LA INVESTIGACIÓN de Las 3 Etapas

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INDICE

INTRODUCCION………………………………………………………………………………04

CAPITULO I

MARCO TEORICO………………………….…………………………………………………05
1.- ETAPA DE LA INVESTIGACIÓN PRELIMINAR………………………………………..05
1.- DILIGENCIAS URGENTES E INAPLAZABLES…………………………….
…………..07
2.- OBJETIVO……………………………………………………………………….………….08
3.-
CARACTERISTICAS……………………………………………………………………….09
4.- DILIGENCIAS DENTRO DE LA INVESTIGACION
PRELIMINAR…………………….10
5- MEDIDAS CAUTELARES EN LA INVESTIGACION PRELIMINAR……………………
11
6.- DIFERENCIAS CON LA INVESTIGACION PREPARATORIA PROPIAMENTE
DICHA………………………………………………………………………………………….14
7. CONCLUSIONES……………………………………………………………………………15
8.- PRINCIPIOS QUE RIGEN………………………………………………………………….
16
8.1 PRINCIPIO DE LEGALIDAD…………………………….....
…………………….16
8.2 PRINCIPIO DE AUTONOMIA……………………………………………………21
8.3 PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD…………………………………………….
……..28
8.4 PRINCIPIO DE INTERDICCION DE LA ARBITRARIEDAD………………...…
30
8.5 PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD…………………………………………………
33
8.6 PRINCIPIO DE PRESUNCION DE INOCENCIA…………………………...……
34
8.7 PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCESO……………………………………………36

1
CAPITULO II

ETAPA INTERMEDIA…………………………..
……………………………………………..43
1.PLAZO PARA LA DECISION DEL MINISTERIO PUBLICO…..
………………………….43
1.1 PROCEDENCIA DEL SOBRESEIMIENTO………………………………………
43
1.2 FUNDAMENTO DE LA AUDIENCIA DEL CONTROL DE REQUERIMIENTO
FISCAL DE SOBRESEIMIENTO………………………….………………………….44
1.3 OPOSICION AL SOBRESEIMIENTO SOLICITADO POR EL FISCAL…...……
44
1.4 CLASES DE SOBRESEIMIENTO……………………………………………...…45
1.5 AUDIENCIA DE CONTROL DE REQUERIMIENTO FISCAL DE  
SOBRESEIMIENTO…………………………………………………………...…45
1.6 PLAZO PARA RESOLVER EL REQUERIMIENTO FISCAL DE
SOBRESEIMIENTO…………………………………………………………………...46
1.7 PLAZO PARA QUE EL FISCAL SUPERIOR SE PRONUNCIE DE LA
CONSULTA SOBRE EL REQUERIMIENTO FISCAL DE
SOBRESEIMIENTO…………………………………………………………………...46
1.8 FORMAS DE PRONUNCIARSE DEL FISCAL SUPERIOR EN LA CONSULTA
SOBRE EL REQUERIMIENTO FISCAL DE
SOBRESEIMIENTO………………….46
1.9 AUTO DE
SOBRESEIMIENTO…………………………………………………...47
2.-
ACUSACION………………………………………………………………………………..47
2.1 CONTENIDO DE LA ACUSACION
FISCAL…………………………………….48
2.2 SITUACIONES COMPLEMENTARIAS EN LA
ACUSACION………………….49
2.3 NOTIFICACION DE LA ACUSACION A LOS OTROS SUJETOS
PROCESALES, OBJECIONES Y
PEDIDOS……………………………………………………………50
2.4 AUDIENCIA PRELIMINAR………………………………………………………52
2.5 DECISIONES ADOPTADAS EN LA AUDIENCIA PRELIMINAR…………..…
54
2.6 CONTENIDO DEL AUTO DE
ENJUICIAMIENTO……………………………...55

2
2.7 NOTIFICACION DEL AUTO DE ENJUIICIAMIENTO…………………………55
2.8 EL AUTO DE CITACION A JUICIO………………………………………………
56
3.- PRINCPIOS QUE RIGEN EN LA ETAPA
INTERMEDIA………………………………...56
3.1 PRINCIPIO DE INTERDICCIÓN DE LA
ARBITRARIEDAD…………………...56
3.2 PRINCIPIO DE ORALIDAD………………………………………………………
57
3.3 PRINCIPIO DE
INMEDIACIÓN…………………………………………………..59
3.4 PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN………………………………………………
61
3.5 PRINCIPIO DE PUBLICIDAD……………………………………………………64
3.6 PRINCIPIO DE CELERIDAD…………………………………………………..…70

CAPITULO III

1.- ETAPA DEL JUICIO


ORAL………………………………………………………………...72
2.- PRINCIPIOS QUE INTERACTUAN EN LA ETAPA DE JUZGAMIENTO………………
88
2.1 PRINCIPIO DE ORALIDAD (ART. 361 CPP)
…………………………………….88
2.2 PRINCIPIO DE PUBLICIDAD (ART. 357 CPP)
…………………………………..89
2.3 PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN (ART. 359 CPP)
………………………………...90
2.4 PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN………………………………………………
92
2.5.- PRINCIPIOS QUE ORIENTAN LA ACTIVIDAD
PROBATORIA…………….93
2.5.1-. PRINCIPIO DE LEGITIMIDAD……………………………………………….93
2.5.2-. PRINCIPIO DE LIBERTAD DE LA PRUEBA………………………………..93
2.5.3.- PRINCIPIO DE PERTINENCIA DE LA PRUEBA……………………………
93
2.5.4-. PRINCIPIO DE CONDUCENCIA……………………………………………..93

3
2.5.5.- PRINCIPIO DE UTILIDAD……………………………………………………94
CONCLUSION…………………………………………………………………………………95
BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………………………..96

INTRODUCCION

Finalidad del proceso penal: dar solución a una controversia jurídica sometida al poder de
decisión de los Jueces y nacido de un conflicto social de relevancia criminal.  Esta finalidad
sistémica se conduce vía la declaración (en sentido afirmativo o negativo) de la responsabilidad
penal de una persona sometida a proceso, que primero ha sido imputada y acusada de un cargo
penal en etapa de investigación preparatoria y en su caso en el respectivo enjuiciamiento oral
(juicio oral), de conformidad con lo dispuesto en el artículo 139º.10 de la Constitución Política
del Estado, en concordancia con lo establecido en los artículos I.2 y II.1 del Título Preliminar
del Nuevo Código Procesal Penal (NCPP). Función de legitimación de la propia reacción penal:
una vez ocurrido el hecho punible, punible, se desencadena un conjunto de consecuencias
jurídicas inmediatas a tal hecho punible. Las de orden procesal, vinculadas a la propia labor de
investigación preliminar, preparatoria formal y posterior enjuiciamiento; y en orden al Derecho
Penal material- a las consecuencias jurídicas que como consecuencia del Proceso Penal, habrán

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de imponerse o no al sujeto a proceso (penas, medidas de seguridad directas-, responsabilidad
civil, consecuencias accesorias indirectas). Esta labor de legitimación se relaciona
necesariamente con la proyección del modelo constitucional en el que el proceso penal se
asienta  En el caso peruano, ese modelo constitucional de Estado constitucional-, es el que está
descrito en el artículo 43º de la Constitución Política del Estado, en concordancia, respecto del
propio modelo constitucional de proceso penal, con el artículo 139º en extenso y el artículo
159º.4 de la Constitución, e integrado a este marco constitucional el íntegro del Título
Preliminar del NCPP. Lo dicho adscribe e inserta de un lado al modelo constitucional definido
en clave diseño democrático de división de poderes y de primacía de la Constitución y la Ley,
de acuerdo con lo establecido en el artículo 138º de la Constitución Política del Estado; y de
otro, pone de manifiesto la necesidad que se tiene de contar con decisiones (en el ámbito de la
administración de justicia y con extensión al ámbito de la Investigación Fiscal), libres de
cualquier condicionamientos extra proceso y ajenos al marco de la legalidad pre- establecida, tal
como lo dispone el artículo I.1 del Título Preliminar del NCPP.  Este modelo de enjuiciamiento
criminal, de procesamiento penal, cuenta hasta con tres etapas: la de la investigación
preparatoria (preliminar y formalizada), la de la etapa intermedia y la del Juicio Oral La de la
Investigación Preparatoria (artículo 321º y siguientes del NCPP), vinculada a un ámbito de
función aportativa de hechos (elementos de prueba y actos de investigación), definidos en su
pertinencia y conducencia a lo que será materia de prueba en el Juicio Oral (de ahí su carácter
preparatorio). El de la Etapa intermedia (artículo 344º y siguientes del NCPP), vinculado a un
ámbito de función, primero de saneamiento procesal y evaluación de la propia Investigación a la
vez que preparación del Juicio Oral (de ahí su carácter bifrontal). La del Enjuiciamiento Oral
(Juicio Oral, artículo 355º y siguiente del NCPP); vinculada a un ámbito de función verificadora
en cuanto a los hechos (elementos de convicción), aportados previamente al proceso.
Verificación que en términos de actos procesales en conjunto (actos de prueba), practicados en
inmediación, contradicción, oralidad y publicidad, habrá de dar como resultado el de la
asunción de convicción condenatoria o exculpatoria; o en su defecto- de duda razonable que
impida una condena ya sea por aplicación del indubio pro-reo o de insuficiencia probatoria, de
acuerdo con lo establecido en el artículo 139º.11 de la Constitución Política concordado con el
artículo II, incisos 1 y 2 del Título Preliminar del NCPP

MARCO TEORICO

CAPITULO I

1.- ETAPA DE LA INVESTIGACIÓN PRELIMINAR

CONCEPTO

Para poder precisar un concepto de lo que vendría a ser la investigación preliminar en el


NCPP es necesario revisar algunos artículos de dicho cuerpo normativo. En ese sentido

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el Inciso 1 del Artículo 321 señala que la investigación preparatoria persigue reunir los
elementos de convicción que permitan al Fiscal decidir si formula o no acusación.
Asimismo señala que tiene por finalidad determinar si la conducta incriminada es
delictuosa, las circunstancias o móviles de la perpetración, la identidad del autor o
partícipe y de la víctima, así como la existencia del daño causado. Y si bien de la lectura
de este Artículo se desprendería que la Investigación Preparatoria es una sola, es
necesario hacer una interpretación sistemática con otros artículos de dicho cuerpo
normativo. Más aún si este se encuentra ubicado en el Título I, referido a Normas
Generales de la Investigación Preparatoria. En ese sentido el Inciso 1 del Artículo 330
señala que el Fiscal puede, bajo su dirección, requerir la intervención de la Policía o
realizar por sí mismo diligencias preliminares de investigación para determinar si debe
formalizar la Investigación Preparatoria. Y el inciso 2 indica que las Diligencias
Preliminares tienen por finalidad inmediata realizar los actos urgentes o inaplazables
destinados a determinar si han tenido lugar los hechos objeto de conocimiento y su
delictuosidad, así como asegurar los elementos materiales de su comisión, individualizar
a las personas involucradas en su comisión, incluyendo a los agraviados, y, dentro de
los límites de la Ley, asegurarlas debidamente. Además el Inciso 1 del Artículo 334
señala que el Fiscal al calificar la denuncia o después de haber realizado o dispuesto
realizar diligencias preliminares, considera que el hecho denunciado no constituye
delito, no es justiciable penalmente, o se presentan causas de extinción previstas en la
Ley, declarará que no procede formalizar y continuar con la Investigación Preparatoria,
así como ordenará el archivo de lo actuado. Finalmente el Inciso 1 del Artículo 336
señala que si de la denuncia, del Informe Policial o de las Diligencias Preliminares que
realizó, aparecen indicios reveladores de la existencia de un delito, que la acción penal
no ha prescrito, que se ha individualizado al imputado y que, si fuera el caso, se han
satisfecho los requisitos de procedibilidad, el Fiscal dispondrá la formalización y la
continuación de la Investigación Preparatoria. De lo anteriormente señalado se
desprende que si bien el Nuevo Proceso Penal se encuentra dividido en tres etapas, es
decir Investigación Preparatoria, Etapa Intermedia y Juzgamiento, la primera de esta se
divide a la vez en dos sub etapas: La Investigación Preliminar y la Investigación
Preparatoria propiamente dicha, cada una de las cuales con su propia naturaleza,
objetivos y características. Es decir existe una investigación preliminar en la cual se
realizan todas las diligencias urgentes e inaplazables destinadas a corroborar los hechos

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denunciados y determinar su delictuosidad y una Investigación Preparatoria
propiamente dicha que tiene como objetivo reunir los elementos de convicción, de cargo
o descargo que permitan al Fiscal decidir si formula o no la acusación. En ese sentido
para el inicio de la investigación preliminar solo se requiere la sospecha de la comisión
de un delito6 y para la investigación preparatoria propiamente dicha la presencia de
indicios reveladores que vinculen al imputado con la comisión de un delito. Siendo así
se puede señalar que la investigación preliminar es una etapa pre procesal que antecede
a la etapa de la investigación preparatoria propiamente dicha en la cual se realizan las
diligencias preliminares urgentes e inaplazables destinadas a corroborar los hechos
denunciados y determinar su delictuosidad. Por ejemplo estudiar la escena de los
hechos, obtener la ficha de identificación de los presuntos responsables, analizar el
objeto, instrumentos o efectos del delito y de ser urgentes e indispensables para cumplir
el objetivo de dicha etapa, recibir las declaraciones del denunciante, denunciado y
posibles testigos presénciales de los hechos denunciados. Y en el supuesto que existan
otras diligencias por realizar y estas no sean inaplazables y no exista urgencia en su
realización y se presenten los requisitos señalado para la formalización de la
investigación preparatoria, deberán realizarse en esta etapa. Siendo necesario precisar
que todas las diligencias que se desarrollen se tendrán que realizar en mérito a una
teoría del caso, que constituía la luz en el desarrollo de las diligencias iniciales. En ese
sentido se señala: “(...), es la investigación inicial ante la denuncia que se presenta ante
la autoridad fiscal o policial o cuando tales autoridades proceden de oficio, es decir,
cuando por propia iniciativa deciden dar inicio a los primeros actos de investigación. Se
trata de la primera fase del proceso inicial y la forma de proceder de quien formula la
denuncia de parte se encuentra regulada en el artículo 326 a 328 del NCPP. La
importancia de esta etapa radica en la necesidad de perseguir la conducta delictuosa, de
conocer toda denuncia con características de delito, con la finalidad de verificar su
contenido y verosimilitud; conocer las primeras declaraciones, reconocer las primeras
declaraciones, reconocer los primeros elementos probatorios, asegurar los mismos,
adoptar las primeras medidas coercitivas o cautelares y decidir seguidamente si existen
elementos probatorios suficientes para continuar con la investigación del delito y sus
autores” Y señalamos que es una etapa pre procesal por cuanto el Artículo 3 señala que
la formalización de la investigación preparatoria debe ser comunicada al juez; y, el
Inciso 2 del Artículo 339 indica que al formalizar la Investigación preparatoria el fiscal

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perderá la facultad de archivar sin intervención judicial. De lo que se desprende que el
proceso penal recién comienza formalmente con la formalización de la Investigación
Preparatoria. Asimismo es necesario señalar que esta etapa procesal se puede originar
en una denuncia ante el Ministerio Público, Policía Nacional, o cuando cualquiera de
estos ante el conocimiento de la sospecha de la comisión de un delito de oficio da inicio
a la investigación. Esta investigación va a estar bajo la conducción del Fiscal, el cual
debe formular una estrategia de investigación desde una perspectiva técnico jurídico. Va
a significar también que el fiscal ordene y oriente a la policía sobre los elementos de
juicio investigatorios necesarios para sustentar válidamente la promoción de la acción
penal; el fiscal le va a decir a la policía que tipo de elementos probatorios se necesita
que practique, se va a encargar de hacer los seguimientos y de practicar las pericias.

1.- DILIGENCIAS URGENTES E INAPLAZABLES. El Inciso 2 del Artículo 330


del NCPP señala que las diligencias preliminares tienen por finalidad inmediata realizar
los actos URGENTES O INAPLAZABLES destinados a determinar si han tenido lugar
los hechos objeto de conocimiento y su delictuosidad, así como asegurar los elementos
materiales de su comisión, individualizar a las personas involucradas en su comisión,
incluyendo a los agraviados. Asimismo el Inciso 1 del Artículo 336 señala que si de la
denuncia, del Informe Policial o de las Diligencias Preliminares realizadas, aparecen
indicios reveladores de la existencia de un delito, que la acción penal no ha prescrito,
que se ha individualizado al imputado se deberá formalizar la Investigación
Preparatoria. Es decir en las diligencias preliminares solo se deben realizar las
diligencias urgentes e inaplazables para corroborar los hechos denunciados, determinar
su delictuosidad, y asegurar los elementos materiales de su comisión, es decir solo en
aquellos casos en que solo se cuente con la sospecha de la comisión de un delito y por
ende con escasa información respecto a dichos hechos se debe disponer la realización de
diligencias preliminares, puesto que en el supuesto que de la misma denuncia o informe
policial existan indicios reveladores de la comisión del delito denunciado, y se cumplan
los otros presupuestos exigidos por el Inciso 1 del Artículo 336 se deberá formalizar
investigación preparatoria y no disponer el desarrollo de diligencias preliminares, pues
lo contrario implicaría desconocer la naturaleza y objetivo de la investigación
preparatoria propiamente dicha y por ende la lógica del Código. Más aún si la
realización de todas las diligencias que amerita un caso, dentro de la investigación
preliminar, pese a que se presentan los supuestos para su formalización, implicaría no

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contar con el beneficio de la suspensión de la prescripción de la acción penal, puesto
que conforme al Inciso 1 del Artículo 339 del NCPP la formalización de la
investigación preparatoria suspende la prescripción de la acción penal. Finalmente es
necesario señalar que en caso el Fiscal decida formalizar investigación preparatoria y al
término de esta requiera el sobreseimiento de la causa, para nada implica un demerito en
el ejercicio de su función puesto que la misma naturaleza de la investigación
preparatoria es, como lo señala el Inciso 1 del Artículo 321 del NCPP, reunir los
elementos de convicción, de cargo o descargo que permitan al Fiscal decidir si formula
o no la acusación. Es decir el Fiscal dentro de esta etapa de buscar tanto elementos que
acrediten su responsabilidad en el delito imputado, así como los que determinen su
inocencia. Asimismo en el Inciso 2 del Artículo IV del Título preliminar se señala que
el Ministerio Público está obligado a actuar con objetividad, indagando los hechos
constitutivos de delito, los que determinen y acrediten la responsabilidad o inocencia del
imputado. Por ende cuando el Fiscal después de culminada la investigación preparatoria
requiera su sobreseimiento, solo se está limitando a cumplir el rol constitucional que le
ha sido conferido.

2.- OBJETIVO. Como lo hemos señalado antes, para el inicio de la investigación


preliminar solo se requiere la sospecha de la comisión de un delito, es decir, una
posibilidad que se presenten los elementos configurativos de un tipo penal. Y en base a
esta el Fiscal inicia la investigación preliminar disponiendo la realización de las
diligencias necesarias y urgentes para corroborar los hechos denunciados y determinar
su delictuosidad, y luego de ello verificar si se presentan o no los presupuestos para
formalizar investigación preparatoria. Por ello el objetivo fundamental de la
investigación preliminar es determinar si se presentan los presupuestos procesales
establecidos en el Código Procesal Penal a fin de proceder a formalizar la investigación
preparatoria. Es decir si existen indicios reveladores de la comisión de un delito, se ha
identificado al autor, y la acción penal no ha prescrito. Por lo que al término de su
realización el fiscal debe optar por una de las siguientes opciones:

 Si considera que los hechos no constituyen delito, no son justiciables penalmente o


existen causas de extinción, declarará que no hay mérito para formalizar investigación
preparatoria y ordena el archivamiento del caso.

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 Si el hecho fuese delictuoso y la acción penal no ha prescrito, pero falta la
identificación del autor o participe, ordenara la intervención de la policía.

 Si hay indicios reveladores de la comisión de un delito, se ha identificado a su autor y


no existen causas de extinción de la acción penal procede a formalizar investigación
preparatoria.

 Si considera que existen suficientes elementos que acreditan la comisión del delito y
la participación del imputado en su comisión procede a formular acusación directa.

3.- CARACTERISTICAS Las características de la investigación preliminar son:

3.1 No tiene carácter probatorio Puesto que conforme lo señala el Artículo 325 del
NCPP las actuaciones de la investigación solo sirven para emitir las resoluciones
propias de la investigación y de la etapa intermedia. Salvo que tengan carácter de
prueba anticipada o se traten de actuaciones objetivas irreproducibles cuya lectura en el
juicio oral se encuentra autorizada por el NCPP. Por lo que siendo estas diligencias
preliminares principalmente van a determinar las circunstancias que posibiliten
investigar, acusar o archivar.

3.2 Son urgentes e inaplazables. En esta sub etapa de la investigación preparatoria solo
se deben realizar aquellas diligencias urgentes e inaplazables para corroborar los hechos
y determinar si delictuosidad, así como individualizar a las personas involucradas en su
comisión.

3.3 Igualdad de armas en su realización. Es decir que tanto imputado como víctima
tienen dentro de esta etapa todas las garantías para ejercitar su defensa bajo el principio
de igualdad de armas.

3.4 Solo exige la existencia de una sospecha para su realización. El Artículo 329.1 del
NCPP señala que el fiscal inicia los actos de investigación cuando tenga conocimiento
de la sospecha de la comisión de un hecho que reviste los caracteres de delito. Es decir
para iniciar los diligencias preliminares solo se requiere la sospecha de su comisión, por
lo que se realizan diligencias urgentes e inaplazables a fin de corroborar dicha sospecha,
y luego de realizadas ellas se decida si se procede a formalizar o no investigación
preparatoria, puesto que para la formalización de la investigación se requiere indicios
reveladores y no sospecha. En ese senito debe entender que no siempre debe procederse
a instaurar diligencias preliminares, ello solo deberá hacerse en el caso en que no se

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encuentren acreditados los requisitos para su formalización, puesto que la verdadera
investigación frente a indicios reveladores de la comisión de un delito se sebe realizar
en l investigación preparatoria propiamente dicha y no en diligencias preliminares.

4.- DILIGENCIAS DENTRO DE LA INVESTIGACION PRELIMINAR Como lo


hemos señalado antes, dentro de esta etapa o sub etapa se desarrollaran todas las
diligencias urgentes e inaplazables para corroborar los hechos denunciados, determinar
su delictuosidad, y una vez realizadas estas determinar si procede o no a formalizar
investigación preparatoria. En ese sentido las diligencias a desarrollarse en la presente
etapa pueden ser: Declaraciones, Pericias y otras diligencias.

4.1) DECLARACIONES La declaración viene a ser el acto mediante el cual una


determinada persona ya sea denunciante, denunciado, testigo u otro brinda información
relevante para los hechos investigados. En ese sentido dentro de esta etapa de
investigación preliminar se podrá recibir la declaración del denunciante, denunciado y/o
testigo de los hechos denunciados, siempre y cuando esta, es de decir, su recepción sea
urgente e inaplazable para corroborar los hechos denunciados y determinar su
delictuosidad, puesto que si de la propia denuncia y sus recaudos se advierte que existen
indicios reveladores de la existencia de un delito, que la acción penal no ha prescrito,
que se ha individualizado al imputado, se debe proceder a formalizar investigación
preparatoria y dentro de ésta recibir todas las declaraciones que sean necesarias para
determinar si formula o no acusación. Y esto es así, puesto que la investigación
preliminar solo busca determinar si procede o no la formalización de la investigación
preparatoria. PERICIAS La pericia viene a ser el examen y estudio realizado por el
perito sobre un problema encomendado, cuyo resultado estará comprendido en un
informe o dictamen, el cual contendrá el objeto de estudio o de la pericia determinada
por el Fiscal, el método utilizado y las conclusiones a las que llega. La pericia es uno de
los medios más importantes que tiene el Fiscal para el análisis de los elementos
materiales de prueba y así contribuir con el esclarecimiento de los hechos denunciados.
La pericia es el medio probatorio con el cual se intenta obtener para el proceso, un
dictamen fundado en especiales conocimientos científicos, técnicos o artísticos, útil para
el descubrimiento o valoración de un elemento de prueba. En ese sentido, en la
investigación preliminar se podrán realizar, las siguientes pericias:

a) Pericias Médico Periciales,

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b) Pericia Médico Forense,

c) Pericia de Alcoholemia,

d) Pericia Toxicológica,

e) Pericia de Absorción Atómica y

f) Pericia Grafo técnica, entre otras. Siendo necesario precisar que estas se realizaran
dentro de la investigación preliminar siempre y cuando ello sea necesario a fin de
corroborar los hechos denunciados, determinar su delictuosidad y decir si se presentan o
no los presupuestos a fin de formalizar investigación preparatoria, puesto que de existir
los presupuestos para la formalización de la investigación preparatoria su desarrollo
deberá ser dentro de esta etapa. c)

OTRAS DILIGENCIAS Asimismo dentro de la investigación preliminar también se


podrán realizar otras diligencias, entre las que se encuentran:

Levantamiento de cadáver, b) Necropsia, c) Embalsamiento de cadáver, d) Examen de


vísceras, e) preexistencia del bien patrimonial, f) Antecedes Policiales y requisitorias, g)
Actas Policiales, entre otras.

Siempre y cuando sea necesaria su realización dentro de la investigación preliminar,


pues de presentarse los presupuestos que exige el Código, deberá ser realizado dentro de
investigación preparatoria propiamente dicha.

5- MEDIDAS CAUTELARES EN LA INVESTIGACION PRELIMINAR. Las


medidas cautelares son instrumentos procesales tendientes a asegurar la eficacia, tanto
de la pretensión de sanción (es decir, asegurar la probable imposición de una sanción
penal al imputado, a través del aseguramiento de su presencia en el proceso penal),
como de la pretensión de reparación (es decir, asegurar el cumplimiento de las
consecuencias económicas que se le impongan al imputado, producto de la comisión de
un delito. Sin embargo, y debido a los procesos penales por delitos relacionados con la
corrupción seguidos en los últimos años en nuestro país, la utilidad de las medidas
cautelares se ha extendido, además, para asegurar la eficacia de los actos de
investigación más urgentes e inaplazables, que son, justamente, los que se realizan
durante las diligencias preliminares o iniciales de investigación. En el NCPP, solo
pueden ser solicitadas por el Fiscal, mediante requerimientos debidamente

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fundamentados y dentro de la etapa de investigación preliminar se pueden solicitar y/o
practicar diversas medidas cautelares tanto personales como reales.

5.1 Medidas Cautelares Personales. Son aquellas que pretenden asegurar la sujeción
del imputado al proceso y, en su caso, la presencia del presunto autor del hecho ante el
órgano jurisdiccional, ya sea para garantizar su declaración ante el Juez o para evitar su
inasistencia y consecuente frustración de la celebración del juicio oral ante el Juzgador.
O para asegurar la eficacia de los actos de investigación más urgentes e inaplazables.
Entre estas tenemos:

5.1. Detención Policial. Esta se aplicara cuando se sorprenda a alguien en flagrancia


delictiva. Esta conforme a lo señalado por parágrafo f, del numeral 24 del artículo 2 de
la Constitución Política del Estado no durará más de veinticuatro horas, salvo que se
trate de casos de tráfico ilícito de drogas, terrorismo y espionaje, en que durara un
máximo de quince días.

5.2. Detención Preliminar Judicial. Conforme al Artículo 261 del NCPP, el Juez de la
Investigación Preparatoria, a solicitud del Fiscal, sin trámite alguno y teniendo a la vista
las actuaciones remitidas por aquél, dictará mandato de detención preliminar, cuando:
No se presente un supuesto de flagrancia delictiva, pero existan razones plausibles para
considerar que una persona ha cometido un delito sancionado con pena privativa de
libertad superior a cuatro años y, por las circunstancias del caso, puede desprenderse
cierta posibilidad de fuga; El sorprendido en flagrante delito logre evitar su detención y
El detenido se fugare de un centro de detención preliminar.

5.3. Convalidación de la detención preliminar judicial. El Artículo 266 del NCPP


señala que en los casos en que subsistan las razones que determinaron la detención, el
fiscal puede solicitar se convalide su detención, la cual tendrá un plazo de siete días
naturales.

5.4. Incomunicación. Según el Artículo 265 del NCPP, en los casos de detención de
personas inmersas en la presunta comisión de los delitos de tráfico ilícito de drogas,
terrorismo, espionaje o cualquier otro delito con pena superior de 06 años, el fiscal,
puede solicitar al Juez de Investigación Preparatoria que decrete su incomunicación por
un plazo no mayor de 10 días, siempre que sea necesario para el esclarecimiento de los
hechos.

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5.5. Arresto Ciudadano. En el NCPP se encuentra regulado en el artículo 260,
señalando que en los casos de flagrancia toda persona podrá proceder al arresto del
sujeto activo de un hecho punible, debiendo entregarlo inmediatamente(al arrestado) y
las cosas que constituyan el cuerpo del delito a la Comisaría más cercana o policía que
se halle por inmediaciones del lugar. Precisando que la entrega inmediata deberá
entenderse como el tiempo que demande el dirigirse a la dependencia policial más
cercana y que en ningún caso se autoriza a encerrar o mantener privada de su libertad en
un lugar público o privado hasta su entrega a la autoridad policial.

5.7. Medidas Cautelares Reales. Las medidas cautelares reales o patrimoniales son
aquellas que tienden a limitar la libre disposición de un patrimonio con el objeto de
asegurar las responsabilidades pecuniarias de cualquier clase que puedan declararse en
un proceso penal. Dentro de éstas tenemos:

1. Embargo. El fiscal de oficio o a solicitud de parte indagará sobre los bienes o


derechos embargables del imputado o del tercero civil, a fin de asegurar la ejecución de
la responsabilidad civil derivada del delito o el pago de las costas. Y una vez
identificado estos el Fiscal o el actor civil, según el caso, mediante solicitud
debidamente motivada pueden solicitar al Juez de la Investigación Preparatoria la
adopción de la medida de embargo de dichos bienes o derechos. Las formas de embargo
son las previstas, en lo pertinente, en el Código Procesal Civil.

2. Orden de Inhibición. Conforme al Artículo 310 del NCPP, el Fiscal o el actor civil
pueden solicitar que el Juez dicte orden de inhibición para disponer o gravar los bienes
del imputado o del tercero civil, que se inscribirá en los Registros Públicos

3. Desalojo Preventivo. Figura que se encuentra regulada en el Artículo 311 del NCPP
y según la cual siempre que exista motivo razonable para sostener que se ha cometido el
delito y que el derecho del agraviado está suficientemente acreditado, l Juez, a solicitud
del Fiscal o del agraviado, podrá ordenar el desalojo preventivo del inmueble
indebidamente ocupado en el término de veinticuatro horas, ministrado
provisionalmente la posesión al agraviado.

4. Incautación. Conforme al Artículo 318 del NCPP esta medida procederá respecto a
los efectos provenientes del delito o los instrumentos con los que se hubiere realizado.

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Y será realizada dentro de las diligencias preliminares siempre que exista peligro en la
demora.

6.- DIFERENCIAS CON LA INVESTIGACION PREPARATORIA


PROPIAMENTE DICHA. Como lo hemos señalado antes la investigación preliminar
y la investigación preparatoria propiamente dicha constituyen dos sub etapas de la
investigación preparatoria, por ende tienen diferente naturaleza y objetivos, por lo que
presentan las siguientes diferencias:

6.1. En cuanto a su objetivo. Mientras que el objetivo principal de la investigación


preliminar es determinar si se presentan los presupuestos procesales establecidos en el
código Procesal Penal a fin de proceder a formalizar la investigación preparatoria o no,
el objetivo de la investigación preparatoria tiene como objetivo reunir los elementos de
convicción, de cargo o descargo que permitan al Fiscal decidir si formula o no
acusación.

6.2. En cuanto al requisito para su inicio. Para el inicio de las diligencias preliminares
basta con que exista la sospecha de la comisión de un delito, mientras que para la
formalización de la investigación preparatoria es necesario que existan indicios
reveladores de la comisión de un delito y de la vinculación del imputado en su
comisión, además que se haya identificado a su autor y que no se presenten causas de
extinción de la acción penal.

6.3. En cuanto a su inicio. La investigación preliminar se inicia con una denuncia,


informe policial o de oficio por el Ministerio Público. Mientras que la Investigación
Preparatoria propiamente dicha se inicia con la disposición de formalización de
Investigación Preparatoria, la cual debe ser comunicada al Juez de la Investigación
Preparatoria.

6.4. En cuanto a su conclusión. Después de realizadas las diligencias preliminares el


Fiscal puede: a) Declarar que no hay mérito para formalizar investigación preparatoria y
ordena el archivamiento del caso. b) Ordenará al intervención de la policía en caso no se
haya identificado al autor. c) Si hay indicios reveladores de la comisión de un delito, se
ha identificado a u autos y no existen causas de extinción de la acción penal procede a
formalizar investigación preparatoria; y, d) Puede formular acusación directa. Mientras
que al término de la Investigación Preparatoria, el Fiscal, puede: a) solicitar el

15
sobreseimiento; en el caso que el objeto de la causa no se realizó o no puede atribuirse
al imputado; el hecho imputado no es típico o concurre una causa de justificación, de
inculpabilidad o de no punibilidad; la acción penal se ha extinguido; o, no existe
razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a la investigación y no haya
elementos de convicción suficientes para solicitar fundadamente el enjuiciamiento del
imputado; y, b) Formular acusación.

6.5. Efectos e Impugnación en cuanto a su no procedencia. En caso el fiscal, después


de realizadas las diligencias preliminares, decida que no procede la formalización de la
investigación, el denunciante puede interponer recurso de queja, elevándose los
actuados al Fiscal Superior (Artículo 334.5 y 334.6), quien se pronunciara finalmente.
Con la disposición emitida por el Superior termina el trámite de la investigación,
constituyendo lo decidido cosa decidida, conforme al Artículo 12 de la Ley Orgánica
del Ministerio Público. Asimismo conforme al Artículo 335.1 ello impide que otro
fiscal pueda promover u ordena que el inferior jerárquico promueva una investigación
preparatoria, salvo que, conforme el Artículo 335.2, aporten nuevos elementos de
convicción. Por otro lado después de realizadas todas las diligencias dentro de la
investigación preparatoria propiamente dicha y en caso no proceda la acusación el fiscal
deberá solicitar el sobreseimiento, y dictado éste se puede interponer recurso de
apelación, y en caso de dictarse el sobreseimiento, este teniendo en cuenta que se trata
de un caso judicializado tiene la calidad de cosa juzgada.

7. CONCLUSIONES

7.1. La investigación preliminar es una sub etapa de la investigación preparatoria que


antecede a la etapa de la investigación preparatoria propiamente dicha, en la cual, se
realizan las diligencias urgentes e inaplazables destinadas a corroborar los hechos
denunciados y determinar su delictuosidad. Y es de suma importancia para el éxito de la
investigación, puesto que en ella se van a realizar las primeras diligencias frente a la
sospecha de la comisión de un delito.

7.2 La investigación preliminar tiene por objetivo determinar si se presentan los


presupuestos procesales establecidos en el Código Procesal Penal a fin de proceder a
formalizar la investigación preparatoria.

16
7.3 En esta etapa se pueden recibir declaraciones, realizar pericias e incluso solicitar y/o
practicar diversas medidas cautelares tanto personales (Detención Policial, Detención
Preliminar Judicial, Convalidación de la detención preliminar judicial, Incomunicación
y Arresto Ciudadano), como reales (Embargo, Orden de Inhibición, Desalojo Preventivo
e Incautación), siempre y cuando sean urgentes e inaplazables para corroborar los
hechos denunciados y determinar su delictuosidad.

7.4 Y finalmente la Investigación preliminar tiene diferente objetivo y naturaleza que la


investigación preparatoria propiamente dicha, puesto que se diferencia en cuanto a su
objetivo, requisito para su inicio, conclusión, efectos e impugnación.

Los principios que rigen en esta etapa son:

8. PRINCIPIOS QUE RIGEN EN ESTA ETAPA

Principio de LEGALIDAD.

Principio de AUTONOMIA.

Principio de OBJETIVIDAD.

Principio de INTERDICCION DE LA ARBITRARIEDAD.

Principio de OPORTUNIDAD

Principio de PRESUNCION DE INOCENCIA  

8.1 Principio de LEGALIDAD.

Introducción

El principio de legalidad penal ha sido seriamente cuestionado desde la doctrina


del derecho penal y desde la filosofía, por distintas corrientes del pensamiento filosófico
y jurídico, como la conocida Escuela de Frankfurt, el Posmodernismo, el Neo
constitucionalismo o el Derecho penal del enemigo, sobre todo en cuanto se refiere a su
fundamento democrático, en esta oportunidad pretendo analizar cómo se manifiesta este
situación en la realidad peruana resaltando el rol que el Tribunal Constitucional tiene
para la tutela del principio de legalidad, todo lo contrario al rol asumido por el poder

17
legislativo que delega la función de producir leyes en materia penal, en casi todos los
casos, al poder ejecutivo.

El fundamento democrático del principio de legalidad penal

El contenido esencial del principio de legalidad penal, se resume en el aforismo


latino "Nullum crimen, nulla poene sine lege" que quiere decir que sin una ley que lo
haya declarado previamente punible ninguna conducta puede ser calificada
como delito y merecer una pena del derecho penal, además, su contenido se resume en
las exigencias de ley previa (lex praevia) por el cual se prohíbe la retroactividad de la
ley penal, ley estricta (lex stricta) se prohíbe la analogía, ley escrita (lex scripta) se
establece la reserva de la ley y se prohíbe el derecho consetudinario y Ley cierta (lex
certa) se determina la taxatividad de la ley penal y se prohíbe la expedición
de normas penales indeterminadas.

Como concepción jurídico político, filosófico, el principio de legalidad penal tuvo su


inicio en la Ilustración y fue acogido por Cesar Beccaria en 1764 cuando publica
su libro "De los delitos y de las penas" en este libro se enfatiza mucho respecto al
fundamento democrático de este principio, que actualmente es seriamente cuestionado.

Señala Beccaria que "...sólo las leyes pueden decretar las penas de los delitos, y
esta autoridad debe residir en el legislador, que representa a toda la sociedad unida por
el contrato social. Ningún magistrado (que es parte de ella) puede con justicia, decretar
a su voluntad penas contra otro individuo de la misma sociedad"

Este pensamiento que, además, fue el de toda la filosofía penal conocida como
la Ilustración, dejaba claro su preocupación por definir previamente los delitos y las
penas en una sociedad, pero sobretodo su preocupación en fundamentar y justificar el
fundamento democrático de la ley penal de quiénes son los que crearían los delitos y las
penas, cómo se realizaría, es decir, cuáles son los límites para que se haga esta creación
de delitos y de penas, la que estaría circunscrita en el derecho racional natural; y como
se aplicarían, donde el rol del Juez sería muy exiguo.

Esta preocupación de fundamentar el principio de legalidad penal en los representantes


del pueblo, tan mencionada en los filósofos y juristas de la Ilustración, así como
fundamentar este principio en la división de poderes donde el poder legislativo tiene
sus funciones de legislar en materia penal, el poder ejecutivo y judicial sus funciones

18
propias distintas a la de legislar, en lugares como el Perú nunca ha tenido vigencia
práctica, históricamente, recién aparece este principio como garantía constitucional en el
Siglo XX, en la Constitución de 1920, más precisamente en el artículo 26° que prescribe
lo siguiente: "nadie puede ser condenado sino conforme a las leyes preexistentes al
hecho imputable y por los jueces que las leyes establezcan"; no se entiende
esta actitud tardía de los legisladores, no obstante haberse ya establecido este principio
en la declaración francesa de 1789. Es probable como señala el constitucionalista
peruano Marcial Rubio que "los constituyentes del siglo XIX prefirieron no constreñir
las posibilidades represivas del Estado con normas expresas de rango constitucional".
En la realidad peruana actual es fácil detectar que los principales textos normativos
penales, sustantivos, procesales y de ejecución penal, han sido producidas por el Poder
Ejecutivo, vía la delegación de facultades, autorizada por la constitución, donde el
Poder Legislativo nunca ha tenido el rol de dar vigencia democrática a la norma jurídica
penal, y asumir sus funciones como poder legislativo, teniéndose por tanto un poder
ejecutivo sin límites para la creación y producción de normas jurídicas penales propias
de un "Estado Leviatán".

Por ello el principio de legalidad penal actualmente ha decaído como fuerza que limita


la facultad punitiva del Estado, sobre todo en lo que se refiere a su fundamento
democrático según el cual solamente el poder legislativo es el llamado a legislar en
materia penal, en el Perú, nadie en su sano juicio puede otorgar a los parlamentarios esta
labor.

Es entonces cuando uno se pregunta para que está el parlamento, si su función principal


es la de legislar, razón por la cual, urge en este nivel reformas inmediatas, no se trata de
ser escépticos y quitar esta labor legislativa al poder que representa a todo el pueblo
peruano, sino que este fundamento democrático sea real conforme lo propusieron los
pensadores de la Ilustración.

Una de las reformas podría ser el hecho de que los candidatos


presenten proyectos de normas jurídico-penales desde su realidad cotidiana. Hoy por
hoy, y debido a las circunstancias descritas y otras, se habla del paso de un Estado Legal
a un Estado Constitucional, donde los principios constitucionales tendrían más peso
sobre las normas legales emitidas por el Poder Legislativo.

El Tribunal Constitucional y el principio de legalidad penal

19
El período último que podemos identificar desde el nuevo milenio (2000 – 2009) no es
ajeno a esta realidad, pero nos vislumbra un panorama diferente en cuanto a la
aplicación del principio de legalidad penal. Es un periodo de restablecimiento
del sistema democrático interrumpida nuevamente por un gobierno dictatorial como
tantas veces en la historia del país, pero en el que se produce un fenómeno socio
jurídico, interesante.

El principio de legalidad penal es concebido como un principio más entre otros


principios que limitan el poder punitivo del Estado, principio de proporcionalidad,
principio de culpabilidad, principio de resocialización entre otros, pero más importante
aún es el hecho de que este principio es tutelado en la práctica cotidiana desde
la ciudadanía, vía los procesos constitucionales como el de Inconstitucionalidad y
el Hábeas Corpus que tuvieron y tienen viabilidad gracias al restablecimiento de los
miembros del Tribunal Constitucional y la promulgación del Código Procesal
Constitucional.

De esta manera, en este nuevo período del 2000 – 2009, se va tener una actividad
intensa del Tribunal Constitucional en materia penal, procesos de Habeas
Corpus derivados de procesos penales, van a ir definiendo los puntos más
controvertidos del derecho penal peruano, así como también, los procesos de
Inconstitucionalidad. La legislación antiterrorista, la tipificación de los delitos, la
duración de la medida cautelar de detención preventiva, el mandato de detención, la
detención domiciliaria, el debido proceso, la motivación de resoluciones, la
prescripción, los beneficios penitenciarios, el traslado de penal son materias
controvertidas frecuentes planteadas por los procesados.

En ella se puede percibir nítidamente un rol muy peculiar por parte del Tribunal
Constitucional respecto a la tutela del principio de legalidad penal, donde el poder
Legislativo no tiene un rol preponderante en la producción de normas jurídicas penales,
y el juzgador sustenta sus decisiones judiciales en una norma jurídica penal muchas
veces imprecisas y contrarias a los valores principios constitucionales, emitidos o no por
el parlamento, no existiendo control difuso por parte de los jueces;[5] sin embargo el
Tribunal Constitucional ha aplica el control constitucional declarado nulas muchas
sentencias donde no se había respetado el contenido esencial del principio de legalidad
penal vía los procesos de inconstitucionalidad y de hábeas corpus.

20
También ha dejado sentado su posición respecto a este principio de legalidad penal, en
la sentencia recaída en el Expediente N.° 2758-2004-HC/TC se señala que: (...) se
configura como un principio, pero también como un derecho subjetivo constitucional de
todos los ciudadanos.

Como principio constitucional, informa y limita los márgenes de actuación de los que
dispone el Poder Legislativo al momento de determinar cuáles son las conductas
prohibidas, así como sus respectivas sanciones. En tanto que, en su dimensión de
derecho subjetivo constitucional, garantiza a toda persona sometida a un proceso
o procedimiento sancionatorio que lo prohibido se encuentre previsto en una norma
previa, estricta y escrita, y también que la sanción se encuentre contemplada
previamente en una norma jurídica. (...)

Por tanto, resulta igualmente claro que la dimensión subjetiva del derecho a la legalidad
penal no puede estar al margen del ámbito de los derechos protegidos por
la justicia constitucional frente a supuestos como la creación judicial de delitos
o faltas y sus correspondientes supuestos de agravación o, incluso, la aplicación de
determinados tipos penales a supuestos no contemplados en ellos. El derecho a la
legalidad penal vincula también a los jueces penales, y su eventual violación posibilita
obviamente su reparación mediante este tipo de procesos de tutela de las libertades
fundamentales".

En la sentencia del expediente N.º 5815-2005-PHC/TC se desarrolla la relación del


principio de legalidad penal y el proceso constitucional de habeas corpus, se manifiesta
que si bien el principio de legalidad penal, que tutela el derecho a no ser sancionado por
supuestos no previstos en una norma jurídica, en tanto derecho fundamental es pasible
de tutela a través del proceso constitucional de hábeas corpus, mediante el análisis que
debe practicar la justicia constitucional que no es equiparable a la que realiza un juez
penal.

De ahí que, excepcionalmente, quepa efectuar un control constitucional sobre una


resolución judicial por afectación del principio de legalidad penal y, en concreto, en
aquellos casos en los que, al aplicar un tipo penal o imponer una sanción, el juez penal
se aparte del tenor literal del precepto o cuando la aplicación de un determinado
precepto obedezca a pautas interpretativas manifiestamente extravagantes o

21
irrazonables, incompatibles con el ordenamiento constitucional y su sistema material
de valores.

En consecuencia, si en la justicia ordinaria se determina la culpabilidad o inocencia del


imputado, determinando en el caso si se da el supuesto de hecho previsto en la norma y
sobre la base de consideraciones de orden penal, de acuerdo con la alternativa que
ofrezca la dogmática penal que se estime la más adecuada, en la justicia constitucional,
en cambio, se determinará si la resolución judicial cuestionada afecta derechos
fundamentales

8.2 Principio de AUTONOMIA.

La condición de persona atribuida al hombre importa reconocer que él constituye un fin


en sí mismo y, por ello, que tiene un  valor absoluto, una dignidad. Tal condición es
precisamente lo que distingue al hombre de los demás seres vivientes, que sólo  son
medio o instrumentos para satisfacer fines de otro y que, por ello, se los denomina
"cosas". Se comprende así, como el respeto de la dignidad de la persona impone, al
ordenamiento jurídico, el reconocimiento de un  poder de autogobierno de sus propios
intereses, denominado autonomía de la voluntad o bien, más técnicamente,  autonomía
privada. Así, la condición de persona atribuida al hombre, constituye el fundamento
último de tal principio  fundamental del Derecho privado.

La regla general es que los contratos se perfeccionan por el consentimiento de las


partes. Los principios clásicos de la autonomía de la voluntad reconoce la existencia de
la libertad de contrata y la libertad contractual. La primera corresponde al sentimiento
interno de la parte, a la decisión libre de celebrar un determinado contrato y asumir
las obligaciones correspondientes, en cambio la segunda está referida a la modalidad
contractual permitida en nuestra legislación.

Esta libertad supone la facultad reconocida legalmente a las partes para, de común
acuerdo, determinar los términos del contrato que han convenido celebrar. En realidad,
considera MESSINEO que la libertad de configuración interna se refiere sólo a los

22
contratos, típicos en los cuales la finalidad digna de tutela jurídica está garantizada por
el hecho de ser tales contratos obra del legislador, ya que tratándose de contratos
atípicos, en los que no existe esta garantía, quedará sin explicación que no se haya
puesto a la libertad de configuración interna el límite de la citada finalidad.

Si bien es cierto que en los contratos atípicos no existe el control legislativo, debe


tenerse presente que todo contrato está sujeto a la limitación establecida por la ley y las

Buenas costumbres.

El Art. 1354 del C.C. reconoce el principio de la autonomía de la voluntad al establecer


que:

"Las partes pueden determinar libremente

El contenido del contrato, siempre que no

Sea contrario a la ley"

La libertad contractual sigue siendo la regla general y su limitación opera como


excepción

La pluralidad de personas presupone pluralidad de voluntades. Estas voluntades no


deben ser mantenidas en el fuero interno de cada uno, porque entonces no podrían
conocerse sino que deben ser expresadas y exteriorizadas.

El acuerdo de voluntades requiere que ambas voluntades deben ser recíprocas


coincidentes y simultáneas, porque el contrato se perfecciona con el consentimiento de
las partes, tal corno lo establece el Art. 1352, que dice:

"Los contratos se perfeccionan por el consentimiento de las partes...

El Art. 168 del Código Civil establece que el acto jurídico debe ser interpretado de
acuerdo a lo que se haya expresado en él y según el principio de la buena fe. VIDAL,
basándose en dicho artículo dice que eh Código ha definido una posición en el sentido
de que las relaciones entre la voluntad y su manifestación se rigen por lo declarado, Sin
que la referencia al principio de la buena fe atenúe el criterio objetivista.

En el área contractual, el artículo 1361 del Código civil  dispone que los contratos son
obligatorios en cuanto se halla expresado en ellos. Se presume que la declaración

23
expresada en el contrato responde a la voluntad común de las partes y quien niegue esta
coincidencia debe probarla.

Según ARIAS SCHREIHER, el Código Civil ha adoptado una fórmula distinta a las
clásicas que consiste en que si bien su punto de partida está en la teoría de la
declaración, puede llegar mediante demostración contraria, a la de la voluntad y la
figura, en realidad se invierte".

Límites: el hombre y la sociedad

Sabido es que el hombre para realizarse a sí mismo necesita vivir en sociedad


Cualquiera puede imaginarse la extrema  pobreza material y moral que sufriría el
hombre si viviera en un hipotético estado de naturaleza. Por ello, bien se ha dicho que 
unus homo, nullus homo. 

Asimismo, repárese que el concepto de persona, antes aludido, presupone el de


sociedad, en cuanto ser jurídicamente persona  significa valer como tal frente a los
otros. En suma, el hombre no es persona en cuanto hombre sino sólo en cuanto miembro
de  una comunidad jurídicamente organizada.

Ahora bien, la sociedad humana no puede existir sin un conjunto de reglas impuestas
por la autoridad pública. Tales reglas  establecen un orden en la sociedad, sin el cual
habría anarquía. El conjunto de tales reglas, llamadas jurídicas, constituyen el  Derecho.
De ahí el conocido aforismo ubi societas ibi jus. 

Y el Derecho, necesario para que exista la sociedad, necesaria para que el hombre se
realice como persona, viene así a  constituir un límite del obrar del propio hombre, una
restricción de su libertad natural, bien suprema del hombre. De allí la  máxima ubi
libertas, ibi non ius. Sin embargo, tal restricción es la que garantiza su libertad jurídica
en el seno de la  sociedad.  En este marco, la autonomía privada pre aludida, luce como
libertad reconocida por el ordenamiento jurídico para producir  cambios jurídicos en
determinado ámbito, que es el patrimonial.

En cuanto libertad jurídica, tiene límites. Tales límites derivan de que el principio de la


autonomía privada, no obstante ocupar un lugar preeminente en el ordenamiento 
jurídico, no es el único principio en el que se basa la normativa de las relaciones
sociales sino que, por el contrario, hay otros que ponderar, algunos  de ellos en tutela
del interés de los particulares, básicamente la buena fe y la justicia contractual

24
compensatoria, y otros en  defensa del interés general, tal el orden público y las buenas
costumbres.

Finalmente, adviértase que lejos de existir un antagonismo entre autonomía privada e


interés social, aquella favorece la  circulación de bienes y servicios, lo cual es vital en
toda sociedad

 El valor de la persona. Bajo los supuestos del normativismo como teoría que explica
la obligatoriedad de los términos contractuales que se crean en virtud de la libertad
contractual, sus límites se fundamentan en la existencia de normas imperativas de orden
público y básicamente en la soberanía del Estado para regular la libertad contractual.

Ello nos lleva a pensar que depende del Estado que las relaciones entre particulares sean
obligatorias. Sin embargo, creemos que esa soberanía del Estado no sustenta de manera
satisfactoria el fundamento de los límites de la voluntad contractual, pues si esto fuera
verdad el Estado, aun existiendo norma imperativa que lo obligue a regular las
relaciones contractuales, podría renunciar a limitar los excesos y arbitrariedades del
ejercicio de la libertad contractual

El humanismo jurídico, en cambio, justifica la autonomía y límites de la libertad


contractual en la dimensión social de la libertad de ser humano que el Estado soberano
tiene la obligación de reconocer y proteger. El Estado no puede renunciar a proteger a
través de sus normas el carácter social de la libertad del ser humano pues
ontológicamente esta libertad no es ilimitada.

En este orden de ideas indistintamente se trate de un Estado con un régimen económico


liberal o un régimen económico socialista, siempre deberá limitar la libertad por la
necesidad de proteger la dimensión social de la persona, pues ésta sólo existe y es
realmente libre con los demás.

El valor de la persona, es un principio constitucional del derecho peruano,


y presupuesto fundamental del humanismo jurídico y en el ámbito de las relaciones
patrimoniales sostiene que la persona no es objeto del contrato sino sujeto
de derechos subjetivos

Así la libertad contractual presupuesto fundamental en la creación de relaciones


patrimoniales encuentra su primer gran límite en el valor de la persona que como hemos
dicho constituye principio fundamental del sistema jurídico.

25
Las ideas centrales del humanismo jurídico se resumen en tres principios
fundamentales: El ser humano es un ser libre y a la vez social. El valor superior de la
persona en las relaciones jurídicas intersubjetivas

El ser humano es un ser coexistencia que sólo existe con los demás, por ello su libertad
no es una facultad absoluta sino limitada por el deber de no dañar a los demás.
La Constitución define así su ideología en el humanismo jurídico y según la doctrina
constitucional éste constituye un principio general del derecho y sus postulados son
normas hermenéuticas para todo el sistema jurídico.

En nuestra sociedad actual, a la que algunos han denominado post-moderna,


caracterizada por la primacía de ideas de eficiencia y funcionalidad, el auge de la
contratación masiva y el comercio electrónico, es imprescindible considerar la
preeminencia del "Valor Superior de la Persona" como principio rector de todas las
relaciones intersubjetivas, en especial, de aquellas de contenido patrimonial. Sustenta,
también, los alcances y límites de la libertad contractual en el Sistema de Contratación
Civil. Bajo esta premisa debe interpretarse el derecho a contratar y la libertad
contractual.

La defensa de la persona y el respeto de su dignidad (principio del "Valor Superior de la


Persona" en las relaciones jurídicas) son argumentos jurídicamente válidos para que allí
donde no haya significados claros en las normas, o donde debamos navegar una laguna
del Derecho sin naufragar, la primacía de la persona sea un elemento determinante, pues
como bien sostiene Rubio, el valor de la persona está por encima
de objetivos económicos como la eficiencia, la funcionalidad y la utilidad, los que si
bien son deseables no pueden convertirse en fines y ni en valores.

Por ello se entiende que el juez puede declarar aquellas cláusulas contractuales que
denigren, o sean vejatorias al valor de la persona que es centro y fin de toda relación
jurídica contractual que, aunque no necesita estar regulada en norma expresa de carácter
imperativo, debe ser regulada en la parte General del Contrato como norma imperativa
que sustente los nuevos límites de la libertad contractual.

La autonomía privada como licencia del ordenamiento jurídico. Sus titulares: capacidad
y legitimación

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La autonomía privada es el poder o potestad, atribuido por el ordenamiento jurídico a
los particulares, de establecer normas  jurídicas para satisfacer intereses privados,
particulares o individuales.

Repárese que decimos "poder" y no "facultad". Es que la facultad es inherente al


derecho subjetivo, y el poder es, en rigor,  una figura subjetiva distinta de aquél, a saber:
una potestad para crear o modificar reglas jurídicas que inciden en los derechos 
subjetivos preexistentes. Por ello se ha dicho que mientras el poder pertenece a
la dinámica del derecho, el derecho subjetivo hace a su estática.

Según lo expuesto, el poder, en que la autonomía privada consiste, no es un poder


originario o independiente sino derivado o  heterónomo, en cuanto conferido por el
ordenamiento jurídico que regula su ejercicio, estableciendo sus cargas y  limitaciones.
La voluntad privada no crea Derecho por sí o por fuerza propia ; así que el poder propio
de la autonomía privada consiste en una fuerza o energía jurídica, no sólo en el sentido
de creadora de  derecho sino también en cuanto concedida por el Derecho. 

Ello explica que el ordenamiento jurídico pueda concederla aun a quienes carezcan de la
aptitud actual de entender y querer.  De ahí que, dado el fundamento preindicado de la
autonomía privada, el Derecho la atribuya a toda persona. Luego, el único  presupuesto
para ser titular de ella es la capacidad jurídica, que el derecho sólo cercena en
determinados supuestos como  "prohibiciones para contratar"

Ahora bien, el Derecho, en defensa del interés de los titulares de la autonomía privada,
exige que el acto por el cual se ejerce  tal poder sea realizado por una persona con
aptitud actual de entender y de querer, esto es con capacidad de obrar, y, cabría  agregar,
con voluntariedad.

En síntesis, mientras el poder (autonomía privada) presupone la capacidad jurídica, el


ejercicio del mismo presupone la  capacidad de hecho y la voluntariedad. Por ello, los
incapaces de hecho pueden ser parte de un contrato en tanto su  incapacidad sea suplida
por la representación legal. 

A través de la autonomía privada no puede regularse cualesquiera intereses privados. El


límite de los intereses regulables viene dado por la figura subjetiva de la legitimación,
que debe distinguirse de aquélla. 

27
La legitimación es el poder que tiene un sujeto determinado para disponer de
determinados derechos.

Así, por ejemplo, hemos  dicho que cualquier persona tiene autonomía privada, más
carece de legitimación para vender una cosa ajena o comprometer  una conducta ajena
sin su autorización (poder). 

Entre autonomía privada y legitimación existe la misma diferencia que entre


jurisdicción y competencia: mientras la jurisdicción  es el poder de administrar justicia
atribuida a todos los órganos que integran la autoridad judicial indeterminadamente, la 
competencia es la cantidad de jurisdicción que cada órgano en particular puede ejercitar.
De igual modo puede decirse que la  legitimación es la cantidad de autonomía privada
que un sujeto puede ejercitar en determinada circunstancias.

La diferencia apuntada entre autonomía y legitimación no es simplemente teórica, sino


que se traduce en consecuencias  prácticas: el traspaso de los límites de la autonomía
trae aparejado la ineficacia del negocio entre partes; mientras que la falta  de
legitimación produce sólo una ineficacia relativa respecto de las personas sobre cuyos
intereses se contrató sin su  autorización previa, subsanable mediante la ratificación del
interesado (autorización ex pos facto).

El instrumento de la autonomía privada: el acto jurídico y sus requisitos

La autonomía privada se ejerce a través del negocio jurídico. Generalmente se visualiza


al negocio jurídico como un hecho único. Sin embargo, con rigor científico, lo correcto
es distinguir  entre la acción o actividad que el o los otorgantes realizan, esto es la
celebración del acto, por un lado; y el resultado de tal  actividad, lo que se ha
denominado el contenido del acto, por el otro, el cual, atento al concepto antes expuesto
de autonomía  privada, consiste en reglas de conducta.

Los límites, antes referidos, a los cuales está sujeta la autonomía privada, vienen
instrumentados técnicamente en la ley a través  de los requisitos del acto
jurídico, impuestos por normas imperativas, a los cuales el Derecho subordina su
reconocimiento  como acto válido y eficaz. Puede afirmarse que los requisitos de
validez limitan el nacimiento del acto jurídico, mientras que  los de eficacia limitan la
subsistencia de la vinculatoriedad contractual. 

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De conformidad con lo expresado en el párrafo precedente, los requisitos de validez del
negocio se bifurcan entre los que  hacen a la celebración o realización del acto (tales la
capacidad, ausencia de vicios de la voluntad y su exteriorización); y los  que se refieren
al contenido del negocio (tales, a nuestro juicio, el objeto y la causa). Mientras los
requisitos de celebración juegan de igual modo en todo el ámbito del Derecho privado,
los de contenido están  impuestos por normas imperativas en el ámbito del Derecho
de familia (si es que aquí cabe hablar de autonomía privada)

Sucesiones, en que existe obligatoriedad de tipos, y por normas supletorias en el ámbito


del Derecho de  obligaciones, en que existe libertad de tipos, pese a la existencia de
límites generales y particulares de cada contrato.

Conclusiones

1. La consecuencia más saliente del dogma de la autonomía de la voluntad es que el


efecto de los negocios jurídicos tiene por causa inmediata la voluntad de las partes
interesadas.

2. El ordenamiento jurídico reconoce que la voluntad individual es soberana y en tal


sentido la causa de la producción del efecto jurídico.

3. La Teoría General de los Contratos sustenta la sistemática legislativa de la


contratación privada, explica los principios e instituciones de carácter contractual sobre
los que descansa la estructura, naturaleza, requisitos y modalidades del contrato.
Nuestro sistema de Derecho civil ha regulado la T.G..C separada de la Teoría del Acto
jurídico.

4. Considerando que no es la "voluntad" la que sea autónoma sino que es la persona, en


sí misma, quien está dotada de "autonomía", y que uno de los límites de la autonomía
privada, en el Derecho Contractual, es que las relaciones jurídicas que se creen en virtud
de ella deben tener contenido patrimonial, la autonomía privada en el tema contractual,
se resume en estricto a "la voluntad contractual"

5. El humanismo jurídico es el fundamento del sistema de los derechos y libertades


fundamentales sustenta también la ideología del Código Civil y debieran sustentar todo
el sistema contractual, pues estamos convencidos que las tendencias modernas
en materia contractual sólo serán valiosas si respetan cabalmente el "valor superior de la
persona".

29
8.3 Principio de OBJETIVIDAD.

Este principio  señala que las pruebas se actúan directamente ante el Juez, en el juicio
oral, en forma inmediata y solo lo actuado en tal forma tiene carácter probatorio.

Con ello se termina para siempre la práctica de recabar kilométricas  declaraciones


escritas, que abultaban el  expediente, antes del juicio oral,  para sustentar alguna
versión de los hechos.  En el nuevo proceso penal, el Juez ya no leerá tales
declaraciones, ni para tener una idea de los sucesos. Tal cosa queda absolutamente
proscrita. Lo que propugna el proceso penal actual es la declaración de los testigos y de
las partes en forma oral y directa  ante el Juez, sin intermediarios.

Solo en casos muy excepcionales, debidamente previstos por el CPP, de existir alguna
contradicción con lo declarado previamente por alguien y previo requerimiento oral
necesariamente fundamentado de la parte interesada, el Juez podría autorizar que se
oralice alguna declaración escrita de la carpeta fiscal, como referencia subsidiaria.
Igualmente en caso de que no concurriese algún testigo, pese haberse cursado
debidamente las notificaciones, por razones de muerte, enfermedad o fuerza mayor.

Según el artículo IV apartado 2 del NCPP, el Ministerio Público está obligado a actuar
con objetividad, indagando los hechos constitutivos de delito, los que determinen y
acrediten la responsabilidad o inocencia del imputado. De este modo, los integrantes del
Ministerio Público Fiscal deben ser objetivos en su actuación persecutoria, debiendo
procurar la verdad sobre la acusación que prepara o sostiene, y ajustarse a las pruebas
sobre ella en sus requerimientos o conclusiones (resulten contrarias o favorables al
imputado). No pueden ocultar por cierto los elementos favorables a la defensa. (…) El
imperativo de objetividad también exige que los funcionarios del Ministerio Público
Fiscal se responsabilicen de que todos los instrumentos procesales que tienden a
vincular a una persona con el ejercicio del poder penal del Estado por atribuírsele
participación en un delito, sean apreciados no sólo sin arbitrariedad, sino también sin
automatismo, con racionalidad.

No obstante, cabe precisar que en la práctica, será más que dificultoso o dígase
improbable, que el agente fiscal, en el desarrollo de las investigaciones pueda asumir un

30
doble papel: como agente persecutor del delito, y a la vez, como abogado del imputado,
es decir, el hecho ya de asumir una función acusatoria, implica una dosis de
subjetivismo sobre los hechos materia de investigación. De todos modos, consideramos
que la objetividad que puede colegirse de este doblaje funcional, puede partir del hecho
concreto de la defensa del imputado. De hecho, la defensa del imputado puede
proporcionarle al Fiscal, elementos o evidencias que apunten hacia la atipicidad de la
conducta u otra eximente de responsabilidad penal, y de esta forma el acusador oficial
podrá corroborar y acreditar los argumentos de la defensa, mediante concretos actos de
investigación.   

8.4 Principio de INTERDICCION DE LA ARBITRARIEDAD.

Desde la consolidación del Estado de derecho surge el principio de interdicción de la


arbitrariedad, el mismo que tiene un doble significado, tal como ha sido dicho en
anterior sentencia: "a) En un sentido clásico y genérico, la arbitrariedad aparece como el
reverso de la justicia y el derecho. b) En un sentido moderno y concreto, la arbitrariedad
aparece como lo carente de fundamentación objetiva; como lo incongruente y
contradictorio con la realidad que ha de servir de base a toda decisión. Es decir, como
aquello desprendido o ajeno a toda razón de explicarlo. En consecuencia, lo arbitrario
será todo aquello carente de vínculo natural con la realidad".

Autorizada doctrina apunta que, “el valor de cada precepto de la Constitución depende,
en definitiva, del significado que le den sus intérpretes-operadores. La letra podrá decir
claramente una cosa, la intención del constituyente podrá haber sido bien definida…,
pero, en última instancia, la cláusula constitucional regirá del modo con que sea
interpretada y aplicada”

Precisamente, a través de la interpretación de las normas constitucionales, nuestro


Tribunal Constitucional (en adelante TC) ha incorporado diversas figuras que antes de
sus fallos eran inexistentes para nuestro ordenamiento, al menos de manera explícita. El
principio de interdicción de la arbitrariedad –precisamente- es uno de esos novísimos
conceptos añadidos por el supremo intérprete de la Constitución.

31
Contrario a lo que sucede entre nosotros, en el ordenamiento jurídico español se ha
recogido de manera explícita a este principio. Justamente, la Constitución española de
1978 en el inciso “3” de su artículo 9° señala que, “la Constitución garantiza el
principio de… la interdicción de la arbitrariedad”.

Hoy en día la labor del juez ha variado notablemente, no es más la boca que pronuncia
las palabras de la ley, sino que en muchos casos puede expulsar del ordenamiento
aquellas leyes que son contrarias a la Constitución, asimismo, puede inaplicarlas cuando
evidencie en su aplicación una transgresión al contenido de la norma suprema del
Estado.

Dada la importancia que ha adquirido la función jurisdiccional –especialmente la


justicia constitucional- se requieren de mecanismo que limiten el ejercicio de dicha
potestad; de esta manera no podría tolerarse una decisión jurisdiccional que se base en
explicaciones o en los móviles de su autor, pues, una decisión ha de estar fundada en
razones objetivas.

En este contexto, creemos que,

«El principio de interdicción de la arbitrariedad es un argumento fuerte a favor de la


justificación de las decisiones judiciales, ya que el respeto de este principio implica la
fundamentación en base a razones objetivas de la decisión judicial, es decir, han de ser
las razones ofrecidas por el Juez las que justifiquen la decisión, más no se tolerará
aquellas decisiones que se basen en la voluntad o en el capricho del juzgador, puesto
que la misma devendrá en una decisión arbitraria».

A partir, de la hipótesis esbozada, el objeto de nuestra investigación está orientada a


determinar en base a qué argumentos se puede afirmar que en el ordenamiento jurídico
peruano el principio de interdicción de la arbitrariedad se constituye en un argumento de
peso para la exigencia de una debida justificación de las decisiones judiciales.
Igualmente, buscamos realizar un bosquejo inicial del aludido principio a la luz de las
sentencias del TC, para luego adentrarnos en la justificación de las decisiones en el
marco de un Estado Constitucional.

32
Para ello nos serviremos de la jurisprudencia del TC peruano y de la doctrina peruana y
española, dado que ha sido precisamente la Constitución española la que ha positivizado
a nivel constitucional dicho principio. De esta manera, a través del derecho comparado,
y por ende del método comparativo, estudiaremos al principio de interdicción de la
arbitrariedad a luz del ordenamiento jurídico peruano y español.

Hoy en día vivimos en el marco del Estado Constitucional, paradigma del


constitucionalismo que exige una nueva concepción de la jurisdicción, ya que la
Constitución ha encargado a sus jueces la defensa de los valores y principios allí
recogidas, asimismo a dejado en manos de los jueces la defensa de los derechos
fundamentales. Es debido a ello, que en estos tiempos cualquier decisión –en especial la
judicial- para no ser arbitraria tiene que estar debidamente justificada [entiéndase
motivada], empero la motivación no puede agotarse en el dato normativo [enumeración
y/o transcripción] o en la descripción de los hechos, sino que han de ofrecerse razones
[interpretación de la normas, subsunción normativa de los hechos, elección adecuada de
las normas aplicables, apreciación conjunta de los medios probatorios]. En otras
palabras, las decisiones judiciales deben de poseer una motivación justificativa, esto es,
no se debe explicar la decisión, sino justificarla en base razones objetivas: principios,
valores, normas, hechos y medios probatorios; y ello es así debido a que el término
motivación en el derecho posee un doble significado, por un lado está referido a los
motivos que llevan al juez a decidirse por una decisión y no otra; mientras que por la
otra acepción motivación viene a ser la expresión de la razones objetivas que justifican
la decisión adoptada. Ello quiere decir, que la decisión no ha de basarse en la aplicación
mecánica de la ley, ya que cuando decimos que una norma es aplicable, decimos que su
aplicación está justificada.

En este sentido, al iniciar nuestro trabajo señalábamos que, «el principio de interdicción
de la arbitrariedad es un argumento fuerte a favor de la justificación de las decisiones
judiciales, ya que el respeto de este principio implica la fundamentación en base a
razones objetivas de la decisión judicial, es decir, han de ser las razones ofrecidas por el
Juez las que justifiquen la decisión, más no se tolerará aquellas decisiones que se basen
en la voluntad o en el capricho del juzgador, puesto que la misma devendrá en una
decisión arbitraria».

33
Como se habrá podido observar, nuestra hipótesis inicial ha sido confirmada a lo largo
de la presente investigación, ello en atención a las siguientes razones:

- Dada las características del Estado constitucional, la motivación [justificación] de las


decisiones se constituye en un instrumento adecuado para controlar el ejercicio del
poder, puesto que, la legitimidad en el ejercicio de poder no deviene únicamente de la
ley sino que además es imprescindible la existencia de razones objetivas que la
justifiquen. Es decir, el Estado constitucional grava a los poderes públicos con una gran
carga argumentativa.

- Por otro lado, la Constitución de este paradigma, no es “más letra muerta”, pues, cada
norma, cada actuación ha de enmarcarse en el contenido sustancial de la Constitución.
De allí que, la Constitución a través de la labor jurisdiccional se concretiza para su
aplicación en la solución de casos específicos. Es decir, no hay ni puede haber acto u
norma que contravenga a la suprema ley del Estado. Ahora, la Constitución casi en su
integridad está conformada por principios, lo que significa que van a ser los jueces
quienes habrán de determinar su contenido, ello quiere decir, que hay cierto margen de
discrecionalidad para labor interpretativa. En este contexto, qué duda cabe, el principio
de interdicción de la arbitrariedad viene a constituirse en una herramienta adecuada para
la exigencia de una justificación en base a razones objetivas, ya que al actuar con
discrecionalidad la carga argumentativa no puede tenerse por cumplida en base a
explicaciones u móviles, sino en base a razones objetivas que concreticen los valores y
principios constitucionales.

8.5 Principio de OPORTUNIDAD

Se conoce la facultad de no adelantar un proceso penal contra alguien, porque bajo


determinadas circunstancias se considera que hay más ventajas en la renuncia a la
acción penal que en el enjuiciamiento de una persona.

34
Es el caso, por ejemplo, de quien siendo el eslabón menor de una banda criminal
colabora con el desmantelamiento de la misma a cambio de que no lo procesen,
hipótesis en la que para el Estado puede resultar más beneficioso dejar en la impunidad
al pequeño delator a cambio de la captura de los cabecillas.

La figura es más propia de países en los que hay una clara separación entre una Fiscalía
que tiene la facultad de impulsar los procesos penales y los jueces que tienen a su cargo
el juzgamiento de las personas acusadas. A partir de esta división de funciones, le
corresponde a la Fiscalía decidir cuáles son los casos en los que conviene renunciar a
iniciar o continuar una acción penal, de acuerdo con causales previamente señaladas en
la ley. Sobre esta misma separación de atribuciones, los jueces no tienen ninguna
injerencia en la decisión de cuándo iniciar o continuar una acción penal y cuándo no,
pues su labor se limita de manera estricta al juzgamiento de las personas contra las que
la Fiscalía haya iniciado una acción penal. En un sistema edificado a partir de esa clara
distinción entre las funciones de acusar y juzgar, sólo la Fiscalía puede aplicar el
principio de oportunidad, porque sólo ella tiene el monopolio de la acusación y decide
cuándo iniciarla y cuándo interrumpirla.

Por eso, el principio de oportunidad es ante todo un instrumento de política criminal,


cuya aplicación debería responder a unos lineamientos generales del Estado en materia
de aplicación de justicia. Es una figura que se traduce en la decisión de no procesar
penalmente a algunas personas por razones de conveniencia general, y eso hace que su
aplicación sea ante todo de naturaleza política (dentro del marco de la política criminal
del Estado) y no estrictamente jurídica.

Ahora que se discute la conveniencia de introducir algunas modificaciones al principio


de oportunidad, convendría pensar en la posibilidad de que su manejo esté
exclusivamente confiado a la Fiscalía, sin intervención alguna de los jueces. Tomar esa
decisión supone admitir de antemano que la responsabilidad por la aplicación del
principio de oportunidad recaería exclusivamente en la Fiscalía, y que su inadecuada
utilización supondría ante todo una responsabilidad de tipo político, es decir, una
censura a la concepción y desarrollo de la política criminal del Estado. 

Es comprensible que un mecanismo nuevo entre nosotros, como el principio de

35
oportunidad, genere preocupación por la forma en que podría ser aplicado, ya que su
inadecuada utilización puede traducirse en equivocados mensajes a la opinión pública.
Sin embargo, esa preocupación no debe llevar a la desnaturalización de este mecanismo;
así que junto a una buena regulación legal de las hipótesis en las que puede ser aplicado,
debe otorgarse a la Fiscalía un amplio margen de libertad en su utilización. Es hora de
abandonar la recurrente idea de que no estamos maduros para algunas cosas como el
control político a los funcionarios del Estado y comenzar a aplicarlo en casos como el
principio de oportunidad; pero para eso es necesario darle a la Fiscalía suficiente
discrecionalidad en su utilización.

8.6 PRINCIPIO DE PRESUNCION DE INOCENCIA

El derecho de presunción de inocencia corresponde a todo imputado en un proceso


penal a ser tratado como si fuese inocente, hasta que una sentencia firme establezca su
condena.
Dicho derecho constituye uno de los pilares básicos del sistema penal de los Estados
democráticos, recogido en distintos instrumentos internacionales.
En nuestro derecho se encuentra expresamente recogido en la Constitución Española en
el artículo 24.2.
La presunción de inocencia está, como ya se ha dicho, también reconocida en distintos
instrumentos internacionales en materia de derechos humanos: en el artículo 11.1 de la
Declaración Universal de los Derechos del Hombre (1948) cuando establece que: “Toda
persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
pruebe su culpabilidad”; en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(1966), cuyo artículo 14.2 dispone que: “toda persona acusada de un delito tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme
a la ley”; en el Convenio Europeo de Derechos Humanos (1950) cuyo artículo 6.2
proclama que: ” toda persona acusada de una infracción se presume inocente hasta que
su culpabilidad haya sido legalmente establecida” en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (1969), cuyo artículo 8.2 establece que: “Toda persona inculpada de
delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente
su culpabilidad”; y por último, en la Carta Africana sobre Derechos Humanos y de los
Pueblos (Carta Banjul 1981), en cuyo artículo 7.b) se reconoce el derecho –de toda

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persona¬– a que se presuma su inocencia hasta que se pruebe su culpabilidad por una
corte o tribunal competente”.
Según nuestro Tribunal Constitucional, la presunción de inocencia tiene una doble
dimensión cuando dice que “opera en el seno del proceso como una regla de juicio, pero
constituye a la vez una regla de tratamiento, en virtud de la cual el imputado tiene
derecho a recibir la consideración y el trato de no autor o no partícipe en hechos de
carácter delictivo” (STC 128/1995 de 26 de julio, cuando se refiere a la prisión
provisional).
Como regla de tratamiento, determina que el imputado ha de ser tratado como si fuese
inocente, hasta que una condena definitiva no demuestre lo contrario está presente en el
proceso penal a lo largo de todas sus instancias.
Como regla de juicio, la presunción de inocencia despliega sus efectos en el momento
de la valoración de la prueba. Se encuentra ligada a la propia estructura del proceso, y
en particular a la declaración del hecho probado. Mientras en el proceso civil el juez ha
de considerar los hechos alegados por las partes enfrentadas como datos a probar por
quien los afirma; en cambio, en el proceso penal el juez tiene como punto de partida la
inocencia del imputado, de forma que si el acusador no acredita cumplidamente su
acusación contra aquél, la inocencia interinamente afirmada se convertirá en verdad
definitivamente después de que el juez o tribunal aprecie la prueba según el principio de
libre valoración, en los términos referidos por el artículo 741.1 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, (L. Enj. Cr.) partiendo de que: (I) la carga material de la
prueba corresponde exclusivamente a la/s parte/s acusadora/s, y no a la defensa; (II) la
prueba ha de practicarse en el juicio oral bajo la inmediación del juez o tribunal
sentenciador, y con respecto a los principios de igualdad, contradicción, inmediación y
publicidad; (III) no constituyen actos de prueba los atestados ni otros actos de
investigación realizados por la policía ya que sólo se consideran denuncia para los
efectos legales, según se dispone en el artículo 297.1 de la L. Enj. Cr., pues los atestados
no se erigen en medio, sino en objeto de prueba, tal es así que a la Policía judicial, más
que realizar actos de prueba, lo que le encomienda el artículo 126 de la Constitución
Española es la “averiguación del delito y el descubrimiento del delincuente” es decir, la
realización de los actos de investigación correspondientes para acreditar el hecho
punible y su autoría (STC 303/1993); (IV) el juez o tribunal no puede fundamentar su
sentencia en una prueba prohibida sino solo en auténticos actos de prueba obtenidos con

37
estricto respeto de los derechos fundamentales (SSTC 150/1987 y 303/1993) y, por
último (V), el juez o tribunal tiene obligación de razonar la prueba, es decir, debe
explicitar las razones por las cuales ha otorgado valor probatorio a determinada prueba,
ello como derivación del derecho a tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE) y del derecho a
la presunción de inocencia (art. 24.2 de la CE), pues dicha obligación no se encuentra
expresamente prevista en la normativa legal, pues “la valoración conjunta de la prueba
practicada es una potestad exclusiva del juzgador, que éste ejerce libremente con la sola
obligación de razonar el resultado de dicha valoración como tiene dicho el TC en
sentencia 34/1996.
En la actualidad el principio de presunción de inocencia, en algún caso, se está
olvidando que existe y que los únicos que lo pueden aplicar son los jueces o tribunales
tras la práctica de la correspondiente prueba de cargos por parte de la/s acusación/es

8.7 PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCESO

La determinación del concepto del Debido Proceso Legal como Garantía Constitucional
de la Administración de Justicia parecería ser un problema del Derecho Constitucional.
El hecho de estar ubicada sistemáticamente dentro del texto y la normatividad
constitucional, al mismo tiempo que en las Cartas Internacionales de protección de
Derechos Humanos, parecería darle partida de nacimiento dentro de la especialidad del
Derecho Constitucional Procesal.
Sin embargo no es así. Esta garantía pertenece básicamente al ámbito del Derecho
Procesal, al Derecho Judicial, más concretamente al rubro de la Ciencia Procesal que
con el desarrollo histórico y teórico de la Teoría General del Proceso ha visto
positivizada en el texto normativo de la Constitución diversos principios y postulados
esencialmente procesales, sin los cuales no se puede entender un proceso judicial justo
ni eficaz. Y el acceso a la justicia, esto es, el derecho a la Tutela Judicial Efectiva a
través de un Debido Proceso Legal, es ahora considerado no sólo como un Derecho
Constitucional, sino también como un Derecho Fundamental, como uno de los Derechos
Humanos básicos exigibles al Estado Moderno de Derecho( ).
En efecto, los conceptos de Debido Proceso Legal o Tutela Judicial Efectiva son
relativamente novedosos en el campo de la disciplina procesal, y mucho más reciente es
su sistematización constitucional, de manera que en la dogmática procesal carece aún de

38
un significado unívoco. Es el proceso de constitucionalización de los derechos
individuales, iniciados en 1917 con la Constitución de Querétaro, proseguida con la
Constitución de Weimar de 1918, el que marca la pauta de la inicial
constitucionalización e internalización de las Garantías de la Administración de Justicia,
elevando su rango normativo a los postulados constitucionales, lejos del alcance del
legislador ordinario. Así llegamos a la constitucionalización del derecho al Debido
Proceso Legal (Due Process of Law) ante los tribunales de justicia en íntima conexión
con los Derechos Fundamentales de Justicia, Libertad y Certeza Jurídica que terminan
siendo responsabilidad de la Función Jurisdiccional del Estado.

EL DEBIDO PROCESO

El proceso, en cualquiera de sus manifestaciones, surge de su propia finalidad dual:


cuando la necesidad de justicia y de paz social, cuando la necesidad de convivencia
humana en sociedad hace indispensable para el desarrollo social se hace vital el
proscribir la autotutela o autodefensa como forma violenta e individual para la
preservación de los derechos conculcados. Es decir, se hace necesario proscribir la
justicia privada, la justicia por mano propia, o la Ley de Talión.
La autocomposición en el proceso judicial es una etapa superior en el desarrollo del
proceso, pero insuficiente para redondear un resultado eficaz pues su mecanismo
bilateral no garantiza la justicia del resultado toda vez que siempre una de las partes
terminará imponiendo su mayor fuerza o poder. Entonces el hombre descubre la
fórmula heterocompositiva en la que, con la intervención de un tercero básicamente
imparcial, dotado de legitimidad y autoridad, va a dirimir las controversias suscitadas en
el grupo social a satisfacción de este. Tal es el curso lineal del proceso en la historia de
la humanidad. Cualquiera sea la forma social que nos congregue, en cualquiera parte del
orbe moderno, siempre encontraremos una fórmula heterocompositiva como mecanismo
de solución trilateral de controversias, donde será el anciano, el más sabio, el brujo, un
consejo de notables, el sacerdote, etc., pero siempre con la cualidad de tercero
imparcial, el que decida por sobre lo que a cada uno le corresponde en derecho y en
justicia.
En el moderno Estado de derecho, surgido fundamentalmente a partir de la Revolución
Francesa, esta fórmula heterocompositiva es fundamentalmente reconocida en el Estado

39
como atributo y calidad del ejercicio jurisdiccional. Así, se ha sostenido que el avance
más notable de finales del siglo XVIII y principios del Siglo XIX es el haber
incorporado al ámbito del Derecho Público, del ámbito del Derecho Privado, el
concepto de jurisdicción( ).
La justicia, al decir de DEVIS ECHEANDÍA( ), como noción abstracta, es inmutable,
pero la manera de lograrla en la práctica, difícil y esquiva, es necesariamente cambiante
porque debe ajustarse permanentemente a la evolución del miedo social y de la persona
misma. Y es que en cada periodo histórico ha existido un diferente concepto de justicia
y un especial procedimiento para lograrla, sin que antes, ni ahora, se haya alcanzado la
perfección (tal vez no se logre nunca), ni tan siquiera esa relativa e incompleta que suele
satisfacer el hombre, la única que está a su alcance.
La relación entre el proceso y la estructura judicial, como encargada del atributo
juzgador, es, evidentemente, muy estrecha, tanto que sus linderos son muchas veces
difíciles de precisar. MARRADI( ) señala que el sistema judicial es un complejo de
estructuras, procedimientos y roles mediante el cual el sistema político (del que el
sistema judicial es en realidad un sub-sistema) satisface las necesidades esenciales para
la sobrevivencia, esto es, para la adjudicación de la controversia sobre la aplicación
correcta de las normas reconocidas por la sociedad (legitimidad). No en todas las
sociedades existe un sistema judicial, a veces ni siquiera en forma embrionaria. Muchos
sistemas sociales simplemente no previnieron que los conflictos entre sus miembros
podrían ser resueltos por terceros imparciales mediante la aplicación de normas
jurídicas. En general un sistema judicial verdadero y propio sólo aparece de un estado
relativamente avanzado de la diferenciación de los roles sociales, en un momento
posterior a la adopción de los medios de intercambio y a la creación de estructuras
especializadas, la religión, el gobierno de la cosa pública, etc.
La importancia del proceso judicial se gráfica en su principal fundamento: la sustracción
al hombre de la posibilidad de dar solución privativa a sus conflictos de modo singular.
Por ello se sostiene que en su ausencia, la sociedad involucionaría a sus orígenes en que
la autotutela definía el primer impulso del sentimiento del derecho contra la injusticia:
la acción violenta, directa, la imposición de la fuerza antes que las razones, el origen de
la defensa privada y de la venganza, esa justicia salvaje que se ha superado,
precisamente, con la vigencia del Estado Moderno de Derecho( ).
Ya en los estudios preliminares del Derecho Procesal como Ciencia esto era advertido

40
así, tal como lo expresara el Conde de La Cañada en cita que recoge el profesor
GONZÁLEZ PÉREZ( ), cuando señalaba que:
“Los hombres, que en su estado primitivo natural no reconocían superior que los
defendiese de insultos, opresiones y violencias, estaban de consiguiente autorizados
para hacerlo por sí propios: la experiencia les hizo entender los graves daños a que los
conducían estos medios, pues o no podían defenderse por sí mismos, o excediendo los
justos límites para conservarse, excitaban turbaciones a que eran consiguientes mayores
desavenencias, injurias y muertes; y consultando otros medios que mejorasen la
seguridad de sus personas sin los riesgos anteriormente indicados, acordaron unirse en
sociedades y confiar su defensa y la de todos sus derechos a una persona que
mirándolos con imparcialidad les distribuyese sus derechos y los conservase en paz y en
justicia”.
Por eso, acota con gran acierto -también-, GONZÁLEZ PÉREZ( ).
“Sólo impidiendo el ejercicio de la fuerza privada como modo de satisfacer las
pretensiones y el reconocimiento de los derechos podrá asegurarse el imperio de la
justicia. De un caos en que prevalecía la ley del más fuerte se pasó a un orden jurídico
en el que prevalece el criterio de un sujeto imparcial, sustituyéndose la acción directa
frente al adversario por la acción dirigida hacia el Estado, a fin de que órganos
especialmente instituidos para ello acogieran y actuaran las pretensiones deducidas por
un sujeto frente a otros. La historia de la sustitución de la autodefensa o autotutela por el
proceso ha sido, en definitiva, la historia de la sustitución de la ley de la selva por la
civilización, la historia del desarrollo social del hombre”.
Pero es necesario también tener en cuenta -para evitar un lineal desarrollo conceptual-
que así como la historia de la humanidad no ha sido en modo alguno un progresivo y
constante aumento de las virtudes morales del hombre, tampoco ha sido una progresiva
curva de crecimiento de la autodefensa en favor del proceso; sino que a períodos en que
esto ha sido así, lamentablemente se han sucedido otros que han reaparecido
manifestaciones de la autodefensa que parecían definitivamente desaparecidas( ). Esto
toca directamente a nuestro mundo contemporáneo y, más cercanamente a nuestra
sociedad nacional severamente amenazada en el pasado por la violencia cotidiana en sus
formas más rencorosas y agresivas. En nuestro mundo de hoy la violencia se presenta en
términos más virulentos y generalizados que nunca, por lo que ahora se habla de la
“actualidad de la venganza”( ) para reflejar el resurgimiento de la autodefensa o

41
autotutela en sus formas más rencorosas o arbitrarias.
¿Cuáles son, acaso, las causas de esta renovación autodefensiva, de esta acción directa
de nuestros días? Muchas y de diversa índole nos responde GONZÁLEZ PÉREZ( ),
pero quizás -sin quizás tal vez- ocupe el primer lugar la desconfianza y hasta el
desprecio del ciudadano hacia la justicia que le ofrece el Estado. Los derechos
ciudadanos, sobre todo los Fundamentales, se ven severamente conculcados cuando el
respeto a la autoridad del Estado como dirimente de los conflictos sociales e
intersubjetivos es desconocida; por más fuertes y aún brutales que puedan ser los
elementos coercitivos que el propio Estado pueda emplear, se verán desbordados por la
desesperada búsqueda de la justicia.
De lo anterior se concluye la importancia del proceso judicial como instrumento del
Debido Proceso Legal o de una Tutela Judicial Efectiva. El Debido Proceso Legal (Due
Process of Law) constituye la primera de las Garantías Constitucionales de la
Administración de Justicia al permitir el acceso libre e irrestricto a los Tribunales de
Justicia a todo ciudadano con el objeto de someter su derecho en disputa a la resolución
del Órgano Jurisdiccional, para que sea dirimida con certeza y eficacia, esto es, para que
pueda hacer realidad el derecho materia en el caso concreto sintetizando la justicia
inherente de este derecho.
El proceso judicial en tanto Debido Proceso Legal (Due Process of Law) es el
instrumento necesario para la obtención de la tutela judicial por parte del Órgano
Jurisdiccional constitucionalmente señalado para dicho efecto, a partir del cumplimiento
de sus principales finalidades: el acceso al ideal humano de la justicia, el otorgamiento
de la necesaria paz social para el gobierno de los hombres en un Estado Democrático de
Derecho y la solución concreta de las controversias intersubjetivas de los particulares
otorgándoles a cada uno lo que en derecho le corresponda( ).
Es importante destacar que no cualquier proceso judicial cumple plena y efectivamente
con las facilidades y funciones que le han sido adjudicados en el Ciencia del Proceso.
Para que ello sea realidad el proceso judicial debe estar revestido de un mínimo de
principios y presupuestos procesales que le garanticen, lo hagan práctico, viable,
tangible y perceptible, es decir, que le revistan de aquel halo de Debido Proceso legal y
que lo dirijan hacia el otorgamiento de una Tutela Judicial Efectiva. COUTURE( )
precisa que todo proceso judicial es, en sí mismo, un instrumento para la tutela del
derecho. Lo grave, acota recordando a SATTA( ), es que más de una vez el derecho

42
sucumbe ante el proceso, y el instrumento de la tutela falla en su cometido. Y esto
acontece cuando se produce una desnaturalización legal o empírica de los principios y
presupuestos procesales que constituyen en su aplicación una Garantía de la
Administración de Justicia.
FIX-ZAMUDIO( ) es quien señala con énfasis que el Debido Proceso Legal es la
traducción del concepto anglo-americano del “Due Process of Law”, consagrado
expresamente en las Enmiendas V y XIV de la Constitución de los Estados Unidos,
introducidas en 1789 y 1869 respectivamente, con una gran repercusión -sobre todo la
primera de ellas- en los ordenamientos constitucionales latinoamericanos a partir de ese
entonces, tomándose para el efecto la tradición española del proceso legal o derecho de
audiencia y que por ello también es señalada bajo el concepto lato de “Derecho de
Defensa en Juicio”.
El Due Process of Law no es otra cosa, se señala( ), que la institución de origen
anglosajona referida al Debido Proceso Legal como garantía con sustrato constitucional
del proceso judicial, definida por un concepto que surge del orden jurisprudencial y de
la justicia que respaldan la legitimidad de la certeza del derecho finalmente determinado
en su resultado. Por ello el Debido Proceso Legal -que garantiza la correcta aplicación y
vigencia del proceso Judicial- es a su vez una garantía de una Tutela Judicial Efectiva; y
ello, a su vez, es elemento indispensable para la consecución de la finalidad de propio
proceso judicial( ). Son pues, conceptos imbricados, casi sinónimos.
FIX-ZAMUDIO( ) precisa que el estudio y definición del Debido Proceso Legal es tarea
compleja y aún ejercicio inacabado, pues abarca numerosos aspectos que han sido
desarrollados por la jurisprudencia de muy diversa manera en los distintos
ordenamientos que la consagran, pues comprende tanto aspectos sustantivos( ) como
numerosas facetas procesales para cuyo efecto cita la obra VIGORITTI( ). Por ello,
afirma de modo preliminar, es cierto que el Debido Proceso o Tutela Judicial Efectiva
comprenden en sus aspectos procesales numerosas instituciones relacionadas tanto con
las partes cuanto con la jurisdicción, puesto que no puede existir una adecuada defensa
en el proceso que se siga, por ejemplo, ante tribunales de excepción, o cuando carezcan
de independencia o carezcan de imparcialidad. Pero también abarca aspectos
sustantivos, puesto que como lo han sostenido las Cortes Supremas de Estados Unidos y
Argentina, la solución que se dice en el proceso debe ser razonable, es decir, deben
agotar el principio de razonabilidad, es decir debe de cumplir de modo adecuado con la

43
controversia planteada( ).
Uno de los aspectos esenciales del Debido Proceso Legal en el Derecho Procesal
contemporáneo es el relativo a lograr y preservar la igualdad efectiva de las partes en
juicio como aplicación del principio genérico de la igualdad de los ciudadanos ante la
ley, consagrado en el Art. 1 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1789( ).
Esta igualdad procesal de las partes es diversa en el régimen individualista, liberal y
predominantemente positivo del proceso civil tradicional, respecto del que pretende
establecer la corriente contemporánea del procesalismo científico que persigue la
superación de las situaciones formalistas como las que han predominado en la mayoría
de los códigos procesales de carácter tradicional. En tal virtud la exigencia de dos partes
equidistantes, iguales y contrapuestas se ha interpretado de diversas maneras, según el
contexto político-jurídico imperante en una época histórica y, en ese sentido, se puede
decir con Calamandrei cuando se refiere, por ejemplo a la relatividad del contradictorio
acorde con un nuevo significado del principio de igualdad de las partes.
El Debido Proceso Legal es, pues, un concepto moderno íntimamente referido a la
validez y legitimidad de un proceso judicial. Aún cuando en los Estados Unidos, que es
donde ha encontrado un vasto desarrollo jurisprudencial sobre todo a partir de la
llamada Corte Warren (1953-1969)( ), el sentido de este “buen proceder en juicio” o
“juzgamiento razonable” se ha extendido admirablemente a casi todo el funcionamiento
del aparato estatal, su raíz y fundamento se halla en el proceso judicial jurisdiccional.
A través del Debido Proceso Legal podemos hallar ciertos mínimos procesales que nos
permiten asegurar que el proceso como instrumento sirve adecuadamente para su objeto
y finalidad, así como sancionar lo que no cumpla con ello posibilitando la corrección y
subsanación de los errores que se hubiesen cometido. Como bien señala FIX-
ZAMUDIO( ), es aún muy difícil “encerrar” o “definir” exactamente lo que constituye
el Debido Proceso Legal; pero para efectos didácticos podríamos decir que es la
institución del Derecho Constitucional Procesal que identifica los principios y
presupuestos procesales mínimos que siempre debe reunir todo proceso judicial
jurisdiccional para asegurar al justiciable la certeza, justicia, razonabilidad y legitimidad
de su resultado.

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CAPITULO II

ETAPA INTERMEDIA

CONCEPTO.‐  Es una resolución firme dictada por el órgano jurisdiccional


competente de la fase intermedia y en la que se da por terminado un proceso penal
generando esa decisión, mayormente los efectos de la cosa juzgada. El sobreseimiento
es dictado mediante un auto el cual debe estar debidamente fundamentado.

1.PLAZO PARA LA DECISION DEL MINISTERIO PUBLICO.‐  Concluída la


investigación preparatoria, el Fiscal decidirá en el   plazo de 15 días, si formula
acusación, siempre que exista base suficiente para ello, o si requiere el sobreseimiento
de la causa. (Artículo 344 inciso 1 del código procesal penal).

1.1 PROCEDENCIA DEL SOBRESEIMIENTO.‐  El sobreseimiento conforme al


artículo 344 inciso 2 del código procesal penal procede en cualquiera de los siguientes
casos:  

a.‐ El hecho objeto de la causa no se realizó o no puede atribuírsele al imputado;


denominada también insubsistencia objetiva del hecho, es decir, el hecho que dio origen
al proceso penal nunca existió en la realidad.

b.‐  El hecho imputado no es típico denominada también como inexistencia del hecho
punible, esto significa que el hecho existe pero no es típico por no encontrase la
conducta en el ordenamiento jurídico penal.   O concurre una causa de justificación, de
inculpabilidad o de no punibilidad; lo cual es conocido como falta de indicios de
responsabilidad penal, o sea, no hay indicios de delictuosidad en el imputado, o existen
causas de justificación como la legítima defensa, el error invencible.  

c.‐  Cuando la acción penal se ha extinguido; por muerte del imputado, prescripción,
amnistía, derecho de gracia, por autoridad de cosa juzgada, y en los casos que sólo
proceda el ejercicio de la acción penal privado, está se extingue por desistimiento o
transacción (artículo 78 del código penal); y,
d.‐ No existe razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a la
investigación y no haya elementos de convicción suficientes para solicitar
fundadamente el enjuiciamiento del imputado; lo cual es conocido como prueba

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notoriamente insuficiente para fundamentar la pretensión punitiva.   Cualquiera de estos
supuestos que tome en cuenta el Fiscal para su decisión de sobreseimiento, tendrán que
ser sometidos en una audiencia de control de sobreseimiento, donde el Juez evaluará los
requisitos necesarios para la procedencia y dictado del auto de sobreseimiento.    Es así
que una vez que el Fiscal haya tomado la decisión de realizar el sobreseimiento, tendrá
que remitir el expediente Fiscal al Juez de la investigación preparatoria. Recibido el
expediente Fiscal, el Juez de la investigación preparatoria correrá traslado del pedido de
la solicitud de sobreseimiento efectuado por el Fiscal, a los demás sujetos procesales por
el plazo de 10 días. Los sujetos procesales podrán formular oposición a la solicitud del
archivo dentro del plazo establecido. La oposición, bajo sanción de inadmisibilidad, será
fundamentada y podrá solicitar la realización de actos de investigación adicionales,
indicando su objeto y los medios de investigación que considere procedentes. Vencido
el plazo del traslado, el Juez citará al Ministerio Público y a los demás sujetos
procesales para una audiencia preliminar para debatir los fundamentos del
requerimiento de sobreseimiento.   La audiencia se instalará con los asistentes, a quienes
escuchará por su orden para debatir los fundamentos del requerimiento Fiscal. La
resolución del Juez para citar a los sujetos procesales se emitirá en el plazo de tres
días.  

1.2 FUNDAMENTO DE LA AUDIENCIA DEL CONTROL DE


REQUERIMIENTO FISCAL DE SOBRESEIMIENTO.‐  El principal fundamento
es evitar sobreseimientos indebidos que ocasionen un mal uso de una forma de
conclusión del proceso penal.  

1.3 OPOSICION AL SOBRESEIMIENTO SOLICITADO POR EL FISCAL.‐ La


parte agraviada, será el natural opositor al requerimiento de sobreseimiento del Fiscal,
discutiendo la posición del Fiscal en la audiencia judicial y si el agraviado pese a ser
notificado no asiste la audiencia se realizará sin él. (Artículo 345 inciso 2 del código
procesal penal).    

1.4 CLASES DE SOBRESEIMIENTO.‐  En la doctrina se consideran cuatro clases de


sobreseimiento: Si hay o no suficientes elementos que señalen que el hecho constituye
delito.‐ 

a.‐ Sobreseimiento libre.‐  Es cuando de la investigación se llega a determinar que es


imposible formular la acusación. Debido a que:

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No hay indicios de la comisión del hecho delictivo.

Cuando el hecho no constituya delito,    o cuando aparezcan exentos de responsabilidad


penal, los imputados como autores o cómplices. Esta clase de sobreseimiento produce
los efectos de la cosa juzgada, impidiendo que el proceso penal pueda reabrirse.   

b.‐ Sobreseimiento provisional.‐  Se  realiza cuando de la investigación se comprueba la


insuficiencia de elementos fácticos y probatorios para formular acusación contra un
imputado, lo cual genera la suspensión del proceso, pese a que existe el delito.   En
efecto, el Estado está en la obligación de continuar con la investigación en busca de
datos útiles e indicios que permitan continuar el proceso penal si así fuere el caso.   
Teniendo en cuenta la pluralidad de los imputados.‐  El sobreseimiento puede ser:    

a.‐ Sobreseimiento total.‐   Es cuando existe una pluralidad de imputados y pluralidad


de delitos, siendo el caso que ninguno de los imputados, ha participado en el delito, por
lo que la solución es realizar el auto de sobreseimiento para todos los imputados.
(Artículo 348 inciso 1 del código procesal penal). b.‐ Sobreseimiento Parcial.‐  
Es  cuando existe una pluralidad de imputados y subsisten indicios de delito contra
alguno de ellos, por lo que el juicio oral se iniciará contra los imputados que no se vean
favorecidos por el sobreseimiento. (Artículo 348 inciso 2 del código procesal penal).  
De otro lado, el Juez, frente a un requerimiento Fiscal mixto, acusatorio y no acusatorio,
primero se pronunciará acerca del requerimiento de sobreseimiento. Culminado el
trámite, abrirá las actuaciones relativas a la acusación Fiscal.

1.5 AUDIENCIA DE CONTROL DE REQUERIMIENTO FISCAL DE  


SOBRESEIMIENTO.‐   El Juez, luego de haber escuchado por su orden a las partes,
en la audiencia de control de requerimiento Fiscal de sobreseimiento, podrá:

a.‐  Estar de acuerdo con el requerimiento Fiscal de sobreseimiento.‐     Si el Juez


considera fundado el requerimiento Fiscal de sobreseimiento, dictará el auto de
sobreseimiento. (Artículo 346 inciso 1 del código procesal penal).

b.‐  Estar en desacuerdo con el requerimiento Fiscal de sobreseimiento.‐   Si el Juez no


estuviera de acuerdo con el requerimiento Fiscal de sobreseimiento, y como control de
la legalidad, dictará el auto señalando su desacuerdo y elevará las actuaciones al Fiscal
Superior para que ratifique o rectifique la solicitud del Fiscal Provincial.   Dicha
resolución judicial tendrá que expresar las razones en que se funda su desacuerdo,

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conteniendo sus fundamentos fácticos y jurídicos. (Artículo 346 inciso 1 del código
procesal penal). c.‐ Investigación suplementaria.‐    Cuando los sujetos procesales
formulan oposición fundamentada a la solicitud de archivo y además solicitan la
realización de actos de investigación adicionales, el Juez de la investigación
preparatoria, si lo considera admisible y fundado dispondrá la realización de una
investigación suplementaria indicando el plazo y las diligencias que el Fiscal debe
realizar.    Cumplido el trámite de la investigación suplementaria, no procederá
oposición ni disponer la concesión de un nuevo plazo de investigación. (Artículo 346
inciso 5 del código procesal penal).    

1.6 PLAZO PARA RESOLVER EL REQUERIMIENTO FISCAL DE


SOBRESEIMIENTO.‐  El Juez resolverá el requerimiento Fiscal de sobreseimiento,
pronunciándose estar de acuerdo o en desacuerdo, en el plazo de 15 días. (Artículo 346
inciso 1 del código procesal penal).    

1.7 PLAZO PARA QUE EL FISCAL SUPERIOR SE PRONUNCIE DE LA


CONSULTA SOBRE EL REQUERIMIENTO FISCAL DE
SOBRESEIMIENTO.‐  La discrepancia del Juez con el Fiscal sobre el requerimiento
de sobreseimiento, la resolverá el Fiscal Superior, quien se pronunciará en el plazo de
10 días, con su decisión culmina el trámite. (Artículo 346 inciso 2 del código procesal
penal).

1.8 FORMAS DE PRONUNCIARSE DEL FISCAL SUPERIOR EN LA


CONSULTA SOBRE EL REQUERIMIENTO FISCAL DE SOBRESEIMIENTO 

a.‐ Estar de acuerdo con el requerimiento de sobreseimiento del Fiscal Provincial.‐  Si el


Fiscal Superior ratifica el requerimiento de sobreseimiento, el Juez de la investigación
preparatoria inmediatamente y sin trámite alguno dictará el auto de sobreseimiento.
(Artículo 346 inciso 3 del código procesal penal).  

b.‐ No está de acuerdo con el requerimiento de sobreseimiento del Fiscal Provincial Si


el Fiscal Superior no está de acuerdo con el requerimiento del Fiscal Provincial,
ordenará a otro Fiscal que formule acusación. Lo expuesto, constituye una interesante
innovación, ya que con la legislación anterior (proceso penal sumario) cuando el Juez
Penal no estaba de acuerdo con el sobreseimiento de la causa, elevaba lo actuado al
Fiscal Superior, quien si coincidía con el Juez Penal en la no procedencia del

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sobreseimiento; ordenaba al Fiscal Provincial que formule acusación a pesar que este
había solicitado el sobreseimiento de la causa. (Artículo 346 inciso 4 del código
procesal penal).   

1.9 AUTO DE SOBRESEIMIENTO.‐    Es una resolución que da por terminado el


proceso penal en forma definitiva y el efecto es el archivo de la causa, adquiriendo la
calidad de cosa juzgada y con ello terminan las medidas de coerción personal y real
impuestas por la autoridad judicial. Conforme lo hemos anotado anteriormente, esta
resolución es dictada por el Juez de la investigación preparatoria y contiene los
siguientes requisitos:  

a.‐ Datos personales del imputado

b.‐ La exposición del hecho objeto de la investigación preparatoria

c.‐ Los fundamentos de hecho y de derecho

d.‐ La parte resolutiva, con la indicación expresa de los efectos del sobreseimiento que
correspondan. (Artículo 347 del código procesal penal).

2.- ACUSACION.

CONCEPTO.‐  Es uno de los actos procesales inherentes al Ministerio Público, en


virtud de la cual formula ante el Juez de la investigación preparatoria, los cargos de
imputación contra el procesado, proponiendo una pena y reparación civil. Es en ese
momento procesal, en que el Fiscal se convierte en parte del proceso penal, ya que el
Juez sabrá la opinión de la parte acusadora del proceso penal, sobre el hecho punible
cometido. En ese sentido, el imputado tendrá los límites de la imputación del Fiscal a
fin de organizar su derecho de defensa. Es así que la acusación del Fiscal que se emite
por escrito, se constituye en la primera solicitud del Fiscal dirigida al Juez, para pasar a
la etapa del juicio oral.     

2.1 CONTENIDO DE LA ACUSACION FISCAL.‐   Conforme al artículo 349 inciso


1 del código procesal penal, la acusación Fiscal deberá ser motivada y contendrá : a.‐ 
Los datos de identidad del acusado, como por ejemplo, sus nombres completos, lugar de
nacimiento, edad, estado civil, trabajo, etc. Estos datos de identificación del procesado,
deben haber sido averiguados y comprobados durante la etapa de la investigación
preparatoria, para evitar el juzgamiento de una persona con dos o más nombres. b.‐  La

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relación clara de los hechos, detallándose las circunstancias precedentes, concomitantes
y posteriores que luego sirvan para su calificación. En caso de contener varios hechos
independientes, se deberá realizar la separación y el detalle de cada uno de ellos. Esta
narración de los hechos debe hacerse en forma cronológica, teniendo en cuenta el lugar
de la comisión del delito, la participación de las personas involucradas, de la víctima,
testigos, los medios empleados, como arma de fuego, cuchillo, veneno, etc. c.‐ Los
elementos de convicción, es decir, los elementos probatorios   que sustenten la
acusación. Dichos elementos deben generar convencimiento en el Fiscal de que es
necesario pasar a la etapa del juicio oral.   d.‐  La participación que se atribuya al
imputado, esto significa establecer el grado de participación ya sea en calidad de autor
directo, autor indirecto, coautor, instigador, cómplice primario o cómplice secundario.
En la legislación adjetiva anterior de 1940, no se establecía como obligatorio el
consignar el grado de participación del imputado. e.‐  La relación de circunstancias
modificatorias de la responsabilidad penal que concurran.    Se trata de circunstancias
que establece el código sustantivo relacionadas a las causas que atenúan la
responsabilidad conforme a los artículos 20, 21 y 22 del código penal, como por
ejemplo, a legítima defensa, la responsabilidad penal restringida por la edad en personas
mayores de 65 años o mayores de 18 y menores de 21 años, la confesión sincera del
artículo 160 y 161 del código procesal penal. f.‐  El artículo de la ley penal que tipifique
el hecho, así como la cuantía de la pena que se solicite. Los hechos que están probados
en el proceso penal ocasionan la calificación jurídica.   g.‐  El monto de la reparación
civil, los bienes embargados o incautados al acusado, o tercero civil, que garantizan su
pago y la persona a quien corresponda percibirlo. Para ello deberá tener en cuenta los
criterios que establecen los artículos 45, 46 y 46 – A   del código penal, como por
ejemplo, la naturaleza de la acción, los medios empleados, la importancia de los deberes
infringidos, el daño causado o la extensión del mismo, las circunstancias de tiempo,
lugar, modo u ocasión, los móviles, la unidad o pluralidad de los agentes, su edad,
educación, situación económica y medio social, la reparación espontánea que hubiera
hecho el imputado, la confesión sincera antes de haber sido descubierto, las condiciones
personales y circunstancias que lleven al conocimiento del agente, la habitualidad del
agente al delito, la reincidencia, las carencias sociales que hubiere sufrido el agente, su
cultura y sus costumbres, los intereses de la víctima, de su familia o de las personas que
de ella dependen. Finalmente se deberá tener en cuenta la condición del sujeto activo ya

50
que es una circunstancia agravante ser funcionario o servidor público.        h.‐  Los
medios de prueba que ofrece para su actuación en la audiencia. En este caso, presentará
la lista de testigos y peritos, con indicación del nombre y domicilio, y de los puntos
sobre los que habrán de recaer sus declaraciones o exposiciones. Asimismo, hará una
reseña de los demás medios de prueba que ofrezca.

2.2 SITUACIONES COMPLEMENTARIAS EN LA ACUSACION.‐  A.‐ La


acusación sólo puede referirse a hechos y personas incluidas en la disposición de
formalización de la investigación preparatoria, aunque se puede efectuar una distinta
calificación jurídica. Por ejemplo, se inició la investigación preparatoria como violación
sexual simple, pero luego puede modificarse a un acto contra el pudor de persona, es
decir, de un delito más grave a un delito menos grave, como también puede darse el
caso de un delito menos grave se podrá variar a un delito más grave. Con ello no se
recorta el derecho de defensa, porque existe la audiencia preliminar. ( Artículo 349
inciso 2 del código procesal penal).   B.‐   En la acusación el Ministerio Público podrá
señalar, alternativa o subsidiariamente, las circunstancias de hecho que permitan
calificar la conducta del imputado en un tipo penal distinto, para el caso de que no
resultaren demostrados en el debate los elementos que componen su calificación
jurídica principal, a fin de posibilitar la defensa del imputado. (Artículo 349 inciso 3 del
código procesal penal). Por ejemplo, podrá el Fiscal acusar por tentativa de homicidio
simple y alternativamente podrá acusar por lesiones graves que pongan en peligro
inminente la vida de la víctima. Esta forma de acusación debe ser excepcional.   C.‐  El
Fiscal indicará en la acusación las medidas de coerción subsistentes dictadas durante la
investigación preparatoria, y en su caso, podrá solicitar su variación o que se dicten
otras medidas de coerción, según corresponda. Dicha solicitud tendrá que ser
debidamente fundamentada    (Artículo 349 inciso 4 del código procesal penal). En ese
sentido, deberá el Fiscal indicar las medidas coercitivas impuestas que se hayan dictado
y la situaci D.‐ En la acusación el Fiscal consignará sus datos que lo identifiquen como
representante del Ministerio Público, su domicilio legal y la fecha. Anteriormente, el
Fiscal tenía la opción de elegir entre dos clases de acusación la formal y la sustancial.
Ahora, con el nuevo código procesal penal, ha desaparecido la acusación formal, que
significa que el Fiscal tenía dudas razonables de la responsabilidad penal del imputado.  
La acusación formal se encuentra establecida en el artículo 92 inciso 4 de la Ley
Orgánica del Ministerio Público, por lo que en dicho dispositivo aún se permite al Fiscal

51
formular acusación con dudas de la responsabilidad penal del imputado.
Definitivamente con la entrada en vigencia del código procesal penal, urge una próxima
elaboración de la Ley Orgánica del Ministerio Público. También ya no se ha
considerado en el código procesal penal en lo referente a la acusación, el consignar si el
Fiscal ha conferenciado o no con el acusado, ni tampoco el concepto que le merezca la
forma de cómo se ha llevado a cabo la instrucción y si las ampliaciones acordadas en la
instrucción se han debido o no a la negligencia del Juez o del Fiscal Provincial, a fin de
anotarse como demérito en su legajo personal.   La razón es obvia, ya que con el código
procesal penal, no existen las ampliaciones de la instrucción que antes estábamos
acostumbrados a apreciar, y además ahora el que dirige la investigación del delito es el
Fiscal y ya no el Juez.  

2.3 NOTIFICACION DE LA ACUSACION A LOS OTROS SUJETOS


PROCESALES, OBJECIONES Y PEDIDOS.‐  La acusación será notificada a los
demás sujetos procesales. En el plazo de diez días estos podrán : a.‐  Observar la
acusación del Fiscal por defectos formales, requiriendo su corrección.   Estas
correcciones se pueden hacer por escrito o en la audiencia de control de la acusación.
Por ejemplo, que se haya producido un error en los apellidos del agraviado, o imputado,
o que se haya efectuado alguna imprecisión sobre algún hecho o prueba. Lo que se
pretende es que el Fiscal haga las correcciones pertinentes.    b.‐  Deducir excepciones y
otros medios de defensa, cuando no hayan sido planteadas con anterioridad o se funden
en hechos nuevos. Las excepciones son de improcedencia de acción, naturaleza de
juicio, amnistía, cosa juzgada, prescripción, y cuando la norma adjetiva se refiere a
otros medios de defensa, debemos considerar a la cuestión previa y a las cuestiones
prejudiciales.   Sería importante en una próxima reforma del código procesal penal,
incluir una nueva excepción como es la de “adecuación de tipo” a fin de darle la
categoría procesal de medio de defensa técnico. c.‐ Solicitar la imposición o revocación
de una medida de coerción o la actuación de prueba anticipada conforme a los artículos
242 y 243 en lo pertinente. Dicha solicitud debe ser debidamente fundamentada, y
podrán plantearla el imputado, el actor civil, el Fiscal, por lo que el Juez en la audiencia
escuchará la opinión de los sujetos procesales. En cuanto a la solicitud de prueba
anticipada, es aquella que se efectúa antes del juicio oral, por situaciones que impiden
que el testigo o perito pueda asistir al Poder Judicial para emitir lo que conoce del
caso.   La prueba anticipada se efectúa con la participación de los sujetos procesales.  

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Finalmente, la prueba anticipada, la pueda solicitar el Fiscal o cualquier otro sujeto
procesal que fundamente su realización.       d.‐  Pedir el sobreseimiento. Dicho pedido
debidamente fundamentado, lo hace el imputado al Juez antes de la audiencia de control
de la acusación. Sin embargo, también es posible que el abogado defensor del acusado,
pueda promoverla en la audiencia de control de la acusación.   El defensor se abocará a
fundamentar su pedido respecto a los cargos de la acusación y sobre todo a las pruebas
que obran en el proceso penal que han sido apreciadas y valoradas por el Fiscal. El Juez
de la investigación preparatoria que dirige la etapa intermedia resolverá dicho pedido de
sobreseimiento.    e.‐  Instar la aplicación, si fuere el caso, de un criterio de oportunidad.
Para la aplicación del principio de oportunidad tendrá que el imputado estar inmerso en
cualquiera de los requisitos que establece el artículo 2 del código procesal penal, como
por ejemplo que el agente haya sido afectado gravemente por las consecuencias de su
delito, doloso o culposo, siempre que este último sea reprimido con pena privativa de
libertad no mayor de cuatro años, y la pena resulte innecesaria. Del mismo modo, el
inciso    7 del artículo 2 del código procesal penal  establece que se aplicará el principio
de oportunidad hasta antes de formularse la acusación, lo cual evita la opción de realizar
acuerdos de las partes ante el Fiscal, después de la acusación. Queda por lo tanto, la
posibilidad de realizar el acuerdo notarial para ciertos delitos, conforme lo expresa el
último párrafo del artículo 2 del código procesal penal. Por ejemplo, en los delitos de
lesiones leves, hurto simple, hurto de uso, hurto de ganado, apropiación ilícita,
sustracción de bien propio, modalidades de apropiación irregular, apropiación de
prenda, estafa, supuestos típicos de estafa, administración fraudulenta, daño simple,
libramiento indebido, se tendrá que presentar un acuerdo preparatorio en un instrumento
público o documento privado legalizado notarialmente, entre el imputado y la víctima,
para que el Juez de la investigación preparatoria dicte el auto de sobreseimiento.   
f.‐ Ofrecer pruebas para el juicio, adjuntando la lista de testigos y peritos que deben ser
convocados al debate, con indicación de nombre, profesión y domicilio, precisando los
hechos acerca de los cuales serán examinados en el curso del debate. Presentar los
documentos que no fueron incorporados, antes, o señalar el lugar donde se hallan los
que deban ser requeridos. En efecto, un requisito fundamental es que se deberá indicar
los puntos precisos en que versará su declaración para determinar su procedencia y
utilidad. Cada sujeto procesal, tiene la obligación de preocuparse por la concurrencia de
sus testigos o peritos al Poder Judicial. g.‐ Objetar la reparación civil o reclamar su

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incremento o extensión, para lo cual se ofrecerán los medios de prueba pertinentes para
su actuación en el juicio oral; o, lo expuesto significa que tendrá que realizar la objeción
sustentada debidamente por las partes en el proceso penal, basándose por ejemplo el
acusado, en aspectos económicos como insolvencia, bajos recursos económicos, cargas
de familia, o también el actor civil pondrá cuidado en sostener la extensión del daño
causado, en el incremento de la reparación civil, etc.    h.‐ Plantear cualquier otra
cuestión que tienda a preparar mejor el juicio. Como por ejemplo si se trata de una
violación sexual simple, se podrá abordar el tema del nacimiento del fruto de la
violación sexual,  los intereses de la víctima en cuanto a la manutención del menor, la
filiación, etc.   Será el Juez de la investigación preparatoria quien apreciará si debe o no
ser admitido estas otras cuestiones. 2.‐ Los demás sujetos procesales podrán proponer
los hechos que aceptan y que el Juez dará por acreditados, obviando su actuación
probatoria en el juicio. Asimismo, podrán proponer acuerdos acerca de los medios de
prueba que serán necesarios para que determinados hechos se estimen probados.   El
Juez, sin embargo, exponiendo los motivos que lo justifiquen, podrá desvincularse de
esos acuerdos; en caso contrario, si no fundamenta especialmente las razones de su
rechazo, carecerá de efecto la decisión que los desestime. (Artículo 350 del código
procesal penal).        En conclusión, el plazo de diez días es para que las partes puedan
realizar sus objeciones y pedidos, el cual es perentorio, porque fuera de ese plazo,
cualquier pedido sería declarado extemporáneo, debiéndose continuar el proceso penal
según su estado.   Si se admite algunos de los pedidos, tendrá que realizarse durante la
audiencia de control dirigida por el Juez de la investigación preparatoria.

2.4 AUDIENCIA PRELIMINAR.‐  1.‐  Después de la formulación de la acusación del


Fiscal, y presentados los escritos y requerimientos de los sujetos procesales o vencido el
plazo fijado en el artículo anterior, el Juez de la investigación preparatoria señalará día y
hora para la realización de una audiencia preliminar, la que deberá fijarse dentro de un
plazo no menor de cinco días ni mayor de veinte días, con la finalidad de debatir los
argumentos de la acusación. Para la instalación de la audiencia es obligatoria la
presencia del Fiscal y el defensor del acusado. No podrán actuarse diligencias de
investigación o de prueba específicas, salvo el trámite de prueba anticipada y la
presentación de prueba documental, para decidir cualquiera de las solicitudes señaladas
en el artículo anterior.   En la audiencia preliminar las partes podrá observar la
acusación del Fiscal por defectos formales, solicitando que se corrija, deduciéndose

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excepciones y otros medios de defensa técnico, cuando no hayan sido planteados con
anterioridad o se fundan en hechos nuevos. En suma, es la oportunidad que tienen las
partes para cuestionar las otras objeciones a las que se refiere el artículo 350 del código
procesal penal.   Es así que la audiencia preliminar es la etapa donde se puede debatir, y
contradecir con todos los demás sujetos procesales los fundamentos de la acusación, las
pruebas ofrecidas por el Fiscal y la posible violación de los derechos constitucionales y
procesales. 2.‐  La audiencia será dirigida por el Juez de la investigación preparatoria y
durante su realización, salvo lo dispuesto en este numeral no se admitirá la presentación
de escritos. 3.‐ Instalada la audiencia, el Juez otorgará la palabra por un tiempo breve y
por su orden al Fiscal, a la defensa del actor civil, así como del acusado y del tercero
civilmente responsable, los que debatirán sobre la procedencia o admisibilidad de cada
una de las cuestiones planteadas y la pertinencia de la prueba ofrecida.   El Fiscal podrá
en la misma audiencia, presentando el escrito respectivo, modificar, aclarar o integrar la
acusación en lo que no sea sustancial; el Juez en ese mismo acto correrá traslado a los
demás sujetos procesales concurrentes para su absolución inmediata. (Artículo 351 del
código procesal penal). Si en la audiencia preliminar se va a formalizar la acusación, se
tendrá que efectuar el control sustancial y no únicamente el control formal de la
acusación. Es en la audiencia preliminar donde se determinará que pruebas de las que se
ofrecieron por los sujetos procesales, van a ser admitidas conforme a la pertinencia y
legalidad de dichas pruebas. Es en definitiva una etapa de filtro donde lo que se persigue
es sanear el proceso penal, tanto en los asuntos sustanciales como en los incidentales,
para que se prosiga el camino hacia el juicio oral de una manera clara y sin defectos de
carácter procesal.   Definitivamente, el curso del proceso penal se podrá decidir en esta
audiencia preliminar. Si los defectos de la acusación necesitan un nuevo análisis del
Fiscal, el Juez tendrá que disponer la devolución de la acusación y suspenderá la
audiencia por cinco días para que sea subsanado el defecto, para que luego de ello, se
pueda reanudar la audiencia.   En otros casos, el Fiscal en la misma audiencia puede
efectuar las modificaciones, aclaraciones o subsanaciones que se tengan que realizar con
participación de los asistentes a la audiencia. Si no existen observaciones, se tiene por
modificado, aclarado y saneado el dictamen acusatorio del Fiscal en los ámbitos
establecidos por el Fiscal, de lo contrario, el Juez resolverá con una resolución
inapelable.

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2.5 DECISIONES ADOPTADAS EN LA AUDIENCIA PRELIMINAR.‐ 
1.‐ Finalizada la audiencia el Juez resolverá inmediatamente todas las cuestiones
planteadas, salvo que por lo avanzado de la hora o lo complejo de los asuntos por
resolver, difiera la solución hasta por cuarenta y ocho horas improrrogables. En este
último caso, la decisión simplemente se notificará a las partes. Si se acepta cualquier
excepción o cuestión como medio de defensa técnico, el Juez emitirá en la misma
audiencia la resolución que corresponda. Contra la resolución del Juez, procede el
recurso de apelación. Esta impugnación no impide la continuación del procedimiento.
2.‐ Si los defectos de la acusación requieren un nuevo análisis del Ministerio Público, el
Juez dispondrá la devolución de la acusación y suspenderá la audiencia por cinco días
para que corrija el defecto, luego de lo cual se reanudará.   En los demás casos, el Fiscal
en la misma audiencia, podrá hacer las modificaciones, aclaraciones o subsanaciones
que corresponda, con intervención de los concurrentes. Si no hay observaciones, se
tendrá por modificado, aclarado o saneado el dictamen acusatorio en los términos
precisados por el Fiscal, en caso contrario resolverá el Juez mediante resolución
inapelable. 3.‐ De estimarse cualquier excepción o medio de defensa, el Juez expedirá
en la misma audiencia la resolución que corresponda. Contra la resolución que se dicte,
procede recurso de apelación. La impugnación no impide la continuación del
procedimiento. 4.‐  El sobreseimiento podrá dictarse de oficio o a pedido del acusado o
su defensa cuando concurran los requisitos establecidos en el numeral 2 del artículo
344, que se refieren a los requisitos del sobreseimiento, siempre que resulten evidentes
y no exista razonablemente la posibilidad de incorporar en el juicio oral nuevos
elementos de prueba.   El auto de sobreseimiento observará lo dispuesto en el artículo
347. La resolución desestimatoria no es impugnable. 5.‐ La admisión de los medios de
prueba ofrecidos requiere:   a.‐ Que la petición contenga la especificación del probable
aporte a obtener para el mejor conocimiento del caso; b.‐ Que el acto probatorio
propuesto sea pertinente, conducente y útil.   En este caso se dispondrá todo lo necesario
para que el medio de prueba se actúe oportunamente en el juicio.   El pedido de
actuación de una testimonial o la práctica de un peritaje especificará el punto que será
materia de interrogatorio o el problema que requiere explicación especializada, así como
el domicilio de los mismos.   La resolución que se dicte no es recurrible. 6.‐ La
resolución sobre las convenciones probatorias, conforme a lo dispuesto en el numeral 2
del artículo 350 no es recurrible.   En el auto de enjuiciamiento se indicarán los hechos

56
específicos que se dieren por acreditados o los medios de prueba necesarios para
considerarlos probados. 7.‐  La decisión sobre la actuación de prueba anticipada no es
recurrible.   Si se dispone su actuación esta se realizará en acto aparte conforme a lo
dispuesto en el artículo 245, sin perjuicio de dictarse el auto de enjuiciamiento.   Podrá
dirigirla un Juez si se trata de juzgado penal colegiado.(Artículo 352 del código procesal
penal).

2.6 CONTENIDO DEL AUTO DE ENJUICIAMIENTO.‐  El auto de enjuiciamiento


es la consecuencia de la procedencia de la acusación formulada por el Fiscal. El auto de
enjuiciamiento, “determina en primer lugar lo que va a ser objeto de la defensa tanto el
imputado como la parte civil, y el tercero civil pueden referirse en sus actos
postulatorios y de aportación de hechos a lo que es materia de la acusación y en segundo
lugar, la posibilidad de que las partes puedan precisar sus pretensiones, ofrecer actos de
prueba y deducir diversos medios de prueba”. (10). (10) San Martín Castro, César,
Derecho Procesal Penal, Volumen I, página 360.     Veamos a continuación su
contenido:

1.‐ Resueltas las cuestiones planteadas, el Juez dictará el auto de enjuiciamiento. Dicha


resolución no es recurrible.   2.‐  El auto de enjuiciamiento deberá indicar, bajo sanción
de nulidad:   a.‐ El nombre de los imputados y de los agraviados, siempre que en este
último supuesto hayan podido ser identificados. b.‐ El delito o delitos materia de la
acusación Fiscal con indicación del texto legal y, si se hubiere planteado, las
tipificaciones alternativas o subsidiarias. c.‐ Los medios de pruebas admitidas y, de ser
el caso el ámbito de las convenciones probatorias de conformidad con el numeral 6 del
artículo anterior. d.‐ La indicación de las partes constituidas en la causa.   e.‐  La orden
de remisión de los actuados al Juez encargado del juicio oral. 3.‐ El Juez, si resulta
necesario, de oficio o según el pedido de parte formulado conforme a lo dispuesto en el
numeral 1 C del artículo 350, se pronunciará sobre la procedencia o la subsistencia de
las medidas de coerción o su sustitución, disponiendo en su caso la libertad del
imputado. (Artículo 353 del código procesal penal).    

2.7 NOTIFICACION DEL AUTO DE ENJUIICIAMIENTO.‐  1.‐  Una vez dictado


el auto de enjuiciamiento se notificará al Ministerio Público y a los demás sujetos
procesales. 2.‐ Es así que dentro de las 48 horas de la notificación, el Juez de la
investigación preparatoria hará llegar al Juez Penal que corresponda dicha resolución y

57
los actuados correspondientes, así como los documentos y los sujetos incautados, y se
pondrá a su orden a los presos preventivos. (Artículo 354 del código procesal penal).   

2.8 EL AUTO DE CITACION A JUICIO.‐   1.‐ Recibidas las actuaciones por el


juzgado penal competente, este dictará el auto de citación a juicio con indicación de la
sede de juzgamiento y de la fecha de la realización del juicio oral, salvo que todos los
acusados sean ausentes.   La fecha será la más próxima posible, con un intervalo no
menor de diez días.   Esta disposición nos hace recordar al anterior código de
procedimientos penales que en su artículo 229, establece que la fecha y hora de la
audiencia será el día más próximo posible después del décimo. En efecto, se mantiene la
misma idea, es decir, antes del décimo día no se realizará el juicio oral, pero tampoco
nadie nos puede asegurar que podrá ser el décimo primer día, o el décimo segundo día,
lo cual considero que ha debido limitarse no solamente el mínimo, en que no podrá
iniciarse el juicio oral antes del décimo día, sino que también el máximo de tiempo para
iniciarse el juicio oral, debió establecerse en no más de veinte días. 2.‐  El juzgado penal
ordenará el emplazamiento de todos los que deben concurrir al juicio. En la resolución
se identificará a quien se tendrá como defensor del acusado y se dispondrá todo lo
necesario para el inicio regular del juicio. 3.‐  Cuando se estime que la audiencia se
prolongará en sesiones consecutivas, los testigos y peritos podrán ser citados
directamente para la sesión que les corresponde intervenir. 4.‐  El emplazamiento del
acusado se hará bajo apercibimiento de declararlo reo contumaz en caso de
inconcurrencia injustificada. 5.‐  Será obligación del Ministerio Público y de los demás
sujetos procesales coadyuvar en la localización y comparecencia de los testigos o
peritos que hayan propuesto. (Artículo 355 del código procesal penal).

3.- PRINCPIOS QUE RIGEN EN LA ETAPA INTERMEDIA

3.1 Principio de interdicción de la arbitrariedad.

Desde la consolidación del Estado de derecho surge el principio de interdicción de la


arbitrariedad, el mismo que tiene un doble significado, tal como ha sido dicho en
anterior sentencia: "a) En un sentido clásico y genérico, la arbitrariedad aparece como el
reverso de la justicia y el derecho. b) En un sentido moderno y concreto, la arbitrariedad
aparece como lo carente de fundamentación objetiva; como lo incongruente y

58
contradictorio con la realidad que ha de servir de base a toda decisión. Es decir, como
aquello desprendido o ajeno a toda razón de explicarlo. En consecuencia, lo arbitrario
será todo aquello carente de vínculo natural con la realidad. (Exp. N° 090-2004
AA/TC). El TC formula una definición de la arbitrariedad concibiéndola como lo
contrario de la justicia y además como carente de razonamiento, incongruente y sin
conexión con la realidad. Lo arbitrario es ilegal e inicuo. “Adecuando los fundamentos
de la referida sentencia a la actividad fiscal, es posible afirmar que el grado de
discrecionalidad atribuido al fiscal para que realice la investigación sobre la base de la
cual determinará si existen elementos suficientes que justifiquen su denuncia ante el
juez penal, se encuentra sometida a principios constitucionales que proscriben: a)
actividades caprichosas, vagas e infundadas desde una perspectiva jurídica; b)
decisiones despóticas, tiránicas y carentes de toda fuente de legitimidad; y c) lo que es
contrario a los principios de razonabilidad y proporcionalidad jurídica.”
Manifestaciones de la arbitrariedad en la función fiscal es cuando este se convierte en
una máquina de acusación, cuando su norte no es la justicia sino el perseguir el delito a
toda costa sin fundamentos, con débiles elementos de convicción o de juicio. Por ello el
TC señala que el Ministerio Público en su labor de investigación no está exento de
control constitucional.

3.2 PRINCIPIO DE ORALIDAD

Es interesante destacar de inicio que en general existe consenso por señalar que la
ORALIDAD: es una herramienta, un mecanismo, un método si se quiere, que es cierto
contribuye a efectivizar el acusatorio, pero de ningún modo puede predicarse que a
menor oralidad, menor “cantidad” de acusatorio.

• Creo, como se ha explicado en doctrina, que: “La oralidad en el proceso penal no


aparece como un componente que asegure sin más, el cumplimiento de las garantía de la
defensa en juicio y del debido proceso.

• La oralidad no implica una mejor justicia, sino que permite dar mayor trascendencia y
exponer con evidente claridad la vigencia de otros principios (‘garantías primarias’ en
palabras de FERRAJOLI), fundamentalmente la contradicción, la inmediación

59
• Hoy no se discute sobre la necesidad de realizar la justicia penal a través de un
procedimiento oral.

• Como bien sabemos en el nuevo proceso penal la fase más importante de la


investigación criminal él es el juicio oral. La oralidad en el Nuevo Proceso Penal • Hoy
en día ya no hay discusión sobre la necesidad de realizar la Justicia penal a través de un
procedimiento oral.

• Todos los países de América Latina, han implementado el proceso de reforma, donde
la oralidad viene siendo la característica que define estos procesos de reforma. • Se
considera a la oralidad como un sistema, como el mejor y no el único, que permite
impartir justicia y a la vez respetar la libertad y la dignidad del hombre. La oralidad en
el Nuevo Proceso Penal

• Debemos tener en cuenta que no es el carácter oral o escrito el que define un sistema
como acusatorio adversaria o inquisitivo, lo que distingue a un sistema de otro son los
principios rectores que regirán en toda las etapas del proceso.

• Entonces la Oralidad o la escritura son simplemente las formas en que puede ser
encausado o administrado el mismo.

• La presencia del juicio oral como una etapa del proceso penal que permite el
contradictorio, la inmediación, la concentración, la continuidad, y la publicidad
definirían a un proceso como Oral.

• “Consideramos que un proceso penal puede ser considerado como oral, cuando la
fundamentación de la sentencia se realiza exclusivamente mediante el material de
hecho, introducido verbalmente en el juicio”.

• Lo que sucede hoy en día es que el juicio oral donde se pone en relieve la oralidad,
este dura no en pocas veces muchos meses, y si tomamos en cuenta la investigación
policial, la instrucción judicial, puede durar años, al final el juicio oral, podríamos
definir a este sistema como oral?

La oralidad en el Nuevo Proceso Penal

La respuesta sería negativa, porque lo que ocurre es que tenemos un proceso


fundamentalmente escrito, con un final de oralidad pero una oralidad a medias. •
Podríamos decir que tenemos en Lima un proceso Pseudo Oral, que a mi juicio es una

60
patología de la práctica del sistema oral, porque el sistema permite que las audiencias se
descontinúen en forma que el imputado y los testigos son interrogados por separado y
en forma discontinua a lo largo de varias sesiones que duran semanas e incluso meses,
lo que ocurre al final es que el Tribunal no tenga presente las circunstancias del caso a
la hora de dictar sentencia esta se emite en mérito de elementos escritos lo que también
permite delegar la administración de justicia. La Oralidad en el Derecho Internacional •
La convención Americana o Pacto de San José de Costa Rica, establece implícitamente
la oralidad en su Art. 8.2. f “...que durante el proceso, toda persona tiene derecho en
plena igualdad y entre otras a las siguientes garantía mínimas del derecho de interrogar
a los testigos presente en un tribunal y de obtener la comparecencia de testigos y peritos
y de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos” este Art. se complementa
con el 8.5 que señala …el proceso penal debe ser público, lo que equivale a admitir la
necesidad de que el juicio se realice frente a los ciudadanos y ello solo sería posible con
la oralidad.

3.3 PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN

Por el Principio de Inmediación el órgano jurisdiccional obtiene el conocimiento a


través del contacto con los sujetos de Ia relación procesal, para así adquirir el material
necesario que le permita pronunciar una resolución del caso. 

El Principio de Inmediación pertenece al sistema oral por el cual el juez recibe en


audiencia, las pruebas.  En el sistema escrito este principio se reduce a: escuchar por
parte del juez la lectura de las pruebas.

CONCEPTO.- El vocablo inmediación expresa proximidad o contigüidad a algo,


cercanía física a una persona (juez) o a un objeto material (pruebas). 

El proceso civil se sustenta en el Principio de Inmediación que es el contacto directo en


audiencia del juez con los sujetos procesales y la recepción de los diferentes medios
probatorios dentro de un determinado proceso.

61
DEFINICION.- EI Principio de Inmediación es la comunicación personal del juez con
las partes y el contacto directo del mismo con los actos de adquisición,
fundamentalmente de las pruebas. El Principio de Inmediación es la íntima vinculación
personal entre el juzgador y las partes y con los elementos probatorios, a fin de que
dicho juzgador pueda conocer directamente el material del proceso desde su iniciación
hasta la terminación del mismo (Chamorro, José A.).

IMPORTANCIA.- Radica en que las partes aportan sus alegatos y sus pruebas frente y
directamente ante juez, de esta manera procurándose la identificación física del juez. 
Las consecuencias legales de la infracción de este principio son extremadamente graves:
la nulidad de pleno derecho de las correspondientes actuaciones.

FINALIDAD.- ¿Para qué se elige el Principio de Inmediación como fundamento del


proceso civil?  Por el Principio de Inmediación se busca que el juez dictamine una
solución basada en un conocimiento cabal de lo actuado en las audiencias, y que no solo
revise documentalmente lo plasmado en los mismos. 

El principio de inmediación encuentra aplicación inmediata e indispensable en la


celebración del proceso civil y el dictado de la sentencia.  Se considera que mediante la
aplicación de este principio es más seguro descubrir la verdad de los hechos y
pronunciar una decisión justa, es decir, alcanzar el ideal del Derecho.

CARACTERES.- Presencia física del juez.  Presencia de los sujetos y partes procesales
ante el juez. Recepción de alegatos en audiencia. No debe haber un intermediario
judicial entre las pruebas y el juez.  Recepcion de pruebas durante la audiencia. Es
necesario que las pruebas lleguen al juez sin alteración alguna. Ademas, es necesario
que todos los sujetos procesales reciban la prueba de una manera directa, inmediata y
simultánea. Fallo o sentencia por juez que ha presenciado la audiencia. Es decir,

62
identidad física entre el juez que tuvo contacto con las partes y el que dictará la
sentencia.

CONCLUSIÓN

* La inmediación debe exigirse no sólo respecto a la actividad probatoria sino, lo mas


importante, juez debe escuchar alegatos de hecho de las partes en litigio. 

* La inmediación obliga al juez ha de decidir y resolver el litigio. 

* La inmediación se proyecta en dos direcciones: una pasiva o contemplativa, que


comporta el contacto directo con las fuentes de conocimiento judicial, y otra activa o
intervencionista, que posibilita las funciones directivas y su eventual iniciativa
probatoria.

3.4 PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN

El artículo I del Título Preliminar del Nuevo Código Procesal Penal (NCPP) reconoce
como principio o criterio rector de la justicia penal que toda persona tenga derecho a un
juicio previo, oral, público y contradictorio; debiéndose entender al juicio no en su
acepción restringida a una de las etapas del proceso común (precedente a la etapa de
investigación y etapa intermedia), sino en su acepción genérica a todo el procedimiento
de investigación, discusión y resolución del conflicto jurídico penal, por ello, es de
suma importancia para los operadores del nuevo modelo acusatorio adversario,
interiorizar al contradictorio no sólo en su versión clásica como derecho a la defensa,
sino en especial como el método más perfecto de búsqueda de la verdad en el proceso
penal. II.

CONTRADICTORIO COMO DERECHO El principio contradictorio (o de


contradicción) es la posibilidad que tienen las partes de cuestionar preventivamente todo
aquello que pueda luego influir en la decisión final y como tal presupone la paridad de
aquéllas (acusación y defensa) en el proceso: puede ser eficaz sólo si los contendientes

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tienen la misma fuerza o, al menos, los mismos poderes. Es la posibilidad de refutación
de la contraprueba. Representa a su vez el derecho a la igualdad ante la ley procesal, de
contar con las mismas armas para formar –con las mismas posibilidades- el
convencimiento del juzgador.

 Juez del Tercer Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de Trujillo, Docente de


Derecho en Universidades UPAO y UPN Instituto de Ciencia Procesal Penal El
contradictorio tienen lugar cuando se asegura que el imputado conozca en que consiste
la acusación y cuáles son las pruebas ya constituidas que la confirmarían, así como
participar en la formación de la prueba (buscar fuentes de prueba) y en el control de la
prueba ya producida: “contradictorio para la prueba y contradictorio sobre la prueba”. Si
bien es cierto que el fiscal tiene más poderes que el imputado en la formación de la
prueba al tener la dirección de la investigación, ello importa que a la defensa se le
reconozca en forma efectiva el papel contradictorio en todo momento y grado del
procedimiento, tal es así, que como lo prevé los artículos 337.4 y 338.1 del NCPP el
imputado puede solicitar la actuación y asistir a las diligencias pertinentes y útiles para
el esclarecimiento de los hechos durante la investigación preparatoria. III.

CONTRADICTORIO COMO METODO El contradictorio además de constituir un


derecho del imputado (defensa en juicio), es el método más conveniente para el
descubrimiento de la verdad (aproximativa, nunca absoluta), como correspondencia
respecto de los hechos que constituyen el objeto de la acusación y luego de la condena.
Es una técnica o método basado en la actuación de las partes para el descubrimiento de
la verdad, deja al juez que debe decidir el caso en una situación de tercero ajeno y no
involucrado en esa actividad. Es un método probatorio en grado de procurar la mejor
reconstrucción objetiva de los hechos. Más que un principio procesal es un sistema
lógico de conocimiento, por ello, constituye la “estructura” esencial del proceso. Como
criterio epistemológico en el ámbito judicial, el contradictorio es un método de
investigación judicial importado de la investigación científica, del método ensayo-error
de Karl Popper: “la teoría más apta que está a nuestro alcance mediante la eliminación
de las que son menos aptas”, precisamente, el conocimiento científico (y su progreso) se
basa en la crítica de las conjeturas ensayadas, de manera tal que puedan éstas puedan ser
controladas, refutadas y cambiadas. La LÓGICA FALSACIONISTA de la investigación
científica llevada al proceso penal permite someter a prueba la tesis de la acusación, con
la posibilidad de su refutación. El juez accede al conocimiento de la verdad en el

64
proceso no en forma unidireccional, sino por Instituto de Ciencia Procesal Penal medio
del confronte de hipótesis contrarias entre si que intentan prevalecer. Servirá entonces
para no caer en el error de tender solo a la verificación de una hipótesis (de la parte
acusadora), sino que permite la búsqueda y hallazgo de sus puntos débiles (por la parte
acusada), en caso ella no resista los embates dirigidos por las pruebas que se le
contraponen deberá ser descartada.

CONTRADICTORIO EN EL MODELO INQUISITIVO El modelo inquisitivo se


inspira en la figura ingenua del “juez imparcial” que debe producir las pruebas de cargo
y descargo (tarea única e indivisible), con el fin de llegar a la “verdad absoluta”. Hay
una reducida -sino nula- participación de la defensa en la formación y crítica de la
prueba (reglas de prueba legal, la confesión por tortura o intimidación, interrogatorio del
tribunal, pruebas de oficio). La ley lo obliga a adoptar la posición de parte en el proceso,
a tener interés propio en la decisión, a abandonar su posición neutral frente al
acontecimiento, a conocer por las suyas la verdad de una acontecimiento histórico
(investigar ex oficio). No existe una clara separación de funciones, que garantice la
imparcialidad del juez y asegure la carga de la prueba en cabeza de la acusación. Se
apuesta por una LÓGICA VERIFICACIONISTA en que la hipótesis (acusatoria) es
seleccionada en forma arbitraria y asumida como dogma por el juez (convicción
subjetiva, no racional), para luego buscar solo elementos que lo corroboren y defiendan
a cualquier precio. El juez asume una actitud dogmática – pseudo científica. Recuérdese
el proceso sumario y ordinario bajo las reglas del Código de Procedimientos Penales de
1940, cuando el juez instructor asume como hipótesis oficial y única la teoría del caso
de la parte acusadora expuesta en la formalización de la denuncia fiscal, que servía de
sustento fáctico y normativo al auto apertorio de instrucción, tendiendo en adelante la
investigación a su sola verificación.

CONTRADICTORIO EN EL MODELO ACUSATORIO En el modelo acusatorio


existe una clara distinción entre pruebas de cargo y descargo, se pasa del principio de
autoridad al principio dialéctico, por el cual la formación de la prueba es una función de
las partes controladas por el juez imparcial (separación de funciones). La privación del
ejercicio del contradictorio es inconstitucional y lesiona el derecho de defensa Instituto
de Ciencia Procesal Penal en juicio. La sanción penal es válida en la medida que la
hipótesis acusatoria haya sido sometida al contradictorio y esté basada en la verdad del
hecho contenido en ella. La LOGICA FALSACIONISTA aplicado al modelo acusatorio

65
impone que la hipótesis acusatoria sea solo una simple conjetura (relativa), que debe ser
confrontada con la hipótesis de la defensa, está sujeta a refutación y confirmación por
elementos probatorios, precisando que la hipótesis de la defensa no necesita el mismo
grado de confirmación que la acusación (duda). El juez en este modelo adopta una
actitud crítica - científica. El contradictorio en el NCPP, estimula que la hipótesis
acusatoria del fiscal desde la apertura del juicio sea confrontada y refutada con la
hipótesis exculpatoria de la defensa, a través de un exigente control de la actividad
probatoria de cargo, que requiere el grado máximo de certeza del juez para condenar y
sólo la duda o la probabilidad para absolver o sobreseer.

3.5 PRINCIPIO DE PUBLICIDAD

Se fundamenta en el deber de que asume el Estado de efectuar un juzgamiento


transparente, esto es facilitar que la Nación conozca por qué, cómo, con qué pruebas,
quiénes, etc. realizan el juzgamiento de un acusado. El principio de publicidad está
garantizado por el inciso 4 del artículo 139 de la Constitución Política, por los tratados
internacionales, el inciso 2 del artículo I del Título Preliminar y el art. 357º del CPP.
“Toda persona tiene derecho a un juicio previo, oral, público y contradictorio…”. Este
principio de vital importancia es una forma de control ciudadano al juzgamiento.
HASSEMER señala, además, que este principio es una forma de auto legitimación de
las decisiones de los órganos que administran justicia. Consiste en garantizar al público
la libertad de presenciar el desarrollo del debate y en consecuencia de controlar la
marcha de él y la justicia de la decisión misma. La publicidad es considerada como una
garantía del ciudadano sometido a juicio y a la vez como un derecho político del
cualquier ciudadano a controlar la actividad judicial. El Tribunal Europeo de Derechos
Humanos (S. 8-12-83) ha señalado que, “la función política de control del poder judicial
que cumplen los particulares, a través de su presencia en un acto judicial público,
consiste, precisamente, en la verificación del cumplimiento de las condiciones,
requisitos y presupuestos jurídicos por parte de quienes desempeñan la tarea de
administrar justicia”. La finalidad de la publicidad es que el procesado y la comunidad
tengan conocimiento sobre la imputación, la actividad probatoria y la manera como se
juzga, así la comunidad podrá formarse un criterio propio sobre la manera como se
administra justicia y la calidad de la misma. La regla general es que los juicios deben

66
ser públicos, salvo cuando sea necesario para preservar los intereses de la justicia, de
este modo ha sido recogido en la Convención Americana de Derechos Humanos (art. 8
inc. 5). Nuestra Ley señala la excepción al Principio de Publicidad cuando se trate de
tutelar intereses superiores, tal es el caso del derecho al honor de una persona y en los
casos de delitos contra la libertad sexual. Los juicios por responsabilidad de los
funcionarios públicos, por los delitos cometidos por medio de la prensa y por la
afectación de derechos fundamentales, siempre serán públicos. La publicidad de los
juicios está también referida a la facultad de los medios de comunicación de poder
informar sobre el desenvolvimiento de un juzgamiento y hacer efectivo el derecho de
control ciudadano; pero la información propalada debe ser objetiva e imparcial, el
medio de comunicación no debe convertirse en medio de presión o de sensacionalismo.
Sin embargo, la difusión por estos medios no deja de presentar algunos problemas, por
lo que algunas legislaciones han previsto restricciones para la prensa cuando se
colisiona con otros intereses que deben ser igualmente protegidos. Así el art. 357º ha
previsto esta restricción autorizando al Juez para que mediante auto especialmente
motivado pueda disponer que el acto oral se realice total o parcialmente en privado en
los casos expresamente previstos en dicha norma.

El término publicidad lexicológicamente se caracteriza por su historicidad y


anfibología, variabilidad de su significado en correlación con distintas fases históricas,
al tiempo que se advierte una diversidad de nociones del mismo en contextos culturales
similares, semejantes, coetáneos y hasta idénticos.

Por tanto se define como: La inmediata percepción de las actuaciones verificadas por y
ante el tribunal por personas que no forman parte del mismo.

La publicidad para las partes o publicidad interna, significa que todo cuanto actúa el
juez o tribunal y la parte adversa es conocido <<ope legis>> por la parte. La publicidad
general hace referencia al <<gran público>> no interesado directamente en el proceso.
La publicidad general se manifiesta, a su vez, en otras dos formas, la publicidad
inmediata, que supone la percepción directa de los actos procesales por el público, y la
publicidad mediata, que tiene lugar por vía indirecta, a través de un intermediario
(prensa, radio, televisión, cine..., etc.)

67
La publicidad para las partes queda fuera del ámbito estricto de la publicidad procesal.
Más bien se identifica con el derecho de defensa, con el carácter contradictorio del
proceso y con el principio de igualdad de armas. Supone, en consecuencia, la necesidad
de que las partes conozcan todas las actuaciones procesales, como medio indispensable
para asegurarles una defensa eficaz. El Tribunal Constitucional ha seguido este
concepto estricto de publicidad al residencia en el derecho constitucional de defensa, y
no en el derecho a un proceso público, las reclamaciones formuladas con ocasión del
secreto sumarial.

De la publicidad procesal se habla en un sentido amplio para referirse a la percepción


directa de las actuaciones judiciales por y ante el tribunal, por otras personas que no
forman parte de él. Este concepto presupone la oralidad y la inmediación, ambos
implícitos en la publicidad de los juicios. En sentido estricto, con la expresión
publicidad de la justicia se designa <<el conjunto de medios que permiten al público, es
decir, a una colectividad humana indeterminada, y tan amplia como sea posible, estar
informada de la existencia de una instancia jurisdiccional, de su desarrollo y de su
resultado>>. La publicidad externa, identificada tradicionalmente con la publicidad
judicial, puede hacerse efectiva mediante la presencia material del público ante el
tribunal o, indirectamente, a través de los medios de comunicación que transmiten la
información a todas las personas interesadas en la noticia, a la opinión pública.

Al considerar el principio de la publicidad de la justicia en su dimensión constitucional,


es preciso tener en cuenta los diversos intereses que actúan en esta materia, que se
enfrentan provocando múltiples situaciones de conflicto: por un lado, el interés del
Estado en administrar justicia libre e independientemente; pero también el interés del
individuo en que se respete su vida privada, su reputación y su esfera de libertad
personal; el interés de la opinión pública en estar informada de los hechos socialmente
importantes que se producen en su seno, y por supuesto el derecho a formarse una
opinión propia y expresarla libremente.

Con ello se pone de manifiesto la diversa fundamentación del principio de publicidad de


la justicia según la perspectiva desde la que se contemple. Desde el punto de vista del
imputado se vincula con la función garantista del proceso, con las garantías del

68
enjuiciamiento; es decir, su interés en un juicio justo realizado por un tribunal
independiente e imparcial.

La publicidad contribuye a la satisfacción de este interés, pues el juicio propiamente


dicho se realiza a la vista de todos, y no al amparo de la oscuridad que puede encubrir la
arbitrariedad. En este sentido, la publicidad se traduce en la mayor garantía de que la
decisión judicial se adopta atendiendo, única y exclusivamente, a criterios jurídicos
desechando cualquier influencia espuria.

Desde el punto de vista de los ciudadanos en general la publicidad de la justicia


constituye una garantía esencial del funcionamiento del Poder Judicial en una sociedad
democrática, no sólo porque fortalece la confianza pública en la justicia, sino también
porque fomenta la responsabilidad de los órganos de la administración de justicia. La
exigencia publicidad, por tanto, viene impuesta como garantía de control sobre el
funcionamiento de la justicia, la llamada responsabilidad social del juez, que se
manifiesta en la más amplia sujeción de las decisiones judiciales a la crítica de la
opinión pública.

Y, por último, desde el punto de vista del Estado, la publicidad contribuye de forma
decisiva la prevención general, en la medida que se presenta como el medio más apto
para transmitir a la sociedad los mensajes institucionales acerca de las valoraciones
sociales reconocidas en la ley, y la vigencia de las normas penales.

En contrapartida, no cabe ignorar, como después veremos, la posibilidad de que el


mismo derecho a un proceso equitativo resulte comprometido por una publicidad
desmedida e incontrolada, que también comporta una seria amenaza para la presunción
de inocencia del inculpado y para los derechos de la personalidad de todos los
participantes en el proceso. Piénsese, por ejemplo, en las campañas de prensa violentas,
que al llevar al tribunal a formarse un prejuicio desfavorable al inculpado comprometen
las garantías básicas del mismo derecho a un proceso equitativo.

El principio de publicidad aparece en su origen vinculado al liberalismo político,


reconocido en las constituciones como un principio de organización del Estado, exigido
en general en el Parlamento y en la Justicia. Fue FEUERBACH , el que advirtió de la
importancia de este principio como instrumento de protección del inculpado contra la

69
arbitrariedad de una justicia secreta. Para este autor, la publicidad era el símbolo de la
<<luz>>, del <<bien>> y de la <<razón>>, mientras que a la <<clandestinidad>> la
consideraba salida del imperio de las <<tinieblas>> del <<mal>> y de la
<<arbitrariedad>>

Ahora bien, el liberalismo entendía el principio de publicidad en un sentido


extraordinariamente restrictivo, exigido tan sólo para el juicio oral, pero no para la
instrucción que podía continuar en secreto como antes. Además, la publicidad se
entendía como una <<realidad concreta, visible e incluso audible>>, que únicamente
afectaba a las personas presentes en el lugar de las sesiones, como participantes o como
espectadores.

Desde entonces se han producido cambios importantes. La publicidad ha perdido, al


menos en parte, su carácter concreto. La asistencia personal y directa a los juicios ha
perdido importancia. En contrapartida, se ha ampliado extraordinariamente el círculo de
los participantes indirectos a través de los grandes medios de comunicación: prensa,
radio, televisión... hasta el punto de que hoy en día es a través de los medios de masas
como se articula la conexión entre la justicia y la opinión pública. Paralelamente, se ha
producido un progresivo alejamiento del público de la justicia y de la ley, cada vez más
compleja, más especializada y, por tanto, menos conocida para el espectador no jurista.

Como resultado de esta evolución, la publicidad procesal ha dejado de ser una instancia
crítica, ha perdido su antigua función como mecanismo de control de la aplicación de la
ley, y se ha convertido en un mero instrumento de prevención general, en un medio de
educación de los ciudadanos en la fidelidad de las normas, en un mecanismo utilizado
para mantener la paz y la seguridad públicas , que contribuye a restablecer el concepto
de la propia seguridad disminuido por el hecho ilícito, neutralizando así el llamado daño
político del delito

La publicidad del proceso es una conquista del liberalismo. Surge en oposición al


secreto característico de la acción del Estado en el Antiguo Régimen. Frente al proceso
inquisitivo se propugna la publicidad del proceso, como garantía para el individuo
sometido a juicio, y como instrumento de control de la actividad jurisdiccional. Como
ha señalado AUBY, el principio de publicidad refleja una cierta concepción de la

70
democracia, que aparece como un régimen de luz excluyendo el secreto del lado de las
autoridades públicas.

Para la jurisprudencia tampoco ha pasado desapercibida la vinculación entre la


publicidad procesal y la noción de Estado de Derecho. El Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, por ejemplo, ha señalado que el principio de publicidad de los procesos
integra el contenido del derecho a un proceso con todas las garantías, elemento esencial
del proceso equitativo, básico en una sociedad democrática.

El principio de publicidad en los procesos penales se sustenta en tres pilares esenciales:

a) Proteger a las partes de una justicia sustraída del control público;

b) Mantener la confianza de la comunidad en los Tribunales;

c) Evitar que el acusado vea limitado su derecho a la defensa al desconocer las


actuaciones sumariales y estar impedido, por ello, de aportar elementos de prueba que
aclaren o desvirtúen las que se acumulan en su disfavor.

Junto a esta función de garantía para el justiciable, la publicidad desempeñaba una


importante función como instrumento de control de la sumisión del juez a la ley. Como
ha señalado PEDRAZ PENALVA, con la presencia en las actuaciones judiciales de
elementos no intervinientes en ellas se refuerza el control de la generalidad de la ley y
de su efectiva y general aplicación.

La garantía de la publicidad, como garantía de la imparcialidad del Poder Judicial,


constituye un elemento esencial del derecho constitucional al proceso debido. Con ello
se quiere expresar que las garantías formales, una de las cuales es la publicidad de los
juicios, no constituyen meros formalismos de los que se pueda prescindir, en cuanto que
sólo un proceso penal realizado debidamente es adecuado para remover la presunción de
inocencia. En este sentido el derecho al proceso debido constituye un presupuesto del
régimen liberal, y él mismo se ha convertido en un derecho fundamental sustancial (due
process of law).

CONCLUSIONES

71
El principio de publicidad en el proceso penal, es esencial en la aplicación de nuestro
proceso judicial, independientemente que adopte diferentes matices y tenga varias
clasificaciones, sobre todo en otros países, pues su presencia y correcta aplicación
garantiza el Debido Proceso, que implica que las partes que intervienen en él, gocen de
sus derechos y garantías, es decir que se encuentren en igualdad de condiciones, sobre
todo cuando se trata del acusado, que es el más afectado cuando no se aplica
correctamente este principio, pues se lacera el principio de Presunción de inocencia
desde el momento que se publiquen los hechos ocurrido sin que se haya dictado
sentencia condenatoria sobre él.

3.6 PRINCIPIO DE CELERIDAD

Como es sabido, uno de los principios más importantes del nuevo sistema procesal
penal peruano es el de celeridad procesal, el cual forma parte del derecho a un debido
proceso sin dilaciones injustificadas, que implica un equilibrio razonable entre
celeridad, rapidez, velocidad, prontitud, del proceso y el derecho de defensa. Así, la ley
debe armonizar el principio de celeridad, que tiende a que el proceso se adelante en el
menor lapso posible, y el derecho de defensa, que implica que la ley debe prever un
tiempo mínimo para que el imputado pueda comparecer al juicio y pueda preparar
adecuadamente su defensa. La celeridad procesal se observa en el nuevo modelo
procesal penal desde la estructura del proceso común que establece plazos cortos e
institutos procesales, que se caracterizan por su celeridad, como la acusación directa y
los procesos especiales: el proceso inmediato y el de terminación anticipada. En el
primer caso, el de la acusación directa, se produce un salto de la sub etapa de la
investigación preparatoria a la etapa intermedia; en el segundo caso, el del proceso
inmediato, de esa subetapa se pasa directamente a la etapa de juzgamiento, salvo que se
formalice el proceso con una duración máxima de treinta días; finalmente, en el caso del
proceso de terminación anticipada, se obvian las etapas intermedia y de juzgamiento.
Asimismo, se establece como nueve meses el plazo máximo de duración de un proceso
simple, en el que debe concluir el proceso con una sentencia que le ponga fin a la
primera instancia. El motor para la celeridad procesal en el Nuevo Código Procesal
Penal (en adelante NCPP) es el Ministerio Público, porque en su sede se inicia el

72
proceso y es quien define la estrategia que se seguirá en cada caso, según las
alternativas que hemos reseñado en el anterior párrafo. Y esto es indefectible, porque en
el nuevo sistema procesal penal el fiscal es el principal órgano requirente de los
servicios de justicia del Poder Judicial a través de los requerimientos que le formula
solicitando la realización de un acto procesal. De esta forma, al Poder Judicial le queda,
en términos generales, la función de dirigir el procedimiento escrito que establece la
norma para que se realice el acto procesal requerido, el que por regla general se dicta en
una audiencia pública donde se desarrolla un procedimiento oral que dirige el juez.

La celeridad procesal no es un principio abstracto: muy por el contrario, es el alma del


servicio de justicia. Está claro que la existencia del debido proceso se debe
necesariamente a la existencia de una justicia que no puede y no debe prolongar
innecesariamente el litigio; ya que la sociedad debe recomponer su paz a través del
proceso en el más breve plazo; y es de su interés que el conflicto de intereses o la
incertidumbre jurídica se dilucide prontamente. Esta situación De hecho, esta situación
ya se encuentra reconocida constitucionalmente en el derecho comparado y en nuestro
proyecto constitucional y resulta también una garantía protegida a nivel supranacional
De hecho, sin celeridad procesal, o mejor dicho, con las indebidas dilaciones que se
producen a lo largo del proceso, resulta imposible lograr paz social. En tal sentido, la
búsqueda de la paz social en justicia parte desde el hecho de apaciguar el litigio antes
que profundizarlo. Al respecto, hay que tomar en cuenta que la celeridad procesal, como
un ideal que la administración de justicia; tiene manifestaciones concretas en el proceso,
tanto por parte del Poder Judicial, como por parte del ciudadano, quien muchas veces es
quien contribuye a la lentitud procesal con la interposición dilatoria de Escritos y
demandas que comúnmente se hacen “para ganar tiempo” ante una determinada
situación jurídica. Al respecto, debemos mencionar al doctor Pablo Sánchez Velarde:
“la celeridad procesal aparece como un principio dirigido a la actividad procesal, sea del
órgano jurisdiccional como del órgano fiscal, a fin de que las diligencias judiciales se
realicen con la prontitud debida, dejando de lado cualquier posibilidad que implique
demora en el desarrollo y continuidad del procedimiento. Desde la perspectiva del
justiciable o de las partes en general, puede invocarse el mismo principio aun cuando es
posible su exigencia a título de derecho, del derecho a un proceso sin dilaciones
indebidas”.

73
Celeridad dentro del proceso: las Audiencias El hecho no es solo permitir vías de
solución fuera del proceso, como se verá más delante, sino permitir que dentro del
proceso existan medios que faciliten los trámites existentes, con la finalidad de
desmontar los formalismos procesales. En este marco de ideas, la Oralidad juega u
papel importante, pero que si no es manejado con responsabilidad puede traer
complicaciones que agraven el problema. El ideal es que el proceso se lleve a cabo
mediante audiencias, por las cuales predomine el sistema oral, pero dentro de un
esquema que evite caer en el procedimentalismo. Esto se hace necesario que sea
entendido por los operadores jurídicos, ya que la falta de inmediación en los pedidos
escritos y la procedimentalización de los actos orales juegan6 en contra de un modelo
más eficaz y por tanto se obstruya el actuar de la justicia. Por ejemplo, las Audiencias
Públicas Extraordinarias reguladas mediante Decreto Ley Nº 25176 tienden a resolver,
en el marco de los procesos penales, pedidos urgentes vinculados con la libertad de los
procesados, y contribuyendo a la descongestión de la justicia penal.

CAPITULO III

JUICIO ORAL O JUZGAMIENTO

1.- ETAPA DEL JUICIO ORAL

I. INTRODUCCIÓN

La entrada en vigencia del Código Procesal Penal del 2004, ha traído consigo la
imposición de una nueva idiosincrasia al momento de litigar y resolver los conflictos en
materia penal, es notorio el cambio de cultura, pues luego de haberse infectado el CPP
de 1940 de una práctica auténticamente inquisitiva, hemos dado paso a un proceso de
refundación del sistema acusatorio, instalando un modelo procesal garantista, que
concibe al proceso penal constitucionalizado como la herramienta no solo
instrumentalizadora del derecho penal sustantivo, sino además, como el fortín de los
principios y garantías limitadores de toda arbitrariedad; resulta además necesario
expresar, que los aportes del modelo adversaría le dan al proceso penal actual, la
posibilidad de alcanzar los niveles de eficiencia que son necesarios para mitigar la

74
insatisfacción ciudadana respecto a la justicia penal. Como es sabido a partir de la
entrada en vigencia del Código Procesal Penal del 2004, en el distrito judicial de la
Libertad, hemos acogido un nuevo sistema procesal, el cual se caracteriza por su
orientación acusatorio con tendencia adversarial. Nos inclinamos por señalar que el
Código del 2004 no es del todo adversarial, sino que presenta rasgos adversariales,
sobretodo en cuanto se refiere a la litigación oral y su práctica estratégica, como
también a ciertos procedimientos especiales que ofrecen una alternativa distinta a la
solución de los conflictos.  En este sentido el proceso abarca tres etapas bien definidas.
La primera: la investigación preparatoria y sus dos sub etapas: investigación preliminar
e investigación preparatoria propiamente dicha; la etapa intermedia y finalmente la
etapa del juzgamiento.

En el presente trabajo, analizaremos, de manera sistemática el articulado que regula una


de las etapas más importantes del proceso penal: el juzgamiento. Etapa que ha sido
regulada de manera extensa en el código procesal penal, con la novedad de que quién
instruye o investiga no juzga, pues las funciones y/o roles tanto de investigación como
de juzgamiento están claramente delimitadas, respetándose el Principio Acusatorio,
enarbolando de ese modo, además la imparcialidad del investigador y juzgador.             

II.    ENSAYANDO UNA DEFINICIÓN

Para el ilustre maestro trujillano Florencio Mixan el juzgamiento, consiste en la


actividad procesal específica, compleja, dinámica y decisoria, de índole rigurosamente
discursiva y de discernimiento sobre el valor de la prueba en el caso y que, a su vez,
permite al juzgador descubrir si óptica y jurídicamente es real la imputación, así como
formarse convicción sobre el tema probandum y concluir declarando la responsabilidad
o irresponsabilidad penal del acusado.  

Por nuestra parte diremos que es la etapa principal del proceso penal, en la que se
postula por última vez la admisibilidad de la prueba, bajo cierto régimen de excepción y
constituye el momento oportuno en la que se realiza la actividad probatoria, bajo la
dinámica que impone el contradictorio, es decir contrastando y verificando los

75
postulados de las partes, en procura de la afirmación y sustento en la decisión del fondo,
que se ve plasmado en la sentencia emitida por el órgano encargado del juzgamiento.

III.    PREPARACIÓN DEL DEBATE

ACTORES PRINCIPALES DEL JUICIO

a)    JUZGADOR

Es la persona encargada de poner fin al proceso penal, mediante una sentencia, siempre
recaerá dicha función en una persona preparada e imparcial que tomara una decisión
luego de observar la actividad probatoria y las pretensiones de las partes. Del mismo
modo le corresponde la dirección –moderador del juicio oral, y los parámetros de su
actuación deben ceñirse a criterios de imparcialidad.

El código procesal penal ha establecido, dependiendo de la naturaleza del delito


instruido y sobretodo de la gravedad de la pena prevista para ellos, que el juzgador
podrá ser:

Unipersonal, si la pena prevista para el delito a juzgar es, en su extremo mínimo menor
a seis años (Art. 28 numeral 2 CPP) 

Colegiado, que está integrado por tres jueces, siempre que los delitos instruidos tengan
en su extremo mínimo pena privativa de libertad mayor de seis años (Art. 28 numeral 1
del CPP)

b)   FISCAL

Su actuación se rige bajo pautas de independencia y objetividad, principalmente en el


rol acusatorio que le ha asignado el modelo procesal, defendiendo siempre la legalidad;
la defensa de su tesis acusatoria dependerá de la estrategia fáctica y legal que imprima
su postulado, siempre dentro de los parámetros de legalidad.

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Normalmente siempre se tuvo la concepción que el Fiscal, a toda costa debería buscar el
castigo para la persona sometida a un juzgamiento, talvez ello se debía al modelo
inquisitivo que tan arraigado estuvo en nuestra legislación. Sin embargo en la actualidad
el Fiscal, como defensor de la legalidad también puede opinar, incluso cuando haya
emitido acusación por la inocencia del acusado, haciéndose evidente de ese modo la
objetividad en su actuación.  

c)    DEFENSOR

Ejerce el derecho de defensa del imputado, garantizándole un juicio justo y/o debido,
controla la introducción de los medios de prueba y tiene una participación activa en el
desarrollo del juicio, bajo los lineamientos de la estrategia que ha diseñado.

Es indispensable la preparación del abogado defensor, pues si bien el acusado, por regla
constitucional goza de la presunción de inocencia, no menos cierto es que necesita
defenderse de las acusaciones que realiza el ministerio público; preparación en torno a
litigación oral y argumentación jurídica

PREPARACIÓN DEL DEBATE (ART. 367 Y SS CPP)

El desarrollo del Juicio supone la presencia obligatoria de las partes procesales, en


especial el acusado y su defensa y el Fiscal. Respecto al acusado, en caso de
inconcurrencia injustificada se le podrá apercibir, y luego hacer efectiva la declaración
de contumacia.

El juzgamiento se verificara en la sala de audiencia designada con antelación y con el


conocimiento de las partes; sin embargo por razones establecidas en la ley se designaran
ambientes especiales. Las situaciones para designar estos ambientes especiales son:

Enfermedad o razón justificada, debiendo de realizarse en el lugar donde se encuentra el


procesado

Prisión preventiva, debiendo de realizarse en el lugar adyacente al centro penitenciario

77
 

En cuanto a la ubicación de las partes en la Sala de Audiencia, se verificara el siguiente


orden:

El acusado frente al juez

El Fiscal y actor civil a la derecha juez

A la izquierda del acusado su abogado defensor

Los testigos y peritos, si los hubiera, en sala contigua, de tal manera que no se pueda
manipular ni orientar en un determinado sentido la declaración que han de prestar en
audiencia. 

IV.    DESARROLLO DEL JUICIO

                        APERTURA DEL JUICIO (ART. 371 – 374 SS CPP)

Consiste en la actuación primigenia que deberá de realizar el juez  penal, en donde


deberá de enunciar:

 Número del proceso


 Finalidad específica del juicio
 Datos del acusado
 Situación jurídica
 Delito objeto de acusación
 Nombre del agraviado

                        ALEGATOS PRELIMINARES (ART. 371. 2 CPP)

También llamados alegatos de apertura, su diseño obedece al ámbito de la llamada


teoría del caso en el que las partes (Fiscal, Actor Civil y Tercero Civil y Abogado de la
defensa) presentan un resumen de sus pretensiones, con el propósito de crear la primera
convicción en el juzgador. Para ello es necesaria la utilización de argumentos jurídicos –
dentro de los cuales comprende la dogmática y jurisprudencia así como la utilidad de la

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prueba; es evidente que la presentación del caso obedece a una estrategia previamente
diseñada por el sujeto procesal, en procura de salir vencedor en juicio,.

El código establece y delimita además de manera clara la actuación de los sujetos


procesales. Así una vez aperturado el juicio (Art. 371 numeral 1 CPP) el Fiscal deberá
de exponer, de manera resumida, los hechos objeto de la acusación, la calificación
jurídica y las pruebas ofrecidas y admitidas. Luego de ello será el turno del Actor civil y
tercero civil, si los hubiera, debiendo de exponer sobre sus pretensiones y sus pruebas
ofrecidas y admitidas. Y para finalizar lo hará el defensor del acusado debiendo de basar
su discurso en los argumentos de defensa y las pruebas de descargo ofrecidas, que
demuestran la inocencia de su patrocinado. Se exige que el desarrollo del juicio se de en
el orden establecido en líneas anteriores.

Una vez culminados los alegatos preliminares, el juez le deberá de informar al acusado
sus derechos –tales como a ser oído, declarar o guardar silencio, y a conferenciar con su
abogado –, esta manifestación procesal, no hace sino garantizar los derechos del
justiciable, ofreciéndole un proceso justo, imparcial y oportuno.  

               CONCLUSIÓN ANTICIPADA DEL PROCESO (Art. 372 CPP)

El juez luego de terminados los alegatos preliminares y hacerle conocer sus derechos al
acusado está en la obligación de preguntarle si se confiesa autor o participe del delito y
responsable de la reparación civil. Acá encontramos dos situaciones que debemos de
detallar.   

Si el acusado acepta los cargos imputados, se da la conclusión del juicio, pudiendo


negociar la pena con el Fiscal, debiendo el Juez Penal dictar sentencia en la misma
sesión o dentro de las 48 horas siguientes, bajo sanción de nulidad. Si se produce algún
cuestionamiento acerca de la conclusión del juicio, solo podrá ser respecto a la pena y a
la reparación civil, no pudiendo versar sobre otro aspecto, debiendo centrarse el debate
en este punto. Si existen varios acusados, la conclusión anticipada o juicio de

79
conformidad, se aplicara respecto a los que acepten los cargos, sobre el resto se seguirá
el cauce normal del proceso.

En el caso que haya negativa, y no se acepten los cargos el juicio sigue, entendiendo que
se ha respetado el derecho a no auto- incriminarse

En términos simples debemos entender a la conclusión anticipada del proceso o juicio


de conformidad como algunos le denominan, como la aceptación de los cargos  por
parte del imputado. En otras palabras constituye el allanamiento a la acusación, de
manera total o parcial, posibilitándose algunas reducciones de la pena, previa
negociación con el Fiscal. No debemos confundir a la conclusión anticipada del proceso
con el proceso especial de terminación anticipada, púes este último solo puede gestarse
durante el desarrollo de la Investigación Preparatoria y antes de emitirse la acusación,
importa propiamente una negociación de la pena entre el investigado y el persecutor del
delito, a efecto de que sea el Juez quién apruebe y/o desapruebe el mismo, bajo ciertas
reglas de confesión y de beneficios en la rebaja de pena.

                        SOLICITUD DE NUEVA PRUEBA (ART. 373 CPP)

El derecho a la prueba constituye el fundamento del derecho a la defensa, todo ello


como contenido del debido proceso. En este sentido, el legislador ha posibilitado, por
medio del Art. 373 CPP, que las partes puedan ofrecer nuevos medios de prueba o
reintentar el ofrecimiento de las declaradas inadmisibles en la audiencia de control de la
acusación. La parte que pretenda introducir una nueva prueba deberá, de manera
necesaria, argumentar de manera oral la utilidad de la prueba y justificar su obtención
de manera tardía. En el caso que no se demuestre la utilidad ni el requisito temporal –
haberlo obtenido luego de la audiencia del control de la acusación el Juez penal deberá
opinar por el rechazo del medio probatorio ofrecido; asimismo en el supuesto
excepcional de reintentar el ofrecimiento de una prueba que fuera rechazada en el
estadio de control de la acusación, se exige una especial argumentación que exprese la
necesidad de admisión y actuación de la prueba en debate.

80
V.    ACTUACIÓN PROBATORIA

                        ORDEN DEL DEBATE PROBATORIO (ART. 375 CPP)

El debate probatorio se debe someter a un orden que ésta predeterminado por la ley
procesal, en el orden siguiente: 1) Examen del acusado; 2) actuación de los medios de
prueba admitidos; y; 3) oralización de los medios probatorios.

El orden establecido deberá de respetarse siempre y sin ninguna excepción. Es una regla
rígida.

Al momento de realizar el examen al acusado, que no es otra cosa más que interrogarlo
y contrainterrogarlo– sólo podrá ser llevado a cabo por el Fiscal y por los abogados de
las partes. De este modo se limita que sea el Juez penal quien interrogue y pierda
objetividad e imparcialidad. Sin embargo lo puede hacer de manera excepcional, en
casos que hubiera quedado vacíos o sea necesario hacer ciertas aclaraciones. Por lo que
podemos concluir que la participación, en lo que a examen se refiere, es facultativa y
excepcional.   

                        DECALRACIÓN DEL ACUSADO (ART. 376 AL 377 CPP)

Es la primera oportunidad donde el acusado ejercita su defensa material, siempre y


cuando quiera ejercer su derecho a declarar. Cuando se desea examinar al acusado, todo
depende de que quiera o no someterse al examen por parte de los abogados de las
partes. En el caso que acepte ser interrogado se deberá respetar, al momento de realizar
las preguntas, las regla de la utilidad, idoneidad y pertinencia.

Cuando el acusado hace uso de su derecho al silencio, tal situación no se tomara como
una aceptación tácita de los hechos. Así se respeta el derecho a no auto incriminarse en
sentido negativo. Todo esto, es decir, tanto el aceptar o no aceptar someterse al examen
deberá de constar en el acta correspondiente. 

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                        INTERROGATORIO DE PERITOS Y TESTIGOS

En principio se procede a que los testigos y peritos declaren bajo juramento cuando
profesan alguna religión o bajo promesa de decir la verdad, en el caso que no lo hiciera,
así podrían ser autores del delito contra la administración de justicia. Su examen es vital
por cuanto permite conocer hechos relevantes para llegar a una verdad. Por ello, en caso
de inconcurrencia injustificada de peritos o de testigos, se ordenara su conducción
compulsiva y en el caso que no sea encontrado se prescindirá de su examen. La norma,
sin embargo no establece cuando tiempo es posible esperar a que sea localizado el
testigo para hacer efectivo el apercibimiento de prescindir de su declaración. Ahí
debemos de recurrir al principio de concentración y evitar que el plazo de juzgamiento
se vea dilatado indebidamente por argucias legales utilizadas por los abogados de las
partes. El examen lo desarrolla en primer término quien propone al testigo o perito,
según sea el caso, luego de ello es el turno de las demás partes procesales.

Los testigos son aquellos que deponen sobre los hechos que percibieron o tomaron
conocimiento –directa o indirectamente según sea el caso– por lo que su examen es vital
para crear una convicción en el juzgador. Pueden ser objeto de ciertas protecciones,
especialmente cuando es un menor de dieciséis años, debiendo de protegerse en todo
momento su integridad.

Los peritos, por su parte, son personas especializadas en una determinada materia, por
lo que su examen también se convierte en uno de vital importancia, puesto que cuentan
con información técnica – científica. Antes de ser interrogados deberán de exponer
brevemente el contenido y la conclusión de su dictamen, luego de ello deberán de
reconocer el contenido y la firma del mismo, debiendo de tener el dictamen, obviamente
a la vista. Y por último deberán de explicar en que consistió la operación pericial, para
luego ser interrogados. Pudiendo consultar en todo momento apuntes, notas o
publicaciones que hagan más convincente sus respuestas.

                        PRUEBA MATERIAL (ART. 382 CPP)

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La prueba material o documental está relacionada con las evidencias; instrumentos,
objetos o efectos del delito. Estas deben ser recogidas, conservadas e incorporadas con
anterioridad al juicio para ser presentados en esta etapa.

La prueba Material podrá ser presentada a los acusados, testigos o peritos durante sus
declaraciones a efecto de que reconozcan o informen sobre ellas.  

                        PRUEBA DOCUMENTAL Y ORALIZACIÓN (ART. 384 AL 385


CPP)

Tal como viéramos, al momento de desarrollar los principios que rigen en la etapa del
juzgamiento, la oralidad se erige como máximo estandarte del modelo procesal vigente.
En este sentido no sólo es necesario el ofrecimiento de pruebas documentales –tales
como actas, denuncias, dictámenes, etc., que por sí solas no nos dicen nada, sino que
para ello se requerirá de la oralización, mediante el cual se da lectura a los documentos
incorporados antes del juicio oral, los que serán sometidos al contradictorio.

Como informa la doctrina, la oralización tiene particular importancia ya que por el


principio de oralidad debe ponderarse únicamente aquello que fue objeto de discusión
en el debate. De esto se deduce que todo lo que ha de utilizarse para la sentencia debe
ser leído y debatido en juicio. Incluso los documentos extensos deben ser leídos –por lo
menos la parte pertinente con el fin de que todos los que participan en el juicio
conozcan su contenido([13]), garantizando a la misma vez el contradictorio, pues en
última instancia las partes pueden sacar sus conclusiones sobre el contenido de las
pruebas documentales debiendo de quedar registrado todos esos hechos en el acta de su
propósito.

                        PRUEBA DE OFICIO (ART. 385.2 CPP)

El modelo procesal penal ha considerado la participación activa de los sujetos


procesales, con especial incidencia en el Fiscal –como director de la investigación; el
imputado –y su defensa, respetando sus derechos reconocidos a nivel constitucional y

83
con una notable revaloración de la víctima. Ellos son los actores principales, que se
desenvuelven dentro de la escenografía y dan vida al proceso. Sin embargo su rol
protagónico cobra mayor importancia al momento que llegan a la escena donde se actúa
el juzgamiento. El Tribunal cumple con la función de espectador, determinando cual fue
el actor que más le convenció y dándole su aprobación, al momento de emitir sentencia.

Ello quiere decir, que cada parte procesal ofrece, sustenta el valor de sus medios
probatorios, interroga y a través de sus alegatos demuestra que su teoría del caso es la
más convincente para que el Tribunal tome la decisión. Sin embargo, el Art. 385
numeral 2 del CPP permite que de manera excepcional el Tribunal, asuma –o se irrogue
la facultad activa de las partes– la posibilidad de actuar pruebas de oficio, siempre y
cuando estas resulten indispensables o manifiestamente útiles para crear convicción en
el juzgador.

Ante ello han surgido críticas fundadas desde nuestro punto de vista, sobre la
intromisión del juez al ordenar la actuación de una prueba, pues las partes no saben de
manera exacta el objeto del examen, con lo cual se podría estar afectando el derecho de
defensa y el principio de contradicción, cayendo en el mismo juego contemplado en el
Código de Procedimientos Penales de 1940, que permitía que el Tribunal sea el
protagonista principal del juzgamiento, relegando de ese modo la participación de las
partes procesales a un plano secundario.

Cuando el Tribunal toma la decisión de actuar una prueba de oficio, la resolución que la
apruebe es irrecurrible. Ante tal situación somos de la idea que debe estar debidamente
motivada explicando de manera clara y precisa el objeto de la actuación de la prueba de
oficio, garantizando de ese modo el debido proceso en general, y el derecho de defensa,
en específico.

VI.    FINALIZANDO EL JUICIO

ALEGATOS FINALES (386 CPP)

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Decíamos, al referirnos a los alegatos de apertura o preliminares que en ese estadio las
partes aún no están en condiciones de arribar a conclusiones, puesto que la prueba aun
no se ha actuado. En lo referente a los alegatos finales la situación es totalmente
distinta, puesto que la prueba ya se actuó y la actividad probatoria quedó cerrada. Por
ello, el alegato final –o discusión final es definido como los informes, que son siempre
orales, en donde las partes expondrán los hechos que consideren probados en la vista, su
clasificación legal([15]) y en general la apreciación sobre cada prueba actuada de tal
suerte que se convierte en el último instante para terminar de crear convicción en el
juzgador, a través de conclusiones concretas, dando paso a un ejercicio sistemático .

La norma procesal, Art. 386 CPP, ha establecido el modo como se inician los alegatos
finales, siendo el Fiscal, el primero en esbozarlos, luego los abogados del actor civil y
del tercero civil, posteriormente el abogado defensor del acusado, para que finalmente
sea el acusado quien ejerza su defensa cautiva, o autodefensa. Al momento de
desarrollar los alegatos finales, no se podrán leer escritos, excepto ayudas memorias,
siendo imprescindible que el Fiscal y los abogados de las partes sean amplios
dominadores de las técnicas de litigación y argumentación oral. Todas las
intervenciones, anteriormente señaladas, serán limitadas por el Juez Penal quien ejercerá
la función de moderador, fijando siempre un tiempo prudencial, para que las partes den
por concluida y perfilada su teoría del caso.

                        ALEGATO FINAL DEL FISCAL (ART. 387 CPP)

El fiscal como defensor de la legalidad, una vez terminada la actuación probatoria, tiene
la posibilidad de ratificarse en su acusación, cuando esté plenamente convencido de la
responsabilidad penal del acusado, debiendo de sustentarla oralmente; con mayor
énfasis en los hechos probados.

Producto de esa misión –de defensor de la legalidad también puede retirar la acusación,
cuando considere que de todas las pruebas actuadas ninguna indica la participación y
consecuente responsabilidad del procesado.

85
 

En este caso el Juez, luego de escuchar a las demás partes, emite la sentencia en la
misma audiencia, y excepcionalmente lo podrá hacer antes de los dos días hábiles
siguientes. Si el juez está de acuerdo con el retiro de la acusación dará por sobreseída la
causa; pero si discrepa de lo alegado por el fiscal, se elevaran los actuados al fiscal
jerárquico superior, aprobando o desaprobando lo establecido por el fiscal inferior,
teniendo un plazo de tres días para hacerlo. La opinión del fiscal superior vincula tanto
al juez como al fiscal inferior, debiendo estos actuar, de acuerdo a lo decidido por
primero.

                        ALEGATO FINAL DEL ACTOR CIVIL (ART. 388 CPP)

Se entiende que para que haya alegatos del actor civil, éste se ha constituido con las
formalidades exigidas por la norma procesal y de manera oportuna.

Básicamente se argumentará sobre el agravio sufrido –estando imposibilitado de


calificar el delito– demostrando de ese modo la necesidad de reparar el daño, debiendo
de traducir ese daño en un monto dinerario y si fuera posible la restitución del bien.     

                        ALEGATO FINAL DEL TERCERO CIVIL (ART. 389 CPP)

Los alegatos finales del tercero civil, estarán destinados a demostrar la inexistencia del
hecho delictivo atribuido al acusado, o en su defecto la falta de responsabilidad solidaria
que existe entre ellos. De este modo sólo se posibilita al tercero civil, referirse al objeto
civil del proceso y se le niega toda posibilidad de referirse a la imputación penal.  

                        ALEGATO FINAL DE LA DEFENSA (ART. 390 CPP)

Es el momento oportuno e ideal, para que la defensa técnica, por última vez, rebata la
imputación y demuestre que su patrocinado no tuvo participación en el hecho, de tal
suerte que genere en el juzgador la convicción de inocencia.

86
 

Dentro de esta antítesis –contraria a la planteada a la del Ministerio Público, en el caso


que haya seguido ratificándose en su acusación– puede referirse al monto de la
reparación y de la pena, si las considera excesiva, solicitando por último la absolución o
la atenuación de la pena. Tal como se dijo y lo volvemos a recalcar, es el alegato final
del defensor del de que dependerá la inocencia o culpabilidad de su patrocinado.

                        DEFENSA CAUTIVA O AUTODEFENSA (ART. 391 CPP)

En principio, el derecho o facultad del acusado a decir la última palabra ante el tribunal
tiene naturaleza constitucional. Sin embargo como todo derecho, no es irrestricto sino
que tiene límites, en este caso, sólo debe referirse a lo que es materia de la acusación y
dentro del tiempo designado por el juez.

Tal como sostiene el profesor Vicente Gimeno Cendra, es la intervención directa y


personal del imputado en el proceso, realizando libertades encaminadas a preservar su
libertad.  Esta facultad se da luego de que el acusado ha tenido pleno conocimiento de
toda la actividad probatoria y de los argumentos vertidos en los alegatos, posibilitándose
de ese modo que puede contradecir o someter a contraste el desarrollo de la vista,
añadiendo todo aquello que estime pertinente para su mejor defensa.

No se puede perder de vista que si bien el derecho a la autodefensa permite que el


acusado sea escuchado en última instancia por el Tribunal, no menos cierto es que ese
derecho debe ser acompañado de la defensa técnica, ejercida por un profesional del
derecho, pues en el caso que ello no ocurra habrá una violación flagrante al derecho de
defensa. 

VII.    SENTENCIA: FIN DEL PROCESO

                        DELIBERACIÓN (ART. 392 CPP)

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Después de cerrado el debate, en secreto y de manera ininterrumpida el tribunal,
unipersonal o colegiado, toma la decisión que será plasmada en la sentencia, que
declarará la inocencia o culpabilidad del procesado. Obviamente la deliberación lo hará,
tal como lo exige el Art. 359 numeral 2 del CPP, el o los magistrados que intervinieron
durante todo el desarrollo del juicio oral, bajo sanción de declarar nula sentencia, por no
observar las normas procesales.

La deliberación deberá ser hecha, de manera obligatoria y necesaria, sobre lo ocurrido el


desarrollo del juicio, exigiendo ser exhaustiva y profunda, orientada en dos sentidos: por
una parte a la construcción de la norma aplicable al caso; por la otra, al análisis de la
información reunida en relación a las distintas hipótesis en juego. El primer nivel es el
del análisis jurídico, el segundo, el de la valoración de la prueba.

El tiempo para la deliberación, no podrá exceder dos días, ni podrá suspenderse por más
de tres días en casos de enfermedad de uno de los jueces, siempre y cuando se traten de
procesos simples. En el caso que el proceso haya sido catalogado como complejo los
plazos señalados anteriormente –dos días para la deliberación y tres días por
suspensión– se duplicaran. En el caso que no se respeten estos plazos sin que se dicte la
sentencia, el juicio deberá repetirse por otro juzgado. De este modo se consagra el
respeto al principio de inmediación.    

                        VOTACIÓN Y DECISIÓN (ART. 393 CPP)

Luego de examinar las pruebas actuadas en juicio, sólo esas, de manera individual y
conjunta deberán ser valoradas, de acuerdo a la libre valoración de la prueba, a efectos
de que sustente la decisión que tome el tribunal. En todos los casos se necesita mayoría
para adoptar tal decisión, sin embargo, tratándose de delitos que ameriten la imposición
de cadena perpetua se requerirá unanimidad.

Para la votación y decisión el tribunal deberá de observar las reglas que el Art. 393 CPP
impone. Todas las estipulas en la norma cuestiones incidentales, hechos y

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circunstancias, calificación del hecho, determinación de la pena y la reparación, etc.
deberán de cumplirse de manera obligatoria debiendo de merecer una motivación
adecuada y suficiente.

                        SENTENCIA (ART. 394 CPP) 

Luego de toda la actuación realizada durante la etapa del juzgamiento, esta culmina con
la resolución final, llamada sentencia. De acuerdo al papel que hayan desempeñado las
partes, el Tribunal calificara la actuación, siendo la aprobación condenatoria o
absolutoria. Nos explicamos. Cuando la sentencia es condenatoria, se entiende que la
tesis planteada por el fiscal ha creado la suficiente convicción, en el juzgador, como
para generar la imposición de una pena y un monto establecido de reparación civil. En
sentido contrario, si la sentencia es absolutoria, la teoría del caso planteada por la
defensa del acusado ha tenido el debido sustento fáctico y jurídico para enervar la
responsabilidad del mismo.

Con la sentencia, el proceso llega a su fin, por lo menos a lo que a primera instancia se
refiere. Su importancia es más que evidente, pues ella contendrá la responsabilidad o
irresponsabilidad del acusado. Por ello el Código Procesal Penal le ha dedicado,
exactamente 6 artículos que regulan desde los requisaos mínimos que deben de
contener, la forma como se debe redactar y leer, la coherencia que debe guardar entre la
acusación y la decisión y los tipos de sentencia.

En cuanto a los requisitos nos parece acertada haber considerado la inclusión necesaria
de los datos del proceso a fin de individualizarlo correctamente. Así también, el haber
considerado la necesidad de motivar de manera clara y lógica cada una de las pruebas
que sirvan de sustento para la absolución o condena del acusado. Con ello se satisfacen
los demás requisitos, pues al estar debidamente motivada la sentencia permite que los
justiciables conozcan las razones por las cuales se ha tomado la decisión, respecto a
todos los delitos atribuidos al acusado.

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Los principios que inspiran el nuevo modelo procesal, sin duda alguna buscan no solo
un proceso justo y debido, sino además la eficiencia del mismo, ello podemos darnos
cuenta, cuando por ejemplo se regula la institución de la caducidad, debiéndose de
cumplir los plazos previstos de manera obligatoria. En principio es regla que la
sentencia sea emitida luego de la deliberación y votación, sin embargo cuando el caso
requiera ser analizado de manera más detallada podrá prorrogarse la emisión de la
sentencia hasta un plazo no mayor de 8 días, aun cuando la norma no establece el efecto
que produciría si se excede el plazo, haciendo una correcta interpretación con el Art.
144 numeral 1, somos de la opinión que la sentencia emitida, fuera de ese plazo
incurrirá en caducidad y consecuentemente acarreará la nulidad de la resolución final.  

Contra la sentencia, sea absolutoria o condenatoria, cabe interponer recurso de


apelación –Art. 401 CPP– por quien se considere afectado con la decisión adoptada en
ella. Sin embargo no basta con interponer de manera verbal el recurso de apelación sino
que de acuerdo al Art. 414 numeral 1 literal “a” del CPP tendrá que fundamentarse por
escrito dentro de los cinco días hábiles siguientes de leída –para los acusados  o partes
presentes en la lectura de la sentencia  o de notificada –para los acusados o partes que
no concurran a la lectura de la sentencia– la resolución final. El órgano encargado de
resolver la apelación será la Sala de Apelaciones.

2.- PRINCIPIOS QUE INTERACTUAN EN LA ETAPA DE JUZGAMIENTO

Se destacan en este marco de litigación oral los siguientes principios:

2.1 PRINCIPIO DE ORALIDAD (Art. 361 CPP)

Lo encontramos regulado en el Art. 361 del CPP. Se erige en un método y/o como un


medio apropiado para la actuación de la PRUEBA; se materializa en una audiencia oral
continua que se rige bajo los lineamientos de la concentración. No nos cabe la menor

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duda, que se trata del Principio Eje y/o columna vertebral, a través del cual se
garantizan la Inmediación y la Publicidad.

En la oralidad –la palabra y la litigación oral([3]), en el contexto de las estrategias


introducidas por las partes al debate– cobra gran relevancia en este nuevo modelo
procesal, sin embargo, dejamos constancia que no hemos eliminado totalmente la
escrituralidad, por cuanto, las sesiones de audiencia se van registrando y consolidando
en actas que pasan a formar parte de los cuadernos de audiencia, sin perjuicio del
registro auditivo, a cuyas copias tienen derecho las partes.

Este viene a ser un instrumento principal, que produce la comunicación oral entre las
partes. Ya sea como emisor o receptor. La eficacia de este principio radica en que
la comunicación es oral y no escrita, por tanto, no solamente escuchamos el mensaje o
la información en vivo y en directo, sino también, apreciamos necesariamente la
comunicación corporal a través de los gestos, los ademanes y el nerviosismo que puede
mostrar la persona al hablar. En ese sentido se pronuncia el Art. 361 del NCPP 2004 al
establecer que "la audiencia se realiza oralmente, pero se documenta en acta (...) toda
petición o cuestión propuesta en audiencia será argumentada oralmente, al igual que la
recepción de las pruebas y, en general, toda intervención de quienes participan en ella".
Por lo tanto, la oralidad resulta ser el mejor medio o mecanismo para la práctica de la
prueba, ya que a través de la misma se expresan tanto las partes, como los testigos y
peritos. Se tiene que tener en cuenta que la oralidad no significa la mera lectura de
escritos, declaraciones, actas y dictámenes, etc., que afectarían la inmediación y el
contradictorio. Por el contrario, la oralidad es la declaración sobre la base de la
memoria del imputado, víctima, testigos y peritos, que deben ser oídas directamente por
las partes y los jueces.

Al juzgador le corresponderá valorar si mienten o no luego del interrogatorio adversarial


de las partes. Las partes tendrán en cuenta esas mismas respuestas para la elaboración
de su estrategia. La regla es la reproducción oral, no entendida como mera lectura de
actas, pero la excepción la encontramos en que se permite la oralización de
ciertos medios de prueba que sean irreproducibles en el juicio oral, por su estado de
urgencia y necesidad.

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Como vemos, solamente con la Oralidad se puede alcanzar una protección a la persona,
que llega a ser el instrumento o medio principal y medular del enjuiciamiento. Siendo el
vehículo que lleva necesariamente a la inmediación y publicidad. En ese sentido, se
pronuncia Binder cuando afirma que la oralidad "es un mecanismo que genera
un sistema de comunicación entre el juez, y las partes y los medios de prueba, que
permite descubrir la verdad de un modo más eficaz y controlado".

  

2.2 PRINCIPIO DE PUBLICIDAD (Art. 357 CPP)

El juicio se desarrolla ante la comunidad, a efecto de garantizar precisamente la


transparencia e imparcialidad del Poder Judicial en el servicio de justicia que brinda a la
sociedad y que constituye la esencia de su autonomía. De este modo se afirma que con
la publicidad se garantiza la marcha del proceso mismo y de cierto modo se obliga al
juzgador a decidir, con sentido de justicia.   

Es bueno advertir que la publicidad tiene un régimen de excepción, que se dan por
causas establecidas en el código, entendemos que ello se ha dado porque se busca
proteger el normal desarrollo del juicio, que se vería opacado por determinadas
conductas. Las excepciones son:

 Afectación al honor o integridad física


 Afectación al orden público o seguridad nacional
 Afectación al secreto comercial o industrial
 En los casos que la ley lo señale

Cabe destacar que la excepcionalidad de la privacidad de la Audiencia, deberá generar


una debida motivación de parte del Juez del juicio. En la actualidad la motivación ha
cobrado gran relevancia, por lo que se convierte en un deber de los juzgadores y  en un
derecho de las partes procesales, siendo ello así todos los actos que tiendan a decidir una
situación con relevancia jurídica deberán de recibir una debida motivación.

Este principio es la garantía más idónea para que un proceso se lleve a cabo acorde con
las Normas Internacionales de Derechos Humanos y Constitución Política del Estado

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que velan por un debido proceso. Entendiéndose que el juzgamiento debe llevarse a
cabo públicamente con trasparencia, facilitando que cualquier persona o colectivo
tengan conocimiento, cómo se realiza un juicio oral contra cualquier persona acusada
por un delito y controlen la posible arbitrariedad de los jueces.

La regulación normativa de este principio la encontramos en el Art. 10 del Pacto


Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en la Convención Americana de
Derechos Humanos, en su Art. 8 Inc. 5, la Constitución y el artículo 356, inciso 1 del
NCPP 2004. En síntesis, la publicidad nos da la garantía que los ciudadanos tengan
un control sobre la justicia y que las sentencias sean el reflejo de una deliberación de las
pruebas surgidas dentro de un Juicio Oral. Por tanto; esta trasparencia que nos da la
publicidad permite el control del poder jurisdiccional (de decisión) y del poder
acusatorio fiscal (de requerimiento o persecutor del delito). Asimismo, podemos hallar
como beneficios de tener a la oralidad es que ésta no permite la delegación
de funciones, ya que controlaría la presencia del juzgador en el desempeño de sus roles,
con la verificación por cualquier persona que tenga conocimiento directo del desarrollo
de dicho Juicio.

2.3 PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN (Art. 359 CPP)

El desarrollo del juicio exige en todo momento la participación personal del juez, quién
con su presencia garantiza a los sujetos procesales en conflicto, una legal y oportuna
apreciación la prueba.

La inmediación a su vez presenta algunos Sub principios:

a)                 Identidad del juzgador, pues el mismo que intervine en las audiencias


apreciando las pruebas actuadas debe ser aquel que emita la sentencia.     

b)                Concentración, que implica evitar la dispersión de los actos procesales, de


tal suerte que se puedan realizarse todos los actos procesales de manera correlativa y en
el menor tiempo posible. 

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c)                 Continuidad de las audiencias, que tiene mucha relación con el principio
anteriormente referido, pues las audiencias deben de realizarse de manera sucesiva e
ininterrumpida. Sin embargo la continuidad puede verse alterada, de manera
excepcional, cuando por razones de enfermedad de los sujetos procesales no puedan
acudir a las audiencias; en caso fortuito o fuerza mayor o cuando el código lo disponga.

Teniendo como sustento los sub-principios mencionados, se hace necesario que el


juzgamiento se de en el menor número de audiencias, debiendo estas ser sucesivas e
ininterrumpidas. Sólo podrá suspenderse por las causas anteriormente señaladas por un
plazo no mayor a ocho días hábiles. En el supuesto de exceso en el plazo previsto, la
norma sanciona con nulidad todas las actuaciones que se hayan dado hasta ese momento
y el juicio vuelve a realizarse nuevamente por otro juzgador.  

Por otro lado, el Art. 359 del CPP establece que la concurrencia del juez y de las partes
es obligatoria, sin embargo la norma no es tan clara cuando se da la inconcurrencia de
uno de los miembros del tribunal colegiado, máxime si por el Principio de Inmediación
se exige que él suscriba la sentencia. Ante ello surge la pregunta ¿Qué hacer en esos
casos? Proponemos que se debe dar la instalación de la audiencia, con el magistrado
llamado por ley y luego declararse la suspensión de la audiencia, hasta que este presente
nuevamente el miembro que estuvo ausente, a efectos de no quebrantar el principio de
inmediación, teniendo en consideración, que la norma citada, establece que el juez que
presenció el juicio oral desde el inicio debe ser el mismo que delibere en la sentencia,
respetándose al mismo tiempo el principio de identidad del juzgador.  

2.4 PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN

Importa una garantía Constitucional, a través de la cual fundamentalmente se preserva


el derecho de defensa; asimismo se impone con rigurosidad y especial relevancia en el
momento en el que se actúan las pruebas, sobretodo en sus dos momentos clave

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Conocimiento, debido que permite al juzgador aprecia las posturas de las partes de
manera directa, en la cual actúan bajo el contexto de igualdad procesal

Discusión, permitiendo refutar la tesis de la parte contraria y hacerlo notar sus


debilidades frente al juzgador para que este tome una postura definida.

El juez garantiza el Principio de contradicción (Art. 363 y 354), regulando y limitando


la actuación de los demás sujetos procesales, garantizando el derecho de defensa, pero
eso sí, siempre en un contexto de igualdad de armas y de actuación ética en el debate.

Siguiendo la estructura de nuestro Código Procesal Penal, encontramos en su Art. 356°


el enunciado respecto a que el juicio es la etapa principal del proceso. Se realiza sobre la
base de la acusación. Sin perjuicio de las garantías procesales reconocidas por
la Constitución y los Tratados de Derecho Internacional de Derechos
Humanos aprobados y ratificados por el Perú, enumerando los Principios elementales
sobre los que se sustenta, para tal efecto y justificando razones estrictamente
académicas, reproducimos, los que contiene el MANUAL DE JUZGAMIENTO,
PRUEBA Y LITIGACIÓN ORAL EN EL NUEVO MODELO PROCESAL PENAL,
Normas para la Implementación. Publicado por la Academia de la Magistratura, así
tenemos:

Este principio permite que las partes puedan intervenir con una igualdad de fuerzas
dentro del juzgamiento y realicen libremente todo lo posible para desvirtuar o
controvertir el caso de la contra parte. Es la derivación de la garantía constitucional de
la inviolabilidad del derecho de defensa establecido en el Art. 139. 14 de
la Constitución Política del Perú.

Esta garantía se manifiesta en la igualdad de armas que debe existir entre las


acusaciones del fiscal y la defensa del imputado. Y que la contradicción o el derecho a
contradecir del imputado sean durante todo el proceso y en mayor medida dentro
del desarrollo del juicio oral. Porque si pudiéramos resumir el derecho de defensa solo
diríamos que debe existir "igualdad de condiciones". Respecto al derecho de defensa,
Binder indica que éste cumple "un papel particular: por una parte, actúa en forma
conjunta con las demás garantías; por la otra, es la garantía que torna operativas a todas
las demás. Por ello, el derecho de defensa no puede ser puesto en el mismo plano que

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las otras garantías procesales. La inviolabilidad del derecho de defensa es la garantía
fundamental con la que cuenta el ciudadano, porque es el único que permite que las
demás garantías tengan vigencia concreta dentro del proceso penal" 3.

2.5.- PRINCIPIOS QUE ORIENTAN LA ACTIVIDAD PROBATORIA

La actividad probatoria realizada en el juicio oral en el marco de un sistema acusatorio,


se efectúa con pleno respeto de los derechos fundamentales, así mismo observando los
principios que a continuación explicamos, pues el esclarecimiento de la verdad no se
constituye como el fin último del proceso.

2.5.1-. PRINCIPIO DE LEGITIMIDAD

Es también llamado principio de legitimación, implica que el sujeto que aporta la prueba
y el que la valora (Juez) deba estar autorizado para hacerlo, se trata de una facultad
procesal.

2.5.2-. PRINCIPIO DE LIBERTAD DE LA PRUEBA

Se basa en la máxima de que todo se puede probar y por cualquier medio, es decir
el texto normativo solo nos establece medios probatorios de manera ejemplificativa, no
taxativa, ya que todos son admisibles para lograr la convicción judicial. Como todo
principio encuentra sus excepciones en los derechos fundamentales. Ej. Interceptación
telefónica.

2.5.3.- PRINCIPIO DE PERTINENCIA DE LA PRUEBA

Implica la relación lógica entre el medio de prueba y el hecho que se ha de probar. La


prueba es pertinente cuando el medio se refiera directamente al objeto
del procedimiento. Ej. La pericia de preexistencia de embarazo es pertinente para
la investigación del delito de aborto pero no para un delito tributario.

2.5.4-. PRINCIPIO DE CONDUCENCIA

Se manifiesta cuando los medios de prueba son conducentes, tienen la potencialidad de


crear certeza judicial. Este principio está relacionado con el principio de utilidad.

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2.5.5.- PRINCIPIO DE UTILIDAD

Un medio de prueba será útil si es relevante para resolver un caso particular y concreto.
Su eficiencia se muestra luego de la valoración de la prueba. No es útil la
superabundancia de pruebas, por ejemplo: ofrecer muchos testigos que declaren sobre
un mismo hecho.

CONCLUSION

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Tras analizar cómo se lleva el proceso en el ámbito penal, de cómo se inicia una
investigación preliminar de que aspectos podemos observar y que principios son
utilizados para que la autoridad judicial no caiga en arbitrariedades, del mismo modo en
la etapa intermedia, de cómo se lleva el proceso y cuáles son las funciones del juez y de
las partes siempre respetando los principios que priman en tal etapa y seguidamente en
la etapa de juicio oral o juzgamiento y que son los juicios orales, revisar las etapas y el
papel de las personas involucradas este, finalmente podemos concluir que los juicios
orales traen consigo una serie de ventajas que son el objetivo de esta reforma y si bien
los juicios orales pueden presentar una serie de desventajas principalmente en cuanto a
la capacitación y a la falta de infraestructura, yo considero que conforme se vaya
avanzando en este tema, se van a ir subsanando estas debilidades. Esto no sucederá de la
noche a la mañana por supuesto, pero con el empeño de todas las personas involucradas
en el tema, será un sueño hecho realidad. Por lo tanto yo fallo, que efectivamente los
juicios orales vienen a reformar el sistema penal para el bien de la nación ya que buscan
se cumpla con mayor efectividad todo el proceso y evitan ciertos problemas que se
tenían con el sistema pasado y coadyuvan al Estado de Derecho, y el mejoramiento de
las instituciones involucradas en el, buscando la justicia pronta y expedita

BIBLIOGRAFIA
 

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