fuentes tecnológicas que son la
causa principal del cambio climático generados por el hombre.

1.5 El cambio climático global puede afectar los regímenes de incendios e incrementar su
ocurrencia y capacidad de destrucción, especialmente en las regiones boreales de
Norteamérica y Eurasia.

1.6 En muchas partes del mundo, el control de incendios ha sido la práctica tradicional. Sin
embargo, muchos países han acordado políticas de manejo de incendios a fin de mantener
la función de estos en la remoción de combustibles acumulados que de otro modo,
provocarían incendios destructivos, y para detener el avance de los incendios hasta áreas
más productivas para los seres humanos que los bosques y las arboledas; estos últimos
predominarían ante la ausencia de incendios.

1.7 Sin embargo, en muchos países se toman decisiones inapropiadas, generalmente debido a
que las autoridades responsables o los encargados del manejo no están debidamente
informados sobre los incendios y por la falta de capacitación, tecnología e infraestructura.
La gravedad y extensión de los desastres producidos por incendios destructivos de gran
escala durante los años recientes, especialmente en países menos desarrollados, podrían
haber sido menores si se hubiesen tomado acciones para el control de incendios en el
ámbito nacional y se hubiera recibido ayuda de la comunidad internacional.

1.8 Si bien la comunidad científica experta en incendios ha progresado considerablemente en


la investigación de los efectos globales de estos mediante el uso de tecnologías existentes y
el desarrollo de otras nuevas, no existen mecanismos internacionales para recolectar,
evaluar e intercambiar sistemáticamente información sobre este tipo de episodios.
Tampoco existen mecanismos de control, apoyo y socorro para desastres producidos por
incendios a escala internacional.

1.9 Las consideraciones antes mencionadas mostraron a los participantes del Seminario de la
FAO/CEPE/OIT sobre “Bosques, Incendios y Cambio Global” a adoptar las siguientes
conclusiones y recomendaciones:

2
2. Conclusiones

2.1 En este seminario, se ha demostrado el impacto económico y ecológico de los incendios en


zonas silvestres en los ámbitos local y global. La probabilidad de grandes desastres
mundiales, tales como la transferencia de materiales radiactivos a través de humos
provenientes de este tipo de incendios, así como la pérdida de vidas humanas en incendios
recientes, está documentada científicamente. Asimismo, se han identificado la falta y la
necesidad de una base de datos estadística sobre incendios de alcance global, a través de la
cual se pueda cuantificar espacial y temporalmente el impacto económico y ecológico de
los incendios. En las condiciones actuales de cambio global, esta base de datos confiable es
esencial para el desarrollo sustentable, y para las urgentes necesidades de los organismos
encargados del manejo de incendios, los responsables de la elaboración de políticas, las
iniciativas internacionales y la comunidad global encargada de elaborar modelos.

2.2 Las similitudes de los problemas relacionados con los incendios destructivos son evidentes
en todo el mundo, especialmente su creciente incidencia e impacto, así como la reducción
de los recursos financieros para su control. Ello enfatiza la necesidad de coordinar los
recursos necesarios en el ámbito internacional para afrontar de manera efectiva los grandes
desastres producidos por incendios en zonas silvestres.

2.3 Debido a que el cambio climático es una realidad virtual, con efectos significativos en las
latitudes del norte, los participantes del seminario reconocen que en el futuro, los incendios
en zonas boreales y templadas se incrementarán significativamente y, por lo tanto,
afectarán la biodiversidad, la distribución forestal por edad y clase, la migración forestal, la
sustentabilidad y las reservas de carbono. Es esencial que los futuros regímenes de
incendios en estas regiones se puedan predecir de manera precisa a fin de tomar decisiones
informadas sobre el control de incendios.

3. Recomendaciones

Los participantes del seminario explicaron esta grave situación al Comité Conjunto para
que considere inmediatamente las siguientes recomendaciones:

3.1 Se requiere con urgencia información cuantificable sobre la distribución espacial y


temporal de los incendios de vegetación en relación con el cambio global y el control de
desastres. En vista de las iniciativas recientes del sistema de las Naciones Unidas a favor
de la protección del ambiente global y el desarrollo sustentable, el Seminario de la
FAO/CEPE/OIT sobre “Bosques, incendios y cambio global” requiere formar una unidad
de las Naciones Unidas específicamente diseñada para elaborar un inventario global de
incendios a través de los medios más modernos. En un futuro cercano, esta unidad
desarrollaría un producto de primer orden y en la próxima década, lo mejoraría. Los datos
del inventario de incendios brindarán información básica para desarrollar un sistema global
de información sobre este tipo de episodios.

La FAO debe tomar la iniciativa y organizar un foro con otras organizaciones


pertenecientes y no pertenecientes a las Naciones Unidas que trabajen en este campo; para

3
garantizar el cumplimiento de esta recomendación, por ejemplo, se deberían tomar en
cuenta las diversas actividades científicas del International Geosphere-Biosphere
Programme (IGBP).

Los apéndices I al III a estas recomendaciones (Propuestas preliminares para el desarrollo


de un sistema estandarizado de inventario de incendios) describen la información requerida
(clases de datos y uso de esos) y los mecanismos para recolectar y distribuir datos del
mencionado inventario en una escala global.

3.2 El desarrollo de un satélite dedicado a cuantificar la extensión geográfica y el impacto


ambiental de los incendios de vegetación recibe gran apoyo. Actualmente, la NASA evalúa
esta iniciativa y los participantes de este seminario recomiendan promoverla, así como
otras propuestas similares (por ejemplo, el sensor NOMOS en la estación espacial MIR).

3.3 Se requiere un proceso oportuno que permita recolectar e intercambiar información sobre
incendios destructivos que estén en curso. Se recomienda crear un sitio en Internet para
manejar este flujo de información. Esto se puede coordinar gracias a una iniciativa del G7
en marcha, la Global Emergency Management Information Network Initiative (GEMINI),
que incluye una propuesta para desarrollar una red global de información sobre incendios a
través de Internet..

3.4 Se deben establecer mecanismos que promuevan la confianza de la comunidad en sí misma


para mitigar los daños causados por los incendios destructivos y que permitan un
intercambio rápido y efectivo de recursos entre los países durante el desarrollo de estos
episodios. Dado que la Oficina del Coordinador de las Naciones Unidas para el Socorro en
Casos de Desastres (UNDRO) es una organización reconocida, y ha sido establecida para
coordinar y responder a emergencias, incluidos los incendios destructivos, se recomienda
encomendarle la preparación de las etapas necesarias, en colaboración con la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Las medidas
adoptadas deben cumplir los objetivos y principios del Decenio Internacional para la
Reducción de Desastres Naturales (DIRDN).1

3.5 Las consecuencias de los incendios en áreas de vegetación contaminadas con residuos
radiactivos, así como la falta de experiencia y tecnologías para manejar incendios
radiactivos, requieren un programa especial de investigación, prevención y control en el
ámbito internacional. Este programa se debe implementar bajo el auspicio de la
FAO/CEPE/OIT.

3.6 La Wildland Fire 97 International Conference, realizada en Canadá, sirvió como un foro
para promover las recomendaciones de este seminario. Fue posible a través del auspicio
conjunto de la FAO, UNDRO, UNESCO, DIRDN y el equipo de especialistas en incendios
forestales de la FAO/CEPE/OIT.

1
Los participantes de la conferencia de Shushenskoe no estaban informados sobre el cese de actividades de la
UNDRO. Actualmente el DIRDN forma parte del Department of Humanitarian Affairs de las Naciones Unidas
(DAH).

4
Apéndice I: Propuestas preliminares para el desarrollo de un sistema estandarizado de
inventario de incendios

A Los sistemas de inventario de incendios de vegetación en los ámbitos nacional e


internacional satisfacen un gran número de necesidades prácticas:

1 Manejo de incendios en el nivel regional y nacional:


a Requerimientos de recursos presupuestarios;
b seguimiento diario y anual de la actividad, comparada con los niveles normales;
c tendencias de largo plazo;
d ayuda interinstitucional e intergubernamental, y
e cambios en las tendencias de largo plazo

2 Manejo regional y nacional (no incendios):


a evaluaciones integradas y monitoreo de los efectos del incendio en otros recursos;
b políticas y reglamentos sobre:
i calidad del aire;
ii cambio global;
iii biodiversidad, y
iv otros

3 Uso internacional del inventario de incendios:


a inventario forestal actualizado, disponibilidad de madera, incendios integrados a la
recuperación de recursos;
b estrategias de mercado;
c políticas y estrategias de importación y exportación;
d disponibilidad de alimentos y fibras en el terreno;
e acuerdos de ayuda interinstitucional e intergubernamental;
f seguridad nacional;
g evaluación de alimentos y fibras:
i pasto y forraje,
ii abastecimiento y calidad del agua.
h investigación:
i cambio global,
ii monitoreo integrado de las evaluaciones .
i acuerdos provenientes de tratados internacionales:
i CNUMAD:
- convención climática,
- biodiversidad.
ii CSD, IPF,
iii Protocolo de Montreal sobre el ozono,
iv DIRDN, otros.

4 Compatibilidad nacional de la utilidad de los datos económicos

5
Apéndice II: Información requerida

A. Clases de información

tipo alfa:
fechas de inicio y término del incendio;
localización del incendio (latitud, longitud, resolución);
tamaño del incendio, y
causa del incendio.
tipo beta:
clasificación de combustibles y bioma, e
inventario de la carga de combustibles en los bosques, clases de edad y tamaño.
tipo gamma:
caracterización de los incendios (de corona, superficial, etc.);
consumo de combustible, y
participación estructural (interfaz entre las zonas silvestre y urbana).
tipo delta (CEPE/FAO actuales):
número de incendios;
área quemada (según el tipo de bosque), y
causa de los incendios (número).
tipo épsilon:
datos sobre emisión de gas y aerosol.
tipo eta:
gasto total del programa de incendios;
costos totales de la supresión de incendios, y
pérdidas totales directas de madera comerciable, pérdidas estructurales.

6
B. Cuadro de decisiones
Uso de la información Tipo de información Frecuencia
alfa beta gamma delta eta de la
información
Regional y nacional (incendios)
1. Requerimientos de recursos presupuestarios x x x A
2. Seguimiento diario y anual de incendios x x x x DSMA
3. Tendencias de largo plazo x x x x A
4. Acuerdos interinstitucionales x x DSMA
5. Asignación de recursos x x x x DSM

Regional y nacional (no incendios)


6. Monitoreo de las evaluaciones x x A
7. Reglamentos sobre políticas de calidad del aire x x x A
8. Reglamentos sobre políticas de cambio global x x x A
9. Cambio de hábitat x x x A

Internacional (incendios)
10. Ayuda intergubernamental x x x x DSMA

Internacional (no incendios)


11. Tratados y acuerdos x x x x A
12. Seguridad nacional x x x DSM
13. Investigación x x x x A
14. Pronóstico de importaciones y exportaciones x x x x A

D = diario, S = semanal, M = mensual, A = anual

C. Inventario de incendios

La ayuda intergubernamental en los ámbitos bilateral y regional no requiere una base de datos
global. Estos acuerdos son regionales y pueden variar según las necesidades de cada región. Si se
excluye la seguridad nacional, solo se requieren datos anuales para una base de datos global. Los
datos gamma se obtienen a partir de datos alfa; por lo tanto, no es necesario reportarlos de manera
separada. Los datos beta sobre combustibles pueden extraerse de otros inventarios siempre y cuando
estén estandarizados. Antes de considerar los datos beta, se deben elaborar normas internacionales.
Esta base de datos debe incluir todos los incendios de vegetación.

7
Apéndice III: Establecimiento de mecanismos para recolectar y distribuir datos a partir
del inventario de incendios en el ámbito mundial

A. Estado actual del inventario de incendios

A Si bien varias naciones desarrollan datos de reportes individuales sobre incendios,


muchas regiones del mundo no están incluidas.
B Solo las naciones miembros de la CEPE y la UE cuentan con mecanismos para
intercambiar datos.
C Los datos que actualmente intercambian consisten en estadísticas que complementan
reportes individuales de incendios.
D Los datos provenientes de sistemas de detección a distancia son cada vez más
accesibles, pero solo para los casos de incendios que se pueden identificar mediante
señales de calor o huellas en el paisaje.

B. Aspectos adicionales

A Se ha identificado una serie de usos del inventario internacional de incendios en el


manejo de estos, en políticas y acuerdos ambientales, así como en el crecimiento
económico de las naciones.
B Se ha identificado un inventario que puede ser usado por todas las naciones (véase el
informe sobre inventario estandarizado de incendios).
C Se debe llegar a un acuerdo internacional para elaborar un inventario de incendios
(similar al inventario forestal global de la FAO).

C. Implementación

A El inventario global de incendios debe consistir en datos individuales sobre la fecha de


inicio y término del incendio así como su localización, tamaño y causa. Por lo general,
la localización de los incendios a partir de los reportes individuales indica su origen.
Es más probable que los datos de la detección a distancia reporten el centro del área
quemada. Los reportes sobre incendios, ¿deben indicar el centro en lugar del origen o
bien ambos datos?
B En el futuro, se necesitarán datos sobre la clasificación del bioma y la caracterización
de incendios. Se deberán desarrollar normas para esta información adicional.
C Casi todas las regiones del mundo disponen de un sistema rápido de comunicación
electrónica. Los datos del inventario de incendios pueden divulgarse a través de
Internet. La FAO es un centro apropiado para compilar y distribuir esos datos.
D Los datos provenientes de los sistemas de detección a distancia deberán tener el
mismo formato que los reportes individuales de incendios y estar disponibles en
Internet, donde también se pueden incluir imágenes. Los centros potenciales
apropiados para la compilación y distribución de esos datos son ISPRA (UE) o EOS-
DIS de la NASA.
E Las naciones que no puedan proveer datos en formato electrónico deben establecer
un formato impreso posible de escanear y transferir fácilmente a un formato
electrónico.

8
Anexo G

TALLER DE LA OMM SOBRE HUMOS Y NEBLINA


TRANSFRONTERIZOS EN EL SUDESTE ASIÁTICO,
SINGAPUR, DEL 2 AL 5 DE JUNIO DE 1998

Resumen ejecutivo

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) organizó un taller regional sobre humos y


neblina transfronterizos en el sudeste asiático como parte de su respuesta continua a los
incendios forestales, que causaban problemas ambientales y de contaminación del aire en toda la
región. El taller, organizado por el Servicio Meteorológico de Singapur y co-auspiciado por el
Banco Asiático de Desarrollo, se llevó a cabo en Singapur, del 2 al 5 de junio, y contó con la
presencia de representantes de los National Meteorological and Hydrological Services (NMHS),
el ASEAN Specialized Meteorological Center (ASMC), centros meteorológicos regionales
especializados (CMRE), otras instituciones y organismos involucrados en actividades
relacionadas con los incendios, así como expertos invitados.

La reunión tuvo como tema central los episodios de humos y neblina ocurridos durante 1997 y
1998, que afectaron las operaciones de aviación civil, el transporte marítimo, la producción
agrícola, el turismo y la salud de la población en la región. El objetivo del taller fue promover la
cooperación regional e internacional a través de la revisión de las lecciones aprendidas en dicha
temporada de incendios, así como planificar y coordinar las actividades de implementación
orientadas a mejorar la capacidad de los NMHS para manejar episodios de humos y neblina
transfronterizos. Esto incluyó discusiones sobre planes regionales tales como el Programme to
Address ASEAN Regional Transboundary Smoke (PARTS) de la OMM y el Plan de Acción
Regional para Caso de Neblina (PARN, Regional Haze Action Plan).

El taller se centró en cuestiones operativas, especialmente en:

• evaluación de los sistemas actuales de medición y posibles mejoras en la capacidad regional


para evaluar los efectos del humo y la neblina en la salud y el ambiente;

• capacidades regionales para brindar apoyo meteorológico durante episodios graves de humo,
incluido el mejoramiento de los pronósticos diarios de los modelos de transporte atmosférico
(MTA) sobre trayectoria y dispersión de humos;

• función de la detección a distancia para identificar y rastrear incendios, plumas, aerosoles y


otros contaminantes emitidos, y

• mejoras en el intercambio de información y coordinación de actividades entre autoridades


nacionales, NMHS y organismos internacionales y regionales relacionados con episodios de
humo, neblina y otras formas de contaminación transfronteriza.

1
Una lección importante de los incendios ocurridos en el sudeste asiático es que el humo y la
neblina no reconocen fronteras nacionales. Dichos incendios se vieron exacerbados por las
sequías en la región debido al fenómeno de El Niño. Los servicios meteorológicos cumplieron
una función crucial en la respuesta a estos problemas. Esta contribución se realizó a través de las
siguientes acciones:

(i) monitoreo y pronósticos meteorológicos diarios;


(ii) actividades especializadas que incluyeron la identificación de “manchas” calientes
a través de imágenes de satélite, modelos sobre trayectoria de la neblina,
compilación mensual y estacional de pronósticos climáticos y mejoramiento de las
actividades de monitoreo de la calidad del aire, y
(iii) divulgación oportuna de información sobre neblina y humos a los organismos
gubernamentales y al público en general.

Se comparó con eventos previos los incendios de 1997 y 1998. Los registros muestran que desde
1970 se reportaron por lo menos nueve episodios de humos y neblina en la región, que
ocurrieron con mayor frecuencia durante los periodos del fenómeno de El Niño. Estos episodios
pueden volver a ocurrir ya que los planes actuales requieren una conversión continua del terreno
a gran escala. Por ello, existe una necesidad apremiante de desarrollar e implementar planes de
acción relacionados con la neblina.

Los servicios meteorológicos cumplen una función muy importante durante los episodios de
incendios. Por lo tanto, se debe fortalecer su capacidad para brindar advertencias y pronósticos
oportunos a fin de anticiparse a futuros riesgos de humos y neblina, y ayudar a los encargados de
tomar decisiones a manejar estos episodios. Con este propósito, el taller elaboró las siguientes
recomendaciones.

Recomendaciones
El taller formuló recomendaciones sobre la elaboración de modelos (A), la detección a distancia
(B), las mediciones y el monitoreo (C) y el intercambio de información (D).

A. Elaboración de modelos

Mejorar las capacidades regionales para brindar apoyo meteorológico mediante mejores
pronósticos de las oscilaciones del clima provocadas por El Niño (ENSO) y la variabilidad
climática, trayectorias diarias de humo y pronósticos de dispersión a través de modelos de
transporte atmosférico (MTA). Para ello se debe:

(a-1) Mejorar las capacidades regionales de predicción climática para interpretar los
pronósticos globales.

(a-2) Desarrollar programas flexibles que dependan de la situación y permitan el uso de


mediciones meteorológicas mejoradas (frecuencia de expansión y cobertura
espacial) durante episodios graves de humos y neblina, y un empleo más amplio

2
de productos meteorológicos derivados del satélite que sirvan de información a los
modelos.

(a-3) Implementar modelos de trayectoria y dispersión en los servicios meteorológicos


locales y usar las capacidades disponibles para producir modelos de áreas locales
(MAL) en el ámbito regional.

(a-4) Mejorar el rendimiento del modelo a través de estudios de casos, ejercicios de


prueba y posibles exámenes con trazadores.

B. Detección a distancia

Mejorar la habilidad de caracterizar la actividad del fuego y rastrear el movimiento de humos


y neblina mediante el fortalecimiento de las capacidades de detección a distancia. Para ello se
debe:

(b-1) Mejorar los aspectos operativos a través de disposiciones que favorezcan el análisis
de “manchas” calientes, la armonización de los recuentos de incendios con un
algoritmo de detección única mediante la transmisión en tiempo real de datos de
alta resolución obtenidos de satélites y esfuerzos para verificar los recuentos de
incendios e información sobre el área de quema a través de actividades en el
terreno.

(b-2) Realizar esfuerzos para estimar el aerosol y los gases traza emitidos por los
incendios mediante la combinación de recuentos de estos episodios y el área de
quema, junto con una mejor caracterización de las fuentes en los diversos sistemas
ecológicos y de uso de tierras.

(b-3) Fomentar el desarrollo de la próxima generación de satélites. Esto incluye un nuevo


detector optimizado de canal-3 de la NOAA para estudiar incendios, satélites para
un monitoreo más preciso y uso de un radar aéreo para evaluar el área quemada y,
sequedad de la vegetación, así como sistemas de radares infrarrojos para medir la
distribución vertical de gases y aerosoles traza.

C. Mediciones y monitoreo

Fortalecer los esfuerzos regionales de monitoreo para evaluar los efectos del humo y la
neblina en la salud humana y el ecosistema, ayudar a validar los modelos de transporte
atmosférico y caracterizar las fuentes de emisión. Para ello se debe:

(c-1) Mejorar las redes de monitoreo existentes para medir las cantidades de humo y
neblina lo cual incluye masa de aerosol (MP2,5, MP10), visibilidad, profundidad
óptica y parámetros meteorológicos. Se prevén dos niveles de estaciones de
observación: un nivel base, que comprende pocos parámetros de medición pero
con gran consistencia en la red, y otro con mediciones más completas. En los
lugares seleccionados, se deben medir las cantidades de sustancias químicas

3
claves, incluidos los aldehídos y otros contaminantes traza (CO, O3, Nox, COV,
CO2, SO2), la composición del aerosol y la radiación ultravioleta.

(c-2) Establecer estaciones de monitoreo adicionales, entre ellas estaciones basadas en


el tamaño de la población, en áreas no cubiertas por las redes existentes (por
ejemplo, Kalimantan).

(c-3) Promover el intercambio científico de datos de medición validados y la


armonización de los índices regionales de contaminación del aire (ICA) usados en
sistemas regionales de alerta para casos de humos y neblina.

(c-4) Formular protocolos uniformes para el muestreo, incluidos procedimientos de


reporte y resolución temporal. Incrementar los esfuerzos orientados al
mejoramiento del AC y CC, a partir de los componentes del programa de
Vigilancia Mundial de la Atmósfera (VMA) de la OMM (OMM, Informe N°. 113
del GAW).

D. Intercambio de información

Mejorar el manejo de los episodios de contaminación causados por humos y neblina (y otras
formas de contaminación transfronteriza) a través de un mayor intercambio y coordinación de la
información. Esto incluye:

(d-1) Mejorar el sistema actual de divulgación de datos y otra información relevante


mediante el uso de GTS para datos meteorológicos y resultados de las cuadrículas
de modelos, así como sistemas de Intranet e Internet, para datos no
estandarizados.

(d-2) Incrementar el intercambio de información relevante, lo que incluye datos


meteorológicos (especialmente, precipitación), sobre calidad del aire (por
ejemplo, índices de contaminación del aire) y pronósticos de la trayectoria y de la
pluma. Un elemento importante es la armonización de datos y resultados para una
toma de decisiones más efectiva en tiempo real.

(d-3) Coordinar las responsabilidades y acciones de respuesta en caso de emergencias


con los servicios meteorológicos nacionales de la región, cuya función principal
es brindar información y pronósticos dentro del ASMC, pero con la opción de
buscar información adicional en otros CMRE, y llegar a acuerdos bilaterales.

(d-4) Mejorar los mecanismos para revisar regularmente la coordinación operativa entre
los NMHS y las actividades relacionadas con el Plan de Acción Regional para
Caso de Neblina y recomendar cambios y mejoras a estos planes.

(d-5) Desarrollar vínculos entre los servicios meteorológicos y otros organismos


nacionales, regionales e internacionales y programas científicos con intereses
comunes tales como IGBP/IGAC.

4
Asimismo, se reconoció que los incendios forestales de gran escala y sus efectos
socioeconómicos y en la salud son frecuentes en otras partes del mundo, principalmente en
Centroamérica, Sudamérica y África. Por lo tanto, se recomendó que los organismos
relacionados con estas regiones revisen las deliberaciones de este taller. Por otro lado, se enfatizó
la necesidad de organizar lo más pronto posible una reunión de expertos para tratar la situación
actual en Centroamérica y Sudamérica.

El taller concluyó con una sesión plenaria a la que se unió una delegación del Taller Birregional
sobre efectos en la Salud de la Contaminación del Aire Relacionada con la Neblina, organizado
por la Oficina Regional de la OMS para el Pacífico Occidental realizado en Kuala Lumpur,
Malasia, del 1 al 4 de junio de 1998. Los objetivos de la reunión fueron: a) revisar los problemas
sobre la contaminación del aire relacionada con la neblina y los resultados de la investigación; b)
identificar las necesidades futuras de investigación para apoyar la toma de decisiones con
respecto a la neblina y c) desarrollar medidas y estrategias de protección de la salud. El taller
llegó a la conclusión de que los episodios de neblina constituyen un riesgo sustancial para la
salud pública como lo demuestra la emisión continua de normas y guías de calidad del aire para
material particulado (MP10 y MP2,5), el incremento de las visitas a hospitales debido a problemas
respiratorios en las regiones más afectadas, la mayor frecuencia de ataques en niños asmáticos y
la deficiencia pulmonar en niños en edad escolar. El riesgo de efectos de largo plazo en la salud
debido a estos episodios es mucho más difícil de percibir.

Los representantes que asistieron al taller de la OMM reconocieron que las recomendaciones
desarrolladas por los talleres de la OMS y OMM son complementarias y promovieron una mayor
cooperación para vincular los aspectos meteorológicos y de salud de la contaminación
transfronteriza.

Referencia

OMM, GAW Report N°. 131, Taller de la OMM sobre Humos y Neblina Transfronterizos en el
Sudeste Asiático (Singapur, 2 al 5 de junio de 1998), Organización Meteorológica Mundial,
Ginebra.

5
Anexo H

TALLER BIRREGIONAL DE LA OMS SOBRE EFECTOS DE LA


CONTAMINACIÓN DEL AIRE RELACIONADA CON LA
NEBLINA EN LA SALUD

Kuala Lumpur, Malasia, del 1 al 4 de junio de 1998

Resumen ejecutivo

Objetivos del taller

El Taller Birregional sobre Efectos de la Contaminación del Aire Relacionada con la Neblina en
la Salud se llevó a acabo en Kuala Lumpur, Malasia, del 1 al 4 de junio de 1998, y fue
organizado por las Oficinas Regionales de la Organización Mundial de la Salud para el sudeste
asiático y el Pacífico occidental.

Los objetivos del taller fueron:

(1) revisar y resumir los resultados de la investigación y la información adicional que fuera
relevante sobre los efectos de la contaminación del aire relacionada con la neblina en la
salud;

(2) identificar las necesidades de información técnica e investigación adicional para tomar en
el futuro mejores decisiones relacionadas con la neblina, y

(3) presentar a los países afectados e instituciones de ayuda externa medidas y estrategias
preliminares para reducir dichos efectos, lo que incluye aspectos de cooperación
internacional.

El taller contó con la presencia de 17 participantes y cinco observadores de siete países del
sudeste asiático y Papúa Nueva Guinea, cuatro consejeros temporales, diez representantes de
siete organismos internacionales y cuatro miembros del personal de la OMS que actuaron de
secretarios. Las actas incluyeron la presentación de informes nacionales e investigaciones acerca
de los efectos de la neblina en la salud, documentos de trabajo a cargo de asesores temporales y
representantes de organismos internacionales, así como discusiones plenarias y grupales sobre
las necesidades de investigación, las medidas de reducción del impacto en la salud y la
cooperación internacional.

Las deliberaciones del taller generaron conclusiones en las siguientes cuatro grandes áreas:

1
Conclusiones sobre los resultados de la investigación del problema de la contaminación del
aire relacionada con la neblina:

(1) Los episodios de neblina ocurridos en el sudeste asiático durante 1997 y comienzos de
1998 constituyeron un riesgo importante para la salud pública.

(2) El principal componente de la neblina que afecta a la salud es el material particulado.

(3) A partir del conjunto de conocimientos disponibles que asocian una variedad de efectos
negativos para la salud −no cancerígenos− con partículas contaminantes en las ciudades, no
existe evidencia de que las partículas provenientes de distintas fuentes de combustión
tengan diferentes efectos en la salud.

(4) Si bien los efectos de largo plazo en la salud debido a un episodio único de contaminación
del aire son difíciles de detectar, se debe prestar atención a las exposiciones repetidas a la
neblina.

(5) Se recomienda seguir protocolos estandarizados para el monitoreo de los efectos en la


salud, la calidad del aire ambiental y el análisis de datos a fin de asegurar su
comparabilidad.

(6) Actualmente, en la región se viene realizando una serie de importantes estudios de


investigación relacionados con la salud.

Conclusiones sobre las futuras necesidades de investigación:

Al tratar las necesidades primordiales de investigación en salud ambiental, siempre se debe poner
énfasis en la investigación y desarrollo de la capacidad de monitoreo de la salud pública. Los
requerimientos principales en la región incluyen:

(7) Investigación sobre nuevos enfoques de mitigación:

• evaluar la factibilidad de crear “refugios para casos de neblina”;


• evaluar los enfoques más efectivos para manejar una futura emergencia de neblina con
respecto al transporte de grupos vulnerables a los “refugios” y otros métodos de
mitigación;
• evaluar la efectividad de permanecer en ambientes interiores, y
• evaluar la efectividad de la atención médica oportuna, así como de los esfuerzos de
información y toma de conciencia pública sobre la reducción de los efectos en la salud.

(8) Investigación sobre los efectos del episodio de neblina de 1997, principalmente a través de
datos recolectados de manera rutinaria:

• evaluar los efectos de corto plazo en la salud, incluida la identificación de grupos


particularmente sensibles;

2
• realizar un estudio regional de los efectos de corto plazo en la salud mediante la
recolección rutinaria de datos y el uso de metodologías estandarizadas;
• evaluar todo efecto de largo plazo en grupos seleccionados de personas expuestas en
áreas donde se mantengan continuamente datos sobre mortalidad y morbilidad, e
• identificar las fuentes de exposición a partículas contaminantes, especialmente la
contribución relativa de la biomasa y las fuentes mixtas de vehículos motorizados.

(9) Investigaciones futuras que requieren el desarrollo de nuevos datos sustanciales:

• evaluar la efectividad real del uso de máscaras para polvo por parte de la población en
general;
• investigar las alternativas a las máscaras que podrían ser efectivas como parte del
equipo de protección personal para mitigar los efectos en la salud;
• identificar los mecanismos de impacto en la salud asociados con la contaminación del
aire debido a la biomasa, y
• evaluar el impacto en la salud de contaminantes específicos (por ejemplo, la
composición del material particulado, los hidrocarburos aromáticos policíclicos y los
compuestos orgánicos volátiles).

Conclusiones sobre las medidas/estrategias de reducción del impacto en la salud:

Se debe otorgar prioridad a la prevención y extinción de incendios.

(10) Con respecto al monitoreo de la calidad del aire y al pronóstico de episodios, la


información sobre la naturaleza y el alcance de la exposición humana a contaminantes
ambientales es esencial para evaluar el impacto desde la perspectiva del sector salud.

(11) Con respecto al control ambiental, la población rural debe reducir su nivel de actividad
física y, en ausencia de otras medidas, usar máscaras cuando se encuentre en ambientes
exteriores. De ser posible, se deben cerrar ventanas, puertas, etc. para reducir la filtración.

(12) Con respecto a la protección personal, los trabajadores que deben permanecer en
ambientes exteriores durante largos periodos de neblina pueden protegerse con
respiradores. Sin embargo, entre las medidas de mitigación, el uso de máscaras debe ser
el último recurso.

(13) El monitoreo de la salud pública debe ser un componente común de las operaciones del
sector salud durante y después de los episodios de neblina.

Conclusiones sobre la cooperación y la coordinación en los ámbitos internacional e


institucional:

(14) La cooperación internacional debe implementarse a través de los mecanismos existentes


de coordinación regional.

3
(15) Entre las áreas que requieren cooperación regional están las siguientes:
• elaboración de guías epidemiológicas sobre contaminación del aire a fin de armonizar
las metodologías de investigación con la recolección y el análisis de datos;
• implementación de estudios conjuntos sobre los efectos del episodio de neblina de
1997 en la salud, incluida la evaluación de datos sobre el monitoreo de la calidad del
aire desde una perspectiva de salud pública;
• fortalecimiento de los recursos humanos y las capacidades nacionales en
epidemiología de la contaminación del aire y monitoreo de la salud pública y
contaminación del aire;
• establecimiento de un centro regional que distribuya información sobre
investigaciones del impacto de la neblina en la salud, y
• organización de foros regionales y participación en reuniones internacionales.

(16) Los participantes de los países interesados y con experiencia prepararán propuestas para
proyectos específicos en las áreas de cooperación mencionadas.

(17) Los organismos internacionales y bilaterales deben implementar de manera coordinada


las medidas establecidas en esta reunión, que han sido resumidas en estas conclusiones.

4
TALLER BIRREGIONAL DE LA OMS SOBRE EFECTOS DE LA
CONTAMINACIÓN DEL AIRE RELACIONADA CON LA
NEBLINA EN LA SALUD

Kuala Lumpur, Malasia, del 1 al 4 de junio de 1998


Resumen de informes nacionales

Brunei Darussalam
Desde 1982, el país ha experimentado diversos episodios de neblina. Si bien no se han registrado
niveles de contaminación del aire, el episodio ocurrido del 22 al 30 de setiembre de 1997 fue, sin
duda alguna, el peor. Entre febrero y abril de 1998, cuando prevaleció un clima seco, las lecturas
del índice estándar de contaminación (IEC) fueron mayores a 100 y llegaron hasta 250. Esto
condujo a la interrupción de las actividades diarias, al cierre de escuelas y a cambios en los
horarios de trabajo del gobierno. La vigilancia de la morbilidad realizada por el Ministerio de
Salud indicó un incremento en el número de visitas a hospitales durante los meses pico.

Las medidas adoptadas por el gobierno para responder a episodios de neblina incluyen las
siguientes:
• establecimiento de un Comité Nacional sobre Neblina en setiembre de 1997;
• elaboración de un plan de acción nacional con guías de salud;
• lucha contra incendios en el ámbito local, distribución de máscaras respiratorias para niños
en edad escolar;
• instalación de una estación totalmente equipada para el monitoreo de aire y ocho estaciones
para MP10;
• promulgación de leyes más estrictas sobre quema abierta;
• información y educación pública a través del Haze Information Center y volantes;
• suministros para casos de emergencia, y
• cooperación con países vecinos mediante mecanismos de coordinación regional.

Indonesia

Los incendios forestales de 1997 abarcaron 12 provincias de Indonesia en las islas de Sumatra,
Kalimantan, Maluku e Irian Jaya, y dañaron aproximadamente 165.000 hectáreas. Durante el
periodo pico de neblina, en setiembre y octubre de 1997, se observó un aumento considerable de
los casos de asma, bronquitis e IRA en ocho provincias. Se reportaron cerca de 1.800.000 casos
de estas enfermedades entre aproximadamente 12.360.000 personas afectadas por la neblina.
Bajo la coordinación del Ministro de Bienestar Social se tomaron medidas para reducir y mitigar
el impacto de los incendios con la ayuda de la cooperación internacional, que brindó apoyo
técnico y material para combatir estos episodios, realizar el monitoreo de la calidad del aire y
adoptar medidas de protección personal. Durante el periodo pico de contaminación del aire, en la
primera semana de octubre, los niveles de partículas suspendidas totales (PST) excedieron el
estándar nacional entre 3 y 15 veces. En Jambi, Sumatra del Norte y Kalimantan central y del

5
sur, los valores de PST excedieron 15 veces el estándar nacional durante la segunda semana de
octubre de 1997. Durante el periodo de neblina, no se realizó ningún monitoreo activo de MP10.

A fin de incrementar la conciencia de la comunidad y minimizar el impacto de la neblina en la


salud, los funcionarios provinciales del sector fueron capacitados para realizar monitoreos de la
calidad del aire y fortalecer la vigilancia de las enfermedades relacionadas con la neblina;
además, se distribuyeron máscaras entre los grupos de alto riesgo y se incentivó que los centros
de salud pública y privada funcionaran las 24 horas del día. Además, se elaboraron guías para
que el personal de salud pudiera responder a emergencias relacionadas con la neblina, se inició
un estudio acerca de los efectos de largo plazo en la salud y se estableció un sistema de
información y alerta temprana para futuros desastres producidos por la neblina. En febrero de
1998, se llevó a cabo un programa de capacitación sobre monitoreo de la calidad del aire,
especialmente MP10. Este programa fue organizado por el Ministerio de Salud y la OMS, y
estuvo dirigido al personal de salud en las provincias en el marco del establecimiento de un
sistema de monitoreo de MP10 para la alerta temprana y la preparación para eventuales desastres
producidos por la neblina.

Malasia

El episodio de neblina que ocurrió entre agosto y octubre de 1997, tuvo el mayor índice de
contaminación del aire (ICA), 850, y se registró en Kuching, Sarawak. Los datos sobre vigilancia
de la salud recolectados en Klang Valley mostraron un incremento de enfermedades de las vías
respiratorias superiores, asma y conjuntivitis relacionado con valores del ICA. En Miri, Sarawak,
se produjo un episodio de neblina durante febrero y marzo de 1998; la lectura más alta de ICA
(649) se registró el 30 de marzo. Hubo un aumento definido en los casos de enfermedades de las
vías respiratorias superiores relacionado con los altos valores del ICA.

Las actividades de respuesta en caso de neblina incluyeron:

• establecimiento de la base de operaciones del Ministerio de Salud en setiembre de 1997;


• implementación del sistema de vigilancia de la salud;
• elaboración de guías de salud;
• información pública a través de medios de comunicación;
• colaboración entre organismos a través del Comité Nacional para Casos de Neblina; y
• preparación e implementación de un procedimiento normalizado de respuesta en casos de
neblina.

Papúa Nueva Guinea

Durante los últimos meses de 1997, el problema de la neblina afectó algunas zonas de Papúa
Nueva Guinea. Debido a las condiciones prevalentes de viento en ese momento, se cree que gran
parte de la contaminación provino de incendios forestales e incendios de maleza ocurridos en
Indonesia y Australia, respectivamente. Además, el problema se agravó debido a algunos
incendios de maleza producidos en el interior del país y las condiciones de sequía. Durante
setiembre, la gravedad del problema de la neblina se reflejó en la cancelación de
aproximadamente 50% de los vuelos comerciales.

6
Si bien no se midió la calidad del aire ambiental, la visibilidad en la ciudad de Port Moresby (el
área más afectada) fue de aproximadamente 1 km durante el periodo pico. A pesar de que no se
realizaron esfuerzos especiales para vigilar el impacto en la salud, la evidencia sugiere que hubo
un incremento en la incidencia de problemas relacionados con enfermedades respiratorias. Sin
embargo, el análisis de los datos de salud recolectados de manera rutinaria no indicaron un
aumento estadísticamente significativo de estos males.

Debido al impacto relativamente menor del problema de la neblina, las medidas de mitigación
adoptadas por el gobierno se centraron en actividades de educación y diseminación de
información para minimizar las prácticas tradicionales de tala y quema entre los agricultores ya
que las preocupaciones se concentraban en los efectos negativos del fenómeno de El Niño (por
ejemplo, graves condiciones de sequía y, por lo tanto, escasez de alimentos y agua potable
segura) antes que en una reincidencia del problema de la neblina.

Filipinas

El largo periodo de sequía producido por el fenómeno de El Niño que afectó a la región asiática,
especialmente durante agosto y setiembre de 1997, agravó los incendios forestales en Indonesia y
generó preocupación en Filipinas con respecto a la posibilidad de un movimiento transfronterizo
significativo de contaminación del aire. Filipinas se unió a otros países miembros de la ASEAN
para realizar un monitoreo de la neblina y la contaminación del aire. En setiembre, el Department
of Environment and Natural Resources (DENR) creó la Haze Task Force con la participación de
varios organismos del gobierno. Los organismos participantes fueron el DENR, el
Environmental Management Bureau, el Department of Health, el Department of Science and
Technology - PAGASA, la Metropolitan Manila Development Authority, el Department of
Interior and Local Government y el Department of Trade and Industry. Las responsabilidades del
Haze Task Force fueron y son:

• monitorear el movimiento de la neblina producida por incendios forestales en Indonesia y


servir como fuente oficial de información en aspectos relacionados con la neblina;
• determinar los peligros para la salud relacionados con la densidad de la neblina y, de acuerdo
con ello, informar al público sobre las medidas de mitigación a través de boletines y medios
de comunicación escritos, y
• coordinar con otros organismos gubernamentales.

Los efectos de la neblina producida por los incendios forestales en Indonesia se observaron
principalmente en las islas del sur de Palawan y Mindanao. Si bien no se disponía de medidas
específicas de calidad del aire para material particulado, la visibilidad en estas áreas se redujo 4 a
5 kilómetros durante varios días. No se observó ningún problema de salud directamente
relacionado con la neblina.

En enero de 1998, la Haze Task Force elaboró por solicitud de la Regional Haze Task Force, el
Plan de Acción Nacional para Casos de Neblina para la ASEAN. Filipinas ha participado en
reuniones ministeriales y de la Regional Task Force sobre el problema de la neblina en Singapur,

7
Malasia y Brunei. Además, se ha planificado una campaña integral de información sobre neblina
y contaminación del aire, con énfasis en las medidas de prevención, control y protección.

Singapur

Existen 15 estaciones de monitoreo de la calidad del aire en todo el país, de las cuales 12 son
estaciones ambientales y tres están ubicadas en las carreteras. Durante el periodo de neblina de
1997, el índice estándar de contaminantes (IEC) fue superior a 100 durante 12 días;, la lectura
más elevada fue 138. Aproximadamente, 94% de las partículas de neblina tenían un diámetro
menor de 2,5 µm. La vigilancia de la salud mostró un incremento de 30% en la atención
hospitalaria por enfermedades relacionadas con el episodio. El aumento en los niveles de MP10
de 50 µg/m 3 a 150 µg/m 3 estuvo relacionado con un incremento de 2% de casos de enfermedades
de las vías respiratorias superiores, 19% de casos de asma y 26% de casos de rinitis. No se
observó ningún aumento significativo en las admisiones hospitalarias ni en la tasa de mortalidad.

El público recibió asesorías en salud y se estableció la National Haze Task Force. Se preparó un
Plan de Acción Nacional para Casos de Neblina, que se activaría si el nivel diario de IEC
excediera 50. Las medidas se implementarán una vez que el nivel de IEC alcance 200.

Tailandia

El 22 de setiembre de 1997, la neblina producida por los incendios forestales en Indonesia se


observó en las provincias del sur de Tailandia, con un incremento repentino de 20 µg/m 3 en la
concentración diaria de MP10 en la ciudad de Hatyai. El primer episodio pico de neblina ocurrió
del 22 al 29 de setiembre, con un nivel máximo de 211 µg/m 3, seguido de otro episodio pico del
6 al 8 de octubre. Si bien los incendios forestales continuaron en Indonesia, luego de estos dos
periodos no se produjo ningún episodio significativo de neblina transfronteriza.

Debido a la naturaleza abrupta de la neblina y a la falta de experiencia de las autoridades, la


respuesta al episodio se produjo relativamente tarde. A fin de satisfacer a la demanda pública de
datos locales sobre calidad del aire, en un primer momento se dio mayor énfasis al monitoreo de
dicha calidad en lugar de adoptar medidas de prevención y mitigación. El 3 de octubre de 1997,
mediante disposición del gabinete, el Ministerio de Salud estableció un centro de coordinación
de apoyo público y designó a su comité. A comienzos de 1997 se distribuyó un total de 140.000
máscaras en todas las provincias del sur. El comité designó un subcomité de información pública
y comunicación de riesgos y de asesoría sobre medidas de protección. Se elaboró un conjunto de
guías para ayudar a la población durante los episodios; se incluyeron aspectos como el monitoreo
de la calidad del aire, la comunicación de riesgos para la salud, la asesoría pública en torno a
medidas de protección y las funciones de los diferentes organismos de apoyo público. La
asesoría en torno a medidas de protección incluía sugerencias para grupos particularmente
sensibles y para la población en general. Se elaboraron guías para evaluar los efectos en la salud
pública de la región.

Las actividades realizadas luego del episodio de neblina incluyeron la generación de datos
meteorológicos y de monitoreo de la calidad del aire para el sistema de alerta temprana. Un
estudio retrospectivo multidisciplinario destinado a evaluar los cambios en las condiciones

8
meteorológicas, la calidad del aire y los efectos en la salud y una investigación de los registros de
pacientes externos e internos admitidos en Haytai, indicaron un aumento en los casos de
enfermedades respiratorias relacionadas con este episodio.

9
Anexo I

PROGRAMA DE ALERTA TEMPRANA DE LAS NACIONES UNIDAS


EN EL DECENIO INTERNACIONAL PARA LA REDUCCIÓN DE
DESASTRES NATURALES (DIRDN)

Extracto del informe sobre

Alerta temprana de incendios y otros peligros ambientales

Coordinador del Grupo de Trabajo Internacional y primer autor:

Dr. Johann G. Goldammer


Max Planck Institute for Chemistry, Biogeochemistry Department
Fire Ecology Research Group, Universidad de Friburgo
Friburgo, Alemania

Secretaría del DIRDN, Ginebra, octubre de 1997

PRÓLOGO

En 1989, los Estados miembros de las Naciones Unidas declararon el periodo 1990-2000
Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN), con el objetivo de
“reducir la pérdida de vidas, daños a la propiedad y desajustes económicos causados por
desastres naturales a través de la ayuda internacional, especialmente en países en desarrollo”.

En 1991, se reconoció la importancia de la alerta temprana en la reducción de desastres y el


International Scientific and Technical Committee del DIRDN estableció un programa objetivo a
través del cual se juzgará el éxito del decenio en el año 2000. A partir del conocimiento
científico global y la experiencia práctica, el comité asesor del DIRDN instó a todos los países a
facilitar el acceso a sistemas de alerta en los ámbitos global, regional, nacional y local como
parte de sus planes de desarrollo nacional. Desde entonces, la Secretaría del DIRDN ha
coordinado un marco multidisciplinario internacional para promover este tema, lo que le ha
permitido integrar las opiniones y las capacidades del sistema de Naciones Unidas, las
necesidades e intereses de cada país, así como el conocimiento de expertos mundiales.

Durante la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre Reducción de Desastres


Naturales, llevada a cabo en Yokohama, Japón, en mayo de 1994, el comité técnico sobre alerta
temprana enfatizó la importancia de este aspecto para proteger los recursos vitales y avanzar
hacia los objetivos del desarrollo nacional. Diversos expertos citaban en sus presentaciones la
importancia del compromiso político para el éxito de la alerta temprana. El primer resultado de la
conferencia Yokohama Strategy for a Safer World: Guidelines for a Natural Disaster Prevention,
Preparedness and Mitigation recalcó la importancia del conocimiento científico aplicado y la

1
conciencia del público sobre los peligros como un componente esencial para prácticas de alerta
temprana más efectivas.

En 1995, la Asamblea General de las Naciones Unidas solicitó a la Secretaría del DIRDN
establecer medidas para revisar los programas de alerta temprana existentes dentro del sistema de
Naciones Unidas y proponer medios para implementar prácticas globales más efectivas y mejor
coordinadas. La información inicial se transmitió a través del Secretary General’s Report on
Early Warning to the Fiftieth Session of the United Nations General Assembly en octubre de
1995. En ese entonces, se solicitó al DIRDN una revisión adicional de los nuevos conceptos
científicos y experimentales para realizar pronósticos precisos y oportunos de corto plazo a fin de
elaborar recomendaciones sobre la aplicabilidad y desarrollo de un sistema de alerta temprana
más efectivo en el contexto de la cooperación internacional.

Para esta misión, se convocó a seis grupos de trabajo conformados por expertos internacionales a
fin de estudiar varias dimensiones del proceso de alerta temprana. Los grupos revisaron los
aspectos de alerta temprana en relación con peligros geológicos, hidrometeorológicos
-incluidos los incendios y las sequías- y otros peligros ambientales y tecnológicos. Otros
grupos se concentraron en el uso y transferencia de tecnologías modernas y en las capacidades
nacionales y locales pertinentes para el uso efectivo del sistema de alerta temprana.

Los siguientes títulos componen la serie de informes del Programa de Alerta Temprana del
DIRDN:

Early Warning Capabilities for Geological Hazards


Early Warning for Hydrometeorological Hazards, Including Drought
Early Warning for Fire and Other Environmental Hazards
Early Warning for Technological Hazards
Earth Observation, Hazard Analysis and Communications Tech for Early Warning
National and Local Capabilities for Early Warning
Guiding Principles for Effective Early Warning

The Secretary General’s Report on Early-warning Capacities of the United Nations System
with Regard to Natural Disasters fue presentado a la 50ª sesión de la Asamblea General de
las Naciones Unidas en octubre de 1995 (UN doc. A/50/526).

The Secretary General’s Report on Improved Effectiveness of Early-warning System with


Regard to Natural and Similar Disasters fue presentado a la 52ª sesión de la Asamblea
General de las Naciones Unidas en octubre de 1997 (UN doc. A/52/561).

Estos informes se encuentran en la página web del DIRDN (www.idndr.org). Asimismo,


pueden obtenerse en la Secretaría del DIRDN, Palais des Nations, CH-1211, Ginebra 10,
Suiza, por fax: 0041-22-733-8695 o correo electrónico: [email protected].

2
Este informe del Grupo de Expertos en Alerta Temprana de Incendios y Otros Peligros
Ambientales representa la experiencia global y revisa el estado actual de la información y las
prácticas sobre el tema. Asimismo, se han elaborado recomendaciones para mejorar áreas que
requieren mayor atención internacional. Las opiniones consensuales incluyen importantes
contribuciones de científicos expertos y técnicos de diferentes disciplinas profesionales, así como
la participación de los departamentos y organismos pertinentes de las Naciones Unidas. Se
intentó que las opiniones de las autoridades del gobierno, organismos no gubernamentales y
otros miembros de la sociedad civil estuvieran representadas, ya que se relacionan con factores
que determinan la efectividad de la alerta temprana.

Este informe es parte de una serie emitida por la Secretaría del DIRDN en octubre de 1997 para
revisar el estado global de los sistemas de alerta temprana. Al final de la década, estas opiniones
contribuirán con las recomendaciones finales para una mejor coordinación de las prácticas de
acuerdo con el objetivo inicial del programa del DIRDN. En primer lugar, serán consideradas en
una conferencia internacional sobre sistemas de alerta temprana para la reducción de desastres
naturales, que se realizará en Potsdam, Alemania, en setiembre de 1998. Esta conferencia técnica
y científica sobre la aplicación de prácticas exitosas de alerta será auspiciada por el Gobierno
alemán con la colaboración de organismos de las Naciones Unidas y organizaciones científicas
internacionales. Como parte del proceso de clausura del DIRDN y para consolidar las opiniones
globales, deberá identificar los logros y experiencias locales que brindan mayor información
sobre mejores relaciones organizativas y efectividad práctica para la alerta temprana en el siglo
XXI.

Recomendaciones del Grupo de Trabajo del Programa de Alerta Temprana de Incendios y


Otros Peligros Ambientales del DIRDN

A partir de las conclusiones y recomendaciones de las diversas iniciativas internacionales, el


Grupo de Trabajo del Programa de Alerta Temprana de Incendios y Otros Peligros Ambientales
del DIRDN elaboró las siguientes recomendaciones:

i) Diseñar e implementar un inventario global de incendios que, en un futuro cercano,


elabore un producto de primer orden que sirva de base a los sistemas de alerta
temprana. Posteriormente, se debe mejorar este producto para su aplicación
estandarizada en la próxima década.

Los datos del inventario de incendios son necesarios para la elaboración de una futura
base de datos sobre estos (con referencias geográficas) en el ámbito regional dentro del
Global Vegetation Fire Information System (GVFIS) propuesto. La FAO debe tomar la
iniciativa y coordinar un foro con otras organizaciones pertenecientes y no pertenecientes
a la ONU que trabajen en este campo, entre ellas, diversas actividades científicas del
International Geosphere-Biosphere Programme (IGBP) y mecanismos del
Intergovernmental Panel on Climatic Change (IPCC, 1997).

3
ii) Establecer un proceso oportuno de recolección e intercambio de información en
tiempo real sobre los incendios destructivos en curso en el ámbito global.

Esto se basa en la propuesta de crear la Red Mundial de Incendios (World Fire Web),
mediante la cual una red de centros con instalaciones para recibir y procesar datos de
satélites sobre la observación de incendios, estará conectada a Internet. A través de esta
red mundial de incendios, los científicos, los administradores y los encargados de
elaborar políticas pueden tener acceso rápido a datos locales, regionales y mundiales para
intercambiar experiencias, métodos y soluciones. La Red Mundial de Incendios, sumada a
la evaluación espacial de la sequedad de la vegetación, a pronósticos del tiempo
relacionados con incendios y a la posibilidad de pronosticar el peligro y el
comportamiento de estos, puede brindar un potente sistema de alerta temprana de
preparación contra incendios, así como una herramienta administrativa de escala
nacional, regional y global. La red de información debe incluir el estado de los recursos
mediante un monitoreo continuo de la disposición de ellos. Esto incluye la localización y
el estado de los recursos individuales, así como la movilización de la ayuda institucional
e internacional.

iii) Proveer la transferencia tecnológica e intercambio de información sobre sistemas de


alerta temprana a través de acuerdos de colaboración o programas de asistencia
técnica en el ámbito internacional.

Estos programas deben apoyar a los países de las regiones tropicales y subtropicales
propensas a incendios, donde aún no se dispone de los últimos sistemas de manejo de
incendios.

iv) Dar prioridad al desarrollo de tecnologías de sensores espaciales para realizar


tareas específicas como reconocer los precursores de desastres de incendios
destructivos, actividades de incendios y sus impactos (ecológicos, atmosféricos,
químicos).

v) Realizar más investigaciones en los lugares donde los sistemas de alerta temprana
existentes no puedan aplicarse debido a las relaciones particulares entre vegetación,
clima local y regional y condiciones socioeconómicas o culturales que favorecen los
incendios destructivos y sus daños secundarios, tales como la contaminación
atmosférica.

De acuerdo con la iniciativa de la ASEAN sobre contaminación transfronteriza


relacionada con la neblina y los programas del IGBP orientados al cambio global, la
investigación sobre incendios debe recibir una atención adecuada en el sudeste asiático,
ya que es una de las regiones menos exploradas. Estos programas incluyen el South East
Asian Fire Experiment (SEAFIRE) y el SARCS Integrated IGBP/IHDP/WCRP Study on
Land-use Change in Southeast Asia.

4
vi) Las políticas y acuerdos sobre protección ambiental en el ámbito internacional
deben garantizar que los incendios forestales reciban la debida atención durante la
implementación de la Agenda 21 para bosques, en relación con la firma de acuerdos
destinados a armonizar y promover los esfuerzos internacionales para proteger los
bosques de todo el mundo.

vii) Respaldar la propuesta de la ITTO para establecer un centro mundial de


investigación y manejo de incendios auspiciado por la ONU a fin de facilitar el
desarrollo del sistema de información global sobre incendios de vegetación.

Esto es esencial para brindar apoyo a los países en lo relacionado con sistemas de alerta
temprana, prevención, manejo y mitigación de desastres producidos por incendios
destructivos.

5
Anexo J

EL GLOBAL FIRE MONITORING CENTER (GFMC)

Archivo de datos y distribución de información: localización y acceso al


Global Fire Monitoring Center

1. Justificación

En muchas áreas de vegetación, el uso de incendios en la agricultura y el pastoreo, así como la


ocurrencia de incendios naturales destructivos (regímenes de incendios naturales), son
elementos establecidos (beneficiosos) en los sistemas tradicionales de uso del terreno, en los
procesos del ecosistema natural y en los ciclos biogeoquímicos.

Sin embargo, el uso excesivo de incendios debido a los acelerados cambios demográficos y de
uso de tierras destruye la productividad, la capacidad de soporte del suelo, la biodiversidad y
la cubierta vegetal. Variaciones climáticas como los extensos periodos de sequía debido a la
oscilación climática del sur vinculada con El Niño (ENSO) incrementan la gravedad del
impacto de los incendios. Los escenarios demográficos y climáticos proyectados sugieren que
esta situación será aún más crítica en las próximas décadas.

El progreso del conocimiento sobre incendios (investigación básica y ecología de incendios)


en la mayoría de tipos de vegetación y los resultados de investigaciones biogeoquímicas y
atmosféricas obtenidos durante la última década brindan suficiente información para tomar
mejores decisiones sobre políticas y manejo de incendios.

Sin embargo, en muchos países no se cuenta con las habilidades necesarias para elaborar
medidas adecuadas sobre políticas y manejo de incendios. El episodio de incendio y humo
ocurrido entre 1997 y 1998 en el sudeste asiático demostró un uso limitado de los sistemas de
información existentes y una falta de habilidad para el manejo de incendios. Estas
circunstancias generaron confusión en la toma de decisiones en los ámbitos nacional e
internacional. Varios proyectos nacionales e internacionales se retrasaron o fracasaron.

Esto puede deberse a la falta de un sistema de información sobre incendios en el ámbito


regional (sudeste asiático) o global (si se consideran los problemas de incendios globales).

Por lo tanto, se requiere un sistema de información y monitoreo que permita a los organismos
nacionales e internacionales planificar el uso del terreno, manejar desastres y realizar otras
tareas relacionadas con los incendios.

2. El Global Fire Monitoring Center

El Global Fire Monitoring Center (GFMC) se estableció en junio de 1998, en conformidad


con:

1
- los objetivos del Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales
(DIRDN);
- las recomendaciones de las guías de la ITTO sobre control de incendios en bosques
tropicales, y
- las recomendaciones de diversas conferencias científicas y sobre políticas de incendios
como la conferencia de la FAO/CEPE/OIT sobre “Bosques, incendios y cambio global”
(Rusia, 1996)

La primera etapa del GMFC es auspiciada por el gobierno alemán, a través del Ministerio de
Relaciones Exteriores, como una contribución alemana al DIRDN. La documentación,
información y sistema de monitoreo de incendios se encuentran disponibles en Internet:

<http://www.uni-freiburg.de/fireglobe>.

El GFMC se encuentra en el Fire Ecology and Biomass Burning Research Group del Max
Planck Institute of Chemistry, Alemania. Desde comienzos de la década de los noventa, el
Max Planck Institute ha diseñado, coordinado, organizado e implementado parcialmente
varias campañas internacionales de investigación sobre incendios bajo el auspicio del
International Geosphere-Biosphere Programme (IGBP). El instituto preside el comité de
iniciativas científicas sobre incendios dentro del IGBP (Biomass Burning Experiment
[BIBEX]) y es la sede de la Secretaría del BIBEX, ubicada en el GFMC.

Asimismo, desde comienzos de la década de los noventa, el Fire Ecology Research Group ha
asumido el liderazgo en el sistema de las Naciones Unidas como unidad coordinadora del
equipo de especialistas en incendios forestales de la FAO/CEPE/OIT. El equipo de las
Naciones Unidas brinda información y referencias sobre incendios globales a los organismos
de las Naciones Unidas y otras instituciones nacionales e internacionales. Desde 1988, ese
equipo publica las International Forest Fire News (IFFN) que se distribuyen entre casi 1.000
organismos, institutos, bibliotecas y personas en todo el mundo, y desde 1998, están
disponibles en el sitio web del GFMC.

Además, el Fire Ecology Research Group es el encargado de convocar al Grupo de Trabajo


sobre “Incendios y sus peligros ambientales” del Programa de Alerta Temprana del DIRDN.

3. Diseño del GFMC

De acuerdo con los principios desarrollados a comienzos de la década de los noventa, para un
sistema global de información científica sobre incendios de vegetación, el Global Fire
Monitoring Centre documentará, archivará y brindará información sobre incendios en tiempo
real o casi real. Esto incluirá la interrelación con otros sistemas de información nacionales,
regionales e internacionales.

En el caso de que se creara la Global Disaster Information Network (GDIN) o iniciativas


similares, el GFMC podría contribuir con estos sistemas globales de información. Los
contactos en el trabajo se establecen con la GDIN, una iniciativa del gobierno de los Estados
Unidos.

2
4. Coauspiciadores del GFMC

El GFMC está coauspiciado por varios organismos internacionales y nacionales.

4.1 Coauspiciadores confirmados

División comercial Naciones Unidas-CEPE: el equipo de especialistas en incendios


forestales de la FAO/CEPE/OIT, una actividad de la división comercial de las Naciones
Unidas-CEPE, Timber Section (Ginebra), es el coauspiciador principal en el ámbito de
Naciones Unidas. El líder del equipo es el jefe del GFMC. El equipo de incendios de las
Naciones Unidas-CEPE elabora las IFFN, que brindan documentación archivada sobre
incendios.

Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN): el


decenio de las Naciones Unidas ya ha aceptado ser coauspiciador y colocar su logotipo en
el sitio web del GFMC. Asimismo, el GFMC contribuye directamente con los objetivos
generales del DIRDN, especialmente dentro del marco del Programa de Alerta Temprana
del DIRDN.

World Conservation Union (IUCN): en 1999, la IUCN se unió al GFMC como


coauspiciador. La IUCN y el GFMC tratan conjuntamente los incendios globales en
proyectos cooperativos con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Global
Environment Facility (GEF) (en preparación en 1999).

Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO): a


través del IUFRO Forest Fire Research Group S8.05.

Asociación Internacional de Investigación de los Bosques Boreales (IBFRA): a


través del grupo de trabajo sobre incendios.

International Geosphere-Biosphere Programme (IGBP): a través del International


Global Atmospheric Chemistry (IGAC) Project, el Biomass Burning Experiment
(BIBEX).

U.S. Bureau of Land Management (BLM): auspiciador financiero de la International


Forest Fire News de la FAO-CEPE.

Programas regionales: dos programas regionales están vinculados al GFMC.

- La asistencia técnica regional de la ASEAN, denominada "Strengthening ASEAN’s


Capacity to Prevent and Mitigate Transboundary Atmospheric Pollution Resulting from
Forest Fires" (financiada por el BAD), cooperó estrechamente con el GFMC. El sistema
de información de la ASEAN sobre incendios y neblina está conectado al sitio web del
GFMC.

3
- Como consecuencia de la Primera Conferencia Báltica sobre Incendios Forestales, se
acordó establecer una actividad con la colaboración de todos los países bálticos. Esta
actividad es idéntica a la actividad regional del equipo de incendios de las Naciones
Unidas-CEPE y está orientada a contribuir con la Agenda BALTIC 21.

4.2 Coauspiciadores propuestos

International Tropical Timber Organization (ITTO): la ITTO es líder en la


elaboración de guías sobre manejo de incendios recomendadas mundialmente (Guías de
la ITTO sobre el control de incendios en bosques tropicales). El Fire Ecology Research
Group, que alberga al GFMC, ha apoyado el desarrollo de las guías, incluido el
seguimiento en el ámbito nacional (Indonesia).

FAO: la FAO ha recibido propuestas en el marco de consultas sobre políticas que afectan
a los incendios forestales (Roma, 28 al 30 de octubre de 1998). El GFMC está orientado
al desarrollo de un Global Vegetation Fire Inventory (GVFI) bajo el auspicio de la FAO,
inicialmente dentro del marco de la Global Forest Resources Assessment 2000. El GFMC
y el equipo de incendios de la ONU-CEPE han propuesto un inventario y sistema
estadístico global de incendios. En 1999, la FAO encomendó al GFMC la actualización
de la FAO Wildland Fire Management Terminology (FAO, 1986).

OMS: el GFMC ha contribuido con la elaboración de guías de salud de la OMS para


episodios de incendios de vegetación.

OMM: la OMM recibió ayuda del GFMC para preparar un plan de acción estratégica en
el ámbito regional sobre contaminación transfronteriza relacionada con la neblina en el
sudeste asiático. Las futuras actividades de la OMM contribuirán al éxito del GFMC y
viceversa. Actualmente, la OMM recibe propuestas formales.

PNUMA: el equipo de incendios de las Naciones Unidas ha ofrecido asistencia al


PNUMA para coordinar la respuesta de las Naciones Unidas a los incendios ocurridos en
Indonesia. El GFMC y el Director Ejecutivo del PNUMA ya han intercambiado sus
opiniones preliminares.

Banco Mundial: se ha contactado a la recientemente establecida Disaster Management


Facility y se han realizado las primeras conversaciones sobre una posible colaboración
financiada con fondos fiduiciarios.

Comisión Europea: se ha solicitado apoyo través de una base de datos sobre incendios
de la UE, la que debe actualizarse continuamente.

4
Anexo K

LISTA DE PARTICIPANTES DEL GRUPO DE EXPERTO DE LA


OMS SOBRE:

GUÍAS DE SALUD PARA


INCENDIOS DE VEGETACIÓN

(WHO Expert Task Force on the Health Guidelines


for Vegetation Fire Events)

Taller sobre Guías de la OMS-PNUMA-OMM


6 al 9 de octubre de 1998, LIMA – PERÚ

Lista de participantes

PAÍSES

ALEMANIA

Dr. Johann Georg Goldammer


Max Planck Institute for Chemistry
The Global Fire Monitoring Center
Fire Research Group c/o Freiburg University,
D – 79085/Freiburg
Teléfono: +49 761 808 011
Fax: +49 761 808 012
Dirección electrónica: [email protected]

AUSTRALIA

Dra. Lidia Morawska


School of Physical Sciences
Queensland University of Technology
2 George St., Brisbane Q4001
Teléfono: +61 7 3864 2616
Fax: +61 7 3864 1521
Dirección electrónica: [email protected]

1
Dr. Nigel J. Tapper
Environmental Climatology Group
Monash University
Wellington Road
Clayton, VIC 3168
Teléfono: +61 3 9905 2931
Fax: +61 3 9905 2948
Dirección electrónica: [email protected]

BRASIL

Dr. Alberto Setzer


INPE-DSR
C. Postal 515
S. J. Campos, SP 12201
Teléfono: +55 12 345 6464
Fax: +55 12 345 6460
Dirección electrónica: [email protected]

CANADÁ

Dr. Michael Brauer


University of British Columbia
Occupational Hygiene
2206 East Mall, Vancouver BC, Canadá
Teléfono: +1 604 822 9585
Fax: +1 604 822 9588
Dirección electrónica: [email protected]

CHILE

Dr. Mauricio Ilabaca Marileo


Director Servicio de Salud del Ambiente
Región Metropolitana – Ministerio de Salud
Av. Pdte. Bulnes N°. 177 – Santiago, Chile
Teléfono: +562 674 4304
Fax: +562 699 3339
Dirección electrónica: [email protected]

2
COLOMBIA

Dr. J. Hernán Ulloa-Pinto


3M
Av. El Dorado N°. 78 A 93
Teléfono: +571 416 1655
Fax: +571 416 1677
Dirección electrónica: [email protected]

ESTADOS UNIDOS

Dr. Michael Garstang


University of Virginia
Charlottesville, VA 22903
Teléfono: +1 804 979 3571
Fax: +1 804 979 5599
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. William B. Grant


NASA Langley Research Center
MS 401A, Hampton, VA 23681
Teléfono: +1 757 864 5846
Fax: +1 757 864 7790
Dirección electrónica: [email protected]

Sr. Roy A. Johnson


Department of Interior
Bureau of Land Management
3833 South Development Ave Boise, ID. 83706
Teléfono: +1 208 387 5163
Fax: +1 208 387 5179
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. Yoram Kaufman


NASA Goddard Space Flight Center
Code 913, Greenbelt, MD 20771
Teléfono: +1 301 286 4866
Fax: +1 301 486 1759
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. Joel S. Levine


Atmospheric Sciences Division
NASA - Langley Research Center
Hampton, VA 23681-0001
Teléfono: +1 757 864 5692
Fax: +1 757 864 6326
Dirección electrónica: [email protected]

3
Dra. Arlene S. Levine
Atmospheric Sciences Division
NASA - Langley Research Center
Hampton, VA 23681-0001
Teléfono: +1 757 864 3318
Fax: +1 757 864 8197
Dirección electrónica: [email protected]

Dra. Josephine Malilay


Centers for Disease Control and Prevention
4770 Buford Hwy., NE (Mailstop F-46)
Atlanta, Georgia 30341
Teléfono: +1 770 488 7295
Fax: +1 770 488 3506
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. David Mannino


Centers for Disease Control and Prevention
4770 Buford Hwy. (Mailstop F-39)
Atlanta, Georgia 30341
Teléfono: +1 770 488 7313
Fax: +1 770 488 3507
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. Joseph P. Pinto


U.S. Environmental Protection Agency
MD-52, Research Triangle Park, NC 27711
Teléfono: +1 919 541 2183
Fax: +1 919541 1818
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. Orman Simpson


Georgia Tech Research Corporation
Georgia Institute of Technology
400 Tenth St. NW Suite 270
Atlanta, Georgia 30332-0415
Teléfono: +1 404 894 6900
Fax: +1 404 894 9728
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. Darold E. Ward


USDA - Forest Service
P.O. Box 8089
Missoula, MT 59807
Teléfono: +1 406 329 4862
Fax: +1 406 329 4863
Dirección electrónica: [email protected]

4
INDONESIA

Sr. Yudanarso Dawud, MD, MHA


Persahabatan Hospital, M.O.H.
Jl. Persahabatan Raya #1 – Yakarta Timur
Teléfono: +62 21 489 1745
Fax: +62 21 489 0778/+62 21 471 1222
Dirección electrónica: [email protected]

Srta. Angelika Heil


German Technical Cooperation (GTZ)
Strengthening the Management Capacities
of the Indonesian Ministry of Forestry (SMCP)
Gedung Manggala Wanabakti
Block VII 6th Floor. CGIF Office
Jl. Gatot Subroto, Yakarta 10270
Teléfono: +62 21 572 0214
Fax: +62 21 572 0193
Dirección electrónica: [email protected]/[email protected]

Dr. Daniel Murdiyarso


Global Change Impacts Centre
Jl. Raya Tajur Km. 6
P.O Box 116, Bogor
Teléfono: +62 251 371 655
Fax: +62 251 371 656
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. Paulus Agus Winarso


Meteorological & Geophysical Agency
Jl. Angkasa J/8
P.O. Box 3540, Yakarta
Teléfono: +62 21 424 63211/+62 21 735 5442
Fax: +62-21 424 67031/+62 21 735 5442
Dirección electrónica: [email protected]

JAPÓN

Dr. Osamu Kunii


Bureau of International Cooperation
International Medical Center of Japan
1-21-1 Toyama, Shinjuku
Tokio 162-8655
Teléfono: +81 3 5273 6827
Fax: +81 3 3205-7860
Dirección electrónica: [email protected]

5
MALASIA

Sr. Hashim Daud


Department of Environment Malaysia
12th and 13th Floor
Wisma Sime Darby, Jalan Raja Laut
50662 Kuala Lumpur
Teléfono: +60 3 294 7814
Fax: +60 3 293 1044
Dirección electrónica: [email protected]

Sr. Sze Fook, Lim


Malaysian Meteorological Service
Jalan Sultan, 46667 Petaling Jaya
Teléfono: +60 3 756 9422
Fax: +60 3 755 0964
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. A. Bakar bin Jaafar


Dato’Alam Sekitar Malaysia Sdn. Bhd (ASMA)
19, Jalan Astaka U8/84
Bukit Jelutong Business and Technology Centre
40150 Shah alam
Selangor, Malasia
Teléfono: +603 745 4566
Fax: +603 745 3566
Dirección electrónica: [email protected]

PERÚ

Dr. Celso Bambarén Alatrista


Oficina de Defensa Nacional
Ministerio de Salud
Loma Verde 130, Surco, Lima 33
Teléfono: +51 1 448-5430
Dirección electrónica: [email protected]

Ing. Harold Cáceres Deza


Las Amapolas 350, 3er. Piso
Urb. San Eugenio, Lince, Lima 14
Teléfono: +51 1 440 0399
Dirección electrónica: [email protected]/[email protected]

6
Prof. Carlos A. Llerena
Facultad de Ciencias Forestales
Universidad Nacional Agraria La Molina
P.O. Box 456, Lima, Perú
Teléfono: +51 1 349 5647/+51 1 349 5669 ext. 233
Fax: +51 1 349 2041/+51 1 349 5648
Dirección electrónica: [email protected]

SINGAPUR

Dr. Goh Kee Tai


Institute of Environmental Epidemiology
Ministry of the Environment
Environment Building
40 Scotts Road
Singapur 228 231
Teléfono: +65 731 9722
Fax: +65 734 8287
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. Ooi Peng Lim


Institute of Environmental
Epidemiology Ministry of the Environment
40 Scotts Road # 22-00
Singapur 228231
Teléfono: +65 731 9726
Fax: +65 734 8287
Dirección electrónica: [email protected]

TAILANDIA

Dr. Kanchanasak Phonboon


Health Systems Research Institute
Bangkok, Tailandia
Teléfono: +662 951 1286 93
Fax: +662 951 1295
Dirección electrónica: [email protected]

7
ORGANISMOS INTERNACIONALES

ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD – (OPS)

Dr. Claude de Ville de Goyet


525 Twenty-third Street, N.W.
Washington, DC 20037, EEUU
Teléfono: +1 202 974 3520
Fax: +1 202 775 4578
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. Robert R. Romano


525 Twenty-third Street, N.W.
Washington, DC 20037, EEUU
Teléfono: +1 202 974 3865
Fax: +1 202 974 3988
Dirección electrónica: [email protected]

ORGANIZACIÓN METEOROLÓGICA MUNDIAL – (OMM)

Dra. Liisa Jalkanen


41 Avenue Giuseppe-Motta
CH-1211 Ginebra, Suiza
Teléfono: +41 22 7308 587
Fax: +41 22 7400 984
Dirección electrónica: [email protected]

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS)

Dra. Etsuko Kita


20 Avenue Appia
1211 Ginebra 27, Suiza
Teléfono: +41 22 91 2615
Fax: +41 22 791 4844
Dirección electrónica: [email protected]

Dra. Dietrich Schwela


20 Avenue Appia
1211 Ginebra 27, Suiza
Teléfono: 41 22 791 4261
Fax: 41 22 791 4127
Dirección electrónica: [email protected]

8
OMS/OPS

Dr. Jean Luc Poncelet


Av. Naciones Unidas 1084
Torre B, Oficina 309
Quito, Ecuador
Teléfono: +593 2 464 629
+593 2 449 473
Fax: +593 2 464 630
Dirección electrónica: [email protected]
[email protected]

PNUD

Dr. José G. Flores Rodas


Edificio Europa 2°. Piso
Colonia San Carlos
Tegucigalpa, Honduras
Teléfono: +504 238 1475
Fax: +504 234 3238
Dirección electrónica: [email protected]

CENTRO PANAMERICANO DE INGENIERÍA SANITARIA


Y CIENCIAS DEL AMBIENTE

Ing. Sergio A. Caporali


Los Pinos 259
Urb. Camacho, La Molina, Lima 12
Teléfono: +511 437 1077
Fax: +511 437 8289
Dirección electrónica: [email protected]

Dr. Marcelo Korc


Los Pinos 259
Urb. Camacho, La Molina, Lima 12
Teléfono; +511 437 1077
Fax: +511 437 8289
Dirección electrónica: [email protected]

9
Anexo L

PROGRAMAS INTERNACIONALES

Programa de Vigilancia Mundial de la Atmósfera (VMA) (GAW, Global Atmosphere


Watch) de la Organización Meteorológica Mundial

Dentro del sistema de las Naciones Unidas, la Organización Meteorológica Mundial tiene la
responsabilidad permanente de brindar información científica oficial y asesoría sobre el estado y
comportamiento de la atmósfera y el clima terrestre a través de redes de observación; una de
ellas es el Programa de Vigilancia Mundial de la Atmósfera (VMA). El sistema de VMA está
diseñado para coordinar dos problemas ambientales de química atmosférica: 1) comprender la
relación entre la composición cambiante de la atmósfera y los cambios climáticos en los ámbitos
global y regional y 2) describir el transporte atmosférico regional y de largo alcance así como la
precipitación de sustancias naturales y artificiales. El objetivo de la VMA es asegurar las
mediciones y evaluaciones de largo plazo.

Actualmente, el VMA cuenta con una red global de 22 estaciones en áreas prístinas, que miden
las variables clave y sirven como normas para otras estaciones en la región. Además, una red
regional con aproximadamente 300 estaciones que realizan mediciones de química atmosférica
se encuentra cerca de las fuentes. Los National Meteorological and Hydrological Services
(NMHS) y otros institutos nacionales se encargan del muestreo dentro del VMA. Como parte de
los esfuerzos para ampliar la cobertura de esta red, recientemente se han establecido seis nuevas
estaciones globales en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) y con el apoyo de la Global Environment Facility (GEF). Una de estas estaciones, Bukit
Koto Tabang en Indonesia, brindó información valiosa durante el episodio de humos y neblina
de 1997.

El programa de medición completa de las estaciones globales del VMA incluye gases de
invernadero (CO2, CFC, CH4, N2O, O3 troposférico), ozono (superficie, columna total, perfil
vertical), gases reactivos (SO2, NOx, CO, COV), composición química de la precipitación,
propiedades químicas y físicas de las partículas atmosféricas (incluida la profundidad óptica del
aerosol), radiación solar (incluidos los rayos ultravioleta), radionucleidos y parámetros
meteorológicos. Para asegurar la calidad de los datos, la OMM ha elaborado una serie de guías
de medición.

La OMM ha establecido seis centros de datos en el mundo con el fin de recopilar, procesar,
analizar y distribuir los datos obtenidos de las estaciones del: ozono y radiación ultravioleta
(Canadá), ozono superficial (Noruega), gases invernadero y otros gases traza (Japón),
precipitación química (Estados Unidos), radiación solar (Rusia) y aerosoles (Estados Unidos,
Italia). Todos los científicos, organismos e instituciones científicas pueden obtener datos de la
VMA directamente de estos centros.

Se han formado Scientific Advisory Groups (SAG) para brindar orientación científica a los
diferentes componentes del VMA a fin de completar el rango de especificaciones y herramientas

1
para la observación y manejo, incluido el aseguramiento de la calidad. Las actividades de los
SAG sobre radiación ultravioleta, ozono y aerosol están estrechamente relacionadas con los
episodios de humos y neblina. Como también se menciona en estas guías de salud, de acuerdo
con la información actual, las emisiones de incendios más peligrosas para la salud humana son
los aerosoles. Los SAG sobre aerosol de la OMM han identificado estaciones potenciales para el
monitoreo de la quema de biomasa.

Muchos países miembros de la OMM deben desarrollar las habilidades y experiencia requeridas
para manejar sus recursos ambientales y naturales de manera sustentable. El VMA les brinda
apoyo a través de actividades de educación y capacitación en química atmosférica. Una serie de
organizaciones no gubernamentales, multinacionales, gubernamentales y de investigación viene
trabajando con la OMM. La transferencia tecnológica y el conocimiento de los expertos, que es
un aspecto vital del VMA, se logra mediante el desarrollo de la capacidad académica en los
países en desarrollo, especialmente a través de la integración de esfuerzos o formación de
sociedades de largo plazo. También se brinda capacitación a través de talleres y eventos
tutoriales especiales.

Todas estas actividades del programa son importantes para el monitoreo de las emisiones
químicas de los humos y la neblina. El Programa de Investigación de la Atmósfera y el Medio
Ambiente (PIAMA, AREP: Atmospheric Research and Environment Programme), uno de los
departamentos de la OMM, ha tenido una función muy activa en el manejo de los incendios del
sudeste asiático. Durante la visita que el Dr. Bolhofer y el Prof. Carmichael realizaron en 1996,
se obtuvo una visión general de las capacidades nacionales y regionales para detectar, vigilar y
rastrear el humo y la neblina, así como las capacidades para elaborar modelos y obtener datos de
satélite. Ello dio lugar a la propuesta del Program to Address ASEAN Regional Transboundary
Smoke (PARTS). Durante el episodio de 1997, un grupo de expertos de la Secretaría visitó la
región.

Como resultado de esas actividades y a solicitud de los miembros de la OMM en la región, se


organizó el “Taller de la OMM sobre humos y neblina transfronterizos en el sudeste asiático” en
Singapur, en junio de 1998. El informe ya ha sido distribuido y las copias están disponibles en la
Secretaría. La función de la OMM será ayudar a fortalecer las capacidades regionales para
brindar apoyo meteorológico a través de mejores pronósticos de la oscilación climática vinculada
con el fenómeno de El Niño y otras variaciones del clima, pronósticos diarios de la trayectoria y
dispersión de humos a través de modelos atmosféricos de transporte y la habilidad para
caracterizar la actividad del fuego y rastrear el movimiento de humos y neblina mediante el
desarrollo de sensores de detección a distancia. La OMM también brindará ayuda para fortalecer
los esfuerzos regionales de monitoreo y promover el manejo de eventos de contaminación
relacionados con humos y neblina (y otros tipos de contaminación transfronteriza) a través de
esfuerzos orientados a mejorar el intercambio y la coordinación de información. Las
recomendaciones del taller de la OMM se encuentran en el anexo G.

La calidad del aire urbano y regional es un problema ambiental serio para muchos de los países
miembros de la OMM, especialmente para las naciones en desarrollo, que han experimentado un
incremento explosivo de la contaminación urbana. Ello, además de tener un impacto directo en el
ambiente local, afecta a las regiones circundantes. Las actividades urbanas, en conjunto, tienen

2
un gran impacto en el ambiente en todos los niveles, incluido el mundial. Esto también ocurre en
áreas urbanas y regionales donde la población ha sufrido las consecuencias del transporte de
humos y neblina en diversas escalas.

En reconocimiento a la importante función de la OMM en el estudio y manejo de ambientes


urbanos, el Thirteenth World Meteorological Congress (mayo de 1999) mostró su conformidad
con la decisión del Consejo Ejecutivo y la Comisión para las Ciencias Atmosféricas de establecer
un programa de investigación meteorológica sobre el medio urbano. Ello se logrará a través del
VMA. El objetivo es aumentar la coordinación, con centrarse en las actividades en marcha, así
como en nuevos esfuerzos seleccionados.

El proyecto Urban Research Meteorology and Environment (GURME) del VMA se basará en
una estrategia de dos fases. Una se centrará en brindar ayuda a los NMHS en los países en
desarrollo a fin de mejorar sus capacidades para tratar aspectos meteorológicos y ambientales
urbanos. La segunda fase estará orientada a la coordinación de iniciativas y esfuerzos
meteorológicos y ambientales para definir mejor las relaciones y los vínculos entre los ambientes
urbanos y el desarrollo sustentable, así como entre los problemas ambientales en los ámbitos
local, regional y global. El GURME cooperará con otros programas de la OMM y organismos de
las Naciones Unidas (por ejemplo, OMS y PNUMA), programas e instituciones internacionales
con intereses urbanos.

El GURME se centrará en actividades tradicionales relacionadas con el monitoreo


meteorológico, pronóstico y elaboración de modelos (meteorológicos y químicos) y su aplicación
a los problemas de la calidad del aire. Estas actividades se facilitarán con el fortalecimiento de
las capacidades de los NMHS para manejar aspectos meteorológicos y de calidad del aire
relacionados con la investigación y la operación.

El Sistema de Información sobre Gestión de la Calidad del Aire en Ciudades Saludables


(AMIS) de la OMS (The Healthy Cities Air Management Information System AMIS)

El Sistema de Información sobre Gestión de la Calidad del Aire (AMIS: Air Management
Information System) es un programa desarrollado por la OMS bajo el auspicio del Programa
Ciudades Saludables. El objetivo del AMIS es transferir información sobre el manejo de la
calidad del aire (instrumentos usados para medir las concentraciones de contaminantes en
ciudades, ambientes interiores y aire en interiores, niveles de ruido, efectos en la salud, medidas
de control, normas de calidad del aire, normas e inventarios de emisiones, herramientas para
elaborar modelos de dispersión) entre países y ciudades. En este contexto, el AMIS actúa como
un sistema global de intercambio de información sobre calidad del aire. Entre las actividades del
programa están las siguientes:

• coordinar bases de datos con información sobre aspectos de la calidad del aire en ciudades
grandes y megaciudades;
• actuar como distribuidor de información entre países;
• brindar y distribuir masivamente documentos técnicos sobre el manejo de la calidad del aire;
• publicar y distribuir masiva y anualmente revisiones de las tendencias en torno a
concentraciones de contaminantes del aire;

3
• Brindar cursos de capacitación sobre monitoreo y manejo de la calidad del aire, y
• Administrar los centros regionales de cooperación para apoyar la transferencia de datos,
realizar cursos de capacitación e implementar proyectos basados en el esfuerzo conjunto.

El AMIS es un conjunto de bases de


Otras bases de datos del AMIS en datos de fácil uso en MSACCESS. La
planificación o elaboración: base de datos principal contiene un
resumen de las estadísticas sobre
Caracterización de las emisiones de ciudades contaminación del aire como media
grandes y megaciudades; anual, 95 percentil y número de días en
Referencia a otras bases de datos sobre calidad del que se excedieron las guías de la OMS.
aire; Todo compuesto incluido en las guías
Dispositivos de monitoreo y direcciones de los de calidad del aire de la OMS puede
fabricantes; ingresarse en la base de datos, que es
Direcciones de las instituciones de capacitación; ilimitada. Los datos de la versión
Uso y accesibilidad de los modelos de dispersión, existente (principalmente, desde 1986
incluida la información sobre su acceso; hasta 1996) abarcan aproximadamente
Medidas de control y magnitud de sus costos, y a 100 ciudades de 40 países. Además,
Efectos adversos de la contaminación del aire en la se elaborará un informe a partir de los
salud y magnitud de sus costos. datos. Otras bases de datos incluyen a
su vez, una base de datos sobre la
capacidad y procedimientos de manejo de la calidad del aire de las ciudades, otra para los niveles
de ruido y otra para el aire en ambientes interiores.
Todos estos temas estarán disponibles para los participantes del AMIS y serán distribuidos en
forma gratuita a las organizaciones sin fines de lucro.

Las oficinas regionales de la OMS y los centros cooperantes regionales del AMIS recopilarán
sistemáticamente los datos para esta y otras bases de datos del AMIS en planificación (véase el
cuadro). Para finales del milenio, se piensa elevar a 300 el número de ciudades que contribuyen
con la base de datos principal. Las ciudades pueden comparar fácilmente sus datos con los de
otros participantes en el sistema. Otra base de datos es aquella sobre normas de calidad del aire,
que incluye disposiciones de aproximadamente 50 países, las cuales se pueden comparar con las
guías de la OMS. Una base de datos con los nombres y direcciones de los puntos focales del
AMIS permite una comunicación directa entre los participantes. En 1998, se publicó y distribuyó
masivamente un CD ROM actualizado con datos sobre la concentración de contaminantes del
aire en más de 100 ciudades. Este CD-ROM también contiene otra información sobre guías de
calidad del aire y ruido. Estas bases de datos estarán disponibles en Internet y se podrá acceder a
ellas a través del sitio web de la OMS, ASMA y EPA.

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