Lady Di era una mujer carismática que se ganó la admiración del mundo por su trabajo humanitario, especialmente apoyando a pacientes con VIH/SIDA y luchando contra las minas terrestres. Ayudó a luchar contra el estigma asociado con el SIDA al fotografiarse tomando la mano de pacientes, y sus acciones desmontaron falsas creencias sobre cómo se transmite la enfermedad. Murió a los 36 años pero su legado de compasión y defensa de los derechos de los pacientes con SIDA sigue presente en la memoria de
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Lady Di era una mujer carismática que se ganó la admiración del mundo por su trabajo humanitario, especialmente apoyando a pacientes con VIH/SIDA y luchando contra las minas terrestres. Ayudó a luchar contra el estigma asociado con el SIDA al fotografiarse tomando la mano de pacientes, y sus acciones desmontaron falsas creencias sobre cómo se transmite la enfermedad. Murió a los 36 años pero su legado de compasión y defensa de los derechos de los pacientes con SIDA sigue presente en la memoria de
Lady Di era una mujer carismática que se ganó la admiración del mundo por su trabajo humanitario, especialmente apoyando a pacientes con VIH/SIDA y luchando contra las minas terrestres. Ayudó a luchar contra el estigma asociado con el SIDA al fotografiarse tomando la mano de pacientes, y sus acciones desmontaron falsas creencias sobre cómo se transmite la enfermedad. Murió a los 36 años pero su legado de compasión y defensa de los derechos de los pacientes con SIDA sigue presente en la memoria de
Lady Di era una mujer carismática que se ganó la admiración del mundo por su trabajo humanitario, especialmente apoyando a pacientes con VIH/SIDA y luchando contra las minas terrestres. Ayudó a luchar contra el estigma asociado con el SIDA al fotografiarse tomando la mano de pacientes, y sus acciones desmontaron falsas creencias sobre cómo se transmite la enfermedad. Murió a los 36 años pero su legado de compasión y defensa de los derechos de los pacientes con SIDA sigue presente en la memoria de
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Lady Di, “la princesa del pueblo”, era una mujer carismática que se ganó la admiración
y el amor del mundo. Y sigue siendo recordada más de 20 años después de su muerte.
Murió joven, a los 36 años, pero su legado ha seguido presente en la memoria de
muchas personas que ni siquiera la conocieron.
La princesa Diana estaba muy involucrada en realizar trabajados caritativos,
principalmente apoyando a pacientes con SIDA y luchando contra las minas terrestres.
Cuando comenzó la pandemia de VIH/SIDA en 1981, muchas personas tenían
miedo y alejaban a los enfermos. Lady Di fue una de las primeras figuras públicas en fotografiarse tomando la mano de pacientes, ayudando a luchar contra el estigma.
Sus fotografías estrechando la mano a enfermos dieron la vuelta al mundo y
contribuyeron a desmontar las falsas creencias sobre la enfermedad.
Muchos recordarán las imágenes de ella caminando por los campos
minados de Angola, algo que fue recreado en un reciente viaje de su hijo, el príncipe Harry, a la región, o las de sus pacientes reconfortantes que sufren de lepra. Otro tema de este tipo defendido por la Princesa del Pueblo fueron los derechos de los homosexuales y, específicamente, su sueño de poner fin al estigma contra el virus del VIH y el sida. En abril de 1987, en el apogeo de la epidemia de sida, Diana inauguró la primera unidad de VIH/sida del Reino Unido en el Hospital London Middlesex, un espacio que atendería exclusivamente a pacientes infectados con el virus. Las fotografías de ella tomadas en el evento se han convertido en sinónimo de su legado de amabilidad, ofreciendo sus manos temblorosas y sin guantes a un hombre con el VIH. En ese momento, muchos creían erróneamente que se podía coger el VIH a través del tacto. Sus acciones fueron revolucionarias para convencer al público de que no había nada que temer.
Como dijo Ian Green, director ejecutivo de la organización benéfica
contra el VIH Terrence Higgins Trust en una entrevista en 1997, "la princesa Diana fue una verdadera defensora de la concienciación sobre el VIH. Ella trajo pasión a la causa e hizo cosas que fueron realmente notables. Fue la primera persona de perfil alto que estaba preparada para estrechar la mano y tocar a las personas con VIH, lo que en ese momento se consideraba un riesgo. Esta declaración cuestionó públicamente la noción de que el VIH se transmitía de persona a persona por el tacto". Llegó al citado centro hospitalario rodeada de cámaras y se dirigió al ala donde estaban los enfermos de sida. Entonces, el VIH era como un demonio y los enfermos, homosexuales en su mayoría, eran apartados de la sociedad como si estuvieran poseídos. Lady Di se acercó a la cama del enfermo y le dio la mano, una mano desnuda, sin guantes ni perifollos, y esa imagen dio la vuelta al mundo. Un pequeño paso para una mujer, un gran paso para la humanidad: cambió la actitud de la sociedad fre“Sabía que el sida era una de las cosas que muchos querían ignorar y parecía un reto desesperanzado. Sabía que la falta de entendimiento sobre esa nueva enfermedad estaba creando situaciones peligrosas mezcladas con la homofobia”, declaró el príncipe Harry, su hijo pequeño, hace tan solo dos años, en una gala por la lucha contra el sida. “Cuando en abril le dio la mano a un hombre 32 años enfermo de sida, delante de las cámaras, sabía exactamente lo que estaba haciendo. Estaba usando su posición como princesa de Gales –la mujer más famosa del mundo– para retar a todo el mundo a educarse a sí mismo, encontrar su compasión y llegar a aquellos que necesitaban ayuda en lugar de echarlos”.“El sida no hace peligrosas a las personas, puedes darles la mano… y un abrazo -dijo la princesa en una conferencia en 1991-. El cielo sabe que lo necesitan”. Tras aquel primer apretón de manos y el loco trasiego mediático que provocó, la princesa de Gales amplió sus gestos. Consciente de la trascendencia de sus actos, dio más manos, dio abrazos, besos y caricias a todos aquellos enfermos que años antes habían visto cómo, además de estar a punto de perder su vida, habían perdido casi todo en ese fatal camino.nte a los enfermos de sida. Lady Di dedicó parte de su vida a tareashumanitarias y una de las más peliagudas fue el sida. El virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante de la enfermedad, fue descubierto en 1983 por un investigador francés. Su vía de transmisión, sexual y sanguínea - además de perinatal, de madres-, provocó que fuera una enfermedad rodeada de escándalo. La comunidad gay y los adictos a la heroína fueron los más afectados por una dolencia que por fin ya no es mortal. Sí lo era entonces, y los enfermos sufrían dolorosamente antes de morir. El desconocimiento provocó pánico y quienes padecían la enfermedad se convertían en apestados. Muchos no querían tocar siquiera algo que hubiera tocado un enfermo. De ahí la gesta de la princesa. “Diana fue la mejor embajadora para la lucha contra el sida del planeta y nadie podrá llenar jamás su vacío en término del trabajo que hizo”, declaró a su muerte, en 1991, Gavin Hart, presidente del National AIDS, organización de lucha contra la enfermedad en Gran Bretaña.